1 Era agosto, un día de invierno mientras que caminaba por la cera de la ciudad… entre a un café, mientras que ordenaba un café, sentí un llamado mirar el vidrio empañado y entre tanta gente pude divisar una silueta de una mujer, que, sobre sus cabellos húmedos y su mirada perdida, buscaba algo que ni ella sabía -Señor su café-escuche -Gracias- le dije. Y entre recuperar la mirada, me percate que se la había llevado el viento… suspire y entre dientes dije: -Ya no la volveré a ver- en un instante se me vino, una frase como destello tomé un bolígrafo de mi maleta y una servilleta, escribí la frase “si tu camino debo recorrer, otra vez, te volveré a ver” Mi mirada perdida, tratando de buscar su silueta, a veces sonreía, pero me confundía, ya se había ocultado el sol, tome en la parada el colectivo que me llevaba a casa, aún tenía ese recuerdo en mi mente, sé que no iba hacer fácil, sacarla de mi mente, cuando llegue a casa mi madre me esperaba con una sonrisa y con la cena servida -Huele bien- dije -Hice tu plato favorito-dijo ella- mientras me miraba fijamente a los ojos y me pregunto: -A ti te pasa algo-con sus ojos entre abierto y una mueca en sus labios -no mamá nada que ver, solo que tuve un día agitado en la oficina… -dije yo Así que me levanté de la mesa, le di un beso en la frente a mi madre –descansa, te amo mamá Mientras que caminaba hacia mi cuarto se me venía los recuerdos, de esa tarde lluviosa, me sentía algo extraño, no sé cómo podía sentir cierta empatía o cierta curiosidad por aquella mujer que ni sabía ni su nombre, a veces me pongo a pesar que solo fue el reflejo de mi mente, y que nunca existió, pero el sentimiento arraigado de mi corazón me decía que no, que no era una simple ilusión, que era real… Tome mi cuaderno de apunte y del bolsillo saque la servilleta entre media húmeda aún se podía divisar la frase que escribí. “si tu camino debo recorrer, otra vez, te volveré a ver” Entre hojas y en el centro de mi cuaderno la guarde, sin saber que esa nota, me iba cambiar la vida, más adelante Entre las cuatro paredes de mi habitación, miraba como entraba la luz de la luna, y mientras que escuchaba una melodía “Canon in D”, pensaba en ella Me ponía a cuestionar, sobre cosas del amor, me hacía preguntas: - ¿Qué es el amor? - ¿acaso uno puede amar con la mirada? - cosas existenciales la razón contra el corazón Y entre pensamientos y preguntas sin respuesta, mis parpados ya cansados, comenzaron a cerrar la ventana de mi alma… poco a poco
2 A la mañana siguiente, sonó la alarma de mi móvil, era las 6:00 am, con el cuerpo aun pesado y los ojos entre abrir, me acerque al espejo del baño, me mire y me dije-: -Hoy será un buen día- y entre mis pensamientos deseaba verla. Abrir la perilla de la ducha y pegue un salto porque el agua estaba fría, estaba tan distraído que olvide encender la calefacción de agua, cosas que pasan, acabo de 10 minutos, ya estaba sentado en la mesa de cocina tomando mi desayuno, mi madre se sorprende de mi rapidez y entre risas y voz alta dice –si las mujeres fueran así de rápidas como los hombres, el mundo estaría de cabeza –yo riéndome me despedí de ella Tome mi maleta y me fui a la parada a tomar el colectivo del trabajo, y claro no podía faltar el bendito tráfico de la ciudad, aun me acuerdo cuando me abuela decía –que jamás iba a ver tantos colectivos –abuelo si estuviera vivos te diría, la mala predicción que tuviste -Para días de tráfico no hay nada mejor que música –le dije al señor al lado mío Creo que algo que me caracteriza es la sonrisa y la mirada coqueta, hereda de mi padre un hombre con buen sentido de humor, aunque claro a veces tengo cierta habilidad de sacar de casillas a las personas, heredada de mi dulce madre, una mujer ferviente y creyente de Dios, una mujer que nunca se ha rendido, y ha puesto a cualquier persona de cabeza, con su carácter, la admiro mucho pero jamás le diré, tiene el ego muy alto, el mismo que me lo critica a mí. Cuando menos me lo pensé ya estaba cerca a la parada que iba bajar, toqué el timbre una parada antes, pero como siempre sucede, el colectivo se pasó 2 cuadras mas Ahora si le doy la razón a Albert Einstein, “que dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana”, así que mientras que caminaba las dos cuadras, me disponía a observa, esperando un milagro en encontrármela, la chica misteriosa, bueno no tuve tanta suerte - buenos días –le dije al portero - ¿qué tal joven? –me respondió - bien y cansado –le dije - ¿y eso por qué? –me miro, con un gesto gracioso, que cosa abra pensado en su mente - No nada solo que el colectivo me dejo a un par de cuadras más abajo y caminar todo el tramo, más la maleta, llena de documentos que hoy debo entregar es agotador –ya me sentía más agitado al contarle, que en caminar, así que tome el ascensor derecho que me lleva a la oficina, pero claro, cómo hoy es mi día , donde quiero desaparecer, un letrero grande que decía –ASECENSOR EN MANTENIMIENTO –a subir por las escaleras, los 7 pisos, yo con una sonrisa dije –no voy a renegar –y dibuje una sonrisa en mis labios y saque mi lado positivo del bolsillo de mi camisa - ¡Por fin llegue! –exclame Mientras que me acercaba a la oficina, lo primero que hice es sentarme en recepción, solté la maleta y me senté, respiré hondo y profundo para quitar la fatiga Abrir la maleta, saque una botella de agua y ni una gota quedo, pasado los minutos
3 Ya eras la 9:00 am y quería que termine el día…miraba el reloj y sentía que el tiempo avanzaba más lento Llego la hora del almuerzo, mi hora favorita, entre compañeros de trabajo, no faltaba el buen humor, mi mejores amigos, era Joaquín, Martin y Nicol, los dos últimos eran la clásica pareja que a los días de conocerse ,se juraba amor eterno, pero no era más una relación toxica, donde el sexo es la única razón que Martin estaba con Nicol, pero claro ella aun creía en las fantasía de la sociedad casarse y tener una familia, alguien muy simple de manipular, Martin venia de padres muy pudientes, pero separados, que apenas ha tomado conciencia que es una pareja, a veces cuando se peleaba me ponía entre la espada y la pared, de apoyar al que tenía la razón, un tema complicado para mí, y bueno, Joaquín era el que mas coincidía por su madurez y sus ideas y por el buen gusto de la música clásica, proveniente de una familia humilde Éramos los 4 inseparables… A veces éramos jueces, Joaquín y yo de la relación toxica de Martin y Nicol, los podias ver besándose apasionadamente, a mismo estilo de romeo y Julieta ,no pasaba mucho tiempo y los veías peleándose por algo que se acordó Nicol, tanto era la monotonía de su relación, hacíamos apuesta, Joaquín y yo de quien iba a comenzar la pelea, se que.suena algo cruel, pero era una forma de ahorrarme el almuerzo Ya era las 6:00 pm ya solo quería regresar a a casa, poner música y esperar a que mañana sea un mejor día, pero escuche un voz que dije -Y si vamos a tomar un café frente a la Plaza -era Nicol y una de sus grande ideas, hasta ahora me acuerdo, el día que salíamos de una fiesta y ella digo -vamos caminando está cerca -a dos cuadras 2 tipos bajaron de un auto negro y nos pusieron de patas arriba, llevándose las pertenencias de los cuatro, ese día tenia dos opciones, culpar a Nicol que en realidad era su culpa o decir las palabras de mi madre -todo pasa por algo- bueno opte por la segunda y respire hondo y profundo Íbamos saliendo, cuando comenzó un aguacero de aquellos que ni quieres salir por el miedo de resfriarte, éramos jóvenes así que un poco de lluvia no nos iba a detener, salimos gritando, éramos cuadro locos jugando con los charcos, llegamos al café, literalmente mojados, y entre risas, entramos me acerqué al que atendía mientras que los muchachos buscaban lugar -dame cuatros café americano y esos panes con dulce se le che porfavor -le dije al moso -en 5 minutos está su orden -con una sonrisa, pero claro parte de su protocolo es sonreír -¿dónde estan? -dije, buscando con la mirada -Hey Aguss -una mano levantada, era Nicol llamándome Me senté cerca al vidrio templado empañado por el frío y la lluvia, mientras que una canción de Cristina Aguilera tocaba en la bocinas del café -Sírvasen
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