Resumen 5ª jornada de las VI Conversaciones en la Colada

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20170331,Conversaciones FINALIZAN LAS VI CONVERSACIONES EN LA COLADA Organizadas por Caritas Diocesana Ciudad Rodrigo, comenzaron el pasado lunes Cáritas Diocesana Ciudad Rodrigo finalizó las “Conversaciones en la Colada”, un espacio para la reflexión y el diálogo sobre asuntos que tienen que ver con la situación y estado de nuestra Tierra. Las jornadas de mesas redondas y exposición de buenas prácticas comenzaron el pasado lunes 27 de marzo y han terminado este viernes 31 en el salón de Cáritas Diocesana Ciudad Rodrigo. El título de esta sexta edición ha sido “El futuro ya está aquí… somos nosotros”. La quinta y última jornada de las VI Conversaciones en la Colada comenzó con una charla de Nacho Duque titulada “Cómo construir un futuro esperanzador”. Empezó preguntado por las preocupaciones de los asistentes y fue apuntando en una pizarra lo que el público iba sugiriendo: familia, entorno laboral, soledad, mayores, despoblación, adolescencia, futuro, falta de reflexión, escucha, crecimiento personal, formación integral, defensa de la tierra y de lo común. Nacho Duque tomó un periódico del día para ver lo que salía en la portada y si alguna de las noticias coincidía o tenía algo que ver con las preocupaciones de los presentes. Nada coincidía, los medios de comunicación y la sociedad van por otro lado y con mucho ruido. Describió a la juventud que tiene tendencia a vivir en los núcleos urbanos, con rituales y valores concretos. A continuación, ofreció datos del Instituto Nacional de Estadística: el 21 % de los hogares está formado por parejas sin hijos. El 51 % de los que tienen entre 25 y 29 años viven con sus padres, esto les afecta a nivel vivencial, porque a esa edad es momento de volar y definirse a sí mismo fuera del hogar o lazo familiar. La edad media para ser madre es de 32 años. En España, la media de hijos o hijas es de 1´33, el relevo generacional es difícil. Estos datos dan pistas de por dónde van los tiros y qué ocurre con la juventud. A ello, se une a la vida de las grandes ciudades, donde la media de trabajo semanal es de 43 horas, pero la realidad demuestra que las jornadas laborales son interminables, los contratos son precarios, la vida es ser productivo, tener un trabajo y un estatus social, el ambiente es tóxico. Esto lleva al individualismo y la gente se siente muy sola. Nacho Duque explicó que en esta situación la mayoría de las personas se encuentran constantemente en el hacer y… ¿qué pasa con el ser? Está emergiendo una nueva clase de pobreza donde las personas tienen uno o dos trabajos y se ven con problemas para llegar a fin de mes. Hay muchas personas con


alexitimia, que no sabe reconocer sus emociones, la gente está bloqueada o saturada y en lugar de abrirse a la comunidad y comprobar que no están solos, que hay más gente como ellos, estas personas hacen lo contrario. La deshumanización es creciente. Para continuar también añadió que cada vez hay más gente despertando, viendo alternativas, que se dicen a sí mismas: sólo tengo una vida que puedo vivir en base a mis valores y recursos. La siguiente parte de la intervención tuvo que ver con el envejecimiento de la población. Y al hablar de la edad, resaltó que todo el mundo hace falta, independientemente de sus años. Hay dos tipos de formas de ver la experiencia que ofrece la edad: tremendista o relativa. La juventud es una actitud, la ilusión por un futuro mejor no depende de la edad, hace falta mucha más gente joven y que entre todos y todas podemos aportar esa energía. Todo lo comentado tiene que ver con el tema de la espiritualidad. Y en este punto volvió a preguntar a los asistentes sobre su definición de esta palabra. Nacho Duque dijo que parece que la sociedad está diseñada para no permitirse entrar en contacto con el yo interior y si esto no ocurre no vas a poder reconocer lo mejor que hay en tu entorno, ni vivir en plenitud. Lo difícil es detenerse y escucharse a sí mismo. También criticó el sistema educativo por ser utilitarista, que busca producir recursos humanos, es castrante porque no potencia lo que se lleva dentro sino que lo frustra. Nacho Duque finalizó su disertación hablando de sus conclusiones desde su experiencia. Hay que integrar lo macro con lo micro, la espiritualidad tiene un papel importante, conocer tu mundo interior y extrapolarlo, fijarse más en el cómo se hacen las cosas que en lo que se consigue. Hizo un llamamiento, juntos y juntas podemos construir una nueva acción, la toma de conciencia de nosotros mismos para poder unirnos a otras personas y actuar en comunidad, la unión es el camino. Para finalizar, Nacho Duque propuso una dinámica relacionada con el yoga. Después del café, tuvo lugar la exposición de experiencias englobadas en el título “Artistas y artesanos en nuestro mundo rural: ejemplos concretos del mostrad como…”. En primer lugar intervino, Javier Hernández, carpintero de La Encina. Explicó que siempre había querido seguir con el oficio familiar. Después de bachillerato, realizó un grado medio de carpintería en Ciudad Rodrigo y luego el grado medio superior en Hervás. En la actualidad, es autónomo con su hermano, en el mismo taller que su padre ha tenido hasta su jubilación. Para él, es un oficio muy bonito que no debería perderse. Aplican también la carpintería a sus aficiones. Por ejemplo, su padre arregla violines y violonchelos y su hermano ha realizado una guitarra y varios cajones para tocar. Trabajan de todo, hacen obras grandes pero también se mueven mucho en mueble a medida. Javier dijo sentirse muy a gusto en La Encina, porque tiene su taller y su espacio, hay tranquilidad y no hay jaleo, “no lo cambiaría por otro sitio”. Después, Ainhoa Alcolea de telasparapatchwork.es habló de sus comienzos. Ella vivía en Madrid, estudio Bellas Artes y se dedicó primeramente a pintar cuadros, hasta que le


dieron un premio y fue demasiado para ella. Se fue a vivir a Morasverdes, la población de donde era su abuela y su pareja. Allí trabajó como cocinera, camarera,… Hasta que hizo un curso de patchwork y le gustó porque para ella “es pintar con telas”. Empezó a realizar trabajos por encargo, le echaba muchas horas y finalmente decidió montar una página Web para vender telas a través de Internet (tras dos intentos frustrados anteriores, la Web actual funciona muy bien). El primer año, recorrió las doce ferias especializadas en patchwork para darse a conocer, por todo el país. En la actualidad, da clase por los pueblos (en Tamames para adultos y niños y en Ciudad Rodrigo en el Centro Social Aldea), va a cuatro ferias especializadas anualmente donde vende telas, accesorios y patrones de diseños que ella misma realiza. También comentó que este viernes por la mañana, había comenzado un canal en YouTube para enseñar patchwork por Internet. Al venirse a vivir a Morasverdes, le costó adaptarse. Se considera una artista, lo que más le gusta es el diseño y la creación. Para concluir la jornada y la programación de las VI Conversaciones en la Colada, María Ollaquindía, delegada diocesana de Caritas Diocesana Ciudad Rodrigo, hizo un resumen del desarrollo de las conversaciones precedido de las siguientes palabras: “tenemos como prioridad trabajar contra el desamor y denunciar los mecanismos del sistema económico imperante. Nuestra verdadera y única intención es, aumentar nuestro amor a la Humanidad partiendo de lo más cercano; no perder nunca la esperanza en el Padre-Madre de todos y todas, y preguntar, una y otra vez a Jesús de Nazaret: ¿Dónde vives?”. Después del resumen, la delegada diocesana leyó una carta de Javier Alonso que se puede leer aquí Además, María Ollaquindía hizo lectura de unas palabras escritas con motivo de la clausura por Mons. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo que se puede consultar aquí


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