MANIFIESTO Como todos los años celebramos el Día Internacional del Empleo Doméstico. Las empleadas de hogar seguimos aportando un valor incalculable a nuestra sociedad: cuidamos de vuestros mayores, permitimos la conciliación, damos respiro y tranquilidad a las familias,… En los últimos han existido diferentes avances y retrocesos en las leyes que afectan a la relación laboral en el sector doméstico. Seguimos observando algunos déficits importantes, tanto legislativos como a la hora de aplicar la ley: La relación laboral de “empleadas del hogar” es calificada por el Estatuto de los trabajadores como “especial” lo que se traduce en la práctica en una situación de mayor vulnerabilidad, ya que: o NO existe Convenio Colectivo, con lo que no está regulado de forma específica, los derechos, deberes y las condiciones en este sector. o NO resulta de aplicación la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, por lo que quedamos al margen de una adecuada protección de la salud. o NO estamos incluidas en el Fondo de Garantía Salarial. Por tanto, en caso de que la parte empleadora sea insolvente este fondo no se hace cargo del pago de los salarios. Todavía hay algunas prestaciones a las que las empleadas del hogar no tienen derecho o no están reguladas como: el despido, la protección por desempleo, la posibilidad de jubilación anticipada y las prestaciones para desempleadas mayores de 55 años. En 2018 se calcula que aproximadamente el 33% de las personas que trabajan en el sector doméstico no están dadas de alta en la Seguridad Social, generando una gran bolsa de empleo sumergido y precario. Además, las bases
de cotización a la Seguridad Social están por debajo de sus salarios.
Por todo ello, demandamos: 1) Ratificar por parte de España el Convenio 189 de la OIT y de esta manera adecuar la legislación para que este sector tenga garantizados todos los derechos laborales y prestaciones sociales. 2) Realizar, sin dilaciones, los cambios legislativos necesarios para incluir plenamente a las empleadas del hogar en el Régimen General de la de Seguridad Social, teniendo derecho a todas las prestaciones reconocidas al resto de trabajadores. 3) Poner en marcha todas las medidas para alcanzar un Convenio Colectivo de ámbito nacional que regule el sector. 4) Establecer un sistema de cotización a la Seguridad Social, en el que se equiparen las bases de cotización con el salario percibido, teniendo en cuenta la renta de las familias empleadoras, con bonificaciones y reducciones para poder asumir sus costes, y evitar el posible empleo sumergido. 5) Entender el “domicilio” como “lugar de trabajo” para que los Inspectores de Trabajo puedan tener acceso y poder realizar los controles pertinentes. 6) Ser incluidos/as dentro del ámbito de aplicación de la Ley de prevención de riesgos laborales. 7) Tomar las medidas oportunas para profesionalizar el sector. Por un EMPLEO DOMÉSTICO DIGNO Y PROFESIONAL