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Mazzucato, a quien entrevisté, jamás dijo que había que prescindir de la iniciativa privada…

De acuerdo, y allá voy yo. Pero, del concepto de la economía popular surge el concepto de que ya no hay que hablar solamente de asociaciones público-privadas, sino de asociaciones público-populares. Lo importante es que ese concepto de la economía popular no derive en algo que sería desastroso, como que en las regiones se interprete que en la economía popular no caben pequeñas y medianas empresas de ingeniería. No las podemos estigmatizar y excluirlas del concepto de que también son ellas economía popular… Sólo porque son del sector privado…

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Correcto, pero es economía popular con una ventaja: que son empresas que pagan impuestos, que cumplen con todas sus obligaciones de tipo laboral. En cambio, detrás de la concepción de la economía popular hay una figura como abstracta. ¿Qué es eso?

¿Una junta comunal? Sí. Vale la pena tener en cuenta la posibilidad de que la junta comunal participe en el desarrollo de una obra. Nosotros hemos coincidido con algo que se ha hecho en el pasado: la empresa de ingeniería realiza la obra y la junta comunal, que no es especializada en ingeniería, hace las labores de mantenimiento y rocería. Pero las obras de ingeniería, uno no las puede meter y no las puede incrustar en un concepto genérico de economía popular, entre otras cosas, porque hay un mandato legal.

La Ley 842 del 2003 establece que las obras en Colombia las hacen los ingenieros, como en todo el mundo. Pero podemos hacer un matrimonio inteligente, reitero, y lo hemos hecho en el pasado: el ingeniero hace la ingeniería y la junta comunal, en llave, en entendimiento con el ingeniero, hace la labor de mantenimiento. No imagino a una junta comunal haciendo el trabajo, por ejemplo, de todos los canales de desagüe o de todas las obras de ingeniería que hay que hacer para que una carretera, así sea una placa huella, así sea una vía terciaria, no se destruya al poco tiempo. Esa labor es del ingeniero.

¿Pero usted cree que eso puede llegar a pasar, sustituir a los ingenieros por las juntas de acción comunal?

Hay ese riesgo, y quisiéramos hacerle ver al Gobierno la posibilidad de trabajar en equipo. No es imposible, como en el pasado lo hemos hecho. Ahora, ¿qué es lo que sucede cuando aterrizamos un poco más en su pregunta? Es que el problema no es solamente el hecho de que se contrate con la economía popular que, como le digo, no hemos entendido todavía en qué consiste, sino el hecho de que se contrate a dedo. Aquí estamos rompiendo la Ley 80 en toda su extensión...

La estamos desmontando por la puerta de atrás. Porque no habrá selección objetiva. Ahora es escogencia a dedo. Eso rompe un principio fundamental de la contratación. Segundo principio que rompe. Usted recuerda que como producto de un clamor constante del gremio que yo presido, hace muy pocos años, un poco más de cinco o seis años, pusimos en marcha en Colombia la figura del pliego-tipo. ¿En qué consiste? Se estandarizan los documentos contractuales, que antes se manipulaban para que condujeran a un único oferente, que terminaba siendo el adjudicatario del contrato.

Entonces mire, esto de entregarle a dedo, a equis juntas, a equis personas, unos contratos, está violentando dos ejes fundamentales del derecho colombiano: la Ley 80 de 1993 y la figura del pliego-tipo, que se pone en marcha en el gobierno del expresidente Santos y que es refrendada con una nueva ley en el gobierno del expresidente Iván Duque. Gravísimo, porque entonces no es solo el hecho de que las obras sean adjudicadas a dedo y finalmente terminen en un desastre de ingeniería y en una frustración de la comunidad… No. Tampoco habrá competencia. Y lo que garantiza la eficiencia de las obras es que se escoja a quien está en mejor disposición de hacerla. No sé si recuerda la discusión que tuvimos con el exministro Andrés Uriel Gallego, en épocas del entonces presidente Uribe, con lo que él llamaba el Plan 2.500. Era licitar unas obras, a la carrera, sin estudios. El Plan 2.500 fue un fracaso y lo de ahora puede ser un fracaso que cope todo el mapa del territorio nacional. Aquí nosotros no estamos so- lamente defendiendo a la ingeniería. Quien más pierde en cuanto no se hagan las obras con ingeniería en Colombia es el país, somos los colombianos. Es que eso es un presupuesto básico Ahora, reitero, esto no riñe con la posibilidad de darle aliento, crearle incentivos, a lo que podríamos entender como economía popular. Y aterrizo en otra reflexión que usted va a compartir conmigo: ¿Usted sabe cuántas pymes de ingeniería hay en Colombia? 68.000. Esas pymes están regadas a lo largo y ancho del país, no están concentradas en Bogotá… Entonces, démosle aliento a esas pymes. El país no puede coartar la posibilidad de que este tejido empresarial siga avanzando. Mire este dato: ¿qué es lo que se pone en juego en la medida en que entronicemos la figura de adjudicar a dedo, sin que haya principios de selección objetiva? Las pymes y las minipymes en Colombia.

“Lo importante es que ese concepto de economía popular no derive en algo que sería desastroso, como que en las regiones se interprete que en esta no caben pequeñas y medianas empresas de ingeniería”.

¿Cuánto representan en el PIB?

Según el último estudio de Anif, el 40 por ciento del PIB nacional; el 80 por ciento de la fuerza laboral del país, y el 90 por ciento del sector productivo del tejido económico. Eso es lo que está en juego. ¿Por qué no permitirle a estas empresas que prosperen, si generan empleo, pagan impuestos, cumplen con todas sus obligaciones laborales, etcétera? No podemos llegar a la conclusión de que ellas no son economía popular, porque sí lo son.

¿Lo que quedó aprobado en el PND atenta contra este concepto?

Integralmente, por dos razones que repito. Y más allá, estamos irrespetando el principio fundamental del pliego-tipo. Con la elección popular de alcaldes y gobernadores lo que ganamos en democracia lo perdimos en transparencia. Ahora, el gamonal del pueblo le financia la campaña al candidato a la alcaldía, contra un compromiso: que luego le pague ya elegido con contratos. Eso es lo que está en juego: la moral del país, la transparencia, la posibilidad de darle oportunidades de trabajo a estas empresas que, algún día, serán medianas empresas y posiblemente, un poco más tarde, grandes empresas. Son parte del tejido empresarial del país.

Para terminar, usted no queda tranquilo con el PND, que en pocos días sancionará el Presidente…

No. No queda tranquilo el país y no queda tranquila la ingeniería colombiana, que tiene una responsabilidad de hacer las cosas bien, y las viene haciendo bien, con excepciones, claro. Como todo. Hay obras de ingeniería que eventualmente tienen alguna dificultad, pero no es la regla general. Solamente en la medida en que no haya competencia, obviamente la que va a sufrir es una obra hecha, dijéramos, sin ningún rigor técnico, y va a ser una obra de mala calidad. O sea, carreteritas, puentecitos, trochas, todo enclenque, que no tienen las calificaciones técnicas para ser viable... ¿Hacia allá vamos?

Exacto. Pero, para terminar esta conversación, le doy una señal positiva: nosotros sí hemos trabajado en el pasado con las juntas comunales, pero cada uno entendiendo e interpretando su especialidad. Yo hago la ingeniería y usted me hace las labores de mantenimiento y rocería. Insisto: ese matrimonio se puede hacer. Sí se puede trabajar en equipo. Queremos seguir haciéndolo. Lo que no podemos es entregarle la labor de ingeniería a quien no es ingeniero. Porque eso rompe no solamente el concepto ideal de que las cosas salgan bien, sino unos mandamientos legales. Como le mencioné, la Ley 842 de 2003 dice que las obras las hacen los ingenieros.

JUNTA EXTRAORDINARIA

Reunión CCI - Ministro de Transporte

En sesión extraordinaria, el ministro de Transporte, William Camargo, se reunió el pasado 16 de mayo con la junta directiva nacional de la CCI con el fin de conversar acerca de las preocupa- ciones del gremio en relación a los artículos del Plan Nacional de Desarrollo que podrían atentar contra los principios de contratación pública y el futuro de las pymes de ingeniería.

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