Experiencias Familiares Estudiantes Y9ML Profesora: Martha LucĂa Bocanegra
Ser hijo único Ser hijo único tiene sus ventajas y sus desventajas. Pero por lo general a mí me gusta no tener hermanos. Pero también hay unas cosas que no me gustan. Lo que me encanta es que: no tengo que compartir mis cosas, soy el consentido, nadie me molesta, tengo mi propio cuarto, entre otras. Y lo que me disgusta es que: a veces me siento solo (pero aún así tengo amigos), cuando no hay nadie en la casa, me hace falta alguien con quién hablar. No importa porque en general me gusta. También normalmente a mí me dan todo lo que pido (cosas materiales). Y puedo disfrutar lo que me dan al máximo sin tener que prestarlo o compartirlo. También últimamente desde que me aceptaron la visa he podido salir de Colombia a los Estados Unidos, sin tener que gastar tanta plata como cuando uno paga para más gente. Me encanta ser hijo único. Por otro lado, hay veces que me siento solo aunque eso no es un grave problema porque puedo jugar con mi padre, amigos del conjunto o me veo con mi familia y mis primos. A veces me falta hablar con alguien de frente, y a esta persona poder contarle mis secretos y tiene que ser alguien que no sea ni mi pa ni ma. Pero adoro ser hijo único.
Entonces si yo pudiera tener un hermano la verdad lo pensaría bien. Si lo tuviera me gustaría ser el mayor por unos cuantos años. Me gusta como soy, y como es mi vida, no me puedo quejar de nada. Me gusta ser hijo único. Navidad del año pasado El año pasado en Navidad del 2012, la pasamos en Chinauta en la finca de un familiar. Todos estábamos felices. Había una perrita de unos cuatro meses llamada Madonna, ella era negra y muy chiquita. Mis primos y yo, nos metimos a la piscina muchas veces. Jugamos fútbol y descansamos. Estábamos muy ansiosos por abrir los regalos; pero antes necesitábamos comer y bailar un rato. Después de eso sí abrimos los regalos y leímos la novena. También habría una señora que nos cocinaba. La comida era deliciosa. A mí me dieron un XBOX con dos controles y tres juegos. Era lo que había pedido desde un principio. Y gracias a Dios que me lo dieron. La pasé delicioso con toda mi familia. Este año creo que también vamos a hacer lo mismo. Sólo que este año pedí un IPad mini. Me gusta estar con los perros, meterme a la piscina, jugar fútbol, dar una vuelta por la finca , ver las matas, descansar, ver televisión y hablar.
Yopal En diciembre del 2012 planeamos un viaje a Yopal para visitar a mi tía y a mis primos. Estuvimos en diferentes piscinas y ríos. También fuimos al garcero que es un sitio del llano donde la gente va a ver el atardecer y a mirar las garzas partir a sus otros destinos. También fuimos a lagos. Vimos los atardeceres del llano. Fue hermoso, tenía muchos colores, rojo, amarillo, naranja y un rojo más clarito, me encantó. Otra cosa que me gustó fue que nos lanzamos de una piedra súper alta a un río, y nos tiramos como unas cinco veces. Yo tenía miedo de tirarme de clavado entonces me tiraba parado. Pero después me llené de valentía y a la última lanzada me zampé de clavado y fue la tirada más exitosa. Fue increíble. Fue una experiencia muy bonita e interesante porque fueron mis abuelitos y mis otras tías de Bogotá. Me gustaría volver con toda mi familia. Amazonas Una experiencia inolvidable fue haber conocido el Amazonas, una parte de Colombia muy bonita y olvidada, me encantó porque tuve contacto con la naturaleza, ver el río Amazonas tan grande y poderoso que de profundidad tiene más o menos 100 metros y la selva, lo que más me gustó fue la gente tan sencilla, hermosa y muy amigable. Por ejemplo los meseros y cocineros del hotel me invitaron en la noche a pescar y ellos me hicieron una caña para ir con ellos. Pesqué un pez medio grande y mi amigo el chef pescó una piraña. En el hotel que me quedé tenía muchos amigos como el señor del bar, un científico, el chef, meseros, las personas de los tours y la de la recepción, también me gustaron los shows que presentaban en las noches, hacían bailes de Brasil y Perú, las personas con trajes muy típicos y llamativos. Fui a una parte de Brasil llamada Tabatinga y parte de Perú. También fui a una isla de los micos donde tu le das comida y de te suben como 15 en todo el cuerpo. Fui a la casa de chocolate en Brasil donde uno compra dulces finos a muy buen precio, por ejemplo hay Hersheys,M&M, Garoto y otros. Me encantó. También fuimos a tribus indígenas, y bailamos con ellos, hicieron artesanías, y nos trajeron anímales para acariciarlos. Eran como serpientes, lagartos, osos perezosos y monos tití.
New York Mi viaje a New York fue una de mis mejores experiencias. Me encantó ir, porque yo sólo conocía muchos sitios en películas, fue un sueño total, cuando vi esa ciudad tan poderosa, los edificios tan altos y tanta gente de todas partes del mundo, también ir donde había ocurrido el desastre de las Torres gemelas. Fui al Empírea State, el edificio más alto de New York y tuve la oportunidad de subir y ver toda la ciudad desde allá arriba. También fui a Central Park y no lo pudimos recorrer en un día porque es un parque muy grande, hay árboles, zonas verdes, sillas por todos lados y mucha gente practicando deporte. Estuvimos en Time Square. Eso sí fue una cosa loca con todas esas pantallas y luces por todo lado, y yo me acosté en una barda de una fuente para admirar todo ese color. Era mi cumpleaños y mi mamá me dio un tour a Buffalo, Philadelphia y Washington. Fui a las Cataratas del Niágara, eso fue mi parte favorita, porque ha sido una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida, bajamos a las cataratas y estuvimos en un barco que nos llevó muy cerca. Había tanta neblina de la caída de agua tan fuerte, que se nos hizo imposible tomar fotos. Fue una de mis mejores experiencias. Crucero
Una experiencia en el mar inolvidable. Fui a un crucero por Aruba, Curaçao, La Guaira y Panamá. Este crucero salía de Cartagena, el barco era gigante, tenía 14 pisos, cada uno tenía su especialidad y su tema, había muchas tiendas, bares, casinos, gimnasios, spa, biblioteca, sala de internet, canchas de basketball, mesas de ping pong, teatro, muro de escalar, un teens club donde había juegos de máquinas, salas de juego y otros. Había restaurantes para hacer reserva e ir con ropa elegante y otros para ir más informal. En el último piso estaba la piscina, jacuzzi, sitios de bebida y lo mejor, hacían shows y orquesta todo el día. Cada noche presentaban un show diferente con trajes espectaculares y había un humorista de Argentina muy gracioso. Lo que más me llamó la atención fue la vista del mar y saber que hay una ciudad en el barco porque hay todo lo que uno necesita. El lugar que más me gustó fue Aruba por la playa que hay, es la más hermosa que yo he visto en mi vida, la isla en sí es increíble por las casas que hay, llenas de colorido la parte de comercio del hotel Riu y lo demás. Todo en el crucero era hermoso. Además, hice muchos amigos de otras partes de Colombia y de Venezuela. A veces me hablo con un amigo de Cali que se llama Juan Felipe. Por: Christian Ortiz
Mis Experiencias familiares Cosas que ha hecho mi Hermano El Cereal
A las seis de la mañana, un día de la semana como cualquier otro, nos levantamos mi hermano y yo. Él quería cereal para desayunar, y se lo dijo a mi empleada. “No hay” le respondió y mi hermano se puso bravo. Me empecé a reír histéricamente porque mi hermano había empezado a llorar porque simplemente no había cereal. Me parecía muy gracioso que estuviera llorando por una bobada así de chiquita. Entonces, se puso bravísimo y me empezó a pegar puños en los hombros y patadas en las piernas porque me reía de su drama sobre el desayuno. Me dolían mucho sus puños y patadas pero yo no lloraba, yo simplemente me paré de reír y él seguía enfadado conmigo, llorando a chorros. Yo le pregunté: ´Simón, ¿Por qué lloras tanto? Ya paré de reírme´. Esto sólo lo hizo poner más bravo de lo que ya estaba, pero yo sólo le estaba haciendo una simple pregunta. Era impresionante, sus ojos ya estaban rojos y me miraba débilmente y me dijo :´Gabriela, ¿Por qué no me dejas en paz?´. Yo simplemente me reí un poquito y me fui a coger mi maleta del colegio. Él me persiguió y me dijo : ´Te odio tanto´. Yo me reí tan duro que mi papá preguntó qué estaba pasando, y mi hermano me echó toda la culpa a mí, aunque él fue el que estaba llorando porque no había cereal. Todo esto ocurrió simplemente porque mi hermano lloraba por la falta del cereal en la casa. Al final, mi papá me regañó por ´haber hecho llorar´ a Simón. Yo me puse muy brava porque yo simplemente me reía inofensivamente por la bobada de mi hermano, pero mi papá nunca entendió eso, y dijo que yo había hecho a mi hermano llorar por grosera, pero no fue así. Mi Cuarto Al llegar a casa, subí directamente a mi cuarto porque tenía muchísima tarea. Dejé mi maleta JANSPORT en la esquina de mi cuarto, y me senté en mi escritorio a hacer mi primera tarea, de Matemáticas. A los 5 minutos, cuando yo ya estaba completamente concentrada y estaba avanzando rápido, mi hermano decidió entrar a molestarme. Tenía 6 tareas para el psiguiente día, pero mi hermano hermoso decidió ir a molestarme en ese preciso momento. Me dijo: ´Gabriela ¿Estás haciendo tarea?´ yo le respondí, ‘¿Tú que crees?´ porque no estaba de humor como para que me viniera a preguntar cosas obvias.
Mi mamá estaba en la casa, pero no se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Yo le dije a mi hermano que por favor se saliera porque tenía que terminar mis tareas, pero él me dijo que me atreviera a sacarlo, entonces grité, ´Mami, Simón no me deja en paz´. Apenas llego mi mamá, nos preguntó ´¿Qué paso?´ y mi hermano le dijo que yo, la que estaba haciendo tareas, lo estaba molestando e insultando. Yo le traté de decir a mi mamá que eso no era verdad, que yo tenía millones de tareas para el día siguiente y que él era el que me estaba molestando , que él no se quería salir de mi cuarto, pero obviamente, no me creyó. Mi mamá le dijo a mi hermano que se saliera, pero él se hizo el ángel y dijo que me quería hacer compañía. Mi mamá le gritó: ´Simón que te salgas de su cuarto ahora´. Yo le di las gracias a mi mamá, pero ella también se puso brava conmigo y me dijo: ´Gabriela, tú también necesitas hablarle bien a tu hermano, y él solo te quería acompañar mientras hacías tareas. ´Bueno, lo que tú digas. Sólo te digo que él me vino a molestar y no me dejó hacerlas´, le dije. Ella no me creyó porque simplemente sacudió la cabeza y salió de mi cuarto. Por fin, tenía silencio para continuar con mis tareas. La Música Regalada Cada mes del año, mi papá me regala 10 dólares para gastar en música de iTunes. A mí me encanta comprar música por ahí porque después la puedo pasar a mi celular y a mi iPod, y la puedo oír en el bus, en la casa, o donde esté. Yo soy muy aficionada a comprar canciones que me gustan, y muchas veces son tantas las canciones que quiero, que esos 10 dólares que mi papá me regala con tanto amor, no son suficientes para mí. Normalmente, como se me acaba la plata tan rápido, me toca esperar hasta el siguiente mes para comprar otras 9 o 10 canciones. Pero un domingo por la mañana, todo cambió. A mi hermano Simón le gusta escuchar música, pero no tanto como a mí. Yo amo escuchar música en todas partes, a toda hora. Igual que a mí, a mi hermano también le regalan 10 dólares por mes, pero en otra cuenta diferente a la mía. Yo siempre me quedo sin plata como al segundo día del mes, pero mi hermano había llegado a acumular la plata de cuatro meses enteros, y ya tenía más de 40 dólares en su cuenta, eso es algo que yo nunca podría hacer. Ese domingo, amanecí con el sol en mi cara, con los pájaros cantando al lado de mi balcón. Me había levantado con buen humor, feliz, con la intención de comprar una canción que había salido el día anterior. Prendí mi Mac Book, abrí iTunes y ¿Qué paso? No tenía suficiente dinero para una canción. Entonces, decidí ir a preguntarle a mi hermano si por favor me podía regalar esa canción que tanto quería. Yo me esperaba una respuesta grosera como: ´No es mi problema si ya te gastaste tu plata´ o, ´No me voy a gastar mi plata en una de esas canciones estúpidas que te gustan a tí. Pero, fue al contrario, me dijo con una sonrisa de oreja a oreja: ´Sí, tengo como 40 dólares, no importa si me gasto 1 para una canción tuya´. Yo, completamente sorprendida por su generosidad, le dije ´¡gracias Simón!´ y fuimos hacia el computador y abrimos iTunes y compramos la canción que quería. Este tipo de cosas son las que me hacen querer a mi hermano a pesar de que sea grosero y malo conmigo muchas veces. Él se había despertado de buen humor, y si no lo hubiera hecho, estoy completamente segura de que no hubiera ni considerado comprarme esa canción. En estos momentos así es que me encanta tener un hermano que haga cosas bonitas por mí, aunque sean chiquitas.
Cosas que he Hecho Yo Las Matemáticas A las 3 de la tarde, un día lluvioso, oscuro y nublado, mi mamá nos recogió en el colegio para ir a una cita médica que teníamos los dos. Al montarnos al carro, mi mamá nos preguntó: ‘¿Cómo les fue hoy?´ y yo le contesté muy planamente ´bien´ en cambio mi hermano, le da todos los detalles de su día de colegio. Mientras esto pasa, yo saco mi horario de clase y miro qué tareas tengo para el próximo día, y quedé sorprendida porque ¡No tenía ninguna! Rara vez me pasaba esto, casi siempre tenía una tarea para entregar pero ese día no tenía ni media. Al descubrir esto, le dije feliz a mi mamá, ´mami, ¡no tengo tareas para mañana!´, ella sonrió y dijo :´qué rico, ya te merecías un descanso de todas esas tareas pero después mi hermano nos miró a las dos y con una cara de aburrimiento nos dijo ´yo sí tengo como tres y una es de Matemáticas. Como no estábamos peleados, no tenía tareas y me sentía generosa, ofrecí ayudarle con su tarea de M matemáticas, y se puso muy contento y mi mamá también se puso feliz por haberme ofrecido a hacer eso por mi hermano. Cuando llegamos al médico, le dije a Simón que bajara la tarea para que se la hiciera de una vez porque habíamos llegado temprano y nos iba a tocar esperar. Además solo eran un par de preguntas fáciles de algebra. Después, nos sentamos en la sala de espera y empezamos con la tarea. Como a él lo llamaron primero, sólo le alcancé a explicar las primeras preguntas, pero mientras yo esperaba, entendí las preguntas y estaba lista para explicarle las siguientes. Cuando salió, ahí mismo me llamaron a mí entonces me tocó entrar. Al salir, vi que mi hermano ya las había hecho porque yo ya lo había ayudado a entender. Cuando nos volvimos a montar a nuestro Volvo plateado y nos sentamos en las sillas de cuero, Simón me dio las gracias por haberle ayudado con una de sus tareas aunque fuera cortica. Mi mamá también me agradeció por haberle ayudado a mi hermano y me dijo que fue muy amable de mi parte por haberle ayudado. Aunque la mayoría del tiempo peleamos mi hermano y yo, ese día yo hice algo bueno por mi hermano, y no terminamos peleando.
La Caída Era una mañana hermosa, y me había levantado feliz. Abrí mi cortina y vi que estaba haciendo mucho sol, bajé a desayunar y luego me bañé. En mi escritorio había una pelotica chiquita de Android y no sabía de dónde había salido, entonces le pregunté a mi papá, y me dijo que le habían regalado dos, y que le había dado la otra a Simón. Era una pelota negra que tenía al muñequito verde de Android en la mitad. No la planeaba usar para nada, era una pelota que no rebotaba, y no servía para nada. Yo no sabía si mi hermano la iba a usar o no, y la verdad no me importaba. De repente, siento un golpe en la espalda, y ahí mismo sabía que era Simón molestando con la pelota que le había regalado el papá. No me había dolido, me había molestado que Simón no tuviera algo mejor que hacer que pegarme con esa pelota. Calmadamente le dije ´Simón, por favor vete y para de pegarme con esa pelota´, él creyó que era muy chistoso, y me volvió a pegar. Otra vez le dije: ´Simón, para.´ Como él seguía creyendo que era chiste, me la volvió a tirar y me dijo: ´Gabriela, ¿Qué vas a hacer? Jajaja eres muy boba. Yo ya estaba poniéndome brava porque mi hermano no entendía que quería que parara de tirarme esa pelota y que dejara la bobada. Él se reía y se reía, y como ya había perdido la paciencia, salí corriendo a perseguirlo. Apenas lo empecé a corretear, corrió hacia las escaleras y las bajó corriendo. Pero este jueguito no duró mucho porque cuando él ya estaba llegando al final de las escaleras, yo lo alcancé y lo empujé contra la pared suavemente, pero como ya estábamos al final, no había pared y se cayó directo al piso. Se pegó durísimo con esa caída y empezó a llorar del dolor. Mi mamá estaba en la casa, y ella sabía que alguien iba a salir llorando, y apenas oyó a Simón llorar dijo ´les dije´, y eso fue todo lo que dijo antes de bajar a ver lo que había pasado. Al final, yo salí regañada por haberlo empujado aunque no quería tirarlo al piso, y a él no le dijeron nada por haberme molestado constantemente con esa pelota que nos había regalado el papá. La mayoría de veces que peleamos los dos, alguien sale llorando y casi siempre es mi hermano Simón. Por esto, casi siempre soy yo la que sale regañada, porque mi hermano siempre es el que llora, así que mis papás asumen que yo fui la que lo herí y lo dejo llorando, pero no toman en cuenta que lo hice porque estaba siendo insoportable.
Las Garras Un sábado por la mañana, después de nuestra clase de tenis, mi hermano y yo nos encontramos con nuestros papás en el comedor del club Guaymaral para almorzar. Cuando nos sentamos, pedimos algo de tomar y de comer, y esperamos. Mientras esperábamos, mi hermano Simón estaba diciendo que yo estaba molestándolo durante clase de tenis y que lo hice caer y por eso tenía la rodilla pelada, pero la verdad era que él se había caído solo porque se había tropezado por tener el zapato desamarrado. Me puse brava porque mi hermano les iba a mentir a los papás sobre lo que había pasado solo para meterme en problemas. Como mis papás no nos estaban poniendo cuidado, como siempre, entonces decidí clavarle las uñas en el brazo a Simón para que no mintiera. Él empezó a gritar y a reírse a la misma vez , y en ese momento se dieron cuenta mis papás de lo que estaba pasando. Mis papás, tratando de disimular su ira porque estábamos en público, me miraron con ojos abiertos y me dijeron casi calmadamente ´suéltalo Gabriela´, entonces lo solté y todos quedamos aterrados a lo que había quedado en el brazo de Simón, con mis propias uñas le dejé la marca de cada una de ellas y se veía perfectamente donde se las había enterrado. Para defenderme, dije: ´ni siquiera están tan largas, no se cómo pasó eso pero todos me miraban feo. De repente, mi hermano se empezó a reír y yo quedé muy confundida porque no sabía que lo había hecho reír. Simón ,entre carcajadas, dijo ´me enterró las uñas y me dejó la marca,´ como si fuera lo más chistoso que le hubiera pasado en la vida. Mis papás también lo miraron con cara de confusión. Cuando se paró de reír, le pregunté que por qué se reía y simplemente encogió los hombros. Finalmente, mis papás me hicieron pedirle perdón a mi hermano aunque a él le había parecido chistoso, y no le había dolido mucho. Yo me disculpé y él simplemente se río aceptó mi disculpa. Yo pensé que él se iba a poner muy bravo porque le había enterrado mis uñas en su brazo, pero en fin nunca estuvo bravo conmigo aunque le hice una maldad como enterrarle mis uñas. Por: Gabriela Rodríguez
Mis Experiencias familiares Jonathan (Johnny) es mi hermano menor .Tiene 7 años y está en el tercer grado. Yo me llamo Karina y tengo 13 y soy la hermana mayor de la familia. Mi padre se había casado antes de que se casara con mi madre. Tuvo 3 hijas antes de casarse con mi mamá. Mi papá siempre había deseado tener un hijo ya que tuvo 4 hijas. Cuando tuvo a Jonathan, no me sorprendí de que toda su atención hubiera sido hacia él. Mi padre seguía hablando sobre lo que le iba a enseñar, especialmente el béisbol. Siempre fue el tema principal (por lo que fue su deporte favorito desde la infancia).Siempre ha sido una batalla difícil desde que Jonathan llegó.
Las maldades de mi Hermano El Tenedor Fue mi primer año viviendo en Miami, estaba viendo una película, Shrek, mientras disfrutaba unas deliciosas salchichas bañadas en salsa de tomate. Al terminar coloqué mi plato con cautela encima de la mesa de noche, ya que mi madre estaba tomando su siesta diaria. Mi hermano acababa de entrar en la habitación oscura. En la mañana le había arrebatado un juguete por lo que me lo arrojó. Jonathan estaba a punto de tomar su venganza por su juguete “extraviado”. Se dirigió hacia la mesa de noche donde dejé el plato de comida. Hizo mucho silencio para no darme cuenta de su presencia. Cogió el tenedor de una forma agresiva. De repente mi madre se despertó, y ahí fue cuando me di cuenta de mi hermano. Mi madre decidió salir de la habitación y servirse un vaso de agua. Jonathan aprovechó ese momento. Jonathan llamó mi atención. Arrojó el tenedor a mi cabeza sin que yo me diera cuenta. Después de varios minutos algo se estaba derramando por mi cara. Pensé que era sudor y pasé mi mano por mis ojos. Después me di cuenta de que algo seguía corriendo por mi cara. Caminé rápidamente hacia al baño y prendí la luz con desesperación. No era sudor, ni agua. Era SANGRE.
La Patada Acabábamos de llegar de la escuela nos sentamos a almorzar mientras veíamos tele. El que coja el control de primeras es el que elige los canales, dijimos. Subí a mi habitación, me cambié y bajé lo más rápido posible para poder coger el control. Me asomé a la sala de televisión y Jonathan seguía en su habitación. Al instante que agarré el control remoto mi hermano salió. Se puso rojo y empezó patalear. Mi mamá llegó se dio cuenta de que Jonathan estaba llorando. Me comió de un solo grito. ” ¿POR QUÉ LE PATEASTE A TU HERMANO , KARINA?!”. Ese día me arrebataron el control y me quedé viendo Las tortugas Ninjas por el resto del día, por la supuesta patada. El escupitajo Estábamos pasando un lindo día en nuestra casa de verano celebrando las navidades. Todos bañándonos en la piscina. Eran unas vacaciones en familia. Todos seguíamos un horario. Desayunar, disfrutar de la piscina, esperar el almuerzo, y finalmente dormir. Era algo habitual. Mi abuela llamó a todo el mundo a almorzar. Excepto a mis primos, a mí, y a mi hermano. Mi abuela nos estaba preparando un almuerzo extra especial. Me Salí de la piscina a tomarme un vaso de gaseosa, y como siempre Jonathan también quiere. Los dos queríamos Coca-Cola pero solo había un vaso. Todos los otros tenían Sprite. Como yo me había salido de la piscina mucho antes que mi hermano agarré el vaso de coca cola de primeras. Jonathan se enojó mucho. Tomó el vaso de sprite con fuerza, se tomó un sorbo y en menos de unos segundos el sorbo que tomó estaba en mi cara. Había escupido toda la sprite en su boca. El Empujón Siempre guardamos los dulces y el pan en la alacena, que viene con candado y una llave porque a mi mamá no le gusta que nos llenemos antes de comer. Yo soy la encargada de cuidar la llave, tengo que asegurarme que nadie se coma mis dulces y otras cosas. Acabábamos de llegar de la escuela. Mi madre mandó a Jonathan a hacer tareas antes de irse a hacer sus “vueltas”. Jonathan se acercó a mí y me dijo “quiero nutella (chocolate), y yo le respondí que hasta que no hiciera tareas no le daría la llave para comer chocolate. Jonathan se enfadó y empezó a patalear. Hubo un momento que me cansé de su lloradera y me paré, le dije que hiciera las tareas. Jonathan se enfadó aún más. De repente (fuera de la nada) me empujó contra la puerta de su habitación, me gritó y cerró su puerta con fuerza.
Mi Tarea Jonathan tenía unos dos años y yo siete. Me habían puesto una tarea larga y complicada. .Era un reporte. Mientras hacía la tarea Jonathan trataba de llamar mi atención para que jugara con él. Desde mi punto de vista en ese momento Jonathan sólo era un estorbo. Mi hermano no logró llamar mi atención, y para poder lograrlo me arrebató mi tarea y se encerró en el baño. Cuando salió traté de coger mi tarea y al tratar el papel se rasgó por la mitad. Terminé llorando como loca “VOY A PERDER EL AÑO!!!!!”.
Mis Maldades El Zapato Era un feliz viernes y casi siempre acostumbro a realizar mis tareas para tener libre mi fin de semana. Después de haber terminado las tareas me acosté en la sala a ver televisión. Me encanta ver Max & Ruby (show para niños), el cual trata de los sucesos que ocurren en la infancia y en proceso de crecimiento y vivencias de dos hermanos conejos, una conejita llamada Rubí quien es la mayor y su hermanito travieso Max. Jonathan odiaba este show porque casi siempre refiere que el hermano mayor debe seguir los consejos y ejemplos de su hermana menor, pero no ha evidenciado que también la hermana mayor aprende muchas cosas positivas de su hermano menor recibiendo ejemplos constructivos para el diario vivir. Mi hermano llegó a la sala y me dio su opinión de Max & Ruby.” Lo odio Nina (Karina) cámbialo ahora! le respondí con un No rotundo. Entonces Jonathan tomó la calma y esperó hasta que se acabó el show para poner lo que él quería. Pero a él le parecía que Max & Ruby nunca iba a acabar. Mi hermano se paró y me quitó el control, salió corriendo, y se fue detrás del comedor como si fuera su protección. Reaccioné rápidamente y lo perseguí. Hubo un momento en que me cansé y decidí tirarle mi zapato. Fue un tiro tan perfecto que le pegó en la cabeza. Jonathan cayó al suelo y empezó a llorar. Sé Responsable! Para Mi hermano Jonathan ha sido un hábito hacer la tarea a última hora. Cuando llega tarde a la casa “no ha hecho tareas”. Cuando salimos de viaje “No ha hecho tareas”, cuando llega de entrenamiento” no ha hecho tareas”. Mi hermano después se queja que está muy cansado para hacer tareas. Y como siempre dice mi mamá “quien Lo manda a dejar todo para lo último!!!”. Un día Jonathan dejó 7 tareas para el domingo que debía entregar el lunes. Le dije “sé responsable, vas a perder el año. Apenas dije eso Jonathan se encerró en su cuarto a llorar. Llegaron mis padres y me regañaron diciéndome ” ¡NO DIGA ESO QUE ÉL SI VA PASAR EL AÑO!”
Los libros de La Escuela Era un domingo, una tarde lluviosa y aburrida en la bella ciudad de Bogotá, por lo tanto no podíamos salir al parque ni a la ciclo vía, no había cable para ver TV, pues el transformador del sector donde vivíamos sufrió un corto y los empleados de condesa lo estaban arreglando, entonces Jonathan y yo decidimos jugar con uno pista de carros. Estábamos a punto de terminar la carrera cuando a mi hermano le dieron ganas de ir al baño a hacer pipí. Salió de la habitación, y directo al baño. Un recuerdo pasó por mi cabeza. Jonathan me había quitado una tarea urgente que necesitaba, entonces decidi que era el momento perfecto para tomar venganza. Tomé los libros de la escuela de mi hermano y los escondí debajo de mi cama. Al día siguiente al despertar para ir a la escuela, encontré a Jonathan Llorando por sus libros que no los encontraba. Me dio mucho pesar con mi hermano entonces en la buseta le devolví los libros, me agradeció con un empujón. Salsa de Tomate: Era un miércoles, los miércoles mí madre acostumbra a cocinarnos su delicioso arroz hermano y a mí, cuando comemos arroz con pollo, usualmente ponemos un poco de salsa de tomate en el pote de salsa de tomate y mi hermanito me lo arrebató. Entonces yo le quité el pote de salsa de grosero. Mi mamá se puso furiosa por el desorden que formamos en la mesa, pero aún más porque yo menor.
con pollo, plato que nos encanta a mi el arroz, entonces mi hermanito tenía tomate y se lo eché en la cabeza por no fui más tolerante con mi hermano
Centro Comercial En Miami FL: Era un 23 de diciembre del 2012 en vísperas de navidad acabábamos de almorzar y mis padres decidieron ir a una tienda de juguetes a terminar de comprar los regalos de navidad para nuestros familiares, pero nosotros estábamos cansados de hacer compras desde la mañana y queríamos irnos a casa entonces decidió mi padre quedarse con nosotros en la cafetería de la entrada de la tienda, mientras mami realizaba las compras. Fue allí cuando papi nos preguntó a Jonathan y a mí: ¿ Quieren tomar algo? yo quise una gaseosa como mi hermano, mi padre dijo yo quería un café. Entonces mi padre nos ubicó en una mesa cercana a la registradora de la cafetería de la tienda y me dijo Karina cuida de tu hermano un momento que iré aquí mismo a comprar las bebidas, y yo le respondí Ok papi de aquí no nos moveremos. Los dos nos pusimos a ver tele. Cuando de repente vi la oportunidad de asustar a mi hermanito. Me hice detrás del contador, mientras él estaba concentrado en el monitor. Me acerqué con cautela a él y lo asusté. ”AHHHH!”, me morí de la risa caí al piso. Cuando llegó mi padre con las bebidas. Me vio riendo y a Jonathan llorando.
Por: Karina Medina
Mis experiencias familiares Mis actos malos: Tituló: Las Onces Era un día normal, vinimos del colegio mis hermanas y yo, todas cansadas. Fuimos a la cocina para tomar onces y nos sentamos las tres con mi mamá y hablamos mientras comíamos. Mi mamá me dijo: “ Ale, tienes cita en el dentista mañana.” Mi diente ya estaba roto y tuve que ir al dentista para arreglarlo. “ A qué hora es la cita?”, le pregunté a mi mamá. Ella me respondió y mi hermana menor se metió en la conversación y le dijo a mi mamá que ella necesitaba ir al dentista también. Yo le pregunté: ¿Por qué quieres ir? solo quieres gastar plata, no necesitas ir. Se quedó sin decir nada y yo tuve la razón. Estábamos llegando al dentista y Thais, mi hermana chiquita , le preguntó otra vez a mi mamá para ir al dentista y yo le dije que por qué preguntaba, también le dije que tenía dientes muy grandes y horribles, y se puso a llorar. Me dijo mi mamá que por qué le había dicho eso, y que ahora que le había dicho eso iba a querer ir al dentista más que antes. Lloró y lloró y no paraba de llorar, y le pedí disculpas y me dijo que muriera en un hueco. Le dije que me perdonara , que ya no la iba a llamar así ni le iba a decir que tenía dientes grandes, y ahora no le digo cosas de sus dientes en general. El trampolín Nos fuimos a saltar al trampolín mi hermana chiquita Thais y yo. Subió Thais a saltar y de ahí le dije que parara de saltar para que yo pudiera subir sin que ella saltara porque si no me caería y me lastimaría. No paró de saltar y le dije una vez mas , “Thais, por favor para de saltar porque me voy a lastimar.” No le dió la gana de parar de saltar y me fui adentro y no iba a saltar más porque me puse muy brava con ella. Me vió ir adentro y me gritó , “Ale, porqué te vas adentro? No ibas a saltar conmigo?” Le respondí y le dije, “sí, iba a saltar contigo, pero ya te dije dos veces que por favor pararas de saltar en el trampolín cuando yo estaba subiendo porque podía lastimarme si tú seguías saltando.” Ella me respondió y me dijo, “ perdón, es que yo no pensé que te ibas a lastimar, y de verdad no te escuché y no te entendí lo que estabas diciendo, perdóname y por favor salta conmigo.” La perdoné y fuimos a saltar en el trampolín juntas. Estábamos saltando e hicimos trucos juntas, y por ahí ya me cansé de saltar y la quise fastidiar a mi hermana. Cuando ella estaba tratando de hacer un volantín, y estaba aterrizando, le grité: “Thais, Thais, Ah!” Y se puso a llorar más y ya me fui adentro porque no le soportaba más.
Sapa o protección? Las hermanas se quieren mucho, pero algunas veces no se pueden resistir. Yo le digo todo a mi hermana grande. Yo le puedo decir cualquier cosa, y ella no le dice a nadie. Ella también a veces me dice sus secretos. Una noche regresó ella de una fiesta y a la mañana siguiente me dijo unos secretos muy grandes y me pidió que por favor no le dijera nada a mi mamá. Yo le dije que no se preocupara porque yo no le iba a decir nada a mi mamá o a mi papá. Ella tenía confianza en mí, como yo también tuve confianza en ella. Ya semanas han pasado desde que yo tuve todos sus secretos en mi mente y no le dije nada a mi mamá o a mi papá. A mí y a ella se nos olvidó totalmente. Una noche yo regresé de la casa de una amiga a mi casa donde mi hermana grande ,Ariana, estaba en la cocina con mi mamá, y fuí a saludar. Cuando entré, Ariana se acercó a mí con todos estos comentarios groseros. Me dijo, “Alessia, lo que tienes puesto no se ve bien, no van los colores.” Y también, “Alessia ese polo que tienes puesto te hace ver gorda.” “Alessia ¿Por qué hiciste esa cosa anoche?, cuéntale a mamá.” Yo me puse muy molesta con ella, y la empecé a gritar, y ella me dijo más groserías, y no sabía como controlarme y grité los secretos que ella me dijo, y no debería decirle a mi mamá , pero yo ya tuve que decirlo porque yo ya estaba muy molesta y brava con ella, y de ahí yo me fui cuando grité todos los secretos de ella, y mi mamá estaba ahí y escuchó, y le empezó a preguntar. Más tarde esa noche, me subí a hablar con ella, todavía estaba muy enojada conmigo por decir las cosas que no debería haber dicho en frente de mi mamá, y desde ese día ella es muy celosa en contarme sus secretos. Duele ver llorar a tu mamá porque es tu culpa Unos niños son como yo, no hay muchos así. Soy muy traviesa en el colegio. Hago cosas que no debo de hacer pero no me doy cuenta que estoy haciendo algo que me puede afectar a mi en el colegio y en mi casa. Solo reconozco que estoy haciendo algo malo después que me dan la consecuencia o me dicen que tengo que ir a un lugar o tengo una detención. La cosa mala es que solo reconozco después, y no me puedo parar yo sola sin saber que la acción que voy a hacer me va a afectar. Era un día normal en el colegio, excepto por una cosa no más, no fue muy bien que podemos decir. Me metí en una pelea con uno de los chicos en mi grado, y los dos nos dijimos cosas malas. Lo que yo dije fue más grave de lo que él me dijo a mí. El próximo día cuando entré al colegio, me encontré con el director de secundaria, y hablamos sobre lo que pasó, y el niño le dijo a sus papás y sus papás le escribieron al director. Le mandaron un mensaje a mi mamá diciendo que tenían que tener una reunión con mis papás y el director de secundaria y otros profesores del colegio. Cuando llegué a mi casa ese día , mi mamá me leyó el mensaje y se puso muy brava conmigo y también mi papá estaba muy molesto. Me preguntaron qué pasó y les dije todo. Me quitaron todo lo que tenia, mi teléfono, mi computadora, y no me dejaron salir con mis amigos.
El próximo día cuando fueron mis papás a la reunión estábamos reunidos mis papás los directores y yo. Nos sentamos para hablar y después de un rato le dijeron a mis papás que tenía una matrícula condicional provisional. Cuando mi mamá escuchó eso se puso a llorar y me miró con una cara de tristeza y odio, y yo me puse muy triste porque yo vi que mi mamá estaba llorando y era toda mi culpa, al regreso a mi casa del colegio mi mamá ni me habló y mi papá tampoco. Semanas después que todo esto ya pasó, yo ya me estaba portando bien en el colegio y todo se estaba calmando. Pero un día dije una grosería en la clase y mi profesor me puso detención y le mandó mensaje a mi mamá diciéndole lo que pasó. Cuando llegué a mi casa ese día, mi mamá se puso a gritarme diciendo cosas como, “eres bruta????, ya tienes una matricula y dices una grosería en la clase?” “te van a expulsar del colegio, eres una estúpida!” Y mientras dijo esto estaba llorando, y me dijo “un día me va a dar una ataque por tu culpa! Mira todo lo que estás haciendo! ¿QUÉ TE PASA?!!!” Me fui a mi cuarto después de eso y me puse muy triste viendo a mi mamá llorar así y cuando me dijo cosas así me preocupó, y todo esto era mi culpa, ella estaba llorando por algo que yo hice. Después de ese día he sido más consciente de mis acciones en mi casa y en la escuela porque todo lo que hago, no sólo me afecta a mí, sino que también afecta a mi mamá y papá, y mi mamá se pone muy sensible. Llorando por las tijeras Estaba haciendo tarea en mi casa con una amiga. Tuvimos que cortar unos papeles para el proyecto, y no encontré tijeras en mi cuarto. Me acordé que Thais tenía tijeras entonces entré al cuarto de Thais para agarrarlas. Cuando entré para agarrar tijeras ella estaba sentada en su silla que esta al costado de su mesa donde tiene todos sus suministros. Fui para agarrar las tijeras y ella se puso al frente de mí para que yo no pudiera agarrarlas. Le dije que yo las necesitaba pero ella empezó a gritar y decir cosas como, “esas tijeras son mías.” Y no entendí porque no pudo compartir porque yo las necesitaba, cuando ella no las estaba usando. La empujé y le dije que yo las necesitaba y que ya las regresaba. Y empezó a llorar y me empujó, y de ahí yo la agarré y la empujé a su cama y empezó a llorar y gritar. Llegó mi mamá y me empezó a gritar y decir que saliera del cuarto de Thais. Yo le estaba explicando que yo necesitaba las tijeras para mi tarea. Y me dijo que había tijeras en la cocina. Le contesté mal y le dije, “qué llorona Thais, porque no puedo agarrar sus tijeras y se las regresé…?” Y le contesté más y más , cuando yo debería haberme callado. Se puso muy brava conmigo y mi papá que es histérico, llegó cerca de mí y me dijo que no le respondiera más a mi mamá. Me fui a la cocina para agarrar tijeras y me dijo algo mi mamá y le hablé mal otra vez, y me empezó a gritar y mi papá escuchó, y llegó cerca de mí otra vez y me quiso pegar para entender y le contesté mal a él otra vez. Después que mi papá y mi mamá me gritaron y agarré las tijeras me fui a mi cuarto, y todo eso pasó porque mi hermana llorona no quiso que agarrara sus tijeras. Por: Alessia Fernández
Mis Experiencias Familiares
El Escupitajo En mi hogar, siempre es la misma cosa. “Esto es mío; no lo toques.” “¡Salte de mi cuarto, no te quiero aquí!” Mi hermanita y yo somos muy impacientes, nuestra ira se desata rápidamente ante momentos de jugueteo así. Aunque sea una broma inofensiva, nos frustramos sin mucha razón. Un día, esto mismo pasó. No es muy práctico decir, “Un día” ya que esto pasa cada hora, pero hoy la consecuencia fue… Diferente. Asquerosa. Entré a la habitación de mi hermanita, esperando una patada antes de proseguir. Al ver que no estaba allí, proseguí con precaución y cautela. Encontré algo encima de su mesa, un chocolate grande, su envoltorio morado resplandeciente en la luz. Estaba medio abierto, pensé que no iba a ser mucho problema si tomaba un pequeño, diminuto pedazo. Lo arranqué en pocos segundos -era suave pero firme- un perfecto dulce. Se derretía en mi mano desde el segundo que lo conseguí; salí de su cuarto a la misma velocidad que se iba encogiendo en mi palma. Ya me lo había comido, era amargo pero blando en mi paladar. Me había encerrado en mi cuarto, cerrando la puerta firmemente antes de tirarme a mi cama. Mi computadora estaba prendida- seguía haciendo lo que hacía antes de arriesgarme en una misión casi imposible. Los audífonos –acomodados encima de mi cabeza- tocaban canciones que ahogaban cualquier sonido del fondo. Fue ahí- en ese momento- que recibí el escupitajo. Repugnante, viscoso; mi cabello estaba lleno de él. Mire hacia arriba, y me encontré con la cara de mi hermana. Estaba repleta de satisfacción ante lo que había hecho; insoportable. “Eso es lo que te ganas por robar mi chocolate.” El Resbalón De nuevo, mi hermana y yo estábamos peleando. No era una pelea seria- más como un argumento juguetón. Nos estábamos persiguiendo en nuestra pequeña casa en Miami; no había suficiente espacio para jugar, menos para correr como lo estábamos haciendo. Ni siquiera puedo recordar por qué había conflicto. Mis padres ya habían terminado la cena, y nos estaban llamando para bajar. “María, Paula! Apúrense y vengan a comer!” Mi hermanita y yo, claro, no escuchamos y seguimos persiguiéndonos. Fue ahí que se me ocurrió una gran idea. Me iría a encerrar en el baño, y mi hermana, ya cansada, se rendiría. Parecía un plan perfecto, pero no lo fue así. Al cerrar la puerta con fuerza, escuché cómo se resbalaba un cuerpo contra el otro lado. Después de un rato, un lloriqueo llenaba el baño y la habitación. Mi hermanita se había caído, y mis padres me iban a regañar! Mi papá escuchó los llantos y subió a nuestra habitación, donde comenzó a gritar. “¡María! María José, salga de ahí!” Suspiré. Sí estaba en problemas.
El Desayuno No recuerdo el día exacto. Parecía un fin de semana, asumo que era un domingo. De todos modos, era una mañana cálida y tenía mucha hambre. No sabía que me provocaba, pero ya había sacado un sartén y los huevos no me quedaban lejos. Saqué unos del refrigerador y organicé todos los otros ingredientes encima del mostrador. Comencé a calentar el sartén encima de la estufa, un pequeño rechinido saliendo por la presión. “¡María!” Mi hermanita entró corriendo, sus pies pegajosos rebotando contra las baldosas frías de la cocina. Paró a mi lado, en donde me comenzó a molestar en el hombro con su dedo índice. “¡Hazme desayuno! Tengo hambre.” Me puse a reír y la empujé para un lado. “No te voy a hacer el desayuno. Me da flojera.” Sentí cómo se llenaba de ira la pequeña niña, sus manos apretándose en puños. Sus ojos parecían pequeños dardos, listos para disparar en cualquier momento. “¿Cómo que no? ¡Me voy a morir del hambre!” “Simplemente no. No quiero cocinarte nada.” Fue ahí cuando sentí una substancia gruesa estrellada contra mi cara, pequeños pedazos sólidos invertidos en la mezcla. Me había tirado una pequeña porción de huevo en la cara, dos tercios del huevo estaban encima de mi ropa. Era frío y muy, muy asqueroso. “¡Paula!” El Karaoke “¡Vengan a cantar con nosotros!” Mi mamá tenía un teléfono entre su hombro y su oreja. “Sí, sí. ¡Ya vamos!” Estaba hablando con mi tía, Ana. Ellas eran amigas desde que yo nací. Siempre se las pasaban juntas, se iban de compras juntas, almorzaban juntas, hasta iban a conciertos juntas. Al rato después de la llamada, nos ordenó que nos alistáramos para ir a la casa de Ana. Su casa queda por los Rosales, no muy lejos de donde vivimos nosotros. Ese día particular estaba lloviendo un poco, pero no nos demoramos mucho. Llegamos a su casa alrededor de las seis, casi las siete. Yo me arreglé en la esquina en donde siempre me la paso, sacando la computadora de mi bolso y prendiéndola al instante. El hogar estaba cálido con el aroma de comida recién hecha y el charlar de personas. Era tan molesto que todavía los podía escuchar con mis audífonos puestos, pero no le presté mucha atención. Ya me había distraído por un par de horas, miré al reloj atentamente después de un rato. Las nueve y media. Ya debería de faltar poco para
irnos.
Fue ahí cuando comenzaron. Escuché chillidos altos mientras se componía un micrófono, pero no sabía por qué. “Probando, probando.” ¿Para qué necesitarían un micrófono de todos modos? No fue mucho lo que tuve que esperar para escuchar los primeros tintineos de unas canciones que parecían antiguas, casi reliquias. ¡Ay, no!. Los chillidos no se comparaban con lo que continuó. Era una mezcla de gritos que parecían rugidos, señales del apocalipsis. Comenzaron a cantar e iba a faltar mucho tiempo hasta que fuéramos a casa. El Año Nuevo Finalmente llegamos a la ciudad de Manhattan, en Nueva York. Mis mejillas se quemaban por el frío abundante de la gran ciudad, aunque no había nieve por cualquier lado. Por eso vine, pero parecía no haber ni una pisca de la substancia congelada en las calles o edificios. Suspiré y observé cómo mi aliento se convertía en una nube de humo, la única cosa caliente a la vista. “No me gusta, ¡hay mucho frío!” Mi hermanita ya se estaba quejando, su voz casi callada por el gruñido constante de los carros pasando encima de la autopista. Ella no arrastraba ninguna maleta, maldecía su suerte. Las calles eran todo, menos amplias, hechas por los edificios rascacielos y tiendas gigantescas. Los días que estábamos allí pasaron rápido; nos encerrábamos en el hotel por horas y sólo salíamos de vez en cuando, usualmente en la mañana. Igual así, había mucho frío y no nos podíamos quedar afuera por mucho tiempo. Alrededor del segundo día, fuimos en un bus de turistas. No recuerdo de quién fue la “buena” idea, pero nos sentamos en el techo, en donde nos pegaba más la brisa. No pasó ni una hora cuando escuché a mi hermanita quejarse. “No me gusta Nueva York… No quiero venir más.” Y, silenciosamente, coincidí con lo que dijo. Sólo un poco, claro. El Baile Era el día de la raza, una celebración muy esperada en la comunidad del Colegio Gran Bretaña. Ya había pasado el turno de Venezuela, faltaban pocos países hasta que terminara la fiesta. Estaba comenzando a llover; la mayoría de la gente se puso a buscar refugio debajo de carpas o árboles. Mi familia y yo nos escondimos abajo del árbol cerca de la entrada, que tenía unas pocas carpas en su sombra. El grupo de los Estados Unidos estaba bailando, ignorando la lluvia como si fuera nada. Yo no les estaba prestando mucha atención, estaba más preocupada por quedarme seca- especialmente en el vestido largo y blanco que usaba. Me quedé esperando por un largo rato, la lluvia paró y salí de mi “escondite”. Seguí mirando a los que estaban bailando, llenos de energía y entusiasmo. No pensé en darme la vuelta hasta que mi papá señaló a mi mamá, que estaba bailando alocadamente abajo del árbol en donde me encontraba hacía pocos minutos. De nuevo, me devolví a las sillas, tratando de no mirar a mi madre. ¡Qué vergüenza…! Por: María José Barrios
Mis Experiencias Familiares Los Hermanos Introducción Mi nombre es Marisela una niña de actualmente 13 años nacida el 7 de Febrero. Viví 7 años siendo la consentida y única niña de la familia Colombine. Crecí 4 años aproximadamente en Maturín, Venezuela, aunque haya nacido en la capital de ese mismo País, Caracas. Para mi quinto cumpleaños ya estaban viviendo en Villahermosa, Tabasco, México. En ese entonces quería tener un hermanito menor… Pero uno no siempre obtiene lo que quiere. Tuve una hermana. No muy parecida a mí en cuanto apariencia. Yo misma le escogí el nombre al nuevo miembro de la familia, “Samantha”. Se podría decir que la salvé porque mi padre la quería llamar “Petronila” y de segundo nombre “Sinforosa” como también un día me quisieron poner a mí, según mi madre. Todavía me acuerdo de los días que estuve en el hospital. Mi padre me traía McDonalds todos los días, mi restaurante favorito en ese entonces, y también me estaba dando muchos juguetes y varias cosas más. Ahora me doy cuenta de que era como una pequeña celebración para que disfrutara mis últimas horas de ser la consentida ya que después de eso mis padres me ignoraban. Y pues me reconfortaba repitiéndome a mí misma que no habría forma de que se pusiese peor, pero claro… estaba equivocada. El Primer Rechazo Mami, mira mi dibujo- dije yo con mi dibujo de hada en mi mano, probablemente el mejor dibujo que he hecho y del cual me acuerde, no era muy simétrico pero aún así estaba orgullosa Silencio! ¿No ves que tu hermana está durmiendo?!- dijo ella gritándome y haciendo que pegara un brinquito para atrás. Un horrendo ruido de bebé llorando llenó la habitación- ¡Ves! Ya la levantaste. Me retiré sin saber qué más decir y la mirada de mi madre creando un agujero por detrás de mi cuello.
La Fiesta de Bautizo El Bautizo oficial ya había pasado. Ahora estábamos en la fiesta de bautizo. En ese momento todos estaban alrededor de Samantha, turnándose para cargarla, tomarse fotos con ella y bla,bla,bla. No entiendo cómo es que mi madre dejaba que ese montón de personas la cargaran y no me dejara a mí y tampoco entiendo por qué era tan especial. Cada mínima cosa que hacía era lo más tierno del mundo. Parpadeaba y todos eran como: “awww”. Tampoco entiendo por qué llamaban eso una fiesta. Era súper aburrida. Todos son familiares o amigos de mis padres, entonces era la única niña, no había juegos, ni pastel, ni nada. En mi opinión, los bebés son como los perros; no hablan, andan en cuatro patas, no pueden hacer nada por sí solos y requieren demasiada atención. La única diferencia es que no los puedes dejar en una perrera. Decidí dirigirme a la mesa de regalos. Había muchos, no muy grande tampoco, ya que mi madre específicamente pidió que fueran cosa que pudiéramos meter a la maleta para cuando regresaramos a México. Me cuesta un poco leer pero me di cuenta que todas las etiquetas empezaban con la letra “S” y no la “M”. Divisé a mi madre hablando con un grupo de personas grandes y me dirigí a ella. Mami, ¿Por qué yo no tengo regalos? Marisela, hablamos más tarde, estoy ocupada- fruncí el ceño mientras me alejaba dándome cuenta de que era la primera vez que me decía “Marisela” y no “hijita”. Bebé Pesada Ojalá me pudiera acordar por qué permanecía tirada en el suelo pero, por más que lo intente, nada se me viene a la mente. Supongo que siempre fui rara. Pero bueno, estaba acostada sobre el piso frío de mi habitación. Como tenía mi oreja pegada al suelo, escuché unos pasos débiles, torpes y pesados acercándose y fue entonces cuando decidí abrir mis ojos para encontrarme a nadie más ni nadie menos que a Samantha acercándose. La seguí observando atentamente, esperando a que se cayera, ya que aún estaba aprendiendo a caminar. Al verme se acercó y, yo aún siguiéndola con la mirada, se sentó sobre mi cabeza, entonces fue cuando abrí los ojos como plato ya que no podía respirar. No sabía si yo era débil o ella pesada ya que por, más que intentara quitármela de encima. Lo siguiente que intenté fue gritar, pero no podía por la falta de aire. Sin saber qué otra cosa hacer, atiné por golpear mi palma contra el piso para hacer ruido. Mi madre llegó con paso rápido al cuarto, su cara, definitivamente, no era de felicidad. Sé que estaba a punto de gritarme, pero al ver mi situación decidió mejor guardárselo. Le dió una sonrisa tierna a Samantha para luego dejarme allí tirada, procesando lo que acababa de suceder.
El Accidente Corrí hacia mi cuarto al escuchar el estruendoso ruido que de allí venía. Al llegar me encontré con Samantha, tirada en el suelo, llorando y todo el estante caído a su lado. Me acerqué y senté junto a ella intentando que parara de llorar. Después de unos pocos segundos, mi madre llegó hasta la habitación. ¿Qué pasó?- preguntó ella exaltada Samantha tiró la repisa por accidente, probablemente halando la medalla- le contesté sinceramente. Samantha me empezó a apuntar y dijo “Madi “que es como ella me dice, ya que estaba aprendiendo a hablar. Así que te provechas de que tu pobre hermana no sabe hablar y le echas la culpa! Eres una mentirosa!- me gritó ella mientras recogió a Samantha del suelo- Estás castigada, no puedes ir a la fiesta de Fer y tienes que recoger todo esto!- sin decir más, se fue de la habitación mientras las lágrimas empezaban a amenazar con salir de mis ojos. El Unicornio Me dirigía a mi cuarto después de llegar del colegio y me encontré con Samantha con un marcador morado obscuro en la mano y mi unicornio blanco entre sus piernas. El pobre unicornio estaba totalmente rayado y tenía un agujero en el medio por el cual se le estaba saliendo en relleno. Samantha se me quedó mirando asustada como si hubiera sabido todo el tiempo que lo que hizo estaba mal,pero aun así lo hizo. Mamaaaaaaaaaaa!- grité yo esperando a que viniera ¿Qué quieres?- me gritó ella desde, probablemente, la cocina. Samantha rayó el unicornio que me dio la tía Ceci! No, no, no! Le gustó y se lo di! De Ella Misma Yo quiero!- me confesó Samantha viendo un comercial de un juguete nuevo. No te lo van a comprar, es muy caro. A mi sí- me dijo ella. ¿Y por qué?- dije ya algo irritada por su ego. Porque a mí me quieren más. Eso ya lo sabía yo perfectamente, pero no pensé que ella misma lo fuera a decir. Justo como acto de magia, mi padre llegó. Papi, yo quiero ése!- le dijo Samantha a mi padre mientras apuntaba hacia el televisor. Por supuesto, mi Princesita- y se la llevó cargada y noté cómo ella me sacaba la lengua. Por dentro me debatía entre si gritar o llorar. Por: Marisela Colombine
Mis Experiencias Familiares En mi familia, todo siempre cambia. Unos días, mi hermano puede ser el mejor hermano del mundo. Pero en otros, él se puede comparar con el hijo del demonio. Él es mayormente bueno pero él cuando cambia, es radical. Él es capaz de hacerme el hermano más feliz del mundo cuando juega conmigo y me hace reír. Pero también es capaz de “sacarme la piedra e inclusive hacerme llorar. Pero esto sólo pasa en ocasiones muy raras. En el resto de veces, él es el hermano bueno y yo me responsabilizo como el malo del cuento. La ropa Ya que mi hermano y yo compartimos cuarto, todo lo que está ahí, es de ambos. Un sábado de 2014, a mi mamá se le ocurrió una idea “brillante”. Nos compró la misma ropa para que fuéramos al entrenamiento de fútbol del Club El Nogal. El problema fue que la ropa se confundió y como íbamos tarde al entrenamiento de las 9:30, nos tocó bañarnos y cambiarnos tan rápido que mi hermano “sin querer” se puso mi ropa (camisa, pantaloneta, medias y CALZONES) y salió corriendo hacia la puerta y se dirigió al parqueadero en donde mi mamá nos estaba esperando furiosa preguntándonos qué andábamos haciendo mientras ella esperaba. Entonces yo salí de mi ducha y me tocó ponerme la ropa de mi hermano la cual me quedaba ombliguera la camisa, me parecían calzones la pantaloneta y las medias no me cabían, más bien un payaso bien presentado. Las amenazas Todos los días, la rutina de mi hermano consiste en lo mismo; se levanta para ir al colegio, se baña, y sale a desayunar. En el colegio ni me saluda pareciera que no me conociera; me ignora todo el día como si yo fuera un desconocido. Yo lo saludo con un abrazo pero él reacciona con un gesto muy amenazante el cual me toca soltarlo de una vez porque sé que si no lo suelto en la casa habrá consecuencias graves de las cuales me quiero salvar. Cuando llegó a la casa mi hermano saluda a mi mamá y le pregunta qué hay de comer a Marlene (la empleada). Algunos días mi hermano se levanta de buen humor, esos los días le sacó toda la información personal ya que es un milagro que me cuente algo. Él me cuenta cosas muy interesantes que quedo con la boca abierta dada su corta edad. Cuando me pongo bravo con él por cualquier cosa que no tiene nada de importancia, lo empiezo a amenazar con los “chismes” que me contó y de esa manera no va a ir a hablar con mi mamá. Él se pone furioso, pero así me salvo de un regaño de mi mamá o que me castigue.
Las injusticias de mi madre Mi madre en todos los momentos prefiere a mi hermano no sé por qué motivo pero creo que es sólo por la razón de que es menor y que le gusta ser muy consentido. A mi hermano le dan el 90% de lo que el pide en cambio a mí me dan el 30%. Pero si pido alguna cosa de una marca mala me lo dan siempre. Pero una marca cara me la compran si tengo suerte como por un 7 en el colegio. Porque la mayoría de las veces no me dan nada por excusas como eso está muy caro. Mi mamá jura que mi hermano es un ángel pero está muy equivocada. Él es un demonio, siempre actúa muy diferente frente a mi mamá, pero cuando se voltea se convierte en lo que es en realidad. Las travesuras Todos los días amanezco con unas ganas de hacer algo malo que perjudique a cualquier persona. Estas travesuras que me invento no son cualquier travesura. Las que yo fabrico son especiales estas toman planeación en caso de que me descubran o en caso de que algo no salga bien siempre tener un plan A, un plan B, y un plan C; todos estos planes tiene que ser igual de malvados o que hagan el mismo daño en contra de la persona que quiero perjudicar. En estos planes maestros siempre necesito alguien más que las haga conmigo por tres razones, la primera razón es que si algo sale mal y nos llegan a descubrir no quiero ser la única persona que sea afectada o que se mete en un problema o regaño. La segunda razón es que la mayoría de los planes necesito a alguien más que me ayude a que todo salga bien, así sea tirar el agua o poner una cuerda, y la tercera y más importante razón es que consiga todo el material que se necesita para hacer la travesura. Después de largos minutos de planeación estoy listo para ejecutar la travesura más grande de mi vida, “La Gran Travesura”. Todo empieza a las 11:00 de la noche cuando todos están dormidos en la casa de mis abuelos. En ese momento voy al cuarto donde ya duermen todos mis primos. En ese momento despierto al victimario que es mi primo Juan José que me estuvo molestando toda la tarde y que ahora me voy a vengar. Lo despierto con un tarro de agua fría, él se levanta enfurecido y sale corriendo. Detrás de la puerta lo espera mi otro primo con dos huevos en la mano que apenas sale del cuarto se los pone en la cabeza.
Los robos contra mi hermano Los robos contra mi hermano son muy buenos, estos no son planeados pero siempre salen bien. Estos robos son muy fáciles de hacer no se necesita de mucha discreción porque siempre ocurren cuando no hay nadie en la casa. Los robos son muy fáciles e involucran robarse objetos que tendrán efecto a largo plazo o si algún objeto me llama la atención ese se lo robo aunque ese tendrá efecto a corto plazo. Las mejores cosas para robarle a mi hermano son peluches (ya que no ha salido de su infancia) o incluso plata; ya que a él le dieron más plata que a mí en la primera comunión. Una de las cosas que más me gusta robarle es comida de diferentes países que le traen sus amigos. Los robos a corto plazo son esos que necesita casi a diario. Los de largo plazo son los que casi no se necesitan pero que cuando llega el momento los necesita mucho. Lo mejor de robarle a él las cosas es que él no sabe quién las tiene aunque tiene sospechas sobre mí no tiene la seguridad de que yo los tengo. Eso es lo mejor de los robos, ver el sufrimiento de mi hermano. Las amenazas por plata Las amenazas hacia mi hermano son un muy buen negocio porque con una cosa tan pequeña como un secreto de él que yo mismo descubrí me puedo ganar cinco mil o si tengo suerte puedo ganarme diez mil. Las amenazas que le hago a mi hermano no siempre son por plata a veces son por favores como ir a la cocina y traerme un paquete de papas o cualquiera otra cosa. Las amenazas son muy importantes para mi aunque para mi hermano son una pesadilla porque él no sabe yo cómo me averiguo la vida personal de él entonces eso es lo que lo pone furioso. Las amenazas siempre funcionan aunque hay veces que no tengo muy buenas ideas de amenazas entonces no me obedece. Si la amenaza que tengo en contra de mi hermano es muy grave, se enoja mucho y va y le cuenta a mi mama aunque no siempre le creen porque yo me invento muy buenas excusas y que con esas me salvo. Después de que me salgo de ese problema le digo a mi hermano que le voy a contar a alguien porque él le contó a mi mamá. En ese momento l entra en razón me pide perdón y me dice que va a hacer lo que yo quiera por una semana. Y así lo puedo llamar “Esclavo de África” ya que es más moreno que yo. Por: Mateo Pava
“Mis Experiencias Familiares” “Las amenazas” Todos los días la rutina de mi hermana consiste en lo mismo; se levanta para ir al colegio, se baña, y sale a desayunar. En el colegio ni me saluda pareciera que no me conociera; me ignora por todo el día como si yo fuera un desconocido. Yo la saludo con un abrazo al que me gusta llamarlo “abrazo de oso” pero ella reacciona con un gesto muy amenazante a lo cual me toca soltarla de una vez porque sé que si no la suelto en la casa habrán consecuencias graves de las cuales me quiero salvar. Cuando llego a la casa mi hermana saluda a mi mamá le pregunta qué hay de comer a la empleada y después le pide que se lo lleve al cuarto. De ahí no sale hasta que mi papá llega o hasta que mi mamá la llama para que vaya a cenar. Algunos días mi hermana se levanta de buen humor, esos días le saco toda la información personal porque es un milagro que me cuente algo. Ella me cuenta cosas muy interesantes que quedo con la boca abierta, lo que ella no piensa es que yo me acuerdo muy bien de todo lo que ella me cuenta y así con toda la información que tengo guardada hace tiempo es que puedo reunir toda esa información que ya tenía para luego llegar a la conclusión de unas cosas muy interesantes. Cuando me pongo bravo por ella por cualquier cosa que no tiene nada de importancia la empiezo a amenazar y de esa manera no va a ir a hablar con mi mamá. Ella se pone furiosa por la manera en la que la amenazo pero es la única manera en la que me salvo de un regaño de mi mamá o que me quite las cosas que necesito. “Las injusticias de mis padres” Mis padres en todos los momentos prefieren a mi hermana no sé por qué motivo pero creo que es solo por la razón de que es mujer y que le gusta ser muy consentida. A mi hermana le dan el 90% de lo que ella pide en cambio a mí me dan el 30% de lo que pido pero si pido alguna cosa de una marca cara me dan eso pero una marca mala eso es si tengo suerte porque la mayoría de las veces no me dan nada por excusas como eso está muy caro o ya tenemos un computador en la casa para qué quieres otro o la que más rabia me da es pídele a tu hermana que te lo preste. Mis papás creen que mi hermana me lo va a prestar pero cuando voy a pedírselo me recibe en su cuarto con puras groserías que me sacan volando de ahí como si me estuviera quemando. Con las palabrotas que me recibe no me dan nada de ganas de volver a pedirle prestado otra cosa. A mí no me gusta irle a contar nada a mis papás porque si le cuento que me dijo groserías nos van a dar una charla larguísima en la que las únicas palabras que mencionan son “ustedes son hermanos se tienen que querer”. Mis papás juran que mi hermana es un ángel pero están muy equivocados ella es un DEMONIO siempre actúa muy diferente frente a mis papás cuando ellos la ven parece una muñequita, pero cuando se voltea se convierte en un DEMONIO. Mi hermana pide un celular muy caro y se lo dan pero cuando yo les pido ese mismo celular me dicen que cuando mi hermana ya no lo quiera me lo dan a mí, eso me pone furioso y finjo que voy a llorar. Ahí sí recapacitan y me dicen que me lo van a dar pero más tarde, cuando sea más grande. Después de un corto tiempo pero que para mí parece una eternidad llega mi cumpleaños por fin podré pedir ese celular que tanto quiero. Cuando lo pido me dicen que no confían en mí que porque soy muy desorganizado y que si no lo pierdo, lo voy a dañar, entonces de una vez me dicen que no.
Después de una larga espera para recibir mi celular me lo dan finalmente pero ya el celular que antes quería ya no me gusta tanto porque ya hay uno con tecnología más avanzada que está de moda y que me gusta más. Pero ya no puedo reclamarles a mis padres porque si no se van a enojar y no me van a volver a dar nada. “Las travesuras en compañía” Todos los días amanezco con unas ganas de hacer algo malo que perjudique a cualquier persona. Estas travesuras que me invento no son travesuras cualquiera. Las travesuras que yo fabrico son especiales están toman planeación en caso de que me descubran o en caso de que algo no salga bien siempre tener un plan A, un plan B, y un plan C; todos estos planes tiene que ser igual de malvados o que hagan el mismo daño en contra de la persona que quiero perjudicar. En estos planes maestros siempre necesito alguien mas que las haga conmigo por tres razones, la primera razón es que si algo sale mal y nos llegan a descubrir no quiero ser la única persona que sea afectada o que se mete e un problema o regaño. La segunda razón es que la mayoría de los planes necesito a alguien mas que me ayude a que todo salga bien así sea tirar el agua o poner la cuerda o cualquier otra cosa y la tercera y mas importante razón es que consiga todo el material que se necesita para hacer la travesura. Después de largos minutos de planeación estoy listo para ejecutar la travesura. Todo empieza a las 11 de la noche cuando todos están dormidos en la casa de mis abuelos. En ese momento voy al cuarto donde ya duermen todos mis primos. En ese momento despierto al victimario que es mi primo que me estuvo molestando toda la tarde y que ahora me voy a vengar. Lo despierto con un tarro de agua fría el se levanta enfurecido sale corriendo detrás de mi pero en la puerta lo espera mi otro primo con dos huevos en la mano que apenas sale del cuarto se los pone en la cabeza. “Los robos contra mi hermana” Los robos contra mi hermana son muy buenos, estos robos no son planeados pero siempre salen bien. Estos robos son muy fáciles de hacer no se necesita de mucha discreción porque siempre ocurren cuando no hay nadie en la casa. Los robos son muy fáciles y involucran robarse objetos que tendrán efecto a largo plazo o si algún objeto me llama la atención ese se lo robo aunque ese tendrá efecto a corto plazo. Las mejores cosas para robarle a mi hermana son llavero peluches o incluso algunas cosas de colección. Las cosas que mas me gusta robarle es comida, comida de diferentes países pero que es muy rica y que nos dan a todos pero ella se los lleva para el cuarto entonces cuando yo voy a buscar esas cosas y no están entones de inmediato se donde están y espero a que la casa este sola par robarle las cosas. Los robos a corto plazo son esos que ella necesita las cosas casi a diario. Los de largo plazo son los que ella casi no necesita pero que cuando llega el momento los necesita mucho. Lo mejor de robarle a ella las cosas es que ella no sabe quien las tiene aunque tiene sospechas sobre mi no tiene la seguridad de que yo los tengo. Eso es lo mejor de los robos, ver el sufrimiento de mi hermana.
“Las amenazas por plata” Las amenazas hacia mi hermana son un muy buen negocio porque con una cosa tan pequeña como un secreto de ella que yo mismo descubrí me puedo ganar cinco mil o si tengo suerte puedo ganarme diez mil. Las amenazas que le hago a mi hermana no siempre son por plata a veces son por favores como ir a la cocina y traerme nutela o un paquete de papas o cualquiera otra cosa. Las amenazas son muy importantes para mi aunque para mi hermana son una pesadilla porque ella no sabe yo como me averiguo la vida personal de ella entonces eso es lo que la pone furiosa la segunda cosa que la pone furiosa es la amenaza misma no le gusta que yo la mande a hacer cosas. Las amenazas siempre funcionan aunque ahí veces que no tengo muy buenas ideas de amenazas entonces no me obedece. Si la amenaza que tengo en contra de mi hermana es muy grave y que se enoja mucho va y le cuenta a mi mamá aunque no siempre le creen porque yo me invento muy buenas excusas y que con esas me salvo. Después de que me salgo de ese problema le digo a mi hermana que le voy a contar a alguien porque ella le contó a mi mamá. En ese momento ella entra en razón me pide perdón y me dice que va a hacer lo que yo quiero por una semana. Por: Nicolás Laguna
Mis Experiencias Familiares Mis Peleas Yo siempre tuve grandes peleas con mi hermana. La razón de esto es porque mi hermana siempre encuentra una manera de estresarme demasiado y cuando lo logra hacer, empezamos a pelear. Ella empieza a gritar, a decirme cosas y me pega. Yo trato de controlarme pero ella logra llevarme a un punto que yo pierdo el control. Hay veces que yo le digo cosas malas y hay otras que cuando estoy muy estresado le pego muy suave. Pero ya que ella es la hija menor, le cuenta a mi mamá muchas mentiras y hace que me regañen a mí. Enseguida yo le digo a mi mamá todo lo que pasó de verdad pero ella no me cree y yo me meto en problemas. Hubo una vez en la casa de mi abuela que solo había un aparato móvil de internet. Mi hermano y yo lo necesitábamos pero ya que él era un cobarde no me dejó usarlo. Pero a mi me parecía muy injusto que él lo usara sólo porque es el hijo mayor y entonces yo luché por el internet. Él me gritaba y me pegaba y yo le hacía lo mismo. Ya que estábamos peleando mucho, mi mamá decidió quitarnos el internet a nosotros dos y dárselo a mi hermana. A mi hermano le pareció muy injusto entonces fue detrás de mi hermana a pedirle el internet. Como él es mi hermano mayor, yo seguí su ejemplo e hice lo mismo. Al final de toda esta confusión, mi hermana logró quedarse con el internet por 30 minutos y después lo compartió con mi hermano. Mi Primer Fiesta en Ecuador Mi primer fiesta de cumpleaños en Ecuador fue la mejor de todos los tiempos. Ya que yo nací al final de Octubre, mi mamá decidió hacer una fiesta de Halloween. El lugar estaba completamente decorado del tema de Halloween y yo me divertí mucho. Fue en el salón comunal de mi conjunto que era enorme y mi mamá usó su tiempo con mucho amor y lo decoró completamente para que estuviera perfecto. Mis amigos se divirtieron demasiado y yo recibí muchos regalos maravillosos. En el restaurante Todas las veces que voy a un restaurante, peleo con mi hermano para ver quien se va a sentar al lado de mi papá. Nosotros corremos lo máximo que podemos y esperamos a ver dónde se va a hacer. Mi hermano me empuja y después yo lo empujo. Creamos una confusión muy grande solo para sentarnos. La razón de esto es porque si te haces lejos de mi papá, no vas a lograr escuchar los nuevos chismes de él y mi mamá. La otra razón es porque cuando estamos adelante o del lado de mi hermana, ella se vuelve muy estresante y empieza a pedir que juegues con ella. Pero la mayoría de las veces ella es muy divertida. A pesar de que ahora que mi hermano se fue a Canadá, ya no existió ningún problema con los asientos pero a mí me hace falta eso.
Hoy en día, en los restaurantes, el único problema que hay es cuando mi hermana dice cosas sin sentido y cuando mis papás dicen algo equivocado en Español. Hay veces que mi hermana dice cosas que nadie le entiende y cuando le decimos que no tiene sentido ella se siente mal. Mi mamá le dice para que lo diga correctamente y cuando lo logra ellos la felicitan para que se sienta mejor. El mayor problema de todos es cuando mi papás dicen algo equivocado para el mesero. El mesero queda perdido por un momento hasta que mi hermana o yo lo decimos lo correcto. Antes de todo esto, nosotros discutimos un poco y quedamos con una apariencia rara ya que lo decimos en portugués. Estas son las experiencias en el restaurante. El Videojuego Cuando mi hermano y yo compramos el PlayStation 3, tuvimos una pelea para saber en dónde iba a quedar el videojuego. Yo lo quería en mi cuarto pero él lo quería en el de él. A mí me parecía injusto que estuviera en su cuarto porque yo había pagado la mayor parte y un juego pero él compró todos los otros juegos y un control extra. Entonces nosotros pagamos casi lo mismo. Ya que yo fui el que compré la consola, sería más justo que ella estuviera en mi cuarto o en la sala de televisión. Pero ya que él es el hermano mayor, aparentemente él tiene más privilegios y la consola estuvo en su cuarto por un año. Después de 12 meses, yo decidí que era muy injusto y cuando él no estaba en la casa, yo lo sacaba de su cuarto y la instalaba en el mío. Mi Accidente Era una mañana soleada del día 3 de Noviembre. Unos de mis amigos que viven en mi conjunto tenía una moto donde yo montaba con otro amigos. Yo estaba subiendo una ladera para ir a mi casa y noté que había algo mal con la moto. Los frenos pararon de funcionar y la dirección de la moto de puso dura. Unos minutos después, yo choqué contra unas rejas de metal. Mi papá estaba volviendo de un partido de futbol con mi hermano. Cuando supo que yo había sufrido un accidente, el cogió el carro con toda la velocidad y me recogió. Me llevó al hospital lo más rápido posible en cuanto mi hermano me estaba ayudando sosteniendo un papel en mi cabeza para disminuir la sangre. Mi mamá y mi abuela estaban desesperadas por lo que había pasado y era el último día de mi abuela en Colombia. Ellas habían preparado un almuerzo especial para unos amigos pero tuvieron que salir al hospital. Cuando llegue allá, estaban todos los doctores viendo mi cabeza y preguntándome como estaba. Pero gracias a mi mamá y a mi papá que consiguieron los mejores doctores para que me operaran y me salvaran la vida. Hoy en día estoy muy orgulloso de ellos y doy gracias todos los días.
Viendo Televisión Siempre cuando estamos todos en la sala de televisión viendo las novelas de Brasil. Un bello día, alguien lo hizo y mi hermano se fue a su cuarto. Entonces todas las noches que nosotros estábamos divirtiéndonos en la sala viendo novelas y otras cosas, él se quedaba en su cuarto viendo su propio seriado. Hubo un día que mi mamá fue a hablar con él y entendió que ya estaba más maduro y no le gustaba estar tanto en familia. Entonces llegamos a una conclusión que mi hermano ya no iba a volver y que era su tipo de cosa, estar solo viendo su seriado favorito. Cuando vivíamos en Ecuador, teníamos la consola de videojuego en la sala de televisión. Entonces todas las noches cuando mi hermano y yo queríamos jugar, no podíamos porque el resto de mi familia estaba viendo algo. A mi hermano y a mi siempre nos gustaron los juegos de guerra y de fútbol. Pero a mi mamá no le gustaban los juegos de guerra y entonces nos prohibió jugarlos. Entonces mi hermano tuvo la idea fantástica de poner el videojuego en nuestro cuarto para que pudiéramos jugar. Pero mi mamá lo notó y nos castigó. Entonces nosotros solo podíamos jugar de las 3 pm a las 6 pm en la sala de televisión. Así ya no hubo problemas y cada uno estuvo feliz con lo que tenía. Mi Primer paseo a las Amazonas Era mi primera vez en el Amazonas de Ecuador. Estaba muy feliz porque iba a visitar algo diferente de lo normal, algo extraordinario. Mi familia habían conseguido un hotel muy bueno en la mitad de la selva que había muchas cosas que hacer. Nosotros visitamos las malocas de los indios, aprendimos cómo vivían y qué hacían para sobrevivir. También hicimos actividades acuáticas como ir por el río en un kayak. Tuvimos mucha diversión, muchas experiencias nuevas y probamos de todos los tipos de comidas diferentes. Fue unos de mis paseos favoritos ya que fui a un lugar completamente diferente y fuimos acompañados de unos amigos de Brasil. Salir en los Domingos Mi familia siempre tuvo problemas los domingos. A mi mamá y a mi papá siempre les gusta salir para almorzar los días domingo. El problema es que mi hermano y yo lo odiamos. Con esto, una discusión enorme se arma hasta que la solución siempre es que nos podemos quedar y pedir un domicilio. Ellos se poden de mal genio pero se van sin ningún problema pero en mi opinión no les gusta que mi hermano y yo nos quedemos solos en la casa porque creen que vamos a hacer algo equivocado. Otro problema que hay en los días domingo es que para mí, es el día del descanso pero a mis papás ya que les da un poco de pereza cocinar, toca salir para almorzar. Hay veces que yo no logro escapar de esta situación pero otras sí. Cuando sí logro, siempre me divierto. Juego videojuegos, salgo a caminar con mi perro, veo televisión y hago muchas otras cosas. Entonces no entiendo el punto de salir. FIN Por: Pedro Guimaraes Batista
Mis Experiencias Familiares La Rutina Diaria En mi hogar la rutina no varía muy frecuentemente. Una vez que nos deja el bus a a mi hermana (17 años)y a mí en la puerta es donde los problemas suelen ocurrir. Dependiendo de su humor las cosas pueden ir de dos maneras: una, es paciente y espera a que busque las llaves en el hoyo negro al que llamo maleta o me pega en el proceso lo cual ocurre más frecuentemente dado a que su pereza no le permite cargar las suyas para evitar el sacarlas de su maleta, la cual me atrevo a decir, es peor que la mía. Al entrar en mi casa nos dirigimos directo a la cocina donde nos espera un delicioso almuerzo (una razón por la cual no como en el colegio) el cual llevamos al segundo piso donde empieza en segundo round; la televisión. Como siempre, ella quiere ver su programa de moda y yo siendo un futbolista de corazón miro cualquier partido posible. Aunque no lo crean mi hermana y yo nos llevamos muy bien pero nunca falta la travesura del uno al otro. La típica travesura de mi hermana es el aplastarme, cuando estoy concentrado haciendo tareas (no es que haga muchas) ella se sienta encima mío y se queda ahí por un buen tiempo. Por otro lado, yo con mi maravilloso ingenio he llegado a la conclusión de que la manera más eficaz de enojarla (lo cual me causa gracia) es quitándole su celular y poniéndolo en el otro lado del cuarto donde lo puede ver, pero su pereza no le permite ir a recogerlo. También es muy divertido el fingir que me está pegando: se preguntarán cómo mis queridos amigos: Pues les diré el gran secreto, tienen que encontrar una superficie que suene duro al pegarle aunque es mejor que te pegues a tí mismo. Al hacer esto grita en agonía por la ayuda de tu madre o padre y la magia ocurrirá. Espero que les ayude en futuras ocasiones. Ahora es donde interviene la mamá, justo después de comer ella arriba al hogar reclamando que haga las tareas aún cuando no tengo ninguna. Justo después de una gran discusión llega la salvación; mis amigos, cuando mi madre está a punto de inventarse una tarea para evitar que sea un vago (lo cual es inevitable) suena el timbre. Con el sonido del timbre llega una ola de frescura y relajación que me impulsa hacia la puerta para ver con quién jugaré por el resto de la tarde. Al salir hay una gran variedad de juegos con los cuales divertirnos como: escondidas, fútbol etc. Pero al llegar a mi casa me espera mi padre y mi madre en el comedor ya que mi hermana, o está encerrada en su cuarto o simplemente no está.
Mis Actos Malvados El Chicle Como era de esperarse yo no soy muy bueno con mi hermana, ni ella muy buena conmigo ya que todos los días nos la pasamos haciéndonos travesuras desde que recuerdo. Como es de costumbre a mi hermana le compran TODO lo que pide y si yo pido lo mismo mis padres me dan el viejo dispositivo de mi hermana y le compran a ella uno nuevo. Debido a lo dicho anteriormente se crea una gran cantidad de envidia. Me acuerdo que una vez cuando yo tenía cinco años mi hermana tenía unos chicles recién comprados y yo se los robé. Apenas vio que no estaban, sospechó de mí y vino furiosa como un toro al cuarto de mi mamá donde yo estaba masticando de la manera más ruidosa posible (no a propósito) y ella me atacó. En la pelea mientras todo pasaba de alguna manera el chicle logró escaparse de mi boca y de alguna manera el chicle quedó pegado en su pelo. Ella fue corriendo hacia mi mamá esperando que supiera alguna manera de quitárselo pero todo intento fue fallido. La única manera de hacerlo fue cortándole un mechón de pelo y desde ese entonces no me deja acercarme a ella cuando estoy masticando chicle. Otras Anécdotas El Castillo Cuando mi familia y yo vivimos en México los viajes en carro eran muy comunes ya que queríamos conocer el país. Una vez llegamos a la ciudad capital de México, México D.F para visitar los puntos turísticos más recomendados uno de los cuales era el castillo de Chapultepec. Como verán era un castillo inmenso y nos metimos allí. El castillo tenía carruajes y me acuerdo que estaba el primer baño con tina en mármol de América que le pertenecía a la emperatriz Carlota.
Yo como sólo tenía seis años me cansé de caminar y como nos faltaba ver el baño del cual les hablé, mi madre me sentó en un lugar en el cual podía ver el baño y a mí al mismo tiempo. Mientras mi mamá veía el baño un guardia del castillo me vio sin nadie alrededor y me bajó por las inmensas escaleras a la caseta de los guardias. En el momento en el cual mi madre volteó a mirarme fue cuando “se armó la de Troya” como ella diría. Mi mamá y mi papá corrieron a buscarme y finalmente me encontraron en la caseta de guardias. Una de las pocas imágenes de las cuales me acuerdo de ese momento es que al llegar mi mamá me estaba gritando(aunque no fue mi culpa) y mi hermana estaba llorando; algo que le recuerdo hoy en día cuando me dice que no me quiere. El Himno Nacional En mi primer día del jardín de niños en México cuando tenía dos años toda la familia estaba emocionada. Mi mamá me compró el uniforme y todo estaba listo. Partimos hacia el jardín de niños desde mi casa. En México como son tan patriotas todos los lunes y las fiestas patrias se hacía una ceremonia en la cual se cantaba el himno nacional de México. Cuando pusieron el himno nacional todos los niños se llevaron la mano al corazón y resulta que yo sin saber lo que estaba pasando lo hice también. Al ver mi mamá, que yo estaba haciendo esto se puso a llorar pues no quería que yo me criara con la cultura y el patriotismo de otro país que no fuera Colombia. Sus Buenas Acciones La Piscina Cuando era tan solo un chiquillo de cinco de edad estábamos de vacaciones en Huatulco, México. En nuestro hotel había una piscina pero yo no sabía nadar así que solo me sentaba en la orilla a comer jamón. Decidí pararme a caminar por el borde de la piscina y estaba por el lado angosto de su forma de ameba y un pájaro pasó a tomar agua y sin ver que la piscina estaba enfrente mío me caí al agua (Pueden ver mi trayectoria en la siguiente foto en rojo).
Apenas me vio mi mamá, mi papá y mi hermana que apenas había aprendido a nadar se lanzó al agua y me salvó la vida. Mientras al otro lado de la piscina mi papá se lanzó y se tomó su tiempo en llegar al lado donde estaba, tanto que mi mamá ya me había secado para ese entonces. Posdata No puse actos malos de mi hermana ya que no existen por lo que ella, aunque no lo demuestra, es muy buena conmigo. Por: Santiago Hernández
Mis Experiencias Familiares Mi Hermano y Yo.
Los actos malos de Tomás. Un día, Tomás, necesitaba tomar clases de Matemáticas. Yo estaba acostado en el sofá, medio dormido. Como siempre, Tomás se despierta de mal genio. Cuando mi mamá dijo que comiera rápido porque la profesora de Matemáticas estaba a punto de llegar. Tomás, de repente se puso histérico. Empezó a quejarse sobre la clase de Matemáticas porque era un fin de semana. Y yo por estúpido, le empecé a decir que si tomaba la clase le borraba la información del Xbox. Se puso histérico y me pateó la rodilla. Me sacó la yuca de la rodilla y después me pegó una cachetada. Mi mamá lo hizo tomar la clase, y cuando la profe le dijo que tenía que resolver unos problemas sin la ayuda de ella. Tomas empezó a halarse el pelo y a gritar y se paró, se fue a su cuarto y no salió por el día entero.
Tomas y la Ruta Tomás, que es muy cansón, se despertó un día con ganas de no ir al colegio. Se quejaba de que le dolía la cabeza y después de que tenía dolor de barriga y hasta trató de llorar, pero eso sonaba como un gato ahorcándose con una papa. Mis papás lo hicieron vestir, y mi papá lo tuvo que coger del brazo para bajarlo a la ruta. Cuando las puertas plateadas del ascensor se abrieron, Tomás dijo: “Me voy a escapar, y no vuelvo”. Los ascensores quedan detrás de una puerta que llevan al jardín cerrado del apartamento. Esas puertas no se pueden abrir así como si nada, el portero debe oprimir un botón para poder abrirla. Cuando Tomás llegó a la puerta le dijo al portero que no laabriera, y cuando vi a mi hermano halar la manilla de la puerta con frustración, una sonrisa malvada me cruzó por la cara. Cuando mi papá agarró a Tomás, él estaba furioso y le gritaba a mi hermano. Ya me había subido a la ruta y cuando giró la cabeza para mirar a la entrada del edificio, vi que mi hermano corrió y bajó las escaleras del parqueadero. Después vi a mi papá agotado después de perseguir a Tomás. Ese día, Tomás se volvió el bobito que trató de escapar de mis papás.
Mis Estupideces
El Juguete y yo Mi hermano y yo nos peleamos muchas veces y algunas por bobadas. Un día, después de Navidad, mi hermano y yo habíamos recibido un juguete de Navidad. Era un robot que decía cosas y caminaba solo. Pero, mi hermano siempre lo usaba. Me daba envidia. Un día, me tocaba a mí usarlo, pero mi hermano lo quería. Nos pusimos a pelear, y mi hermano me mordió el brazo. Me puse tan furioso que le pegué una cachetada a mi hermano en la cara. Le empezó a sangrar la nariz. Sabía que mis papás me iban a castigar, y los instintos de un niño de 7 años que no quiere perder su juguete, me escondí debajo de la cama. Asustado vi a mi papá entrar al cuarto y levantó la cama. Me castigaron, le dieron el robot a mi hermano y yo no lo podía usar. Qué bueno que mi hermano perdió el juguete, tres días después.
El Chocorramo Yo adoro los Chocorramos. Desde pequeño me encantan. Tenía 12 años. Yo siempre me los como todos y no le dejo a mi hermano. Un día, mi hermano le iba a decir a mi mamá que yo me comía todos los Chocorramos. Sabía que mi mamá no me volvería a comprar. Y lo que hice me hace reír cada vez que pienso en eso: Cogí el último Chocorramo y se lo pasé a mi hermano; antes de eso ,me unté la cara de chocolate y le dije a mi mamá que Tomás me lo había quitado. Después mi mamá se enteró que yo me los había comido todos porque abrió una maleta que tenía en el closet y estaba llena de papeles de Chocorramos. Mi hermano y yo estábamos jugando con comida. Y yo no era tan pequeño (2012 Navidad). Nos dio la estúpida idea de jugar béisbol con una manzana. Cogí el bate, lo alcé.
TRAAAAAAAAAM!
El sonido de una explosión deliciosa y el color amarillo blanco de una manzana se regó por la ventana. Tienes que haber visto la cara de mi mamá. “QUE HAN HECHO!” “QUE REGUERO!!” Mientras todos abrían sus regalos mi hermano y yo tuvimos que limpiar TODO. Por: Sebastián Villamizar
Mis Experiencias Familiares Los Hermanos Nosotras somos dos hermanas ella se llama Luciana y todos le decimos Lulú. Ella es la menor de la familia y tiene 10 años. Yo, Trinidad, tengo 13 años. Mis Actos Malos Cuando mi hermana está estresada o está haciendo berrinche yo me río de ella, esto causa que ella se enoje conmigo, me agarra la parte de arriba de mi brazo y como ella tiene las uñas largas me las clava y me deja el brazo todo rojo. Mi Hermana y Yo Mi cara rasguñada: Desde chiquita, mi hermana y yo nos pegamos. Una vez, yo tenía seis años y Lulú tenía 3. Ella se enojó conmigo y me rasguñó toda la cara, me dejó cinco líneas rojas que atravesaban toda mi cara. Yo fui llorando donde mi mamá y ella retó a Lulú. “¡Mi tu Hermana Me Ticó!” Lulú y yo hemos jugado juntas, nos peleamos y peleábamos para ver quién usaba cuál juguete. Me acuerdo que todavía vivíamos en Argentina, éramos chiquitas y estábamos jugando juntas en la sala. Yo tenía un juguete, seguro que era uno nuevo o uno que estaba muy lindo o que directamente no estaba roto. Desde que Lulú aprendió a caminar, ella se acostumbró a sacarme las cosas; era muy rápida y lo que quería, lo conseguía. Era obvio que ella quería el juguete que yo tenía. Unos minutos más tarde, ella lo quería pero yo lo también entonces me lo arrebató de mis manos. Yo ya hablaba perfectamente y nunca le pegaba a Lulú, siempre le decía a mi mamá cuando había algún problema. Yo fui muy enojada y triste a contarle a mi mamá lo que había pasado con esta frase, “¡Mamá, mi tu hermana me tico!” Mi mamá no me entendió lo que dije entonces fue a ver qué estaba pasando. Yo dije esto porque cuando mi mamá hablaba de mi hermana, ella me decía “TU hermana” y cuando yo hablaba de mi hermana yo decía “MI hermana” entonces de ahí salió mi frase mezclada.
La Metida Mi hermana siempre ha sido una tierna, ella se comporta muy bien cuando no conoce a alguien que viene a nuestra casa, o cuando vamos a la casa de alguien desconocido. Y desde chiquitas ella se hace tierna cuando mis amigas/os vienen a casa. Esta vez estábamos acá en Bogotá, Karina Medina se vino a mi casa por primera vez porque teníamos que hacer un trabajo de la escuela. Lulú y Karina no se habían visto nunca. Y acá es cuando Lulú comenzó a actuar de la pobrecita. Ella se metía en todo lo que hacíamos, yo no la dejaba pero como siempre, mi amiga me pidió que la dejáramos que estuviera con nosotras. Hace poco, Kari y Marisela Colombine se vinieron a hacer un trabajo de Ciencias a mi casa. Y Lulú decidió estar con nosotras. Karina ya la conoce a Lulú y sabe como ella a veces se puede poner un poco molesta, Marisela también conoce a Lulú entonces ninguna la dejaba estar con nosotras. Por esto, Lulú se enojó, agarró un porta lápices con lápices y lo tiró al piso, un rato después volvió y me pegó, yo me enojé, mucho, y fui a pegarle porque no me pareció justo que ella hiciera lo que quería cuando yo era la que está con mis amigas. Las dos Culpables Hay veces que cuando mi hermana y yo jugamos, nos ponemos muy pesadas porque jugamos pavadas entonces mis papás se enojan con nosotras. Me acuerdo que estábamos en el auto, estábamos yendo a Anapoima a pasar el fin de semana largo con una familia Argentina y una Brasilera (siempre nos juntábamos con esas dos familias pero se fueron a vivir a otro país). En los viajes largos como este, nosotras jugamos cosas tontas y nos estresamos mucho entonces gritamos en el auto. Esa vez, estábamos gritando mucho, íbamos en la mitad de camino y mi mamá desesperada se dió la vuelta y nos obligó a que nos calláramos, “Jueguen pero no griten ,por favor”. Yo la Hago Enojarse más de lo que está Siempre nos hemos peleado con Lulú, ha sido normal desde que ella nació. Nos enojamos una a la otra por tonterías. Siempre que nos enojamos la una a la otra, ella me pega o yo le pego a ella. Esta vez, ella fue la que me pegó primero, yo del enojo que me dio, se la devolví y le pegué en el brazo con la palma de mi mano. Esto la hizo enojarse más conmigo, entonces ella me volvió a lastimar pero esta vez me pellizcó la parte de arriba de mi brazo. A mí me dolió, no hay duda, pero esta vez me dio risa. Yo me burlé de ella, porque nos seguimos peleando por una cosa que ni siquiera tenía sentido. Siempre que me burlo de ella, Lulú se pone más nerviosa, y me pega todavía más fuerte. Esto no ha pasado solo una vez, nos pasa casi siempre.
La Tele Era viernes a la tarde, recién llegadas de la escuela y nos pusimos a ver tele. A mi hermana le gusta ver dibujitos y Disney channel, pero a mí me gusta ver los canales de entrevistas de famosos y cosas interesantes. No recuerdo bien quién llegó primero pero me acuerdo que estábamos viendo algo que yo quería. Al instante, Ella me arrebató el control y puso lo que quería ver. Yo no le hice caso entonces agarré el ipad de mi papá y me metí al Facebook mientras ella veía lo que quería. Después, a Lulú le dieron ganas de comer algo, se fue a la cocina a buscar algo y sabía que yo iba a cambiar de canal entonces se llevó el control con ella a la cocina. Cuando ella terminó de comer, fue a llevar el empaque de las galletitas a la cocina y yo agarré el control y cambié de canal. Cuando llegó se dio cuenta que yo le había cambiado el canal, se enojó conmigo y me gritó. Mi mamá nos gritó desesperada a las dos “¡Dejen de gritar, qué manía que tienen de pelear ehhh!”, mi hermana se fue furiosa para arriba y vio lo que ella quería en la televisión de mis papás. Igual la adoro… Con mi hermana siempre nos peleamos, nos pegamos, y hacemos enojar a mi mamá con nuestros gritos y berrinches pero yo igual la quiero a ella. Ella es mi hermana menor y yo la amo. Jugamos juntas y nos reímos de cosas tontas juntas. Y estamos casi todo el tiempo juntas y nos acompañamos la una a la otra. Por: Trinidad Apestegui
Mis Experiencias Familiares
Los intentos de asesinato por Santiago El Anticristo En el ojo Cuando Santiago tenía 3 años hizo el brillante descubrimiento de que me podía pegar en el ojo y que eso me dolía. Lo peor era que su puño era tan pequeño que entraba en el hueco de mi ojo y por eso dolía más. Esto normalmente pasaba cuando estábamos en el carro ya que mis papás no podían hacer nada porque nosotros nos sentábamos en los asientos de atrás. “Feliz Navidad” En 2010, cuando Santiago tenía ya 4 (a punto de cumplir 5) años de edad, mi familia y yo estábamos pasando Navidad en la casa de la prima de mi papá, quien vivía cerca de nosotros en Lima. Luego de comer, mi prima y yo quien era un año menor que fuimos a jugar WII. Santiago desapareció de repente y mis papás lo empezaron a buscar pero mi prima y yo estábamos hipnotizados por los gráficos mediocres del juego. Mis papás lo encontraron con un pedazo de madera, él no dijo nada. Caminó hacia mí con el palo en alto y me dio fuertemente en la cabeza. Mi mamá se acercó rápidamente y tomó a Santiago. Hola Santi Pedro, Yuta, Sebastián, Lucas y yo estábamos yendo a Science y nos encontramos con Santiago. Le dije: “Hola Santi.”. Santiago fue corriendo a Pedro y le pateó con fuerza en la canilla, traté de decirle algo pero se fue corriendo.
Mis “casualidades” La cachetada El momento que encontré una envoltura de chocolate en el cuarto de Santiago, él ya le había dicho a mi mamá que yo me había comido el chocolate perteneciente a mi papá y que lo estaba poniendo en su cuarto para que ellos pensaran que había sido él. No me cayó un castigo pero sentí la necesidad de vengarme. Les expliqué lo que había pasado a mis papás aunque, para variar, no me creyeron y se pusieron del lado de Santiago. Cuando él ya estaba durmiendo, pensé en cómo vengarme. Me dirigí a su cuarto todavía pensando en qué le haría y tratando de hacer el menor ruido al mismo tiempo para que mis papás no se percataran de mí. Llegué a su cuarto y me dije: “!Le debería meter una cachetada!”. Entonces, subí mi mano un poco y le di una muy suave, pero ni se inmutó, por suerte Santiago no se despierta por nada. Traté con una un poco más fuerte y se movió un poco, pero sin despertarse. Seguidamente le proporcioné una que lo despertó y lo puso a llorar. Riendo de mi maldad fui rápida y sigilosamente a mi cuarto y me introduje en mi cama antes de que mi mamá abriera la puerta de su cuarto y de que Santiago se diera cuenta de qué había pasado. Ella pensó que Santiago estaba teniendo una pesadilla y él que se golpeó la cara contra el piso cuando se cayó de la cama.
Por: Juan Diego Ezcurra
Mis experiencias Familiares INTRODUCCIÓN Muchas veces me frustro demasiado con mi Hermana menor llamada Agostina, y puede que me desquite demasiado con ella pero aunque se lo merece siempre pago yo… MIS ACTOS MALOS La Cena Desastrosa Un día estábamos como cualquier fin de semana, en mi casa tonteando con mi hermana, jugando supuestamente. Al ratito mi mamá llega gritando ¿Dónde están los zapatos?, y diciendo que nos arregláramos porque esa noche venían unos amigos a cenar. Cuando estábamos ya cambiadas ella me empezó a gritar porque le había quitado un juguete y yo me enojé demasiado y lo que pasó después, mmm. Cuando iba a decirle a mi mamá, yo le puse “accidentalmente” el pie en el camino y ella fue volando desde mi pie hasta la esquina de la pared, estrellándose contra ella. Ella empezó a llorar y mi papá llegó corriendo a la “escena del crimen”. Preguntando qué había pasado y por qué mi hermana estaba tirada en el piso llorando, y mi hermana dijo “la Sara me pegó” tratando de negar lo ocurrido, fue peor la consecuencia. Cuando la estaban “hospitalizando” mi mamá hablando con mi hermana, para tranquilizarla, mi papá retándome y diciéndome que estaba muy mal lo que había hecho y lo normal; pero dijo algo muy gracioso – ¿Por qué mierda le hiciste eso a tu hermana?, ahora parece un unicornio- a mí me pareció muy gracioso y me empecé a reír tan fuerte que cuando mi hermana me escuchó empezó a llorar más fuerte; y por eso mi papá me castigó por tres semanas.
Nunca hay que juzgar a un libro por su portada… Mi hermana y yo peleamos mucho, pero eso sólo pasa cuando me enojo o ella se enoja. Cuando eso pasa, parece que fuera la tercera guerra mundial pero supongo que eso siempre pasa con los hermanos. Pero el otro día estábamos normales como ¨siempre¨ pero ella de la nada entró a mi pieza como un huracán pegando gritos tan fuertes que se podían escuchar como a 3km de distancia; nunca supe qué quería expresar con esos gritos chillones, esos gritos que lograban hacerte doler los tímpanos dentro del oído. Yo escuché esos gritos terriblemente fuertes pero estaba con los auriculares puestos escuchando música con el volumen muy alto; no me imagino cómo hubiera sido sin ellos, probablemente me hubiera quedado sorda. Ahora podría decirle a mi mamá que escuchar música sí salva vidas. Creo que mi hermana quería que la fuera a ayudar, o algo, no sé; pero cuando me saqué los auriculares la escuché decir : ¿Sara, dónde están mis auriculares?, vos siempre me los robas; pero son míos y de nadie más. -Yo no los tengo ahora, deja de hinchar y pregúntale a la mamá.-le dije yo. -No seas mentirosa- dijo Agos sin creerme. Pero luego agregó- Ahhh no se puede vivir con vos. Yo muy enojada le gruñí pensando para mí misma: que pendeja insoportable. Esa noche no me volvió a hablar… Al otro día, temprano como siempre para ir a la escuela, yo estaba cambiándome y ella salió de su pieza , me miró con esa cara malévola, esa cara que parecía que te quería exorcizar con la MIRADA; pero al parecer no lo logró porque se fue gruñendo para abajo. Cuando yo me terminé de cambiar, me puse a acomodar un poco la ropa por el desastre que había. Estaba todo tirado, ropa por todos lados, peluches, y demás. Al acomodar ese desastre, me tropecé con mi pelota de voley y caí hacia la esquina de la cama de abajo, pero el destino me salvó de romperme la cara, y me hizo caer hacia un montón de ropa tirada; pero en la ropa había algo duro, algo que tenía la forma de… En ese momento me di cuenta de que eran sus auriculares, al revisar si lo era. En ese momento un acto malvado saltó en mi mente; de repente agarré sus auriculares y los escondí en un lugar, en el cual ella nunca se le ocurriría buscar. Eso le pasaba por gritarme como una loca deschavetada… -jajajaja!!!!
LA VENGANZA ES DULCE ¡Qué mentirosa! Era un día normal, había que levantarse temprano para ir al colegio, mi hermana dormida vistiéndose como siempre yo tropezándome con todo para llegar al baño y mi mamá haciendo el desayuno; todo normal, rutinario y aburrido. Había llegado el bus para llevarnos al colegio, yo subí y me di cuenta de que mi lugar estaba ocupado por mi hermana, su amiguita y su hermanito. Le pregunté a la moni dónde me sentaba, si mi lugar estaba ocupado por esos niños chiquitos; ella me dijo: en el fondo del bus, cuando me dijo eso empecé a gruñir. Ese lugar era como sentarse en el infierno, no llegaba el aire, hacía calor y en cada uno de los topes sentías la necesidad de escupir un riñón, pulmón o corazón. Después de llegar al fondo de ese tanque de la primera guerra mundial, al que nos hacían llamar bus me senté y me puse a escuchar música tan fuerte como pudiera para no escuchar los gritos de esos dos loros, mi hermana y esa nenita roba lugares. Llegamos al colegio como 30 minutos después, yo todavía súper enojada pero bien a fin de cuentas, sólo me hacía falta mi riñón que estaba en la autopista; pero sacando eso estaba bien. Durante break me encontré con mi hermosa hermanita que como siempre corría a abrazarme o más bien a colgarse de mí. Ella llegó como siempre gritando con su vocecita chillona “Hola Saraaa”, y yo como siempre haciendo como que no la escuché; cuando ella se tiró en mí le dije con mala gana- hola Agos, ¿Cómo estás?- ella mirando a todos a su alrededor dijo: -Bien, ¿Qué haces? -Nada, esperando a que empiece la clase, Agos anda a jugar porfa. Después de eso se fue con su maestra de curso y le dijo de una manera muy inocente, poniendo los ojos del Gato con Botas; chillando y todo le dijo – mi hermana quiere que me muera.- yo la miré con una cara diciendo ¿Estás loca? ¿Qué te pasa?. Yo no tuve tiempo de hablar con ella porque la clase ya había empezado; pero al parecer no era la única maestra a la que se lo había dicho porque después un maestro de primaria se presentó a decirme que yo era muy mala con mi hermana, y que no debería decirle eso porque ella era un “ÁNGEL” y que si lo volvía a hacer iba a llamar a mis padres para contarles lo sucedido. Yo me quedé paralizada y después le dije a mi hermana que no lo volviera a hacer, pero al parecer no le importó porque al otro día la escuché decirle a su profesor- mi hermana quiere que me muera, pero ¿verdad que es muy tierna?- yo la escuché y me salía humo por las orejas de lo enojada que estaba…
Sus Actos Malvados Su Primer Error Ella era chiquita, traviesa y muy juguetona; en resumen era bebé. Se suponía que ella iba a ser mi compañera de aventuras, pero por el momento no lo iba a ser, según mi madre , ella era muy chiquita. Pero un día cuando ella estaba comiendo, o más bien tirando la comida a todos lados, hasta a mi mamá. Yo decidí ir a hablarle como si ella me fuera a entender; igual eso no importó agarré mi libro y me puse a leérselo pero al parecer no le gustó el libro de los Looney Tunes y me tiró su comida, tal vez me quería alimentar o pegar con la cuchara, NUNCA LO SABRÉ. El tema es que no me dejó leerle ese día. Al día siguiente ella estaba en el corralito jugando con sus juguetes, pero parecía que tenía algo nuevo y yo fui a ver qué era, parecía que era mi libro pero yo pensé que era imposible porque mi libro lo había dejado al lado de su CUNA, cuando le quise sacar el libro estaba tooodo rayado con dibujitos. Cuando mi mamá llegó y lo vio, mi hermana se empezó a reír, y a hacer esa sonrisita para salirse con lo suyo como casi siempre. Entonces mi mamá dijo –pero si es una bebita linda- si súper pensé yo, -por eso es que le pegó a ese nené mayor en la guardería con su camioncito de juguete. Mi mamá se rió, y dijo que no importaba, dijo que ella era chiquita y no se daba cuenta. Y yo por eso me quedé con un libro todo rayado, y sucio y ella se quedó con una lapicera mirándome de manera amenazadora… Injusticiaaa!!!! Hace como una semana yo llegaba de la escuela de una práctica de voley. Al entrar a mi pieza me di cuenta de que mi hermanita estaba con sus insoportables amiguitas jugando con mis cosas, saltando en mi cama, usando mis pinturas y pintando mis peluches de color rosa. Pero eso no era nada, antes de hacer eso sus amiguitas habían agarrado mi ropa y se la pusieron y se pusieron a bailar, peinarse, pintarse, y más; pero mi hermanita se había puesto mi único vestido blanco, que lo había traído mi nona de España, hecho por un diseñador de allá. Lo más gracioso fue que se había pintado de rosa, y mi vestido con ella, yo muy frustrada y enojada empecé a gritarle a ella y sus amigas. Ellas salieron corriendo y gritando porque yo había agarrado un palo y las había amenazado con darles un palazo a cada una en el medio de la cara… Mi hermanita hermosa le fue a decir a mi mamá y ella súper, mega y híper enojada vino y me retó, gritó, y casi agarró el palo y me lo mandó por la cabeza: se reenojó y cuando quise explicarle no quiso escuchar y me quitó la computadora, la música, mis amigas, por unas 2-3 semanas.
Por: Sara Tagarot
Mis Experiencias Familiares La Botella de Gatorade Al mirar por la ventana de un bus moviéndose lentamente y progresivamente por una calle cuyo nombre no sabía, yo, a la edad de 5, me encontraba aburrida y sola, sentada un espacio un poco demasiado lejos del vidrio que delicadamente cubría una parte de la pared del automóvil que me llevaba a mí, mis hermanos, y un par de otros niños del colegio a nuestras casas. Al mover mi mirada un poco a mi izquierda, mi atención se movió de la ventana a mi hermana, quien en ese tiempo, tenía la edad de 7 y parecía estar igual que yo. Aburrida y sin nada qué hacer. “¿Y cómo fue tu día hoy?” Dijo una voz perteneciéndole a un niño no mayor de 6 años. A mi derecha se encontraba un amigo mío, Juan Camilo, quien tenía la misma edad que yo. Sin embargo, no estábamos en la misma clase, así que para compensar por el tiempo que no pudimos pasar juntos en clase, la pasábamos hablando en el tiempo que el viaje del colegio a nuestros hogares nos otorgaba. Como siempre, le respondí y una conversación como cualquiera empezó. Causando que prontamente se uniera mi hermana a la quien, como ya he mencionado, se encontraba a mi derecha. Sentada entre los dos, la conversación progresó y yo, debido a un temperamento corto, me irrite con mi hermana por ninguna razón que fuera más que una simple bobada. Cállate, cállate, cállate. La misma palabra corrió por mi mente y mi rabia empezó a mostrarse en mi cara, mi cuerpo. Empecé a temblar y mantener una cara impacientada y enojada al cogerme de la parte baja del colchón del asiento en donde me encontraba estar sentada. Para distraer y olvidarme de la furia extraña y sin razón que había nublado mi cabeza, empecé a mirar a diferentes lugares del bus en la que estaba montada. Tratando de mover mi atención a un objeto no relacionado a lo que me había enfadado en el primer lugar, prontamente me encontré con mi maleta, que llevaba todos los libros y materiales necesarios para las clases que había atendido ese día. Por supuesto, también llevaba unos juguetes infantiles para jugar con el día. Como ya he dicho, materiales necesarios. Por un lado de mi maleta se encontraba una botella llena de un líquido rojo, brillante, en un bolsillo pequeño.
El Gatorade . Cogí la botella rápidamente y tomé un poco de la substancia que se encontraba dentro de ella, de alguna manera, sintiéndome un poco aliviada. Qué mal que el alivio no duró. Al verme angustiada y molesta, mi hermana tomó la situación como una oportunidad para fastidiarme a propósito, esperando que no hiciera nada del hecho, esperando la conclusión que usualmente llegaríamos en este tipo de escenario.
Ya no me importa. Esas fueron las últimas palabras que fueron por mi cabeza antes de haber perdido mi compostura. El autobús y sus pasajeros se quedaron en un abrupto silencio. Sólo se escuchaban dos cosas: el motor del automóvil que nos conducía a nuestras casas, y el goteo de un líquido. Yo, sólo una niña de 5 años, me encontraba con una botella vacía de Gatorade inclinada de tal manera que derramaría su contenido sobre la cabeza de una persona. La de mi hermana. Mi madre nunca me empacó otra botella de Gatorade para llevar al colegio otra vez. Por razones obvias.
La Chismosa Yo, a la edad en donde ya había empezado a ver la importancia de la imagen que es proyectada a las personas de mi alrededor, disfrutaba ver a mi hermana sufrir con el tema por culpa mía. Me ayudaba a sentir un poder que nunca había tenido sobre alguien más. Usualmente, les decía sus secretos a sus compañeros de clase, aun más a las últimas personas quienes mi hermana quería que supieran. Un día, ocurrió lo usual. Me enfadé con ella y ella conmigo, y aunque supiera que al conflicto entre las dos se resolvería rápidamente debido al hecho de que sin duda somos hermanas, yo era muy aficionada de la venganza. Entré a mi bus, y comencé a hablarle a una niña que pertenecía al curso de mi hermana mayor, y mi hermana y ella no se llevaban bien, por decir lo menos. No tomó un largo tiempo que para la niña supiera un secreto íntimo y embarazoso de mi hermana que hasta yo, hoy en día, no puedo decírselo al lector. Como era de esperar, mi hermana perdió todo tipo de confianza que tenía en mí, tomándole años para que me dijera un secreto de ella otra vez.
La cama de baba “¡Si no me obedeces y dejas de molestarme, voy a escupir en tu cama!” Aburrida de la misma amenaza que crecí a no tomar en serio, mi hermana y yo nos encontrábamos peleando, otra vez por las mismas bobadas que nosotras sabíamos que no debería importarnos. Sin embargo, odiábamos las dos perder discusiones y sólo continuábamos el debate más y más. Cansada e irritada por la misma cosa una y otra vez, yo pisotee afuera de la habitación que compartíamos.
¿Escupir en mi cama? ¡Sí, como no!. Tomé un tiempo para aliviarme, y cuando sentí que ya me había tranquilizado lo suficientemente para entrar a mi cuarto y discutir la razón por qué estábamos peleando de manera apropiada, decidí entrar la habitación otra vez. A primera vista, todo se veía normal. Me hermana se encontraba en el baño y yo decidí que era buen idea sentarme en mi cama y esperar a que saliera. Pero al ver mi cama de cerca, pude notar que había algo extraño sobre ella. “¡Mamá!” Yo grité lo más fuerte posible. ¿Por qué? Porque al ver el colchón en donde yo dormía, encontré algo inesperado. Asqueroso. Por primera vez, mi hermana mantuvo su palabra y dejó varios grumos de saliva por toda mi cama.
Caída Inesperada Durante toda mi vida, mi hermano y yo hemos mantenido una relación muy estable y casi nunca nos peleamos. Pero como con cualquier otra hermana , aún lo hacíamos de vez en cuando. Uno de mis primeros recuerdos captó un momento en donde había conflicto entre los dos. Aunque todos los recuerdos que conservaba a esa edad me parecen estar muy vagos, hay un momento en el que mi hermano y yo estábamos juntos en un tipo de parque. Mi hermano, igual que yo, tiene un temperamento corto y se irrita fácilmente. Así que dejarlo con una niña de 3 a 4 años de edad era algo que sólo hoy he notado que fuera peligroso. Pero continuando con la historia, estábamos los dos con mi padre quien estaba cuidándonos desde una distancia ni tan grande , ni tan pequeña. Prontamente molestando a mi hermano, abruptamente lo vi alzando su puño para pegarme. De un momento al otro, él se cayó de un tipo de colina chica en la quien estábamos parados en el parque causando que se rompiera el hueso de su brazo. ¿Será que existe el karma?
El Chocolate y la Silla Era un día como cualquier otro en una vieja casa de México. La casa en donde habitaba mi familia hace muchos años. Yo caminé por la casa al estar aburrida y me encontré con mi hermana mayor. Ella, como siempre, pegada a su computadora. Tratando de obtener su atención, traté de comenzar conversaciones con ella, pero siempre me dio repuestas cortas demostrando que no tenía interés en hablar conmigo. Sintiéndome un poco herida, yo salí del cuarto en donde estaba y empecé a distraerme con algo diferente, y así, paso el día rápidamente. Más por la tarde del mismo día, yo me encontré con mi hermana otra vez. Solamente que esta vez, tenía chocolate. Al pedir un pedazo, mi hermana no me quiso dar nada de su chocolate. ¿Por qué está actuando así? Preguntándome la misma cosa una y otra vez, me empecé a enfadar hasta tal punto que solamente tomé la silla más cercana a mí y perseguí a mi hermana con ella. Solamente quería su atención. En fin, debido a que mis padres se involucraron en la situación, mi hermana me tuvo que dar un pedazo de su chocolate, pero aún no estaba satisfecha con el resultado. No pude entender por qué seguía ignorándome y pasando tanto tiempo en una máquina, no hasta que me pasó a mí. Por: Silvana Villela