Panorama de la infancia y la familia en Uruguay
Ruben Kaztman - Fernando Filgueira
Programa de Investigación sobre Integración, Pobreza y Exclusión Social (IPES) de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación Universidad Católica del Uruguay
Con el auspicio del Instituto Interamericano del Niño
Coordinación: Ruben Kaztman y Fernando Filgueira Equipo de investigación: Federico Rodríguez y Sergio Lijtenstein Asistentes de investigación: Mariana Sotelo, Lucía Monteiro, Paula Ferla y Marinela Beke Corrección y edición: Fernando Errandonea
Foto de tapa: Guillermo Kloetzer Producción Gráfica: Cebra Comunicación Visual - Telefax: 4121248
© 2001. Universidad Católica del Uruguay Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o almacenada en un sistema de recuperación o trasmitida, en ninguna forma o por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopias, grabación u otro, sin permiso de la Universidad Católlica del Uruguay.
Presentación
L
a Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Católica crea en abril del 2000 el Programa de Investigación sobre Integración, Pobreza y Exclusión
Social (IPES) con el propósito de desarrollar en forma sistemática investigación que aporte antecedentes para el diseño e implementación de políticas que contribuyan a reforzar la integración social sobre bases de equidad, a reducir la pobreza y la exclusión en la sociedad uruguaya y en la región. La convicción de la necesidad y oportunidad de generar un programa de esta naturaleza en un ámbito universitario surge de la consideración de la actual situación del país y la región y de la razón de ser de la propia Universidad Católica. Esta Universidad ha definido como componentes centrales —tal como establece el documento “Nuestra Misión”— la “promoción de la justicia” a través –entre otros medios– de una producción académica que contribuya a “iluminar la experiencia, estimular la responsabilidad ante los retos que plantea el desarrollo del país y la región” y “vincular los saberes teóricos con sus posibles consecuencias prácticas y sociales”. A pesar de los esfuerzos realizados en las últimas décadas por superar las situaciones de inequidad y pobreza en la región, los resultados no son alentadores. Aun en casos como el uruguayo, que logró reducir en la década 1985-1994 en forma significativa los indicadores de pobreza, surgen hoy señales de alerta que ponen en cuestión las posibilidades de mantener los niveles de integración social que tradicionalmente lo destacaron en el contexto latinoamericano. Los cambios en el mercado de empleo, la evolución de las instituciones de socialización primaria como la familia y la escuela, los crecientes procesos de segregación educativa y residencial, las brechas que progresivamente se van gestando en el acceso a activos y oportunidades para las familias con menores recursos y la concentración de la reproducción poblacional en estos mismos sectores, son señales claras del quiebre e inadecuación actual de los mecanismos a través de los cuales el país pudo lograr estos estándares. Ante esta situación la Universidad busca —con la creación de este Programa— realizar un aporte, que sumado a otros que se vienen desarrollando en el país contribuya a profundizar el conocimiento y a orientar la identificación y evaluación de alternativas de superación de esta problemática. El IPES ha asumido el desafío de desarrollar un marco conceptual que ayude a una mejor comprensión de estos fenómenos, estudiar su naturaleza, causas y consecuencias tomando en cuenta las variables habituales y proponiendo nuevos abordajes, indicadores e instrumentos alternativos. Se propone asimismo y con especial énfasis la identificación de orientaciones para la acción que se desprendan de estos estudios, con miras a aumentar la eficacia y la eficiencia de las políticas y programas dirigidos a
fortalecer la integración y el bienestar social de los sectores más vulnerables. Contando con estos insumos el Programa apuntará a generar un espacio de debate abierto y plural entre distintos actores y grupos sociales involucrados en esta temática, buscando identificar los puntos de acuerdo y contribuyendo a viabilizar una mayor articulación de esfuerzos. Esta primera versión del Panorama de la Infancia y la Familia en Uruguay que hemos realizado y publicado con apoyo del Instituto Interamericano del Niño, constituye un jalón en el camino iniciado. Nos proponemos continuar realizando estudios, difundiendo sus conclusiones, generando propuestas para la acción y brindando asesoramiento y apoyo a los actores públicos y privados que lo requieran. De esta manera esperamos contribuir a generar mayores condiciones de equidad social, desde una mirada externa a los emprendimientos de diversos actores sociales, pero fuertemente comprometida con la realidad y los desafíos que su transformación presenta. Cecilia Zaffaroni Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación Universidad Católica del Uruguay
Índice General Prefacio ................................................................................................................................... 11 Prólogo .................................................................................................................................... 15 Glosario de abreviaturas, siglas y acrónimos ........................................................................... 21 Capítulo I Una asignatura pendiente: el panorama social de la infancia y la familia en Uruguay A. Introducción ............................................................................................................................... 23 B. La estructura de este informe .................................................................................................. 24 C. Sociología de la edad y de la familia ....................................................................................... 27 1. Sobre la familia y sus transformaciones ........................................................................... 27 2. Sobre la condición infantil y la familia ............................................................................. 29 a. Distribución intergeneracional del bienestar ..................................................................... 31 b. Ciclo vital, infancia y familia ............................................................................................... 31 c. Infancia y familia en un tiempo de múltiples transformaciones ....................................... 32
Capítulo II Un marco de análisis para las relaciones entre entorno, familia e infancia A. Introducción ............................................................................................................................... 35 B. Familia: sus múltiples funciones para el bienestar presente y futuro del niño ........................................................................ 36 C. Ciclo vital del niño y adolescente: el cambiante rol de la familia y otras esferas sociales ......................................................... 39 D. Ciclo vital y riesgo infantil: el eslabonamiento temporal ................................................... 40
Capítulo III Riesgos, oportunidades y vulnerabilidad de la infancia en América Latina A. Introducción ............................................................................................................................... 43 B. Hacia un modelo de riesgos y oportunidades para América Latina: demografía, riqueza y capital humana ................................................................................... 44 C. Pobreza infantil en América Latina ......................................................................................... 46 D. Construcción de un índice de vulnerabilidad de la infancia ............................................. 50 E. Contexto familiar y riesgo infantil: hacia la construcción de un índice de tercera generación ................................................. 52
Capítulo IV Pobreza infantil en Uruguay: magnitudes, evolución y perfiles A. Introducción ............................................................................................................................... 57 B. Evolución de la pobreza general ............................................................................................. 57 C. Distribución intergeneracional de la pobreza ...................................................................... 60 D. El Uruguay fragmentado: pobreza y exclusión de los más jóvenes .................................. 62 1. Ciclo vital: ahorro limitado, ingresos insuficientes y empleo de la fuerza de trabajo potencial ........................................................................ 64 2. Estructura de oportunidades del mercado y el Estado: desbalance en el gasto estatal y desempleo juvenil .......................................................... 66 3. Segmentación residencial y educativa ............................................................................... 67 4. Precariedad familiar .............................................................................................................. 67 5. Segmentación de las rutas de emancipación: pautas de fecundidad, abandono escolar, y calidad de empleo ...................................... 69 6. Creciente distancia entre expectativas y posibilidades .................................................. 71
Capítulo V: Situaciones de riesgo y etapas del ciclo de vida: primera infancia A. Introducción ............................................................................................................................... 73 B. Evolución de riesgos en la primera infancia: mortalidad, psicomotricidad, nutrición y educación inicial .............................................. 74 1. Mortalidad infantil en el Uruguay: tendencias y causas inmediatas ............................. 74 2. Psicomotricidad y nutrición: tendencias y causas ........................................................... 83 3. Asistencia al sistema preescolar ......................................................................................... 86 a. Preescolarización y riesgo infantil ....................................................................................... 86 b. Tendencias en la preescolarización ...................................................................................... 87 c. El contexto familiar y la preescolarización ......................................................................... 88 C. Evolución de la población infantil de 0 a 5 años en situación de riesgo social .............. 91
Capítulo VI Situaciones y comportamientos de riesgo en la niñez y adolescencia A. Introducción ............................................................................................................................... 93 B. Operacionalización de situaciones y comportamientos de riesgo .................................... 93 1. Extraedad ................................................................................................................................ 94 2. Promedio de años de estudios completados por adolescentes ...................................... 95 3. Adolescentes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo ....................................... 95 4. Maternidad adolescente fuera del matrimonio ................................................................ 96 C. Impacto de distintos contextos sobre comportamientos de riesgo .................................. 99 1. Contexto familiar ................................................................................................................... 99 a. Análisis de la relación entre característica del contexto familiar ...................................... 99 b. Contextos familiares y comportamientos de riesgo .......................................................... 102 i. Extraedad ............................................................................................................................ 102 ii. Promedios de años de estudios completados por adolescentes ............................................... 104 iii. Adolescentes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo .................................................. 104 iv. Maternidad temprana fuera del matrimonio ............................................................................ 106 2. Contexto educativo .............................................................................................................. 107 3. Contexto vecinal .................................................................................................................. 112 D. Evolución de la distribución de los niños en contextos de riesgo .................................. 114 1. Hogares ................................................................................................................................. 114 2. Establecimientos educativos .............................................................................................. 115 3. Barrios ................................................................................................................................... 117 E. Consideraciones finales .......................................................................................................... 118
Capítulo VII Hacia un sistema nacional de políticas para la infancia y la familia en Uruguay A. Introducciós .............................................................................................................................. 123 B. Activos, estructura de oportunidades y políticas para la infancia ................................... 124 1. Un salto cualitativo .............................................................................................................. 124 2. Un debate estéril .................................................................................................................. 124 3. Parámetros para pensar políticas y programas: el aporte desde la estrategia de análisis ........................................................................... 125 a. Identificación de grupos y categorías sociales prioritarias .............................................. 125 b. Identificación de dimensiones de intervención ................................................................. 126 c. Identificación de puntos cruciales de intervención ........................................................... 126 d. Identificación de unidades de intervención ...................................................................... 127 e. Insumos para pensar políticas macro sociales y macro económicas de largo plazo: afectando el corazón de la estructura de oportunidades ................................................. 127 4. Desafíos y políticas sociales para la infancia en Uruguay ............................................ 128 a. Pilares del Estado social en materia de infancia y adolescencia ..................................... 128 i. Educación: oferta pública y privada, características y cobertura ................................................ 128 ii. Salud: oferta pública, características y cobertura ..................................................................... 130 iii. Asignaciones familiares: gastos, cobertura y reformas recientes ............................................... 131 iv. El sistema de protección específico a la infancia y adolescencia carenciada .............................. 133
b. Desafíos pendientes del sistema de atención a la infancia en Uruguay ......................... 134 5. Hacia un sistema nacional de políticas para la infancia y la familia en Uruguay .... 136 a. Lineamientos para la definición de una estrategia .......................................................... 136 b. Poblaciones objetivo, estrategias y estructura de oportunidades ..................................... 137 c. Familia, vulnerabilidad y políticas sociales en Uruguay .................................................. 139 d. Límites y posibilidades de las políticas sociales actuales .................................................. 141
Apéndice de políticas públicas: reformas recientes y programas especiales ............................ 145 Apéndice metodológico .................................................................................................................... 157 Anexo estadístico ................................................................................................................................ 161 Bibliografía ........................................................................................................................................... 169
Índice de cuadros Cuadro 1:
Indicadores de riqueza, transición demográfica y logros educativos. Países de América Latina ....................................................................................................... 45
Cuadro 2:
Porcentaje de hogares en situación de pobreza según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano, 1991-1999 .................................................................................................. 61
Cuadro 3:
Estructura de la población por tramos de edad y composición social del vecindario. Montevideo 1991-1998 ......................................................................................................... 68
Cuadro 4:
Porcentaje de abandono escolar en Argentina, Chile y Uruguay por edad, ingreso y sexo. País urbano, 1997 ......................................................................................... 71
Cuadro 5:
Tasas de mortalidad infantil, según causas. Uruguay 1960-1997 ........................................... 75
Cuadro 6:
Tasas de mortalidad infantil, neonatal y posneonatal por institución de ocurrencia del nacimiento. Uruguay 1986-2000 .............................................................. 76
Cuadro 7:
Tasas de mortalidad infantil de niños nacidos en el sistema de salud pública, por legitimidad del nacimiento, edad y educación de la madre. Montevideo, 1999 ............. 82
Cuadro 8:
Evolución del porcentaje de niños con desnutrición moderada y grave utilizando el criterio peso/edad, de la población menor de 5 años asistida en el Ministerio de Salud Pública. Uruguay, 1987-1997 ......................................................... 83
Cuadro 9:
Resultados del desarrollo psicomotor global y por área de los niños de 2 a 4 años asistidos en los centros CAIF, 1999 ................................................................. 85
Cuadro 10: Porcentaje de niños de 3 a 5 años asistentes a centros CAIF y que obtuvieron puntajes normales en pruebas de desarrollo psicomotor, por nivel de ingresos per cápita del hogar y nivel de instrucción de la madre. Uruguay, 1999 .............................. 85 Cuadro 11: Porcentaje de incremento de la asistencia preescolar de niños entre 3 y 5 años por ingreso, per cápita del hogar, clima educativo y tipo de estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100) .......................................... 89 Cuadro 12: Porcentaje de niños que asisten al preescolar según condición laboral de la mujer jefa o cónyuge del hogar, menor de 40 años. Uruguay urbano, 1991-1999 ............. 90 Cuadro 13: Porcentaje de niños entre 3 y 5 años que asisten al preescolar, por ingreso per cápita y clima educativo de sus hogares, según tipo de estructura familiar. Uruguay urbano, 1999 ..................................................... 91 Cuadro 14: Evolución del porcentaje de niños de 0 a 5 años por ingreso per cápita y clima educativo de sus hogares, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100) .............................................................................. 92 Cuadro 15: Porcentaje de jóvenes de 14 a 19 años por asistencia educativa y condición de actividad, según sexo. Uruguay urbano, 1991-1999 ...................................... 97 Cuadro 16: Porcentaje de familias biparentales y estables en los hogares con menores de 6 a 12 años, por clima educativo e ingreso per cápita del hogar. Uruguay urbano, 1999 ....................................................................... 106
Cuadro 17: Porcentaje de niños de 8 a 14 años con al menos un año de rezago por clima educativo e ingreso per cápita de sus hogares, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999 ......................................................................................................... 103 Cuadro 18: Cociente entre los promedios de extraedad entre niños de familias monoparentales y biparentales estables, según clima educativo e ingreso per cápita del hogar. Uruguay urbano, 1999 ......................................................................................................... 104 Cuadro 19: Promedio de años de estudio de jóvenes entre 14 y 19 años por clima educativo e ingreso per cápita del hogar,según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999 ............... 105 Cuadro 20: Porcentaje de jóvenes 14-19 años que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo, por ingreso per cápita y clima educativo del hogar, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999 ......................................................................................................... 106 Cuadro 21: Porcentaje de madres de 15 a 19 años, ni jefas ni cónyuges del jefe del hogar, por estado conyugal del jefe del hogar, según condiciones de vivienda y nivel educativo del jefe. Montevideo, 1996 ...................................................................... 107 Cuadro 22: Porcentaje de estudiantes de 3er. año de Secundaria que desean continuar sus estudios más allá del 4º año, por capital educativo del hogar y estado civil de los padres, según clima sociocultural del centro educativo. Uruguay, 1999 ................... 109 Cuadro 23: Porcentaje de estudiantes que aprobaron la prueba de matemática por capital educativo del hogar y estado civil de los padres según clima sociocultural del centro educativo. Uruguay, 1999 ................................................................................... 111 Cuadro 24: Porcentaje de menores de 8 a 15 años con extraedad, por clima educativo del hogar y estado civil de los padres según composición social del barrio. Montevideo, 1996 ............................................................................................................... 113 Cuadro 25: Evolución del porcentaje de niños de 6 a 12 años por clima educativo e ingreso per cápita del hogar, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100) ............................................................................ 115 Cuadro 26: Distribución de las escuelas primarias por su clima sociocultural, según región y carácter público-privado. Uruguay, 1996 .................................................... 116 Cuadro 27: Porcentaje de adolescentes de 13 a 17 años de edad que asisten a colegios privados pagos, por clima educativo e ingreso per capita del hogar. Montevideo, 1991-1999 ....................................................................................................... 116 Cuadro 28: Crecimiento de la población de distintos grupos etáreos por compsición social de los barrios. Montevideo, 1991-1998 (1991=100) ...................................................................... 117 Cuadro 29: Indicadores de logros educativos de adolescentes y jóvenes urbanos. 16 países de América Latina, 1998. ...................................................................................... 118 Cuadro 30: Cobertura de educación inicial pública en las edades 4 y 5 años y plan de construcciones escolares 1996-1999 según áreas geográficas seleccionadas ..... 147
Índice de recuadros Recuadro 1: Desbalance generacional: pasado y futuro .......................................................................... 24 Recuadro 2: Los inicios de un nuevo paradigma .................................................................................... 25 Recuadro 3: Activo de los hogares y heterogeneidad de la pobreza ...................................................... 36 Recuadro 4: Demografía, oportunidades y bienestar infantil .................................................................. 44 Recuadro 5: Inversión para el futuro ...................................................................................................... 46 Recuadro 6: ¿Cuántos hijos tienen las mujeres pobres? ......................................................................... 63 Recuadro 7: Definiciones operacionales ................................................................................................ 74 Recuadro 8: Riesgo al nacer y mortalidad infantil .................................................................................. 78 Recuadro 9: La brecha de calidad y mortalidad infantil .......................................................................... 79 Recuadro 10: Hacia un sistema de información social integrado ............................................................. 82 Recuadro 11: Preescolaridad, psicomotricidad y rendimiento educativo ................................................ 86 Recuadro 12: Algunas precisiones metodológicas y controles de confiabilidad .................................... 119 Recuadro 13: Ministerio de Salud Pública .............................................................................................. 130
Índice de gráficos Gráfico 1: Desigualdad en la distribución del ingreso de América Latina en comparación con otras regiones ................................................................................................................. 43 Gráfico 2: Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Tres países de América Latina, 1997 ...................................................................................... 46 Gráfico 3: Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Siete países de América Latina, 1997 ..................................................................................... 47 Gráfico 4: Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Seis países de América Latina, 1997 ...................................................................................... 47 Gráfico 5: Personas pobres y relación entre pobreza general y pobreza en la población de 0 a 5 años. 16 países de América Latina, 1997 ........................................ 47 Gráfico 6: Relación entre producto per cápita y magnitud de la pobreza urbana. 16 países de América Latina, circa 1997 ................................................. 48 Gráfico 7: Relación entre crecimiento del producto per cápita y reducción de la pobreza urbana. 13 países de América Latina, circa 1990 y 1997 .................................................................... 48 Gráfico 8: Relación entre crecimiento del producto per cápita y reducción de la pobreza urbana de la población de 0 a 5 años. 12 países de América Latina, circa 1990 y 1997 ........ 49 Gráfico 9: Variación porcentual de la pobreza urbana en la población total y entre los menores de 6 años. 13 países de América Latina, 1990-1997 .......................................... 49 Gráfico 10: Relación entre el índice de desarrollo humano y el índice de vulnerabilidad infantil. 12 países de América Latina, circa 1997 .................................................................................. 50 Gráfico 11: Relación entre producto interno bruto per cápita y el índice de vulnerabilidad infantil. 12 países de América Latina, circa 1997 .................................................................................. 52 Gráfico 12: Relación entre índice de riesgo infantil y de vulnerabilidad infantil. 11 países de América Latina, circa 1997 ................................................................................ 54 Gráfico 13: Relación entre índice de desarrollo humano e índice de riesgo infantil. 11 países de América Latina, circa 1997 ................................................................................ 54 Gráfico 14: Relación entre el producto bruto interno per cápita y el índice de riesgo infantil. 11 países de América Latina circa 1997 .................................................................................. 55 Gráfico 15: Evolución de la pobreza por hogares. Uruguay urbano, 1986-1999 ...................................... 58 Gráfico 16: Evolución del PBI per cápita (1985=100) y de los hogares urbanos pobres (1986=100). Uruguay, 1986-1999 ............................................................................................................... 59 Gráfico 17: Evolución de la inflación (promedios anuales) y de la pobreza urbana (1986=100). Uruguay, 1986-1999 ............................................................................................................... 59 Gráfico 18: Evolución del gasto público social y del déficit fiscal como % del PBI). Uruguay, 1985-1998 ............................................................................................................... 60 Gráfico 19: Personas pobres como porcentaje de su tramo etáreo. Uruguay urbano, 1999 ........................................................................................................... 61 Gráfico 20: Evolución del porcentaje de personas pobres por tramo etáreo. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991= 100) ............................................................................. 61 Gráfico 21: Tasas de actividad de las mujeres jefas o cónyuges según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano, 1999 ....................................................................................... 64 Gráfico 22: Tasas de actividad de mujeres jefas o cónyuges, por nivel educativo, según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano 1999 ................................................... 64 Gráfico 23: Tasas de empleo de las mujeres jefas o cónyuges, por nivel educativo, según edad del menor. Uruguay urbano, 1999 ..................................................................... 65 Gráfico 24: Ingreso promedio de jefes y cónyuges ocupados por tramo etáreo. Uruguay urbano, 1999 ........................................................................................................... 65 Gráfico 25: Porcentaje de familias propietarias y de la precariedad de sus viviendas, en hogares con menores de doce años según edad del jefe. Uruguay urbano, 1999 .............................. 66
Gráfico 26: Desempleo abierto por tramo etáreo, 1991-1999 ................................................................. 67 Gráfico 27: Evolución del valor real de las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares. Uruguay, 1991-1999 (1991=100) ........................................................................................... 67 Gráfico 28: Evolución del porcentaje de hogares biparentales unidos legalmente según edad del jefe y condición de pobreza. Uruguay urbano, 1991-1999 .............................................. 69 Gráfico 29: Estructura de la jefatura de hogar joven (18-28 años) por nivel educativo. Uruguay urbano, 1999 ........................................................................................................... 69 Gráfico 30: Evolución de la estructura de la mortalidad infantil, por causa. Uruguay, 1960–1994 .......... 75 Gráfico 31: Evolución de la tasa de mortalidad infantil, neonatal y postneonatal. Uruguay, 1986-1999 ............................................................................................................... 76 Gráfico 32: Evolución de la tasa de mortalidad infantil por sistema de atención médica. Uruguay, 1986-1999 ............................................................................................................... 77 Gráfico 33: Evolución de la tasa de mortalidad infantil postneonatal por sistema de atención médica. Uruguay, 1986-2000 .............................................................................. 77 Gráfico 34: Evolución de las tasas de mortalidad infantil. 4 países de América Latina, 1960-1999 .......... 81 Gráfico 35: Porcentaje de las muertes antes de los 5 años que ocurren luego del primer año de vida. 4 países de América Latina, 1999 ............................................................................... 81 Gráfico 36: Evolución del porcentaje de niños que no asisten al preescolar por edades. Uruguay urbano, 1991-1999 .................................................................................................. 87 Gráfico 37: Porcentaje de niños de 3 a 5 años por deciles de ingreso per cápita de los hogares y porcentaje de niños que asisten a preescolar por edad para cada decil de ingresos. Uruguay urbano, 1999 ........................................................................................................... 88 Gráfico 38: Evolución de los nacimientos concebidos fuera del matrimonio para madres hasta 19 años y para el total de madres. Uruguay, 1961 a 1999, años seleccionados ............ 99 Gráfico 39: Mejora porcentual de suficiencia en matemática para alumnos de 3er. año de Secundaria con bajo capital familiar en diferentes contextos educativos. Uruguay, 1999 .... 111 Gráfico 40: Mejora porcentual de suficiencia en matemática para alumnos de 3er. año de Secundaria en contexto socioeducativo medio y diferente capital familiar. Uruguay, 1999. .................... 112 Gráfico 41: Porcentaje de rezago escolar en menores de 8 a 15 años con clima educativo del hogar bajo y cuyos padres no se encuentran casados,según composición ocial del barrio. Montevideo, 1996 ...................................................................................... 114 Gráfico 42: Porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años que trabajan y no asisten a establecimientos educativos, 10 países de América Latina. Areas urbanas, 1994 ............................................ 120 Gráfico 43: Asistencia a educación formal por edad y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1999 ............ 129 Gráfico 44: Cobertura de salud por edades y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1999 .......................... 130 Gráfico 45: Evolución de la cobertura en el sistema preescolar para niños de 4 y 5 años por deciles de ingreso y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1991-1999 ............................... 146
Índice de figuras Figura 1:
Relación entre ciclo vital y cohortes .................................................................................... 30
Figura 2:
Activos sociales, estructura de oportunidades y familia ........................................................ 35
Figura 3:
Características familiares que determinan su contribución al desarrollo integral del niño y adolescente ........................................................................ 38
Figura 4:
Rol del Estado, mercado y comunidad a lo largo del ciclo vital ............................................ 40
Figura 5:
Coyunturas críticas y riesgos en el ciclo vital del niño y adolescente .................................. 41
Figura 6:
Trayectorias segmentadas en el ciclo vital del niño y adolescente ....................................... 42
Figura 7:
Etapas y acciones en el descenso de la mortalidad infantil .................................................. 80
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Prefacio
E
l Instituto Interamericano del Niño está aumentando la apuesta en la región de las Américas y el Caribe a través de su estrategia de alianzas con el sector académi-
co tanto público como privado. No para adquirir prestigio propio sino como forma de mejor servir en la búsqueda de soluciones eficaces y duraderas para que casi el 50% de la población de la región, es decir los niños y jóvenes menores de 18 años, sean respetados como sujetos de derechos y puedan disfrutar de los mismos. En los tiempos que las políticas públicas universales de salud, educación y nutrición, predominantemente diseñadas y financiadas por los Estados, dejaban escaso margen y presupuesto a las políticas sociales focalizadas en grupos de riesgo, no existía mayor preocupación en demandar que fueran concebidas sobre la base de un diagnóstico riguroso, e igualmente financiadas, ejecutadas y evaluadas con rigor técnico. Las políticas de infancia, más que políticas en sentido estricto eran entonces un pool de acciones programáticas no necesariamente coordinadas en función de un objetivo interinstitucional ni concebidas en función de una lógica con un nivel de planificación de alcance nacional, donde estuviera claramente establecido el rol que debían jugar los diferentes actores desde el Estado o la sociedad civil. En la creencia general, la eficacia era un atributo reservado casi en exclusiva para las acciones del sector público; la eficiencia en el gerenciamiento no era una característica que preocupara a la hora de ejecutar programas sociales de infancia de escasa cobertura; ni la pobreza, ni la morbimortalidad infantil ni la repetición o deserción escolar eran criterios para seleccionar usuarios o para evaluar resultados de estas políticas sociales focalizadas. Ni los gobiernos ni los partidos políticos que los respaldaban tenían integrada en sus concepciones una visión global del fenómeno que empezaba a envolver a la infancia y a la adolescencia de los distintos países con efectos devastadores, sumergiendo en la pobreza material y cultural a un porcentaje muy elevado del capital humano de las naciones. El Artículo 1º de los Estatutos del IIN expresa que “el Instituto Interamericano del Niño es un organismo especializado de la Organización de los Estados Americanos, encargado de promover el estudio de los temas relativos a la maternidad, niñez, adolescencia y familia en América, y la adopción de las medidas conducentes a su solución”. El estudio de los temas relativos al niño y a la niña es un mandato escrito en la tapa del libro del IIN como organismo intergubernamental. Esta misión y razón de ser, dada al Instituto desde su fundación bajo la inspiración de aquel técnico uruguayo que fue el Dr. Morquio, ha sido la de no improvisar sobre todo lo que concierne a la protección de la infancia para ayudar verdaderamente a construir un activo familiar sin cuya fortaleza difícilmente niños y jóvenes encuentren el marco de oportunidades adecuado en el que poder ejercer sus derechos fundamentales. Pero los Estatutos van aún más lejos cuando le asignan funciones al
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Instituto de colaborar con las administraciones nacionales de los países americanos, sus instituciones y personas. Es así que en el Artículo 5º incluye entre esas funcionesla de: c) Promover con la cooperación de los gobiernos de los Organismos nacionales y de los internacionales: 1.-La investigación de la naturaleza, magnitud, gravedad e importancia de los diversos temas que afectan a la maternidad, la niñez, la adolescencia, la familia y la comunidad en América. 2.-La determinación de los métodos y procedimientos más eficaces para solucionarlos y su divulgación en los Estados Americanos. 3.-La formación y perfeccionamiento de personal técnico y administrativo para actuar en las diversas actividades de protección y bienestar de la niñez. Haber unido, pues, nuestros esfuerzos a la Universidad Católica,* con la que existen acuerdos de cooperación desde 1994, tiene por objetivo ayudar a investigar la naturaleza, magnitud e importancia de los factores que están afectando a la niñez uruguaya. El Instituto Interamericano del Niño se involucra en estos compromisos con fines de investigación; no con la intención de pasar luego a la denuncia y al reclamo al gobierno del país donde se investiga sino para ayudarlo a determinar los métodos y los procedimientos más eficaces de resolución, así como para la formación de personal técnico y administrativo tanto del sector público como del sector privado que opera en lo que nos gusta llamar el Sistema Nacional de Infancia. Entre otras cosas, promovemos que cada país defina su propio Sistema Nacional de Infancia para poder ver dónde se está y hacia dónde se debe caminar para asegurar la protección social, legal y jurídica de los niños, niñas y adolescentes de cada uno de nuestros países. Hay un valor agregado que se persigue y que se obtiene además con esta política de alianzas con el sector académico y con los organismos rectores de infancia, como el INAME con quien también se tiene convenio, y con otras instituciones prestigiosas de la sociedad civil de distintos países de la región. Me refiero al “efecto laboratorio” que algunos de estos emprendimientos hechos en el Uruguay tienen para la región de las Américas y el Caribe. La Sede del Instituto se encuentra en Montevideo desde 1927 porque ya en ese entonces los gobiernos uruguayos vieron la importancia de disponer de un Instituto Internacional Americano de Protección a la Infancia, y lo dotaron de la infraestructura necesaria para que pudiera comenzar a ser realidad. Pero ello no quiere decir que las acciones del Instituto privilegien al Uruguay en desmedro de sus obligaciones con los otros 33 Estados Miembros de la OEA. Lo que sí es cierto, como ocurre en el caso de este acuerdo con la Universidad Católica, es que las dimensiones y las características del Uruguay se prestan para que a modo piloto o experimental se explore en él “la determinación de los métodos y procedimientos más eficaces para solucionarlos (los diversos temas que afectan a la niñez) y para su divulgación en los * El Instituto Interamericano del Niño ha mantenido convenios con más de 150 instituciones de la región, entre ellas universidades prestigiosas y fundaciones de distintos países de las Américas.
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Estados Americanos”. El “Panorama Social de la Infancia y la Familia en Uruguay” que hemos auspiciado realizar apunta en esa dirección. Los gobiernos no siempre perciben, y hasta en circunstancias se oponen, a estas “autopsias” de la realidad social que hace en oportunidades el medio académico con alguna de sus investigaciones. Creo que no es por temor a la verdad o por un exceso de cálculo electoralista, sino más bien porque sienten una cierta sensación de ingratitud
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frente a sí mismos, ya que creen tener conciencia de estar haciendo un esfuerzo sostenido por mejorar la situación social. Por eso creemos que es políticamente rentable que sean los gobiernos los primeros en asumir y hacer suyos estos diagnósticos, sabiendo ver en ellos la posibilidad privilegiada de ajustar rumbos, incrementar esfuerzos y convocar voluntades. La asistencia técnica del Instituto a los Estados Miembros de la OEA busca precisamente brindar la fortaleza que adquiere alguien cuando “recoge el guante” y con determinación se pone a la vanguardia de un proceso con rigor técnico detrás del cual se debiera colocar toda la comunidad nacional sin exclusiones. El estudio que le solicitamos a la Universidad Católica para enriquecer el Momento Académico del último Consejo Directivo del IIN que tuvo lugar en Montevideo en mayo de este año 2001, se debe contextualizar en este marco de intencionalidades y mandatos institucionales. Por cierto que quienes tuvimos durante años responsabilidades en el sector público uruguayo intentando articular el esfuerzo público con el privado, procurando obtener incrementos presupuestarios, extensiones de cobertura en la atención a la infancia en riesgo, y creyendo que estábamos construyendo una verdadera política de Estado que trascendería períodos de gobierno y atravesaría transversalmente a todos los partidos políticos, debemos enfrentar con una buena cuota de humildad que, de alguna manera, el “panorama” pintado por la Universidad Católica en su estudio nos venga a decir que la situación en la que se encuentra la niñez uruguaya es trágica en los hechos, y que aún queda casi todo el camino por recorrer. La investigación demuestra que los niños uruguayos se concentran en los hogares material y culturalmente pobres, en los que el activo familiar atraviesa por un período de deterioro creciente. Pese a lo hecho por los últimos gobiernos democráticos en el área social, se ha introducido un caballo de Troya de cuyo vientre han aparecido enemigos que afectan de manera especial a la niñez. Sin duda que a algunos nos comprenden las generales de la ley para opinar sobre el tema, pero no por ello podemos dejar de reconocer que las conclusiones de la investigación despiertan en nosotros una removedora reacción de defensa instintiva. Y, sin embargo, nuestro derecho a demostrar que lo que se hizo en su momento fue lo correcto y apuntaba ya en la dirección que hoy se señala como un ideal no alcanzado, no debiera obnubilarnos impidiéndonos ver que queda mucho por construir, y que se nos está mostrando, con mayor claridad y certeza, lo que no por sabido debe volver a ser objeto de profundas consideraciones. En efecto, nuevas luces proyectan estos estudios y abordajes de la realidad nacional. Hoy de la uruguaya, ayer de la de un país de Centroamérica o el Caribe, mañana de uno de Norteamérica. Lo cierto es que si ello sirve para la determinación de métodos y procedimientos eficaces para solucionar los problemas que vive la infancia, la familia y la comunidad en América, se habrá logrado el objetivo que persigue el medio académico, y estará en parte cumplida la misión del IIN como Organismo especializado de la OEA. Nos quedará entonces por recorrer el continente y divulgar en los Estados Americanos lo que se ha realizado en el país más chico de Sudamérica pero que en tantos asuntos supo tomar la delantera. Nada más noble que la causa de la infancia para intentar asumir nuevamente semejante rol. Lic. Alejandro Bonasso Lenguas Director General del Instituto Interamericano del Niño
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Prólogo
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mediados del año 2000, las autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Católica de Uruguay crearon el Programa de
Investigación sobre Integración social, pobreza y exclusión (IPES). El Panorama de la Infancia y la Familia en Uruguay que aquí se presenta constituye el primer desafío importante que encara dicho Programa. La elaboración de este Panorama persiguió varios propósitos. Uno de ellos es servir como una experiencia piloto cuyos resultados estimulen a otros países de la región a adaptar y aplicar a sus realidades nacionales el enfoque y la metodología aquí utilizada. Por su homogeneidad sociocultural, por su tamaño, por la multiplicidad, variedad y nivel de institucionalización de programas dirigidos al desarrollo infantil así como por la calidad de sus registros permanentes de información, la sociedad uruguaya resulta un buen laboratorio social para poner a prueba, a un costo relativamente bajo, la utilidad y factibilidad de esquemas y herramientas de diagnóstico que, una vez demostradas sus bondades, pueden ser aplicados en otros países de la región. Pero el propósito principal de este trabajo es otro. Se trata de dar cuenta de la naturaleza, las causas y las posibles consecuencias de un fenómeno que hiere la sensibilidad de la opinión pública uruguaya, en la medida que sus manifestaciones parecen contradecir una tradición de igualdad de oportunidades que forma parte del núcleo central de la identidad nacional y de la cual los uruguayos se sienten legítimamente orgullosos. Se trata del fenómeno de la infantilización de la pobreza, cuyo crecimiento está asociado a fuertes desbalances generacionales. Sin duda ambos procesos, la infantilización de la pobreza y el creciente desbalance intergeneracional, están planteando dilemas éticos al país. Estos se reflejan en al menos dos inquietudes. La primera se refiere al futuro de la infancia. A este respecto, los estudios revelan con claridad que la exposición prolongada de los niños a situaciones de pobreza reduce sus posibilidades de acumular aquellos recursos sin los cuales no les será posible aprovechar las oportunidades de trabajo propias de estructuras productivas que incorporan tecnología en forma acelerada. A medida que recorran estas páginas los lectores podrán comprobar que la evidencia al respecto es contundente: los hijos de hogares pobres corren un alto riesgo de un futuro de pobreza, riesgo que se agrava en las ciudades por su progresivo aislamiento vis à vis el resto de la sociedad. La segunda inquietud tiene que ver con el legado de equidad antes mencionado. En este sentido, el problema no es solamente, ni principalmente, que haya una cantidad más o menos importante de niños pobres. El problema se centra más bien en la salud
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de los mecanismos que se habían desarrollado en la sociedad uruguaya para garantizar un mínimo de igualdad de oportunidades de movilidad en todos los estratos. Porque en la medida que esos mecanismos no funcionen, o lo estén haciendo inadecuadamente (y en esto involucramos a las familias, el sistema educativo, las redes vecinales, las organizaciones comunitarias y el mismo Estado), aumentará el número de niños atrapados en la pobreza y que sufren por ello un debilitamiento progresivo de sus lazos con el resto de la sociedad y sus instituciones. La existencia de estos fenómenos también plantea problemas prácticos al desarrollo de la sociedad, en cuanto denuncia carencias de inversión que ponen en peligro la sustentabilidad de un crecimiento económico dentro de los parámetros que define la constante ampliación de las fronteras de competencia internacional. Resulta cada vez más evidente que, en un mundo en el que seguramente se irá profundizando una globalización que tiene como eje dinámico el procesamiento de conocimientos, ya no resultará posible alcanzar niveles significativos y sustentables de crecimiento sin una inversión sistemática en condiciones que maximicen el aprovechamiento de las potencialidades de las nuevas generaciones. También resulta claro que la identificación de las condiciones que hacen posible ese aprovechamiento requiere el conocimiento más exhaustivo posible de los determinantes de la pobreza infantil y de su reproducción en etapas posteriores del ciclo de vida. Los resultados de las investigaciones que incorpora el Panorama muestran que tanto el enfoque como la metodología utilizada para localizar los factores de la permanencia y endurecimiento de la pobreza entre los niños uruguayos proveen antecedentes valiosos para el diseño e implementación de políticas dirigidas a la infancia y a las familias. En primer lugar, permiten desplegar el mapa de las situaciones de riesgo que afectan a los niños y adolescentes, y examinar cómo se van eslabonando esas situaciones a lo largo del ciclo de vida de niños y adolescentes. De este modo, el estudio logra identificar puntos cruciales que demandan acciones urgentes que por un lado, impidan o frenen la activación de circuitos viciosos, pero que por otro lado, faciliten el acceso a aquellos circuitos virtuosos que permiten acumular las habilidades, destrezas, saberes, hábitos y expectativas que hoy día se requieren para una participación plena en la vida moderna. Segundo, la metodología hace posible identificar con precisión las categorías de niños o de adolescentes en las que debe concentrarse la acción pública, esto es, aquellas que presentan las configuraciones familiares y de entorno social de mayor riesgo. Tercero, también hace posible distinguir, para cada grupo etáreo, el peso relativo del impacto de distintos contextos en el desarrollo de sus potencialidades, diferenciando los efectos del portafolio de activos de las familias, de su capacidad para transmitir esos activos a los hijos, del contexto escolar, del contexto vecinal y de las particulares combinaciones de estos contextos. Por último, el estudio brinda elementos para mejorar las decisiones sobre la unidad sobre la cual es conveniente intervenir para atacar riesgos concretos: si directamente sobre el niño o a través de su familia. El diagnóstico realizado permite concluir que posiblemente estemos presenciando el fin de un período de la historia uruguaya en el que se produjo un ensamble virtuoso entre familia, escuela y barrio que potenció el desarrollo de los niños en las ciudades, virtuosismo
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que por momentos fue reforzado por un ritmo y una modalidad de crecimiento que, en la medida que mantenía abiertas vías alternativas de movilidad social, consolidó la imagen de una sociedad en donde la igualdad de oportunidades era un ideal posible. La situación actual es claramente distinta. Hoy los uruguayos descubren, muchos de ellos con nostalgia, que aquella imagen de una sociedad que operaba como campo fértil para el desarrollo de la infancia, y que por ello solo requería de intervenciones menores para corregir desviaciones de significación escasa, ya no se corresponde con la realidad. La precariedad de las familias, la segmentación de las instituciones educativas y las nuevas formas de distribución de la clases sociales en el espacio urbano hacen que muchos niños ya no puedan ser beneficiados por las sinergias positivas que surgieron cuando esos contextos se complementaban armoniosamente. A la vez, los efectos concentradores de las nuevas modalidades de crecimiento contribuyen a forjar realidades que se alejan del ideal de igualdades de oportunidades para todos.
II El informe que el lector tiene en su manos es el fruto de un prolongado proceso de investigación, diagnóstico y reflexión sobre la situación de la infancia y la familia en el Uruguay. La evidencia que aquí se presenta no deja lugar a dudas acerca de la importancia y urgencia de la temática infantil en el país. Más aún, el panorama que surge del análisis indica la necesidad de pensar los problemas de la familia y la infancia como problemas de Estado y no meramente de gobierno. Sabemos que las parejas jóvenes con hijos pequeños atraviesan por un período particularmente complejo de sus vidas, y que la pobreza asociada a estas primeras etapas de formación y reproducción familiar es un fenómeno presente en todas las sociedades. Pero esta verdad no justifica dos hechos por demás preocupantes: en primer lugar, la brecha de bienestar de los más jóvenes respecto al resto de la población se ha agudizado en Uruguay en los últimos quince años. En segundo lugar, aunque el país sigue exhibiendo los índices más bajos de pobreza en América Latina, la relación entre pobreza infantil y pobreza general, esto es, la infantilización de la pobreza, resulta la más marcada en el contexto regional. Todo indica entonces que Uruguay se encuentra al borde de un peligroso proceso de descapitalización, física, humana y social de sus generaciones más jóvenes y de sus niños. Para hacer frente a este desafío se requiere de una política de Estado que, por encima de diferencias partidarias, intereses sectoriales y réditos políticos, confronte la amenaza más clara al futuro social y también económico del país. La sociedad debe acompañar al Estado en esta tarea, realizando una reflexión profunda que le permita tomar conciencia que, en la lucha por el desarrollo, se está relegando a quienes son, en definitiva, la expresión cabal de su futuro, y que siendo el porvenir de Uruguay el que está en juego, el problema no admite el razonamiento que espera mejoras en otras áreas para ver las mismas traducidas en mejoras en la infancia. Como debe suceder en cualquier propuesta de política de Estado, poco importa aquí la búsqueda de culpables, y mucho la búsqueda de soluciones. En rigor, el país como un todo, sus fuerzas políticas, sus organizaciones sociales y sus ciudadanos de a pie han
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sido, de una u otra forma, responsables de esta realidad, otrora sugerida, y hoy dolorosamente palpable; y, en definitiva todos deben ser artífices de las soluciones a esta situación. También es cierto, y así se documenta a lo largo de este informe, que no han faltado intentos e innovaciones que reconociendo esta realidad han buscado revertirla o moderarla. La evidencia indica sin embargo que, aún cuando deban ser reconocidos en todo su valor, tales esfuerzos han resultado insuficientes. Uruguay castiga a sus niños en forma desproporcionada, y en el proceso contribuye a la creciente segmentación social y a los cada vez más visibles procesos de reproducción intergeneracional de la pobreza y endurecimiento marginal de dicha pobreza. Uruguay debe ser, o más bien, volver a ser, el hogar de todos sus niños. Hogar que garantice el afecto, el cuidado y las oportunidades necesarias para que todos puedan alcanzar su cuota de felicidad y bienestar. Este diagnóstico cierra un capítulo y abre otro. Este diagnóstico, este panorama, tiene sentido si ayuda a constituir, conjuntamente a otros aportes, la base desde la cual la sociedad y el Estado inicien la tarea de poner, en el mejor sentido de la expresión, la casa en orden.
III Este trabajo, si bien lleva el puño y letra de su equipo y sus coordinadores no hubiera sido posible sin la generosa colaboración en tiempo, ideas, recursos, información y aliento de diversas personas e instituciones. En primer lugar, debemos agradecer dos apoyos que, por su confianza en la apuesta de un programa de investigación que buscaba acumular conocimiento, reflexión, diagnóstico y propuesta en torno a los temas de pobreza y exclusión social, resultaron fundamentales. En nombre de todo el equipo del programa, vaya pues nuestro agradecimiento a la Universidad Católica, a su Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación y, muy en especial, a su decana, colega y amiga, Cecilia Zaffaroni, por su constante disposición a invertir tiempo, entusiasmo y sus valiosos recursos intelectuales, en esta aventura. Alejandro Bonasso, Director del Instituto Interamericano del Niño, sumó a esta apuesta su profundo y bien conocido compromiso con la acción a favor de la infancia, apoyando y auspiciando la elaboración del producto que el lector tiene en sus manos. Adicionalmente, a través de comentarios, reuniones de intercambio y hasta edición detallada de textos y gráficos, este informe se enriqueció con la colaboración del equipo de investigadores de la Facultad. Ellos contribuyeron a hacer posible una gratificante experiencia colectiva, dándonos la oportunidad de participar en una tan rara como bienvenida sensación de comunidad académica. Agradecemos en este sentido a Manuel Cardoso, Eduardo De León, Carlos Luján, Rodolfo Lemes, Ester Mancebo, y muchos otros que, en diversos momentos, en pasillos, cafés o reuniones de trabajo nos acercaron ideas, materiales, y comentarios. Diversos individuos e instituciones resultaron claves en cuanto al suministro de información para la realización de los diversos análisis que aquí se presentan. Orual Andina, Director del Instituto Nacional de Estadística, proporcionó una serie extendida y completa de las encuestas continuas de hogares, continuando la encomiable tradición de apoyo al avance del conocimiento en el país que caracteriza a esa institución. También desde el INE, Alejandro Retamoso aportó
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valiosos procesamientos del último censo nacional. Renato Opertti y Alberto Villagrán, desde el MESyFOD, y Pedro Ravela y Manuel Cardoso desde MECAEP y la UMRE, proporcionaron información y, más aún, generaron tablas y cruzamientos de variables a pedido de este equipo, con absoluta generosidad. Iris Maresca contribuyó desde el Ministerio de Salud Pública con estadísticas vitales que permitieron trabajar las temáticas de mortalidad infantil y su análisis. También resultó fundamental el apoyo de José Luis Díaz Roselló, del CLAP, para corregir, mejorar y agregar información al capítulo que trata el tema de la mortalidad infantil en Uruguay. Su contribución fue más allá del mero dato, y sus reflexiones y conocimientos están expresamente plasmados en recuadros a lo largo de dicho capítulo. Isabel Bove, Directora del programa CAIF, reforzó nuestra motivación en esta tarea con el ejemplo de su apasionada labor por la infancia uruguaya, y nos proporcionó, a través de Ana Ceruti, la información que, conjuntamente con el CLAEH, habían desarrollado para el diagnóstico del programa. Martín García desde el INAME, Álvaro Fuentes desde la Oficina de CEPAL en Montevideo, Arturo León desde la sede de la CEPAL en Chile, José Fernández por CIESU, y otros con los que seguramente estamos cometiendo la injusticia de no nombrarlos, fueron parte de la nutrida colaboración recibida desde todos los ámbitos académicos y estatales posibles. Juan José Calvo desde la unidad multidisciplinaria de la Universidad de la República aportó hallazgos recientes sobre fecundidad que enriquecen esta obra. Mariana González nos hizo tomar mayor conciencia sobre el complejo significado de las uniones consensuales en los sectores de bajos ingresos y nos sugirió ideas para su tratamiento. Carlos Filgueira contribuyó con sus comentarios a lo largo de todo el trabajo y en particular enriqueció con los mismos nuestra mirada a la familia y sus múltiples roles en la socialización del niño y adolescente. Tabaré Vera, desde la crítica constructiva, nos acercó valiosos argumentos para reflexionar sobre la responsabilidad colectiva y compartida de la sociedad uruguaya en la infantilización de la pobreza. Diversas personas nos prestaron su tiempo y conocimiento permitiendo un abordaje mejor y más informado de diversas áreas en donde se hacen esfuerzos para proteger a la infancia: Florida Ríos brindó información acerca del BPS en calidad de experta, Alicia Vera desde el BPS también contribuyó a nuestro trabajo, Alicia Cannetti de la Facultad de Medicina e Isabel Aldave de la gerencia de Alimentación del CODICEN, proporcionaron información y materiales para completar nuestro abordaje de las políticas públicas para la infancia y la familia en Uruguay. Finalmente, un Panorama de la Infancia y la Familia en Uruguay no puede dejar de recordar a Juan Pablo Terra. Nos sentimos deudores de sus tempranos esfuerzos y beneficiarios de su legado. La presencia de Juan Pablo nos acompañó a lo largo de este trayecto, no sólo por la agudeza de sus fecundos análisis de estos temas, sino también por su profunda pasión y piedad hacia los más desprotegidos. Desde sus escritos y sus conferencias surge este llamado que está hoy tan vigente como hace más de una década, cuando en respuesta al débil eco que encontraba a sus incansables advertencias nos apremiaba a “Rehacer con grandeza una política social de apoyo a la maternidad, la infancia y la familia!. Un país que sacrifica la vida y la solidaridad humana, al egoísmo y la avaricia, no tiene futuro”. Ruben Kaztman Director del IPES Universidad Católica de Uruguay
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Glosario de abreviaturas
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AF
Asignación Familiar
ANEP
Administración Nacional De Enseñanza Pública
BCU
Banco Central del Uruguay
BHU
Banco Hipotecario del Uruguay
BID
Banco Interamericano de Desarrollo
BIRF
Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento
BPS
Banco de Previsión Social
CAAMEPA
Centro de Asistencia Agrupación Médica Integral
CAIF
Centros de Atención a la Infancia y la Familia
CBA
Canasta Básica Alimenticia
CELADE
Centro Latinoamericano de Demografía
CEPAL
Comisión Económica para América Latina
CETP
Consejo de Educación Técnico-Profesional
CIESU
Centro de Informaciones y Estudios del Uruguay
CLAEH
Centro Latinoamericano de Economía Humana
CLAP
Centro Latinoamericano de Perinatología
CLE
Centros de Lenguas Extranjeras
CODICEN
Consejo Directivo Central
CRAMI
Cooperativa Regional de Asistencia Médica Integral
DISSE
Dirección de Seguros Sociales por Enfermedad
ETC
Escuela de Tiempo Completo
FAS
Fortalecimiento de Área Social
FEMI
Federación Médica del Interior
FISS
Fondo de Inversión Social
GIEP
Grupo Interdisciplinario de Estudios Psicosociales
IAMC
Instituciones de Asistencia Médica Colectiva
ICC
Indice de Carencias Críticas
IDH
Índice de Desarrollo Humano
IFD
Instituto de Formación Docente
IDG
Indice de Genero
IIN
Instituto Interamericano del NIño
INAME
Instituto Nacional del Menor
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INDA
Instituto Nacional de Alimentación
INE
Instituto Nacional de Estadistica
IPC
Indice de Precios al Consumo
IPES
Programa de Investigación sobre Integración, Pobreza y Exclusión Social
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IPH
Indice de Pobreza Humana
MEC
Ministerio de Educación y Cultura
MECAEP
Mejoramiento de la Calidad de la Educación Primaria
MESyFOD
Mejora de la Educacion Secundaria y Formacion Docente
MSI
Modelo Sustitutivo de Importaciones
MSP
Ministerio de Salud Pública
NBI
Indice de Necesidades Básicas
NBS
Necesidades Básicas Satisfechas
OEA
Organización de Estados Americanos
OIT
Organización Internacional del Trabajo
ONG
Organización No Gubernamental
OPP
Oficina de Planeamiento y Presupuesto
PAE
Programa de Alimentación Escolar
PBI
Producto Bruto Interno
PME
Proyectos de Mejoramiento Educativo
PNUD
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
PREL
Proyectos Educativos Liceales
SEMM
Servicio de Emergencia Médica Móvil
SMN
Salario Mínimo Nacional
SSS
Sistema de Seguridad Social
UCM
Unidad Coronaria Móvil
UMRE
Unidad de Medición de Resultados Educativos
UNICEF
Fondo De Naciones Unidas Para La Niñez
UNIQUER
Unidad de Quemados
UTU
Universidad del Trabajo del Uruguay
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Capítulo I
Una asignatura pendiente: el panorama social de la infancia y la familia en Uruguay
A. Introducción
damentos sociales de la democracia uruguaya.
H
ace ya quince años Juan Pablo Terra
Hace menos de dos años, a fines de
y Mabel Hopenhaym (1986) publica-
1999, el Programa de las Naciones Unidas
ban su análisis sobre la infancia en Uruguay.
1
para el Desarrollo publicó el primer Informe
Allí advertían sobre los riesgos que genera-
de Desarrollo Humano del Uruguay. Se
ba el funcionamiento de la estructura social
anotaban allí los logros de los últimos quin-
y económica uruguaya al concentrar la po-
ce años así como las cuentas pendientes
breza en las primeras edades. También su-
del Uruguay del fin de milenio. Entre las
brayaban la ausencia de políticas adecua-
deudas más importantes del país se en-
das para hacer frente a dicha situación. Más
contraba, una vez más, la infancia. En efec-
adelante, en diversos estudios, Terra presen-
to, dicho informe confirmaba la validez de
taba en forma clara y alarmante los proble-
los aportes de Terra y recalcaba las adver-
mas de desnutrición y psicomotricidad pre-
tencias formuladas en sus trabajos al mos-
sentes en los niños de las familias más
trar la altísima concentración de la pobreza
desfavorecidas, argumentando que dicha
en la infancia (alcanzando al 48% de los
realidad implicaba un importante déficit para
niños de entre 0 y 5 años y el 42% entre 6
el futuro de ese segmento de la niñez y del
y 13 años) en contraste con los importan-
país (Terra, 1988; 1990).
tes logros y avances sociales en otros gru-
3
Este diagnóstico encontró sustento
pos, especialmente, en la población ma-
adicional en una serie de trabajos realiza-
dura y la tercera edad (ver recuadro 1). El
dos por la Oficina de CEPAL en Montevi-
capítulo que dedica sus reflexiones a este
deo que se volcaron en un pequeño libro
problema, titulado “El desafío intergenera-
2
publicado en 1991. En consonancia con
cional”, insiste tanto en las causas interge-
las advertencias ya formuladas por Terra,
neracionales de la infantilización de la po-
los análisis realizados en ese libro concuer-
breza como en sus potenciales y devas-
dan en señalar que gran parte de la repro-
tadores efectos.
ducción biológica y social de la población
Por su parte, los trabajos realizados en
estaba siendo realizada por los estratos
la Facultad de Ciencias Sociales Aplicadas
más pobres de la sociedad. También se
de la Universidad Católica, otros llevados a
afirmaba que tal tendencia se traducía en
cabo por el Centro Latinoamericano de
profundos desequilibrios que, de continuar,
Economía Humana, por el Centro de Infor-
afectarían seriamente la formación de la
maciones y Estudios del Uruguay, por la
futura población activa y tenderían a esta-
Oficina de Montevideo de la Comisión Eco-
blecer segmentaciones socioculturales in-
nómica para América Latina, y aquellos pro-
compatibles con la equidad y con los fun-
ducidos por las unidades técnicas del sis-
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1. Terra, Juan Pablo y Hopenhaym, Mabel. 1986. La infancia en el Uruguay 1973-1984, Montevideo: CLAEHUNICEF-Ediciones de la Banda Oriental. Ver también Terra, Juan Pablo. 1988. “Estado nutricional y desarrollo psicomotor en los niños de las familias pobres” en Cuadernos del Claeh nº 4, Montevideo: CLAEH; y Terra, Juan Pablo. 1990. Población en riesgo social. Infancia y políticas públicas en el Uruguay. Montevideo: Instituto Nacional del Libro. 2. CEPAL. 1991. Equidad y pobreza en la sociedad Uruguaya. Montevideo: CEPAL. Una versión preliminar del libro fue presentada bajo el título “La reproducción biológica y social de los hogares en Montevideo” en la reunión de Políticas Sociales, Transformación y Desarrollo en América Latina, realizada en Montevideo en 1987. 3. PNUD. 1999. Desarrollo Humano en Uruguay. Montevideo: PNUD.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
La tercera innovación que introduce el Panorama consiste en considerar a la pobreza en términos afirmativos, no como un fenómeno que denota la ausencia de ciertos atributos.
tema educativo uruguayo en los últimos
ción social de la infancia. La primera con-
seis años, han alertado acerca de los pro-
siste en otorgar un lugar destacado, más
blemas de pobreza en la infancia, la des-
aún, central, a un actor que es determinante
integración social en las familias jóvenes
del bienestar infantil y que hasta el momento
con hijos, la maternidad temprana en los
ha sido incorporado sólo marginalmente en
sectores de bajos ingresos, la imposibili-
los estudios precedentes en el país y en la
dad de acceso a servicios sociales bási-
región: la familia. En segundo lugar, el tra-
cos en estas mismas familias y la marca-
bajo procura destacar la heterogeneidad
da desigualdad en la adquisición de co-
que supone la categoría general de “infan-
nocimientos y destrezas en el sistema
cia”, especificando las diferentes etapas del
educativo primario y secundario.
ciclo vital del niño y la forma en que dichas
Esta acumulación de evidencias en la
etapas lo colocan ante diferentes oportuni-
materia tornaba impostergable la tarea de
dades y riesgos que se eslabonan en el
avanzar en la comprensión de la pobreza
tiempo. Para ello se hace inevitable una
infantil y de los mecanismos de reproduc-
conceptualización de la niñez que incorpo-
ción intergeneracional de la pobreza (ver re-
re los adelantos producidos desde el cam-
cuadro 1). Los diferentes estudios mencio-
po de la sociología de la edad. La tercera
nados permitieron identificar un problema
innovación que introduce el Panorama con-
y sus magnitudes. En este documento se
siste en considerar la pobreza en términos
intenta dar un importante paso adelante al
afirmativos, no como un fenómeno que de-
establecer las bases conceptuales y
nota la ausencia de ciertos atributos. Para
metodológicas para un tratamiento integral
conocer sus causas y resultados es nece-
de la problemática infantil en materia so-
sario abrir la “caja negra” de los recursos
cial. Para ello se plantean tres innovacio-
familiares y reconstruir la secuencia
nes al abordaje convencional de la situa-
multidimensional que, en materia de recursos y déficit (nutricional, educativo, etc), se produce a lo largo del ciclo de vida en la
RECUADRO 1
infancia. El informe que el lector tiene en
Desbalance generacional: pasado y futuro
sus manos busca enfrentar estos desafíos.
En el informe de desarrollo humano Amir Hamed
El presente capítulo, pretende, a su vez,
reflexionaba sobre los desniveles entre generaciones y la
avanzar en algunos problemas conceptua-
forma en que el país refleja en la historia reciente y en las
les de la infancia y la familia.
políticas públicas su marcada nostalgia por un pasado mejor.
B. Estructura del informe
Señalaba allí, la hasta ese momento relativa invisibilidad de las disparidades generacionales y el importante apoyo que el conjunto de la sociedad otorgó a la defensa de los
Este informe persigue al menos tres ob-
beneficios de la tercera edad, hecho que representaba, a
jetivos diferentes. En primer lugar pretende
juicio de Hamed, un país que en muchos casos prefiere
advertir y ofrecer guías para la acción res-
refugiarse en su pasado y su máxima expresión viva, la tercera
pecto a la situación de la infancia en Uru-
edad, antes que confrontar su futuro, y sus depositarios y
guay y, en particular, respecto al sector más
creadores: los niños.
vulnerable de dicha infancia: aquella que nace y crece en situación de pobreza. En
Desarrollo Humano en Uruguay, p. 76
segundo lugar, este informe busca consti-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
tuirse en insumo útil para todos aquellos
RECUADRO 2
países de la región que decidan emprender
Los inicios de un nuevo paradigma
estudios similares al que aquí presentamos. Eventualmente, si nuestras pretensiones de
En sus primeras formulaciones Kaztman et al. (1999)
estimular un esfuerzo cooperativo y articu-
señalaban la utilidad potencial del enfoque de activos que
lado con otros países tiene algún éxito, ha-
Caroline Moser propuso y denominó el asset-vulnerability
bremos ayudado a sentar las bases para lo
approach: “Tanto el progreso teórico como la eficacia de las
que consideramos un producto necesario y
acciones para enfrentar la pobreza requieren abrir la ‘caja
conveniente a efectos de enfrentar desafíos
negra’ que encierra los recursos de los hogares y las estrategias
sociales futuros en la región: la elaboración
que estos utilizan”. También se advertía sobre los límites de
de un informe continental sobre la infancia y
restringirse a la esfera familiar, y se defendía la idea de
la familia. En tercer lugar, este informe es
incorporar la noción de estructura de oportunidades en
una aplicación de un nuevo paradigma, o
el enfoque: “Se sostiene que el portafolio y la movilización
dicho más modestamente, de un proto-pa-
de activos de los hogares vulnerables, punto central en la
4
radigma que, por un lado, procura abrir la
formulación moseriana, sólo puede examinarse a la luz de
caja negra de las estrategias familiares de
las lógicas generales de producción y reproducción de activos,
movilización, renovación y consumo de sus
que no pueden ser reducidas a la lógicas de las familias y
recursos en defensa del bienestar de sus
sus estrategias. Más bien, estas adquieren sentido cuando
miembros, y por otro, intenta vincular la na-
son referidas a las estructuras de oportunidades [del Estado,
turaleza y el éxito de esas estrategias a la
el mercado y la comunidad]”.
forma en que el mercado, el Estado y la pro-
Activos y Estructuras de Oportunidades, pp. 20 y 33-34.
pia comunidad estratifican y distribuyen las oportunidades de acceso al bienestar (ver
tivos familiares, las estructuras de oportu-
recuadro 2). La idea central del enfoque, que
nidades y los logros en materia de acumu-
ya fuera planteada por Carlos Filgueira en
lación de los activos que definen sus pro-
1998, afirma que el nivel de vulnerabilidad
babilidades futuras de bienestar. En estos
de personas y hogares a la pobreza y exclu-
análisis se procura captar el eslabonamiento
sión social es función del grado de ajuste
entre los logros (o los fracasos) que corres-
entre sus portafolios de activos (capital físi-
ponden a diferentes etapas del ciclo vital
co, humano y social) y los requerimientos
de los individuos.
de las estructuras de oportunidades que tie-
El tercer capítulo aborda el problema de
nen su fuente en tres órdenes institucionales
la infancia en América Latina. Además de
básicos de la sociedad: el Estado, el merca-
la sistematización exhaustiva de los
do y la comunidad. Esta trilogía de nociones
indicadores hasta hoy utilizados en infor-
—vulnerabilidad, activos y estructura de
mes regionales e internacionales que inclu-
oportunidades— constituye el núcleo con-
yen información sobre infancia, en el capí-
ceptual del enfoque adoptado.
tulo se proponen dos innovaciones. La pri-
El segundo capítulo de este informe
mera refiere al objetivo de abogar por la in-
busca aportar al enfoque, aplicándolo a ca-
fancia a un nivel regional. Para ello se cons-
tegorías específicas de población: la infan-
truye un índice de vulnerabilidad infantil para
cia y la adolescencia. El informe presenta,
los países de América Latina. Éste busca
para cada etapa del ciclo de vida de niños
ser la versión, aplicada a la niñez y la ado-
y adolescentes, la interacción entre los ac-
lescencia, del índice de pobreza humana
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4. Para antecedentes del embrión de marco conceptual referido ver Kaztman, Ruben (coord.). 1999. Activos y Estructuras de Oportunidades: Estudios sobre las raíces de la vulnerabilidad social en Uruguay. Montevideo: CEPAL–PNUD.
/ 25 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El capítulo muestra cómo el desempleo juvenil, el gasto social y la segregación residencial contribuyen en Uruguay a condenar a la pobreza a un importante segmento de la población joven.
■ 26 /
propuesto por el Programa de Naciones
El capítulo sexto se concentra en las
Unidas para el Desarrollo en sus informes
situaciones y comportamientos de riesgo
de Desarrollo Humano. La segunda inno-
de la población situada entre los 6 y los 19
vación responde al desafío de avanzar en
años. En esta etapa de la vida, los estable-
el paradigma de activos y estructura de
cimientos educativos constituyen los espa-
oportunidades en un marco comparado.
cios de interacción más importantes para
Para ello se construye un índice de contex-
la formación de identidades y la acumula-
to de riesgo familiar para la infancia por país
ción de conocimientos, hábitos, actitudes
y se lo relaciona con el índice de vulnerabi-
y expectativas con respecto al futuro. El
lidad infantil antedicho.
capítulo inicialmente describe la forma en
El cuarto capítulo de este informe abor-
que fueron construidas las medidas de
da la realidad uruguaya, presentando y dis-
comportamientos de riesgo típicos, enten-
cutiendo evidencia empírica sobre la forma
diendo por tales aquellos que bloquean o
en que ha evolucionado en los últimos diez
dificultan la acumulación de los activos ne-
años la pobreza infantil y el desbalance
cesarios para mantenerse dentro de las
intergeneracional. En él se señala que las
sendas que conducen al bienestar adulto.
causas de dicha pobreza están ancladas
Luego, presenta y discute información so-
en la estructura de oportunidades del mer-
bre las tendencias que mostraron esos
cado, el Estado y la comunidad. En efecto,
comportamientos de riesgo en la última
el capítulo muestra cómo el desempleo ju-
década del siglo pasado. Una tercera sec-
venil, el gasto social y la segregación resi-
ción examina los efectos de distintos con-
dencial contribuyen en Uruguay a conde-
textos —familia, escuela, barrios— sobre
nar a la pobreza a un importante segmento
los comportamientos de riesgo, detenién-
de la población joven, así como a incentivar
dose en el examen de las relaciones entre
los ciclos de reproducción intergeneracional
el contenido del portafolio de activos de los
de la pobreza.
hogares y las formas de organización fami-
El quinto capítulo se detiene en las for-
liar. Como se argumentará en detalle en el
mas concretas a través de las cuales el ma-
capítulo que desarrolla el marco concep-
lestar en la temprana infancia deviene en
tual, la forma de organización de una fami-
pasivos en edades ulteriores. Allí se investi-
lia se considera como un proxy de su ca-
gan los factores familiares, contextuales e
pacidad de transmisión de activos o de su
institucionales que contribuyen a dicho ma-
aptitud para controlar el grado en que los
lestar y a los resultados de riesgo infantil. Se
hijos son expuestos a pasivos propios y/o
analiza entonces la mortalidad infantil y al-
del entorno social inmediato del hogar. En
gunos potenciales pasivos de la infancia
la última sección, y tras identificar las ca-
como la desnutrición, los déficit en
racterísticas de los contextos que ponen
psicomotricidad y la ausencia de cobertura
en riesgo el bienestar futuro de niños y ado-
educativa en preescolares. La emergencia y
lescentes, se examina cómo cambió el ni-
acumulación de estos pasivos aparecen vin-
vel de exposición de éstos a los entornos
culadas en este trabajo a los tipos de familia
referidos. En cada una de las secciones el
y a los contextos comunales que influyen
lector encontrará evidencias que sugieren
sobre los niños así como a las característi-
matices a incorporar en las políticas públi-
cas de las instituciones que los incorporan.
cas para reducir la vulnerabilidad del grupo
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
etáreo considerado. Por último, la significa-
desarrollar formas de acción solidarias en-
ción de las tendencias encontradas se re-
tre sus miembros, estrategias colectivas de
vela en toda su magnitud a la luz de instalar
sobrevivencia, distribución de tareas y
los logros educativos de los adolescentes
complementariedad de roles.
uruguayos en el marco regional. Esta tarea
Pero si la familia es importante para sus
comparativa es la que cierra el capítulo.
miembros en estos múltiples sentidos, no
Finalmente, el capítulo séptimo desarro-
lo es menos para la sociedad en su con-
lla un mapa de las actuales políticas orienta-
junto o, más precisamente, para el orden
das a la infancia. A partir del diagnóstico
social. Como suele ocurrir frecuentemen-
social realizado, el capítulo ofrece un con-
te, la importancia de la contribución de la
junto de lineamientos estratégicos que bus-
familia al orden social resulta más visible
can contribuir a la construcción de un siste-
cuando la institución funciona mal que
ma integral de protección a la infancia que
cuando funciona bien. Pero no hay duda
en el mediano plazo permita revertir las ac-
que desde una perspectiva macro la insti-
tuales tendencias a la infantilización de la
tución familiar constituye uno de los más
pobreza, a su transmisión intergeneracional
poderosos e importantes mecanismos de
y ‘endurecimiento’ bajo formas de
integración social. No sólo porque asegura
marginalidad en los sectores más jóvenes.
la continuidad de la sociedad a través de
Desde una perspectiva macro la institución familiar constituye uno de los más poderosos e importantes mecanismos de integración social.
mecanismos de socialización, transmisión de pautas valorativas y predisposición para
C. Sociología de la edad y de la familia
la acción (visión adaptativa), sino porque transmite las bases de socialización para que las nuevas generaciones puedan cum-
1. Sobre la familia y sus transformaciones
plir eventualmente un papel de cambio y transformación (visión innovadora).
La familia ha sido vista como una “insti-
Durante las últimas décadas, sin embar-
tución primordial” de la sociedad. Esto se
go, los resultados de los relativamente es-
debe al múltiple papel que cumple en ma-
casos estudios sobre la familia en América
teria de socialización de las nuevas gene-
Latina han sido suficientes para mostrar que
raciones, protección y apoyo a los indivi-
ciertas transformaciones que corresponden
duos cuando aún carecen de instrumen-
a tendencias seculares, así como otras más
tos y recursos (materiales e inmateriales)
recientes, han erosionado su papel
para desenvolverse en el mundo, formación
integrador, generando un cúmulo de proble-
de identidades, desarrollo de la personali-
mas de diferente naturaleza. Hay factores
dad y sustento emocional de los niños. Cier-
económicos, culturales y demográficos cuya
tamente, no son sólo las jóvenes genera-
consideración permite avanzar en la compren-
ciones que se benefician de la pertenencia
sión de esos cambios.
a un núcleo familiar sino también los adul-
En primer lugar, el tipo de familia tradi-
tos o los miembros de la tercera edad. El
cional de aportante único (breadwinner) ha
reciente desarrollo de la noción de “capital
cedido lugar a una estructura familiar en la
social” ha traído nuevamente al debate la
que los dos cónyuges participan en el mer-
importante función que representa la fami-
cado de trabajo y sostienen económica-
lia en tanto contexto en el que se pueden
mente el hogar, sin que con ello se modifi-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Dentro de una tendencia de largo plazo, la disolución de los matrimonios por razones biológicas viene cediendo lugar a factores vinculados a la expansión del divorcio o la separación de hecho. Estos últimos afectan a sectores de edad cada vez más jóvenes, a diferencia de las razones biológicas que impactan a las viudas y sus hijos.
que plenamente una concepción cultural
ajena al proceso más global de la “revolu-
que atribuye a la mujer los roles tradiciona-
ción sexual”. Los tres componentes que en
les de género referidos a las actividades
el pasado formaban, sobre todo en el caso
domésticas. Esta última configuración es
de la mujer, una secuencia relativamente
notoriamente más generalizada en los es-
predeterminada —iniciación sexual,
tratos bajos urbanos de la sociedad que
nupcialidad, y procreación—, adquieren
en los restantes sectores urbanos.
ahora cada vez mayor independencia uno
En segundo lugar, en virtud de los cam-
respecto de los otros. Una de las posibles
bios ocurridos en los patrones de constitu-
consecuencias de estas pautas es la ex-
ción, disolución y reconstitución familiar, la
pansión de la condición de la “madre sol-
mayoría de los países de América Latina se
tera” o de la “madre adolescente”, aspecto
encuentran inmersos en la llamada “segun-
que también parece formar parte de las ten-
da transición demográfica”. Dentro de una
dencias actuales en América Latina.
tendencia de largo plazo, la disolución de los
Para evaluar los resultados sociales de
matrimonios por razones biológicas viene
estas transformaciones sin caer en riesgos de
cediendo lugar a factores vinculados a la ex-
excesiva simplificación, conviene anotar que:
pansión del divorcio o la separación de he-
• La distinción entre los factores econó-
cho. Estos últimos afectan a sectores de edad
micos, demográficos y culturales es
cada vez más jóvenes, a diferencia de las ra-
apenas una forma de conceptualiza-
zones biológicas que impactan a las viudas y
ción analítica aunque no se correspon-
sus hijos. Con el crecimiento de la ruptura del
de con la realidad. De hecho, existen
vínculo matrimonial por razones no biológi-
relaciones de implicación recíproca en-
cas se ha incrementado el número de hoga-
tre los tres tipos de factores así como
res de tipo monoparental —por lo general con
confluencias que exacerban o
jefatura femenina a cargo de hijos—, la canti-
magnifican los efectos. Por ejemplo, la
dad de parejas formadas en segundas nup-
des-estigmatización social del divorcio
cias, la proporción de hijos que viven en ho-
y la legitimidad creciente de la unión
gares con padres o madres no biológicos, y
libre o consensual, ambos fenómenos
la tasa de hogares formados por parejas uni-
de naturaleza cultural, sumados a las
das. Una de las consecuencias de estos pro-
consecuencias que la ruptura del sis-
cesos fue el incremento del número de naci-
tema breadwinner tiene sobre la distri-
mientos concebidos fuera del matrimonio,
bución de poder entre los miembros
que tradicionalmente han sido etiquetados de
de la pareja, definen efectos sinérgicos
5
5.
“Ilegitimidad” designa aquí a la filiación derivada de uniones libres o concubinatos.
■ 28 /
“ilegítimos”. En estos aspectos de la organi-
sobre el cambio en los tipos de familia.
zación familiar, puede afirmarse que la región
• Por otra parte, las transformaciones
ha seguido con cierto rezago transformacio-
tienen una doble cara si se las ob-
nes ya adelantadas en algunos países occi-
serva desde un punto de vista
dentales, en los que se observa un claro in-
valorativo. Muchas de aquellas que,
cremento en la movilidad de los individuos
en puridad, pueden representar ma-
entre diferentes familias a lo largo de su ciclo
yores opciones de libertad, indepen-
de vida.
dencia y realización personal para los
En tercer lugar, entre los factores pro-
miembros de la familia, conllevan al
piamente culturales, la región no ha sido
mismo tiempo problemas de integra-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ción familiar y social. La mayor o
vios entre los miembros de la pareja sobre
menor gravedad de esos problemas
la distribución de las cargas domésticas y,
resulta de la forma particular en que
en particular, sobre el cuidado y educación
las diferentes dimensiones de trans-
de los hijos. Por otro lado, una tasa crecien-
formación familiar se articulan entre
te de mujeres jóvenes no logra recomponer
sí y, sobre todo, de la forma en que
una situación de pareja, hecho que promue-
lo hacen en sectores sociales de alta
ve el crecimiento de hogares monoparen-
vulnerabilidad, como son los estra-
tales con escasos recursos y activos a mo-
tos populares urbanos. Histórica-
vilizar. En los hogares monoparentales de je-
mente, las grandes mutaciones que
fatura femenina, además, las mujeres no
ocurrieron en los tipos de familia pre-
encuentran en general alternativas para elu-
dominantes fueron acompañadas de
dir la doble jornada de trabajo en que la ac-
problemas de desajuste y tensión
tividad doméstica y laboral se superponen a
entre sociedad y familia. El caso de
diario. Si se traslada ahora el foco de aten-
las transformaciones actuales no pa-
ción a la situación de los hijos, los estudios
rece ser una excepción a la regla.
sobre las transformaciones de la familia son
Sobre las consecuencias que los cam-
igualmente coincidentes en señalar los más
bios en la familia introdujeron en la sociedad
bajos niveles de desempeño educativo re-
conviene adelantar aquí, a cuenta de un tra-
gistrados en los hogares con problemas de
tamiento específico en los apartados siguien-
integración y pérdida de “capital social”, la
tes, que los estudios empíricos realizados
mayor frecuencia de problemas de rezago y
en América Latina han señalado una serie
deserción escolar, así como otras manifes-
de efectos sobre niños, adolescentes y adul-
taciones relativas a la “desafiliación
tos. Pese a que muchos de estos cambios
institucional” de los hijos (por ejemplo, una
no tienen necesariamente efectos negativos,
mayor proporción de jóvenes que no traba-
los resultados de las investigaciones permi-
jan ni estudian en esos hogares), y al au-
ten sin embargo apreciar: una mayor preca-
mento de embarazos adolescentes produ-
riedad de la función socializadora de la fa-
cidos fuera del matrimonio.
milia; un desentendimiento creciente del
2. Sobre la condición infantil y la familia
hombre para con sus responsabilidades paternas que se refleja, entre otras cosas,
7
en el crecimiento de las tasas de hijos habi-
En 1947 Pitirim Sorokin se refería a la
dos fuera del matrimonio y de madres jóve-
edad como una de las bases de la organiza-
nes que no cuentan con el respaldo de un
ción y estratificación social. Si bien el recono-
esposo o compañero; y un debilitamiento
cimiento de una sociología de la edad es re-
del “capital social” de la familia. Todas estas
lativamente reciente, diversos autores han su-
tendencias han sido interpretadas como re-
brayado, como lo hizo Sorokin, la importan-
sultados probables de las referidas transfor-
cia de este factor y el impacto que el proceso
6
maciones en la organización de la familia.
de crecimiento tiene sobre los individuos al
Como contraparte, la condición de la
enfrentarlos a novedosos requerimientos, ro-
mujer se resiente por una cantidad de razo-
les y desafíos. En particular, importa desta-
nes. Por un lado, sus nuevos roles laborales
car tres grandes miradas a los temas de la
son asumidos sin que medien acuerdos pre-
edad y del ciclo vital de los individuos. La pri-
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6. Los autores no disponen de evidencia de países de la región sobre tendencias que hacen a la asunción de responsabilidades paternas después del divorcio o separación de la pareja con hijos. Estos temas han sido ampliamente estudiados en Estados Unidos a través de información longitudinal y sincrónica, revelándose una tendencia creciente a eludir tales responsabilidades. Ver, Blankenhorn, David. 1995. Fatherless America; confronting our most urgent problem. New York: Harper Perennial. 7. En su clásico trabajo Sociedad, Cultura y Personalidad. Su estructura y su dinámica, Pitirim Sorokin (1996. Madrid: Aguilar. Primera edición, 1947) presta extendida atención a los roles que las personas desempeñan en diferentes edades y a las expectativas o normas de comportamiento adecuado que la sociedad coloca sobre los individuos según su edad. Ver también Sorokin, Pitirim. Social and cultural Mobility. 1959. New York: Free Press. Primera edición, 1927. Otro trabajo clásico que se detiene en los temas de edad y su importancia para la conformación de identidades colectivas y como factor del sistema de estratificación es el de T. Parsons. Ver Parsons, Talcott. 1942. “Age and Sex in the Social Structure of the United States”. En American Sociological Review 7. Cain, Leonard D. (1964. “Life Course and Social Structure”) y Clausen, John A. (1972. “The Life Course of Individuals”) —citados en Riley, Matilda W., Johnson, M. y Foner, Anne (eds.). 1988. Aging and Society, vol. 3, A Sociology of Age Stratification. New York: Russell Sage— maduran la idea de ciclo vital hacia la forma contemporánea en que hoy se trabaja.
/ 29 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
sonas nacieron entre finales de la década del
Figura 1 Relación entre ciclo vital y cohortes
cincuenta y finales de los setenta. Criados en el inicio de la crisis, y luego en los estertores del Modelo Sustitutivo de Importaciones (MSI),
Ciclo Vital
recibieron el empuje cultural de la segunda Tercera edad
transición demográfica y enfrentaron en sus
Adultos
procesos emancipatorios o en su vida adulta el deterioro en calidad, aunque no en estabi-
Juventud
lidad, de sus empleos. El otro grupo de po-
Adolescencia
blación que nos interesa son sus hijos, nacidos en el periodo que se extiende desde
Niñez
mediados de los ochenta hasta nuestros días. Esta cohorte enfrentó el fin definitivo del MSI, 1900
1920
1940
1960
1980
2000
creció en plena revolución de las formas de organización familiar y debió tomar concien-
Cohorte
cia que le espera un horizonte donde ya no
8. Riley, Matilda W., Johnson, M. y Foner, Anne (eds.) (1988. Aging and Society, vol. 3, A Sociology of Age Stratification. New York: Russell Sage); y Riley, Matilda White, Foner, Anne y Waring, Joan (citados en Smelser, Neil. 1988. Handbook of Sociology. New York: Russell Sage Publication) proponen distinguir entre análisis de ciclo de vida, análisis sobre edad y estructura social y los cambios en esta relación, y análisis de cohorte propiamente dicho. En este capítulo presentamos las ideas asociadas a ciclo vital y cohorte generacional.
■ 30 /
mera, la mirada simple y descriptiva que se
sólo la calidad del empleo sino su propia es-
concentra en la distribución social del bien-
tabilidad se encuentran fuertemente cuestio-
estar y el poder de diferentes grupos de edad
nadas. Algunos de estos jóvenes nacidos en
en la estructura social. La segunda se refiere
los ochenta se han convertido en padres, y
a la óptica según la cual —y sin perjuicio del
constituyen, por tanto, una nueva generación
reconocimiento de importantes diferencias
reproductiva que debe atravesar, no ya la
entre distintas culturas— el paso del tiempo
adolescencia sino la paternidad y maternidad
cronológico se asocia con los roles que los
en un contexto de múltiples precariedades.
individuos asumen a cada paso en la socie-
Cualquier análisis que se proponga de
dad, estableciéndose de este modo una no-
un grupo de edad determinado debe aten-
ción de secuencia de roles y status que usual-
der a esta triple estrategia de análisis: es-
mente se define como la perspectiva del ci-
tratificación intergeneracional e indicadores
clo vital de los individuos. Finalmente, y como
de bienestar del grupo en cuestión; análi-
se intenta representar en la figura 1, los adul-
sis de aquello específico que en materia de
tos nacidos en 1940, difieren de los adultos
roles se asocia a una determinada etapa
nacidos en el 50, no solamente por su etapa
del ciclo vital; y lo específico que le toca
en el ciclo vital, sino también por pertenecer
vivir o le ha tocado vivir a dicha categoría
a cohortes socializadas bajo distintos siste-
de población en tanto cohorte generacional.
mas normativos, enfrentados a diferentes
En otras palabras, y desde nuestra parti-
contextos económicos, hechos políticos e
cular conceptualización, el análisis de la in-
8
fancia y la familia en Uruguay debe atender
innovaciones tecnológicas.
Como puede observarse en la figura 1,
a diferentes cuestiones: la distribución de
nuestro interés reside en dos grupos de po-
activos o recursos de las diferentes gene-
blación que definen edades y cohortes bien
raciones; su articulación con roles y posi-
diferenciadas. Por un lado, nos interesa la
ciones concretas que acompañan su ciclo
población que hoy es joven, hasta sus eta-
vital; y la cambiante estructura de oportu-
pas intermedias de la vida adulta. Estas per-
nidades que desde el mercado, el Estado
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
y la comunidad define las chances de acu-
cas en el ciclo vital de los individuos: in-
mular activos familiares e individuales.
fancia, juventud, etapa adulta y tercera edad. Estas etapas del ciclo vital consti-
a. La distribución intergeneracional del bienestar
tuyen un sistema de clasificación sustantivo en donde los individuos tienen asignados roles, vínculos y status diferencia-
Los niveles de bienestar a que acceden
les en relación con el entorno social. Asi-
la mayoría de los niños están asociados casi
mismo, y aunque no constituye el centro
completamente a sus familias de origen. Sin
de este informe, cabe mencionar que a
embargo, ello no se traduce en una propor-
medida en que las personas avanzan en
ción de niños pobres similar a la de los adul-
el ciclo vital, se producen transformacio-
tos del mismo perfil socio-económico. Ello es
nes en las dimensiones biológicas, psi-
así, en primer lugar, porque los niños están
cológicas y culturales de las personas.
sobre-representados en las familias pobres.
En lo que refiere a los roles y vínculos
Las pautas de fecundidad de los sectores de
sociales, la relación de los individuos con sus
más bajos ingresos y de menor educación
familias, el mercado, el Estado y la comuni-
explican en buena medida esa sobre-repre-
dad varía drásticamente al transitar desde
sentación. Ello se combina con las muy ba-
la infancia a la juventud, la vida adulta y final-
jas tasas de fecundidad que hoy predominan
mente a la última etapa del ciclo vital. Puede
en los sectores medios, especialmente, en
afirmarse que mientras la infancia constitu-
los países del cono sur de América Latina.
ye un período de completa dependencia res-
La infantilización de la pobreza no sólo
pecto del entorno familiar, en que el
es función de las referidas tasas diferencia-
relacionamiento con el mundo externo se
les de fecundidad sino también de la sobre-
procesa esencialmente a través de los pa-
representación en materia de déficit social
dres y hermanos mayores del hogar (el rol y
de los hogares de familias jóvenes con hi-
status fundamental es el de hijo y de edu-
jos. Una de las claves se encuentra en la
cando), la vida adulta se caracteriza por la
forma en que el Estado y el mercado distri-
autonomía y ‘completitud’ de los vínculos
buyen bienes y recursos entre las diferentes
con la sociedad en general. Por ello, típica-
generaciones. La evidencia indica que, so-
mente, la juventud ha sido definida como
bre todo en los países del cono sur de Amé-
un período de transición hacia la vida adul-
rica Latina, tanto el gasto social como los
ta,9 una etapa en la cual el individuo adquie-
niveles de desempleo presentan gaps
re paulatinamente status y roles adultos al
generacionales que no responden meramen-
paso que abandona aquellos que correspon-
te a acumulaciones diferenciales derivadas
dían a la infancia. Atendiendo al predominio
de la etapa del ciclo vital sino también a un
del vínculo familiar en la infancia, y a la auto-
sesgo sistemático que premia a las genera-
nomía individual en la vida adulta, la juven-
ciones maduras y a la tercera edad.
tud puede pensarse como un proceso de emancipación de la dependencia familiar. Por
b. Ciclo vital, infancia y familia
su parte la infancia, sujeto central de nuestro informe, depende en forma marcada de
La sociología de la edad distingue tra-
los activos que posean sus familias y muy
dicionalmente entre cuatro etapas bási-
especialmente de la capacidad de éstas para
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Los niños están sobre-representados en las familias pobres. Las pautas de fecundidad de los sectores de más bajos ingresos y de menor educación explican en buena medida esa sobre-representación.
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9. Ver Parsons, Talcott. 1959. “The school class as a social system: Some of its functions in American society”. Harvard Educational Review 29 (4).
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Los caracteres de la segunda transición demográfica incluyen el debilitamiento del modelo de familia biparental y en unión legal (aumento de divorcio, unión libre, y jefatura monoparental), el ingreso de la mujer al mercado laboral (quebrando el modelo breadwinner), la postergación del casamiento y tenencia del primer hijo y el incremento de los hogares unipersonales.
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transmitirlos de manera eficiente y de aislar
En particular, tanto la socialización de
a los niños de potenciales pasivos, cualquie-
la infancia uruguaya como la de los restan-
ra sea su origen.
tes países de la región está marcada por
Ahora bien, en diferentes momentos his-
algunas de las tensiones que caracterizan
tóricos —y aún hoy en diferentes socieda-
el nuevo contexto social. Las principales
des— los grupos de edades que se definen
tensiones pueden resumirse en la noción
como niñez o infancia son bastante dispa-
de la “triple coetaneidad” de etapas de de-
res. Más allá de la arbitrariedad que supone
sarrollo. Ésta comprende una dimensión
cualquier corte meramente cronológico, en
demográfica, una referida a las transforma-
este documento se asume un rango que al-
ciones del Estado, y por último otra de ín-
canza de los 0 a los 19 años. Sin duda ello
dole económico-social, vinculada a los
comprende un período en la vida de los indi-
cambios en el mercado. En efecto, aquí se
viduos que seguramente excede la categoría
argumentará que los actuales procesos de
social de la niñez tal como se la entiende en
maduración de la infancia deben enfrentar
ciertas sociedades. En particular, desde una
una coyuntura particularmente compleja
mirada sociológica que coloca el acento en
definida a partir de:
los roles y posiciones que delimitan ciclos vi-
• La superposición del final de una “pri-
tales, se puede argumentar que en los extre-
mera transición demográfica” con el
mos superiores estaríamos en presencia de
inicio de lo que se denomina la “se-
poblaciones adolescentes y aún jóvenes. El
gunda transición demográfica”. La
ejemplo alcanza, sin embargo, para señalar
primera transición implica la disminu-
que el rango definido es generoso y asegura
ción de las tasas de fecundidad, el
el carácter exhaustivo.
predominio numérico creciente de la familia nuclear de tipo breadwinner,
c. Infancia y familia en un tiempo de múltiples transformaciones
los procesos de migración rural-urbana, y el envejecimiento de la población. Por su parte, los caracteres de
Los niños constituyen una categoría de
la segunda transición demográfica in-
población que manifiesta el más alto nivel de
cluyen el debilitamiento del modelo de
dependencia de los recursos familiares. Por
familia biparental y en unión legal (au-
ello este grupo es el que más fuertemente re-
mento de divorcio, unión libre, y jefa-
cibe los efectos de las múltiples transforma-
tura monoparental), el ingreso de la
ciones que se producen hoy en la esfera pri-
mujer al mercado laboral (quebrando
vada (familia) y la pública (empleo, relación con
el modelo breadwinner), la posterga-
Estado, educación). En efecto, en tanto
ción del casamiento y tenencia del
cohorte, los niños nacidos en la última década
primer hijo y el incremento de los ho-
pertenecen a familias jóvenes que enfrentan
gares unipersonales. Es especialmen-
contextos diferentes de los que vivieron las
te entre los hogares de más bajos in-
generaciones que atravesaron dicho período
gresos donde se produce una com-
en medio del MSI, cuando las tasas de divor-
binación particularmente perversa de
cio eran marginales, los Estados sociales más
estas dos transiciones demográficas.
robustos y las economías podían exhibir mer-
Por un lado estas familias presentan
cados laborales más estables y formalizados.
las tasas de fecundidad más altas.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Por otro, en lo que hace a la segun-
de estos sectores, mantienen dos
da transición demográfica, las muje-
características negativas: cobertura
res de estos sectores no han poster-
parcial y servicios defectuosos. En
gado la tenencia del primer hijo ni se
efecto, las asignaciones familiares
han incorporado al mercado laboral
cubren, aun hoy, en forma predomi-
a la par que en otros sectores socia-
nante a la población con empleo for-
les. Lo que sí se ha agudizado en esta
mal y no han logrado en los últimos
categoría social es la monopa-
años mejorar la calidad de la presta-
rentalidad e inestabilidad del núcleo
ción. Muy por el contrario, la misma
familiar. Todo ello condujo a situacio-
se ha deteriorado todavía más.
nes de mayor precariedad y vulnera-
• El último aspecto a destacar es la
bilidad social.
superposición de mercados forma-
• Un segundo aspecto de la coetanei-
les nunca completados y mercados
dad de etapas de desarrollo es la su-
laborales precarizados, en proceso
perposición de un Estado social in-
de flexibilización. La tradicional seg-
concluso y el nuevo proceso de re-
mentación de un mercado de tra-
pliegue estatal. El Estado social del
bajo moderno y formalizado que
cono sur latinoamericano, que se
convive con otro de carácter infor-
caracterizó por un modelo de políti-
mal y precario, encuentra ahora un
cas sociales de pretensiones
proceso adicional de erosión de se-
universalistas, estratificado y centra-
guridades que se refleja en una pro-
lista, ha cedido paso creciente en los
gresiva precarización de las otrora
últimos años a modelos de políticas
robustas protecciones de los merca-
sociales que privatizan, focalizan y
dos formales. Este desmontaje, ade-
10
Nue-
más, ocurre en forma paralela a la
vamente los sectores de más bajos
disminución del empleo estatal e in-
ingresos que accedían a prestacio-
dustrial y a la expansión del empleo
nes mínimas de la seguridad social y
en los servicios.
descentralizan sus acciones.
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a un sistema de salud público que no
Esta triple superposición define un es-
siempre llegaba en tiempo y forma al
cenario particularmente difícil para las fa-
ciudadano, enfrentan en el caso de
milias en donde los niños se encuentran
Uruguay, en ambas esferas, proce-
insertos, y para los propios adolescentes
sos de privatización y regulación de
que inician sus procesos de emancipación
las prestaciones sociales que los ale-
hacia la vida adulta. También mostraremos
jan aún más de acceder a garantías
en este informe que es en particular en los
mínimas de servicios estatales. Por
sectores menos favorecidos de la pobla-
otra parte, los procesos de
ción donde estas múltiples transiciones
focalización de las asignaciones fa-
superpuestas presentan sus peores confi-
miliares, que se supone debían con-
guraciones para la futura integración y bien-
tribuir a la mejora de las prestaciones
estar de los niños.
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Los procesos de focalización de las asignaciones familiares, que se supone debían contribuir a la mejora de las prestaciones de estos sectores, mantienen dos características negativas: cobertura parcial y servicios defectuosos.
10. Estos modelos de políticas sociales caracterizan a los países latinoamericanos que iniciaron su desarrollo más tempranamente.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo II
Un marco de análisis para las relaciones entre entorno, familia e infancia
A. Introducción
cursos y la utilidad que deparen, dependen de la forma en que las estructuras de opor-
demás de incorporar las innovaciones
tunidades del mercado, del Estado y de la
teóricas y metodológicas que hoy se
comunidad definen las condiciones de acce-
plasman en las nociones de estructuras de
so y el tipo de retornos que ofrece cada uno
oportunidades y activos sociales, en el Pa-
de estos órdenes institucionales básicos a dis-
norama de la Infancia y la Familia en Uru-
tintos portafolios de activos familiares.
A
guay se combinan y amplían dichos avan-
Adicionalmente, las características de la
ces en el campo de indicadores y de con-
propia estructura familiar son relevantes en
ceptos para abordar los problemas críticos
tanto indican la capacidad que tienen los
de la infancia. Entender el desequilibrio
adultos de transmitir activos y ofrecer pau-
intergeneracional, la problemática de la in-
tas de socialización adecuadas a los niños.
fancia en Uruguay y su evolución reciente
En suma, para enfrentar el desafío de
supone examinar la forma en que las fami-
la pobreza y exclusión social de los niños el
lias enfrentan su cotidianeidad y defienden el
Panorama propone un enfoque que inte-
nivel de bienestar haciendo uso de recursos
gre las nociones de activos sociales, es-
materiales (capital físico), educativos y de tra-
tructura de oportunidades y capacidad fa-
bajo (capital humano) y de redes, protección
miliar de trasmisión de activos. El siguien-
y apoyos comunitarios y familiares (capital
te esquema permite una mejor visualización
social). Asimismo, la distribución de esos re-
de lo propuesto:
El Panorama propone un enfoque que integre las nociones de activos sociales, estructura de oportunidades y capacidad familiar de trasmisión de activos.
11
Figura 2 Activos sociales, estructura de oportunidades y familia Activos que se transfieren directamente al niño desde la estructura de oportunidades general (comunidades seguras, infraestructura sanitaria, educación gratuita y obligatoria)
ESTRUCTURA DE OPORTUNIDADES (Estado, Mercado, Comunidad) Invierte activos
Niños (cuánto menor su edad, mayor su dependencia de la estructura de oportunidades y eficiencia en la trasmisión de activos de la familia)
Recibe activos
FAMILIA (capta activos de la estructura de oportunidades y los trasmite a los niños, por lo cual se constituye en la principal estructura de oportunidades de los propios niños)
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11. Para una presentación detallada sobre el enfoque de activos y estructura de oportunidades, ver: Kaztman, Ruben (coord.). 1999. Vulnerabilidad Activos y Exclusión Social en Argentina y Uruguay. Santiago de Chile: OIT-FORD y Kaztman, Ruben; Beccaria, Luis; Filgueira, Fernando; Golbert, Laura; Kessler, Gabriel (coord.). 1999. Activos y Estructuras de Oportunidades. Estudio sobre las raíces de la vulnerabilidad social en el Uruguay. Montevideo: CEPAL-PNUD.
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Activos que se transfieren desde la familia (alimentación, vivienda, capital humano, redes sociales, etc)
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Las situaciones de pobreza y exclusión
figuraciones tempranas de riesgo social
social infantil no sólo se caracterizan por
para los niños. En tal sentido la aparente
una muy débil dotación de activos de las
simplicidad de la figura presentada escon-
familias sino también por una baja capaci-
de la complejidad de funciones de acumu-
dad de la unidad familiar para transmitir los
lación y trasmisión de activos (así como de
pocos activos con que cuenta. Esto tendrá
protección frente a pasivos) que la familia
una alta incidencia en la formación de con-
cumple respecto al bienestar de los niños.
B. Familia: sus múltiples funciones para el bienestar presente y futuro del niño
RECUADRO 3
Activo de los hogares y heterogeneidad de la pobreza La pobreza entendida como un mero atributo de un hogar o persona ha dado paso crecientemente a una mirada que retoma
El problema de los pasivos es un punto
los aportes de las teorías de la estratificación social. En estas nuevas
en extremo delicado que debe ser aborda-
miradas se busca que las nociones de vulnerabilidad, marginalidad
do en este informe si queremos entender,
y exclusión social se combinen con la noción de pobreza bajo un
no solamente la pobreza en la infancia, sino
marco conceptual que permita entender no solo tal situación sino
también los procesos crecientes de endu-
también los fenómenos más generales de movilidad social. En es-
recimiento de la pobreza. A estos efectos
te sentido, la consideración de los recursos multidimensionales
deben considerarse los modelos de rol, los
de los hogares y sus estrategias ayuda a entender la persistencia
contenidos mentales y las pautas de con-
de la pobreza en una misma generación, su transmisión interge-
ducta que las familias transmiten a sus hi-
neracional y su eventual endurecimiento en formas de pobreza
jos, ya que pueden colocar trabas al acceso
marginal o excluida. Pero, si al complejo set de recursos con que
y movilización de los recursos con que los
cuentan los hogares le agregamos las formas en las cuales el Estado,
niños deberán enfrentar los desafíos de fu-
el mercado y la propia comunidad distribuyen oportunidades,
turas etapas de sus ciclos de vida. Cabe en-
accedemos a una comprensión que combina la dimensión
tonces detenerse con mayor detalle en las
macrosocial y microsocial. O dicho más simplemente, nos
diversas funciones que cumple la familia res-
aproximamos con mayor sentido común a la forma en que perso-
pecto al bienestar y socialización del niño.
nas y hogares luchan por su bienestar y a las posibilidades que,
En primer lugar, los activos con que cuen-
dada la estructura de oportunidades, tienen de lograrla. Para una
ta la familia constituyen un primer elemento a
biografía intelectual e institucional de este nuevo enfoque y sus
considerar. Estos activos de capital físico,
aplicaciones más recientes, se sugieren los siguientes textos:
humano y social colocan a la familia y al niño
Kaztman, Ruben; Beccaria, Luis; Filgueira, Fernando; Golbert, Laura; Kessler, Gabriel, coord. 1999. Vulnerabilidad Activos y Exclusión Social en Argentina y Uruguay. Santiago de Chile: OIT-FORD.
en cierta posición en la estratificación social.
Kaztman Ruben coord. 1999. Activos y Estructuras de Oportunidades. Estudio sobre las raíces de la vulnerabilidad social en el Uruguay. Montevideo: CEPAL-PNUD.
acceder a servicios (educación, salud, etc.) y
Además dichos activos son estratégicos para bienes (vestimenta, alimentación, útiles, etc.) que inciden tanto en la capacidad del niño
Kaztman, Ruben; Filgueira, Fernando; Furtado, Magdalena. 2000. “Nuevos Desafíos para la Equidad en Uruguay” en Revista de la CEPAL, 72, pp. 79-97.
para adquirir por sí mismo nuevos activos como en la posición percibida y real de éste
PNUD. 1999. Desarrollo Humano en Uruguay. Montevideo: PNUD.
en un sistema de estratificación. También, y
Filgueira, Carlos. 1998: Sobre revoluciones ocultas. La familia en el Uruguay. Montevideo: CEPAL.
dentro de este mismo punto, es relevante anotar que los diferentes tipos de activos, fí-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
sicos, humanos y sociales, poseen funcio-
creciente en nuestras sociedades. El lector
nes diferentes en la socialización y bienestar
encontrará que en este trabajo no se asu-
del niño. En tanto los primeros garantizan el
me ni la primera ni la segunda posición.
bienestar y acceso a calidad de bienes y ser-
Ciertamente la ampliación del divorcio y las
vicios por parte del niño, los de capital huma-
uniones libres junto al ingreso masivo de la
no operan no sólo en forma directa,
mujer al mundo laboral poseen indudables
incrementando el capital educativo del niño,
efectos benéficos al ampliar las opciones
sino también en forma indirecta, al encontrar-
individuales. Sin embargo, aquí se docu-
se normalmente asociados a una mayor
menta con particular claridad el efecto que
motivación de los padres a que los hijos ad-
tiene la conformación monoparental o
quieran este mismo capital. Las evidencias
biparental en unión libre sobre la capaci-
acumuladas así como las que resultan de este
dad de la familia para transmitir activos a
informe indican que el nivel educativo de los
sus niños. Lo que resulta claro es que esta
padres tiene un impacto mayor en la acumu-
pauta de mayor ‘electividad’
lación de riesgos de los hijos que los ingre-
los procesos de secularización posee im-
sos familiares.
pactos problemáticos en los sectores de
12
propia de
En segundo lugar, la familia constituye
menores ingresos, donde la retracción del
una organización con funciones, status,
rol protector y orientador de la familia no
roles y responsabilidades para garantizar el
puede compensarse con los recursos, ri-
bienestar de sus miembros. Con indepen-
cos en capital social, físico y humano, que
dencia de la riqueza de su portafolio de
en cambio poseen las familias de mayo-
capitales, las familias pueden variar en el
res ingresos.
grado de eficacia y eficiencia con que tras-
Finalmente las familias socializan a los
miten sus activos y protegen de pasivos a
niños mediante el ejemplo y la acción, o di-
los niños. La delimitación de quienes tra-
cho en términos más técnicos, mediante
bajan y quienes no, las pautas de fecundi-
modelos de rol y control social. La familia
dad y planificación familiar, los contratos
incide en forma determinante ya que los
explícitos (legales) e implícitos (informales)
adultos definen un amplio rango de com-
acerca de las responsabilidades presentes
portamientos y normas adecuadas para
y futuras respecto a los menores influyen
que los niños procedan a internalizar.13 Asi-
en la capacidad de transferir activos a los
mismo, mediante el ejemplo que surge de
niños. Sobre este punto existen espinosos
la conducta cotidiana de los adultos, los
debates ideológicos y académicos. Quie-
niños aprenden a percibir ciertos compor-
nes defienden la apertura de los modelos
tamientos y normas como adecuados o in-
familiares como un elemento esencialmen-
adecuados. Los recientes desarrollos de la
te positivo que incrementa la libertad de los
psicología referidos al concepto de inteli-
individuos, y muy particularmente de las
gencia emocional agregan elementos para
mujeres, ven en la literatura que se detiene
apreciar el carácter central de la socializa-
sobre los procesos de precariedad familiar
ción familiar a través de ejemplos y accio-
una opción conservadora y falaz. Quienes,
nes para el futuro del niño y adolescente.
por otra parte, asumen efectivamente esta
Más allá que estas normas y comporta-
posición, atacan la “descomposición fami-
mientos sean beneficiosos o perjudiciales
liar” y colocan en ella las bases de la anomia
desde un punto de vista ético-moral, resul-
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Las familias socializan a los niños mediante el ejemplo y la acción, o dicho en términos más técnicos, mediante modelos de rol y control social.
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12. En el sentido que le asigna Talcott Parsons, como antónimo de ‘acción prescriptiva’. 13. Dichas acciones de control, disciplinamiento y ejemplo no se restringen al ámbito privado del hogar. Los padres extienden su órbita de influencia al incidir mediante múltiples estrategias en la exposición de sus hijos a diversas realidades sociales y grupos de pares. En la elección de la escuela, del club social o deportivo, del permiso y duración de salidas de recreación a ciertos lugares y en la lisa y llana prohibición de ciertas amistades, los padres están contribuyendo a definir el entorno inmediato del niño y sus referentes en la interacción cotidiana.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Los contenidos mentales que se transfieren de padres a hijos en las primeras etapas del ciclo de vida dejan un sello permanente en la conformación de la personalidad.
ta claro que las diferentes familias operan
vés de su diaria experiencia familiar) que
con mejores y peores instrumentos de so-
deberían ser concebidos más como “pasi-
cialización para formar la personalidad de
vos” que como activos. Entre los “pasivos”
los hijos y para que estos adquieran con-
debe contarse la escasa valoración de la
ductas
menos
educación como vía de movilidad, la au-
instrumentales en la dirección de lograr un
sencia de una ética o disciplina de trabajo,
bienestar futuro. En términos gráficos el
la falta de respeto a normas mínimas de
carácter multidimensional de las funciones
convivencia, la presencia de una concep-
familiares puede verse en la figura 3.
ción tradicional de la mujer vinculada a las
y
normas
más
o
La mayoría de las familias pobres dis-
tareas domésticas, las actitudes de resig-
ponen de recursos de distinto tipo. Por
nación o fatalismo con respecto a un desti-
ejemplo, en ocasiones, algunos de los
no subordinado. Ciertamente la formación
miembros familiares pueden disponer de
de estos pasivos actitudinales en los niños
contactos con personas que controlan re-
no se alimenta sólo del clima familiar ni es
cursos, destrezas y conocimientos labora-
responsabilidad única de los padres. No
les específicos, o bien valores y actitudes
cabe duda, sin embargo, que los conteni-
que suelen facilitar logros de mayor bien-
dos mentales que se transfieren de padres
estar. Pero existen algunos aspectos de la
a hijos en las primeras etapas del ciclo de
organización de la familia, como la falta de
vida dejan un sello permanente en la con-
uno de los cónyuges, la inestabilidad de la
formación de la personalidad.
pareja o la rigidez en la estructura, que blo-
Los padres pueden tener mayor o me-
quean la transferencia de los activos a los
nor éxito en bloquear la incidencia sobre el
hijos. Asimismo hay modelos de relaciones
niño de otros pasivos, algunos de los cua-
de género y formas de relaciones entre
les son atributos no deseados de la situa-
padres e hijos (absorbidos por éstos a tra-
ción del hogar, como en el caso de padres
Figura 3 Características familiares que determinan su contribución al desarrollo integral del niño y adolescente
Organización, tipo, estabilidad y capacidad de transferir activos y bloquear la incidencia de pasivos que son atributos de la situación del hogar
Calidad y cantidad de activos físicos, humanos y sociales
Pautas actitudinales y comportamentales. Formas de socialización
Portafolio de recursos trasmitido (activos), bloqueo de pasivos, formación de hábitos, actitudes y aspiraciones de los niños
NIÑOS Y ADOLESCENTES Recepción y aprovechamiento de los activos familiares
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
que se organizan para ofrecer a sus hijos
ne otros ámbitos de interacción social y que
alternativas para el uso del tiempo libre que
la familia debe compartir su educación con
los aleje de las calles del vecindario, en el
un ámbito institucional especializado en la
entendido que los contenidos mentales que
función de enseñanza. En buena medida
podría incorporar el niño en ese ambiente
esta última afirmación sintetiza el proceso
inhibirían su posterior desarrollo.
emancipatorio creciente del niño hacia la adolescencia y finalmente hacia la edad adulta, así como el aumento de autonomía
C. Ciclo vital del niño y adolescente: el cambiante rol de la familia y otras esferas sociales
que ello implica respecto a las tres funciones primordiales de la familia: la acumulación de activos, la transmisión de activos y la socialización. De este modo, de una dependencia casi total respecto de una insti-
La figura 2 sugería que la familia posee
tución de fines genéricos como la familia,
un efecto monopólico o casi monopólico
los niños y adolescentes pasan a depen-
en la primera etapa de vida del niño y que
der cada vez más de instituciones de fines
dicho efecto ‘total’ se va diluyendo con el
específicos, como las agencias educativas,
paso del tiempo y la maduración del niño a
laborales, deportivas y los diversos servi-
medida que éste se incorpora a esferas
cios estatales.
extra-familiares, las que se constituyen, a
Sumado a ello, niños y adolescentes
su vez, en nuevas fuentes de acumulación
amplían crecientemente sus esferas de
de activos.
interacción a través de grupos y organiza-
Si bien es cierto que aún en la primera
ciones extra-familiares. Por ello las funcio-
infancia la estructura de oportunidades,
nes de control social y los modelos de rol
especialmente del Estado, posee un cierto
que antes monopolizaba la familia se des-
efecto directo sobre el niño (controles
plazan ahora a los grupos de pares, las
neonatales, atención en el parto, campa-
parejas, los colegas del trabajo, los com-
ñas de vacunación), el grueso de los bie-
pañeros de estudios y otros adultos en es-
nes y servicios que recibe el menor transita
feras de interacción diversas. Finalmente, la eficacia y eficiencia de
a través del filtro familiar. Cuando el Estado y el mercado expanden su radio de presta-
la familia como unidad de transmisión de
ción de servicios hacia las edades más tem-
activos persiste, pero es compartida aho-
pranas (pre-escolares), la familia se retrae
ra con el propio niño (como sujeto que
de ciertas funciones primordiales de socia-
aprovecha más o menos la estructura so-
lización, y éstas pasan al ámbito de las
cial de oportunidades) y con otras organi-
guarderías estatales o privadas. Con el in-
zaciones del Estado, del mercado y de la
greso a la educación primaria se produce
comunidad (que pueden ser más o me-
un segundo gran salto por el cual la familia
nos eficientes en trasmitir sus recursos a
resigna funciones otrora ejercidas de ma-
los niños en forma de activos). Además
nera prácticamente monopólica. Esto no
de transmitir activos y ofrecer pautas de
significa que la familia deje de tener un efec-
socialización, cada una de esas nuevas
to preponderante sobre la educación del
esferas constituye una fuente de riesgos y
niño. Significa, en cambio, que el niño tie-
oportunidades.
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De una dependencia casi total respecto de una institución de fines genéricos como la familia los niños y adolescentes pasan a depender cada vez más de instituciones de fines específicos, como las agencias educativas, laborales, deportivas y los diversos servicios estatales.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El nivel de vulnerabilidad en una etapa aumenta la probabilidad de riesgos en etapas posteriores. Cada una de las situaciones de riesgo opera como un eslabón en los mecanismos de la reproducción intergeneracional de la pobreza y de la exclusión social.
En lo que hace a las políticas sociales,
bón en los mecanismos de la reproducción
existe un debate reiterado sobre la unidad de
intergeneracional de la pobreza y de la ex-
intervención más efectiva y eficiente para
clusión social. La probabilidad de emergen-
mejorar las condiciones de vida de los niños.
cia de cada una de las situaciones de ries-
Las reflexiones anteriores indican que dicho
go está inversamente relacionada con la ri-
debate no tiene una respuesta automática.
queza del portafolio de activos de las fami-
Por el contrario, en atención al ciclo vital del
lias y con las capacidades de éstas para
niño y a las características de la familia e ins-
transferir tales activos. La figura 5 presenta
tituciones del Estado, el mercado o la comu-
un esquema simple de los riesgos que el
nidad, en algunos casos los esfuerzos serán
niño enfrenta a lo largo del ciclo vital.
más efectivos si se aplican sobre la estructu-
D. Ciclo vital y riesgo infantil: el eslabonamiento temporal
ra de oportunidades que afecta a la familia, en otros la mayor eficacia se logrará al intervenir directamente sobre las familias, y aún en otros, se obtendrá al orientar las acciones públicas sobre la estructura de oportunida-
La figura 5 no es la secuencia típica del
des que, sin mediación familiar, afectan di-
ciclo vital infantil y adolescente. La misma
rectamente al niño o adolescente. En este sentido, la figura 4 presenta un
señala, en cambio, cuál es la ruta más perni-
diagrama ordenado por el ciclo vital del niño
ciosa para el bienestar de los niños y adoles-
en el que se puede apreciar el cambiante
centes, para la reproducción intergeneracional
rol de la familia, del Estado, del mercado y
de la pobreza y para su eventual endureci-
de la comunidad en su desarrollo y bienes-
miento en forma de pobreza excluida, aisla-
tar. Ahora bien, a lo largo del ciclo vital y
da o marginal. La figura 6, en cambio, pre-
hasta la etapa de emancipación, el niño
senta una estructura de tipo árbol que busca
enfrenta riesgos que amenazan su bienes-
ejemplificar las características de eslabona-
tar presente y futuro. Estos riesgos son
miento de los riesgos y la forma en que las
multicausales y están eslabonados tempo-
situaciones de riesgo presente en una etapa
ralmente. El nivel de vulnerabilidad en una
incrementan las probabilidades de caer en
etapa aumenta la probabilidad de riesgos
situaciones de riesgo en periodos posterio-
en etapas posteriores. Cada una de las si-
res. También pretende ilustrar sobre puntos
tuaciones de riesgo opera como un esla-
clave, donde intervenciones en la estructura
Figura 4 Rol del Estado, mercado y comunidad a lo largo del ciclo vital M
M
E
C
E
Familia
Primera Infancia
■ 40 /
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M
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M C
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C
Familia
Familia
Familia
Niñez
Adolescencia
Juventud
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Y
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
de oportunidades, en las familias o en los
bilidades de deserción, rezago o extra-
mismos niños o adolescentes, harían posible
edad. Riesgos similares emergen en la for-
un “cambio de carril”. Este cambio debería
mación secundaria, donde comienza a ob-
apoyarse en el diseño de políticas sociales
servarse un desgranamiento y deserción
inteligentes y en la transformación de la es-
importantes entre la población adolescen-
tructura de oportunidades.
te con mayor acumulación de pasivos.
Las figuras 5 y 6 buscan sintetizar la
Esta situación coloca al menos tres
secuencia concatenada de riesgos en dis-
problemas prioritarios en la agenda social
tintas etapas. En la primera infancia los ries-
correspondiente a esta etapa del ciclo de
gos de salud resultan centrales. Se expre-
vida. En primer lugar, la deserción y la
san en la mortalidad infantil, en diversos
emancipación temprana que señala la pre-
indicadores de desnutrición y en el insufi-
sencia de jóvenes que se incorporan al
ciente desarrollo de la psicomotricidad. A
mercado laboral antes de haber adquirido
su vez, las falencias en materia de salud
las calificaciones mínimas para una inser-
física y mental debilitan las capacidades
ción adecuada en el mercado laboral ac-
para aprovechar adecuadamente los servi-
tual. En segundo lugar, el fenómeno de la
cios de nivel pre-escolar, ya sea porque no
desafiliación institucional (en crecimiento
se hace uso de ellos, porque no se asiste
en todos los países de la región), que se
regularmente o porque no se ha alcanzado
observa en el porcentaje de adolescentes
la maduración mental mínima para incor-
y jóvenes que no estudian ni trabajan ni
porar estructuras básicas de aprendizaje.
buscan trabajo. Esta situación refleja un
El efecto acumulado de las situaciones de
bloqueo de las oportunidades de acumu-
riesgo experimentadas en la primera infan-
lar capital social y humano en los ámbitos
cia se traduce en bajos logros académicos
de enseñanza y laborales en una etapa
en la escuela primaria y en mayores proba-
crucial para la consolidación de activos,
El efecto acumulado de las situaciones de riesgo experimentadas en la primera infancia se traduce en bajos logros académicos en la escuela primaria y en mayores probabilidades de deserción, rezago o extra-edad.
Figura 5 Coyunturas críticas y riesgos en el ciclo vital del niño y adolescente
Deficiencias nutricionales Dificultades psicomotrices. Cortedad de talla
Bajo peso al nacer Mortalidad infantil
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Abandono, rezago y bajo rendimiento en Primaria
Ausencia de preescolarización
S
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Emancipación precaria (empleo inestable, embarazo adolescente, incompletitud e inestabilidad núcleo familiar) desafiliación institucional (no estudia, ni trabaja)
C
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Abandono, rezago y bajo rendimiento en Secundaria
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Y
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
cuya presencia es imprescindible para ac-
mos en el siguiente capítulo, la crónica es-
ceder al bienestar en la vida adulta. En ter-
casez de recursos que enfrentan los paí-
cer lugar, la maternidad adolescente, par-
ses de la región para atender los acuciantes
ticularmente aquella que implica nacimien-
problemas sociales hace imprescindible
tos que no fueron concebidos dentro del
que la fijación de prioridades en cuanto a
matrimonio.
intervención pública deba partir de una vi-
Todos y cada uno de estos riesgos se-
sión integral que reconozca el carácter
ñalan puntos cruciales de intervención para
sinérgico de los encadenamientos de situa-
quebrar los anillos de la reproducción
ciones y comportamientos de riesgo, así
intergeneracional de la pobreza y de la ex-
como la necesidad de un balance porme-
clusión social. Pero todos están encade-
norizado de los múltiples factores que ha-
nados en una sinergia negativa que pro-
cen a la eficacia y eficiencia de las interven-
fundiza y endurece la pobreza. Como vere-
ciones en cada etapa del ciclo vital.
Figura 6 Trayectorias segmentadas en el ciclo vital del niño y adolescente Desafiliación institucional, no estudia ni trabaja, embarazo adolescente
Empleo precario, emancipación temprana
Bajos ingresos, limitado capital humano, capital social erosionado
Rezago y abandono en Secundaria
Baja incorporación de saberes
Rezago y abandono en Primaria
Baja incorporación de saberes
Déficit de psicomotrcidad, nutrición inadecuada
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Desempeño satisfactorio
Bienestar infantil
Configuración familiar balanceada
Configuración familiar de riesgo (bajo capital humano, incompletitud e inestabilidad familiar, embarazo adolescente, bajos ingresos)
■ 42 /
Desempeño satisfactorio
Asistencia a educación preescolar
No asistencia a educación preescolar
Riesgo vital, mortalidad infantil
Ahorro, acumulación de capital humano, ampliación de capital social
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo III
Riesgos, oportunidades y vulnerabilidad de la infancia en América Latina
A. Introducción
en los niños y el demérito de ser la región más desigual del mundo (Gráfico 1). Como
E
señala la CEPAL (2001): “Los progresos
n 1990 CEPAL comienza a publicar anualmente el Panorama Social de
alcanzados en los años noventa en las
América Latina. Los nueve informes reali-
condiciones de vida de la población infan-
zados hasta el momento contribuyeron a
til y adolescente en Iberoamérica ponen
la transformación de la agenda desarrollista
en evidencia, al mismo tiempo, la persis-
y académica de la región. La temática so-
tencia de acusadas desigualdades entre
cial adquirió en esa década un lugar cen-
los países y, particularmente, entre dife-
tral en los debates sobre desarrollo y las
rentes grupos sociales al interior de los
preguntas de investigación de las ciencias
mismos. En efecto, prevalecen en la re-
sociales volvieron a aceptar y trabajar te-
gión desigualdades socioeconómicas, te-
mas de la estructura social, la pobreza y la
rritoriales, étnicas y de género. El avance
familia. El progresivo perfeccionamiento de
hacia el logro de metas de la Cumbre
los informes permitió comenzar a delinear
Mundial de la Infancia no se ha traducido
subáreas de interés, en cada una de las
Gráfico 1 Desigualdad en la distribución del ingreso de América Latina en comparación con otras regiones
cuales (a través de importantes avances en la explotación del potencial de información que proveen las encuestas nacionales de
30
hogares) se elaboraron nuevos indicadores y variables específicas.
25
En lo que concierne a la infancia, la po-
•
sibilidad de examinar datos comparables
20
sobre maternidad adolescente, pobreza,
•
Africa Resto de Asia
trabajo infantil, abandono escolar tempra-
15
no y familias con estructuras de riesgo para
• América Latina
Asia Sudoriental
•
sus niños, permitió la elaboración de un
•
10
primer conjunto de hipótesis y generaliza-
• •
•
Países industrializados
•
ciones comparativas acerca de los proble-
5
mas de la infancia y la reproducción de la pobreza en la región.
0
Por su parte la evidencia agregada so-
0
2000 4000 6000 8000 10000 12000 14000 16000
bre los niveles de desigualdad general y
• Ingreso que recibe el 5% más rico. • Ingreso que recibe el 30% más pobre.
pobreza infantil en América Latina sugieren que existe una retroalimentación per-
Fuente: BID, Progreso Económico y Social en América Latina, Informe 1998-1999, América Latina Frente a la Desigualdad, p. 13.
versa entre los niveles de empobrecimiento
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
necesariamente en el cumplimiento cabal
RECUADRO 4
de los derechos de los niños, niñas y ado-
Demografía, oportunidades y bienestar infantil
lescentes. Estas inequidades, que se ma-
Lo que se ha dado en llamar la “ventana de oportunidades
nifiestan desde las edades más tempra-
demográfica” refiere a aspectos que si bien no forman parte, en
nas, se reproducen en la vida adulta y se
rigor, de la estructura de oportunidades, contribuyen
transmiten a las generaciones siguientes,
marcadamente a su expansión y abren espacios fundamentales
lo que contribuye a explicar la persisten-
para incrementar y mejorar la inversión social en la infancia. En
cia de la elevada desigualdad socioeco-
primer lugar, la disminución de la carga demográfica en la infancia
nómica de la región que, como un todo,
sin un concomitante aumento de la misma en la tercera edad, in-
sigue siendo la más desigual de las regio-
crementa en términos absolutos y relativos el número de perso-
nes del mundo.”
nas capaces de generar riqueza, al tiempo que disminuye la población que debe ser mantenida por dicha riqueza. En términos
B. Hacia un modelo de riesgos y oportunidades para América Latina: demografía, riqueza y capital humano
más simples se amplía el capital humano del país. Asimismo, una baja tasa de dependencia relativa a la tercera edad, se asocia con niveles de gasto social más modestos orientados a jubilaciones, lo que libera una porción importante de este gasto para ser utilizado en la infancia. Si además descienden los niveles de fecundidad y fertilidad, disminuye el número de niños y se incrementa por tanto,
Desde nuestro marco conceptual, dos
sin que deba aumentar el presupuesto social, el gasto real per
aspectos centrales de la estructura de
cápita que se destina a los niños. Existen, sin embargo, dos procesos
oportunidades de un país, en su expre-
a los que se asiste en buena parte de los países de América Latina,
sión básica y promedial, surgen de consi-
que estarían evidenciando un desaprovechamiento de esta
derar, por un lado, la riqueza producida por
“ventana de oportunidades”. Por un lado, en la medida en que
el mercado y, por otro, los recursos con
disminuye la carga en la infancia, el gasto social se mueve
que cuenta el Estado para proveer bienes
marcadamente desde la educación y la salud a las transferencias
y servicios que potencialmente pueden
en jubilaciones y pensiones, al punto que, en la mayor parte de
constituirse en activos familiares. Como
los países más avanzados en materia demográfica de América Latina,
primera y muy simple aproximación a esta
este gasto representa más del setenta por ciento de todo el gasto
idea, en este punto se presentan para los
social. Por otra parte, en muchos países que atraviesan esta ventana
países de la región, el PBI per cápita, y el
de oportunidades, los niveles de desigualdad por ingresos y entre
alcance y maduración del sistema educa-
generaciones es tal que, al natural efecto del ciclo vital sobre los
tivo. Adicionalmente se considera la eta-
niveles de pobreza, se agrega un proceso de segmentación social
pa demográfica en que se encuentra cada
que concentra de manera desproporcionada la pobreza en la
país. A estos efectos, se incluyen la tasa
infancia y contribuye a procesos de segmentación social y
global de fecundidad, los niveles de urba-
reproducción intergeneracional de la pobreza. Ello contribuye a
nización y la tasa de dependencia infantil
inhibir en los sectores de menores ingresos una tendencia de la
definida a partir del porcentaje que repre-
fecundidad y fertilidad convergente con la de los otros sectores
senta este segmento de edad sobre la
sociales. En síntesis, una estructura de oportunidades que se
población económicamente activa. Tales
“sesga” hacia la tercera edad, sumada a la segmentación de las
indicadores permiten tipificar a los países
pautas de fecundidad, ayudan a entender un nivel de infantili-
de la región e identificar grupos que pre-
zación de la pobreza que va más allá de los diferenciales propios
sentan diversas configuraciones de ries-
del ciclo vital de las familias.
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go y oportunidades para sus niños.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 1 Indicadores de riqueza, transición demográfica y logros educativos. Países de América Latina Países
Riqueza PBI per capita
Factores Demográficos Dependencia infantil 0-14*
% Pob. Urbana*
Esfuerzo educativo pasado y presente Tasa global de fecundidad
Tasa de alfabetización
Tasa neta de matriculación primaria
Tasa neta de matriculación secundaria
Chile
5,106
47,2
85,9
2,4
95,2
90,4
85,2
Argentina
7,467
50,6
84,6
2,6
96,5
99,9
76,9
Uruguay
5,952
41,2
88,8
2,4
97,5
94,3
83,8
C, Rica
3,638
61,6
46,7
2,8
95,1
91,8
55,8
Panamá
3,264
59,1
52,9
2,6
91,4
89,9
71,3
Colombia
2,254
58,3
69,5
2,9
90,9
89,4
76,4
Venezuela
2,976
65,6
87,5
3,0
92,0
82,5
48,9
Brasil
4,228
56,5
73,9
2,3
84,0
97,1
65,9
México
4,574
67,2
72,7
2,8
90,1
99,9
66,1
Perú
2,645
66,3
70,0
3,0
89,2
93,8
83,9
Dominicana
1,862
62,2
58,6
2,8
82,8
91,3
78,5
Ecuador
1,406
68,4
56,3
3,1
90,6
99,9
50,9
Paraguay
1,607
77,3
47,4
4,2
92,8
96,3
61,1
Honduras
691
87,3
40,7
4,3
70,7
87,5
36,0
Guatemala
1,548
88,3
38,1
4,9
66,6
73,8
34,9
Nicaragua
471
97,6
55,3
4,4
63,4
78,6
50,5
1,737
82,5
46,8
3,2
77,0
89,1
36,4
s/d 960
75,5 80,2
30,6 52,4
4,4 4,4
45,8 83,6
34,2 97,4
19,4 40,0
Salvador Haití Bolivia
* Año 1990 ** 1995-2000 *** Dato recientemente definido como poco confiable. Fuentes: Elaborado por IPES en base a Magno de Carvalho, op.cit.; UNDP, Human Development Report, Oxford University Press, New York, 1999; CELADE/BID, Impacto de las tendencias demográficas sobre los sectores sociales en América Latina, CELADE, Santiago de Chile, 1996; CELADECEPAL, Boletín Demográfico N° 62, América Latina: Proyecciones de Población, 1970-2050, CEPAL-CELADE, Santiago de Chile, 1998.
América Latina atraviesa lo que se ha
formación de sus estructuras etáreas (ver
denominado la “edad de oro” o “ventana
recuadro 4).
14
de oportunidades demográfica”. Si bien
Por su parte, en base a esfuerzos con-
es posible afirmar que hasta mediados del
tinuados en el área educativa algunos paí-
siglo XXI la región como un todo mostra-
ses han alcanzado niveles universales de
rá las tasas de dependencia (combinan-
alfabetización y de tasas de matriculación
do infancia y tercera edad) más bajas de
primaria, así como avances significativos
su historia y su futuro, los países regis-
en la matrícula de secundaria. En cambio,
tran, como veremos, importantes diferen-
otros presentan niveles universales en pri-
cias en sus indicadores demográficos y,
maria, pero marginales en secundaria. Un
en particular, en la forma y ritmo de trans-
último grupo de países no ha logrado to-
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14. Ver Duryea Suzanne y Székely Miguel 1998. Labor Markets in Latin America: A Supply-Side Story. Washington DC: IADB. También, Magno de Carvalho, J. A. 1998. “The Demographics of Poverty and Welfare in Latin America: Challanges and Oportunities”. En Tokman, Victor y O´Donnell, Guillermo. Poverty and Inequality in Latin America: Issues and Challenges. South Bend: University of Notre Dame Press.
/ 45 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
C. Pobreza infantil en América Latina
RECUADRO 5
Inversión para el futuro “Los niños son a menudo los más golpeados por la pobreza.
Como anotáramos en el punto anterior,
Ningún otro grupo de edad es tan vulnerable a esta condición
los países de la región se diferencian en
como la infancia. Más aún, la pobreza les causa daños físicos y
materia de riqueza, demografía y desarro-
psicológicos para toda la vida, de modo que es probable que la
llo de las prestaciones estatales. Dichas di-
transmitan a sus hijos, perpetuando el ciclo de reproducción de
ferencias colocan desafíos también disímiles
pobreza. Es por ello que la reducción de este flagelo debe
a la hora de enfrentar riesgos y vulnerabili-
comenzar por la infancia. Proveer servicios sociales básicos de
dad de los niños, pasibles de traducirse en
buena calidad a todos los niños es la clave que permite crear
pobreza y exclusión social. En efecto, como
en ellos las capacidades fundamentales para vivir dignamente.
puede observarse en los gráficos 2, 3 y 4,
Asegurar el acceso universal a un conjunto integrado de
los estadios de desarrollo que alcanza cada
servicios sociales básicos es una de las maneras más eficientes
una de las tres categorías de países que
y costo efectivas de contribuir a la reducción de la pobreza.”
quedan determinadas en el cuadro ante-
“Absorbing social shocks, protecting children and reducing
rior están estrechamente asociados con los
poverty.The roles of basic social services” citado en Panorama
niveles de pobreza generales, y específicos
social de América Latina 1999-2000.
por edades, que registran los países. Pero también se puede apreciar, como un rasgo común a todos las sociedades examina-
Gráfico 2 Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Tres países de América Latina, 1997
das, que la pobreza infantil y adolescente resulta en todos los casos superior a la pobreza en los otros tramos etáreos.
35 30
Paradojalmente, y como se puede
25
apreciar en el gráfico 5, los países que más
20
han avanzado, tanto en la reducción de la
15
pobreza general como en la de los niños,
10
son aquellos en los que se manifiesta con
5 0
mayor claridad la infantilización de la poUruguay 0 a 5 años
Chile
breza. Este resultado sugiere que a medi-
Argentina
6 a 12 años
13 a 19 años
da que los países se desarrollan y redu-
Total
cen la gravedad de sus problemas socia-
Fuente: elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, CEPAL, Santiago de Chile, 2000.
les, éstos tienden a concentrarse en las primeras etapas del ciclo vital de las fami-
■ 46 /
davía universalizar su educación primaria.
lias. Sin embargo, cuando se consideran
Finalmente, el rango de variación de la ri-
sólo los países de la región que han avan-
queza de los países latinoamericanos es
zado más en la reducción de la pobreza
extremadamente amplio, abarcando des-
general, se puede observar que Chile y
de los 7.500 dólares a menos de 500 dó-
Costa Rica presentan desbalances
lares. La información sobre estas tres di-
generacionales en desmedro de los niños
mensiones económicas, demográficas y
que resultan más moderados que los que
educativas permite identificar tres grupos
registra Uruguay y, en menor medida, Ar-
de países (ver cuadro 1).
gentina. Esta constatación plantea
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
interrogantes tanto sobre los comporta-
Gráfico 3 Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Siete países de América Latina, 1997
mientos demográficos diferenciales de las familias pobres y no pobres, como acerca
35
de las políticas que implementa el Estado
30
para corregir el grado de exposición a ries-
25
gos de distintos grupos etáreos. Sobre
20
este punto volveremos en el próximo ca-
15
pítulo, a propósito de la naturaleza que
10
asumen estos problemas en Uruguay y sus
5
posibles determinantes.
0
st Co
Por su parte, la asociación antedicha
aR
entre estadio de desarrollo y pobreza se
ica
Pan
am
á
Mé
0 a 5 años
confirma al considerar la relación entre PBI
xico
Co
lom
bia
e Ven
6 a 12 años
la ana zue inic om D R. 13 a 19 años
Br a
sil
Total
Fuente: elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000.
per cápita y niveles de pobreza en los países de la región. En efecto, y como cabría
Gráfico 4 Porcentaje de niños y adolescentes pobres por grupo de edades. Seis países de América Latina, 1997
esperar de acuerdo al indicador de pobreza utilizado (línea de pobreza por ingresos
90 80 70 60 50 40 30 20
per cápita de los hogares), su magnitud guarda una estrecha relación con los niveles de riqueza (PBI per cápita) de los paí15
ses. Es así que, tal como se puede apreciar en el gráfico 6, la correlación entre por-
Total
0 a 5 años
liv
N
Bo
ag ar ic
ia
ua
s ra du
El
H
Sa
Ec
Pa
0,65, lo que se corresponde con un coeficiente de correlación (r de Pearson) supe-
on
lva
do ua
gu ra
tra un coeficiente de determinación (r2) de
do
r
ay
za y el PBI per cápita de los países mues-
r
10 0
centaje de personas bajo la línea de pobre-
6 a 12 años
13 a 19 años
Fuente: elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000.
rior a 0,8 con signo negativo.
Gráfico 5 Personas pobres y relación entre pobreza general y pobreza en la población de 0 a 5 años. 16 países de América Latina, 1997 2,50
80 •
•
70
2,00 1,50 1,00
•
0,50
•
•
•
•
•
•
•
•
•
60
•
50 40 30
•
•
20 10
• 0,00
y a ica á ia ela via or as sil na ay co or ile ua ua tin Ch anam Bra inica ragu éxi lvad lomb ezu Boli uad ndur arag ug rgen sta R r c M a n P U A E Ho Nic S Co Ve m Pa Co El Do R. Relación pobreza infantil y general • Personas debajo línea de pobreza.
0
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000.
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15. Aun cuando sabemos que esta relación se encuentra mediada, entre otros factores, por la forma en que se distribuye el producto que genera cada una de las economías nacionales.
/ 47 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Sin duda esta robusta correlación ne-
Gráfico 6 Relación entre producto per cápita y magnitud de la pobreza urbana. 16 países de América Latina, circa 1997
Pobl. urbana en situación de pobreza (%)
80
gativa entre indicadores de desarrollo económico y de pobreza da un fuerte fundamento empírico a los argumentos que sostienen que el crecimiento constituye la prin-
R2= 0,6484
Honduras ■■ 70 Nicaragua
cipal herramienta de combate a la pobreza. Pero el gráfico 6 también permite ob-
60
servar países que, aunque presentan nive-
Ecuador ■ Bolivia ■
50 40
Salvador ■ Paraguay■
les similares de ingreso per cápita, mues■ Venezuela ■ Colombia ■
■ Rep.
Panamá ■
30
tran significativas disparidades en la magMéxico
nitud de la pobreza, lo que seguramente
Dominicana ■ Brasil
refleja el impacto de la forma más o menos equitativa con que cada sociedad dis-
20
■
Costa Rica ■
10
Chile
tribuye el ingreso nacional entre los hoga-
Argentina ■
res de distintos estratos.
Uruguay ■
Esta mediación puede inferirse con ma0 2000
4000
6000
8000
10000
12000
yor certeza al observar en el gráfico 7, no ya
14000
la relación entre riqueza y pobreza en un
PBI per cápita (PPA en dólares)
punto en el tiempo, sino la relación de la
FUENTE: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, Madrid, PNUD/Ediciones Mundi Prensa, 2000.
evolución de estas dimensiones. Si la distribución de la riqueza se realizara en forma promedial para cada hogar, la correlación en-
Gráfico 7 Relación entre crecimiento del producto per cápita y reducción de la pobreza urbana. 13 países de América Latina, circa 1990 y 1997 30
tre el crecimiento económico y la evolución de la pobreza tendría que ser perfecta. Como se observa en el gráfico, ello no ocurre. Por el contrario, la correlación entre evolución de la pobreza y crecimiento es más
2 R = 0,4184
■ Venezuela
débil aún que aquella registrada entre rique-
20
za y pobreza en un punto en el tiempo. Variación pobreza 90-97
10
A los efectos de nuestro interés y del Honduras
0
■ ■
Paraguay ■
-10
■
enfoque que procuramos desarrollar en este
Bolivia
documento, caben algunas precisiones. En
México ■ Ecuador ■ Colombia
■
primer lugar, esta mediación, que en los mo-
Argentina
delos de análisis tradicionales se capta me-
-20 Costa Rica ■ Brasil ■
-30
■
diante un coeficiente simple de distribución Panamá
del ingreso, esconde desigualdades que van mucho más allá que el mero ingreso mone-
-40
Chile
Uruguay ■
tario. Todos sabemos que la forma en que
■
-50 -10
0
10
20
30
40
50
se concentran los ingresos está asociada a
60
pautas de estratificación educativa, a varia-
Variación PBI p/c
ciones en los tipos de familia y a diferencias en la calidad y cantidad de capital social que
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1998, Santiago de Chile, CEPAL, 1998.
■ 48 /
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pueden movilizar las distintas clases. En
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
otras palabras, la composición de los acti-
Gráfico 8 Relación entre crecimiento del producto per cápita y reducción de la pobreza urbanana de la población de 0 a 5 años. 12 países de América Latina, circa 1990 y 1997
vos sociales de las familias y el aprovechamiento que éstas pueden hacer de la estructura de oportunidades, constituyen el motor dinámico y real de la apropiación di-
30
ferencial de la riqueza medida por ingresos, Variación pobreza infantil 90-97
y por ello, de los niveles de pobreza que presenta cualquier sociedad. En segundo lugar, otro señalamiento relevante de las limitaciones de este tipo de análisis apoyado en riqueza nacional y distribución del ingreso, es que no repara en la distribución diferencial de la riqueza por etapas del ciclo vital de los individuos. A modo de ilustración: la riqueza en un país
R2= 0,1647
Venezuela
■
20 10 Honduras
■ ■
■ Bolivia México
0 Ecuador ■ -10
Argentina ■
Paraguay■ Brasil Costa Rica ■ ■
■
-20
■ Colombia Panamá
-30
Uruguay ■
puede aumentar, su distribución por estratos mejorar y no por ello la pobreza dismi-
-40 -10
nuir. Sin embargo, todos esos cambios pue-
0
10
20
30
40
Variación PBI p/c
den haberse producido al mismo tiempo
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1998, Santiago de Chile, CEPAL, 1998.
que la distribución de la riqueza muestra un sesgo positivo hacia los hogares con
Gráfico 9 Variación porcentual de la pobreza urbana en la población total y entre los menores de 6 años. 13 países de América Latina, 1990-1997
miembros de la tercera edad y negativo hacia aquellos con niños. De hecho, esto es lo que parece sugerir la comparación de los resultados de los gráficos 7 y 8, por
50
Variación de la pobreza en el total de la población
cuanto la relación entre la variación del producto entre 1990 y 1997 y la reducción de la pobreza general es significativamente más fuerte (R2=0,42) que su relación con la 2
reducción de la pobreza infantil (R =0,16). El gráfico 9 muestra que esta disminución en la correlación responde a un menor aprovechamiento de la estructura de oportuni-
40 30
MX
-50
dades ampliada que genera el crecimiento económico en los hogares más jóvenes. Como señala la CEPAL (2001): “Con excepción de Paraguay, en todos los países latinoamericanos analizados, la disminución de la pobreza urbana entre los niños me-
-40
-30
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10
20
30
40
Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países, 2001.
ses en que la pobreza a nivel global aumen-
V
-20 -10 0 EC AR PY CO CR
Variación de la pobreza entre los niños de 0 a 5 años de edad (%)
de la población. Más aún, en aquellos paí-
I
• • •HN
•UY •CL
significativamente menor que la del conjunto
N
10 BO
• •• BR• • • • PA
nores de seis años experimentó una baja
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
La mortalidad infantil es la expresión más extrema, y también la más trágica, del riesgo infantil.
tó o se mantuvo, la situación de los hoga-
capacidad y eficiencia que poseen las uni-
res con presencia de niños experimentó un
dades familiares para transferir activos a sus
deterioro mayor.”
niños.
Además, un análisis en la modalidad ex-
En suma, las limitaciones de este tipo
puesta tampoco informa sobre la capaci-
de análisis se sintetizan en los siguientes
dad de las familias para transmitir a los ni-
puntos:
ños los niveles de bienestar alcanzados en
• No capta la estructura compleja de
el hogar. En otras palabras, aun si la rique-
recursos que poseen las familias y
za se distribuyera en forma equitativa entre
que les permite un aprovechamiento
diferente tramos etáreos, esto solo indica-
mayor o menor de los cambios que
ría una distribución del ingreso pareja para
se registran en las estructuras de
las diferentes generaciones. Ahora bien, re-
oportunidades a que da lugar el cre-
sulta claro que el niño no hace uso directo
cimiento económico;
de dicho ingreso. Por el contrario, esta ri-
• No captura la distribución desigual de
queza es siempre traducida y mediada por
la riqueza y de los otros activos rele-
la unidad familiar. La forma y grado en en la
vantes desde un corte etáreo o
cual este bienestar de los hogares se tra-
generacional de la población;
duce en educación, nutrición y saludo para
• No ayuda a comprender la relación en-
los niños depende en gran medida de la
tre configuraciones familiares de activos y situaciones de riesgo, la que está mediada por la capacidad de las fa-
Gráfico 10 Relación entre el índice de desarrollo humano y el índice de vulnerabilidad infantil. 12 países de América Latina, circa 1997 60
Para enfrentar estos desafíos resulta necesario embarcarse en la tarea de construir un sistema de indicadores de tercera
■
Honduras
Rsq= 0,7298 ■
Indice de vulnerabilidad infantil
milias de transmitir activos a sus hijos.
generación que procure captar, por un lado,
Brasil
la exposición al riesgo de los niños tenien-
50 ■
Ecuador ■
40
do en cuenta las características de sus con-
Colombia
figuraciones familiares y, por otro —en este caso con indicadores más tradicionales—,
Paraguay ■ 30
los resultados de dicha exposición al ries-
■ México
Venezuela ■ 20
go en términos de niveles de vulnerabilidad.
Panamá ■ Costa Rica ■
Empecemos por lo segundo.
Argentina Uruguay ■
■
D. Construcción de un índice de vulnerabilidad de la infancia
10 Chile
■
0 .6
.7
.8
.9
Indice de Desarrollo Humano Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000; CELADE-CEPAL, Boletín Demográfico N° 62, América Latina: Proyecciones de Población, 1970-2050, Santiago de Chile, CEPAL-CELADE, 1998; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, Madrid, PNUD-Ediciones Mundi Prensa, 2000; UNICEF, Estado mundial de la infancia 2000, Nueva York, UNICEF, 2000.
Como se señalara en el capítulo dos, la mortalidad infantil es la expresión más extrema, y también la más trágica, del riesgo infantil. Ahora bien, muchos de los ni-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ños que sobreviven su primer año de vida
Como era de esperar, el índice de vul-
pasan a enfrentar un conjunto de pasivos
nerabilidad construido en base a los
que, eslabonados en el tiempo, se des-
indicadores recién descritos guarda una im-
pliegan a lo largo de su ciclo vital y que,
portante relación con los indicadores e ín-
de no ser eficazmente eludidos o compen-
dices tradicionales de bienestar y pobreza.
sados, pueden hipotecar su futuro
En particular, y como se desprende del grá-
incrementando las chances de seguir acu-
fico 10, su comportamiento se ajusta al del
mulando pasivos. En este sentido la do-
Índice de Desarrollo Humano. Esta signifi-
cumentada asociación entre problemas
cativa asociación con el Índice de Desarro-
nutricionales y de psicomotricidad, y el
llo Humano brinda un importante respaldo
efecto de estos pasivos en las capacida-
a nuestro intento de construir un símil para
des de aprendizaje futuras del niño, deli-
la infancia del índice de pobreza humana
mitan el derrotero más estilizado y claro
—nuestro índice de vulnerabilidad infantil—
de la vulnerabilidad infantil. El índice que
y justifica posteriores esfuerzos para poner
aquí se propone pretende capturar estas
a prueba su confiabilidad y validez.
dimensiones y constituye, de alguna ma-
Por otra parte, también esperamos que
nera, una versión del índice de pobreza
el índice de vulnerabilidad infantil muestre una
humana ajustado a la infancia. Para la
asociación con la riqueza nacional, aun cuan-
construcción de este índice se incluyó:
16
do en este caso anticipamos una mayor in-
• La tasa de mortalidad infantil. Esta
dependencia que en el caso del IDH. Esa
medida constituye una de las de ma-
cuota de independencia sería consistente
yor confiabilidad en materia compa-
con nuestro análisis anterior de las relacio-
rada y su consideración resulta perti-
nes entre riqueza y pobreza infantil, así como
nente ya que uno de los componen-
con las conclusiones de numerosos estu-
tes del índice de riesgo que presen-
dios que han corroborado la relativa auto-
taremos más adelante (el riesgo ma-
nomía con que se mueven las medidas de
terno infantil) debe presentar una aso-
desarrollo humano con respecto a los
ciación robusta con mortalidad;
indicadores de la riqueza nacional. Como
• El bajo peso a los cinco años. Se es-
puede observarse en el gráfico 11, los re-
pera que este indicador exhiba una
sultados son, aquí también, alentadores.
fuerte relación con el riesgo
A modo de ilustración de lo señalado
nutricional;
U
anteriormente en relación a la mayor inde-
• El rezago y abandono escolar. Se
pendencia esperable entre niveles de de-
mide como el porcentaje de niños de
sarrollo humano —especificado en este
14-15 años que no completaron seis
caso en relación a la infancia— y riqueza,
años de estudio y el porcentaje de
el gráfico 11 muestra instancias que se des-
niños de 8 y 9 años que ya habían
vían fuertemente respecto a una correla-
abandonado el sistema educativo.
ción perfecta. Tal es el caso, por ejemplo,
N
Estos indicadores permiten captar
de países que habiendo alcanzado niveles
tanto el rezago como el abandono,
de riqueza (PBI per cápita) similares, como
combinando parámetros de diferen-
Brasil y Costa Rica, presentan diferencias
te exigencia y para diferentes etapas
muy notorias respecto a sus índices de vul-
del ciclo vital.
nerabilidad de la infancia.
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Numerosos estudios han corroborado la relativa autonomía con que se mueven las medidas de desarrollo humano con respecto a los indicadores de la riqueza nacional.
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16. Para una descripción detallada de los componentes, ponderación y cálculo del índice de vulnerabilidad ver el apéndice metodológico. Para los resultados y ordenamiento de países resultante ver el apéndice estadístico.
/ 51 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
sus logros en términos de la reducción de
Gráfico 11 Relación entre producto interno bruto per cápita y el índice de vulnerabilidad infantil, 12 países de América Latina, circa 1997 60
elevar la apuesta y enfrentar el desafío que más nos interesa. ¿Es viable y útil construir un sistema de indicadores que procure re-
■
Rsq= 0,3584
Honduras ■
Indice de vulnerabilidad infantil
la vulnerabilidad infantil. Es el momento de
presentar la configuración de los riesgos in-
Brasil
fantiles a partir de un análisis de los
50
portafolios de recursos que poseen sus fa■
40
Ecuador
■ Colombia
milias? Una adecuada evaluación de este desafío requiere definir sus parámetros de
Paraguay ■ 30
exigencia:
■ México
• Las medidas a considerar deben in-
Venezuela ■ 20
Panamá ■ Costa Rica ■
corporar más de una dimensión de
Argentina ■
Uruguay ■
los activos familiares. En caso contrario, estaríamos simplemente repro-
10 Chile ■
duciendo indicadores ya utilizados y otorgándoles simplemente otros
0 2000
4000
6000
8000
10000
12000
14000
nombres.
PBI per cápita (PPA en dólares)
• Las medidas o indicadores considerados deben tener un efecto sobre
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000; CELADE-CEPAL, Boletín Demográfico N° 62, América Latina: Proyecciones de Población, 1970-2050, Santiago de Chile, CEPAL/CELADE, 1998; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, Madrid, PNUDEdiciones Mundi Prensa, 2000; UNICEF, Estado mundial de la infancia 2000, Nueva York, UNICEF, 2000.
resultados en el bienestar del niño y, en lo posible, deben alcanzar una mayor capacidad predictiva que los indicadores simples tradicionalmente utilizados.
Con estos antecedentes, a continuación
• La consideración agregada de los
pasamos a enfrentar el doble reto que implica
indicadores de riesgo debe permitir
explorar la viabilidad de construir un índice de
la construcción de un índice de ries-
riesgo con la información disponible, y poner
go que se relacione positivamente
a prueba cuánta mejoría aportan a nuestra
con un índice de vulnerabilidad de re-
comprensión de las variaciones en la vulnera-
sultados en la niñez. Dicha relación
bilidad infantil, más allá de la explicación que
debe agregar varianza explicada a los
proveen los indicadores tradicionales.
modelos de análisis que tradicionalmente consideran el PBI, la pobreza o el desarrollo humano como los
E. Contexto familiar y riesgo infantil: hacia la construcción de un índice de tercera generación
predictores más adecuados del bienestar infantil. La forma en que nos abocamos a la tarea de desarrollar un sistema de indicadores de tercera generación impli-
■ 52 /
Hemos recorrido América Latina desde
có, en primer lugar, rastrear en las diver-
su estructura de oportunidades promedial,
sas publicaciones internacionales datos,
desde sus indicadores de pobreza y desde
índices e indicadores que pudieran com-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
binarse, o estuvieran combinados, y vali-
cativo de las familias donde viven
dar los mismos mediante su correlación
los niños entre 0 y 1 año. Éste se
con los resultados esperados. De este
construye entonces como la propor-
modo, se construyeron o seleccionaron
ción de niños entre 0 y 1 año que
tres indicadores de riesgo infantil que,
se encuentran en hogares cuyo in-
combinados, conformaron nuestro Índice
greso no supera el 75% de la línea
de Contexto Familiar de Riesgo:
17
de pobreza y donde el clima edu-
• Riesgo materno infantil: El riesgo
cativo del hogar es menor a seis
materno infantil en un país determi-
años. Nuevamente esta combina-
nado se define a partir de la pro-
ción de bajos ingresos y baja edu-
porción del total de las mujeres en-
cación conspira contra la salud del
tre 20 y 24 años que tuvieron hijos
niño especialmente en la capacidad
antes de los 20 años y cuyo nivel
y efectividad con que la familia tra-
educativo es menor a seis años.
duce sus pobres activos físicos en
Este indicador incorpora, por un
alimentación adecuada. Esperamos
lado, la maternidad adolescente
por ello que el grado en que esta
como factor de riesgo en tanto se
situación se hace presente en un
asocia a precariedad familiar y a
país determinado correlacione con
monoparentalidad y, por ende, a si-
U
indicadores nutricionales.
tuaciones de relativamente bajo ca-
• Riesgo educativo. Tomando en
pital social y débil capacidad de
cuenta una metodología para la ela-
trasmisión de activos o de baja pro-
boración de un índice sobre este
tección del niño frente a pasivos. A
tema ya elaborada por la CEPAL y
ello se suma el bajo nivel educativo
presentada en su Panorama Social,
de la mujer como atributo tradicio-
el IPES denomina riesgo educativo
nal de capital humano, al tiempo
a su aplicación a categorías etáreas
que también identifica una tempra-
específicas. Éste se define como el
na desafiliación institucional de la
porcentaje de niños y adolescentes
mujer de una esfera estructuradora
que viven en los hogares del 40%
y promovedora de capital social
más pobre y cuya clima educativo
como es el ámbito educativo. Esta
no supera los seis años. Los datos
configuración de riesgo, y su exten-
presentados en el Panorama Social
sión en un país dado, puede captar
de la CEPAL definen dos tramos
adecuadamente la vulnerabilidad vi-
etáreos a los que se les aplica el
tal del niño en sus primeros años
mismo criterio de categorización.
de vida. Esperamos por ello una im-
Así accedemos a sendos indica-
portante correlación de dicho indi-
dores de riesgo educativo construi-
cador con la mortalidad infantil y con
dos de igual manera pero para eta-
la mortalidad a los cinco años.
pas diferentes en el ciclo vital: ni-
• Riesgo Nutricional. Este indicador,
ños entre 0 y 5 años, y niños y ado-
tomado directamente del Panorama
lescentes entre 6 y 14 años. Espe-
Social de la CEPAL, resulta de la
ramos que dicha configuración de
combinación del capital físico y edu-
riesgo prediga en forma adecuada
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Esta combinación de bajos ingresos y baja educación conspira contra la salud del niño especialmente en la capacidad y efectividad con que la familia traduce sus pobres activos físicos en alimentación adecuada.
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17. Para el detalle técnico de la construcción de este índice y para sus resultados en los diferentes países ver apéndice metodológico y estadístico respectivamente.
/ 53 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
los niveles de rezago y abandono
Gráfico 12 Relación entre índice de riesgo infantil y de vulnerabilidad infantil. 11 países de América Latina, circa 1997
Indice de Vulnerabilidad Infantil
60
escolar presentes en los países. Comparando los resultados que se presentaron en gráficos anteriores sobre la re-
Honduras ■
lación entre diversos índices y el índice de ■
vulernabilidad infantil, con los que se pre-
Brasil
50
sentan en el gráfico 12, se puede apreciar ■
40
Colombia
Ecuador
que si bien el conocimiento de los niveles
■
de desarrollo humano, de pobreza de los Paraguay
■
hogares y de la riqueza de las naciones con-
30
tribuye a nuestra comprensión de las varia-
■ Venezuela
ciones de la vulnerabilidad infantil, el índice
Argentina
20
■ Panamá
■
■
■
Uruguay
de riesgo infantil aquí construido permite
Costa Rica
una mejor comprensión y predicción de los
10 ■
problemas básicos del bienestar infantil.
Chile Rsq= 0,9424
0 0
10
20
30
40
50
60
70
Asimismo, y esto puede constituir un importante hallazgo, si bien el índice de
80
vulnerabilidad presenta, como hemos vis-
Indice de Riesgo Infantil
to, una importante asociación con las me-
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, CEPAL, Santiago de Chile, 2000; CELADE-CEPAL, Boletín Demográfico N° 62, América Latina: Proyecciones de Población, 1970-2050, CEPAL-CELADE, Santiago de Chile, 1998; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, PNUD-Ediciones Mundi Prensa, Madrid, 2000; UNICEF, Estado mundial de la infancia 2000, UNICEF, Nueva York, 2000.
didas tradicionales de bienestar —en especial la medida de desarrollo humano—, el índice de riesgo, que como se pudo apreciar es el que predice mejor el nivel
Gráfico 13 Relación entre índice de desarrollo humano e índice de riesgo infantil. 11 países de América Latina, circa 1997 80
cional de desplegar una serie de espacios para intervenciones dirigidas a mejorar las oportunidades de acceso al bienestar de
Rsq= 0,5970 ■
70
Indice de Riesgo Infantil
de vulnerabilidad infantil, tiene la virtud adi-
■
Honduras
Brasil
los niños, cada uno de los cuales es relativamente autónomo respecto de la rique-
60
za nacional, e incluso de los niveles de desarrollo humano (ver gráficos 13 y 14). En
50
■
■ Bolivia
Colombia
términos simples, esta propiedad del índi-
Paraguay ■
40
■
Venezuela
ce tiende a subrayar la existencia, fuera de la dinámica de los mercados, de már-
30
genes importantes de maniobra para ele20
var el bienestar de la infancia. O en otras
Panamá ■ Costa Rica ■ ■ Argentina Uruguay ■■ Chile
10
palabras, que la riqueza y el desarrollo humano no determinan necesariamente
0 .6
.7 .8 Indice de Desarrollo Humano
los riesgos infantiles. Costa Rica, Panamá
.9
y en menor medida Chile, muestran que es posible disminuir los riesgos infantiles
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, CEPAL, Santiago de Chile, 2000; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, PNUD-Ediciones Mundi Prensa, Madrid, 2000.
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más allá de los parámetros de riqueza y desarrollo humano agregado. Brasil, por
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
el contrario, muestra que los niveles de ri-
Grafico 14 Relación entre el producto bruto interno per cápita y el índice de riesgo infantil. 11 países de América Latina circa 1997
queza y de desarrollo humano no son garantía alguna de minimización de contextos familiares de riesgos para los niños. En muy apretada síntesis, esta primera
80
construcción y puesta a prueba del índice 70
Indice de Riesgo Infantil
de riesgo parece sugerir que, aun reconociendo la utilidad de las medidas de riqueza, desarrollo humano y pobreza, las mismas carecen de ingredientes claves para una mejor predicción y comprensión del fenómeno de la pobreza infantil y de la infantilización de la pobreza que este índice sí provee. Ello permite confiar que con tiem-
Rsq= 0,3880 ■
60 50 40
Bolivia
■
■
Paraguay■ ■
20
■
■
en cuanto a su consistencia interna,
0 2000
confiabilidad y validez, se podrá obtener una
4000
medida que advierta, guíe y oriente acciobienestar de los niños.
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Costa Rica Uruguay ■■ Chile
■
Argentina
6000 8000 10000 12000 PBI per cápita (PPA en dólares)
14000
Fuente: Elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina 1999-2000, Santiago de Chile, CEPAL, 2000; PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2000, Madrid, PNUD-Ediciones Mundi Prensa, 2000.
nes eficaces para enfrentar el desafío del
N
Venezuela
Panamá
10
índice a pruebas progresivamente rigurosas
Colombia
30
po y recursos que posibiliten someter este
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■ Brasil
Honduras
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo IV
Pobreza infantil en Uruguay: magnitudes, evolución y perfiles
A. Introducción
centraremos en el corte por categoría etárea. Buscamos mostrar y explicar cómo
a pobreza y la vulnerabilidad se distri-
y por qué se da la infantilización de la po-
buyen diversamente en la población
breza y su persistencia en el tiempo, ape-
conforme a sus características demográfi-
lando a hipótesis y evidencias que conju-
cas. Por ejemplo, hombres y mujeres son
gan factores provenientes de la estructura
distintos en cuanto a logros educativos, in-
de oportunidades, de los activos y su rela-
gresos, carencias críticas y tasas de
ción con el ciclo vital de los individuos, así
subempleo y desempleo. Si bien el conoci-
como de la intersección entre activos, fa-
miento sobre la forma en que los miembros
milia y estructura de oportunidades.
L
de una y otra categoría movilizan sus acti-
B. La evolución de la pobreza general
vos ayuda a comprender tales diferencias, éstas responden fundamentalmente a los riesgos asociados a la condición masculina o femenina dado su status-rol predominan-
A través de comentarios de prensa so-
te así como a la forma en que la estructura
bre los resultados de informes mundiales
de oportunidades distribuye activos y retor-
sobre desarrollo humano, la opinión públi-
nos a éstos por género. El mismo razona-
ca uruguaya tomó conocimiento de la bue-
miento se puede aplicar a las diferencias de
na posición del país en el escenario regio-
vulnerabilidad entre la población ubicada en
nal e internacional. Los datos del informe
el medio urbano y rural, y entre la población
de 1999 corroboraron esa imagen e incor-
de diferentes etnias, por nombrar tan sólo
poraron un par de matices, destacando que
dos de los cortes más estudiados.
la posición de Uruguay alcanzaba el primer
En América Latina, así como en buena
lugar en la región cuando se consideraba
parte del mundo industrializado, raza, et-
el índice de pobreza humana y cuando se
nia, género y localización geográfica han
corregía el índice de desarrollo humano por
sido criterios centrales para abordar diver-
la distribución del ingreso, corrección que,
sos asuntos de estratificación. En menor
por lo demás, resultaba absolutamente
medida lo ha sido la edad. En el caso uru-
congruente con el espíritu que orienta la
guayo, en que se constata un claro predo-
construcción del IDH. Incorporados estos
minio de población urbana y una importan-
dos matices, se constataba que Uruguay
te contigüidad étnica, resulta aún más cla-
seguía manteniendo en América Latina la
ra la importancia de incorporar las nocio-
posición de liderazgo que ocupó tradicio-
nes de sexo y generación para entender la
nalmente en cuanto a desarrollo social.
estratificación social. En consonancia con
El informe revisaba a continuación la
el objetivo del informe, en este capítulo nos
evolución del desarrollo humano y la po-
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En el caso uruguayo, en que se constata un claro predominio de población urbana y una importante contigüidad étnica, resulta aún más clara la importancia de incorporar las nociones de sexo y generación para entender la estratificación social.
/ 57 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
breza entre 1986 y 1998 en el país. Aun si
ticamente toda la población, y mantener los
se agregara la última información disponi-
índices de desigualdad de ingresos en ni-
ble sobre pobreza, que incluye el año 1999,
veles que, en el contexto regional, se pre-
los datos seguirían mostrando un relativo
sentan como relativamente bajos, aunque
éxito en la protección de las dimensiones
se advierten leves tendencias a la concen-
sociales. El documento puso énfasis en el
tración en los tres últimos años.
modo en que se alcanzaron esos logros,
Ahora bien, el IDH no analiza con sufi-
aludiendo a la continuidad en la construc-
ciente detalle dos períodos que se pueden
ción de políticas y búsqueda de respues-
diferenciar con claridad. Los años que van
tas oficiales en sintonía con los legados de
de 1985 a 1994 fueron de permanente me-
justicia social y democracia política.
jora en el conjunto de los indicadores sociales y, en particular, en lo que refiere a pobreza. Luego de 1994 si bien indicadores
Gráfico 15 Evolución de la pobreza por hogares. Uruguay urbano, 1986-1999
como la mortalidad infantil, las necesidades básicas insatisfechas y otros continúan mejorando, la pobreza medida por nivel de
40
ingresos detuvo su evolución a la baja y,
35
aunque con fluctuaciones, pudo percibirse
30
un moderado aumento de la pobreza (ver
25
gráfico 15).
20
10
considerados con cautela. La magnitud de
5
la pobreza en Uruguay responde a una línea
0
muy exigente en el marco regional de alrededor de 200 dólares per cápita para
19
19
87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99
Los datos presentados deben ser
86
15
1999. Aun reconociendo que el costo de
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
vida es muy alto comparado al de los
18. Para una exposición pormenorizada de los criterios utilizados para la medición de la pobreza ver en la página electrónica del Instituto Nacional de Estadística el documento “Consumo de los hogares y medición de la pobreza en las áreas urbanas del país”; http://www.ine.gub.uy/ comunicados/egi.htm.
■ 58 /
La nueva distribución de costos y be-
restantes países de la región, no se puede
neficios vinculada al giro del modelo de de-
dudar que una familia de 5 personas que
sarrollo, lejos de la pauta tecnocrática de la
dispone de ingresos que rondan los 1000
región, contó con la presencia de la mayo-
dólares mensuales tiene una capacidad de
ría de los actores relevantes. De ahí que no
elección en sus pautas de consumo que la
se produjeran shocks, sino más bien una
alejan, y mucho, de las restricciones y
serie de medidas cuya agregación en el
precariedades propias de la pobreza en
tiempo configura un panorama de
otros países latinoamericanos18.
gradualismo y de mayores garantías al de-
La evolución de la pobreza responde al
sarrollo humano de largo plazo. A través
muy buen desempeño económico que en
de este estilo de lentitud en los cambios,
promedio se constató en los primeros nue-
Uruguay logró amortiguar los efectos de las
ve años de vida democrática, conjugado
sucesivas crisis internacionales, reducir la
con una importante caída de la inflación y
pobreza cuando las condiciones lo permi-
aumento del gasto público social. Todo ello,
tían, avanzar en la provisión de infraestruc-
como se constatara en el Informe de De-
tura y servicios públicos básicos para prác-
sarrollo Humano de 1999, permitió un im-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
portante incremento del ingreso medio de
Gráfico 16 Evolución del PBI per cápita (1985=100) y de los hogares urbanos pobres (1986=100). Uruguay, 1986-1999
los hogares y una mejora relevante de éste en los sectores más pobres de la población. Por su parte, el crecimiento del gasto
180
en previsión social y el aumento en el valor
160
real de las jubilaciones y pensiones permi-
140
tieron, como se verá más adelante, reducir
120
la pobreza a niveles realmente bajos en la
100
tercera edad.
1999 y el 2000, decreció. Esto afectaría la
PBI per cápita
evolución de la pobreza en forma negativa.
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
to del PBI se detuvo primero, y luego, entre
1992
0 1991
situación empeoró hasta que el crecimien-
1990
20 1989
40
del período 1985-1994. De allí en más la
1988
PBI fue importante aunque menor que el
1986
60
1987
80
Entre 1994 y 1997 el crecimiento del
Pobreza
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE y BCU.
Pero en la interpretación de estos hechos hay dos argumentos adicionales a considerar. En primer lugar, pese a que el creci-
ficos 16 y 17). Además, los efectos sobre
miento económico y la disminución de la
la pobreza de la reducción de los índices
inflación parecen haber ayudado a la im-
de inflación sólo se manifiestan mientras se
portante caída de la pobreza entre 1985 y
registran cambios importantes en esos ín-
1994, resulta notorio que la eficacia con que
dices. En cambio, sus efectos se atenúan
el crecimiento contribuyó a la reducción de
una vez que el mercado se equilibra y ab-
la pobreza, disminuye en la medida en que
sorbe la información sobre los nuevos ni-
19
ésta alcanza niveles moderados (ver grá-
veles de inflación.
Gráfico 17 Evolución de la inflación (promedios anuales) y de la pobreza urbana (1986=100). Uruguay, 1986-1999 120 100 80 60 40 20
Inflación
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
0
Pobreza
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE y BCU.
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19. La leve caída de la pobreza en un año abiertamente recesivo como lo fue 1999 no acepta explicaciones fáciles. Si bien el descenso continuo de la inflación y el aumento del gasto social pueden haber contribuido a dicho resultado, el efecto de la inflación y su caída sobre la pobreza era ya menor en años precedentes. Aquí cabe aventurar la hipótesis del ciclo electoral. Al respecto cabe destacar que la reforma electoral, que estableciera una secuencia de tres elecciones entre 1999 y el 2000, impulsó una movilización particularmente intensa de recursos estatales y partidarios con fines electorales. El hecho que la pobreza hubiese aumentado en Montevideo pero disminuido en el Interior, conjugado con la noticia del aumento generalizado del déficit de las intendencias, contribuye a tornar fuertemente plausible esta hipótesis.
/ 59 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Gráfico 18 Evolución del gasto público social y del déficit fiscal (como% del PBI). Uruguay, 1985-1998 8,5
26
• •
14
1,5
•
0,5
1993
-0,5
1992
1991
1990
1989
1988
1987
•
•
10
1986
• •
•
•
12
2,5
•
Gasto público social
1998
16
3,5
•
1997
•
18
4,5
1996
•
20
6,5
1995
22
7,5
•
•
1994
24
1985
Mientras la estructura de edades es similar a la de muchos países europeos, su producto per cápita es muy inferior a éstos, combinación ésta que llevó a Susana Prates a caracterizar a Uruguay como una “sociedad vieja en un país nuevo”.
Déficit fiscal
Fuente: PNUD, Desarrollo Humano en Uruguay, Montevideo, 1999.
Por otra parte el importante nivel que
neracional sustentable. Estos costos deben
alcanza el gasto público social puede ayu-
situarse en el marco de recursos naciona-
dar a entender por qué en contextos de
les: mientras la estructura de edades es si-
crecimiento bajo, y aún de crisis, la pobre-
milar a la de muchos países europeos, su
za no aumenta de manera notoria.
producto per cápita es muy inferior a éstos, combinación ésta que llevó a Susana Prates a caracterizar a Uruguay como una “socie-
C. La distribución intergeneracional de la pobreza
dad vieja en un país nuevo”. En 1999 el porcentaje de pobres entre los niños de 0 a 5 años es seis veces mayor
■ 60 /
Así como Uruguay se distingue en la re-
que el porcentaje de pobres en la población
gión por sus bajos índices de pobreza, tam-
de 65 años y más. En tanto los niños entre 0
bién se distingue por las mayores
y 5 años tienen probabilidades casi iguales
disparidades en cuanto a la incidencia de la
de ser pobres o no pobres en el Uruguay,
pobreza en los diferentes grupos de edad
tan sólo diez de cada cien personas en la
extremos. Uruguay cuenta, después de
tercera edad eran pobres en 1991 y menos
Cuba, con la población más envejecida de
de siete de cada cien en 1999. Ello obliga,
América Latina. A su vez, el país exhibe ta-
en primer lugar, a reconocer los importantes
sas relativamente bajas de fecundidad. El
logros sociales del país en lo que refiere a la
resultado es que el crecimiento de la pobla-
población más vieja. Inmediatamente, sin
ción se apoya sobre todo en aquellos tra-
embargo, debemos preguntarnos qué fac-
mos de edad en que tanto la manutención
tores están incidiendo en la preocupante
como la defensa de sus niveles de vida son
infantilización de la pobreza.
más caros, y que además plantean los ma-
Antes cabe detenerse en la evolución
yores problemas a un desarrollo interge-
de la pobreza por tramos etáreos en la úl-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
tima década. El gráfico 20 presenta la evo-
Gráfico 19 Personas pobres como porcentaje de su tramo etáreo. Uruguay urbano, 1999
lución relativa de la pobreza en las diferentes categorías de edad para la década. La pobreza infantil propiamente dicha
50
(excluyendo la adolescencia) prácticamente no se modificó en tanto la tercera edad
40
disminuyó sus niveles de pobreza en un
30
40%.
20
¿Por qué esta marcada diferencia en-
10
tre la pobreza infantil y la pobreza en la 0
población adulta y la tercera edad? La res-
0a5
puesta más simple, que indicaría que los
6 a 12
13 a 17
18 a 64
65 y más
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
niños se concentran desproporcionadamente en los hogares pobres, es
Gráfico 20 Evolución del porcentaje de personas pobres por tramo etáreo. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991= 100)
descriptivamente correcta pero permite avanzar poco y nada sobre las causas de este fenómeno. En efecto, como puede
120
observarse en el cuadro 2, los hogares que tienen al menos un integrante entre 0 y 17
100
años presentan probabilidades notoria-
80
mente más altas de caer en situación de 60
pobreza que los hogares conformados exclusivamente por jóvenes-adultos, adultos
40
y viejos. Sin embargo una afirmación como
20
la anterior oscurece más de lo que ilumi-
0
na. Al observar la evolución de la pobreza
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
por personas y por hogares cabe colocar Pobreza 0-5 Pobreza 6-12 Pobreza total Pobreza 12-17 Pobreza 65 y más
algunas preguntas a esta engañosa simplicidad.
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
Cuadro 2 Porcentaje de hogares en situación de pobreza según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano, 1991-1999 Edades
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
0a5
38,2
35,6
32,2
31,4
35,7
38,0
39,8
37,9
37,3
6 a 12
28,9
25,2
22,7
22,1
23,8
25,2
26,2
23,0
24,0
13 a 17
16,6
14,3
14,5
13,0
15,0
17,7
17,8
14,6
14,7
18 a 64
6,5
5,1
4,2
3,7
5,0
5,2
5,6
5,3
5,2
65 y más
5,9
3,2
2,5
1,5
2,4
2,5
2,0
1,9
2,0
17,9
15,2
13,6
12,8
14,7
15,7
16,0
15,3
15,1
Total
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
De un país que Germán Rama definió una vez como “hiperintegrado” a la realidad actual existe una larga distancia. Los textos más recientes sobre • marginalidad e integración en Uruguay destacan la presencia de fracturas visibles en el tejido social uruguayo. El problema radica menos en el incremento de la desigualdad económica que en el desacoplamiento de importantes sectores sociales respecto de las instituciones, normas y canales de movilidad que en algún momento fueron comunes a la mayoría de la población.
• ¿Por qué los hogares más jóvenes
eventual endurecimiento en formas de ex-
(presumiblemente son estos los que tie-
clusión y marginalidad social. Los módulos
■ 62 /
U
nen hijos entre 0 y 12 años) son los más
explicativos que se ensayan a continuación
pobres?
procuran combinar estas nociones en nú-
• En segundo lugar, si bien los hogares
cleos problemáticos centrales.
más jóvenes son los más pobres, sus niveles de pobreza son inferiores a los
D. El Uruguay fragmentado: pobreza y exclusión de los más jóvenes
de las personas en sus respectivos tramos de edad (esto es; los niveles de pobreza por persona entre 0 y 5, 6 y 12 años son más altos porcentualmente
De un país que Germán Rama definió
que los niveles de pobreza de los hoga-
una vez como “hiperintegrado” a la realidad
res con al menos un miembro de dicha
actual existe una larga distancia. Los textos
edad). Se sigue de ello que los hogares
más recientes sobre marginalidad e integra-
jóvenes y pobres concentran una ma-
ción en Uruguay destacan la presencia de
yor proporción de población infantil que
fracturas visibles en el tejido social urugua-
los hogares jóvenes no pobres. ¿Por
yo. El problema radica menos en el incre-
qué? Una parte de la respuesta a nivel
mento de la desigualdad económica que en
descriptivo puede observarse en el re-
el desacoplamiento de importantes secto-
cuadro 6. Otros elementos se discutirán
res sociales respecto de las instituciones,
más adelante.
normas y canales de movilidad que en al-
• Mientras entre 1991 y 1999 la pobreza
gún momento fueron comunes a la mayoría
general de los hogares desciende más
de la población. Por esto, aquellos concep-
de un 22% (de 18% a 14%), la pobreza
tos que denotan problemas de exclusión,
de los hogares con niños de 0 a 5 años
marginalidad y vulnerabilidad, y no sólo los
se reduce solamente en menos del 8%
que refieren a la pobreza y la desigualdad,
(de 38% a 35%). Esto representa una
comienzan a ser hoy parte importante del
diferencia de aproximadamente el 15%
diagnóstico del país y de su agenda social.
en las tasas de disminución de la po-
El problema se vuelve más claro y ur-
breza general y de hogares con niños
gente al constatar que el referido desaco-
de hasta 5 años. ¿Qué sucedió para que
plamiento normativo presenta un fuerte én-
el aprovechamiento de la estructura de
fasis generacional. La infantilización de la
oportunidades fuera tan dispar en los
pobreza tiene un socio natural en la cre-
últimos diez años?
ciente exclusión de los jóvenes más pobres
Estas preguntas obligan a incorporar al
de los mecanismos básicos para el acceso
análisis las nociones de activos y estructu-
al bienestar. Además de implicar un bloqueo
ra de oportunidades. El capital físico, hu-
para la acumulación de los recursos mate-
mano y social, las capacidades de movili-
riales y no materiales requeridos para inte-
zar los mismos y los cambios de la última
grarse socialmente, esa exclusión alimenta
década en la estructura de oportunidades
los
permiten explicar el deficitario desempeño
intergeneracional de la pobreza y facilita el
de la equidad intergeneracional, la trasmi-
surgimiento de modalidades de pobreza
sión intergeneracional de la pobreza y su
dura o marginal.
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mecanismos
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de
reproducción
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
RECUADRO 6
¿Cuántos hijos tienen las mujeres pobres?
Nº de nacimientos / Nº de mujeres
Diversos indicios señalan que una de las características actuales de la demografía uruguaya es el creciente peso que los estratos socioeconómicos más desfavorecidos están tomando en la reproducción biológica de su población. Esta percepción se confirma a la luz de los resultados obtenidos combinando la información relativa a la fecundidad de las mujeres y su nivel de satisfacción de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), utilizando los microdatos censales de 1996. Así, del total de nacimientos declarados en los doce meses precedentes a la realización del Censo, 51% correspondieron a mujeres que presentaban al menos una NBI. La gráfica que se presenta a continuación permite apreciar con claridad las diferencias tanto en los niveles como en la estructura de la fecundidad de las mujeres entre 15 y 54 años de edad, de acuerdo al número de NBI que las mismas poseen. Las cuatro curvas graficadas, salvo en los grupos de edad más avanzados —donde la fecundidad es mínima— se sitúan una sobre otra sin cruzarse entre sí, a medida que consideramos respectivamente a las mu-
jeres sin NBI, con una, con dos, y con tres o más NBI. Expresado en otros términos, el nivel de la fecundidad se incrementa a medida que empeora el nivel de satisfacción de necesidades básicas. Al sumarse los valores obtenidos en cada grupo de edad se obtiene una variable que aproxima al número de hijos que tendría una mujer que atravesara con vida el tramo de edades 15 a 54 años; las diferencias no dejan de sorprender, pues las mujeres con Necesidades Básicas Satisfechas (NBS) acumularían 2,2 hijos al final de su ciclo reproductivo, mientras que el número asciende a 3 para las mujeres con una NBI, 4,1 para las mujeres con dos NBI, alcanzando a 5,7 hijos por mujer en el caso de tres o más NBI. Por otro lado, también la estructura de la fecundidad por NBI está marcada por profundas diferencias. A medida que consideramos un mayor nivel de carencias críticas, los máximos de las curvas se trasladan hacia edades más jóvenes. Así, mientras que las mujeres con tres o más NBI maximizan su fecundidad a los 19 años (en un clásico esquema de fecundidad precoz), vemos que la situación se transforma en una Hijos tenidos en los últimos doce meses de acuerdo meseta extendida en edades maa nivel de NBI por edad de las madres yores en las mujeres con una y 0.3 dos NBI, para finalmente llegar a • • • • • • un máximo a los 29 años en las •• 0.25 • • mujeres sin NBI. De todas formas, • ••• • • • esta cúspide tardía observada en • 0.2 • •• • • •• las mujeres NBS se encuentra muy • • • •• • • • • por debajo del valor encontrado • • •• ••• • 0.15 •• •• • •• •• para mujeres de dos o más NBI • • •• •• • •• • • • • • • • • con la misma edad. • 0.1 • • • • • • • • • • • •• En conclusión, las mujeres más • • •• • • • • •• • • • • • • pobres tienen una fecundidad que 0.05 • • • •• • • •••• ••• •• • duplica la de las mujeres NBS, exis•• •• • •• •••• • ••• •• • • • • • •• •• •• • tiendo una brecha de diez años en•• 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 tre los momentos en que ambos Edad de las mujeres grupos maximizan su reproducción. • NBS
• Una NBI
• Dos NBI
• Tres y más NBI
Juan José Calvo, Programa Población, UDELAR
Fuente: Calvo, J., elaborado en base a reprocesamiento de datos censales de 1996
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
1. Ciclo vital: ahorro limitado, ingresos insuficientes y empleo de la fuerza de trabajo potencial
Las primeras etapas del ciclo adulto se orientan, en todas las sociedades, a desarrollar un aprendizaje en contextos de altas demandas, bajos capitales y ahorros casi nulos. La pobreza en los sectores más jóvenes responde
Cuando los individuos ingresan en la vida
en buena medida a esta etapa temprana del
adulta deben enfrentar un conjunto de de-
ciclo vital. Una de las formas más evidentes
mandas y desarrollar capacidades que du-
que estas limitaciones asumen es la escasa
rante su adolescencia y juventud eran margi-
o nula posibilidad de movilización de sus re-
nales a su bienestar y al de sus familias. El
cursos cuando la familia tiene niños en sus
ingreso, el ahorro, las responsabilidades de-
primeros años de vida. Esta debilidad se ex-
rivadas de la paternidad y las diferentes in-
presa, especialmente en los sectores de más
versiones educativas y sociales que los indi-
bajos ingresos, a través de una menor capa-
viduos deben desarrollar implican una mayor
cidad de movilizar la fuerza de trabajo poten-
complejidad y exigencia sobre sus personas.
cial del hogar, especialmente la de la mujer (ver gráfico 21).
Gráfico 21 Tasas de actividad de las mujeres jefas o cónyuges según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano, 1999
Resulta claro que el período en que se concentra la reproducción biológica es el que más marcadamente afecta la capaci-
0.75
dad de movilizar los recursos humanos del 0.7
hogar. Esta relación es más pronunciada
0.65
aún si la ordenamos por el nivel educativo
0.6
de los hogares. Como puede observarse en el gráfico 22, la distancia en las tasas
0.55
de actividad para los sectores menos edu0.5 0a5
6 a 12
cados es mayor. Esta distancia, en cam-
13 a 17
bio, casi desaparece en los sectores de
Edad del menor del hogar
mayor educación. Aquí pesa no sólo la Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
mayor orientación de la mujer educada hacia el mercado laboral sino también las
Gráfico 22 Tasas de actividad de mujeres jefas o cónyuges, por nivel educativo, según edad del menor en el hogar. Uruguay urbano 1999
condiciones materiales que le permiten adquirir en el mercado servicios para el cuidado de los más pequeños. Además,
0.9
los hogares de menor educación e ingre-
0.8
sos tienden a tener más hijos en menos
0.7
tiempo que aquellos en el extremo superior. Todo esto contribuye a la ampliación
0.6
de las distancias en términos de actividad 0.5
para las diferentes etapas del ciclo vital y
0.4
familiar de estas mujeres. Bajo
Medio 0a5
Alto
6 a 12
Las tasas de empleo siguen una pauta
13 a 17
similar de diferenciación derivada de la combinación de nivel educativo del hogar y eta-
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
pa del ciclo reproductivo y familiar de la
ordenan también en forma consistente con
mujer. La única diferencia de interés resulta
las etapas del ciclo vital. Como puede ver-
de la comparación de las tasas de activi-
se en el gráfico 24, cuánto más jóvenes los
dad y empleo entre la etapa de hogares con
jefes o cónyuges, menor es en promedio el
menores de 6 a 12 años y la de hogares
ingreso que los mismos reciben en el mer-
con menores de 13 a 17. Como puede ver-
cado laboral. Esto responde entre otras
se en el gráfico 22 las tasas de actividad
cosas a la propia etapa del ciclo vital en
para estas dos etapas del ciclo no son di-
donde el capital humano y social acumula-
ferentes; incluso es levemente superior la
do es aún escaso, sumado a la baja anti-
actividad en la etapa de 6 a 12 años. Sin
güedad de estos jefes y cónyuges jóvenes
embargo estas diferencias se hacen claras
en sus respectivos trabajos.
y consistentes cuando consideramos las
Al considerar el ciclo vital, los diferen-
tasas de empleo (ver gráfico 23). Aquí la
ciales de ingreso entre generaciones tam-
mejor etapa corresponde a la presencia de
bién sugieren, aunque no permiten probar
menores entre los 13 y 17 años. Si recor-
Gráfico 23 Tasas de empleo de las mujeres jefas o cónyuges, por nivel educativo, según edad del menor. Uruguay urbano, 1999
damos que las tasas de actividad implican estar en el mercado laboral, sea en condición de empleado o desempleado, en tanto las tasas de empleo reflejan la concre-
90%
ción de las oportunidades laborales, se si-
80%
gue de ello, sin mucha ambigüedad, que
70%
los niveles de desempleo tienen que ser
60%
mayores en las mujeres que tienen niños
50%
entre 6 y 12 años en comparación con
40%
aquellas que tienen niños entre 13 y 17
30%
años. Esto bien puede indicar una dificul20%
tad mayor de ingreso o de retorno al mer-
Bajo
cado por parte de las mujeres que por ra-
Medio 0a5
zones reproductivas debieron postergar su
Alto
6 a 12
13 a 17
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
inserción o abandonar sus actividades re-
Gráfico 24 Ingreso promedio de jefes y cónyuges ocupados por tramo etáreo. Uruguay urbano, 1999
muneradas para cuidar a sus hijos menores (entre 0 y 5 años). En efecto, una vez en condiciones de reincorporarse a la actividad reciben un ‘castigo’ que deben pa-
10000
Ingreso promedio
gar con un período de espera equivalente a desempleo. Luego, en la tercera etapa del ciclo familiar, con hijos entre 13 y 17 años, las tasas de actividad se traducen, en mayor medida que en el caso anterior,
8000 6000 4000 2000
en empleo concreto.
0
Aun cuando la fuerza laboral familiar es
18 a 24
25 a 29
movilizada y efectivamente empleada, los
N
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D
C
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T
Ó
35 a 39
40 y más
Tramo etáreo Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
ingresos provenientes de ese trabajo se
U
30 a 34
L
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Y
/ 65 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
hasta los treinta y cuatro años de edad del
Gráfico 25 Porcentaje de familias propietarias y de la precariedad de sus viviendas, en hogares con menores de doce años según edad del jefe. Uruguay urbano, 1999
jefe no alcanza nunca el 50%, mientras que en la población de 40 y más la condición de propietario alcanza prácticamente al 80% de los hogares.
80%
Asimismo y como puede percibirse en 60%
el mismo gráfico, las condiciones en que los niños de los hogares más jóvenes de-
40%
ben vivir son notoriamente peores que en 20%
los núcleos familiares de mayor edad. Por un lado, los jóvenes acceden en mucho
0% 18 a 24
25 a 29
30 a 34
Propietarios
35 a 39
menor medida a la propiedad de la vivien-
40 y más
da; por otro, cuando lo hacen, las vivien-
Vivienda precaria
das son predominantemente precarias. Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
Casi el 70% de los propietarios más jóvenes y casi la mitad de la categoría que le
La evolución de las oportunidades de empleo en el mercado laboral son particularmente adversas a las personas más jóvenes.
20. Para una familia con dos adultos y dos niños la línea de pobreza en 1999 sería de 8.000 pesos. Si ambos cónyuges entre 18 y 24 años percibieran el ingreso promedio de este tramo etáreo alcanzarían aproximadamente 8.200 pesos. Si solo uno de ellos lo hiciera en el siguiente tramo etáreo, percibiría en promedio poco más de 6.000 pesos.
■ 66 /
ya que no se cuenta con datos compara-
sigue moran en viviendas precarias, en tan-
dos, que la propia estructura de oportuni-
to menos del 40% de un universo de pro-
dades en nuestro país premia la antigüe-
pietarios mucho mayor habita en viviendas
dad y edad del trabajador. El peso del
precarias cuando el jefe supera los 35 años.
empleo estatal, que en nuestro país está
2. Estructura de oportunidades del mercado y el Estado: desbalance en el gasto estatal y desempleo juvenil
organizado sobre estructuras escalafonarias donde el criterio de antigüedad predomina como mecanismo de ascenso y mejora salarial, agrega plausibilidad a esta explicación. Resulta de interés destacar
Las razones de la pobreza infantil y ado-
que los datos de 1999 para jefes y cónyu-
lescente son múltiples y no responden me-
ges correspondientes al tramo más joven
ramente al ciclo vital. Las estructuras de
(18 a 24), indican que en las familias de
oportunidades definidas desde el Estado,
cuatro integrantes ambos cónyuges deben
el mercado y la comunidad también
trabajar (casos que efectivamente perciban
impactan sobre los diferenciales de bien-
el ingreso promedio) para escapar, y sin
estar por edad. En rigor, es la combinación
demasiada holgura, a la línea de pobreza.
de ciclo vital y la forma en que la estructura
Asimismo en el siguiente tramo etáreo si
de oportunidades opera en diferentes eta-
solamente uno de los cónyuges trabaja en
pas del mismo lo que determina, no ya una
un hogar de cuatro miembros no se alcan-
mera acumulación o movilización diferen-
za a cubrir los ingresos que coloquen a
cial de activos como cuando observáramos
dicho hogar fuera de la línea de pobreza.20
el ciclo vital, sino un fenómeno de apropia-
A mayor juventud del núcleo familiar,
ción desigual de activos.
mayor la proporción de los hogares que
La evolución de las oportunidades de
deben invertir sus limitados ingresos en
empleo en el mercado laboral son particu-
gastos de alquiler. Como puede verse en el
larmente adversas a las personas más jó-
gráfico 25, el porcentaje de propietarios
venes. Esto, que responde parcialmente al
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
3. Segmentación residencial y educativa
ciclo vital, podría haberse visto moderado por los procesos de desregulación y flexibilización laboral. Sin embargo, y a pe-
En Uruguay se asiste a la progresiva
sar del importante cambio que se produce
segmentación de los ámbitos donde
en la economía uruguaya entre 1991 y 1999
interactúan adolescentes, cada vez más
con la apertura externa y su impacto en la
caracterizados por la homogeneidad de su
mayor flexibilidad y precariedad de em-
composición social. Ello ocurre no solo con
pleos, no se percibe concomitantemente
los vecindarios sino también con el siste-
una baja en los niveles de desempleo de la
Gráfico 26 Desempleo abierto por tramo etáreo, 1991-1999
población más joven. Aún más, para la población entre 20 y 34 años las tasas de desempleo abierto presentan un desempe-
45%
ño levemente peor que para las edades más
40%
avanzadas (gráfico 26).
35%
Por su parte, el gasto estatal en lo que
•
•
◆
◆
◆
◆
■
■
■
30%
hace a transferencias directas también ayu-
•
•
•
•
25%
da a entender el empobrecimiento relativo
20%
de los sectores más jóvenes y de sus hijos. La evolución del valor real de las asignacio-
15%
nes familiares en un país donde la pobreza
10%
infantil es seis veces más alta que la pobre-
5%
za en la tercera edad, explica parte de este
0%
■
▼ ❖
❊
❊
1991
resultado. Esa diferencia llama a revisar la
1992
1993
1994
1995
•
14 a 17 30 a 34
postura de una sociedad y de un sistema
▼
político que por un lado demuestra una alta eficiencia en la defensa de los derechos de
◆
•
◆
◆
■
❊
❖ ❊
❖ ▼ ❊
1996
1997
1998
■ ❊
■
■
▼
18 a 24 35 a 39
❖
•
▼ ❖
▼ ❖
▼ ❖
❊
◆
■
■
▼ ❖
❊
◆
◆
❊
❖ ▼
•
▼ ❖ ❊
1999
25 a 29 40 a 64
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
la tercera edad, mientras que por otro no
Gráfico 27 Evolución del valor real de las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares. Uruguay, 1991-1999 (1991=100)
logra proteger el nivel de erosión del valor de las transferencias monetarias a los hogares más jóvenes y a sus hijos.
180
No hay duda que una eventual correc140
social y una parcial apertura del mercado laboral a las generaciones más jóvenes re-
120
sultaría en una muy oportuna contribución
■ ◆
medidas no lleguen a reducir sustan-
60
tivamente otros dos problemas que afec-
40
■
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◆
◆
◆
◆
■
1993
1994
1995
■
1996
◆ Pensiones
Jubilaciones
■
■
1997 1998 ■
■
1999
Asignaciones
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE (jubilaciones y pensiones) y BPS (Asignaciones familiares)
ción.
U
1992
•
miento social; y el debilitamiento de la familia como estructura primordial de protec-
• ◆
■
1991
tan a los niños pobres: su creciente aisla-
•
•
■
80
y niños. Sin embargo, es posible que esas
◆
◆
◆
•
100
a la reducción de la pobreza de los jóvenes
•
•
•
•
•
160
ción en la orientación generacional del gasto
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Y
/ 67 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
han documentado en forma absolutamen-
Cuadro 3 Estructura de la población por tramos de edad y composición social del vecindario. Montevideo 1991-1998
te convincente el efecto positivo de los contextos socioeducativos con presencia de clases medias sobre las expectativas y los
Tramos de edad Composición social del vecindario
0a5
ALTA
44,6
6 a 12
13 a 17
18 a 64
resultados académicos de los menores de
6 5 y más
21
bajos ingresos. Como puede inferirse del
1991 45,7
44,6
53,6
59,4
cuadro 3, la creciente segregación residen-
MEDIA
32,7
32,7
31,7
28,8
25,8
cial entre los niños permite concluir que el
BAJA
22,7
21,6
23,6
17,6
14,7
valor agregado que ofrecía la heterogenei-
TOTAL
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
dad de la composición social de las escue-
ALTA
38,7
39,7
40,3
50,5
58,9
MEDIA
29,3
31,4
29,6
28,1
25,8
BAJA
32,0
28,9
30,0
21,4
15,3
TOTAL
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
las y colegios se hace cada vez más rara
1998
en Montevideo.
4. Precariedad familiar Hay fuertes señales de cambios en la
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE. La composición social del barrio se define a partir la tabla de barrios clasificados por diversas variables socioeconómicas en Kaztman (coord.). Activos y Estructura de Oportunidades. Estudios sobre las raíces de la vulnerabilidad social en el Uruguay, pp. 332-333, Montevideo, Oficina de CEPAL-PNUD, 1999.
estructura familiar que están afectando su capacidad de orientación y contención de los comportamientos adolescentes. Nume-
21. El informe del sociólogo estadounidense James Coleman (1966. Equality of Educational Opportunity. Washington, DC: United States Department of Health, Education, and Welfare. Office of Education) fue uno de los primeros en establecer, a través de una amplia investigación empírica, que los estudiantes provenientes de hogares humildes tenían mayores probabilidades de acceder a una trayectoria escolar exitosa cuando se desempeñaban en contextos sociales heterogéneos que cuando estudiaban en contextos educativos homogéneos de estratos bajos. 22. El sociólogo Carlos Filgueira señaló que los cambios operados en la composición y funcionamiento de la familia (ruptura de la familia breadwinner, disminución del peso relativo de las familias nucleares en el total de familias, aumento de los hogares monoparentales, aumento de las parejas en unión libre, aumento de la tasa de divorcios, aumento de hijos habidos fuera del matrimonio y del
ma educativo, con la salud y con los espa-
rosos estudios han demostrado que los
cios públicos de esparcimiento y diversión.
hogares monoparentales y en unión libre
Para los adolescentes pobres, ello implica
presentan factores de riesgo para los ni-
una mayor probabilidad de compartir ex-
ños y adolescentes que se manifiestan en
periencias de precariedad y una menor pro-
mayor rezago educativo, abandono esco-
babilidad de estar expuestos a modelos de
lar, embarazo adolescente y desafiliación
rol de otras clases sociales. Esta realidad
institucional (no estudia ni trabaja). Esto es
■ 68 /
U
se ha visto agravada en los últimos años.
así aún cuando se controla el efecto de ta-
Como puede verse en el cuadro 3, en tan
les estructuras familiares para iguales nive-
solo ocho años la distribución de los niños
les de ingreso y educación de los padres.
y adolescentes en barrios homogé-
La evidencia indica una auténtica “re-
neamente pobres se ha incrementado cla-
volución” en las estructuras familiares en
ramente.
los últimos diez años. El porcentaje de ho-
22
Dada la fuerte asociación existente en-
gares biparentales y casados disminuye del
tre el barrio donde residen los niños y el
61,3 al 53,3% del total de hogares. Entre
establecimiento educativo al que asisten,
los hogares en donde el jefe no supera los
la mayor concentración de niños y adoles-
39 años este descenso es aún más mar-
centes en los barrios más pobres de
cado: en 1991 era del 71,9% mientras que
la ciudad también se traduce en una cre-
en 1999 descendió al 55,6 %. Esta baja en
ciente segmentación educativa. A esta seg-
el porcentaje de hogares biparentales con
mentación del sistema público se
parejas formalmente unidas marca una ace-
suma la creciente deserción de los sec-
leración en los procesos de disolución de
tores medios y altos de la educación es-
la pareja así como una importante dismi-
tatal. Los estudios de MECAEP y MESyFOD
nución en la formalización de la misma. Fi-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
nalmente, en los hogares con jefes meno-
Gráfico 28 Evolución del porcentaje de hogares biparentales unidos legalmente según edad del jefe y condición de pobreza. Uruguay urbano, 1991-1999
res de 39 años y en situación de pobreza, el impacto de estas transformaciones es aún mayor. En 1999 menos del 50% de los
105
hogares estaban constituidos por los dos cónyuges en unión legal.
■ ◆ •
100
En el gráfico 28 se puede apreciar, so-
■ ◆ •
• ◆ ■
95
bre base 100, el descenso continuo de la
◆
90
biparentalidad y formalización de las parejas. También muestra que la caída más mar-
•
◆
■
•
85
cada se produce en los hogares más jóve-
◆
◆
•
■
◆
•■
■
•
80
nes y más pobres. Estos procesos de precarización de la familia poseen efectos y
75
correlatos en diversos comportamientos de
70
los adolescentes. El embarazo adolescente
■
◆
• ■
65
y la tenencia de hijos fuera del vínculo matri-
1991
1992
monial es un indicador de estas realidades y
•
un factor que contribuye a alimentar aún más
■
el proceso descrito. Entre 1985 y 1999 hubo
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
Total del país ◆ Jefes hasta 39 años Jefes hasta 39 años en hogares pobres
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE
un incremento en la tasa de ilegitimidad de
Gráfico 29 Estructura de la jefatura de hogar joven (18-28 años) por nivel educativo. Uruguay urbano, 1999
nacimientos para madres menores de 20 años, que ascendió del 45,4% al 74,7%. Esto se combina con tasas de embarazo
100%
adolescente que no sólo no acompañan el descenso general de las tasas de fecundi-
80%
dad sino que muestran leves aumentos.
60% 40%
5. Segmentación de las rutas de emancipación: pautas de fecundidad, abandono escolar y calidad de empleo
20% 0% 18
20
22
24
Más de 9 años
Los jóvenes uruguayos muestran tra-
26
28
Menos de 9 años
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
yectorias de emancipación diferentes. Una, extremadamente tardía y con muy baja fe-
menos de 9 años de educación formal (ver
cundidad, propia de los sectores medios y
gráfico 29). Esta situación tiene al menos
altos, y otra caracterizada por un abando-
dos consecuencias importantes para el fun-
no temprano de los estudios, maternidad
cionamiento de la sociedad y para la equi-
adolescente y mayores tasas de fecundi-
dad social.
dad, propia de los sectores menos pudien-
La primera se refiere a la carga de la re-
tes. Más del 80% de los nuevos hogares
producción biológica y social. Pese a que la
que se forman con jóvenes entre 20 y 28
notable expansión educativa entre las mu-
años son conformados por personas de
jeres en las últimas dos décadas ha llevado
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embarazo adolescente, entre otros) ameritaban hablar de “revolución” en las estructuras de parentesco. Hasta el momento, las investigaciones registraban cada una de estas transformaciones en la familia por cuerda separada sin encontrar entre ellas una interrelación que diera pie a un concepto que las captara en conjunto. Ver Filgueira, Carlos. 1996. Sobre ‘revoluciones ocultas’: la familia en el Uruguay. Montevideo: CEPAL.
/ 69 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
La sociedad está prescindiendo de buena parte de la contribución que, en materia de socialización podrían hacer al perfil de las nuevas generaciones las personas que han acumulado mayores recursos físicos, humanos y de capital social.
■ 70 /
a que la mayoría de la población femenina
parece estar relacionada con condiciones
en edad reproductiva tenga estudios secun-
que faciliten un ingreso más temprano al
darios o universitarios, según el censo de
mercado de trabajo y a la formación de
1996 la mayoría de los niños uruguayos son
hogares, pero también con certidumbres
concebidos y criados por madres que no
acerca del futuro que nadie puede garanti-
han pasado de la educación primaria. Esto
zar. Más que políticas sectoriales específi-
es así porque la tasa de fecundidad de las
cas, lo que parece ser necesario aquí es
mujeres en edad fértil con ese nivel bajo de
una toma de conciencia de la importancia
educación duplica la de las mujeres con
del problema, de modo que éste se incor-
educación media y alta. En suma, los sec-
pore en la orientación y diseño de las políti-
tores más pobres del país son quienes car-
cas sectoriales en educación, empleo y vi-
gan con el grueso de la constitución de los
vienda así como en aquellas que tienen que
nuevos hogares y, por ende, de la reproduc-
ver con la distribución de las transferencias
ción biológica y social del país. En cambio,
que hace el Estado a los hogares y, obvia-
los no pobres y, en particular, los más edu-
mente, en aquellas específicamente dirigi-
cados, reducen el número de hijos.
das a la juventud.
Lo anterior significa, por un lado, que la
Una segunda consecuencia de las di-
sociedad está prescindiendo de buena par-
ferencias en las trayectorias de emancipa-
te de la contribución que en materia de so-
ción de los jóvenes se traduce en que los
cialización podrían hacer al perfil de las nue-
miembros de estratos más humildes tienen
vas generaciones las personas que han
una carga relativa mayor en el mantenimien-
acumulado mayores recursos físicos, hu-
to de una sociedad envejecida. Y ello por
manos y de capital social. Como contra-
dos razones. Por un lado porque, como
partida, también significa que la mayor parte
hemos dicho, ingresan más temprano al
de los niños están siendo criados en hoga-
mercado de trabajo y por ende tienen una
res con una relativa menor capacidad para
vida laboral más extensa. Por otro, porque
el desempeño de la función socializadora.
al formar pareja y tener hijos más tempra-
Uruguay cuenta con suficiente informa-
no, su dedicación al mundo del trabajo tien-
ción sobre estos temas como para diseñar
de a incorporar el tono de exigencia y dis-
una política demográfica dirigida a nivelar
ciplina que usualmente acompaña la res-
la contribución de las distintas clases so-
ponsabilidad por el mantenimiento econó-
ciales a la conformación de la sociedad fu-
mico de un hogar. De este modo, el pro-
tura. Una de las llaves principales para pro-
blema de la equidad intergeneracional está
mover o reducir las metas reproductivas
íntimamente ligado a la mayor o menor con-
que se plantean está constituida por la edu-
vergencia entre las trayectorias de emanci-
cación, materia en la cual el país ciertamen-
pación juvenil de distintos estratos
te avanza a buen ritmo, aun cuando restan
socioeconómicos.
resolver graves problemas de retención en
En este sentido la fuerte segmentación
el nivel secundario del sistema educativo.
entre las rutas emancipatorias de los sec-
Pero la clave para estimular a los jóvenes
tores más pobres respecto de las del resto
de estratos medios y altos a participar más
de la sociedad indica que Uruguay se en-
activamente en la reproducción biológica y
cuentra frente al riesgo de una dinámica am-
social de la sociedad es más compleja y
pliada de empobrecimiento, transmisión
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
intergeneracional de la pobreza y exclusión
dad del cual el país se siente legítimamen-
social. Estas realidades son particularmen-
te orgulloso, sino que señala que los es-
te claras en materia educativa y en la tem-
fuerzos nacionales de desarrollo están per-
prana y precaria inserción de los sectores
diendo el potencial de recursos humanos
más pobres en el mundo laboral.
contenidos en la mitad de la población jo-
La comparación de los diferenciales de
ven y adolescente de los sectores de me-
deserción escolar e ingreso al mundo del
nores ingresos sobre los que, además,
trabajo entre los 15 y los 18 años en el Uru-
recaerá el mayor peso de la reproducción
guay con respecto a la Argentina y Chile
biológica del país.
(ver cuadro 4) permite realizar dos opera-
6. Creciente distancia entre expectativas y posibilidades
ciones: ganar claridad respecto de las realidades emancipatorias segmentadas en el país; y mostrar que la comparación con nuestros pares del Cono Sur arroja una
Ciclo vital, estructura de oportunidades,
imagen distante del status de liderazgo so-
precarización familiar y segmentación en
cial que había caracterizado al país.
sus múltiples dimensiones repercuten en la
En Uruguay, casi la mitad de los hom-
generación y transmisión de la pobreza. El
bres (43,9%) a los 15 años, y tres cuartas
ciclo vital contribuye a entender la pobreza
partes de éstos a los 18 años, habían aban-
en los más jóvenes, mientras que la evolu-
donado los estudios en los sectores de bajos ingresos de la población. En cambio,
Cuadro 4 Porcentaje de abandono escolar en Argentina, Chile y Uruguay por edad, ingreso y sexo. País Urbano, 1997.
en los sectores medios y hasta los 15 años, la retención es adecuada, incluso es la más alta de los tres países, tanto para hombres como para mujeres. Esta realidad contras-
País
Edad
Ingreso
Abandona
ta con la de Chile y Argentina, donde la di-
Se Emplea
estudios
ferencia en el abandono entre sectores bajos y medios es notoriamente menor. Asi-
Uruguay
Hom.
Muj.
Hom.
Muj.
43,9
35,4
25,1
6,9
15 años
Bajos
9,2
8,1
11,3
4,6
18 años
Bajos
75,5
63,9
46,6
28,2
Medios
55,4
46,8
53,2
26,5
Bajos
18,3
17,1
4,2
3,9
Medios
14,8
7,9
8,6
2,7
Bajos
48,9
49,2
25,1
7,5
Medios
42,0
44,2
33,1
15,9
15 años
Bajos
21,5
25,1
5,0
2,1
Medios
14,9
13,4
7,7
3,4
18 años
Bajos
41,6
41,5
15,6
8,7
Medios
42,2
38,1
30,3
15,9
mismo, el temprano ingreso al mercado la-
Medios
boral, especialmente en los hombres uruguayos, ayuda a explicar el abandono escolar y presagia al mismo tiempo un destiChile
no de precariedad y baja calidad de em-
15 años
pleo para estos jóvenes. El hecho que a los 18 años
15 años un 25% de adolescentes hombres trabajen y que a los 18 años lo hagan casi la mitad de los jóvenes pertenecientes al
Argentina
cuartil más pobre de población, sugiere un tipo de emancipación y transición al mundo adulto que traerá aparejado pobreza y eventualmente exclusión social. Este tipo
Fuente: IPES en base a Encuestas de Hogares de Argentina (Gran Buenos Aires) y Uruguay y fichas CASEN en Chile. Por ingresos bajos se considera el 25% más pobre, por ingresos medios el 50% que le sigue. No se presenta información sobre el 25% más rico.
de evidencia no sólo pone de relieve un marcado desvío con respecto al legado de equi-
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/ 71 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Esta combinación de acceso universal a la oferta de consumo pero de acceso segmentado al bienestar favorece, particularmente en los adolescentes y jóvenes, adaptaciones y conductas anómicas, muchas de las cuales suelen cristalizar en rutas de existencia crecientemente marginales.
■ 72 /
ción de la estructura de oportunidades per-
acceso segmentado al bienestar favore-
mite comprender la persistencia de la po-
ce, particularmente en los adolescentes y
breza infantil y joven en los últimos diez
jóvenes, adaptaciones y conductas
años, y los fenómenos de precarización fa-
anómicas, muchas de las cuales suelen
miliar, segmentación territorial, educativa y
cristalizar en rutas de existencia
de emancipación juvenil ofrecen claves para
crecientemente marginales.
entender la transmisión intergeneracional de
Sumado a ello se produce una trans-
la pobreza y su endurecimiento. Pero más
formación cultural que contribuye a una
allá de estos elementos objetivos que po-
progresiva presencia de conductas
demos documentar mediante análisis es-
anómicas. En tanto en el pasado existían
tadísticos concretos, más allá de las tablas,
dos status y roles centrales organizados en
cuadros y gráficos que dan sustento y sen-
torno del trabajo y la familia, hoy predomi-
tido a lo aquí afirmado, queremos aventu-
na el consumo como eje de formación de
rar dos hipótesis simples y especulativas
identidades y de gratificación. El orgullo
que hacen a la intersección de las grandes
por el oficio laboral y por el rol familiar de
transformaciones culturales del nuevo ca-
padre o madre son poco susceptibles de
pitalismo global con la forma en que los in-
estratificación. O dicho en otras palabras,
dividuos definen su estima, sus mecanis-
la paternidad y el saber de un oficio son
mos de gratificación y en definitiva sus iden-
poco comparables en una escala simple de
tidades básicas. Creemos que en esta in-
estratificación. Un buen padre, una buena
tersección también se encuentran claves
madre o un buen trabajador son simple-
para entender la frustración, las conductas
mente eso, independientemente de su ca-
anómicas, la baja capacidad para la gratifi-
pacidad de consumo. Por ello, aquellos
cación diferida y la alta exposición de los
mecanismos de identidad, autoestima y
sectores más pobres a percepciones con-
gratificación eran poco pasibles de gene-
tinuas y cotidianas de deprivación relativa.
rar percepciones de deprivación relativa por
Las implicaciones más claras de este
comparación. Esto no sucede con el con-
proceso de globalización con efectos en
sumo. El consumo es perfectamente
la desigualdad social a que asiste la eco-
ordenable en términos de mejor y peor, de
nomía global y regional son, por un lado,
mayor y menor. Cuando esta esfera de la
la progresiva penetración de los medios
gratificación adquiere un rol central en la
de comunicación en los hogares, y por
formación de la identidad y de la autoestima
otro, el aumento de la participación sim-
del individuo, se incrementa notoriamente
bólica de los adolescentes en el mundo
el espacio para la sensación de frustración
moderno, con la consecuente ampliación
y disminuye concomitantemente la capaci-
de los espacios de frustración para aque-
dad de gratificación diferida, clave para la
llos que no cuentan con los recursos ne-
acumulación de activos y para la voluntad
cesarios para alcanzar una participación
de sacrificio que implica desplazar el con-
material equivalente. Esta combinación de
sumo inmediato en pos de una transferen-
acceso universal a la oferta de consumo y
cia intergeneracional de activos.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo V
Situaciones de riesgo y etapas del ciclo de vida: primera infancia
A. Introducción
na suele aumentar la vulnerabilidad del niño tanto como de la madre a la pobreza y a la
T
exclusión social.
anto para la primera infancia como para la niñez y adolescencia, las situa-
Todas estas situaciones y conductas
ciones de riesgo pueden definirse como to-
están encadenadas. La presencia de una
das aquellas cuyas consecuencias pueden
de ellas en una etapa del ciclo de vida au-
frenar o impedir la acumulación de los acti-
menta la probabilidad de la emergencia de
vos requeridos para una adecuada inser-
otras en una etapa posterior. Esto es así
ción en la sociedad de su tiempo.
porque cada uno de ellas va sumando obs-
Las situaciones de riesgo son propias
táculos a la incorporación de los activos
de cada momento histórico y de cada eta-
requeridos para el acceso a las oportuni-
pa del ciclo de vida. Un niño concebido fue-
dades de la sociedad moderna y, por ende,
ra del matrimonio tiene menos probabilida-
contribuye a elevar la probabilidad de que-
des que otros de contar con el apoyo con-
dar marginado de los beneficios del fun-
tinuo de ambos padres biológicos. Este
cionamiento de esa parte de la sociedad.
déficit en el nivel y continuidad del soporte
Esa marginación se hace más frustrante
familiar puede afectar su morbilidad, nutri-
para los jóvenes a medida que, a través de
ción, desarrollo psicomotriz así como el
los mensajes de los medios de comunica-
acceso a recursos que suelen fluir en re-
ción, de las instituciones educativas y de
des familiares extensas. En la edad esco-
los discursos políticos, el horizonte de ex-
lar, el riesgo mayor es la deserción del sis-
pectativas de las nuevas generaciones se
tema antes de haber alcanzado los niveles
orienta hacia los patrones de movilidad e
de calificación que en cada momento his-
integración propios de la modernidad.
tórico se requieren para realizar actividades
En este capítulo nos concentraremos en
que habiliten al bienestar. La extra-edad y
las situaciones de riesgo de los niños en sus
los magros logros educativos al ingresar a
primeros años de vida. Al abordar la natura-
la juventud son buenos indicadores de es-
leza y causas de los problemas más impor-
tas situaciones. Por otra parte, siendo la
tantes que surgen en esta temprana etapa
educación y el trabajo las dos fuentes prin-
del ciclo vital, examinaremos, en el siguiente
cipales de roles para la integración a la vida
punto, la forma más extrema de destrucción
pública, la falta de participación en el siste-
del futuro de los niños: la mortalidad infantil.
ma educativo conlleva un riesgo creciente
A continuación, analizaremos los temas de
de marginalidad para adolescentes y jóve-
psicomotricidad y nutrición para centrar el
nes que se agrava aún más con la falta de
análisis, en la ausencia de educación inicial
participación en el mercado laboral. Para
como factor de riesgo en la adquisición de
las mujeres jóvenes, la maternidad tempra-
futuros activos de capital humano.
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Siendo la educación y el trabajo las dos fuentes principales de roles para la integración a la vida pública, la falta de participación en el sistema educativo conlleva un riesgo creciente de marginalidad para adolescentes y jóvenes que se agrava aún más con la falta de participación en el mercado laboral.
/ 73 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
B. Evolución de riesgos en la primera infancia: mortalidad,psicomotricidad, nutrición y educación inicial
RECUADRO 7
Definiciones operacionales Tasa de mortalidad infantil Es la razón entre el número de muertes de niños meno-
1. Mortalidad infantil en el Uruguay: tendencias y causas inmediatas
res de un año y el número de nacidos vivos, para un año dado. Se calcula como el cociente entre el número de nacidos vivos que mueren antes de cumplir un año de edad (numerador), en el período dado de un año, dividido el número
A partir de niveles relativamente bajos
total de nacidos vivos (denominador), durante el mismo pe-
para la región, en los últimos cuarenta años
ríodo de tiempo, multiplicado por mil.
se afianzaron las tendencias seculares a la baja de la mortalidad infantil en Uruguay. Si
Tasa de mortalidad neonatal
bien el ritmo de dicho descenso no ha sido,
Es la razón, para un año determinado, entre el número de
por momentos, el más deseable, resulta
muertes de niños entre 0 y 27 días de vida y el número de
claro que las condiciones sanitarias,
nacidos vivos. Se calcula como el cociente entre el número
nutricionales y de atención médica han per-
de nacidos vivos que mueren antes de cumplir los 28 días de
mitido un notorio y sostenido descenso de
edad (numerador), dividido el número total de nacidos vivos
la mortalidad infantil en el largo plazo. Como
en el período dado de un año (denominador), multiplicado
se puede observar en el cuadro 5, la mor-
por mil. Se puede dividir en dos: la mortalidad neonatal pre-
talidad infantil muestra, para promedios
coz (0 a 6 días) y la mortalidad neonatal tardía (7 a 27 días).
cuatrianuales y en años subsiguientes, una disminución total de más del 60%, llevan-
Tasa de mortalidad posneonatal
do la tasa de 47.9 por mil nacidos vivos en la primera mitad de la década de los 60, al
Es la razón, para un año determinado, entre el número de
16.6 por mil en 1997. La evidencia tam-
muertes de niños entre 28 y 365 días de edad y el número de
bién señala una mejora notoria en los perfi-
nacidos vivos. Se calcula como el cociente entre el número
les sanitarios, nutricionales, así como en el
de nacidos vivos que mueren antes de cumplir un año de
acceso a la atención y cuidados médicos
edad pero han vivido 28 días o más (numerador), dividido el
en el parto y en los días inmediatos al par-
número total de nacidos vivos en el período dado de un año
to. En efecto, la disminución sustantiva de
(denominador), multiplicado por mil. La suma de la mor-
la mortalidad infantil se encuentra liderada
talidad neonatal y posneonatal debe ser igual a la mortalidad
por la caída en las muertes por afecciones
infantil.
perinatales, seguidas de la diarrea y enfermedades respiratorias. Por su parte, las
Tasa de mortalidad perinatal
enfermedades congénitas, que poseen un
Es la razón, para un año determinado, entre el número
componente fijo y otro de más oneroso tra-
resultante de la suma de las muertes fetales tardías (28 sema-
tamiento y prevención, no muestran varia-
nas o más de gestación) más las muertes de nacidos vivos
ciones en todo el período, en tanto las
menores de 7 días (numerador) y el número de nacidos vi-
muertes por accidentes y violencias eviden-
vos (denominador), multiplicado por mil.
cian un importante incremento aunque a partir de guarismos bajos.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 5 Tasas de mortalidad infantil, según causas. Uruguay 1960-1997 Tasas de Mort. Infantil
60-64
70-74
80-85
90-94
1995
1996
1997
47,9
46,3
33,5
20,0
19,6
17,5
16,6
Diarrea
4,6
4,9
2,9
0,6
0,5
0,6
0,7
Inf. Resp. Agudas
5,2
4,4
2,1
1,4
1,3
1,7
1,6
Anomalías Congénitas
3,1
3,8
4,7
3,9
3,7
3,6
3,7
Afecc. período perinatal
28,3
18,7
17,2
8,7
8,9
7,3
7,1
Accidentes y violencias
0,3
0,5
1,0
1,7
1,7
1,2
1,3
Total
Fuente: MSP, Dirección General de la Salud, Departamento de Estadística, FISS, Análisis y Tendencias de la Salud en Uruguay, página 75, 1999.
Gráfico 30 Evolución de la estructura de la mortalidad infantil, por causa. Uruguay, 1960 – 1994
Si esta misma información es presentada en términos del peso relativo de cada factor en la determinación del total de muertes cada mil nacidos vivos, es posible observar
100%
la caída continua de la contribución de las
80%
afecciones en la etapa perinatal así como de las enfermedades respiratorias y la dia-
60%
rrea (ver gráfico 30). En el cuatrienio de 1960
40%
a 1964 estos tres factores explicaban más del 90% de la mortalidad infantil. Treinta años
20%
después tan sólo explican un poco más del
0%
60% de los decesos infantiles.
60-64
70-74
80-85
90-94
Una vez hecho este señalamiento debe advertirse que las tres causas líderes en el descenso de la mortalidad infantil pertene-
Accidentes y violencias
Anomalías congénitas
Inf. resp. agudas
Diarrea
Afecciones perinatales
cen en la mayoría de los casos a circunstancias atendibles mediante seguimiento y
Fuente: IPES en base a estadísticas vitales del MSP, 2000.
tratamientos básicos (ver cuadro 5). Ello sugiere que, más allá de los logros anotados
en la tasa de mortalidad causada por dia-
en el largo plazo, en 1994 restaba mucho
rrea (en guarismos, es cierto, ya extrema-
por hacer para disminuir la mortalidad in-
damente bajos) ni en la causada por enfer-
fantil en el país. Además, ese remanente
medades respiratorias (aquí con un leve au-
era realizable con el conjunto de recursos
mento).
de que se disponía. Para el período entre
Al observar los últimos quince años con
1995 y 1997, si bien se observa un marca-
mayor detenimiento se pueden señalar dos
do y hasta acelerado descenso de la mor-
cortes relevantes para la discusión plantea-
talidad, el mismo se apoya solamente en la
da. Por un lado, se confirma la evolución
caída de la mortalidad por afecciones en el
positiva de la mortalidad infantil en térmi-
período perinatal. No se observan mejoras
nos agregados (ver cuadro 6). Por otro lado,
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 6 Tasas de mortalidad infantil, neonatal y posneonatal por institución de ocurrencia del nacimiento. Uruguay 1986-2000 Año
TASA NACIONAL
TASA MSP
TASA MUTUALISTASy
y CLINICAS
SANATORIOS y AAFF
Mort.
Neo
Pos
Mort.
Neo
Pos
Mort.
Neo
Pos
Infantil
Natal
Neo
Infantil
Natal
Neo
Infantil
Natal
Neo
Natal
Natal
Natal
1986
28,0
15,8
12,2
37,0
21,5
15,5
15,2
11,9
3,3
1987
23,8
14,4
9,4
33,8
21,8
12,0
12,7
9,3
3,4
1988
21,0
12,8
8,2
30,2
19,4
10,8
11,9
8,9
3,0
1989
21,2
12,6
8,6
27,2
16,7
10,5
12,4
8,8
3,6
1990
20,4
11,5
8,9
28,3
16,5
11,8
11,6
7,9
3,7
1991
21,1
12,3
8,8
25,0
15,4
9,6
13,8
9,7
4,1
1992
18,7
10,6
8,1
21,8
12,5
9,3
12,2
8,8
3,4
1993
20,1
11,7
8,4
22,0
13,4
8,3
13,3
9,4
3,8
1994
18,9
11,5
7,4
21,9
14,3
7,6
12,3
8,9
3,4
1995
19,6
10,8
8,8
22,6
12,9
9,6
11,7
8,4
3,3
1996
17,5
9,6
7,9
19,5
11,6
7,9
10,4
7,4
3,0
1997
16,6
9,0
7,6
20,2
10,5
9,7
10,0
7,1
2,9
1998
16,4
8,7
7,7
19,4
10,4
9,0
10,8
7,1
3,7
1999
14,5
8,6
5,9
16,3
9,7
6,6
10,2
7,0
3,2
2000
14,1
7,9
6,2
15,9
9,6
6,3
9,1
6,1
3,0
Fuente: Informe del Departamento de Estadística del MSP, 2000.
Gráfico 31 Evolución de la tasa de Mortalidad Infantil, neonatal y postneonatal. Uruguay, 1986 - 1999
se observa que una proporción importante de la reducción de la mortalidad infantil en estos quince años puede atribuirse a la
30
caída de la mortalidad neonatal o, en otras
•
25
palabras, a aquella que ocurre antes de los
•
• • • •
20 15
◆
◆
▼ 10
▼
◆
◆
◆ ◆ ▼ ▼
▼
▼
28 días posteriores al nacimiento, lo que
• • • • • • • • ◆
◆ ▼
◆
◆ ▼
▼ ▼
◆ ▼
◆ ▼
◆ ▼
5
indica una mejora en las condiciones de tratamiento durante e inmediatamente después del parto. Asimismo se produce un
◆ ▼
descenso de la mortalidad post-neonatal en los nacimientos que se produjeron en el
0 1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
sector público, no así en el sector mutual o privado. Las tasas de mortalidad post-neonatal
•
◆
Mort. Infantil
▼
Neonatal
Post-neonatal
muestran una evolución más modesta (con
Fuente: IPES en base a estadísticas vitales del MSP.
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una disminución importante en 1999 y un
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
leve aumento en el 2000), constatándose
Gráfico 32 Evolución de la tasa de mortalidad infantil por sistema de atención médica. Uruguay, 1986-1999
por tanto una leve tendencia convergente entre los dos componentes de la mortalidad infantil total (ver gráfico 31). En cual-
40
quier caso, resulta claro que el descenso
35
de la mortalidad infantil en el futuro deberá 30
apoyarse tanto en el combate a la mortalidad neonatal como en el de la post neo-
25
natal. Ello implica que si se quiere ir más
20
allá de los logros alcanzados se deberá
15
colocar mayor atención en el “antes” y “des-
10
pués” del parto así como en los primeros
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1986
censo mayor de las tasas de mortalidad
1987
5
meses de vida. En efecto, lograr un desneonatal posiblemente requiera de un se-
Sistema Público
guimiento a las mujeres durante el emba-
Sistema Privado
Fuente: IPES en base a Estadísticas vitales del MSP. Totales nacionales.
razo a efectos de prevenir problemas de muy difícil solución durante el parto e in-
Gráfico 33 Evolución de la tasa de mortalidad infantil postneonatal por sistema de atención médica. Uruguay, 1986-2000
mediatamente después del parto, aún en casos de hospitalización adecuada. Por otra parte, el descenso de la mor-
18 16 14 12
talidad post-neonatal implica el seguimiento de la salud de la madre y el niño una vez que abandonan la institución hospitalaria.
MSP
guir entre centros de atención, sean éstos
00 20
98 19
96 19
94
92
de la mortalidad infantil se produce al distin-
19
el segundo clivaje de interés en la evolución
19
19
86
sector público y privado. En este sentido,
90
a cerrar la brecha entre la mortalidad en el
19
so de la mortalidad infantil debería dirigirse
19
ciones, una inversión clave para el descen-
88
10 8 6 4 2 0
Por último, y más allá de estas anota-
Mutual
Fuente: IPES en base a Estadísticas vitales del MSP. Totales nacionales.
públicos o privados, lo que puede considerarse como una aproximación al nivel
renciales de logros entre sectores resulta
socioeconómico de las poblaciones atendi-
conveniente distinguir entre la mortalidad
das y a la calidad del servicio prestado.
neonatal y la post-neonatal. Al respecto, la
La primera impresión que surge de con-
convergencia sectorial que se presenta en
siderar la evidencia del gráfico 32 es que
el gráfico 32 responde casi totalmente al
respecto a la disminución de las brechas
comportamiento de las tasas de mortalidad
entre sector público y privado se está en el
post-neonatal. Como puede apreciarse en
camino correcto. Sin embargo, esta afirma-
el gráfico 33, las tasas de mortalidad post-
ción requiere algunas puntualizaciones. En
neonatal del sector privado se mantuvie-
primer lugar, en la evaluación de los dife-
ron estables, en tanto aquellas correspon-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
dientes al sector público descendieron de
RECUADRO 8
15,5 a 6,3 por mil.
Riesgo al nacer y mortalidad infantil
El descenso de la mortalidad neonatal
Como puede observarse en el siguiente cuadro, la mortalidad
también fue importante en el sector públi-
infantil se encuentra fuertemente concentrada en los niños con
co puesto que las cifras del año 2000 mues-
bajo peso al nacer, en especial en aquellos que no alcanzan los
tran que se había llegado a menos de la
1.500 gramos y en segundo lugar en aquellos que no alcanzan
mitad de los niveles de 1986 (de 21,5 a 9,6
los 2.500 gramos. En efecto, la mortalidad infantil para la población
por mil). Pero dicho descenso fue de pro-
de menos de 2.500 gramos es de 82 por mil, en tanto la mortalidad
porciones similares al que se verificó en el
infantil general es de 14,1 por mil nacidos vivos.
sector privado (de 11,9 a 6,1 por mil), por lo cual la brecha relativa de mortalidad
Tasas de mortalidad Infantil por Institución de ocurrencia según peso al nacer. Total del país 2000. Peso al nacer
neonatal entre el sector público y privado se mantuvo constante.
MSP/H.CLIN. H.MIL./H.POL. MUT/A.F.
Total
Esta brecha en la mortalidad neonatal
Total del país
14,1
14,6
9,2
puede responder a razones sociales que
Total - 2500 grs.
82,0
90,4
68,0
inciden en la salud del neonato, a proble-
500-749
1000,0
880,0
1352,9
mas de acceso al servicio y a problemas
750-999
595,4
533,3
707,3
de calidad del servicio. Las dos primeras
1.000-1.249
266,7
268,8
279,4
razones son poco plausibles. Respecto a
1.250-1.499
122,6
133,9
111,9
la primera debe considerarse que la mor-
1.500-1.749
87,5
93,3
81,6
talidad infantil neonatal se ubica, cuando
1.750-1.999
59,2
61,2
52,4
sus niveles son de menos de 10 por mil
2.000-2.249
22,7
20,4
16,4
—como es el caso en la actualidad tanto
2.250-2.499
17,6
21,6
8,0
en el sector público como privado—, pre-
2.500-2.999
10,7
8,12
7,7
dominantemente en los niños con ‘bajo’ y
3.000-3.499
3,6
3,9
1,8
‘muy bajo’ peso al nacer. Los nacimientos
3.500-3.999
3,0
2,6
1,9
del sector público y privado presentan si-
4.000-4.499
2,8
2,3
1,9
milares proporciones de niños con bajo y
4.500 y más
0,0
0,0
0,0
muy bajo peso al nacer.23 Por lo tanto la
653,6
897,7
342,1
carga de problemas que el neonato trae
NO INDICADO
consigo en el sector público y privado y que NOTA: Cifras preliminares que aun pueden sufrir ligeras modificaciones.
se sintetiza en su peso al nacer, resulta similar para niños nacidos en uno u otro tipo
Por su parte, las diferencias entre el sector público y privado
de instituciones (ver recuadro 8).
para niños con similar carga de problemas (menos de 2500
Respecto a la segunda razón, la acce-
gramos, en este caso) es notoriamente más alta (90,4 por mil) en
sibilidad al servicio, la atención universal al
el sector público que en el sector privado (68,0 por mil). Estos
parto así como la progresiva expansión de
diferenciales son particularmente marcados para los niños entre
los controles durante el embarazo en el
1.250 y 2.500 gramos, que es donde se concentran los
sector público, sugieren que tampoco allí
nacimientos de bajo peso.
se encontrarían los determinantes que dan Comunicación personal y datos proporcionados por el Doctor José Luis Díaz Roselló. CLAP (Centro Latinoamericano de Perinatología). Datos extractados de Estadísticas Vitales del Uruguay, Mortalidad Infantil, Mortalidad Fetal y Nacimiento. 2000. Iris Maresca y Omar Prats.
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cuenta de estos diferenciales. Una vez descartado un impacto fundamental de los factores recién considerados,
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
la hipótesis más plausible es que buena
RECUADRO 9
parte de la brecha en materia de mortali-
La brecha de calidad y mortalidad infantil
dad neonatal se explica por diferenciales en la calidad de los servicios públicos y pri-
Como puede observarse en el siguiente cuadro, cuando corre-
vados. En suma, en tanto la mortalidad
gimos la mortalidad infantil reasignando a Salud Pública las muer-
post-neonatal presenta una importante in-
tes ocurridas en mutualistas que son producto de la derivación de
cidencia de factores de riesgo social (ya que
Salud Pública de casos críticos, las tasas de mortalidad de los
corresponde a lapso de tiempo que trans-
subsistemas público y privado se distancian notoriamente.
curre entre los 29 y el año de vida), la mor-
Tasas de Mortalidad Infantil para el año 2000 por institución de asistencia sin confrontar y confrontando y corrigiendo por certificado de nacimiento y defunción
talidad neonatal, que va del parto a los primeros 28 días, presenta como factor de riesgo preponderante la calidad del servicio hospitalario.
Mortalidad Infantil sin confrontar y corregir certificados
Una segunda puntualización importante es que, debido a sesgos no intencionales en el registro de los nacimientos y las de-
MSP
funciones, la brecha mencionada entre los
Privado
sistemas de salud es más alta que lo que
Total
Mortalidad Infantil al confrontar y corregir certificados
15,9
20,3
9,1
8,3
14,1
14,1
las cifras oficiales indican (ver recuadro 9). El hecho es que ocurren casos de neonatos
El solo hecho que los casos más críticos en Salud Pública sean
nacidos y atendidos en el sector público
muchas veces trasladados para su tratamiento al sector privado,
que, al presentar síntomas que revelan ries-
constituye en sí mismo un indicador del diferencial de calidad al
go de muerte, son trasladados a centros
que tienen acceso las personas que se atienden en uno u otro
de tratamiento intensivo del sector priva-
sector. El incremento en la brecha de mortalidad infantil que se
do. Pese a la atención allí recibida, en oca-
produce una vez que tomamos este hecho en consideración, su-
siones se produce el fallecimiento del niño.
giere que la segmentación de la calidad de servicios es mayor que
En esos casos y a pesar de haber nacido
la que surge de los datos sin refinar. Contribución del Doctor José Luis Díaz Roselló. CLAP. Datos extractados de Estadísticas Vitales del Uruguay, Mortalidad Infantil, Mortalidad Fetal y Nacimiento.
en un hospital público, su fallecimiento se registra en el sector privado por lo que pasa a engrosar el numerador de la mortalidad infantil en ese sector. Estas circunstancias
cia presentada, tanto en lo referente a la
hacen que se estreche artificialmente el
evolución general como a la evolución por
desnivel entre la mortalidad de quienes na-
causa, por etapa y por subsistema de aten-
cen en el sector público y quienes lo hacen
ción, tiende a señalar que Uruguay, que por
en el sector privado. Recientemente el Cen-
sus relativamente bajos niveles de mortali-
tro Latinoamericano de Pediatría y Desa-
dad infantil prácticamente ha agotado la
rrollo Humano recalculó las tasas de mor-
“fase fácil” del descenso, deberá duplicar
talidad sobre la base del lugar donde nació
sus esfuerzos para lograr posteriores avan-
el niño, y no donde murió, para definir si
ces en la reducción del problema.
dicha defunción debía contabilizarse en el
Por lo presentado hasta aquí, y de ser
numerador del sector público o en el del
plausibles las hipótesis implícitas en la fi-
sector privado. Los resultados muestran un
gura 7, los desafíos del país en materia de
notorio incremento de la brecha. La eviden-
mortalidad infantil requieren, en primer lugar,
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23. Por bajo peso al nacer se consideran los niños de menos de 2.500 gramos, por muy bajo peso al nacer los de 1.500 gramos.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Figura 7 Etapas y acciones en el descenso de la mortalidad infantil
Mortalidad Infantil
Agua Potable. Sanidad Básica Disminución por salud pública de epidemias
120/1000
Urbanización
100/1000
Caída fecundidad
60/1000
Mejora perfil nutricional
40/1000
Mejora perfil educativo
Campañas de vacunación masiva
Técnicas de rehidratación oral
Atención universal en parto Seguimiento pre y post parto, sintomatología médica de riesgo
20/1000 Mejoras en Tecnología, distribución y servicios 15/1000
Reducir brecha en calidad de servicios y disminuir maternidad de riesgo
10/1000 Desarrollo del país Tiempo
■ 80 /
una menor segmentación de los servicios
puede verse en el gráfico 34, Uruguay pre-
de salud, lo que implica una mejora en la
senta logros relativamente bajos en la región,
calidad del sector público. En segundo lu-
en particular cuando sus cifras de mortali-
gar, el ataque a la mortalidad post-neonatal
dad antes de los cinco años se contrastan
debe apoyarse en la reducción de la canti-
con la de los países que registran tasas si-
dad de madres que presentan configuracio-
milares de mortalidad infantil. En efecto, sólo
nes de riesgo social. Para esto, un primer
Argentina —en tanto país que pertenece al
paso necesario es una mejor detección y
grupo de países de baja mortalidad infan-
comprensión de cuáles son y cómo operan
til— presenta guarismos más elevados que
esos contextos de riesgo social.
Uruguay en lo que hace a la mortalidad has-
La naturaleza de este último desafío re-
ta los cinco años. Asimismo, tanto en lo que
sulta aún más clara cuando se considera la
hace a la mortalidad infantil como en la mor-
mortalidad a los cinco años. Según las últi-
talidad a los 5 años, los casos de Chile y
mas cifras comparativas disponibles, Uru-
Costa Rica muestran que es posible lograr
guay no lograba en 1999 proteger en su pri-
tasas de disminución mucho mayores en
mer año de vida a aproximadamente cator-
igual periodo de tiempo.
ce de cada mil nacidos. La situación se agra-
Adicionalmente, si consideramos la pro-
va cuando se considera la mortalidad antes
porción de la mortalidad infantil que a los
de los cinco años puesto que esa cifra se
cinco años proviene de decesos antes del
eleva a 17 por cada mil. Al respecto, y como
año, Uruguay presenta, otra vez en com-
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paración a los países de mayor desarrollo
Gráfico 34 Evolución de las tasas de mortalidad infantil. 4 países de América Latina, 1960-1999
de la región, resultados poco satisfactorios. En Uruguay más de un 11% del total de muertes antes de los cinco años se producen entre el primer y el quinto año. Entre los países de baja mortalidad infantil, sólo
Argentina
Argentina presenta proporciones superiores de la mortalidad antes de los cinco años
Uruguay
explicada por lo que sucede después del primer año de vida (ver gráfico 35).
Chile
Por su parte, el cuadro 7 presenta antecedentes útiles para continuar reducien-
Costa Rica
do la mortalidad en el primer año de vida mediante acciones sobre las configuracio-
0
nes de riesgo que presentan las madres (las
20
40
60
80
Mortalidad Infantil 1960 Mortalidad Infantil 1999
conclusiones de este análisis pueden ser
100
120
140
Mortalidad a los 5 años 1960 Mortalidad a los 5 años 1999
extendidos a las muertes antes de los cinFuente: IPES en base a UNICEF, 2001.
co años). Específicamente, el cuadro permite analizar el impacto que tiene la edad
Gráfico 35 Porcentaje de las muertes antes de los 5 años que ocurren luego del primer año de vida. 4 países de América Latina, 1999
de la madre, su educación y estado civil en el momento del parto sobre la mortalidad infantil. Respecto a la lectura de los datos, caben hacer dos advertencias. Como fueron extraídos de una muestra no representativa de defunciones declaradas en Mon-
12,0
tevideo en el año 1999, la utilidad de la in-
10,0
formación que proveen estos datos es
8,0
meramente analítica. Esto es, los datos sólo
6,0
permiten comparar el impacto relativo de 4,0
los factores antes mencionados sobre la
2,0
mortalidad infantil pero sin que las tasas
0,0
correspondientes a cada categoría de ma-
Costa Rica
Chile
Uruguay
Argentina
dre reflejen las que realmente ha registrado Fuente: IPES en base a UNICEF, 2001.
cada una de ellas. La segunda advertencia se refiere a que, a efectos de facilitar la lectura del cuadro, se consideran solamente
to inciden en la probabilidad de que se re-
las madres cuyos partos se produjeron en
gistren defunciones antes del primer año de
el sector público. Como se pudo apreciar
vida. En consecuencia, la tasa de mortali-
en los gráficos 32 y 33, este segmento con-
dad infantil de niños con ambos padres for-
centra las tasas de mortalidad más altas.
malmente casados, cuya madre es mayor
En el cuadro se puede observar que tan-
de 20 años y tiene más de 6 años de estu-
to la edad de la madre como sus años de
dio es prácticamente 4 veces menor (3,7)
estudio y el estado civil al momento del par-
que la de niños que no fueron concebidos
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conjunto de acciones que apuntan a preve-
Cuadro 7 Tasas de mortalidad infantil de niños nacidos en el sistema de salud pública, por legitimidad del nacimiento, edad y educación de la madre. Montevideo, 1999
nir la emergencia de configuraciones de riesgo, como las que favorecen tanto la postergación de la edad del embarazo como la retención de las mujeres en el sistema edu-
Legitimidad de nacimiento* Educación materna
Legítimos Menor de 20
20 y más
BAJA
10,8
8,9
ALTA
----
Total
9,6
cativo, así como las medidas que estimulan
No Legítimos Total
la formalización de las uniones de hecho y,
Menor de 20
20 y más
Total
9,2
16,0
12,2
13,4
3,7
3,4
12,1
9,6
10,1
8,0
8,2
15,8
12,0
13,2
en particular, que el padre asuma un compromiso duradero con el mantenimiento y la crianza de sus hijos. Si bien no contamos con los datos desagregados para mortalidad neonatal y post-neonatal, es muy pro-
*Nacimientos concebidos fuera del matrimonio; ---- Insuficiente número de casos
bable que estos diferenciales se manifiesten
Fuente: elaborado por IPES en base a información del Departamento de Estadística del MSP .
más marcadamente en las muertes postneonatales dado el mayor impacto de las configuraciones sociales en ese tipo de
en matrimonio, cuya madre es adolescente
mortalidad.
y posee bajos niveles educativos (16,0). La
Sea para revertir la segmentación de los
utilidad de esta información para las políti-
servicios, avanzar en la accesibilidad de los
cas que procuran reducir la mortalidad in-
mismos o profundizar el seguimiento y pre-
fantil es la de destacar la importancia de un
vención de situaciones sociales de riesgo para el niño y la madre, es importante con-
RECUADRO 10
tar con sistemas de información adecua-
Hacia un sistema de información social integrado
dos que permitan la temprana identificación y comprensión de los procesos que desde
Por su tamaño, la facilidad de los contactos, la calificación de sus
la estructura de oportunidades y desde la
recursos humanos y el nivel de institucionalización de los distintos
propia estructuración de activos familiares
programas,Uruguay podría tener modelos multidisciplinarios de pro-
están incidiendo en la forma más trágica
cesamiento y análisis de la información social integrados en una red
del riesgo infantil. Este sistema de informa-
académica y de servicios. Esa integración es factible. El Ministerio de
ción centralizado combinado con otras
Salud y sus servicios, el sistema educativo, el Banco de Previsión So-
fuentes de información de diversos servi-
cial, el Registro Civil, el Instituto Nacional de Estadística, el Instituto
cios a la infancia, podría servir de insumo
Nacional del Menor y los Centros de Atención a la Infancia y a la
para construir un verdadero mapa de ruta
Familia, etc., tienen toda la información que permitiría afinar la iden-
que cooperara en la detección y adecuada
tificación de población vulnerable, mejorar las prestaciones a los in-
focalización de políticas sociales para la in-
dividuos y medir los resultados de las intervenciones. Sin embargo,
fancia y la adolescencia (ver recuadro 10).
en la actualidad sólo se podría hacer en forma artesanal. El logro de
La gran mayoría de los niños sobreviven
un número de identificación civil desde el nacimiento podría iniciar
el primer año de vida pero muchos lo hacen
un proceso de eslabonamiento de información de diferentes fuen-
tras haber adquirido un conjunto de pasivos
tes, el que sin duda ayudaría a mejorar la prestación y planifica-
que colocarán enormes obstáculos a su
ción de servicios a la infancia y a la familia. Este es un campo en el
posterior desarrollo. Los problemas
que Uruguay tiene muchísimas ventajas que no utiliza.
nutricionales dejan marcas de largo plazo
Comunicación personal del Doctor José Luis Díaz Roselló
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que seguramente afectarán sus capacida-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 8 Evolución del porcentaje de niños con desnutrición moderada y grave utilizando el criterio peso/edad, de la población menor de 5 años asistida en el Ministerio de Salud Pública. Uruguay, 1987-1997 1987-1989
1990-1991
1992-1993
1994-1995
1996-1997
Para menores de un año Desnutrición grave
1,35
1,22
0,96
0,49
0,49
Desnutrición Moderada
6,58
5,86
4,46
4,36
3,56
Para menores de cinco años Desnutrición grave
1,20
1,15
0,72
0,74
0,47
Desnutrición Moderada
4,63
4,01
3,20
3,27
2,39
Total Desnutrición grave
1,61
1,04
0,79
0,65
0,42
Desnutrición Moderada
5,20
4,51
3,64
3,47
2,96
Fuente: Ministerio de Salud Pública, Estadísticas de Salud, 1998.
des físicas y psicológicas en el futuro. Los
diez años transcurridos entre 1987 y 1997,
problemas de psicomotricidad, asociados en
la población de niños menores de un año
muchos casos a los primeros, también cons-
con problemas de desnutrición grave se
tituyen un gravoso pasivo para la adquisi-
redujo del 1,35% al 0,49%, mientras que
ción de saberes y destrezas básicas en la
los casos de desnutrición moderada caye-
primera infancia y luego en la escuela. Cuan-
ron aproximadamente a la mitad, del 6,58
do no son atacados temprana y adecuada-
al 3,56%. Tendencias similares se registra-
mente, la presencia de estos problemas di-
ron entre los menores de cinco años.
ficulta la acumulación de activos en las dife-
En los diez años transcurridos entre 1987 y 1997, la población de niños menores de un año con problemas de desnutrición grave se redujo del 1,35% al 0,49%, mientras que los casos de desnutrición moderada cayeron aproximadamente a la mitad, del 6,58 al 3,56%.
Las tendencias señaladas coincidieron
rentes etapas del ciclo de vida.
con un período caracterizado por una significativa reducción en los índices de pobreza en el país. Habrá que esperar las ci-
2. Psicomotricidad y nutrición: tendencias y causas
fras correspondientes a la evolución de la desnutrición entre 1997 y el 2000 para
En Uruguay, el Ministerio de Salud Pú-
constatar si el relativo estancamiento en el
blica atiende preferentemente a la pobla-
ritmo de reducción de la pobreza que se
ción de menores recursos. Los datos so-
registró al fin del milenio se refleja o no en
bre desnutrición de la población menor de
los nuevos datos de desnutrición.
cinco años atendida en el Ministerio mues-
Sumado a la desnutrición, que presen-
tran progresos importantes en la última
ta en el país niveles realmente bajos, el otro
década. El cuadro 8 muestra que en los
pasivo que los niños tienen en los primeros
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
26
años de vida consiste en déficit de
gorías abstractas, y la baja capacidad de
psicomotricidad. Los problemas de
representación simbólica y de interacción
psicomotricidad, a los que contribuyen
social han sido repetidamente señaladas
significativamente las situaciones de pobre-
como características distintivas de los ni-
za y las configuraciones familiares de ries-
ños pobres. Los autores encuentran que
go, poseen un marcado efecto sobre la
esos problemas en el desarrollo del niño
posibilidad ulterior de adquisición de des-
están asociados a perfiles familiares que
trezas y aprendizaje de estos niños. En un
combinan aislamiento, relaciones conflicti-
importante libro publicado en 1966, el Gru-
vas entre los cónyuges, inseguridad, falta
po
Estudios
de confianza y prescindencia de las ayu-
Psicosociales de la Facultad de Medicina
das brindadas por organizaciones sociales.
de la Universidad de la República (GIEP)
En particular, se encontró que la
24. GIEP. 1996. Cuidando el potencial del futuro: el desarrollo de niños preescolares en familias pobres del Uruguay. Grupo Interdisciplinario de Estudios Psicosociales (GIEP), Departamento de Psicología Médica. Facultad de Medicina. Universidad de la República. Montevideo: Graphis. 25. Terra, Juan Pablo y colaboradores. 1989. Creciendo en condiciones de riesgo. Niños pobres en Uruguay. Montevideo: CLAEH-UNICEF. 26. El sociólogo inglés Basil Bernstein fue uno de los primeros investigadores en realizar estudios empíricos que vinculaban el perfil socio-económico de los hogares de los estudiantes con la modalidad de código lingüístico-cultural utilizado. Los grupos de clase media por él estudiados, al utilizar oraciones subordinadas, grupos verbales complejos, adjetivos y adverbios poco frecuentes entre otros, manejaban un código lingüístico complejo que el autor denominó “elaborado”, caracterizado por un alto grado de organización sintáctica, selección léxica y tendencia a la abstracción así como por una atención personalizada del
presentó los resultados de un estudio so-
conflictividad familiar se presentaba como
bre los factores que afectan el desarrollo
uno de los factores de riesgo más impor-
■ 84 /
U
Interdisciplinario
de
24
psicomotriz de niños entre 2 y 5 años. El
tantes para explicar el bajo desarrollo
estudio se basaba en una revisión de los
psicomotor entre los niños pobres.
datos recogidos por un equipo liderado por
En cuanto a las diferencias en el desa-
Juan Pablo Terra en el marco de una inves-
rrollo de varones y niñas, los autores su-
tigación comparada entre Argentina, Chile
brayan el papel de las prácticas ‘machis-
25
y Uruguay. Los investigadores trabajaron
tas’ de crianza entre las familias pobres,
con el mencionado Test de Desarrollo
donde el varón, que supuestamente será
Psicomotor (TEPSI) que consta de 52 items
alguien que “debe mandar”, se enfrenta a
divididos en tres capítulos que cubren
una práctica punitiva, con una imagen pa-
motricidad, coordinación y lenguaje. A tra-
terna negativa o con un autoritarismo des-
vés de esta prueba, ya Terra había encon-
calificado, quedando atrapado en un do-
trado diferencias significativas entre niños
ble mensaje que lo estimula a emplear la
pobres y no pobres. Mientras que entre los
agresión en vez de desarrollar la capaci-
primeros encontró un 8,4% en situación de
dad de simbolización y la utilización del len-
riesgo y un 24,3% con señales de retraso,
guaje como vía de resolución de los con-
las cifras correspondientes al segundo gru-
flictos.27
po eran de 1,7% y 13,3%, respectivamen-
Con respecto a los cambios registra-
te. Los investigadores del GIEP al ampliar
dos en los índices de desarrollo psicomotriz,
el estudio encuentran que la mayor inciden-
no contamos con series temporales que
cia de riesgo y retraso entre los niños po-
presenten información comparable. Las ci-
bres se constata especialmente en las áreas
fras disponibles más recientes se reducen
de coordinación y lenguaje, y que las niñas
a los resultados de una evaluación realiza-
muestran sistemáticamente mejores
da en los Centros de Atención Integral a la
puntajes en esas pruebas que los varones.
Infancia y la Familia (CAIF) a fines de 1999,
Para explicar estos hallazgos, los auto-
que incluye un análisis comparado entre la
res examinan evidencia empírica recogida
situación observada en 1997 y 1999. Como
tanto en otros estudios como en su propia
este período de dos años es demasiado
experiencia profesional. Las limitaciones de
corto para apreciar tendencias y como,
vocabulario, la escasa utilización de cate-
además, los datos no permiten evaluar con
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
claridad el efecto sobre el desarrollo
Cuadro 9 Resultados del desarrollo psicomotor global y por área de los niños de 2 a 4 años asistidos en los centros CAIF, 1999.
psicomotriz de la exposición de los niños al tipo de estímulo y atención que reciben en los centros CAIF, a continuación se presentan sólo los resultados de un somero
Global
Coordinación
Motricidad
Lenguaje
examen de los datos recogidos en 1999 en 30 de esos centros. En cada uno de ellos
Retraso
se sorteó una muestra de 20 niños de 2, 3
Riesgo
y 4 años de edad, de ambos sexos, lo que
Normal
permitió aplicar un test de desarrollo
Total
100,0
psicomotor a 598 niños, 120 de Montevi-
10,5
6,7
5,4
13,1
22,4
20,6
13,1
27,6
67,1
72,7
81,6
59,3
100,0
100,0
100,0
Fuente: CAIF, 1999
deo y 478 del interior. Los resultados se presentan en el cuadro 9.
Cuadro 10 Porcentaje de niños de 3 a 5 años asistentes a centros CAIF y que obtuvieron puntajes normales en pruebas de desarrollo psicomotor, por nivel de ingresos per cápita del hogar y nivel de instrucción de la madre. Uruguay, 1999
En la lectura del cuadro 9 debemos tener en cuenta que los centros CAIF son instituciones creadas por el Estado pero que cuentan con la activa participación de instituciones privadas y particularmente de
Educación de la madre
las familias. Además, estos centros concentran su actividad en los vecindarios que
Ingresos del núcleo familiar
Primaria Incomp.
Primaria Compl.
Secundaria Incompl.
Secundaria Compl.
nuclean hogares con ingresos por debajo
Total
Bajo
de la línea de pobreza. Por ello los resulta-
37,5
47,5
60,7
75,0
53,1
Medio Bajo
46,7
62,5
67,1
75,0
63,8
dos de psicomotricidad presentados más
Medio Alto
70,0
72,7
78,4
85,7
77,1
arriba no son representativos de la pobla-
Alto
----
77,3
77,8
84,2
77,8
ción infantil en general sino de sus secto-
Total
47,2
64,2
72,2
82,1
68,4
res más vulnerables. Aun en este segmento restringido a la población con mayores
Fuente: CAIF, 1999
carencias, el cuadro 10 permite apreciar el efecto combinado de la educación de la
pruebas psicométricas mientras que lo
madre y de los ingresos del hogar sobre el
mismo sucede con el 84,2% de sus pa-
desarrollo psicomotor del niño lo cual apo-
res provenientes de hogares con relati-
ya los resultados del GIEP respecto a las
vamente alta educación e ingresos. Es-
relaciones entre desarrollo psicomotriz,
tos resultados corroboran una vez más
pobreza y configuraciones familiares.
la notable incidencia negativa que tienen
Como se puede observar, tanto la pre-
los contextos de pobreza en el desarrollo
sencia de activos físicos (que revelan los
de las potencialidades de la infancia así
niveles de ingreso del hogar) como nive-
como el carácter crucial que adquieren
les adecuados de capital humano tienen
las intervenciones que apuntan a reforzar
un fuerte impacto sobre la psicomotri-
la estimulación temprana de estos niños
cidad del niño. Sólo un 37,5% de los ni-
como parte de la batería de políticas
ños cuyas madres no completaron la pri-
orientadas a quebrar los mecanismos de
maria y viven en hogares con bajos in-
reproducción intergeneracional de la po-
gresos, alcanzan puntajes normales en las
breza.
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oyente mediante la referida sobrearticulación verbal. Esta modalidad contrasta con el “código restringido” utilizado en general por los niños provenientes de sectores obreros, en que la estructura organizativa sintáctica es predecible por los hablantes, el énfasis comunicacional se nutre de una articulación extra-verbal y el interlocutor no es tomado como individualidad. Ver Bernstein, Basil. 1989. Clases, códigos y control. Madrid: Akal (dos volúmenes). 27. GIEP. 1996. O. cit. en nota nº 24, p.81.
/ 85 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
3. Asistencia al sistema preescolar
una vez en ella (ver recuadro 11). Al menos teóricamente, el personal de estas instituciones cuenta con la formación imprescindible
a. Preescolarización y riesgo infantil
para la aplicación de técnicas que estimulan diferentes aspectos del desarrollo infantil y
En el grupo de 3 a 5 años, la inasistencia
activan su potencial de aprendizaje. Los ni-
al preescolar puede ser considerada un com-
ños que ingresan a la escuela primaria sin
portamiento de riesgo. Las instituciones pre-
haber tenido la oportunidad de estar expues-
escolares brindan la oportunidad que el niño
tos a esas técnicas de estimulación tempra-
incorpore hábitos, disciplinas y contenidos
na se encontrarán en clara desventaja frente
mentales que facilitarán su transición a la es-
a sus pares que sí han pasado por esa expe-
cuela, mejorarán su rendimiento y disminui-
riencia. En este sentido, el preescolar brinda
rán las probabilidades de deserción o rezago
a los niños que provienen de contextos familiares desfavorables la posibilidad de acortar distancias respecto de niños con anteceden-
RECUADRO 11
tes familiares más ventajosos.
Preescolaridad, psicomotricidad y rendimiento educativo
La expansión del preescolar también re-
Un estudio realizado por el Programa MECAEP acerca del de-
porta beneficios a las familias y al sistema
sarrollo sociolingüístico de los niños que llegan al nivel de 4
educativo. Las familias se benefician porque
años —y su posterior seguimiento a medida que avanzan en
la asistencia de los menores a establecimien-
los grados— y de aquellos que inician sus estudios en el nivel
tos de enseñanza libera recursos de los ho-
siguiente comparándolos con quienes no han recibido educa-
gares que de otro modo deberían invertirse
ción preescolar, da muestra de los diferenciales de rendimien-
en su cuidado y que, bajo estas circunstan-
to entre unos y otros y, consecuentemente, de la importancia
cias, pueden ser orientados hacia otras ac-
de una temprana exposición de los niños a mecanismos que
tividades como, por ejemplo, las de contri-
potencien sus aptitudes y permitan su adecuado desarrollo.
buir al ingreso del hogar. La institución de
Asimismo, la evidencia de un estudio de la CEPAL de 1991
enseñanza preescolar también aporta a la
muestra que la experiencia de haber asistido al preescolar
eficiencia general del sistema educativo por-
mejora en términos generales el rendimiento en pruebas ob-
que, entre otras consideraciones, el perso-
jetivas de los alumnos de cuarto año de primaria. Esto es aún
nal docente de la escuela primaria se bene-
cierto cuando se controla por nivel de ingresos. En lo que
ficia de una mayor homogeneidad de hábi-
hace a niveles educativos del hogar (educación de la madre),
tos y conocimientos básicos entre sus alum-
la preescolarización pierde su efecto positivo en los peores
nos, lo que les permite aplicar técnicas de
climas educativos (primaria incompleta). Cabe anotar que el
enseñanza más estandarizadas.
impacto de la preescolarización a los 3 y 4 años es notoria-
En general, todo parece indicar que tan-
mente más marcado y consistente que la preescolarización a
to por sus costos relativos como por la sig-
los 5 años. Adicionalmente, los datos que surgen de un estudio
nificación de sus consecuencias, las accio-
realizado por ANEP demuestran que, de los alumnos que no
nes del Estado dirigidas a ampliar las opor-
habían asistido a la educación preescolar y cuyas madres tenían
tunidades para la preparación escolar tem-
baja educación, el 60% había repetido una o más veces en la
prana de los niños pobres pueden hacer
educación primaria, mientras que entre los que sí habían recibi-
una contribución muy positiva a la quiebra
do tal aprestamiento el porcentaje se reducía a menos del 35%.
de los anillos de reproducción de la pobre-
Extractado de ANEP, 1999
■ 86 /
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za y la exclusión.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
b. Tendencias en la preescolarización
Gráfico 36 Evolución del porcentaje de niños que no asisten al preescolar por edades. Uruguay urbano, 1991-1999
Dada la evidencia acerca de la importancia de los procesos de preescolarización
80
en el desempeño futuro del niño, constitu-
70
ye una muy buena noticia el importante pro-
60
ceso de expansión de la cobertura de la
50
educación inicial impulsada en el periodo
40
1995-2000. En efecto, la masiva incorpo-
30
ración de niños de 4 y 5 años iniciada en
20
1995, marca un punto de inflexión en las
10
políticas educativas del Estado tendientes
0
•
•
◆
◆
◆
•
◆
◆
• ◆
•
•
■
■
1991
■
1992
cación obligatoria en nuestro país. El otro
•
■
1993 5 años
■
1994
■
1995
◆ 4 años
1996
•
◆ ◆
a amortiguar el desigual acceso a la edupunto destacable, junto a la extensión de
•
•
■
■
1997
1998
◆ ■ 1999
■ 3 años
Fuente: IPES en base a Encuestas Continuas de Hogares del INE.
la educación inicial, es el cambio de los criterios de inscripción en los establecimien-
bles brindados por las autoridades de la
tos oficiales que brindan el servicio prees-
educación son del año 2.000 y refieren a la
colar.
28
incorporación de 10.000 niños más que el
Planteada como una pieza central de
año anterior en los niveles de 4 y 5 años.
las estrategias de la reforma educativa para
En el último quinquenio del siglo pasado, la
la consolidación de la equidad social, la
expansión de la matrícula pública para es-
universalización de estos niveles de estu-
tas edades se ha visto prácticamente du-
dio registra logros significativos en el perio-
plicada, ya que se pasó de 44 mil en 1995
do en que se instrumentó. La incorpora-
a 84 mil niños inscriptos en estos niveles
ción de 40.000 niños al sistema público de
en la educación pública en el año 2000. De
educación inicial en los niveles de 4 y 5
acuerdo a un informe elaborado por las
años, conjuntamente con otras acciones
autoridades de la educación con proyec-
llevadas a cabo por las autoridades de la
ciones y estimaciones diversas, la cober-
enseñanza, permiten suponer que el acier-
tura alcanzaría en la actualidad al 87,6%
29
to de dichas políticas se traducirá, a me-
de los niños de esas edades. Los datos que
diano plazo, en sustantivas reducciones de
se desprenden de la encuesta de hogares
las tasas de rezago escolar en primaria (en
ofrecen guarismos levemente inferiores
la actualidad éstas muestran niveles que
(aproximadamente un 80% asistiría) pero
oscurecen los logros alcanzados histórica-
confirman la tendencia hacia la ampliación
mente por la educación uruguaya). Asimis-
de la cobertura del sistema entre los niños
mo, los avances realizados ponen de relie-
de 4 y 5 años (ver gráfico 36).
ve, paradójicamente, la necesidad de ex-
A pesar de los avances ya destacados,
tender dicha política al nivel de 3 años.
aún queda mucho por realizar dada la es-
Como bien puede observarse, los logros
casa proporción de niños de 3 años que
alcanzados en materia de cobertura edu-
asisten a establecimientos públicos de edu-
cativa entre los niños de 4 y 5 años han
cación preescolar. Un análisis de la infor-
sido notorios. Los últimos datos disponi-
mación de la encuesta de hogares nos per-
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28. Refiere el sociólogo Renato Opertti que hasta bien entrada la década del 90, “los criterios de priorización en la inscripción de los niños en los Jardines de Infantes públicos (que la madre y el padre trabajen 8 horas o más fuera del hogar y que el menor no puede quedar a cargo de un familiar adulto) han discriminado negativamente, en la práctica, a los sectores carenciados, favoreciendo el ingreso de sectores de clase media”. Y agrega: “La Reforma Educativa introdujo cambios en los criterios de inscripción de 1997, contemplando, entre otros aspectos, el nivel educativo de la madre o quien cumpla este rol, estableciéndose que a menor nivel educativo mayor prioridad”. Ver Opertti, Renato. 1997. “La reforma educativa: reivindicación del Estado benefactor”. En Cuadernos del Claeh nº 78-79: “Uruguay en la región y el mundo: retrospectivas / prospectivas”. Montevideo: CLAEH. p. 143. 29. ANEP. 1999. Una visión integral de la Reforma Educativa, Montevideo: CODICEN-ANEP.
/ 87 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
como se desprende del mismo gráfico, en
Gráfico 37 Porcentaje de niños de 3 a 5 años por deciles de ingreso per cápita de los hogares y porcentaje de niños que asisten a preescolar por edad para cada decil de ingresos. Uruguay urbano, 1999 40
% de niños
30 25
•
◆
◆
◆
◆
▼
▼
▼
•
▼
■
te evidente entre los niños de tres años
•
▼
■ ▼
◆ ▼
100
■
80
■
■
•■
ma no ha avanzado lo suficiente. Al país
60
■
■
•
40
• •
0 2
◆
donde el avance de la cobertura del siste-
■
■
1
◆
◆ ▼
◆ ▼
◆
▼
10 5
yores ingresos, lo que resulta particularmen-
120
20 15
davía concentrada en los estratos de ma-
3
4
5
6
aún le resta encontrar respuestas adecua-
% de asistencia
35
1999 la asistencia al preescolar seguía to-
das al fuerte desafío que supone la universalización de la educación inicial en este grupo de edad.
20
•
• •
•
7
8
10
9
c. El contexto familiar y la preescolarización
0
◆ 5 años asisten
población de 3 a 5 años
Para el análisis de los factores que dan
■ 3 años asisten
▼ 4 años asisten
cuenta de las variaciones que se observan
Fuente: IPES en base a las Encuestas Continuas de Hogares del INE.
en los porcentajes de asistencia a estable-
■ 88 /
mitirá profundizar en el carácter más o me-
cimientos preescolares de diferentes cate-
nos equitativo de la cobertura preescolar
gorías de niños contamos con la informa-
así como en las configuraciones de riesgo
ción de las encuestas continuas de hoga-
que aún quedan por atender fundamental-
res del INE. Estos datos permiten realizar
mente en los niños de 3 años (ver gráfico
un examen más detallado de los factores
37 y cuadros subsiguientes).
asociados a la configuración de activos de
En Montevideo, entre 1991 y 1999, el
las familias y de sus capacidades para
porcentaje de niños de 3 a 5 años que asis-
transmitir esos activos a sus hijos. Pero
tían al preescolar aumentó del 54,6% al
antes de entrar en dicho examen es con-
63,8%, lo que sin duda representa un paso
veniente mencionar dos fenómenos que
positivo en el desarrollo de los recursos
pueden incidir en la distribución de la asis-
humanos del país. Otra buena noticia es
tencia al preescolar de distintos categorías
que el aumento de la cantidad de niños in-
socioeconómicas y que no se relacionan ni
corporados a los establecimientos de en-
directa ni necesariamente con la riqueza de
señanza preescolar en la década pasada
los portafolios de activos de los hogares ni
se concentró en los estratos de hogares
con su capacidad para transmitirlos a las
con mayores carencias, en los que el apo-
nuevas generaciones. Nos referimos, por
yo profesional para complementar los es-
un lado, a la focalización de las políticas
fuerzos familiares resulta más necesario.
públicas y sus efectos y, por otro, a los di-
Estos resultados se pueden apreciar en el
ferentes sentidos que puede tener para un
gráfico anterior en donde se constata que
hogar el envío de sus niños al preescolar.
los niños de hogares con menores ingre-
Con respecto al primer tema, como se
sos per capita presentan en la actualidad,
pudo observar en los datos presentados
especialmente para 4 y 5 años, niveles de
en el parágrafo anterior, los responsables
cobertura importantes. No obstante, y
de la enseñanza pública en el país han co-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
locado como una de las prioridades de la
tudio completados por los padres, ilustra
reforma educativa en curso la rápida incor-
sobre los activos en recursos humanos. En
poración de los niños de hogares con ma-
cuanto a la estructura familiar, como se verá
yores desventajas sociales. Ciertamente, los
con más detalle en el próximo capítulo, las
avances realizados en este campo en la
tres categorías consideradas se asumen
segunda mitad de la última década fueron
como una medida aproximada de la capa-
sumamente importantes. Como resultado,
cidad de las familias de transmitir activos a
la correlación entre nivel socioeconómico
sus hijos o de controlar que éstos no incor-
de los hogares y asistencia al preescolar
poren pasivos que puedan afectar su desa-
de los niños se redujo, lo que puede
rrollo. El supuesto subyacente a dicha clasi-
interpretarse como el éxito de una política
ficación es que la capacidad de las familias
focalizada dirigida expresamente a debili-
para transmitir activos está directamente re-
tar la asociación entre ese comportamien-
lacionada con la presencia de ambos pa-
to y el portafolio de activos de los hogares.
dres y la estabilidad de la relación. La cate-
El cuadro 11, que compara la situación en-
goría “monoparentalidad” indica la ausencia
tre 1991 y 1999, permite observar el impac-
de uno de los progenitores mientras que la
to de dichas políticas. En dicho cuadro, la
“unión consensual” se toma como indica-
configuración de recursos de los hogares se
dor proxy de inestabilidad de la pareja. Fi-
expresa a través del ingreso per cápita del
nalmente, el indicador de estructuras
hogar como indicador aproximado de sus
biparentales estables corresponde a la ca-
activos físicos y del clima educativo que, ela-
tegoría “casado” en la declaración de la si-
borado en base al promedio de años de es-
tuación conyugal del jefe del hogar.
Los responsables de la enseñanza pública en el país han colocado como una de las prioridades de la reforma educativa en curso la rápida incorporación de los niños de hogares con mayores desventajas sociales.
Cuadro 11 Porcentaje de incremento de la asistencia preescolar de niños entre 3 y 5 años por ingreso, per cápita del hogar, clima educativo y tipo de estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100) Tipo de estructura familiar
Ingreso per cápita
Clima educativo
Bajo
Asisten a preescolar
Biparental inestable
Monoparental
Biparental estable
168
189
208
149
Medio
149
154
194
144
Alto
138
----
241
128
Bajo
149
168
126
154
Medio
113
119
113
115
Alto
100
----
112
98
Bajo
98
----
120
84
Medio
107
155
168
100
Alto
100
109
97
101
117%
155%
138%
114%
Bajo
Medio
Alto
TOTAL
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Sin duda aquí se mezcla la motivación por el desarrollo temprano de las potencialidades de los hijos con aquella que se vincula más bien al interés de liberar mano de obra familiar para complementar los ingresos que aportan los que ya están trabajando.
Como se puede apreciar a partir de la
hecho, y como cabría esperar tomando en
lectura de los datos de la tercera columna,
cuenta esta segunda motivación, los datos
los mayores avances en el período consi-
del cuadro 12 muestran que la proporción
derado se han producido entre los niños
de niños que asiste al preescolar aumenta
provenientes de hogares de menores re-
cuando la madre trabaja, independiente-
cursos. Tales resultados derivan de una
mente de su nivel educativo.
política orientada por claros propósitos de
Tomando estos dos antecedentes, po-
equidad en la que el funcionamiento del
demos pasar ahora a la interpretación de
servicio busca compensar carencias en la
los resultados del cuadro 13 que vincula la
capacidad socializadora de los hogares.
configuración de activos del hogar y su ca-
Esta orientación resulta manifiesta entre los
pacidad de transmitirlos con la asistencia
hogares de ingresos más bajos, donde la
al preescolar, tal como se presentaba en
ampliación de la cobertura de la educación
1999. Del examen de la tercera columna
inicial favoreció principalmente a los niños
se desprende que, pese al éxito de la am-
que conviven con uno sólo de sus progeni-
pliación de la cobertura en los sectores de
tores, que en su gran mayoría correspon-
más bajos ingresos y clima educativo, los
den a familias en las que las mujeres han
porcentajes de asistencia de los niños que
quedado solas al cuidado de sus hijos (fa-
provienen de los hogares con las configu-
milias con jefatura femenina).
raciones de activos más favorables (87,1%)
La segunda pregunta que cabe hacer-
prácticamente duplican los de sus pares en
se es sobre el significado de la decisión de
los contextos más desfavorables (45,3%).
enviar a los niños al preescolar. Sin duda
También se deriva que en cada uno de los
aquí se mezcla la motivación por el desa-
tres niveles de ingreso per cápita, el capital
rrollo temprano de las potencialidades de
educativo del hogar continúa haciendo una
los hijos con aquella que se vincula más
significativa contribución a la asistencia al
bien al interés de liberar mano de obra fa-
preescolar.
miliar para complementar los ingresos que
Lo que también se puede concluir de la
aportan los que ya están trabajando. De
lectura del cuadro 13 es que, como resul-
Cuadro 12 Porcentaje de niños que asisten al preescolar según condición laboral de la mujer jefa o cónyuge del hogar, menor de 40 años. Uruguay urbano, 1991-1999 1991
1999
Mujer jefa o cónyuge menor de 40 años
Mujer jefa o cónyuge menor de 40 años
EDAD
NO Trabaja
TRABAJA
Total
NO Trabaja
TRABAJA
Total
3
26,4
47,9
36,4
21,5
49,1
36,9
4
39,8
67,8
54,0
66,0
76,1
71,4
5
72,1
85,4
78,6
86,5
93,8
90,4
Total
45,0
66,7
55,6
58,6
72,5
66,2
Fuente: IPES en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 13 Porcentaje de niños entre 3 y 5 años que asisten al preescolar, por ingreso per cápita y clima educativo de sus hogares, según tipo de estructura familiar. Uruguay urbano, 1999 Tipo de estructura familiar
Ingreso per cápita
Clima educativo
Bajo
Medio
Alto
Asisten a preescolar
Biparental inestable
Monoparental
Biparental estable
45,3
50,0
43,5
Bajo
45,3
Medio
58,2
51,2
67,8
59,3
Alto
78,5
——-
92,5
77,3
Bajo
59,1
45,9
57,0
64,5
Medio
65,8
56,0
74,7
67,6
Alto
69,9
75,1
83,9
67,4
Bajo
68,4
71,8
83,2
58,0
Medio
73,8
81,4
78,2
71,4
Alto
87,1
73,0
86,1
88,3
63,8
52,2
67,6
67,2
TOTAL
Fuente: elaborado por IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE
tado de las tendencias antes analizadas,
educación y monoparentalidad, por poner
en cada nivel de ingresos y de educación,
tan sólo dos ejemplos, se asocia inequí-
las familias monoparentales están hacien-
vocamente con resultados negativos en el
do un mejor aprovechamiento de la parti-
bienestar de la primera infancia. En mate-
cular estructura de oportunidades que ofre-
ria preescolar la situación es similar. Sin
ce la educación pública a través de la aper-
embargo, el hecho de haber contado con
tura de establecimientos preescolares. Esto
una política explícitamente orientada a una
puede interpretarse, en efecto, como un lo-
universalización de la educación inicial que
gro de las medidas adoptadas por las au-
jerarquizara la integración de los sectores
toridades de la enseñanza.
más pobres, permitió una notoria compensación de los efectos negativos de los bajos recursos familiares. El cuadro 14
C. Evolución de la población infantil de 0 a 5 años en situación de riesgo social
muestra la evolución de la población de 0
La evidencia sobre mortalidad infantil, psicomotricidad y nutrición muestra que el bajo capital físico, humano y familiar constituye un poderoso predictor de riesgo y vulnerabilidad infantil. La combinación de baja educación e ingresos, y/o baja educación y monoparentalidad, por poner tan sólo dos ejemplos, se asocia inequívocamente con resultados negativos en el bienestar de la primera infancia.
a 5 años para el cruce de tres variables entre 1991 y 1999: clima educativo del hogar, ingresos y tipos de familia.
La evidencia sobre mortalidad infantil,
En tanto evidencia que el mayor creci-
psicomotricidad y nutrición muestra que
miento de la población de 0 a 5 años se
el bajo capital físico, humano y familiar
produce en las categorías de hogares que
constituye un poderoso predictor de ries-
plantean mayor riesgo para los niños, los
go y vulnerabilidad infantil. La combinación
resultados de este cuadro anuncian un es-
de baja educación e ingresos, y/o baja
cenario complejo para el país. Después de
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Puede observarse que la categoría de ingresos bajos y de educación baja es la que más crece en todo el período, seguida de ingresos bajos y
Cuadro 14 Evolución del porcentaje de niños de 0 a 5 años por ingreso per cápita y clima educativo de sus hogares, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100)
Ingreso per cápita
Clima educativo
Por tipo de estructura familiar
Crecimiento del porcentaje de niños de 0 a 5 años
Biparental inestable
Monoparental
Biparental estable
Bajo
Bajo
117%
151%
172%
87%
Bajo
Medio
110%
200%
125%
83%
Bajo
Alto
81%
433%
126%
55%
Medio
Bajo
109%
173%
173%
87%
Medio
Medio
101%
244%
125%
82%
Medio
Alto
83%
170%
108%
76%
Alto
Bajo
79%
217%
96%
55%
Alto
Medio
75%
145%
168%
63%
Alto
Alto
94%
270%
175%
84%
181%
146%
80%
Total
Fuente: Elaborado por IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
■ 92 /
lo señalado a lo largo del capítulo cuatro,
categorías educativas y de ingresos. En
este resultado no debe sorprender. En efec-
términos agregados, para las familias con
to, si los adolescentes de los sectores más
niños de 0 a 5 años, la unión libre casi se
pobres presentan las rutas de emancipa-
duplica y la monoparentalidad crece en
ción más precarias en materia educativa y
casi un 50%, en tanto las parejas casadas
de empleo, y también los mayores niveles
disminuyen en un 20%.
de fertilidad, es razonable esperar que el
Finalmente, y tan sólo para insistir en
crecimiento de la primera infancia se con-
un punto ya señalado, puede afirmarse
centre en las configuraciones familiares
que la contracara de la infantilización de
más vulnerables. Puede observarse que
la pobreza es la paulatina desaparición
la categoría de ingresos bajos y de edu-
de la categoría infancia de los sectores
cación baja es la que más crece en todo
de más altos ingresos. La relación ya
el período, seguida de ingresos bajos y
marcadamente sesgada en materia de
educación media. Más aún, al discriminar
reproducción biológica que se podía ob-
al interior de estas categorías por tipo de
servar en 1991, se agudizó hacia el fin
familia se puede apreciar el incremento de
de la década. Todas las categorías co-
la monoparentalidad y la unión libre en des-
rrespondientes a hogares de ingresos
medro de los hogares biparentales en
altos, sea cual fuere el nivel educativo
unión matrimonial, dinámica que, por otra
de sus miembros, perdieron niños en el
parte, es también cierta para todas las
período.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo VI
Situaciones y comportamientos de riesgo en la niñez y adolescencia
A. Introducción
pítulo 1), los tipos de organización familiar se consideran como proxy de la capacidad de
l capítulo analiza las situaciones y com-
transmisión de activos o de la aptitud para
portamientos de riesgo de la pobla-
controlar el grado de exposición a pasivos a
ción entre 6 y 19 años. En este tramo
que están sometidos los hijos. Una cuarta
etáreo, la experiencia de incorporación de
sección examina las tendencias recientes
conocimientos y la interacción cotidiana con
sobre la distribución de niños y adolescentes
pares en los establecimientos educativos
en contextos que los hacen más o menos
constituyen los principales ejes alrededor
vulnerables a la emergencia de comporta-
de los cuales se estructuran los cambios
mientos de riesgo. La mayor parte del análi-
en las identidades de niños y adolescen-
sis se centra en los cambios en la distribu-
tes. Ambos ejes también se transforman en
ción de la población estudiada en contextos
poderosos determinantes de los niveles de
familiares de distinto perfil aunque también
bienestar que los menores alcanzarán en
se incluyen resultados de investigaciones
el futuro.
sobre contextos educativos y vecinales. Aun
E
En primera instancia, el capítulo describe
cuando en cada una de las secciones el lec-
la manera en que fueron operacio-nalizados
tor encontrará evidencias que sugieren mati-
los riesgos típicos a que está expuesta la
ces a incorporar en las políticas públicas para
población en la referida franja de edad. Por
reducir la vulnerabilidad del grupo etáreo con-
“riesgos” se entiende aquí las situaciones y
siderado, la significación de las tendencias
comportamientos que frenan la acumulación
encontradas se revela en su auténtica mag-
de los activos requeridos para una plena in-
nitud al comparar los logros educativos de
corporación de los menores a la sociedad de
Uruguay con la de otros países de la región.
su tiempo. Una segunda sección desarrolla
Con este examen comparado se cierra el
las tendencias que mostraron esos compor-
capítulo.
tamientos en el período 1991-1999 y discute
B. Operacionalización de situaciones y comportamientos de riesgo
su significación para el bienestar futuro de la población bajo estudio. Una tercera sección analiza los efectos de distintos contextos como la familia, la escuela y el barrio sobre los comportamientos de riesgo, deteniéndose en el examen de las relaciones entre el
En este informe consideramos varios
contenido del portafolio de activos de los ho-
tipos de situaciones y comportamientos de
gares y las formas de organización familiar
riesgo en la niñez y adolescencia, periodo
de los mismos. Como se ha mencionado en
que arbitrariamente definimos como la po-
el capítulo referido al marco conceptual (ca-
blación entre 6 y 19 años.
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El capítulo analiza las situaciones y comportamientos de riesgo de la población entre 6 y 19 años. En este tramo etáreo, la experiencia de incorporación de conocimientos y la interacción cotidiana con pares en los establecimientos educativos constituyen los principales ejes alrededor de los cuales se estructuran los cambios en las identidades de niños y adolescentes.
/ 93 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El rezago y/o deserción permiten anticipar el riesgo de logros educativos insuficientes para una participación plena en la sociedad actual.
■ 94 /
Los principales comportamientos de
en un año el número de años de estudio
riesgo en esta etapa del ciclo vital compren-
que ha completado y como “extraedad fuer-
den la extraedad (rezagados más deserto-
te”, cuando lo supera en dos años.
res del sistema escolar entre la población
Para una política que busca bloquear
de 8 a 14 años), el promedio de años de
los mecanismos de reproducción de la po-
estudio en la población de 14 a 19 años, la
breza y de la exclusión social, la extraedad
desafiliación institucional en los menores de
es un indicador “estrella”. En primer lugar,
la misma edad y la maternidad adolescen-
porque aporta información sobre el pasa-
te entre los 15 y 19 años.
do del niño, alertándonos sobre posibles carencias en su desarrollo previo en com-
1. Extraedad
paración con la trayectoria de sus pares no rezagados. Segundo, porque también brin-
Se definió como “extraedad” la situa-
da información sobre el futuro del menor.
ción de toda la población entre 8 y 14 años
El rezago y/o deserción permiten anticipar
cuyos logros educativos son inferiores a los
el riesgo de logros educativos insuficientes
que, de acuerdo a su edad, podrían haber
para una participación plena en la socie-
alcanzado si no hubieran repetido cursos o
dad actual. Esto es así porque la compara-
abandonado la escuela. En estos casos,
ción que realiza el niño rezagado con los
distinguimos una situación de riesgo “sua-
logros educativos de la mayoría de su gru-
ve” de una de riesgo “fuerte”. Por ejemplo,
po de pares (referencia natural para eva-
se considera que un niño está en situación
luar sus propios avances) suele generar
de “extraedad suave” cuando habiendo
sentimientos de frustración y fracaso que
cumplido sus ocho años de edad todavía
socavan la voluntad propia y la de sus pa-
no ha completado el primer año de prima-
dres de seguir invirtiendo en la educación.
ria. Desde el punto de vista de las regula-
Además de los problemas que revela y an-
ciones uruguayas para la admisión, si el niño
ticipa, el indicador de extraedad también
no pudo entrar a primaria por no haber
es útil desde el punto de vista de la política
cumplido 6 años en abril del año conside-
social. La información que brinda permite
rado, debió hacerlo al año próximo con 7
formular un diagnóstico temprano de défi-
años, por lo que de haber cumplido regu-
cit en activos claves para evitar la repro-
larmente su ciclo educativo debería haber
ducción de la pobreza y orientar la acción
completado el primer año en su 8º aniver-
pública en la dirección de quebrar esos
sario. Como suele haber una fuerte con-
mecanismos desde el ámbito institucional
centración del fenómeno del rezago en el
escolar, encargado de dar adecuada co-
primer año de escuela primaria, hemos aña-
bertura al niño.
dido un indicador más exigente que consi-
Las tendencias de evolución de la
dera rezagado a aquel niño que está por lo
extraedad muestran un incremento del
menos dos años atrás de lo que debería
“rezago suave” entre 1991 y 1999 de 6,3%
estar de haber cursado regularmente. En
a 8,1%, mientras que las cifras correspon-
suma, en términos operacionales se consi-
dientes al “rezago duro” se mantuvieron en
deró como “extraedad suave” la situación
las mismas bajas proporciones que en 1991
de un niño cuando deducidos siete años
(3,6%). Aun cuando la reducción de la
de su edad, el resultado supera al menos
extraedad en el ciclo de educación prima-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ria ha sido uno de los objetivos explícitos
raciones dignas. Tal situación también pue-
de la reforma educativa del periodo 1995-
de desembocar en marginalidad.
1999, es difícil que los efectos positivos que
En cuanto a los logros educativos de
sobre ese fenómeno haya tenido la fuerte
la categoría etárea de 14 a 19 años, se
ampliación de la cobertura preescolar ini-
registra un pequeño incremento en el pe-
ciada en 1995 puedan apreciarse en los
riodo de 8,2 a 8,4 en los promedios gene-
datos de 1999. De hecho, la lentitud con
rales de años de estudio completados.
que generalmente maduran este tipo de
En un escenario internacional en el que
iniciativas, aun siendo exitosas, no permite
las sociedades transforman acelerada-
anticipar en tan corto plazo una reversión
mente sus estructuras productivas orien-
de las tendencias previas.
tándolas hacia actividades que tienen como eje el conocimiento, este avance
2. Promedio de años de estudios completados por adolescentes
resulta muy tímido.
3. Adolescentes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo
El promedio de años completados es un indicador de logros educativos. El riesgo implícito al nivel de logros educativos a
El componente de riesgo de las situa-
esa edad se corresponde con los cambian-
ciones que viven los adolescentes que no
tes requerimientos para la incorporación a
estudian, no trabajan ni buscan trabajo está
los sectores que garantizan ingresos dig-
directamente asociado al nivel con que sa-
nos, cotas mínimas de estabilidad laboral y
len del sistema educativo y a la extensión
acceso a prestaciones de seguridad social.
de tiempo de desafiliación de dicho siste-
Como una parte importante de la pobla-
ma y de las instituciones del trabajo. Toma-
ción considerada está compuesta por es-
das cada una de estas situaciones aislada-
tudiantes, y como los éxitos en el mercado
mente, los años de estudio completados
de trabajo solo pueden percibirse a través
se relacionan más con la vulnerabilidad a la
de una trayectoria laboral que en las eda-
pobreza mientras que la extensión del pe-
des analizadas apenas comienza, no es
ríodo de desafiliación institucional se vin-
posible en este caso validar la significación
cula en mayor medida con la vulnerabilidad
del riesgo de la deserción educacional tem-
a la marginalidad y a la exclusión social.
prana con datos sobre la correspondiente
Pero ambos indicadores están relaciona-
calidad de la inserción ocupacional. Lo que
dos porque la probabilidad de desafiliación
haremos es comparar entre sí los prome-
institucional aumenta en relación inversa a
dios de años de estudio completados por
los años de estudio.
distintas categorías de adolescentes y man-
El indicador tiene algunas restricciones
tener alguna referencia regional o interna-
que resulta conveniente mencionar. Prime-
cional que permita ubicar los logros de este
ro, por problemas de disponibilidad de in-
segmento de la población uruguaya en un
formación, la medida elaborada no consi-
marco de comparación más amplio. Bajos
dera el tiempo en que el adolescente per-
logros educativos pueden indicar una alta
maneció sin asumir roles en esos ámbitos
vulnerabilidad a caer en cuadros de pobre-
públicos. Si bien la validez del indicador está
za por imposibilidad de acceder a remune-
afectada por esa carencia, se puede argu-
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Los años de estudio completados se relacionan más con la vulnerabilidad a la pobreza mientras que la extensión del período de desafiliación institucional se vincula en mayor medida con la vulnerabilidad a la marginalidad y a la exclusión social.
/ 95 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
30. Para un análisis detallado de diferentes aspectos de la situación de los que no trabajan ni estudian ni buscan trabajo, ver Fuentes, Alvaro. 2001. “Un análisis acerca de los jóvenes que no trabajan ni estudian”. Cuaderno de Trabajo Nº 8 de la Serie “Estudios Sociales de la Educación”. Unidad Ejecutora de los Programas de Educación Media y Formación Docente. Montevideo: CODICEN. 31. Filgueira, Carlos. 1999. “Vulnerabilidad, activos y recursos de los hogares: una exploración de indicadores”. Capítulo III en Kaztman, Ruben (coord.). 1999. Vulnerabilidad, activos y estructuras de oportunidades. Estudios Sobre las raíces de la vulnerabilidad social en el Uruguay. Montevideo: CEPAL-PNUD.
■ 96 /
mentar que el hecho de incluir la búsqueda
menta con un aumento del porcentaje de
de trabajo aporta una compensación al
los que no estudian, no trabajan ni buscan
menos parcial. Parece razonable suponer
trabajo, que pasa del 8,9% en 1991 a
que una porción de los adolescentes que
10,8% en 1999, tendencia que se presen-
no buscan trabajo pueda haber abando-
ta con mayor intensidad entre los varones
nado esa tarea después que repetidos in-
que entre las mujeres. La combinación de
tentos infructuosos lo convencieran de la
ambos datos coloca una señal adicional de
inutilidad de sus esfuerzos, situación que
alerta ante los riesgos de marginalidad que
en la literatura especializada caracteriza al
implica una completa desafiliación respec-
“trabajador desalentado”. Segundo, dado
to a los órdenes institucionales laborales y
que uno de los propósitos del estudio es
educativos, que a esas edades constitu-
controlar los efectos de las características
yen las fuentes más importantes de acu-
del hogar de origen sobre el comportamien-
mulación de activos.
30
to de los jóvenes, el indicador se refiere
El incremento de la proporción de jóve-
únicamente a aquellos no emancipados,
nes que no estudian, no trabajan ni buscan
esto es, a aquellos que conviven con uno o
trabajo no se debe a que hayan aumenta-
ambos padres. Esta particularidad puede
do los que abandonan sus estudios sino
sesgar la interpretación del dato por la es-
más bien a la disminución de los que tra-
trecha asociación entre la emancipación y
bajan. Entre los hombres, los que estudian
la obtención independiente de medios de
aumentaron del 61,4% al 64,5%. mientras
vida a través del trabajo. Una tercera res-
que los que trabajan disminuyeron del
tricción se refiere a que el indicador usual-
34,8% al 28,5%. Entre las mujeres se man-
mente no discrimina entre hombres y mu-
tuvo la proporción de estudiantes (71,3% a
jeres, cuando lo más conveniente, a efec-
71,9%) mientras que se redujo la propor-
tos de no “contaminar” la medida con si-
ción de las ocupadas del 15,9% al 14,6%.
tuaciones de significado ambiguo, sea la
Como muestra el cuadro 15, estos com-
de distinguir por género. Esto es, las con-
portamientos están asociados a variacio-
secuencias de la desafiliación institucional
nes en las tasas de desempleo.
probablemente sean distintas para un segmento de mujeres cuyo comportamiento se
4. Maternidad adolescente fuera del matrimonio
orienta por normas tradicionales que, reforzadas por las orientaciones predominantes en su entorno social inmediato, encuen-
Un último indicador señala como com-
tran legítimo dar prioridad a roles domésti-
portamiento de riesgo el de las madres de
cos que en algunos casos ya están ejer-
menos de 20 años cuyos hijos fueron con-
ciendo (funciones de amas de casa y/o
cebidos fuera del matrimonio. La materni-
madres). Esta limitación es contemplada en
dad temprana, de por sí, aumenta la pro-
el documento a través de la desagregación
babilidad de bloqueos en la acumulación
analítica por género.
de activos y se constituye en un eslabón
La información antes presentada sobre
importante de la cadena que conduce a la
los logros educativos promedio, que mues-
pobreza y exclusión social. Cuando el em-
tra una clara insuficiencia en la formación
barazo se produce fuera del matrimo-
de los adolescentes urbanos, se comple-
nio es mayor la probabilidad que la mujer
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuando el embarazo se produce fuera del matrimonio es mayor la probabilidad que la mujer no logre constituir pareja estable con el padre del hijo y deba asumir las tareas de crianza sin contar con ese apoyo.
Cuadro 15 Porcentaje de jóvenes de 14 a 19 años por asistencia educativa y condición de actividad, según sexo. Uruguay urbano, 1991-1999 TOTALES
1991
1993
1995
1997
1998
1999
Estudia solamente
58,9
56,1
53,9
56,3
56,4
60,8
7,4
7,7
7,9
6,7
7,2
7,5
18,1
18,7
19,5
16,9
17,5
14,1
No estudia ni trabaja pero busca trabajo
6,7
7,4
8,7
8,8
7,5
6,9
No estudia ni trabaja ni busca trabajo
8,9
10,1
9,8
11,3
11,4
10,8
Tasa de desempleo
32,8
31,4
34,8
37,7
34,0
36,7
Estudia y trabaja Trabaja solamente
HOMBRES Estudia solamente
51,9
50,9
48,0
51,8
51,9
55,7
9,5
9,0
8,8
7,9
8,2
8,8
25,3
25,5
27,3
23,3
23,5
19,7
No estudia ni trabaja pero busca trabajo
7,9
8,4
9,4
9,2
8,4
7,5
No estudia ni trabaja ni busca trabajo
5,5
6,3
6,5
7,8
8,0
8,2
Tasa de desempleo
28,7
28,1
29,8
32,1
30,1
31,5
Estudia y trabaja Trabaja solamente
MUJERES Estudia solamente
66,1
61,5
60,1
60,8
60,9
65,8
5,2
6,4
7,0
5,5
6,2
6,1
10,7
11,7
11,6
10,6
11,5
8,5
No estudia ni trabaja pero busca trabajo
5,5
6,3
8,0
8,5
6,6
6,2
No estudia ni trabaja ni busca trabajo
12,4
14,0
13,3
14,7
14,8
13,4
Tasa de desempleo
40,6
37,0
43,0
46,2
40,1
44,9
Estudia y trabaja Trabaja solamente
Fuente: elaboración del IPES en base a datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE.
no logre constituir pareja estable con el
De hecho, las tasas de ilegitimidad corres-
padre del hijo y deba asumir las tareas de
pondientes a los hijos de mujeres en este
32
crianza sin contar con ese apoyo. Parale-
grupo de edad son mucho mayores que
lamente también crece la probabilidad de
las de otros grupos de edad. Además, en
que el hijo no cuente con el soporte mate-
los últimos treinta años exhiben un creci-
rial y emocional del padre ni con el capital
miento continuo y acelerado, al extremo que
social que éste podría transferirle a través
buena parte del aumento en la tasa gene-
de sus vínculos familiares y no familiares.
ral de ilegitimidad en ese período se expli-
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32. Buvinic, Mayra. 1998. Costos de la maternidad adolescente en Barbados, Chile, Guatemala y México, Washington DC: BID-102.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ca por el incremento de la proporción de
y la cantidad de horas trabajadas. En ese
nacimientos en madres adolescentes en el
sentido, la edad de emancipación y procrea-
total de nacimientos.
33
ción es una variable fuertemente determi-
Los riesgos asociados a la maternidad
nante de la reproducción intergeneracional
adolescente no se agotan en la ilegitimidad
de la pobreza y de las condiciones de vul-
de los nacimientos. Corroborando los ha-
nerabilidad, aunque también incide en los
llazgos de otras investigaciones realizadas
sectores no pobres favoreciendo o dificul-
en el país, un estudio reciente del Instituto
tando el bienestar de la unidad familiar en
Nacional de la Mujer y la Familia concluye
sus etapas siguientes.35
que las parejas de las madres precoces son
Por último, una breve mención a la evo-
más inestables que las de las madres no
lución de la maternidad temprana fuera del
precoces, lo que se refleja en un mayor por-
matrimonio. La tasa de fecundidad adoles-
centaje de uniones consensuales y de mu-
cente, esto es, la de las madres menores
34
de 20 años, ha aumentado en el país. En el
El estudio también consigna que, en la ma-
período 1950-1955 fue de 60 nacimientos
yoría de estas madres, el embarazo está
por cada mil mujeres de esas edades. Para
asociado a la deserción del sistema edu-
la misma categoría etárea la información
cativo. Con ello, no sólo debilitan sus posi-
correspondiente a 1997 arroja una tasa de
jeres divorciadas o separadas de hecho. 33. Kaztman, Ruben. 1997. “Marginalidad e integración social en Uruguay”. En Revista de la CEPAL nº 62, Santiago de Chile: CEPAL. 34. Instituto Nacional de la Mujer y la Familia, Ministerio de Educación y Cultura. 1995. Uruguay adolescente: maternidad adolescente y reproducción intergeneracional de la pobreza, Montevideo. La investigación fue dirigida por María Elena Laurnaga. Los estudios citados y que corroboran los hallazgos son: Instituto Nacional de Alimentación (INDA). 1989. Nutrición y embarazo en el Uruguay. Montevideo; y Guemberena, Lilián y otros. 1989. La gestación en la adolescencia. Hipótesis y conclusiones preliminares. Montevideo: CLAP/OPS/ MSP. Para una amplia exposición de las tendencias recientes en la familia uruguaya, ver Filgueira, Carlos. 1996. Sobre revoluciones ocultas: la familia en Uruguay. CEPAL: Montevideo. 35. Filgueira, Carlos. 1999. O. cit. en nota nº 31.
■ 98 /
bilidades de realización personal, reducen
75 por mil. Con leves fluctuaciones, la ten-
sus oportunidades de empleo y se aíslan
dencia ascendente se mantuvo desde me-
de los importantes ámbitos de socialización
diados de la década. Como, paralelamente,
que constituyen los centros de enseñanza
las tasas de fecundidad de los restantes
sino que también inhiben el desarrollo de
grupos etáreos acompañaron el descenso
uno de los activos más importantes que
de la fecundidad general que pasó de 84,4
pueden transferir a sus hijos.
en 1950-1955 a 75,5 en 1997, el resultado
Como afirma Carlos Filgueira, el espa-
fue un aumento del peso relativo de los
cio temporal que se genera cuando se difie-
nacimientos de madres adolescentes en el
re la formación de pareja y el nacimiento de
total, que en ese último año constituyeron
los hijos hace posible prolongar la inversión
el 17% de los nacimientos en Uruguay.
en capital humano, capital físico y capital
En apartados anteriores mencionamos
social, al mismo tiempo que establece con-
los riesgos asociados a la maternidad tem-
diciones más favorables para que esos acti-
prana, tanto para las mujeres como para sus
vos puedan ser movilizados a lo largo de la
hijos. Una de las dimensiones de ese riesgo
vida de las personas. El embarazo adoles-
lo constituye el hecho que el recién nacido
cente ilustra con frecuencia el caso más ex-
no haya sido concebido en matrimonio, que
tremo en donde la etapa de inversión previa
se eleva en relación inversa con la edad de
al nacimiento es muy reducida. Cuanto más
la madre y que tiende a aumentar la proba-
se adelanta la maternidad, menor resulta la
bilidad que ni la mujer ni el niño cuenten con
participación de la mujer en el mercado de
los recursos que podría movilizar el padre
trabajo, más difícil es su trayectoria laboral a
en beneficio de los miembros de la nueva
lo largo de su ciclo vital, más bajos son los
familia. El gráfico 38 informa sobre la evolu-
ingresos y más desfavorable deviene la re-
ción que ha tenido en el país el porcentaje
lación entre el monto de ingresos percibidos
de nacimientos ilegítimos (fuera del matrimo-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
nio) de madres adolescentes, en compara-
Gráfico 38 Evolución de los nacimientos concebidos fuera del matrimonio para madres hasta 19 años y para el total de madres. Uruguay, 1961 a 1999, años seleccionados
ción con el total de madres. Tanto en el total de madres como en las más jóvenes, el porcentaje de nacimientos ilegítimos prácticamente se triplicó en el pe-
80
ríodo. Pero paralelamente también se triplicó
70
la brecha entre la ilegitimidad adolescente y
60
la ilegitimidad total, al punto que en 1999
50
tres de cada cuatro madres adolescentes
40
concibieron sus hijos fuera del matrimonio.
30
Se podría argumentar también en este
20
caso que las estadísticas proporcionadas son
10 1961
muy similares, al menos para el total de los
1966
1971
nacimientos, a las que presentaban países
1976
1981
1985
Hasta 19 años
1993
1996
1997 1999
Total
como Suecia, Dinamarca, Francia, Gran BreFuente: IPES en base a Estadísticas Vitales del INE y de la División de Estadística del Ministerio de Salud Pública del Uruguay
taña y Estados Unidos, a principios de la década de los noventa. Pero caben destacar al menos dos diferencias importantes con el
bilidades de compensar con otros recursos
caso uruguayo. La primera es que, aun con
la eventual ausencia del padre en las prime-
significativas variaciones según el tipo de pres-
ras etapas de la evolución del niño.
taciones que brindan, el funcionamiento de regímenes de bienestar maduros permite a
C. Impacto de distintos contextos sobre comportamientos de riesgo
los países más desarrollados reducir una parte importante de los riesgos a que está sometida la madre adolescente sin pareja estable. La segunda diferencia se refiere al hecho que en Uruguay estas situaciones están más aso-
El objetivo de esta sección es el análi-
ciadas a conductas anómicas que a com-
sis del impacto de distintos contextos,
portamientos vanguardistas que propongan
como el de la familia, la escuela y el barrio,
modelos alternativos de constitución familiar,
sobre los comportamientos de riesgo. Con
como en cambio parece ser el caso en los
ese propósito se procurará examinar el
países del norte de Europa. En Uruguay, la
peso relativo de cada uno de estos con-
concepción fuera del matrimonio se concen-
textos en la explicación de las variaciones
tra entre las adolescentes de muy baja edu-
en dichos comportamientos.
El funcionamiento de regímenes de bienestar maduros permite a los países más desarrollados reducir una parte importante de los riesgos a que está sometida la madre adolescente sin pareja estable.
cación. En efecto, según las cifras del Censo
1. Contexto familiar
de Población referidas a Montevideo, mientras que un 17,2% de las jóvenes de 15 a 19
a. Análisis de la relación entre características del contexto familiar
años que como máximo habían completado la escuela primaria, había tenido hijos sin estar casada, esa proporción se reducía al 3,2%
Congruente con el esquema concep-
entre aquellas que habían alcanzado 10 o más
tual con que se analiza la situación de la
años de educación formal. La escasa edu-
infancia en el Panorama, a continuación
cación de las adolescentes reduce sus posi-
consideramos una serie de dimensiones de
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Los datos sobre el nivel de ingreso per cápita del hogar dan información útil acerca de los recursos materiales que disponen los padres para atender las necesidades vinculadas con el cuidado y desarrollo del niño.
activos que permiten un primer ordena-
sos per cápita, cifra que se aproxima a la
miento de los hogares según sus valores
proporción de pobres entre los hogares
en cada dimensión. Las dimensiones con-
que se encuentran en las primeras etapas
sideradas son los activos físicos, los acti-
del ciclo de vida familiar. Estos hogares
vos en recursos humanos y el capital so-
deberían mostrar alguna deficiencia en la
cial familiar. Los datos de la encuesta de
capacidad para atender las necesidades
hogares del INE que sirven de base para el
básicas de sus niños.
análisis no permiten elaborar índices que
Como indicador de recursos humanos
tomen en cuenta todas las facetas de cada
del hogar se considera aquí el promedio
una de estas dimensiones. Por ello, el con-
de años de estudio de sus miembros
junto de indicadores seleccionados deben
adultos. La selección de los adultos para
considerarse como proxy de eventuales
el cálculo del “clima educacional” varía se-
mediciones más precisas.
gún la edad del niño cuyos comporta-
Como indicador de activos físicos se
mientos de riesgo se están examinando.
tomó el ingreso per cápita de los hogares.
El propósito de esta decisión es tomar en
Cuando esta variable se refiere a un perío-
cuenta todas aquellas personas en el
do suficientemente largo es esperable una
hogar que razonablemente pueden ope-
fuerte correlación con el volumen y calidad
rar como transmisores de conocimientos,
de los recursos materiales que controla
hábitos y disciplinas de estudio, de con-
cada hogar. Como la encuesta de hogares
trol de tareas escolares y de modelos de
del INE investiga solamente los ingresos del
rol (como, por ejemplo, hermanos mayo-
último mes, hemos asumido que tales in-
res que estén estudiando). El indicador
gresos son indicadores adecuados de los
también tiene importantes deficiencias
ingresos permanentes del hogar y por ende,
por cuanto no toma en cuenta algunas
de los activos físicos del hogar.
importantes dimensiones de los recursos
Los datos sobre el nivel de ingreso per
humanos del hogar, como el estado de
cápita del hogar dan información útil acer-
salud de sus miembros adultos y algu-
ca de los recursos materiales que dispo-
nos contenidos mentales que inciden
nen los padres para atender las necesida-
fuertemente en la orientación de la socia-
des vinculadas con el cuidado y desarro-
lización de los niños como, por ejemplo,
llo del niño, que incluye nutrición apropia-
las expectativas con respecto a metas
da, adecuado acceso a servicios sanita-
educativas.36 Es por ello que lo conside-
rios, condiciones de vivienda que satisfa-
ramos un indicador proxy de la dimen-
gan cotas mínimas de privacidad, recrea-
sión investigada.
ción y realización de tareas escolares, co-
Como indicador de la capacidad de
bertura de los gastos de equipamiento
transmisión de activos de una generación
36. Ver, Filgueira, Carlos y Fuentes, Alvaro. 2000. Análisis del perfil de las familias de los estudiantes. Censo Nacional de Aprendizaje de los terceros años del Ciclo Básico. Montevideo: MESyFOD y UTU-BID.
educativo, transporte y vestimenta. Par-
a la siguiente tomamos como criterio, des-
tiendo del supuesto que los umbrales mí-
de el punto de vista del niño, si las funcio-
nimos de satisfacción de estas necesida-
nes paternas fueron cumplidas por una sola
des básicas han sido debidamente deli-
persona (familia monoparental) o por una
mitados a través de la línea de pobreza,
pareja (familia biparental). En el caso de las
hemos creado una categoría de hogares
familias biparentales se distinguió según la
que comprende el 30% de menores ingre-
pareja hubiera formalizado su unión (fami-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
lias estables) o no la hubiera formalizado
tenidos está fuertemente condicionada por
37
los aspectos estructurales de la familia, de
(familias inestables).
Partimos de la hipótesis, que encuen-
modo que la combinación de un débil por-
tra amplio apoyo en la evidencia que reco-
tafolio de activos más una estructura fami-
ge la literatura especializada, que la menor
liar monoparental o inestable es en parte
capacidad familiar de transmisión de acti-
resultante de contenidos mentales de sus
vos de una generación a la siguiente se da
miembros, en parte los determina y en par-
en las familias inestables. Le siguen las
te limita su eficacia socializadora.
monoparentales (aun cuando, como vere-
Antes de seguir adelante, conviene tra-
mos, ello depende del portafolio de activos
tar de dilucidar brevemente la relación en-
que manejen esas familias). Por último, son
tre la capacidad de transmisión de activos
las biparentales y estables las que ofrecen
de una generación a la siguiente y el capital
un contexto más favorable para dicha trans-
social de los hogares. En rigor, en cualquier
misión.
grupo se puede distinguir entre un capital
De hecho, el intento de poner a prueba
social interno o endógeno, localizado en la
estas ideas con los datos de las encuestas
estructura del grupo, y un capital social
de hogares plantea problemas sustantivos
externo o exógeno, localizado en la red de
y metodológicos complejos, que debimos
relaciones que uno o más miembros del
sortear mediante algunos supuestos. Los
grupo entabla con su entorno social. Un
más importantes son dos. El primero es que
niño dispondrá de un capital social
la unión no formal en hogares con hijos es
intrafamiliar a partir de la capacidad mos-
un indicador razonable de baja estabilidad,
trada en movilizar en beneficio propio un
al menos referido a las parejas que se han
cierto monto y calidad de recursos que
unido en casamiento. Al respecto, la infor-
otros miembros de su familia controlan.
mación proveniente del censo de aprendi-
Dentro de esos recursos se ubican aque-
zajes realizado por el CODICEN para los
llos que cada uno de los miembros adul-
alumnos del tercer año del ciclo básico
tos puede movilizar en virtud de sus co-
liceal, permitió constatar que aproximada-
nexiones con redes externas a la familia.
mente la mitad de las uniones consensua-
En este caso, el adulto familiar opera como
les corresponden a familias reconstituidas,
cadena de transmisión entre el mundo
y que esa proporción varía en relación di-
externo y el niño.
recta con el nivel socioeconómico de los
Hasta cierta edad, aunque con fuerte
hogares. Dicha constatación es importan-
dependencia de la significación práctica de
te porque hay razones para argumentar que
las formas institucionalizadas de protección
el desempeño de los niños en familias
a la infancia en cada sociedad, el principal
reconstituidas es inferior a cualquier otro,
y por lo general único activo del niño es el
especialmente cuando la reconstitución no
capital social localizado en la estructura
38
tiene consagración formal. El segundo su-
intrafamiliar. La fortaleza del capital social
puesto es que si bien los contenidos men-
depende de todos los recursos que el me-
tales de los adultos del hogar, cualquiera
nor pueda movilizar en su beneficio. La ca-
sea su relación de pareja, inciden en la ca-
pacidad de movilización depende de la efi-
pacidad de transmisión de activos a los ni-
ciencia de las normas que definen el con-
ños, la eficacia socializadora de tales con-
tenido y regulan el cumplimiento de las obli-
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Partimos de la hipótesis (...) que la menor capacidad familiar de transmisión de activos de una generación a la siguiente se da en las familias inestables.
37. Las encuestas de hogares no proveen información sobre el carácter biológico o no de la relación de los niños con las personas que cumplen en el hogar roles parentales, pero en los casos en que se utilizaron fuentes que sí permitieron disponer de esa información también se distinguió entre aquellas familias biparentales con presencia de ambos padres biológicos —estables o inestables intactas— o de solo uno de ellos —estables o inestables reconstituidas—. 38. Filgueira, Carlos. 1996. O. cit. en nota nº 22. Ver especialmente cuadros 6 y 7.
/ 101 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
comportamientos de riesgo de los niños,
Cuadro 16 Porcentaje de familias biparentales y estables en los hogares con menores de 6 a 12 años, por clima educativo e ingreso per cápita del hogar. Uruguay urbano, 1999
es conveniente examinar un poco más detenidamente las relaciones entre dichas características. La relación entre el nivel educativo de los miembros del hogar y su
Ingreso per cápita
% de familias biparentales y estables
Clima educativo
ingreso per cápita es bien conocida. En cambio, no lo es tanto la relación entre los activos materiales y en recursos humanos,
Bajo
Bajo
44,6
Bajo
Medio
55,7
Bajo
Alto
52,2
Medio
Bajo
55,3
Medio
Medio
67,6
Medio
Alto
73,7
Alto
Bajo
60,0
Alto
Medio
70,3
Alto
Alto
78,6
Total
y las características de su estructura familiar. Como se puede observar en el cuadro 16, para los niños urbanos en edad escolar, la probabilidad de convivir con ambos padres y que éstos hayan formalizado su unión es prácticamente el doble en los hogares con portafolios de activos fuertes que en aquellos con portafolios débiles. Esta retroalimentación positiva entre calidad de
6,4
los activos y capacidad de transferencia de los mismos potencia los mecanismos de
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
reproducción de desigualdades de una gegaciones que los adultos tienen para con
neración a la siguiente.
él. El monto de recursos depende de la
b. Contextos familiares y comportamientos de riesgo
cantidad de adultos que forman la familia y de la calidad de los recursos que estos controlan. Suponemos que en el caso de
i. Extraedad
las relaciones inestables (en particular cuando el niño no convive con ambos padres bio-
39. Gerstenfeld, Pascual. 1995. “Comparación regional del impacto de las características del hogar en el logro escolar”. Serie Políticas Sociales Nº 9, LC/ L, Santiago de Chile: CEPAL.
■ 102 /
lógicos) la eficiencia normativa es menor que
Los resultados de investigaciones que
en el caso de las familias intactas. Y que los
buscan explicar las causas de distintas pro-
niños que forman parte de familias
pensiones al rezago escolar identifican al
monoparentales están en desventaja frente
menos tres factores importantes: el nivel
a aquellos que disponen en su hogar de una
socioeconómico de los hogares, el clima
mayor cantidad de adultos potenciales pro-
educativo (medido por el promedio de lo-
veedores de activos. En suma, desde el
gros educativos de los adultos) y la confi-
punto de vista del niño, todas las dimensio-
guración de la estructura familiar. Distin-
nes del portafolio de activos de la familia for-
tas ediciones del Panorama social de Amé-
man parte de su capital social pero el grado
rica Latina, que cubre la mayoría de los
en que estas se transfieren en su beneficio
países de la región, presentan evidencia
depende en gran medida de las caracterís-
empírica que corrobora el peso significati-
ticas de la estructura de la unidad, que es
vo de estas variables en la explicación del
donde su capital social está instalado.
rezago escolar. Diversos estudios llevados
39
Antes de considerar las relaciones en-
a cabo en Uruguay por la Oficina de CEPAL
tre las características de los hogares y los
en Montevideo arriban a conclusiones si-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
40
milares. Uno de los hallazgos más intere-
greso per cápita del hogar y su clima edu-
santes de esas investigaciones es la cons-
cativo, pero en cada nivel de ingreso la edu-
tatación de que el clima educativo es el
cación de los adultos hace una positiva
activo más importante del hogar en la de-
contribución al desempeño escolar, lo que
terminación del rezago entre los niños en
resulta especialmente manifiesto en el caso
edad escolar.
41
En el caso de Montevideo,
de los hogares con menos recursos eco-
en 1996 el rezago afectaba a uno de cada
nómicos. En esos casos, los años de estu-
dos niños (48,4%) de los hogares cuyo cli-
dio de los padres pueden llegar a compen-
ma educacional no sobrepasaba la educa-
sar las carencias de ingreso al punto que
ción primaria, y a uno de cada siete (15,2%)
los niños de hogares de bajos ingresos aun-
de los de hogares con clima educacional
que con alto clima educacional y formatos
equivalente a más de 12 años de estudios.
familiares biparentales estables, muestran
A partir de constatar la estrecha rela-
un desempeño escolar mejor que el de sus
ción entre los activos considerados (entre
pares en hogares de altos ingresos pero de
sí y con las características de las estructu-
bajo clima educacional.
ras familiares) el cuadro 17 intenta aislar el
Si observamos ahora las tres últimas
efecto de cada una de esas dimensiones
columnas, encontramos que algunas es-
de activos sobre la extraedad. Del examen
tructuras familiares potencian el efecto ne-
de las tres primeras columnas se encuen-
gativo de las carencias del portafolio de
tra, como era de esperar, que el capital
activos del hogar sobre el desempeño de
educativo y el capital material se potencian
los niños o amortiguan los efectos positi-
en sus efectos sobre la extraedad. El reza-
vos de portafolios abundantes, aumentan-
go desciende a medida que aumenta el in-
do la probabilidad de rezago o deserción
Cuadro 17 Porcentaje de niños de 8 a 14 años con al menos un año de rezago por clima educativo e ingreso per cápita de sus hogares, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999
Ingreso per cápita
Clima educativo
% de niños con al menos un año de rezago
Inestables
Monoparentales
Biparentales y Estables
Bajo
Bajo
29,4
32,0
30,6
27,2
Bajo
Medio
14,3
17,3
20,1
11,2
Bajo
Alto
8,4
10,0
12,5
5,7
Medio
Bajo
18,3
27,9
20,2
15,9
Medio
Medio
6,9
12,4
4,0
6,7
Medio
Alto
3,3
8,8
4,0
2,7
Alto
Bajo
10,2
9,1
8,7
11,1
Alto
Medio
3,4
6,8
0
3,3
Alto
Alto
3,0
7,9
1,7
3,0
Total
11,6
Fuente: IPES en base a las encuestas de hogares del INE
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40. CEPAL. 1990. Enseñanza Primaria y Ciclo Básico de Educación Media en el Uruguay. Montevideo: CEPAL; CEPAL. 1991. Qué aprenden y quiénes aprenden en las escuelas de Uruguay. Montevideo: CEPAL; CEPAL. 1992. ¿Aprenden los estudiantes? El Ciclo Básico de Educación Media. Montevideo: CEPAL; y CEPAL.1994. Los bachilleres uruguayos: quiénes son, qué aprendieron y qué opinan. Montevideo: CEPAL. 41. Ver CEPAL, 1994. Panorama social de América Latina, Santiago de Chile: CEPAL. Pp. 81 y ss. Según el mismo, el clima educativo del hogar explicaría alrededor del 50% de los logros educativos de los jóvenes, mientras que la capacidad económica le seguiría en importancia explicando entre el 25% y el 30%.
/ 103 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El hecho de no trabajar ni estudiar ni buscar trabajo señala una desvinculación con las fuentes principales del mainstream en cuanto a conocimiento, experiencia laboral y contactos sociales.
escolar. Pero es interesante observar que
adultos son poderosos determinantes de los
el efecto de las distintas estructuras fami-
logros educativos que obtienen los adoles-
liares sobre el desempeño escolar toma
centes. Para la lectura de los datos que se
senderos distintos a medida que aumen-
presentan a continuación, se debe tener pre-
tan los activos del hogar. En particular, a
sente que a medida que los niños avanzan
partir de ingresos medios y educación me-
en las etapas de su ciclo vital, se va redu-
dia, el desempeño escolar de los niños en
ciendo la proporción de los que conviven en
familias monoparentales, que en general
hogares a cargo de parejas en situación de
corresponden a aquellas donde la madre
inestabilidad. Una parte de esas parejas se-
queda sola al cuidado de sus hijos (o com-
lla legalmente su unión mientras que la otra
parte esas responsabilidades con algún
se transforma en un conjunto constituido por
pariente, pero no con su pareja), comienza
familias monoparentales. De todos modos,
a mostrar signos de mejoría, ubicándose
la comparación de las categorías de hoga-
incluso por encima del de los niños en fa-
res según sus activos permite observar
milias biparentales y estables. Estas ten-
cómo se diferencian los desempeños aca-
dencias parecerían indicar que si bien en
démicos según la capacidad de transferen-
una situación de escasez de recursos
cia de activos de las distintas estructuras fa-
socioeconómicos, la monoparentalidad
miliares. En la mayoría de los casos, los ado-
aumenta el riesgo de bajos logros educati-
lescentes de familias biparentales y estables
vos en los niños, el riesgo deja de operar
continúan exhibiendo los mayores logros
tan pronto la persona a cargo comienza a
mientras que éstos resultan sistemáti-
disponer de recursos económicos suficien-
camente inferiores en las familias inestables
tes. El Cuadro 18 resume estos hallazgos.
que en cada una de los otros dos tipos de estructuras familiares identificadas. Es sólo
ii. Promedios de años de estudios completados por adolescentes
en el grupo de hogares con el portafolio de activos más rico donde el desempeño de los adolescentes en hogares inestables al-
Al igual que la extraedad en la niñez, los
canza el promedio de años de estudio que
ingresos del hogar y la educación de los
caracteriza a los niños en hogares estables con portafolios similares.
Cuadro 18 Cociente entre los promedios de extraedad entre niños de familias monoparentales y biparentales estables, según clima educativo e ingreso per cápita del hogar. Uruguay urbano, 1999 Clima educativo
iii. Adolescentes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo Una situación sostenida de desafiliación respecto de las instituciones laborales y
Ingreso per cápita de los hogares
educativas puede causar serios problemas
Bajo
Medio
Alto
Bajo
1,1
1,3
0,8
cho de no trabajar ni estudiar ni buscar tra-
Medio
1,8
0,6
0,3
bajo señala una desvinculación con las
Alto
2,1
1,5
0,6
fuentes principales del mainstream en cuan-
a los adolescentes. En primer lugar, el he-
to a conocimiento, experiencia laboral y Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
■ 104 /
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contactos sociales. Equivale a una interrup-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
La mayoría de los jóvenes que desertan tempranamente del sistema de enseñanza no reingresan al mismo, lo que ciertamente revela un déficit en la configuración de activos que les habilite canales de acceso al bienestar.
Cuadro 19 Promedio de años de estudio de jóvenes entre 14 y 19 años por clima educativo e ingreso per cápita del hogar, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999
Ingreso per cápita
Clima educativo
Por tipo de estructura familiar
Promedio de años de estudio completados
Monoparental es
Inestables
Biparental y estables
Bajo
Bajo
6,9
6,3
6,7
7,3
Bajo
Medio
7,8
7,4
7,8
8,0
Bajo
Alto
8,7
8,0
8,8
8,8
Medio
Bajo
8,0
7,5
8,0
8,1
Medio
Medio
8,5
7,7
8,4
8,7
Medio
Alto
9,3
7,7
9,2
9,4
Alto
Bajo
8,4
7,6
8,7
8,4
Alto
Medio
9,3
9,1
9,1
9,4
Alto
Alto
9,7
9,7
9,9
9,7
Total
8,4
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
ción en el proceso de incorporación de los
riesgo seleccionados sobre la probabilidad
activos más importantes para asegurar un
de que un joven no trabaje ni estudie ni
futuro de bienestar. Obviamente, la grave-
busque trabajo. De hecho, esa probabili-
dad de estas situaciones depende de la
dad es aproximadamente 18 veces menor
extensión de esa interrupción. De mante-
entre aquellos que conviven con “padres”
nerse, la desafiliación institucional puede
que han formalizado su unión y que cuen-
‘gatillar’ una espiral ascendente de fraca-
tan con ingresos y niveles educativos al-
sos donde la incapacidad para satisfacer
tos, que entre aquellos que además de
las expectativas generalizadas sobre el
contar con bajos ingresos y clima educati-
cumplimiento de los roles habituales a esa
vo del hogar, conviven con “padres” que
edad (estudiante, trabajador o buscador de
no han contraído matrimonio (el entreco-
empleo) deteriore la imagen propia,
millado responde al desconocimiento de si
erosione la autoestima, debilite la motiva-
se trata con certeza de padres biológicos).
ción y dañe la capacidad para enfrentar
Lo que también queda claro es que en cada
nuevos desafíos. De hecho, la mayoría de
estrato socioeconómico los promedios
los jóvenes que desertan tempranamente
pueden ocultar grandes divergencias según
del sistema de enseñanza no reingresan al
la estructura de la familia. El caso más pa-
mismo, lo que ciertamente revela un déficit
tente es el de los adolescentes que perte-
en la configuración de activos que les habi-
necen a hogares con niveles medios de in-
lite canales de acceso al bienestar.
greso y de alto clima educativo. Sólo el
Los datos del cuadro 20 corroboran el
4,3% de esa categoría exhibe este com-
fuerte impacto que tienen los factores de
portamiento de riesgo. Pero si se descom-
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/ 105 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Sabemos que las mujeres de hogares desfavorecidos se independizan antes de sus familias de origen que las mujeres de hogares medios, que tienen hijos a una edad más temprana y que es más probable que esos nacimientos hayan tenido lugar fuera del matrimonio.
Cuadro 20 Porcentaje de jóvenes 14-19 años que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo, por ingreso per cápita y clima educativo del hogar, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1999
Ingreso per cápita
Clima educativo
Por tipo de estructura familiar
Promedio de años de estudio completados
Inestables
Monoparentales
Biparental y estables
Bajo
Bajo
24,4
31,4
27,0
20,7
Bajo
Medio
13,6
19,2
18,1
10,2
Bajo
Alto
6,1
15,2
1,6
7,4
Medio
Bajo
12,1
16,5
13,3
10,8
Medio
Medio
9,4
22,9
7,8
7,9
Medio
Alto
4,3
26,1
3,3
3,3
Alto
Bajo
5,6
9,8
7,5
3,9
Alto
Medio
5,5
5,6
4,9
5,7
Alto
Alto
2,0
3,3
3,0
1,7
11,0
21,5
12,5
8,6
Total
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
pone por estructura familiar, los guarismos
padres (o lo han abandonado previamen-
varían: entre las familias inestables el pro-
te). Por ende, se pierde la posibilidad de
medio es cinco veces superior (26,1%)
vincular dicho comportamiento con las ca-
mientras que los adolescentes proceden-
racterísticas del portafolio de activos de las
tes de familias monoparentales o
familias de origen y de su capacidad de
biparentales estables presentan cifras más
transmitirlos a las nuevas generaciones.
bajas que el promedio general, y que no
Sabemos que las mujeres de hogares
se diferencian entre ellas (alrededor del 3%).
desfavorecidos se independizan antes de sus familias de origen que las mujeres de
iv. Maternidad temprana fuera del matrimonio
■ 106 /
hogares medios, que tienen hijos a una edad más temprana y que es más proba-
La información de las encuestas de
ble que esos nacimientos hayan tenido lu-
hogares que releva el Instituto Nacional de
gar fuera del matrimonio. También sabemos
Estadística en áreas urbanas de Uruguay
que, en comparación con las mujeres de
no permite hacer un análisis de los efectos
hogares no pobres, es también alta la pro-
de los contextos familiares sobre la mater-
porción de madres adolescentes pobres
nidad de las adolescentes no casadas si-
que permanecen con sus hijos en el hogar
milar al realizado para otros tipos de com-
de origen, con pareja o sin ella.
portamiento de riesgo. La razón principal
Al igual que en los análisis anteriores, el
radica en que muchas de las madres ado-
cuadro 21 se construyó con los activos y la
lescentes que procrean sin haber formali-
estructura familiar de los hogares de las
zado su unión abandonan el hogar de sus
mujeres adolescentes entre 15 y 19 años,
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
no jefas ni cónyuges del jefe. Además se
Cuadro 21 Porcentaje de madres de 15 a 19 años, ni jefas ni cónyuges del jefe del hogar, por estado conyugal del jefe del hogar, según condiciones de vivienda y nivel educativo del jefe. Montevideo, 1996
calculó para cada uno de los casilleros del cuadro que quedan definidos por el cruce de activos y tipo de estructura familiar, el porcentaje de madres no casadas. Como indicador de activos físicos de los hogares
Condiciones de la vivienda
se utilizó el índice de condiciones de vivien-
Estado conyugal del jefe
Nivel educativo del jefe
No Casado
Casado
Total
da que construyó el INE, y se procedió a BAJA
dividir los hogares en tres categorías: sin carencias, con una carencia y con dos o 42
más carencias. Como indicador de acti-
BAJO
16,7
11,6
14,7
MEDIO
22,6
11,0
17,7
ALTO
10,3
13,5
12,1
19,0
12,4
16,2
Subtotal
vos en recursos humanos se consideraron
MEDIA
los años de estudios completados por el jefe clasificados en tres categorías: menos de 6 años, entre 6 y 9 años y 10 y más
BAJO
16,3
12,1
14,1
MEDIO
17,4
10,4
13,5
ALTO
12,7
8,9
10,4
13,4
10,6
13,1
Subtotal
años.
ALTA
Como se puede apreciar en la última columna del cuadro, la probabilidad que una adolescente de a luz un hijo fuera del
BAJO
8,6
6,1
7,0
MEDIO
7,0
4,1
5,1
ALTO
3,8
3,1
3,3
6,2
4,0
4,7
Subtotal
matrimonio legal es mayor cuanto más pre-
TOTAL
cario es el portafolio de activos de su hogar de origen. En efecto, tanto la educación de los padres como las condiciones
BAJO
11,1
7,4
8,9
MEDIO
9,6
5,1
6,7
ALTO
4,4
3,3
3,7
Total
8,2
4,8
6,0
TOTAL
de la vivienda del hogar llevan a que la probabilidad de concepción fuera del matri-
Fuente: configurado por IPES en base a cuadro especial del censo de 1996 solicitado al INE.
monio para las madres de este grupo de edad llegue a ser casi cinco veces mayor
educativo). El hallazgo sugiere la posibili-
cuando se pasa de hogares sin carencias
dad de transmisión de las preferencias de
de vivienda y con alta educación del jefe
maternidad en procesos de reproducción
(3.3%) a hogares con carencias de vivien-
intergeneracional de este tipo de compor-
da y con baja educación del jefe (14.7%).
tamiento, lo que además coincide con los
La segunda conclusión relevante que se
resultados de múltiples estudios sobre
infiere de la lectura del cuadro 21 es que,
maternidad adolescente. 43
con independencia de estrato, el estado
2. Contexto educativo
conyugal del jefe del hogar de origen incide en la probabilidad de la maternidad adolescente ya que los mayores porcen-
Hasta el momento hemos considerado
tajes de este comportamiento de riesgo
solamente características de las familias
se registran en los hogares donde el jefe
como determinantes de comportamientos
no se ha casado (en rigor, hay una excep-
de riesgo de los niños. Pero a medida que
ción, para la cual no tenemos explicación
éstos van creciendo, otros contextos co-
adecuada, en el caso de hogares con ba-
mienzan a tener influencia sobre su com-
jas condiciones de vivienda y alto nivel
portamiento, a saber: el vecindario y la es-
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42. El índice de condiciones de la vivienda que construyó el INE incluye las dimensiones siguientes: calidad de materiales de la vivienda, hacinamiento, energía eléctrica, acceso a agua potable y servicio sanitario. La categoría alto corresponde a hogares en los que no se registra ninguna de estas carencias, medio donde se registra solo una y bajo donde se registran dos o más. Por ende, es probable que una porción de los que aquí se clasifican como hogares medios no alcancen a superar la línea de pobreza. 43. Buvinic, Mayra. 1998. O. cit en nota nº 32.
/ 107 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Las escuelas constituyen una fuente potencial muy importante de capital social y de capital humano para los niños. La significación de los establecimientos educativos como reservorios de capital social depende de la intensidad de las relaciones que se establecen entre los estudiantes, de la eficiencia de las reglas que las regulan, y sobre todo de la calidad de los recursos que fluyen en esas estructuras. 44. El fuerte impacto que tienen las expectativas predominantes en el grupo de amigos sobre la predisposición a continuar los estudios más allá de cierto nivel, puede verse de manera documentada en ANEP-MESyFOD. 2000(g)(h). Montevideo-CODICEN.
■ 108 /
cuela. Debido a que la gran mayoría de los
miento académico. Entre otras cosas, di-
escolares asiste a establecimientos educa-
chos estudios permiten evaluar justamente
tivos cercanos a su residencia, la composi-
el efecto de la composición social de las
ción social de estos dos contextos suele
escuelas sobre las expectativas de logros
ser muy similar.
educativos de los estudiantes.
Las escuelas constituyen una fuente
El indicador de la composición social
potencial muy importante de capital social
de los establecimientos se construyó en
y de capital humano para los niños. La sig-
base al promedio de años de estudio de
nificación de los establecimientos educati-
las madres de los estudiantes. Como se
vos como reservorios de capital social de-
mencionó, resulta razonable esperar que
pende de la intensidad de las relaciones que
entre los estudiantes que concurren a es-
se establecen entre los estudiantes, de la
tablecimientos con valores altos en esos
eficiencia de las reglas que las regulan, y
promedios se encuentre una mayor valora-
sobre todo de la calidad de los recursos
ción de la educación como canal privilegia-
que fluyen en esas estructuras. Los esta-
do de movilidad social, expectativas de
blecimientos educativos pueden distinguir-
mayores niveles de logros académicos y un
se entre sí por esos recursos. Entre éstos
predominio de hábitos, actitudes y expec-
se encuentran los niveles medios de des-
tativas funcionales al desempeño escolar.
trezas y conocimientos que los niños por-
Dado que por las redes sociales que for-
tan desde sus hogares, sus hábitos de es-
man los estratos más calificados de la po-
tudio, la intensidad de dedicación a sus ta-
blación circulan recursos que suelen ser es-
reas y, muy especialmente, las expectati-
casos en la sociedad, también es razona-
vas dominantes con respecto a las metas
ble esperar que el capital social localizado
que se plantean en la educación. Así, uno
en esos establecimientos educativos sea
de los patrones que suele emerger de la
relativamente alto.
sociabilidad cotidiana en establecimientos
El cuadro 22 fue construido para aislar
donde priman estudiantes de clase media
el “efecto contexto familiar” (portafolio de
es el carácter “normal” adjudicada a la pro-
activos y capacidad de transmisión) del
longación de los estudios más allá del nivel
“efecto contexto educativo” (estructuras de
secundario. El nivel de legitimidad de tales
oportunidades) sobre las expectativas de
expectativas suele constituir un ingredien-
los adolescentes con respecto a la conti-
te clave del capital social instalado en los
nuidad de sus estudios. Tales expectativas
44
ámbitos de enseñanza.
señalan el riesgo de deserción del sistema
A su vez, la composición social de un
educativo antes de haber alcanzado el ni-
establecimiento es un dato esencial para
vel que se requiere en la actualidad para
su caracterización como estructura de
una inserción mínimamente adecuada en
oportunidad y fuente de activos para niños
el mercado laboral. El lector podrá apre-
y adolescentes. En base a información re-
ciar, además, que a diferencia de los cua-
levada por el Censo Nacional de Aprendi-
dros anteriores —y al solo efecto de facili-
zajes de 1999, el Consejo Directivo Central
tar la presentación—, en este caso toma-
de la Administración Nacional de Educa-
mos como indicador de los activos familia-
ción Pública de Uruguay elaboró una serie
res sólo el promedio de logros educativos
de estudios sobre determinantes del rendi-
de sus padres.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Como era esperable, la última columna
de los casilleros interiores del cuadro permi-
del cuadro 22 muestra que el capital edu-
te inferir que, de manera sistemática, los hi-
cativo de las familias es un fuerte determi-
jos de hogares completos y estables mues-
nante de las expectativas de continuidad
tran expectativas ligeramente superiores a
académica de los hijos. Mientras que en
las de sus pares de hogares que no presen-
los hogares con clima educativo bajo, un
tan alguno de estos dos atributos.
75,3% de los alumnos espera prolongar sus
La fila superior del cuadro distingue a
estudios más allá del cuarto año secunda-
los establecimientos educativos según su
rio, en los de clima educativo alto ese por-
composición social. Son varios los estudios
45
centaje es de 93,4.
en la región que señalan una creciente seg-
La segunda columna (comenzando por
mentación educativa en las áreas urbanas,
la izquierda) contiene un indicador de or-
lo que se traduce en una mayor homoge-
ganización familiar que distingue solamen-
neidad en la composición social de los
te entre las familias de los estudiantes se-
alumnos que concurren a una misma es-
gún éstos convivan o no con ambos pa-
cuela. Sería demasiado extenso discutir
dres casados (incluyendo, entre los no ca-
aquí la gama de factores que subyacen a
sados, las uniones consensuales y los ho-
estos procesos, por lo que sólo menciona-
gares monoparentales, cualquiera sea la
remos aquí los tres más importantes: cre-
causa, en este último caso, de la ausencia
cientes disparidades de ingresos, crecien-
de uno de los cónyuges). La comparación
te segregación residencial y un creciente
Son varios los estudios en la región que señalan una creciente segmentación educativa en las áreas urbanas, lo que se traduce en una mayor homogeneidad en la composición social de los alumnos que concurren a una misma escuela.
Cuadro 22 Porcentaje de estudiantes de 3er. año de Secundaria que desean continuar sus estudios más allá del 4º año, por capital educativo del hogar y estado civil de los padres, según clima sociocultural del centro educativo. Uruguay, 1999 Capital educativo del hogar Bajo
Medio
Alto
Total
Estado civil de los padres
Bajo
Medio
Clima sociocultural del centro
Total Alto
No casados
72,8
78,7
84,2
74,7
Casados
73,5
80,1
84,8
75,7
Total
73,3
79,6
84,5
75,3
No casados
81,7
85,7
91,5
84,8
Casados
85,0
88,6
92,1
87,7
Total
84,0
87,7
91,9
86,8
No casados
86,0
90,2
95,2
91,1
Casados
91,6
94,0
95,3
94,2
Total
89,7
92,9
95,3
93,4
No casados
74,9
82,7
92,8
79,4
Casados
77,0
86,2
93,7
82,7
Total
76,3
85,0
93,4
81,6
Fuente: Programa de Mejoramiento de la Educación Media y Formación Docente en base al Censo Nacional de Evaluación de Aprendizajes, 3er. Año del Ciclo Básico de Educación Media, Año 1999.
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45. Tratándose de estudiantes de 3º año del ciclo básico, el relativamente débil —aunque sistemático— efecto de las estructuras familiares puede esconder el hecho que el impacto negativo de aquellas estructuras familiares con escasa capacidad de socialización ya se ha manifestado en una más temprana deserción del sistema educativo.
/ 109 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Las consecuencias de la segmentación educativa son diversas. Las principales tienen que ver con la reducción de la posibilidad que niños provenientes de hogares de escasos recursos incorporen expectativas y hábitos propios de los sectores medios para los cuales, como ya referimos, terminar los estudios secundarios constituye una meta “natural”.
■ 110 /
uso del capital social de los padres de es-
Cuando es alto, la cifra es de 93,4%. Si se
tratos medios o medios bajos —pero no
compara las columnas en cualquier fila, en-
los pobres— para movilizar contactos que
contramos que, independientemente del ni-
posibiliten la inclusión de sus hijos en los
vel de activos y de la capacidad de transmi-
mejores colegios o escuelas públicas. En
sión de activos que tengan las familias, las
la próxima sección presentaremos alguna
expectativas educativas de los estudiantes
evidencia sobre estas tendencias en el país.
aumentan en relación directa con la densi-
Las consecuencias de la segmentación
dad de compañeros de clase media en los
educativa son diversas. Las principales tie-
establecimientos. Además, quienes más se
nen que ver con la reducción de la posibili-
benefician de las bondades de los contex-
dad que niños provenientes de hogares de
tos socioculturales altos son justamente los
escasos recursos incorporen expectativas
adolescentes que provienen de hogares con
y hábitos propios de los sectores medios
mayores desventajas.
para los cuales, como ya referimos, termi-
Aun cuando los indicadores utilizados
nar los estudios secundarios constituye una
en este análisis pueden ser mejorados, el
meta “natural”. Otra consecuencia consis-
ejercicio permite apreciar la potencialidad
te en la reducción de las posibilidades de
de una forma de utilización de información
estar expuesto en común a experiencias
secundaria. Como se pudo apreciar, la in-
tempranas de ciudadanía. Compartir
formación posibilita el despliegue de una
cotidianamente momentos y experiencias
gama bastante amplia de áreas en las que
similares con pares de otros grupos socia-
es posible intervenir para promover un me-
les en un marco de igualdad, donde teóri-
jor desempeño de los adolescentes en la
camente los orígenes no cuentan y en que
educación media. Por ejemplo, en lo que
el criterio de evaluación central se basa en
hace al portafolio de activos de los hoga-
el desempeño, resulta cada vez menos fre-
res, puede plantearse (y de hecho ya se
cuente en contextos de segregación edu-
han planteado en la región) un conjunto de
cativa. La pérdida para los sectores
acciones para reforzar el capital educativo
desfavorecidos es aún mayor si se tiene en
del hogar. En lo que hace a la capacidad
cuenta que en contextos de segmentación
de transferencia de esos activos, es posi-
educativa los eventuales esfuerzos de los
ble diseñar iniciativas dirigidas a crear con-
padres pobres por mantener la calidad de
diciones que favorezcan la estabilidad y
la educación que reciben sus hijos no se
completitud de las familias, lo que no impli-
verán confirmados ni apuntalados por la
ca desconocer que ésta es una de las áreas
participación de padres pertenecientes a
más duras de las políticas públicas. Con
capas medias, quienes en general suelen
respecto a la estructura de oportunidades,
ser los portavoces más eficaces de las de-
es también posible elaborar programas que
mandas por mejora del servicio.
por distintos medios procuren maximizar la
Si se observa la última fila del cuadro 22
interacción entre desiguales en los estable-
podremos ver que el contexto sociocultural
cimientos educativos. De hecho, algunos
del establecimiento hace diferencias en el
países fuera de la región han transitado
desempeño. Cuando el contexto sociocul-
ese camino, aunque con resultados
tural es bajo, un 76,3% de los estudiantes
disímiles. Por último, también es posible
espera avanzar mas allá del cuarto año.
actuar directamente sobre los estudiantes,
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 23 Porcentaje de estudiantes que aprobaron la prueba de matemática por capital educativo del hogar y estado civil de los padres según clima sociocultural del centro educativo. Uruguay, 1999 Capital educativo del hogar Bajo
Medio
Alto
Total
Clima sociocultural del centro
Estado civil de los padres
Bajo
Medio
Alto
No casados
40,3
54,9
65,6
Total
45,0
Casados
44,2
56,0
72,9
48,2
Total
42,8
55,6
70,3
47,1
No casados
48,6
58,9
75,4
56,8
Casados
54,9
66,6
79,6
63,9
Total
52,9
64,3
78,3
61,7
No casados
53,5
67,9
84,5
70,7
Casados
63,6
74,0
89,0
79,1
Total
60,2
72,3
88,0
76,9
No casados
42,7
58,6
79,3
52,1
Casados
47,7
63,7
85,4
58,9
Total
45,9
62,0
83,8
56,6
Fuente: Programa de Mejoramiento de la Educación Media y Formación Docente en base al Censo Nacional de Evaluación de Aprendizajes, 3er. Año del Ciclo Básico de Educación Media, Año 1999.
creando incentivos para que perseveren en
que tuvieron la oportunidad de interactuar
el ciclo de aprendizaje más allá de las ex-
con compañeros de otras clases sociales
pectativas normales en sus grupos de per-
en los ámbitos de enseñanza, aprobaron la
tenencia y referencia. En el próximo capítulo discutiremos algunos de los criterios
Gráfico 39 Mejora porcentual de suficiencia en matemática para alumnos de 3er. año de Secundaria con bajo capital familiar en diferentes contextos educativos. Uruguay, 1999
que deberían ser utilizados en la elección de puntos cruciales de intervención para desactivar los mecanismos de reproducción de la pobreza. En el cuadro 23 se puede observar cuál
120.0
ha sido el rendimiento en matemáticas de
100.0
niños que provienen de hogares con simi-
80.0
lares equipamientos y logros educativos de
60.0
las madres. Una distribución similar se ob-
40.0
serva en los resultados de lenguas.
20.0
(bajo clima educativo y padres no casados)
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le De
de
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or
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ab
io ed
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uy
Fuente: IPES en base datos del Programa de Mejoramiento de la Educación Media y Formación Docente. Censo Nacional de Evaluación de Aprendizajes, 3er. Año del Ciclo Básico de Educación Media, Año 1999. La categoría de referencia corresponde al contexto muy desfavorable.
tes de los hogares más desfavorecidos
V
ra
M
res. Por ejemplo, el 65,6% de los estudian-
I
Fa
M
cias en el portafolio de activos de los hoga-
N
vo
vo fa uy
puede compensar con creces las deficien-
U
e
e bl ra
ción social de los espacios de aprendizaje
le
0.0
El cuadro 23 muestra que la composi-
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/ 111 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
A través de una compleja trama de in-
Gráfico 40 Mejora porcentual de suficiencia en matemática para alumnos de 3er. año de Secundaria en contexto socioeducativo medio y diferente capital familiar. Uruguay, 1999.
fluencias, algunas de las cuales actúan directamente sobre los menores y otras indirectamente a través de sus efectos sobre otros miembros del hogar, las características del vecindario inciden en los há-
150.0
bitos, actitudes y expectativas de los niños desde muy temprana edad. Cuando
100.0
se analiza el vecindario desde esta óptica, esto es, desde la conformación de
50.0
contenidos mentales en la infancia, sus 0.0
aspectos más importantes parecen ser Bajo
Medio
Alto
la orientación y eficiencia de las normas que regulan la convivencia entre los veci-
* La categoría de referencia corresponde a equipamiento del hogar y nivel educativo de la madre bajo.
nos, y los tipos de modelos de rol domi-
Fuente: IPES en base datos del Programa de Mejoramiento de la Educación Media y Formación Docente. Censo Nacional de Evaluación de Aprendizajes, 3er. Año del Ciclo Básico de Educación Media, Año 1999. La categoría de referencia corresponde al contexto muy desfavorable.
nantes en dicho entorno. Ambos aspectos están estrechamente vinculados a la composición social del vecindario. A partir de un indicador de composición social
46. Kaztman, Ruben, 2001. “El vecindario también importa”. En Kaztman, Ruben (coord.). Vulnerabilidad, Activos y Exclusión social en Argentina y Uruguay. Santiago de Chile: OIT-FORD; y Kaztman, Ruben. “Seducidos y abandonados: pobres urbanos, aislamiento social y políticas públicas”, a ser publicado en Revista de la CEPAL, diciembre de 2001. Una detallada revisión de la literatura en Estados Unidos sobre los efectos del vecindario en relación a distintos tipos de comportamiento se encuentra en: Jencks, Christopher y Mayer, Susan. 1990. “The Social Consequences of Growing Up in a Poor Neighborhood”. En Lynn, Laurence y McGeary, Michael (eds.). 1990. Inner City Poverty in the United States. Washington: National Academy Press. pp. 111-186.
■ 112 /
prueba de matemáticas, cifra levemente su-
que considera el porcentaje de hogares
perior al 63,6% de suficiencia que mostra-
en cada barrio que tienen al menos un
ron los alumnos que, con antecedentes fa-
integrante con ocupación de alto status,
miliares más favorables (alto clima educativo
el cuadro 24 permite examinar sus efec-
y padres casados), prolongaban sus estudios
tos sobre la extraedad.47 Una primera lectura del cuadro 24 per-
en establecimientos educativos en los que
mite apreciar que, independientemente del
predominaba un nivel sociocultural bajo.
portafolio de activos del hogar de los niños
3. Contexto vecinal
(climas educativos bajos, medios o altos) y de la capacidad familiar de transmisión de
La composición social de los vecinda-
esos activos (no casados o casados), a
rios también incide en la vida de las perso-
medida que los barrios elevan su porcen-
nas y, en particular, en el comportamiento
taje de hogares con ocupaciones de alto
de niños y adolescentes. La composición
status, se reduce la vulnerabilidad de los
social más problemática es aquella que ca-
niños al rezago y la deserción escolar.
racteriza a las áreas urbanas donde se re-
En segundo lugar, también se puede
gistra una alta densidad de hogares con
apreciar que el impacto de la composi-
carencias. Como estos temas han sido tra-
ción social del vecindario sobre el com-
tados extensamente por los autores para
portamiento de riesgo de estos niños es
el caso uruguayo en otros documentos,46
mayor allí donde la configuración de acti-
este apartado se limitará a considerar sólo
vos y la organización familiar muestran
lo que tiene que ver con la emergencia de
más debilidades. Así, entre los niños de
problemas de deserción y rezago escolar,
hogares donde los adultos tienen baja
esto es, lo que se ha llamado “extraedad”.
educación, son monoparentales o no se
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 24 Porcentaje de menores de 8 a 15 años con extraedad, por clima educativo del hogar y estado civil de los padres según composición social del barrio. Montevideo, 1996 Composición social del barrio
Estado civil de los padres
Clima educativo
Bajo
Medio
Alto
Total Baja
Media
Alta
No Casados
47,1
38,7
31,0
42,3
Casados
36,0
28,3
24,1
32,0
Total
41,1
32,9
27,3
36,7
No Casados
26,8
19,8
17,0
20,0
Casados
19,6
16,7
15,6
16,9
Total
21,7
17,6
16,0
17,8
No Casados
21,3
16,0
16,0
16,4
Casados
16,8
13,7
15,0
15,2
Total
18,1
14,3
15,2
15,2
38,1
26,4
18,9
19,2
TOTAL
Las características de las estructuras familiares se vuelven más importantes para el niño cuanto más riesgoso el contexto vecinal.
Fuente: IPES en base a datos del Censo de Población y Vivienda, Uruguay, 1996.
ha formalizado la relación conyugal entre
a otras influencias. Al contrario, la mayor
las personas que operan como madre y
solidez de las orientaciones que brinda
padre, la probabilidad de quedar rezaga-
una familia con recursos y con capaci-
do o de desertar de la escuela se reduce
dad de transmitirlos tiende, por lo gene-
casi en un 40% cuando se pasa de un
ral, a reducir la necesidad de los niños de
barrio de baja a otro de alta composición
buscar alternativas emocionales o norma-
social (de 47,1% a 31,0%). En cambio,
tivas fuera de ella. En otras palabras, la
cuando se trata de hogares de alto clima
vulnerabilidad familiar de los niños pare-
educativo y con padres casados, el he-
ce aumentar su susceptibilidad a los fac-
cho de residir en uno u otro de estos ve-
tores que operan en el entorno vecinal.
cindarios no parece tener mayor efecto
Los datos recién discutidos también
sobre la extraedad en los niños (los por-
admiten otra lectura que no escapa al
centajes pasan de 16,8 a 15,0).
sentido común: las características de las
En rigor, estos datos sólo brindan una
estructuras familiares se vuelven más im-
base empírica para apuntalar imágenes
portantes para el niño cuanto más
que la mayoría de las personas constru-
riesgoso el contexto vecinal. Se trata en
ye en la vida cotidiana: las familias débi-
este caso de la capacidad de los padres
les suelen tener una menor capacidad de
de controlar los efectos de pasivos que,
contención de sus niños, quienes procu-
por residir en un área con alta densidad
ran compensar las insuficiencias norma-
de carencias, inevitablemente forman
tivas o emocionales del hogar incorporán-
parte de la configuración de recursos del
dose a las redes que forman sus amigos
hogar, como es el caso de padres que
en la calle o en la escuela, o abriéndose
tienen éxito en construir alternativas que
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47. Se considera una ocupación de alto status a los patrones, gerentes, directivos, administradores, científicos, artistas, intelectuales, técnicos y profesionales.
/ 113 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
D. Evolución de la distribución de los niños en contextos de riesgo
Gráfico 41 Porcentaje de rezago escolar en menores de 8 a 15 años con clima educativo del hogar bajo y cuyos padres no se encuentran casados, según composición social del barrio. Montevideo, 1996
1. Hogares En la primera parte de este capítulo se mencionaron las tendencias de comporta-
50
mientos de riesgo en niños y adolescen40
tes. Posteriormente pudimos constatar el impacto que tienen distintas configuracio-
30
nes contextuales (familia, escuela, vecinda20
rio) sobre la emergencia de dichos com-
10
portamientos. Cabe preguntarse ahora cómo ha evolucionado la distribución de los
0 Baja
Media
niños entre contextos más o menos favo-
Alta
rables a la emergencia de tales comporta-
Composición social del barrio
mientos. La información sobre esas tenden-
Fuente: IPES en base a datos del Censo de Población y Vivienda, Uruguay, 1996.
cias permitirá mejorar nuestra capacidad para anticipar los desafíos que deberá enpermiten a sus hijos eludir la influencia de
frentar la sociedad uruguaya para romper
vecindarios en los que predominan hábi-
los mecanismos que reproducen la pobre-
tos, actitudes y expectativas, cuya incor-
za en el país.48
poración podría bloquear los caminos al
Veamos en primer lugar cómo son las
bienestar.
48. Aquí sólo presentamos la evidencia pertinente a la evolución de la distribución de la población de 0 a 5 años en los distintos contextos de riesgo, con la excepción de los establecimientos educativos donde se considera la población en edad escolar.
■ 114 /
tendencias en cuanto a la distribución de
Por último, el gráfico 41 presenta la
los niños entre los contextos familiares de
relación entre la composición social de los
menor o mayor riesgo. Las cifras del cua-
barrios y la extraedad, pero sólo en el tipo
dro 25 señalan que en el período 1991-
de familias que en promedio presentan las
1999 se produjo una mayor concentración
mayores carencias en cuanto capacidad
de niños entre 6 y 12 años en las catego-
de socialización —bajo clima educativo
rías de hogares con mayor déficit relativo
y jefe y cónyuge en unión consensual—.
de activos y que, por esa razón, presenta-
En 1996, esas familias representaban
ban condiciones favorables a la emergen-
12.960 niños que constituían aproxima-
cia de comportamientos de riesgo. Así, la
damente el 13% de la población de esa
población infantil exhibió crecimientos en-
edad en Montevideo. En el gráfico, el lec-
tre los hogares que se ubicaban en niveles
tor puede visualizar cómo se reduce la
bajos y medios de ingreso, y en cada una
probabilidad de quedar rezagado o de
de estas categorías, en los que habían acu-
desertar del sistema educativo entre los
mulado menor capital educativo (ver terce-
niños con fuertes desventajas sociales a
ra columna). En cuanto a las estructuras
medida que se eleva la densidad de cla-
familiares que tienen que ver con la capaci-
ses medias en los barrios, y con ello, la
dad de transmisión de activos, se puede
heterogeneidad social del vecindario.
observar que aquellos menores en familias
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
inestables aumentaron un 40%, en familias
racterísticas de los hogares de origen de
monoparentales un 22%, mientras que dis-
los estudiantes. Se encontró que la expo-
minuyó en un 10% la proporción de niños
sición a ámbitos de composición
en familias biparentales y estables (ver últi-
sociocultural heterogénea, donde los alum-
ma fila del cuadro 25). Como se aprecia en
nos con menos recursos tienen oportuni-
la última columna, el peso relativo de la in-
dad de interactuar con sus pares de clase
fancia que convive con ambos padres en
media, mejoraba sus expectativas y logros
uniones formales descendió en todos los
académicos. Por el contrario, la reducción
estratos sociales, reforzando una tendencia
de esas oportunidades generaba actitudes
que, como se corroboró en cuadros ante-
y comportamientos que conspiraban con-
riores, tiende a erosionar la capacidad de
tra sus posibilidades de seguir acumulan-
las familias de transmitir activos a sus hijos.
do capital humano. En este punto se trata de explorar cuál ha sido la evolución reciente en cuanto a la distribución de los ado-
2. Establecimientos educativos
lescentes en los distintos establecimientos. En secciones anteriores hemos podido
No contamos, desafortunadamente, con
constatar el significativo impacto que tie-
información que permita examinar esa ten-
nen las variaciones en el clima sociocultural
dencia en todos los colegios. Los datos de
de los establecimientos de enseñanza so-
la Encuesta de Hogares sólo permiten dis-
bre las aspiraciones educacionales y el des-
tinguir entre establecimientos públicos y pri-
empeño en matemáticas de los adolescen-
vados, y no provee elementos que permitan
tes, aun cuando se controlan algunas ca-
diferenciar entre los primeros según la com-
Cuadro 25 Evolución del porcentaje de niños de 6 a 12 años por clima educativo e ingreso per cápita del hogar, según estructura familiar. Uruguay urbano, 1991-1999 (1991=100)
Ingreso per cápita
Clima educativo
Crecimiento del porcentaje de niños de 6 a 12 años entre 1991 y 1999
Por tipo de estructura familiar Biparental inestable
Monoparental
Biparental estable
Bajo
Bajo
115,9
146,3
134,5
98,7
Bajo
Medio
103,0
145,2
145,2
87,5
Bajo
Alto
76,6
211,6
121,3
58,5
Medio
Bajo
103,9
127,0
110,8
97,8
Medio
Medio
99,9
126,8
104,8
96,2
Medio
Alto
84,9
117,6
90,7
82,8
Alto
Bajo
63,9
43,4
194,8
53,6
Alto
Medio
89,1
136,7
133,0
80,5
Alto
Alto
95,6
212,6
115,8
89,3
140,6
122,4
89,8
Total
Se encontró que la exposición a ámbitos de composición sociocultural heterogénea, donde los alumnos con menos recursos tienen oportunidad de interactuar con sus pares de clase media, mejoraba sus expectativas y logros académicos. Por el contrario, la reducción de esas oportunidades generaba actitudes y comportamientos que conspiraban contra sus posibilidades de seguir acumulando capital humano.
Fuentes: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 26 Distribución de las escuelas primarias por su clima sociocultural, según región y carácter público-privado. Uruguay, 1996 SUBSISTEMA ESCUELAS PRIMARIAS Composición Sociocultural
Mtvdeo. públicas
Mtvdeo. privadas
Favorable
33,5
89,4
11,4
61,6
—-
26,4
Media
23,4
6,8
15,9
23,2
3,5
15,1
43
3,8
72,7
15,2
96,5
59,5
100%
100%
100%
100%
100%
100%
Desfavorable Total
Interior públicas
Interior privadas
Rurales
Total
Fuente: IPES en base a datos del MECAEP de la ANEP. Año 1996.
portafolios de activos más ricos, y que lo
Cuadro 27 Porcentaje de adolescentes de 13 a 17 años de edad que asisten a colegios privados pagos, por clima educativo e ingreso per capita del hogar.* Montevideo, 1991-1999
contrario sucede con los colegios públicos, lo que se puede apreciar a través de los datos del cuadro 26. De todos modos, es importante subrayar que estos últimos tam-
Ingreso per cápita
Clima
bién exhiben importantes diferencias, no sólo
educativos
% que asiste a colegios privados 1991
Bajo
Medio
Alto
de acuerdo al nivel sociocultural medio de
1999
sus alumnos (medido por el promedio de los
Bajo
4,2
—-
años de estudios de las madres de los que
Medio
3,3
2,4
asisten a cada establecimiento) sino también
Alto
6,8
8,7
conforme a la excelencia de los profesores,
Subtotal
4,1
2,4
la calidad de la infraestructura y de la dota-
Bajo
15,9
5,3
ción didáctico-pedagógica, por lo que re-
Medio
11,1
12,1
sulta conveniente reiterar que los datos so-
Alto
19,3
26,9
bre tendencias que se presentan a continua-
Subtotal
14,4
14,7
ción deben considerarse sólo como una
Bajo
30,3
25,0
aproximación a la segmentación educativa
Medio
35,2
39,4
que existe en la sociedad uruguaya.50
Alto
52,3
67,1
Los datos del cuadro 26 permiten se-
Subtotal
46,7
58,1
guir la evolución del peso relativo de la edu-
26,3
31,5
cación secundaria privada y paga en Mon-
TOTAL
tevideo en la última década con los resultados siguientes:
* Sobre el total de la población de 13 a 17 años que asiste a establecimientos educativos.
• Se produce una deserción de los esta-
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
blecimientos públicos de adolescentes 49. Según los datos de la Encuesta Continua de Hogares, las escuelas privadas gratuitas cubren menos del 3% del alumnado urbano.
■ 116 /
posición sociocultural de sus alumnos. Por
provenientes de los hogares con ingre-
lo tanto, hemos partido del supuesto que
sos más altos per cápita, que aumen-
los colegios privados, la gran mayoría de los
tan su participación en el sector priva-
49
cuales son pagos, nuclean a los adoles-
do en un 24,4%. No se producen cam-
centes que provienen de hogares con
bios en los estratos de ingresos me-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 28 Crecimiento de la población de distintos grupos etáreos por compsición social de los barrios. Montevideo, 1991-1998 (1991=100) Tramos de edad
Composición social de los barrios
0-5
6-12
13-17
18-64
Alta
86,8
86,9
90,4
94,2
99,3
93,9
Media
89,6
96,0
93,4
97,6
100
96,6
141,0
133,8
127,1
121,6
104
122,7
Baja
65 y más
Total
Fuente: IPES en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
dios y aumenta la concentración de los
niños en contextos vecinales de distinto ni-
alumnos de hogares de ingresos bajos
vel de riesgos. El cuadro 28 presenta el cre-
en los establecimientos públicos.
cimiento entre 1991 y 1998 de la pobla-
• Una mirada a los datos de la última
ción de distintos grupos de edad en cada
columna permite constatar que el cli-
barrio según su composición social, toman-
ma educativo del hogar juega un papel
do como indicador de ésta el porcentaje
más importante que el ingreso per
de hogares que tienen al menos un inte-
cápita en el desplazamiento de alum-
grante con status ocupacional alto.
nos hacia el sector privado. Este he-
Como se puede observar, en la última
cho refuerza la idea que las transfor-
década se registra una mayor concentra-
maciones que se están operando en
ción de población de Montevideo en los
los ámbitos de enseñanza secundaria
vecindarios de baja composición social, si-
implican un empobrecimiento del cli-
guiendo un patrón de crecimiento que lidera
ma sociocultural en el sector público
la población de edades más bajas.
por abandono de los alumnos que portan a los colegios hábitos, actitudes y
E. Consideraciones finales
expectativas alimentadas en un clima familiar de altos logros educativos.
Resumiendo los resultados de las distintas secciones de este capítulo, se pue-
3. Barrios
de afirmar que el aumento de la precarie-
Como se ha visto en puntos anteriores,
dad familiar, de la segmentación educativa
la composición social de los vecindarios
y de la segregación residencial agudiza el
provee estructuras de oportunidades que
aislamiento de los pobres urbanos y activa
nutren contenidos mentales con importan-
mecanismos que favorecen su reproduc-
tes consecuencias sobre la vulnerabilidad
ción intergeneracional, lo que amenaza a
de niños y adolescentes a comportamien-
los niños de hoy con una pobreza futura
tos de riesgo. Por ende, es importante rea-
más endurecida.51 En efecto, los niños y
lizar una primera aproximación a las ten-
adolescentes uruguayos son afectados por
dencias en cuanto a la distribución de los
profundas transformaciones en la familia,
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50. Cabe agregar que “En Uruguay, la relevancia de esta diferenciación es reciente. La gran mayoría de los actuales padres uruguayos de clase media provienen de la escuela pública y una porción de ellos envía sus hijos a la escuela privada. Como tales es probable que hayan tenido una experiencia directa con las bondades de esa función integradora, que se hayan esforzado por mantener un nivel aceptable de calidad de estos servicios, y que sólo hayan tomado la decisión de enviar a sus hijos a la escuela privada y paga ante el deterioro evidente de la misma.” Kaztman, Ruben, 1997. “Marginalidad e integración social en Uruguay”. En Revista de la CEPAL nº 62, Santiago de Chile: CEPAL. 51. Los procesos que actúan para reforzar esos mecanismos operan en forma continuada aunque lenta, de manera que para la gran mayoría de la población su dinámica pasa usualmente desapercibida. Es solo a partir de estudios como los realizados en este capítulo, y la consecuente acumulación de evidencia sobre la forma en que los comportamientos de riesgo que corresponden a distintas etapas del ciclo de vida se eslabonan en el tiempo, que comienza a perfilarse esa dinámica. De este modo, los distintos comportamientos de riesgo ya no son vistos como fenómenos aislados sino como manifestaciones en la superficie de mecanismos de reproducción intergeneracional de la pobreza que operan bajo la superficie.
/ 117 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
la escuela y el vecindario, ámbitos que, con
vida previo, lo hace en el momento que para
distinta significación en distintas etapas de
una gran mayoría de esa población se plan-
sus ciclos de vida, constituyen las fuentes
tea el encuentro entre los niveles de califica-
principales de los activos que necesitan
ción alcanzados y las características domi-
para poder transitar, con alguna probabili-
nantes en las demandas del mercado.
dad de éxito, los senderos del bienestar.
Cuando se analiza la evolución históri-
En un escenario en que el conocimien-
ca de los logros educativos de la adoles-
to pasa a constituir el eje central de la diná-
cencia uruguaya haciendo abstracción de
mica productiva presente y futura, parece
los cambios en los requerimientos de califi-
razonable asumir que los logros educati-
cación, el cuadro que emerge no parece
vos al final de la adolescencia definen un hito
ser causa de alarma mayor. De los datos
que, al mismo tiempo que sintetiza la acu-
surgen avances continuos aunque gradua-
mulación de riesgos a lo largo del ciclo de
les. Pero cuando se comparan esos avances con los de otros países de la región que enfrentan desafíos similares para su
Cuadro 29 Indicadores de logros educativos de adolescentes y jóvenes urbanos. 16 países de América Latina, 1998
transformación productiva comienza a perfilarse la lentitud con que progresa el nivel de los recursos humanos en Uruguay. En
(1)
(2)
(3)
(4)
Argentina
31,9
35,1
55
62,8
Bolivia
26,9
21,7
efecto, como se puede apreciar en el cuadro 29, una rápida comparación con el ritmo de crecimiento de logros educativos en
Brasil
53,0
57,2
29
89,2
los restantes países de la región arroja una
Chile
17,1
18,9
69
65,5
evaluación negativa de la capacidad de res-
Colombia
35,0
36,0
57
81,6
puesta uruguaya a las nuevas demandas
Costa R.
40,9
41,5
47
89,9
del mundo de la producción.
Ecuador
35,1
36,9
54
El Salva.
43,3
42,4
45
Honduras
58,9
63,8
México
55,2
51,0
66
Nicaragua
49,9
51,0
39
Panamá
28,9
31,5
57
Paraguay
42,9
39,9
40
tivo con menos de 10 años de instrucción.
R.Domin.
43,1
47,0
38
La columna 2 permite apreciar que en tér-
La columna 1 del cuadro muestra que alrededor de 1998, Uruguay ocupaba uno 95,9
de los primeros lugares en la región en cuanto al porcentaje de jóvenes urbanos entre 20 a 24 años que no estudiaban y
78,3
Uruguay
46,4
53,7
32
110.7
Venezuela
48,7
55,6
38
94,2
que habían abandonado el sistema educa-
minos relativos a la región, el problema es más severo entre varones que entre mujeres, ya que la posición de Uruguay con res-
(1) Porcentaje de jóvenes de 20 a 24 años que no estudian y tienen menos de 10 años de instrucción. Totales para áreas urbanas. Circa 1998. (2) El mismo porcentaje anterior para hombres.(3) Porcentaje de jóvenes urbanos que a los 20 o 21 años (según la edad de ingreso a la educación primaria en el país) no han completado el ciclo secundario de estudios (según la duración de éste en el país, 11 o 12 años) estén o no asistiendo a establecimientos educativos. (4) Datos para 1998 para jóvenes de 20 a 24 anos que no estudian y tienen menos de 10 años de instrucción (columna 1), tomando 1990=100.
pecto a este índice de insuficiencia de logros educativos asciende cuando se consideran solamente los varones. En la columna 3 se puede observar que sólo el 32% de los jóvenes uruguayos de 20 o 21 años
Fuente: IPES en base a datos del Panorama Social de América Latina, Santiago de Chile, CEPAL, 2000.
residentes en áreas urbanas habían completado el ciclo secundario, lo que ubicaba
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
RECUADRO 12
Algunas precisiones metodológicas y controles de confiabilidad Como la imagen que se desprende de estos datos no se compagina con la que tienen los propios uruguayos sobre su posición relativa en el campo educacional, nuestra primera reacción fue sospechar de los datos. En realidad hay fundamentos para esa sospecha. Un primer argumento es que las encuestas de hogares en Uruguay tienen un mayor nivel de confiabilidad que la mayoría de las de los otros países, lo que en general es reconocido entre los productores y usuarios de estas fuentes. Sin embargo, a ello cabría responder que no hay por qué pensar que las otras encuestas estén consistentemente sesgadas para ofrecer un perfil más favorable de la situación educativa.Además, cuando se comparan las cifras con las de los países para los cuales se reconoce un nivel de confiabilidad similar en la información (caso de Chile,Argentina, Costa Rica y Panamá, por ejemplo), las posiciones relativas se mantienen. Un segundo argumento es que el sistema educativo uruguayo es más exigente que el resto, por lo cual los estudiantes requieren más tiempo que en otros países para terminar sus estudios secundarios. Hemos puesto a prueba este argumento, controlando el porcentaje de jóvenes de 20, 21, 22 y 23 años que terminan su secundaria para 1997 y para 1999, encontrando que los resultados son similares a los publicados en el Panorama Social de la CEPAL. Un tercer argumento para dudar de estos resultados es que al considerar sólo las áreas urbanas no se toma en cuenta que muchos de los países que se utilizan en la comparación mantienen importantes porcentajes de jóvenes en las áreas rurales que alcanzan mínimos logros educativos. Esto es cierto. Pero no es menos cierto que al comparar la situación con países urbanizados como Argentina, Chile, Panamá o Colombia, la situación de Uruguay en estos indicadores sigue siendo deficitaria. Finalmente, se puede argüir que los promedios esconden distribuciones muy desiguales del capital educativo de los jóvenes urbanos y que para capturar esa dimensión (en la cual tradicionalmente Uruguay ha tenido una posición de liderazgo) es necesario observar cual es la situación de los jóvenes en los distintos estratos socioeconómicos. Este argumento tiene sentido, pero sólo parcialmente. Por un lado, es cierto que Uruguay lidera la región dada la escasa proporción de su población económicamente activa con muy bajos niveles de instrucción (por ejemplo, con menos de seis años de educación). Pero por otro lado, cuando consideramos la educación media, encontramos que la débil posición relativa del país en cuanto al desarrollo de sus recursos humanos se debe fundamentalmente al bajo desempeño de los jóvenes que se ubican en el cuartil inferior de ingresos per cápita de los hogares, donde el porcentaje de aquellos que completaron la educación secundaria sólo supera a la performance de Brasil, siendo inferior a la de otros trece países latinoamericanos para los que se dispone de información. De hecho, es uno de los dos países (el otro es Paraguay) que no muestra en el período 1990-1998 aumentos en el porcentaje de jóvenes de 20 años que completaron la secundaria, lo que estaría reflejando un grave estancamiento en la formación de los recursos humanos nacionales.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ción), de donde se desprende que sólo en
Gráfico 42 Porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años que trabajan y no asisten a establecimientos educativos, 10 países de América Latina. Areas urbanas, 1994
Uruguay se produjo un aumento de jóvenes en esa situación. Alguna evidencia adicional completa este paisaje de relativo estancamiento del desa-
70 60 50 40 30 20 10 0
rrollo del capital humano en el país. Como se aprecia en el gráfico 42, Uruguay se destaca en la región por la muy alta proporción de adolescentes urbanos que abandonan Br as il M éx ico Ur ug ua y Ho nd ur as
Co lo m bi a Ve ne zu ela Pa na m á Ar ge nt in a
Ri ca
Co st a
Ch ile
los estudios para incorporarse al mercado
Hombres, cuartil más pobre
de trabajo. La edad de deserción del sistema educativo es un buen indicador de la inversión que están haciendo los individuos y
Hombres
los hogares para adquirir recursos humanos Se incluye el trabajo en tareas domésticas.
escasos, esto es, aquellos crecientemente
Fuente: IPES en base al cuadro V.23, p.109 del Panorama Social de América Latina, 1997, Santiago de Chile, CEPAL, 1998.
demandados y cuya formación requiere de
al país en una posición inferior a todos los
este sentido, y como se puede apreciar en
demás (para los que se dispone de infor-
las cifras del cuadro 29, el problema uru-
mación) superando sólo a Brasil. Cabe su-
guayo es relativamente mayor entre los va-
brayar que la débil posición del país en
rones que entre las mujeres, puesto que un
cuanto al desarrollo relativo de sus recur-
44% de los primeros ha abandonado los es-
sos humanos se debe tanto al bajo des-
tudios para insertarse en el mercado de tra-
empeño de los jóvenes que se ubican en el
bajo. La comparación con Chile (18% en esa
primer cuartil de ingresos, como a los que
situación), uno de los países que lidera el
se ubican en el cuartil de ingresos más alto,
crecimiento económico en la región, es útil
donde el porcentaje de aquellos que alcan-
para ilustrar este retraso relativo.
De hecho Uruguay es uno de los dos países (el otro es Paraguay) que no muestra en el periodo 19901998 aumentos en el porcentaje de jóvenes de 20 años que completaron la secundaria, lo que estaría reflejando un grave estancamiento en la formación de los recursos humanos nacionales.
■ 120 /
periodos prolongados de aprendizaje. En
zaron una educación superior a los 13 años
Curiosamente, la comparación de las
es inferior a la de muchos países de la re-
cifras tampoco da sustento a las caracte-
gión. De hecho, Uruguay es uno de los
rísticas de equidad tan centrales a la ima-
dos países (el otro es Paraguay) que no
gen interna y externa de la sociedad uru-
muestra en el período 1990-1998 aumen-
guaya puesto que, contrariamente a lo que
tos en el porcentaje de jóvenes de 20 años
cabría esperar en base a esos anteceden-
que completaron la secundaria, lo que es-
tes, los porcentajes de abandono escolar
taría reflejando un grave estancamiento en
de los adolescentes que provienen del 25%
la formación de los recursos humanos na-
de los hogares con ingresos más bajos se
cionales. Finalmente, la columna 4 permite
apartan del promedio general en un 12%,
comparar la diferente evolución que han ex-
diferencia mucho mayor que la que presen-
hibido algunos países en la década pasa-
tan países de similar desarrollo, como Ar-
da en cuanto a la proporción de los jóve-
gentina, Chile y Costa Rica, donde se dan
nes urbanos de 20 a 24 años en situación
en un entorno menor al 3%.
de riesgo (aquellos que no estudian y han
Al resumir estas tendencias se puede
completado menos de 10 años de educa-
afirmar que, pese a las evidentes bonda-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
des de las innovaciones introducidas por la
contribuye tanto a la pobreza de los hoga-
reforma en el sector, sus efectos no alcan-
res como a su aislamiento del resto de la
zaron a reflejarse en avances netos de la
sociedad.
capacidad del sistema educativo por rete-
En síntesis, este recorrido por datos
ner a los adolescentes. Mejoran sus logros
comparados de la región ha servido para
educativos pero a un ritmo claramente in-
resaltar la existencia de fuertes carencias y
suficiente para enfrentar los desafíos que
debilidades en la capacidad de retención
plantea la acelerada incorporación de in-
del sistema educativo uruguayo en el nivel
novaciones tecnológicas y los consecuen-
secundario y, por ende, en la formación de
tes aumentos en los niveles de calificación
los recursos humanos que resultarán cen-
requerida.
trales para tener alguna probabilidad de
Obviamente sería incorrecto atribuir es-
éxito en el marco de las estrategias de de-
tas insuficiencias a los efectos de las nece-
sarrollo actualmente en curso. Como se ha
sarias transformaciones que se están lle-
enfatizado reiteradamente a lo largo de este
vando a cabo en el sector educativo. Y ello
capítulo, en la interpretación de esos bajos
al menos por dos razones. La primera es
logros educativos deben tenerse en cuen-
muy conocida y se refiere a que en 1998
ta las acumulaciones previas de compor-
(año para el cual se presentan los datos
tamientos de riesgo así como los procesos
cuadro) la reforma no contaba todavía con
de fragmentación que están favoreciendo
el tiempo de maduración necesario para
el desacoplamiento de un sector de la ju-
que sus efectos se reflejaran en los logros
ventud con respecto al resto de la socie-
académicos de los adolescentes cuyos
dad. El problema de la insuficiente reten-
comportamientos se analizan. La segunda
ción educativa se convierte de este modo
es que la eficiencia de las iniciativas pro-
en una poderosa señal para identificar pun-
movidas desde la esfera educativa depen-
tos cruciales de intervención en cada una
de de la medida en que sus acciones son
de las etapas del ciclo de vida, donde ac-
contrarrestadas o potenciadas por las in-
ciones eficientes puedan activar mecanis-
fluencias que ejercen sobre el alumno otros
mos virtuosos de desarrollo del potencial
contextos y esferas, cuyo funcionamiento
de niños y adolescentes.
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Este recorrido por datos comparados de la región ha servido para resaltar la existencia de fuertes carencias y debilidades en la capacidad de retención del sistema educativo uruguayo en el nivel secundario y, por ende, en la formación de los recursos humanos que resultarán centrales para tener alguna probabilidad de éxito en el marco de las estrategias de desarrollo actualmente en curso.
/ 121 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Capítulo VII
Hacia un sistema nacional de políticas para la infancia y la familia en Uruguay*
A. Introducción
seer, una fuerte deuda con la articulación entre política y técnica antes que entre po-
E
lítica e intereses.
n toda sociedad democrática y en todo sistema político existe un con-
El conocimiento acumulado sobre es-
junto de áreas de acción pública que, por
tos temas por los miembros del equipo que
su importancia para el presente y futuro del
ha elaborado este Panorama, tanto como
país, suelen convocar un consenso, de
las entrevistas con responsables de dis-
modo que las intervenciones en esas áreas
tintos programas relacionados con la in-
queden relativamente aisladas de las pug-
fancia y la familia en el país, y los resulta-
nas, normales en la vida democrática, en-
dos del análisis realizado en los capítulos
tre los intereses económicos y políticos de
precedentes, llevan a concluir que a la pro-
los distintos actores y sectores sociales.
blemática de infancia y familia no se le ha
Este suele ser el caso, por ejemplo, de
asignado hasta el momento el carácter de
la política de defensa nacional, de la de-
política de Estado, y que lograr ese status
fensa de los productos básicos de expor-
es un objetivo a alcanzar en el plazo más
tación frente a plagas y enfermedades o
corto posible.
de las acciones frente a desastres natura-
Esa política debe partir de compren-
les. Todas estas instancias colocan a los
der que el futuro social y económico de-
actores en un plano de debate y colabo-
pende en buena medida de la reversión
ración diferente que, sin dejar de recono-
de tres procesos que se han instalado con
cer los distintos intereses de los actores,
creciente claridad en el país. En primer lu-
operan en la dirección de maximizar la co-
gar, se ha producido en el país un prolon-
operación y minimizar tanto el conflicto
gado proceso de ajuste generacional que
como la búsqueda de beneficios particu-
contribuyó a la infantilización creciente de
lares, sectoriales o partidarios.
la pobreza. En segundo lugar, se activa-
Estas áreas son usualmente definidas
ron mecanismos de reproducción
como políticas de Estado. Las mismas su-
intergeneracional de la pobreza cuyo fre-
ponen una serie de acuerdos básicos so-
no requiere de estrategias adecuadas. Fi-
bre el significado y relevancia del proble-
nalmente, y como resultado de estos pro-
ma para la sociedad, lo que permite avan-
cesos, se produjo un endurecimiento de
zar en consensos adicionales relativos a
la pobreza que aumenta las probabilida-
su diagnóstico. La evolución de las políti-
des futuras de exclusión social de impor-
cas de Estado se basa menos en la bús-
tantes sectores de la población infantil,
queda de culpables que en la definición
adolescente y joven.
de soluciones. En general, su diseño e
Este triple desafío implica, por un lado,
implementación posee, o tendría que po-
modificar las formas básicas en que fun-
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En todo sistema político existe un conjunto de áreas de acción pública que, por su importancia para el presente y futuro del país, suelen convocar un consenso, de modo que las intervenciones en esas áreas queden relativamente aisladas de las pugnas, normales en la vida democrática, entre los intereses económicos y políticos de los distintos actores y sectores sociales.
* El presente capítulo contó con la colaboración de Cecilia Zaffaroni.
/ 123 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
¿Deben las políticas y programas en beneficio de la infancia actuar directamente sobre el niño, o deben hacerlo sobre sus familias? Planteados en términos doctrinales que defienden la superioridad inherente de una opción sobre otra, estos debates resultan estériles.
cionan las estructuras de oportunidades
neración que pretende entender cómo y
que brindan el Estado, el mercado y la co-
por qué los niveles agregados de bienes-
munidad. Por otro lado implica desarro-
tar no se extienden a ciertos estratos y
llar, en forma más concreta, un plan na-
cómo éstos son crecientemente excluidos
cional de atención a la infancia y la familia,
de dicho bienestar, consolidándose formas
que si bien ha comenzado a ser esboza-
de endurecimiento de la pobreza y de su
do en los nuevos perfiles de algunas de
reproducción intergeneracional.
las políticas públicas, todavía no ha ma-
El desarrollo de un marco conceptual
durado ni adquirido suficiente forma y sus-
y un sistema de indicadores y análisis que
tancia.
diera cuenta de los procesos y dinámi-
Las páginas que siguen buscan ofre-
cas que llevan a los niños a vivir en situa-
cer al lector un esquema sintético del ac-
ción de pobreza y eventual exclusión no
tual conjunto de desafíos que hemos iden-
fue animado principalmente por el espíri-
tificado a lo largo de este diagnóstico para
tu académico ni por el afán de elaborar
luego, desde nuestro marco conceptual y
teoría abstracta. La mayor potencialidad
con los insumos que se ofrecieron en este
de este enfoque está, creemos, en que
informe, desarrollar una propuesta de
constituye un importante avance para la
lineamientos estratégicos que permita
provisión de antecedentes con vistas a
avanzar hacia un sistema de protección a
elaborar programas y políticas públicas
la infancia y la familia en el Uruguay.
más eficaces.
B. Activos, estructura de oportunidades y políticas para la infancia
2. Un debate estéril En la última década y media se ha planteado, desde diferentes ámbitos, un importante debate sobre la forma que debe
1. Un salto cualitativo
asumir la prestación de beneficios y servi-
■ 124 /
Como se ha señalado en este informe,
cios sociales. Son conocidas las
la región ha avanzado notoriamente en las
dicotomías universalismo-focalización,
últimas dos décadas en materia de inno-
centralización-descentralización,
vación de indicadores sociales, incluso en
sectorialidad-integralidad, y estatismo-
los que refieren a la infancia. Pero también,
privatización. A ellas se suma, en nuestro
como se insistió en el punto anterior, este
caso, una disyuntiva adicional: ¿deben las
avance se realizó en base a dos tipos de
políticas y programas en beneficio de la
indicadores que, más allá de sus poten-
infancia actuar directamente sobre el niño,
cialidades, presentan limitaciones. Los
o deben hacerlo sobre sus familias?
indicadores de primera generación permi-
Planteados en términos doctrinales
ten ordenar países de acuerdo a sus nive-
que defienden la superioridad inherente de
les agregados de bienestar, en tanto los
una opción sobre otra, estos debates re-
de segunda generación permiten identifi-
sultan estériles. Estas alternativas son
car poblaciones con carencias específicas.
medios para perseguir fines ulteriores de
El marco conceptual y los indicadores aquí
bienestar, equidad e integración social. Por
propuestos pertenecen a una nueva ge-
lo tanto, es necesario una adecuada com-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
prensión de las bases del malestar,
cesos, brindará las herramientas para me-
inequidad y desintegración social. Dicha
jorar la eficiencia de las intervenciones.
comprensión no se logra mediante el aná-
¿Es buena la descentralización educa-
lisis de medidas descriptivas y agregadas
tiva de currícula y recursos en el contexto
de bienestar. Ciertamente estas medidas
de sociedades territorialmente segmenta-
son importantes en tanto fijan metas y se-
das y en que el capital social y humano
ñalan hacia donde se debe avanzar, pero
está concentrado en ciertas localidades y
no dicen nada sobre cómo transitar dicho
brilla por su ausencia en otras? ¿Es posi-
camino. Tampoco podemos estar satisfe-
tiva una política focalizada de apoyo a los
chos con las medidas de segunda gene-
padres en familias que, debido a su es-
ración que identifican grupos sociales y sus
tructura, poseen una muy baja capacidad
carencias. Estas medidas ayudan a iden-
para transmitir activos a sus hijos, aun
tificar a los grupos objetivos y llaman la
cuando cuenten con ellos? Estas pregun-
atención sobre situaciones inaceptables,
tas simplemente buscan alertar sobre la
pero poco ayudan a entender cómo y por
ingenuidad de pensar que la selección de
qué estos grupos sociales se encuentran
políticas y sus formatos de prestación y
en dichas situaciones.
organización puede realizarse sobre la
Para ello es necesario abordar el com-
base de un debate doctrinal o a partir de
plejo sistema de activos con que cuentan
datos descriptivos simples. Creemos que
las familias, identificar las fuerzas que ope-
el informe que aquí se presenta en forma
ran desde el Estado, el mercado y la co-
resumida, y el marco conceptual y análisis
munidad para distribuir asimétricamente
que lo sustenta, permiten avanzar en
estos recursos y, muy especialmente en
insumos fundamentales para pensar más
nuestro caso, comprender cuáles son los
adecuadamente las opciones de políticas
factores que determinan la capacidad y efi-
que ataquen la pobreza infantil (su endu-
ciencia con que las familias transfieren es-
recimiento y reproducción intergenera-
tos activos a sus niños y bloquean los efec-
cional) y reduzcan las probabilidades de un
tos negativos o pasivos que pueden alcan-
futuro de exclusión social.
El informe que aquí se presenta en forma resumida, y el marco conceptual y análisis que lo sustenta permite avanzar en insumos fundamentales para pensar más adecuadamente las opciones de políticas que ataquen la pobreza infantil.
zarlos en diversas situaciones.
3. Parámetros para pensar políticas y programas: el aporte desde la estrategia de análisis
Elegir una intervención integral, un subsidio alimenticio, transferencias monetarias o servicios educativos para niños en situación de pobreza, por ejemplo, no debe definirse a partir de la convicción doctri-
a. Identificación de grupos y categorías sociales prioritarias
naria de que “A” es mejor que “B”. ¿Cuáles son las carencias en ingreso, educación o alimentación de la familia? ¿Cómo
Saber, como hoy sabemos, que casi un
afectan dichas carencias el rendimiento es-
50 % de los niños entre 0 y 5 años en Uru-
colar del niño o sus probabilidades de
guay pertenecen a hogares pobres es im-
abandono escolar? Sólo el conocimiento
portante. Pero ello delimita una población
de cómo se encadenan en el tiempo las
objetivo de tal amplitud que sólo admite tra-
causas y los efectos de las múltiples di-
tamiento de políticas macro orientadas a
mensiones que intervienen en estos pro-
modificar la estructura de oportunidades.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
A modo de ejemplo, podemos identificar con absoluta precisión el porcentaje de adolescentes que viven en familias monoparentales de jefatura femenina, con clima educativo e ingresos bajos, y que además residen en contextos sociales empobrecidos.
Sin duda, ello es necesario, y sobre el pun-
un conjunto de atributos que hacen al por-
to volveremos. Pero es claro que se requiere
tafolio de recursos de las familias y su im-
de un diagnóstico social más afinado para
pacto sobre resultados de logro, bienestar
el diseño de programas y políticas especí-
y adquisición de activos en los niños. En
ficas. Como se mostró en los capítulos de
otras palabras, ahora conocemos el impac-
diagnóstico, el análisis aquí propuesto per-
to que la educación de los padres, combi-
mite un recorte de categorías sociales de
nada con sus ingresos y con su particular
vulnerabilidad mucho más adecuado. Po-
estructura familiar, tiene sobre el bienestar
demos identificar a la población infantil con
del niño. Sabemos, porque así se mostró a
tres, cuatro o más factores combinados,
lo largo de este informe, los pesos diferen-
que incluyen tanto información sobre el con-
ciales de estas características de los hoga-
texto familiar como sobre los resultados del
res. Detectamos, en una palabra, la confi-
mismo en el bienestar del niño. A modo de
guración de riesgo infantil, que vinculamos
ejemplo, podemos identificar con absoluta
a resultados concretos. Esto permite pre-
precisión el porcentaje de adolescentes que
decir con mucha mayor precisión el impacto
viven en familias monoparentales de jefa-
que una mejora en los ingresos o en la edu-
tura femenina, con clima educativo e ingre-
cación de los padres, por poner dos ejem-
sos bajos, y que además residen en con-
plos tradicionales, pueda tener en el niño.
textos sociales empobrecidos. Podemos
También permite entender el aprovecha-
también identificar el conjunto de resulta-
miento que dicho niño hará de esta estruc-
dos negativos de dicha situación sobre su
tura ampliada de recursos según se trate
desempeño escolar, su salud o aún, cuan-
de una familia biparental o monoparental,
do la información lo permite, sobre sus ex-
estable o inestable.
pectativas de logro educativo. Pero tam-
¿Qué nos dice lo anterior sobre la for-
bién poseemos elementos para arriesgar in-
ma en que debemos pensar las políticas y
terpretaciones sobre los mecanismos que
programas sociales? Básicamente, nos
desde el Estado, el mercado y la comuni-
ofrece un mapa de ruta para identificar las
dad han operado para colocar a estas fa-
dimensiones o áreas más eficientes de in-
milias en dicha situación, y cómo éstos re-
tervención para el logro de resultados es-
fuerzan los déficit en el niño o adolescente.
pecíficos en el bienestar presente y futuro
Esta información nos provee poderosas
del niño.
guías, tanto para seleccionar las poblaciones sobre las cuales actuar como para de-
c. Identificación de puntos cruciales de intervención
finir las orientaciones generales de las políticas.
Al diagnosticar desde nuestro esquema de análisis a un país en términos de riesgos
b. Identificación de dimensiones de intervención
y resultados sociales de su infancia, y al vincular dicha evidencia a la estructura de opor-
■ 126 /
Antes identificábamos solamente resul-
tunidades que a lo largo del ciclo vital del
tados sociales para grupos de población
niño va definiendo sus posibilidades de mo-
en una o más dimensiones de bienestar
vilidad social, integración y bienestar bási-
(NBI, línea de pobreza). Ahora identificamos
cos, alcanzamos una comprensión dinámi-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
d. Identificación de unidades de intervención
ca de cómo la acumulación de activos y pasivos en la infancia va delimitando un rumbo crecientemente fijo para el niño. Asimis-
El hecho de incorporar variables que
mo identificamos —en este caso, para Uru-
inciden en la capacidad de trasmisión de
guay, pero es posible y fácil de replicar en
activos al niño, permite también dilucidar
otros países— los momentos del ciclo vital
con mayor pertinencia si la política más
en donde se producen los desgranamientos
eficiente será aquella que actúe directa-
trágicos que hipotecarán —cuando no su-
mente sobre él o si es plausible apostar a
primirán— el derrotero vital de los niños.
la familia como unidad de intervención y
Cada país presentará diferentes puntos
confiar en el impacto que tendrá sobre el
cruciales de intervención, y allí radica justa-
bienestar del niño. Como lo señaláramos
mente la riqueza del enfoque. ¿Debe
en el marco conceptual, la familia consti-
intervenirse en la mujer adolescente antes
tuye la unidad de intervención fundamen-
de la maternidad, durante el embarazo o lue-
tal que oficia de nexo entre la estructura
go, en la primera infancia? ¿La desafiliación
de oportunidades y los activos que con-
educativa de los sectores con recursos limi-
cretamente son recibidos por el niño.
tados se inicia en primaria, en los primeros
¿Debe el Estado respetar y canalizar sus
ciclos del secundario o en los bachilleratos?
recursos a través de las familias o debe,
¿Deben apoyarse los procesos de emanci-
por el contrario, brindar prestaciones di-
pación de los adolescentes pobres o deben
rectas al niño? Ésta es nuevamente una
generarse incentivos para que los mismos
pregunta incontestable antes de identifi-
posterguen dicha emancipación? Sabemos
car la capacidad que exhiben diferentes
que tenemos en Uruguay una fuerte con-
estructuras familiares para transmitir sus
centración de la maternidad adolescente en
activos a los niños. El tratamiento de la
los sectores menos educados y de más
estructura familiar como parte de la estruc-
bajos ingresos, sabemos que se cubren ade-
tura de oportunidades del niño permite una
cuadamente los riesgos de mortalidad in-
mejor dilucidación de las unidades sobre
fantil hasta el primer año de vida y no se lo
las cuáles la política o programa debe ac-
hace hasta los cinco años, sabemos que se
¿Debe el Estado respetar y canalizar sus recursos a través de las familias o debe, por el contrario, brindar prestaciones directas al niño? Esta es nuevamente una pregunta incontestable antes de identificar la capacidad que exhiben diferentes estructuras familiares para transmitir sus activos a los niños.
tuar para maximizar su eficiencia y efica-
encuentra parcialmente encaminada la
cia en el logro del bienestar infantil.
preescolarización, y que en este nivel y en primaria la cobertura no es un problema crí-
e. Insumos para pensar políticas macro sociales y macro económicas de largo plazo: afectando el corazón de la estructura de oportunidades
tico, aunque sí lo es la inequidad en la captación de saberes y destrezas. Sabemos finalmente que el desgranamiento temprano de la secundaria genera rutas de emancipación tempranas y precarias que constituyen el nudo gordiano de la reproducción
Si los insumos antes anotados permi-
intergeneracional de la pobreza. Se deriva
ten avanzar en la identificación y diseño de
de ello un esquema de puntos y modalida-
intervenciones, programas y políticas efi-
des cruciales de intervención que contribu-
cientes, contribuyen también a la más am-
ye a pensar el diseño de políticas y progra-
biciosa tarea de construir agendas de lar-
mas sociales.
go plazo, y de una profundidad que procu-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Existen tres grandes políticas genéricas y de amplio alcance que, mediante servicios y transferencias, atienden a la población infantil y adolescente en Uruguay. Las mismas refieren a dos servicios fundamentales de protección e inversión en capital humano (salud y educación formal) y a un mecanismo de transferencia de ingresos (asignaciones familiares, que también incluyen ciertas prestaciones en salud).
■ 128 /
re alterar el corazón mismo de la estructu-
res, la otra institución de larga data en el
ra de oportunidades del niño. El índice de
país en materia de políticas de infancia es
riesgo presentado en el capítulo compara-
el INAME, que desarrolla un rol de contralor
tivo sugiere que diferentes países en diver-
e intervención directa en la minoridad en
sas etapas de desarrollo presentan confi-
riesgo. Muy sintéticamente se detallan a
guraciones predominantes de riesgo infan-
continuación aspectos fundamentales de
til también distintas. También provee lec-
estas áreas de intervención pública en
ciones a emular y a evitar, mostrando que
materia de infancia y sus tendencias de
países con similares recursos materiales y
transformación recientes.
humanos y similares necesidades
i. Educación: oferta pública y privada, características y cobertura
poblacionales, logran mejores o peores niveles de balance generacional del bienestar. Asimismo el capítulo cuatro muestra cómo la evolución de diferentes aspectos
La población infantil y adolescente uru-
de la estructura de oportunidades de Uru-
guaya accede a la educación por la vía pú-
guay ha favorecido un proceso de
blica y privada. El sistema público en ma-
infantilización de la pobreza y de aumento
teria educativa es uno de los más antiguos
de la población infantil en situación de ries-
en la región y sus características esencia-
go y vulnerabilidad a la exclusión.
les de gratuidad, obligatoriedad y laicidad fueron tempranamente implantados sin su-
4. Desafíos y políticas sociales para la infancia en Uruguay
frir modificaciones drásticas hasta hoy. Este sistema brinda servicios educativos gratuitos en horario parcial (4 horas) para la po-
a. Pilares del Estado social en materia de infancia y adolescencia
blación entre 6 y 18 años. El ciclo primario abarca de los 6 a los 12 años, seguido por un ciclo básico en secundaria hasta los 15
Existen tres grandes políticas genéri-
y 16 años, el cual se completa con el ba-
cas y de amplio alcance que, mediante ser-
chillerato preuniversitario entre los 16 y los
vicios y transferencias, atienden a la po-
18 años. Con la reciente reforma educativa
blación infantil y adolescente en Uruguay.
se ha buscado universalizar los niveles pre-
Las mismas refieren a dos servicios fun-
escolares con lo cual se alcanza a los ni-
damentales de protección e inversión en
ños de 4 y 5 años. En la actualidad la edu-
capital humano (salud y educación formal)
cación pública cubre a más del 70% de la
y a un mecanismo de transferencia de in-
población entre los 4 y los 18 años y a casi
gresos (asignaciones familiares, que tam-
un 80% si consideramos las edades de pri-
bién incluyen ciertas prestaciones en sa-
maria tradicional (6 a 12 años).
lud). Estas tres grandes políticas constitu-
La no asistencia al sistema educativo
yen los pilares fundamentales del sistema
predomina en las edades de 3 años y, en
de protección a la infancia y la adolescen-
menor medida, 4 años, grupo en el que se
cia en el país. Los mismos tienen los ma-
registra una mayor participación del sector
yores niveles de cobertura y consumen la
privado. Además, este sector captura, en-
mayor parte del gasto social orientado a
tre los 6 y los 18 años, una proporción que
esta población. Sumado a estos tres pila-
oscila entre el 10 y el 20% de los estudian-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
tes. Dicha proporción disminuye con la
Gráfico 43 Asistencia a educación formal por edad y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1999
edad en relación inversa con la cobertura del sistema educativo público, lo que su-
100 %
giere un doble movimiento regresivo. Por
90 %
un lado, y como se ha mostrado en capítu-
80 %
los precedentes, los sectores menos favo-
70 %
recidos abandonan la enseñanza formal
60 %
entre los 15 y los 19 años, lo que debilita el
50 %
carácter progresivo del gasto público en
40 %
educación. Por el otro, un segmento de los
30 %
sectores abandonan el sistema privado y
20 %
se vuelcan a la opción pública cuando ésta
10 %
ya se ha “elitizado” por abandono de los
0% 3
sectores más pobres.
5
7
9
El sistema público de educación en Uru-
13
15
Asiste Público
No asiste
guay muestra por lo tanto una alta cober-
11 Edad
17
19
Asiste Privado
Fuente: IPES, en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE.
tura de los niños en edad primaria y una disminución, correlativa a la edad, a partir de la secundaria. Como se señaló en capí-
zago y de los diferenciales de aprendizaje en
tulos anteriores, esta incapacidad de reten-
primaria, contribuiría a aumentar el número
ción en el nivel secundario responde a una
de adolescentes que ingresarían al ciclo se-
multiplicidad de factores, de los cuales las
cundario con experiencias, expectativas y
características mismas del sistema edu-
posibilidades equiparables, hecho que per-
cativo son sólo parcialmente responsables.
mitiría reducir de manera notoria las probabi-
Lo que sí resulta claro es que la universali-
lidades de abandono en ese ciclo de los sec-
zación del ciclo básico, y la ampliación del
tores más vulnerables. En segundo lugar, la
contingente de alumnos que completa el
articulación del liceo con la familia y la comu-
bachillerato, constituyen los desafíos cen-
nidad posibilitaría un mejor seguimiento del
trales en esta área. En efecto, si como he-
adolescente, así como el armado de un sis-
mos mostrado en los capítulos preceden-
tema de contralores e incentivos que, al in-
tes, la emancipación temprana y precaria,
corporar las múltiples esferas que le sirven
y el embarazo adolescente se asocian en
de referencia, ayudaría a generar una mayor
forma marcada al temprano abandono de
propensión a la inversión educativa. En la
los estudios, estas metas constituyen una
actualidad, el sistema liceal en Uruguay parte
de las claves para frenar los ciclos de re-
de la premisa de garantizar la oferta educati-
producción intergeneracional de la pobre-
va; no tiene en cuenta, sin embargo, la ne-
za y de la exclusión social.
cesidad de operar sobre la formación de la
De lo indicado a lo largo de este informe
demanda. Cuando consideramos las trans-
también resulta claro que existen al menos
formaciones sufridas por la familia y el con-
dos áreas en que el sistema público de edu-
texto social de estos adolescentes en las úl-
cación puede hacer aportes importantes al
timas décadas, resulta clara la necesidad de
logro de esas metas. En primer lugar, una dis-
estrategias que otorguen un lugar importan-
minución significativa de la repetición, del re-
te a la activación y articulación de esas esfe-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ras en los procesos de formación de deman-
ramiento Educativo y las escuelas de reque-
da educativa de jóvenes y adolescentes.
rimiento prioritario, apuntan en la dirección
Las recientes reformas en el sistema de
correcta. Asimismo la reforma del ciclo bási-
educación primaria, que amplían la oferta de
co obligatorio y su apertura hacia opciones
escuelas de tiempo completo para la pobla-
del mercado laboral implican mejoras nada
ción vulnerable e instala un activo programa
despreciables (para más detalle ver apéndi-
compensatorio con los Proyectos de Mejo-
ce de políticas públicas). Sin embargo la evidencia sugiere que estos instrumentos no son
Gráfico 44 Cobertura de salud por edades y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1999
suficientes para enfrentar el problema de la deserción y revertir el proceso creciente de erosión en la formación de capital humano
100 %
nacional.
90 % 80 %
ii. Salud: oferta pública y privada, características y cobertura
70 % 60 % 50 %
El sistema de salud uruguayo posee la
40 % 30 %
particularidad de presentar una amplia co-
20 %
bertura privada por la vía del mutualismo.
10 %
Este sistema se encuentra, en la actuali-
0%
dad, fuertemente subsidiado por el Esta3
5
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9
11
13
15
17
19
do. Una parte importante de sus socios se
Edad
afilian a través del seguro de salud para los Pública
No tiene
Privada
trabajadores privados (DISSE) y de otros
Fuente: IPES, Encuesta Continua de Hogares del INE.
convenios de diversa denominación para trabajadores del Estado. A pesar de este importante peso del sistema mutual, el sis-
RECUADRO 13
tema público continúa siendo el más im-
Ministerio de salud pública
portante para las edades que aquí nos con-
• Programa de Atención Materno-Infantil. Se subdivide en dos
ciernen, puesto que absorbe entre el 60 y
áreas:
70% de la población entre 0 y 19 años.
-Maternal, abarca el control pre-natal y la atención ginecológica
Ya sea por los jóvenes trabajadores que
y está focalizado en las mamás jóvenes y sus hijos.
ingresan al sistema mutual, ya por los que
-Pediátrica, presta atención al niño: planes de vacunación,
declaran no tener cobertura alguna en sa-
controles de crecimiento, etc.
lud (que entre los 17 y los 19 años alcanza
• Plan Aduana: cuando nace un niño en el CHPR se comunica
al 7%, aunque en rigor las personas que
al centro de salud correspondiente (policlínicas y centros de
no utilizan servicio alguno de salud no lo
salud zonales) para que el equipo responsable haga una visita
hacen por tener vedado el acceso al siste-
en caso de que la madre no se presente para el control del
ma público), el porcentaje cubierto por la
niño en un plazo de 10 días.
salud pública en este grupo etáreo varía en
• Convenio con INDA: entrega de canasta de alimentos con la
relación inversa a la edad.
condición de que la madre presente el carné de atención
La falta de cobertura, o dicho más ade-
con los controles al día.
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cuadamente, la subutilización del sistema
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
público en los sectores más vulnerables de
con otros servicios sociales en acciones
la población adolescente, señala un com-
focalizadas a la población más vulnerable y
portamiento de riesgo en las edades
una disminución de la brecha de calidad
reproductivas de la mujer que refleja caren-
entre el sistema público y privado. Entre las
cias importantes en cuanto al alcance del
más importantes pueden destacarse los
sistema público en un momento crucial de
convenios con el Servico de Emergencia
intervención. La cobertura en la primera in-
Médico Móvil (privado) para la atención de
fancia resulta adecuada, ya que una pro-
niños en contextos escolares desfavorables,
porción importante de niños y madres se
el programa de acceso universal y gratuito a
atienden por la vía del sistema de asigna-
métodos de planificación familiar y la crea-
ciones familiares y las prestaciones en sa-
ción del centro de atención a niños quema-
lud y alimentación se han articulado de tal
dos (UNIQUER), modelo de gestión pública
manera que genera un sistema de incenti-
universal de alta calidad con pago diferen-
vos cruzados. Este sistema incrementa el
cial por nivel socioeconómico (para más
uso de los servicios de salud y busca al-
detalle ver apéndice de políticas públicas).
canzar en forma integral a la madre joven y
iii. Asignaciones familiares: gastos, cobertura y reformas recientes
al niño (ver recuadro 12). A diferencia del sistema educativo, la salud no atraviesa por un proceso de reforma integral. Pero existen dos procesos o
Las asignaciones familiares nacieron en
transformaciones que merecen destacarse.
la década del cuarenta en Uruguay como
Por un lado, el sistema de salud uruguayo
sistema de protección y transferencias
ha incrementado los niveles de estratifica-
monetarias a las familias con hijos entre 0 y
ción en el acceso a servicios y en la calidad
18 años. Esta política era de carácter uni-
de los mismos. Sumado a la tradicional dis-
versal con dos condiciones importantes: el
tinción entre sistema público y mutual, hoy
miembro familiar que recibía la asignación
se agregan las modalidades privadas de
por niño debía estar empleado formalmen-
sistemas de urgencia y policlínica privados
te, y los niños debían atender al sistema
(SEMM, UCM, etc.) y la modalidad de se-
educativo.
guro privado de salud (Blue Cross-Blue
Sumado a estas transferencias mone-
Shield, Medicina Personalizada, etc.). De
tarias, el sistema de asignaciones familia-
esta manera, los sectores medios y altos
res garantiza atención de salud gratuita
de la sociedad abandonan crecientemente
hasta el primer año de vida de los hijos de
el sistema mutual, o al menos complemen-
las mujeres embarazadas que sean elegi-
tan sus servicios por la vía privada como
bles por los criterios antedichos. La aten-
forma de mantener la calidad de la aten-
ción de la salud materno-infantil se realiza
ción médica que reciben, camino vedado
en el Sanatorio Canzani en Montevideo y
para la mayoría de los sectores de meno-
en el interior a través de las IAMC que ten-
res ingresos.
gan convenio con el BPS. Asimismo se da
Paralelamente, el sistema público de
atención gineco-obstétrica, pediátrica y
salud ha realizado un conjunto de innova-
odontológica durante la edad escolar a los
ciones bajo la forma de programas espe-
niños que asisten a las escuelas. Asimismo
ciales que procuran una mayor articulación
a través del Departamento de Especialida-
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Los sectores medios y altos de la sociedad abandonan crecientemente el sistema mutual, o al menos complementan sus servicios por la vía privada como forma de mantener la calidad de la atención médica que reciben, camino vedado para la mayoría de los sectores de menores ingresos.
/ 131 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
No parece ser que la política social de la forma en que se presenta en las Asignaciones Familiares ataque en forma eficiente el fenómeno de infantilización de la pobreza....
des y Malformaciones Congénitas se brin-
jor focalización. Sin embargo, por nivel edu-
da cobertura de salud a todos los niños
cativo la cantidad de beneficiarios prees-
beneficiarios con patologías congénitas.
colares pasó de 168.000 a 144.500 en tan-
Finalmente existe una última forma de trans-
to en primaria lo hizo de 183.400 a 132.400.
ferencia monetaria del sistema orientada a
Ello implica una menor cobertura absoluta
las mujeres embarazadas del sector priva-
en el tramo de infancia más vulnerable a la
do formal. Ellas reciben durante 12 sema-
pobreza. Si, como hemos mostrado, entre
nas (6 semanas antes del parto y seis se-
1995 y 1999 aumentó la cobertura a pre-
manas después del parto) un salario de
escolares en términos absolutos en los sec-
maternidad, el que se calcula sobre el in-
tores de más bajos ingresos, es poco plau-
greso promedio de los últimos seis meses
sible que disminuyan las prestaciones por
de actividad, y no puede ser inferior a un
asignaciones familiares, a no ser que estas
salario mínimo.
lo hagan porque disminuye la elegibilidad
En la actualidad, y luego de una refor-
no meramente por ingresos sino por los
52
ma fundamental que focalizó las asigna-
criterios de formalización de empleo y otros
ciones familiares en aquellos hogares que
requisitos administrativos que hacen com-
percibían un ingreso menor a diez salarios
pleja la adquisición del derecho a la presta-
mínimos, el sistema de transferencias mo-
ción. Si las asignaciones familiares procu-
netarias cubre aproximadamente a
ran efectivamente disminuir y revertir los
380.000 niños con una prestación que se
procesos de infantilización de la pobreza,
define en relación inversa al nivel de ingre-
esta evidencia coloca señales de alerta so-
sos dentro de la franja definida anterior-
bre la eficacia y eficiencia en la evolución
mente. Para aquellos hogares por debajo
del sistema. Como señala Martín Pasturino
de 6 salarios mínimos la prestación por
(2001), “estas cifras parecen inconsisten-
niño corresponde al 16% del SMN, en tan-
tes con la evolución de la pobreza [infantil]
to para los hogares que están entre 6 y 10
que anotáramos al inicio (...) especialmen-
salarios mínimos la prestación desciende
te teniendo en cuenta su evolución. Segu-
al 8% del SMN.
ramente existen problemas de focalización,
Esta modificación permitió una mejora
porque no pueden aumentar los niños po-
en la prestación de aproximadamente dos
bres y disminuir la cantidad de beneficia-
tercios de los beneficiarios antes de 1995.
rios y los montos totales. En definitiva, no
Sin embargo, al haber mantenido el criterio
parece ser que la política social de la forma
de indexación por el salario mínimo y al
en que se presenta en las Asignaciones
haberse erosionado el valor real de éste,
Familiares ataque en forma eficiente el fe-
las prestaciones del sistema de asignacio-
nómeno de infantilización de la pobreza...
nes familiares también se erosionaron. Por
En última instancia, se hace difícil estable-
otra parte, los criterios de focalización y la
cer una política focalizada en un fenómeno
capacidad del sistema de cubrir efectiva-
que tiende a ser del tipo la mitad llena del
52. En 1995 se aprueba la Ley 16.697, vigente en la actualidad, que modifica criterios de elegibilidad y montos de las transferencias monetarias.
mente a la población objetivo presenta li-
vaso; a veces, la relación costo-beneficio,
mitaciones. Si se considera que entre 1995
teniendo en cuenta los costos burocráticos
y 1999 la cantidad de prestatarios pasó de
de la focalización, aconsejan políticas
aproximadamente 455.700 a 350.000, se
universalistas como es el caso de la
puede inferir que ello responde a una me-
escolarización de 4 y 5 años de la ANEP”.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Más allá del acuerdo o desacuerdo con
mayor importancia en materia de atención
la solución universalista, resulta claro que
directa a niños en situación de desamparo
la defensa de la prestación de las AF y una
y abandono. Las políticas de adopción, los
adecuada cobertura de la población vulne-
internados permanentes, diurnos y noctur-
rable requieren de mayores esfuerzos. La
nos cumplieron dichas funciones. En resu-
ley 17.139 aprobada en el 2000 que am-
men, la asistencia directa a la población in-
plía la cobertura más allá de la condición
fantil en situación crítica constituyó históri-
de aportante a la Seguridad Social a muje-
camente el esfuerzo de mayor envergadu-
res jefas de hogar, desempleados y muje-
ra del Consejo del Niño.
res embarazadas, constituye un alentador
Luego de varios cambios en su perte-
esfuerzo en esta dirección. Resta ver si la
nencia institucional, en su estructura y orien-
ruta para ampliar la cobertura en la pobla-
tación de las políticas, en 1988 se otorgó
ción vulnerable debe seguir esta lógica de
al Consejo del Niño el carácter de servicio
agregados fragmentados de categorías de
descentralizado dotado de autonomía fi-
población o si debe buscarse un criterio
nanciera y pasó a llamarse Instituto Nacio-
más simple, menos focal, pero que garan-
nal del Menor, con iguales competencias.
tice mayor cobertura en los sectores vul-
En las últimas décadas, la ampliación
nerables a la pobreza.
de la problemática a atender en términos
iv. El sistema de protección específica a la infancia y adolescencia carenciada
cambios en las visiones predominantes res-
de magnitud y complejidad así como los pecto de cómo enfocar la situación de niños y niñas privadas del acceso al bienes-
La expansión de políticas basadas en
tar, generaron sucesivas modificaciones en
los pilares antes mencionados no impidió
los objetivos y políticas de este organismo,
la existencia de sectores de población in-
así como el surgimiento de múltiples res-
fantil y adolescente afectados por situacio-
puestas desde la sociedad civil.
nes particularmente críticas de abandono,
El INAME ha buscado en los últimos años
carencias y desconocimiento de sus dere-
enfatizar su rol como rector de políticas en
chos humanos básicos.
materia de infancia. Si bien ha mantenido bue-
Desde 1934, con la constitución del
na parte de su estructura y recursos orienta-
Consejo del Niño, el Estado uruguayo cuen-
dos a brindar directamente servicios a niños
ta con un organismo político-administrati-
y jóvenes internados en el organismo o en
vo rector de las políticas de infancia, con la
centros abiertos, ha redireccionado y cana-
responsabilidad de prestar servicios hasta
lizado buena parte de su acción a través de
ese momento inexistentes o dispersos en
una política de convenios con organizacio-
diversos organismos públicos. El Código del
nes no gubernamentales.
Niño aún vigente, establece que es la “en-
En efecto, si bien la cobertura del INAME
tidad dirigente de todo lo relativo a la vida y
a menores (niños y adolescentes) ascendía
el bienestar de los menores desde su ges-
a casi 42.000 niños en febrero del 2001,
tación hacia la mayoría de edad”. Más allá
sólo 9.000 de estos eran atendidos direc-
de esta definición, el Consejo del Niño cum-
tamente por el INAME, en tanto más de
plió históricamente un rol menor de regula-
32.000 niños eran atendidos por entidades
ción de políticas de infancia pero uno de
privadas en convenio con el INAME. 53
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El INAME ha buscado en los últimos años enfatizar su rol como rector de políticas en materia de infancia. Si bien ha mantenido buena parte de su estructura (...) ha redireccionado y canalizado buena parte de su acción a través de una política de convenios con organizaciones no gubernamentales.
53. Información proporcionada por autoridades del INAME.
/ 133 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El Instituto Nacional de la Juventud, también de reciente creación, ha impulsado programas dirigidos a apoyar a ese sector de población, en particular orientados a facilitar su inserción laboral y reinserción educativa.
A su vez, de estos 32.000, más de 17.000
También se han incrementado en for-
son niños entre 1 y 4 años cubiertos por el
ma muy significativa los convenios con or-
sistema de Atención Integral a la Infancia, o
ganizaciones no gubernamentales para
centros CAIF.
prestar servicios a niños en edad escolar,
En efecto, una de las políticas en ex-
adolescentes o jóvenes. Las intervencio-
pansión y crecientemente importante en los
nes están dirigidas a atender problemáti-
últimos años es la dirigida a la atención de
cas específicas como la de los niños en
niños en edad preescolar y sus familias a
la calle, las adolescentes embarazadas o
través del Plan CAIF. Este programa sur-
los menores con discapacidades.
ge en 1988 como respuesta a la agudiza-
El Instituto Nacional de la Juventud,
ción de la pobreza infantil. Es un proyecto
también de reciente creación, ha impul-
basado en la coordinación de acciones de
sado programas dirigidos a apoyar a ese
organismos públicos nacionales y munici-
sector de población, en particular orien-
pales y organizaciones de la sociedad ci-
tados a facilitar su inserción laboral y
vil. Se orienta a brindar respuestas inte-
reinserción educativa. Algunos progra-
grales, descentralizadas e incentivadoras
mas, como Projoven o las Casas Jóve-
de la participación comunitaria. En 1996
nes, por ejemplo, se basan también en
la coordinación del Plan, a cargo de una
acciones conjuntas entre organismos
Secretaría Ejecutiva, pasó a depender del
públicos y organizaciones no guberna-
Instituto Nacional del Menor.
mentales.
En mayo del 2001 existían 204 cen-
Los esfuerzos para articular acciones
tros en el país con una cobertura que al-
públicas y privadas de los últimos años
canzaba, considerando a los niños que
en el marco de este tipo de programas,
atienden efectivamente en horario comple-
han puesto en evidencia la potencialidad
to el centro, un total de 17.630 niños. Tres
de este enfoque para generar respues-
razones indican la deseabilidad de ampliar
tas adecuadas a una problemática cre-
la cobertura. En primer lugar las evalua-
ciente y diversificada. Sin embargo, no
ciones de impacto han resultado, espe-
han logrado aún superar la fragmentación
cialmente la última del año 2000, favora-
derivada de las características de nues-
bles. En segundo lugar, con los actuales
tro sistema institucional, conformado so-
niveles de cobertura no se ha alcanzado
bre la base del supuesto de un Estado
aún al 25% de la población infantil objeti-
social efectivo, creado en forma aluvional
vo. En tercer lugar, y en buena medida
y por sumatoria de acciones, sin instru-
basada en los buenos servicios que ofre-
mentos que permitan asegurar una arti-
ce, la experiencia CAIF ha generado un
culación efectiva.
nivel de demanda insatisfecha importan-
B. Desafíos pendientes del sistema de atención a la infancia en Uruguay
te. En otras palabras, no sólo existe más población objetivo a cubrir; además una parte importante de dicha población ya se
■ 134 /
ha activado como demanda efectiva (por
La educación gratuita, la salud públi-
cada 50 niños en CAIF, se estima que exis-
ca y las asignaciones familiares represen-
ten aproximadamente 30 en lista de es-
tan el sistema de políticas sociales ideal
pera en Montevideo).
en un mundo ideal. El INAME o antes
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Consejo del Niño implica el reconocimien-
una
to de esta imposibilidad, aunque en su
poblacional de base territorial pro-
lógica
de
conformación
lógica anterior asume una tendencia pro-
ducía efectos benéficos. De este
gresiva hacia esta sociedad ideal.
modo, la heterogeneidad de los ba-
En efecto, de lograrse una realidad so-
rrios urbanos en lo que hace a los
cial de pleno empleo e integración, basta
orígenes sociales de sus niños y
con mantener la oferta educativa,
adolescentes se reflejaba en las au-
desmercantilizar el acceso a la salud y
las, facilitando una experiencia de
apoyar a las parejas jóvenes en su etapa
socialización común, igualadora y
del ciclo vital. Este modelo ideal supone
constructora de sentimientos bási-
un mercado y una forma de familia que
cos de ciudadanía.
opera adecuadamente en sus roles de
• En cuarto lugar, si bien los sistemas
protección y orientación de sus miem-
de prestaciones públicas garantiza-
bros. Los supuestos de este modelo pue-
ban un rango de servicios menor a
den señalarse de manera sintética:
las ofertas privadas (por ejemplo, en
• En primer lugar, este modelo de
horarios escolares, en enseñanza de
Welfare State asumía una economía
lenguas, en servicios de hotelería
que funcionaba cercana al pleno em-
hospitalaria, de atención ambulato-
pleo y que dicho empleo era esen-
ria, etc.), se esperaba que en los ser-
cialmente formalizado. Las asigna-
vicios básicos la calidad fuera esen-
ciones familiares son un buen ejem-
cialmente comparable a la oferta pri-
plo de la articulación entre merca-
vada. Ello se apoyaba en un Estado
dos laborales formalizados y elegi-
sin mayores restricciones fiscales.
bilidad.
• Finalmente, los niveles de pobreza
• En segundo lugar, si bien con mati-
en esta sociedad ideal podían en-
ces, el uruguayo era un modelo de
contrarse más o menos extendidos
bienestar que asumía que para cu-
pero los niveles de exclusión y
brir a toda la población era suficien-
marginalidad social se asumían
te con garantizar la oferta educati-
como acotados en magnitud. Los
va y de salud. En otras palabras,
excluidos y abandonados tenían
no se asumía como problemática la
como último resguardo las políticas
formación de demanda para el uso
de intervención directa e internación
de estos servicios por parte de los
del INAME. No se asumía que los
potenciales beneficiarios.54 La fami-
problemas de segregación territorial,
lia, como unidad de disciplinamiento
desarticulación familiar, precariedad
y socialización, hacía uso adecua-
laboral y desbalance generacional,
do de la oferta que provenía del
arrojaran magnitudes importantes de
Estado.
niños en situación de exclusión y
• En tercer lugar, se asumía que la so-
riesgo social.
ciedad en la cual operaban estas políticas
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lidad ideal se encuentra muy alejada del
territorialmente y por ende, el hecho
presente. Tampoco se dio nunca en for-
que las escuelas y liceos poseyeran
ma inequívoca y clara en el pasado, aun-
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no
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estaba
Ahora bien, resulta claro que esta rea-
segregada
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Este modelo de Welfare State asumía una economía que funcionaba cercana al pleno empleo y que dicho empleo era esencialmente formalizado.
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54. En lo que refiere a educación, la obligatoriedad de la enseñanza cumplió un rol fundamental en los inicios y expansión del sistema educativo. La extensión de la obligatoriedad de primaria al ciclo básico, cumple hoy una función más desiderativa que impositiva, como puede constatarse por las tasas de abandono que hemos expuesto en capítulos anteriores.
/ 135 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Los mercados laborales han visto resentidas sus funciones de integración y bienestar, las comunidades se han segregado socialmente y disminuido su rol integrador, y el Estado ha perdido capacidad de protección y sus servicios se han estratificado.
que existían expectativas de que la reali-
como
dad social se acercara progresivamente
desestructuración familiar y desintegra-
a este ideal. En efecto, Uruguay muestra
ción social, y no sólo de carencia mate-
hoy altas tasas de desempleo y
rial. En conjunto, los pilares tradicionales,
precarización laboral, insuficiente deman-
sus reformas recientes y los nuevos pro-
da educativa y, en algunos sectores y
gramas, constituyen un importante siste-
edades,
insuficiente
demanda
atender
situaciones
de
o
ma de protección a la infancia y la ado-
subutilización de servicios de salud, un
lescencia que, si bien escasamente co-
creciente proceso de segregación terri-
ordinado e insuficiente en muchos aspec-
torial y de ampliación de las brechas en
tos, es el fruto de un esfuerzo extrema-
la calidad de los servicios públicos res-
damente valioso de los últimos quince
pecto a los privados, y aún al interior de
años por adaptar y transformar las políti-
los públicos, como resultado de la men-
cas sociales de tal manera de hacer fren-
cionada segregación territorial. Dicho más
te a los nuevos desafíos. Aquí nos con-
sintéticamente y en relación a lo que
centraremos, a continuación, en los de-
constituye la estructura de oportunidades
safíos pendientes del Estado social, dado
de los niños: los mercados laborales han
el diagnóstico de vulnerabilidad y riesgo
visto resentidas sus funciones de integra-
social de diversas categorías de niños y
ción y bienestar, las comunidades se han
adolescentes que hemos desarrollado en
segregado socialmente y disminuido su rol
los capítulos precedentes.
integrador, y el Estado ha perdido capa-
5. Hacia un sistema nacional de políticas para la infancia y la familia en Uruguay
cidad de protección y sus servicios se han estratificado. A todo ello hay que sumarle la transformación de la familia, que al mismo tiempo que se retrae de muchas de
a. Lineamientos para la definición de una estrategia
sus funciones tradicionales, sufre un proceso de debilitamiento asociado a una
El marco conceptual y el diagnóstico
menor estabilidad y al aumento de la
permiten identificar y jerarquizar grupos de
monoparentalidad. Por ello, articulado en algunos casos
población objetivo, momentos del ciclo vi-
a los pilares tradicionales, y sumado en
tal, dimensiones en relación a las cuales
otros casos a éstos, el sistema de bien-
intervenir y ciertas características que de-
estar uruguayo ha ensayado un conjunto
berían tener las estrategias a implementar
de iniciativas plasmadas en reformas a los
para generar respuestas efectivas.
pilares centrales del Estado social o en
Partimos de la constatación de la im-
programas especiales orientados a pro-
portancia central de la función de la familia
teger la infancia y la adolescencia.55 A di-
como protectora y generadora de las con-
ferencia de los pilares del Welfare State
diciones para el desarrollo integral de sus
55. Una descripción más pormenorizada de estos programas y reformas puede verse en el apéndice de políticas de infancia y adolescencia.
uruguayo, estos programas y reformas
miembros, en particular de los niños. Este
poseen un carácter focalizado o compen-
papel casi exclusivo del ámbito familiar
satorio y pretenden incentivar o garanti-
durante los primeros años de vida será
zar el acceso más allá de los recursos
complementado luego por otros ámbitos
que brindan las políticas universalistas, así
de socialización, en particular por el siste-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ma educativo en la medida en que el niño y
sean adecuadas a sus necesidades y ex-
la niña maduran.
pectativas, coherentes con los objetivos de
La posibilidad de que la familia cumpla
fortalecimiento de la capacidad de la pro-
cabalmente con este rol está condiciona-
pia familia mencionados en el párrafo ante-
da por una serie de factores que fueron
rior, y suficientemente articuladas como
ampliamente descriptos en los capítulos
para generar sinergias positivas. Tampoco
anteriores. Algunos de esos factores se re-
esto será suficiente sin encarar acciones
lacionan con su propia constitución y diná-
dirigidas específicamente a los niños y jó-
mica interna. Otros, con características de
venes, buscando compensar los déficit
la estructura de oportunidades que hacen
nutricionales, intelectuales, afectivos y de
más difícil a las familias de algunos estra-
socialización que ya se hayan generado, y
tos socioeconómicos el acceso o el uso
cuya reversión a través de las vías antes
eficiente de esa estructura, tanto para in-
mencionadas sólo podría arrojar resulta-
crementar sus activos físicos, humanos y
dos significativos recién a mediano plazo.
sociales como para bloquear la incidencia
Si sólo actuamos en este último nivel, ge-
de pasivos que ponen obstáculos a la
neralmente visualizado como el más urgen-
potenciación de los activos que ya posee.
te, estaremos respondiendo en forma me-
Asumiendo esta perspectiva, la inter-
ramente paliativa y los efectos se verán
vención sólo puede resultar efectiva si si-
contrarrestados por el mantenimiento de las
multáneamente se encaran acciones sobre
mismas circunstancias en el ámbito fami-
los diversos componentes de este complejo
liar y vecinal.
sistema. Los problemas sociales son por
Finalmente es importante destacar que
definición multicausales y la posibilidad de
la somera evaluación de los actuales siste-
generar cambios reales y sostenibles re-
mas de políticas sociales y sus recientes
quiere de una respuesta de carácter
reformas e innovaciones indican que no
sistémico.
estamos en presencia de un Estado negli-
Es necesario generar acciones dirigidas
gente. Puede discutirse si el gasto y lo he-
hacia las familias para incrementar su ca-
cho es suficiente, pero no que el esfuerzo
pacidad de movilizar los recursos con que
realizado haya sido poco. Lo que sí resulta
cuentan, de hacer un mejor uso de las opor-
claro, es que en el proceso de transformar
tunidades para mejorar la calidad de vida
al Estado para hacer frente a las nuevas
de sus miembros, para fortalecer pautas
realidades sociales se incrementó notoria-
actitudinales y comportamentales orienta-
mente la fragmentación en materia de polí-
das a desarrollar su autoconfianza así como
ticas y programas sin un concomitante au-
su capacidad de proyectarse hacia el futu-
mento en la coordinación y articulación
ro y superar situaciones críticas.
interinstitucional e intersectorial de las polí-
Pero estas acciones no resultarán efec-
Es importante destacar que la somera evaluación de los actuales sistemas de políticas sociales y sus recientes reformas e innovaciones indican que no estamos en presencia de un Estado negligente.
ticas.
tivas si no se actúa simultáneamente sobre la estructura de oportunidades, aseguran-
b. Poblaciones objetivo, estrategias y estructura de oportunidades
do que las respuestas a la problemática de estos sectores que brindan el Estado, el mercado y la sociedad civil lleguen efecti-
La pobreza afecta en nuestro país prin-
vamente a sus principales destinatarios,
cipalmente a las familias jóvenes con mu-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
chos hijos y a las madres solteras que crían
avanzadas del ciclo de vida familiar. Dentro
a sus hijos en contextos de dificultades y
de la población en situación de pobreza y
carencias de todo tipo. A medida que los
vulnerabilidad podemos, por lo tanto, dis-
hijos crecen, muchos hogares logran salir
tinguir los siguientes grupos de riesgo y
de la pobreza, lo que explica por qué la in-
momentos del ciclo vital en los que sería
cidencia de ésta disminuye en etapas más
prioritario intervenir:
Población Objetivo
Objetivos Estratégicos
Metas y acciones específicas
Niños en edad preescolar
Disminuir brecha de cobertura y psicomotricidad entre niños de diferentes estratos sociales. Prevenir y, en lo posible, revertir la segmentación educativa
Lograr cobertura del 50% más pobre en 3 años en CAIF. Mantener tendencia a universalización en 4 y 5 años en sistema preescolar público y defender calidad del servicio
Niños en edad escolar que presentan problemas de asistencia, rendimiento o integración social
Incrementar la continentación del niño en la escuela y su asistencia y rendimiento en contextos sociales desfavorables
Proseguir con la expansión de la cobertura en escuelas de tiempo completo en contextos desfavorables y muy des-favorables. Integrar a familia y comunidad en prácticas escolares
Adolescentes cursando el Ciclo básico que presentan problemas similares
Incrementar continentación del adolescente en el liceo. Potenciar a la organización liceal como centro de desarrollo comunitario
Universalizar Ciclo básico. Integrar familia y comunidad en prácticas y actividades liceales. Volcar recursos y programas del estado y de la sociedad civil en la forma de incentivos y servicios para los adolescentes y sus familias
Jóvenes que no estudian ni trabajan
Retorno educativo y combinación con alternativas laborables flexibles
Desarrollar programas de becas para madres adolescentes para completar el ciclo básico o bachillerato. Generar acuerdos entre liceos y UTU, y empresas públicas y privadas para articulación entre trabajo y estudio. Incrementar presencia de casas jóvenes y articulación con centros liceales, ampliación programa Projoven.
Madres adolescentes
Incentivar paternidad y maternidad responsable Favorecer secuencia ideal de emancipación (educación, trabajo, pareja, procreación)
Universalizar educación ciclo básico. Educación sexual en secundaria y asesoramiento reproductivo en políclinicas. Asesoramiento y acceso gratuito a metodologías de planificación familiar
Familias jóvenes de bajos ingresos
Mejorar el ingreso promedio de las familias mediante transferencias y mayor posibilidad de movilizar fuerza de trabajo femenina, apoyar integración del niño a servicios sociales estatales
Ampliar cobertura de Asignaciones Familiares y mejorar su valor real. Mantener universalización en preescolar incrementando la proporción de preescolares en tiempo completo. Ampliar cobertura en CAIF. Programas de empleo y créditos para parejas jóvenes
Hogares con Jefatura femenina
Aumentar posibilidad de trabajo de las madres. Transferencias monetarias
Garantizar e incentivar uso de servicios de cuidados y educación a preescolares (CAIF, preescolar público, programas Nuestros Niños) dando prioridad de acceso a mujeres solas con hijos. Desarrollar sistemas legales y de seguimiento que incrementen las chances de corresponsabilización parental.
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c. Familia, vulnerabilidad y políticas sociales en Uruguay
Las acciones deberían contemplar las distintas dimensiones en que se manifiesta la problemática de los niños, los jóvenes y
La relación entre las familias (o figuras
sus familias.
parentales a cargo) y las instituciones educa-
En primer término, programas orienta-
tivas constituyen un elemento de importan-
dos a la inserción laboral o reinserción labo-
cia clave que debería contemplarse en la
ral de los jóvenes, especialmente aquellos
estrategia a implementar. Esta convicción se
con familia a cargo, y en lo posible a su
basa en un doble fundamento.
reinserción en el sistema educativo bajo
En primer lugar, asumir que familia y es-
modalidades compatibles con las respon-
cuela constituyen los dos sistemas de so-
sabilidades adquiridas.
cialización más importantes que involucran
En segundo lugar, programas de aten-
al niño. En la medida en que las pautas y
ción de la salud, la nutrición y la educación
normas transmitidas desde estos dos ám-
inicial de los niños en edad preescolar de
bitos resulten poco coherentes o hasta con-
modo de apoyar su desarrollo en una etapa
tradictorias, se someterá al niño a un nivel
crucial y posibilitar a los padres asumir obli-
de tensión que pone obstáculos a su apren-
gaciones laborales. ( El Plan CAIF ha eviden-
dizaje, al proceso de afirmación de su iden-
ciado constituir una alternativa muy adecua-
tidad y a su salud mental.
da para operar en este sentido. Las accio-
Los estudios del Grupo Interdisciplinario
nes del MSP y MSP/INDA en la atención a
de Estudios Psicosociales (GIEP) demos-
la primera infancia también son particular-
traron con claridad la importancia del clima
mente relevantes).
familiar y de las pautas de crianza en el de-
El acceso a una vivienda decorosa es
sarrollo de los niños en los primeros años
un factor central en las posibilidades de de-
de vida. Esta incidencia no desaparece
sarrollo de los miembros de la familia y de la
cuando los niños asisten a centros educa-
convivencia armónica. Los programas diri-
tivos, donde están expuestos a otro tipo
gidos a atender esta necesidad han sido has-
de pautas. Las contradicciones y tensio-
ta el momento insuficientes y no siempre
nes inherentes a esta doble exposición sólo
adecuados a los requerimientos de las fa-
pueden resolverse con el desarrollo e
milias.
implementación de estrategias adecuadas
56
Por último, se ubican transferencias eco-
para incorporar a las familias al esfuerzo
nómicas tendientes a compensar las dificul-
educativo.
tades para acceder a un ingreso que permi-
En segundo lugar, las instituciones edu-
ta cubrir las necesidades esenciales de los
cativas son las que tienen el mayor acceso
menores a cargo del núcleo familiar. Las
y legitimidad para orientar a las familias de
Asignaciones Familiares deberían estar ade-
los alumnos hacia las diversas organizacio-
cuadamente focalizadas, constituir un apor-
nes y programas públicos o privados que
te de mayor significación en especial en las
pueden apoyarlas en su desarrollo, así como
etapas más críticas (constitución de la fami-
para encarar acciones tendientes a reflexio-
lia, advenimiento de los primeros hijos ) y es-
nar y reelaborar las pautas de crianza y so-
timular el cumplimiento de las responsabili-
cialización de sus hijos. Afectada por situaciones de inestabilidad
dades familiares relativas a la atención de la
y de carencias de distinta índole, la capaci-
salud y la educación de los niños.
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En la medida en que las pautas y normas transmitidas desde estos dos ámbitos resulten poco coherentes o hasta contradictorias, se someterá al niño a un nivel de tensión que pone obstáculos a su aprendizaje, al proceso de afirmación de su identidad y a su salud mental.
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56. GIEP. 1996. O. cit. en nota nº 24.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Tiene por lo tanto una incidencia muy importante el “clima escolar”, o sea el tipo de vínculo entre las diversas personas que integran la institución, el grado de bienestar o malestar que se genera en la relación entre los alumnos, los docentes, los padres y las autoridades educativas.
■ 140 /
dad de la familia actual para desarrollar en
trabajan en condiciones inadecuadas, en-
sus miembros ciertas competencias socia-
frentando problemáticas que desbordan su
les vinculadas al autoconocimiento y
posibilidad de manejo, lo que afecta su pro-
relacionamiento con los demás, parece es-
pia autoestima y la confianza en el valor de
tar en cuestión. Ello coloca una fuerte pre-
su trabajo, todo lo cual pone obstáculos
sión sobre las instituciones educativas para
para el logro de los objetivos que se pre-
que amplíen su participación en el desarro-
tende alcanzar.
llo de los hábitos, actitudes y expectativas
Si bien no hay estudios que hayan pro-
de los niños y adolescentes. Esto significa
fundizado específicamente este aspecto,
contribuir a desarrollar su autovaloración, la
quienes trabajan cotidianamente con estos
aceptación de los demás, la tolerancia a la
sectores de población transmiten la fuerte
diferencia, la capacidad de analizar y resol-
convicción que la percepción de los niños y
ver problemas, de establecer normas en for-
los jóvenes sobre su capacidad para apren-
ma consensuada, de resolver conflictos me-
der es un factor que tiene gran incidencia en
diante el diálogo y la negociación, de esta-
el mantenimiento o deserción del sistema
blecer metas, generar proyectos y asumir
educativo, a nivel escolar y especialmente en
responsabilidades.
el liceal. Esta percepción está afectada por la
Estas capacidades, generalmente asocia-
imagen que tienen y le transmiten a través
das a la habilidad para superar situaciones
de muy diversos mecanismos tanto su fami-
críticas, resultan esenciales para fortalecer las
lia como sus docentes.
aptitudes de aprendizaje así como para au-
La alianza familia-institución educativa
mentar las posibilidades de una adecuada
puede operar como impulsora de un círculo
inserción futura en la economía y en la socie-
virtuoso si se traduce en una colaboración
dad. A diferencia de otras capacidades rela-
mutua para generar las condiciones apropia-
cionadas con la adquisición de conocimien-
das para el desarrollo personal y el aprendi-
tos o destrezas, éstas se desarrollan en for-
zaje de niños y jóvenes. Pero también puede
ma vivencial, a partir de la posibilidad de re-
—en los hechos y más allá de las intenciones
flexionar y analizar los comportamientos asu-
de los actores— reforzar una imagen de in-
midos por uno mismo y por los demás en la
competencia del niño o del joven, lo que de
vida cotidiana. Tiene por lo tanto una inciden-
algún modo releva a ambos de lograr otro
cia muy importante el “clima escolar”, o sea
resultado.
el tipo de vínculo entre las diversas personas
El cúmulo de dificultades y de carencias
que integran la institución, el grado de bien-
que en muchos casos se concentran en es-
estar o malestar que se genera en la relación
tas familias no posibilita que la situación sea
entre los alumnos, los docentes, los padres y
abordada cabalmente desde el centro edu-
las autoridades educativas. En él incide des-
cativo. Por ello, es necesario coordinar es-
de el ambiente físico hasta las normas, las
fuerzos con otras instituciones especializadas
creencias, el grado de respeto mutuo, la for-
que puedan hacer frente a problemas espe-
ma de resolución de los conflictos y la medi-
cíficos de salud, vivienda o violencia domés-
da en que se percibe que lo que se enseña
tica, minoridad en situación de calle, a vía de
tiene sentido y utilidad.
ejemplo.
A este clima ciertamente no contribuye
La construcción de redes personales e
el desgaste que sufren los docentes que
institucionales es por tanto otro componen-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
te imprescindible de una estrategia adecua-
otra parte, que la posibilidad de éxito de
da y viable. Esto implica un trabajo a nivel
estrategias como las que estamos mencio-
comunitario que contribuya a la creación
nando dependerá también de la adopción
de espacios de relacionamiento, al desa-
de otras políticas más globales en relación
rrollo de vínculos de confianza y coopera-
a factores que operarán sumando y poten-
ción mutua .
ciando los logros, o restando, y tal vez con-
La relación entre las instituciones y las
trarrestando, lo que pueda lograrse por las
familias con mayores carencias requiere con
vías mencionadas. Dentro de ellas desta-
frecuencia, además de la posibilidad de ac-
camos :
ceso, una labor de recomposición de vín-
• Políticas urbanas y de ordenamiento
culos. Es frecuente que estas personas
territorial que puedan contrarrestar los
hayan sufrido experiencias decepcionantes
procesos de segregación residencial
y hasta traumáticas de relación con institu-
de expansión creciente.
ciones, o que hayan pasado de técnico en
• Políticas que apunten a mejorar la ca-
técnico relatando una y otra vez su situa-
lidad de la educación pública y con-
ción y gastado sus escasos recursos en
trolar la excesiva homogeneización de
intentar obtener una respuesta que nunca
la población de las instituciones edu-
llegó. Esto suele ser el efecto de “deriva-
cativas.
ciones” de unas instituciones a otras cuan-
• Políticas dirigidas a mejorar la calidad
do no se encuentra cómo responder, sin
de la atención de la salud en los es-
que ninguna de ellas asuma la responsabi-
tablecimientos públicos.
lidad de verificar cuál fue el resultado final
• Políticas orientadas a la reinserción la-
de esta “peregrinación”. En estos casos el
boral de sectores crecientemente
trabajo es a “dos puntas”: con los destina-
marginados de las posibilidades de
tarios de los programas para volver a ge-
empleo.
El actual sistema institucional está construido sobre la base de una perspectiva sectorial que pretende responder a los diversos problemas sociales como si fueran independientes unos de otros.
nerar expectativas y brindarle apoyo para
d. Límites y posibilidades de las políticas sociales actuales
que logren plantear en forma adecuada sus demandas y con las instituciones para asegurar las respuestas adecuadas.
El actual sistema institucional está cons-
Las experiencias de programas de tra-
truido sobre la base de una perspectiva sec-
bajo psicosocial desarrollados por equipos
torial que pretende responder a los diver-
multidisciplinarios en los centros educati-
sos problemas sociales como si fueran in-
vos desarrollados en los últimos años des-
dependientes unos de otros.
de los Centros CAIF, en algunas Escuelas
Abordar situaciones de pobreza y
de Tiempo Completo y en algunos liceos,
marginalidad desde una sola puerta de en-
permiten constatar la potencialidad de pro-
trada (la salud y educación, por ejemplo)
gramas basados en estos supuestos y ex-
genera frustración en los agentes de las ac-
plorar la posibilidad de generar redes que
ciones y también en los destinatarios. Pre-
puedan dar sustentabilidad a estos proce-
domina en muchas instituciones un senti-
sos, sin la necesidad de la presencia per-
miento de impotencia, con la consiguiente
manente de esos equipos técnicos.
pérdida de efectividad y motivación.
Comprender el carácter sistémico de
La coordinación y articulación de accio-
la problemática a enfrentar nos indica, por
nes cuya necesidad es ampliamente reco-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
No alcanza con coordinar, no se trata de yuxtaponer acciones, se requiere una estrategia integral. Esto es, una definición clara de objetivos y acciones a desarrollar simultáneamente en distintos niveles con y por distintos actores, sobre ciertos factores o dimensiones a las que se ha dado prioridad, con metodologías comunes en algunos aspectos y diversificadas en otros.
■ 142 /
nocida en todo el espectro de instituciones
rol catalizador y articulador. Se tomará en
que trabajan en el campo social, es una
cuenta a quienes ya estén jugando un papel
meta que no ha resultado fácil lograr, y a
similar o a quienes tengan mejores condicio-
nuestro juicio, es en sí misma insuficiente.
nes y recursos para poder desempeñarlo.
No alcanza con coordinar, no se trata de
Probablemente en muchos casos serán ins-
yuxtaponer acciones, se requiere una estra-
tituciones educativas (Centros CAIF, Escue-
tegia integral. Esto es, una definición clara
las o Liceos) pero en otros podrán ser
de objetivos y acciones a desarrollar simultá-
Policlínicas, Centros de salud, Centros recrea-
neamente en distintos niveles con y por dis-
tivos o deportivos, Casas Jóvenes, Centros
tintos actores, sobre ciertos factores o dimen-
de Promoción Comunitaria del INAME u
siones a las que se ha dado prioridad, con
ONGs que desarrollan su acción en el barrio.
metodologías comunes en algunos aspec-
Las instituciones participantes en el Plan
tos y diversificadas en otros, de manera de
deberían adecuar al menos parcialmente sus
posibilitar una mayor adecuación a realida-
acciones para enfatizar los lineamientos es-
des específicas, que se conjugan para
tratégicos establecidos, asumir el compromi-
viabilizar el logro del objetivo planteado.
so de brindar información que posibilite ge-
¿Cómo lograr una estrategia integral, par-
nerar un sistema de información de usuarios
tiendo de la actual institucionalidad? Una al-
y realizar un seguimiento de los resultados
ternativa posible sería la definición de un Plan
de las acciones. Como contrapartida, cada
Nacional de atención a la Infancia y la Familia,
institución lograría potenciar su acción a tra-
con la participación de las principales institu-
vés de una mayor articulación con las demás,
ciones del sector público y privado vinculadas
la participación en instancias de capacita-
a esta temática a partir de un acuerdo respec-
ción, apoyo, sistematización y evaluación de
to a objetivos, lineamientos estratégicos, nive-
resultados. Todo esto contribuiría a mejorar
les de intervención y tipo de acciones a desa-
tanto su capacidad como la del conjunto para
rrollar para alcanzarlos. Este acuerdo permiti-
alcanzar resultados efectivos en relación a los
ría encarar la articulación de acciones simultá-
objetivos trazados. Si fuera posible obtener
neas en todos los niveles mencionados en el
recursos específicos para fortalecer este plan,
punto anterior en la medida que se incorpo-
podrían seleccionarse y financiarse proyec-
ren como componentes de la estrategia. Defi-
tos a partir de propuestas de los centros ad-
nida esta propuesta se podría promover la par-
heridos que generen nuevas contribuciones
ticipación en el Plan de las instituciones públi-
o desarrollos en el marco de la estrategia
cas o privadas insertas en las zonas con ma-
definida.
yor concentración de población en situación
Los Centros deberían asumir la imple-
de pobreza que ya estén realizando acciones
mentación del sistema de información sobre
inscriptas en la estrategia definida o que estén
usuarios y resultados en su zona de referen-
dispuestas a hacerlo.
cia; operar como lugares de orientación y re-
Podría así conformarse una red de cen-
ferencia para las familias; realizar un segui-
tros locales que definirían un compromiso
miento de la respuesta que éstas obtienen
claro y explícito de acuerdo con los
de las instituciones tratantes y el resultado
lineamientos del Plan y de desarrollo de ac-
final del derrotero cuando se produzcan “de-
ciones específicas que respondan a los mis-
rivaciones”; identificar problemáticas comu-
mos. En cada zona debería seleccionarse
nes a las instituciones que trabajan en la zona;
uno de estos centros para que cumpla un
articular acciones, generar instancias de in-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
tercambio y capacitación para enfrentar me-
ficativos. Principalmente se trataría de lograr
jor estos problemas comunes; y operar como
un mejor aprovechamiento y potenciación de
nexo o puente con instituciones especializa-
los que ya se están utilizando y de imprimir
das cuando se necesite su concurso para ello.
una nueva dinámica de articulación a los es-
El rol del Estado debería ser central en lo
fuerzos en marcha.
que refiere a la definición del enfoque, los prin-
No se nos escapan las dificultades de una
cipios estratégicos, los objetivos y la defini-
iniciativa como la propuesta, habida cuenta
ción clara de reglas de juego. Sobre esta base
de las resistencias que habitualmente gene-
se debería abrir el campo a la participación
ra cualquier proceso de cambio institucional
de instituciones públicas o privadas que pue-
desde las distintas lógicas o racionalidades
dan contribuir al desarrollo del Plan, asegu-
involucradas. Sin embargo, no parece haber
rando la transparencia en la asignación de
caminos alternativos. Es esencial partir de lo
recursos —en el caso en que los haya—, el
que ya se está haciendo, expandiendo y po-
seguimiento y la evaluación de las acciones.
tenciando las experiencias que arrojan posi-
Una alternativa como la expuesta, apoya-
tivos resultados, e inyectar al mismo tiempo
da en las instituciones extentes, debería ge-
una dinámica distinta, que apunte a superar
nerar una nueva dinámica articuladora en base
los obstáculos y las pérdidas generadas por
a una estrategia integral. Sólo requeriría la in-
la fragmentación y la dispersión de esfuer-
corporación de una unidad ejecutora de redu-
zos, aunque sin afectar la diversidad y la in-
cidas dimensiones que operara en una mo-
novación.
dalidad parecida a la de la Secretaría Ejecutiva
La información a la opinión pública so-
del Plan CAIF.
bre la situación que viven los niños y jóve-
Sin nuevos recursos parecería difícil dar
nes uruguayos, el debate sobre alternati-
cuerpo a este Plan. Estos deberían dirigirse
vas de acción, la generación de una con-
fundamentalmente a generar instancias que
ciencia colectiva sobre la necesidad de in-
permitan
acuerdos
tervenir en forma más efectiva pueden ayu-
fundacionales entre las instituciones clave,
dar a facilitar el camino para realizar cam-
difundir la propuesta, montar el sistema de
bios y para lograr la colaboración necesa-
información de usuarios y resultados que
ria de distintas instituciones y sectores de
permita una adecuada focalización y evalua-
la población.
establecer
los
ción del Plan, apoyar instancias de capacita-
La situación y las tendencias evidencia-
ción y respaldo a las instituciones adheridas
das en este Panorama demuestran que no
de modo de facilitar el relacionamiento entre
es posible seguir dejando pasar el tiempo sin
ellas y la adopción de los roles requeridos en
intentar cambios en la orientación de las po-
el nuevo marco articulador.
líticas. Cambios que no necesariamente pa-
Complementariamente, y si fuera viable
san por un mayor gasto —aunque fuera de-
podría generarse —como se mencionó— un
seable también debería ser viable— sino por
fondo para financiar proyectos a partir de las
un mejor gasto y en este sentido hay mucho
propuestas presentadas por las instituciones
por hacer: iniciar un nuevo camino, reorien-
participantes que posibiliten desarrollos de
tar recursos que apoyen las acciones en las
mayor interés en relación a la infancia y las fa-
líneas definidas como prioritarias, y buscar
milias. Por lo tanto, los recursos adicionales
un mejor horizonte para las futuras genera-
necesarios no tendrían por qué ser muy signi-
ciones de uruguayos.
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El rol del Estado debería ser central en lo que refiere a la definición del enfoque, los principios estratégicos, los objetivos y la definición clara de reglas de juego. Sobre esta base se debería abrir el campo para la participación de instituciones públicas o privadas que puedan contribuir al desarrollo del Plan.
/ 143 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Apéndice de políticas públicas
Reformas recientes y programas especiales
La reforma educativa57
tión institucional. El informe de ANEP detalla, en los capítulos dedicados a cada
L
as reformas en cada ciclo (educación
ciclo de enseñanza, las reformas realiza-
inicial, primaria, secundaria, forma-
das para cumplir cada uno de estos obje-
ción técnico-profesional y formación do-
tivos. Aquí nos concentraremos en los as-
cente), procuran cumplir con los objetivos
pectos de la reforma orientados a incre-
de mayor equidad, calidad, dignificación
mentar la equidad y calidad de la educa-
de la función docente y mejora en la ges-
ción pública.
Equidad Social
Calidad Educativa
Dignificación de la función docente
• Extensión edilicia • Universalización como estrategia
Nueva currícula
Cursos para directores
Primaria
• Extensión edilicia • Programa “Todos los niños pueden aprender” • E. T. C. • Educación rural
• P. M. E. • Evaluación de aprendizajes (censo)
Cursos de • Devolución capacitación de resultados obtenidos en evaluación de aprendizajes.
Secundaria
• Extensión edilicia • Extensión horaria • Una enseñanza por áreas de instrumentos y lenguajes • Entrega de libros
• Enseñanza por áreas, Plan Piloto • Guías de apoyo al docente • P.E.L. • C.L.E.
Cursos de • Proyectos de capacitación centro Plan Piloto • Inspecciones regionales • Direcciones de Centro
• Extensión edilicia • Plan 96 + Iniciación a la tecnología
• Bachilleratos Tecnológicos • Aulas informáticas
Inicial *
UTU
57. Para la confección de este apartado del apéndice se utilizaron los siguientes apoyos bibliográficos: - ANEP, 2000. Una visión integral del proceso de reforma educativa en Uruguay 1995 - 1999. Montevideo; ANEP. - Errandonea, Fernando, 2001. Antecedentes, contexto y desarrollo de la reforma educativa en Uruguay. Montevideo, mimeo. - Filgueira, Fernando, Errandonea, Fernando y Porzecansky, Rafael, 2000. Negociación colectiva y políticas de formación profesional en el Uruguay. Capital, trabajo y Estado en el nuevo modelo de desarrollo. En prensa, revista de la OIT. - Mancebo, María Ester, 2001. “La ‘larga marcha’ de una reforma ‘exitosa’: de la reformulación a la implementación de políticas educativas” en Revista Uruguaya de Ciencia Política Nº 13. Montevideo, FCU (prensa). 58. El cuadro aquí publicado contiene algunas variantes respecto del elaborado por la autora.
Gestión institucional
• Núcleos tecnológicos
* Dependiente del Consejo de Educación Primaria. Fuente: María Ester Mancebo. 2000 58
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Gráfico 45 Evolución de la cobertura en el sistema preescolar para niños de 4 y 5 años por deciles de ingreso y tipo de sistema. Uruguay urbano, 1991-1999 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 1991
1995
1999
1991
1995
Decil 1
1999
1991
1995
Decil 1
No asiste
1999
1991
Decil 1
Público
Privado no pago
1995
1999
Decil 1 Privado pago
Fuente: IPES en base a datos de ANEP.
Educación inicial
uno de los objetivos prioritarios de la Reforma. Para esto se llevó adelante un plan de
59. ANEP. 2000: 85. 60. Ibíd.
■ 146 /
a. En cuanto al objetivo de equidad, la
construcciones, que se desglosa en obras
educación inicial tiende a contrarrestar el
nuevas y remodelación de las ya existentes.
déficit cultural y social de los niños proce-
Más del 70% de las construcciones se con-
dentes de los hogares más pobres, y a pro-
centra en escuelas con una tasa de repeti-
mover mejoras en los niveles de rendimiento
ción en 1er. año superior al 20%.
durante el ciclo escolar. Los estudios reali-
El resultado ha sido, tal como indica el
zados “confirman que la educación inicial
gráfico 45, la incorporación de los sectores
tiene efectos positivos y universales en la
bajos y el pasaje de segmentos de los sec-
disminución de la tasa de repetición en la
tores medios a la educación inicial, y el inicio
educación común”.59 En el Censo Nacio-
de un camino de extensión tanto en Monte-
nal de Aprendizajes, 1996, se constató que
video como en el Interior.
“los hijos de madres cuya educación era
Al mismo tiempo, uno de los efectos
de Primaria incompleta o completa, si no
deseables de la educación inicial es la libe-
había asistido a la Educación inicial, en casi
ración de tiempo para el trabajo femenino
un 60% habían repetido una o más veces
fuera del hogar, el aumento de la tasa de
en la Educación Común. Si, inversamente,
actividad femenina y el incremento de los
habían recibido Educación Inicial desde los
recursos en los hogares más humildes.
4 años de edad, la frustrante experiencia
b. En lo que refiere a la calidad de la
de la repetición ascendía a menos del
educación inicial, la Reforma ha atendido
35%”.60
la reformulación de los programas, resul-
Como la mayoría absoluta de la pobla-
tado de la consulta a los docentes del área
ción entre 3 y 5 años residente en hogares
y a los inspectores. El nuevo programa,
pobres no acude a la educación inicial, la
estrenado en 1998, apunta a la socializa-
universalización en el acceso a ésta, ha sido
ción y alfabetización del niño de tres a cin-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Cuadro 30 Cobertura de educación inicial pública en las edades 4 y 5 años y plan de construcciones escolares 1996 - 1999 según áreas geográficas seleccionadas61 Población de 4 y 5 años según el Censo de 1996
Cobertura de educación inicial 4-5 en 1995 (en porcentaje)
Cobertura de educación inicial 4-5 en 1999 (en valores absolutos)
Cobertura de educación inicial 4-5 en 1999 (en porcentaje)
Total del país
106.302
46,6
-74.670
70,2
Montevideo
39.164
41,2
23.561
60,2
Canelones
15.709
45,5
12.185
77,6
San José
3.301
52,9
2.489
75,4
Maldonado
4.523
38,9
3.186
70,4
Artigas y Rivera
7.438
45,6
5.847
78,6
Paysandú y Salto
9.028
38,9
6.337
70,2
21.065
77,6
Otras zonas del país
27.139
60
Fuente: Gerencia de planeamiento y evaluación de la gestión educativa de ANEP en base a información aportada por la Gerencia de inversiones, Programa FAS-OPP-BID y Proyecto MECAEP-BIRF.
co años. Contiene tres áreas: conocimien-
el fracaso escolar que, por lo perjudicial en
to de sí mismo, conocimiento del ambien-
lo laboral y estigmatizador en lo social,
te y comunicación. Asimismo, la moderni-
constituye una fuente extra de frustración
zación del equipamiento didáctico, otro
entre la población de menores recursos.
62
Para cumplir este objetivo, se aplicó en las
también formó parte del conjunto de me-
escuelas urbanas con 30% o más de repe-
didas tendientes a elevar la calidad de la
tición un programa de alcance nacional lla-
enseñanza.
mado “Todos los niños pueden aprender”.
componente del proceso de aprendizaje,
El programa consiste en el desarrollo de un conjunto de acciones sociales integrales
Educación primaria
(alimentación, salud, etc.) y coordinadas a. En cuanto a la equidad, la Reforma
que faciliten el acceso y las condiciones de
hizo hincapié en tres aspectos: la valoriza-
permanencia de los niños en la escuela,
ción de la educación como política social, la
complementando a las familias en las fun-
integración coordinada de otros sectores
ciones de crianza y socialización.
sociales (alimentación y salud) en la acción
Entre las acciones sociales integrales se
educativa, y la extensión de los tiempos es-
cuenta el Programa de Alimentación Escolar
colares como forma de considerar las des-
(PAE), los programas de promoción y preven-
igualdades en los ritmos de aprendizaje.
ción de salud, la distribución de vestimenta y
i- Programa “Todos los niños pueden
calzado, el programa “comunicación escue-
aprender”. El objetivo primordial fue abatir
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la-hogar” y desarrollo comunitario.
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61. Íbid.: 99 62. Ibíd.: 122. Recuadro Nº 18. Ver opinión de la Consejera Nelly Leites.
/ 147 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
El PAE, consiste en la aplicación del ré-
de la UMRE indicaban que en promedio los
gimen de almuerzo por bandejas con alto
niños permanecen delante de los televiso-
contenido nutricional en 119 escuelas de
res más tiempo que en las escuelas, con el
zonas con altas carencias sociales, inclu-
agregado que los de menor nivel cultural
yendo las escuelas del programa “Todos los
familiar son quienes tienen menos horas de
niños pueden aprender”. La evaluación
permanencia en la escuela y más horas de
durante tres años arrojó las siguientes con-
consumo mediático.
clusiones: a) una proporción considerable
Mientras en los países desarrollados,
de beneficiarios no presenta ninguna ca-
sostiene el informe de la ANEP (1999) los
rencia nutricional; b) una proporción alta de
días de clase anuales son 200 y las horas
niños en estado de desnutrición (entre el
semanales de clase fluctúan entre las 30 y
43 y el 89%) no asiste al comedor; c) una
las 40, con anterioridad a la Reforma en el
proporción alta de niños (entre el 55 y el
Uruguay las escuelas estaban abiertas 180
80%) que no necesitan el aporte nutricional,
días con clases semanales de 20 horas.
recibe el almuerzo. Por lo tanto, el progra-
Frente a esta situación, el CODICEN logró
ma está mal focalizado ya que llega en
que el 20% de la matrícula de educación
mayor medida a los que no necesitan que
común correspondiente a los hogares
a los niños en estado de desnutrición.
deprivados, recibieran una educación de
Los programas de promoción y preven-
tiempo completo. El objetivo es que estos
ción de salud consisten en la detección de
niños adquieran un conjunto de conoci-
elementos de riesgo desde el punto de vis-
mientos y herramientas que no sean infe-
ta biológico y/o psicosocial, con la consi-
riores a los de los niños de las escuelas
guiente derivación en caso de ser necesa-
públicas provenientes de mejores contex-
rio. Los facultativos, que trabajan en dos
tos sociales.
turnos escolares, realizan además un exa-
Las ETC innovan en cinco aspectos: 1º)
men físico completo y control de
en la gestión escolar, que se apoya en un
inmunizaciones. La distribución de vesti-
proyecto escolar de centro, compartida por
menta y calzado adecuados para el invier-
sus actores; 2º) en la propuesta pedagógi-
no tiene como finalidad la de prevenir en-
ca y didáctica que propicia una construc-
fermedades ocasionadas por enfriamientos.
ción más activa de los conocimientos por
El fortalecimiento del vínculo social y
parte de los niños; 3º) en la administración
simbólico entre la familia y la escuela inten-
de un tiempo con actividades múltiples que
ta sustanciarse a través de una publicación
se extienden desde la elaboración de pro-
de aparición quincenal. La revista brinda in-
yectos productivos hasta talleres y salidas
formación sobre los servicios de la escuela
didácticas; 4º) en la atención integral, que
y sobre el seguimiento de la actividad es-
incluye alimentación, salud, atención social,
colar, y a través de ella se espera acercar la
higiene; 5º) en la preocupación por la fami-
familia a la escuela. El capítulo de desarro-
lia, que pasa por las visitas a los hogares y
llo comunitario comprende el trabajo de
la invitación a los padres a actividades en
asistentes sociales y un equipo de aseso-
la escuela.
ramiento legal.
■ 148 /
iii- Educación rural. En 1963 la partici-
ii- Escuelas de Tiempo Completo. La
pación de la población rural en la pobla-
investigación de CEPAL y las mediciones
ción nacional era de un 19,2% mientras que
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
actualmente es menor al 10%. La caída
una distribución masiva de textos para to-
continua de la matrícula escolar que pro-
dos los grados.
dujo este proceso de despoblamiento rural, llevó al cierre de muchas escuelas rura-
Educación media común
les. Es en éstas que se registran los peores resultados de suficiencia en las pruebas de
a. La equidad en la educación media.
matemáticas y lenguas (15% contra un va-
Son tres los instrumentos para atenuar las
lor del 30.5% a nivel nacional).
inequidades sociales en este nivel: Prime-
En cuanto a la educación rural se ha
ro, el cambio de perspectiva en el tipo de
aplicado el programa “Omnibuses esco-
enseñanza impartida en secundaria, que
lares” para trasladar a los niños de escue-
transita de una concepción pre-universita-
las con muy bajas matrículas a otras con
ria basada en contenidos a una enseñanza
mayor matriculación, lo que resultó en
de tipo transversal basada en conocimien-
un uso más adecuado del equipamiento
to de lenguajes (matemáticas, inglés, infor-
material y docente, y en una interacción
mática), herramientas y estrategias de
más densa entre los niños. También se
aprendizaje, comunes a todas las especia-
abrió la posibilidad de cursar los grados
lidades y los bachilleratos. Segundo, la ex-
séptimo, octavo y noveno en las escuelas
posición a la enseñanza, que pasó de tres
rurales distantes de centros poblados que
y media a cinco horas y media. Tercero, la
cuenten con tres o más maestros y 50 o
inversión en infraestructura, que incrementó
más alumnos, lo que permitió integrar los
en un 28% el stock de aulas disponibles
dos tramos de educación obligatoria (pri-
por ANEP el año 1995.
maria y ciclo básico).
Al igual que en Primaria, la política en
b. En cuanto al objetivo de calidad edu-
Secundaria ha sido llevar el liceo al barrio. La
cativa, ha sido clave el desarrollo de los
meta última, dice el informe ANEP, es que “el
Proyectos de Mejoramiento Educativo
liceo pueda establecer una relación estrecha
(PME). Su cometido es la elaboración de
y fluida con el barrio del cual proceden los
un plan de desarrollo que atienda aque-
alumnos”. Si como se mostró en este infor-
llas dimensiones consideradas prioritarias
me y en diversos trabajos previos de la ANEP,
por los docentes para contribuir a mejorar
el efecto de la composición social del vecin-
la calidad de la enseñanza en las escuelas
dario sobre el rendimiento educativo es
que tienen mayores niveles de carencias.
estadísticamente significativo, y si la segre-
Hay un premio para cada equipo ganador
gación territorial y la concentración de niños
que apuesta a la consagración de un nue-
pobres en vecindarios pobres aumenta, el
63
vo modelo de organización educativa. En-
sistema educativo ve amenazada su capaci-
tre 1995 y 1997 se adjudicaron 144 PME,
dad integradora e igualadora. La respuesta
que abarcan muy diferentes temáticas. Al-
de la Reforma en Uruguay ha sido, frente a la
gunos títulos: “La huerta como forma de
segmentación residencial, utilizar mecanis-
cooperación e integración”, “Nuestra es-
mos compensatorios (Escuelas de Tiempo
cuela en Internet”, “Alimentos sanos, ni-
Completo y de requerimiento prioritario en Pri-
ños felices”, etc. Finalmente, la Reforma
maria, mayores recursos humanos a las es-
se propuso institucionalizar el libro y des-
cuelas de contextos críticos, etc.) para los
plazar la fotocopia. Para ello, implementó
casos de contextos deprivados a efectos de
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63. Ibíd.: 188.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
brindar las condiciones sociales y pedagógi-
ban las peores tasas de repetición y deser-
cas que permitan disminuir la brecha educa-
ción. Tercero, la diferencia mayor a favor de
tiva entre los niños de hogares integrados y
los estudiantes de Centros Pilotos se obser-
aquellos hogares pobres o con NBI.
vó en idioma Español. Cuarto, se logró salir
b. Referente a la calidad de la educa-
del régimen de la fotocopia al instalarse un
ción, en el marco del Plan Piloto de 1996
régimen de entrega gratuita de libros y tex-
para los tres primeros años de la enseñan-
tos. Quinto, la elaboración de guías de apo-
za media se ha redefinido la currícula. Dado
yo al docente también contribuyó a una ma-
que los sistemas educativos reciben un
yor calidad de la enseñanza impartida.
alumnado caracterizado por diversos per-
También vinculados a la calidad de la
files, y dado que resulta necesario tender
enseñanza se encuentran los Proyectos
un puente entre la educación primaria y
Educativos Liceales (PREL). “En 1998 se
media, se procedió a reformar la currícula
comenzó la implementación de un sistema
del ciclo básico sobre la base de diversas
de concurso para financiar proyectos liceales
áreas de conocimiento: instrumental (ma-
de Ciclo Básico de Educación Secundaria
temática, idioma español, inglés), ciencias
durante el periodo 1998-2000, en el enten-
de la naturaleza, ciencias sociales, informá-
dido que los PREL representan una herra-
tica, expresión, espacio de currículum abier-
mienta que permite concretar propuestas de
to. Para maximizar la probabilidad de al-
trabajo institucional para resolver en forma
canzar estos objetivos curriculares median-
eficiente problemas y desafíos que cada
te un trabajo de equipo se aseguró la per-
centro educativo enfrenta”.
64
manencia de los docentes en un mismo
La instalación de los Centros de Lenguas
centro, se promovió la autonomía de los
Extranjeras (CLE), por último, ha querido igual-
equipos de gestión en las decisiones de
mente aportar a la calidad y adecuación de
centro y la práctica de evaluación interna y
la enseñanza a los tiempos. Atado a la rees-
externa de las prácticas docentes. La ex-
tructuración de las sociedades y códigos cul-
periencia cubre hoy la totalidad de las es-
turales que instala la globalización se encuen-
cuelas técnicas y casi la mitad de los liceos.
tra la formación intensiva en lenguas extran-
Desde su inicio la experiencia fue objeto
jeras, un programa que ofrece la opción al
de un modelo de evaluación cuasi-
alumno que así lo desee de estudiar una se-
experimental, en el que se compara la evolu-
gunda lengua extranjera (francés, italiano y
ción de dos grupos, el experimental y el de
portugués son las opciones), aparte de in-
control, a partir de una medición de panel. Tam-
glés, de carácter curricular obligatorio. La
bién se realizó una evaluación de impacto para
enseñanza está organizada a través de cur-
observar tasa de repetición y deserción.
sos de tres años a razón de dos sesiones semanales de una hora y media cada una.
Primero, en el período 1996-1998 las tasas de repetición y de deserción resultaron menores en los liceos piloto (en el entorno
La educación técnico-profesional
del 30% en los liceos no pilotos en los tres años contra un 23, 16 y 11% en los pilotos, tomando 1eros., 2dos. y 3eros. años.). Se-
El sistema educativo estatal dependien-
gundo, la incidencia fue mayor en Montevi-
te de la administración central se estructuró
64. ANEP, 2000: 237.
deo y Canelones, es decir, allí donde se da-
con una primaria, una formación secunda-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ria de carácter pre-universitaria y una forma-
institución educativa reducían la calidad y
ción técnica dirigida a quienes querían des-
potencialidad de cualquier demanda por
empeñarse en oficios y ocupaciones califi-
mejora del nivel formativo. Téngase en
cadas, a través de la Universidad del Traba-
cuenta, además, la imposibilidad, para un
jo del Uruguay (UTU). El sistema de forma-
importante sector de los “usuarios natura-
ción técnico-profesional en Uruguay estuvo
les” de la UTU, de financiar opciones priva-
asentado hasta principios de los 90 en una
das de formación.
65
El cambio del contexto socio-económi-
oferta principalmente estatal a través de la
co, sobre todo la reconversión del sector
UTU y casi nula a nivel privado. Las ventajas de la UTU residían en que,
industrial asociada a la puesta en marcha
al menos teóricamente, capacitaba para el
del MERCOSUR, la importancia creciente
ejercicio de un oficio de modo independien-
de Argentina y Brasil, el mayor valor agre-
te. Además, este sistema de educación
gado introducido al producto exportado, la
brindaba posibilidades de movilidad social
emergencia de modelos de organización del
a individuos pertenecientes a capas medias
trabajo flexibles y la adaptación a merca-
bajas y capas bajas. Entre las debilidades
dos heterogéneos, configura un escenario
del sistema se cuenta su escasa legitimi-
de necesidades nuevas en que la forma-
dad, resultado de la relativamente escasa
ción de los recursos humanos debe tam-
valorización del trabajo manual y de los ofi-
bién poner al día sus estilos y prácticas.
cios en la población nacional. Hasta me-
Frente a este escenario hubo una pro-
diados de los 90 no se conoció ninguna
puesta de transformar el Consejo de Edu-
estrategia para revalorizar bajo nuevas ba-
cación Técnico-Profesional (CETP) en un
ses el prestigio y estatuto de la formación
Centro Nacional de Educación Tecnológi-
técnico-profesional. Además, ni el sistema
ca para responder a las demandas de ac-
en su conjunto ni la institución educativa
tualización, perfeccionamiento y especiali-
en particular, con una trayectoria autore-
zación de los recursos humanos ya inser-
ferida, propiciaban el relacionamiento con
tos en el mercado de trabajo.
el sector productivo y laboral que posibili-
a. El objetivo de equidad social se llevó
tara la inserción del estudiante en el mer-
a cabo a través de la extensión edilicia, la
cado laboral. Por otro lado, el sistema cu-
alta presencia de la oferta educativa técnica
bría las necesidades de formación de la
en el interior del país y mediante un agrega-
población joven pero no atendía debida-
do curricular en ciclo básico, Iniciación a la
mente los segmentos de población adulta,
Tecnología, que tiene en cuenta la especifi-
y tampoco a quienes se dirigían a desarro-
cidad de la opción estudiantil técnico-profe-
llar ocupaciones no técnicas. Por último, la
sional. Al mismo tiempo, se modificaron los
estrategia de demandar y protestar ante
requerimientos de acceso al sistema. Por
deterioros en la prestación de los servicios
primera vez el CETP habilitó a que jóvenes
educativos no constituyó un mecanismo
egresados de las escuelas agrarias cursen
frecuentado
el 1er. año de Bachillerato Tecnológico o el
por
las
poblaciones
4to. año de liceo.
involucradas ni mucho menos un procedimiento eficaz, cuando se intentaba. El nivel
b. El objetivo de mejoramiento de la
socio-económico de los usuarios del siste-
calidad de la enseñanza en el ciclo básico
ma y el carácter cuasi-monopólico de la
se llevó a cabo a través del Área Tecnológi-
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65. Filgueira, Errandonea y Porzecansky. s/f. O. cit. en nota nº 57.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ca, que se compone de dos espacios
nera, los sectores medios y altos de la so-
curriculares: la Iniciación a la Tecnología,
ciedad abandonan crecientemente el siste-
estructurada en base al aula Galileo, que
ma mutual, o al menos complementan sus
establece el microclima requerido para po-
servicios por la vía privada como un medio
ner en práctica proyectos propuestos por
de garantizar el mantenimiento de la calidad
los alumnos; y un taller que pone al alumno
de la atención medica que reciben, camino
en contacto con los procesos productivos.
vedado para la gran mayoría de los secto-
También existe una modalidad técnica
res de menores ingresos.
correspondiente al 2do. ciclo de la enseñanza
Paralelamente el sistema público de
media, los Bachilleratos Tecnológicos, con una
salud ha realizado un conjunto de innova-
duración de tres años cuyos objetivos son, por
ciones bajo la forma de programas espe-
un lado, constituir una instancia de educación
ciales que procuran una mayor articulación
media terminal y, por otro, otorgar la certifica-
con otros servicios sociales en acciones
ción de auxiliar técnico para la inserción en el
focalizadas a la población más vulnerable.
mercado de empleo. Además de capacitar
Si bien resulta imposible por razones de es-
para el desempeño ciudadano y social, la for-
pacio una enumeración exhaustiva de to-
mación impartida está orientada al desarrollo
das estas transformaciones, se menciona-
de trabajadores polivalentes con capacidad
rán algunas de las más importantes.
para identificar y resolver problemas en equi-
Los nuevos programas de protección y atención materno-infantiles e infantiles
po. Además, por primera vez la oferta educativa cuenta con un plantel de profesores compuesto en su casi 100% por docentes con título y profesionales universitarios, y con un
• Acceso universal a métodos anticionceptivos: la prevención del embarazo adolescente
espacio de coordinación específico.
Las reformas en la salud: programas especiales y focalización
Maternidad y Paternidad Responsable a partir de 8/3/2001, lo cual implica que por ley todas las mujeres tienen derecho a re-
A diferencia del sistema educativo, la
cibir servicios de salud reproductiva y a
salud no atraviesa por un proceso de refor-
insumos gratuitos en todo el país. Antes se
ma integral. Pero existen dos transformacio-
cobraba. No hay datos de cobertura pues
nes que merecen destacarse. Por un lado,
es muy reciente, aunque desde la fecha de
el sistema de salud uruguayo ha
implementación a finales del 2001 se señala
incrementado los niveles de estratificación
un crecimiento exponencial de beneficiarios.
en el acceso a servicios y en la calidad de los mismos. Sumado a la tradicional distin-
• El programa UNIQUER: atacando la mortalidad infantil desde la calidad y la equidad66
ción entre sistema público y mutual, hoy se agregan las modalidades privadas de siste66. Información basada en El Observador, 8/07/01, Cosas de la vida. “En Uniquer las manos trabajan con el corazón”.
mas de urgencia y policlínica privados
■ 152 /
U
(SEMM, UCM, etc.) y la modalidad de segu-
El 14 de octubre de 1996, el Ministerio
ro privado de salud (Blue Cross-Blue Shield,
de Salud Pública aprobó el Proyecto de
Medicina Personalizada, etc.). De esta ma-
UNIQUER. La Unidad de Quemados que fun-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ciona en el quinto piso del Pereyra Rossell.
(SEMM), a través del cual la emergencia
Hoy en día el mismo se ha convertido en un
móvil atiende de forma gratuita a 10.000
Instituto de Medicina Altamente Especializa-
escolares de Montevideo.
da referente para toda América Latina.
En dicha tarea de atención médica tra-
El acceso al Instituto es universal. El mis-
bajan cerca de un centenar de pediatras.
mo atiende a los niños del país que sufren
Este equipo elabora una ficha que incluye
dicha patología. Al mismo tiempo, el pago
características biológicas y psicosociales de
para acceder a los servicios es diferencial: en
los alumnos. También practican un examen
otras palabras quienes menos tienen menos
físico en el que se registran el peso, la talla
pagan quienes más tienen más pagan. Al res-
y la presión arterial y se controla la vacuna-
pecto la Directora Técnica del Centro Marisa
ción de los niños.
Ramirez señaló: “ En este país tenemos el
Se firmó también un convenio con la
orgullo de decir que el niño quemado —sea
Asociación Española Primera de Socorro
marginal, sea de clase media o el hijo del Pre-
Mutuos, en el que ésta se compromete a
sidente de la República— se atiende acá, con
atender de forma gratuita al 10 % de los ni-
los mismos técnicos, recursos, insumos y las
ños atendidos por el SEMM. En el Interior
mismas técnicas quirúrgicas”
del país las Instituciones Atención Médica
Asimismo, señalaba: “La gran diferencia
Colectiva con la que se tiene convenio son:
radica en que quienes tienen carné de asis-
Cooperativa Regional de Asistencia Médica
tencia no pagan nada, quienes poseen car-
Integral (CRAMI), Centro de Asistencia Agru-
né con arancel pagan la diferencia, detalla. “
pación Médica de Pando (CAAMEPA), Fe-
Si es mutual y lo cubre el Fondo Nacional de
deración Médica del Interior del País (FEMI).
Recursos el mutualismo no paga nada. Y si
Asimismo como complemento y en el
es rico y no tiene ningún carné de seguro pri-
ámbito comunitario y de familia se trabaja
vado ni nada va a tener que pagar”.
de forma preventiva con equipos interdis-
En lo que refiere a resultados el Centro ha
ciplinarios integrados por médicos, asisten-
sido exitoso en la medida en que la mortalidad
tes sociales, docentes, odontólogos, para-
de los niños descendió del 30% en 1982 al
sitólogos, maestros educadores de la sa-
5,4% en nuestros días. Asimismo se ha mejo-
lud, padres y alumnos.
rado la asistencia inmediata y la rehabilitación
Uno de los Programas comprendidos
de los niños. En total UNIQUER atiende a 300
en la atención primaria de la salud es el Pro-
pacientes por año en régimen de internación
grama de prevención de la entero-
y más de 2.500 por policlínicas. Brinda servi-
parasitosis escolar. El mismo funciona bajo
cios en 8 policlínicas semanales, 2 coordina-
la Gerencia de Programas Especiales y
ciones operatorias, una de ellas a doble sala
Experimentales del CODICEN.
semanales y 23 camas de internación.
Los Centros de Atención a la Infancia y la Familia
• Educación y salud: acceso a las emergencias médico móviles en los niños de contextos desfavorables
El Plan CAIF o los Centros de Atención a la Infancia y la Familia empiezan a funcionar
En 1997 se firmó un convenio con el
en Uruguay en 1988 como respuesta a la
Sistema de Emergencia Médico Móvil
presencia de elevados índices de pobreza en
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
ciertos grupos de población y a la ineficiencia
los CAIF han probado exitosamente cum-
percibida del gasto social para combatir di-
plir al menos dos funciones adicionales. Por
chas situaciones. Los CAIF en su gestación
un lado procuran atraer a las familias al cen-
constituyen un muy buen ejemplo de diag-
tro y operar pedagógicamente y mediante
nóstico temprano y acertado de la realidad
apoyo social favoreciendo el bienestar de
social del Uruguay. Luego de pasar por di-
la familia y del niño, por otro lado, muchos
versos amparos institucionales el plan CAIF
CAIF se han volcado a la comunidad y han
pasó a depender en 1996 del Instituto Na-
procurado integrarla también al centro.
cional del Menor.
En mayo del 2001 existían 204 centros
Este plan articula al Estado y a la socie-
en el país con una cobertura que alcanza-
dad civil para brindar atención y protección a
ba, considerando a los niños que atienden
los niños menores de 4 años en situación de
efectivamente en horario completo el cen-
pobreza o vulnerabilidad, y procura su inte-
tro, un total de 17.630 niños. Tres razones
gración sobre bases de equidad. Los cen-
indican la deseabilidad de ampliar la cober-
tros de atención a la infancia han sido desa-
tura. En primer lugar las evaluaciones de
rrollados en barrios con alta presencia de
impacto han resultado, especialmente la
indicadores de pobreza y necesidades bási-
última del año 2000, favorables. En segun-
cas insatisfechas. Sumado a ello, aunque no
do lugar con los actuales niveles de cober-
en forma excluyente, se considera, para la
tura no se ha alcanzado aún al 25% de la
aceptación del niño en el centro, el nivel de
población infantil objetivo. En tercer lugar y
ingresos del núcleo familiar y la situación fa-
en buena medida basada en los buenos
miliar y laboral de los padres. Estos centros
servcios que ofrece, la experiencia CAIF ha
son, en la actualidad, financiados por recur-
generado un nivel de demanda insatisfe-
sos estatales y de las comunidades y admi-
cha importante. En otras palabras, no sólo
nistrados por asociaciones civiles que pue-
existe más población objetivo a cubrir, sino
den ser ONGs preexistentes o constituirse
que una parte importante de dicha pobla-
para la administración del centro (caso típico
ción ya se ha activado como demanda efec-
de las comisiones vecinales). Una amplia
tiva (por cada 50 niños en CAIF, se estima
gama de asociaciones civiles que incluyen or-
que existen aproximadamente 30 en lista
ganizaciones de vecinos, clubes sociales, y
de espera en Montevideo)
organizaciones religiosas y sindicales atestiguan las múltiples formas de participación de
Las políticas de juventud: empleo, capacitación y casas de la juventud
la sociaded civil organizada. Cada centro CAIF tiene por lo menos un maestro coordinador, tres educadores
■ 154 /
capacitados y acreditados (8, 6, y 4 horas),
El Estado social uruguayo careció (sal-
técnicos del area psico-social (al menos un
vo en su pilar educativo tradicional y en las
psicólogo, un asistente social y un
acciones del INAME) de políticas importan-
psicomotricista), un cocinero y un auxiliar
tes en materia de adolescencia y juventud.
de limpieza, equipo asesor a la gestión de
La creación del Instituto Nacional de la Ju-
la Asociación Civil. Las tareas de este per-
ventud ha venido a llenar, al menos parcial-
sonal no se restringen a la atención peda-
mente dicho vacío. La articulación del INJU
gógica y nutricional de los niños, sino que
con el INAME ya ha generado también fru-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
tos concretos en algunos programas
tación y apoyo a la inserción laboral; c) apo-
novedosos. Aquí se presentan dos ejem-
yo a la inserción laboral, acompañando a
plo de estas innovaciones.
egresados en el proceso de trabajo luego del curso y la pasantía.
• Projoven • Red de casas jóvenes Este es un programa inter-ministerial (INJU, DINAE Y JUNAE) de capacitación y
Este es un programa financiado por el
empleo cuyo inicio data de 1995. Los be-
INAME e INJU con apoyo de programa de
neficiarios son aquellos jóvenes entre 15 y
Seguridad Ciudadana que se inició en el
24 años de sectores de bajos ingresos que
año 2000. El servicio es prestado por ONGs
preferentemente no estén estudiando y
que presentan propuestas al INJU. Los
quieran trabajar. La cobertura en lo que va
beneficiarios son jóvenes en situación de
del programa ha sido de 1.400 jóvenes re-
pobreza que abandonaron la educación for-
cibieron capacitación laboral más 600 jó-
mal y no cuentan con trabajo. El objetivo
venes que están en seguro de desempleo.
de este programa es favorecer la integra-
El servicio es ejecutado por ONGs que se
ción social de los jóvenes. Diseñado a par-
instituciones
tir de las necesidades específicas de cada
capacitadoras y supervisado y coordinado
barrio, desarrollan actividades lúdicas,
por el INJU.
formativas y de capacitación orientadas a
seleccionan
como
Los componentes del programa inclu-
fortalecer hábitos de vida saludables y a
yen a) capacitación laboral (formación téc-
superar las desventajas de origen. Hoy exis-
nica) y articulación con mercado de traba-
ten un total de 10 casas jóvenes en los
jo a través de pasantías en empresas; b)
barrios de mayor vulnerabilidad. No se po-
orientación a jóvenes en seguro de desem-
see una estimación de la cobertura de ado-
pleo (a partir de 2001) a través de capaci-
lescentes.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Apéndice metodológico
E
l Capítulo III aborda la problemática de
relativa a población y hogares en situación
la infancia en un marco comparativo
de pobreza proporcionada por CEPAL en
para los países de América Latina. A estos
distintas ediciones del Panorama Social de
efectos, se recurrió a información secun-
América Latina. De este modo se pretende
daria proveniente de diversas fuentes, las
respetar requerimientos de comparabilidad
que son citadas en cada caso así como en
de los datos.
el Anexo estadístico que agrega, de un
De acuerdo a las definiciones adopta-
modo sistemático, datos adicionales a los
das por CEPAL (Panorama Social de Amé-
presentados en el propio texto. El análisis
rica Latina 1999-2000, Santiago de Chile,
presentado en dicho capítulo se desarrolló
2000; pp. 46-47):
a partir de esta información, empleando
• La pobreza es considerado un con-
tanto los datos en su forma original como
cepto eminentemente normativo,
nuevas variables complejas construidas por
vinculado al bienestar de las perso-
el IPES a partir de los mismos. A su vez,
nas, por lo que no existe una no-
los capítulos posteriores, referidos al caso
ción única de este fenómeno ni tam-
de Uruguay, manejan —entre otros— infor-
poco un método universal para
mación derivada del procesamiento por
medirlo. Sin embargo, existe con-
parte del IPES de la Encuesta Continua de
senso en que su medición com-
Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Es-
prende al menos dos etapas: i) la
tadística de Uruguay (INE), presentando
identificación de las personas po-
cuadros y gráficos que en algunos casos
bres; ii) la agregación de la pobreza
contienen información relativa a algunas de
en una medida sintética. El primer
las variables que también se presentan en
aspecto se aborda a partir de la
el Capítulo III.
definición de un umbral denomina-
A efectos de aclarar tanto el sentido de
do “línea de pobreza”, que permite
algunos de los datos manejados, como las
identificar a la población cuyo ingre-
diferencias que se verifican entre los datos
so per cápita es inferior al costo de
provenientes de las distintas fuentes men-
una canasta de satisfactores de las
cionadas, detallamos en este Anexo los
necesidades básicas.
principales aspectos metodológicos implí-
• Las estimaciones de la magnitud de
citos en la información presentada.
la pobreza fueron realizadas por me-
Medidas de pobreza
do en el cálculo de la línea de po-
dio del “método del ingreso”, basabreza. Estas líneas representan el Para permitir el abordaje comparativo,
monto de ingreso que permite a
en el Capítulo III se recurrió a la información
cada hogar satisfacer las necesida-
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
des esenciales de sus miembros.
cer la incidencia relativa de la pobre-
Siempre que se dispuso de los an-
za a nivel de infancia por países, se
tecedentes necesarios, la línea de
calculó el cociente entre el porcenta-
pobreza de cada país y zona geo-
je de niños de entre 0 y 5 años en
gráfica se estimó a partir del costo
situación de pobreza y el porcentaje
de una canasta básica de alimen-
total de población en dicha situación,
tos que cubre las necesidades
presentado como relación entre po-
nutricionales de la población, to-
breza infantil y pobreza total.
mando en consideración sus hábi-
• A su vez, para contrastar la evolución
tos de consumo, la disponibilidad
de la pobreza se toma la diferencia
efectiva de alimentos y sus precios
entre los porcentajes correspondien-
relativos.
tes al extremo final e inicial de los pe-
• Al valor de esa canasta se sumó lue-
ríodos detallados (1990 y 1997).
go una estimación de los recursos
Para los capítulos referidos a Uruguay,
requeridos por los hogares para sa-
se utilizó —al igual que en el Capítulo III—
tisfacer el conjunto de las necesida-
la medida de pobreza por ingresos. No
des básicas no alimentarias.
obstante, el valor de la línea de pobreza
• La línea de indigencia corresponde al
empleada en el análisis específico del caso
costo de la canasta alimentaria y se
uruguayo difiere de la que CEPAL consi-
define como indigentes (o extrema-
dera para Uruguay y que usáramos para
damente pobres) a las personas que
el análisis comparativo. La primera, surge
residen en hogares cuyos ingresos
de los valores definidos por el INE a partir
son tan bajos que, aunque los desti-
de la Encuesta de Gastos e Ingresos de
naran íntegramente a comprar ali-
los Hogares para Montevideo e Interior
mentos, no lograrían satisfacer ade-
urbano, 1994-1995. A partir de ésta se de-
cuadamente
necesidades
finió la Canasta Básica Alimentaria (CBA),
nutricionales de todos sus miembros.
con sus valores respectivos para Monte-
Por su parte, el valor de la línea de
video e Interior urbano. Sobre esta base,
pobreza en las áreas urbanas se es-
sumado a la estructura de consumo de
timó, en casi todos los países, en el
los hogares tomados como referencia, se
doble del valor de la línea de indigen-
determinaron los cocientes correspondien-
cia, mientras que en las zonas rura-
tes para expandir el valor de la CBA en
les fue alrededor de un 75% mayor
ambas regiones, determinando así las res-
que el respectivo presupuesto bási-
pectivas líneas de pobreza, en valores per
co de alimentación.
cápita.
las
• Los porcentajes de hogares y de po-
La condición (pobre o no pobre) de los
blación pobre e indigente se calcula-
hogares, se determina comparando los in-
ron comparando el valor mensual per
gresos per cápita de éstos con el valor de
cápita de las respectivas líneas con
la línea de pobreza –de Montevideo o inte-
el ingreso total de cada hogar, expre-
rior urbano según corresponda– deflactado
sado también en términos per cápita.
al mes previo de la fecha del relevamiento
• A partir de la información presentada
(período de referencia para los ingresos re-
por CEPAL, y a efectos de estable-
■ 158 /
U
N
I
V
E
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S
I
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C
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T
Ó
gistrados por la ECH).
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C
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Y
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Medidas de ingreso
nutricionales y educativos. En términos del marco teórico empleado, esto se corres-
A efectos de establecer las posiciones
ponde con la acumulación (o el riesgo de
relativas (percentiles) de los hogares en tér-
adquisición) de activos (o pasivos) en tér-
minos de ingresos per cápita, se llevó el
minos de capital humano, que acompaña-
valor per cápita de los ingresos registrados
rán –condicionando– a los individuos en su
en el hogar al valor medio del año respecti-
trayectoria vital.
vo, en función del Índice de Precios al Con-
Los indicadores utilizados para compo-
sumo (IPC), considerando el mes de refe-
ner estos índices fueron los siguientes:
rencia para el relevamiento. A su vez, para
• Para el índice de vulnerabilidad:
el análisis efectuado se recurrió en oportu-
- Tasa de mortalidad infantil.
nidades a la determinación de percentiles
- Porcentaje de niños menores de 5
correspondientes no al total de la pobla-
años con peso insuficiente.
ción relevada sino a poblaciones de refe-
- Porcentaje de niños de 8 o 9 años
rencia como, por ejemplo, aquellos hoga-
de edad que asisten al sistema edu-
res con niños de entre 0 y 5 años de edad.
cativo dos años despues de la edad de ingreso.
Índices de contexto familiar de riesgo y de vulnerabilidad infantil
- Porcentaje de adolescentes de 14 o 15 años con al menos 6 años de estudio formal. • Para el índice de contexto familiar de
Un aspecto relevante del análisis com-
riesgo:
parativo regional presentado en el Capítulo
- Porcentaje que representan, del to-
III se centra en la construcción de un índice
tal de las mujeres de 20 a 24 años,
de contexto familiar de riesgo que, aplican-
aquellas que tuvieron hijos antes de
do el marco teórico que guía el presente
los 20 años y menos de 6 años de
abordaje del tema de la infancia, procura
instrucción.
dar cuenta de un modo más acabado que
- Porcentaje que representan, del to-
las medidas tradicionales de los riesgos que
tal de los niños de 0 y 1 años, aque-
derivan de las configuraciones de activos
llos que residen en hogares con in-
de las familias y/o de las capacidades de
gresos por debajo del 75% de la lí-
éstas para transmitirlos a los niños y ado-
nea de pobreza y con clima educati-
lescentes. A efectos de la validación de este
vo menor a 6 años.
índice, se construyó a su vez un índice de
- Porcentaje que representan, del to-
vulnerabilidad infantil que, combinando un
tal de los niños de 0 a 5 años, aque-
conjunto de indicadores tradicionales de re-
llos que residen en hogares perte-
sultados sociales en la infancia, sintetiza el
necientes al 40% más pobre y con
desempeño a nivel país en términos de
clima educativo menor a 6 años.
bienestar y acumulación de activos (o por
- Porcentaje que representan, del total
el contrario, “malestar” y acumulación de
de los niños y adolescentes de 6 a 14
pasivos) de la infancia y adolescencia.
años, aquellos que residen en hoga-
Estos índices concentran su foco en tres
res pertenecientes al 40% más pobre
dimensiones: los aspectos vitales,
y con clima educativo menor a 6 años.
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Y
/ 159 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Metodología utilizada para la identificación de núcleos familiares dentro de los hogares
En ambos casos se determinaron valores índice para cada uno de los indicadores de un modo similar al empleado en la metodología de cálculo del Indice de Desarrollo Humano aplicada por el PNUD. La fórmula para el cálculo de cada uno
Uno de los problemas que presenta la uti-
de los valores índices implica la determina-
lización de las Encuestas de Hogares es que
ción de valores máximo y mínimo para cada
no investiga los núcleos familiares que convi-
uno de los indicadores. A partir de esto, los
ven al interior de los hogares. Por núcleo fami-
valores índice de cada uno de los indicadores
liar entendemos el constituido por la pareja,
considerados para cada país se determinan
pareja e hijos o uno de los padres con hijos.
mediante la fórmula genérica: = [(V
V índice
–V
país
Por tratarse del Panorama de la Infancia y la Familia, se hace necesario examinar el
) / (Rango)] * 100 mínimo
comportamiento de cualquiera de estos nú-
siendo: V
cleos, con independencia de sus relaciones
el valor índice
con los restantes miembros del hogar del
el valor de la variable considerada
cual forman parte. La identificación de los
índice
V país
niños que crecen y se desarrollan en núcleos
para cada país
familiares que normalmente conviven con V
el valor de la variable definido
otros núcleos en hogares extensos (o ex-
mínimo
como mínimo
tendidos), requirió de un procesamiento es-
Rango la diferencia entre los valores defini-
pecífico de la Encuesta de Hogares. Ese pro-
dos como mínimo y máximo para cada va-
cesamiento permitió “adjudicar” los niños a
riable
las mujeres y hombres que, por sus características de edad y condición de parentes-
Para los valores del índice de vulnera-
co, podrían oficiar de padres.
bilidad educativa (que considera las variables porcentaje que asiste y que completó
La imputación se realizó atendiendo a
años de estudio) se consideró el comple-
los siguientes criterios. En los hogares ex-
mento o inverso del resultado surgido de la
tendidos donde habían menores que no eran
aplicación de la fórmula genérica
hijos, éstos se imputaron a las mujeres, en
), a efectos de mantener el sen-
tramos de edad que variaron según la edad
(100 - V
índice
■ 160 /
tido de la escala (valores más altos se co-
del menor imputado. Adicionalmente, estas
rresponde con mayor vulnerabilidad).
mujeres debían presentar alguna de las si-
En el caso de los indicadores referidos
guientes características: ser hijas del jefe de
a educación, tanto en el caso del índice de
hogar, o ser otro familiar u otro no pariente
vulnerabilidad como en el de contexto fa-
(excluyendo el servicio doméstico). Una vez
miliar de riesgo, estos son promediados,
imputado el niño a la mujer, el núcleo u ho-
obteniéndose el valor índice global para
gar definido por la madre y el niño debía ser
educación, que promediado con los valo-
clasificado en tres posibles categorías:
res índice correspondientes a las dimensio-
biparental estable, biparental inestable y
nes vital y nutricional determinan el valor del
monoparental. Para ello, se consideraba si
respectivo índice de vulnerabilidad o con-
la mujer declaraba estar casada, en unión
texto familiar de riesgo.
libre o soltera, respectivamente.
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A
Y
39,7 3,6
1,2
-
-
-
6,2
1,1
-
3,9
6,9
-
-
-
-
2,1
6,2
1,4
11,0
5,6
1,8
24,0
1,6
-
-
-
47,4
1,1
-
26,5
53,9
-
-
-
-
9,7
47,3
3,6
90,9
41,6
6,9
Riesgo materno-infantil Valor Valor dato /a índice /e
44,0
13,0
37,0
26,0
-
36,0
30,0
69,0
20,0
69,0
-
-
53,0
-
16,0
44,0
20,0
36,0
47,0
21,0
56,7
5,0
45,0
26,7
-
43,3
33,3
98,3
16,7
98,3
-
-
71,7
-
10,0
56,7
16,7
43,3
61,7
18,3
Riesgo nutricional Valor Valor dato /b índice /e
38,3
23,1
59,1
40,6
-
36,9
14,8
47,7
-
62,3
-
-
-
-
23,0
43,0
7,1
86,2
39,3
10,8
Total Valor índice /e
24,8
15,7
33,6
23,9
-
23,4
11,8
29,4
-
35,4
-
-
-
-
17,9
25,8
7,7
47,5
25,0
9,6
39,6
21,4
57,2
37,8
-
36,8
13,6
48,8
-
60,8
-
-
-
-
25,8
41,6
5,4
85,0
40,0
9,2
23,5
17,4
35,5
26,7
-
23,5
13,0
28,3
-
36,9
-
-
-
-
15,1
27,2
9,4
48,7
24,3
11,2
37,0
24,8
61,0
43,4
-
37,0
16,0
46,6
-
63,8
-
-
-
-
20,2
44,4
8,8
87,4
38,6
12,4
Riesgo educativo 0 a 5 años 6 a 14 años Valor Valor Valor Valor dato /c índice /e dato /d índice /e
Fuente: elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina, varios años.
/b
Porcentaje que representan, del total de las mujeres de 20 a 24 años, aquellas que tuvieron hijos antes de los 20 años y no superan 5 años de instrucción. Porcentaje que representan, del total de los niños de 0 y 1 años, aquellos que residen en hogares con ingresos por debajo del 75% de la línea de pobreza y con clima educativo menor a 6 años. /c Porcentaje que representan, del total de los niños de 0 a 5 años, aquellos que residen en hogares pertenecientes al 40% más pobre y con clima educativo menor a 6 años. /d Porcentaje que representan, del total de los niños y adolescentes de 6 a 14 años, aquellos que residen en hogares pertenecientes al 40% más pobre y con clima educativo menor a 6 años. /e Ver fórmulas de cálculo en Anexo metodológico.
/a
VENEZUELA
9,9
-
EL SALVADOR
URUGUAY
-
-
REP. DOMINICANA
PERU
42,5
-
-
71,5
PARAGUAY
E
16,4
D
PANAMA
MEXICO
NICARAGUA
A
HONDURAS
-
-
HAITI
-
ECUADOR
-
14,2
49,0
9,1
73,5
47,5
12,0
GUATEMALA
CUBA
COSTA RICA
COLOMBIA
CHILE
BRASIL
BOLIVIA
ARGENTINA
Países
Indice de contexto familiar de riesgo /e
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Anexo estadístico
/ 161 ■
■ 162 /
53,9
BRASIL
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V
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S
I
D
A
D
HONDURAS
C
A
T
Ó
L
I
C
A
D
E
L
25,6 20,9
17,5
32,0
33,6
45,0
39,2
21,4
43,4
31,0
35,0
66,1
46,0
45,6
9,0
12,1
30,0
12,8
42,2
65,6
21,8
24,5
19,2
41,5
44,0
61,5
52,6
25,2
59,1
40,0
46,2
94,0
63,1
62,5
6,2
10,9
38,5
12,0
57,2
93,2
25,9
Vulnerabilidad vital Valor Valor dato /a índice /e
5,0
5,0
11,0
6,0
8,0
4,0
7,0
12,0
-
18,0
28,0
27,0
-
9,0
2,0
8,0
1,0
6,0
10,0
-
16,7
16,7
36,7
20,0
26,7
13,3
23,3
40,0
-
60,0
93,3
90,0
-
30,0
6,7
26,7
3,3
20,0
33,3
-
Vulnerabilidad nutricional Valor Valor dato /b índice /e
35,6
12,9
U
R
U
G
97,1
98,8
-
-
-
98,0
99,3
-
98,3
94,0
-
-
98,5
-
97,8
95,1
99,7
95,5
-
98,9
46,0
19,1
-
-
-
31,8
11,1
-
27,0
95,2
-
-
23,8
-
34,9
77,8
4,8
71,4
-
17,5
84,9
92,3
-
-
-
82,3
92,0
-
90,1
77,4
-
-
89,0
-
85,9
75,8
92,1
55,9
-
92,3
25,3
6,8
-
-
-
31,8
7,5
-
12,3
44,0
-
-
15,0
-
22,8
48,0
7,3
97,8
-
6,8
Vulnerabilidad educativa 8/9 años 14/15 años Valor Valor Valor Valor dato /c índice /e dato /d índice /e
Fuente: elaborado por IPES en base a datos de CEPAL, Panorama Social de América Latina, varios años. CELADE, Boletín Demográfico Nº 62;UNICEF, Estado mundial de la infancia, 2000.
/b
-
-
-
31,8
9,3
-
19,6
69,6
-
-
19,4
-
28,8
62,9
6,0
84,6
-
12,1
Total Valor índice /e
Tasa de mortalidad infantil 1995-2000. Porcentaje de niños menores de 5 años con peso insuficiente. /c Porcentaje de niños de 8 o 9 años de edad que asisten al sistema educativo dos años después de la edad de ingreso. /d Porcentaje de adolescentes de 14 o 15 años con al menos 6 años de estudio formal. /e Ver fórmulas de cálculo en Anexo metodológico.
/a
16,3
URUGUAY
-
EL SALVADOR
VENEZUELA
-
REP. DOMINICANA
-
32,6
PARAGUAY
PERU
19,3
-
-
58,6
PANAMA
NICARAGUA
MEXICO
-
-
GUATEMALA
HAITI
-
-
15,5
42,7
ECUADOR
CUBA
COSTA RICA
COLOMBIA
7,1
-
BOLIVIA
CHILE
-
ARGENTINA
Países
Índice de Vulnerabilidad /e
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
U
A
Y
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
PBI per cápita (en dólares PPA, 1998) /a
PAISES Antigua y Barbuda
Población (en miles, 2000) /b
Población urbana (como porcentaje del total, 1998) /a
Índice de desarrollo humano (2000) /a
36,3
0,833
9.277
Ìndice de pobreza humana (2000) /a
Índice de potenciación de género (2000) /a
Argentina
12.013
37.032
88,9
0,837
Bahamas
14.614
302
87,8
0,844
633
Barbados
12.001
264
48,9
0,858
629
Belice
4.566
242
46,4
0,777
593
Bolivia
2.269
8.329
63,2
0,643
17,4
6.625
170.673
80,2
0,747
15,6
76,9
0,935
Brasil Canadá
23.582
422
739
Chile
8.787
15.211
84,3
0,826
4,7
440
Colombia
6.006
42.321
74,1
0,764
10,4
510
Costa Rica
5.987
4.023
50,8
0,797
4
553
Cuba
3.967
11.201
77,1
0,783
4,6
3.003
12.646
61,1
0,722
16,8
76,8
0,929
45,9
0,696
37
0,785
39,7
0,619
Ecuador Estados Unidos
29.605
El Salvador
4.036
6.276
Granada
5.838
94
Guatemala
3.505
11.385
Guyana
3.403
2.587
Haití
1.383
Honduras
2.433
Jamaica
481 707
20,2
527
29,2
37
0,709
10
33,6
0,44
45,2
6.485
45,7
0,653
23,3
3.389
2.587
55,1
0,735
13,4
México
7.704
98.881
74
0,784
10,4
Nicaragua
2.142
5.074
63,7
0,631
24,2
Panamá
5.249
2.856
56,9
0,776
8,9
470
Paraguay
4.288
5.496
54,6
0,736
16,4
406
Perú
4.282
25.662
72
0,737
16,5
446
Rep. Dominicana
4.598
8.495
63,9
0,729
15,4
505
Saint Kitts y Nevis
10.672
34
0,798
San Vicente y las Granadinas
4.692
52,2
0,738
Santa Lucía
5.183
152
37,4
0,728
Trinidad y Tabago
7.485
1.341
73,2
0,793
5,1
587
Uruguay
8.623
3.337
90,9
0,825
3,9
472
Venezuela
5.808
24.170
86,8
0,77
12,4
597
460
514
Fuentes: /a PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2000, PNUD, Nueva York. /b CELADE, Boletín Demográfico Nº 62, CELADE, Santiago de Chile, 1998.
U
N
I
V
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C
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Y
/ 163 ■
PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Tasa Bruta de Natalidad (2000-2005) /b
Relación de dependencia (como porcentaje del total, 1998) /a
19,1
60,6
9,6
Bahamas
55,8
5,1
Barbados
49,1
PAISES
Población de Tasa de 65 años y más fecundidad (como porcentaje (1995-2000) /a del total, 1998) /a
Antigua y Barbuda Argentina
Belice
11
1,5
81,5
4,3
3,7
Bolivia
30,5
78,5
3,9
4,4
Brasil
19,2
53,7
4,9
2,3
47
12,5
1,6
Canadá Chile
18,2
56
6,9
2,4
Colombia
22,3
61,4
4,6
2,8
Costa Rica
21,9
61,8
4,9
2,8
Cuba
11,7
45,2
9,3
1,6
Ecuador
23,2
65
4,6
3,1
Estados Unidos El Salvador
52,4
12,5
2
25,3
69,6
4,8
3,2
34,2
91,2
3,5
4,9
54,1
4,1
2,3
Granada Guatemala Guyana Haití
30,4
83,2
3,6
4,4
Honduras
30
84,8
3,3
4,3
Jamaica
63,8
7,1
2,5
México
22,2
62,8
4,5
2,8
Nicaragua
32,8
87,6
3,1
4,4
Panamá
20,3
60,2
5,4
2,6
Paraguay
29,6
78,3
3,5
4,2
Perú
22,6
64,1
4,6
3
República Dominicana
21,8
61,9
4,3
2,8
50,8
6,5
1,7 1,4
Saint Kitts y Nevis San Vicente y las Granadinas Santa Lucía Trinidad y Tabago Uruguay
16,9
60,2
11,2
Venezuela
22,8
64,6
4,3
3
Fuentes: /a PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2000, PNUD, Nueva York. /b CELADE, Boletín Demográfico Nº 62, CELADE, Santiago de Chile, 1998.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Tasa bruta de Pobreza en niños escolarización de 0 a 5 años enseñanza primaria (como %, (1990-1996) /b 1997) /c
Pobreza en niños de 6 años (como %, 1997) /c
PAISES Antigua y Barbuda
100 *
Argentina
113
Bahamas Barbados
Recién nacidos con bajo peso al nacer (como %, 1990-1997) /b
Población Población sin acceso a sin acceso a saneamiento agua potable (como %, (como %, 1990-1998) /a 1990-1998) /a
8
4
7
32
29
100
_
18
6
90
10
0
0
31
31
Belice
121
Bolivia
95
64
62
5
35
25
Brasil
123
46
43
8
30
24
Canadá
102
Chile
101
30
15
15
Colombia
118
58
58
9
16
4
Costa Rica
107
28
29
7
34
7
Cuba
106
Ecuador
127
Estados Unidos
102
El Salvador
4
32
6 30
5
7 67
67
9
13
24
32
10
34
7
94
54
55
11
Granada
88 *
Guatemala
84
15
13
32
Guyana
95
15
12
9
Haití
56
15
75
63
9
26
22
Honduras
9
111
81
80
Jamaica
107
10
11
14
México
115
50
50
7
28
15
Nicaragua
110
80
79
9
15
22
Panamá
104
44
44
8
17
7
Paraguay
112
49
54
5
59
40
Perú
122
11
28
33
Rep. Dominicana
103
45
47
13
15
21
9
0
0
2
11
Saint Kitts y Nevis San Vicente y las Granadinas
95 *
8
Santa Lucía
95 *
8
15
Trinidad y Tabago
96
10
3 5
Uruguay Venezuela
113
23
19
8
91
61
60
9
41
21
Referencia: * Datos referidos a otros años o períodos distintos a los especificados, a definiciones diferentes a la norma o sólo a una parte del país. Fuentes: /a PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2000, Nueva York, PNUD. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período indicado. /b UNICEF, Estado Mundial de la Infancia, 2000, UNICEF, Nueva York. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período indicado. /c CEPAL, Panorama Social de América Latina, 1999-2000, CEPAL, Santiago de Chile.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Gasto social/ Gasto social/ Gasto público PBI total (1996-1997) (1996-1997)
Gasto social real per cápita (U$$ de 1997, 1996-1997)
Gasto social real per cápita en educación (U$S de 1997, 1996-1997)
Gasto social real per cápita en salud y nutrición (U$S de 1997, 1996-1997)
Gasto social real per cápita en vivienda, agua y saneamiento (U$S de 1997, 1996-1997)
1.570
334
362
110
PAISES Antigua y Barbuda Argentina
65,1
17,9
Bolivia
44,2
12
119
59
14
20
Brasil
59,1
19,8
951
164
138
162
Chile
65,9
14,1
725
167
128
59
Colombia
38,2
15,3
391
113
95
36
Costa Rica
65,1
20,8
550
153
193
52
26,5
7,7
147
50
54
5
42,1
4,2
71
28
16
16
31,9
7,2
58
México
52,9
7,8
352
153
,,,
,,,
Nicaragua
35,6
10,7
49
20
20
9
Panamá
39,9
21,9
683
172
210
59
Paraguay
47,1
7,9
148
72
22
4
Perú
40,9
5,8
169
Rep. Dominicana
39
6
107
41
24
7
Bahamas Barbados Belice
Canadá
Cuba Ecuador Estados Unidos El Salvador Granada Guatemala Guyana Haití Honduras Jamaica
Saint Kitts y Nevis San Vicente y las Granadinas Santa Lucía Trinidad y Tabago Uruguay
69,8
Venezuela
39
22,5
1.371
185
224
30
8,4
317
119
42
47
Fuente: CEPAL, Panorama Social de América Latina, 1998, CEPAL, Santiago de Chile.
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PANORAMA DE LA INFANCIA Y LA FAMILIA EN URUGUAY
Esperanza de
Tasa de
Tasa de
vida al nacer (en años, 1998) /a
mortalidad infantil (1 año) (1998) /b
mortalidad menores de 5 años (1998) /b
alfabetización de adultos
PAISES
Tasa de
Antigua y Barbuda
76
17
20
95
Argentina
73,1
19
22
96
Bahamas
74
18
21
96
Barbados
76,5
13
15
97
Belice
74,9
35
43
70 *
Bolivia
61,8
66
85
82
Brasil
67
36
42
83
Canadá
79,1
6
6
Chile
75,1
11
12
97 * 95
Colombia
70,7
25
30
90
Costa Rica
76,2
14
16
95
Cuba
75,8
7
8
96
Ecuador
69,7
30
39
89
Estados Unidos
76,8
7
8
El Salvador
69,4
30
34
76
Granada
72
23
28
96 *
Guatemala
64,4
41
52
65
Guyana
64,8
58
79
9
Haití
54
91
130
44
Honduras
69,6
33
44
70
Jamaica
75
10
11
85
México
72,3
28
34
89
Nicaragua
68,1
39
48
66
Panamá
73,8
18
20
91
Paraguay
69,8
27
33
92
Perú
68,6
43
54
88
República Dominicana
70,9
43
51
82
Saint Kitts y Nevis
70
30
37
90 *
San Vicente y las Granadinas
73
20
23
82 *
Santa Lucía
70
18
21
Trinidad y Tabago
74
16
18
99 *
98
Uruguay
74,1
16
19
97
Venezuela
72,6
21
25
91
Referencia: * Datos referidos a otros años o períodos distintos a los especificados, a definiciones diferentes a la norma o sólo a una parte del país. Fuentes: a PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2000, Nueva York, PNUD. /b UNICEF, Estado Mundial de la Infancia, 2000, Nueva York, UNICEF.
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