The Rolling Stones es una banda británica de rock originaria de Londres. La banda se fundó en abril de 1962. Son considerados una de las más grandes e influyentes agrupaciones de la historia del rock, siendo la agrupación que sentó las bases del rock contemporáneo. Contando desde sus inicios con el favor de la crítica, algunos de sus materiales están considerados entre los mejores de todos los tiempos. Sus primeras producciones incluían versiones y temas de blues, rock and roll y R&B norteamericano. No obstante, en el transcurso de su trayectoria añadieron toques estilísticos de otros géneros para adaptarse a cada época, recibiendo influencias desde la música psicodélica, el country, el punk, la música disco, el reggae o la música electrónica. Pese a encabezar junto a The Beatles (con los que siempre rivalizaron en popularidad) la «invasión británica» en los primeros años de la década de 1960, no fue sino hasta el lanzamiento de «(I Can't Get No) Satisfaction» en 1965 cuando alcanzaron el estrellato internacional y se establecieron como una de las bandas más populares en la escena musical. La banda se fundó en abril de 19622 por Brian Jones, Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman, Ian Stewart y Charlie Watts.
Brian Jones fue despedido en junio de 1969, falleciendo tres semanas después, siendo reemplazado por el guitarrista Mick Taylor, ● El dejaría el grupo en 1975 y sería a su vez reemplazado por Ron Wood. ● Con el retiro de Bill Wyman en 1993 se incluyó al bajista Darryl Jones que, aunque toca con la banda desde la grabación del álbum Voodoo Lounge en 1994, no es un miembro oficial.
La primera recopilación de los Stones es una buena aproximación a los éxitos de la época en la que contaban con Brian Jones entre sus filas. Es preferible la versión británica, que tenía una lista de canciones distinta a la edición norteamericana, y que incluye «Paint It Black», «Get Off My Cloud», «Lady Jane» y, por supuesto «Satisfaction». Primeros años Keith Richards, nació el 18 de diciembre de 1943 en el Hospital Livingstone del poblado de Dartford, ubicado en el noroeste del condado de Kent, Inglaterra. Fue el hijo único del matrimonio conformado por Bert Richards, obrero herido durante la Segunda Guerra Mundial, y Doris Dupree Richards. Sus abuelos paternos eran socialistas y líderes cíviles2mientras que su abuelo materno, Augustus Theodore "Gus" Dupree, fue miembro de la banda de jazz Gus Dupree and his Boys. Su madre le introdujo en la música de Billie Holiday, Louis Armstrong y Duke Ellington, y le compró la que fue su primera guitarra —una Rosetti acústica— por siete libras. Su padre no veía con demasiado agrado que pasara mucho tiempo con su guitarra. Durante su infancia, junto con su madre, solía visitar a su abuelo Gus, quien le introdujo en la música popular de esos días, como Max Miller, Arthur English y Jimmy James. Su abuelo fue una de las influencias tempranas del guitarrista para convertirse en músico. Dejando el preescolar atrás, ingresó en 1951 a la Wentworth Primary School, la misma donde conoció a su futuro compañero de grupo Mick Jagger. Mick y Keith eran sólo conocidos a pesar de que vivían en el mismo vecindario. Richards dejó de frecuentar a Jagger cuando se mudó a otro vecindario. Desde 1955 asistió a la Dartford Technical School (ahora llamada Wilmington Grammar School),78 donde fue parte del coro de la escuela formando parte del trío de sopranos. Durante este tiempo realizó muchas presentaciones, incluso una en la Abadía de Westminster frente a la Reina Isabel II. En 1959 fue expulsado de la escuela por absentismo. Posteriormente se trasladó a Sidcup, municipio de Bexley (Londres), para estudiar en la Sidcup Art College. En aquel lugar Keith tuvo mucho tiempo para desarrollar y mejorar su técnica como guitarrista, al igual que para escuchar a los bluesman americanos Little Walter y Big Bill Broonzy. Durante su estancia en Sidcup conoció a Dick Taylor. Con su nuevo compañero comenzó tempranamente en esta época a experimentar con drogas.
Mick y Keith se conocían de niños. Se reencontraron en un tren diez años después. Mick llevaba unos discos. Eso entusiasmó a Keith: su viejo compañero de escuela gustaba del rock & roll, como él. Cuando fueron tres, los adolescentes Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones formaron una banda: The Rolling Stones.
En 1963 tocaron con asiduidad en el Crawdaddy Club. Allí hicieron sus primeros fans, incluidos cuatro muchachotes de Liverpool. George Harrison los recomendó a la Decca y les prestó a un asesor como manager, Andrew Loog Oldham. Echaron a los últimos músicos pasajeros, consolidaron los que tenían y así empezó todo: Jagger, Richards, Jones, Bill Wyman (bajo), Ian Stewart (piano) y Charlie Watts (batería) grabaron su primer sencillo: “Come On”, de Chuck Berry.
Eran tiempos de singles y un “prestado” de Los Beatles, “I wanna be your man”, fue su primer éxito. Los Stones reunían los requisitos para ser nuevas estrellas, salvo un detalle. Comenzaban los 60s. Flequillo, saco y corbata, covers de blues, rockabillys. Eso era lo que gustaba a las niñas. Pero los Stones lucían muy zaparrastrosos para los estándares de la época. Fue allí cuando otra verdad se reveló: los zaparrastrosos también gustan a las niñas.
y
Oldham tenía una estrategia: vender a los Stones como la contracara de los Beatles. Para el primer LP, reunió un conjunto de viejas canciones que los Stones grabaron en una toma el disco anduvo bastante bien. Pero fue en 1965 cuando publicaron “(I cant get no) Satisfacion”; la banda también podía componer temas propios. Y estos eran fuertes. Sexo y drogas. Tras un puñado de LPs de carácter psicodélico, fruto de la influencia de Jones, una feroz interna se desató en la banda. Básicamente, el diablo metió la cola… con forma de mujer .Fue sencillo, Richards se enamoró de la novia de Brian. Anita Pallenberg era una belleza refinada de alto nivel intelectual que hechizó a Keith. Por efecto de las adicciones, y un empujoncito de parte de la banda, Jones fue eyectado de los Stones, junto con Oldham, y después murió. Sin su músico más ecléctico, los Rolling se concentraron en lo
mejor que sabían hacer: Rock & Blues duro y parejo.
Fueron cinco años. Entre heroína, sexo libre, alcohol, detenciones y fugas, la banda grabó un poker de álbumes que selló la historia del rock and roll crudo: “Beggars banquet” (1968), “Let It Bleed” (1969),
“Sticky Fingers” (1971) y “Exile on main Street” (1972). Basta de generación del amor (más aún después de un concierto trágico en Altamont), basta de Flower Power; el mundo de Vietnam y guerra fría se caía a pedazos y allí Jagger/Richards encontraron su mejor sintonía para dibujar pesadillas musicales.
Después de esa seguidilla pasaron algunas cosas. Entraron y salieron algunos músicos (Mick Taylor, pasajero; Ronnie Wood, para siempre); la policía se encaprichó con Richards; otros discos no anduvieron. Recién en 1978 los Stones volvieron al éxito. El LP “Some girls” (el que hubieran titulado con el nombre de las mujeres, “pero no recordábamos sus nombres”) se convirtió en su hito de ventas. Después, unas placas más y “Tattoo You”, en 1981, con su último Nº1 en los charts: “Start me up”.
Las últimas tres décadas de los Stones corren de un modo distinto. Como amoldándose a los tiempos, sus últimas placas jamás despertaron entusiasmo, pero la banda creció y crece en el ruedo en vivo. Lugar que pisan, lugar que incendian. Son las majestades satánicas. Son el rock & roll. Nunca mejor dicho. Ellos son el rock & roll. Blue & Lonesome (2016):