ese puerco existe breve antologĂa poĂŠtica
ese puerco existe breve antologĂa poĂŠtica
Ese puerco existe, breve antología poética. Kevin Castro, Rudi el negro, Jesús Lévano y Jorge Castillo. C.A.C.A. Editores, 2012. © Fotografía de portada: Woman once a bird, Joel-Peter Witkin. Diseño y diagramación: C.A.C.A. Editores, 2012. E-mail: cacaeditores@gmail.com Impreso en Perú / Printed in Peru WR Impresiones José Gálvez 1460, Lince Teléfono: 420-5023 E-mail: wr_impresiones@hotmail.com Hecho en Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2012-09241
No estoy aquí
Nuestra generación está muerta, o comprada, o maniatada, o momificada: es un objeto de exhibición que tiene un aliento (tufo sería más exacto) rancio. Nuestra generación se divierte cantando alegrías absurdas, éxitos vanos, consignas caducas. Nuestra generación no se ha generado, la han generado los códigos de consumo, de valor mercantil, de una carrera de éxito falsa; nuestra generación no se ha erguido como "su generación" sino es un remedo, un parto mentiroso, su madre se ha abierto de piernas y ha nacido un zombie; es decir, nuestra generación no genera nada; es decir, nuestra generación es una moda, por eso efímera, idiota, paisajista, generación pionono, generación cobarde, mediocre, mentirosa; nuestra generación no genera nada sino le sigue el juego a lo mismo, a lo de siempre, a lo caduco, huele a gato podrido, su poesía se miente por difusa, por etérea, por palabrera, es poesía que se mira el ombligo, no escarba nada, poesía que no es de verdad, poesía mentirosa, poesía que le ha quitado poder a la palabra, que le ha quitado acción al verbo, poesía que se duerme en sus falsos laureles y se reedita constantemente en libros de tapa dura y de amiguismos interesados; nuestra generación no convence, no ilusiona, es chata y aburrida. Por último, ¿quién es nuestra generación? Nosotros no lo somos, eso es seguro. ¿Qué es nuestra generación? ¿Una cronología empática, una década de similitudes estéticas? No existe, y si existe: nos excluímos, nos autoeliminamos, nos reseteamos, nos evacuamos. No pertenecemos, no nos ubicamos, nos largamos. C.A.C.A. Editores edita este libro que nadie más editaría porque todos los poetas que publican aquí son nadie, no están enmarcados bajo ningún marco estético, político o ideológico, su poesía es un grito de individualidad fraterna y de amor honesto por la poesía, no se compra, no se vende. Ni siquiera escriben bien, no importa escribir bien, descreen del "buen gusto" y de la lógica del mercado. Esta breve antología nació de un recital de micrófono libre que organizamos interviniendo el Patio de Letras de una santa universidad. Los poetas antologados aquí, la mayoría, se desconocen y no han participado en la selección de sus poemas ni de los poemas de los demás. La mecánica ha sido la siguiente: hemos convocado 3
a todos los poetas del recital de micrófono libre a participar en esta antología dejando sus poemas sin condiciones ni condicionantes, y así, de la totalidad de poemas, hemos seleccionado a estos catorce poetas que publicamos ahora. Algunos se han excluído, están en su derecho; los editores nos hemos incluído, estamos en nuestro derecho también. Sabemos que afuera hay más poetas, pero sobre todo poemas, que también tienen necesidad de gritar y reclamar su propio espacio, libre, libre por condición y libre por necesidad. C.A.C.A. Editores, una editorial comprometida y resentida, publica este libro y publicará más libros, se organiza y se autogestiona, actúa al margen del mundillo editorial hegemónico y alternativo, que de alternativo no tiene nada porque, como cualquiera sabe, repite la lógica de las editoriales grandes convirtiéndose así en el mismo negocio, contra el que en un principio nacieron, sólo que a menor escala. C.A.C.A. Editores no le debe nada a nadie ni espera nada de nadie. Los editores.
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La caca es tan poderosa como un pequeĂąo complejo Carmen OllĂŠ
Ese puerco existe, breve antología poética
Crhistian Baphomet (Lima, 1993)
Parque Raimondi Árbol Árbol Árbol Árbol Árbol El cuadrado: un no-beso tuyo es un árbol La sombra que se apaga entre los postes es un árbol El árbol es un cuadrado no abandonado La curva del cuadrado es un patín en una nube Debajo, entre tus dedos: el sol moribundo y tartamudo Rojo-amarillo-plátano-isla-San-Lorenzo Escarlata entre las piedras De locos y las olas despedidas Ella nada de patines la vereda Y atrás pulula el faro amoratado Serenazgo me mira y no respira Su vulva quieta y escondida Y yo la espío como al árbol Árbol En su cuerpo solo hay ojos apretados Ella se sorprende, mira y ríe, se sujeta Se sujeta y muerde el labio Patina soberbia sobre el lienzo de mis dedos Sobredosis de dibujo del desnudo de su cuerpo Me enseña su bosquejo que se quiebra, vuelve a mirar y grita El esmog se hace humo en el desierto, cubrecamas, fuego lento Edificios, autos, pista, skater, punkis, rock Por delante, sus pechos se despiertan floreciendo Todos atrapados en la pubertad de los patines 7
Ese puerco existe, breve antología poética
Yo no veo sino el enfoque que la envuelve Tomo fotos, pepsi y ron Ella miente cuando dice: árbol no te amo Yo me resisto al caminar otra vez en este parque Árbol, ella miente cuando vive triste Árbol, yo vivo una mentira Un cuadro, un ojo, una sonrisa congelada por la lluvia Un hemisferio entre las ruedas de tu pie, te alejas, me muero, fotos, pasto, faro y árbol Un resfrío acalorado Tembladera bajo el golpe de las olas, el cielo morado y dulce me restriega: Árbol Árbol Árbol Árbol Árbol El árbol nunca ríe, nunca llora, nunca espía a la niña de patines de colores Los árboles no mueren Ellos solo pasean de madrugada Ella solo patina para verme Yo solo fotografío sus patines Y a un árbol
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Jorge Castillo (Lima, 1980)
Song for Bob Dylan The ghost of electricity howls in the bones of her face. Bob Dylan Un hombre sale a la calle una noche cualquiera, se dice que de él, si lo viera cualquier poeta, a beber la noche teniendo como compañía a las estrellas. Pero, él, sin ninguna aspiración poética ni nada, sale a la oscura noche de Lima a caminar por interminables avenidas y recorrer un montón de distritos a escarbar entre montañas de basura algo que vender el día siguiente, recoge algunas veces cartones, recoge algunas veces botellas de plástico, muy pocas veces recoge algún artefacto en desuso que vender la mañana siguiente, recoge, y esto es la mayoría de las veces: mierda, basura en el rostro, perros muertos en descomposición, toallas higiénicas manchadas de un rojo profundo como un corte en la yugular, pañales de bebé con mierda amarillísima, pescados fétidos hinchados de lo verde nauseabundo. Recogía mierda, todas las noches, en su soledad se llevaba mierda a la cara, mierda a su vida, mierda a sus poros. Mierda. Eso es lo único que lo acompaña, mierda así, a solas, a secas. Lo acompaña, en su lento caminar, si es que algún vigilante semidormido no lo corría, sobre todo en distritos elegantes, su volátil compañero, Pirulo, un perro flaquísimo y muerto de hambre que asesinó una noche en que, para extrapolar el dolor producto de su estreñimiento de cagar casi sin haber comido, estranguló a su perro, el fiel Pirulo, con sus propias manos huesudas. No fue muy difícil hacer fallecer a ese flaco perro y su exhalar fue profundo y flaco flaquísimo. Cagar, dolerle el esfínter por la fricción, soltar una lágrima y estrangular a su perrito fue todo en un mismo tiempo. No lloró esa noche, ni ninguna más pensando en su estrangulado perrito, pero algo cambió en su rostro, su fisionomía cambió leve pero claramente. Como nunca se miraba al espejo, no podía notar mucho la diferencia. Cambió. Cambió como las noches enteras en que las estrellas parecen pintarte con claridad la basura en la que hun9
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día diariamente su desencajado rostro, ya sin Pirulo de compañía, comprendía hurgando y hurgando en la basura que la extensión de su maloliente cuerpo era una lata de conserva podrida, un pedazo de verdura en descomposición, cada ángulo de basura era el desencadenamiento de una extensión de su vida, de La Vida, de ese amarre que es nacer y fundirse en este aire fétido a la espera de la muerte. Y ahí era tan sencillo morir. Morir ahí, entre el silencio sepulcral y algún lejano ladrido, era sencillo. Podía idearse un montón de muertes, juntar en una bolsa todo lo más podrido que podría encontrar: mierda, pescados verdes de la descomposición de grandes ojos como hoyos infinitos, gatos envenenados, ratas aplastadas, perros atropellados y agusanados: podría juntar todo lo podrido, meterlo en una bolsa, introducir su cabeza ahí y esperar; podía acaso, echarse en la basura a la espera del camión recolector y que sus tenazas gigantes de metal lo despedazaran en una muerte crujiente; podría tomar algún vidrio roto y cortarse las venas, la yugular, las venas gordas de la entrepierna, podría clavarse al lado del estómago, acaso del lado del hígado e iluminar la noche sangrando; podría fabricar una corbata y colgarse del primer poste de luces muertas. Silente muerte. Mas ¿por qué acabar con todo? ¿Por qué no cagar en inodoros relucientes y limpiar su negro trasero con papel higiénico blanquísimo? ¿Por qué no bañarse en tinas de agua caliente con espuma para el cuerpo, champú verde para el cabello, y peinarse lentamente mientras te miras al espejo sintiéndote limpio limpio? ¿Por qué no dormir sobre colchones ergonómicos y sábanas blancas, calientito? ¿Por qué no tener una linda mujer que me espere con una sopa caliente, tostadas miel y mantequilla, café y pan blanco, y que le diga que te quiere lindo y torpe? ¿Por qué no caminar bien trajeado, derecho, con la cabeza alta, reluciente, guapo y altanero? ¿Por qué no todo esto sino mucha mierda por donde mires, cagado hasta los pies, asesino y muerto vivo? Seguir. Seguir siendo una piedra, rodando, imaginando la muerte, final, obsoleta, sepulcral como el último golpe certero del martillo sobre el último clavo. Soñando con Dulcinea Muerte, soñando con acabar todo, de una buena vez, sin amarguras, sin odios, sin mugre acaso, sabiendo que todo lo que le ha rodeando en estos últimos diez años ha sido mugre, acaso toda su vida siempre ha sido así, viendo mugre, mierda, hasta el fin. Ser un Quijote cojo, sin Sancho ni Rocinante, que anda feliz por las calles de la ciudad sin tener paradero ni fin, recolectando lo que a la gente le sobra, lo que a la gente le asquea. Es el Quijote que nadie quiere ver, el ser maldito plagado de cruces infinitas que lo machacan en su diario caminar, es el Quijote que se inmola por ser un soñador de mejores mundos a partir de un mundo mierdoso que nadie quiere ver, es lo que recoge de lo que sobra, pasiblemente, constantemente, es su manera de llevarse el pan a la boca, ese día a día, sin pretensiones, sin ostentar 10
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nada, sin títulos nobiliarios, es una tarántula, es un Caín sin vergüenzas. Es un soñador de la basura, es un redentor de la mierda, es un buscador de olores malditos, es el fumador del opio del asco. Lo sensato de expatriar nuestra mierda es ignorándola, por eso cagamos por detrás y consumimos por adelante, por eso nos santiguamos por delante y nos tiramos un pedo por detrás, por eso nos miramos al espejo cuando sentimos envejecer por temor a nuestra inevitable decrepitud, por eso le pedimos a Dios seguridad y belleza. Por eso Satanás te lo dará, lo mismo que cualquier mujer con dos tetas de frente y dios te salve María y nadie tiene gracia. Mas el hombre tiene a las estrellas como compañía, blancas, como las líneas de las pistas, las suelas de sus zapatos, como los dientes de los perros fieros que espanta con su bastón, como las nubes de las mañanas que nunca ve porque a esa hora la ciudad despierta y a él los cartones lo protegen del frío, del miedo y de la gente. Su país muere entre sus pies, entre sus callos y enfermedades biliosas, su país se muere ante sus ojos, se muere de ambiciones prehispánicas de Dioses paganos, lejanos, profanos como cualquiera de los dioses que acompañan de noche, su sentir de estrellas. Y pensará en cantar algo entre sus carcomidos dientes, algo que acompañe su silencioso caminar, el taconear de sus zapatos, en algo para evitar la caída y dormirse en cualquier parque peligroso donde el frío cale menos y callar y pensar en una Canción para Bob Dylan.
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Kevin Castro (Lima, 1993)
Del por qué todos están locos menos yo I Hoy quiero escribir hasta las huevas. (Una cosa así como esto.) II No sé por qué se toma tan en serio la poesía si no sirve para nada. III Es más útil aprender a reparar anteojos.
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IV Nadie está libre de que se le rompa la montura de sus anteojos. V Yo soy miope y fumo cigarrillos baratos. VI Ayer ganó el equipo local y ver el partido fue mejor que leer poesía. VII Sería diferente si hubiéramos perdido, claro.
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Camila Coral (Lima, 1992)
Estampida de las bestias asustadas Y todo lo que uno aconteció: nada, Más para el naufragio y el sol Solo acostado a puertas de nubes Nubes que respiran del cielo y ríen niños Como estrellas que guían mi alma… Huyen Y muere la superficie y cede Cede a mi cansancio y se desluce Navego la pista amena de hombres amantes, Estos Náufragos que ladran, lamen la herida y corren…
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Kelly García (Ica, 1987)
Tributo a tu tiempo Eres insurrección de la memoria llegas a mi mente con tus pasos largos con tus ojos verdes con tus manos buenas me llegas como vaho de ranciedad y apolillamiento Te habías perdido y has vuelto Eres tú? no, ya no eres tú Eres solo un pájaro muerto imposible de tocar y de oír trágicamente invisible irremediablemente inolvidable.
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Sí pues, ya no me gustan tus ojos Te he visto de color sepia adornado con foquitos de medio watt salen de tus orejas de tu boca y de los huecos de tu nariz son como animalitos salen y se esconden salen y se esconden salen y se esconden Así son tus luces así son porque así eres tú te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y te apagas te enciendes y me apagas
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Jhonny García (Lima, 1990)
Una cita en el Leo´s Diecinueve momentos para hundir la cola del payaso no hay llorones bajándose la posibilidad de refutar las leyes de tu iglesia solo ríes con asco pero lentamente empiezas a reconocer la boca forcejeando el único taladro arcángel por el que sientes placer del hombre chancho. Una regla manifestante goza. Diecinueve lunas demasiado arrechas van tragando fisuras de papel higiénico despertaron las niñas dibujaron sus conchas y a las 2 y 34 minutos la muy perra suaviza los boletos de entrada cabalgando frases al unísono: pinga pene poncho Tu vagina trabaja rematando el valor de su peaje.
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Poema para Muriel Voy rondando Muriel, en este barrio de choros y cometas, me parezco a una piedra, me convierto en piedra, para caer brincado entre esquina y esquina, dificultosamente giro como un tronco esférico, sin púas ni huaraca. Y desciendo, raudo, sigiloso, taimado. Y lleno de esperanzas, Muriel, de pronto observo niños debajo de la combi, inmóviles sus dentaduras y sangrando poemas en medio de la cara, en medio de océanos de gente y muchachitas con la mirada de libritos pendejos. Voy rondando Muriel, en este continuum cadavérico, esquelético, huesudo. A veces soy la piedra lanzada por pandilleros y me vuelvo escoria tentacular puesto que mato a otros pandilleros BIENBENIDO EL PROGRESO. Voy rondando junto a otras piedras diagonalmente desde los cerros hasta abajo: la avenida. Nos han llamado asesinos los dueños de los periódicos, la conductora de radio, y el presentador de espectáculos gime y se chorrea mientras Magaly apenas y se inmuta: este es el país de la mugre ¿pero nosotros solo somos piedras literarias? Nos cogen, nos manipulan, nos arrastran, nos vapulean, nos acusan de acentuación anti-rítmica, y el poeta solo es un triste huevón en el Empíreo. Voy rondando aun por estas calles anchas. Una mujer insulta a su marido. Una niñita suelta un gas y lo compara con la bomba atómica. Voy rondando en perpendicular hacia el subsuelo, al caño de los desastres, y un maricón mide su pichula mientras en su azotea unos niños aprenden el vuelo de sus respectivas cometas.
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Katerin Lázaro (Lima, 1991)
Todo es Cuando allá el otro mundo me pregunten qué es la vida he de decir que hay pájaros grises rascándose sobre las ramas que hay no uno sino varios cielos de atardecer brillante que hay hombres sin sangre, sin paz que hay, ahhh, siempre un solo mundo ya que estamos atrapados en la bola de máscaras secas que hay días y despertar se vuelve miedo días y no días que pasan al lado del tiempo la plena demencia aquel vacío nunca cerró.
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L a s p u e r t as d e l u z Las puertas de luz se abren como dos vírgenes del alivio que reposan y sobran migas naranja sol luz delirio de masa mística corpórea que la mujer la mujer la mujer cuerpo de magia que va y da azul rojo pasión gato gitana nieve cristal camina camina camina encuentra la luz como el ángel que ríe y que reza al vientre mujer ojo labio mente mujer las olas la orilla la espuma l a m i t a d d e l o c é a n o a b r e sus puertas al pase mujer con el cetro de enigma ante el sol de colores y colores y colores bonito bonito horizonte lleno de tul lleno de oro diamante soplo divino que es la m u j e r al óleo se estampa se sabe pintada como dos puertas que se abren a la luz y la luz
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Ese puerco existe, breve antología poética
Jesús Lévano (Lima, 1992)
Poema no poema Yegua es la hembra del caballo y yegua es mi mujer impronunciable divina metalengua que pronuncio y no decoro y salto y pateo y relincho y ya no sigo sé que ella viene como un pasto dulce a perdonarme estas palabras. A. Mazzotti Aléjate de mí bestia impura Corrompida por anzuelos Vestida de verde y negro Aléjate de mí no quiero más problemas Estoy en el cuarto 301 no quiero ver el 99 Pero las drogas llaman y el ron despierta No quiero tirarme desde el abismo No quiero volar junto a mis dilemas Váyanse de mí Escóndanse en las plazas Viene el loco con piojos y un eterno lapicero Soy el monstruo que sueña Y no descansa Aléjate de mí Bestia pluriforme de mil cabezas Y mil cabellos Y mil peinados y de mil colores Aléjate de mí sombra que corrompe que gira y me mata en un segundo Soy el hombre fuerte que jamás ha sido vencido Soy la pausa que se muere cuando dices algo 23
Ese puerco existe, breve antología poética
Ya no hay nada más que hacer He caminado demasiado Mucho mucho Treintaitres cuadras desde Magdalena hasta la maldita Salaverry Treinta y tres cuadras desde Canevaro hasta la avenida Brasil Treinta y tres cuadras desde mi sonrisa hasta mi último aliento Y escribo sin vergüenza cubierto por mis drogas Verde espacio que desordena y sé que no es estético Y que me odiarás por esto Y que me odiarán por esto Sobre todo tú Pero ya no importa Aléjense de mí, malditos incendiarios Váyanse de mí, corrompido imperio Ya no escribo como antes y ese Jesús ha muerto Pero lo extraño, Lo extraño Lo amo Tanto como a ustedes Lo tomaste como broma cierto? Y también he escrito un extenso poemario Calzado vestido quemado exhortado No más, no quiero Llévatelo ahora que no quiero verlo Es azul, pequeño, solo quince poemas O dieciséis o dieciocho Ninguno es de amor (según tus definiciones, claro) Y lleva tu segundo nombre, Nombre sin nombre, Nombre de nadie el mío que sí existe Pero pocos lo saben Y odio que lo que escriba tenga ritmo Que se limite en un espacio Que el 2 de abril haya existido Detesto las rimas como a mí mismo 24
Ese puerco existe, breve antología poética
Pero así están Escritas con el mismo lapicero Escritas con el mismo ritmo Escritas con el mismo sabor extraño en el que se sumergen mis dedos Ya están llenos de mil olores y sabores y de polvo De silencio No quiero seguir avanzando Estas cosas son muy extrañas Peligrosas Peligrosísimas Escaparé de lima nuevamente entonces Para olvidar Para olvidarte lima y todo lo que llevas dentro Para arrepentirme Para recibir perdón de tres personas a las que he fallado Y para llorar diciendo que lo haría de nuevo Que estoy muerto y que me gusta estarlo Que apenas vivo y me desordeno Que por favor si leen esto jamás lo comenten Tengo una gran balsa sobre mi cuerpo Llena de delfines que nunca existen. Y si hablo del mar No, yo no quiero Ni mar, ni buques, ni fechas ni recuerdos He decidido ser libre y sé que no me hará feliz Pero así prefiero estarlo (o al menos eso creo) Poema ocho Carolina Poema once Sergio Poema trece Rosa Poema cinco Yaymmie Poemas no poemas que siempre están y nunca leen Como al mar que me odia tanto Y que me llama Y que me dicta Tengo la extrañeza de estar dormido y de soñar con ella 25
Ese puerco existe, breve antología poética
Tengo la extrañeza de estar despierto cuando menos lo esperaba Tengo la extrañeza de no decir nada cuando sí debo Tengo la extrañeza de callar De dormir De no mirar De confundir cada palabra y cada gesto y cada todo Y de envolverme en el silencio O de inventarme una sonrisa Ocho y treinta y nueve Creo que eso es todo Sólo espero que me llamen Que me escuchen Que perdonen Como esta sombra rota desemboca contra ustedes Como estas palabras que desde hace un mes iban dormidas Como todo este dilema que lamentablemente fui embarrando Como las miserias de mi voz Que ya quiero Se terminen.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Billy el náufrago (Lima, 1992)
Astrolabio Despierto incorporado a tus brazos escuchando el universo dormir sobre tu pecho. Mis manos, dos astros que recorren ¯como la lluvia¯ horizontales hacia abajo diagraman constelaciones dirigidas al corazón subterráneo de la vida HÚMEDO TIBIO ESTRECHO mis dedos navegan en el eclipse carnal de lo desesperado dejando nuestros cuerpos emerger en toda esta obscuridad, donde el mar y la noche se confunden creando nuestro abismo protector.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Amiga del caos Desciendo como un animal rendido ante la costa lunática de tu piel. Herido y perdido entre el océano de tus piernas. Mujer agita las polillas de mi ciudad muerta Mírame sube y baja en cada eclipse de mi espalda y muere como los niños salvajes aullando en cada noche negra / oBscura / muerta casi extinta.
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Carlos Enrique Rojas (Lima, 1992)
Poema para ser leído en el tramo SJL-SM de la linea 50 Dígale que, efectivamente, el invierno es tácito y la sombra mustia. Que los insectos hacen caravana bajo sus tacones para lamer el suelo de sus primaveras. Pasajeros de las nueve vienen sigilosos los poemas vacilando en los recodos de un triste asiento vacío. Que hay un fango misterioso que mana del asfalto y un solitario rezo en las intersecciones de las avenidas. Las muchachas se quedan en los espejos de las estanterías reemplazando a los maniquíes, y estos salen a poblar las calles. Muchedumbres se apilan en los buses, bañados de una alegría cansada. Enrique-meditabundo-junta los párpados, necesita veinte soles para ir al bulín, doblando aquella esquina.
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Behetría Caminaba, la pendiente se aproximaba a mis pasos huayco tornábase la tormenta serrana, adiós al celaje que envolvía la bóveda de Rita. He llegado, el río está sucio y hace mucho que no hay cañas aunque sea mayo; es cierto. Tengo casi dos palabras apoltronándose y deshaciéndose al borde de mis dientes, empujando el silencioso cigarrillo que perfora la imaginaria alma que disque suspira cuando no estás tú. Se ha deslizado la primera hoguera la sordera disimula el grito de las mujeres, los carajos estentóreos y achinados de los indios que viajan, rasgados los ojos, henchidos de cañazo de primera destilación. ¿Y los niños? ¿Dónde mierda están los niños? Habían huido colgados bajo los carneros en sus memorias de sangre polifémica; les habían dicho que las rocas eran cansados soldados, ellos imaginaron que la guerra había vuelto y que esta vez destruían apoteósicos apus estoicos. Amalgama: la ciudad de Lima se inunda neblinosamente mientras la vida nos ve de lejos con aguacero; indómitos pajarracos emulan andino lamento redentorio. Todos los jueves de este invierno tienen algo de lastimero hasta los 16 de abril (1930) salen algunos chicos bajo el puente Trujillo a quemar libros de ficciosa historia, hace una semana, el 15 de mayo, Madre de Dios nos abortó diciendo: “voy a la guerra por alegría”: y como una sarta de sátrapas se cagaron de risa.
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Ese puerco existe, breve antología poética
No conviene rechinar los dientes ni ladrar de lejos, el lamparín tiene ahora la luz blanca, nuestras venas traen un torrente ácido, papeles ondulatorios llenos de ruptura e inevitable destrucción surcan púrpura desazón, los niños que han sobrevivido lo están. Ha caído la noche, toda proyección no es más que un abismo, nosotros vamos a tientas obligando a que amanezca.
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Alonso Ruíz (Lima, 1993)
Apuesto Apuesto Sigues con las mismas insatisfacciones. Miras el acantilado y sientes todo tardes conexas en voces tuyas y mías, todas voces alterables. Apuesto de nuevo. Paras. Fantaseas. Hablas de astros, de tu vieja comiendo un durazno, del ayer donde te fuiste lívido de tus juguetes, de tus cuadernillos de todo lo caminado y nunca de tus deseos por los otros. Apuestas. Replicas: Porque la noche está postrada de blancos personajes que nada intuyen de ti de mí.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Hoy Atípico momento de mensaje de texto, llamada, prisa y resolución. Vestigio de la tarde en un cafetín. Ruma de palabras como copitos de azúcar, disimulada agitación total y tu mano removiendo mi café. Llevas el reclamo hasta en los ojos. Enfatizo o trato de enfatizar las ideas vagabundas de mi vida: Un pasado, un presente y un futuro. Un esfuerzo de ser gota, laguna o mar, el ánimo para ser palabra sobre papel, el deseo de responder cada pregunta que formulas. Y sin embargo, hoy no hay más que la tarde, tus ojos y mi corazón de caos vehicular.
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Anaximandro Sánchez (Ciudad de Jonia, Mileto, 610 a.C.)
Solo nosotros solo nosotros solo nosotros meamos en la ducha solo nosotros queremos pero hacemos lo contrario solo nosotros cambiamos las pastillas para dormir cada mes solo nosotros llamamos con un número desconocido y colgamos solo nosotros usamos medias con huecos y ropa interior vieja y suave solo nosotros nos metemos debajo de la sábana para saber a qué huele solo nosotros miramos el sol y queremos arrancarnos un dedo con los dientes solo nosotros sabemos lo que solo a nosotros nos ha pasado sin poder contarlo solo nosotros nos rascamos los genitales metiendo las manos en los bolsillos solo nosotros tenemos amigos que saben hacer páginas web y venden carros solo nosotros tenemos la clave de la existencia, la verdad y el buen ceviche solo nosotros somos dramáticos, suicidas, egoístas y muy sensibles solo nosotros usamos converse y masticamos con la boca abierta solo nosotros vamos a las tiendas los días de descuentos solo nosotros tenemos algo que nadie más tiene solo nosotros fumamos para ir al baño solo nosotros
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Ese puerco existe, breve antología poética
María Carolina Sanchez (Lima, 1993)
Se me congelan los putos pies Se me congelan los putos pies por el piso de la crudeza escucho poetas llenos de blasfemia ¿poetas? solo son gente resentida e inconforme con sus vidas como él, como tú y como yo... ¡mente positiva! dicen algunos conozco gente positiva yo conozco gente positiva ¡yo amo a una positiva! ¿Ella me ama? No lo sé y no me importa, aún si me amara... mi inconformidad no cambiaría.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Auroras Es otoño y el verano aún juega su partida en su pérdida, esperan la llegada de melodías pasadas melodías que producen resaca de un eco que atormenta chimeneas en cada persona van creando ilusiones de calor y un jocoso viento ha de llevárselos la dicha que teníamos, volverá volverá a abrazarnos por unos instantes y seremos afortunados del vivir ensordeceremos por risas de inocentes y bajo la lluvia mojaremos nuestros cuerpos y encenderemos auroras.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Estefany Yaringaño (Chosica, 1990)
Sudario de pecados nocturnos I Húndete de nuevo en la noche maldita, trenza los rayos de luz que cruzan por este balcón, múdate a algún lugar donde mis palabras no puedan alcanzarte. Amarra esas estrellas que siguen exhalando promesas tontas como cadenetas de octubre, quita de una vez tu rostro de mi pecho, desaparece el peso de tu cuerpo. Haz que la palabra amor en la oscuridad no signifique nada. Déjame desnuda, quiero recordar un instante sin tu piel entre la mía, sentir el silencio que palpita en los oídos y recordar que el mundo sigue siendo el mismo. Divisar unicornios que sonríen a la más leve de mis lágrimas. Tú sabes que nunca he sido una princesa, Que siempre he sido alguien que algunos quieren un viernes por la noche mientras calientan sus vientres sobándome las rodillas. Los bares van a crecer en mis ojos como los sueños espirales, van a ser la 1, las 2, las 3 am, y odiaré esa noche perdida y vomitaré sobre la mañana que ya llega mis ilusiones infantiles. III Te recuerdo Malek, semilla de esta frustración el de la estocada final. Recuerdo el vacío de tus gemidos, la lejana respuesta correcta, aferrada a tu fuerza, lamiendo tus besos fugaces esperando ser amada y entregándose el cielo que jamás conocí. Atenta a tu tibio y torpe corazón, miedosa a veces a tus caprichos y enteramente dispuesta a tus deseos. 39
Ese puerco existe, breve antolog铆a po茅tica
La que hurg贸 en tu boca esa palabra sin encontrarla en tu lengua. La que estrellaste en cada esquina de ese cuarto la que bendeciste en un extremo de la cama Esa que olvid贸 sus ovarios, su vientre, la que por poco se arranca los pechos y las piernas.
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Ese puerco existe, breve antología poética
Índice
No estoy aquí / 3 Crhistian Baphomet Parque Raimondi / 7 Jorge Castillo Song for Bob Dylan / 9 Kevin Castro Del por qué todos están locos menos yo / 13 Camila Coral Estampida de las bestias asustadas / 15 Kelly García Tributo a tu tiempo / 17 Sí pues, ya no me gustan tus ojos / 18 Jhonny García Una cita en el Leo´s / 19 Poema para Muriel / 20 Káterin Lázaro Todo es / 21 L a s p u e r t as d e l u z / 22 Jesús Lévano Poema no poema / 23 Billy el náufrago Astrolabio / 27 Amiga del caos / 28
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Ese puerco existe, breve antología poética
Carlos Enrique Rojas Poema para ser leído en el tramo SJL-SM de la linea 50 / 29 Behetría / 30 Alonso Ruíz Apuesto / 33 Hoy / 34 Anaximandro Sánchez Solo nosotros / 35 Carolina Sanchez Se me congelan los putos pies / 37 Auroras / 38 Estefany Yaringaño Sudario de pecados nocturnos / 39
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Ese puerco existe, breve antología poética. de C.A.C.A. Editores se terminó de imprimir en el mes de julio del 2012 en los talleres gráficos de la misma editorial.
una editorial comprometida y resentida