Suplemento Mujer.es 3 de abril

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S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 282 | JUEVES 2 DE ABRIL D E 2 0 15

Fotorreporteras, otra mirada ante la visión masculina de la realidad POR DINORAH AMBRIZ El fotoperiodismo ha sido, históricamente, un campo masculino. Son hombres los que dan testimonio gráfico de la vida de una ciudad desde un acercamiento periodístico, han sido ellos quienes, cámara en mano, corren de un lado a otro, capturando la imagen que informará sobre temas de interés público. En este contexto, el ojo femenino tras una cámara fotográfica que reportea desde la imagen es raro y se enfrenta a prejuicios de género cuando intenta apropiarse de un espacio en la

búsqueda de capturar instantes irrepetibles y valiosos para la memoria colectiva. «Nena, esto es un trabajo de hombres» En México, las mujeres dedicadas al fotoperiodismo son pocas, y en su mayoría se abocan a cobertura de espectáculos, cultura y fotografía de eventos oficiales. Quienes han buscado cubrir gráficamente espacios más alejados de una zona de confort, como manifestaciones sociales, se enfrentan a un trato hostil. «Más tardé en prender mi cá-

mara que en lo que los fotógrafos hombres ya me hacían a un lado, pegaban, pateaban, mordían o pellizcaban cual mujer en el vagón del Metro luchando por un asiento. (…) Uno puede entender al gremio pero no comprenderlo: no es que busque que como mujer se me dé un espacio, pero sí que seamos tratados de igual manera, a final de cuentas, nuestra labor es informar, no ser protagonistas», asegura Alma, fotorreportera mexicana que asegura haber tenido un recibimiento poco respetuoso en su incursión al fotoperiodismo. Por su parte, Andrea, fotorre-

portera de uno de los periódicos de mayor circulación en Morelia, comparte que sí ha sentido un trato diferente. «No directamente pero sí se siente una especie de condescendencia, como de ‘sí te mando a cubrir pero como eres mujer, entonces no te mando a lo más pesado’. La mayoría no lo hace pero sí hay burlas de algunos, sobre todo de los que son más veteranos. Parece como si ese no fuera nuestro lugar. No somos muchas mujeres, sí hay muchos más hombres». Sobre la situación de las mujeres dentro del fotoperiodismo moreliano, Dayana, quien se aden-

tró a esta profesión en 2007 y ha colaborado en distintos medios de comunicación en Morelia, comenta: «He tenido la fortuna de tener colegas buena onda y nunca he tenido ningún problema por ser mujer (…) Sí hay reporteras gráficas pero la mayoría son hombres, no sé porque, tal vez les llame más la atención a los hombres o las mujeres vean que es un trabajo más de hombres. Nunca me había puesto a pensar en ello. También lo que he visto es que camarógrafas no hay, ahí no hay mujeres».

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Jueves 2 de abril de 2015

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Exposición al sol y cuidados para la piel DESCÚBRETE

POR DINORAH AMBRIZ Durante vacaciones, exponerse a los rayos del sol puede ser una de las cosas más placenteras; sin embargo, es importante hacerlo con ciertos cuidados, pues el daño causado a la atmósfera provoca que la piel esté más expuesta a los aspectos perjudiciales de los rayos solares. Exponerse al sol de manera no excesiva es positivo para la salud, pues la sensación de calor provocada por los rayos solares tiene efectos relajantes, energetizantes y antidepresivos. Según afirman algunos expertos esto se debe a que la luz solar provoca la liberación de dos sustancias: endorfinas y melanocortinas, capaces de influir sobre el ritmo bio-

energético del cuerpo. Además, la luz solar es una de las pocas formas naturales de obtener vitamina D, compuesto necesario para que el cuerpo asimile el calcio. Sin embargo, los rayos solares también pueden provocar daños a la salud de por vida; esto se debe, principalmente, al daño que se ha causado a la capa de ozono, mecanismo natural de la Tierra para proteger de los rayos nocivos emitidos por el sol. Hoy en día se afirma que de toda la energía emitida por el sol, a la Tierra ya llega más del 60 por ciento, y se prevé que este porcentaje continúe aumentando. Algunos de los problemas de salud más graves que puede ocasionar la exposición excesiva al sol, son: cáncer de piel, envejecimiento prematuro de la piel, lesio-

nes oculares como cataratas, y atrofia del funcionamiento normal del sistema inmunológico. Un aspecto importante a tener en cuenta es que la exposición al sol es acumulativa. Es decir, la velocidad de envejecimiento de la piel se da según la cantidad de rayos a los que ha habido exposición durante toda la vida; así, un adulto que se cuide en la actualidad puede desencadenar procesos de envejecimiento prematuro si en su niñez no se cuidó al respecto. Hay ciertos hábitos que se pueden seguir para obtener lo bueno de la luz solar y no arriesgarse a los aspectos negativos. Se recomienda no exponerse en horas pico, entre las 11:00 y 4:00 de la tarde, sin importar si hay contaminación o nubes; utilizar

protector solar de amplio espectro que tenga al menos un factor de 30; usar sombreros y vestir con ropa de tejido cerrado, pues éste impide la penetración de los rayos;

usar gafas de sol fotosensibles y revisar la piel cada mes, pues de notar cambios en los lunares -color o tamaño- es importante acudir a un dermatólogo.

Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.

Fotorreporteras, otra mirada ante la visión masculina de la realidad VIENE DE LA PORTADA

Las primeras que se abrieron paso La situación de las mujeres dentro del fotoperiodismo actual no difiere sustancialmente de la vivida por Joana Birnés, considerada la primera fotoperiodista española, quien cuenta sobre la forma en que era recibida en el mundo del periodismo gráfico. «Automáticamente me decían: ‘Nena, ¿sabe usted dónde se mete?’. Y yo: ‘Sí, quiero ser fotógrafa de prensa’. ‘Nena, esto es un trabajo de hombres, !eh!’. Y aquí terminaba el diálogo. «Pasé por momentos muy difíciles, sí. Salgo al campo (de futbol) y comienzan a silbarme. Yo me voy hacia la portería, me siento y viene el árbitro y me pregunta qué hago allí. -‘Pues mire, instalarme para tomar fotos’. –‘No, esto es para los fotógrafos’. –‘Es que yo soy fotógrafa’. –‘No, no, no, pero usted es una mujer’. Mientras tanto, el público gritaba: ‘¡A fregar platos!, qué, ¿buscas novio?», cuenta testimonialmente Juanita Biarnés en el do-

n FOTÓGRAFA No, esto es para los fotógrafos. –Es que yo soy fotógrafa. –No, no, no, pero usted es una mujer. Mientras tanto, el público gritaba: «¡A fregar platos!, qué, ¿buscas novio?».

cumental Una fotógrafa entre hombres, que narra su incursión a la fotografía en tiempos de una España franquista. Fue a finales del siglo XIX cuando las primeras mujeres se forjaron camino dentro del fotoperiodismo, enfrentándose a prejuicios, conflictos personales y

rechazo profesional. Dos periodistas gráficas que irrumpieron en un ámbito monopolizado por miradas masculinas tras la lente son la británica Christina Broom y la hindú Homai Vyarawalla, de quienes se tienen documentadas colaboraciones en prensa de 1920. Como precursora del fotope-

riodismo femenino también destaca la estadounidense Jessie Tarbox Beals, quien era fotógrafa de plantilla en publicaciones como el Buffalo Inquirer y Courier, en 1901. Hay quienes aseguran que como pioneras se debería considerar a las primeras redactoras alrededor de 1850, dado que en la

época los periodistas a menudo tomaban ellos mismos las fotografías para ilustrar sus textos. En América Latina la incorporación de las mujeres ha sido un proceso más lento, destacan entre las primeras la nicaragüense Margarita Montealegre y la argentina Sara Facio.


Jueves 2 de abril de 2015

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DEL DICHO AL HECHO

EN REFLECTORES

Heidi Levine, valor en el fotoperiodismo

Los cerezos negros, trata de mexicanas en Japón

POR DINORAH AMBRIZ No sólo por su labor fotoperiodística sino también por el valor con la ejerce, hace un par de días Heidi Levine ganó el Premio Anja Niedringhaus al Valor en el Fotoperiodismo, con el que se reconoce a fotógrafas que muestren una «extraordinaria fuerza de carácter, valentía y perseverancia para documentar el mundo». Con el premio se honra también la memoria de la fotógrafa de la agencia AP Anja Niedringhaus, quien fue asesinada en Afganistán en abril de 2014. La fotoperiodista estadounidense ganó el premio otorgado por la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas IWMF debido a su labor realizada en la Franja de Gaza, zona de conflicto entre Palestina e Israel. Heidi Levine, radicada en Jerusalén, es reconocida por sus poderosas imágenes. «Su coraje

y su compromiso con la historia en Gaza es inquebrantable. Ella documenta los acontecimientos trágicos en circunstancias calamitosas al tiempo que muestra una profunda compasión por la gente que encuentra», aseguró el jurado al informar que el premio había sido otorgado a la reportera gráfica. «Al vivir en la región y criar a sus tres hijos, Heidi Levine experimenta la historia tanto a nivel profesional como muy personal, enfrentando los mismos peligros que a quienes fotografía en una zona de guerra, entre el lanzamiento de cohetes y ataques aéreos como un recordatorio constante. A diferencia de muchos periodistas que pueden cubrir una historia y subir a un avión para regresar a la seguridad de su propia patria, ella es una parte integral de la comunidad y ha mostrado una profunda preocupación por las personas», añadió el jurado. Al recibir el premio, Levine re-

cordó a Anja Niedringhaus y su entrega a la labor periodística. «Me siento honrada de ser reconocida con este premio dedicado a celebrar el legado de Anja, quien era a la vez una reportera gráfica y una persona que yo admiraba, respetaba y consultaba con frecuencia en el campo bajo circunstancias extremas. Había un vínculo profesional increíble, una sensación de confianza y una hermandad que muchos de nosotros sentíamos; ella es muy recordada por todos nosotros». Levine ha forjado su trayectoria haciendo cobertura de zonas de conflicto y post-conflicto, entre ellas, conflictos sociales en Medio Oriente, las revoluciones en Egipto, Libia y Siria y la situación de los refugiados iraquíes que viven en Jordania, Siria y Suecia. Pasó también un mes con las tropas estadounidenses en Iraq, documentando la vida de mujeres soldados. También ha trabajado en Afganistán, Georgia y la India. POR DINORAH AMBRIZ

Heidi Levine (izquierda superior) y una muestra de su increíble trabajo periodístico en Palestina y Medio Oriente.

Las redes criminales de corrupción, extorsión y secuestro que giran en torno a la trata de mujeres es la temática eje de Los cerezos negros, una novela basada en hechos reales escrita por Ernestina Sodi, actriz y escritora. La novela se desarrolla en la década de los 80 y recupera la historia de dos jóvenes mexicanas, Aurora y Verónica, que con la intención de probar suerte en el mundo del modelaje viajan a Japón, luego que se los recomendara la directora de una agencia de modelaje, pues «las bellezas latinas como ellas ganan muchísimo dinero en ese país». Tras llegar al aeropuerto, donde una mujer de otra agencia ya las esperaba, las jóvenes son subidas a una camioneta, sus pasaportes les son arrebatados y ellas entran a un mundo de esclavitud; junto a un centenar de más jóvenes, todas de distintas nacionalidades, Aurora y Verónica son subastadas y compradas por los yakuza, antigua mafia japonesa que a la fecha controla gran parte del narcotráfico, armas, bares clandestinos y prostitución. La novela no sólo es una ventana a la violencia a la que son sometidas las mujeres víctimas de trata, por ejemplo el que sean rasuradas de todo el

cuerpo y cubiertas con aceite vegetal para ser usadas como mesa y servir sobre ellas sushi, sino que también «logra reconstruir los complejos sentimientos, las reacciones y la psicología de quienes padecen estas formas de violencia. Una historia cruda y estremecedora, que nos abre los ojos a un mundo oscuro, frente al que no podemos permanecer indiferentes», se asegura en la sinopsis del segundo libro de Ernestina Sodi. Sodi, quien fuera víctima de secuestro, afirmó durante la presentación de su libro que a raíz de esa vivencia ha sido su interés de involucrarse en temáticas de secuestro y violencia, con el objetivo de ayudar a otras personas que se han encontrado en su situación. «Tú fuiste víctima y si alguien va a entender los terrores que puede vivir una víctima eres tú, entonces nosotros queremos hacer la denuncia por medio de tu escritura», le dijeron a la autora las protagonistas de Los cerezos negros. La novela «es un libro que además es una denuncia contra la mafia japonesa, una mafia muy oculta, pero que está activada en nuestro país. (Es importante) informarles a las jóvenes cómo pueden protegerse. Estas mexicanas fueron engañadas con que iban a ser modelos. También se engaña con que van a ser grandes chefs o que van a dar cursos de español, hay varias maneras de engancharlas», asegura la autora.


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Una alimentación entre transgénicos y olvido nutricional

EN FOCO

POR DINORAH AMBRIZ El tema de los alimentos transgénicos aún es confuso. Para muchas mujeres, que en la mayoría de las familias mexicanas continúan asumiendo la responsabilidad de la alimentación de la familia, no resulta claro si para la salud son buenos, malos, o algo por la mitad. Aún más, para muchas es una palabra casi desconocida. Los transgénicos, unos desconocidos A pesar de ser uno de los temas que definirá la forma en que nos alimentamos en el presente, pero sobre todo en el futuro, los transgénicos siguen siendo unos grandes desconocidos. Los transgénicos son organismos genéticamente modificados y se suelen abreviar bajo las siglas OGM. Pueden ser plantas, animales o microorganismos alterados desde sus genes, es decir su secuencia de ADN, por la ingeniería genética. Esto genera la creación de animales y plantas que no se encuen-

tran en la naturaleza. A los organismos modificados se les puede tratar para que crezcan más rápido, resistan insectos o retarden su proceso de descomposición; algunos ejemplos son el algodón protegido contra insectos o la soya tolerante a los herbicidas. Los alimentos que surgen de OGM son distintos a los que surgen por razas cruzadas. En los OGM, los bioingenieros pueden introducir un gen de una especie al ADN de otra, alterando su secuencia natural. En cambio, el cruzamiento de especies ha sido una actividad realizada por siglos tanto por campesinos como por la naturaleza; un ejemplo es la selección que se ha hecho de granos de maíz para crear especies más resistentes. Al desconocimiento sobre los alimentos transgénicos aporta el mal etiquetado de numerosos productos, pues no se da información al consumidor sobre su procedimiento de elaboración o cultivo. ¿Debemos cuidarnos de los transgénicos? «La investigación en este campo

se inició con muy buena intención. Se pretendía hacer crecer la producción alimentaria para tener suficientes alimentos de buena calidad y combatir el hambre y la malnutrición en menor tiempo posible y con menores pérdidas en la producción. Sin embargo con el paso del tiempo han pervivido también algunos otros intereses como la explotación económica masiva del rubro alimentario», afirma África Luna Rueda, quien es nutrióloga con especialización en Calidad de la Dieta por la Universidad de las Islas Baleares y quien a la fecha se desempeña como docente en la ciudad. Los OGM podrían tener efectos sobre la salud a largo plazo, como alteraciones orgánicas, hormonales, desarrollo de alergias, etc. Sin embargo, éstos no han sido estudiados con profundidad. Muchos afirman que debe prevalecer el criterio de precaución, pero discriminar los productos es difícil pues no hay una regulación rigurosa para informar si un producto tiene OGM, por lo que el consumidor no tiene las herramientas para manifestar su apoyo o rechazo a estos alimentos, ni

para sentir seguridad sobre el origen y calidad de los alimentos que se consumen. Los OGM tienen además un impacto socio-ambiental. «Estas nuevas prácticas agrícolas no permiten sistemas autosustentables pues crean un ciclo de dependencia para con los vendedores de estas semillas e hipotecan la soberanía alimentaria con cada ciclo de cultivo. Arriesgarnos a que el proceso de producción de alimentos sea dominado por prácticas monopólicas, pone en riesgo nuestra propia subsistencia», afirma la nutrióloga África Luna y agrega, «en general considero estas prácticas de cultivo como inadecuadas e innecesarias para la salud alimentaria de las poblaciones, un error del que espero podamos controlar las consecuencias». ¿Dónde están los transgénicos? En Estados Unidos, el 80 por ciento de los alimentos procesados ya contienen ingredientes genéticamente modificados. En nuestro país, ya se cultiva algo-

dón y soya transgénico, y se ha experimentado con otros alimentos, como papaya, papa y jitomate. Un caso especial es el del maíz, domesticado hace nueve mil años y que, para la mayoría, sigue siendo la base de la alimentación. A pesar de no existir la autorización para el cultivo comercial de maíz transgénico, en el año 2000 se encontraron en Oaxaca granos de maíz contaminados con ADN propio del maíz modificado debido a la polinización; lo anterior, sin consentimiento de los campesinos, quienes pueden verse obligados a comprar el fertilizante especial para los cultivos transgénicos y quienes ven dañada la posibilidad del sistema tradicional de cultivos. Para tener certeza de los alimentos que alimentan el propio organismo y los de la familia, África asegura que resulta importante la exigencia por parte del consumidor de un correcto etiquetamiento de los alimentos que transparente las características de su producción, así como la búsqueda de información para un consumo responsable.


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