[ Letras ] DE CAMBIO
SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 7 DE MARZO DE 2015 |
Sofía Loren
Universos musicales PORROBERTOPONCE |PAG.6
Fray José Manuel Martínez de Navarrete PORFRANCISCO JAVIER LARIOS | PAG.2
Panacea ALASAZÓN.NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS|PAG.4
La generosidad de Raquel Tibol PORJUDITH AMADOR TELLO | PAG. 5
Adiós a Spock POR NEKTLI ROJAS | PAG. 8
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Fray José Manuel Martínez Sus primeros entretenimientos poéticos* PORFRANCISCOJAVERLARIOS
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l egregio poeta zamorano José Manuel Martínez de Navarrete (1768-1809) es considerado como el máximo representante del neoclasicismo mexicano. Fraile franciscano y mayoral de la Arcadia Mexicana. A pesar de ello su obra es poco conocida y divulgada en la actualidad. En la opinión de la académica especializada Esther Martínez Luna (Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM) “no existe hasta ahora, un estudio exhaustivo o monográfico que dé cuenta de su actividad poética”. Pero tampoco existe una compilación completa de su producción poética. Hay varias explicaciones para entender este silencio casi vergonzante: el poco cartel que tiene en la época contemporánea la propuesta estética del neoclasicismo, el nulo contacto con el mundillo de las letras y la intelectualidad de su tiempo, su condición de fraile provinciano recluido en los conventos de pequeñas poblaciones virreinales y finalmente la reducida circulación de sus poesías publicadas con cierta periodicidad en el Diario de México, firmados con los nombres arcádicos de Silvio, Nemoroso y hasta el erróneo de Anfriso. Tal vez por todo ello nunca publicó un libro. “Cuando aparecieron por vez primera reunidos los poemas de Martínez de Navarrete en forma de libro, este ya había muerto. Recién fallecido el poeta, Carlos María de Bustamante, su amigo y editor en el Diario de México, reunió e intentó publicar la obra del fraile. Sin embargo, su empresa no tuvo éxito, fundamentalmente por los problemas políticos de la guerra de Independencia…tuvieron que pasar catorce años, desde la muerte del poeta, para que apareciera la primera edición de Entretenimientos poéticos, que fue publicada en México en 1823 por la Imprenta de Valdés, en dos volúmenes.” (Martínez Luna, 2004:p.25). De entonces a la fecha solamente existen seis ediciones de su poesía, poco editada y mal conocida. Es por ello que en mínimo homenaje y como una manera de aportar a la divulgación de este bardo michoacano, nos atrevemos a publicar estos “textos”, considerados por los especialistas investigadores de El Colegio de Michoacán, Sancha Jiménez Olivarrieta y Nicolás de la Torre y Ballesteros, ambos doctores en letras clásicas por la Universidad Complutense de Madrid, como los primeros borradores -aún inéditos- del joven José Manuel Martínez de Navarrete, para que su nombre deje de ser nada más el de un busto ignoto en La Calzada de los Poetas y una pequeña y desconocida calle de dos cuadras en el centro histórico de Morelia. Agradecemos también a los herederos de doña Josefa Silva, habitantes de Tlalpujahua, quienes nos proporcionaron amablemente fotocopias de los borradores conservados por la familia, a pesar de la voluntad última del poeta guardián del convento, quien pidió se quemaran antes de su fallecimiento. Sin ignorar ni minimizar la polémica que sobre la autenticidad de estas poesías se ha despertado, dejamos de lado esas cuestiones y esperemos que nuestros lectores disfruten y
conozcan los primeros “entretenimientos poéticos” de fray José Manuel Martínez de Navarrete, en los cuales ya se pueden avizorar los destellos del futuro mayoral de la Arcadia Mexicana.
Fuente de consulta Luna Martínez, Esther. Fray Manuel Martínez de Navarrete. Ediciones, lecturas, lectores. Ediciones de la UNAM. Instituto de Investigaciones Filológicas. Centro de Estudios Literarios. México. 2004.
En los primeros entretenimientos poéticos de fray José Manuel Martínez de Navarrete se pueden avizorar los destellos del futuro mayoral de la Arcadia Mexicana
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Versos para Anarda Bajo este sauce llorón, hacen su nido los sueños, de los amantes que fueron, pero que ya no lo son. En este río se lavaron, sus penas de amor sombrías. Y con caricias cambiaron
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los llantos en alegrías. Tú fuiste Anarda el ensueño del más preciado tesoro. En ti puse todo empeño; a pesar de mi desdoro. En este apacible prado de los recuerdos floridos. Tengo el Cupido a mi lado, pero no tengo el olvido. Y queriendo revivir aquellas tardes contigo. He vuelto a plantar el sauce… y a soñar de nuevo el río. Silvio
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El sueño de Nemoroso En el silencio de la noche oscura, tu voz celestial trajo el encanto de este dulce placer, que tanto dura, como la serenata de tu canto. Tras breve aparición de tu ternura volvió la noche a su silente espanto. Nada quedó después de la premura: ni tu voz, ni la clave del acanto. Sólo sueño; la sospecha al rato del espejismo con disfraz tan grato, que temí se borrara esta quimera como una imaginada primavera. Y llegó la aurora con sonriente cara a pedirme que ya me despertara.
Soneto para Clori En la floresta donde Clori esconde sus dulces cantos y pasea contenta. En los arroyos donde el agua imita voces divinas y al amor responde. Allí habita la dicha y se describe celebrando los goces pastoriles. Y en clandestino encanto Fabio vive sus primeros ensueños juveniles. No es la perfección lo que persigue con su tosco lenguaje de escuderos. Es la verdad sincera lo que quiere dejar para la historia, que le sigue los pasos a los hombres, herederos de este mundo apacible que se muere.
La voz del ángel
Silvio
Nemoroso
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Acróstico A la luz complaciente de tus ojos Nunca el placer alcanzó cumbres tan altas Antes de que tus besos transitaran por mi piel Redes fueron siempre mis ocultos pensamientos Donde gozosos quedaron atrapados tus recuerdos Ardientes como el tórrido verano en que te pienso Silvio
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La flor de la sospecha La sonrisa en tus ojos descubierta en esa tarde de dorados crisantemos, fue el principio fatal de mis suplicios y del gozo que dejó la puerta abierta. Entrar a la capilla de tus labios fue sacrosanto misterio del eterno. Y en la bendita hora de tus besos maduraron los frutos del infierno. ¿Fue milagro el amor que nos unía en cuerpo y alma de placer tan falso? Y el misterio también nos invadía al transitar el corazón descalzo: saber que nos incendia la alegría mientras vamos camino del cadalso. Nemoroso
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Elegía zamorana para la hora del postre Anarda, mi dulcísima y encantadora Anarda: Pido al cielo con humildad y persistencia para cuando compartas con tu amante los placeres de la cama y de la mesa. A la hora de la repostería que deliciosamente paladeas piensa en mí sin arrogancia ni rencores. Sé magnánima con mi recuerdo y evócame como el pecador más impenitente que no se arrepintió jamás de sus pecados culinarios. Anfriso
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Con el sigilo del verbo que se inflama voy buscando tu voz de brisa leve, cuidando que la llama no se apague, ni que se vuelva incendio esa flama. Como el sol del crepúsculo que muere y se desliza gradual hacia la nada, así busco tu boca que desgrana las notas más sublimes que me mueven. El ángel apacible de la tarde vino a darme tu caricia tenue. Y trajo a mi alma una paz tan dulce, que mis ojos quisieron anegarse en el agua prematura de la nube, por donde vi al ángel alejarse. Silvio
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Soneto Apacentando mi rebaño un día una figura descubrí de pronto. Entre las aguas una mujer ardía: era Venus naciendo en el ponto. Cual mísero mortal ante una Diosa me postré de hinojos y en trance, pude admirar la perfección: hermosa, en todo su esplendor sin desenlace. Nadie supo jamás de este delirio que se volvió cotidiana compañía. Es placer infernal, es gozo impío que me llena los altares de alegría. Donde Anarda es primavera y estío en que se funden verdad y fantasía.
Panacea A LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS
Nemoroso
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Soneto provisional Podría morir mañana si supiera que has abandonado nuestro nido. Podría perder el alma si escondiera la verdad, de saberme en el olvido. Jamás te pediría que te quedaras habitando por siempre nuestro huerto, sin tener la certeza que me amaras y dejaras tu barca en este puerto. Pero es arrebato y sinsentido; producto de la fiebre esta quimera obsesiva. Mejor soñar dormido entre tus brazos. Y tal vez pudiera guardar este tormento en el olvido, mientras vemos nacer la primavera. Anfriso
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Epitafio Las diosas del Olimpo están celosas de saber que en este camposanto ya reposas. También en el jardín todas las rosas se abren en tu memoria, esplendorosas. * Ninguno de los textos aparece fechado, ni se consigna el lugar en donde fueron escritos.
“… si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro”. Federico García Lorca (parte del discurso inaugural de la Biblioteca de Fuentevaqueros en Granada, en 1931).
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l pan según La Biblia es tan antiguo y común como la condición humana. Adán, al ser expulsado del Paraíso fue condenado a ganarlo con el sudor de su frente. Pero bueno, ya se había comida la manzana y… -¿a quién le dan pan que llore? Y, según Geórgicas (1, 277), Virgilio consigna el hecho de que los maridos molían el trigo mientras que las esposas, a cualquier hora se les podía encontrar con las manos en la masa. Así que no es de sorprenderse: quién tiene hambre en pan piensa. Desde entonces, el gray católico, siempre proclive al pecado, nos ha heredado la culpa y el sacrificio. Las condenas divinas son irremediables y por eso las penas con pan son buenas. El pan no equilibra con todos los guisos ni con determinadas bebidas. Así es que a la gente antipática se le suele llamar “pan con atole”; en cambio, hay algunas personas que con todo mundo quedan bien, y a las que se les refiere: “son tan buenas como el pan”. Históricamente ha existido una distinción en relación al color de la masa. A las piezas más oscuras se les identifica con las personas negras o pobres. El panis plebeius era consumido por los esclavos de Roma. En cambio, la inmaculada harina blanca constituyó el más alto refinamiento en cuanto a repostería y aristocracia. En su momento, María Antonieta respondió a
la demanda popular de alimento con la famosa frase: “Qu’ils mangent de la brioche” (Que coman pasteles). Una frívola declaración que calentó los hornos de la Revolución Francesa. Pero al pan, pan y al vino, vino. En 1963, los bollos fueron inflados con aire como parte de la política de racionamiento impuesta por el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética. A esta pastelería se le denominó masa de Khrushchev. La operación fue ¡pan comido! Y bien, para todas y todos es bien conocida la frase amasada por los poderosos gobernantes de la Antigua Roma: “al pueblo pan y circo”. Julio César: mandaba distribuir el trigo gratuitamente con lo que eran beneficiadas unas doscientos mil personas. Tres siglos más tarde, Aureliano siguió la misma política al repartir 600 mil piezas entre 300 mil ciudadanos. Actualmente el pan forma parte de una de las variables económicas del índice de precios al consumo, medida con la que se realiza la revisión salarial. El cambio en los precios del pan es considerado de inmediato por los políticos de todas las naciones occidentales. Ahora sí, que con su pan se lo coman. Afortunadamente, Mateo 4:4 nos brinda consuelo a través de la palabra de Jesús: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
LANOTA,LARECETA,OELREMEDIO
La panacea es un mítico medicamento que cura todas las enfermedades y prolonga indefinidamente la existencia. Fue buscada por los alquimistas durante siglos, especialmente durante el medioevo. La palabra panacea proviene de la voz griega panakos y significa “remedio para todo” (pan: todo; akos: remedio).
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La generosidad de Raquel Tibol ARTÍCULO ::PORJUDITHAMADORTELLO
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i en el medio de las artes plásticas se esperaba y temía el famoso “tibolazo” de cada semana, llegar a la redacción de Proceso y escuchar el mensaje “te llamó Raquel Tibol” no era menos temible, aunque me dejaba la satisfacción de pensar que había leído mi texto y estaba presta a hacer un comentario —así fuese devastador—, una aclaración con o sin regaño, o alguna sugerencia. “¿Usted no leyó mi reportaje sobre el lugar de nacimiento de Siqueiros?”, me increpó por teléfono uno de esos lunes, cuando la llamé. Esa semana publiqué un texto en el cual, de manera mecánica, por costumbre, volví a escribir la frase hecha: “el pintor nacido en Santa Rosalía, Chihuahua”, siendo que el 30 de mayo de 2004 Raquel Tibol informó que, en realidad, David Alfaro Siqueiros nació en la calle de Arcos de Belén 30, en la Ciudad de México, el 29 de diciembre de 1896. No importaba si era para hacer que yo reconociera un error o para dar un consejo, sus comentarios siempre fueron magistrales. Raquel Tibol siguió los reportajes publicados en torno a un asunto que llegó a ser investigado por el FBI: la falsificación de obras de Siqueiros. Enseguida consideró que las entrevistas con los posibles involucrados eran casi exculpatorias. Con enojo me señaló: “Usted debería ir a pararse a la casa de donde sacan los cuadros falsos, para que se dé cuenta”. De inmediato se autocorrigió y comentó que ciertamente eso no probaría nada, entonces sugirió nombres y hasta aportó teléfonos para que la investigación del semanario pudiera seguir su curso. Y afirmó sin tapujos: “El INBA tiene la culpa de todo e incluso me han dicho que saben que la mayoría de los falsos se hacen en un taller que está en el estado de Michoacán. Lo importante es poner las cosas en su sitio. Que se actúe en México igual que en otros países. El juicio contra Adriana (Siqueiros) es de un particular, no de una institución. Adriana da certificados a pasto y el INBA no la para y tendría derecho a pararla”. A la generosidad de Raquel Tibol debo dos portadas en Proceso, aunque no habrían sido posibles sin la espléndida obra de José Clemente Orozco. Tras los ataques a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, del 11 de septiembre de 2001, la crítica de arte llamó la noche del jueves —cuando es el cierre de edición— a Armando Ponce, editor de Cultura, para comentarle del cuadro “Los Muertos” del pintor jalisciense. Los edificios partidos por la mitad con los fierros de su estructuras retorcidos en una hecatombe, le parecían la portada ideal para hablar del suceso, antes que repetir las muchas fotos que había en todos los medios con los edificios incendiándose o con la gente saltando por sus ventanas. Pero habría que conocer la historia de ese cuadro. Ponce me turnó el asunto y Tibol me sugirió hablar con el historiador de arte Renato González Mello, actual director del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y curador del Museo de Arte Carrillo Gil, poseedor de la obra en cuestión. Años más tarde, cuando parecía abrirse la posibilidad de enjuiciar al expresidente Luis Echeverría como responsable de más de 500 crímenes
ISAAC ESQUIVEL
Raquel Tibol.
y desapariciones forzadas durante la guerra sucia de los años setenta, Tibol me llamó una tarde: “Vaya a ver los murales de Orozco en el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”. De nuevo una obra de Orozco, esta vez sobre la justicia ciega y tratada como prostituta, era la portada ideal para el asunto. Ella misma contó la historia y me sugirió la consulta de los escritos de Justino Fernández. El 31 de julio de 2005 se publicó el texto “De Orozco, la crítica más dura al Poder Judicial”. Orozco no se equivocó al plasmar en los murales la visión de una justicia selectiva. Al final Echeverría quedó exonerado, aunque su obra no llegó a la portada en esa ocasión, sino hasta di-
ciembre del año siguiente con el encabezado: “La corte de Azuela, justicia bandida”. El texto sobre los murales en la SCJN se tituló entonces “La matrona dormida”. Raquel Tibol pudo escribir ambos textos, pues conocía perfectamente la historia de los murales, cómo fue contratado Orozco, cómo escandalizó a los magistrados que prefirieron suspender los trabajos y cómo él, que ya había recibido el pago por anticipado, se negó a abandonarlos y optó por terminar lo pagado en la iglesia de Jesús de Nazareno, ubicada en la avenida 20 de noviembre. Sin embargo, ella me concedió el gusto de hacerlo en un acto de enorme generosidad.
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Los universos musicales de Sofía Loren RESEÑA::PORROBERTOPONCE
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n noviembre del año pasado salió al mercado la autobiografía de la primera actriz ítala Sofía Loren (Roma, 20 de septiembre de 1934), una de las divas más despampanantes del cine mundial, llamada Ayer, hoy y mañana. Sophia Loren. Mis memorias (Lumen, traducción de Ana Ciurans Ferrándiz, 374 páginas). Pareciera que con la actuación, el arte musical y la danza se hermanaron predestinados a guiar los dones innatos de la diosa italiana en el cine, como leemos desde el primer capítulo cuando Sofía Loren escribe en “Ieri, oggi, domani” (título del original como la cinta del mismo nombre, ver h t t p s : / / w w w . y o u t u b e . c o m / watch?v=m5w6uE8Ej94): “De joven, mi madre, Romilda Villano, rebosaba encanto y talento. No era buena comediante, pero tocaba muy bien el piano y había conseguido entrar al Conservatorio de Nápoles San Pietro a Majella gracias a una beca. En el examen había interpretado La campanella de Liszt, diplomándose con matrícula de honor. A pesar de sus escasos recursos, los abuelos le habían comprado un piano de media cola que dominaba imponente el pequeño salón de su casa...” (ver https://www.youtube.com/ watch?v=ZY_eIIFqNxg). Su infancia estuvo marcada por el hambre en los barrios pobres de Nápoles durante la segunda Guerra Mundial. “Mi madre volvió a tocar en una trattoria situada enfrente de casa que tenía las paredes pintadas de color azul cielo. Mi hermana la acompañaba a menudo. ‘Pino solitario ascolta questo
addio che il vento porterà’, cantaban. Yo la miraba con admiración, y como siempre con vergüenza, mientras los soldados estadunidenses se entusiasmaban con ella y se sentían como en casa. Así nació la idea de organizar en nuestro pequeño salón una especie de café-cantante doméstico los domingos por la tarde, para arañar algo de
La actriz Sofía Loren.
dinero extra. Mamá les ofrecía un licor artesanal que ella misma elaboraba añadiendo Strega de cereza al alcohol, comprado en el mercado negro. Mamaíta tocaba canciones de Frank Sinatra o Ella Fitzgerald, que los soldados entonaban, y yo iba y venía con las botellas para hacer el mejurge y aprendía a bailar el boogiewoogie” (ver https://www.youtube.com/ watch?v=Uvyq0pYRKhE). “En aquella época, mamaíta intentaba enseñarme a tocar el piano, que me entusiasmaba, pero cuando me equivocaba se enfadaba muchísimo. Me daba unos cocotazos tan fuertes que me daban dolor de cabeza y tuvimos que dejarlo. Me consolaba con el cine, en el teatro Sacchini.” La filmación a finales de los años cuarenta de Quo Vadis? en Cinecittà marcó el inicio de Sofía en la pantalla grande, si bien años atrás la adolescente había profetizado en su diario: “Sofía Scicolone un día será actriz”. En Ana y después en la película Ha llegado el afinador de pianos la acreditaron por primera vez como Sofía Lázzaro. Ganaba 50 mil liras al día, una fortuna con respecto a lo que estaba acostumbrada a cobrar. “Durante esa primavera de 1952 llegó también mi verdadero debut como actriz protagonista en La favorita, versión cinematográfica de la obra de Donizetti ditigida por Cesare Barlacchi. Siempre he adorado la música, la he respirado en casa desde pequeña, por eso me sentí a gusto en un papel tan melodramático. Trabajé mucho para prepararlo y recibí numerosos cumplidos por él. Casi me atrevería a decir que a partir de ese momento me tomaron en serio,
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aunque la película no fue taquillera” (ver https://www.youtube.com/ watch?v=858yIMprH7E). “En las secuencias de las arias me doblaba Palmira Vitali Marini. Fue una experiencia que me sirvió muchísimo cuando poco después, interpretando Aída, tuve que enfrentarme nada menos que con la voz de Renata Tebaldi. Más tarde tendría ocasión de encontrarme con ella un par de veces, a pesar de estar siempre ocupada en sus giras mundiales. Era una persona maravillosa; prestar mi figura a su voz fue para mí un gran orgullo… “Mi primera gran ocasión –aunque cada ocasión lo es, sobre todo al principio– llegó volando con la música celestial de Verdi. Mientras trabajábamos juntas, creo que en Il voto, la estupenda actriz Doris Duranti me dijo que en uno de los estudios más famosos de Roma, la Scalera, Clemente Fracasi había empezado a rodar Aída. ‘Ve a preguntar’, me aconsejó. Tenía a mi favor La favorita, donde había demostrado una buena habilidad como doble de cantante de ópera… “No había mucho tiempo para aprender el guión, lo cual era un problema al tener que estar perfectamente sincronizada con la cantante. “Pasé dos meses encerrada en el despacho de los estudios de la productora, sin calefacción en pleno invierno. Hacía tanto frío que antes de rodar me daban hielo para amortizar el efecto del vaho que formaba mi aliento. Para obviarlo, uno de los técnicos me seguía con secador en la mano, intentando esconderlo. “Pasaba cuatro largas horas diarias en la sesión de maquillaje para transformarme en Aída, negra de pies a cabeza. Me ponían el maquillaje más oscuro en la raíz del pelo y en la frente para camuflar el tul de la peluca. Pero tengo que admitir que valió la pena. Dar cuerpo a la voz de la Trebaldi fue una emoción especial, difñicilmente repetible. Al final parecíamos una sola persona. Hay que puntualizar que yo estaba entre los pocos actores del elenco que interpretaba pero no cantaba, lo que hacía aún más difícil mi papel. No debía notarse que un disco guiaba mis labios. “Hasta Carlo (Ponti) se sorprendió. Creo que en ese momento empezó a creer en mí de verdad” (ver https://www.youtube.com/ watch?v=-03QPuO9XTs).
Mambos y Gabo La primera que creyó en Sofía Loren para el papel de Lina en La ladrona, su padre y el taxista fue Suso Cecchi D’Amico, la única mujer que formaba parte del grupo de los grandes guionistas de la época. “Suso me vio en Cinecittà mientras trabajaba con Bolgnini en Los esperamos en la galería y mi presencia exuberante y mi alegría la impresionaron. En una escena de la película bailaba el mambo y seguiría bailando en La chica del río y en Pan, amor y… con un despampanante vestido rojo” (ver https:// www.youtube.com/watch?v=crxQq-RCC_s). Al final del capítulo cuarto “¿Quién es esa zagalilla?”, Sofía revela: “Ahora que acaba de morir, me acabo de enterar de que el plató ocultaba a uno de los más grandes escritores contemporáneos: Gabriel García Márquez. Gabo, que también había llegado a Roma persiguiendo el sueño de Cinecittà y había entrado al Centro de Experimentación de Cinematografía gracias al director Fernando Birri, era el tercer asistente de dirección, como contó en una entrevista. En pocas palabras, una especie de guardaespaldas. Por eso nunca pudo, a su pesar, acercarse a mí: ¡su trabajo consistía precisamente en mantener alejados a los curiosos! Quién sabe; quizás hubiera sido el principio de una gran amistad.”
1954 marcó el fortalecimiento de su amor con Carlo Ponti, cuando ella filmó La chica del río. “Para estar seguro del resultado, Carlo había pensado a lo grande, como era su costumbre, y había convocado a los nombres más importantes de la época. Al enumerarlos ahora, casi me cohíben: Alberto Moravia y Ennio Flaiano para el argumento; Bassani, Altoviti y un joven Pier Paolo Pasolini, que acababa de
El arte musical y la danza se hermanaron predestinados a guiar los dones innatos de la diosa italiana en el cine
llegar a Roma y ejercía de profesor en un colegio de la periferia, el guión junto con el director, Mario Soldati.” Interpretó a Nives, trabajadora en un saladero de pescado. “Qué bel ritmo tiene el mambo, qué sonrisa tiene el mambo, canta Nieves, sensual y maliciosa mientras sostiene el cuchillo por la parte del mango. Pero como a menudo sucede a las mujeres fuertes y apasionadas, cuando se enamora está perdida…” (ver https:// www.youtube.com/watch?v=Fd8D1P8diyk). “El rodaje fue muy duro, trabajamos sin tregua. A medida que el drama se iba convirtiendo en tragedia, la presión se hacía insoportable y sentía mucha ansiedad… Era como si una orquesta de violines estridentes tocase en mi cabeza toda la noche y me quitase el sueño… Tenía una doble vida, activa y llena de energía durante el día y de noche en estado de shock, acorralada por una orquesta fantasma… “Pero La chica del río tenía otro regalo más para mí: el encuentro con el maestro Antonio Trovajoli, que compondría las bandas sonoras de mis películas más importantes, desde Dos mujeres a Ayer, hoy mañana y Un día especial. Era un colaborador de confianza de la Ponti-De Laurentiis y uno de los compositores más apreciados de la escena italiana. Fue el alma de Roma, la banda sonora de nuestras vidas. Gran pianista y aficionado al jazz, tocó con los intérpretes más grandes como Louis Armstrong, Miles Davis, Duke Ellington, Chet Baker y Django Reinhard”.
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Adiós a Spock ARTÍCULO:: Todaslasutopíashanfracasado.Laviolencia,elhorroryelsilenciopesansobretodosnosotros.Y,paracolmo,Spockhamuerto.PORNEKTLIROJAS
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ebe ser una broma. Probablemente en unos meses nos enteraremos de que era mentira, de que alguna anomalía en el beam lo había hecho desaparecer, pero que ya ha sido resuelta por el señor O’Brien y que Spock ha sido encontrado en el cuadrante gamma, donde había estado haciendo algunas gestiones diplomáticas con los Fundadores. O nos enteraremos de que se había ido de retiro a una de esas profundas meditaciones vulcanas y se había perdido tanto en los caminos de su doble naturaleza que lo habían dado por desaparecido. O tal vez, como Le petit prince, el cuerpo que dejó era una nave inservible que debía ser dejada en la tierra para poder viajar a su hogar, lejos, en las estrellas, en el profundo espacio que para la humanidad fue la última frontera y para muchos de nosotros, la primera puerta que se abría hacia la posibilidad del mundo perfecto. Spock le robó la serie original de Star Treck al protagonista original, el capitán Kirk, que interpretaba William Shatner. Quizá porque encarnaba los ideales de lo que gran parte de la humanidad desea ser: una persona controlada, inteligentísima, con una lógica a prueba de todo, un personaje que encarna la ciencia (era oficial científico, metido en sus uniformes azules que tan bien le quedaban) y raya en la mística, serenamente valiente, leal sin máculas, y con orejas de elfo. ¿Se puede pedir más en un hombre? Para muchas niñas, jóvenes y creo que hasta mujeres de la época, Spock fue el primer amor. Para mí, fue el primer héroe que yo quería ser. Quería mi phaser, mi comunicador, mi puesto en la Academia de Ciencias de la Federación. Y eso que aquí, en México, Star Treck se transmitía en blanco y negro. Tuve que esperar muchos años para verlo en color. Muchos años que hicieron de las actuaciones de Kirk algo raro: se veía desfasado, sobreactuado, medio rellenito; pero no las de Spok, quien seguía comportándose, aún en el siglo XXI, como el caballero estelar del siglo XXIII que era. Como persona, es sabido que Leonard Nimoy fue un actor de primer nivel, director, escritor y fotógrafo, que primero se negó a ser encasillado en el personaje de Spock (I am not Spock, su primera biografía de 1975) y luego tuvo que ceder ante la fascinante fuerza del personaje (I am Spock, la segunda parte de su autobiografía, publicada en 1995). Participó también en series como The twilight zone (una de mis favoritas en esos tiempos), la famosísima Perry Mason, Bonanza, The untouchables, The eleventh hour, The outher limits, por mencionar sólo aquéllas que formaron a varias generaciones de mexicanos. Y en 1966 apareció Star Treck. Con sólo tres temporadas, hasta el 69, su destino era convertirse en una serie de culto, con muchos hijos y nietos: The next generation, con su hermoso capitán francés Jean-Luc Picard; Voyager, la nave perdida a la manera de Perdidos en el Espacio; Deep space nine, con su temática de judíos contra alemanes; Star Treck Enterprise, la precuela, y las seis películas con los actores originales de Star Treck, las cuatro películas con los personajes de The next generation, y las últimas películas con actores nuevos, jóvenes y francamente malos. Y Spock atravesando todo, con referencias a él siempre, ya sea como oficial científico y sus logros, como embajador intergaláctico que llegó a ser (con su cargo ejercido a lo cowboy), o como el leal y brillante vulcano de larga, larga, larga vida. Tal vez una de las cosas que llevaron a Star Treck a convertirse en una mitología, con fans (los treckies) y convenciones anuales, fue la visión
Tal vez podamos elegir no creerlo: Nimoy no está muerto, Spock sigue en la pantalla que plantea de la humanidad, profundamente enraizada en los años sesenta de aires liberadores e ingenuos y con sus ramas de árbol tocando los planetas más lejanos del universo. La profunda creencia en que la naturaleza humana es buena (que recuerda al buen salvaje de Voltaire) y la fe en la ciencia y la tecnología, que sirven a la paz y el desarrollo de la cultura de la humanidad. La libertad que se respiraba en la serie, el planteamiento de conflictos morales de los sesenta, trasladados a los ámbitos del espacio. La creencia de que los seres humanos se unirán en un solo gobierno planetario, con el respeto de las costumbres de todos los pueblos y el amor por las manifestaciones culturales de todos los seres humanos. El camino de la ciencia y la cultura como guía para alcanzar la democracia perfecta, la verdadera humanidad, el futuro. Y como no podemos tener nada de eso en este mundo terrícola del siglo XXI (estamos justo en el
momento en que Star Treck pronosticó un colapso económico mundial que nos pondría en el camino de la unión y la democracia), como estamos tan lejos de las utopías que los seres humanos han inventado (la de Tomas Moro, la de Robert Owen), pues nos conformamos con la de Rodenbery, encarnada a la perfección por Spock, por Nimoy, por ambos. La tristeza y la desesperanza de nuestra generación, el fracaso de la democracia en México, el gobierno de la violencia (no un terrorismo de Estado, no un Estado fallido), que desprecia la vida humana y se ríe a mandíbula batiente del dolor, de la cultura y el arte, nos han llevado a un lugar terriblemente oscuro. Ya no abrimos los brazos, como en los sesenta, a los desconocidos, a las novedades, a la libertad. Cerramos las puertas con doble chapa, cerramos los brazos, cerramos los ojos. Todas las utopías han fracasado. La violencia, el horror y el silencio pesan sobre todos nosotros. Y, para colmo Spock ha muerto. Es una traición. O tal vez… tal vez es cierto lo del sector 4 del cuadrante gamma, tal vez podamos emprender la búsqueda de Spock. Tal vez podamos elegir no creerlo: Nimoy no está muerto, Spock sigue en la pantalla. Larga vida y prosperidad.