Proyecto Final Fotografía - Day By Day

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DAY BY DAY Es muy probable que, a ojos de una persona cualquiera, el graffiti sólo sea algo pintado en una pared. Unos lo consideran arte, otros vandalismo, suciedad, y otros simplemente no lo consideran. La mayoría coinciden en que si el graffiti estuviese lejos de ellos sería más bonito, no les molestaría y se limitarían a contemplarlo. Por desgracia, el graffiti consiste precisamente en eso, en acercarse, llegar al máximo posible de gente, ya sea a traves del arte y exposiciones, o una firma en una papelera. Sin embargo cuando esa persona cualquiera ve un graffiti, solo tiene en cuenta ese resultado final que el autor le está mostrando, y a veces ni siquiera en su totalidad. Resultado final al que se ha llegado mediante un trabajo previo que normalmente nadie se plantea que existe. Hasta la más pequeña firma, escondida en el lateral de un buzón o una farola ha sido ensayada mil veces en una libreta, entre los pauntes de la asignatura más aburida... hasta conseguir un resultado que convenza. Con el resto pasa igual, parezca más o menos elaborado, cada “obra” lleva detrás una fuerte preparación, el desarrollo de un estilo propio durante años y que evoluciona lentamente. Entran además en juego otros factores como pueden ser el lugar, (en tanto que el graffiti es ante todo la intervención sobre un espacio, ya sea público o privado) y el tiempo, muy condicionado por el lugar. Si hablamos de graffiti en la calle, cuanto más transitada sea la avenida y más gente pueda ver la persiana de ese comercio, más valor, más mérito va a tener pintarla, pero obviamente se incrementa el riesgo y si tardas mucho tiempo te va a salir caro. Es por esto que, desde dentro, a veces apreciamos enormemente un graffiti sencillo, incluso de aspecto sucio e imperfecto, porque sabemos la dificultad de ejecución que conlleva. Cuando se pinta en lugares apartados, muchas veces se busca un lugar singular. La fábrica más sucia y derriuda puede tener ese trozo de pared que va a conseguir que te lleves a casa una foto con más sustancia que la vas a conseguir debajo de un puente. Surge ahí la relación del graffiti con la fotografía, primero como documentación de la propia obra, ya que la foto puede ser lo único que quede de ella unos meses más tarde, y después como muestra de la realización de cada graffiti. Mi intención es ir más allá y no documentar tan solo el resultado final y el proceso, sino también esa preparación previa imposible de percibir si no se conoce de primera mano, el sacrificio que puede llevar pintar (en cuanto a tiempo, dinero e incluso desgaste físico), y como influye esto en el día a día del graffitero (o escritor de graffiti, que suena menos despectivo). Las fotos que se muestran a continuación reflejan precisamente un día de graffiti, un día que puede ser perfectamente mi sábado o mi domingo. Comienzan en la noche anterior, cuando te das cuenta a la una de la madrugada que has quedado temprano y no sabes qué vas a pintar exactamente, así que te pones a dibujar lo más rápido posible para no pintar lo mismo de siempre. Podría decirse que cuanto más tiempo quieras dedicarle a ese día, más lejos te vas a tener que ir para estar tranquilo, por lo que el transporte y el desplazamiento juegan un papel importante. Los mejores sitios son los que no están a la vista, a los que no puede llegar todo el mundo y no han sido pintados. Encontraros requiere también una importante labor de exploración, y si es en buena compañía mejor, nunca sabes qué o a quién te puedes encontrar. La sensación de ver tu pieza (así es como se les llama a los graffitis más elaborados) terminada, en un lugar interesante y con atractivo, sólo es comparable a sentarte a comer o merendar cuando llegas a casa, cansado por la caminata cargado con mochila, cámara y cubos de pintura plástica. Entonces es cuando te llaman para salir a pintar por la noche, por la ciudad y, aunque estás destrozado, aceptas y coges la bici, aunque sea para hacer unas fotos a tu amigo o vigilar que no aparezcan sirenas azules cerca. La base y requisito más importante para que todo lo anterior funcione sin problemas no es otra que el anonimato, cuidándose en cada foto y procurando que no aparezca la cara de la persona en nunguna de ellas.





















CARLOS ALMAGRO BACAICOA


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