Cáritas Más que una ONG (Texto: Salvador Pellicer, Delegado Episcopal de Cáritas Española) Es raro que, en esto momentos, exista alguien que no haya oído el nombre de Cáritas y no reconozca su logotipo: cuatro corazones que abarcan el mundo con la cruz que trazan en su interior. Muchos la catalogan dentro de las ONG que trabajan con rango nacional e internacional. y no se equivocan, ya que esta institución goza de todos los derechos y deberes que las leyes reconocen a las organizaciones no gubernamentales. Pero junto a esto hay que añadir que clasificando a Cáritas como una ONG no estaría todo dicho y sería una verdad a medias. Cáritas nació mucho antes que cualquier otra ONG. En España celebró su cincuenta aniversario en 1997. y antes de que naciera Cáritas como institución, ya la Iglesia, desde su nacimiento, venía poniendo en práctica la cáritas (palabra latina que significa caridad), como parte integrante de la misma identidad eclesial. Nos encontramos, pues, con 50 años de la Institución Cáritas, pero con 2000 años de caridad (cáritas) puesta en práctica. Los primeros seguidores de Jesús además de reunirse para escuchar la palabra y celebrar la eucaristía, ponían todo en común para que a nadie le faltara nada de lo necesario para vivir dignamente. Estas tres dimensiones: anuncio de la palabra, celebración de los sacramentos y caridad hecha servicio, constituyen lo que se llama la misión de la Iglesia. Las tres juntas, sin olvidar ninguna ni separar la una de las otras, son las que evangelizan. Las tres unidas presentan el mensaje completo de Cristo, la Buena Noticia, a los hombres y mujeres de la tierra. Las tres tienen como centro el amor, ya que anunciamos el amor que Dios nos tiene, celebramos el amor que Dios nos manifiesta y verificamos el amor que Dios nos prodiga en el testimonio del servicio a los demás. Cáritas es, por tanto, el nombre que se ha querido dar a la expresión organizada del amor del Pueblo de Dios, a los más pobres de entre los seres humanos. Así pues, al organismo oficial de la Iglesia que expresa el amor preferencial de Dios por los más pobres se re ha dado el nombre de Cáritas. EL LUGAR DE CÁRITAS Cáritas encuentra su lugar teológico entre los pobres y excluidos de la sociedad. Al igual que Jesús de Nazaret que se mezclaba con "gente de mal vivir", según el juicio de sus enemigos, Cáritas se ve convocada a desplegar su labor entre los hombres que han pasado a formar parte de los excluidos. Su presencia es reclamada en las situaciones en que al hombre se le niega su posibilidad de ser persona con todos los derechos humanos en pleno ejercicio; ha de hacerse valer en los lugares donde la vida y dignidad del ser humano están en peligro y la existencia puede ser truncada a causa de la injusticia y el desorden económico y social. Es ahí, en los agujeros negros de nuestro universo social, donde ella tiene su sitio y su sentido: -Cuando la integridad física está amenazada: ¡ahí está Cáritas!, enfrentándose al hambre, a la enfermedad, a la persecución, a la guerra ya la depredación de la tierra y defendiendo a quienes son triturados por el engranaje de los intereses creados. -Cuando la relación social está destrozada: ¡ahí está Cáritas!, voceando que el racismo no
es humano, que la xenofobia no tiene cabida, que las fronteras excluyentes son defensas interesadas y demostrando que la acogida libera y sana, porque al otro no se le mira de arriba abajo, sino a los ojos como a un igual. -Cuando la mente está secuestrada: ¡ahí está Cáritas!, intentando liberar las cadenas de los no instruidos, de los sumergidos en la explotación mercantilista de trabajos denigrantes y abriendo las puertas a aquellos que ya no poseen criterio porque han sido atrapados en las garras de las adicciones. -Cuando los valores éticos están devaluados: ¡ahí está Cáritas!, luchando por la dignidad de las personas y proclamando que el valor del ser humano no radica en los títulos ni en las cuentas corrientes ni en la producción que aporta, sino en el atributo de ser persona. Y todo ello porque Cáritas entiende que su lugar de acción está en el ser humano y su labor es rescatar a quien es deshumanizado, procurando una intervención global en favor de los hombres sin descuidar ninguna de sus necesidades vitales ni su historia personal. ¡Ahí esta Cáritas!, donde otras muchas instancias no están ni les interesa estar porque "ahí no se produce nada". TAREA DE CÁRITAS Cáritas, para llevar a término su misión, desarrolla una serie de tareas fundamentales a través de las cuales anuncia que es posible la transformación de las personas y las estructuras, y denuncia las situaciones injustas. Anuncia con sus hechos y palabras su actitud liberadora y sanadora, porque los hechos, tanto como las palabras, ya son en sí una denuncia manifiesta frente a todo aquello que los contradice. De esta forma Cáritas presenta su dimensión profética, ya que anuncia y denuncia. De las tareas que Cáritas lleva entre manos hay tres que merecen ser destacadas: animación de la comunidad, intervención social y comunicación cristiana de .bienes. 1. ANIMACIÓN DE LA COMUNIDAD. Cáritas ayuda a la comunidad cristiana a tomar conciencia de que la práctica de la justicia y la solidaridad forman parte de las exigencias del amor, que tiene que vivir todo seguidor de Jesús. Y mantiene despierta la sensibilidad de la comunidad hacia sus hermanos para que sientan como en carne propia, y le "duelan", las situaciones de 4 pobreza, marginación, exclusión e injusticia en que se encuentran. Este objetivo se logra con su presencia en medio de la comunidad, con análisis y estudios de la realidad para tomar conciencia de lo que sucede en nuestro entorno y en nuestro mundo, y con su compromiso en dar respuestas adecuadas a situaciones lacerantes. Asimismo, suscita en la comunidad personas que asuman como voluntarios el servicio y la acción caritativo-social, a favor de los más pobres. 2. INTERVENCIÓN SOCIAL Cáritas interviene en la sociedad de tres formas muy concretas y complementarias entre sí: -Con la asistencia en caso de urgencias o intervenciones en crisis: atendiendo a las personas cuya vida está en riesgo, posibilitándoles los recursos más elementales de subsistencia a la vez que los encamina, dentro de lo posible y con la asistencia planificada, hacia la propia integración social.
-Por medio de la promoción: trabajando para que los excluidos pasen a ser agentes activos de su propio desarrollo, a través de los diferentes programas que les oferta para su capacitación y formación, dotándolos así para conseguir su integración social. -Con el cambio de estructuras: profundizando en las causas de la pobreza, presentando propuestas de cambio frente a las injusticias institucionales y ante ciertas dinámicas sociales que generan exclusión y, a su vez, luchando para que sean integrados quienes han sido expulsados del concierto social. Cáritas se ocupa de dar el pez a quien padece hambre, pero a su vez, interviene educando al receptor para que aprenda a pescar. Pero no bastándole con esto, se esfuerza por que el pescador tenga licencia para trabajar en el río y quienes están ya pescando compartan con él sus aperos, caña, anzuelo, cebo. Y además, lucha porque el pescado que ha conseguido sea pagado en el mercado a un precio justo y reclama que el agua del río no fluya contaminada, y que cuando el pescador ya no sirva para esta labor no sea arrinconado como un apero inútil y pueda seguir viviendo con dignidad. Cáritas es consciente de que entre las intervenciones enunciadas hay algunas que son asumidas por la comunidad de creyentes y por la sociedad, pero otras no lo son tanto. Mientras Cáritas vaya a los lugares periféricos donde se padece la pobreza, no se suscita contestación ninguna, pero cuando Cáritas se pone de parte los excluidos y reta a la sociedad para que los integre, con el consiguiente compromiso personal que eso conlleva, se le ponen trabas y obstáculos. O sea, que Cáritas cae muy bien mientras asiste o promociona, pero cuando impulsa el cambio de estructuras ya deja de ser tan "simpática". ESTRUCTURAS INJUSTAS Cambiar las estructuras injustas significa: -Que el pobre está sentado a nuestra mesa. Esto comporta que los comensales a tener que compartir su plato, aunque no estén acostumbrados. Es una invitación al camino de la austeridad y la generosidad. -Que en nuestra ciudad, en nuestro pueblo o en nuestra vecindad, va a haber una casa de acogida de transeúntes, de drogadictos, de enfermos de sida o de emigrantes. Esto exige acogida (no rechazo ), cercanía y relación de convivencia cotidiana para crecer con las puertas abiertas y no morir asfixiados por la cerrazón egoísta. Es una invitación a recorrer la senda de la tolerancia y la fraternidad. -Que los derechos humanos, laborales y sociales son para todos, no sólo para nuestra familia, nuestros vecinos, nuestros conciudadanos, nuestro Estado o nuestra Comunidad Europea. El reconocer los derechos en todos, sin distinción, es aceptar que los mismos atributos que yo tengo y quiero para mí los tienen todas las personas. Es una invitación a entrar en la ruta de la igualdad y la responsabilidad. El cambio de estructuras pide una conversión personal, un cambio en nuestro estilo de vida y una desaceleración en el ritmo que llevamos para esperar a los que se quedan atrás. Parece ser que no estamos muy dispuestos a quitarnos la máscara que nos ponemos para ocultar nuestros defectos y soportarnos a nosotros mismos.
3. COMUNICACIÓN CRISTIANA DE BIENES Cáritas desde su mismo nacimiento insiste en la urgente necesidad de un reparto más justo de los bienes de la tierra. Hace de recordatorio permanente ante la comunidad cristiana para que ésta no se olvide de que pertenece a una Iglesia que quiere ser pobre al servicio de los pobres. Cáritas recuerda que la Eucaristía es una "comida de hermandad" donde se comparte todo entre todos y que no puede ser que unos estén hartos de comer, mientras que otros mueren de hambre. Anuncia que compartir los bienes es una expresión de amor; que los tesoros que se acumulan en la tierra son pasto de la polilla, que los bienes fueron creados para el disfrute y reparto equitativo entre todos los hombres, y que están al servicio de la persona y no para que la persona se convierta en su esclava. Cáritas suscita, también, en la comunidad, actitudes de generosidad recaudando, fondos para intervenir en favor de los empobrecidos, al tiempo que es memoria activa de que no se puede ser discípulo de Jesús guardando el capital de bienes y talentos, tan importantes o más que los económicos, que Dios nos los ha dado no sólo para nosotros sino que hay que repartirlos y compartirlos para que fructifiquen. Por eso invita a que se compartan la cultura, la salud, el tiempo, el territorio, los espacios de la vida, los valores y los sentimientos, todo aquello que conforma la vida del ser humano. De este modo uno no se guarda la vida para sí mismo, en exclusiva, sino que la da desviviéndose para que los demás tengan vida, una vida mejor. RECURSOS ECONÓMICOS Además de los bienes económicos que recauda en las propias comunidades cristianas, Cáritas interpela a la sociedad, anunciándole que la persona solamente se realiza como tal en la convivencia social y solidaria, y que una sociedad no puede dejar tendidos en el camino a los compañeros de viaje más débiles y desvalidos, entre otras razones, porque actuando así, las personas estamos cavando nuestra propia fosa, ya que cuando la sociedad no nos considere útiles también a nosotros nos dejará tirados en la cuneta de la vida. Es de justicia afirmar que Cáritas recibe cantidad de bienes económicos, y de toda índole, de parte de los ciudadanos que, aunque no pertenecen a la comunidad eclesial, valoran la labor social y de justicia que lleva a término, y constatan el buen uso de los recursos, cuyo destino son los excluidos de la sociedad dentro y fuera de nuestras fronteras. También hay que recordar que otra fuente de donde provienen los bienes económicos son los organismos y administraciones oficiales, tanto los locales y autonómicos, como los estatales y europeos (una pequeña parte en el total de los recursos de Cáritas ). A todos ellos acude Cáritas presentando programas operativos de intervención puntual o prolongada. y lo hace consciente de que el dinero que administran estos organismos proviene de los contribuyentes, y de que ha sido recaudado para ser devuelto a la sociedad en beneficio de los más necesitados. De esta forma, Cáritas se convierte en cauce por el que fluye hacia los más vulnerables, en justicia y equidad, la comunicación de bienes sociales. CON QUIÉN COMPARTIR Cáritas recuerda continuamente que con quien hay que compartir es con las víctimas de
la injusticia y la exclusión social que se ha suavizado con la denominación genérica de "pobres". La pobreza no se define ya únicamente como carencia de bienes económicos, sino que en nuestro mundo actual comporta múltiples rostros. Así nos encontramos con: -La pobreza de los que pasan hambre, de los que ven cómo se les han cerrado las puertas a la educación y de los que se sienten abandonados... Confinados en las bolsas de pobreza. -La marginación de quienes viven nuestro cuarto mundo, en territorios infradotados y pasan a ser anónimos (sin nombre) para la sociedad: ancianos, minorías étnicas, disminuidos físicos, enfermos mentales..., destinados a la expulsión del circuito de los bienes sociales. -La exclusión de los reclusos y exreclusos, transeúntes, drogadictos, enfermos de VHI, víctimas de la prostitución, familias maltratadas, desempleados, emigrantes, desplazados por la guerra... Abocados a ser excluidos de por vida. -La pobreza, marginación y exclusión de los países más pobres y explotados. Donde las naciones desarrolladas tienen sus reservas de "esclavos" que trabajan con salarios de miseria. Donde los beneficios de sus materias primas van a los países ricos y los mercados internacionales controlan la producción. Donde se languidece agotados por la impagable deuda externa acumulada. Donde confluyen las guerras, las pandemias y las catástrofes naturales, que son más terribles cuanto menos medios hay. TENEMOS QUE COMPARTIR Son muy pocos los ricos y muchos los pobres. Somos pocos los que vivimos bien y muchos los que viven mal. Aunque seamos menos numéricamente hemos acumulado demasiado, tanto que necesitamos defendernos para proteger lo que no seremos capaces de gastarnos en toda una vida, por muy larga que ésta sea. Podemos y debemos compartir. Tal vez hemos llegado al absurdo: pocos tienen mucho y muchos no tienen casi nada. ¿Tiene explicación sensata que el 15% de los habitantes del planeta posea el 80% de la riqueza de la tierra, mientras el 85% se tiene que conformar con el 20% restante? ¿Es de recibo que mil millones de habitantes de la tierra tengan que subsistir con un dólar al día por persona? ¿Se puede entender la esquizofrenia humana que a unos nos lleva a tener que hacer dieta alimenticia, porque abusamos de los alimentos y ponemos en peligro nuestro cuerpo, mientras millones de niños están desnutridos y miles de personas se mueren de hambre? ESTADO DE LA DIGNIDAD Ingenuamente se cree que la división existente entre empobrecidos y el resto de la sociedad beneficia a estos últimos. Hay que afirmar rotundamente que lo que se produce es un mutuo empobrecimiento. El silencio social al que son sometidos los pobres priva a ,todos del enriquecimiento que se podría alcanzar en la comunión recíproca
compartiendo los bienes de unos y otros. Para que la "riqueza de los pobres" pueda llegar al mundo de los estados del bienestar, debe darse un paso nuevo y decisivo: luchar por la construcción de un estado de la dignidad. Para ello es inexcusable, como proclama Cáritas, que se oiga su voz. Hasta hoy lo más que consentimos es que nos llegue algún susurro y alguna lamentación puntual. Rápidamente nos cansamos e incluso demostramos nuestro enfado cuando nos sentimos, según nuestro criterio, demasiado bombardeados por las noticias que nos llegan del Tercer Mundo. Es cierto que aceptamos determinadas informaciones. Todo el mundo sabe el nombre del Grupo de los Siete (G-7); los siete países más ricos del mundo; pocos sabríamos repetir el nombre de los siete países más pobres. Se toleran, hasta cierto punto, las informaciones sobre las guerras de las regiones subdesarrolladas, y cuando las aceptamos es porque se nos cuentan como una novela de aventuras. Se nos informa, con todo lujo de detalles, de las inundaciones, terremotos y catástrofes más ruidosas, pero una vez que hemos aportado nuestra cuota de solidaridad internacional, exigimos que se nos deje tranquilos. Se denuncian los desmanes económicos de la globalización del libre mercado, pero no nos gusta que alguien nos recuerde que ése es el sistema que hemos implantado y que nos va bien para nuestro estilo de vida que no estamos dispuestos a cambiar. Cáritas no se cansa de proclamar, aunque a veces es contestada por ello y se hace sospechosa a los ojos de algunos, que si no escuchamos la música de los pobres la sinfonía está incompleta. Los instrumentos más humildes también tienen notas que tocar, que los sobresalientes no pueden suplir. lOS POBRES NOS EVANGElIZAN Cáritas, haciéndose eco de las palabras del Evangelio de Mateo, afirma que el pobre es lugar teológico del encuentro con Dios. "Venid benditos de mi Padre y heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui extranjero y me recogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, estuve enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme... Os lo aseguro: cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo" (Mt. 25, 35). y todo encuentro con el Salvador salva. Por ello cuando llevamos la Buena Noticia a los pobres son ellos quienes nos dan la Buena Noticia y al pretender evangelizarlos son ellos los que nos evangelizan. La Iglesia y la sociedad no pueden permitirse el lujo de perder toda la riqueza humana y divina que tienen los pobres. Cáritas .reconociendo que hay mucha gente dispuesta a ayudar a los pobres grita que también hay que dejarse ayudar por ellos. ¿Estamos dispuestos a aprender de ellos? Es fuerte el reto que plantea a la Iglesia ya la sociedad su inclusión y su integración. Devolverles la palabra y la posibilidad de que se conviertan en protagonistas y conseguir que las instituciones les tengan en cuenta, es poner en cuestión nuestra comodidad y nuestra se~sación de superioridad.
Pero esta será la única forma de llegar a la globalización auténtica. Hasta ahora hemos logrado globalizar las finanzas, con ello hemos globalizado también la pobreza, pero el esfuerzo que se nos pide es el de globalizar los bienes. OBRAS SIGNIFICATIVAS Cáritas es muy consciente de que a pesar de todas sus intervenciones nunca será capaz de llegar a todos los pobres que sería necesario y urgente atender, pero tiene muy claro que las obras que tiene que realizar deben ser significativas. Lo cual quiere decir que están llenas de contenido, que son símbolo de algo que las trasciende, como el ramo de rosas que se regala sobrepasa, con mucho, el simple valor monetario que se pagó por las flores. La significación se alcanza cuando se logra presentar el testimonio del trabajo bien hecho y cuando se está presente y se actúa en los lugares donde existe mayor necesidad y vrgencia. Cuando Cáritas se interroga sobre las obras que realiza, lo hace teniendo en cuenta el bien hacer y la mayor necesidad: Primero, porque presta su servicio de acuerdo con los dos principios inseparables del testimonio: -La motivación última de la voluntad de servir, enraizada en el fondo de su propia vocación. -El empleo de los recursos técnicos, formativos y humanos que nos brindan los tiempos actuales. Estps dos principios son inseparables, ya que el uno sin el otro lleva al autoengaño del paternalismo ya la autocomplacencia de creer que todo se hace bien. Yel otro sin el uno desemboca en la frialdad de la implantación de servicios y prestaciones carentes de corazón. Segundo, porque dejamos claramente al descubierto dos actitudes fundaIpentales de la presencia~:;-/ -La opción preferencial por los más pobres (no olvidemos la pluripatología que encierra la palabra pobreza): los que carecen de recursos económicos, los que no pueden acceder a los bienes sociales, los que no encuentran apoyos familiares, los que se hallan más golpeados por falta de salud y autonomía propia, tanto personal como social. -La manifestación ante toda la sociedad, por medio de nuestro modo de actuar, de que aún quedan m~chos grupos de seres humanos que necesitan de atenciones especiales y urgentes, a los cuales son pocos los que se acercan por su falta de rentabilidad, según los parámetros economicistas. BUENOS y COMPETENTES Cáritas se coloca las
gafas bifocales para analizar la realidad en que estamos inmersos. Es así como se sale de la falacia de que basta con ser buenos y de la excusa de que siempre se ha hecho así. y volvemos al ejemplo de los peces: "Dicen que un buen día, caminado un indio por el bosque se sorprendió viendo a un mono dado zarpazos en el agua de un riachuelo. y más se sorprendió aún cuando, habiendo logrado atrapar un pez se la acercó a la boca y le dijo: "Te he salvado de morirte ahogado" y, con toda delicadeza y cariño, lo colocó en la rama de un árbol". No le faltaba al mono buena intención, pero con ella condenó al pez a morir. Para ser eficaces hay que ser buenos ya la vez competentes profesionales, capacitados para el trabajo solidario, con el fin de llegar a ser transcendentes. Es evidente que no podemos llegar a todo, pero es muy importante que lo poco o mucho que hagamos esté bien hecho, que sea útil y transformador de las personas y la sociedad porque se quiere significar una nueva esperanza que camina hacia la excelencia. TRABAJAMOS POR LA JUSTICIA La presencia de Cáritas en una comunidad es una profecía permanente de que el Reino de Dios puede hacerse realidad en nuestro mundo. La profecía es que el mundo se transformará por la vivencia y la praxis del amor (caridad) que tiene como exigencia la justicia. "Trabajamos por la justicia" es el lema de Cáritas. Cáritas participa del compromiso por la justicia propio de toda la comunidad eclesial y lo hace viable a través del compromiso temporal de los laicos. Al cuestionar los sistemas que engendran injusticia, la caridad adquiere el rostro del esfuerzo continuado por la justicia y por el cambio de estructuras injustas. Cáritas amplía las exigencias de la justicia hasta el límite de las necesidades del otro. Quien trabaja en Cáritas, siendo profesional voluntario o voluntario profesional, liberado para esta tarea o dedicado parcialmente a ella, debe estar tocado por el amor (caridad). En Cáritas los pobres nos convierten. Nadie que trabaje en Cáritas puede hacer oídos sordos al clamor de los excluidos. La tarea de Cáritas nunca llegará a estar concluida porque su objetivo último es la implantación del Reino de Dios (Reino de paz y justicia, de amor y verdad). La Iglesia, encargada de continuar la obra salvadora de Jesucristo en el mundo, ha creado una serie de instituciones, entre ellas Cáritas, para luchar contra la injusticia que produce pobreza, marginación y exclusión, que atentan contra los valores fundamentales del Reino de Dios. La caridad, por tanto, no es exclusiva de nadie sino que pertenece a todas aquellas personas que se empeñan, consciente o inconscientemente, por la implantación del Reino de Dios aquí y ahora. Cáritas colabora con todas aquellas personas, instituciones y organizaciones que trabajan en favor del ser humano para rescatarlo de la opresión y exclusión injustas, sean del signo que sean, mientras no hipotequen la propia identidad de Cáritas. De este modo ha conseguido que, en muchas ocasiones, los logros alcanzados no sean sólo fruto de una yuxtaposición de acciones, sino de la suma de presencias particularmente en los países más empobrecidos.
GLOBALIZACláN DEL AMOR Globalización es la palabra de moda. Se usa ya en todos los ámbitos. Nos hablan y hablamos de globalización económica, política, sanitaria, social, armamentística... y de globalizaci6h de la pobreza. La Iglesia ya tenía inventado un término: "católico" (del griego kata- holikós, universal). Podíamos usar como título de este apartado los vocablos universalidad o catolicidad del amor, pero usando globalización tal vez nos entendamos mejor. Cáritas proclama que el amor por su mismo origen y destino es global, desde el momento que lo quisiéramos acotar y cerrar pasaría a ser egoísmo. Ya hemos dicho que el amor del que se nutre Cáritas es el Amor Trinitario, el que nos dice que Dios ama a todos y hace a todos sus hijos y hermanos. Y esto posibilita que el amor al prójimo se verbalice tanto ante el prójimo cercano como ante el lejano, y uno no va para nada en detrimento del otro. Cáritas rompe las fronteras de los que dicen: "Ya tenemos bastante con los pobres de nuestro pueblo, de nuestra autonomía o de nuestra nación, como para ocuparnos de los de fuera". Esto es cerrarse a las posibilidades del amor cristiano que nos interpela continuamente a la construcción de la fraternidad universal. Desde esta perspectiva, las exigencias de la justicia y la solidaridad vinculan a Cáritas con todos los pueblos, y más en concreto con el grito de los pobres del mundo entero. y éste es uno de los grandes desafíos de Cáritas: comenzar por los últimos de la tierra, estén donde estén. La atención al débil no puede depender del código postal de la casa en que se habita. El fenómeno de la aldea global es leído desde Cáritas como la exigencia de una acción sociocaritativa más universal y católica. En consecuencia, Cáritas quiere suscitar en la comunidad cristiana y en la sociedad un compromiso de solidaridad con todos los pueblos. y apuesta por los pobres sin distinción de lengua, sexo, color, procedencia o religión. Cáritas no sólo quiere sumar su voz al clamor de los pobres sino devolverles la palabra. Cáritas, que se hace presente ante las grandes catástrofes de la humanidad, no olvida que la mayor catástrofe es la situación permanente de hambre y miseria en la que viven gran parte de los humanos. Al usar este lenguaje Cáritas interpela a la comunidad de creyentes, preguntándoles ¿dónde están sus hermanos? y sabemos que no vale la respuesta que le dieron al Creador en el primer capítulo de la Biblia, cuando preguntó: " ¿Dónde está tu hermano Abel?" y Caín respondió: " jNo lo sé! ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?" (Gn. 4, 9). LA GRAN FAMILIA DE CÁRITAS Al Igual que la Iglesia siendo una se organiza en Diócesis y Parroquias, Cáritas, siendo parte de ella, se divide en idénticas circunscripciones. y tan similar es a la Iglesia que cuando ésta crea organizaciones intermedias para una mejor atención pastoral, aparece normalmente una Cáritas de análogas características. Todo ello viene así organizado con el fin de llevar a término servicios comunes que presten mayor eficacia y ahorro de medios. Sin que pierdan su identidad y funciones ni la Cáritas Diocesana ni la Parroquial emaizadas en la más
profunda eclesiología. La organización y funciones de los ,diferentes ámbitos de Cár~~as so:f:l/las siguientes: CÁRITAS INTERNACIONAL Cáritas Internacional depende de la Santa Sede y está presidida por un obispo. Es la confederación de las 194 Cáritas nacionales que existen actualmente. Su misión es coordinar la acción sociocaritativa de la Iglesia en todo el mundo" sobre todo en los casos de grandes catástrofes y emergencias y en los planes globales de desarrollo. CÁRITAS EUROPA Es una de las siete grandes Regiones en que está dividida Cáritas Internacional. Reúne a las diferentes Cáritas nacionales de nuestro continente. Está presidida por un obispo y ayuda a los diferentes países a coordinar determinadas acciones ya diseñar caminos de animación e intervención. CÁRITAS ESPAÑOLA Depende de la Conferencia Episcopal" que a través Comisión de Pastoral Social" uno de cuyos obispos se encarga de Cáritas" nombra al Delegado Episcopal" al Presidente y al Secretario General. Este triunvirato" cada uno desde su misión y funciones" dirige este organismo de la Iglesia. Cáritas Española es la Confederación de todas las Cáritas Diocesanas de España más una serie de Instituciones también a ella confederas como: CONFER" FERS" y Familia Vicenciana. Entre sus objetivos podemos señalar: ser cauce de la comunión cristiana de bienes de toda índole; coordinación de la actuación de sus confederados, respetando siempre la autonomía de cada uno; potenciación de la actuación y actualización de todos sus miembros; promoción de la formación de agentes, mediante la organización de jornadas, cursos, estudios, publicaciones..,; denuncia de las situaciones injustas que soportan los excluidos, en nuestro país y en los países más pobres de la tierra; y coordinación de la ayuda a los países que sufren catástrofes y emergencias. Para todo ello Cáritas Española cuenta con unos Servicios Generales. CÁRITAS AUTONÓMICAS Son entidades de encuentro y diálogo, coordinación y gestión para las Cáritas Diocesanas e Instituciones Confederadas de las Comunidades ,Autónomas. De esta forma se potencia la ayuda mutua ante los problemas, cuestiones, programas y actividades de ámbito territorial común. CÁRITAS DIOCESANAS Su Presidente es el Obispo Diocesano, quien nombra un Delegado Episcopal, un Director y un Secretario General para que dirijan la institución. Cáritas Diocesana es un organismo al servicio de la Diócesis en general y de todas y cada una de las parroquias e instituciones confederadas. Cáritas Diocesana opera por medio de recursos humanos, económicos y técnicos. Realiza programas y servicios que por su envergadura o complejidad exceden las posibilidades de las parroquias, arciprestazgos y vicarías... Es cauce de comunicación cristiana de bienes entre las diferentes comunidades y zonas de la Diócesis, por medio del Fondo Diocesano. Actúa como instrumento de recaudación a favor de los países del Tercer Mundo. Forma a los agentes de Cáritas. Sensibiliza a la sociedad en general denunciando los graves
problemas de injusticia, marginación y exclusión social, y se implica en la búsqueda de soluciones. CÁRiTAS DE VICARíA, ARCIPRESTAL E INTERPARROQUIAL Son organizaciones de servicios, cuyas funciones principales son las de coordinación, la de rentabilizar esfuerzos y la de atender los problemas sociales que desbordan el ámbito de las parroquias. CÁR¡TAS PARROQUIAL El primer núcleo de la acción socio-caritativa de la Iglesia es la parroquia, por tanto también lo es de Cáritas. Al igual que el obispo da la misión al párroco para que presida a la comunidad en la fe y la guíe en la santificación, se la da para que la acompañe en el ejert:;icio del servicio a la caridad. El párroco es el presidente nato de Cáritas. Cada Cáritas Parroquial tiene una director. Cáritas lleva a término la realización de la acción caritativa y social de la comunidad cristiana de bienes en todas sus formas y ayuda a la promoción humana y al desarrollo integral de los más pobres. Todas estas "formas" de presentarse Cáritas cuentan con sus estatutos, equipos directivos, consejos generales, comités ejecutivos y asambleas. Estas últimas son sus principales órganos de gobierno y decisión, pero sus acuerdos y conclusiones siempre han de ser ratificadas por quienes presiden la caridad en la Iglesia que son los obispos, Padres de los pobres, expresión usada por los antiguos Padres de la Iglesia. Tanto la composición y la estructura de la gran familia de Cáritas como los diferentes aspectos de nuestra identidad que han sido abordados a lo largo de estas páginas expresan con claridad la peculiaridad del "ser" , "el hacer" y "el estar" de Cáritas. Son estos rasgos especifícos los que configuran el armazón de la acción desarrollada por Cáritas para cambiar las estructuras sociales, de las claves de su relación de ayuda con los miembros más débiles de la sociedad, de las propuestas que lanza a todos sus colaboradores y voluntarios para comprometerse en la lucha por la justicia, y de su lugar en el seno de la iglesia como respuesta activa y organizada de la comunidad cristiana a la opción evangélica y preferencial por los pobres. Este es el equipaje con el que Cáritas camina en su triple empeño de denunciar, anunciar y transformar. Todo lo que hace posible que en Cáritas trabajemos por la justicia.