S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 265 | J U E V E S 23 DE OCTUBRE D E 2 0 14
POR DINORAH AMBRIZ La profesión médica ha vivido en los últimos años una paulatina pero constante feminización que da tintes particulares a la práctica, atención a los pacientes, sensibilización sobre ciertos temas de estudio o atención a problemas médicos de las mujeres antes pasados por alto. Sin embargo, las mujeres en esta profesión, aunque en menor medida que en otros campos, enfrentan problemas de discriminación de género como poco acceso a puestos de responsabilidad. «En mi salón somos más mujeres y es muy común que conforme avanzan los semestres son los compañeros los que van abandonando la escuela. A mí me interesa especializarme en pediatría, que es un área donde hay muchas mujeres», comparte Blanca, a un año de egresar de la Facultad de Medicina de la UMSNH. Más mujeres con batas blancas
Más mujeres
en la medicina
A nivel global, en promedio el 54 por ciento son hombres, mientras que el 46 son mujeres, una proporción casi paritaria en comparación con otras profesiones, situación que hace algunas décadas se hubiera considerado impensable. La mayoría de los médicos menores de 40 años son mujeres, y en el grupo de los menores de 30 años, la cifra de mujeres casi llega a duplicar a la de hombres. De esperarse es que el fenómeno esté relacionado también con la mayoría de mujeres en las facultades de Medicina, donde además se caracterizan por terminar sus estudios en menos tiempo. «Algunas de las especialidades preferidas por las mujeres son rehabilitación, medicina familiar, pediatría y bioquímica clínica, mientras que entre las menos recurridas están cirugía cardiovascular y urología», asegura la doctora Isabel López Sánchez en su escrito «La situación de la mujer en la medicina actual». López Sánchez asegura que, históricamente, las primeras publicaciones donde se aborda a la mujer dentro de la profesión médica datan de 1965, y en ellas se hablaba sobre la relación matrimonio-medicina, pues dado el rol social de la mujer en la época, había una extendida preocupación de que la mujer médica descuidaría el cuidado de los hijos y las tareas de ama de casa. Otros ejes
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Jueves 23 de octubre de 2014
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DESCÚBRETE
Afrodita en ti durante la ovulación POR DINORAH AMBRIZ Durante la fase ovulatoria, la mujer se encuentra particularmente sensual y atractiva, la libido aumenta y la energía sexual toma una tonalidad particular. Las fases del ciclo menstrual varían según autores, sin embargo se extiende una clasificación en cuatro fases: menstrual, preovulatoria, ovulatoria y premenstrual, propuesta por especialistas preocupadas en una comprensión más profunda e integral del ciclo. Durante la fase ovulatoria, que metafóricamente se asimila con la estación veraniega y con el arquetipo de la madre -como fuente de fertilidad y nutrición-, y debido al aumento de la hormona progesterona, se estimula la capacidad ló-
gica de pensamiento, el poder de convicción y, sobre todo, se está más desinhibida y aumentan las habilidades de socialización y comunicación con los demás. Físicamente se eleva la temperatura corporal, la piel se torna más húmeda y rosada, los pechos adquieren una apariencia hinchada y el flujo vaginal toma una consistencia más elástica y transparente, como clara de huevo. Sexualmente el cuerpo se llena de sensualidad y resulta altamente atractivo. Llega en estos días el llamado de la naturaleza para la reproducción, por lo que a la mujer en esta fase se le asocia con «la poderosa Afrodita», que en la mitología griega es la diosa de la lujuria, sexualidad y reproducción.
Durante esta fase el deseo libidinoso se encuentra en su nivel más alto y la mujer se encuentra en el momento ideal para gestionar y disfrutar plenamente su sexualidad sin tabúes, pues no sólo resulta atractiva a los demás, sino que ella misma tiene un intenso deseo erótico hacia una o varias personas. Además en estos días, por el aumento de otra hormona -la testosterona-, la mujer es más impulsiva en sus relaciones sexuales y siente orgasmos más intensos; también aumentan las fantasías sexuales y sueños húmedos como herramienta del organismo para sacar ese deseo sexual intenso, que suele ser frustrado por miedos y prejuicios culturales en torno a la sexualidad femenina.
Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.
Más mujeres en la medicina VIENE DE LA PORTADA
Los problemas de las mujeres en la profesión
temáticos también fueron, aunque en menor medida y escritos por grupos feministas, sobre casos de doctoras famosas. A la fecha, las publicaciones que se enfocan en el género tratan sobre el papel de la mujer en la academia, preferencias por especialidades según sexo o cómo el género impacta en los pacientes. Médicas en México En el país, donde hay menos de dos médicos por cada mil habitantes, hay 343 mil 700 egresados de medicina, pero de ellos, sólo el 82 por ciento pertenece a la Población Económicamente Activa. Las mujeres sobrepasan a los hombres en medicina general, constituyendo el 60 por ciento; sin embargo, la población masculina aún es desproporcionalmente mayor en las especialidades y en los cargos de responsabilidad, como puestos funcionarios o direcciones de instituciones. En este sentido y según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del segundo trimestre de este año del Inegi, las mujeres son las que ocupan la mayoría de los puestos subordinados y suelen ganar menos que los hombres, pues mientras que a ellos se les remunera con 79.3 pesos por hora, la mujer recibe 73.7 pesos. Asimismo, el 30 por ciento de las mujeres
En México, el Día del Médico es celebrado cada 23 de octubre desde finales de la década de los 30, mientras que a nivel internacional el festejo se realiza el 3 de diciembre desde 1946. percibe menos de tres salarios mínimos, situación que sólo se presenta para el quince por ciento de los hombres en esta profesión. Aunque la edad promedio de los médicos ocupados es de 43.4 años, es perceptible una diferencia según sexo: el promedio de edad para los hombres es de 46.3
años, mientras que las mujeres constituyen la población más joven con un promedio de edad de 38.5 años. Por su parte, en la distribución por sexo de médicos según el estado, destacan Durango, donde el 59 por ciento de los médicos son mujeres, y Sonora en el otro
extremo, donde sólo son el doce por ciento. Dentro de la población estudiantil las mujeres sobrepasan a los hombres, siendo casi el 53 por ciento en las facultades de medicina; también predomina su presencia en las ceremonias de egreso, con alrededor del 54 por ciento.
Como sucede en muchas otras profesiones, a nivel internacional uno de los principales problemas que enfrentan las mujeres que deciden dedicar parte de su vida a la medicina es la dificultad para acceder a puestos de responsabilidad y directivos. También encuentran trabas para ser promovidas dentro de su ámbito laboral y son mantenidas por periodos más largos de tiempo en situaciones de interinidad. Otra situación particular que vive la médica se relaciona con la presión y estrés que suele enfrentar, en parte por la exigencia propia de la profesión, pero también por situaciones típicas como doble jornada, al sumar su rol profesional al de ama de casa o madre. En este sentido, se han documentado casos de partos prematuros en médicas, interrupción de sus periodos de lactancia y altos niveles de tabaquismo; el impacto psicológico también es fuerte, pues muchas mujeres encuentran dificultades para entablar una relación de pareja estable. Algunas otras situaciones que enfrentan son poca protección social, como prestaciones económicas o dificultades para compaginar la maternidad con el trabajo; escasa representación en organizaciones profesionales, mayor inestabilidad laboral y altas tasas de desempleo.
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DEL DICHO AL HECHO
DE CIENCIA Y OTRAS TENTACIONES
Médicas humanizan la profesión
La atracción física no surge de la nada
POR DINORAH AMBRIZ La incursión de la mujer en la medicina ha traído consigo cambios en el ejercicio de la profesión, entre ellos, la forma en que se trata a los pacientes, propiciando con ello mejorías en su salud. Lazo interpersonal «La incorporación de la mujer en la profesión médica ha ayudado a humanizarla», asegura la doctora Carmina Flores-Domínguez, de la Universidad Anáhuac México, en tanto son ellas las que han brindado otro tipo de atención a los pacientes, más sensible y comunicativa. Las médicas, con habilidades de comunicación más desarrolladas, entablan lazos más colaborativos y no dominantes, se involucran en mayor medida para dar apoyo emocional, implican más al paciente en la toma de decisiones sobre su salud, usan más tiempo de la consulta para dialogar y también dan más información y explicaciones comprensibles sobre el estado de salud. «Diversos estudios han descrito que las mujeres médicas ponen mucha más atención en aspectos psicológicos, sociológicos e interpersonales en la consulta, lo cual finalmente establece una relación médico-paciente eficaz»,
explica Flores-Domínguez en su trabajo de investigación Feminización en medicina: liderazgo y academia; añade que son las habilidades de comunicación interpersonal las que permiten establecer confianza entre el doctor y paciente. El trato humano de las médicas está relacionado también con el tipo de liderazgo que las mujeres ejercen cuando se encuentran en posiciones de autoridad, pues es uno más orientado a la acción participativa e inclusiva, donde existe más empatía y orientación hacia el bien común, explica Carmina Flores-Domínguez. Más salud cuando te atiende una médica Aún no son numerosas las investigaciones sobre el impacto del género del médico en la salud del paciente; sin embargo, se ha demostrado que los pacientes que se comunican más y mejor con sus médicos frecuentemente tienen mejores resultados en su salud. En este sentido, se ha encontrado que los pacientes tienden más a aceptar y seguir consejos preventivos, como hábitos nutricionales o ejercicio, cuando provienen de una médica. Dada la humanización del trato que llega con las mujeres en la medicina, sea por construcción
cultural donde a los hombres no se les permite ser sensibles y comunicativos o sea por predisposición genética de comportamiento, voces de autoridad en la medicina abogan por que se incluya a la mujer en cada vez más ámbitos de la medicina, por ejemplo, en los círculos políticos dentro de la profesión –donde ellas se convierten en abogadas de los pacientes– o en la academia –donde pueden enfatizar la importancia del trato humano durante la formación de los próximos médicos. «La formación de estudiantes de medicina y médicos en la entrega de información con una actitud de respeto y que apoye la participación del paciente (…) podrían ayudar a proporcionar una atención de mayor calidad a cada paciente, independientemente de su género», afirma Flores-Domínguez. Sin duda y relacionado con los estereotipos de género, las habilidades interpersonales en la actualidad suelen estar mayormente presentes en las médicas, pero ello no quiere decir que los médicos no puedan desarrollarlas. Así, y por el bienestar de los pacientes, resulta importante un aprendizaje colaborativo dentro de la comunidad médica, donde los hombres puedan nutrir su práctica de las habilidades comunicativas que las mujeres han introducido en el ejercicio de la medicina.
POR DINORAH AMBRIZ En el amor se nos ha educado bajo ideas románticas, donde la atracción por alguien es como un flechazo o surge de las profundidades del corazón de forma irracional. Pero la realidad es que el deseo por una persona nunca es espontáneo, tras él hay un complejo juego de estímulos a los sentidos, sustancias químicas y mecanismos evolutivos de sobrevivencia. «El cerebro realiza una serie de cálculos complejos en cuestión de segundos y esto es la causa determinante de la atracción», dice Dawn Maslar, bióloga y escritora estadounidense especializada en el estudio evolutivo de este sentimiento. Una vez que la atracción es decidida por el cerebro, el resto del cuerpo se ve involucrado a través de los sentidos, que aportan nueva información, favorable o no tanto, para evaluar a la potencial pareja. El primer sentido involucrado es la vista, que juzga a partir de los estándares de atracción visual vigentes según la cultura o época. «Signos de juventud, fertilidad y buena salud, como tener el cabello largo y brilloso, o una piel tersa y libre de cicatrices, casi siempre son los estándares de mayor demanda, porque se los relaciona con la aptitud repro-
ductiva», explica Maslar en su charla TED «The science of attraction». Si los ojos dan su visto bueno, la persona se ve impulsada a entablar cercanía física para que los demás sentidos puedan trabajar. Así, el olfato busca las feromonas, señales químicas naturales que brindan información sobre la genética del emisor. Al respecto, un reciente estudio dio a oler a un grupo de voluntarios blusas usadas por mujeres en diferentes fases de ciclo menstrual y se registró que quienes olieron las blusas de mujeres en fase ovulatoria presentaron un aumento de testosterona, hormona que genera el impulso de conquista. Por su parte, el olfato de las mujeres es particularmente sensible a las moléculas CMH, necesarias para combatir enfermedades. Auditivamente los hombres encuentran atractivas las voces agudas y aterciopeladas porque se relacionan a cuerpos pequeños, mientras que las mujeres prefieren voces graves por sugerir un mayor tamaño corporal; por su parte, el tacto permite el intercambio de señales químicas. Una vez que la atracción es confirmada por los sentidos, el torrente sanguíneo se llena de norepinefrina, que ocasiona que el corazón lata más rápido, las pupilas se dilaten, la atención se focalice, se sienta más energía por la liberación de glucosa, se distorsione la percepción del tiempo y mejore la memoria.
EN FOCO POR DINORAH AMBRIZ Las mujeres tienen madera de activistas, alrededor del mundo son muchas las voces femeninas que gritan con pasión ante injusticias y trabajan con ahínco por causas comunes. Con los rasgos necesarios para ser activistas Entregarse a causas sociales y realizar un trabajo arduo que suele tardar años o décadas en dar frutos positivos, requiere una actitud particular, gran capacidad de renuncia y un temple sólido ante la adversidad, sobre todo en tanto el activismo, en numerosas partes del mundo -y como sucede en México-, no es sustentable económicamente para quienes dedican su vida a ello. «La formación de las mujeres con tendencia a vivir para los otros hace más factible su inclinación a esta opción de vida», dice para CNN Luz Estela Castro Rodríguez, originaria del estado de Chihuahua y quien dejó la vida de empresaria para dedicarse a la defensa de los derechos humanos. Para Castro, ganadora en 2012
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Con madera de activismo del premio internacional que otorga la Asociación Pro Derechos Humanos de las Mujeres, las características comunes a los activistas son capacidad de indignación, cierto grado de sacrificio personal, sensibilidad a la dignidad y tendencia a acabar con las relaciones jerárquicas de poder que dañan a los seres humanos. Estos no son rasgos propios y únicos de un sexo, pero suelen estar más presentes en las mujeres, asegura la activista conocida como Lucha Castro. Tal vez ello explique el hecho de que en muchas partes del mundo han sido las mujeres quienes sientan los cimientos de movimientos en defensa de los derechos humanos. Enfrentan un doble peligro El sacrificio personal puede ser uno de los aspectos más arduos para la vida activista. Al respecto, Vilma Almedra, reconocida activista colombiana, ha relatado
el caso de su mamá, de quien aprendió el nivel de renuncia a los intereses personales que implica el activismo: «Mi mamá estaba tan metida que no tenía tiempo para la familia; todo era el movimiento: no tiene horario de entrada, salida, sueldo, nada, pero es un compromiso. Uno quiere transformar y uno lo asume». El activismo también implica inseguridad personal. Por cuestionar las situaciones en que viven grupos vulnerables, denunciar abusos como los matrimonios forzados o dirigir centros de acogida, muchas mujeres han sufrido acoso policial, amenazas de muerte, secuestros, agresiones físicas o vigilancia gubernamental -que incluye a la familia del activista. En esta línea, Amnistía Internacional ha sido una de las voces más fuertes en la denuncia del doble peligro que enfrentan las mujeres -por ser activistas y sujetos de discriminación de géneroal luchar por causas sociales, sobre todo en países de África, Me-
dio Oriente y América Latina. «Estas mujeres desempeñan un importante papel como motores del cambio social y del progreso hacia la igualdad, pero a menudo se convierten en blanco por defender los derechos de los demás», asegura la organización internacional. Más activas en la lucha virtual Las mujeres abocadas al activismo han encontrado en Internet una buena herramienta para hacerse escuchar y promover el cambio social. En Change.org, la plataforma virtual de cambio social más grande en el mundo con 50 millones de usuarios y 700 mil peticiones, las mujeres han demostrado ser 1.5 veces más propensas a firmar una petición, siendo autoras del 71 por ciento de las firmas. Además, en la plataforma, donde las causas más populares son derechos humanos, derechos ani-
males y justicia económica, las mujeres conforman la mayoría de la población activista, siendo el 63 por ciento de los usuarios. Dentro de las causas más populares, las mujeres sobresalen por ser particularmente apasionadas en derechos animales, donde sus firmas constituyen casi el doble que las hechas por hombres, quienes a su vez son más activos en las otras dos causas más populares. Por su parte las causas con participación casi paritaria entre géneros son justicia criminal, salud, comercio justo y alimentación sustentable, y tráfico humano. Sin duda, no todas las personas tienen madera de activistas ni son capaces del nivel de renuncia y tipo de trabajo requerido, pero el conjunto de acciones individuales de apoyo pueden fortalecer en gran medida el trabajo de activistas, sean mujeres u hombres, que dedican sus esfuerzos a la construcción de un mundo más digno y justo para todos.
En muchas partes del mundo las mujeres han sido quienes sientan los cimientos de movimientos en defensa de los derechos humanos.