Nuestro ADN I y II

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Nuestro ADN

INTRODUCCIÓN La 1a Iglesia Presbiteriana de Valparaíso se está conformando cada vez más en una iglesia comprometida con su papel en el Reino de Dios. Nuestra visión es la de ―ser una comunidad bíblica reformada que

glorifica a Dios, hace discípulos, sirve al necesitado, proclama el evangelio de Jesucristo y enseña de manera relevante en la cultura actual, participando en la sociedad para su desarrollo‖. Ahora al crecer y madurar como iglesia hacemos frente a algunas preguntas: ¿Cuáles son los principios bíblicos que fundamentan nuestra forma de ser Iglesia? ¿Cómo podemos formar a los nuevos miembros que participan de esta comunidad en nuestra cosmovisión bíblica? ¿Cómo capacitamos a nuevos líderes en la visión que nos moviliza y nos motiva? Nuestra iglesia pretende ser una iglesia de contra-cultura, que esté formada por discípulos comprometidos con el Reino-iglesia, y no por sujetos sin compromiso. No vemos en nuestros desafíos como Iglesia sólo la necesidad expansionista de la fe, sino la preservación de sus contenidos principales. Todos aquellos que desean ser parte de nuestra comunidad deben saber que nosotros tenemos un ADN y queremos compartirlo. Este material, además, tiene como objetivo compartir en unidad lo que Dios ha estado haciendo con nosotros en nuestra comunidad. Nuestro trabajo de capacitación anual se concentra en talleres de líderes sobre Homilética, Liderazgo de Influencia, Liturgia, Hermenéutica, Pedagogía para Escuela Dominical, etc. Sin embargo, necesitamos establecer una cosmovisión que penetre más profundo que un método: debemos establecer sobre todo la visión teológica concreta de nuestra identidad como Iglesia. En resumen, Nuestro ADN. Este material está compuesto por una lección introductoria y 21 lecciones de estudio, divididas como se muestra a continuación: Introducción: Nuestro ADN 0: Nuestra Cosmovisión (1 Lección) LIBRO I: Nuestro ADN 1 al 5: Biblia – Compromiso (15 Lecciones) LIBRO II: Nuestro ADN 6 al 7: Compromiso – Liderazgo (6 Lecciones)

Este es el esfuerzo por impartir a los nuevos miembros y nuevos líderes, los conceptos teológicos básicos sobre los cuales se basa el ministerio de la 1a Iglesia Presbiteriana de Valparaíso. Y en este sentido, no es tan inclusivo y completo como un curso teológico formal, ni es tan "práctico" como un curso sobre técnicas. El curso pretende avanzar en los principios espirituales y la dinámica que determinan la dimensión y el modelo de nuestro ministerio en la ciudad de Valparaíso. Por último, deseamos agradecer la ayuda de pastores y estudiantes de teología que colaboraron con el proyecto ―Nuestro ADN‖ en la preparación de algunas lecciones: Sebastián Menay F. (Lección 3: El Pacto); Amós Cavalcanti F. (Lección 7: Discipulado y Señorío de Cristo); Carlos Israel Muñoz M. (Lección 11: Iglesia); Jonathan Muñoz V. (Lección 12: Identidad Presbiteriana y Reformada); Javier Allende J. (Lección 13: Derechos y Responsabilidades). Y muy especialmente a Luz A. Guerra L. por la revisión y diagramación de todo el material. Es nuestro deseo que este curso sirva para el fortalecimiento, edificación y crecimiento de nuestra Iglesia y otras iglesias que puedan hacer uso de este material. Caleb Fernández P.

Valparaíso, Abril 2009

Estructura de las lecciones 1. 2. 3. 4.

Titulo de Lección Concepto Clave Tesis Principal Desarrollo del Tema

5. 6. 7. 8.

Estudio Bíblico Confesión de Fe de Westminster Lecturas Diálogo

Presentación del Libro I: Nuevos miembros La introducción comienza con nuestra Cosmovisión, el punto de partida de toda nuestra propuesta bíblico-teológica. El Libro I, que usted tiene en sus manos, es un panorama sistemático de doctrinas bíblicas para los futuros ―nuevos miembros‖. El Libro II es un estudio sobre el tipo de Iglesia que queremos ser, dirigido a los ―nuevos líderes‖ que asumirán responsabilidades en nuestra comunidad.



Índice Libro I: Nuevos miembros 3

Nuestro ADN 0 DIOS Lección 0

¿Por dónde comenzamos? Concepto clave: NUESTRA COSMOVISIÓN

Nuestro ADN 1 BIBLIA - PACTO Lección 1 Lección 2 Lección 3

¿De qué estamos hablando? Concepto clave: LA BIBLIA

¿De quién estamos hablando? Concepto clave: LA TRINIDAD

¿Cuál es el gran proyecto de Dios? Concepto clave: EL PACTO

Nuestro ADN 2 PACTO - CRISTO Lección 4 Lección 5 Lección 6

¿Qué está mal en nosotros? Concepto clave: PECADO

¿Hay solución? Concepto clave: ELECCIÓN Y OBRA DE CRISTO

¿Vivir para siempre? Concepto clave: REGENERACIÓN Y VIDA ETERNA

Nuestro ADN 3 CRISTO - REINO Lección 7 Lección 8 Lección 9

¿Admirador o seguidor? Concepto clave: DISCIPULADO Y SEÑORÍO DE CRISTO

¿Cuál es la misión de Jesús? Concepto clave: EVANGELIO Y REINO DE DIOS

¿Dónde compartimos el Evangelio? Concepto clave: EL REINO DE DIOS EN LA CIUDAD

5 7 11

Nuestro ADN 4 REINO - IGLESIA Lección 10 Lección 11

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¿Y ahora que somos cristianos? Concepto clave: MEDIOS DE GRACIA

¿Por qué no puedo hacer esto solo? Concepto clave: IGLESIA

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Concepto clave: IDENTIDAD PRESBITERIANA Y REFORMADA

Nuestro ADN 5 IGLESIA - COMPROMISO 21 Lección 13 25

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¿Por qué nos congregamos en esta iglesia? Lección 12

27

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Lección 14 Lección 15

¿Y ahora que seremos miembros? Concepto clave: DERECHOS Y RESPONSABILIDADES

¿Por qué debemos diezmar? Concepto clave: EL COMPROMISO CON EL DIEZMO

¿Cuál es nuestro papel en la iglesia? Concepto clave: DONES Y MINISTERIOS

63 67 69 73 77

35 39 41 45 49

Nuestro ADN


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Lección 0

Nuestro ADN 0: COSMOVISIÓN

¿Por dónde comenzamos ? Concepto Clave:

Nuestra cosmovisi ón

Tesis Principal:

El teísmo cristiano representa la cosmovisión más completa y coherente dentro del universo de creencias y prácticas existentes.

Introducción La cultura en la que nacemos y crecemos nos impone una serie de valores y criterios mediante los cuales interpretamos los hechos y realidades que ocurren a nuestro alrededor. En cierto sentido, somos un producto de la sociedad en que vivimos, ya que ésta nos imprime determinados valores, creencias, una herencia cultural, un idioma, una religión, tradiciones particulares; en fin, un enfoque determinado de la vida. Toda esta influencia recibida nos equipa con experiencias, conocimientos, habilidades y actitudes que nos llevan finalmente a formar una ―cosmovisión personal‖ de la naturaleza, de Dios y de los fenómenos sociales que ocurren en el mundo.

¿Qué es una cosmovisión? Diferentes autores han dado definiciones sobre cosmovisión; sin embargo, utilizaremos una, no en detrimento de las otras sino en virtud de su claridad. Cosmovisión según James Sire es: ―un conjunto de presuposiciones (o premisas) que sostenemos (consciente o inconscientemente) acerca de la constitución básica de nuestro mundo‖. Las cosmovisiones funcionan en forma parecida a los anteojos: una cosmovisión debería proveer la ―receta‖ correcta para encontrarle sentido al mundo, de la misma forma que usar la receta correcta para tus ojos hace que las cosas se vean enfocadas.

Cada cosmovisión considera los siguientes asuntos básicos: la naturaleza y el carácter de Dios o realidad final, la naturaleza del universo, la naturaleza de la humanidad, lo que pasa después de la muerte, la base del conocimiento humano, la base de la ética y el significado de la historia. Las personas que están haciéndose preguntas relacionadas con las cosmovisiones suelen estar desesperadas y desorientadas. Una cosmovisión correcta nos provee la posibilidad de unificar nuestro pensamiento a nuestra vida; la posibilidad de encontrar esperanza y sentido para nuestra vida; la posibilidad de guiar nuestro pensamiento hacia la verdad; y la posibilidad de guiar nuestras actitudes a una mayor coherencia. Aún más, una cosmovisión adecuada nos ayuda a manejar una cultura cada vez más diversificada como aquella en la que vivimos: una cultura marcada por la crisis de las verdades absolutas, una sociedad de pequeñas verdades que subsisten sin incomodarse entre ellas. La importancia de tener una cosmovisión se deduce de la necesidad de estar más atentos para reconocer lo que ocurre a nuestro alrededor en lo cotidiano de lo que vemos y oímos diariamente. Por ejemplo, las películas, la televisión, la música, las revistas, los diarios, el gobierno, la educación, la ciencia, el arte y todos los otros aspectos de la cultura son afectados por las cosmovisiones. Si pasamos por alto su importancia, lo hacemos en detrimento de nosotros mismos.

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El teísmo cristiano El teísmo cristiano es una cosmovisión que responde a todos los temas planteados más arriba de manera coherente y exhaustiva, y algunos de estos puntos los abordaremos a lo largo de este material. 8

La cosmovisión teísta cristiana presenta a Dios como un ser infinito y personal (trino), trascendente e inmanente, omnisciente, soberano y bueno, que creó el cosmos ex nihilo (―de la nada‖) para operar con la uniformidad de causa y efecto en un sistema abierto (esto es: que puede ser reordenado). Los seres humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, y así poseen personalidad, autotrascendencia (pueden interactuar con el cosmos y modificarlo), inteligencia, moralidad, sentido gregario (de pertenencia), y creatividad. Y por ser creados a imagen de Dios, los seres humanos pueden conocer tanto el mundo a su alrededor como al propio Dios que los creó, porque Dios les concedió esa capacidad y asumió un papel activo en la comunicación con ellos. Por otro lado, los seres humanos fueron creados buenos, pero –por la caída– la imagen de Dios fue desfigurada, y el hombre entró en una desconexión con su creador que sólo pudo ser restaurada por la obra de Cristo. En relación a la muerte, el teísmo cristiano sostiene que es la puerta para la vida eterna con Dios y su pueblo, o la puerta para la separación eterna de la única cosa que completaría, en última instancia, las aspiraciones humanas. Como decía Pascal: ―Dios tiene el tamaño exacto del vacío que existe en el corazón del hombre‖. Nuestra cosmovisión sostiene también que la ética es trascendente o heterónoma (―otra ley‖), es decir, lo que nosotros identificamos como bueno o malo, no está basado en nuestro propio criterio o costumbres (ética autónoma); la ética está basada en el carácter de Dios como la máxima expresión del bien y la bondad. Por último, decimos que la historia es lineal; porque es una secuencia significativa de eventos que convergen para humanidad

el cumplimiento de los propósitos de Dios para la humanidad. No existe una historia cíclica, ni reencarnación, ni segundas oportunidades. El hombre construye su propia historia, la cual le traerá consecuencias que son parte del plan que Dios estableció para los seres humanos. El Teísmo Cristiano ha tenido una larga historia en la cultura occidental. Esto no significa que todos los individuos que han vivido en la cultura occidental hayan sido cristianos. Simplemente significa que esta cosmovisión fue dominante; fue la más influyente. Sin embargo, esto ya no es así. La cultura occidental ha experimentado una transición hacia lo que se denomina Naturalismo. Para esa cosmovisión Dios es irrelevante. El progreso y la evolución son inevitables. El hombre es autónomo, centrado en sí mismo, y se salvará a sí mismo. La educación es la guía para la vida; la inteligencia y la libertad garantizan todo el potencial humano. La ciencia es el proveedor último tanto del conocimiento como de la moral. Pero si pensábamos que al identificar el naturalismo estamos a salvo, prestemos atención a lo que sucede actualmente: Después de la Segunda Guerra Mundial el ―Postmodernismo‖ comenzó a reemplazar la confianza del Naturalismo. Con él, llegó la conclusión de que no existía la verdad en ningún sentido real. Ella se presenta inoportunamente como una anti-cosmovisión, que infectará la cultura.

Conclusión La advertencia del Apóstol Pablo a los Colosenses se presenta como un desafío contemporáneo a la luz de nuestra realidad: ―Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo‖ (Colosenses 2:8). Que Dios nos ayude a incorporar una visión de lo divino, del ser humano y del mundo de acuerdo a Su Palabra, para encontrar sentido para nuestras vidas y guiar a otros en este conocimiento.


Estudio Bíblico Texto: Colosenses 2:1-10  ¿Cuál es el objetivo que nos presenta el Apóstol Pablo a todos los creyentes en Cristo? (v.2)

_______________________________________________________________________________________  ¿Es posible que alguien contenga en sí mismo la sabiduría y el conocimiento? (v.3)

_______________________________________________________________________________________  Conocer a Dios presupone recibir a Jesús. ¿Este conocimiento nos desafía a un nuevo estilo de vida? (v.6)

_______________________________________________________________________________________  ¿Cómo podemos ―andar en Jesús‖ de acuerdo al versículo 7?

_______________________________________________________________________________________  ¿Quién es el que determina nuestra forma de pensar? (v.8)

_______________________________________________________________________________________  ¿Por qué Cristo es fuente de todo conocimiento de Dios? (v.9)

_______________________________________________________________________________________  ¿Puede nuestra vida tener sentido, esperanza, coherencia, en una relación con Cristo? ¿Por qué? (v.10)

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Confesión de fe Capítulo II – Art. II – Dios posee en sí mismo y por sí mismo toda vida, gloria, bondad y bienaventuranza; es suficiente en todo, en sí mismo y respecto a sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que Él ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas, teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad. Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; su conocimiento es infinito, infalible e independiente de toda criatura, de modo que para Él no hay ninguna cosa contingente o incierta. Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras y en todos sus mandatos. A Él son debidos todo culto, adoración, servicio y obediencia que tenga a bien exigir de los ángeles, de los hombres y de toda criatura.

Lecturas El problema básico de la mayoría de los padres preocupados

preocupados y líderes comunitarios en nuestra cultura es que solamente han visto las cosas en pequeños trozos en lugar de ver la totalidad (…) El resultado es una especie de enfoque azaroso e inseguro para tratar con los nefastos problemas de nuestra sociedad. Muy gradualmente se han mostrado inquietos por la permisividad, la pornografía, las escuelas públicas, el colapso de la familia y finalmente el aborto. Pero no han visto esto como una totalidad –siendo cada cosa una parte, un síntoma, de un problema mucho mayor (…) No vieron que todo esto se ha producido debido a un cambio de cosmovisión –es decir, debido a un cambio fundamental en la manera global en que la gente razona una visión del mundo y la vida como un todo. – Francis Schaeffer. Una cosmovisión es un mapa de la realidad; y, como cualquier mapa, puede concordar con lo que en realidad está allí, o puede ser totalmente engañoso. El mapa no es el mundo en sí, claro está, sino solamente una imagen de él, más o menos preciso en un punto, distorsionado en otros. Aún así, todos llevamos por todas partes tal mapa en nuestra conformación mental y actuamos con base en él. Todo nuestro pensamiento lo presupone. La mayor parte de nuestra experiencia se ajusta a él. – James Sire.

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Diálogo  ¿Qué es una cosmovisión?  ¿Todos tienen una cosmovisión? ¿Por qué?  ¿Qué papel juega el concepto de Dios –realidad final– en una cosmovisión?  ¿Por qué decimos que el teísmo cristiano responde a todas las interrogantes de la vida? 10

 ¿Cuál es la relación entre ética y cosmovisión?  ¿Cuál ha sido históricamente la relación entre teísmo cristiano y cultura occidental? ¿Qué pasa hoy al respecto?



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Lección 1

Nuestro ADN 1: BIBLIA - PACTO

¿De qué estamos hablando? Concepto Clave: LA BIBLIA

Tesis Principal:

Las Sagradas Escrituras son la auto-revelación de Dios y enseñan todo lo que el hombre debe creer respecto a Dios, sus promesas para su vida, la salvación y los deberes necesarios para vivir una vida completa delante de Él y de los hombres.

Inspiración La Biblia es una colección de libros que el mismo Dios mandó a escribir. Él escogió a un grupo de hombres para realizar esta importante tarea, todos con una característica particular: ―santos hombres de Dios que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo‖ (2ª Pedro 1:21). Podemos definir la inspiración como la influencia sobrenatural del Espíritu de Dios sobre los hombres separados por Él mismo, a fin de que registraran de forma inerrante y suficiente toda la voluntad de Dios. Esta inspiración fue plenamente inspirada por Dios (2 Ti. 3:16) de Génesis a Apocalipsis. Todo lo que fue registrado, lo fue por la voluntad de Dios (2 Ti. 3:16; 2 Pe. 1:20, 21). Dios no anuló la personalidad de los escritores, y es por eso que Dios inspiró dinámicamente Su Palabra usando las experiencias, investigaciones, aptitudes y estilo de sus autores (2 Pe. 3:15, 16). Dios verbalmente se reveló a través de palabras y todas las palabras de los escritores originales son Palabra de Dios (2 S. 23:2; Jer. 1:9; Mt. 5:18; 1 Co. 2:13). Asimismo, Dios sobrenaturalmente produce efectos, mediante la acción del Espíritu Santo, en todos aquellos que creen en Cristo, haciéndolos Sus hijos (Jn. 17:17; Ro. 10:17; Col. 1:3-6; 1 Pe. 1:23). Por todo esto, la Biblia es el registro infalible de la Palabra de Dios y cuando leemos la Biblia, es como si estuviésemos oyendo las palabras de la boca del mismo Dios.

Necesidad Es posible creer en Dios sin necesidad de creer en la Biblia. Sin embargo, no se puede prescindir de ella. El ser humano no puede disculparse afirmando que no obedeció a Dios por no conocer la Biblia, pues la Creación misma anuncia que tiene un Creador y sustentador (Sal. 19:1; Ro. 1:20). Sin embargo, la revelación de la naturaleza es incompleta, porque no nos enseña respecto a la voluntad de Dios para nuestra vida. Por eso tenemos necesidad de las Escrituras. La Palabra de Dios nos muestra lo que Dios quiere para cada uno de nosotros.

Composición La Biblia es una biblioteca formada por libros de diferentes autores. La comunidad judía, en el tiempo de Cristo, reconocía solamente los conocidos 39 libros del Antiguo Testamento. Desde su inicio la iglesia cristiana adoptó el mismo padrón, e incorporó las experiencias y revelaciones de Jesucristo (los Evangelios), más los libros que fueron escritos en la primera época de la Iglesia Cristiana por los apóstoles. Así, nos dieron los 27 libros del Nuevo Testamento y cerraron, de este modo, la revelación divina. La única Biblia que históricamente se reconoce como verdadera es la que contiene 66 libros. Los libros apócrifos (no reconocidos como inspirados) fueron

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fueron traducidos al griego junto con el Antiguo Testamento en el siglo II a.C. Pero ya en aquella época no eran reconocidos como Sagrada Escritura; de hecho, no hacían parte de la Biblia que Jesús usó. En el s. IV d.C. Jerónimo tradujo las Escrituras al latín. Él sabía que esos libros no eran parte de la Escritura pero los tradujo de todas formas y los dejó en la colección –como explicó en la introducción de su trabajo– por respeto a la antigüedad y valor histórico de ellos. Cuando ocurrió la reforma protestante en el s. XVI los reformadores denunciaron la presencia indebida de aquellos libros en la colección sagrada y publicaron traducciones de las Escrituras que contenían, obviamente, sólo los 66 libros inspirados. Pero la Iglesia Católica Romana reaccionó en el Concilio de Trento (1546) incluyendo oficialmente los apócrifos entre los libros canónicos.

Autoridad Cualquier estudio acerca de Dios (Teología) es una reflexión interpretativa y sistematizada de la Palabra de Dios. Por lo tanto, será un estudio verdadero al mismo nivel de su fidelidad a las Escrituras. En este sentido, sin las Escrituras no podemos tener un conocimiento correcto y salvador de Jesucristo (Jn. 5.39; Ro. 10.17); ellas nos llevan a confiar en Él como Salvador de nuestras vidas. Despreciar las Escrituras es un acto de ingratitud para el Dios sabio, amoroso y soberano que nos dio Su Palabra para guiarnos en comunión con Él. En las Escrituras tenemos todo lo que es necesario para nuestra vida en todas sus dimensiones, por lo que afirmamos que ellas son suficientes; los principios bíblicos abarcan toda nuestra existencia.

Estudio Bíblico Texto: Lucas 24:13-32  ¿Qué tipo de relación se establece entre el Nuevo y el Antiguo Testamento en los versículos 25 y 26?

_______________________________________________________________________________________  ¿Qué dijo Cristo acerca del Antiguo Testamento? ¿Cómo utilizó las Escrituras según el versículo 27?

_______________________________________________________________________________________  ¿Qué tipo de experiencia espiritual sintieron los discípulos en el versículo 32 en relación a las Escrituras?

_______________________________________________________________________________________  ¿En qué sentido este texto nos conduce a conocer a Cristo como nuestro Salvador?

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Confesión de fe Capítulo I – Art. IV, VI, IX – La autoridad de las Santas

Escrituras, por la que ellas deben ser creídas y obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino exclusivamente del testimonio de Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas, porque son la Palabra de Dios… El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está expresamente expuesto

expuesto en las Escrituras, o se puede deducir de ellas por buena y necesaria consecuencia, y, a esta revelación de su voluntad, nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los hombres… La regla infalible para interpretar la Biblia, es la Biblia misma, y por tanto, cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera (cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se debe buscar y establecer por otros pasajes que hablen con más claridad del asunto.


Lecturas He leído en Platón y Cicerón declaraciones que son muy sabias y muy hermosas; pero jamás he leído de ninguno de ellos ―Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados…‖ – Agustín de Hipona. La Biblia es autoritativa en todo de lo cual habla. Y habla de todo. – Cornelius Van Til. Las Sagradas Escrituras nos dicen lo que nunca podríamos aprender de ninguna otra manera; ellas nos dicen lo que somos, quiénes somos, cómo llegamos aquí, por qué estamos aquí, y lo que se nos pide hacer mientras permanezcamos aquí. – A.W.Tozer. Pablo describe a la Escritura como ―inspirada‖ (2ª Timoteo 3:15-17) lo cual significa que es totalmente proveniente del ―aliento de Dios‖ –producto el Espíritu de Dios (aliento). Verdad en la Biblia significa estabilidad, confiabilidad, firmeza, digna de confianza, la calidad de una persona que es enteramente autoconsistente, sincera, real, sin engaño. Dios es ese tipo de persona: verdad, en este sentido, es naturaleza y no hay nada más que buscar. Es por esto que Él no puede mentir (Tito 1:2; Números 23:19; 1º Samuel 15:29; Hebreos 6:18). Debido a esto, sus palabras son verdad para nosotros, y no puede haber otra tan cierta. Ellas son el índice de la realidad: ellas nos muestran las cosas como realmente son. – J. I. Packer.

Todo lector de la Biblia debería aprender los principios básicos para poder interpretarla. Primero, buscamos el significado original del texto, recordando siempre que el simple y obvio significado del mismo en algunas ocasiones es figurativo. En nuestra lectura debemos llevar de regreso nuestros pensamientos hacia la mente de los autores. Las preguntas clave se basan en lo que ellos mismos intentaron decir a sus contemporáneos. Es por ello que necesitamos conocer algo acerca del contexto histórico y cultural de la Biblia. En segundo lugar, nosotros buscamos el significado general. Esto es, debemos interpretar cada texto a la luz de su inmediato contexto en el libro involucrado, así como de su total contexto respecto al total de la Biblia. Estaremos en lo correcto al buscar armonía al permitir que las Escrituras interpreten las Escrituras. – John Stott. 10 razones de por qué estoy agradecido por la Biblia inspirada por Dios: 1. Aviva la fe, fuente de toda obediencia (Ro.10:17). 2. Libera del pecado (Juan 8:32). 3. Libera de Satanás (2ª Timoteo 2:24-26). 4. Santifica (Juan 17:17). 5. Libera de la corrupción y fortalece a la santidad (2ª Pedro 1:3-4). 6. Brinda amor (1ª Timoteo 1:5). 7. Salva (2ª Tesalonicenses 2:10). 8. Imparte alegría (Juan 15:11). 9. Revela al Señor (1º Samuel 3:21). 10. Por lo tanto, La Biblia es el fundamento de mi hogar y familia feliz. De mi ministerio y esperanza de eternidad con Dios. – John Piper.

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Diálogo  ¿Qué razones tenemos para creer en la Biblia como nuestra única regla de fe y práctica?  ¿Podemos creer en Dios sin necesidad de creer en la Biblia? ¿Qué implicaciones trae eso para nuestras vidas?  ¿Dios puede hablar hoy al hombre mediante ―profecías, visiones y sueños‖? 16

 ¿La Biblia aborda temas como la crianza de un hijo, la relación de pareja, y las diversas situaciones familiares?  ¿Cómo puede la Biblia cambiar el pensamiento de nuestra cultura y transformar nuestra sociedad?


Lección 2

Nuestro ADN 1: BIBLIA - PACTO

¿De Quién Estamos hablando? Concepto Clave: LA TR I N I DAD

Tesis Principal:

La Biblia enseña que hay un solo Dios vivo y verdadero, que subsiste como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Introducción La palabra ―Trinidad‖ no se encuentra en la Biblia, pero la enseñanza es muy clara (Mt. 28:19; 2 Co. 13:13). Su significado según el diccionario es la ―unión de tres personas en una Deidad, de tal manera que los tres son un Dios en cuanto a sustancia, pero tres personas en cuanto a individualidad‖. No se trata de tres aspectos de una persona ni de tres dioses: la Trinidad es una unidad compuesta de tres personas. Cuando la Biblia habla de que hay un solo Dios (1 Ti. 2:5), no hay contradicción con la Trinidad. Dios es uno en el sentido compuesto. Reconocemos que la doctrina de la Trinidad es difícil de entender, sin embargo, los cristianos podemos creer y aceptarlo porque la Biblia lo enseña. Existen muchos grupos religiosos que niegan la verdad de la Trinidad, tales como los Testigos de Jehová, los Mormones, etc. Además de dañar la enseñanza explícita de las Sagradas Escrituras, la negación de la Trinidad destruye el plan de salvación. Si Dios no fuese tripersonal, no habría un Salvador, ni un Espíritu Santo para comunicar los propósitos de Dios.

plan de salvación. El Hijo es el Mediador. El Padre ejecuta sus planes por la mediación del Hijo. Fue el Hijo quien efectuó la redención del pecador. El Espíritu Santo es el vivificador de las obras del Hijo, aplicando la redención en el hombre. Sin esa vivificación, la redención quedaría sin aplicación y sería totalmente ineficaz. Así, entendemos cada persona de la Trinidad y cuán necesarios son. Hay un solo Dios, vivo y verdadero, que subsiste en tres personas, iguales en poder y gloria.

Cada persona de la Trinidad es Dios. En Romanos 1:7 el Padre es llamado Dios; en Hebreos 1:8 el Hijo es presentado como Dios; en Hechos 5:3-4 el Espíritu Santo se identifica como Dios. Por lo tanto, son iguales en naturaleza y sustancia. Sin embargo, ellos son diferentes entre sí. El Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Espíritu Santo, ni el Espíritu Santo es el Padre.

PADRE

NO ES

NO ES ES

DIOS

Características En este sentido, cada una de las personas de la Trinidad tiene su papel específico. El Padre revela el carácter paternal de Dios. Él es el origen de todas las cosas, como vimos en el cosas

ES

HIJO

ES

NO ES

ESPÍRITU SANTO

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Importancia

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La doctrina de la Trinidad es importante porque sin ella no hay encarnación; sin la encarnación del Hijo, la muerte en la cruz se vuelve sólo una representación teatral sin significado para nosotros. Si fuese sólo un hombre el que murió en la cruz en vez de nosotros y en nuestro favor, todavía estaríamos muertos en nuestros pecados. Si no damos la debida importancia a esta doctrina, nuestras culpas continuarían con nosotros, porque un simple hombre no puede llevar la culpa de otros hombres; el objeto de nuestra fe, Jesucristo, sería sólo un hombre, nada más. Solamente la doctrina de la Trinidad es la que hace que veamos en Cristo el Verbo encarnado.

Atributos Cada miembro de la Trinidad posee los atributos que solamente pueden pertenecer a Dios: A. Santo: Solamente Dios puede ser santo, es decir, completamente separado del pecado y positivamente puro y perfecto. 1. Dios el Padre es santo (Mt. 5:48). 2. Dios el Hijo es santo (1 Jn. 3:5; He. 7:26). 3. Dios el Espíritu es santo. Muchas veces se le llama Espíritu Santo en la Biblia (Mt. 1:18; 3:11; 28:19). B. Eterno: Solamente Dios es eterno. Quiere decir que no tuvo principio, ni tendrá fin. 1. Dios el Padre es eterno (Gn. 21:33). 2. Dios el Hijo es eterno (Mi. 5:2; Jn. 1:1; Col. 1:17). Jesucristo es Hijo de Dios Padre desde la eternidad. 3. Dios el Espíritu es eterno (He. 9:14). C. Omnipotente: Solamente Dios puede tener todo el poder. 1. Dios el Padre es todopoderoso (Éx. 6:2-3). 2. Dios el Hijo es todopoderoso (Mt. 28:18; He. 1:13). 3. Dios el Espíritu es todopoderoso (Lc. 1:35). El poder del Altísimo es el poder del Espíritu Santo.

D. Omnipresente: Significa que está presente en todas partes al mismo tiempo. 1. Dios el Padre es omnipresente (Jer. 23:24). 2. Dios el Hijo es omnipresente (Jn. 3:13 – Aun cuando Cristo corporalmente estaba en la tierra, estaba también en el cielo; Mt. 18:20; Col. 1:27). 3. Dios el Espíritu es omnipresente (Sal. 139:7-12). E. Omnisciente: Quiere decir que sabe todo, del pasado, del presente, y del futuro. 1. Dios el Padre es omnisciente (Sal. 139:1-6). 2. Dios el Hijo es omnisciente (Jn. 2:24-25; Col. 2:23). 3. Dios el Espíritu es omnisciente (1 Co. 2:10-11; Jn. 14:26; 16:12-13). Vemos que el Espíritu conoce las cosas de Dios y puede enseñar todas las cosas. Cada miembro de la Trinidad ejecuta las obras que solamente pueden pertenecer a Dios. A. La Creación: Solamente Dios puede crear. 1. Dios el Padre es creador (Gn. 1:1; 2:4). 2. Dios el Hijo es creador (Jn. 1:1-3; He. 1:1-2). 3. Dios el Espíritu es creador (Gn. 1:2; Job 33:4; Sal. 104:30). B. La Salvación: Solamente Dios puede salvar. 1. Dios el Padre amó al mundo y envió al Salvador (Jn. 3:16; 1 Jn. 4:14; Ti. 3:3-6). 2. Dios el Hijo es el Salvador. Pagó el precio de la salvación con su sacrificio en la cruz. La Biblia está llena de versículos acerca de su sacrificio (Tit. 3:3-6). 3. Dios el Espíritu regenera a los que creen en Cristo (Jn. 3:3-5; Tit. 3:3-6). En resumen, el Padre llama a los que serán salvos, el Hijo realiza en ellos la obra de redención y el Espíritu Santo los regenera y sella para que crean eternamente en Él. Y la unidad es tal que, cuando una de las personas divinas actúa específicamente, las otras dos están igualmente presentes en aquella acción (Jn. 14.4-11; 2 Co. 5:18,19).


Estudio Bíblico Texto: Efesios 1:3-14  ¿En quién se basa la ejecución de las diversas obras de Dios? ¿Cuál es la idea que se repite en los versículos 3, 4, 5 y 7?

_______________________________________________________________________________________  El versículo 7 nos menciona que en Cristo tenemos ―el perdón de pecados‖. ¿Qué tipo de deuda tenemos con Dios? (ver Ro. 19

3:23; 6:23).

_______________________________________________________________________________________  ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en la salvación, según los versículos 13 y 14?

_______________________________________________________________________________________  ¿Por qué esta experiencia es tan importante según lo que dice el mismo autor de Efesios en Romanos 8:9?

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Confesión de fe Capítulo II – Art. I, III – No hay sino un solo Dios, el único viviente y verdadero, quien es infinito en su ser y perfecciones; espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones; inmutable, inmenso, eterno, incomprensible, todopoderoso, sabio, santo, libre, absoluto, que hace todas las cosas según el consejo de su propia voluntad, que es inmutable y justísima y para su propia gloria. También Dios es amoroso, benigno y misericordioso, paciente, abundante en bondad y verdad, perdonando toda iniquidad, transgresión y pecado, galardonador de todos los que le buscan con diligencia, y sobre todo muy justo y terrible en sus juicios, que odia todo pecado y que de ninguna manera dará por inocente al culpable… En la unidad de la Divinidad hay tres personas de una sustancia, poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es eternamente engendrado del Padre, y el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo.

Lecturas Un ser que es tres Personas mientras sigue siendo un Ser, del mismo modo que un cubo es seis cuadrados mientras sigue siendo un cubo; por supuesto, nosotros no podemos concebir un ser así del mismo modo que si sólo pudiéramos percibir dos dimensiones del espacio nunca podríamos imaginar adecuadamente un cubo. – C.S.Lewis. Los ―atributos‖ de Dios son las propiedades de su esencia divina, y por lo tanto comunes a cada una de las tres personas... Las ―propiedades‖ de cada divina persona, por la otra parte, son aquellos modos peculiares de subsistencia personal, y aquel orden particular de operación que distingue la una de la otra y determina la relación de cada una con las otras. Esto se nos expresa principalmente por los nombres personales con que ellas se nos revelan. – A. A. Hodge. La unidad y la diversidad no pueden existir antes de Dios ni subsistir después de Él, porque por mucho que se retroceda siempre se halla a Dios. Pero con la doctrina de la Trinidad


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Trinidad, la unidad y la diversidad son Dios mismo: tres personas, aunque un solo Dios. Pensemos en el Credo Niceno: tres personas, un Dios. Alegrémonos de que escogieran la palabra ―persona‖. Independientemente de si se dan cuenta o no de ello, esto fue la catapulta que lanzó al Credo Niceno a nuestro siglo y sus discusiones: tres personas en existencia, amándose unas a otras, en comunicación unas con otras, antes de que todo lo demás existiese. Si esto no hubiera sido así, hubiésemos tenido

tenido un Dios que necesitaría crear para amar y comunicarse. En tal caso Dios necesitaría al universo tanto como el universo necesitaría de Dios. Pero Dios no necesitaba crear, Dios no necesitaba al universo como el universo lo necesita a Él. ¿Por qué? Porque tenemos una completa y verdadera Trinidad. Las personas de la Trinidad se comunicaban entre sí, y se amaban unas a otras, antes de la creación del mundo. – Francis Schaeffer.

Diálogo  ¿Por qué decimos que la unidad de la Trinidad es indivisible?  Si hay un Dios, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son este Dios, ¿qué relaciones sostienen ellos para nuestro beneficio?  ¿Por qué decimos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son personas distintas?  ¿Por qué es imprescindible para nuestra fe creer en la deidad de Cristo?  ¿Por qué Dios no nos necesitaba a nosotros para poder amar y comunicarse?


Lección 3

Nuestro ADN 1: BIBLIA - PACTO

¿Cuál ES EL PROYECTO DE DIOS? Concepto Clave:

EL PACTO

Tesis Principal: Dios ha realizado un Pacto de Gracia con su Pueblo, llamando a sus escogidos a ser parte de la iglesia como un pueblo especial, dándole la señal, los beneficios y las obligaciones de ser parte de esta relación especial.

Partamos por el principio Lo primero que debemos dejar claro es que Dios es soberano, esto es, que Dios es el que gobierna con su poder y autoridad toda la creación. Puede parecer muy evidente esta afirmación, pero pareciera que cuando se trata de nuestra relación con Dios se nos olvida que, por cuanto Él es nuestro creador, puede hacer con nosotros como a Él le place. La buena noticia es que Él tiene un maravilloso plan para la vida de sus escogidos. Nadie puede frustrar ni detener sus propósitos. Su propia Palabra lo declara explícitamente: ―En el ejército del cielo, y

en los habitantes de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe su mano‖ (Dn. 4:35). Por lo tanto, no se trata de una voluntad soberana, sino de un poder soberano que actúa junto con aquella, haciendo que Dios haga siempre su voluntad en todas las cosas.

¿Qué es el Pacto? Los hombres realizan muchas alianzas o pactos a lo largo de su vida, cada uno de ellos representando algún compromiso y trayendo como consecuencia beneficios y responsabilidades. Como ejemplos tenemos la unión matrimonial, los contratos de trabajo, etc. La Escritura nos muestra que Dios se relaciona con la humanidad y con la creación en general, por medio de pactos. Siendo el más importante, pues incluye a todos los demás

demás ―pequeños pactos‖, el ―Pacto de Gracia‖. Éste consiste en una relación entre Dios y el hombre, donde – básicamente– Dios ha prometido ser el Dios de un pueblo y este pueblo ha entrado a una relación de ―hijos de Dios‖. Este ―contrato‖ es hecho entre Dios y aquellos que Él ha escogido y convocado para ser ―sacado de las tinieblas, y traído a ser un pueblo especial‖ (Véase 1ª Pedro 2:9-10). Entenderemos mejor este Pacto cuando conozcamos las demás partes que lo componen, además de los escogidos y Dios.

El Mediador Dios siempre se ha relacionado con su creación y con los hombres, a través de mediadores (Adán, los sacerdotes, los profetas, los reyes, etc.). Todos estos ―mediadores‖ sólo fueron tipos o prefiguraciones del Único Mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo (1ª Timoteo 2:5). Dios había colocado a Adán como mediador entre Él y el resto de la humanidad. Hizo con él un pacto donde le exigió obediencia (Gn. 2:16-17), pero Adán falló por sus obras malas y con él fallamos todos nosotros, entrando el pecado, la muerte y el castigo (Ro. 5:12). Sin embargo, Dios, en su infinita sabiduría y bondad, hizo un nuevo pacto donde el Mediador fuera perfecto y cumpliera sus exigencias de santidad y justicia. Este Mediador es Cristo, quien cumplió todas las exigencias de Dios y santificó así a todos los que Dios

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Dios quiere unir, en el Pacto, para ser parte de Su pueblo. Esto lo hizo por medio de su muerte, cumpliendo así con la pena que nosotros merecíamos, trayéndonos a una nueva y gloriosa vida.

La Señal 22

Abordaremos brevemente este aspecto, pues será desarrollado más adelante en los ―Medios de Gracia‖. En el Antiguo Testamento, desde Abraham y hasta Cristo, la señal de pertenencia al pueblo del Pacto era la circuncisión (Gn. 17:9-11), pero desde Cristo esta señal de pertenencia pasó a ser el bautismo (Mt. 28:18-20). Los dos representan básicamente lo mismo: son una señal de que se es parte del pueblo de Dios, de que entramos a una relación con Dios, y pasamos a tener obligaciones y beneficios derivados de esta relación.

Las Obligaciones Queremos ser enfáticos al decir que cuando hablamos de obligaciones en la relación de pacto, no nos referimos a salvación por obras o algo por el estilo. Nuestra salvación de principio a fin es obra absoluta y completa de parte de Dios. Sin embargo, de este Pacto de Gracia nacen obligaciones, siendo la primera de ellas la fe. Es por la fe en Cristo que entramos en una relación de medio

pacto con Dios, la cual es confirmada y exteriorizada por medio del bautismo. Antes de la Caída el requisito para alcanzar la vida era la obediencia, pero una vez que el hombre cayó, Dios estableció que la salvación es por gracia, por medio de la fe en Cristo como Señor y Salvador (Ef. 2:810). De ese mismo texto se deriva que nuestra segunda obligación es andar en obediencia a Dios, guardando sus mandamientos, buscando en todo glorificarle. También tenemos la obligación de formar familias de que se unan al Pacto por medio del bautismo, y que sean confirmados en él creciendo en la fe por todos los medios por Dios dispuestos.

Las Bendiciones Hay muchas bendiciones que se derivan de la unión de pacto con Dios, siendo la primera ser llamados hijos de Dios, el perdón de todos nuestros pecados, además de recibir los sacramentos, las Escrituras, la oración como medio de comunicación con Dios, etc. Tenemos beneficios temporales como ser sostenidos por Dios, guardados por Él, provistos de todo lo necesario y tener una familia que es establecida como una familia del Pacto (Hechos 2:38-39). En resumen, una vida abundante. Entre los beneficios eternos están Vida Eterna, la glorificación de nuestros cuerpos, la comunión perfecta con Dios y la santidad plena.

Estudio Bíblico Texto: Génesis 17:1-8  ¿Quién toma la iniciativa de establecer este Pacto? (Gn. 17:1 y 7) __________________________________________  ¿Con quiénes será hecho este Pacto? (v. 7) ¿Cuál es la parte de Dios en el pacto?     

________________________________________________________________________________________ ¿Qué promete Dios hacer? ¿Cuándo cesará este Pacto? ________________________________________________ ¿Cómo fue justificado (incluido en el Pacto) Abraham? (Ro.4:8-13) _________________________________________ ¿Qué función cumplió la circuncisión en esto? ________________________________________________________ ¿Padre de quiénes es Abraham? ________________________________________________________________ ¿Qué significa esto respecto a qué tipos de personas incluye Dios en Su Pacto?

________________________________________________________________________________________ __


Confesión de Fe Capítulo VII, Art. II y III – El primer pacto hecho con el hombre fue un pacto de obras, en el que se prometía la vida a Adán, y en éste a su posteridad bajo la condición de una obediencia personal perfecta.

El hombre por su caída, se hizo indigno de la vida por aquel pacto, por lo cual plugo a Dios hacer un pacto nuevo llamado ―de gracia‖, según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Cristo, exigiéndoles la fe en éste para que puedan ser salvados, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida, dándoles así voluntad y capacidad para creer.

Lecturas A la ―manada pequeña‖ (Lc. 12:32) le ha sido dada una posición incondicional e inmutable en el pacto de Dios, en sus consejos y en su Hijo; su bendición depende de lo que Cristo hizo por ellos. ―El fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: conoce el Señor a los que son suyos‖ (2 Ti. 2:19). – Arthur Pink. Los adultos pueden ser parte de este pacto considerado como un convenio legal solamente por la fe. Pero al ejercer su fe y entrar en él, ganan asimismo entrada a la comunión de vida. Es decir que por la fe e inmediatamente entran en la vida plena de este pacto. Los hijos de creyentes, en cambio, entran en este pacto como un convenio legal al nacer. Sin embargo esto no significa que al mismo tiempo entran en la comunión de la vida, ni garantiza el que algún día entrarán en él. Las promesas de Dios nos dan cierta seguridad de que la vida del pacto se manifestará en ellos, y seguridad

mientras no demuestren lo contrario, podemos asumir que ya poseen esta nueva vida. De todos modos, es necesario que de mayores acepten las responsabilidades del pacto en forma voluntaria y que hagan una verdadera confesión de su fe. Faltos de esto serán considerados como quebrantadores del pacto. – Louis Berkhof. Así es como llegué a ser un pecador malvado, culpable y corrompido, en el jardín de Edén. No estuve allí, pero mi representante obró en mi lugar. Estoy involucrado no simplemente debido a la solidaridad fisiológica de la especie humana sino especialmente a causa del principio representativo. Repudié, sin embargo, a mi representante, por el cual fui constituido pecador culpable y corrompido; morí por mis pecados en la cruz del Calvario en el 30 d.C. No estuve allí, pero mi representante estuvo por mí. He decidido aceptarlo a Él como mi representante, mi cabeza del pacto, el que llevó mis pecados como mi sustituto. He ido a Él, por decirlo así, «fuera del campamento» (Hb. 13.12,13). – Oliver Buswell. El concepto de la Iglesia como la ―congregación de los creyentes‖ podría llevar a la idea de que incluye solamente a los creyentes, sin sus hijos. Esto, sin embargo, no es la enseñanza del calvinismo; su enseñanza sobre el bautismo de infantes demuestra lo contrario. Los creyentes que se unen no dañan por eso los lazos naturales que les unen con sus descendientes. Al contrario, ellos consagran este lazo, y por el bautismo incorporan a sus hijos en la comunión de su iglesia, y estos menores son mantenidos en la comunión de la Iglesia hasta que, al alcanzar la edad, se vuelvan confesores ellos mismos, o se separen de la iglesia por su incredulidad. – Abraham Kuyper.

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Diálogo  ¿Qué importancia tiene para tu vida el que, por pura gracia, hayas sido incluido en un Pacto de Gracia con Dios?  Como parte de este Pacto, ¿qué aspectos de las obligaciones son más difíciles de realizar?  Si tienes hijos, ¿estás criándolos como hijos del Pacto? ¿Es muy difícil esto en nuestro contexto contemporáneo? 24

 Si aún eres soltero o no tienes hijos, ¿cuáles crees que serán los desafíos que tus hijos tendrán que enfrentar como hijos del Pacto?  ¿Disfrutamos de manera consciente y consistente de los beneficios de ser parte del pueblo escogido de Dios?  ¿De qué maneras prácticas podemos ser influencia como hijos del Pacto en nuestra familia, trabajo, sociedad, etc.?



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Lección 4

Nuestro ADN 2: PACTO - CRISTO

¿QUÉ ESTÁ MAL EN NOSOTROS? Concepto Clave: EL PECADO

Tesis Principal: El ser humano es pecador y está, por naturaleza, espiritualmente muerto.

Introducción La posición que tomamos con respecto a la Salvación es determinada fundamentalmente por el concepto que tenemos del pecado, su causa y sus consecuencias sobre nuestra naturaleza. Esta doctrina que presenta al hombre como totalmente corrupto y malo delante de Dios va en contra de la tendencia de nuestra época, producto del pensamiento en Europa y en toda América durante el siglo XVIII denominado Iluminismo, el cual centraba todas sus esperanzas en el hombre y en el poder de la razón humana. Incluso se llegó a declarar que, mediante el juicio de la razón, sería posible un progreso sin límites. El Iluminismo marcó un momento decisivo para el declive de la Iglesia y el crecimiento del secularismo actual. De esta manera sirvió de modelo para el liberalismo político y económico, y para la reforma humanista del mundo occidental en el siglo XIX. Decir que somos ―pecadores‖ o ―gente mala‖ es políticamente incorrecto para nuestra cultura actual, pero la Biblia nos dice claramente que nacimos en pecado y en iniquidad (Salmo 51:5). No sólo nacemos en un mundo contaminado por el mal, sino que nacemos propensos al pecado. Esto no significa que no haya bondad en la naturaleza humana, sino que toda esta bondad está contaminada por el pecado, y no hay dimensión en la que nosotros estemos libres del pecado, sea en nuestra razón, voluntad o sentimientos. Dios creó al hombre a imagen suya (Gn. 1:27); por lo tanto, debemos resaltar que esencialmente nuestra naturaleza

naturaleza original fue creada buena, pues así lo describió Dios mismo después de haberlo creado (Gn. 1:31). Pero nuestra naturaleza presente o existencial está corrompida desde el centro de nuestro ser (Jer. 17:9). Agustín de Hipona definió esta corrupción como la ―perversión de la voluntad

que afecta la dirección del razonamiento del hombre así como su poder de discernir ‖. Nos diferenciamos de la teología de la Iglesia Católica tradicional, que ha caracterizado al pecado entre la tentación o impulso de pecar y el propio acto de pecar. La teología reformada considera que ambos deben ser considerados como pecado, pues antes del acto de pecar existe una intención o inclinación a pecar que está en nosotros desde el nacimiento. Cuando la gracia de Dios se hace evidente, el hombre puede resistir esa mala inclinación, pero no se elimina por completo hasta el estado de gloria eterna. Con esto decimos que el hombre está propenso a pecar, y siempre será vulnerable a la tentación; sin embargo, por medio del poder de Dios a través del Espíritu Santo, puede llevar una vida de victoria sobre el pecado. Originalmente la voluntad del hombre estaba libre del pecado. Sin embargo, su caída trajo la muerte espiritual sobre sí mismo y sobre toda la raza humana (Ro. 6:23). Así, el pecado se convirtió en una enfermedad y su riesgo de contagio es innato al hombre. Esta se transmite por herencia humana (Ro. 3:10-12,23). No es una mancha física, sino una infección espiritual, que ha penetrado nuestra naturaleza biológica y se transmite por la generación humana.

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De esta manera, el hombre se salva sólo por la gracia e iniciativa de Dios, puesto que no se pudo salvar a sí mismo; y aunque en apariencia es libre, no está libre del pecado. La raíz del pecado es la incredulidad, y sus manifestaciones primarias son orgullo, desenfreno, y miedo. Esto tiene sentido cuando estamos conscientes de nuestros pecados, cuando cesamos de confiar en nosotros mismos y ponemos nuestra confianza en Jesucristo. Sólo en este momento podemos confesar que somos solamente pecadores que necesitan la gracia de Dios. La Biblia nos enseña que la palabra ―pecado‖ significa ―errar el blanco‖, y es precisamente eso lo que el hombre hace diariamente. El blanco que Dios ha establecido para el hombre es que lo adore y se alegre en Él para siempre; sin embargo, el hombre sólo busca su propia alegría, buscando sus intereses egoístas y alejándose de la voluntad de Dios. Esta alienación se extiende a todas las partes del hombre, cuerpo y alma. El pecado afectó la totalidad de las facultades humanas (su mente, su voluntad, etc.). Por esta razón, el hombre se ha vuelto incapaz de acercarse a Dios. No hay nada que el hombre pueda hacer con respecto a su salvación. La única esperanza para el pecador es que Dios tome la iniciativa y aplique en él su plan eterno de Salvación. La Biblia nos dice que en el principio Dios creó al ser humano

humano y le dio inteligencia, rectitud y perfecta santidad; según Su propia imagen (Gn. 1:27), teniendo los mandamientos de Dios escritos en su corazón y la capacidad de cumplirlos, pero también con la posibilidad de desobedecerlos. El hombre desobedeció, y por esa desobediencia perdió su rectitud y santidad original, y principalmente su comunión con Dios. Así se volvió muerto por el pecado y completamente pecador. Como resultado de la caída de Adán y Eva, el ser humano quedó ciego y sordo para la verdad espiritual. Su mente está oscurecida por el pecado; su corazón es corrupto y maligno (Jer. 17:9; Ro. 8:7; Ro. 8:8; 1 Co. 2:14; Ef. 4:17). El dominio del pecado es universal: todos los hombres están debajo de su poder; y así nadie es justo, nadie es bueno, ni uno solo (Ro. 3:10-12; 1 Jn. 1:9-10). En su estado de muerte, el hombre es incapaz por sí mismo de arrepentirse, de creer en el Evangelio o de venir a Cristo. El hombre no tiene poder en sí mismo para cambiar su naturaleza de pecador o prepararse para la salvación (Jn. 6:44; Jn. 6:65; 1 Co. 2:14; 1 Co. 4:7; 2 Co. 3:5). Tomada como un todo, la Biblia indica claramente los efectos devastadores del pecado sobre el hombre y la ausencia total de esperanza para él en cuanto a solucionar su propio problema de pecado. El correcto entendimiento de la doctrina del pecado es esencial para entender el remedio de Dios para el mismo.

Estudio Bíblico Texto: 1a Corintios 2:14; Romanos 3:10-12  Según 1ª Corintios 2:14, ¿es posible explicar las verdades espirituales a todos los hombres? ¿Por qué?

________________________________________________________________________________________________  Según Romanos 3:10-12, ¿cuál es el alcance del dominio del pecado en la raza humana? ¿Conozco a alguna persona que sea esencialmente buena? ___________________________________________________________________________  Según Juan 6:44 y 65, ¿es el hombre capaz de arrepentirse por sí mismo? ¿Qué es necesario para que esto sea posible?

________________________________________________________________________________________________  Según Jeremías 17:9, ¿por qué no podemos confiar en nuestros sentimientos? ___________________________________


Confesión de fe Capítulo VI – Art. I – IV – Nuestros primeros padres, seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron al comer del fruto prohibido. Quiso Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado habiendo propuesto ordenarlo para su propia gloria. Por este pecado cayeron de su rectitud original y perdieron la comunión con Dios, y por tanto quedaron muertos en el pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo. Siendo ellos el tronco de la raza humana, la culpa de este pecado les fue imputada, y la misma muerte en el pecado y la naturaleza corrompida se transmitieron a la posteridad que desciende de ellos según la generación ordinaria.

De esta corrupción original, por la cual estamos completamente impedidos, incapaces y opuestos a todo bien, y enteramente inclinados a todo mal, proceden todas nuestras transgresiones actuales.

Lecturas Nada te puede lastimar sino el pecado; nada te puede entristecer sino el pecado; nada te puede envilecer ante tus enemigos sino el pecado: Cuídate del pecado, alma mía. – John Bunyan. Ver el pecado sin la gracia produce desesperanza. Ver la gracia sin el pecado produce arrogancia. Verlos juntos produce conversión. – Max Lucado. Hay un escrito de advertencias y destrucción en la pared de cada pecador. Por algún tiempo este escrito puede ser invisible, como la escritura llamada ―simpática‖, que no se puede ver hasta poner el papel en contacto con el fuego o con ciertas substancias químicas; pero ese escrito está grabado en donde los ojos del pecador lo verán algún día, y está allí como otra amonestación para

arrepentimiento. Las leyes eternas de Dios y su providencia son como una mano gigante que escribe el desastre de cada nación que no quiere ser justa. Sería muy bueno que esas naciones pudieran ver el manuscrito antes que estuviera terminado. – Peloubet. El pecado, entendido en el sentido cristiano, es el precio que hay que pagar a través de toda la existencia. – Emil Brunner. El pecado es una presencia que estalla, y todo poder fino se encoge y se seca bajo su destructivo calor. Toda delicadeza espiritual sucumbe a su toque maligno. El pecado nubla la vista, y promueve la ceguera. El pecado embota el oído y tiende a hacer a los hombres sordos. El pecado pervierte el gusto, haciendo que los hombres confundan lo dulce con lo amargo, y lo amargo con lo dulce. El pecado endurece el tacto, y a la larga deja al hombre ―más allá de la sensación‖. Todas estas analogías bíblicas y su significación común parecen ser esto: el pecado bloquea y ahoga los finos sentidos del espíritu; el pecado nos insensibiliza, y nos quita la percepción, y la variedad de nuestra correspondencia queda disminuida. El pecado crea callosidad. Sofoca el espíritu y así reduce el área de nuestra exposición al dolor. – J. Henry Jowett. No es meramente una insuficiencia de cualidad en la voluntad, o una mera insuficiencia de iluminación en su intelecto, o de fuerza en la memoria. Por el contrario, es una completa depravación de toda la rectitud y la habilidad de todo poder del cuerpo, al igual que del alma, y del interior y exterior entero del hombre. En adición a esto, es una inclinación al mal, una repugnancia a lo bueno, una inclinación opuesta hacia la luz y la sabiduría; es el amor al error y las tinieblas, un escape de las buenas obras, y un aborrecimiento de ellas, un correr hacia el mal. – Martin Lutero.

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Diálogo

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¿De qué manera la expresión ―El hombre es la medida de todas las cosas‖ afectó nuestra visión realista de nuestra espiritualidad?

¿El hombre es incapaz de realizar algún bien humano?

¿El hombre es capaz de hacer algo que agrade a Dios?

¿Cuál es la única esperanza para el hombre con respecto a su Salvación?

La expresión ―Dios odia el pecado pero ama al pecador…‖ ¿Es correcta?


Lección 5

Nuestro ADN 2: PACTO - CRISTO

¿HAY SOLUCIÓN? Concepto Clave:

ELECCIÓN Y OBRA DE CRISTO

Tesis Principal:

Antes de la creación del mundo, Dios eligió a quienes iban a creer y recibir por la fe la salvación de Cristo Jesús.

Introducción La obra de Cristo es el punto fundamental de la fe cristiana. No podemos afirmar que somos elegidos por Dios sin tener la certeza en el corazón de que esa elección es para nuestra salvación en Cristo Jesús. La discusión principal se centra en el objetivo universal o particular del sacrificio de Jesucristo en la cruz, es decir: Jesús, ¿murió por todos los hombres o solamente por algunos elegidos por Dios? Vayamos por partes:

Elección La elección consiste en un acto soberano de selección mediante la cual Dios toma a individuos o grupos de personas conforme a sus propios designios para darles su amor, por medio de la Vida en Cristo. Este acto nace del exclusivo deseo de Dios. En su soberanía, Dios separó ―antes de la creación del mundo‖ (Ef. 1:4) a quienes serían el objeto de Su inmerecido amor para salvarlos del pecado. Esta doctrina bíblica de la elección debe ser estudiada en conformidad con la Soberanía de Dios y el estado pecaminoso del hombre. El hombre, después de su desobediencia, perdió la imagen de Dios y es un rebelde contra Él; es culpable, sucio y digno de la condenación eterna. Dios podría haber escogido y salvado a todos los hombres, y también podría haber escogido no salvar a nadie; sin embargo, no hizo ni una cosa ni la otra. En vez de eso, Él se propuso salvar a algunos

algunos hombres. Esta elección no fue condicionada ni determinada por cualquier cosa que los hombres hicieron o podrían hacer de bueno, sino que resultó completamente de Su soberana voluntad. La fe y las buenas obras son el resultado y no la causa de la elección divina. (2 Ts. 2:13; Ef. 1:4; 2 Ti. 1:9; Ef. 2:10; Fil. 2:13). No podemos afirmar que esto es de alguna manera injusto para el hombre (Is. 45:9), pues Dios es soberano y Su voluntad es suprema. Él es independiente en poder y está lejos de estar bajo alguna ley; Él es la ley en sí mismo y, por lo tanto, cualquier cosa que decida o haga es JUSTA. Nosotros estamos bajo ley, sujetos a actos y pensamientos que se categorizan como justo o injusto. Dios no debe la misericordia a nadie y tiene el derecho de obrar conforme a Su voluntad con sus criaturas rebeldes. Por lo tanto, la maravilla no está en que prive de Su misericordia a algunos, sino en que manifieste Su gracia y amor por medio de la Salvación a hombres pecadores. Así como la elección es soberana, es también un acto de favor inmerecido. Es decir, es por gracia. La gracia de Dios es amor libremente manifestado hacia pecadores culpables a pesar de lo que merecían o, mejor dicho, sin considerar su falta de mérito. Es Dios manifestando Su bondad hacia personas que sólo merecen severidad. De manera que el resultado de la elección es una mayor manifestación de la generosidad de la gracia.

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Salvación particular

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De esta manera, los que fueron escogidos por el PADRE y dados al HIJO (Jesús) serán de manera segura redimidos por Él para ser salvos. Ellos son salvos no por lo que hicieron o podrían hacer, sino solamente por la obra redentora de Cristo, la cual fue en favor de aquellos pecadores que serían redimidos y a quienes de hecho les fue asegurada la salvación. Es importante entender la necesidad de una fe personal en Jesucristo para obtener la salvación. Cristo murió por amor y de su muerte se benefician los que creen en Él. Y aquellos que creen en Cristo son aquellos a quienes Dios les concedió fe para creer (Ef. 2:8-9). Jesucristo vino al mundo para representar y salvar a aquellos que le fueron dados por el Padre. De esta forma, la obra salvadora de Cristo fue específica en el sentido de que fue designada para salvar a aquellos que creen en Él por el don divino de la fe. Las Escrituras también declaran que, como resultado de lo

lo que Cristo hizo y sufrió, algunas bendiciones fueron aseguradas por Él a Su pueblo (1 Pe. 3:18). Por Su obra redentora, Cristo aseguró a Su pueblo la reconciliación con Dios (Ro. 5:11), aseguró la justicia y el perdón que Su pueblo necesita para su justificación (Ro. 3:24), y aseguró el don del Espíritu, el cual incluye regeneración y santificación, y todo lo que está incluido en ellas (Ti. 3:5). El Señor Jesucristo cumplió los términos de un pacto eterno en el cual entró con Su Padre celestial antes de la fundación del mundo, que tenía por objetivo salvar a quienes creyeran en Él (Jn. 6:37, 39-40; Jn. 17:9, 20; Ef. 1:5; Ro. 5:17). Por último, debemos decir que no hay salvación verdadera sin la entrega consciente y personal a Jesucristo. La fe es la experiencia de un Cristo vivo, que mora en nuestro corazón. Y aquí el punto esencial es que Jesucristo murió en nuestro lugar por Su sacrificio en la cruz. Cuando nosotros merecíamos morir por nuestros pecados, por amor a Su pueblo Dios escogió el perdón en la persona de Su hijo.

Estudio Bíblico Texto: Efesios 2:1-10  Según los versículos 1 al 3, ¿cuál era nuestra condición y en qué corriente vivíamos antes de conocer a Cristo?

________________________________________________________________________________________________  En los versículos 4 al 7 vemos algunas de las obras que Cristo hizo por nosotros. ¿Cuáles son? Identifíquelas en el texto.

_______________________________________________________________________________________________  Según el versículo 8, ¿por medio de qué obtenemos la salvación?

_______________________________________________________________________________________________  ¿La fe es intrínseca al hombre? ¿Nace del ser humano?

_______________________________________________________________________________________________  Si la fe y la salvación dependen absolutamente de Dios, ¿cuál es el papel del hombre?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Nuestras buenas acciones son causa o consecuencia de la salvación?

________________________________________________________________________________________________


Confesión de fe Capítulo III – Art. I, V, VI – Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que sucede. Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del pecado, ni hace violencia al libre albedrío de sus criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias, sino más bien las establece.

A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna. Dios los ha predestinado por su libre gracia y puro amor, sin previsión de su fe o buenas obras, de su perseverancia en ellas o de cualquiera otra cosa en la criatura como condiciones o causas que le muevan a predestinarlos; y lo ha hecho todo para alabanza de su gloriosa gracia. Así como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, de la misma manera, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado también los medios para ello. Por tanto, los que son elegidos, habiendo caído en Adán, son redimidos por Cristo, y en debido tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu Santo; son justificados, adoptados, santificados, y guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación. Nadie más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino solamente los elegidos.

Lecturas Oh Dios, da lo que tú mandas, y manda lo que tú quieras. –Agustín de Hipona. Para los Reformadores, el asunto crucial no fue, simplemente, cómo Dios justifica a los creyentes sin las impotentes

obras de la ley. Se trató de un asunto más abarcador: cómo a los pecadores que están completamente impotentes en su pecado, Dios, a pesar de eso, los salva por su libre, incondicional e invencible gracia, no solamente justificándolos por los beneficios de la obra de Cristo cuando vienen a la fe, sino, cómo los resucita de la muerte del pecado por Su Espíritu de vida para traerlos a la fe. Estas dos teologías conciben el plan de salvación en términos bien distintos. Una hace a la salvación depender de la obra de Dios, la otra en la obra del hombre; una requiere la fe como parte del regalo de salvación de Dios, la otra como la contribución propia del hombre a su salvación; una le da la gloria de la salvación a Dios, la otra divide la gloria entre Dios y el hombre, al poder decir: ―Dios construyó la maquinaria de la salvación, y el hombre la opera al creer‖. – J. I. Packer. Yo recuerdo dos cosas: que soy un gran pecador, y que Cristo es un gran Salvador. – John Newton. La gracia divina es el favor soberano y salvador de Dios, ejercido en la concesión de bendiciones a los que no tienen mérito propio, y por las cuales no se les exige compensación alguna. Más aún; es el favor que Dios muestra a aquellos que, no sólo no tienen méritos en sí mismos, sino que, además, merecen el mal y el infierno. La gracia de Dios se manifiesta en el Señor Jesucristo, por Él y a través de Él, fluye para sus elegidos sólo a través de Cristo el Mediador. – Arthur Pink. Si Cristo Jesús es Dios, y murió por mí, entonces no hay sacrificio demasiado grande que yo pueda hacer por Él. – C. T. Studd. La profundidad y el alcance de esta divina soberanía nos dejan sin respiración. Pero es también la clave de nuestra salvación. Dios la planificó, y por medio de hombres malvados, gran bien ha venido al mundo. Parafraseando un pasaje de la Torá judía: ―Lo que ellos hicieron con malas intenciones

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intenciones, Dios lo hizo con buenas intenciones‖ (Génesis 50:20). Puesto que Dios lo hizo con buenas intenciones, debemos pasar más allá de la cuestión de la causa humana al propósito divino. El tema central de la muerte de Jesús no es la causa, sino el propósito –el significado–. El hombre puede 34

puede tener sus razones para quitar a Jesús del camino. Pero sólo Dios puede concebir esto para bien del mundo. En realidad, los propósitos de Dios para el mundo en la muerte de Jesús son insondables. – John Piper.

Diálogo 

El hecho de que Dios escogiera a algunos y excluyera a otros, ¿no es de alguna forma injusto para los excluidos?

Si Dios ya escogió a quienes serán salvos, ¿por qué debemos evangelizar y predicar el evangelio?

¿Por qué si Dios tiene tanto amor, amó a unos y a otros no?

¿Cómo puedo saber que fui elegido por Dios para ser salvo?

¿Por qué Dios (si no hace distinción entre personas) hace excepciones de personas?

Según Juan 3:16, ¿quién es aquel que nunca se perderá (perecerá)? ¿Quiénes son esos creyentes? ¿Quiénes, entonces, son el real objeto del amor salvador de Dios en el mundo?


Lección 6

Nuestro ADN 2: PACTO - CRISTO

¿Vivir para siempre? Concepto Clave:

REGENERACIÓN Y VIDA ETERNA

Tesis Principal:

Todos los que son verdaderamente cristianos han nacido de nuevo. La regeneración es la condición previa para vivir la vida eterna en Cristo.

Introducción El que no tiene fe es como quien no tiene vista y duda de todo lo que se le dice. ¿Cómo explicas el color rojo a un ciego? Explicar a Dios al que no tiene fe es imposible. Pero cuando nace la fe, puede ver a Dios en cada flor, en cada virtud, en todos lados y aún dentro de su propia vida. La fe es como la vista espiritual, un don de Dios. Uno tiene fe o no tiene. Los que podemos tener fe, somos privilegiados. De eso se trata esta lección. No hay posibilidad de creer en Jesús si primero no nacemos de nuevo (regeneración) y esta obra le pertenece exclusivamente al Espíritu Santo.

Llamado eficaz y regeneración El Espíritu Santo nunca falla en traer a la salvación a aquellos pecadores que Él personalmente llama a Cristo. El Evangelio extiende su llamado a la salvación a todos los hombres, sin distinción. Él promete salvación a todo aquel que se arrepiente y cree. Pero ese llamado general externo, no traerá pecadores a Cristo. Porque los hombres están, por naturaleza, muertos en pecado y están bajo su poder; y así están incapacitados para acercarse a Dios. Por eso, el Espíritu Santo, para traer salvación al escogido de Dios, le extiende un llamado especial interno en adición al

al llamado externo contenido en el mensaje del Evangelio. A través de este llamado especial, el Espíritu Santo realiza una obra de gracia en el pecador, a lo que llamamos ―regeneración‖ o ―nuevo nacimiento‖ que, inevitablemente, lo trae a la fe en Cristo. El Espíritu crea en él un nuevo corazón, una nueva naturaleza y lo vivifica, creando en él la fe y el arrepentimiento. Así la regeneración que es la obra de Dios realizada en el hombre pecador, debe preceder al verdadero arrepentimiento y a la fe. El llamado interno y especial del Espíritu nunca deja de producir la conversión de aquellos en quienes es realizado. Es por esa razón que el llamado del Espíritu y de la gracia de Dios en salvar pecadores es ―eficaz‖, ―invencible‖ o ―irresistible‖. La gracia que el Espíritu Santo extiende a quien Dios ama nunca falla en traerlo a la verdadera fe en Cristo.

Vida eterna Por otro lado, todos aquellos que han creído en lo que Jesús hizo, por la obra regeneradora del Espíritu Santo, son mantenidos en la fe por el infinito poder de Dios. Todos los que son unidos espiritualmente a Cristo, a través de la regeneración, están eternamente seguros en Él y comienzan a vivir una vida nueva en Él.

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Cuando hablamos de vida nueva en Cristo, hablamos de VIDA ETERNA. Una vida unida completamente a Él, que nunca más acabará y que podemos disfrutar desde el momento en que reconocemos que Jesús es nuestro Señor y Salvador personal. La característica principal de esta vida es su eternidad. Nada ni nadie podrá cortar este lazo que nos une al eterno e inmutable amor de Dios. Sin embargo, el hecho de que esta vida sea eterna e inquebrantable, no debe ser motivo de jactancia, ni de presunción en la cual tengamos permiso de pecar a causa de la certeza de no perdemos la salvación. Aquel que piensa y actúa de esta manera no ha tenido una transformación, ni una conversión total de su ser. Nosotros somos escogidos para santidad y debemos tener un empeño ético y moral basado en la Palabra de Dios, en la enseñanza de Cristo, por el cual caminamos a parecernos a Cristo, caminamos a la Santidad. Esto no quiere decir que el creyente verdadero no cometa pecados, ni sufra tentaciones, pero al tener conciencia espiritual de cada una de ellas, esos pecados no lo llevan a perder la salvación o separarlo de Cristo. Al confesarlos delante de Dios, Él es fiel y justo para perdonarnos (1ª Juan 1:9). Y no hay ninguna condenación para los hijos de Dios: ―Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús‖ (Romanos 8:1).

Unidos a Cristo La vida eterna está íntimamente ligada con el concepto de unión con Cristo. No podemos vivir la vida eterna de manera abundante, si nuestra vida no está unida espiritualmente a Él. Las Escrituras usan varias metáforas para describir nuestra relación con Cristo. Él es el rey y nosotros los súbditos; Él es el pastor y nosotros las ovejas; Él es la cabeza y nosotros el cuerpo. Una de las mejores metáforas es la que el propio Jesús usó en Juan 15: Él es la vid verdadera y nosotros somos los pámpanos (ramas). El concepto de la vid y las ramas forma una metáfora ideal de la vida cristiana porque está lleno de paralelos con nuestra relación con Cristo. Una rama crece por medio de su unión con la vid y nosotros crecemos por causa de nuestra relación con Cristo. Una rama no es nada alejada de la vid y nosotros no podemos hacer nada lejos de Jesús. Una rama obtiene fuerzas de la vid y nosotros nos hacemos fuertes por medio de Él. A medida que Jesús continúa sus enseñanzas en Juan 15:7-11, pinta un bello cuadro de la vida cristiana y nos ayuda a entender y apreciar las bendiciones asociadas a permanecer unidos a Él. Dios hará que sus oraciones siempre sean respondidas, que tengan vida abundante, que vivan con completa seguridad y que experimenten completa alegría. Al fin y al cabo, vida eterna es estar unido por siempre a Cristo.

Estudio Bíblico Texto: Juan 1:12; 3:36; 11:25; 17:3; Ro. 8:35-39  ¿Cómo debemos responder a Cristo para convertirnos en hijos de Dios? (Juan 1:12)

________________________________________________________________________________________________  ¿Qué personas tienen la Vida Eterna? (Juan 3:36)

________________________________________________________________________________________________  ¿Qué promete Jesús? Juan 11:25

________________________________________________________________________________________________


 Según Jesús, ¿en qué consiste la Vida Eterna? (Juan 17:3)

________________________________________________________________________________________________  ¿Qué nos puede separar del amor de Cristo? (Ro. 8:35-39)

________________________________________________________________________________________________

Confesión de fe

Lecturas 37

Capítulo XVII – Art. I, II – A quienes Dios ha aceptado en

su Amado, y que han sido llamados eficazmente y santificados por su Espíritu, no pueden caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente han de perseverar en él hasta el fin, y serán salvados eternamente. Esta perseverancia de los santos depende no de su propio libre albedrío, sino de la inmutabilidad del decreto de elección, que fluye del amor gratuito e inmutable de Dios el Padre; de la eficacia del mérito y de la intercesión de Jesucristo; de la morada del Espíritu, y de la simiente de Dios que está en los santos; y de la naturaleza del pacto de gracia, de todo lo cual surge también la certeza y la infalibilidad de la perseverancia. Capítulo XVIII – Art. IV – La seguridad de la salvación de

los verdaderos creyentes puede ser, en diversas maneras, zarandeada, disminuida o interrumpida; por la negligencia en preservarla; por caer en algún pecado especial, que hiera la conciencia y contriste el Espíritu; por alguna tentación repentina o vehemente; por retirarles Dios la luz de su rostro y permitiendo, aun a los que le temen, que caminen en tinieblas, y que no tengan luz; sin embargo, nunca quedan totalmente destituidos de aquella simiente de Dios, y de la vida de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber. De todo lo cual, por la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida en su debido tiempo; y por todo lo cual, mientras tanto, los verdaderos creyentes son sostenidos para que no caigan en la desesperación total.

No me salvo al creer: Me doy cuenta que me salvo al creer; no es el arrepentimiento lo que me salva: el arrepentimiento es la señal que me muestra que percibo lo que Dios ha hecho en Cristo Jesús. – Oswald Chambers. Un hombre muerto no puede ayudar en su propia resurrección. - W. G. T. Shedd. La regeneración es un cambio que se conoce y se siente: se conoce por las obras de santidad y se siente por una experiencia de gracia. – Charles H. Spurgeon. La regeneración ocurre principalmente en el centro del ser del hombre, o sea, en su corazón o espíritu. En este nivel más profundo de la existencia humana hay un cambio decisivo. — J. Rodman Williams. Una noche entre semana, cuando estaba sentado en la casa de Dios, no pensaba mucho en el sermón del predicador porque no lo creía. De repente me llegó el pensamiento, ‗¿Cómo es que llegaste a ser cristiano?‘ Yo busqué al Señor. ‗Pero ¿cómo llegaste a buscar al Señor?‘ En un momento la verdad me pasó por la mente como un relámpago: yo no debí haberlo buscado a Él a menos que haya habido una previa influencia en mi mente para hacer que lo buscara. Yo oré, creía yo, pero luego me pregunté: ‗¿Cómo es que llegué a orar?‘ Fui inducido a orar al leer la Escritura. ‗¿Cómo es que llegué a leer la Escritura?‘ La leí yo, pero ¿qué me llevó a hacerlo? Luego, en un momento, vi que Dios estaba detrás de todo, y que era Él el autor de mi fe, y así


así toda la doctrina de la gracia se abrió ante mí, y de esa doctrina no me he apartado hasta este día, y deseo hacer de esta mi constante confesión, ‗atribuyo mi cambio totalmente a Dios‘. — Charles H. Spurgeon

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Raramente tomamos esta enseñanza [de que el hombre no puede entrar al Reino de Dios] lo suficientemente en serio, quizás porque nos quita de debajo de los pies los últimos vestigios de nuestra natural suficiencia en nosotros mismos. Subraya la enseñanza bíblica de que nuestra salvación

salvación es toda por gracia. ¡Lo único que es necesario es lo que nosotros no podemos hacer! — Sinclair Ferguson. Hacerse cristiano no es comenzar de nuevo en la vida; es recibir una nueva vida para comenzar. – Thomas Adams. El nuevo nacimiento no es sólo un misterio que ningún hombre comprende, es un milagro que ningún hombre puede emprender. — Richard Baxter.

Diálogo 

¿Para qué necesito ser regenerado?

¿Dios obliga al hombre a confiar en Su Hijo?

Ahora que el Espíritu Santo me llamó y me dio la fe para creer en Cristo, ¿cuál es mi responsabilidad de ahora en adelante?

¿Cómo sé que el Espíritu Santo me está llamando? ¿Cómo respondo a ese llamado?

Si cometo un pecado, ¿puedo perder mi salvación?

¿Cómo puedo estar seguro de mi salvación?



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Lección 7

Nuestro ADN 3: CRISTO - REINO

¿ADMIRADOR O SEGUIDOR? Concepto Clave:

DISCIPULADO Y SEÑORÍO DE CRISTO

Tesis Principal:

El discipulado es la esencia de la espiritualidad cristiana. Para los que quieren ser cristianos, el discipulado es obligatorio; es sumamente valioso, por eso nos cuesta la propia vida, y tiene por desafío la continuidad de la misión encarnada de Cristo, viviendo en el mundo y generando nuevos discípulos.

Introducción La comprensión de lo que significa ser un cristiano pasa por la comprensión de lo que Jesús dijo que un cristiano debe ser. En palabras sencillas, ser cristiano es ser un seguidor de Jesús, imitador de su conducta, aplicador de sus conceptos. Jesús llamaba ―seguidores‖ a sus discípulos, y el concepto de discipulado que Él aplicó nos enseña mucho sobre su señorío y sobre el tipo de cristiano que debemos ser. Cuando estudiamos el llamado de Leví, un cobrador de impuestos, podemos ver algunos principios básicos del discipulado de Jesús:

El Discipulado no es una opción Jesús venía de una gira por la región de Galilea y se encuentra con Leví, también conocido como Mateo, que trabajaba recolectando impuestos, y simplemente le dice: ―Sígueme‖. No hubo diálogo, no hubo discusión, Jesús no tuvo que explicar a Leví porqué había de seguirle. El llamado de Jesús estaba claro y si uno creía verdaderamente que Jesús era quien él demostraba ser, no quedaba otra opción más que seguirle.

Esta es una verdad que la espiritualidad contemporánea no alcanza a digerir con facilidad. Un paralelo a lo que vivió Leví es lo que experimentó el hombre conocido como ―Joven Rico‖, un importante judío que tuvo un encuentro con Jesús y planteó el tema de la salvación, a quien Jesús orientó para dar un paso decisivo en su jornada espiritual: deshacerse de todos sus bienes, dárselos a los pobres y seguirlo a Él. Lo que Jesús quería decir a este tan buen judío, que desde la juventud había obedecido los Mandamientos, era que si comprendemos que Jesús es el único camino hacia Dios, no basta tomar algunas decisiones, algunas medidas, en el sentido de ser una persona mejor, sino que es imprescindible entregarse a caminar en pos de Cristo, siguiéndolo en todos los caminos que Él decida. No basta una convicción racional, no basta una atracción hacia Jesús, no basta tener aprecio por sus valores y mandamientos, no basta admirar su amor y entrega, haciéndose un admirador del cristianismo, miembro de una comunidad cristiana, frecuentando cultos por pensar que Jesús es un ‗buen tipo‘. Jesús no nos pide que le tengamos piedad o simpatía; Él es el Señor de los señores, Rey de reyes, es aquel delante del cual toda rodilla se doblará. Por eso, Cristo no necesita de nuestra complacencia: Él exige la

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más límpida obediencia. Fue por eso que Jesús no estableció una discusión con Leví sobre las razones por las cuales él debería seguirle. La única razón era que aquel que lo llamaba era Jesús. ―El hecho de que Jesús sea el Cristo le concede todo el poder para llamar y exigir obediencia a Su palabra‖ (Dietrich Bonhoeffer). Jesús simplemente llama. 42

La respuesta de Leví nos enseña que cuando nos llama el Señor, no podemos armarnos con nuestros mejores argumentos, intentando hacer un acuerdo conciliatorio entre nuestra vieja vida y la nueva que Él presenta. Cuando nos llama el Cristo, solamente nos corresponde seguirlo. Dejándolo todo, Leví simplemente siguió al Maestro, y lo hizo porque era Cristo y porque no había otra opción. La única manera de ser cristiano es siendo discípulo: dejando todo para seguirle. No existe otra manera de encontrar la razón para la cual existimos, porque Jesús es el paradigma perfecto. La única manera de ser humano –humano como el ser humano debe ser– es siendo un discípulo de Jesús.

El discipulado tiene un costo elevado El costo de seguir a Jesús no es menor de lo que Leví estaba pagando. El seguir a Jesús nos cuesta todo. El costo de ser un discípulo de Jesús somos nosotros mismos. La esencia del discipulado es el constante deshacerse de nuestras pasiones personales asumiendo las de Cristo, abandonando nuestra visión de mundo, adoptando la visión de Cristo. Es no ser más lo que quiero, para ser lo que Cristo quiere que yo sea. Es morir para nosotros mismos. Es abandonarse en los brazos de Aquel que llena de significado nuestra existencia. Desde ahora en adelante, no importa qué es lo que vamos a hacer, sino para quién lo hacemos. Jesús no nos llama a cambiar algo de nuestra vida, Él nos llama a abandonarla para asumir otra vida, la que Él nos ofrece, la vida de la puerta estrecha y del camino angosto, donde sólo se vive caminando en las huellas dejadas por los pasos de Jesús.

Jesús siempre fue honesto sobre el costo de ser su discípulo: ―Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo‖. (Lucas 14:27). Cuando Jesús dijo que tenemos que cargar nuestra cruz, no nos está diciendo que tenemos que soportar algún tipo de esfuerzo físico o molestia en el trascurso de la vida cristiana, aunque esté incluso en la idea. Lo que él decía era que para seguirle tenemos que morir. En el mundo judío del primer siglo, el que pasaba con una cruz en las espaldas no regresaba, estaba caminando a su muerte, cargando el instrumento de su agonía final. Ver a alguien cargando una cruz era una visión irrepetible. ―Cuando Cristo llama a un hombre, le ofrece la oportunidad de venir y morir‖ (Dietrich Bonhoeffer). Cuando vivimos la esencia del discipulado, pagando la profundidad de su precio, nos encontramos con Jesús no solamente en el sufrimiento sino también en su alegría.

Conclusión Ser cristiano es tener una relación con Dios por medio de Cristo y la única relación posible es a través el discipulado, reconociendo su señorío. Por lo tanto, ser un discípulo de Jesús no es una opción para el cristianismo, sino que es la única posibilidad de ser realmente cristiano. Ser discípulo es tan valioso que nos cuesta la propia vida, la cual le entregamos, para poder vivir la vida de Cristo. Pero toda esta dedicación no es para ser vivida en un mundo alejado de la realidad del mundo, sino que el discipulado sólo tiene sentido cuando es vivido en medio de la gente que más necesita. Ser discípulo de Jesús significa ser un instrumento de transformación en el mundo.


Estudio Bíblico Texto: Lucas 5:27-32; 5:1-11; Mateo 19:16-22  ¿Qué elementos comunes están presentes en estos tres episodios donde Jesús llama hombres a seguirle?

________________________________________________________________________________________________  Jesús llama pescadores y luego a cobradores de impuestos, personas de estilos y de personalidades completamente distintas. ¿Qué nos enseña esto sobre la naturaleza del discipulado y sobre la persona de Jesús?

________________________________________________________________________________________________  ¿Qué le faltó al joven rico para responder al llamado de Jesús?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué relación encontramos entre el llamado de Pedro y de Leví, a lo que corresponde al desafío del discipulado?

________________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo VIII – Art. VIII – VIII. A todos aquellos para quienes Cristo compró redención, les aplica y comunica cierta y eficazmente la misma; intercediendo por ellos revelándoles la palabra y por medio de ella los misterios de la salvación; persuadiéndoles eficazmente por su Espíritu a creer y a obedecer; y gobernando sus corazones por su palabra y Espíritu, venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría, de tal manera y forma que sea más de acuerdo con su maravillosa e inescrutable dispensación. Capítulo VIII – Art. XI – II. La fe, que así recibe a Cristo y descansa en Él y en su justicia, es el único instrumento de justificación; aunque no está sola en la persona justificada, sino que siempre va acompañada por todas las otras gracias salvadoras, y no es fe muerta, sino fe que obra por amor.

Lecturas El llamado al discipulado es, por lo tanto, compromiso exclusivo con la persona de Jesucristo, la subversión de todos

todos los legalismos mediante la gracia de aquél que llama. (…) El discipulado es compromiso con Cristo; para haber Cristo tiene que haber discipulado. – Dietrich Bonhoeffer. Discipulado incluye todo. El discípulo de Jesús no es necesariamente alguien dedicado, en especial a actividades religiosas, como somos acostumbrados a pensar. Repitiendo, estoy aprendiendo con Jesús cómo gobernar mi vida, toda ella –mi verdadera vida. Así que, como su discípulo no estoy aprendiendo necesariamente cómo desarrollar actividades religiosas, sea como parte de un servicio de tiempo completo o de tiempo parcial. Mi condición de discípulo de Jesús no es, dentro de límites bien claros y definidos, una cuestión de lo que hago, pero sí de cómo lo hago, y eso incluye todos los aspectos de mi vida, ―religiosos‖ o no. – Dallas Willard. Discipulado significa vivir un día a la vez como si Jesús estuviera cerca: cerca geográfica y cronológicamente. Siendo testigo de nuestros motivos, nuestras palabras, nuestro comportamiento. De hecho Él está. Religiosidad en sí misma no es discipulado, de hecho puede ser un refugio seguro contra el estilo de vida revolucionario propuesto por Jesús. – Brennan Manning.

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Si yo te fuera recomendar una religión para que te sientas confortable, seguramente no te recomendaría el cristianismo. – C. S. Lewis.

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Ser perdonado sin ser transformado es como cambiar de ropa sin ducharse (…) Nuestra verdadera identidad nos espera en Cristo (…) No basta quitar la persona del infierno, hay que sacar el infierno de la persona. – Ariovaldo Ramos.

El cristianismo auténtico –cristianismo de Cristo y de sus apóstoles– es el cristianismo sobrenatural. No es una ética domesticada e inofensiva; no consiste de expresiones morales temperadas con un poquito de religión. Antes bien, Él es la religión de la resurrección, es el vivir por el poder de Dios. – John Stott.

Diálogo 

¿Cómo podemos aplicar el modelo de discipulado de Jesús en la iglesia moderna?

¿Podemos decir que ―dejar todo‖ era una metáfora bíblica, o un procedimiento que pertenecía a la cultura de aquella época, o es algo que Cristo sigue exigiendo de nosotros? ¿Cuán radical puede ser eso?

¿Qué desafíos impone la cultura posmoderna al modelo de espiritualidad bíblica basada en el discipulado de Jesús?

¿Qué impactos puede tener para la sociedad una comunidad de personas que aplica el discipulado radical de Jesús?

¿Cómo puede responder la iglesia al desafío del discipulado?


Lección 8

Nuestro ADN 3: CRISTO - REINO

¿CUÁL ES LA MISIÓN DE Jesús? Concepto Clave:

EVANGELIO Y REINO DE DIOS

Tesis Principal:

Dios anuncia una buena noticia para el hombre: el establecimiento de Su Reino en la tierra que, por medio de Jesús, restablecerá el orden de la creación.

Introducción Delante de la condición en la que se encuentra el ser humano, Dios decide darle una buena noticia que podrá restablecer su comunión perdida con Él. Esta buena noticia anuncia el Reino de Dios como posibilidad de una vida plena y satisfactoria con los principios y valores regulados por su Hijo Jesús. La Biblia denomina a esta buena noticia ―Evangelio‖ y lo menciona con tanta frecuencia en el Nuevo Testamento que parece ser el término que resume el tema central de lo que es el Cristianismo.

El Evangelio La palabra ―evangelio‖ viene de una práctica muy común en la antigüedad, que corresponde a las noticias entregadas de un gran evento histórico que cambiaba la condición de los oyentes y que requería una respuesta (como una victoria en la guerra o la ascensión de un nuevo rey). El término Griego ―evangelio‖ distingue el mensaje cristiano de otras religiones. Una concepción equivocada de lo que es ―evangelio‖ ha llegado a hacer estragos en la religiosidad evangélica del último tiempo. El evangelio son noticias en lugar de instrucciones; no es un manual de buena conducta. De esta de

manera, el evangelio que nos presenta la Biblia es la noticia de lo que Dios ha hecho para cumplir la salvación a través de Jesucristo en la historia. No es un aviso acerca de lo que debemos hacer para alcanzar a Dios. El evangelio es gracia en lugar de mérito. Es por eso mismo que se diferencia de la religión. Con la religión, podemos obedecer los mandamientos para ganar nuestra salvación. Con el evangelio, gano la salvación y por eso debo obedecer los mandamientos. Este modelo crea gente diferente (Mt. 5:14-16) en los cuales hay valores completamente distintos a los del mundo en relación al poder, los reconocimientos, la posición o la riqueza. Cuando entendemos que podemos ser salvados por pura gracia a través de Cristo, dejamos de buscar salvación en esas cosas. Por lo tanto, la muerte en la cruz, la gracia de Dios, nos libera de la esclavitud del poder de las cosas materiales y de una mundana posición de clase en nuestras vidas.

El Reino de Dios En ocasiones se ha escuchado decir que la salvación tiene que ver con perdón y cambio de vida de manera individual. Pero los planes de Dios de salvación para el mundo se extienden más allá de lo meramente particular, y embargo,

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la venida de Jesús al mundo establece también la idea de la venida del ―Reino‖. El mundo fue creado como un lugar de completa prosperidad y armonía bajo la dirección de Dios. Sin embargo, el pecado, la resistencia a la autoridad de Dios y la consecuente desobediencia, llevó a descomponer el orden de la Creación. Las relaciones con Dios, con los otros hombres y con la creación fueron afectadas por esta rebeldía en donde Dios ya no es reconocido como Rey. Pero Dios, al entregar la buena noticia, revela que la redención ocasionará la completa sanidad y recuperación de la creación, incluyendo la justicia social, la reunificación de toda la humanidad, el fin de la decadencia física y la crueldad de la muerte (Is. 11:1-10). El Reino de Dios, entonces, es la renovación de toda la creación por el re-ingreso del poder creador y ejecutivo de Dios a través de la muerte y resurrección de Cristo. Corazones, relaciones, comunidades y prácticas son sanadas y recreadas por medio y a través de Jesucristo, al grado que ellos llegan a estar bajo su autoridad, a través de su Palabra y Espíritu (Sal. 72; Col. 1:16-20 y Ef. 1:9-10). La entrada en el Reino es por arrepentimiento y fe (Mc. 1:15), perdón (Col. 1:13-14) y el nuevo nacimiento (Jn. 3:3,5). El Reino comienza a renovar nuestro corazón y carácter, y exige de nosotros total dependencia de Él. No hay posibilidad de entender la necesidad del Reino de Dios, si primero no hay una apropiada visión de lo que pasó a lo largo de la historia. El hombre fue creado originalmente

originalmente bueno en sí mismo, pero su desobediencia produjo su caída, lo cual puede eventualmente ser redimido bajo Cristo el rey sanador. La Biblia nos dice que el Reino ha llegado con la llegada de Jesús al mundo (Lc. 17:20-21, Mt. 12:28) pero no completamente (Mt. 6:10; 25:34). Es como una semilla que está casi escondida, pero que crecerá en plenitud (Mt. 13:31-42). Es decir ―ya‖ esta aquí pero ―todavía no‖ se ha mostrado en plenitud. Debemos guardar esto en mente para evitar tanto un sobre-optimismo o un bajo-pesimismo en nuestra vida cristiana y comunitaria. Vivir en el Reino significa gracia y libertad. La propuesta divina frente a nuestra realidad es similar a la de un pez que vive plenamente libre dentro del océano con todos los beneficios que el mar le otorga para su sobrevivencia. De la misma manera, Dios le propone al hombre vivir plenamente libre en el océano de la voluntad de Dios, con todos los beneficios que su Reino le ofrece de manera gratuita a través de Cristo. La otra opción, en lugar del Reino de Dios, es desear vivir fuera del agua. Así como el pez que fuera del agua se muere, de la misma manera el hombre fuera del Reino de Dios finalmente muere sin opción frente a la eternidad. Vivir fuera del agua representa a la esclavitud a ídolos personales. Y no nos referimos a estatuas, sino a cualquier cosa que sea más importante que Cristo para la felicidad y plenitud de vida (por ejemplo una carrera exitosa, o una familia feliz). Creer en el evangelio no sólo es el camino para conocer a Dios, sino también el camino para vivir plenamente en Él.

Estudio Bíblico Texto: Marcos 1:15; 4:30-32  ¿Por qué el texto nos dice que el Reino de Dios se ha acercado? ¿A quién se refiere?

________________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son los dos pasos necesarios para acceder al Reino de Dios?

________________________________________________________________________________________________


 ¿Por qué Jesús compara el Reino de Dios con una semilla de mostaza pequeña?

________________________________________________________________________________________________  ¿A quiénes representan las aves del cielo de la parábola?

________________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XX – Art. I – La libertad que Cristo ha comprado

para los creyentes que están bajo el Evangelio consiste en su libertad de la culpa del pecado, de la ira condenatoria de Dios y de la maldición de la ley moral; y en ser librados de este presente siglo malo, de la servidumbre de Satanás y del dominio del pecado; del mal de las aflicciones, del aguijón de la muerte, de la victoria del sepulcro y de la condenación eterna; como también en su libre acceso a Dios, y en rendir su obediencia a Él, no por temor servil, sino con un amor filial y con intención voluntaria. Todo lo cual era común también a los creyentes bajo la ley; aunque bajo el Nuevo Testamento la libertad de los cristianos se ensancha mucho más porque están libres de yugo de la ley ceremonial a la que estaba sujeta la iglesia judaica, y que tienen ahora mayor confianza para acercarse al trono de la gracia, y mayores participaciones del libre Espíritu de Dios que aquellas de las cuales participaron los creyentes bajo la ley. Capítulo XXXV – Art. II – En el Evangelio, Dios declara su amor por el mundo y su deseo porque todos los seres humanos sean salvos, revela plena y claramente el único camino de salvación, promete la vida eterna a todos quienes en verdad se arrepienten y creen en Cristo, invita y manda que todos reciban la misericordia ofrecida, y, por su Espíritu que acompaña a la Palabra, ruega a los seres humanos que acepten su graciosa invitación.

Lecturas

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La verdad del evangelio es el principal artículo de toda doctrina cristiana (…) Más necesario aún es que conozcamos bien esta doctrina, que se la enseñemos a los otros y que la metamos en nuestra cabeza continuamente. – Martín Lutero.

Por una parte, el ―moralismo/religión‖ enfatiza la verdad sin gracia, porque declara que debemos obedecer la verdad para alcanzar la salvación. Por otro lado, el ―relativismo/irreligión‖ enfatiza la gracia sin verdad, porque afirma que todos somos aceptados por Dios (si es que existe) y que debemos decidir lo que es bueno para nosotros. Pero ―verdad‖ sin gracia no es realmente verdad, y ―gracia‖ sin verdad no es realmente gracia. Jesús estaba ―lleno de gracia y verdad‖. Porque el Evangelio se define como: ―Soy mucho más pecador e imperfecto de lo que nunca me hubiera atrevido a creer‖ (contra el relativismo). Y ―soy mucho más aceptado y amado de lo que nunca me hubiera atrevido a esperar‖ (contra el legalismo). ¿En qué se parecen? A simple vista, el moralismo y el relativismo parecen ser dos puntos de vista opuestos. De hecho, la gente que se encuentra fuertemente influenciada por uno de ellos suele despreciar a la del otro lado. Pero irónicamente, resultan ser realmente idénticos. – Tim Keller. El Evangelio es la noticia de que Jesucristo, el Justo, murió por nuestros pecados y se levantó de nuevo, triunfante por toda la eternidad sobre todos sus enemigos, para que ahora no haya condena para aquellos que creen sino sólo un


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un gozo eterno. Eso es el Evangelio (…) perfectamente a tiempo, perfectamente aplicado, perfectamente adaptado a mis necesidades. Por eso la Biblia está tan gruesa, porque son muchas las diferentes necesidades que tienes y hay lugares adecuados donde el evangelio se despliega para ti, así que si profundizas en el libro completo, siempre con un ojo en lo que Cristo hizo por ti y compró para ti en esta gloriosa historia de la interacción de Dios con las personas, Él te dará lo que necesitas. (…) No trates de ser fuerte en tu propia fuerza; ésta no estará contigo cuando la necesites. Sólo una fuerza lo estará: la fuerza que Dios brinda de acuerdo al evangelio. – John Piper.

El Reino de Dios ha invadido este siglo malo; Satanás ha sido vencido. El Reino de Dios, en Cristo, ha creado la iglesia, y el Reino de Dios obra en el mundo a través de la iglesia para cumplir el divino propósito de extender su Reino en el mundo. – George E. Ladd. El Reino no cierra el mundo a los creyentes, sino que lo abre. No solamente están involucradas todas las naciones en la salvación del Señor, sino que la totalidad de la vida, en todas sus dimensiones también. – Herman Ridderbos.

Diálogo 

¿Qué es el evangelio? ¿Cuál es la diferencia fundamental entre lo que anuncia el evangelio y lo que predica la religión?

¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo se relaciona su llegada con la obra de Cristo?

¿Cómo se complementan los conceptos ―evangelio‖ y ―Reino de Dios‖?

¿Es posible para el cristiano vivir fuera del Reino de Dios? ¿Cuáles son sus implicancias en relación a la gracia y libertad?


Lección 9

Nuestro ADN 3: CRISTO - REINO

¿DÓNDE COMPARTIMOS EL EVANGELIO? Concepto Clave:

EL REINO DE DIOS EN LA CIUDAD

Tesis Principal:

Dios quiere que encarnemos y testifiquemos Su Evangelio y Su Reino dondequiera que vivamos. No hay lugar más importante para hacer esto que la ciudad.

Introducción

La ciudad en ruinas

Dios comenzó la historia en un jardín (Gn. 2) pero la terminará en una ciudad (Ap. 21–22). Cuando Jesús termine de redimir el mundo, éste será urbano: un lugar de diversidad, densidad y creatividad. Dios a través de Cristo está construyendo una ciudad (Heb. 11:10) y la idea de ―la ciudad‖ es, por lo tanto, una invención del propio Dios.

Pero, en la actualidad, la ciudad todavía es el lugar de refugio para las minorías, el lugar donde las leyes son hechas y ejercidas, el principal lugar donde la cultura es forjada y diseminada, y –sin duda– es el lugar de búsqueda y encuentro espiritual. Pero el pecado, del que ya hemos hablado, ha arruinado las ciudades a tal punto que ninguno de los propósitos originales está siendo apropiadamente realizado. Los profetas en la Biblia denuncian las ciudades como lugares de violencia, injusticia e incredulidad (Mi. 3:911).

Originalmente las ciudades eran lugares de refugio y seguridad. El muro de la ciudad hacía la vida de sus habitantes más segura dentro de ella (Sal. 25:28; Neh.1:3-4). Las ciudades se constituyeron en los mejores lugares para la habitación de las mujeres y los niños, minorías, inmigrantes, y otros con menos poder en una sociedad. Las ciudades eran los lugares donde la cultura era forjada. La plaza de la ciudad era el lugar donde las más numerosas y diversas conexiones comerciales, sociales, políticas y culturales pudieron hacerse. De estas interacciones, surgieron movimientos culturales para el resto de la sociedad. Por otro lado, las ciudades fueron diseñadas para ser lugares de fe, donde la torre más alta de la ciudad (castillo, o catedral, o rascacielos de oficinas) indicaban la fe de la ciudad en lo que la mayoría de la gente está trabajando y buscando para su significado.

Mientras la ciudad todavía produce cultura, lo hace marcada por la ruina del pecado y está lejos de glorificar a Dios en lo que desarrolla y produce. ¿Qué debemos hacer entonces? ¿Debemos abandonar las ciudades? La Biblia nos invita a redimir nuestras ciudades, familias e iglesias buscando rehabilitar sus problemas con la gracia de Dios.

La ciudad alternativa El evangelio de Cristo presenta alternativas para los grandes problemas de las ciudades contemporáneas. Los cristianos somos llamados a ser los portadores y diseminadores de la cura para estos males.

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Nuestras ciudades occidentales fueron construidas bajo los ideales de la Revolución Francesa, y el centro de este pensamiento está basado en la sobrevaloración del individuo. Fue producto de esta época que surgieron diversos procesos a favor del individuo (la Declaración de los Derechos Humanos, por ejemplo). El gran problema está en que ese ideal, que pretendía proteger al ser humano de las dictaduras, produjo en nuestra época ―la dictadura del individuo‖: el ser humano se siente el centro de todas las cosas y lo que importa es lo que él siente, lo que él cree, o aquello de lo que él tiene ganas. Uno de los grandes problemas de nuestras ciudades es el individualismo, y cuando hablamos de una cuidad alternativa, entre otras cosas, estamos hablando de la posibilidad de contrarrestar esta cultura egoísta. El ideal de Dios para la ciudad está construido bajo el principio del servicio, y en traer alegría al mundo con sus riquezas culturales. Jesús estableció su iglesia como una ―ciudad en un monte‖ la cual muestra la gloria de Dios al mundo con sus buenas obras (Mt. 5:14-17). Otro de los problemas que vemos en nuestra cultura es el consumismo destructivo en el cual vemos sumergidos a millones de individuos en nuestras ciudades. Hemos llegado al punto lamentable de ―vivir para trabajar‖, olvidando que fuimos creados con una vocación que nos permite ―trabajar para vivir‖ y –precisamente– cuando se clarifica nuestra vocación en medio de la ciudad, experimentamos libertad.

Desde un principio el hombre fue creado para vivir una vocación de vida que lo realice como persona, y Su Creador se colocó como la fuente de poder que sustentaba sus proyectos. Sin embargo, la desobediencia del hombre y su consecuente caída produjo una desconexión con Dios y una disfunción que lo mueve a la idolatría (Éx. 20:3). La Biblia enseña que una de las formas de idolatría es la búsqueda insaciable por las riquezas, y nos advierte sobre la imposibilidad de ―servir a dos señores‖ (Mt. 6:24). Al parecer, Jesús no ve el dinero sólo como un objeto, sino como una entidad que ejerce poder y autoridad sobre el hombre. El dinero tiene características de divinidad porque da seguridad, induce a la culpa, provee una sensación de libertad, da poder y parece ser omnipresente. Es por eso que para Dios el problema de la idolatría no está en los dioses cananeos, egipcios o babilónicos: en una sociedad de consumo como la nuestra, para Dios el problema se encuentra en el poder que ejerce el dinero en nosotros. Los cristianos somos llamados para ser una ciudad alternativa dentro de cada ciudad terrenal, para mostrar la forma en que el dinero y otros aspectos de la ciudad pueden ser usados en maneras no destructivas. Necesitamos ciudadanos que sepan involucrarse y proponer soluciones. La fe reformada no es una fe indiferente de los problemas sociales, sino que desafía a los creyentes a vivir su fe de manera concreta y ―encarnada‖, de tal manera que su fe sea más que un fuero íntimo y sea un estilo de vida que ―reforma‖ las familias, la sociedad y la cultura.

Estudio Bíblico Texto: Jeremías 29:1-7  ¿Qué políticas y actitudes hacia la ciudad fueron promovidas por el profeta Jeremías? (vs. 4-6).

________________________________________________________________________________________________  ¿Cómo podemos aplicar esto en nuestra ciudad?

________________________________________________________________________________________________


 Según el v. 7, ¿cuáles son las dos instrucciones que da Dios a los exiliados acerca de cómo relacionarse con la ciudad de Babilonia?

________________________________________________________________________________________________ 

¿Cuál es la promesa que el Señor les hace, si ellos colaboran con el bienestar de la ciudad?

________________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XXXV – Art. I y IV – Dios, en su amor infinito y perfecto, habiendo provisto en el pacto de gracia, por la mediación y el sacrificio de Jesucristo, un camino de vida y salvación, suficiente y adaptado a toda la raza perdida de la humanidad, libremente ofrece a todos los seres humanos ésta salvación en el evangelio. Cristo ha comisionado a su Iglesia para que vaya y haga discípulos de todas las naciones. Por lo tanto, todos los creyentes están obligados a sustentar las ordenanzas de la religión cristiana en su lugar de residencia y a contribuir con sus oraciones, sus ofrendas y esfuerzos personales para la extensión del Reino de Cristo a través de toda la tierra.

Lecturas El Cristianismo sirvió como un movimiento de revitalización que se levantó en respuesta a la miseria, el caos, el miedo y la brutalidad de vida en el mundo urbano Greco–Romano. El Cristianismo revitalizó la vida en las ciudades al proveer nuevas normas y nuevas clases de relaciones sociales capaces de hacer frente a los muchos problemas urbanos urgentes. A las ciudades llenas con gente sin hogar y empobrecidas, el Cristianismo ofreció caridad así como esperanza. A las ciudades llenas de recién llegados y extranjeros, el Cristianismo ofreció una inmediata base de relaciones. – Rodney Stark. Dios en nuestro tiempo se está moviendo al punto más alto a través de una variedad de factores sociales, políticos y migtración

económicos, para llevar a la gente a un contacto cercano uno con el otro, a una mayor interacción e interdependencia y a un alcance para escuchar el evangelio. A través de la migración mundial a la ciudad, Dios posiblemente está colocando el escenario más grande para las misiones Cristianas y quizá la hora final, ahora que una mayoría de la población no alcanzada del mundo vive en ciudades. Ignorar la situación de las masas urbanas o rechazar luchar contra las desgracias y complejidades de la vida de la ciudad es peor que simplemente tener un error de estrategia. Esto es una inconsciente desobediencia a Dios, quien por su providencia dirige los movimientos de la gente y crea oportunidades misioneras. – Roger Greenway. Quizá la mejor comparación para describir todo esto es el modelo de una casa. Nosotros somos la demostración de Dios como la comunidad bajo el dominio de Cristo en la ciudad incrédula. En una porción de tierra del mundo, comprada con la sangre de Cristo. El desarrollo del Reino de Jesús ha comenzado a construir una nueva casa. Como un ejemplo de lo que este será, él ha levantado un modelo de casa que eventualmente llenará el vecindario urbano. Él ahora invita al mundo a entrar a la casa modelo para echar un vistazo de lo que será. La iglesia es el ocupante de este modelo de casa, invitando a los vecinos a entrar en su puerta abierta para Cristo. Evangelismo es cuando decimos ―Entren y miren alrededor‖. Como ciudadanos de, no como sobrevivientes en, esta nueva ciudad dentro de la vieja ciudad, vemos nuestra propiedad como el regalo de Jesús el Constructor (Lc. 17:20-21). Como residentes, no como peregrinos, esperamos la llegada del Reino cuando el Señor

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regrese de su lejano país (Lc. 19:12). La tierra ya es suya. En este modelo de casa vivimos nuestro nuevo estilo de vida como ciudadanos de la ciudad celestial que un día vendrá. Nosotros no abandonamos nuestros trabajos ni la ciudad. Vivimos para ―buscar el bienestar de la ciudad adonde los he deportado‖ (Jer. 29:7). – Harvie Conn. 52

La misión de Pablo se centró en ciudades e ignoró el campo rural (Hch. 16:8-9,12). Lo hizo porque en la ciudad 1) 50

la gente estaba más abierta a nuevas ideas; 2) los centros de leyes, política y arte eran más accesibles; y 3) cada raza y nacionalidad podían oír la verdad. Hacia el año 300 d.C. el 50% de la población de las ciudades eran cristianos, mientras que el campo rural era pagano (la palabra pagano significa ―habitante rural‖). Así cómo va la ciudad, así va la sociedad. Si un cristiano vive en la ciudad, esta es totalmente el lugar más estratégico para vivir. – Tim Keller.

Diálogo 

¿De qué maneras podemos mostrar al mundo el evangelio cuando vivimos en una ciudad?

¿Es posible redimir la cultura de la ciudad para Cristo? ¿Cuál es la función de la iglesia en esta transformación?

¿En qué medida afectaron a nuestra cultura los procesos culturales hacia la sobrevaloración del individuo?

¿Por qué decimos que el dinero es una entidad y no meramente un objeto?



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Lección 10

Nuestro ADN 4: REINO - IGLESIA

¿Y AHORA QUE SOMOS CRISTIANOS? Concepto Clave:

MEDIOS DE GRACIA

Tesis Principal:

Los medios de gracia son los instrumentos ordinarios de la gracia, es decir, de las influencias sobrenaturales del Espíritu Santo en la vida de todo cristiano.

Introducción

2. Sacramentos: Señales y Sellos del Pacto

La Salvación no es la línea de llegada, sino el inicio de nuestra vida cristiana: constituye el camino seguro de un constante abandono del pecado en dirección a Dios. El propósito de nuestra salvación no fue la salud, la felicidad, o el éxito, sino la SANTIDAD (Ro. 1:7).

Los sacramentos no pueden existir ni pueden ser completos sin la Palabra. La diferencia fundamental consiste en que la Palabra es absolutamente necesaria para la salvación, mientras que los sacramentos no lo son. En su uso clásico la palabra ―sacramentum‖ significa, en general, algo sagrado o misterios. Los sacramentos son un testimonio visible de la gracia de Dios para con nosotros. Agustín de Hipona decía que es una forma visible de una gracia invisible.

1. Palabra de Dios: El medio más importante El medio de gracia más importante es la Palabra de Dios, porque es absolutamente necesaria para la salvación. Los otros medios de gracia se basan en ella para ser eficaces: la Palabra existe sin los otros medios, pero los otros medios no pueden existir sin la Palabra.

El Bautismo: Purificación y Señal del Nuevo Pacto

Por medio de la Palabra, Dios perfecciona a Sus hijos hasta que todos lleguemos al conocimiento pleno del Hijo de Dios. Él puede perfeccionarnos con tan sólo una orden y en un sólo instante, pero a su vez quiere que lleguemos a la edad perfecta poco a poco, con nuestro esfuerzo, dedicación y perseverancia.

En el Antiguo Testamento vemos que Dios instituyó el sacramento de la Circuncisión. En el Nuevo Testamento el Señor Jesucristo lo substituyó por el Bautismo, y la razón para esa sustitución fue que después del derramamiento de la sangre de Cristo los sacramentos con sangre tenían que ser cambiados por sacramentos sin sangre.

La Palabra es justamente el medio por el cual Dios a través de Su Espíritu Santo despierta en nosotros todos los pensamientos, sentimientos, propósitos y acciones santas. Por lo tanto, el cristiano no puede vivir sin la Biblia de la misma forma que su cuerpo no puede vivir sin alimento.

El Bautismo es primeramente una señal que simboliza la gran verdad de que el alma es lavada del pecado mediante la aspersión de la sangre de Cristo, y purificada de su contaminación por la renovación realizada por el Espíritu Santo.

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El Bautismo es un sello o garantía de la promesa de Dios en salvar a los hombres por la sangre de Cristo. La obediencia al mandato de Dios trae alegría y bendición al creyente, y el Espíritu Santo actúa por intermedio de esa señal para aumentar nuestra fe.

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La circuncisión incluía a los hijos de los fieles en el pacto de Dios con su pueblo (Gn. 17:1-14). La circuncisión era el sello de la fe de Abraham y la señal de su fe fue aplicada a sus hijos. La Iglesia cristiana es la continuación de la Iglesia del Antiguo Testamento; los símbolos y rituales cambiaron, pero la Iglesia (Su pueblo) es la misma. Debido a esto, debemos decir que el Bautismo infantil no salva al niño, pero los padres –además de cumplir un mandato del Señor– asumen también el compromiso de educar en la ley del Señor. Y los hijos de los creyentes deben ejercer, en el futuro, una fe personal en Jesucristo, arrepentirse de sus pecados y creer en el Señor Jesús, para que sean salvos. El Bautismo infantil es el ritual de iniciación que simboliza la fe de los padres en las promesas de Dios en relación a sus hijos.

La Santa Cena: Celebración y Garantía del Nuevo Pacto Así como el Bautismo tiene su paralelo en el Antiguo Testamento, la Santa Cena también tiene el suyo: La Pascua. Esta fiesta, la más antigua de las fiestas judaicas, fue instituida para recordar la muerte de los primogénitos de Egipto y la liberación de los israelitas (Éx. 12:1-13). El Nuevo Testamento atribuye a la Pascua no solamente un recuerdo de la liberación de Egipto, sino también una señal y sello de la liberación de la esclavitud del pecado. Fue, justamente, en conexión con la comida y celebración pascual que Jesús instituyó la Santa Cena. Cuando comemos y tomamos el pan y el vino, tenemos que tener presente la presencia espiritual de Cristo. Existe Cristo

una comunión mística que el creyente disfruta en él. En estos elementos tenemos un sello y una garantía de lo que Dios hizo por nosotros. Los efectos y virtudes del sacrificio de Cristo sobre la cruz están presentes y son realmente transmitidos de manera exclusiva a todos aquellos que son miembros del cuerpo de Cristo (Su Iglesia). Los beneficios conferidos a los creyentes, en este sacramento, son el perdón de los pecados y la confirmación de la fe. El comulgante recibe de la mesa del Señor los beneficios de la muerte redentora de Cristo, y su fe es confirmada por el sello y garantía divinamente designados de las promesas de Dios.

3. Oración: Fruto, Instrumento y Medio La oración es fruto de la gracia, porque Dios nos concede la capacidad de dirigirnos a Él como hijos. Este es un privilegio de quienes recibieron a Jesús como Señor y Salvador (Ro. 8:15-16). Orar es ejercitar nuestra confianza en la providencia de Dios, sabiendo que Él es quien nos sustenta como nuestro Padre y sabe lo que necesitamos (Lc. 12:29-30). La oración también es un instrumento de la gracia de Dios, porque por medio de ella podemos aproximarnos delante del trono de la gracia y pedir, suplicar, rogar algo a Dios y abrir nuestro corazón a Jesús, manifestándole nuestras carencias, angustias, temores, frustraciones, proyectos, etc. Él responde nuestras peticiones de acuerdo con Su voluntad, Su promesa y Su fidelidad. La oración es un medio de la gracia porque por ella se comunican las influencias vivificadoras y santificadoras del Espíritu Santo en nuestras almas. La oración nos conduce cerca de Dios, que es la fuente de todo bien. Cuando el alma se acerca a Dios, Él se acerca manifestando Su gloria, derramando Su amor y dándonos paz.


Estudio Bíblico Texto: 2a Timoteo 3:16; Hechos 2:38; 1a Corintios 11:26; Efesios 6:17  ¿Para qué sirve la Palabra de Dios? (2 Ti. 3:16-17)

________________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la condición para el arrepentimiento y su respectiva señal? (Hch. 2:38)

________________________________________________________________________________________________  ¿Qué celebramos del pasado y qué anunciamos del futuro en la Santa Cena? (1 Co. 11:26)

________________________________________________________________________________________________  ¿Bajo la influencia de quién se debe orar? ¿Por qué nos habla de perseverancia? (Ef. 6:17-18).

________________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XIV – Art. I – La gracia de la fe, por la cual se capacita a los elegidos para creer para la salvación de sus almas, es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, y es hecha ordinariamente por el ministerio de la palabra; también por la cual, y por la administración de los sacramentos y por la oración, se aumenta y se fortalece. Capítulo XXVII – Art. I, IV, V – Los sacramentos son

señales y sellos santos del pacto de gracia, instituidos directamente por Dios, para representar a Cristo y a sus beneficios y para confirmar nuestra participación en él, y también para establecer una distinción visible entre aquellos que pertenecen a la iglesia y el resto del mundo, y para obligarlos solamente al servicio de Dios en Cristo, conforme a Su Palabra. Sólo hay dos sacramentos instituidos por Cristo Nuestro Señor en el Evangelio; y son el Bautismo y la Cena del Señor; ninguno de los cuales debe ser administrado sino por un ministro de la palabra legalmente ordenado. Los sacramentos del Antiguo Testamento, en cuanto a las cosas espirituales significadas y manifestadas por ellos, eran en sustancia los mismos del Nuevo.

Lecturas Si tratas de entrar al asunto del bautismo de infantes sin antes considerar estos tres aspectos doctrinales (la unidad de la Biblia, las enseñanzas implícitas y explícitas de la Biblia, y el origen y propósito del bautismo), acabarás estrellándote contra la pared. Pero si consideras con seriedad primero estos tres aspectos comenzarás a ver cómo la enseñanza del bautismo infantil empieza a emerger de las Escrituras. – Richard Pratt Jr. Cuando Dios hizo alianza con Abraham no comenzó diciéndole que se circuncidara sin saber porqué había de hacerlo, sino que le explica el pacto que quiere confirmar con la circuncisión; y después que Abraham creyó en la promesa, entonces le ordenó el sacramento. En cambio su hijo Isaac, la recibe antes de poder comprender lo que hacía, porque el hombre ya en la edad del discernimiento, antes de ser hecho partícipe del pacto debe saber primero qué es y en qué consiste. Como el hijo del creyente participa del pacto de Dios sin entenderlo, no se le debe negar el signo, pues es capaz de recibirlo sin necesidad de comprenderlo. – Juan Calvino.

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He aquí cómo conoceremos a la Iglesia visible (verdadera): donde quiera que veamos predicar sinceramente la Palabra de Dios y administrar los sacramentos conforme a la institución de Jesucristo, no dudemos de que hay allí una iglesia, pues su promesa no nos puede fallar: ―Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos‖. – Juan Calvino. 58

A menos que en el primer momento del día aprendas a abrir las puertas en ancho y dejar que Dios entre, trabajarás en el nivel equivocado todo el día; pero abre bien las puertas y órale a tu Padre en secreto, y toda cosa pública será estampada con la presencia de Dios. – Oswald Chambers.

Si pierdo un día de orar, un solo día, perdería bastante fuego de fe. – Martin Lutero.

Diálogo  ¿Cuáles son los tres medios de gracia?  ¿Por qué la Palabra de Dios es el medio de gracia más importante?  Si somos cristianos, ¿por qué debemos bautizar a nuestros hijos?  ¿La Santa Cena es exclusiva de los miembros del cuerpo de Cristo? ¿Por qué?  ¿Por qué decimos que la oración es un instrumento de la gracia de Dios? ¿Esto no se contradice con la soberanía de Dios?


Lección 11

Nuestro ADN 4: REINO - IGLESIA

¿POR QUÉ NO PUEDO HACER ESTO SOLO? Concepto Clave:

IGLESIA

Tesis Principal:

La iglesia es la comunidad de todos aquellos que creen en Cristo y por la fe son santificados e incorporados a su cuerpo.

¿Qué es la Iglesia? La mayoría de la veces cuando intentamos dar una definición clara de lo que significa ―Iglesia‖, tendemos a definirla como el edificio o estructura donde se reúnen las personas a adorar a Dios.

Por su parte, la iglesia invisible es llamada así para denotar su carácter espiritual, pues el término señala la relación espiritual de cada uno con Cristo, y eso es algo que los ojos físicos no pueden ver. Sin embargo, la unión espiritual con Cristo constituye un hecho real de iglesia.

Sin embargo, cuando nos sumergimos en la Biblia vemos que ella nos muestra una definición completamente diferente. La palabra griega que se emplea para Iglesia es ―Ekklesia‖ (lit. ―llamar afuera‖); sin embargo, culturalmente era utilizada en sinónimo de ―asamblea‖ o ―congregación‖. Por lo tanto, podríamos traducirla como la ―congregación de los que han sido llamados hacia afuera ‖, y se usa para designar a la congregación de los que han sido alcanzados y llamados por Dios a vivir en una relación eterna con Dios Padre (Hch. 11:26).

La iglesia es la congregación de los santos que se reúnen para adorar a Dios. Esto no quiere decir por ningún motivo que el templo donde nos reunimos no sea la Casa de Dios, y tampoco que las actividades dentro del templo no deban servir para glorificar al Señor. Todo lo contrario: el templo donde nos reunimos lo consagramos (separamos) para el servicio y el culto a Dios, y la santidad en este templo viene de Cristo, que está presente con sus llamados cuando se reúnen en el edificio.

La iglesia de hoy es visible e invisible. Se denomina iglesia visible simplemente por ser posible de ver con los ojos físicos. Toma forma humana en sus miembros, que son seres humanos, creados y alcanzados por Cristo; y además es visible en sus sacramentos, ministerios y también en su organización externa y gobierno. Define en forma singular a una compañía formada por los creyentes profesos.

La Unidad de la Iglesia En el Nuevo Testamento se puede observar la comparación de la iglesia con el cuerpo de Jesús. En varias ocasiones se usa esa figura para describir a la iglesia: ―un

cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una

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fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos‖ (Ef. 4:4-6). Jesús mismo pronunció las siguientes palabras: ―Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros‖ (Jn. 17:11). 60

La Biblia nos enseña que la base sobre la cual la unidad de la iglesia está sustentada es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si nos fijamos en el texto veremos que Jesús no está diciendo que nosotros, con nuestras propias fuerzas, seamos el motor de unidad de la iglesia. Dios Padre está en nosotros y nosotros estamos en Él, Jesucristo está en nosotros y nosotros estamos en Él, y el Espíritu Santo está en medio de nosotros y nosotros en Él. Por lo tanto, la Iglesia como ―cuerpo‖ tiene el motor de su unidad en la Trinidad que produce una unidad inquebrantable, indestructible y permanente. Si nosotros entendiéramos la iglesia ―sin Dios‖ y ―separados de Dios‖ entonces tendríamos una institución social que alberga a personas para conseguir metas personales. En cambio, cuando la iglesia es entendida ―con Dios‖ y ―junto a Dios‖, se trasforma en una unidad orgánica que busca glorificar a Dios y gozar de Él para siempre; que busca mantener vidas activas, llenas de esperanza, con una visión diferente en las calamidades. La iglesia se trasforma en un refugio para los necesitados, en un hogar para los huérfanos, en cobija para los que sienten frío, porque será una familia sustentada por Dios. La iglesia que entiende esta unidad se esconde detrás de la cruz y se crucifica con Cristo, para que con Cristo también sea levantada victoriosa del olvido y del anonimato ante el mundo que no lo conoce, y el cual no lo verá sino en ella y a través de ella.

Iglesia… ¿Para qué? Ahora nos podríamos preguntar ―¿es posible estar fuera

de la iglesia y ser un buen creyente?‖ Esta es una pregunta muy frecuente en los medios cristianos, y puede parecer un buen cuestionamiento lógico; sin embargo, la Biblia es clara en presentar esta imposibilidad. Alguien que conoce a Cristo y es llamado como hijo, es también parte de la familia de Dios, pertenece a su iglesia. Observemos cómo se evidencia esa actitud de unidad y una dinámica interesante en los inicios del cristianismo, registrado por Lucas en Hechos 2:42-47. Podemos ver un modelo muy claro de lo que es iglesia en Hechos. Lucas nos relata cómo era el concepto de iglesia que tenían los primeros cristianos, y el ejemplo es gravitante para nosotros: Ellos perseveraban todos juntos en la doctrina, el partimiento de pan, las oraciones y en la comunión unos con otros. Desde la perspectiva de Dios esto era grato. A Dios le agradaba que los cristianos estuvieran unidos y vivieran en unidad. En Hechos se nos recalca esto al mostrar la repuesta de Dios frente a estos sucesos, pues se señala que ―El Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser

salvos‖. Vemos que el Señor se agradaba de esta costumbre, y respondía favorablemente a sus hijos. Él envía a sus hijos a la iglesia, a esa unión. Entonces, ¿por qué nosotros deberíamos vivir aisladamente como cristianos, si el Señor mismo nos une a una comunidad?


Estudio Bíblico Texto: Salmo 122  ¿En qué contexto se escribe este salmo y por qué está dentro de los cánticos graduales?

_______________________________________________________________________________________________  ¿De qué nos está hablando el salmista?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la expectativa que tenemos al ir a la iglesia? (vs. 1-2)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué nos invita a observar el salmista en la experiencia de ser parte de una iglesia? (vs. 3-5)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Por qué es necesario ir a la iglesia? ¿Qué bendición vamos a recibir? (vs. 6-9)

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XXV – Art. I, II y VI

– La iglesia católica o

universal, que es invisible, se compone del número de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en Uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo en todo. La iglesia visible, que también es católica o universal bajo el evangelio (no está limitada a una nación como anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, juntamente con sus hijos, y es el Reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación. No hay otra cabeza de la Iglesia sino el Señor Jesucristo. Capítulo XXVI – Art. I y II – Todos los santos que están

unidos a Jesucristo su cabeza, por su Espíritu y por la fe, tienen comunión con Él en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y gloria. Y estando unidos unos a otros en amor, tienen comunión en sus mutuos dones y gracias; y están obligados al cumplimiento de tales deberes, públicos

y privados, que conducen a su mutuo bien, tanto en el hombre interior como en el exterior. Los santos, por profesión, están obligados a mantener una comunión y un compañerismo santos en la adoración a Dios y a realizar los otros servicios espirituales que promueven su edificación mutua; y también a socorrerse los unos a los otros en las cosas externas, de acuerdo con sus diferentes habilidades y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según Dios presente la oportunidad, a todos aquellos que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.

Lecturas Las Escrituras exigen de nosotros y nos advierten a que consideremos que cualquier favor que obtenemos del Señor, lo hemos recibido con la condición de que lo empleemos para el beneficio común de la Iglesia. Hemos compartido liberalmente y agradablemente sobre todos y cada uno de los favores del Señor con los demás, pues esto es la única cosa que los legitima.

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Todas las bendiciones de que gozamos son depósitos divinos que hemos recibido con la condición de distribuirlos a los demás. – Juan Calvino. La iglesia es la única comunión fraternal en el mundo cuyo único requisito para integrarla es la falta de mérito del candidato. – Robert Munger. 62

Rechacé la iglesia durante un tiempo, porque encontré muy poca gracia ahí. Volví porque no descubrí gracia en ningún lugar. El proceso me enseñó que el secreto para encontrar la iglesia correcta está dentro de mí. Tiene que ver con la manera de mirar a la iglesia. – Philip Yancey.

En el Nuevo Testamento, nadie viene a la Iglesia simplemente para ser salvo y feliz, sino para tener el privilegio de servir al Señor. Y debemos tener presente siempre el beneficio que recibimos al servir y trabajar en la Iglesia. – Karl Barth. La Biblia desconoce la religión solitaria. – John Wesley. Una iglesia es una iglesia, cuando existe para aquellos que no pertenecen a ella… y su obligación es incondicional para con las víctimas de todo sistema social, incluso si no pertenecen a la comunidad cristiana. – Dietrich Bonhoeffer.

Diálogo  En sus propias palabras, ¿qué es la Iglesia?  ¿El motivo de congregarnos es bíblico?  ¿Es esencial ser parte de la iglesia para ser salvo?  ¿Es la iglesia de Cristo UNA sola?  En su opinión, actualmente, ¿la Iglesia está al servicio de Jesús o ―le hace sombra‖?  ¿Es posible vivir la vida cristiana sin una relación con una comunidad de fe?


Lección 12

Nuestro ADN 4: REINO - IGLESIA

¿POR QUÉ Nos congregamos en esta iglesia? Concepto Clave:

IDENTIDAD REFORMADA Y PRESBITERIANA

Tesis Principal:

La forma de ser y entender el mundo y la vida de la fe reformada es, al mismo tiempo, fiel a la Escritura y relevante para el mundo contemporáneo.

Antecedentes históricos Cuando se dieron los albores del siglo XVI (los años 1500‘s) en Europa, la iglesia cristiana estaba, tristemente, desde hacía varios siglos desviada de la doctrina bíblica pura y de la enseñanza de Cristo y los apóstoles. Supersticiones anti-bíblicas como las oraciones por los muertos y la falsa esperanza de obtener perdón de pecados a través del pago de sumas de dinero (venta de indulgencias); tiranías y abuso de autoridad de parte de un clero que, en vez de servir a sus hermanos, se consideraba superior e intocable, a pesar de no tener ningún conocimiento de la Biblia y sus doctrinas; falsa adoración a Dios, a través de imágenes y ritos ―mágicos‖ que mantenían a naciones enteras en idolatría y totalmente apartadas del Dios a quien creían adorar. Este era el lamentable panorama cuando un monje agustino de Alemania, llamado Martín Lutero, se dedicó a estudiar cuidadosamente la Biblia (un libro de difícil acceso en aquella época) y comenzó a cuestionar públicamente las diversas prácticas anti-bíblicas de la iglesia oficial. El 31 de octubre de 1517, Lutero comenzó sus cuestionamientos públicos, clavando en la puerta de la iglesia de Wittenberg 95 tesis o razones por las cuales la venta de indulgencias era

era una práctica anti-cristiana. A la luz de la Escritura, otros cuestionamientos comenzaron a diseminarse no sólo desde la pluma y la predicación de Lutero, sino de muchos otros creyentes que comenzaron a anhelar una renovación o ―reforma‖ de la iglesia cristiana, lo que fue llamado históricamente la ―Reforma Protestante‖. La estructura oficial de la iglesia de aquellos tiempos, sin embargo, no quiso reformarse volviendo a la antigua doctrina bíblica y apostólica y terminó excomulgando a Lutero y a los que tenían ideas similares. Esto produjo que en diversos países, las iglesias simplemente se separaran de la iglesia católico-romana, constituyéndose en lo que pasó a denominarse ―iglesias protestantes‖, ―evangélicas‖ y ―reformadas‖, las cuales se dieron el propósito de retornar a la doctrina y al estilo de la iglesia apostólica. Fue en este contexto, el año 1538, que un joven teólogo francés, muy competente y fiel a la Escritura, llamado Juan Calvino, fue llamado a asumir el pastorado en la ciudad suiza de Ginebra. A pesar de dificultades, tropiezos y oposiciones, Calvino logró a lo largo de décadas de fiel y perseverante trabajo pastoral, instaurar en la ciudad de Ginebra una forma de ser iglesia que quedó conocida en la historia como ―reformada‖.

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Presbiteriano

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Como parte del movimiento reformado surge la Iglesia Presbiteriana como una iglesia cristiana de teología calvinista que nace en Escocia en el año 1560 (organizada por John Knox). El nombre ―presbiteriana‖ responde a su forma de gobierno, ya que es regida por ―Presbíteros‖ (también llamados ―Ancianos‖), que en el tiempo de la iglesia cristiana de los primeros siglos gobernaban la Iglesia (según consta en el Nuevo Testamento). Las iglesias presbiterianas son pastoreadas por ―presbíteros‖, elegidos democráticamente por las comunidades de cristianos locales. Estas comunidades son gobernadas por un ―consistorio‖ de presbíteros. Estos oficiales también integran los concilios de la iglesia, que son los Presbiterios, y el conjunto de Presbiterios forman el Sínodo. Los presbíteros pueden ser regentes (que gobiernan) y docentes (que enseñan), es decir, los pastores. Las enseñanzas de la Iglesia Presbiteriana fueron resumidas por la Asamblea instituida en Westminster (Londres), en el año de 1643, la cual confeccionó la ―Confesión de Fe‖ de nuestra iglesia. Al aceptar esta confesión nos declaramos así una Iglesia Confesional.

Características Esenciales Centralidad de la gloria de Dios. Para los reformados el centro de nuestra doctrina, de nuestra fe, de nuestra adoración, de nuestra forma de ver la vida y el mundo es sólo uno: Dios. Los reformados confesamos, conforme dice la Escritura, que Dios no necesita a nada ni a nadie, Él es el único ser totalmente libre e independiente en el sentido más absoluto. Nada ni nadie le coarta, le aconseja, le da directrices o lo limita. Nada ni nadie pueden resistirle u oponerse a Su voluntad. Así, vemos que Dios se glorifica a sí mismo, ama su gloria y se deleita en ella desde toda la eternidad porque su gloria es lo más placentero que existe. Autoridad de la Biblia. Con el fin de que podamos conocerle y glorificarle, Dios nos dio Su revelación de sí mismo

mismo, infalible y suficiente: la Biblia. Aún cuando reconocemos en hombres como Martín Lutero o Juan Calvino, instrumentos de Dios para bendecir a la iglesia, el único compromiso absoluto e irreductible que tenemos como reformados en asuntos de doctrina y práctica es con la Biblia, que es la Palabra de Dios infalible. Todas las enseñanzas de hombres son analizadas y pesadas a la luz de la Escritura y sólo son aceptadas si pasan el ―colador‖ de la Palabra, que es la verdad revelada de Dios. Soberanía de la Gracia de Dios en la salvación. Los reformados confesamos, que el ser humano está en la integridad de su ser afectado por el pecado y esclavizado al mismo y que, por eso, el hombre ha perdido toda capacidad de buscar a Dios, de arrepentirse y de volverse a Él. Por lo tanto, Dios en su gracia soberana, ha elegido incondicionalmente a los que han de ser salvos desde antes de la fundación del mundo. Involucramiento del creyente en la sociedad y la cultura. Los creyentes reformados entendemos claramente, a la luz de la Escritura, que el Señor no quiere que tan sólo nos encerremos en cuatro paredes a orar y leer la Biblia mientras esperamos que Cristo vuelva. Sabemos que el plan de Dios es ―hacer nuevas todas las cosas‖ por medio de Cristo, que es la Cabeza de la Iglesia. Debido a esto, buscamos involucrarnos a través de nuestra vida familiar, de nuestros estudios, de nuestro trabajo, de nuestro rol como ciudadanos de un país, etc., en esta misión de ―reconciliar en Cristo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en el cielo‖ porque sabemos que Dios ha llamado a sus escogidos para que sean ―ministros de reconciliación‖. Por causa de esto el creyente reformado busca en oración que Dios le confirme su vocación y considera santa cualquier vocación para la cual Dios le ha dado capacidades y le ha llamado: ya sea pedagógica, artística, política, científica, médica, de servicio, etc., y no sólo las vocaciones religiosas. El creyente reformado también busca involucrarse en la vida comunitaria de su barrio, en la vida política y cultural de su país desde una perspectiva genuinamente cristiana, para así llevar a los pies de Cristo toda y cualquier conquista.


Estudio Bíblico Texto: Salmo 115  ¿Cuál es el principio que abrazó la reforma expresado en los primeros versículos? (vs1-2)

_______________________________________________________________________________________________  ¿La soberanía de Dios se limita a la salvación? (v.3)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué tipo de relación espera entablar Dios con nosotros? (vs.4-9)

_______________________________________________________________________________________________  ¿A quién se extiende la bendición que recibimos de parte de Dios? (vs.10-14)

_______________________________________________________________________________________________  El texto dice: ―(nos) ha dado la tierra‖ (vs.15-16) ¿De qué forma bendeciremos a Jehová delante de semejante responsabilidad?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo II – Art. II – Dios posee en sí mismo y por sí

mismo toda vida, gloria, bondad y bienaventuranza; es suficiente en todo, en sí mismo y respecto a sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que Él ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta Su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas, teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad. Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; su conocimiento es infinito, infalible e independiente de toda criatura, de modo que para Él no hay ninguna cosa contingente o incierta. Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras y en todos sus mandatos. A Él son debidos todo culto, adoración, servicio y obediencia que tenga a bien exigir de los ángeles, de los hombres y de toda criatura.

Capítulo XXXI – Art. I y III – Para el mejor gobierno y

mayor edificación de la iglesia debe haber tales asambleas como las comúnmente llamadas sínodos o concilios, y corresponde a los presbíteros y otros oficiales de las determinadas iglesias, en virtud de su oficio y del poder que Cristo les ha dado para edificación y no para destrucción, convocar tales asambleas, y reunirse en ellas con tanta frecuencia como juzguen conveniente para el bien de la iglesia. Todos los sínodos o concilios desde los tiempos de los apóstoles, ya sean generales o particulares, pueden errar, y muchos han errado; por eso es que no deben ser la regla de fe o de conducta, sino una ayuda para ambas.

Lecturas El calvinismo está arraigado en una forma de religión particular; y desde esta conciencia religiosa específica se desarrolló primeramente una teología específica, después un orden especial de la iglesia, y después una forma dada

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para la vida política y social, para la interpretación del orden moral del mundo, para la relación entre naturaleza y gracia, entre el cristianismo y el mundo, entre la iglesia y el estado, y finalmente para las artes y la ciencia; y en medio de todas estas manifestaciones de vida permaneció siempre el mismo calvinismo, en cuanto todos estos desarrollos surgieron simultáneamente y espontáneamente desde su principio más profundo de vida. El calvinismo pretende incorporar

incorporar la idea cristiana de manera más pura y correcta que el romanismo o el luteranismo. El calvinismo apareció, no solamente para crear una forma diferente de iglesia, sino una forma completamente diferente para la vida humana, para proveer la sociedad humana con un método de existencia diferente, y para poblar el mundo del corazón humano con ideales y conceptos diferentes. – Abraham Kuyper.

Diálogo 

¿Por qué razones fue necesaria una reforma en la Iglesia cristiana del siglo XVI?

¿Cuál es fue la verdadera intención de Martin Lutero al clavar las 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg?

¿Por qué nos llamamos presbiterianos? ¿Cuál es la importancia de su forma de gobierno?

¿Cuáles son las características esenciales de las iglesias reformadas?



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Lección 13

Nuestro ADN 5: IGLESIA - COMPROMISO

¿Y AHORA QUE SEREMOS MIEMBROS? Concepto Clave:

DERECHOS Y RESPONSABILIDADES

Tesis Principal:

Al ser miembros de una iglesia como institución tenemos derechos y también responsabilidades que cumplir.

Derechos Un ―derecho‖ es la facultad de disfrutar o acceder a algo en plenitud sin que alguien lo prohíba. Al incorporarnos como miembros de una de las congregaciones locales de la Iglesia Presbiteriana de Chile, nos incorporamos a una Iglesia con una presencia histórica muy importante en el país. La Iglesia Presbiteriana de Chile fue organizada el 7 de Junio de 1868, en la cuidad de Santiago y ha desarrollado su labor de difusión del Evangelio de Jesucristo, a través de los años. En su dirección administrativa nació bajo el nombre de Presbiterio de Chile, que fue organizado en la ciudad de Valparaíso el 13 de Junio de 1883. El Presbiterio de Chile dependía hasta 1963 del Sínodo de Nueva York de la Iglesia Presbiteriana Unida de Estados Unidos. Al crearse tres nuevos presbiterios, se constituyó el Sínodo de la Iglesia Presbiteriana de Chile como cuerpo eclesiástico autónomo, aprobando y poniendo en vigencia desde enero de 1964 su Constitución oficial.

La Constitución y los Derechos de sus miembros La Constitución de la IPCH (Iglesia Presbiteriana de Chile) nos presenta nuestros derechos como miembros del cuerpo de Cristo y como miembros de la Iglesia Presbiteriana de Chile de la siguiente manera en el Artículo 15: 1º Pueden ser elegidos para cargos en las Organizaciones de la iglesia los que hayan cumplido un periodo no inferior a 6 meses como miembros comulgantes y que sean contribuyentes efectivos y sistemáticos. 2º Para el cargo de Presbítero Regente, Diácono y Tesorero los designados deben ser capaces y contribuyentes efectivos y sistemáticos. Además deberán ser miembros en plena comunión de la iglesia que los elige con una antigüedad no inferior de un año, salvo en casos excepcionales venidos de otras Iglesias Presbiterianas, bajo la jurisdicción del V. Sínodo. 3º Sólo miembros de iglesias Evangélicas en plena comunión pueden tomar parte en la Santa Cena. Para presentar sus hijos o menores bajo su cuidado al Bautismo cristiano, por lo menos uno de los padres debe ser miembro comulgante de la Iglesia Presbiteriana de Chile, en la cual se administra el Sacramento.

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En síntesis, la Constitución presenta tres ámbitos de derechos de sus miembros: la posibilidad de ser elegidos para los distintos cargos cuando se cumpla con los requisitos correspondientes; participar de la Cena del Señor estando en plena comunión con la IPCH o su respectiva iglesia evangélica; y el derecho de bautizar a sus hijos. 70

Así como tienen derecho a ser elegidos, los miembros en plena comunión tienen derecho a voz y voto en las Asambleas congregacionales. Es decir, opinar, sugerir, proponer y fiscalizar, junto con votar en el contexto de la elección de los oficiales de la iglesia.

Responsabilidades La responsabilidad más sublime es la obediencia absoluta a Dios y sus mandamientos. Mucho antes de la Caída, al hombre se le dio la tarea de ser obediente y responsable delante de Dios (Hch. 4:19; 5:29; 1 Pe 1:2). Las Escrituras nos enfatizan dos responsabilidades básicas a cumplir como miembros del cuerpo de Cristo: la predicación del evangelio y el hacer discípulos (Mt 28:19-20). Es responsabilidad de todo creyente propagar el evangelio de Jesucristo; obedecer a sus líderes, pastores y presbíteros, si estos son fieles a la Palabra del Señor (Hb. 13:17); a las autoridades civiles y a las instituciones de sus gobiernos civiles (1 Pe. 2:13). De la misma forma es nuestra responsabilidad buscar la santidad y la piedad (Hb. 12:14), preocuparnos por el prójimo y amarlo (Mr. 12:33); y otros deberes sociales como, por ejemplo, en el caso de los matrimonios es amarse y cuidarse mutuamente (Ef. 5:28). Así como cristianos en forma general tenemos ciertas responsabilidades claramente estipuladas en la Palabra de Dios, como miembros específicos de la Iglesia Presbiteriana de Chile asumimos responsabilidades que están fuertemente arraigadas en los principios bíblicos y que nos comprometemos a cumplir y obedecer.

La Constitución y las Responsabilidades de sus miembros La Constitución de la Iglesia Presbiteriana de Chile nos habla de nuestras responsabilidades de la siguiente manera en el artículo 16: a) Vivir de acuerdo con la doctrina y práctica de la teología reformada; b) Honrar y propagar el Evangelio de Jesucristo por medio del testimonio cristiano; c) Contribuir en forma efectiva y sistemática al financiamiento de la iglesia; d) Obedecer a las autoridades de la iglesia siempre que estas permanezcan fieles a la doctrina de la Iglesia Presbiteriana de Chile; e) Participar de los trabajos, reuniones y asambleas de la iglesia. Por lo tanto, las responsabilidades de los miembros son, primeramente, ser fieles a la doctrina, no meramente en un sentido intelectual, sino de manera integral. Segundo, los miembros de la Iglesia deben ser predicadores del evangelio, no sólo en la proclamación sino también en su estilo de vida, como un testimonio viviente del evangelio de Jesucristo (1ª Co 11:1). Tercero, de acuerdo con las Escrituras, la Constitución deja bajo la responsabilidad de sus miembros el financiamiento de sus labores, mediante sus diezmos y ofrendas (Lección 14). Cuarto, obedecer a las autoridades también forma parte de la responsabilidad de los miembros, siempre y cuando éstos sean fieles a la doctrina de la Iglesia, es decir, a la Palabra de Dios. Y por último, la responsabilidad de participar integralmente en las actividades de la iglesia, en todas sus esferas. De esta manera, al tomar la decisión de hacernos miembros de la IPCH nos comprometemos a ser cristianos responsables delante de Dios, obedientes y cumplidores, con el objetivo de glorificar a nuestro Señor.


Estudio Bíblico Texto: 1a Corintios 9:1-18  ¿Cuáles son los derechos que Pablo reclama en los versículos 3 al 7?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Dónde encontramos el principio de responsabilidad en los versículos 13 y 14?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál era la responsabilidad fundamental del apóstol según el versículo 16?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la actitud de Pablo frente al uso de sus derechos según el versiculo18?

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Confesión de fe Capítulo XXVI – Art. I - Todos los santos están unidos a

Jesucristo su cabeza por su Espíritu, y por la fe que tienen participan con él en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y gloria; y estando unidos los unos con los otros en amor, tienen comunión los unos en los dones y gracias de los otros, y están obligados a cumplir los deberes públicos y privados para bien mutuo, tanto en el hombre interior como en el exterior.

Lecturas La Constitución de la Iglesia Presbiteriana de Chile como todo documento humano (…) está sujeto a la Palabra de Dios, a la Biblia y por tanto es revisable en toda y cada una de sus partes, a la luz de la Biblia y bajo la dirección e iluminación del Espíritu Santo (…) La identidad presbiteriana que está dada en su Confesión de Fe, esto es, su doctrina; en la Forma de Gobierno, democrático representativo; en la Disciplina, reclama de sus miembros enfrentar en el más alto grado de responsabilidad todos los aspectos de la vida.

(…) Quiera el Señor fortalecer nuestra obediencia a su mandato y nos conceda andar por las más altas sendas de la santidad y el amor de Cristo, expresado en nuestra forma presbiteriana de vida y misión. – Prólogo, Constitución IPCH. Edición 1986.

El privilegio (derecho) singular de la persona que ha nacido de nuevo en la familia de Dios consiste en una relación con Dios (…) El gran privilegio del hijo de Dios es su relación con él; la gran responsabilidad es su crecimiento (…) Hay dos esferas principales en las cuales debe crecer. La primera es el entendimiento y la segunda la santidad. – John Stott.

Pero sigue siendo el rasgo especial del calvinismo que coloca al creyente ante el rostro de Dios, no solamente en Su iglesia, sino también en su vida personal, familiar, social y política. La majestad de Dios, y la autoridad de Dios, impulsan al calvinista en el todo de su existencia humana. El es un peregrino, no en el sentido de caminar por un mundo que no le interesa, sino en el sentido de que a cada paso del largo camino tiene que recordar su responsabilidad hacia este Dios tan lleno de majestad, que le espera al final de su viaje. Al frente del portal que se abre para él, a la entrada a peregrinaje

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la eternidad, se encuentra el juicio final; y este juicio será una prueba amplia que abarca todo, para averiguar si el peregrinaje largo fue cumplido con un corazón que apuntaba a la gloria de Dios, y de acuerdo con las ordenanzas del Altísimo. – Abraham Kuyper.

de dirigirse a él como ―Padre‖, de refugiarse en él en todas las circunstancias de angustia y muerte, de desear todas las cosas buenas de parte de él, incluso de esperar de él salvación y vida eterna. – H.Bavinck.

Sin embargo, la religión de la Sagrada Escritura es tal que en ella los seres humanos pueden no obstante, por así decir, reivindicar ciertos derechos ante Dios. Pues tienen la libertad de venir ante él con oración y con acción de gracias,

El hombre... vive en relación pactal para con el Creador... Como tal, es moralmente responsable por sus acciones y obligado a poner por obra sus responsabilidades para buscar el bien. – Henry R. Van Til.

Diálogo  Por su naturaleza caída ¿El hombre debe tener derechos?  ¿Hasta qué punto el hombre tiene derechos? y ¿Cuál es la relación con sus responsabilidades?  ¿De qué manera puedo hacer valer mis derechos sin transgredir mis responsabilidades como cristiano en la iglesia y sociedad?  ¿Cuáles son mis derechos como futuro miembro de la Iglesia Presbiteriana?  ¿Cuáles son mis responsabilidades como futuro miembro de la Iglesia Presbiteriana?


Lección 14

Nuestro ADN 5: IGLESIA - COMPROMISO

¿por qué debemos diezmar? Concepto Clave:

EL COMPROMISO CON EL DIEZMO

Tesis Principal:

El diezmo es un mandato del Señor, que le permite al cristiano estar agradecido a Dios por su providencia y su cuidado y de esta manera vivir plenamente comprometido con Él.

Introducción El tema del dinero y particularmente el tema del diezmo sin asuntos complicado para muchas iglesias. Sin embargo, cuando hablamos de iglesia y compromiso financiero, tenemos la convicción de que la Palabra de Dios habla de este compromiso como un valor espiritual. Alguien dijo alguna vez que ―el uso que alguien hace de su dinero y de sus bienes materiales es un termómetro de su espiritualidad‖. Por otro lado, un pastor decía cierta vez: ―Existen malos creyentes que diezman al Señor, pero no existen buenos creyentes que no diezman. Si algún buen creyente no diezma, algún problema grave debe estar pasando‖. El diezmo no representa el ―impuesto‖ mensual de los cristianos, sino la muestra concreta de nuestra gratitud y dependencia de Dios.

Mandato Dios tiene un plan y un propósito para todo. Tuvo un plan para la Creación, la construcción del Arca de Noé, el Tabernáculo, el Arca del Pacto, el Templo, la reconstrucción de los muros de la ciudad destruida. En fin, tuvo y tiene un plan

plan para todo lo que realiza y es por eso que Dios también tiene un plan financiero para el sustento de su obra. Esto es lo que encontramos en toda la Escritura. La palabra "diezmo" significa "la décima parte". El diezmo siempre estuvo relacionado con fe y confianza en un Dios proveedor y precisamente la separación de la décima parte de nuestros bienes para el uso especial, de acuerdo a la orden de Dios, constituye el termómetro de confianza del que hablábamos al principio. El deber de diezmar está estipulado en el pasaje de Levítico 27:30-32. Los judíos debían entregar el diezmo de todo lo que produjera la tierra. El judío podía calcular exactamente la décima parte de su trabajo y entregarla al Señor como un acto de obediencia y gratitud. En Números 18:20-32 y Deuteronomio 26:12-15, encontramos también la finalidad del diezmo en relación al sustento del sacerdocio (de la tribu de Leví), hombres dedicados enteramente al servicio de aquello que era santo. Por otro lado, también aprendemos ahí que el diezmo servía para el amparo de los necesitados: extranjeros, huérfanos y viudas. El hecho de no dar el diezmo, bajo cualquier excusa o supuesta ―razón‖, desobedeciendo a Dios, no solamente es negligencia

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negligencia, sino un rechazo cínico al gobierno moral de Dios y conlleva a tener un espíritu insolente delante de Jehová que nos dice en Malaquías 3:10: ―Traed todos los

diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos‖.

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Razones Hay tres razones por la cuales nosotros debemos diezmar, según lo expresado en el texto de Malaquías 3:  Primero, el diezmo es el reconocimiento de la soberanía de Dios, declarando que solamente Él es el responsable, cuidador y sustentador de todo lo que existe; Aquel que prometió sustentar a Su pueblo y no desampararlo nunca: ―Porque yo Jehová no cambio‖ (v.6).  Segundo, el diezmo es obediencia a la Palabra de Dios, ya que la Biblia es regla para nuestra fe y conducta: ―os habéis apartado de mis leyes y no las guardasteis. Volveos a mi‖ (v.7).  Tercero, el diezmo manifiesta gratitud al saber que no merecemos nada, y Él nos da todo: ―derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde‖ (v.10). Es importante entender que no diezmamos para ser bendecidos: diezmamos porque ya fuimos bendecidos. Dios no nos exige el diezmo de lo que no nos ha dado, sino de lo que ya nos dio. Por otro lado, tampoco diezmamos para que Dios nos bendiga, sino como la mejor expresión de nuestra gratitud al reconocer que su providencia siempre permanece fiel. Malaquías 3:10 también nos lleva al compromiso con un lugar específico y la contribución a un propósito: ―Traed

todos los diezmos al alfolí (para que) haya alimento en mi casa‖. El "alfolí‖ era la casa del tesoro, un lugar específico en lugar

el templo de Dios utilizado para guardar las ofrendas. Era el lugar específico de culto a Dios. De esa forma la Biblia nos enseña que el diezmo será consagrado al Señor (Lv. 27:32) y depositado en Su templo, porque el diezmo es del Señor. No tenemos el derecho de retenerlo, ni de administrarlo según nuestra propia opinión o criterio.

Promesas Como dijimos anteriormente, no diezmamos para ser bendecidos. En lugar de eso, nos mantenemos dentro de las promesas de Dios para Sus hijos, cuando obedecemos Su Palabra. El Señor cuida y libra a su pueblo de situaciones de escasez mucho más seguido de lo que nosotros imaginamos, y en la medida de nuestra fidelidad, dependencia y obediencia. Él se convierte diariamente en nuestro proveedor, sustentador y protector: ―Reprenderé también por vosotros

al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos‖ (Mal.3:11). Por lo tanto, en el momento en que nosotros desafiamos a Dios con nuestra autosuficiencia financiera, Él es categórico al decir que dejará a las langostas (―al devorador‖) destruir el fruto de nuestro trabajo. Dios nunca ha fallado y nunca fallará en el cumplimiento de Sus promesas. Si vivimos una experiencia con Dios en relación al diezmo, veremos la realidad de Sus promesas en nuestra vida: ―Y todas las naciones os dirán bienaventurados;

porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos‖ (Mal.3:12).


Estudio Bíblico Texto: Malaquías 3:6-12  A pesar de nuestra desobediencia, no hemos sido consumidos. ¿Por qué? ¿Cómo se relaciona esto con el Pacto?

_______________________________________________________________________________________________  Malaquías advierte que el pueblo se había apartado de Dios. ¿Cuál es su llamado urgente para el pueblo de Dios?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Por qué Dios utiliza categóricamente el verbo ―robar‖?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Dónde debemos entregar nuestros diezmos? ¿Cuál es el uso que se le debe dar?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son las bendiciones y promesas de la obediencia en relación al diezmo?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo V, Artículo I, III, V, VII - Dios, el Gran Creador de todo, sostiene, dirige, dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por su sabia y santa providencia, conforme a su presciencia infalible y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.

Dios en su providencia ordinaria hace uso de medios; a pesar de esto, Él es libre para obrar sin ellos, sobre ellos y contra ellos, según le plazca. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las tentaciones multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de disciplinarlos por sus pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la corrupción y el doblez de sus corazones, para que sean humildes; y para infundir en ellos el sentimiento de una dependencia de apoyo más íntima y cons

constante en Él, y para hacerles más precavidos contra todas las ocasiones futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos. Así como la providencia de Dios alcanza, en general, a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella.

Lecturas La razón por la que Dios creó el dinero y nos habilita para que nosotros podamos obtenerlo, es con el fin de que mostremos en la forma en que lo utilizamos, que el dinero en sí no es nuestro tesoro, sino Cristo. La esencia interna de la adoración es atesorar a Dios como infinitamente más valioso sobre todas las demás cosas. Las formas externas de la adoración son las obras que muestran cuánto valoramos a Dios. Por tanto, todo en la vida fue creado para ser adoración porque Dios dijo que si comes o bebes o haces otra cosa –todo en la vida–, hazlo para

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para mostrar cuán valiosa es la gloria de Dios para ti. (1 Co. 10:31). El dinero y las posesiones son parte importante de la vida, y por tanto Dios quiere que sean parte esencial en la adoración –porque todo en la vida es adoración. Por tanto, que la manera en que adores con tu dinero y tus posesiones al obtenerlas, usarlas y perderlas sea de una forma tal que muestre cuánto valoras a Dios –no al dinero. – John Piper. 76

En una iglesia el predicador estaba llegando al final del sermón, y con énfasis creciente decía: ―Esta iglesia, tal como el paralítico, tiene que ponerse de pie y caminar‖. Y la congregación respondió: ―Así es, reverendo, que camine‖. Luego añadió: ―Esta iglesia, como Elías en el Monte de Carmelo, tiene que correr‖. ―Que corra, pastor, déjela que corra‖. ―Esta iglesia tiene que levantar alas como águilas y volar‖. ―Que vuele, pastor, déjela que vuele‖. Entonces el predicador añadió: ―Ahora bien, si esta iglesia va volar, vamos a necesitar que ella diezme‖. Entonces la congregación respondió: ―Que camine, pastor, déjala que camine‖. – Charles Swindoll,

Ninguna cosa ofrece una prueba más práctica de nuestro amor a Cristo o hacia los otros, como la actitud que adoptamos hacia el dinero y los bienes materiales. Ni tampoco otra cosa alguna pone tan a prueba nuestros deseos de ser librados de este presente siglo malo... El mundo inquiere cuánto tenemos; Cristo inquiere cómo lo usamos. El mundo piensa más en obtener; Cristo piensa más en dar... Los hombres preguntan cuánto damos, la Biblia pregunta cuánto retenemos. – F. Mitchell. Un verdadero peligro que afrontan los cristianos es la tentación en centrar su esperanza en la incertidumbre de las riquezas. Basar su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, en lugar de Dios, es absurdo. Proverbios 11:28 advierte que ―El que confía en sus riquezas caerá‖. En vez de confiar en las riquezas, los creyentes deben centrar su esperanza en Dios, quien ricamente nos suple de todas las cosas para disfrutar. Dios provee mucha más seguridad que cualquier inversión terrenal. – John Macarthur.

Diálogo  ¿Diezmar al Señor es una opción o es un mandato?  ¿Cuáles son algunas de las razones por las que debemos entregar nuestros diezmos a Dios?  ¿En qué deben ser utilizados los diezmos en una iglesia local?  ¿Cuáles son las consecuencias, para nuestra espiritualidad, que se derivan de la negligencia en relación a los diezmos? 

¿Una madre y esposa cristiana que no trabaja secularmente debe diezmar de lo que le da su marido para el sustento del

hogar?


Lección 15

Nuestro ADN 5: IGLESIA - COMPROMISO

¿CUÁL ES NUESTRO PAPEL EN LA IGLESIA? Concepto Clave:

DONES ESPIRITUALES

Tesis Principal:

Todo cristiano tiene –por lo menos– un don entregado por Dios para el servicio, la tarea de evangelización y la edificación de la Iglesia.

Introducción La palabra ―don‖ significa literalmente dádiva, regalo, o donación. Y de acuerdo con en el Nuevo Testamento, los dones del Espíritu Santo fueron dados para el servicio espiritual a fin de ayudar a la iglesia en la tarea de evangelización y edificación (Ef.4:12). Para el apóstol Pablo era de suma importancia que cada uno de los cristianos supiera acerca de este tema: ―No

quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales‖ (1 Cor. 12:1), ya que el sabia que la ignorancia con respecto a los dones podía complicar seriamente el ministerio de la iglesia y la vida cristiana de los fieles. El mismo apóstol nos dice también: ―Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres‖ (Ef. 4:7-8). En este texto nos indica que Dios entregó gracia espiritual a cada uno de sus hijos para usarlo en beneficio de otros.

Todo cristiano tiene un don Cuando somos regenerados (es decir, cuando nacemos de nuevo) el Espíritu Santo hace su habitación en nosotros.

Todos los que recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador, somos también bautizados con el Espíritu Santo y esto hace de nosotros un cuerpo: ―Porque por un solo

Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo… y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu‖ (1 Co. 12:13). Es por eso que todos los que están en Cristo poseen un don espiritual y es imposible ser creyente sin tener por lo menos un don. Al recibir un don recibimos también una responsabilidad, porque Dios concedió dones ―a fin de perfeccionar a los

santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo‖ (Ef. 4:12). Es decir, para eliminar imperfecciones, para realizar tareas en la iglesia y para hacerla crecer. Por lo tanto, los dones son dados para beneficio de otros. Parece algo obvio, pero no siempre es debidamente entendido. No hay motivos para pensar que el Espíritu Santo concede dones a alguien para su propio beneficio. Ellos sirven para la edificación de la Iglesia: ―Así también vosotros;

pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia‖ (1 Co. 14:12). En este sentido, para que la Iglesia camine bien, es necesario que cada creyente haga un buen y responsable uso de su don.

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Unidad y Diversidad

que un creyente tenga más de un don, ya que ellos se complementan y son compatibles entre sí.

La Iglesia es UNA, porque un único Espíritu habita en nosotros. A la vez la Iglesia es DIVERSA, porque el mismo Espíritu distribuye diferentes dones a los creyentes; lo cual crea unidad en medio de la diversidad (1 Co. 12:4).

El amor

Los dones que recibimos no son algo que conquistamos, sino que los recibimos del Espíritu con un objetivo específico:

―a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho‖ (1 Co. 12:7). Y el buen uso de nuestros dones hace posible que la Iglesia camine de acuerdo a la voluntad de Dios. En esto, el Espíritu Santo es soberano en la distribución de los dones, según las necesidades particulares y en el determinado tiempo de cada iglesia (1 Co. 12:11). La gran mayoría de los dones espirituales mencionados en la Biblia se encuentran en tres capítulos del Nuevo Testamento: Romanos 12:6-8, 1ª Corintios 12:8-10 y Efesios 4:11. Sin embargo, la Biblia no nos dice cuántos dones exactamente hay. Algunos de ellos son: Servicio (Ro. 12:7), Exhortación (Ro. 12:8), Contribución (Ro. 12:8); Liderazgo (Ro. 12:8); Administración (1 Co. 12:28); Misericordia (1 Co. 12:28); Sabiduría (1 Co. 12:8); Sanidad (1 Co. 12:9); hacer milagros (1 Co. 12:10); Lenguas (1 Co. 12:10); Interpretación de lenguas (1 Co. 12:120); Conocimiento (1 Co. 12:8); Fe (1 Co. 12:9); Discernimiento de espíritus (1 Co.12:10). Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de saber cuál es nuestro don y usarlo en beneficio de la Iglesia. Es posible, que

La Biblia menciona también que el don espiritual más importante es el amor. De hecho, el Apóstol Pablo lo considera el ―camino aun más excelente‖ a seguir (1 Co. 12:31). Nos demuestra que el amor es el don supremo y que sin él los demás no tienen valor alguno (1Co. 13:1-3). El Apóstol nos quiere decir que es muy fácil enorgullecerse cuando uno tiene una capacidad especial, pero también nos advierte que sin amor, nuestros dones se tornan completamente inútiles. Los dones –por más ―importantes‖ que sean–, son temporales, es decir, tienen una función específica y cuando esta función esté cumplida, esos dones cesarán. Sin embargo, ―el amor nunca deja de ser‖ (1 Co. 13:8). Después de la consumación de todas las cosas y del establecimiento pleno del Reino de Dios con la segunda venida de Cristo (1 Co. 13:10), el amor seguirá siendo un vínculo eterno: ―Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor‖ (1 Co. 13:13). Estas virtudes son los mayores dones que un creyente posee: la fe como el instrumento por el cual somos salvos (Ef. 2:8); la esperanza que nos permite esperar con confianza la segunda venida de Cristo (Ti. 2:13); y el amor que nos unirá entre nosotros y nos unirá con Dios eternamente.

Estudio Bíblico Texto: 1a Corintios 12:1-12  ¿Por qué Pablo no quería que los Corintios ignoraran acerca de los dones espirituales? (vs.2-3)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son las tres manifestaciones espirituales que se mencionan en relación a la diversidad de la Iglesia? (v.4-6)

_______________________________________________________________________________________________


 ¿Cuál es el objetivo de la manifestación del Espíritu? ¿Quién se beneficia con esta manifestación? (v.7)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Quién ejecuta la repartición de los dones? ¿Cómo se desarrolla esa repartición? (v.11)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Es posible que sea miembro del cuerpo de Cristo y no tenga un don espiritual? ¿Por qué? (v.12)

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XXVI, Artículo I, II – Todos los santos que están unidos a Jesucristo su cabeza, por su Espíritu y por la fe, tienen comunión con El en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y gloria. Y estando unidos unos a otros en amor, tienen comunión en sus mutuos dones y gracias; y están obligados al cumplimiento de tales deberes, públicos y privados, que conducen a su mutuo bien, tanto en el hombre interior como en el exterior. Los santos, por profesión, están obligados a mantener una comunión y un compañerismo santos en la adoración a Dios y a realizar los otros servicios espirituales que promueven su edificación mutua; y también a socorrerse los unos a los otros en las cosas externas, de acuerdo con sus diferentes habilidades y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según Dios presente la oportunidad, a todos aquellos que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.

Lecturas Un don es una habilidad sobrenatural que Dios, por su gracia, concede soberanamente a cada creyente, permitiéndole de esta manera que realice un servicio particular dentro de la iglesia. – Miguel Muñoz. Había una vez cuatro personas que se llamaban TODO EL MUNDO, ALGUIEN, CUALQUIERA y NADIE. Tenían un trabajo

trabajo importante para ser llevado a cabo y TODO EL MUNDO creyó que ALGUIEN iba a realizarlo, CUALQUIERA podía hacerlo, pero NADIE lo hizo. ALGUIEN se enojó con eso porque entendió que su ejecución era responsabilidad de EL MUNDO. Por su lado, TODO EL MUNDO pensó que CUALQUIERA planificaba realizarlo, pero nadie imaginó que TODO EL MUNDO no lo haría. Fin de la historia: TODO EL MUNDO culpó a ALGUIEN, cuando NADIE hizo lo que CUALQUEIRA podía haber hecho. – Anónimo. La iglesia no es un ejército donde todos están uniformados y marcan el mismo paso, sino un organismo donde cada parte es distinta de la otra, pero absolutamente necesaria. – William MacDonald. La predicación del evangelio de la gracia de Dios en la iglesia solo por el predicador no es suficiente para producir la medida plena de la obediencia a la fe (…) El diseño de Dios para producir la obediencia a la fe en la iglesia (= amor) es que todos los creyentes aprecien la gracia de Dios y la compartan unos con otros a través de dones espirituales (…) Los dones espirituales son formas diferentes de la gracia dados a la iglesia para la edificación del Cuerpo para la obediencia a la fe por amor de Su Nombre (...) La gracia de Dios viene a la iglesia en múltiples formas y maneras tantas formas como personas hallan. Y esos dones espirituales son el uso de esa gracia para producir la obediencia a la fe. – John Piper. Los dones espirituales son habilidades, capacidades sobrenaturales que provienen de Dios, que son concedidas por gracia, que deben ser controladas por el Espíritu Santo, que

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que se conceden con el propósito de servir a la iglesia como un cuerpo; los dones reciben su energía de Dios. – John Macarthur.

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Los dones son ciertas capacidades, otorgadas por la gracia y por el poder de Dios, que capacitan a los creyentes para un servicio específico. El don espiritual no es, pues, lo que el hombre puede hacer bajo condiciones favorables, sino que más bien revela lo que Dios puede conceder en su gracia. – John Stott.

Cuando intentas servir a Dios de maneras para las que no estás formado, es como meter un cubo a la fuerza dentro de un círculo, es frustrante y produce resultados limitados. También es una pérdida de tu tiempo, de tu talento y de tu energía (…) La mejor manera de vivir tu vida es sirviendo a Dios de acuerdo a tu forma, para lo cual debes descubrir tus dones, aprender a aceptarlos y a disfrutarlos de modo que puedas desarrollarlos a su máxima expresión.

Diálogo  ¿Por qué decimos que en la Iglesia hay unidad en medio de la diversidad?  ¿Es posible que una persona que cree en Jesucristo como Señor y Salvador no tenga un don?  ¿Para qué fueron concedidos los dones?  ¿Es posible que un creyente tenga más de un don?  ¿Cuál es la importancia del amor en la práctica de los dones espirituales?

– Rick Warren.






Nuestro ADN

INTRODUCCIÓN La 1a Iglesia Presbiteriana de Valparaíso se está conformando cada vez más en una iglesia comprometida con su papel en el Reino de Dios. Nuestra visión es la de “ser una comunidad bíblica reformada que

glorifica a Dios, hace discípulos, sirve al necesitado, proclama el evangelio de Jesucristo y enseña de manera relevante en la cultura actual, participando en la sociedad para su desarrollo”. Ahora al crecer y madurar como iglesia hacemos frente a algunas preguntas: ¿Cuáles son los principios bíblicos que fundamentan nuestra forma de ser Iglesia? ¿Cómo podemos formar a los nuevos miembros que participan de esta comunidad en nuestra cosmovisión bíblica? ¿Cómo capacitamos a nuevos líderes en la visión que nos moviliza y nos motiva? Nuestra iglesia pretende ser una iglesia de contra-cultura, que esté formada por discípulos comprometidos con el Reino-iglesia, y no por sujetos sin compromiso. No vemos en nuestros desafíos como Iglesia sólo la necesidad expansionista de la fe, sino la preservación de sus contenidos principales. Todos aquellos que desean ser parte de nuestra comunidad deben saber que nosotros tenemos un ADN y queremos compartirlo. Este material, además, tiene como objetivo compartir en unidad lo que Dios ha estado haciendo con nosotros en nuestra comunidad. Nuestro trabajo de capacitación anual se concentra en talleres de líderes sobre Homilética, Liderazgo de influencia, Liturgia, Hermenéutica, Pedagogía para Escuela Dominical, etc. Sin embargo, necesitamos establecer una cosmovisión que penetre más profundo que un método: debemos establecer sobre todo la visión teológica concreta de nuestra identidad como Iglesia. En resumen, Nuestro ADN. Este material está compuesto por una lección introductoria y 21 lecciones de estudio, divididas como se muestra a continuación: Introducción: Nuestro ADN 0: Nuestra Cosmovisión (1 Lección) LIBRO I: Nuestro ADN 1 al 5: Biblia – Compromiso (15 Lecciones) LIBRO II: Nuestro ADN 6 al 7: Compromiso – Liderazgo (6 Lecciones)

Este es el esfuerzo por impartir a los nuevos miembros y nuevos líderes, los conceptos teológicos básicos sobre los cuales se basa el ministerio de la 1a Iglesia Presbiteriana de Valparaíso. Y en este sentido, no es tan inclusivo y completo como un curso teológico formal, ni es tan "práctico" como un curso sobre técnicas. El curso pretende avanzar en los principios espirituales y la dinámica que determinan la dimensión y el modelo de nuestro ministerio en la ciudad de Valparaíso. Por último, deseamos agradecer la ayuda de pastores y estudiantes de teología que colaboraron con el proyecto “Nuestro ADN” en la preparación de algunas lecciones: Sebastian Menay F. (Lección 3: El Pacto); Amós Cavalcanti F. (Lección 7: Discipulado y Señorío de Cristo); Carlos Israel Muñoz M. (Lección 11: Iglesia); Jonathan Muñoz V. (Lección 12: Identidad Presbiteriana y Reformada); Javier Allende J. (Lección 13: Derechos y Responsabilidades). Y muy especialmente a Luz A. Guerra L. por la revisión y diagramación de todo el material. Es nuestro deseo que este curso sirva para el fortalecimiento, edificación y crecimiento de nuestra Iglesia y otras iglesias que puedan hacer uso de este material. Caleb Fernández P.

Valparaíso, Abril 2009

Estructura de las lecciones 1. 2. 3. 4.

Titulo de Lección Concepto Clave Tesis Principal Desarrollo del Tema

5. 6. 7. 8.

Estudio Bíblico Confesión de Westminster Lecturas Diálogo

Presentación del Libro II: Nuevos LÍDERES La introducción comienza con nuestra Cosmovisión, el punto de partida de toda nuestra propuesta bíblico-teológica. El Libro I es un panorama sistemático de doctrinas bíblicas para los futuros “nuevos miembros”. El Libro II, que usted tiene en sus manos, es un estudio sobre el tipo de Iglesia que queremos ser, dirigido a los “nuevos líderes” que asumirán responsabilidades en nuestra comunidad.




Índice Libro II: Nuevos LÍDERES 3

Nuestro ADN 6 COMPROMISO - MISIÓN Lección 16 ¿Qué tipo de iglesia queremos ser?

Concepto clave: Iglesia Urbana y Misional

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¿Qué tipo de miembros queremos formar?

Lección 17

Concepto clave: Discípulos comprometidos con el Reino – Iglesia

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¿Qué tipo de liturgia queremos desarrollar?

Lección 18

Concepto clave: Liturgia solemne, festiva,didáctica, comunitaria

Nuestro ADN 7 MISIÓN – LIDERAZGO

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¿Qué tipo de predicación queremos exponer?

Lección 19

Concepto clave: Predicación fiel, relevante, transformadora

21

¿Qué tipo de ministerios queremos tener?

Lección 20

Concepto clave: Ministerios evangelísticos y discipuladores

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¿Qué tipo de acción social queremos hacer?

Lección 21

Concepto clave: Acción social de redención integral

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Nuestro ADN





Lección 16

Nuestro ADN 6: COMPROMISO - MISIÓN

¿QUÉ TIPO DE IGLESIA QUEREMOS SER? Concepto Clave:

IGLESIA URBANA Y MISIONAL

Tesis Principal:

Una Iglesia urbana y misional busca la transformación de la ciudad asumiendo la misión de Dios como parte de su propósito.

Introducción Toda iglesia camina en función de un modelo eclesiástico, y aunque estos modelos demandan el juicio desde una perspectiva bíblica, muchas veces no es tan fácil conseguir juicios que sean balanceados.

Iglesia urbana A la hora de asumir un modelo eclesial urbano escarbamos en las enseñanzas bíblicas acerca de la presencia y expansión del Reino de Dios, como también en el hecho histórico de que el cristianismo primitivo floreció y fue exitoso justamente porque era urbano. Es primordial definir cómo la iglesia se va a relacionar con la cultura y sociedad. De esta manera, podrá mostrar su perspectiva teológica, la cual controlará la manera en que se relacionará con su ciudad. En principio, debemos tener en cuenta que la iglesia no está contra la ciudad. No debemos culpar al medio ambiente de la ciudad por los problemas de la sociedad, ni debe existir un “nosotros y ellos” que produzca una “fortaleza” donde los cristianos se apiñan para darse calor espiritual en medio de la frialdad urbana.

Tampoco debemos ser una iglesia de la ciudad, que abriga todos los movimientos históricos de emancipación de los oprimidos como obra de Dios, evitando la confrontación con el pecado del hombre, pues esto nos llevará a ignorar lo distintivo de Cristo en el mundo. Por otro lado, una iglesia que está por encima de la ciudad, no reconoce ni se involucra demasiado con los sufrimientos de la misma. Crea una sub-cultura cristiana que ve a la ciudad de manera individualista, identifica la realidad del pecado y la necesidad de conversión, pero ignora todavía la presencia y poder del Reino de Dios para cambiar tanto los corazones como las estructuras sociales. De la misma forma, nos equivocamos al pensar en un modelo que ve la iglesia como una posta de emergencia, pero que a su vez, tiene un entendimiento palpable de la necesidad de las personas por ser sanadas tanto física como espiritualmente. El problema es que no ve cómo la ciudad pueda ser transformada cultural y socialmente en sus estructuras. Todavía tiene una perspectiva pesimista que enfatiza más el pasado de perdición moral que el futuro del nuevo Reino. Cuando hablamos de un modelo urbano de iglesia, nos referimos a una iglesia que comprenda las promesas del Reino

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Reino de Dios. Una Iglesia que transforme la ciudad. La Biblia nos dice que el propósito último de la redención es una creación completamente restaurada. En Apocalipsis se nos muestra que la meta final de la obra redentora de Cristo es la ciudad de Dios (Ap. 21:2), que es el jardín del Edén restablecido, ahora en una forma urbana, teniendo el Árbol de la Vida, y sanando a las naciones (Ap. 22:2). La maldición en el Edén que trajera la alienación y el sufrimiento físico, mental, social, y cultural (Gn. 3:7-19) es ahora removida en la nueva ciudad que Dios está preparando (Ap. 22:3). Esto es lo que la redención en Cristo tenía por sentido, no simplemente el perdón individual por los pecados. Debemos aplicar el pensamiento teológico que se encuentra detrás del modelo de transformación de la ciudad y constituir una comunidad de fe que pueda re-tejer las fibras de la sociedad donde se encuentra por medio de la palabra y los hechos concretos de misericordia.

Iglesia Misional Por otro lado, cuando hablamos de un modelo de iglesia misional, hablamos de una iglesia que toma en cuenta todo lo que es y hace en relación con “la misión de Dios” en el mundo. Aquel Dios que nos ama tanto (Jn 3:16), que nos amó primero (1 Jn. 4) y envió a Su Hijo para que tengamos vida en abundancia (Jn. 10:10). Esa afirmación es el punto de partida de toda reflexión y propuesta misionera hoy, algo profundamente teocéntrico. Es una misión articulada o inspirada desde Dios mismo. La misión ante todo es la misión de Dios, la missio dei. Por esto, la Iglesia existe por su participación en la misión reconciliadora de Dios. La “misión” no es una actividad aislada llevada a cabo por un grupo de personas en lugares lejanos. La Misión es el carácter de la Iglesia en cualquier contexto donde exista. Una iglesia misional es una iglesia que está impulsada en participar en la misión de Dios, esto es sanar y redimir todo

todo lo que está quebrantado en el mundo dominado por el pecado y restaurarlo en función del propósito que Dios tuvo para con el mundo. Las iglesias misionales no se enfocan en enviar sino en asumir que han sido enviadas. Una comunidad de fe misional permite que Dios penetre en todo lo que en ella se hace –desde la adoración hasta el servicio, desde la capacitación de su membresía hasta el discipulado. Sirve de puente entre el alcanzar a otros y la vida congregacional, ya que el papel de la Iglesia es encarnar la misión de Dios. La iglesia participa de esto de dos maneras. Primero, la Iglesia como institución realiza su vocación divina al estar donde Cristo está y al hacer lo que Él manda. Todo lo que hace la Iglesia como institución está determinado por la Palabra divina. Segundo, la Iglesia como organismo realiza su vocación divina a través de los dones de los creyentes miembros del cuerpo de Cristo, los cuales representan a Cristo en toda actividad de su vida, sea dentro de la Iglesia institucional, afuera (en el mundo laboral) o en la esfera de la familia.

Iglesia Madre Dentro de la misión de Dios se encuadra la necesidad de disipar el evangelio por toda la ciudad. Nuestra convicción es que la iglesia crece, no en la medida del aumento de participantes en las actividades dominicales solamente, sino principalmente en la posibilidad de tener iglesias hijas. Nuestra misión se centra en el crecimiento del cuerpo de Cristo, por la plantación de nuevos puntos de predicación (grupos familiares que se proyecten como futuras Iglesias) y que produzcan una renovación y un avivamiento orgánico de la ciudad. Ninguna otra cosa: sean cruzadas, programas evangelísticos, ministerios para-eclesiásticos, mega iglesias crecientes, consultores congregacionales, o procesos de renovación eclesiásticos, pueden tener un impacto tan consistente como el extensivo inicio de nuevas iglesias.


Estudio Bíblico Texto: Génesis 1:28; 12:1-3  ¿Cuál es la orden que Dios le da a Adán?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son las implicaciones de esa orden para una iglesia urbana?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la orden que Dios le da a Abraham?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cómo se relaciona la misión de Dios y el pacto hecho con Abraham?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XXXV – Art. IV – Todos los creyentes están obligados a sostener la religión cristiana en los lugares donde ya esté establecida, y contribuir con sus oraciones, dones y esfuerzo personal en la extensión del Reino de Cristo por toda la tierra.

Lecturas Posiblemente la mejor analogía para describir (el modelo de la Iglesia que transforma la ciudad) es una casa de exhibición. Somos la comunidad de exhibición de Dios acerca del gobierno de Cristo en la ciudad. En un espacio de tierra, comprado por la sangre de Cristo, Jesús el constructor del Reino ha comenzado a edificar nuevas viviendas. Como un ejemplo de lo que será, Él ha levantado una casa modelo de lo que eventualmente será la comunidad urbana. Ahora invita al mundo urbano a esta casa modelo para ver lo que será. La iglesia son los ocupantes de esta casa modelo, invitando a los vecinos con las puertas abiertas a Cristo. El

evangelismo ocurre cuando los carteles son puestos diciendo “entren a ver”. Como ciudadanos, no sobrevivientes, en la nueva ciudad dentro de la vieja ciudad vemos nuestra propiedad como un regalo de Jesús el Constructor (Lc. 17:20-21). Como residentes, no peregrinos, esperamos el Reino cuando el Señor regrese de su lejano destino (Lc. 19:12). La tierra es suya… en esta casa modelo vivimos nuestro nuevo estilo de vida como ciudadanos de una ciudad celestial que vendrá. No abandonamos nuestros trabajos ni desertamos la ciudad.... Buscamos “la paz y prosperidad de la ciudad” a la que Dios nos llama en el exilio (Jer. 29:7). Nuestras preocupaciones se vuelven tan grandes como las ciudades donde los planos de construcción se encuentran. – Harvie Conn. La misión nace en el corazón de Dios. Dios es una fuente de un amor que envía. Este es el sentido más profundo de la misión. Es imposible penetrar más allá; existe la misión sencillamente porque Dios ama a las personas. (…) No es la iglesia quien “emprende” la misión; es la missio Dei la que constituye a la Iglesia. La misión de la Iglesia necesita una renovación y reconceptualización continua. La misión no es competencia con otras religiones, ni una actividad conversionista

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conversionista, ni expansión de la fe, ni edificación del Reino de Dios; tampoco es actividad social, económica y política. (Es todo esto, pero de manera distinta) La missio Dei purifica a la Iglesia. La coloca bajo la cruz, el único lugar donde siempre está segura (…) La misión es simplemente la participación de los cristianos en la misión de Jesús (…) Son las buenas nuevas del amor de Dios, encarnado en el testimonio de una comunidad, para beneficio del mundo.

“plan salvífico” y la invitación a la conversión (…) No sólo ha distinguido sino que ha separado la evangelización del servicio, la conversión de la búsqueda de la justicia, la adoración de Dios de la vida del mundo, la participación en la comunidad de fe de la responsabilidad en la sociedad. Incluso las ha enfrentado, creando “bandos” antagónicos dentro de las iglesias y entre ellas. – J. Miguez Bonino.

– David Bosch.

En el cumplimiento de su misión, las iglesias evangélicas latinoamericanas confrontan dos realidades desafiantes. Por un lado, las múltiples necesidades y situaciones humanas (…); por otro, la dificultad para realizar acciones concretas (…) debido al fuerte individualismo y la tendencia a la fragmentación y división. – Samuel Escobar.

El protestantismo latinoamericano tuvo la tendencia a confundir evangelización y misión; es decir, a reducir la totalidad de la misión de Dios a la tarea evangelizadora concebida estrechamente como el anuncio del llamado “plan

Diálogo  ¿Por qué hablamos de iglesia urbana y misional?  ¿Por qué debemos participar en la misión de Dios?  ¿Qué tipo de modelo urbano queremos asumir?  ¿Por qué debemos participar en la misión de Dios?  ¿Cuál es el papel fundamental de la Iglesia en la ciudad?


Lección 17

Nuestro ADN 6: COMPROMISO - MISIÓN

¿QUÉ TIPO DE MIEMBROS QUEREMOS FORMAR? Concepto Clave:

DISCÍPULOS COMPROMETIDOS CON EL REINO – IGLESIA

Tesis Principal:

La iglesia debe estar conformada por discípulos comprometidos con el Reinoiglesia, una comunidad de creyentes que asuma su papel de cuerpo de Cristo.

Introducción Estamos viviendo en una sociedad posmoderna, caracterizada por la secularización, fragmentación, relativismo y la crisis de las instituciones. Lo posmoderno consiguió vaciar la religión formal, pero no consiguió matar la sed de la espiritualidad de las personas. Esta sociedad se caracteriza por tener sujetos en una búsqueda interminable por saciar los vacíos existenciales propios del ser humano. El problema es que el sujeto posmoderno vive la ambigüedad de tener sed de lo transcendente sin querer comprometerse con valores absolutos que le provean esta satisfacción esperada. Las iglesias del pasado funcionaban, más o menos, como centros comunitarios en las pequeñas ciudades y barrios donde se instalaban. Allí las personas se encontraban y desarrollaban un ambiente de acogimiento y aceptación. Actualmente, las iglesias urbanas agregan personas que no son del barrio solamente, sino de toda la ciudad. Personas habituadas a relaciones fugaces, desacostumbradas a un contacto más personal y están ariscas a exponerse. Personas que entran en contacto con cientos de personas semanalmente, pero de manera rápida y superficial. En una iglesia urbana las personas llegan anónimamente

anónimamente, asisten pasivamente al culto y salen como entraron, anónimamente, muchas veces sin al menos ser saludados por los diáconos. Las iglesias han dejado gradualmente de ser centros comunitarios para convertirse en centros de auto-ayuda. El objetivo se convirtió en producir momentos de júbilo, alegría y sensaciones.

Nuestra propuesta Nuestra iglesia pretende ser una iglesia de contracultura, que esté formada por discípulos comprometidos con el Reino-iglesia. Una comunidad de creyentes que asuma su papel de cuerpo, donde los miembros pasan a desarrollar sus dones, y a depender de la cabeza que es Cristo. Y por lo mismo, llegan a ser amados y aceptados no porque poseen señales de riqueza, belleza y poder (valores de nuestra cultura), sino porque están unidos al cuerpo místico de Cristo.

Discipulado Las relaciones fraccionadas y sin compromiso del hombre posmoderno, reclaman a la iglesia revisar sus principios

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principios sobre discipulado. Ella se vuelve esencial para la sobrevivencia del cristianismo. En el imperativo que vemos en la gran comisión (Mt. 28:19) no se ve solamente la necesidad expansionista de la fe, sino la preservación de sus contenidos principales. Sin hacer discípulos el cristianismo se encuentra condenado a convertirse en una empresa misionera y nada más. Lo que le da pertinencia es exactamente el contacto y crecimiento personal. El propio Jesús basó su ministerio en profundizar las relaciones personales con aquellos que eran sus discípulos. Él alcanzaba multitudes y ministraba las necesidades de todos los que lo buscaban en el espacio público e impersonal. Sin embargo, gran parte de su tiempo fue invertido en un pequeño grupo de hombres comunes a quienes llamaba discípulos. La distribución de su tiempo no consistía primordialmente en dar clases o exponer temas sobre espiritualidad, sino en el crecimiento personal de cada uno de ellos. El mundo no se impresionará con la elocuencia y retórica de las iglesias; incluso la organización institucional de la iglesia será incapaz de transformar a este mundo. Si la Iglesia desea hacer frente al espíritu contrario al Reino de Dios, le resta rescatar el compromiso del discipulado de sus miembros. Y para rescatar el discipulado en el cristianismo actual, existe la necesidad de restablecer en nuestras iglesias el concepto de Pacto. Al unirnos y comprometernos a una iglesia local, Dios nos está uniendo para siempre a su pueblo, al cuerpo de Cristo. Por lo mismo, debe desarrollarse un concepto de discipulado tan fuerte que sea inadmisible para una persona pensar en salir para otra comunidad, pues eso quebraría el pacto establecido por Dios con su pueblo.

El Discípulo y las Señales del Reino de Dios De esta manera, el discípulo está comprometido con la iglesia como pueblo de Dios, el que a su vez está comprometido en ser una comunidad de “servicio completo”.

El discípulo debe estar comprometido en vivir plenamente como miembro del cuerpo de Cristo, asumir a Jesús como el proyecto más importante de su vida, y trasladar gente hacia adentro de ese Reino (Col. 1:13-14). Esta tarea cobra su mayor importancia cuando la única manera para que un pecador sea incorporado a esta comunidad del Reino es a causa del perdón por parte de Dios. De esta manera, el compromiso cristiano primero tiene que ver con vivir plenamente en el Reino y segundo, con proclamar el evangelio, trayendo a la gente para encontrar a Cristo a través del arrepentimiento y la fe. Pero si el propósito del Reino de Dios es incorporar nuevos individuos a este Reino, sanando todos los resultados del pecado espiritual, psicológico, social, y físico, entonces los cristianos deben también comprometidamente usar sus dones y recursos para luchar contra la desintegración en cada área. Esto significa que nuestra lucha como discípulos contra la enfermedad y el hambre, para proveer ayuda para el enfermo y el afligido físicamente es una “señal del Reino que viene”; significa que trabajar como discípulos comprometidos con rescatar al pobre de la pobreza es una señal del Reino; que ver a un discípulo comprometido hacer su trabajo “secular” con excelencia, integridad, amor, y con el deseo de ayudar a los que están a su alrededor, también es una señal del Reino.

Conclusión En este sentido, nuestra iglesia debe buscar el compromiso discipular de cada uno de los que participan en ella. No deseamos sujetos posmodernos sin compromiso; buscamos miembros que estén comprometidos con la iglesia como cuerpo de Cristo y el Reino de Dios, como transformadora de nuestra sociedad.


Estudio Bíblico Texto: Juan 15:5-10  ¿Cuál es la comparación que utiliza Jesús para hablar acerca de compromiso cristiano?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son los dos condicionantes para ser beneficiados con las respuestas a nuestras oraciones?

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_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la característica principal de los discípulos de Cristo?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es la promesa de Jesús, si obedecemos sus Mandamientos?

_______________________________________________________________________________________________  De acuerdo a este texto: ¿Es posible que exista un cristiano separado de Jesús?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo XXV – Art. II – La iglesia visible, que también es católica o universal bajo el evangelio (no está limitada a una nación como anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, juntamente con sus hijos, y es el Reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación.

Lecturas El camino de Lutero hacia afuera del convento y de regreso al mundo se constituye en el ataque más violento que el mundo ha sufrido desde los tiempos de la iglesia primitiva. La renuncia del monje al mundo no es nada comparado a lo que el mundo experimentó de la parte de aquel que al mundo regresaba. El ataque ahora era frontal, el discipulado de Jesús pasaría a ser vivido en el seno del mundo. – Dietrich Bonhoeffer.

Sea que tengamos en vista a Jerusalén o Antioquía; sea que leamos entrelíneas las Cartas a los Filipenses o Tesalonicenses; sea que fijemos nuestra atención en Éfeso en los días de Pablo y Juan, o en Cartago del tiempo de Tertuliano, la importancia de la comunión cristiana es fácil de ver. Esos cristianos abrazaban todos los colores, todas las clases y todos los intocables de la sociedad antigua en una unidad. Daban la impresión de estar en perpetua celebración, incluso frente a la muerte. Sus cultos daban oportunidad para que muchas personas espiritualmente dotadas usaran sus dones para el bien de la mayoría. El cuidado que demostraban por los que tenían necesidad se tornó proverbial en la antigüedad. Cuando las personas percibían cómo esos cristianos se amaban unos a otros, cuando notaban que en esa sociedad de Jesús los ministerios eran realmente ejercidos (profecía, lenguas, cura, junto con la enseñanza, administración y obras de caridad), entonces oían el mensaje de Jesús, que sólo respondía por toda esa singular situación. – Michael Green.


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Hace varios años, le preguntaron a Billy Graham: “Si usted fuera el pastor de una gran iglesia en una ciudad importante, ¿cuál sería su plan de acción?”. Graham respondió: “Convocaría a un pequeño grupo de ocho, diez o doce hombres alrededor mío para reunirnos unas horas por semana... y para pagar el precio. Compartiría con ellos todo lo que tengo durante algunos años; luego tendría, en efecto, doce ministros en la congregación, ellos podrían, a su vez, tomar a otros hombres y enseñarles. Conozco iglesias que lo están haciendo y eso está revolucionándolas”.

Al crecer en una cultura que enfatiza tanto el individualismo, muchas veces hemos disminuido nuestra capacidad para participar en una vida de comunidad robusta. Los músculos necesarios para poder tener una vida compartida están atrofiados. No nos sorprende entonces que muchas veces no seamos capaces de vivir en comunidades que sean realmente relevantes y profundas. Puesto de un modo simple, no somos muy buenos para ello. Pero no es una excusa para dejar este principio de lado. Después de todo es para lo que hemos sido creados y lo que Dios espera de nosotros (…) Necesitamos recomprometernos a desarrollar los músculos necesarios para convertirnos en la nueva sociedad de Dios. – Tim Keller.

Diálogo  ¿Qué es lo que produce que el sujeto posmoderno tenga sed de lo transcendente pero no compromiso con una institución religiosa?  ¿Qué es lo que vuelve esencial la sobrevivencia del cristianismo?  ¿Cómo rescatamos el discipulado en el cristianismo actual?  ¿Cuáles son algunas de las señales del Reino que viene?  ¿De acuerdo a lo que hemos visto en esta lección y el texto de Juan 15, es correcto validar la condición de “cristiano adherente”?


Lección 18

Nuestro ADN 6: COMPROMISO - MISIÓN

¿QUÉ TIPO DE LITURGIA QUEREMOS DESARROLLAR? Concepto Clave:

LITURGIA SOLEMNE, FESTIVA, DIDÁCTICA, COMUNITARIA

Tesis Principal:

La Biblia nos muestra que el carácter y las obras de Dios nos llevan a tener un culto solemne, celebrativo, didáctico y comunitario.

Introducción La verdadera adoración es la más alta y noble actividad que el hombre, por la gracia de Dios, puede llevar a cabo. Sin embargo, la forma en la que adoramos refleja el conocimiento que tenemos de Dios. El principio que dice: “lex orandi, lex credendi” (“lo que se ora es lo que se cree”) nos muestra que adoración y teología caminan juntas, y que gran parte de nuestra teología (correcta o incorrecta), es influenciada por nuestra liturgia (forma de adoración) y viceversa. Por otro lado, la gran fuerza motora para el traslado de miembros de una iglesia a otra ya no es más el aspecto doctrinario, geográfico o la enseñanza bíblica, sino el estilo de adoración y culto. No debemos asumir que podemos elegir nuestro lugar de adoración pública de la misma manera que elegimos nuestro lugar de compras, solamente basado en nuestros derechos en lugar de nuestras responsabilidades.

Principios esenciales en la adoración pública Toda adoración a Dios debe tener una conciencia viva de la hermosura, de la majestad y de la santidad del trino Dios. La forma en que adoramos debe cultivar nuestro conocimiento y nuestra imaginación acerca de quién es Dios y de lo que Dios ha hecho. La adoración nos infunde una conciencia profunda de la gloria, de la belleza y de la santidad de Dios (Sal. 27:4; 63:2). La adoración debe tener la participación plena, consciente y activa de todos los fieles, en el contexto de una comunidad plenamente multigeneracional. La liturgia no debe ser llevada a cabo tan sólo por los pastores, músicos y otros líderes; sino que debe ser participativa e integradora de todos los fieles, por medio de la obra del Espíritu en la adoración. En una adoración viva, todos los fieles participan en las acciones, en las palabras y en el significado del acto de adoración. De esta manera, las promesas del pacto de Dios perduran “de una generación a la otra”. Un acto de adoración que surge de una comunidad intencionalmente multigeneracional, en que se acoge a gente de toda edad como participantes plenos, y cuya participación resulta en

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un enriquecimiento mutuo, refleja el hecho de que la adoración derriba las barreras de edad (Neh. 8:2,6,7,8,12; Sal. 148:12-13).

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Nuestra adoración, también, debe tener un profundo diálogo con las Sagradas Escrituras. La Biblia es la fuente de nuestro conocimiento de Dios y de la redención del mundo en Cristo. La Palabra de Dios como el medio de gracia más importante, ocupa un lugar central por medio de la predicación fiel de la Biblia. Este es el momento más importante, pues es el momento en que Dios habla a Su pueblo, lo exhorta, lo desafía, lo anima, lo trasforma. Y de esta manera entabla un diálogo con los que adoran mediante la práctica intencional de la lectura e interpretación de la misma. No obstante, es necesario destacar que debe presentar y retratar el ser, el carácter y las acciones de Dios en maneras que sean consistentes con las enseñanzas bíblicas. Debe seguir los mandamientos bíblicos en cuanto a las prácticas de la adoración y debe hacer caso a advertencias bíblicas sobre el culto falso e impropio (Col. 3:16).

Un Acercamiento Equilibrado a la Cultura La adoración debe establecer un equilibrio sano entre cuatro acercamientos o dimensiones en cuanto al contexto cultural: nuestro culto es transcultural (hay elementos de la adoración que se sitúan más allá de la cultura), contextual (la adoración refleja la cultura en que se ofrece), intercultural (el culto supera las barreras culturales por medio de la adoración) y contracultural (se resiste a las idolatrías del contexto cultural). Por otro lado, la adoración se enriquece mediante la creatividad artística vista en muchos géneros y medios, no como un fin en sí ni como inspiración individual sin significado

fijo,

sino

disciplinada

en

todas

sus

manifestaciones por la naturaleza de la adoración como actividad profética y sacerdotal (Éx. 35:30-15). En este dialogo que se establece con la cultura, otro rasgo de la adoración pública es su integración. Nuestro culto público debe derribar barreras que permitan acoger a

Es importante también destacar la presencia imprescindible de los otros medios de gracia en el culto cristiano. La celebración de los sacramentos debe ser gozosa y solemne, firmemente enfocada en la obra redentora de Jesucristo en toda la creación y profundamente consciente de cómo obra el Espíritu de Dios para nutrir y fortalecer la fe por medio de estos actos de celebración.

todos los que vienen a adorar, incluyendo a personas con

Por último, por la oración podemos aproximarnos delante del trono de la gracia y pedir, suplicar, rogar algo a Dios y abrir nuestro corazón a Jesús, manifestándole nuestras carencias, angustias, temores, frustraciones, y proyectos, junto con aquellos que confiesan la misma fe que nosotros.

vidas de obediencia agradecida; la adoración debe estar

discapacidades, de otras culturas, tanto los que están en búsquedas espirituales como los creyentes de toda la vida. Y en este mismo sentido, se nos llama a la integración intencional entre la adoración y la vida entera. La adoración fomenta conexiones naturales y dinámicas entre el acto de adoración y la vida, de tal manera que la vida de adoración de las congregaciones cristianas debe reflejar y formar profundamente comprometida para con las necesidades de nuestro mundo.


Estudio Bíblico Texto: Salmo 133  ¿Qué valor exalta el versículo 1 en relación al culto público?

_______________________________________________________________________________________________  El sacerdocio en Israel en la figura de Aarón era la forma que Dios había escogido para bendecir a su pueblo en aquella época. ¿Qué relación tiene el versículo 2 con Cristo?

_______________________________________________________________________________________________  El país entero de Israel es mostrado con un rostro sacerdotal: de Hermón a Sión, de la cabeza al cuerpo. ¿Cuál es la bendición que se expresa en el versículo 3?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué es lo que se disfruta cuando el pueblo canta unido y es bendecido?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe

Lecturas

Capítulo XXI – Art. I y V – La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios que tiene señorío y soberanía sobre todo; es bueno y hace bien a todos; y que, por tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído, y servido, con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas. Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por Él mismo.

La adoración alarga nuestros horizontes y nos descentraliza de nuestro ego, disminuye nuestros temores, altera nuestras perspectivas y nos muestra el lado digno de nuestro trabajo diario. – Charles R. Swindoll.

La lectura de las Escrituras con temor reverencial; la sólida predicación, y el escuchar conscientemente la palabra, en obediencia a Dios, con entendimiento, fe y reverencia; el cantar salmos con gracia en el corazón; y también la debida administración y la recepción digna de los sacramentos instituidos por Cristo; todas estas cosas son parte de la adoración religiosa ordinaria a Dios; y además, los juramentos religiosos, los votos, los ayunos solemnes, y las acciones de gracias en ocasiones especiales, han de usarse, en sus tiempos respectivos, de una manera santa y religiosa.

Pero enséñame, Señor, y haz que entienda si debe ser primero invocarte que alabarte, y antes el conocerte que el invocarte. Mas, ¿quién te invocará sin conocerte? Porque así se expondría a invocar otra cosa muy diferente de ti, el que sin conocerte te invoca y llama. – Agustín de Hipona. ¿Cuál es el punto central del estudio bíblico y teológico, del evangelismo y de las misiones, del conocimiento de Dios y de toda la religión cristiana? La respuesta es: la adoración. El verdadero conocimiento de Dios nos lleva a la adoración correcta, la cual, a su vez, nos lleva al vivir correcto. Los teólogos de la Reforma predicaron el Soli Deo Gloria en todas la áreas de la vida, porque ellos tenían en su mira la adoración. – Terry L. Johnson.

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Hay inherentemente en todos los hombres una fuerte e indeleble convicción de que deben rendir culto a Dios. El indisponerse a adorarle de forma pura y espiritual, les impulsa a inventar como sucedáneo alguna apariencia quimérica; y aunque sean muy claramente persuadidos de la vanidad de tal conducta, persisten hasta el final (…) Por lo tanto, los hombres se encontrarán siempre devotados a ceremonias hasta que sean traídos al conocimiento de aquello que es la religión verdadera y aceptable. La regla que distingue entre el culto puro y el culto corrompido es de aplicación universal, a fin de que no adoptemos ningún artificio que nos parezca apropiado, sino que pongamos atención a las instrucciones del Único que está autorizado a legislar acerca de este asunto. Por lo tanto, si queremos que Él (Dios) apruebe nuestro culto, esta regla, que Él impone en las Escrituras con el máximo rigor, debe ser observada. Pues hay dos razones por las cuales el Señor, al condenar y prohibir todo culto ficticio, requiere que obedezcamos apenas su voz: primero, porque el no seguir

nuestro propio placer, sino depender enteramente de Su soberanía, promueve grandemente Su autoridad. Segundo, porque nuestra corrupción es tal que cuando somos dejados en libertad, todo lo que somos capaces de hacer es extraviarnos. Y entonces, una vez desviados del camino recto, nuestro viaje no termina mientras no nos hundamos en una infinitud de supersticiones. – Juan Calvino. La adoración es una actitud de nuestro corazón; es reconocer la misericordia y la gracia de Dios para nosotros, es reconocer lo que Dios es y lo que ha hecho por nosotros. Es entender que sin él estaríamos perdidos. En este sentido la adoración es un estilo de vida. Por eso es que el mejor adorador será siempre aquel que reconoce de donde lo sacó el Señor y que sin Él está perdido; aquel que recuerda su pasado y sabe que sentarse a la mesa del Señor es un privilegio inmerecido. La mejor adoración siempre brotará de un corazón agradecido. – Jesús Adrián Romero.

Diálogo  ¿Cuál es la imagen de Dios que cultivamos, de manera consciente e inconsciente, en nuestra adoración?  ¿Cómo entienden los fieles de nuestra comunidad la naturaleza y el propósito de su participación en el culto?  ¿Cómo hacemos posible la participación plena, consciente y activa de todos los fieles en el culto?  ¿Qué lugar deben ocupar los medios de gracia en nuestros cultos?  ¿Cuál de los cuatro acercamientos a la cultura mencionados en el texto es más natural para nuestra comunidad de fe?




Lección 19

Nuestro ADN 7: MISIÓN - LIDERAZGO

¿QUÉ TIPO DE PREDICACIÓN QUEREMOS EXPONER? Concepto Clave:

PREDICACIÓN FIEL, RELEVANTE Y TRANSFORMADORA

Tesis Principal:

La predicación de la Iglesia cristiana debe ser fiel a su contenido original, y relevante y transformadora de la cultura actual.

Introducción En la Reforma Protestante del Siglo XVI, la Iglesia fue comprendida dentro de la perspectiva del “pueblo de Dios”, no simplemente como un edificio o una organización institucional, sino como pueblo de Dios que se reúne para adorar a Dios. La Iglesia, por lo tanto, se caracteriza por la ministración correcta de la Palabra y de los Sacramentos. En este sentido, insistimos en que cuando encontremos una Iglesia donde exista predicación fiel de la Palabra de Dios y una correcta administración de los Sacramentos, estamos delante de una Iglesia verdadera. La Reforma tuvo como objetivo un regreso a las Sagradas Escrituras, con el fin de reformar la Iglesia que había caído a lo largo de los siglos, en una decadencia teológica, moral y espiritual. La preocupación de los reformadores es la misma preocupación que hoy nos desafía a una reforma de la vida, de la adoración y de la doctrina a la luz de la Palabra de Dios.

La Predicación Por esta razón, la predicación de la Palabra de Dios se vuelve uno de los temas más relevantes en una Iglesia cristiana

cristiana. Predicar es más que una repetición de la verdad, es la Palabra de Dios pronunciada por Él mismo. Es un acto de Dios a través de un ser humano en el cual la obra redentora de Cristo llega a ser una realidad presente.

Fiel La predicación de la Palabra de Dios comprende una cuidadosa exposición del texto, partiendo de su sentido original (lo que el texto dice) hasta llevarlo a la situación actual de la iglesia (lo que nos quiere decir) para que pueda tener una aplicación eficaz. No es fácil pasar de los tiempos bíblicos a nuestro siglo; de una cultura semítica a nuestro contexto occidental; de los clanes familiares a la familia nuclear o disfuncional; del mundo de la Biblia a la sociedad postmoderna. De manera que, como puente entre el pasado y el presente, la predicación debe ser fiel pero relevante. Debe ir más allá de ser un comentario exegético de un texto bíblico; más allá de un estudio gramatical, filológico, estructural, histórico y teológico, para llegar a una predicación transformadora, desafiante y dinámica. En este sentido, toda predicación debe traer a la luz el mensaje de parte de Dios conforme está registrado en las Escrituras

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Escrituras. Toda predicación cristiana debe ser un discurso que tenga como propósito comunicar fielmente el mensaje que Dios tenía intención de decir. Por lo tanto, debe estar basado en un texto bíblico (no en sueños, visiones, o ideas subjetivas). La autoridad de la predicación deriva de la misma Palabra. Dios obra a través de Su Palabra. 22

Relevante Sin embargo, predicar acerca de la Biblia, en ocasiones, puede ser algo muy abstracto, muy técnico y sin mucho valor espiritual. Por lo que debemos considerar que no sólo debemos estudiar la Biblia, sino entender nuestra cultura y lo que ella necesita. En la medida que identifiquemos antídotos que nuestra cultura presenta contra la Palabra de Dios, podremos presentar un mensaje relevante. De la misma manera, al identificar puntos de contacto entre la Palabra de Dios y la cultura, personas se rendirán al amor de Dios y se convertirán en discípulos de Jesús. Es necesario reafirmar que no debemos remover los elementos esenciales de la predicación de la Palabra de Dios, sino que debemos observar que hay elementos no esenciales que pueden confundir la comprensión del Evangelio.

Transformadora El mensaje que predicamos no debe caracterizarse por el intento de decirle a la iglesia lo que quiere escuchar, sino en responder sus interrogantes espirituales más profundas y desafiarlos a un cambio de mentalidad. No hay nada más transformador, edificante y práctico que la Verdad de Dios. Cuando la sustituimos por algo “más práctico”, estamos rechazando el método establecido por Dios para la conversión y edificación de vidas. Nuestra predicación

predicación no debe perder su profundidad a la hora de hacerla relevante. Cuando hay predicación con profundidad bíblica y es utilizada por el Espíritu Santo, indefectiblemente producirá: 1) la salvación de aquellos que Dios ha escogido; 2) la edificación de los miembros del cuerpo de Cristo; y 3) el endurecimiento del corazón de quienes han rechazado a Dios. Nuestro Señor Jesús fue el mejor predicador que ha existido sobre la tierra. Él fue creativo y aprovechó un sinnúmero de recursos para que su predicación fuera dinámica. Tomó, por ejemplo, a un niño, lo colocó en medio de sus discípulos y los retó a ser como aquel niño. Señaló las aves del cielo, y les mostró los lirios del campo para darles la más hermosa enseñanza sobre la protección y el cuidado del Padre para con sus hijos. Utilizó ejemplos de sus experiencias cotidianas para que cada vez que la gente repitiera una de ellas recordara las enseñanzas del maestro. Echó mano de elementos muy comunes para ellos, como el trigo y la cizaña, el sembrador y la semilla, o el pescador y sus redes. La Palabra de Dios al ser predicada fielmente, tiene la capacidad de transformar nuestra vida y la vida de nuestra Iglesia. Ella rige la forma que asumimos de ser iglesia, nuestra forma de adorar y de servir.


Estudio Bíblico Texto: Hechos 17:22-31  ¿Qué fue lo primero que Pablo identificó? ¿Qué rasgos de la cultura de los atenienses era contrario al mensaje del evangelio? (v. 22)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es el punto de contacto que presentó aquella cultura con el evangelio? (v. 23)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cómo podemos resumir la propuesta del apóstol Pablo a Atenas?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son los elementos esenciales del Evangelio que se mantuvieron intocables en su mensaje? (vs. 24-31)

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe Capítulo I – Art. V – El testimonio de la Iglesia puede

movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una estimación alta y reverencial; a la vez que el carácter celestial del contenido de la Biblia, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone alcanzar en todo (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre y las muchas otras incomparables excelencias y su entera perfección son todos argumentos por los cuales la Biblia demuestra abundantemente que es la Palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión y completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina proviene de la obra del Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la Palabra divina y por medio de ella.

Lecturas “Yo predico a Cristo, no predico doctrina”, dice un evangelista, creyendo establecer una afirmación sabia. “El amor une, la doctrina divide”, expresa otro pastor creyendo fomentar la unidad. Ambas afirmaciones, frecuentes en nuestros días, generan confusión acerca de la importancia de la doctrina, presentándola como contraria a la predicación efectiva del evangelio y enemiga de la unidad del cuerpo de Cristo. Lucas reseña que los primeros cristianos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles…” (Hch. 2:42) (…) Como es evidente, la perseverancia en la doctrina no afectaba la unidad; al contrario, era un factor determinante para mantenerla. Tampoco estorbaba la predicación, que era vigorosa y efectiva. (…) Aferrarse a la verdad bíblica no es quedarse en el pasado; es situarse en la eternidad; porque la sana doctrina de los apóstoles no es antigua, es eterna. Es nuestra responsabilidad ante el Señor proclamar esta verdad a nuestra generación y a las venideras, a cualquier precio. – Salvador Dellutri.

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Cada generación de cristianos enfrenta el problema de aprender cómo hablar significativamente a su propia época. Si vamos a comunicar la fe cristiana efectivamente, entonces debemos entender las formas de pensamiento de nuestra generación (…) Éste es nuestro momento en la historia y nuestra responsabilidad es contender por un significado Escritural y práctico en un mundo caído para ver a la gente personalmente convertida y también para ver que nuestra sal y nuestra luz puedan traer cambio en la vida personal, política y cultural en éste momento de la historia. – Francis Schaeffer.

Cuando la Palabra de Dios es proclamada en fe, se produce el acontecimiento más importante en toda la tierra. – Emil Brunner.

¡Cuán importante es darnos cuenta del peligro de comenzar con una teoría e imponerla a las Escrituras! (...). Tenemos que ser cuidadosos cuando estudiamos las Escrituras para que no suceda que elaboremos un sistema de doctrina basado en un texto o en una comprensión equivocada de un texto. – Martin Lloyd-Jones. No es la ingeniosidad de nuestros métodos, ni las técnicas de nuestro ministerio, ni la perspicacia de nuestros sermones lo que trae poder a nuestro testimonio. Es la obediencia a un Dios santo y la fidelidad a su justo padrón en nuestra vida diaria. – John F. MacArthur Jr. El predicador es el que interpreta y enseña las verdades divinas. – Agustín de Hipona.

Es necesario enfatizar que orar no es un sustituto para la obediencia. Es fútil decir a una iglesia que orar es la solución para la falta de crecimiento, cuando no existe ningún interés en que la Palabra de Dios sea obedecida, y no hay ninguna disciplina en la iglesia. – Iain Murray.

Diálogo  ¿Por qué la predicación actual ha perdido sus raíces bíblicas?  ¿Cuáles serían algunas de las causas que han determinado la ausencia de la predicación bíblica relevante?  ¿Se puede establecer una relación de causa-efecto entre la predicación fiel y el crecimiento saludable de una iglesia contemporánea?  ¿Cómo llegamos a tener una predicación fiel a su sentido original, pero que a su vez sea relevante para la cultura actual?


Lección 20

Nuestro ADN 7: MISIÓN - LIDERAZGO

¿QUÉ TIPO DE MINISTERIOS QUEREMOS TENER? Concepto Clave:

MINISTERIOS EVANGELÍSTICOS Y DISCIPULADORES

Tesis Principal:

Los ministerios de la Iglesia deben ser evangelísticos y formadores de la vida en Cristo a través del discipulado.

Introducción La iglesia tiene diversos espacios por los cuales las personas conocen el mensaje del evangelio. Tal vez el principal es el culto de adoración, pero sin duda, los más efectivos son los diversos ministerios que se desarrollan durante la semana. Muchas personas cruzan la barrera religiosa y cultural que les impide acercarse a una iglesia cristiana, por medio de un ministerio con niños, mujeres, tercera edad, jóvenes, etc. Creemos que estos ministerios deben centrar su trabajo en la tarea de evangelización y discipulado, tal como nos ensenó nuestro Señor Jesús.

Evangelización Los cristianos se sienten cómodos con otros cristianos. Pero hoy día esa comodidad ha evolucionado a tal punto de haberse creado una subcultura que consiste en un pequeño “gueto” exclusivista que no contribuye a mantener contacto con personas que no tienen una relación con el Señor Jesús. Nos hemos sumergido en un cristianismo cerrado que no puede relacionarse con el mundo.

No obstante, cada ministerio en la Iglesia tiene un potencial evangelizador, muy pocas veces valorado. El evangelio vivido y práctico de un creyente comprometido despierta preguntas e interés en las personas con las que se relaciona. De esta manera, debe haber un compromiso de explicar lo que Cristo ha hecho en nuestra vida, y cuáles fueron los medios que Él usó para llegar hasta nosotros, cómo fue nuestra respuesta y cómo puede actuar también en la vida de ellos. De esta manera, el espacio creado durante la semana por la iglesia es la instancia ideal para evidenciar nuestra fe a otros, mostrar que lo que Dios hizo en nuestras vidas lo ha hecho con muchas personas más. Por esto, el énfasis de cada reunión semanal, al encontrarnos con una visita, debe ser el mensaje de salvación expresado de manera clara y relevante de acuerdo al ministerio en el que estamos. Los ministerios de la Iglesia deben servir de puente entre la experiencia espiritual de conversión y la vida en comunidad. Cuando una persona conoce al Señor de manera personal y entrega su vida a Cristo, comenzará una travesía en la que no conviene viajar solo.

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Discipulado

El proceso Intermedio

En este sentido, un conocido proverbio africano reza: “Si quieres ir rápido, vete solo; si quieres ir lejos, ve con otros”. Jesús sabía que para realizar una obra que perdurara en el tiempo requería un equipo. Por eso, apartó un tiempo no sólo para llamarlos a tener una relación de mero afecto con él, sino para tener una relación completa que implicaba una capacitación para la vida: “Eligió a doce… para que lo

Es importante rescatar el proceso intermedio por el cual transita una persona desde que escucha por primera vez el evangelio hasta que entrega su vida a Cristo

acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios” (Mr. 3:14). Nuestros ministerios son espacios en los cuales podemos estar en comunión con Jesús primeramente, pero también con otros; lo cual servirá para nuestro fortalecimiento personal y comunitario. En este caminar juntos de Jesús y sus discípulos, la formación de cada vida era un proceso continuo y dinámico. Así como debe ser en nuestros ministerios. Jesús no sólo les enseñó a orar, sino que oró con ellos. De ahí que el discipulado no es solamente compartir enseñanzas, sino vivir esas enseñanzas. Por eso, en una época como la nuestra donde abunda la religiosidad, el mundo necesita el ejemplo palpable de vidas transformadas. Como discipulador, Jesús no se conformaba con que sus discípulos escucharan atentamente sus enseñanzas: esperaba de ellos vidas transformadas y fructíferas. El propósito era claro: “Mi Padre es glorificado cuando ustedes

dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos” (Jn.15:8). Por esto, al final de su ministerio, Jesús nos envía con una misión: “Id y haced discípulos…” (Mt. 28:18-19). Mandato y tarea. Jesús como discipulador nos ordenó continuar la labor discipuladora en la vida de otros. Ésta es nuestra tarea en cada uno de los departamentos o ministerios de la Iglesia. No reproducir creyentes, ni líderes, sino discípulos, al estilo como Él lo hizo, con los principios y valores con los que Él trabajó.

Este proceso es un factor determinante para que una persona termine siendo miembro activo de la iglesia, o un “desaparecido” más. El efecto de este proceso sobre los resultados que siguen es de hecho tan importante, que hasta podría intentar predecirse cuáles personas de las que hacen una decisión llegarán a ser miembros responsables (activos) de la iglesia en el curso del primer año, y quiénes no. Una fiel respuesta a la Gran Comisión (Mt. 28:18-20) se logra cuando la evangelización, bajo la guía del Espíritu Santo, va acompañada por un serio y responsable discipulado cristiano que producirá luego un real y eficaz crecimiento particular y por ende eclesial, crecimiento que se retroalimenta a sí mismo por la formación de nuevos discípulos.


Estudio Bíblico Texto: Mateo 28:18-20  Según el v. 18, ¿en qué se basa la misión de cada ministerio de la Iglesia?

_______________________________________________________________________________________________  El verbo “id” del v. 19 corresponde al gerundio “yendo”. Por lo tanto, no es un mandato a “salir” sino a “continuar”. ¿Cuál es la implicación de esto en nuestra vida diaria?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuál es el imperativo mayor en el versículo 19?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Cuáles son los dos pasos que debemos seguir para hacer discípulos? (vs. 19-20)

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué promesa nos anima a continuar con nuestra tarea? (v. 20)

deben

estar

involucrados

en

estas

oportunidades

_______________________________________________________________________________________________ Confesión de fe ministeriales. Pero se debe ejercitar el cuidado pastoral de Capítulo XXVI – Art. II – Los santos, por profesión, están

obligados a mantener una comunión y un compañerismo santos en la adoración a Dios, y a realizar los otros servicios espirituales que promueven su edificación mutua; y también a socorrerse los unos a los otros en las cosas externas, de acuerdo con sus diferentes habilidades y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según Dios presente la oportunidad, a todos aquellos que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.

Lecturas La gran comisión no es una opción para ser considerada, sino un mandamiento para ser obedecido. – James Hudson Taylor.

Todas las iglesias tienen diferentes tipos de grupos. La pregunta clave es si los grupos son comunidades cristianas básicas de nutrición. Ciertamente los cristianos pueden y deben

manera que los programas de la iglesia no compiten con las pocas horas que las personas tienen durante la semana, robándoles la riqueza de ser parte de la comunidad cristiana (…) Demasiadas personas se sienten muy ocupadas haciendo muchas cosas en la iglesia mientras se están marchitando en la iglesia, y mientras las mismas iglesias se están marchitando. ¿Están viviendo los miembros de las iglesias un cristianismo activo? ¿Están: (1) relacionándose con Dios diariamente, (2) adorando con el pueblo de Dios semanalmente, (3) participando en una comunidad básica cristiana para nutrirse, (4) sirviendo en el ministerio, (5) ofreciendo sus recursos pertinentes al Reino de Dios como buenos mayordomos y (6) trayendo e incluyendo personas a la iglesia? ¿O están sentados discutiendo en reuniones de comisiones? (…) En vez de disolver grupos dentro de la iglesia, para que puedan convertirse en comunidades básicas cristianas deben añadir elementos adicionales. Se puede añadir al grupo componentes para la nutrición de sus participantes, incluyendo adoración, oración, compañerismo y estudio bíblico. – Tim Keller.

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Algunos prefieren vivir muy cerca del sonar de la campana de la iglesia, yo preferiría vivir trabajando en una „Carpa de Rescate de Almas‟ a un metro del infierno.

Denme 100 hombres que no teman más que al pecado y no deseen más que a Dios, y cambiaré el mundo. – Juan Wesley.

– C. T. Studd.

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Si leemos cómo Jesús enseñó a sus discípulos, vemos que no lo hizo en una sala de clase. Una sala de clase es un lugar donde el maestro y el alumno entran en contacto el uno con el otro solamente en un plano intelectual. No viven ni comen juntos, ni entran en contacto social, emocional y espiritualmente tampoco. Jesús no estableció una relación de sala de clase con sus discípulos ni tampoco lo hicieron ellos entre sí. Antes bien, crearon comunidades de aprendizaje, donde se pasaba suficiente tiempo para descubrir la verdad en discusiones, diálogo y en aplicación. Por lo tanto, la manera crucial (aunque no la única) para el discipulado es en comunidades, no en clases. Es decir, grupos de compañerismo y amistad, no ambientes académicos solamente. – Tim Keller.

Antes de la creación, Dios estaba ocupado realizando la elección. Él ha estado ocupado en la eternidad pasada y tiene trabajo salvífico que hacer en el presente. Y Él hace el trabajo cuando su pueblo proclama las buenas nuevas. – C. J. Mahaney.

Cuando llegamos a conocer que Dios es nuestro Padre, ¿no hemos de desear que sea conocido como tal por todos?

Y si en nosotros no hay esta pasión porque todas las criaturas le rindan tributo, ¿no es esto una señal de que Su gloria significa poco para nosotros? – Juan Calvino.

Diálogo  ¿Por qué decisiones de fe (en apariencia genuinas) no continúan naturalmente hacia un compromiso con Cristo, con la iglesia y hacia un crecimiento continuo?  ¿Cuál es la razón de que tantos métodos usados sean contraproducentes en cuanto al éxito de la evangelización?  ¿Qué características tenía el modelo discipulador de Jesús?  ¿Qué debería tener en cuenta una estrategia de discipulado para remover los obstáculos que existen en la sola evangelización?  ¿Cuáles deben ser los pasos a seguir en la actitud hacia una persona que nos visita en una reunión semanal?


Lección 21

Nuestro ADN 7: MISIÓN - LIDERAZGO

¿QUÉ TIPO DE ACCIÓN SOCIAL QUEREMOS HACER? Concepto Clave:

Tesis Principal:

ACCIÓN SOCIAL DE REDENCIÓN INTEGRAL

La Iglesia debe encarnar la obra de Cristo en la redención integral del ser humano y

de la creación.

Introducción La Iglesia de Jesucristo tiene en sus manos una “buena noticia” que no solamente debe proclamar, sino debe encarnar. Esta buena noticia es que Dios ha establecido su Reino de justicia y paz por medio de su Hijo Jesucristo. Este Reino cumple el propósito de Dios en la creación trayendo realización plena y redención a la humanidad y a toda la creación. En este Reino la gente recibe, sólo de gracia, una nueva posición delante de Dios y la sociedad, una nueva dignidad y valor como hijas e hijos, y poder por su Espíritu para ser mayordomos de la creación y siervos los unos de los otros en una nueva comunidad. De esta buena noticia surge nuestra misión como Iglesia y su gran responsabilidad social encarnando la obra de Cristo. Cuando hablamos de “encarnar” esta buena noticia, nos referimos a extender la obra de redención que Cristo comenzó cuando se dio a sí mismo por nosotros, no sólo para redimirnos del pecado que había en nuestro corazón, sino también para redimirnos de manera integral en todas las áreas de nuestra vida. Se necesita recuperar la redención integral en la acción social de la Iglesia, en la que el sacrificio de Cristo provee la base tanto para el perdón de Dios mediante el arrepentimiento

arrepentimiento y la fe, como para un estilo de vida caracterizado por la constante búsqueda de la dignidad completa del ser humano.

Nuestra propuesta La Iglesia debe buscar no solamente la redención del alma de las personas, sino una redención completa. No solamente debe ayudar a los pobres proveyéndoles alimentos frente a sus carencias, sino que debe buscar una solución integral. Esto está inspirado en lo que la Palabra de Dios nos enseña acerca de los valores del Reino de Dios y sus demandas de signos de Justicia, Bienestar y Alegría en el Espíritu (Ro. 14:17) en nuestra vida eclesial y en la sociedad en la que procuramos ser luminares y sazonarla con el evangelio viviente (Mt. 5:13-14). En su misión, la Iglesia debe considerar las estructuras socio-económicas, como debatiéndose entre la fidelidad a las riquezas (Lc. 16:13) o la fidelidad a Dios. La exclusión social creemos es producto de la infidelidad a Dios y a los valores de su Reino.

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Por esto, la acción social de la iglesia se debe dar en el acompañamiento solidario y en la inserción de la persona en la actividad socio-económica de la sociedad. Como Iglesia debemos ofrecer una acción solidaria, como la expresión del reconocimiento de la dignidad humana y de la responsabilidad cristiana ante el sufrimiento del otro, creado igualmente a la imagen de Dios. 30

La Evangelización y la Acción Social de la Iglesia La acción social de la Iglesia es una consecuencia de su tarea evangelizadora. Cuando la Iglesia mira hacia afuera y evangeliza estratégicamente la ciudad, también tendrá una mejor visión de sus necesidades. Por otro lado, la evangelización es el medio que Dios usa para llevar a la gente al nuevo nacimiento y a la nueva vida que se manifiesta en el servicio a los demás. Pablo escribió que “la fe obra por el amor” (Gá. 5:6), Santiago dice, por su parte, “yo te mostraré mi fe por mis obras” (Stg. 2:18), y Juan que el amor de Dios en nosotros se expresa en el servicio a los necesitados (1 Jn. 3:16-18). Debemos decir que si bien la acción social de la iglesia no tiene una intención evangelística, tiene, sin embargo, una dimensión evangelística. De hecho, si hacemos vista gorda al sufrimiento, la opresión social, la alienación, la exclusión social, la soledad de la gente, no nos sorprendamos si la gente hace oídos sordos a nuestro mensaje de salvación eterna. Así, pues, la evangelización y la acción social de la Iglesia, aunque diferentes, están relacionadas integralmente en nuestra proclamación del evangelio y nuestra obediencia a él.

La Experiencia de Juan Calvino Juan Calvino entendía que la iglesia debe ejercer un tríple ministerio en relación a su compromiso social: Didáctico, Político y Social. El primer aspecto apunta a la necesidad

necesidad de una continua instrucción pública y particular con respecto de la temática social (la providencia de Dios, trabajo y descanso, la mayordomía de los bienes y los deberes de los cristianos para con el prójimo). La ética social calvinista se fundamenta en la solidaridad y generosidad que repudia la ganancia y la insensibilidad. Incluso, la beneficencia cristiana no debe ser practicada por mera obligación o legalismo, sino como un acto de compasión, espontaneidad y liberalidad. El segundo aspecto del ministerio de la iglesia en el área social es la actuación política. La relación entre la Iglesia y el Estado debía ser de apoyo mutuo, pero sin interferencia. No obstante, él creía que, además de interceder por las autoridades, la iglesia tenía la misión de advertir a los gobernantes sobre sus responsabilidades, defender a los pobres y oprimidos, y denunciar las injusticias sociales (el monopolio, la cobranza de intereses excesivos y la especulación en torno de los precios de los alimentos). Además de su ministerio didáctico y político, la iglesia tiene también un ministerio social de ayuda directa a los necesitados. Eso lo hace a través de la institución del diaconado. Él previó cuatro clases de oficiales para la iglesia: pastores, maestros, presbíteros y diáconos. La Escritura fue la que atribuyó a los diáconos funciones de ayuda social. Si, por un lado, todo cristiano tiene el deber de ayudar a los carentes y desvalidos, la iglesia como un todo también tiene una responsabilidad en esa área, debiendo ejercerla a través del diaconado. En nuestra Iglesia, nuestro anhelo es que los diáconos creen estructuras de apoyo que permitan a toda la iglesia tomar conciencia de su responsabilidad social.


Estudio Bíblico Texto: Filipenses 2:5-11  ¿Qué debe ocurrir espiritualmente en nuestra vida para que podamos “sentir” como Jesús? (v. 5)

_______________________________________________________________________________________________  ¿A qué nos aferramos como un valor mayor que servir a los que más necesitan? (v. 6)

_______________________________________________________________________________________________  Al dejar su trascendencia, Jesús se involucró integralmente con nuestra salvación. ¿Cómo podemos imitar su ejemplo?

_______________________________________________________________________________________________  ¿Qué lugar ocupa la obediencia en la acción redentora de Cristo?

_______________________________________________________________________________________________

Confesión de fe

Lecturas

Capítulo XVI – Art. II y III – Las buenas obras, hechas en obediencia a los mandamientos de Dios, son los frutos y evidencias de una fe viva y verdadera; y por ellas manifiestan los creyentes su gratitud, fortalecen su seguridad, edifican a sus hermanos, adoran la profesión del evangelio, tapan la boca de los adversarios, y glorifican a Dios; pues los creyentes son hechura de él, creados en Cristo Jesús para buenas obras, para que teniendo por fruto la santificación, tengan como fin la vida eterna.

La principal tarea de la Iglesia como una comunidad de cristianos es producir hombres nuevos como material de construcción, digámoslo así, del nuevo orden, y prestar su decidida cooperación en toda tarea de edificación social. En la base de esa tarea se encuentran la proclamación del evangelio de la redención personal... y la educación cristiana como un medio de formar personalidades en las cuales se refleje el carácter de Cristo. Pero es menester también que los creyentes... se organicen para una acción positiva en pro de la transformación social. Esto significa una participación activa como individuos o como equipos, células o comandos, en la promoción activa de todo lo que sea justo. – Gonzalo Báez-Camargo.

La capacidad que tienen los creyentes para hacer buenas obras, no es de ellos en ninguna manera, sino completamente del Espíritu de Cristo. Y para que ellos puedan tener esta capacidad, además de las gracias que han recibido se necesita la influencia efectiva del mismo Espíritu Santo para obrar en ellos tanto el querer como el hacer por su buena voluntad; sin embargo, ellos no deben degenerar en negligentes, como si no estuviesen obligados a obrar aparte de un impulso especial del Espíritu, sino que deben ser diligentes en avivar la gracia de Dios que está en ellos.

Los cristianos tienen responsabilidad en todas las áreas de la vida (…) Asuntos como las injustas estructuras sociales y la opresión… y otros males semejantes de la sociedad, deben ocupar la atención de todos los cristianos (…) y la Iglesia cristiana debería tener su eliminación como una meta

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de primerísima importancia. Pero luego de reconocer todo esto (…) debe reiterarse la verdad de que la reconciliación con Dios es el corazón del evangelio y la fuente de donde fluyen la dirección y el impulso para realizar los cambios sociales que honren a Dios. – Roger Greenway.

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Como iglesia debemos entender que la misión debe extenderse hacia las necesidades que existen en nuestro barrio primeramente y en nuestra ciudad después (…) Cuando se sirve activamente a otros se piensa mucho menos en servirse a uno mismo (…) Uno de los beneficios mayores de dar es el efecto que produce en el dador. Nuestra necesidad de dar es exactamente equiparable a la necesidad que tienen los pobres de recibir (…) En un primer momento puede dar la impresión que este tipo de obras de extensión drenan demasiada energía y recursos, pero esa es una de las paradojas de la fe, aquel que comparte el amor regresa enriquecido, y no más pobre. – Philip Yancey.

La Iglesia es la única cooperativa del mundo que existe para el beneficio de aquellos que no son sus miembros. – William Temple.

Hay tanta herejía en reducir la misión a programas de reforma social –y ese es el problema de muchas iglesias «históricas»– como la hay en negar la responsabilidad social que surge del Evangelio –y ese es el problema de muchas iglesias «evangélicas» conservadoras. Si la misión va a ser realmente integral, tiene que incluir la proclamación del amor de Dios en Cristo Jesús y a la vez la manifestación de ese amor en términos de buenas obras. – René Padilla.

Diálogo  ¿Cuál es el propósito de Dios en establecer su Reino en la tierra?  ¿Cuáles son las implicaciones teológicas y eclesiales de buscar la mera conversión del alma de las personas?  ¿Qué respuesta damos como iglesia a la exclusión social?  ¿Cuál es una de las mayores tentaciones a la que se ve sometida la Iglesia en su tarea de acción social?  ¿Por qué decimos que la acción social de la iglesia no tiene una intención pero sí una dimensión evangelística?  ¿Cuál era la visión de Juan Calvino en relación a la responsabilidad social de la Iglesia?




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