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EDITORIAL

Por Alberto Grille

LOS CEREBROS DE IGNACIO ÁLVAREZ Y GABRIEL PEREYRA

HUELEN A MIERDA “NO SE LOS COMEN NI LOS BUITRES”

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no se imagina que todos queremos que los uruguayos accedamos a los mejores prestadores de salud y nos beneficiemos de una atención médica amplia, eficiente, y competente en instituciones del mejor nivel. No debería haber excepciones a esto. Blancos, colorados y frenteamplistas, partidarios del partido de Novick y de la Unidad Popular tenemos esa aspiración, que no es más que un deseo de buena gente, com-

prensiva de las necesidades de los compatriotas y solidaria, fundamentalmente con los más desposeídos. Si esto es así, es de cajón que todos percibimos que el esfuerzo que ha hecho la sociedad para mejorar la calidad de los servicios asistenciales, la remuneración de sus funcionarios médicos y no médicos y la accesibilidad de los usuarios es notable, particularmente desde que se aprobó el Sistema Nacional de Salud.

Tampoco es pedir demasiado pretender que todos reconozcamos que las condiciones de los servicios médicos públicos hasta mediados de la década pasada eran muy pero muy malos, con muchísimas carencias, edilicias, tecnológicas, instrumentales, con falta de medicamentos y escasez de recursos humanos, que además estaban muy mal remunerados. Debo decir que admito que en esos años de gobiernos blancos y colorados, la salud pública era

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una parte de todo lo que funcionaba mal; también hay que reconocer que el Estado tampoco estaba ausente en esos tiempos no tan lejanos que antecedieron al Frente Amplio y que también en esos años hubo administraciones honestas, funcionarios probos y médicos ilustres que ejercieron en Salud Pública en muy difíciles condiciones, con infraestructuras muy precarias y con recursos muy insuficientes, pero con abnegación y responsabilidad. En este marco conceptual, creo que hay que reconocer que el desafío de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) de asumir la cobertura sanitaria de casi la mitad de los uruguayos debería analizarse con admiración y sus errores con benevolencia. Sin embargo, hoy presenciamos una embestida que llama poderosamente la atención, no solamente porque es forzada y exhaustiva, a veces malintencionada y desleal, sino porque parece tener otros propósitos que los de corregir las fallas, advertir los errores y marcar las discrepancias. A decir verdad, advierto que la preocupación principal, al menos de los dos personajes que han dado cobertura mediática a las denuncias políticas del Partido Nacional, Gabriel Pereyra en El Observador e Ignacio Álvarez en Canal 4, es defenestrar a la salud pública de gestión estatal, a sus funcionarios y a sus jerarquías, especialmente a la presidente de ASSE, Susana Muñiz. Tal es así cuando hablan de corrupción y amiguismo, del olor a muerte de los hospitales públicos, en donde ni los buitres se alimentan porque les da asco. De más está decir que si fuera la décima parte de semejante porquería, yo también lo rechazaría: si se demostrara que la conducción de ASSE tiene un propósito clientelístico y se dispusiera de los dineros del Estado para alimentar una burocracia partidaria engordada con los recursos de la sociedad en perjuicio de los más humildes, que son los que atienden su salud en los servicios públicos. Por supuesto que también rechazo la designación política

que se hace desde tiempos inmemoriales de los cargos de director de las Unidades Hospitalarias por criterios de confianza política, y me alegro de que el ministro de Salud Pública expusiera su intención de concursar los mencionados cargos, que deberían ser cargos técnicos. Ni que hablar que no se podría defender situaciones puntuales de corrupción o conflictos de intereses que pudiesen ocurrir y tal vez ocurrieron en una u otra dependencia de ASSE o de cualquier otra dependencia de la administración pública. No voy a meterme en detalles de las denuncias que se están investigando o se investigarán en una comisión parlamentaria que fue votada por todos los partidos y que, si no me equivoco, terminarán en un juzgado de Crimen

Organizado, destino final que pone el sello judicial a toda operación política que se precie en el Uruguay de la “judicialización de la política”, de las redes sociales y del chivo expiatorio lanzado a las arenas del coliseo para que se lo devoren las mandíbulas sedientas de sangre del “sentido común” y los “operadores políticos” Pero no se puede dejar pasar que detrás de todo esto se esconde el

La paja en el ojo ajeno Me resulta curiosa semejante preocupación del diputado Martín Lema, cuando recuerdo que, tal vez cuando el representante era un adolescente, durante el gobierno blanco que presidió Luis Alberto Lacalle, ocurrieron los escandalosos negociados de Focoex. Buena parte de ellos fue contra los recursos de Salud Pública. Mas curioso me parece tanta preocupación en los legisladores blancos cuando entre ellos se comían las vísceras, se repartían las coimas y buscaban dónde ocultar los cachivaches que les habían comprado al Reino de España como si fueran costosos equipos de la más moderna tecnología. Parece que en esos tiempos, hace poco menos de 25 años, los ministros blancos se repartían los sobres con los comisarios en los alrededores de Jefatura, mientras a cambio cajoneaban un cargamento de armas que había llegado desde Brasil y ocultaban una investigación sobre lavado de activos. Se repartían las coimas con los mismos milicos que unos meses antes habían sepultado en un pozo a un empresario contrabandista que había incendiado el Palacio de la Luz para quemar los papeles que podían probar un faltante de 20 millones de dólares durante la presidencia de Alberto Volonté, que luego sería uno de los candidatos del Partido Nacional en las elecciones nacionales, soportando el fuego cruzado entre todo tipo de “pistolas” que se ponían un velcro en el bolsillo para que no se les cayeran los billetes.

propósito de denigrar la asistencia pública, generar desconfianza en los servicios de salud del Estado, beneficiar a la salud privada (particularmente en el interior del país), obtener réditos políticos con la salud de la gente más pobre, ensuciar, injuriar y difamar a profesionales honestos que en el acierto o en el error comprometen su vida en unidades y hospitales públicos, y en este caso preciso a la doctora Susana Muñiz, que es una gran persona, una médica honrada y una trabajadora abnegada que hace 20 años trabaja en la salud del Estado, se atiende en ASSE y no tiene ningún tipo de vínculo laboral o empresarial con la salud privada. Conste que yo tengo una gran consideración por el mutualismo y las instituciones privadas de asistencia médica colectiva, por los profesionales y funcionarios médicos y no médicos que se desempeñan en la actividad privada o ambos subsistemas, público y privado, y por supuesto por el derecho de la prensa a decir, informar y opinar. Pero una cosa es una cosa y otra los mandados que tiene el periodismo basura con objetivo de debilitar la reforma de la salud, atacar al Frente Amplio y linchar a los compañeros. Por eso escribo este editorial. Para advertir que la verdad no es lo que nos muestran, sino lo que está detrás del escenario, que hoy asistimos a los que se ha dado en llamar la posverdad, que es algo así como un prejuicio que se nos mete en la cabeza tras una operación mediática y que nos impide discernir entre lo verdadero y lo que se nos vuelve más fácil creer; que tras la cristalinidad de los mensajes de las redes sociales se esconden los llamados trolls, que no son otra cosa que opinadores mercenarios trabajando para agencias publicitarias del llamado marketing digital; hoy asistimos incrédulamente a una fenomenal operación –tal vez aún no alcancemos a percibir sus orígenes y dimensiones– para debilitar a la izquierda, dividir al progresismo y crear confusión en las filas del Frente Amplio.

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POLÍTICA

EL TRIBUNAL EN SU LABERINTO

DE GUILLOTINAS Y GUILLOTINADOS El Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio se colocó en el ojo del “huracán Sendic” luego de que se notificara que el presidente de la fuerza política ya guarda en su caja fuerte el dictamen que deberá ser sometido a un plenario, convocado tras una rueda de consultas con los principales referentes políticos de los sectores del FA. Ahora se abre un nuevo capítulo en un caso que convulsiona a la izquierda y mantiene en vilo al gobierno. En su dilucidación se juegan algo más que los equilibrios internos de la coalición. Los qué y los porqués. Por Ricardo Scagliola

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us sesiones transcurren en secreto. No es que entre ellos existan grandes misterios, pero sí un compromiso de guardar sigilo, pasar inadvertidos. Sus seis integrantes –Nicolás Grab, presidente, Jorge Brovetto, Jaime Igorra, María Elena Martínez, Ennio Martínez y Juan Carlos Ferreira– se reúnen todas las semanas; no es que haya un calendario periódico de encuentros, pero los avatares de la principal fuerza política del país los convocan. Ayer, por ejemplo, consideraron el caso de los ediles frenteamplistas de Salto

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que desacataron el mandato de la bancada. Su misión es la de juzgar conductas, dilucidar en qué medida una actuación se aparta (o no) de los estatutos del Frente Amplio, esos que le dan vigor y sustancia a la vida orgánica. El nombre no ayuda mucho a la comprensión de sus cometidos. Se llama “Tribunal” pero no juzga; sugiere. Más útil a la hora de entender cuál es su función es el apellido: “de Conducta Política”. “El tribunal no juzga a la persona, sino que toma una posición sobre un hecho, una conducta de esa persona”, explica María Elena Martínez, la única mujer de sus cinco integrantes, y la única que se exoneró de par-

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ticipar en el análisis del caso: su rol como prosecretaria del Poder Legislativo la inhibe de juzgar la conducta de su jefe. Eso hace el tribunal y eso hará en el sonado caso del vicepresidente y el uso que le dio a las tarjetas corporativas: reflejar su posición en un “dictamen” para que el Plenario Nacional, luego, decida. Los miembros del Tribunal de Conducta Política (TCP) del Frente Amplio llevan a cuestas las distinciones de “ilustres”, “notables”, “referentes”. Por eso, y por la naturaleza de su cometido, suelen integrarlo militares de la vieja guardia fundadora, abogados de larga trayectoria, militantes de la

primera hora o figuras comprometidas con los derechos humanos. Víctor Licandro, Guillermo Chifflet, Jorgelina Martínez o José Korzeniak son sólo algunos de los “íconos” que alguna vez ocuparon ese lugar, muchas veces a disgusto. Hace casi diez años, luego de renunciar a la presidencia del tribunal, Licandro manifestaba en una entrevista con La Diaria una amarga queja acerca del funcionamiento de este órgano y ventilaba los roces con la dirección partidaria: “Para un caso muy serio, la respuesta que se me dio fue que estaba en manos de la Justicia y que había que esperar a que esta se pronunciara. En otro


caso se nos dijo: ‘Vamos a esperar que la Mesa Política...’. Y llega un momento en el que vos decís: ‘No, yo no espero más, yo no aguanto más, porque estoy sirviendo de pantalla a una situación que no comparto. Estoy tapando algo’”. Otro que renunció al Tribunal fue el socialista Guillermo Chifflet. “Cuando aparece un periodista, un compañero del Frente Amplio que cuestiona a alguno de los integrantes del tribunal –yo he sido cuestionado en ese sentido–, me parece que lo mejor es decir: ‘Miren, el tribunal tiene que tener la confianza de todos, si es posible, consenso’”, señaló Chifflet en 2008. Y dijo: “He sido cuestionado, yo no me doy por aludido por esos cuestionamiento, pero de todas maneras corresponde que los integrantes del tribunal sean gente irreprochable, para citar un ejemplo, el general [Víctor] Licandro, que todo el mundo lo acepta”. El exlegislador socialista hacía mención a una nota del periodista Niko Schvarz, publicada en el diario La República, en la que sostenía que algunas declaraciones de Chifflet sobre el dictamen en el caso del exdirector de Casinos Municipales durante la gestión de Mariano Arana, Juan Carlos Bengoa, estaban “reñidas con la ética”. En su artículo, Schvarz apuntaba a la necesidad de que el tribunal mantuviera reserva antes de dar a conocer sus resoluciones, luego de que Chifflet asegurara en el 37º aniversario del FA que su posición personal había sido de separar de la coalición a Bengoa. La llegada del Frente al gobierno nacional puso al tribunal en apuros. Por un lado, crecieron exponencialmente la cantidad de casos a tratar: de un promedio de cinco casos al año pasaron a analizarse unos 30. Y, además, con el ejercicio de cargos de responsabilidad pública se complejizó el análisis caso a caso: de riñas militantes pasaron a tratarse asuntos delicadísimos, propios del gobierno y el poder. El giro copernicano en la actividad del tribunal encontró poco eco en las estructuras, que demoraron los reemplazos por fallecimientos, por

desacuerdos en su integración – llegó a darse la insólita situación de que quedara desierto porque los titulares no tienen suplentes– y que la necesaria colaboración para hacerse con la mínima información fuese escasa o nula. Y, con ello, aparecieron las preguntas. ¿Qué quiere decir “conducta política”? ¿Qué alcance tiene o debiera tener el tribunal? Varias veces se modificó su reglamento interno, ese que se erige como una especie de “biblia” para vigilar la conducta de los afiliados. La última fue hace poco, en setiembre de 2014. La versión anterior databa del 5 de diciembre de 2006. Algunos casos lo pusieron en el centro del ojo público. En 1996, nada más ni nada menos que el buen nombre de Tabaré Vázquez estuvo en juego luego de que el entonces líder y candidato del Frente anunciara su sometimiento por motus propio al escrutinio del tribunal. En diciembre de 1995, el actual presidente había sido acusado de conjunción de intereses. Ocurrió luego de que se dijera que, siendo jefe del Servicio de Radioterapia, había recomendado al Instituto Nacional de Oncología la compra de un equipo a Nuclemed, una empresa cuyo representante en Uruguay era su hijo Javier. En aquel momento, la investigación interna del Ministerio de Salud Pública concluyó que “no existieron hechos irregulares”. Vázquez pidió someter el caso al Partido Socialista, al Tribunal de Ética Médica del Sindicato Médico y al Tribunal de Conducta Política del FA. Todos fallaron a su favor, pero en el medio, el tema generó amplias repercusiones políticas. Los tironeos internos por la reforma constitucional de 1996 que introdujo el balotaje azuzaban el fuego interno. El propio general Liber Seregni se refirió al tema en su discurso de renuncia a la presidencia de la coalición. “Compañeros, por supuesto, no sería concebible un acto de nuestro Frente Amplio si no nos refiriéramos específicamente al llamado ‘caso Tabaré Vázquez’. Cuando el 28 de diciembre tomamos conocimiento de esa denuncia y de ese ataque, sentimos la necesidad de dar una respuesta política, porque a nivel

del Frente Amplio no caben otras cosas que las respuestas políticas. Hicimos una pequeña declaración que después fue asumida por la Mesa Política. Y le dijimos al compañero Tabaré Vázquez: te acercamos nuestra solidaridad irrestricta. […] Nuestra solidaridad no es un acto de fe ni es tampoco un juicio de absolución. La expresión de nuestra solidaridad es decirle al compañero: ‘Mira, en estos momentos que estás pasando, tan difíciles para ti y para tu familia, nosotros, que también pasamos momentos muy difíciles en lo personal y en nuestras familias, estamos contigo. […] Estamos seguros de la rectitud de tus procedimientos en todos los campos. Y, como estamos seguros de ello, tenemos plena confianza en que las investigaciones que deben llevarse a cabo en todos los planos, terminarán reconociendo tu integridad moral, profesional y ciudadana’”. Cierto es que son otros los tiempos que corren, es otro el momento político y es otro el hombre sobre el que ahora se espera el dictamen del tribunal, pero aquella confianza ciega en Tabaré Vázquez no volvió a repetirse en el caso Sendic. El desgaste en el ejercicio del gobierno, las luchas internas de los sectores y el escaso calado de la figura del vice, relativamente nuevo en la arena de la política partidaria (viene de un largo período de inhibición por su tarea en Ancap) son apenas algunos de los factores que pueden haber jugado en hacer la diferencia. A esa falta de confianza a la interna de su partido –lo que, en los hechos, invirtió la carga de la prueba contra el acusado–, el caso Sendic suma otros ingredientes con efectos aún desconocidos en el juego de equilibrios interno del FA. Uno de ellos es la serie de reuniones convocadas por el presidente del Frente, Javier Miranda, aun cuando se supone que el fallo del tribunal es “secreto”, algo que por el momento ya nadie cree, aunque uno de los capítulos del Reglamento Interno del Tribunal, el quinto, se titule “Deberes de Reserva”, y allí se imponga el deber de “guardar reserva sobre todas

las actuaciones”. Si durante sus tiempos como figura en ascenso de una izquierda cada vez más cerca de alcanzar el gobierno, Tabaré Vázquez conoció bien de cerca la tarea del Tribunal de Conducta Política del FA, una vez llegado a la presidencia también protagonizó un episodio de alto voltaje político que, de cierta forma, volvió a poner al tribunal en la palestra pública. Ocurrió cuando el entonces diputado Víctor Semproni declaró al semanario Búsqueda su deseo de que quienes recolectaban firmas por la reelección presidencial comparecieran ante el TCP. Vázquez respondió con un lance espinoso: “Quiero ser el primero en ir”, sostuvo ante un enjambre de micrófonos y cámaras. Pocos días después, la recolección de firmas que llevaban adelante círculos vazquistas cesó, pero la intensidad del cruce llevó incluso a sendas apariciones en los medios de José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro. “Es una actitud medio de barra brava del Club Atlético Progreso, que no tenía barra brava, pero ayer la pasó a tener. Incluso amenazó al Tribunal de Conducta diciendo que si van ahí, él quiere ser el primero. ¿Qué es eso?”, se preguntaba por aquellos días el Ñato ante las cámaras de Canal 4. Otros casos emblemáticos que involucraron al Tribunal de Conducta Política del FA fueron los de Leonardo Nicolini, Mario Areán, Juan Carlos Bengoa y Gonzalo Fernández. En este último caso, el tribunal no llegó a fallar porque el exsecretario de Presidencia y excanciller se desafilió antes. “Las convicciones políticas no se agotan. En cambio, la paciencia sí. La mía está colmada”, escribió. Nicolini, en cambio, sí fue juzgado y salió airoso del tribunal. Tanto que, luego de conocer el dictamen, el exsenador visitó en octubre de 2008 a Vázquez en la residencia de Suárez y Reyes. “El presidente me preguntó qué quería hacer en los próximos meses y le dije que quiero ser candidato para el [Poder] Legislativo”, declaró a la salida de aquella reunión. Nicolini había comparecido ante el tribunal luego de que el semanario Búsqueda

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publicara que tramitó un carné de asistencia gratuito para someterse a una intervención quirúrgica. La Justicia tampoco encontró mérito para procesarlo y archivó su caso. A diferencia de Nicolini, en el caso Bengoa el Tribunal sí recomendó suspenderlo, cosa que finalmente ocurrió. Lo mismo sucedió con Mario Areán, secretario del exintendente de Montevideo y actual edil Mariano Arana. El caso Gonzalo Mujica es un capítulo aparte. El Tribunal de Conducta Política del FA citó al diputado disidente, Gonzalo Mujica, a declarar por haber votado a favor de la comisión investigadora sobre los negocios con Venezuela. En diciembre, Mujica, que fue electo por el Movimiento de Participación Popular (MPP), compareció ante el órgano, pero de poco servirá la liturgia frenteamplista siendo que, acto seguido, el diputado se desafilió del Frente. “Este fue un día de quiebre”, dijo a El Observador al salir de la sede después de declarar durante 20 minutos. Enojado, se borró del WhatsApp de la bancada del Frente. Tomó oxígeno y utilizó una metáfora acorde para poner fin a su relación con sus compañeros: “El clima ya era irrespirable”. Ahora, Mujica está próximo a sumarse a las filas de Luis Lacalle Pou, donde lo esperan otros excolegas que alguna vez revistaron en el frenteamplismo, como la diputada Graciela Bianchi. En el aire quedó el dictamen del tribunal, que en principio sería desfavorable a Mujica. Ese modus operandi, de desafiliarse y desairar al TCP antes de que emita su resolución, ha sido una práctica habitual en varios de aquellos que han sido puestos a

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disposición de los guardianes de los estatutos. “La mayoría de los casos” que se abordan en el Tribunal de Conducta Política son los de aquellos dirigentes que –como Gonzalo Mujica– rompen en el Parlamento con la tan mentada disciplina partidaria”, explica Martínez. Por ejemplo, el de Darío Pérez, Sergio Mier (ambos de la Liga Federal) y Víctor Semproni (del sector Congreso Frenteamplista), los tres diputados que se negaron a votar algunos artículos de la ley de Presupuesto, desconociendo el mandato de la bancada oficialista y poniendo en jaque la mayoría parlamentaria del Frente Amplio. En enero del año pasado fueron convocados por el tribunal, que interpretó que su conducta fue “irregular”, actuando de forma “inadmisible jurídica y políticamente”. “No les voy a dar la más mínima pelota”, dijo Semproni luego de exponer sus motivos en la sede de la calle Colonia. La Liga Federal publicó luego un comunicado cuestionando la decisión del tribunal, que finalmente el Secretariado del FA dejó en suspenso en marzo del año pasado luego de que se constatara que ninguno de los tres había sido llamado a declarar ni comunicado oficialmente de tal decisión. Distinto es el caso de Raúl Sendic, que declaró durante más de una hora ante el tribunal. Los cinco miembros actuantes se reunieron tres veces para emitir su dictamen. Chequearon números, trazaron una relación de hechos y hasta hicieron algunas consultas que consideraron “pertinentes”. No obstante, las circunstancias que rodean su accionar y el manejo político que la dirección del Frente Amplio hizo del asunto generan algunas dudas. “Es muy

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complicado cómo se está tratando esto. Así como lo estamos manejando, lo estamos haciendo mal. Es un tema muy delicado, muy importante desde el punto de vista institucional. No es un tema para andar comentando, porque ya no está en juego la figura del vicepresidente, que ya lo mataron. Está en juego cómo sigue el gobierno”, dice Óscar de los Santos. El exintendente de Maldonado y actual diputado de Alianza Progresista propone medidas para “mirar para adelante” y “curarse en salud”: “Tenemos que generar mecanismos institucionales para que esto no siga pasando”. Tres posibles: más transparencia de cara a la ciudadanía mediante nuevos mecanismos de información, limitar los gastos en publicidad y aumentar los controles del Poder Ejecutivo sobre las empresas públicas. La necesidad de prever todos los escenarios, de imaginar “la mañana siguiente”, obliga al presidente y a la dirigencia del Frente a bosquejar posibles salidas. Una de ellas es la posibilidad de que Lucía Topolansky reemplace a Sendic una vez que se conozca el fallo del tribunal y el Plenario Nacional –ese resumen de la militancia que es un poco más que la mesa política y un poco menos que el congreso– exprese su voluntad. Esa alternativa es vista en el Movimiento de Participación Popular, el principal de todos los sectores del Frente, como la única posible en caso de que el desenlace augure el peor de los finales para esta historia. Por si acaso, Lucía evita la exposición pública: no es un dato menor que quien haya asistido a la reunión convocada por el presidente del FA,

Javier Miranda, en la noche del lunes, haya sido el propio José Mujica, quien además ha mantenido contactos con Tabaré Vázquez por este tema, tal como publicó Caras y Caretas en su edición de la semana pasada. Desde tiendas comunistas niegan que su postura sea la de “una cerrada defensa del compañero, sin importar lo que diga el tribunal”: “Veremos, veremos”, repetía ayer Juan Castillo, el secretario general del Partido Comunista. Menos indulgentes, en el Frente Liber Seregni homologarán “lo que diga el tribunal”. Al respecto, Brovetto advierte: “Nosotros no cobramos al grito”. Pero eso sería para “el día después” de un fallo, como el que se espera del tribunal, que al decir de María Elena Martínez, “es de conducta, no de ética”. Y que “equivaldría a la instrucción de un procedimiento, no a la sentencia”. Aunque la guillotina de la opinión pública corra, engrasada, a otra velocidad merced a los titulares de prensa y los flashes de la televisión. Jorge Brovetto, que actualmente integra el tribunal y otrora ejerció como presidente del Frente Amplio, no quiere aventurar el final de esta historia. “Que yo recuerde, históricamente ha habido casos en los que el plenario respalda lo actuado por el tribunal, y otros que no. El tema es que se necesita una mayoría amplia para adoptar una sanción, y eso depende siempre del quórum”. “En este caso…”, dice, y se pierde en los puntos suspensivos. –¿Un final estruendoso, diría usted? –Últimamente ando medio sordo. –Para la ocasión. –Para la ocasión.


POLÍTICA

UN EDITORIAL REVELADOR

La Institución Nacional de Derechos Humanos según El País El lunes 31 de julio, el diario El País publicó un editorial en el que cuestiona la composición, dotación presupuestaria, facultades y, en definitiva, la propia existencia y razón de ser del organismo. Por José López Mercao

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a descalificación está presente desde el título: ‘El curro de los DDHH’, que no sólo incluye a la institución en general y a quienes integran su consejo directivo, sino también al propio concepto de derechos humanos, que hoy toma cada vez más espesor en el mundo entero. No parece casual que este editorial haya sido escrito pocos días antes de la renovación de las autoridades del organismo. La primera consideración respecto a este artículo está contenida en el propio título. Llamar “curro” a una institución creada a partir de la sangre de quienes sufrieron el terrorismo de Estado, perdieron la vida o la pusieron en riesgo, es, dicho de manera eufemística, una bajeza. Pero dejando eso de lado, de manera intencional o deliberada, el editorialista innominado desconoce la naturaleza de la institución, que es efectivamente parte del Estado, pero no del gobierno, en la medida que es una entidad autónoma de contralor de los derechos humanos y fundamentalmente de su cumplimiento por parte del Estado. A esos efectos fue creada por ley y dispuesta su integración, composición y objetivos por la unanimidad del

Parlamento uruguayo. Sin embargo, El País desconoce esa función y se pregunta retóricamente: “¿No existe ya un secretario de DDHH en la Presidencia de la República que cobra unos $ 95.000 al mes sin contar beneficios sociales y con funciones a su cargo similares a las de la Inddhh?”. En el párrafo anterior, el editorialista formula otra pregunta: “¿No sería mejor que hubiera un simple defensor en derechos humanos (DDHH) de forma de dar una señal de austeridad y bajar así el costo del Estado?”. Estas preguntas ocultan el hecho de que la presidencia gobierna, toma medidas sobre derechos humanos, pero no puede ser juez y parte.

Independencia y funciones de la Inddhh Esto a su vez remite a una de las primeras características que debe tener la Inddhh, a saber, la independencia. Esto implica que no pueda recibir –por su propia razón de ser y del protocolo que rige su accionar– instrucciones de parte de ningún poder del Estado. Por el contrario, está facultado para hacerle recomendaciones, asumir funciones de contralor, monitorear el tratamiento del tema, pero de ninguna manera perder inde-

pendencia. Esto está determinado por la convención y su respectivo protocolo facultativo, que, entre otros tratados internacionales, regula su funcionamiento. A diferencia del representante de Presidencia, el Inddhh controla si las medidas que toma el gobierno uruguayo en materia de DDHH se adaptan a los estándares y conceptos universales convenidos en la materia, lo que remite a conceptos radicalmente distintos. Esto no es sólo un tema conceptual, sino que Uruguay es signatario, entre otros, de la Convención Internacional Contra la Tortura y demás Tratos Inhumanos y Degradantes y de su respectivo protocolo facultativo. Es en función de ese compromiso asumido ante la comunidad internacional, que el Parlamento uruguayo da fuerza legal a la constitución del Inddhh. Las instituciones de DDHH existen en casi todas partes del mundo y en toda América Latina. Hasta que se dispuso la creación del Inddhh, Uruguay era el único país de la región que no la tenía. El protocolo que rige sus facultades las define exclusivamente como “preventivas”, (Mecanismo Nacional de

Prevención) mientras que las tareas de los representantes del Estado en la materia (por ejemplo, el comisionado de Cárceles) son, por definición, “reactivas”. Además, en el tema referido a los presos o personas privadas de libertad (PPL), el comisionado parlamentario sólo puede ocuparse de quienes están privados de libertad por la comisión de delitos, excepto los menores. La Inddhh tiene competencia también sobre los menores y no solamente sobre quienes cometieron delitos. Su campo de acción incluye a todos aquellos que son objeto de internación forzada, como por ejemplo en las residencias de salud, donde es habitual que la institución realice visitas sorpresivas sin necesidad de orden judicial para constatar el cumplimiento de las normativas en materia de DDHH. Para esto cuenta con equipos multidisciplinarios capaces de constatar las irregularidades y disponer de medidas para corregirlas. Cumpliendo ese objetivo, la Inddhh ha constatado situaciones de malos tratos en casas de salud, en lugares de reclusión de menores que han cometido infracciones, en cárceles. Pero lo han hecho de manera “preventiva”, reportando sus informes directamente a los órganos competentes de Naciones Unidas. Además de la prevención respecto de personas privadas de libertad, la Inddhh (área Defensoría) puede recibir denuncias directas de personas cuyos derechos hayan sido vulnerados. Jurídicamente, el Estado no está facultado para realizar ninguna de estas tareas, y menos aun en un papel de controlador de la gestión de gobierno. Por tanto, la afirmación de El País de que se superponen las funciones del

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comisionado de Cárceles y las del mecanismo nacional de prevención que representa el Inddhh, significa no haber leído el tratado internacional, no tener idea de cómo funciona el mecanismo de “prevención” a nivel internacional ni cómo funciona la ley uruguaya, que fija competencias distintas al comisionado parlamentario y al Mecanismo Nacional de Prevención. Otro de los temas en los que pone énfasis el editorialista es el salarial. Respecto a este punto, vuelve a preguntarse: “¿Cuánto cuesta mantener esta parafernalia institucional?”. Para responderse: “En 2016, aproximadamente 2,5 millones de dólares […] unos 6.100 dólares por mes cada uno […]”. Al margen de que las remuneraciones en el aparato del Estado puedan ser discutidas, las que corresponden a los cinco directivos de la Inddhh están definidas en la propia ley de creación del instituto, a saber, 75% del sueldo del legislador sin ninguno de los beneficios con los que cuentan estos. En términos reales, esto significa que los cinco integrantes del Inddhh perciben menos de 50% de lo que gana un legislador.

Derechos de “tercera generación” y “buenos oficios” Luego, el editorialista de marras incluye un párrafo de antología. Refiriéndose al balance 2016 del Inddhh, refiere: “Allí nadie encontrará nunca ninguna referencia histórica a la violación de los derechos humanos, por ejemplo, por parte de la guerrilla izquierdista de los años 60 y 70”. Más allá de que no hay grupos guerrilleros operando en el país, el editorialista confunde el rol de organismos; el de la Inddhh es de contralor, pero no referido a la memoria histórica, como lo puede ser por ejemplo la Comisión de la Verdad. Como añadido, el Inddhh no es tampoco una fuerza policial, ni militar ni armada. Tiene sí una función de contralor de la violación de los DDHH, fundamentalmente los cometidos por el Estado, o a través de este, los cometidos por particulares, empresas o personas físicas. Desde esa pers-

pectiva no es lo mismo la consideración de los delitos cometidos fuera de la órbita del Estado, que son atribuciones de este, a través de sus distintos poderes (pero no de la Inddhh), que la vulneración de los derechos de las personas por parte del Estado, que sí es competencia de la Institución. De la misma manera lo son lo que el excanciller Gros Espiell llamaba “derechos de tercera generación”, los referidos al derecho a la salud, a la vivienda, a una vida digna, a la cultura, a la seguridad. Complementariamente debe decirse que el Inddhh no es una entidad defensora de quienes cometen delitos, sino de la seguridad de la gente, como garantía consagrada constitucionalmente. Pero va más allá El País. Para solventar su tesis de la “duplicación de funciones”, señala que “en 2015, más de la mitad de esos casos [los abordados por la Inddhh] no tuvieron andamiento; y en

2016, cerca de 40% de las denuncias que recibió fueron redundantes, puesto que en verdad el Estado ya se estaba ocupando de ellas por vía administrativa o por vía jurisdiccional”. En realidad, lo que señala el redactor no es un pasivo de la Inddhh, sino un activo. Precisamente una de las funciones de la institución es recurrir a los “buenos oficios” para lograr que los contenciosos que se plantean entre los ciudadanos se tengan que dirimir en el ámbito de cualquiera de los poderes del Estado; otras veces, formulando recomendaciones particulares o generales (informes temáticos), por lo que muchos problemas que aparecen como solucionados a instancias de la autoridad competente de estos poderes es el resultado de las negociaciones llevadas adelante por la Inddhh. Afortunadamente, son cada vez más los casos que se solucionan a a través de la inter-

La Inddhh y los acuerdos partidarios El martes 1º de agosto estaba prevista la renovación de la dirección del Inddhh. Hasta ese momento la misma estaba compuesta por Ariela Peralta, Mariana González Guyer, Juan Faroppa, la exfiscal Mirtha Guianze y Juan Raúl Ferreira. De acuerdo a las disposiciones legales, el conjunto del organismo debía ser electo al menos por los dos tercios de los integrantes del Parlamento Nacional. Se preveía además que de no contar los cinco nuevos integrantes con ese porcentaje, se realizarían dos elecciones consecutivas para obtenerlo. De no ser así, la elección se realizaría por el régimen de mayoría simple. Por distintas razones, tres de los integrantes de la directiva anterior (Peralta, González Guyer y Guianze) no comparecerían a esta nueva instancia. Es decir, sólo eran postulados de la anterior Faroppa y Juan Raúl Ferreira. En una primera elección, el único que reunió los dos tercios requeridos fue el doctor Wilder Tyler (124 sobre 125 presentes), siguiendo en orden consecutivo Mariana Mota (70 votos), Juan Faroppa (67 votos), Josefina Plá (64 votos) y Juan Raúl Ferreira (62 votos). El día anterior se había realizado un acuerdo entre el FA y el PN para votar a la doctora Mariana Blengio, que en esa primera instancia contó con 57 votos. El fusible para que Blengio integrara el quinteto era Juan Raúl Ferreira, que no contaba con el respaldo del PN (más allá que por ley ninguna fuerza política pueda expresar respaldo o rechazo a ningún candidato). El acuerdo inicial saltó por los aires cuando, contrariando sus términos, parte del PN no votó a la exjueza Mariana Mota, lo que obtuvo como réplica de parte del FA la actitud de reafirmarse en su apoyo a Juan Raúl Ferreira. En el curso del día, los términos del acuerdo se recompusieron y en lugar de Juan Raúl Ferreira fue electa la doctora Blengio.

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vención del instituto, que no se limita a recibir denuncias y a derivarlas a otros organismos, sino que hace un acompañamiento del caso y del propio denunciante, de manera de juntar las partes, corregir errores u omisiones, para que, en la medida de lo posible, no se llegue a la esfera judicial. Cuando el tema se judicializa, la Inddhh pierde competencia, salvo en los aspectos de formalidad, materia en la que tiene la facultad de realizar recomendaciones a la Suprema Corte de Justicia (SCJ). Otras falacias se pueden encontrar en las afirmaciones del editorialista. Como la referida al “ingreso de funcionarios para formar una burocracia de 28 personas e iniciar las obras en la sede de la institución”. Sobre ese minimalismo organizativo propugnado por El País existen al menos dos cosas para decir. La primera es que durante muchos años, el hecho de tener pocos funcionarios fue decisivo para que Naciones Unidas no reconociera a la Inddhh en la medida de que existen puntos a los que necesariamente toda institución de derechos humanos se debe ceñir. Uno de ellos es el referido al porcentaje de funcionarios propios que la misma debe tener (fuera de los llamados funcionarios en comisión). Durante años, la Inddhh trabajó sin ningún funcionario ni asesor. Solamente con diez trabajadores transferidos en comisión desde la administración pública. Una cifra notoriamente insuficiente para atender las demandas que tenía. Es preciso tener en cuenta que para el reconocimiento de una institución de derechos humanos de Naciones Unidas no se admiten más que 25% de funcionarios en régimen de comisión. Pero esta limitación afecta también la territorialidad; es decir, la posibilidad de que la Inddhh llegue a las zonas y a los segmentos en los que con más frecuencia los DDHH son violentados, ya se trate de zonas marginales (donde por lo general se desconoce la existencia de la institución), abusos a niños, a ancianos o a sectores de inmigrantes (cada vez más


numerosos) o a otras personas en situación de vulnerabilidad o indefensión social. A esos efectos, la Inddhh realiza visitas frecuentes con equipos multidisciplinarios con los que recorre permanentemente todo el país.

El reconocimiento de Naciones Unidas La trabajosa construcción de esa infraestructura llevó a que Naciones Unidas reconociera a la Inddhh con el máximo grado que una institución de este tipo puede tener, el grado A. Esto permite al país no sólo acceder a becas, maestrías, cursos de formación sobre determinadas formas de violación de DDHH cada vez más frecuentes, sobre todo en temas como el tráfico de mujeres, tráfico de órganos y explotación infantil, materias en las que nuestro país tiene la triple condición de ser lugar de tránsito, origen y destino. Otra de las críticas que formula el editorial de El País contra la

Inddhh es el carácter colegiado de su integración. También en este caso es necesario formular dos precisiones. Una es la referida al sustrato nacional sobre el que se constituye la institución. Uruguay ha sido, históricamente, un país que se construyó a partir de la coparticipación, lo que se ve claramente reflejado en la composición de los entes. El País no sólo fustiga la independencia del Inddhh ante el Estado, sino que defiende la dirección unipersonal de estas instituciones. Existen otros países donde la integración de los mismos es colectiva, como por ejemplo Chile y Brasil, pero no en la medida que esta pluralidad se articula en Uruguay. Lo que olvida el matutino es que en el mundo se mira la experiencia uruguaya como modélica, en la medida que está en entredicho no sólo el solapamiento de las funciones del gobierno y las instituciones de DDHH en una sola entidad, sino la concentración de la responsabilidad en una sola per-

sona. El caso más resonante que llevó a ese cuestionamiento se dio en 2014, en ocasión de la desaparición y muerte de 43 normalistas en la localidad de Ayotzinapa (México). Una de las resultantes de la tragedia fue que el Senado de México le retirara la confianza al defensor del Pueblo por ocultamiento de la verdad sobre lo sucedido. Una clara demostración de que los regímenes en los que el rol controlador y ejecutor se concentran en una sola persona son sumamente vulnerables.

La demolición de los DDHH y su nueva agenda Pero el editorial de El País no está inspirado en consideraciones técnicas, sino políticas. Desde su perspectiva, que históricamente ha estado reñida con los derechos humanos, estos deben ser patrimonio del Estado, garante por sí y ante sí de la reacción y la prevención. Como añadido, deben concentrarse en una sola persona,

visión perimida y autoritaria que viene de la mano de las tendencias más regresivas que no sólo pertenecen al pasado, sino que están pugnando por imponerse en el mundo. Finalmente, el último párrafo, en el que advierte que “la responsabilidad es ahora de los partidos de oposición en el Parlamento: “¿Van a seguir legitimando estos curros o van a denunciar que en verdad son vergonzosos acomodos compañeros?”. Más allá de que en este párrafo (en el que se reitera la identificación de la Inddhh con los “curros”) se desnuda la aversión que históricamente ha tenido el órgano de la dictadura por los derechos humanos y algo más, esto sí novedoso, pretende marcar la agenda política a través de los medios de prensa o el accionar de agencias que la modifican a su antojo. Es la nueva modalidad que está adoptando la impunidad para retornar a un pasado que no admite el olvido.

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POLÍTICA

Por Mauricio Perez

L

os archivos de Inteligencia Militar - conocidos como “Archivo Berrutti” y divulgados por el semanario Brecha- son un collage variopinto sobre los diversos asuntos de interés para los servicios militares en tiempos de democracia. Se trata de unos 14.000 documentos en los cuales puede encontrarse información variada sobre el acontecer político, sindical y social en Uruguay entre 1987 y 1999. Los informes, elaborados con base en diversas fuentes, revelan el interés por conocer lo que sucedía a la interna de los principales partidos políticos (Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado) y los movimientos producidos dentro de ellos. Por ejemplo, entre 1991 y 1993 son constantes las referencias a la eventual escisión de un grupo de dirigentes blancos –encabezados por el hoy canciller Rodolfo Nin Novoa– hacia filas del Frente Amplio (FA). También existió un especial interés en saber qué pasaba en los diferentes sectores de la coalición de izquierda, en particular en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y el MPP, el Partido Comunista (PCU) y el Partido Socialista (PS). Según reveló Brecha, ese interés incluyó una serie de seguimientos a los integrantes de la fórmula presidencial del FA en 1999 (Tabaré Vázquez y Nin Novoa). Los informes también abundan sobre la interna del Pit-Cnt y de los diferentes gremios, en especial, Fancap, la FOEB, FUS, entre otros. Entre todo el material, se encuentran referencias a una visita del expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva al Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt, y otras a un supuesto malestar en la interna de la FOEB porque el dirigente Richard Read regenteó un puesto de chorizos en un tablado. Los medios de comunicación, en particular la situación interna del diario La República, fueron otros de los asuntos de interés para los servicios.

EL “ESQUEMA P.C. FARIAS”

Corrupción y coimas EN LOS AÑOS 90 Un documento de la Inteligencia Militar vincula al empresario brasileño que montó el esquema de corrupción utilizado durante el gobierno de Fernando Collor de Mello en Brasil con el pago de coimas a policías y políticos uruguayos. Pero existen algunos que relatan hechos o situaciones desconocidas, que contienen un nivel de detalle que, al menos, genera suspicacias. Eso sucede con un documento que aparece en los folios 15 a 17 del rollo 1.326, que cubre de marzo a diciembre de 1993. Se trata de un informe de un agente que, en poco más de 2.000 caracteres, refiere a uno de los mayores casos de corrupción política de la historia de Brasil, la fuga del poderoso empresario brasileño que montó ese esquema de desvío de fondos y el pago de sobornos a policías y funcionarios de alto rango del gobierno de Luis Alberto Lacalle.

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Los informantes El informe elaborado por el agente Robert, con base en una conversación con una “fuente amiga”, está fechado el 27 de setiembre de 1993 y titulado como “Información general”. Allí se relatan dos casos de presunto pago de coimas a policías por parte de ciudadanos brasileños. El primero, sobre un ciudadano brasileño, indocumentado, detenido en el marco de una investigación por presunto tráfico de armas (Uzi o similares) y que recuperó la libertad por la módica suma de 20.000 dólares. El segundo tenía un título significativo para esa época: “Posible presencia de P.C. Farias en Uruguay y corrupción”. El documento –cuyo contenido fue divulgado

por el portal web de Caras y Caretas– refiere al momento en que el banquero Paulo Cesar Farias (responsable del esquema de corrupción que se montó durante la presidencia de Fernando Collor de Mello en Brasil) emprendía su fuga desde el país norteño rumbo a Europa. La fuente decía que, tres meses antes, o sea, en junio de 2013, un subcomisario de apellido Bentancur (alias Perico) –que había estado demorado en averiguaciones por el reciente homicidio del empresario de free shop Luis Eduardo González, cuyo cuerpo apareció en un aljibe– obtuvo información sobre una maniobra de lavado de activos en dólares. Al investigar el dato, el oficial llegó al gerente del Banco Real.


Este, ante la inminencia de un procedimiento policial, “trató de solucionar el problema de otra forma”. El subcomisario le solicitó 250.000 dólares; el gerente replica que eso “excede su competencia”, por lo que deberá hablarlo con el presidente del banco, Paulo Cesar Farias (en el documento dice “Pablo César Farías”). Tras esa reunión, Bentancur trata el tema con el jefe de Policía de Montevideo de la época, Máximo Costa Rocha. Al enterarse de la situación, Costa Rocha (director de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia entre 1982 y 1990 y sindicado como agente de la CIA en los años previos al golpe de Estado por el agente secreto cubano Manuel Hevía) le ordena que pida un millón de dólares, “de lo contrario, que amenazara con realizar el procedimiento legalmente”. Y Bentancur cumplió con la orden. “Mediante llamada telefónica, el gerente del Banco Real le avisa a Bentancur que concurra al Aeropuerto de Carrasco a determinada hora que allí estaría P.C. Farias. Al realizarse el contacto en una avioneta particular, Farias accede a la petición de US$ 1.000.000 (dólares), entregándolo el día martes posterior a la entrevista”, dice el documento. Sin embargo, un día antes, el lunes, Bentancur es citado para hablar con el ministro del Interior, Juan Andrés Ramírez. El ministro “le menciona que conocía los hechos, pero que actuara con cautela, demostrándole la voluntad de que no fuera a proceder legalmente”, agrega. “El día del cobro, el gerente del Banco Real le entregó a Bentancur dos paquetes de US$ 200.000 (dólares), uno para él y otro para Costa Rocha”. En tanto, según la versión aportada por otro comisario –de apellido Melo– el resto del dinero hasta completar el millón de dólares había sido repartido entre tres notorios dirigentes políticos del gobierno: 200.000 dólares para el ingeniero Carlos Cat, presidente de la OPP; 200.000 dólares para el ministro del Interior, Juan Andrés Ramírez; y 200.000 dólares para el ministro de Economía,

Ignacio de Posadas. El informe se cierra con el dato de que Bentancur, que cumplía funciones en la seccional 19ª, se compró casa nueva y un auto 0 km. Pero la referencia central era sobre los tres dirigentes de peso del gobierno de Luis Alberto Lacalle. Uno de ellos, De Posadas, un reconocido abogado, cuyo estudio jurídico (Posadas, Posadas & Vecino) es insistentemente señalado por la creación y administración de empresas utilizadas para el ocultamiento de fondos y el lavado de activos (incluso, la reciente investigación del Lava Jato refiere a la utilización de empresas creadas por este estudio para el blanqueo de capitales de origen ilícito). El otro, Juan Andrés Ramírez, reconocido abogado y referente del Partido Nacional, que impulsó su candidatura presidencial en 1994 basado en una fuerte postura de denuncia contra los casos de corrupción ocurridos durante el gobierno de Lacalle.

El “Esquema P.C. Farias” En junio de 1996, Paulo Cesar Farias, titular del Banco Real, fue encontrado muerto en una casa de veraneo de Guaxuma, en Maceió (Brasil). Tenía un disparo en el corazón. A su lado estaba el cuerpo de su amante, Suzana Marcolino. La investigación policial determinó que la mujer le disparó a Farias y se quitó la vida. Un “crimen pasional”. Pero las dudas sobre la veracidad de esa historia surgieron de inmediato. “Un tiro silencia la caja fuerte de Collor”, título el diario O País, de Brasil. Farias era un empresario con estrechos vínculos con el sistema político brasilero, en particular, con el expresidente Fernando Collor de Mello. Fue el tesorero de la campaña presidencial, una tarea que efectuó con éxito: Farias recaudó millones de dólares de empresarios para financiarla. Posteriormente se mantuvo cercano al gobierno, con mucha influencia en las decisiones de política económica, del Banco Central y varios ministerios. Una especie de Rasputín de Collor de Mello, el operador en las sombras del gobierno brasileño. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 13


En ese contexto, Farias conformó un emporio de empresas fantasmas en el exterior, manejadas por testaferros. Una denuncia de Pedro Collor de Mello, hermano del entonces presidente, dejó al descubierto un esquema de corrupción vinculado con estas empresas, con manipulación de contratos de obra pública, tráfico de influencias, confección de documentos falsos, coimas y creación de cuentas fantasmas para el depósito del dinero ilícito. El caso se conoció como “Esquema P.C. Farias”. Un informe del diario O Globo establece que en un período de dos años y medio (1990-1992), Farias movilizó más de 100 millones de dólares en materia de desvíos de dineros por contratos públicos-privados y coimas. Además, se estima que recibió unos 32,2 millones de dólares a través de testaferros. Esta operativa incluía un entramado de empresas y cuentas bancarias de Estados Unidos, Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Islas Caimán, Aruba, Panamá, Reino Unido, Francia, Suiza, Italia, Brasil y Uruguay. La investigación vinculó al propio Collor de Mello con una serie de transferencias hacia una cuen-

ta bancaria de su secretaria en el exterior y la confirmación que varias de las empresas vinculadas con este esquema de corrupción solventaban sus gastos personales y los de su esposa. El caso derivó en el impeachment y la posterior renuncia de Collor de Mello. Tras estos acontecimientos, la investigación se centró en Farias. El 30 de junio de 1993, el juez de 10ª Vara Federal de Brasilia, Pedro Paulo Castelo, libró una orden de prisión preventiva en su contra por un delito de fraude. Pero Farias no estaba dispuesto a entregarse: el 19 de junio de 1993 fugó de Brasil en un avión bimotor junto a su socio en la empresa de taxis aéreos Brasil-Jet. El vuelo tuvo varias escalas hasta llegar a Argentina. Días después tomó un vuelo hasta su destino final: Londres (Inglaterra). Ese vuelo habría salido desde Montevideo. Farias fue localizado por las autoridades británicas, por lo que emprendió una nueva fuga: su destino fue Bangkok (Tailandia). De paseo por el país asiático, un turista brasileño lo reconoció y efectuó la denuncia. Farias fue detenido, extraditado y condenado a siete años de prisión. En junio de 1995, se le concedió el beneficio de la prisión

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domiciliaria. Un año después apareció muerto. Pero su historia era mucho más compleja.

Farias y el narcotráfico En 1994, la Justicia italiana llevaba adelante una de las mayores investigaciones por tráfico de drogas en su historia. Un operativo permitió incautar uno 5.500 kilos de cocaína y desbaratar una organización de narcotráfico que, entre 1990 y 1994, llegó a ingresar 11 toneladas de esa droga a Europa. La investigación permitió descubrir al contador de la organización, Angelo Zanetti y permitió establecer los vínculos entre este y el “Esquema P.C. Farias”. En efecto, la investigación confirmó que Zanetti efectuó dos giros de dinero a cuentas de Farias: el primero fue un depósito de 2,1 millones de dólares a una cuenta en el ABN Amro en Holanda; la segunda, por 7,8 millones de dólares, llegó a las cuentas del empresario brasileño en la filial del ABN Amro en Montevideo. En marzo de 1993, otros dos mafiosos italianos, Luciano Raggi y Giulio Marcozzi, depositaron 300.000 dólares cada uno en las cuentas del empresario. Así lo consignó el periodista brasilero Lucas Figueiredo (au-

tor del libro Murciélagos Negros. P.C. Farias, Collor, mafias y la historia que Brasil no conoció) en sucesivos artículos sobre el esquema de corrupción montado por Farias. Varios de esos artículos aportan detalles sobre el proceso judicial tramitado en Italia y el vínculo de Farias con diversos actos de corrupción. La causa italiana involucró en este esquema al abogado argentino Luis Felipe Ricca –quien terminó ejerciendo como magistrado del Poder Judicial en Argentina-. La indagatoria determinó que Ricca ofició como titular de tres cuentas bancarias, por las cuales pasaron unos 300 millones de dólares del “Esquema P.C. Farias” y de los narcos, según afirmó Figueiredo en entrevista con el diario La Nación. La operativa de lavado de activos se realizó a través de Eurocapital SA, una empresa con sede en Montevideo, propiedad de Farias, pero cuyo titular (o testaferro) era Ricca. Por esos años, Uruguay oficiaba como una “guarida fiscal” para el dinero de operativas ilícitas en los países de la región al influjo de la idea de “Uruguay, plaza financiera”; un período en el que diversos estudios jurídicos uru-


guayos se dedicaban a la creación y administración de Sociedades Anónimas Financieras de Inversión (SAFI) para clientes extranjeros y Uruguay era percibido como la lavandería del Cono Sur. Uno de esos estudios jurídicos era Posadas, Posadas & Vecino. En ese contexto se produce el documento elaborado por los servicios de Inteligencia Militar sobre el presunto pago de coimas de Farias en Uruguay. Cuatro años después, en 1997, ese documento fue confirmado, en parte, por el testimonio de Ricca ante los tribunales italianos. Ricca afirmó que durante su fuga en 1993, Farias ordenó a los propietarios de sus cuentas bancarias (a sus testaferros) que retirarán 1.000.000 de dólares para sobornar a agentes de Interpol de Brasil y de Uruguay para evitar ser detenido, según reveló un artículo de Figueiredo publicado en el diario Folha de São Paulo. Las autoridades judiciales italianas viajaron a Buenos Aires

(Argentina) para recabar el testimonio de Ricca –como parte de un acuerdo de colaboración–, un hombre clave dentro del “Esquema P.C. Farias”. En su declaración, Ricca dijo que Farias ordenó pagar “600.000 dólares al personal de Interpol en Brasil y otros 400.000 dólares a sus colegas de Uruguay”. El dinero se retiró de una cuenta en Suiza, perteneciente al banco Trade Link Bank, de Islas Caimán, cuyos apoderados eran Ricca y el empresario argentino radicado en Brasil Jorge Osvaldo La Salvia, en representación de Farias. El dinero tenía como objetivo facilitar la salida del empresario de Montevideo, donde Farias se había escondido después de recorrer el interior de Brasil y pasar por Paraguay y Argentina, afirmó Ricca. El dinero retirado (2,5 millones de dólares, en total) fue utilizado para efectuar cuatro pagos distintos relacionados con la fuga del empresario desde Montevideo hasta Londres.

“Una infamia”, dijo Ramírez El exministro del Interior, Juan Andrés Ramírez, afirmó que la información divulgada en archivos de Inteligencia Militar es “absolutamente falsa” y “una infamia”, y señalo que la historia que se presenta es ridícula. “No tiene la más mínima aproximación a la verdad. Si algo hice, fue luchar contra la corrupción en los cuatro años que fui ministro. Nunca fui interpelado y creé la Fiscalía para investigar a la Policía”, afirmó Ramírez al sitio Montevideo Portal. Asimismo el abogado cuestionó el origen de la información: “¿El espionaje militar prohibido es una fuente fidedigna? Es una fuente de una fuente que no se identifica”. Según el testimonio de Ricca, el dinero fue utilizado de esta forma: 1.000.000 de dólares para el pago de coimas a los agentes de Interpol Brasil e Interpol Uruguay; “otra suma que desconozco permitió alquilar un avión privado con capacidad suficiente para efectuar un vuelo transoceánico, el cual salio desde Estados Unidos, llegó a Montevideo y transportó a Farias a Londres”; “el pago de los honorarios de los abogados”; y el transporte de Farias de Londres a Bangkok.

Sin embargo, en su declaración Ricca se refirió a otras operativas de dinero ilícito efectuadas por Farias en Uruguay. En 1992, en momentos del impeachment contra Fernando Collor de Mello, su hombre de confianza, Farias, ordenó el retiro de 5 millones de dólares en cash (efectivo) desde una cuenta en la sucursal del ABN Amro en Montevideo para sobornar a un grupo de diputados que participarían de la votación del juicio político contra el presidente y evitar un resultado adverso. Ese retiro se efectuó el 28 de setiembre de 1992.

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POLÍTICA

EL MINISTRO DE DEFENSA DE LUIS ALBERTO LACALLE TENÍA CONOCIMIENTO

Hace 25 años el gobierno reconocía el espionaje militar Corría abril de 1992 cuando el ministro de Defensa, Mariano Brito, reconoció ante una delegación sindical, y luego ante la prensa, la existencia de espionaje contra organizaciones sindicales y sociales. Afirmó que era una tarea necesaria y que estaba en conocimiento de las autoridades. Los ministros de Defensa que pasaron por la comisión investigadora parlamentaria negaron tener conocimiento de las tareas de espionaje. A la luz de lo revelado por Brito hace 25 años, es evidente que alguno no dice la verdad. Por Pablo Silva Galván

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esde el comienzo de las investigaciones en torno al espionaje militar en democracia, en particular a partir de los denominados archivos “Berrutti” y “Castiglioni”, los ministros de Defensa e Interior, en sus declaraciones ante la comisión investigadora, negaron tener conocimiento de esas tareas. Sin embargo, hay un acontecimiento que puede dejar en evidencia que al menos alguno de ellos mintió ante los

parlamentarios: el 8 de abril de 1992 el diario El Observador (por ese tiempo El Observador Económico) tituló ‘Brito admitió al PIT que los servicios de inteligencia de las FFAA actúan en los sindicatos y otras organizaciones’. El titular de Defensa de la época, el nacionalista Mariano Brito, reconoció ante sindicalistas que estos y sus actividades eran espiados. Y así lo reveló el diario del Opus Dei, pese a la coincidencia –en su momento se habló de pacto de silencio– entre los asistentes a la reunión de no dar a conocimiento público

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lo informado por el secretario de Estado. Corría la mitad del gobierno de Luis Alberto Lacalle, un período complejo en cuanto a las relaciones con los militares. Allí está el caso Berríos, en el que quedó claro que los servicios de inteligencia actuaban por su cuenta. O no tanto. Por lo menos eso fue lo que dijo el ministro a una delegación de la central sindical cuando reconoció que eran espiados, actividad que estaba bajo su conocimiento. Por ese tiempo se reveló que un virus informático (Michelangelo)

había provocado pérdidas importantes en las computadoras del Ejército. Entre la información perdida estaba la referente a las actividades de los sindicatos. Por esta razón, el Pit-Cnt solicitó una entrevista al titular de Defensa. El viernes 3 de abril Brito recibió en su despacho a los dirigentes Alberto Melgarejo (textil) y Antonio Adourian (bebida) y les informó que los servicios de inteligencia actuaban en los sindicatos y otras organizaciones sociales para buscar información. Hubo coincidencia en no hacer público


lo informado. Los sindicalistas darían cuenta a la central sobre esa situación y ella resolvería en consecuencia. Pero algo falló: el 8 de abril, como ya fue mencionado, El Observador publicó, como título principal de su edición de ese día, que Brito había admitido al Pit-Cnt que los servicios de inteligencia de las FFAA actuaban sindicatos y otras organizaciones. En su página 4, el matutino señalaba que “el ministro de Defensa Nacional, Mariano Brito, admitió el pasado viernes 3 a una delegación del Pit-Cnt que los sindicatos y otras organizaciones políticas y sociales son objeto de actuación de los servicios de inteligencia para la obtención de información, dijeron fuentes oficiales y sindicales”. La nota estaba “producida” por los periodistas Alfonso Lessa (editor de política), Sergio Berrutti y Antonio Ladra, y su única fuente era el propio ministro Mariano Brito. “En todos los países funcionan servicios de inteligencia porque su función es prevenir. ¿Prevenir qué? Un daño. Es como la medicina: hay que tenerla en los estantes para cuando uno necesita usarla. Prevenir la enfermedad, el daño”, afirmaba en la nota el ministro para explicar a los periodistas lo que anteriormente había dicho a los sindicalistas. Posteriormente el jerarca aclaró en otra entrevista con el mismo diario que la tarea la realizaba el Servicio de Información de Defensa (SID) y que él tenía “el deber de transmitir a la opinión pública que [ese organismo] recoge información, por ejemplo de la prensa, y luego la sistematiza”. La noticia provocó conmoción en los medios periodísticos y políticos. Esa misma tarde, en la redacción del diario La República, se me encomendó trabajar sobre el tema. El ministro no contestó a ninguna llamada, pero sí uno de los sindicalistas participantes de la reunión. Enterado del asunto y tras un grueso improperio contra el secretario de Estado por haber dado a conocer el tenor de la reunión, explicó en detalle los pormenores del encuentro. La edición del día siguiente del diario

no cayó muy bien entre los sindicalistas porque dejaba en evidencia la “coincidencia” para no dar detalles del tema. Tras la evidencia y la conmoción en ámbitos políticos y del sindicalismo, el ministro consideró cerrado el asunto. Así se lo expresó a la prensa, que lo abordó a la salida de una reunión de la comisión de Defensa de la cámara baja, a la que concurrió para informar sobre la presencia de militares estadounidenses en San José. Unos días después de las revelaciones, el Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt respaldó lo actuado por los dirigentes que participaron en la reunión y negó un pacto de silencio. En este sentido señaló que hubo “común coincidencia de que [el tema] no daba mérito a trascender”. O sea que permanecería oculto para la población. En esa ocasión el dirigente Carlos Curbelo dijo a la prensa tras la reunión de la Mesa Representativa –no había teléfonos celulares ni correo electrónico, mucho menos WhatsApp, así que no había más remedio que ir personalmente al lugar– que la información (sobre el espionaje) “adquirió una trascendencia que no merece el tema”. Casi como cerrando el tema abierto por ellos mismos y que extrañamente no ha sido recordado por estos días, el 13 de abril El Observador publicó una extensa entrevista de dos páginas al ministro Mariano Brito. Bajo el título de ‘Los militares están en lo que deben’, explicó en detalle que las Fuerzas Armadas realizan su trabajo bajo el control del poder civil y en ningún momento los periodistas Alfonso Lessa y Sergio Berrutti le preguntaron por el espionaje, tema revelado por su diario y por ellos mismos. El espionaje militar a sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales, dirigentes y hasta presidentes de la República, que ahora se revela, puede decirse que salió a la luz –por lo menos una parte– en un tiempo ya tan lejano como 1992. Fue el propio ministro de Defensa de la época el que abrió esa ventana por la que nadie quiso mirar. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 17


POLÍTICA

El cine y la cultura nacional acaban de recibir un aporte muy significativo. Del mismo puede surgir una nueva corriente historiográfica que le haría mucho bien a Uruguay, necesitado de documentos sobre su verdadera historia reciente y de cómo esta contó con cantidad de ejemplos de “alta política” que convocaban masivamente a la gente, y sobre todo a la juventud, detrás de sus banderas de desarrollo y justicia social. Por Carlos Luppi

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SE ESTRENÓ WILSON, DE MATEO GUTIÉRREZ

UN TESTIMONIO IMPRESCINDIBLE 18 Caras&Caretas 823 / 4 de agosto de 2017

stamos ante el segundo filme de Mateo Gutiérrez, auspicioso realizador al que ya debemos D.F. (Destino Final) (2008), que fue una investigación sobre la vida y asesinato de su padre, el presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Toba Gutiérrez Ruiz, secuestrado en Argentina en mayo de 1976 junto al senador Zelmar Michelini y otros uruguayos por un comando paramilitar binacional en el marco del Plan Cóndor. Ahora Gutiérrez encaró un proyecto que parecía imposible: resumir en un filme las claves de la trayectoria y proyecto político, económico y social de Wilson Ferreira Aldunate (1919-1988), el último caudillo blanco y, en opinión de muchos, el último que tuvo el país. El largometraje es un enorme mosaico que entrelaza piezas documentales relativas a la época y trayectoria de Wilson, con reportajes a personajes contemporáneos que se refieren a su persona. Hablan sus hijos Gonzalo, Babina y Juan Raúl Ferreira Sienra, su prima Marta Ferreira de Jiménez de Aréchaga, Jorge Batlle, Ignacio de Posadas, Luis Alberto Lacalle de Herrera, Carlos Julio Pereyra, José Pepe Mujica, Julio Marenales, Danilo Astori, Enrique Iglesias, Juan Martín Posadas, Walter Serrano Abella, Gerardo Caetano, Raúl Lago, Eduardo Platero, Luis Iguini y Esteban Valenti, entre otros. También aparecen los estadounidenses Edward Edy Kaufman y Louise Popkin, destacados militantes por los derechos humanos y parlamentarios que asistieron al célebre discurso de Wilson

ante el Congreso, en Washington, en abril de 1976, en el que pidió que el gobierno de Estados Unidos dejara de intervenir en Uruguay, y que resultó en la enmienda Koch, que eliminó la ayuda militar a nuestro país. La música es de Los Olimareños y hay entrañables intervenciones de José Luis Pepe Guerra.

El todo y las partes La película tiene varias virtudes a destacar. En primer lugar, estamos ante un formidable trabajo de acumulación de información (filmes y entrevistas), editado con una precisión comparable al mejor Oliver Stone, el de JFK (1991) y Nixon (1995), que llevó cinco años en su realización. Logra el milagro de llevar al espectador al clima que se vivió en la “época heroica” de la política uruguaya reciente (1967-1984) con un Parlamento de personalidades excepcionales (como Luis Hierro Gambardella, Eduardo Paz Aguirre, Carlos W. Cigliutti, el propio Wilson, El Toba Gutiérrez, Dardo Ortiz, Washington y Enrique Beltrán, Zelmar Michelini, Juan Pablo Terra, Enrique Erro, Alba Roballo y Rodney Arismendi, entre otros) que fue derrocado por la “marea negra” golpista que inundó América Latina. Por ese Legislativo el pueblo uruguayo hizo una histórica huelga que duró 15 días y asombró al mundo. Hablamos de una época en que todos estos líderes discutían sus proyectos de país, “subían al poder ricos para bajar de él pobres” y eran rodeados y amados por el pueblo. La respuesta a esa entrega al servicio público de aquellos dirigentes políticos está en las muche-


dumbres militantes que aparecen filmadas, siguiendo llenas de entusiasmo sus ideas, en los tres partidos de entonces, el Colorado, el Nacional y el Frente Amplio. Otro mérito es, curiosamente, no recabar testimonios del entorno político más cercano a Wilson (el cual, por otra parte, ha desaparecido prácticamente en su totalidad), sino el de gente que no integró su grupo ni su partido. Así, tenemos opiniones que van desde la del exministro herrerista Ignacio de Posadas (que dice que el programa wilsonista de 1971, titulado Nuestro compromiso con usted, fue “un mamarracho hecho por unos contadores que andaban por ahí”, seguramente refiriéndose a Mario Bucheli y José Pedro Laffitte, integrantes de la CIDE, luchadores de fuste y próceres de la vida universitaria) hasta la de Serrano Abella, que afirma que “a diferencia de Saravia, Wilson sabía qué hacer para transformar Uruguay con criterios de estadista”, y brinda un testimonio impresionante sobre la Ley de Caducidad. Impactan también los testimonios de Mujica, Marenales, Iglesias, Astori e Iguini, que se refieren, con sus matices, a los aportes de Wilson a la vida política de Uruguay. Lacalle y Jorge Batlle enfatizan en sus diferencias con Wilson. No aparece Julio María Sanguinetti, en un silencio estruendoso. Está tan ausente como su grupo de las luchas conjuntas entre el Partido Nacional y el Frente Amplio contra la dictadura de su correligionario Juan María Bordaberry, de quien fue ministro de Educación. Alguien lo nombra en el filme, diciendo que “Sanguinetti fue nefasto para el país”. También es de destacar que el largo rescata el proyecto nacional de Wilson, que incluía la reforma agraria, la nacionalización de la banca y del comercio exterior, y que sembró a su regreso las bases del Uruguay moderno, con las leyes de forestación, vitivinicultura y fomento de las formas de economía mixta, como la Corporación para el Desarrollo (la que él pensó, no la que se fundó, tarde y mal), orientadas a la indepen-

dencia, el desarrollo y la justicia social. Hay una emocionante presencia de Zelmar Michelini, compañero entrañable de ideales y luchas, así como se sintió la cálida presencia de las familias de Zelmar y del Toba en el preestreno, al que también concurrieron la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, y los precandidatos Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, entre otros dirigentes políticos. La película no esquiva temas urticantes como el pacto del Club Naval y la Ley de Caducidad. Al final, registra imágenes hasta ahora inéditas de la evolución del cáncer que se llevó a Wilson (numerosas personalidades médicas y no médicas señalaron en libros y reportajes que fue provocado por el disgusto que le causó la Ley de Caducidad) y de los mensajes de optimismo y unidad nacional que este, completamente devastado por la enfermedad, envió por TV al país todo (que “es y sólo es una comunidad espiritual”, como gustaba decir) hasta sus últimos minutos. El largometraje fue saludado con una cerrada ovación de pie de los asistentes (mayoritariamente blancos y frenteamplistas) al preestreno, y alguien gritó la sentencia gardeliana que reza: “¡No habrá otro igual, no habrá ninguno!”. Sin embargo, entre los asistentes, a la salida, reinaba un clima de tristeza. Tristeza por lo que fuimos, por lo que no fue y por los enfrentamientos y carencias que todavía subsisten. Este filme debería exhibirse en los centros de enseñanza superior, porque no es política electoral, sino que es historia. Hubo hace unos cuantos años un sistema político de hombres honestos e idealistas que convocaban al pueblo oriental detrás de banderas de desarrollo y justicia y que fueron derrotados varias veces por fuerzas reaccionarias. La historia del país luego siguió su rumbo sin ellos. Estamos ante una película histórica en más de un sentido. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 19


COLUMNA LA RUTA DE LA SEDA

URUGUAY Y EL SUEÑO FUTBOLÍSTICO CHINO Por Daniel Barrios

M

ientras nuestro Poder Ejecutivo no logra avanzar lo suficiente en el Tratado de Libre Comercio (en inglés FTA, Free Trade Agreement) con el gigante asiático debido a disensos internos dentro de su propia fuerza política, del sector empresarial y de los socios del Mercosur, Lu Yingcai (director general del Departamento de Deporte de la municipalidad de Taizhou) desde desde hace tres semanas puso en marcha su propio FTA (Football Trade Agreement por sus siglas “futboleras”) con Uruguay. El 28 de octubre de 2016 –15 días después de que el secretario de deportes de nuestro país, Fernando Cáceres, y su homólogo chino firmaran en Beijing un convenio de cooperación deportiva– Lu Yincai, en representación del gobierno municipal, firmó un acuerdo marco según el cual serán técnicos compatriotas los responsables de diseñar, implementar y evaluar el ambicioso proyecto de desarrollo del fútbol en esa ciudad, situada sobre la costa del Mar de la China Oriental, 300 km al sur de Shanghái y a 180 km de Hangzho, capital de la provincia, una de las más prósperas de toda la República Popular. Poco tiempo antes de ser ungido como presidente de la República Popular de China XI Jinping reveló tres deseos: que la selección nacional clasificara para un mundial de fútbol, que su país fuera sede de ese acontecimiento ecuménico en un futuro y que se consagrara campeón del mundo. Como en pocos países, en la República Popular “los deseos [del presidente] son órdenes” y, como en ninguno, esos deseos

se cumplen, por lo general más temprano que tarde. Sobre todo cuando además de jefe de Estado quien expresa el deseo es también el secretario general del Partido Comunista de China (PCCh). Desde que asumió la secretaría del PCCh en noviembre de 2012, Xi colocó el fútbol en el primer lugar de la agenda de su plan nacional de desarrollo del deporte. A pesar de haber ocupado el primer y segundo lugar en el medallero de los dos últimos Juegos Olímpicos, China se clasificó una sola vez para un mundial de fútbol (Corea-Japón 2002), en el que perdió sus tres partidos sin convertir siquiera un solo gol. “Nuestro presidente y el presidente Tabaré Vázquez se reunieron en octubre del año pasado y acordaron establecer una asociación estratégica chino-uruguaya basada en el respeto, la igualdad y el beneficio mutuo. Ambas partes decidieron promover los intercambios entre personas y elevar las relaciones en cultura, educación, ciencia y tecnología, Antártida, turismo, y también el fútbol”, subrayó Lu Yingcai, inaugurando el curso de capacitación teórica y práctica para entrenadores locales, primera etapa del proyecto aprobado. El curso, de diez días de duración y una activa participación de los entrenadores chinos, fue dictado por el director técnico uruguayo Santiago Paz, quien también será el coordinador general responsable del proyecto global que contempla, entre otros objetivos, la supervisión del fútbol infantil y juvenil de Taizhou, la asistencia técnica permanente a la selección mayor de la ciudad y la conformación de ligas colegiales y liceales. Taizhou es una ciudad industrial de la provincia Zhejiang de

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casi 7 millones de habitantes, un PIB superior al de Uruguay, un comercio exterior de más de 25.000 millones de dolares y es considerada la cuna de la empresa privada china por haber sido una de las primeras ciudades seleccionadas para experimentar el proceso de reforma económica de finales de los años 70. Por su extraordinario crecimiento económico, su desarrollo sustentable e inclusivo, se le reconoce como “Modelo Taizhou”. Para Lu Yincai, la ciudad también aspira a transformarse en un modelo de desarrollo del fútbol y “exportarlo” a otras ciudades de la provincia de Zhejiang. Los esfuerzos e iniciativas desplegadas por Xi Jinping desde que asumiera el gobierno culminaron el año pasado con la aprobación del Plan nacional chino de desarrollo del fútbol, elaborado por la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el máximo órgano de planificación económica del país. Para 2050, Beijing aspira a que China se transforme en una “potencia futbolística mundial”, mientras contribuye enormemente al crecimiento internacional del deporte y “hace realidad el ‘sueño futbolístico’ para toda la nación”. Para su cumplimiento se proponen objetivos a corto, mediano y largo plazo, empezando con la creación de hasta 50.000 escuelas de fútbol y 70.000 nuevos campos de juego (uno cada 10.000 habitantes) para 2020. Más de 30 millones de estudiantes en edad de escuela primaria y secundaria serán entrenados para que el fútbol sea su principal deporte y 50 millones deberán ser los chinos que lo practiquen en forma regular. La capacitación profesional de sus propios entrenadores es también una de las líneas estratégicas del plan.

“Uruguay es una potencia futbolística mundial, y por ello el secretario general del Partido Comunista de Taizhou, Wang Chang, el año pasado solicitó a Daniel Barrios su apoyo para encontrar la mejor forma, la metodología apropiada y seleccionar a los más expertos para introducir la cultura y la experiencia uruguaya, fundamentalmente entre los niños y jóvenes de nuestra ciudad”, agregó el jerarca municipal. Recordando el encuentro entre ambos presidentes y el acuerdo de asociación estratégica alcanzado, Leonardo Olivera, cónsul general de Uruguay en Shanghái, expresó el apoyo “incondicional a este tipo de iniciativas de índole deportiva que fortalecen y consolidan la relación Uruguay-China”. Olivera fue también recibido por las principales autoridades de la ciudad en la sede del gobierno municipal. Ya en 2004, siendo secretario del PCCh de la provincia de Zhejiang, Xi declaró ante los parlamentarios del Congreso Nacional Popular que su deseo de grandeza para el fútbol chino podría aparecer como un sueño inalcanzable, pero “si no tenemos ese sueño, nunca lo lograremos. Y será sólo posible si lo deseamos”. “Quiero expresar mi profundo agradecimiento a Uruguay por su aporte decisivo a este proyecto y mi convicción de que el curso que hoy inauguramos es el primer paso concreto de un largo camino de cooperación entre nuestros deportistas y una contribución de Taizhou al acercamiento cultural, económico y social entre nuestros países”, concluyó Lu Yingcai. Con el aporte decisivo de nuestro país, el “sueño futbolístico” de Taizhou de convertirse en un ejemplo de promoción y desarrollo de ese deporte en China ya empieza a ser realidad.


INTERNACIONALES

CIDH EXIGE LIBERACIÓN DE MILAGRO SALA

Desde el corazón

DE LA TIERRA

En Jujuy, agosto es muy importante: es el mes de la Pachamama. Durante estos días el pueblo jujeño celebra esta tradición milenaria de las comunidades andinas originarias por la que se realizan ceremonias en la tierra, que recibe hojas de coca, tabaco, comida y bebidas en agradecimiento a lo que la Madre Tierra ofrece y con la esperanza de pedir para recibir lo que vendrá. Por Cynthia García

E

l 1º de agosto, en la sede de la organización Tupac Amaru, en el centro de San Salvador de Jujuy, todo estuvo dispuesto. Amautas (sabios) bolivianos dirigieron la ceremonia en el patio donde se cavó un gran pozo como expresión de la boca de la tierra abierta. El olor a incienso, mirra y especias daba cuenta de un trabajo previo de limpieza para

después recibir las ofrendas de frutas, empanadas, humitas, dulces, cervezas, gaseosas y alcohol. Dos piras de fuego acaloraban el fresco de un día plomizo que quemaba la coca, la leña y un ciclo terrenal. Luego de las ofrendas, cada quien se acercaba a la boca de la tierra abierta, arrojaba más comida y bebida y luego pedía lo que deseaba al grito final de ¡jallalla!, palabra que en lengua quechua-aymara une los conceptos de esperanza, festejo y bien-

aventuranza. Es una voz de fuerza para que se concrete lo pedido y a la vez establecer el compromiso de luchar para lograrlo. La gran mayoría de los pedidos en esta celebración estaba dirigida a la libertad de Milagro Sala; el nombre de la dirigente seguido del grito ¡jallalla! se confundieron y resonaron por varias horas al unísono. Allí, en ese espacio de tradición de pueblos originarios, se concentraba la resistencia de quienes

viven la persecución política como un dato de su cotidianeidad y la expectativa por la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ordenó la libertad de Milagro Sala, o al menos su detención domiciliaria o la libertad con fiscalización electrónica

La mirada puesta en el territorio En la nota publicada el 2 de junio, esta periodista refería a la

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actividad de la CIDH en Argentina, cuando por esos días sesionó en el país, y planteábamos el evidente interés por la situación de Milagro Sala del organismo y del grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias de Naciones Unidas, quienes la visitaron dos veces en la cárcel. Lo propio hizo la CIDH para luego resolver sobre la medida cautelar planteada. Luis Paz, abogado defensor de Milagro, plantea el alcance de la resolución: “Estamos con expectativas de que esta decisión de la CIDH se haga efectiva en el corto plazo; más allá de que le han otorgado al Estado argentino 15 días corridos”. La expectativa del grupo de abogados está fundada en que ha sido una resolución contundente, ratificando además la decisión de Naciones Unidas del año pasado en la que claramente queda establecido el carácter de arbitrariedad de la detención de la dirigente. Continúa Paz: “La CIDH plantea que la detención de Milagro obedece a una criminalización orquestada por el Poder Ejecutivo de la provincia de Jujuy contra una mujer indigenista y fundamentalmente una opositora al régimen político local. La Comisión Interamericana resolvió con la mirada puesta en el territorio”. La visita a la cárcel de la Comisión Interamericana fue determinante y el organismo tomó referencia del carácter de dirigente que tiene Milagro a pesar de esta detención que ya lleva 565 días. El presidente de la CIDH,

Francisco Eguiguren, en entrevista con la periodista Alejandra Dandán para el diario Página/12, es contundente al decir que la Comisión, por regla general, rechaza este tipo de cautelares. Sin embargo, tuvo en cuenta el caso de Milagro Sala como algo excepcional porque “se trata de una dirigente social importante, de un caso que concita el interés y un debate en Jujuy entre los sectores que la apoyan y el gobierno provincial”. Sobrevuela aquí la condición de líder social de Milagro y en ese debate que plantea Eguiguren no se puede soslayar un profundo odio de clase que pesa sobre ella por parte de un sector de la sociedad, odio apuntalado por oligarquías feudales que irradiaron rechazo y desprecio por los más humildes a los que Milagro resignificó representán-

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dolos, generando trabajo cooperativo y dirigiéndolos mediante un liderazgo maternal de raíces originarias. En términos políticos, Milagro logró romper el bipartidismo histórico de la provincia, afectó los intereses de empresas constructoras vinculadas con el negocio habitacional, generando una red de cooperativas de construcción que creaba cuatro veces más trabajo que las empresas privadas y utilizando la rentabilidad excedente para la inclusión social a través de la construcción de centros de salud y escuelas. Además, junto a la organización Tupac Amaru, fue fundamental en el impulso y avance de las causas de lesa humanidad. Hasta 2011 Jujuy no había iniciado procesos judiciales de memoria, verdad y justicia, y

con una marcha multitudinaria que hizo la Tupac Amaru junto a organismos de derechos humanos se logró la renuncia del juez federal Carlos Olivera Pastor, que frenaba los procesos de causas de delitos de lesa humanidad; a partir de entonces se nombró a Fernando Poviña, quien fue el primer juez que avanzó en la investigación de la complicidad civil de Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma, en la desaparición de personas durante la última dictadura (1976-1983). Blaquier, además, financió la campaña de Gerardo Morales en 2015. Todo eso tal vez explique que el gobernador Gerardo Morales intentó eliminar a su rival político generando las condiciones de su encarcelamiento.

La furia de Morales


El gobierno provincial, a pesar de invitar formalmente al organismo internacional, puso todas las trabas posibles para que eso no ocurriera. Finalmente la CIDH, en su visita del mes de junio, se

reunió con Morales, quien en las últimas horas, en un acto con el presidente Mauricio Macri en Jujuy, descargó toda su furia contra la resolución y las autoridades del organismo. El presidente argentino llegó a la ciudad de San Salvador para realizar una presentación en la Federación Gauchesca y el “festival de la Pachamama”, una banalización de la auténtica celebración de los pueblos andinos. El acto tuvo mucho de lo que critica en campaña la alianza Cambiemos: ómnibus, gente llevada, aparato político. –¿Por qué vino al acto de Macri? La señora tiene rasgos originarios, jujeños. A su lado, su hija, con un bebé en brazos. Responde: –Vine obligada, por el plan que la cooperativa le da a ella. Son 1.800 pesos. –¿Lo votó? –Sí, y a Morales, pero ahora estoy arrepentida. En el acto Macri habló de

“amor”, de “turismo” y de “aeropuertos”. Afuera, sobre la colectora de la ruta, un grupo de obreros con cascos amarillos (los mismos que aparecen en cada puesta en escena para las pocas apariciones públicas del presidente) desdecían con sus caras los buenos pronósticos de crecimiento que se escuchaban por los altoparlantes. Al pasar por allí esta periodista escuchó decir a uno de ellos: “¿Qué hacemos acá parados?”. También nos topamos con un grupo que llevaba carteles contra el ajuste y con un hombre que portaba una pancarta con la leyenda “Me arrepiento de haberlo votado”. Mientras, en el ámbito del acto y antes que Macri propusiera el amor como solución a todo, Morales descargaba su enojo contra el fallo de la CIDH: “Acabamos de pedirle a la Pacha para que nos ilumine para sostener la paz lograda, para que exista justicia en Jujuy. Es el cambio propuesto

como pueblo, a pesar de la mala noticia de aquella resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Son, los he visto y he hablado con ellos, se han terminado convirtiendo en una facción de burócratas que vive en Washington y no sabe cómo vivimos en Jujuy”, manifestó a los gritos. Lo cierto es que la puesta en práctica del proceso de libertad de Milagro debería pasar por los carriles de notificaciones entre el Estado Nacional y el Poder Judicial de Jujuy –que tiene arbitrariamente detenida a la beneficiaria de la medida cautelar; las partes de este proceso, Argentina y la CIDH, están anoticiadas de la medida– y luego comunicar el auto de libertad a Milagro. Todo lo demás es dilación de un sistema de poderes que actúan en complicidad y el enojo del gobernador no hace más que refrendar que Milagro Sala está presa por la inoperancia para llevar adelante procesos democráticos de poder en el marco del Estado de derecho.

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A

l hacer la fila para entrar a ver a Milagro al penal, una de las mujeres que trabaja en una escuela y venía a visitarla cuenta: “Las docentes están contentas por la salida de Milagro porque dicen que ella va a pelear para que les aumenten el sueldo”. Mientras tanto, en las cercanías del ingenio La Esperanza, y ante el inminente despido de 400 trabajadores, se realizaba el corte de la ruta nacional 34 en protesta por la situación y reclamándole a Morales que deje de hacer campaña echando gente. Hace unos días, un spot publicitario del gobernador planteaba que la única manera de “salvar” el ingenio era a través de los despidos porque, si no, no llegaban las inversiones para comprar La Esperanza. El estado provincial tiene una participación accionaria en el ingenio y Morales hizo campaña en 2015 prometiendo soluciones a una larga historia de emergencia y quiebra. En prisión, Milagro también realizó la celebración a la Pachamama. Afuera de las celdas, al aire libre, todavía está el humo del fuego que se quemó en la ceremonia y un círculo de papeles de colores con las ofrendas. Entrar a la unidad 3 del penal de mujeres de Alto Comedero, donde está detenida Milagro, requiere paciencia, soportar la revisación y una hilera de trámites y condiciones. El ritmo del servicio penitenciario, las puertas siempre cerradas con pasadores y candados, las distintas postas para preguntar los mismos datos: nombre, documento, ocupación, los gritos de las carceleras llamando a las detenidas por el apellido, avisándoles que están llegando las visitas. El nieto de Milagro, un niño de aproximadamente diez años, espera detrás de la reja, juega con una pelotita. “Me puse perfume”, dice como para sí mismo. Las puertas se abren, el nene pasa corriendo: “¡Sala! ¡Sala!”, grita, como las carceleras, pero en su ritmo infantil aliviana el aire pesado del encierro. Su abuela aparece, le sonríe, lo envuelve en un abrazo que seguro dejará huellas.

CON MILAGRO SALA

“ME QUIERO ENCONTRAR A MÍ MISMA DE NUEVO” Todas las visitas nos abrazamos con Milagro. Ella agradece en esas fusiones corporales sin fisuras e invita a la mesa que ya se está armando. La familia trae alimentos, se preparó comida también en el penal; los cubiertos y los vasos son de plástico. El mesón de cemento queda rodeado, también están allí las otras compañeras, presas políticas, integrantes de la Tupac que comparten la prisión con Milagro. Ella come algo de pollo y es una buena noticia porque su estado de salud preocupa. Adelgazó mucho en la cárcel, los ojos negros enormes en el rostro delgado, el pelo de india largo, raya al medio, con una trenza que le cae sobre la espalda. Lo primero que Milagro dice es que en Jujuy los medios han sido víctimas de Gerardo Morales: “Lamentablemente en Jujuy todos los medios nos golpearon. Los medios han sido víctimas de Gerardo Morales porque para obtener pauta publicitaria la condición era golpear a Milagro”. Por momentos Milagro habla en pasado, como si ya no estuviera presa, siente como muy duros

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todos estos meses, no sólo por los compañeros y compañeras de la Tupac que están en la cárcel, sino porque Morales se dedicó a perseguir y destruir a la organización: “Destruyeron el barrio [el que construyó la Tupac Amaru]; antes no había droga y ahora corre como agua”, dice mientras acomoda en la mesa más empanadas para los visitantes, que la escuchamos atentas. Sobre el fallo de la CIDH cuenta que no quería atender a su abogada Elizabeth Gómez Alcorta que la llamaba: “Me quedaba una sola llamada [de las cuatro que puede realizar por día] y yo quería llamar a Raúl [su esposo] en la noche para recordarle que tome su medicamento. Le digo a la celadora: ‘Que llame más tarde’”. “Pero es urgente –me repetía–. Al final fui y era la noticia de la resolución. Fue una sensación bonita, sentí una pequeña luz de justicia”. Sin embargo, Milagro siente que no se va a ir contenta de la cárcel porque quedan sus compañeras en prisión: Gladys Díaz, Mirta Aizama y Mirta Guerrero permanecen en el penal de Alto

Comedero, al igual que Graciela López, una mujer luchadora que puede soportar el encierro porque se siente una presa política desde el primer día. Graciela cuenta que vio un gran operativo el día lunes: “Todos los jefes del servicio penitenciario estaban reunidos porque se decía que era inminente la liberación. Querían despedirla, la reconocen como presa política”, dice con orgullo Graciela, y continúa mientras le acaricia la cabeza a Milagro en un gesto de cariño y contención: “Milagro está contenta. Tiene el mismo ánimo todo el día”. Cynthia García: ¿Qué esperás de la presencia de Macri en Jujuy? Milagro Sala: Desgracia. Cada vez que viene Macri, luego hay desgracia en los lugares adonde va. Para nosotros es una vergüenza que digan “festival de la Pachamama”. Cada vez que viene, después la miseria le queda a la gente. CG: ¿Tomás conciencia de tu liderazgo a nivel mundial? MS: No, no lo pienso. Primero me quiero encontrar a mí misma de nuevo.


COLUMNA

Por Emir Sader

S

obre de la tarima del estadio, cercada por el pueblo, fue haciendo que se arrimara gente que llegaba a mostrar cómo sus vidas habían cambiado –mucho y para peor– sin su gobierno. Vestida de azul, con el fondo celeste de la bandera, recordaba cómo Néstor y ella habían rescatado el país de la peor crisis de su historia. Fue de la mano de ellos que Argentina prácticamente renació. Se recuperó no gracias a los bancos, ni gracias a los medios ni a los partidos de derecha. Fue gracias a la confianza que lograron hacer renacer en todos los argentinos, gracias al resurgir del potencial extraordinario del país que fue posible la recuperación de una Argentina deshecha por políticas de mercado, de especulación financiera, de euforia engañosa, de sometimiento carnal a la dominación externa. Hoy Cristina hace una campaña electoral admirable. Modestamente recorre los lugares donde las personas viven, sufren, trabajan, para oírlas, para conversar con ellas. Con el espíritu militante de los que luchan junto a la gente, que saben que el destino del pueblo depende de que vuelvan a creer que el país es posible, que sólo se puede volver a tener empleo, sueldos, esperanza, confianza, orgullo, autoestima, si el país es liderado por los que quieren al país, los que tienen confianza en el pueblo, los que saben que no hay alternativa que no sea uniendo y no dividiendo, juntando a la gente y no aislándola, hablando y oyendo, y no sólo transmitiendo consignas marketineras. Ya no los recibe en la Casa Rosada, donde los chicos coreaban canciones de amor a ella, a Néstor

LA ADMIRABLE CAMPAÑA DE CRISTINA y a Argentina, como nunca antes la casa de gobierno había vivido. Ya no los despide en la plaza, llena como nunca había estado. Ahora Cristina también es atacada diariamente por los chacales de los medios, que buscan y rebuscan formas de producir rechazos, intentando hacer que la gente se olvide de todo lo que conquistó durante su gobierno. Es necesario producir y reiterar la imagen de otra Cristina, una que no es abrazada todos los días por donde camina. No son tiempos fáciles, ni para Cristina ni para el pueblo argentino. Tiempos propicios para distintos tipos de oportunismo, como el silencio de los que hacen como si no estuviera tanto en juego en Argentina: el destino del pueblo. Como si el destino de todos no dependiera del destino de Cristina. Como si los ataques a ella no sean ataques a la democracia argentina, al derecho del pueblo argentino de decidir libremente su destino. Ausentes del debate y de la lucha política, como si todo lo que el país ha vivido en este

siglo, desde su peor crisis a su gran rescate, no tuviera que ver con la vida de todos: trabajadores, médicos, intelectuales, profesores, gente de todo tipo. La intensa lucha de ideas que se desarolla en Argentina es la gran lucha por la agenda fundamental del país. La crisis actual es resultado de los “gastos excesivos” de los gobiernos antineoliberales o es, al contrario, resultado de la restauración liberal, que desarticula al Estado argentino, promueve la recesión y el desempleo, tira a la gente al abandono y a la desesperación, multiplica por mil el endeudamiento del país, pone a Argentina de nuevo de rodillas ante Estados Unidos, intenta desmoralizar el poder de lucha del pueblo, reprime sus manifestaciones, impone el poder de los medios monopólicos privados, rebaja la imagen del país en el mundo. De esa lucha de ideas depende el futuro de Argentina. Nadie que tenga conciencia de cuánto ella importa para el destino del país, nadie que tenga el privilegio de vivir de las ideas tiene derecho a

abstenerse, a dejar libremente que el monopolio cobarde de los medios se lance sobre la población, desesperada por la pauperización acelerada que se cierne de nuevo. Cristina hace una campaña militante, yendo de barrio a barrio, pasando por los lugares que habían recuperado el orgullo de ser argentinos, de pertenecer a un pueblo de luchas formidables, que había derrotado a la cruel dictadura militar, a los antinacionales gobiernos neoliberales y que ahora es convocado por la expresidenta para, de nuevo, revertir una brutal ofensiva sobre la patria. Su campaña es emocionante, es vibrante, toca al alma de los que sufren los ataques cotidianos de un gobierno de banqueros y ejecutivos. Desde otras partes de América Latina, estamos con Cristina, con su gente, con su pueblo, con todos los que pelean por sus derechos, por la libertad de expresión y de organización, por la integración latinoamericana, por el futuro de Argentina y de todo el continente.

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ECONOMÍA

Por Carlos Luppi

E

n la histórica ciudad de Sintra, Portugal, en un antiguo convento convertido en hotel cinco estrellas, se celebró a fines de junio la Convención Anual del Banco Central Europeo (BCE), denominado Foro del BCE sobre banca central, inversión y crecimiento en las economías avanzadas, que tuvo dos oradores estelares: su actual presidente, Mario Draghi, y el extitular de la Reserva Federal (2008-2014) Ben Shalom Bernanke, el hombre que derrotó la Gran Recesión 2007-2010. Acudieron, entre otras personalidades, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney; el de Japón, Haruhiko Kuroda; el de Canadá, Stephen Poloz; Karnit Flug, Gobernador, Banco de Israel, y el vicepresidente de la FED, Stanley Fischer. Debe recordarse que el entonces presidente Barack Obama consiguió colocar en noviembre de 2011 a Mario Draghi al frente del BCE en un esfuerzo comparable al de enviar al general George Marshall (1880-1959) a reconstruir Europa tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, por lo cual recibió el premio Nobel de la Paz en 1953. Draghi (Roma, 1947) –uno de los integrantes de lo que Paul Krugman llama “la pandilla del MIT”, ya que se doctoró en 1976 en el Massachusetts Institute of Technology (donde tuvo como docentes a los premios Nobel Franco Modigliani y Robert Solow, keynesianos de pura cepa)– fue cinco años director ejecutivo del Banco Mundial, directivo de Goldman Sachs y, entre 2006 y 2011, gobernador del Banco de Italia, desde donde impulsó privatizaciones masivas. Pero pese a ese pasado negro, tenía los conocimientos necesarios (como el argentino Alfonso Prat-Gay, expulsado por Macri en una muestra mayor de su incapacidad), y en 2011 Estados Unidos consiguió que Draghi sustituyera a Jean Claude Trichet, afín a Angela Merkel, en el convencimiento de que la “austeridad merkeliana” iba a desestabilizar irrecupera-

EL MAYOR EXPERIMENTO DE LA HISTORIA

EEUU, EUROPA Y LOS ESTÍMULOS ECONÓMICOS Mientras América Latina asiste a episodios penosos, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo celebran discretas reuniones anuales en las que discuten sobre desarrollo, empleo, regulaciones, estímulos y Estado de bienestar en sus naciones, temas que entre nosotros parecen ser tabú. Noam Chomsky propondría esas discusiones como modelo para algunos gabinetes económicos sudamericanos. blemente a la Unión Europea, su principal aliado militar. Cambiando radicalmente su anterior comportamiento, Draghi se presentó con medidas expansivas para afrontar la crisis que devastaba Europa. En ese sentido, trasplantó las medidas que había tomado Ben Bernanke en la Reserva Federal desde la asunción de Barack Obama el 20 de enero de 2009. Bernanke, tras graduarse en Harvard, se doctoró también en el MIT, bajo la tutoría del legendario Stanley Fischer (1943), exgobernador del Banco de Israel y actual vicepresidente de la FED, presente en Sintra.

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Como presidente del BCE, Draghi aumentó la liquidez (instrumento principal de Keynes para impulsar la actividad y el empleo) bajando la tasa de refinanciación, que determina el costo del crédito, a 0,00%, y aplicando la “facilitación cuantitativa” o “quantitative easing” (compra masiva de bonos soberanos), que pusieron a Angela Merkel y Frangollo Schäuble (apodado cariñosamente Dr. Insólito, por el recordado film de Stanley Kubrick), al borde de un ataque de nervios, para salvar lo que quedó de los países periféricos de Europa, excepto Grecia, sobre la que se cometió un virtual genocidio económico y social acaso imposible de reparar.

El italiano llevó así a Europa el formidable experimento de Ben Shalom Bernanke que permitió derrotar la Gran Recesión 20072010, y va obteniendo resultados positivos en el continente de la “austeridad” de Merkel. Contrariando una tendencia visible en varios países de América Latina, Draghi es un economista que, acaso por la calidad de su formación, pasó de servir a los grupos dominantes a los colectivos nacionales más vulnerables. De hecho, ignoró olímpicamente la carta orgánica del BCE que, como nuestro BCU (una situación que el Frente Amplio debería cambiar), sólo prevé con-


trolar los equilibrios macroeconómicos y el nivel de la inflación; pasó a privilegiar, como la Reserva Federal, “el crecimiento económico y el empleo de la Unión”. Un claro ejemplo de por qué los países desarrollados adquieren esa calidad, mientras los países subdesarrollados siguen “primarizando” sus economías, como lo acaba de enfatizar Noam Chomsky.

El segundo desembarco del general Marshall En marzo pasado, pese el reempoderamiento de Merkel (fortalecida por la debilidad mundial de EEUU luego de la asunción de Donald Trump) y la renovación de sus cuestionamientos a la política monetaria expansiva del BCE, Draghi la mantuvo contra viento y marea. Mientras tanto, en Estados Unidos su colega de la Reserva Federal y sucesora de Bernanke, Janet Yellen, subió las tasas de referencia por segunda vez (ahora están entre 1% y 1,25%) y anunció que este año comenzará a reducir la cartera de bonos, que, partiendo

de US$ 900.000 millones, alcanzó un valor récord de US$ 4,5 billones, 24,3% del PIB de EEUU. A no equivocarse: Yellen y Draghi juegan en el mismo equipo y la funcionaria informó al Congreso que “estas medidas monetarias inéditas fueron apropiadas y exitosas” en su momento y “evitaron el contagio de la crisis a todo el sistema global”. La economía de EEUU creció 2,5% en 2016, y su tasa de desempleo es 4,6%. Más enfático, Paul Krugman, Nobel de Economía 2008 y en su momento severo crítico de la administración económica demócrata, afirmó que las medidas de Bernanke-Yellen –descritas minuciosamente en la autobiografía del primero, El valor de actuar. Memoria de una crisis y sus secuelas (The Courage to Act, Ediciones Península, 2016, 671 págs.), y Mis años en la Reserva Federal (The

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Federal Reserve and the Financial Crisis, Princeton University Press, 2013, 188 págs., libro que reúne cuatro conferencias sobre el tema ofrecidas en la George Washington University en 2012)– constituyen “el mayor experimento económico de la historia de la economía mundial” y derrotaron una crisis de porte superior a la Gran Depresión de 1929, que no tuvo carácter global porque no alcanzó a la Alemania nazi, a la URSS ni a Asia, en tanto que la Gran Recesión 2007-2010 llegó a todos los ámbitos del planeta”. Mientras Yellen retira los instrumentos expansivos extraordinarios, Draghi, anunció, pese a la furia de los alemanes, que el BCE mantendrá los tipos de interés (que hace un año bajó de 0,05% a 0%), la tasa de depósitos negativa (-0,4%) y su política expansiva a pesar de que en Europa la inflación ya alcanzó el objetivo de 2% y los datos macroeconómicos son mejores. En diciembre pasado extendió el programa de compra de bonos hasta diciembre de 2017, aunque reduciendo el volumen de compra desde los 80.000 millones de euros actuales a los US$ 60.000 millones a partir de abril, y manifestó que “continuará con las medidas extraordinarias hasta que sea necesario”, lo que remeda las dificilísimas decisiones de Bernanke cuando el mundo se derrumbaba en 2008, luego de la quiebra del megabanco de inversión Lehman Brothers, turbio episodio sobre el cual se extiende en sus memorias tras afirmar que su única frustración fue “que la mayoría de los grandes banqueros no fueran enjuiciados y encarcelados”, acaso refiriéndose a Henry Hank Paul-

son, hombre de Goldman Sachs que dejó caer la institución desde su cargo de secretario del Tesoro. “Con las compras de deuda pública y privada, el BCE quiere impulsar la concesión de crédito a la economía real, a las empresas y los hogares de la región. Si aumenta el crédito, se contribuye al crecimiento económico, a que se incremente la inflación (que está por debajo de 2%) y a devaluar el euro mejorando la competitividad de la región”. Todo un manifiesto que impugna directamente las políticas contractivas que pregona (aunque no practica en Alemania) la canciller Merkel; y que difunde el FMI como política oficial para que los países subdesarrollados mantengan esa calidad. Los observadores afirman que Draghi está más preocupado por las incertidumbres políticas (el “factor Trump”, el brexit, la eterna crisis griega y el crecimiento de la extrema derecha) que por el nivel de los precios. El 24 de setiembre habrá elecciones en Alemania en donde es previsible que Merkel, fortalecida por la elección del dirigista de derecha Emmanuel Macron, acaso más funcional que Hollande, enfrente a Frauke Petry, líder de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

La reunión de Sintra El 27 de junio, en Sintra, el presidente del BCE, ante la atenta mirada de banqueros, académicos y, sobre todo, de su excolega Bernanke (que siempre representará a la Reserva Federal, una de esas organizaciones de las cuales nunca se sale), pronunció un discurso optimista afirmando que “la escena política de la eurozo-

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na ha experimentado un cambio considerable”; la “nube de incertidumbre que actuaba como un freno” ha dado paso a una nueva confianza [por lo cual] los vientos políticos se están convirtiendo en vientos de cola” que ayudan al crecimiento y bajan el desempleo. La eurozona suma 17 trimestres seguidos de crecimiento económico (aunque a tasas mínimas), resurgiendo tras la Gran Recesión y el imperio de la “austeridad”, a la que pusieron fin, al menos en gran parte de la periferia europea, las políticas del BCE. Señaló que la cotización del euro se ha revalorizado, disminuyendo la competitividad, pero que deben tenerse en cuenta las posibilidades de crisis. Sin embargo, destaca que, según Eurostat, la eurozona creció 1,9% en términos interanuales sobre una estimación de 0,7%. En lo que va del año, el PIB de la eurozona creció 2,3% en el primer trimestre, superando el 1,2% de EEUU. También destacó la creación de 6 millones de empleos en los últimos tres años, lo cual, sin embargo, resta posibilidades al mantenimiento de la política expansiva. No obstante, Draghi se muestra tan inflexible como fueron Obama y Bernanke: “Debemos acompañar la recuperación y ser persistentes y pacientes”. Sólo ante la pregunta de si la inflación se descontrolaba, admitió la posibilidad de un “ajuste prudente, gradual”, que los observadores caracterizaron como “un aterrizaje suavísimo” (en clara referencia al final de la presidencia de Bill Clinton) de las políticas expansivas. De todas formas, el horizonte es claro: “La recuperación está ahí e incluso el brexit se ha supera-

do, al menos de momento, sin la sacudida que algunos esperaban. La clave es cómo conseguir una recuperación más sólida”, afirmó. Esta es “la pandilla del MIT”, opuesta a “la banda de Chicago”, que tantos discípulos ocultos tiene por el mundo.

La lucha continúa Una de las características de “la pandilla del MIT” es que dicen la verdad, aun cuando es amarga, contrastando con los “ortodoxos” que mienten éxito hasta en los vastos cementerios que dejan la contracción y el desempleo. Bernanke –posible candidato al premio Nobel, pero ante todo el vencedor de la Gran Recesión– tituló a su exposición Cuando el crecimiento no es suficiente, y comenzó relatando la dura historia de la recuperación de EEUU (recordar Margin Call, Inside Job): el PIB cayó 9% y el desempleo trepó a 15% mientras quebraba el sistema financiero y muchos pensaron que se estaba ante la crisis del día final, señalando que fue muy anterior y veloz que lo que se ve de la europea. La primera comenzó en 2009, mientras que la otra tuvo sus primeros tímidos brotes en 2015. De esta manera, justificó implícitamente la decisión de Draghi de inyectar por lo menos 600.000 millones de euros en el sistema financiero de la eurozona, señalando que ni siquiera la recuperación económica es suficiente para restaurar los equilibrios sociales preexistentes y preservar al sistema contra efectos indeseados, como el crecimiento de la extrema derecha, similar al ocurrido en la década del 30 en Europa con el triunfo del fascismo y el nazismo.


Bernanke, presentado como Distinguished Fellow in Residence, Brookings Institution, fue firme en afirmar que “en EEUU, las clases medias han salido perdiendo”, para agregar que “la desigualdad ha crecido, el sueño americano ha salido muy tocado de la crisis y las disfunciones sociales son mayores ahora, especialmente en algunas zonas”. Con toda la autoridad que le da su éxito ante la crisis económica más grave de los siglos XX y XXI (usando la experiencia, la sapiencia y el instrumental acumulado por Keynes entre 1919 y 1946), subrayó que “en Europa, los problemas son similares”. Elevando la mira, Bernanke afirmó que “quizá la política no entiende, hasta que es demasiado tarde, los problemas a los que se enfrenta la economía: aumento de la desigualdad, desafección política, desafíos sociales y tecnológicos”, enumeró. Y para mostrar las consecuencias políticas indeseables que

pueden resultar, el expresidente de la Reserva habló de Donald Trump: “La política económica de Trump es imprevisible: un cruce de populismo y las políticas de oferta tradicionales”, señalando que “Europa tiene los mismos problemas, incluidas las tentaciones proteccionistas”. Elogió así las políticas expansivas en tiempos de estancamiento, turbulencia o crisis, con estímulos explícitos destinados a fomentar el crédito y la inversión, mantenimiento del techo de inflación bajo (Draghi rechazó la propuesta de elevarlo de 2% a 4%), y, como insistía Keynes, prioridad absoluta al pleno empleo, obsesión que lo llevó a proponer a Roosevelt programas para la reincorporación de los soldados desmovilizados en 1945, que provocaron el baby boom y la “Era dorada del capitalismo” entre 1946 y 1973. El pleno empleo previene de la marginación, la droga, el delito y aleja a la extrema derecha. Es, sin duda, el instrumento principal

para navegar en el capitalismo, sistema en el que, parafraseando a Woody Allen, “vamos a transcurrir el resto de nuestras vidas”. Así están las cosas en el núcleo duro del primer mundo, el cerno anglosajón que forjó los dos últimos grandes imperios de la historia: siempre quisieron lo mejor para sí (para toda su población, no sólo para los ricos), y lo vienen logrando desde fines del siglo XIX. Sólo en los países subdesarrollados (o en vías de subdesarrollo, como ironizaba Celso Furtado) rigen las políticas contractivas, los ajustes fiscales que paga el trabajo presente y pasado, no se habla de regulaciones, de controles de precios, ni de pleno empleo, de industrialización, de impuestos progresivos ni de mitigación de la desigualdad. Así van, ajuste tras ajuste fiscal. El fascinante libro autobiográfico de Bernanke –que invitamos a leer– cuenta no sólo las noches que pasó sin dormir, desvelado por las consecuencias de sus actos

(“el coraje de actuar”, contrapuesto a la “cautela” de la resignación y la dependencia externa), tiene además fotos extraordinarias. Acaso la más significativa sea una de 2010 que muestra juntos a los últimos secretarios del Tesoro y presidentes de la Reserva Federal, reunidos en torno a Bernanke. Ahí están Paul Volcker, Alan Greenspan, Stanley Fischer, Janet Yellen, James Baker III, Nicholas Brady, Lloyd Bentsen, Robert Rubin, Larry Summers, Henry Paulson, Timothy Geithner y Jack Lew. Republicanos y demócratas, amigos o adversarios, odiados u amados. Formados en el espíritu de Harvard y el MIT, los unió una línea invisible: la convicción de que sólo el éxito colectivo, el crecimiento, el pleno empleo, la disminución de la desigualdad, la innovación tecnológica, consolidados en un proyecto nacional, hacen la grandeza de las naciones. Así les ha ido, más allá de contratiempos circunstanciales que se encargan rápidamente de resolver.

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COLUMNA

Por Eduardo Platero

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omingo 30 por la mañana, día gris y poco amigable aquí, cuando escribo esta nota, que recién verá la luz el viernes 4 de agosto. En Venezuela el día será cálido y luminoso. No así el porvenir; me preocupa y me duele pensarlo, pero veo que la crisis se agrava. Es algo que siento, que me acompaña, a veces con intensidad, a veces como una vaga desazón. ¿Qué pasará en Venezuela? Desde la tan dolorosa desaparición de Chávez, Venezuela se revuelve en medio de una crisis. Hoy está votando una Constituyente que nada resolverá porque los opositores no quieren resolución de nada: quieren el poder. Las muertes inesperadas de líderes políticos que en sí mismos eran un muro de contención, un centro inconmovible de agrupamiento de las fuerzas populares, siempre son sospechosas. Arafat, Torrijos, Roldós, Chávez, desaparecieron de la escena en momentos demasiado oportunos para el imperialismo y la derecha antinacional que los enfrentaba. Uno no puede menos que sospechar. Y no puede más que sospechar porque son cosas imposibles de esclarecer.

SE ESTÁ VOTANDO La República Bolivariana de Venezuela, con su socialismo bolivariano, había sido enfrentada desde el momento mismo en que la empezaron a esbozar. Su garantía de existencia estaba dada por la permanencia a su frente del comandante Hugo Chávez. Y su desaparición física relanzó con mayor vigor las maniobras desestabilizadoras que Nicolás Maduro, su sucesor, ha venido enfrentando

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con lo que puede. Su convocatoria ya no es tan masiva y carismática como la del comandante, su petróleo vale menos de la mitad de los que valía, y su diplomacia, sin duda necesaria para lo interno, lo ha ido llevando a un aislamiento creciente. En tanto, la oposición, ese conglomerado de fuerzas de derecha que no quieren ni necesitan una patria independiente y democrá-

tica porque sus intereses siempre estuvieron vinculados a los de Estados Unidos, y porque su riqueza tiene por sustento la explotación sin límites de sus connacionales, ha crecido al punto que hoy podemos hablar de que existe un “doble poder”. En tanto al gobierno se lo abruma con la crisis económica derivada de la baja del precio del petróleo, la huida de los


capitales y la escasez de productos de primera necesidad, la oposición únicamente tiene que ocuparse de desestabilizarlo. Maduro ha lidiado como ha podido, con los medios con los que ha contado. La escasez se me asemeja a la imposibilidad de un flautista, que tiene diez dedos –en realidad ocho porque debe sujetar la flauta– y 16 agujeros a cubrir. Tarea imposible. Si hoy la crisis es el papel higiénico, cuando logra emparejar con la demanda, le faltarán medicamentos, o leche o pañales. Si la economía está paralizada porque la paralizaron; si la escasez está ayudada por el acaparamiento y los rumores que instan a que el consumidor se provea de todo lo que necesita y haga una reserva por las dudas; si la prensa clama que faltará algo. Las corridas histéricas de las amas de casa hacen lo demás. Recuerdo los años 60, cuando las devaluaciones encarecían todo en un instante. Todos teníamos un par de botellas de aceite amuradas y cuatro o cinco jabones. En realidad, nos resultaba imposible saber cuánto nos había costado una comida, porque habíamos comprado en diferentes momentos con diferentes precios. Si productores y mayoristas se ponen de acuerdo (o los “ponen” de acuerdo) en surtir con irregularidad y en jugar con los precios, el pánico ingresa a tu casa. Y el gobierno hace lo que puede. Recuerdo cuando los estancieros aguantaron el ganado y no mandaban a tablada. Don Luis Batlle dijo que iría a buscar los novillos con una fusta y todo eso, pero todo el mundo iba a comprar a Canelones. Cuanto más grande es una ciudad, más indefensa está. Porque no es necesario referirse al Plan Atlanta. A Luis Batlle y a Cristina Fernández, en su momento, se las hicieron pasar moradas. ¡Y qué me dicen de Allende! No hay nada por inventar; lo que se necesita es una oportunidad y traidores adentro. Tal vez necesite aclarar: la oportunidad puede ser natural o creada y los traidores simplemente son gente que defiende sus intereses. Como los testigos “arrepentidos”. No son

traidores, defienden sus intereses. Lo inmoral no está en ellos únicamente; lo inmoral, lo terriblemente inmoral está en que la sociedad acepte como una buena acción lo que hacen y que los medios lo vendan como algo valioso para la sociedad. O que te oculten qué está pasando. El presidente de Brasil, Michel Temer, ha logrado evitar el mismo juicio político que destituyó a Dilma pagando sobornos. En plata y en obras del gobierno para distintos estados. Eso, justamente eso era el mensalão, que comenzó como una honorable lucha contra la corrupción. Cuando lo hace Temer, que está gobernando para los oligarcas y el imperio, no es corrupción, sino habilidad. Julio Sosa cantaba: “...no es afano la muñeca cuando sobra calidad...”. ¡Qué me vienen con “arrepentidos” o con Plan Atlanta! En poco tiempo los yanquis cambiaron el rumbo de las cosas. Mauricio Macri les asegura que el petróleo de Vaca Muerta, cuando lo saquen, será de ellos. Ahora Brasil y el acoso a Venezuela. El asunto es que con más o menos disturbios, con más o menos sangre, con más o menos observadores internacionales, hoy se elegirá una Constituyente que se formará, dictará una Constitución y todo eso quedará en el mismo vacío en el cual hoy está Maduro. No importa que vote un altísimo porcentaje; la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) dirá que son cifras falsas, que unos pocos votaron muchas veces y que no reconoce los resultados. Lo mismo, al revés, que con su plebiscito. Cualquier cifra de votantes es dudosa y, sea la que sea, será tomada por legal y habilitante para ellos y todo lo contrario por el oficialismo. Uno a uno es un empate y pelota la medio. No sé si se dieron cuenta de que en Venezuela no hay Registro Cívico Nacional. Aquí podés votar con o sin tu credencial en tu circuito y nada más que en

él y una sola vez. Allá, te pintan un dedo y firmás junto con tu impresión digitopulgar. Nadie, absolutamente nadie puede verificar las impresiones digitales y mucho menos si en una mesa declarás ser Juan Pérez y en la otra Martín Rodríguez. En muy pocos países de América hay un registro cívico confiable como el nuestro. Te pintan el dedito y ¡a otra cosa! Yo creo que no hay solución a la vista para Venezuela; en el escenario político cada uno de los protagonistas continuará profundizando la crisis: el gobierno tratando de mantener una superestructura jurídico política que no será respetada, debiendo abastecer a la población histerizada por las faltas programadas y batallando contra los profesionales del enfrentamiento callejero con las fuerzas policiales. ¿Cuánto tiempo puede durar esto? Esta es la gran pregunta. La MUD, envalentonada por su impunidad, financiada sin rubor por los yanquis y decidida a volver al poder en brazos del imperialismo, continuará con la construcción de una estructura de gobierno paralela, un “gobierno en las sombras” que juzgue a Maduro y lo condene, que llame a la desobediencia interna y a la intervención armada extrajera. Inevitablemente la situación generará la intervención militar. Bolivariana o colonialista. Sangrienta sin duda. Ya no estoy pensando en muertos en la calle, sino en ejecución de traidores o en guerra civil. ¡Nada deseo más que equivocarme!

Un parrafito final: leí en La Juventud que en Mendoza juzgaron a cuatro jueces por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura y encubiertas por ellos. Cadena perpetua, como autores en primer grado. ¿Qué pasa en nuestra Justicia? Yo los acuso de complicidad y encubrimiento. Y, lo que es peor, los acuso de cobardía cívica. No han dicho una palabra. Ni cuando fueron avasallados como Poder cuando la Ley de Estado de Guerra Interna; ni el 9 de Febrero, ni el 27 de Junio, ni cuando, recuperada la institucionalidad, siguieron callando y encubriendo. No quiero, no deseo, no pretendo juzgamientos, pero sí arrepentimiento público. Es lo menos que podrían hacer para poder mirarse a un espejo. Y nosotros, compañeros, nosotros tenemos que pensar en la reiterada oferta de pedir perdón del comandante en jefe del Ejército, Manini Ríos; no en las condiciones en que las plantea, que son una especie de confesión mentirosa. Confieso mis pecados (por lo menos algunos), digo que estoy arrepentido, me dan la pena y me dicen que me vaya y no peque más. Al otro domingo vuelvo. Mi personal opinión es que este asunto del perdón es secundario. Tal como, por doloroso que sea, es lateral el asunto de encontrar los restos de los desaparecidos. No todos aparecerán. Lo central es la verdad y el compromiso de que jamás de los jamases las Fuerzas Armadas se sientan los árbitros finales. Que de veras ¡no vuelvan a pecar! ¡Así les fue! Si ofrecen pedir perdón, es porque sienten el vacío social en el que están.

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SOCIEDAD

INMIGRACIÓN

EL URUGUAY DESEADO Cada vez son más los extranjeros que eligen Uruguay como país de residencia. Aunque los motivos principales sean económicos, el objetivo no siempre es el mismo. Algunos utilizan a Uruguay como país de paso. Otros, como su nueva casa. Por Isabel Prieto Fernández

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l año 2016, fueron concedidas 15.935 residencias permanentes al amparo de la ley 19.254, las que se tramitan por el Ministerio de Relaciones Exteriores y abarca la residencia permanente para nacionales de los países del Mercosur y Estados asociados, así como para cónyuges, concubinos, padres, hermanos y nietos de uruguayos. A esta cantidad se le deben sumar los datos del resto de los migrantes, los que “pasan” por la Dirección Nacional de Migra-

ciones, pero nos detendremos en los de la región, entendiendo a América Latina como tal, porque son a los que se les opone mayor resistencia por parte del uruguayo promedio.

Migración que me hiciste bien Hasta el cansancio escuchamos las historias sobre la tierra de abuelos, bisabuelos y generaciones más atrás en el recuerdo, transmitido oralmente, cuando no escrito, y hasta a veces gráfico mediante fotos desteñidas. Hemos aprendido a querer aquellas tie-

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rras por las que, sin ser las nuestras, sentimos un cariño especial. “Nuestro país se hizo con el aporte de los inmigrantes, como mi...”, decimos acostumbrados, orgullosos o ambas cosas. Pero lo cierto es que a la hora de hablar de la inmigración actual, la comprensión se agota y lo que supo ser “aporte” se convierte en estorbo o en cosas peores. La excusa para esa reacción suele ser que los extranjeros vienen a competir por los magros puestos de trabajo, encegueciéndose el “autóctono” hasta el punto de no ver las ventajas del crecimiento

del mercado interno, que si crece la demanda, la oferta, obligatoriamente, seguirá la misma suerte. Encontré a Carlos en la fila de un local de cobros, de esos que tienen Western Union. Yo estaba atrás de él, lo que me permitió escuchar su conversación con la cajera. Estaba ahí para mandar 1.000 pesos a su familia. La empleada repitió la cifra, asombrada. Carlos la confirmó; la mujer le dijo: “Son mil tres pesos colombianos, ¿está bien?”. Él contestó que sí, pero debe haber sido la sonrisa de la muchacha al preguntar lo que lo obligó a explicar el por qué


del envío de una cifra tan pequeña: “En Colombia ayuda y de acá no se puede mandar mucho más”. Pensé en salir atrás de él, pero me frenó una niña de túnica y moña en la que yo no había reparado, que apareció justo mientras Carlos esperaba el comprobante del envío: “Dale, papá, que llego tarde”. “Ya, m’hijita, ya vamos”. Salieron deprisa y yo me conformé con lo que había escuchado. Por otro lado, en Caras y Caretas ya teníamos el testimonio de Olga, quien nos había dicho que desde hacía años buscaba salir de su Dominicana natal porque la vida, difícil de por sí, se había complicado cuando el padre de sus hijos los abandonó: “Me quería ir para Chile porque sé que allá se vive mejor, pero exigen visa y nosotros no podemos entrar. Así que me ofrecieron venirme para acá, que era un país bonito, donde había mucho trabajo y se ganaba bien”. Olga se contactó con una familia que se dedica a traer gente a Uruguay: “Ellos venden un cuento muy bonito sobre lo que es este país. Me cobraron 110.000 pesos [dominicanos], porque me dijeron que con eso se pagaban los papeles, que entrar acá no era fácil por la gran demanda”. “¿Cuál es el precio regular del pasaje a Uruguay?”. “Unos 40.000 pesos”. “¿Venías con trabajo?”. “No, pero dijeron que acá había, que no era necesario ningún contrato de antemano. Y que se ganaba el doble que en Dominicana. Eso es cierto, pero este es un país para turistas, es muy caro. Laburo en un supermercado y cuido niños, y no puedo ahorrar. Todo se va en la comida”. “¿Estás legal?”. “Sí, tengo cédula y carné de salud; si no, no se puede laburar”. Miguel es venezolano y trabaja en un bar que se especializa en arepas, comida típica de su tierra. Los dueños del bar lo trajeron a él y a su esposa con el empleo pronto. Nunca imaginó que vivir en Uruguay fuera tan difícil, pero igual piensan quedarse poco porque “nosotros trabajamos para viajar, el problema es que acá no se puede juntar para seguir, y más con nuestro objetivo. Somos una pareja joven y, a veces, queremos

salir a divertirnos, pero se nos desbarajusta todo el presupuesto”. Miguel piensa que en Uruguay no sólo la población está envejecida, “los jóvenes también, pero eso es porque para salir de noche se precisa mucha plata. Todo es muy caro, chica. Yo lo veo en mi trabajo, con lo que pagas acá una arepa, allá te compras cinco”, expresa largando un silbido. Vinicius llegó de Camboriú, quejándose de que aquí “hace tanto frío como en Brasil”. Reí, pensando que era una broma, pero alguna expresión suya me dio la pauta de que me hablaba en serio: “En donde yo vivo es muy frío, en invierno neva y en verano nunca tenemos más de 25º”. Igual, hace dos años lo que lo trajo a Montevideo no fue el clima, sino la curiosidad: “Me gusta vivir aquí. Trabajé en un call center, pero empecé facultad y los horarios eran un impedimento, así que estoy vendiendo snacks caseros hechos con harina de mandioca”. Olga y Miguel sienten que en Uruguay se discrimina porque hablan más alto o porque son más alegres. Olga siente algo aun peor: “Se creen que las dominicanas somos prostitutas. Eso es triste”. Vinicius, en cambio, no se siente discriminado y, por su respuesta, ni siquiera supo muy bien a qué nos referíamos: “¿Discriminación?”, preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, y quedó suspendido como esperando la broma. “Sí, ¿te sentís

Más que números En los últimos dos años y medio, el Estado uruguayo concedió 15.935 residencias permanentes y rechazó sólo 22. Así lo señala un informe la Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación con datos hasta febrero de 2017. Allí se refiere a 5.919 solicitudes de residencia permanente en proceso, o sea, en trámite. De esta forma, las residencias concedidas alcanzan 69% del total de solicitudes. En este sentido, el informe destaca que en 2016 el Estado concedió 8.098 residencias, cifra que supera las 6.919 de 2015. En los primeros dos meses del años, ya se habían otorgado 305. Al verse la nacionalidad de los solicitantes, se destaca una prevalencia de personas de los países del Mercosur, en particular de argentinos (31%), venezolanos (24%) y brasileros (18%). También se constatan solicitudes de peruanos, colombianos, chilenos, paraguayos, bolivianos, ecuatorianos y de países de la Unión Europea. Pero al analizar las residencias concedidas, la predominancia es de los argentinos (42%), seguidos por los brasileros (18%) y los venezolanos (13%). La mayor cantidad de los solicitantes se ubican en la franja etaria de entre 25 y 34 años y entre 35 y 44 años. Es decir, se trata de población económicamente activa: “Además, se observa una mayor cantidad de personas menores de edad que las personas que se instalan en Uruguay en edad de retiro”, se lee en el documento. El 51% de los solicitantes son hombres, al tiempo que 48% tiene educación terciaria o técnica superior. En las conversaciones con estos solicitantes se puede evaluar que eligen Uruguay por ser un país seguro dentro de la región, así como por sus planes de estudios gratuitos que permiten que los menores de edad y los jóvenes se formen en diferentes carreras sin costo. “Asimismo el sistema de salud, seguridad social, y la relación laboral [Consejos de Salarios] son elementos significativos a la hora de elegir el país”, señala el informe. discriminado?”. “¿Yo? ¡No! ¿Por qué me van a discriminar a mí?”. “No sé, sólo quería saber si te sentías discriminado”, dije dando por contestada mi curiosidad. Vinicius seguía riendo: “En Uruguay nadie discri-

mina. Sólo que a veces te pelean cuando juegan con Brasil, pero a mí el fútbol no me importa”. “¿Y qué te importa, Vinicius?”. La respuesta fue más corta de lo que pensaba: “Ser feliz”, dijo contundente.

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COLUMNA

Por Rafael Bayce

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esde esta columna me he referido varias veces a la injusticia enorme que implica ponerle impuestos a las jubilaciones y pensiones. El tema tuvo su momento crítico en los años 80 en Brasil, cuando, durante el gobierno de Itamar Franco, se propuso la medida, que fue declarada inconstitucional por el equivalente de nuestra Suprema Corte de Justicia. El asunto tuvo su momento uruguayo: hace unos pocos años, el entonces fiscal de Corte, Rafael Ubiría, también adhirió a tesis contrarias a la legalidad y equidad de un impuesto a las jubilaciones y pensiones, que finalmente se modificó hasta adquirir el nombre y forma actuales de Impuesto a la Seguridad Social (IASS). Hoy, el país vive una nueva instancia de cuestionamiento a este impuesto. Pensamos que es, entonces, buen momento para recapitular temas más amplios que pueden estar vinculados a este debate.

La razonabilidad social del impuesto Las objeciones que fueron comunes a los adversarios del impuesto refieren, en síntesis, a la justicia intrínseca de la imposición y a la doble imposición de lo mismo que supondría. En primer lugar, parece cruel y fiscalmente voraz hincarle el diente a personas que no tienen, en principio, modos de recuperar un porcentaje de su ingreso con una actividad que compense esa tajada perdida. En efecto, en personas jóvenes, cualquier variación fiscal al alta puede ser compensada con algún esfuerzo laboral extra o

El IASS e impuestos directos o indirectos de restricción del gasto-consumo que ajuste a esa desagradable novedad. En el caso de personas jubiladas o pensionistas, tienen mucha menor capacidad de un plus laboral (legal y prácticamente) y mucha menor elasticidad en el manejo de su estructura de gasto-consumo, por lo que el nuevo impuesto tiene un impacto negativo mayor. En segundo lugar, parece una injusticia que las personas que ya pagaron todo lo que debían en vida laboral útil vuelvan a pagar por aquellos montos que resultaron reservados para su retiro. ¡Cómo se va a pagar por aquello que fue quedando fijo para la vida poslaboral! Y sobre todo que las personas, antes de la instauración del IASS, calcularon sus ingresos futuros sobre una base que se les cambió sobre la marcha; es como si se cambiara el precio de un inmueble cuando ya fue comprado por un monto determinado o que se aumentara la prestación mensual pactada, en base a la que la gente valoró su gasto mensual. En ambos casos es bien probable que, si el precio del inmueble hubiera sido el que resultó del aumento sobre la marcha, o si la prestación hubiera sido la que resultó de la

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suba, el comprador no hubiera adquirido la propiedad por ese valor y esa prestación; sólo le queda el injusto esfuerzo por aumentar su sacrificio. El IASS es como un aumento de la prestación sobre la marcha para la compra del inmueble, o como un aumento del precio de lo adquirido, porque podrá comprar menos de lo que creía con ese ingreso. Eso, por ejemplo, también puede ocurrir si aumenta la inflación con el consiguiente daño mayor para el poder adquisitivo de los ingresos fijos; pero en este caso es una circunstancia superviniente y ajena a la voluntad de quien adjudicó la suma del retiro, cuando en el caso del IASS es una alteración voluntaria del monto que se habría acordado como merecido por quien se retira en mérito a su edad, sus años de trabajo y el valor de los aportes que se hicieron por ellos. Para un jubilado o pensionista actual, el perjuicio, nobleza obliga, no es tanto porque ya puede calcular el monto que recibirá incluyendo el IASS; fue todavía peor para todos aquellos que tuvieron la esperanza de determinado monto y de los que comenzaron su retiro sin él.

Pero no deja de ser injusta la imposición doble que significa haber pagado todo lo que se debía pagar durante la vida laboral para la vida poslaboral y volver a pagar por aquello a lo que se suponía tenía derecho luego de haber pagado todo lo debido. La esencia de la racionalidad de una pensión poslaboral de retiro es que se está pagando, durante la vida laboral, el costo de la vida poslaboral. Partiendo de la base de que durante la vida poslaboral no se va a poder tener la actividad generadora de ingreso que se tenía antes, entonces, si se disminuye el monto de la pensión poslaboral mediante un impuesto, se retacean ‘a traición’ las expectativas habidas sobre el monto y poder adquisitivo de la pensión, sin (en general) posibilidades de trabajar o de trabajar con un rendimiento que compense el déficit (si se puede trabajar física y mentalmente y si se puede conseguir un trabajo que no conflictúe con la pensión).

Algunas modificaciones a lo anterior Hay dos descargos en la vida contemporánea a lo antedicho. Uno. Hay razones por las cuales


el costo de una persona retirada aumenta y por lo tanto recarga más los servicios que necesita. Como primera razón, el aumento de la expectativa de vida de la población, que hace que todos los bienes y servicios públicos deban suministrarse a las personas retiradas más tiempo del previsto con el aporte que el retirado hizo en vida, especialmente en salud. Como segunda razón, así como cada vez hay más pasivos más tiempo sobre la población económicamente activa, también hay más no trabajadores en edades prelaborales que estudian y provocan más gasto privado y público relativo a su número. Ergo, tenemos instalado el enorme problema contemporáneo de que cada vez la población económicamente activa y el Estado gastan en más cosas sobre más personas; y no lo tenían calculado (error, pero es así aunque ya no pueda comerse más esa pastilla): es parte de la explicación de la endémica crisis fiscal de Estado contemporáneo. El IASS es una injusta y tardía reacción a esta imprevisión sobre la creciente expectativa de vida, que no debería, en nada, recaer sobre los más longevos, porque suya no es la culpa de nada de eso. Y son los que menos pueden compensarlo. Dos. Así como aumenta la expectativa de vida, aumenta también la calidad de vida en cada edad avanzada; las personas se retiran, en general, con mayor desperdicio de capacidad laboral y menor necesidad de retiro. Quizá es momento, entonces, de pensar en alterar las edades de retiro obligatorio o en condicionar retiro o no retiro a pruebas de habilidad y capacidad, aunados a la voluntad de las personas y de las instituciones en las que trabajan (esto daría para largo, no para ahora). Pero, para lo nuestro, se supone que el IASS compensa ese déficit fiscal y que las personas pueden, hoy sí, trabajar poslaboralmente, si se me permite esa especie de oxímoron, para lo cual, a su vez, hay que organizar un sistema de permisiones laborales poslaborales. En eso se está, pero esa solución parcial suscita otro grave

problema estructural: el del recambio laboral y del acceso de la mano de obra joven, en momentos también de un aumento de la escasez relativa progresiva estructural del empleo (informatización, robotización, automatización). En fin, hay múltiples problemas nuevos que contribuyen a endémicas crisis fiscales. Pero lo que es claro es que es injusto e inequitativo que esos déficits se intenten enjugar mediante un impuesto a retirados; deben existir otros modos. Lo único que puede hacerse con la masa de retirables para disminuir sus costos a la sociedad cuando retirados es o bien retrasar su retiro y que sigan aportando al producto y al Estado, o bien permitirles acotadas actividades poslaborales que puedan compensar aumentos del IASS (si se decidiera que este es un buen paliativo a las novedades antedichas). Nos queda un enorme aspecto del IASS en el tintero (expresión obsoleta si las hay): el hecho de que el IASS sea un impuesto directo y no uno indirecto, lo que, para una visión redistributivista del Estado y gobiernos, parecería positivo. En efecto, en la medida que los indirectos son pagados igualmente y en igual proporción por personas de diverso poder adquisitivo, los impuestos directos, pagados progresivamente, serían más justos y redistributivos que los indirectos. Pero ante esa válida observación teórica, la realidad indica que, efectivamente, los directos pueden ser redistributivos, sí, pero desde la clase media hacia abajo; porque para arriba (donde se encuentra mucha mayor proporción del ingreso que del medio para abajo), hay miles de modos de evadir impuestos, todos ellos sofisticados y caros, pero que compensan por lo que permiten ocultar; además, y como permiten seguir los juicios mediáticamente accesibles a ricos-famosos, cuando las evasiones son descubiertas y judicializadas, los montos de condena a las que son sentenciadas refuerzan la idea de que vale la pena la evasión y que la redistributividad teórica de los impuestos directos (como el IASS) no rinde tanto en la realidad socioeconómica. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 35


SOCIEDAD

BRIGADAS OBRERAS

CONSTRUYENDO SOLIDARIDAD

Desde hace algunos años, la Brigada Agustín Pedroza, integrada por trabajadores de la construcción afiliados al Sunca, acude a reparar las grietas de Uruguay sin más remuneración que la aportada por la propia camaradería. En una época de ofensiva neoliberal, su acción se configura como un auténtico ejemplo de resistencia.

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Por Manuel González Ayestarán

La Dirección de la escuela Nº 59, Villa Ituzaingó de San José, solicita la colaboración de esta brigada para: la colocación de dos ventanas de aluminio en la cocina; la terminación de un galponcito que se está haciendo [...] y pintar el comedor. Motiva el pedido no contar con padres para esta tarea y, consultando de forma individual estos trabajos, nos resulta imposible hacer frente a los gastos de la Comisión de Fomento”. Como este, son incontables los mails que llegan al buzón de la Brigada Solidaria Agustín Pedroza. Escuelas públicas, guarderías, familias en situación de hacinamiento e infravivienda, policlínicas barriales o asociaciones de mujeres víctimas de la violencia de género recurren a la solidaridad de los brigadistas del Sunca para afrontar el olvido que sufren por parte de una sociedad marcada por la acumulación desigual de la riqueza.

Contraviniendo las tendencias individualistas que se vienen hegemonizando desde finales del pasado siglo, producto de la expansión progresiva a nivel global de la noche neoliberal, la Brigada Agustín Pedroza defiende cada semana con su actividad los valores de la solidaridad obrera tradicional que los mercados pretenden extirpar a la sociedad. “Para nosotros, como trabajadores, es importantísima la brigada, es una alegría poder ayudar a los demás”, declaró a Caras y Caretas el presidente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca), Faustino Rodríguez. “Hemos visto situaciones muy difíciles, familias muy carenciadas, y es verdad que para nosotros no es lo mismo trabajar en una obra donde tenemos todas las comodidades (y si no, tenemos derecho a reclamarlas), que trabajar en estos casos en los que tenemos que afrontar situaciones más complicadas, pero es muy lindo compartir con ellos el almuerzo que nos toca”, expresó.

La Brigada Agustín Pedroza (en homenaje al primer presidente del Sunca) se constituyó oficialmente el 18 de febrero de 2012, cuando acudieron a la escuela Nº 227, situada en Villa Prosperidad, para restaurar todos sus vidrios. Su razón de ser es trabajar aportando soluciones edilicias a sectores de la población que, debido a su situación de precariedad, no pueden afrontar los costos de las obras ni de las reparaciones de sus infraestructuras. Sin embargo, esta actividad desinteresada no es nueva para los obreros uruguayos. “Los brigadistas siempre existieron”, recordó Rodríguez. “Si vamos al 21 de abril de 1970, recuerdo que hubo un tornado en Fray Marcos, Florida, que arrasó prácticamente con todo el pueblo, dejando 11 muertos. Allí, a los pocos días ya estaban los trabajadores de la construcción de la época levantando de nuevo las infraestructuras afectadas”, añadió. Si bien la brigada no existía bajo el nombre que tiene hoy, el mismo

sentimiento de solidaridad siempre impulsó a los trabajadores a la hora de aportar su fuerza de trabajo de forma desinteresada. “Para nosotros la solidaridad no se paga, sino que se retribuye. Cuando vamos a un lugar, muchas familias a las que asistimos se agregan después a la brigada porque entienden estas cuestiones”. Al momento de realizar esta entrevista, Faustino Rodríguez se encuentra dirigiendo una brigada que afirma haber tomado “como una cuestión bastante personal”. Hace algún tiempo recibió la petición de un hombre que vive junto a su mujer y su hijo en condiciones de infravivienda, sustentados por una pequeña pensión. “El hombre realiza pequeños trabajos, como cortar el pasto, en Malvín Norte, su hijo tiene menos de 30 años y padece el mal de Parkinson, y su señora también tiene muchas dificultades de salud”, explicó Rodríguez. “Actualmente estamos trabajando con él, le reparamos un par de piezas que te-

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nía y ahora le vamos a hacer una pieza más. Me pasa que me quedo obsesionado con estos trabajos y hasta que no termino no me voy de ese lugar, te pasan esas cuestiones cuando trabajas así”, añadió.

Sobre la marcha La andadura de los brigadistas los ha llevado a desplazarse a lo largo y ancho de todo el país. Estuvieron en Dolores después del tornado de marzo de 2016. Ese mismo año, muchos emplearon días de sus propia licencia para asistir a la población de San Carlos, cuando una turbonada atravesó la ciudad. Casi un mes después, acudieron a Rocha siguiendo los caprichos de estos destructivos vientos. Su presencia se ha hecho efectiva también en el litoral norte del país, ayudando a los afectados por las inundaciones. Pero los brigadistas también han traspasado fronteras, habiendo llegado hasta Santiago de Cuba. “Allí pudimos devolver al pueblo cubano un granito de arena por toda la solidaridad que ha diseminado por el mundo a lo largo de su historia reciente”, señaló el entrevistado. Así, decenas de brigadistas acudieron ente 2013 y 2014 a la que antaño fue la primera capital de la isla antillana para aportar sus esfuerzos en la reconstrucción de lo devastado por la catástrofe climática que entonces afectó al lugar. La mayoría de integrantes de las brigadas son obreros en situación de desempleo afiliados al Sunca. De esta gremial sale el financiamiento que requieren los proyectos para locomoción, comida y herramientas. Pero muchas veces también se han integrado compañeros procedentes de otros sindicatos. A menudo logran

Faustino Rodríguez, presidente del Sunca

obtener fondos para la compra de materiales a partir de instituciones como el Ministerio de Vivienda y Obras Públicas, o de ANEP en el caso de la reparación de centros educativos. “También colaboramos mucho con el Plan Juntos, con cientos y cientos de brigadistas donando sus jornales entre 2012 y 2014 en este plan”, explicó Faustino Rodríguez. La principal dificultad que cita el presidente del Sunca en su actividad como brigadista es el arreglo de los materiales. “Nosotros, cuando vamos a un lugar, pretendemos trabajar, ponemos las ganas, intentamos que la gente beneficiaria ponga las ganas también y ahí va surgiendo el trabajo de la brigada”. El entrevistado explicó que para su traslado adop-

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tan diferentes soluciones dependiendo de la situación. “A veces alquilamos algún vehículo, vamos en ómnibus o mismo en el caso de ANEP nos proporciona a veces un medio de transporte. Siempre que hemos pedido locomoción a alguna institución, cuando hay que trasladar a brigadas grandes, hemos obtenido respuesta”, señaló. Por otro lado, el Sunca acordó sistemas de colaboración con organismos como el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) de forma que se colabore en el egreso de menores que puedan justificar su voluntariado como brigadistas realizando su primera experiencia laboral. “Tenemos unos cuantos gurises integrados de esta forma con notables resultados”, remarcó el dirigente

del Sunca. Actualmente, estos jóvenes participan dos veces por semana y llevan a cabo cursos en el Fondo de Capacitación (Focap) de la construcción, de forma que las empresas puedan contar con ellos cuando necesiten peones.

Cuestión de Estado Faustino Rodríguez reconoce que “las brigadas siempre van a estar, pero nosotros sólo podemos hacer algunas cuestiones mínimas, es el Estado el que tiene que hacerse responsable de este tipo de situaciones, no puede haber liceos, escuelas, jardines destruidos sin mantenimiento. Hay escuelas que tiene más de 100 años en el país y que prácticamente no tiene mantenimiento. O jardines que no tenían ni una mesada y se la hemos


proporcionado nosotros. Con la brigada vamos un poco más allá, nos exigimos nosotros y también le exigimos al Estado que ponga atención a todas estas cuestiones. No es lo mismo un colegio privado que una escuela pública, no son las mismas carencias las que tienen. Nuestros gurises merecen atención”. Muchas de las obras que realizan los brigadistas en el ámbito de la vivienda surgen por incendios que se producen en hogares precarios. “Nunca se incendia una casa en un edificio de Carrasco, Pocitos, o Punta Carretas, sino que son viviendas situadas fundamentalmente en asentamientos, donde se ubicó el pobrerío para poder vivir”, señaló Rodríguez. En este sentido, el entrevistado citó al secretario ejecutivo del Pit-Cnt, O Óscar Andrade, afirmando que “en este país la gente se muere de pobre”. Así, explicó que “en estos lugares la gente arma un calentador con un ticholo para calentarse en el invierno, ahí

hacen la comida y bueno, surgen accidentes, hay cortocircuitos por malas instalaciones eléctricas que se transforman en incendios. Por eso decimos que los que mueren así, mueren por ser pobres”. Una de las vivencias comunes de los brigadistas en estos entornos trabajar rodeados de niños, y es que es en los sectores más pobres de la sociedad uruguaya es en los que crecen y se [sub]desarrollan la mayor cantidad de niños y jóvenes del país. Sin embargo, contrariando la visión elitista y conservadora que culpa a los estratos pobres por tener “demasiados” hijos, Faustino Rodríguez ve en estas familias el aporte humano que necesita un país con tan baja natalidad como Uruguay. “Cuando uno entra a los asentamientos y ahí ve la cantidad de gurises que hay; a mí por lo menos me alegra, porque es el futuro nuestro. Lo que hace falta es que el Estado invierta debidamente en su contención, porque la vivienda es una parte, luego está la educación, la salud y las cosas

fundamentales para seguir resolviendo en el país”. Actualmente las brigadas están trabajando en un asentamiento de Rivera, construyendo un merendero para los niños y una policlínica. “También hemos construido un cuartelillo de bomberos de Fraile Muerto, reparado otro en Young, en Río Negro, e hicimos prácticamente nueva la policlínica del barrio de los Reyes de ASSE. Una brigada está yendo también a Canelones para reparar dos salones liceales de gurises chiquitos. En estas cuestiones estamos avanzando, pero es el Estado el que tiene que poner atención en eso”, declaró. Faustino Rodríguez recuerda el que considera el mayor “período perdido” en la historia uruguaya, que fue entre los años 80 y los primeros 2000. “En esos años se apostó mucho al individualismo, se peleaba con otros por un puesto de trabajo y se perdió la idea de ser solidario con los demás”. Sin embargo, según él, el trabajador de la construcción marcó siempre

la diferencia en ese sentido, y de alguna forma esta cualidad es la que inspira hoy a la Brigada Agustín Pedroza. “Nosotros aprendimos de haber estado mucho tiempo sin laburar. A veces, cuando volvemos a trabajar y no tenemos para comer, es común que se ofrezca a los compañeros participar en la olla o que se comparta el pedazo de pan o el trozo de mortadela”. Esta costumbre es adaptada por los brigadistas, quienes han visto muchas veces en la situación de tener que compartir su almuerzo con las mismas personas a las que estaban ayudando. “Muchas veces la gente a la que fuimos a asistir no tenía qué comer y nos hemos visto compartiendo con ellos una milanesa o un pan con chorizo”, señaló Rodríguez. “Nosotros rescatamos también el espíritu que inspiraba viejas costumbres como ‘la planchada de los domingos’, cuando se estaba construyendo un barrio y no se precisaba convocar a los vecinos, sino que acudían por sí solos a dar una mano”, concluyó.

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COLUMNA

La cotidiana resurrección del amor en la literatura Por Marcia Collazo

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esde que publiqué mi primera novela, Amores cimarrones: las mujeres de Artigas, me pasaron dos cosas que destaco sobre algunas otras. La primera es la constatación de que el amor es un asunto mucho más serio y dramático de lo que puede parecer

a simple vista. Nada más alejado del amor, en efecto, que esa parafernalia de símbolos románticos, frívolos, cursis y horripilantes tan emparentados con la caricatura, el exceso chocante y, en suma, el estereotipo. La segunda es que los amores suelen estar vinculados a

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otras cuestiones, aparentemente alejadas del territorio de los sentimientos y, sin embargo, visceralmente unidas a este en más de un aspecto: la persecución de la justicia, de la libertad, el arrebato revolucionario, el abandono, el sufrimiento, el descarnado olvido. Por otra parte, yo no hablo propiamente de amores a lo largo de las casi 600 páginas de esa novela ni menciono prácticamente esa palabra de cuatro letras; o por lo menos no lo hago en el sentido literal del término. Me dedico, sí, a explorar en las vidas de ciertas mujeres (no todas) que por un motivo u otro estuvieron vinculadas a José Artigas, ya por la sangre, ya por la pasión amorosa, por la atracción física, por la costumbre, y también por la amenaza cotidiana de una muerte demasiado cercana o previsible. En mi segunda novela, La tierra alucinada: memorias de una china cuartelera, el asunto crucial deja de ser el amor y el argumento se centra más bien en la exploración de la polémica formación del Estado oriental. En mi tercer libro, los cuentos A bala, sable o desgracias, la cuestión se centra en la muerte, y no en el amor, que recién retomo a través de dos libros de ensayo literario: el primero fue Seguirte el vuelo: amores y desamores de la historia uruguaya, y el segundo lleva el título de Te acordarás de mí. La prolija descripción que antecede tiene el propósito de mostrar al lector a través de un simple ejemplo personal que, en el fondo, hay de todo cuando de escritura y de sentimientos humanos se trata. Es que los vínculos entre la

literatura, el amor y la historia –así, en ese orden– representan verdaderos canales subterráneos, pasadizos secretos que conducen a sorpresivos ramales de conexión. Las comprensiones sobre los asuntos humanos (hablo de la búsqueda de significados) son el campo de trabajo por excelencia de la literatura, y entre tales asuntos, el amor y el desamor ocupan un sitial importante. Desde los remotos tiempos de Homero hasta nuestros días, la trama fundamental de toda narración humana ha pasado por ahí. La Ilíada, cuyo tema central es la guerra de Troya, nos dice que el motivo último de la famosa contienda fue un vulgar despecho amoroso: el rapto de la espartana Helena por el troyano Paris y la venganza del marido de esta, el aqueo Menelao, a la que se sumaron, por causas de ventaja y de oportunidad, casi todos los reyes y nobles de Micenas, Tirinto y alrededores. La Odisea, que gira en torno a la aventura, los miedos, la curiosidad, el ingenio y el capricho divino, posee no obstante un hilo conductor fundamental: las tribulaciones de Odiseo o Ulises, que anhela volver a su patria, y la espera paciente de Penélope, asediada por un tropel de pretendientes que se dedican a acosarla y a celebrar interminables banquetes de toros, carneros y pollos a costa de su hacienda. Entre las grandes novelas de amor (y desamor) de la historia, podría mencionar algunas que me tocaron de manera especial: Rojo y negro, de Stendhal; Cumbres borrascosas, de Emily Bronté; El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Memorial del convento, de José Saramago, o El amor en los tiempos del cólera, entre otras. Hay además toda una tierra intermedia, en la que abundan


los documentos, las memorias, las cartas y hasta las anécdotas; se trata de una región colocada a medias entre la biografía, el testimonio, el ensayo y la crónica, de la que también suele nutrirse la literatura. Por estos días se ha editado un libro denominado Cartas de amor de músicos, de K. Pahlen, con 300 cartas de amor de famosos compositores entre los que se encuentran Mozart y Beethoven. Algunos de los testimonios son de una intimidad casi candorosa que deviene, sin embargo, en particular tragedia. Es el caso de Enrique Granados, que murió junto a su esposa Amparo Gal en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, cuando un submarino alemán torpedeó el barco que los traía de Nueva York. Beethoven fue uno de los más apasionados y agitados, en consonancia con su peculiar estilo creador. Una de las cartas que dirige a su famosa (y anónima) “amada inmortal”, dice: “Mi ángel, mi todo, mi yo: Hoy sólo unas pocas

palabras y con lápiz (el tuyo)… El pecho está pletórico, deseoso de decirte tanto. Ay, hay momentos en que encuentro que el lenguaje es demasiado pobre. Alégrate; sigues siendo mi más fiel, mi único tesoro… el resto de lo que deberá ocurrir con nosotros lo decidirán los dioses. Tu fiel Ludwig. 6 de julio por la mañana”. Si este material de realidad dura y pura puede o no puede ser tomado por la literatura, es una pregunta de respuesta imposible, por redundante y por absurda. A la literatura como producción (o sea, al acto liso y llano de la escritura) no le importa ni le ha importado jamás ningún obstáculo o impedimento basado en las supuestas fronteras académicas, ninguna circunstancia o “chacra” disciplinar, ningún prurito, celo o competencia de corte intelectual entre quienes se dedican a

crear y a delinear territorios de contexto científico en el vasto campo de los estudios sociales. La literatura, que no pertenece a tales dimensiones, trabaja con la vida misma, se sumerge en ella, se ensucia, se contamina y se redime junto a ella. Y si toma recursos de la historia, si se detiene en nombres y en acontecimientos reales, es precisamente porque se nutre de la vida, en una suerte de círculo fundante que tiende, más de una vez, a dejar sembrada la semilla de nuevas e inquietantes preguntas. Cuando William Shakespeare escribió Romeo y Julieta, tomó la historia de una sucesión de casos trágicos que se remontan a la antigüedad, y que ya habían sido objeto de diversas narraciones cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Lo mismo ocurre

con otras coyunturas y temas de la historia, como por ejemplo con Anna Karenina de Tolstoi, inspirada en un romance que el mismo escritor presenció, en los avatares de la aristocracia rusa. Cuando Gabriel García Márquez escribió El general en su laberinto, tuvo que leer varios libros de historia y pisar más de un sitio en donde residió, soñó y padeció Simón Bolívar en compañía de la aguerrida Manuelita Sáenz. Alejo Carpentier, en su novela El arpa y la sombra, sobre Cristóbal Colón, da por buenos y verdaderos los amores de este con la propia Isabel de Castilla. Es que cuando se trata de los vínculos entre el amor, la historia y la literatura, se está hablando de esos canales subterráneos en donde abrevan por igual la razón, la intuición y el pensamiento creador, que encuentra cada día nuevos motivos para entrelazar los hilos de la existencia humana, de su comedia, de su tragedia y de su cotidiana resurrección.

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TURISMO

Tips * Sokollu. Situado en Lüleburgaz, en la carretera que va de Edirne a Estambul, se encuentra el complejo arquitectónico de Sokollu (compuesto por una mezquita y una madraza). Se trata de una obra de Sinan que data del año 1570.

Turquía y su paisaje costero Montañas, playas, verdes valles y una moderna infraestructura turística hacen de la costa turca sobre el mar Negro uno de los destinos más interesantes para descubrir ese histórico puente entre Occidente y Oriente.

Por Sammy Arlin

L

a exuberante naturaleza que reina en la costa del mar Negro revierte la extendida idea de que en Turquía dominan las áridas estepas. Un viaje desde la frontera con Bulgaria hasta el límite georgiano regalará a la retina el sinuoso relieve de un paisaje montañoso, con densos bosques de pinos, y valles verdes y húmedos. Más cerca de la costa, las playas dominan el paisaje: un espacio dispuesto para el descanso y también para la exploración. La temporada de primavera es ideal para descubrir las colinas que se erigen sobre esta costa y

sus mantos de flores y plantas silvestres. En ese entorno natural, los tradicionales pueblos de pescadores, al igual que las aldeas ubicadas en la montaña, son atractivos para el turista ávido por conocer estilos arquitectónicos cuya marca distintiva es la madera. Son urbanizaciones rústicas que conservan prácticas de la tradi-

Hizir Bey La provincia de Kirklareli está dividida por la cadena montañosa de Yildiz. Y en su frondoso paisaje, las casas tradicionales marcan el contraste de colores y formas. En este enclave uno de los puntos de mayor interés es la histórica mezquita de Hizir Bey, en la ciudad de Kirklareli, que fue construida en 1383.

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ción cultural local, particularmente en la producción agrícola, en la que se destacan los cultivos de té, tabaco, maíz y avellanas. El viajero que quiera integrar el encuentro con el paisaje y los desarrollos de la modernidad, en esta región encontrará una vasta gama de hoteles, restaurantes y otras ofertas de una infraestructura turística en plena expansión, entre las que se cuentan las propuestas para los amantes del alpinismo, los recorridos en jeep o los avistamientos de aves. Los aficionados a la historia y a la arqueología encontrarán un sinnúmero de puntos de especial atractivo. En esta región, las investigaciones científicas han encontrado las trazas de los primeros habitantes que en el período Neolítico se establecieron en Ikiztepe, en la provincia de Samsun. Aquí también se encuentran las huellas arqueológicas de pueblos como los hititas, frigios, milecios, junto a las posteriores construcciones que dejaron los imperios romano y bizantino.

* Igneada. La costa de Kirklareli sobre el mar Negro tiene como principales atractivos sus playas, la moderna infraestructura hotelera y gastronómica, así como antiguos complejos arquitectónicos. Uno de sus sitios destacados es Igneada, ubicada entre costas arenosas y montañas.

* Sile. A lo largo del Bósforo, en la costa asiática, las extensas playas de arena de Sile (a 71 km de Estambul), custodiadas por los restos de un castillo genovés, atraen a muchos visitantes. Los excelentes restaurantes y la vida nocturna convierten esta ciudad en un popular retiro de fin de semana para los habitantes de Estambul.


GASTRONOMÍA

PARA DISFRUTARLOS TODO EL AÑO

QUINOTOS EN ALMÍBAR Preparación: Para el armado 250 ml de queso mascarpone 100 g de almendras o nueces tostadas Hojas de menta Preparación del almíbar Lavar bien los quinotos y reservar. Colocar el agua y el azúcar sobre el fuego y calentar hasta que se disuelva el azúcar. Agregar los quinotos, previamente pinchados con un tenedor. Hervir a fuego suave con olla destapada hasta que los quinotos estén transparentes. El almíbar debe burbujear formando una espuma liviana. Conservar en frasco de vidrio hasta seis meses. Para armar el postre Poner tres o cuatro quinotos en un bol individual y colocar una cucharada de mascarpone por encima. Agregar un poco de almíbar y los frutos secos previamente tostados en una sartén. Decorar con una hojita de menta.

Ingredientes 1 kg de quinotos 1 litro de agua 1 kg azúcar 4 clavos de olor 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 43


CULTURA

CINE

Tres festivales convergen en la cartelera cinematográfica local con grillas que incluyen producciones de ficción de diversos géneros, cine documental y cortometrajes. Del viernes 4 al domingo 6 se realizará la edición número 14 de Piriápolis de Película en el Argentino Hotel. Hasta el domingo sigue el Festival Internacional de Cine Judío, tanto en Montevideo como en Punta del Este. Y del 9 al 13 de agosto tendrá lugar una nueva edición del Festival Internacional de Escuelas de Cine, presentada por Cinemateca y la Escuela de Cine del Uruguay.

FESTIVALES CINEMATOGRÁFICOS

Convergencias cinéfilas Por P.J.H.

C

on la avant-première de la película Una vida lejana (Une vie ailleurs, 2016), del cineasta francés Olivier Peyon, este viernes 4 de agosto, a las 20 horas, comenzará una nueva edición del festival Piriápolis de Película, que se extenderá hasta el domingo 6. La sede, al igual que en años anteriores, será el histórico Argentino Hotel del balneario esteño; la dirección artística está a cargo de Jorge Jellinek y Gustavo Iribarne. Esta realización de Peyon, que fue rodada en locaciones de Montevideo y Florida, ha concitado especial interés entre los cinéfilos locales. Protagonizada por Isabelle Carré y Ramzy Bedia, y las actuaciones de la argentina

María Dupláa y la uruguaya Virginia Méndez, Una vida ajena narra la historia de una mujer de origen francés que busca desesperadamente a su hijo, que fue raptado por su padre uruguayo.

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La grilla de exhibiciones de esta edición número 14 de Piriápolis de Película se alternará con los tradicionales reconocimientos a figuras del medio. Una de ellas será la polifacética Nacha Guevara, que recibirá el Premio Especial del Municipio de Piriápolis. El Premio Especial a la Trayectoria será entregado al actor argentino Jorge Marrale, que en esta oportunidad llegará al festival para presentar dos de sus recientes trabajos: Maracaibo, de Miguel Ángel Rocca, y La valija de Benavídez, de Laura Casabé. Otro de los premiados será el actor chileno Alejandro Goic. Aprovechando su visita, la Embajada de Chile en Uruguay presentará una retrospectiva del trabajo de Goic con títulos como Carne de perro y Jesús, de Fernando Guzzo-

ni, Bombai, de Marcelo Ferrari, y El club, de Pablo Larraín.

Algunos destaques Entre otros títulos que merecen especial atención en esta edición está la realización de Matías Lucchesi, El pampero. Una tensa narración que cuenta con las actuaciones de César Troncoso, Pilar Gamboa y Julio Chávez. También figura la comedia Primavera, de Santiago Giralt, que aborda desde el humor y la ternura las primeras experiencias amorosas de un niño de once años. Esta producción argentina incluye en el elenco a figuras como Mike Amigorena, Chino Darín y Catarina Spinetta. El inconfundible lenguaje del cineasta español Alex de la


Iglesia también estará presente en el festival con El bar, su última realización, en la que vuelve a su probado oficio para manejar el humor negro con las actuaciones de Mario Casas, Blanca Suárez, Carmen Machi y Alejandro Awada. Otros títulos a tener en cuenta serán La superficie de la sombra, una coproducción brasileña y uruguaya con la dirección de Paulo Nascimento y las actuaciones de Troncoso, Leonardo Machado y Giovanna Echeverría. Desde Bolivia llega Viejo caradura, de Kiro Russo, con una original exploración del mundo de los mineros. De la tanda más reciente de realizaciones uruguayas, se incluirá en la grilla Mi mundial, de Carlos Morelli, con guión basado en una novela de Daniel Baldi. Esta exhibición, informó la organización del festival, se realizará con la presencia de parte del elenco y con una versión adaptada para público con capacidades diferentes, en el marco de la política de accesibilidad que desarrolla el Argentino Hotel.

Retrospectiva y cine fantástico Organizada por Victoria Chiaffone y Marcelo Páes, el festival incluirá una retrospectiva de la muy original obra del director argentino

José Celestino Campusano en la sección Otrocampo. Los títulos programados son Vil romance, Fango, El perro Molina, El arrullo de la araña y Cícero impune, que fue presentada en la última edición de los Bafici. La presencia de Campusano, junto al productor Martiniano Caballieri, será otro atractivo de esta retrospectiva, y la oportunidad para realizar un taller de creación orientado a las narrativas digitales en 360 y una charla informativa sobre el funcionamiento del Clúster Audiovisual de la Provincia de Buenos Aires. Otra sección que se convirtió en tradicional es FantaPiria, que se realiza bajo la coordinación de Alejandro Yemgotchian, dedicada al cine fantástico y de terror. Una programación con títulos poco conocidos y algunos estrenos. Entre

Las escuelas en pantalla Del 10 al 13 de agosto, Cinemateca y la Escuela de Cine del Uruguay (ECU) presentan la edición número 17 del Festival Internacional de Escuelas de Cine (FIEC), en la sala Pocitos. Para la apertura oficial, que será el miércoles 9, a las 20 horas, en el Centro Cultural de España, se exhibirá La última tarde (Perú), del director Joel Calero, que integrará el jurado del festival. La programación de funciones –todas con entrada gratuita– incluye 58 cortos de ficción, documental y animación, realizados por alumnos y alumnas de 43 escuelas de cine de 27 países. Simultáneamente se realizarán charlas, mesas redondas y talleres con profesionales de Uruguay y del exterior orientados a la creación documental, que es el tema elegido para la agenda de actividades académicas y formativas de este año. Un jurado internacional elegirá los cortos ganadores en las categorías mejor ficción, mejor documental, mejor animación, mejor corto iberoamericano y mejor corto nacional (Premio Musitelli & ColoUr). Y un jurado estudiantil, integrado por alumnos de instituciones tanto públicas como privadas de formación audiovisual, otorgará sus propios premios. La programación completa puede consultarse en la página www. ecu.edu.uy/festival/.

los títulos seleccionados figura La valija de Benavídez, de la cineasta independiente Laura Casabé (Argentina), Furiosa, del chileno Juan José Cea Escobar, La peste, de Guillermo Carbonel, Más astuto que nunca de M. Night Shyamalan (El sexto sentido) y el corto Yo y nadie más de Marcelo Fabani.

Cortos en competencia Para la Competencia Iberoamericana de Cortos se presentaron más de 300 realizaciones. La selección final incluirá unos 20 títulos que se exhibirán el sábado

5 y el domingo 6 en la sala B del festival. El jurado que tendrá que evaluar estas creaciones está integrado por el crítico argentino Pablo De Vita, el cineasta argentino Javier Olivera, la especialista brasileña Mónica Kanitz, el realizador paraguayo y director de la Cinemateca de Asunción Hugo Gamarra, y el cineasta Mario Handler. Además, informó la organización, está prevista la participación en este jurado de tres estudiantes de la Licenciatura de Medios Audiovisuales de Playa Hermosa.

Cine judío El domingo 6 cierra la edición número 12 del Festival Internacional de Cine Judío, que se viene desarrollando desde el 27 de julio en el Life Cinema Alfabeta de Montevideo y el Life Cinema Punta Shopping de Punta del Este, Maldonado. Se trata de una reconocida programación a nivel regional, que incluye 11 producciones de diversos géneros y procedencias cuyas temáticas giran en torno a la identidad y la tradición, las corrientes religiosas, la peripecias vitales de la comunidad judías durante la Segunda Guerra Mundial, entre otros elementos clave de la cultura hebrea. Algunos de los títulos incluidos en la programación: Al nacer el día, de Goran Paskaljevic; El molino de Habermann, de Juraj Herz; El padre, el hijo y el salvador perdido, de Guy Nattiv y Erez Tadmor; Jalá, de John Goldschmidt; La llave perdida, de Ricardo Adler; Operación girasol, de Avraham Kushnir; Russendisko, de Oliver Ziegenbalg; Secretos de guerra, de Dennis Bots; Setiembre en Shiraz, de Wayne Blair; Una semana y un día, de Asaph Polonsky; Vitch, de Sigal Bujman. Las exhibiciones previstas para estos últimos días del festival, tanto en Punta del Este como en Montevideo, son las siguientes: Viernes 4: Vitch (17.15 horas); Al nacer el día (19.30); Russendisko (22.00). Sábado 5: Secretos de guerra (15.15); Jalá (17.15); Operación girasol (19.30); Setiembre en Shiraz (22.00). Domingo 6: El padre, el hijo y el salvador perdido (15.15); Al nacer el día (17.15); Una semana y un día (19.30); La llave perdida (22.00). 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 45


CULTURA

FOTOGRAFÍA

Perfil

MUESTRA AUSENCIAS, DE GUSTAVO GERMANO

VOLVER A VOLVER Pérdidas, ausencias, dolor, pero jamás vacío: el lugar de la ausencia sigue lleno de memorias. Este es quizás el sentido más potente que atraviesa la muestra Ausencias Uy, del fotógrafo argentino Gustavo Germano, que se exhibe en el cdF. Un proyecto que denuncia las postergadas respuestas en los casos de desapariciones forzadas durante la dictadura cívico militar. Por J.R.

“Afuera, afuera solo el mundo, puro aire para brujas y un tiempo que está y se fue” Canción ‘Volver a volver’, de Gabo Ferro, registrada en el disco La primera noche del fantasma.

H

ay dos extremos de una historia signada por la desaparición forzada. Sólo se ven esos extremos: apenas esos dos; apenas esas dos fotos. El mar, la playa La Dorada de Vicente López, divide en dos a la primera, a la foto recuperada: la que se tomó en noviembre de 1977, que es la última foto de Ileana y Edmundo, la única en la que aparecen con su hija Soledad. El mismo mar, la

misma playa, divide en dos a la segunda, la más reciente: el otro extremo de la historia, la foto de Soledad: la otra punta de la historia, la que registra la ausencia sin mediar (innecesarias) palabras. Esta historia es una de las 16 que integran la muestra Ausencias Uy del fotógrafo entrerriano Gustavo Germano, que se exhibe en el primer piso del Centro de Fotografía de Montevideo (cdF) hasta el 26 de agosto. Esta historia, la de Soledad, Edmundo e Ileana, es uno de los dípticos que se suman al extenso (e intenso) proyecto que Germano lleva adelante desde hace varios años y con el que ha dado forma a un doloroso mapa de las desapariciones forzadas en la región, un mapa de las deudas que todavía se arrastran del tiempo en el que el terror y la impunidad se ufanaban de su nombre: el Plan Cóndor.

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Dípticos El proyecto Ausencias, que ya tuvo una edición en Argentina (2006) y otra en Brasil (2012), tomó forma a partir de una doble investigación. Por un lado, buscar en los registros fotográficos de las familias flageladas por el terrorismo de Estado. Por otro, volver a los mismos lugares donde fue tomada la foto elegida, recuperada, para dar cuenta de las huellas la ausencia forzada. El efecto es impactante, conmovedor. Pero no es un golpe bajo, no es un golpe manipulador. Gustavo Germano, que conoce de cerca, en su propia familia, los lastres de ese terror, trabajó en un borde delicado: investigar en las imágenes, los registros gráficos que componen las memorias familiares, para proyectarlos al presente y cargarlos de nuevos

Gustavo Germano nació en Chajarí, Entre Ríos, Argentina, en 1964. Desde comienzos de los años noventa ha trabajado como reportero gráfico y también como editor para varias publicaciones periódicas de su país. Paralelamente ha trabajado en proyectos fotográficos personales que han sido fuentes para distintas muestras, como Distancias, Búsquedas y Ausencias, que tienen varios elementos en común, sobre todo en lo conceptual. La investigación para Ausencias la inició en 2006 en su país. Unos años después lo replicó en Brasil y en 2016 realizó una intensa investigación gráfica e histórica para componer la versión uruguaya del proyecto. Del trabajo con los familiares de desaparecidos en Uruguay, destacó el artista, surgieron más historias que en las investigaciones para las dos ediciones anteriores. Pero el dolor experimentado fue idéntico: “Son situaciones complicadas, pero ya tengo una experiencia de muchos años, como familiar para empezar, porque soy hermano de un desaparecido, así que hemos vivido en la familia esta situación”, relató en una entrevista reciente (publicación de la agencia Sputnik). sentidos. Aquí, en estos dípticos, las pérdidas devienen signos de una denuncia sin retóricas: con un austero trabajo de edición y revelado cada par de fotos se convierte en un grito; un grito que busca las demoradas respuestas. “Estallará / mi boca estallará / en dulce de esmeraldas, en pájaros y espinas, y un paso se abrirá”, se escucha en la canción ‘Volver a volver’, compuesta por Gabo Ferro, que se escucha en el video que incluye la muestra.


CULTURA

ESCENARIOS

RUBÉN OLIVERA EN TEATRO VICTORIA

Por A.L.

De memorias Vuelve al teatro Victoria el último espectáculo de Rubén Olivera, Memoria para armar, que se estrenó el año pasado en esa misma sala.

A

partir de esta noche –viernes 4 de agosto–, se repone el ciclo Memoria para armar, el último espectáculo de Rubén Olivera, en el escenario del teatro Victoria. Esta propuesta conceptual y musical irá todos los viernes de agosto y setiembre a las 21 horas. Memoria para armar, contó Olivera poco antes del estreno en 2016, tiene la estructura y forma de un unipersonal. Él y su guitarra sobre el escenario y un plan: interactuar con una ingente cantidad de objetos, dispositivos sonoros y visuales, con los que irá urdiendo una trama de fragmentos evocativos, de canciones, que remitirán a la época previa a la dictadura, al propio proceso dictatorial y a la posdictadura. En esa trama, siguió, se van hilando las voces de conocidos actores del medio, poetas y músicos. “Este plan viene, también, de la reunión de otras memorias”, dijo. “Una de ellas viene de la época de la presentación de los libros Memoria para armar, a la que me invitaron a tocar; para esa oportunidad, justamente, reuní una serie de canciones de la predictadura, de los años de la dictadura y del tiempo posterior. Otra viene de la serie de espectáculos que hice con

Mauricio Ubal, otros músicos y Títeres Girasol, con los que componíamos una suerte de clip para cada canción. Este espectáculo nuevo tiene mucho de estas referencias. Es todo un desafío”, subraya. Un juego de interacciones, se anotó, con múltiples diálogos con filmaciones y registros de audio, en los que estarán las voces de los poetas Rafael Courtoisie, Macachín, Circe Maia, Eduardo Nogareda; las de los actores Héctor Guido y Susana Maisonnave; las voces y las músicas de Jorge Lazaroff, Asamblea Ordinaria, Héctor Numa Moraes, Fredy Pérez, Herman Klang, Luis Trochón, Fernando Cabrera, Eduardo Darnauchans; y las voces que devinieron protagonistas del tema todavía abierto, con más incertidumbres que certezas, de los derechos humanos, como Luisa Cuesta, Héctor Gutiérrez Ruiz, Zelmar Michelini, Rubén Castillo, José Nino Gavazzo. Y es también un desafío por la extensión, por la idea de retomar un hábito olvidado: hacer un ciclo durante dos meses, lo que remite a los recordados ciclos de espectáculos de música popular que décadas atrás consolidaron un proyecto como el de Los Que Iban Cantando, del propio Olivera, entre muchos otros. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas 47


EMPRESAS

ALDEAS INFANTILES

Inversión solidaria Con el aporte de los clientes de Devoto y Devoto Express se recaudó $ 1.395.648. A ese monto, la cadena de supermercados agregó $ 241.108, cumpliendo con el compromiso de sumar un peso a cada aporte. En total, la donación alcanzó la suma de $ 1.636.756. ldeas Infantiles SOS Uruguay “Logramos una cifra que superó las expectativas de Aldeas Infanmostró a la prensa cómo tiles y que les permitió equipar las invirtieron los US$ 55.000 logracasas donde viven estos niños, dos en la campaña solidaria que realizaron supermercados Devoto donde se les brinda protección y afecto pues –debe recordary Devoto Express en los locales se– han perdido el cuidado de su de Montevideo y Canelones. familia”, afirmó el gerente de re“Estamos más que agradecidos con el apoyo sostenido que viene laciones institucionales de Grupo Disco, Miguel Penengo. brindando Grupo Disco, sus colaboradores y clientes a Aldeas “Ver a estos niños felices y cómo nos han agradecido la acción Infantiles. Grupo Disco es una realizada por Grupo Disco es empresa que comprende nuesmuy reconfortante. Invitamos a tros objetivos y que se interesa por aportar para que se cumplan”, los uruguayos a que vengan a conocer esta obra extraordinaria”, dijo Anainés Zignago, directora nacional de Aldeas Infantiles SOS añadió. “Aldeas Infantiles necesita más Uruguay. “En este caso, con el monto recau- apoyo para continuar con su loadado en esta campaña, logramos ble trabajo con estos niños, por ello el año que viene volveremos equipar y reacondicionar las 55 casas del servicio de Acogimiento, a realizar esta campaña solidaria en nuestros supermercados Dedonde viven más de 400 niños, voto y Devoto Express”, concluyó. niñas y adolescentes”, añadió.

A

JUGOS DEL VALLE

Con botellas PET

M

ontevideo Refrescos, embotelladora de Coca-Cola en Uruguay, renueva la presentación de sus jugos Del Valle incorporando la opción de botellas PET, caracterizadas por su practicidad y comodidad para consumir en cualquier momento del día. La nueva fórmula y envasado de última tecnología garantiza la calidad de los jugos, manteniendo sus propiedades nutricionales. A las presentaciones individuales y

CÍRCULO URUGUAYO DE LA PUBLICIDAD

Reconocimientos

T

res publicistas de ley fueron nombrados como Socios de Honor por el Círculo Uruguayo de la Publicidad. Son tres veteranos en este campo, en el que han desarrollado extensas y prolíficas carreras: Antonio Mercader, primer presidente del Círculo Uruguayo de la Publicidad; Elbio Acuña, vicepresidente, y Carlos Ricagni, primer presidente del Desachate, fueron reconocidos como Socios de Honor de la institución publicitaria que se creó hace 28 años con el objetivo de profesionalizar la actividad en Uruguay. Mercader es doctor en Derecho, fue profesor de Ciencias de la Comunicación y cofundador de la carrera en la Udelar. También fue secretario de redacción y director de los diarios La Mañana y El Diario. Trabajó durante más de diez años en Grey Publicidad. Fue dos veces ministro de Educación y Cultura; entre 1992 y 1995, durante el gobierno de Lacalle, y entre 2000 y 2002, con Jorge Batlle a la cabeza del país. Ricagni, por su parte, se inició

familiares en Tetra Pack, que hoy están disponibles en el mercado, FRAY BENTOS se les suman las nuevas presentaciones de los jugos Naranja Tentación y Manzana Roja en botellas PET de 300 mililitros coTours Uruguay anunció que y 1,5 litros, comercializadas en los días 12 y 13 de agosto se forma individual o en fundas de realizará en Fray Bentos el XIII seis y cuatro botellas respectiEncuentro Nacional de Guías de vamente. Turismo. Será una oportunidad La tecnología Hot Fill permite única para intercambiar experienrenovar la fórmula de este jugo cias y conocimientos orientados y garantiza su calidad. Este al desarrollo del turismo en método consiste en embotellar el Uruguay. producto a altas temperaturas y El programa del encuentro un posterior enfriado que garanti- contempla la integración de sus za la conservación del mismo sin participantes, presentaciones necesidad de una cadena de frío y especiales y se prevé la visita a la sin la utilización de conservantes. sede del Club de Observadores

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en la actividad publicitaria en 1970; en el 1973 fundó Ferrero y Ricagni Publicitaria, donde además fue codirector creativo. Diez años después, ambos socios fusionan la agencia y se forma Ímpetu Organización Publicitaria, donde se desempeña hasta 1989. En 1990 fue nombrado presidente y gerente general de McCann Erickson Uruguay y permanece en el cargo hasta 2003. De 2004 a 2006 fue vicepresidente regional latinoamericano de McCann Worldgroup. A mediados de ese año retorna a McCann Uruguay como presidente del directorio y consultor de la agencia. Elbio Acuña fue fundador de Punto en 1964, agencia que en 1982 pasó a estar representada por Ogilvy Worldwide. Acuña fue autor de El libro de los clasificados, más conocido como el Gallito Luis. Hoy, alejado de los temas operativos de la agencia, el publicista se dedica a la gestión de nuevos negocios, desarrollo de proyectos en el exterior y asesoramiento a clientes nacionales e internacionales.

Encuentro de guías de turismo

E

de Aves (COA) de Fray Bentos para conocer el producto y realizar una corta observación de aves, así como visitar el nuevo sitio patrimonial Anglo y una visita al centro de la ciudad.


VITALE

Ideas en concurso

E

studiantes de secundaria de todo el país fueron convocados a presentar proyectos innovadores de impacto social en el Concurso de Ideas Vitale, organizado por Fundación Desem Jóvenes Emprendedores, en el marco del programa Empresas Juveniles, que contó con el apoyo de Vitale, el agua de la compañía Coca-Cola. “A la rueda rueda” y “Reciclando tenemos ideas” fueron las propuestas ganadoras, que se destacaron entre las más de 50 presentadas el 29 y 30 de julio en el colegio St. Patrick’s. Empresas Juveniles es una propuesta educativa desarrollada por Fundación Desem Jóvenes Emprendedores que tiene como objetivo la promoción de habilidades de emprendedurismo, liderazgo y trabajo en equipo en adolescentes de entre 15 y 17 años. Dentro de este programa, los jóvenes de cada centro educativo participante se agrupan y desarrollan un proyecto empresarial. En esta oportunidad, los equipos debían presentar un plan de su empresa que tuviera un alto impacto comunitario, cumpliendo con el desafío de ser social, medioambiental y económicamente viable, además de estar alineado al producto o servicio desarrollado. Dos de los requisitos claves fueron que el plan tuviera resultados medibles en el tiempo y que pudiera ponerse en funcionamiento con un capital ini-

cial de $ 3.000, que era el monto del premio del concurso. En el instituto Juan XXIII la empresa juvenil Paff llevó adelante “A la rueda rueda”, un proyecto que propuso la construcción de un espacio recreativo, a partir de cubiertas en desuso, para los niños y adolescentes del oratorio de Villa García, un complejo de viviendas localizado en el límite departamental entre Montevideo y Canelones. Por su parte, “Reciclando tenemos ideas”, de la empresa juvenil Bopuff del colegio Pío, sugirió disminuir el impacto de la contaminación del barrio de Lezica con el aprovechamiento de botellas de plástico. El emprendimiento implica reciclar las botellas a modo de buzones e instalarlas en el barrio para que los ciudadanos coloquen allí ideas sustentables que mejoren la situación de la localidad. Ambos grupos estudiantiles recibieron un diploma de reconocimiento y un monto de $ 3.000 para implementar los proyectos en agosto y setiembre de 2017. “Entendemos que la sustentabilidad es el camino que debemos tomar para garantizar un futuro prometedor para las próximas generaciones. A través de este concurso, Vitale refuerza su compromiso con el cuidado del medioambiente y con la innovación como motor para el desarrollo de la comunidad”, manifestó Patricia Filluelo, gerente de Marketing de Montevideo Refrescos.

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FINA ESTAMPA Celebración

La embajada de Suiza en Uruguay festejó la fecha patria de su país con una recepción en el Auditorio Nacional Adela Reta del Sodre.

REPRESENTACIÓN CULTURAL. Glenda Rondán, ministra María Julia Muñoz, embajador de Suiza Didier Pfirter, comunicadora Raquel Daruech.

APRETÓN DE MANOS. Gerente general del Auditorio del Sodre Gonzalo Halty, embajador Didier Pfirter.

QUÉ SERIOS. Embajador de la Unión Europea Juan Fernández Trigo, politólogo Óscar Bottinelli. 50

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FACHEROS. Maximiliano Corallo de Alianza Francesa, Chloe Bouloc de Alianza Francesa, Andre Rutti de embajada de Suiza, Laura Jude de embajada de Francia, Lucas Morinierg de Instituto de las Américas.

“LA POLÍTICA ES ASÍ, MARITA”. Óscar Bottinelli, ministra María Julia Muñoz.

CITA CON LA TRADICIÓN. Coro Juvenil de Nueva Helvecia.


A patinar

La pista de patinaje sobre hielo Fantasy On Ice, ubicada en Shopping Tres Cruces, invitó a figuras de los medios a celebrar su visita a Uruguay.

LOS QUE MANDAN. Gerente de marketing de Tres Cruces Pablo Cusnir, gerente de pista de hielo Mathías Castillo.

DALE, ANIMATE. Milo Lockhart, Guillermo Lockhart, Elena Lockhart y Nicolás Álvarez.

VAMOS, ABUELO, SACÁ LA FOTO. Agustina Laens, Violeta Laens.

CON LA DIOSA. Clara Varela, Mia Delmenico, Claudia Fernández, Renzo Delmenico.

TRANQUI, DANILO, AGOSTINA PATINA MEJOR QUE VOS. Lorena Lamas, Danilo Tegaldo, Agostina Tegaldo.

SOMOS DIVINAS. Julia Monfort y Verónica Piñeyrúa. 4 de agosto de 2017 / 823 Caras&Caretas

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POLÍTICA

NUESTRA IZQUIERDA ANTE VENEZUELA Por Leandro Grille

H

emos creído mucho tiempo que la democracia liberal es un modelo de convivencia posible en todas partes y en todo momento. Como tal, y por sus virtudes intrínsecas en el respeto de las libertades individuales, se la ha elevado a la categoría de principio; deber ser de la autodeterminación, aspiración auténtica e irrenunciable de los pueblos y compromiso ético. Pero es mentira. La historia ha demostrado que es mentira. Los sistemas democráticos liberales puros no abundan y mucho menos acompañan la pretendida democracia política con justicia social y democracia económica. Venezuela es un caso de manual. Su carácter de enclave geoestratégico debido a la magnitud de sus reservas petroleras, gasíferas y minerales en pleno continente

americano la han convertido en un objetivo político, económico y militar a lo largo y ancho del tiempo. Por lo tanto, su verdadera libertad de autodeterminarse ha estado siempre restringida por el interés nacional de la superpotencia que impera en esta parte del mundo: Estados Unidos. Nunca jamás Estados Unidos ha aceptado pacíficamente que un país dentro su órbita de influencia, con tales recursos naturales, construya un modelo de desarrollo que se aparte de sus intereses. Y nunca jamás lo permitirán, porque la clave de la preeminencia de su poder se encuentra justamente en la negación de esa posibilidad. Si Estados Unidos, en cuanto nación e imperio, permitiera alguna vez que un Estado soberano avanzara hacia una forma de organización política y arquitectura económica emancipada de su deseo, ese sería el final de su dominio imperial y

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el derrumbe de su modo de vida. Así las cosas, resulta plenamente comprensible que el arribo al gobierno de la mayor potencia petrolera continental de un proyecto político como el chavismo haya significado una afrenta para los intereses estadounidenses y una seria amenaza a conjurar sin ambages. Como consecuencia, siempre fue imposible, desde la misma concepción y origen, que un programa de independencia nacional y socialización de la renta de los recursos hidrocarburíferos pudiese prosperar en un país como Venezuela en un marco armónico de democracia liberal. No importa tanto el contenido detallado de la estrategia de Estados Unidos para recobrar el control de Venezuela. Lo que importa más en este momento es que es eso y no otra cosa el meollo de la disputa. Venezuela no se debate entre la preservación de la

institucionalidad democrática o la deriva hacia el despotismo, no enfrenta la disyuntiva del hambre o la prosperidad, lo que subyace al conflicto venezolano es la posibilidad de consolidarse como una alternativa soberana o sucumbir a la categoría de neocolonia. Y como es eso lo que está en juego, no es esperable una resolución típicamente electoral, porque hasta ahora ningún Estado en la historia ha logrado sacudirse un imperio simplemente por el concurso de las urnas. Estas cosas, cuando la izquierda no bobeaba, se comprendían bien. Un propósito revolucionario más temprano o más tarde enfrenta una violencia impuesta así haya llegado a concretarse por medios democrático liberales. En otro tiempo el mecanismo de imposición de la voluntad de los sectores dominantes era, en última instancia, el poder represivo


de las fuerzas armadas nacionales, alineadas con sus intereses, como sucedió en buena parte del continente en los años 70. En la actualidad los procedimientos son otros, pero el objetivo es invariable: destruir el proyecto díscolo política, cultural, social y económicamente. La Venezuela revolucionaria no despierta en nuestra izquierda, mayormente organizada en el Frente Amplio, la misma simpatía desde que no está Chávez. Mientras Chávez era admirado o, por lo menos, tolerado por su inusual capacidad política y oratoria, su sucesor legítimo y electo, Nicolás Maduro, no tiene la misma gracia ni sus condiciones de liderazgo y, para colmo de males, le ha tocado gobernar el país al mismo tiempo que la cotización internacional del petróleo, el recurso económico que representa 90% de las exportaciones venezolanas, se derrumbaba 70% desde los más de 110 dólares a menos de 30 dólares por barril en menos de dos años. Con una situación económica de la gravedad que supone un empobrecimiento nacional tan rápido e inesperado que debía añadirse a la muerte del padre de la revolución, la oposición adinerada de Venezuela en completa coordinación con el Departamento de Estado encontraron la oportunidad de asediar el proyecto político del chavismo, sumiendo a la ciudadanía en una situación desesperante. Los venezolanos no acusaron de empleo y bajos salarios, sino de desabastecimiento de los productos básicos, que además eran los productos con precios regulados y, simultáneamente, el encarecimiento de los productos en los mercados paralelos. En suma, donde el producto debía encontrarse a precio módico, simplemente no estaba. Y donde efectivamente estaba, el precio era astronómico. Fue la clase empresaria la que indujo la situación, acusando al gobierno de establecer una política equivocada por imponer precios que le parecían “por debajo del costo”, y el gobierno tardó en diseñar los Comités de Abastecimiento para desmontar la maquinaria de guerra económica que se había planteado.

En el medio de la crisis impuesta por la guerra económica, se desarrollaron las elecciones parlamentarias que el chavismo perdió por 56% a 41% y no por 70% a 30% como sostienen los que necesitan mentir para afirmarse en sus argumentos. Sin embargo, esa elección, analizada más allá de los guarismos, marca que la oposición no captó prácticamente nada de los votos que perdió el chavismo entre la elección que llevó a Maduro a la presidencia y la elección de su derrota parlamentaria. Dos millones de chavistas no fueron a votar en diciembre de 2015 y la oposición apenas creció en 400.000 votos. Es por eso que la dirección política del gobierno venezolano estaba convencida de que podía recuperar su base social si mejoraba la situación económica. Porque sus votantes no se habían pasado al adversario, sino que se habían quedado en sus casas. Con los CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción) la situación de la gente, sobre todo la más humilde, que es la que más adhiere al proyecto revolucionario, mejoró. También aumentó casi 20 dólares el barril de petróleo. Sin embargo, lo que no cambió fue la presión internacional con el agregado de una disputa institucional salvaje entre la Asamblea Nacional, ahora gobernada por la oposición, y el resto de los poderes del Estado. Cuando la oposición tomó el control de la Asamblea Nacional en enero de 2016 pensaron que se llevaban puesto el gobierno en seis meses. Diseñaron una estrategia política para eso y les fue mal. El 14 de abril de 2016 decidieron activar ante el Consejo Nacional Electoral el procedimiento de revocación de mandato, pero lo hicieron tarde. Los plazos previstos en las normas que regulan el procedimiento de convocatoria a referendos revocatorios implican casi 300 días, por lo que no había alternativa para realizar ese revocatorio durante 2016, único momento en que la revocación, si se concretaba, terminaba con elecciones generales, porque si se aplicaba en 2017, entonces en caso de obtenerse la destitución de Maduro, debía asumir su vicepresidente.

Este año, la oposición encontró en la decisión del Tribunal Supremo de Justicia –que subrogaba a la Asamblea Nacional en alguno de sus poderes, en tanto la Asamblea Nacional insistiera con integrar tres disputados sobre el cual pesaban impugnaciones y suspensión de la asignación de su banca– la oportunidad política para intentar dar el jaque mate al régimen en una salida de calle, como ya habían intentado en varias oportunidades, incluyendo una en 2014, que terminó con más de 40 muertos, apenas meses después de que el chavismo hubiese ganado las elecciones regionales por aplaste y sin ninguna justificación institucional. Pero la insurrección de la oposición, que rápidamente devino en una violencia imparable, sobre todo en algunos barrios residenciales, resultó en términos políticos internos un desastre para los opositores. Si en el ámbito internacional, los más de 100 muertos fueron atribuidos siempre a la represión del Estado, en el ámbito interno de Venezuela, el pueblo invisible, el que no atrae a los flashes, observó el peligroso carácter de clase de la violencia, sobre todo con la quema de muchachos por tener pinta de chavistas. Es decir, por tener aspecto humilde. Una insurrección tan larga no puede desarrollarse en la ciudad sin concitar la antipatía ciudadana. Las propias empresas de opinión pública dan cuenta del rechazo que producen las formas violentas de manifestación. Las llamadas guarimbas y los conocidos trancazos. Es probable que un pueblo aguante 50 años una guerrilla si está en el monte, pero no te soporta 100 días de insurrección urbana violenta, quema de hospitales, medios de transportes, estaciones de metro y, además, gente. Nicolás Maduro lo leyó y se jugó su última carta. La más audaz. Convocó una elección de constituyentes con la promesa de que sólo se alcanzaría la paz. Esa fue la consigna. Y eso fue lo que atrajo a la multitud cansada de tanta violencia. Eso fue lo que recuperó al chavismo. Por eso bajaron de los cerros. Votaron 8

millones de personas, aunque los CEO de la empresa que proporciona tecnología de votación lo quieran poner en duda y digan que fueron un millón menos. Su afirmación no es creíble, primero porque no manejan los datos electorales ni son los responsables del conteo. Pero, sobre todo, porque a partir de su éxito en Venezuela, crecieron hasta transformarse en la empresa de tecnología electoral más grande del mundo y, finalmente, fueron adquiridos por George Soros y accedieron al mercado electoral estadounidense. Estados Unidos es el mercado más apetecible del mundo, pero no trabaja con su enemigo. Así que Smartmatic eligió. Ha trascendido que el próximo sábado, en la reunión de cancilleres del Mercosur, Uruguay acompañará con su voto la aplicación del protocolo de Ushuaia contra Venezuela y, por tanto, se expulsará de forma más o menos definitiva a este país del bloque regional. En principio, el gobierno, que ha venido navegando en las aguas turbulentas de la presión, intentando evitar un paso de esta naturaleza, habría alcanzado la conclusión de que no tiene margen para resistir sin aislarse de un modo excesivamente peligroso para los intereses económicos y políticos del país. Pero es bueno que la izquierda reflexione sobre otros intereses que van más allá del intercambio comercial y la simpatía de Occidente. Todo el mundo sabe que, salvo a Uruguay, hay argumentos para aplicarle el protocolo a todos los países de la región. Brasil, en primer término. Que a esta altura es un escándalo político, civil y penal. Ninguno de esos países puede dar cátedra de derechos humanos ni sobre prisión o persecución política. Brasil es directamente un golpe de Estado cleptócrata. Por eso nuestra izquierda debe reflexionar más. Tomarse su tiempo. Tener calma. No hay que abandonar principios por lo que dicta la propaganda, los vecinos poderosos y la agenda impuesta por los medios. Hay que hacer el esfuerzo por resistir. Porque siempre será preferible ser un campo de lucha que una base de agresión.

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CHAU GENTE

Por Leandro Grille

SAN SENDIC

E

s difícil referirse a un fallo que nadie leyó, pero que todo el mundo conoce. Ya se sabe que es negativo para Raúl Sendic, aunque no lapidario. Se conoce que la decisión fue dividida. E incluso palabras textuales del contenido del pronunciamiento cargadas de valor. De acuerdo a lo que ha trascendido, en la sentencia del Tribunal de Conducta Política (TCP) se acusa a Raúl Sendic de hacer un uso “indebido e inapropiado” de las tarjetas corporativas, y por otros lados se dice que el fallo le estampa el estigma de la “desviación”. Sobre los datos concretos que maneja el fallo se ha filtrado menos, pero algunas fuentes afirman que el tribunal funda su resolución en que encontró entre el dinero gastado con las tarjetas de Ancap y los montos efectivamente rendidos o reembolsados una diferencia que suma algo menos de 5.000 pesos por año a lo largo de su desempeño como jerarca de la petrolera. Si es así, más allá de la conducta siempre cuestionable cuando las cosas no suman cero, el Frente Amplio deberá analizar con mucho detalle la correspondencia entre la inconducta aducida y el mote que se le cuelga, porque si bien la corrupción no es un asunto meramente de montos, tampoco es lo mismo una inconsistencia que el robo de 800 millones de dólares. Y cabe recordar que a Raúl Sendic se lo ha acusado de muchísimas cosas en un ejercicio de bullying nacional, al que él también contribuyó, sobre todo con el asunto del título, pero que se

extendió a todos los planos de su vida pública y privada, por obra y gracia de factores internos de la propia izquierda más la siempre acechante banda organizada de medios y opositores. Aunque el fallo del TCP es sólo un insumo para el Plenario del Frente Amplio, no es un documento más. Es el producto del trabajo de un grupo de personas de muchísimo prestigio, elegidos por consenso, e intachables en su conducta a lo largo de una vida de militancia. Son referentes éticos de la izquierda y, por cierto, sólo el Frente Amplio tiene algo parecido, un comité de notables dispuesto a evaluar la corrección de los actos incluso del más encumbrado de sus militantes Con todo y más allá de la estatura política y ética de los miembros del tribunal, el pronunciamiento también es opinable. Según se mire, puede ser sólido o puede estar flojo de papeles. A la luz de la opinión de cualquier cristiano, puede ser demasiado severo para lo que prueba o demasiado indulgente para lo que encuentra. Hay que leerlo. Con detenimiento, y no sólo en sus conclusiones. También en sus considerandos, en los elementos que aporta, en la información que revela, en las apreciaciones que ensaya. Lamentablemente, desde días antes de que el presidente del FA recibiera el resultado del trabajo del TCP, ya se habían producido filtraciones que lesionan mucho

54 Caras&Caretas 823 / 4 de agosto de 2017

los derechos del investigado y la credibilidad del propio tribunal. Alguien que accedió al trabajo del TCP, quizá alguien del propio TCP, habló con la prensa. Tal vez de forma inadvertida, pero siempre a través de los mismos medios. No fue sólo una vez. Sendic tiene derecho a sentirse agraviado por las filtraciones y tiene derecho a desconfiar de la ecuanimidad del tribunal. Si fuera un juicio, tendría derecho a la recusación y a solicitar la nulidad del fallo. Pero eso es harina de otro costal, porque esto no es un juicio: es la evaluación de la conducta política de un frenteamplista. Hay sectores que, estimulados por las filtraciones, antes de que el tribunal hubiese concluido su trabajo ya estaban pidiendo la cabeza de Raúl Sendic de modo más o menos abierto. No podía ser del todo explícito, porque no podían soslayar que el fallo no se había producido o por lo menos no había sido entregado a Javier Miranda. No sé lo que debe hacer Sendic ante la resolución. No se si debe renunciar o combatir. O ambas cosas, aunque debe tener en cuenta siempre que la posibilidad de combate después de la renuncia es mínima. Recuerdo bien cuando renunció a su banca Leonardo Nicolini y fue posteriormente absuelto por el comité de ética del MPP, por el TCP y por la Justicia. Sin embargo, tras su renuncia desapareció de las portadas y el tema pasó a mejor vida. Mucha

gente puede haber quedado con la idea de que el hombre fue condenado, cuando logró probar su inocencia en todos los tribunales. Lo que sí creo es que no se debe permitir que las valoraciones se despeguen de los hechos. Porque los hechos se olvidan, en cambio las valoraciones, las palabras feroces como desviación, enriquecimiento, traición... esas cosas quedan. Y si después, hurgando, encontramos que se apoyan en la constatación de una diferencia exigua entre gastos y comprobantes, quizá hayamos cedido a un jacobinismo moral, a una sharia más que a un código de conducta. Recuerdo una vez a un compañero que era acusado políticamente con ferocidad por no haber rendido una milanesa en dos panes y una cerveza. Es cierto que no lo había rendido y que debió haberlo hecho. Pero también es cierto que el rigor debe tener alguna proporcionalidad. Porque, si no, es un sacrificio para la tribuna. Y en este caso se sacrifica al vicepresidente de la República. Termine como termine esto, la izquierda nos habrá llevado a un nuevo galardón internacional. Somos el milagro latinoamericano. El del presidente más pobre del mundo. Donde la marihuana se vende en las farmacias. Y donde el oficialismo puede hacer renunciar al vicepresidente por una inconsistencia acumulada de menos de 3.000 dólares. Si esa es su culpa, en Brasil a Sendic lo estarían canonizando.




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