Pedro ruedas

PEDRO RUEDAS

Pedro Ruedas tuvo un mal día: curva cerrada, moto estrellada, línea prohibida, muerte cercana.

Diez huesos rotos en una sola caída.

Torero de asfalto, mala cogida.

Muleta en mano y dolor en la rodilla alejado de la moto, eterna pesadilla.

Gracias al seguro llega una Ram Americana, Guapa y negra como la obsidiana.

Bienvenida seas distinguida dama.

Hoteles en ruinas, ecos de antaño, mire donde mire todo es extraño.

Gran Pata Negra, sangre del Jerte, con esta pinta no quiero verte, y espero algún día cambiar tu suerte.

Tocó la guitarra en un antro desconocido y con la plata que sacó hizo algo prohibido.

Compró botes de pintura y una gran escalera para llegar hasta donde pudiera de su amada carretera.

De noche, al raso de la luna dormía.

De día pintaba grafitis o lo que quisiera a pesar de su flaca billetera.

Y con estas, poco a poco, paso a paso, el fantasma de la A5 dejó de ser lo que era.

Abre tus ojos, solitario viajero.

Si te animas a seguir con esta idea, si quieres ser el loco rutero, en nombre de Pedro Ruedas, tan solo te pido: ¡que seas buen grafitero!