Letras 28 de marzo de 2015

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[ Letras ] DE CAMBIO

SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 28 DE MARZO DE 2015 |

En los ferrocarriles Juan Rulfo, fotógrafo | PAG. 6

Pilar Alberti: El sincretismo de dos mundos POR LUCÍA LAGUNES HUERTA | PAG. 2

Maude Gonne: La heroína irlandesa PORHUGHSCHOFIELD SCHOFIELD|PAG.4

Desojando flores ALASAZÓNNETZAHUALCÓYOTL ÁVALOSROSAS|PAG.5

Confesión ESTEBANMARTÍNEZ|PAG.8


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Pilar Alberti El sincretismo de dos mundos POR LUCÍA LAGUNES HUERTA*

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ilar Alberti es una académica feminista que rompió los esquemas del franquismo para las mujeres y se echó a la mar. Cruzó el Océano Atlántico siguiendo su pasión por América Latina y la cultura indígena. Libertaria y republicana. Antifascista, opositora a todo aquello que huela a totalitarismos y fundamentalismos. Feminista de la igualdad, defensora de la democracia y los Derechos Humanos. Mujer sonriente que mantiene en su ser dos historias: la española y la mexicana. Durante tres décadas ha dedicado su vida académica a documentar, analizar y apoyar procesos para que mujeres campesinas y rurales de México se empoderen. Pilar traduce, ejerce y vive el feminismo día a día. Es la mayor de dos hermanas; es irreverente y cuestionadora, se negó a seguir la educación franquista para las mujeres reducida a la religión y la eficiencia como amas de casa. Llega puntual a nuestra cita en las oficinas de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC). Como buena académica, está acompañada de sus investigaciones más recientes hechas libros, de su currícula profesional que sintetiza en cinco cuartillas, su libreta y su pluma. Franca y amable, dialogamos. Transitamos por su historia personal, feminista y académica. A cada pregunta, fija su mirada a su interlocutora. Atenta, acompaña, analiza y responde. –¿De dónde vienes? –Diríamos que vengo de una sociedad donde el conocer las raíces es importante. Mi familia tiene base andaluza y catalana. Si hablamos de feminismo de la igualdad y de la diferencia, me posicionaría en el de la igualdad. Ése es mi punto de partida. –¿Cómo presentas a Pilar? –Diría que es una persona tremendamente comprometida con lo que es la causa de las mujeres, el feminismo y con una idea clara de lo que quiere. Lo que significa proponerme objetivos para lograrlos a pesar de las dificultades. Buscar un mundo más democrático, equitativo y justo. –Actualmente la discusión del feminismo de la igualdad y de la diferencia puede ser ajeno. En un grado extremo de síntesis ¿podrías definirlos? –El feminismo de la igualdad se sustenta en una base de la ilustración en la justicia y los Derechos Humanos, además de los derechos civiles y legales. “El feminismo de la igualdad es el de una sociedad democrática, en donde las mujeres participen en igualdad de condiciones que los hombres, para obtener y disfrutar de los mismos derechos, oportunidades y posibilidades de desarrollo. “Mientras que el feminismo de la diferencia crítica y cuestiona el esquema patriarcal de una sociedad que está regida por valores masculinos, propone desarrollar los intereses de las mujeres sin asimilarse a la sociedad. Es resaltar lo que se trabajaría con las mujeres como intereses exclusivos de las mujeres”.

La académica feminista Pilar Alberti.

El feminismo de la igualdad se sustenta en una base de la ilustración en la justicia y los Derechos Humanos, además de los derechos civiles y legales. –¿Por qué son tan importantes la democracia y la igualdad? ¿Cómo se relacionan? –La democracia es el planteamiento de una sociedad que busca la igualdad, la justicia, y el reconocimiento de los derechos colectivos e individuales en armonía. La igualdad es la participación de las mujeres en lo social, político, económico, de identidades, etcétera. “La igualdad tiene que ver con un concepto de justicia, como un horizonte de reconocimiento de todas las personas: pobres, indígenas, mujeres, negros, judíos, de distintas religiones, etcétera. La igualdad está asociada

con los derechos que son los que sustentan una democracia real”.

América Latina, en la mira –Pilar, ¿cómo llegas a México? –Yo vengo para realizar mi tesis de doctorado sobre mujeres y diosas mexicanas. Cuando yo estudiaba Antropología de América en la Universidad Complutense, en Madrid, me interesó el tema de las mujeres indígenas y latinoamericanas, pero la visión androcéntrica no incluye la perspectiva de género, y yo que-


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ría conocer a las cronistas de América. “Esto es en la década de los 90; después de mi tesis regreso a México y entro en contacto con el Colegio de Posgraduados, especialmente con el área que impulsa los estudios de género en las mujeres rurales. Al tener el doctorado y necesitar el personal para impulsar la maestría fui contratada como profesora investigadora en esta institución”. –¿Cómo nace en ti el interés por América Latina, el deseo de estudiar Antropología? –Influyeron varios factores: tengo familia en Brasil, que tuvo que emigrar en la época de la Guerra Civil española, incluso mis papás ante la falta de trabajo pensaron ir a Venezuela. “Pero también influyó que estudié en un colegio de monjas dominicas del Santísimo Rosario, y ellas tenían escuelas en México, Perú, en varios países de América Latina. Ellas nos hablaban en primaria y secundaria de la niñez de América Latina; en algún momento pensé que podría colaborar en alguna de sus escuelas antes de entrar a la universidad. América Latina estaba presente en mi vida”. –¿Cómo llegas al feminismo? –Creo que son tendencias que están en una misma; te hace ser crítica con lo que vives. Cuando a esa rebeldía interna se suma el intereses del desarrollo y ves obstáculos que no te permiten desarrollarte, porque eres mujer, hacen que quieras seguir avanzando, y cuando comienzas a leer y empiezas a tener contacto con otras compañeras dices: ‘Eso que están diciendo tiene sentido’. –¿Qué barreras enfrentaste en tu deseo de desarrollarte? –A nivel familiar, el hecho de que no se entendiera por qué tenías que estudiar una carrera tan rara como la Antropología y no secretaria o maestra. Por ejemplo me preguntaban: “¿Por qué estudiaste algo que no tiene futuro?”. “En la escuela no me identificaba con la visión de tener novio y casarte; a mí no me llamaba la atención eso, ni jugar con muñecas; eso genera que te sientas extraña”. –¿Qué le significa a Pilar el franquismo? –Yo estudio en un colegio de monjas; estoy en esa lógica de la religión, de una joven que sea culta donde te forman para casarte y ser ama de casa, donde está el Opus Dei como parte importante. Uno de esos grupos me invitó a formar parte de los grupos jóvenes, (entonces) tenía entre 14 y 15 años. “No me veía como feminista, pero sí tenía una visión que no era la de ama de casa, ni del matrimonio y los hijos. “En 1975 muere Franco y en el 76 son las primeras elecciones democráticas con Adolfo Suárez, y esa fue la primera vez que voté; estaba en la prepa y al siguiente año entro a la universidad”.

Encuentro con Marcela Lagarde –¿Cuándo te nombras feminista? –En México, al contactar a grupos civiles como Sipam (Salud Integral Para la Mujer) y Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Latina (CIDHAL). “Si bien en España sabía que estaban los grupos feministas, no había participado en ellos hasta (que llegué a) México; aquí trabajé en La Merced con el tema del sida. El trabajo que desarrollé en CIDHAL con las trabajadoras domésticas, las compañeras rurales, indígenas, realmente me permitió una conciencia muy fortalecida. “Cuando estudio la Maestría en Antropología Social en la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia), soy insistente en el tema de dónde están las mujeres; a todos los profesores desde metodología de la investigación, antropología de los pueblos indígenas,

El feminismo es un análisis crítico, es una corriente filosófica ética, política propositiva, académica, social e individual, que hace que la posición de las mujeres en una sociedad se visibilice, se respete, se promueva y se desarrolle. historia de México, cualquier materia, era ‘levantar la mona’ y preguntar: ‘¿Dónde están las mujeres?’. “Sin duda fue importantísimo el curso que tomé en Madrid sobre perspectiva de género, donde escuché a (la antropóloga feminista) Marcela Lagarde, la claridad de sus planteamientos; la forma de trasmitirlos influyó mu-

chísimo en mi paso de España a México. No doy solo un paso territorial, geográfico, doy un paso ideológico. “Con Marcela, el hablar de feminismo científicamente comprometido, es también desde una misma. No sólo la relación política y lo que puedo hacer para cambiar el mundo es lo personal, cómo te ves”. –¿Es necesario ser feminista en el siglo XXI? –Para mí está clarísimo, sí. Es terriblemente peligroso el creer que porque hay leyes, programas, financiamiento, compromisos internacionales, hemos superado las desigualdades. El patriarcado sigue presente, disfrazado, más sofisticado y hace que el desarrollo de las mujeres no sea posible. “El feminismo lo que hace es iluminar los espacios oscuros en la sociedad democrática, hace consciente de que existen esos espacios oscuros, muestra todos los monstruos agazapados que están funcionando en contra de las mujeres y eso hace que el feminismo tenga sentido. “El feminismo es un análisis crítico, es una corriente filosófica ética, política propositiva, académica, social e individual, que hace que la posición de las mujeres en una sociedad se visibilice, se respete, se promueva y se desarrolle. “Entonces esa visión de feminismo no está obsoleta en absoluto. Está vigente porque es la única visión que permite identificar cómo la mitad de la humanidad está siendo discriminada, rechazada, invisibilizada, ninguneada, aislada, pagada con menos valía, etcétera, entonces es absolutamente vigente”. –Tres claves para detectar y desmontar el patriarcado (…). –A nivel personal para desmontar el patriarcado se necesita autoestima, asertividad y empoderamiento. Si sabes quién eres, lo que vales y que tienes derecho a estar en este mundo, que tienes derecho a tener derechos, entonces no permites que tus derechos sean conculcados por nadie. En el nivel amoroso, la dignidad y el autorrespeto hacen que identifiquemos cuando no nos aman. “Asertividad es porque no solamente es que yo me crea que tengo derechos, sino que reclamo esos derechos en la sociedad a través de las normas, de un grupo. Y empoderamiento en el sentido que lo asumo como un elemento de crecimiento y no me estanco”. –Para terminar, ¿cómo sería el primer párrafo de tu biografía? –Podrá decir: “Una mujer que fue coherente con sus ideas, con su acción y aportó al mundo su granito de arena”. * Periodista y feminista, directora general de CIMAC. Twitter: @lagunes28


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La heroína irlandesa ARTÍCULO ::RetratodeMaudGonn,quienjugóunpapelclaveenlaluchaporlaindependenciaenIrlanda.PORHUGHSCHOFIELD

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aud Gonne jugó un papel clave en la lucha por la independencia en Irlanda, pero su vida estuvo marcada además por una tragedia privada. Fue el dolor que siguió a la muerte de su hijo, de apenas 2 años: en este drama personal se inspiró un poema inédito del gran poeta irlandés W.B. Yeats. Y en el hecho de que, en su desesperación, Maud Gonne protagonizó un episodio insólito para intentar que el niño se reencarnara en otro. Lo hizo mediante una práctica que por entonces algunos creían un ritual efectivo: teniendo relaciones sexuales sobre la tumba de su hijo. Según las nociones de espiritismo y ocultismo a las que se había vuelto aficionada, ello permitía recrear el alma del niño muerto en una nueva criatura, concebida con el mismo padre, mediante un proceso de metempsicosis o transmigración espiritual.

inicialmente mantuvo en secreto la existencia del niño. Cuando el poeta lo descubrió, ella insistió en que no era suyo, sino que había sido adoptado. “Es sorprendente cuán ingenuo se mostró Yeats respecto del niño de Gonne. Debe haber querido creer lo que ella decía, que el hijo no era de ella”, opina Toomey. Pero Georges murió dos años y medio más tarde. No se sabe cómo, aunque se cree que probablemente haya sido por meningitis. La próxima vez que Yeats y Gonne se encontraron fue en Dublín, en octubre de 1891. Y ella estaba destrozada: deshecha en lágrimas por el hijo fallecido. En los dos años que siguieron, una apesadumbrada Gonne se dejó arrastrar hacia lo más profundo del ocultismo y el espiritismo, dos universos que eran de suma importancia para Yeats.

Mirando Irlanda desde Francia

Muchos años más tarde, en sus memorias, Yeats recordó que Gonne reiteradamente preguntaba sobre la posibilidad de la reencarnación en su círculo de amigos. Uno de ellos, el escritor y místico George Russell, le aseguró que era posible recrear el alma de un niño muerto si sus padres hacían “lo que era necesario”. La historia siguió así en un mausoleo de piedra blanca en un cementerio del pequeño pueblo de Samois-sur-Seine, 50 kilómetros al sudeste de París. Maud Gonne solía alquilar una casa allí para escapar del bullicio de París y cuando Georges murió decidió enterrarlo en el cementerio local. Había heredado una buena suma de dinero tras la muerte de su padre, que usó para pagar por una capilla conmemorativa, la más grande del camposanto. En la cripta debajo se colocó el ataúd del niño. A finales de 1893, Gonne retomó el contacto con Lucien Millevoye, de quien se había separado tras la muerte de Georges. Le pidió encontrarse en Samois-sur-Seine. La pareja primero entró a la capilla, luego abrió la puerta de metal sobre el suelo que llevaba a la cripta. Descendieron por la escalera de metal, los cinco o seis escalones. Y allí, al lado del cajón de su niño muerto, mantuvieron relaciones sexuales.

Además de mística, Maud Gonne fue actriz, activista, feminista y también musa inspiradora de Yeats, quien la inmortalizó en algunos de sus versos más famosos. Gonne trabajó por la causa de Cumann na mBan, una organización paramilitar de republicanas irlandesas, además de ayudar a las víctimas de la violencia junto a la Cruz Blanca de Irlanda. Después de que el Estado Libre irlandés se estableció, en 1922, Maud Gonne siguió siendo una figura relevante en la política de ese país y en la lucha por los derechos civiles. Pero los años anteriores a su etapa pública están cubiertos por un halo de misterio. Thomas, el padre de Gonne, era un capitán de las fuerzas armadas británicas, y durante parte de la niñez de su hija se mudó con su familia a Irlanda. Así se tejió el vínculo de Maude con la historia irlandesa. Más tarde, la joven fue enviada a Francia para continuar su educación. Una tía adinerada que vivía en París la presentó en los círculos de la alta sociedad francesa de la época. Maud apenas estaba saliendo de la adolescencia cuando su padre murió y no mucho después inició una relación amorosa con un político francés de derecha llamado Lucien Millevoye. “Millevoye era obviamente un reemplazo de la figura paterna. Era 16 años mayor que ella”, apunta Deirdre Toomey, académico especializado en Yeats. Millevoye tenía una postura fuertemente antibritánica y alentó el creciente sentimiento de hostilidad de Maud contra la injerencia de la monarquía en Irlanda. Maud viajaba regularmente a Irlanda y vio de primera mano las huelgas de los trabajadores y las expropiaciones en la campiña. Estaba cada vez más convencida de que su futuro estaba en la oposición a los intereses ingleses que interferían en la política irlandesa. Luego, el 30 de enero de 1889, en el londinense Bedford Park, tuvo su primer encuentro con el joven poeta William Butler Yeats.

La ansiada reencarnación

Maud Gonne: actriz, activista, feminista y también musa inspiradora de W.B. Yeats.

Pero lo que Yeats no sabía –y no descubriría sino hasta mucho más tarde– es que menos de tres semanas antes de ese intenso primer encuentro, Gonne había dado a luz a un niño. Se llamaba Georges, había nacido en París y era hijo de Lucien Millevoye. Gonne, de carácter complicado si los había,

Relación obsesiva Yeats quedó inmediatamente fascinado con la joven. De acuerdo a su biógrafo, R. F. Foster, Maud Gonne le pareció “majestuosa, fuera de este mundo… Muy alta, de pelo color bronce, con un perfil destacado y una piel bella. Era una belleza a la finde-siecle, al estilo de una valquiria”. Fue el inicio de una obsesión mutua que duraría medio siglo.

El poeta irlandés W.B. Yeats y Maud Gonne.


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La confirmación histórica Ahora, ¿cómo es posible saber esto? La evidencia la aporta Yeats. En sus memorias póstumas, publicadas en 1972, el poeta revela que Gonne misma le había contado la historia. “Gonne y Yeats tuvieron siempre una relación muy cercana”, confirma Warwick Gould, otro académico especializado en el autor irlandés. “Y no podemos imaginar una razón por la cual ella fuera a inventar una historia así. Es demasiado extraña y demasiado personal. Pero coincide con lo que sabemos de su constante interés en el tema de la reencarnación”. Si el alma de Georges logró reencarnarse o no es materia de análisis para los metafísicos. Lo cierto es que, en agosto de 1894, Maud Gonne tuvo otro bebé. Una niña esta vez, llamada Iseult. La educó con dedicación, pero la relación entre ambas siempre fue extraña. Años después, Maud se negó a llamarla “hija” en público, presentándola como una prima o pariente. Ya adulta, Iseult tuvo un romance con Ezra Pound y se casó con el controvertido novelista australiano-irlandés (y simpatizante del nazismo) Francis Stuart. Falleció en 1954, un año después que su madre.

Conversión y nueva vida Maud Gonne, entretanto, se convirtió al catolicismo, para desazón de Yeats. En 1903 se casó con el soldado irlandés y republicano John MacBride. Con él tuvo un tercer hijo, que creció para convertirse en político y líder del Ejército Republicano Irlandés, el IRA. Fue el estadista y ganador del Nobel de la Paz Sean MacBride. El mausoleo de Gonne en Samois-sur-Seine permaneció largamente olvidado. Pocos conocían la historia del bebé muerto de Maud, casi ninguno el escabroso episodio del encuentro sexual secreto sobre la tumba. Muy ocasionalmente, algún estudioso de Yeats lo visitaba por curiosidad. Pero en el pueblo ya quedaban pocos que hubieran oído hablar de Maud Gonne. En realidad, el interés por el cementerio se alimentaba más bien por cuenta de un ocupante famoso: el guitarrista de jazz Django Reinhardt. Hoy, sin embargo, el interés parece haber resurgido. Intrigada por el mausoleo, la concejal local Josette Dufour llevó adelante su propia investigación y escribió una monografía breve sobre la historia de Georges Gonne. La capilla mortuoria ya no pertenece a la familia Gonne, pese a que había sido comprada “a perpetuidad”. En la práctica, el derecho a la tierra debía haberse renovado, pero nadie completó el trámite a tiempo. Dentro de la edificación, sin embargo, todavía están las puertas metálicas sobre el suelo. Josette Dufour tiene la llave del candado que la abre. Baja una escalera metálica. Y allí, en la cripta, sobre un pequeño estante, todavía está el ataúd del pequeño Georges. Es en realidad un cajón doble, porque había sido reforzado para su traslado desde París, según marcaba la regulación francesa. Sobre la tapa yacen unas avejentadas flores de papel o tela. Y una placa con el nombre: “Georges Gonne. Nacido el 11 de enero de 1889. Fallecido el 31 de agosto de 1891”. A la hora de su muerte, en 1953, Maud Gonne no hizo referencia alguna a su hija Iseult. Pero sí pidió ser enterrada con los pequeños zapatos de Georges, que fueron colocados junto al cuerpo dentro del ataúd. © BBC

Desojando flores A LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS

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¡Otra vez nos comieron el mandado! Qué raro ¿no? El sábado pasado, a la vera de chelas, carne asada y canciones de Los Beatles, unos amigos y yo hicimos un recuento de daños. ¡No! Esta vez no hablamos de amantes, nos referimos a casos como los siguientes: la imagen de la Virgen de Guadalupe: patente china; música y letra del Himno Nacional Mexicano: propiedad de una disquera estadounidense; el chile más picoso: Trinidad Moruga Scorpion; cultivado por los gringos. Así acudieron a la plática otras pérdidas incluyendo la de la mitad de “nuestro” territorio. En ningún caso, un mexicano o mexicana se interesó previamente por pelear, desarrollar, adjudicarse o proponer algún tipo de propiedad o patrimonio (a no ser el vilipendiando Antonio López de Santa Ana). ¡Obvio! otros fueron los que se pusieron listos. Eso sí, para los lamentos tenemos marca registrada. Así fue que salió a la luz de las charadas una de las últimas mermas en nuestro afamado cuerno de la abundancia. Nos referimos a la tagetes erecta, mary gold al otro lado del Río Bravo, una de las más famosas flores de nuestro imaginario popular, voluptuosamente china y amarillaanaranjada, la que adorna los altares de muertos el día 2 de noviembre, la llamada flor de veinte flores: cempasúchil en lengua náhuatl. Resulta que esta oronda chica originaria de territorio mesoamericano, pero presumida como auténtica y exclusivamente me-xi-ca-na –ya saben cómo somos vanos y arrogantes; mamones pues- es cultivada a niveles industriales en China, India y Perú. México apenas genera el 3% de la producción mundial. Y casi todo se nos va en nuestros difuntos. El cempasúchil (conjunto de pequeñas flores conocidas como “inflorescencias” que se encuentran agrupadas en una sola cabeza floral) es la base del principal colorante de los huevos de gallina producidos en granjas de nuestro país, claro que el producto sintetizado (la xantofila) es exportado

de China como alimento para nuestras pollitas ponedoras. De esta forma, nuestros huevos lucen artificialmente más sanos y rozagantes. Por supuesto que este ramillete floral tiene su lado auténtico, así como ciertas tradiciones de origen prehispánico que lo siguen usando como bálsamo contra muchos padecimientos del estómago, entre ellos: indigestión, empacho, cólicos y parásitos.

LARECETA

El cempasúchil tiene usos gastronómicos que es seductor explorar tanto por sus cualidades digestivas como por el deleite que aporta su color. He aquí un ejemplo con las tortitas de flor de cempasúchil: se muele y mezcla medio kilo de pollo con una clara de huevo y diez flores previamente picadas. Alternativamente se bate la crema, se salpimienta y se le agrega epazote y orégano. Las mezclas se incorporan para modelar tortitas de forma espontánea. Con otras diez flores picadas se tapiza cada pieza, las que inmediatamente se saltearán en aceite de oliva antes de emplatar con gajos de aguacate, lechugas y zanahorias frescas cortadas a la juliana.

LANOTA

El cempasúchil se utiliza como la mejor fuente de carotinoides para la industria avícola, estimula la pigmentación de la piel del pollo y de la yema de huevo. Además, se emplea en suplementos alimenticios, para humanos, por sus efectos en la reducción de radicales libres y por contribuir al tratamiento contra la degeneración macular (ovulo ocular) asociada al envejecimiento, según detalla un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución cuyos científicos desarrollan especies con mayor rendimiento de biomasa y alta concentración de pigmentos (principalmente luteína y zeaxantina), lo que en menos de un lustro convertiría a México en un actor competitivo en el mercado mundial.


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CREACIÓN

En los ferrocarriles Juan Rulfo


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Fotografías tomadas de En los ferrocarriles, libro editado por RM con la Fundación Rulfo y la UNAM, que recoge las imágenes que tomó el escritor mexicano en 1956 durante el rodaje del documental Terminal del Valle de México, una cinta de propaganda gubernamental dirigida por su amigo Roberto Gavaldón.


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Confesión CARTASAPÓCRIFAS ::PORESTEBANMARTÍNEZ

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ues sí, estimados lectores, admito que servidor ha sido (ya no está seguro de serlo) uno de esos tantos que considerándose buenos, de esos que a sabiendas no hacen mal a nadie, por lo tanto, cuando algún prójimo, premeditadamente o no, le causa algún daño, se pregunta legítimamente: “¿por qué me pasa esto?”; pregunta que es producto de la tristeza, enojo o bien rabia, según sea el tamaño de la injusticia que tenga que soportar. Esos estados de ánimo me iban acercando a ver con simpatía al pirronismo, es decir, a ese escepticismo que parte de Pirrón (unos 300 años antes de Cristo), el cual pensaban que el hombre, imposibilitado para alcanzar la verdad, debe abstenerse de juzgar y vivir en la indiferencia de las pasiones y los deseos; esa mi simpatía por el pirronismo casi me arrastra a ser un angustioso resignado, humilde y modesto, virtudes muy predicadas y recomendadas por el cristianismo como pasaportes para una vida llena de bienaventuranzas en el más allá. En esto estaba cuando, en días pasados, la relectura de las máximas de La Rochefoucauld (16131680 después de Cristo) vino a tronarme el cuadro de referencias que me estaba formado. A mis quejas por las injusticias sufridas me dijo: “Se vitupera la injusticia, no por la aversión que se le tenga, sino por el perjuicio que de ella se recibe”, y para remachar el clavo me hace ver que: “La justicia, en los jueces, no es más que el amor a los ascensos”. A mi simpatía por la humildad, opuso esta destructora máxima: “La humildad no es, frecuentemente, más que una fingida sumisión que empleamos para someter a todo el mundo. Es un artificio del orgullo, que se rebaja ante los hom-

bres para elevarse sobre ellos. “Es un disfraz y suprema estratagema; pero aunque sus cambios sean casi infinitos y aunque sea admirable bajo todos sus aspectos, es preciso confesar, sin embargo, que nunca es tan raro ni tan extraordinario sino cuando se oculta bajo la forma y el hábito de la humildad; porque entonces se le ve con los ojos bajos, en una actitud modesta y reposada; todas sus palabras son dulces y respetuosas, llenas de estimación para los demás y desdén para sí mismo. El orgullo es quien representa todos estos personajes que se toman por la humildad”, así de obstinado, sutil y malicioso es el orgullo. Este conde de La Rochefaucauld es uno, entre los analistas de la conducta humana, de los más pesimistas. Bajo la virtud, la abnegación, la compasión y otros sentimientos parecidos que la humana criatura tiene como de los más sublimes de su ser, este aristócrata francés ve, descubre y percibe nada más que el orgullo hipócrita; tras la hipocresía la vanidad y detrás de todo esto, como consecuencia y como principio la bajeza y el interés, todos ellos impulsos instintivos que cuanto más pequeños y más se ocultan, más grandes y vivos son en realidad, como lo confirman sus siguientes máximas: “Lo que el mundo llama virtud no es, generalmente, sino un fantasma formado por nuestras pasiones, al que damos el nombre de honradez para hacer impunemente lo que se quiera” … “Lo que tomamos por virtudes no son con frecuencia sino una reunión de diversos intereses que la fortuna o nuestra industria saben coordinar”… “La virtud no llegaría tan lejos si la vanidad no

la acompañase”… “Las virtudes se pierden en el interés como los ríos se pierden en el mar”, pues piensa maliciosamente que “Los vicios entran en la composición de las virtudes, como los venenos en la composición de los remedios; la prudencia los prepara y los templa, y se sirve de ellos útilmente contra los males de la vida”… Del reconocimiento, por parte de uno, de las bellas acciones cometidas por los prójimos, de la admiración que nos causan los actos de valentía o los triunfos en los esfuerzos físicos o los logros en los campos del espíritu llevados a cabo, conseguidos por otros, dos sentimientos que consideramos de los más puros y desinteresados en las personas, La Rochefoucauld nos dice que no es así, pues “es, en cierto modo, tomar parte de las bellas acciones el alabarlas de buen corazón”, ya que lo hacemos “más bien por la estima de nuestros propios sentimientos, que por la estimación de su mérito… por eso es que exageramos las buenas cualidades de los demás”. Ante estas revelaciones de la esencia de lo humano debidas a La Rochefoucauld, ya no puedo seguir actuando como un tonto feliz, esto es como un individuo al que no le preocupan las consecuencias de sus actos, por ser ignorante; tampoco puedo, ni quiero, seguir siendo un ser resignado, sumiso, aguantador de todos los infortunios porque no hay de otra; sólo me queda, después de leer a La Rochefoucauld, el seguir viviendo como una persona culpable, con remordimientos. Estimados lectores de la presente: hagan la prueba y después me dicen. De ustedes con sincero afecto y buenos deseos. EL TÍO LOLO.


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