Madre Soltera

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PRINGLES PRESS

MADRE SOLTERA 01 POÉTICA

Marina Yuszczuk






Yuszczuk, Marina MADRE SOLTERA Primera Edición Pringles Press Buenos Aires, 2014 ISBN 978 -987- 3728 -01- 3 1. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861 © Marina Yuszczuk, 2014 © Estación Pringles, 2014 © Pringles Press, 2014 Buenos Aires, Argentina Arte y diseño: Camila Soledad Speranza Coordinación: Cintia Gima, Paola Ovejeros, Laura Greca Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del director. pringlespress@gmail.com www.pringlespress.com.ar




01 POÉTICA



M A R IM Na r iAn a YY u Us z Sc z Zu kC Z U K

MADRE SOLTERA



MADRE SOLTERA



Quedar embarazada por error es una forma de quedar embarazada. ¿Y qué es un error? Una cosa que no estaba en los planes, eso quiere decir que nadie se la había imaginado. Algo que se lamenta después que sucede, o un deseo tan profundo que no se sabía, y el cuerpo se adelanta y lo realiza.


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El enterito sin mangas que tenía en la panza un pescadito sobre un fondo de estrellas celestes, pequeñísimas los dos que trajo Ana, a rayas, que quedaron tan bien uno azul con rayitas rojas, el otro blanco y negro la batita y pantalón de morley que venían en un sobre de tela con un sombrerito los cuatro o cinco gorritos de algodón que nunca se dejó poner el de toalla gris, que no parecía gran cosa y resultó que le quedaba hermoso el gris que tenía estampado un robotito el blanco con una familia conejos dibujados en el pecho estrecho que una vez, en la desesperación de no poder sacárselo


quise cortarle con una tijera el blanco liso, y los pantaloncitos con estampados animales y con pies el saquito celeste botones que teji贸 Graciela la mantita de lana le regal贸 la vecina y que fue del hijo los piyamitas botones adelante, uno blanco con caballitos verdes otro celeste con animalito bordado adelante y otro a rayas celeste, blanco y gris y otro, y otro, muchos piyamas, para lavar y cambiar muy seguido, mantita crochet en turquesa, blanco y azul que tejieron Ana y Eva cuadrado por cuadrado, y despu茅s cosieron todos juntos y le hicieron con esa misma lana un sonajero, mis amigas poetas.

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Sí, el exceso de diminutivos es real, pero debe pensarse que estamos hablando de bebés. Lo pequeño de lo pequeño, los bebés. Inicialmente, lo liviano. No se les habla de la misma manera. Se improvisa un lenguaje que los roce lo menos posible, un equivalente de las palmas que los tocan sin pesar, incluso cuando se violentan. Por eso, primero, la palabra “bebé”

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Quiero decir las cosas este año de la forma más delicada posible, ¿delicada por qué? Porque no tengo quedarme atrapada en la banalidad del lenguaje de la queja, en el “estoy cansada”, en “hace meses que no duermo dos horas seguidas”, eso que no expresa nada o en todo caso recubre de un pelaje, duro y espeso el corazón del problema por llamarlo de algún modo y darle un corazón: el cuerpo tan sensible como si la piel estuviera ampollada por el sol la mente, aturdida la arena del desierto al mediodía y el alma, que se pueden abrir estas partes como en un abanico para decir esto es así, esto es así, el alma fina, crujiente, quebradiza en su momento aparente fortaleza máxima.

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5 Soy esa clase de monstruo, una mezcla de furia con ternura de susurros con ganas de gritar, ¿y qué más? de confusión y claridad de confusión completamente blanca.


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Soñé que a mi bebé le salían un montón de dientes pero en mi boca, una boca muy grande y que yo veía desde afuera como si fuera de alguien más, y con tres filas de encías como tienen algunos animales y muelitas chicas y medio flojas por acá y allá. Para mostrarle a la gente cuántas muelas le salieron a Junio yo abría la boca, después para cerrarla tenía que empujar las encías para los costados con la lengua, podía sentir con los costados de la lengua las muelitas flojas que se acomodaban en su lugar.


7 A los bebés se les dice, como a los amantes “quiero acordarme para siempre de este día” y sabés que no vas a acordarte, el amor contiene un pozo negro como los fuegos que a fin de año miramos juntos con la cara levantada al cielo y nos llenaba una desesperación secreta además, fue fin de año más frío de nuestras vidas unos minutos aguantamos en la calle con camperas prestadas las copas en la mano pero no solamente mirábamos la luz sino su desaparición la luz es gritos adentro Junio dormía en su cuerpo de un mes y a diferencia del cielo no gritaba y nada parecía tocarlo aunque los bebés lloran y es normal ahora por ejemplo llega el atardecer y grita no se sabe por qué ¿o se sabe? a mí, igual, no me gustan los gritos me parece que tengo el ideal vivir una vida donde nadie tenga ganas de gritar un grito significa que todo está roto y es verdad mi bebé grita y me da un poco impaciencia no es que me enojo quizás es un poco de envidia.

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Corré corré corré hijo mío con la velocidad del viento y me dejás atrás y me dejás atrás.

Me siento bien y mal Estoy leyendo un libro de poemas que es impresionante y tengo muchas ganas de escribir y los poemas vienen a borbotones aunque no tengo mucho tiempo para estar en la computadora, me siento bien y mal.


10 Nuestra ropa duerme sola y afuera La ropa es algo distinto de una cosa alguien que vivió antes en casa puso afuera de la ventana una pequeña soga para colgar sin subir a la terraza esa persona era práctica se sentía como me siento yo que a veces a la noche me voy a dormir y pienso en esa ropa que quedó afuera me la dejé olvidada y ahora está en peligro si estaba seca va a volver a mojarse con esa humedad misteriosa que trae la madrugada algo que nadie ve y está mal, a la noche lo nuestro tiene que estar adentro, más acá y no más allá de la ventana además, a veces si hace frío, por la mañana la ropa parece mojada cuando uno la toca si se apoyan los labios se puede distinguir la verdad es igual que besarla, pero no no tengo tanto amor por la ropa como para besarla sólo que no me gusta que una cosa que es nuestra quede afuera colgada de pequeños broches.

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¿Por qué las chicas nos separamos nuestras amigas? Nos deslumbramos hacemos un viaje juntas y algún día nos dejamos de ver la última vez que no sabíamos que iba a ser la última nos pareció solamente una vez más y nadie dice nada ni nosotras ni ellas, ni las demás y quedamos amigas las mejores amigas no se van las mejores amigas se disuelven como un gas en el aire, sin límites las amigas se disuelven.

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El papel de regalo el estampado del papel para regalo el envolver para regalo, o no las cajas, las estanterías los moños, los paquetes el envoltorio cinta para pegar, cinta para envolver las tarjetitas las cajas que hacen ruido la sorpresa la manera de dar la plata que no importa lo lindo de comprar para los hijos.

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Este tiene que ser un libro “poblado de objetos” en un año sin palabras salvo por ba ba ba y tata tá. 23


14 Si me animo a decir lo que me pasa o no si no me animo.


No le des tanta teta no lo alces no compartan la cama no creo que sea bueno para ninguno es hora de mandarlo al jardín es hora de que tenga su propia pieza es hora de que entienda ya está grande no estaría mal que lo dejes llorar no lo consientas dejá nomás que llore dejalo ¡dejalo! ¡dejalo!

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16 Nos acabamos de pelear una vez más en un año con muchas peleas y en este bar al que vine a trabajar, porque hoy “me toca” no trabajo hombre de mi edad, también con anteojos me miró en el camino y eso hizo mirarme, lo que vi en la vidriera fue mi cara de espanto pensé que yo también, si hubiera cruzado conmigo, me habría mirado la luz en el bar por suerte es cálida y eso me hace bien la música pop hoy me queda ridícula (están pasando What a feeling!) nosotros no planeamos nada, pero ahora empezamos a planear y cuando nos peleamos en nuestra mente deshacemos los planes lo sé porque te pregunté si pasaba lo mismo y no sabemos quizás para nosotros no haya más bebés ni nos compremos a medias una casa con la plata que heredan en vida nuestros padres


y ser una familia sólo sea para nosotros no una casa de sólida pierda sino un arreglo, con amor pero condicional, que mantenemos mientras nuestro hijo sea chico así se cobrará nuestras almas la furia de una época pero algo encontramos, encontré esta vez en vos que me hace sentir como hacían sentir mi mamá y mi papá cuando era chica por ejemplo, cuando me metía entre los dos en la cama 27

la fantasía de separarnos mantiene unidos ¿o cómo es? ¿por qué fantasía duele tanto? si no fuera tan tímida y normal me pondría a gritar como una loca en lugar de agarrarme como loca a la poesía diría, vengan a compartir cerveza y a llorar todos los que se separaron que deben ser todos porque todos se separan y el amor dura menos de lo que tarda bebé en dar sus primeros pasos.


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La marea de separación es rítmica llega y se va arrastra cosas arrastra cosas viejas todavía parece poco lejos de cubrir nuestra casa.

18 Mmm, no. La verdad…

Ayer escribí ese poema objetivista donde decía tal vez nos separemos pero yo no estaba en el poema, o algo así o estaba oculta en el orden de sus versos a veces hago eso. El poeta que escribe versos con una dicción, digamos tan meditada no está flotando en la tormenta de la experiencia en el volcán de la experiencia, porque la experiencia es un volcán y la poesía… debe ser una piedra.


19 Este año mi vida sexual es estar en cama con mi bebé y eso me trae problemas. Después de parir estuve abierta, no como en una herida mi cuerpo se abrió como la boca de un pez para que salga en una bola, gelatinosa, mi hijo y así quedé, ni siquiera me hicieron un tajo pero por mucho tiempo me sentí abierta, no como en una herida como una ostra que se abre, completa para entregar su contenido y se cierra después el sexo se posa en el pecho el pecho se abre y en el pecho desnudo se abre con la leche una flor nueva es lo más suave que toqué es sexo y lo más suave que toqué.

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En una película que me gustó, un alpinista que estaba por batir un record contaba y que cuando se escala una pared de una montaña, frente a la pared, no se piensa. Después dijo –con ojos de celeste glaciar y una sonrisa algo loca que mostraba demasiado los dientes, tan enormes como bloques de hielo- que cuando miraba esas paredes en las montañas sentía que eran pizarras gigantes en las que podía dibujar líneas. Eso es escalar, desde acá hasta acá, y otra allá, y otra allá, recorridos que antes no existían, líneas que nadie más podría ver y que van a quedar para siempre marcadas, algo así.

21 La desnudez de los bebés

es el agua de un río la desnudez de los bebés es calma los bebés tienen que estar desnudos, no lo ves? Desnudez, bebés.

22 Cuando era chica mi mamá hacía una torta de calabaza que me encantaba, ahora tengo ganas de comer algo así pero le pregunté y no se la acuerda, ni siquiera de haberla hecho alguna vez. Era una torta que quedaba anaranjada por la calabaza, bastante dulce y húmeda. Igual no sé, capaz que mi mamá la hizo un par de veces a esa torta y a mí me quedó. O una solamente quizás, ¿no? ¿Cuántas veces sucedió el pasado?


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Hubo una vez una mujer a la que le tocó amamantar al cachorro de un lobo. No es algo tan raro como parece, le tocó porque el cachorro estaba ahí, porque ella era una madre. Entonces pensó, soy una mujer amamantando un lobo, ¿me quedaré en el bosque? ¿Volveré a la ciudad? ¿Adónde e contraré la tranquilidad para alimentar a esta cría, lejos de la mirada de los hombres a los que les resulta un espectáculo tan extraño? Y mientras tanto, las tetas se le lastimaban y dolían, los pezones se desgarraban entre los dientes del lobo bebé, que también los estiraba bastante. La mujer lloraba, la leche fluía. El cachorro comenzó a crecer, muy de a poco empezó a hacerse un lobo. De vez en cuando mordía a la mujer; ella paraba y decía ¡ay!, me dolió, por favor no lo hagas, creyendo y confiando. Creyendo que lo que estaba haciendo era lo mejor que podía hacer; confiando en que ese lobo que de alguna manera era su hijo no podía lastimarla demasiado. ¿Qué sucedió después? No se puede saber, porque una noche, ella se perdió en el bosque con su cría. De lo que estoy segura es de que no hay ninguna mujer en el bosque; las manadas de lobos, que sí las hay, llegan hasta los últimos árboles en el borde espeso que los separa de la civilización y pueden verse, inmóviles en la oscuridad, varios pares de ojos que tajean la noche con su filo.

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24 Es difícil cuidar a un bebé porque va con-

tra toda costumbre y aceleración, contra las ganas de que todo el tiempo pase algo, o de tener algo para contar. El bebé aprende cosas que se cocinan en un tiempo muy lento, lentísimo mientras dura pero que en la totalidad de la vida es un relámpago.


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Compré zapatillas porque sé que encantan probablemente nada te guste más las zapatillas y la ropa deportiva la ropa deportiva, y las ferias las aventuras y los descubrimientos de las ferias cuando camino sola, desde este año me meto en los locales de ropa deportiva buscando zapatillas nuevas.

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26Uno se esfuerza por decir su verdad, por

mantener cierta “fidelidad a la experiencia”, pero yo parto de la base de que todo lo que está pasando no se puede escribir. Y sin embargo quiero decir algo. Vivo en el mundo de la infancia de mi hijo, en un año sin lenguaje. “Poner el cuerpo” no alcanza para decir este estado, que es hacerme sólida cuando hace falta y después suave y después licuarme, sacar cosas nuevas del cuerpo que parece agotado, correr el límite, exprimir todavía un poco más.


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Porque de última, ¿adónde empieza cuerpo, y adónde termina? ¿De quién es la teta en la boca de mi bebé? ¿Y de quién es ese hueco que siento, o que me siento cuando no está en mis brazos? 35


28Ahora, estamos saliendo de la cueva

o ya salimos tenemos una casa que parece un hogar tenemos ropa pero los otros meses me escondí con mi hijo en una cueva estuve con la teta al aire como una amazona con la teta desnuda y lastimada la mente suspendida, el cuerpo tenso una flecha en el arco, tenso y listo listo para abrazar, alimentar siempre cerca siempre vigilante y siempre cerca de vez en cuando venían personas y me preguntaban cómo estás yo creo que tartamudeaba apelaba a los ecos de las conversaciones tenidas y escuchadas para dar mi respuesta y después, contenta o aliviada me agazapaba con cría en un rincón oscuro.


Soy una mona que hace monerĂ­as.

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El bien y el mal existen y la vida es una lucha contra el mal, el otro día lo pensé y después me pareció algo drástico pero es lo que pienso. Que toda la vida es una lucha contra el mal (la destrucción inoportuna). Y la maternidad especialmente.

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Una lámpara roja y azul, que gira y se refleja en una parte del techo y la pared. Me la regalaron para mi cumpleaños y no la usé mucho hasta que en las primeras noches, hizo falta una luz para amamantar cada vez que el bebé se despertaba. Los bebitos no tienen que dormir en la oscuridad porque la oscuridad puede chuparlos; yo no sé cómo voy a volver a dormir en la oscuridad algún día. Después de algunos meses de girar sin interrupciones la lámpara empezó a fallar, por momentos se apaga, pero le das un t quecito en el enchufe y arranca. Tener una lámpara encendida es como alimentar un fuego.


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Las ganas de morder.

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La compasión es sentimiento de las madres. También es una gema que se oculta en el fondo del fondo de las casas y los departamentos, y fosforesce en el frío de la noche.

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Un año de trabajar en los bares, de ir a un montón de bares, que es lo que nunca hice (yo tenía la obsesión de no salir por varios días de casa, compraba algo de comida, me ponía el piyama y no salía, no hablaba, eso me parecía lo más). Pero en los bares, parece que me esperan los bebés. Ya vi muchísimos. La gente lleva los bebés a los bares y hacen un lío para entrar a los empujones el carrito, después se sientan y la tranquilidad les dura unos minutos, hasta que el bebé se aburre. Entonces les dan a chupar alguna cosa, como las cucharitas, o sacan el teléfono y les ponen un video. La distracción de los bares es infinita, si a uno le interesa la gente. Por ejemplo, ese hombre con acento tan porteño que habla por teléfono a los gritos en la mesa de al lado me hace pensar en mi padre, que es casi solamente y de esa generación de señores: la misma mezcla de educación con prepotencia.


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35 Pero, pero, pero… esto y lo otro, esto y aquello más, o quizás lo primero las ideas extendidas sábanas y arrugadas como sábanas que no se cambian muy seguido, un estado de contradicción tan plena.


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Ahora presten atención, porque llegamos al centro del libro. O quizás no es el centro; más bien, algo como un lugar de paso: Junio nació una tarde de noviembre a las siete y cuarto más o menos, no me acuerdo bien, pero sí que era miércoles. A las tres de la mañana me despertó una contracción y me quedé esperando la siguiente, que tardó unos minutos. Al rato agarré el celular y les mandé mensajes a los parteros para avisarles, y después creo que seguí durmiendo un poco más. A eso de las seis ya no podía dormir porque las contracciones eran más seguidas y aparte me agarró una emoción fuertísima, lloraba de pensar que en unas horas por fin iba a ver a mi bebé, estaba loca de felicidad. Los parteros me decían por mensaje que no me entusiasme porque a veces las contracciones vienen y después se van, pero yo sabía que llegaba Junio, así que me quedé en la cama escuchando el disco que había elegido y esperé. A eso de las nueve me fui a bañar y en la ducha creo que rompí bolsa, no estoy muy segura porque estaba en el agua así que no se notó, pero sí sentí que me hacía pis con un splash en vez de un chorro. Después me hice mate y me volví a la pieza a seguir esperando; esas fueron las mejores horas, muy tranquilas. Al mediodía llegó mi novio, yo le había mandado un mensaje para invitarlo a almorzar, no le quise decir que ya estaba en trabajo de parto para que no se pusiera nervioso. Llegó contento y se sentó en la cama, yo le pedí que no me hablara y estuvimos un rato así. Un par de horas después todo cambió y las contracciones empezaron a doler demasiado, ahí se supo que había empezado algo distinto porque me saqué toda la ropa y me puse en la cama en cuatro patas, ya no aguantaba estar de espaldas. Ahí sí le pedí a mi novio que llamara a las parteras, yo pensaba que el bebé llegaba en cualquier momento y tenía miedo de pujar y que saliera y no saber qué hacer. Ellas dijeron que faltaba igual, pero que ya venían. Ese rato fue feo porque me desesperé un poco, se hizo largo. Cuando llegó una de las chicas me sentí mejor, ella me hizo masajes y me sugirió ir a la ducha caliente que me iba a hacer bien, así que eso hicimos. El agua caliente me alivió un montón y fue un momento íntimo porque mi novio se sacó la ropa, se metió a la ducha conmigo y nos besamos. Para ese momento yo ya me moría de dolor, gritaba cosas mucho peores con cada contracción y me colgaba del cuello de mi novio para pujar, que me pareció dificilísimo. Igual no sé, estaba en trance, hay fotos


de ese momento y yo en todas tengo cara de estar acabando, tiraba la cabeza para atrás y llamaba a mi bebé, le pedía que venga, cosas así; más tarde me dijeron que estaba como iluminada. Yo me sentía entregada a algo muy serio y vertiginoso, como una montaña rusa a la que vas subiendo muy de a poco y cuando te querés dar cuenta te estás tirando a toda velocidad en un carrito. Y todas tus emociones se pueden transformar en miedo, vas del coraje al miedo. Cuando ya pareció que no avanzaba más la cosa en el agua fuimos hasta la galería. El dolor era impresionante, cada contracción una tenaza violenta que te toma por asalto, te agarra de atrás y no te suelta, sólo que sabés que sí te va a soltar y que tenés que subirte a esa fuerza, aprovecharla. En un momento, para darme coraje y como yo dije un par de veces que tenía miedo –no sé de qué, porque ahí no se piensa-, una de las parteras me dijo que me metiera un dedo, que ya se podía tocar la cabecita, y lo hice. ¡No podía creer que esa cosa tan blanda era la cabeza de mi hijo! Pero ya estaba ahí, cerca, real, así que me llené de energía para los últimos pujos. Mi novio se sentó en un banquito, yo me senté arriba, y en dos pujos salió la cabeza. En el medio pasaron un par de minutos que fueron el momento más lúcido y terrorífico, con esa sensación de que me estaban arrastrando una piedra por las paredes de la vagina, algo que ardía demasiado, y al mismo tiempo las ganas de seguir, lo alucinante de estar tan conciente y despierta y de sentirlo todo. Después de la cabeza, en otro pujo, el cuerpo salió disparado, todo resbaloso. La partera lo atajó, hizo alguna cosa con el cordón, y enseguida me lo puso en el pecho. Hay una foto de ese instante donde estoy en éxtasis, con la cara de felicidad más grande que me vi en mi vida, mi novio atrás abrazándome, y nuestro hijo hecho una bolita y violeta en mi pecho, todavía con el cordón colgando. Así estuvimos un rato, yo llorando de la alegría y hablándole, diciéndole cosas para consolarlo, hasta que la partera me ofreció una mantita para envolverlo y fuimos a la pieza. Me senté en la cama con mi bebé en los brazos y enseguida lo puse a la teta; después las parteras me pidieron que haga como una tos y salió la placenta. Después hicieron mate y vinieron a la pieza con algunas cosas para comer, y nos quedamos charlando un rato de cómo había sido todo. A medianoche nos fuimos a dormir, mi novio y yo con nuestro bebé, lo pusimos en el medio, y yo no dormí, aunque estaba muerta porque me pasé toda la noche mirándolo.

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37 El parto no se puede contar, o mejor dicho, del parto no se puede contar nada que importe. Lo que te rompe y te destruye y te tira contra la vida salvaje desnuda y la verdad, temblando es otra cosa.


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38 Ahora pienso en el parto, acabo de escri-

birlo, y me acuerdo de mí, y lo único que puedo decir es que siento que yo era tan joven. Era increíblemente joven, y después pasaron muchas décadas, y parí hace años.


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Los días que siguieron me miraba al espejo y me veía igual a mi hijo, con la cara de él. Con la cara del bebé pero en mi cara, no sé como explicarlo pero era exactamente así y era locura. Una noche lo dejé durmiendo en mi cama y me fui a la otra pieza a ver si descansaba un poco, porque durmiendo al lado de él estaba demasiado alerta, y en la oscuridad me agarró una angustia increíble, creo que empecé a mover los brazos como un recién nacido. Sentí que era un bebé y que estaba abandonada, que me habían dejado sola. Esos primeros días, a cada rato me tocaba la cara con la mano igual que él, nadie se daba cuenta. Y no estoy hablando de un “como si”, sino esto que digo. Además, escribir era imposible, como romper o violentar un estado que era de locura íntegra.


40 Este es un poema falso sobre esos días: Bebé me dejaste muda en esta nube de felicidad y de dolor tengo tu cara o por lo menos no tengo la mía y no sé qué decir soy un bebé y por eso te entiendo, pero uno de los dos debe crecer ahora.

41 Una mujer debe ser un soldado a veces si es una mujer tiene que ser feroz una mujer debe ser agresiva a una mujer si alguna vez se hace madre, o no en las puntas de los dedos tienen que crecerle garras.

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42 A veces en la cama, mientras le doy la teta a mi bebé, repaso todas las ideas que tenía como las cuentas de un rosario. Las comparo y me digo, esto es lo que pensaba antes, esto es lo que pienso ahora. Desde que a los veinte años dejé de tener una religión que no sufría una transformación tan grande. Pero esto, en cierta forma, es mejor. Es volver a creer, en cierta forma.


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Este es el libro del perrito y el hueso le vamos a poner así porque tiene un perrito en la tapa ¡está soñando con un hueso ese perrito! este es el hueso parece que el perrito tiene hambre estas son las páginas, ¿ves? y se dan vuelta así con la punta de los dedos de a una con el dedo una página así otra página ¡bueno!, también te lo podés comer sí no hay problema.

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Esa es la luna, 多te gusta?





Madre soltera de Marina Yuszczuk, se terminó de imprimir en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 1 de Diciembre de 2014. Único ejemplar como trabajo final de Diseño Gráfico 3 . Cátedra Rico



Agradecimientos especiales: A Cintia, Paola y Laura por la buena onda durante todo el año A mi mamá por la paciencia y el aguante A Jazmín por tanta luz e incondicionalidad A Ulises por la compañía y el amor diario


SI ME ANIMO

O NO

Ser literal es una forma de la locura y ahora quiero darle la bienvenida.

01

N O G R I T A R , es una forma de respeto hacia el sufrimiento de mi hijo tambiĂŠn, una manera de ya no ser niĂąa

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