Smart TV
“Vegie uprising”
Sincronizado con el tiempo rotacional y traslacional de la tierra sol y luna había instalado en su vivienda un sistema que, por una parte permitía visionar y oír lo que ocurría alrededor de la misma durante la aparición y desaparición de la visión del sol, distintas cámaras instaladas en el exterior funcionaban a la vez cómo sistema de vigilancia anti intrusión y de trasmisión de imágenes con fines terapéuticos, pues años y años dependiendo de un reloj que marcaba las horas e indicaba a qué hora debía levantarse, le llevaron al sistema tradicional de todo ser vivo de ajustar sus ritmos a los del resto de la naturaleza, pues la salud es integrase en la misma pues como ser biológico debe ir acorde a los ritmos que el organismo le indica, pero por otro lado, el sistema estaba a su vez conectado, a través de la televisión y la aplicación correspondiente, a una serie de cámaras ubicadas a lo largo del planeta que permitían, al que primero aportaba toda su información y daba acceso a toda aquella que no decía y poseía, acceso a distintos amaneceres y atardeceres en sitios emblemáticos, desde el monte Fuji hasta la montaña Amarilla, sin que tener que desplazarse y dado el cambio horario ni madrugar en muchos casos. La aplicación tiene una opción de pago que permite visionar las cámaras de cualquier otro subscriptor, el cual a su vez recibía por la cesión de sus imágenes a la red el derecho a visionar las imágenes de los otros, a modo de comparte tus atardeceres y amaneceres. Para el visionado había instalado en el techo del dormitorio un panel que disponía de cuatro opciones, la de apagado, en la que se mimetizaba con el resto del techo pasando desapercibido, la de en espera, que hacía la función de ventana permitiendo visionar el cielo tal cual sin salir al exterior e ideal para noches oscuras sin nubes para observar las estrellas, la de encendido local, en la que visionaba lo que las cámaras exteriores estaban captando en ese momento y la de encendido posicional, en la que se podía optar por visionar alguna de las cámaras ubicadas en lugares públicos o las privadas de los adheridos a la aplicación. Cierto es que al principio el sistema le planteó ciertas dudas de coherencia interna de pensamiento, pues si lo que pretendía era un retorno a la naturaleza no tenía mucho sentido acercarse a la misma o visionarla desde el interior de una estructura que les separaba físicamente, a lo que se añadía el hecho de que poco favorecía al ajuste de los ritmos biológicos el visionar un amanecer que ocurría en Asia a las doce de la noche locales, faltando siete horas y media para el amanecer acorde con su ritmo, más estas contradicciones se asumieron e integraron como muchas otras como algo natural y a la larga consustancial con el ser humano, ser uno y lo contrario, buscar esto y hacer lo otro, un devenir de aquí para allá por el que va desde que tiene conciencia autónoma al empezar a tomar decisiones por uno mismo, toma de decisiones en las que podemos tal vez encontrar una justificación a las teorías de la simulación, pues es ilusorio creer que uno decide de una forma pura e imparcial, sino dentro de las opciones que se le plantean y con los elementos de juicio y conocimiento que ha adquirido directamente o a través del influjo externo del medio y de los medios.
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