EL ESLABÓN PERDIDO: COLOR STREET Una aproximación a proyectos diferenciales
Marcelo Caballero
El desarrollo de la instantánea urbana, straight photo como se la conocía a principios del siglo pasado, el instante decisivo de Henri Cartier Bresson, el in between de Robert Frank o en su denominación actual: street photography estuvo casi siempre ligada al uso del blanco y negro. En ese contexto, la utilización del color en un proyecto documental street, de una manera regular y consistente, recién comenzó a visualizarse a mediados de la década de los ’70 del siglo pasado. Y esto trajo aparejado que, en breve plazo, muchos fotógrafos monocromáticos se pasaran a las filas del color y comenzaran a incursionar en una nueva etapa de experimentación y con el tiempo, esa tendencia se consolidó. Y todo esto lo digo muy a pesar de la pre-historia del color; reflejada en la plena operatividad que ofrecían las diapositivas desde los años ’40 o en los trabajos de fotógrafos coloristas que fueron surgiendo a mediados del siglo XX como Peter Cornelius, Erwin Fieger, Saúl Leiter, Fred Herzog por citar a los más importantes. Sin embargo, sus trabajos eran outsiders, marginales, desautorizados por los puristas del blanco y negro documental. Y generalmente vieron la luz mucho tiempo después que los hayan concebido, a excepción de los trabajos del primer fotógrafo colorista que tuvo Magnum: Ernst Haas quien publicó un reportaje pionero en la revista Life en 1953 y en 1962 realizó una exposición individual a color en el Museo de Arte Contemporánero (MOMA) de Nueva York, la primera en la historia de esta prestigiosa institución. Por estos motivos, en este ensayo sólo pretendo mostrar la evolución del color a través de algunos referentes importantes desde la mencionada década del ’70 y describir, a grandes rasgos, algunos aspectos diferenciales de sus proyectos.
1
Y además, que sirvan como modelo de inspiración o por lo menos, de información complementaria para cualquier fotógrafo de calle que desee incursionar en un proyecto serio y diferente.
Comencemos por Estados Unidos
Allí destacaron, entre otros, Joel Meyerowitz , Jeff Jacobson y Robert Walker como importantes contribuyentes a la causa color en relación a las características de sus proyectos. Los tres no dudaron en apostar por el cromatismo para cualificar sus trabajos y creyeron que con su uso podían ir un poco más allá. Estos street photographers callejeros estaban emparentados con una movida más grande, la New American Color , un movimiento de fotógrafos que exploraron los límites de la fotografía documental a través del uso del color. Y centraron sus trabajos en la vida contemporánea de los Estados Unidos y en la crítica al “sueño americano”.
© Joel Meyerowitz
© Joel Meyerowitz
El caso de Meyerowitz es interesante. A pesar que había realizado un gran proyecto street sobre Nueva York durante toda la década del ’70; el primer libro que publicó: Cape Light (1979) no era de street photography pero, se convirtió rápidamente en un clásico de la fotografía documental a color.
2
Debo recordar que varias de sus mejores fotografías callejeras de esa época vieron la luz recién en el 2012 con Take my Time. Sin embargo, Meyerowitz fue una parte esencial en el desarrollo del color realizando meritorias exposiciones como por ejemplo la que realizó en el Museo de Fotografía de California en 1983 junto con Alex Webb, Mark Cohen, Helen Levitt, Joel Sternfeld , entre otros y se tituló Color in the street. O importantes contribuciones al subgénero como del primer libro recopilatorio del subgénero: Bystander: A History of street photography (1994) coeditado junto con Colin Westerbeck. Muchos creen que fue Meyerowitz quien acuñó por primera vez el término. Por otro lado, Jeff Jacobson armó en 1978, un ambicioso proyecto que versaba sobre los americanos durante la era de Reagan, finalmente publicado en 1991: My Fellow Americans.
Fotografías de la serie My Felow Americans de Jeff Jacobson
Este trabajo , enteramente realizado con su diapo preferida: Kodachrome 64, también destaca por la utilización del flash. Esto le daba un plus estético al proyecto. La luz artificial, en sincronización lenta, daba la sensación de aumentar la subjetividad de los personajes y ese aspecto dual (sueño vs realidad) del momento emergía como una característica personal en su valioso trabajo documental sobre los americanos.
3
“Como fotógrafo color, mi desafío es no quedar atrapado en los hechos presentados en las fotos. Esto requiere la abstracción. En blanco y negro esta abstracción es inmediata ya que el mundo existe en color. Fotografías a color requieren un tipo diferente de abstracción. Mi desafío es acentuar el color sin dejar que dominen mis fotografías y que todo no sea color en sí mismo. Es un delicado acto de equilibrio” señala Jacobson en el prefacio del libro. Por otro lado, la serie sobre Nueva York que realizó Robert Walker durante esa década, es digna de mencionar no sólo por sus vibrantes fotografías de calle; sino por la técnica que usó para armar el proyecto. Se tituló New York inside out y fue publicado en 1984 con prólogo del escritor William Borroughs. Justamente este gran escritor beatnik le enseñó al fotógrafo canadiense la técnica del “cut up” para reordenar de una manera aleatoria las fotografías de calle de la misma manera que es reordenado un nuevo texto. Y así se rompe o altera la linealidad del proyecto. Se entrecruza el espacio, la cronología de las imágenes, los momentos del día, las líneas, las formas. Lo que Burroughs deseaba era que al proyecto se observara como un conjunto de imágenes que hablaran sobre la fotografía misma.
© Robert Walker
© Robert Walker
4
Como una excepción a la regla, quiero mencionar el trabajo del fotógrafo Mark Cohen que realizó un proyecto innovador con Grimm Street realizado enteramente en su ciudad natal: Wilkes Barres (cerca de Nueva York) durante la década de los ’70. Y posee un enfoque muy diferente a sus contemporáneos. Cohen conocido como “el fotógrafo de acción surrealista” utiliza en ese trabajo flash de mano para jugar con otras perspectivas de luces y sombras.
Los primos coloristas de Magnum
Contemporáneos al trabajo de los tres fotógrafos americanos antes mencionados, podemos situar al belga Harry Gruyaert, al ruso Serguei Pinkhassov y los americanos Constantine Manos y Alex Webb con proyectos diferenciales. Todos miembros de Magnum. A pesar que Henri Cartier Bresson , la cabeza visible y fundador de la mítica agencia era un acérrimo defensor de la fotografía documental en blanco y negro. Sin embargo no tuvo reparos en soslayar sus convicciones y, a tono con los nuevos tiempos, dar paso a las nuevas propuestas de estos jóvenes y emergentes fotógrafos que definieron, de alguna manera, la fotografía documental a color durante los próximos años. Se erigieron en modelos a seguir. El caso de Gruyaert es modélico. Abandonó el uso del blanco y negro en 1972 marcado por el cine pop de Michelángelo Antonioni y el trabajo a color de William Eggleston. Ese mismo año nació su primer cuerpo de trabajo serio. Gruyaert realizó imágenes aprovechando los colores en la pantalla de televisión, distorsionadas, para producir una parodia del reportaje de fotos de actualidad. TV Shots creó grandes controversias cuando se exhibió en la galería Robert Delpire en París en 1974.
5
de la serie TV Shots de Harry Gruyaert
En paralelo a este audaz paso fotográfico, el belga abrazó la influencia de la pintura surrealista de René Magritte y Paul Delvaux para reconsiderar la realidad desde una perspectiva nueva, casi cinematográfica. Con todo ello en mente, viajó por distintos lugares de Bélgica, Marruecos, India y Egipto, para madurar otro proyecto cuyo tema principal fue la variación cromática de la luz entre Oriente y Occidente. Finalmente Lumières Blanches pudo ser publicado en 1986 ya como miembro estable de Magnum.
Lumières Blanches de Harry Gruyaert
“Mi trabajo dice mucho de mí y sobre los temas que fotografío. No puede considerarse reportaje fotográfico; desde luego, no rechazo el valor del periodismo; pero este campo no me interesa de un modo especial. Lo que realmente cuenta para mi es la fuerza intrínseca de cada imagen” señaló Gruyaert.
6
En la misma senda que el fotógrafo belga, se encuentra el ruso Serguei Pinkhassov. A pesar que entró a Magnum un poco más tarde, en 1988, ya venía trabajando en la street photography desde hacía mucho tiempo. Muy ligado al cine, trabajó varios años con el director ruso, André Tarkovski. Paralelo a varios trabajos documentales específicos encargados por la agencia, Pinkhassov armó un proyecto, aún en curso, titulado Just Light Like (Simplemente como la luz) que lleva 20 años de gestación y en donde el autor se centra exclusivamente en los juegos visuales de la luz. Un lugar destacado en esta evolución corresponde a Alex Webb, abanderado de esta generación de fotógrafos urbanos coloristas de la mítica agencia. El fotógrafo californiano fue todo un revolucionario. Por un lado, consolidó el uso del color como una tendencia generalizada en la fotografía documental con la publicación de sus reportajes en las más importantes revistas del mundo como National Geographic.
© Gueorgui Pinkhassov
© Gueorgui Pinkhassov
© Alex Webb
© Alex Webb
7
Además, Webb concibió un modo de componer muy atractivo y dinámico a través del uso de capas en sus fotografías. Una técnica compositiva que busca incluir dentro de la misma imagen distintos planos y lo hace de una manera muy equilibrada con un atractivo ritmo visual de formas y color. Además, es una manera inteligente de mostrar historias dentro de otras historias y le da profundidad a la composición fotográfica e inspiró a las nuevas generaciones de la fotografía de calle. Por otro lado, Webb le dió un giro de 180 grados al modo de trabajar de un street photographer acostumbrado a moverse sólo por grandes ciudades como Nueva York, Londres o París. Muchos de sus trabajos fotográficos fueron realizados en zonas sensibles (México, Haití, Amazonas) y los hace como un street photographer, no como un reportero gráfico clásico. Proyectos como el de Haití sirven de ejemplo para ello. “yo no fui a ese país porque pensé que me iba a mostrar la pobreza o algo muy específico sobre la situación política. En el deambular, las cosas surgen. Y creo que eso es sólo un énfasis diferente” confiesa Webb. Ahora le toca el turno a Constantine Manos que con sus proyectos a color, brindó nuevos desafíos a sus trabajos quien durante décadas había trabajado con el blanco y negro. “Creo que es más difícil hacer una foto de calidad en color que en blanco y negro” señaló este fotógrafo que con su serie American Color dio un gran paso en esa dirección. El proyecto es una visión muy personal del autor concentrada principalmente en los lugares de ocio americano: centros turísticos, ferias, playas y parques de atracciones en la costa. “Con esto no pretende explicar el universo de la sociedad norteamericana sino que más bien se nutre de esa realidad” señala el fotógrafo Carlos Prieto (Calle 35) para realizar una puesta en escena realzada por maravillosos contrapuntos de colores saturados, luces cenitales e ingeniosos claros oscuros y sombras que transforman las imágenes callejeras del proyecto en momentos surreales.
8
Serie American Color 2 de Constantine Manos
Proyectos coloristas versión española
En algunas ocasiones, algunos fotógrafos se nutren de características autóctonas, singulares, ligadas a la cultura que lo rodea en una ciudad, una región o un país para emprender un proyecto original.
Tal es el caso del fotógrafo Cristóbal Hara y su libro Vanitas publicado en 1996. “Me interesa más el lenguaje fotográfico que el contenido mismo de la imagen” repetía cada vez que podía a los estudiantes de fotoperiodismo en la notable conferencia que dio en el Seminario de Fotografía de Albarracín del 2011. Hara confesó allí que las imágenes correctas son su mayor enemigo y siempre buscó algún elemento para poder sorprender a los demás. Y como hizo Gruyaert, el español abrazó la influencia del mundo pictórico barroco, desde Goya pasando por Diego Rivera y Velázquez en la búsqueda de un tipo de fotografía construida a través de la cultura visual española.
9
Este español, perteneciente a una importante generación de fotógrafos de la transición española, se dio cuenta, en el génesis de su proyecto, que debía estimularse en el pesada historia de siglos de su país más que en mirar cómo se trabajaba en el extranjero.
Parte del material de Vanitas de Cristóbal Hara
Ese fue el primer paso para construir su proyecto Vanitas cuyo concepto remite, en el sentido artístico, al barroco español, a una categoría pictórica particular de bodegón, un género muy practicado en esa época en España. Las pinturas exaltaban la brevedad de la vida, de que el tiempo pasa, de la muerte. Una presencia familiar y cotidiana desde siempre en la rica cultura española, también presente en Vanitas. Además, Hara demuestra, a través de ese proyecto, que está más interesado en el lenguaje fotográfico que en el contenido mismo de la imagen. Construye un trabajo unido a ciertas texturas, líneas y volúmenes, propios del barroco español que le da sentido a su obra. Y por sobre todo ello, Hara busca la sorpresa visual, algún elemento discordante que sorprenda, que le dé más ambigüedad a la escena. Algunos autores toman como contexto de trabajo una calle como es el caso de Gonzalo Juanes quien a partir de su proyecto “Calle Serrano” muestra las particularidades de la gente que transita por ese reducto público, sinónimo de alta sociedad, diseñadores y alta costura. 10
Otro ejemplo de proyecto con elementos propios de la región es 42ºC (2011) de Manolo Espaliú. El fotógrafo perfectamente sabía que Sevilla, su ciudad natal, en verano es la ciudad más calurosa de Europa. Con esa presunción construyó su proyecto.
de la serie 42ºC de Manolo Espaliú
La gente, debido a las insoportables temperaturas de una tarde de verano, normalmente sale al atardecer a pasear. Esta franja horaria callejera fue aprovechada por Espaliú para realizar este proyecto y el resultado es magnífico: escenas etéreas, suspendidas en el tiempo donde la gente emerge de la oscuridad. Este trabajo ganó el premio Nuevo Talento FNAC de Fotografía 2012 (España)
Uno de los fundadores del prestigioso colectivo de fotografía documental Blanck Paper, me refiero a Antonio Xoubanova a utilizado un espacio público singular de Madrid : Casa de Campo para realizar su proyecto. Recordemos que Casa de Campo es el mayor bosque madrileño convertido en un parque público urbano. También quiero destacar el proyecto de uno de los miembros de Calle 35, Jordi Beltri titulado Turistas y Zumos de frutas (Finalista Premio Sony – Escuelas de Fotografía 2011- Fundación Foto Colectania, Barcelona).
11
El proyecto fue realizado durante dos años en una localización específica delimitada por el Mercado de la Boquería en Barcelona y en momentos específicos del año debido a la diferente incidencia de la luz en el mercado; lo que le otorgó al proyecto un plus estético especial.
© Jordi Beltri
© Jordi Beltri
Beltri utilizó objetivo cortos y en gran medida, angulares que van desde el 28 al 35 mm. para acentuar la perspectiva del espacio en lugares tan reducidos de trabajo y si a ello le sumamos que el fotógrafo parece estar dentro de la escena fotográfica, cercano; las fotografías devienen en bodegones humanos con las características singulares de ese emblemático lugar de Barcelona (zumos de frutas, muchos turistas, etc).
Proyectos de otras “latitudes” Hay proyectos de fotografía de calle a color en los que no sólo destacan por su contenido también lo hacen por el formato de cámara que se utiliza. Este es el caso de White Sea Black Sea, un trabajo realizado por el fotógrafo sueco Jens Olof Lastheim y publicado en el 2008.
12
© Jens Olof Lastheim
Lastheim utiliza cámaras analógicas de formato panorámico como una Widelux con objetivo Paning que cubre 140 grados con películas de 135 mm. color.
© Jens Olof Lastheim
De esa manera, realizó un voluminoso trabajo de instantáneas callejeras panorámicas por distintos espacios públicos de Abjasia, una de las pequeñas repúblicas separatistas de Georgia y con graves conflictos sociales. El autor, al inicio de su trabajo, se planteó una pregunta que fue el estímulo necesario para realizar el proyecto:¿Qué es la vida en un país marcado por la guerra y el aislamiento?.
“Estar allí me dio la sensación dual de ser un outsider total, así como extrañamente vinculado al lugar y su gente y eso se nota en las panorámicas” confiesa Lastheim en una entrevista al blog de Leica. También el polaco Maciej Dakowicz (actual miembro de In-Public y de UnPosed) se preguntó cómo es la vida nocturna en las calles de Cardiff (Gales). Así nació su gran proyecto Cardiff after dark , cuyo libro fue presentado en el Visa pour le image del 2012 . 13
© Maciej Dakowicz
© Maciej Dakowicz
El fotógrafo concentró su mirada en una famosa calle del centro de la ciudad (la St. Mary Street) que durante el fin de semana y por la noche se convierte en peatonal con las consecuentes escenas de jóvenes ebrios en la vía pública. “Para un inglés, beber se ha convertido en una obsesión nacional, casi como una forma de arte” señaló el street photographer Peter Dench en relación a esta práctica que parece institucionalizada en el Reino Unido. Tanto el proyecto de Lastheim como el de Dakowicz son excelentes lecciones de cómo realizar un trabajo street en lugares sensibles que seguro Alex Webb aprobaría. Otro proyecto street muy original fue A way into India, trabajo realizado casi siempre desde el interior de un automóvil por el fotógrafo indio Raghubir Sinh durante un largo viaje por todo India en la década de los ’90.
© Raghubir Singh
© Raghubir Singh
14
Publicado por Phaidón en el 2002, el libro recoge las mejores 120 fotografías del viaje de este pionero de la street photography india, a través de un viejo Ambassador, símbolo automotor de ese país. Por último quiero mencionar el trabajo que realizaron Narelle Autio y Trent Parke en los lugares de veraniego costero australiano. En Australi, la gente siente predilección por las playas australianas y eso es lo que muestran las fotografías de calle de estos dos fotógrafos de In-Public. Fue publicado en el 2001 y se llama Seventh Waves (2001), muy recomendable.
Un verso para un proyecto Hemos visto que a lo largo de los proyectos mencionados en este ensayo, siempre hay elementos diferenciales, ya sea la temperatura, una calle, una ciudad, un mercado, un auto o el formato utilizado. También hay proyectos en los cuales ciertos fotógrafos encuentran inspiración en algún poeta de versos directos y espontáneos que describen un lugar, un día a día de algún espacio público. Ese es el caso del trabajo del fotógrafo Gus Powell (In-Public): The Company of Strangers (2003) . El neoyorquino se inspiró en un poemario de Frank O’Hara titulado Lunch Poems (1964) cuyos versos parecen ser reacciones espontáneas del poeta ante las cosas que sucedían en una hora determinada: la hora del almuerzo. Por ese motivo, Powell realizó este trabajo en las horas del mediodía en Nueva York. Frank O’Hara sin saberlo (falleció en 1966) y gracias a la aparición del libro de Powell se convirtió para las nuevas generaciones en uno de los padres de la poesía street de Nueva York.
© Gus Powell
© Gus Powell
15
“Sus versos tienden a ser breves, esporádicos. La mirada está a la deriva del deseo. Lo que la voz poética busca es una proximidad con otro. Esta miradadeseante es también mirada melancólica sobre el mismo tiempo donde acontece. Anhela poseer lo que está ocurriendo, como si no existiera el presente” señala un especialista de su obra, el escritor chileno Juan José Richards Echeverría. Por último, en su doble y privilegiada condición de street photographer y poeta callejero, Rafa Badia (Calle 35) publicó en el 2009 su proyecto A Barcelona. El trabajo realizado enteramente con diapositivas, una Nikon FM2 y un objetivo 50 mm es un recorrido poético - fotográfico personal del autor durante 15 años.
© Rafa Badia
© Rafa Badia
Sus imágenes, animadas por su poesía tan descriptiva como evocadora, desfilan entre gente y lugares, en una radiografía íntima de una ciudad que poco a poco se está convirtiendo en uno de las capitales del mundo street contemporáneo.
Marcelo Caballero Barcelona, Catalunya Octubre 2013
16