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La vida se había vuelto rutinaria o más bien había recuperado el tiempo vital de antaño, pues la rutina en la vida es lo que la mayoría de los supervivientes aprecia, no quieren sobresaltos ni cambios, un día se asemeja al anterior y es un anticipo del que vendrá , pues esa rutina producto de la repetición de eventos es la que confiere seguridad a la existencia y por tanto conlleva tranquilidad y sosiego en el pensar o tal vez provoca el no pensar, porque si no se piensa no se cuestiona ni se duda, pues pensar es reflexionar sobre la veracidad o falsedad de algo, y el mero hecho de dudar de que algo que inicialmente se da por cierto no lo sea, ocasiona que se pueda tambalear la creencia en dicho hecho y por tanto establecer dudas, ya sean razonables o no, la duda provoca inestabilidad pues llama a que el que duda acabe tomando partido hacia un lado, hacia otro, hacia el medio, para arriba, para abajo, dudas que paralizan y que van aparejadas la mayor parte del tiempo al miedo, al temor, pues se desconoce lo que va a suceder pues puede ser distinto a lo anterior. Aunque lo que vaya ocurrir puede ser inesperado la rutina da la sensación o hace sentir al que vive en ella de que todo es previsible y por tanto uno se siente seguro de que mañana amanecerá, de que se levantará, de que se … desenvolverá haciendo las misma acciones o similares del día anterior y así día tras día, seguro de sí mismo y seguro de que esta vivo y viviendo.
Pero lo anterior no es válido para todos, no es universal, pues hay seres cuya seguridad es vivir en la inseguridad, inquietos a los que la rutina mata, la rutina les arruina, ese ru ru ru ru, les causa daño y provoca una inquietud vital que puede llegar a ser peligrosa para uno y para el entorno pues puede producir cambios o incitar a ellos.
Hacía años que la nueva rutina se había asentado y ya no era noticia que cada siete meses surgiera una nueva variante para establecer de nuevo restricciones de movimientos, de hecho ya eran pocos los que deseaban moverse más allá de su localidad, pues para qué, si en tu casa ya podías tener acceso a todo lo que quisieras vía on line y con el sistema de meta realidad podías estar sin estar en otro sitio gracias a las gafas de realidad virtual, porque lo importante es lo que sientes lo que tu mente ve y cree que toca, qué más da si es cierto o no, si lo tienes al alcance de la mano, porque sí lo quieres tener cerca de la mano para poder sentir lo que el tanto te produce, pero acaso tu creías que lo sentías era algo nuevo que solo tú podías sentir, no sentías lo que el elemento generaba al ser tocado, y eso se ha universalizado y codificado, de forma que todos puedan sentir lo mismo solo con ver el objeto sin necesidad de tocarlo, no hace falta tenerlo cerca de la mano sino ver que se tiene cerca y que sería factible tocarlo aunque no se toque, es hacer universal el dicho de “comer con los ojos”, a través de la vista se canalizan el resto de sentidos y se hace sentir o incitar a que el cerebro sienta o produzca el proceso de trasmisión de un sentimiento. Sentir sin tener que sentir, lo que podría ser un sinsentido era lo que ahora da sentido a la existencia. Rutina diaria, seguridad de la inmovilidad, de la falta de opciones 70
