S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 270 | J U E V E S 27 DE NOVIEMBRE D E 2 0 14
POR DINORAH AMBRIZ Las acciones para eliminar la violencia y la discriminación hacia las mujeres se encuentran en boga durante estos días; dependencias de gobierno, instituciones, escuelas y sitios web describen y denuncian el fenómeno. El impulso puede ser la ocasión perfecta para consolidar proyectos educativos que apunten a construir un futuro sin violencia de género. El 25 de noviembre ha sido instituido como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con el objetivo de generar conciencia y promover acciones y movilizaciones a nivel global que luchen contra la violencia hacia las mujeres. Un daño que se abre paso en la cotidianidad
Educación, por un futuro sin violencia de género
La violencia de género, considerada un problema de salud global de proporciones epidémicas por la Organización Mundial de la Salud, se encuentra presente en la cotidianidad de millones de mujeres. Cada día, una de cada tres mujeres es violentada física o sexualmente, son cerca de 120 millones de niñas a las que se les ha forzado para tener relaciones sexuales y 113 millones de mujeres y niñas han sufrido mutilación genital. En México, la violencia hacia las mujeres más común y extendida en el país es la que ejercen los esposos o compañeros, y una de cada cinco muertes femeninas violentas ocurre en el propio hogar, indica la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada por el Inegi. Otra de las principales manifestaciones de violencia de género en el país es la alta tasa de feminicidios y desapariciones forzadas, al tiempo que hay ausencia de un registro sistematizado de sus nombres y procesos de su búsqueda cuando los hay. Al respecto, un estudio de la ONU en el país indica que es imposible conocer con exactitud el número de feminicidios; sin embargo, sólo durante 2010 hubo un promedio de 6.4 muertes diarias con presunción de homicidio. Desde que la Organización de las Naciones Unidas hiciera un llamado en 1995 para luchar la violencia de género, dos terceras partes de los países han instaurado leyes concretas para ello; en México se tiene la Ley General para la
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Jueves 27 de noviembre de 2014
Mujer.es
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Retrasa tu menstruación de manera natural DESCÚBRETE
POR DINORAH AMBRIZ El retraso del sangrado menstrual puede ser ideal ante ciertas actividades, por ejemplo, un viaje a la playa, algún proyecto personal, o un evento social; también se puede buscar por razones médicas en el caso de mujeres con periodos frecuentes y abundantes. Lograr que el sangrado llegue con algunos días de tardanza se puede lograr fácilmente con anticonceptivos, sin embargo, resulta más respetuoso y sano para el cuerpo propiciar un ligero retraso de una manera natural. La medida más eficaz consiste en estresar al cuerpo a través del incremento de actividad física, tanto en cantidad como en intensidad. Entre las dos o tres semanas previas a la menstruación se
debe aumentar el ejercicio tanto como se pueda sin ponerse en riesgo; en quienes ya tienen una buena condición física se sugiere tener entrenamientos más intensos, y si no se es una persona activa basta con elegir algún ejercicio de intensidad media, como baile de salón o una vuelta en bicicleta. El retraso del sangrado también se puede lograr con posiciones donde la cabeza está más abajo que el corazón, como parado de manos y arcos. El estrés emocional y mental también es causante de retrasos, pero esta medida no es recomendable por ser difícil de controlar e implicar más consecuencias negativas que positivas; en esta línea, lo más que se recomienda es imponerse un reto como aceptar una nueva responsabilidad o proyecto.
Otras medidas naturales para retrasar el sangrado son: evitar la comida condimentada y picante, pues aunque el soporte teórico a esto es aún poco, el conocimiento tradicional en diversas culturas indica que estas comidas promueven el sangrado al generar calor en el cuerpo; consumir alimentos ‘fríos’, como sandía, pepino, jugo de limón, soya, yogur, tomates, o té verde; y tomar tinturas de bolsa del pastor y aquilea, ambas hierbas conocidas por reducir duración y abundancia del sangrado. La alteración del ciclo menstrual puede ser de ayuda en algunas ocasiones, sin embargo, no es conveniente abusar de ello, pues a largo plazo puede ocasionar problemas a nivel hormonal y reproductivo.
Aumentar la acvitidad física puede ayudar a restrasar la menstruación.
Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.
Educación, por un futuro sin violencia de género VIENE DE LA PORTADA
Los padres tienen un papel muy importante en ayudar a los niños a entender y superar la desigualdad de género. La erradicación de la violencia hacia las mujeres empieza en la forma en que los padres se relacionan y dividen las tareas del hogar.
Igualdad entre Mujeres y Hombres y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero a pesar de los avances, aún hay numerosas lagunas legales y ausencia de voluntad política y social para erradicar este tipo de violencia. Sensibilización y educación, las cartas más seguras Los programas y campañas implementadas para erradicar la violencia de género son sin duda valiosos e indispensables y deben verse acompañados de una apuesta segura a futuro que empiece en la niñez, esto para garantizar un futuro donde mujeres y hombres sean reconocidos como personas igualmente dignas de respeto. La violencia de género tiene su manifestación más extrema en los feminicidios, pero en el caso de los niños, resulta importante concientizar sobre las múltiples formas en que se puede expresar la violencia de género: abusos verbales y físicos, hostigamiento
sexual, agresión psicológica o privación de la libertad. Sensibilizarlos en torno a que también son agresiones los gritos, insultos y actitudes hirientes, las miradas incomodas y piropos murmurados al caminar, la desigualdad de sueldos entre hombres y mujeres, la imposibilidad de crecimiento profesional o la dificultad para tener bienes patrimoniales. Otro aspecto de concientización, y que puede ser comprobado por los niños en su experien-
cia de vida, es la falta de equidad en la participación de mujeres en ámbitos como la escuela; en este sentido, a pesar de que la población femenina es más grande que la masculina, aún son evidentes las desigualdades de acceso a la educación. Hoy en día, dos terceras partes de los 799 millones de personas analfabetas en el mundo son mujeres; a nivel primaria, asisten 91 niñas por cada 100 niños; a nivel secundaria, la proporción es de 88 por cada 100, y en el nivel
profesional, las mujeres aún encuentran dificultades para acceder a ciertas profesiones como ingenierías y las relacionadas a las ciencias exactas. La cosificación de la mujer en la publicidad y la reproducción de estereotipos de género es otro aspecto que niños y niñas pueden ver como algo concreto en su realidad. La denuncia de la violencia de género en la infancia se ha de hacer desde la cotidianidad, por ejemplo, comentando lo inade-
cuado de que los ciertos juguetes sean anunciados como únicamente para niñas y otros para niños, o que las niñas deban vestir de determinados colores, o que sólo los niños puedan jugar en la tierra y ensuciarse. Las cuestiones de violencia de género han sido vistas como asuntos de interés para las mujeres en los que algunos «hombres buenos ayudan»; en este sentido, en el caso de los niños resulta de particular valor reafirmar la importancia de ver la violencia de género como una situación que afecta a todos por igual, y donde ellos, desde la población masculina, tienen una responsabilidad y compromiso de apoyar, no como un acto de buena voluntad. Sin duda los niños se encuentran expuestos a numerosos estereotipos de género en los ámbitos en los que se desarrollan y crecen rodeados de manifestaciones de violencia de género que terminan por parecerles una situación normal. Por ello el papel de quienes participan en su crianza es vital, pues define la forma en que ellos asimilan e interpretan entornos donde la violencia de género es una constante.
Jueves 27 de noviembre de 2014
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DEL DICHO AL HECHO
EN REFLECTORES
Cómo enseñar la igualdad de género
Hacer nuevas amigas vale el esfuerzo
POR DINORAH AMBRIZ El hecho de que todos los seres humanos somos iguales, sin importar si se ha nacido hombre o mujer, no es algo que se pueda enseñar a los niños con una plática de quince minutos. Son necesarias actitudes diarias y constantes para que ellos puedan construir la convicción de que la violencia de género es inaceptable. Los mensajes para luchar contra los estereotipos de género dañinos comienzan desde el hogar con las dinámicas familiares; los niños aprenden de la forma en que los padres se relacionan y se dividen las tareas del hogar, pues con ello se mandan mensajes sobre cómo funciona el mundo y como se establecen las relaciones entre géneros. Acumulación de acciones sencillas Las actitudes ante el género se desarrollan desde una edad muy temprana. Diversos estudios han demostrado que a los dos años, los niños empiezan a notar las diferencias físicas, y a la edad de tres ya han desarrollado algunas ideas sobre comportamientos y
actividades determinadas según el género. Son las pequeñas acciones las que, acumuladas, pueden generar un gran impacto en la formación de los niños en torno a la igualdad de género y jugar papeles decisivos en el empoderamiento de las pequeñas. Por ejemplo, preguntar a una hija qué está leyendo, por qué le gusta y por qué no, sin juzgar sus respuestas sino sólo alimentando una conversación que respete su intelecto y que la haga sentir confiada de externar sus valoraciones. «Cuando los niños absorben mensajes que limitan su exploración y el juego, ni los niños ni las niñas pueden prepararse eficazmente para las realidades intelectuales y emocionales ni para las exigencias de la vida», se asegura en el libro Anti-bias education for young children and ourselves. En la colonia y en los salones de clase Hay diversas actividades que se pueden poner en marcha en el hogar, junto a los vecinos o en los salones de clase para promover la igualdad de género. Algunas de ellas son establecer un pre-
mio o beneficio para aquellos niños y niñas que promuevan la equidad, promover la reflexión en torno a los estereotipos de género dañinos, organizar eventos deportivos donde se enfatice la participación igualitaria de niños y niñas, sensibilizar en torno al uso del lenguaje sexista, acercar a los niños a mujeres que se desarrollan profesionalmente en ámbitos tradicionalmente masculinos – como chofer de una combi o una ingeniera–, evitar espacios y actividades destinadas para niñas y para niños dentro de salones de clase, cuestionar y analizar los programas curriculares que propician prejuicios hacia la mujer, fomentar proyectos de investigación en torno a la violencia de género a nivel global, leer historias a los niños pequeños que no fomenten comportamientos sexistas y acercarlos a historias de vida de mujeres y hombres que han significado un parteaguas en la lucha contra la violencia de género. Además resulta de importancia observar la forma en que se relacionan niños y niñas e identificar comportamientos discriminatorios. Así, se puede frenar la violencia de género en las interacciones desde la infancia.
POR DINORAH AMBRIZ Para sobrellevar tristezas al mismo tiempo que se preserva la salud, una de las mejores decisiones puede ser pasar tiempo con una amiga, o mejor, con un nutrido círculo de mujeres con las que se sienta confianza y apoyo mutuo. Los beneficios de estar con amigas son diversos. Uno de los más tangibles es la forma en que ayuda a disminuir el estrés y a lidiar con experiencias difíciles; se ha documentado que al estar juntas se liberan oxitocina y serotonina, que contrarrestan las hormonas encargadas de nutrir los procesos de estrés -el cortisol y la epinefrina-. El incremento de oxitocina no sólo da paso a una sensación de calma, bienestar y una reducción de sentimientos de miedo, sino que también incrementa la disposición para cuidar a quienes se ama y a buscar la protección colectiva. Además, tener amigas disminuye de manera estadísticamente significativa el riesgo de desarrollar diversas enfermedades físicas al envejecer; en particular, padecimientos de presión arterial y colesterol. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard concluyó que cuando una mujer no tiene una amiga cercana el daño a la salud es similar a ser fumadora habitual o tener sobrepeso. Por su parte, en la Universidad de Los Ángeles se encontró que las mujeres con amigas cercanas tienen un desarrollo de
identidad más sólido y mejor planeación del futuro. A pesar de los beneficios a la salud integral, tener una red sólida de amigas no siempre es fácil. Al aparentemente sencillo acto de ‘hacer amigas’ se suelen interponer la timidez, la falta de sororidad, y la cerrazón a conocer nuevas personas conforme pasan los años. En este sentido, la psicología recomienda realizar acciones de manera consciente que permitan crear nuevos lazos de amistad con otras mujeres. Una de las principales es salir del círculo de confort y participar en otros tipos de actividades sociales que den la oportunidad de conocer a potenciales amistades o que desarrollen habilidades sociales, como participar en grupos de teatro, expresión corporal, o debates. Para evitar el sabotaje de las nuevas relaciones resulta importante tener una autoestima sólida, pues de no estar a gusto con una misma no se podrá ver en su totalidad lo positivo que la otra persona puede aportar a la relación. Se requiere aprender a confiar en una misma y valorar cualidades personales, pues de lo contrario se tenderá a callar y ser pasivas en el encuentro con otras mujeres. Además, si la propuesta de amistad llega del exterior, una autoestima negativa no permitirá responder a la demanda. También puede ser útil cuestionar los miedos que están detrás de la dificultad para crear nuevas relaciones; un par de los más comunes son no cubrir la expectativa de los demás y el temor a exponerse al rechazo y ser lastimadas.
Jueves 27 de noviembre de 2014
Mujer.es
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Mujeres, con más años para disfrutar la vida EN FOCO
POR DINORAH AMBRIZ Las mujeres somos más longevas. El fenómeno no es exclusivo de los humanos, pues se ha encontrado que los machos de diferentes especies viven menos que sus pares femeninas. Para cuidar la descendencia En promedio, las mujeres viven cinco años más que los hombres. Aún se sigue acumulando información al respecto, y la longevidad femenina sigue siendo tema central de numerosas investigaciones. Sin embargo, una de las teorías más consolidadas es la que afirma que la naturaleza propicia que las mujeres vivan más por ser las cuidadoras principales de los hijos. La teoría de las mujeres como cuidadoras asegura que las mujeres viven más porque ellas son más esenciales para la supervivencia y el bienestar de la descendencia. En la antigüedad, los niños sin madre tenían pobres perspectivas de supervivencia y por ello la selección natural, explica la teoría, se encaminó a garantizar la sobrevivencia de las mujeres. En este sentido, se ha documentado que en otras especies, como los monos Siamang o los Tití, donde los machos se involucran en mayor medida en el cui-
dado de la descendencia, la longevidad es similar a la de las hembras. En el caso de los monos búho, son los machos los que resultan decisivos para la sobrevivencia de los pequeños y sólo se los dan a la madre para que los alimente; en esta especie, son los machos los que son más longevos. Por tener un estilo de vida menos riesgoso Para explicar el que las mujeres vivan más años también se asegura que se debe a que los hombres tienen estilos de vida más arriesgados y temerarios, y este comportamiento, explican los evolucionistas, se relaciona a la exposición prenatal del cerebro de los niños a la testosterona. Esta teoría encuentra apoyo en el análisis de las estadísticas sobre mortalidad humana, pues las mujeres sí presentan un estilo de vida menos arriesgado al cuidar mejor de su salud, mientras que los hombres son más propensos a morir a causa de la violencia y accidentes. Aunque hay quienes contraponen la teoría de la cuidadora con la del estilo de vida arriesgado, también se afirma que estas explicaciones pueden complementarse, pues la mujer tiene un estilo de vida menos arriesgado
por el hecho de ser cuidadora. En este sentido, se afirma que cuando el hombre asume el papel de cuidador, su estilo de vida tiene considerablemente menos riesgos; los hombres casados, por ejemplo, disminuyen su producción de testosterona y tienen menores tasas de mortalidad por causas violentas que los hombres solteros. Otros factores que se han relacionado a la longevidad femenina son el hecho de que las mujeres tienen un sistema inmune más fuerte y dos cromosomas X, lo que se ha relacionado al desarrollo posterior -respecto de los hombres- de enfermedades cardiovasculares en las mujeres. Resultado de dinámicas sociales La longevidad también encuentra su explicación en las dinámicas de interacción que se han ido construyendo en las sociedades, asegura un estudio realizado en la Universidad de Maryland por el sociólogo Philip Cohen, cuyo ar-
gumento se enfoca sobretodo en el hábito de fumar, una práctica principalmente masculina durante todo el siglo XX. El tabaquismo, asegura Cohen, es la razón de que los hombres tengan esperanzas de vida más cortas; y aunque la brecha de género en torno a la adicción al cigarro ha disminuido desde 1965, en todo el mundo el tabaquismo sigue siendo más común en los hombres, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cohen asegura que otros factores sociales que juegan un papel importante en el fenómeno de mayor longevidad femenina, han sido la exclusión histórica de las mujeres de la guerra, la alta cantidad de hombres asesinados en crímenes violentos, y las altas tasas de mortalidad materna. A esta línea se suma una investigación realizada por la Brigham Young University en el 2010, donde se asegura que las mujeres viven más al ser las que tienen vínculos sociales más fuertes, lo que reduce las posibilidades de muerte. «El beneficio más claro de
las relaciones sociales viene de ayudar a los demás. Aquellos que ayudaban a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto», asegura la investigación. Madres tardías, más longevas Un reciente estudio que se suma para explicar la longevidad femenina se relaciona al momento en que las mujeres que quieren tener hijos deciden vivir la maternidad. Hay un vínculo entre la capacidad de dar a luz a edades más avanzadas y la longevidad, aseguran los investigadores. En el estudio, publicado en Live Science se analizaron a 462 mujeres, incluyendo a 311 que destacaban por ser muy longevas; se encontró que aquellas que habían dado a luz a su último hijo después de los 33 años tenían el doble de posibilidades de llegar al menos a los 95 años, esto en comparación con las mujeres que habían dado a luz por última vez a los 29 años.
Para explicar el que las mujeres vivan más años también se asegura que se debe a que los hombres tienen estilos de vida más arriesgados y temerarios».
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