S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 241 | J U E V E S 8 DE MAYO D E 2 0 14
Mamá, la que tiene que dar todo y no fallar nunca POR DINORAH AMBRIZ A la madre se asocian conceptos como entrega absoluta, abnegación, sacrificio, y amor infalible. Por más que la publicidad a propósito del Día de la Madre otorgue un halo de belleza a estos, y por más que sean en parte ciertos -el amor de madre parece ser el más profundo y grande-, la realidad es que estos son conceptos demasiado demandantes y exigentes para cualquier ser humano. Dadas las condiciones de las sociedades en que habitamos,
cuando una mujer decide ser madre no sólo se debe enfrentar a las dificultades propias de gestar y criar a un ser humano, sino que con la pesada hazaña también viene la proeza de tratar de llenar un rol social que exige darlo todo y fallar nunca, que exige la perfección que por naturaleza no existe en los humanos. El peso de la incondicionalidad «Para que ninguna se pueda quejar, para que ninguna pueda mos-
trar lo que le duele amputarse cada día un pedazo de deseo para caber en el molde de mamá-perfecta, les y nos vendieron el cuentito de la incondicionalidad», escribe Erika Irusta, pedagoga originaria del País Vasco, en España, especializada en educación menstrual y salud integral de la mujer. La incondicionalidad implica algo absoluto, sin restricciones ni limitaciones; y, aunque el amor de madre sea probablemente lo que más se acerca a la incondicionalidad, lo cierto es que la incondicionalidad es algo demasiado pe-
sado para cualquier ser humano. La madre es ante todo una mujer que, como cualquier ser humano, es falible: mujeres con limitaciones, frustraciones, dolores, y fallas; y el no reconocimiento de ello les pone encima un peso muy fuerte de soportar. En la crianza humana, el peso del amor perfecto es algo que se pone a las madres. Es decir, el amor de padre puede ser falible, pero el de una madre nunca. Demasiada exigencia para una persona, y más aún, no una exigencia en abstracto, sino una de-
manda proveniente precisamente de los hijos. Ante cualquier fallo o equivocación, los reproches brotan fácilmente de los labios de la hija o hijo que no reconoce a su madre como un ser imperfecto con limitadas posibilidades personales y sociales. «Yo, si he de decirle algo hoy a mi amatxo [mamá en vasco], quiero decirle que lo siento. Que siento haber esperado de ella lo imposible, lo inalcanzable.
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Jueves 8 de mayo de 2014
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Blanqueamiento natural
POR DINORAH AMBRIZ
de veces a la semana, pero aunque efectivo, el uso de este compuesto no es recomendable por los expertos, ya que a mediano plazo daña el esmalte y deja sensibles los dientes. Uno de los remedios naturales más conocidos y recomendados para tener una sonrisa más blanca consiste en usar la cáscara interna de un plátano maduro -antes de que comience a desarrollar manchas negras- o de una naranja. Con una tira del interior de la cáscara se frotan los dientes con movimientos circulares por dos minutos; al finalizar, se cepillan como de costumbre. La efectividad del uso del plátano y la naranja se basa en el gran concentrado de ácido salicílico de
Sonreír alimenta por dentro y por fuera, pero para muchas mujeres, la sonrisa es algo a evitar por tener dientes manchados o amarillos. Con constancia y cuidados, es posible recuperar progresivamente parte de la blancura original de una manera natural y sin la necesidad de recurrir a procedimientos químicos que puedan debilitar los dientes o dañar el esmalte. El oscurecimiento de los dientes suele encontrar sus causas en el café, el cigarro, refrescos, medicamentos, y por supuesto, falta de higiene diaria. Para blanquearlos, el remedio más conocido es el de tallar con bicarbonato un par
estas frutas, y es por esta misma razón que se recomienda hacerlo únicamente una vez al día; los primeros cambios en el color comienzan a ser visibles tras dos semanas. La fresa es otra fruta que ayuda a tener dientes blancos. Para obtener sus beneficios se tritura o licua un puñado de ellas hasta obtener una pasta que se usará para lavar los dientes; esto se debe hacer una vez al día por dos semanas. Otro par de remedios, muy recomendados por las abuelas, son: frotar los dientes con hojas de salvia por un par de minutos en la noche; o dejar quemar una tortilla hasta que se convirtiera en carbón, y una vez hecho polvo, cepillar los dientes con él.
Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.
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che a la madre, sino es que se la tacha tajantemente de egoísta. Esto, cuando en realidad, tras pensarlo sólo un poco, parece completamente lógico y obvio. Cualquier persona, tras pasar días en compañía de otra, necesita un poco de tiempo y espacio propio; pero a la madre no se le permite, tal parece que al tener un hijo se muta en un ser sin ni debilidades o necesidades propias. «Las hormonas se acaban terminando y no exagero cuando digo que muchas mujeres la pasan muy mal porque de repente su cuerpo (nuevas hormonas) les pide espacio para ellas, tiempo para sus necesidades y es aquí donde muchas se rompen. Pero no sólo se rompen por la fisiología sino porque esta cultura no está hecha para ser mujer y tampoco para ser madre», explica Irusta para dar pie a la explicación de por qué es común que algunas mujeres se sientan estafadas o engañadas con la idea de maternidad perfecta y siempre amorosa.
Que siento que se conformase con mi sonrisa porque yo podía haberle correspondido como debía, ya que a la gente de la calle la he tratado mejor que a ella». Seguramente ella me dirá que todo ha pasado y que nunca me lo guardó, pero ¿sabes qué?, no es justo. Una madre es una mujer con necesidades, deseos, angustias, miedos como tú, como yo. ¿Por qué hemos de esperar de ellas lo mejor y lo más sagrado? ¿Por qué lo que no deseo que esperen de mí, voy a desearlo para aquellas que devienen o aceptan la maternidad?, escribe Irusta a propósito del Día de la Madre en la página de Facebook de su proyecto El Camino Rubí -elcaminorubi.com-. La nula posibilidad de desear soledad Sumada a la incondicionalidad, y como parte de ella, se encuentra la demanda que se hace a la madre por derrochar amor por su bebé todos los días, todo el tiempo. Las madres suelen enamorarse de sus bebés debido a una serie de cambios hormonales que las sitúan en un estado de enamoramiento con ellos, sin embargo, a pesar de las hormonas, la realidad es que este proceso de enamoramiento no siempre es vi-
vido por las madres; esto lo explica Erika Irusta, quien además es doula -acompañante de la mujer durante embarazo, parto y posparto-, en su artículo Ser madre (en esta sociedad) apesta. «Como doula, seguiré diciendo que hay mujeres que aún con este coctel no se enamoran de sus criaturas (…) Como no se ha po-
sibilitado un lado crítico sobre la maternidad, seguimos repitiendo tópicos en torno al amor hacia lxs hijxs. Quizás iría bien cuestionar el amor en esta relación de pareja: díada madre-hijx». Escuchar a una madre decir que necesita un tiempo en soledad o que está cansada de su bebé, suele generar miradas de repro-
Aprender a ver a la mujer que es la madre Sin duda, la enorme capacidad de entrega y apego, la diaria dedicación, el profundo cariño, y el tiempo regalado -entre tantas cosas más dadas por la madre a sus hijos- merecen un sincero agrade-
cimiento. Pero probablemente éste, para existir así, sincero y en la magnitud que se merece, necesite antes una revalorización del rol de madre. Es decir, mientras la exigencia de perfección absoluta continúe presente, el agradecimiento seguirá mermado y empañado. Tras un poco de reflexión sobre la enorme exigencia que se hace a la madre, tal vez la opción más sensata para esta fecha no sea únicamente la de agradecer su intento por cumplir la inhumana tarea de intentar ser perfectas, sino que puede ser la ocasión ideal para comenzar a gestar una disculpa profunda por esa exigencia y demanda de proveerlo absolutamente todo. Una disculpa que se pide desde lo más profundo del corazón y que se ha de manifestar en un acto cotidiano de amor: un esfuerzo constante por revisar, criticar, y modificar la concepción que se tiene de la maternidad y la madre. Al quitar presión y dejar de exigir tanto, tal vez, sólo tal vez, se puedan comprender carencias y abundancias de quien dio su cuerpo para la existencia del propio. Al repensar la maternidad, tal vez se puedan valorar en justa medida -aunque quizá nunca se logre- los esfuerzos de la mujer que decidió dedicar gran parte de su vida a la formación de la nuestra.
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DE CIENCIA Y OTRAS TENTACIONES
Plática de amigas Una maternidad para frenar el estrés híper-exigente para la mujer POR DINORAH AMBRIZ El ideal de maternidad vigente y único, ese donde la madre es sacrificada y todopoderosa es una realidad inalcanzable y origen de muchas frustraciones para las mujeres que han decidido ser madres. A las madres se les concibe como personas sin posibilidad de fallo y con capacidad infinita de dar, y no se les reconoce en el fondo -aunque tal vez se haga en el discurso- como mujeres con virtudes y carencias, posibilidades y limitaciones. A cambio de darlo todo, sentirse indispensable El deseo de las mujeres-madres por cumplir con las exigencias que a ellas hace la sociedad, se convierte en fuente de dolor y frustración, al ser el rol de maternidad uno idealizado e inalcanzable. Tratar de llenar el molde único de la maternidad puede conllevar riesgos considerables para el bienestar integral de la mujer. Al entregarse por completo a sus hijos, la identidad y el valor propios son definidos por el amor manifestado por aquellos a quienes se dedica la vida. «La madre sacrificada compensa su (auto)devaluación en tanto mujer y sus frustraciones con las gratificaciones que recaba por ejercer de súper-madre, al percibir la dependencia de los otros y su pro-
pia insustituibilidad. Es una forma de nutrirse nutriendo: cubrir las propias carencias pasadas y actuales a través del amor que recibe en gratitud a sus servicios», explica Asunción González de Chávez, psicóloga médica, en su artículo «La omnipotencia: riesgos de desear ser una gran-diosa madre», en la revista digital MYS. Mujeres y Salud. La madre vive un amor no recíproco La mujer, sin encontrar muchas alternativas, explica González de Chávez, se arriesga a vivir un amor limitado al entregarse al ideal de amor romántico materno. Es decir, para ella sentirse imprescindible, necesitada y valorada, ama de una manera completamente entregada y sin condiciones. Esto la coloca en una situación de vulnerabilidad ante quienes no responden con un amor en los mismos términos. «Es un amor unilateralmente entendido, es decir, sin derecho a la reciprocidad, ni en los cuidados ni en los servicios, pero que supone un poder en las relaciones interpersonales», asegura González de Chávez sobre las relaciones de amor establecidas por la mujer en el más extendido rol de maternidad. Es decir, en una situación donde la madre debe dar tanto de sí misma para que sea social y culturalmente aprobada y valorada,
convertirse en indispensable para sus hijos es la forma encontrada para poseer poder y sentirse valorada. «Hay un alto nivel de poder/ gratificación que se recaba en ese tipo de relaciones de cuidado», explica la psicóloga de Chávez. Acciones de verdadero amor a la madre Con el objetivo de asegurar mejores condiciones de salud mental y emocional para las mujeres, resulta importante cuestionar el modelo de maternidad y considerar la posibilidad de que el único camino que parecen tener es el de convertirse en seres a los que, más que amor y cuidados, se les demuestra dependencia y necesidad, dejándolas en situación de vulnerabilidad y de poco empoderamiento. Sólo al dejar de exigir a las madres tanta perfección imposible, y dar como sociedad otras opciones de modelos de maternidad, donde se les reconozca como seres con virtudes y fallos -al igual que todos-, se podrá comenzar a esbozar un camino de empoderamiento y respeto para las mujeres que deciden dar vida. En este camino de respeto, las madres construyen vínculos amorosos más sanos y satisfactorios, al tiempo que se asumen como mujeres antes que madres; mujeres que pueden reivindicar sus derechos y necesidades, y autoafirmar su identidad.
POR DINORAH AMBRIZ Una vez que los procesos de estrés son desencadenados, el cuerpo suele verse envuelto en círculos viciosos de tensión por ejemplo, cuando debido al estrés no se puede dormir y, a su vez, la falta de sueño sólo provoca que el estrés aumente. Para evitar caer en ciclos interminables de estrés es recomendable frenar el proceso, y una de las maneras más efectivas para ello consiste sólo en salir a platicar y reír con una persona querida. La simple acción de platicar y desahogar tensiones con una persona con quien se simpatiza, como un familiar o una amiga, origina una sensación de confort y ayuda a normalizar los niveles de tensión corporal. En este sentido, diversas investigaciones han explicado que el hecho de contar con lazos estrechos de amistad, así como tener una red social fuerte, permite una mejor adaptación a la adversidad y situaciones estresantes. Platicar conlleva distintos aspectos que ayudan a diluir y frenar el estrés. A la hora de dialogar se suele generar empatía y tener vivencias compartidas: «Escuchar a alguien decir ‘yo he experimen-
tado eso también’ puede hacer que el estrés sea más manejable», asegura la psicóloga Bordeau para The Huffington Post. Además, cuando se platica con alguien, se verbaliza lo que ocasiona la tensión, y en este sentido, escucharse a uno mismo hablar sobre las cosas que causan estrés ayuda a que se desencadenen más rápido los procesos de resolución de problemas. Sonreír es otro de los aspectos más importantes de platicar con un ser querido -y sus beneficios se pueden tener también en soledad, basta con alargar los labios y levantar las comisuras-. Al sonreír, y más aún reír, se liberan endorfinas; éstas actúan como analgésicos naturales y ayudan a reducir el cortisol, conocido como la hormona del estrés. En el caso de la risa, se da una potente expansión de los pulmones, provocando que los músculos tensos en esta zona se estiren y relajen. Otras actividades que pueden ayudar a disminuir el estrés son: relajar el cuerpo a través de poner la atención sólo en la respiración es fisiológicamente imposible estar relajado y estresado al mismo tiempo-; y tomar tiempo a solas basta con diez minutos- para consentir la mente tensa con pensamientos positivos y de autovalidación, esto ayuda a eliminar la sobre estimulación de los sentidos y eliminar sentimientos de frustración.
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Partería profesional, recobrando el reconomiento EN FOCO
POR DINORAH AMBRIZ Las parteras y su labor recobran reconocimiento como una opción de parto más segura, humanizada y sensible a las necesidades de la madre y el bebé. Aunque hoy en día es grande el desconocimiento de la labor de las parteras, debido a la difusión de los beneficios de la partería, cada vez crece más el número de mujeres que deciden dar a luz en casa. La revaloración de la partería encuentra también apoyo en el Día Internacional de la Partería, celebrado el pasado 5 de marzo, fecha que busca difundir los beneficios que esta alternativa tiene para la salud física y emocional de las mujeres y sus bebés. Compañía personalizada para un cuerpo con sabiduría La hospitalización del parto encuentra parte de su fundamento en la consideración de que la mujer necesita ser intervenida para poder dar a luz. Y aunque esto es cierto en casos muy particulares, la partería sostiene que en la mayoría de las ocasiones, el cuerpo de una mujer es lo suficientemente sabio para dar a luz sin necesidad de ser intervenida.
«Los cuerpos femeninos humanos tienen tanto potencial para dar a luz como lo tienen los cuerpos de osas hormigueras, leonas, rinocerontes, elefantas, alces y búfalas de agua. Incluso si no has estado acostumbrada a esto durante toda tu vida hasta ahora, te recomiendo que aprendas a pensar positivamente sobre tu cuerpo», asegura Ina May Gaskin, una de las fundadoras del movimiento por el parto natural en Estados Unidos. Para la partería profesional, además de este reconocimiento de la sabiduría del cuerpo femenino, es importante dar un acompañamiento humanizado. Para una partera es importante dialogar con los padres para saber cómo se desea que sea el parto, discutir el historial médico y hablar en general sobre todas las dudas que se puedan tener sobre el embarazo, esto con el fin de asegurar una experiencia respetuosa y bella. «Cuando un embarazo es atendido por una partera, las mujeres experimentan menos nacimientos prematuros, menor necesidad de ser intervenidas –como tener la famosa incisión entre vagina y ano– y reportan una mayor satisfacción con la atención recibida», asegura Toyin Ojora, presidenta de Wellbeing Foundation Africa,
para The Huffington Post. Por su parte, Limari Colón, una madre que dio a luz en casa acompañada de una partera, engloba en sus palabras las vivencias de muchas otras mujeres: «Fue la experiencia más bella y de más empoderamiento en mi vida (…) Dar a luz a mi hijo de manera natural no se trataba de política ni de aventura. Se trataba de lo que era mejor para nosotros. Yo sentía la necesidad de proteger nuestros primeros momentos juntos». Mujeres Aliadas En Michoacán se cuenta con diversas alternativas para dar a luz en casa, pero sobresale la organización Mujeres Aliadas por ser la única escuela de partería en el estado, así como por su trabajo por proteger los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres de más de 40 comunidades a lo largo de la cuenca del Lago de Pátzcuaro. En esta zona, explica Ondine Rosenthal, directora ejecutiva de la organización no gubernamental asentada en Erongarícuaro, «hay niveles inaceptables de muerte materna e infantil, así como de cáncer cérvico uterino (…) Estos problemas se deben al pobre acceso que hay en la zona a servicios de cuidado de la sa-
lud que sean accesibles, dignos y de calidad». Ante el desconocimiento por parte de las mujeres de sus derechos sexuales y reproductivos, uno de los objetivos de la organización es informar a las mujeres sobre su cuerpo y sus derechos, así como ofrecer servicios médicos y atención durante el embarazo que respete, empodere y dignifique a las mujeres. La organización –que se puede contactar a través de su sitio web o su página en Facebook, Mujeres Aliadas– no sólo da servicios de partería a las mujeres de estas comunidades, sino a cualquier mujer embarazada en busca de una atención más respetuosa y humanizada para ella y su bebé. «Nuestras parteras ayudan a que las mujeres encuentren su fuerza para dar a luz. Las embarazadas son acompañadas por las personas que aman y pueden elegir dar a luz en sus casas o en nuestro centro de salud, donde una de las alternativas es el parto en agua», explica Rosenthal. Una decisión informada Uno de los aspectos más relevantes de las organizaciones que buscan restituir la partería como una de las principales opciones
para que las mujeres den a luz, no es la publicidad desmedida de este modelo de nacimiento, sino el interés porque las mujeres tomen decisiones informadas respecto a cómo quieren vivir este momento crucial de su vida. Para muchas mujeres, el parto hospitalario se elige por ser la única opción, esto sin estar profundamente informadas sobre los efectos que las características de estos partos –como la inducción– pueden tener sobre sus cuerpos y el del bebé. Sin duda, la manera elegida para dar a luz una nueva vida es decisión completamente personal, pero siempre será valioso que esta decisión sea informada y que haya considerado todas las ventajas y desventajas que pueda tener cada opción. En este sentido y como expresa Asheya Hennessey, fundadora de Mothers of Change, organización no gubernamental canadiense en pro de la atención humanizada de la maternidad: «La vida tiene riesgos, lo mismo ocurre con el nacimiento. El objetivo de que la embarazada tome decisiones informadas no es que encuentre una elección de cero riesgo, sino que pueda elegir la opción con el riesgo más aceptable para ella».