El método de valentín fuster para motivarse

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El método de Valentín Fuster para motivarse No tengo el gusto de conocer personalmente al Dr. Valentín Fuster (Barcelona, 1943), DG del Centro Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York y director del CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares). Le admiro mucho como profesional y como ser humano y he leído todos sus libros (La Ciencia de la Salud, Corazón y Mente –con Luis Rojas Marcos, a quien sí conozco del Congreso de la Felicidad en A Coruña-, La Ciencia y la Vida –con José Luis Sampedro, a quien conozco desde hace 25 años-, La cocina de la salud –con Ferrán Adriá, a quien conozco del I Afterwork APD de Barcelona, y Josep Corbella- y Monstruos Supersanos). Es uno de nuestros compatriotas de quienes hemos de sentirnos más orgullosos, un referente de ejemplaridad. El viernes vi en la librería de El Corte Inglés la última obra del Dr. Fuster (con la colaboración de Emma Reverter), El círculo de la motivación. Y me la he leído cuanto antes. Se trata del método que utiliza Valentín Fuster para salir adelante. Como escribe él mismo en el prólogo, “Vivimos en una sociedad de infarto”. “Es evidente que algo debe cambiar, que debemos construir una sociedad más humana, más justa y con valores más firmes”. Sí, los ciudadanos se sienten frustrados por la duración y profundidad de la crisis económica (“desesperación silenciosa”, lo ha llamado la Cruz Roja), con cuatro millones de niños en España por debajo del umbral de la pobreza. “Una vida satisfactoria es una conquista cotidiana”. El “círculo de la motivación” del Dr. Fuster consta de cuatro cuadrantes: Frustración (región sureste), Motivación (suroeste, con 4 T y 4 A), Satisfacción (noroeste) y Pasividad (nordeste). Con el movimiento de las agujas del reloj. FRUSTRACIÓN: A partir de situaciones que generan tristeza y decepción. “Algunas personas viven en la insatisfacción o la queja permanente. Otras, hartas de fiascos y sinsabores, deciden tomar las riendas de sus vidas para mejorarlas”. MOTIVACIÓN: Es la acumulación de energía y coraje. Con 4 T (4 tareas básicas): buscar Tiempo para la reflexión, descubrir nuestro propio Talento, Transmitir optimismo y ejercer la Tutoría. Si estás familiarizado con el coaching estratégico, habrás notado que es un modelo muy similar: Reflexión, Descubrimiento, Acción y Hábito (y, por tanto, funciona). Y 4 A (4 acciones): Actitud positiva, Aceptación, Autenticidad y Altruismo. También muy similares a los dominios de la Inteligencia Emocional: Seguridad en un@ mism@ (Autenticidad), Serenidad (Aceptación), Superación (Actitud positiva), Servicio (Altruismo). Todo ello genera la 5ª S: Sinergias. Como no podía ser de otra manera. SATISFACCIÓN: El talante activo produce resultados. PASIVIDAD: Para volver a descender por el círculo (en realidad, como no se te escapa, es una espiral ascendente).


“La buena noticia es que todos podemos hacer este viaje. La mala, que no hay atajos. Es un recorrido que requiere valentía, fuerza, generosidad y perseverancia”.

Las cuatro tareas: - Tiempo para la reflexión. “El tiempo de reflexión es una economía de tiempo” (Publio Siro). “Nuestra sociedad no invita a la reflexión, pero caminar sin rumbo, deambular a ciegas por la vida, nos aparta en realidad de nuestro camino”. “La reflexión es una pieza clave en el engranaje de la motivación”. Por ello, el coaching me parece fundamental. El Dr. Fuster se refiere en este punto a su amigo Carlos Fuentes, gran escritor desgraciadamente fallecido. “Quiero a los que son capaces de sonreír ante un problema, pueden reunir fuerza cuando están afligidos y se convierten en personas más valientes a través de la reflexión” (Leonardo da Vinci). - Talento por descubrir. “Elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar un solo dúa de tu vida” (Confucio). “La mejor profesión es la que más nos apasiona”. Sí, el mercado laboral requiere de ciertas dosis de pragmatismo, pero “no hay nada más práctico que descubrir nuestra vocación”. No puedo estar más de acuerdo. El autor pone como ejemplos a su hija Silvia y a su hijo Pau. “Puede ser más provechoso tener una sólida vocación y la fuerza de voluntad necesaria para lograr nuestro objetivo que tener talento pero no ser perseverante”. Talento, vocación, perseverancia… y un método, “una estrategia para llegar al objetivo que nos hemos propuesto”. Otro alegato a favor del coaching. Como ejemplo del Dr. Fuster, el excelente caso de proyecto vital de nuestro querido José Luis Sampedro. “Debemos propiciar entornos que guíen a los individuos talentosos y trabajadores, y los ayuden a encontrar el camino más idóneo para crecer profesionalmente y tener una vida plena”. - Transmitir optimismo. “No hay nada más peligroso que la negatividad” (viniendo esta sentencia de un eminente cardiólogo, seguiría este consejo). El Dr. Fuster nos habla de liderazgo (que es una característica que debemos poseer todos) y considera que “el liderazgo del médico es el rasgo más valorado por los enfermos”. Resiliencia (Fuster prefiere llamarla “elasticidad”), ejemplo, tenacidad… Y nos habla de sus comienzos en Minnesota, Boston y Nueva York, y de cómo superó un cáncer de próstata en 2008. “La cooperación y la solidaridad entre naciones es fundamental si queremos construir un mundo más sostenible”. - Tutoría. “Un tutor o mentor es una persona, normalmente mayor que nosotros, que conoce nuestros puntos fuertes o débiles y nos aconseja durante nuestra primera etapa de aprendizaje o en los primeros años de nuestra vida laboral. Un buen tutor puede cambiar el rumbo de nuestra vidas”. El de Valentín Fuster fue el Dr. Pere Farreras Valentí, al que conoció en una pista de tenis. Le animó a salir del país, a aprender inglés en verano, a decidirse por la cardiología. “Es fundamental que alguien te aconseje. Tiene que ser alguien que te aprecie y con quien tengas química personal, alguien que te conozca lo suficiente para saber qué camino es el mejor para ti, un camino que corresponda a tus destrezas o preferencias y te haga feliz”. Fuster ha sido discípulo y ahora es tutor. “Todos tenemos la necesidad de que nos orienten y la capacidad de orientar a otros”.


Las cuatro acciones: - Actitud positiva. El autor pone de ejemplo la ética del trabajo en equipo formado por personas luchadoras (él sale de casa a las 4,30 de la mañana y llega a la oficina 15 minutos después; el sábado y domingo, a las 5,30). Y cuenta cuando su novia, hoy su esposa, le dejó (cayó en la frustración, hizo un gráfico con pros y contras y se citaron en territorio neutral –ni Cardona ni Barcelona, Solsona- y le hizo una presentación de hora y media). “Admitir que estás pasando por un mal momento no representa un fracaso, sino un primer paso hacia una posible solución”. “Los peores momentos son a veces la mejor oportunidad para emprender grandes proyectos”. - Aceptación. “Sin aceptación es imposible progresar”. Es contemplar las circunstancias de nuestra vidad y asumirlas sin rencor, ni odio, ni rendiciones. Se trata de aceptarte y de aceptar al otro. - Autenticidad. “La impostura es un error muy grave”. Conlleva un considerable gasto de energía. Como ejemplos de autenticidad, su padre (D. Joaquín Fuster, un gran médico) y su hijo, Pau. - Altruismo. “Las personas solidarias consideran que su vida tiene más sentido y se saben más conectadas con los demás”. La solidaridad y la colaboración son fundamentales. “Se equivocan quienes creen que con una actitud individualista podrán navegar por las aguas de la crisis económica actual sorteando sus escollos”. “Las personas egoístas suelen terminar deprimidas y tristes, nunca tienen suficiente y se sienten vacías”. El Dr. Fuster se considera altruista por conveniencia, porque “no hay nada más conveniente que dar y recibir”. Como científico, le interesan los proyectos educativos y sociales. “Ser solidario es una actitud ante la vida”. “Los seres humanos no estamos hechos para vivir solos. Necesitamos el apoyo de nuestros familiares y amigos para sobrevivir”. Uno de los mayores expertos en el corazón lo sabe muy bien. Finalmente, Valentín Fuster se refiere a los seis “frenos del círculo”, los “interruptores de sueños”: - Personas con un gran complejo de inferioridad que necesitan frenar a los demás para demostrar que tienen una parcela de poder - Cargos intermedios que intentan ascender y son prisioneros de una pulsión constante por agradar a sus superiores y trepar - Individuos sin maldad, pero negativos y pesimistas - Egomaníacos que no saben escuchar a los demás y no atienden a razones - Personas con una tenebrosa confusión mental que no les permite impulsar un proyecto - Supervivientes, personas que no tienen mucho poder, que solo quieren permanecer en su puesto y que todo se mueva lo menos posible. “Rendirse no es una opción; sigamos avanzando”.



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