Suetonio, cayo los doce césares (bilingüe)

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CAIVS SVETONIVS TRANQVILLVS DE VITA CAESARUM (101 a. C. – 44 a. C.)

(27 a. C- 14 d. C.)

(14-37 d. C.)

(37-41 d. C.)

Divus Iulius

Divus Augustus

Tiberius

Caligula

(54-68 d. C.)

(69 d. C.)

(69 d. C.)

Nero

Galba

Otho

(79-81 d. C.)

(81-96 d. C.)

Titus

Domitianus

(41-54 d. C.)

Divus Claudius

(69 d. C.)

Vitellius

(69-79 d. C.)

Divus Vespasianus


Los doce Césares

Suetonio PROLOGO

VIDA De Suetonio, como de Nepote, pocas noticias seguras pueden ofrecerse sobre su vida. Se discute la fecha de su nacimiento, que las diferentes interpretaciones de las referencias del propio Suetonio y de las cartas de Plinio, que lo protegió decididamente, hacen oscilar entre el 62 y 77, aunque se tiende a fijarla en torno a los años 69-71. También su patria; probablemente nació en Hipona, lo que le convertiría en el primero de una importante lista de autores procedentes de África, pero no han quedado totalmente descartadas Ostia y la tradicional Roma. De familia perteneciente al orden ecuestre, recibió una esmerada educación ligada a los estudios gramaticales y retóricos, recibida quizá con más probabilidad en las escuelas de su tierra natal que en las romanas. Su padre, Suetonio Leto, tribuno ecuestre de la XIII legión, tomó parte en la batalla de Bedriaco (O 10. l), y de él proceden algunos de los datos que transmite en la vida de Otón y, sin duda, su admiración por la conducta del Emperador en sus últimos momentos. Testigo en Roma durante su adolescencia de alguno de los censurables actos de Domiciano (Dom. 12), así como de la presunta reaparición del redivivo Nerón (N 57), amigo de Plinio, con quien estuvo en Bitinia, que lo denomina scholasticus y le insta a publicar su obra -quizá el DVI-, abandonó la abogacía por un presagio, lo que demuestra su sincera creencia en tales signos a los que prestará gran -atención en las vidas de los Césares; su carrera se vincula con la administración donde fue sucesivamente secretario a studiis, es decir, encargado de preparar la documentación necesaria para la política imperial (entre 114-115); a bibliothecis, puesto del que dependía la organización y supervisión de las bibliotecas imperiales y sus miembros (entre 116-117); y, finalmente, bajo Adriano, ab epistulis, por el que tenía a su cargo el despacho de la correspondencia imperial, cada vez más numerosa e importante (117 o 118-119). Ligado, sin embargo, a la figura de Septicio Claro, Prefecto del Pretorio, parece que cayó con él, según una información poco clara de la siempre nebulosa Historia Augusta (H 11 3), «por una excesiva familiaridad con la Emperatriz Sabina» durante una visita de Adriano a Britania, en lo que pudo haber sido una auténtica conjura palaciega o, quizá, una simple sustitución burocrática. A partir de este momento (122) su vida nos es desconocida. Sin duda, debió dedicarse a escribir, si juzgamos por el amplio número de títulos que la tradición nos ha transmitido, adscribibles al género erudito, anticuario y enciclopédico, al lexicográfico y al biográfico; una serie de obras que contribuyen a incluir a Suetonio entre los polígrafos antiguos y que podrían extender la duración de su vida hasta el decenio comprendido entre el 130-140. OBRAS De todas ellas sólo se nos ha conservado casi completa la Vida de los doce Césares y la de los Gramáticos y Rétores, perteneciente a la serie tradicionalmente denominada De Viris Illustribus, perdida en su mayoría. Pero del catálogo que ofrece el Suda y las referencias de varios autores (Gelio, Ausonio, Prisciano, Servio, Macrobio, etc.) conocemos con más o menos seguridad varios títulos que algunos autores han clasificado en cuatro apartados —obras lexicográficas, anticuarias, biográficas y varias—, y otros han reunido en dos amplias enciclopedias, una de carácter histórico-anticuario bajo el hipotético nombre de Roma, y otra naturalística titulada Pratum, que incluiría el De naturis deorum (Sobre la naturaleza de los dioses, quizá el libro IX); el De animantium natura (Sobre la naturaleza de los animales) y De rebus variis (Sobre hechos varios); el De vitiis corporalibus (Sobre los defectos corporales), tema especialmente atractivo para Suetonio, como se advierte también en las notas atribuidas a los diferentes Césares y tan popular en la Edad Media como los Caracteres de Teofrasto; y el De institutione officiorum (Sobre la institución de los cargos públicos, quizá el IV), título conservado por Prisciano, sobre las reformas que realizara Adriano en la administración y palacio. Pueden citarse, además, de la relación del Suda diversos tratados: Sobre los juegos griegos y Sobre los 1


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espectáculos y juegos de los Romanos; Sobre el año romano; Sobre Roma y sus costumbres; Sobre las abreviaturas y correcciones de los libros, una obra en defensa del De republica de Cicerón y quizá otra cuyo título latino podría ser De propinquitate, tal vez sobre los términos del parentesco; otra dedicada a los vestidos, calzados y otros adornos; también una, escrita en griego, prueba de su conocimiento de esta lengua que se percibe igualmente en los Césares, sobre el original tema de los insultos, Sobre términos injuriosos y blasfemos, otro Sobre las cortesanas insignes, las más famosas de Grecia, especialmente aquéllas cuyos amantes fueron hombres destacados en la política, la cultura o la mitología; y Sobre los reyes, tres libros sobre los reyes de Europa, Asia y Libia. Por lo que respecta al Catalogus virorum illustrium -mejor que el más conocido De Viriis Illustribus-, compuesto sobre el 113 y la primera serie biográfica dedicada exclusivamente a hombres de letras tras el De poetis de Varrón, contenía, según nuestras noticias procedentes de Jerónimo, de escolios o ediciones de autores como Virgilio, Horacio o Plinio el Viejo, etc., libros sobre filósofos, oradores (quince a partir de Cicerón), historiadores (desde Salustio hasta Plinio el Viejo, con Nepote, Livio, Fenestela y Asconio Pediano), poetas (desde L. Andronico hasta Lucano), y gramáticos y rétores, cada uno de ellos precedido de un proemio, doble en el caso de los dos últimos; pero sólo la transmisión independiente de éstos, quizá debida a su composición posterior una vez publicado el bloque anterior, nos ha permitido contar con ellos, aunque incompletos; de hecho, la diferencia cronológica entre los últimos autores mencionados de los primeros y los de los dos conservados sugiere o bien que Suetonio decidió no aludir a los autores más recientes, como en el caso de los Césares, o que esta sección se compuso después. Eran, según el índice, XVI biografías de rétores de las que poseemos cinco. Su novedad es doble; en primer lugar, aporta una información de personalidades sustancialmente secundarias dentro de la tradición greco-romana, para lo cual debió recoger su material en un notable esfuerzo de búsqueda en sus fuentes literarias, importantes y conocidas, pero también en obras oscuras y tal vez eruditas, testimonios orales u oficiales y recurriendo a observaciones propias por ello, o por su propia conciencia de originalidad frente a la tradicional importancia de los poetas, Suetonio se ha mantenido en una discreta brevedad. La segunda, que la disposición con que estructuró su relato, subdividiendo en escuelas diversas a sus personajes, le permite ofrecer un coherente estudio de la evolución de los estudios gramático-escolásticos de Roma y un atinado juicio sobre las distintas corrientes a las que debían adscribirse. Incluso se - ha advertido una percepción de la perspectiva histórica al mostrar el ascenso social de los maestros de retórica y gramática de la que la Vida de los doce Césares carece, en parte por su articulación en rúbricas. De la serie restante las referencias más completas que poseemos tienen por destinatarios a Terencio y Virgilio -retocadas e interpretadas por Donato-, Horacio y Persio; las de Lucano y Tibulo son simples fragmentos. Del De oratoribus queda la también sucinta de Pasieno Crispo, segundo esposo de Agripina la joven. La de Plinio el Viejo, por su parte, resto de los historiadores, ofrece la peculiaridad de dar una versión de su muerte sustancialmente distinta de la que transmite su sobrino en su famosa epístola. Curiosa es, de acuerdo con la información de Jerónimo, la inclusión entre los filósofos de Varrón que no aparece, como podía esperarse, entre los gramáticos; tampoco la de Asconio Pediano que, junto con Plinio, cerraba la serie de los historiadores. LA «VIDA DE LOS DOCE CÉSARES» En cambio, las doce biografías imperiales se nos han conservado casi completas, salvo el prólogo general, con el título y la dedicatoria a Septicio Claro y los primeros capítulos de la vida de César; la discusión sobre su título es menos importante que la que afecta al orden en que éstas fueron compuestas y si la serie fue en realidad doble o triple. Las opiniones difieren dada la desproporción y las diferencias de composición, documentación y materia, incluso lengua y estilo, entre todas ellas: por una parte, las de César y Augusto, los dos únicos que habrían conocido la República y cuya longitud se debería al interés del autor por el periodo de las guerras civiles; por otra, éstas y la dinastía JulioClaudia frente a las seis restantes, las seis primeras en conjunto frente a los Emperadores de la guerra 2


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civil con los Flavios. No hay unanimidad en las apreciaciones: se ha apuntado que la serie de Galba hasta Domiciano, con una menor recurrencia a fuentes literarias, habría sido añadida después; también lo contrario: primero, bajo Trajano, habría aparecido esta segunda parte, quizá ligada al DVI; concretando más, quizá el comienzo absoluto fuera la dinastía Flavia. Luego, las primeras, más completas y mejor realizadas. Con todo, la opinión más generalizada es que Suetonio las compuso tal y como las leemos; lo cierto es que la de Augusto pasa por ser la más perfecta dentro de su esquema y que es en ella donde se encuentra el pasaje programático que ha dado nombre a su forma de organizar la biografía: tras la introducción con los datos familiares y después de precisar su tiempo de gobierno, compartido y absoluto, Suetonio advierte que continuará el relato de su vida no ateniéndose a la cronología, sino agrupando las noticias en varios epígrafes, per species, para facilitar su exposición y comprensión (A 9). Habría renunciado así, en parte al menos, a la estructura per tempora en beneficio de una ordenación eidológica y analítica -que a veces anticipa y otras no- concediendo importancia especial a esta categoría donde la relación y oposición entre vicios y virtudes del personaje marca su imagen. En esto, justamente, se ha situado su originalidad; buen conocedor de la denominada biografía alejandrina, de corte erudito, si bien poco interesada en la dramatización y el cuidado literario del texto, y con un procedimiento de descripción y caracterización directa del personaje, Suetonio habría aplicado a la biografía imperial el procedimiento de la de los artistas y literatos. Pero esto es reducir en exceso su aportación al género, tanto en el aspecto formal como en el siempre conflictivo problema de la relación que la biografía mantuvo con la historia en Roma. De hecho, en la biografía la acción exterior debe subordinarse a la individual; la cronología, cuando es el eje del relato, se limita a la del personaje central, del que importan sus hazañas y cargos desempeñados, sus cualidades y sus vicios; su personalidad. No se requiere la rigurosidad de su presunta antítesis; se permite la selección y manipulación de datos en beneficio de la censura o alabanza del personaje; de su caracterización. Y, en esencia, éste es el carácter de la obra suetoniana. En principio, Suetonio recoge sistemáticamente los principales pasos vitales del Príncipe: antecedentes y orígenes familiares, nacimiento, cursus honorum y res gestae, presagios sobre su ascenso al poder, carácter, retrato, costumbres privadas y públicas, prodigios que preludian la muerte, muerte, testamento y honores póstumos. A él le importan los emperadores, su modo de vida, sus hábitos y, muy especialmente, sus defectos, pero también sus cualidades humanas; no su política, sobre todo la exterior que prácticamente ignora, ni las guerras: cuando se alude a las provincias o a los conflictos se hace en función del personaje, como muestra la comparación entre el detenido interés que dedica en la vida de César a sus costumbres personales y el mínimo con que trata la guerra civil. No siempre es cuidadoso con sus fuentes, aunque se detecten los testimonios de Cicerón (César), las cartas de Augusto (Tiberio) y M. Antonio (Augusto), Séneca (muerte de Tiberio), y otras anónimas, pero oficiales, como los fasti y acta publica; frente a ello, hay múltiples imprecisiones y en ocasiones no las identifica; toma de ellas no lo sustancial sino lo que le interesa, que, con frecuencia, es lo más anecdótico o escandaloso; las abrevia sin más consideración que la que le impone su curiosidad y prescinde de algunas importantes. Tiene fallos cronológicos, cuando alude a la cronología que es en contadas ocasiones; y no concede a los temas colaterales el rigor ni la extensión que su importancia demanda, sino la que le dicta su interés caracterizante. Todo ello sitúa la obra suetoniana en unas estrechas coordenadas. Sin embargo, por otra parte, la serie trasciende los simples límites atribuidos a la biografía. Ya en alguno de los datos que aporta supera la simple nota psicológica para ofrecer una visión político-histórica: los epígrafes de obras públicas, legislación, reformas, administración de justicia o provincial -curiosamente malos emperadores fueron excelentes gobernantes de provincias (Galba)-, el cuidado por el orden o el buen abastecimiento de Roma, incluso espectáculos o viajes de los Emperadores y su vida en Palacio, ofrecen una buena recreación de la vida política y el ambiente de la época, apenas entrevisto en otros autores. Hay notas de variada índole que aluden a realidades tan 3


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diversas como la geografía, etnografía y topografía; también la cultura, a través de las aficiones de los emperadores, el arte y la religión tradicional con el problema de las minorías, la judía y la cristiana. Pero, más allá de lo concreto, en la forma de planificar la serie, disponer el material y realizar cada vida, lo que se ha detectado puede, incluso, aproximarse a una concepción moderna de la Historia: su búsqueda de documentos inéditos que escapan de la simple tradición de la fuente literaria con sus múltiples citas de procedencia oficial —su interés por el documento preciso y objetivo contrasta con la «interpretación» tacitiana de ellos—; su respeto por testimonios orales; su neutralidad, su estilo sin pretensiones, pero con un vocabulario rico y repleto de tecnicismos de todo tipo. Todo ello convierte el texto en un documento informativo, bastante aséptico, que pretende ofrecer datos sin valorarlos éticamente, casi como podría transmitirlos un científico o un periodista. Con todo, su pretensión de imparcialidad deja traslucir sus simpatías y antipatías personales y políticas: el elogio de los Flavios como salvadores de Roma -a despecho de la avaricia, matizada, de Vespasiano y la crueldad de Domiciano-, la necedad de un Claudio, sin rigor político ni fuerza de voluntad, dominado por sus libertos y esposas capaces de humillarle y llevarle a la muerte, o la oposición entre las dos etapas cronológicas de Augusto y Tiberio: aquél comienza como un joven arrogante y termina como un benévolo anciano, éste acaba en Capri una vida disoluta no presagiada por sus años de juventud. Lo cierto, sin embargo, es que, dentro de su esquema reiterativo, de sus epígrafes muchas veces gacetilleros y de los banales datos, privados y públicos, que en ocasiones aporta, la biografía suetoniana ofrece, gracias a la cuidada selección y disposición de su material, una cuidada línea estructural que sirve de leitmotiv caracterizante para el emperador en cuestión; jugando con habilidad con la planificación y elección de sus noticias, «yuxtaponiendo y oponiendo» vicios y virtudes, Suetonio dibuja cada figura imperial para fijar sutilmente la imagen que pretende sugerir. Más allá de los tópicos biográficos -a los que paga su deuda-, la clave para entender el propósito y la categoría de la obra suetoniana está en la importancia que concede a determinadas rúbricas y a ciertas características públicas y privadas del emperador. Es en la forma de seleccionar su material y en su disposición, en la organización y gradación de su información donde muestra su destreza para esbozar esas «estructuras profundas» que informan sus vidas. Pero esa labor encuentra su pleno sentido si, más que fruto de un aislado interés personal, se la analiza a la luz de su «configuración» de un ideal del gobernante que en esos momentos ya había quedado dibujado, como muestra el Panegírico de Plinio. Más todavía si se advierte que su «creación» de ese arquetipo -no tanto conclusión a la que el lector llega cuanto prefiguración a la que Suetonio le induce con una determinada disposición analítica- se debe a una gran originalidad en la elaboración estructural y una profunda romanidad; no sólo en la selección del cánon de sus virtudes -no las griegas, sino las más específicamente romanas y adecuadas al momento político de clemencia, liberalidad y civismo- y la condena de sus opuestos vicios -crueldad, avaricia y lascivia, y, en general, el abuso de poder-, sino muy especialmente en el tratamiento de esos tradicionales epígrafes que él convierte en capítulos fundamentales dentro de la estructura de cada vida. En este sentido destacan cuatro, sobre todo; en primer lugar, los dedicados al linaje y los antepasados, donde su pericia radica en ajustar el tono y la disposición de esas notas tan propias de los antiguos elogios y de la retratística romana a la imagen concreta de cada emperador, dentro de una concepción dinástica del poder que percibe agudamente y un penetrante sentido de la periodización que supera los límites exigidos al genero biográfico; en segundo término, el bloque de los cargos desempeñados y honores obtenidos -res gestae / cursus honorum-, donde incorpora también la específica concepción de la vida política romana, convirtiendo el paulatino ascenso hacia la cima del poder en el eje de la biografía en tomo al cual se disponen los diferentes bloques y epígrafes, sin olvidar, especialmente, el de la muerte; tercero, las características fisicas, donde, a despecho de cierta indefinición en algunos de los tópicos del retrato, Suetonio, que parece conocer las teorías fisiognomistas, se nos presenta muy moderno al defender la influencia de lo fisico sobre lo moral, sobre todo en el caso de los defectos -de ahí que, con frecuencia, estos capítulos se engarcen con el epígrafe dedicado a las enfermedades-; por último, los presagios que prefiguran la obtención del poder y la muerte; un minucioso respeto por todo tipo de 4


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portentos, que muestra no sólo, o no tanto, sus creencias -se muestra notablemente escéptico frente a las deificaciones- o las de los propios emperadores que apenas se advierten, cuanto el tono supersticioso de un momento histórico que empieza a acudir al esoterismo mistérico o al más vulgar ritual mágico para suplir la falta de seguridad subyacente tras el aparentemente triunfante siglo de oro antonino. junto a todo ello los grandes temas que le permiten trascender los límites del puro género biográfico: la libertad, el principado y su relación; los problemas de los órdenes sociales, el senado y el ecuestre, la plebe, el ejército y los pretorianos, y, muy especialmente también, el papel de los libertos. En general, la administración pública y la economía. En otros aspectos, sin embargo, Suetonio se mantiene dentro de la más clásica tradición. El género siempre había poseído una base ética y una finalidad didáctica que las vidas nepotianas ejemplifican modélicamente, sin interés alguno por encuadrar al personaje en su ambiente socio-político. Suetonio, pese a su novedad, no puede librarse del peso de esa tradición que en él se decanta por su ángulo más negativo. Frente a los escasos tiranos nepotianos que nos han llegado, en estas vidas hay un triunfo casi monótono y agobiante de la maldad. Entre las negras pinturas de sus «monstruos» --el término es la base de la divisio de la vida de Calígula (22. 1)-, apenas destacan las escasas notas positivas que definen a algún que otro Emperador, como el honesto administrador público que fue Vespasiano o el extraño Tito, cuyo panegírico en la segunda parte de su breve vida supone la inversión de todos los defectos apuntados en la primera; sobre todo su pasión por la hermosa Berenice, que, en el hecho de ser alejada de palacio, ejemplifica el cambio de su conducta y el triunfo de la romanidad del ya Emperador frente al siempre decadente Oriente. El carácter en Suetonio, como en toda la Antigüedad, es un algo fijado que sólo se manifiesta en toda su rotundidad cuando la ocasión lo permite. En este sentido la aparente asepsia suetoniana no existe en absoluto. Es cierto que no juzga directamente y que ofrece rasgos buenos y censurables de los Césares, actitudes personales ambiguas y diferentes y opiniones contrarias o contradictorias sobre ellos; pero la concepción dramática por medio de la cual orquesta la caracterización de cada personaje insinúa el valor que debe concedérsele. Se nos presenta muy actual al subrayar el valor de la herencia en la fijación del carácter; sin embargo, ya desde ese epígrafe se prefigura el resultado político del futuro César. Ofrece múltiples datos que contribuyen a recrear el entorno en que se mueven sus figuras, lo que además de una novedad constituye un importante acercamiento al ámbito histórico, pero ello ayuda también a crear esa atmósfera sutil que envuelve la recreación individual; sobre todo, resulta determinante el juicio final sobre el príncipe, que contribuyen a potenciar sus alusiones a la reacción pública tras su muerte, como en los casos de César, Nerón o Vitelio. Hay un firme juicio moral tras la aparente neutralidad de su exposición. De hecho, en esa configuración del gobernante ideal que subyace en el conjunto de su relato se advierte, además de su relación con Plinio, su dependencia de las Res Gestae de Augusto. Augusto había creado una imagen de sí mismo que el pueblo hizo suya, y los juicios sobre la liberalidad, clemencia, afabilidad... de los Césares, en su individualidad y sucesión, le permiten sugerir al lector, dentro de esa presentación analítica que facilita su tarea, tanto la imagen positiva cuanto, con más frecuencia, la negativa de ese cuadro tiránico en que se han convertido los Julio-Claudios y Domiciano. El estilo ayuda a mantener ese aparente tono objetivo que preside el relato, tan distinto de la dramatización tacitiana; alejado de retoricismos efectistas -similares temas, similares técnicas-, el periodo carece de la expresión sentenciosa y de la multiplicidad de cláusulas subordinadas que posee el de un historiador preocupado por el ornato literario: es claro, pero con frecuencia su propia concisión y el abundante uso de tecnicismos lo convierte en denso y sugestivo; obligado a resumir expresivamente la multiplicidad del material disponible, Suetonio debe insinuar o evocar más que recrear artísticamente el hecho; pasajes como la muerte de Vitelio, si se leen los paralelos de Tácito, ilustran sin dificultad la diferencia entre el planteamiento del biógrafo y el del historiador. No obstante, en otros casos Suetonio es capaz de organizar su narración con todos los recursos dramáticos que el género histórico requiere: planificación escenográfica, clímax ascendente, minuciosidad en los 5


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pormenores, dominio de las distintas figuras que actúan de contrapunto y utilización de elementos tradicionales, como la laudatio -sutilmente condensada en frases pronunciadas por el propio Emperador-, son algunas de las notas que se advierten en el extenso relato de la muerte de Nerón. Una técnica «limitada» que obtiene sus mejores logros en las impresiones y en la segunda lectura del texto. La biografía de Suetonio posee una intuición superior a la de la obra de muchos historiadores. Advirtió con claridad el fin de una concepción historiográfica como la analística, anacrónicamente enraizada en una época republicana ya muerta, que para subsistir debe ser adecuadamente modificada con la complejidad de la obra tacitiana, con sus frecuentes cambios de escenario y su inteligente, aunque tendencioso, análisis psicológico; fue el primero en encontrar la nueva forma natural de redactar la historia: la historia dinástica, la de los diferentes emperadores. Y lo hizo con una penetración aguda advirtiendo que el inicio de la nueva etapa no podía fijarse con Augusto, sino con César. Alejado de la perspectiva griega, profundo conocedor de la idiosincrasia romana, con. su alma de burócrata y libre de la influencia senatorial que domina otras parcelas de la Historiografía del momento y de los siglos posteriores, Suetonio ofrece un mosaico pesimista de unas personalidades y un momento histórico tras el que puede encontrarse una leve oposición entre el pasado y el presente, tampoco glorioso, en el que escribe. Incluso aunque su obra, técnicamente no histórica sino propia de un gramático que domina el género erudito-anticuario, sólo tuviera valor como entretenimiento, éste no debe ser despreciado; pero la dramática y pesimista concepción vital e histórica de la serie le confiere un valor superior al de haber sabido proponer organizadamente un esquema narrativo destinado a convertirse en el modelo de toda una historiografla posterior. De hecho, la novedad de Suetonio está en su habilidad para adaptar ese tradicional esquema a una caracterización específica de cada emperador, dentro de una concepción dinástica del poder que percibe agudamente y un penetrante sentido de la periodización que supera los límites exigidos al género biográfico.

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SVETONI TRANQVILII VITA DIVI IVLI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89

EL DIVINO JULIO SINOPSIS I. CÉSAR ANTES DE SU SUBIDA AL PODER (1-39) Proscripción y posterior perdón de César (1). Primeros servicios militares. Revuelta de Lépido (2-3). Comienzos en el foro. Estancia en Rodas e intervención en Asia (4). César, tribuno militar y cuestor. Matrimonio con Pompeya (5-6). Su cuestura en Hispania Ulterior. Intento de soliviantar a las colonias latinas (7-8). Sospechas de participación en el complot del año 66-65 a. C. (9). César, edil (10). Enfrentamientos con los optimates (11-12). Su elección como pontífice máximo y pretor. La conjuración de Catilina (13-14). César, pretor (15-17). Su propretura en Hispania Ulterior y su elección como cónsul. Formación del primer triunvirato (18-19). Primer consulado de César. Matrimonio con Calpurnia. Como procónsul, obtiene las Galias y el Ilírico (20-22). Intentos de procesarle en Roma. Entrevista de Luca. Guerra de las Galias (23-25). Acontecimientos internos de los años 54-52 a. C. César aumenta su popularidad a base de larguezas y atenciones (26-28, l). Propuestas presentadas contra él los años 51-50. Intentos de llegar a una solución de compromiso con sus adversarios (28, 229). Preparativos para la guerra. Causas de la misma (30). Paso del Rubicón (31-33). La guerra civil (34-36). Triunfos celebrados por César. Recompensas asignadas a sus soldados. Donativos y concesiones hechas al pueblo. Espectáculos diversos (37-39). II. CÉSAR EN EL PODER (40-44) Reforma del calendario (40). Reformas constitucionales. Reducción de los tribunales. Censo del pueblo (41). Colonización de las provincias. Política demográfica y de concesión de la ciudadanía. Otras medidas de carácter social (42-43). Proyectos de mejoras urbanísticas y de engrandecimiento del Imperio (44). III. RASGOS PERSONALES DE CÉSAR. VIDA PRIVADA Y COSTUMBRES (45-75) Características físicas. Aspecto externo (45). Diferentes residencias. Pasión por el lujo. Disciplina doméstica (46-48). Fama de sodomita y adúltero. Relaciones con Servilia y con Cleopatra (49-52). Sobriedad en la comida y bebida. Carácter codicioso (53-54). Dotes como orador. Producción literaria (55-56). César como soldado (57-64). Relación con sus tropas (65-67). Fidelidad y extraordinario valor de sus hombres (68-70). Actitud de César con sus clientes y amigos (71-72). Actitud frente a sus adversarios (73-75). IV. MUERTE DE CÉSAR. EPÍLOGO (76-89) Causas de su asesinato (76-79). Conjura contra su vida (80). Presagios de su muerte. Idus de marzo. Asesinato de César (8182). Lectura de su testamento. Descripción de sus funerales (8385). Diferentes opiniones acerca del hecho de que no intentara evitar su muerte (86-87). Edad a la que murió. Divinización de César (88). Fin que tuvieron sus asesinos (89). 7


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* * * [1] Annum agens sextum decimum patrem amisit; sequentibusque consulibus flamen Dialis destinatus dimissa Cossutia, quae familia equestri sed admodum diues praetextato desponsata fuerat, Corneliam Cinnae quater consulis filiam duxit uxorem, ex qua illi mox Iulia nata est; neque ut repudiaret compelli a dictatore Sulla ullo modo potuit. quare et sacerdotio et uxoris dote et gentilicis hereditatibus multatus diuersarum partium habebatur, ut etiam discedere e medio et quamquam morbo quartanae adgrauante prope per singulas noctes commutare latebras cogeretur seque ab inquisitoribus pecunia redimeret, donec per uirgines Vestales perque Mamercum Aemilium et Aurelium Cottam propinquos et adfines suos ueniam impetrauit. satis constat Sullam, cum deprecantibus amicissimis et ornatissimis uiris aliquamdiu denegasset atque illi pertinaciter contenderent, expugnatum tandem proclamasse siue diuinitus siue aliqua coniectura: uincerent ac sibi haberent, dum modo scirent eum, quem incolumem tanto opere cuperent, quandoque optimatium partibus, quas secum simul defendissent, exitio futurum; nam Caesari multos Marios inesse.

I. (1)... tenía dieciséis años de edad cuando murió su padre. Al siguiente año, nombrado flamin dial (sacerdote de Júpiter) (2), repudió a Cossutia, hija de simples aunque opulentos caballeros, con la cual estaba desposado desde la niñez, tomó por esposa a Cornelia, hija de Cina, que había sido cónsul cuatro veces; de ésta nació Julia, al cabo de poco, sin que el dictador Sila pudiese conseguir por ningún medio que la repudiase; por este motivo despojóle del sacerdocio, de los bienes de su esposa y de las herencias de su casa, persiguiéndole de tal forma que hubo de ocultarse, y aunque enfermo de fiebre cuartana, se veía obligado a mudar de asilo casi todas las noches y a rescatarse a precio de oro de manos de los que le 3 perseguían; consiguió ser perdonado al fin por mediación de las Vírgenes Vestales (3), de Mamerco Emilio y de Aurelio Cotta, parientes y allegados suyos. Es cosa cierta que Sila denegó el perdón durante mucho tiempo a las súplicas de sus mejores amigos y de los personajes más importantes, y que al fin, vencido por la perseverancia de éstos, prorrumpió como impulsado por inspiración o presentimiento secreto:—Triunfaron, y con ellos lo llevan. Regocíjense, mas sepan que llegará un día en que ése, que tan caro les es, destruirá el partido de los nobles, que todos juntos hemos protegido; porque en César hay muchos Marios (4).

[2] Stipendia prima in Asia fecit Marci Thermi praetoris contubernio; a quo ad accersendam classem in Bithyniam missus desedit apud Nicomeden, non sine rumore prostratae regi pudicitiae; quem rumorem auxit intra paucos rursus dies repetita Bithynia per causam exigendae pecuniae, quae deberetur cuidam libertino clienti suo. reliqua militia secundiore fama fuit et a Thermo in expugnatione Mytilenarum corona ciuica donatus est.

II. Hizo sus primeras armas en Asia con el pretor M. Termo; mandado por éste a Bitina en busca de una nota, se detuvo en casa de Nicomedes, corriendo el rumor de que se prostituyó a él (5); rumor que creció por motivo de haber regresado pocas jornadas después a Bitina, con el pretexto de hacer enviar a un liberto, cliente suyo, cierta cantidad de dinero que le adeudaba. El resto de la campaña favoreció más su renombre; y en la toma de Mitilena recibió una corona cívica de manos de Termo (6).

[3] Meruit et sub Seruilio Isaurico in Cilicia, sed breui tempore. nam Sullae morte comperta, simul spe nouae dissensionis, quae per Marcum Lepidum mouebatur, Romam propere redit. et Lepidi quidem societate, quamquam magnis condicionibus inuitaretur, abstinuit, cum ingenio eius diffisus tum occasione, quam minorem opinione offenderat.

III. Sirvió también en Cilicia, bajo Servilio Isaurcio aunque por poco tiempo, pues al tener noticia de la muerte de Sila, concibiendo la esperanza de que M. Lépido concitase nuevas turbulencias, apresurase a regresar a Roma. Sin embargo, aunque Lépido le hizo ofrecimientos ventajosos, se negó a secundar sus planes, no inspirándole confianza su carácter, ni pareciéndole tan favorable la ocasión como pensara.

[4] Ceterum composita seditione ciuili Cornelium Dolabellam consularem et triumphalem repetundarum postulauit; absolutoque Rhodum secedere statuit, et ad declinandam inuidiam et ut per otium ac requiem Apollonio Moloni clarissimo tunc

IV. Calmada la insurrección civil, acusó de concusión a Cornelio Dolabella, varón consular a quien se habían otorgado los honores del triunfo; absuelto el acusado, decidió César retirarse a Rodas, tanto para prevenirse de sus enemigos, como para descansar y oír al sabio maestro Apolonio Molón. Durante la travesía, que hizo 8


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dicendi magistro operam daret. huc dum hibernis iam mensibus traicit, circa Pharmacussam insulam a praedonibus captus est mansitque apud eos non sine summa indignatione prope quadraginta dies cum uno medico et cubicularis duobus. nam comites seruosque ceteros initio statim ad expediendas pecunias, quibus redimeretur, dimiserat. numeratis deinde quinquaginta talentis expositus in litore non distulit quin e uestigio classe deducta persequeretur abeuntis ac redactos in potestatem supplicio, quod saepe illis minatus inter iocum fuerat, adficeret. uastante regiones proximas Mithridate, ne desidere in discrimine sociorum uideretur, ab Rhodo, quo pertenderat, transiit in Asiam auxiliisque contractis et praefecto regis prouincia expulso nutantis ac dubias ciuitates retinuit in fide.

en invierno, le hicieron prisionero unos piratas cerca de la isla Farmacusa. Permaneció en poder de ellos cerca de cuarenta días, conservando siempre su entereza (7), sin otra compañía que su médico y dos cubicularios; porque inmediatamente envió a todos sus compañeros y al resto de los esclavos a que le trajesen el dinero preciso para el rescate. Se concertó éste en ciento cincuenta talentos, y en cuanto le desembarcaron, persiguió a los piratas al frente de una flota, capturándolos en la retirada y sometiéndolos al suplicio con que muchas veces los había amenazado como en broma. Por aquel entonces Mitrídates devastaba las regiones vecinas, y no queriendo aparecer César como indiferente a las desgracias de los aliados de Rodas, adonde marchó, trasladase al Asia, halló auxilio en ella, arrojó de la provincia al prefecto del rey y robusteció la fidelidad de las ciudades vacilantes.

[5] Tribunatu militum, qui primus Romam reuerso per suffragia populi honor optigit, actores restituendae tribuniciae potestatis, cuius uim Sulla deminuerat, enixissime iuuit. L. etiam Cinnae uxoris fratri, et qui cum eo ciuili discordia Lepidum secuti post necem consulis ad Sertorium confugerant, reditum in ciuitatem rogatione Plotia confecit habuitque et ipse super ea re contionem.

V. A su regreso a Roma, la primera dignidad con que le invistió el voto del pueblo, fue la de tribuno militar (8), colaborando entonces con todas sus fuerzas con los que intentaban restablecer el poder tribunicio, profundamente quebrantado por Sila. Hizo aplicar también la proposición Plocia, para la repatriación de L. Cina, hermano de su esposa, y de todos cuantos en las turbulencias civiles se habían adherido a Lépido, recurriendo a Sertorio, tras la muerte de aquel cónsul, y hasta pronunció un discurso sobre este asunto.

[6] Quaestor Iuliam amitam uxoremque Corneliam defunctas laudauit e more pro rostris. et in amitae quidem laudatione de eius ac patris sui utraque origine sic refert: 'Amitae meae Iuliae maternum genus ab regibus ortum, paternum cum diis inmortalibus coniunctum est. nam ab Anco Marcio sunt Marcii Reges, quo nomine fuit mater; a Venere Iulii, cuius gentis familia est nostra. est ergo in genere et sanctitas regum, qui plurimum inter homines pollent, et caerimonia deorum, quorum ipsi in potestate sunt reges.' In Corneliae autem locum Pompeiam duxit Quinti Pompei filiam, L. Sullae neptem; cum qua deinde diuortium fecit adulteratam opinatus a Publio Clodio, quem inter publicas caerimonias penetrasse ad eam muliebri ueste tam constans fama erat, ut senatus quaestionem de pollutis sacris decreuerit.

VI. Siendo cuestor, pronunció en la tribuna de las arengas, según era costumbre (9), el elogio de su tía Julia y de su esposa Cornelia, que acababa de morir. En el primero estableció de la manera que sigue el doble origen de su tía y de 4 su propio padre: Por su madre, mi tía Julia descendía de reyes; por su padre, está unida a los dioses inmortales; porque de Anco Marcio descendían los reyes Marcios, cuyo nombre llevó mi madre; de Venus procedían los Julios, cuya raza es la nuestra. Así se ven, conjuntas en nuestra familia, la majestad de los reyes, que son los dueños de los hombres, y la santidad de los dioses, que son los dueños de los reyes. Para reemplazar a Cornelia, casóse con Pompeya, hija de Q. Pompeyo y sobrina de L. Sila, de quien más adelante se divorció por sospecha de adulterio con P. Clodio, al que se acusaba públicamente de haberse introducido en sus habitaciones disfrazado de mujer durante las ceremonias religiosas, decretando el Senado la información de sacrilegio.

[7] Quaestori ulterior Hispania obuenit; ubi cum mandatu pr(aetoris) iure dicundo conuentus circumiret Gadisque uenisset, animaduersa apud Herculis templum Magni

VII. Durante su cuestura, logró la España Ulterior (10), donde, al recorrer las asambleas de esta Provincia, para administrar justicia por delegación del pretor, al llegar a Cádiz, viendo cerca de un templo de Hércules la estatua 9


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Alexandri imagine ingemuit et quasi pertaesus ignauiam suam, quod nihil dum a se memorabile actum esset in aetate, qua iam Alexander orbem terrarum subegisset, missionem continuo efflagitauit ad captandas quam primum maiorum rerum occasiones in urbe. etiam confusum eum somnio proximae noctis + nam uisus erat per quietem stuprum matri intulisse + coiectores ad amplissimam spem incitauerunt arbitrium terrarum orbis portendi interpretantes, quando mater, quam subiectam sibi uidisset, non alia esset quam terra, quae omnium parens haberetur.

de Alejandro Magno (11), suspiró profundamente como lamentando su inacción; y censurando no haber realizado todavía nada digno a la misma edad en que Alejandro ya había conquistado el mundo, dimitió en seguida su cargo para regresar a Roma y aguardar en ella la oportunidad de grandes acontecimientos. Los autores dieron mayor pábulo a sus esperanzas, interpretando un sueño (12) que tuvo la noche precedente y que perturbaba su espíritu (pues había soñado que violaba a su madre), prometiéndole el imperio del mundo, porque aquella madre que había visto sometida a él, no era otra que la Tierra, nuestra madre común.

[8] Decedens ergo ante tempus colonias Latinas de petenda ciuitate agitantes adiit, et ad audendum aliquid concitasset, nisi consules conscriptas in Ciliciam legiones paulisper ob id ipsum retinuissent.

VIII. Habiendo marchado antes del tiempo previsto, visitó las colonias latinas que aspiraban al derecho de ciudadanía romana; y las hubiera impulsado a intentar alguna audaz empresa, si, temiéndolo así todos los cónsules, no hubiesen retenido cierto tiempo las legiones destinadas a Cilicia; pero no por esto dejó de meditar amplios proyectos que poco después habían de realizarse en la misma Roma.

[9] Nec eo setius maiora mox in urbe molitus est: siquidem ante paucos dies quam aedilitatem iniret, uenit in suspicionem conspirasse cum Marco Crasso consulari, item Publio Sulla et L. Autronio post designationem consulatus ambitus condemnatis, ut principio anni senatum adorirentur, et trucidatis quos placitum esset, dictaturam Crassus inuaderet, ipse ab eo magister equitum diceretur constitutaque ad arbitrium re publica Sullae et Autronio consulatus restitueretur. meminerunt huius coniurationis Tanusius Geminus in historia, Marcus Bibulus in edictis, C. Curio pater in orationibus. de hac significare uidetur et Cicero in quadam ad Axium epistula referens Caesarem in consulatu confirmasse regnum, de quo aedilis cogitarat. Tanusius adicit Crassum paenitentia uel metu diem caedi destinatum non obisse et idcirco ne Caesarem quidem signum, quod ab eo dari conuenerat, dedisse; conuenisse autem Curio ait, ut togam de umero deiceret. idem Curio sed et M. Actorius Naso auctores sunt conspirasse eum etiam cum Gnaeo Pisone adulescente, cui ob suspicionem urbanae coniurationis prouincia Hispania ultro extra ordinem data sit; pactumque ut simul foris ille, ipse Romae ad res nouas consurgerent, per Ambranos et Transpadanos; destitutum utriusque consilium morte Pisonis.

IX. En efecto, poco antes de tomar posesión de la edilidad, conspiró, según se dice, con M. Craso, varón consular, y con P. Sila y Autronio —condenados estos últimos por cohecho, después de haber sido designados cónsules—, para que al comienzo del año atacasen al Senado, diesen muerte a parte de los senadores y concediesen la dictadura a Craso, que nombraría a César jefe de la caballería; después de adueñarse por este procedimiento del Gobierno, era su intención devolver a Sila y a Autronio el consulado de que los había desposeído. Tanusio Gémino en su historia, M. Bíbulo en sus edictos y C. Curión, padre, en sus discursos, hablan de esta conjuración. Hasta el mismo Cicerón parece que la cita en una carta a Axius, donde afirma que César realizó durante su consulado el proyecto que concibió siendo edil. Tanusio añade que Craso, sea por miedo, o por arrepentimiento, no compareció el día señalado para la matanza, y que por este motivo César no dio la señal convenida. Esta señal —escribe Curio—, era dejar caer la toga del hombro. El mismo Curio y M. Actorio Nasón le atribuyen otra conspiración con el joven Cn. Pisón, y pretenden que por las sospechas que suscitaron los manejos de éste en Roma, le otorgaron, por comisión extraordinaria, el Gobierno de España, conviniendo, sin embargo, suscitar movimientos coincidentes, el uno fuera y el otro en la misma Roma por medio de los ambronas y transpadanos; pero que la muerte de Pisón anuló el proyecto.

[10] Aedilis praeter comitium ac forum basilicasque etiam Capitolium ornauit

X. Siendo edil, no se limitó a adornar el Comitium, el Foro y las basílicas, sino que decoró asimismo el 10


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porticibus ad tempus extructis, in quibus abundante rerum copia pars apparatus exponeretur. uenationes autem ludosque et cum collega et separatim edidit, quo factum est, ut communium quoque inpensarum solus gratiam caperet nec dissimularet collega eius Marcus Bibulus, euenisse sibi quod Polluci: ut enim geminis fratribus aedes in foro constituta tantum Castoris uocaretur, ita suam Caesarisque munificentiam unius Caesaris dici. adiecit insuper Caesar etiam gladiatorium munus, sed aliquanto paucioribus quam destinauerat paribus; nam cum multiplici undique familia conparata inimicos exterruisset, cautum est de numero gladiatorum, quo ne maiorem cuiquam habere Romae liceret.

Capitolio e hizo construir pórticos para exposiciones 5 temporales, en los que exhibió al público parte de los numerosos objetos que había reunido. Unas veces con su colega y otras separadamente, organizó juegos y cacerías de fieras, consiguiendo recabar para sí toda la popularidad por gastos hechos en común; por cuyo motivo, su colega M. Bíbulo comentaba, comparándose a Pólux: que así como se acostumbraba designar con el solo nombre de Cástor el templo erigido en el Foro a los dos hermanos las liberalidades de César y Bíbulo llamábanse munificencias de César. César agregó a estas liberalidades un combate de gladiadores, en el que figuraron algunas parejas menos de las que deseaba, porque tantos había hecho llegar de todas partes, que alarmados sus adversarios, hicieron limitar, por una ley expresa, el número de contendientes que, en el futuro, podrían entrar en Roma.

[11] Conciliato populi fauore temptauit per partem tribunorum, ut sibi Aegyptus prouincia plebi scito daretur, nanctus extraordinarii imperii occasionem, quod Alexandrini regem suum socium atque amicum a senatu appellatum expulerant resque uulgo inprobabatur. nec obtinuit aduersante optimatium factione: quorum auctoritatem ut quibus posset modis in uicem deminueret, tropaea Gai Mari de Iugurtha deque Cimbris atque Teutonis olim a Sulla disiecta restituit atque in exercenda de sicaris quaestione eos quoque sicariorum numero habuit, qui proscriptione ob relata ciuium Romanorum capita pecunias ex aerario acceperant, quamquam exceptos Cornelis legibus.

XI. Habiéndose captado el favor popular, intentó por la influencia de algunos tribunos que se le diese, mediante plebiscito, el Gobierno de Egipto, sirviendo de ocasión para esta inopinada solicitud de un mando extraordinario que los habitantes de Alejandría habían expulsado a su rey, amigo y aliado del pueblo romano, actitud universalmente reprobada. El partido de los grandes hizo fracasar las pretensiones de César, quien, con el fin de debilitar entonces la autoridad de aquellos por todos los medios posibles, reconstruyó los trofeos de C. Mario sobre Yugurta, los cimbrias y teutones monumentos que en tiempos anteriores había destruido Sila, y cuando se abrió proceso a los sicarios, hizo figurar entre los asesinos, a pesar de las excepciones de la ley Cornelia, a todos aquellos que, durante la proscripción, recibieron dinero del Erario público como precio de cabezas de ciudadanos romanos.

[12] Subornauit etiam qui Gaio Rabirio perduellionis diem diceret, quo praecipuo adiutore aliquot ante annos Luci Saturnini seditiosum tribunatum senatus coercuerat, ac sorte iudex in reum ductus tam cupide condemnauit, ut ad populum prouocanti nihil aeque ac iudicis acerbitas profuerit.

XII. También encontró quien acusase de crimen capital a C. Rabirio, que algunos años antes cooperó más que nadie con el Senado para reprimir las sediciones suscitadas por el tribuno L. Saturnino, y designado por la suerte para juez, con tanta pasión condenó, que nada sirvió tanto como esta parcialidad al reo en su apelación al pueblo.

[13] Deposita prouinciae spe pontificatum maximum petit non sine profusissima largitione; in qua reputans magnitudinem aeris alieni, cum mane ad comitia descenderet, praedixisse matri osculanti fertur domum se nisi pontificem non reuersurum. atque ita potentissimos duos competitores multumque et aetate et dignitate antecedentes superauit, ut plura ipse in eorum tribubus suffragia quam uterque in omnibus tulerit.

XIII. Desvanecida la esperanza del mando, pretendió el pontificado máximo (13), y tantas larguezas prodigó, que asustando por la enormidad de sus deudas, dijo a su madre, besándola antes de acudir a los comicios, que no volvería a verle sino pontífice. Por estos procedimientos venció a sus dos competidores, aunque muy temibles y superiores a él en su edad y dignidad; consiguiendo además sobre ellos la ventaja de obtener más sufragios en sus propias tribus que ellos en todas las demás.

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[14] Praetor creatus, detecta coniuratione Catilinae senatuque uniuerso in socios facinoris ultimam statuente poenam, solus municipatim diuidendos custodiendosque publicatis bonis censuit. quin et tantum metum iniecit asperiora suadentibus, identidem ostentans quanta eos in posterum a plebe Romana maneret inuidia, ut Decimum Silanum consulem designatum non piguerit sententiam suam, quia mutare turpe erat, interpretatione lenire, uelut grauius atque ipse sensisset exceptam. obtinuisset adeo transductis iam ad se pluribus et in his Cicerone consulis fratre, nisi labantem ordinem confirmasset M. Catonis oratio. ac ne sic quidem impedire rem destitit, quoad manus equitum Romanorum, quae armata praesidii causa circumstabat, inmoderatius perseueranti necem comminata est, etiam strictos gladios usque eo intentans, ut sedentem una proximi deseruerint, uix pauci complexu togaque obiecta protexerint. tunc plane deterritus non modo cessit, sed et in reliquum anni tempus curia abstinuit.

XIV. Era pretor (14) César cuando se descubrió la conjuración de Catilina; se había acordado por unanimidad en el Senado la muerte de los culpables, y sólo él opinó que se los custodiase por separado en las ciudades municipales y se les enajenasen los bienes. Más aún: a los que habían propuesto muy severos castigos, los aterró de tal forma con la reiterada amenaza de los odios populares que algún día se desencadenarían contra ellos, que Décimo Silano, cónsul designado, atrevióse a dulcificar por medio de una interpretación el voto que dignamente no podía modificar, y que habían entendido, según explicó, en un sentido mucho más riguroso del que le había dado. César iba a triunfar: muchos senadores se habían agregado a su bando, y con ellos Cicerón, hermano del cónsul; la victoria, pues, era segura, si la oración de Catón no hubiese infundido energía al vacilante Senado. Pero lejos de flaquear en su oposición, persistió César de tal manera en ella, que el grupo de caballeros romanos que guardaba armado el salón del Senado, le amenazó con darle muerte; espadas desnudas se dirigieron contra él, de suerte que 6 los que estaban junto a él se apartaron, y únicamente algunos, aprisionándole entre sus brazos y cubriéndole con la toga, consiguieron salvarle, con gran trabajo. Influido entonces por el miedo, cedió, y en todo el resto del año se abstuvo de asistir el Senado (14 bis).

[15] Primo praeturae die Quintum Catulum de refectione Capitoli ad disquisitionem populi uocauit rogatione promulgata, qua curationem eam in alium transferebat; uerum impar optimatium conspirationi, quos relicto statim nouorum consulum officio frequentes obstinatosque ad resistendum concucurrisse cernebat, hanc quidem actionem deposuit.

XV. El primer día de su pretura convocó ante el pueblo a Q. Catulo, encargado de la reconstrucción del Capitolio (15), y propuso se confiriese el cuidarlo a otro. Mas observando que los patricios, en vez de acudir a saludar al nuevo cónsul, marchaban con apresuramiento a la asamblea para oponerle tenaz resistencia, considerando la lucha desigual, desistió de la empresa.

[16] Ceterum Caecilio Metello tribuno plebis turbulentissimas leges aduersus collegarum intercessionem ferenti auctorem propugnatoremque se pertinacissime praestitit, donec ambo administratione rei publicae decreto patrum submouerentur. ac nihilo minus permanere in magistratu et ius dicere ausus, ut comperit paratos, qui ui ac per arma prohiberent, dimissis lictoribus abiectaque praetexta domum clam refugit pro condicione temporum quieturus. multitudinem quoque biduo post sponte et ultro confluentem operamque sibi in adserenda dignitate tumultuosius pollicentem conpescuit. quod cum praeter opinionem euenisset, senatus ob eundem coetum festinato coactus gratias ei per primores uiros egit accitumque in curiam et amplissimis uerbis conlaudatum in integrum restituit inducto

XVI. Con gran ardor y pasión mantuvo a Cecilio Metelo. autor de las leyes más turbulentas, contra el derecho de oposición de sus colegas, hasta que un decreto del Senado suspendió a los dos en sus funciones. César tuvo la audacia de proseguir en posesión de su cargo y de administrar todavía justicia. Pero cuando supo que se disponían a emplear con él la violencia y las armas, despidió a los lictores, despojase de la pretexta y se retiró secretamente a su casa, resignado, de acuerdo con la costumbre de la época, a permanecer tranquilo. Dos días después sosegó a la muchedumbre, que espontáneamente se había congregado ante su puerta ofreciéndole su cooperación para restablecerle en su dignidad. Atónitos ante aquella moderación, los senadores que la noticia del tumulto había congregado apresuradamente, enviaron para darle gracias a los más ilustres de entre ellos, siendo llamado al Senado, donde se le tributaron grandes elogios, 12


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priore decreto.

restableciéndole en su cargo y retirando el primer decreto.

[17] Recidit rursus in discrimen aliud inter socios Catilinae nominatus et apud Nouium Nigrum quaestorem a Lucio Vettio indice et in senatu a Quinto Curio, cui, quod primus consilia coniuratorum detexerat, constituta erant publice praemia. Curius e Catilina se cognouisse dicebat, Vettius etiam chirographum eius Catilinae datum pollicebatur. id uero Caesar nullo modo tolerandum existimans, cum inplorato Ciceronis testimonio quaedam se de coniuratione ultro ad eum detulisse docuisset, ne Curio praemia darentur effecit; Vettium pignoribus captis et direpta supellectile male mulcatum ac pro rostris in contione paene discerptum coiecit in carcerem; eodem Nouium quaestorem, quod compellari apud se maiorem potestatem passus esset.

XVII. Sobreviniéronle muy pronto nuevos disgustos, por haberle denunciado como cómplice de Catilina, ante el cuestor Novio Niger, L. Vettio Judex, y ante el Senado Q. Curio (16), a quien fueron concedidas recompensas públicas por haber sido el primero en revelar los proyectos de los conjurados. Curio pretendía saber por Catilina lo que decía, y Vettio se obligaba a presentar la firma de César dada por éste a Catilina. No consideró César que debía soportar aquellos ataques, y suplicó el testimonio de Cicerón, para demostrar que le había suministrado espontáneamente algunos detalles acerca de la conjuración, consiguiendo privar a Curio de las recompensas que le habían ofrecido; en cuanto a Vettio, a quien se había solicitado caución de comparecencia, se le despojó de sus bienes, se le maltrató personalmente, estuvo a punto de que le despedazasen en la asamblea al pie de la tribuna rostral, y le hizo encarcelar, consiguiendo lo mismo con relación al cuestor Novio, por haber consentido que se inculpase ante su tribunal a un magistrado superior a él.

[18] Ex praetura ulteriorem sortitus Hispaniam retinentes creditores interuentu sponsorum remouit ac neque more neque iure, ante quam prouinciae or[di]narentur, profectus est: incertum metune iudicii, quod priuato parabatur, an quo maturius sociis inplorantibus subueniret; pacataque prouincia pari festinatione, non expectato successore ad triumphum simul consulatumque decessit. sed cum edictis iam comitis ratio eius haberi non posset nisi priuatus introisset urbem, et ambienti ut legibus solueretur multi contra dicerent, coactus est triumphum, ne consulatu excluderetur, dimittere.

XVIII. Al terminar su pretura, designóle la suerte la España Ulterior; pero, retenido por sus acreedores, no se vio libre de ellos hasta que otorgó fianzas; y sin esperar que, según las costumbres y las leyes, hubiese el Senado arreglado todo lo concerniente a las provincias, partió, ya para librarse de una acción judicial que querían suscitarle al cesar en el cargo, ya para allegar más pronto socorros a los aliados que imploraban la protección de Roma. Cuando hubo pacificado su provincia (17), regresó sin aguardar sucesor, con igual premura, pidiendo el triunfo y el consulado juntamente. Mas estando ya fijado el día de los comicios, no podía presentarse su candidatura si no entraba en la ciudad como simple particular, y cuando solicitó que se le exceptuase de la ley, encontró recia oposición, por lo que tuvo que desistir del triunfo para no quedar por ello excluido del consulado.

[19] E duobus consulatus competitoribus, Lucio Lucceio Marcoque Bibulo, Lucceium sibi adiunxit, pactus ut is, quoniam inferior gratia esset pecuniaque polleret, nummos de suo communi nomine per centurias pronuntiaret. qua cognita re optimates, quos metus ceperat nihil non ausurum eum in summo magistratu concordi et consentiente collega, auctores Bibulo fuerunt tantundem pollicendi, ac plerique pecunias contulerunt, ne Catone quidem abnuente eam largitionem e re publica fieri. Igitur cum Bibulo consul creatur. eandem ob causam opera ab optimatibus data est, ut

XIX. De sus dos competidores al consulado, L. Luceyo (18) y Marco Bíbulo, se unió al primero, que gozaba de escasa influencia, pero que poseía considerable fortuna, a condición de que uniría al suyo el nombre de César en sus larguezas a las centurias (19). Los nobles, enterados de este pacto, cuyas consecuencias temían, y convencidos de que César, investido con la magistratura más alta del Estado y contando con un colega completamente suyo, no pondría límites a su audacia, quisieron que hiciese Bíbulo idénticas promesas a la centuria, y la mayor parte de ellos contribuyeron con dinero para conseguirlo; el propio Catón dijo, con ocasión de esto, que por aquella vez la corrupción sería 13


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prouinciae futuris consulibus minimi negotii, id est siluae callesque, decernerentur. qua maxime iniuria instinctus omnibus officiis Gnaeum Pompeium adsectatus est offensum patribus, quod Mithridate rege uicto cunctantius confirmarentur acta sua; Pompeioque Marcum Crassum reconciliauit ueterem inimicum ex consulatu, quem summa discordia simul gesserant; ac societatem cum utroque iniit, ne quid ageretur in re publica, quod displicuisset ulli e tribus.

beneficiosa para la República. César fue nombrado cónsul con Bíbulo y los grandes no pudieron hacer sino asignar a los futuros cónsules cargos intrascendentes, como la inspección de bosques y caminos. Movido César por esta injuria, no perdonó medio para atraerse a Cn. Pompeyo, irritado entonces contra los senadores, que vacilaban en aprobar sus actos, pese a sus victorias sobre el rey Mitrídates, reconciliándole también con M. Craso, que continuaba enemistado con él desde las violentas querellas de su consulado, concertando con ellos una alianza por la cual no se haría nada en el Estado que desagradase a cualquiera de los tres.

[20] Inito honore primus omnium instituit, ut tam senatus quam populi diurna acta confierent et publicarentur. antiquum etiam re[t]tulit morem, ut quo mense fasces non haberet, accensus ante eum iret, lictores pone sequerentur. lege autem agraria promulgata obnuntiantem collegam armis foro expulit ac postero die in senatu conquestum nec quoquam reperto, qui super tali consternatione referre aut censere aliquid auderet, qualia multa saepe in leuioribus turbis decreta erant, in eam coegit desperationem, ut, quoad potestate abiret, domo abditus nihil aliud quam per edicta obnuntiaret. Vnus ex eo tempore omnia in re publica et ad arbitrium administrauit, ut nonnulli urbanorum, cum quid per iocum testandi gratia signarent, non Caesare et Bibulo, sed Iulio et Caesare consulibus actum scriberent bis eundem praeponentes nomine atque cognomine, utque uulgo mox ferrentur hi uersus:

XX. Lo peor que ordenó al posesionarse de su dignidad, fue que se llevara un Diario de todos los actos populares y del Senado y que se publicase. Restableció, asimismo, la antigua costumbre de hacerse preceder por un ujier y seguir por lictores, durante los meses en que tuviese las fasces el otro cónsul (20). Promulgó la ley Agraria, y no pudiendo vencer la resistencia de Bíbulo, lo arrojó del foro a mano armada. Al siguiente día expuso éste sus quejas ante el Senado, pero no se encontró nadie que osase informar acerca de aquella violencia o a proponer alguna de aquellas decididas soluciones que, con tanta frecuencia, se habían adoptado en peligros mucho menores. Desesperado Bíbulo con ello, se retiró a su casa, donde estuvo oculto todo el transcurso de su consulado, no ejerciendo otra oposición que por medio de edictos. Desde aquel momento dirigió César todos los asuntos del Estado por su única y soberana autoridad, hasta el punto de que algunos, antes de firmar sus cartas, las fechaban por burla, no en el consulado de César y Bíbulo, sino de Julio y de César, haciendo así dos cónsules de uno solo, separando el nombre y el cognomento; se hicieron también divulgar estos versos:

non Bibulo quiddam nuper sed Caesare factum est:

nam Bibulo fieri consule nil memini. campum Stellatem maioribus consecratum agrumque Campanum ad subsidia rei publicae uectigalem relictum diuisit extra sortem ad uiginti milibus ciuium, quibus terni pluresue liberi essent. publicanos remissionem petentis tertia mercedum parte releuauit ac, ne in locatione nouorum uectigalium inmoderatius licerentur, propalam monuit. cetera item, quae cuique libuissent, dilargitus est contra dicente nullo ac, si conaretur quis, absterrito. Marcum Catonem interpellantem extrahi curia per lictorem ducique in carcerem iussit. Lucio Lucullo liberius resistenti tantum calumniarum metum iniecit, ut ad genua ultro sibi accideret. Cicerone in iudicio quodam deplorante temporum statum Publium Clodium inimicum eius, frustra iam pridem a patribus ad plebem transire nitentem, eodem die horaque nona

Non Bibulo quidquam nuper, sed Cesare farctum est: Nom Bibulo fieri consulte nil memini (21). El territorio de Stella, consagrado por nuestros mayores, y los campos de Campania, destinados a las necesidades de la República, quedaron distribuidos entre veinte mil ciudadanos padres de familia con tres o más hijos (22). Pidiendo reducción los arrendatarios del Estado, les perdonó un tercio de los arrendamientos, y exhortólos en público a no encarecerlos inconsideradamente en la próxima adjudicación de impuestos. Así obraba en todo, concediendo generosamente cuanto se le solicitaba, porque nadie osaba enfrentársele, ya que si alguno se atrevía era víctima al punto de su venganza. Un día apostrofóle Catón, y ordenó a un lictor que le arrastrase fuera del Senado y le llevase a prisión. Habiéndole resistido algunos momentos, L. Lúculo, le asustaron en tal grado sus amenazas, que le pidió perdón de rodillas. 14


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transduxit. postremo in uniuersos diuersae factionis [indicem . . . . . . ] inductum praemiis, ut se de inferenda Pompeio nece sollicitatum a quibusdam profiteretur productusque pro rostris auctores ex conpacto nominaret; sed uno atque altero frustra nec sine suspicione fraudis nominatis desperans tam praecipitis consilii euentum intercepisse ueneno indicem creditur.

Por haber lamentado Cicerón en un juicio la situación de los negocios de la República, a las nueve del mismo día hizo pasar al orden plebeyo al patricio P. 8 Clodio, enemigo de Cicerón, a quien en vano había intentado pasar desde mucho antes. Queriendo concluir en fin con sus adversarios, sobornó a Vettio a fuerza de oro, para que declarase que algunos de éstos le habían incitado a matar a Pompeyo y que, conducido al Foro, nombrase algunos de los pretendidos autores de la trama. Pero acusando Vettio sin pruebas tanto a uno como a otro, sospechase en seguida el fraude, y desesperando César del triunfo de aquella loca empresa, hizo, según se cree, envenenar al denunciador.

[21] Sub idem tempus Calpurniam L. Pisonis filiam successuri sibi in consulatu duxit uxorem suamque, Iuliam, Gnaeo Pompeio conlocauit repudiato priore sponso Seruilio Caepione, cuius uel praecipua opera paulo ante Bibulum inpugnauerat. ac post nouam adfinitatem Pompeium primum rogare sententiam coepit, cum Crassum soleret essetque consuetudo, ut quem ordinem interrogandi sententias consul Kal. Ianuariis instituisset, eum toto anno conseruaret.

XXI. Por esta época casase con Calpurnia, hija de L. Pisón, que iba a sucederle en el consulado, y concedió a Cn. Pompeyo en matrimonio su hija Julia, repudiado su prometido Servilio Cepión, quien poco antes ayudóle poderosamente a deshacerse de Bíbulo. Después de esta nueva alianza, comenzó en el Senado a adoptar, en primer lugar, el parecer de Pompeyo, cuando acostumbraba a interrogar ante todo a Craso y era costumbre que el cónsul mantuviese todo el año el orden establecido por el mismo en las calendas de enero para recibir los votos.

[22] Socero igitur generoque suffragantibus ex omni prouinciarum copia Gallias potissimum elegit, + cuius emolumento et oportunitate idonea sit materia triumphorum +. et initio quidem Galliam Cisalpinam Illyrico adiecto lege Vatinia accepit; mox per senatum Comatam quoque, ueritis patribus ne, si ipsi negassent, populus et hanc daret. quo gaudio elatus non temperauit, quin paucos post dies frequenti curia iactaret, inuitis et gementibus aduersaris adeptum se quae concupisset, proinde ex eo insultaturum omnium capitibus; ac negante quodam per contumeliam facile hoc ulli feminae fore, responderit quasi adludens: in Suria quoque regnasse Sameramin magnamque Asiae partem Amazonas tenuisse quondam.

XXII. Apoyado por el suegro y el yerno, eligió, pues, entre todas las provincias romanas la de las Galias, que, entre otras ventajas, ofrecía amplio campo de triunfos a su ambición. Recibió, en primer término, la Galia Cisalpina con la Iliria, en virtud de la ley Vatinia; y después diole el Senado la Cabelluda, convencido de que el pueblo había de otorgársela si los senadores se la denegaban. No pudiendo dominar la alegría que le embargaba, pasados algunos días, jactóse en pleno Senado de haber llegado al máximo de sus deseos, a pesar del odio de sus consternados enemigos, y exclamó que en lo sucesivo marcharía sobre sus cabezas. Habiendo entonces dicho uno para afrentarle: —Eso no será fácil a una mujer—, respondió como aludido: — Sin embargo, en Siria, reinó Semíramis y las Amazonas poseyeron gran parte de Asia.

[23] Functus consulatu Gaio Memmio Lucioque Domitio praetoribus de superioris anni actis referentibus cognitionem senatui detulit; nec illo suscipiente triduoque per inritas altercationes absumpto in prouinciam abiit. et statim quaestor eius in praeiudicium aliquot criminibus arreptus est. mox et ipse a Lucio Antistio tr. pl. postulatus appellato demum collegio optinuit, cum rei publicae causa abesset reus ne fieret. ad securitatem ergo posteri temporis in magno negotio habuit obligare semper annuos magistratus et e

XXIII. Concluido su consulado, los pretores Memmio y Lucio Domitio solicitaron que se examinasen las actas del año anterior, llevando César el asunto al Senado, que no quiso saber de él. Después de tres días de inútiles discusiones, marchó a su provincia, e inmediatamente, para perjudicarle, se procesó a su cuestor por diversos delitos. Poco después le citó a él mismo el tribuno del pueblo L. Antistio, pero merced a la intervención del Colegio de los tribunos, logró no ser acusado mientras permaneciese ausente en servicio de la República. Para ponerse en lo sucesivo al abrigo de aquellos ataques, tuvo gran cuidado de atraerse, por 15


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petitoribus non alios adiuuare aut ad honorem pati peruenire, quam qui sibi recepissent propugnaturos absentiam suam; cuius pacti non dubitauit a quibusdam ius iurandum atque etiam syngrapham exigere.

medio de favores, a los magistrados de cada año, formándose una ley de no ayudar con su influencia, ni permitir que ascendiesen a los honores sino aquellos que se comprometiesen a defenderlo durante su ausencia; condición por la que no vaciló en requerir juramento a algunos e incluso promesa escrita.

[24] Sed cum Lucius Domitius consulatus candidatus palam minaretur consulem se effecturum quod praetor nequisset adempturumque ei exercitus, Crassum Pompeiumque in urbem prouinciae suae Lucam extractos conpulit, ut detrudendi Domitii causa consulatum alterum peterent, perfecitque [per] utrumque, ut in quinquennium sibi imperium prorogaretur. qua fiducia ad legiones, quas a re publica acceperat, alias priuato sumptu addidit, unam etiam ex Transalpinis conscriptam, uocabulo quoque Gallico + Alauda enim appellabatur + , quam disciplina cultuque Romano institutam et ornatam postea uniuersam ciuitate donauit. nec deinde ulla belli occasione, [ne] iniusti quidem ac periculosi abstinuit, tam foederatis quam infestis ac feris gentibus ultro lacessitis, adeo ut senatus quondam legatos ad explorandum statum Galliarum mittendos decreuerit ac nonnulli dedendum eum hostibus censuerint. sed prospere [de]cedentibus rebus et saepius et plurium quam quisquam umquam dierum supplicationes impetrauit.

XXIV. Así, pues, habiéndose vanagloriado en público L. Domitio, quien aspiraba al consulado, de realizar como cónsul lo que no había podido hacer como pretor, y de quitar además a César el ejército que comandaba, llamó a Luca, ciudad de su provincia, a Craso y a Pompeyo, exhortándolos a que solicitasen ellos mismos también el consulado, para separar a Domitio, y obligar en seguida a prorrogar su mando por cinco años, consiguiendo ambas cosas. Tranquilo en este aspecto, agregó otras legiones a las que había recibido de la República, y las mantuvo a tu costa; constituyó otra en la Galia Transalpina, a la que dio el nombre galo de Alanda, y la adiestró en la disciplina romana, armándola y equipándola al uso de la República y concediéndole después el derecho de ciudadanía. En lo sucesivo no dejó escapar ninguna oportunidad de hacer la guerra, por injusta y peligrosa que fuese, atacando 9 indistintamente a los pueblos aliados y a las naciones enemigas o salvajes, hasta que el Senado decretó enviar comisarios a las Galias para que le informasen del estado de aquella provincia, llegando a proponerse por algunos que se la entregase a los enemigos. El próspero éxito de todas aquellas empresas les hizo, sin embargo, tributar elogios más lisonjeros y frecuentes que los que habían conseguido otros antes que él.

[25] Gessit autem nouem annis, quibus in imperio fuit, haec fere. Omnem Galliam, quae saltu Pyrenaeo Alpibusque et monte Cebenna, fluminibus Rheno ac Rhodano continetur patetque circuitu ad bis et tricies centum milia passuum, praeter socias ac bene meritas ciuitates in prouinciae formam redegit, eique [CCCC] in singulos annos stipendii nomine inposuit. Germanos, qui trans Rhenum incolunt, primus Romanorum ponte fabricato adgressus maximis adfecit cladibus; adgressus est et Britannos ignotos antea superatisque pecunias et obsides imperauit; per tot successus ter nec amplius aduersum casum expertus: in Britannia classe ui tempestatis prope absumpta et in Gallia ad Gergouiam legione fusa et in Germanorum finibus Titurio et Aurunculeio legatis per insidias caesis.

XXV. En los nueve años de su mando realizó las siguientes empresas: Redujo toda la Galia comprendida entre los Pirineos y los Alpes, las Cevennas, el Ródano y el Rin, a provincia romana, exceptuando las ciudades aliadas y amigas, obligando al territorio conquistado al pago de un tributo anual de cuarenta millones de sestercios. Fue el primero que, después de tender un puente sobre el Rin, atacó a los germanos al otro lado de este río, y que consiguió señaladas victorias sobre ellos. Atacó también a los bretones, desconocidos hasta entonces, los derroto y exigió dinero y rehenes. En medio de tantos éxitos, únicamente sufrió tres reveses: uno en Bretaña, donde una tempestad estuvo a punto de aniquilar su flota; otro en la Galia, delante de Gergovia, donde fue derrotada una legión; y el tercero en el territorio de los germanos, donde perecieron en una emboscada sus legados Titurio y Aurunculeyo.

[26] Eodem temporis spatio matrem primo, deinde filiam, nec multo post nepotem amisit. inter quae, consternata Publi Clodi caede re

XXVI. En el transcurso de estas expediciones, perdió primero a su madre, a su hija después, y más adelante a su nieto. Entretanto, la muerte de P. Clodio había 16


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publica, cum senatus unum consulem nominatimque Gnaeum Pompeium fieri censuisset, egit cum tribunis plebis collegam se Pompeio destinantibus, id potius ad populum ferrent, ut absenti sibi, quandoque imperii tempus expleri coepisset, petitio secundi consulatus daretur, ne ea causa maturius et inperfecto adhuc bello decederet. quod ut adeptus est, altiora iam meditans et spei plenus nullum largitionis aut officiorum in quemquam genus publice priuatimque omisit. forum de manubiis incohauit, cuius area super sestertium milies constitit. munus populo epulumque pronuntiauit in filiae memoriam, quod ante eum nemo. quorum ut quam maxima expectatio esset, ea quae ad epulum pertinerent, quamuis macellaris ablocata, etiam domesticatim apparabat. gladiatores notos, sicubi infestis spectatoribus dimicarent, ui rapiendos reseruandosque mandabat. tirones neque in ludo neque per lanistas, sed in domibus per equites Romanos atque etiam per senatores armorum peritos erudiebat, precibus enitens, quod epistulis eius ostenditur, ut disciplinam singulorum susciperent ipsique dictata exercentibus darent. legionibus stipendium in perpetuum duplicauit. frumentum, quotiens copia esset, etiam sine modo mensuraque praebuit ac singula interdum mancipia e praeda uiritim dedit.

ocasionado algaradas en Roma, y el Senado, que pensaba no instituir más que un cónsul, designaba nominalmente a Cn. Pompeyo. Los tribunos del pueblo le designaban por compañero a César, pero no queriendo regresar por esta candidatura antes de concluir la guerra, entendiese con ellos para que el pueblo le concediera permiso de solicitar, ausente, su segundo consulado, cuando estuviese para terminar el período de su mandato; se le concedió este privilegio, y concibiendo desde entonces más vastos proyectos y elevadas esperanzas, nada escatimó para atraerse partidarios a costa de favores públicos y particulares. Con el dinero extraído a los enemigos, inició la construcción de un Foro, cuyo solo terreno costó más de cien mil sestercios. Prometió al pueblo, en memoria de su hija; espectáculos y un festín, cosa desconocida y sin ejemplo; finalmente, y para satisfacer la impaciencia pública, utilizó a sus esclavos en los preparativos de aquel festín, que había encomendado a contratistas. Tenía en Roma comisionados que se apoderaban por fuerza, para reservárselos, de los gladiadores más famosos, en el momento en que los espectadores iban a pronunciar su sentencia de muerte. Y en cuanto a los gladiadores jóvenes, no los hacía educar en escuelas o por lanistas (23), sino en casas particulares y por caballeros romanos; lo hizo también por senadores duchos en el manejo de las armas, y que pedían, como vemos en sus cartas, encargarse de la enseñanza de aquellos gladiadores y regir como maestros sus ejercicios. César duplicó a perpetuidad la soldada de las legiones. En los años pródigos, distribuía el trigo sin tasa ni medida, y algunas veces se le vio dar a cada hombre un esclavo tomado del botín.

[27] Ad retinendam autem Pompei necessitudinem ac uoluntatem Octauiam sororis suae neptem, quae Gaio Marcello nupta erat, condicionem ei detulit sibique filiam eius in matrimonium petit Fausto Sullae destinatam. omnibus uero circa eum atque etiam parte magna senatus gratuito aut leui faenore obstrictis, ex reliquo quoque ordinum genere uel inuitatos uel sponte ad se commeantis uberrimo congiario prosequebatur, libertos insuper seruulosque cuiusque, prout domino patronoue gratus qui esset. tum reorum aut obaeratorum aut prodigae iuuentutis subsidium unicum ac promptissimum erat, nisi quos grauior criminum uel inopiae luxuriaeue uis urgeret, quam ut subueniri posset a se; his plane palam bello ciuili opus esse dicebat.

XXVII. Con el fin de conservar el apoyo de Pompeyo con una nueva alianza, ofrecióle a Octavia, sobrina de su hermana, a pesar de estar casada con C. Marcelo, y le pidió la mano de su hija destinada a Fausto Sila. A cuantos rodeaban a Pompeyo y a la mayor parte de los senadores los había hecho deudores suyos, sin exigirles interés o siendo éste muy reducido; hizo asimismo magníficos presentes a los ciudadanos de otras clases, que acudían a él invitados o espontáneamente. Sus liberalidades se extendían hasta los libertos y esclavos, según la influencia que 10 ejercían sobre el ánimo de su señor o patrono. Los acusados, los ciudadanos agobiados de deudas, la juventud pródiga, hallaban en él refugio seguro, a no ser que las acusaciones fuesen graves con exceso, completa la ruina o los desórdenes demasiado grandes para que pudiese remediarlos. A éstos les decía francamente: que necesitaban una guerra civil.

[28] Nec minore studio reges atque prouincias per terrarum orbem adliciebat, aliis captiuorum

XXVIII. No desplegó menor cuidado en atraerse el favor de los reyes y las provincias en toda la extensión 17


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milia dono offerens, aliis citra senatus populique auctoritatem, quo uellent et quotiens uellent, auxilia submittens, superque Italiae Galliarumque et Hispaniarum, Asiae quoque et Graeciae potentissimas urbes praecipuis operibus exornans; donec, attonitis iam omnibus et quorsum illa tenderent reputantibus, Marcus Claudius Marcellus consul edicto praefatus, de summa se re publica acturum, rettulit ad senatum, ut ei succederetur ante tempus, quoniam bello confecto pax esset ac dimitti deberet uictor exercitus; et ne absentis ratio comitiis haberetur, quando nec plebi scito Pompeius postea abrogasset. acciderat autem, ut is legem de iure magistratuum ferens eo capite, quo petitione honorum absentis submouebat, ne Caesarem quidem exciperet per obliuionem, ac mox lege iam in aes incisa et in aerarium condita corrigeret errorem. nec contentus Marcellus prouincias Caesari et priuilegium eripere, re[t]tulit etiam, ut colonis, quos rogatione Vatinia Nouum Comum deduxisset, ciuitas adimeretur, quod per ambitionem et ultra praescriptum data esset.

de la tierra, brindando a unos gratuitamente millares de cautivos, mandando a otros tropas auxiliares en el momento y lugar que querían, sin consultar al Senado ni al pueblo. Adornó con magníficos monumentos, no solamente la Italia, las Galias y las Españas, sino también las más importantes ciudades de Grecia y Asia. Todo el mundo comenzaba a presentir con pavor el fin de tantas empresas, cuando el cónsul M. Claudio Marcelo publicó un edicto por el cual, después de anunciar que se trataba de la salvación de la República, proponía al Senado dar sucesor a César antes de que expirase el tiempo de su mandato; y ya que había terminado la guerra y estaba asegurada la paz, que licenciara al ejército victorioso; solicitaron, igualmente, que en los próximos comicios no se tuviese en cuenta la ausencia de César, puesto que el mismo Pompeyo había anulado el plebiscito dado en su favor. En efecto, había ocurrido que en la ley a propósito de los derechos de los magistrados, en el capítulo en que se prohibía a los ausentes la petición de honores, se olvidó exceptuar a César; el error no fue subsanado por Pompeyo hasta que la ley estuvo ya grabada en bronces, y depositada en el tesoro (24). No contento Marcelo con quitar a César sus provincias y sus privilegios, quiso también, apoyando una moción de Letinio, que se privase a la colonia que había fundado en Novumcomum, el derecho de ciudadanía, ambición que, en contra de las leyes, le había sido por ambos concedida.

[29] Commotus his Caesar ac iudicans, quod saepe ex eo auditum ferunt, difficilius se principem ciuitatis a primo ordine in secundum quam ex secundo in nouissimum detrudi, summa ope restitit, partim per intercessores tribunos, partim per Seruium Sulpicium alterum consulem. insequenti quoque anno Gaio Marcello, qui fratri patrueli suo Marco in consulatu successerat, eadem temptante collegam eius Aemilium Paulum Gaiumque Curionem uiolentissimum tribunorum ingenti mercede defensores parauit. sed cum obstinatius omnia agi uideret et designatos etiam consules e parte diuersa, senatum litteris deprecatus est, ne sibi beneficium populi adimeretur, aut ut ceteri quoque imperatores ab exercitibus discederent; confisus, ut putant, facilius se, simul atque libuisset, ueteranos conuocaturum quam Pompeium nouos milites. cum aduersariis autem pepigit, ut dimissis octo legionibus Transalpinaque Gallia duae sibi legiones et Cisalpina prouincia uel etiam una legio cum Illyrico concederetur, quoad consul fieret.

XXIX. Alterado por estos ataques, y persuadido, como se le había oído decir muchas veces, que cuando ocupase el puesto supremo del Estado seria más difícil hacerle descender al segundo rango que desde éste al último, resistió con todo su poder a Marcelo, oponiéndole ya los tribunos, ya el otro cónsul, Servio Sulpicio. Al siguiente año, habiendo sucedido en el consulado M. Marcelo a su primo hermano Marco, continuando el mismo empeño, se preparó defensores por medio de considerables prodigalidades. Fueron estos defensores, Emilio Paulo y Cayo Curión, tribunos muy violentos. Pero hallando en todas partes fuerte resistencia, y viendo que los cónsules nombrados eran adversarios también, escribió al Senado, rogándole no le privase el beneficio del pueblo, o al menos diese órdenes para que los demás generales dejasen también sus ejércitos; confiando, según se cree, que reuniría, cuando quisiese, a sus veteranos con más facilidad que Pompeyo nuevos soldados. Ofreció, sin embargo, a sus contrarios licenciar ocho legiones, abandonar la Galia Transalpina y conservar la Cisalpina con dos legiones, o la Iliria solamente con una hasta que fuese nombrado cónsul.

[30] uerum neque senatu interueniente et aduersariis negantibus ullam se de re publica

XXX. Rechazada, sin embargo, por el Senado sus peticiones y rehusando sus enemigos poner en pacto la 18


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facturos pactionem, transiit in citeriorem Galliam, conuentibusque peractis Rauennae substitit, bello uindicaturus si quid de tribunis plebis intercedentibus pro se grauius a senatu constitutum esset. Et praetextum quidem illi ciuilium armorum hoc fuit; causas autem alias fuisse opinantur. Gnaeus Pompeius ita dictitabat, quod neque opera consummare, quae instituerat, neque populi expectationem, quam de aduentu suo fecerat, priuatis opibus explere posset, turbare omnia ac permiscere uoluisse. alii timuisse dicunt, ne eorum, quae primo consulatu aduersus auspicia legesque et intercessiones gessisset, rationem reddere cogeretur; cum M. Cato identidem nec sine iure iurando denuntiaret delaturum se nomen eius, simul ac primum exercitum dimisisset; cumque uulgo fore praedicarent, ut si priuatus redisset, Milonis exemplo circumpositis armatis causam apud iudices diceret. quod probabilius facit Asinius Pollio, Pharsalica acie caesos profligatosque aduersarios prospicientem haec eum ad uerbum dixisse referens: 'hoc uoluerunt; tantis rebus gestis Gaius Caesar condemnatus essem, nisi ab exercitu auxilium petissem.' quidam putant captum imperii consuetudine pensitatisque suis et inimicorum uiribus usum occasione rapiendae dominationis, quam aetate prima concupisset. quod existimasse uidebatur et Cicero scribens de Officiis tertio libro semper Caesarem in ore habuisse Euripidis uersus, quos sic ipse conuertit: nam si uiolandum est ius, [regnandi] gratia uiolandum est: aliis rebus pietatem colas.

salud de la República, pasó a la Galia Citerior, y celebrados ya los comicios provinciales, detúvose en Ravena, dispuesto a vengar con la fuerza de las armaba los tribunos partidarios suyos, si el Senado disponía medidas violentas contra ellos. Éste fue, efectivamente, el pretexto de la guerra civil, pero se cree que tuvo otros motivos. Cn. Pompeyo decía que, no pudiendo César terminar los trabajos comenzados ni satisfacer con sus recursos personales las esperanzas que el pueblo había puesto en su regreso, quiso trastornar y conmoverlo 11 todo. Aseguran otros que temía que le obligaran a dar cuenta de lo que había hecho en pugna con las leyes, contra los auspicios e intercesiones durante su primer consulado, porque M. Catón declaraba con juramento que le citaría en justicia en cuanto licenciase al ejército. Se decía generalmente que, si regresaba en condición privada, se vería obligado, como Milón, a defenderse ante los jueces rodeados de soldados con armas; dando probabilidades a este criterio lo que Asinio Polión refiere y es, que en la batalla de Farsalia, contemplando a sus adversarios vencidos y derrotados, pronunció estas palabras: Ellos lo quisieron; después de realizadas tantas empresas me hubieran condenado a mi, C. César, si no hubiese pedido auxilio al ejército.

[31] Cum ergo sublatam tribunorum intercessionem ipsosque urbe cessisse nuntiatum esset, praemissis confestim clam cohortibus, ne qua suspicio moueretur, et spectaculo publico per dissimulationem interfuit et formam, qua ludum gladiatorium erat aedificaturus, considerauit et ex consuetudine conuiuio se frequenti dedit. dein post solis occasum mulis e proximo pistrino ad uehiculum iunctis occultissimum iter modico comitatu ingressus est; et cum luminibus extinctis decessisset uia, diu errabundus tandem ad lucem duce reperto per angustissimos tramites pedibus euasit. consecutusque cohortis ad Rubiconem flumen, qui prouinciae eius finis erat, paulum constitit, ac reputans quantum

XXXI. Cuando supo que, rechazada la intercesión de los tribunos, habían tenido éstos que salir de Roma, hizo avanzar algunas cohortes en secreto para no suscitar recelos; con objeto de disimular, presidió un espectáculo público, se ocupó en un plan de construcción para un circo de gladiadores, y se entregó como de costumbre a los placeres del festín. Pero en cuanto se puso el sol mandó uncir a su carro los mulos de una tahona próxima, y con pequeño acompañamiento, tomó ocultos caminos. Consumidas las antorchas, extraviase y vagó largo tiempo al azar, hasta que al amanecer, habiendo encontrado un guía, prosiguió a pie por estrechos senderos hasta el Rubicón, que era el límite de su provincia y donde le esperaban sus cohortes. Detúvose breves momentos, y reflexionando en las consecuencias de su empresa,

Otros opinan, por último, que le dominaba el hábito del mando, y que habiendo comparado con las suyas las fuerzas de sus enemigos, creyó propicia la oportunidad de adueñarse del poder soberano, que desde su juventud venía codiciando. Según parece, también lo creía Cicerón así. En el libro tercero de Offitiis (de los Deberes), dice que César tenía siempre en los labios los versos de Eurípides que tradujo de esta manera: Nam si violandum est jus, regnandi gratia Violandum est: aliis rebus pietatem colas (25).

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moliretur, conuersus ad proximos: 'etiam nunc,' inquit, 'regredi possumus; quod si ponticulum transierimus, omnia armis agenda erunt.'

exclamó dirigiéndose a los más próximos: —Todavía podemos retroceder, pero si cruzamos este puentecillo, todo habrán de decidirlo las armas.

[32] Cunctanti ostentum tale factum est. quidam eximia magnitudine et forma in proximo sedens repente apparuit harundine canens; ad quem audiendum cum praeter pastores plurimi etiam ex stationibus milites concurrissent interque eos et aeneatores, rapta ab uno tuba prosiliuit ad flumen et ingenti spiritu classicum exorsus pertendit ad alteram ripam. tunc Caesar: 'eatur,' inquit, 'quo deorum ostenta et inimicorum iniquitas uocat.

XXXII. Cuando permanecía vacilando, un prodigio le decidió. Un hombre de talla y hermosura notables, apareció sentado de pronto, a corta distancia de él, tocando la flauta. Además de los pastores, soldados de los puestos inmediatos, y entre ellos trompetas, acudieron a escucharle; arrebatando entonces a uno la trompeta, encaminóse hacia el río, y arrancando vibrantes sonidos del instrumento, llegó a la otra orilla. Entonces César dijo: —Marchemos a donde nos llaman los signos de los dioses y la iniquidad de los enemigos.

[33] Iacta alea est,' inquit. atque ita traiecto exercitu, adhibitis tribunis plebis, qui pulsi superuenerant, pro contione fidem militum flens ac ueste a pectore discissa inuocauit. existimatur etiam equestres census pollicitus singulis; quod accidit opinione falsa. nam cum in adloquendo adhortandoque saepius digitum laeuae manus ostentans adfirmaret se ad satis faciendum omnibus, per quos dignitatem suam defensurus esset, anulum quoque aequo animo detracturum sibi, extrema contio, cui facilius erat uidere contionantem quam audire, pro dicto accepit, quod uisu suspicabatur; promissumque ius anulorum cum milibus quadringenis fama distulit.

XXXIII. Jacta alea est. (La suerte está echada.). Cuando el ejército hubo cruzado el río, hizo presentarse a los tribunos del pueblo, que, arrojados de Roma, habían acudido a su campamento; arengó a los soldados y, llorando, invocó su fidelidad, rasgándose las vestiduras sobre el pecho. Se creyó que había prometido a cada uno el censo del orden ecuestre, error a que dio lugar el que mostrase varias veces durante la arenga el dedo anular de la mano siniestra, afirmando que estaba dispuesto a darlo todo con gusto, hasta su anillo, por aquellos que defendiesen su dignidad; de suerte que los que se hallaban en las 12 últimas filas, en mejores condiciones para ver que para oír dieron a aquel movimiento una significación que no tenía; no tardó con ello, en divulgarse el rumor de que César había prometido a sus soldados los derechos y rentas de caballeros, es decir, cuatrocientos mil sestercios.

[34] Ordo et summa rerum, quas deinceps gessit, sic se habent. Picenum Vmbriam Etruriam occupauit et Lucio Domitio, qui per tumultum successor ei nominatus Corfinium praesidio tenebat, in dicionem redacto atque dimisso secundum Superum mare Brundisium tetendit, quo consules Pompeiusque confugerant quam primum transfretaturi. hos frustra per omnis moras exitu prohibere conatus Romam iter conuertit appellatisque de re publica patribus ualidissimas Pompei copias, quae sub tribus legatis M. Petreio et L. Afranio et M. Varrone in Hispania erant, inuasit, professus ante inter suos, ire se ad exercitum sine duce et inde reuersurum ad ducem sine exercitu. et quanquam obsidione Massiliae, quae sibi in itinere portas clauserat, summaque frumentariae rei penuria retardante breui tamen omnia subegit.

XXXIV. El orden y resumen de lo que hizo después es el siguiente: Ocupó en primer lugar el Piceno, la Umbría y la Etruria. Hizo rendirse a L. Domicio, nombrado sucesor suyo durante los disturbios, y que defendía con su guarnición a Corfinio, pero dejándole en libertad; costeó luego el mar superior (Adriático) y marchó sobre Brindis, en donde se habían refugiado los cónsules de Pompeyo, con propósito de pasar cuanto antes el mar. Después de intentar todo en vano para impedir la realización de este proyecto, se dirigió a Roma, convocó el Senado, y corrió a apoderarse de las mejores tropas de Pompeyo, que estaban en España a las órdenes de los tres legados, M. Petreyo, L. Africano y M. Varrón, habiendo dicho a los suyos antes de marchar que iba a combatir a un ejército sin general para volver a combatir a un general sin ejército. Y aunque retrasado por el sitio de Marsella, que le había cerrado sus puertas, y por la gran escasez de víveres, consiguió, sin embargo, muy pronto su propósito.

[35] Hinc urbe repetita in Macedoniam transgressus Pompeium, per quattuor paene

XXXV. Regresó rápidamente a Roma, pasó a Macedonia, acometió a Pompeyo, y mantúvose 20


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menses maximis obsessum operibus, ad extremum Pharsalico proelio fudit et fugientem Alexandriam persecutus, ut occisum deprehendit, cum Ptolemaeo rege, a quo sibi quoque insidias tendi uidebat, bellum sane difficillimum gessit, neque loco neque tempore aequo, sed hieme anni et intra moenia copiosissimi ac sollertissimi hostis, inops ipse omnium rerum atque inparatus. regnum Aegypti uictor Cleopatrae fratrique eius minori permisit, ueritus prouinciam facere, ne quandoque uiolentiorem praesidem nacta nouarum rerum materia esset. ab Alexandria in Syriam et inde Pontum transiit urgentibus de Pharnace nuntiis, quem Mithridatis Magni filium ac tunc occasione temporum bellantem iamque multiplici successu praeferocem, intra quintum quam adfuerat diem, quattuor quibus in conspectum uenit horis, una profligauit acie; crebro commemorans Pompei felicitatem, cui praecipua militiae laus de tam inbelli genere hostium contigisset. dehinc Scipionem ac Iubam reliquias partium in Africa refouentis deuicit, Pompei liberos in Hispania.

encerrado durante cuatro meses en inmenso recinto de fortificaciones, derrotándole al fin, en Farsalia: le persiguió luego en su fuga hasta Alejandría, donde le encontró asesinado, teniendo que hacer al rey Ptolomeo, que le tendía asechanzas, una guerra muy difícil y peligrosa para él, por las desventajas del tiempo y del lugar, el riguroso invierno, la actividad de su adversario, provisto de todo, en el recinto de su capital, y su escasa preparación para una lucha que estaba muy lejos de prever. Habiendo salido vencedor, concedió el reino de Egipto a Cleopatra y a su hermano menor, no queriendo hacerlo provincia romana, por temor de que algún día pudiera dar ocasión a nuevas discordias al caer en manos de un gobernador turbulento. De Alejandría pasó a Siria, y de allí al punto donde le llamaban urgentes mensajes, porque Farnaces, hijo del gran Mitrídates, aprovechando los disturbios, hacia la guerra, habiendo ya obtenido numerosos triunfos que le habían llenado de orgullo. Bastáronle a César cuatro horas de combate, al quinto día de su arribo, para aniquilar a aquel enemigo, por cuya razón se burlaba con frecuencia de los triunfos de Pompeyo, quien había debido en gran parte su fama militar a la debilidad de tales enemigos. Venció en seguida a Scipión y a Juba, quienes habían recogido en África los restos de su partido, y deshizo a los hijos de Pompeyo en España.

[36] Omnibus ciuilibus bellis nullam cladem nisi per legatos suos passus est, quorum C. Curio in Africa periit, C. Antonius in Illyrico in aduersariorum deuenit potestatem, P. Dolabella classem in eodem Illyrico, Cn. Domitius Caluinus in Ponto exercitum amiserunt. ipse prosperrime semper ac ne ancipiti quidem umquam fortuna praeterquam bis dimicauit: semel ad Dyrrachium, ubi pulsus non instante Pompeio negauit eum uincere scire, iterum in Hispania ultimo proelio, cum desperatis rebus etiam de consciscenda nece cogitauit.

XXXVI. Durante estas guerras civiles no sufrió reveses más que en las personas de sus legados; de éstos C. Curio pereció en Africa; C. Antonio cayó en poder de sus enemigos en Iliria; P. Dolabella perdió su flota en la misma Iliria, y Cn. Domitio Calvino, su ejército en el Ponto. A él mismo, vencedor siempre, le abandonó la fortuna sólo en dos ocasiones: en Dirraquio, donde rechazándole Pompeyo y no acosándole dijo que aquel adversario no sabía vencer; y otra en el último combate librado en España, donde vio su causa tan desesperada que pensó incluso en darse muerte.

[37] Confectis bellis quinquiens triumphauit, post deuictum Scipionem quater eodem mense, sed interiectis diebus, et rursus semel post superatos Pompei liberos. primum et excellentissimum triumphum egit Gallicum, sequentem Alexandrinum, deinde Ponticum, huic proximum Africanum, nouissimum Hispaniensem, diuerso quemque apparatu et instrumento. Gallici triumphi die Velabrum praeteruehens paene curru excussus est axe diffracto ascenditque Capitolium ad lumina quadraginta elephantis dextra sinistraque lychnuchos gestantibus. Pontico triumpho inter pompae fercula trium uerborum praetulit titulum veni : vidi : vici non acta belli

XXXVII. Concluidas las guerras, disfrutó cinco veces de los honores del triunfo, cuatro en el mismo mes, después de la victoria sobre Scipión y con algunos días de intervalo, y la quinta después de la derrota de los hijos de Pompeyo. Su primero y más esclarecido triunfo fue sobre la Galia, después el de Alejandría, el de 13 Ponto, el de Africa, y en último lugar, el de España, y siempre con fausto y aparato diferentes. En su triunfo sobre la Galia, cuando pasaba por el Velabro, fue casi despedido del carro a consecuencia de haberse roto el eje (26); subió luego al Capitolio a la luz de las antorchas, que encerradas en linternas, eran llevadas por cuarenta elefantes alineados a derecha e izquierda. Cuando celebró su victoria sobre el Ponto, se advertía entre los demás ornamentos triunfales un cartel con las 21


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significantem sicut ceteris, sed celeriter confecti notam.

palabras VENI, VIDI, VINCI (llegué, vi, vencí), que no expresaba como las demás inscripciones los acontecimientos de la guerra, sino su rapidez.

[38] Veteranis legionibus praedae nomine in pedites singulos super bina sestertia, quae initio ciuilis tumultus numerauerat, uicena quaterna milia nummum dedit. adsignauit et agros, sed non continuos, ne quis possessorum expelleretur. populo praeter frumenti denos modios ac totidem olei libras trecenos quoque nummos, quos pollicitus olim erat, uiritim diuisit et hoc amplius centenos pro mora. annuam etiam habitationem Romae usque ad bina milia nummum, in Italia non ultra quingenos sestertios remisit. adiecit epulum ac uiscerationem et post Hispaniensem uictoriam duo prandia; nam cum prius parce neque pro liberalitate sua praebitum iudicaret, quinto post die aliud largissimum praebuit.

XXXVIII. Además de los dos sestercios dobles que, al comienzo de la guerra civil, había otorgado a cada infante de las legiones de veteranos a título de botín, dióles veinte mil ordinarios, asignándoles también terrenos, aunque no inmediatos para no despojar a los propietarios. Repartió al pueblo diez modios de trigo por cabeza y otras tantas libras de aceite, con trescientos sestercios que había ofrecido antes, añadiendo otros cien en compensación de la tardanza. Perdonó los alquileres de un año en Roma hasta la cantidad de dos mil sestercios, y hasta la de quinientos en el resto de Italia. Agregó a todo esto distribución de carnes, y después del triunfo sobre España, dos festines públicos, y no considerando el primero bastante digno de su magnificencia, ofreció cinco días después otro más abundante.

[39] Edidit spectacula uarii generis: munus gladiatorium, ludos etiam regionatim urbe tota et quidem per omnium linguarum histriones, item circenses athletas naumachiam. munere in foro depugnauit Furius Leptinus stirpe praetoria et Q. Calpenus senator quondam actorque causarum. pyrricham saltauerunt Asiae Bithyniaeque principum liberi. ludis Decimus Laberius eques Romanus mimum suum egit donatusque quingentis sestertiis et anulo aureo sessum in quattuordecim [e] scaena per orchestram transiit. circensibus spatio circi ab utraque parte producto et in gyrum euripo addito quadrigas bigasque et equos desultorios agitauerunt nobilissimi iuuenes. Troiam lusit turma duplex maiorum minorumque puerorum. uenationes editae per dies quinque ac nouissime pugna diuisa in duas acies, quingenis peditibus, elephantis uicenis, tricenis equitibus hinc et inde commissis. nam quo laxius dimicaretur, sublatae metae inque earum locum bina castra exaduersum constituta erant. athletae stadio ad tempus extructo regione Marti campi certauerunt per triduum. nauali proelio in minore Codeta defosso lacu biremes ac triremes quadriremesque Tyriae et Aegyptiae classis magno pugnatorum numero conflixerunt. ad quae omnia spectacula tantum undique confluxit hominum, ut plerique aduenae aut inter uicos aut inter uias tabernaculis positis manerent, ac saepe prae turba elisi exanimatique sint plurimi et in his duo senatores.

XXXIX. También dio espectáculos de varios géneros: combates de gladiadores, representaciones en todos los barrios de la ciudad, a cargo de actores de todas las naciones y en todos los idiomas; dio, además, juegos en el circo, luchas de atletas y un simulacro de combate naval. En el Foro combatieron entre los gladiadores, Furio Leptinos de familia pretoria, y Q. Calpeno, que había formado parte del Senado y defendido causas delante del pueblo. Los hijos de muchos príncipes de Asia y de Bitinia bailaron la danza pírrica. El caballero romano Décimo Liberio representó en los juegos una mímica de su composición, percibiendo quinientos sestercios y un anillo de oro; pasando después desde la escena, por la orquesta, a acomodarse entre los caballeros. En el circo ensanchóse la arena por ambos lados; se abrió en torno un foso (el Euripo) (27), que llenaron de agua, y muy nobles jóvenes corrieron en aquel recinto cuadrigas y bigas, o saltaron en caballos amaestrados al efecto. Niños divididos en dos bandos, según la diferencia de edad, ejecutaron los juegos llamados troyanos. Dedicáronse cinco días a luchas de fieras, y últimamente se dio una batalla entre dos ejércitos, en la que participaron quinientos peones, trescientos jinetes y cuarenta elefantes. Con objeto de dejar a las tropas mayor espacio, habían quitado las barreras del circo, formando a cada extremo un campamento. Los atletas lucharon durante tres días en un estadio construido ex profeso en las inmediaciones del campo de Marte. Abriese un lago en la Codeta menor, Y allí entablaron combate naval birremes, trirremes y cuatrirremes tirias y egipcias abarrotadas de soldados. El anuncio de estos espectáculos había atraído a Roma abundante número de forasteros, la mayor parte de los cuales durmió en tiendas de campaña, en las 22


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Suetonio calles y plazas; muchas personas, entre ellas dos senadores, fueron aplastadas o asfixiadas por la multitud.

[40] Conuersus hinc ad ordinandum rei publicae statum fastos correxit iam pridem uitio pontificum per intercalandi licentiam adeo turbatos, ut neque messium feriae aestate neque uindemiarum autumno conpeterent; annumque ad cursum solis accommodauit, ut trecentorum sexaginta quinque dierum esset et intercalario mense sublato unus dies quarto quoque anno intercalaretur. quo autem magis in posterum ex Kalendis Ianuariis nouis temporum ratio congrueret, inter Nouembrem ac Decembrem mensem interiecit duos alios; fuitque is annus, quo haec constituebantur, quindecim mensium cum intercalario, qui ex consuetudine in eum annum inciderat.

XL. Dedicóse César entonces a la organización de la República; reformó el calendario (28), tan desordenado por culpa de los pontífices y por el abuso, antiguo ya, de las intercalaciones, que las fiestas de la recolección no coincidían ya en verano, ni la de las vendimias en otoño; distribuyó el año según curso del sol, y lo compuso de trescientos sesenta y cinco días, suprimió el mes intercalario y aumentó un día a cada año cuarto. Para que este nuevo orden de cosas pudiese dar principio en las calendas de enero del año siguiente, agregó dos meses, entre noviembre y diciembre, teniendo, por lo tanto, este año, quince meses, contando el antiguo intercalario que sucedía en él.

[41] Senatum suppleuit, patricios adlegit, praetorum aedilium quaestorum, minorum etiam magistratuum numerum ampliauit; nudatos opere censorio aut sententia iudicum de ambitu condemnatos restituit. comitia cum populo partitus est, ut exceptis consulatus conpetitoribus de cetero numero candidatorum pro parte dimidia quos populus uellet pronuntiarentur, pro parte altera quos ipse dedisset. et edebat per libellos circum tribum missos scriptura breui: 'Caesar dictator illi tribui. commendo uobis illum et illum, ut uestro suffragio suam dignitatem teneant.' admisit ad honores et proscriptorum liberos. iudicia ad duo genera iudicum redegit, equestris ordinis ac senatorii; tribunos aerarios, quod erat tertium, sustulit. Recensum populi nec more nec loco solito, sed uicatim per dominos insularum egit atque ex uiginti trecentisque milibus accipientium frumentum e publico ad centum quinquaginta retraxit; ac ne qui noui coetus recensionis causa moueri quandoque possent, instituit, quotannis in demortuorum locum ex iis, qui recensi non essent, subsortitio a praetore fieret.

XLI. Completó el Senado (29); designó patricios, aumentó el número de pretores (30), de ediles, de cuestores y de magistrados subalternos; rehabilitó a los que habían despojado de su dignidad los censores o condenado los tribunales por cohecho. Compartió con el pueblo el derecho de elección en los comicios; de modo que, a excepción de sus competidores al consulado, los demás candidatos los designaban a medias el pueblo y él. Los suyos los designaba en tablillas que enviaban a todas las tribus, conteniendo esta breve inscripción: César, dictador, a la tribu tal: os recomiendo a éste o aquél para que obtengan su dignidad por vuestro sufragio. Admitió a los honores a los hijos de los proscritos. Restringió el poder judicial a dos clases de jueces, a los senadores y a los caballeros, y suprimió los tribunos del Tesoro, que formaban la tercera jurisdicción. Formó el censo del pueblo, no de la manera acostumbrada ni en el lugar ordinario, sino por barrios y según padrones de los propietarios de las casas; redujo el número de los ciudadanos a quienes suministraba trigo el Estado, de trescientos veinte a ciento cincuenta mil, y para que la formación de estas listas no pudiese ser causa en el futuro de nuevos disturbios, decretó que el pretor pudiese reemplazar, por medio de sorteo, con los que no quedaban inscritos a los que fallecieran.

[42] Octoginta autem ciuium milibus in transmarinas colonias distributis, ut exhaustae quoque urbis frequentia suppeteret, sanxit, ne quis ciuis maior annis uiginti minorue + decem +, qui sacramento non teneretur, plus triennio continuo Italia abesset, neu qui senatoris filius nisi contubernalis aut comes magistratus peregre proficisceretur; neue ii, qui pecuariam

XLII. Se distribuyeron ochenta mil ciudadanos en las colonias de Ultramar, y para que no quedase exhausta la población de Roma, decretó que ningún ciudadano menor de veinte años y mayor de cuarenta, a quien no obligase cargo público, permaneciese más de tres años seguidos fuera de Italia; que ningún hijo de senador emprendiese lejanos viajes, si no era en unión o bajo el patronato de algún magistrado; y, en fin, que los que 23


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facerent, minus tertia parte puberum ingenuorum inter pastores haberent. omnisque medicinam Romae professos et liberalium artium doctores, quo libentius et ipsi urbem incolerent et ceteri adpeterent, ciuitate donauit. de pecuniis mutuis disiecta nouarum tabularum expectatione, quae crebro mouebatur, decreuit tandem, ut debitores creditoribus satis facerent per aestimationem possessionum, quanti quasque ante ciuile bellum comparassent, deducto summae aeris alieni, si quid usurae nomine numeratum aut perscriptum fuisset; qua condicione quarta pars fere crediti deperibat. cuncta collegia praeter antiquitus constituta distraxit. poenas facinorum auxit; et cum locupletes eo facilius scelere se obligarent, quod integris patrimoniis exulabant, parricidas, ut Cicero scribit, bonis omnibus, reliquos dimidia parte multauit.

criaban ganados tuviesen entre sus pastores menos de la tercera parte de hombres libres en la pubertad. Concedió el derecho de ciudadanos a cuantos practicaban la medicina en Roma o cultivaban las artes liberales, con la intención de fijarlos de este modo en la ciudad y atraer a los que estaban fuera. En cuanto a las deudas, en vez de conceder la abolición, esperada y reclamada con constante afán, decretó que los deudores pagarían según la estimación de sus propietarios y conforme a su importe antes de la guerra civil, y que se deduciría del capital todo lo que se hubiese pagado en dinero o en promesas escritas a título de usura, con cuya disposición se anulaban cerca de la cuarta parte de las deudas. Disolvió todos los gremios, a excepción de aquellos que tenían origen en los primeros tiempos de Roma. Aumentó los castigos en cuanto a los crímenes, y como los ricos los cometían frecuentemente, porque pagaban con el destierro sin que se les mermara su caudal, decretó contra los parricidas, como refiere Cicerón, la absoluta confiscación, y contra los demás criminales, la de la mitad de sus bienes.

[43] Ius laboriosissime ac seuerissime dixit. repetundarum conuictos etiam ordine senatorio mouit. diremit nuptias praetorii uiri, qui digressam a marito post biduum statim duxerat, quamuis sine probri suspicione. peregrinarum mercium portoria instituit. lecticarum usum, item conchyliatae uestis et margaritarum nisi certis personis et aetatibus perque certos dies ademit. legem praecipue sumptuariam exercuit dispositis circa macellum custodibus, qui obsonia contra uetitum retinerent deportarentque ad se, submissis nonnumquam lictoribus atque militibus, qui, si qua custodes fefellissent, iam adposita e triclinio auferrent.

XLIII. En la administración de justicia César fue celoso y severo. Privó del orden senatorial a los convictos de concusión; declaró nulo el matrimonio de un antiguo pretor que se había casado con una mujer al segundo día de separada de su marido, aunque no se la sospechaba de adulterio. Estableció impuestos sobre las mercancías extranjeras; prohibió el uso de literas, de la púrpura y de las perlas, exceptuando a ciertas personas y edades; y en determinados días. Cuidó principalmente de la observación de las leyes suntuarias; mandaba a los mercados guardias que confiscaban los artículos prohibidos y los trasladaban a su casa, y algunas veces, lictores y soldados iban a recoger en los comedores lo que había escapado a la vigilancia de los guardias.

[44] Nam de ornanda instruendaque urbe, item de tuendo ampliandoque imperio plura ac maiora in dies destinabat: in primis Martis templum, quantum nusquam esset, extruere repleto et conplanato lacu, in quo naumachiae spectaculum ediderat, theatrumque summae magnitudinis Tarpeio monti accubans; ius ciuile ad certum modum redigere atque ex immensa diffusaque legum copia optima quaeque et necessaria in paucissimos conferre libros; bibliothecas Graecas Latinasque quas maximas posset publicare data Marco Varroni cura comparandarum ac digerendarum; siccare Pomptinas paludes; emittere Fucinum lacum; uiam munire a mari Supero per Appennini dorsum ad Tiberim usque; perfodere Isthmum; Dacos, qui se in Pontum et Thraciam effuderant, coercere; mox Parthis inferre bellum

XLIV. Para la policía y ornato de Roma y para el engrandecimiento y seguridad del Imperio, había concebido de día en día cada vez más numerosos y vastos proyectos. Ante todo deseaba erigir un templo de Marte que fuese el mayor del mundo, rellenando hasta el nivel del suelo el lago en que había dado el espectáculo del combate naval, y un teatro grandísimo al pie del monte Tarpeyo; quería reducir a justa proporción todo el derecho civil y compendiar en poquísimos libros lo mejor y más indispensable del inmenso y difuso número de leyes existentes; se proponía formar bibliotecas públicas griegas y latinas, lo más nutridas posible, y encargar a M. Varrón el cuidado de adquirir y clasificar los libros; se proponía secar las lagunas Pontinas, abrir salidas a las aguas del lago Fucino, construir un camino desde el mar al Tíber a través de los Apeninos, abrir el Istmo (de Corinto), reprimir a los dacios, que se habían desparramado por 24


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per Armeniam minorem nec nisi ante expertos adgredi proelio. Talia agentem atque meditantem mors praeuenit. de qua prius quam dicam, ea quae ad formam et habitum et cultum et mores, nec minus quae ad ciuilia et bellica eius studia pertineant, non alienum erit summatim exponere.

el Ponto y Tracia; llevar después la guerra a los partos, pasando por la Armenia Menor, no combatiéndolos en batalla campal sino después de haberlos experimentado. En medio de estos proyectos y trabajos sorprendióle la muerte; pero antes de hablar de ella no será inútil decir con brevedad algo de su figura, aspecto, trajes y costumbres, como también de sus trabajos civiles y militares.

[45] Fuisse traditur excelsa statura, colore candido, teretibus membris, ore paulo pleniore, nigris uegetisque oculis, ualitudine prospera, nisi quod tempore extremo repente animo linqui atque etiam per somnum exterreri solebat. comitiali quoque morbo bis inter res agendas correptus est. circa corporis curam morosior, ut non solum tonderetur diligenter ac raderetur, sed uelleretur etiam, ut quidam exprobrauerunt, caluitii uero deformitatem iniquissime ferret saepe obtrectatorum iocis obnoxiam expertus. ideoque et deficientem capillum reuocare a uertice adsueuerat et ex omnibus decretis sibi a senatu populoque honoribus non aliud aut recepit aut usurpauit libentius quam ius laureae coronae perpetuo gestandae. Etiam cultu notabilem ferunt: usum enim lato clauo ad manus fimbriato nec umquam aliter quam [ut] super eum cingeretur, et quidem fluxiore cinctura; unde emanasse Sullae dictum optimates saepius admonentis, ut male praecinctum puerum cauerent.

XLV. Se afirma que César era de estatura elevada, blanco de tez, bien conformado de miembros, cara redonda, ojos negros y vivos, temperamento robusto, aunque en sus últimos tiempos le acometían repentinos desmayos y terrores nocturnos que le turbaban el sueño. Experimentó también dos veces ataques de epilepsia, mientras desempeñaba sus cargos públicos. Concedía mucha importancia al cuidado de su cuerpo, y no contento con que le cortasen el pelo y afeitasen con frecuencia, hacíase arrancar el vello, por lo que fue censurado, y no soportaba con paciencia la calvicie, que le expuso mas de una vez a las burlas de sus enemigos. Por este motivo, atraíase sobre la frente el escaso cabello de la parte posterior; y también por lo mismo, de cuantos honores le fueron concedidos por el pueblo y el Senado, ninguno le fue tan grato como el de llevar constantemente una corona de laurel. Era también cuidadoso de su traje; usaba lacticlavia guarnecida de franjas que le llegaban hasta las manos, poniéndose siempre sobre esta prenda un cinturón muy flojo. Esta costumbre hacia exclamar frecuentemente a Sila, dirigiéndose a los nobles: Desconfiad de ese joven tan mal ceñido.

[46] Habitauit primo in Subura modicis aedibus, post autem pontificatum maximum in Sacra uia domo publica. munditiarum lautitiarumque studiosissimum multi prodiderunt: uillam in Nemorensi a fundamentis incohatam magnoque sumptu absolutam, quia non tota ad animum ei responderat, totam diruisse, quanquam tenuem adhuc et obaeratum; in expeditionibus tessellata et sectilia pauimenta circumtulisse.

XLVI. Habitó al principio una modesta casa en la Subura (31), pero cuando le nombraron pontífice máximo, se instaló en un edificio del Estado en la Vía Sacra. Aseguran muchos que tuvo grandísima afición al lujo y magnificencia; había hecho construir en Aricia una casa de campo, cuya edificación y ornamento le había invertido sumas considerables, y dícese que ordenó demolerla, porque no respondía a lo que esperaba, a pesar de que entonces era corta su fortuna y había adquirido muchas deudas. En sus expediciones llevaba pavimentos de madera y de mosaico para sus tiendas.

[47] Britanniam petisse spe margaritarum, quarum amplitudinem conferentem interdum sua manu exegisse pondus; gemmas, toreumata, signa, tabulas operis antiqui semper animosissime comparasse; seruitia rectiora politioraque inmenso pretio, et cuius ipsum etiam puderet, sic ut rationibus uetaret inferri.

XLVII. Se asegura que le guió a Bretaña la esperanza de encontrar allí perlas, y que se complacía en compararlas en tamaño y sospesarlas en la mano; que buscaba con increíble avidez las piedras preciosas, esculturas, estatuas y cuadros antiguos; que pagaba a precios exorbitantes los esclavos bellos y hábiles, y que prohibía anotar estos gastos. Tanto le avergonzaban a él mismo.

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[48] Conuiuatum assidue per prouincias duobus tricliniis, uno quo sagati palliatiue, altero quo togati cum inlustrioribus prouinciarum discumberent. domesticam disciplinam in paruis ac maioribus rebus diligenter adeo seuereque rexit, ut pistorem alium quam sibi panem conuiuis subicientem compedibus uinxerit, libertum gratissimum ob adulteratam equitis Romani uxorem, quamuis nullo querente, capitali poena adfecerit.

XLVIII. Mientras gobernó en las provincias mantuvo siempre dos mesas, una para su alta servidumbre y otra para los magistrados romanos y personas más importantes del país. La disciplina doméstica en su casa era severísima, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, y en una ocasión hizo encarcelar a su panadero por haber servido a los convidados pan diferente del que le sirvió a él; a un liberto a quien quería mucho le castigó con pena capital por haber cometido adulterio con la esposa de un caballero romano, a pesar de que nadie había entablado querella contra el.

[49] Pudicitiae eius famam nihil quidem praeter Nicomedis contubernium laesit, graui tamen et perenni obprobrio et ad omnium conuicia exposito. omitto Calui Licini notissimos uersus: Bithynia quicquid et pedicator Caesaris umquam habuit. praetereo actiones Dolabellae et Curionis patris, in quibus eum Dolabella 'paelicem reginae, spondam interiorem regiae lecticae,' at Curio 'stabulum Nicomedis et Bithynicum fornicem' dicunt. missa etiam facio edicta Bibuli, quibus proscripsit collegam suum Bithynicam reginam, eique antea regem fuisse cordi, nunc esse regnum. quo tempore, ut Marcus Brutus refert, Octauius etiam quidam ualitudine mentis liberius dicax conuentu maximo, cum Pompeium regem appellasset, ipsum reginam salutauit. sed C. Memmius etiam ad cyathum + et ui + Nicomedi stetisse obicit, cum reliquis exoletis, pleno conuiuio, accubantibus nonnullis urbicis negotiatoribus, quorum refert nomina. Cicero uero non contentus in quibusdam epistulis scripsisse a satellitibus eum in cubiculum regium eductum in aureo lecto ueste purpurea decubuisse floremque aetatis a Venere orti in Bithynia contaminatum, quondam etiam in senatu defendenti ei Nysae causam, filiae Nicomedis, beneficiaque regis in se commemoranti: 'remoue,' inquit, 'istaec, oro te, quando notum est, et quid ille tibi et quid illi tute dederis.' Gallico denique triumpho milites eius inter cetera carmina, qualia currum prosequentes ioculariter canunt, etiam illud uulgatissimum pronuntiauerunt: Gallias Caesar subegit, Nicomedes Caesarem: ecce Caesar nunc triumphat qui subegit Gallias, Nicomedes non triumphat qui subegit Caesarem.

XLIX. Su íntimo trato con Nicomedes constituye una mancha en su reputación, que le cubre de eterno oprobio y por lo cual tuvo que sufrir los ataques de muchos satíricos. Omito los conocidísimos versos de Calvo Lucinio:

[50] Pronum et sumptuosum in libidines fuisse

L. Tiénese por cierto que fue muy dado a la

Bithinia quicquid et poedicator Cesaris umquam habuit (31 bis) Paso en silencio las acusaciones de Dolabella y Curión, padre; en ellas Dolabella le llama rival de la reina y plancha interior del lecho real, y Curión establo de Nicomedes y prostituta bitiniana. Tampoco me detendré en los edictos de Bíbulo contra su colega, en los que le trata de reina de Bitinia y en los que le censura, a la vez, su antigua afición por un rey y por un reino ahora. M. Bruto refiere que por esta época, un tal Octavio, especie de loco que decía cuanto le venía en boca, dio a Pompeyo, delante de numerosa concurrencia, el título de rey y a César, el de reina. C. Memmio le acusa de haber servido a la mesa de Nicomedes, con los eunucos de este monarca, y de haberle presentado la copa y el vino delante de numerosos convidados, entre los cuales se encontraban muchos comerciantes romanos, cuyos nombres menciona. No satisfecho Cicerón con haber escrito en algunas de sus cartas que César fue llevado a la cámara real por soldados, que se acostó en ella cubierto de púrpura en un lecho de oro, y que en Bitinia aquel descendiente de Venus prostituyó la flor de su edad, le dijo un día en pleno Senado, mientras estaba César defendiendo la causa de Nisa, hija de Nicomedes, y cuando recordaba los favores que debía a este rey: Omite, te lo suplico, todo eso, porque demasiado sabido es lo que de él recibiste y lo que le has dado. Y, finalmente, el día de su triunfo sobre las Galias, los soldados, entre los versos con que acostumbran celebrar la marcha del triunfador, cantaron los conocidísimos:Gallias Caesar subegit, Nicomedes Cesarem. Ecce Caesar nunc triumphat, que subegit Gallias:Nicomedes non triumphat, que subegit Caesarem (32).

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constans opinio est, plurimasque et illustres feminas corrupisse, in quibus Postumiam Serui Sulpici, Lolliam Auli Gabini, Tertullam Marci Crassi, etiam Cn. Pompei Muciam. nam certe Pompeio et a Curionibus patre et filio et a multis exprobratum est, quod cuius causa post tres liberos exegisset uxorem et quem gemens Aegisthum appellare consuesset, eius postea filiam potentiae cupiditate in matrimonium recepisset. sed ante alias dilexit Marci Bruti matrem Seruiliam, cui et proximo suo consulatu sexagiens sestertium margaritam mercatus est et bello ciuili super alias donationes amplissima praedia ex auctionibus hastae minimo addixit; cum quidem plerisque uilitatem mirantibus facetissime Cicero: 'quo melius,' inquit, 'emptum sciatis, tertia deducta'; existimabatur enim Seruilia etiam filiam suam Tertiam Caesari conciliare.

incontinencia y que no reparaba en gastos para conseguir tales placeres, habiendo corrompido considerable número de mujeres de familias distinguidas, entre las que se cita a Postumia, esposa de Servio Sulpicio; a Lollia, de Aulo Gabinio; a Tertula, de M. Crasso, como también a Mucia, de Cn. Pompeyo. Pero lo cierto es que los Curiones, padre e hijo, y muchos otros, censuran a Pompeyo haber tomado por esposa, movido por la ambición, repudiando otra que le había dado tres hijos, a la hija de aquel a quien, en sus amargos recuerdos, acostumbraba a llamar nuevo Egisto. Pero a ninguna amó tanto como a la madre de Bruto, Servilia, a la que regaló durante su primer consulado una 17 perla que le había costado seis millones de sestercios, y a la cual en la época de las guerras civiles, además de otras ricas donaciones, hizo adjudicar a bajo precio las propiedades más hermosas que se vendieron entonces en subasta (33). Ante la extrañeza que manifestaban muchos del bajo precio en que se habían pagado, dijo sarcásticamente Cicerón: Para que comprendáis bien la venta, se ha deducido la Tercia, aludiendo a que se decía que Servilia favorecía el comercio de su hija Tercia con César.

[51] Ne prouincialibus quidem matrimoniis abstinuisse uel hoc disticho apparet iactato aeque a militibus per Gallicum triumphum: urbani, seruate uxores: moechum caluom adducimus. aurum in Gallia effutuisti, hic sumpsisti mutuum.

LI. No guardó más respeto en las provincias de su mando al lecho conyugal, a juzgar por los versos que cantaban en coro sus soldados el día de su triunfo sobre las Galias:Urbani, servade uxores, moechum calvum adducimus. Aurum in gallia effutuisti: at hic sumsisti inutuum (34).

[52] Dilexit et reginas, inter quas Eunoen Mauram Bogudis uxorem, cui maritoque eius plurima et immensa tribuit, ut Naso scripsit; sed maxime Cleopatram, cum qua et conuiuia in primam lucem saepe protraxit et eadem naue thalamego paene Aethiopia tenus Aegyptum penetrauit, nisi exercitus sequi recusasset, quam denique accitam in urbem non nisi maximis honoribus praemiisque auctam remisit filiumque natum appellare nomine suo passus est. quem quidem nonnulli Graecorum similem quoque Caesari et forma et incessu tradiderunt. M. Antonius adgnitum etiam ab eo senatui adfirmauit, quae scire C. Matium et C. Oppium reliquosque Caesaris amicos; quorum Gaius Oppius, quasi plane defensione ac patrocinio res egeret, librum edidit, non esse Caesaris filium, quem Cleopatra dicat. Heluius Cinna tr. pl. plerisque confessus est habuisse se scriptam paratamque legem, quam Caesar ferre iussisset cum ipse abesset, uti uxores liberorum quaerendorum causa quas et quot uellet ducere liceret. at ne cui dubium omnino sit et impudicitiae et adulteriorum flagrasse infamia,

LII. Tuvo también amores con reinas, entre otras con Eunoé, esposa de Bagud, rey de Mauritania, y a la que según refiere Nasón, hizo lo mismo que a su marido, numerosos y ricos presentes; pero a la que más amó fue a Cleopatra, con la que frecuentemente prolongó festines hasta la nueva aurora, y en nave suntuosamente aparejada se hubiera adentrado en ellas desde Egipto a Etiopía si el ejército no se hubiese negado a seguirle. Hízola venir a Roma, dejándola sólo marchar después de haberla colmado de dones y haber consentido en que llevase su nombre el hijo que tuvo de ella. Dijeron algunos escritores griegos que este hijo se parecía a César en el rostro y la apostura M. Antonio aseguró en pleno Senado que César le había reconocido, e invocó el testimonio de C. Mario, C. Oppio y otros amigos de César; Pero C. Oppio refutó el aserto publicando un libro intitulado: No es hijo de César el que Cleopatra dice serlo. Hervio Cinna, tribuno del pueblo, manifestó a muchas personas que tuvo redactada y dispuesta una ley, que César le mandó proponer en su ausencia, por la que se le permitía casarse con cuantas mujeres quisiese para tener hijos. Tan desarregladas eran, en fin, sus costumbres y tan ostensible la infamia de sus adulterios, que Curión padre le llama en un discurso marido de 27


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Suetonio

Curio pater quadam eum oratione omnium mulierum uirum et omnium uirorum mulierem appellat.

todas las mujeres y mujer de todos los maridos.

[53] Vini parcissimum ne inimici quidem negauerunt. Marci Catonis est: unum ex omnibus Caesarem ad euertendam rem publicam sobrium accessisse. nam circa uictum Gaius Oppius adeo indifferentem docet, ut quondam ab hospite conditum oleum pro uiridi adpositum aspernantibus ceteris solum etiam largius appetisse scribat, ne hospitem aut neglegentiae aut rusticitatis uideretur arguere.

LIII. Ni sus propios enemigos niegan que fue hombre sobrio en el uso del vino. Conocida es la frase de Catón: De cuantos han querido derribar la República, solamente César fue sobrio. C. Oppio nos dice que era tan indiferente a la calidad de los manjares, que habiéndole servido un día en convite aceite rancio por fresco, César fue el único que no lo rechazó, y hasta repitió de él para que no se creyese imputaba al anfitrión de descuido o grosería.

[54] Abstinentiam neque in imperiis neque in magistratibus praestitit. ut enim quidam monumentis suis testati sunt, in Hispania pro consule et a sociis pecunias accepit emendicatas in auxilium aeris alieni et Lusitanorum quaedam oppida, quanquam nec imperata detrectarent et aduenienti portas patefacerent, diripuit hostiliter. in Gallia fana templaque deum donis referta expilauit, urbes diruit saepius ob praedam quam ob delictum; unde factum, ut auro abundaret ternisque milibus nummum in libras promercale per Italiam prouinciasque diuenderet. in primo consulatu tria milia pondo auri furatus e Capitolio tantundem inaurati aeris reposuit. societates ac regna pretio dedit, ut qui uni Ptolemaeo prope sex milia talentorum suo Pompeique nomine abstulerit. postea uero euidentissimis rapinis ac sacrilegis et onera bellorum ciuilium et triumphorum ac munerum sustinuit impendia.

LIV. Ni en sus mandos ni en sus magistraturas mostró desinterés. Está probado en escritos de su época, que siendo procónsul en España recibió cantidades de sus aliados, pedidas por él mismo, como ayuda para pagar sus deudas, y que entregó al pillaje muchas ciudades de Lusitania, a pesar de no haberle ofrecido resistencia y haberle abierto las puertas a su llegada. En la Galia saqueó los altares particulares y los templos de los dioses, colmados de ricas ofrendas, y aniquiló algunas ciudades, antes por afán de rapiña que en castigo de delitos que hubiesen cometido. Esta conducta le proporcionó mucho oro, que hizo vender en Italia y en las provincias al precio de tres mil sestercios la libra. Durante su primer consulado robó en el Capitolio tres mil libras de peso de oro y lo substituyó con igual cantidad de cobre dorado. Vendió alianzas y reinos, consiguiendo así solamente de Ptolomeo, en su nombre y en el de Pompeyo, cerca de seis mil talentos. Más adelante, sólo a costa de sacrilegios y evidentísimas rapiñas, pudo subvenir a los enormes gastos de la guerra civil, de sus triunfos y de los espectáculos.

[55] Eloquentia militarique re aut aequauit praestantissimorum gloriam aut excessit. post accusationem Dolabellae haud dubie principibus patronis adnumeratus est. certe Cicero ad Brutum oratores enumerans negat se uidere, cui debeat Caesar cedere, aitque eum elegantem, splendidam quoque atque etiam magnificam et generosam quodam modo rationem dicendi tenere; et ad Cornelium Nepotem de eodem ita scripsit: 'quid? oratorem quem huic antepones eorum, qui nihil aliud egerunt? quis sententiis aut acutior aut crebrior? quis uerbis aut ornatior aut elegantior?' genus eloquentiae dum taxat adulescens adhuc Strabonis Caesaris secutus uidetur, cuius etiam ex oratione, quae inscribitur 'pro Sardis,' ad uerbum nonnulla transtulit in diuinationem suam. pronuntiasse autem dicitur uoce acuta, ardenti motu gestuque, non sine uenustate.

LV. En elocuencia y talento militares igualó César a los más famosos y hasta los superó. Su acusación contra Dolabella hizo que se le considerase unánimente entre los primeros oradores. Cicerón, en su epístola a Bruto, cuando enumera los oradores, dice que no ve a quién deba ceder César, y agrega, que tiene en su dicción elegancia y brillantez, magnificencia y grandeza; y a Cornelio Nepote, hablando de lo mismo, dice: ¿Qué orador te atreverías a enteponerle entre los que han cultivado sólo este arte? ¿Quién le supera en la abundancia y vigor de pensamiento? ¿Quién más elegante y distinguido en la expresión?. Parece que desde muy joven adoptó César el género de elocuencia de Estrabón, y en su Divinación reprodujo literalmente muchos párrafos del discurso Pro Sardis de este orador. Dícese también que hablaba con voz sonora, siendo bella, enérgica y entusiasta su acción. Pronunció algunas oraciones, pero se le atribuyen otras falsamente, y no sin razón consideraba Augusto la oración Pro Q. 28


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orationes aliquas reliquit, inter quas temere quaedam feruntur. 'pro Quinto Metello' non immerito Augustus existimat magis ab actuaris exceptam male subsequentibus uerba dicentis, quam ab ipso editam; nam in quibusdam exemplaribus inuenio ne inscriptam quidem 'pro Metello,' sed 'quam scripsit Metello,' cum ex persona Caesaris sermo sit Metellum seque aduersus communium obtrectatorum criminationes purgantis. 'apud milites' quoque 'in Hispania' idem Augustus uix ipsius putat, quae tamen duplex fertur: una quasi priore habita proelio, altera posteriore, quo Asinius Pollio ne tempus quidem contionandi habuisse eum dicit subita hostium incursione.

Metello más bien copia infiel de los amanuenses, que no podían seguir la rapidez de su dicción, que como obra publicada por él mismo. En muchos ejemplares veo escrito no Pro Metello, sino que escribió Metello, aunque es César quien habla para vindicarse, al propio tiempo que Metello, de las acusaciones de sus comunes enemigos. Duda también Augusto en atribuirle la arenga a los soldados de España, aunque existen dos con este título, una como pronunciada antes del primer combate y la otra antes del último; según Asinio Polión, en la última batalla, el imprevisto ataque de los enemigos no le dio tiempo para la arenga.

[56] Reliquit et rerum suarum commentarios Gallici ciuilisque belli Pompeiani. nam Alexandrini Africique et Hispaniensis incertus auctor est: alii Oppium putant, alii Hirtium, qui etiam Gallici belli nouissimum imperfectumque librum suppleuerit. de commentariis Caesaris Cicero in eodem Bruto sic refert: 'commentarios scripsit ualde quidem probandos: nudi sunt, recti et uenusti, omni ornatu orationis tamquam ueste detracta; sed dum uoluit alios habere parata, unde sumerent qui uellent scribere historiam, ineptis gratum fortasse fecit, qui illa uolent calamistris inurere, sanos quidem homines a scribendo deterruit.' de isdem commentariis Hirtius ita praedicat: 'adeo probantur omnium iudicio, ut praerepta, non praebita facultas scriptoribus uideatur. [cuius tamen rei maior nostra quam reliquorum est admiratio; ceteri enim, quam bene atque emendate,] nos etiam, quam facile atque celeriter eos perscripserit, scimus.' Pollio Asinius parum diligenter parumque integra ueritate compositos putat, cum Caesar pleraque et quae per alios erant gesta temere crediderit et quae per se, uel consulto uel etiam memoria lapsus perperam ediderit; existimatque rescripturum et correcturum fuisse. reliquit et 'de analogia' duos libros et 'Anticatones' totidem ac praeterea poema quod inscribitur Iter. quorum librorum primos in transitu Alpium, cum ex citeriore Gallia conuentibus peractis ad exercitum rediret, sequentes sub tempus Mundensis proelii fecit; nouissimum, dum ab urbe in Hispaniam ulteriorem quarto et uicensimo die peruenit. epistulae quoque eius ad senatum extant, quas primum uidetur ad paginas et formam memorialis libelli conuertisse, cum antea consules et duces non nisi transuersa charta scriptas mitterent. extant

LVI. Nos dejó también comentarios sobre sus campañas en las Galias y sobre la guerra civil contra Pompeyo. En cuanto a la historia de las guerras de Alejandría, Africa y España, se ignora quién sea el autor. Cicerón, en su epístola a Bruto, habla así de los Comentarios: Sus “Comentarios” son un libro excelente, su estilo es sobrio, puro, elegante, despojado de toda pompa de lenguaje, de una belleza sin ornamentos y al querer suministrar materiales preparados a los futuros historiadores, tal vez ha hecho cosa agradable a los necios que no dejaron de sobrecargar con frívolas galas estas gracias naturales, pero ha anulado en los discretos el deseo de tratar este asunto. Hirtio dice también, hablando de los mismos Comentarios: Es su superioridad tan reconocida, que parece ha quitado, más bien que dado, a los historiadores la facultad de escribir después que él. Tenemos más motivos que nadie para admirar este libro; todos saben con cuánto más talento y fuerza está escrito; nosotros sabemos, además, con cuánta facilidad y rapidez lo escribió. Asinio Polión pretende que estos Comentarios no son siempre exactos y fieles, por haber concedido César demasiada fe a los relatos de sus legados, y por haber alterado conscientemente o por falta de memoria la verdad de sus propios hechos, opinando que deberían examinarse y corregirse. Dejó también un tratado en dos libros sobre la Analogía; otro, en igual número de libros, llamado Anticatón, y un poema intitulado El Camino. El primero lo compuso al pasar los Alpes para reunirse a su Ejército, después de presidir los comicios de la Galia Citerior; el segundo, en tiempos de la batalla de Munda, y el último en los veinticuatro días que empleó para trasladarse desde Roma a la España Ulterior. Existen también sus cartas al Senado, y fue al parecer el primero en escribir sus comunicaciones en hojas dobladas en forma de oficio, pues hasta entonces las había escrito los cónsules y generales en toda la extensión de la hoja. Se conservan, por último, sus cartas a Cicerón, así como las que escribió a sus amigos 29


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et ad Ciceronem, item ad familiares domesticis de rebus, in quibus, si qua occultius perferenda erant, per notas scripsit, id est sic structo litterarum ordine, ut nullum uerbum effici posset: quae si qui inuestigare et persequi uelit, quartam elementorum litteram, id est D pro A et perinde reliquas commutet. feruntur [a puero et] ab adulescentulo quaedam scripta, ut 'Laudes Herculis,' tragoedia 'Oedipus,' item 'Dicta collectanea': quos omnis libellos uetuit Augustus publicari in epistula, quam breuem admodum ac simplicem ad Pompeium Macrum, cui ordinandas bibliothecas delegauerat, misit.

acerca de sus asuntos domésticos. Para los negocios secretos utilizaba una manera de cifra que hacía el sentido ininteligible, estando ordenadas las letras de manera que no podía formarse ninguna palabra; para descifrarlas tiene que cambiarse el orden de las letras, tomando la cuarta por la primera, esto es d por a, y así las demás. Cítanse también algunos escritos del tiempo título de Edipo y una Colección de frases selectas. Augusto prohibió la publicación de estos escritos en una carta, corta y muy sencilla, dirigida a Pompeyo Macer, a quien tenía encargado el cuidado de sus bibliotecas.

[57] Armorum et equitandi peritissimus, laboris ultra fidem patiens erat. in agmine nonnumquam equo, saepius pedibus anteibat, capite detecto, seu sol seu imber esset; longissimas uias incredibili celeritate confecit, expeditus, meritoria raeda, centena passuum milia in singulos dies; si flumina morarentur, nando traiciens uel innixus inflatis utribus, ut persaepe nuntios de se praeuenerit.

LVII. Era César muy diestro en el manejo de las armas y caballos y soportaba la fatiga hasta lo increíble; en las marchas precedía al ejército, algunas veces a caballo, y con más frecuencia a pie, con la cabeza descubierta a pesar del sol y de la lluvia. Salvaba largas distancias con increíble rapidez, sin equipaje, en un carro de alquiler, recorriendo de esta forma hasta cien millas por día. Si le detentan los ríos, los pasaba a nado o sobre odres henchidos, y con frecuencia se anticipaba a sus correos.

[58] In obeundis expeditionibus dubium cautior an audentior, exercitum neque per insidiosa itinera duxit umquam nisi perspeculatus locorum situs, neque in Britanniam transuexit, nisi ante per se portus et nauigationem et accessum ad insulam explorasset. at idem obsessione castrorum in Germania nuntiata per stationes hostium Gallico habitu penetrauit ad suos. a Brundisio Dyrrachium inter oppositas classes hieme transmisit cessantibusque copiis, quas subsequi iusserat, cum ad accersendas frustra saepe misisset, nouissime ipse clam noctu paruulum nauigium solus obuoluto capite conscendit, neque aut quis esset ante detexit aut gubernatorem cedere aduersae tempestati passus est quam paene obrutus fluctibus.

LVIII. Dudóse de si fue más cauto que audaz en sus expediciones. Nunca llevó su ejército a terreno propicio a emboscadas sin explorar previamente los caminos; no le hizo cruzar a Bretaña antes de asegurarse por sí mismo del estado de los puertos, del modo de navegación, y de los parajes que permitían el desembarco. Este honore tan precavido, enterado un día de que habían asediado su campamento en Germania, se viste un traje galo y, atravesando el ejército de los sitiadores, se reúne a su campamento. De la misma manera pasó en invierno, desde Brindis a Dirrachio, por entre las flotas enemigas; como, pese a sus frecuentes mensajes, no llegaban las tropas que tenían orden de seguirle, terminó por montar una noche en una barquilla, cubierta la cabeza, sin darse a conocer, ni permitir al piloto ceder a la tempestad, hasta que estuvo en peligro de hundirse en las olas.

[59] Ne religione quidem ulla a quoquam incepto absterritus umquam uel retardatus est. cum immolanti aufugisset hostia, profectionem aduersus Scipionem et Iubam non distulit. prolapsus etiam in egressu nauis uerso ad melius omine: 'teneo te,' inquit, 'Africa.' ad eludendas autem uaticinationes, quibus felix et inuictum in ea prouincia fataliter Scipionum nomen ferebatur, despectissimum quendam ex Corneliorum genere, cui ad opprobrium uitae Saluitoni cognomen erat, in castris secum habuit.

LVIII. Dudóse de si fue más cauto que audaz en sus expediciones. Nunca llevó su ejército a terreno propicio a emboscadas sin explorar previamente los caminos; no le hizo cruzar a Bretaña antes de asegurarse por sí mismo del estado de los puertos, del modo de navegación, y de los parajes que permitían el desembarco. Este honore tan precavido, enterado un día de que habían asediado su campamento en Germania, se viste un traje galo y, atravesando el ejército de los sitiadores, se reúne a su campamento. De la misma manera pasó en invierno, desde Brindis a Dirrachio, por entre las flotas enemigas; como, pese a sus frecuentes 30


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Suetonio mensajes, no llegaban las tropas que tenían orden de seguirle, terminó por montar una noche en una barquilla, cubierta la cabeza, sin darse a conocer, ni permitir al piloto ceder a la tempestad, hasta que estuvo en peligro de hundirse en las olas.

[60] Proelia non tantum destinato, sed ex occasione sumebat ac saepe ab itinere statim, interdum spurcissimis tempestatibus, cum minime quis moturum putaret; nec nisi tempore extremo ad dimicandum cunctatior factus est, quo saepius uicisset, hoc minus experiendos casus opinans nihilque se tantum adquisiturum uictoria, quantum [ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ] hostem fudit, quin castris quoque exueret: ita [ut] nullum spatium perterritis dabat. ancipiti proelio equos dimittebat et in primis suum, quo maior permanendi necessitas imponeretur auxilio fugae erepto.

LX. Por lo que toca a las batallas, no se orientaba únicamente por planes meditados con detención, sino también aprovechando oportunidades; ocurría muchas veces que atacaba inmediatamente después de una marcha, o con tan pésimo tiempo que nadie podía suponer se hubiese puesto en movimiento, y sólo en los últimos años de su vida se mostró más cauto en presentar batalla, convencido de que, habiendo conseguido tantas victorias, no debía tentar a la fortuna, y de que con una victoria ganaría siempre menos que perdería con una derrota. No derrotó nunca a un enemigo sin apoderarse inmediatamente de su campamento; tampoco dejaba reponerse del terror a los vencidos. Cuando la victoria era dudosa, hacía alejar a todos los caballos, comenzando por el suyo, para imponer a los soldados la necesidad de vencer quitándoles todos los medios de huida.

[61] Utebatur autem equo insigni, pedibus prope humanis et in modum digitorum ungulis fissis, quem natum apud se, cum haruspices imperium orbis terrae significare domino pronuntiassent, magna cura aluit nec patientem sessoris alterius primus ascendit; cuius etiam instar pro aede Veneris Genetricis postea dedicauit.

LXI. Montaba un caballo singular, cuyos cascos parecían pies humanos, pues estaban hendidos a manera de dedos. Este caballo había nacido en su casa y los augures habían prometido a su dueño el imperio del mundo; por esta razón le crió con cuidadoso esmero, encargándose él mismo de domarlo, erigiéndole más tarde una estatua delante del templo de Venus Madre.

[62] Inclinatam aciem solus saepe restituit obsistens fugientibus retinensque singulos et contortis faucibus conuertens in hostem et quidem adeo plerumque trepidos, ut aquilifer[o] moranti se cuspide sit comminatus, alius in manu detinentis reliquerit signum.

LXII. Viósele frecuentemente restablecer él solo su linea de batalla; cuando vacilaba ésta, lanzarse delante de los fugitivos, detenerlos bruscamente y obligarlos, con la espada a la garganta, a volver al enemigo. Hizo esto a pesar de que algunas veces llegó a dominarlos el terror en tales términos, que un portaestandarte, detenido de esta manera, le amenazó con su espada, y otro, cuya águila había cogido, se la dejó en las manos.

[63] Non minor illa constantia eius, maiora etiam indicia fuerint. post aciem Pharsalicam cum praemissis in Asiam copiis per angustias Hellesponti uectoria nauicula traiceret, L. Cassium partis aduersae cum decem rostratis nauibus obuium sibi neque refugit et comminus tendens, ultro ad deditionem hortatus, supplicem ad se recepit.

LXIII. En otras ocasiones dio muestras de mayor valor todavía. Después de la batalla de Farsalia, habiendo mandado sus tropas al Asia y pasando él en una barquichuelo el Helesponto, halló a C. Casio, uno de sus enemigos, con diez galeras de guerra, lejos de huir, marchó hacia él, le intimó la rendición y le recibió, suplicante, en su nave.

[64] Alexandriae circa oppugnationem pontis eruptione hostium subita conpulsus in scapham pluribus eodem praecipitantibus, cum desilisset in mare, nando per ducentos passus euasit ad proximam nauem, elata laeua, ne libelli quos

LXIV. En Alejandría atacó un puente, pero una inesperada salida del enemigo le obligó a saltar a una barca, perseguido por gran número de enemigos; se lanzó al mar, y recorrió a nado el espacio de doscientos pasos hasta otra nave, sacando la mano derecha fuera 31


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tenebat madefierent, paludamentum mordicus trahens, ne spolio poteretur hostis.

del agua para que no se mojasen los escritos que llevaba, y llevando cogido con los dientes su manto de general para no abandonar aquella prenda al enemigo.

[65] Militem neque a moribus neque a fortuna probabat, sed tantum a uiribus, tractabatque pari seueritate atque indulgentia. non enim ubique ac semper, sed cum hostis in proximo esset, coercebat: tum maxime exactor grauissimus disciplinae, ut neque itineris neque proelii tempus denuntiaret, sed paratum et intentum momentis omnibus quo uellet subito educeret. quod etiam sine causa plerumque faciebat, praecipue pluuiis et festis diebus. ac subinde obseruandum se admonens repente interdiu uel nocte subtrahebat, augebatque iter, ut serius subsequentis defetigaret.

LXV. Apreciaba al soldado sólo por su valor, no por sus costumbres ni por su fortuna, y le trataba unas veces con suma severidad y otras con grande indulgencia. No siempre ni en todas partes era rígido, pero siempre se mostraba severo frente al enemigo, manteniendo en tales casos rigurosamente la disciplina. No anunciaba a su ejército los días de marcha ni los de combate, teniéndole así en continua espera de sus órdenes y siempre dispuesto a partir a la primera señal a donde le llevase. Muchas veces le ponía en movimiento sin necesidad, sobre todo los días festivos y lluviosos. En ocasiones daba orden de que no le perdiesen de vista, y se alejaba de pronto, de día o de noche, y forzaba el paso para fatigar a los que le seguían sin alcanzarlo.

[66] Fama uero hostilium copiarum perterritos non negando minuendoue, sed insuper amplificando ementiendoque confirmabat. itaque cum expectatio aduentus Iubae terribilis esset, conuocatis ad contionem militibus: 'scitote,' inquit, 'paucissimis his diebus regem adfuturum cum decem legionibus, equitum triginta, leuis armaturae centum milibus, elephantis trecentis. proinde desinant quidam quaerere ultra aut opinari mihique, qui compertum habeo, credant; aut quidem uetustissima naue impositos quocumque uento in quascumque terras iubebo auehi.'

LXVI. Cuando el ejército que tenía ante sí venía precedido de temible fama, no tranquilizaba al suyo negando ni despreciando las fuerzas contrarias, antes bien las exageraba hasta la mentira. Así, pues, cuando la proximidad de Juba había infundido miedo en el corazón de todos los soldados, los reunió y les dijo: Sabed que dentro de pocos días el rey estará delante de vosotros con diez legiones, treinta mil caballos, cien mil hombres de tropas ligeras y trescientos elefantes. Absteneos todos de preguntas y conjeturas y descansad en mí, que conozco lo que ha de hacerse; embarcaré en un barco viejo a los que difundan rumores e irán a parar a donde los lleve el Viento.

[67] Delicta neque obseruabat omnia neque pro modo exequebatur, sed desertorum ac seditiosorum et inquisitor et punitor acerrimus coniuebat in ceteris. ac nonnumquam post magnam pugnam atque uictoriam remisso officiorum munere licentiam omnem passim lasciuiendi permittebat, iactare solitus milites suos etiam unguentatos bene pugnare posse. nec milites eos pro contione, sed blandiore nomine commilitones appellabat habebatque tam cultos, ut argento et auro politis armis ornaret, simul et ad speciem et quo tenaciores eorum in proelio essent metu damni. diligebat quoque usque adeo, ut audita clade Tituriana barbam capillumque summiserit nec ante dempserit quam uindicasset.

LXVII. No siempre castigaba las faltas ni cuidaba de que hubiese relación entre el castigo y el delito; era severísimo con los desertores y sediciosos, y suave con los demás. Algunas veces, tras una gran batalla y una gran victoria, dispensaba a los soldados los deberes ordinarios y les permitía entregarse a todos los excesos de desenfrenada licencia, pues solía decir que sus soldados, aun perfumados, podían combatir bien. En las arengas no los llamaba soldados, empleaba la palabra más lisonjera de compañeros; le gustaba verlos bien uniformados, y les daba armas con adornos de plata y oro, tanto para gala como para enardecerlos en el día del combate por el temor de perderlas. Era tal su amor hacia ellos que cuando supo la derrota de Tituria se dejo crecer la barba y el cabello y no se los cortó hasta después de vengarla. Así les inspiró inquebrantable adhesión a su persona y valor invencible.

[68] Quibus rebus et deuotissimos sibi et fortissimos reddidit. ingresso ciuile bellum centuriones cuiusque legionis singulos equites e

LXVIII. Al principiar la guerra civil, los centuriones de cada legión comprometiéronse a suministrarle cada uno un jinete pagado de su peculio particular, y todos los 32


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uiatico suo optulerunt, uniuersi milites gratuitam et sine frumento stipendioque operam, cum tenuiorum tutelam locupletiores in se contulissent. neque in tam diuturno spatio quisquam omnino desciuit, plerique capti concessam sibi sub condicione uitam, si militare aduersus eum uellent, recusarunt. famem et ceteras necessitates, non cum obsiderentur modo sed et si ipsi alios obsiderent, tanto opere tolerabant, ut Dyrrachina munitione Pompeius uiso genere panis ex herba, quo sustinebantur, cum feris sibi rem esse dixerit amouerique ocius nec cuiquam ostendi iusserit, ne patientia et pertinacia hostis animi suorum frangerentur. Quanta fortitudine dimicarint, testimonio est quod aduerso semel apud Dyrrachium proelio poenam in se ultro depoposcerunt, ut consolandos eos magis imperator quam puniendos habuerit. ceteris proeliis innumeras aduersariorum copias multis partibus ipsi pauciores facile superarunt. denique una sextae legionis cohors praeposita castello quattuor Pompei legiones per aliquot horas sustinuit paene omnis confixa multitudine hostilium sagittarum, quarum centum ac triginta milia intra uallum reperta sunt. nec mirum, si quis singulorum facta respiciat, uel Cassi Scaeuae centurionis uel Gai Acili militis, ne de pluribus referam. Scaeua excusso oculo, transfixus femore et umero, centum et uiginti ictibus scuto perforato, custodiam portae commissi castelli retinuit. Acilius nauali ad Massiliam proelio iniecta in puppem hostium dextera et abscisa memorabile illud apud Graecos Cynegiri exemplum imitatus transiluit in nauem umbone obuios agens.

soldados a servirle gratuitamente, sin ración ni paga, debiendo los más ricos atender a las necesidades de los más pobres. Durante aquella guerra tan larga ninguno le abandonó, y hasta algunos que cayeron prisioneros rehusaron la vida que se les ofrecía a condición de volver las armas contra él. Sitiados y sitiadores soportaban con tanta paciencia el hambre y las demás privaciones, que en el sitio de Dirrachio, visto por Pompeyo la especie de pan de hierbas con que se alimentaban, dijo que tenía que habérselas con fieras, haciéndolo desaparecer en seguida por temor de que aquel testimonio de la paciencia y pertinacia de sus enemigos sembrase el desconcierto en su ejército. Una prueba de su indomable valor la tenemos en el hecho de que después del único revés que sufrieron cerca de Dirrachio, pidieron castigo ellos mismos, y el general antes tuvo que consolarlos que castigarlos. En las demás batallas deshicieron fácilmente, a pesar de su inferioridad numérica, las innumerables tropas que se les oponían. Una sola cohorte de la legión decimosexta, encargada de la defensa de un fuertecillo, sostuvo durante varias horas el ataque de cuatro legiones de Pompeyo, sucumbiendo al fin, casi entera, bajo una nube de flechas, de las que se encontraron dentro del fuerte ciento treinta mil. Tanta bravura no causaría asombro si se consideran aisladamente los hechos de algunos de sus soldados. Citaré sólo al centurión Casio Sceva y al soldado C. Acilius. Sceva, a pesar de tener vaciado un ojo, y atravesado un muslo y un hombro, y roto el escudo con ciento veinte golpes, permaneció firme en la puerta de un fuerte cuya custodia le había sido confiada. Acilius, en un combate naval cerca de Marsella, imitando el memorable ejemplo que dio Cinegiro entre los griegos, con la mano derecha cogió un barco enemigo; se la cortaron, pero no por eso dejó de saltar al barco, rechazando con el escudo a cuantos se le oponían.

[69] Seditionem per decem annos Gallicis bellis nullam omnino mouerunt, ciuilibus aliquas, sed ut celeriter ad officium redierint, nec tam indulgentia ducis quam auctoritate. non enim cessit umquam tumultuantibus atque etiam obuiam semper iit; et nonam quidem legionem apud Placentiam, quanquam in armis adhuc Pompeius esset, totam cum ignominia missam fecit aegreque post multas et supplicis preces, nec nisi exacta de sontibus poena, restituit.

LXIX. Ninguna sedición se produjo en el ejército durante los diez años de guerra en las Galias; estallaron algunas durante las civiles, pero las dominó en seguida con autoridad más bien que con indulgencia. Nunca cedió ante los amotinados, sino que marchó constantemente a su encuentro. En Plasencia licenció toda la legión novena, a pesar de que Pompeyo permanecía aún en armas, y no sin gran trabajo, después de numerosas y apremiantes súplicas y de haber castigado a los culpables, consintió en rehabilitarla.

[70] Decimanos autem Romae cum ingentibus minis summoque etiam urbis periculo missionem et praemia flagitantes, ardente tunc in Africa bello, neque adire cunctatus est, quanquam deterrentibus amicis, neque dimittere; sed una uoce, qua 'Quirites' eos pro

LXX. Como los soldados de la legión décima pidieran un día en Roma su licencia y sus recompensas, profiriendo terribles amenazas que exponían la ciudad a graves peligros, a pesar de que entonces estaba encendida la guerra en Africa y aunque sus amigos trataron en vano de retenerle, César no vaciló en 33


Los doce Césares

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militibus appellarat, tam facile circumegit et flexit, ut ei milites esse confestim responderint et quamuis recusantem ultro in Africam sint secuti; ac sic quoque seditiosissimum quemque et praedae et agri destinati tertia parte multauit.

presentarse a los amotinados y licenciarlos. Pero en una sola palabra llamándoles ciudadanos en vez de soldados, cambió por completo sus disposiciones. ¡Somos soldados!, exclamaron en seguida; y le siguieron a Africa, a pesar suyo, lo cual no impidió que castigase a los instigadores con la pérdida de la tercera parte del botín y de los terrenos que les estaban destinados.

[71] Studium et fides erga clientis ne iuueni quidem de fuerunt. Masintham nobilem iuuenem, cum aduersus Hiempsalem regem tam enixe defendisset, ut Iubae regis filio in altercatione barbam inuaserit, stipendiarium quoque pronuntiatum et abstrahentibus statim eripuit occultauitque apud se diu et mox ex praetura proficiscens in Hispaniam inter officia prosequentium fascesque lictorum lectica sua auexit.

LXXI. Desde su juventud brilló César por su celo y fidelidad hacia sus clientes. Defendió a Masinta, joven de familia distinguida, contra el rey Hiempsal, y lo hizo con tanta energía, que en el calor de la discusión cogió por la barba a Juba, hijo de este rey. Fue declarado cliente tributario del rey, y él, entonces, arracóle de manos de los que lo llevaban y le tuvo oculto durante mucho tiempo en su casa, y aun después, cuando partió para España, al cesar en la pretura, le llevó en su litera, bajo la protección de sus lictores y de numerosos amigos.

[72] Amicos tanta semper facilitate indulgentiaque tractauit, ut Gaio Oppio comitanti se per siluestre iter correptoque subita ualitudine deuersoriolo[co], quod unum erat, cesserit et ipse humi ac sub diuo cubuerit. iam autem rerum potens quosdam etiam infimi generis ad amplissimos honores prouexit, cum ob id culparetur, professus palam, si grassatorum et sicariorum ope in tuenda sua dignitate usus esset, talibus quoque se parem gratiam relaturum.

LXXII. Trató siempre César a sus amigos con tantas consideraciones y bondad, que habiendo caído repentinamente enfermo C. Oppio, que le acompañaba por un camino agreste y difícil, le cedió la única cabaña que encontraron y se acostó él en el suelo a la intemperie. Cuando alcanzó el poder soberano, elevó a los primeros honores a algunos hombres de baja estofa, y siendo censurado por ello, contestó: Si bandidos y asesinos me hubiesen ayudado a defender mis derechos y dignidad, les mostraría igualmente mi agradecimiento.

[73] Simultates contra nullas tam graues excepit umquam, ut non occasione oblata libens deponeret. Gai Memmi, cuius asperrimis orationibus non minore acerbitate rescripserat, etiam suffragator mox in petitione consulatus fuit. Gaio Caluo post famosa epigrammata de reconciliatione per amicos agenti ultro ac prior scripsit. Valerium Catullum, a quo sibi uersiculis de Mamurra perpetua stigmata imposita non dissimulauerat, satis facientem eadem die adhibuit cenae hospitioque patris eius, sicut consuerat, uti perseuerauit.

LXXIII. Por otra parte, nunca concibió enemistades tan hondas que no las desechase así que se le ofrecía ocasión. C. Memmio le había atacado en sus discursos con extraordinaria vehemencia, y con gran violencia le había contestado César por escrito; y, sin embargo, poco después le ayudó con toda su influencia a conseguir el consulado. Cuando C. Calvo, que le había dirigido epigramas difamatorios, pretendió reconciliarse con él por la mediación de algunos amigos, él mismo se anticipó a escribirle. Confesaba que Valerio Catulio en sus versos sobre Mamurra le había señalado con eterno estigma, y en el mismo día que le dio satisfacción, le admitió a su mesa, sin haber roto nunca sus relaciones de hospitalidad con el padre del poeta.

[74] Sed et in ulciscendo natura lenissimus piratas, a quibus captus est, cum in dicionem redegisset, quoniam suffixurum se cruci ante iurauerat, iugulari prius iussit, deinde suffigi; Cornelio Phagitae, cuius quondam nocturnas insidias aeger ac latens, ne perduceretur ad Sullam, uix praemio dato euaserat, numquam

LXXIV. Era dulce por naturaleza hasta en las venganzas. Cuando se apoderó de los piratas, de los que fue prisionero, y a quienes en aquella situación juró crucificar, no los hizo clavar en este instrumento de suplicio sino después de estrangularlos. Cornelio Fagita le había dispuesto todo género de asechanzas en la época en que, para librarse de Sila, velase él obligado, 34


Los doce Césares

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nocere sustinuit; Philemonem a manu seruum, qui necem suam per uenenum inimicis promiserat, non grauius quam simplici morte puniit; in Publium Clodium Pompeiae uxoris suae adulterum atque eadem de causa pollutarum caerimoniarum reum testis citatus negauit se quicquam comperisse, quamuis et mater Aurelia et soror Iulia apud eosdem iudices omnia ex fide re[t]tulissent; interrogatusque, cur igitur repudiasset uxorem: 'quoniam,' inquit, 'meos tam suspicione quam crimine iudico carere oportere.'

aunque enfermo, a cambiar todas las noches de asilo, y no había cesado de inquietarle sino mediante espléndida recompensa: sin embargo, nunca quiso tomar venganza de él. A Filemón, esclavo y secretario suyo, que había prometido a sus enemigos envenenarle, no le impuso otro castigo que la muerte, cuando podía someterlo a espantosos tormentos. Llamado como testigo contra P. Clodio, acusado de sacrilegio y convicto de adulterio con su esposa Pompeya, aseguró no haber visto nada, a pesar de que su madre Aurelia y su hermana Julia habían declarado a los jueces toda la verdad: y como se le preguntaba por qué, pues, había repudiado a Pompeya, contestó: Es necesario que los míos estén tan exentos de sospecha como de crimen,

[75] Moderationem uero clementiamque cum in administratione tum in uictoria belli ciuilis admirabilem exhibuit. denuntiante Pompeio pro hostibus se habiturum qui rei publicae defuissent, ipse medios et neutrius partis suorum sibi numero futuros pronuntiauit. quibus autem ex commendatione Pompei ordines dederat, potestatem transeundi ad eum omnibus fecit. motis apud Ilerdam deditionis condicionibus, cum, assiduo inter utrasque partes usu atque commercio, Afranius et Petreius deprehensos intra castra Iulianos subita paenitentia interfecissent, admissam in se perfidiam non sustinuit imitari. acie Pharsalica proclamauit, ut ciuibus parceretur, deincepsque nemini non suorum quem uellet unum partis aduersae seruare concessit. nec ulli perisse nisi in proelio reperientur, exceptis dum taxat Afranio et Fausto et Lucio Caesare iuuene; ac ne hos quidem uoluntate ipsius interemptos putant, quorum tamen et priores post impetratam ueniam rebellauerant et Caesar libertis seruisque eius ferro et igni crudelem in modum enectis bestias quoque ad munus populi comparatas contrucidauerat. denique tempore extremo etiam quibus nondum ignouerat, cunctis in Italiam redire permisit magistratusque et imperia capere; sed et statuas Luci Sullae atque Pompei a plebe disiectas reposuit; ac si qua posthac aut cogitarentur grauius aduersus se aut dicerentur, inhibere maluit quam uindicare. itaque et detectas coniurationes conuentusque nocturnos non ultra arguit, quam ut edicto ostenderet esse sibi notas, et acerbe loquentibus satis habuit pro contione denuntiare ne perseuerarent, Aulique Caecinae criminosissimo libro et Pitholai carminibus maledicentissimis laceratam existimationem suam ciuili animo tulit.

LXXV. Deben, sin embargo, ser admiradas principalmente su moderación y clemencia durante la guerra civil y después de sus triunfos. Había dicho Pompeyo que consideraría enemigos a los que no defendiesen la República, y Cesar declaro que tendría por amigos a los que permaneciesen neutrales entre los dos partidos; y a aquellos a quienes concediese grados por recomendación de Pompeyo, autorizólos a pasar al ejército rival. En el sitio de Lerda (Lérida) se trabaron relaciones amistosas entre los dos ejércitos, a favor de las negociaciones entabladas por los jefes para la rendición de la plaza; pero, abandonando repentinamente el proyecto Afranio y Petreyo, hicieron pasar a cuchillo a los soldados de César que se encontraban en su campamento: ni siquiera este acto de perfidia pudo conducirle a las represalias. En la batalla de Farsalia mandó que no se hiciese daño a los ciudadanos y no hubo soldado del partido contrario a quien no permitiera conservar lo que quisiera; tampoco se sabe que ningún enemigo suyo pereciera más que en el campo de batalla, exceptuando Afranio, Fausto y el joven L. César, y aun se dice que éstos no murieron por orden suya, a pesar de que los dos primeros se habían sublevado contra él después de haber obtenido el perdón, y el tercero había hecho perecer cruelmente por el hierro y el fuego a los esclavos y libertos de su bienhechor, mandando degollar hasta las fieras que César había comprado para los espectáculos. Finalmente, en los últimos tiempos permitió a todos los que no habían conseguido gracia regresar todavía a Italia y aspirar a mandos y magistraturas. Levantó de nuevo las estatuas de Sila y de Pompeyo que el pueblo había derribado. Cuando sabía que se tramaba contra él algún proyecto siniestro o que hablaban mal, prefería refrenar a los culpables a castigarlos. Así, habiendo descubierto conspiraciones y reuniones nocturnas, limito su venganza a declarar, por medio de un edicto, que las conocía. A los que le ultrajaban en discursos, se contentaba con aconsejarles públicamente que no persistiesen en ello, llegando a sufrir, sin quejarse, que 35


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Suetonio Aulo Cecino manchase su reputación en un libelo injurioso y Pitolao en un difamatorio poema.

[76] Praegrauant tamen cetera facta dictaque eius, ut et abusus dominatione et iure caesus existimetur. non enim honores modo nimios recepit: continuum consulatum, perpetuam dictaturam praefecturamque morum, insuper praenomen Imperatoris, cognomen Patris patriae, statuam inter reges, suggestum in orchestra; sed et ampliora etiam humano fastigio decerni sibi passus est: sedem auream in curia et pro tribunali, tensam et ferculum circensi pompa, templa, aras, simulacra iuxta deos, puluinar, flaminem, lupercos, appellationem mensis e suo nomine; ac nullos non honores ad libidinem cepit et dedit. tertium et quartum consulatum titulo tenus gessit contentus dictaturae potestate decretae cum consulatibus simul atque utroque anno binos consules substituit sibi in ternos nouissimos menses, ita ut medio tempore comitia nulla habuerit praeter tribunorum et aedilium plebis praefectosque pro praetoribus constituerit, qui apsente se res urbanas administrarent. pridie autem Kalendas Ianuarias repentina consulis morte cessantem honorem in paucas horas petenti dedit. eadem licentia spreto patrio more magistratus in pluris annos ordinauit, decem praetoriis uiris consularia ornamenta tribuit, ciuitate donatos et quosdam e semibarbaris Gallorum recepit in curiam. praeterea monetae publicisque uectigalibus peculiares seruos praeposuit. trium legionum, quas Alexandreae relinquebat, curam et imperium Rufioni liberti sui filio exoleto suo demandauit.

LXXVI. Impútanse, sin embargo, a César acciones y palabras que demuestran el abuso del poder y que parecen justificar su muerte. No se contentó con aceptar los honores más altos, como el consulado vitalicio, la dictadura perpetua, la censura de las costumbres, el título de Emperador, el dictado de Padre de la Patria, una estatua entre las de los reyes, una especie de trono en la orquesta, sino que admitió, además, que le decretasen otros superiores a la medida de las grandezas humanas; tuvo, en efecto, silla de oro en el Senado y en su tribunal; en las pompas del circo un carro en el que era llevarlo religiosamente su retrato (35); templos y altares y estatuas junto a las de los dioses; tuvo como éstos, lecho sagrado; un flamen, sacerdotes lupercos, y el privilegio, en fin, de dar su nombre a un mes al año. No existen distinciones que no recibiese según su capricho y que no concediese de la misma manera. Cónsul por tercera y cuarta vez, se limitó a ostentar el título, y se contentó con ejercer la dictadura que le habían concedido con los consulados; se substituyó a dos cónsules para los tres últimos meses de estos dos años, durante los cuales reunió sólo los comicios para la elección de tribunos y ediles del pueblo. Estableció prefectos en lugar de pretores, para que administrasen bajo sus órdenes los intereses de la ciudad. Habiendo muerto de repente un cónsul la víspera de las calendas de enero revistió con la dignidad vacante, por las pocas horas que quedaban, al primero que la solicitó. Con igual desprecio de las leyes y costumbres patrias estableció magistraturas para muchos años, concedió insignias consulares a dos pretores antiguos, elevó a la categoría de ciudadanos y hasta de senadores a algunos galos semibárbaros; concedió la intendencia de la moneda y de las rentas públicas a esclavos de su casa, y abandonó el cuidado y mando de tres legiones que dejó en Alejandría a Rufión, hijo de un liberto suyo y compañero de orgías.

[77] Nec minoris inpotentiae uoces propalam edebat, ut Titus Amp[r]ius scribit: nihil esse rem publicam, appellationem modo sine corpore ac specie. Sullam nescisse litteras, qui dictaturam deposuerit. debere homines consideratius iam loqui secum ac pro legibus habere quae dicat. eoque arrogantiae progressus est, ut haruspice tristia et sine corde exta quondam nuntiante futura diceret laetiora, cum uellet; nec pro ostento ducendum, si pecudi cor defuisset.

LXXVII. Públicamente solía Cesar pronunciar palabras que, como dice T. Ampio, no muestran menos orgullo que sus actos: La República es nombre sin realidad ni valor. Sila ignoraba la ciencia del gobierno, porque depuso la dictadura. Los hombres debían hablarle en adelante con más respeto y considerar como leyes lo que dijese. Alcanzó tal punto de arrogancia, que a un augur que le anunciaba tristes presagios después de un sacrificio porque no se había encontrado corazón en la víctima, le respondió él que haría los vaticinios más dichosos cuando quisiese y que no era prodigio mostrar un animal sin corazón (36).

[78] Verum praecipuam et exitiabilem sibi

LXXVIII. Lo que le atrajo, sin embargo, odio 36


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inuidiam hinc maxime mouit. adeuntis se cum plurimis honorificentissimisque decretis uniuersos patres conscriptos sedens pro aede Veneris Genetricis excepit. quidam putant retentum a Cornelio Balbo, cum conaretur assurgere; alii, ne conatum quidem omnino, sed etiam admonentem Gaium Trebatium ut assurgeret minus familiari uultu respexisse. idque factum eius tanto intolerabilius est uisum, quod ipse triumphanti et subsellia tribunicia praeteruehenti sibi unum e collegio Pontium Aquilam non assurrexisse adeo indignatus sit, ut proclamauerit: 'repete ergo a me Aquila rem publicam tribunus!' et nec destiterit per continuos dies quicquam cuiquam nisi sub exceptione polliceri: 'si tamen per Pontium Aquilam licuerit.'

violentísimo e implacable fue lo siguiente: Habían marchado los senadores en corporación a presentarle decretos muy halagüeños para él, y los recibió sentado frente al templo de Venus Madre. Algunos escritores dicen que Cornelio Balbo le retuvo cuando iba a levantarse; otros, que ni siquiera se movió, y que habiéndole dicho C. Trebacio que se pusiese en pie, le dirigió una severa mirada. Este desaire pareció tanto más intolerable, cuanto que él mismo, en uno de sus triunfos, cuando, al pasar su carro por delante de las sillas de los tribunos, uno de ellos, Poncio Aquila, no se levantó, mostró tan profunda indignación, que llegó a exclamar: Tribuno Aquilas, pídeme la República, y durante muchos días no prometió nada a nadie sin añadir esta condición irónica: Desde luego, si lo permite Poncio Aquila.

[79] Adiecit ad tam insignem despecti senatus contumeliam multo arrogantius factum. nam cum in sacrificio Latinarum reuertente eo inter inmodicas ac nouas populi acclamationes quidam e turba statuae eius coronam lauream candida fascia praeligata inposuisset et tribuni plebis Epidius Marullus Caesetiusque Flauus coronae fasciam detrahi hominemque duci in uincula iussissent, dolens seu parum prospere motam regni mentionem siue, ut ferebat, ereptam sibi gloriam recusandi, tribunos grauiter increpitos potestate priuauit. neque ex eo infamiam affectati etiam regii nominis discutere ualuit, quanquam et plebei regem se salutanti Caesarem se, non regem esse responderit et Lupercalibus pro rostris a consule Antonio admotum saepius capiti suo diadema reppulerit atque in Capitolium Ioui Optimo Maximo miserit. quin etiam uaria fama percrebruit migraturum Alexandream uel Ilium, translatis simul opibus imperii exhaustaque Italia dilectibus et procuratione urbis amicis permissa, proximo autem senatu Lucium Cottam quindecimuirum sententiam dicturum, ut, quoniam fatalibus libris contineretur Parthos nisi a rege non posse uinci, Caesar rex appellaretur.

LXXIX. A este grave ultraje inferido al Senado añadió César un rasgo de orgullo más hiriente aún. Regresaba a Roma después del sacrificio acostumbrado de las ferias latinas, cuando, en medio de las extraordinarias y locas aclamaciones del pueblo, un hombre, destacándose de la multitud, colocó sobre su estatua una corona de laurel, atada con una cinta blanca. Los tribunos Epidio Maruco y Cesetio Flavo ordenaron quitar la corona y redujeron a prisión al que la había puesto; pero César viendo que aquella tentativa de realeza había tenido tan mal éxito, o como pretendía que le habían privado de la gloria de rehusarla, apostrofó duramente a los tribunos y los despojó de su autoridad; no pudo librarse de la censura deshonrosa de haber ambicionado la dignidad real, a pesar de que respondió un día al pueblo que le saludaba con el nombre de rey: Soy César y no rey, y a pesar también de que en las fiestas lupercales rechazara e hiciese llevar al Capitolio, a la estatua de Júpiter, la diadema que el cónsul Antonio había querido insistentemente colocarle en la cabeza en la tribuna de las arengas. Sobre este asunto se difundió un rumor que adquirió bastante consistencia, asegurándose que proyectaba trasladar a Alejandría o a Troya la capital y fuerzas del Imperio, después de dejar exhausta a Italia con levas extraordinarias, y encargado a sus amigos el gobierno de Roma; añadíase que en la primera reunión del Senado el quindecenviro L. Cotta debía proponer que se diese a César el título de rey puesto que estaba escrito en los libros del destino que únicamente un rey podía vencer a los partos.

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[80] Quae causa coniuratis maturandi fuit destinata negotia, ne assentiri necesse esset. Consilia igitur dispersim antea habita et quae saepe bini terniue ceperant, in unum omnes contulerunt, ne populo quidem iam praesenti statu laeto, sed clam palamque detrectante dominationem atque assertores flagitante. peregrinis in senatum allectis libellus propositus est: 'Bonum factum: ne quis senatori nouo curiam monstrare uelit!' et illa uulgo canebantur: Gallos Caesar in triumphum ducit, idem in curiam: Galli bracas deposuerunt, latum clauum sumpserunt. Quinto Maximo suffecto trimenstrique consule theatrum introeunte, cum lictor animaduerti ex more iussisset, ab uniuersis conclamatum est non esse eum consulem. post remotos Caesetium et Marullum tribunos reperta sunt proximis comitiis complura suffragia consules eos declarantium. subscripsere quidam Luci Bruti statuae: 'utinam uiueres!' item ipsius Caesaris: Brutus, quia reges eiecit, consul primus factus est: hic, quia consules eiecit, rex postremo factus est. conspiratum est in eum a sexaginta amplius, Gaio Cassio Marcoque et Decimo Bruto principibus conspirationis. qui primum cunctati utrumne in Campo per comitia tribus ad suffragia uocantem partibus diuisis e ponte deicerent atque exceptum trucidarent, an in Sacra uia uel in aditu theatri adorirentur, postquam senatus Idibus Martiis in Pompei curiam edictus est, facile tempus et locum praetulerunt.

LXXX. Temiendo los conjurados verse obligados a dar su asentimiento a esta proposición, consideraron necesario apresurar la ejecución de su empresa. Reuniéronse, por tanto, y tomaron en común decisiones que antes acordaban aisladamente entre dos o tres personas; en el pueblo reinaba el descontento por el estado de los negocios, manifestando en toda oportunidad su repugnancia a la tiranía, y solicitando abiertamente vengadores. Cuando se concedió a extranjeros el título de senadores, se fijaron estos pasquines por todas partes: Salud a todos: prohíbese mostrar a los nuevos senadores el camino del Senado, y se cantó también por las calles: Gallos Caesar in triumphum ducit, idem in curiam. Galli bracas deposuerunt latum clavum sesmserunt (37)

[81] Sed Caesari futura caedes euidentibus prodigiis denuntiata est. paucos ante menses, cum in colonia Capua deducti lege Iulia coloni ad extruendas uillas uetustissima sepulcra dis[s]icerent idque eo studiosius facerent, quod aliquantum uasculorum operis antiqui scrutantes reperiebant, tabula aenea in monimento, in quo dicebatur Capys conditor Capuae sepultus, inuenta est conscripta litteris uerbisque Graecis hac sententia: quandoque ossa Capyis detecta essent, fore ut illo prognatus manu consanguineorum necaretur magnisque mox Italiae cladibus uindicaretur. cuius rei, ne quis fabulosam aut commenticiam putet, auctor est Cornelius Balbus, familiarissimus Caesaris. proximis diebus

LXXXI. Prodigios evidentes anunciaron a César su próximo fin. Escasos meses antes, los colonos a quienes la ley Julia había otorgado terrenos en la Campania, para construir casas de campo, destruyeron antiquísimos sepulcros, y con tanto más afán cuanto que en las excavaciones que hacían solían encontrar vasos de labores antiguas. En un sepulcro que guardaba, según decían, los restos de Capys, fundador de Capua, encontraron una plancha de bronce que conservaba en caracteres y palabras griegas la siguiente inscripción: Cuando se descubran las cenizas de Capys, un descendiente de Iulo perecerá a manos de sus deudos, pero no tardará en ser vengado por las desgracias de Italia y para que no se crea que esto es fábula inventada a capricho, citaré en mi apoyo a Cornelio Balbo, intimo amigo de César. Pocas fechas antes de su muerte supo

Habiendo el censor anunciado en el teatro, según es costumbre, la entrada del cónsul Q. Máximo, a quien César había substituido por tres meses, gritáronle por todas partes que no era cónsul. Tras la destitución de los tribunos Cesecio y Marullo, en la primera reunión de los comicios aparecieron muchos boletines nombrándoles cónsules- Al pie de la estatua de L. Bruto escribieron: ¡Ojalá viviese!, y bajo la de César: Brutuss quia regis ejecit, consul primus factus est: Hic, quia consules ejecit, rex postremo factus est (38) El número de conjurados se elevaba a más de sesenta, siendo C. Casio y Marco y Décimo Bruto jefes de la conspiración. Estos deliberaron en primer lugar si, dividiéndose, le precipitarían unos desde el puente, durante los comicios del campo de Marte (39), en el momento en que convocase las tribus para las elecciones, mientras los otros le esperarían abajo para asesinarle, o bien si le atacarían en la Vía Sacra o a la entrada del teatro; pero habiéndose dispuesto para los idus de marzo una reunión del Senado en la sala de Pompeyo, convinieron por unanimidad no buscar momento ni paraje más oportunos.

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equorum greges, quos in traiciendo Rubiconi flumini consecrarat ac uagos et sine custode dimiserat, comperit pertinacissime pabulo abstinere ubertimque flere. et immolantem haruspex Spurinna monuit, caueret periculum, quod non ultra Martias Idus proferretur. pridie autem easdem Idus auem regaliolum cum laureo ramulo Pompeianae curiae se inferentem uolucres uarii generis ex proximo nemore persecutae ibidem discerpserunt. ea uero nocte, cui inluxit dies caedis, et ipse sibi uisus est per quietem interdum supra nubes uolitare, alias cum Ioue dextram iungere; et Calpurnia uxor imaginata est conlabi fastigium domus maritumque in gremio suo confodi; ac subito cubiculi fores sponte patuerunt. Ob haec simul et ob infirmam ualitudinem diu cunctatus an se contineret et quae apud senatum proposuerat agere differret, tandem Decimo Bruto adhortante, ne frequentis ac iam dudum opperientis destitueret, quinta fere hora progressus est libellumque insidiarum indicem ab obuio quodam porrectum libellis ceteris, quos sinistra manu tenebat, quasi mox lecturus commiscuit. dein pluribus hostiis caesis, cum litare non posset, introiit curiam spreta religione Spurinnamque irridens et ut falsum arguens, quod sine ulla sua noxa Idus Martiae adessent: quanquam is uenisse quidem eas diceret, sed non praeterisse.

que los caballos consagrados por él a los dioses antes de pasar el Rubicón, y que habían dejado vagar sin amo, se negaban a comer y lloraban; por su parte, el arúspice Spurinna le advirtió, durante un sacrificio, que se guardase del peligro que le amenazaba para los idus de marzo. La víspera de estos mismos idus, habiendo penetrado en la sala del Senado, llamada de Pompeyo, un reyezuelo con una rama de laurel en el pico, aves de diferentes clases, salidas de un bosque vecino, se lanzaron sobre él y lo despedazaron. Por último, la noche que precedió al día de su muerte, creyó en sueños que se remontaba sobre las nubes y ponía su mano en la de Júpiter; y a su vez su esposa Calpurnia soñó que se desplomaba el techo de su casa y que mataban a su esposo en sus brazos, mientras las puertas de su habitación se abrían violentamente por sí mismas. Todos estos presagios y el mal estado de su salud le hicieron vacilar por largo tiempo acerca de si permanecería en su casa aplazando para el día siguiente lo que había propuesto al Senado; pero exhortado por Décimo Bruto a no hacer aguardar inútilmente a los senadores que estaban reunidos desde temprano salió de casa hacia la hora quinta. En el camino un desconocido le presentó un escrito en el que le revelaba la conjuración; César le cogió y lo unió a los demás que llevaba en la mano izquierda con la intención de leerlos luego. Las víctimas que se inmolaron en seguida dieron presagios desfavorables; pero, dominando sus escrúpulos religiosos, entró en el Senado y dijo burlándose a Spurinna que eran falsas sus predicciones porque habían llegado los idus de marzo sin traer ninguna desgracia, a lo que éste le contestó que hablan llegado, pero no habían aún pasado.

[82] Assidentem conspirati specie officii circumsteterunt, ilicoque Cimber Tillius, qui primas partes susceperat, quasi aliquid rogaturus propius accessit renuentique et gestu[m] in aliud tempus differenti ab utroque umero togam adprehendit: deinde clamantem: 'ista quidem uis est!' alter e Cascis auersum uulnerat paulum infra iugulum. Caesar Cascae brachium arreptum graphio traiecit conatusque prosilire alio uulnere tardatus est; utque animaduertit undique se strictis pugionibus peti, toga caput obuoluit, simul sinistra manu sinum ad ima crura deduxit, quo honestius caderet etiam inferiore corporis parte uelata. atque ita tribus et uiginti plagis confossus est uno modo ad primum ictum gemitu sine uoce edito, etsi tradiderunt quidam Marco Bruto irruenti dixisse: kai su teknon; exanimis diffugientibus cunctis aliquamdiu iacuit, donec lecticae impositum, dependente brachio, tres seruoli domum rettulerunt. nec in tot uulneribus, ut

LXXXII. En cuanto se sentó, le rodearon los conspiradores con pretexto de saludarle; en el acto Cimber Telio, que se había encargado de comenzar, acercósele como para dirigirle un ruego; mas negándose a escucharle e indicando con el gesto que dejara su petición para otro momento, le cogió de la toga por ambos hombros, y mientras exclamaba César: Esto es violencia, uno de los Casca, que se encontraba a su espalda, lo hirió algo más abajo de la garganta. Cogióle César el brazo, se lo atravesó con el punzón y quiso levantarse, pero un nuevo golpe le detuvo. Viendo entonces puñales levantados por todas partes, envolviese la cabeza en la toga y bajóse con la mano izquierda los paños sobre las piernas, a fin de caer más noblemente, manteniendo oculta la parte inferior del cuerpo. Recibió veintitrés heridas, y sólo a la primera lanzó un gemido, sin pronunciar ni una palabra. Sin embargo, algunos escritores refieren que viendo avanzar contra él a M. Bruto, le dijo en lengua griega: ¡Tú también, hijo mío!. Cuando le vieron muerto, huyeron todos, quedando por algún tiempo tendido en el suelo, 39


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Antistius medicus existimabat, letale ullum repertum est, nisi quod secundo loco in pectore acceperat. Fuerat animus coniuratis corpus occisi in Tiberim trahere, bona publicare, acta rescindere, sed metu Marci Antoni consulis et magistri equitum Lepidi destiterunt.

hasta que al fin tres esclavos le llevaron a su casa en una litera, de la que pendía uno de sus brazos. Según testimonio del médico Antiscio, entre todas sus heridas sólo era mortal la segunda que había recibido en el pecho. Los conjurados querían arrastrar su cadáver al Tíber, adjudicar sus bienes al Estado y anular sus disposiciones; pero el temor que les infundieron el cónsul M. Antonio y Lépido, jefe de la caballería, les hizo renunciar a su designio.

[83] Postulante ergo Lucio Pisone socero testamentum eius aperitur recitaturque in Antoni domo, quod Idibus Septembribus proximis in Lauicano suo fecerat demandaueratque uirgini Vestali maximae. Quintus Tubero tradit heredem ab eo scribi solitum ex consulatu ipsius primo usque ad initium ciuilis belli Cn. Pompeium, idque militibus pro contione recitatum. sed nouissimo testamento tres instituit heredes sororum nepotes, Gaium Octauium ex dodrante, et Lucium Pinarium et Quintum Pedium ex quadrante reliquo[s]; in ima cera Gaium Octauium etiam in familiam nomenque adoptauit; plerosque percussorum in tutoribus fili, si qui sibi nasceretur, nominauit, Decimum Brutum etiam in secundis heredibus. populo hortos circa Tiberim publice et uiritim trecenos sestertios legauit.

LXXXIII. A petición de su suegro L. Pisón fue abierto su testamento, dándose lectura de él en casa de Antonio. César lo había hecho en los últimos días de septiembre, en su posesión de Lavícum, encargando después su custodia a la superiora de las vestales. Dice Q. Tuberón que en todos los que hizo desde su primer consulado hasta el comienzo de la guerra civil instituía heredero de todos sus bienes a Cn. Pompeyo, y que así lo había dicho en sus arengas al ejército. Mas en el último instituía tres herederos, que eran los nietos de sus hermanas, a saber: C. Octavio en las tres cuartas partes, y L. Pinario con Q. Pedio, en la restante; en la última cláusula adoptaba a C. Octavio y le daba su nombre; nombraba tutores de su hijo, para el caso en qué naciese alguno, a la mayor parte de los que le hirieron, figurando Décimo Bruto inscrito en la segunda clase de sus herederos. Legaba, por último, al pueblo romano sus jardines próximos al Tíber y trescientos sestercios por ciudadano.

[84] Funere indicto rogus extructus est in Martio campo iuxta Iuliae tumulum et pro rostris aurata aedes ad simulacrum templi Veneris Genetricis collocata; intraque lectus eburneus auro ac purpura stratus et ad caput tropaeum cum ueste, in qua fuerat occisus. praeferentibus munera, quia suffecturus dies non uidebatur, praeceptum, ut omisso ordine, quibus quisque uellet itineribus urbis, portaret in Campum. inter ludos cantata sunt quaedam ad miserationem et inuidiam caedis eius accommodata, ex Pacuui Armorum iudicio: men seruasse, ut essent qui me perderent? et ex Electra Acili ad similem sententiam. laudationis loco consul Antonius per praeconem pronuntiauit senatus consultum, quo omnia simul ei diuina atque humana decreuerat, item ius iurandum, quo se cuncti pro salute unius astrinxerant; quibus perpauca a se uerba addidit. lectum pro rostris in forum magistratus et honoribus functi detulerunt. quem cum pars in Capitolini Iouis cella cremare pars in curia Pompei destinaret, repente duo quidam gladiis succincti ac bina iacula gestantes ardentibus cereis succenderunt confestimque

LXXXIV. Fijado el día de sus funerales, fue levantada la pira en el campo de Marte, cerca de la tumba de Julia, y construyese frente a la tribuna de las arengas una capilla dorada, por el modelo del templo de Venus Madre; colocaron en ella un lecho de marfil cubierto de púrpura y oro, y a la cabecera de este lecho un trofeo, con el traje que llevaba al darle muerte. No juzgándose suficiente el día para el solemne desfile de los que deseaban llevar presentes fúnebres, se decidió que cada cual iría a depositar sus dones en el campo de Marte. En los juegos se cantaron versos propios para excitar compasión hacia el muerto e indignación contra los asesinos; estaban tomados de Pacuvio en su Juicio sobre las Armas de Aquiles: Men servasse, ut essent, qui me perderent? (40) y pasajes de la Electra de Atilio, que podían ofrecer iguales alusiones. El cónsul Antonio hizo que, en vez del elogio fúnebre, fuesen leídos por un heraldo los senado-consultos que otorgaban a César todos los honores divinos y humanos, y el juramento, además, que obligaba a todos por la salud de uno; por su parte añadió muy pocas palabras a esta lectura. Magistrados activos o que acababan de cesar ensus cargos, llevaron el lecho al Foro, frente a la tribuna de las arengas. Querían unos que se quemase el cadáver en el templo de Júpiter Capitolino; otros en la 40


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circumstantium turba uirgulta arida et cum subselliis tribunalia, quicquid praeterea ad donum aderat, congessit. deinde tibicines et scaenici artifices uestem, quam ex triumphorum instrumento ad praesentem usum induerant, detractam sibi atque discissam iniecere flammae et ueteranorum militum legionarii arma sua, quibus exculti funus celebrabant; matronae etiam pleraeque ornamenta sua, quae gerebant, et liberorum bullas atque praetextas. In summo publico luctu exterarum gentium multitudo circulatim suo quaeque more lamentata est praecipueque Iudaei, qui etiam noctibus continuis bustum frequentarunt.

sala de Pompeyo; pero de improviso, dos hombres, que llevaban espada al cinto y dos dardos en la mano, le prendieron fuego con antorchas, y en seguida comenzaron todos a arrojar en él leña seca, las sillas de las tribunas de los magistrados y cuanto se encontraba al alcance de la mano. Los flautistas y cómicos, que habían revestido para aquella solemnidad los trajes dedicados a las pompas triunfales, se despojaron de ellos, los destrozaron y arrojaron a las llamas; los legionarios veteranos arrojaron de igual manera las armas con que se habían adornado para los funerales y la mayor parte de las mujeres lanzaron a su vez joyas, y hasta las bulas y pretextas de sus hijos. Gran número de extranjeros tomaron parte en aquel duelo publico aproximándose sucesivamente a la hoguera y manifestando su dolor cada uno a la manera de su tierra; se notaba principalmente a los judíos, los cuales velaron durante muchas noches junto a las cenizas.

[85] Plebs statim a funere ad domum Bruti et Cassi[i] cum facibus tetendit atque aegre repulsa obuium sibi Heluium Cinnam per errorem nominis, quasi Cornelius is esset, quem grauiter pridie contionatum de Caesare requirebat, occidit caputque eius praefixum hastae circumtulit. postea solidam columnam prope uiginti pedum lapidis Numidici in foro statuit [in]scripsitque parenti patriae. apud eam longo tempore sacrificare, uota suscipere, controuersias quasdam interposito per Caesarem iure iurando distrahere perseuerauit.

LXXXV. Una vez terminados los funerales, corrió el pueblo con antorchas a las casas de Bruto y Casio, costando gran esfuerzo rechazarle. En su camino encontró a Helvio Cinna, y tomólo por Cornelio, que había pronunciado el día anterior un discurso vehemente contra César, y le dio muerte y paseó después su cabeza clavada en la punta de una pica. Más adelante se alzó en el Foro una columna de mármol de Numidia, de una sola pieza y de más de veinte pies de altura, con esta inscripción: AL PADRE DE LA PATRIA; fue costumbre por largo tiempo ofrecer sacrificios al pie de ella, hacer votos y terminar algunas querellas jurando por el nombre de César.

[86] Suspicionem Caesar quibusdam suorum reliquit neque uoluisse se diutius uiuere neque curasse quod ualitudine minus prospera uteretur, ideoque et quae religiones monerent et quae renuntiarent amici neglexisse. sunt qui putent, confisum eum nouissimo illo senatus consulto ac iure iurando etiam custodias Hispanorum cum gladiis + adinspectantium + se remouisse. alii e diuerso opinantur insidias undique imminentis subire semel quam cauere [ . . . . . . ] solitum ferunt: non tam sua quam rei publicae interesse, uti saluus esset: se iam pridem potentiae gloriaeque abunde adeptum; rem publicam, si quid sibi eueniret, neque quietam fore et aliquanto deteriore condicione ciuilia bella subituram.

LXXXVI. César había infundido en algunos parientes suyos sospechas de que no quería vivir más y que aquella indiferencia, que procedía de su precaria salud, le había hecho despreciar las advertencias de la religión y los consejos de sus amigos. Afirman otros que tranquilizado por el último senado-consulto y por el juramento prestado a su persona, había despedido a la guardia española que le seguía espada en mano. Otros le atribuyen, por el contrario, la idea de que prefería sucumbir en una asechanza de sus enemigos a tener que temerlos continuamente... Según algunos, acostumbraba a decir que su conservación interesaba más a la República que a él mismo; que había adquirido para ella desde muy antiguo gloria y poderío; pero que la República, si él pereciera, no gozaría de tranquilidad y caería en los males espantosos de la guerra civil.

[87] Illud plane inter omnes fere constitit, talem ei mortem paene ex sententia obtigisse. nam et quondam, cum apud Xenophontem legisset Cyrum ultima ualitudine mandasse quaedam de funere suo, aspernatus tam lentum mortis genus

LXXXVII. En general convienen todos, sin embargo, en que su muerte fue, sobre poco más a menos como él la había deseado. Leyendo un día, en efecto, en Jenofonte, que Ciro, durante su última enfermedad, había dado algunas órdenes relativas a los funerales, mostró su 41


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subitam sibi celeremque optauerat; et pridie quam occideretur, in sermone nato super cenam apud Marcum Lepidum, quisnam esset finis uitae commodissimus, repentinum inopinatumque praetulerat.

aversión por una muerte tan lenta, y manifestó deseos de que la suya fuese rápida. La misma víspera del día en que murió estuvo cenando en casa de M Lépido, y habiéndose en ella preguntado cuál es la muerte más apetecible, contestó: La repentina e inesperada.

[88] Periit sexto et quinquagensimo aetatis anno atque in deorum numerum relatus est, non ore modo decernentium, sed et persuasione uolgi. siquidem ludis, quos primo[s] consecrato[s] ei heres Augustus edebat, stella crinita per septem continuos dies fulsit exoriens circa undecimam horam, creditumque est animam esse Caesaris in caelum recepti; et hac de causa simulacro eius in uertice additur stella. Curiam, in qua occisus est, obstrui placuit Idusque Martias Parricidium nominari, ac ne umquam eo die senatus ageretur.

LXXXVIII. Sucumbió a los cincuenta y seis años de edad, y fue colocado en el número de los dioses, no solamente por decreto, sino también por unánime sentir del pueblo, persuadido de su divinidad. Durante los juegos que había prometido celebrar, y que dio por él su heredero Augusto, apareció una estrella con cabellera, que se alzaba hacia la hora undécima y que brilló durante siete días consecutivos; creyese que era el alma de César recibida en el cielo, y ésta fue la razón de que se le representara con una estrella sobre la cabeza. Ordenase tapiar la puerta de la sala donde se le dio muerte; llamase parricidio a los idus de marzo y se prohibió que se congregasen los senadores en tal día.

[89] Percussorum autem fere neque triennio quisquam amplius superuixit neque sua morte defunctus est. damnati omnes alius alio casu periit, pars naufragio, pars proelio; nonnulli semet eodem illo pugione, quo Caesarem uiolauerant, interemerunt.

LXXXIX. Casi ninguno de sus asesinos murió de muerte natural ni le sobrevivió más de tres años. Fueron todos condenados, pereciendo cada cual de diferente manera; unos en naufragios, otros en combate y algunos clavándose el mismo puñal con que hirieron a César.

NOTAS (1) Opinan los eruditos que existe aquí una laguna, Suetonio debía según ellos, dar detalles de la infancia de César. 2) Asegura Waseling que Cesar fue nombrado sacerdote de Júpiter en el año 667, o sea, a la edad de trece años; Veleyo Patérculo asegura, por su parte, que Cesar, apenas acababa de salir de la infancia, paene puer a Mario Cinnaque flamen diales creatus. Tal vez Suetonio quiera significar que lo era ya cuando repudió a Cossutia. Los distintivos del flamen dialis o sacerdote de Júpiter eran un líctor, la silla curul y la toga pretexta. Por su cargo podía entrar en el Senado, y nadie podía trabajar en su presencia. A la salida le precedía un ujier (proclamator) encargado de advertir a los obreros para que suspendiesen sus trabajos. Eran elegidos siempre de entre los patricios, de igual modo que los sacerdotes de Marte y de Rómulo. El cargo de sacerdote de Júpiter era una de las altas dignidades del Imperio, no obstante las obligaciones y enojosas restricciones que comportaban. En ningún caso podía, por ejemplo, servirse de caballo; tampoco pasar la noche fuera de la ciudad. Su esposa (flamínica) estaba asimismo sometida a especiales obligaciones, pero su esposa no podía repudiarla, y si moría, el flamin tenía que renunciar a su cargo, pues no podía sin ella realizar ciertas ceremonias religiosas. Cesar no había tomado posesión del cargo y pudo así repudiar a su esposa, como Sila despojarle del sacerdocio. (3) Sabido es el gran respeto que inspiraba la intervención de las vírgenes vestales las cuales tenían incluso el derecho de indultar al criminal de la pena que se le había impuesto, si por casualidad le encontraban a su paso. (4) Ya desde mucho antes había adivinado Sila a César, pues viendole como por verdadera o fingida dejadez, apenas se ceñía la lacticlavia en el cinturón, no cesaba de decir a los nobles: “Guardaos de ese joven del cinturón flojo”. Más de veinte años después, cuando los proyectos de Cesar no eran ya un secreto para nadie, todavía sus afeminados modales engañaban a Cicerón, que decía: “Veo claramente miras tiránicas en todos sus actos y proyectos, pero cuando contemplo sus cabellos tan artísticamente peinados, cuando le veo rascarse la cabeza con la punta del dedo —costumbre muy a menudo censurada a los elegantes de Roma— no puedo creer que medita el terrible designó de derribar a la República”. Y cuando al fin se hizo dueño de todo, el gran orador 42


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contestaba sonriendo a los que le reconvenían por su escasa perspicacia: “¿Qué queréis? Me engañó su cinturón”. (5) Durante toda su vida se le reprobó por todos este vergonzoso comercio en versos, en edictos en el Senado, en la tribuna de las arengas y hasta en las canciones de los soldados. (6) La recompensa militar más preciada, y se concedía por haber salvado a un ciudadano. El que la había obtenido la llevaba en el teatro, donde se sentaba entre los senadores; a su entrada les espectadores se levantaban respetuosamente. (7) Plutarco relata el hecho más extensamente. Véase la Vida de Cesar en las Vidas Paralelas de aquel célebre escritor publicadas en nuestra Colección. (8) En cada legión figuraban seis tribunos militares que mandaban bajo las ordenes de los cónsules uno después de otro, ordinariamente durante tres meses. En el campo de batalla el tribuno mandaba centurias o sea mil hombres. (9) En el año 360 de Roma establecióse la costumbre de ensalzar en publico a la mujer que moría en avanzada edad en recompensa de haber dado en otro tiempo cuanto oro tenía, a fin de completar la cantidad que había de pagarse a los galos por el rescate de Roma. Hasta entonces se reservó este honor a los hombres. “Pero —dice Plutarco— tal costumbre no alcanzaba a las mujeres jóvenes, siendo César el primero que pronunció la oración fúnebre de su esposa muerta muy joven. Esta novedad le hizo honor, le granjeó el favor del público y le hizo querido al pueblo, que vio en aquella sensibilidad una prueba de sus suaves y honradas costumbres.” (10) Los cuestores (cuyo número elevo Sila de 8 a 20 y Cesar a 40) eran los recaudadores generales, los tesoreros de la República. Marchaban anualmente a las provincias, acompañado cada uno de un cónsul, un procónsul o un pretor, después del cual poseían la autoridad principal. Cuando dejaba éste la provincia, generalmente desempeñaba sus funciones el cuestor; este cobraba, en efecto, las contribuciones y tributos, hacia vender el botín y cuidaba de las provisiones. Iba precedido de lictores con fasces, cuando menos en su provincia y su oficio, considerado como el primer paso en la carrera de los honores, daba entrada en el Senado. (11) Según Plutarco, no fue la vista de una estatua de Alejandro sino la lectura de la vida de este príncipe, la que hizo derramar lágrimas a Cesar Plutarco refiere, por otra parte, este hecho al tiempo de la pretura de Cesar en España, y no a su cuestura, como Suetonio. Las palabras de Cesar dan, sin embargo, la razón a Suetonio, ya que en el tiempo de su pretura tenía treinta y siete arios, y en el de la cuestura treinta y tres, que fueron los que vivió Alejandro. (12) Según Plutarco, Cesar tuvo este sueño en la noche que precedió al paso del Rubicón, o sea, dieciocho años más tarde. (13) El pontífice máximo era elegido por el pueblo. Habitaba en un edificio publico; su cargo era inamovible y su autoridad. puede decirse que ilimitada. Según el testimonio de Dionisio de Halicarnaso. no daba cuenta, en efecto, de su conducta ni al Senado ni al pueblo, y estaba encargado de juzgar todas las causas relativas a las cosas sagradas. Su presencia era indispensable en las solemnidades públicas, en los juegos o espectáculos dados por los magistrados, cuando dirigían plegarias a los dioses, cuando dedicaban sus templos etc. También en ocasiones, el pontífice máximo y su colega tenían derecho de vida y muerte, pero el pueblo podía revisar la sentencia. (14) Los pretores se elegían en los comicios y por centurias, con las mismas solemnidades que los cónsules y no tenían más superiores que estos magistrados cuyas funciones desempeñaban algunas veces. Presidian las asambleas del pueblo, y en caso de necesidad, podían convocar el Senado, en el que emitían su voto después de los varones consulares. Daban también juegos públicos. Para la administración de justicia, eran ellos los encargados de nombrar los jueces o un jurado, y pronunciaban la sentencia. Generalmente tenían su tribunal en el Foro, honor de que no gozaban los magistrados inferiores, y delante de ellos se alzaba una lanza y una espada. En Roma los precedían dos lictores con fasces y seis fuera de la ciudad. Los acompañaban asimismo ministro o alguaciles (ministri apparitores), secretarios (escribas) que transcribían sus sentencias, ujires (accensi) encargados de las citaciones. No hubo primero más que dos pretores: uno (urbanus) para los ciudadanos, y otro (peregrinus) para los extranjeros. Cuando la Sicilia y la Cerdeña fueron reducidas a provincias, se crearon otros dos para que mandasen en ellas. La conquista de las Espafias (Citerior y Ulterior) dio ocasión, asimismo, al nombramiento de otros dos. Dos de estos seis magistrados permanecieron en Itoma y los otros cuatro en las provincias, que la suerte y el Senado repartía entre ellos. Cesar fue enviado a la España Ulterior. (14 bis). Plutarco cita un hecho que prueba, por el contrario que, no obstante el peligro que había corrido, César volvió al Senado para justificarse de las sospechas que contra el se habían concebido, recibiendo violentas reconvenciones. Como la sesión se prolongase mas de lo ordinario, el pueblo acudió en masa, rodeó al 43


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Senado vociferando y pidió entre amenazas que dejasen salir a Cesar. Temió Catón que el populacho de Roma, que había puesto en Cesar todas sus esperanzas, pasase a mayores y aconsejo al Senado se le hiciese mensualmente una distribución de trigo, que sólo había de aumentar los gastos ordinarios del año en 5.500.000 sestercios. Esta prudente política desvaneció por el momento el terror del Senado, debilito y hasta anuló gran parte de la influencia de Cesar, en un tiempo en que la autoridad de la pretura iba a hacerla mucho más peligrosa. (Véase en Plutarco. La Vida de Cesar.) (15) El Capitolio, incendiado en tiempo de Sila, en 671, fue reconstruido y dedicado por Lutacio Catulo. (16) Estaba éste en el número de los conjurados. Comunico primero la trama a su amante Fulvia que habló de ella enterandose asimismo de su proyecto de asesinato contra él. (17) Vease en Plutarco la narración de los hechos acaecidos a César durante su gobierno en España. (18) Autor de la historia de la guerra itálica y de las civiles de Mario —que estaba componiendo entonces—; cinco años después le dirigió Cicerón la bella y famosa carta en la que le ruega que escriba la historia de su consulado. (19) Este tráfico de votos, prohibido por las leyes era, sin embargo, tolerado, y los ciudadanos no vendían solo su voto, sino que incluso sostenían a pedradas y cuchilladas al que les había pagado. (20) Dentro de la ciudad precedían sólo a uno de los consules doce lictores con las hachas y fasces, disfrutando alternativamente de este cortejo cada mes. Un oficial público llamado accensus marchaba delante del otro consul seguido de lictores sin fasces. Esta costumbre había caído en desuso cuando César la restableció. (21) Nada es de Bibulo todo es de César, pues nadie recuerda lo que hizo aquel. (22) Se concedían en Roma muchos honores y prerrogativas a los padres que tenían tres hijos varones, en la petición de empleos eran preferidos a sus rivales; se los eximia de ciertos tributos y en los espectáculos tenían asignados puestos preferentes; de aquí en fin, los privilegios llamados Justium liberorum. (23) Maestros de esgrima. (24) Los decretos del Senado después de su transcripción eran depositados en el Tesoro; de la misma manera se conservaban las leyes y demás actas de la República. El lugar en que estaban depositados los archivos públicos llamábase tabugarium. Los decretos en que el Senado otorgó honores extraordinarios a Cesar fueron escritos con letras de oro en columnas de plata. Muchos decretos del Senado fueron escritos en planchas de bronce que se conservan todavía. Los decretos del Senado antes de quedar deportados en el Tesoro carecían en absoluto de autoridad. Esta fue la causa de que bajo Tiberio se ordenase que los decretos del Senado y especialmente los que imponían penas capitales no fueran llevados al Tesoro hasta pasados diez días, a fin de que el emperador si estaba ausente tuviese tiempo para examinarlos y moderar su rigor. (25) Si hay derecho para violar, violadlo todo por reinar, pero respetad lo demás. (26) Asegura Plinio que este accidente hizo a César supersticioso, y que, después de él, no volvió a subir a un carro sin antes recitar tres veces un verso misterioso, como preservativo contra los accidentes de viaje. (27) Según Plinio, el Euripo era un gran foso que ceñía el Circo, con el fin de impedir que las fieras pudieran escapar y lanzarse sobre los espectadores, cosa que había sucedido ya repetidas veces. Se le dio el nombre de Euripo, si hemos de creer a un intérprete de Suetonio, porque el movimiento de las aguas, que fluían de golpe y se retiraban de la misma manera recordaba las del estrecho de este nombre, entre la Beocia y la Eubea, donde se hacían sentir el flujo y el reflujo hasta siete veces al día. Cesar embelleció de tal manera el Circo, construido por Tarquino el Viejo, que dice Plinio que aquel fue el fundador. (28) Esta reforma fue hecha por César en 708, durante su tercer consulado con M. Emilio Lepido. Se llamó aquel año annus confusionis, y al siguiente primus Julianus. (29) Hubo hasta Sila 300 senadores elevando César su número a 900 y más adelante a 1.000, pero Augusto lo redujo. (30) Se nombraban ocho pretores; Cesar creó diez; hubo también dos ediles plebeyos más que antes, llamados cereales; y elevo finalmente a cuarenta el numero de los cuestores. (31) Barrio populoso de Roma. situado entre el Esquilino y el Celio. (31 bis) Todo cuanto Bitinia y el amante de Cesar poseyeron jamas. (32) Cesar sometió las Galias; Nicomedes a Cesar. He aquí a César que triunfa porque sometió las Galias, mientras Nicomedes que sometió a Cesar no triunfa. (33) Ex auctionibus hastae. De aquí tomó su origen la palabra española subasta (bajo la lanza). Entre los romanos cuyas instituciones eran todas militares, la lanza representaba gran papel. Hasta censoria era la 44


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lanza que los censores clavaban en la plaza publica para anunciar la subasta de las rentas del Estado. Hasta centunvirales era la señal de la jurisdicción de los centunviros, y por esto el juicio de estos magistrados se llamaban juicio de la lanza, judicium hastae. Hasta fiscalis era la que se clavaba para anunciar la venta de algo perteneciente al Fisco, con lo que se autoriza su venta a los ojos de los particulares. Hasta proctoria o venditionis, era, en fin, aquella a que se alude en este pasaje de Suetonio; clavábase en señal de que iba a venderse a la puja, en virtud del decreto del pretor, los bienes de los ciudadanos proscritos o condenados. (34) Ciudadanos, esconded vuestras esposas, que traemos aquí al adultero calvo; en la Galia se dedica a fornicar eón el oro robado a los romanos. (35) La tensa servia, en las fiestas del Circo, para pasear las imágenes de los dioses; el ferculum era el lugar del carro donde descansaban las imágenes, siendo el conjunto arrastrado por caballos. Calígula se hizo llevar en esta forma por senadores. (36) ...si pecudi cor defuisset. La palabra cor significa asimismo ingenio; Cesar juega, pues, aquí con su doble sentido. (37) Encadenados en su triunfo. trajo a los galos, llevándolos luego el Senado; los galos depusieron sus harapos y tomaron las lacticlavias. (38) A Bruto, por arrojar a los reyes, se le nombro primer cónsul; a este, por arrojar a los cónsules, se le ha hecho último rey. (39) Los comicios por centurias eran celebrados en el campo de Marte. Los puentes (pons o ponticulus) eran los sitios por donde se pasaba para ir a votar al recinto (septum uovile); se llamaba depontani a los ancianos que no llevaban sus votos con los otros ciudadanos. Era obligatorio que el Tribunal del magistrado que presidía los comicios en la silla curul, estuviese inmediato a este paso. (40) ¿Los perdone para que me perdiesen?

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SVETONI TRANQVILII VITA DIVI AVGVSTI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101

EL DIVINO AUGUSTO SINOPSIS I. INTRODUCCIÓN (1-8) Antepasados de Augusto. Sus padres y hermanas (1-4). Circunstancias de su nacimiento. Nombres que adoptó a lo largo de su vida. Visión de conjunto de ésta (5-8). II. EXPOSICIÓN DE LA VIDA DE AUGUSTO POR TEMAS (9-101) 1. Las guerras civiles (9-18). Causa inicial de éstas. Guerra de Módena. Muerte sospechosa de Hircio y Pansa (9- 1 l). Augusto cambia de partido. Formación del segundo triunvirato. Guerra de Filipos. Comportamiento de Augusto tras la victoria (12-13). Guerra de Perusa. Ensañamiento con los vencidos (14-15). Guerra de Sicilia. Derrota de Sexto Pompeyo. Relegación de Lépido (16). Rompimiento definitivo con Antonio. Batalla de Accio. Toma de Alejandría. Muerte de Antonio y Cleopatra. Egipto, provincia romana (17-18). 2. Conatos de revolución y conjuras sofocadas durante su mandato (19). 3. Guerras externas y organización militar (20-25). Guerras dirigidas personalmente (20). Territorios anexionados bajo su mandato. Otras operaciones militares y diplomáticas (21). Cierres del templo de Jano. Ovaciones y triunfos. Derrotas (2223). Disciplina militar. Alistamiento de esclavos. Recompensas (24-25). 4. Carrera política (26-28). Consulados de Augusto (26). Actuación como triunviro. Recibe la potestad tribunicia y la supervisión de las leyes y costumbres. Censos del pueblo (27). Instauración del Principado (28). 5. El Principado de Augusto (29-60). Reformas urbanísticas y administrativas (29-30). Política religiosa (31). Medidas para garantizar el orden público. Reformas judiciales. Leyes contra la disolución (32-34). Augusto y el Senado (35-36). Creación de nuevos servicios (37). Recompensas al mérito militar. Augusto y el orden ecuestre (38-40, l). Reglamentación de los comicios. Política relativa a la concesión de la ciudadanía y a la liberación de esclavos. Liberalidad con todos los órdenes sociales (40, 2-42). Espectáculos públicos (43-45). Organización de Italia y de las provincias. Política con los aliados (46-48). Distribución de las fuerzas militares. Creación de las cohortes urbanas y pretorias. Reglamento militar. El correo y el sello imperial (49-50). Testimonios de clemencia y sencillez (5156). Popularidad que estas virtudes le depararon. Testimonios de afecto dentro y fuera de Italia (57-60).

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6. Vida privada y costumbres (61-78). Relaciones con su madre y su hermana (61). Matrimonios y descendencia. Matrimonios de Julia, hija de Augusto (62-63). Los nietos de Augusto. Su educación. Destino de cada uno de ellos. Desgracia de Julia (64-65). Augusto y sus amigos (66). Actitud con sus libertos y esclavos (67). Fama de afeminado y mujeriego, así como de derrochador, amante del lujo y jugador empedernido (68-71). Moderación en los demás aspectos de su vida. Residencias y lugares de retiro. Mobiliario y ajuar. Banquetes y celebraciones. Comida y bebida. Descanso (72-78). 7. Rasgos personales de Augusto (79-93). Características físicas. Naturaleza enfermiza. Cuidados que le dedicaba. Ejercicios y esparcimientos (79-83). Augusto, hombre de letras (84). Producción literaria (85). Estilo oratorio (86). Giros de lenguaje (87). Despreocupación por la ortografía. Escritura cifrada (88). Formación helenística. Protección de las artes y las letras (89). Supersticiones (90-92). Postura respecto a los ritos extranjeros (93). 8. Presagios relativos a Augusto (94-97). Presagios de su futura grandeza (94-95). Presagios de sus victorias (96). Presagios de su muerte y posterior deificación (97). 9. Muerte de Augusto (98-101). Último viaje de Augusto. Enfermedad y muerte (98-99). Lugar, fecha y edad a la que murió. Traslado de su cuerpo. Doble elogio fúnebre. Exequias (100). Testamento y demás documentos dejados por Augusto (101). [1] Gentem Octaviam Velitris praecipuam olim fuisse, multa declarant. Nam et vicus celeberrima parte oppidi iam pridem Octavius vocabatur et ostendebatur ara Octavio consecrata, qui bello dux finitimo, cum forte Marti rem divinam faceret, nuntiata repente hostis incursione, semicruda exta rapta foco prosecuit, atque ita proelium ingressus victor redit. Decretum etiam publicum extabat, quo cavebatur ut in posterum quoque simili modo exta Marti redderentur, reliquiaeque ad Octavios referrentur.

I. Muchos monumentos atestiguan que la familia de Octavio era en la antigüedad de las primeras de Vélitres. Una parte importante de la ciudad se llamaba desde mucho tiempo barrio Octavio, y se exhibía en ella un altar consagrado por un Octavio, que designado general en una guerra contra un pueblo vecino, y advertido un día, en medio de un sacrificio al dios Marte, de la repentina irrupción del enemigo, quitó de las llamas las carnes casi crudas de la víctima, las distribuyó según el rito, corrió al combate y regresó victorioso. Existía también un decreto que ordenaba ofrecer de la misma manera en lo sucesivo al dios Marte las víctimas y que se llevaran los restos a los Octavios.

[2] Ea gens a Tarquinio Prisco rege inter minores gentis adlecta in senatum, mox a Servio Tullio in patricias traducta, procedente tempore ad plebem se contulit, ac rursus magno intervallo per Divum Iulium in patriciatum redit. Primus ex hac magistratum populi suffragio cepti C. Rufus. Is quaestorius CN. et C. procreavit, a quibus duplex Octaviorum familia defluxit conditione diversa. Siquidem Gnaeus et deinceps ab eo reliqui omnes functi sunt honoribus summis. At Gaius eiusque posteri, seu fortuna seu voluntate, in equestri

II. Admitida esta familia entre las romanas por el rey Tarquino el Viejo, clasificada después por Serv. Tulio entre las patricias, pasó más adelante por voluntad propia a la condición plebeya. El primero de esta familia que obtuvo por sufragios del pueblo una magistratura fue C. Rufo, que siendo cuestor tuvo dos hijos, Cneo y Cayo, troncos de dos ramas de Octavios, cuyos destinos fueron muy diferentes: Cneo y todos sus descendientes desempeñaron los cargos más importantes del Estado. Pero Cayo y los suyos, bien por fortuna, bien por propia voluntad, permanecieron en el orden ecuestre hasta el padre de Augusto. El bisabuelo de éste sirvió en Sicilia durante la segunda Guerra Púnica, 47


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ordine constiterunt usque ad Augusti patrem. Proavus Augusti secundo Punico bello stipendia in Sicilia tribunus militum fecit Aemilio Papo imperatore. Avus municipalibus magisteriis contentus abundante patrimonio tranquillissime senuit. Sed haec alii; ipse Augustus nihil amplius quam equestri familia ortum se scribit vetere ac locuplete, et in qua primus senator pater suus fuerit. M. Antonius libertinum ei proavum exprobrat, restionem e pago Thurino, avum argentarium. Nec quicquam ultra de paternis Augusti maioribus repperi.

como tribuno militar, bajo el mando de Emilio Papo. Su abuelo no pasó de las magistraturas municipales (41) y envejeció en la abundancia y en la paz. Sin embargo, no convienen todos en esto, y el mismo Augusto escribió que procedía de una antigua y opulenta familia de simples caballeros, y que su padre fue el primer senador de su nombre. M. Antonio le echa en cara que su bisabuelo fue liberto, cordelero en el barrio de Thurium, y su abuelo, corredor. Sólo esto he encontrado con relación a los antepasados paternos de Augusto.

3] C. Octavius pater a prinipio aetatis et re et existimatione magna fuit, ut equidem mirer hunc quoque a nonnullis argentarium atque etiam inter divisores operasqe compestris proditum; amplis enim innutritus opibus, honores et adeptus est facile et egregie administravit. Ex praetura Macedoniam sortitus, fugitivos, residuam Spartaci et Catilinae manum, Thurinum agrum tenentis, in itinere delevit, negotio sibi in senatu extra ordinem dato. Provinciae praefuit non minore iustitia quam fortitudine; namque Bessis ac Thracibus magno proelio fusis, ita socios tractavit, ut epistolae M. Ciceronis exstent quibus Quintum fratrem eodem tempore parum secunda fama proconsulatum Asiae administrantem, hortatur et monet, imitetur in promerendis sociis vicinum suum Octavium.

III. Su padre, C. Octavio, gozó desde joven de considerables bienes y de la pública estimación y me admira que algunos escritores le hayan hecho corredor y hasta agente para la compra de votos en las asambleas agrarias. Educado en la opulencia, alcanzó con facilidad las más elevadas magistraturas, desempeñándolas noblemente. Después de su pretura, designóle la suerte la Macedonia; en el camino destruyó los restos fugitivos de los ejércitos de Espartaco y Catilina, que ocupaban el territorio de Thurium, encargo extraordinario que le encomendó el Senado. En el gobierno de su provincia mostró tanta equidad como valor. Derrotó a los besos y a los tracios en una gran batalla, y trató tan noblemente a los aliados, que M. Tulio Cicerón, en muchas cartas que aún existen, exhorta a su hermano Quinto, procónsul entonces en Asia, donde no disfrutaba de muy buena fama, a que imitase a su vecino Octavio y mereciera, como él, gratitud de los aliados.

[4] Decedens Macedonia, prius quam profiteri se candidatum consulatus posset, mortem obiit repentinam, superstitibus liberis Octavia maiore, quam ex Ancharia, et Octavia minore item Augusto, quos ex Atia tulerat. Atia M. Atio Balbo et Iulia, sorore C. Caesaris, genita est. Balbus, paterna stirpe Aricinus, multis in familia senatoriis imaginibus, a matre Magnum Pompeium artissimo contingebat gradu functusque honore praeturae inter vigintiviros agrum Campanum plebi Iulia lege divisit. Verum idem Antonius, despiciens etiam maternam Augusti originem, proavum eius Afri generis fuisse et modo unguentariam tabernam modo pistrinum Ariciae exercuisse obicit. Cassius quidem Parmensis quadam epistola non tantum ut pistoris, sed etiam ut nummulair nepotem sic taxat Augustum: Materna tibi farinast ex crudissimo Ariciae pistrino: hanc finxit manibus collybo decoloratis Nerulonensis mensarius.

IV. Al regreso de Macedonia, y, antes de proponer su candidatura al consulado, falleció repentinamente, dejando de Ancaria, Octavia la mayor, y de Acia, su segunda esposa, Octavia la menor y Augusto. Acia era hija de M. Acio Balbo y de Julia, hermana de C. César Balbo, por parte de padre, era originario de Aricia, y contaba muchos senadores en su familia; por otra parte de madre, era pariente cercano de Pompeyo el Grande: honrado con la pretura, fue también uno de los veinte comisarios que, en virtud de la ley Julia, quedaron encargados de repartir al pueblo las tierras de la Campania. Sin embargo, fingiendo Antonio igual desdén hacia los antepasados maternos de Augusto, afirma que su bisabuelo era de raza africana, que tuvo una tienda en Aricia, unas veces de perfumes y otras de pan. Casio de Parma, en una de sus epístolas, no se contenta con llamar a Augusto nieto de panadero, sino también nieto de un corredor de dinero, diciéndole: La harina que vendía tu madre salía del peor molino de Arican, y el cambista de Nerulum la amasaba con sus manos ennegrecidas por el cobre. 48


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[5] Natus est Augustus M. Tullio Cicerone C. Antonio conss. XIIII. Kal. Octob., paulo ante solis exortum, regione Palati, ad Capita bubulo, ubi nunc sacrarium habet, aliquanto post quam excessit constitutum. Nam ut senatus actis continetur, cum C. Laetorius, adulscens patricii generis, in deprecanda graviore adulterii poena praeter aetatem atque natales hoc quoque patribus conscriptis allegaret, esse possessorem ac velut aedituum soli, quod primum Divus Augustus nascens attigisset, peteretque donari quasi proprio suo ac peculiari deo, decretum est ut ea pars domus consecrareur.

V. Nació Augusto bajo el consulado de M. Tulio Cicerón y de Antonio, el IX de las calendas de octubre (42), poco antes de salir el sol, en el barrio Palatino, cerca de las Cabezas de Buey, en el sitio donde ahora existe un templo, que fue construido poco tiempo después de su muerte. En las actas del Senado, se ve, en efecto, que un joven patricio, llamado C. Letorio, convicto de adulterio, para evitar la rigurosa pena impuesta a este delito, alego ante los senadores su edad, su origen y especialmente su calidad de propietario y guardián en cierto modo, del suelo que había tocado Augusto al nacer (43); habiendo, pues, pedido gracia en consideración a este dios, que era como su divinidad particular y doméstica, consagrase por decreto la parte de casa donde había nacido Augusto.

[6] Nutrimentorum eius ostenditur adhuc locus in avito suburbano iuxta Velitras permodicus et cellae penuariae instar, tenetque vicinitatem opinio tamquam et natus ibi sit. Huc introire nisi necessario et caste religio est, concepta opinione veteri, quasi temere adeuntibus horror quidam et metus obiciatur, sed et mox confirmata. Nam cum possessor villae novus seu forte seu temptandi causa cubitum se eo contulisset, evenit ut post paucissimas noctis horas exturbatus inde subita vi et incerta paene semianimis cum strato simul ante fores inveniretur.

VI. Todavía hoy, en una casa de campo perteneciente a sus antepasados, cerca de Vélitres, se enseña la habitación donde le lactaron, que es muy reducida y parecida a una cocina, siendo creencia en los alrededores de que nació allí. Deber religioso es no entrar en esta cámara sino por necesidad y con sumo respeto, porque, según una antigua creencia, el que tiene la audacia de penetrar en ella, se ve asaltado de repente por una mezcla de horror y de temor secretos; confirma este rumor popular el que, habiéndose acostado en esta estancia un nuevo propietario de la finca, ya sea por casualidad, ya por ver lo que ocurría, se sintió a las pocas horas arrebatado por repentina y misteriosa fuerza, encontrándosele moribundo delante de la puerta, adonde fue lanzado desde el lecho.

[7] Infanti cognomen Thurino inditum est, in memoriam maiorum originis, vel quod regione Thurina recens eo nato pater Octavius adversus fugitivos rem prospere gesserate. Thurinum cognominatum satis certa probatione tradiderim, nactus puerilem imagunculam eius aeream veterem, ferreis et paene iam exolescentibus litteris hoc nomine inscriptam, quae dono a me principi data inter cubiculi Lares colitur. Sed et a M. Antonio in epistolis per contumeliam saepe Thurinus appellatur, et ipse nihil amplius quam mirari se rescribit, pro obprobio sibi prius nomen obici. Postea Gai Caesaris et deinde Augusti cognomen assumpsit, alterum testamento maioris avunculi, alterum Munati Planci sententia, cum, quibusdam censentibus Romulum appellari oportere quasi et ipsum conditorem urbis, praevaluisset, ut Augustus potius vocaretur, non tantum novo sed etiam ampliore cognomine, quod loca quoque religiosa et in quibus augurato quid consecratur augusta dicantur, ab auctu vel abu avium gestu gustuve, sicut etiam

VII. En su infancia, y en memoria del origen de sus mayores, se le dio el nombre de Turino, aunque se dice también que la causa estuvo en que poco después de su nacimiento, su padre Octavio venció en territorio de Turino a los esclavos fugitivos. Puedo afirmar con certeza que se llamó Turino, porque tuve en mi poder una antigua medalla de bronce que le representa niño y cuya inscripción, en letras de hierro y casi borradas, expresa aquel nombre. Entregué esta medalla a nuestro príncipe, quien la colocó con piadoso respeto entre sus dioses domésticos. Otra prueba más: M. Antonio, creyendo ultrajarla, le llamó en sus cartas muchas veces Turino, contentándose Augusto con responderle, que extrañaba se quisiese injuriarle con su primer nombre. Tomó más adelante el de CESAR y al fin el de AUGUSTO: uno en virtud del testamento de su tío paterno, y el otro a propuesta de Munacio Planco, aunque algunos senadores deseaban que se le llamase Rómulo, por haber sido, en cierto modo, el segundo fundador de Roma. Prevaleció, sin embargo, el nombre de Augusto, porque era nuevo, y sobre todo porque era más respetable; en efecto, los parajes consagrados por la religión o por el ministerio de los augures se llamaban augustos, ya sea que esta palabra deriva de auctus (acrecentamiento), ya que proceda 49


Los doce Césares Ennius docet scribens: Augusto postquam inclita condita Roma est.

Suetonio augurio de gestus o de gustus, empleadas las dos en los presagios de las aves, según dice Ennio en este verso: Augusto augurio postquam inclita condita Roma est (44).

[8] Quadrimus patrem amisit. Duodecimum annum agens aviam Iuliam defunctam pro contione laudavit. Quadriennio post virili toga sumpta, militaribus donis triumpho Caesaris Africano donatus est, quanquam expers belli propter aetatem. Profectum mox avunculum in Hispanias adversus CN. Pompei liberos, vixdum firmus a gravi valitudine, per infestas hostibus vias paucissimis comitibus naufragio etiam facto subsecutus, magnopere demeruit, approbata cito etiam morum indole super itineris industriam. Caesare post receptas Hispanias expeditionem in Dacos et inde in Parthos destinante, praemissus Apolloniam studiis vacavit. Utque primum occisum eum heredemque se comperit, diu cunctatus an proximas legiones imploraret, id quidem consilium ut praeceps inmaturumque omisit, ceterum urbe repetita hereitatem adiit, dubitante matre, vitrico vero Marcio Philippo consulari multum dissuadente. Atque ab eo tempore exercitibus comparatis primum cum M. Antonio M. que Lepido deinde tantum cum Antonio per duodecim fere annos, novissime per quattuor et quadraginta solus rem publicam tenuit.

VIII. Tenía cuatro años cuando perdió a su padre; a los doce pronunció, delante del pueblo reunido, el elogio fúnebre de su abuela Julia; a los dieciséis vistió la toga civil, y aunque por su edad estaba exceptuado aún del servicio, el día del triunfo de César por la guerra de Africa, recibió recompensas militares. Habiendo partido su tío, pocos días después, para España, contra los hijos de Cn. Pompeyo, Augusto, apenas restablecido de una enfermedad grave, siguióle con algunos compañeros por caminos infestados de enemigos, le alcanzó a pesar de un naufragio, le prestó grandes servicios, e hizo admirar, además de su conducta durante el viaje, la índole de su carácter. César, que después de sujetadas las Españas, meditaba una expedición contra los dacios, y otra contra los partos, le envió de antemano a Apolonia, donde se entregó al estudio. Allí supo que César había sido asesinado y que le había instituido heredero; y estuvo dudando durante algún tiempo si imploraría el socorro de las legiones inmediatas, pero rechazó al fin este paso como imprudente y precipitado. Regresó a Roma, donde entró en posesión de la herencia, a pesar de las vacilaciones de su madre y de las obstinadas observaciones de su suegro, Marcio Filipo, varón consular. Levantó en seguida ejércitos, gobernando la República, primero con Antonio y Lépido; hízolo después con Antonio solo, durante cerca de doce años, y por último, solo durante cuarenta y cuatro.

[9] Proposita vitae eius velut summa, partes singillatim neque per tempora sed per species exsequar, quo distinctius demonstrari cognoscique possint. Bella civilia quinque gessit: Mutinense, Philippense, Perusinum, Siculum, Actiacum; e quibus primum ac novissimum adversus M. Antonium, secundum adversus Brutum et Cassium, tertium adversus L. Antonium triumviri fratrem, quartum adversus Sextum Pomeium CN. F.

IX. Tal es el resumen de su vida. Ahora expondré separadamente los diferentes actos llevados a cabo por él, no por orden de tiempos sino según su naturaleza, para que se comprendan más clara y distintamente. Tuvo que hacer frente a cinco guerras civiles, las Mulciense, Filipense, Perusiana, Siciliana y la de Actium; la primera y la última contra Marco Antonio; la segunda contra Bruto y Casio; la tercera contra Luc. Antonio, hermano del triunviro; la cuarta contra Sex. Pompeyo, hijo de Cneo.

[10] Omnium bellorum initium et causam hinc sumpsit: nihil convenientius ducens quam necem avunculi vindicare tuerique acta, confestim ut Apollonia rediit, Brutum Cassiumque et vi necopinantis et (quia provisum periculum subterfugerat) legibus adgredi reosque caedia absenis deferre statuit. Ludos autem victoriae Caesaris, non audentibus facere quibus optigerat id munus, ipse edidit. Et quo constantius cetera qoque exequeretur, in

X. Fue la causa e inicio de todas estas guerras la obligación que se impuso de vengar la muerte de su tío y mantener la validez de sus actos. Así, pues, desde que regresó de Apolonia, decidió atacar a Bruto y Casio inesperada y abiertamente; vio que escapaban a aquel peligro, que supieron prevenir, y se armó entonces contra ellos de la autoridad de las leyes, y acusándolos, aunque ausentes, como asesinos. No atreviéndose los encargados de dar los juegos establecidos por las victorias de César a cumplir con este deber, los celebró él mismo. Para afianzar mejor la 50


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locum TR. PL. forte demortui candidatum se ostendit, quanquam patricius necdum senator. Sed adversante conatibus suis M. Antonio consule, quem vel praecipuum adiutorem speraverat, ac ne publicum quidem et tralaticium ius ulla in re sibi sine pactione gravissimae mercedis impertiente, ad optimates se contulit, quibus eum invisum sentiebat, maxime quod D. Brutum obsessum Mutinae provincia a Caesare data et per senatum confirmata expellere armis niteretur. Hortantibus itaque nonullis percussores ei subornavit, ac fraude deprehensa periculum in vicem metuens veteranos simul in suum ac rei publicae auxilium quanta potuit largitione contraxit; iussusque comparato exercituii pro praetore praeesse et cum Hirtio ac Pansa, qui consulatum susceperant, D. Bruto opem ferre, demandatum bellum tertio mense confecit duobus proeliis. Priore Antonius fugisse eum scribit ac sine paludamento equoque post biduum demum apparuisse, sequenti satis constat non modo ducis, sed etiam militis functum munere atque in media dimicatione, aquilifero legionis suae graviter saucio, aquilam umeris subisse diuque portasse.

ejecución de sus designios, quiso reemplazar un tribuno del pueblo, que acababa de morir, y, a pesar de no ser todavía senador y sí sólo patricio, se presentó candidato. Fracasaron, sin embargo, todos sus esfuerzos ante la oposición del cónsul M. Antonio, del que contaba hacer su principal apoyo, y que pretendía no dejarle gozar de nada, ni siquiera del derecho ordinario y común, sino poniendo a su connivencia un precio exorbitante; volviese entonces al partido de los grandes, de quienes era detestado Antonio, porque tenía sitiado en Mutina a Décimo Bruto, esforzándose en arrojarle por las armas de una provincia que le había dado César y confirmado el Senado. Por consejo de algunos partidarios suyos, Octavio trató de hacerle asesinar; pero descubierta la maquinación y temiendo a su vez, levantó para su defensa y la de la República un ejército de veteranos, al que colmó de prodigalidades. Recibió entonces, con el título de propretor, el mando de este ejército y la orden de reunirse con los nuevos cónsules Hircio y Pansa, para llevar auxilios a Décimo Bruto. En tres meses y dos batallas terminó esta guerra. Escribe Antonio que en la primera huyó, presentándose pasados dos días sin caballo y sin el manto de general; pero no hay duda alguna que en la segunda llenó a la vez los deberes de jefe y de soldado, pues que en lo más recio de la pelea, viendo gravemente herido al abanderado de su legión, tomó las águilas sobre su hombro, llevándolas muy largo rato.

[11] Hoc bello cum Hirtius in acie, Pansa paulo post ex vulnere perissent, rumor increbruit ambos opera eius occisos, ut Antonio fugato, re publica consulibus orbata, solus victores exercitus occuparet. Pansae quidem adeo suspecta mors fuit, ut Glyco medicus custoditus sit, quasi venenum vulneri indidisset. Adicit his Aquilius Niger, alterum e consulibus Hirtium in pugnae tumultu ab ipso interemptum.

XI. Perecieron en esta guerra Hircio y Pansa, el primero en la batalla, y el segundo poco después, de una herida que recibió en ella y corrió entonces e] rumor de que Octavio los había hecho matar a los dos, con la esperanza de que la derrota de Antonio y la muerte de los cónsules le dejarían dueño único de los ejércitos victoriosos. Tales sospechas excitó la muerte de Pansa, que fue reducido a prisión el médico Clicón como culpable de haber envenenado la herida. Aguilio Niger añade a estas acusaciones que Octavio mismo mató al otro cónsul Hircio en la confusión del combate.

[12] Sed ut cognovit Antonium post fugam a M. Lepido receptum ceterosque duces et exercitus consentire pro patribus, causam optimatium sine cunctatione deseruit, ad praetextum mutatae voluntatis dicta factaque quorundam calumniatus, quasi alii se puerum, alii ornandum tolendumque iactassent, ne aut sibi aut veteranis par gratia referretur. Et quo magis paenitentiam prioris sectae approbaret, Nursinos grandi pecunia et quam pendere nequirent multatos extorres oppido egit, quod Mutinensi acie interemptorum civium tumulo publice extructo ascripserant, pro libertate eos occubuisse.

XII. Mas cuando supo que Antonio había sido recibido, tras su fuga, en el campamento de M. Lépido, y que los otros generales, de acuerdo con sus ejércitos, se unían a sus adversarios, abandonó sin vacilar la causa de los grandes, alegando para justificar su mudanza las quejas que tenía de los discursos y conducta de muchos de ellos; que unos, según él, le habían tratado de niño, proclamando que se le debía elogiar y ensalzar (tollerumque) (45) con objeto de dispensarse del agradecimiento que se le debía, igualmente que a sus veteranos. Para hacer resaltar más y más su disgusto por haber servido a aquel partido, impuso una elevada multa a los habitantes de Nursia, que habían erigido un monumento fúnebre a los ciudadanos muertos delante de Mutina, con una inscripción que decía: Muertos por la libertad; no pudieron pagarla, por lo cual fueron 51


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Suetonio expulsados de la ciudad por él.

[13] Inita cum Antonio et Lepido societate, Philippense quoque bellum, quamquam invalidus atque aeger, duplici proelio transegit, quorum priore castris exutus vix ad Antoni cornu fuga evaserat. Nec successum victoriae moderatus est, sed capite Bruti Romam misso, ut statuae Caesaris subiceretur, in splendidissimum quemque captivum non sine verborum contumelia saeviit; ut quidem uni suppliciter sepulturam precanti respondisse dicatur, iam istam volucrum fore potestatem; alios, patrem et filium, pro vita rogantis sortiri vel micare iussisse, ut alterutri concederetur, ac spectasse utrumque morientem, cum patre, quia se optulerat, occiso filius quoque voluntariam occubuisset necem. Quare ceteri, in his M. Favionius ille Catonis aemulus, cum catenati producerentur, imperatore Antonio honorifice salutato, hunc foedissimo convitio coram prosciderunt. Partitis post victoriam officiis, cum Antonius Orientem ordinandum, ipse veteranos in Italiam reducendos et municipalibus agris conlocandos recepisset, neque veteranorum neque possessorum gratiam tenuit, alteris pelli se, alteris non pro spe meritorum tractari querentibus.

XIII. Lograda la alianza con Antonio y Lépido, terminó también en dos batallas la guerra Filipense, a pesar de estar débil y enfermo. En la primera le tomaron su campamento, consiguiendo escapar con gran esfuerzo, ganando el ala que mandaba Antonio. No mostró moderación en la victoria, enviando a Roma la cabeza de Bruto, para que la arrojaran a los pies de la estatua de César, aumentado así con sangrientos ultrajes los castigos que impuso a los prisioneros más ilustres. Se refiere que a uno de éstos, que le suplicaba le concediese sepultura, le contestó que aquel favor pertenecía a los buitres; a otros, padre e hijo, que le pedían la vida, les mandó la jugasen a la suerte o combatiesen entre si, prometiendo otorgar gracia al vencedor; el padre se arrojó entonces contra la espada del hijo, y éste, al verle muerto, se quitó la vida, mientras Octavio los veía morir complacido. Por esta causa, cuando llevaron a los otros cautivos, con la cadena al cuello, delante de los vencedores, todos, y especialmente M. Favonio, el émulo de Catón, convinieron, después de saludarle con el nombre de Imperator, en dirigirle crueles injurias. En la distribución que siguió a la victoria, quedó encargado Antonio de constituir el Oriente, y Octavio de llevar los veteranos a Italia para establecerlos en los territorios de las ciudades municipales; pero sólo consiguió disgustar a la vez a los antiguas poseedores y a los veteranos, quejándose unos que se los despojaba y los otros de que no se los recompensaba como tenían derecho a esperar por sus servicios.

[14] Quo tempore L. Antonium fiducia consulatus, quem gerebat, ac fraternae potentiae res novas molientem confugere Perusiam coegit et ad deditionem fame compulit, non tamen sine magnis suis et ante bellum et in bello discriminibus. Nam cum spectaculo ludorum gregarium militem in quattuordecim ordinibus sedentem excitari per apparitorem iussisset, rumore ab obtrectatoribus dilato quasi eundem mox et discruciatum necasset, minimum afuit, quin periret concursu et indignatione turbae militaris. Saluti fuit, quod qui desiderabatur repente comparuit incolumnis ac sine iniuria. Circa Perusinum autem murum sacrificans paene interceptus est a manu gladiatorum, quae oppido eruperat.

XIV. Confiando L. Antonio por este tiempo en el consulado de que estaba investido y en el poder de su hermano, quiso suscitar disturbios, pero Octavio le obligó a huir a Perusa, reduciéndole por hambre, aunque no sin correr él mismo grandes peligros antes y durante esta guerra. Ocurrió, en efecto, que en un espectáculo, un simple soldado tomó asiento en uno de los bancos de los caballeros; le hizo él arrojar por medio de un aparitor, y pocos momentos después sus enemigos difundieron el rumor de que le había hecho morir en los tormentos, faltando muy poco para que pereciese Octavio bajo los golpes de la turba militar que había acudido indignada, y sólo el presentar sano y salvo al que se decía muerto pudo salvarse entonces de la muerte. En otra ocasión, al sacrificar cerca de Perusa, estuvo a punto de perecer a manos de algunos gladiadores que habían salido bruscamente de la ciudad.

[15] Perusia capta in plurimos animadvertit, orare veniam vel excusare se conantibus una voce occurrens, moriendum esse. Scribunt quidam, trecentos ex dediticiis electos, utriusque ordinis ad aram Divo Iulio extructam Idibus Martiis hostiarum more mactatos. Extiterunt qui traderent, conpecto eum ad arma

XV. Tomada Perusa, se mostró cruel con sus habitantes; a cuantos pedían gracia o trataban de justificarse les contestaba que era necesario morir. Según algunos autores, de los sometidos eligió a trescientos de los dos órdenes y los hizo inmolar en los idus de marzo, como las victimas, de los sacrificios, delante del altar elevado a Julio César. Pretenden otros que sólo provocó esta guerra para obligar a 52


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isse, ut occulti adversarii et quos metus magis quam voluntas contineret, facultate L. Antoni ducis praebita, detegerentur divictisque is et confiscatis, promissa veteranis praemia perolverentur.

sus enemigos secretos, y a aquellos a quienes retenía el temor más aún que la voluntad, a que se descubriesen al fin, dándoles por jefe a L. Antonio, y con objeto de que sus bienes confiscados le sirviesen después de su derrota para dar a los veteranos las recompensas que les había ofrecido.

[16] Siculum bellum incohavit in primis, sed diu traxit intermissum saepius, modo reparandarum classium causa, quas tempestatibus duplici naufragio et quidem per aestatem amiserat, modo pace facta, flagitante populo ob interclusos commeatus famemque ingravescentem; donec navibus ex integro fabricatis ac viginti servorum milibus manumissis et ad remum datis, portum Iulium apud Baias, inmisso in Lucrinum et Avernum lacum mari, effecit. In quo cum hieme tota copias exercuisset, Pompeium inter Mylas et Naulochum superavit sub horam pugnae tam arto repente somno divinctus, ut ad dandum signum ab amicis excitaretur. Unde praebitam Antonio materiam putem exprobrandi, ne rectis quidem oculis eum aspicere potuisse instructam aciem, verum supinum, caelum intuentem, stupidum cubuisse, nec prius surrexisse ac militibus in conspectum venisse quam a M. Agrippa fugatae sint hostium naves. Alii dictum factumque eius criminantur, quasi classibus tempestate perditis exclamaverit, etiam invito Neptuno victoriam se adepturum, ac die circensium proximo sollemni pompae simulacrum dei detraxerit. Nec temere plura ac maiora pericula ullo alio bello adiit. Traiecto in Siciliam exercitus, cum partem reliquam copiarum continenti repeteret, oppressus ex improviso a Demochare et Appollophane praefectis Pompei, uno demum navigio aegerrime effugit. Iterum cum praeter Locros Regium pedibus iret et prospectis biremibus Pompeianis terram legentibus, suas ratus, descendisset ad litus, paene exceptus est. Tunc etiam per devios tramites refugientem servus Aemili Pauli comitis eius, dolens proscriptum olim ab eo patrem Paulum et quasi occasione ultionis oblata, interficere conatus est. Post Pompei fugam collegarum alterum M. Lepidum, quem ex Africa in auxilium evocarat, superbientem viginti legionum fiducia summasque sibi partes terrore et minis vindicantem spoliavit exercitu supplicemque concessa vita Circeios in perpetuum relegavit.

XVI. La guerra de Sicilia fue una de sus primeras empresas, pero la condujo despacio, interrumpiéndola muchas veces, tanto para reparar el daño causado a sus flotas, incluso durante el verano, por continuas tempestades y naufragios, como para hacer la paz a instancias del pueblo, que, interceptados los víveres, se veía amenazado por el hambre. Cuando hizo reparar los buques y adiestró en la maniobra a veinte mil esclavos a quienes concedió la libertad, creó el puerto Julio, cerca de Baias, y abrió al mar el lago Lucrino y el Averno; batió a Pompeyo entre Mylas y Nauloco, sintiéndose poco antes del combate asaltado de tan invencible necesidad de dormir, que tuvieron que despertarle para que diese la señal. Este hecho, dio pie, a mi parecer, a los sarcasmos de Antonio, cuando le censura de no haber podido mirar de frente una linea de batalla, y haberse acostado de espaldas, temblado y levantando al cielo estúpidos ojos, sin abandonar esta actitud, para mostrarse a los soldados, hasta que M. Agripa hubo puesto en fuga los buques enemigos. Otros le censuran una frase y un acto impíos, como haber pronunciado, viendo su flota destruida por la tempestad que sabría vencer a pesar de Neptuno, y de haber suprimido en los primeros juegos del circo la estatua de este dios, uno de los ornamentos de aquella solemne ceremonia. En ninguna otra guerra estuvo tan expuesto, contra su voluntad, a tantos y tan grandes peligros. Después de haber hecho pasar un ejército a Sicilia, izaba velas hacia el continente para buscar el resto de sus tropas, cuando se vio atacado improvisadamente por Democnares y Apollofano, legados de Pompeyo, y no sin gran trabajo pudo ponerse a salvo con una sola nave. Otro día, pasando a pie cerca de Locros, en ruta a Regio, vio las galeras del partido de Pompeyo costeando la tierra, creyéndolas suyas, bajó a la playa y estuvo a punto de que le capturasen. Ocurrió asimismo que, mientras huía por extraviados vericuetos, un esclavo de Emilio Paulo que le acompañaba, recordando que en otro tiempo había proscrito al padre de su amo y cediendo a la tentación de la venganza, trató de darle muerte. Después de la huida de Pompeyo, M. Lépido, el segundo de sus colegas, a quien había llamado de Africa en socorro suyo, ensoberbecido con el apoyo de sus veinte legiones, reclamaba con amenazas el primer puesto en el Estado. Octavio le quitó el ejército, y perdonándole la vida que pedía de rodillas, le desterró a la isla Circeya para toda su vida.

[17] M. Antonii societatem semper dubiam et XVII. Rompió al fin su alianza con M. Antonio, alianza incertam reconciliationibusque variis male siempre incierta y dudosa, mal observada con frecuentes focilatam abrupit tandem, et quo magis reconciliaciones; y, para demostrar cuánto se distanciaba su 53


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degenerasse eum a civili more approbaret, testamentum, quod is Romae, etiam de Cleopatra liberis inter heredes nuncupatis, reliquerat, aperiundum recitandumque pro contione curavit. Remisit tamen hosti iudicato necessitudines amicosque omnes, atque inter alios C. Sosium et Cn. Domitium tunc adhuc consules. Bononiensibus quoque publice, quod in Antoniorum clientela antiquitus erant, gratiam fect coniurandi cum tota Italia pro partibus suis. Nec multo post navali proelio apud Actium vicit, in serum dimicatione protacta, ut in nave victor pernoctaverit. Ab Actio cum Samum in hiberna se recepisset, turbatus nuntiis de seditione praemia et missionem poscentium, quos ex omni numero confecta victoria Brundisium praemiserat, repetita Italia, tempestate in traiectu bis conflictatus (primo inter promuntoria Peloponnesi atque Aetoliae, rursus circa montes Ceraunios, utrubique parte liburnicarum demersa, simul eius, in qua vehebatur, fusis armamentis et gubernaculo diffracto) nec amplius quam septem et viginti dies, donec desideria militum ordinarentur, Brundisii commoratus, Asiae Syriaeque circuitu Aegyptum petit obsessaque Alexandrea, quo Antonius cum Cleopatra confugerat, brevi potitus est. Et Antonium quidem, seras conditiones pacis temptantem, ad mortem adegit viditque mortuum. Cleopatrae, quam servatam triumpho magnopere cupiebat, etiam psyllos admovit, qui venenum ac virus exugerent, quod perisse morsu aspidis putabatur. Ambobus communem sepulturae honorem tribuit ac tumulum ab ipsis incohatum perfici iussit. Antonium iuvenem, maiorem de duobus Fulvia genitis, simulacro Divi Iuli, ad quod post multas et irritas preces confugerat, abreptum interemit. Item Caesarionem, quem ex Caesare Cleopatra concepisse praedicabat, retractum e fuga supplicio adfecit. Reliquos Antonii reginaeque commmunes liberos non secus ac necessitudine iunctos sibi et conservavit et mox pro conditione cuiusque sustinuit ac fovit.

rival de las costumbres patrias, mandó abrir y leer delante del pueblo reunido el testamento que había dejado aquél en Roma (46), y en el cual colocaba en el número de sus herederos a los hijos de Cleopatra. Sin embargo, después de hacerle declarar enemigo de la República, le envió todos sus parientes y amigos, entre otros a C. Sosio y Cn. Domicio, cónsules entonces, perdonando también a los habitantes de Bolonia, que desde muy antiguo figuraban en el partido de los Antonios, que hubiesen tomado las armas contra él como toda Italia. Poco después le derrotó en una batalla naval dada cerca de Actium, que se prolongó hasta el obscurecer, pasando el vencedor la noche en una nave. De Actium pasó a establecer cuarteles de invierno en Samos; pero enterado de que los soldados escogidos en todos los cuerpos después de la victoria, y que por orden suya le habían precedido a Brindis, acababan de sublevarse solicitando recompensas y el licenciamiento, emprendió, lleno de zozobra, el camino de Italia. Dos veces se vio combatido por la tempestad durante la travesía: primeramente entre los promontorios del Peloponeso y de la Eolia, y después cerca de los montes Cerámicos, pereció en este doble desastre una parte de sus naves liburnesas, perdiendo la suya todo el aparejo y rompiéndosele el timón. Solo veintisiete días permaneció en Brindis, para satisfacer las exigencias de los soldados; pasó de allí a Egipto por Asia y la Siria, puso sitio a Alejandría, donde se había refugiado Antonio con Cleopatra, y se hizo dueño a poco de la ciudad. Antonio quiso hablar de paz, pero ya no era tiempo: Octavio oblígole a morir, pasándole a ver después de muerto. Uno de sus deseos más vehementes era reservar a Cleopatra para su triunfo, y como se creía que había muerto de la mordedura de un áspid, hizo que algunos psilos (47) chupasen el veneno de la herida. Concedió a los dos esposos que reposaran en sepultura común, y ordenó que se concluyese la tumba que ellos mismos habían comenzado a construir. El joven Antonio, el mayor de los dos hijos que el triunvirio había tenido de Fulvia, fue tras continuas e inútiles súplicas, a refugiarse a los pies de la estatua de César; Augusto le arrancó de allí y mandó darle muerte. Cesarión, que Cleopatra decía haber tenido de César, fue alcanzado mientras intentaba huir y entregado al suplicio. En cuanto a los otros hijos de Antonio y de la reina, los consideró como miembros de su familia, los educó y aseguró posición en proporción a su nacimiento.

[18] Per idem tempus conditorium et corpus Magni Alexandria, cum prolatum et penetrali subiecisset oculis, corona aurea imposita ac floribus aspersis veneratus est, consultusque, num et Ptolemaeum inspicere vellet, regem se voluisse ait videre, non mortuos. Aegyptum in provinciae formam redactam ut feraciorem habilioremque annonae urbicae redderet, fossas

XVIII. Por esta época mandó abrir la tumba de Alejandro Magno; sacado el cuerpo, estuvo un momento contemplándolo le puso en la cabeza una corona de oro y le cubrió de flores en muestra de homenaje. Consultado si quería ver también el Ptolomeum, contestó: que había venido a ver un rey y no muertos. Convirtió a Egipto en provincia romana, y con objeto de asegurar la producción necesaria para los bastimentos de Roma, mandó a sus 54


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omnis, in quas Nilus exaestuat, oblimatas longa vetustate militari opere detersit. Quoque Actiacae victoria memoria celebratior et in posterum esset, urbem Nicopolim apud Actium condidit ludosque illic quinquennales constituit et ampliato vetere Apollinis templo locum castrorum, quibus fuerat usus, exornatum navalibus spoliis Neptuno ac Marti consecravit.

soldados limpiaran todos los canales abiertos por los desbordamientos del Nilo y que el tiempo había cubierto de limo. Para perpetuar en la memoria de los siglos la gloria del triunfo de Actium, fundó cerca de esta ciudad la de Nicópolis, estableciendo juegos quinquenales. Amplió, asimismo, el antiguo templo de Apolo, adornó con un trofeo naval el sitio donde tuvo su campamento y lo consagró solemnemente a Neptuno y a Marte.

[19] Tumultus posthac et rerum novarum initia coniurationesque complures, prius quam invalescerent indicio detectas, compressit alias alio tempore: Lepidi iuvenis, deinde Varronis Murenae et Fanni Caepionis, mox M. Egnati, exin Plauti Rufi Lucique Pauli progeneri sui, ac praeter has L. Audasi, falsarum tabularum rei ac neque aetate neque corpore integri, item Asini Epicadi ex gente Parthian ibridae, ad extremum Telephi, mulieris servi nomenculatoris. Nam ne ultimae quidem sortis hominum conspiratione et periculo caruit. Audasius atque Epicadus Iuliam filiam et Agrippam nepotem ex insulis, quibus continebantur, rapere ad exercitus, Telephus quasi debita sibi fato dominatione et ipsum et senatum adgredi destinarant. Quin etiam quandam iuxta cubiculum eius lixa quidam ex Illyrico exercitu, ianitoribus deceptis, noctu deprehensus est cultro venatorio cinctus, imposne mentis an simulata dementia, incertum; nihil enim exprimi quaestione potuit.

XIX. Gran número de turbulencias, sediciones y conspiraciones, de que tuvo conocimiento, fueron sofocados por él en su origen; dominó también, en diferentes épocas, la conspiración del joven Lépido; después la de Varrón Murena y de Fannio Cepión, de M. Egnacio, de Plaucio Rufo, de Lucio Paulo, esposo de su nieta, de L. Audasio, acusado de falsario, y a quien la edad había debilitado el cuerpo y la razón, de Asinio Epicardio, mestizo de parto, y en fin, de Telefo, esclavo nomenclator de una mujer; pues se vio asimismo amenazado por maquinaciones de hombres de baja extracción. Audasio y Epicardio querían arrebatar a su hija Julia y a su nieto Agripo de las islas donde estaban confinados, para presentarlos a los ejércitos, y Telefo, que se creía destinado al imperio, había concebido el proyecto de asesinar a Augusto y al Senado; se encontró también a cierto mercenario del ejército de Iliria, escondido una noche cerca de su lecho, hasta donde había penetrado burlando la vigilancia de los guardias, y que llevaba en la cintura un cuchillo de caza. Ignórase si fingió demencia o si, efectivamente, había perdido la razón, no pudiendo arrancarle ninguna confesión en la tortura.

[20] Externa bella duo omnino per se gessit, Delmaticum adulescens adhuc, et Antonio devicto Cantabricum. Delmatico etiam vulnera excepit, una acie dextrum genu lapide ictus, altera et crus et utrumque brachium ruina pontis consauciatus. Reliqua per legatos administravit, ut tamen quibusdam Pannonicis atque Germanicis aut interveniret aut non longe abesset, Ravennam vel Mediolanium vel Aquileiam usque ab urbe progrediens.

XX. Por si mismo solamente dirigió dos guerras exteriores: la de Dalmacia, en su juventud, y la de los cántabros tras la derrota de Antonio. Fue herido dos veces en Dalmacia: una en la rodilla, de una pedrada, y la otra en un muslo y los dos brazos por hundimiento de un puente. Las otras dos guerras las dirigieron sus legados; sin embargo, tomó parte en algunas expediciones en Panomia y Germania, o estuvo, cuando menos, cerca del teatro de la guerra, yendo de Roma hasta Ravena, Milán y Aquilea.

[21] Domuit autem partim ductu partim auspiciis suis Cantabriam, Aquitaniam, Pannoniam, Delmatiam cum Illyrico omni, item Raetiam et Vindelicos ac Salassos, gentes Inalpinas. Coercuit et Dacorum incursiones, tribus eorum ducibus cum magna copia caesis, Germanosque ultra Albim fluvium summovit, ex quibus Suebos et Sigambros dedentis se traduxit in Galliam atque in proximis Rheno agris conlocavit. Alias item nationes male quietas ad obsequium redegit. Nec ulli genti sine iustis et necessariis causis bellum intulit,

XXI. Sometió personalmente o por sus generales la Cantabria, la Aquitania, la Panomia y la Dalmacia con toda la Iliria; sujetó la Recia, la Vindelicia y los Salesos, pueblos de los Alpes; contuvo las incursiones de los dacios, destruyó la mayor parte de sus ejércitos y les mató tres jefes. Arrojó a los germanos al otro lado del Elba; recibió la sumisión de los Ubios y sicambros, trasladándolos a la Galia y asignándoles las tierras próximas al Rin. Redujo también a la obediencia otras naciones inquietas y turbulentas, pero no movió guerra a ningún pueblo sin justa causa o imperiosa necesidad, pues estaba muy lejos de ambicionar aumento del Imperio o de su gloria militar, con 55


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tantumque afuit a cupiditate quoquo modo imperium vel bellicam gloriam augendi, ut quorundam barbarorum principes in aede Martis Ultoris iurare coegerit mansuros se in fide ac pace quam peterent, a quibusdam vero novum genus obsidum, feminas, exigere temptaverit, quod neglegere marum pignora sentiebat; et tamen potestatem semper omnibus fecit, quotiens vellent, obsides recipiendi. Neque aut crebrius aut perfidiosius rebellantis graviore umquam ultus est poena, quam ut captivos sub lege venundaret, ne in vicina regione servirent neve intra tricensimum annum liberarentur. Qua virtutis moderationisque fama Indos etiam ac Scythas, auditu modo cognitos, pellexit ad amicitiam suam populique Romani ultro per legatos petendam. Parthi quoque et Armeniam vindicanti facile cesserunt et signa militaria, quae M. Crasso et M. Antonio ademerant, reposcenti reddiderunt obsidesque insuper optulerunt, denique, pluribus quondam de regno concertantibus, nonnisi ab ipso electum probaverunt.

lo cual obligó a algunos reyes bárbaros a jurarle, en el templo de Marte Vengador, permanecer fieles a la paz que de él solicitaban. Exigió, asimismo, a algunos de ellos nuevo género de rehenes, esto es, mujeres pues había observado que se estimaban en poco los hombres dados con tal carácter. No obstante, dejaba siempre a sus aliados la facultad de retirar sus rehenes cuando desearan; y nunca castigó sus frecuentes sublevaciones y sus perfidia más que vendiendo sus prisioneros, a condición de que no habían de servir en países vecinos ni ser libres antes de treinta años. La reputación de fuerza y moderación que alcanzó con esta conducta, determinó a los indos y scitas, de los que sólo se conocía entonces el nombre, a pedir por medio de embajadores su amistad y la del pueblo romano. También los partos le cedieron fácilmente la Armenia que reivindicaba, devolviéndole, además. a su petición, las enseñas militares arrebatadas a M. Craso y a M. Antonio y ofreciéndole también rehenes; y, por último, muchos príncipes, que desde antiguo se disputaban entre sí el mando, reconocieron al designado por él.

[22] Ianum Quirinum, semel atque iterum a condita urbe ante memoriam suam clausum, in multo breviore temporis spatio terra marique pace parta ter clusit. Bis ovans ingressus est urbem, post Philippense et rursus post Siculum bellum. Curulis triumphos tris egit, Delmaticum, Actiacum, Alexandrinum, continuo triduo omnes.

XXII. El templo de Jano Quirino, que sólo había estado cerrado dos veces desde la fundación de Roma, lo estuvo entonces tres, en un transcurso de tiempo mucho más corto, estando asegurada la paz por mar y por tierra. Dos veces entró en Roma con los honores de la ovación, una después de la batalla Filipense, y la otra después de la guerra de Sicilia. Celebró con tres triunfos curules sus victorias de Dalmacia, Actium y Alejandría, Y cada triunfo duró tres días.

[23] Graves ignominias cladesque duas omnino nec alibi quam in Germania accept, Lollianam et Varianam, sed Lollianam maioris infamiae quam detrimenti, Varianam paena exitiabilem, tribus legionibus cum duce legatisque et auxiliis omnibu caesis. Hac nuntiata excubias per urbem indixit, ne quis tumultus existeret, et praesidibus provinciarum propagavit imperium, ut a peritis et assuetis socii continerentur. Vovit et magnos ludos Iovi Optimo Maximo, si res p. in meliorem statum vertisset: quod factum Cimbrico Marsicoque bello erat. Adeo denique consternatum ferunt, ut per continuos menses barba capilloque summisso caput interdum foribu illideret, vociferans: Quintili Vare, legiones redde! diemque cladis quot annis maestum habuerit a lugubrem.

XXIII. En cuanto a derrotas graves e ignominiosas sufrió las de Lolio y Varo, ambas en Germania, siendo la primera más vergonzosa que irreparable; la de Varo pudo, en cambio, ser fatal al Imperio, pues que en ella fueron pasadas a cuchillo tres legiones con el general, los legados y todos los auxiliares. Cuando recibió la noticia mandó colocar en Roma guardias militares para prevenir posibles desórdenes; confirmó en sus Poderes a los gobernadores de las provincias, para que su experiencia y habilidad, contuviesen en su deber a los aliados; y ofreció grandes juegos a Júpiter para que mejorase la situación de la República, como se había hecho en la guerra de los cimbrios y de los marsos. Dícese, en fin, que experimentó tal desesperación, que se dejó crecer la barba y los cabellos durante muchos meses, golpeándose a veces la cabeza contra las paredes, y exclamando Quintilio Varo, devuélveme mis legiones. Los aniversarios de este desastre fueron siempre para él tristes y lúgubres jornadas.

[24] In re militari et commutavit multa et XXIV. Cambió muchas cosas y muchas otras estableció en instituit, atque etiam ad antiquum morem la organización militar, poniendo en vigor otras relegadas 56


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nonnulla revocavit. Disciplinam severissime rexit: ne legatorum quidem cuiquam, nisi gravate hibernisque demum mensibus, permisit uxorem intervisere. Equitem Romanum, quod duobus filiis adulescentibus causa detrectandi sacramenti pollices amputasset, ipsum bonaque subiecit hastae; quem tamen, quod inminere emptioni publicanos videbat, liberto suo addixit, ut relegatum in agros pro libero esse sineret. Decimam legionem contumacius parentem cum ignominia totam dimisit, item alias immodeste missionem postulantes citra commoda emeritorum praemiorum exauctoravit. Cohortes, si quae cessissent loco, decimatas hordeo pavit. Centuriones statione deserta, itidem ut manipulares, capitali animadversione puniit, pro cetero delictorum genere variis ignominis adfecit, ut stare per totum diem iuberet ante praetorium, interdum trunicatos discinctosque, nonnumquam cum decempedis, vel etiam cespitem portantes.

ya de tiempo al olvido. Mantuvo con severidad la disciplina, y sólo permitió a sus legados que fuesen a ver a sus esposas en los meses de invierno, y aun esto con gran dificultad. A un caballero romano, por haber amputado el dedo pulgar a sus dos hijos para librarlos del servicio militar, hízolo vender en subasta con todos sus bienes; pero viendo que se apresuraban a comprarlo los asentistas públicos, lo hizo adjudicar a un liberto suyo, que tenía orden de llevarlo a los campos y dejarle libre. Licenció ignominiosamente a toda la décima legión, que sólo obedecía murmurando; y a otras que con tono imperioso pedían la licencia se la concedió, aunque sin las recompensas prometidas a sus largos servicios. Si alguna legión retrocedía, la diezmaba, dándole sólo cebada por toda comida. Castigó con la muerte como a simples soldados a centuriones que abandonaron sus puestos. En cuanto a los otros delitos, los castigaba con diferentes penas infamantes, como permanecer en pie todo el día delante de la tienda del general, o bien salir con túnica y sin cinturón, llevando en la mano una medida agraria o un puñado de césped.

[25] Neque post bella civilia aut in continione aut per edictum ullos militum commilitones appellabat, sed milites, ac ne a filiis quidem aut privignis suis imperio praeditis aliter appellari passus est, ambitiosius id existimans, quam aut ratio militaris aut temporum quies aut sua domusque suae maiestas postularet. Libertino milite, praeterquam Romae incendiorum causa et si tumultus in graviore annona metueretur, bis usus est: semel ad praesidium coloniarum Illyricum contingentium, iterum ad tutelam ripae Rheni fluminis; eosque, servos adhuc viris feminisque pecuniosioribus indictos ac sine mora manumissos, sub priore vexillo habuit, neque aut commixtos cum ingenuis aut eodem modo armatos. Dona militaria, aliquanto facilius phaleras et torques, quicquid auro argentoque constaret, quam vallares ac murales coronas, quae honore praecellerent, dabat; has quam parcissime et sine ambitione ac saepe etiam caligatis tribuit. M. Agrippam in Sicilia post navalem victoriam caeruleo vexillo donavit. Solos triumphales, quamquam et socios epeditionum et participes victoriarum suarum, numquam donis impertiendos putavit, quod ipsi quoque ius habuissent tribuendi ea quibus vellent. Nihil autem minus perfecto duci quam festinationem temeritatemque convenire arbitrabatur. Crebro itaque illa iactabat: Speude bradeos. Asphales gar est ameinon e thraasus stratelates. Et, Sat celeriter fieri quidquid fiat satis bene. Proelium quidem aut bellum suscipiendum omnino negabat, nisi cum maior

XXV Después de las guerras civiles, dejó de dar a los soldados el título de compañeros en las arengas y en los edictos; les llamaba sólo soldados, y no permitía tampoco que sus hijos o yernos les diesen otro nombre cuando mandaban, pues creía que el de compañeros era una adulación que no convenía a la conservación de la disciplina, ni al estado de paz, ni a la majestad de los césares. Salvo para los casos de incendio y para las sediciones que podían producir la carestía de víveres, sólo dos veces alistó esclavos libertos: la primera para la defensa de las colonias vecinas a la Iliria, y la segunda, para proteger las orillas del Rin. En estas dos veces habían de ser esclavos que los hombres y mujeres más ricos de Roma hubiesen comprado y manumitido en el acto; colocábalos en primera línea, sin mezclarlos con los libres ni tampoco armarlos como a éstos. Prefería dar como recompensas militares arneses, collares y preseas, cuyo valor lo constituían el oro y la plata, a coronas valarias o murales (48), mucho más ambicionadas. Extraordinariamente avaro de estas últimas, jamás las concedió al favor, y las dio casi siempre a simples soldados. Regaló a Agripa, después de su victoria naval en Sicilia, un estandarte de color de mar. Nunca otorgó estas distinciones a los que habían disfrutado los honores del triunfo, por más que hubiesen tomado parte en sus expediciones y contribuido a sus victorias; la razón era que ellos mismos habían tenido derecho para distribuir como quisieran estas recompensas. En su opinión, nada convenía menos a un gran capitán que la precipitación y la temeridad, y así repetía frecuentemente el adagio griego: Apresúrate lentamente, y este otro: Mejor es el jefe prudente que temerario, o también éste: se hace muy pronto lo que se hace muy bien. Decía asimismo que sólo debe emprenderse una guerra o librar una batalla cuando se 57


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emolumenti spes quam damni metus ostenderetur. Nam minima commoda non minimo sectantis discrimine similes aiebat esse aureo hamo piscantibus, cuius abrupti damnum nulla captura pensari posset.

puede esperar más provecho de la victoria que perjuicio de la derrota; porque, añadía, el que en la guerra aventura mucho para ganar poco, se parece al hombre que pescara con anzuelo de oro, de cuya pérdida no podría compensarle ninguna presa.

[26] Magistratus atque honores et ante tempus et quosdam novi generis perpetuosque cepit. Consulatum vicesimo aetatis anno invasit, admotis hostiliter ad urbem legionibus, missisque qui sibi nomine exercitus deposcerent; cum quidem cunctante senatu Cornelius centurio, princeps legationis, reiecto sagulo ostendens gladii capulum, non dubitasset in curia dicere: Hic faciet, si vos non feceritis. Secundum consulatum post novem annos, tertium anno interiecto gessit sequentis usque ad undecimum continuavit, multisque mox, cum deferrentur, recusatis duodecim magno, id est septemdecim annorum, intervallo et rursus tertium decimum biennio post ultro petiit, ut C. et Lucium filios amplissimo praeditus magistratu suo quemque tirocinio deduceret in forum. Quinque medios consulatus a sexto ad decimum annuos gessit, ceteros aut novem aut sex aut quattuor aut tribus mensibus, secundum vero paucissimis horis. Nam die Kal. Ian. cum mane pro aede Capitolini Iovis paululum curuli sella praesedisset, honore abiit suffecto alio in locum suum. Nec omnes Romae, sed quartum consulatum in Asia, quintum in insula Samo, octavum et nonum Tarracone iniit.

XXVI. Antes de la edad se vio elevado a las magistraturas y honores, de los que muchos fueron de creación nueva y a perpetuidad. A los veinte años invadió el consulado, haciendo marchar hacia Roma amenazadoramente a sus legiones, y mandando diputados a exigir para él esta dignidad a nombre del ejército. Como vacilara el Senado, el centurión Cornelio, que iba al frente de la diputación, abrió su manto, y mostrando el puño de la espada, se atrevió a exclamar: Éste lo hará, si vosotros no lo hacéis. Transcurrieron nueve años de su primero a su segundo consulado y sólo uno hasta el tercero. Siguió después hasta el undécimo sin interrupción, y, habiendo rehusado todos los que luego le ofrecieron, pidió él mismo el duodécimo diecisiete años más tarde; dos años después volvió a pedir el decimotercio, con objeto de recibir en el Foro, como primer magistrado de la República, a sus nietos Cayo y Lucio, que iban a entrar en la vida pública. Los cinco consulados que separan el decimosexto del undécimo fueron cada uno a un año, y los demás no los conservó más allá de nueve, seis, cuatro o tres meses, y el segundo solamente algunas horas. Apenas sentado, en efecto, en la silla curul, frente al templo de Júpiter Capitolino, en la mañana de las calendas de enero, dimitió el cargo, nombrando a otro cónsul en lugar suyo. No tomó posesión de todos sus consulados en Roma, pues el cuarto comenzó en Asia, el quinto en Samos y el octavo y el noveno en Tarragona.

[27] Triumviratum rei p. constituendae per decem annos administravit; in quo restitit quidem aliquandiu collegis ne qua fieret proscriptio, sed inceptam utroque acerbius exercuit. Namque illis in multorum saepe personam per gratiam et preces exorabilibus, solus magnopere contendit ne cui parceretur, proscripsitque etiam C. Toranium tutorem suum, eudem collegam patris sui Octavi in aedilitate. Iunius Saturninus hoc amplius tradit, cum peracta proscriptione M. Lepidus in senatu excusasset praeterita et spem clementiae in posterum fecisset, quoniam satis poenarum exactum esset, hunc a diverso professum, ita modum se proscribendi statuisse, ut omnia sibi reliquerit libera. In cuius tamen pertinaciae paenitentiam postea T. Vincium Philopoemenem, quod patronum suum proscriptum celasse olim diceretur, equestri dignitate honoravit. In eadem hac potestate multiplici flagravit invidia. Nam et Pinarium

XXVII. Durante diez años fue el jefe del triunvirato establecido para organizar la República; resistió por algún tiempo a sus colegas, oponiéndose a la proscripción, pero después desplegó mucha más crueldad que ninguno de ellos, ya que éstos, cuando menos, se dejaron ablandar algunas veces por las súplicas de la amistad; solamente él se opuso con toda su autoridad a que se perdonase a nadie, proscribiendo hasta a su tutor C. Toranio, que había sido, además, colega de su padre Octavio en la edilidad. Junio Saturno refiere este otro hecho: Después de las proscripciones, excusando Lépido el pasado en el Senado, hizo esperar que la clemencia iba a poner término al fin a los castigos; pero Octavio declaró, por el contrario, que solamente cesaría de proscribir a condición de hacer en todo lo que quisiese. No obstante, al tardío arrepentimiento de esta dureza debiese el que elevara a la dignidad de caballero a T. Vinio Filopemón, del que se decía haber ocultado en otro tiempo a su patrón proscrito. Por muchos rasgos especiales se hizo odioso durante un triunvirato; un día, por ejemplo, que arengaba a los soldados en presencia de los habitantes de los campos vecinos, vio a un caballero 58


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equitem R. cum, contionante se admissa turba paganorum, apud milites subscribere quaedam animadvertisset, curiosum ac speculatorem ratus, coram confodi imperavit; et Tedium Afrum consulem designatum, quia factum quoddam suum maligno sermone carpsisset, tantis conterruit minis, ut is se praecipitaverit; et Quintum Gallium praetorem, in officio salutationis tabellas duplices veste tectas tenentem, suspicatus gladium occulere, nec quidquam statim, ne aliud inveniretur, ausus inquirere, paulo post per centuriones et milites raptum e tribunali, servilem in modum torsit ac fatentem nihil iussit occidi, prius oculis eius sua manu effossis; quem tamen scribit conloquio petito insidiatum sibi coniectumque a se in custodiam, diende urbe interdicta dimissum, naufragio vel latronum insidiis perisse. Tribuniciam potestatem perpetuam recepit, in qua semel atque iterum per singular lustra collegam sibi cooptavit. Recepit et morum legumque regimen aeque perpetuum, quo iure, quamquam sine censurae honore, censum tamen populi ter egit; primum ac tertium cum collega, medium solus.

romano, llamado Pinario, que tomaba algunas notas furtivamente, y sólo por sospechas de que fuese un espía le hizo matar en el acto. A Tedio Afer, cónsul designado, que ridiculizó con un chiste un acto suyo, Octavio le dirigió tan furibundas amenazas que aquel desgraciado se dio la muerte. El pretor Q. Galio se acercó a él para saludarle llevando bajo la toga dobles tablillas; creyó Octavio que eran una espada, mas no atreviéndose a registrarle en el acto por temor de no encontrar armas, pocos momentos después le hizo arrancar de su tribuna por medio de centuriones y soldados, le mandó dar tormento como a un esclavo, y no obteniendo ninguna confesión, le hizo degollar, después de arrancarle los ojos con sus propias manos. Él mismo escribió de este asunto que Galio había querido matarle en una audiencia que le pidió; que reducido a prisión por orden suya, fue puesto en seguida en libertad, con prohibición de habitar en Roma, y que pereció en un naufragio o a manos de algunos bandidos (49). Augusto fue investido a perpetuidad con el poder tribunicio (50), dos veces tomó colega en esta dignidad, cada una durante un lustro. Fue investido también con la vigilancia perpetua de las costumbres y de las leyes (51), y en virtud de este derecho, que no era, sin embargo, el mismo que el de la censura, estableció tres veces el censo del pueblo: la primera y tercera con su colega, la segunda, solo.

[28] De reddenda re p. bis cogitavit: primum post oppressum statim Antonium, memor objectum sibi ab eo saepius, quasi per ipsum staret ne redderetur; ac rursus taedio diuturnae valitudinis, cum etiam magistratibus ac senatu domum accitis rationarium imperii tradidit. Sed reputans et se privatum non sine periculo fore et illam plurium arbitrio temere committi, in retinenda perseveravit, dubium eventu meliore an voluntate. Quam voluntatem, cum prae se identidem ferret, quodam etiam edicto his verbis testatus est: "Ita mihi salvam ac sospitem rem p. sistere in sua sede liceat atque eius rei fructum percipere, quem peto, ut optimi status auctor dicar et moriens ut feram mecum spem, mansura in vestigio suo fundamenta rei p. quae iecero." Fecitque ipse se compotem voti nisus omni modo, ne quem novi status paeniteret. Urbem neque pro maiestate imperii ornatam et inundationibus incendiisque obnoxiam excoluit adeo, ut iure sit gloriatus marmoream se relinquere, quam latericiam accepisset. Tutam uero, quantum provideri humana ratione potuit, etiam in posterum praestitit.

XXVIII. Dos veces tuvo la idea de restablecer la República: primero después de la derrota de Antonio, que con frecuencia le había acusado de ser el único obstáculo al restablecimiento de la libertad; y luego, a consecuencia de los sufrimientos de una larga enfermedad, llegando a hacer ir a su casa a los magistrados y senadores y entregándoles las cuentas del Imperio. Reflexionó, sin embargo, que esto era exponer su vida privada a peligros ciertos y entregar imprudentemente la República a la tiranía de algunos ambiciosos, y decidió continuar en el poder, y no puede decirse qué se le ha de alabar más, si las consecuencias o los motivos de esta resolución. Se complacía en recordar algunas veces estos motivos, y hasta los dio a conocer así en uno de sus edictos. Permitaseme afirmar la República en estado permanente de esplendor y seguridad; con esto habré conseguido la recompensa que ambiciono, si se considera su felicidad obra mía y si puedo alabarme al morir de haberla establecido sobre bases inmutables. Él mismo aseguró la consecución de este deseo, esforzándose para que nadie tuviese que lamentarse del nuevo orden de cosas.

[29] Publica opera plurima exstruxit, e quibus vel praecipua: forum cum aede Martis Ultoris, templum Apollinis in Palatio, aedem Tonantis lovis in Capitolio. Fori exstruendi causa fuit

XXIX. Roma no era, en su aspecto, digna de la majestad del Imperio y estaba sujeta, por otra parte, a inundaciones e incendios. Él supo embellecerla de tal suerte, que con razón pudo alabarse de dejarla de mármol habiéndola recibido de 59


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hominum et iudiciorum multitudo, quae videbatur non sufficientibus duobus etiam tertio indigere; itaque festinatius necdum perfecta Martis aede publicatum est cautumque, ut separatim in eo publica iudicia et sortitiones iudicum fierent. Aedem Martis bello Philippensi pro ultione paterna suscepto voverat; sanxit ergo, ut de bellis triumphisque hic consuleretur senatus, provincias cum imperio petituri hinc deducerentur, quique victores redissent, huc insignia triumphorum conferrent. Templum Apollinis in ea parte Palatinae domus excitavit, quam fulmine ictam desiderari a deo haruspices pronuntiarant; addidit porticus cum bibliotheca Latina Graecaque, quo loco iam senior saepe etiam senatum habuit decuriasque iudicum recognovit. Tonanti Iovi aedem consecravit liberatus periculo, cum expeditione Cantabrica per nocturnum iter lecticam eius fulgur praestrinxisset servumque praelucentem exanimasset. Quaedam etiam opera sub nomine alieno, nepotum scilicet et uxoris sororisque fecit, ut porticum basilicamque Gai et Luci, item porticus Liviae et Octaviae theatrumque Marcelli. Sed et ceteros principes viros saepe hortatus est, ut pro facultate quisque monimentis vel novis vel refectis et excultis urbem adornarent. Multaque a multis tunc exstructa sunt, sicut a Marcio Philippo aedes Herculis Musarum, a L. Cornificio aedes Dianae, ab Asinio Pollione atrium Libertatis, a Munatio Planco aedes Saturni, a Cornelio Balbo theatrum, a Statilio Tauro amphitheatrum, a M. vero Agrippa complura et egregia.

ladrillos. También la aseguró contra los peligros del porvenir, cuanto la prudencia humana puede prever. Entre el gran número de monumentos públicos cuya construcción se le debe, se cuentan principalmente el Foro y el templo de Marte Vengador, el de Apolo en el Palatium y el de Júpiter Tonante en el Capitolio. Se construyó el Foro porque el creciente número de litigantes y de los negocios lo exigían, y resultaban insuficientes los dos primeros. Así, sin esperar a que el templo de Marte estuviese concluido, apresuróse a ordenar que se procediese especialmente en el Foro nuevo, al juicio de las causas criminales y a la elección de jueces. Por lo que toca al templo de Marte, había hecho el voto durante la guerra Filipense, emprendida para vengar a su padre. Decretó, en consecuencia, que allí se reuniría el Senado para deliberar acerca de las guerras y de los triunfos; que de allí partirían los que marchasen con algún mando a las provincias; y que allí irían, finalmente, a depositar las insignias del triunfo los generales victoriosos. El templo de Apolo, en el Palatium, se construyó en la parte de su casa destruida por el rayo, donde habían declarado los arúspices que el dios pedia morada, añadiéndole pórticos y una biblioteca latina y griega. En sus últimos años convocaba a menudo el Senado e iba a él para reconocer las decurias de los jueces. El templo de Júpiter Tonante fue erigido por él en memoria de haber escapado de un peligro durante una marcha nocturna; en una de sus expediciones contra los cántabros, un rayo alcanzó, en efecto, su litera, matando al esclavo que iba delante de él con una antorcha en la mano. Hizo, además, ejecutar otros trabajos bajo otro nombre que el suyo, por ejemplo, con los de sus nietos, su esposa y su hermana; tales son el pórtico de Cayo y la basílica de Lucio, los pórticos de Livia y de Octavio, y el teatro de Marcelo. Frecuentemente exhortó también a los principales ciudadanos a embellecer la ciudad, cada cual según sus medios, o con monumentos nuevos, o reparando y embelleciendo los antiguos; este solo deseo fue causa de que se levantasen gran número de construcciones. Marcio Filipo elevó el templo de Hércules y Museos; L. Cornificio, el de Diana; Asinio Polión, el vestíbulo del de la Libertad; Munacio Plauco, el templo de Saturno; Cornelio Balbo, un teatro; Stantilio Fauro, un anfiteatro, y, en fin, M. Agripa gran número de magníficos edificios.

[30] Spatium urbis in regiones vicosque divisit instituitque, ut illas annui magistratus sortito tuerentur, hos magistri e plebe cuiusque viciniae lecti. Adversus incendia excubias nocturnas vigilesque commentus est; ad coercendas inundationes alveum Tiberis laxavit ac repurgavit completum olim ruderibus et aedificiorum prolationibus coartatum. Quo autem facilius undique urbs adiretur, desumpta sibi Flaminia via Arimino tenus munienda reliquas triumphalibus viris ex manubiali pecunia sternendas distribuit. Aedes sacras

XXX. Dividió a Roma en secciones y barrios, encargando la vigilancia de las secciones a los magistrados anuales (ediles, tribunos, pretores), que la lograban por suerte y la de los barrios a inspectores que habitaban en ellos y que eran elegidos entre el pueblo. Estableció rondas nocturnas para los incendios, y para prevenir las inundaciones del Tíber hizo limpiar y ensanchar su cauce, obstruido desde mucho tiempo por las ruinas y estrechado por el derrumbamiento de edificios. Con objeto de facilitar por todas partes el acceso a Roma, encargóse de reparar la vía Flaminia hasta Rímini, y quiso que, a imitación suya, todo ciudadano que hubiese recibido los honores del triunfo, 60


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vetustate conlapsas aut incendio absumptas refecit easque et ceteras opulentissimis donis adornavit, ut qui in cellam Capitolini Iovis sedecim milia pondo auri gemmasque ac margaritas quingenties sestertium una donatione contulerit.

emplease en pavimentar un camino el dinero que le pertenecía por su parte de botín. Reconstruyó los edificios sagrados que la acción del tiempo o los incendios habían destruido, y adornólos como los otros con valiosísimos presentes, llevando en una sola vez al santuario de Júpiter Capitolino dieciséis mil libras de peso de oro y cincuenta millones de sestercios en piedras preciosas y perlas.

[31] Postquam vero pontificatum maximum, quem numquam vivo Lepido auferre sustinuerat, mortuo demum suscepit, quidquid fatidicorum librorum Graeci Latinique generis nullis vel parum idoneis auctoribus vulgo ferebatur, supra duo milia contracta undique cremavit ac solos retinuit Sibyllinos, bos quoque dilectu habito; condiditque duobus forulis auratis sub Palatini Apollinis basi. Annum a Divo lulio ordinatum, sed postea neglegentia conturbatum atque confusum, rursus ad pristinam rationem redegit; in cuius ordinatione Sextilem mensem e suo cognomine nuncupavit magis quam Septembrem quo erat natus, quod hoc sibi et primus consulatus et in signes victoriae optigissent. Sacerdotum et numerum et dignitatem sed et commoda auxit, praecipue Vestalium virginum. Cumque in demortuae locum aliam capi oporteret ambirentque multi ne filias in sortem darent, adiuravit, si cuiusquam neptium suarum competeret aetas, oblaturum se fuisse eam. Nonnulla etiam ex antiquis caerimoniis paulatim abolita restituit, ut Salutis augurium, Diale flamonium, sacrum Lupercale, ludos Saeculares et Compitalicios. Lupercalibus vetuit currere inberbes, item Saecularibus ludis iuvenes utriusque sexus prohibuit ullum nocturnum spectaculum frequentare nisi cum aliquo maiore natu propinquorum. Compitales Lares ornari bis anno instituit vernis floribus et aestivis. Proximum a dis immortalibus honorem memoriae ducum praestitit, qui imperium p. R. ex minimo maximum reddidissent. Itaque et opera cuiusque manentibus titulis restituit et statuas omnium triumphali effigie in utraque fori sui porticu dedicavit, professus et edicto: commentum id se, ut ad illorum vitam velut ad exemplar et ipse, dum viveret, et insequentium aetatium principes exigerentur a civibus. Pompei quoque statuam contra theatri eius regiam marmoreo Iano superposuit translatam e curia, in qua C. Caesar fuerat occisus.

XXXI. Muerto Lépido, y conseguido por él el pontificado máximo, que en vida de aquél no se atrevió a arrebatarles hizo reunir y quemar mas de dos mil volúmenes de predicciones griegas y latinas que estaban repartidos entre al público y tenían sólo una dudosa autenticidad. Conservó sólo los libros sibilinos, haciendo de ellos un espurgo y encerrándolos en dos cofrecillos dorados, bajo la estatua de Apolo Palatino. Redujo el método seguido antiguamente en la marcha del año, arreglada ya por Julio César, y en la que la negligencia de los pontífices había introducido de nuevo desorden y confusión. En esta obra dio su nombre al mes llamado sextilis (52), con preferencia al de septiembre en que había nacido, porque en aquél obtuvo su primer consulado y logró sus principales victorias. Aumentó el número de sacerdotes, su dignidad y hasta sus privilegios, especialmente los de las vestales. Habiendo fallecido una de éstas se trataba de reemplazarla (53), y como muchos ciudadanos solicitasen el favor de no someter sus hijas a los riesgos del sorteo, dijo él que si alguna hija suya hubiese llegado a la edad requerida la hubiese ofrecido espontáneamente. Restableció, asimismo, gran número de ceremonias antiguas caídas en desuso, entre ellas el augurio de Salud, los honores debidos al flamín Dial, las Lupercales, los juegos seculares y compitales. Prohibió que se corriese en las fiestas Lupercales antes de la edad de la pubertad, prohibiendo también a los jóvenes de uno y otro sexo que asistiesen durante los juegos seculares a los espectáculos nocturnos si no los acompañaba algún pariente de más edad que ellos. Estableció dos juegos anuales en honor de los dioses compitales, que debían ser adornados con flores de primavera y verano. Honró casi tanto como a los dioses inmortales la memoria de los grandes hombres que de tan débiles principios supieron levantar el poder romano a tan considerable grado de desenvolvimiento. Por esta razón hizo restaurar los monumentos que aquellos levantaron, dejándoles sus gloriosas inscripciones. Por orden suya fueron colocadas todas sus estatuas en traje triunfal bajo los dos pórticos de su Foro, y declaró en un edicto que quería que su ejemplo sirviese para que se le juzgase a él mismo mientras viviese y a todos los príncipes sucesores suyos. Hizo también trasladar la estatua de Pompeyo del salón donde mataron a César, bajo una arcada de mármol, enfrente del palacio contiguo al teatro del mismo Pompeyo.

[32] Pleraque pessimi exempli in perniciem XXXII. Corrigió gran número de abusos tan detestables publicam aut ex consuetudine licentiaque como perniciosos, nacidos de las costumbres y licencias de 61


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bellorum civilium duraverant aut per pacem etiam exstiterant. Nam et grassatorum plurimi palam se ferebant succincti ferro, quasi tuendi sui causa, et rapti per agros viatores sine discrimine liberi servique ergastulis possessorum supprimebantur, et plurimae factiones titulo collegi novi ad nullius non facinoris societatem coibant. Igitur grassaturas dispositis per opportuna loca stationibus inhibuit, ergastula recognovit, collegia praeter antiqua et legitima dissolvit. Tabulas veterum aerari debitorum, vel praecipuam calumniandi materiam, exussit; loca in urbe publica iuris ambigui possessoribus adiudicavit; diuturnorum reorum et ex quorum sordibus nihil aliud quam voluptas inimicis quaereretur nomina abolevit condicione proposita, ut si quem quis repetere vellet, par periculum poenae subiret. Ne quod autem maleficium negotiumve in punitate vel mora elaberetur, triginta amplius dies, qui honoraris ludis occupabantur, actui rerum accommodavit. Ad tris iudicum decurias quartam addidit ex inferiore censu, quae ducenariorum vocaretur iudicaretque de levioribus summis. Iudices a tricensimo aetatis anno adlegit, id est quinquennio maturius quam solebant. Ac plerisque iudicandi munus detractantibus vix concessit, ut singulis decuriis per vices annua vacatio esset et ut solitae agi Novembri ac Decembri mense res omitterentur.

las guerras civiles y que la paz misma no había podido destruir. La mayoría de los ladrones de caminos llevaban públicamente armas con el pretexto de atender a su defensa, y los viajeros de condición libre o servil eran aprisionados en los caminos y encerrados sin distinción en los obradores de los propietarios de esclavos. También se habían formado, bajo el título de gremios nuevos, asociaciones de malhechores que cometían toda suerte de crímenes. Augusto contuvo a los ladrones estableciendo guardias en los puntos convenientes; visitó los obradores de esclavos y disolvió todos los gremios, exceptuando los antiguos y legales. Quemó los registros en que estaban inscritos los antiguos deudores del Tesoro, a fin de poner término con ello a los pleitos de que habían llegado a ser origen tales registros. Ciertas partes de la ciudad, que el dominio público reivindicaba con títulos dudosos, los adjudicó a sus poseedores. Sobreseyó los procesos de los antiguos acusados, cuya sanción servía solamente para regocijar a sus adversarios, y sometió a la posibilidad de la misma pena que hubiese podido pronunciarse contra ellos a todo el que intentase perseguirlos de nuevo. Para que ningún delito quedase impune y ningún negocio se llevase con negligencia, restituyó, por otra parte, al trabajo más de treinta días exentos de él, por juegos honorarios. A las tres decurias de jueces añadió la cuarta, formada de personas de censo inferior al de los caballeros, la cual fue llamada la decuria de los ducenarios, teniendo a su cargo el juicio de los negocios de mediana importancia. Eligió jueces desde la edad de veinte años, es decir, cinco antes de lo que se había hecho hasta entonces; y como muchos ciudadanos rehusasen el honor de estas funciones, autorizó, aunque a disgusto, a cada decuria para que disfrutase por turno de vacaciones anuales, y a que, siguiendo la costumbre establecida, se suspendiese el juicio de censuras durante los meses de noviembre y diciembre.

[33] Ipse ius dixit assidue et in noctem nonnumquam, si parum corpore valeret lectica pro tribunali collocata, vel etiam domi cubans. Dixit autem ius non diligentia modo summa sed et lenitate, siquidem manifesti parricidii reum, ne culleo insueretur, quod non nisi confessi adficiuntur hac poena, ita fertur interrogasse: "Certe patrem tuum non occidisti ?" Et cum de falso testamento ageretur omnesque signatores lege Cornelia tenerentur, non tantum duas tabellas, damnatoriam et absolutoriam, simul cognoscentibus dedit, sed tertiam quoque, qua ignosceretur iis, quos fraude ad signandum vel errore inductos constitisset. Appellationes quotannis urbanorum quidem litigatorum praetori delegabat urbano, at provincialium consularibus viris, quos singulos cuiusque provinciae negotiis praeposuisset.

XXXIII. Administró la justicia por si mismo con asiduidad, y algunas veces hasta por la noche. Cuando estaba enfermo juzgaba desde una litera colocada frente al tribunal, o en su casa y en el lecho. No sólo aplicaba gran cuidado al juicio de las causas, sino que, además, desplegaba suma dulzura. Queriendo librar a un acusado convicto de parricidio del honor de ser cosido en un saco de cuero (54), suplicio que sólo se aplicaba a los que se reconocían culpables, propuso, según dicen, la acusación en estos términos: ¿No es verdad que tú no has dado muerte a tu padre? En una acusación de falso testamento, en la que estaban complicados en virtud de la ley Cornelia todos los que lo habían armado, distribuyó a los jueces, además de las dos tablillas ordinarias de condenación y absolución, otra en que se perdonaba a aquellos cuya firma se hubiese obtenido por error o fraude. Todos los años eran entregados por él al prefecto de Roma las apelaciones interpuestas por los litigantes residentes en la ciudad; las de los habitantes de las provincias se entregaban a cada uno de los varones 62


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Suetonio consulares encargados especialmente de los asuntos exteriores.

[34] Leges retractavit et quasdam ex integro sanxit, ut sumptuariam et de adulteriis et de pudicitia, de ambitu, de maritandis ordinibus. Hanc cum aliquanto severius quam ceteras emendasset, prae tumultu recusantium perferre non potuit nisi adempta demum lenitave parte poenarum et vacatione trienni data auctisque praemiis. Sic quoque abolitionem eius publico spectaculo pertinaciter postulante equite, accitos Germanici liberos receptosque partim ad se partim in patris gremium ostentavit, manu vultuque significans ne gravarentur imitari iuvenis exemplum. Cumque etiam inmaturitate sponsarum et matrimoniorum crebra mutatione vim legis eludi sentiret, tempus sponsas habendi coartavit, divortiis modum imposuit.

XXXIV. Revisó todas las leyes y restableció con carácter absoluto algunas de ellas, como la suntuaria y las que existían contra el adulterio, la inmoralidad, la intriga y el celibato. En cuanto a ésta, que hizo más severa aún que las otras, la violencia de las protestas que suscitó le impidió mantenerla, viéndose obligado a suprimir o dulcificar una parte de las penas, a conceder un plazo de tres años y hasta a aumentar las recompensas. Aunque reformada de esta forma la ley, los caballeros pidieron su abolición a gritos en pleno espectáculo; Augusto, entonces, llamando a los hijos de Germánico, que acudieron, los unos a sus brazos Y los otros a los de su padre, y mostrándolos al pueblo, los exhortó con la actitud y la mirada a no temer imitar el ejemplo de aquel joven príncipe. Advirtiendo más adelante que se burlaban las disposiciones de la ley, eligiendo desposadas que no podían casarse en mucho tiempo y cambiando frecuentemente de esposas, restringió la duración de los esponsales y limitó la libertad de los divorcios.

[35] Senatorum affluentem numerum deformi et incondita turba–erant enim super mille, et quidam indignissimi et post necem Caesaris per gratiam et praemium adlecti, quos orcinos vulgus vocabat–ad modum pristinum et splendorem redegit duabus lectionibus: prima ipsorum arbitratu, quo vir virum legit, secunda suo et Agrippae; quo tempore existimatur lorica sub veste munitus ferroque cinctus praesedisse decem valentissimis senatorii ordinis amicis sellam suam circumstantibus. Cordus Cremutius scribit ne admissum quidem tunc quem quam senatorum nisi solum et praetemptato sinu. Quosdam ad excusandi se verecundiam compulit servavitque etiam excusantibus insigne vestis et spectandi in orchestra epulandique publice ius. Quo autem lecti probatique et religiosius et minore molestia senatoria munera fungerentur, sanxit, ut prius quam consideret quisque ture ac mero supplicaret apud aram eius dei, in cuius templo coiretur, et ne plus quam bis in mense legitimus senatus ageretur, Kalendis et Idibus, neve Septembri Octobrive mense ullos adesse alios necesse esset quam sorte ductos, per quorum numerum decreta confici possent; sibique instituit consilia sortiri semenstria, cum quibus de negotiis ad frequentem senatum referendis ante tractaret. Sententias de maiore negotio non more atque ordine sed prout libuisset perrogabat, ut perinde quisque animum intenderet ac si censendum magis quam

XXXV. El excesivo número de senadores había hecho de este cuerpo una extraña y confusa amalgama, pues había, en efecto, más de mil, de los que algunos eran completamente indignos de este rango, al que se habían visto elevados después de la muerte de César, por favor o por dinero, y a los cuales llamaba el pueblo Orcinos (55). Augusto, a través de dos elecciones, restituyó a este cuerpo sus proporciones y esplendor primitivos. La primera elección fue dejada a la discreción de los mismos senadores, de los que cada uno había de elegir a otro; la segunda la hizo Agripa. Cuando presidió este nuevo Senado, llevaba, según dicen, una coraza debajo de la toga y una espada al cinto: diez senadores robustos, amigos suyos, rodeaban su asiento. Refiere Cordo Cremucio que, en esta época, sólo admitía a su presencia los senadores de uno en uno y después de ser registrados. Augusto obligó a algunos a dimitir, y autorizó las insignias de su dignidad a los que se sometieron a su deseo, como también su puesto en la orquesta y en los solemnes festines ofrecidos a los dioses. En cuanto a los senadores nuevamente elegidos o conservados, dispuso, para que sus deberes les pareciesen a la vez más sagrados y menos penosos, que, antes de acomodarse, hiciese cada uno una libación de vino y de incienso a la divinidad del templo donde se sentara; dispuso también que el Senado no celebraría más que dos reuniones mensuales, en las calendas y en los idus; y que en los meses de septiembre y octubre ninguno estaría obligado a asistir a las sesiones, salvo los designados por la suerte para formar el número legal. Creó por sí mismo un Consejo, que se renovaba semestralmente por sorteo; con él deliberaba acerca de los negocios que debían presentarse al pleno del Senado. En los asuntos importantes no recogía los votos según el orden 63


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adsentiendum esset.

establecido, sino según su gusto, de suerte que cada senador tenía que estar dispuesto a emitir parecer en vez de limitarse a seguir el de otro.

[36] Auctor et aliarum rerum fuit, in quis: ne acta senatus publicarentur, ne magistratus deposito honore statim in provincias mitterentur, ut proconsulibus ad mulos et tabernacula, quae publice locari solebant, certa pecunia constitueretur, ut cura aerari a quaestoribus urbanis ad praetorios praetoresve transiret, ut centumviralem hastam quam quaesturam Tluncti consuerant cogere decemviri cogerent.

XXXVI. Se le debieron aún otras muchas innovaciones, entre ellas la de prohibir la publicación de las actas del Senado, y de enviar a provincias magistrados cuyas funciones apenas acababan de terminar. Quiso que a los procónsules se les asignase indemnización fija para transporte y habitación, gastos que antes se adjudicaban en licitación pública. Retiró a los cuestores de la ciudad la custodia del Tesoro, confiándola a los pretores y a los ciudadanos que lo habían sido. Encargó a los decenviros las convocatorias del tribunal de centunviros, funciones hasta entonces encomendadas a los que habían recibido la dignidad do la cuestura.

[37] Quoque plures partem administrandae rei p. caperent, nova officia excogitavit: curam operum publicorum, viarum, aquarum, alvei Tiberis, frumenti populo dividundi, praefecturam urbis, triumviratum legendi senatus et alterum recognoscendi turmas equitum, quotiensque opus esset. Censores creari desitos longo intervallo creavit. Numerum praetorum auxit. Exegit etiam, ut quotiens consulatus sibi daretur, binos pro singulis collegas haberet, nec optinuit, reclamantibus cunctis satis maiestatem eius imminui, quod honorem eum non solus sed cum altero gereret.

XXXVII. Con el fin de hacer participar al mayor numero de ciudadanos en la administración de la República, creó nuevos oficios; la vigilancia de obras públicas (56), de caminos, de acueductos, del lecho del Tíber, de la distribución de trigo al pueblo; organizó una prefectura en Roma (57), un triunvirato para la elección de senadores y otro para revistar a los caballeros que desde hacia tiempo se había dejado de elegir, y aumentó el número de pretores. Pidió también que cuando fuese cónsul, se le diesen dos colegas en vez de uno, cosa que no consiguió, observando todos que ya se disminuía demasiado su majestad compartiendo con otro un honor de que podía gozar él solo.

[38] Nec parcior in bellica virtute honoranda, super triginta ducibus iustos triumphos et aliquanto pluribus triumphalia ornamenta decernenda curavit. Liberis senatorum, quo celerius rei p. assuescerent, protinus a virili toga latum clavum induere et curiae interesse permisit militiamque auspicantibus non tribunatum modo legionum, sed et praefecturas alarum dedit; ac ne qui expers castrorum esset, binos plerumque laticlavios praeposuit singulis alis. Equitum turmas frequenter recognovit, post longam intercapedinem reducto more travectionis. Sed neque detrahi quemquam in travehendo ab accusatore passus est, quod fieri solebat, et senio vel aliqua corporis labe insignibus permisit, praemisso in ordine equo, ad respondendum quotiens citarentur pedibus venire; mox reddendi equi gratiam fecit eis, qui maiores annorum quinque et triginta retinere eum nollent.

XXXVIII. Recompensó generosamente el mérito militar; hizo conceder los honores del triunfo a más de treinta generales, y las insignias triunfales a un mayor número todavía (58). Para acostumbrar más pronto a los hijos de los senadores en el manejo de los negocios públicos, permitirles tomar la lacticlavia al mismo tiempo que la toga viril, y asistir desde aquel momento al Senado. Tras algún tiempo de servicio militar los nombraba tribunos de legión y hasta comandantes de cuerpos de caballería; para que nadie fuese ajeno a la vida de los campamentos, distribuía frecuentemente entre dos senadores el mando de un ala del ejército. Hizo frecuentes revistas de caballeros, restableciendo el uso, ya desde mucho abolido, de su solemne cabalgata. Prohibió también que ningún acusador obligase a bajar a cualquiera de su caballo, como sucedía antiguamente en medio de esta ceremonia. A los ancianos mutilados autorizó a enviar su caballo en lugar suyo, y a presentarse a contestar a pie por si los citaba; concedió, en fin, a los caballeros mayores de treinta y cinco años el favor de devolver el caballo si no querían conservarlo.

[39] Impetratisque a senatu decem adiutoribus XXXIX. Habiendo pedido al Senado diez colegas, hizo dar unum quemque equitum rationem vitae reddere a todos los caballeros cuenta rigurosa de su conducta; los 64


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coegit atque ex improbatis alios poena, alios ignominia notavit, plures admonitione, sed varia. Lenissimum genus admonitionis fuit traditio coram pugillarium, quos taciti et ibidem statim legerent; notavitque aliquos, quod pecunias levioribus usuris mutuati graviore faenore collocassent.

que se encontraron en falta, fueron castigados con distintas penas, y algunos con nota de infamia; varios de ellos escaparon con represión más o menos rigurosa, consistiendo la más ligera en entregarles tablillas que debían leer en el acto y en voz baja; a algunos los castigó por haber prestado dinero con usura, después de haberlo conseguido para tal objeto a un interés muy reducido.

[40] Ac comitiis tribuniciis si deessent candidati senatores, ex equitibus R. creavit, ita ut potestate transacta in utro vellent ordine manerent. Cum autem plerique equitum attrito bellis civilibus patrimonio spectare ludos e quattuordecim non auderent metu poenae theatralis, pronuntiavit non teneri ea, quibus ipsis parentibusve equester census umquam fuisset. Populi recensum vicatim egit, ac ne plebs frumentationum causa frequentius ab negotiis avocaretur, ter in annum quaternum mensium tesseras dare destinavit; sed desideranti consuetudinem veterem concessit rursus, ut sui cuiusque mensis acciperet. Comitiorum quoque pristinum ius reduxit ac multiplici poena coercito ambitu, Fabianis et Scaptiensibus tribulibus suis die comitiorum, ne quid a quoquam candidato desiderarent, singula milia nummum a se dividebat. Magni praeterea existimans sincerum atque ab omni colluvione peregrini ac servilis sanguinis incorruptum servare populum, et civitates Romanas parcissime dedit et manumittendi modum termi navit. Tiberio pro cliente Graeco petenti rescripsit, non aliter se daturum, quam si praesens sibi persuasisset, quam iustas petendi causas haberet; et Liviae pro quodam tributario Gallo roganti civitatem negavit, immunitatem optulit affirmans facilius se passurum fisco detrahi aliquid, quam civitatis Romanae vulgari honorem. Servos non contentus multis difficultatibus a libertate et multo pluribus a libertate iusta removisse, cum et de numero et de condicione ac differentia eorum, qui manumitterentur, curiose cavisset, hoc quoque adiecit, ne vinctus umquam tortusve quis ullo libertatis genere civitatem adipisceretur, Etiam habitum vestitumque pristinum reducere studuit, ac visa quondam pro contione pullatorum turba indignabundus et clamitans: "en Romanos, rerum dominos, gentemque togatam!" negotium aedilibus dedit, ne quem posthac paterentur in Foro circave nisi positis lacernis togatum consistere.

XL. Cuando en los comicios para la elección de tribunos no había suficiente número de candidatos senadores, los elegía entre los caballeros romanos, teniendo éstos derecho, al expirar su cargo, a permanecer en el orden que eligiesen. Como muchos caballeros, arruinados por las guerras civiles, no osaban sentarse en los juegos públicos en los bancos reservados para este orden, por temor de incurrir en las penas teatrales, declaró que bastaba para librarse de éstas haber figurado personalmente en el orden ecuestre, o tener parientes que figurasen en él. Estableció el censo del pueblo por barrios, y para que los repartos de trigo no apartasen con demasiada frecuencia a los plebeyos de sus ocupaciones, hizo entregar tres veces al año bonos por cuatro meses; viendo, sin embargo, que se echaba de menos el antiguo uso de las distribuciones mensuales, lo restableció. También restableció los antiguos reglamentos relativos a los comicios, e impuso penas multiplicadas a la coacción. El día de las elecciones, a las tribus Fabia y Scaptia, de las que era miembro, hacíales distribuir mil sestercios por cabeza, para que no tuviesen nada que solicitar a ningún candidato. Concediendo grandísima importancia a conservar al pueblo romano puro de toda mezcla de sangre extranjera o servil, concedió sólo el derecho de ciudadanía con extraordinaria reserva, y restringió la facultad de las manumisiones. A Tiberio, que pedía este derecho para un griego cliente suyo, escribió que no se lo concedería si él mismo no venía a probar la justicia de su petición. Livia, que solicitaba lo mismo para un galo tributario, se lo negó, ofreciendo libertar a su protegido del tributo, prefiriendo —como decía— quitar algo al fisco, a prostituir la dignidad del ciudadano romano. No se contentó con haber levantado multitud de obstáculos entre la esclavitud y la simple libertad, con haber opuesto más todavía a las manumisiones legítimas, cuyo número, condiciones y diferencias cuidó de arreglar, sino que prohibió también que el esclavo que hubiese llevado cadenas o sufrido el tormento pudiese jamás, y de cualquier manera que fuere, obtener los derechos de ciudadano (59). Tuvo también la intención de restablecer el antiguo traje propio de los romanos; viendo un día en una asamblea del pueblo gran número de mantos obscuros, exclamó indignado: He ahí, romanos, esos conquistadores del mundo y esos vencedores con toga, y encargó a los ediles que velasen para que nadie, en lo sucesivo, se presentase en el Foro ni en el circo con manto y sin la toga romana.

[41] Liberalitatem omnibus ordinibus per XLI. En cuantas ocasiones se presentaron dio testimonio a 65


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occasiones frequenter exhibuit. Nam et invecta urbi Alexandrino trumpho regia gaza tantam copiam nummariae rei effecit, ut faenore deminuto plurimum agrorum pretiis accesserit, et postea, quotiens ex damnatorum bonis pecunia superflueret, usum eius gratuitum iis, qui cavere in duplum possent, ad certum tempus indulsit. Senatorum censum ampliavit ac pro octingentorum milium summa duodecies sestertium taxavit supplevitque non habentibus. Congiaria populo frequenter dedit, sed diversae fere summae: modo quadringenos, modo trecenos, nonnumquam ducenos quinquagenosque nummos; ac ne minores quidem pueros praeteriit, quamvis non nisi ab undecimo aetatis anno accipere consuessent. Frumentum quoque in annonae difficultatibus saepe levissimo, interdum nullo pretio viritim admensus est tesserasque nummarias duplicavit.

todos los órdenes de su liberalidad. Conducido a Roma por orden suyo el Tesoro real de Alejandría, derramó tal abundancia de numerario, que al punto bajó el interés del dinero y subió el precio de las tierras; más adelante, cuando el Tesoro público se vio aumentado con la confiscación de los bienes de los condenados, prestó gratuitamente, y por tiempo determinado, a los que podían responder por doble cantidad. Elevó el censo exigido para los senadores de ochocientos mil sestercios a un millón doscientos mil, completándolo; sin embargo, a aquellos que no lo poseían. Dio al pueblo frecuentes congiarios (60), pero sin que fuese siempre igual la cantidad; unas veces eran cuatrocientos sestercios por persona; otras, trescientos, y algunas doscientos o solamente cincuenta. De estas liberalidades no excluía ni a los niños de corta edad, aunque se acostumbraba no incluirlos en ellas hasta la edad de once años. En épocas de escasez se le vio también distribuir raciones de trigo, frecuentemente a precio muy bajo, y duplicar al mismo tiempo la distribución de dinero.

[42] Sed ut salubrem magis quam ambitiosum principem scires, querentem de inopia et caritate vini populum severissima coercuit voce: satis provisum a genero suo Agrippa perductis pluribus aquis, ne homines sitirent. Eidem populo promissum quidem congiarium reposcenti bonae se fidei esse respondit; non promissum autem flagitanti turpitudinem et impudentiam edicto exprobravit affirmavitque non daturum se quamvis dare destinaret. Nec minore gravitate atque constantia, cum proposito congiario multos manumissos insertosque civium numero comperisset, negavit accepturos quibus promissum non esset, ceterisque minus quam promiserat dedit, ut destinata summa sufficeret. Magno vero quondam sterilitate ac difficili remedio cum venalicias et lanistarum familias peregrinosque omnes exceptis medicis et praeceptoribus partimque servitiorum urbe expulisset, ut tandem annona convaluit, impetum se cepisse scribit frumentationes publicas in perpetuum abolendi, quod earum fiducia cultura agrorum cessaret; neque tamen perseverasse, quia certum haberet posse per ambitionem quandoque restitui. Atque ita posthac rem temperavit, ut non minorem aratorum ac negotiantium quam populi rationem deduceret.

XLII. Lo que demuestra, sin embargo, que buscaba exclusivamente por este medio el bienestar del pueblo y no su favor, es que habiéndose suscitado quejas cierto día acerca del alto precio del vino, reprimió los gritos y dijo indignado: que al establecer su yerno Agripa muchos acueductos, había atendido suficientemente a que nadie tuviese sed. Otro día, habiendo recordado el pueblo la promesa que había hecho de un congiario, contestó que debían confiar en su palabra; pero como reclamase en otra ocasión la multitud algo que él no había prometido, censure en un edicto su bajeza y desvergüenza y declaró que no daría nada, aunque hubiese tenido antes intención de hacerlo. No mostró menor firmeza cuando, observando después del anuncio de un congiario que un gran número de libertos se habían hecho inscribir entre los ciudadanos, se negó a aceptarlos en una distribución que no se les había prometido, dando a los demás menos de lo que había prometido, para que pudiese bastar la cantidad destinada a este uso. una extraordinaria escasez obligóle, en cierta época, a echar de Roma a todos los esclavos en venta, a todos los gladiadores, a todos los extranjeros, exceptuando los médicos y los profesores, y hasta una parte de los esclavos en servicio. Cuando al fin tornó la abundancia, concibió, según él mismo confiesa, el osado proyecto de abolir para siempre las distribuciones de trigo, porque la esperanza de tales distribuciones hacía descuidar el cultivo de las tierras. Renunció a su idea, convencido de que no dejarían sus sucesores de restablecer este uso con miras, ambiciosas; pero desde entonces moderó el exceso, aunque conciliando el interés del pueblo con el de los cultivadores y negociantes.

[43] Spectaculorum et assiduitate et varietate et XLIII. Sobrepujó a todos los que le habían precedido en él magnificentia omnes antecessit. Fecisse se número, variedad y magnificencia de los espectáculos. ludos ait suo nomine quater, pro aliis Según su propio testimonio, dio cuatro veces juegos en su 66


Los doce Césares magistratibus, qui aut abessent aut non sufficerent, ter et vicies. Fecitque nonnumquam etiam vicatim ac pluribus scaenis per omnium linguarum histriones, munera non in Foro modo, nec in amphitheatro, sed et in Circo et in Saeptis, et aliquando nihil praeter venationem edidit; athletas quoque exstructis in campo Martio sedilibus ligneis; item navale proelium circa Tiberim cavato solo, in quo nunc Caesarum nemus est. Quibus diebus custodes in urbe disposuit, ne raritate remanentium grassatoribus obnoxia esset. In Circo aurigas cursoresque et confectores ferarum, et nonnumquam ex nobilissima iuventute, produxit. Sed et Troiae lusum edidit frequentissime maiorum minorumque puerorum, prisci decorique moris existimans clarae stirpis indolem sic notescere. In hoc ludicro Nonium Asprenatem lapsu debilitatum aureo torque donavit passusque est ipsum posterosque Torquati ferre cognomen. Mox finem fecit talia edendi Asinio Pollione oratore graviter invidioseque in curia questo Aesernini nepotis sui casum, qui et ipse crus fregerat. Ad scaenicas quoque et gladiatorias operas et equitibus Romanis aliquando usus est, verum prius quam senatus consulto interdiceretur. Postea nihil sane praeterquam adulescentulum Lycium honeste natum exhibuit, tantum ut ostenderet, quod erat bipedali minor, librarum septemdecim ac vocis immensae. Quodam autem muneris die Parthorum obsides tunc primum missos per mediam harenam ad spectaculum induxit superque se subsellio secundo collocavit. Solebat etiam citra spectaculorum dies, si quando quid invisitatum dignumque cognitu advectum esset, id extra ordinem quolibet loco publicare, ut rhinocerotem apud Saepta, tigrim in scaena, anguem quin quaginta cubitorum pro Comitio. Accidit votivis circensibus, ut correptus valitudine lectica cubans tensas deduceret; rursus commissione ludorum, quibus theatrum Marcelli dedicabat, evenit ut laxatis sellae curulis compagibus caderet supinus. Nepotum quoque suorum munere cum consternatum ruinae metu populum retinere et confirmare nullo modo posset, transiit e loco suo atque in ea parte consedit, quae suspecta maxime erat.

Suetonio nombre, y veinte por magistrados ausentes o que no estaban en condiciones de sufragar el gasto. No era raro que diese espectáculos en diferentes barrios a la vez, en varios teatros, y que hiciese representar a actores de todos los países. Sus juegos se celebraban no sólo en el Foro y en el Anfiteatro, sino también en el Circo y en los Septos, limitándose algunas veces a combates de fieras. También combatieron atletas en el campo de Marte, que hacían circundar de gradas para este espectáculo; dio un combate naval cerca del Tíber, en paraje preparado al efecto, y donde hoy se levantan los bosques sagrados de los césares. En estos días cuidaba de establecer guardias en la ciudad, que quedaba despoblada, exponiéndola la soledad a las tentativas de los forajidos. También hizo actuar en el Circo a aurigas, corredores, cazadores que no tenían que hacer más que rematar las piezas, y algunas veces para representar estos papeles elegía jóvenes de las principales familias. Gustaba, sobre todo, de ver celebrar los Juegos troyanos a la juventud más distinguida de Roma, juzgando que era bello y digno de los tiempos antiguos ayudarla a mostrar desde muy temprano su esclarecida estirpe. A C. Nonio Asprenas, herido al caer en una de estas luchas, le regaló un collar de oro y autorizóle, así como a sus descendientes, a llevar el nombre de Torcuato (61). A consecuencia de las amargas e insidiosas quejas que dio en el Senado el senador Asinio Polión, cuyo sobrino Esernio se había roto una pierna, concluyó, sin embargo, por suprimir tales juegos. En algunas ocasiones hacía salir también a caballeros romanos en los juegos escénicos y en los combates de gladiadores, pero esto fue antes de la prohibición que se impuso por un senado-consulto. A partir de entonces no obligó ya a presentarse a nadie que ostentase distinguido nacimiento, exceptuando al joven Lucio, a quien lo hizo únicamente por exhibirlo, pues no llegaba a tener dos pies de estatura, no alcanzaba a pesar diecisiete libras y tenía fortísima voz. Deseando en un día de espectáculo mostrar al pueblo los rehenes de los primeros partos que había enviado a Roma, les hizo atravesar la arena y los colocó debajo de él en el segundo banco. Aunque no fuese día de representación, si habían traído a Roma algo que no se hubiese visto aún y que fuese digno de verse, lo mostraba en seguida al pueblo en todos los puntos de la ciudad; de esta manera exhibió un rinoceronte en el campo de Marte, un tigre en el teatro, y una serpiente de cincuenta codos en el Comicio. Habiéndose sentido enfermo un día que se celebraban juegos votivos en el Circo, siguió acostado en su litera, junto a los carros que conducían a los dioses. Otro día, durante los juegos con que acompaño la dedicación del teatro de Marcelo, cayó de espaldas, por haberse roto la suspensión de su silla curul, y durante una representación que daban sus nietos, no pudiendo por ningún medio contener ni calmar al pueblo, que temía se derrumbase el Anfiteatro, dejó su puesto y marchó a sentarse en el sitio 67


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Suetonio que se creía más amenazado.

[44] Spectandi confusissimum ac solutissimum morem correxit ordinavitque, motus iniuria senatoris, quem Puteolis per celeberrimos ludos consessu frequenti nemo receperat. Facto igitur decreto patrum ut, quotiens quid spectaculi usquam publice ederetur, primus subselliorum ordo vacaret senatoribus, Romae legatos liberarum sociarumque gentium vetuit in orchestra sedere, cum quosdam etiam libertini generis mitti deprendisset. Militem secrevit a polpulo. Maritis e plebe proprios ordines assignavit, praetextatis cuneum suum, et proximum paedagogis, sanxitque ne quis pullatorum media cavea sederet. Feminis ne gladiatores quidem, quos promiscue speectari sollemne olim erat, nisi ex superiore loco spectare concessit. Solis virginibus Vestalibus locum in theatro separatim et contra praetoris tribunal dedit. Athletarum vero spectaculo muliebre secus omne adeo summovit, ut pontificalibus ludis pugilum par postulatum distulerit in insequentis diei matutinum tempus edixeritque mulieres ante horam quintam venire in theatrum non placere.

XLIV. Reinaba inmensa confusión entre los espectadores, que indistintamente se sentaban por todas partes; mas corrigió este abuso, movido por la injuria que recibió en Puzzula en unos juegos muy concurridos, un senador a quien nadie quiso dejar asiento encontrándose lleno el teatro; mandase, entonces, por decreto del Senado, que siempre que se diesen espectáculos públicos, la primera fila de asientos quedase reservada para los senadores. Prohibió que en Roma los embajadores de naciones libres o aliadas se sentasen en la orquesta, porque advirtió que muchos de ellos eran de raza de libertos. Separó al pueblo del soldado, y señaló asientos especiales para los plebeyos casados; a los que aún vestían la pretexta, señaló ciertas gradas, en las que tenían junto a sí a sus maestros, y prohibió la entrada a los que iban mal vestidos. Por lo que toca a las mujeres, que antes estaban confundidas con los espectadores, dispuso que tuviesen asientos separados, y que sólo asistiesen a los combates de gladiadores sentadas en las gradas más altas. Señaló a las vestales sitio especial en el teatro, junto a la tribuna del pretor. Prohibió, en fin, a todas las mujeres los espectáculos de atletas; así, durante los juegos que dio como pontífice máximo, habiéndole pedido el pueblo un pugilato, lo aplazó para la mañana siguiente, muy temprano, y declaró, en virtud de su autoridad, que no quería que las mujeres fuesen al teatro antes de la hora quinta.

[45] Ipse circenses ex amicorum fere libertorumque cenaculis spectabat, interdum ex pulvinari et quidem cum coniuge ac liberis sedens. Spectaculo plurimas horas, aliquando totos dies aberat, petita venia commendatisque qui suam vicem praesidendo fungerentur. Verum quotiens adesset, nihil praeterea agebat, seu vitandi rumoris causa, quo patrem Caesarem vulgo reprehensum commemorabat, quod inter spectandum epistulis libellisque legendis aut rescribendis vacaret, seu studio spectandi ac voluptate, qua teneri se neque dissimulavit umquam et saepe ingenue professus est. Itaque corollaria et praemia in alienis quoque muneribus ac ludis et crebra et grandia de suo offerebat nullique Graeco mini interfilit. auo non pro merito quemaue certantium honorarit. Spectavit autem studiosissime pugiles et maxime Latinos, non legitimos atque ordinarios modo, quos etiam committere cum Graecis solebat, sed et catervarios oppidanos inter angustias vicorum pugnantis temere ac sine arte. Universum denique genus operas aliquas publico spectaculo praebentium etiam cura sua dignatus est; athletis et conservavit privilegia et

XLV. En cuanto a él, presenciaba los juegos del Circo desde la casa de algún amigo o liberto suyo, y algunas veces desde un lecho, semejante al de los dioses, en el que se sentaba acompañado de su esposa y sus hijos. No era raro que se ausentara del espectáculo durante muchas horas y hasta días enteros, en cuyo caso pedía permiso, designando a alguno para que presidiese en su lugar. Pero cuando asistía se mostraba muy atento. Ya sea para evitar los murmullos con que recordaba había advertido frecuentemente el pueblo a César su padre, que se ocupaba en medio del espectáculo en leer cartas o memoriales y en contestarlos; ya sea porque, en efecto, le agradasen en sumo grado tales representaciones, como más de una vez confesó francamente. Así se le vio con frecuencia dar de su dinero corona y recompensas cuantiosas hasta en juegos y fiestas no ofrecidas por él; y no asistió nunca a las luchas griegas sin premiar a cada concurrente con galardón proporcionado a su mérito. Experimentaba cierta pasión por los pugilatos, especialmente entre latinos; entre éstos no gustaba de ver solamente a los atletas de profesión, ejercitados en batirse con los griegos, sino también a los que sin reglas y sin arte luchaban en el estrecho espacio de los callejones. Sin excepción, todos aquellos que dedicaban su industria a los espectáculos públicos, le parecían dignos de su cuidado. Mantuvo los privilegios de los atletas y concluyó por aumentarlos, prohibió que se hiciese combatir a los 68


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ampliavit, gladiatores sine missione edi prohibuit, coercitionem in histriones magistratibus omni tempore et loco lege vetere permissam ademit praeterquam ludis et scaena. Nec tamen eo minus aut xysticorum certationes aut gladiatorum pugnas severissime semper exegit. Nam histrionum licentiam adeo compescuit, ut Stephanionem togatarium, cui in puerilem habitum circum tonsam matronam ministrasse compererat, per trina theatra virgis caesum relegaverit, Hylan pantomimum querente praetore in atrio domus suae nemine excluso flagellis verberarit et Pyladen urbe atque Italia summoverit, quod spectatorem, a quo exsibilabatur, demonstrasset digito conspicuumque fecisset.

gladiadores hasta la muerte; limitó al recinto de los juegos y del teatro la autoridad coercitiva que una ley antigua daba a los magistrados sobre los cómicos, en todo tiempo y lugar, lo cual no le impidió someter a muy severas reglas las luchas de los atletas y los combates de los gladiadores. Reprimió la licencia de los histriones, hasta hacer azotar en tres teatros y desterrar en seguida al actor Estefanión por haberse hecho servir por una mujer de condición libre llevando los cabellos cortados como las esclavas; al bufón Hilas, por quejas del pretor, le mandó azotar en el vestíbulo de su palacio, donde todos pudieron verlo, y echo de Roma e Italia al cómico Pilades, por haber señalado con el dedo, mostrándolo al público, a un espectador que le silbaba.

[46] Ad hunc modum urbe urbanisque rebus administratis Italiam duodetriginta coloniarum numero deductarum a se frequentavit operibusque ac vectigalibus publicis plurifariam instruxit, etiam iure ac dignatione urbi quodam modo pro parte aliqua adaequavit excogitato genere suffragiorum, quae de magistratibus urbicis decuriones colonici in sua quisque colonia terrent et sub die comitiorum obsignata Romam mitterent. Ac necubi aut honestorum de ficeret copia aut multitudinis suboles, equestrem militiam petentis etiam ex commendatione publica cuiusque oppidi ordinabat, at iis, qui e plebe regiones sibi revisenti filios filiasve approbarent, singula nummorum milia pro singulis dividebat.

XLVI. Después de arreglar en Roma las cosas de este modo pobló a Italia con veintiocho colonias nuevas y contribuyó de muchas maneras a su esplendor por medio de trabajos y rentas públicas; la hizo igual en cierta manera a Roma en derechos y dignidad, pues estableció en ella un género de sufragio que los decuriones de las colonias se encargaban de recoger en cada una de ellas para la elección de los magistrados de la capital, y que enviaban cerrados para los días de los comicios. Con el fin de alentar por todas partes en las familias el honor y la propagación, admitía en el orden de caballeros a aquellos cuya petición venía recomendada por su ciudad, y cuando revistaba las secciones premiaba a aquellos plebeyos que habían tenido hijos de uno y otro sexo, con mil sestercios a cada uno.

[47] Provincias validiores et quas annuis magistratuum imperiis regi nec facile nec tutum erat, ipse suscepit, ceteras proconsulibus sortito permisit; et tamen nonnullas commutavit interdum atque ex utroque genere plerasque saepius adiit. Urbium quasdam, foederatas sed ad exitium licentia praecipites, libertate privavit, alias aut aere alieno laborantis levavit aut terrae motu subversas denuo condidit aut merita erga populum R. adlegantes Latinitate vel civitate donavit. Nec est, ut opinor, provincia, excepta dum taxat Africa et Sardinia, quam non adierit. In has fugato Sex. Pompeio traicere ex Sicilia apparantem continuae et immodicae tempestates inhibuerunt nec mox occasio aut causa traiciendi fuit.

XLVII. Se encargó personalmente de la administración de las provincias más importantes, por no parecerle fácil ni seguro entregarlo a la autoridad de magistrados anuales; dejó que los procónsules se repartiesen las demás por sorteo; algunas veces, sin embargo, introdujo cambios y visitó frecuentemente la mayor parte de estas provincias, perteneciesen o no a su departamento. Privó de su libertad a algunas ciudades aliadas, a las que la licencia amenazaba arruinar; alivió a las que se hallaban abrumadas; volvió a construir las destruidas por terremotos, y concedió los privilegios del Lacio o los derechos de la ciudad, a algunas por el mérito que con sus servicios habían contraído ante el pueblo romano. Exceptuando el Africa y la Cerdeña, no hubo, a mi parecer, parte del Imperio que no visitase; se preparaba a hacerlo a estas provincias tras su victoria sobre Sexto Pompeyo en Sicilia, pero se vio impedido de hacerlo por violentas y continuas tempestades, no teniendo luego ocasión ni motivo para visitarlas.

[48] Regnorum quibus belli iure potitus est, XLVIII. En cuanto a los reinos que por derecho de guerra praeter pauca, aut iisdem quibus ademerat pasaron a su poder, los restituyó casi todos a los mismos a 69


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reddidit aut alienigenis contribuit. Reges socios etiam inter semet ipsos necessitudinibus mutuis iunxit, promptissimus affinitatis cuiusque atque amicitiae conciliator et fautor; nec aliter universos quam membra partisque imperii curae habuit, rectorem quoque solitus apponere aetate parvis aut mente lapsis, donec adolescerent aut resipiscerent; ac plurimorum liberos et educavit simul cum suis et instituit.

quienes se los había arrebatado, o hizo presente de ellos a extranjeros. Unió entre ellos, por lazos de sangre, a los reyes aliados de Roma, mostrándose infatigable negociador y protector asiduo de todas las uniones de familia o de amistad entre estos reyes, a los cuales consideraba y trataba como miembros y partes integrantes del Imperio; de tal modo, que él mismo dio tutores a los hijos menores o dementes de ellos, hasta la mayoría de edad o hasta su curación, e hizo educar también e instruir con sus propios hijos a muchos de los de estos reyes.

[49] Ex militaribus copiis legiones et auxilia provinciatim distribuit, classem Miseni et alteram Ravennae ad tutelam Superi et Inferi maris conlocavit, ceterum numerum partim in urbis partim in sui custodiam adlegit dimissa Calagurritanorum manu, quam usque ad devictum Antonium, item Germanorum, quam usque ad cladem Varianam inter armigeros circa se habuerat. Neque tamen umquam plures quam tres cohortes in urbe esse passus est easque sine castris, reliquas in hiberna et aestiva circa finitima oppida dimittere assuerat. Quidquid autem ubique militum esset, ad certam stipendiorum praemiorumque formulam adstrinxit definitis pro gradu cuiusque et temporibus militiae et commodis missionum, ne aut aetate aut inopia post missionem sollicitari ad res novas possent. Utque perpetuo ac sine difficultate sumptus ad tuendos eos prosequendosque suppeteret, aerarium militare cum vectigalibus novis constituit. Et quo celerius ac sub manum adnuntiari cognoscique posset, quid in provincia quaque gereretur, iuvenes primo modicis intervallis per militaris vias, dehinc vehicula disposuit. Commodius id visum est, ut qui a loco idem perferunt litteras, interrogari guoque, si quid res exigant, possint.

XLIX. Por lo que toca al ejército, distribuyó las legiones romanas y las tropas auxiliares por provincias; organizó una flota en Misena y otra en Ravena con la misión de vigilar los dos mares. Mantuvo en Roma cierto número de tropas escogidas para la seguridad de la ciudad y para la suya, porque había licenciado el cuerpo de los calagurritanos, con quienes había formado su guardia hasta su victoria sobre Antonio, y el de los germanos, que le sirvió después hasta la derrota de Varo. Sin embargo, no consintió que hubiese jamás en Roma más de tres cohortes, y éstas sin acampar; las demás las dejaba en cuarteles de invierno en las inmediaciones de las ciudades vecinas. Estableció una regla invariable para la paga y recompensas para los soldados, dondequiera que estuviesen, y determinó para cada grado el tiempo de servicio y los premios unidos a la licencia definitiva, Por temor de que la necesidad los convirtiese, después de prematuro retiro, en instrumentos de sedición. Con el fin de proveer sin dificultad a los gastos continuos de este mantenimiento y de estas pensiones, estableció un fondo militar con los productos de nuevos impuestos. Dispuso también en todos los caminos militares, y a cortas distancias, jóvenes correos, y carros después, para que se le informase con rapidez de lo que aconteciese en provincias; además de la ventaja que proporcionó esta medida, hoy se tiene la de poder, cuando lo exigen las circunstancias, recibir prontas nuevas por los que llevan las cartas de una parte a otra del Imperio.

[50] In diplomatibus libellisque et epistulis signandis initio sphinge usus est, mox imagine Magni Alexandri, novissime sua, Dioscuridis manu scalpta, qua signare insecuti quoque principes perseverarunt. Ad epistulas omnis horarum quoque momenta nec diei modo sed et noctis, quibus datae significarentur, addebat.

L. El sello que imprimía en las actas públicas, instrucciones y cartas fue primeramente una esfinge, después la cabeza de Alejandro Magno, y últimamente su propia efigie, grabada por Dioscórides, sirviéndose de este sello los príncipes sus sucesores. En sus cartas indicaba siempre la hora en que las escribía, fuese de día o de noche.

[51] Clementiae civilitatisque eius multa et magna documenta sunt. Ne enumerem, quot et quos diversarum partium venia et incolumitate donatos principem etiam in civitate locum tenere passus sit: Iunium Novatum et Cassium Patavinum e plebe homines alterum pecunia, alterum levi exilio punire satis habuit, cum ille Agrippae iuvenis nomine asperrimam de se

LI. Dio brillantes y numerosas pruebas de su clemencia y afabilidad. No nombraré a todos sus adversarios a quienes concedió gracia de la vida y hasta dejó llegar a las primeras dignidades del Estado; citaré sólo a los dos plebeyos Junio Novato y Casio de Padua, a quienes castigó al uno con simple multa y al otro con breve destierro, a pesar de que el primero había escrito contra él y publicado bajo el nombre del joven Agripa una carta violentísima, y el segundo 70


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epistulam in vulgus edidisset, hic convivio pleno proclamasset neque votum sibi neque animum deesse confodiendi eum. Quadam vero cognitione, cum Aemilio Aeliano Cordubensi inter cetera crimina vel maxime obiceretur quod male opinari de Caesare soleret, conversus ad accusatorem commotoque similis: "Velim," inquit, "hoc mihi probes; faciam sciat Aelianus et me linguam habere, plura enim de eo loquar"; nec quicquam ultra aut statim aut postea inquisiit. Tiberio quoque de eadem re, sed violentius apud se per epistulam conquerenti ita rescripsit: "Aetati tuae, mi Tiberi, noli in hac re indulgere et nimium indignari quemquam esse, qui de me male loquatur; satis est enim, si hoc habemus ne quis nobis male facere possit."

hubiese exclamado en pleno banquete que para matarle no carecía ni de deseo ni de valor. Un tal Emilio Eliano, de Córdoba, comparecía ante el tribunal, y acusándole entre otros delitos de hablar mal del emperador, Augusto se volvió hacia el acusador y le dijo con emoción: Quisiera que pudieses probarme lo que dices del acusado, porque entonces demostraría a Eliano que yo también tengo lengua, y diría más de él que ha dicho él de mi. Y ni entonces ni después volvió a ocuparse en el asunto. Habiéndosele quejado de esta moderación, Tiberio, en una carta, con suma amargura, él le contestó: No te dejes llevar, mi querido Tiberio, de la viveza de tu edad, y no te indignes demasiado si hablan mal de mi. Mucho es va que no puedan hacernos nada.

[52] Templa, quamvis sciret etiam proconsulibus decerni solere, in nulla tamen provincia nisi communi suo Romaeque nomine recepit. Nam in urbe quidem pertinacissime abstinuit hoc honore; atque etiam argenteas statuas olim sibi positas conflavit omnis exque iis aureas cortinas Apollini Palatino dedicavit. Dictaturam magna vi offerente populo genu nixus deiecta ab umeris toga nudo pectore deprecatus est.

LII. Sabía que, de ordinario, se dedicaban templos hasta a los procónsules, pero no los aceptó en ninguna provincia, a menos que no fuese a nombre de Roma y al suyo. Desestimó siempre el honor de tenerlos en esta ciudad y hasta ordenó fundir todas las estatuas de plata que le habían erigido en otro tiempo; con el dinero que obtuvo dedicó trípodes de oro a Apolo Palatino. Ofrecióle el pueblo la dictadura con grandes instancias, pero la rechazó poniendo una rodilla en tierra, bajándose la toga y mostrando el pecho desnudo.

[53] Domini appellationem ut maledictum et obprobrium semper exhorruit. Cum spectante eo ludos pronuntiatum esset in mimo: "O dominum aequum et bonum!" et universi quasi de ipso dictum exsultantes comprobassent, et statim manu vultuque indecoras adulationes repressit et insequenti die gravissimo corripuit edicto; dominumque se posthac appellari ne a Liberis quidem aut nepotibus suis vel serio vel ioco passus est atque eius modi blanditias etiam inter ipsos prohibuit. Non temere urbe oppidove ullo egressus aut quoquam ingressus est nisi vespera aut noctu, ne quem officii causa inquietaret. In consulatu pedibus fere, extra consulatum saepe adoperta sella per publicum incessit. Promiscuis salutationibus admittebat et plebem, tanta comitate adeuntium desideria excipiens, ut quendam ioco corripuerit, quod sic sibi libellum porrigere dubitaret, "quasi elephanto stipem." Die senatus numquam patres nisi in curia salutavit et quidem sedentis ac nominatim singulos nullo submonente; etiam discedens eodem modo sedentibus valere dicebat. Officia cum multis mutuo exercuit, nec prius dies cuiusque sollemnes frequentare desiit, quam grandior iam natu et in turba quondam sponsaliorum die vexatus. Gallum

LIII. Tuvo siempre horror al título de señor, como si comportase oprobio o injuria. Estaba un día en el teatro, y habiendo dicho un actor: ¡Oh, señor bondadoso y justiciero!, todos los espectadores, aplicándole estas palabras, aplaudieron con entusiasmo; contuvo en seguida con la mano y la mirada estas bajas adulaciones, y a la mañana siguiente publicó un severo edicto censurándolas. No permitió tampoco que sus hijos y nietos le diesen jamás este nombre, ni seriamente ni en broma, prohibiéndoles además entre ellos este género de lisonja. Procuraba no entrar en Roma o en cualquier otra ciudad, ni salir de ellas, sino por la tarde o por la noche, para no molestar a nadie con vanas ceremonias. Siendo cónsul iba ordinariamente a pie; cuando no lo era se hacía llevar en litera descubierta. Los días de recepción admitía hasta a las gentes del pueblo, y recibía con la mayor afabilidad las solicitudes que se le dirigían; cierto día reconvino jovialmente a uno que temblaba al darle un memorial, diciéndole que empleaba tanta precaución como para presentar una moneda a un elefante. Los días de sesión en el Senado no saludaba a los senadores sino en su sala y hasta sentados, nombrando a cada uno y sin que nadie ayudase su memoria, y al marcharse se despedía de ellos de la misma manera. Mantenía con muchos ciudadanos asiduo comercio de favores, y no dejó de asistir a sus fiestas de familia hasta la vejez, después de haberle molestado mucho un día la multitud en una fiesta de esponsales. El senador Galo 71


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Cerrinium senatorem minus sibi familiarem, sed captum repente oculis et ob id inedia mori destinantem praesens consolando revocavit ad vitam.

Tirrino, con quien no le unía ninguna amistad íntima, habiendo quedado ciego de repente, quería dejarse morir de hambres fue él a verle, le consoló y le reconcilió con la vida.

[54] In senatu verba facienti dictum est: "Non intellexi," et ab alio: "Contra dicerem tibi, si locum haberem." Interdum ob immodicas disceptantium altercationes e curia per iram se proripienti quidam ingesserunt licere oportere senatoribus de re p. loqui. Antistius Labeo senatus lectione, cum vir virum legeret, M. Lepidum hostem olim eius et tunc exsulantem legit interrogatusque ab eo an essent alii digniores, suum quemque iudicium habere respondit. Nec ideo libertas aut contumacia fraudi cuiquam fuit.

LIV. Cierto día, mientras hablaba en el Senado, le interrumpieron, uno diciéndole: No he comprendido; y otro: Te refutaría si tuviese libertad. Ocurrirle salir de la sala bruscamente, irritado por los violentos e interminables incidentes que se promovían. y entonces le dijeron algunos: Los senadores tienen derecho a hablar de los asuntos públicos. Usando Antiscio Labón del derecho de elegir un senador en el tiempo en que se reformó el Senado, eligió al triunviro Lépido, enemigo de Augusto en otro tiempo y desterrado a la sazón; preguntando por el si no conocía a otros más dignos, me contestó que cada cual tenía su opinión. No obstante este atrevimiento, no perjudico a ninguno de los dos.

[55] Etiam sparsos de se in curia famosos libellos nec expavit et magna cura redarguit ac ne requisitis quidem auctoribus id modo censuit, cognoscendum posthac de iis, qui libellos aut carmina ad infamiam cuiuspiam sub alieno nomine edant.

LV. Los injuriosos libelos que se repartieron contra el en el Senado no despertaron en él cuidado alguno ni deseo de refutarlos; ni siquiera buscó a los autores, contentándose con disponer para lo sucesivo que se persiguiera a los que publicasen bajo nombre prestado libelos o versos difamatorios contra cualquiera.

[56] Iocis quoque quorundam invidiosis aut petulantibus lacessitus contra dixit edicto. Et tamen ne de inhibenda testamentorum licentia quicquam constitueretur intercessit. Quotiens magistratuum comitiis interesset, tribus cum candidatis suis circuibat supplicabatque more sollemni. Ferebat et ipse suffragium in tribu, ut unus e populo. Testem se in iudiciis et interrogari et refelli aequissimo animo patiebatur. Forum angustius fecit non ausus extorquere possessoribus proximas domos. Numquam filios suos populo commendavit ut non adiceret: "Si merebuntur." Eisdem praetextatis adhuc assurrectum ab universis in theatro et a stantibus plausum gravissime questus est. Amicos ita magnos et potentes in civitate esse voluit, ut tamen pari iure essent quo ceteri legibusque iudiciariis aeque tenerentur. Cum Asprenas Nonius artius ei iunctus causam veneficii accusante Cassio Severo diceret, consuluit senatum, quid officii sui putaret; cunctari enim se, ne si superesset, eripere legibus reum, sin deesset, destituere ac praedamnare amicum existimaretur; et consentientibus universis sedit in subselliis per aliquot horas, verum tacitus et ne laudatione quidem iudiciali data. Affuit et clientibus, sicut Scutario cuidam evocato quondam suo, qui postulabatur iniuniarum. Unum omnino e

LVI. Viéndose objeto de muchas burlas amargas e insolentes, contestó a ellas por medio de un edicto, oponiéndose siempre a que se tomase medida alguna para reprimir la licencia de lenguaje en los testamentos. Siempre que asistía a los comicios para la elección de magistrados, recorría las tribus con sus candidatos, pidiendo para ellos los sufragios en la forma habitual, y él mismo votaba después en su puesto como un simple ciudadano. Siendo testigo en justicia, se dejaba interrogar y contradecir con suma paciencia. Construyó un Foro mucho más reducido de lo que deseaba, para no obligar a los dueños de las casas inmediatas y derruirlas. Nunca recomendó a sus hijos al pueblo sin añadir: si lo merecen. Un día se mostró profundamente apenado porque al entrar en el teatro todos los espectadores se levantaron y los aplaudieron, aunque llevaban todavía la pretexta. Quiso que sus amigos gozaran de poder en el Estado, pero que viviesen sometidos a las mismas leyes que los demás y justiciables por los mismos tribunales. Habiendo sido acusado de envenenamiento Asprenas Nonio, intimo amigo suyo, por Casio Severo, Augusto consultó al Senado sobre lo que debía hacer en aquella ocasión, temiendo —dijo— que al acompañarle al tribunal se interpretara como un deseo suyo de arrancar al culpable a la vindicta de leyes, o que el no hacerlo significara abandonar al amigo y condenarle ante los jueces. Por parecer unánime del Senado fue a sentarse durante algunas horas en el banco de los defensores; pero guardó silencio y hasta se abstuvo de los elogios llamados judiciales. Asistió siempre a sus clientes, por ejemplo, a un 72


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reorum numero ac ne eum quidem nisi precibus eripuit, exorato coram iudicibus accusatore, Castricium, per quem de coniuratione Murenae cognoverat.

tal Sentario, antiguo soldado suyo, perseguido por injurias. El único acusado que arrebató al imperio de la ley fue Castricio, por quien tuvo conocimiento de la conjuración de Nurena, y aun esto lo hizo suplicando al acusador delante de los jueces un desistimiento que se le concedió.

[57] Pro quibus meritis quanto opere dilectus sit, facile est aestimare. Omitto senatus consulta, quia possunt videri vel necessitate expressa vel verecundia. Equites R. natalem eius sponte atque consensu biduo semper celebrarunt. Omnes ordines in lacum Curti quotannis ex voto pro salute eius stipem iaciebant, item Kal. Ian. strenam in Capitolio etiam absenti, ex qua summa pretiosissima deorum simulacra mercatus vivatim dedicabat, ut Apollinem Sandaliarium et Iovem Tragoedum aliaque. In restitutionem Palatinae domus incendio absumptae veterani, decuriae, tribus atque etiam singillatim e cetero genere hominum libentes ac pro facultate quisque pecunias contulerunt, delibante tantum modo eo summarurn acervos neque ex quoquam plus denario auferente. Revertentem ex provincia non solum faustis ominibus, sed et modulatis carminibus prosequebantur. Observatum etiam est, ne quotiens introiret urbem, supplicium de quoquam sumeretur.

LVII. Es fácil comprender cuánto se haría querer con semejante conducta. No hablaré de los senado-consultos dados en favor suyo, y que podrían atribuirse a temor o adulación. Mas, por voluntad propia, todos los caballeros romanos celebraron cada año, durante dos días, el aniversario de su nacimiento. Todos los órdenes del Estado, en cumplimiento de voto solemne, arrojaban anualmente en el lago de Curcio monedas de plata por su salud; cuando estaba ausente, le dedicaban, en las calendas de enero, regalos en el Capitolio, con cuyo importe compraba preciosas estatuas de dioses que hacía colocar en los diferentes barrios de la ciudad, como el Apolo Sandalitario, el Júpiter Tragediano y otras. Cuando un incendio destruyo su casa del monte Palatino, los veteranos, las decurias, las tribus y multitud de particulares contribuyeron voluntariamente, y cada uno según sus posibilidades, para reconstruirla; pero apenas se atrevió a tocar a aquellos montones de riqueza, y de nadie aceptó más de un dinero. Cuando regresaba de alguna provincia, se salía a su encuentro haciendo votos por su felicidad y entonando versos en alabanza suya. Se procuraba que sus entradas en Roma no coincidieran con ninguna ejecución.

[58] Patris patriae cognomen universi repentino maximoque consensu detulerunt ei: prima plebs legatione Antium missa; dein, quia non recipiebat, ineunti Romae spectacula frequens et laureata; mox in curia senatus, neque decreto nequc adclamatione, sed per Valerium Messalam. Is mandantibus cunctis: "Quod bonum," inquit, "faustumque sit tibi domuique tuae, Caesar Auguste! Sic enim nos perpetuam felicitatem rei p. et laeta huic precari existimamus: senatus te consentiens cum populo R. consalutat patriae patrem." Cui lacrimans respondit Augustus his verbis–ipsa enim, sicut Messalae, posui–: " Compos factus votorum meorum, p. c., quid habeo aliud deos immortales precari, quam ut hunc consensum vestrum ad ultimum finem vitae mihi perferre liceat?"

LVIII. El título de Padre de la Patria se le confirió por unánime e inesperado consentimiento: en primer lugar por el pueblo, a cuyo efecto le mandó una diputación a Antium; a pesar de su negativa, se le dio por segunda vez en Roma, saliendo a su encuentro, con ramos de laurel en la mano, un día que iba al teatro; después en el Senado, no por decreto o aclamación, sino por voz de Valerio Massala, quien le dijo, en nombre de todos sus colegas: Te deseamos, César Augusto, lo que puede contribuir a tu felicidad y la de tu familia, que es como desear la eterna felicidad de la República y la prosperidad del Senado, que, de acuerdo con el pueblo romano, te saluda, PADRE DE LA PATRIA. Augusto, con lágrimas en los ojos, contestó en estos términos, que refiero textualmente como los de Massala: Llegado al colmo de mis deseos, padres conscriptos, ¿qué podéis pedir ya a los dioses inmortales, sino que prolonguen hasta el fin de mi vida este acuerdo de vuestros sentimientos hacia mí?.

[59] Medico Antonio Musae, cuius opera ex ancipiti morbo convaluerat, statuam aere conlato iuxta signum Aesculapi statuerunt. Nonnulli patrum familiarum testamento caverunt, ut ab heredibus suis praelato titulo victumae in Capitolium ducerentur votumque pro se solveretur, quod superstitem Augustum

LIX. Por subscripciones fue elevada una estatua, próxima a la de Esculapio, a su médico Antonio Musa, que le había curado de una peligrosa dolencia. Muchos padres de familia impusieron a sus herederos en el testamento que ofreciesen en el Capitolio un solemne sacrificio, el motivo del cual, anunciado públicamente. sería dar gracias al cielo, en su nombre, POR HABER CONSERVADO LA SALUD A 73


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reliquissent. Quaedam Italiae civitates diem, quo primum ad se venisset, initium anni fecerunt. Provinciarum pleraeque super templa et aras ludos quoque quinquennales paene oppidatim constituerunt.

AUGUSTO. Algunas ciudades de Italia comenzaron a contar el año por el día en que los había visitado por primera vez. La mayoría de las provincias, además de templos y altares, fundaron en honor suyo juegos quinquenales en casi todas las ciudades.

[60] Reges amici atque socii et singuli in suo quisque regno Caesareas urbes condiderunt et cuncti simul aedem Iovis Olympii Athenis antiquitus incohatam perficere communi sumptu destinaverunt Genioque eius dedicare; ac saepe regnis relictis non Romae modo sed et provincias peragranti cotidiana officia togati ac sine regio insigni more clientium praestiterunt.

LX. Los reyes amigos y aliados de Roma fundaron, cada cual en su reino, ciudades llamadas Cesáreas, y decidieron unidos hacer terminar a expensas comunes el templo de Júpiter Olímpico, comenzado desde muy antiguo en Atenas, para dedicarlo al genio de Augusto. A menudo dejaron sus Estados para ir a verle, no sólo en Roma, sino también en las provincias que visitaba; entonces se los veía saludarle diariamente, despojados de sus insignias reales y vistiendo la toga romana, como simples clientes.

[61] Quoniam qualis in imperiis ac magistratibus regendaque per terrarum orbem pace belloque re p. fuerit, exposui, referam nunc interiorem ac familiarem eius vitam quibusque moribus atque fortuna domi et inter suos egerit a iuventa usque ad supremum vitae diem. Matrem amisit in primo consulatu, sororem Octaviam quinquagensimum et quartum agens aetatis annum. Utrique cum praecipua officia vivae praestitisset, etiam defunctae honores maximos tribuit.

LXI. Ahora que le he mostrado así como era en el mando y las magistraturas, al frente de los ejércitos, en el gobierno de la República y del mundo, en la guerra y en la paz, me referiré a su vida íntima y privada; diré cuáles fueron, desde su juventud hasta sus últimos días, sus costumbres, su tacto con los suyos, su suerte en su familia. Perdió a su madre durante su primer consulado y a su hermana Octavia cuando tenía cincuenta y cuatro años; en vida tuvo para ellos todas las atenciones y tributóles grandes honores después de su muerte.

[62] Sponsam habuerat adulescens P. Servili ISaurici filiam, sed reconciliatus post primam discordiam Antonio, expostulantibus utriusque militibus ut et necessitudine aliqua iungerentur, privignam eius Claudiam, Fulviae ex P. Clodio filiam, duxit uxorem vixdum nubilem ac simultate cum Fulvia socru orta dimisit intactam adhuc et virginem. Mox Scriboniam in matrimonium accepit nuptam ante duobus consularibus, ex altero etiam matrem. Cum hac quoque divortium fecit, "pertaesus," ut scribit, "morum perversitatem eius," ac statim Liviam Drusillam matrimonio Tiberi Neronis et quidem praegnantem abduxit dilexitque et probavit unice ac perseveranter.

LXII. Siendo adolescente, estuvo desposado con la hija de P. Servilio Isáurico, pero tras su primera reconciliación con Antonio, pidiendo los soldados de ambos partidos una alianza de familia entre sus jefes, se unió con la cuñada de Antonio, Claudia, a la que Fulvia había tenido de P. Clodio y que apenas era núbil. Disgustado en seguida con su suegra Fulvia, repudió a Claudia, a la que dejó virgen. Casó poco después con Scribonia, viuda de dos varones consulares y que tenía hijos del segundo, pero separase también de ella, indignado por sus costumbres perversas. Contrajo en seguida matrimonio con Livia Drusila, la que había arrebatado a su marido Tiberio Nerón, de quien estaba encinta; a ésta la amó exclusivamente y la estimó con arraigada perseverancia.

[63] Ex Scribonia Iuliam, ex Livia nihil liberorum tulit, cum maxime cuperet. Infans, qui conceptus erat, immaturus est editus. Iuliam primum Marcello Octaviae sororis suae filio tantum quod pueritiam egresso, deinde, ut is obiit, M. Agrippae nuptum dedit exorata sorore, ut sibi genero cederet; nam tunc Agrippa alteram Marcellarum habebat et ex ea liberos. Hoc quoque defuncto, multis ac diu, etiam ex equestri ordine, circumspectis condicionibus, Tiberium privignum suum elegit coegitque

LXIII. De Scribonia tuvo una hija llamada Julia. Livia no le dio hijos, a pesar del vivo deseo de el; estuvo encinta una sola vez, y dio a luz antes de tiempo. Augusto casó primeramente a Julia con Marcelo, hijo de su hermana Octavia y que apenas había salido de la infancia; muerto Marcelo, la dio en matrimonio a M. Agripa, habiendo obtenido de su hermana que le cediese este yerno, porque Agripa estaba casada entonces con una de las hijas de Marcelo y tenía hijos. Muerto también Agripa, después de buscar Augusto por mucho tiempo esposo para su hija, hasta en el orden de los caballeros, eligió por fin a su yerno 74


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praegnantem uxorem et ex qua iam pater erat dimittere. M. Antonius scribit primum eum Antonio filio suo despondisse Iuliam, dein Cotisoni Getarum regi, quo tempore sibi quoque in vicem filiam regis in matri monium petisset.

Tiberio, obligándole antes a repudiar a su esposa, encinta entonces, y a la que había ya devuelto a su padre. M. Antonio ha escrito que Augusto tenía destinada a Julia para su hijo Antonio; después para Cotisón, rey de los getas, en un tiempo en que él mismo pedía para esposa la hija de este rey.

[64] Nepotes ex Agrippa et Iulia tres habuit C. et L. et Agrippam, neptes duas Iuliam et Agrip pinam. Iuliam L. Paulo censoris filio, Agrippinam Germanico sororis suae nepoti collocavit. Gaium et L. adoptavit domi per assem et libram emptos a patre Agrippa tenerosque adhuc ad curam rei p. admovit et consules designatos circum provincias exercitusque dimisit. Filiam et neptes ita instituit, ut etiam lanificio assuefaceret vetaretque loqui aut agere quicquam nisi propalam et quod in diurnos commentarios referretur; extraneorum quidem coetu adeo prohibuit, ut L. Vinicio, claro decoroque iuveni, scripserit quondam parum modeste fecisse eum, quod filiam suam Baias salutatum venisset. Nepotes et litteras et natare aliaque rudimenta per se plerum que docuit, ac nihil aeque elaboravit quam ut imitarentur chirographum suum; neque cenavit una, nisi ut in imo lecto assiderent, neque iter fecit, nisi ut vehiculo anteirent aut circa adequitarent.

LXIV. De Agripa y Julia tuvo tres nietos, Cayo, Lucio y Agripa, y dos nietas, Julia y Agripina. Casó a Julia con L. Paulo hijo del censor, y a Agripina con Germánico, nieto de su hermana. Adoptó a Cayo y Lucio, comparándolos a su padre Agripa en su propia casa por medio del as y la balanza; acostumbrólos desde muy jóvenes a la práctica de los negocios públicos, y los destinó cónsules designados a las provincias y a los ejércitos. Educó a su hija y a sus nietas con gran sencillez, haciéndolas aprender, incluso a trabajar la lana; prohibióles decir o hacer nada sino delante de otras persona y que pudiese constar en los anales diarios de su casa. Retúvolos en absoluto de toda relación con extraños, hasta el punto de escribir a L. Vinicio, joven muy digno y distinguido, que no se había mostrado muy prudente yendo a Bayas a saludar a su hija. Él mismo enseñó a sus nietos a leer, escribir y contar, y puso un cuidado especial en que imitasen su letra. Sentábanse en un mismo lecho para comer, y en viaje iban delante de su carruaje o cabalgaban en torno a él.

[65] Sed laetum eum atque fidentem et subole et disciplina domus Fortuna destituit. Iulias, filiam et neptem, omnibus probris contaminatas relegavit; G. et L. in duodeviginti mensium spatio amisit ambos, Gaio in Lycia, Lucio Massiliae defunctis. Tertium nepotem Agrippam simulque privignum Tiberium adoptavit in foro lege curiata; ex quibus Agrippam brevi ob ingenium sordidum ac ferox abdicavit seposuitque Surrentum. Aliquanto autem patientius mortem quam dedecora suorum tulit. Nam C. Lucique casu non adeo fractus, de filia absens ac libello per quaestorem recitato notum senatui fecit abstinuitque congressu hominum diu prae pudore, etiam de necanda deliberavit. Certe cum sub idem tempus una ex consciis liberta Phoebe suspendio vitam finisset, maluisse se ait Phoebes patrem fuisse. Relegatae usum vini omnemque delicatiorem cultum ademit neque adiri a quoquam libero servove nisi se consulto permisit, et ita ut certior fieret, qua is aetate, qua statura, quo colore esset, etiam quibus corporis notis vel cicatricibus. Post quinquennium demum ex insula in continentem

LXV. La desgracia destruyó, sin embargo, la confianza y alegría que le inspiraban una familia numerosa y educada con tanto esmero. Se vio obligado a desterrar a las dos Julias, su hija y su nieta, manchadas con toda clase de infamias; perdió a Cayo y Lucio en el espacio de dieciocho meses; el primero en Livia, y el segundo en Marsala. Entonces adoptó en el Foro en virtud de la ley Curiata, a su tercer nieto Agripa y a su yerno Tiberio; poco tiempo después tuvo que echar a Agripa de su familia a causa de la bajeza y ferocidad de su carácter, desterrándole a Sorrento. Era más sensible al oprobio de los suyos que a la muerte. Las de Cayo y Lucio no le abatieron; pero cuando desterró a su hija, dio a conocer los motivos al Senado en un escrito que el cuestor quedó encargado de leer en su ausencia; y tanto le avergonzaron sus desórdenes, que estuvo mucho tiempo separado del trato de los hombres y hasta deliberó si se daría la muerte. De un liberto llamado Febo, cómplice de su hija en sus desórdenes, que se ahorcó en esta ocasión, dijo que preferiría ser su padre a serlo de Julia. Prohibió a ésta en su destierro el uso del vino y todas las comodidades de la vida, y mandó que ningún hombre, libre o esclavo, se acercase a ella sin autorización suya, y sin que conociese su edad, estatura, color y hasta las señales y cicatrices que tuviese en el cuerpo. Pasados cinto años, le permitió al fin volver de la isla donde estaba al continente, y le impuso 75


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lenioribusque paulo condicionibus transtulit eam. Nam ut omnino revocaret, exorari nullo modo potuit, deprecanti saepe p. R. et pertinacius instanti tales filias talesque coniuges pro contione inprecatus. Ex nepte Iulia post damnationem editum infantem adgnosci alique vetuit. Agrippam nihilo tractabiliorem, immo in dies amentiorem, in insulam transportavit saepsitque insuper custodia militum. Cavit etiam s. c. ut eodem loci in perpetullm contineretur. Atque ad omnem et eius et Iuliarum mentionem ingemiscens proclamare etiam solebat: aith ophelon agamos t'emeni agonos t'apolesthai. nec aliter eos appellare quam tris vomicas ac tria carcinomata sua.

condiciones menos rigurosas. Pero nunca consintió en que viviese a su lado; como el pueblo romano pidiese frecuentemente y con insistencia su regreso, le deseó, en plena asamblea, hijas y esposas parecidas a ella. En cuanto a la otra Julia, su nieta, le prohibió reconocer y criar al niño que dio a luz poco tiempo después de su destierro. Trasladó a una isla a Agripa, que lejos de mejorar, de día en día se hacia más intratable, y le hizo custodiar por soldados, consiguiendo un senadoconsulto que lo confinaba a perpetuidad en aquella isla. Cuando hablaban en su presencia de Agripa o de algunas de las Julias, exclamaba siempre suspirando: Dichoso el que vive y muere sin esposa v sin hijos (62); y llamaba siempre a los suyos sus tres tumores o sus tres cánceres.

[66] Amicitias neque facile admisit et constantissime retinuit, non tantum virtutes ac merita cuiusque digne prosecutus, sed vitia quoque et delicta, dum taxat modica, perpessus. Neque enim temere ex onmi numero in amicitia eius afflicti reperientur praeter Salvidienum Rufum, quem ad consulatum usque, et Cornelium Gallum, quem ad praefecturam Aegypti, ex infima utrumque fortuna provexerat. Quorum alterum res novas molientem damnandum senatu. tradidit, alteri ob ingratum et malivolum animum domo et provinciis suis interdixit. Sed Gallo quoque et accusatorum denuntiationibus et senatus consultis ad necem conpulso laudavit quidem pietatem tanto opere pro se indignantium, ceterum et inlacrimavit et vicem suam conquestus est, quod sibi soli non liceret amicis, quatenus vellet, irasci. Reliqui potentia atque opibus ad finem vitae sui quisque ordinis principes floruerunt, quanquam et offensis intervenientibus. Desideravit enim nonnumquam, ne de pluribus referam, et M. Agrippae patientiam et Maecenatis taciturnitatem, cum ille ex levi frigoris suspicione et quod Marcellus sibi anteferretur, Mytilenas se relictis omnibus contulisset, hic secretum de comperta Murenae coniuratione uxori Terentiae prodidisset. Exegit et ipse in vicem ab amicis benivolentiam mutuam, tam a defunctis quam a vivis. Nam quamvis minime appeteret hereditates, ut qui numquam ex ignoti testamento capere quicquam sustinuerit, amicorum tamen suprema iudicia morosissime pensitavit, neque dolore dissimulato, si parcius aut citra honorem verborum, neque gaudio, si grate pieque quis se prosecutus fuisset. Legata vel partes hereditatium a quibuscumque

LXVI. No hacia amistades con facilidad, pero una vez otorgada la suya, lo era para siempre. Sabia apreciar en cada amigo el mérito y la virtud, y sabía también soportar los pequeños defectos y las faltas ligeras. Solo pueden citarse dos hombres que incurrieron en su odio, después de otorgarle él su amistad. Salvidieno Rufo y Cornelio Galo, a quienes elevo desde la condición mas humilde, al uno hasta el consulado, al otro hasta la prefectura de Egipto. Al primero, en castigo de su ingratitud y maldad, le prohibió la entrada en su casa y en las provincias que mandaba; en cuanto al segundo, que intentaba promover disturbios, lo entregó a la justicia del Senado; y cuando los cargos de sus acusadores y los decretos de sus jueces le determinaron a darse la muerte, Augusto alabó el celo que habían desplegado en vengarle, pero derramó lágrimas, y, quejándose de su grandeza, que era el único al que no estaba permitido dominar su cólera contra sus amigos. Ricos y poderosos, los demás amigos de Augusto fueron hasta el fin de su vida los primeros de su orden, a pesar de algunos disgustos que mediaron entre ellos. Así, por no citar muchos ejemplos, M. Agripa perdió una vez la paciencia, y Mecenas la discreción: el primero, por leve sospecha de frialdad y bajo el pretexto de que le prefería a Marcelo, lo abandonó todo y se retiró a Mitilena; el otro reveló a su esposa Terencia un secreto de Estado: el descubrimiento que acababa de hacerse de la conjuración de Murena. En cambio de su amistad exigía Augusto una adhesión que ni siquiera terminase en la tumba. En efecto, aunque fuese muy poco ávido de herencias y que nunca las aceptase de quien no era íntimo suyo, consideraba con gran cuidado las últimas disposiciones de sus amigos, y no disimulaba su disgusto cuando le trataban con poco honor y liberalidad, ni su contento cuando respondían a su esperanza los testimonios de gratitud y afecto. Por lo que toca a los legados y partes de herencia que le dejaban los padres de familia, acostumbraba a renunciarlos en seguida a favor de los hijos, y si eran menores reintegrárselos, añadiendo un regalo el día en que vestían la toga viril o se 76


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parentibus relicta sibi aut statim liberis eorum casaban. concedere aut, si pupillari aetate essent, die virilis togae vel nuptiarum cum incremento restituere consueverat. [67] Patronus dominusque non minus severus quam facilis et clemens multos libertorum in honore et usu maximo habuit, ut Licinum et Celadum aliosque. Cosmum servum gravissime de se opinantem non ultra quam compedibus coercuit. Diomeden dispensatorem, a quo simul ambulante incurrenti repente fero apro per metum obiectus est, maluit timiditatis arguere quam noxae, remque non minimi periculi, quia tamen fraus aberat, in iocum vertit. Idem Polum ex acceptissimis libertis mori coegit compertum adulterare matronas; Thallo a manu, quod pro epistula prodita denarios quingentos accepisset, crura ei fregit; paedagogum ministrosque C. fili, per occasionem valitudinis mortisque eius superbe avareque in provincia grassatos, oneratis gravi pondere cervicibus praecipitavit in flumen.

LXVII. Como señor y como jefe supo combinar adecuadamente la severidad con la dulzura y la clemencia, y honró con su confianza a muchos libertos suyos, como Licinio Encelado y otros. Limitase a poner cadenas a Cosmos, esclavo suyo, que había murmurado contra él. Paseaba un día con su intendente Diomedes, y éste, con un impulso de terror, le empujó delante de un jabalí que se precipitaba sobre ellos; Augusto prefirió tacharle de cobarde a considerarle malvado, y como no había traición, fue el primero en burlarse del peligro cierto que había corrido. Este mismo príncipe hizo matar a Próculo, liberto suyo, a quien amaba profundamente, cuando estuvo convencido de sus adulterios con matronas; mandó quebrar las piernas a Talo, su secretario, que había percibido quinientos dineros por comunicar una carta, e hizo arrojar a un río con una piedra al cuello al preceptor y a los esclavos de su hijo Cayo, que, aprovechando su enfermedad y muerte, cometieron en su gobierno actos de avaricia y tiranía.

[68] Prima iuventa variorum dedecorum in famiam subiit. Sextus Pompeius ut effeminatum insectatus est; M. Antonius adoptionem avunculi stupro meritum; item L. Marci frater, quasi pudicitiam delibatam a Caesare Aulo etiam Hirtio in Hispania trecentis milibus nummum substraverit solitusque sit crura suburere nuce ardenti, quo mollior pilus surgeret. Sed et populus quondam universus ludorum die et accepit in contumeliam eius et adsensu maximo conprobavit versum in scaena pronuntiatum de gallo Matris Deum tympanizante: "Videsne, ut cinaedus orbem digito temperat?"

LXVIII. Varios oprobios mancharon desde joven su reputación. Sex. Pompeyo le trató de afeminado. M. Antonio le censuraba haber comprado a precio de su deshonra la adopción de su tío; Lucio, el hermano de Marco Antonio, pretendía que después de haber entregado a César la flor de su juventud, la vendió otra vez en España a A.Hircio por trescientos mil sestercios, añadiendo que acostumbraba a quemarse el vello de las piernas con cáscara de nuez ardiendo, con objeto de tenerlas más suaves. El pueblo, un día en el teatro, le aplicó con transportes de maligno regocijo, este verso que designaba a un sacerdote de Cibeles tocando el tamboril: Miden, ut cinoedus orbem digito temperat? (62bis).

[69] Adulteria quidem exercuisse ne amici quidem negant, excusantes sane non libidine, sed ratione commissa, quo facilius consilia adversariorum per cuiusque mulieres exquireret. M. Antonius super festinatas Liviae nuptias obiecit et feminam consularem e triclinio viri coram in cubiculum abductam, rursus in convivium rubentibus auriculis incomptiore capillo reductam; dimissam Scriboniam, quia liberius doluisset nimiam potentiam paelicis; condiciones quaesitas per amicos, qui matres familias et adultas aetate virgines denudarent atque perspicerent, tamquam Toranio mangone vendente. Scribit etiam ad ipsum haec familiariter adhuc necdum

LXIX. Nadie, ni sus propios amigos, niega que cometiere muchos adulterios, y únicamente procuran excusarle, diciendo que no era tanto por pasión como por política y con objeto de enterarse, por medio de las mujeres, de los secretos de sus adversarios. M. Antonio, no contento con reprocharle la precipitación de sus bodas con Livia, le acusa aun de que en un festín hizo pasar de la mesa del banquete a una habitación inmediata a la esposa de un consular, estando presente el marido, y cuando la trajo de nuevo, tenia ella las orejas encarnadas y el cabello en desorden. Añade que reprendió a Scribonia por no poder ella soportar las altiveces de una concubina; que sus amigos le buscaban mujeres casadas y doncellas núbiles que debían poseer ciertas condiciones, y él las examinaba como esclavas en venta en el mercado Toranio. En una época en 77


Los doce Césares plane inimicus aut hostis: "Quid te mutavit? Quod reginam ineo? Uxor mea est. Nunc coepi an abhinc annos novem? Tu deinde solam Drusillam inis? Ita valeas, uti tu, hanc epistulam cum leges, non inieris Tertullam aut Terentillam aut Rufillam aut Salviam Titiseniam aut omnes. An refert, ubi et in qua arrigas? "

Suetonio que no era aún su enemigo declarado, Antonio le escribía familiarmente: ¿Qué te ha cambiado? ¿Que sea mi amante una reina? Es mi esposa, y no de ayer, sino ya desde hace nueve años. ¿Tienes tú sólo a Livia? Estoy seguro que en el momento en que leas mi carta habrás gozado ya de Tertula, o de Terentila, o de Rufila, o de Salvia Titiscuria, o tal vez de todas ellas. ¿Qué importa el lugar o la mujer a quién deseas?

[70] Cena quoque eius secretior in fabulis fuit, quae vulgo dodekatheos vocabatur; in qua deorum dearumque habitu discubuisse convivas et ipsum pro Apolline ornatum non Antoni modo epistulae singulorum nomina amarissime enumerantis ex probrant, sed et sine auctore notissimi versus;

LXX. Se habló mucho también de las casas secretas, llamadas vulgarmente “El banquete de las doce divinidades”; en ellas los comensales vestían de dioses y diosas, y Augusto representaba a Apolo. Antonio en sus cartas nombró y criticó acerbamente a todos los que figuraban en tales festines, acerca de los cuales hizo un autor anónimo estos conocidos versos:

'Quum primum istorum conduxit mensa choragum, Sexque deos vidit Mallia sexque deas, Impia dum Phoebi Caesar mendacia ludit, Dum nova divorum cenat adulteria: Omnia se a terris tunc numina declinarunt, Fugit et auratos Iuppiter ipse thronos."

Quum, primum istorum conduxit mensa choragum, Sexque deos vidit Mallia, sexque deas; Impia dum phoebi Caesar mendacia ludit, Dum nova divorum coenat adulteria: Omnia se a terris tunc numina declinarunt, Fugit et auratos Juppiter ipse thronos (623).

Auxit cenae rumorem summa tunc in civitate penuria ac fames, adclamatumque est postridie: Omne frumentum deos comedisse et Caesarem esse plane Apollinem, sed Tortorem, quo cognomine is deus quadam in parte urbis colebatur. Notatus est et ut pretiosae supellectilis Corinthiorumque praecupidus et aleae indulgens: Nam et proscriptionis tempore ad statuam eius ascriptum est:

La escasez que reinaba entonces en Roma hizo más escandalosa una de estas orgías, diciéndose en público a la mañana siguiente que los dioses se habían comido todo el trigo y que César era verdaderamente Apolo, pero Apolo atormentador, con cuyo nombre se veneraba a este dios en un barrio de la ciudad. Censurase también el afán de Augusto por los muebles antiguos y por los vasos de Corinto, y su pasión por el juego. Por este motivo, en el tiempo de sus proscripciones, escribieron al pie de su estatua:

"Pater argentarius, ego Corinthiarius,"

Pater argentarios, ego Corinthiarius (624);

cum existimaretur quosdam propter vasa Corinthia inter proscriptos curasse referendos; et deinde bello Siciliensi epigramma vulgatum est: "Postquam bis classe victus naves perdidit, Aliquando ut vincat, ludit assidue aleam."

porque se le acusaba de haber proscrito a muchos ciudadanos para apoderarse de sus vasos de Corinto; durante la guerra de Sicilia se hizo correr este epigrama:

[71] Ex quibus sive criminibus sive maledictis infamiam impudicitiae facillime refutavit et praesentis et posterae vitae castitate; item lautitiarum invidiam, cum et Alexandria capta nihil sibi praeter unum murrinum calicem ex instrumento regio retinuerit et mox vasa aurea assiduissimi usus conflaverit omnia. Circa libidines haesit, postea quoque, ut ferunt, ad vitiandas virgines promptior, quae sibi undique

LXXI. De todas estas acusaciones o calumnias, la de haberse prostituido fue la que refutó con más facilidad, por la pureza de su vida en aquella época y en lo sucesivo. Parece que también fue menos apasionado por el lujo de lo que se decía, puesto que después de la toma de Alejandría, de todas las riquezas de los reyes reservase sólo un vaso de arcilla, fundiendo todos los de oro de uso diario. Pero, no obstante, fue siempre muy inclinado a las mujeres, y dicen que con la edad deseó especialmente vírgenes; así es que

Postquam bis classe rictus naves perdidit, Aliquando ut vineat, ludit asidue aleam (625).

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etiam ab uxore conquirerentur. Aleae rumorem nullo modo expavit lusitque simpliciter et palam oblectamenti causa etiam senex ac praeterquam Decembri mense aliis quoque festis et profestis diebus. Nec id dubium est. Autographa quadam epistula: "Cenavi," ait, "mi Tiberi, cum iisdem; accesserunt convivae Vinicius et Silius pater. Inter cenam lusimus geronticos et heri et hodie; talis enim iactatis, ut quisque canem aut senionem miserat, in singulos talos singulos denarios in medium conferebat, quos tollebat universos, qui Venerem iecerat." Et rursus aliis litteris: "Nos, mi Tiberi, Quinquatrus satis iucunde egimus; lusimus enim per omnis dies forumque aleatorium calfecimus. Frater tuus magnis clamoribus rem gessit; ad summam tamen perdidit non multum, sed ex magnis detrimentis praeter spem paulatim retractum est. Ego perdidi viginti milia nummum meo nomine, sed cum effuse in lusu liberalis fuissem, ut soleo plerumque. Nam si quas manus remisi cuique exegissem aut retinuissem quod cuique donavi, vicissem vel quinquaginta milia. Sed hoc malo; benignitas enim mea me ad caelestem gloriam efferet." Scribit ad filiam: "Misi tibi denarios ducentos quinquaginta, quos singulis convivis dederam, si vellent inter se inter cenam vel talis vel par impar ludere."

las buscaban por todas partes, y hasta su propia esposa se las buscó. En cuanto a su fama de jugador, no le preocupó en lo más mínimo, y jugó siempre sin recato, considerándolo un solaz, sobre todo en la vejez; jugaba, por esto, tanto en diciembre como en cualquier otro mes, fuese o no día festivo. De esto no puede caber duda, pues aunque se conserva de él una carta que reza así: He cenado, mi querido Tiberio, con los que sabes. Vinicio y Lilio, el padre, han venido a aumentar el número de convidados. Los viejos hemos jugado a los dados, durante la cena, ayer y hoy. As y seis perdían, y pasaban al juego un dinero por dado, pero Venus se lo llevaba todo. En otra carta dice: Mi querido Tiberio; hemos pasado agradablemente las fiestas de Minerva, habiendo jugado sin descanso todos los días. Tu hermano se quejaba; pero, a fin de cuentas, sus pérdidas no han sido graves, y al fin cambió la suerte y se repuso de sus desastres. En cuanto a mí he perdido veinte mil sestercios, por culpa de mis liberalidades ordinarias, porque si hubiese querido hacerme pagar los golpes malos de mis adversarios o no dar nada a los que perdían, habría ganado más de cincuenta mil. Mas prefiero, esto, porque mi bondad me valdrá eterna gloria. A su hija le escribe: Te he enviado doscientos cincuenta dineros; he dado otro tanto a cada convidado, para que jueguen a los dados o a pares y nones durante la cena..

[72] In ceteris partibus vitae continentissimum constat ac sine suspicione ullius vitii. Habitavit primo iuxta Romanum Forum supra Scalas anularias, in domo quae Calvi oratoris fuerat; postea in Palatio, sed nihilo minus aedibus modicis Hortensianis, et neque laxitate neque cultu conspicuis, ut in quibus porticus breves essent Albanarum columnarum et sine marmore ullo aut insigni pavimento conclavia. Ac per annos amplius quadraginta eodem cubiculo hieme et aestate mansit, quamvis parum salubrem valitudini suae urbem hieme experiretur assidueque in urbe hiemaret. Si quando quid secreto aut sine interpellatione agere proposuisset, erat illi locus in edito singularis, quem Syracusas et technophnon vocabat; huc transibat aut in alicuius libertorum suburbanum; aeger autem in domo Maecenatis cubabat. Ex secessibus praecipue frequentavit maritima insulasque Campaniae aut proxima urbi oppida, Lanuvium, Praeneste, Tibur, ubi etiam in porticibus Herculis templi persaepe ius dixit. Ampla et operosa praetoria gravabatur. Et neptis quidem suae Iuliae, profuse ab ea exstructa, etiam diruit ad solum, sua vero

LXXII. Augusto fue, sin embargo, muy moderado en sus demás costumbres y estuvo al abrigo de toda censura. Habitó primero cerca del Foro antiguo, sobre la escalera anular, en una mansión que perteneció al orador Calvo. Ocupó después en el monte Palatino la casa, no menos modesta, de Hortensio, que ni era espaciosa ni estaba adornada, pues sus galerías eran estrechas y de piedra común, no habiendo mármol ni mosaicos en las habitaciones. Acostase durante más de cuarenta años, en invierno y verano, en la misma estancia, y pasó siempre el invierno en Roma, a pesar de tener experimentado que el aire de la ciudad era contrario a la salud en esta estación. Cuando tenía que tratar algún asunto secreto o quería trabajar sin que le interrumpiesen, se encerraba en la parte superior de su casa, en un gabinete que llamaba Siracusa o su museo, o bien se retiraba a una quinta inmediata, o a casa de cualquiera de sus libertos. Cuando se sentía enfermo iba a acostarse a casa de Mecenas. Los retiros que más le gustaban eran los inmediatos al mar, como las islas de la Campania, o bien los pueblecillos situados alrededor de Roma, como Lanuvio, Prenesto, Tibur, donde frecuentemente administró justicia bajo el pórtico del templo de Hércules. No le gustaban las casas de campo demasiado grandes y costosas, e hizo arrasar hasta los cimientos una quinta de su nieta Julia, cuya construcción 79


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quamvis modica non tam statuarum tabularumque pictarum ornatu quam xystis et nemoribus excoluit rebusque vetustate ac raritate notabilibus, qualia sunt Capreis immanium beluarum ferarumque membra praegrandia, quae dicuntur gigantum ossa, et arma heroum.

había costado enormes cantidades. En las suyas, que eran muy sencillas, se cuidaba menos de las estatuas y pinturas que de las galerías, bosquecillos y cosas cuyo valor dependiese de su rareza o antigüedad, como los huesos de animales gigantes que se ven en Capri, y a los que se da el nombre de huesos de gigantes o armas de los héroes.

[73] Instrumenti eius et supellectilis parsimonia apparet etiam nunc residuis lectis atque mensis, quorum pleraquc vix privatae elegantiae sint. Ne toro quidem cubuisse aiunt nisi humili et modice instrato. Veste non temere alia quam domestica usus est, ab sorore et uxore et filia neptibusque confecta; togis neque restrictis neque fusis, clavo nec lato nec angusto, calciamentis altiusculis, ut procerior quam erat videretur. Et forensia autem et calceos numquam non intra cubiculum habuit ad subitos repentinosque casus parata.

LXXIII. Puede juzgarse su economía en el menaje por los lechos y mesas que existen aún, y que apenas son dignos de un particular acomodado. Acostábase en un lecho muy bajo y vestido con la mayor sencillez. No usó nunca otras ropas que las que le confeccionaban en su casa su hermana, su esposa, su hija o sus nietas. Su toga no era estrecha ni ancha, y tampoco su lacticlavia era ancha ni estrecha. Usaba calzado un poco alto para aparentar mayor estatura; tenía siempre en su alcoba el traje y el calzado que llevaba en el Foro, para estar dispuesto a presentarse en caso de súbito acontecimiento.

[74] Convivabatur assidue nec umquam nisi recta, non sine magno ordinum hominumque dilectu. Valerius Messala tradit, neminem umquam libertinorum adhibitum ab eo cenae excepto Mena, sed asserto in ingenuitatem post proditam Sexti Pompei classem. Ipse scribit, invitasse se quendam, in cuius villa maneret, qui speculator suus olim fuisset. Convivia nonnumquam et serius inibat et maturius relinquebat, cum convivae et cenare inciperent, prius quam ille discumberet, et permanerent digresso eo. Cenam ternis ferculis aut cum abundantissime senis praebebat, ut non nimio sumptu, ita summa comitate. Nam et ad communionem sermonis tacentis vel summissim fabulantis provocabat, et aut acroamata et histriones aut etiam triviales ex circo ludios interponebat ac frequentius aretalogos.

LXXIV. Invitaba con frecuencia, pero en estas comidas, siempre regulares, distinguía cuidadosamente los rangos y las personas. Refiere Valerio Mesala que jamás admitió a su mesa a ningún liberto, exceptuando Menas, a quien había concedido todos los derechos inherentes al nacimiento libre, por haberle hecho entrega de la flota de Sexto Pompeyo. El propio Augusto nos dice que un día hizo comer con él a un antiguo soldado de su guardia, en cuya casa de campo se encontraba. Algunas veces se sentaba a la mesa después que los demás y se levantaba antes habiendo comenzado sus compañeros a comer antes de su llegada y continuando después de salir él. Sus comidas consistían habitualmente en tres servicios, y seis en las grandes solemnidades; cuanto más modesta era, tanto más alegre se mostraba. Trataba él mismo conversación con los que callaban o solamente hablaban en voz baja, y hacía acudir músicos, histriones, bufones y bailarines del Circo, y con más frecuencia pobres declamadores.

[75] Festos et sollemnes dies profusissime, nonnumquam tantum ioculariter celebrabat. Saturnalibus, et si quando alias libuisset, modo munera dividebat, vestem et aurum et argentum, modo nummos omnis notae, etiam veteres regios ac peregrinos, interdum nihil praeter cilicia et spongias et rutabula et forpices atque alia id genus titulis obscuris et ambiguis. Solebat et inaequalissimarum rerum sortes et aversas tabularum picturas in convivio venditare incertoque casu spem mercantium vel frustrari vel explere, ita ut per singulos lectos licitatio fieret et seu iactura seu lucrum communicaretur.

LXXV. Celebraba las fiestas y solemnidades con gran magnificencia, pero a menudo no buscaba en ello más que ocasión de burlas. Así, en las Saturnales y en otras épocas, a elección suya, enviaba a sus amigos regalos, consistentes en vestidos, oro, plata, monedas procedentes de todas partes, antiguas piezas del tiempo de los reyes o de fabricación extranjera, telas groseras, esponjas, pinzas, tijeras y otros objetos del mismo género, con inscripciones obscuras y de doble sentido. En sus comidas hacía sortear lotes de valor muy desigual, o bien ponía en venta cuadros vueltos al revés, dependiendo del azar que se realizaran o frustraran las esperanzas del comprador. Para cada cuadro existía una licitación, y los convidados se comunicaban unos a otros su buena o mala fortuna. 80


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[76] Cibi--nam ne haec quidem omiserim-minimi erat atque vulgaris iere. Secundarium panem et pisciculos minutos et caseum bubulum manu pressum et ficos virides biferas maxime appetebat; vescebaturque et ante cenam quocumque tempore et loco, quo stomachus desiderasset. Verba ipsius ex epistulis sunt: "Nos in essedo panem et palmulas gustavimus." Et iterum: "Dum lectica ex regia domum redeo, panis unciam cum paucis acinis uvae duracinae comedi." Et rursus: "Ne Iudaeus quidem, mi Tiberi, tam diligenter sabbatis ieiunium servat quam ego hodie servavi, qui in balineo demum post horam primam noctis duas buccas manducavi prius quam ungui inciperem." Ex hac inobservantia nonnumquam vel ante initum vel post dimissum convivium solus cenitabat, cum pleno convivio nihil tangeret.

LXXVI. Comía muy poco (ni siquiera omitiré estos detalles) y siempre de cosas comunes. Gustaba especialmente de pan mezclado, de pescados pequeños, de quesos hechos a mano y de higos frescos, de la especie que madura dos veces al año; comía a menudo antes de la hora acostumbrada, en cualquier momento y parte, según las necesidades de su estómago. En una carta dice: He comido en el carruaje pan y dátiles, y en otra: Al regresar del palacio de Numa a mi casa, comí en la litera una onza de pan y algunas pasas. A Tiberio le escribía: No hay judío que observe con mayor rigor el ayuno en día de sábado de lo que yo lo he observado hoy; hasta la primera hora de la noche no he comido sino dos bocados en el baño antes de que me perfumasen. No siguiendo otra regla que la de su apetito, le sucedía algunas veces cenar solo, antes o después de la comida de los convidados, durante la cual permanecía sin probar nada.

[77] Vini quoque natura parcissimus erat. Non amplius ter bibere eum solitum super cenam in castris apud Mutinam, Cornelius Nepos tradit. Postea quotiens largissime se invitaret, senos sextantes non excessit, aut si excessisset, reiciebat. Et maxime delectatus est Raetico neque temere interdiu bibit. Pro potione sumebat perfusum aqua frigida panem aut cucumeris frustum vel lactuculae thyrsum aut recens aridumve pomum suci vinosioris.

LXXVII. Era también muy sobrio en el vino. Cornelio Nepote refiere que en su campamento frente a Módena bebía sólo tres veces durante la comida. Más adelante y en medio de sus grandes excesos bebía sólo seis copas; cuando las excedía, vomitaba. Tenía preferencia por el vino de Recia, pero era extraño que bebiese durante el día, tomando en vez de ello pan mojado en agua fría, o un trozo de cohombro, o bien un cogollo de lechuga, o también una fruta ácida y jugosa.

[78] Post cibum meridianum, ita ut vestitus calciatusque erat, retectis pedibus paulisper conquiescebat opposita ad oculos manu. A cena in lecticulam se lucubratoriam recipiebat; ibi, donec residua diurni actus aut omnia aut ex maxima parte conficeret, ad multam noctem permanebat. In lectum inde transgressus non amplius cum plurimum quam septem horas dormiebat, ac ne eas quidem continuas, sed ut in illo temporis spatio ter aut quater expergisceretur. Si interruptum somnum reciperare, ut evenit, non posset, lectoribus aut fabulatoribus arcessitis resumebat producebatque ultra primam saepe lucem. Nec in tenebris vigilavit umquam nisi assidente aliquo. Matutina vigilia offendebatur; ac si vel officii vel sacri causa maturius vigilandum esset, ne id contra commodum faceret, in proximo cuiuscumque domesticorum cenaculo manebat. Sic quoque saepe indigens somni, et dum per vicos deportaretur et deposita lectica inter aliquas moras condormiebat.

LXXVIII. Después de la comida de mediodía se entregaba un momento al descanso, vestido y calzado, cubiertos los pies y puesta la mano sobre los ojos. Después de la cena se retiraba a su lecho de trabajo, en el que velaba una parte de la noche hasta que terminaba, o dejaba por lo menos muy adelantado lo que le faltaba resolver de los asuntos del día. En seguida iba a acostarse, y nunca dormía más de siete horas, que ni siquiera eran continuas, pues en este espacio de tiempo despertaba tres o cuatro veces. Si, como suele suceder, no recobraba el sueño interrumpido, hacía que le leyesen o recitasen cuentos: volvía después a dormirse v permanecía ordinariamente en el lecho hasta después de amanecer. Nunca veló en la obscuridad sin que le acompañase alguien. No le gustaba madrugar, y cuando algún sacrificio o deber público le obligaba a levantarse temprano, procuraba, para no experimentar mucha molestia, acostarse en casa de algún criado suyo, cerca del sitio adonde tenía que ir; a pesar de esta precaución, muy a menudo se apoderó de él el sueño cuando le llevaban por las calles, y si ocurría algo que hiciese detener la litera, aprovechaba la ocasión para dormir.

[79] Forma fuit eximia et per omnes aetatis LXXIX. Su aspecto era muy agradable sin que cambiase gradus venustissima, quamquam et omnis con la edad; pero no mostraba ninguna afición por 81


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lenocinii neglegens; in capite comendo tam incuriosus, ut raptim compluribus simul tonsoribus operam daret ac modo tonderet modo raderet barbam eoque ipso tempore aut legeret aliquid aut etiam scriberet. Vultu erat vel in sermone vel tacitus adeo tranquillo serenoque, ut quidam e primoribus Galliarum confessus sit inter suos, eo se inhibitum ac remollitum quo minus, ut destinarat, in transitu Alpium per simulationem conloquii propius admissus in praecipitium propelleret. Oculos habuit claros ac nitidos, quibus etiam existimari volebat inesse quiddam divini vigoris, gaudebatque, si qui sibi acrius contuenti quasi ad fulgorem solis vultum summitteret; sed in senecta sinistro minus vidit; dentes raros et exiguos et scabros; capillum leviter inflexum et subflavum; supercilia coniuncta; mediocres aures; nasum et a summo eminentiorem et ab imo deductiorem; colorem inter aquilum candidumque; staturam brevem--quam tamen Iulius Marathus libertus et a memoria eius quinque pedum et dodrantis fuisse tradit,--sed quae commoditate et aequitate membrorum occuleretur, ut non nisi ex comparatione astantis alicuius procerioris intellegi posset.

adornarse; ningún cuidado se tornaba por el cabello, que hacía le cortasen apresuradamente varios barberos a la vez; en cuanto a la barba, unas veces se la hacía cortar muy poco, otras mucho, y mientras lo hacían leía o escribía. Era tan sereno su semblante, ya hablase, ya guardase silencio, que un galo, perteneciente a una de las principales familias del país, confesó un día a los suyos que al pasar con él los Alpes se le acercó con pretexto de hablarle, pero con intención de arrojarle a un precipio y que sólo su aspecto bastó para detenerle en su resolución. Sus ojos eran vivos y brillantes y quería incluso que se los considerase dotados de fuerza en cierto modo divina. Por esto cuando miraba fijamente a alguno, le gustaba que bajara los ojos como delante del sol; en su ancianidad perdió, sin embargos mucho la vista del ojo izquierdo. Tenia los dientes pequeños, claros y desiguales, el cabello ligeramente rizado y algo rubio, las cejas juntas, las orejas medianas, la nariz aguileña y puntiaguda, la tez morena, corta talla (aunque el liberto Julio Morato le atribuyera cinco pies y nueve pulgadas); pero tan proporcionados sus miembros, que para observar su corta estatua era necesario verle al lado de otro más alto que él.

[80] Corpore traditur maculoso dispersis per pectus atque alvum genetivis notis in modum et ordinem ac numerum stellarum caelestis ursae, sed et callis quibusdam ex prurigine corporis adsiduoque et vehementi strigilis usu plurifariam concretis ad impetiginis formam. Coxendice et femore et crure sinistro non perinde valebat, ut saepe etiam in claudicaret; sed remedio harenarum atque harundinum confirmabatur. Dextrae quoque manus digitum salutarem tam imbecillum interdum sentiebat, ut torpentem contractumque frigore vix cornei circuli supplemento scripturae admoveret. Questus est et de vesica, cuius dolore calculis demum per urinam eiectis levabatur.

LXXX. Tenia, dicen, el cuerpo cubierto de manchas, y en el pecho y vientre señales naturales ordenadas como las estrellas de la constelación de la Osa; intensas picazones, y el uso constante de un cepillo duro le llenaron también de callosidades, que habían degenerado en empedines. Tenia la cadera, el muslo y la pierna del lado izquierdo algo débiles, y a menudo cojeaba de este lado, pero remediaba esta debilidad por medio de vendajes y cañas. De tiempo en tiempo experimentaba tanta inercia en el dedo índice de la mano derecha, que, cuando hacía frío, para escribir tenia que rodearlo de un círculo de cuerno. Se quejaba también de dolores de vejiga, que sólo se calmaban cuando arrojaba piedras con la orina.

[81] Graves et periculosas valitudines per omnem vitam aliquot expertus est; praecipue Cantabria domita, cum etiam destillationibus iocinere vitiato ad desperationem redactus contrariam et ancipitem rationem medendi necessario subiit; quia calida fomenta non proderant, frigidis curari coactus auctore Antonio Musa. Quasdam et anniversarias ac tempore certo recurrentes experiebatur; nam sub natalem suum plerumque languebat; et initio veris praecordiorum inflatione temptabatur, austrinis autem tempestatibus

LXXXI. Padeció, durante su vida, varias enfermedades graves y peligrosas; sobre todo después de la sumisión de los cántabros, tuvo infartos en el hígado, perdiendo toda esperanza de curación. Por consejo de Antonio Musa siguió entonces el atrevido método de los contrarios; nada había conseguido con fomentos calientes, recurrió a los fríos, y sanó. Padecía aun otros males que le atacaban todos los años en día fijo, encontrándose casi siempre mal en el mes que había nacido: se le inflamaba el diafragma a principios de primavera y padecía fluxiones cuando soplaba viento del Mediodía. 82


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gravedine. Quare quassato corpore neque frigora neque aestus facile tolerabat. [82] Hieme quaternis cum pingui toga tunicis et subucula et thorace laneo et feminalibus et tibialibus muniebatur, aestate apertis cubiculi foribus, ac saepe in peristylo saliente aqua atque etiam ventilante aliquo cubabat. Solis vero ne hiberni quidem patiens, domi quoque non nisi petasatus sub divo spatiabatur. Itinera lectica et noctibus fere, eaque lenta ac minuta faciebat, ut Praeneste vel Tibur biduo procederet; ac si quo pervenire mari posset, potius navigabat. Verum tantam infirmitatem magna cura tuebatur, in primis lavandi raritate (unguebatur enim saepius). Aut sudabat ad flammam, deinde perfundebatur egelida aqua vel sole multo tepefacta; aut quotiens nervorum causa marinis albulisque calidis utendum esset, contentus hoc erat ut insidens ligneo solio, quod ipse Hispanico verbo duretam vocabat, manus ac pedes alternis iactaret.

LXXXII. En invierno se ponía cuatro túnicas debajo de la gruesa toga; añadía camisa y jubón de lana, abrigándose también muslos y piernas. En verano dormía con las puertas de su cámara abiertas y a menudo bajo el peristilo de su palacio, en el que el aire era refrescado por varios surtidores de agua y donde tenía además un esclavo encargado de abanicarle. No podía soportar el sol ni aun en invierno, y nunca paseaba el aire, ni siquiera en su casa, sin tener cubierta la cabeza. Viajaba en litera, y frecuentemente de noche, avanzando lentamente y a cortas jornadas; empleaba dos días en ir a Prenesto o a Tubir y cuando era posible prefería hacerlo por mar. Cuidaba mucho de su débil salud y se bañaba muy raramente, prefiriendo frotarse con aceite y transpirar al calor, haciendo que vertiesen luego sobre él agua tibia o calentada al sol. Cuando a causa de los nervios necesitaba baños de mar, o los termales de Albula, se contentaba con sentarse en una pieza de madera, a la que daba el nombre español de dureta, y sumergía en el agua las manos y los pies alternativamente.

[83] Exercitationes campestres equorum et armorum statim post civilia bella omisit et ad pilam primo folliculumque transiit, mox nihil aliud quam vectabatur et deambulabat, ita ut in extremis spatiis ,ubsultim decurreret segestria vel lodicula involutus. Animi laxandi causa modo piscabatur hamo, modo talis aut ocellatis nucibusque ludebat cum pueris minutis, quos facie et garrulitate amabilis undique conquirebat, praecipue Mauros et Syros. Nam pumilos atque distortos et omnis generis eiusdem ut ludibria naturae malique ominis abhorrebat.

LXXXIII. Inmediatamente después de las guerras civiles renunció a los ejercicios a caballo y de armas en el campo de Marte, reemplazándolos primeramente con la pelota dura y de viento; muy pronto se limitó, sin embargo, a pasear a pie o en litera, y terminado el paseo, corría saltando, cubierto con ligero lienzo o gruesa manta, según la estación. Cuando quería dar algún descanso a su espíritu, pescaba con caña o jugaba a los dados, a la taba o a las nueces con niños que le gustaban y que le buscaban por todas partes, especialmente mauros y sirios. A los enanos, contrahechos y deformes los detestaba como burlas de la Naturaleza y objetos de malos presagios.

[84] Eloquentiam studiaque liberalia ab aetate prima et cupide et laboriosissime exercuit. Mutinensi bello in tanta mole rerum et legisse et scripsisse et declamasse cotidie traditur. Nam deinceps neque in senatu neque apud populum neque apud milites locutus est umquam nisi meditata et composita oratione, quamvis non deficeretur ad subita extemporali facultate. Ac ne periculum memoriae adiret aut in ediscendo tempus absumeret, instituit recitare omnia. Sermones quoque cum singulis atque etiam cum Livia sua graviores non nisi scriptos et e libello habebat, ne plus minusve loqueretur ex tempore. Pronuntiabat dulci et proprio quodam oris sono, dabatque assidue phonasco operam; sed non numquam, infirmatis faucibus, praeconis voce ad populum concionatus est.

LXXXIV. Desde su infancia aplicase con tanto éxito como afán al estudio de la elocuencia y de las bellas letras. Durante la guerra muciense, y a pesar del gigantesco peso de los negocios, asegurase que leía todos los días, componía, y se ejercitaba en el dominio de la palabra. No habló nunca en el Senado, ni al pueblo o a los soldados sin haber meditado despacio y trabajado su discurso, aunque no carecía de la facultad de improvisar. Para no exponerse a olvidos y no perder tiempo aprendiendo de memoria, tomó la costumbre de leer todo lo que decía. Redactaba de antemano hasta sus conversaciones particulares, y cuando debían versar sobre asunto grave, se escribía incluso las que debía tener con Livia, y entonces hablaba leyendo, por temor de que la improvisación le hiciese mostrarse corto o excesivo. Tenía en la voz cierta dulzura peculiar, y tomaba asiduamente lecciones de un maestro de eufonía; pero a veces, por afecciones de la garganta, tuvo que recurrir a la voz de un pregonero para hablar al pueblo. 83


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[85] Multa varii generis prosa oratione composuit, ex quibus nonnulla in coetu familiarium velut in auditorio recitavit, sicut "Rescripta Bruto de Catone," quae volumina cum iam senior ex magna parte legisset, fatigatus Tiberio tradidit perlegenda; item "Hortationes ad philosophiam," et aliqua "De vita sua," quam tredecim libris Cantabrico tenus bello nec ultra exposuit. Poetica summatim attigit. Unus liber exstat scriptus ab eo hexametris versibus, cuius et argumentum et titulus est "Sicilia"; exstat alter aeque modicus "Epigrammatum," quae fere tempore balinei meditabatur. Nam tragoediam magno impetu exorsus, non succedenti stilo, abolevit quaerentibusque amicis, quidnam Aiax ageret, respondit, Aiacem suum in spongeam incubuisse.

LXXXV. Compuso en prosa muchas obras de diferentes géneros, y recitó algunas en el círculo de sus amigos que le servían de auditorio; entre éstas se encuentran Respuestas a Bruto, concernientes a Cotón, de las que leyó él mismo la mayor parte, a pesar de ser ya viejo, pero tuvo que encargar a Tiberio terminase la lectura; compuso también las Exhortaciones a la filosofía y las Memorias de su vida, en trece libros que abrazan hasta la guerra de los cántabros y que dejó sin terminar. Ensayó también la poesía, conservándose de él una obrita en versos hexámetros, cuyo título y asunto es la Sicilia y una breve colección de Epigramas, en los que generalmente trabajaba en el baño. Comenzó con gran entusiasmo una tragedia de Ayax, pero no satisfecho del estilo, la destruyó; preguntándole un día sus amigos qué había sido de Ayax, contestó que su Ayax se había precipitado sobre una esponja.

[86] Genus eloquendi secutus est elegans et temperatum, vitatis sententiarum ineptiis atque concinnitate et "reconditorum verborum," ut ipse dicit, "fetoribus "; praecipuamque curam duxit sensum animi quam apertissime exprimere. Quod quo facilius efficeret aut necubi lectorem vel auditorem obturbaret ac moraretur, neque praepositiones urbibus addere neque coniunctiones saepius iterare dubitavit, quae detractae afferunt aliquid obscuritatis, etsi gratiam augent. Cacozelos et antiquarios, ut diverso genere vitiosos, pari fastidio sprevit, exagitabatque nonnumquam; in primis Maecenatem suum, cuius "myrobrechis," ut ait, "cincinnos" usque quaque persequitur et imitando per iocum irridet. Sed nec Tiberio parcit et exoletas interdum et reconditas voces aucupanti. M. quidem Antonium ut insanum increpat, quasi ea scribentem, quae mirentur potius homines quam intellegant; deinde ludens malum et inconstans in eligendo genere dicendi iudicium eius, addit haec: "Tuque dubitas, Cimberne Annius an Veranius Flaccus imitandi sint tibi, ita ut verbis, quae Crispus Sallustius excerpsit ex Originibus Catonis, utaris? an potius Asiaticorum oratorum inanis sententiis verborum volubilitas in nostrum sermonem transferenda?" Et quadam epistula Agrippinae neptis ingenium conlaudans, "sed opus est," inquit, "dare te operam, ne moleste scribas et loquaris."

LXXXVI. Adoptó un estilo sencillo y elegante a la vez, tan lejano de vana pompa como de afectada rudeza, o como él decía, compuesto de esas palabras viejas que tienen como olor de enfermas. Su principal cuidado era expresar el Pensamiento con claridad, y para conseguirlo mejor, para no dificultar o refrenar la inteligencia de los lectores, no economizaba las proposiciones que determinan el sentido de las palabras, ni las conjunciones que ligan las frases, y cuya supresión, si aumenta la gracia del estilo, es a costa de la claridad. Despreciaba por igual a los escritores que crean fastuosamente palabras nuevas y a los que quieren desterrar las antiguas, haciendo ruda oposición a estos dos defectos. Fijándose especialmente en Mecenas y parodiándole para corregirle, no cesaba de censurarle los perfumes de su florido estilo. Tampoco perdonó a Tiberio su afición a las palabras rebuscadas y enigmáticas. Reconviene, asimismo, en sus cartas a M. Antonio por su manía de escribir cosas que son más fáciles de admirar que de comprender, y burlándose porque ensayaba todos los estilos y no sabía en cuál fijarse, añadía: Hete en gran apuro: no sabes qué imitar de Cimber Annio, o de Veranio Flaco, ni si emplearás las palabras que Crispo Salustio ha sacado de los Orígenes de Catón, ni si harás pasar a nuestra lengua las vacías sentencias y volubilidad de palabras de los oradores del Asia. En otra carta dice a su nieta Agripina, celebrando su discreción: Guárdate sobre todo de escribir o hablar con énfasis.

[87] Cotidiano sermone quaedam frequentius et notabiliter usurpasse eum, litterae ipsius autographae ostentant, in quibus identidem, cum aliquos numquam soluturos significare

LXXXVII. Por sus cartas autógrafas se ve conversación familiar se valía de muchas notables. Por ejemplo, al hablar de los malos decía: Pagarán en las calendas griegas. Cuando 84

que en la locuciones pagadores, aconsejaba


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vult, "ad Kal. Graecas soluturos" ait; et cum hortatur ferenda esse praesentia, qualiacumque sint: "contenti simus hoc Catone"; et ad exprimendam festinatae rei velocitatem: "celerius quam asparagi cocuntur"; ponit assidue et pro stulto "baceolum" et pro pullo "pulleiaceum" et pro cerrito "vacerrosum" et "vapide" se habere pro male et "betizare" pro languere, quod vulgo "lachanizare" dicitur; item "simus" pro sumus et "domos" genetivo casu singulari pro domus. Nec umquam aliter haec duo, ne quis mendam magis quam consuetudinem putet. Notavi et in chirographo eius illa praecipue: non dividit verba nec ab extrema parte versuum abundantis litteras in alterum transfert, sed ibidem statim subicit circumducitque.

soportar el destino presente, fuese el que fuese, escribía: Contentémonos con ese Catón. Para expresar la celeridad con que se había hecho una cosa, decía: Antes que se cuecen los espárragos. Casi siempre escribió baceolus por stultus (tonto), pulleiaceus por pullus (la cría de un animal), vacerrosus por cerritus (loco). Para decir estoy malo escribía me encuentro en estado vaporoso; en vez de la palabra lachanizare, con la que se expresa generalmente el estado de languidez, empleaba la de betizare; decía simas por sumus (somos) y domos, en el genitivo singular, por domus (de la casa); para demostrar que esto era en él principio y no ignorancia, nunca escribió de otra manera estas palabras. He observado asimismo en sus manuscritos que no dividía las palabras, y que en vez de colocar en el principio de la línea siguiente las letras que sobraban en un verso, las colocaba bajo las últimas de esta línea y las circundaba con un trazo.

[88] Orthographiam, id est formulam rationemque scribendi a grammaticis institutam, non adeo custodit ac videtur eorum potius sequi opinionem, qui perinde scribendum ac loquamur existiment. Nam quod saepe non litteras modo sed syllabas aut permutat aut praeterit, communis hominum error est. Nec ego id notarem, nisi mihi mirum videretur tradidisse aliquos, legato eum consulari successorem dedisse ut rudi et indocto, cuius manu "ixi" pro "ipsi" scriptum animadverterit. Quotiens autem per notas scribit, B pro A, C pro B ac deinceps eadem ratione sequentis litteras ponit; pro X autem duplex A.

LXXXVIII. No observó mucho la ortografía, es decir, la forma y razón establecidas por los gramáticos para escribir, y parece que opinaba como los que desean que se escriba como se habla. Error muy extendido es omitir o invertir letras y silabas, y no hablaría de ello si no hubiese leído con sorpresa, en algunos autores, que reemplazó como ignorante y ordinario a un legado consular por haber escrito ixi por ipsi. Cuando escribía en cifra ponía la b por a, c por b y así con las otras letras; por x ponía dos a.

[89] Ne Graecarum quidem disciplinarum leviore studio tenebatur. In quibus et ipsis praestabat largiter magistro dicendi usus Apollodoro Pergameno, quem iam grandem natu Apolloniam quoque secum ab urbe iuvenis adhuc eduxerat, deinde eruditione etiam varia repletus per Arei philosophi filiorumque eius Dionysi et Nicanoris contubernium; non tamen ut aut loqueretur expedite aut componere aliquid auderet; nam et si quid res exigeret, Latine formabat vertendumque alii dabat. Sed plane poematum quoque non imperitus, delectabatur etiam comoedia veteri et saepe eam exhibuit spectaculis publicis. In evolvendis utriusque linguae auctoribus nihil aeque sectabatur, quam praecepta et exempla publice vel privatim salubria, eaque ad ver bum excerpta aut ad domesticos aut ad exercituum provinciarumque rectores aut ad urbis magistratus plerumque mittebat, prout quique monitione indigerent. Etiam libros totos et senatui recitavit et populo notos per edictum

LXXXIX. Era muy aficionado a la literatura griega. y adquirió en ella grande superioridad. Tuvo por maestro a Apolodoro de Pérgamo, que era ya anciano cuando su joven discípulo le llevó con él de Roma a Apolonia. Logró después variada erudición con el trato frecuente del filósofo Arens y de sus hijos Dionisio y Nicanor. No llegó nunca, sin embargo, a hablar correctamente el griego ni se atrevió a escribir nada en esta lengua. Cuando las circunstancias lo exigían escribía latín, encargando a otro que tradujese lo escrito. Era inteligente en poesía, y gozaba en especial con la comedia antigua, haciéndola representar frecuentemente en los espectáculos públicos. Lo que con más curiosidad buscaba en los escritores de ambas lenguas eran los preceptos y ejemplos útiles para la vida pública o privada; los copiaba palabra por palabra y los remitía ordinariamente a sus delegados, a los generales, a los gobernadores de las provincias y a los magistrados de Roma cuando necesitaban advertencias o consejos. Hubo libros que leyó íntegros al Senado, dándolos a conocer al pueblo por medio de edictos, como los discursos de Q. Metelo sobre la Propagación, y los de Rutilio sobre la manera de edificar; con este sistema se proponía demostrar 85


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saepe fecit, ut orationes Q. Metelli "de prole augenda" et Rutili "de modo aedificiorum," quo magis persuaderet utramque rem non a se primo animadversam, sed antiquis iam tunc curae fuisse. Ingenia saeculi sui omnibus modis fovit; recitantis et benigne et patienter audiit, nec tantum carmina et historias, sed et orationes et dialogos. Componi tamen aliquid de se nisi et serio et a praestantissimis offendebatur, admonebatque praetores ne paterentur nomen suum commissionibus obsolefieri.

que no había sido el primero en comprender la importancia de estos dos asuntos, sino que ya los antiguos romanos se habían ocupado en ellos. Favoreció por todos los medios a los ingenios de su siglo; escuchaba con paciencia y agrado la lectura de todas las obras, historias, versos, discursos, diálogos; pero no gustaba que se tomase por asunto su elogio, a menos que la obra fuese de estilo grave y célebre su autor; recomendaba a los pretores que no permitieran se prostituyese su nombre en los concursos literarias.

[90] Circa religiones talem accepimus. Tonitrua et fulgura paulo infirmius expavescebat, ut semper et ubique pellem vituli marini circumferret pro remedio, atque ad omnem maioris tempestatis suspicionem in abditum et concamaratum locum se reciperet, consternatus olim per nocturnum iter transcursu fulguris, ut praediximus.

XC. Por lo que toca a sus supersticiones, he aquí lo que se dice: Temía de modo insensato a los truenos y relámpagos cuyos peligros creía conjurar llevando siempre consigo una piel de vaca marina. Al aproximarse la tempestad se escondía en paraje subterráneo y abovedado; este miedo procedía de haber victo en otro tiempo caer el rayo cerca de él durante un viaje nocturno, como al principio dijimos.

[91] Somnia neque sua neque aliena de se neglegebat. Philippensi acie quamvis statuisset non egredi tabernaculo propter valitudinem, egressus est tamen amici somnio monitus; cessitque res prospere, quando captis castris lectica eius, quasi ibi cubans remansisset, concursu hostium confossa atque lacerata est. Ipse per omne ver plurima et formidulosissima et vana et irrita videbat, reliquo tempore rariora et minus vana. Cum dedicatam in Capitolio aedem Tonanti Iovi assidue frequentaret, somniavit, queri Capitolinum Iovem cultores sibi abduci, seque respondisse, Tonantem pro ianitore ei appositum; ideoque mox tintinnabulis fastigium aedis redimiit, quod ea fere ianuis dependebant. Ex nocturno visu etiam stipem quotannis die certo emendicabat a populo cavam manum asses porrigentibus praebens.

XCI. Le preocupaban en gran manera sus sueños y lo que se refería a él en los ajenos. El día de la batalla de Filipos había decidido, sintiéndose algo enfermo, no salir de su tienda; el sueño de un amigo suyo movióle a cambiar de resolución, e hizo bien, porque, tomado su campamento y cayendo los enemigos sobre su lecho, acribilláronlo a golpes, creyendo que se encontraba en él. Por la primavera tenía espantosas visiones, muy reiteradas, pero inciertas y sin efecto; en el resto del año las tenía menos frecuentes y también menos quiméricas. En un tiempo en que visitaba a menudo el templo dedicado a Júpiter Tonante en el Capitolio, soñó que Júpiter Capitolino se había quejado de esta vecindad que le quitaba sus adoradores, y le contestó que le había dado a Júpiter Tonante como portero; a la mañana siguiente hizo guarnecer la parte superior del templo de éste con campanillas como las que se ponen en las puertas. A consecuencia también de su sueño, todos los años en un día fijo pedía limosna al pueblo, y alargaba la mano a los transeúntes para recibir algunos ases.

[92] Auspicia et omina quaedam pro certissimis observabat: si mane sibi calceus perperam ac sinister pro dextro induceretur, ut dirum; si terra marive ingrediente se longinquam profectionem forte rorasset, ut laetum maturique et prosperi reditus. Sed et ostentis praecipue movebatur. Enatam inter iuncturas lapidum ante domum suam palmam in compluvium deorum Penatium transtulit, utque coalesceret magno opere curavit. Apud insulam Capreas veterrimae ilicis demissos iam ad terram languentisque ramos convaluisse adventu suo, adeo laetatus est, ut eas cum re publica Neapolitanorum permutaverit, Aenaria

XCII. Consideraba como ciertos algunos auspicios. Si por la mañana le ponían en el pie derecho el calzado del izquierdo, lo tenía a mal presagio; si cuando partía para un largo viaje por tierra o mar caía rocío, el presagio era bueno y anunciaba pronto y feliz regreso. Los prodigios despertaban mucho su atención. Trasplantó al patio de los dioses Penates de Roma e hizo cultivar con gran esmero una palmera que nació delante de su casa en los intersticios de las piedras. En la isla de Capri creyó advertir que una vieja encina, cuyas ramas caían desmayadas hasta el suelo, se había reanimado a su llegada, y tanto se regocijó por ello que, en vez de Capri, cedió Enaria a la República de Nápoles. Tenía también supersticiones especiales en determinados días; nunca, por ejemplo, se ponía en camino 86


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data. Observabat et dies quosdam, ne aut postridie nundinas quoquam proficisceretur aut Nonis quicquam rei seriae incoharet; nihil in hoc quidem aliud devitans, ut ad Tiberium scribit, quam dysphemian nominis.

al día siguiente de los mercados, ni comenzaba ningún negocio importante el día de nonas, y esto para evitar, así lo escribía a Tiberio el mal influjo de los presagios unidos a su nombre.

[93] Peregrinarum caerimoniarum sicut veteres ac praeceptas reverentissime coluit, ita ceteras contemptui habuit. Namque Athenis initiatus, cum postea Romae pro tribunali de privilegio sacerdotum Atticae Cereris cognosceret et quaedam secretiora proponerentur, dimisso consilio et corona circum stantium solus audiit disceptantes. At contra non modo in peragranda Aegypto paulo deflectere ad visendum Apin supersedit, sed et Gaium nepotem, quod Iudaeam praetervehens apud Hierosolyma non supplicasset, conlaudavit.

XCIII. Por lo que toca a las ceremonias extranjeras, cuanto respetaba las antiguas y consagradas por el tiempo y las leyes, tanto despreciaba las otras. Se había hecho iniciar en los misterios de Atenas; más adelante, llevaba por los sacerdotes de la Antigua Ceres, ante su tribunal en Roma, una causa relativa a sus privilegios y en la que habían de revelarse cosas secretas, hizo salir a todos sus asesores y al público y juzgó por sí solo el asunto en presencia de las partes interesadas. Sin embargo, en Egipto no se digno siquiera desviarse un poco del camino para ver al buey Apis; y elogió mucho a su nieto Cayo porque al cruzar la Judea no practicó en Jerusalén ningún acto religioso.

[94] Et quoniam ad haec ventum est, non ab re fuerit subtexere, quae ei prius quam nasceretur et ipso natali die ac deinceps evenerint, quibus futura magnitudo eius et perpetua felicitas sperari animad vertique posset. Velitris antiquitus tacta de caelo parte muri, responsum est eius oppidi civem quandoque rerum potiturum; qua fiducia Veliterni et tunc statim et postea saepius paene ad exitium sui cum populo Romano belligeraverant; sero tandem documentis apparuit ostentum illud Augusti potentiam portendisse. Auctor est Iulius Marathus, ante paucos quam nasceretur menses prodigium Romae factum publice, quo denuntiabatur, regem populo Romano naturam parturire; senatum exterritum censuisse, ne quis illo anno genitus educaretur; eos qui gravidas uxores haberent, quod ad se quisque spem traheret, curasse ne senatus consultum ad aerarium deferretur. In Asclepiadis Mendetis Theologumenon libris lego, Atiam, cum ad sollemne Apollinis sacrum media nocte venisset, posita in templo lectica, dum ceterae matronae dormirent, obdormisse; draconem repente irrepsisse ad eam pauloque post egressum; illam expergefactam quasi a concubitu mariti purificasse se; et statim in corpore eius exstitisse maculam velut picti draconis nec potuisse umquam exigi, adeo ut mox publicis balineis perpetuo abstinuerit; Augustum natum mense decimo et ob hoc Apollinis filium existimatum. Eadem Atia prius quam pareret somniavit, intestina sua ferri ad sidera explicarique per omnem terrarum et caeli ambitum. Somniavit et pater Octavius utero Atiae iubar solis exortum. Quo natus est die,

XCIV. Puesto que nos ocupamos en este asunto, referiré ahora los presagios que precedieron, acompañaron o siguieron a su nacimiento, y que parecieron anunciar su futura grandeza y su permanente felicidad. En tiempo antiguo había caído un rayo sobre las murallas de Vélitres, y el oráculo había declarado que un ciudadano de la ciudad llegaría a poseer algún día el poder soberano. Con esta confianza, los habitantes de Vélitres emprendieron acto seguido encarnizada guerra contra los romanos, que reprodujeron muchas veces y que amenazó con ser la causa de su ruina. Hasta pasado mucho tiempo no comprendieron, y esto por el acontecimiento, que aquel presagio era el poder de Augusto. Refiere Julio Marato que, pocos meses antes de su nacimiento, acaeció en Roma un prodigio del que fueron testigos todos sus habitantes y que significaba que la Naturaleza preparaba un rey para el pueblo romano. El Senado asustado prohibió criar a los niños que naciesen en el año; pero aquellos cuyas esposas estaban encinta, esperando cada cual que la predicción le favoreciese, consiguieron impedir que llevasen el senadoconsulto a los archivos. Leo en Asclepiades Mendetos, en sus tratados Sobre lo divino, que Acia, la madre de Augusto, había acudido a medianoche al templo de Apolo para un sacrificio solemne, quedando dormida en la litera mientras se iban las otras mujeres; dice aún que se deslizó a su lado una serpiente, retirándose poco después; que al despertar, se purificó como si hubiese salido de los brazos de su esposo, y que desde aquel momento le quedó siempre en el cuerpo la imagen de una serpiente, imagen que nunca pudo borrar, por lo cual no quiso mostrarse nunca en los baños públicos; Augusto nació diez meses después, y por esta razón pasó por hijo de Apolo. Soñó también Acia, antes de dar a luz, que sus intestinos ascendían hacia los astros y cubrían toda la extensión de la tierra y de los cielos. Asimismo Octavio, el padre de Augusto, soñó que salía un rayo de sol del vientre de su esposa. El día en que nació, 87


Los doce Césares cum de Catilinae coniuratione ageretur in curia et Octavius ob uxoris puerperium serius affuisset, nota ac vulgata res est P. Nigidium, comperta morae causa, ut horam quoque partus acceperit, affirmasse dominum terrarum orbi natum. Octavio postea, cum per secreta Thraciae exercitum duceret, in Liberi patris luco barbara caerimonia de filio consulenti, idem affirmatum est a sacerdotibus, quod infuso super altaria mero tantum flammae emicuisset, ut supergressa fastigium templi ad caelum usque ferretur, unique omnino Magno Alexandro apud easdem aras sacrificanti simile provenisset ostentum. Atque etiam sequenti statim nocte videre risus est filium mortali specie ampliorem, cum fulmine et sceptro exuviisque Iovis Optimi Maximi ac radiata corona, super laureatum currum, bis senis equis candore eximio trahentibus. Infans adhuc, ut scriptum apud C. Drusum exstat, repositus vespere in cunas a nutricula loco plano, postera luce non comparuit, diuque quaesitus tandem in altissima turri repertus est iacens contra solis exortum. Cum primum fari coepisset, in avito suburbano obstrepentis forte ranas silere iussit, atque ex eo negantur ibi ranae coaxare. Ad quartum lapidem Campanae viae in nemore prandenti ex inproviso aquila panem ei e manu rapuit et, cum altissime evolasset, rursus ex inproviso leniter delapsa reddidit. Q. Catulus post dedicatum Capitolium duabus continuis noctibus somniavit: prima, Iovem Optimum Maximum e praetextatis compluribus circum aram ludentibus unum secrevisse atque in eius sinum signum rei publicae quam manu gestaret reposuisse; at insequenti, animadvertisse se in gremio Capitolini Iovis eundem puerum, quem cum detrahi iussisset, prohibitum monitu dei, tanquam is ad tutelam rei publicae educaretur; ac die proximo obvium sibi Augustum, cum incognitum alias haberet, non sine admiratione contuitus, simillimum dixit puero, de quo somniasset. Quidam prius somnium Catuli aliter exponunt, quasi Iuppiter compluribus praetextatis tutorem a se poscentibus, unum ex eis demonstrasset, ad quem omnia desideria sua referrent, eiusque osculum delibatum digitis ad os suum rettulisset. M. Cicero C. Caesarem in Capitolium prosecutus, somnium pristinae noctis familiaribus forte narrabat: puerum facie liberali, demissum e caelo catena aurea, ad fores Capitoli constitisse eique Iovem flagellum tradidisse; deinde repente Augusto viso, quem ignotum plerisque adhuc avunculus Caesar ad

Suetonio deliberábase en el Senado acerca de la conjuración de Catilina, y habiendo llegado tarde Octavio a causa del parto de su esposa, es cosa sabida que P. Nigidio, enterado de la causa de aquel retraso y de la hora del parto, declaró que había nacido un dueño del Universo. Más adelante, llevando Octavio un ejército por la parte más retirada de la Tracia, hizo alto en un bosque consagrado a Baco; allí consultó al dios acerca de los destinos de su hijo, con todas las ceremonias particulares de los bárbaros, prediciéndole los sacerdotes las mismas cosas, ya que, después de las libaciones de vino hechas sobre el altar del dios, elevase la llama hasta la parte superior del templo y desde allí hasta el cielo, prodigio que sólo había ocurrido hasta entonces para Alejandro Magno cuando sacrificó sobre los mismos altares. Desde la siguiente noche le pareció a Octavio ver a su hijo más grande lo que son los mortales, armado con el rayo y el cetro, revestido con las insignias de Júpiter Optimo Máximo, coronado de rayos, y sentado entre laureles en un carro tirado por doce caballos de deslumbrante blancura. En las memorias de C. Druso se lee que habiendo la nodriza de Augusto colocado al niño una noche en su cuna, en una habitación del piso bajo, no le encontró a la mañana siguiente; y que después de haberle estado buscando un largo rato, terminó por hallarle en lo más alto de una torre, y con la cara vuelta hacia el sol saliente. Apenas comenzaba a hablar, cuando importunándole el canto de las ranas en la casa de campo de su abuelo, las mandó callar, y se dice que no cantan desde entonces. Cierto día que estaba comiendo en un bosque situado a cuatro millas de Roma, en el camino de Campania, un águila le arrebató el pan, remontóse hasta perderse de vista, y descendió luego suavemente a devolvérselo. Después de haber Q. Catulo dedicado el Capitolio, tuvo de Augusto, durante dos noches, los siguientes sueños. En el primero vio un grupo de niños que jugaban alrededor del altar de Júpiter, quien cogió uno de ellos, poniéndole en el pecho la estatuita de la República que llevaba en la mano. Vio en el segundo al mismo niño sentado sobre las rodillas de Júpiter Capitolino; quiso arrancarlo de allí, pero se opuso el dios, diciendo que le educaba para sostén de la República. A la mañana siguiente encontró Catulo a Augusto, a quien nunca había visto, y le llamo la atención su parecido con el niño que viera en sus sueños. Otros refieren, sin embargo, de diferente manera el sueño de Catulo según éstos, varios niños pedían un tutor a Júpiter; el dios les designó uno a quien debían encomendar todos sus peticiones; toco después con la mano los labios del pequeño y en seguida se la llevó a la boca. M. Cicerón, acompañando a C. César al Capitolio, refería a sus amigos un sueño que había tenido la noche anterior; en él había visto, según explicaba, un niño de distinguido rostro bajar del cielo al extremo de una cadena de oro, y detenerse delante de las puertas del Capitolio, donde, de manos de Júpiter, recibió un látigo; después, viendo de pronto a 88


Los doce Césares

Suetonio

sacrificandum acciverat, affirmavit ipsum esse, cuius imago secundum quietem sibi obversata sit. Sumenti virilem togam tunica lati clavi, resuta ex utraque parte, ad pedes decidit. Fuerunt qui interpretarentur, non aliud significare, quam ut is ordo cuius insigne id esset quandoque ei subiceretur. Apud Mundam Divus Iulius, castris locum capiens cum silvam caederet, arborem palmae repertam conservari ut omen victoriae iussit; ex ea continuo enata suboles adeo in paucis diebus adolevit, ut non aequiperaret modo matricem, verum et obtegeret frequentareturque columbarum nidis, quamvis id avium genus duram et asperam frondem maxime vitet. Illo et praecipue ostento motum Caesarem ferunt, ne quem alium sibi succedere quam sororis nepotem vellet. In secessu Apolloniae Theogenis mathematici pergulam comite Agrippa ascenderat; cum Agrippae, qui prior consulebat, magna et paene incredibilia praedicerentur, reticere ipse genituram suam nec velle edere perseverabat, metu ac pudore ne minor inveniretur. Qua tamen post multas adhortationes vix et cunctanter edita, exilivit Theogenes adoravitque eum. Tantam mox fiduciam fati Augustus habuit, ut thema suum vulgaverit nummumque argenteum nota sideris Capricorni, quo natus est, percusserit.

Augusto, desconocido todavía para la mayor parte de ellos, y a quien César había llevado consigo para el sacrificio, declaró que aquél era el niño cuyo rostro había visto en su sueño. El día en que Augusto vistió la toga viril, se le descosió por ambos lados su lacticlavia, y le cayó a los pies, deduciendo de ello algunas personas que algún día le quedaría sometido el orden de que era distintivo aquel traje. Cuando César, cerca de Munda, elegía el paraje de su campamento, hizo cortar un bosque en el que encontró una palmera, que mandó respetar como presagio de victoria; de la palmera brotaron al punto retoños, que no sólo igualaron rápidamente al tallo, sino que lo cubrieron por completo, anidando en ellos palomos, aves que huyen del follaje áspero y duro de este árbol. Se dice que este prodigio fue uno de los principales motivos que determinaron a César a no querer otro sucesor que el nieto de su hermana. Durante su permanencia en Apolonia, subió Augusto con Agripa al observatorio del astrólogo Teógenes; consultado éste por Agripa, en primer lugar le predijo una serie de prosperidades tan grandes, tan maravillosas, que Augusto no quiso manifestar el día ni las particularidades de su nacimiento, temiendo tener que avergonzarse delante de él por el vaticinio de un destino menos brillante. Vencido al fin por los ruegos del astrólogo, se los declaró, y Teógenes, levantándose en seguida, le acaloró como a un dios. Augusto cobró en seguida tal confianza en su destino, que publicó un horóscopo e hizo acuñar una medalla de plata con la efigie de Capricornio, constelación bajo la cual había nacido.

[95] Post necem Caesaris reverso ab Apollonia et ingrediente eo urbem, repente liquido ac puro sereno circulus ad speciem caelestis arcus orbem solis ambiit, ac subinde Iuliae Caesaris filiae monimentum fulmine ictum est. Primo autem consulatu et augurium capienti duodecim se vultures ut Romulo ostenderunt, et immolanti omnium victimarum iocinera replicata intrinsecus ab ima fibra paruerunt, nemine peritorum aliter coniectante quam laeta per haec et magna portendi.

XCV. Poco después del asesinato de César, cuando entraba en Roma, de regreso a Apolonia, estando el cielo despejado, se vio de pronto aparecer en él un circulo, parecido al arco iris, rodeando el disco del sol, y poco después caía un rayo en el monumento elevado a Julia, hija del dictador. Cierto día en que consultaba a los augures, durante su primer consulado, aparecieron a su vista doce buitres, como en otro tiempo aparecieron a Rómulo, y durante su sacrificio se abrieron ante sus ojos los hígados de todas las victimas, quedando al descubierto hasta la última fibra, lo cual, según declararon todos los arúspides, era presagio para él de grandes y felices destinos.

[96] Quin et bellorum omnium eventus ante praesensit. Contractis ad Bononiam triumvirorum copiis, aquila tentorio eius supersedens duos corvos hinc et inde infestantis afflixit et ad terram dedit; notante omni exercitu, futuram quandoque inter collegas discordiam talem qualis secuta est, et exitum praesagiente. Philippis Thessalus quidam de futura victoria nuntiavit auctore Divo Caesare, cuius sibi species itinere avio occurrisset. Circa Perusiam, sacrificio non litanti cum augeri hostias imperasset, ac subita eruptione hostes

XCVI. Tuvo también presentimientos de victoria en todas las guerras. Cerca de Bolonia, donde se habían reunido las tropas de los triunviros, un águila, posada sobre su tienda, se lanzó contra dos cuervos que la importunaban, y los derribó en tierra. Todo el ejército vio en aquella lucha el presagio de las discordias que un día habían de dividir a los tres jefes y hasta el desenlace de la lucha. Antes de la batalla de Filipos, un tesaliano le anunció la victoria de parte de J. César, cuya imagen dijo que se la había aparecido en un camino extraviado. Un día sacrificaba bajo los muros de Perusa y no siendo satisfactorio el sacrificio, mandó traer nuevas victimas; estando en ello, los enemigos, 89


Los doce Césares

Suetonio

omnem rei divinae apparatum abstulissent, constitit inter haruspices, quae periculosa et adversa sacrificanti denuntiata essent, cuncta in ipsos recasura qui exta haberent; neque aliter evenit. Pridie quam Siciliensem pugnam classe committeret, deambulanti in litore piscis e mari exsilivit et ad pedes iacuit. Apud Actium descendenti in aciem asellus cum asinario occurrit, homini Eutychus, bestiae Nicon erat nomen; utriusque simulacrum aeneum victor posuit in templo, in quod castrorum suorum locum vertit.

con repentino ataque, arrebataron todos los preparativos, y los arúspides manifestaron que los peligros y reveses anunciados al sacrificador caerían sobre aquellos que se habían apoderado de las entrañas de las victimas; los sucesos posteriores confirmaron la predicción. La víspera del combate naval que libró en Sicilia, mientras paseaba por la playa, saltó un pez del mar, viniendo a caer a sus pies. En el momento en que se dirigía hacia su flota para tomar posición, antes de la batalla de Actium, encontró un borriquillo con su conductor; se llamaba éste Eutychus, que significa Dichoso, y el borrico Nicón, o sea Vencedor. Más adelante, en el templo que hizo erigir en el lugar de su campamento, les dedicó una estatua de bronce.

[97] Mors quoque eius, de qua dehinc dicam, divinitasque post mortem evidentissimis ostentis praecognita est. Cum lustrum in campo Martio magna populi frequentia conderet, aquila eum saepius circumvolavit transgressaque in vicinam aedem super nomen Agrippae ad primam litteram sedit; quo animadverso vota, quae in proximum lustrum suscipi mos est, collegam suum Tiberium nuncupare iussit; nam se, quamquam conscriptis paratisque iam tabulis, negavit suscepturum quae non esset soluturus. Sub idem tempus ictu fulminis ex inscriptione statuae eius prima nominis littera effluxit; responsum est, centum solos dies posthac victurum, quem numerum C littera notaret, futurumque ut inter deos referretur, quod aesar, id est reliqua pars e Caesaris nomine, Etrusca lingua deus vocaretur. Tiberium igitur in Illyricum dimissurus et Beneventum usque prosecuturus, cum interpellatores aliis atque aliis causis in iure dicendo detinerent, exclamavit, quod et ipsum mox inter omina relatum est, non, si omnia morarentur, amplius se posthac Romae futurum; atque itinere incohato Asturam perrexit, et inde praeter consuetudinem de nocte ad occasionem aurae evectus, causam valitudinis contraxit ex profluvio alvi.

XCVII. Presagios certísimos anunciaron también su muerte, de la que hablaré en seguida, y su apoteosis. Cuando cerraba el lustro en el campo de Marte, ante una innumerable multitud, un águila voló repetidamente en derredor suyo; dirigióse después al frontispicio de un templo inmediato, donde estaba grabado el nombre de Agrisas y se posó sobre la primera letra. En virtud de este presagio, Augusto encargó a Tiberio, colega suyo, que hiciese los votos acostumbrados para el lustro siguiente, aunque él mismo los había preparado ya y escrito en sus tablillas, pues no quería pronunciar votos que no había de ver realizados. Por la misma época, un rayo borró la primera letra de su nombre de la inscripción de una de sus estatuas. Consultado sobre ello el oráculo, contestó que no viviría más de cien días, número marcado por la letra C, pero que sería colocado entre los dioses, porque AESAR, es decir, lo que quedaba de su nombre, significa dios en lengua etrusca. Había dado a Tiberio un mando en Iliria, y deseaba acompañarle hasta Benevento, pero retrasado constantemente por las causas que llevaban ante su tribunal, exclamó (y estas palabras se consideraron también presagio): que nada podría detenerle va más en Roma. Se puso en camino, llegó hasta Astura, y aprovechando allí un viento favorable, se embarcó de noche contra su costumbre, comenzando su postrera enfermedad por una diarrea.

[98] Tunc Campaniae ora proximisque insulis circuitis, Caprearum quoque secessui quadriduum impendit, remississimo ad otium et ad omnem comitatem animo. Forte Puteolanum sinum praetervehenti vectores nautaeque de navi Alexandrina, quae tantum quod appulerat, candidati coronatique et tura libantes fausta omina et eximias laudes congesserant, per illum se vivere, per illum navigare, libertate atque fortunis per illum frui. Qua re admodum exhilaratus quadragenos aureos comitibus

XCVIII. Recorrió las costas de la Campania y de las alas vecinas, y pasó cuatro días en Capri descansando y con excelente disposición de ánimo. Navegaba cerca de la bahía de Puzzola, cuando los pasajeros y marineros de un buque de Alejandría que estaba en rada, fueron a saludarle vestidos con trajes blancos y ceñidas coronas, quemando ante él incienso, le colmaron de alabanzas, y haciendo votos por su prosperidad, exclamaron: que por él vivían, y que le debían la libertad de la navegación y todos sus bienes. Tan alegre le pusieron estas aclamaciones, que mandó distribuir a todos los de su comitiva cuarenta piezas 90


Los doce Césares divisit iusque iurandum et cautionem exegit a singulis, non alio datam summam quam in emptionem Alexandrinarum mercium absumpturos. Sed et ceteros continuos dies inter varia munuscula togas insuper ac pallia distribuit, lege proposita ut Romani Graeco, Graeci Romano habitu et sermone uterentur. Spectavit assidue exercentes ephebos, quorum aliqua adhuc copia ex vetere instituto Capreis erat; isdem etiam epulum in conspectu suo praebuit, permissa, immo exacta iocandi licentia diripiendique pomorum et obsoniorum rerumque missilia. Nullo denique genere hilaritatis abstinuit. Vicinam Capreis insulam Apragopolim appellabat, a desidia secedentium illuc e comitatu suo. Sed ex dilectis unum, Masgaban nomine, quasi conditorem insulae ktisten vocare consuerat. Huius Masgabae ante annum defuncti tumulum cum e triclinio animadvertisset magna turba multisque luminibus frequentari, versum compositum ex tempore clare pronuntiavit:

Suetonio de oro, haciéndoles prometer, bajo juramento, que emplearían el dinero en comprar mercancías en Alejandría. En los días que siguieron repartió también, además de otros pequeños regalos togas romanas y mantos griegos, haciendo vestir a los griegos el traje romano, y a los romanos, el griego, cambio que extendió hasta al lenguaje. Durante los días que pasó en Capri le complacía en extremo ver los ejercicios de un grupo de jóvenes griegos, restos de la antigua institución. Les hizo servir en presencia suya su comida, y les dio permiso y hasta orden de entregarse a todas las locas libertades de su edad y entrar a saco las frutas, postres y hasta la plata que les llevaron en su nombre. No hubo, en fin, clase de distracción a que no se entregara en aquel viaje. A causa de la alegre vida que llevaban los de su comitiva en la isla vecina a Capri, le dio el nombre griego de lugar de ociosidad. Un tal Masgaba, a quien había querido mucho y a quien, por chanza, llamaba a menudo el fundador de la isla, había muerto el año anterior, y los habitantes del país, todos con antorchas encendidas, visitaban en grupos su sepulcro. Viéndolos un día desde su mesa, improvisó este verso griego: “Veo del fundador la tumba en llamas.”

Ktiston de tymbon eisoro pyroumenon conversusque ad Thrasyllum Tiberi comitem, contra accubantem et ignarum rei, interrogavit, cuiusnam poetae putaret esse; quo haesitante subiecit alium:

y volviendo hacia Trasillo, compañero de Tiberio, que ignoraba de qué se trataba, le preguntó de qué poeta era aquel verso. Vaciló aquél en contestar, y Augusto añadió entonces este otro:

Horas phaessi Masgaban timomenon;

“¿No veis a Masgaba rodeado de antorchas?”

ac de hoc quoque consuluit. Cum ille nihil aliud responderet quam, cuiuscumque essent optimos esse, cachinnum sustulit atque in iocos effusus est. Mox Neapolim traiecit, quanquam etiam tum infirmis intestinis morbo variante; tamen et quinquennale certamen gymnicum honori suo institutum perspectavit et cum Tiberio ad destinatum locum contendit. Sed in redeundo adgravata valitudine tandem Nolae succubuit revocatumque ex itinere Tiberium diu secreto sermone detinuit, neque post ulli maiori negotio animum accommodavit.

y repitió la pregunta; respondiendo al fin el interrogado que cualquiera que fuese el autor, los versos eran excelentes; Augusto prorrumpió en risa y bromeó durante largo rato. Pasó después a Nápoles, continuando más o menos atormentado por dolores de vientre. Asistió en esta ciudad a los juegos gimnásticos y quinquenales establecidos en su honor, y acompañó a Tiberio hasta el lugar de su destino. Pero al retorno, sintiéndose peor, tuvo que detenerse en Nola; hizo regresar a Tiberio, tuvo con él una conversación secreta que duró largo rato, y ya no se ocupó más en asuntos graves.

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Los doce Césares

Suetonio

[99] Supremo die identidem exquirens, an iam de se tumultus foris esset, petito speculo, capillum sibi comi ac malas labantes corrigi praecepit, et admissos amicos percontatus, ecquid iis videretur mimum vitae commode transegisse, adiecit et clausulam: ei de ti echoi kalos to paignion, kroton dote kai pantes hemas meta charas propempsate Omnibus deinde dimissis, dum advenientes ab urbe de Drusi filia aegra interrogat, repente in osculis Liviae et in hac voce defecit: Livia, nostri coniugii memor vive, ac vale! sortitus exitum facilem et qualem semper optaverat. Nam fere quotiens audisset cito ac nullo cruciatu defunctum quempiam, sibi et suis euthanasian similem (hoc enim et verbo uti solebat) precabatur. Unum omnino ante efflatam animam signum alienatae mentis ostendit, quod subito pavefactus a quadraginta se iuvenibus abripi questus est. Id quoque magis praesagium quam mentis deminutio fuit, siquidem totidem milites praetoriani extulerunt eum in publicum.

XCIX. El día de su muerte preguntó repetidas veces si su estado producía algún alboroto en el exterior; y pidió un espejo, y se hizo arreglar el cabello para disimular el enflaquecimiento de su rostro. Cuando entraron sus amigos, les dijo: ¿Os parece que he representado bien esta farsa de la vida? Y añadió en griego la sentencia con que terminan las comedias:

[100] Obiit in cubiculo eodem, quo pater Octavius, duobus Sextis, Pompeio et Appuleio, cons. XIIII. Kal. Septemb. hora diei nona, septuagesimo et sexto aetatis anno, diebus V et XXX minus. Corpus decuriones municipiorum et coloniarum a Nola Bovillas usque deportarunt, noctibus propter anni tempus, cum interdiu in basilica cuiusque oppidi vel in aedium sacrarum maxima reponeretur A Bovillis equester ordo suscepit, urbique intulit atque in vestibulo domus conlocavit. Senatus et in funere ornando et in memoria honoranda eo studio certatim progressus est, ut inter alia complura censuerint quidam, funus triumphali porta ducendum, praecedente Victoria quae est in curia, canentibus neniam principum liberis utriusque sexus; alii, exsequiarum die ponendos anulos aureos ferreosque sumendos; nonnulli, ossa legenda per sacerdotes summorum collegiorum. Fuit et qui suaderet, appellationem mensis Augusti in Septembrem transferendam, quod hoc genitus Augustus, illo defunctus esset; alius, ut omne tempus a primo die natali ad exitum eius saeculum Augustum appellaretur et ita in fastos referretur. Verum adhibito honoribus modo, bifariam laudatus est: pro aede Divi Iuli a Tiberio et pro rostris veteribus a Druso Tiberi filio, ac senatorum umeris delatus in Campum crematusque. Nec defuit vir praetorius, qui se effigiem cremati euntem in

C. Murió en la misma habitación que su padre Octavio, bajo el consulado de Sexto Pompeyo y de Sexto Apuleyo, el 14 de las calendas de septiembre, en la novena hora del día (63), a los setenta y seis años menos treinta y cinco días. Trasladaron su cuerpo de Nola a Bobilas, llevándole los decuriones de los municipios y de las colonias y viajando de noche a causa de la estación. En Bobilas fue entregado a los caballeros, que lo condujeron a Roma, depositándolo en el vestíbulo de su casa. El Senado quiso honrar su memoria, celebrando sus funerales con pompa extraordinaria; presentáronse al objeto numerosas proposiciones: unos querían que el cortejo pasara por el arco de triunfo, precedido por la estatua de la Victoria que está en el Senado, y por los jóvenes nobles de ambos sexos cantando himnos fúnebres; otros, que en día de las exequias se llevasen anillos de hierro, en vez de anillos de oro; proponían algunos que se encargase de recoger sus huesos a los sacerdotes de los colegios superiores. Uno propuso también que se trasladase del mes de agosto al de septiembre el nombre de Augusto, porque había nacido en el último y muerto en el primero; otro, que el tiempo transcurrido desde su nacimiento hasta su muerte se llamase siglo de Augusto y con este nombre se designase en los fastos. Se pusieron, sin embargo, límites a tales proposiciones. Sobre sus restos fueron pronunciados dos elogios fúnebres: uno por Tiberio, delante del templo de J. César, y otro por Druso, hijo de Tiberio, cerca de la antigua tribuna de las arengas; fue llevado en hombros por los senadores hasta el campo de Marte, donde le colocaron sobre la pira. Un antiguo pretor aseguró allí que había visto

“Si os ha gustado, batid palmas y aplaudid al autor.” Mandó después retirarse a todos; inquirió todavía acerca de la enfermedad de la hija de Druso a algunos que llegaban de Roma, y expiró de súbito entre los brazos de Livia, diciéndole: Livia, vive v recuerda nuestra misión; adiós. Su muerte fue tranquila y como siempre la había deseado; porque cuando oía decir que había muerto alguno rápidamente y sin dolor, exponía al punto su deseo de morir él y todos los suyos de esta manera, lo que exponía con la palabra griega correspondiente, gritando, como asaltado de repentino temor, que le arrastraban cuarenta jóvenes; sin embargo, fue más bien presagio que prueba de debilidad de razón, puesto que cuarenta soldados pretorianos llevaron su cuerpo al paraje donde se le expuso.

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Los doce Césares

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caelum vidisse iuraret. Reliquias legerunt primores equestris ordinis, tunicati et discincti pedibusque nudis, ac Mausoleo condiderunt. Id opus inter Flaminiam viam ripamque Tiberis sexto suo consulatu exstruxerat circumiectasque silvas et ambulationes in usum populi iam tum publicarat.

elevarse de entre las llamas hasta el cielo la imagen de Augusto. Los más distinguidos del orden ecuestre, descalzos y vistiendo sencillas túnicas, recogieron sus cenizas, depositándolas en el mausoleo hecho construir por él durante su sexto consulado entre el Tíber y la Vía Flaminia; habíalo rodeado de bosque, quedando desde aquella época convertido en paseo público.

[101] Testamentum L. Planco C. Silio cons. III. Non. Apriles, ante annum et quattuor menses quam decederet, factum ab eo ac duobus codicibus, partim ipsius partim libertorum Polybi et Hilarionis manu, scriptum depositumque apud se virgines Vestales cum tribus signatis aeque voluminibus protulerunt. Quae omnia in senatu aperta atque recitata sunt. Heredes instituit primos: Tiberium ex parte dimidia et sextante, Liviam ex parte tertia, quos et ferre nomen suum iussit, secundos: Drusum Tiberi filium ex triente, ex partibus reliquis Germanicum liberosque eius tres sexus virilis, tertio gradu: propinquos amicosque compluris. Legavit populo Romano quadringnties, tribubus tricies quinquies sestertium, praetorianis militibus singula milia nummorum, cohortibus urbanis quingenos, legionaris trecenos nummos: quam summam repraesentari iussit, nam et confiscatam semper repositamque habuerat. Reliqua legata varie dedit perduxitque quaedam ad vicies sestertium, quibus solvendis annuum diem finiit, excusata rei familiaris mediocritate, nec plus perventurum ad heredes suos quam milies et quingenties professus, quamvis viginti proximis annis quaterdecies milies ex testamentis amicorum percepisset, quod paene omne cum duobus paternis patrimoniis ceterisque hereditatibus in rem publicam absumpsisset. Iulias filiam neptemque, si quid iis accidisset, vetuit sepulcro suo inferri. Tribus voluminibus, uno mandata de funere suo complexus est, altero indicem rerum a se gestarum, quem vellet incidi in aeneis tabulis, quae ante Mausoleum statuerentur, tertio breviarium totius imperii, quantum militum sub signis ubique esset, quantum pecuniae in aerario et fiscis et vectigaliorum residuis. Adiecit et libertorum servorumque nomina, a quibus ratio exigi posset.

CI. Había hecho Augusto su testamento bajo el consulado de L. Plauco y C. Silio, el 3 de las nonas de abril, un año y cuatro meses antes de morir; le añadió dos codicilos, escritos en parte de su puño y en parte de sus libertos Polibio e Hilarión. Este testamento, depositado en el Colegio de las Vestales, lo presentaron estas mismas en tres cuadernos con idénticos sellos. Abriese en el Senado y se le dio lectura. Instituía por herederos principales a Tiberio y a Livia, al primero en la mitad más un sexto, y a la otra en un tercio, disponiendo que llevaran su nombre. A falta de éstos, llamaba a la sucesión a Druso, hijo de Tiberio, en un tercio, y a Germánico y sus tres hijos en el sexto. Por último, nombraba herederos en tercer lugar a considerable número de parientes y amigas. Legaba al pueblo romano cuarenta millones de sestercios; a cada soldado de la guardia pretoriana, mil sestercios; a las cohortes urbanas, quinientos y a las legiones, trescientos. Estas cantidades debían ser pagadas en el acto, cosa no difícil, puesto que estaban reservadas en el Tesoro imperial. Hacía también otros legados, algunos de los cuales se elevaban hasta dos millones de sestercios; señalaba un año para pagarlos, dando por excusa la modestia de su fortuna, pues declaraba que sus herederos no obtendrían de la sucesión más de ciento cincuenta millones de sestercios (64) a pesar de que en los veinte últimos años de su vida sus amigos le habían legado por testamento cuatro mil millones, por haberlos empleado todos en el Estado, así como sus dos patrimonios paternos y demás herencia de familia. Nombraba sólo a las dos Julias. su hija y nieta, para prohibir que las sepultasen con él en la misma tumba. De los tres pliegos que habían legado por testamento cuatro mil millones, para hacer funerales; otro un sumario de su vida, que debía grabarse en planchas de bronce delante de su mausoleo, y el tercero era una exposición de la situación de todo el Imperio, con relación de los soldados que había bajo las banderas del dinero en el Tesoro del emperador, en las cajas del Estado, y de los tributos o impuestos que se adeudaban aún. Cuidó asimismo de añadir los nombre de los libertos y esclavos a quienes podía pedirse cuentas.

NOTAS (41) Por ejemplo, el decenvirato y la edilidad, llamado por los romanos magisteria; la palabra magistratus tiene más alta significación. (42) 23 de septiembre 93


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(43) Colocabase en tierra al recién nacido invocando a Ops para que le acogiese favorablemente; llamábase a esta diosa Levana porque presidía esta ceremonia levandis de erra pueris. (44) Cuando Roma se alzo movida por faustos augurios. (45) Significa elevar y a la vez hacer desaparecer. (46) Este testamento había sido depositado por Antonio en el colegio de las vestales. Según Dión la existencia de este documento había sido revelada a Augusto por Ticio y Glauco, que habían figurado como testigos. (47) Pueblo antiguo de Africa; gozaba de gran celebridad, porque se creía que sus cuerpos tenían la virtud de matar las serpientes, adormeciendolas con sólo su olor. Al nacerles un hijo, para asegurarse de que sus mujeres no habían tenido comercio con extraños, presentaban al recién nacido una serpiente; si esta no huía, el niño era legitimo. (48) De la palabra latina vallum, atrincheramiento, muralla. (49) Turip, Panicio, v. 612. (50) El Senado le decreto el poder tribunicio en 724, después de la derrota de Antonio; no tomó, sin embargo, posesión hasta 731, lo conservó treinta y seis años y algunos meses, es decir hasta su muerte, ocurrida en 767. (51) Estas funciones se le otorgaron primero por cinco años en 735, luego, en 742, por otros cinco años. Acaso Suetonio las llama perpetuas porque siempre se le renovaron. (52) Del nombre de Augusto se deriva, por corrupción, nuestro agosto. (53) Se establecía una especie de conscripción entre las niñas de seis a diez años; la que había ingresado en este sacerdocio, libraba de el a sus hermanas, existía asimismo dispensa para las hijas de los quindecenviros, de los flamines y de los salianos. (54) La ley Pompeya dispone que el que hubiese cometido o intentado un parricidio, si lo confesaba, fuese azotado con varas ensangrentadas, y cosido luego en un saco con un perro, un gato, una víbora y un mono y arrojado al mar. (55) Se llamaban Orcini, o libertos del Orcus, de Plutón, los que eran por el testamento de sus dueños; pues parecía así que éstos les daban la libertad desde lo profundo del Averno. Por la misma razón se llamaba Orcini a los senadores de que aquí se trata. César, según, Antonio, los había designado en sus Memorias, y era necesario respetar su voluntad. (56) Estos magistrados estaban encargados de examinar el estado de los templos y de los edificios públicos, y de vigilar para que se los reparase. (57) La jurisdicción de estos magistrados era muy extensa, pues abarcaba las atribuciones judiciales y las de policía; juzgaban por ejemplo, en las dificultades entre amos y esclavos, faltas de los tutores, fraudes de los banqueros: reprimían las asociaciones ilícitas; vigilaban los espectáculos, etc. (58) Estos adornos eran una corona de laurel el manto triunfal, un cetro, una estatua, acciones de gracias a tos dioses, el titulo de imperator, todo, en fin, exceptuando la marcha solemne y el carro del triunfador. (59) Las manumisiones databan el derecho de ciudadanía, pero ejercida únicamente en las cuatro tribus urbanas, que eran las menos importantes. La ley Aelia Leutia impone una restricción que es la que aquí señala Suetonio. Existió aún otra restricción aplicable a los que habían sido manumitidos con menos solemnidad, los cuales sólo adquirían el derecho de los latinos. (60) Distribuciones extraordinarias en dinero o géneros. (61) De torgues, collar. (62) Ilíada, III, 4. (62bis) ¿No ves cómo ese petimetre rige su disco con el dedo? La alusión estriba en el doble sentido de la palabra orbis, que significa a la vez el circulo (aquí el tamboril? y el universo. (623) Desde que esta reunión sacrílega hubo contratado al maestro del coro, y Malia vio seis dioses y seis diosas cuando César, en su impiedad, osó parodiar a Febo, cuando agasajo a sus invitados renovando los adulterios de los dioses. Entonces todas las divinidades se alejaron de la tierra y el mismo Júpiter huyó lejos de su trono de oro. (624) Mi padre era cambista; yo vendo vasos. (625) Perdidos en el mar sus novios a causa de dos tempestades logró salvarse jugando día y noche a los dados. (63) El 19 de agosto a las tres y media de la tarde. (64) Algo mas de veintinueve millones de pesetas oro. 94


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SVETONI TRANQVILII VITA TIBERI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76

TIBERIO SINOPSIS I. ASCENDENCIA DE TIBERIO. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-25) La familia de Tiberio. Antepasados más importantes (1-3). Sus padres y hermano (4). Nacimiento e infancia de Tiberio (5-6). Matrimonios y descendencia. Muerte de su hermano (7). Inicio en las funciones civiles (8). Campañas militares. Ovación y ornamentos triunfales. Cuestura, pretura y doble consulado. Potestad tribunicia (9). Retiro en Rodas. Diferencias con Gayo César. Sospechas de traición. Peligro de su vida. Regreso a Roma (10-13). Presagios y predicciones desde antes de su nacimiento (14). Comportamiento de Tiberio en Roma. Muerte de Gayo y Lucio César. Adopción de Tiberio. Adopción de Germánico (15). Nueva concesión de la potestad tribunicia. Envío a Germa nia. Rebelión de lliria. Desastre de Varo en Germanía. Honores decretados a Tiberio (16-17). Nueva campaña de Germanía. Triunfo de Tiberio. Larguezas con el pueblo. Dedicación del templo de la Concordia y del de Cástor y Pólux (18-20). Tiberio, corregente. Censo del, pueblo. Interrupción de su viaje a Iliria. Entrevista con Augusto moribundo. Testimonios de la buena opinión de éste respecto a su hijastro (21). Asesinato de Agripa Póstumo (22). Lectura del testamento de Augusto (23). Vacilaciones de Tiberio en aceptar el poder. Conjuras y revueltas militares (24-25). II. TIBERIO EN EL PODER (26-67) Primera etapa (26-40) Comedimiento de los primeros años de mandato. Rechazo de honores excesivos. Sencillez y tolerancia (26-28). Predominio del Senado y de los magistrados. Humildad y benevolencia (29-32). Primeras intervenciones. Medidas contra el lujo (33-34). Saneamiento de las costumbres (35). Política religiosa (36). Medidas de orden público. Acantonamiento de la guardia pretoriana. Represión de revueltas (37). Resistencia a ausentarse de Roma. Viaje a Campania y Capri (38-40). Segunda etapa (41-67) Tiberio en Capri. Abandono de las tareas gubernativas (41). Desbordamiento de todos sus vicios. Su antigua afición por la bebida. Lujuria y aberraciones sexuales (42-45). Tacañería y avaricia (46-47). únicos actos de generosidad de su reinado. Codicia y rapacidad (48-49). Primeras manifestaciones de odio hacia sus parientes. Comportamiento con su hermano, con Julia y con su madre (50-51). Indiferencia ante la muerte de su hijo Druso y sospechas de participación en la de Germánico (52). Persecución de la familia de éste (53-54). Trato dispensado a sus colaboradores y compañeros (55-56). Testimonios de crueldad desde el comienzo de su mandato. Epigramas de denuncia de ésta (57-59). Nuevos actos de crueldad. Reinado de terror (60-62). Impopularidad de Tiberio. Angustias y temores de éste (63-64). Caída de Sejano (65). Hostilidad general contra Tiberio. Abatimiento de su espíritu (66-67).

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III. RASGOS PERSONALES DE TIBERIO (68-71) Características físicas (68). Indiferencia religiosa. Afición por la astrología. Supersticiones (69). Tiberio, hombre de letras. Producción literaria. Interés por la mitología (70). Purismo lingüístico (7 l). IV. MUERTE DE TIBERIO (72-76) Intentos de regresar a Roma. Enfermedad y muerte. Lugar, fecha y edad a la que murió. Sospechas de asesinato (72-73). Presagios relativos a su muerte (74). Estallido de alegría popular. Traslado del cuerpo. Funerales (75). Testamento de Tiberio (76).

[1] Patricia gens Claudia--fuit enim et alia plebeia, nec potentia minor nec dignitate--orta est ex Regillis oppido Sabinorum. Inde Romam recens conditam cum magna clientium manu conmigrauit auctore Tito Tatio consorte Romuli, uel, quod magis constat, Atta Claudio gentis principe, post reges exactos sexto fere anno; atque in patricias cooptata agrum insuper trans Anienem clientibus locumque sibi ad sepulturam sub Capitolio publice accepit. Deinceps procedente tempore duodetriginta consulatus, dictaturas quinque, censuras septem, triumphos sex, duas ouationes adepta est. Cum praenominibus cognominibusque uariis distingueretur, Luci praenomen consensu repudiauit, postquam e duobus gentilibus praeditis eo alter latrocinii, caedis alter conuictus est. Inter cognomina autem et Neronis assumpsit, quo[d] significatur lingua Sabina fortis ac strenuus.

I. La familia patricia de los Claudios (porque existió también una plebeya, no inferior a la otra en poder y dignidad) es oriunda de Regillis, en el país de los sabinos. De allí vino, con numeroso acompañamiento de clientes, a establecerse en Roma, recientemente edificada; fue acogida por el Senado entre las patricias a propuesta de Tito Tacio, colega de Rómulo, o lo que parece más cierto, cerca de seis años después de la expulsión de los reyes; eran entonces Atta Claudio cabeza de la familia. Diósele terreno más allá del Anio para sus clientes, y sitio para su sepultura al pie del Capitolio (65). En el transcurso de los años consiguió esta familia veintiocho consulados, cinco dictaduras, siete censuras, siete triunfos y dos ovaciones. Distinguióse con nombres y apellidos diferentes, pero mostrase unánime en rechazar el de Lucio, porque a dos miembros suyos que lo llevaron se les probó que habían cometido el uno robos y el otro asesinatos. Entre otros apellidos, tomó con frecuencia el de Nerón, que en lengua sabina significa valiente y activo.

[2] Multa multorum Claudiorum egregia merita, multa etiam sequius admissa in rem p. Extant. Sed ut praecipua commemorem, Appius Caecus societatem cum rege Pyrro ut parum salubrem iniri dissuasit. Claudius Caudex primus freto classe traiecto Poenos Sicilia expulit. Tiberius Nero aduenientem ex Hispania cum ingentibus copiis Hasdrubalem, prius quam Hannibali fratri coniungeretur, oppressit. Contra Claudius Regillianus, decemuir legibus scribendis, uirginem ingenuam per uim libidinis gratia in seruitutem asserere conatus causa plebi fuit secedendi rursus a patribus. Claudius [Russus] statua sibi diademata ad Appi Forum posita Italiam per clientelas occupare temptauit. Claudius Pulcher apud Siciliam non pascentibus in auspicando pullis ac per contemptum religionis mari demersis, quasi ut biberent quando esse nollent, proelium nauale iniit;

II. Muchos servicios buenos y malos prestaron los Claudios a la República; pero citaremos sólo los principales: Apio Ceco impidió que se concertase una alianza desventajosa con el rey Pirro. Claudio Caudex fue el primero que cruzó el mar con una nota y expulsó a los cartagineses de la Sicilia; Claudio Nerón batió a Asdrúbal que con fuerzas considerables venia de España a reunirse con su hermano Aníbal. Por otra parte, Claudio Apio Regilano, nombrado decenviro para la redacción de las leyes, se atrevió a reclamar como esclava suya a una joven de condición libre, llegando hasta a emplear la violencia para satisfacer su pasión, lo que ocasionó nueva ruptura entre el pueblo y el Senado. Claudio Rufo se hizo erigir en el Foro de Apio una estatua coronada con una diadema y quiso ocupar a Italia con sus clientes. Claudio Pulcher, que mandaba en Sicilia, viendo que los pollos sagrados no querían comer y hacer de este modo los auspicios favorables, osó con menosprecio de la religión arrojarlos al mar para que bebiesen, ya que no comían, y habiendo trabado a continuación batalla naval, 97


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superatusque, cum dictatorem dicere a senatu iuberetur, uelut iterum inludens discrimini publico Glycian uiatorem suum dixit. Extant et feminarum exempla diuersa aeque, siquidem gentis eiusdem utraque Claudia fuit, et quae nauem cum sacris Matris deum Idaeae obhaerentem Tiberino uado extraxit, precata propalam, ut ita demum se sequeretur, si sibi pudicitia constaret; et quae nouo more iudicium maiestatis apud populum mulier subiit, quod in conferta multitudine aegre procedente carpento palam optauerat, ut frater suus Pulcher reuiuisceret atque iterum classem amitteret, quo minor turba Romae foret. Praeterea notatissimum est, Claudios omnis, excepto dum taxat P. Clodio, qui ob expellendum urbe Ciceronem plebeio homini atque etiam natu minori in adoptionem se dedit, optimates adsertoresque unicos dignitatis ac potentiae patriciorum semper fuisse atque aduersus plebem adeo uiolentos et contumaces, ut ne capitis quidem quisquam reus apud populum mutare uestem aut deprecari sustinuerit; nonnulli in altercatione et iurgio tribunos plebi pulsauerint. Etiam uirgo Vestalis fratrem iniussu populi triumphantem ascenso simul curru usque in Capitolium prosecuta est, ne uetare aut intercedere fas cuiquam tribunorum esset.

fue vencido; cuando el Senado le instaba para que nombrase un dictador, injurió de nuevo al infortunio público, eligiendo para esta dignidad a un mensajero suyo llamado Glicias. También entre las mujeres de esta familia se dieron buenos y malos ejemplos: una Claudia fue la que extrajo de los bajos del Tíber, donde estaba encallado, el buque en que se encontraba la estatua de Cibeles, rogando en alta voz a los dioses que le diesen fuerza para mover aquella nave, como testimonio de su castidad. Otra Claudia fue acusada ante el pueblo del delito de lesa majestad, extraño hasta entonces a las mujeres, porque avanzando con dificultad su carro entre los apiñados grupos de la multitud, expresó públicamente su deseo de que resucitase su hermano Pulcher y perdiese otra flota para disminuir la población de Roma. Se sabe, además, que todos los Claudios, excepto P. Clodio, quien con objeto de desterrar a Cicerón, se hizo adoptar por un plebeyo que era incluso más joven que él, permanecieron siempre siendo apoyo y a veces defensores únicos del poder y dignidad de los patricios, y tan implacables y violentos enemigos del pueblo, que ni bajo el peso de acusación capital quiso vestir ninguno el traje de luto ni implorar la compasión de la multitud; se sabe también que en las discordias civiles, muchos de ellos hirieron a tribunos. Viese asimismo una Claudia, sacerdotisa de Vesta, montar en el carro de su hermano, que iba en triunfo a pesar del pueblo, y acompañarle de este modo hasta el Capitolio, con objeto de que los tribunos nada pudieran contra él.

[3] Ex hac stirpe Tiberius Caesar genus trahit, e[t] quidem utrumque: paternum a Tiberio Nerone, maternum ab Appio Pulchro, qui ambo Appi Caeci filii fuerunt. Insertus est et Liuiorum familiae adoptato in eam materno auo. Quae familia, quanquam plebeia, tamen et ipsa admodum floruit octo consulatibus, censuris duabus, triumphis tribus, dictatura etiam ac magisterio equitum honorata; clara et insignibus uiris ac maxime Salinatore Drusisque. Salinator uniuersas tribus in censura notauit leuitatis nomine, quod, cum se post Priorem consulatum multa inrogata condemnassent, consulem iterum censoremque fecissent. Drusus hostium duce Drauso comminus trucidato sibi posterisque suis cognomen inuenit. Traditur etiam pro praetore ex prouincia Gallia ret[t]ulisse aurum Senonibus olim in obsidione Capitolii datum nec, ut fama est, extortum a Camillo. Eius abnepos ob eximiam aduersus Gracchos operam patronus senatus dictus filium reliquit, quem in simili dissensione multa uarie molientem diuersa factio per fraudem interemit.

III. De este linaje descendía Tiberio César por padre y madre. Su origen paterno remontaba a Tiberio Nerón; el materno a Apio Pulcher, dos hijos de Apio Ceco. También estaba enlazado con la familia de los Livios por su abuelo materno, que había entrado en ella por adopción. Esta familia, aunque plebeya, había prosperado mucho, obteniendo ocho consulados, dos censuras, tres triunfos, la dictadura y el mando de la caballería. De ella han salido hombres célebres, especialmente Salinator y los Drusos. Salinator, siendo censor, acusó de infamia a todas las tribus romanas, como culpables de ligereza, por haberle hecho por segunda vez cónsul y censor después de condenarle a una multa al expirar su primer consulado. Druso recibió este nombre, que legó a sus descendientes, por haber dado muerte luchando frente a frente a un general enemigo llamado Drausus. Se dice también que trajo de la Galia, adonde fue enviado como propretor, el oro que en otro tiempo se diera a los senones cuando sitiaban el Capitolio, y que no fue rescatado por Camilo, como se creía. Su bisnieto, que por su valerosa resistencia a las empresas de los Gracos fue llamado el jefe del Senado, dejó un hijo que, comprometido en parecidas querellas y meditando atrevidos proyectos, concluyó por caer en las asechanzas y bajo los golpes del partido opuesto.

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[4] Pater Tiberi, Nero, quaestor C. Caesaris Alexandrino bello classi praepositus, plurimum ad uictoriam contulit. Quare et pontifex in locum P. Scipionis substitutus et ad deducendas in Galliam colonias, in quis Narbo et Arelate erant, missus est. Tamen Caesare occiso, cunctis turbarum metu abolitionem facti decernentibus, etiam de praemiis tyrannicidarum referendum censuit. Praetura deinde functus, cum exitu anni discordia inter triumuiros orta esset, retentis ultra iustum tempus insignibus L. Antonium consulem triumuiri fratrem ad Perusiam secutus, deditione a ceteris facta, solus permansit in partibus ac primo Praeneste, inde Neapolim euasit seruisque ad pilleum frustra uocatis in Siciliam profugit. Sed indigne ferens nec statim se in conspectum Sexti Pompei admissum et fascium usu prohibitum, ad M. Antonium traiecit in Achaiam. Cum quo breui reconciliata inter omnis pace Romam redit uxoremque Liuiam Drusillam et tunc grauidam et ante iam apud se filium enixam petenti Augusto concessit. Nec multo post diem obiit, utroque liberorum superstite, Tiberio Drusoque Neronibus.

IV. El padre de Tiberio fue cuestor de C. César durante la guerra de Alejandría, y mandaba su nota, contribuyendo mucho a la victoria. Por esta razón fue nombrado pontífice en lugar de S. Scipión y encargado de establecer en la Galia gran número de colonias, entre otras Narbona y Arlés. Después de la muerte de César, y no obstante el criterio de todo el Senado, que quería dejar impune el asesinato para evitar nuevas turbulencias, llegó hasta pedir que se votasen recompensas para los tiranicidas. Estaba por terminar el año de su pretura, cuando estalló la discordia entre los triunviros; conservó con esto más del tiempo prescrito las insignias de su dignidad, siguió a Perusa al cónsul L. Antonio, hermano del triunviro, y fue el único que le permaneció fiel tras la defección de todo su partido. Retirase primeramente a Prenesto, pasó después a Nápoles, y no habiendo conseguido sublevar a los esclavos, a los que prometía la libertad, huyó a Sicilia. Indignado allí porque le hicieron esperar una audiencia de Sexto Pompeyo y prohibido el uso de las fasces, se trasladó a Acaya al lado de M. Antonio. No tardó, sin embargo, en volver con él a Roma, una vez restablecida la paz, y fue entonces cuando, a petición de Augusto, le cedió su mujer Livia Drusila, que se encontraba encinta y le había dado ya un hijo. Murió poco tiempo después, dejando dos hijos, Tiberio y Druso, denominados Nerones.

[5] Tiberium quidam Fundis natum existimauerunt secuti leuem coniecturam, quod materna eius auia Fundana fuerit et quod mox simulacrum Felicitatis ex s. C. Publicatum ibi sit. Sed ut plures certioresque tradunt, natus est Romae in Palatio XVI. Kal. Dec. M. Aemilio Lepido iterum L. Munatio Planco conss. Per bellum Philippense. Sic enim in fastos actaque in publica relatum est. Nec tamen desunt, qui partim antecedente anno, Hirti ac Pansae, partim insequenti, Seruili Isaurici [L.]que Antoni[i] consulatu, genitum eum scribant.

V. Se ha creído, por conjeturas poco sólidas, que Tiberio nació en Fondi, porque allí vio la luz su abuela materna y porque en virtud de un senadoconsulto erigiese también allí una estatua a la Felicidad. Pero la mayoría de los autores y los más dignos de crédito afirman que nació en Roma, sobre el monte Palatino, el 16 de las calendas de diciembre, bajo el consulado de M. Emilio Lépido y de L. Munacio Planeo, después de la batalla de Filipos. Así esta al menos consignado en los fastos y en las actas públicas. Sin embargo, no faltan escritores que le suponen nacido el año anterior, bajo el consulado de Hircio y de Pansa, y otros en el año siguiente, bajo el de Servilio Isáurico y de Antonio.

[6] Infantiam pueritiamque habuit laboriosam et exercitatam, comes usque quaque parentum fugae; quos quidem apud Neapolim sub inruptionem hostis nauigium clam petentis uagitu suo paene bis prodidit, semel cum a nutricis ubere, ite[ru]m cum a sinu matris raptim auferretur ab iis, qui pro necessitate temporis mulierculas leuare onere temptabant. Per Siciliam quoque et per Achaiam circumductus ac Lacedaemoniis publice, quod in tutela Claudiorum erant, demandatus, digrediens inde itinere nocturno discrimen uitae adiit flamma repente e siluis undique exorta adeoque omnem comitatum circumplexa, ut Liuiae pars uestis et capilli amburerentur. Munera, quibus a Pompeia Sex. Pompei sorore in Sicilia donatus est,

VI. Laboriosa y agitada transcurrió su infancia, porque desde la más tierna edad estuvo expuesto a fatigas y peligros, acompañando a sus padres por todas partes en su huida. Cuando iban a embarcarse secretamente para huir de Nápoles, adonde acudían sus enemigos, estuvo a punto de denunciarlos con sus gritos, primero cuando le arrancaron del seno de su nodriza, y después en los brazos de su madre, a quien en tan peligrosa coyuntura querían aliviar de su carga algunas mujeres. Llevado por Sicilia y por Acaya y entregado a la fe de los lacedemonios, que estaban bajo el protectorado de Claudio, se vio en peligro de morir una noche en que había dejado aquel nuevo asilo; habiendo estallado en efecto un voraz incendio en un bosque que atravesaba, le rodearon las llamas tan súbitamente, así como a los que iban con él, que se propagó el fuego a los vestidos y cabellos de Livia. Todavía se muestran en Baias los 99


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chlamys et fibula, item bullae aureae, durant ostendunturque adhuc Bais. Post reditum in urbem a M. Gallio senatore testamento adoptatus hereditate adita mox nomine abstinuit, quod Gallius aduersarum Augusto partium fuerat. Nouem natus annos defunctum patrem pro rostris laudauit. Dehinc pubescens Actiaco triumpho currum Augusti comitatus est sinisteriore funali equo, cum Marcellus Octauiae filius dexteriore ueheretur. Praesedit et asticis ludis et Troiam circensibus [lusit] ductor turmae puerorum maiorum.

regalos que recibió en Sicilia, de Pompeya, hermana de Sexto Pompeyo, consistente en una toga, un broche y pendientes de oro. Tras su regreso a Roma, el senador M. Galio lo adoptó por testamento. Tiberio recibió su herencia; pero no tardó en abstenerse de llevar su nombre, porque Galio había pertenecido al partido contrario a Augusto. Contaba nueve años cuando pronunció el elogio fúnebre de su padre, en la tribuna de las arengas. Entraba en la edad púber cuando acompañó a caballo el carro de Augusto el día de su triunfo de Actium, cabalgando a la izquierda del triunfador, mientras Marcelo, hijo de Octavio, lo hacía a la derecha. Presidió asimismo los juegos que se dieron por aquella victoria, y en los de Circo, llamados troyanos, mandaba el grupo de los jóvenes.

[7] Virili toga sumpta adulescentiam omnem spatiumque insequentis aetatis usque ad principatus initia per haec fere transegit. Munus gladiatorium in memoriam patris et alterum in aui Drusi dedit, diuersis temporibus ac locis, primum in foro, secundum in amphitheatro, rudiaris quoque quibusdam reuocatis auctoramento centenum milium; dedit et ludos, sed absens: cuncta magnifice, inpensa matris ac uitrici. Agrippinam, Marco Agrippa genitam, neptem Caecili Attici equitis R., ad quem sunt Ciceronis epistulae, duxit uxorem; sublatoque ex ea filio Druso, quanquam bene conuenientem rursusque grauidam dimittere ac Iuliam Augusti filiam confestim coactus est ducere non sine magno angore animi, cum et Agrippinae consuetudine teneretur et Iuliae mores improbaret, ut quam sensisset sui quoque sub priore marito appetentem, quod sane etiam uulgo existimabatur. Sed Agrippinam et abegisse post diuortium doluit et semel omnino ex occursu uisam adeo contentis et [t]umentibus oculis prosecutus est, ut custoditum sit ne umquam in conspectum ei posthac ueniret. cum Iulia primo concorditer et amore mutuo uixit, mox dissedit et aliquanto grauius, ut etiam perpetuo secubaret, intercepto communis fili pignore, qui Aquileiae natus infans extinctus est. Drusum fratrem in Germania amisit, cuius corpus pedibus toto itinere praegrediens Romam usque peruexit.

VII. Después de vestir la toga viril, su juventud, y el tiempo que medió después hasta su reinado, Pasaron del siguiente modo: dio dos veces espectáculos de gladiadores, uno en memoria de su padre, otro en honor de su abuelo Druso, en épocas y parajes diferentes; el primero en el Foro y el segundo en el Anfiteatro; en esta ocasión presentó algunos rudiarios (66), que pagó en cien mil sestercios. Dio también, aunque ausente, juegos en que desplegó gran magnificencia, y cuyos gastos pagaron su madre y su suegro. Casó primero con Agripina, nieta del caballero romano Cecilio Atico, a quien dirigió sus cartas Cicerón. Agripina le dio un hijo, llamado Druso, y él le profesaba hondo cariño, pero, a pesar de ello, se vio obligado a repudiarla durante su segundo embarazo, para casarse inmediatamente con Julia, hija de Augusto. Este matrimonio le causó tanto más disgusto, cuanto que apreciaba profundamente a la primera y reprobaba los hábitos de Julia, la cual, viviendo aún su primer marido, le había hecho públicamente insinuaciones, hasta el punto de haberse divulgado su pasión. No pudo por ello consolarse de su divorcio con Agripina, y habiéndola encontrado un día por casualidad, fijó en ella los ojos con tanta pena, que se tuvo cuidado para lo sucesivo de que no se presentase delante de el. Vivió al principio en bastante buena inteligencia con Julia y hasta correspondió a su amor, pero no tardó en mostrarle aversión, haciéndole ultraje de no compartir con ella el lecho desde la muerte de su hijo, todavía niño, que había nacido en Aquilea y única prenda de su amor. Tiberio perdió en Germania a su hermano Druso, y trajo su cuerpo a Roma, precediéndole a pie durante todo el camino.

[8] Ciuilium officiorum rudimentis regem Archelaum Trallianos et Thessalos, uaria quosque de causa, Augusto cognoscente defendit; pro Laodicenis Thyatirenis Chiis terrae motu afflictis opemque implorantibus senatum deprecatus est; Fannium Caepionem, qui cum Varrone Murena in Augustum conspirauerat, reum maiestatis apud iudices

VIII. Defendió ante el tribunal de Augusto al rey Arqueleo, a los tralianos y tesalos, en diferentes causas, siendo éste su aprendizaje en los deberes civiles. Intercedió también en el Senado en favor de los habitantes de Laodicea, de Tiatiro y de Quios, que habían sufrido un terremoto e imploraban la ayuda de Roma. Acusó de lesa majestad e hizo condenar por los jueces a Fanio Cepión que, con Varrón Murena, había conspirado contra Augusto. En aquel tiempo estaba 100


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fecit et condemnauit. interque haec duplicem curam administrauit, annonae quae artior inciderat, et repurgandorum tota Italia ergastulorum, quorum domini in inuidiam uenerant quasi exceptos supprimerent non solum uiatores sed et quos sacramenti metus ad eius modi latebras compulisset.

encargado de dos misiones de importancia: el abastecimiento de Roma, en la que empezaban a faltar los víveres, y la inspección de todos los obradores de esclavos que contenía Italia, por que se acusaba a los dueños de estos obradores de retener por violencia no sólo a los viajeros que podían sorprender, sino también a los que acudían a ocultarse en ellos para substraerse al servicio militar.

[9] Stipendia prima expeditione Cantabrica tribunus militum fecit, dein ducto ad Orientem exercitu regnum Armeniae Tigrani restituit ac pro tribunali diadema imposuit. recepit et signa, quae M. Crasso ademerant Parthi. Post hoc Comatam Galliam anno fere rexit et barbarorum incursionibus et principum discordia inquietam. Exin Raeticum Vindelicumque bellum, inde Pannonicum, inde Germanicum gessit. Raetico atque Vindelico gentis Alpinas, Pannonico Breucos et Dalmatas subegit, Germanico quadraginta milia dediticiorum traiecit in Galliam iuxtaque ripam Rheni sedibus adsignatis conlocauit. Quas ob res et ouans et curru urbem ingressus est, prius, ut quidam putant, triumphalibus ornamentis honoratus, nouo nec antea cuiquam tributo genere honoris. Magistratus et maturius incohauit et paene iunctim percucurrit, quaesturam praeturam consulatum; interpositoque tempore consul iterum etiam tribuniciam potestatem in quinquennium accepit.

IX. Su primera campaña la hizo Tiberio en la expedición de los cántabros como tribuno de los soldados; fue enviado después a Oriente con un ejército, devolviendo a Tigranes el reino de Armenia, y coronándole, sentado en su tribunal. Recibió asimismo las águilas romanas que en otro tiempo arrebataron los partos a M. Craso. Gobernó después cerca de un año la Galia Cabelluda, alterada entonces por las incursiones de los bárbaros y las querellas de sus jefes. Hizo poco después la guerra de Recia y de Vindelicia, y más adelante la de Germania. En la de Recia y Vindelicia sometió a los pueblos alpasos; en la de Panonia, a los bruecos y dálmatas; y, finalmente, en la Germania recibió por convenio cuarenta mil enemigos, que trasladó a la Galia, dándoles tierras en las orillas del Rin. Mereció por estas hazañas la ovación, y entrar en Roma en un carro con los adornos triunfales, honor que, a lo que dicen, nunca se había concedido a nadie. Con la edad obtuvo todas las magistraturas, y ejerció casi sin interrupción la cuesturas la pretura y el consulado; fue creado cónsul por segunda vez, y después de breve intervalo, revestido del poder tribunicio por cinco años.

[10] Tot prosperis confluentibus integra aetate ac ualitudine statuit repente secedere seque e medio quam longissime amouere: dubium uxorisne taedio, quam neque criminari aut dimittere auderet neque ultra perferre posset, an ut uitato assiduitatis fastidio auctoritatem absentia tueretur atque etiam augeret, si quando indiguisset sui res p. Quidam existimant, adultis iam Augusti liberis, loco et quasi possessione usurpati a se diu secundi gradus sponte cessisse exemplo M. Agrippae, qui M. Marcello ad munera publica admoto Mytilenas abierit, ne aut obstare aut obtrectare praesens uideretur. Quam causam et ipse, sed postea, reddidit. Tunc autem honorum satietatem ac requiem laborum praetendens commeatum petit; neque aut matri suppliciter precanti aut uitrico deseri se etiam in senatu conquerenti ueniam dedit. Quin et pertinacius retinentibus, cibo per quadriduum abstinuit. Facta tandem abeundi potestate, relictis Romae uxore et filio confestim Ostiam descendit, ne uerbo quidem cuiquam prosequentium reddito paucosque admodum in digressu exosculatus.

X. Entre tantas prosperidades, en la plenitud de la edad y de la salud, decidió inesperadamente retirarse y alejarse bien por evadirse de su esposa, a la que no se atrevió a acusar ni repudiar, a pesar de no poderla sufrir, o porque creyese que la ausencia, mejor que una importuna asiduidad, aumentaría su importancia en el caso de que la República le necesitase. Hay quien opina que viendo crecer a los hijos de Augusto, había querido, tras haber sido por mucho tiempo dueño del segundo orden, aparentar, a ejemplo de M. Agripa, que lo abandonaba a ellos voluntariamente; Agripa, en efecto, cuando Marcelo participo en la administración pública, marchase a Mitilena para no desempeñar con él papel de concurrente o de censor. El mismo Tiberio confesó después que había tenido idénticos motivos. Pretextando entonces saciedad de honores y precisión de descanso, pidió permiso para ausentarse. Su madre quiso retenerle, instándole por todos los medios, y Augusto llegó incluso a quejarse en pleno Senado de quedar abandonado. Tiberio se mostró inflexible, y como se obstinasen en impedirle la marcha, permaneció cuatro días sin comer. Obtuvo al fin licencia para alejarse, y dejando en Roma su esposa y su hijo, tomó al punto el camino de Ostia, sin contestar palabra a las preguntas de los que le acompañaron, limitándose a besar a algunos al separarse de ellos. 101


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[11] Ab Ostia oram Campaniae legens inbecillitate Augusti nuntiata paulum substitit. Sed increbrescente rumore quasi ad occasionem maioris spei commoraretur, tantum non aduersis tempestatibus Rhodum enauigauit, amoenitate et salubritate insulae iam inde captus cum ad eam ab Armenia rediens appulisset. Hic modicis contentus aedibus nec multo laxiore suburbano genus uitae ciuile admodum instituit, sine lictore aut uiatore gymnasio interdum obambulans mutuaque cum Graeculis officia usurpans prope ex aequo. Forte quondam in disponendo die mane praedixerat, quidquid aegrorum in ciuitate esset uisitare se uelle; id a proximis aliter exceptum iussique sunt omnes aegri in publicam porticum deferri ac per ualitudinum genera disponi. Perculsus ergo inopinata re diuque quid ageret incertus, tandem singulos circuit excusans factum etiam tenuissimo cuique et ignoto. unum hoc modo neque praeterea quicquam notatum est, in quo exeruisse ius tribuniciae potestatis uisus sit: cum circa scholas et auditoria professorum assiduus esset, moto inter antisophistas grauiore iurgio, non defuit qui eum interuenientem et quasi studiosiorem partis alterius conuicio incesseret. Sensim itaque regressus domum repente cum apparitoribus prodiit citatumque pro tribunali uoce praeconis conuiciatorem rapi iussit in carcerem. Comperit deinde Iuliam uxorem ob libidines atque adulteria damnatam repudiumque ei suo nomine ex auctoritate Augusti remissum; et quamquam laetus nuntio, tamen officii duxit, quantum in se esset, exorare filiae patrem frequentibus litteris et uel utcumque meritae, quidquid umquam dono dedisset, concedere. transacto autem tribuniciae potestatis tempore, confessus tandem, nihil aliud secessu deuitasse se quam aemulationis cum C. Lucioque suspicionem, petit ut sibi securo iam ab hac parte, conroboratis his et secundum locum facile tutantibus, permitteretur reuisere necessitudines, quarum desiderio teneretur. Sed neque impetrauit ultroque etiam admonitus est, dimitteret omnem curam suorum, quos tam cupide reliquisset.

XI. Iba desde Ostia costeando la Campania, cuando supo el mal estado de salud de Augusto, y se detuvo algunos días; pero habiéndose difundido el rumor de que solo interrumpía su viaje por la esperanza de un acontecimiento decisivo, embarcase, a pesar del mal tiempo reinante, para la isla de Rodas, cuyo saludable y apacible clima le había deleitado en extremo durante su estancia en ella al regreso de Armenia. Ocupó allí una casa muy modesta, con un campo muy reducido, y vivió como el ciudadano más humilde, visitando a veces los gimnasios, sin lictor ni ujier, manteniendo con los griegos comercio diario de atenciones, casi en un plano de igualdad. Cierta mañana, al disponer las ocupaciones del día, ocurriósele decir que quería ver a todos los enfermos de la ciudad, y equivocando los que estaban con él el sentido de las palabras, hicieron llevar aquel mismo día todos los enfermos a una galería pública, donde los colocaron reunidos por género de enfermedad. Impresionado por aquel inesperado espectáculo se acercó al lecho de cada uno de ellos, y pidió perdón por aquel error hasta a los más pobres y desconocidos. Al parecer, usó sólo de los derechos del poder tribunicio, y lo hizo en las circunstancias siguientes. Asistía con gran asiduidad a las escuelas y lecciones de los profesores: cierto día trabaron en su presencia vivo altercado dos sofistas opuestos, y creyendo uno de ellos, por haberle visto intervenir, que favorecía a su adversario, pronunció contra él palabras injuriosas Tiberio se fue sin decir nada, y poco después se presentó con su aparitor, hizo citar a su tribunal por medio de pregón al autor de los denuestos y mandó encarcelarlo. En Rodas se enteró que su esposa Julia acaba de ser condenada por sus desórdenes y adulterios, y que Augusto, por su propia autoridad, había proclamado el divorcio. Fue grande su regocijo al saber esta noticia, a pesar de lo cual, creyó deber suyo escribir al padre varias cartas en favor de su hija, suplicándola dejara a Julia todos los presentes que le había hecho, por indigna que hubiese sido su conducta. Expirado el tiempo de su poder tribunicio, confesó entonces no haber tenido otro motivo al alejarse que el de evitar toda sospecha de rivalidad con Cayo y Lucio; solicitó permiso, no temiendo ya la sospecha, puesto que estos príncipes estaban ya sólidamente establecidos en la posesión del segundo rango, para volver a ver las personas queridas que había dejado en Roma y, que se le habían hecho ahora más deseadas. Lejos, sin embargo, de obtenerlo, recibió el inesperado aviso de no ocuparse en manera alguna de una familia a la que con tanto apresuramiento había dejado.

[12] Remansit igitur Rhodi contra uoluntatem, uix per matrem consecutus, ut ad uelandam ignominiam quasi legatus Augusto abesset. Enimuero tunc non priuatum modo, sed etiam obnoxium et trepidum egit mediterraneis agris abditus uitansque praeternauigantium officia, quibus frequentabatur assidue, nemine cum imperio aut magistratu tendente quoquam quin

XII. Permaneció, pues, a pesar suyo, en Rodas, y no sin trabajo consiguió al fin, por medio de su madre, que Augusto, con objeto de disimular la afrenta, le concediese el titulo de legado suyo en aquella isla. A partir de entonces, ni siquiera llevó ya la vida de un particular, sino la de un hombre sospechoso y constantemente amenazado. Ocultábase en el interior de la isla para evitar las frecuentes visitas y asiduos homenajes de todos aquellos que 102


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deuerteret Rhodum. Et accesserunt maioris sollicitudinis causae. Namque priuignum Gaium Orienti praepositum, cum uisendi gratia traiecisset Samum, alieniorem sibi sensit ex criminationibus M. Lolli comitis et rectoris eius. uenit etiam in suspicionem per quosdam beneficii sui centuriones a commeatu castra repetentis mandata ad complures dedisse ambigua et quae temptare singulorum animos ad nouas res uiderentur. De qua suspicione certior ab Augusto factus non cessauit efflagitare aliquem cuiuslibet ordinis custodem factis atque dictis suis.

atravesaban el mar para tomar posesión de un mando militar, de una magistratura, y que no dejaban de detenerse ex profeso en Rodas. Se unieron a estos temores otros graves motivos de inquietud. Habiendo pasado a Samos para ver a su yerno Cayo, que mandaba en Oriente, observó que las insinuaciones de M. Lolio, compañero y profesor del joven príncipe, le habían enajenado su afecto. Se sospechó también de él que había dado a centuriones de su íntima confianza, cuando venían de su semestre y volvían a los ejércitos, instrucciones equívocas que parecían tener por objeto sondear sus disposiones acerca de un posible cambio de dueño. Informado de estas acusaciones por el mismo Augusto, pidió incesantemente le enviase a uno cualquiera que le vigilara, fuera quien fuese, y observara sus palabras y acciones.

[13] Equi quoque et armorum solitas exercitationes omisit redegitque se deposito patrio habitu ad pallium et crepidas atque in tali statu biennio fere permansit, contemptior in dies et inuisior, adeo ut imagines eius et statuas Nemausenses subuerterint ac familiari quondam conuiuio mentione eius orta extiterit qui Gaio polliceretur, confestim se, si iuberet, Rhodum nauigaturum caputque exulis--sic enim appellabatur--relaturum. Quo praecipue non iam metu sed discrimine coactus est, tam suis quam matris inpensissimis precibus reditum expostulare, impetrauitque adiutus aliquantum etiam casu. Destinatum Augusto erat, nihil super ea re nisi ex uoluntate maioris fili statuere; is forte tunc M. Lollio offensior, facilis exorabilisque in uitricum fuit. Permittente ergo Gaio reuocatus est, uerum sub condicione ne quam partem curamue rei p. attingeret.

XIII, Llegó incluso a renunciar a sus ordinarios ejercicios de equitación y armas; abandonó el traje romano y adoptó el calzado y manto griegos. Vivió cerca de dos años en este estado, haciéndose cada día más odioso y objeto de desprecio, y llegó a tal punto este sentimiento, que los habitantes de Nimes destruyeron sus imágenes y estatuas, y en una comida de familia, habiendo recaído en él la conversación, un comensal propuso a Cayo marchar al instante, si lo mandaba, a Rodas y traerle la cabeza del desterrado, porque este nombre se le daba. No fue sólo temor, sino peligro verdadero lo que le obligó a unir sus súplicas a las instancias de su madre, para conseguir su regreso; hasta que una casualidad hizo que se le concediera. Augusto había declarado que en este asunto se atendría absolutamente a la decisión de su hijo mayor; éste, que estaba enemistado entonces con M. Lolio, dejóse ablandar la facilidad en favor de su suegro. Llamaron, pues, a Tiberio con el consentimiento de Cayo, pero a condición de que no tomarla participación alguna en el gobierno.

[14] Rediit octauo post secessum anno, magna nec incerta spe futurorum, quam et ostentis et praedictionibus ab initio aetatis conceperat. Praegnans eo Liuia cum an marem editura esset, uariis captaret ominibus, ouum incubanti gallinae subductum nunc sua nunc ministrarum manu per uices usque fouit, quoad pullus insigniter cristatus exclusus est. Ac de infante Scribonius mathematicus praeclara spopondit, etiam regnaturum quandoque, sed sine regio insigni, ignota scilicet tunc adhuc Caesarum potestate. Et ingresso primam expeditionem ac per Macedoniam ducente exercitum in Syriam, accidit ut apud Philippos sacratae olim uictricium legionum arae sponte subitis conlucerent ignibus; et mox, cum Illyricum petens iuxta Patauium adisset Geryonis oraculum, sorte tracta, qua monebatur ut de consultationibus in Aponi fontem talos aureos

XIV. Después de ocho años de ausencia, volvió, pues, a Roma, con grandes esperanzas para lo por venir, fundadas en los prodigios y predicciones que desde tierna edad le habían llamado a los altos destinos. Estaba, en efecto, Livia encinta de él, y quería saber por diferentes presagios si daría a luz un varón; quitó un huevo a una gallina que incubaba y calentándolo en sus manos y en las de sus criadas el tiempo necesario, salió al fin de él un pollo con una hermosa cresta. También el matemático Scribonio había pronosticado a aquel niño un brillante destino, diciendo que llegaría a reinar algún día, pero sin las insignias reales, pues ni siquiera se conocía aún la especie de poder ejercido por los césares. En su primera expedición militar, cuando conducía su ejército por la Macedonia para llegar a Siria, y pasaba cerca del campo de batalla de Filipos, lanzaron de pronto llamas los altares elevados en aquel paraje a las legiones victoriosas. Más adelante, llegado a Iliria, consultó cerca de Padua al oráculo de Gerión, el cual declaró que, para saber lo que deseaba, tenía 103


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iaceret, euenit ut summum numerum iacti ab eo ostenderent; hodieque sub aqua uisuntur hi tali. Ante paucos uero quam reuocaretur dies aquila numquam antea Rhodi conspecta in culmine domus eius assedit; et pridie quam de reditu certior fieret, uestimenta mutanti tunica ardere uisa est. Thrasyllum quoque mathematicum, quem ut sapientiae professorem contubernio admouerat, tum maxime expertus est affirmantem naue prouisa gaudium afferri; cum quidem illum durius et contra praedicta cadentibus rebus ut falsum et secretorum temere conscium, eo ipso momento, dum spatiatur una, praecipitare in mare destinasset.

que arrojar dados de oro en la fuente de Apona. Obedeció él y sacó el número más alto, todavía hoy pueden verse estos dados en el fondo del agua. Pocos días antes de que se le llamara, un águila, de una especie que no se había visto aún en Rodas, posóse sobre el techo de su casa, y la víspera del día en que recibió el permiso de volver, cuando se mudaba de ropa, viese arder su túnica. En aquel momento principalmente pudo convencerse de la ciencia del matemático Trasilo, a quien había tomado a su servicio como profesor de filosofía, y que le anunció que una nave, a la vista entonces de la isla, le era portadora de buenas noticias. Pocos momentos antes, paseando juntos, cansado Tiberio de sus vanas predicciones, había tenido el pensamiento de arrojarle al mar, para castigar al impostor y confidente de peligrosos secretos.

[15] Romam reuersus deducto in forum filio Druso statim e Carinis ac Pompeiana domo Esquilias in hortos Maecenatianos transmigrauit totumque se ad quietem contulit, priuata modo officia obiens ac publicorum munerum expers. Gaio et Lucio intra triennium defunctis adoptatur ab Augusto simul cum fratre eorum M. Agrippa, coactus prius ipse Germanicum fratris sui filium adoptare. Nec quicquam postea pro patre familias egit aut ius, quod amiserat, ex ulla parte retinuit. Nam neque donauit neque manumisit, ne hereditatem quidem aut legata percepit ulla aliter quam ut peculio referret accepta. Nihil ex eo tempore praetermissum est ad maiestatem eius augendam ac multo magis, postquam Agrippa abdicato atque seposito certum erat, uni spem successionis incumbere;

XV. De regreso a Roma, y una vez que hubo abierto a su hijo Druso la entrada del Foro, dejó el barrio de Carinis y la casa Pompeya para trasladarse a las Esquilias, a los jardines de Mecenas. Entregóse allí a un absoluto descanso, no cumpliendo otros deberes que los de la vida privada, y absteniéndose de toda función pública. Cayo y Lucio habían muerto tres años antes y Augusto le adoptó al mismo tiempo que a su hermano M. Agripa; pero él mismo se había visto obligado a adoptar poco antes a su sobrino Germánico. Desde este tiempo no hizo nada como padre de familia; no ejerció ninguno de los derechos que le concedía la adopción; no hizo ninguna donación, ninguna manumisión, ni recibió ya legados ni herencias sino a títulos de peculio. Nada se olvidó, sin embargo, de lo que podía acrecer su importancia, sobre todo desde que el alejamiento de Agripa, renegado por Augusto, hizo recaer en él sólo la seguridad de sucederlo en el mando.

[16] Data rursus potestas tribunicia in quinquennium, delegatus pacandae Germaniae status, Parthorum legati mandatis Augusto Romae redditis eum quoque adire in prouincia iussi. Sed nuntiata Illyrici defectione transiit ad curam noui belli, quod grauissimum omnium externorum bellorum post Punica, per quindecim legiones paremque auxiliorum copiam triennio gessit in magnis omnium rerum difficultatibus summaque frugum inopia. Et quanquam saepius reuocaretur, tamen perseuerauit, metuens ne uicinus et praeualens hostis instaret ultro cedentibus. Ac perseuerantiae grande pretium tulit, toto Illyrico, quod inter Italiam regnumque Noricum et Thraciam et Macedoniam interque Danuuium flumen et sinum maris Hadriatici patet, perdomito et in dicionem redacto.

XVI. Le dieron otra vez por cinco años el poder tribunicio y recibió el encargó de pacificar la Germania. Los embajadores de los partos, tras haber obtenido audiencia de Augusto en Roma, recibieron orden de ir a ver a Tiberio en su gobierno. Noticioso de la defección de la Iliria pasó a este país, y emprendió con quince legiones e igual número de tropas auxiliares aquella guerra nueva, la más terrible de todas las extranjeras, desde las de los cartagineses, y la cual terminó en tres años, en medio de innumerables dificultades y de espantosa penuria. Aunque no cesaban de llamarle, obtinóse en no volver, temeroso de que el enemigo, constantemente sobre él, y enardecido ya con algunas ventajas, convirtiese en derrota su retirada voluntaria. Gran recompensa obtuvo por su perseverancia, puesto que sometió y añadió al Imperio toda la Iliria, es decir, todo el país situado entre Italia, el reino de Nórica, la Tracia y la Macedonia, desde el Danubio hasta el golfo Adriático.

[17] Cui gloriae amplior adhuc ex oportunitate XVII. La oportunidad de este triunfo subió al colmo su cumulus accessit. Nam sub id fere tempus gloria, porque por el mismo tiempo pereció en Germania, 104


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Quintilius Varus cum tribus legionibus in Germania periit, nemine dubitante quin uictores Germani iuncturi se Pannoniis fuerint, nisi debellatum prius Illyricum esset. Quas ob res triumphus ei decretus est multi[que] et magni honores. Censuerunt etiam quidam ut Pannonicus, alii ut Inuictus, nonnulli ut Pius cognominaretur. Sed de cognomine intercessit Augustus, eo contentum repromittens, quod se defuncto suscepturus esset. Triumphum ipse distulit maesta ciuitate clade Variana; nihilo minus urbem praetextatus et laurea coronatus intrauit positumque in Saeptis tribunal senatu astante conscendit ac medius inter duos consules cum Augusto simul sedit; unde populo consalutato circum templa deductus est.

con tres legiones, Quintilio Varo, y no dudóse que los germanos triunfadores, se hubiesen unido a los de Panonia de no haber sido sometida la Iliria antes de este desastre. Decretóse el triunfo para Tiberio, añadiéndole brillantes y numerosas distinciones. Algunos senadores opinaron llamarle Panónico, otros Invencible, algunos Piadoso. Pero Augusto impidió que se le otorgase ninguno de estos títulos, decidiendo que podía contentarse con el que le dejaría después de su muerte. Tiberio aplazó voluntariamente su triunfo a causa del dolor que había producido en Roma la derrota de Varo. Entró, sin embargo, en la ciudad con la pretexta y la corona de laurel; subió a un tribunal que le habían alzado en el campo de Marte, y sentase con Augusto entre los dos cónsules estando presente y en pie el Senado. Desde allí, después de saludar al pueblo, marchó seguido de numeroso cortejo a visitar los templos.

[18] Proximo anno repetita Germania cum animaduerteret Varianam cladem temeritate et neglegentia ducis accidisse, nihil non de consilii sententia egit; semper alias sui arbitrii contentusque se uno, tunc praeter consuetudinem cum compluribus de ratione belli communicauit. Curam quoque solito exactiorem praestitit. Traiecturus Rhenum commeatum omnem ad certam formulam adstrictum non ante transmisit, quam consistens apud ripam explorasset uehiculorum onera, ne qua deportarentur nisi concessa aut necessaria. Trans Rhenum uero eum uitae ordinem tenuit, ut sedens in caespite nudo cibum caperet, saepe sine tentorio pernoctaret, praecepta sequentis diei omnia, et si quid subiti muneris iniungendum esset, per libellos daret; addita monitione ut, de quo quisque dubitaret, se nec alio interprete quacumque uel noctis hora uteretur.

XVIII. Al año siguiente regresó a la Germania, y habiéndose convencido de que la derrota de Varo no había tenido otra causa que la negligencia y temeridad de este general, no hizo nada sin someterlo a la opinión de un consejo; así aquel jefe soberbio, que nunca había consultado a nadie, tuvo por primera vez que comunicar sus planes de campaña a sus subordinados. Redobló también la atención y vigilancia; dispuesto a pasar el Rin, determinó por sí mismo la clase y peso de los bagajes, y, situado en la orilla del río, no permitió el paso hasta después de haberse asegurado, comprobando la carga de los carros, que no llevaban más que lo necesario o autorizado por sus reglamentos. Una vez cruzado el Rin, fue costumbre habitual suya comer sobre la hierba, acostándose en muchas ocasiones a la intemperie sin utilizar tienda. Daba por escrito todas las órdenes para el día siguiente, y hasta instrucciones que circunstancias repentinas podían hacer necesarias; cuidaba siempre de añadir que hasta en las menores dificultades se dirigiesen a él solo para resolverlas, a cualquiera hora que fuese del día o de la noche.

[19] Disciplinam acerrime exegit animaduersionum et ignominiarum generibus ex antiquitate repetitis atque etiam legato legionis, quod paucos milites cum liberto suo trans ripam uenatum misisset, ignominia notato. proelia, quamuis minimum fortunae casibusque permitteret, aliquanto constantius inibat, quotiens lucubrante se subito ac nullo propellente decideret lumen et extingueretur, confidens, ut aiebat, ostento sibi a maioribus suis in omni ducatu expertissimo. Sed re prospere gesta non multum afuit quin a Bructero quodam occideretur, cui inter proximos uersanti et trepidatione detecto tormentis expressa confessio est cogitati facinoris.

XIX. Mantuvo con rigor la disciplina y restableció muchas penas severas e ignominiosas de la antigüedad, que habían caído en desuso. Impuso nota de infamia a un jefe de legión por haber dado permiso a algunos soldados para que fuesen a cazar con un liberto suyo al otro lado del río. Aunque, como general, concedía muy poco a la fortuna y casualidad, libraba batalla confiado cuando en sus veladas se apagaba inesperadamente la luz, presagio que, en la guerra, no había engañado nunca a él ni a sus mayores. Quedó victorioso, aunque faltó poco para que un bructero le diese muerte; éste se había deslizado, en efecto, para ello entre las personas de su comitiva, pero su turbación le denunció, arrancándole la tortura la confesión del crimen que proyectaba.

[20] A Germania in urbem post biennium XX. De regente de la Germania, donde permaneció dos 105


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regressus triumphum, quem distulerat, egit prosequentibus etiam legatis, quibus triumphalia ornamenta impetrarat. Ac prius quam in Capitolium flecteret, descendit e curru seque praesidenti patri ad genua summisit. Batonem Pannonium ducem ingentibus donatum praemiis Rauennam transtulit, gratiam referens, quod se quondam cum exercitu iniquitate loci circumclusum passus es[se]t euadere. prandium dehinc populo mille mensis et congiarium trecenos nummos uiritim dedit. Dedicauit et Concordiae aedem, item Pollucis et Castoris suo fratrisque nomine de manubiis.

años, celebró el triunfo que había aplazado. Detrás de él marchaban sus legados, para los cuales había conseguido los ornamentos triunfales. Antes de subir al Capitolio, bajó de su carro y abrazó las rodillas de su padre, que presidió la solemnidad. Estableció en Ravena y colmó de magníficos regalos a un jefe panonio, llamado Batón, que un día, hallándose él encerrado con sus legiones en un desfiladero, le dejó escapar. Hizo servir al pueblo una comida en mil mesas, y repartir a cada uno de los convidados cien sestercios. Dedicó un templo a la Concordia y otro a Cástor y Pólux, en nombre de su hermano y en el suyo, con el precio de los despojos del enemigo.

[21] Ac non multo post lege per consules lata, ut prouincias cum Augusto communiter administraret simulque censum a[u]geret, condito lustro in Illyricum profectus est. Et statim ex itinere reuocatus iam quidem adfectum, sed tamen spirantem adhuc Augustum repperit fuitque una secreto per totum diem. Scio uulgo persuasum quasi egresso post secretum sermonem Tiberio uox Augusti per cubicularios excepta sit: "Miserum populum R., qui sub tam lentis maxillis erit." Ne illud quidem ignoro aliquos tradidisse, Augustum palam nec dissimulanter morum eius diritatem adeo improbasse, ut nonnumquam remissiores hilarioresque sermones superueniente eo abrumperet; sed expugnatum precibus uxoris adoptionem non abnuisse, uel etiam ambitione tractum, ut tali successore desiderabilior ipse quandoque fieret. Adduci tamen nequeo quin existimem, circumspectissimum et prudentissimum principem in tanto praesertim negotio nihil temere fecisse; sed uitiis Tiberi[i] uirtutibusque perpensis potiores duxisse uirtutes, praesertim cum et rei p. Causa adoptare se eum pro contione iurauerit et epistulis aliquot ut peritissimum rei militaris utque unicum p. R. Praesidium prosequatur. Ex quibus in exemplum pauca hinc inde subieci. "Vale, iucundissime Tiberi, et feliciter rem gere, §moÐ kaÐ taðw ~moui~a~ai~t strathg«n. Iucundissime et ita sim felix, uir fortissime et dux nomim‰tate, uale. Ordinem aestiuorum tuorum ego uero [ . . . ], mi Tiberi, et inter tot rerum difficultates kaÐ tosaÊthn époyum[e]¤an t«n strateuomšnvn non potuisse quemquam prudentius gerere se quam tu gesseris, existimo. [h]ii quoque qui tecum fuerunt omnes confitentur, uersum illum in te posse dici: unus homo nobis uigilando restituit rem. Siue quid incidit de quo sit cogitandum diligentius, siue quid stomachor, ualde medius Fidius Tiberium meum desidero succurritque

XXI. Una ley dictada por los cónsules confióle poco después la administración de las provincias en unión con Augusto, y el cuidado de hacer el censo; luego, cerrado el lustro, marchó a Iliria. Llamáronle inmediatamente, y halló a Augusto ya muy quebrantado, pero respirando aún, y permaneció encerrado con él todo un día. No ignoro que es creencia común que cuando salió Tiberio, desde aquella conferencia secreta, los esclavos de servicio oyeron a Augusto que exclamaba: “Desgraciado pueblo romano que va a ser presa de tan lentas mandíbulas.” Tampoco ignoro que han escrito algunos autores que Augusto censuraba públicamente y sin miramiento la rudeza de sus costumbres, hasta el punto de que, en cuanto le veía aparecer, interrumpía toda conversación libre y alegre; que al adoptarle, cedió a las incesantes instancias de su esposa; y que, finalmente, en esta preferencia entró cierto interés de amor propio y que había querido que se sintiese más su ausencia al elegir tal sucesor. Pero nunca se logrará persuadirme que un príncipe tan prudente y reflexivo obrase en nada con ligereza en asunto de tanta importancia; creo más bien que después de haber pesado los vicios y virtudes de Tiberio, le pareció que prevalecía en él lo bueno. Tanto más lo creo así, cuanto que juró en plena Asamblea haberle adoptado “por el bien de la República”, y por ver que en sus cartas le alababa sin cesar, como consumado general, como el único sostén del pueblo romano. Como prueba de ello citaré algunos pasajes: “Adiós, mi muy querido Tiberio; se feliz en todo, tú que mandas por mí y por las Musas; juro por mi fortuna que eres el más amado de los hombres, el más valiente de los guerreros y el general más entendido. Adiós.” Y en otro lugar: “Apruebo decididamente tus campamentos. Persuadido estoy, querido Tiberio, que en medio de circunstancias tan difíciles, y con tan débiles tropas, nadie hubiese obrado con más sabiduría que tú. Cuantos han estado contigo te aplican unánimemente este verso: Unus homo nobis vigilando restituit rem (67). Ningún asunto grave me ocurre, ningún motivo de disgusto me asalta, querido Tiberio, sin que recuerde en seguida aquellos versos de Homero: 106


Los doce Césares uersus ille Homericus: toÊtou g" €sp[o]mšnoio kaÐ §k purÚw aÞyomšnoio êmfv nostÆsaimen, §p[e]Ð per¤oide noƒsai. Attenuatum te esse continuatione laborum cum audio et lego, di me perdant nisi cohorrescit corpus meum; teque oro ut parcas tibi, ne si te languere audierimus, et ego et mater tua expiremus et summa imperi sui populus R. Periclitetur. Nihil interest ualeam ipse necne, si tu non ualebis. Deos obsecro, ut te nobis conseruent et ualere nunc et semper patiantur, si non p. R. Perosi sunt."

Suetonio “Con tal hábil guía podría abrirme, camino a través del fuego” (68). Afirmo por los dioses que tiemblo en todo mi cuerpo cuando se me dice que el exceso de trabajo debilita tu salud. Cúidate, te lo suplico, pues si llegases a enfermar moriríamos de dolor tu madre y yo, y Roma quedaría turbada en la posesión del Universo. ¿Que importaría mi salud si la tuya no fuese buena? Ruego a los dioses que te conserven, y que en todo tiempo velen por ti, si no son enemigos del pueblo romano.”

[22] Excessum Augusti non prius palam fecit, quam Agrippa iuuene interempto. Hunc tribunus militum custos appositus occidit lectis codicillis, quibus ut id faceret iubebatur; quos codicillos dubium fuit, Augustusne moriens reliquisset, quo materiam tumultus post se subduceret; an nomine Augusti Liuia et ea conscio Tiberio an ignaro, dictasset. Tiberius renuntianti tribuno, factum esse quod imperasset, neque imperasse se et redditurum eum senatui rationem respondit, inuidiam scilicet in praesentia uitans. Nam mox silentio rem obliterauit.

XXII. Tiberio no dio a conocer la muerte de Augusto hasta después de haberse asegurado de la del joven Agripa. Un tribuno militar, destinado a la guardia de este príncipe, le dio muerte después de mostrarle la orden que había recibido. Se ignora si Augusto firmó esta orden al fallecer; para evitar las turbulencias que podían producirse tras su muerte, o si Livia la había dado en nombre de Augusto, y si en este caso fue por consejo de Tiberio o sin saberlo él. En todo caso, cuando el tribuno fue a comunicarle que había dado cumplimiento a aquella orden, contestó que no había dado ninguna orden y que había de dar cuenta al Senado de su conducta. Mas por lo pronto quiso librarse de la indignación pública y no se habló más del asunto.

[23] Iure autem tribuniciae potestatis coacto senatu incohataque adlocutione derepente uelut impar dolori congemuit, utque non solum uox sed et spiritus deficeret optauit ac perlegendum librum Druso filio tradidit. Inlatum deinde Augusti testamentum, non admissis signatoribus nisi senatorii ordinis, ceteris extra curiam signa agnoscentibus, recitauit per libertum. testamenti initium fuit: "Quoniam atrox fortuna Gaium et Lucium filios mihi eripuit, Tiberius Caesar mihi ex parte dimidia et sextante heres esto." Quo et ipso aucta suspicio est opinantium successorem ascitum eum necessitate magis quam iudicio, quando ita praefari non abstinuerit.

XXIII. En virtud del derecho que le confería el poder tribunicio, convocó el Senado; empezó un discurso, pero se detuvo de pronto, como ahogado por los sollozos y vencido por el dolor. Hubiese querido —dijo—, perder la vida al mismo tiempo que la voz. Y entregó su manuscrito a su hijo Druso, para que terminase la lectura. Trajeron en seguida el testamento de Augusto, no permitiendo acercarse, de los que lo habían firmado, más que a los senadores; los demás comprobaron su firma fuera del Senado. Un liberto leyó el testamento, que comenzaba así: Habiéndome arrebatado la adversa fortuna de mis hijos Cayo y Lucio, nombró a Tiberio César mi heredero por una mitad, más el sexto. Este preámbulo confirmó la opinión de que le nombraba sucesor más por necesidad que por gusto, pues que no se abstenía de decirlo claramente.

[24] Principatum, quamuis neque occupare confestim neque agere dubitasset, et statione militum, hoc est ui et specie dominationis assumpta, diu tamen recusauit, impudentissimo mimo nunc adhortantis amicos increpans ut ignaros, quanta belua esset imperium, nunc precantem senatum et procumbentem sibi ad genua ambiguis responsis et callida cunctatione suspendens, ut quidam patientiam rumperent atque unus in tumultu proclamaret: "Aut agat aut desistat!" Alter coram exprobraret ceteros,

XXIV. Aunque Tiberio no vacilase un momento en apoderarse del mando y de ejercerlo; aunque tenía ya a su alrededor, con nutrida guardia, el aparato del honor y de la fuerza, no dejó de rehusarlo largo tiempo con impudentísima comedia; contestaba, en efecto, a las instancias de sus amigos, que ignoraban ellos cuánto pesaba el mando, y mantenía en suspenso, por medio de respuestas ambiguas y artificiosa vacilación, al Senado suplicante y consternado. Algunos perdieron la paciencia, y un senador exclamó entre la multitud: Que acepte o desista; otro le dijo cara a cara: que era costumbre esperar largo tiempo para 107


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quod polliciti sint tarde praestare, se[d] ipsum, quod praestet tarde polliceri. Tandem quasi coactus et querens miseram et onerosam iniungi sibi seruitutem, recepit imperium; nec tamen aliter, quam ut depositurum se quandoque spem faceret. Ipsius uerba sunt: "Dum ueniam ad id tempus, quo uobis aequum possit uideri dare uos aliquam senectuti meae requiem."

hacer lo prometido, pero que él empleaba largo tiempo para prometer lo que había hecho. Aceptó al fin el mando como obligado, lamentándose de la miserable y onerosa servidumbre que le imponían, y reservándose como condición la esperanza de dimitir algún día, lo que expuso con estas palabras: Esperaré el momento en que juzguéis de justicia conceder algún descanso a mi vejez.

[25] Cunctandi causa erat metus undique imminentium discriminum, ut saepe lupum se auribus tenere diceret. Nam et seruus Agrippae Clemens nomine non contemnendam manum in ultionem domini compararat et L. Scribonius Libo uir nobilis res nouas clam moliebatur et duplex seditio militum in Illyrico et in Germania exorta est. Flagitabant ambo exercitus multa extra ordinem, ante omnia ut aequarentur stipendio praetoriani[s]. Germaniciani quidem etiam principem detractabant non a se datum summaque ui Germanicum, qui tum iis praeerat, ad capessendam rem p. urgebant, quanquam obfirmate resistentem. Quem maxime casum timens, partes sibi quas senatui liberet, tuendas in re p. depoposcit, quando uniuersae sufficere solus nemo posset nisi cum altero uel etiam cum pluribus. Simulauit et ualitudinem, quo aequiore animo Germanicus celerem successionem uel certe societatem principatus opperiretur. Compositis seditionibus Clementem quoque fraude deceptum redegit in potestatem. Libonem, ne quid in nouitate acerbius fieret, secundo demum anno in senatu coarguit, medio temporis spatio tantum cauere contentus; nam et inter pontifices sacrificanti simul pro secespita plumbeum cultrum subiciendum curauit et secretum petenti non nisi adhibito Druso filio dedit dextramque obambulantis ueluti incumbens, quoad perageretur sermo, continuit.

XXV. La razón que tenía para vacilar era el miedo a los muchos peligros que le amenazaban, y a menudo solía decir que sujetaba a un lobo por las orejas (69). Un esclavo de Agripa, llamado Clemente (70), había reunido, en efecto, fuerzas considerables para vengar a su amo: L. Escribonio Libón, ciudadano, de noble origen, tramaba una revuelta: las tropas se habían sublevado en dos provincias: en la Iliria y en la Germania. Los dos ejércitos exponían pretensiones exorbitantes y numerosas, queriendo ante todo disfrutar de igual paga que los pretorianos. Los soldados de la Germania se negaban a reconocer a un príncipe que no habían elegido, y alentaban a su jefe Germánico a que se apoderase del mando, cosa que rehusó con firmeza. Tiberio, que sentía gran temor a todo lo que procedía de este lado, pidió a los senadores que le concedieran en el gobierno la parte que quisiesen, afirmando que no era posible soportar uno solo todo el peso ni prescindir del concurso de uno o más colegas. Fingió también hallarse conforme, para que Germánico esperase con más paciencia una próxima sucesión o la segura participación en la soberanía. Sin embargo, se apaciguaron las sediciones, y Clemente, cogido por traición, cayó en su poder. En cuanto a Libón, no queriendo Tiberio principiar su reinado con rigores, esperó más de un año para acusarle ante el Senado. Permaneció hasta entonces en guardia contra él y un día en que sacrificaban juntos con los pontífices cuidó de hacer que le dieran un cuchillo de plomo en vez del de acero; en otra ocasión, habiéndole pedido aquél una audiencia privada, no se la concedió sino en presencia de su hijo Druso y durante la conversación, que celebraron paseando, le tuvo cogida la mano derecha como para apoyarse en él.

[26] Verum liberatus metu ciuilem admodum inter initia ac paulo minus quam priuatum egit. Ex plurimis maximisque honoribus praeter paucos et modicos non recepit. Natalem suum plebeis incurrentem circensibus uix unius bigae adiectione honorari passus est. Templa, flamines, sacerdotes decerni sibi prohibuit, etiam statuas atque imagines nisi permittente se poni; permisitque ea sola condicione, ne inter simulacra deorum sed inter ornamenta aedium ponerentur. Intercessit et quo minus in acta sua iuraretur, et ne mensis September Tiberius, October Liuius uocarentur. Praenomen quoque

XXVI. Libre ya de recelos, condújose al principio con gran moderación, y vivió con tanta sencillez como un particular. De todas las distinciones que le ofrecieron, aceptó muy pocas y las menos brillantes. Habiendo coincidido el aniversario de su nacimiento con los juegos plebeyos del Circo (71), consintió con dificultad que se agregase en honor suyo, a las ceremonias acostumbradas, un carro con dos caballos. Se opuso a que le consagrasen templos, sacerdotes, flamines, e incluso a que le erigiesen estatuas sin su consentimiento expreso; impuso además la condición de que no habían de erigirlas entre las de los dioses, sino puestas sencillamente como adorno. Prohibió jurar obediencia a sus actos y dar al mes de septiembre el nombre 108


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imperatoris cognomenque patris patriae et ciuicam in uestibulo coronam recusauit; ac ne Augusti quidem nomen, quanquam hereditarium, nullis nisi ad reges ac dynastas epistulis addidit. Nec amplius quam mox tres consulatus, unum paucis diebus, alterum tribus mensibus, tertium absens usque in Idus Maias gessit.

de Tiberio, y al de octubre el de Livio; rehusó asimismo el título de emperador y el dictado de Padre de la Patria, así como la corona cívica con que querían adornar el vestíbulo de su palacio. Ni siquiera usó el nombre de Augusto que le correspondía por herencia, a no ser en las cartas a los príncipes y soberanos. Únicamente ejerció el poder consular tres veces: la primera, durante pocos días; la segunda por tres meses; y la tercera, aunque ausente, hasta los idus de mayo.

[27] Adulationes adeo auersatus est, ut neminem senatorum aut officii aut negotii causa ad lecticam suam admiserit, consularem uero satisfacientem sibi ac per genua orare conantem ita suffugerit, ut caderet supinus; atque etiam, si quid in sermone uel in continua oratione blandius de se diceretur, non dubitaret interpellare ac reprehendere et commutare continuo. Dominus appellatus a quodam denuntiauit, ne se amplius contumeliae causa nominaret. alium dicentem sacras eius occupationes et rursus alium, auctore eo senatum se a[u]disse, uerba mutare et pro auctore suasorem, pro sacris laboriosas dicere coegit.

XXVII. Mostró viva repugnancia por la adulación, y nunca consintió que ningún senador marchase junto a su litera para saludarle o para hablarle de negocios. Un día, ante un consular que le pedía perdón y que quiso abrazarse a sus rodillas, retrocedió él con tanta precipitación que cayó de espaldas. Si en discurso público o en conversación decían de él cosas demasiado lisonjeras, interrumpía al punto al que hablaba, le reprendía y le obligaba a cambiar sus expresiones. Habiéndole llamado uno señor, le pidió que no le hiciese aquella ofensa. Comentando otro sus ocupaciones, calificándolas de sagradas, obligóle él a substituir la palabra con la de laboriosas; dijo otro que se había presentado al Senado por orden suya, y el le obligó a decir por su consejo.

[28] Sed et aduersus conuicia malosque rumores et famosa de se ac suis carmina firmus ac patiens subinde iactabat in ciuitate libera linguam mentemque liberas esse debere; et quondam senatu cognitionem de eius modi criminibus ac reis flagitante: "Non tantum," inquit, "otii habemus, ut implicare nos pluribus negotiis debeamus; si hanc fenestram aperueritis, nihil aliud agi sinetis: omnium inimicitiae hoc praetexto ad uos deferentur." Extat et sermo eius in senatu perciuilis: "Siquidem locutus aliter fuerit, dabo operam ut rationem factorum meorum dictorumque reddam; si perseuerauerit, in uicem eum odero."

XXVIII. Insensible a la maledicencia, a los rumores insidiosos, y a los versos difamatorios propagados contra él y los suyos, frecuentemente decía que en una ciudad libre, la lengua y el pensamiento debían ser libres. Habiendo pedido el Senado que se averiguase esta clase de delitos y se persiguiese a los culpables, contestó: No estamos tan libres de ocupaciones que debamos emplear el tiempo en tantos asuntos. Si abrís esa puerta, no podréis atender ya a otra cosa, y con este pretexto nos convertirán en juguete de todas las enemistades se han conservado también de él estas palabras impregnadas de gran moderación: si alguno habla mal de mí, procuraré contestarle con mis acciones, y si continúa odiándome, le odiaré a mi vez.

[29] Atque haec eo notabiliora erant, quod ipse in appellandis uenerandisque et singulis et uniuersis prope excesserat humanitatis modum. Dissentiens in curia a Q. Haterio: "Ignoscas," inquit, "rogo, si quid aduersus te liberius sicut senator dixero." Et deinde omnis adloquens: "Dixi et nunc et saepe alias, p. c., bonum et salutarem principem, quem uos tanta et tam libera potestate instruxistis, senatui seruire debere et uniuersis ciuibus saepe et plerumque etiam singulis; neque id dixisse me paenitet, et bonos et aequos et fauentes uos habui dominos et adhuc habeo."

XXIX. Esta conducta era tanto más loable cuanto que por su parte mostraba algo más que deferencia en las alabanzas y manifestaciones de respeto que prodigaba a todos los ciudadanos en general y en particular. Cierto día en que había contradicho a Q. Haterio en el Senado: Perdóname, le dijo, si he hablado libremente contra ti, cual conviene a un senador. Y dirigiéndose a los demás, añadió: Lo he dicho a menudo y lo digo otra vez, P. C., un príncipe que desea la felicidad de la patria, que ha recibido de vosotros una autoridad tan grande, tan extensa, debe estar siempre al servicio del Senado, con frecuencia hasta al de todos los ciudadanos y algunas veces el de cada uno de ellos en particular; lo he dicho y no me pesa, puesto que siempre he encontrado en vosotros compañeros benévolos y justos. 109


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[30] Quin etiam speciem libertatis quandam induxit conseruatis senatui ac magistratibus et maiestate pristina et potestate. Neque tam paruum quicquam neque tam magnum publici priuatique negotii fuit, de quo non ad patres conscriptos referretur: de uectigalibus ac monopoliis, de extruendis reficiendisue operibus, etiam de legendo uel exauctorando milite ac legionum et auxiliorum discriptione, denique quibus imperium prorogari aut extraordinaria bella mandari, quid et qua[m] forma[m] regum litteris rescribi placeret. Praefectum alae de ui et rapinis reum causam in senatu dicere coegit. Numquam curiam nisi solus intrauit; lectica quondam intro latus aeger comites a se remouit.

XXX. Restableció incluso una apariencia de libertad, devolviendo al Senado y a las magistraturas los privilegios y majestad que formaban en otro tiempo su grandeza. Daba cuenta al Senado de todo asunto, importante o pequeño, público o particular. Le consultaba acerca del establecimiento de impuestos, de la concesión de los monopolios, de construcción o reparación de edificios públicos, del levantamiento de tropas del licenciamiento de los soldados, del acantonamiento de las legiones y de las tropas auxiliares; le consultaba asimismo acerca de la prórroga de los mandos, de la dirección de las guerras extranjeras, de las respuestas que debían darse a las cartas de los reyes, y hasta acerca de la forma en que debían redactarse las contestaciones. Entró siempre solo en el Senado, y un día que le llevaron enfermo en su litera, despidió en seguida a su comitiva.

[31] Quaedam aduersus sententiam suam decerni ne questus quidem est. Negante eo destinatos magistratus abesse oportere, ut praesentes honori adquiescerent, praetor designatus liberam legationem impetrauit. Iterum censente, ut Trebianis legatam in opus noui theatri pecuniam ad munitionem uiae transferre concederetur, optinere non potuit quin rata uoluntas legatoris esset. cum senatus consultum per discessionem forte fieret, transeuntem eum in alteram partem, in qua pauciores erant, secutus est nemo. Cetera quoque non nisi per magistratus et iure ordinario agebantur, tanta consulum auctoritate, ut legati ex Africa adierint eos querentes, trahi se a Caesare ad quem missi forent. Nec mirum, cum palam esset, ipsum quoque eisdem et assurgere et decedere uia.

XXXI. Habiéndose dado algunos decretos contra su parecer, no se quejo siquiera. Un pretor designado solicitó y obtuvo misión libre (72) el mismo día en que había dicho él que todos los que estaban nombrados magistrados, por honor de su cargo, debían permanecer en Roma. Había opinado que una cantidad legada a los habitantes de Trebia para la construcción de un teatro se emplease, de acuerdo con la voluntad de los interesados, en la construcción de un camino; sin embargo, a pesar de su intervención, se cumplió la voluntad del testador. Cierto día en que se votaba en el Senado sobre una proposición, al pasar de uno a otro lado de la sala (73) se juntó al grupo más pequeño, no pasando nadie detrás de él. Los demás asuntos los trataban los magistrados de acuerdo con el derecho común. Estaba tan firmemente cimentada la autoridad de los cónsules, que los embajadores de Africa acudieron a ellos en queja de César, acerca de quién los había enviado, porque no resolvía sobre su petición. Debe notarse también que se levantaba siempre ante los cónsules y se apartaba para dejarles paso.

[32] Corripuit consulares exercitibus praepositos, quod non de rebus gestis senatui scriberent quodque de tribuendis quibusdam militaribus donis ad se referrent, quasi non omnium tribuendorum ipsi ius haberent. Praetorem conlaudauit, quod honore inito consuetudinem antiquam ret[t]ulisset de maioribus suis pro contione memorandi. Quorundam illustrium exequias usque ad rogum frequentauit. Parem moderationem minoribus quoque et personis et rebus exhibuit. Cum Rhodiorum magistratus, quod litteras publicas sine subscriptione ad se dederant, euocasset, ne uerbo quidem insectatus ac tantum modo iussos subscribere remisit. Diogenes grammaticus, disputare sabbatis Rhodi solitus, uenientem eum, ut se extra ordinem audiret, non admiserat ac per seruolum suum in septimum diem

XXXII. Reprendió a los consulares que estaban al frente de los ejércitos, porque no daban cuenta de su conducta a los Senadores y porque le pedían autorización para conceder recompensas militares como si no tuviesen en ello completa autoridad. Felicitó a un pretor por haber recordado en un discurso, según las antiguas costumbres, al hacerse cargo de su magistratura, las virtudes de sus antecesores Acompañó hasta la pira los funerales de muchos ciudadanos ilustres. Había llamado a Roma a los magistrados de Rodas, que le habían dirigido cartas a nombre de esta ciudad, sin terminarlas con las fórmulas ordinarias de cortesía; lejos de tratarlos mal, contentase, antes de despedirlos con hacerles añadir dichas fórmulas a sus cartas. Durante su permanencia en Rodas, el gramático Diógenes, que sólo daba sus conferencias en sábado, rehusó darle una lección particular, diciéndole, por medio de un esclavo, que volviese pasados siete días. Fue Diógenes a Roma un tiempo después y presentándose en su casa para saludarle, 110


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distulerat; hunc Romae salutandi sui causa pro foribus adstantem nihil amplius quam ut post septimum annum rediret admonuit. praesidibus onerandas tributo prouincias suadentibus rescripsit boni pastoris esse tondere pecus, non deglubere.

Tiberio le hizo decir que volviese pasados siete años. Algunos gobernadores de provincias le aconsejaban que aumentase los tributos, y les contestó que el buen pastor trasquilaba sus ovejas, pero no las desollaba.

[33] Paulatim principem exeruit praestititque etsi uarium diu, commodiorem tamen saepius et ad utilitates publicas proniorem. Ac primo eatenus interueniebat, ne quid perperam fieret. Itaque et constitutiones senatus quasdam rescidit et magistratibus pro tribunali cognoscentibus plerumque se offerebat consiliarium assidebatque iuxtim uel exaduersum in parte primori; et si quem reorum elabi gratia rumor esset, subitus aderat iudicesque aut e plano aut e quaesitoris tribunali legum et religionis et noxae, de qua cognoscerent, admonebat; atque etiam, si qua in publicis moribus desidia aut mala consuetudine labarent, corrigenda suscepit.

XXXIII. A poco entró, sin embargo, en el ejercicio de la soberanía, y aunque con variable conducta, en general con actos que satisfacía a todos y con loables inclinaciones a la utilidad pública. Al principio se dedicó a anular abusos y dejó sin efecto muchas disposiciones del Senado; ofreciese en ocasiones como consejero a los magistrados reunidos en su tribunal y sentase al lado de ellos o enfrente en puesto más alto. También si sabía que por el favor iba a salvarse algún acusado, se presentaba repentinamente, y desde su puesto, o desde el del primer juez, recordaba a los demás sus juramentos, las leyes y el delito que tenían el deber de castigar. Reformó asimismo los usos antiguos y modernos que eran causa de corrupción en las costumbres públicas.

[34] Ludorum ac munerum impensas corripuit mercedibus scaenicorum recisis paribusque gladiatorum ad certum numerum redactis. Corinthiorum uasorum pretia in immensum exarsisse tresque mul[l]os triginta milibus nummum uenisse grauiter conquestus, adhibendum supellectili modum censuit annonamque macelli senatus arbitratu quotannis temperandam, dato aedilibus negotio popinas ganeasque usque eo inhibendi, ut ne opera quidem pistoria proponi uenalia sinerent. Et ut parsimoniam publicam exemplo quoque iuuaret, sollemnibus ipse cenis pridiana saepe ac semesa obsonia apposuit dimidiatumque aprum, affirmans omnia eadem habere, quae totum. Cotidiana oscula edicto prohibuit, item strenarum commercium ne ultra Kal. Ian. exerceretur. consuerat quadriplam stren[u]am, et de manu, reddere; sed offensus interpellari se toto mense ab iis qui potestatem sui die festo non habuissent, ultra non tulit.

XXXIV. Restringió los gastos de juegos y espectáculos, reduciendo el salario de los actores y determinando el número de gladiadores. Quejábase amargamente de que los vasos de Corinto hubiesen alcanzado un precio exorbitante, y de que tres barbos se hubiesen vendido en treinta mil sestercios. Juzgó conveniente poner límites al lujo en los muebles, y de hacer que el Senado fijase anualmente el precio de los artículos alimenticios. Los ediles recibieron órdenes para usar de toda la severidad en la policía de las tabernas y de los parajes de desorden, no permitiendo que se vendiesen en ellos ni siquiera pastelitos. Para dar ejemplo de economía, hacía servir en su casa, aun en las comidos más solemnes, viandas del día anterior, y ya empezadas, como la mitad de un jabalí, y decía que aquella mitad era tan sabrosa como el cuerpo entero. Prohibió también la costumbre de besarse todos los días, y prohibió también demorar más allá de las calendas de enero el cambio de regalos de primero de año; acostumbraba recompensar en el acto y por su propia mano los que le hacían a él, con el cuádruplo de su valor; pero cansado de que le distrajesen a cada momento todo el mes, a los que, no habían podido visitarle el primer día no les dio ya nada.

[35] Matronas prostratae pudicitiae, quibus accusator publicus deesset, ut propinqui more maiorum de communi sententia coercerent auctor fuit. Eq(uiti) R(omano) iuris iurandi gratiam fecit, uxorem in stupro generi compertam dimitteret, quam se numquam repudiaturum ante iurauerat. Feminae famosae, ut ad euitandas legum poenas iure ac dignitate matronali exoluerentur, lenocinium profiteri coeperant, et ex iuuentute utriusque ordinis

XXXV. Restableció la antigua costumbre de que un consejo de familia acordase por unanimidad de votos el castigo de las mujeres adúlteras que no tenían acusadores públicos. A un caballero romano, que había prometido no repudiar jamás a su esposa y que habiéndola sorprendido en adulterio con su yerno podía, por consiguiente, echarla, Tiberio le relevó de su juramento. Mujeres que habían perdido la reputación (74), para ponerse al abrigo de las penas que dictaba contra ellas la ley y librarse de los deberes de una incómoda dignidad, habían optado por 111


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profligatissimus quisque, quominus in opera scaenae harenaeque edenda senatus consulto teneretur, famosi iudicii notam sponte subibant; eos easque omnes, ne quod refugium in tali fraude cuiquam esset, exilio adfecit. Senatori latum clauum ademit, cum cognosset sub Kal. Iul. demigrasse in hortos, quo uilius post diem aedes in urbe conduceret. Alium e quaestura remouit, quod uxorem pridie sortitionem ductam postridie repudiasset.

hacerse inscribir como cortesanas. También se había visto a jóvenes libertinos de los dos primeros órdenes hacerse tachar de infamia por un tribunal, para, a pesar de las prohibiciones del Senado, obtener así el derecho a presentarse en el escenario del teatro o en la arena. Tiberio desterrólos a todos, para que no se creyese encontrar refugio en estos artificios. Despojó de la lacticlavia a un senador que había ido a vivir en el campo por las calendas de julio, con la intención de alquilar luego en Roma casa más barata, habiendo pasado el plazo de arriendo. Quitó a otro la cuestura por haber repudiado el día siguiente de su matrimonio a una mujer que había obtenido por sorteo la víspera.

[36] Externas caerimonias, Aegyptios Iudaicosque ritus compescuit, coactis qui superstitione ea tenebantur religiosas uestes cum instrumento omni comburere. Iudaeorum iuuentutem per speciem sacramenti in prouincias grauioris caeli distribuit, reliquos gentis eiusdem uel similia sectantes urbe summouit, sub poena perpetuae seruitutis nisi obtemperassent. Expulit et mathematicos, sed deprecantibus ac se artem desituros promittentibus ueniam dedit.

XXXVI. Prohibió las ceremonias extranjeras, como los ritos egipcios y judaicos (75), y a los que profesaban tales supersticiones los obligó a quemar las vestiduras y todos los objetos que servían para su culto. Repartió la juventud hebrea, bajo el pretexto del servicio militar, en las provincias más insalubres. Expulsó de Roma el resto de esta nación y a todos los que formaban parte de sus sectas, bajo pena de perpetua esclavitud si regresaban. Desterró también a los astrólogos, pero les permitid regresar, bajo la promesa que le hicieron de no ejercer más su arte.

[37] In primis tuendae pacis a grassaturis ac latrociniis seditionumque licentia curam habuit. Stationes militum per Italiam solito frequentiores disposuit. Romae castra constituit, quibus praetorianae cohortes uagae ante id tempus et per hospitia dispersae continerentur. Populares tumultus et ortos grauissime coercuit et ne orerentur sedulo cauit. Caede in theatro per discordiam admissa capita factionum et histriones, propter quos dissidebatur, relegauit, nec ut reuocaret umquam ullis populi precibus potuit euinci. Cum Pollentina plebs funus cuiusdam primipilaris non prius ex foro misisset quam extorta pecunia per uim heredibus ad gladiatorium munus, cohortem ab urbe et aliam a Cotti regno dissimulata itineris causa detectis repente armis concinentibusque signis per diuersas portas in oppidum immisit ac partem maiorem plebei ac decurionum in perpetua uincula coiecit. Aboleuit et ius moremque asylorum, quae usquam erant. Cyzicenis in ciues R. uiolentius quaedam ausis publice libertatem ademit, quam Mithridatico bello meruerant. Hostiles motus nulla postea expeditione suscepta per legatos compescuit, ne per eos quidem nisi cunctanter et necessario. reges infestos suspectosque comminationibus magis et querelis quam ui repressit; quosdam per blanditias atque promissa extractos ad se non

XXXVII. Cuidó de manera especial que no se turbase la paz con asesinatos, latrocinios y sediciones. Estableció en Italia puestos militares más numerosos que antes; también estableció en Roma un campamento para las cohortes pretorianas, repartidas hasta allí en la ciudad y sus inmediaciones. Reprimió con rigor los tumultos populares, y atendió sobre todo a prevenirlos. Habiéndose cometido un homicidio a raíz de una cuestión suscitada en el teatro, desterró a los jefes de los partidos rivales y a los actores por quienes se había suscitado la disputa, y no quiso nunca llamarlos, pese a cuantas instancias le hizo el pueblo. Los habitantes de Polentino detuvieron un día en una plaza el carro de un centurión primipilario, no dejándole partir sino después de haber arrancado por fuerza a los herederos una cantidad de dinero para un espectáculo de gladiadores; Tiberio envió desde Roma una cohorte y otra del reino de Cotcio, ocultando el motivo de su marcha y entrando de repente en la ciudad por todas las puertas, desenvainadas las espadas y a son de trompetas, encadenaron a perpetuidad a la mayor parte de los habitantes y hasta a senadores. Abolió el derecho de asilo en todos los lugares donde lo había mantenido la tradición. A los habitantes de Gicico, que habían cometido violencia contra ciudadanos romanos, les quitó la libertad que habían conseguido en la guerra contra Mitrídates. No hizo, durante su imperio, ninguna expedición militar, conteniendo por medio de sus legados, los movimientos de los enemigos, y siempre tarde y como a pesar suyo, con los reyes, ostensiblemente enemigos o sospechosos, usó quejas y amenazas con más 112


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remisit, ut Marobodum Germanum, Rhascuporim Thracem, Archelaum Cappadocem, cuius etiam regnum in formam prouinciae redegit.

frecuencia que la fuerza para contenerlos. Atrajo a algunos de ellos a Roma con promesas y lisonjas, y no los dejó ya partir; encontrábase en este número Marabodo el Germano, Rascúpolis el Tracio y Arquelao el Capadocio, cuyo reino redujo a provincia romana.

[38] Biennio continuo post adeptum imperium pedem porta non extulit; sequenti tempore praeterquam in propinqua oppida et, cum longissime, Antio tenus nusquam afuit, idque perraro et paucos dies; quamuis prouincias quoque et exercitus reuisurum se saepe pronuntiasset et prope quotannis profectionem praepararet, uehiculis comprehensis, commeatibus per municipia et colonias dispositis, ad extremum uota pro itu et reditu suo suscipi passus, ut uulgo iam per iocum "Callippides" uocaretur, quem cursitare ac ne cubiti quidem mensuram progredi prouerbio Graeco notatum est.

XXXVIII. Durante los dos primeros anos de su ascensión al poder no salió de Roma, y en lo sucesivo visitó sólo las ciudades vecinas, sin pasar nunca de Ancio, y aun esto escasas veces y por pocos días. Anunció, a menudo, que visitaría las provincias y los ejércitos, y casi todos los años hacía los preparativos de marcha; se retenían para él los carruajes en el camino; preparaban las provisiones en los municipios y las colonias, y llegando incluso a consentir que se hiciesen votos solemnes por su viaje y su regreso; por esta razón se le llamaba en burla Calípides, nombre proverbial de un antiguo histrión que corría por el teatro sin avanzar nunca más de un codo.

[39] Sed orbatus utroque filio, quorum Germanicus in Syria, Drusus Romae obierat, secessum Campaniae petit; constanti et opinione et sermone paene omnium quasi neque rediturus umquam et cito mortem etiam obiturus. Quod paulo minus utrumque euenit; nam neque Romam amplius rediit [s]et paucos post dies iuxta Tarracinam in praetorio, cui Speluncae nomen est, incenante eo complura et ingentia saxa fortuito superne dilapsa sunt, multisque conuiuarum et ministrorum elisis praeter spem euasit.

XXXIX. Sin embargo, cuando perdió a sus dos hijos, Germánico y Druso, muertos el uno en Siria y el otro en Roma, se retiró a la Campania, pensando todos entonces que no volvería ya a Roma y que sucumbiría muy pronto. En efecto, no regresó a Roma, y pocos días después de su partida, mientras cenaba cerca de Terracina en una casa de campo llamaba la Gruta, desprendiéronse de la bóveda varias piedras enormes, que aplastaron a muchos convidados y esclavos ocupados en servirles, librándose él milagrosamente.

[40] Peragrata Campania, cum Capuae Capitolium, Nolae templum Augusti, quam causam profectionis praetenderat, dedicasset, Capreas se contulit, praecipue delectatus insula, quod uno paruoque litore adiretur, saepta undique praeruptis immensae altitudinis rupibus et profundo mari. Statimque reuocante assidua obtestatione populo propter cladem, qua apud Fidenas supra uiginti hominum milia gladiatorio munere amphitheatri ruina perierant, transiit in continentem potestatemque omnibus adeundi sui fecit: tanto magis, quod urbe egrediens ne quis se interpellaret edixerat ac toto itinere adeuntis submouerat.

XL. Después de haber recorrido la Campania y haber hecho la dedicación del Capitolio en Capua, como también la del templo de Augusto en Nola, que fue pretexto de su viaje, marchó a Capri, gustándole esta isla en gran manera, porque sólo era abordable por un lado y por muy estrecha entrada, haciéndola inaccesible por los otros escarpadas y altísimas rocas y el abismo de los mares. No tardaron, sin embargo, en llamarle las reiteradas súplicas del pueblo, asustado por el desastre que acababa de ocurrir en Fídenas, donde el hundimiento de un anfiteatro había hecho perecer a veinte mil personas que presenciaban un combate de gladiadores. Pasó, pues, al continente y, mostrase tanto más accesible a todos cuanto que, al salir de Roma, había prohibido por un edicto que nadie se le acercarse y había alejado en todo el camino a los que se presentaban para verlo.

[41] Regressus in insulam rei p. Quidem curam usque adeo abiecit, ut postea non decurias equitum umquam supplerit, non tribunos militum praefectosque, non prouinciarum praesides ullos mutauerit, Hispaniam et Syriam

XLI. De regreso a su isla abandono el cuidado del gobierno y desde aquella época no completó ya las decurias de los caballeros, no llevó a cabo ningún cambio en los tribunos militares, ni en los mandos de la caballería, ni en los gobernadores de las provincias. Dejó, durante muchos años, 113


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per aliquot annos sine consularibus legatis habuerit, Armeniam a Parthis occupari, Moesiam a Dacis Sarmatisque, Gallias a Germanis uastari neglexerit: magno dedecore imperii nec minore discrimine.

a España y la Siria en legados consulares; dejó que los partos ocupasen la Armenia, que los dacios y sármatas devastasen la Mesia y que los germanos invadiesen la Galia, sin cuidarse para nada del deshonor ni del peligro que entrañaba ello para el Imperio.

[42] Ceterum secreti licentiam nanctus et quasi ciuitatis oculis remotis, cuncta simul uitia male diu dissimulata tandem profudit: de quibus singillatim ab exordio referam. In castris tiro etiam tum propter nimiam uini auiditatem pro Tiberio "Biberius," pro Claudio "Caldius," pro Nerone "Mero" uocabatur. Postea princeps in ipsa publicorum morum correctione cum Pomponio Flacco et L. Pisone noctem continuumque biduum epulando potandoque consumpsit, quorum alteri Syriam prouinciam, alteri praefecturam urbis confestim detulit, codicillis quoque iucundissimos et omnium horarum amicos professus. Cestio Gall[i]o, libidinoso ac prodigo seni, olim ab Augusto ignominia notato et a se ante paucos dies apud senatum increpito cenam ea lege condixit, ne quid ex consuetudine immutaret aut demeret, utque nudis puellis ministrantibus cenaretur. ignotissimum quaesturae candidatum nobilissimis anteposuit ob epotam in conuiuio propinante se uini amphoram. Asellio Sabino sestertia ducenta donauit pro dialogo, in quo boleti et ficedulae et ostreae et turdi certamen induxerat. nouum denique officium instituit a uoluptatibus, praeposito equite R. T. Caesonio Prisco.

XLII. A favor de la soledad y lejos de las miradas de Roma, entregase finalmente sin freno a todos los vicios que hasta entonces, y aunque torpemente, había disimulado. De ellos trataré ahora y también de su origen. En los campamentos, y desde que empezó la vida militar, se le conocía por su extraordinaria afición al vino, hasta el punto de llamarle los soldados, en vez de Tiberius, Biberius, en vez de Claudius, Caldius, y en vez de Nero, Mero (76). Siendo emperador, y en la misma época en que trabajaba en la reforma de las costumbres públicas, pasó dos días y una noche comiendo y bebiendo con Pomponio Flaco y L. Pisón. A la salida de esta bacanal, dio al primero el gobierno de la Siria y al segundo la prefectura de Roma, llamándolos en los nombramientos sus más amables compañeros y amigos de todas las horas. Pocos días después de haber apostrofado violentamente en el Senado a Sestio Galo, anciano pródigo y lujurioso, tachado de infamia en otro tiempo por Augusto, pidióle que le invitase a cenar a condición de que aquel día no cambiase en nada sus costumbres y de que habían de servir la cena jóvenes desnudas. A muchos candidatos ilustres que solicitaban la cuestura prefirió el mas obscuro, porque se habían bebido en la mesa toda una ánfora de vino que él mismo le había servido. Dio doscientos mil sestercios a Aselio Sabino por un diálogo en el que la seta, el becafigo, la ostra y el zorzal se disputaban la preeminencia. Creó, en fin, una nuevo cargo, que fue la intendencia de los placeres, y con el cual revistió a T. Cesonio Prisco, caballero romano.

[43] Secessu uero Caprensi etiam sellaria excogitauit, sedem arcanarum libidinum, in quam undique conquisiti puellarum et exoletorum greges monstrosique concubitus repertores, quos spintrias appellabat, triplici serie conexi, in uicem incestarent coram ipso, ut aspectu deficientis libidines excitaret. Cubicula plurifariam disposita tabellis ac sigillis lasciuissimarum picturarum et figurarum adornauit librisque Elephantidis instruxit, ne cui in opera edenda exemplar impe[t]ratae schemae deesset. In siluis quoque ac nemoribus passim Venerios locos commentus est prost[r]antisque per antra et causa rupes ex utriusque sexus pube Paniscorum et Nympharum habitu, quae palam iam et uulgo nomine insulae abutentes "Caprineum" dictitabant.

XLIII. En su quinta de Capri tenía una habitación destinado a sus desórdenes más secretos, guarnecida toda de lechos en derredor. Un grupo elegido de muchachas, de jóvenes y de disolutos, inventores de placeres monstruosos, y a los que llamaba sus maestros de voluptuosidad (spintrias), formaban allí entre sí una triple cadena, y entrelazados de este modo se prostituían en su presencia para despertar, por medio de este espectáculo, sus estragados deseos. Tenía, además, diferentes cámaras dispuestas diversamente para este género de placeres, adornadas con cuadros y bajo relieves lascivos, y llenas de libros de Elefantidis, con objeto de tener en la acción modelos que imitar. Los bosques y las selvas no eran así más que asilos consagrados a Venus, y se veía a la entrada de las grutas y en los huecos de las rocas a la juventud de ambos sexos mezclada en actitudes voluptuosas, con trajes de ninfas y silvanos. A causa de esto, el pueblo, jugando con el nombre de la isla, daba a Tiberio el de Caprineum.

[44] Maiore adhuc ac turpiore infamia flagrauit, XLIV. La obscenidad fue llevada por él todavía más lejos, y 114


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uix ut referri audiriue, nedum credi fas sit, quasi pueros primae teneritudinis, quos pisciculos uocabat, institueret, ut natanti sibi inter femina uersarentur ac luderent lingua morsuque sensim adpetentes; atque etiam quasi infantes firmiores, necdum tamen lacte depulsos, inguini ceu papillae admoueret, pronior sane ad id genus libidinis et natura et aetate. Quare Parrasi quoque tabulam, in qua Meleagro Atalanta ore morigeratur, legatam sibi sub condicione, ut si argumento offenderetur decies pro ea sestertium acciperet, non modo praetulit, sed et in cubiculo dedicauit. Fertur etiam in sacrificando quondam captus facie ministri acerram praeferentis nequisse abstinere, quin paene uixdum re diuina peracta ibidem statim seductum constupraret simulque fratrem eius tibicinem; atque utrique mox, quod mutuo flagitium exprobrarant, crura fregisse.

hasta a excesos tan difíciles de creer como de referir. Se dice que había adiestrado a niños de tierna edad, a los que llamaba sus pececillos, a que jugasen entre sus piernas en el baño, excitándole con la lengua y los dientes, y también que, a semejanza de niños creciditos, pero todavía en lactancia, le mamasen los pechos, género de placer al que por su inclinación y edad se sentía principalmente inclinado. Así, habiéndole legado uno el cuadro de Parrasino en el que Atalanta prostituye su boca a Meleagro, y dándole facultad el testamento, si le desagradaba el asunto, de recibir en lugar de él un millón de sestercios, prefirió el cuadro y mandó colocarlo como objeto sagrado en su alcoba. Se afirma también que cierto día, durante un sacrificio, enamorado de la belleza del que llevaba el incienso, apenas esperó a que terminase la ceremonia para satisfacer secretamente su nefanda pasión, a la que tuvo que prestarse también un hermano del joven, que era flautista; luego les hizo romper las piernas, porque mutuamente se echaban en cara su infamia.

[45] Feminarum quoque, et quidem illustrium, capitibus quanto opere solitus sit inludere, euidentissime apparuit Malloniae cuiusdam exitu, quam perductam nec quicquam amplius pati constantissime recusantem delatoribus obiecit ac ne ream quidem interpellare desiit, "ecquid paeniteret"; donec ea relicto iudicio domum se abripuit ferroque transegit, obscaenitate[m] oris hirsuto atque olido seni clare exprobrata. unde mora in Atellanico exhodio proximis ludis adsensu maximo excepta percrebruit, "hircum uetulum capreis naturam ligurire."

XLV. La muerte de Malonia demuestra también hasta qué punto se burlaba de la vida de las mujeres ilustres: llevada, en efecto, ésta a su casa, se negó siempre a satisfacer sus repugnantes deseos. Hízola él acusar por delatores, y, durante el proceso, no cesó un instante de preguntarle si se arrepentía. Habiendo, no obstante, podido ella escapar del tribunal, después de tratarle públicamente de viejo de boca impúdica, y que, velludo como un macho cabrio, tenía también su hediondez. Por esta causa, en los primeros juegos que se celebraron todos los espectadores aplaudieron, aplicando a Tiberio este pasaje de un atalánico: Así se ve al cabrón viejo lamer las partes sexuales de la cabra.

[46] Pecuniae parcus ac tenax comites peregrinationum expeditionumque numquam salario, cibariis tantum sustentauit, una modo liberalitate ex indulgentia uitrici prosecutus, cum tribus classibus factis pro dignitate cuiusque, primae sescenta sestertia, secundae quadringenta distribuit, ducenta tertiae, quam non amicorum sed Graecorum appellabat.

XLVI. Era inclinado al dinero, y difícilmente se le arrancaba: prestábase a alimentar bien a los que le acompañaban a la guerra, pero no les daba ningún salario. Sólo se cita de él una liberalidad, que fue pagada, sin embargo, por Augusto, y fue así: Había repartido aquel día su comitiva en tres clases, según la dignidad de cada uno, e hizo distribuir a la primera seiscientos sestercios, cuatrocientos a la segundo y doscientos a la tercera, compuesta de aquellos que, sin ser amigos suyos, le eran, según él, agradables.

[47] Princeps neque opera ulla magnifica fecit-nam et quae sola susceperat, Augusti templum restitutionemque Pompeiani theatri, imperfecta post tot annos reliquit--neque spectacula omnino edidit; et iis, quae ab aliquo ederentur, rarissime interfuit, ne quid exposceretur, utique postquam comoedum Actium coactus est manumittere. Paucorum senatorum inopia sustentata, ne pluribus opem ferret, negauit se aliis subuenturum, nisi senatui iustas necessitatium

XLVII. No señaló su Imperio con ningún monumento de valor, y los únicos que emprendió los dejó sin terminar; fueron el templo de Augusto y el teatro de Pompeyo, que se propuso restaurar, comenzados muchos años antes. Tampoco dio ningún espectáculo, y rara vez asistió a los que daban los particulares; pues temía que se aprovechase la circunstancia para hacerle alguna petición, desde que se vio obligado por las instancias del pueblo a manumitir al cómico Accio. Alivió la penuria de algunos senadores; pero, a fin de que el ejemplo no sentase precedentes, 115


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causas probassent. Quo pacto plerosque modestia et pudore deterruit, in quibus Hortalum, Quinti Hortensi oratoris nepotem, qui permodica re familiari auctore Augusto quattuor liberos tulerat.

declaró que en adelante sólo concedería auxilio a los que justificasen ante el Senado las causas de su pobreza. Así fue que la mayor parte guardaron silencio por pudor y modestia, entre ellos Hortalo, nieto del orador G. Hortensio, que, con muy modestas riquezas se había casado por complacer a Augusto y se veía padre de cuatro hijos.

[48] Publice munificentiam bis omnino exhibuit, pro posito milies sestertium gratuito in trienni tempus et rursus quibusdam dominis insularum, quae in monte Caelio deflagrarant, pretio restituto. Quorum alterum magna difficultate nummaria populo auxilium flagitante coactus est facere, cum per senatus consultum sanxisset, ut faeneratores duas patrimonii partes in solo collocarent, debitores totidem aeris alieni statim soluerent, nec res expediretur; alterum ad mitigandam temporum atrocitatem. Quod tamen beneficium tanti aestimauit, ut montem Caelium appellatione mutata uocari Augustum iusserit. Militi post duplicata ex Augusti testamento legata nihil umquam largitus est, praeterquam singula milia denariorum praetorianis, quod Seiano se non accommodassent, et quaedam munera Syriacis legionibus, quod solae nullam Seiani imaginem inter signa coluissent. Atque etiam missiones ueteranorum rarissimas fecit, ex senio mortem, ex morte compendium captans. Ne prouincias quidem liberalitate ulla subleuauit, excepta Asia, disiectis terrae motu ciuitatibus.

XLVIII. Como emperador realizó sólo dos munificencias: una cuando prestó al pueblo por tres años y sin interés cien millones de sestercios; la otra, después del incendio de algunas casas situadas sobre el monte Cello, en que abonó su valor a los propietarios. De estas dos liberalidades, la primera casi le fue arrancada por el clamor público en una época en que había gran escasez de dinero, habiendo ordenado por medio de un senadoconsulto que los usureros colocasen en fincas agrarias las dos terceras partes de sus deudas, cosa que era generalmente imposible; la segunda la concedió a la desgracia de los tiempos, y tanto la hizo valer, que quiso que el monte Celio cambiase de nombre y fuera llamado Augusto. Duplicó la cantidad que Augusto legó por testamento a los soldados; pero nada les dio, exceptuando mil dineros por cabeza a los pretorianos, porque no habían favorecido los proyectos de Seyano, y algunas gratificaciones a las legiones de Siria, por ser las únicas que no habían colocado el retrato de este favorito como objeto de veneración entre las insignias militares. Rara vez concedió licencias a los veteranos, esperando que morirían de vejez en el servicio y que su muerte habría de serle provechosa. Tampoco hizo liberalidad alguna a las provincias, exceptuando la del Asia, donde un terremoto había destruido gran número de ciudades.

[49] Procedente mox tempore etiam ad rapinas conuertit animum. Satis constat, Cn. Lentulum Augurem, cui census maximus fuerit, metu et angore ad fastidium uitae ab eo actum et ut ne quo nisi ipso herede moreretur; condemnatam et generosissimam feminam Lepidam in gratiam Quirini consularis praediuitis et orbi, qui dimissam eam e matrimonio post uicensimum annum ueneni olim in se comparati arguebat; praeterea Galliarum et Hispaniarum Syriaeque et Graeciae principes confiscatos ob tam leue ac tam inpudens calumniarum genus, ut quibusdam non aliud sit obiectum, quam quod partem rei familiaris in pecunia haberent; plurimis etiam ciuitatibus et priuatis ueteres immunitates et ius metallorum ac uectigalium adempta; sed et Vononem regem Parthorum, qui pulsus a suis quasi in fidem p. r. cum ingenti gaza Antiochiam se receperat. Spoliatum perfidia et occisum.

XLIX. La avaricia le arrastró con los años a la rapiña. Es cosa sabida que persiguió con importunidades y amenazas, hasta hacerle imposible la vida, al augur Cn. Léntulo, poseedor de un inmenso caudal, con el fin de arrancarle la promesa de nombrarle su único heredero; que, por complacer a Quirino, varón consular, riquisímo y sin hijos, condenó a Lépida, muy virtuosísima, repudiada veinte años antes por este Quirino, acusándola él mismo de haber querido en otro tiempo envenenarle; que confiscó los bienes de los principales ciudadanos de las Galias, de las Españas, de la Siria y de la Grecia, con fútiles pretextos y acusaciones absurdas, como la de poseer en dinero una parte de su caudal (77); que privó a muchos particulares y algunas ciudades de sus antiguas inmunidades, principalmente, del derecho de explotar las minas y de levantar impuestos; y, finalmente, que Vonón, rey de los partos, expulsado por los suyos y refugiado con sus tesoros en Antioquia, fue cobardemente despojado y muerto.

[50] Odium aduersus necessitudines in Druso L. Su aversión a sus parientes se manifestó en primer lugar primum fratre detexit, prodita eius epistula, qua contra su hermano Druso, al mostrar una carta de éste en 116


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secum de cogendo ad restituendam libertatem Augusto agebat, deinde et in reliquis. Iuliae uxori tantum afuit ut relegatae, quod minimum est, offici aut humanitatis aliquid impertiret, ut ex constitutione patris uno oppido clausam domo quoque egredi et commercio hominum frui uetuerit; sed et peculio concesso a patre praebitisque annuis fraudauit, per speciem publici iuris, quod nihil de his Augustus testamento cauisset. Matrem Liuiam grauatus uelut partes sibi aequas potentiae uindicantem, et congressum eius assiduum uitauit et longiores secretioresque sermones, ne consiliis, quibus tamen interdum et egere et uti solebat, regi uideretur. Tulit etiam perindigne actum in senatu, ut titulis suis quasi Augusti, ita et "Liuiae filius" adiceretur. Quare non "parentem patriae" appellari, non ullum insignem honorem recipere publice passus est; sed et frequenter admonuit, maioribus nec feminae conuenientibus negotiis abstineret, praecipue ut animaduertit incendio iuxta aedem Vestae et ipsam interuenisse populumque et milites, quo enixius opem ferrent, adhortatam, sicut sub marito solita esset.

que se hablaba de obligar a Augusto a restablecer la libertad; su odio extendióse muy pronto a todos los demás. Estuvo tan lejos de tener para con su esposa Julia, que continuaba desterrada, las mínimas atenciones que impone la humanidad, que le prohibió salir de su casa y ver a nadie, a pesar de que Augusto le había dado toda una ciudad por prisión; hasta el peculio cuyo goce le dejaba su padre y la pensión anual que le añadía, se los retiró, con el pretexto del respeto debido a las leyes comunes y por no decir nada acerca de esto el testamento de Augusto. Se le hizo odiosa su madre Livia, creyéndola rival que aspiraba a participar de su poder. Procuró verla lo menos posible, y ya no tuvo con ella largas y secretas conversaciones, temiendo que se creyera que se dejaba influir por sus consejos, a los que, sin embargo, había recurrido algunas veces, y de los que usaba en ciertas ocasiones. Le pareció muy mal que se propusiera en el Senado agregar a sus títulos y a su nombre de hijo de Augusto el de hijo de Livia. No permitió nunca que se la llamase madre de la Patria, ni que en público recibiese ningún honor extraordinario. Le advirtió, incluso, con mucha frecuencia, que no se mezclase en asuntos importantes, que no convengan a las mujeres, sobre todo, desde que en un incendio, cerca del templo de Vesta, la vio intervenir en medio del pueblo y de los soldados y apresurar los auxilios lo mismo que cuando vivía su marido.

[51] Dehinc ad simultatem usque processit hac, ut ferunt, de causa. Instanti saepius, ut ciuitate donatum in decurias adlegeret, negauit alia se condicione adlecturum, quam si pateretur ascribi albo extortum id sibi a matre. At illa commota ueteres quosdam ad se Augusti codicillos de acerbitate et intolerantia morum eius e sacrario protulit atque recitauit. Hos et custoditos tam diu et exprobratos tam infeste adeo grauiter tulit, ut quidam putent inter causas secessus hanc ei uel praecipuam fuisse. Toto quidem triennio, quo uiuente matre afuit, semel omnino eam nec amplius quam uno die paucissimis uidit horis; ac mox neque aegrae adesse curauit defunctamque et, dum aduentus sui spem facit, complurium dierum mora corrupto demum et tabido corpore funeratam prohibuit consecrari, quasi id ipsa mandasset. Testamentum quoque eius pro irrito habuit omnisque amicitias et familiaritates, etiam quibus ea funeris sui curam moriens demandauerat, intra breue tempus afflixit, uno ex iis, equestris ordinis uiro, et in antliam condemnato.

LI. Muy pronto se separó completamente de ella, y según se dice, por la siguiente causa: Livia le rogaba continuamente que inscribiese en las decurias a un hombre que había sido honrado ya con el derecho de ciudadanía; le dijo él, al fin, que consentiría en ello a condición de añadir en el cuadro de la orden, que tal favor se lo había arrancado su madre. Ofendida Livia, fue a buscar en el santuario consagrado a Augusto las antiguas cartas de este príncipe en que hablaba sin rebozo del carácter duro y tiránico de Tiberio, y volvió en seguida a leérselas. Fue tanta su indignación de que hubiesen conservado aquellas cartas y de que se las presentase su indignada madre, que ésta fue según algunos escritores una de las causas principales de su retirada a Capri. En los tres años que vivió todavía Livia después de su marcha de Roma sólo la vio una vez y no más que algunas horas. Después no se digno visitarla ni siquiera cuando estuvo enferma y después de su muerte se hizo esperar muchos días para los funerales a los que había prometido asistir de suerte que el cuerpo estaba ya en putrefacción cuando lo colocaron en la pira. Se opuso a que se le decretaran los honores divinos con el pretexto de que ella misma lo había prohibido; declaró nulo su testamento y consumó en poco tiempo la ruina de todos sus amigos y protegidos y principalmente de aquellos a quienes ella, al morir, había encargado el cuidado de sus funerales; hasta uno de ellos, perteneciendo al orden ecuestre, fue condenado al trabajo infamante de las bombas.

[52] Filiorum neque naturalem Drusum neque LII. Nunca sintió amor de padre ni por su propio hijo 117


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adoptiuum Germanicum patria caritate dilexit, alterius uitiis infensus. Nam Drusus fluxioris remissiorisque uitae erat. Itaque ne mortuo quidem perinde adfectus est, sed tantum non statim a funere ad negotiorum consuetudinem rediit iustitio longiore inhibito. Quin et Iliensium legatis paulo serius consolantibus, quasi obliterata iam doloris memoria, irridens se quoque respondit uicem eorum dolere, quod egregium ciuem Hectorem amisissent. Germanico usque adeo obtrectauit, ut et praeclara facta eius pro superuacuis eleuarit et gloriosissimas uictorias ceu damnosas rei p. increparet. Quod uero Alexandream propter immensam et repentinam famem inconsulto se adisset, questus est in senatu. Etiam causa mortis fuisse ei per Cn. Pisonem legatum Syriae creditur, quem mox huius criminis reum putant quidam mandata prolaturum, nisi ea secreto ostentant [ . . . . . . ] quae multifariam inscriptum et per noctes celeberrime adclamatum est: "Redde Germanicum!" Quam suspicionem confirmauit ipse postea coniuge etiam ac liberis Germanici crudelem in modum afflictis.

Druso, ni por Germánico, su hijo adoptivo. Odiaba en Druso su carácter blando y la molicie de su vida; no se mostró por ello sensible a su muerte, y apenas terminados los funerales, se dedicó a sus acostumbradas ocupaciones y mandó abrir los tribunales. Habiendo llegado algo tarde los enviados de Troya a darle el pésame por esta pérdida, les dijo burlandose, y como quien solamente conserva un vago recuerdo, que él también se lo daba por la muerte de un ciudadano tan excelente como Héctor. Celoso de Germánico, procuraba rebajar como inútiles sus actos más hermosos, y lamentar como funestas para el Imperio sus victorias más gloriosas. Quejóse en el Senado de que Germánico se hubiese trasladado sin orden suya a Alejandría, donde se había declarado de pronto un hambre espantosa. Se cree, incluso, que se sirvió de Cn. Pisón, su legado en Siria, para hacerle perecer, y que acusado luego del crimen, declaró que habría mostrado órdenes de Tiberio si no se las hubiesen substraído secretamente. Por ello se escribió en muchos parajes y gritaban de noche: Devuélvenos a Germánico. El propio Tiberio confirmó estas sospechas, persiguiendo cruelmente a la viuda e hijos de aquel héroe.

[53] Nurum Agrippinam post mariti mortem liberius quiddam questam manu apprehendit Graecoque uersu: "Si non dominaris," inquit, "filiola, iniuriam te accipere existimas?" Nec ullo mox sermone dignatus est. Quondam uero inter cenam porrecta a se poma gustare non ausam etiam uocare desiit, simulans ueneni se crimine accersi; cum praestructum utrumque consulto esset, ut et ipse temptandi gratia offerret et illa quasi certissimum exitium caueret. Nouissime calumniatus modo ad statuam Augusti modo ad exercitus confugere uelle, Pandatariam relegauit conuiciantique oculum per centurionem uerberibus excussit. rursus mori inedia destinanti per uim ore diducto infulciri cibum iussit. sed et perseuerantem atque ita absumptam criminosissime insectatus, cum diem quoque natalem eius inter nefastos referendum suasisset, imputauit etiam, quod non laqueo strangulatam in Gemonias abiecerit: proque tali clementia interponi decretum passus est, quo sibi gratiae agerentur et Capitolino Ioui donum ex auro sacraretur.

LIII. A su nuera Agripina, que se le quejo con alguna libertad después de la muerte de su marido, la cogió del brazo, y citando un verso griego, le dijo: si no oprimes, hija mía, te crees oprimida. Desde entonces ya no se digno hablarle; y más adelante, fundándose en que se había negado un día en su mesa a probar unas frutas que le ofreció, cesó de invitarla a sus comidas, con el pretexto de que le creía capaz de envenenarla. Todo esto estaba, sin embargo, convenido de antemano, sabiendo él que al ofrecerle aquellas frutas recibiría la negativa, porque había hecho advertirle que tuviese cuidado porque intentaban envenenarla. Por último la acusó de querer refugiarse al pie de la estatua de Augusto o entre los ejércitos, y la desterró a la isla Pandataria, haciéndola azotar por un centurión, que le hizo saltar un ojo. Habiendo decidido ella dejarse morir de hambre, mandó que le abriesen por fuerza la boca para introducirle los alimentos; pero persistió ella en su designio, acabando por sucumbir. Afeó su memoria con las peores imputaciones, y quiso que se incluyese entre los nefastos el día de su nacimiento. Pretendió, incluso, haberle favorecido no ordenando estrangularla y arrojarla luego a las Gemonias; y consintió que se le elogiase por tal clemencia en un decreto de acción de gracias que consagraba al mismo tiempo una ofrenda de oro a Júpiter Capitolino.

[54] Cum ex Germanico tres nepotes, Neronem et Drusum et Gaium, ex Druso unum Tiberium haberet, destitutus morte liberorum maximos natu de Germanici filiis, Neronem et Drusum,

LIV. Tenía de Germánico tres nietos, Nerón, Druso y Cayo; de Druso, uno solo, llamado Tiberio. Tras la muerte de sus hijos, recomendó a los senadores los dos mayores de Germánico, Nerón y Druso, y celebró, con un congiario 118


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patribus conscriptis commendauit diemque utriusque tirocinii congiario plebei dato celebrauit. Sed ut comperit ineunte anno pro eorum quoque salute publice uota suscepta, egit cum senatu, non debere talia praemia tribui nisi expertis et aetate prouectis. Atque ex eo patefacta interiore animi sui nota omnium criminationibus obnoxios reddidit uariaque fraude inductos, ut et concitarentur ad conuicia et concitati proderentur, accusauit per litteras amarissime congestis etiam probris et iudicatos hostis fame necauit, Neronem in insula Pontia, Drusum in ima parte Palatii. Putant Neronem ad uoluntariam mortem coactum, cum ei carnifex quasi ex senatus auctoritate missus laqueos et uncos ostentaret, Druso autem adeo alimenta subducta, ut tomentum e culcita temptauerit mandere; amborum sic reliquias dispersas, ut uix quandoque colligi possent.

dado al pueblo, su ingreso en la carrera de las armas. Pero cuando supo que al empezar el año se habían hecho también por la salud de éstos votos solemnes, dijo, quejándose al Senado, que tales honores sólo debían concederse a dilatados servicios y a la edad madura, dejando ver así el fondo de su alma y exponiendo a los jóvenes a las acusaciones de todos los delatores, pues ya no hubo lazo que no les tendiesen para empujarlos al ultraje y por el ultraje a la muerte. El propio Tiberio los acusó en cartas, en las que acumulaba las más acerbas censuras; los hizo declarar enemigos públicos y morir de hambre, a Nerón en la isla Pontia, y a Druso en los subterráneos del palacio. Dícese que el primero decidióse a ello al ver al verdugo presentarse a él como por orden del Senado, y colocarle delante la cuerda y los garfios, instrumentos de su suplicio. En cuanto a Druso, tan rigurosamente se le privó de alimento, que intentó incluso devorar la lana de su colchón; los restos de los dos desgraciados príncipes fueron dispersados de tal suerte que difícilmente pudieran encontrarlos.

[55] Super ueteres amicos ac familiares uiginti sibi e numero principum ciuitatis depoposcerat uelut consiliarios in negotiis publicis. Horum omnium uix duos anne tres incolumis praestitit, ceteros alium alia de causa perculit, inter quos cum plurimorum clade Aelium Seianum; quem ad summam potentiam non tam beniuolentia prouexerat, quam ut esset cuius ministerio ac fraudibus liberos Germanici circumueniret, nepotemque suum ex Druso filio naturalem ad successionem imperii confirmaret.

LV. Habíase asociado Tiberio, además de sus viejos amigos y familiares, a veinte de los principales ciudadanos de Roma a titulo de consejeros para los asuntos de Estado. Exceptuando a dos o tres, a todos los hizo perecer con diferentes pretextos, entre ellos a Elio Seyano, que arrastró a su ruina a considerable número de personas, y al que había elevado al más alto grado de poder, no tanto por amistad como para tener un cómplice cuya política artificiosa le librase de los hijos de Germánico y asegurase el imperio al de Druso, su nieto según la naturaleza.

[56] Nihilo lenior in conuictores Graeculos, quibus uel maxime adquiescebat, Xenonem quendam exquisitius sermocinantem cum interrogasset, quaenam illa tam molesta dialectos esset, et ille respondisset Doridem, relegauit Cinariam, existimans exprobratum sibi ueterem secessum, quod Dorice Rhodii loquantur. Item cum soleret ex lectione cotidiana quaestiones super cenam proponere comperissetque Seleucum grammaticum a ministris suis perquirere, quos quoque tempore tractaret auctores, atque ita praeparatum uenire, primum a contubernio remouit, deinde etiam ad mortem compulit.

LVI. No se mostró más moderado con los retóricos griegos, que vivían como huéspedes suyos y cuya conversación le era muy agradable. Cierto día preguntó a un tal Zenón, que afectaba un lenguaje muy rebuscado, qué dialéctica tan desagradable era la que usaba; y habiéndole contestado que la dórica, le desterró a la isla Cinaria, porque creyó ver en aquella respuesta una alusión ofensiva a su antigua permanencia en Rodas, donde se hablaba el dórico. Acostumbraba suscitar en la mesa cuestiones sacadas de sus lecturas de la jornada; y enterado de que el gramático Seleuco preguntaba diariamente a sus esclavos qué libro había leído, para acudir así preparado, comenzó por alejarse de su persona, y poco después le hizo morir.

[57] Saeua ac lenta natura ne in puero quidem latuit; quam Theodorus Gadareus rhetoricae praeceptor et perspexisse primus sagaciter et assimilasse aptissime uisus est, subinde in obiurgando appellans eum phlÚn a•mati pefuramšnon, id est lutum a sanguine maceratum. Sed aliquanto magis in principe

LVII. Desde su infancia reveló un carácter feroz y disimulado. Dícese que el primero que lo adivinó fue su maestro de retórica Teodoro de Gadarea, definiéndolo exactamente al decir de él en enérgico lenguaje, que había barro diluido en su sangre. Pero este carácter fue el que principalmente se manifestó en el emperador y hasta en el principio de su reinado, cuando procuraba aún ganarse el 119


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eluxit, etiam inter initia cum adhuc fauorem hominum moderationis simulatione captaret. Scurram, qui praetereunte funere clare mortuo mandarat, ut nuntiaret Augusto nondum reddi legata quae plebei reliquisset, adtractum ad se recipere debitum ducique ad supplicium imperauit et patri suo uerum referre. Nec multo post in senatu Pompeio cuidam equiti R. quiddam perneganti, dum uincula minatur, affirmauit fore ut ex Pompeio Pompeianus fieret, acerba cauillatione simul hominis nomen incessens ueteremque partium fortunam.

favor del pueblo con apariencias de moderación. Un bromista, al ver pasar un cortejo fúnebre, encargó en alta voz al muerto que dijese a Augusto que todavía no habían pagado los legados que hizo al pueblo romano. Tiberio mandó prenderlo, le pagó lo que se le debía, y lo mandó al suplicio, recomendándole que dijese a Augusto la verdad. Poco tiempo después, un caballero romano, llamado Pompeyo, por haber combatido en el Senado el parecer de Tiberio, se vio amenazado por él con la prisión y con hacerle cambiar el nombre de Pompeyo con el de Pompeyano, acerva alusión al cruel destierro de los partidarios vencidos de esta familia.

[58] Sub idem tempus consulente praetore an iudicia maiestatis cogi iuberet, exercendas esse leges respondit et atrocissime exercuit. statuae quidam Augusti caput dempserat, ut alterius imponeret; acta res in senatu et, quia ambigebatur, per tormenta quaesita est. Damnato reo paulatim genus calumniae eo processit, ut haec quoque capitalia essent: circa Augusti simulacrum seruum cecidisse, uestimenta mutasse, nummo uel anulo effigiem impressam latrinae aut lupanari intulisse, dictum ullum factumue eius existimatione aliqua laesisse. Perit denique et is, qui honorem in colonia sua eodem die decerni sibi passus est, quo decreti et Augusto olim erant.

LVIII. Por el mismo tiempo, habiéndole interrogado un pretor sobre si quería que se persiguiesen los delitos de lesa majestad, le contestó él que era preciso cumplir las leyes; y, en efecto, las cumplió con barbarie. Un ciudadano había quitado la cabeza a una estatua de Augusto para colocar otra en su lugar; se trató el asunto en el Senado, y como no pudo probarse el hecho sometieron al acusado al tormento de acusación al punto de convertir en crimen capital haber azotado a un esclavo o cambiado de vestido delante de la estatua de Augusto; haber estado en las letrinas o en paraje de desorden con un retrato de Augusto grabado en un anillo o en una moneda (78); haberse atrevido a censurar una palabra o un acto de Augusto. Un ciudadano fue condenado, en fin, a la muerte por haber consentido que le tributasen, honores en su provincia en el mismo día en que se los rindieron en otro tiempo a Augusto.

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[59] Multa praeterea specie grauitatis ac morum corrigendorum, sed et magis naturae optemperans, ita saeue et atrociter factitauit, ut nonnulli uersiculis quoque et praesentia exprobrarent et futura denuntiarent mala: Asper et immitis, breuiter uis omnia dicam? dispeream, si te mater amare potest. Non es eques; quare? non sunt tibi milia centum; omnia si quaeras, et Rhodus exilium est. Aurea mutasti Saturni saecula, Caesar: incolumi nam te ferrea semper erunt. Fastidit uinum, quia iam sitit iste cruorem: tam bibit hunc auide, quam bibit ante merum. Aspice felicem sibi, non tibi, Romule, Sullam et Marium, si uis, aspice, sed reducem, Nec non Antoni ciuilia bella mouentis non semel infectas aspice caede manus, Et dic: Roma perit! regnauit sanguine multo, ad regnum quisquis uenit ab exilio. Quae primo, quasi ab impatientibus remedi[or]um ac non tam ex animi sententia quam bile et stomacho fingerentur, uolebat accipi dicebatque identidem: "Oderint, dum probent." Dein uera plane certaque esse ipse fecit fidem.

LIX. Aparte de estos actos de crueldad gratuita, cometió diariamente otros espantosos con el pretexto de administrar justicia y corregir las costumbres, pero, en realidad, para satisfacer su inclinación perversa. Por esta causa circularon muy pronto versos atribuyéndole los males presentes y señalándole como culpable de los futuros: Aper et immitis, breviter vis omnia dicam? Dispeream, si te mater amare potest. Non es eques. Quare? non sunt tibi millia centum: Omnia si quoeras, et Rhodos exsiliun est. Aurea mutasti Saturti secura Cesar: Incolumi nam te ferrea semper erunt. Fastidit vinum, quia jam sitit iste cruorem: Tam bibit hunc avide, quam bibit ante merum. Aspice felicem sibi, non tibi, Romule, Sullan: Et Marium, si vis, aspice, sed reducem: Neo non Antonio, civilia bella moventis, Nec semel infectas aspice coede manus: Et dic, Roma perit; regnabit sanguine multo. Ad regnum quisquis Cenit ab exsilio (79). Al principio quiso Tiberio que se considerasen tales versos como obra de algunos descontentos, porque las reformas iban contra sus vicios, y como expresión de ciega cólera, más bien que de razonada opinión; y decía frecuentemente: que me odien con tal de que me respeten, pero no tardó en demostrar cuán fundadas y verdaderas eran aquellas acusaciones

[60] In paucis diebus quam Capreas attigit piscatori, qui sibi secretum agenti grandem mullum inopinanter obtulerat, perfricari eodem pisce faciem iussit, territus quod is a tergo insulae per aspera et deuia erepsisset ad se; gratulanti autem inter poenam, quod non et lucustam, quam praegrandem ceperat, obtulisset, lucusta quoque lacerari os imperauit. Militem praetorianum ob subreptum e uiridiario pauonem capite puniit. In quodam itinere lectica, qua uehebatur, uepribus impedita exploratorem uiae, primarum cohortium centurionem, stratum humi paene ad necem uerberauit.

LX. Pocos días después de su llegada a Capri, se le acercó de pronto un pescador en un momento en que estaba solo, presentándole un barbo de un enorme tamaño. Asustado Tiberio al ver a aquel hombre, que había llegado hasta él escalando el escarpado que rodea la isla, le hizo frotar la cara con su pescado. En medio del suplicio, el pescador se felicitó de no haber presentado también una enorme langosta que había cogido; Tiberio mandó traerla e hizo que le rasgasen también con ella la cara. Castigó con la muerte a un soldado pretoriano por haber robado un pavo real en una huerta. Durante un viaje, habiéndose enredado en unos matorrales la litera en que le llevaban, se lanzó sobre el centurión de la cohorte encargado de explorar el camino, lo echó al suelo y casi lo mató a golpes.

[61] Mox in omne genus crudelitatis erupit numquam deficiente materia, cum primo matris, deinde nepotum et nurus, postremo Seiani familiares atque etiam notos persequeretur; post cuius interitum uel saeuissimus extitit. Quo maxime apparuit, non tam ipsum ab Seiano concitari solitum, quam Seianum quaerenti occasiones sumministrasse; etsi commentario, quem de uita sua summatim breuiterque composuit, ausus est scribere Seianum se punisse, quod comperisset furere aduersus liberos Germanici filii sui; quorum ipse alterum

LXI. Ya roto todo freno, agotó todos los géneros de crueldad. Nunca le faltaron víctimas; persiguió uno tras otro a los amigos de su madre, de sus nietos, de su nuera, de secano y hasta a sus simples conocidos. Desde la muerte de Seyano se mostró, sin embargo, más cruel, lo cual hizo conocer que el papel de éste consistía menos en excitarle al crimen que en proporcionarle ocasiones y pretextos. No obstante, en las compendiosas Memorias que escribió sobre su vida, osó decir: que castigó a Seyano como perseguidor de los hijos de su hijo Germánico; pero Secano le había ya infundido sospechas cuando hizo perecer a uno, y había ya muerto cuando mató al otro. Sería prolijo referir en detalle 121


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suspecto iam, alterum oppresso demum Seiano interemit. Singillatim crudeliter facta eius exequi longum est; genera, uelut exemplaria saeuitiae, enumerare sat erit. Nullus a poena hominum cessauit dies, ne religiosus quidem ac sacer; animaduersum in quosdam ineunte anno nouo. Accusati damnatique multi cum liberis atque etiam a liberis suis. Interdictum ne capite damnatos propinqui lugerent. Decreta accusatoribus praecipua praemia, nonnumquam et testibus. Nemini delatorum fides abrogata. omne crimen pro capitali receptum, etiam paucorum simpliciumque uerborum. obiectum est poetae, quod in tragoedia Agamemnonem probris lacessisset; obiectum et historico, quod Brutum Cassiumque ultimos Romanorum dixisset; animaduersum statim in auctores scriptaque abolita, quamuis probarentur ante aliquot annos etiam Augusto audiente recitata. Quibusdam custodiae traditis non modo studendi solacium ademptum, sed etiam sermonis et conloqui usus. Citati ad causam dicendam partim se domi uulnerauerunt certi damnationis et ad uexationem ignominiamque uitandam, partim in media curia uenenum hauserunt; et tamen conligatis uulneribus ac semianimes palpitantesque adhuc in carcerem rapti. Nemo punitorum non in Gemonias abiectus uncoque tractus, uiginti uno die abiecti tractique, inter eos feminae et pueri. Immaturae puellae, quia more tradito nefas esset uirgines strangulari, uitiatae prius a carnifice, dein strangulatae. Mori uolentibus uis adhibita uiuendi. Nam mortem adeo leue supplicium putabat, ut cum audisset unum e reis, Carnulum nomine, anticipasse eam, exclamauerit: "Carnulus me euasit." Et in recognoscendis custodiis precanti cuidam poenae maturitatem respondit: "Nondum tecum in gratiam redii." Annalibus suis uir consularis inseruit, frequenti quodam conuiuio, cui et ipse affuerit, interrogatum eum subito et clare a quodam nano astante mensae inter copreas, cur Paconius maiestatis reus tam diu uiueret, statim quidem petulantiam linguae obiurgasse, ceterum post paucos dies scripsisse senatui, ut de poena Paconi quam primum statueret.

todas estas atrocidades, y me limitaré a dar sólo una idea general con algunos ejemplos. No pasó un solo día que no quedase señalado con ejecuciones, sin exceptuar los que la religión ha consagrado, y ni siquiera el primero del año. Envolvía en la misma condena a la esposa e hijos de los acusados, y a sus parientes les estaba prohibido llorarlos. Se daba fuertes recompensas a los acusadores, y algunas veces hasta a los testigos. Se creía bajo su palabra a los delatores, y toda acusación acarreaba fatalmente la muerte; una simple palabra podía constituir un crimen. Acusóse a un poeta de haber injuriado a Agamenón en una tragedia, y a un historiador de haber llamado a Bruto y Casio los últimos de los romanos. Estos escritores fueron castigados y destruidos sus escritos, aunque los habían publicado muchos años antes con la aprobación de Augusto, que había escuchado su lectura. Entre las encarcelados los hubo a quienes se negó hasta el consuelo del estudio y también el alivio de conversar reunidos. Seguros de la condena, muchos de los llamados por la justicia suicidáronse para evitar los tormentos y la ignominia; otros se envenenaron en pleno Senado; se vendaba, sin embargo, a los heridos y se los llevaba moribundos y palpitantes a las prisiones públicas. Ni un solo condenado se libró de ser arrastrado con ganchos y arrojado después a las Gemonias. Se contaron hasta veinte en un día, y entre ellos mujeres y niños. Como una costumbre antigua prohibía estrangular a las vírgenes, el verdugo las violaba primeramente y las ahorcaba en seguida. Se obligaba a vivir a los que querían morir, pues consideraba la muerte como pena tan ligera, que habiendo muerto un acusado llamado Carnulio, ya prevenida su ejecución, dijo cuando lo supo: Ese Carnulio se me ha escapado. Un cierto día en que visitaba los calabozos contestó a un sentenciado que le suplicaba acelerase su suplicio: Ignoro que nos hagamos reconciliado. Un consular refiere en sus anales que en un festín, a que asistía él mismo, un enano que estaba frente a la mesa con otros bufones, preguntó de repente en voz alta a Tiberio, después de decir varias agudezas, por qué vivía tanto tiempo Paconio acusado de lesa majestad; que el príncipe reprimió en el acto la libertad de su lengua, pero a los pocos días escribió al Senado para que resolviese sin demora la pena que debía imponerse a Paconio.

[62] Auxit intenditque saeuitiam exacerbatus indicio de morte filii sui Drusi. Quem cum morbo et intemperantia perisse existimaret, ut tandem ueneno interemptum fraude Liuillae uxoris atque Seiani cognouit, neque tormentis neque supplicio cuiusquam pepercit, soli huic cognitioni adeo per totos dies deditus et

LXII. Su crueldad no conoció freno ni límites cuando supo finalmente que su hijo Druso, a quien creía muerto a consecuencia de una enfermedad producida por su intemperancia, había sido envenenado por su esposa Lavila y por Seyano. Multiplicó entonces sin piedad contra todos indistintamente las torturas y los suplicios, y durante días enteros le absorbió completamente este proceso; hasta tal 122


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intentus, ut Rhodiensem hospitem, quem familiaribus litteris Romam euocarat, aduenisse sibi nuntiatum torqueri sine mora iusserit, quasi aliquis ex necessariis quaestioni adesset, deinde errore detecto et occidi, ne uulgaret iniuriam. Carnificinae eius ostenditur locus Capreis, unde damnatos post longa et exquisita tormenta praecipitari coram se in mare iubebat, excipiente classiariorum manu et contis atque remis elidente cadauera, ne cui residui spiritus quicquam inesset. Excogitauerat autem inter genera cruciatus etiam, ut larga meri potione per fallaciam oneratos, repente ueretris deligatis, fidicularum simul urinaeque tormento distenderet. Quod nisi eum et mors praeuenisset et Thrasyllus consulto, ut aiunt, differre quaedam spe longioris uitae compulisset, plures aliquanto necaturus ac ne reliquis quidem nepotibus parsurus creditur, cum et Gaium suspectum haberet et Tiberium ut ex adulterio conceptum aspernaretur. Nec abhorret a uero; namque identidem felicem Priamum uocabat, quod superstes omnium suorum extitisset.

punto fue así, que habiendo llegado a Roma uno de Rodas, huésped suyo, llamado por cartas amistosas de Tiberio, cuando le anunciaron su visita, mandó en seguida darle tormento, persuadido de que acababan de traerle alguno de los condenados a la tortura. Cuando se descubrió el error, le hizo matar para acallar los rumores. Todavía se enseña en Capri el lugar de las ejecuciones; es una roca escarpada desde la cual, en presencia suya y a una señal dada por él, arrojaban al mar a los sentenciados después de haberles hecho sufrir tormentos prolongados e inauditos. Abajo los esperaban marineros que golpeaban los cuerpos con sus remos por si acaso quedaba en ellos un soplo de vida. Entre otras horribles invenciones había imaginado hacer beber a algunos convidados, a fuerza de pérfidas instancias, gran cantidad de vino, y en seguida les hacía atar el miembro viril, para que sufriesen a la vez el dolor de la atadura y la viva necesidad de orinar. Si no se le hubiese adelantado la muerte, y si Trasilo, previendo, según dicen, este acontecimiento no le hubiera decidido con esperanzas de larga vida a aplazar algunas de sus venganzas, hubiera hecho perecer muchas personas más, y no habría, sin duda, perdonado a ninguno de sus otros nietos. Cayo le era sospechoso, Y el joven Tiberio, como hijo adulterino, sólo le inspiraba desprecio. Hace verosímil esta opinión el haberle oído frecuentemente envidiar a Príamo la felicidad de haber sobrevivido a todos los suyos.

[63] Quam inter haec non modo inuisus ac detestabilis, sed praetrepidus quoque atque etiam contumeliis obnoxius uixerit, multa indicia sunt. haruspices secreto ac sine testibus consuli uetuit. uicina uero urbi oracula etiam dis[s]icere conatus est, sed maiestate Praenestinarum sortium territus destitit, cum obsignatas deuectasque Romam non repperisset in arca nisi relata rursus ad templum. unum et alterum consulares oblatis prouinciis non ausus a se dimittere usque eo detinuit, donec successores post aliquot annos praesentibus daret, cum interim manente officii titulo etiam delegaret plurima assidue, quae illi per legatos et adiutores suos exequenda curarent.

LXIII. Existen muchas pruebas de que en medio de tantos horrores fue odiado y execrado universalmente, y también de que le persiguieron los terrores del crimen y los ultrajes de algunos hombres. Prohibió consultar en secreto y sin testigos a los arúspices. Intentó suprimir los oráculos que había en las inmediaciones de Roma; pero renunció a ello aterrado por un prodigio que protegió los vaticinios de Prenesto, pues, a pesar de haberlos llevado sellados a Roma, no los encontraron en el cofre en que los habían encerrado, no reapareciendo hasta que el cofre quedó colocado en el templo. Ocurrióle nombrar consulares para el gobierno de algunas provincias y no atreverse a enviarlos a ellas; reteníalos a su lado y al cabo de algunos años, estando ellos presentes, nombrábales sucesores. Pero como les dejaba en Roma el título de su cargo, les remitía algunos asuntos, que éstos hacían resolver a sus coadjutores y legados.

[64] Nurum ac nepotes numquam aliter post damnationem quam catenatos obsutaque lectica loco mouit, prohibitis per militem obuiis ac uiatoribus respicere usquam uel consistere.

LXIV. A su nuera y nietos, después de haberlos condenado, nunca los hizo cambiar de residencia, sino encadenados y en litera bien cerrada, con guardia que impedía a los viajeros y transeúntes mirar o detenerse.

[65] Seianum res nouas molientem, quamuis iam et natalem eius publice celebrari et imagines aureas coli passim uideret, uix tandem et astu magis ac dolo quam principali auctoritate subuertit. Nam primo, ut a se per speciem

LXV. Cuando resolvió perder a Seyano, que conspiraba contra él y cuyo poder estaba tan cimentado que se celebraba públicamente el día de su nacimiento, venerando incluso sus doradas estatuas, utilizó la astucia y la sutileza más bien que la autoridad del poder. En primer lugar, para 123


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honoris dimitteret, collegam sibi assumpsit in quinto consulatu, quem longo interuallo absens ob id ipsum susceperat. Deinde spe affinitatis ac tribuniciae potestatis deceptum inopinantem criminatus est pudenda miserandaque oratione, cum inter alia patres conscriptos precaretur, mitterent alterum e consulibus, qui se senem et solum in conspectum eorum cum aliquo militari praesidio perduceret. Sic quoque diffidens tumultumque metuens Drusum nepotem, quem uinculis adhuc Romae continebat, solui, si res posceret, ducemque constitui praeceperat. Aptatis etiam nauibus ad quascumque legiones meditabatur fugam, speculabundus ex altissima rupe identidem signa, quae, ne nuntii morarentur, tolli procul, ut quidque factum foret, mandauerat. uerum et oppressa coniuratione Seiani nihilo securior aut constantior per nouem proximos menses non egressus est uilla, quae uocatur Ionis.

alejarle de él con honroso pretexto, le tomó por colega en su quinto consulado, que, aunque ausente y a largo intervalo del anterior, solicitó con este objeto; le lisonjeó, después, con la esperanza de una unión de familia y con el poder tribunicio, y de pronto acusole ante el Senado, en una vil y miserable peroración, dirigiendo a los senadores, entre otras súplicas, la de que le enviasen uno de los cónsules con encargo de conducir a su presencia, con escolta militar, al viejo emperador, a quien todos abandonaban. No bastaron, sin embargo, estas precauciones para tranquilizarle; temiendo turbulencias, ordenó que en caso de alarma pusiesen en libertad a su nieto Druso, que continuaba preso en Roma, y le diesen el mando de las fuerzas militares. Tenia también naves preparadas para refugiarse en alguno de los ejércitos, y esperaba en lo alto de una roca las señales que había mandado le hiciesen desde lo más lejos posible, con objeto de quedar prontamente advertido de todo lo que ocurriese, y sin temor a que pudiesen interceptar los mensajes. Una vez sofocada la conjuración de Seyano, no se mostró por ello más tranquilo ni más confiado, y durante los nueve meses que siguieron permaneció encerrado en su casa de campo, llamada casa de Júpiter.

[66] Vrebant insuper anxiam mentem uaria undique conuicia, nullo non damnatorum omne probri genus coram uel per libellos in orchestra positos ingerente. Quibus quidem diuersissime adficiebatur, modo ut prae pudore ignota et celata cuncta cuperet, nonnumquam eadem contemneret et proferret ultro atque uulgaret. Quin et Artabani Parthorum regis laceratus est litteris parricidia et caedes et ignauiam et luxuriam obicientis monentisque, ut uoluntaria morte maximo iustissimoque ciuium odio quam primum satis faceret.

LXVI. Uníase aún a sus inquietudes el disgusto de verse injuriado constantemente, pues no había un sentenciado que no le execrase cara a cara o en libelos que se encontraban en la orquesta. Mostrábase por esto, diversamente afectado; unas veces la vergüenza le hacía desear que quedasen ignorados todos los ultrajes; otras fingía despreciarlos y los repetía él mismo haciéndolos públicos. Nada le molesto tanto como una carta de Artaban, rey de los partos, que le censuraba sus asesinatos, su cobardía, sus desórdenes y le exhortaba a dar satisfacción cuanto antes, por medio del suicidio, al justo e implacable odio de sus conciudadanos.

[67] Postremo semet ipse pertaesus, tali epistulae principio tantum non summam malorum suorum professus est: "Quid scribam uobis, p. c., aut quo modo scribam, aut quid omnino non scribam hoc tempore, dii me deaeque peius perdant quam cotidie perire sentio, si scio." Existimant quidam praescisse haec eum peritia futurorum ac multo ante, quanta se quandoque acerbitas et infamia maneret, prospexisse; ideoque, ut imperium inierit, et patris patriae appellationem et ne in acta sua iuraretur obstinatissime recusasse, ne mox maiore dedecore impar tantis honoribus inueniretur. Quod sane ex oratione eius, quam de utraque re habuit, colligi potest; uel cum ait: similem se semper sui futurum nec umquam mutaturum mores suos, quam diu sanae mentis fuisset; sed exempli causa cauendum esse, ne se

LXVII. Hecho odioso, en fin, a sí mismo, reveló su miserable estado hasta en una carta dirigida al Senado, y que empezaba así: ¿Qué os escribiré, padres conscriptos, o cómo debo escribiros, o qué no os escribiré en la situación en que me encuentro? Si lo sé, que los dioses y diosas me hayan perecer con muerte más miserable de la que me siento morir todos los días. No falta quien cree que el conocimiento que poseía del porvenir le había revelado su suerte, y que sabía muy de antemano cuánta infamia y amargura le aguardaban en aquella época. En previsión de esto, se asegura que al tomar posesión del Imperio, rehusó con obstinación el título de PADRE DE LA PATRIA y el privilegio de que se jurase por sus actos, temiendo que tan grandes honores, de los que sería muy pronto indigno, hiciesen destacar más y más su envilecimiento. Esto, al menos, es lo que puede deducirse del discurso que pronunció en aquella circunstancia, cuando dijo: que siempre seria semejante a si mismo y no cambiaria sus 124


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senatus in acta cuiusquam obligaret, quia aliquo casu mutari posset. Et rursus: "Si quando autem," inquit, "de moribus meis deuotoque uobis animo dubitaueritis,--quod prius quam eueniat, opto ut me supremus dies huic mutatae uestrae de me opinioni eripiat-- nihil honoris adiciet mihi patria appellatio, uobis autem exprobrabit aut temeritatem delati mihi eius cognominis aut inconstantiam contrarii de me iudicii."

costumbres mientras conservarse la razón; pero que el Senado no debía dar el peligroso ejemplo de jurar obediencia a los actos de quienquiera que fuese estando todos sujetos a cambiar; o cuando añadió: si alguna vez llegáis a poner en duda la pureza de mis costumbres y mi abnegación hacia vosotros (¡ojalá llegue mi último día antes que tal desgracia!), ese nombre de PADRE DE LA PATRIA nada añadirá a mi honor; y vosotros mereceréis la censura de habérmelo otorgado con ligereza o de haber formado luego de mi opinión contraria a la primera.

[68] Corpore fuit amplo atque robusto, statura quae iustam excederet; latus ab umeris et pectore, ceteris quoque membris usque ad imos pedes aequalis et congruens; sinistra manu agiliore ac ualidiore, articulis ita firmis, ut recens et integrum malum digito terebraret, caput pueri uel etiam adulescentis talitro uulneraret. Colore erat candido, capillo pone occipitium summissiore ut ceruicem etiam obtegeret, quod gentile in illo uidebatur; facie honesta, in qua tamen crebri et subiti tumores, cum praegrandibus oculis et qui, quod mirum esset, noctu etiam et in tenebris uiderent, sed ad breue et cum primum e somno patuissent; deinde rursum hebescebant. Incedebat ceruice rigida et obstipa, adducto fere uultu, plerumque tacitus, nullo aut rarissimo etiam cum proximis sermone eoque tardissimo, nec sine molli quadam digitorum gesticulatione. Quae omnia ingrata atque arrogantiae plena et animaduertit Augustus in eo et excusare temptauit saepe apud senatum ac populum professus naturae uitia esse, non animi. Ualitudine prosperrima usus est, tempore quidem principatus paene toto prope inlaesa, quamuis a tricesimo aetatis anno arbitratu eam suo rexerit sine adiumento consilioue medicorum.

LXVIII. Era grueso y robusto, y su estatura mayor que la ordinaria, ancho de hombros y de pecho, apuesto y bien proporcionado. Tenía la mano izquierda más robusta y ágil que la otra, y tan fuertes las articulaciones, que traspasaba con el dedo una manzana, y de un capirote abría una herida en la cabeza de un niño y hasta en la de un joven. Tenía la tez blanca, los cabellos, según costumbre de su familia, los llevaba largos por detrás, cayéndole sobre el cuello; tenía el rostro hermoso, pero sujeto a cubrirse súbitamente de granos; sus ojos eran grandes, y cosa extraña, veía también de noche y en la obscuridad, aunque durante poco tiempo y cuando acababa de dormir; después su vista se obscurecía poco a poco. Marchaba con la cabeza inmóvil y baja, con aspecto triste y casi siempre en silencio; no dirigía ni una palabra a los que le rodeaban, o si les hablaba, cosa muy rara en él, era con lentitud y con blanda gesticulación de dedos. Augusto, que había observado sus costumbres desagradables y arrogantes, trató más de una vez de excusarlas ante el pueblo y el Senado como defectos hijos de la naturaleza y no del carácter. Gozó de salud poco menos que inalterable durante casi todo el tiempo de reinado, aunque desde la edad de treinta años la dirigió a su antojo, sin ayuda ni consejo de ningún médico.

[69] Circa deos ac religiones neglegentior, quippe addictus mathematicae plenusque persuasionis cuncta fato agi, tonitrua tamen praeter modum expauescebat et turbatiore caelo numquam non coronam lauream capite gestauit, quod fulmine afflari negetur id genus frondis.

LXIX. Tenía tanto menos celo por los dioses y la religión, cuanto que se había entregado a la astrología y había llegado a la persuasión de que todo lo dirigía el Destino. Sin embargo, temía extraordinariamente a los truenos, y cuando había tempestad, llevaba en la cabeza una corona de laurel, por tener tales hojas la virtud de alejar el rayo.

[70] Artes liberales utriusque generis studiosissime coluit. In oratione Latina secutus est Coruinum Messalam, quem senem adulescens obseruarat. Sed adfectatione et morositate nimia obscurabat stilum, ut aliquanto ex tempore quam a cura praestantior haberetur. Composuit et carmen lyricum, cuius est titulus "conquestio de morte L. Caesaris." Fecit et Graeca poemata imitatus Euphorionem et

LXX. Cultivó con ardor las letras griegas y latinas, y eligió por modelo, entre los oradores de Roma, a Mesala Corvino, cuya laboriosa ancianidad había despertado desde muy joven su admiración; pero obscurecía su estilo a fuerza de afectación y por el empleo de formas extrañas; por esta causa, lo que improvisaba valía algunas veces más que lo que había meditado. Compuso un poema lírico titulado Lamentos sobre la muerte de L. César. Escribió, asimismo, poesías griegas, en las que imitó a Euforión, Riano y 125


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Rhianum et Parthenium, quibus poetis admodum delectatus scripta omnium et imagines publicis bibliothecis inter ueteres et praecipuos auctores dedicauit; et ob hoc plerique eruditorum certatim ad eum multa de his ediderunt. Maxime tamen curauit notitiam historiae fabularis usque ad ineptias atque derisum; nam et grammaticos, quod genus hominum praecipue, ut diximus, appetebat, eius modi fere quaestionibus experiebatur: "Quae mater Hecubae, quod Achilli nomen inter uirgines fuisset, quid Sirenes cantare sint solitae." Et quo primum die post excessum Augusti curiam intrauit, quasi pietati simul ac religioni satis facturus Minonis exemplo ture quidem ac uino uerum sine tibicine supplicauit, ut ille olim in morte filii.

Partenio, que eran sus autores preferidos, y cuyas obras y retratos hizo colocar en las bibliotecas públicas entre los de los escritores antiguos más ilustres; a causa de esto, muchos eruditos le dirigieron comentarios sobre estos poemas. Mostró también por la historia de la fábula un gusto que llegaba hasta el ridículo y lo absurdo. Así, para experimentar el saber de los gramáticos, de los que, como ya hemos dicho, formaba su sociedad habitual, les proponía cuestiones como está: ¿Quién era la madre de Hécuba? ¿Cuál era el nombre de Aquiles entre las doncellas? ¿Qué contaban ordinariamente las sirenas? El día en que por primera vez entró en el Senado, después de la muerte de Augusto, para satisfacer a la vez la piedad filial y la religión, creyó deber ofrecer, como hizo Minos tras la muerte de su hizo, sacrificio de vino e incienso, pero sin tocar la flauta.

[71] Sermone Graeco quamquam alioqui promptus et facilis, non tamen usque quaque usus est abstinuitque maxime in senatu; adeo quidem, ut monopolium nominaturus ueniam prius postularet, quod sibi uerbo peregrino utendum esset. Atque etiam cum in quodam decreto patrum emblema recitaretur, commutandam censuit uocem et pro peregrina nostratem requirendam aut, si non reperiretur, uel pluribus et per ambitum uerborum rem enuntiandam. Militem quoque Graece testimonium interrogatum nisi Latine respondere uetuit.

LXXI. Hablaba con facilidad la lengua griega, pero no la utilizaba en todas las ocasiones, absteniéndose sobre todo de ella en el Senado, y habiendo empleado un día la palabra monopolio, pidió perdón por haber pronunciado aquel vocablo de origen extranjero. Otro día, cuando delante de él daban lectura a un decreto de los senadores en el que se encontraba la palabra griega que significa incrustaciones de oro, dijo que debía cambiarse aquel término extraño y que lo reemplazasen con una perífrasis. A un soldado, a quien se pedía testimonio en griego, le prohibió que contestase de otra manera que no fuera en latín.

[72] Bis omnino toto secessus tempore Romam redire conatus, semel triremi usque ad proximos naumachiae hortos subuectus est disposita statione per ripas Tiberis, quae obuiam prodeuntis submoueret, iterum Appia usque ad septimum lapidem; sed prospectis modo nec aditis urbis moenibus rediit, primo incertum qua de causa, postea ostento territus. Erat ei in oblectamentis serpens draco, quem ex consuetudine manu sua cibaturus cum consumptum a formicis inuenisset, monitus est ut uim multitudinis caueret. rediens ergo propere Campaniam Asturae in languorem incidit, quo paulum leuatus Cerceios pertendit. Ac ne quam suspicionem infirmitatis daret, castrensibus ludis non tantum interfuit, sed etiam missum in harenam aprum iaculis desuper petit; statimque latere conuulso et, ut exaestuarat, afflatus aura in grauiorem recidit morbum. Sustentauit tamen aliquamdiu, quamuis Misenum usque deuectus nihil ex ordine cotidiano praetermitteret, ne conuiuia quidem aut ceteras uoluptates partim intemperantia partim dissimulatione. Nam

LXXII. En todo el tiempo que duró su retiro, dos veces únicamente trató de regresar a Roma. La primera llego en un trirreme hasta los jardines inmediatos a la Naumaquia, no sin antes haber mandado colocar soldados en las dos orillas del Tíber para contener a cuantos salieran a recibirle; la segunda llegó por la vía Apia hasta siete millas de Roma; pero no hizo mas que mirar las murallas y se volvió. Sábese que en esta ocasión le había asustado un prodigio, pero no se sabe con claridad la causa que pudo obligarle a regresar en el primer viaje. Tenía una serpiente de la especie de los dragones, que criaba con placer y alimentaba con su mano; la encontró un día comida por las hormigas, y un augur le advirtió entonces que temiese las fuerzas de la multitud. Volvió, por ello, apresuradamente a Campania, prosiguiendo hasta Circeia. Allí y para que no se sospechase su debilidad, asistió a los juegos militares y hasta disparó dardos a un jabalí que habían soltado en la arena. Estos esfuerzos le produjeron dolores de costado; se vio expuesto al aire estando sudoroso y volvió a caer peligrosamente enfermo. No obstante, resistió algún tiempo aún y habiéndose hecho llevar hasta Misena, nada suprimió de su ordinario género de vida, ni siquiera los festines y demás placeres, bien por intemperancia, bien por disimulo. Cierto día en que, levantado de la mesa se disponía a 126


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Chariclen medicum, quod commeatu afuturus e conuiuio egrediens manum sibi osculandi causa apprehendisset, existimans temptatas ab eo uenas, remanere ac recumbere hortatus est cenamque protraxit. Nec abstinuit consuetudine quin tunc quoque instans in medio triclinio astante lictore singulos ualere dicentis appellaret.

dejarla, el médico Caricles le cogió la mano para besársela; creyó él que intentaba examinarle el pulso, y le rogó que volviese a sentarse prolongando la comida. Ni siquiera se abstuvo aquel día de su costumbre de permanecer en pie después de la comida en medio del comedor, con un lictor a su lado, para recibir la despedida de los convidados y despedirse él mismo.

[73] Interim cum in actis senatus legisset dimissos ac ne auditos quidem quosdam reos, de quibus strictim et nihil aliud quam nominatos ab indice scripserat, pro contempto se habitum fremens repetere Capreas quoquo modo destinauit, non temere quicquam nisi ex tuto ausurus. Sed tempestatibus et ingrauescente ui morbi retentus paulo post obiit in uilla Lucullana octauo et septuagesimo aetatis anno, tertio et uicesimo imperii, XVII. Kal. Ap. Cn. Acerronio Proculo C. Pontio Nigr[in]o conss. Sunt qui putent uenenum ei a Gaio datum lentum atque tabificum; alii, in remissione fortuitae febris cibum desideranti negatum; nonnulli, puluinum iniectum, cum extractum sibi deficienti anulum mox resipiscens requisisset. Seneca eum scribit intellecta defectione exemptum anulum quasi alicui traditurum parumper tenuisse, dein rursus aptasse digito et compressa sinistra manu iacuisse diu immobilem; subito uocatis ministris ac nemine respondente consurrexisse nec procul a lectulo deficientibus uiribus concidisse.

LXXIII. Mientras tanto, habiendo leído en las actas del Senado que habían declarado obsueltos, sin oírlos siquiera, a muchos acusados sobre los cuales se habla limitado a escribir que los había nombrado un denunciante, pensó, temblando de temor, que se despreciaba su autoridad y quiso volver a Capri, fuese como fuese, no atreviendose a emprender nada sino al abrigo de sus rocas. Detenido, sin embargo, por vientos contrarios y por los progresos de la enfermedad, se detuvo en una casa de campo de Lúculo, muriendo en ella a los setenta y ocho años de edad, y veintitrés de su imperio, el 17 de las calendas de abril (80), bajo el consulado de Cn. Acerronio Próculo y de C. Poncio Nigrino. Hay quien cree que Calígula le había dado un veneno lento; otros, que le impidieron comer en un momento en que le había abandonado la calentura; y algunos, en fin, que le ahogaron debajo de un colchón porque, recobrado el conocimiento, reclamaba su anillo que le habían quitado durante su desmayo. Séneca ha escrito que, sintiendo cercano su fin, se había quitado el anillo como para darlo a alguien; que después de tenerlo algunos instantes, se lo había puesto otra vez en el dedo, permaneciendo largo rato sin moverse, con la mano izquierda fuertemente cerrada; que de pronto había llamado a sus esclavos, y que, no habiéndole contestado nadie, se levanto precipitadamente, pero que faltándole las fuerzas, cayó muerto junto a su lecho.

[74] Supremo natali suo Apollinem Temenitem et amplitudinis et artis eximiae, aduectum Syracusis ut in bibliotheca templi noui poneretur, uiderat per quietem affirmantem sibi non posse se ab ipso dedicari. Et ante paucos quam obiret dies, turris Phari terrae motu Capreis concidit. Ac Miseni cinis e fauilla et carbonibus ad calficiendum triclinium inlatis, extinctus iam et diu frigidus, exarsit repente prima uespera atque in multam noctem pertinaciter luxit.

LXXIV. En el ultimo aniversario de su nacimiento vio en sueños a Apolo Temenites, cuya colosal y admirable estatua había hecho traer de Siracusa, para colocarla en la biblioteca de un templo nuevo, y el cual le dijo que no seria él quien la consagrara Pocos días antes de su muerte, un terremoto abatió en Capri la torre del faro; en Misena, cenizas calientes y carbones que habían llevado para calentar el comedor, y que se habían extinguido y enfriado, se encendieron de pronto por la tarde y ardieron hasta muy entrada la noche.

[75] Morte eius ita laetatus est populus, ut ad primum nuntium discurrentes pars: "Tiberium in Tiberim!" clamitarent, pars Terram matrem deosque Manes orarent, ne mortuo sedem ullam nisi inter impios darent, alii uncum et Gemonias cadaueri minarentur, exacerbati super memoriam pristinae crudelitatis etiam recenti

LXXV. La noticia de su muerte despertó en Roma tan grande alegría, que todos corrían por las calles, gritando unos: Tiberio al Tíber, y pidiendo otros a la madre Tierra y a los dioses Manes que sólo entre los impíos concediesen lugar al muerto; otros amenazaban, en fin, al cadáver con el garfio de las Gemonias. A la evocación de sus antiguas atrocidades se unían aún el horror de una crueldad reciente. 127


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atrocitate. Nam cum senatus consulto cautum esset, ut poena damnatorum in decimum semper diem differretur, forte accidit ut quorundam supplicii dies is esset, quo nuntiatum de Tiberio erat. Hos implorantis hominum fidem, quia absente adhuc Gaio nemo extabat qui adiri interpellarique posset, custodes, ne quid aduersus constitutum facerent, strangulauerunt abieceruntque in Gemonias. Creuit igitur inuidia, quasi etiam post mortem tyranni saeuitia permanente. Corpus ut moueri a Miseno coepit, conclamantibus plerisque Atellam potius deferendum et in amphitheatro semiustilandum, Romam per milites deportatum est crematumque publico funere.

Un senadoconsulto había establecido que el suplicio de los condenados se diferiera siempre hasta el décimo día; había algunos desgraciados que debían ser ejecutados precisamente el día en que se supo la muerte de Tiberio, e imploraban la compasión pública. Como no había, sin embargo, nadie a quien dirigirse, estando todavía ausente Cayo, los guardias, temiendo faltar a lo ordenado, los estrangularon y arrojaron a las Gemonias. Esto acreció el odio contra el tirano, cuya barbarie se hacia sentir aún después de su muerte. Cuando trasladaron su cuerpo de Misena, la mayor parte de los habitantes gritaron que era necesario quemarle en el anfiteatro de Atela (81); pero los soldados le llevaron a Roma y una vez allí lo quemaron con las ceremonias habituales.

[76] Testamentum duplex ante biennium fecerat, alterum sua, alterum liberti manu, sed eodem exemplo, obsignaueratque etiam humillimorum signis. Eo testamento heredes aequis partibus reliquit Gaium ex Germanico et Tiberium ex Druso nepotes substituitque in uicem; dedit et legata plerisque, inter quos uirginibus Vestalibus, sed et militibus uniuersis plebeique Romanae uiritim atque etiam separatim uicorum magistris.

LXXVI. Dos años antes de su muerte había hecho testamento y existen de él dos ejemplares; uno de su puño y letra, el otro escrito por un liberto, pero los dos perfectamente idénticos y firmados con nombres muy obscuros. Instituía herederos, por parte iguales, a sus nietos Cayo y Tiberio, que lo eran el primero por Germánico y el segundo por Druso, y los substituta el uno al otro. Dejaba también legados a muchas personas, entre otras a las vestales, a todos los soldados, al pueblo romano y a los inspectores de los barrios.

NOTAS (65) Se consideraba un gran honor tener sepulturas en el interior de la ciudad, honor reservado únicamente a las vestales y a los ciudadanos más ilustres. (66) Al gladiador que resultaba vencedor se le daba una vara o una espada de madera (rudis), por la cual se libraba en adelante de combatir en la arena. Los que la habían recibido se llamaban rudiarti. (67) Un solo hombre, vigilado, restableció las cosas. (68) Iliada, Lib. X, 216, 217. (69) Los antiguos empleaban a menudo esta locución: Quod aiunt, auribus teneo lupum. En este caso no se sabe ni como soltar ni cómo sujetar al lobo sin peligro de ser devorado. (70) Este Clemente tomo el nombre de Agripa, atrayendose gran número de partidarios a causa de su parecido con él; marchó a la Galia; su partido creció allí considerablemente y creció más aún en Italia cuando marcho sobre Roma para reconquistar, según decía la soberanía de su abuelo. Tiberio le hizo prender por agentes que fingieron abrasar su causa. Sometido al tormento no pudo arrancarsele confesión alguna acerca de sus inteligencias con Roma. Preguntándole Tiberio como había llegado a ser Agripa, “Como tú, Cesar”, le contesto. (71) Debe distinguirse entre los juegos plebeyos del Circo y los grandes juegos, o juegos romanos, los primeros los celebraban a mediados de noviembre los ediles plebeyos. (72) El derecho de viajar por las provincias, y de recibir en ellas los mismos honores que los embajadores. (73) Cuando se votaba en el Senado sobre un decreto, el presidente hacia pasar a un lado de la sala a los que aprobaban, y al lado opuesto a los que opinaban en contra. Llamábase a esto votar por discessionem. (74) La ley Julia de Augusto había establecido penas severísimas contra el adulterio. A la mujer que lo cometía se le privaba de la mitad de su dote o el tercio de los bienes, y se la desterraba a una isla. A fin de 128


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substraerse a estas penas, apartándose del derecho común, algunas se hacían inscribir como cortesanas por los ediles encargados de la vigilancia de los lupanares. Generalizóse tanto esta corrupción, que el 772 el Senado tuvo que prohibir que toda mujer cuyo padre, abuelo o marido fuese caballero se inscribiese como cortesana. Tiberio hizo castigar indiferentemente a unas y a otras y se siguió imponiéndoles la pena de destierro. (75) Según Tácito. el Senado hizo deportar a Cerdeña a cuatro mil libertos, culpable de profesar la religión judía. (76) Todas estas palabras pueden significar bebedor, en el latín de la soldadesca. (77) Se dice, que ésta era una contravención a la ley de César, intitulada De modo credendi possidendique intra Italiam, la cual prohibía según Dión, tener en numerario mas de quince mil dracmas; pero este ley había nacido indudablemente de las circunstancias a que dio lugar la escasez de dinero; además, sólo concernía a Italia, no impidiendo que los principales habitantes de las provincias poseyesen grandes riquezas. (78) Según refiere Séneca, el pretoriano Paulo se encontraba en una cena, llevando en el dedo una piedra con la imagen de Tiberio grabada en relieve. Seria ridículo buscar giros para decir que cogió un orinal. Marón, uno de los delatores más famosos de la época, observo el hecho; mas el esclavo de Paulo, que estaba vigilando, advirtió que su amo iba a caer en un lazo; aprovecho su embriaguez para quitarle en el acto el anillo, y cuando Maron tomaba a los comensales por testigos de que la imagen del emperador había sido puesta en contacto con un objeto indigno y escribía ya la denuncia, el esclavo mostró el anillo en su dedo. (79) Te retrataré en breves palabras: inhumano, sanguinario ni tu misma madre puede amarte. No eres caballero. ¿Cómo?: no tienes lo necesario para serlo; eres un criminal escapado del destierro de Rodas. La edad de oro fue un presente de los dioses; la de bronce comienza en tu odioso reinado. El vino le ha cansado ya, no le encuentra gusto, y ahora necesita beber sangre. Recuerde Roma el horrible pasado: Sila, grande por el crimen y dichoso en tu desventura. Mario, desplegando contra ti su furor; Antonio promoviendo la guerra civil y manchando de sangre sus manos con la matanga. Esta es Roma, la suerte que te prepara, el que del destierro viene a reinar, reina empapandose en sangre. (80) 16 de marzo. (81) Atela, municipio entre Capua y Nápoles. La ignominia para Tiberio, consistía en que no le llevasen a Roma y que lo quemaran en un obscuro municipio.

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SVETONI TRANQVILII VITA GAI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60

CALÍGULA SINOPSIS 1. ASCENDENCIA DE CALÍGULA. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-12) Su padre, Germánico:. carrera política y militar, enfermedad y muerte, sospechas de envenenamiento por orden de Tiberio (1-2); cualidades físicas y espirituales (3); popularidad y reacciones ante su muerte (4-6); matrimonio y descendencia (7). Nacimiento de Calígula (8). Infancia y adolescencia. Calígula en Capri (9-10). Naturaleza cruel y depravada (11). Matrimonio e intrigas para asesinar a Tiberio (12). II. CALÍGULA EN EL PODER (13-49) Retrato de un emperador (13-21). Alegría popular y testimonios de afecto a su llegada al poder (13-14). Comportamiento piadoso de Calígula. Honores rendidos a sus familiares. Primeras medidas de su gobierno (15-16). Consulados. Donativos y demás atenciones con el pueblo. Espectáculos públicos, tanto en Rorna como fuera de ella (17-20). Obras públicas (21). Retrato de un monstruo (22-49). Calígula se hace venerar como un dios (22). Ultrajes a la memoria de Augusto y de Livia. Asesinato de sus familiares (23). Incestos con sus hermanas y condena de Livila y Agripina (24). Matrimonios escandalosos. Descendencia de Calígula (25). Asesinatos de amigos y allegados. Conducta reprobable con todos los órdenes del Estado (26). Principales testimonios de su crueldad (27-28). El cinismo e insolencia de sus expresiones (29-31). El sadismo de sus actos y palabras (32-33). Envidia y malevolencia (34-35). Sodomía y adulterios (36). Despilfarros y métodos ¡lícitos de allegar dinero (3742). Campaña de Germania (43-46). Preparativos de su triunfo. Regreso a Roma. Amenazas contra el Senado. Proyectos de crímenes más atroces (47-49). III. RASGOS PERSONALES DE CALÍGULA (50-55) Características físicas. Desequilibrio mental (50). Osadía y cobardía (51). Extravagancia de su atuendo (52). Dotes de orador (53). Aficiones artísticas. Parcialidad desmedida por sus artistas preferidos. Mercedes hechas a su caballo Incitato (54-55). IV. MUERTE DE CALÍGULA. EPÍLOGO (56-60) Conjura definitiva contra su vida (56). Presagios relativos a su asesinato (57). Asesinato de Calígula. Fecha y edad a la que murió. Duración de su reinado. Incineración e inhumación de su cadáver (58-59). Inestabilidad de los primeros momentos (60).

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[1] Germanicus, C. Caesaris pater, Drusi et minoris Antoniae filius, a Tiberio patruo adoptatus, quaesturam quinquennio ante quam per leges liceret et post eam consulatum statim gessit, missusque ad exercitum in Germaniam, excessu Augusti nuntiato, legiones uniuersas imperatorem Tiberium pertinacissime recusantis et sibi summam rei p. deferentis incertum pietate an constantia maiore compescuit atque hoste mox deuicto triumphauit. Consul deinde iterum creatus ac prius quam honorem iniret ad componendum Orientis statum expulsus, cum Armeniae regem deuicisset, Cappadociam in prouinciae formam redegisset, annum agens aetatis quartum et tricensimum diuturno morbo Antiochiae obiit, non sine ueneni suspicione. Nam praeter liuores, qui toto corpore erant, et spumas, quae per os fluebant, cremati quoque cor inter ossa incorruptum repertum est, cuius ea natura existimatur, ut tinctum ueneno igne confici nequeat.

I. Germánico, padre de C. Cesar e hijo de Druso y de Antonia la menor, fue adoptado por Tiberio, su tío paterno; ejerció la cuestura cinco años antes de los que ordenaban las leyes, e inmediatamente después el consulado. Enviado a Germania para tomar el mando del ejército, contuvo con tanta energía como fidelidad a todas las legiones que, a la noticia de la muerte de Augusto se negaban obstinadamente a reconocer a Tiberio por emperador, ofreciéndole a él mismo el mando supremo del Estado; venció poco después al enemigo, y regresó a Roma para recibir en ella los honores triunfales. Se le designó cónsul por segunda vez, pero antes de entrar en funciones fue, por decirlo así, expulsado de la ciudad por Tiberio, que lo envió a pacificar el Oriente. Después de haber vencido al rey de Armenia, redujo la Capadocia a provincia romana; murió en Antioquia, a la edad de treinta y cuatro años, de una enfermedad de consunción que dio lugar a sospechas de envenenamiento. En efecto, además de las manchas lívidas que le cubrían todo el cuerpo y la espuma que le salía de la boca, se advirtió, cuando le quemaron, que el corazón estaba intacto, lo que dio más veracidad a las sospechas, por creerse comúnmente que el corazón impregnado de veneno resiste al fuego.

[2] Obiit autem, ut opinio fuit, fraude Tiberi, ministerio et opera Cn. Pisonis, qui sub idem tempus Syriae praepositus, nec dissimulans offendendum sibi aut patrem aut filium, quasi plane ita necesse esset, etiam aegrum Germanicum grauissimis uerborum ac rerum acerbitatibus nullo adhibito modo adfecit; propter quae, ut Romam rediit, paene discerptus a populo, a senatu capitis damnatus est.

II. Creyóse que murió víctima del odio de Tiberio, y merced a la activa complicidad de Cn. Pisón. Este Pisón. que estaba por aquella época investido del gobierno de la Siria, se creía obligado, según decía, por imperiosa necesidad, a ser enemigo del padre o del hijo, y no dejó ni un momento de inferir a Germánico, hasta durante su enfermedad, todo género de ultrajes con su conducta y sus palabras. Por esta causa, al regresar a Roma, estuvo a punto de que le despedazase el pueblo, viéndose luego condenado a muerte por el Senado.

[3] Omnes Germanico corporis animique uirtutes, et quantas nemini cuiquam, contigisse satis constat: formam et fortitudinem egregiam, ingenium in utroque eloquentiae doctrinaeque genere praecellens, beniuolentiam singularem conciliandaeque hominum gratiae ac promerendi amoris mirum et efficax studium. Formae minus congruebat gracilitas crurum, sed ea quoque paulatim repleta assidua equi uectatione post cibum. Hostem comminus saepe percussit. Orauit causas etiam triumphalis; atque inter cetera studiorum monimenta reliquit et comoedias Graecas. Domi forisque ciuilis, libera ac foederata oppida sine lictoribus adibat. Sicubi clarorum uirorum sepulcra cognosceret, inferias Manibus dabat. Caesorum clade Variana ueteres ac dispersas reliquias uno tumulo humaturus, colligere sua manu et comportare primus adgressus est.

III. Sabido es que Germánico poseía todas las mejores cualidades de cuerpo y espíritu, y en grado que nadie alcanzó jamás; poseía valor y belleza singulares; gran superioridad de elocuencia y saber en las lenguas griegas y latina; admirable bondad de alma, gran deseo de agradar y de que le amasen, y un maravilloso talento para conseguirlo. El único defecto que contrastaba con su belleza, era tener algo débiles las piernas; pero lo corrigió con la costumbre de montar a caballo después de las comidas. Luchó cuerpo a cuerpo con muchos enemigos, y a muchos mató por su mano. Defendió ante los jueces gran número de causas hasta después de conseguidos los honores del triunfo, y, como muestras de su cultura, nos ha dejado algunas comedias griegas. Mostrábase igualmente afable eh la vida pública y en la privada; entraba sin lictores en las ciudades libres y aliadas de Roma y dondequiera que veía la tumba de un grande hombre ofrecía sacrificios a sus manes. Quiso reunir en un solo sepulcro los huesos desde mucho tiempo dispersos, de los soldados degollados en la derrota de Varo, para lo cual los 131


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Obtrectatoribus etiam, qualescumque et quantacumque de causa nanctus esset, lenis adeo et innoxius, ut Pisoni decreta sua rescindenti, clientelas di[u]uexanti non prius suscensere in animum induxerit, quam ueneficiis quoque et deuotionibus impugnari se comperisset; ac ne tunc quidem ultra progressus, quam ut amicitiam ei more maiorum renuntiaret mandaretque domesticis ultionem, si quid sibi accideret.

recogió por su mano y los llevó él mismo. Sólo oponía a sus detractores, fuera la que fuese la causa de su enemistad, dulzura y moderación. Pisón había hecho pedazos sus decretos y maltratado a sus clientes, y no le mostró resentimiento hasta que vio emplear contra él los maleficios y prácticas odiosas de religión; aun entonces limitase a renunciar públicamente a su amistad, según la costumbre antigua, y a confiar a los suyos su venganza si le ocurría alguna desgracia.

[4] Quarum uirtutum fructum uberrimum tulit, sic probatus et dilectus a suis, ut Augustus-omitto enim necessitudines reliquas--diu cunctatus an sibi successorem destinaret, adoptandum Tiberio dederit; sic uulgo fauorabilis, ut plurimi tradant, quotiens aliquo adueniret uel sicunde discederet, prae turba occurrentium prosequentiumue nonnumquam eum discrimen uitae adisse, e Germania uero post compressam seditionem reuertenti praetorianas cohortes uniuersas prodisse obuiam, quamuis pronuntiatum esset, ut duae tantum modo exirent, populi autem Romani sexum, aetatem, ordinem omnem usque ad uicesimum lapidem effudisse se.

IV. Hermoso fruto recogió de tantas virtudes, e inspiró tal aprecio y amor a sus parientes, que Augusto (sin hablar de los demás) dudó por mucho tiempo si lo elegiría sucesor, e hizo que le adoptase Tiberio. Gozaba también hasta tal punto del favor popular, que, según el testimonio de la mayor parte de los autores, la inmensa multitud que, a su llegada o salida, se precipitaba a recibirle o despedirle, le hizo correr más de una vez peligro de muerte. Cuando regresó a Germania, después de haber apaciguado en ella las sediciones, salieron a recibirle todas las cohortes pretorianas, a pesar de que sólo se había dado orden de hacerlo a dos de ellas, y los habitantes de todo sexo, edad y condición llenaron el camino hasta veinte millas de Roma.

[5] Tamen longe maiora et firmiora de eo iudicia in morte ac post mortem extiterunt. Quo defunctus est die, lapidata sunt templa, subuersae deum arae, Lares a quibusdam familiares in publicum abiecti, partus coniugum expositi. Quin et barbaros ferunt, quibus intestinum quibusque aduersus nos bellum esset, uelut in domestico communique maerore consensisse ad indutias; regulos quosdam barbam posuisse et uxorum capita rasisse ad indicium maximi luctus; regum etiam regem et exercitatione uenandi et conuictu megistanum abstinuisse, quod apud Parthos iusti[ti] instar est.

V. Más grandes y vivos testimonios de cariño brotaron, sin embargo, a la noticia de su muerte, y aun mucho después. El día en que murió fueron apedreados los templos y echadas abajo las estatuas de los dioses; algunos ciudadanos arrojaron a la calle sus dioses lares o expusieron sus hijos recién nacidos. Se dice incluso que los bárbaros, en guerra entonces unos contra unos, consintieron una tregua, como signo de luto universal; que algunos príncipes, en señal de profundo dolor, se cortaron la barba e hicieron afeitar la cabeza a sus mujeres; se dice, en fin, que el rey de reyes (82) se abstuvo aquel día de la caza y no admitió a su mesa a los grandes, lo que equivalía entre los partos a suspender la administración de justicia.

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[6] Romae quidem, cum ad primam famam ualitudinis attonita et maesta ciuitas sequentis nuntios opperiretur, et repente iam uesperi incertis auctoribus conualuisse tandem percrebruisset, passim cum luminibus et uictimis in Capitolium concursum est ac paene reuolsae templi fores, ne quid gestientis uota reddere moraretur, expergefactus e somno Tiberius gratulantium uocibus atque undique concinentium: Salua Roma, Germanicus.

salua

patria,

saluus

VI. Afligida, consternada, la población de Roma a la primera noticia de su enfermedad esperaba ansiosamente nuevas noticias. De súbito, en un anochecer, se difundió, sin saber cómo, la nueva de que Germánico se encontraba restablecido, y en seguida corrieron al Capitolio con antorchas y víctimas, haciéndolo con tal impaciencia para ofrecer a los dioses acciones de gracia que casi derribaron las puertas del templo. Tiberio, dormido, despertó a los alegres gritos del exterior y a las voces que cantaban:

¡Roma salvada, salvada la patria! ¡Germánico se ha est salvado!

Et ut demum fato functum palam factum est, non solaciis ullis, non edictis inhiberi luctus publicus potuit durauitque etiam per festos Decembris mensis dies. Auxit gloriam desideriumque defuncti et atrocitas insequentium temporum, cunctis nec temere opinantibus reuerentia eius ac metu repressam Tiberi saeuitiam, quae mox eruperit. [7] Habuit in matrimonio Agrippinam, M. Agrippae et Iuliae filiam, et ex ea nouem liberos tulit: quorum duo infantes adhuc rapti, unus iam puerascens insigni festiuitate, cuius effigiem habitu Cupidinis in aede Capitolinae Veneris Liuia dedicauit, Augustus in cubiculo suo positam, quotiensque introiret, exosculabatur; ceteri superstites patri fuerunt, tres sexus feminini, Agrippina Drusilla Liuilla, continuo triennio natae; totidem mares, Nero et Drusus et C. Caesar. Neronem et Drusum senatus Tiberio criminante hostes iudicauit.

Pero cuando se supo con certeza su muerte, ningún consuelo, ningún edicto pudo poner limites al dolor público, que duró hasta en las fiestas del mes de diciembre. Las abominaciones de los tiempos que siguieron aumentaron más todavía la gloria de aquel príncipe y el sentimiento de su pérdidas pues todo estaban persuadidos. Y con razón, de que el respeto y temor que inspiraba a Tiberio servían de freno a la crueldad de éste, crueldad que, en efecto, no tardó en desbordarse. VII. Germánico habíase casado con Agripina, hija de M. Agripa y de Julia, y tuvo nueve hijos; dos de ellos murieron de pocos meses, y otro al salir de la infancia. Éste poseía ya muchos atractivos: Livia consagró su estatua en traje de Cupido en el templo de Venus, en el Capitolio; Augusto tenía su retrato en su cámara, y cada vez que entraba lo besaba. Los demás sobrevivieron a su padre; a saber: tres hilas, Agripina, Drusila y Livila, nacidas en el espacio de tres años consecutivos, y tres varones, Nerón, Druso y C. César. El Senado declaró enemigos públicos a Nerón y Druso por acusación de Tiberio.

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[8] C. Caesar natus est pridie Kal. Sept. patre suo et C. Fonteio Capitone coss. Ubi natus sit, incertum diuersitas tradentium facit. Cn. Lentulus Gaetulicus Tiburi genitum scribit, Plinius Secundus in Treueris uico Ambitaruio supra Confluentes; addit etiam pro argumento aras ibi ostendi inscriptas ob agrippinae pverperivm. Uersiculi imperante mox eo diuulgati apud hibernas legiones procreatum indicant:

VIII. C. César nació la víspera de las calendas de septiembre, bajo el consulado de su padre y de C. Fonteyo Capito. Hay gran diversidad de opiniones en cuanto al lugar donde nació. Cn. Léntulo Getúlico pretende que en Tibur; Plinio, en Tréveris, en una aldea del cantón ambiancino, más allá de Coblenza, y aun añade como prueba que allí se muestra un altar con esta inscripción: Ob Agrippinae puerperium (al parto de Agripina). Según unos versos publicados al principio de su reinado habría nacido entre las legiones en los cuarteles de invierno:

In castris natus, patriis nutritus in armis, Iam designati principis omen erat.

In castris natus, patriis nutritus in armis Jam designati principis omen erat (83).

Ego in actis Anti editum inuenio. Gaetulicum refellit Plinius quasi mentitum per adulationem, ut ad laudes iuuenis gloriosique principis aliquid etiam ex urbe Herculi sacra sumeret, abusumque audentius mendacio, quod ante annum fere natus Germanico filius Tiburi fuerat, appellatus et ipse C. Caesar, de cuius amabili pueritia immaturoque obitu supra diximus. Plinium arguratio temporum. Nam qui res Augusti memoriae mandarunt, Germanicum exacto consulatu in Galliam missum consentiunt iam nato Gaio. Nec Plini opinionem inscriptio arae quicquam adiuuerit, cum Agrippina bis in ea regione filias enixa sit, et qualiscumque partus sine ullo sexus discrimine puerperium uocetur, quod antiqui etiam puellas pueras, sicut et pueros puellos dictitarent. Extat et Augusti epistula, ante paucos quam obiret menses ad Agrippinam neptem ita scripta de Gaio hoc--neque enim quisquam iam alius infans nomine pari tunc supererat--: "puerum Gaium XV. Kal. Iun. si dii uolent, ut ducerent Talarius et Asillius, heri cum iis constitui. mitto praeterea cum eo ex seruis meis medicum, quem scripsi Germanico si uellet ut retineret. Ualebis, mea Agrippina, et dabis operam ut ualens peruenias ad Germanicum tuum." Abunde parere arbitror non potuisse ibi nasci Gaium, quo prope bimulus demum perductus ab urbe sit. Uersiculorum quoque fidem eadem haec eleuant et eo facilius, quod ii sine auctore sunt. Sequenda est igitur, quae sola [auctor] restat et publici instrumenti auctoritas, praesertim cum Gaius Antium omnibus semper locis atque secessibus praelatum non aliter quam natale solum dilexerit tradaturque etiam sedem ac domicilium imperii taedio urbis transferre eo destinasse.

Por mi parte encuentro en los archivos que vio la luz en Anzio. Plinio reprochó a Gentílico que por adulación dijese una mentira que debía lisonjear la vanidad de un joven y glorioso emperador, dándole por cuna una ciudad consagrada a Hércules. Pretende que le animó para esta impudente falsedad el hecho de que un año antes del nacimiento de Calígula había venido al mundo en Tibur otro hijo de Germánico llamado C. César, aquel de quien hemos recordado la graciosa infancia y prematura muerte. Las fechas se oponen, sin embargo, a Plinio, porque los que han escrito la historia de Augusto se hallan acordes en decir que no fue enviado Germánico a la Galia hasta después de su consulado, cuando había nacido ya Cayo. La inscripción a que Plinio se refiere no prueba nada tampoco en favor de su sentir, puesto que Agripina dio a luz dos hijas en el país donde se ven estos altares; la palabra puerperium se aplica, por otro lado, a todos los partos sin distinción del sexo del nacido, habiendo llamado frecuentemente nuestros mayores a las hijas pueras y a los hijos pueblos. Se conserva también una carta de Augusto, escrita pocos meses antes de su muerte a su nieta Agripina, que ha de referirse forzosamente a este Cayo, pues no existía entonces otro niño de este nombre: Ayer convine con Talario y Asedio, que partirán, si place a los dioses, el 15 de las calendas Junio, para llevarse al niño Cayo. Envío también con un médico de mi casa, y escribo a Germánico para que le conserve a su lado si le place. Que sigas bien, mi querido Agripina, procura llegar con buena salud al lado de tu Germánico. Esta misiva indica suficientemente, a lo que creo, que Cayo no nació en el ejército, puesto que tenía cerca de dos años cuando le mandaron desde Roma. Es ésta también una razón para no dar fe a los versos que he citado, tanto más cuanto que se desconoce al autor. Es necesario por ello atenerse a la autoridad de los anales públicos, que entre tantas incertidumbres es lo único en que se puede fiar. Además, se sabe que Cayo prefirió Anzio a todos sus otros retiros, y que siempre lo quiso como se quiere el lugar del nacimiento; se dice incluso que, disgustado de Roma, tuvo el proyecto de trasladar allí la sede del Imperio.

[9] Caligulae cognomen castrensi ioco traxit, IX. El sobrenombre de Calígula era mote militar y le fue 134


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quia manipulario habitu inter milites educabatur. Apud quos quantum praeterea per hanc nutrimentorum consuetudinem amore et gratia ualuerit, maxime cognitum est, cum post excessum Augusti tumultuantis et in furorem usque praecipites solus haud dubie ex conspectu suo flexit. Non enim prius destiterunt, quam ablegari eum ob seditionis periculum et in proximam ciuitatem demandari animaduertissent; tunc demum ad paenitentiam uersi reprenso ac retento uehiculo inuidiam quae sibi fieret deprecati sunt.

aplicado a causa de un calzado de soldado que había usado en su infancia en los campamentos (84). Los soldados, que le habían visto crecer y educarse entre ellos, le profesaban increíble cariño, y fue prueba elocuente de él, el que, a la muerte de Augusto, bastó su presencia para calmar el furor de las tropas sublevadas. Y en efecto, no se apaciguaron hasta que se convencieron de que querían alejarle del peligroso teatro de la sedición y llevarle al territorio de otro pueblo. Arrepentidos de su intento, se precipitaron delante de su carruaje, lo detuvieron, y suplicaron entonces encarecidamente que no les impusiese aquella afrenta.

[10] Comitatus est patrem et Syriaca expeditione. Unde reuersus primum in matris, deinde ea relegata in Liuiae Augustae proauiae suae contubernio mansit; quam defunctam praetextatus etiam tunc pro rostris laudauit. transitque ad Antoniam auiam et undeuicensimo aetatis anno accitus Capreas a Tiberio uno atque eodem die togam sumpsit barbamque posuit, sine ullo honore qualis contigerat tirocinio fratrum eius. Hic omnibus insidiis temptatus elic[i]entium cogentiumque se ad querelas nullam umquam occasionem dedit, perinde obliterato suorum casu ac si nihil cuiquam accidisset, quae uero ipse pateretur incredibili dissimulatione transmittens tantique in auum et qui iuxta erant obsequii, ut non immerito sit dictum nec seruum meliorem ullum nec deteriorem dominum fuisse.

X. Acompañó a su padre en la expedición de Siria. A su vuelta, permaneció primeramente en la casa de su madre, y cuando desterraron a ésta, en la de su bisabuela Livia Augusta, cuyo elogio fúnebre fue pronunciado por él en la tribuna de las arengas, llevando todavía la toga pretexta; pasó luego a vivir con su abuela Antonia. A los veintiún años lo llamó Tiberio a Capri y en un solo día le hizo vestir la toga y cortar la barba, sin otorgarle, sin embargo, ninguna de las distinciones con que señaló la entrada de sus hermanos en la vida pública. Objeto de mil asechanzas y de pérfidas instigaciones por parte de aquellos que querían arrancarle quejas, no dio pretexto alguno a la malignidad, pareciendo como si ignorase la desgraciada suerte de todos los suyos. Con increíble disimulo devoraba sus propias afrentas y mostraba a Tiberio y a cuantos le rodeaban tanta cortesía, que con razón pudo decirse de él que nunca existió mejor esclavo ni peor amo.

[11] Naturam tamen saeuam atque probrosam ne tunc quidem inhibere poterat, quin et animaduersionibus poenisque ad supplicium datorum cupidissime interesset et ganeas atque adulteria capillamento celatus et ueste longa noctibus obiret ac scaenicas saltandi canendique artes studiosissime appeteret, facile id sane Tiberio patiente, si per has mansuefieri posset ferum eius ingenium. Quod sagacissimus senex ita prorsus perspexerat, ut aliquotiens praedicaret exitio suo omniumque Gaium uiuere et se natricem [serpentis id genus] p(opulo) R(omano), Phaethontem orbi terrarum educare.

XI. Ya en aquel mismo tiempo, a pesar de todo, no ocultaba sus bajas y crueles inclinaciones, constituyendo uno de sus placeres más gratos presenciar las torturas y el último suplicio de los condenados. Por la noche acudía a los lugares de perdición y a los adulterios, envuelto en amplio manto y oculto la cabeza bajo una peluca. Tenía pasión especial por el baile teatral y por el canto. Tiberio no contrariaba tales gustos, pues creía que con ellos podía dulcificarse su condición feroz, habiendo comprendido tan bien el clarividente anciano su carácter, que decía con frecuencia: Dejo vivir a Cayo para su desgracia y para la de todos, o bien: Crío una serpiente para el pueblo y otro Faetón para el Universo.

[12] Non ita multo post Iuniam Claudillam M. Silani nobilissimi uiri f(iliam) duxit uxorem. Deinde augur in locum fratris sui Drusi destinatus, prius quam inauguraretur ad pontificatum traductus est insigni testimonio pietatis atque indolis, cum deserta desolataque reliquis subsidiis aula, Seiano hoste suspecto mox et oppresso, ad spem successionis

XII. Poco tiempo después casó Cayo con Junia Claudila, hija de M. Silano, varón nobilísimo. Fue en seguida designado augur en el puesto de su hermano Druso, y antes de entrar en funciones pasó, por extraordinaria favor, al pontificado. Tiberio, que no veía en la casa imperial, desierta y devastada, otro apoyo que Cayo, y en Seyano un ministro sospechoso, un enemigo del que no tardó en deshacerse, ponía a prueba de este modo el carácter y 135


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paulatim admoueretur. Quam quo magis confirmaret, amissa Iunia ex partu Enniam Naeuiam, Macronis uxorem, qui tum praetorianis cohortibus praeerat, sollicitauit ad stuprum, pollicitus et matrimonium suum, si potitus imperio fuisset; deque ea re et iure iurando et chirographo cauit. Per hanc insinuatus Macroni ueneno Tiberium adgressus est, ut quidam opinantur, spirantique adhuc detrahi anulum et, quoniam suspicionem retinentis dabat, puluinum iussit inici atque etiam fauces manu sua oppressit, liberto, qui ob atrocitatem facinoris exclamauerat, confestim in crucem acto. Nec abhorret a ueritate, cum sint quidam auctores, ipsum postea etsi non de perfecto, at certe de cogitato quondam parricidio professum; gloriatum enim assidue in commemoranda sua pietate, ad ulciscendam necem matris et fratrum introisse se cum pugione cubiculum Tiberi[i] dormientis et misericordia correptum abiecto ferro recessisse; nec illum, quanquam sensisset, aut inquirere quicquam aut exequi ausum.

adhesión de su nieto, a quien acercaba poco a poco a la sucesión. Para estar más seguro de conseguirla, Cayo, que acababa de perder a Junia, muerta a consecuencia del parto, solicitó los favores de Ennia Nevia esposa de Macrón (85), jefe de las cohortes pretorianas, a la que prometió casarse con ella cuando alcanzase el mando supremo, obligándose a ello por juramento y por escrito. Cuando, por mediación de ella, ganó a Macrón, no titubeó, según pretenden algunos autores, en envenenar a Tiberio. Todavía respiraba éste cuando Cayo le quitó el anillo, y como el moribundo mostraba querer conservarlo hasta el fin, mandó arrojarle encima un colchón, o quizá le estranguló con sus manos. Un liberto, a quien esta crueldad arrancó un grito, fue crucificado al momento. Éste relato parece tan más verosímil cuanto que, según algunos historiadores, el mismo Calígula se alabó más adelante, si no de haber cometido este parricidio, al menos de haberlo meditado. En efecto, cuando exageraba su cariño a su familia, se le oía vanagloriarse con frecuencia de haber entrado con un puñal en la mano en la cámara de Tiberio dormido, para vengar la muerte de sus hermanos; pero añadía que la piedad le había contenido, había arrojado el arma y retirándose, sin que Tiberio, que le había visto, se atreviese a acusarlo o a castigarlo.

[13] Sic imperium adeptus, p(opulum) R(omanum), uel dicam hominum genus, uoti compotem fecit, exoptatissimus princeps maximae parti prouincialium ac militum, quod infantem plerique cognouerant, sed et uniuersae plebi urbanae ob memoriam Germanici patris miserationemque prope afflictae domus. Itaque ut a Miseno mouit quamuis lugentis habitu et funus Tiberi prosequens, tamen inter altaria et uictimas ardentisque taedas densissimo et laetissimo obuiorum agmine incessit, super fausta nomina "sidus" et "pullum" et "pupum" et "alumnum" appellantium;

XIII. De este modo llegó al Imperio, al que le llamaban los votos del pueblo romano, y hasta puede decirse del mundo entero: querido por las provincias y por los ejércitos, que le habían visto de niño, y querido por los habitantes de Roma, que amaban en él la memoria de su padre Germánico y el último vástago de una familia desgraciada. A causa de ello, desde que salió de Misena, aunque seguía en traje de duelo el cortejo fúnebre de Tiberio, continuó su marcha entre altares adornados con flores, con víctimas ya preparadas, antorchas encendidas y acompañándole las alegres aclamaciones de una inmensa multitud, que había salido a su encuentro y le nombraba con los más tiernos apelativos, llamándole estrella, hijo, niño, discípulo.

[14] Ingressoque urbem, statim consensu senatus et irrumpentis in curiam turbae, inrita Tiberi uoluntate, qui testamento alterum nepotem suum praetextatum adhuc coheredem ei dederat, ius arbitriumque omnium rerum illi permissum est tanta publica laetitia, ut tribus proximis mensibus ac ne totis quidem supra centum sexaginta milia uictimarum caesa tradantur. Cum deinde paucos post dies in proximas Campaniae insulas traiecisset, uota pro reditu suscepta sunt, ne minimam quidem occasionem quoquam omittente in testificanda sollicitudine et cura de incolumitate eius. Ut uero in aduersam ualitudinem incidit, pernoctantibus cunctis circa Palatium, non

XIV. Apenas entrado en Roma, por unánime sentir del Senado y del pueblo, que había invadido la Asamblea, se le reconoció como único árbitro y dueño del Estado, con desprecio del testamento de Tiberio, que le daba por coheredero a su otro nieto, todavía niño (86). Fue tal el alborozo público, que en menos de tres meses se degollaron, según dicen, más de ciento setenta mil víctimas. De tal modo se aprovechaba cualquier coyuntura para demostrarle el tierno interés que sentían por su conservación, que habiendo ido, Cayo pocos días después a visitar las islas de la Campania, se hicieron ya votos públicos por su regreso. Por aquel tiempo cayó enfermo (87), y el pueblo en masa pasó la noche alrededor de su palacio, y hubo romanos que, por su restablecimiento, hicieron voto de combatir en la arena y de inmolarse a los 136


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defuerunt qui depugnaturos se armis pro salute aegri quique capita sua titulo proposito uouerent. Accessit ad immensum ciuium amorem notabilis etiam externorum fauor. Namque Artabanus Parthorum rex, odium semper contemptumque Tiberi prae se ferens, amicitiam huius ultro petiit uenitque ad colloquium legati consularis et transgressus Euphraten aquilas et signa Romana Caesarumque imagines adorauit.

dioses como víctimas expiatorias. A tan grande cariño de los ciudadanos se unía el notable amor de los mismos extranjeros. Artabán, rey de los partos, que nunca había disimulado su odio y desprecio a Tiberio, solicitó la amistad de Cayo; celebró a este efecto una entrevista con un legado consular, y, atravesando el Éufrates, rindió culto a las águilas romanas y a las imágenes de los césares.

[15] Incendebat et ipse studia hominum omni genere popularitatis. Tiberio cum plurimis lacrimis pro contione laudato funeratoque amplissime, confestim Pandateriam et Pontias ad transferendos matris fratrisque cineres festinauit, tempestate turbida, quo magis pietas emineret, adiitque uenerabundus ac per semet in urnas condidit; nec minore scaena Ostiam praefixo in biremis puppe uexillo et inde Romam Tiberi subuectos per splendidissimum quemque equestris ordinis medio ac frequenti die duobus ferculis Mausoleo intulit, inferiasque is annua religione publice instituit, et eo amplius matri circenses carpentumque quo in pompa traduceretur. At in memoriam patris Septembrem mensem Germanicum appellauit. Post haec Antoniae auiae, quidquid umquam Liuia Augusta honorum cepisset, uno senatus consulto congessit; patruum Claudium, equitem R. ad id tempus, collegam sibi in consulatu assumpsit; fratrem Tiberium die uirilis togae adoptauit appellauitque principem iuuentutis. De sororibus auctor fuit, ut omnibus sacramentis adicerentur: "neque me liberosque meos cariores habebo quam Gaium habeo et sorores eius"; item relationibus consulum: "quod bonum felixque sit C. Caesari sororibusque eius." Pari popularitate damnatos relegatosque restituit; criminum, si quae residua ex priore tempore manebant, omnium gratiam fecit; commentarios ad matris fratrumque suorum causas pertinentis, ne cui postmodum delatori aut testi maneret ullus metus, conuectos in forum, et ante clare obtestatus deos neque legisse neque attigisse quicquam, concremauit; libellum de salute sua oblatum non recepit, contendens nihil sibi admissum cur cuiquam inuisus esset, negauitque se delatoribus aures habere.

XV. Excitaba Cayo al cariño público por todos los medios que granjean esa popularidad. Después de haber pronunciado en la tribuna, vertiendo abundantes lágrimas, el elogio fúnebre de Tiberio y de haberle hecho magníficos funerales, marchó en seguida a las islas Pandataria y Poncia, para recoger las cenizas de su madre y de su hermano, en medio de horrísona tempestad para que resaltara mejor su piadosa diligencia. Acercóse a aquellas cenizas con grandes muestras de veneración, las colocó por sí mismo en dos urnas, y las acompañó luego hasta Ostia, con las mismas manifestaciones de dolor, en un birreme que llevaba un gran estandarte en la popa. Desde allí llevólas por el Tíber hasta Roma, donde las recibieron los principales personajes del orden ecuestre, que, colocándolas sobre una angarillas, las depositaron en pleno día en el Mausoleo. Estableció en honor suyo ceremonias fúnebres anuales, y por su madre, juegos en el Circo, en los que habían de pasear solemnemente su imagen en un carro, como las de los dioses. En memoria de su padre llamó germánico al mes de septiembre. Hizo luego conceder a su abuela Antonia, por un solo senadoconsulto, todos los honores que se habían otorgado en diferentes tiempos a Livia, esposa de Augusto. Tomó por colega en el consulado a Claudio (88) su tío paterno, que era todavía simple caballero romano. Adoptó a su primo Tiberio el día en que éste vistió la toga viril, y le dio el titulo de príncipe de la juventud. Por lo que toca a sus hermanas, quiso que se añadiese esta fórmula a todos los juramentos: Ni a mí mismo ni a mis hijos amaré tanto como a Cayo y a sus hermanas: y en las comunicaciones de los cónsules: Por la felicidad y prosperidad de C. César y de sus hermanas. En su insaciable anhelo de popularidad, rehabilitó a los condenados y desterrados y suspendió todas las persecuciones anteriores a su advenimiento. Hizo llevar al Foro todos los documentos relativos al proceso formado a su madre y hermanos, y después de jurar públicamente por los dioses que no había leído ni siquiera tocado ninguno de aquellos documentos, los quemo todos para que no quedase causa de temor a ningún delator o testigo. Cierto día negóse a recibir un escrito que le presentaban como de gran interés para su vida, contestando que nada había hecho que pudiese atraerle el odio de nadie, y aseguró que no tenia oídos para los delatores. 137


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[16] Spintrias monstrosarum libidinum aegre ne profundo mergeret exoratus, urbe submouit. Titi Labieni, Cordi Cremuti, Cassi Seueri scripta senatus consultis abolita requiri et esse in manibus lectitarique permisit, quando maxime sua interesset ut facta quaeque posteris tradantur. rationes imperii ab Augusto proponi solitas sed a Tiberio intermissas publicauit magistratibus liberam iuris dictionem et sine sui appellatione concessit. Equites R. seuere curioseque nec sine moderatione recognouit, palam adempto equo quibus aut probri aliquid aut ignominiae inesset, eorum qui minore culpa tenerentur nominibus modo in recitatione praeteritis ut leuior labor iudicantibus foret, ad quattuor prioris quintam decuriam addidit. temptauit et comitiorum more reuocato suffragia populo reddere. Legata ex testamento Tiberi quamquam abolito, sed et Iuliae Augustae, quod Tiberius suppresserat, cum fide ac sine calumnia repraesentata persoluit. Ducentesimam auctionum Italiae remisit; multis incendiorum damna suppleuit; ac si quibus regna restituit, adiecit et fructum omnem uectigaliorum et reditum medii temporis, ut Antiocho Commageno sestertium milies confiscatum. Quoque magis nullius non boni exempli fautor uideretur, mulieri libertinae octingenta donauit, quod excruciata grauissimis tormentis de scelere patroni reticuisset. Quas ob res inter reliquos honores decretus est ei clipeus aureus, quem quotannis certo die collegia sacerdotum in Capitolium ferrent, senatu prosequente nobilibusque pueris ac puellis carmine modulato laudes uirtutum eius canentibus. Decretum autem ut dies, quo cepisset imperium, Parilia uocaretur, uelut argumentum rursus conditae urbis.

XVI. Desterró de Roma a los inventores de orgías monstruosas y costó incluso gran trabajo impedir que los mandara ahogar en el mar (89). Hizo buscar las obras de Tito Labiano, de Corto Cremucio y de Casio Severo, prohibidas por el Senado, y permitió que fueran copiadas y leídas, diciendo que estaba personalmente interesado en que se escribiese con fidelidad la historia. Publicó las cuentas del Imperio, costumbre que introdujo Augusto y que desdeñó Tiberio. Dio a los magistrados jurisdicción libre, independiente de toda apelación a su persona. Revistó a los caballeros romanos con gran cuidado y severidad, aunque también con moderación, y quitó públicamente el caballo a aquellos a quienes se probó alguna bajeza o ignominia, contentándose con omitir en la lista los nombres de los que habían cometido algunas faltas. Con el fin de aliviar a los jueces de sus trabajos, añadió la quinta decuria a las cuatro existentes; intentó también restablecer el uso de los comicios y devolver al pueblo el derecho de sufragio. Pagó fielmente y sin retrasos los legados que hizo Tiberio en su testamento, a pesar de haberlo anulado. Entregó a los pueblos de Italia los dos por ciento de las rentas (90). Indemnizó muchos daños causados por incendios; y cuando restituyó los reinos a sus poseedores, añadió el producto íntegro de las rentas e impuestos cobrados durante el tiempo de la ocupación, así como devolvió también a Antíoco Comageno una confiscación de diez millones de sestercios. A fin de fomentar el amor a la virtud, regaló ochenta mil sestercios a un liberto a quien las más crueles torturas no habían podido arrancar una sola palabra acerca de un crimen que se imputaba a su dueño. Por esa conducta mereció que se le concediera, entre otras distinciones, un escudo de oro, que todos los años, en determinado día, los Colegios de sacerdotes debían llevar al Capitolio, seguidos del Senado y de jóvenes nobles de ambos sexos, cantando versos en alabanza suya. Decretase igualmente que el día de su advenimiento al Imperio se llamaría Palilia (91), como si fuese fecha de nueva fundación de Roma.

[17] Consulatus quattuor gessit, primum ex Kal. Iul. per duos menses, secundum ex Kal. Ian. per XXX dies, tertium usque in Idus Ian., quartum usque septimum Idus easdem. Ex omnibus duos nouissimos coniunxit. tertium autem Luguduni iniit solus, non ut quidam opinantur superbia neglegentiaue, sed quod defunctum sub Kalendarum diem collegam rescisse absens non potuerat. Congiarium populo bis dedit trecenos sestertios, totiens abundantissimum epulum senatui equestrique ordini, etiam coniugibus ac liberis utrorumque; posteriore epulo forensia insuper uiris, feminis ac pueris fascias purpurae ac conchylii distribuit. Et ut laetitiam publicam in

XVII. Ejerció cuatro veces el consulado: la primera, desde las calendas de julio, durante dos meses; la segunda, desde las calendas de enero, durante treinta días; la tercera, hasta los idus de enero; la cuarta, hasta siete días de los idus del mismo mes. Los dos últimos consulados fueron consecutivos; el tercero lo empezó en Lyón y sin colega, no por orgullo o indiferencia, como se ha dicho, sino porque, ausente de Roma, ignoraba que su colega había muerto hacia el día de las calendas. Concedió dos veces al pueblo congiarios de trescientos sestercios por ciudadano, y a los senadores como a los caballeros una comida suntuosa, a la que fueron también invitados sus esposas e hijos. En el último de estos festines, hizo distribuir a los hombres trajes para el Foro y cintas de púrpura a los niños y a las mujeres. Para aumentar perpetuamente el regocijo público en las 138


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perpetuum quoque augeret, adiecit diem fiestas saturnales, les añadió un día que llamó Juvenalem Saturnalibus appellauitque Iuuenalem. (fiesta de la juventud). [18] Munera gladiatoria partim in amphitheatro Tauri partim in Saeptis aliquot edidit, quibus inseruit cateruas Afrorum Campanorumque pugilum ex utraque regione electissimorum. Neque spectaculis semper ipse praesedit, sed interdum aut magistratibus aut amicis praesidendi munus iniunxit. Scaenicos ludos et assidue et uarii generis ac multifariam fecit, quondam et nocturnos accensis tota urbe luminibus. Sparsit et missilia uariarum rerum et panaria cum obsonio uiritim diuisit; qua epulatione equiti R. contra se hilarius auidiusque uescenti partes suas misit, sed et senatori ob eandem causam codicillos, quibus praetorem eum extra ordinem designabat. Edidit et circenses plurimos a mane ad uesperam interiecta modo Africanarum uenatione modo Troiae decursione, et quosdam praecipuos, minio et chrysocolla constrato circo nec ullis nisi ex senatorio ordine aurigantibus. Commisit et subitos, cum e Gelotiana apparatum circi prospicientem pauci ex proximis Maenianis postulassent.

XVIII. Dio con frecuencia combates de gladiadores, unos en el anfiteatro Tauro, otros en el campo de Marte, y presentó en ellos grupos de luchadores de Africa y de Campania elegidos entre los más famosos. Cuando no presidia personalmente tales espectáculos, encargaba hacerlo a los magistrados o a sus amigos. Dio también juegos escénicos, numerosos y variados, algunas veces durante la noche y a la luz de una inmensa cantidad de antorchas. Distribuía entre los espectadores regalos de todas clases y hasta cestos llenos de pan y carne. En una de estas distribuciones, viendo enfrente de él a un caballero romano que comía su parte con mucho apetito y alegría, hizo llevarle la suya; observando más lejos a un senador, digno emulo del caballero, le envió el nombramiento de pretor extraordinario. Los juegos que dio en el Circo duraron algunas veces desde la mañana a la noche, teniendo por intermedios ya una cacería de animales africanos, o bien una carrera troyana. Algunos espectáculos de éstos fueron notables, especialmente por estar sembrada la arena de bermellón y polvo de oro, y porque los carros eran guiados sólo por senadores. Otros, en fin, se dieron repentinamente, como el día en que, examinando desde el palacio Gelotino los preparativos comenzados en el Circo, accedió a la petición que le dirigieron algunos desde lo alto de las casas menianas.

[19] Nouum praeterea atque inauditum genus spectaculi excogitauit. Nam Baiarum medium interuallum [ad] Puteolanas moles, trium milium et sescentorum fere passuum spatium, ponte coniunxit contractis undique onerariis nauibus et ordine duplici ad anc[h]oras conlocatis superiectoque terreno ac derecto in Appiae uiae formam.

XIX. Ideó además un género de espectáculos superior a cuanto se había visto hasta entonces. Hizo construir en el mar, entre Baias y Puzzola, en un espacio de cerca de tres mil seiscientos pasos, un puente formado por doble fila de navíos de transporte traídos de todos los mares, sujetos con anclas y cubiertos en parte con pavimentos cuya forma recordaba la vía Apia.

Per hunc pontem ultro citro commeauit biduo continenti, primo die phalerato equo insignisque quercea corona et caetra et gladio aureaque chlamyde, postridie quadrigario habitu curriculoque biiugi famosorum equorum, prae se ferens Dareum puerum ex Parthorum obsidibus, comitante praetorianorum agmine et in essedis cohorte amicorum. Scio plerosque existimasse talem a Gaio pontem excogitatum aemulatione Xerxis, qui non sine admiratione aliquanto angustiorem Hellespontum contabulauerit; alios, ut Germaniam et Britanniam, quibus imminebat, alicuius inmensi operis fama territaret. Sed auum meum narrantem puer audiebam, causam operis ab interioribus aulicis proditam, quod Thrasyllus

Durante dos días no hizo más que pasar y volver a pasar por aquel puente; el primero, en caballo magníficamente enjaezado, llevando una corona de encina en la cabeza, el escudo en una mano y la espada en la otra, y vistiendo una clámide bordada de oro; a la mañana siguiente, con traje de auriga, en un carro arrastrado por dos famosos caballos. En esta ocasión le precedía el joven Darío, que pertenecía a los rehenes de los partos y le seguían su guardia pretoriana y sus amigos en carretas. Han considerado algunos que imaginó aquel puente con objeto de emular a Jerjes, tan admirado por haber tendido uno en el estrecho de Helesponto, mucho más corto que el de Baias: otros, que quiso impresionar con la fama de aquella gigantesca empresa a la Germania y Bretaña, a las que amenazaba con la guerra; no ignoro todo esto; pero siendo yo todavía niño, oí decir a mi abuelo que la única razón de aquella obra, revelada por los criados íntimos de palacio, fue que el matemático Trasilo, viendo que Tiberio vacilaba en la 139


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mathematicus anxio de successore Tiberio et elección de sucesor y se inclinaba a su nieto natural, había in uerum nepotem proniori affirmasset non afirmado que Capo no sería emperador mientras no magis Gaium imperaturum quam per Baianum atravesara a caballo al golfo de Bayas. sinum equis discursurum. [20] Edidit et peregre spectacula, in Sicilia Syracusis asticos ludos et in Gallia Luguduni miscellos; sed hic certamen quoque Graecae Latinaeque facundiae, quo certamine ferunt uictoribus praemia uictos contulisse, eorundem et laudes componere coactos; eos autem, qui maxime displicuissent, scripta sua spongia linguaue delere iussos, nisi ferulis obiurgari aut flumine proximo mergi maluissent.

XX. Dio también espectáculos fuera de Italia, principalmente juegos iselásticos en Sicilia, en Siracusa y juegos de toda clase en Lyón, en la Galia. Estableció también allí concursos de elocuencia griega y latina, en que los vencidos estaban obligados, a lo que dicen, a coronar por sí mismos a los vencedores y a cantar sus alabanzas; en cuanto a aquellos cuyas composiciones se juzgaban malas, deberían borralas con una esponja y hasta con la lengua, si no preferían que se los azotase o se los arrojase en el río más próximo.

[21] Opera sub Tiberio semiperfecta, templum Augusti theatrumque Pompei, absoluit. Incohauit autem aquae ductum regione Tiburti et amphitheatrum iuxta Saepta, quorum operum a successore eius Claudio alterum peractum, omissum alterum est. Syracusis conlapsa uetustate moenia deorumque aedes refectae. Destinauerat et Sami Polycratis regiam restituere, Mileti Didymeum peragere, in iugo Alpium urbem condere, sed ante omnia Isthmum in Achaia perfodere, miseratque iam ad dimetiendum opus primipilarem.

XXI. Terminó los monumentos que Tiberio había dejado inacabados: el templo de Augusto y el teatro de Pompeyo. Empezó un acueducto cerca de Tibur y un anfiteatro cerca del campo de Marte, obras de las que su sucesor Claudio terminó la primera, abandonando la segunda. Por orden suya, se reconstruyeron en Siracusa las murallas de la ciudad y los templos de los dioses que estaban en ruinas. Proyectó también reconstruir el palacio de Polícrates en Samos, terminar en Mileto el templo de Apolo, fundar una ciudad en la cumbre de los Alpes; pero ante todo abrir el istmo de Acaia (92), para lo cual había ya enviado un centurión primipilario a que lo midiese con exactitud.

[22] Hactenus quasi de principe, reliqua ut de monstro narranda sunt. Compluribus cognominibus adsumptis--nam et "pius" et "castrorum filius" et "pater exercituum" et "optimus maximus Caesar" uocabatur--cum audiret forte reges, qui officii causa in urbem aduenerant, concertantis apud se super cenam de nobilitate generis, exclamauit: Eis koiranos esto, eis basileus. Nec multum afuit quin statim diadema sumeret speciemque principatus in regni formam conuerteret. Uerum admonitus et principum et regum se excessisse fastigium, diuinam ex eo maiestatem asserere sibi coepit; datoque negotio, ut simulacra numinum religione et arte praeclara, inter quae Olympii Iouis, apportarentur e Graecia, quibus capite dempto suum imponeret, partem Palatii ad forum usque promouit, atque aede Castoris et Pollucis in uestibulum transfigurata, consistens saepe inter fratres deos, medium adorandum se adeuntibus exhibebat; et quidam eum Latiarem Iouem consalutarunt. templum etiam numini suo proprium et sacerdotes et excogitatissimas hostias instituit. In templo simulacrum stabat aureum iconicum amiciebaturque cotidie ueste, quali ipse uteretur. magisteria sacerdotii

XXII. Hasta aquí he hablado de un príncipe; ahora hablaré de un monstruo. Se había rehecho llamar Piadoso hijo de los campamentos, padre de los ejércitos, César óptimo y máximo. Varios reyes, que habían ido a Roma a saludarle, disputaban entre sí a su mesa acerca de la nobleza de su origen; oyólos él y exclamó en griego: no hay más que un dueño, no hay que más que un rey; y poco faltó para que en el acto tomase la diadema, y en vez de las insignias de su autoridad, todos los signos de la realeza. Pero le dijeron que era superior a todos los príncipes y reyes de la tierra, y a partir de entonces empezó a atribuirse la majestad divina. Hizo traer de Grecia las estatuas de dioses más famosas por la excelencia del trabajo y el respeto de los pueblos, entre ellas la de Júpiter Olímpico (93), y a la cual quitó la cabeza y la substituyo con la suya. Hizo prolongar hasta el Foro un ala de su palacio y transformar el templo de Cástor y Pólux en un vestíbulo, en el que se sentaba a menudo entre los dos hermanos, ofreciéndose a las adoraciones de la multitud. Algunos le saludaron con el título de Júpiter latirlo; tuvo también para su divinidad templo especial, sacerdotes, y las víctimas más raras. En este templo se contemplaba su estatua de oro, de un gran parecido, y a la que todos los días vestían como él. Los ciudadanos más ricos se disputaban con tenacidad las funciones de este sacerdocio, objeto de toda su ambición. Las víctimas que se inmolaban a este dios eran flamencos, pavos reales, codornices, gallinas de Numidia, pintadas, faisanes, y cada 140


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ditissimus quisque et ambitione et licitatione maxima uicibus comparabant. Hostiae erant phoenicopteri, pauones, tetraones, numidicae, meleagrides, phasianae, quae generatim per singulos dies immolarentur. Et noctibus quidem plenam fulgentemque lunam inuitabat assidue in amplexus atque concubitum, interdiu uero cum Capitolino Ioue secreto fabulabatur, modo insusurrans ac praebens in uicem aurem, modo clarius nec sine iurgiis. Nam uox comminantis audita est:

día una especie diferente. Por la noche, cuando la luna estaba en su pleno y en todo su esplendor, la invitaba a venir a recibir sus abrazos y a compartir su lecho. Por el día celebraba conversaciones secretas con Júpiter Capitolino, hablándole algunas veces al oído y presentándole después el suyo, y otras en alta voz y hasta con tono arrogante. En cierta ocasión se le oyó decirle en tono de amenaza.

[23] Agrippae se nepotem neque credi neque dici ob ignobilitatem eius uolebat suscensebatque, si qui uel oratione uel carmine imaginibus eum Caesarum insererent. Praedicabat autem matrem suam ex incesto, quod Augustus cum Iulia filia admisisset, procreatam; ac non contentus hac Augusti insectatione Actiacas Si[n]culasque uictorias, ut funestas p. R. et calamitosas, uetuit sollemnibus feriis celebrari. Liuiam Augustam proauiam "Vlixem stolatum" identidem appellans, etiam ignobilitatis quadam ad senatum epistula arguere ausus est quasi materno auo decurione Fundano ortam, cum publicis monumentis certum sit, Aufidium Lurconem Romae honoribus functum. Auiae Antoniae secretum petenti denegauit, nisi ut interueniret Macro praefectus, ac per istius modi indignitates et taedia causa extitit mortis, dato tamen, ut quidam putant, et ueneno; nec defunctae ullum honorem habuit prospexitque e triclinio ardentem rogum. Fratrem Tiberium inopinantem repente immisso tribuno militum interemit Silanum item socerum ad necem secandasque nouacula fauces compulit, causatus in utroque, quod hic ingressum se turbatius mare non esset secutus ac spe occupandi urbem, si quid sibi per tempestates accideret, remansisset, ille antidotum obol[e]uisset, quasi ad praecauenda uenena sua sumptum, cum et Silanus inpatientiam nauseae uitasset et molestiam nauigandi, et Tiberius propter assiduam et ingrauescentem tussim medicamento usus esset. Nam Claudium

XXIII. No quería que se le creyese ni se le llamase nieto de Agripa, cuyo nacimiento le parecía demasiado bajo, y le irritaba que en discursos o versos le pusieran en el rango de los césares. Proclamaba que su madre había nacido de un incesto de Augusto con su hija Julia, y no contento con difamar a Augusto de este modo, prohibió celebrar las mestas solemnes de las victorias de Accio y de Sicilia, como funestas y desastrosas para el pueblo romano. Llamaba a su bisabuela Livia Ulises con faldas, y en una carta al Senado se atrevió a rebajar su nacimiento, diciendo que su abuelo materno no era más que un decurión de Fondi, cuando está probado por los anales públicos que desempeñó en Roma altos cargos. Un día negó una conversación particular a su abuela Antonia, y quiso que estuviese presente el prefecto Macrón. Con tales disgustos e indignidades la hizo morir, si no es que la envenenara, como algunos pretenden. Después de su muerte, no le tributó ningún honor y contempló tranquilamente desde su mesa las llamas de la pira. Mandó a un tribuno militar para que diese muerte a su primo Tiberio y obligó a su suegro Sileno a degollarse. Pretendía que el segundo se había negado a seguirlo por mar durante una tempestad, esperando apoderarse de Roma si él perecía, y que el otro había tomado un antídoto para prevenirse de sus tentativas de envenenamiento; Silano no había querido, sin embargo, otra cosa, que evitarse las molestias de la navegación y náuseas del mareo de que sufría mucho, y lo de Tiberio se redujo a usar un remedio conocido contra su pertinaz e inveterada tos. En cuanto a su tío Claudio, sólo lo perdonó para hacerle juguete de sus caprichos.

“Pruébame tu poder o teme el mío.”

Pero habiéndose dejado ablandar, según decía, e instado por Júpiter a que viviese próximo a él, hizo construir una H m 'anaeir ' n ego se, puerta por encima del templo de Augusto, entre el monte Palatino y el Capitolio. Algún tiempo después, con objeto donec exoratus, ut referebat, et in de estar más cerca, hizo edificar en la plaza misma del contubernium ultro inuitatus super templum Capitolio los cimientos del nuevo palacio. Diui Augusti ponte transmisso Palatium Capitoliumque coniunxit. mox, quo propior esset, in area Capitolina nouae domus fundamenta iecit.

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patruum non nisi in ludibrium reseruauit. [24] Cum omnibus sororibus suis consuetudinem stupri fecit plenoque conuiuio singulas infra se uicissim conlocabat uxore supra cubante. Ex iis Drusillam uitiasse uirginem praetextatus adhuc creditur atque etiam in concubitu eius quondam deprehensus ab Antonia auia, apud quam simul educabantur; mox Lucio Cassio Longino consulari conlocatam abduxit et in modum iustae uxoris propalam habuit; heredem quoque bonorum atque imperii aeger instituit. Eadem defuncta iustitium indixit, in quo risisse lauisse cenasse cum parentibus aut coniuge liberisue capital fuit. Ac maeroris impatiens, cum repente noctu profugisset ab urbe transcucurrissetque Campaniam, Syracusas petit, rursusque inde propere rediit barba capilloque promisso; nec umquam postea quantiscumque de rebus, ne pro contione quidem populi aut apud milites, nisi per numen Drusillae deierauit. reliquas sorores nec cupiditate tanta nec dignatione dilexit, ut quas saepe exoletis suis prostrauerit; quo facilius eas in causa Aemili Lepidi condemnauit quasi adulteras et insidiarum aduersus se conscias ei nec solum chirographa omnium requisita fraude ac stupro diuulgauit, sed et tres gladios in necem suam praeparatos Marti Vltori addito elogio consecrauit.

XXIV. Tuvo comercio incestuoso y continuo con todas sus hermanas (94), y las hacía sentar consigo a la mesa en el mismo lecho, mientras su esposa ocupaba otro. Se dice que llevaba aún la pretexta cuando arrebató la virginidad a Drusila, y un día le sorprendió en sus brazos su abuela Antonia, en cuya casa se educaban los dos. Casáronla en seguida con el consular Lucio Casio Longino, pero Cayo se la quitó y la trató públicamente como a su esposa legítima. En cierta enfermedad que padeció la instituyo heredera de sus bienes y del Imperio. Cuando murió ella, hizo suspender todos los negocios, y durante algún tiempo fue delito capital haber reído, haberse bañado, haber comido con los parientes o con la esposa y los hijos. Como enloquecido por el dolor, se fugó una noche de Roma, atravesó sin detenerse la Campania y llegó a Siracusa, de donde volvió tan bruscamente como fue, con la barba y los cabellos desmesuradamente crecidos. A partir de entonces, no juró mas que por la divinidad de Drusila, hasta en las circunstancias más solemnes y hablando al pueblo y a los soldados. No profesó a sus otras hermanas igual pasión ni les guardó las mismas consideraciones; y hasta las prostituyó a sus compañeros de disipación; en el proceso de Emilio Lépido, no vaciló en hacerlas condenar como adúlteras y cómplices de aquel conspirador. No sólo mostró cartas de su mano, que por fraude y medios infames le había entregado, sino que incluso consagró a Marte vengador, con una inscripción, tres espadas preparadas para matarle.

[25] Matrimonia contraxerit turpius an dimiserit an tenuerit, non est facile discernere. Liuiam Orestillam C. Pisoni nubentem, cum ad officium et ipse uenisset, ad se deduci imperauit intraque paucos dies repudiatam biennio post relegauit, quod repetisse usum prioris mariti tempore medio uidebatur. Alii tradunt adhibitum cenae nuptiali mandasse ad Pisonem contra accumbentem: "Noli uxorem meam premere," statimque e conuiuio abduxisse secum ac proximo die edixisse: matrimonium sibi repertum exemplo Romuli et Augusti. Lolliam Paulinam, C. Memmio consulari exercitus regenti nuptam, facta mentione auiae eius ut quondam pulcherrimae, subito ex prouincia euocauit ac perductam a marito coniunxit sibi breuique missam fecit interdicto cuiusquam in perpetuum coitu. Caesoniam neque facie insigni neque aetate integra matremque iam ex alio uiro trium filiarum, sed luxuriae ac lasciuiae perditae, et ardentius et constantius amauit, ut saepe chlamyde peltaque et galea ornatam ac iuxta

XXV. Se mostró tan infame en sus matrimonios como en sus divorcios. Habiendo asistido a las bodas de C. Pisón y de Livia Orestila, dispuso que la llevasen en el acto a su casa, la repudió poco después, y pasados dos años la desterró, con el pretexto de que en este tiempo había vuelto a ver a su primer marido. Otros dicen que estando sentado en el festín de boda enfrente de Pisón, le dijo: No estreches tanto a mi esposa: terminada la comida, se la llevó, y a la mañana siguiente, publicó un edicto declarando que se había casado como Rómulo y como Augusto (95). Había oído decir cierto día que la abuela de Lolia Paulina, esposa del consular C. Memmio, que mandaba los ejércitos, había sido la mujer más hermosa de la época; hizo traerla en seguida de la provincia en que mandaba su marido, obligando a éste a que se la cediera; la tomó por esposa y la repudió poco después, prohibiéndole que jamás tuviese comercio con ningún hombre. Con más constancia y pasión amó a Cesonia, que no era bella ni joven, pues había tenido ya tres hijos con otro, pero que era un monstruo de lujuria y lascivia. Frecuentemente la mostró a los soldados cabalgando a su lado, revestida con la clámide y armada con casco y escudo, y a sus amigos la enseñó desnuda. Cuando fue madre, quiso honrarla con el nombre de 142


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adequitantem militibus ostenderit, amicis uero etiam nudam. Uxorio nomine [non prius] dignatus est quam enixam, uno atque eodem die professus et maritum se eius et patrem infantis ex ea natae. Infantem autem, Iuliam Drusillam appellatam, per omnium dearum templa circumferens Mineruae gremio imposuit alendamque et instituendam commendauit. Nec ullo firmiore indicio sui seminis esse credebat quam feritatis, quae illi quoque tanta iam tunc erat, ut infestis digitis ora et oculos simul ludentium infantium incesseret.

esposa, y el mismo día se declaró marido suyo y padre de la hija que había dado a luz. Dio a ésta el nombre de Julia Drusila, la llevó a los templos de todas las diosas y la depositó en el seno de Minerva, encargándole que la criase y educase. La mejor prueba para él de que era de su misma sangre, la tenía en su crueldad, que era ya tan grande, que rasgaba con las uñas el rostro a los niños que jugaban con ella.

[26] Leue ac frigidum sit his addere, quo propinquos amicosque pacto tractauerit, Ptolemaeum regis Iubae filium, consobrinum suum--erat enim et is M. Antoni ex Selene filia nepos--et in primis ipsum Macronem, ipsam Enniam. Adiutores imperii: quibus omnibus pro necessitudinis iure proque meritorum gratia cruenta mors persoluta est. Nihilo reuerentior leniorue erga senatum, quosdam summis honoribus functos ad essedum sibi currere togatos per aliquot passuum milia et cenanti modo ad pluteum modo ad pedes stare succinctos linteo passus est; alios cum clam interemisset, citare nihilo minus ut uiuos perseuerauit, paucos post dies uoluntaria morte perisse mentitus. Consulibus oblitis de natali suo edicere abrogauit magistratum fuitque per triduum sine summa potestate res p. Quaestorem suum in coniuratione nominatum flagellauit ueste detracta subiectaque militum pedibus, quo firme uerberaturi insisterent. Simili superbia uiolentiaque ceteros tractauit ordines. Inquietatus fremitu gratuita in circo loca de media nocte occupantium, omnis fustibus abegit; elisi per eum tumultum uiginti amplius equites R., totidem matronae, super innumeram turbam ceteram. Scaenicis ludis, inter plebem et equitem causam discordiarum ferens, decimas maturius dabat, ut equestri[a] ab infimo quoque occuparentur. gladiatorio munere reductis interdum flagrantissimo sole uelis emitti quemquam uetabat, remotoque ordinario apparatu tabidas feras, uilissimos senioque confectos gladiatores, [proque] paegniariis patres familiarum notos in bonam partem sed insignis debilitate aliqua corporis subiciebat. Ac nonnumquam horreis praeclusis populo famem indixit.

XXVI. Tras todo esto, no podía extrañar la manera como trató a sus parientes y amigos: en primer lugar, a Ptolomeo, hijo del rey Juba y primo suyo —era nieto de Antonia por su hija Selena—, y sobre todo a Macrón y Ennia, que lo habían elevado al Imperio; a pesar del parentesco y del recuerdo de los beneficios recibidos, los hizo perecer a todos con muerte sangrienta. Tampoco con los miembros del Senado mostró más respeto ni bondad. Consintió que muchos de ellos, honrados con las primeras dignidades corriesen a pie y con la toga junto a su carro por espacio de muchas millas y que durante sus comidas permaneciesen en pie detrás de su lecho o a sus pies con una servilleta debajo del brazo. Hizo matar a algunos secretamente y no dejaba de llamarlos a palacio, como si viviesen todavía hasta pasado algún tiempo, en que decía, con odiosa mentira, que se habían dado voluntariamente la muerte. Destituyó cónsules por haber olvidado dar su edicto acerca del aniversario de su nacimiento, y la República estuvo durante tres días sin primeros magistrados. Habiendo sonado, en una conjuración, el nombre de su cuestor, lo mandó azotar, quitándole él mismo sus vestiduras, que extendió a los pies de los soldados para que descargasen sus golpes con mayor firmeza. Trató a todos los órdenes con igual desprecio y crueldad. Molestándole el ruido de la multitud, que iba a medianoche a ocupar los puestos gratuitos del Circo, la hizo arrojar a latigazos. Más de veinte caballeros romanos murieron aplastados en el tumulto, con otras tantas madres de familia, sin contar gran número de individuos del pueblo. Los días de espectáculo se complacía en sembrar la discordia entre plebeyos y caballeros, haciendo empezar las distribuciones antes de la hora acostumbrada, de modo que éstos encontrasen sus puestos ocupados por las gentes de más baja estofa. Durante los juegos, cuando el sol era más ardiente, mandaba descorrer de pronto el toldo que preservaba a los espectadores y prohibía que saliese nadie del anfiteatro. En vez de los combates ordinarios, oponía a veces a fieras extenuadas lo más abyecto y viejo que había entre los combatientes, gladiadores de farsa, respetables padres de familia, pero conocidos por alguna deformidad corporal. Más de una vez llegó incluso a cerrar los graneros públicos y a amenazar al pueblo con el hambre. 143


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[27] Saeuitiam ingenii per haec maxime ostendit. Cum ad saginam ferarum muneri praeparatarum carius pecudes compararentur, ex noxiis laniandos adnotauit, et custodiarum seriem recognoscens, nullius inspecto elogio, stans tantum modo intra porticum mediam, "a caluo ad caluum" duci imperauit. Uotum exegit ab eo, qui pro salute sua gladiatoriam operam promiserat, spectauitque ferro dimicantem nec dimisit nisi uictorem et post multas preces. Alterum, qui se periturum ea de causa uouerat, cunctantem pueris tradidit, uerbenatum infulatumque uotum reposcentes per uicos agerent, quoad praecipitaretur ex aggere. multos honesti ordinis deformatos prius stigmatum notis ad metalla et munitiones uiarum aut ad bestias condemnauit aut bestiarum more quadripedes cauea coercuit aut medios serra dissecuit, nec omnes grauibus ex causis, uerum male de munere suo opinatos, uel quod numquam per genium suum deierassent. Parentes supplicio filiorum interesse cogebat; quorum uni ualitudinem excusanti lecticam misit, alium a spectaculo poenae epulis statim adhibuit atque omni comitate ad hilaritatem et iocos prouocauit. Curatorem munerum ac uenationum per continuos dies in conspectu suo catenis uerberatum non prius occidit quam offensus putrefacti cerebri odore. Atellan[i]ae poetam ob ambigui ioci uersiculum media amphitheatri harena igni cremauit. Equitem R. obiectum feris, cum se innocentem proclamasset, reduxit abscisaque lingua rursus induxit.

XXVII. Expondré ahora los principales rasgos de su barbarie. Como costaban muy caros los animales para el mantenimiento de las fieras destinadas a los espectáculos, las alimentaba con la carne de los criminales, echándoselos vivos para que los devorasen; cierto día en que visitaba las prisiones, ordenó, permaneciendo en el rastrillo y sin consultar siquiera el registro en que constaba cada pena, que en presencia suya echasen indistintamente a todos los prisioneros a las fieras. A un ciudadano, que había hecho voto de combatir en la arena por la salud del emperador, le obligó a que cumpliese su promesa; asistió al combate y no le dejó ir sino vencedor y esto después de reiteradas súplicas. A otro, que había jurado morir por él si era necesario, le aceptó el voto, y viéndole vacilar, le hizo coronar como víctima, con verbena y cintas; lo entregó después a un grupo de niños que habían recibido la orden de perseguirlo por las calles recordándole su voto, hasta precipitarle desde la roca Tarpeya. Condenó a las minas, a los trabajos de los caminos y a las fieras a gran número de ciudadanos distinguidos, después de haberlos señalado con el estigma. Encerrábalos también en jaulas, en las cuales tenían que mantenerse en postura de cuadrúpedo, o bien los mandaba aserrar por la mitad del cuerpo. No siempre disponía esto por causas graves; a unos, porque no habían quedado contentos en un espectáculo; a otros, porque nunca habían jurado por su numen. Obligaba a los padres a que presenciasen el suplicio de sus hijos; y habiéndose uno excusado por enfermo, mandóle en litera; a otro le llevaron, después de tan espantoso espectáculo, a la mesa del emperador, que le excitó por toda clase de medios a reír y regocijarse. Hizo azotar, en su presencia con cadenas y durante muchos días seguidos, al que tenía el cuidado de los juegos y cacerías del Circo y no mandó matarle hasta que no pudo sufrir el olor de su cerebro en putrefacción. El autor de una poesía fue quemado de orden suya en el anfiteatro por un verso equívoco. A un caballero romano, al que habían echado a las fieras y que gritó que era inocente, le hizo sacar, le cortó la lengua y volvió a enviarle al suplicio.

[28] Reuocatum quendam a uetere exilio sciscitatus, quidnam ibi facere consuesset, respondente eo per adulationem: "deos semper oraui ut, quod euenit, periret Tiberius et tu imperares," opinans sibi quoque exules suos mortem imprecari, misit circum insulas, qui uniuersos contrucidarent. Cum discerpi senatorem concupisset, subornauit qui ingredientem curiam repente hostem publicum appellantes inuaderent, graphisque confossum lacerandum ceteris traderent; nec ante satiatus est quam membra et artus et uiscera hominis tracta per uicos atque ante se congesta uidisset.

XXVIII. Preguntó cierto día a un ciudadano llamado después de largo destierro, qué acostumbraba hacer en él y le contestó por adularle: Diariamente pedía a los dioses que pereciese Tiberio y reinaras tú, y los dioses me han escuchado. Persuadido entonces que aquellos desterrados pedían a los dioses su muerte, mandó soldados a las islas en que estaban detenidos, para que los matasen a todos. Queriendo que el pueblo despedazase a un senador, apostó hombres que le llamasen enemigo público en el momento en que entrase en el Senado, los cuales debían herirle al mismo tiempo con los estilos y entregarlo al populacho para que le hiciese pedazos; no quedó complacido hasta que vio sus miembros y sus entrañas arrastradas por las calles y depositadas a sus pies. 144


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[29] Immanissima facta augebat atrocitate uerborum. Nihil magis in natura sua laudare se ac probare dicebat quam, ut ipsius uerbo utar, adiatrepsian, hoc est inuerecundiam. Monenti Antoniae auiae tamquam parum esset non oboedire: "memento," ait, "omnia mihi et [in] omnis licere." Trucidaturus fratrem, quem metu uenenorum praemuniri medicamentis suspicabatur: "antidotum," inquit, "aduersus Caesarem?" Relegatis sororibus non solum insulas habere se, sed etiam gladios minabatur. Praetorium uirum ex secessu Anticyrae, quam ualitudinis causa petierat, propagari sibi commeatum saepius desiderantem cum mandasset interimi, adiecit necessariam esse sanguinis missionem, cui tam diu non prodesset elleborum. Decimo quoque die numerum puniendorum ex custodia subscribens rationem se purgare dicebat. Gallis Graecisque aliquot uno tempore condemnatis gloriabatur Gallograeciam se subegisse.

XXIX. La ferocidad de sus palabras hacía todavía más odiosa la crueldad de sus acciones. Nada encontraba tan laudable y hermoso en su carácter que lo que llamaba en griego su insensibilidad. Reconvenido por su abuela Antonia, no se limitó a no atenderla, sino que le dijo: Recuerda que todo me está permitido y contra todos. Cuando dio la orden para matar a su primo, de quien suponía se había prevenido contra el veneno, exclamó: ¡Un antídoto contra César!. Cuando desterró a sus hermanas, les dijo en tono amenazador que no tenía solamente islas, sino también espadas, A un anciano pretor, retirado a Anticira (96), por motivos de salud y que le pidió prórroga de licencia, ordenó matarle, diciendo que necesitaba una sangría, va que no le bastaba el eléboro por tanto tiempo usado. Cada diez días formaba la lista de los prisioneros que quería hacer ejecutar, y a esto llamaba ajustar sus cuentas. Habiendo intercalado un día en la misma lista galos y griegos, dijo con regocijo que acababa de subyugar la Galogrecia.

[30] Non temere in quemquam nisi crebris et minutis ictibus animaduerti passus est, perpetuo notoque iam praecepto: "ita feri ut se mori sentiat." Punito per errorem nominis alio quam quem destinauerat, ipsum quoque paria meruisse dixit. tragicum illud subinde iactabat:

XXX. Hacía herir siempre a las victimas a golpes leves y repetidos, y jamás dejaba de recomendar a los verdugos, que le conocían bien, que hiriesen de modo que se sintieran morir. Habiendo mandado al suplicio un hombre por otro, a causa de un error de nombre, dijo: gaste lo ha merecido también. Incesantemente tenía en la boca estas palabras de una tragedia:

Oderint, dum metuant. Que me odien con tal que me teman. Saepe in cunctos pariter senatores ut Seiani clientis, ut matris ac fratrum suorum delatores, inuectus est prolatis libellis, quos crematos simulauerat, defensaque Tiberi saeuitia quasi necessaria, cum tot criminantibus credendum esset. Equestrem ordinem ut scaenae harenaeque deuotum assidue proscidit. Infensus turbae fauenti aduersus studium suum exclamauit: "utinam p. R. unam ceruicem haberet!" Cumque Tetrinius latro postularetur, et qui postularent, Tetrinios esse ait. retiari tunicati quinque numero gregatim dimicantes sine certamine ullo totidem secutoribus succubuerant; cum occidi iuberentur, unus resumpta fuscina omnes uictores interemit: hanc ut crudelissimam caedem et defleuit edicto et eos, qui spectare sustinuissent, execratus est.

Injurió con frecuencia a todos los senadores a la vez, llamándoles o bien hechuras de Seyano, o bien delatores de su madre y de sus hermanos, y mostrando los documentos que había fingido arrojar al fuego, justificaba la crueldad de Tiberio, porque aquellas acusaciones decía, la hicieron necesaria. Hablaba mal continuamente del orden ecuestre, a causa de su pasaron por los juegos y espectáculos. Enfurecido, viendo a la multitud favorecer en el Circo a un partido al que era él contrario, exclamó: ¡Lástima que no tenga el pueblo romano una sola cabeza!. En ocasión en que reclamaban para la arena a un criminal llamado Tetrinio, dijo: que los que lo pedían eran también Tetrinios. Cinco reciarios, de los que visten túnica y combaten en grupo, habían sido derribados sin oponer resistencia por otros tantos gladiadores completamente armados; cuando se pronunciaba ya la sentencia de su muerte, uno de los vencidos, empuñando de nuevo el tridente, mató a todos los vencedores. Calígula deploró en un edicto aquella inesperada y espantosa matanza y execró a los que habían consentido en presenciarla.

[31] Queri etiam palam de condicione XXXI. Se le oyó lamentar en más de una ocasión de que no temporum suorum solebat, quod nullis hubiese ocurrido en su reinado ninguna calamidad pública, 145


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calamitatibus publicis insignirentur; Augusti principatum clade Variana, Tiberi ruina spectaculorum apud Fidenas memorabilem factum, suo obliuionem imminere prosperitate rerum; atque identidem exercituum caedes, famem, pestilentiam, incendia, hiatum aliquem terrae optabat.

mientras que el de Agusto se distinguía por la derrota de Varo y el de Tiberio por la caída del anfiteatro de Fidena. Al suyo, decía, le amenazaba e; olvido por demasiado feliz, y deseaba a menudo sangrientas derrotas, hambres, pestes, vastos incendios y terremotos.

[32] Animum quoque remittenti ludoque et epulis dedito eadem factorum dictorumque saeuitia aderat. Saepe in conspectu prandentis uel comisantis seriae quaestiones per tormenta habebantur, miles decollandi artifex quibuscumque e custodia capita amputabat. Puteolis dedicatione pontis, quem excogitatum ab eo significauimus, cum multos e litore inuitasset ad se, repente omnis praecipitauit, quosdam gubernacula apprehendentes contis remisque detrusit in mare. Romae publico epulo seruum ob detractam lectis argenteam laminam carnifici confestim tradidit, ut manibus abscisis atque ante pectus e collo pendentibus, praecedente titulo qui causam poenae indicaret, per coetus epulantium circumduceretur. murmillonem e ludo rudibus secum battuentem et sponte prostratum confodit ferrea sica ac more uictorum cum palma discucurrit. Admota altaribus uictima succinctus poparum habitu elato alte malleo cultrarium mactauit. Lautiore conuiuio effusus subito in cachinnos consulibus, qui iuxta cubabant, quidnam rideret blande quaerentibus: "quid," inquit, "nisi uno meo nutu iugulari utrumque uestrum statim posse?"

XXXII. Su ferocidad se manifestaba incluso en medio de sus placeres, juegos y festines. Muchas veces daban tormento en presencia suya mientras comía o se entregaba a orgías con sus amigos; un soldado experto en cortar cabezas ejercía delante de él su habilidad con todos los prisioneros que le presentaban. Cuando dedicó el puente de Puzzola, del que ya hemos hablado, invitó a los que estaban en la orilla a reunirse con él, e inesperadamente mandó arrojarlos a todos abajo. Algunos se agarraron a los barcos y los hizo echar al mar a golpes de garfios y remos. Durante una comida pública, en Roma, un esclavo arrancó de un lecho una hoja de plata; Calígula mandó en el acto al verdugo que le cortase las manos, se las colgase al cuello y lo pasease así por todas las mesas con un cartel que explicase la causa del castigo. En ocasión en que se ejercitaba en la esgrima con un gladiador mirmillón armado como él con una varilla, éste cayó al suelo involuntariamente; Calígula le atravesó de una puñalada y corrió por todas partes con una palma en la mano, como los vencedores del anfiteatro. Durante un sacrificio y en el momento en que iba a ser inmolada la víctima, se ciñó como los sacrificadores, y cogiendo el mazo, dio muerte al que presentaba el cuchillo sagrado. En medio de un espléndido festín comenzó de pronto a reír a carcajadas; dos cónsules sentados a su lado, le preguntaron con acento adulador de qué reía: ales que pienso, contestó, que puedo con una señal haceros estrangular a los dos.

[33] Inter uarios iocos, cum assistens simulacro Iouis Apellen tragoedum consuluisset uter illi maior uideretur, cunctantem flagellis discidit conlaudans subinde uocem deprecantis quasi etiam in gemitu praedulcem. Quotiens uxoris uel amiculae collum exoscularetur, addebat: "tam bona ceruix simul ac iussero demetur." Quin et subinde iactabat exquisiturum se uel fidiculis de Caesonia sua, cur eam tanto opere diligeret.

XXXIII. Cierto día se colocó por burla al lado de la estatua de Júpiter y preguntó al trágico Apeles cuál de los dos le parecía más grande, y como vacilase en contestar, le hizo azotar acto seguido, haciéndole notar entonces que tenía la voz agradable y hermosa en las súplicas y hasta en los gemidos. Cuantas veces besaba el cuello de su esposa o de su amante, decía: Esta hermosa cabeza caerá en cuanto yo quiera; y muchas veces repetía que mandaría dar tormento a su querida Cesonia, a fin de saber de ella misma por qué la amaba tanto.

[34] Nec minore liuore ac malignitate quam superbia saeuitiaque paene aduersus omnis aeui hominum genus grassatus est. Statuas uirorum inlustrium ab Augusto ex Capitolina area propter angustias in campum Martium conlatas ita subuertit atque disiecit ut restitui saluis titulis non potuerint, uetuitque posthac uiuentium cuiquam usquam statuam aut imaginem nisi consulto et auctore se poni.

XXXIV. Su envidiosa malignidad, su crueldad y su orgullo se extendían a todo el género humano y a todos los siglos. Derribó las estatuas de los grandes hombres, que Augusto había trasladado del Capitolio, donde había poco espacio, al vasto recinto del campo de Marte: y dispersó de tal manera los restos, que cuando quisieron restaurarlas no pudieron encontrarse completas las inscripciones con que estaban adornadas. Prohibió que en adelante se pudiese labrar sin orden o autorización suya la estatua de ningún 146


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Cogitauit etiam de Homeri carminibus abolendis, cur enim sibi non licere dicens, quod Platoni licuisset, qui eum e ciuitate quam constituebat eiecerit? Sed et Vergili[i] ac Titi Liui scripta et imagines paulum afuit quin ex omnibus bibliothecis amoueret, quorum alterum ut nullius ingenii minimaeque doctrinae, alterum ut uerbosum in historia neglegentemque carpebat. De iuris quoque consultis, quasi scientiae eorum omnem usum aboliturus, saepe iactauit se mehercule effecturum ne quid respondere possint praeter eum.

hombre vivo. Quiso asimismo destruir los poemas de Homero, y preguntaba: ¿Por qué no había de poder hacer yo lo que hizo Platón; que lo desterró de su República? Poco faltó para que hiciese desaparecer de todas las bibliotecas las obras y efigies de Virgilio y Tito Livio, diciendo, que el uno carecía de ingenio y de saber, y el otro era historiador locuaz e inexacto. Más de una vez vanaglorióse, en fin, de convertir muy pronto en inútil y despreciable toda la ciencia de los jurisconsultos, constituyéndose en único árbitro y juez.

[35] Uetera familiarum insignia nobilissimo cuique ademit, Torquato torquem, Cincinnato crinem, Cn. Pompeio stirpis antiquae Magni cognomen. Ptolemaeum, de quo rettuli, et arcessitum e regno et exceptum honorifice, non alia de causa repente percussit, quam quod edente se munus ingressum spectacula conuertisse hominum oculos fulgore purpureae abollae animaduertit. Pulchros et comatos, quotiens sibi occurrerent, occipitio raso deturpabat. Erat Aesius Proculus patre primipilari, ob egregiam corporis amplitudinem et speciem Colosseros dictus; hunc spectaculis detractum repente et in harenam deductum Thr[a]eci et mox hoplomacho comparauit bisque uictorem constringi sine mora iussit et pannis obsitum uicatim circumduci ac mulieribus ostendi, deinde iugulari. Nullus denique tam abiectae condicionis tamque extremae sortis fuit, cuius non commodis obtrectaret. Nemorensi regi, quod multos iam annos poteretur sacerdotio, ualidiorem aduersarium subornauit. Cum quodam die muneris essedario Porio post prosperam pugnam seruum suum manumittenti studiosius plausum esset, ita proripuit se spectaculis, ut calcata lacinia togae praeceps per gradus iret, indignabundus et clamitans dominum gentium populum ex re leuissima plus honoris gladiatori tribuentem quam consecratis principibus aut praesenti sibi.

XXXV. Prohibió a los romanos más nobles las antiguas distinciones de sus familias: a Torcuato, el collar; a Cincinato, el pelo rizado; a Cn. Pompeyo, que pertenecía a esta antigua familia, el nombre de Grande. Había llamado a Roma al rey Ptolomeo, de quien antes hablé, y lo recibió con mucho agasajo; pero un día en que daba juegos le hizo matar de improviso, por el solo delito de haber llamado la atención general al entrar en el teatro, por el brillante color de púrpura de su manto. Si encontraba un hombre cuya hermosa cabellera realzaba su apostura, en el acto mandaba afeitarle la parte posterior del cráneo. Había un tal Esio Próculo, hijo de un centurión primipilario, que por su belleza y estatura había recibido el nombre de Colosseros (Amor coloso); viole un día Calígula en un banco del anfiteatro y le hizo bajar en el acto a la arena, oponiéndole en primer lugar un tracio y después un gladiador completamente armado; Próculo venció a los dos, pero el emperador mandó inmediatamente agarrotarle y cubrirle de harapos; mandó luego que le paseasen así por las calles mostrándolo a las mujeres, y por último degollarlo. No había condición tan baja ni fortuna tan modesta que pudiese ponerse a cubierto de su envidioso odio. Hacía muchos años que estaba el mismo sacerdote en posesión del sacerdocio de Diana de Aricia, y Calígula le suscitó un competidor mucho más robusto que él (97). A un gladiador llamado Prío, que después de brillante victoria manumitió en el Circo a un esclavo suyo, el pueblo le aplaudió con entusiasmo; disgustado Calígula, salió tan apresuradamente del espectáculo que, pisándose la toga, cayó desde lo alto de las gradas, y exclamó con indignación que el pueblo-rey honraba más a un gladiador por un fútil motivo que la sagrada memoria de los césares, en la misma presencia del emperador.

[36] Pudicitiae [neque suae] neque alienae pepercit. M. Lepidum, Mnesterem pantomimum, quosdam obsides dilexisse fertur commercio mutui stupri. Valerius Catullus, consulari familia iuuenis, stupratum a se ac latera sibi contubernio eius defessa etiam uociferatus est. Super sororum incesta et

XXXVI. Nunca cuidó de su pudor ni del ajeno; y se cree que amó con amor infame a M. Lépido, al payaso Mnester y a algunos rehenes. Valerio Catulo, hijo de un consular, censuróle públicamente haber abusado de su juventud hasta lastimarle los costados. Aparte de sus incestos con sus hermanas y de su conocida pasión por la cortesana Pirralis, no respetó a ninguna mujer distinguida. Lo más frecuente 147


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notissimum prostitutae Pyrallidis amorem non temere ulla inlustriore femina abstinuit. Quas plerumque cum maritis ad cenam uocatas praeterque pedes suos transeuntis diligenter ac lente mercantium more considerabat, etiam faciem manu adleuans, si quae pudore submitterent; quotiens deinde libuisset egressus triclinio, cum maxime placitam seuocasset, paulo post recentibus adhuc lasciuiae notis reuersus uel laudabat palam uel uituperabat, singula enumerans bona malaue corporis atque concubitus. Quibusdam absentium maritorum nomine repudium ipse misit iussitque in acta ita referri.

era que las invitase a comer con sus esposos, las hacía pasar y volver a pasar delante de él, las examinaba con la minuciosa atención de un mercader de esclavas y si alguna bajaba la cabeza por pudor, se la levantaba él con la mano. Llevaba luego a la que le gustaba más a una habitación inmediata y volviendo después a la sala del festín con las recientes señales del deleite elogiaba o criticaba en voz alta sus bellezas o sus defectos, y hacía público hasta el número de actos. Repudio alguna en nombre de sus maridos ausentes e hizo inscribir estos divorcios en los anales públicos.

[37] Nepotatus sumptibus omnium prodigorum ingenia superauit, commentus nouum balnearum usum, portentosissima genera ciborum atque cenarum, ut calidis frigidisque unguentis lauaretur, pretiosissima margarita aceto liquefacta sorberet, conuiuis ex auro panes et obsonia apponeret, aut frugi hominem esse oportere dictitans aut Caesarem. Quin et nummos non mediocris summae e fastigio basilicae Iuliae per aliquot dies sparsit in plebem. fabricauit et deceris Liburnicas gemmatis puppibus, uersicoloribus uelis, magna thermarum et porticuum et tricliniorum laxitate magnaque etiam uitium et pomiferarum arborum uarietate; quibus discumbens de die inter choros ac symphonias litora Campaniae peragraret. In extructionibus praetoriorum atque uillarum omni ratione posthabita nihil tam efficere concupiscebat quam quod posse effici negaretur. Et iactae itaque moles infesto ac profundo mari et excisae rupes durissimi silicis et campi montibus aggere aequati et complanata fossuris montium iuga, incredibili quidem celeritate, cum morae culpa capite lueretur. Ac ne singula enumerem, immensas opes totumque illud Ti. Caesaris uicies ac septies milies sestertium non toto uertente anno absumpsit.

XXXVII. En sus despilfarros superó la extravagancia de los más pródigos. Ideó una nueva especie de baños, de manjares extraordinarios y de banquetes monstruosos; se lavaba con esencias unas veces calientes y otras frías, tragaba perlas de crecido precio disueltas en vinagre; hacía servir a sus convidados panes y manjares condimentados con oro, diciendo que era necesario ser económico o cesar. Durante muchos días arrojó al pueblo desde lo alto de la basílica Julia enorme cantidad de moneda pequeña. Hizo construir naves liburnesas de diez filas de remos, con velas de diferentes colores y con la popa guarnecida con piedras preciosas. Encerraban estas naves, baños, galerías y comedores, gran variedad de vides y árboles frutales. En ellas costeaba la Campania, muellemente acostado en pleno día, en medio de danzas y música. Para la edificación de sus palacios y casas de campo, no tenía en cuenta ninguna de las reglas, y nada ambicionaba tanto como ejecutar lo que se consideraba irrealizable; construía diques en mar profundo y agitado; hacía dividir las rocas más duras; elevaba llanuras a la altura de las montañas y rebajaba los montes a nivel de los llanos; hacía todo esto con increíble rapidez, y castigando la lentitud con pena de muerte. Para decirlo de una vez, en menos de un año disipó los inmensos tesoros de Tiberio César, que ascendían a dos mil setecientos millones de sestercios (98).

[38] Exhaustus igitur atque egens ad rapinas conuertit animum uario et exquisitissimo calumniarum et auctionum et uectigalium genere. Negabat iure ciuitatem Romanam usurpare eos, quorum maiores sibi posterisque eam impetrassent, nisi si filii essent, neque enim intellegi debere "posteros" ultra hunc gradum; prolataque Diuorum Iuli et Augusti diplomata ut uetera et obsoleta deflabat. Arguebat et perperam editos census, quibus

XXXVIII. Cuando hubo agotado los tesoros y se vio reducido a la pobreza, recurrió a la rapiña, mostrándose fecundo y sutil en los medios que empleó: como el fraude, las ventas públicas y los impuestos. Pretendía que aquellos cuyos antepasados habían obtenido para ellos y sus descendientes el derecho de ciudadanía romana, lo disfrutaban ilegalmente si no lo habían recibido de sus padres, pues la palabra descendientes no podía alcanzar, según él más allá de la primera generación; cuando le presentaban diplomas firmados por Julio César o Augusto, 148


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postea quacumque de causa quicquam incrementi accessisset. testamenta primipilarium, qui ab initio Tiberi principatus neque illum neque se heredem reliquissent, ut ingrata rescidit; item ceterorum ut irrita et uana, quoscumque quis diceret herede Caesare mori destinasse. Quo metu iniecto cum iam et ab ignotis inter familiares et a parentibus inter liberos palam heres nuncuparetur, derisores uocabat, quod post nuncupationem uiuere perseuerarent, et multis uenenatas matteas misit. Cognoscebat autem de talibus causis, taxato prius modo summae ad quem conficiendum consideret, confecto demum excitabatur. Ac ne paululum quidem morae patiens super quadraginta reos quondam ex diuersis criminibus una sententia condemnauit gloriatusque est expergefacta e somno Caesonia quantum egisset, dum ea meridiaret. Auctione proposita reliquias omnium spectaculorum subiecit ac uenditauit, exquirens per se pretia et usque eo extendens, ut quidam immenso coacti quaedam emere ac bonis exuti uenas sibi inciderent. Nota res est, Aponio Saturnino inter subsellia dormitante, monitum a Gaio praeconem ne praetorium uirum crebro capitis motu nutantem sibi praeteriret, nec licendi finem factum, quoad tredecim gladiatores sestertium nonagies ignoranti addicerentur.

los anulaba como títulos viejos y sin valor. Persiguió por declaración falsa a aquellos cuyo caudal había aumentado de cualquier manera, y por poco que fuese, después de la época en que habían dado la relación. Rescindió, por causa de ingratitud, los testamentos de todos los primipilarios que desde el principio del reinado de Tiberio no habían dejado su herencia ni el emperador ni a él. Anulaba también los de los demás ciudadanos, cuando declaraba cualquiera que el testador había manifestado al morir deseos de que fuese el cesar su heredero. Dada de este modo la alarma, personas desconocidas le llamaron abiertamente a la sucesión con sus amigos, padres con sus hijos. Entonces decía que era ridículo vivir después de haberle nombrado heredero, y enviaba a la mayor parte de ellos pasteles envenenados. No subía como juez a su tribunal sino después de haber fijado la cantidad que quería recoger, y en cuanto la recaudaba hacía levantar la sesión. Impaciente siempre por irse, condenó una vez en una sola sentencia a más de cuarenta ciudadanos acusados de diferentes delitos, y despertando a Cesonia, se alabó de haber ganado su jornal mientras ella dormía la siesta. Hizo reunir un día lo sobrante del material de todos los espectáculos, y lo hizo exponer y anunciar su venta en subasta; fijó él mismo los precios, y tanto los hizo subir, que algunos ciudadanos obligados a comprar, viéndose arruinados, se abrieron las venas. Es cosa sabido que viendo a Aponio Saturnino que dormitaba en un barco, dijo al pregonero que aquel antiguo pretor le hacía señas con la cabeza de que continuaba pujando, y no cesó de subir el precio hasta que le hizo adjudicar sin saberlo él trece gladiadores en nueve millones de sestercios.

[39] In Gallia quoque, cum damnatarum sororum ornamenta et supellectilem et seruos atque etiam libertos immensis pretiis uendidisset, inuitatus lucro, quidquid instrumenti ueteris aulae erat ab urbe repetiit, comprensis ad deportandum meritoriis quoque uehiculis et pistrinensibus iumentis, adeo ut et panis Romae saepe deficeret et litigatorum plerique, quod occurrere absentes ad uadimonium non possent, causa caderent. Cui instrumento distrahendo nihil non fraudis ac lenocinii adhibuit, modo auaritiae singulos increpans et quod non puderet eos locupletiores esse quam se, modo paenitentiam simulans quod principalium rerum priuatis copiam faceret. Compererat prouincialem locupletem ducenta sestertia numerasse uocatoribus, ut per fallaciam conuiuio interponeretur, nec tulerat moleste tam magno aestimari honorem cenae suae; huic postero die sedenti in auctione misit, qui nescio quid friuoli ducentis milibus traderet diceretque cenaturum apud Caesarem uocatu ipsius.

XXXIX. Vendía en la Galia las alhajas, muebles, esclavos y hasta los libertos de los aliados sobre los que había recaído sentencia condenatoria, obteniendo con ello cantidades inmensas. Seducido por el cebo de la ganancia, mandó llevar de Roma todo el mobiliario de la antigua corte y requisó para el transporte de aquellos objetos todos los carruajes de alquiler y todos los caballos de los molineros, de manera que con frecuencia faltó el pan en Roma; la mayor parte de los litigantes, que no pudieron asistir a la asignación, incurrieron, por ausencia, en la pérdida de la acción. No hubo fraude ni artificio que no emplease en la venta de aquellos muebles, censurando a algunos compradores su avaricia, preguntando a otros si no se avergonzaban de ser mas ricos que él, y fingiendo a veces prodigar de aquella manera a particulares lo que había pertenecido a príncipes. Supo que un rico habitante de una provincia había dado doscientos sestercios a los nomenclatores de su cámara para ser admitido a la mesa sin estar oficialmente convidado. No sintió que se hubiese pagado a tan alto precio el honor de comer con él, y a la mañana siguiente, viendo el mismo individuo sentado en la sala de ventas, de adjudicó por doscientos mil sestercios no sé que bagatela, haciendo decirle que cenaría con el César por invitación oficial. 149


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[40] Vectigalia noua atque inaudita primum per publicanos, deinde, quia lucrum exuberabat, per centuriones tribunosque praetorianos exercuit, nullo rerum aut hominum genere omisso, cui non tributi aliquid imponeret. Pro edulibus, quae tota urbe uenirent, certum statumque exigebatur; pro litibus ac iudiciis ubicumque conceptis quadragesima summae, de qua litigaretur, nec sine poena, si quis composuisse uel donasse negotium conuinceretur; ex gerulorum diurnis quaestibus pars octaua; ex capturis prostitutarum quantum quaeque uno concubitu mereret; additumque ad caput legis, ut tenerentur publico et quae meretricium quiue lenocinium fecissent, nec non et matrimonia obnoxia essent.

XL. Hizo satisfacer impuestos nuevos, desconocidos hasta entonces; los cobraban primero los recaudadores públicos; luego, siendo inmensa la ganancia, hacíanlo los centuriones de las tribus de la guardia pretoriana; no hubo persona ni cosa a que no se impusiesen gravamen. Estableció un impuesto fijo sobre todos los comestibles que se vendían en Roma; exigió de los litigantes, dondequiera que se juzgase un pleito, la cuadragésima parte de la cantidad en litigio, y estableció penas contra aquellos a quienes se comprobara que habían transigido o desistido de sus pretensiones; a los mozos de carga se los gravó con el octavo de su ganancia diaria, a las prostitutas con el precio de uno de sus actos, añadiendo a este artículo de la ley, que igual cantidad se exigiría de todos aquellos hombres y mujeres que vivían de la prostitución; hasta al matrimonio le señaló impuesto.

[41] Eius modi uectigalibus indictis neque propositis, cum per ignorantiam scripturae multa commissa fierent, tandem flagitante populo proposuit quidem legem, sed et minutissimis litteris et angustissimo loco, uti ne cui describere liceret. Ac ne quod non manubiarum genus experiretur, lupanar in Palatio constituit, districtisque et instructis pro loci dignitate compluribus cellis, in quibus matronae ingenuique starent, misit circum fora et basilicas nomenculatores ad inuitandos ad libidinem iuuenes senesque; praebita aduenientibus pecunia faenebris appositique qui nomina palam subnotarent, quasi adiuuantium Caesaris reditus. Ac ne ex lusu quidem aleae compendium spernens plus mendacio atque etiam periurio lucrabatur. Et quondam proximo conlusori demandata uice sua progressus in atrium domus, cum praetereuntis duos equites R. locupletis sine mora corripi confiscarique iussisset, exultans rediit gloriansque numquam se prosperiore alea usum.

XLI. Habíanse proclamado estos impuestos, pero no publicado, y como por ignorancia se cometían muchas contravenciones se decidió al fin, por instancias del pueblo, a fijar en público su ley, pero la hizo escribir en letra tan menuda y la expuso en sitio tan estrecho, que no pudieron sacarse copias. Para obtener dinero de todo, estableció un lupanar en su propio palacio; construyéronse gabinetes y los amueblaron según la dignidad del sitio; y los ocupaban constantemente mujeres casadas e hijas de familia, y los nomenclatores iban a las plazas públicas y a los alrededores de los templos, invitando al placer a los jóvenes y a los ancianos. A su entrada les prestaban a un exorbitante interés cierta cantidad, y se tomaban ostensiblemente sus nombres como para honrarlos por contribuir al aumento de las rentas del César. No desdeñaba tampoco los provechos del juego, pero sus beneficios más cuantiosos procedían del fraude y del perjurio. Un día encargó al que tenía a su lado que jugase por él, y yendo a colocarse en la puerta de su palacio, hizo apoderarse inmediatamente de dos ricos caballeros romanos que pasaban, les confiscó los bienes y entró alegremente, vanagloriándose de no haber sido nunca tan afortunado.

[42] Filia uero nata paupertatem nec iam imperatoria modo sed et patria conquerens onera conlationes in alimonium ac dotem puellae recepit. Edixit et strenas ineunte anno se recepturum stetitque in uestibulo aedium Kal. Ian. ad captandas stipes, quas plenis ante eum manibus ac sinu omnis generis turba fundebat. Nouissime contrectandae pecuniae cupidine incensus, saepe super immensos aureorum aceruos patentissimo diffusos loco et nudis pedibus spatiatus et toto corpore aliquamdiu uolutatus est.

XLII. Cuando nació su hija, quejóse de ser pobre y de sucumbir a la vez bajo el peso del Imperio y de la paternidad, con lo cual quería indicar que habían de contribuir para criar y dotar aquella niña. Anunció por un edicto que admitiría regalos al principio del año, y el día de las calendas de enero se colocó en la entrada de su palacio, recibiendo personalmente el dinero que gran número de personas de toda condición arrojaron delante de él a manos llenas. En los últimos tiempos, su pasión por la riqueza había degenerado en verdadero frenesí hasta el punto de pasearse descalzo sobre inmensos montones de oro, colocados en un vasto salón, revolcándose otras veces sobre ellos. 150


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[43] Militiam resque bellicas semel attigit neque ex destinato, sed cum ad uisendum nemus flumenque Clitumni Meuaniam processisset, admonitus de supplendo numero Batauorum, quos circa se habebat, expeditionis Germanicae impetum cepit; neque distulit, sed legionibus et auxiliis undique excitis, dilectibus ubique acerbissime actis, contracto et omnis generis commeatu quanto numquam antea, iter ingressus est confecitque modo tam festinanter et rapide, ut praetorianae cohortes contra morem signa iumentis imponere et ita subsequi cogerentur, interdum adeo segniter delicateque, ut octaphoro ueheretur atque a propinquarum urbium plebe uerri sibi uias et conspergi propter puluerem exigeret.

XLIII. No soportó más que una vez las fatigas militares y aun ésta sin desearlo. Había ido, en efecto, a ver el río Clitumno y el bosque inmediato, y avanzó desde allí hasta Mesania; le aconsejaron en aquel lugar que completara la guardia bátava que entonces le rodeaba, y en seguida emprendió la expedición de Germania. Sin perder momento, mandó venir de todos lados legiones y tropas auxiliares; hizo levas rigurosísimas; ordenó todo género de bastimentos en cantidades nunca vistas y se puso en marcha caminando unas veces con tal rapidez que, para seguirle, las cohortes pretorianas se veían obligadas a cargar las enseñas en bagajes, en contra de la costumbre; hacíalo en otras con tanta flojedad y molicie que se hacía llevar por ocho esclavos en una litera, y los habitantes de los pueblos vecinos recibían orden de barrer los caminos y regarlos para que no se levantase polvo.

[44] Postquam castra attigit, ut se acrem ac seuerum ducem ostenderet, legatos, qui auxilia serius ex diuersis locis adduxerant, cum ignominia dimisit; at in exercitu recensendo plerisque centurionum maturis iam et nonnullis ante paucissimos quam consummaturi essent dies, primos pilos ademit, causatus senium cuiusque et imbecillitatem; ceterorum increpita cupiditate commoda emeritae militiae ad [senum] milium summam recidit. Nihil autem amplius quam Adminio Cynobellini Britannorum regis filio, qui pulsus a patre cum exigua manu transfugerat, in deditionem recepto, quasi uniuersa tradita insula, magnificas Romam litteras misit, monitis speculatoribus, ut uehiculo ad forum usque et curiam pertenderent nec nisi in aede Martis ac frequente senatu consulibus traderent.

XLIV. Cuando llegó al campamento quiso mostrarse como un general rígido y severo; despidió ignominiosamente a los legados que habían acudido tarde con las tropas que debían llegar; revistió al ejército, y con el pretexto de que estaban viejos y extenuados, licenció a la mayor parte de los centuriones primipilarios que se encontraban en edad madura, cuando faltaban a algunos muy pocos días para cumplir su tiempo. Acusó a otros de avaricia, y redujo a seis mil sestercios el premio de los veteranos (99). Todas sus hazañas se redujeron a fin de cuentas a recibir la sumisión de Adminio, hijo de Cimbelino, rey de los bretones, el cual, expulsado por su padre, vino a refugiarse a su lado acompañado de un reducido séquito. Entonces, como si hubiese subyugado, toda Bretaña, escribió a Roma pomposas cartas y mandó a los correos que fuesen en carro al Foro y al Senado, entregándolas sólo en manos de los cónsules y en el templo de Marte, en presencia de todos los senadores.

[45] Mox deficiente belli materia paucos de custodia Germanos traici occulique trans Rhenum iussit ac sibi post prandium quam tumultuosissime adesse hostem nuntiari. Quo facto proripuit se cum amicis et parte equitum praetorianorum in proximam siluam, truncatisque arboribus et in modum tropaeorum adornatis ad lumina reuersus, eorum quidem qui secuti non essent timiditatem et ignauiam corripuit, comites autem et participes uictoriae nouo genere ac nomine coronarum donauit, quas distinctas solis ac lunae siderumque specie exploratorias appellauit. rursus obsides quosdam abductos e litterario ludo clamque praemissos, deserto repente conuiuio, cum equitatu insecutus ueluti profugos ac reprehensos in catenis reduxit; in hoc quoque mimo praeter modum intemperans. repetita cena renuntiantis coactum agmen sic

XLV. Poco después, no teniendo a quién combatir, hizo pasar al otro lado del Rin a algunos germanos de su guardia con orden de ocultarse y de venir después a anunciarles atropelladamente, después de comer, que se acercaba el enemigo. Así lo hicieron; y lanzándose al bosque inmediato con sus amigos y una parte de los jinetes pretorianos, hizo cortar árboles, adornólos con trofeos, y regresó a su campamento a la luz de las antorchas, censurando de tímidos y cobardes a los que no le habían seguido. Por el contrario, los que habían contribuido a su victoria recibieron de su mano una nueva especie de corona, a la que dio el nombre de exploratoria, y en la que estaban representados el sol, la luna y las estrellas. En otra ocasión hizo sacar de una escuela a algunos jóvenes rehenes, les mandó marchar secretamente y abandonando de pronto una reunión numerosa de convidados, los persiguió con la caballería como fugitivos, los alcanzó y los trajo cargados de cadenas, porque también en esta repugnante comedia había de violar las leyes de la humanidad. Volvió en 151


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ut erant loricatos ad discumbendum adhortatus est. monuit etiam notissimo Vergili uersu "durarent secundisque se rebus seruarent." Atque inter haec absentem senatum populumque grauissimo obiurgauit edicto, quod Caesare proeliante et tantis discriminibus obiecto tempestiua conuiuia, circum et theatra et amoenos secessus celebrarent.

seguida a ocupar su sitio en el festín, y habiendo llegado soldados a anunciarle que la tropa estaba reunida, hízolos sentar a la mesa, armados como estaban y los exhortó, citando un verso célebre de Virgilio, a vivir y conservarse para tiempos mejores. Desde el campamento reconvino a los senadores en un severo edicto, porque solamente pensaba en la mesa, Circo, teatro y en agradables partidas de campo, mientras el cesar estaba peleando.

[46] Postremo quasi perpetraturus bellum, derecta acie in litore Oceani ac ballistis machinisque dispositis, nemine gnaro aut opinante quidnam coepturus esset, repente ut conchas legerent galeasque et sinus replerent imperauit, "spolia Oceani" uocans "Capitolio Palatioque debita," et in indicium uictoriae altissimam turrem excitauit, ex qua ut Pharo noctibus ad regendos nauium cursus ignes emicarent; pronuntiatoque militi donatiuo centenis uiritim denariis, quasi omne exemplum liberalitatis supergressus: "abite," inquit, "laeti, abite locupletes."

XLVI. Por último, se adelantó hacia las orillas del océano a la cabeza del ejército, con gran provisión de balistas y máquinas de guerra y cual si proyectase alguna grandes empresa; nadie conocía ni sospechaba su designio, hasta que de improviso mandó a los soldados recoger conchas y llenar con ellas sus cascos y ropas, llamándolas despojos del océano debidos al Capitolio y al palacio de los césares. Como testimonio de su victoria construyó una altísima torre en la que por las noches, y a manera de faros, encendieron luces para alumbrar la marcha de las naves. Prometió a los soldados una gratificación de cien duleros por cada uno, y como si su gesto fuese el colmo de la generosidad, les dijo: Marchad contentos y ricos.

[47] Conuersus hinc ad curam triumphi praeter captiuos ac transfugas barbaros Galliarum quoque procerissimum quemque et, ut ipse dicebat, éjioyriãmbeuton, ac nonnullos ex principibus legit ac seposuit ad pompam coegitque non tantum rutilare et summittere comam, sed et sermonem Germanicum addiscere et nomina barbarica ferre. Praecepit etiam triremis, quibus introierat Oceanum, magna ex parte itinere terrestri Romam deuehi. Scripsit et procuratoribus, triumphum appararent quam minima summa, sed quantus numquam alius fuisset, quando in omnium hominum bona ius haberent.

XLVII. Ocupóse tras esto en los preparativos de su triunfo; eligió y reservó para esta ceremonia, además de los prisioneros y fugitivos bárbaros, a todos los galos que encontraba más altos y robustos, y como decía él mismo en griego los más triunfales, y entre ellos algunos de sus jefes. Los obligó a dejarse crecer el cabello, a teñírselo como el de los germanos, a vestir su traje y hasta aprender su idioma. Mandó también que llevasen a Roma, por tierra, las galeras trirremes con que entró en el océano, y escribió a sus mayordomos que le preparaseis el triunfo mas esplendente que jamás se hubiese visto, y el menos costoso para él, atendiendo a que tenia derecho sobre los bienes de todos.

[48] Prius quam prouincia decederet, consilium iniit nefandae atrocitatis legiones, quae post excessum Augusti seditionem olim mouerant, contrucidandi, quod et patrem suum Germanicum ducem et se infantem tunc obsedissent, uixque a tam praecipiti cogitatione reuocatus, inhiberi nullo modo potuit quin decimare uelle perseueraret. Uocatas itaque ad contionem inermes, atque etiam gladiis depositis, equitatu armato circumdedit. Sed cum uideret suspecta re plerosque dilabi ad resumenda si qua uis fieret arma, profugit contionem confestimque urbem petit, deflexa omni acerbitate in senatum, cui ad auertendos tantorum dedecorum rumores palam minabatur, querens inter cetera fraudatum se iusto triumpho, cum ipse paulo ante, ne quid de honoribus suis ageretur, etiam

XLVIII. Antes de partir de la provincia de las Galias, concibió el abominable proyecto de aniquilar las legiones que se habían sublevado tras la muerte de Augusto, y que tuvieron sitiados a su padre Germánico y a él mismo, niño a la sazón. Costó mucho disuadirle de proyecto tan odioso, pero nada pudo impedirle que diezmase a tales soldados. Les mando entonces reunirse sin armas y hasta sin espadas con el pretexto de arengarlos e hízolos rodear por la caballería. Pero viendo que la mayor parte de ellos, sospechando su designio, huían por todos lados para recoger sus armas y prepararse a la resistencia, suspendió el discurso y tomó al punto el camino de Roma, proyectando toda su cólera contra el Senado, al que amenazó abiertamente con el fin de distraer la atención pública del vergonzosa espectáculo de su conducta. Se quejaba, entre otras cosas, de que no hubiesen decretado el triunfo de que era merecedor, cuando él mismo, poco tiempo antes, había prohibido bajo pena de muerte que 152


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sub mortis poena denuntiasset.

jamás se tratase de tributarle honores.

[49] Aditus ergo in itinere a legatis amplissimi ordinis ut maturaret orantibus, quam maxima uoce: "ueniam," inquit, "ueniam, et hic mecum," capulum gladii crebro uerberans, quo cinctus erat. Edixit et reuerti se, sed iis tantum qui optarent, equestri ordini et populo; nam se neque ciuem neque principem senatui amplius fore. Uetuit etiam quemquam senatorum sibi occurrere. Atque omisso uel dilato triumpho ouans urbem natali suo ingressus est; intraque quartum mensem periit, ingentia facinora ausus et aliquanto maiora moliens, siquidem proposuerat Antium, deinde Alexandream commigrare interempto prius utriusque ordinis electissimo quoque. Quod ne cui dubium uideatur, in secretis eius reperti sunt duo libelli diuerso titulo, alteri "gladius," alteri "pugio" index erat; ambo nomina et notas continebant morti destinatorum. Inuenta et arca ingens uariorum uenenorum plena, quibus mox a Claudio demersis infecta maria traduntur non sine piscium exitio, quos enectos aestus in proxima litora eiecit.

XLIX. Cuando los emisarios del Senado fueron a suplicarle que apresurara su regreso: Iré, si, iré, y ésta conmigo, dijo golpeando la empuñadura de la espada que llevaba ceñida. Añadió aún que sólo volvía para los que lo deseaban, para los caballeros y para el pueblo, pero que los senadores no encontrarían en él ni ciudadano ni príncipe. Prohibió además que ninguno de ellos saliese a recibirle, y rechazando el triunfo o aplazándolo, hizo su entrada en Roma, sólo con los honores de la ovación el día del aniversario de su nacimiento. Cuatro meses después perecía, meditando todavía mayores atrocidades que cuantas había cometido hasta allí. Quiso primero retirarse a Anzio y hasta a Alejandría, después de hacer matar a los ciudadanos más dignos de los dos primeros órdenes. No es posible poner esto en duda, ya que se encontraron entre sus escritos dos con los títulos: La Espada el uno, y El Puñal el otro, y que eran relaciones con notas de los que destinaba a la muerte. También se encontró en su palacio un cofre grande que contenía gran cantidad de diferentes venenos: Claudio mandó arrojarlos al mar, que quedó, según dicen, de tal manera emponzoñado, que el flujo arrojó a la playa gran cantidad de peces muertos.

[50] Statura fuit eminenti, colore expallido, corpore enormi, gracilitate maxima ceruicis et crurum, oculis et temporibus concauis, fronte lata et torua, capillo raro at circa uerticem nullo, hirsutus cetera. Quare transeunte eo prospicere ex superiore parte aut omnino quacumque de causa capram nominare, criminosum et exitiale habebatur. Uultum uero natura horridum ac taetrum etiam ex industria efferabat componens ad speculum in omnem terrorem ac formidinem. Valitudo ei neque corporis neque animi constitit. Puer comitiali morbo uexatus, in adulescentia ita patiens laborum erat, ut tamen nonnumquam subita defectione ingredi, stare, colligere semet ac sufferre uix posset. mentis ualitudinem et ipse senserat ac subinde de secessu deque purgando cerebro cogitauit. Creditur potionatus a Caesonia uxore amatorio quidem medicamento, sed quod in furorem uerterit. Incitabatur insomnio maxime; neque enim plus quam tribus nocturnis horis quiescebat ac ne iis quidem placida quiete, sed pauida miris rerum imaginibus, ut qui inter ceteras pelagi quondam speciem conloquentem secum uidere uisus sit. Ideoque magna parte noctis uigiliae cubandique taedio nunc toro residens, nunc per longissimas porticus uagus inuocare identidem atque expectare lucem consuerat.

L. Era Calígula de elevada estatura, pálido y grueso; tenía las piernas y el cuello muy delgados, los ojos hundidos, deprimidas las sienes; la frente ancha y abultada, escasos cabellos, con la parte superior de la cabeza enteramente calva y el cuerpo muy velludo. Por esta razón era delito capital mirarle desde lo alto cuando pasaba, o pronunciar, con cualquier pretexto que fuese, la palabra cabra. Su rostro era naturalmente horrible y repugnante, pero él procuraba hacerle aun más espantoso, estudiando delante de un espejo los gestos con que podría provocar más terror. No estaba sano de cuerpo ni de espíritu: atacado de epilepsia desde sus primeros años, no dejó por ello de mostrar ardor en el trabajo desde la adolescencia, aunque padeciendo síncopes repentinos que le privaban de fuerza para moverse y estar en pie, y de los que se recuperaba con dificultad. Conocía su enfermedad y había pensado más de una vez en curarse buscando para ello un oculto retiro. Se cree que Cesonia le dio un filtro para que la amara, que no produjo otro efecto que el de volverle furioso. Le excitaba especialmente el insomnio, porque nunca conseguía dormir más de tres horas y ni siquiera éstas con tranquilidad, pues turbábanle extraños sueños en uno de los cuales creía que le hablaba al mar. Así la mayoría de las noches, cansado de velar en su lecho, se sentaba a la mesa o paseaba por vastas galerías esperando e invocando la luz.

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[51] Non inmerito mentis ualitudini attribuerim diuersissima in eodem uitia, summam confidentiam et contra nimium metum. Nam qui deos tanto opere contemneret, ad minima tonitrua et fulgura coniuere, caput obuoluere, at uero maiore proripere se e strato sub lectumque condere solebat. Peregrinatione quidem Siciliensi irrisis multum locorum miraculis repente a Messana noctu profugit Aetnaei uerticis fumo ac murmure pauefactus. Aduersus barbaros quoque minacissimus, cum trans Rhenum inter angustias densumque agmen iter essedo faceret, dicente quodam non mediocrem fore consternationem sicunde hostis appareat, equum ilico conscendit ac propere [re]uersus ad pontes, ut eos calonibus et impedimentis stipatos repperit, impatiens morae per manus ac super capita hominum translatus est. mox etiam audita rebellione Germaniae fugam et subsidia fugae classes apparabat, uno solacio adquiescens transmarinas certe sibi superfuturas prouincias, si uictores Alpium iuga, ut Cimbri, uel etiam urbem, ut Senones quondam, occuparent; unde credo percussoribus eius postea consilium natum apud tumultuantes milites ementiendi, ipsum sibi manus intulisse nuntio malae pugnae perterritum.

LI. A tales extravíos del espíritu ha de atribuirse sin duda la reunión en este emperador de dos defectos muy opuestos; confianza excesiva y excesiva cobardía. Este mismo hombre que tanto despreciaba a los dioses, cerraba los ojos y se envolvía la cabeza al más leve relámpago y al trueno más insignificante, y cuando aumentaba el estruendo se escondía debajo de su lecho. En cierto viaje a Sicilia, después de hacer burla de muchos milagros que se celebraban, huyó temblando de Mesina una noche que el Etna echaba humo y dejaba oír sordos murmullos. Continuamente profería amenazas terribles contra los bárbaros, pero un día se encontraba en un estrecho camino al otro lado del Rin, en medio de sus tropas agrupadas en torno de su carro; dijo uno en aquel momento que no sería pequeña la agarena si de improviso se presentase el enemigo. Calígula montó, en el acto, a caballo y huyó hacia el río a galope tendido; encontró allí el puente obstruido por los bagajes y criados del ejército, y en su impaciencia, decidió hacerse transportar a brazo, pasándoselo uno a otro por encima de la cabeza. Poco tiempo después, hablándose de cierta sublevación de la Germania, no pensó más que en huir, e hizo equipar naves, no teniendo otro consuelo, según decía, que la esperanza de conservar al menos las provincias de ultramar, si los vencedores se apoderaban de los Alpes, lo que, a mi parecer, sugirió sin duda a sus asesinos la idea de decir a los soldados que comenzaban a amotinarse que Calígula se había suicidado al conocer la noticia de una derrota.

[52] Vestitu calciatuque et cetero habitu neque patrio neque ciuili, ac ne uirili quidem ac denique humano semper usus est. Saepe depictas gemmatasque indutus paenulas, manuleatus et armillatus in publicum processit; aliquando sericatus et cycladatus; ac modo in crepidis uel coturnis, modo in speculatoria caliga, nonnumquam socco muliebri; plerumque uero aurea barba, fulmen tenens aut fuscinam aut caduceum deorum insignia, atque etiam Veneris cultu conspectus est. triumphalem quidem ornatum etiam ante expeditionem assidue gestauit, interdum et Magni Alexandri thoracem repetitum e conditorio eius.

LII. Su ropa, su calzado y en general todo su traje no era de romano, de ciudadano, ni siquiera de hombre. A menudo se le vio en público con brazalete y manto corto (100) guarnecido de franjas y cubierto de bordados y piedras preciosas; se le vio otras veces con sedas y túnica con mangas (101). Por calzado usaba unas veces sandalias o coturno, y otras bota militar; algunas veces calzaba zueco de mujer. Se presentaba con frecuencia con harba de oro, blandiendo en la mano un rayo, un tridente o un caduceo, insignias de los dioses, y algunas veces se vestía también de Venus. Hasta el momento de su expedición a Germania llevó asiduamente los ornamentos triunfales, y no era raro verle con la coraza de Alejandro Magno, que había mandado sacar del sepulcro de este príncipe.

[53] Ex disciplinis liberalibus minimum eruditioni, eloquentiae plurimum attendit, quantumuis facundus et promptus, utique si perorandum in aliquem esset. Irato et uerba et sententiae suppetebant, pronuntiatio quoque et uox, ut neque eodem loci prae ardore consisteret et exaudiretur a procul stantibus. Peroraturus stricturum se lucubrationis suae telum minabatur, lenius comptiusque scribendi

LIII. En cuanto a los estudios liberales, se aplicó muy poco a la erudición y bastante a la elocuencia. Era de palabra abundante y fácil, sobre todo cuando peroraba contra alguna. La cólera le inspiraba abundantemente ideas y palabras, y el tono de su voz y la pronunciación respondían entonces a la pasión; no podía permanecer quieto, y su palabra llegaba hasta a los oyentes más lejanos. Cuando tenía que hablar en público, decía con acento amenazador que iba a lanzar los dardos de sus vigilias. Despreciaba 154


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genus adeo contemnens, ut Senecam tum maxime placentem "commissiones meras" componere et "harenam esse sine calce" diceret. Solebat etiam prosperis oratorum actionibus rescribere et magnorum in senatu reorum accusationes defensionesque meditari ac, prout stilus cesserat, uel onerare sententia sua quemque uel subleuare, equestri quoque ordine ad audiendum inuitato per edicta.

hasta tal punto la elegancia y adornos de estilo, que llamaba a las obras de Séneca, el escritor en boga entonces, puras amplificaciones de escuela y arena sin cimiento. Ordinariamente contestaba por escrito a los oradores cuyos discursos habían alcanzado más éxito. Cuando habían de ser juzgados en el Senado acusados ilustres, meditaba oraciones en pro y en contra, y según el efecto que esperaba de ellas, los condenaba o los salvaba, pronunciando una u otra. Este día invitaba por edicto a todo el orden ecuestre a acudir a oirle.

[54] Sed et aliorum generum artes studiosissime et diuersissimas exercuit. Thra[e]x et auriga, idem cantor atque saltator, battuebat pugnatoriis armis, aurigabat extructo plurifariam circo; canendi ac saltandi uoluptate ita efferebatur, ut ne publicis quidem spectaculis temperaret quo minus et tragoedo pronuntianti concineret et gestum histrionis quasi laudans uel corrigens palam effingeret. Nec alia de causa uidetur eo die, quo periit, peruigilium indixisse quam ut initium in scaenam prodeundi licentia temporis auspicaretur. Saltabat autem nonnumquam etiam noctu; et quondam tres consulares secunda uigilia in Palatium accitos multaque et extrema metuentis super pulpitum conlocauit, deinde repente magno tibiarum et scabellorum crepitu cum palla tunicaque talari prosiluit ac desaltato cantico abiit. Atque hic tam docilis ad cetera natare nesciit.

LIV. Practicó con increíble ardor otras artes muy diferentes. Fue sucesivamente gladiador, auriga, cantor y bailarín; esgrimió en la arena con armas de combate y guió carros en un circo en el que habían reunido obstáculos de todas clases, era tan apasionado por el canto y el baile, que en el espectáculo no podía dominarse y cantaba delante de todos con el actor trágico que estaba en escena, imitando todos los gestos del histrión como para aplaudirle o reprenderle. Se supone que no tuvo otro motivo, el día en que le mataron, para indicar una velada general, que el deseo de presentarse en la escena con más seguridad a favor de la obscuridad. También era ésta la hora que elegía para bailar. Cierta vez hizo llamar a palacio a medianoche a tres consulares, que llegaron sobrecogidos de terror; los hizo colocarse en su teatro, y de pronto entre un gran estrépito, al son de flautas y de sandalias sonoras, con el manto flotante y la túnica de los actores, apareció él en escena; en seguida bailó y se retiró. Este hombre que había aprendido tantas cosas, no sabía nadar.

[55] Quorum uero studio teneretur, omnibus ad insaniam fauit. Mnesterem pantomimum etiam inter spectacula osculabatur, ac si qui saltante eo uel leuiter obstreperet, detrahi iussum manu sua flagellabat. Equiti R. tumultuanti per centurionem denuntiauit, abiret sine mora Ostiam perferretque ad Ptolemaeum regem in Mauretaniam codicillos suos; quorum exemplum erat: "ei quem istoc misi, neque boni quicquam neque mali feceris." Thraeces quosdam Germanis corporis custodibus praeposuit. murmillonum armaturas recidit. Columbo uictori, leuiter tamen saucio, uenenum in plagam addidit, quod ex eo Columbinum appellauit; sic certe inter alia uenena scriptum ab eo repertum est. Prasinae factioni ita addictus et deditus, ut cenaret in stabulo assidue et maneret, agitatori Eutycho comisatione quadam in apophoretis uicies sestertium contulit. Incitato equo, cuius causa pridie circenses, ne inquietaretur, uiciniae silentium per milites indicere solebat, praeter equile marmoreum et praesaepe eburneum

LV. Su pasión por los que le agradaban llegaba casi a la locura. Al payaso Mnester lo besaba en pleno teatro, y si mientras bailaba este histrión, alguien hacía el más leve ruido, ordenaba llevar a su presencia al perturbador y lo azotaba por su mano. Cierto día mandó a un centuria que dijese a un caballero romano que hacía ruido, que partiese en el acto para Ostia y llevase de su parte una carta al rey Ptolomeo, en Mauritania. En la carta decía sólo: No hagas bien ni mal al que te envío. Favoreció a los gladiadores llamados tracios y puso incluso a algunos al frente de su guardia germánica; pero persiguió a los mirmilones hasta quitarles la armadura (102). Uno de éstos, llamado Columbo, salió vencedor en un combate, aunque ligeramente herido; Calígula introdujo en la herida un veneno al que después llamó Columbiano en memoria de este hecho. Por lo menos con este nombre escrito de su mano se le encontró entre los otros. Era tan adicto al partido de los Verdes (103) que comía con frecuencia con ellos en su caballeriza y dormía allí. Un día al auriga Eutyco, como regalo de mesa después de una orgía, le dio un millón de sestercios. Quería tanto a un caballo que tenía llamado Incitatus, que la víspera de las carreras del circo mandaba soldados a imponer silencio en la vecindad, para 155


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praeterque purpurea tegumenta ac monilia e gemmis domum etiam et familiam et supellectilem dedit, quo lautius nomine eius inuitati acciperentur; consulatum quoque traditur destinasse.

que nadie turbase el descanso de aquel animal. Hizo construirle una caballeriza de mármol, un pesebre de marfil, mantas de púrpura y collares de perlas; le dio casa completa, con esclavos, muebles, y todo lo necesario, para que aquellos a quienes en su nombre invitaba a comer con él, recibiesen magnífico trato, y hasta se dice que le destinaba el consulado.

[56] Ita bacchantem atque grassantem non defuit plerisque animus adoriri. Sed una [atque] altera conspiratione detecta, aliis per inopiam occasionis cunctantibus, duo consilium communicauerunt perfeceruntque, non sine conscientia potentissimorum libertorum praefectorumque praetori; quod ipsi quoque etsi falso in quadam coniuratione quasi participes nominati, suspectos tamen se et inuisos sentiebant. Nam et statim seductis magnam fecit inuidiam destricto gladio affirmans sponte se periturum, si et illis morte dignus uideretur, nec cessauit ex eo criminari alterum alteri atque inter se omnis committere. Cum placuisset Palatinis ludis spectaculo egressum meridie adgredi, primas sibi partes Cassius Chaerea tribunus cohortis praetoriae depoposcit, quem Gaius seniorem iam et mollem et effeminatum denotare omni probro consuerat et modo signum petenti "Priapum" aut "Venerem" dare, modo ex aliqua causa agenti gratias osculandam manum offerre formatam commotamque in obscaenum modum.

LVI. Estas extravagancias y horrores llevaron a algunos ciudadanos a concebir el proyecto de quitarle la vida; se descubrieron dos conjuraciones, y mientras otros conspiradores vacilaban por falta de oportunidad, dos romanos se comunicaron su designio, y puestos de acuerdo, lo llevaron a ejecución. Favoreciéndolos ocultamente sus libertos más poderosos y los prefectos del Pretorio, que nombrados ya, aunque injustamente, como cómplices de una conspiración, sabían que eran ya sospechosos y que se los odiaba. Calígula los había reconvenido, en efecto, en particular con suma acritud, y desenvainando la espada, les había dicho que estaba pronto a darse la muerte si creían que la merecía; y desde entonces no había cesado de acusarlos y de excitar contra ellos el odio y las sospechas. Se acordó atacarle al mediodía, a la salida del espectáculo de los juegos palatinos. Casio Querea, tribuno de una cohorte pretoriana, quiso ser el que descargarse el primer golpe, pues Calígula insultaba sin cesar su vejez y nunca le dirigía más que palabras ultrajantes, tratándole de cobarde y afeminado. Si se presentaba a pedirle la consigna, le contestaba Príapo o Venus; si el tribuno se adelantaba a darle gracias por algo, él le presentaba la mano a besar en forma y con movimientos obscenos.

[57] Futurae caedis multa prodigia extiterunt. Olympiae simulacrum Iouis, quod dissolui transferrique Romam placuerat, tantum cachinnum repente edidit, ut machinis labefactis opifices diffugerint; superuenitque ilico quidam Cassius nomine, iussum se somnio affirmans immolare taurum Ioui. Capitolium Capuae Id. Mart. De caelo tactum est, item Romae cella Palatini atriensis. Nec defuerunt qui coniectarent altero ostento periculum a custodibus domino portendi, altero caedem rursus insignem, qualis eodem die facta quondam fuisset. Consulenti quoque de genitura sua Sulla mathematicus certissimam necem appropinquare affirmauit. Monuerunt et Fortunae Antiatinae, ut a Cassio caueret; qua causa ille Cassium Longinum Asiae tum proconsulem occidendum delegauerat, inmemor Chaeream Cassium nominari. Pridie quam periret, somniauit consistere se in caelo iuxta solium Iouis impulsumque ab eo dextri pedis pollice et in

LVII. Muchos prodigios anunciaron su muerte. En Olimpia, la estatua de Júpiter, que había mandado quitar y trasladar a Roma, lanzó tal carcajada cuando la tocaron, que cayeron las máquinas, huyendo espantados los obreros; se presentó después un tal Casio, quien dijo haber recibido en sueños orden de sacrificar un toro a Júpiter. El día de los idus de marzo cayó un rayo sobre el Capitolio de Capua y otro en el templo de Apolo Palatino en Roma; dedújose de ello, en primer lugar, que a un grande le amenazaba gran peligro por parte de sus guardias, y también que iba a realizarse un asesinato ruidoso como el que se había cometido en otro tiempo en igual día (104). El astrólogo Sila, consultado por Calígula acerca de su horóscopo, le anunció como próxima e inevitable una muerte violenta. Los oráculos de Anzio le advirtieron que se guardase de Casio; por causa de este aviso mandó matar a Casio Longino, procónsul entonces de Asia, olvidando que Querea se llamaba también Casio. La víspera de su muerte soñó que había estado en el cielo al lado del trono de Júpiter y que el dios, empujándole con el dedo grueso del pie derecho, lo había despedido a la tierra. También fueron considerados como prodigios muchas cosas que la 156


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terras praecipitatum. Prodigiorum loco habita sunt etiam, quae forte illo ipso die paulo prius acciderant. Sacrificans respersus est phoenicopteri sanguine; et pantomimus Mnester tragoediam saltauit, quam olim Neoptolemus tragoedus ludis, quibus rex Macedonum Philippus occisus est, egerat; et cum in Laureolo mimo, in quo a[u]ctor proripiens se ruina sanguinem uomit, plures secundarum certatim experimentum artis darent, cruore scaena abundauit. Parabatur et in noctem spectaculum, quo argumenta inferorum per Aegyptios et Aethiopas explicarentur.

casualidad produjo aquel mismo día. Durante un sacrificios fue rociado con la sangre de un flamenco; el histrión Mnester representó una tragedia que el actor Neoptolemo había representado en otro tiempo el día en que mataron a Filipo en Macedonia; en la pantomima titulada Laureolo, en la que el actor vomita sangre al salir de entre las ruinas de un edificio, muchos de los que desempeñaban las segundas partes, queriendo demostrar su habilidad, la vomitaron también, quedando inundado el escenario; la noche que siguió a su muerte, se había, en fin, preparado un espectáculo en el que egipcios y etíopes debían representar asuntos de los infiernos.

[58] VIIII. Kal. Febr. hora fere septima cunctatus an ad prandium surgeret marcente adhuc stomacho pridiani cibi onere, tandem suadentibus amicis egressus est. Cum in crypta, per quam transeundum erat, pueri nobiles ex Asia ad edendas in scaena operas euocati praepararentur, ut eos inspiceret hortareturque restitit, ac nisi princeps gregis algere se diceret, redire ac repraesentare spectaculum uoluit. Duplex dehinc fama est: alii tradunt adloquenti pueros a tergo Chaeream ceruicem gladio caesim grauiter percussisse praemissa uoce: "hoc age!" Dehinc Cornelium Sabinum, alterum e coniuratis, tribunum ex aduerso traiecisse pectus; alii Sabinum summota per conscios centuriones turba signum more militiae petisse et Gaio "Iouem" dante Chaeream exclamasse: "accipe ratum!" Respicientique maxillam ictu discidisse. Iacentem contractisque membris clamitantem se uiuere ceteri uulneribus triginta confecerunt; nam signum erat omnium: "repete!" Quidam etiam per obscaena ferrum adegerunt. Ad primum tumultum lecticari cum asseribus in auxilium accucurrerunt, mox Germani corporis custodes, ac nonnullos ex percussoribus, quosdam etiam senatores innoxios interemerunt.

LVIII. El 9 de las calendas de febrero, cerca de la hora séptima (104 bis), mientras dudaba si se levantaría para comer, porque tenía el estómago cargado aún de la comida de la víspera, le decidieron a hacerlo sus amigos y salió. Tenía que pasar por una bóveda, donde se ensayaban entonces algunos niños pertenecientes a las primeras familias del Asia y que él había hecho acudir para desempeñar algunos papeles en los teatros de Roma. Detúvose a contemplarlos y exhortarlos a hacerlo bien, y si su jefe no le hubiese dicho que perecería de frío, ya retrocedía para disponer que comenzase el espectáculo. No están de acuerdo todos acerca de lo que sucedió después: según unos, mientras hablaba con los niños. Querea, colocado a su espalda, le hirió violentamente en el cuello con la espada, gritando: ¡Haced lo mismo! y en el acto el tribuno Cornelio Sabino, otro conjurado, le atravesó el pecho. Pretenden otros que Sabino, después de separar a todos por medio de centuriones que pertenecían a la conjuración, había, según costumbre, preguntado a Calígula la consigna, y que habiéndole dicho este Júpiter, exclamo Querea: Recibe una prueba de su cólera; y le descargó un golpe en la mandíbula en el momento en que volvía la cabeza hacia él. Derribado al suelo y replegado sobre sí mismo, gritó que vivía aún, pero los demás conjurados le dieron treinta puñaladas. La consigna de estos era ¡Repite!, y hasta hubo uno que le hundió el hierro en los órganos genitales. Al primer ruido acudieron a auxiliarle sus porteros con los bastones, así como también los soldados de la guardia germánica, que dieron muerte a varios de los asesinos, y hasta a dos senadores inocentes del crimen.

[59] Vixit annis uiginti nouem, imperauit triennio et decem mensibus diebusque octo. Cadauer eius clam in hortos Lamianos asportatum et tumultuario rogo semiambustum leui caespite obrutum est, postea per sorores ab exilio reuersas erutum et crematum sepultumque. Satis constat, prius quam id fieret, hortorum custodes umbris inquietatos;

LIX. Vivió Calígula veintinueve años y reinó tres años, diez meses y ocho días. Su cadáver fue llevado en secreto a los jardines Lamianos, lo chamuscaron en una pira improvisada, y lo enterraron luego cubriéndole con un poco de césped. Más adelante sus hermanas, vueltas del destierro, lo hicieron exhumar, lo quemaron y dieron sepultura a sus cenizas. Se asegura que hasta esta época aparecieron fantasmas a los guardias de aquellos jardines, y 157


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in ea quoque domo, in qua occubuerit, nullam noctem sine aliquo terrore transactam, donec ipsa domus incendio consumpta sit. Perit una et uxor Caesonia gladio a centurione confossa et filia parieti inlisa.

por la noche, en la casa donde le asesinaron resonaban espantosos ruidos. Su esposa Cesonia murió al mismo tiempo que él (105), asesinada por un centurión; a su hija la estrellaron contra una pared.

[60] Condicionem temporum illorum etiam per haec aestimare quiuis possit. nam neque caede uulgata statim creditum est, fuitque suspicio ab ipso Gaio famam caedis simulatam et emissam, ut eo pacto hominum erga se mentes deprehenderet; neque coniurati cuiquam imperium destinauerunt; et senatus in asserenda libertate adeo consensit, ut consules primo non in curiam, quia Iulia uocabatur, sed in Capitolium conuocarent, quidam uero sententiae loco abolendam Caesarum memoriam ac diruenda templa censuerint. obseruatum autem notatumque est in primis Caesares omnes, quibus Gai praenomen fuerit, ferro perisse, iam inde ab eo, qui Cinnanis temporibus sit occisus.

LX. Para dar una idea de aquellos tiempos, diremos sólo que al principio todos rehusaron prestar crédito a la noticia de su muerte, suponiendo que Cayo había hecho correr el rumor para reconocer, mediante este artificio, los sentimientos que inspiraba. Los conjurados no destinaron el Imperio a nadie, y el Senado quería tan unánimemente restablecer la libertad, que los cónsules no lo convocaron al principio en la sala ordinaria porque se denominaba Julia, sino en el Capitolio. Hubo quien opinó por la abolición de la memoria dé los césares y la destrucción de sus templos. Se ha observado que todos los césares que habían llevado el nombre de Cayo, empezando por el que fue asesinado en tiempo de Cinna, perecieron por medio del hierro.

NOTAS (82) El rey de los partos. (83) Nacido en los campamentos, crecido en las armas patrias, venia ya designado para el mando supremo. (84) Calígula llamaban a un calzado guarnecido de clavos usado por los simples soldados. (85) Nevio Sertorio Macrón ayudo a Tiberio a derribar a Seyano, y sucedió a este en el mando de las tropas pretorianas. (86) Tiberio había dispuesto, en efecto, que su nieto Tiberio compartiese su herencia con Calígula. (87) Filón atribuye a su intemperancia esta enfermedad que padeció a los ocho meses de su mando. (88) En 790 (89) Este castigo imponían los romanos a los llamados andróginos o hermafroditas, por considerar como de mal agüero su nacimiento. Se los ahogaba sea porque consideraban el agua, principalmente la del mar, como fuente de toda purificación, sea porque los poetas habían hecho del océano la mansión de los monstruos o bien, para que en la tierra habitada no quedase recuerdo de estos seres cuyo nacimiento se tenía por calamidad publica. Sin duda por esto quería Calígula hacer perecer así a los “inventores de placeres monstruosos” (spintrias). (90) Después de las guerras civiles estableció Augusto este impuesto para el Tesoro militar. Tiberio cediendo a las reclamaciones del pueblo, redujo primero a la tasa a la mitad, en 770; pero restableció la antigua después de la muerte de Seyano. (91) Estaba consagrada esta fiesta a la diosa patrona de los pastores y se celebraba el 21 de abril, día considerado como el de la fundación de Roma. (92) Istmo de Corinto. (93) Era obra de Fidias. Se encargo a Memio Régulo que la llevase a Roma, y si hemos de creer a Josefo, se lo impidieron terribles presagios, no siendo posible levantar la estatua. Claudio hizo devolver todas estas estatuas a los templos de donde las había sacado. (94) Eran tres: Agripina, Drusila y Livila. Según Eutropio, reconoció (agnovit) una hija, nacida de una de ellas. Algunos manuscritos dicen cognovit, lo que significará que cometió también incesto con ella. (95) Rómulo y Augusto se casaron, en efecto, con mujeres que estaban ya casadas, Hersilia y Livio. (96) Famosa por su eléboro, planta que los antiguos creían a propósito para curar la demencia. (97) Este sacerdocio se concedía como premio a la fuerza y habilidad en matar, pues para obtenerlo era preciso haber dado muerte en lucha al adversario. 158


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(98) Unos trescientos treinta millones de pesetas. (99) Augusto había fijado esta recompensa, después de veinte años de servicio, en doce mil sestercios. Calígula la redujo a la mitad. (100) Ni los emperadores ni los ciudadanos usaban nunca estos mantos en la ciudad, excepto en días muy fríos o lluviosos. El traje romano era la toga. (101) Se consideraba de hombre afeminado el usar las túnicas con mangas. (102) No se contento con quitar a los mirmilones su elegante traje, sino que hizo ademas menos temibles sus armaduras, a fin de que los gladiadores tracios, a quienes favorecía, pudiesen vencerlos con más facilidad. (103) Era el partido de los aurigas verdes. Existían otros tres: los azules, los blancos y los rojos, a los cuales Domiciano añadió dos: los dorados y los purpúreos. (104) El de Julio Cesar. (104 bis) El 24 de enero hacia la una de la tarde. (105) Según Josefo, el centurión Julio Lupo fue quien la mato por orden de Querea.

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SVETONI TRANQVILII VITA DIVI CLAVDI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46

EL DIVINO CLAUDIO SINOPSIS 1. ASCENDENCIA DE CLAUDIO. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-10) Su padre, Druso: circunstancias de su nacimiento; carrera política y militar; muerte; honores decretados por el Senado; carácter; matrimonio y descendencia (1). Nacimiento de Claudio. Nombres que recibió. Problemas de salud por los que se le considera incapacitado (2). Interés por las letras. Desprecio de sus familiares hacia su persona. Opinión que le merecía a Augusto. Disposiciones tomadas por éste y por Tiberio respecto a él. Se ¡abra la mala fama de borracho y jugador, pese a lo cual conserva el respeto del Senado y del orden ecuestre (3-6). Su vida bajo el mandato de Calígula. Su primer consulado. Vejaciones y peligros a los que se vio expuesto (7-9). Su subida al poder (10). II. CLAUDIO EN EL PODER (11-29) Primeras medidas de su gobierno. Honras rendidas a sus familiares difuntos (11). Sencillez de su comportamiento y respeto mostrado al Senado y a los magistrados (12). Conspiraciones contra él (13). Consulados y administración de justicia. Su conducta irregular en los procesos le vale el menosprecio general (14-15). Su actuación como censor (16). Expedición a Britania. Ceremonia del triunfo (17). Cuidado de Roma y de su abastecimiento (18-19). Obras públicas (20). Espectáculos Y juegos (21). Política interior y exterior (22-25). Matrimonios y descendencia (26-27). Los libertos de Claudio. Influencia de éstos y de las esposas de Claudio en el gobierno. Condena a muerte de diversos personajes por maquinaciones de éstos (28-29). III. RASGOS PERSONALES DE CLAUDIO (30-42) Características físicas. Salud (30-31). Gusto por los banquetes. Gula y afición por la bebida, Propensión al insomnio (3233). Testimonios de sus principales defectos: su crueldad (34); carácter miedoso y desconfiado (35-37); tendencia a la cólera y a la irritabilidad (38); falta de memoria y de reflexión (39); expresión descuidada (40). Producción literaria, tanto en latín como en griego. Su amor por esta última lengua (41-42). IV. MUERTE DE CLAUDIO (43-46) Muestras de arrepentimiento de haberse casado con Agripina y haber adoptado a Nerón (43). Asesinato de Claudio. Fecha y edad a la que murió. Duración de su reinado. Funerales y deificación (44-45). Presagios de su muerte (46).

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[1] Patrem Claudi Caesaris Drusum, olim Decimum mox Neronem praenomine, Livia, cum Augusto gravida nupsisset, intra mensem tertium peperit, fuitque suspicio ex vitrico per adulterii consuetudinem procreatum. Statim certe vulgatus est versus:

I. Livia, que estaba ya encinta cuando se casó con Augusto, dio a luz tres meses después a Druso; llevó al principio el nombre de Nerón, y fue padre de César Claudio; pasó por ser fruto de adulterio de Livia y Augusto, lo cual dio ocasión a que circulase este verso griego:

Tois eutuchousi kai trimena paidia.

A los hombres dichosos nacen hijos de tres meses.

Is Drusus in quaesturae praeturaeque honore dux Raetici, deinde Germanici belli Oceanum septemtrionalem primus Romanorum ducum navigavit transque Rhenum fossas navi et immensi operis effecit, quae nunc adhuc Drusinae vocantur. Hostem etiam freqventer caesum ac penitus in intimas solitudines actum non prius destitit insequi, quam species barbarae mulieris humana amplior victorem tendere ultra sermone Latino prohibuisset. Quas ob res ovandi ius et triumphalia ornamenta percepit; ac post praeturam confestim inito consulatu atque expeditione repetita supremum diem morbo obiit in aestiuis castris, quae ex eo Scelerata sunt appellata. Corpus eius per municipiorum coloniarumque primores suscipientibus obviis scribarum decuriis ad urbem devectum sepultumque est in campo Martio. Ceterum exercitus honorarium ei tumulum excitavit, circa quem deinceps stato die quotannis miles decurreret Galliarumque civitates publice supplicarent. Praeterea senatus inter alia complura marmoreum arcum cum tropaeis via Appia decrevit et Germanici cognomen ipsi posterisque eius. Fuisse autem creditur non minus gloriosi quam civilis animi; nam ex hoste super victorias opima quoque spolia captasse summoque saepius discrimine duces Germanorum tota acie insectatus; nec dissimulasse umquam pristinum se rei p. statum, quandoque posset, restituturum. Vnde existimo nonnullos tradere ausos, suspectum eum Augusto revocatumque ex provincia et quia cunctaretur, interceptum veneno. Quod equidem magis ne praetermitterem rettuli, quam quia verum aut veri simile putem, cum Augustus tanto opere et vivum dilexerit, ut coheredem semper filiis instituerit, sicut quondam in senatu professus est, et defunctum ita pro contione laudaverit, ut deos precatus sit, similes ei Caesares suos facerent sibique tam honestum quandoque exitum darent quam illi dedissent. Nec contentus elogium tumulo eius versibus a se compositis insculpsisse, etiam vitae

Durante su cuestura y su pretura tuvo un mando en la guerra de Recia y en la de Germania, siendo el primer general romano que navegó por el océano septentrional. Hizo abrir al otro lado del Rin canales de nueva forma y gran extensión, que aún hoy se llaman Drusinas. Infligió frecuentes derrotas al enemigo, rechazándole hasta sus bosques, y dejó sólo de perseguirle el día en que se le presentó una mujer de aquella nación de estatura más que humana, la cual, hablándole en latín, le prohibió que llevase más adelante sus victorias. Sus hazañas obtuvieron por recompensa la ovación y ornamentos triunfales. Al salir de la pretura fue nombrado cónsul, y habiendo reanudado sus expediciones, falleció de enfermedad en sus cuarteles de verano, llamados desde entonces Scelerata. Los principales ciudadanos de los municipios y las colonias llevaron su cadáver a Roma; las decurias de los secretarios del Imperio salieron a recibirle, enterrándole después en el campo de Marte. El ejército erigió en su honor un cenotafio, alrededor del cual debían ejercitarse anualmente los soldados en la carrera y hacer sacrificios solemnes los diputados de las ciudades de la Galia. El Senado, entre otros honores, le decretó un arco de triunfo en mármol, con trofeos, en la vía Apia, y el nombre de Germánico para él y sus descendientes. Dícese que era tan apasionado por la gloria como por la libertad; así, deseando siempre juntar a sus victorias el honor de despojos óptimos, perseguía a los jefes germánicos en el combate, sin reparar en los peligros, y nunca ocultó su anhelo de restablecer en cuanto pudiese la antigua República. Esta, es, a mi parecer, la causa que ha movido a algunos autores a decir que se hizo sospechoso a Augusto; que éste le llamó de su gobierno, pero viéndole vacilar en acudir, se libró de él por medio del veneno. Me refiero a ello por no omitir ningún detalle, pero sin creer que sea verdadero ni verosímil. Augusto quiso tanto a Druso mientras vivió, que le instituyó heredero, a la par de sus hijos, en todos sus testamentos, como declaró un día en el Senado. En el elogio público que hizo de él después de su muerte, suplicó a los dioses que le diesen césares que se pareciesen a Druso y le concedieran a él mismo tan hermoso fin como a aquél. Compuso, además, un epitafio en verso, que se grabó en su tumba; y escribió en prosa la historia de su vida. Druso había tenido muchos hijos de Antonia la menor, pero sólo dejó tres: Germánico, Livila y Claudio. 161


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memoriam prosa oratione composuit. Ex Antonia minore complures quidem liberos tulit, verum tres omnino reliquit: Germanicum, Livillam, Claudium. [2] Claudius natus est Iullo Antonio Fabio Africano conss. Kal. Aug. Luguduni eo ipso die quo primum ara ibi Augusto dedicata est, appellatusque Tiberius Claudius Drusus. Mox fratre maiore in Iuliam familiam adoptato Germanici cognomen assumpsit. Infans autem relictus a patre ac per omne fere pueritiae atque adulescentiae tempus variis et tenacibus morbis conflictatus est, adeo ut animo simul et corpore hebetato ne progressa quidem aetate ulli publico privatoque muneri habilis existimaretur. Diu atque etiam post tutelam receptam alieni arbitrii et sub paedagogo fuit; quem barbarum et olim superiumentarium ex industria sibi appositum, ut se quibuscumque de causis quam saevissime coerceret, ipse quodam libello conqueritur. Ob hanc eandem valitudinem et gladiatorio munere, quod simul cum fratre memoriae patris edebat, palliolatus novo more praesedit; et togae virilis die circa mediam noctem sine sollemni officio lectica in Capitolium latus est.

II. Claudio nació en Lyón, en las calendas de agosto, bajo el consulado de Julio Antonio y de Fabio Africano, el mismo día en que se dedicaba el altar consagrado a Augusto. Llamóse primeramente Tiberio Claudio Druso, y más adelante, cuando su hermano mayor pasó por adopción a la familia Julia, tomó el nombre de Germánico. Estaba todavía en la cuna cuando murió su padre, viéndose obligado durante casi todo el tiempo de su infancia y su juventud a luchar con diferentes y obstinadas enfermedades; quedó con ellas tan débil de cuerpo y de espíritu que ni siquiera en edad más avanzada se le consideró apto para cualquier cargo público, ni tampoco para ningún negocio particular. Mucho después de haber terminado su minoría le dejaron bajo la autoridad de otros, sometido a la férula de un pedagogo; él mismo se lamenta en un escrito de que hayan colocado a su lado un bárbaro palafrenero en otro tiempo, para hacerle soportar, bajo todo género de pretextos, infinidad de malos tratos. En esta misma debilidad de su salud y de su razón estuvo también la causa de que, contra la costumbre establecida, presidiese con la cabeza cubierta el espectáculo de gladiadores (106) que dio en unión de su hermano en memoria de su padre: y cuando vistió la toga viril, le condujeron en litera al Capitolio, a medianoche y sin ceremonia alguna.

[3] Disciplinis tamen liberalibus ab aetate prima non mediocrem operam dedit ac saepe experimenta cuiusque etiam publicavit. Verum ne sic quidem quicquam dignitatis assequi aut spem de se commodiorem in posterum facere potuit. Mater Antonia portentum eum hominis dictitabat, nec absolutum a natura, sed tantum incohatum; ac si quem socordiae argueret, stultiorem aiebat filio suo Claudio. Avia Augusta pro despectissimo semper habuit, non affari nisi rarissime, non monere nisi acerbo et brevi scripto aut per internuntios solita. Soror Livilla cum audisset quandoque imperaturum, tam iniquam et tam indignam sortem p. R. palam et clare detestata est. Nam avunculus maior Augustus quid de eo in utramque partem opinatus sit, quo certius cognoscatur, capita ex ipsius epistulis posui.

III. No dejó, a pesar de todo, de dedicarse durante su juventud al estudio de las letras griegas y latinas, y hasta se expresó muchas veces en público en ambas lenguas. A pesar de estas pruebas de saber, no pudo, sin embargo, conquistar ninguna consideración, ni infundir mejores esperanzas. Su madre Antonia le llamaba sombra de nombre, infame aborto de la Naturaleza; y cuando quería hablar de un imbécil, decía: Es más estúpido que mi hijo Claudio. Su abuela Livia sintió siempre hacia él un profundo desprecio; le dirigía la palabra muy raras veces, y si tenía algo que advertirle, lo hacía por medio de una carta lacónica y dura o de tercera persona. Su hermana Livila, habiendo oído decir que Claudio reinaría algún día, compadeció en alta voz al pueblo romano por estarle reservado tan infausto destino. En cuanto a lo que pensaba de él Augusto, nada mejor puedo hacer que citar los siguientes pasajes de sus cartas:

[4] "Collocutus sum cum Tiberio, ut mandasti, mea Livia, quid nepoti tuo Tiberio faciendum esset ludis Martialibus. Consentit autem uterque nostrum, semel nobis esse statvendum, quod consilium in illo sequamur. Nam si est artius, ut ita dicam, holocleros, quid est quod dubitemus,

IV. He hablado con Tiberio, según tu deseo, querida Lisia, sobre lo que habrá que hacer con tu nieto Tiberio en las fiestas de Marte. Los dos creemos que debemos decidir de una vez sobre lo que atañe y no separarnos del acuerdo. Porque si tiene las cualidades requeridas y, por decirlo así, universales, no hay que vacilar en hacerle pasar 162


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quin per eosdem articulos et gradus producendus sit, per quos frater eius productus sit? Sin autem elattosthai sentimus eum et beblaphthai kai eis ten tou somatos kai eis ten tes psyches artioteta, praebenda materia deridendi et illum et nos non est hominibus ta toiauta skoptein kai mykterizein eiothosin. Nam semper aestuabimus, si de singulis articulis temporum deliberabimus, me proupokeimenou hemin posse arbitremur eum gerere honores necne. In praesentia tamen quibus de rebus consulis, curare eum ludis Martialibus triclinium sacerdotum non displicet nobis, si est passurus se ab Silvani filio homine sibi affini admoneri, ne quid faciat quod conspici et derideri possit. Spectare eum circenses ex pulvinari non placet nobis; expositus enim in fronte prima spectaculorum conspicietur. In Albanum montem ire eum non placet nobis aut esse Romae Latinarum diebus. Cur enim non praeficitur urbi, si potest sequi fratrem suum in montem? Habes nostras, mea Livia, sententias, quibus placet semel de tota re aliquid constitui, ne semper inter spem et metum fluctuemur. Licebit autem, si voles, Antoniae quoque nostrae des hanc partem epistulae huius legendam." Rursus alteris litteris: "Tiberium adulescentem ego vero, dum to aberis, cotidie invitabo ad cenam, ne solus cenet cum suo Sulpicio et Athenodoro. Qui vellem diligentius et minus meteoros deligeret sibi aliquem, cuius motum et habitum et incessum imitaretur. Misellus atychei nam en tois spoudaiois ubi non aberravit eius animus, satis apparet he tes psyches autou eugeneia. Item tertiis litteris: "Tiberium nepotem tuum placere mihi declamantern potuisse, peream nisi, mea Livia, admiror. Nam qui tam asaphos loquatur, qui possit cum declamat saphos dicere quae dicenda sunt, non video." Nec dubium est, quid post haec Augustus constituerit, et reliquerit eum nullo praeter auguralis sacerdotii honore impertitum ac ne heredem quidem nisi inter tertios ac paene extraneos e parte sexta nuncuparet, legato quoque non amplius quam octingentorum sestertiorum prosecutus.

gradualmente por los mismos honores que a su hermano. Si, por el contrario, le encontramos incapaz, si no goza de salud de cuerpo ni de espíritu no hemos de exponernos al ridículo, ni exponerle a él ante los satíricos que todo lo toman a burla. Seria muy de lamentar, en el caso de que no hubiéramos decidido nada de antemano, tener que deliberar en cada período de su vida si puede o no desempeñar los empleos públicos. Sea de esto lo que quiera, en la ocasión presente no me opongo a que se siente a la mesa de los Pontificios, en las fiestas de Marte, con tal que tenga junto a él a su pariente, el hijo de Silano, que le impida cometer inconveniencias o ponerse en ridículo. Me parece oportuno que asista a los juegos del Circo en lecho de ceremonia: se haría demasiado visible y se daría como un espectáculo él mismo. Tampoco creo que deba ir a sacrificar en el monte Albano, ni permanecer en Roma durante las fiestas Latinas, pues, a fin de cuentas, ¿por qué no se le había de encargar de algunas funciones en la ciudad, si compartiese las de su hermano en el monte?. Ahora ya estás enterada de todas mis decisiones, querida Livia; añadiré aún que es preciso determinar para siempre nuestra conducta con relación a él, a fin de no vacilar continuamente entre la esperanza y el temor. Si lo consideras conveniente, puedes dar a leer a Antonia esta parte de mi carta. En otra decía: Durante tu ausencia, invitaré todos los días a mi mesa al joven Tiberio, a fin de que no coma solo con su Sulpicio y su Atenodoro. Quisiera que eligiese con más cuidado y menos negligencia un amigo cuya actitud, acción y compostura sirvan de ejemplo a ese pobre insensato. “No serán su ocupación los negocios del Estado”, aunque cuando no está extraviado su espíritu, algunas veces hace recordar su nacimiento. Y por último, en otra carta, dice todavía: He oído declarar a tu nieto Tiberio, y no salgo de mi asombro. ¿Cómo puede hablar con tanta claridad en público, cuando de ordinario tiene la lengua tan entorpecida? No puede dudarse de la determinación que tomó en seguida Augusto en relación a él. No le confirió ninguna dignidad, a no ser la del sacerdocio de los augurios; le asignó sólo la sexta parte de su herencia y no le nombró más que en la tercera categoría de los herederos, casi entre los extraños; los legados que le hizo no pasaban de ochocientos mil sestercios.

[5] Tiberius patruus petenti honores consularia ornamenta detulit; sed instantius legitimos flagitanti id solum codicillis rescripsit, quadraginta aureos in Saturnalia et Sigillaria misisse ei. Tunc demum abiecta spe dignitatis ad otium concessit, modo in hortis et suburbana domo, modo in Campaniae seccssu delitescens,

V. Su tío Tiberio le concedió, a Petición suya, los ornamentos consulares, pero como instaba para obtener en seguida el consulado, le escribió por toda contestación: Te mando cuarenta piezas de oro para las Saturnales y Sigilarias (107). Renunció, en consecuencia, a la esperanza de las dignidades, y tomó e] partido de retirarse, viviendo unas veces en sus jardines o en su casa de campo inmediata 163


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atque ex contubernio sordidissimorum hominum super veterem segnitiae notam ebrietatis quoque et aleae infamiam subiit, cum interim, quanquam hoc modo agenti, numquam aut officium hominum aut reverentia publice defuit.

a Roma, y otras en lo más apartado de la Campania, en compañía de los hombres más abyectos, añadiendo a su propia reputación de imbécil la vergonzosa fama de jugador y borracho. Pese a esta conducta, le dispensaron todavía algunas atenciones, y hasta le otorgaron muestras públicas de respeto.

[6] Equester ordo bis patronum cum perferendae pro se legationis elegit, semel cum deportandum Romam corpus Augusti umeris suis ab consulibus exposceret, iterum cum oppressum Seianum apud eosdern gratularetur; quin et spectaculis advenienti assurgere et lacernas deponere solebat. Senatus quoque, ut ad numerum sodalium Augustalium sorte ductorum extra ordinem adiceretur, censuit et mox ut domus ei, quam incendio amiserat, publica impensa restitueretur, dicendaeque inter consulares sententiae ius esset. Quod decretum abolitum est, excusante Tiberbio imbecillitatem eius ac damnum liberalitate sua resarsurum pollicente. Qui tamen moriens et in tertiis heredibus eum ex parte tertia nuncupatum, legato etiam circa sestertium vicies prosecutus, commendavit insuper exercitibus ac senatni populoque R. inter ceteras necessitudines nominatim.

VI. Dos veces le encargaron los caballeros que llevase por ellos la voz al frente de una diputación de su orden: la primera, cuando solicitaron de los cónsules el favor de trasladar en hombros hasta Roma el cuerpo de Augusto; la segunda, cuando fueron a felicitar a aquellos mismos magistrados por haber hecho justicia a Seyano; a su entrada en el teatro, todos se levantaban y se quitaban el manto. También el Senado quiso agregarle extraordinariamente a los sacerdotes de Augusto, que eran designados por suerte; quiso, además, hacer reconstruir a costa del Estado su casa destruida por un incendio y conferirle el derecho de emitir su opinión en el rango de los consulares. Tiberio hizo, sin embargo, revocar este decreto, alegando la incapacidad de Claudio, y prometiendo indemnizarle él mismo de sus pérdidas. Al morir, le inscribió en la tercera categoría de sus herederos por la tercera parte de la herencia; le hizo, además, un legado de dos millones de sestercios, y le recomendó expresamente a los ejércitos, al Senado y al pueblo romano entre lo que más quería.

[7] Sub Gaio demum fratris filio secundam existimationem circa initia imperii omnibus lenociniis colligente honores auspicatus consulatum gessit una per duos menses, evenitque ut primitus ingredienti cum fascibus Forum praetervolans aquila dexteriore umero consideret. Sortitus est et de altero consulatu in quartum annum; praeseditque nonnumquam spectaculis in Gai vicem, adclamante populo: "Feliciter" partim "patruo imperatoris" partim "Germanici fratri!"

VII. Bajo su sobrino Cayo, que al principio de su reinado procuraba por todos los medios franquearse reputación, llegó finalmente Claudio a los honores siendo colega de aquél en el consulado durante dos meses. La primera vez que se presentó en el Foro con las fasces vióse un águila que se vino a posar en su hombro derecho. La suerte le asignó otro consulado para cuatro años después. Presidió algunas veces los espectáculos en substitución de Cayo, y el pueblo le saludaba entonces exclamando: ¡Prosperidad al tío del emperador; prosperidad al hermano de Germánico!.

[8] Nec eo minus contumeliis obnoxius vixit. Nam et si paulo serius ad praedictam cenae horam ocurrisset, non nisi aegre et circuito demum triclinio recipiebatur, et quotiens post cibum addormisceret, quod ei fere accidebat, olearum aut palmularum ossibus incessebatur, interdum ferula flagrove velut per ludum excitabatur a copreis. Solebant et manibus stertentis socci induci, ut repente exergefactus faciem sibimet confricaret.

VIII. Pero no por esto dejó de ser juguete de la corte. Si llegaba, en efecto, algo tarde a la cena, se le recibía con disgusto y se le dejaba que diese vueltas alrededor de la mesa buscando puesto; si se dormía después de la comida, cosa que le ocurría a menudo, disparábanle huesos de aceitunas y de dátiles, o bien se divertían los bufones en despertarle como a los esclavos, con una palmeta o un látigo. Solían también ponerle en las manos sandalias cuando roncaba, para que al despertar bruscamente, se frotase la cara con ellas.

[9] Sed ne discriminibus quidem caruit. Primum in ipso consulatu, quod Neronis et Drusi fratrum Caesaris statuas segnius locandas ponendasque curasset, paene honore summotus est; deinde

IX. En esta época pasó también por disgustos más graves. Durante su consulado, estuvo a punto de verse destituido por su negligencia en hacer colocar en Roma las estatuas de Nerón y de Druso, hermanos del cesar. Por otra parte, 164


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extraneo vel etiam domesticorum aliquo deferente assidue varieque inquietatus. Cum vero detecta esset Lepidi et Gaetulici coniuratio, missus in Germaniam inter legatos ad gratulandum etiam vitae periculum adiit, indignante ac fremente Gaio patruum potissimum ad se missum quasi ad puerum regendum, adeo ut non defuerint, qui traderent praecipitatum quoque in flumen, sic ut vestitus advenerat. Atque ex eo numquam non in senatu novissimus consularium sententiam dixit, ignominiae causa post omnis interrogatus. Etiam cognitio falsi testamenti recepta est, in quo et ipse signaverat. Postremo sestertium octogies pro introitu novi sacerdotii coactus impendere, ad eas rei familiaris angustias decidit, ut cum obligatam aerario fidem liberare non posset, in vacuum lege praediatoria venalis pependerit sub edicto praefectorum.

era constantemente objeto de delaciones por parte de su servidumbre y hasta de extraños. Fue enviado a Germania con los legados encargados de felicitar a Calígula por el descubrimiento de la conspiración de Lépido y de Gentílico, corriendo allí riesgo su vida, pues el emperador se sintió indignado de que hubiesen elegido a su tío como si se tratase de dar lecciones a un chiquillo. A causa de esto han pretendido algunos autores que a su llegada le precipitaron vestido y todo al Rin. A partir de entonces, fue siempre el último de los consulares para dar su perecer en el Senado, no preguntándoselo, para mortificarle, sino después de haberlo hecho a todos los demás. Esta Asamblea recibió, además, la acusación de falso testimonio de uno que él había firmado. Habiéndole, en fin, costado ocho millones de sestercios su ingreso en un sacerdocio nuevamente establecido (108), se encontró tan necesitado de dinero, que no pudiendo satisfacer sus débitos al Tesoro, pusiéronse sus bienes en venta conforme a las leyes de las hipotecas y según tasación de los prefectos del fisco.

[10] Per haec ac talia maxima aetatis parte transacta quinquagesimo anno imperium cepit quantumuis mirabili casu. Exclusus inter ceteros ab insidiatoribus Gai, cum quasi secretum eo desiderante turbam submoverent, in diaetam, cui nomen est Hermaeum, recesserat; neque multo post rumore caedis exterritus prorepsit ad solarium proximum interque praetenta foribus uela se abdidit. Latentem discurrens forte gregarius miles, animadversis pedibus, studio sciscitandi quisnam esset, adgnovit extractumque et prae metu ad genua sibi adcidentem imperatorem salutavit. Hinc ad alios commilitones fluctuantis nec quicquam adhuc quam frementis perduxit. Ab his lecticae impositus et, quia sui diffugerant vicissim succollantibus in castra delatus est tristis ac trepidus, miserante obvia turba quasi ad poenam raperetur insons. Receptus intra uallum inter excubias militum pernoctavit, aliquanto minore spe quam fiducia. Nam consules cum senatu et cohortibus urbanis forum Capitoliumque occupaverant asserturi communem libertatem; accitusque et ipse per tr. pl. in curiam ad suadenda quae viderentur, vi se et necessitate teneri respondit. Verum postero die et senatu segniore in exeqvendis conatibus per taedium ac dissensionem diversa censentium et multitudine, quae circumstabat, unum rectorem iam et nominatim exposcente, armatos pro contione iurare in nomen suum passus est promisitque singulis quina dena sestertia, primus Caesarum fidem militis etiam praemio pigneratus.

X. Así pasó Claudio la mayor parte de su vida hasta la edad de cincuenta años, en que por uno de los más raros caprichos de la fortuna, se vio elevado al mando supremo. Cuando los asesinos de Calígula separaron a todos, con el pretexto de que el emperador quería estar solo, Claudio, alejado como los demás, se retiró a un pequeño comedor, llamado Hermeum; sobrecogido de miedo al primer rumor del asesinato, arrastrase desde allí hasta una galería inmediata, donde permaneció oculto detrás del tapiz que cubría la puerta. Un soldado, que por casualidad llegó hasta allí, le vio los pies; quiso saber quién era, y reconociéndole le sacó de aquel sitio. Claudio se arrojó a sus pies suplicándole que no le matara; el soldado le saludó como emperador, le llevó a sus compañeros todavía indecisos y estremecidos de cólera, los cuales le colocaron en una litera, y como habían huido los esclavos, le llevaron en hombros al campamento. Claudio estaba afligido y tembloroso, y los transeúntes le compadecían como a víctima inocente que llevaban al suplicio. Fue recibido en la parte fortificada del campamento, y pasó la noche rodeado de centinelas, más tranquilo en cuanto al presente que para el futuro. Los cónsules y el Senado ocupaban, en efecto, el Foro y el Capitolio con los cohortes urbanas, queriendo absolutamente restablecer las libertades públicas. El mismo Claudio, citado por los tribunos del pueblo para que fuese al Senado a dar su opinión en aquellas circunstancias, contestó que estaba retenido por la fuerza. Pero a la mañana siguiente, el Senado, presa de divisiones y cansado de su papel, ya menos firme en la ejecución de sus designios; viendo que el pueblo que le rodeaba pedía a gritos un jefe único, decidió nombrar a Claudio, recibiendo éste, delante del pueblo reunido, los juramentos del ejército; prometió a cada soldado quince mil sestercios, siendo el primero de los césares que compró 165


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Suetonio a precio de oro la fidelidad de las legiones.

[11] Imperio stabilito nihil antiquius duxit quam id biduum, quo de mutando rei p. statu haesitatum erat, memoriae eximere. Omnium itaque factorum dictorumque in eo veniam et oblivionem in perpetuum sanxit ac praestitit, tribunis modo ac centurionibus paucis e coniuratorum in Gaium numero interemptis, exempli simul causa et quod suam quoque caedem depoposcisse cognoverat. Conversus hinc ad officia pietatis ius iurandum neque sanctius sibi neque crebrius instituit quam per Augustum. Aviae Liviae diuinos honores et circensi pompa currum elephantorum Augustino similem decernenda curavit; parentibus inferias publicas, et hoc amplius patri circenses annuos natali die, matri carpentum, quo per circum duceretur, et cognomen Augustae ab viva recusatum. At in fratris memoriam per omnem occasionem celebratam comoediam quoque Graecam Neapolitano certamine docuit ac de sententia iudicum coronavit. Ne Marcum quidem Antonium inhonoratum ac sine grata mentione transmisit, testatus quondam per edictum, tanto impensius petere se ut natalem patris Drusi celebrarent, quod idem esset et aui sui Antoni. Tiberio marmoreum arcum iuxta Pompei theatrum, decretum quidem olim a senatu verum omissum, peregit. Gai quoque etsi acta omnia rescidit, diem tamen necis, quamuis exordium principatus sui, vetuit inter festos referri.

XI. Ya establecido en el mando, fue su primer cuidado olvidar lo ocurrido en aquellos dos días en que se trató de cambiar la faz del Estado. Como primera medida, otorgó una amnistía general y completa, que observó religiosamente, exceptuando a algunos tribunos y centuriones complicados en la muerte de Cayo, a los cuales hizo ejecutar, tanto para escarmiento como porque se enteró que habían pedido también su muerte. Ocupóse después en los honores que deseaba tributar a los suyos; adopto como el juramento más sagrado el que invocaba el nombre de Augusto; hizo decretar a su abuela Livia los honores divinos y en las pompas del Circo un carro arrastrado por elefantes, como el de Augusto. A sus padres les hizo decretar ceremonias fúnebres, y por su padre agregó juegos anuales en el Circo, el día del aniversario de su nacimiento; para su madre un carro, en el que debía pasearse su imagen en el Circo, y el dictado de Augusta, que se negó a aceptar en vida. Quiso honrar la memoria de su hermano, haciendo representar en Nápoles, en honor suyo y después de un concurso, una comedia griega premiada por él como la mejor, según dictamen de los jueces. Tributó pruebas también de gratitud y respeto a la memoria de Marco Antonio, declarando cierto día en un edicto que deseaba tanto más ver célebre el nacimiento de su padre Druso, cuanto que en igual día había nacido su abuelo Antonio. Terminó el arco de triunfo en mármol otorgado en otro tiempo a Tiberio por el Senado, situado cerca del teatro de Pompeyo, que estaba abandonado, y si bien es cierto que anuló todos los actos de Cayo, prohibió se contase en el número de los días festivos el de su muerte, aunque fue el primero de su mando.

[12] At in semet augendo parcus atque civilis praenomine Imperatoris abstinuit, nimios honores recusavit, sponsalia filiae natalemque geniti nepotis silentio ac tantum domestica religione transegit. Neminem exulum nisi ex senatus auctoritate restituit. ut sibi in curiam praefectum praetori tribunosque militum secum inducere liceret utque rata essent quae procuratores sui in iudicando statuerent, precario exegit. Ius nundinarum in privata praedia a consulibus petit. Cognitionibus magistratuum ut unus e consiliariis freqventer interfuit; eosdem spectacula edentis surgens et ipse cum cetera turba voce ac manu veneratus est. Tribunis plebis adeuntibus se pro tribunali excusavit, quod propter angustias non posset audire eos nisi stantes. Quare in brevi spatio tantum amoris fauorisque collegit, ut cum profectum eum Ostiam perisse ex insidiis nuntiatum esset, magna consternatione populus et militem quasi proditorem et senatum quasi

XII. Sobrio en la elección de honores y en el ejercicio del poder, se abstuvo de usar el título de emperador y rehusó todas las distinciones que salieran de lo corriente. Celebró en su mansión los esponsales de su hija y el nacimiento de su nieta sin ostentación alguna y como simple ceremonia doméstica. No levantó ningún destierro sino por consejo de los senadores. Pidió como favor que le permitiesen acompañarle al Senado al prefecto del Pretorio y los tribunos militares, y que se ratificasen allí las sentencias pronunciadas por sus delegados en los asuntos judiciales. Solicitó de los cónsules el derecho de establecer mercados en sus dominios privados. Asistió a menudo como simple consejero a los juicios que celebraban los magistrados; y cuando éstos daban espectáculos, se levantaba, como todos, al verlos entrar y los saludaba con la voz y con la mano. Habiéndose presentado los tribunos del pueblo ante su tribunal, se disculpó con ellos por verse obligado, falto de espacio, a dejarlos hablar en pie. Semejante conducta le granjeó en poco tiempo el aprecio y cariño de los romanos hasta tal punto, que habiendo corrido el rumor de que en uno de sus viajes a Ostia había sido asesinado, el pueblo, 166


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parricidam diris execrationibus incessere non ante destiterit, quam unus atque alter et mox plures a magistratibus in rostra producti saluum et appropinquare confirmarent.

consternado, abrumó de imprecaciones a los soldados como traidores y a los senadores como parricidas: estas acusaciones no cesaron hasta que los magistrados presentaron en la tribuna de las arengas a un ciudadano, y después otro, y otro, que aseguraron que Claudio vivía y que estaba por llegar [a Roma].

[13] Nec tamen expers insidiarum usque quaque permansit, sed et a singulis et per factionem et denique civili bello infestatus est. E plebe homo nocte media iuxta cubiculum eius cum pugione deprehensus est; reperti et equestris ordinis duo in publico cum dolone ac venatorio cultro praestolantes, alter ut egressum theatro, alter ut sacrificantem apud Martis aedem adoreretur. Conspirauerunt autem ad res novas Gallus Asinius et Statilius Coruinus, Pollionis ac Messalae oratorum nepotes, assumptis compluribus libertis ipsius atque seruis. Bellum civile movit Furius Camillus Scribonianus Delmatiae legatus; verum intra quintum diem oppressus est legionibus, quae sacramentum mutaverant, in paenitentiam religione conversis, postquam denuntiato ad novum imperatorem itinere casu quodam ac diuinitus neque aquila ornari neque signa conuelli moverique potuerunt.

XIII. A pesar de todo, no se vio durante su mando libre de asechanzas, amenazada su vida por conatos particulares, sediciones y últimamente por la guerra civil. Una noche se encontró a un hombre del pueblo con un puñal cerca de su lecho. Se sabe de dos caballeros romanos, armados con cuchillos de caza y estiletes, que le esperaron para matarle, el uno a la salida del teatro, y el otro durante un sacrificio en el templo de Marte. Asinio Galo y Stalilio Corvino, nietos de los oradores Polión y Mesalas intentaron una revuelta haciendo participar en ella a gran número de libertos y esclavos de Claudio. Furio Camilo Scriboniano, legado en Dalmacia, consiguió promover una guerra civil, pero fue derrotado en menos de cinco días, a causa de la defección de las legiones que habían violado, su juramento y que se arrepintieron casi en el acto por escrúpulo religioso. En efecto, fuese casualidad, fuese voluntad de los dioses, cuando recibieron orden de ponerse en marcha para reunirse al nuevo emperador, no pudieron preparar las águilas ni arrancar las insignias.

[14] Consulatus super pristinum quattuor gessit; ex quibus duos primos iunctim, seqventis per interuallum quarto quemque anno, semenstrem novissimum, bimenstris ceteros, tertium autem novo circa principem exemplo in locum demortui suffectus. Ius et consul et extra honorem laboriosissime dixit, etiam suis suorumque diebus sollemnibus, nonnumquam festis quoque antiquitus et religiosis. Nec semper praescripta legum secutus duritiam lenitatemue multarum ex bono et aequo, perinde ut adficeretur, moderatus est; nam et iis, qui apud privatos iudices plus petendo formula excidissent, restituit actiones et in maiore fraude convictos legitimam poenam supergressus ad bestias condemnavit.

XIV. Además de su antiguo consulado, Claudio fue investido cuatro veces con esta dignidad: las dos primeras sin interrupción, y las siguientes en cuatro años de intervalo. Conservó el último consulado seis meses, y dos solamente los otros. En el tercero substituyó a un cónsul muerto, ejemplo nunca visto en un emperador. Pero fuese o no cónsul, administraba justicia con mucha asiduidad, hasta en los días consagrados, en su casa o en su familia, a alguna solemnidad, y algunas veces lo hizo incluso durante las fiestas establecidas por la religión desde remota antigüedad. No siempre se atenía a los términos de la ley, haciéndola más suave o más severa, según la justicia del caso o siguiendo sus impulsos; así estableció en su derecho de demandantes a los que lo habían perdido legalmente ante los jueces ordinarios por haber pedido demasiado, y acrecentando el rigor de las leyes, condenó a las fieras a los que quedaron convictos de fraudes muy graves.

[15] In cognoscendo autem ac decernendo mira varietate animi fuit, modo circumspectus et sagax, interdum inconsultus ac praeceps, nonnumquam friuolus amentique similis. Cum decurias rerum actu expungeret, eum, qui dissimulata vacatione quam beneficio liberorum habebat responderat, ut cupidum iudicandi dimisit; alium interpellatum ab adversariis de propria lite negantemque cognitionis rem sed

XV. En sus informes y sentencias mostraba un carácter variable en gran manera: circunspecto y sagaz unas veces, inconsiderado en otras, y hasta extravagante. Cierto día, en virtud de su autoridad, para el servicio de los tribunales, revistaba las decurias, y un ciudadano, a quien el número de hijos concedía el privilegio de no actuar (109), contestó al llamamiento, sin aducir la exención, Claudio le despidió como sospechoso de la manía de juzgar. A otro, interpelado delante de él por sus adversarios en asuntos que le atañía 167


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ordinari iuris esse, agere causam confestim apud se coegit, proprio negotio documentum daturum, quam aequus iudex in alieno negotio futurus esset. Feminam non agnoscentem filium suum dubia utrimque argumentorum fide ad confessionem compulit indicto matrimonio iuvenis. Absentibus secundum praesentes facillime dabat, nullo dilectu culpane quis an aliqua necessitate cessasset. Proclamante quodam praecidendas falsario manus, carnificem statim acciri cum machaera mensaque lanionia flagitavit. Peregrinitatis reum orta inter advocatos levi contentione, togatumne an palliatum dicere causam oporteret, quasi aequitatem integram ostentans, mutare habitum saepius et prout accusaretur defendereturue, iussit. De quodam etiam negotio ita ex tabella pronuntiasse creditur, secundum eos se sentire, qui vera proposuissent. Propter quae usque eo eviluit, ut passim ac propalam contemptui esset. Excusans quidam testem e provincia ab eo vocatum negavit praesto esse posse dissimulata diu causa; ac post longas demum interrogationes: "Mortuus est," inquit, "puto, licuit." Alius gratias agens quod reum defendi pateretur, adiecit: "Et tamen fieri solet." Illud quoque a maioribus natu audiebam, adeo causidicos patientia eius solitos abuti, ut discedentem e tribunali non solum voce revocarent, sed et lacinia togae retenta, interdum pede apprehenso detinerent. Ac ne cui haec mira sint, litigatori Graeculo vox in altercatione excidit: kai su geron ei kai moros. Equitem quidem Romanum obscaenitatis in feminas reum, sed falso et ab impotentibus inimicis conficto crimine, satis constat, cum scorta meritoria citari adversus se et audiri pro testimonio videret, graphium et libellos, quos tenebat in manu, ita cum magna stultitiae et saevitiae exprobratione iecisse in faciem eius, ut genam non leviter perstrinxerit.

personalmente y que se excusaba pretendiendo que no incumbía al emperador sino a los jueces ordinarios, le intimó que se defendiese en el acto, para obligarle a mostrar en su propia causa la equidad con que juzgaría las otras. Una mujer se negaba a reconocer un hijo suyo; como por una y otra parte fuesen dudosas las pruebas, Claudio le mandó que se casase con el presunto hijo, obligándola de esta manera a confesarse madre suya. Ordinariamente daba razón a las partes presentes contra las ausentes, sin escuchar las excusas, legítimas o no que podían presentar éstas para justificar su ausencia. Como uno pidiera insistentemente que cortasen las manos a cierto falsificador (110), Claudio hizo venir al punto al verdugo con una cuchilla y el banquillo del suplicio. Disputábase la cuestión, a fin de saber si aquel hombre debía defender su causa con toga romana o con manto griego: el emperador, creyendo en este caso dar pruebas de completa imparcialidad, le ordenó tomar alternativamente los dos trajes, uno mientras se celebraba la acusación y el otro durante la defensa, Se cree que en otro asunto dio por escrito esta sentencia: Opino como aquellos que tienen razón. Se vio por estas decisiones tan rebajado, que algunas veces recibió hasta en público muestras de desprecio. Un ciudadano, para excusar la ausencia de un testigo citado por el mismo Claudio en una provincia del Imperio, limitase a exponer que le era imposible comparecer, manteniendo oculta por mucho tiempo la razón; tras haber dejado que el emperador le interrogase repetidamente acerca de ella, concluyó por contestar; Ha muerto, y creo que esto le estaba permitido. Dándole otro gracias porque permitía a un acusado defenderse, añadió: Y sin embargo, así se acostumbra. He oído decir a los ancianos que los abogados abusaban de su paciencia hasta el punto de llamarle cuando se retiraba del tribunal, de retenerle por la toga y algunas veces hasta por un pie; no debe tenerse por increíble, puesto que un litigante se atrevió, en el calor de la discusión, a decirle: Y tú también eres viejo e imbécil. Conocido es, además, el rasgo del caballero romano que, injustamente acusado por implacables enemigos de cometer con las mujeres monstruosas obscenidades y viendo que le oponían y confrontaban con prostitutas de profesión, censuró a Claudio su estupidez y crueldad lanzándole a la cara el estilo y las tablillas que tenía en la mano, con las que le causó en la mejilla una herida bastante profunda.

[16] Gessit et censuram intermissam diu post Plancum Paulumque censores, sed hanc quoque inaequabiliter varioque et animo et eventu. Recognitione equitum iuvenem probri plenum, sed quem pater probatissimum sibi affirmabat, sine ignominia dimisit, habere dicens censorem suum; alium corruptelis adulteriisque famosum nihil amplius quam monuit, ut aut parcius aetatulae indulgeret aut certe cautius;

XVI. Claudio practicó también la censura, lo que no se había hecho desde Plauso y Paulo, pero también en estas funciones mostró la misma desigualdad de carácter y de conducta. En la revista de los caballeros expulsó, Sin tacharle de infamia, a un joven lleno de oprobio, pero a quien su padre declaraba intachable. Tiene, dijo, su censor. A otro muy conocido por sus desórdenes y adulterios, advirtió que se entregase a los placeres propios de su edad, o al menos con más cautela, y añadió: ¿Qué necesidad hay 168


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addiditque: "quare enim ego scio, quam amicam habeas?" Et cum orantibus familiaribus dempsisset cuidam appositam notam: "litura tamen," inquit, "extet." Splendidum virum Graeciaeque provinciae principem, verum Latini sermonis ignarum, non modo albo iudicum erasit, sed in peregrinitatem redegit. Nec quemquam nisi sua voce, utcumque quis posset, ac sine patrono rationem vitae passus est reddere. Notavitque multos, et quosdam inopinantis et ex causa novi generis, quod se inscio ac sine commeatu Italia excessissent; qvendam vero et quod comes regis in provincia fuisset, referens, maiorum temporibus Rabirio Postumo Ptolemaeum Alexandriam crediti servandi causa secuto crimen maiestatis apud iudices motum. Plures notare conatus, magna inquisitorum neglegentia sed suo maiore dedecore, innoxios fere repperit, quibuscumque caelibatum aut orbitatem aut egestatem obiceret, maritos, patres, opulentos se probantibus; eo quidem, qui sibimet vim ferro intulisse arguebatur, inlaesum corpus veste deposita ostentante. Fuerunt et illa in censura eius notabilia, quod essedum argenteum sumptuose fabricatum ac venale ad Sigillaria redimi concidique coram imperavit; quodque uno die XX edicta proposuit, inter quae duo, quorum altero admonebat, ut uberi vinearum proventu bene dolia picarentur; altero, nihil aeque facere ad viperae morsum quam taxi arboris sucum.

de que conozca yo el nombre de tu amante? Cierto día, y a ruegos de sus amigos, borró la nota de infamia unida al nombre de un ciudadano. Quiero, sin embargo, dijo, que subsista la tacha. Hizo suprimir del cuadro de jueces a uno de los principales habitantes de la provincia de Grecia que no sabía latín, y no contento con esto, le hizo degradar además a la clase de extranjero. Exigió también que todo ciudadano que tuviese que dar cuenta de su conducta lo hiciese por sí mismo, según sus medios y sin abogado. Tachó a muchos ciudadanos que estaban muy lejos de esperarlo y por causas bastante insignificantes: a uno por haber salido de Italia sin conocimiento del emperador y sin su permiso; a otro, por haber acompañado a un rey a sus Estados. Con este motivo citó el ejemplo de Rebirio Póstumo, acusado en otro tiempo del delito de alta traición porque había seguido a Alejandría al rey Ptolomeo, su deudor. Era su deseo tachar aun a mayor número, pero la negligencia de los comisarios instructores le impuso la afrenta de no encontrar en gran parte más que inocentes donde creía hallar culpables; pues aquellos a quienes censuraba el celibato, la falta de hijos o de caudal, justificaban en el acto su matrimonio, paternidad o riquezas. Hubo incluso quién, acusado de haberse herido con una espada para quitarse la vida, mostró, despojándose de sus ropas, que no tenía ninguna herida. Se advirtió también, entre otras singularidades de su censura, que hizo comprar y romper públicamente un carro de plata de maravilloso trabajo que habían puesto en venta cerca de las Sigilarias (111), y que en un solo día publicó veinte edictos, entre los cuales había uno que disponía embrear bien toneles atendiendo a que habría mucho vino aquel año; y otros que aconsejaba el jugo del tejo como eficaz remedio contra la mordedura de víbora.

[17] Expeditionem unam omnino suscepit eamque modicam. Cum decretis sibi a senatu ornamentis triumphalibus leviorem maiestati principali titulum arbitraretur velletque iusti triumphi decus, unde adquireret Britanniam potissimum elegit, neque temptatam ulli post Diuum Iulium et tunc tumultuantem ob non redditos transfugas. Huc cum ab Ostia navigaret, vehementi circio bis paene demersus est, prope Liguriam iuxtaque Stoechadas insulas. Quare a Massilia Gesoriacum usque pedestri itinere confecto inde transmisit ac sine ullo proelio aut sanguine intra paucissimos dies parte insulae in deditionem recepta, sexto quam profectus erat mense Romam rediit triumphavitque maximo apparatu. Ad cuius spectaculum commeare in urbem non solum praesidibus provinciarum permisit, verum etiam exulibus quibusdam; atque inter hostilia spolia naualem coronam fastigio Palatinae domus iuxta

XVII. Hizo sólo una expedición militar, y aun ésta sin importancia. El Senado le había decretado los ornamentos triunfales, pero no pareciéndole aquello bastante para la majestad de su jerarquía y aspirando a los honores de merecido triunfo, eligió para teatro de sus proezas la Bretaña, que no había sido atacada por nadie desde Julio César, y en la que reinaba entonces cierta efervescencia a causa de los desertores que no habían sido devueltos. Marchó, pues, a embarcarse en Ostia, pero estuvo a punto de naufragar dos veces a consecuencia de un viento impetuoso que le sorprendió en la costa de la Liguria, próxima a las islas Stechadas. Por esta causa desde Marsella fue por tierra a Gesoriacum donde pasó el mar. En pocos días, sin combatir, sin efusión de sangre, recibió la sumisión de parte de la isla; volvió a Roma seis meses después de su marcha y desplegó en su triunfo un deslumbrador aparato. Permitió a los gobernadores de las provincias y hasta a algunos desterrados, que se trasladasen a Roma para presenciar el espectáculo, y colocó en la parte superior del palacio de los césares, entre los despojos del 169


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civicam fixit, traiecti et quasi domiti Oceani insigne. Currum eius Messalina uxor carpento secuta est; secuti et triumphalia ornamenta eodem bello adepti, sed ceteri pedibus et in praetexta, M. Crassus Frugi equo phalerato et in veste palmata, quod eum honorem iteraverat.

enemigo y junto a la corona cívica, una corona naval, como monumento de su paso y victoria sobre el océano; su esposa Mesalina seguía en un carro al vencedor, y los que habían merecido en esta guerra los ornamentos triunfales, le seguían a pie, revestidos con la pretexta. Sólo Craso Oruga montaba un caballo enjaezado y llevaba traje con palmas, por ser la segunda vez que obtenía recompensas militares.

[18] Vrbis annonaeque curam sollicitissime semper egit. Cum Aemiliana pertinacius arderent, in diribitorio duabus noctibus mansit ac deficiente militum ac familiarum turba auxilio plebem per magistratus ex omnibus vicis convocavit ac positis ante se cum pecunia fiscis ad subveniendum hortatus est, repraesentans pro opera dignam cuique mercedem. Artiore autem annona ob assiduas sterilitates detentus quondam medio foro a turba conviciisque et simul fragminibus panis ita infestatus, ut aegre nec nisi postico euadere in Palatium valuerit, nihil non excogitavit ad invehendos etiam tempore hiberno commeatus. Nam et negotiatoribus certa lucra proposuit suscepto in se damno, si cui quid per tempestates accidisset, et naves mercaturae causa fabricantibus magna commoda constituit pro condicione cuiusque:

XVIII. Se ocupó siempre con gran solicitud en el abastecimiento y seguridad de Roma. Durante el incendio del barrio Emiliano, como no podían contenerse los progresos del fuego, pasó dos noches en el Diribitorio. Viendo que soldados y esclavos estaban extenuados de fatiga, Claudio, por medio de los magistrados, hizo llamar al pueblo de todos los barrios. Mandó llevar entonces canastos llenos de dinero y exhortó a todos al trabajo, prometiendo a cada cual recompensas según sus servicios. Habiéndose encarecido bastante el precio de los víveres a consecuencia de su prolongada escasez, la multitud le detuvo un día en el Foro abrumándole de injurias y lanzándole pelladas de barro. Le costó mucho trabajo escapar. Y tuvo que entrar en su palacio por una puerta excusada; no hubo después medio que no imaginase para asegurar la llegada de convoyes hasta en invierno, y para garantir a los abastecedores beneficios ciertos, tomando a su cargo las pérdidas que ocasionase el mal tiempo y concediendo algunas ventajas a los que equipasen naves para el comercio de granos proporcionadas a su posición en el Estado;

[19] civi vacationem legis Papiae Poppaeae, XIX. otorgó a los ciudadanos las dispensas establecidas por Latino ius Quiritium, feminis ius IIII liberorum; la ley Papia Popea, a los latinos los derechos de ciudadanos quae constituta hodieque servantur. romanos. a las mujeres las prerrogativas de madres de cuatro hijos, subsistiendo aún en nuestros días tales reglamentos. [20] Opera magna potius necessaria quam multa perfecit, sed uel praecipua: ductum aquarum a Gaio incohatum, item emissarium Fucini lacus portumque Ostiensem, quanquam sciret ex iis alterum ab Augusto precantibus assidue Marsis negatum, alterum a Diuo Iulio saepius destinatum ac propter difficultatem omissum. Claudiae aquae gelidos et uberes fontes, quorum alteri Caeruleo, alteri Curtio et Albudigno nomen est, simulque riuum Anienis novi lapideo opere in urbem perduxit diuisitque in plurimos et ornatissimos lacus. Fucinum adgressus est non minus conpendii spe quam gloriae, cum quidam privato sumptu emissuros se repromitterent, si sibi siccati agri concederentur. Per tria autem passuum milia partim effosso monte partim exciso canalem absoluit aegre et post undecim annos, quamuis continuis XXX

XX. Inició grandes trabajos, pero se preocupó más del número que de la utilidad: son los principales el acueducto comenzado por Cayo, un canal de espurgo para el lago Fucino y el puerto de Ostia. Sabía, no obstante, que Augusto había rehusado siempre una de estas obras a las apremiantes solicitudes de los marsos y que Julio César había tenido que renunciar al fin a la otra, a causa de las dificultades de la ejecución. Hizo llegar a Roma el agua Claudina, suministrada por manantiales frescos y abundantes, llamados el uno fuente Verde, y el otro fuente Curtiana o Albudina. Por un magnífico acueducto trajo las del nuevo Anio, que quedaron distribuidas en numerosos y magníficos depósitos. Por lo que toca a los trabajos del lago Fucino, vio tanto provecho como gloria en emprenderlos, porque muchos particulares habían propuesto encargarse de los gastos, a condición de que se les cediese el terreno que quedase en seco. A fuerza de grandes trabajos quedó terminado este canal, habiendo 170


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hominum milibus sine intermissione operantibus. Portum Ostiae extruxit circumducto dextra sinistraque brachio et ad introitum profundo iam solo mole obiecta; quam quo stabilius fundaret, navem ante demersit, qua magnus obeliscus ex Aegypto fverat aduectus, congestisque pilis superposuit altissimam turrem in exemplum Alexandrini Phari, ut ad nocturnos ignes cursum navigia dirigerent.

tenido que abrirlo en una longitud de tres mil pasos a través de una montaña, de la que hubo que cortar una parte y arrasar la otra. La obra duró once años, habiendo trabajado en ella sin reposo treinta mil hombres. Construyó el puesto de Ostia, rodeándole de dos brazos a derecha e izquierda y elevando un dique a la entrada, sobre suelo ya levantado. A fin de asegurar mejor este dique empezaron por sumergir la nave con que se había traído de Egipto el gran obelisco; sobre fuertes pilares construyeron después hasta prodigiosa altura una torre, parecida el faro de Alejandría, para alumbrar por la noche la marcha de los buques.

[21] Congiaria populo saepius distribuit. Spectacula quoque complura et magnifica edidit, non usitata modo ac solitis locis, sed et commenticia et ex antiquitate repetita, et ubi praeterea nemo ante eum. Ludos dedicationis Pompeiani theatri, quod ambustum restitverat, e tribunali posito in orchestra commisit, cum prius apud superiores aedes supplicasset perque mediam caueam sedentibus ac silentibus cunctis descendisset. Fecit et saeculares, quasi anticipatos ab Augusto nec legitimo tempori reservatos, quamuis ipse in historiis suis prodat, intermissos eos Augustum multo post diligentissime annorum ratione subducta in ordinem redegisse. Quare vox praeconis irrisa est inuitantis more sollemni ad ludos, quos nec spectasset quisquam nec spectaturus esset, cum superessent adhuc qui spectaverant, et quidam histrionum producti olim tunc quoque producerentur. Circenses freqventer etiam in Vaticano commisit, nonnumquam interiecta per quinos missus venatione. Circo vero maximo marmoreis carceribus auratisque metis, quae utraque et tofina ac lignea antea fverant, exculto propria senatoribus constituit loca promiscue spectare solitis; ac super quadrigarum certamina Troiae lusum exhibuit et Africanas, conficiente turma equitum praetorianorum, ducibus tribunis ipsoque praefecto; praeterea Thessalos equites, qui feros tauros per spatia circi agunt insiliuntque defessos et ad terram cornibus detrahunt. Gladiatoria munera plurifariam ac multiplicia exhibuit: anniversarium in castris praetorianis sine venatione apparatuque, iustum atque legitimum in Saeptis; ibidem extraordinarium et breve dierumque paucorum, quodque appellare coepit "sportulam," quia primum daturus edixerat, velut ad subitam condictamque cenulam inuitare se populum. Nec ullo spectaculi genere communior aut remissior erat, adeo ut oblatos victoribus aureos prolata sinistra pariter cum vulgo voce

XXI. Repartió muchas veces congiarios al pueblo; dio juegos magníficos y con frecuencia sin atenerse a las representaciones ordinarias, en los sitios acostumbrados; imaginó otros espectáculos y reprodujo los antiguos designándoles nuevos parajes. Cuando reconstruyó el teatro incendiado de Pompeyo (112), dio la señal de los juegos de la dedicación desde lo alto de una tribuna colocada en la orquesta, habiendo antes sacrificado a los dioses en la parte superior del edificio; desde allí había bajado a ocupar su puesto, atravesando el recinto en presencia de toda la asamblea sentada y silenciosa. Celebró asimismo los juegos seculares, cuya época había adelantado Augusto, según se decía entonces, aunque dice él mismo en sus memorias que este emperador, después de larga interrupción, los ordenó en su debido tiempo, habiendo calculado exactamente los años transcurridos. A causa de esto se burlaron mucho del anuncio del pregonero invitando al pueblo con la fórmula solemne u juegos que nadie había visto ni volvería a ver, pues existían todavía muchos ciudadanos que ya los habían visto, y algunos actores que se habían presentado en la escena en los últimos juegos, aparecieron también en éstos. Dio con frecuencia juegos de Circo sobre el Vaticano, y algunas veces, después de cinco carreras de carros, celebrábanse cacerías de fieras. Adornó el Circo Máximo con barreras de mármol y metas doradas, en substitución de las antiguas, que eran de madera o piedra tosca. Señaló asientos para los senadores, que, hasta entonces, no los tenían fijos (113) Además de las luchas de las cuadrigas, dio espectáculos de juegos troyanos y cacerías africanas, ejecutados por un escuadrón de jinetes pretorianos, que iban con sus tribunos al frente y entre ellos y el mismo prefecto. Presentó, asimismo, a los jinetes tesalianos que persiguen en el Circo toros salvajes, les saltan sobre el lomo, tras haberlos cansado a la carrera y los derriban asiéndolos por los cuernos. Aumentó los espectáculos de gladiadores, dándolos de muchas clases: uno anual en el campamento de los pretorianos, pero sin aparato ni lucha de fieras; otro en el campo de Marte, de la forma y duración acostumbradas; dio aún otro en el mismo lugar, pero éste completamente nuevo, de escasa duración y al que llamó la sportula, porque al anunciarlo por primera vez, dijo que invitaba al pueblo como a una cena 171


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digitisque numeraret ac saepe hortando rogandoque ad hilaritatem homines provocaret, dominos identidem appellans, immixtis interdum frigidis et arcessitis iocis; qualis est ut cum Palumbum postulantibus daturum se promisit, si captus esset. Illud plane quantumuis salubriter et in tempore: cum essedario, pro quo quattuor fili deprecabantur, magno omnium fauore indulsisset rudem, tabulam ilico misit admonens populum, quanto opere liberos suscipere deberet, quos videret et gladiatori praesidio gratiaeque esse. Edidit et in Martio campo expugnationem direptionemque oppidi ad imaginem bellicam et deditionem Britanniae regum praeseditque paludatus. Quin et emissurus Fucinum lacum naumachiam ante commisit. Sed cum proclamantibus naumachiariis: "Have imperator, morituri te salutant!" Respondisset: "Aut non," neque post hanc vocem quasi venia data quisquam dimicare vellet, diu cunctatus an omnes igni ferroque absumeret, tandem e sede sua prosiluit ac per ambitum lacus non sine foeda vacillatione discurrens partim minando partim adhortando ad pugnam compulit. Hoc spectaculo classis Sicula et Rhodia concurrerunt, duodenarum triremium singulae, exciente bucina Tritone argenteo, qui e medio lacu per machinam emerserat.

improvisada y sin aparato. Eran estos dos espectáculos en que se mostraba más afable y alegre; veíasele, como al pueblo, contar por los dedos de la mano izquierda y en voz alta las monedas de oro ofrecidas a los vencedores; invitaba él mismo e incitaba a todos los espectadores a la alegría, llamándoles de vez en cuando señores; a sus palabras mezclaba también en ocasiones bromas de pésimo gusto; así el día en que, reclamado por el público el gladiador Palumbus (114), contestó que lo presentaría si se le pudiese coger. El rasgo siguiente tenía cuando menos el mérito de ser un sabio consejo dado con oportunidad: Concedida por él la varilla de licencia a un essedario (114 bis) a petición de cuatro hijos del mismo, y viendo que el público aplaudía, hizo al punto circular las tablillas en las que mostraba al pueblo la gran conveniencia de tener hijos, puesto que eran fuente de favor y fuerza incluso para un gladiador. Hizo representar en el campo de Marte, como simulacro de guerra, la toma y saque de una ciudad y la sumisión de los reyes de la Bretaña, presidiendo él mismo vestido de general. Antes de desecar el lago Fucino se propuso dar en él una naumaquia, pero como quiera que al saludo de los combatientes al pasar delante de él. ¡Salve, emperador, los que van a morir te saludan! hubiese contestado Claudio: ¡Salud a vosotros!, se negaron a combatir, alegando que aquella respuesta significaba un indulto. Durante algún tiempo deliberó si los haría morir a todos por el hierro o por el fuego; bajó, finalmente, de su asiento, corrió aquí y allá alrededor del lago con paso vacilante y actitud ridícula, amenazando a éstos, rogando a aquellos, y concluyó por decidirlos al combate. En este espectáculo se vio abordarse una flota siciliana y otra de Rodas de doce trirremes cada una; y la señal había sido dada con la trompeta de un Tritón de plata, hecho surgir en medio del lago por medio de un oculto mecanismo.

[22] Quaedam circa caerimonias civilemque et militarem morem, item circa omnium ordinum statum domi forisque aut correxit aut exoleta revocavit aut etiam noua instituit. In cooptandis per collegia sacerdotibus neminem nisi iuratus nominavit; observavitque sedulo, ut quotiens terra in urbe movisset, ferias advocata contione praetor indiceret, utque dira aue in Capitolio visa obsecratio haberetur, eamque ipse iure maximi pontificis pro rostris populo praeiret summotaque operariorum seruorumque turba.

XXII. En Roma y fuera de ella, reformó Claudio, o restableció o instituyó, muchos usos relativos a las ceremonias religiosas, a las costumbres civiles o militares, a los derechos de los diferentes órdenes del Estado; nunca añadió un miembro nuevo al Colegio de los pontificios sin prestar al mismo el juramento acostumbrado. Cuando ocurría en Roma algún terremoto, se preocupaba siempre de hacer anunciar por el pretor, a la multitud reunida, fiestas expiatorias: si aparecía en la ciudad o en el Capitolio un ave de mal agüero, ordenaba preces públicas, como pontífice máximo, desde lo alto de los Rostros y en presencia de todo el pueblo convocado, después de haber hecho alejar a los esclavos y operarios, pronunciaba él la primera fórmula.

[23] Rerum actum diuisum antea in hibernos aestiuosque menses coniunxit. Iuris dictionem de fidei commissis quotannis et tantum in urbe delegari magistratibus solitam in perpetuum atque etiam per provincias potestatibus

XXIII. Hizo continuo el despacho de los negocios (115), que había estado hasta él dividido entre los meses de invierno y los de verano. La jurisdicción de los fideicomisos, delegada antes a los magistrados de Roma como comisión anual, les quedó adjudicada a perpetuidad, 172


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demandavit. Capiti Papiae Poppaeae legis a Tiberio Caesare, quasi sexagenarii generare non possent, addito obrogavit. Sanxit ut pupillis extra ordinem tutores a consulibus darentur, utque ii, quibus a magistratibus provinciae interdicerentur, urbe quoque et Italia summoverentur. Ipse quosdam novo exemplo relegavit, ut ultra lapidem tertium vetaret egredi ab urbe. De maiore negotio acturus in curia medius inter consulum sellas tribunicio subsellio sedebat. Commeatus a senatu peti solitos benefici sui fecit.

dándola también a los magistrados de las provincias. Derogó el artículo añadido a la ley Capia Popea (116) por el emperador Tiberio y que suponía a los sexagenarios incapaces de engendrar. Dispuso que los cónsules podrían dar, por excepción, tutores a los pupilos y que a aquellos a quienes los magistrados hubiesen prohibido el acceso a las provincias se les prohibiría también la estancia en Roma y en Italia. Imaginó una nueva manera de destierro, prohibiendo a muchos ciudadanos alejarse de Roma más allá de tres millas. Cuando tenía que tratar en el Senado algún asunto importante, ocupaba una silla de tribuno, entre los dos cónsules. Hizo suya la atribución de los salvoconductos, que ordinariamente eran pedidos al Senado.

[24] Ornamenta consularia etiam procuratoribus ducenariis indulsit. Senatoriam dignitatem recusantibus equestrem quoque ademit. Latum clauum, quamuis initio affirmasset non lecturum se senatorem nisi civis R. abnepotem, etiam libertini filio tribuit, sed sub condicione si prius ab equite R. adoptatus esset; ac sic quoque reprehensionem uerens, et Appium Caecum censorem, generis sui proauctorem, libertinorum filios in senatum adlegisse docuit, ignarus temporibus Appi et deinceps aliquamdiu libertinos dictos non ipsos, qui manu emitterentur, sed ingenuos ex his procreatos. Collegio quaestorum pro stratura viarum gladiatorium munus iniunxit detractaque Ostiensi et Gallica provincia curam aerari Saturni reddidit, quam medio tempore praetores aut, uti nunc, praetura functi sustinverant. Triumphalia ornamenta Silano, filiae suae sponso, nondum puberi dedit, maioribus vero natu tam multis tamque facile, ut epistula communi legionum nomine extiterit petentium, ut legatis consularibus simul cum exercitu et triumphalia darentur, ne causam belli quoquo modo quaererent. Aulo Plautio etiam ouationem decreuit ingressoque urbem obviam progressus et in Capitolium eunti et inde rursus reuertenti latus texit. Gabinio Secundo Cauchis gente Germanica superatis cognomen Cauchius usurpare concessit.

XXIV. Las insignias consulares fueron otorgadas por él hasta a los delegados imperiales llamados ducenarios; despojo de la categoría de caballeros a los que rehusaban la de senadores. A pesar de que al principio de su mando se había comprometido formalmente a no crear ningún senador que no fuese al menos tataranieto de un ciudadano romano, concedió la lacticlavia al hijo de un liberto, a condición de que antes había de hacerse adoptar por un caballero. A fin de adelantarse a la censura que temía, recordó el ejemplo del censor Apio Ceco, fundador de su raza, que había hecho ingresar en el Senado hijos de libertos; ignoraba, sin embargo, que en tiempos de Apio y hasta después de él, llamaban libertos no a los que habían conseguido la manumisión, sino a los hombres libres nacidos de aquellos. Encargó al Colegio de los cuestores la organización de los juegos de gladiadores, en lugar de la reparación de los caminos públicos, que tenía antes a su cargo. Le quitó asimismo el gobierno de la Galia y de Ostia, y le restituyó la guarda del tesoro de Saturno (117), confiado desde tiempo de Augusto a pretores encargados, o a pretores antiguos, como se hace en nuestros días. Concedió los ornamentos triunfales a Silano, prometido de su hija, antes de haber entrado en la pubertad, aunque, en general, los concedió con tanta profusión y facilidad, que las legiones llegaron a dirigirle en común una solicitud en la que le pedían que los legados consulares obtuviesen los ornamentos del triunfo a la vez que el mando de un ejército, para que no buscasen continuamente pretextos de guerra. Concedió a A.Plautio los honores de la ovación, y cuando éste entró en Roma, salió Claudio a recibirle, llevándole a su lado al subir al Capitolio y al descender. A Gabino Segundo, por haber vencido a los chaucos, nación de la Germania, le autorizó para tomar el dictado de Chaucico.

[25] Equestris militias ita ordinavit, ut post cohortem alam, post alam tribunatum legionis daret; stipendiaque instituit et imaginariae militiae genus, quod vocatur "supra numerum," quo absentes et titulo tenus fungerentur. Milites

XXV. Dispuso el ascenso militar de los caballeros, dando después de la cohorte, el escuadrón, y después del escuadrón, el tribunal de legión. Creó asimismo una especie de servicio ficticio, retribuido por los ausentes, que solo tenían títulos sin cargos, dándoles el nombre de 173


Los doce Césares domus senatorias salutandi causa ingredi etiam patrum decreto prohibuit. Libertinos, qui se pro equitibus R. agerent, publicavit, ingratos et de quibus patroni quererentur revocavit in seruitutem advocatisque eorum negavit se adversus libertos ipsorum ius dicturum. Cum quidam aegra et adfecta mancipia in insulam Aesculapi taedio medendi exponerent, omnes qui exponerentur liberos esse sanxit, nec redire in dicionem domini, si conualuissent; quod si quis necare quem mallet quam exponere, caedis crimine teneri. Viatores ne per Italiae oppida nisi aut pedibus aut sella aut lectica transirent, monuit edicto. Puteolis et Ostiae singulas cohortes ad arcendos incendiorum casus collocavit. Peregrinae condicionis homines vetuit usurpare Romana nomina dum taxat gentilicia. Civitatem R. usurpantes in campo Esquilino securi percussit. provincias Achaiam et Macedoniam, quas Tiberius ad curam suam transtulerat, senatui reddidit. Lyciis ob exitiabiles inter se discordias libertatem ademit, Rhodiis ob paenitentiam veterum delictorum reddidit. Iliensibus quasi Romanae gentis auctoribus tributa in perpetuum remisit recitata vetere epistula Graeca senatus populique R. Seleuco regi amicitiam et societatem ita demum pollicentis, si consanguineos suos Ilienses ab omni onere immunes praestitisset. Iudaeos impulsore Chresto assidue tumultuantis Roma expulit. Germanorum legatis in orchestra sedere permisit, simplicitate eorum et fiducia commotus, quod in popularia deducti, cum animaduertissent Parthos et Armenios sedentis in senatu, ad eadem loca sponte transierant, nihilo deteriorem virtutem aut condicionem suam praedicantes. Druidarum religionem apud Gallos dirae immanitatis et tantum civibus sub Augusto interdictam penitus abolevit; contra sacra Eleusinia etiam transferre ex Attica Romam conatus est, templumque in Sicilia Veneris Erycinae vetustate conlapsum ut ex aerario pop. R. reficeretur, auctor fuit. Cum regibus foedus in foro icit porca caesa ac vetere fetialium praefatione adhibita. Sed et haec et cetera totumque adeo ex parte magna principatum non tam suo quam uxorum libertorumque arbitrio administravit, talis ubique plerumque, qualem esse eum aut expediret illis aut liberet.

Suetonio supernumerarios. Hizo prohibir a los soldados, por medio de un senadoconsulto, la entrada en las casas de los senadores para saludarlos. Confiscó los bienes a los libertos que se hacían pasar por caballeros romanos. Redujo de nuevo a esclavitud a todos los convictos de ingratitud, o que daban a sus dueños motivos de queja, amenazando a sus abogados con no hacerles justicia a ellos mismos, en iguales circunstancias, contra sus libertos. Como algunos dueños abandonasen en la isla de Esculapio a sus esclavos enfermos, para librarse del cargo de cuidarlos, el emperador declaro que todos los así abandonados quedaban libres, y que en caso de curación no pertenecerían más a sus antiguos dueños; añadía aún que al que diere muerte a su esclavo por no abandonarle, se le perseguiría como homicida. Por un edicto expreso, prohibió a los viajeros atravesar las ciudades de Italia de otra manera que a pie, en silla de manos o en litera. Estableció en Puzzola y en Ostia una cohorte para los casos de incendio. Prohibió a los extranjeros que tomasen nombres de familias romanas, e hizo ejecutar con hacha en el campo Esquilino a los que habían usurpado el título de ciudadano romano. Hizo devolver al Senado las provincias de Ocaya y Macedonia, que Tiberio había tomado bajo su administración. Despojó a los licios de la libertad en castigo de sus querellas intestinas, devolviéndola, en cambio, a los de Rodas, como recompensa a su arrepentimiento por sus faltas pasadas. Declaró a los troyanos exentos a perpetuidad de todo tributo, como fundadores de la raza romana, con este motivo, leyó una antigua misiva griega del Senado y del pueblo al rey Seleuco, en la cual los romanos le prometían alianzas y amistad a condición de que eximiría de todo impuesto a sus hermanos los troyanos. Hizo expulsar de Roma a los judíos, que, excitados por un tal Cresto (118), provocaban turbulencias. Autorizó a los diputados de los germanos a sentarse en la orquesta, placiéndole mucho la sencillez y confianza con que aquellos extranjeros, a quienes había colocado en medio del pueblo, fueron espontáneamente a sentarse junto a los embajadores de los partos y armenios, sentados entre los senadores, diciendo que no les eran inferiores en calidad ni en valor. Suprimió completamente en las Galias la cruel y atroz religión de los druidas que Augusto se había limitado a prohibir a los ciudadanos. En cambio, intentó hacer pasar del Atica a Roma los misterios de Eleusis y propuso reconstruir en Sicilia, por cuenta del Tesoro público, el templo de Venus Ericina, que se había derrumbado de viejo. Contrajo alianza con los reyes en el Foro, inmolando una cerda y haciendo leer por los feriales la antigua fórmula de los juramentos. No debe olvidarse, sin embargo, que estos actos, como en general todos los de su gobierno, expresaban más bien la voluntad de sus mujeres y libertos que la suya, y no tenían otra regla que el interés o el capricho de éstos.

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[26] Sponsas admodum adulescens duas habuit: Aemiliam Lepidam Augusti proneptem, item Liviam Medullinam, cui et cognomen Camillae erat, e genere antiquo dictatoris Camilli. Priorem, quod parentes eius Augustum offenderant, virginem adhuc repudiavit, posteriorem ipso die, qui erat nuptiis destinatus, ex valitudine amisit. Uxores deinde duxit Plautiam Vrgulanillam triumphali et mox Aeliam Paetinam consulari patre. Cum utraque diuortium fecit, sed cum Paetina ex levibus offensis, cum Vrgulanilla ob libidinum probra et homicidii suspicionem. Post has Valeriam Messalinam, Barbati Messalae consobrini sui filiam, in matrimonium accepit. Quam cum comperisset super cetera flagitia atque dedecora C. Silio etiam nupsisse dote inter auspices consignata, supplicio adfecit confirmavitque pro contione apud praetorianos, quatenus sibi matrimonia male cederent, permansurum se in caelibatu, ac nisi permansisset, non recusaturum confodi manibus ipsorum. Nec durare valuit quin de condicionibus continuo tractaret, etiam de Paetinae, quam olim exegerat, deque Lolliae Paulinae, quae C. Caesari nupta fverat. Verum inlecebris Agrippinae, Germanici fratris sui filiae, per ius osculi et blanditiarum occasiones pellectus in amorem, subornavit proximo senatu qui censerent, cogendum se ad ducendum eam uxorem, quasi rei p. maxime interesset, dandamque ceteris veniam talium coniugiorum, quae ad id tempus incesta habebantur. Ac vix uno interposito die confecit nuptias, non repertis qui sequerentur exemplum, excepto libertino quodam et altero primipilari, cuius nuptiarum officium et ipse cum Agrippina celebravit.

XXVI. Siendo todavía muy joven tuvo dos esposas: Emilia Lépida, bisnieta de Augusto, y Livia Medulina, perteneciente a la antigua familia del dictador Camilo, y que había conservado el nombre de Camila. Repudió a la primera, virgen aún, porque sus padres habían caído en desgracia ante Augusto; la otra falleció de enfermedad el mismo día en que iba a celebrarse la boda. Casó más adelante con Plaucia Urgulanila, de familia triunfal, y luego con Elisa Petina, hija de un consular. De estas dos esposas se separó por divorcio; de Petina, por faltas ligeras; de Urgulanila se separó por sus innobles desórdenes, a los que se añadían aún sospechas de homicidio. Contrajo después matrimonio con Valeria Mesalina, hija de su primo Barbato Masala; pero cuando supo que, además de sus excesos y crímenes, se había atrevido a casarse con C. Silio y a consignar una dote en manos de los augures mandó darle muerte, jurando ante los pretorianos reunidos permanecer célibe, puesto que el matrimonio le resultaba tan mal, y dejarse matar por ellos si violaba su juramento. A pesar de ello, trató en breve de nueva unión con la misma Petina a quien había repudiado, y con Solia Paulina, que había estado casada con C. Cesar. Pero las seducciones de su sobrina Agripina hija de Germánico, ayudadas por el derecho de abrazarle y el frecuente trato, le inspiraron más profundo amor; sobornó entonces a los senadores, que en la primera reunión propusieron obligarle a casarse con ella, con el pretexto de que aquella unión era de importancia esencial para el Estado, y de dar así facultades a los demás ciudadanos para contraer iguales matrimonios, considerados hasta entonces incestuosos. Se casó con ella a la mañana siguiente, pero no encontró a nadie que quisiere seguir su ejemplo, exceptuando un liberto y un centurión primipilario, a cuyas bodas asistió Agripina.

[27] Liberos ex tribus uxoribus tulit: ex Vrgulanilla Drusum et Claudiam, ex Paetina Antoniam, ex Messalina Octaviam et quem primo Germanicum, mox Britannicum cognominavit. Drusum prope iam puberem amisit piro per lusum in sublime iactato et hiatu oris excepto strangulatum, cum ei ante paucos dies filiam Seiani despondisset. Quo magis miror fuisse qui traderent fraude a Seiano necatum. Claudiam ex liberto suo Botere conceptam, quamuis ante quintum mensem diuortii natam alique coeptam, exponi tamen ad matris ianuam et nudam iussit abici. Antoniam Cn. Pompeio Magno, deinde Fausto Sullae, nobilissimis iuvenibus, Octaviam Neroni priuigno suo collocavit, Silano ante desponsam. Britannicum vicesimo imperii die inque secundo

XXVII. Tuvo hijos de tres esposas: de Urgulanila, a Druso y Claudia; de Petina, a Antonia; de Mesalina, a Octavia y un hijo, al que primeramente dio el nombre de Germánico y de Británico después. Druso murió en Pompeya, siendo todavía niño, ahogado por una pera que lanzaba al aire y recibía en la boca. Pocos días antes de su muerte le habían desposado con una hija de Seyano, razón por la cual me asombra que se haya escrito que fue Seyano autor de su muerte. Claudio hizo echar y exponer desnuda a Claudia en la puerta de la casa de su madre, como fruto de comercio criminal con su liberto Boter, aunque ella había nacido cinco meses después del divorcio del emperador y había comenzado éste a cuidar de ella. Casó a Antonia primero con Cn. Pompeyo, llamado el Grande, y luego con Fausto Sila, jóvenes nobilísimos. Dio Octavio a su yerno Nerón, a pesar de haberla desposado con Silano. Por lo que toca a Británico, que nació el día veintinueve de su reinado, 175


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consulatu, natum sibi paruulum etiam tum, et militi pro contione manibus suis gestans et plebi per spectacula gremio aut ante se retinens assidue commendabat faustisque ominibus cum adclamantium turba prosequebatur. E generis Neronem adoptavit, Pompeium atque Silanum non recusavit modo, sed et interemit.

durante su segundo consulado, no cesaba de recomendarle públicamente a los soldados, enseñábale muy niño aún en sus manos al pueblo, le tenía sobre sus rodillas o delante de él en el teatro y hacía tiernos votos por aquel niño, uniéndolos a las aclamaciones de la multitud. Adoptó a su yerno Nerón, y no contento con repudiar a los otros dos, Silano y Pompeyo, hizo darles muerte.

[28] Libertorum praecipue suspexit Posiden spadonem, quem etiam Britannico triumpho inter militares viros hasta pura donavit; nec minus Felicem, quem cohortibus et alis provinciaeque Iudaeae praeposuit, trium reginarum maritum; et Harpocran, cui lectica per urbem vehendi spectaculaque publice edendi ius tribuit; ac super hos Polybium ab studiis, qui saepe inter duos consules ambulabat; sed ante omnis Narcissum ab epistulis et Pallantem a rationibus, quos decreto quoque senatus non praemiis modo ingentibus, sed et quaestoriis praetoriisque ornamentis honorari libens passus est; tantum praeterea adquirere et rapere, ut querente eo quondam de fisci exiguitate non absurde dictum sit, abundaturum, si a duobus libertis in consortium reciperetur.

XXVIII. A los que más afecto mostró entre sus libertos, fueron el eunuco Posides, al que se atrevió a honrar con una lanza sin hierro (119) en presencia de soldados valerosos, en su triunfo sobre la Bretaña: Félix, a quien dio cohortes, escuadrones y el gobierno de la Judea, y que fue esposo de tres reinas; Arpocras, al que concedió el derecho de hacerse llevar en litera por la ciudad y de dar espectáculos al pueblo; y más aún que a éstos, a Polibio, su lector, a quien con frecuencia se le veía marchar entre los dos cónsules. A los que más quiso fue, sin embargo, a su secretario Narciso y a Palas, su intendente, a quienes el Senado, con beneplácito del emperador, otorgó magnificas recompensas y hasta los ornamentos de la cuestura y pretura; las exacciones y rapiñas de éstos fueron tales, que quejándose Claudio un día de no tener nada en su tesoro, le contestaron sarcásticamente que sus cajas desbordarían si sus dos libertos quisiesen asociarse con él.

[29] His, ut dixi, uxoribusque addictus, non principem, sed ministrum egit, compendio cuiusque horum vel etiam studio aut libidine honores exercitus impunitates supplicia largitus est, et quidem insciens plerumque et ignarus. Ac ne singillatim minora quoque enumerem, revocatas liberalitates eius, iudicia rescissa, suppositos aut etiam palam immutatos datorum officiorum codicillos: Appium Silanum consocerum suum Iuliasque, alteram Drusi, alteram Germanici filiam, crimine incerto nec defensione ulla data occidit, item Cn. Pompeium maioris filiae virum et L. Silanum minoris sponsum. Ex quibus Pompeius in concubitu dilecti adulescentuli confossus est, Silanus abdicare se praetura ante IIII. Kal. Ian. Morique initio anni coactus die ipso Claudi et Agrippinae nuptiarum. In quinque et triginta senatores trecentosque amplius equites R. tanta facilitate animaduertit, ut, cum de nece consularis viri renuntiante centurione factum esse quod imperasset, negaret quicquam se imperasse, nihilo minus rem comprobaret, affirmantibus libertis officio milites functos, quod ad ultionem imperatoris ultro procucurrissent. Nam illud omnem fidem excesserit quod nuptiis, quas Messalina cum adultero Silio fecerat, tabellas dotis et ipse consignaverit, inductus, quasi de industria

XXIX, Gobernado, como he dicho ya, por sus libertos y esposas, antes vivió como esclavo que como emperador. Dignidades, mandos, impunidad, suplicios, todo lo prodigó según el interés de estos afectos y caprichos, y las más veces ignorándolo. No quiero entrar ahora en minuciosidades y no detallaré sus liberalidades revocadas, sus sentencias anuladas, sus nombramientos para los cargos, o ignominiosamente supuestos o públicamente cambiados; citaré hechos más graves. Hizo morir a Apio Silano, padre de su yerno, y a las dos Julias, la hija de Druso y la de Germánico, por vaga acusación y sin querer escucharlas. Trató de igual manera a Cn. Pompeyo, casado con su hija mayor, y a L. Silano, esposado con la menor. Pompeyo fue degollado en los brazos de un joven a quien amaba; Silano recibió orden de despojarse de la pretura, cuatro días antes de las calendas de enero, y suicidóse al empezar el año, el mismo día en que se celebraban las bodas de Claudio y Agripina. Firmó también la sentencia de muerte de treinta y cinco senadores y de mas de trescientos caballeros romanos; hizo esto con tanta ligereza, que a un centurión, encargado de matar a un consular, que se le había presentado para decir que estaban cumplidas sus órdenes, le contestó que no había dado ninguna. Sin embargo, no dejó de aprobar aquellas muertes, asegurado por sus libertos de que los soldados habían cumplido su deber, tomando a su cargo el cuidado de vengar al emperador. Pero lo que mas cuesta creer es que le hicieron firmar el contrato de matrimonio de Mesalina y Silio, su amante, haciéndole creer que era una 176


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simularentur ad auertendum transferendumque farsa, para echar sobre otro un peligro con el cual le periculum, quod imminere ipsi per quaedam amenazaban ciertos prodigios. ostenta portenderetur. [30] Auctoritas dignitasque formae non defuit ei, verum stanti uel sedenti ac praecipue quiescenti, nam et prolixo nec exili corpore erat et specie canitieque pulchra, opimis ceruicibus; ceterum et ingredientem destituebant poplites minus firmi, et remisse quid vel serio agentem multa dehonestabant: risus indecens, ira turpior spumante rictu, umentibus naribus, praeterea linguae titubantia caputque cum semper tum in quantulocumque actu vel maxime tremulum.

XXX. Ostentaba Claudio en su persona cierto aspecto de grandeza y dignidad, ora estuviese en pie, ora sentado, pero principalmente en actitud de reposo. Era alto y esbelto, su rostro era bello y hermosos sus blancos cabellos, y tenía el cuello robusto; pero cuando marchaba, sus inseguras piernas se doblaban frecuentemente; en sus juegos, así como en los actos más graves de su vida, mostraba varios defectos naturales: risa completamente estúpida; cólera más innoble aún, que le hacía echar espumarajos; boca abierta y narices húmedas; insoportable balbuceo y continuo temblor de cabeza que crecía al ocuparse en cualquier negocio por insignificantes que fuese.

[31] valitudine sicut olim graui, ita princeps prospera usus est excepto stomachi dolore, quo se correptum etiam de consciscenda morte cogitasse dixit.

XXXI. Tan débil como fue su salud hasta su advenimiento al Imperio, así tornase buena después, exceptuando, sin embargo, algunos dolores de estómago, tan agudos, que más de una vez pensó, a lo que se dice, en darse muerte.

[32] convivia agitavit et ampla et assidua ac fere patentissimis locis, ut plerumque sesceni simul discumberent. Convivatus est et super emissarium Fucini lacus ac paene summersus, cum emissa impetu aqua redundasset. Adhibebat omni cenae et liberos suos cum pueris puellisque nobilibus, qui more veteri ad fulcra lectorum sedentes uescerentur. Convivae, qui pridie scyphum aureum subripuisse existimabatur, revocato in diem posterum calicem fictilem apposuit. Dicitur etiam meditatus edictum, quo veniam daret flatum crepitumque ventris in convivio emittendi, cum periclitatum qvendam prae pudore ex continentia repperisset.

XXXII. Con frecuencia organizó espléndidos festines en parajes inmensos, y de ordinario tenía hasta seiscientos convidados. Cierto día hizo servir, junto al canal de desagüe del lago Fucino, uno de estos festines, viéndose en peligro de perecer bajo las aguas, que habían irrumpido inesperadamente. Sus hijos asistían a todas sus comidas, y con ellos, los nobles jóvenes en ambos sexos, según antigua costumbre, comían sentados al pie de los lechos. Recayendo sospechas en un convidado de haber robado una copa de oro, Claudio le invitó otra vez al día siguiente y le hizo servir en un vaso de barro. Se afirma que ideaba un edicto para permitir eructar y ventosear en su mesa (latum crepitumque ventris inconvivio emittendi), porque supo que un convidado estuvo a punto de morir por haberse contenido en su presencia.

[33] Cibi vinique qvocumque et tempore et loco appetentissimus, cognoscens quondam in Augusti foro ictusque nidore prandii, quod in proxima Martis aede Saliis apparabatur, deserto tribunali ascendit ad sacerdotes unaque decubuit. Nec temere umquam triclinio abscessit nisi distentus ac madens, et ut statim supino ac per somnum hianti pinna in os inderetur ad exonerandum stomachum. Somni brevissimi erat. Nam ante mediam noctem plerumque vigilabat, ut tamen interdiu nonnumquam in iure dicendo obdormisceret vixque ab advocatis de industria vocem augentibus excitaretur. Libidinis in feminas profusissimae, marum omnino expers. Aleam studiosissime lusit, de cuius arte librum quoque emisit, solitus etiam in gestatione ludere, ita

XXXIII. Estaba siempre dispuesto a comer y beber a cualquier hora y en cualquier lugar que fuese. Cierto día que estaba juzgando en el Foro de Augusto, llegó hasta él el olor de un festín que cerca del lugar estaban preparando para los sacerdotes Salianos en el templo de Marte. Claudio abandonó en el acto el tribunal, marchó a casa de los sacerdotes y sentase a la mesa con ellos. Nunca abandonó la mesa sino henchido de manjares y bebidas; en seguida se acostaba de espaldas con la boca abierta, y mientras dormía, le introducían una pluma para aligerarle el estómago. Dormía tan poco tiempo —despertaba casi siempre antes de medianoche—, que a menudo se dormía de día y hasta en el tribunal, costando trabajo a los abogados despertarle aun alzando mucho la voz. Amó con pasión a las mujeres, pero no tuvo nunca comercio con los hombres. Fue muy aficionado al juego, escribiendo incluso un libro sobre este arte; jugaba hasta en viaje, pues había 177


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adaptatis

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lusus hecho construir los carruajes y mesas de manera que el movimiento no pudiese interrumpir el juego.

[34] saevum et sanguinarium natura fuisse, magnis minimisque apparuit rebus. Tormenta quaestionum poenasque parricidarum repraesentabat exigebatque coram. Cum spectare antiqui moris supplicium Tiburi concupisset et deligatis ad palum noxiis carnifex deesset, accitum ab urbe vesperam usque opperiri perseveravit. Qvocumque gladiatorio munere, vel suo vel alieno, etiam forte prolapsos iugulari iubebat, maxime retiarios, ut expirantium facies videret. Cum par quoddam mutuis ictibus concidisset, cultellos sibi paruulos ex utroque ferro in usum fieri sine mora iussit. Bestiaris meridianisque adeo delectabatur, ut et prima luce ad spectaculum descenderet et meridie dimisso ad prandium populo persederet praeterque destinatos etiam levi subitaque de causa quosdam committeret, de fabrorum quoque ac ministrorum atque id genus numero, si automatum vel pegma vel quid tale aliud parum cessisset. Induxit et unum ex nomenculatoribus suis, sic ut erat togatus.

XXXIV. Dio pruebas de carácter feroz y sanguinario, así en las cosas pequeñas como en las grandes. Hacia aplicar el tormento y ejecutar sin dilación a los parricidas, presenciando siempre las ejecuciones (120). En Tibur deseaba ver un suplicio a la manera antigua y ya estaban atados al poste los culpables, pero encontrándose ausente el verdugo, Claudio tuvo la paciencia de esperar hasta la tarde a que llegase de Roma. En los espectáculos de gladiadores dados por él a por otros, hacía degollar a todos los que caían, aunque fuese casualmente, y en especial, a los reciarios, cuya semblante moribundo le gustaba contemplar. Habiéndose atravesado simultáneamente dos combatientes, se hizo construir en seguida pequeños cuchillos con sus espadas. Gozaba tanto viendo a los gladiadores llamados bestiarios y a los meridianos (121), que iba a sentarse en el anfiteatro al amanecer y permanecía allí hasta durante el mediodía cuando el pueblo se retiraba a comer. Además de los gladiadores de profesión, obligaba a bajar a la arena con el pretexto más ligero e imprevisto a los obreros y gentes de servicio que se encontraban allí. Un día llegó incluso a obligar a uno de sus nomenclatores a combatir como se encontraba, es decir, vestido con la toga.

[35] Sed nihil aeque quam timidus ac diffidens fuit. Primis imperii diebus quanquam, ut diximus, iactator civilitatis, neque convivia inire ausus est nisi ut speculatores cum lanceis circumstarent militesque vice ministrorum fungerentur, neque aegrum quemquam visitavit nisi explorato prius cubiculo culcitisque et stragulis praetemptatis et excussis. Reliquo autem tempore salutatoribus scrutatores semper apposuit, et quidem omnibus et acerbissimos. Sero enim ac vix remisit, ne feminae praetextatique pueri et puellae contrectarentur et ne cuius comiti aut librario calamariae et graphiariae thecae adimerentur. Motu civili cum eum Camillus, non dubitans etiam citra bellum posse terreri, contumeliosa et minaci et contumaci epistula cedere imperio iuberet vitamque otiosam in privata re agere, dubitavit adhibitis principibus viris an optemperaret.

XXXV. Pero el rasgo más saliente de su carácter era la desconfianza y el miedo. En los primeros días de su reinado, aunque fingía, como dijimos, mucha afabilidad, no se atrevía a sentarse a ninguna mesa de festín sin tener a su lado una guardia armada con lanzas, y en vez de esclavos, soldados para servirle. No iba a ver a ningún enfermo sin haber hecho reconocer antes la habitación, registrar los colchones y sacudir las colchas. En su palacio tuvo siempre junto a él criados encargados de registrar a los que iban a saludarle; nadie se escapaba a esta medida, que se practicaba con el mayor rigor. Sólo hacia el fin de su reinado, y no sin disgusto, dispensó de él a las mujeres, los niños y las jóvenes, y cesó de hacer quitar a los esclavos y escribientes la caja de estilos que llevaban detrás de sus dueños. Durante una sedición, persuadido Camilo de que era muy fácil asustar a Claudio sin recurrir a actos de hostilidad, le escribió una carta llena de amenazas e injurias, en la que le mandaba que renunciase el Imperio y se entregase a la vida ociosa del particular. Claudio deliberó en presencia de los principales ciudadanos si obedecería.

[36] Quasdam insidias temere delatas adeo expavit, ut deponere imperium temptaverit. Quodam, ut supra rettuli, cum ferro circa sacrificantem se deprehenso, senatum per praecones propere convocavit lacrimisque et vociferatione miseratus est condicionem suam,

XXXVI. Tanto fue su terror por algunas conjuraciones que le denunciaron sin fundamento, que resolvió renunciar al mando. Habiendo cogido cerca de él, como dije ya, a un hombre armado con un puñal, Claudio convocó en el acto al Senado por medio de los pregoneros, lloró, lanzó gritos, lamentóse de su mala suerte que le exponía a continuos 178


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cui nihil tuti usquam esset, ac diu publico abstinuit. Messalinae quoque amorem flagrantissimum non tam indignitate contumeliarum quam periculi metu abiecit, cum adultero Silio adquiri imperium credidisset; quo tempore foedum in modum trepidus ad castra confugit, nihil tota via quam essetne sibi saluum imperium requirens.

peligros y durante mucho tiempo no quiso presentarse en público. Su amor a Mesalina, por ardiente que fuese, no cedió tanto al resentimiento de sus ultrajes como al temor de sus maquinaciones, pues le atribuía el designio de hacer pasar el Imperio al adúltero Silio. Fue por este tiempo cuando, dominado por un terror vergonzoso, huyó al campamento de los pretorianos preguntando a cuantos encontraba en su camino si era todavía emperador.

[37] Nulla adeo suspicio, nullus auctor tam levis extitit, a quo non mediocri scrupulo iniecto ad cavendum ulciscendumque compelleretur. Vnus ex litigatoribus seducto in salutatione affirmavit, vidisse se per quietem occidi eum a quodam; dein paulo post, quasi percussorem agnosceret, libellum tradentem adversarium suum demonstravit: confestimque is pro deprenso ad poenam raptus est. Pari modo oppressum ferunt Appium Silanum: quem cum Messalina et Narcissus conspirassent perdere, diuisis partibus alter ante lucem similis attonito patroni cubiculum inrupit, affirmans somniasse se uim ei ab Appio inlatam; altera in admirationem formata sibi quoque eandem speciem aliquot iam noctibus obversari rettulit; nec multo post ex composito inrumpere Appius nuntiatus, cui pridie ad id temporis ut adesset praeceptum erat, quasi plane repraesentaretur somnii fides, arcessi statim ac mori iussus est. Nec dubitavit postero die Claudius ordinem rei gestae perferre ad senatum ac liberto gratias agere, quod pro salute sua etiam dormiens excubaret.

XXXVII. No había sospecha, por ligera que fuese, ni denuncia, por falsa, antes las cuales el temor no le indujese a precauciones excesivas y a la venganza. Un litigante que había ido a saludarle, le dijo secretamente que había visto en sueños asesinarle un desconocido; pocos momentos después, viendo entrar a su adversario con un escrito, fingió reconocer en él al asesino que había visto en su sueño y lo mostró al emperador. Claudio mandó en el acto que le llevaran al suplicio como a un criminal. Se dice que también obraron así para perder a Apio Silano; Mesalina y Narciso, que habían urdido la trama, se repartieron los papeles. Narciso entró antes de amanecer, con aspecto agitado, en la cámara del emperador y le dijo que acababa de ver en sueños a Apio atentar contra su vida; Mesalina. fingiéndose sorprendida, dijo que también por su parte hacía muchas noches soñaba lo mismo. Un momento después llegaba Apio, que la víspera había recibido orden terminante de presentarse a aquella hora, y Claudio, persuadido de que iba a realizar el ensueño, hízole prender y darle muerte en el acto. A la mañana siguiente hizo al Senado una relación de todo lo ocurrido y dio gracias a su liberto porque, hasta durmiendo, velaba por su vida.

[38] Irae atque iracundiae conscius sibi, utramque excusavit edicto distinxitque, pollicitus alteram quidem brevem et innoxiam, alteram non iniustam fore. Ostiensibus, quia sibi subeunti Tiberim scaphas obviam non miserint, graviter correptis eaque cum inuidia, ut in ordinem se coactum conscriberet, repente tantum non satis facientis modo veniam dedit. Quosdam in publico parum tempestiue adeuntis manu sua reppulit. Item scribam quaestorium itemque praetura functum senatorem inauditos et innoxios relegavit, quod ille adversus privatum se intemperantius affuisset, hic in aedilitate inquilinos praediorum suorum contra vetitum cocta vendentes multasset vilicumque intervenientem flagellasset. Qua de causa etiam coercitionem popinarum aedilibus ademit. Ac ne stultitiam quidem suam reticuit simulatamque a se ex industria sub Gaio, quod aliter euasurus perventurusque ad susceptam stationem non fuerit, quibusdam oratiunculis

XXXVIII. Viéndose sujeto a la ira y al rencor, publicó un edicto, excusándose y distinguiendo entre estos dos defectos, decía: que la primera sería breve e inofensiva, y el segundo jamás sería injusto. Habíase encolerizado contra los habitantes de Ostia, porque no acudieron en barcas a recibirle cierto día en que remontaba el Tíber; habíalos censurado con acritud porque le trataban como a un hombre cualquiera; pero arrepentido en seguida, se excusó en cierto modo y los disculpó. Se le vio rechazar a veces con la mano a muchos ciudadanos que intempestivamente se le acercaron en público. Desterró a pesar de su inocencia y sin querer escucharlos al secretario de un cuestor y a un senador que había sido honrado con la pretura; al uno por haber litigado contra él con excesivo ardor cuando no era aún emperador; al otro por haber impuesto una multa, siendo edil, a algunos arrendatarios suyos que vendían viandas cocidas, a pesar de los reglamentos, y además por haber hecho azotar a su intendente que intervino en la causa. Por el mismo motivo quitó también a los ediles la vigilancia de las tabernas. En cuanto a su estupidez, era tanta, que llegó incluso a querer hablar de ella, asegurando 179


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testatus est; nec tamen persuasit, cum intra breve tempus liber editus sit, cui index erat moron epanastasis, argumentum autem stultitiam neminem fingere.

en algunos discursos lamentables que había sido una astucia imaginada por él en tiempos de Calígula para librarse de aquél y conseguir sus fines. Pero no logró convencer a nadie y poco después apareció un libro en griego, titulado La curación de los imbéciles, en el que se demostraba que nadie era capaz de fingir la imbecilidad.

[39] Inter cetera in eo mirati sunt homines et oblivionem et inconsiderantiam, vel ut Graece dicam, meteorian et ablepsian. Occisa Messalina, paulo post quam in triclinio decubuit, cur domina non veniret requisiit. Multos ex iis, quos capite damnaverat, postero statim die et in consilium et ad aleae lusum admoneri iussit et, quasi morarentur, ut somniculosos per nuntium increpuit. Ducturus contra fas Agrippinam uxorem, non cessavit omni oratione filiam et alumnam et in gremio suo natam atque educatam praedicare. Adsciturus in nomen Neronem, quasi parum reprehenderetur, quod adulto iam filio priuignum adoptaret, identidem divulgavit neminem umquam per adoptionem familiae Claudiae insertum.

XXXIX. Asombraba sobre todo por sus inconsecuencias y distracciones, o diciéndolo como los griegos, por sus olvidos y equivocaciones. Poco tiempo después de la ejecución de Mesalina, preguntó, al sentarse a la mesa, por qué no venía la emperatriz. Ordenaba a menudo convidar a comer o a jugar a los dados con él a ciudadanos que había mandado matar el día anterior, y cansado de esperar, enviaba mensajeros a reprenderlos por su tardanza. Iba a contraer con Agripina un matrimonio reprobado por las leyes, y no dejaba de llamarle en todos sus discursos su hija, su pupila, nacida en sus brazos, criada sobre sus rodillas. Se disponía a adoptar el hijo de su esposa cuando el suyo era ya un adulto.

[40] Sermonis vero rerumque tantam saepe neglegentiam ostendit, ut nec quis nec inter quos, quoue tempore ac loco uerba faceret, scire aut cogitare existimaretur. Cum de laniis ac vinariis ageretur, exclamavit in curia: "rogo vos, quis potest sine offula viuere?" Descripsitque abundantiam veterum tabernarum, unde solitus esset uinum olim et ipse petere. De quaesturae quodam candidato inter causas suffragationis suae posuit, quod pater eius frigidam aegro sibi tempestiue dedisset. Inducta teste in senatu: "haec," inquit, "matris meae liberta et ornatrix fuit, sed me patronum semper existimavit; hoc ideo dixi, quod quidam sunt adhuc in domo mea, qui me patronum non putant." Sed et pro tribunali Ostiensibus quiddam publice orantibus cum excanduisset, nihil habere se vociferatus est, quare eos demereatur; si quem alium, et se liberum esse. Nam illa eius cotidiana et plane omnium horarum et momentorum erant: "quid, ego tibi Telegenius videor?" et: lalei kai me thiggane, multaque talia etiam privatis deformia, nedum principi, neque infacundo neque indocto, immo etiam pertinaciter liberalibus studiis dedito.

XL. Era a menudo tan inconsiderado en sus palabras y acciones que mostraba no saber quién era, con quién estaba, ni en qué tiempo, ni en qué lugar. Cierto día, en el Senado, mientras se trataba de carniceros y taberneros, exclamó: ¿Quién de nosotros, decidme, puede vivir sin sopa? y se deshizo en alabanzas de la abundancia que reinaba en otro tiempo en las tabernas, a las que acudía él mismo en busca de vino. Concedió su voto a un candidato para la cuestura, entre otras razones, porque su padre le había dado muñe oportunamente agua fresca en cierta enfermedad. Llamada una mujer como testigo ante el Senado: Esta mujer —dijo—, ha sido liberta y peinadora de mi madre, pero siempre me ha considerado como un sueño. En su mismo tribunal se enfureció contra los habitantes de Ostia, que le dirigían un ruego, empezando a gritar con toda su fuerza que no tenia ningún motivo para favorecerlos y que era tan libre como cualquier otro. Todos los días, a cualquier hora y en cualquier momento repetía: ¿Me tomáis acaso por el atleta Teogonio?, y añadía en griego, hablad, pero no me toquéis. Decía, en fin, otras mil cosas, que habrían parecido inconveniencias hasta en un simple particular, cuanto más en un príncipe que no carecía de cultura ni de saber y que mostraba gran afición al estudio.

[41] Historiam in adulescentia hortante T. Livio, Sulpicio vero Flauo etiam adiuuante, scribere adgressus est. Et cum primum freqventi auditorio commisisset, aegre perlegit

XLI. Trató en su juventud de escribir la historia, exhortándole Tito Livio y ayudándole Sulpicio Flavo; comenzó ante aun nutrido auditorio la lectura de su trabajo, pero él mismo hizo perder el interés, y fue del siguiente 180


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refrigeratus saepe a semet ipso. Nam cum initio recitationis defractis compluribus subsellis obesitate cuiusdam risus exortus esset, ne sedato quidem tumultu temperare potuit, quin ex interuallo subinde facti reminisceretur cachinnosque revocaret. In principatu quoque et scripsit plurimum et assidue recitavit per lectorem. Initium autem sumpsit historiae post caedem Caesaris dictatoris, sed et transiit ad inferiora tempora coepitque a pace civili, cum sentiret neque libere neque uere sibi de superioribus tradendi potestatem relictam, correptus saepe et a matre et ab avia. Prioris materiae duo volumina, posterioris unum et quadraginta reliquit. Composuit et "de vita sua" octo volumina, magis inepte quam ineleganter; item "Ciceronis defensionem adversus Asini Galli libros" satis eruditam. novas etiam commentus est litteras tres ac numero veterum quasi maxime necessarias addidit; de quarum ratione cum privatus adhuc volumen edidisset, mox princeps non difficulter optinuit ut in usu quoque promiscuo essent. Extat talis scriptura in plerisque libris ac diurnis titulisque operum.

modo. Cuando empezó a recitar, un espectador muy grueso rompió el banco en que se sentaba, estallando en risas toda la asamblea. Se procuró en vano restablecer el silencio; pero ni el propio Claudio podía contener la risa, que le asaltaba a cada instante por el recuerdo, y de esta manera se generalizaba la hilaridad. Escribió mucho durante su reinado, e hizo siempre que sus obras las recitasen en público sus lectores. Su historia principia después de la muerte del dictador César; pero en seguida pasó a época más reciente, es decir, al término de las guerras civiles, pues las continuas quejas de su madre y abuela le impidieron escribir libremente y con verdad acerca de los tiempos anteriores. Dejó dos libros de la primera de estas historias y cuarenta y uno de la segunda; compuso asimismo ocho libros de memoria sobre su vida, en los que se advierte menos ingenio que elegancia. Escribió además una apología bastante erudita de Cicerón, para contestar a los libros de Asinio Galo. Inventó tres letras que creía de gran necesidad y las cuales quiso añadir al alfabeto. Ya antes de ser emperador había publicado un libro sobre este asunto; cuando lo fue, no tropezó con grandes dificultades para que se adoptase el uso de tales letras que se encuentran en la mayor parte de los libros, actas públicas e inscripciones de aquella época.

[42] Nec minore cura Graeca studia secutus est, amorem praestantiamque linguae occasione omni professus. Cuidam barbaro Graece ac Latine disserenti: "cum utroque," inquit, "sermone nostro sis paratus"; et in commendanda patribus conscriptis Achaia, gratam sibi provinciam ait communium studiorum commercio; ac saepe in senatu legatis perpetua oratione respondit. Multum vero pro tribunali etiam Homericis locutus est versibus. Quotiens quidem hostem vel insidiatorem ultus esset, excubitori tribuno signum de more poscenti non temere aliud dedit quam: Aner apomynasthai, hote tis proteros chalepenie. Denique et Graecas scripsit historias, Tyrrhenicon viginti, Carchedoniacon octo. Quarum causa veteri Alexandriae Musio additum ex ipsius nomine novum; institutumque ut quotannis in altero Tyrrhenicon libri, in altero Carchedoniacon diebus statutis velut in auditorio recitarentur toti a singulis per vices.

XLII. Tuvo también gran afición a los estudios griegos, y en todas las oportunidades mostró la importancia que daba a este hermoso idioma. A un bárbaro, que hablaba delante de él en griego y en latín: Veo con satisfacción —le dijo—, que posees nuestras dos lenguas. Recomendando la Acaya a los senadores, les dijo: Estoy unido a esta provincia por los lazos de los mismos estudios. En el Senado respondió casi siempre en griego a los discursos de los embajadores; y en su tribunal citaba muchas veces versos de Homero. Cuando se deshacía de un enemigo o de un conjurado y el tribuno de guardia le pedía la contraseña, le decía ésta:

[43] Sub exitu vitae signa quaedam nec obscura paenitentis de matrimonio Agrippinae deque Neronis adoptione dederat, siquidem commemorantibus libertis ac laudantibus cognitionem, qua pridie quandam adulterii ream condemnarat, sibi quoque in fatis esse iactavit omnia impudica, sed non impunita matrimonia;

XLIII. Hacia el fin de su vida dio Claudio evidentes muestras de arrepentimiento por haberse casado con Agripina y por haber adoptado a Nerón. Un día en que sus libertos celebraban en presencia suya la equidad de una sentencia pronunciada por él, la víspera, contra una mujer adúltera, les dijo que la suerte le había dado también esposas impúdicas, pero que también ellas habían sido

Vengarme en el acto del primero que me ofenda (122). Escribió, en fin, en esta lengua veinte libros de la historia de los tirrenianos y ocho de la de los cartagineses. Con motivo de estas obras, al antiguo museo de Alejandría se añadió otro con el nombre mismo del emperador, acordándose que todos los años, en determinados días, los miembros de los dos museos darían por turno lectura pública, en el uno de la historia de los cartagineses, y en el otro de la de los tirrenianos.

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et subinde obvium sibi Britannicum artius complexus hortatus est, ut cresceret rationemque a se omnium factorum acciperet; Graeca insuper voce prosecutus: ho trosas iasetai. Cumque impubi teneroque adhuc, quando statura permitteret, togam dare destinasset, adiecit: "Ut tandem populus R. verum Caesarem habeat."

castigadas, y un momento después, encontrando a Británico, lo abrazó tiernamente y le dijo: Acaba de crecer y te daré cuenta de todos mis actos, y añadió en griego: El que ha hecho la herida la curará, y aunque Británico era muy joven aún, quería adelantar la edad, ya que su estatura lo permitía y hacerle vestir antes de tiempo la toga viril, exclamando que el pueblo romana tendría al fin un verdadero cesar.

[44] Non multoque post testamentum etiam conscripsit ac signis omnium magistratuum obsignavit. Prius igitur quam ultra progrederetur, praeventus est ab Agrippina, quam praeter haec conscientia quoque nec minus delatores multorum criminum arguebant. Et veneno quidem occisum convenit; ubi autem et per quem dato, discrepat. Quidam tradunt epulanti in arce cum sacerdotibus per Halotum spadonem praegustatorem; alii domestico convivio per ipsam Agrippinam, quae boletum medicatum auidissimo ciborum talium optulerat. Etiam de subseqventibus diversa fama est. Multi statim hausto veneno obmutuisse aiunt excruciatumque doloribus nocte tota defecisse prope lucem. Nonnulli inter initia consopitum, deinde cibo afflvente euomuisse omnia, repetitumque toxico, incertum pultine addito, cum velut exhaustum refici cibo oporteret, an immisso per clystera[m], ut quasi abundantia laboranti etiam hoc genere egestionis subveniretur.

XLIV. Poco tiempo después redactó su testamento que firmaron todos los magistrados. No hay duda que hubiese realizado todos sus proyectos, pero Agripina, que atormentaba su conciencia y a la que muchos delatores comenzaban a acusar, se le adelantó. Convienen todos en que murió envenenado, pero no se sabe con certeza dónde ni por quién. Algunos dicen que fue en el Capitolio, en un festín con los pontífices y por el eunuco Holato, su gustador; afirman otros que fue en una comida familiar y por la misma Agripina, que con este objeto había envenenado una seta, uno de sus manjares predilectos. Tampoco se está de acuerdo en cuanto a lo que sucedió después. Según la mayoría, perdió en el acto la voz y murió al amanecer, después de haber padecido horriblemente toda la noche; según otros, tras haberse aletargado algunos momentos, vomitó todo lo que había comido y entonces le hicieron tomar otra dosis de veneno, ya sea en una sopa como para devolver fuerzas a su estomago extenuado, o bien en una enema como para aliviarle, por medio de evacuaciones, una digestión difícil.

[45] Mors eius celata est, donec circa successorem omnia ordinarentur. Itaque et quasi pro aegro adhuc vota suscepta sunt et inducti per simulationem comoedi, qui velut desiderantem oblectarent. Excessit III. Id. Octob. Asinio Marcello Acilio Auiola coss. sexagesimo quarto aetatis, imperii quarto decimo anno, funeratusque est sollemni principum pompa et in numerum deorum relatus; quem honorem a Nerone destitutum abolitumque recepit mox per Vespasianum.

XLV. Mantuvieron secreta su muerte hasta que todo estuvo dispuesto para asegurar el Imperio a su sucesor. Continuóse, con este fin, haciendo votos por su curación y se llamaron incluso a palacio algunos cómicos, pedidos por él, según decían, para distraerse. Murió el 3 de los idus de octubre (123), bajo el consulado de Asinio Marcelo y de Acilio Aviola, a los sesenta y cuatro años de edad y catorce de reinado. Sus funerales fueron celebrados con toda la solemnidad que a su jerarquía convenía y le colocaron en el número de los dioses. Este honor, del que a poco le privó la envidia de Nerón, le fue restituido por Vespasiano.

[46] Praesagia mortis eius praecipua fuerunt: exortus crinitae stellae, quam cometen vocant, tactumque de caelo monumentum Drusi patris, et quod eodem anno ex omnium magistratuum genere plerique mortem obierant. Sed nec ipse ignorasse aut dissimulasse ultima vitae suae tempora videtur, aliquot quidem argumentis. Nam et cum consules designaret, neminem ultra mensem quo obiit designavit, et in senatu, cui novissime interfuit, multum ad concordiam liberos suos cohortatus, utriusque aetatem

XLVI. Los principales presagios con que se anunció su muerte fueron: la aparición en el cielo de una de esas estrellas con cabellera que se llaman cometas, el haber caído un rayo en la tumba de su padre Druso y la muerte de casi todos los magistrados de aquel año. Dícese que él mismo previó su próximo fin y no lo ocultó;; teniendo, en efecto, que designar cónsules, no designó ninguno para esta época más avanzada del mes en que murió; la última vez que fue al Senado, se le oyó repetidas veces exhortar a sus hijos a la concordia y recomendar con voz suplicante su juventud a los senadores, y, por último, en la postrera 182


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suppliciter patribus commendavit, et in ultima audiencia que dio como juez, dijo que habĂ­a llegado al fin cognitione pro tribunali accessisse ad finem de su vida, e insistiĂł en ello, a pesar de que los presentes mortalitatis, quanquam abominantibus qui rechazaron aquel presagio. audiebant, semel atque iterum pronuntiavit.

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NOTAS (106) Según Quintiliano, sólo una enfermedad podía excusar el uso de cubrirse la cabeza, las piernas o las orejas. (107) A las fiestas de las Saturnales, que duraban muchos días, y en las cuales se hacían recíprocos regalos, se añadieron otras dos, que llamaron sigillaria (a sigilis), del nombre de unas figuritas en relieve que se regalaban a los niños. La contestación de Tiberio a Claudio es, por lo tanto, mucho más ofensiva. (108) Por Calígula para su propia divinidad. (109) El objeto de la ley Papia Popea, al eximir de los deberes judiciales a los que tenían cierto numero de hijos, era alentar a los caballeros al matrimonio. (110) La ley Cornelia, De falsis, privaba de fuego y agua a los falsificadores. Los emperadores añadieron a éstas nuevas penas. (111) Se llamaba así un barrio de Roma, en el que habitaban los comerciantes de sigilla, sellos, figuritas que se regalaban en las fiestas de las Sigilarias. En este barrio habitaban también muchos libreros. (112) Construido en 699 bajo el consulado de Pompeyo fue varias veces pasto de las llamas especialmente bajo Tiberio que empezó a reedificarlo; Calígula lo terminó y Claudio lo consagró en 794. (113) Debe tenerse presente aquí que se trata aquí únicamente de los espectáculos dados en el Circo; en el teatro y en los juegos escénicos los senadores tenían en efecto, desde muy antiguo sitios especiales, lo mismo que los caballeros, sitios que venían designados por las leyes Roscia y Julia. Nerón hizo por los caballeros lo que Claudio por los senadores. (114) Significa palomo volador. (114 bis) Gladiador que combatía en un carro. (115) Las vacaciones de primavera y otoño interrumpían el curso de los negocios. Claudio no las suprimió: limitóse sólo a dar mas continuidad al trabajo, estableciendo una sola vacación en vez de varias. (116) Este articulo de la ley Papia prohibió en efecto, el matrimonio a los sexagenarios. Claudio, ya de bastante edad, se indigno viéndose legalmente proclamado incapaz de tener hijos; derogó esta disposición, haciéndolo al parecer antes de su matrimonio con Agripina, matrimonio que sin ello no hubiese podido contraer. (117) Esta custodia les había sido quitada por Augusto. (118) Antiguamente se aplicaban fácilmente al Cristo las palabras impulsore Chresto. Aquí se trata, sin embargo, de un griego que se había hecho judío y excitaba disturbios en Roma; ya que los romanos ignoraron durante mucho tiempo la diferencia que existía entre Judíos y cristianos. (119) Recompensa militar. (120) Séneca en su tratado “De la clemencia” dice a Nerón: “Tu padre en cinco años hizo coser en el saco a mas parricidas que se habían cosido en todos los siglos precedentes.” (121) Llamábanse bestiarios los que combatían con las fieras en los espectáculos matutinos y meridianos los que combatían después de los anteriores. (122) Odisea, XVI, 72. (123) 13 de octubre.

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SVETONI TRANQVILII VITA NERONIS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57

NERÓN SINOPSIS 1. ASCENDENCIA DE NERÓN. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-8) La familia de Nerón. Antepasados por línea paterna (1-3). Los abuelos y padres de Nerón (4-5). Nacimiento de Nerón. Infancia y adolescencia. Matrimonio con Octavia (6-7). Nerón es proclamado emperador (8). II. NERÓN EN EL PODER (9-39) Un emperador prudente (9-19). Comportamiento Piadoso. Honras rendidas a sus familiares. Primeras medidas de su gobierno (9-10). Espectáculos diversos. Institución de los Juegos Neronianos (11-12). Recepción de Tiridates. Cierre del arco de Jano (13). Consulados y administración de justicia. Reformas constitucionales, urbanísticas, sociales y judiciales (14-17). Política exterior. Viaje a Acaya (18-19). Un emperador extravagante y criminal (20-39). Pasión por la música. Su debut en Nápoles. Creación de los Augustianos (20). Presentación artística en Roma. Otras actuaciones públicas (21). Pasión por los juegos del circo. Nerón, auriga. Sus actuaciones en Acaya. Comportamiento durante el concurso. Acaya recibe la libertad como recompensa (22-24). Regreso triunfal a Italia (25). Vicios de su carácter. Aberraciones sexuales. Prodigalidad y dispendios (26-30). Construcciones de Nerón: la Domus A urea (3 l). Medios ¡lícitos para allegar dinero (32) Complicidad en el asesinato de Claudio. Asesinato de Británico y de Agripina (33-34). Matrimonios de Nerón. Asesinato de Octavia y de Popea, así como del resto de sus allegados. Muerte de Séneca y de Burro (35). Conjuras de Pisón y de Vinicio (36). Reinado de terror (37). Incendio de Roma (38). Peste y derrotas en Britania y en el Oriente. Epigramas y ataques verbales contra Nerón. Paciencia de éste (39). III. MUERTE DE NERÓN (40-50) Rebelión de Víndice y de Galba. Preparativos de Nerón, cónsul único, para una expedición a las Galias (40-44). Odio general contra él. Presagios de su caída (45-46). Defección de los demás ejércitos. Dudas de Nerón sobre el camino a seguir. Nerón, abandonado por todos (47). Huida de Roma. Suicidio de Nerón (4849). Funerales (50). IV. RASGOS PERSONALES DE NERÓN. EPÍLOGO (51-57) Características físicas. Salud. Aspecto externo (51). Producción literaria. Aficiones artísticas (52). Ansias de popularidad y de inmortalidad (53-55). Creencias religiosas y supersticiones (56). Edad de Nerón a su muerte. Reacciones diversas ante ésta. Aparición de un pseudo-Nerón (57). 185


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I. Ex gente Domitia duae familiae claruerunt, Calvinorum et Aenobarborum. Aenobarbi auctorem originis itemque cognominis habent L. Domitium, cui rure quondam revertenti iuvenes gemini augustiore forma ex occursu imperasse traduntur, nuntiaret senatui ac populo victoriam, de qua incertum adhuc erat; atque in fidem maiestatis adeo permulsisse malas, ut e nigro rutilum aerique similem capillum redderent. Quod insigne mansit et in posteris eius, ac magna pars rutila barba fuerunt. Functi autem consulatibus septem, triumpho censuraque duplici et inter patricios adlecti perseveraverunt omnes in eodem cognomine. Ac ne praenomia quidem ulla praeterquam Gnaei et Luci usurparunt, eaque ipsa notabili varietate, modo continuantes per singulas. Nam primum secundumque ac tertium Ahenobarborum Lucios, sequentis rursus tres ex ordine Gnaeos accepimus, reliquos non nisi vicissim tum Lucos tum Gnaeos. Pluris e familia cognosci referre arbitror, quo facilius appareat ita degenerasse a suorum virtutibus Nero, ut tamen vitia cuiusque quasi tradita et ingentia rettulerit.

I. Las dos ramas más ilustres de la familia Domicia fueron los Calvino y los Enobarbo; éstos reconocían por tronco de su origen y de su nombre a L. Domicio, quien, al regresar un día del campo, halló, según se dice, dos jóvenes de rostro celestial (124) que le mandaron anunciar al Senado y al pueblo una victoria todavía incierta; queriendo probarle su divinidad, le tocaron las mejillas y dieron a su barba, que era negra, un tono amarillo cobrizo. Tal distintivo fue heredado por sus descendientes, pues casi todos tuvieron la barba de este color. Fueron honrados con siete consulados, un triunfo, dos censuras y se los admitió en el número de los patricios; conservaron así el apelativo y jamás tomaron otros nombres que los de Cneo y Lucio; se transmitían éstos en orden bastante noble, llevándolos tres miembros seguidos de la familia, y alternativamente, los miembros siguientes. Los tres primeros fueron, por consiguiente, Enobarbo, llamados Lucios; los tres siguientes Cneos, y los demás alternativamente Lucio y Cneo. No estará de más conocer a algunos de ellos, con objeto de que pueda verse cuánto degeneró Nerón de las virtudes de sus antepasados, y qué vicios recibió, por otra parte, de cada uno como hereditarios e innatos.

II. Ut igitur paulo altius repetam, atavus eius Cn. Domitius in tribunatu pontificibus offensior, quod alium quam se in patris sui locum cooptassent, ius sacerdotum subrogandorum a collegiis ad populum transtulit, at in consulatu Allobrogibus Arvernisque superatis elephanto per provinciam vectus est turba militum quasi inter sollemnia triumphi prosequente. In hunc dixit Licinius Crassus orator non esse mirandum, quod aeneam barbam habret, cui os ferreum, cor plumbeum esset. Huius filius praetor C. Caesarem abeuntem consulatu, quem adversus auspicia legesque gessisse existimabatur, ad disquisitionem senatus vocavit; mox consul imperatorem ab exercitibus Gallicis retrahere temptavit successorque ei per factionem nominatus principio civilis belli ad Corfinium captus est. Unde dimissus Massiliensis obsidione laborantis cum adventu suo confirmasset, repente destituit acieque demum Pharsalica occubuit; vir neque satis constans et ingenio truci in desperatione rerum mortem timore appetitam ita expavit, ut haustum venenum paenitentia evomuerit medicumque manumiserit, quod sibi prudens ac sciens

II. Así, pues, remontando algo más arriba, citaré a su bisabuelo Cn. Domicio; furioso éste porque los pontífices habían elegido durante su consulado a otro ciudadano que a él para ocupar el cargo de su padre, hizo pasar de su colegio al pueblo el derecho de elegir los sacerdotes (125). Venció durante su consulado a los alóbrogos y avernios, y atravesó con este motivo las provincias de su mando montado en un elefante y seguido de una gran muchedumbre de soldados, como en la solemnidad del triunfo. De él dijo el orador Licinio Craso que no era raro verle barba de bronce, puesto que tenía semblante de hierro y corazón de plomo. Siendo pretor su hijo citó a Julio César, después de su consulado, para que respondiese ante el Senado a la acusación de haber actuado en sus funciones contra los auspicios y las leyes. Siendo cónsul él mismo, trató de retirarle el mando de los ejércitos de la Galia, y nombrado sucesor suyo por el partido de Pompeyo, cayó prisionero en Corfino, al comenzar la guerra. Recobrada la libertad, marchó a sostener con su presencia a los marselleses sitiados, pero los abandonó de pronto, muriendo al fin en la batalla de Farsalia. Era arrogante, pero tan salto de firmeza, que cuando la situación se hizo desesperada, temiendo la muerte, quiso dársela él mismo y tomó un veneno, pero fue tal su espanto, que lo vomitó y dio libertad a su médico, que sospechando lo que había de suceder cuidó de disminuir la dosis. Cuando Pompeyo consultó a sus legados acerca de cómo había de tratarse a los que permaneciesen neutrales, Domicio fue el único que opinó que había de tratárselos como 186


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minus noxium temperassent. Consultante enemigos. autem Cn. Pompeio de mediis ac neutram partem sequentibus solus censuit hostium numero habendos. III. Reliquit filium omnibus gentis soae procul dubio praeferendum. Is inter conscios Caesarianae necis quamquam insons damnatus lege Pedia, cum ad Cassium Brutumque se propinqua sibi cognatione iunctos contulisset, post utriusque interitum classem olim comissam retinuit, auxit etiam, nec nisi partibus ubique profligatis M. Antonio sponte et ingentis meriti loco tradidit. Solusque omnium ex iis, qui pari lege damnati erant, restitutus in patriam amplissimos honores percucurrit, ac subinde redintegrata dissensione civili, eidem Antonio legatus, delatam sibi summam imperii ab iis, quos Cleopatrae pudebat, neque suscipere neque recusare fidenter propter subitam valitudinem ausus, transiit ad Augustum et in diebus paucis obiit, nonulla et ipse infamia aspersus. Nam Antonius eum desiderio amicae Serviliae Naidis transfugisse iactavit.

III. Dejó un hijo, que fue indudablemente el mejor de la familia. Envuelto, aunque inocente, en la condenación de la ley. Pedia contra los asesinos de César, se retiró con Casio y Bruto, de quienes era pariente. Tras la muerte de estos dos jefes, supo conservar y hasta aumentar la flota que le habían confiado, y sólo la entregó a Marco Antonio cuando la derrota de su partido era completa y por convenio voluntario; agradecióselo tanto aquél que fue el único de todos los condenados por aquella ley que pudo volver a la patria y alcanzar la más altas dignidades. Cuando principió de nuevo la guerra civil fue legado de Antonio, ofreciéndole entonces el mando los que se avergonzaban de obedecer a Cleopatra; mas se encontraba entonces enfermo, y no atreviéndose a aceptar ni a rehusar, terminó por pasar al partido de Augusto, muriendo pocos días después con la reputación algo manchada; Antonio pretendió, en efecto, que le abandonó por el deseo de ver a su amante Servilia Naidia.

IV. Ex hoc Domitius nascitur, quem emptorem familiae pecuniaeque in testamento Augusti fuisse mox vulgo notatum est, non minus aurigandi arte in adulescentia clarus quam deinde ornamentis triumphalibus ex Germanico bello. Verum arrogans, profusus, immitis censorem L. Plancum via sibi decedere aedilis coegit; praeturae consulatusque honore equites R. matronasque ad agendum mimum produxit in scaenam. Venationes et in Circo et in omnibus urbis regionibus dedit munus etiam gladiatorium, sed tanta saevitia, ut necesse fuerit Augusto quam frustra monitum edicto coercere.

IV. De este Domicio nació el que debía ser el ejecutor testamentario de Augusto, tan conocido desde su juventud por su habilidad para guiar carros, como célebre después por los ornamentos triunfales que se le concedieron al fin de la guerra de Germania. Arrogante, pródigo y cruel, no siendo más que un simple edil, obligó al censor L. Planco a cederle el paso; durante su pretura y su consulado, obligó a presentarse en la escena a caballeros romanos y mujeres distinguidas para representaciones mímicas; dio cacerías de fieras y combates de gladiadores en el Circo y en todos los barrios de la ciudad, y desplegó en ellos tanta barbarie, que Augusto, que en vano le había reconvenido en particular, tuvo que hacerlo en un edicto.

V. Ex Antonia maiore patrem Neronis procreavit omni parte vitae detestabilem, siquidem comes ad Orientem C. Caesaris iuvenis, occiso liberto suo, quod potare quantum iubebatur recusaret, dimissus e cohorte amicorum nihilo modetius vixit; sed et in viae Appiae vico repente puerum citatis iumentis haud ignarus obtrivit et Romae medio Foro cuidam equiti Romano liberius iurganti oculum eruit; perfidiae vero tantae, ut non modo argentarios pretiis rerum coemptarum, sed et in praetura mercede palmarum aurigarios fraudaverit, notatus ob haec et sororis ioco, querentibus dominis

V. Tuvo de Antonia la mayor un hijo que fue el padre de Nerón, y cuya vida fue de las más detestables. Acompañando al Oriente al joven C. César, mató a un liberto que se negaba a beber la cantidad de licor que él le mandaba. Excluido por este muerte de la sociedad de sus amigos, no se condujo con mayor moderación. En la vía Apia aplastó a un niño, lanzando al galope su caballo expresamente para ello. En Roma, en pleno Foro, reventó un ojo a un caballero romano que discutía acaloradamente con él. Era tal su mala fe, que no satisfacía a los vendedores el precio de lo que compraba y durante su pretura defraudó del premio a los aurigas vencedores, si bien las burlas de su hermana y las quejas de los jefes de los diferentes partidos le obligaron a proclamar que de allí en adelante los premios se pagarían en el acto. Acusado a fines 187


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factionum repraesentanda praemia in posterum sanxit. Maiestatis quoque et adulteriorum incestique cum sorore Lepida sub excessu Tiberi reus, mutatione temporum evasit decessitque Pyrgis morbo aquae intercutis, sublato filio Nerone ex Agrippina Germanico genita.

del reinado de Tiberio de un delito de lesa majestad, de gran número de adulterios y de incesto con su hermana Lépida, sólo el cambio de reinado le pudo librar del castigo. Murió de hidropesía en Pirgia, dejando de Agripina, hija de Germánico, un hijo, que fue Nerón.

VI. Nero natus est Anti post VIIII. mensem quam Tiberius excessit, XVIII. Kal. Ian. tantum quod exoriente sole, paene ut radiis prius quam terra contingeretur. De genitura eius statim multa et formidulosa multis coniectantibus praesagio fuit etiam Domiti patris vox, inter gratulationes amicorum negantis quicquam ex se et Agrippina nisi detestabile et malo publico nasci potuisse. Eiusdem futurae infelicitates signum evidens die lustrico exstitit; nam C. Caesar, rogante sorore ut infanti quod vellet nomen daret, intuens Claudium paruum suum, a quo mox principe Nero adoptatus est, eius se dixit dare, neque ipse serio sed per iocum et aspernante Agrippina, quod tum Claudius inter ludibria aulae erat. Trimulus patrem amisit; cuius ex parte tertia heres, ne hanc quidem integram cepit correptis per coheredem gaium universis bonis. Et subinde matre etiam relegata paene inops atque egens apud amitam Lepidam nutritus est sub duobus paedagogis saltatore atque tonsore. Verum Claudio imperium adepto non solum paternas opes reciperavit, sed et Crispi Passini vitrici sui hereditate ditatus est. Gratia quidem et potentia revocatae restituaeque matris usque eo floruit, ut emanaret in vulgus missos a Messalina uxore Claudi, Qui eum meridiantem, quasi Britannici aemulum, strangularent. Additum fabulae eosdem dracone e pulvino se proferente conterritos refigisse. Quae fabula exorta est deprensis in lecto eius circum cervicalia serpentis exuviis; quas tamen aureae armillae ex voluntate matris inclusas dextro brachio gestavit aliquamdiu ac taedio tandem maternaeque memoriae abiecit rursusque extremis suis rebus frusra requisiit.

VI. Nació Nerón en Anzio, nueve meses después de la muerte de Tiberio (126), el 18 de las calendas de enero al salir el sol, cuyos rayos le tocaron antes que él tocase la tierra. Entre muchas señales terroríficas que presidieron el instante de su nacimiento, se consideró como presagio la contestación de su padre Domicio a las felicitaciones de sus amigos; éste dijo, en efecto, que de Agripina y él no podía nacer más que algo detestable y fatal para el mundo. El día que recibió su nombre (127), observase también un pronóstico igualmente fatal: estrechado C. César por su hermana para que diese a aquel niño el nombre que más le gustase, y viendo pasar a su tío Claudio, que más adelante adoptó a Nerón, contestó que le daba el de aquél, diciendo esto en chanza y para contrariar a Agripina que, en efecto, se opuso a ello, porque Claudio era entonces la vergüenza de la corte. A los tres años perdió a su padre, y nombrado heredero de sus bienes por un tercio, ni siquiera se le asignó esta parte, pues Calígula, su coheredero, se apoderó de toda la herencia. Desterrada a poco su madre, quedó reducido poco menos que a la indigencia y fue educado en casa de su tía Lépida, siendo sus maestros un barbero y un bailarín. Bajo el reinado de Claudio recuperó, no obstante, la fortuna de su padre, y hasta enriqueciese con el caudal de su suegro Crispo Pasieno. La influencia de su madre, llamada del destierro, le hizo elevar tanto, que corrió incluso el rumor de que Mesalina, esposa de Claudio, había intentado hacerle estrangular dormido, como a peligroso rival de Británico. Añádese que los asesinos huyeron espantados al contemplar una serpiente que salia de su lecho. Motivó esta fábula el haberse encontrado un día cerca de su almohada restos de una piel de serpiente, que su madre le hizo llevar algún tiempo en un brazalete de oro sujeto al brazo derecho. Más adelante dejó este brazalete, que le traía a la memoria recuerdos importunos, y cuando lo pidió en sus últimos momentos no se pudo encontrar.

VII. Tener adhuc necdum matura pueritia circensibus ludis Troiam constantissime favorabiliterque lusit. Undecimo aetatis anno a Claudio adoptatus est Annaeoque Senecae iam tunc senatori in disciplinam traditus. Ferunt Senecam proxima nocte visum sibi per quietem C. Caesari praecipere, et fidem

VII. Desde muy jovencito tomó parte en las solemnidades del Circo, fue uno de los actores más asiduos de los juegos troyanos y recibió numerosos testimonios del favor público. Tenia once años cuando Claudio lo adoptó dándole por maestro a Anneo Séneca, que ya era senador. Dícese que Séneca soñó a la siguiente noche que tenía a Calígula por discípulo, sueño que Nerón no tardó en justificar con las 188


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somnio Nero brevi fecit prodita immanitate naturae quibus primum potuit experimentis. Namque Britannicum fratrem, quod se post adoptionem Ahenobarbum ex consuetudine salutasset, ut subditivum apud patrem arguere conatus est. Amitam autem Lepidam ream testimoni coram afflixit gratificans matri, a qua rea premebatur. Deductus in Forum tiro populo congiarium, militi donativum proposuit indictaque decursione praetorianis scutum sua manu praetulit; exin patri gratias in senatu egit. Apud eundem consulem pro Bononiensibus Latine, pro Rhodiis atque Iliensibus Graece verba fecit. Auspicatus est et iuris dictionem praefectus urbi sacro Latinarum, celeberrimis patronis non tralaticias, ut assolet, et brevis, sed maximas plurimasque postulationes certatim ingerentibus, quamvis interdictum a Claudio esset. Nec multo post duxit uxorem Octaviam ediditque pro Claudi salute circenses et venationem.

precoces muestras de su detestable carácter. Habiéndole llamado Enobarbo su hermano Británico, por costumbre, después de su adopción, esforzase en probar a Claudio que Británico no era hijo suyo; abrumó con su testimonio, frente a los tribunales, a su tía Lépida, a fin de congraciarse con su acusadora Agripina. El día en que fue a tomar la toga en el Foro (128) distribuyó el congiario al pueblo y el donativo a los soldados; habiendo ordenado después a los pretorianos un ejercicio militar, quiso figurar él a su cabeza, con el escudo en la mano, y en el Senado, en fin, dirigió un discurso de gracias a su padre adoptivo. Defendió en latín ante Claudio, cónsul a la sazón, a los habitantes de Boloña, y en griego, a los de Rodas y a los troyanos. Fue investido con la prefectura de Roma durante las Ferias latinas y con la jurisdicción anexa a este cargo, que fue el primero que se le confió, viendo nevar en él diariamente a su tribunal y por los abogados más célebres, no los negocios corrientes y fáciles, como es costumbre durante estas fiestas, sino los más graves y complicados a pesar de la prohibición expresa de Claudio. Poco tiempo después se unió en matrimonio con Octavia, dando juegos en el Circo y el espectáculo de una cacería.

VIII. Septemdecim natus annos, ut de Claudio palam factum est, inter horam sextam septimamque processit ad excubitores, cum ob totius diei diritatem non aliud auspicandi tempus accommodatius videretur; proque Palati gradibus imperator consalutatus lectica in castra et inde raptim appellatis militibus in curiam delatus est discessitque iam vesperi, ex immensis, quibus cumulabatur, honoribus tantum patris patriae nomine recusato propter aetatem.

VIII. Tenía diecisiete años cuando murió Claudio. Nerón salió en busca de los guardias apenas se difundió la noticia, entre la sexta y séptima hora (129), único momento de aquel día nefasto en el que se podían tomar auspicios. Fue saludado emperador en las gradas del palacio, y marchó en litera al campamento; congrego apresuradamente a los soldados, llevándole éstos al Senado, de donde no salió hasta la tarde; no rehusó ninguno de los excesivos honores que se le prodigaron, en los que sólo faltó el título de Padre de la Patria, que no podían darle por razón de su edad.

IX. Orsus hinc a pietatis ostentatione Claudium apparatissimo funere elatum laudavit et consecravit. Memoriae Domiti patris honores maximos habuit. Matri summam omnium rerum privatarum publicarumque permisit. Primo etiam imperii die signum excubanti tribuno dedit "optimam matrem" ac deinceps eiusdem saepe lectica per publicum simul vectus est. Antium coloniam deduxit ascriptis veteranis e praetorio additisque per domicilii translationem ditissimis primipilarium; ubi et portum operis sumptuosissimi fecit.

IX. Empezó su gobierno con demostraciones de piedad filial: hizo magníficos funerales a Claudio, pronunció su oración fúnebre y le situó al lado de los dioses; tributó grandes honores a su padre Domicio y confirió a su madre una autoridad ilimitada. El primer día dio por contraseña al tribuno de guardia: Optima madre, y en los días siguientes se le vio a menudo en público con ella en la misma litera. Estableció una colonia en Anzio, compuesta de veteranos pretorianos y de los primipilarios más opulentos, a quienes hizo renunciar a su domicilio (130), y construyó también allí un puerto magnifico.

X. Atque ut certiorem adhuc indolem ostenderet, ex Augusti praescripto imperaturum se professus, neque liberalitatis neque clementiae, ne comitatis quidem ex hibendae ullam occasionem omisit. Graviora vectigalia aut abolevit aut minuit. Praemia

X. Para dar aún mejores augurios de su carácter, anunció que reinaría de acuerdo con los principios de Augusto, no desaprovechando ocasión de mostrar dulzura y clemencia. Abolió o disminuyó los impuestos demasiado onerosos. Redujo a su cuarta parte las recompensas asignadas por la ley Papia a los delatores. Hizo distribuir al pueblo cuatrocientos 189


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delatorum Papiae legis ad quartas redegit. Divisis populo viritim quadringenis nummis senatorum nobilissimo cuique, sed a re familiari destituto annua salaria et quibusdam quingena constituit item praetorianis cohortibus frumentum menstruum gratuitum. Et cum de supplicio cuiusdam capite damnati ut ex more subscriberet admoneretur: "quam vellem, " inquit, "nescire litteras". Omnes ordines subinde ac memoriter salutavit. Agenti senatui gracias respondit: "Cum meruero". Ad campestres exercitationes suas admisit et plebem declamavitque saepius publicae; recitavit et carmina, non modo domi sed et in theatrum, tanta universorum laetitia, ut ob recitationem supplicatio decreta sit eaque pars carminum aureis litteris Iovi Capitolino dicata.

sestercios por persona. Aseguró a los senadores de elevada alcurnia, pero carentes de bienes, una renta anual que se elevaba para algunos hasta quinientos mil sestercios. Estableció distribuciones de trigo mensuales y gratuitas para las cohortes pretorianas. Un día que le pedían, según la costumbre, que firmase la sentencia de muerte de un criminal, dijo: Quisiera no saber escribir. Saludaba a todos los ciudadanos por su nombre, de memoria y en el orden en que se le presentaban. Cierta vez que el Senado le dirigía acciones de gracias: Me las daréis cuando las merezca, dijo. Admitía hasta el bajo pueblo a los ejercicios del campo de Marte. Declamó frecuentemente en público, y leyó versos suyos, no sólo en su casa, sino también en el teatro, lo que produjo tan general regocijo, que se decretaron acciones de gracias a los dioses, grabando en seguida aquellos versos en letras de oro, dedicándolos a Júpiter.

XI. Spectaculorum plurima et varia genera edidit: iuvenales, circenses, scaenicos ludos, gladiatorium munus. Iuvenalibus senes quoque consulares anusque matronas recepit ad lusum. Circensibus loca equiti secreta a ceteris tribuit commisitque etiam camelorum quadrigas. Ludis, quos pro aeternitate imperii susceptos appellari "maximos" voluit, ex utroque ordine et sexu plerique ludicras partes sustinuerunt; notissimus eques R. elephanto supersidens per catadromum decucurrit; inducta Afrani togata, quae Incendium inscribitur, concessumque ut scaenici ardentis domus supellectilem diriperent ac sibi haberent; sparsa et populo missilia omnium rerum per omnes dies: singula cotidie milia avium cuiusque generis, multiplex penus, tesserae frumentariae, vestis, aurum, argentum, gemmae, margaritae, tabulae pictae, mancipia, iumenta atque etiam mansuetae ferae, novissimae naves, insulae, agri.

XI. Dio espectáculos variados, y en gran número, entre éstos los juegos llamados Juveniles, fiestas en el Circo, representaciones teatrales y combates de gladiadores. Los juegos de la juventud quiso que los presenciaran ancianos consulares y madres de familia de edad muy avanzada (131). En los juegos del Circo designó a los caballeros puestos distinguidos e hizo correr cuadrigas arrastradas por camellos. En los que celebró por la eternidad del Imperio, y a los que llamó Grandes juegos, se vio a la nobleza de ambos sexos desempeñar papeles de bufones. Un caballero romano muy conocido corrió en la liza sobre un elefante; se representó una comedia de Afranio titulada El Incendio, abandonándose a los actores el pillaje de una casa entregada a las Lamas. Cada día distribuyó al pueblo provisiones y regalos de toda clase: pájaros por millares, manjares con profusión, bonos pagaderos en trigo, trajes, oro, plata, piedras preciosas, perlas, cuadros, esclavos, fieras domesticadas, y hasta naves; en fin, islas y tierras, contemplando él estos espectáculos sentado en lo alto del proscenio.

XII. Hos ludos spectavit e proscaeni fastigio. Munere, quod in amphitheatro ligneo regione Martii campi intra anni spatium fabricato dedit, neminem occidit, ne noxiorum quidem. Exhibuit autem ad ferrum etiam quadringentos senatores sescentosque equites Romanos et quosdam fortunae atque existimationis integrae, ex isdem ordinibus confectores quoque ferarum et varia harenae ministeria. Exhibuit et naumachiam marina aqua innantibus beluis; item pyrrichas quasdam e numero epheborum, quibus post editam operam diplomata civitatis Romanae singulis optulit. Inter pyrricharum argumenta taurus

XII. En menos de un año hizo construir en el campo de Marte un anfiteatro de madera para un espectáculo de gladiadores en el que no permitió matar a ninguno de los combatientes ni aun los criminales. Pero hizo combatir en él cuarenta senadores y sesenta caballeros, algunos de los cuales gozaban de considerable fortuna y elevada consideración. Eligió también, en los mismos órdenes, ciudadanos que opuso a las fieras y a los que distribuyó diferentes empleos en la arena. Dio una naumaquia en la que se vieron monstruos marinos nadando en agua del mar. Grupos de niños bailaron la pírrica, y después del baile, ofreció a cada uno de los niños diplomas de ciudadanos romanos. El asunto de uno de estos bailes era Parsifae, cuyo papel estuvo a cargo de una mujer encerrada en una vaca de madera asaltada por un toro, o al menos así lo 190


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Pasiphaam ligneo iuvencae simulacro abditam iniit, ut multi spectantium crediderunt; Icarus primo statim conatu iuxta cubiculum eius decidit ipsumque cruore respersit. Nam perraro praesidere, ceterum accubans, parvis primum foraminibus, deinde toto podio adaperto spectare consueverat. 3. Instituit et quinquennale certamen primus omnium Romae more Graeco triplex, musicum gymnicum equestre, quod appellavit Neronia; dedicatisque thermis atque gymnasio senatui quoque et equiti oleum praebuit. Magistros toto certamini praeposuit consulares sorte, sede praetorum. Deinde in orchestram senatumque descendit et orationis quidem carminisque Latini coronam, de qua honestissimus quisque contenderat, ipsorum consensu concessam sibi recepit, citharae autem a iudicibus ad se delatam adoravit ferrique ad Augusti statuam iussit. Gymnico, quod in Saeptis edebat, inter buthysiae apparatum barbam primam posuit conditamque in auream pyxidem et pretiosissimis margaritis adornatam Capitolio consecravit. Ad athletarum spectaculum invitavit et virgines Vestales, quia Olympiae quoque Cereris sacerdotibus spectare conceditur.

creyó ver la multitud. Un Icaro fue a caer, al primer vuelo, cerca del palco de Nerón, llenándolo de sangre. Al principio, rara vez ocupaba en el espectáculo el puesto de honor acostumbrando presenciarlo por pequeñas aberturas, pero más adelante ocupó la parte del anfiteatro más distinguida y más visible. Fue el primero que estableció en Roma juegos quinquenales, compuestos, como entre los griegos, de tres géneros de diversiones: música, carreras de caballos y juegos gimnásticos, y a los que llamó Neronianos. En la dedicación de sus baños y de un nuevo gimnasio, hizo presentar el aceite a los senadores y a los caballeros, y quiso que entre los consulares designara la suerte a los que habían de presidir en los asientos mismos de los pretores durante todo el concurso. Descendió después a la orquesta, en medio del Senado, y recibió la corona de la elocuencia y de la poesía latinas, por voto unánime hasta de sus mismos competidores, que eran los ciudadanos más ilustres de Roma. La que le fue otorgada como premio del arpa, la dedicó a Augusto, haciéndola llevar al pie de la estatua de aquel príncipe. En los juegos gímnicos que dio en el campo de Marte, y en el transcurso de los preparativos del sacrificio, se hizo cortar la primera barba encerrándola en un cofrecillo de oro adornado con pedrería, y la consagró al Capitolio. Invitó a las vestales a asistir a los combates de atletas, porque en Olimpia las sacerdotisas de Ceres gozaban también del derecho de asistir a este espectáculo.

XIII. Non immerito inter spectacula ad eo edita et Tiridatis in urbem introitum rettulerim. Quem Armeniae regem magnis pollicitationibus sollicitatum, cum destinato per edictum die ostensurus populo propter nubilum distulisset, produxit quo opportunissime potuit, dispositis circa Fori templa armatis cohortibus, curuli residens apud rostra triumphantis habitu inter signa militaria atque vexilla. Et primo per devexum pulpitum subeuntem admisit ad genua adlevatumque dextra exosculatus est, dein precanti tiara deducta diadema inposuit, verba supplicis interpretata praetorio viro multitudini pronuntiante; perductum inde in theatrum ac rursus supplicantem iuxta se latere dextro conlocavit. Ob quae imperator consalutatus, laurea in Capitolium lata, Ianum geminum clausit, tamquam nullo residuo bello.

XIII. Pondré asimismo en el número de los espectáculos que dio, la entrada en Roma del rey Tirídates. A fuerza de promesas había hecho venir a este rey de Armenia, designando por un edicto el día en que quería presentarlo al pueblo, ceremonia que el mal tiempo obligo a aplazar. Pero en la primera ocasión favorable, ordenó colocar cohortes armadas alrededor de los templos próximos al Foro, y fue a sentarse al lado de los Rostros en una silla curul con traje de triunfador, en medio de las banderas militares y de las águilas romanas. Tirídates ascendió las gradas del estrado y arrodillase ante Nerón, el cual levantándole y abrazándole, acogió su petición; le quito la tiara y le colocó la corona en la cabeza, y al mismo tiempo un pretor antiguo explicaba al pueblo, traduciéndolos, los ruegos del extranjero. Desde allí le llevaron al teatro (132), donde el emperador, después de recibir otra vez su homenaje, le colocó a su derecha. La asamblea saludó entonces a Nerón con el título de emperador; él mismo llevó una corona de laurel al Capitolio, y cerró el templo de Jano, como si no quedase guerra alguna por terminar.

XIV. Consulatus quattuor gessit: primum bimenstrem, secundum et novissimum semenstres, tertium quadrimenstrem; medios duos continuavit, reliquos inter annua spatia

XIV. Fue cónsul cuatro veces: la primera durante dos meses, la segunda y la última durante seis, y la tercera durante cuatro. Su segundo y tercer consulados fueron consecutivos; el primero y el último separados de los otros por intervalos de un 191


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variavit.

año.

XV. In iuris dictione postulatoribus nisi sequenti die ac per libellos non temere respondit. Cognoscendi morem eum tenuit, ut continuis actionibus omissis singillatim quaeque per vices ageret. Quotiens autem ad consultandum secederet, neque in commune quicquam neque propalam deliberabat, sed et conscriptas ab uno quoque sententias tacitus ac secreto legens, quod ipsi libuisset perinde atque pluribus idem videretur pronuntiabat. 2. In curiam libertinorum filios diu non admisit; admissis a prioribus principibus honores denegavit. Candidatos, qui supra numerum essent, in solacium dilationis ac morae legionibus praeposuit. Consulatum in senos plerumque menses dedit. Defunctoque circa Kal. Ian. altero e consulibus neminem substituit improbans exemplum vetus Canini Rebili uno die consulis. Triumphalia ornamenta etiam quaestoriae dignitatis et nonnulis ex equestri ordine tribuit nec utique de causa militari. De quibusdam rebus orationes ad senatum missas praeterito quaestoris officio per consulem plerumque recitabat.

XV. No contestó nunca a las demandas de los litigantes sino al día siguiente y por escrito. En sus audiencias prohibió los discursos seguidos, escuchando alternativamente a las partes sobre cada punto del litigio. Cuando se retiraba a deliberar, no opinaba en común ni delante de los otros, sino que, sin decir nada, sin hacer caso de las opiniones escritas de los jueces, pronunciaba la sentencia que más le gustaba como si fuese resultado de la mayoría de votos. Durante largo tiempo no admitió en el Senado a los hijos de los libertos, y no otorgó ninguna dignidad a los que habían hecho ingresar los emperadores anteriores. A los candidatos que excedían del número de las magistraturas les concedía, para compensarlos por la dilación, el mando de algunas legiones. Confería, por lo común, el consulado por seis meses, y habiendo muerto un cónsul cerca de las calendas de enero, no lo reemplazó, censurando el ejemplo dado en otro tiempo en la persona de Canino Rebilo, que fue cónsul un solo día. Otorgó los ornamentos triunfales a antiguos cuestores y hasta a algunos caballeros, y no siempre por servicios militares. Cuando dirigía discursos al Senado sobre un asunto cualquiera, hacia casi siempre que los leyese un cónsul, a pesar de corresponder ello al cuestor.

XVI. Formam aedificiorum urbis novam excogitavit et ut ante insulas ac domos porticus essent, de quarum solariis incendia arcerentur; easque sumptu suo extruxit. Destinarat etiam Ostia tenus moenia promovere atque inde fossa mare veteri urbi inducere. 2. Multa sub eo et animadversa severe et coercita nec minus instituta: adhibitus sumptibus modus; publicae cenae ad sportulas redactae; interdictum ne quid in propinis cocti praeter legumina aut holera veniret, cum antea nullum non obsonii genus proponeretur; afflicti suppliciis Christiani, genus hominum superstitionis novae ac maleficae; vetiti quadrigariorum lusus, quibus inveterata licentia passim vagantibus fallere ac furari per iocum ius erat; pantomimorum factiones cum ipsis simul relegatae.

XVI. Trazó un plan llevo para la construcción de edificios en Roma, e hizo elevar a su costa pórticos delante de todas las casas, con objeto de que se pudiese atajar los incendios desde lo alto de las plataformas. Tenía también el propósito de prolongar hasta Ostia las murallas de Roma y hacer llegar el mar a la ciudad por medio de un canal. Bajo su reinado se reprimieron y castigaron muchos abusos, dictándose reglamentos muy severos. Puso límites al lujo: las comidas que se daban al pueblo quedaron convertidas en distribuciones llamadas sportula; prohibió que se vendiese nada cocido en las tabernas, exceptuando legumbres, siendo así que antes se vendían en ellas toda clase de manjares. Los cristianos, clase de hombres llenos de supersticiones nuevas y peligrosas, fueron entregados al suplicio (133); puso freno a la licencia de los aurigas, quienes en su vida vagabunda creían que todo les estaba permitido, y que tenían convertido en juego el engaño y el robo. Los que intrigaban en favor o en contra de los mímicos fueron desterrados y con ellos los mímicos que daban ocasión a las intrigas

XVII. Adversus falsarios tunc primum repertum, ne tabulae nisi pertusae ac ter lino per foramina traiecto obsignarentur; cautum ut testamentis primae duae cerae testatorum modo nomine inscripto vacuae signaturis ostenderentur, ac ne qui alieni testamenti scriptor legatum sibi ascriberet; item ut

XVII. Ideóse, contra los falsificadores, la precaución de emplear sólo tablillas horadadas en muchos puntos, no imprimiéndose el sello hasta después de haber pasado tres veces los cordones por los agujeros. Se decretó que en los testamentos habían de presentarse en blanco a los testigos las dos primeras tablillas, y que sólo se escribiría en ellas el nombre del testador; que el que escribiese el testamento de 192


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litigatores pro patrociniis certam iustamque mercedem, pro subsellis nullam omnino darent praebente aerario gratuita; utque rerum actu ab aerario causae ad Forum ac reciperatores transferrentur et ut omnes appellationes a iudicibus ad senatum fierent.

otro no podría asignarse ningún legado; que los litigantes venían obligados a pagar a sus abogados salario equitativo y moderado, y que no darían absolutamente nada por los derechos de presencia de los jueces (134), debiendo cuidar el Estado de que los juicios fuesen gratuitos; y se dispuso, en fin, que los procesos del Fisco habían de ser llevados al Foro, ante los jueces ordinarios de esta clase de asuntos, y que todas las apelaciones habrían de pasar al Senado.

XVIII. Augendi propagandique imperii neque voluntate ulla neque spe motus umquam, etiam ex Britannia deducere exercitum cogitavit, nec nisi verecundia, ne obtrectare parentis gloriae videretur, destitit. Ponti modo regnum concedente Polemone, item Alpium defuncto Cottio in provinciae formam redegit.

XVIII. Nunca se desanimó en la esperanza o en la tentación de aumentar y extender el Imperio; ideó hasta retirar las legiones de la Bretaña, y sólo le retuvo el temor de que pareciera que quería debilitar la gloria de su padre. Contentase, por ello, con reducir a provincia romana el reino del Ponto, que le cedió Polemón, y el de los Alpes después de la muerte de Cotio.

XIX. Peregrinationes duas omnino suscepit, Alexandrinam et Achaicam; sed Alexandrina ipso profectionis die destitit turbatus religione simul ac periculo. Nam cum circumitis templis in aede Vestae resedisset, consurgenti ei primum lacinia obhaesit, dein tanta oborta caligo est, ut dispicere non posset. In Achaia Isthmum perfodere adgressus praetorianos pro contione ad incohandum opus cohortatus est tubaeque signo dato primus rastello humum effodit et corbulae congestam umeris extulit. Parabat et ad Caspias portas expeditionem conscripta ex Italicis senum pedum tironibus nova legione, quam Magni Alexandri phalanga appellabat. 3. Haec partim nulla reprehensione, partim etiam non mediocri laude digna in unum contuli, ut secernerem a probris ac sceleribus eius, de quibus dehinc dicam.

XIX. Emprendió sólo dos viajes: uno a Alejandría y otro a Acaya; pero renunció al primero el mismo día de la partida, aterrado por un siniestro presagio; habiéndose, en efecto, sentado en el templo de Vesta, después de haber visitado todos los demás, enredase en la toga al levantarse y se le obscureció la vista hasta el extremo de no distinguir nada. En Acaya se propuso abrir el istmo: arengó a los pretorianos para exhortarlos a aquella gran empresa; hizo que una trompeta diese la señal para empezar y él mismo descargó el primer golpe de azadón y se cargó al hombro una esportilla llena de tierra. Meditaba también una expedición hacia las Puertas Caspianas, a cuyo objeto había levantado una legión de reclutas italianos compuesta de hombres de seis pies de estatura, a la que llamaba falange de Alejandro Magno. He reunido aquí todos sus actos, de los cuales unos son superiores a todo elogio, y los otros a toda censura, con objeto de separarlos de las infamias y crímenes, cuyo relato voy a empezar.

XX. Inter ceteras disciplinas pueritiae tempore imbutus et musica, statim ut imperium adeptus est, Terpnum citharoedum vigentem tunc praeter alios arcessiit diebusque continuis post cenam canenti in multam noctem assidens paulatim et ipse meditari exercerique coepit neque eorum quicquam omittere, quae generis eius artifices vel conservandae vocis causa vel augendae factitarent; sed et plumbeam chartam supinus pectore sustinere et clystere vomituque purgari et abstinere pomis cibisque officientibus; donec blandiente profectu, quamquam exiguae vocis et fuscae, prodire in scaenam concupiit, subinde inter familiares Graecum proverbium iactans occultae musicae nullum esse respectum. Et prodit Neapoli primum ac ne concusso quidem repente motu terrae theatro ante cantare destitit, quam

XX. La música era una de las artes en que le habían instruido desde su infancia; ya emperador, hizo venir al palacio a Terpno, al mejor arpista de la época, sentándole a su lado durante muchos días después, de la comida de la tarde, para oírle cantar hasta muy avanzada la noche. Poco a poco dióse a meditar sobre este arte y a ejercitarse en él, no omitiendo precaución alguna de las que emplean de ordinario los cantores para conservar la voz y para fortalecerla, como son, acostarse sobre la espalda con el pecho cubierto con una hoja de plomo; tomar lavativas y vomitivos y abstenerse de frutas y de alimentos reputados contrarios. Satisfecho de los progresos que hacía (aunque, en realidad, tenía la voz débil y ronca), quiso presentarse en la escena, y no cesó de repetir a sus cortesanos este proverbio griego: La música no es nada si se la tiene oculta. Se exhibió por primera vez en Nápoles, y a pesar de un terremoto que conmovió de súbito el teatro, no dejó de concluir la canción iniciada. Cantó a menudo durante varios días, tomando luego algún descanso para recuperar la voz; 193


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incohatum absolveret nomon. Ibidem saepius et per complures cantavit dies; sumpto etiam ad reficiendam vocem brevi tempore, impatiens secreti a balineis in theatrum transiit mediaque in orchestra frequente populo epulatus, si paulum subbibisset, aliquid se sufferti tinniturum Graeco sermone promisit. Captus autem modulatis Alexandrinorum laudationibus, qui de novo commeatu Neapolim confluxerant, plures Alexandria evocavit. Neque eo segnius adulescentulos equestris ordinis et quinque amplius milia e plebe robustissimae iuventutis undique elegit, qui divisi in factiones plausuum genera condiscerent -- bombos et imbrices et testas vocabant -- operamque navarent cantanti sibi, insignes pinguissima coma et excellentissimo cultu, puris ac sine anulo laevis, quorum duces quadringena milia sestertia merebant.

impaciente, sin embargo, por hacerse oír del público, corrió de repente al teatro al salir del baño y comiendo en la orquesta en presencia de numeroso público, decía en griego que cuando hubiese bebido algo produciría tonos delicados. Gustando en extremo de los aplausos que le tributaron en cadencia los habitantes de Alejandría, a quienes el comercio de granos había traído en gran número a Nápoles, hizo venir a otros muchos. Y no se contentó con esto, sino que eligió jóvenes caballeros y más de cinco mil plebeyos mozos y vigorosos que, divididos en varios grupos, aprendieran las diferentes maneras de aplaudir, llamadas bombo, tejas y castañuelas, para que le animasen siempre que cantara; distinguíanse éstos por su abundante cabellera, su elegante traje y su anillo en la mano izquierda, y sus jefes ganaban cuarenta mil sestercios.

XXI. Cum magni aestimaret cantare etiam Romae, Neroneum agona ante praestitutam diem revocavit flagitantibusque cunctis caelestem vocem respondit quidem in hortis se copiam volentibus facturum, sed adiuvanti vulgi preces etiam statione militum, quae tunc excubabat, repraesentaturum se pollicitus estlibens; ac sine mora nomen suum in albo profitentium citharoedorum iussit ascribi sorticulaque in urnam cum ceteris demissa intravit ordine suo, simul praefecti praetorii citharam sustinentes, post tribuni militum iuxtaque amicorum intimi. Utque constitit, peracto principio, Niobam se cantaturum per Cluvium Rufum consularem pronuntiavit et in horam fere decimam perseveravit coronamque eam et reliquam certaminis partem in annum sequentemque distulit, ut saepius canendi occasio esset. Quod cum tardum videretur, non cessavit identidem se publicare. Dubitavit etiam an privatis spectaculis operam inter scaenios daret quodam praetorum sestertium decies offerente. Tragoedias quoque cantavit personatus heroum deorumque, item heroidum ac dearum, personis effectis ad similitudinem oris sui et feminae, prout quamque diligeret. Inter cetera cantavit Canacen parturientem, Oresten matricidam, Oedipodem excaecatum, Herculem insanum. In qua fabula fama est tiruculum militem positum ad custodiam aditus, cum eum ornari ac vinciri catenis, sicut argumentum postulabat, videret, accurrisse ferendae opis gratia.

XXI. Como fuese su principal deseo cantar en Roma, hizo celebrar en ella los juegos neronianos antes de la apoca señalada, y habiendo pedido todos insistentemente querer oír su voz celestial, contestó que accedería a este deseo en sus jardines. Pero como los soldados que estaban de guardia entonces unieran sus ruegos a los de la multitud, les prometio, y era su deseo más vehemente, cantar aquel mismo día en el teatro; y mandó en seguida inscribir su nombre en la lista de los músicos que debían concurrir, hizo ponerle en la urna para que le sacaran por suerte con los otros y entró en escena a su vez; los prefectos del Pretorio le llevaban el arpa; detrás seguían los tribunos militares, y a su alrededor sus más íntimos amigos. Cuando fijó su actitud y terminó el preludio, hizo que el consular Cluvio Rufo anunciase que iba a cantar Niobe y permaneció en escena hasta la hora décima. Con objeto de tener nuevas ocasiones de cantar, aplazó para el año siguiente los premios del canto y demás partes del concurso. Este plazo le pareció, no obstante, muy largo y no cesó de presentarse en el teatro. Tampoco vaciló en representar con los actores en los espectáculos que daban los particulares, y un pretor le ofreció un día un millón de sestercios. Representó, asimismo personajes de tragedia, poniendo por condición que las máscaras de los héroes y de los dioses se le pareciesen, Y las de las heroínas y diosas a la mujer que le era más querida. Entre otros papeles, representó: Canacea en el parto; Orestes asesino de su madre; Edipo ciego; Hércules furioso. Cuéntase que en la representación de esta última, un joven soldado que estaba de guardia a la entrada del teatro, viéndole cargado de cadenas, como exigía el argumento, acudió para ayudarle.

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XXII. Equorum studio vel praecipue ab ineunte aetate flagravit plurimusque illi sermo, quanquam vetaretur, de circensibus erat; et quondam tractum prasinum agitatorem inter condiscipulos querens, obiurgante paedagogo, de Hectore se loqui ementitus est. Sed cum inter initia imperii eburneis quadrigis cotidie in abaco luderet, ad omnis etiam minimos circenses e secessu commeabat, primo clam, deinde propalam, ut nemini dubium esset eo die utique affuturum. Neque dissimulabat velle se palmarum numerum ampliari; quare spectaculum multiplicatis missibus in serum protrahebatur, ne dominis quidem iam factionum dignantibus nisi ad totius diei cursum greges ducere. Mox et ipse aurigare atque etiam spectari saepius voluit positoque in hortis inter servitia et sordidam plebem rudimento universorum se oculis in Circo Maximo praebuit, aliquo liberto mittente mappam unde magistratus solent. Nec contentus harum artium experimenta Romae dedisse, Achaiam, ut diximus, petit hinc maxime motus. Instituerant civitates, apud quas musici agones edi solent, omnes citharoedorum coronas ad ipsum mittere. Eas adeo grate recipiebat, ut legatos, qui pertulissent, non modo primos admitteret, sed etiam familiaribus epulis interponeret. A quibusdam ex his rogatus ut cantaret super cenam, expectusque effusius, solos scire audire Graecos solosque se et studiis suis dignos ait. Nec profectione dilata, ut primum Cassiopen traiecit, statim ad aram Iovis Cassii cantare auspicatus certamina deinceps obiit omnia.

XXII. Desde la edad juvenil le apasionaron los ejercicios de caballos, y su conversación más frecuente versaba sobre las carreras en el Circo, pese a la prohibición que se le había impuesto. Cierto día que deploraba con sus condiscípulos la desgracia de un auriga a quien habían arrastrado sus caballos, reprendido por su maestro, le dijo que hablaba de Héctor. En los comienzos de su reinado se complugo en hacer rodar sobre una mesa de juego cuadrigas de marfil, y desde el fondo de su retiro acudía hasta a las menores solemnidades del Circo: primero en secreto, después públicamente, de manera que nadie dudaba que había de presentarse el día designado para los juegos. Por último, anunció que quería elevar el número de los premios, de modo que, multiplicadas las carreras, el espectáculo duró hasta la noche y los jefes de los diferentes partidos no quisieron en adelante llevar sus aurigas sino para un día entero. Quiso también guiar carros, mostrándose muchas veces en este espectáculo. Tras haberse ensayado durante algún tiempo en sus jardines, delante del pueblo y de la turba, presentóse en el Circo Máximo a los ojos de todos los romanos; un liberto agitó aquel día el lienzo (135) desde el mismo punto en que lo hacen ordinariamente los magistrados. No le bastó haber demostrado en Roma su habilidad, por lo que marchó, como hemos dicho ya, a mostrarla en Acaya, movido principalmente por la razón siguiente: las ciudades en que hay establecidos concursos de música acostumbraban mandarle coronas de todos los vencedores, y tanto le placía este homenaje, que los diputados que venían a presentárselas, no sólo eran los primeros a quienes recibía en sus audiencias, sino que los admitía incluso a sus comidas particulares; habiendole rogado cierto día alguno de ellos que cantase en la mesa y prodigado toda clase de elogios, dijo que sólo los griegos sabían escuchar y eran dignos de su voz. Partió, pues, sin detenerse y desembarcando en Casiope, cantó delante del altar de Júpiter Casio.

XXIII. Nam et quae diversissimorum temporum sunt, cogi in unum annum, quibusdam etiam iteratis, iussit et Olympiae quoque praeter consuetudinem musicum agona commisit. Ac ne quid circa haec occupatum avocaret detineretve, cum praesentia eius urbicas res egere a liberto Helio admoneretur, rescripsit his verbis: "Quamvis nunc tuum consilium sit et votum celeriter reverti me, tamen suadere et optare potius debes, ut Nerone dignus revertar. " Cantante eo ne necessaria quidem causa excedere theatro licitum est. Itaque et enixae quaedam in spectaculis dicuntur et multi taedio audendi laudandique clausis oppidorum portis aut morte simulata funere elati. Quam autem trepide anxieque certaverit, quanta

XXIII. A partir de entonces se le vio tomar parte en todos los certámenes de los artistas, con cuyo objeto reunió en un mismo año los espectáculos ordinarios que se daban en largos intervalos; quiso que se repitiesen algunos y ordenó, contra la costumbre, abrir en Olimpia un concurso de música. Nada pudo apartarle ni distraerle de este género de placer, y habiéndole informado su liberto Helio que los asuntos de Roma requerían su presencia allí, contestó: En vano me escribes queriendo que regrese prontamente; mejor es que desees que vuelva digno de Nerón. No estaba permitido cuando cantaba abandonar el teatro, ni siquiera por las más imperiosas necesidades; así, algunas mujeres dieron a luz en el espectáculo y muchos espectadores, cansados de oír y aplaudir, saltaron furtivamente por encima de las murallas de la ciudad, cuyas puertas estaban cerradas o se fingieron muertos para que los sacasen. Es imposible imaginar el terror y ansiedad que mostraba en los concursos su envidia a sus 195


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adversariorum aemulatione, quo metu iudicium, vix credi potest. Adversarios, quasi plane condicionis eiusdem, observare, captare, infamare secreto, nonnumquam ex occursu maledictis incessere ac, si arte praecellerent, conrumpere etiam solebat. Iudices autem prius quam inciperet reverentissime adloquebatur, omnia se facienda fecisse, sed eventum in manu esse Fortunae; illos ut sapientis et doctos viros fortuita debere excludere; atque, ut auderet hortantibus, aequiore animo recrdebat, ac ne sic quidem sine sollicitudine, taciturnitatem pudoremque quorundam pro tristitia et malignitate arguens suspectosque sibi dicens.

rivales y su temor a los jueces. Observaba sin cesar a sus competidores, los espiaba y los desacreditaba en secreto como si fuesen de igual condición que él. A veces llegaba hasta a injuriarlos cuando los encontraba y si se presentaba alguno más hábil que él tomaba el partido de corromperle. Por lo que toca a los jueces antes de comenzar les dirigía una respetuosa y humilde alocución. Había hecho —decía— todo lo que estaba en su mano hacer; pero el éxito dependía de la Fortuna, y a ellos, hombres prudente e instruidos, correspondía excluir todo lo fortuito. Cuando le exhortaban a tener confianza, se retiraba algo más tranquilo; mas no pudiendo desterrar toda su inquietud, atribuía a malevolencia y envidia el silencio que algunos de ellos guardaban por pudor, y decía que los tenía por sospechosos.

XXIV. In certando vero ita legi oboediebat, ut numquam exscreare ausus sudorem quoque frontis brachio detegeret; atque etiam in tragico quodam actu, cum elapsum baculum cito resumpsisset, pavidus et metuens ne ob delictum certamine summoveretur, non aliter confirmatus est quam adiurante hypocrita non animadversum id inter exsultationes succlamationesque populi. Victorem autem se ipse pronuntiabat; qua de causa et praeconio ubique contendit. Ac ne cuius alterius hieronicarum memoria aut vestigium exstaret usquam, subverti et unco trahi abicique in latrinas omnium statuas et imagines imperavit. Aurigavit quoque plurifariam, Olympiis vero etiam decemiugem, quamvis id ipsum in rege Mithradate carmine quodam suo reprehendisset; sed excussus curru ac rursus repositus, cum perdurare non posset, destitit ante decursum; neque eo setius coronatus est. Decedens deinde provinciam universam libertate donavit simulque iudices civitate Romana et pecunia grandi. Quae beneficia e medio stadio Isthmiorum die sua ipse voce pronuntiavit.

XXIV. Durante el certamen se sometía hasta tal punto a todas las leyes del teatro, que no se atrevía ni a escupir ni siquiera a secarse con el brazo el sudor de la frente. Habiendo en una tragedia dejado caer el cetro, recogiólo en el acto con mano inquieta y temblorosa: tanto temía que por esta falta se le excluyese del concurso. Fue necesario para tranquilizarle que su mímico le asegurase que en medio del regocijo y los aplausos del pueblo nadie había advertido aquel gesto. El mismo se proclamaba vencedor, por cuya razón entraba en pugna en todas las ocasiones con el heraldo. Quiso borrar para siempre toda traza y recuerdo de otras victorias que las suyas, para lo cual mandó derribar, arrastrar por las calles con ganchos y echar a las letrinas las estatuas y los bustos de todos los vencedores. Disputó también el premio de la carrera de carros, y en los juegos Olímpicos guió uno arrastrado por diez caballos, aunque en sus versos había criticado esta misma pretensión del rey Mitrídates. Fue despedido del carro, recogido y colocado dentro otra vez; no pudo resistir, al fin, y bajó de él antes de terminar la carrera; todo lo cual no impidió que fuese coronado. Antes de partir concedió la libertad a toda la provincia; dio a los jueces una importante cantidad y les concedió el derecho de ciudadanía romana. El mismo, puesto en el centro del estadio y el día de los juegos Istmicos, anunció al pueblo estos favores.

XXV. Reversus e Graecia Neapolim, quod in ea primum artem protulerat, albis equis introiit disiecta parte muri, ut mos hieronicarum est; simili modo Antium, inde Albanum, inde Romam; sed et Romam eo curru, quo Augustus olim triumphaverat, et in veste purpurea distinctaque stellis aureis chlamyde coronamque capite gerens Olympiacam, dextra manu Pythiam, praeeunte pompa ceterarumcum titulis, ubi et quos cantionum quove fabularum argumento vicisset; sequentibus currum ovantium ritu plausoribus,

XXV. De regreso de Grecia entró en Nápoles, teatro de sus primeros triunfos artísticos, en un carro arrastrado por caballos blancos y por una brecha abierta en la muralla, privilegio concedido a los vencedores en los juegos sagrados. Entró del mismo modo en Anzio, Albana y Roma. En esta última verificó su entrada en el carro que sirvió para el triunfo de Augusto, con traje de púrpura, clámide sembrada de estrellas de oro, la corona olímpica en la cabeza y en la mano derecha la de los juegos Píticos. Delante de él eran llevadas con toda pompa las inscripciones en que se decía donde las había ganado, contra quién, en qué obras y en qué canciones. Detrás del carro se agrupaban los encargados de aplaudir y 196


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Augustianos militesque se triumphi eius clamitantibus. Dehinc diruto Circi Maximi arcu per Velabrum Forumque Palatium et Apollinem petit. Incedenti passim victimae caesae sparso per vias identidem croco ingestaeque aves ac lemnisci et bellaria. Sacras coronas in cubiculis circum lectos posuit, item statuas suas citharoedico habitu, qua nota etiam nummum percussit. Ac post haec tantum afuit a remittendo laxandoque studio, ut conservandae vocis gratia neque milites umquam, nisi abens aut alio verba pronuntiante, appellaret neque quicquam serio iocove egerit, nisi astante phonasco, qui moneret parceret arteriis ac sudarium ad os applicaret; multisque vel amicitiam suam optulerit vel simultatem indixerit, prout quisque se magis parciusve laudasset.

asalariados (136), exclamando, como en las ovaciones, que eran los compañeros de su gloria y los soldados de su triunfo. Demolieron en seguida una arcada del Circo Máximo y por el Velabro y el Foro se dirigió al monte Palatino y al templo de Apolo. Por todas partes se inmolaban víctimas a su paso, cubrían las calles de polvo de azafrán y soltaban aves y lanzaban cintas y pastelillos. Colgó las coronas sagradas en sus alcobas, alrededor de sus lechos; llenó sus cámaras de estatuas en que estaba representado con traje de músico, e hizo acuñar una medalla representado con el mismo traje. Lejos de enfriarse en él con el tiempo el entusiasmo por su arte y abandonarlo, cuidó, para conservar la voz, de no dirigir proclamas a los soldados sino cuando estaba ausente, o por medio de otro; en cualquier asunto que emprendiese, grave o no, tenía constantemente junto a sí a su maestro de canto, que le advertía cuidase del pecho, para lo cual le hacía tener un lienzo delante de la boca, y muchas veces reguló, en fin, su amistad o su odio por las mayores o menores alabanzas que le tributaban.

XXVI. Petulantiam, libidinem, luxuriam, avaritiam, credulitatem sensim quidem primo et occulte et velut iuvenili errore exercuit, sed ut tunc quoque dubium nemini foret naturae illa vitia, non aetatis esse. Post crepusculum statim adrepto pilleo vel galero popinas inibat circumque vicos vagabatur ludibundus nec sine pernicie tamen, siquidem redeuntis a cena verberare ac repugnantes vunerare cloacisque demergere assuerat, tenebras etiam effingere et expilare. Quintana domi constituta ubi partae et ad licitationem dividendae praedae pretium absumeretur. Ac saepe in eius modi rixis oculorum et vitae perculum adiit, a quodam latriclavio, cuius uxorem adtrectaverat, prope ad necem caesus. Quare numquam postea publico se illud horae sine tribunis commisit et occulte subsequentibus. Interdiu quoque clam gestoraria sella delatus in theatrum seditionibus pantomimorum e parte proscaeni superiore signifer simul ac spectator aderat. Et cum ad manus ventum esset lapidibusque et subselliorum fragminibus decerneretur, multa et ipse iecit in populum atque etiam praetoris caput consauciavit.

XXVI. Primero se entregó sólo por grados y en secreto al ardor de sus pasiones: petulancia, lujuria, avaricia y crueldad, que quisieron hacer pasar como errores de juventud, pero que al fin tuvieron que admitirse como vicios de su carácter. En cuanto obscurecía, cubríase la cabeza con un gorro de liberto o con un manto, recorriendo así las tabernas de la ciudad y vagando por todos los barrios y cometiendo fechorías; lanzábase sobre los transeúntes que regresaban de cenar, los hería cuando resistían y los precipitaba en las cloacas. Destrozaba y saqueaba las tiendas, y tenía establecido en su casa un despacho donde vendía, por lotes y en subasta, los objetos robados de esta manera, para disipar al punto su producto. En estas salidas estuvo muchas veces en peligro de perder los ojos y la vida. Un senador, a cuya esposa había insultado, estuvo a punto de matarle a golpes (137). A causa de ello, a partir de este lance, no salió ya a aquellas horas sin que le siguiesen a lo lejos y en la sombra los tribunos de su guardia. Durante el día se hacía llevar al teatro en silla gestatoria cerrada, y una vez allí, desde lo alto del proscenio, animaba con el gesto y con la voz los tumultos que promovían los mímicos; cuando, llegados a las manos, se lanzaban piedras y bancos rotos, también él los arrojaba al público, hiriendo una vez en la cabeza al pretor.

XXVII. Paulatim vero invalescentibus vitiis iocularia et latebras omisit nullaque dissimulandi cura ad maiora palam erupit. Epulas a medio die ad mediam noctem protrahehebat, refotus saepius calidis piscinis ac tempore aestivo navatis; cenitabatque nonnumquam et in publico, naumachia

XXVII. Pero fortaleciéndose muy pronto sus vicios, desdeñó los placeres secretos, no hizo ya nada para disimular y se atrevió a cosas más importantes. Prolongaba sus comidas desde el mediodía a medianoche, y de cuando en cuando tomaba baños calientes, o bien durante el verano baños refrescados con nieve. Cenaba algunas veces en un sitio público, que cerraban, como la naumaquia, el campo de Marte 197


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praeclusa vel Martio campo vel Circo Maximo, inter scortorum totius urbis et ambubaiarum ministeria. Quotiens Ostiam Tiberi deflueret aut Baianum sinum praeternavigaret, dispositae per litora et ripas diversoriae tabernae parabantur insignes ganea et matronarum institorio copas imitantium atque hinc inde hortantium ut appelleret. Indicebat et familiaribus cenas, quorum uni mitellita quadragies sestertium constitit, alteri pluris aliquanto rosaria.

o el Circo Máximo, haciéndose servir allí por todas las prostitutas de la ciudad y bailarinas de Siria. Todas las veces que iba a Ostia por el Tíber, o que pasaba navegando cerca del pueblo de Baias, se establecía a lo largo de las riberas y las playas hostelerías y lugares de desorden, en los cuales mujeres distinguidas, imitando las maneras incitantes de las posaderas y cortesanas, le invitaban aquí y allá a abordar. Algunas veces se invitaba también a cenar en casa de sus familiares, y a uno de ellos costó más de cuatro millones de sestercios un manjar preparado con miel, y a otro aún más una bebida a base de rosas.

XXVIII. Super ingenuorum paedagogia et nuptarum concubinatus Vestali virgini Rubriae vim intulit. Acten libertam paulum afuit quin iusto sibi matrimonio coniungeret, summissis consularibus viris qui regio genere ortam peierarent. Puerum Sporum exsectis testibus etiam in muliebrem naturam transfigurare conatus cum dote et flammeo per sollemnia nuptiarum celeberrimo officio deductum ad se pro uxore habuit; exstatque cuiusdam non inscitus iocus bene agi potuisse cum rebus humanis, si Domitius pater talem habuisset uxorem. Hunc Sporum, Augustarum ornamentis excultum lecticaque vectum, et circa conventus mercatusque Graeciae ac mox Romae circa Sigillaria comitatus est identidem exosculans. Nam matris concubitum appetisse et ab obtrectatoribus eius, ne ferox atque impotens mulier et hoc genere gratiae praevaleret, deterritum nemo dubitavit, utique postquam meretricem, quam fama erat Agrippinae simillimam, inter concbinas recepit. Olim etiam quotiens lectica cum matre veheretur, libidinatum inceste ac maculis vestis proditum affirmant.

XXVIII. No hablaré de su comercio obsceno con hombres libres, ni de sus adulterios con mujeres casadas; diré sólo que violó a la vestal Rubria, y que poco faltó para que se casase legítimamente con la liberta Actea, con cuya idea sobornó a algunos consulares, que afirmaron bajo juramento que era de origen real. Hizo castrar a un joven llamado Sporo y hasta intentó cambiarlo en mujer; lo adornó un día con velo nupcial, le señaló una dote, y haciéndoselo llevar con toda la pompa del matrimonio y numeroso cortejo, le tomó como esposa; con esta ocasión se dijo él satíricamente que hubiese sido gran fortuna para el género humano que su padre Domicio se hubiese casado con una mujer como aquélla. Vistió a este Sporo con el traje de las emperatrices se hizo llevar con él en litera a las reuniones y mercados de Grecia y durante las fiestas sigilarias de Roma, besándole continuamente. Se sabe también que quiso gozar a su madre (138), disuadiéndole de ellos los enemigos de Agripina, por temor de que mujer tan imperiosa y violenta tomase sobre él, por aquel género de favor, absoluto imperio. En cambio, recibió en seguida entre sus concubinas a una cortesana que se parecía en gran modo a Agripina; se asegura aun que antes de este tiempo, siempre que paseaba en litera con su madre, satisfacía su pasión incestuosa, lo que demostraban las manchas de su ropa.

XXIX. Suam quidem pudicitiam usque adeo prostituit, ut contaminatis paene omnibus membris novissime quasi genus lusus excogitaret, quo ferae pelle contectus emitteretur e cavea virorumque ac feminarum ad stipitem deligatorum inguina invaderet et, cum affatim desaevisset, conficeretur a Doryphoro liberto; cui etiam, sicut ipsi Sporus, ita ipse denupsit, voces quoque et heiulatus vim patientium virginum imitatus. Ex nonnullis comperi persuasissimum habuisse eum neminem hominem pudicum aut ulla corporis parte purum esse, verum plerosque dissimulare vitium et callide optegere; ideoque professis apud se obscaenitatem cetera quoque concessisse

XXIX. Tras haber prostituido todas las partes de su cuerpo, ideó como supremo placer cubrirse con una piel de fiera y lanzarse así desde un sitio alto sobre los órganos sexuales de hombres y mujeres atados a postes; una vez satisfechos todos sus deseos, se entregaba a su liberto Doríforo, a quien servía de mujer, del mismo modo que Sporo le servía a su vez a él, imitando en estos casos la voz y los gemidos de una doncella que sufre violencia. Sé por muchas personas que estaba convencido de que ningún hombre es absolutamente casto ni está exento de mancha corporal, sino que la mayor parte de ellos saben disimular el vicio y ocultarlo con cautela; por esta razón perdonaba todos los otros defectos a aquellos que confesaban francamente delante de él su obscenidad.

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delicta. XXX. Divitiarum et pecuniae fructum non alium putabat quam profusionem, sordidos ac deparcos esse quibus impensarum ratio constaret, praelautos vereque magnificos, qui abuterentur ac perderent. Laudabat mirabaturque avunculum Gaium nullo magis nomine, quam quod ingentis a Tiberio relictas opes in brevi spatio prodegisset. 2 Quare nec largiendi nec absumendi modum tenuit. In Tiridatem, quod vix credibile videatur, octingena nummum milia diurna erogavit, abeuntique super sestertium milies contulit. Menecraten citharoedum et Spiculum murmillonem triumphalium virorum patrimoniis aedibusque donavit. Cercopithecum Panerotem faeneratorem et urbanis rusticisque praediis locupletatum prope regio extulitfunere. 3 Nullam vestem bis induit. Quadringenis in punctum sestertiis aleam lusit. Piscatus est rete aurato et purpura coccoque funibus nexis. Numquam minus mille carrucis fecisse iter traditur, soleis mularum argenteis, canusinatis mulionibus, armillata phalerataque Mazacum turba atque cursorum.

XXX. No consideraba que la posesión de riquezas pudiese servir para otra cosa que para dilapidar. Para ser avaro y sórdido a sus ojos bastaba contar los gastos; para ser espléndido y magnífico era necesario arruinarse. Lo que más celebraba y admiraba en su tío Cayo era el haber disipado en poco tiempo los inmensos tesoros reunidos por Tiberio. De modo que no podía coto a sus gastos y generosidades. Se hace difícil de creer que gastaba para Tirídates ochocientos mil sestercios cada día y que a su partida le dio más de un millón. Al músico Menécrato y al gladiador Spículo les regaló muchos patrimonios y casas pertenecientes a ciudadanos honrados con el triunfo. Celebró funerales casi regios por el usurero Cercopiteco Paneroto, al que había enriquecido con espléndidas propiedades en el campo y en la ciudad. Jamás se puso dos veces el mismo traje. Jugaba a los dados a cuatrocientos sestercios dobles el punto. Pescaba con una red dorada, cuyas mallas eran de púrpura y escarlata. Se asegura que nunca viajaba con menos de mil carruajes, que sus mulas llevaban herraduras de plata, y que sus muleros vestían hermosa lana de Canusa, y que, en fin, sus conductores y corredores mazacos iban adornados con brazaletes y collares.

XXXI. Non in alia re tamen damnosior quam in aedificando domum a Palatio Esquilias usque fecit, quam primo Transitoriam, mox incendio absumptam restitutamque Auream nominavit. De cuius spatio atque cultu suffecerit haec rettulisse. Vestibulum eius fuit, in quo colossus CXX pedum staret ipsius effigie; tanta laxitas, ut porticus triplices miliarias haberet; item stagnum maris instar, circumsaeptum aedificiis ad urbium speciem; rura insuper arvis atque vinetis et pascuis silvisque varia, cum multitudine omnis generis pecudum ac ferarum. In ceteris partibus cuncta auro lita, distincta gemmis unionumque conchis erant; cenationes laqueatae tabulis eburneis versatilibus, ut flores, fistulatis, ut unguenta desuper spargerentur; praecipua cenationum rotunda, quae perpetuo diebus ac noctibus vice mundi circumageretur; balineae marinis et albulis fluentes aquis. Eius modi domum cum absolutam dedicaret, hactenus comprobavit, ut se diceret quasi hominem tandem habitare coepisse.

XXXI. En nada gastó tanto, sin embargo, como en sus construcciones; extendió su casa desde el palacio hasta las Esquilias, llamando al edificio que los unía Casa de Paso; destruida ésta por un incendio, hizo construir otra que se llamó Casa de Oro, de cuya extensión y magnificencia bastará decir que en el vestíbulo se veía una estatua colosal de Nerón de ciento veinte pies de altura; que estaba rodeada de pórticos de tres hileras de columnas y de mil pasos de longitud; que en ella había un lago imitando el mar, rodeado de edificios que simulaban una gran ciudad; que se veían asimismo explanadas, campos de trigo, viñedos y bosques poblados de gran número de rebaños y de fieras. El interior era dorado por todas partes y estaba adornado con pedrerías, nácar y perlas. El techo de los comedores estaba formado de tablillas de marfil movibles, por algunas aberturas de los cuales brotaban flores y perfumes. De estas salas, la más hermosa era circular, y giraba noche y día, imitando el movimiento de rotación del mundo; los baños estaban alimentados con las aguas del mar y las de Albula. Terminado el palacio, el día de la dedicación, dijo: Al fin voy a habitar como hombre. Había empezado, además, baños totalmente cubiertos, que iban desde Misena al lago Averno, que hubiesen estado rodeados de pórticos y a los que proyectaba hacer llegar todas las aguas termales de Bayas.

Praeterea incohabat piscinam a Miseno ad Avernum lacum contectam porticibusque Quería, en fin, abrir desde el Averno hasta Ostia un canal, conclusam, quo quidquid totis Baiis calidarum evitando de este modo la navegación por mar, canal de ciento 199


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aquarum esset converteretur; fossam ab Averno Ostiam usque, ut navibus nec tamen mari iretur, longitudinis per centum sexaginta milia, latitudinis, qua contrariae quinqueremes commearent. Quorum operum perficiendorum gratia quod ubique esset custodiae in Italiam deportari, etiam scelere convictos non nisi ad opus damnari praeceperat.

sesenta millas de largo y tan ancho que pudieran cruzarse en él dos quinquerremes. Para terminar estas obras mandó traer a Italia los presos de todas las partes del Imperio, y ordenó que las sentencias que se dictasen en lo sucesivo contra los criminales no impusiesen otra pena que la de estos trabajos.

XXXII. Verum ut spes fefellit, destitutus atque ita iam exhaustus et egens ut stipendia quoque militum et commoda veteranorum protrahi ac differri necesse esset, calumniis rapinisque intendit animum. Ante omnia instituit, ut e libertorum defunctorum bonis pro semisse dextans ei cogeretur, qui sine probabili causa eo nomine essent, quo fuissent ullae familiae quas ipse contingeret deinde, ut ingratorum in principem testamenta ad fiscum pertinerent, ac ne impune esset studiosis iuris, qui scripsissent vel dictassent ea tunc ut lege maiestatis facta dictaque omnia, quibus modo delator non deesset, tenerentur. Revocavit et praemia coronarum, quae umquam sibi civitates in certaminibus detulissent. Et cum interdixisset usum amethystini ac Tyrii coloris summisissetque qui nundinarum die pauculas unicas venderet, praeclusit cunctos negotiatores. Quin etiam inter canendum animadversum matronam in spectaculis vetita purpura cultam demonstrasse procuratoribus suis dicitur detractamque ilico non veste modo sed et bonis exuit. Nulli delegavit officium ut non adiaceret: "Scis quid mihi opus sit, " et: "Hoc agamus, ne quis quicquam habeat." Ultimo templis compluribus dona detraxit simulacraque ex auro vel argento fabricata conflavit, in iis Penatium deorum, quae mox Galba restituit.

XXXII. Desengañado de esta esperanza, empobrecido y agotados sus recursos hasta el punto de retrasar la paga de los soldados y las pensiones de los veteranos, recurrió a las rapiñas y a las falsas acusaciones. Estableció, en primer lugar, que se le adjudicarían los cinco sextos en vez de la mitad de las herencias de los libertos que, sin razón plausible, hubiesen utilizado el nombre de alguna familia enlazada con él; que los bienes de aquellos que en su testamento se hubiesen mostrado ingratos con el príncipe pertenecerían al fisco y que serían castigados los jurisconsultos que lo hubiesen escrito o dictado, y que se perseguiría, en fin, por delito de lesa majestad a todos aquellos a quienes denunciasen por sus palabras y actos. Obligó a que le devolviesen los regalos que había hecho a muchas ciudades, al otorgarle coronas en los concursos. Había prohibido el uso de los colores púrpura y violeta, y un día de mercado mandó bajo mano a un mercader a que vendiese algunas onzas, con objeto de coger al punto a los demás en falta. Habiendo visto en el espectáculo y mientras cantaba, a una matrona adornada con la púrpura prohibida, mostróla, a lo que se dice, a sus agentes, y habiendo hecho sacarla en el acto, le confiscó el traje y los bienes. No confirió ya ningún cargo sin añadir: ya sabes lo que necesito, o bien: Obremos de manera que a nadie le quede nada. Concluyó por despojar la mayor parte de los templos y fundió todas las estatuas de oro y plata, entre ellas las de los dioses penates, que luego fueron restablecidas por Galba.

XXXIII. Parricida et caedes a Claudio exorsus est, cuius necis etsi non auctor, at conscius fuit, neque dissimulanter, ut qui boletos, in quo cibi genere venenum is acceperat, quasi deorum cibum posthac proverbio Graeco

XXXIII. Empezó por Claudio sus asesinatos y parricidios, siendo, sin duda, si no autor, al menos cómplice de su muerte. Disimulaba esto tan poco que hacía gala de repetir continuamente un proverbio griego que encomia como manjar divino las setas, vegetal con que Claudio fue envenenado. No

Impulsaba a esta furia de gastar, aparte la confianza en su poder, la esperanza, repentinamente concebida, de un enorme Ad hunc impendiorum furorem, super tesoro escondido, que cierto caballero romano aseguraba había fiduciam imperii, etiam spe quadam repentina de encontrarse en inmensas cavernas de Africa, por haberlo immensarum et reconditarum opum impulsus llevado allí en otro tiempo la reina Dido al huir de Tiro, y el est ex indicio equitis R. pro comperto cual podría extraerse, según él, sin gran trabajo. pollicentis thesauros antiquissimae gazae, quos Dido regina fugiens Tyro secum extulisset, esse in Africa vastissimis specubus abditos ac posse erui parvula molientium opera.

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conlaudare sit solitus. Certe omnibus rerum verborumque contumeliis mortuum insectatus est, modo stultitiae, modo saevitise arguens; nam et morari eum desisse inter homines producta prima syllaba iocabatur multaque decerta et constituta, ut insipientis atque deliri, pro irritis habuit; denique bustum eius consaepiri nisi humili levique maceria neglexit. Britannicum non minus aemulatione vocis, quae illi iucundior suppetebat, quam metu ne quandoque apud hominum gratiam paterna memoria praevaleret, veneno adgressus est. Quod acceptum a quadam Lucusta, venenariorum indice, cum opinione tardius cederet ventre modo Britannici modo, accersitam mulierem sua manu verberavit arguens pro veneno remedium dedisse, excusantique minus datum ad occultandam facinoris invidiam: "Sane" inquit, "legem Iuliam timeo," coegitque se coram in cubiculo quam posset velocissimum ac praesentaneum coquere. Deinde in haedo expertus, postquam is quinque horas protraxit, iterum ac saepius recoctum procello obiecit; quo statim exanimato inferri in triclinium darique cenati secum Britannico imperavit. Et cum ille ad primum gustum concidisset, comitiali morbo ex consuetudine correptum apud convivas ementitus postero die raptim inter maximos imbres tralaticio extulit funere. Lucustae pro navata opera impunitatem praediaque ampla, sed et discipulos dedit.

hubo ultraje con que no abrumara su memoria en sus actos o en sus discursos, acusándole unas veces de crueldad y otras de locura. Por ejemplo, decía, jugando con la palabra morarí cuya primera sílaba alargaba, que Claudio había cesado de morar entre los hombres (139). Anuló un crecido número de decretos y decisiones de aquél, como actos de estupidez y de demencias limitándose, por último, a rodear únicamente de una mala tapia el sitio donde quemaron su cuerpo. Celoso de Británico, que tenía mejor voz que él, y temiendo, por otra parte, que por el recuerdo de su padre se atrajese algún día el favor popular, resolvió deshacerse de él por medio del veneno. Una célebre envenenadora llamada Locusta proporcionó a Nerón un brebaje, cuyo efecto defraudó su impaciencia, pues no produjo a Británico más que una diarrea. Hízose traer a aquella mujer, la azotó por su mano, y la reconvino por haber preparado una medicina en vez de un tósigo; como ella se excusase con la necesidad de mantener el crimen secreto: Sin duda —contestó con ironía—, temo la ley Julia (140), y la obligó a preparar en su palacio y delante de él mismo el veneno más activo y rápido que le fuese posible. Lo ensayó en un cabrito, el cual vivió todavía cinco horas; en vista de ello lo hizo fortalecer y concentrar más, tras lo cual se lo dio a un cochinillo, que murió en el acto. Mandó entonces llevar el veneno al comedor y darlo a Británico, que comía a su mesa. El joven, apenas probó el veneno cayó revolcándose, diciendo Nerón que se trataba de un ataque de epilepsia, enfermedad que padecía; a la mañana siguiente le hizo sepultar con prisas y sin ninguna ceremonia, en medio de una lluvia torrencial. En cuanto a Locusta recibió en premio de su servicio la impunidad, considerables bienes y hasta discípulos.

XXXIV. Matrem facta dictaque sua exquirentem acerbius et corrigentem hactenus primo gravabatur, ut invidia identidem oneraret quasi cessurus imperio Rhodumque abiturus, mox et honore omni et potestate privavit abductaque militum et Germanorum statione contubernio quoque ac Palatio expulit; neque in divexanda quicquam pensi habuit, summissis qui et Romae morantem litibus et in secessu quiescentem per convicia et iocos terra marique praetervehentes inquietarent. Verum minis eius ac violentia territus perdere statuit; et cum ter veneno temptasset sentiretque antidotis praemunitam, lacunaria, quae noctu super dormientem laxata machina deciderent, paravit. Hoc consilio per conscios parum celato solutilem navem, cuius vel naufragio vel camarae ruina periret, commentus est atque ita reconciliatione simulata iucundissimis litteris Baias evocavit ad sollemnia Quinquatruum simul celebranda;

XXXIV. No tardó en pesarle su madre, la cual, observando sus actos y palabras le reprendía a veces amargamente. Al principio, para hacerla odiosa, fingió que iba a abdicar el Imperio y a retirarse a Rodas; le quitó luego todos los honores y el poder, retiró los soldados de su guardia germánica, alejándola de su lado y de su palacio; después no hubo vejación que no la hiciese sufrir por medio de sus agentes; cuando estaba en Roma éstos le suscitaban multitud de litigios, y cuando se retiraba al campo, pasaban frente a su casa, en carruaje o por mar, abrumándola de injurias y burlas. Asustado, al fin, por sus amenazas y por su violencia, decidió darle muerte. Tres veces ensayó el veneno y vio que ella se había provisto de antídotos. Pensó entonces ocultar en su cámara y sobre su lecho maderos, que por medio de un oculto mecanismo habrían de hacer caer sobre ella cuando estuviese durmiendo; la indiscreción de sus cómplices hizo, sin embargo, abortar este proyecto. Ideó, por último, una nave sumergible, construida de manera que Agripina pereciese ahogada o aplastada en su cámara; fingió, entonces, reconciliarse con ella; la invitó en una carta muy tierna a acudir a Bayas para celebrar con él las fiestas de Minerva 201


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datoque negotio trierarchis, qui liburnicam qua advecta erat velut fortuito concursu confringerent, protraxit convivium repetentique Baulos in locum corrupti navigii machinosum illud optulit, hilare prosecutus atque in digressu papillas quoque exosculatus. Reliquum temporis cum magna trepidatione vigilavit opperiens coeptorum exitum. Sed ut diversa omnia nandoque evasisse eam comperit, inops consilii L. Agermum libertum eius salvam et incolumem cum gaudio nuntiantem, abiecto clam iuxta pugione ut percussorem sibi subornatum arripi constringique iussit, matrem occidi, quasi deprehensum crimen voluntaria morte vitasset. Adduntur his atrociora nec incertis auctoribus: ad visendum interfectae cadaver accurrisse, contrectasse membra, alia vituperasse, sitique interim oborta bibisse. Neque tamen conscientiam sceleris, quamquam et militum et senatus populique gratulationibus confirmarentur, aut statim aut umquam postea ferre potuit, , saepe confessus exagitari se materna specie verberibusque Furiarum ac taedis ardentibus. Quin et facto per Magos sacro evocare Manes et exorare temptavit. Peregrinatione quidem Graeciae et Eleusinis sacris, quorum initiatione impii et scelerati voce praeconis summoventur, interesse non ausus est. Iunxit parricido matris amitaee necem. Quam cum ex duritie alvi cubantem visitaret, et illa tractans lanuginem eius, ut assolet, iam grandis natu per blanditias forte dixisset: "Simul hac excepero, mori volo, " conversus ad proximos confestim se positurum velu irridens ait, praecepitque medicis ut largius purgarent aegram; necdum defunctae bona invasit suppresso testamento, ne quid abscederet.

(141); cuidó de prolongar el festín a fin de que los capitanes de las naves tuviesen tiempo de destruir, según las órdenes recibidas y como por choque fortuito, la galera liburnesa que había traído Agripina, y cuando ésta quiso retirarse a Baulos, le ofreció en vez de su nave destruida la que había construido para su pérdida. La acompañó alegremente hasta la nave, la besó en los pechos al separarse y veló una parte de la noche esperando con ansiedad el resultado de su maquinación. Cuando se enteró de lo ocurrido, y de que Agripina había conseguido salvarse a nado, no supo ya qué hacer; pero poco después llegó L. Agerino, liberto de su madre, presentándose regocijado a decirle que Agripina se había salvado. Nerón echó un puñal a su lado, sin que el liberto lo observase, y le hizo prender y agarrotar como asesino enviado por aquélla; mando en seguida matar a su madre y dijo que se había suicidado al ver descubierto su crimen. Añádense a esto circunstancias atroces y se citan testigos; se sabe que acudió a ver el cadáver, que lo tocó por todas partes alabó algunas de sus formas y criticó otras, y que sintiendo sed durante el examen, hizo que le sirviesen de beber A pesar de las felicitaciones del ejército, del Senado y del pueblo (142), no pudo, sin embargo, librarse de su conciencia: el suplicio que empezó con aquel acto no terminó ya para él jamás; a menudo confesó que le perseguía por todas partes la imagen de su madre y que las Furias agitaban delante de él látigos vengadores y antorchas encendidas, por lo que trató de aplacar sus males con un sacrificio mágico. En su viaje a Grecia no se atrevió a hacerse iniciar en los misterios de Eleusis, aterrado por la voz del heraldo que prohibía el acceso a los criminales y a los impíos. A este parricidio añadió aún el asesinato de su tía, la cual estaba entonces enferma de una irritación de vientre; acudió a verla y con la familiaridad ordinaria de las personas de edad madura, le acarició la barba con la mano, y le dijo: Cuando haya visto caer esta barba, habré vivido suficiente. Entonces, él dijo, como en broma, a los que estaban presentes, que iba a hacérsela quitar en el acto, y ordenó a los médicos que administrasen a la enferma una purga violenta; apoderase de sus bienes apenas expiro, Y para no perder nada, mandó destruir su testamento.

XXXV. Uxores praeter Octaviam duas postea duxit, Poppaeam Sabinam quaestorio patre natam et equiti Romano antea nuptam, deinde Statiliam Messalinam Tauri bis consulis ac triumphalis abneptem. Qua ut poteretur, virum eius Atticum Vestinum consulem in honore ipso trucidavit. Octaviae consuetudinem cito aspernatus corripientibus amicis sufficere illi debere respondit uxoria ornamenta. 2 Eandem mox saepe frustra strangulare meditatus dimisit ut sterilem, sed improbante divortium populo nec parcente conviciis etiam relegavit, denique occidit sub crimine adulteriorum adeo impudenti falsoque, ut in quaestione

XXXV. Después de Octavia tuvo Nerón por esposas a Popea Sabina, casada antes con un caballero romano, y cuyo padre había sido cuestor, y a Statilia Mesalina, bisnieta de Tauro, que había obtenido dos veces el consulado y el triunfo; para apropiarse de ésta hizo matar a su marido, Atico Vestino, cónsul a la sazón. Disgustado de Octavia, dijo a sus amigos, que le reconvenían por haberse apartado de ella tan presto, que debían bastarle los ornamentos matrimoniales. Diversas veces quiso estrangularla, y la repudió por estéril; censurando, sin embargo, el pueblo este divorcio y prorrumpiendo en denuestos contra el emperador la desterró, haciéndola matar, al fin, como culpable de adulterio; la acusación era tan impudente y falsa, que habiendo protestado de su inocencia todos aquellos a quienes sometió a la tortura, sobornó a su 202


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pernegantibus cunctis Anicetum paedagogum suum indicem subiecerit, qui fingeret et dolo stupratam a se fateretur. 3 Poppaeam duodecimo die post divortium Octaviae in matrimonium acceptam dilexit unice; et tamen ipsam quoque ictu calcis occidit, quod se ex aurigatione sero reversum gravida et aegra conviciis incesserat. Ex hac filiam tulit Claudiam Augustam amisitque admodum infantem. 4 Nullum adeo necessitudinis genus est, quod non scelere perculerit. Antoniam Claudi filiam, recusantem post Poppaeam mortem nuptias suas quasi molitricem novarum rerum interemit; similiter ceteros aut affinitate aliqua sibi aut propinquitate coniunctos; in quibus Aulum Plautium iuvenem, quem cum ante mortem per vim conspurcasset: 'Eat nunc' inquit 'mater mea et successorem meum osculetur' iactans dilectum ab ea et ad spem imperii impulsum. 5 Privignum Rufrium Crispinum Poppaea natum impuberem adhuc, quia ferebatur ducatus et imperia ludere, mergendum mari, dum piscaretur, servis ipsius demandavit. Tuscum nutricis filium relegavit, quod in procuratione Aegypti balineis in adventum suum exstructis lavisset. Senecam praeceptorem ad necem compulit, quamvis saepe commeatum petenti bonisque cedenti persancte iurasset suspectum se frustra periturumque potius quam nociturum ei. Burro praefecto remedium ad fauces pollicitus toxicum misit. Libertos divites et senes, olim adoptionis mox dominationis suae fautores atque rectores, veneno partim cibis, partim potionibus indito intercepit.

pedagogo Aniceto para que declarase que había gozado de ella por astucia. Doce días después de haber repudiado a Octavia, casó con Popea, a la que amó apasionadamente; su amor no impidió, sin embargo, que la matase de un puntapié, porque, enferma y encinta, le reconvino con viveza viéndole retirarse algo tarde de una carrera de carros. Tuvo una hija llamada Claudia Augusta, que murió muy joven. Sus crímenes no se detuvieron ni ante los lazos más íntimos; acusó, por ejemplo, de conspiración a Antonia, hija de Claudio, que repugnaba casarse con él después de la muerte de Popea, y la hizo matar. Trató de la misma manera a todos aquellos con quienes les unía parentesco o relaciones íntimas, entre ellos, al joven Aulo Plaucio, a quien violó antes de mandarle al suplicio, diciendo después: Que mi madre bese ahora a mi sucesor, porque pretendía que amaba a este joven y le había prometido el Imperio. Popea había tenido antes de casarse con él un hijo llamado Rufio Crispino; supo él que este niño, en sus juegos, se erigía en jefe y emperador de los demás y dispuso que sus propios esclavos lo arrojasen al mar cuando fuese a pescar. Desterró a Tusco, su hermano de leche, porque siendo gobernador de Egipto se había bañado en los baños construidos para la llegada del emperador. Obligó a su preceptor Séneca a darse la muerte; éste le había pedido muchas veces permiso para retirarse y hasta le había brindado todos sus bienes; pero Nerón le juró por todos los dioses que sus temores eran infundados y que preferiría morir a hacerle deño. A Burro, prefecto del pretorio, que padecía de la garganta, le dijo que le daría un remedio, y le envió un veneno. En cuanto a los libertos que le hicieron adoptar por Claudio y que habían sido sus consejeros y le habían sostenido en el poder, deshízose de ellos cuando fueron ancianos y ricos, por medio de venenos que les puso en las comidas o en las bebidas.

XXXVI. Nec minore saevitia foris et in exteros grassatus est. Stella crinita, quae summis potestatibus exitium portendere vulgo putatur, per continuas noctes oriri coeperat. Anxius ea re, ut ex Balbillo astrologo didicit, solere reges talia ostenta caede aliqua illustri expiare atque a semet in capita procerum depellere, nobilissimo cuique exitium destinavit; enimvero multo magis et quasi per iustam causam duabus coniurationibus provulgatis, quarum prior maiorque Pisoniana Romae, posterior Viniciana Beneventi conflata atque detecta est. 2 Coniurati e vinculis triplicium catenarum dixere causam, cum quidam ultro crimen faterentur, nonnulli etiam imputarent, tamquam aliter illi non possent nisi morte succurrere dedecorato

XXXVI. No desplegó menos crueldad con los extranjeros. Presentóse durante muchas noches consecutivas una estrella con cabellera (143) que, según la opinión del vulgo, anuncia un cercano fin a los señores de la tierra. Asustado por el fenómeno, consultó al astrólogo Babilo, quien le dijo que los reyes acostumbraban prevenir los efectos de estos funestos presagios por medio de la muerte expiatoria de algunas víctimas ilustres desviando así sus amenazas sobre las cabezas de los grandes; en esto desplegó Nerón tanta más energía, cuanto que el oportuno descubrimiento de dos conjuraciones le suministraba legitimo pretexto: la primera y más importante, la de Pisón, se urdía en Roma; la segunda, la de Vinicio, se tramó y fue descubierta en Benevento. Los conjurados aparecieron ante el tribunal atados con triples cadenas; algunos confesaron espontáneamente la conjura; otros llegaron incluso a alabarse de ello, diciendo que la muerte era el mejor servicio que podían prestar a un hombre 203


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flagitiis omnibus. Damnatorum liberi urbe pulsi enectique veneno aut fame; constat quosdam cum paedagogis et capsariis uno prandio pariter necatos, alios diurnum victum prohibitos quaerere.

manchado con tantos crímenes. Expulsaron de Roma a los hijos de los sentenciados, muriendo todos de hambre o envenenados. Sábese también que algunos perecieron con sus preceptores y esclavos en una misma comida, y a otros se les privó de todo alimento.

XXXVII. Nullus posthac adhibitus dilectus aut modus interimendi quoscumque libuisset quacumque de causa. Sed ne de pluribus referam, Salvidieno Orfito obiectum est, quod tabernas tres de domo sua circa Forum civitatibus ad stationem locasset, Cassio Longinoiuris consulto ac luminibus orbato, quod in vetere gentili stemmate C. Cassi percussoris Caesaris imagines retinuisset, Paeto Thraseae tristior et paedagogi vultus. 2 Mori iussis non amplius quam horarum spatium dabat; ac ne quid morae interveniret, medicos admovebat, qui cunctantes continuo curarent; ita enim vocabatur venas mortis gratia incidere. Creditur etiam polyphago cuidam Aegypti generis crudam carnem et quidquid daretur mandere assueto, concupisse vivos homines laniandos absumendosque obicere. 3 Elatus inflatusque tantis velut successibus negavit quemquam principum scisse, quid sibi liceret, multasque nec dubias significationes saepe iecit, ne reliquis quidem se parsurum senatoribus, eumque ordinem sublaturum quandoque e re publica ac provincias et exercitus equiti Romano ac libertis permissurum. Certe neque adveniens neque proficiscens quemquam osculo impertiit ac ne resalutatione quidem; et in auspicando opere Isthmi magna frequentia clare, ut sibi ac populo Romano bene res verteret, optavit dissimulata senatus mentione.

XXXVII. La vida de Nerón no fue, a partir de entonces, más que una serie de crímenes; nadie estaba libre de sus golpes, y todo pretexto le era bueno. Entre gran número de ejemplos, citaré sólo los siguientes. A Salvidieno Orfito le imputó como un crimen que hubiese alquilando a los diputados de algunos ciudades lares habitaciones bajas de su casa, cerca del Foro, para celebrar audiencias en ellas; al jurisconsulto Casio Longino, que era ciego, el haber conservado entre antiguos retratos de familia el de C. Casio, uno de los asesinos de César; a Pete Trasea, el tener frente severa de pedagogo. A los condenados, para morir, les concedía sólo una hora, y con objeto de evitar toda causa de dilación, tenía médicos encargados, como él decía, de ayudar a los rezagados, es decir, de cortarles las venas. A un egipcio que comía carne cruda y cuanto le presentaban, quiso, según se asegura, ofrecerle hombres para que los desgarrase y devorase vivos. Jactándose de haberlo intentado todo impunemente, sostenía que ningún príncipe había sabido aún cuánto podía hacerse desde el trono. Sobre este asunto mantuvo conversaciones muy significativas; dijo que no perdonaría al resto de los senadores; que llegaría un día en que suprimiría por completo este orden; que daría a los caballeros romanos y a sus libertos el mando de las provincias y de los ejércitos. Nunca, ni a la entrada ni a la salida del Senado, se digno dar el beso de costumbre o devolver el saludo a ningún senador; en la Ceremonia de inauguración de los trabajos del istmo, pidió a los dioses, delante de la multitud y en voz alta, que la empresa redundase en gloria suba y del pueblo romano, sin mencionar para nada al Senado.

XXXVIII. Sed nec populo aut moenibus patriae pepercit. Dicente quodam in sermone communi: "Emou thanontos gaia meichthetw pyri" "Immo", inquit, "emou zwntos," planeque ita fecit. Nam quasi offensus deformitate veterum aedificorum etangustiis flexurisque vicorum, incendit urbem tam palam, ut plerique consulares cubicularios eius cum stuppa taedaque in praediis suis deprehensos non attigerint, et quaedam horrea circum domum Auream, quorum spatium maxime desiderabat, ut bellicis machinis labefacta atque inflammata sint quod saxeo muro constructa erant. Per sex dies septemque noctes ea clade saevitum est ad monumentorum bustorumque deversoria plebe

XXXVIII. No respetó tampoco al pueblo romano ni los muros de su patria. Habiendo un familiar suyo citado en la conversación este verso griego: que todo se abrase y perezca después de mí. No, le contestó, más bien viviendo yo, y cumplió su amenaza. Desagradándole, según decía, el mal gusto de los edificios antiguos, la estrechez e irregularidad de las calles, hizo poner fuego a la ciudad; lo hizo con tal desfachatez, que algunos consulares, sorprendiendo en sus casas esclavos de su camara, con estopas y antorchas en las manos, no se atrevieron a detenerlos. Los graneros contiguos a la Casa de Oro, cuyos terrenos deseaba, fueron incendiados y derribados con máquina de guerra, pues estaban construidos con piedras de sillería. Duraron tales estragos seis días y siete noches, y el 204


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compulsa. Tunc praeter immensum numerum insularum domus priscorum ducum arserunt hostilibus adhuc spoliis adornatae deorumque aedes ab regibus ac deinde Punicis et Gallicis bellis votae dedicataeque, et quidquid visendum atque memorabile ex antiquitate duraverat. Hoc incendium e turre Maecenantina prospectans laetusque "flammae", ut aiebat, "pulchritudine" Halosin Ilii in illo suo scaenico habitu decantavit. Ac ne non hinc quoque quantum posse praedae et manubiarium invaderet, pollicitus cadaverum et ruderum gratuitam egestiopnem nemini ad reliquias rerum suarum adire permisit, conlationibusque non receptis modo verum et efflagitatis provincias privatorumque census prope exhausit.

pueblo no tuvo durante ellos otro refugio que los monumentos y las sepulturas. Además de gran número de casas particulares, el fuego consumió las moradas de los antiguos generales, adornadas todavía con los despojos del enemigo, los templos consagrados a los dioses por los reyes de Roma o levantados durante las Guerras Púnicas y las de la Galia; todo, en fin, lo que la antigüedad había dejado de curioso y digno de memoria. Nerón estuvo contemplando el incendio desde lo alto de la torre de Mecenas, encantado, según dijo, de la hermosura de la llama, y vestido en traje de teatro cantó al mismo tiempo la toma de Troya. Tampoco dejó escapar esta ocasión de pillaje y robo: se había comprometido a hacer retirar gratuitamente los cadáveres y escombros y a nadie permitió que se acercase a aquellos restos que había hecho suyos. Recibió y hasta exigió contribuciones por las reparaciones de Roma, hasta el punto de haber casi arruinado por este medio a los particulares y a las provincias.

XXXIX. Accesserunt tantis ex principe malis probrisque quaedam et fortuita: pestilentia unius autumni, quo triginta funerum milia in rationem Libitinae venerunt; clades Britannica, qua duo praecipua oppida magna civium sociorumque caede direpta sunt; ignominia ad Orientem legionibus in Armenia sub iugum missis aegreque Syria retenta. Mirum et vel praecipue notabile inter haec fuerit nihil eum patientius quam maledicta et convicia hominum tulisse, neque in ullos leniorem quam qui se dictis aut carminibus lacessissent exstitisse. Multa Graece Latineque proscripta aut vulgata sunt, sicut illa "Nerwn Oresths Alkmewn mhtroktonos. " "Neopshfon; Nerwn idian mhtera apekteine" Quis negat Aeneae magna de stirpe Neronem ? Sustulit hic matrem, sustulit ille patrem. Dum tendit citharam noster, dum cornua Parthus, Noster erit Pacan, ille Hecatebeletes. Roma domus fiet; Veios migrate, Quirites, Si non et Veios occupat ista domus. Sed neque auctores requisivit et quosdam per indicem delatos ad senatum adfici graviore poena prohibuit. Transeuntem eum Isidorus Cynicus in publico clara voce corripuerat, quod Naupli mala bene cantitaret, sua bona male disponeret; et Datus Atellanarum histrio in cantico quodam "ugiaine pater, ygiaine mhter" Ita demonstraverat, ut bibentem natantemque faceret, exitum scilicet Claudi Agrippinaeque significans, et novissima clausula Orcus vobis ducit pedes

XXXIX. A los ultrajes y males que procedían del príncipe, añadió el hado otros desastres; por esos días se declaró, en efecto, una peste, que en un solo otoño hizo inscribir treinta mil funerales en los registros de Libitina; el ejército sufrió una sangrienta derrota en Bretaña, seguida del saqueo de dos importantes fortalezas y de la matanza de gran número de ciudadanos y aliados; en Oriente se produjeron asimismo vergonzosos fracasos, varias legiones pasaron bajo el yugo en Armenia; y la Siria apenas se mantenía ya bajo la dominación romana. Lo que puede sorprender y es digno de notarse, es que nada soportó con tanta paciencia como las sátiras e injurias, y que con nadie mostró menos rigor que contra aquellos que, por medio de versos o discursos le dirigían sus ataques. Contra él publicaron muchos epigramas en griego y latín, como los siguientes: Sobrepasando los delitos de Alomeón y Oreste, Nerón al parricidio añadió todavía el incesto. Como Eneas llevó en otro tiempo a su padre Nerón, su descendiente, acaba de llevar a su madre (144) El Parto tiende el arco, Nerón empuña la lira. Cuando tengamos que marchar a la defensa del Imperio Éste será Apolo cantor, aquél Apolo arquero (145). Roma será muy pronto un solo hombre; Quirites, huid a Veios si es que él no lo ocupa también. No buscó en absoluto a los autores, y hasta se opuso a que se castigase con severidad a los que fuesen denunciados al Senado. Isidoro el Cínico, apostrofóle en público, censurándole en alta voz que cantase tan bien los males de Nauplio y que tan mal usase de sus bienes. Dato, actor de Atellanos, comenzando una canción con estas palabras: Salud a mi padre, salud a mi madre, hizo sucesivamente ademán de comer y de beber, aludiendo a la muerte de Claudio y de Agripina; y al decir, al final de la pieza: Pronto iréis al Orco, señaló con el dedo al Senado. Nerón contentóse con desterrar 205


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senatum gestu notarat. Histrionem et philosophum Nero nihil amplius quam urbe Italiaque summovit, vel contemptu omnis infimiae vel ne fatendo dolorem irritaret ingenia.

de Roma y de Italia al filósofo y al cómico, ya fuese que no se creyese injuriado, ya porque temiese atraerse mayores ultrajes mostrándose ofendido.

XL. Talem principem paulo minus quattuordecim annos perpessus terrarum orbis tandem destituit, initium facientibus Gallis duce Iulio Vindice, Qui tum eam provinciam pro praetore optinebat. Praedictum a mathematicis Neroni olim erat fore ut quandoque destitueretur; unde illa vox eius celeberrima:"To texnion hmas diatrefei", quo maiore sciliet venia meditaretur citharoedicam artem, principi sibi gratam, privato necessariam. Spoponderant tamen quidam destituto Orientis dominationem, nonnulli nominatim regnum Hieroslymorum, plures omnis pristinae fortunae restituionem. Cui spei pronior, Britannia Armeniaque amissa ac rursus utraque recepta, derfunctum se fatalibus malis existimabat. Ut vero consulo Delphis Apolline septuagensimum ac tertium annum cavendum sibi audivit, quasi eo Galbea, tanta fiducia non modo senectam sed etiam perpetuam singularemque concepit felicitatem, ut amissis naufragio pretioissimis rebus non dubitaverit inter suos dicere pisces eas sibi relaturos. Neapoli de motu Galliarum cognovit die ipso quo matrem occiderat, adeoque lente et secure tulit ut gaudentis etiam suspicionem praeberet tamquam occasione nata spolindarum iure balli opulentissimarum provinciarum; statimque in gymnasium progressus certantis athletas effusissimo studio spectavit. Cenae quoque tempore interpellatus tumultuosioribus littewris hactenus excanduit, ut malum iis qui descissent minaretur. Denique per octo continuos dies non rescribere cuiquam, non mandare quid aut praecipere conatus rem silentio obliteravit.

XL. Después de haber soportado cerca de catorce años a tal príncipe, el mundo le hizo al fin justicia; la señal de la sublevación fue dada en la Galia, donde mandaba como propretor Julio Vindex. Algunos astrólogos habían predicho tiempo antes a Nerón que algún día se vería destituido; él pronunció al oírlo esta frase célebre: El artista vive en todas partes, para justificar su entusiasmo por el estudio de un arte en el que el príncipe debía encontrar una distracción y el particular un recurso. Otros adivinos le habían prometido, sin embargo, que después de su deposición obtendría el imperio de Oriente; otros aun el reino de Jerusalén, y los hubo, en fin, que le anunciaron que recobraría todo su poder. Ésta era la esperanza que más le halagaba, y, cuando hubo perdido y recobrado la Bretaña y la Armenia, creyó que había realizado la parte infausta de su destino; pero habiendo consultado en Delfos el oráculo de Apolo, se le dijo que desconfiase del año 73. Convencido entonces de que alcanzaría aquella edad, y muy lejos de pensar en la edad de Galba, se creyó seguro de gozar de larga vejez y de constante felicidad; llegó en esto a tal extremo, que habiendo perdido un día en un naufragio objetos de extraordinario valor, osó decir a su comitiva que los peces se los devolverían (146). En Nápoles le llegó la noticia de la sublevación de las Galias, en el aniversario del día en que mató a su madre; recibió la noticia con tal indiferencia y tranquilidad, que llegó a sospecharse que se alegraba de tener ocasión para despojar, por derecho de guerra, las provincias más ricas del Imperio. En seguida se dirigió al Gimnasio, presenció luchas de atletas y demostró gran interés por sus ejercicios. Durante la cena le trajeron cartas más inquietantes, y sólo entonces prorrumpió en imprecaciones y amenazas contra los sublevados. Durante ocho días no contestó ninguna carta, no dio orden alguna, ni instrucción, ni habló de aquel acontecimiento como si lo hubiese olvidado.

XLI. Edictis tandem Vindicis contumeliosis et frequentibus permotus senaum epistula in ultionem sui reique publicae adhortatus est, excusato languore faucium, propter quem non adesset. Nihil autem aeque doluit, quam ut malum se citharoedum increpitum ac pro Nerone Ahenobarbum apellatum; et nomen quidem gentile, quod sibi per contumeliam exprobaretur, resumpturum se professus est deposito adoptivo, cetera convicia, ut falsa,

XLI. Turbado al fin por las continuas e injuriosas proclamas de Vindex, escribió al Senado para exhortarle a vengar al emperador y a la República, excusándose con una enfermedad de garganta de no acudir personalmente. Lo que más, sin embargo, le ofendió en aquellas proclamas fue que le tratasen de mal cantor y que, en vez de Nerón, le llamasen Enobarbo; a causa de esto, declaró que iba a renunciar a su nombre de adopción y a tomar otra vez el de familia, con el que pretendían ofenderle. Por lo que toca a las otras imputaciones que le hacían, nada, según él, demostraba mejor su falsedad 206


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non alio argumento refellebat, quam quod etiam inscitia sibi tanto opere elaboratae perfectaeque a se artis obiceretur, singulos subinde rogitans, nossentne quemquam praestantiorem. Sed urgentibus aliis super alios nuntiis Romam praetrepidus rediit; leviterque modo in itinere frivolo auspicio mente recreata, cum adnotasset insculptum monumento miltem Gallum ab equite R. oppressum trahi crinibus, ad eam speciem exsiluit gaudio caelumque adoravit. Ac ne tunc quidem aut senatu aut populo coram apellto quosdam e primoribus viris evocavit transactaque raptim consultatione reliquam diei partem per organa hydraulica novi et ignotis generis circumduxit, ostendensque singula, de ratione et difficultate cuiusque disserens, iam se etiam prolaturum omnia in theatrum affirmavit, si per Vindicem liceat.

que el decirle que ignoraba un arte que con tanto afán y tan buen éxito había cultivado, y salía preguntando a todos si conocían un artista más grande que él. Entre tanto llegaba correo tras correo, hasta que, asustado, al fin. se dirigió a Roma. Un presagio frívolo ocurrido durante el camino reanimó su valor; consistió el presagio en haber visto en un bajo relieve un soldado galo, al que un jinete romano arrastraba por los cabellos después de haberle vencido, escultura que le regocijó hasta el extremo de hacerle dar gracias a los dioses. No obstante, no reunió al Senado ni al pueblo; celebró apresuradamente consejo con algunos ciudadanos ilustres, y pasó el resto del día ensayando ante ellos nuevos instrumentos de música hidráulicos, haciéndoles observar todas las piezas, el mecanismo y el trabajo, y declarando que haría llevarlos al teatro si Vindex se lo permitía.

XLII. Postquam deinde etiam Galbam et Hispanias descivisse cognovit, conlapsus animoque male facto diu sine voce et prope intermortuus iacuit, utque resipiit, veste discissa, capite converberato, actum de se pronuntiavit consolantique nutriculae et aliis quoque iam principibus similia accidisse memoranti, se vero praeter ceteros inaudita et incognita pati respondit, qui summum imperium vivus amitteret. Nec eo setius quicquam ex consuetudine luxus atque desidiae omisit et inminuit quin immo cum prosperi quiddam ex provinciis nuntiatum esset, super abundatissimum cenam iocularia in defectionis duces carmina lasciveque modulata, quae vulgo notuerunt, etiam gesticulatus est; ac spectaculis theatri clam inlatus cuidam scaenico placenti nuntium misit abuti eum occupationibus suis.

XLII. Pero cuando supo que Galba y las Españas se habían también sublevado, perdió por completo el valor; dejase caer y permaneció largo tiempo sin voz y como muerta. Cuando recobró el sentido, rasgó sus vestidos, se golpeó la cabeza y exclamó que todo había concluido para él. Su nodriza le nombraba, para consolarle, otros príncipes a quienes habían ocurrido desgracias semejantes, contestando él que las suyas eran inauditas, sin ejemplo, puesto que perdía el Imperio antes de perder la veda. Nada cambió, a pesar de todo, sus costumbres de lujo y de molicie; por el contrario, habiendo recibido de provincias noticias favorables, dio un espléndido festín y compuso contra los jefes de la sublevación versos satíricos, que empezó a cantar con grandes gestos, procurando divulgarlos entre el público. Se hizo llevar después secretamente al teatro, y mando decir a un actor cuya voz era muy celebrada, que era gran fortuna para él que el emperador tuviese otras ocupaciones.

XLIII. Initio statim tumultus multa et inmania, verum non abhorrentia a natura sua creditur destinasse; successores percussoresque summittere exercitus et provincias regentibus, quasi conspiratis idemque et unum sentientibus; quidquid ubique exsulum, quidquid in urbe hominum Gallicanorum esset contrucidare, illos ne desciscentibus adgregarentur, hos ut conscios popularium suorum atque fautores; Gallias exercitibus diripiendas permittere; senatum universum veneno per convivia necare; urbem incendere feris in populum immissis, quo difficilius defenderentur. Sed absterritus non tam

XLIII. Se asegura que al primer rumor de la sublevación concibió gran número de proyectos atroces, totalmente de acuerdo con su carácter. Quería, por ejemplo, llamar y hacer degollar a los gobernadores de las provincias y a los jefes de los ejércitos, como si todos estuviesen complicados en la sublevación de Vindex o participasen en sus intenciones; quería, asimismo, dar muerte a todos los desterrados, dondequiera que estuviesen, y a todos los galos que se encontraban en Roma; a los primeros para que no se reuniesen a los conjurados, a los segundos como cómplices o auxiliares de sus conciudadanos; quería abandonar a los ejércitos el pillaje de las Galias; envenenar a todo el Senado en un festín, incendiar a Roma y soltar al mismo tiempo las fieras contra el pueblo, para impedir que se defendiese de las llamas. 207


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paenitentia quam perficiendi desperatione credensque expeditionem necessariam, consules ante tempus privavit honore atque in utriusque locum solus iniit consulatum, quasi fatale esset non posse Gallias debellari nisi a consule. Ac susceptis fascibus cum post epulas triclinio digrederetur, innixus umeris familiarium affirmavit, simul ac primum provinciam attigisset, inermem se in conspectum exercituum proditurum nec quicquam aliud quam fleturum, revocatisque ad paenitentiam defectoribus insequenti die laetum inter laetos cantaturum epinicia, quae iam nunc sibi componi oporteret.

Abandonó estos proyectos, menos por arrepentimiento de haberlos concebido que por la imposibilidad de ejecutarlos. Pareciéndole al fin ser necesaria una expedición, destituyo a los cónsules y asumió él solo la autoridad de los dos, con el pretexto de que era destino de las Galias el que nadie las sometiese sino él, con tal que estuviese revestido del consulado. Hizo, pues, que le trajesen las fasces, se levantó de la mesa apoyado en los hombros de sus amigos y diciendo que al llegar a la Galia se presentaría sin armas ante las legiones rebeldes; que se limitaría a llorar delante de ellas; que su inmediato arrepentimiento le atraería a los sediciosos y que al día siguiente, en medio de la general alegría, entonaría un canto de victoria que iba a componer al momento.

XLIV. In praeparanda expeditione primam curam habuit deligendi vehicula portandis scaenicis organis concubinasque, quas secum educeret, tondendi ad virilem modum et securibus peltisque Amazonicis instruendi. Mox tribus urbanas ad sacramentum citavit ac nullo idoneo respondente certum dominis servorum numerum indixit; nec nisi ex tota cuiusque familia probatissimos, ne dispensatoribus quidem aut amanuensibus exceptis, recepit. Partem etiam census omnes ordines conferre iussit et insuper inquilinos privatarum aedium atque insularum pensionem annuam repraesentare fisco; exegitque, ingenti fastidio et acerbitate nummum asperum argentum pustulatum, aurum ad obrussam, ut plerique omnem collationem palam recusarent, consensu flagitantes a delatoribus potius revocanda praemia quaecumque cepissent.

XLIV. Lo primero que hizo al preparar esta expedición fue elegir carros para el transporte de sus instrumentos de música y hacer cortar el cabello, como a los hombres, a todas sus concubinas, que se proponía llevar, a las que armó con hachas y escudos de amazonas. Llamó luego a las armas a las tribus urbanas, pero no habiendo respondido al llamamiento ninguno de los que se encontraban en estado de empuñarlas, exigió a todos los amos determinado número de esclavos, tomando de cada casa los mejores, sin exceptuar siquiera a los intendentes y secretarios. Obligó a todos los órdenes a que le entregasen una parte de su fortuna; a los locatarios de casas contiguas o separadas los obligó también a llevar al fisco en el acto un año de alquiler, y exigió con sumo cuidado que las monedas fuesen nuevas, la plata pura y el oro contrastado. La mayor parte de los contribuyentes disgustados con tales exigencias, se negaron resueltamente a dar nada y se pusieron de acuerdo para decir: Que mejor sería recogiese de los delatores las recompensas que por sus delaciones habían recibido.

XLV. Ex annonae quoque caritate lucranti adcrevit invidia; nam et forte accidit, ut in publica fame Alexandrina navis nuntiaretur pulverem luctatoribus aulicis advexisse. Quare omnium in se odio incitato nihil contumeliarum defuit quin subiret. Statuae eius a vertice cirrus appositus est cum inscriptione Graeca; nunc demum agona esse, et traderet tandem. Altrius collo aszkosz praeligatus simulque titulus: "Ego egi quod potui. Sed tu cullum meruisti." Ascriptum et columnis, etiam Gallos eum cantando excitasse. Iam noctibus iurga cum servis plerique simulantes crebro Vindicem poscebant.

XLV. La carestía de granos hizo crecer aún más el odio que se había atraído con sus rapiñas; ocurrió entonces que precisamente en los días de mayor escasez llegó una nave de Alejandría cargada de arena para las luchas de la corte; la indignación que el hecho produjo fue tan general, que no hubo ya ultraje que no se prodigara al emperador. Sobre la cabeza de una estatua suya colocaron un moño de mujer con esta inscripción griega: Llegó, finalmente, la hora del combate; y esta otra: Que lo libre, pues; al cuello de esta estatua suya ataron un saco y escribieron en él estas palabras: yo nada he hecho, en cambio tú mereces el saco (147). En las columnas escribían que sus cantos habían despertado a los galos, y durante la noche gran número de ciudadanos, fingiendo reñir con esclavos, pedían a grandes voces un vengador (Vindex).

XLVI. Terrebatur ad hoc evidentibus XLVI. Manifiestos presagios antiguos y modernos, sacados de portentibus somniorum et auspiciorum et los sueños, hacían más vivos sus temores. De ordinario dormía omnium, cum veteribus tum novis. Numquam tranquilamente, pero después de la muerte de su madre soñó 208


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antea somniare solitus occisa demum matre vidit per quietem navem sibi regenti extortum gubernaculum trahique se ab Octavia uxore in artissimas tenebras et modo pinnatarum formicarum multitudine oppleri, modo a simulacris gentium ad Pompei theatrum dedicatarum circumiri acerique progressu; asturconem, quo maxime laetabatur, posteriore corporis parte in simiae speciem transfiguratum ac tantum capite integro hinnitus edere canoros. De Mausoleo, sponte foribus patefactis, exaudia vox est nomine eum cientis. Kal. Ian. exornati Lares in ipso sacrificii appraratu conciderunt; auspicanti Sporus anulum muneri optulit, cuius gemmae scalptura erat Proserpinae raptus; votorum nuncupatione, magna iam ordinum frequentia, vix repertae Capitolii claves. Cum ex oratione eius, qua in Vindicem perorabat, recitaretur in senatu daturos poenas sceleratos ac brevi dignum exitum facturos, conclamatum est ab universis :"Tu facies, Auguste. " Observatum etiam fuerat novissimam fabulam cantasse eum publice Oedipodem exsulem atque in hoc desisse versu Thanein m' anwge syggamos mhthr, pathr.

que le arrancaban de las manos el timón de una nave y que su esposa Octavia le arrastraba a espesas tinieblas. Creyó otra vez, en sueños, que se encontraba cubierto de multitud de hormigas aladas. 0 bien veía las estatuas de las diversas naciones de la tierra, situadas a la entrada del teatro de Pompeya, que le rodeaban, cerrándole el paso. Parecióle que un caballo de Asturias, al que quería mucho, se trocaba en mono, excepto la cabeza, de la que salían lastimeros relinchos. Las puertas del Mausoleo se abrieron por sí mismas, y salió una voz que llamaba a Nerón. Los dioses lares, adornados solemnemente para las calendas de enero, cayeron de su pedestal, en medio de los preparativos del sacrificio. Cuando iba a tomar los auspicios, Sporo le ofreció como regalo de año nuevo un anillo, cuya piedra representaba el rapto de Proserpina. Cuando quiso pronunciar los votos solemnes ante todos los órdenes del Estado reunidos, costó gran trabajo hallar las llaves del Capitolio; al ser leído en el Senado este pasaje del discurso compuesto por él contra Vindex: Que los culpables serían castigados y darían ejemplo en suplicio digno de sus crímenes, todos exclamaron: Tú lo darás, Augusto. Se observó asimismo que en Edipo desterrado, el último papel que representó en público, salió de la escena pronunciando este verso griego:

XLVII. Nuntiata interim etiam ceterorum exercituum defectione litteras prandendi sibi redditas concerpserit, mensam subvertit, duos scyphos gratissimi usus, quos Homericos a caelatura carminum Homeri vocabat, solo inlisit ac sumpto a Lucusta veneno et in auream pyxidem condito transiit in hortos Servilianos, ubi praemissis libertorum fidissimis Ostiam ad classem praeparandam tribunos centurionesque praetorii de fugae societate temptavit. 2 Sed partim tergiversantibus, partim aperte detrectantibus, uno vero etiam proclamante:

XLVII. Se difundió, entre tanto, el rumor de haberse sublevado también los demás ejércitos, y enfurecido rasgó las cartas que le trajeron durante la comida, derribó la mesa, rompió contra el suelo dos vasos, que llamaba homéricos por estar esculpidos en ellos asuntos tomados de los poemas épicos de Homero y a los que tenía en gran estima; acto seguido hizo que Locusta le diese veneno, lo encerró en una caja de oro y marchó a los jardines de Servilio. Una vez allí, mientras sus libertos más fieles iban a Ostia para disponer naves, trató de conseguir que los tribunos y centuriones del Pretorio le acompañasen en su fuga; unos se excusaron y otros se negaron abiertamente, llegando uno a decirle:

Madre, esposa, parientes, todo quiere que yo perezca.

¿Tanta desgracia es morir? "Usque adeone mori miserum est?" varie agitavit, Parthosne an Galbam supplex peteret, an atratus prodiret in publicum proque rostris quanta maxima posset miseratione veniam praeteritorum precaretur, ac ni flexisset animos, vel Aegypti praefecturam concedi sibi oraret. Inventus est postea in scrinio eius hac de re sermo formatus; sed deterritum putant, ne prius quam in Forum perveniret discerperetur.

Concibió entonces diferentes proyectos; pensó en huir al territorio de los partos, ir a arrojarse a las plantas de Galba, pensó también en presentarse públicamente en la tribuna de las arengas con traje de luto y pedir allí, con el acento más lastimero posible, que le perdonasen el pasado, o sí los corazones permanecían insensibles, que le concediesen al menos la prefectura de Egipto (148). Entre sus papeles se encontró después el discurso que había compuesto para este objeto, y se asegura que el único motivo que le impidió pronunciarlo fue el temor de que lo despedazasen antes de llegar al Foro.

3 Sic cogitatione in posterum diem dilata ad 209


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mediam fere noctem excitatus, ut comperit stationem militum recessisse, prosiluit e lecto misitque circum amicos, et quia nihil a quoquam renuntiabatur, ipse cum paucis hospitia singulorum adiit. Verum clausis omnium foribus, respondente nullo, in cubiculum rediit, unde iam et custodes diffugerant, direptis etiam stragulis, amota et pyxide veneni; ac statim Spiculum murmillonem vel quemlibet alium percussorem, cuius manu periret, requisiit et nemine reperto "Ergo ego" inquit "nec amicum habeo, nec inimicum?" procurritque, quasi praecipitaturus se in Tiberim.

Aplazó entonces para la mañana siguiente el tomar una decisión, pero habiendo despertado a medianoche se enteró de que le habían abandonado sus guardias. Salto del lecho y envió aviso a casa de todos sus amigos; no recibió contestación, y fue entonces con reducido séquito a pedir refugio a algunos de ellos. Todas las puertas permanecieron cerradas y nadie le contestó. Regresó entonces a su cámara: los centinelas habían huido, llevándose hasta las ropas de su lecho y la caja de oro en que tenía guardado el veneno. Pidió en seguida que le llevasen al gladiador Spículo u otro cualquiera para que le diesen muerte, y no encontrando a nadie que quisiese matarle, exclamó: ¿Acaso no tengo amigos ni enemigos?. Y corrió a precipitarse al Tíber.

XLVIII. Sed revocato rursus impetu aliquid secretioribus latebrae ad colligendum animum desideravit, et offerente Phaonte liberto suburbanum suum inter Salariam et Nomentanam viam circa quartum miliarum, ut erat nudo pede atque tunicatus, paenulam obsoleti coloris superinduit adopertoque capite et ante faciem optento sudario equum inscendit, quattuor solis comitantibus, inter quos et Sporus erat. 2 Statimque tremore terrae et fulgure adverso pavefactus audiit e proximis castris clamorem militum et sibi adversa et Galbae prospera ominantium, etiam ex obviis viatoribus quendam dicentem: 'Hi Neronem persequuntur', alium sciscitantem: 'Ecquid in urbe novi de nerone?' Equo autem ex odore abiecti in via cadaveris consernato detecta facie agnitus est a quodam missicio praetoriano et salutatus. 3 Ut ad deverticulum ventum est, dimissis equis inter fruticeta ac vepres per harundineti semitam aegre nec nisi strata sub pedibus veste ad aversum villae parietem evasit. Ibi hortante eodem Phaotne, ut interim in specum egestae harenae concederet, negavit se vivum sub terram iturum, ac parumper commoratus, dum clandestinus ad villam introitus pararetur, aquam ex subiecta lacuna poturus manu hausit et 'Haec est' inquit, 'Neronis decocta.' 4 Dein divolsa sentibus paenula traiectos surculos rasit, atque ita quadripes per angustias effossae cavernae receptus in proximam cellam decubuit super lectum modica culcita, vetere pallio strato, instructum; fameque et iterum siti interpellante panem quidem sordidum oblatum aspernatus est, aquae autem tepidae aliquantum bibit.

XLVIII. A pesar de todo, se detuvo y buscó un refugio para meditar lo que podía hacer. Su liberto Faón le ofreció su casa de campo, situada entre la vía Salaria y la Nomentana, a cuatro millas de Roma. Vestido con la túnica y los pies desnudos como se encontraba, montó a caballo; iba envuelto en un manto viejo y desteñido; llevaba la cabeza cubierta y un pañuelo delante del rostro; acompañábanle cuatro personas, entre ellas Sporo. En cierto momento, sintió temblar la tierra, rasgó un relámpago la tiniebla y le invadió el terror; al pasar cerca del campamento de los pretorianos, oyó los gritos de los soldados que le lanzaban imprecaciones y hacían votos por Galba. Un viajero, al ver el pequeño grupo, dijo: Estos persiguen a Nerón. Otro preguntó: ¿Qué hay de nuevo en Roma, con respecto a Nerón? El hedor de un cadáver abandonado en el camino hizo retroceder a su caballo; le cayó el pañuelo con que se ocultaba el rostro, y un veterano pretoriano le reconoció y le saludo por su nombre; llegado a un camino de traviesa, despidió los caballos, penetró entre abrojos y espinas, en un sendero cubierto de zarzas en el que no podía avanzar más que haciendo tender ropas bajos sus pies, y llegó así con gran trabajo a las tapias de la casa de campo en una cantera de la que habían sacado arena, pero él replicó que no quería enterrarse vivo, y habiéndose detenido para esperar que abriesen la entrada secreta de la casa, cogió en la mano agua de una charca, y dijo antes de beberla: He aquí los refrescos de Nerón. Comenzó después a arrancar las zarzas que se habían enredado en su manto, y hecho esto, por un agujero abierto debajo de la tapia, fue arrastrándose sobre las manos, hasta la habitación más próxima, en la que se acostó sobre un jergón cubierto con una vieja manta. Atormentábale de cuando en cuando el hambre y la sed, y le ofrecieron pan de mala calidad, que rehusó, y agua templada, de la que bebió una poca.

XLIX. Tunc uno quoque hinc inde instante ut

XLIX Instábanle cuantos le acompañaban a que se substrajese 210


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quam primum se impendentibus contumeliis eriperet, scrobem coram fieri imperavit dimensus ad corporis sui modulum, componique simul, si qua invenirentur, frustra marmoris et aquam simul ac ligna conferri curando mox cadaveri, flens ad singula atque identidem dictitans: 'Qualis artifex pereo!'. 2 Inter moras perlatos a cursore Phaonti codicillos praeripuit legitque se hostem a senatu iudicatum et quaeri, ut puniatur more maiorum, interrogavitque, quale id genus esset poenae; et cum comperisset nudi hominis cervicem inseri furcae, corpus virgis ad necem caedi, conterritus duos pugiones, quos secum extulerat, arripuit temptataque utriusque acie rursus condidit, causatus nondum adesse fatalem horam. 3 Ac modo Sporum hortabatur, ut lamentari ac plangere inciperet, modo orabat, ut se aliquis ad mortem capessendam exemplo iuvaret; interdum segnitiem suam his verbis increpabat: 'Vivo deformiter, turpiter ou prepei Nerwni, ou prepei - nhfein dei en tois toioutois - age egeire seauton'. Iamque equites appropinquabant, quibus praeceptum erat, ut vivum eum adtraherent. Quod ut sensit, trepidanter effatus: 'Ippwn m' wkupodwn amfi ktupos ouata ballei' ferrum iugulo adegit iuvante Epaphrodito a libellis. 4 Semianimisque adhuc irrumpenti centurioni et paenula ad vulnus adposita in auxilium se venisse simulanti non aliud respondit quam 'Sero' et 'Haec est fides'. atque in ea voce defecit, exstantibus rigentibusque oculis usque ad horrorem formidinemque visentium. Nihil prius aut magis a comitibus exegerat quam ne potestas cuiquam capitis sui fieret, sed ut quoquo modo totus cremaretur. Permisit hoc Icelus, Galbae libertus, non multo ante vinculis exsolutus, in quae primo tumultu coniectus fuerat.

sin tardanza a los ultrajes que le amenazaban. y pidió que abriesen un foso delante de él, a la medida de su cuerpo, que lo rodeasen con algunos pedazos de mármol, si se encontraban, y que llevasen agua y leña para tributar los últimos honores a su cadáver; a cada orden que daba se ponía a llorar, y repetía sin cesar: ¡Qué muerte para tan grande artista! En medio de estos preparativos, llegó un correo a entregarle una carta de Faón; la cogió y leyó en ella que el Senado le había declarado enemigo de la patria, y le hacía buscar para castigarle de acuerdo con las leves antiguas. Preguntó en qué consistía este suplicio, y le contestaron que en desnudar al criminal, sujetarle el cuello en una horqueta y azotarlo con varas hasta hacerle morir. Aterrado, cogió entonces dos puñales que había llevado consigo, probó la punta y volvió a envainarlos, diciendo que no había llegado aún la hora fatal. Unas veces exhortaba a Sporo a lamentarse y llorar con él; otras pedía que alguno se matase, para, con su ejemplo, darle valor para morir. También a veces se censuraba su cobardía, diciéndose: Arrastro una vida vergonzosa y miserable, y añadía en griego: Esto no es propio de Nerón; esto no le es propio; en tales momentos es necesario decidirse; vamos, despierta. Acercábanse ya los jinetes que tenían orden de cogerle vivo, y cuando los oyó, recitó temblando este verso griego:

L. Funeratus est impensa ducentorum milium, stragulis albis auro intextis, quibus usus Kal. Ian. fuerat. Reliquias Egloge et Alexandria nutrices cum Acte concubina gentili Domitiorum monirnento condiderunt quod prospicitur e campo Martio impositum colli Hortulorum. In eo monimento solium porphyretici marmoris, superstante Lunensi ara, circumsaeptum est lapide Thasio.

L. Los funerales de Nerón costaron doscientos mil sestercios; emplearon en ellos tapices blancos bordados de oro, de que se había servido el día de las calendas de enero. Sus nodrizas Eclogea y Alejandra, con su concubina Actea, depositaron sus restos en la tumba de Domicio, que se ve en el campo de Marte, sobre la colina de los jardines. El monumento es de pórfido, y está coronado por un altar de mármol de Luna y lo circunda una balaustrada de mármol de Paros.

Oigo el paso veloz de animosos corceles. y se clavó en seguida el hierro en la garganta, ayudado por su secretario Epafrodio. Respiraba aún cuando entró el centurión; quiso vendarle la herida, fingiendo que llegaba para socorrerle, y Nerón le dijo: Es tarde; y añadió: ¡cuánta fidelidad! Al pronunciar estas palabras expiró con los ojos abiertos y fijos, despertando espanto y horror en todos los que le contemplaban. Había recomendado con vivas instancias a sus compañeros de fuga que no abandonasen su cabeza a nadie, y que fuese como fuese, le quemasen entero. Icelo, liberto de Galba, que acababa de salir del encierro donde le arrojaron al comenzar la insurrección, concedió la autorización para hacerlo.

LI. Statura fuit prope iusta, corpore maculoso LI. Era de mediana estatura; tenía el cuerpo cubierto de et fetido, subflavo capillo, vultu pulchro magis manchas, y hedía; los cabellos eran rubios, la faz más bella quam venusto, oculis caesis et hebetioribus, que agradable; los ojos azules, y la vista débil; robusto el 211


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cervice obesa, ventre proiecto, gracillmis cruribus, valitudine prospera; nam qui luxuriae immoderatissimae esset, ter omnino per quattuordecim annos languit, atque ita ut neque vino neque consuetudine reliqua abstineret; circa cultum habitumque adeo pudendus, ut comam semper in gradus formatam peregrinatione Achaica etiam pone verticem summiserit ac plerumque synthesinam indutus ligato circum collum sudario in publicum sine cinctu et discalciatus.

cuello, el vientre abultado, las piernas sumamente delgadas y el temperamento vigoroso. A pesar de sus desenfrenados excesos, sólo se encontró indispuesto tres veces en el espacio de catorce años, y en ellas ni siquiera tuvo que abstenerse del vino, ni que variar nada de sus costumbres. No cuidaba del traje ni apostura, y durante su permanencia en Acaya, se le vio dejar caer por detrás el cabello, que llevaba siempre rizado en bucles simétricos; se presentó muchas veces en público con trajes de festín, un pañuelo en torno al cuello, sin cinturón y descalzo.

LII. Liberalis disciplinas omnnis fere puer attigit. Sed a plilosophia eum mater avertit monens imperaturo contrariam esse; a cognitione veterum oratorum Seneca praeceptor, quo diutius in admiratione sui detineret. Itaque ad poeticam pronus carmina libenter ac sine labore composuit nec, ut quidam putant, aliena pro suis edidit. Venere in manus meas pugillares libellique cum duibusdam notissimis versibus ipsius chirographo scriptis, ut facile appareret non tralatos aut dictante aliquo exceptos, sed plane quasi a cogitante atque generante exaratos; ita multa et deleta et inducta et superscripta inerant. Habuit et pingendi fingendique non mediocre studium.

LII. Ensayó en su infancia todas las artes liberales, pero su madre le disuadió del estudio de la filosofía, que, en su opinión, no podía menos de perjudicar a un príncipe destinado a reinar; su preceptor Séneca le prohibió que leyese a los autores antiguos, con objeto de que su discípulo fijara sólo en él su admiración. Se aficionó a la poesía, y compuso sin dificultad ni trabajo algunas obras en verso. No es cierto, como se ha pretendido; que diese por suyos los de otro. He tenido en las manos tablillas con versos suyos, fáciles de reconocer y enteramente de su puño. Veíase claramente que no eran copiados ni escritos al dictado de otro, sino que eran laborioso fruto de su pensamiento, tantas correcciones y raspaduras tenían. Mostró asimismo gran afición a la pintura, y especialmente a la escultura.

LIII. Maxime autem popularitate efferebatur, omnium aemulus, qui quoquo modo animum vulgi moverent. Exiit opinio post scaenicas coronas proximo lustro descensurum eum ad Olympia inter athletas; nam et luctabatur assidue nec aliter certamina gymnica tota Graecia spectaverat quam brabeutarum more in stadio humi assidens ac, si qua paria longius recessissent, in medium rnanibus suis protrahens. Destinaverat etiam, quia Apollinern cantu, Solem aurigando aequiperare existimaretur, imitari et Herculis facta; praeparatumque leonem aiunt, quem vel clava vel brachiorum nexibus in amphitheatri harena spectante populo nudus elideret.

LIII. Ansioso de popularidad, se hacía al punto rival de todo el que, por cualquier medio, se atraía el favor de la multitud. Era creencia común que, no contento con sus triunfos en el teatro, había de descender en el próximo lustro a la arena olímpica con los atletas. Ejercitábase, en efecto, asiduamente en la lucha, y en todas las ciudades de Grecia en las que asistió a los juegos gímnicos, lo hizo a la manera de los jueces, sentándose en el suelo en el estadio, y viendo alejarse del centro una pareja de luchadores, corrió a cogerlos y a traerlos a su puesto. Como le comparaban con Apolo por el canto, y con el Sol por su destreza en conducir carros, quiso imitar también las hazañas de Hércules; y se dice que le habían domesticado un león, con el que debía luchar en el Anfiteatro y matarle con la maza o ahogarle entre los brazos ante el pueblo.

LIV. Sub exitu quidem vitae palam voverat, si sibi incolumis status permansisset, proditurum se partae victoriae ludis etiam hydraulam et choraulam et utricularium ac novissimo die histrionem saltaturumque Vergili Turnum. Et sunt qui tradant Paridem histrionem occisum ab eo quasi gravem adversarium.

LIV. Al término de su vida hizo voto solemne, si triunfaba de sus enemigos, de tocar el órgano hidráulico, la flauta y la gaita durante los juegos que se habrían de celebrar por la victoria; prometió también figurar como histrión el último día de ellas y bailar el Turnus de Virgilio. Y no falta quien dice que hizo perecer al cómico Paris como adversario demasiado temible.

LV. Erat illi aeternitatis perpetuaeque famae cupido, sed inconsulta. Ideoque multis rebus

LV. Deplorable mama era en él el deseo de perpetuar su memoria, la cual le llevó a cambiar el nombre a muchas cosas 212


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ac locis vetere appellatione detracta novam y muchas ciudades para substituirlos con el suyo, llamó indixit ex suo nomine, mensem quoque Neronniano al mes de abril, y quería que Roma se llamase Aprilem Neroneum appellavit; destinaverat et Nerópolis. Romam Neropolim nuncupare. LVI. Religionum usque quaque contemptor, praeter unius Deae Syriae, hanc mox ita sprevit, ôt urina contaminaret, alia superstitione captus inqua sola pertinacissime haesit, siquidem imagunculam puellarem, cum quasi remedium insidiarum a pebeio quodam et ignoto muneri accepisset, detecta confestim coniuratione pro summo numine trinisque in die sacrificiis colere perseveravit volebatque credi monitione cius futura praenoscere. Ante paucos quam periret menses attendit et extispicio nec umquam litavit.

LVI. Mostraba un profundo desprecio por todos los cultos, exceptuando el de la diosa de Siria; pero terminó por burlarse de él también, hasta el punto de orinar sobre su estatua cuando se entregó a otra superstición que fue la única en que persistió. Consistía ésta en venerar una muñeca, que le había regalado un hombre del pueblo, a quien no conocía, como amuleto contra las celadas de sus enemigos. Fue descubierta poco después una conspiración, y con este motivo hizo de aquella muñeca su divinidad suprema, la honró con tres sacrificios por día y quiso que se creyese que le presagiaba el porvenir. Pocos meses antes de su muerte empezó a observar las entrañas de las victimas, sin obtener jamás ningún augurio feliz.

LVII. Obiit tricensimo et secundo aetatis anno, die quo quondam Octaviam interemerat, tantumque gaudium publice praebuit, ut plebs pilleata tota urbe discurreret. Et tamen nori defuerunt qui per longum tempus vernis aestivisque floribus tumulum eius ornarent ac modo imagines praetextatas in rostris proferrent, modo edicta quasi viventis et brevi magno inimicorun malo reversuri. Quin etiam Vologaesus Parthorum rex missis ad senatum legatis de instauranda societate hoc etiam magno opere oravit, ut Neronis memoria coleretur. Denique cum post viginti annos adulescente me exstitisset condicionis incertae qui se Neronem esse iactaret, tam favorabile nomen eius apud Parthos fuit, ut vehementer adiutus et vix redditus sit.

LVII. Murió a los treinta y dos años de edad, en el mismo día en que en otro tiempo había hecho perecer a Octavia. El regocijo público fue tal, que la mayoría de los hombres del pueblo corrían por toda Roma cubiertos con el gorro de los libertos. A pesar de todo, hubo ciudadanos que, mucho tiempo después de su muerte, adornaron su tumba con flores de primavera y verano, que llevaron a la tribuna retratos de Nerón representado con la toga pretexta, y que leyeron en ella edictos en los que hablaba como si viviese aún y hubiera de llegar sin tardanza para vengarse de sus enemigos. Vologeso, rey de los partos, que envió embajadores al Senado para renovar su alianza, pidió sobre todo que se honrase la memoria de Nerón. Veinte años después, durante mi juventud, un aventurero, que se hacía pasar por Nerón, crease entre los partos, a favor de este nombre, que tan querido les era, un poderoso partido, y sólo con gran esfuerzo se pudo conseguir que entregaran al impostor.

NOTAS (124) Los Dioscuros. (125) Al parecer, Suetonio confunde aquí el padre con el hijo fue, en efecto, el padre quien triunfó de los alóbroges, y el hijo, tribuno del pueblo en 750, fue quien hizo la ley a que se refiere. (126) Tiberio murió en el mes de marzo del año 790; Nerón nació en el mes de diciembre del mismo año. (127) Ordinariamente se daba nombre a los niños el noveno día de su nacimiento (a las niñas el octavo); llamaban a este día lustricus dies, o día de la purificación, y el hecho se llevaba a cabo observando ciertas ceremonias religiosas. (128) Se decidió entonces (en 805) que Nerón estaba capacitado para tomar parte en los negocios públicos, y se convino que sería cónsul a los veinte años. Se le nombro Príncipe de la juventud, confiriéndosele la autoridad preconsular fuera de la ciudad, (129) Finalmente se abrieron de pronto las puertas del palacio. Nerón sale con Burro y se adelanta hacia la cohorte que estaba de guardia. Recibiéronle los soldados con aclamación, y él, a una señal del prefecto montó en litera. Se asegura que algunos soldados vacilaron, que miraron repetidamente a la espalda,

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preguntando con insistencia dónde estaba Británico; pero no viéndose apoyados no tardaron en seguir él impulso general. Llegado Nerón al campamento, se le proclamo emperador. (130) Los pretorianos que mandaban en estas colonias carecían de domicilio, las palabras per domicilii translationem, se refieren únicamente a los primipilarios como ciudadanos de Roma. (131) Chifilino cita a Elia Catula, que pertenecía a una de las familias principales de Roma y a la que se vio bailar en los juegos de la Juventud cuando tensa ya más de ochenta años. (132) Según Plinio, Nerón hizo cubrir de oro el teatro de Pompeya, para mostrarlo a Tirídates. (133) Se acusaba a los cristianos del incendio de Roma. A su suplicio, dice Tácito, se añadía la irrisión; se los envolvía en pieles de bestias para que los perros los devorasen, se los ataba en cruz o se les embadurnaba el cuerpo con resina, encendiendolos por la noche como antorchas para alumbrarse. Nerón había cedido para este espectáculo, sus propios jardines. Orosio añade que iguales horrores fueron ejecutados en las provincias. (134) La ley Cincia, llamada también Muneralis, dada a propuesta del tribuno Cincio en 549, prohibía recibir dinero o presentes por la defensa de una causa: Augusto la había confirmado en 737. Pedido a Claudio por el Senado que la renovase, limitóse este a poner freno a la avidez de los abogados, fijando como máximum de honorarios diez mil sestercios, y amenazando con las penas de la contusión al que exigiese más. Al comienzo del reinado de Nerón, el Senado dio todo su vigor a la ley Cincia; pero mas adelante, Nerón proporcionó honorarios según la importancia de las causas. (135) Dio la señal. (136) Los Augustiani eran un cuerpo de cinco mil hombres adiestrados en las diferentes maneras de aplaudir. A muchos ciudadanos distinguidos se les hacia entrar en el de buena o mala voluntad. (137) “Montano, romano del orden senatorial —dice Tácito— llegó a las manos con Nerón en medio de la obscuridad. Como al principio rechazo con energía sus ataques y cuando le reconoció le pidió perdón, el emperador creyó que le censuraba y le obligo a que se diese muerte.” (138) Chifilino dice de modo terminante que la propia Agripina trato de corromper a su hijo para asegurar su poder. (139) En otro sentido: “De cometer extravagancias entre los hombres”. (140) Ley dictada por Sila contra los asesinos y envenenadores y renovada luego por César. (141) Establecidas en honor de Minerva, estas fiestas se celebraban el 19 de marzo y duraban cinco días, y de aquí el nombre de quinquatrus. (142) Por este parricidio decretáronse rogativas a los dioses; se establecieron juegos anuales en las fiestas de Minerva y el día del nacimiento de Agripina fue colocado entre los nefastos. (143) Dos cometas aparecieron durante el reinado de Nerón uno en 814 y otro en 818. (144) La palabra latina Sustulit significa a la vez llenar y hacer desaparecer, matar. (145) El epigrama juega con la doble cualidad de Apolo de músico y arquero. (146) Aludía Nerón a un rasgo de la vida, siempre venturosa de Policrates tirano de Samos, referido por Valerio Máximo: “Policrates, dice aquel autor, arrojo voluntariamente al mar, para no vivir siempre en la ignorancia del pensar, una sortija que tenía en gran estima y la recobró poco después cogiendo el pez que la había tragado.” (147) Suplicio de los parricidas. (148) La de Egipto era la victima prefectura en el orden de las distribuciones; la pretensión de Nerón podía, por lo tanto, parecer modesta.

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SVETONI TRANQVILII VITA GALBAE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23

GALBA SINOPSIS I. ASCENDENCIA DE GALBA. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-11) Señales que anunciaron la extinción del linaje de los Césares (1). Pretensiones de Galba sobre el origen de su familia. Antepasados de Galba. Sus padres y su hermano (2-3). Nacimiento de Galba. Sus diversos nombres. Presagios de su destino (4). Matrimonio y descendencia. Relación con Livia, esposa de Augusto ,(S). Carrera política. Galba, gobernador de Germania Superior. Su proconsulado en África (6-7). Honores recibidos. Retiro de Galba. Su nombramiento como gobernador de Hispania Tarraconense. Presagios de su destino (8). Conducta en su provincia. Se suma a la intentona de Víndice y es proclamado emperador. Preparativos para la guerra. Presagios de su victoria (9-10). Muerte de Víndice y de Nerón. Galba asume el título de César. Aplastamiento de sus competidores (1l). II. GALBA EN EL PODER (12-17) Impopularidad de Galba debido a su crueldad y avaricia (12-13). Sus validos. Gobierno arbitrario y despótico (14-15). Especial descontento entre los soldados. Rebelión del ejército de Germania Superior (16). Adopción de Pisón (17). III. MUERTE DE GALBA (18-20) Presagios de su asesinato (18). Levantamiento de Otón. Asesinato de Galba. Escarnio de su cabeza (1920). IV. RASGOS PERSONALES DE GALBA. EPÍLOGO (21-23) Características físicas (21). Su gula y homosexualidad (22). Edad de Galba a su muerte y duración de su reinado. Honores decretados por el Senado (23).

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I. Progenies Caesarum in Nerone defecit; quod futurum, compluribus quidem signis, sed vel evidentissimis duobus apparuit. Liviae, olim post Augusti statim nuptias Veientanum suum revisendi, praetervolans aquila gallinam albam ramulum lauri rostro tenentem, ita ut rapuerat, demisit in gremium; cumque nutriri alitem, pangi ramulum placuisset, tanta pullorum suboles provenit, ut hodieque ea uilla ad Gallinas vocetur, tale vero lauretum, ut triumphaturi Caesares inde laureas decerperent; fuitque mox triumphantibus, illas confestim eodem loco pangere; et observatum est, sub cuiusque obitum arborem ab ipso institutam elanguisse. Ergo novissimo Neronis anno et silva omnis exaruit radicitus, et quidquid ibi gallinarum erat interiit; ac subinde tacta de caelo Caesarum aede, capita omnibus simul statuis deciderunt, Augusti etiam sceptrum e manibus excussum est.

I. En Nerón se extinguió la dinastía de los césares; este acontecimiento habianlo anunciado varios presagios, y especialmente dos, con mucha más evidencia que los otros. En efecto, poco después de su boda con Augusto iba Livia a casa de Veyo, cuando un águila, que volaba por encima de ella, dejó caer sobre sus rodillas una gallina blanca que acababa de apresar, la cual tenía todavía en su pico una rama de laurel. Dio esta gallina tantos pollos, que la casa recibió el nombre, que conserva aún, de las gallinas, y la planta se desarrolló tan prósperamente que en lo sucesivo cogieron de ella los césares los laureles para sus triunfos, aunque cuidando siempre, una vez terminada la ceremonia, de volver a plantarlos en el mismo sitio. Observase que poco antes de la muerte de cada emperador, el arbusto plantado por él se marchitaba y durante el último año del reinado de Nerón la planta se secó hasta las raíces y perecieron todas las gallinas. Poco después cayó un rayo sobre el palacio de los césares, cayeron a la vez las cabezas de todas las estatuas y a la de Augusto le fue arrancado el cetro de las romanos.

II. Neroni Galba successit nullo gradu contingens Caesarum domum, sed haud dubie nobilissimus magnaque et vetere prosapia, ut qui statuarum titulis pronepotem se Quinti Catuli Capitolini semper ascripserit, imperator vero etiam stemma in atrio proposuerit, quo paternam originem ad Iovem, maternam ad Pasiphaen Minois uxorem referret.

II. Galba, sucesor de Nerón, no estaba unido por ningún vínculo a esta familia, pero pertenecía a muy noble linaje, tan antiguo como ilustre. En las inscripciones de sus estatuas tomaba el titulo de bisnieto de Q. Catulo Capitolino, y siendo emperador colocó en el vestíbulo de su palacio un cuadro genealógico, en el que hacia remontar a Júpiter su origen paterno, y a Pasifae, esposa de Minos, el materno.

III. Imagines et elogia universi generis exsequi longum est: familiae breviter attingam. Qui prius Sulpiciorum cognomen Galbae tulit, cur aut unde traxerit, ambigitur. Quidam putant, quod oppidum Hispaniae frustra diu oppugnatum inlitis demum galbano facibus succenderit; alii; quod in diuturna valitudine galbeo, id est remediis lana involutis, assidue uteretur: nonnulli, quod praepinguis fuerit visus, quem galbam Galli vocent; vel contra, quod tam exilis, quam sunt animalia quae in aesculis nascuntur appellanturque galbae. Familiam illustravit Seruius Galba consularis, temporum suorum et eloquentissimus, quem tradunt Hispaniam ex praetura optinentem, triginta Lusitanorum milibus perfidia trucidatis, Viriatini belli causam exstitisse. Eius nepos ob repulsa consulatus infensus Iulio Caesari, cuius legatus in Gallia fuerat, conspiravit cum Cassio et Bruto, propter quod Pedia lege damnatus est. Ab hoc sunt imperatoris Galbae avus ac pater: avus clarior studiis quam dignitate (non enim

III. Seria prolijo enumerar aquí todos los honores otorgados a sus mayores, y me limitaré a decir algo acerca de su familia. No se sabe quién fue el primero de los Sulpicios que llevó el nombre de Galba y con qué motivo. Según unos fue por haber incendiado con antorchas embadurnadas de gálbano una ciudad de España que había resistido un largo sitio; según otros, porque en una enfermedad crónica utilizó a menudo el gálbeo, que se aplicaba ordinariamente envuelto en lana; dicen otros que, porque era muy grueso, lo que se expresa en galo con la palabra galba; y otros, en fin, que, porque siendo por el contrario muy delgado, se le comparó a los gusanillos que nacen en la encina y a los que llaman galbae. El auge de esta familia comienza en el consular Servio Galba, que fue el varón más elocuente de su tiempo. Fue enviado a España después de su pretura, haciendo pasar en ella, a lo que dicen, a treinta mil lusitanos a cuchillo por traición, lo que fue causa de la guerra de Viriato. Irritado su nieto al ver que rechazaba el consulado Julio César, cuyo legado había sido en la Galia, tomó parte en la conspiración de Casio y Bruto, siendo condenado por este hecho en 216


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egressus praeturae gradum) multiplicem nec incuriosam historiam edidit; pater consulatu functus, quamquam brevi corpore, atque etiam gibber, modicaeque in dicendo facultatis, causas industrie actitavit. Vxores habuit Mummiam Achaiam, neptem Catuli proneptemque L. Mummi, qui Corinthum excidit; item Liviam Ocellinam ditem admodum et pulchram, a qua tamen nobilitatis causa appetitus ultro existimatur, et aliquando enixius post quam subinde instantis vitium corporis secreto posita veste detexit, ne quasi ignaram fallere videretur. Ex Achaica liberos Gaium et Servium procreavit, quorum maior Gaius attritis facultatibus urbe cessit, prohibitusque a Tiberio sortiri anno suo proconsulatum voluntaria morte obiit.

virtud de la ley Pedia. De éste proceden el abuelo y el padre del emperador Galba; el abuelo, más ilustre por sus trabajos que por sus dignidades, no ascendió de la pretura y fue autor de una obra histórica bastante voluminosa y no carente de interés. El padre, después de haber sido cónsul, fue abogado laborioso, aunque medianamente elocuente; era bajito y jorobado; tuvo por primera esposa a Mummia Acaica, nieta de Catulo y bisnieta de L. Mummio, el que destruyó Corinto; casó después con Livia Ocelina, tan rica como hermosa, diciéndose que le solicitó ella misma a causa de su nobleza y con más ardor aún desde el día en que, estrechado por sus súplicas, separó sus ropas y la mostró su deformidad, para evitar que después le acusase de haberla engañado. De Acaica tuvo dos hijos: Cayo y Servio. Cayo, el mayor de los dos, se vio obligado a dejar a Roma, donde se había arruinado; habiéndose opuesto Tiberio a que entrase en sorteo, a su turno, para su gobierno preconsular, se dio la muerte.

IV. Ser. Galba imperator M. Valerio Messala Cn. Lentulo cons. natus est VIIII. Kal. Ian. in villa colli superposita prope Tarracinam, sinistrorsus Fundos potentibus, adoptatusque a noverca sua Livia nomen et Ocellae cognomen assumptis, mutato praenomine; nam Lucium mox pro Servio usque ad tempus imperii usurpavit. Constat Augustum puero adhuc, salutanti se inter aequales, apprehensa buccula dixisse: Kai sy teknon tes arches hemon paratroxei. Sed et Tiberius, cum comperisset imperaturum eum, verum in senecta, "Vivat sane," ait, "quando id ad nos nihil pertinet." Avo quoque eius fulgur procuranti, cum exta de manibus aquila rapuisset et in frugiferam quercum contulisset, responsum est, summum sed serum imperium portendi familiae; et ille irridens, "Sane," inquit, "cum mula pepererit." Nihil aeque postea Galbam temptantem res novas confirmavit quam mulae partus, ceterisque ut obscaenum ostentum abhorrentibus, solus pro laetissimo accepit memor sacrificii dictique avi. Sumpta virili toga, somniavit Fortunam dicentem, stare se ante fores defessam, et nisi ocius reciperetur, cuicumque obvio praedae futuram. Vtque evigilavit, aperto atrio simulacrum aeneum deae cubitali maius iuxta limen invenit, idque gremio suo Tusculum, ubi aestivare consuerat, avexit et in parte aedium consecrato menstruis deinceps supplicationibus et pervigilio anniversario coluit. Quamquam autem nondum aetate constanti

IV. El emperador Servio Galba nació bajo el consulado de M. Valerio Mesala y de Cn. Léntulo, el 9 de las calendas de enero (149), en una quinta situada sobre una colina cerca de Terracina, a la izquierda según se va a Fondi. Fue adoptado por su suegra, y tomó el nombre de Livio y el apellido Ocela. Cambió también el nombre y se hizo llamar Lucio en vez de Servio, hasta su advenimiento al Imperio. Se asegura que cierto día, en que había ido a saludar a Augusto con otros niños de su edad, este príncipe le dijo en griego, acariciándole la mejilla y tú también, hijo mio, probarás el poder. Cuando dijeron a Tiberio que Galba había de reinar, pero en edad muy avanzada: Que viva, pues, dijo el emperador, no es a mí a quien importa eso. Estando su abuelo sacrificando para conjurar el rayo, un águila le arrebató las entrañas de la víctima y las llevó a una encina cargada de bellotas. Consultados los augures contestaron que aquel presagio prometía el imperio a su familia, aunque para tiempo lejano: sí, dijo riendo, cuando paran las árulas. Por esto, cuando Galba meditó la conquista del trono, lo que más confianza le inspiró fue el presenciar el parto de una mula; mientras todos consideraban funesto aquel presagio, él solo lo aceptó como feliz, recordando el sacrificio y la respuesta de su abuelo. Acababa de vestir la toga viril cuando sonó que la Fortuna le decía: Estoy cansada de esperar a tu puerta, y si no me recibes pronto, seré presa del primero que se presente. Al despertar, abrió el vestíbulo y encontró en el umbral una estatua de bronce de más de un codo: era la de aquella diosa. La transportó en sus brazos a Tuscúlum, donde acostumbraba pasar el verano; consagrada en el santuario de sus divinidades domésticas y le dedicó un 217


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veterem civitatis exoletumque morem ac tantum in domo sua haerentem obstinatissime retinuit, ut liberti servique bis die frequentes adessent ac mane salvere, vesperi valere sibi singuli diceret.

sacrificio por mes y una velada por año. Siendo todavía joven mantuvo rigurosamente una costumbre abolida por todas partes en Roma, excepto en su familia, la cual consistía en revistar dos veces diariamente a sus libertos y esclavos, que se presentaban reunidos a la hora de levantarse y de acostarse, para darles uno a uno los buenos días y las buenas noches.

V. Inter liberales disciplinas attendit et iuri. Dedit et matrimonio operam; verum, amissa uxore Lepida duobusque ex ea filiis, remansit in caelibatu, neque sollicitari ulla condicione amplius potuit, ne Agrippinae quidem, viduatae morte Domitii, quae maritum quoque adhuc necdum caelibem Galbam adeo omnibus sollicitaverat modis, ut conventu matronarum correpta iurgio atque etiam manu pulsata sit a matre Lepidae. Observavit ante omnis Liviam Augustam, cuius et vivae gratia plurimum valuit et mortuae testamento paene ditatus est; sestertium namque quingentis cum praecipuum inter legatarios habuisset, quia notata non perscripta erat summa, herede Tiberio legatum ad quingenta revocante, ne haec quidem accepit.

V. Una de las ciencias que con mayor asiduidad cultivó fue la jurisprudencia. Se había casado, pero habiendo perdido a su esposa Lépida y dos hijos que tuvo de ella, se mantuvo viudo y no quiso en adelante ocuparse de nuevo matrimonio; ni siquiera la misma Agripina, que había quedado libre por muerte de Domicio y que antes de que enviudase él le había hecho tales indicaciones que la madre de Lépida tuvo que reconvenirle ásperamente en una reunión de mujeres y se irritó con ella hasta golpearla, consiguió doblegarse de su propósito. Mostró particular estima por Livia, esposa de Augusto, cuya favor, mientras ella vivió, le dio gran influencia, y cuyo testamento, cuando murió, estuvo a punto de enriquecerle. Le había inscrito, en efecto, entre sus herederos principales por cincuenta millones de sestercios, pero estando escrita la cantidad sólo en cifras y no con todas las letras, Tiberio redujo el legado a quinientos mil sestercios, y ni siquiera éstos cobró.

VI. Honoribus ante legitimum tempus initis praetor commissione ludorum Floralium novum spectaculi genus elephantos funambulos edidit; exim provinciae Aquitaniae anno fere praefuit; mox consulatum per sex menses ordinarium gessit, evenitque ut in eo ipse L. Domitio patri Neronis, ipsi Salvius Otho pater Othonis succederet, velut praesagium insequentis casus, quo medius inter utriusque filios extitit imperator. A Gaio Caesare in locum Gaetulici substitutus, postridie quam ad legionis venit, sollemni forte spectaculo plaudentes inhibuit, data tessera, ut manus paenula continerent; statimque per castra iactatum est:

VI. Galba alcanzó los honores antes de la edad fijada por las leyes. Durante los juegos que celebró como pretor, dio el espectáculo, todavía nuevo, del elefante bailando sobre la cuerda. Gobernó la provincia de Aquitania cerca de un año; fue después cónsul ordinario. Quiso la casualidad que sucediese en esta dignidad a Cn. Domicio, padre de Nerón, y que él mismo tuviese por sucesor a Salvio Otón, padre del emperador del mismo nombre, lo cual era como presagio para el porvenir, estando colocado el reinado de Galba entre los de los hijos de aquellos. Calígula le envió en seguida a Germania para substituir a Getúlico; a la mañana siguiente a su llegada hizo cesar los aplausos que provocaba su presencia en un espectáculo solemne, y en la orden del día a los soldados les mandó tener las manos debajo de los mantos; por cuya razón cantaron en el campamento:

disce miles militare. Galban est, non Gaetulicus! Pari severitate interdixit commeatus peti. Veteranum ac tironem militem opere assiduo corroboravit, maturesque barbaris, qui iam in Galliam usque proruperant, coercitis, praesenti quoque Gaio talem et se et exercitum approbavit, ut inter innumeras contractasque ex omnibus provinciis copias neque testimonium neque praemia ampliora ulli perciperent; ipse maxime insignis, quod campestrem decursionem scuto moderatus, etiam ad

Atención, soldados, al ofició; Galba, manda, y no Getúlico. Prohibió absolutamente a los soldados la petición de licencias; ejercitó en continuos trabajos a veteranos y reclutas; rechazó a los bárbaros, que habían penetrado hasta la Galia; de tal modo, en fin, lo dispuso todo en esta expedición, que Calígula, que la presenció, quedó tan satisfecho de su ejército y de él, que entre las numerosas tropas levantadas en todas las provincias, 218


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essedum imperatori per viginti passuum milia fueron las suyas las que recibieron más recompensas y cucurrit. mayores muestras de aprobación. Galba se distinguió notablemente dirigiendo, con un escudo en la mano las evoluciones militares, y siguiendo en un trayecto de mil pasos el carro del emperador. VII. Caede Gaii nuntiata multis ad occasionem stimulantibus quietem praetulit. Per hoc gratissimus Claudio receptusque in cohortem amicorum, tantae dignationis est habitus, ut cum subita ei valitudo nec adeo gravis incidisset, dilatus sit expeditionis Britannicae dies. Africam pro consule biennio optinuit extra sortem electus ad ordinandan provinciam et intestina dissensione et barbarorum tumultu inquietam; ordinavitque magna severitatis ac iustitiae cura, etiam in parvulis rebus. Militi, qui per expeditionem artissima annona residuum cibariorum tritici modium centum denariis vendidisse arguebatur, vetuit, simul atque indigere cibo coepisset, a quoquam opem ferri; et is fame extabuit. At in iure dicendo cum de proprietate iumenti quaereretur, levibus utrimque argumentis et testibus ideoque difficili coniectura veritatis, ita decrevit ut ad lacum, ubi adaquari solebat, duceretur capite involuto atque ibidem revelato, eius esset, ad quem sponte se a potu recepisset.

VII. Tras la muerte de Calígula, le instaron muchos para que aprovechase aquella ocasión, pero él más prefirió el reposo, y Claudio se lo agradeció tanto, que le consideró entre sus mejores; llegó a tanto su consideración por él, que retrasó incluso la expedición de Bretaña a causa de una ligera indisposición que le sobrevino el día mismo de la partida. Fue durante dos años procónsul de Africa, habiéndole elegido sin consultar las suertes para pacificar aquella provincia, perturbada por los bárbaros y las discordias intestinas; consiguió imponer la paz, gracias a la severidad y a la justicia que mostró hasta en las cosas más pequeñas. Escaseando en cierta expedición los víveres y habiendo vendido un soldado por cien dineros un modio de trigo que le restaba de su provisión. Galba prohibió a los otros que le suministrasen ningún alimento, por necesitado que le viesen, y el soldado murió de hambre. Se presentaron a su tribunal dos ciudadanos disputándose la propiedad de una bestia de carga; las pruebas eran equívocas por una y otra parte, los testigos sospechosos y la verdad difícil de descubrir. Galba decidió, en vista de ello, que se llevase al animal con la cabeza cubierta a un lago donde acostumbraba a beber; que una vez allí le descubrieran, y que pertenecería a aquel de los dos a quien el animal se dirigiera espontáneamente.

VIII. Ob res et tunc in Africa et olim in Germania gestas ornamenta triumphalia accepit et sacerdotium triplex, inter quindecimviros sodalesque Titios item Augustales cooptatus; atque ex eo tempore prope ad medium Neronis principatum in secessum plurimum vixit (ne ad gestandum quidem umquam iter ingressus quam ut secum vehiculo proximo decies sestertium in auro efferret), donec in oppido Fundis moranti Hispania Tarraconensis oblata est. Acciditque ut, cum provinciam ingressus sacrificaret, intra aedem publicam puero e ministris acerram tenenti capillus repente toto capite canesceret, nec defuerunt qui interpretarentur significari rerum mutationem successurumque iuveni senem, hoc est ipsum Neroni. Non multo post in Cantabriae lacum fulmen decidit, repertaeque sunt duodecim secures, haud ambiguum summae imperii signum.

VIII. Por los servicios que prestó entonces en África y por los prestados antes en la Galia, recibió los ornamentos triunfales y triple sacerdocio, siendo agregado a sus colegios por los quindecenviros, los sacerdotes de Augusto y los Ticios (150). A partir de esta época hasta mediados del reinado de Nerón vivió casi en un completo retiro, no saliendo nunca de su casa, ni aun para pasear, sin que le siguiese un vehículo cargado con un millón de sestercios en oro. Estaba en Fondi cuando le ofrecieron el gobierno de la España Tarraconense. Al llegar a esta provincia sucedía que estando sacrificando en un templo, a un niño que tenía el incienso se le blanquearon de pronto los cabellos, este prodigio fue interpretado como presagio de un gran cambio, en el que se vería a un anciano suceder a un joven, es decir Galba a Nerón. Poco después cayó un rayo en un lago en el país de los cántabros, encontrándose luego en él doce hachas, signo manifiesto del poder soberano.

IX Per octo annos varie et inaequabiliter IX. Este gobierno duró ocho años, y su conducta en él provinciam rexit, primo acer et vehemens et in fue muy desigual. Mostró al principio gran energía, 219


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coercendis quidem delictis vel immodicus. Nam et nummulario non ex fide versanti pecunias manus amputavit mensaeque eius adfixit, et tutorem, quod pupillum, cui substitutus heres erat, veneno necasset, cruce adfecit; implorantique leges et civem Romanum se testificanti, quasi solacio et honore aliquo poenam levaturus, mutari multoque praeter ceteras altiorem et dealbatam statui crucem iussit. Paulatim in desidiam segnitiemque conversus est, ne quid materiae praeberet Neroni, et ut dicere solebat, quod nemo rationem otii sui reddere cogeretur. Carthagine nova conventum agens tumultuari Gallias comperit legato Aquitaniae auxilia implorante; supervenerunt et Vindicis litterae hortantis, ut humano generi assertorem ducemque se accommodaret. Nec diu cunctatus, condicionem partim metu, partim spe recepit; nam et mandata Neronis de nece sua ad procuratores clam missa deprenderat, et confirmabatur cum secundissimis auspiciis et omnibus virginis honestae vaticinatione, tanto magis quod eadem illa carmina sacerdos Iovis Cluniae ex penetrali somnio monitus eruerat ante ducentos annos similiter a fatidica puella pronuntiata. Quorum carminum sententia erat, oriturum quandoque ex Hispania principem dominumque rerum.

vigilancia y hasta severidad excesiva en la represión de los delitos. Ordenó, por ejemplo, cortar las manos a un cambiante infiel y clavarlas sobre su mostrador; hizo crucificar a un tutor por haber envenenado a su pupilo, cuyos bienes había de heredar; invocó el culpable sus derechos y privilegios de ciudadano romano, y Galba como para suavizar en algún modo el horror del suplicio, le hizo clavar en una cruz pintada de blanco y mucho más grande que las corrientes. Poco a poco se abandonó, sin embargo, a la inacción y a la molicie, por el temor de despertar suspicacias en Nerón, y porque —según decía—, a nadie se puede obligar a que dé cuentas de su apatía. Presidía en Cartagena la asamblea provincial cuando se enteró de la sublevación de las Galias, por haber recibido una demanda de auxilio del legado de Aquitania. Recibió también cartas de Vindex que le instaba a declararse libertador y jefe del universo. Su vacilación duró poco, e impulsado tanto por el temor como por la esperanza, accedió a lo que le pedían. En efecto, había sorprendido una orden enviada secretamente por Nerón a sus agentes para que le diesen muerte, y por otra parte le favorecían felices auspicios, presagios ciertos, y de manera especial las predicciones de una virgen perteneciente a una noble familia; estas predicciones le inspiraban tanta más confianza, cuanto que el sacerdote de Júpiter Clunio, advertido por un sueño; acababa de hallar en el santuario el mismo oráculo, pronunciado también por una joven adivina hacía ya doscientos años. El sentido de este oráculo era, que saldría de España un hombre que había de ser el dueño del mundo.

X. Igitur cum quasi manumissioni vacaturus conscendisset tribunal, propositis ante se damnatorum occisorumque a Nerone quam plurimis imaginibus et astante nobili puero, quem exulantem e proxima Balneari insula ob id ipsum acciverat, deploravit temporum statum, consalutatusque imperator legatum se senatus ac populi R. professus est. Dein iustitio indicto, e plebe quidem provinciae legiones et auxilia conscriptis super exercitum veterem unius legionis duarumque alarum et cohortium trium; at primoribus prudentia atque aetate praestantibus velut instar senatus, ad quod de maiore re quotiens opus esset referretur, instituit. Delegit et equestris ordinis iuvenes, qui manente anulorum aureorum usu evocati appellarentur, excubiasque circa cubiculum suum vice militum agerent. Etiam per provincias edicta dimisit, auctor singulis universisque conspirandi simul, et ut qua posset quisque opera communem causam iuvarent. Per idem fere tempus in munitione oppidi, quod

X. Subió a su tribunal como para proceder a una manumisión, y haciendo situar frente a él los retratos de la mayoría de los ciudadanos condenados y muertos por Nerón, y mostrando a la multitud un joven de noble linaje a quien había hecho venir expresamente de la más próxima de las Baleares donde estaba desterrado, deploró los males de aquel reinado. Se le saludó emperador, y declaró él no querer ser otra cosa que legado del Senado y pueblo romanos. Añadió luego que estaba interrumpido el curso de la justicia y reclutó entre el pueblo de su provincia legiones y tropas auxiliares para reforzar su ejército, que solamente constaba de una legión, dos alas de caballería y tres cohortes. Fundó una especie de Senado compuesto de ancianos de gran experiencia para deliberar con ellos, en ocasiones, acerca de los negocios importantes; en el orden de los caballeros designó jóvenes que, sin perder el derecho a usar el anillo de oro, debían, con el nombre de evocati (151), prestar servicio militar en sus localidades. Hizo distribuir también edictos por las otras provincias, exhortando a todos a que se uniesen en el mismo sentimiento y a servir, cada cual según sus 220


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sedem bello delegerat, repertus est anulus opere antiquo, scalptura gemmae Victoriam cum tropaeo exprimente; ac subinde Alexandrina navis Dertosam appulit armis onusta, sine gubernatore, sine nauta ac vectore ullo, ut nemini dubium esset, iustum piumque et faventibus diis bellum suscipi; cum repente ex inopinato prope cuncta turbata sunt. Alarum altera castris appropinquantem paenitentiam mutati sacramenti destituere conata est aegreque retenta in officio, et servi, per angiportum in balneas transeuntem paene interemerunt; nisi cohortantibus in vicem ne occasionem omitterent, interrogatisque de qua occasione loquerentur, expressa cruciatu confessio esset.

medios, a la causa común. Por la misma época, al fortificar una ciudad de la que quería hacer su plaza de armas, se encontró un anillo de labor antigua, cuya piedra representaba una Victoria con un trofeo. Se vio también llegar a Dertosa una nave de Alejandría, cargada de armas, sin piloto, marineros ni pasajeros, y nadie dudo ya que su empresa tenía por causa la justicia y estaba arroyada por los dioses. Pero casi en el acto un acontecimiento imprevisto estuvo a punto de destruirlo todo. Cuando se aproximaba, en efecto, al campamento, uno de los dos cuerpos de caballería, arrepentido de haber violado sus juramentos, resolvió apartarse de él, y sólo a costa de gran trabajo pudieron contenerle. Además, algunos esclavos, que un liberto de Nerón le había regalado después de instruirlos en el asesinato, iban a darle muerte en una callejuela por la que se dirigía al baño; les oyó exhortarse mutuamente a aprovechar la ocasión, y preguntados sobre la ocasión de que hablaban, se les arrancó por la tortura la confesión de lo que estaban preparando.

XI. Accessit in tanta discrimina mors Vindicis, qua maxime consternatus destitutoque similis non multo afuit quin vitae renuntiaret. Sed supervenientibus ab urbe nuntiis ut occisum Neronem cunctosque in verba sua iurasse cognovit, deposita legati suscepit Caesaris appellationem, iterque ingressus est paludatus ac dependente a cervicibus pugione ante pectus; nec prius usum togae reciperavit quam oppressis qui novas res moliebantur, praefecto praetorii Nymphidio Sabino Romae, in Germania Fonteio Capitone, in Africa Clodio Macro legatis.

XI. A tantos peligros agregase la muerte de Vindex, que le consternó hasta tal punto que, creyéndose perdido irremisiblemente, estuvo a punto de suicidarse. Tranquilizado, sin embargo, por las noticias de Roma, que le enteraron de la muerte de Nerón y de que todos los pueblos le juraban fidelidad, trocó el titulo de legado por el de cesar. Se puso entonces en marcha, vistiendo la armadura de los jefes militares, con un puñal colgado al cuello sobro el pecho; pero no tomó la toga hasta después de la derrota de los que le disputaban el Imperio, esto es, del prefecto pretoriano Nimfidio Sabino, en Roma, y de los legados Fonteyo Capito, en Germania, y Clodio Macer, en África.

XII. Praecesserat de eo fama saevitiae simul atque avaritiae, quod civitates Hispaniarum Galliarumque, quae cunctantius sibi accesserant, gravioribus tributis, quasdam etiam murorum destructione punisset et praepositos procuratoresque supplicio capitis adfecisset cum coniugibus ac liberis; quodque oblatam Tarraconensibus e vetere templo Iovis coronam auream librarum quindecim conflasset ac tres uncias, quae ponderi deerant, iussisset exigi. Ea fama et confirmata et aucta est, ut primum urbem introiit. Nam cum classiarios, quos Nero ex remigibus iustos milites fecerat, redire ad pristinum statum cogeret, recusantis atque insuper aquilam et signa pertinacius flagitantis non modo immisso equite disiecit, sed decimavit etiam. Item Germanorum cohortem a Caesaribus olim ad custodiam corporis institutam multisque experimentis fidelissimam dissolvit ac sine commodo ullo remisit in

XII. Precedíale la fama de avaricioso y de cruel a causa de los grandes tributos que había impuesto en las Españas y en las Galias a las ciudades morosas en declararse a su favor; por haber incluso castigado a algunas, destruyendo sus murallas; por haber hecho ejecutar por el verdugo a sus jefes civiles y militares, con sus esposas e hijos; porque, habiéndole ofrecido los tarraconenses una corona de oro de quince libras de peso, sacada de un antiguo templo de Júpiter, la hizo fundir, y habiendo resultado tres onzas menos, exigió el pago de lo que faltaba. Esta reputación se fortaleció y acrecentó desde los primeros días de su entrada en Roma. Quiso, en efecto, reducir a su antigua condición de simples remeros a los soldados de la marina a quienes Nerón había ascendido a la categoría de legionarios; como resistiesen sus órdenes y reclamasen sus águilas y enseñas con gran energía, los hizo dispersar por la caballería y luego los diezmó. Licenció la cohorte germana formada en otro tiempo por los césares para la guarda de su persona y cuya fidelidad 221


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patriam, quasi Cn. Dolabellae, iuxta cuius hortos tendebat, proniorem. Illa quoque verene an falso per ludibrium iactabantur, adposita lautiore cena ingemuisse eum, et ordinario quidem dispensatori breviarium rationum offerenti paropsidem leguminis pro sedulitate ac diligentia porrexisse, Cano autem choraulae mire placenti denarios quinque donasse prolatos manu sua e peculiaribus loculis suis.

había permanecido inquebrantable en medio de tantas pruebas, y hasta envió aquellos soldados a su patria sin recompensa alguna, acusándolos de ser afectos a Cn. Dolabela, cuyos jardines estaban próximos a su campamento. Se referían de él rasgos de avaricia, verdaderos o falsos, que le exponían al ridículo; se decía, por ejemplo, que había lanzado un profundo suspiro al ver su mesa abundantemente servida; que habiéndole presentado las cuentas un día su intendente, le regaló un plato de legumbres como recompensa de su celo y fidelidad; que queriendo dar al flautista Cano una prueba de su admiración, fue él mismo a sacar de su caja particular cinco dineros, con los que le gratificó.

XIII. Quare adventus eius non perinde gratus fuit, inde proximo spectaculo apparuit, siquidem Atellanis notissimum canticum exorsis:

XIII. Su llegada no fue por consiguiente demasiado agradable a los romanos, cosa que pudo advertir en el primer espectáculo que se dio. Habiendo, en efecto, comenzado los actores de una Atelana a entonar el conocido cántico:

venit Onesimus a villa Habiendo vuelto Onésimo (152) de su campaña, cuncti simul spectatores consentiente voce reliquam partem rettulerunt ac saepius versu todos los espectadores cantaron el resto del coro, repetito egerunt. repitiendo varias veces el verso. XIV. Maiore adeo et favore et auctoritate adeptus est quam gessit imperium, quamquam multa documenta egregii principis daret; sed nequaquam tam grata erant, invisa quae secus fierent. Regebatur trium arbitrio, quos una et intra palatium habitantis nec umquam non adhaerentis paedagogos vulgo vocabant. Ii erant T. Vinius legatus eius in Hispania, cupiditatis immensae; Cornelius Laco ex assessore praefectus praetorii, arrogantia socordiaque intolerabilis; libertus Icelus, paulo ante anulis aureis et Marciani cognomine ornatus ac iam summae equestris gradus candidatus. His diverso vitiorum genere grassantibus adeo se abutendum permisit et tradidit, ut vix sibi ipse constaret, modo acerbior parciorque, modo remissior ac neglegentior quam conveniret principi electo atque illud aetatis. Quosdam claros ex utroque ordine viros suspicione minima inauditos condemnavit. Civitatem R. raro dedit, iura trium liberorum vix uni atque alteri, ac ne his quidem nisi ad certum praefinitumque tempus. Iudicibus sextam decuriam adici precantibus non modo negavit, sed et concessum a Claudio beneficium, ne hieme initioque anni ad indicandum evocarentur, eripuit.

XIV. Tampoco en el mando encontró el favor y la consideración que le llevaron a él, no porque no hiciese cosas que le acreditaban de buen príncipe, sino porque apreciaban menos sus buenas cualidades que odiaban las malas. Le dirigían tres favoritos que vivían en el palacio, que no se separaban de junto a él y a los que llamaban sus pedagogos. Eran éstos T. Vinio, su legado en España, hombre desenfrenadamente codicioso; Cornelio Laco, convertido de asesor (153) en prefecto del Pretorio, y cuya arrogancia y necedad se habían hecho intolerables, y el liberto Icelo, en fin, honrado desde hacía poco con el anillo de oro y con el sobrenombre de Marciano, que aspiraba ya a la dignidad más alta a que puede llegar un caballero. Estos tres hombres, cuyos vicios eran diferentes, gobernaban despóticamente al viejo emperador; se había abandonado a ellos sin reservas, y ya no se parecía a sí mismo, ya excediéndose en la severidad, ya en el ahorro, o bien mostrándose demasiado débil e indulgente para un príncipe de su edad. Condenó sin escucharlos y por ligeras sospechas a ciudadanos ilustres de los dos órdenes. Concedió pocas veces los derechos de ciudadanía romana, y sólo a una o dos personas el privilegio de tres hijos y aun esto por tiempo limitado. Rogado por los jueces para que añadiese una sexta decuria a las cinco existentes. no sólo se negó a hacerlo, sino que los desposeyó del derecho que Claudio les había concedido de no ser convocados durante el invierno ni al comienzo del año. 222


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XV. Existimabatur etiam senatoria et equestria officia biennii spatio determinaturus, nec daturus nisi invitis ac recusantibus. Liberalitates Neronis, non plus decimis concessis, per quinquaginta equites R. ea condicione revocandas curavit exigendasque, ut et si quid scaenici aut xystici donatum olim vendidissent, auferretur emptoribus, quando illi pretio absumpto solvere nequirent. At contra nihil non per comites atque libertos pretio addici aut donari gratia passus est, vectigalia immunitates, poenas innocentium impunitates noxiorum. Quin etiam, populo R. deposcente suppliciorum Haloti et Tigellini solos ex omnibus Neronis emissariis vel maleficentissimos incolumes praestitit atque insuper Halotum procuratione amplissima ornavit, pro Tigellino etiam saevitiae populum edicto increpuit.

XV. Se creía asimismo que era su intención reducir a dos años la duración de los cargos desempeñados por senadores y caballeros y darlos a aquellos que no lo necesitasen o los rechazasen. Anuló todas las liberalidades de Nerón hasta un décimo aproximadamente y encargó a cincuenta caballeros romanos que persiguiesen la restitución, con derecho, si los actores o atletas habían vendido los regalos que se les habían hecho y no podían reintegrar el valor, para recogerlos a los compradores. Dejó por otra parte a sus libertos y consejeros vender a su gusto todos los oficios, o dispensar todos los favores: la cobranza de impuestos, las inmunidades, la condena de los inocentes, la impunidad de los culpables. Más aún: a pesar de haberle pedido insistentemente el pueblo romano el suplicio de Haloto y de Tigelino, los más crueles de todos los agentes de Nerón, fueron los únicos a quienes dejó impunes, y hasta concedió a Haloto un cargo importante, y en un edicto reprendió aun al pueblo la crueldad que mostraba hacia Tigelino.

XVI. Per haec prope universis ordinibus offensis vel praecipua flagrabat invidia apud milites. Nam cum in verba eius absentis iurantibus donativum grandius solito praepositi pronuntiassent, neque ratam rem habuit et subinde iactavit legere se militem, non emere consuesse; atque eo quidem nomine omnis, qui ubique erant, exacerbavit. Ceterum praetorianos etiam metu et indignitate commovit, removens subinde plerosque ut suspectos et Nymphidi socios. Sed maxime fremebat superioris Germaniae exercitus, fraudari se praemiis navatae adversus Gallus et Vindicem operae. Ergo primi obsequium rumpere ausi Kal. Ian. adigi sacramento nisi in nomen senatus recusarunt statimque legationem ad praetorianos cum mandatis destinaverunt: displicere imperatorem in Hispania factum; eligerent ipsi quem cuncti exercitus comprobarent.

XVI. Semejante conducta le enajenó casi todas las voluntades y no tardó en atraerse, sobre todo, el odio de los soldados. Sus amigos, en su ausencia, les habían tomado el juramento de fidelidad, prometiéndoles donativo más considerable que de costumbre; sin embargo, no cumplió la promesa y hasta repitió muchas veces que acostumbraba reclutar soldados, pero no comprarlos, palabras que exasperaron a todo el ejército. Sus injuriosos temores indispusieron asimismo contra él a los pretorianos, la mayor parte de los cuales fueron alejados como sospechosos o como cómplices de Nimfidio. Una profunda indignación animaba por último a las legiones de la Alta Germania, que se veían privadas de las recompensas que esperaban por sus campañas contra los galos y contra Vindex. Por esta causa fueron las primeras que osaron romper todo lazo de obediencia, y en las calendas de enero prestaron sólo juramento al Senado, y enviaron en seguida una diputación a los pretorianos para declararles que no querían al emperador elegido en España, y que ellos mismos debían hacer una elección que pudiese ser aprobada por todos los ejércitos.

XVII. Quod ut nuntiatum est, despectui esse non tam senectam suam quam orbitatem ratus, Pisonem Frugi Licinianum, nobilem egregiumque iuvenem ac sibi olim probatissimum testamentoque semper in bona et nomen adscitum repente e media salutantium turba adprehendit filiumque appellans perduxit in castra ac pro contione adoptavit, ne tunc quidem donativi ulla mentione facta. Quo faciliorem occasionem M. Salvio Othoni praebuit perficiendi conata intra sextum

XVII. Enterado de esta trama, creyó Galba que más que por la edad, le despreciaban por no tener hijos, y como desde hacía ya tiempo amaba tiernamente al joven Pisón Frugi Liciano, notable por su mérito y linaje —le había inscrito siempre en su testamento como heredero de sus bienes y de su nombre—, le tomó de pronto de la mano en medio de la multitud de cortesanos, le llamó hijo, le llevó al campamento y le adoptó en presencia de los soldados, sin mencionar para nada el donativo ofrecido. Este nuevo rasgo de avaricia ayudó a N. Salvio Otón en la ejecución de la empresa, y seis 223


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adoptionis diem.

días después estaba todo consumado.

XVIII. Magna et assidua monstra iam inde a principio exitum ei, qualis evenit, portenderant. Cum per omne iter dextra sinistraque oppidatim victimae caederentur, taurus securis ictu consternatus rupto vinculo essedum eius invasit elatisque pedibus totum cruore perfudit; ac descendentem speculator impulsu turbae lancea prope vulneravit. Vrbem quoque et deinde Palatium ingressum excepit terrae tremor et assimilis quidam mugitui sonus. Secuta sunt aliquando manifestiora. Monile, margaritis gemmisque consertum, ad ornandam Fortunam suam Tusculanam ex omni gaza secreverat; id repente quasi augustiore dignius loco Capitolinae Veneri dedicavit ac proxima nocte somniavit specie Fortunae querentis fraudatam se dono destinato, minantisque erepturam et ipsam quae dedisset. Cumque exterritus luce prima ad expiandum somnium, praemissis qui rem divinam appararent, Tusculum excucurrisset, nihil invenit praeter tepidam in ara favillam atratumque iuxta senem in catino vitreo tus tenentem et in calice fictili merum. Observatum etiam est kal. Ian. sacrificanti coronam de capite excidisse, auspicanti pullos avolasse; adoptionis die neque milites adlocuturo castrensem sellam de more positam pro tribunali oblitis ministris, et in senatu curulem perverse collocatam.

XVIII. Prodigios manifiestos y en gran número habían anunciado a Galba desde el principio de su reinado el trágico fin que había de tener. En su regreso a Roma se inmolaban víctimas en todas las ciudades por donde pasaba y en una de ellas, un toro, herido de un hachazo, rompió las cuerdas, se precipitó sobre el carro del emperador, y levantándose sobre las patas traseras le llenó de sangre, En el momento en que Galba se apeaba, un guardia, impulsado por la muchedumbre, estuvo a punto de herirle con su lanza. A su entrada en Roma, en el palacio de los césares, sintió temblar la tierra y oyó un ruido parecido a un mugido. A estas advertencias no tardaron en seguir presagios más claros y más siniestros. Había elegido en el Tesoro imperial un collar de perlas y piedras preciosas con el cual quería adornar su estatuita de la Fortuna, en Tuscúlum, pero, creyéndole digno de una divinidad más augusta, le dedicó a la Venus del Capitolio. A la noche siguiente se le apareció en sueños la Fortuna, se quejo del agravio que le había inferido, amenazándole con quitarle al punto todo lo que le había dado. Aterrado por este sueño, apenas amaneció mandó a Tuscúlum a hacer los preparativos de un sacrificio expiatorio, y acudió poco después, pero solamente encontró sobre el altar carbones medio apagados, y cerca de allí vio a un anciano vestido de negro, que tenía incienso en una vasija de vidrio y vino en un vaso de arcilla. Se observó asimismo en las calendas de enero, que, mientras sacrificaba, se le cayó la corona de la cabeza, y que las gallinas sagradas volaron mientras inquiría los auspicios. El día en que adoptó a Pisón, cuando se preparaba a arengar a los soldados, no encontró delante de su tribunal la silla militar que se colocaba en tales ocasiones, y en el Senado habían derribado su silla curul.

XIX.. Prius vero quam occideretur sacrificate mane haruspex identidem monuit, caveret periculum, non longe percussores abesse. Haud multo post cognoscit teneri castra ab Othone, ac plerisque ut eodem quam primum pergeret suadentibus (posse enim auctoritate et praesentia praevalere) nihil amplius quam contineret se statuit et legionariorum firmare praesidiis, qui multifariam diverseque tendebant. Lorica tamen induit linteam, quamquam haud dissimulans parum adversum tot mucrones profuturam. Sed extractus rumoribus falsis, quos conspirati, ut eum in publicum elicerent, de industria dissiparant, paucis temere affirmantibus transactum negotium, oppressos, qui tumultuarentur, advenire frequentis ceteros gratulabundos et in

XIX. En la mañana del día en que le dieron muerte, le había advertido repetidas veces el arúspice, mientras sacrificaba, que cuidase de sí mismo, que los asesinos estaban cerca. Poco después le informaban de que Otón era ya dueño del campamento. Le aconsejaron que marchase a él sin dilación, ya que su presencia y autoridad podían ser decisivos; sin embargo, prefirió encerrarse en su palacio y fortificarse en él con varias legiones acampadas muy lejos unas de otras. Revistiese, no obstante, con una coraza de lino, aunque confesando que era débil defensa contra tantas espadas. Falsos rumores, difundidos de propósito por los conspiradores y repetidos por hombres crédulos, fueron suficientes para atraerle fuera del palacio. Decían, en efecto, que la sublevación estaba sofocada y castigados los culpables; otros acudían en tropel para felicitarle y asegurarle su fidelidad. Quiso acudir a recibirlos y 224


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omne obsequium paratos; iis ut occurreret prodiit, tanta fiducia ut militi cuidam occisum a se Othonem glorianti, Quo auctore? responderit; atque in forum usque processit. Ibi equites, quibus mandata caedes erat, cum per publicum dimota paganorum turba equos adegissent, viso procul eo parumper restiterunt; dein rursum incitati desertum a suis contrucidarunt.

salió con tanta confianza, que encontrando a un soldado que se vanagloriaba ante él de haber dado muerte a Otón, le preguntó: ¿Por orden de quién? Avanzó después hacia el Foro, y los jinetes que estaban encargados de matarle lanzaron sus caballos en aquella dirección, separando a la turba de curiosos; viéndole desde lejos, se detuvieron un momento y emprendieron de nuevo veloz carrera, hasta que al verle abandonado de los suyos se echaron sobre él y le mataron.

XX. Sunt qui tradant, ad primum tumultum proclamasse eum: Quid agitis, commilitones? ego vester sum, et vos mei! donativum etiam pollicitum. Plures autem prodiderunt, optulisse ultro iugulum et ut hoc agerent ac ferirent, quando ita videretur, hortatum. Illud mirum admodum fuerit, neque praesentium quemquam opem imperatori ferre conatum et omnes qui arcesserentur sprevisse nuntium, excepta Germanicianorum vexillatione. Ii ob recens meritum, quod se aegros et invalidos magnopere fovisset, in auxilium advolaverunt, sed serius, itinere devio per ignorantiam locorum retardati. Iugulatus est ad lacum Curti ac relictum ita uti erat, donec gregarius miles a frumentatione rediens abiecto onere caput ei amputavit; et quoniam capillo arripere non poterat, in gremium abdidit, mox inserto per os pollice ad Othonem detulit. Ille lixis calonibusque donavit, qui hasta suffixum non sine ludibrio circum castra portarunt adclamantes identidem: "Galba Cupido, fruaris aetate tua," maxime irritati ad talem iocorum petulantiam, quod ante paucos dies exierat in vulgus, laudanti cuidam formam suam ut adhuc floridam et vegetam respondisse eum: eti moi menos empedon estin. Ab is Patrobii Neroniani libertus centum aureis redemptum eo loco, ubi iussu Galbae animadversum in patronum suum fuerat, abiecit. Sero tandem dispensator Argivus et hoc et ceterum truncum in privatis eius hortis Aurelia via sepulturae dedit.

XX. Algunos escritores refieren que en los primeros momentos exclamó: ¿Qué hacéis, compañeros? Soy vuestro como vosotros míos, y que incluso les prometió un donativo. Son más, sin embargo, los que pretenden que ofreció espontáneamente el cuello, diciéndoles que ejecutasen sus órdenes y le hiriesen, puesto que le odiaban. Lo que más sorprende es que ninguno de los que presenciaban el hecho trató de socorrer al emperador y que todas las tropas a las que mandó venir, excepto un escuadrón del ejército de Germania, desobedecieron sus órdenes. Los soldados del cuerpo germano le eran, en efecto, muy adictos, a causa del cuidado que recientemente había tenido con ellos cuando se encontraban enfermos y extenuados de fatiga. Corrieron raudos, en socorro suyo, pero no conocían los caminos y tomaron el más largo, llegando demasiado tarde. Galba fue degollado cerca del lago Curcio y abandonado en el mismo lugar. Un soldado que volvía de la distribución de granos, habiéndole visto, arrojó la carga al suelo y le cortó la cabeza; no pudo cogerla por los cabellos, pues estaba calvo, y la ocultó debajo de sus vestidos; introdújole el pulgar por la boca, y se la presentó de este modo a Otón. Éste la hizo entregar a los vivanderos y criados del ejército, que la clavaron en una lanza, y paseándola alrededor del campamento con grande algazara, decían de cuando en cuando: Vamos, hermoso Galba, goza de tu juventud. Fundábase este chiste feroz en que se había dicho pocos días antes que habiéndole felicitado uno por su buen aspecto y muestras de salud, le contestó en griego: Todavía me siento con fuerzas. Un liberto de Patrobio Neroniano les compró la cabeza de Galba por cien dineros de oro y la colocó en el mismo sitio donde mataron a su amo por orden del emperador; y más tarde, en fin, el intendente Argio sepultó la cabeza y el tronco en los jardines particulares de Galba, cerca de la vía Aureliana.

XXI. Statura fuit iusta, capite praecalvo, oculis caeruleis, adunco naso, manibus pedibusque articulari morbo distortissimis, ut neque calceum perpeti nec libellos evolvere aut tenere omnino valeret. Excreverat etiam in dexteriore latere eius caro praependebatque adeo ut aegre fascia substringeretur.

XXI. Era de estatura ordinaria; tenía la cabeza calva por delante, los ojos azules, la nariz aguileña, y pies y manos tan desfigurados por la gota, que no podía soportar calzado ni hojear un libro; además, tenía en el costado derecho una excrecencia tan considerable que apenas podía sostenerla un vendaje. 225


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XXII. Cibi plurimi traditur, quem tempore hiberno etiam ante lucem capere consuerat, inter cenam vero usque eo abundantis, ut congestas super manus reliquias circumferri iuberet spargique ad pedes stantibus. Libidinis in mares pronior et eos non nisi praeduros exoletosque: ferebant in Hispania Icelum e veteribus concubinis de Neronis exitu nuntiantem non modo artissimis osculis palam exceptum ab eo, sed ut sine mora velleretur oratum atque seductum.

XXII. Dícese que era muy comilón y en invierno comía antes de amanecer. En la cena le servían tantos manjares que hacía pasar los restos de mano en mano hasta el extremo de la mesa para distribuirlos a los que le servían. Uno de sus vicios era la pederastia, pero más que a los jóvenes prefería hombres ya maduros y hasta viejos. Cuando Icelo, uno de sus antiguos compañeros de desórdenes, llegó a España para anunciarle la muerte de Nerón, se dice que no contento con besarle indecentemente delante de todos, le hizo depilar en seguida y se lo llevó a solas consigo.

XXIII. Periit tertio et septuagesimo aetatis anno, imperii mense septimo. Senatus, ut primum licitum est, statum ei decreverat rostratae columnae superstantem in parte fori, qua trucidatus est; sed decretum Vespasianus abolevit, percussores sibi ex Hispania in Iudaeam submisisse opinatus.

XXIII. Pereció a los setenta y tres años de edad, después de siete meses de reinado. El Senado le decretó, en cuanto pudo, una estatua, que debían colocar sobre una columna rostral, en el mismo paraje del Foro donde fue asesinado. Vespasiano revocó, sin embargo, este decreto, convencido de que Galba había enviado de España a Judea asesinos encargados de darle muerte.

NOTAS (149) 24 de diciembre. (150) Se trataba de los sacerdotes creados por Tito Tacio, encargados de conservar los ritos sagrados de los sabinos. Por esta institución, los sacerdotes creados por Augusto después de su apoteosis fueron llamados sodales. (151) Anteriormente se había llamado así a los veteranos que, terminado su tiempo de servicio, consentían en engancharse de nuevo. Galba daba el mismo nombre a otra institución. Este uso de elegir partidarios armados entre las grandes familias fue establecido y observado por Cesar. (152) Tratábase, al parecer, del nombre de algún avaro de Comedia. (153) Estos asesores eran los jurisconsultos que formaban el consejo de los magistrados.

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SVETONI TRANQVILII VITA OTHONIS 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

OTÓN SINOPSIS I. ASCENDENCIA DE OTÓN. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-6) La familia de Otón. Su abuelo paterno. Sus padres y hermanos (1). Nacimiento de Otón. Adolescencia y juventud desenfrenadas. Valimiento ante Nerón (2). Matrimonio con Popea. Ruptura con Nerón. Otón, gobernador de Lusitania (3). Defección en favor de Galba. Intentos de atraerse al ejército (4). Sus esperanzas de adopción resultan fallidas. Conjura contra Galba. Otón es proclamado emperador por los pretorianos. Asesinato de Galba y Pisón (5-6). II. OTÓN EN EL PODER (7-9) El Senado ratifica su nombramiento. Primeras medidas de gobierno. Remordimientos de conciencia (7). Intentos de conciliación con Vitelio. Guerra con Vitelio. Derrota de Otón (8-9). III. MUERTE DE OTÓN (10- 11) Últimas disposiciones antes de su suicidio (10). Suicidio y entierro de Otón. Edad de éste a su muerte y duración de su reinado (11). IV. RASGOS PERSONALES DE OTÓN. EPÍLOGO (12) Características físicas. Cuidados dedicados a su persona. Su muerte ejemplar suscita la admiración de sus tropas y del pueblo en general.

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Los doce Césares I. Maiores Othonis orti sunt oppidio Ferentio, familia vetere et honorata atque ex principibus Etruriae. Avus M. Salvius Otho, patre equite R., matre humili incertum an ingenua, per gratiam Liviae Augustae, in cuius domo creverat, senator est factus nec praeturae gradum excessit. Pater L. Otho, materno genere praeclaro multarumque et magnarum propinquitatum, tam carus tamque non absimilis facie Tiberio principi fuit, ut plerique procreatum ex eo crederent. Vrbanos honores, proconsulatum Africae et extraordinaria imperia severissime administravit. Ausus etiam est in Illyrico milites quosdam, quod motu Camilli ex paenitentia praepositos suos quasi defectionis adversus Claudium auctores occiderant, capite punire et quidem ante principia se coram, quamvis ob id ipsum promotos in ampliorem gradum a Claudio sciret. Quo facto sicut gloriam auxit, ita gratiam minuit; quam tamen mature reciperavit detecta equitis R. fraude, quem prodentibus servis necem Claudio parere compererat. Namque et senatus honore rarissimo, statua in Palatio posita, prosecutus est eum et Claudius adlectum inter patricios, conlaudans amplissimis verbis, hoc quoque adiecit: Vir, quo meliores liberos habere ne opto quidem. Ex Albia Terentia splendida femina duos filios tulit, L. Titianum et minorem M. cognominem sibi; tulit et filiam, quam vixdum nubilem Druso Germanici filio despondit. II. Otho imperator IIII. Kal. Mai. natus est Camillo Arruntio, Domitio Ahenobarbo cons. A prima adulescentia prodigus ac procax, adeo ut saepe flagris obiurgaretur a patre, ferebatur et vagari noctibus solitus atque invalidum quemque obviorum vel potulentum corripere ac distento sago impositum in sublime iactare. Post patris deinde mortem libertinam aulicam gratiosam, quo efficacius coleret, etiam diligere simulavit quamvis anum ac paene decrepitam: per hanc insinuatus Neroni, facile summum inter amicos locum tenuit congruentia morum, ut vero quidam tradunt, et consuetudine mutui stupri. Ac tantum potentia valuit, ut damnatum repetundis consularem virum, ingens praemium pactus, prius quam plene restitutionem ei impetrasset non dubitaret in senatum ad agendas gratias introducere.

Suetonio I. La familia de Otón, antigua y distinguida y una de las principales de la Etruria, era originaria de Ferentino. Su abuelo, M. Salvio Otón, hijo de un caballero romano y de una mujer de condición humilde, quizá servil, fue nombrado senador por influencia de Livia, esposa de Augusto, en cuya mansión había transcurrido su infancia, pero no pasó de la pretura. Por lo que toca a su padre, L. Otón, cuya madre era de ilustre cuna que estaba unida por numerosos lazos con las familias más ilustres de Roma fue tan querido del emperador Tiberio y de tal manera se le parecía, que fue tenido en general por hijo suyo. Desplegó gran severidad en las varias funciones que se le encargaron en Roma, en un preconsulado de Africa y en muchos gobiernos extraordinarios. En la sublevación de Camilo contra Claudio, varios soldados, arrepentidos de haber tomado parte en ella, dieron muerte a sus jefes como autores de la insurrección, a pesar que no ignoraban que Claudio los había ascendido por este mismo hecho a los grados superiores; Otón no vaciló en hacerlos decapitar a todos en Iliria, en medio de la plaza de armas (154) presenciando él las ejecuciones. Esta conducta aumentó su reputación, pero disminuyó su influencia, la que no tardó, sin embargo, en recuperar, al dar parte al emperador de una conspiración urdida contra su existencia por un caballero romano, que había sido denunciado por sus propios esclavos. El Senado le votó entonces una distinción muy rara; pues le mandó erigir una estatua en la cima del monte Palatino. Claudio, después de agregarle a los patricios, le elogió pomposamente, y añadió aún: Tal es su mérito, que ni siquiera puedo desear hijos que le superen. Tuvo de Albia Terencia, mujer de esclarecido linaje, dos hijos, L. Ticiano y Marco, que llevó el mismo sobrenombre que él; tuvo también una hija, la cual casó, apenas núbil con Druso, hijo de Germánico. II. Nació el emperador Otón el 4 de las calendas de mayo (155), bajo el consulado de Camilo Arruncio y de Domicio Enobarbo. Desde su infancia fue tan pródigo y precoz que su padre tuvo que castigarle con mucha frecuencia. Se dice que vagaba de noche por las calles, lanzábase sobre los débiles y sobre los ebrios que encontraba, los tendía sobre un manto y los lanzaba al aire. Más adelante, después de la muerte de su padre, intimó, para conseguir favor, con una liberta de la corte, que gozaba de mucho prestigio, de la cual llegó a fingirse enamorado a pesar de ser vieja y casi decrépita. Por mediación de ella se introdujo entre los familiares de Nerón, que muy pronto le situó en el número de sus más íntimos amigos, gracias a la conformidad de sus gustos y, se añade aún, a la costumbre de prostituirse mutuamente; llegó a ser tan poderoso que, habiéndose encargado, mediante una crecida suma, de hacer restablecer a un varón consular condenado por contusión, no vaciló, antes aún de obtener la reintegración por el Senado, en llevarle a él para que diese las gracias. 228


Los doce Césares III. Omnium autem consiliorum secretorumque particeps die, quem necandae matri Nero destinarat, ad avertendas suspicionem cenam utrique exquisitissimae comitatis dedit; item Poppaeam Sabinam tunc adhuc amicam eius, abductam marito demandatamque interim sibi, nuptiarum specie recepit, nec corrupisset contentus, adeo dilexit ut ne rivalem quidem Neronem aequo tulerit animo. Creditur certe non modo missos ad arcessendam astantem miscentemque frustra minas et preces ac depositum reposcentem. Quare diducto matrimonio, sepositus est per causam legationis in Lusitaniam. Id satis visum, ne poena acrior mimum omnem divulgaret, qui tamen sic quoque hoc disticho enotuit: Cur Otho mentito sit, quaeritis, exul honore? Vxoris moechus coeperat esse suae.

Suetonio III. Fue confidente de todos los designios y secretos de Nerón, y cuidó, el mismo día en que éste había de hacer perecer a su madre, de dar a los dos, y con el fin de evitar sospechas, una suntuosísima cena. Nerón le había confiado provisionalmente a su amante Popea Sabina, a la que acababa de quitar a su esposo, recibiéndola Otón en su casa como para casarse con ella. Pero no contento con seducirla, llegó a mostrarse celoso hasta tal punto que no consintió ni a Nerón por rival y negó la entrada a su casa a los que el emperador enviaba por ella; llegó incluso a dejarle a él mismo un día en la puerta reclamando su depósito y mezclando amenazas y súplicas inútilmente. Por estas causas se deshizo el matrimonio, y Otón fue alejado con la apariencia de una misión a Lusitania. Nerón creyó suficiente este castigo, pues temía que otro más severo revelase el escándalo de aquella comedia; sin embargo, estos dos versos que circularon después la dieron a conocer con claridad: Cur Otho mentito sit, quaeritis, exul honore?. Uxoris moechus, coeperat esse suae (156).

Provinciam administravit quaestorius per decem annos, moderatione atque abstinentia singulari. Administró su provincia durante diez años como cuestor, y con tanta moderación como desinterés. IV. Vt tandem occasio ultionis data est, conatibus Galbae primus accessit: eodemque momento et ipse spem imperii cepit magnam quidem et ex condicione temporum, sed aliquando maiorem ex affirmatione Seleuci mathematici. Qui cum eum olim superstitem Neroni fore spopondisset, tunc ultro inopinatus advenerat, imperaturum quoque brevi repromittens. Nullo igitur offici aut ambitionis in quemquam genere omisso, quotiens cena principem acciperet, aureos excubanti cohorti viritim dividebat, nec minus alium alia via militum demerebatur. Cuidam etiam de parte finium cum vicino litiganti, adhibitus arbiter, totum agrum redemit emancipavitque; ut iam vix ullus esset, qui non et sentiret et praedicaret solum successione imperii dignum.

IV. Con la empresa de Galba vio al fin, llegada la ocasión para vengarse, y fue el primero que se declaró por él. Desde aquel instante concibió también la esperanza de reinar, esperanza fundada por una parte en el estado a que habían llegado las cosas, pero fortalecida sobre todo, por la terminante promesa del astrólogo Seleuco. Este astrólogo, que en otra época le pronosticó que sobreviviría a Nerón, había ido entonces, en efecto, a buscarle inopinadamente, y le aseguró que no tardaría en ser emperador. Por este motivo no omitió nada, con el fin de atraerse por todas partes amigos y partidarios. Cuantas veces recibía al general a cenar daba una moneda de oro a cada individuo de la cohorte de guardia y variaba hasta lo infinito sus medios de seducción para con los soldados. Así sucedió, que, habiéndole uno de ellos elegido por árbitro en una cuestión que tenía con un vecino suyo acerca de unos linderos, compró todo el terreno en litigio y se lo dio libre de proceso. Con todo esto, no había casi nadie que no le creyese y proclamase el único digno de la sucesión imperial.

V. Speraverat autem fore ut adoptaretur a Galba, idque in dies exspectabat. Sed postquam Pisone praelato spe decidit, ad vim conversus est instigante super animi dolorem etiam magnitudine aeris alieni. Neque enim dissimulabat, nisi principem se stare non posse nihilque referre ab hoste in acie an in foro sub creditoribus caderet. Ante paucos dies servo Caesaris pro impetrata dispensatione decies sestertium expresserat; hoc subsidium tanti coepti fuit. Ac primo quinque speculatoribus

V. Había creído siempre que Galba le adoptarla, y diariamente esperaba que así lo hiciese. Pero cuando se vio defraudado en su esperanza por la preferencia concedida a Pisón, resolviese a apelar a la fuerza, impulsado a la vez por el deseo de venganza y la enormidad de sus deudas. Confesaba, en efecto, que no le quedaba otro recurso que el Imperio, y que prefería sucumbir en el combate ante sus enemigos, a caer bajo la persecución de sus acreedores en el Foro. Pocos días antes había recibido un millón de sestercios de un esclavo del emperador, por haberle hecho conseguir un cargo de intendente; ésta fue la base de su grande empresa. 229


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commissa res est, deinde decem aliis, quos singulis binos produxerant; omnibus dena sestertia repraesentata et quinquagena promissa. Per hos sollicitati reliqui, nec adeo multi, haud dubia fiducia, in ipso negotio pluris adfuturos.

Al principio confió su proyecto a cinco conjurados, después lo comunicó a otros diez, habiendo traído dos cada uno de los primeros. Entrególes diez mil sestercios por persona, prometiéndoles cincuenta mil éstos le reclutaron además otros partidarios, aunque en número reducido, no dudando que encontrarían más en el momento de la acción.

VI. Tulerat animus post adoptionem statim castra occupare cenantemque in Palatio Galbam adgredi, sed obstitit respectus cohortis, quae tunc excubabat, ne oneraretur invidia, quod eiusdem statione et Gaius fuerat occisus et desertus Nero. Medium quoque tempus religio et Seleucus exemit. Ergo destinata die praemonitis consciis ut se in foro sub aede Saturni ad miliarium aureum opperiretur, mane Galbam salutavit, utque consueverat osculo exceptus, etiam sacrificanti interfuit audivitque praedicta haruspicis. Deinde liberto adesse architectos nuntiante, quod signum convenerat, quasi venalem domum inspecturus abscessit, proripuitque se postica parte Palatii ad constitutum. Alii febrem simulasse aiunt eamque excusationem proximis mandasse, si quaereretur. Tunc abditus propere muliebri sella in castra contendit, ac deficientibus lecticariis cum descendisset cursumque cepisset, laxato calceo restitit, donec omissa mora succollatus et a praesente comitatu imperator consalutatus, inter faustas adclamationes strictosque gladios ad principia devenit, obvio quoque non aliter ac si conscius et particeps foret adhaerente. Ibi missis qui Galbam et Pisonem trucidarent, ad conciliandos pollicitationibus militum animos nihil magis pro contione testatus est, quam id demum se habiturum, quod sibi illi reliquissent.

VI. Fue su primera idea apoderarse del campamento en seguida después de la adopción de Pisón, y atacar luego a Galba en el palacio mientras estuviese a la mesa. Renunció a ello por consideración a la cohorte que estaba entonces de guardia; no quería hacerle demasiado odiosa por ser la misma que había dejado matar a Calígula y abandonado a Nerón. Presagios contrarios y consejos de Seleuco le contuvieron por otra parte algún tiempo más. Fijado al fin el día, dijo a sus cómplices que le aguardasen en el Foro, delante del templo de Saturno, cerca de la Miliaria de Oro (157), y por la mañana fue a saludar a Galba, que le acogió dandole el beso acostumbrado. Asistió asimismo al sacrificio celebrado por el emperador y oyó las predicciones del arúspice. Llegó entonces un liberto a decirle que ` habían llegado los arquitectos, que era la señal convenida. Otón se retiró como para ver una casa que estaba en venta, saliendo en el acto de palacio por una puerta situada en la parte de atrás, para acudir en seguida a la cita. Dicen otros que fingió padecer un acceso de fiebre, y que encargó a los que le rodeaban que si el emperador preguntaba por él, le diesen esta excusa. Montó en una litera de mujer, que mantuvo cerrada, y tomó el camino del campamento; pero faltaron las fuerzas a los portadores, y bajó de ella echando a correr. Se le rompió el calzado y se detuvo, y casi en el acto, impulsados por su misma impaciencia, los que le acompañaban le subieron sobre sus hombros y le saludaron emperador. Llegó así hasta la plaza de armas del campamento, entre las aclamaciones y rodeado de espadas desnudas, declarándose por él todos aquellos a quienes encontraba, como si perteneciesen a la conjuración. Empezó por hacer matar a Galba y a Pisón, y por atraerse en seguida con promesas, la fidelidad de los soldados, insistiendo en su arenga en que sólo conservarla lo que le dejasen.

VII. Dein vergente iam die ingressus senatum, positaque brevi ratione quasi raptus de publico et suscipere imperium vi coactus gesturumque communi omnium arbitrio, Palatium petit. Ac super ceteras gratulantium adulantiumque blanditias ab infima plebe appellatus Nero nullum indicium recusantis dedit, immo, ut quidam tradiderunt, etiam diplomatibus primisque epistulis suis ad quosdam provinciarum praesides Neronis cognomen adiecit. Certe et imagines statuasque eius reponi passus est et procuratores atque libertos ad eadem officia revocavit, nec quicquam prius pro potestate subscripsit quam quingenties

VII. Declinaba ya el día cuando entró en el Senado; expuso en él brevemente su conducta, mostrándose como apresado entre la multitud y obligado a aceptar el Imperio, en el cual, dijo, no le guiaría otra regla que la voluntad general. Desde allí marchó al palacio; entre las felicitaciones y alabanzas que le prodigaban, oyóse a la plebe llamarle Nerón, sin que él diese muestras de disgusto; se dice incluso que añadió este nombre al suyo en los primeros diplomas y en las primeras cartas que escribió a los gobernadores de las provincias. Lo cierto es que permitió restablecer las estatuas de este emperador; que repuso en sus cargos a sus intendentes y libertos y que el primer uso que hizo de su autoridad fue dedicar cincuenta millones de sestercios a la terminación de la Casa de Oro. Se dice que en la noche siguiente tuvo un 230


Los doce Césares sestertium ad peragendam Auream domum. Dicitur ea nocte per quietem pavefactum gemitus maximos edidisse repertusque a concursantibus humi ante lectum iacens per omnia piaculorum genera Manes Galbae, a quo deturbari expellique se viderat, propitiare temptasse; postridie quoque in augurando tempestate orta graviter prolapsum identidem obmurmurasse: Ti gar moi kai makrois aulois? VIII. Sub idem vero tempus Germaniciani exercitus in Vitellii verba iurarat. Quod ut comperit, auctor senatui fuit mittendae legationis, quae doceret electum iam principem, quietem et concordiam suaderet; et tamen per internuntios ac litteras consortem imperii generumque se Vitellio optulit. Verum haud dubio bello, iamque ducibus et copiis quas Vitellius praemiserat appropinquantibus, animum fidemque erga se praetorianorum paene internecione amplissimi ordinis expertus est. Placuerat per classiarios arma transferri remittique navibus; ea cum in castris sub noctem promerentur, insidias quidam suspicati tumultum excitaverunt; ac repente omnes nullo certo duce in Palatium cucurrerunt caedem senatus flagitantes, repulsisque tribunorum, qui inhibere temptabat, nonnullis et occisis, sic ut erant cruenti, ubinam imperator esset requirentes perruperunt in triclinium usque nec nisi viso destiterunt. Expeditionem autem impigre atque etiam praepropere inchoavit, nulla ne religionum quidem cura, sed et motis necdum conditis ancilibus, (quod antiquitus infaustum habetur) et die, quo cultores deum Matris lamentari et plangere incipiunt, praeterea adversissimis auspiciis. Nam et victima Diti patri caesa litavit, cum tali sacrificio contraria exta potiora sint, et primo egressu inundationibus Tiberis retardatus, ad vicensimum etiam lapidem ruina aedificiorum praeclusam viam offendit.

IX. Simili temeritate, quamvis dubium nemini esset quin trahi bellum oporteret quando et fame et angustiis locorum urgeretur hostis, quam primum tamen decertare statuit, sive impatiens longioris sollicitudinis speransque ante Vitelli adventum profligari plurimum posse, sive impar militum ardori pugnam deposcentium. Nec ulli pugnae affuit substitique Brixelli. Et tribus

Suetonio terrible sueño que le arrancó quejas y gritos; que los que acudieron le encontraron tendido en el suelo al lado del lecho; y que les dijo que había creído ver a Galba derribarle del trono y arrojarlo del palacio. Por este motivo recurrió a toda suerte de expiaciones para aplacar sus manes. Cuando a la mañana siguiente interrogaba los auspicios, levantóse una tempestad, y viéndose derribado violentamente, murmuró varias veces este proverbio griego: ¿Conviene la flauta a mis manos temblorosas?. VIII. Por este tiempo los ejércitos de Germania prestaron juramento a Vitelio; cuando Otón se enteró del hecho, propuso al Senado mandar legados a aquellos ejércitos para notificarles que se había elegido un emperador y exhortarlos a la paz y concordia. Por su parte, mandó correos a Vitelio y le escribió ofreciéndole compartir con él el Imperio y proponiéndose para yerno suyo. Pero la guerra era inevitable, y se acercaban ya los generales y las tropas que Vitelio mandaba delante. Los pretorianos dieron entonces a Otón una prueba de su fidelidad y valor, que estuvo a punto de producir el degüello del primer orden del Estado. Se había mandado, en efecto, llevar armas a las naves, encargando de ello a los marineros; introducían estas armas en el campamento al obscurecer, cuando algunos soldados, sospechando una traición, promovieron un violento tumulto y en el acto corrieron sin jefes al palacio pidiendo a gritos la muerte de los senadores, rechazaron a los tribunos que intentaban reprimir el movimiento, mataron a algunos, y cubiertos con su sangre, buscaron por todas partes al emperador; penetraron hasta el comedor, donde estaba él a la mesa, no calmandose hasta que le vieron por sus ojos. Otón se dispuso a la guerra con ardor y precipitación increíbles, sin tener en cuenta los usos religiosos ni tomarse tiempo para colocar en el templo de Marte los escudos sagrados (158), que habían paseado solemnemente, negligencia considerada desde remota antigüedad como funesto presagio; pero hizo todavía más: entró en campaña el mismo día en que los sacerdotes de Cibeles dan comienzo a sus cantos fúnebres (159). Arrostró, por último, hasta los peores auspicios, pues la víctima sacrificada a Plutón ofreció únicamente signos favorables, cuando, para ser felices, los signos en aquel sacrificio debían ser contrarios. Desbordóse el Tíber retrasando su marcha desde el primer día, y a veinte millas de Roma encontró interceptado el camino por ruinas de gran número de edificios. IX. Con idéntica temeridad, en vez de llevar despacio la guerra, como todos juzgaban necesario, y de destruir por grados a sus enemigos, que luchaban con la escasez y se veían comprometidos en posición desventajosa, resolvió dar inmediatamente el combate, ya fuera porque no pudiese soportar más tiempo la incertidumbre y esperase conseguir grandes ventajas antes de la llegada de Vitelio, ya porque le fuese imposible contener el ardor de sus tropas, que pedían a 231


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quidem verum mediocribus proeliis apud Alpes circaque Placentiam et ad Castoris, quod loco nomen est, vicit; novissimo maximoque apud Betriacum fraude superatus est, cum, spe conloquii facta, quasi ad condicionem pacis militibus eductis, ex improviso atque in ipsa consalutatione dimicandum fuisset. Ac statim moriendi impetum cepit, ut multi nec frustra opinantur, magis pudore ne tanto rerum hominumque periculo dominationem sibi asserere perseveraret, quam desperatione ulla aut diffidentia copiarum; quippe residuis integrisque etiam nunc quas secum ad secundos casus detinuerat, et supervenientibus aliis e Dalmatia Pannoniaque et Moesia, ne victis quidem adeo afflictis ut non in ultionem ignominiae quidvis discriminis ultro et vel solae subirent.

gritos la batalla. No estuvo presente, sin embargo, en ninguna acción: estaba en Brixéllum mientras sus delegados derrotaban al enemigo en tres encuentros sin importancia, cerca de los Alpes, en los alrededores de Plasencia y en el sitio llamado Cástor. Pero en Betriácum, donde se trabó el último encuentro y el decisivo, fue vencido por la astucia. Se había, en efecto, propuesto una entrevista; los ejércitos habían salido de sus campamentos como para presenciar las negociaciones, cuando el enemigo cargó de improviso, viéndose Otón obligado a combatir en el mismo momento en que acababan de cambiar los saludos militares. Al verse vencido, decidió darse muerte con la única idea, como han pensado muchos con razón, de no exponer más tiempo las legiones y el Imperio en interés de su grandeza. No tenia en efecto, motivos para desesperar de su causa ni para sospechar de la fidelidad de sus tropas; todas las que había mantenido en reserva para el caso de un nuevo ataque, estaban entonces a su lado; llegaban otras de Dalmacia, de la Panonia y de la Misia, y hasta las mismas que habían sido vencidas no lo habían sido tanto que no se mostrasen aún dispuestas a arrostrar solas todos los peligros y vengarse de la derrota.

X. Interfuit huic bello pater meus Suetonius Laetus, tertiae decimae legionis tribunus angusticlavius. Is mox referre crebro solebat, Othonem etiam privatum usque adeo detestatum civilia arma, ut memorante quodam inter epulas de Cassii Brutique exitu cohorruerit; nec concursurum cum Galba fuisse, nisi confideret sine bello rem transigi posse; tunc ac despiciendam vitam exemplo manipularis militis concitatum, qui cum cladem exercitus nuntiaret nec cuiquam fidem faceret ac nunc mendaci nunc timoris, quasi fugisset, ex acie argueretur, gladio ante pedes eius incubuerit. Hoc viso proclamasse cum aiebat, non amplius se in periculum talis tamque bene meritos coniecturum. Fratrem igitur fratrisque filium et singulos amicorum cohortatus, ut sibi quisque pro facultate consuleret, ab amplexu et osculo suo dimisit omnis, secretoque capto binos codicillos exaravit, ad sororem consolatorios, et ad Messalinam Neronis, quam matrimonio destinarat, commendans reliquias suas et memoriam. Quicquid deinde epistularum erat, ne cui periculo aut noxae apud victorem forent, concremavit. Divisit et pecunias domesticis ex copia praesenti.

X. A mi padre, Suetonio Lenis, que tomó parte en esta guerra como tribuno del angusticlavio en la decimotercia legión, le oí decir muchas veces que Otón, no siendo más que un simple particular, había manifestado ya aversión a la guerra civil; que habiendo un día hablado uno en la mesa del fin de Bruto y Casio, mostró profundo horror; que jamás se hubiese sublevado contra Galba, a no aguardar que todo terminaría sin combate; y finalmente, que lo que le inspiró de pronto disgusto de la existencia, fue la muerte de un soldado que, habiendo venido a anunciar la derrota del ejército y no encontrando más que incrédulos que le acusaban, unos de embustero y otros de cobarde desertor del campo de batalla, se traspasó con su espada cayendo a los Pies de Otón. El príncipe, decía mi padre, exclamó al verle que no expondría en adelante la vida de tales defensores. Exhortó, pues a su hermano, a su sobrino y a cada uno de sus amigos en particular a atender a su seguridad, estrechólos en sus brazos, les dio el último beso y los despidió. Una vez solo redactó dos cartas, una para su hermana, para consolarla; otra para Mesalina, la viuda de Nerón, con la que se proponía casarse, para recomendarle su memoria y el cuidado de sus funerales. Quemó después todas sus cartas, para que no perjudicasen a nadie ante el vencedor, y repartió entre sus criados todo el dinero que poseía.

XI. Atque ita paratus intentusque iam morti, tumultu inter moras exorto ut eos, qui discedere et abire coeptabant, corripi quasi desertores detinerique sensit, "Adiciamus," inquit, "vitae et hanc noctem!" (his ipsis totidemque verbis)

XI. Preparábase de este modo a la muerte, único objeto de sus ciudades, cuando llegó hasta él el ruido de un tumulto y observó que detenían como desertores a los que, abandonándole se alejaban del campamento. Añadamos otra noche más a mi vida, dijo entonces (fueron sus mismas 232


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vetuitque vim cuiquam fieri; et in serum usque patente cubiculo, si quid adire vellet, potestatem sui praebuit. Post hoc sedata siti gelidae aquae potione, arripuit duos pugiones et explorata utriusque acie, cum alterum pulvino subdidisset, foribus adopertis artissimo somno quievit. Et circa lucem demum expergefactus, uno se traiecit ictu infra laevam papillam irrumpentibusque ad primum gemitum modo celans modo detegens plagam, exanimatus est et celeriter (nam ita praeceperat) funeratus, tricensimo et octavo aetatis anno et nonagesimo quinto imperii die.

palabras), y prohibió que se hiciese a nadie la menor violencia. Su habitación permaneció abierta toda la noche y en ella recibió a cuantos quisieron hablarle. En cierto momento, teniendo sed, bebió agua fresca, cogió dos puñales cuya punta examinó, oculto uno debajo de la almohada, ordenó cerrar las puertas y durmió con sueño profundo. No despertó hasta el amanecer y apenas despertado se hirió de un solo golpe debajo de la tetilla izquierda. Acudieron apresuradamente a sus primeros gemidos, pero no tardó en expirar, ocultando y descubriendo alternativamente la herida. En el acto, y según sus deseos, fueron celebrados sus funerales (160). Encontrábase entonces en los treinta y ocho años de su edad y en el día noventa y cinco de su reinado.

XII. Tanto Othonis animo nequaquam corporis aut habitus competit. Fuisse enim et modicae staturae et male pedatus scambusque traditur, munditiarum vero paene muliebrium, vulso corpore, galericulo capiti propter raritatem capillorum adaptato et adnexo, ut nemo dinosceret; quin et faciem cotidie rasitare ac pane madido linere consuetum, idque instituisse a prima lanugine, ne barbatus umquam esset; sacra etiam Isidis saepe in lintea religiosaque veste propalam celebrasse. Per quae factum putem, ut mors eius minime congruens vitae maiore miraculo fuerit. Multi praesentium militum cum plurimo fleto manus ac pedes iacentis exosculati, fortissimum virum, unicum imperatorem praedicantes, ibidem statim nec procul a rogo vim suae vitae attulerunt; multi et absentium accepto nuntio prae dolore armis inter se ad internecionem concurrerunt. Denique magna pars hominum incolumem gravissime detestata mortuum laudibus tulit, ut vulgo iactatum sit etiam, Galbam ab eo non tam dominandi quam rei p. ac libertatis restituendae causa interemptum.

XII. La estatura y exterior de Otón no respondían al valor que mostró en esta ocasión; dícese, en efecto, que era pequeño, que tenía los pies contrahechos y torcidas las piernas. Era cuidadoso de su traje, casi tanto como una mujer; se hacía depilar todo el cuerpo y cubría su cabeza, casi calva, con cabellos postizos, ajados y arreglados con tanto arte que nadie lo conocía. Afeitábase todos los días con sumo cuidado y se frotaba con pan mojado, costumbre que había adquirido desde jovencito, con objeto de no tener nunca barba. Se le vio en muchos ocasiones celebrar en público con toga de hilo y ornamentos sacerdotales, las ceremonias del culto de Isis. Sin duda por este motivo sorprendió más su muerte, que se parecía tan poco a su vida. Se vio a muchos de sus soldados que presenciaron sus últimos momentos besarle los pies y las manos, derramar copiosas lágrimas, y llamarle el más grande de los hombres y modelo de emperadores, matándose después al lado de su pira. Otros de los que no le vieron, agobiados por el dolor de la noticia, lucharon entre sí con sus propias armas hasta morir. Así, este príncipe, que durante su vida había sido profundamente odiado por casi todos, fue colmado de elogios después de su muerte, llegándose a decir que si había hecho perecer a Galba, había sido menos por reinar en su lugar, que por restablecer la República y la libertad.

NOTAS (154) Era el espacio abierto que se extendía por todo lo ancho del campamento, separando la parte alta donde se encontraba la tienda del general (questorium) de la inferior donde estaban las tropas. Allí estaba el tribunal donde el general administraba justicia, y desde allí arengaba a las tropas. (155) 28 de abril. (156) ¿Por qué se concede falsamente a Otón honor en el destierro? Porque se acostaba con su esposa. (157) Augusto hizo elevar en el Foro, en 734, esta columna a la que afluían todos los caminos militares. Sin embargo, las millas no empezaban a contarse de allá sino desde las puertas de la ciudad, y estaban marcadas con piedras hasta los límites del Imperio de aquí que la palabra lapis signifique milla. (158) Un escudo redondo, llamado encile, caído del cielo en el reinado de Numa, era considerado como él escudo de Marte; los romanos lo tenían por símbolo de la perpetuidad del Imperio y a fin de impedir que lo arrebatasen, hicieron otros doce completamente iguales a aquél. Los sacerdotes de este dios (Salii) los llevaban en procesión por la ciudad durante cuatro días en el mes de marzo, siendo grave falta emprender algo importante durante este tiempo. La palabra movere era sacramental, lo mismo que la palabra condere. No se 233


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movía un objeto sagrado sino entre grandes ceremonias religiosas, ceremonias que se repetían para restablecerlo en su lugar. (159) Se llamaba este día, día de la sangre, porque en las fiestas de Cibeles, los sacerdotes de esta diosa (Galli) se cortaban con piedras afiladas en memoria y ejemplo del joven Atis. (160) Plutarco asegura haber visto en Brixellum un monumento modesto con esta inscripción: “A la memoria de Marco Otón.”

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SVETONI TRANQVILII VITA VETELLII 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

VITELIO SINOPSIS I. ASCENDENCIA DE VITELIO. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-10) Discrepancias sobre el origen de los Vitelios. El abuelo y los tíos paternos de Vitelio. Sus padres y hermano (1-3, l). Nacimiento de Vitelio. Infancia y adolescencia (3, 2). Vicios de su juventud. Amistad con Calígula, Claudio y Nerón (4). Carrera política (5). Matrimonios y descendencia (6). Vitelio, gobernador de Germania Inferior. Medidas encaminadas a ganar popularidad. Vitelio, proclamado emperador por sus soldados. Se le suma el ejército de Germania Superior (7-8). Preparativos para la guerra contra Otón. Presagios relativos a su imperio (9). Viaje triunfal a Roma tras la victoria de Betriaco y la muerte de Otón. Conducta licenciosa de sus soldados. Vanidad e insolencia de Vitelio (10). II. VITELIO EN EL PODER (11-15) Entrada en Roma. Vitelio asume el pontificado máximo y se nombra cónsul a perpetuidad. Honores rendidos a Nerón (11). Gobierno de sus validos. Su liberto Asiático (12). Sus dos principales defectos: la gula y la crueldad. Expulsión de los astrólogos. Sospechas de participación en la muerte de su madre (13-14). Levantamiento de los ejércitos en pro de Vespasiano. Guerra con Vespasiano. Derrota de Vitelio. Incendio del Capitolio y asesinato de Flavio Sabino y el resto de los flavianos (15). III. MUERTE DE VITELIO. CARACTERíSTICAS FÍSICAS. EPÍLOGO (16-18) Intentos de llegar a un acuerdo con Vespasiano. Huida y regreso al Palacio (16). Vitelio, descubierto por los soldados. Muerte ignominiosa de Vitelio. Sus defectos físicos (17). Edad de Vitelio a su muerte. Se cumple el augurio recibido en Viena (18).

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I. Vitelliorum originem alii aliam et quidem diversissimam tradunt, partim veterem et nobilem, partim vero novam et obscuram atque etiam sordidam; quod ego per adulatores obtrectatoresque imperatoris Vitellii evenisse opinarer, nisi aliquanto prius de familiae condicione variatum esset. Exstat Q. Elogi ad Quintum Vitellium Divi Augusti quaestorem libellus, quo continetur, Vitellios Fauno Aboriginum rege et Vitellia, quae multis locis pro numine coleretur, ortos toto Latio imperasse; horum residuam stirpem ex Sabinis transisse Romam atque inter patricios adlectam; indicia stirpis mansisse diu viam Vitelliam ab Ianiculo ad mare usque, item coloniam eiusdem nominis, quam gentili copia adversus Aequiculos tutandam olim depoposcissent; tempore deinde Samnitici belli praesidio in Apuliam misso quosdam ex Vitellis subsedisse Nuceriae, eorumque progeniem longo post intervallo repetisse urbem atque ordinem senatorium.

I. Muchas y muy diversas tradiciones existen acerca del origen de Vitelio; unas pretenden que fue antiguo y noble; dicen otras que reciente, obscuro y hasta abyecto. Me atrevería a atribuir esta diversidad de opiniones a la adulación o a enemistad, si no remontase a una época muy anterior al reinado de Vitelio. Hay una obra de Q. Vitelio, cuestor del divino Augusto, en la que se afirma que los Vitelios proceden de Fauno, rey de los Aborígenes, y de Vitelia, que en muchos lugares fue adorada como divinidad; que reinaron en todo el Lacio; que sus sucesores pasaron del país de los sabinos a Roma, quedando aquí agregados a los patricios; que subsistieron por mucho tiempo rastros de su existencia, tales como la vía Vitelia, desde el Janículo al mar, y una colonia del mismo nombre, cuya defensa contra los equículos (161) emprendió en otro tiempo esta sola familia (162); dícese en ella por último, que en la época de la guerra con los sammitas, muchos Vitelios, enviados de guarnición a la Apulia, se establecieron en Nuceria y que sus descendientes, regresados a Roma mucho tiempo después, recuperaron su puesto en el orden de los senadores.

II. Contra plures auctorem generis libertinum prodiderunt, Cassius Severus nec minus alii eundem et sutorem veteramentarium, cuius filius sectionibus et cognituris uberius compendium nanctus, ex muliere vulgari, Antiochi cuiusdam furnariam exercentis filia, equitem R. genuerit. Sed quod discrepat, sit in medio. Ceterum P. Vitellius domo Nuceria, sive ille stirpis antiquae sive pudendis parentibus atque avis, eques certe R. et rerum Augusti procurator, quattuor filios amplissimae dignitatis cognomines ac tantum praenominibus distinctos reliquit, Aulum Quintum Publium Lucium. Aulus in consulatu obiit, quem cum Domitio Neronis Caesaris patre inierat, praelautus alioqui famosusque cenarum magnificentia. Quintus caruit ordine, cum auctore Tiberio secerni minus idoneos senatores removerique placuisset. Publius, Germanici comes, Cn. Pisonem inimicum et interfectorem eius accusavit condemnavitque, ac post praeturae honorem inter Seiani conscios arreptus et in custodiam fratri datus scalpro librario venas sibi incidit, nec tam mortis paenitentia quam suorum obtestatione obligari curarique se passus in eadem custodia morbo periit. Lucius ex consulatu Syriae praepositus, Artabanum Parthorum regem summis artibus non modo ad conloquium suum, sed etiam ad veneranda legionum signa pellexit. Mox cum

II. Por otra parte, algunos autores señalan como tronco de esta raza a un liberto, Casio Severo y otros muchos dicen que este liberto fue un zapatero, un hijo del cual, después de haber ganado algún dinero en ventas y tráficos, casó con una mujer de mala vida, hija de un panadero llamado Antíoco, de la que tuvo un hijo que llegó a ser caballero romano. No quiero discutir tales contradicciones; lo cierto es que P. Vitelio, ya procediese de rancia estirpe, ya de familia despreciable, fue caballero romano y administrador de los bienes de Augusto. Dejó cuatro hijos, que alcanzaron las dignidades más elevadas, y que llevando el mismo apellido, se distinguieron sólo por el nombre, y fueron Aulo, Quinto, Publio y Lucio. Aulo murió siendo cónsul con Domicio, padre del emperador Nerón; era un hombre pródigo, que se hizo célebre por la esplendidez de sus comidas; Quinto, fue eliminado del Senado cuando, a propuesta de Tiberio, se excluyó a todos los que no debían pertenecer a esta orden; Publio, compañero de armas de Germánico, acusó e hizo condenar a Cn. Pisón, enemigo y asesino de aquel joven príncipe; después de su pretura, le prendieron como cómplice de Seyano, y sometido a la custodia de su hermano, se abrió las venas con un buril; cediendo, sin embargo, a los ruegos de su familia, mucho más que al temor a la muerte, dejóse vendar y curar las heridas, y murió de enfermedad en la prisión. Lucio, después de su consulado, gobernó la Siria, Y a fuerza de habilidad decidió a Artabano, rey de los partos, a ir a visitarle y hasta a rendir homenaje a las águilas 236


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Claudio principe duos insuper ordinarios consulatus censuramque gessit. Curam quoque imperii sustinuit, absente eo expeditione Britannica; vir innocens et industrius, sed amore libertinae perinfamis, cuius etiam salivis melle commixtis, ne clam quidem aut raro sed cotidie ac palam, arterias et fauces pro remedio fovebat. Idem miri in adulando genii, prius C. Caesarem adorare ut deum instituit, cum reversus ex Syria non aliter adire ausus esset quam capite velato circumvertensque se, deinde procumbens. Claudium uxoribus libertisque addictum ne qua non arte demereretur, pro maximo numere a Messalina petit, ut sibi pedes praeberet excalciandos; detractumque socculum dextrum inter togam tunicasque gestavit assidue, nonnumquam osculabundus. Narcissi quoque et Pallantis imagines aureas inter Lares coluit. Huius et illa vox est: Saepe facias, cum Saeculares ludos edenti Claudio gratularetur.

romanas. Fue luego dos veces cónsul ordinario y más adelante censor con el emperador Claudio, llegando hasta quedar encargado del Imperio en su ausencia, durante la expedición a Bretaña. Era un hombre desinteresado, activo, pero completamente deshonrado por su pasión hacia una liberta, cuya saliva bebía mezclada con miel, como remedio contra una enfermedad de la garganta; y no hacia esto en secreto o rara vez, sino cotidianamente y delante de todos. Tenía, por otra parte, maravilloso talento para la adulación; siendo él el primero que imaginó adorar a Calígula como dios al regresar de Siria este emperador, no se atrevió a acercarse a él sino cubriéndose la cabeza, y después de girar varias veces sobre sí mismo, arrodillándose a sus pies. Viendo a Claudio gobernado por sus mujeres y libertos, y no desdeñando ningún artificio para asegurarse su favor, solicitó un día de Mesalina, como gracia excepcional, permiso para descalzarla; le quitó la sandalia derecha, que llevó constantemente entre la toga y la túnica, besándola de tiempo en tiempo. Entre sus dioses domésticos estaban colocadas las estatuas de Narciso y de Palas, y cuando Claudio celebró los juegos seculares, le dijo: que los celebres muchas veces.

III. Decessit paralysi altero die quam correptus est, duobus filiis superstitibus, quos ex Sextilia probatissima nec ignobili femina editos consules vidit, et quidem eodem ambos totoque anno, cum maiori minor in sex menses successisset. Defunctum senatus publico funere honoravit, item statuam pro rostris cum hac inscriptione: PIETATIS IMMOBILIS ERGA PRINCIPEM.

III. Un ataque de parálisis le llevó al sepulcro en dos días. Dejó dos hijos nacidos de Sextilia, mujer de severa virtud y de ilustre nacimiento, y a los dos vio cónsules en el mismo año, habiendo sucedido por seis meses el menor al mayor. El Senado decretó los funerales públicos, haciéndole levantar frente a los Rostros una estatua con esta inscripción: A LA FIDELIDAD INQUEBRANTABLE HACIA EL PRÍNCIPE.

IV. A. Vitellius L. filius imperator natus est VIII. Kal. Oct., vel ut quidam VII. Id. Sept., Druso Caesare Norbano Flacco cons. Genituram eius praedictam a mathematicis ita parentes exhorruerunt, ut pater magno opere semper contenderit ne qua ei provincia vivo se committeretur, mater et missum ad legiones et appellatum imperatorem pro afficto statim lamentata sit. Pueritiam primamque adulescentiam Capreis egit inter Tiberiana scorta, et ipse perpetuo spintriae cognomine notatus existimatusque corporis gratia initium et causa incrementorum patri fuisse; sequenti quoque aetate omnibus probris contaminatus, praecipuum in aula locum tenuit, Gaio per aurigandi, Claudio per aleae studium familiaris, sed aliquanto Neroni acceptior, cum propter eadem haec, tum peculiari merito, quod praesidens certamini Neroneo cupientem inter citharoedos contendere nec quamvis

IV. Su hijo, Aulio Vitelio, que fue emperador, nació el 8 de las calendas de octubre (163), o según otros el 7 de los idus de septiembre (164) bajo el consulado de Druso César y de Norbano Flaco. El horóscopo que de su nacimiento obtuvieron los astrólogos asustó de tal manera a la familia, que su padre hizo durante su vida increíbles esfuerzos para substraerle a los honores, y su madre, al verle al frente de un ejército y saber que había sido saludado emperador, comenzó a llorar como si ya le viese perdido. Pasó la infancia y la primera juventud en Capri entre las prostitutas de Tiberio, y fue marcado con el afrentoso nombre de Spintria, llegándose incluso a atribuir a sus repugnantes complacencias con el príncipe el favor que gozaba su Padre. En la edad siguiente continuó manchándose con toda suerte de infamias; consiguió el primer lugar en la corte, llegando a ser favorito de Calígula, con el que guió carros en el Circo, y de Claudio, jugando con él a los dados. Pero satisfizo mucho más a Nerón por las mismas complacencias, y especialmente por un mérito 237


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flagitantibus cunctis promittere audentem ideoque egressum theatro revocaverat, quasi perseverantis populi legatione suspecta, exorandumque praebuerat.

singular, y era que estando presidiendo los juegos Neronianos y viendo que el emperador, con vivos deseos de competir con los tocadores de lira, no se atrevía a hacerlo a pesar de las instancias de la multitud, saliendo incluso del teatro, él fue a buscarle como encargado de expresarle el ardiente anhelo del pueblo, de oírle también, y le proporcionó de este modo el placer de dejarse convencer.

V. Trium itaque principium indulgentia non solum honoribus verum et sacerdotiis amplissimis auctus, proconsulatum Africae post haec curamque operum publicorum administravit et voluntate dispari et existimatione. In provincia singularem innocentiam praestitit biennio continuato, cum succedenti fratri legatus substitisset; at in urbano officio dona atque ornamenta templorum subripuisse et commutasse quaedam ferebatur, proque auro et argento stagnum et aurichalcum supposuisse.

V. El favor de estos tres príncipes elevóle a la cumbre de los honores y hasta a las primeras dignidades del sacerdocio. Obtuvo el proconsulado de Africa y después la intendencia de los trabajos públicos. Su conducta, en estos dos cargos, fue muy distinta, como la reputación que adquirió en ellos. En su gobierno, que duró dos años consecutivos, dio pruebas de extraordinario desinterés, y sirvió como legado bajo el mando de su hermano, que le sucedió. En cambio, durante su administración en Roma, substrajo, según se dice, las ofrendas y ornamentos de los templos, colocando cobre y estaño en el lugar del oro y la plata.

VI. Vxorem habuit Petroniam consularis viri filiam, et ex ea filium Petroniarum captum altero oculo. Hunc heredem a matre sub condicione institutum, si de potestate patris exisset, manu emisit brevique, ut creditum est, interemit, insimulatum insuper parricidii et quasi paratum ad scelus venenum ex conscientia hausisset. Duxit mox Galeriam Fundanam praetorio patre ac de hac quoque liberos utriusque sexus tulit, sed marem titubantia oris prope mutum et elinguem.

VI. Casó con Petronia, hija de un varón consular, que le dio un hijo, Petroniano, a quien faltaba un ojo. Instituido heredero por su madre, a condición de que no permaneciera bajo la autoridad paterna, le emancipó Vitelio, aunque poco después le hizo perecer acusándole de parricidio, y pretendiendo que, agobiado por los remordimientos, había bebido el veneno dispuesto para el crimen. Casó después con Galerta Fundana, cuyo padre había sido pretor; de ésta tuvo un hijo y una hija, pero el varón balbuceaba hasta el punto de ser casi tenido por mudo.

VII. A Galba in inferiorem Germaniam contra opinionem missus est. Adiutum putant T. Vinii suffragio, tunc potentissimi et cui iam pridem per communem factionis Venetae conciliatus esset: nisi quod Galba prae se tulit, nullos minus metuendos quam qui de solo victu cogitante, ac posse provincialibus copiis profundam gulam eius expleri, ut cuivis evidens sit contemptu magis qua gratia electum. Satis constat exituro viaticum defuisse, tanta egestate rei familiaris, ut uxore et liberis, quos Romae relinquebat, meritorio cenaculo abditis, domum in reliquam partem anni ablocaret, utque ex aure matris detractum unionem pigneraverit ad itineris impensas. Creditorum quidem praestolantium ac detinentium turbam et in iis Sinuessanos Formianosque, quorum publica vectigalia interverterat, non nisi terrore calumniae amovit, cum libertino cuidam acerbius debitum reposcenti iniuriarum formulam, quasi calce ab eo percussus, intendisse nec aliter quam extorti

VII. Contra la opinión general, Galba le concedió el mando de la Germania Inferior. Créese que debió este empleo a la influencia de T. Vinio, omnipotente a la sazón, y cuyo favor se había granjeado mucho antes, por razón de su común predilección por el bando de los azules (165). Entonces dijo Galba, que no hay gentes menos peligrosas que las que sólo piensan en comer y que Vitelio necesitaba las riquezas de una provincia para satisfacer su insaciable glotonería; por lo cual se ve evidentemente que en la designación de este príncipe entró más el desprecio que la consideración. Cosa sabida es que ni siquiera poseía el dinero preciso para el viaje. Estaban sus negocios tan mal parados, que su esposa y sus hijos que quedaron en Roma, se fueron a vivir en una casucha con objeto de alquilar su casa por el resto del año y que para los gastos del camino tuvo que empeñar una perla de los zarcillos de su madre. Por todas partes se veía perseguido por un tropel de acreedores que querían detenerle, entre otros los enviados de Simuesa y de Formio, cuyos impuestos había retenido en provecho propio; éstos cesaron sólo 238


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quinquaginta sestertiis remisisset. Advenientem male animatus erga principem exercitus pronusque ad res novas libens ac supinis manibus excepit, velut dono deum oblatum, ter consulis filium, aetate integra, facili ac prodigo animo. Quam veterem de se persuasionem Vitellius recentibus etiam experimentis auxerat, tota via caligatorum quoque militum obvios exosculans, perque stabula ac deversoria mulionibus ac viatoribus praeter modum comis, ut mane singulos iamne iantassent sciscitaretur seque fecisse ructu quoque ostenderet.

de perseguirle ante el temor de verse acusados por él de calumniadores, pues lo había hecho ya con un liberto que reclamaba una deuda con obstinada tenacidad. Vitelio le procesó en efecto, por ultraje, con el pretexto de que le había dado un puntapié, y no cedió hasta después de haber obtenido de él cincuenta sestercios de oro. El ejército que iba a mandar, mal dispuesto hacia el príncipe, y pronto a emprenderlo todo, le acogió con manifestaciones de regocijo y como presente de los dioses, considerándole hijo de un hombre que había sido cónsul tres veces, jefe joven, complaciente y disipador. Acababa de dar nuevas pruebas de su conocido carácter, besando en el camino a cuantos había encontrado, incluso a simples soldados, bromeando en todos los descansos y en todas las posadas con los caminantes y muleteros, preguntando a cada uno, desde el amanecer, si había almorzado ya, y eructando ante ellos para demostrar que él ya lo había hecho.

VIII. Castra vero ingressus nihil cuiquam poscenti negavit atque etiam ultro ignominiosis notas, reis sordes, damnatis supplicia dempsit. Quare vixdum mense transacto, neque die neque temporis ratione habita, ac viam vespere, subito a militibus e cubiculo raptus, ita ut erat, in veste domestica, imperator est consalutatus circumlatusque per celeberrimos vicos, strictum Divi Iuli gladium tenens, detractum delubro Martis atque in prima gratulatione porrectum sibi a quodam; nec ante in praetorium rediit quam flagrante triclinio ex conceptu camini, cum quidem consternatis et quasi omine adverso anxiis omnibus, "Bono," inquit, "animo estote! nobis adluxit," nullo sermone alio apud milites usus. Consentiente deinde etiam superioris provinciae exercitu, qui prius a Galba ad senatum defecerat, cognomen Germanici delatum ab universis cupide recepit, Augusti distulit, Caesaris in perpetuum recusavit.

VIII. Cuando entró en el campamento no negó nada a nadie y por autoridad propia perdonó la ignominia a los soldados degradados; a los acusados, perdonó la vergüenza del traje, y a los condenados el suplicio. Por este motivo, apenas transcurrido un mes, los soldados, sin tener para nada en cuenta el día y el momento, le sacaron una noche de su cámara de dormir y en el sencillo traje en que se encontraba le saludaron emperador. Le pasearon luego por los barrios más populosos, empuñando la espada de Julio César, que habían arrebatado del templo de Marte y ofrecido a él por un soldado durante las primeras aclamaciones. Cuando regresó al Pretorio, el comedor estaba ardiendo, por haberse incendiado la chimenea, presagio que consternó a todos: Valor —dijo entonces—; la luz brilla para nosotros. Ésta fue la arenga que dirigió a los soldados. Habiéndose manifestado en seguida por Vitelio las legiones de la Germania Superior, que habían ya abandonado a Galba por el Senado, tomó el sobrenombre de Germánico, que por aclamación unánime se le confirió; no aceptó, sin embargo, al mismo tiempo el de Augusto, y rehusó para siempre el de César.

IX. Ac subinde caede Galbae adnuntiata, compositis Germanicis rebus, partitus est copias, quas adversus Othonem praemitteret, quasque ipse perduceret. Praemisso agmine laetum evenit auspicium, siquidem a parte dextra repente aquila advolavit, lustratisque signis ingressos viam sensim antecessit. At contra ipso movente, statuae equestres, cum plurifariam ei ponerentur, fractis repente cruribus pariter corruerunt, ac laurea, quam religiosissime circumdederat, in profluentem

IX. Al enterarse de la muerte de Galba puso en orden los asuntos de Germania y dividió sus huestes en dos cuerpos: uno que se adelantó marchando contra Otón y otro cuyo mando se reservó. El primero partió bajo felices auspicios, pues cuando lo hacía, se presentó de pronto un águila por la derecha, giró alrededor de las enseñas y precedió a la legión por el camino que había de seguir. Pero cuando Vitelio puso en movimiento su ejército, las estatuas ecuestres que le habían erigido en muchos sitios, cayeron todas a la vez y se les rompieron las piernas; la corona de laurel que, con 239


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excidit; mox Viennae pro tribunali iura reddenti gallinaceus supra umerum ac deinde in capite astitit. Quibus ostentis par respondit exitus; nam confirmatum per legatos suo imperium per se retinere non potuit.

todas las ceremonias de la religión, se había colocado en la cabeza, se le cayó en un río, y en Viena, en fin, mientras administraba justicia sentado en su tribunal, se le posó un gallo en el hombro, pasándole de él a la cabeza. Los sucesos posteriores confirmaron tales presagios: sus legados le dieron, en efecto, el Imperio, pero él no pudo mantenerlo.

X. De Betriacensi victoria et Othonis exitu, cum adhuc in Gallia esset, audiit, nihilque cunctatus, quidquid praetorianarum cohortium fuit, ut pessimi exempli, uno exauctoravit edicto iussas tribunis tradere arma. Centum autem atque viginti, quorum libellos Othoni datos intervenerat exposcentium praemium ob editam in caede Galbae operam, conquiri et supplicio adfici imperavit, egregie prorsus atque magnifice et ut summi principis spem ostenderet, nisi cetera magis ex natura et priore vita sua quam ex imperii maiestate gessisset. Namque itinere inchoato, per medias civitates ritu triumphantium vectus est, perque flumina delicatissimis navigiis et variarum genere redimit, inter profusissimos obsoniorum apparatus, nulla familiae aut militis disciplina, rapinas ac petulantiam omnium in iocum vertens; qui non contenti epulo ubique publice praebito, quoscumque libuisset in libertatem asserebant, verbera et plagas, saepe vulnera, nonnumquam necem repraesentantes adversantibus. Vtque campos, in quibus pugnatum est, adiit, abhorrentis quosdam cadaverum tabem detestabili voce confirmare ausus est, optime olere occisum hostem et melius civem. Nec eo setius ad leniendam gravitatem odoris plurimum meri propalam hausit passimque divisit. Pari vanitate atque insolentia lapidem memoriae Othonis inscriptum intuens, dignum eo Mausoleo ait, pugionemque, quo is se occiderat, in Agrippinensem coloniam misit Marti dedicandum. In Appennini quidem iugis etiam pervigilium egit.

X. Se encontraba todavía en la Galia cuando se enteró de la victoria de Betriácum y de la muerte de Otón. Licenció, entonces, por edicto, a las cohortes pretorianas, por haber dado un funesto ejemplo, y se les mandó librar las armas a los tribunos. Hizo perseguir y castigar con la muerte a ciento veinte soldados, de los cuales había encontrado memoriales dirigidos a Otón pidiéndole recompensas por la parte que tomaron en el asesinato de Galba. Esta acción era hermosa, magnánima y en ella se anunciaba un gran príncipe, pero la continuación respondió más a las costumbres de su pasada existencia que a la majestad del Imperio. Durante todo el camino atravesó las ciudades montado en carro triunfal y los ríos en las más espléndidas barcas, cuidadosamente adornadas con flores y coronas y cargadas con el aparato de espléndidos festines. No se veía rastro de disciplina en su servidumbre, ni tampoco entre los soldados, y las violencias y robos que cometían eran para él objeto de risa. No contento con los festines que les brindaban todas las ciudades, ponían en libertad a los que quería, y el que se oponía a sus caprichos era al punto acometido a latigazos, herido a veces y hasta muerto. Llegado a la llanura donde se dio la batalla, vio a algunos de los suyos que retrocedían con horror ante los cadáveres en putrefacción; entonces dijo esta frase execrable: El enemigo muerto siempre huele bien, y mejor aún si es ciudadano. No obstante, para defenderse del hedor empezó a beber copiosamente vino puro al frente de sus tropas, haciendo distribuir del mismo a todos. Al ver la sencilla piedra donde estaba escrito: A la memoria de Otón, henchido de arrogancia y vanidad, exclamó: ¡Mausoleo digno de él! Envió a la colonia de Agripina (166), para consagrarlo a Marte, el puñal con que se dio muerte Otón, y en conmemoración de este acontecimiento celebró un sacrificio nocturno en las cumbres del Apenino.

XI. Vrbem denique ad classicum introiit paludatus ferroque succinctum, inter signa atque vexilla, sagulatis comitibus, ac detectis commilitonum armis. Magis deinde omni divino humanoque iure neglecto, Alliensi die pontificatum maximum cepit, comitia in decem annos ordinavit seque perpetuum consulem. Et ne cui dubium foret, quod exemplar regendae rei p. eligeret, medio Mario campo adhibita

XI. Entró al fin en Roma, al sonido de las trompetas, vestido con el manto de general, ceñida la espada y en medio de las águilas y los estandartes. Los de su comitiva llevaban el traje de guerra, y los soldados iban con las armas en la mano. Mostró constantemente profundo desprecio por las leyes divinas y humanas; tomó posesión del pontificado máximo el día del aniversario de la batalla de Alía; dio las magistraturas por diez años y establecióse cónsul perpetuo. A fin de 240


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publicorum sacerdotum frequentia inferias Neroni dedit ac sollemni convivio citharoedum placentem palam admonuit, ut aliquid et de dominico diceret, inchoantique Neroniana cantica primus exultans etiam plausit.

que se viese con claridad qué modelo había elegido para gobernar, envió al campo de Marte a todos los pontífices del Estado e hizo ofrendas fúnebres a los manes de Nerón. En medio de un festín solemne dijo en alta voz a un músico, cuya voz le había entusiasmado, que cantase también algunos pasajes de los poemas del maestro, y apenas hubo comenzado el canto llamado Neroniano cuando Vitelio se puso a aplaudir con calor.

XII. Talibus principiis, magnam imperii partem non nisi consilio et arbitrio vilissimi cuiusque histrionum et aurigarum administravit, et maxime Asiatici liberti. Hunc adulescentulum mutua libidinem constupratum, mox taedio profugum cum Puteolis poscam vendentem reprehendisset, coiecit in compedes statimque solvit et rursus in deliciis habuit; iterum deinde ob nimiam contumaciam et furacitatem gravatus circumforano lanistae vendidit dilatumque ad finem numeris repente subripuit, et provincia demum accepta manumisit, ac primo imperii die aureis donavit anulis super cenam, cum mane, rogantibus pro eo cunctis, detestatus esset severissime talem equestris ordinis maculam.

XII. Tales fueron los principios de este emperador, que en adelante no tuvo otra norma que los consejos y caprichos de los histriones más viles, de los aurigas y, especialmente, del liberto Asiático. Había éste permanecido en su juventud unido a Vitelio por comercio de mutua prostitución, pero no tardó en separarse de él disgustado. Hallado luego por su amo en Puzzola, donde vendía vino malo, le mandó prender, le puso en libertad en seguida y se sirvió de él como antes para sus placeres. Cansado de su carácter áspero y regañón, le vendió a un jefe de gladiadores ambulantes; arrebatóle de nuevo en el momento en que iba a presentarse en la arena al final de un espectáculo, y nombrado más adelante para el gobierno de una provincia, le manumitió. El primer día de su reinado, estando a la mesa, le dio el anillo de oro a pesar de que aquella misma mañana había contestado indignado a los que le pedían aquel favor para Asiático, que no quería manchar el orden ecuestre con semejante nombramiento.

XIII. Sed vel praecipue luxuriae saevitiaque deditus, epulas trifariam semper, interdum quadrifariam dispertiebat, in ientacula et prandia et cenas comissationesque, facile omnibus sufficiens vomitandi consuetudine. Indicebat autem aliud alii eadem die, nec cuiquam minus singuli apparatus quadringenis milibus nummum constituerunt. Famosissima super cetera fuit cena data ei adventicia a fratre, in qua duo milia lectissimorum piscium, septem avium apposita traduntur. Hanc quoque exsuperavit ipse dedicatione patinae, quam ob immensam magnitudinem clipeum Minervae polioychoy dictitabat. In hac scarorum iocinera, phasianorum et pavorum cerebella, linguas phoenicopterum, murenarum lactes a Parthia usque fretoque Hispanico per navarchos ac triremes petitarum, commiscuit. Vt autem homo non profundae modo sed intempestivae quoque ac sordidae gulae, ne in sacrificio quidem umquam aut itinere ullo temperavit, quin inter altaria ibidem statim viscus et farra paene rapta e foco manderet, circaque viarum popinas fumantia obsonia, vel pridiana atque semesa.

XIII. Sus vicios principales eran la glotonería y la crueldad. Comía ordinariamente tres veces al día y a veces cuatro, designándolos almuerzo, comida, cena y colación. Podía hacer todas estas comidas por la costumbre que había adquirido de vomitar. Invitábase para un mismo día en casa de diferentes personas y ningún festín de éstos costó menos de cuatrocientos mil sestercios. El más famoso fue la cena que le dio su hermano el día de su entrada en Roma; dícese, en efecto, que sirvieron en ella dos mil peces de los más exquisitos y siete mil aves. Su hermano colmó aquel día su esplendidez con la inauguración de un plato de enormes dimensiones, al que llamaba fastuosamente escudo de Minerva protectora. Habían mezclado en él hígados de escaro, sesos de faisanes, lenguas de flamencos y huevos de lampreas. Barcas y trirremes habían ido a buscar estas cosas desde el país de los partos hasta el mar de España. Su voracidad no sólo no tenia limites, sino que era también sucia y desordenada, no pudiendo contenerse ni durante los sacrificios ni en los viajes. Comía sobre los mismos altares carnes y pastelillos, que mandaba cocer en ellos, y por los caminos tomaba en las tabernas platos humeando aún, o que, servidos el día anterior, estaban medio 241


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Suetonio devorados.

XIV. Pronus vero ad cuiuscumque et quacumque de causa necem atque supplicium, nobiles viros, condiscipulos et aequales suos, omnibus blanditiis tantum non ad societatem imperii adlicefactos vario genere fraudis occidit; etiam unum veneno manu sua porrecto in aquae frigidae potione, quam is adfectus febre poposcerat. Tum faeneratorum et stipulatorum publicanorumque, qui umquam se aut Romae debitum aut in via portorium flagitassent, vix ulli pepercit; ex quibus quendam in ipsa salutatione supplicio traditum statimque revocatum, cunctis clementiam laudantibus, coram interfici iussit, velle se dicens pascere oculos; alterius poenae duos filios adiecit deprecari pro patre conatos. Sed et equitem R. proclamantem, cum raperetur ad poenam: Heres meus es, exhibere testamenti tabulas coegit, utque legit coheredem sibi libertum eius ascriptum, iugulari cum liberto imperavit. Quosdam et de plebe ob id ipsum, quod Venetae factioni clare male dixerant, interemit, contemptu sui et nova spe id ausos opinatus. Nullis tamen infensior quam vernaculis et mathematicis, ut quisque deferretur, inauditum capite puniebat exacerbatus, quod post edictum suum, quo iubebat intra Kal. Oct. urbe Italiaque mathematici excederent, statim libellus propositus est, et Chaldaeos edicere, bonum factum, ne Vitellius Germanicus intra eundem Kalendarum diem usquam esset. Suspectus et in morte matris fuit, quasi aegrae praeberi cibum prohibuisset, vaticinante Chatta muliere, cui velut oraculo adquiescebat, ita demum firmiter ac diutissime imperaturum, si superstes parenti extitisset. Alii tradunt ipsam taedio praesentium et imminentium metu venenum a filio impetrasse, haud sane difficulter.

XIV. Se le hallaba en todo momento dispuesto a ordenar asesinatos y suplicios, sin distinción de personas y por cualquier pretexto; así hizo morir de diferentes maneras a nobles romanos, en otro tiempo condiscípulos suyos y compañeros, atraídos a su lado por toda clase de agasajos y a los que hubo como si dijéramos asociado a él en el ejercicio del poder. Llegó hasta envenenar a uno de ellos por su propia mano, en un vaso de agua fresca que le pidió durante un acceso de fiebre. No perdonó a casi ninguno de los usureros y acreedores que en otro tiempo le habían exigido en Roma las cantidades que les debía, como tampoco a los recaudadores que en sus viajes le habían hecho pagar la tasa. A uno de ellos que se presentó a saludarla le envió al suplicio; pareciendo arrepentirse hizo que lo volvieran en seguida, y cuando todos celebraban ya su clemencia, mandó matarle a presencia suya, queriendo, según decía, dar satisfacción a sus ojos (167). Mandó ejecutar con otro a dos hijos suyos Tú eres mi heredero; quiso él entonces ver el testamento, y leyendo que un liberto de aquel caballero debía compartir con él la herencia, mandó degollar a los dos. Hizo matar a algunos hombres del pueblo por el delito de haberse manifestado en público contra el bando de los azules, audacia que significaba, según él, desprecio a su persona y esperanza de cambio de reinado. Odiaba especialmente a bufones y astrólogos, a los cuales condenaba a muerte por denuncia de cualquiera y sin quererlos oír. Su furor contra ellos llegó al colmo cuando, después del edicto en que ordenaba a los astrólogos salir de Roma y de Italia antes de las calendas de octubre, se publicó esta parodia: Salud a todos. Por orden de los caldeos, se prohíbe a Vitelio Germánico estar en ninguna parte del mundo para las calendas de octubre. Se sospechó también de él que había hecho morir de hambre a su madre enferma, porque una mujer del país de Cata, a la que prestaba fe como a un oráculo (168), le había anunciado un largo y tranquilo reinado si sobrevivía a su madre. Según otros testimonios, disgustada ella del presente y asustada por lo por venir, le pidió el veneno, que él le proporcionó sin dificultad.

XV. Octavo imperii mense desciverunt ab eo exercitus Moesiarum atque Pannoniae, item ex transmarinis Iudaicus et Syriaticus, ac pars in absentis, pars in praesentis Vespasiani verba iurarunt. Ad retinendum ergo ceterorum hominum studium ac favorem, nihil non publice privatimque nullo adhibito modo largitus est. Delectum quoque ea condicione in urbe egit, ut voluntatis non modo missionem post victoriam, sed etiam veteranorum iustaque militiae

XV. En el octavo mes de su reinado, se sublevaron contra él los ejércitos de Misia y de Panonia; se sublevaron asimismo los de Judea y de la Siria, al otro lado de los mares, y prestaron juramento a Vespasiano, presente o ausente. Vitelio, para asegurarse entonces la adhesión del resto de las tropas y del favor público, prodigo sin medida dinero y honores en nombre del Estado y en el suyo propio. Hizo levas en Roma, prometiendo a los voluntarios no sólo la licencia después del triunfo, sino también las recompensas de 242


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commoda polliceretur. Vrgenti deinde terra marique hosti hinc fratrem cum classe ac tironibus et gladiatorum manu opposuit, hinc Betriacenses copias et duces; atque ubique aut superatus aut proditus, salutem sibi et milites sestertium a Flavio Sabino Vespasiani fratre pepigit; statimque pro gradibus Palati apud frequentes milites, cedere se imperio quod invitus recepisset professus, cunctis reclamantibus rem distulit ac nocte interposita primo diluculo sordidatus descendit ad rostra multisque cum lacrimis eadem illa, verum e libello testatus est. Rursus interpellante milite ac populo et ne deficeret hortante omnesque operam suam certatim pollicente, animum resumpsit Sabinumque et reliquos Flavianos nihil iam metuentis vi subita in Capitolium compulit, succensoque templo Iovis Optimi Maximi oppressit, cum et proelium et incendium e Tiberiana prospiceret domo inter epulas. Non multo post paenitens facti et in alios culpam conferens, vocata contione iuravit coegitque iurare et ceteros, nihil sibi antiquius quiete publica fore. Tunc solutum a latere pugionem consuli primum, deinde illo recusante magistratibus ac mox senatoribus singulis porrigens, nullo recipiente, quasi in aede Concordiae positurus abscessit. Sed quibusdam adclamantibus ipsum esse Concordiam, rediit nec solum retinere se ferrum affirmavit, verum etiam Concordiae recipere cognomen; suasitque senatui, ut legatos cum virginibus Vestalibus mitterent pacem aut certe tempus ad consultandum petituros.

los veteranos y las ventajas del servicio regular. Estrechado por sus enemigos por mar y tierra, opúsoles, por un lado, a su hermano con una flota, milicias nuevas y un ejército de gladiadores, y por otro, a los generales y legiones que habían vencido en Betriácum. Pero vendido o derrotado en todas partes, trató con Flavio Sabino, hermanos de Vespasiano, no reservándose más que la vida con cien millones de sestercios; desde las gradas del palacio, declaró en el acto a los soldados reunidos que renunciaba al Imperio, del que se había hecho cargo contra su voluntad. Levantándose por todos lados oposiciones a semejante determinación, accedió a aplazarla, dejó pasar una noche y al amanecer, vestido con traje de luto, se dirigió a la tribuna de las arengas, donde, llorando, hizo la misma declaración, pero esta vez leyéndola en un escrito que tenía en la mano. El pueblo y los soldados le interpelaron de nuevo exhortándole a no dejarse vencer del abatimiento y prometiéndole todos a porfía ayudarle con todas sus fuerzas; recobró con esto su valor, atacó repentinamente a Sabino y a los otros partidarios de Vespasiano, que estaban confiados, los rechazó hasta el Capitolio, y allí los hizo perecer a todos incendiando el templo de Júpiter óptimo Máximo (169); entretanto, él, sentado a la mesa en casa de Tiberio, estuvo presenciando el combate y el incendio. Muy pronto se arrepintió de esta atrocidad, la culpa de la cual imputó a otros. Convocó al pueblo, e hizo jurar a todos y juró el primero no considerar nada tan sagrado como la tranquilidad pública. Desprendió entonces la espada que pendía de su cinto, la presentó primero al cónsul, y luego, por negativa de éste, a los demás magistrados y por último a cada senador; no quiso ninguno aceptarla, y cuando iba ya a depositarla en el templo de la Concordia, le gritaron muchos que él mismo era la Concordia. Volvió entonces sobre sus pasos, y declaró que conservaba la espada y aceptaba el sobrenombre de Concordia. Invitó a los senadores a que enviasen legados con las vestales a pedir la paz, o cuando menos el tiempo necesario para deliberar.

XVI. Postridie responsa opperienti nuntiatum est per exploratorem hostes appropinquare. Continuo igitur abstrusus gestatoria sella, duobus solis comitibus, pistore et coco, Aventinum et paternam domum clam petit, ut inde in Campaniam fugeret; mox levi rumore et incerto, tamquam pax impetrata esset, referri se in Palatium passus est. Vbi cum deserta omnia repperisset, dilabentibus et qui simul erant, zona se aureorum plena circumdedit confugitque in cellulam ianitoris, religato pro foribus cane lectoque et culcita obiectis.

XVI. A la mañana siguiente, mientras esperaba la respuesta, llegó un explorador anunciando que se aproximaba el enemigo. Se ocultó en el acto en una silla gestatoria y acompañado sólo de su panadero y su cocinero se dirigió ocultamente al Aventino, a casa de sus padres, con la intención de pasar de allí a la Campania. Pero habiendo circulado en seguida el rumor, vago e incierto, de que se había hecho la paz, se dejó conducir de nuevo a palacio. Viendo allí que estaba todo desierto y que incluso los que le acompañaban desaparecían de su lado, ciñóse un cinturón lleno de monedas de oro, se refugió en la garita del portero, ató el perro delante de la puerta y la 243


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Suetonio atrancó con una cama y un colchón.

XVII. Irruperant iam agminis antecessores ac nemine obvio rimabantur, ut fit, singula. Ab is extractus e latebra, sciscitantes quis esset (nam ignorabatur) et ubi esset Vitellium sciret, mendacio elusit; deinde agnitus rogare non destitit, quasi quaedam de salute Vespasiani dicturus, ut custodiretur interim vel in carcere, donec religatis post terga manibus, iniecto cervicibus laqueo, veste discissa seminudus in forum tractus est inter magna rerum verborumque ludibria per totum viae Sacrae spatium, reducto coma capite, ceu noxii solent, atque etiam mento mucrone gladii subrecto, ut visendam praeberet faciem neve summitteret; quibusdam stercore et caeno incessentibus, aliis incendiarium et patinarium vociferantibus, parte vulgi etiam corporis vitia exprobrante; erat enim in eo enormis proceritas, facies rubida plerumque ex vinulentia, venter obesus, alterum ferum subdebile impulsu olim quadrigae, cum auriganti Gaio ministratore exhiberet. Tandem apud Gemonias minutissimis ictibus excarnificatus atque confectus et inde unco tractus in Tiberim.

XVII. Entraban ya los exploradores del ejército enemigo, y algunos, no encontrando a nadie, lo registraron todo según acostumbraban hacer. Sacáronle de su escondrijo y como no le conocían, le preguntaron, quién era y dónde estaba Vitelio; trató de engañarlos con mentiras, pero viéndose al fin reconocido, suplicó ardientemente que le dejaran en vida, aunque fuese en una prisión, pues tenía que revelar secretos de que dependía la existencia de Vespasiano. Lleváronle casi desnudo al Foro, con las manos atadas a la espalda, una cuerda al cuello y las ropas destrozadas, prodigándole los peores ultrajes por todo el trayecto de la vía Sacra: unos le tiraban de los cabellos hacia la espalda para levantarle la cabeza, como se hace con los criminales; otros, le empujaban la barba con la punta de la espalda para obligarle a mostrar la cara; arrojábanle éstos fango y excrementos; aquellos le llamaban borracho e incendiario; parte del pueblo hacia burlar hasta de sus defectos corporales, porque era, en efecto, extraordinariamente alto y tenía el rostro encendido y manchado por el abuso del vino, el vientre abultado y una pierna más delgada que la otra, a consecuencia de una herida que se infirió en otro tiempo en una carrera de carros, sirviendo de auriga a Calígula. Cerca ya de las Gemonias le desgarraron, en fin, a pinchazos con las espadas y por medio de un gancho lo arrastraron hasta el Tíber

XVIII. Periit cum fratre et filio anno vitae septimo quinquagesimo; nec fefellit coniectura eorum qui augurio, quod factum ei Viennae ostendimus, non aliud portendi praedixerant, quam venturum in alicuius Gallicani hominis potestatem; siquidem ab Antonio Primo adversarum partium duce oppressus est, cum Tolosae nato cognomen in pueritia Becco fuerat; id valet gallinacei rostrum.

XVIII. Murió con su hermano y su hijo (170) a los cincuenta y siete años de edad. El prodigio que le ocurrió en Viena y del que hemos hablado, se interpretó en el sentido de que algún día caería en poder de un galo; el suceso justificó la predicción, pues fue vencido por Antonio Primo, uno de los generales del ejército enemigo, nacido en Tolosa, y que había llevado en la infancia el epíteto de Becco, palabra que significaba pico de gallo.

NOTAS (161) Los equículos o equicolos, llamados también Aequi, Eequanni, Aequiculani, eran una raza de montañeses salvajes, establecidos en las dos riberas del Anio, entre los marsos, peliños y sabelios. (162) En esta tropa, formada por los miembros de la familia de los Vitelios, han de comprenderse los libertos y clientes. (163) 24 de septiembre. (164) 7 de septiembre . (165) Según Chifilino se burlaron mucho de Vitelio, el cual, vestido de azul como los de este bando limpiaba los caballos en el Circo. (166) Colonia. (167) Estas mismas palabras le atribuye Tácito aplicadas en otras circunstancias: “Temiendo perderse, dice, dilatando la muerte de Bleso, o hacerse odioso ordenándola públicamente, eligió el veneno, y se vanaglorio de haberse dado satisfacción a sus ojos (son sus mismas palabras) con el espectáculo de un enemigo muerto”. 244


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(168) Los germanos reconocían, en efecto, en las mujeres la facultad de adivinar el porvenir. (169) “Se ignora, dice Tácito, si fueron los asaltantes los que pusieron fuego a las casas o si, como generalmente se supone, fueron los propios sitiados los que pusieron en práctica este medio, para contener los progresos del enemigo...” El Capitolio quedó por completo destruido. (170) Muciano mandó dar muerte al hijo de Vitelio, alegando que las discusiones serían eternas si no se destruyan los gérmenes de la guerra.

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SVETONI TRANQVILII VITA DIVI VESPASIANI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25

EL DIVINO VESPASIANO SINOPSIS I. ASCENDENCIA DE VESPASIANO. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-7)

origen de la familia Flavia. El abuelo y los padres de Vespasiano (1). Nacimiento de Vespasiano. Infancia y adolescencia. Carrera militar y política (2). Matrimonio y descendencia (3). Campaña militar en Germanía y Britania. Vespasiano recibe los ornamentos triunfales, dos sacerdocios y el consulado. Su proconsulado en África. Apuros económicos. Viaje a Acaya con Nerón. Vespasiano, gobernador de Judea. Su comportamiento en la guerra contra los judíos (4). Prodigios que le auguraban el imperio (5). Los ejércitos de Oriente le proclaman emperador (6). Guerra civil. Derrota y muerte de Vitelio. Prodigios que Confirman el imperio de Vespasiano (7). II. VESPASIANO EN EL PODER (8-11) Entrada en Roma. Triunfo sobre los judíos. Consulados y censura de Vespasiano. Medidas de gobierno (8). Obras públicas. Revisión del Senado y del orden ecuestre (9). Medidas relativas a la administración de justicia. Decretos contra el lujo y el libertinaje (10-11). III. RASGOS PERSONALES DE VESPASIANO (12-23) Virtudes de Vespasiano: su humildad y clemencia (12-13). Su incapacidad para guardar rencor y cobrar venganza (14-15). Su único defecto: la avaricia (16). Liberalidad de Vespasiano. Fomento de las artes y las letras (17-19). Características físicas (20). Vida privada y costumbres (21). Vespasiano, hombre dicharachero e ingenioso (22-23). IV. MUERTE DE VESPASIANO. EPÍLOGO (24-25) Enfermedad y muerte de Vespasiano. Lugar, fecha y edad a la que murió (24). Confianza de Vespasiano en el imperio de sus hijos (25).

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I. Rebellione trium principum et caede incertum diu et quasi vagum imperium suscepit firmavitque tandem gens Flavia, obscura illa quidem ac sine ullis maiorum imaginibus, sed tamen rei p. nequaquam paenitenda; constet licet, Domitianum cupiditatis ac saevitiae merito poenas luisse. T. Flavius Petro, municeps Reatinus, bello civili Pompeianarum partium centurio an evocatus, profugit ex Pharsalica, acie domumque se contulit, ubi deinde venia et missione impetrata coactiones argentarias factitavit. Huius filium, cognomine Sabinus, expers militiae (etsi quidem eum primipilarem, nonnulli, cum adhuc ordiens duceret, sacramento solutum per causam valitudinis tradunt) publicum quadragesimae in Asia egit; manebantque imagines a civitatibus ei positae sub hoc titulo: kalos telonesanti. Postea faenus apud Helvetios exercuit ibique diem obiit superstitibus uxore Vespasia Polla et duobus ex ea liberis, quorum maior Sabinus ad praefecturam urbis, minor Vespasianus ad principatum usque processit. Polla, Nursiae honesto genere orta, patrem habuit Vespasium Pollionem, ter tribunum militum praefectumque castrorum, fratrem senatorem praetoriae dignitatis. Locus etiam ad sextum miliarium a Nursia Spoletium euntibus in monte summo appellatur Vespasiae, ubi Vespasiorum complura monumenta exstant, magnum indicium splendoris familiae et vetustatis. Non negaverim iactatum a quibusdam Petronis patrem e regione Transpadana fuisse mancipem operarum, quae ex Vmbria in Sabinos ad culturam agrorum quotannis commeare soleant; subsedisse autem in oppido Reatino, uxore ibidem ducta. Ipse ne vestigium quidem de hoc, quamvis satis curiose inquirerem, inveni.

I. El poder imperial, que estaba entonces como perdido en manos de tres príncipes cuyas rebeliones y violento fin lo habían quebrantado durante largo tiempo, se fijó finalmente y se fortaleció en las de la estirpe Flavia. Esta era una familia obscura y sin ninguna distinción, pero no por esto menos querida de los romanos, aunque produjo a Domiciano, cuya avaricia y crueldad recibieron justo castigo. Un individuo llamado Tito Flavio Petrón, del municipio de Reata, sirvió bajo Pompeyo como centurión o soldado distinguido, durante la guerra civil. En la batalla de Farsalia huyó, retirándose a su patria, donde, después de obtener el perdón, fue inspector de subastas. Su hijo, denominado Sabino, no sirvió en el ejército, a pesar de que afirman algunos autores que fue centurión primipilario, y otros que, estando aún en posesión de este grado, se le dispensó del servicio militar por su falta de salud. Fue éste recaudador del cuadragésimo en Asia, y por muchos años existieron las estatuas que muchas ciudades de aquella provincia le erigieron con esta inscripción en griego: Al recaudador integro. Tuvo luego banca en Helvecia, y falleció dejando dos hijos de su mujer Vespasia Pola; el mayor, llamado Sabino, llegó a ser prefecto en Roma, y el segundo, Vespasiano, emperador. Pola descendía de una honrada familia de Nursia; su padre, Vespasiano Polión, había sido tres veces tribuno militar y prefecto de los campamentos, y tenía un hermano senador que había regentado la pretura. Aún existe hoy en la cumbre de una montaña, en la milla sexta o el camino que va de Nursia a Egipto, un paraje que lleva el nombre de Vespasia, y en el que se ven gran numero de monumentos de los Vespasios, que atestiguan la distinción y antigüedad de esta familia. Es cierto que se ha pretendido que el padre de Petrón, nacido al otro lado, del Po, era capataz de esos trabajadores que pasan todos los años de la Umbría al país de los sabinos para el trabajo de las tierras, que se estableció en la ciudad de Reata y allí contrajo matrimonio. Pero a pesar de las minuciosas investigaciones que he llevado a cabo no he podido encontrar vestigio de este hecho.

II. Vespasianus natus est in Sabinis ultra Reate vico modico, cui nomen est Phalacrinae, XV. kal. Dec. vesperi, Q. Sulpicio Camerino C. Poppaeo Sabino cons., quinquennio ante quam Augustus excederet; educatus sub paterna avia Tertulla in praediis Cosanis. Quare princeps quoque et locum incunabulorum assidue frequentavit, manente villa qualis fuerat olim, ne quid scilicet oculorum consuetudini deperiret; et aviae

II. Vespasiano nació en el país de los sabinos, al otro lado de Reata, en una aldea llamada Falacrina, el 15 de las calendas de diciembre (171), hacia el atardecer, bajo el consulado de Q. Sulpicio Camerino y de C. Popeo Sabino, cinco años antes de la muerte de Augusto. Educase en casa de su abuela paterna Tertula, en sus posesiones de Cosa, motivo por el cual, aun siendo emperador, visitó a menudo aquellos parajes donde pasó su infancia y dejó la casa, tal como estaba, no queriendo cambiar nada en la disposición de los objetos que sus ojos tenían costumbre 247


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memoriam tanto opere dilexit, ut sollemnibus ac festis diebus pocillo quoque eius argenteo potare perseveraverit. Sumpta virili toga, latum clavum, quamquam fratre adepto, diu aversatus est, nec ut tandem appeteret compelli nisi a matre potuit. Ea demum extudit magis convicio quam precibus vel auctoritate, dum eum identidem per contumeliam anteambulonem fratris appellat. Tribunatum in Thracia meruit; quaestor Cretam et Cyrenas provinciam sorte cepit; aedilitatis ac mox praeturae candidatus, illam non sine repulsa sectoque vix adeptus est loco, hanc prima statim petitione et in primis; praetor infensum senatui Gaium ne quo non genere demeretur, ludos extraordinarios pro victoria eius Germanica depoposcit, poenaeque coniuratorum addendum censuit ut insepulti proicerentur. Egit et gratias ei apud amplissimum ordinem, quod se honore cenae dignatus esset.

de ver allí. Tan cara le era la memoria de aquella abuela, que toda su vida, hasta en los días solemnes, continuó bebiendo en una copita de plata que le había pertenecido. Revestido de la toga viril. Vespasiano experimentó durante mucho tiempo aversión a la lacticlavia, aunque su hermano la había recibido ya; sólo su madre consiguió decidirle a solicitar tal distinción; pero fue una victoria tardía, que no debía tanto a sus ruegos o a su autoridad como a las burlas y humillantes reconvenciones que no cesaba de dirigirle, llamándole batidor de su hermano. Sirvió en Tracia como tribuno militar. Siendo cuestor recibió por suerte la provincia de Creta y de Cirene. Candidato para la edilidad y luego para la pretura, sólo con grandes esfuerzos consiguió la primera, después de muchos fracasos y en sexto lugar, mientras que llegó rápidamente a la segunda, figurando entre los primeros. Durante su pretura procuró por todos los medios atraerse la simpatía de Calígula, que estaba entonces irritado contra el Senado; solicitó juegos extraordinarios para celebrar la victoria conseguida por este emperador sobre los germanos; propuso añadir al suplicio de los ciudadanos condenados por conjuración la ignominia de que se les privase de sepultura, y le dio gracias en pleno Senado por el honor que le había dispensado invitándole a su mesa.

III. Inter haec Flaviam Domitillam duxit uxorem, Statilii Capellae equitis R. Sabratensis ex Africa delicatam olim Latinaeque condicionis, sed mox ingenuam et civem Rom. reciperatorio iudicio pronuntiatam, patre asserente Flavio Liberale Ferenti genito nec quicquam amplius quam quaestorio scriba. Ex hac liberos tulit Titum et Domitianum et Domitillam. Vxori ac filiae superstes fuit, atque utramque adhuc privatus amisit. Post uxoris excessum Caenidem, Antoniae libertam et a manu, dilectam quondam sibi revocavit in contubernium, habuitque etiam imperator paene iustae uxoris loco.

III. Por este tiempo contrajo matrimonio con Flavia Domitila, en otro tiempo amante de Statilio Capela, caballero romano, de la ciudad de Sabrata, en Africa. No poseía ésta los derechos de ciudadanía latina, pero una sentencia de reintegración le devolvió sin tardar la libertad completa, y el derecho de ciudadanía romana por reclamación de su padre Flavio Liberal, de Ferenta, que era un simple escribiente de su cuestor. Tuvo tres hijos, Tito, Domiciano y Domitila. Sobrevivió a su esposa y a su hija, a los que perdió antes de llegar al Imperio Muerta su esposa recibió otra vez en su casa a su antigua amante Cenis, liberta de Antonia, a la que servía de secretaria; y hasta siendo emperador recibió siempre a su lado las consideraciones de una esposa legitima.

IV. Claudio principe Narcissi gratia legatus legionis in Germaniam missus est; inde in Britanniam translatus tricies cum hoste conflixit. Duas validissimas gentes superque viginti oppida et insulam Vectem Britanniae proximan in dicionem redegit, partim Auli Plautii legati consularis, partim Claudi ipsius ductu. Quare triumphalia ornamenta et in brevi spatio duplex sacerdotium accepit, praeterea consulatum, quem gessit per duos novissimos anni menses. Medium tempus ad proconsulatum usque in otio secessuque egit, Agrippinam timens potentem adhuc apud

IV. Durante el reinado de Claudio y por el favor de Narciso le destinaron a Germania, como legado de legión. Pasó de allí a la Bretaña, donde tomó parte en muchos combates contra el enemigo. Redujo a la obediencia a dos pueblos de los más belicosos, se apoderó de más de veinte ciudades y sometió la de Vecta, cercana a la Bretaña, luchando unas veces a las órdenes de Aulo Plaucio, legado consular, y otras a las del mismo Claudio. Por estas hazañas recibió en poco tiempo los ornamentos triunfales, doble sacerdocio, y nombrándosele además cónsul por los dos últimos meses del año. A partir de esta época hasta su proconsulado vivió retirado y en sosiego, temiendo a Agripina, que conservaba todavía gran 248


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filium et defuncti quoque Narcissi amici perosam. Exim sortitus Africam, integerrime nec sine magna dignatione administravit, nisi quod Hadrumeti seditione quadam rapa in eum iacta sunt. Rediit certe nihilo opulentior, ut qui, prope labefactata iam fide, omnia praedia fratri obligaret necessariosque ad mangonicos quaestus sustinendae dignitatis causa descenderit; propte quod vulgo mulio vocabatur. Convictus quoque dicitur ducenta sestertia expressisse iuveni, cui latum clavum adversus patris voluntatem impetrarat, eoque nomine graviter increpitus. Peregrinatione Achaica inter comites Neronis, cum cantantem eo aut discederet saepius aut praesens obdormisceret, gravissimam contraxit offensam, prohibitusque non contubernio modo sed etiam publica salutatione, secessit in parvam ac deviam civitatem, quod latenti extrema metuenti provincia cum exercitu oblata est. Percrebuerat Oriente toto vetus et constans opinio, esse in fatis ut eo tempore Iudaea profecti rerum potirentur. Id de imperatore Romano, quantum postea eventu parvit, praedictum Iudaei ad se trahentes, rebellarunt, caesoque praeposito legatum insuper Syriae consularem suppetias ferentem, rapta aquila, fugaverunt. Ad hunc motum comprimendum cum exercitu ampliore et non instrenuo duce, cui tamen tuto tanta res committeretur, opus esset, ipse potissimus delectus est, ut et industriae expertae nec metuendus ullo modo ob humilitatem generis ac nominis. Additis igitur ad copias duabus legionibus, octo alis, cohortibus decem, atque inter legatos maiore filio assumpto, ut primum provinciam attigit, proximas quoque convertit in se, correcta statim castrorum disciplina, unoque et altero proelio tam constanter inito, ut in oppugnatione castelli lapidis ictum genu, scutoque sagittas aliquot exceperit.

dominio sobre su hijo, y que, aún después de la muerte de Narciso, perseguía implacablemente a los que habían sido amigos suyos. Asignóle la suerte el gobierno de Africa y administró esta provincia con gran integridad (172), granjeándose el respeto de los pueblos, lo cual no fue obstáculo para que en una sedición en Adrumeta le arrojasen nabos. No regresó más rico que se fue y hasta se vio obligado poco tiempo después, agotado ya su crédito a hipotecar todas sus tierras a su hermano (173); para mantener su rango tuvo entonces que descender al oficio de chalán, por lo que le llamaron muletero. Se dice que se le probó, además, el haber estafado a un joven doscientos mil sestercios por hacerle obtener la lacticlavia contra la voluntad de su padre, excepción que le valió severa censura. Acompañó a Nerón en su viaje a Acaya, pero habiéndole ocurrido muchas veces, estando en el teatro, el quedarse dormido mientras cantaba el emperador, cayó en desgracia irremediable y no sólo le excluyó de su trato íntimo, sino que le condenó a no presentarse jamás ante él. Se recluyó entonces en un pueblecilllo casi ignorado, y en aquel retiro, en el momento en que más temía por su vida, llegaron hasta él para ofrecerle el mando de un ejército. Era una antigua y arraigada creencia extendida por todo el Oriente, que el imperio del mundo pertenecería por aquel tiempo a un hombre salido de la Judea. Este oráculo, que como demostraron los sucesos, se refería a un general romano, se lo aplicaron a sí mismo los judíos, sublevánronse, y después de matar a su gobernador, hicieron retroceder al legado consular de Siria, que acudía a socorrerle, y le arrebataron un águila. Para reprimir este movimiento se necesitaba un ejército bastante nutrido y un general decidido y a quien pudiera encargarse sin desconfianza empresa tan importante. Nerón designó entre todos a Vespasiano, que gozando de cualidades de las que podía esperarse todo, era, a su parecer por su origen y nombre, uno de los hombres de quien nada podía temerse. Fue reforzado, pues, el ejército con dos legiones, ocho alas de caballería y diez cohortes, y Vespasiano partió llevando consigo entre sus legados a su hijo mayor. Desde su llegada supo captarse la estimación de su provincia así como la de las provincias vecinas; restableció la disciplina militar, combatió por todas partes a la cabeza de sus tropas, y con tanto ardor que en el asedio de un fuertecillo fue herido en una rodilla de una pedrada, recibiendo numerosas Pechas en el escudo.

V. Post Neronem Galbamque, Othone ac Vitellio de principatu certantibus, in spem imperii venit, iam pridem sibi per haec ostenta conceptam. In suburbano Flaviorum quercus antiqua, quae erat Marti sacra, per tres Vespasiae partus, singulos repente ramos a frutice

V. Después de Nerón y de Galba, mientras Otón y Vitelio se disputaban el Imperio, concibió Vespasiano la esperanza de alcanzarlo él mismo, esperanza que alimentaba desde antiguo y que fundaba en los siguientes prodigios: en una finca de campo perteneciente a los Flavios, situada cerca de Roma, existía una encina vieja consagrada a Marte; cada vez que Vespasia dio a luz allí, 249


Los doce Césares dedit, haud dubia signa futuri cuiusque fati: primum exilem et cito arefactum (ideoque puella nata non perennavit), secundum praevalidum ac prolixum et qui magnam felicitatem portenderet, tertium vero instar arboris. Quare patrem Sabinum ferunt, haruspicio insuper confirmatum, renuntiasse matri, nepotem ei Caesarem genitum; nec illam quicquam aliud quam cachinnasse, mirantem quod adhuc se mentis compote deliraret iam filius suus. Mox cum aedilem eum C. Caesar, succensens curam verrendis viis non adhibitam, luto iussisset oppleri congesto per milites in praetextae sinum, non defuerunt qui interpretarentur, quandoque proculcatam desertamque rem p. civili aliqua perturbatione in tutelam eius ac velut in gremium deventuram. Prandente eo quondam, canis extrarius e trivio manum humanam intulit mensaeque subiecit. Cenante rursus bos arator decusso iugo triclinio irrupit, ac fugatis ministris quasi repente defessus procidit ad ipsos accumbentis pedes cervicemque summisit. Arbor quoque cupressus in agro avito sine ulla vi tempestatis evulsa radicitus atque prostrata, insequenti die viridior ac firmior resurrexit. At in Achaia somniavit initium sibi suisque felicitates futurum, simul ac dens Neroni exemptus esset; evenitque ut sequenti die progressus in atrium medicus dentem ei ostenderet, tantumque quod exemptum. Apud Iudaeam Carmeli dei oraculum consulentem ita confirmavere sortes, ut quidquid cogitaret volveretque animo, quamlibet magnum, id esse proventurum pollicerentur; et unus ex nobilibus captivis Iosephus, cum coiceretur in vincula, constantissime asseveravit fore ut ab eodem brevi solveretur, verum iam imperatore. Nuntiabantur et ex urbe praesagia, Neronem diebus ultimis monitum per quietem, ut tensam Iovis Optimi Maximi e sacrario in domus Vespasiani et inde in circum deduceret; ac non multo post, comitia secundi consulatus ineunte Galba, statuam Divi Iulii ad Orientem sponte conversam; acieque Betriacensi, prius quam committeretur, duas aquilas in conspectu omnium conflixisse, victaque altera supervenisse tertiam ab solis exortum ac victricem abegisse.

Suetonio la encina produjo un retoño, indicio cierto de los destinos del niño que había nacido; el primero fue débil y se secó rápidamente; así la niña nacida no pasó del año; el segundo, robusto y grande, prometía gran prosperidad; el tercero fue tan fuerte como un árbol. Sabino, padre de Vespasiano, fue, a lo que dicen, bajo la fe de un arúspice, a anunciar a su madre que le había nacido un nieto que llegaría a emperador; de lo que rió la mujer, asombrada —contestó— de que su hijo chochease ya cuando ella conservaba su razón. Más adelante, cuando Vespasiano fue edil, furioso C. César porque no había mandado barrer las calles, hizo arrojarle fango, lo que ejecutaron los soldados, una parte del fango le cayó por dentro de la toga hasta el pecho, y testigos del caso, interpretaron el hecho diciendo que algún día, hollada la República, desgarrada por la guerra civil, se refugiaría bajo su protección y como en su seno. En otra ocasión, mientras estaba comiendo, un perro vagabundo entró hasta allí, trayendo de la calle una mano humana, que dejó bajo la mesa. Cierta noche, mientras cenaba, habiendo roto el yugo un buey de labor, se precipitó en el comedor, ahuyento a todos los esclavos, y dejándose caer de repente como vencido por el cansancio, a los pies de Vespasiano, bajó la cabeza ante él. En el campo de su abuelo, un ciprés que fuese arrancado de raíz y echado al suelo, sin que ocurriese esto por violencia de tempestad, a la mañana siguiente apareció plantado en el mismo sitio y más verde y robusto. En Acaya soñó Vespasiano que empezaría para él y los suyos una era de prosperidad el día en que extrajesen una muela a Nerón; a la mañana siguiente, cuando entró en la cámara de este príncipe, el médico le mostró una muela que acababa de extraerle. Mientras cerca de la Judea, consultaba el oráculo del dios del Carmelo (174), las suertes le contestaron que, por más grande que fuera la empresa que meditase, podía estar seguro del éxito. Josefo (175), uno de los prisioneros judíos más distinguidos, no cesó de afirmar mientras le cargaban de cadenas que no tardaría en devolverle la libertad el mismo Vespasiano. Vespasiano emperador. También de Roma le anunciaban presagios favorables; le decían, por ejemplo, que Nerón, en sus últimos días, había sido advertido en sueños para que sacase del santuario la estatua de Júpiter Optimo Máximo, que la trasladase a casa de Vespasiano y desde allí al Circo; que poco tiempo después, cuando Galba reunía los comicios para su segundo consulado la estatua de Julio César había dado la vuelta por sí misma hacia oriente; y, por último, que antes de la batalla de Betriácum, dos águilas habían peleado en presencia de los dos ejércitos y que después de haber vencido una de ellas, otra llegada de la parte de Oriente ahuyentó a la vencedora.

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VI. Nec tamen quicquam ante temptavit, promptissimis atque etiam instantibus suis, quam sollicitatus quorundam et ignotorum et absentium fortuito favore. Moesiaci exercitus bina e tribus legionibus milia, missa auxilio Othoni, postquam ingressis iter nuntiatum est victum eum ac vim vitae suae attulisse, nihilo setius Aquileiam usque perseveraverunt, quasi rumori minus crederent. Ibi per occasionem ac licentiam omni rapinarum genere grassati, cum timerent ne sibi reversis reddenda ratio ac subeunda poena esset, consilium inierunt eligendi creandique imperatoris; neque enim deteriores esse aut Hispaniensi exercitu qui Galbam, aut praetoriano qui Othonem, aut Germaniciano qui Vitellium fecissent. Propositis itaque nominibus legatorum consularium, quot ubique tunc erant, cum ceteros alium alia de causa improbarent, et quidam e legione tertia, quae sub exitu Neronis translata ex Syria in Moesiam fuerat, Vespasianum laudibus ferrent, assensere cuncti nomenque eius vexillis omnibus sine mora inscripserunt. Et tunc quidem compressa res est, revocatis ad officium numeris parumper. Ceterum divulgato facto, Tiberius Alexander praefectus Aegypti primus in verba Vespasiani legiones adegit Kal. Iul., qui principatus dies in posterum observatus est. Iudaicus deinde exercitus V. Idus Iul. apud ipsum iuravit. Plurimum coeptis contulerunt iactatum exemplar epistulae verae sive falsae defuncti Othonis ad Vespasianum, extrema obtestatione ultionem mandatus et ut rei p. subveniret optantis; simul rumor dissipatus, destinasse victorem Vitellium permutate hiberna legionum et Germanicas transferre in Orientem ad securiorem mollioremque militiam, praeterea ex praesidibus provinciarum Licinius Mucianus et e regibus Vologaesus Parthus; ille deposita simultate, quam in id tempus ex aemulatione non obscure gerebat, Syriacum promisit exercitum, hic quadraginta milia sagittariorum.

VI. No obstante y a pesar del ardor y de las instancias de sus partidarios, se necesitó para decidirle que el azar hiciera que se declarasen por él tropas lejanas y que ni siquiera le conocían. Dos mil hombres extraídos de las legiones del ejército de Misia y enviados en socorro de Otón, se enteraron por el camino de la derrota y muerte de este príncipe; sin embargo, no dejaron de avanzar hasta Aquileya, como si no hubiesen creído la noticia. Allí se entregaron por holganza a toda clase de excesos y rapiñas, y temiendo que al regreso se los obligase a dar cuenta de su conducta y se los castigase, adoptaron el partido de elegir un nuevo emperador; pues ¿eran ellos menos que las legiones de España que habían elegido a Galba? ¿Que los pretorianos que hablan proclamado a Otón? ¿Que el ejército de Germania que habla coronado a Vitelio? Pasaron, por lo tanto, revista a los nombres de todos los legados consulares, a cualquier ejército que perteneciesen entonces, y ya los habían rechazado por una u otra razón, cuando soldados de la tercera legión, que había pasado de la Siria a la Misia por el tiempo de la muerte de Nerón, nombraron a Vespasiano, haciendo de él grandes elogios. Aplaudieron todos, y el nombre de Vespasiano quedó grabado en sus enseñas. Esta elección no tuvo, sin embargo, consecuencias, porque aquellas cohortes volvieron a poco a la disciplina. Pero habiendo circulado la noticia, Tiberio Alejandro, prefecto de Egipto, fue el primero que hizo prestar a sus legiones juramento a Vespasiano; ocurrió el hecho en las calendas de julio, día que a partir de entonces se festejó religiosamente como el de su advenimiento. El ejército de Judea le juró fidelidad el 5 de los idus de julio (176). Muchas circunstancias favorecieron a la vez su empresa: la copia, repartida con profusión, de una carta verdadera o supuesta de Otón a Vespasiano, en la que le encargaba al morir el cuidado de vengarle, manifestando a la vez su deseo de que acudiese en socorro de la República; el rumor que se difundió de que Vitelio, vencedor de Otón, proyectaba un cambio en los cuarteles de invierno de las legiones (177), haciendo pasar a Oriente las de Germania a fin de proporcionarle servicio más cómodo y reposado; el auxilio que encontró, en fin, en un gobernador de provincia, llamado Lucinio Muciano, y en Vologeso, rey de los partos. El primero de éstos, en efecto, adjurando la antigua y ruidosa enemistad que la envidia había hecho nacer entre ellos, le prometió entonces el ejército de Siria, mientras el otro le ofreció cuarenta mil arqueros.

VII. Suscepto igitur civili bello ac ducibus copiisque in Italiam praemissis, interim Alexandriam transiit, ut claustra Aegypti optineret. Hic cum de firmitate imperii capturus auspicium aedem Serapidis summotis omnibus solus intrasset, ac

VII. Se decidió, pues, Vespasiano, a empezar la guerra civil, y habiendo enviado sus legados a Italia con tropas, marchó él a Alejandría a fin de apoderarse de las fronteras del Egipto. Quiso allí consultar los oráculos sobre la duración de su reinado, y entró solo en el campo de Serapis, haciendo salir antes a todos. Después de 251


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propitiato multum deo tandem se convertisset, verbenas coronasque et panificia, ut illic assolet, Basilides libertus obtulisse ei visus est; quem neque admissum a quoquam et iam pridem propter nervorum valitudinem vix ingredi longeque abesse constabat. Ac statim advenere litterae, fusas apud Cremonam Vitelli copias, ipsum in urbe interemptum nuntiantes. Auctoritas et quasi maiestas quaedam, ut scilicet inopinato et adhuc novo principi, deerat: haec quoque accessit. E plebe quidam luminibus orbatus, item alius debili crure sedentem pro tribunali pariter adierunt, orantes opem valitudini demonstratam a Serapide per quietem: restituturum oculos, si inspuisset; confirmaturum crus, si dignaretur calce contingere. Cum vix fides esset ullo modo successuram, ideoque ne experiri quidem auderet, extremo hortantibus amicis palam pro contione utrumque temptavit, nec eventus vaticinantium effossa sunt sacrato loco vasa operis antiqui, atque in iis assimilis Vespasiano imago.

hacerse propicio el dios volviese y creyó ver al liberto Basílides que le presentaba, según la costumbre del templo, tallos de verbena, coronas y pastelillos. Nadie, sin embargo, había introducido a Basílides, a quien una enfermedad nerviosa impedía andar hacía ya mucho tiempo, y a quien sabían todos muy lejos de allí. Recibió luego cartas anunciándole que las tropas de Vitelio habían sido vencidas en Cremona y este príncipe muerto en Roma. Una circunstancia particular vino a imprimir a la persona de Vespasiano el sello de grandeza y majestad que faltaba a este príncipe, nuevo aún, y en cierta manera improvisado. En efecto, dos hombres del pueblo, ciego el uno y cojo el otro, se presentaron juntos ante su tribunal, suplicándole los curase, pues decían que, estando dormidos, les había asegurado Serapis, al uno que recobraría la vista si el emperador le escupía en los ojos; al otro que caminaría recto si se dignaba tocarle con el pie. No podía creer en el éxito de aquel remedio, y ni siquiera se atrevía a intentarlo, pero al fin, vencido Vespasiano por las instancias de sus amigos, probó a hacer lo que le pedían delante de la asamblea, y los dos hombres fueron sanados. Por el mismo tiempo ordenaron los adivinos hacer excavaciones en Tegeo, en Arcadia, encontrándose enterrados en paraje sagrado vasos antiguos en los que estaba grabada una figura que se parecía a Vespasiano.

VIII. Talis tantaque cum fama in urbem reversus, acto de Iudaeis triumpho, consulatus octo veteri addidit; suscepit et censuram, ac per totum imperii tempus nihil habuit antiquius quam prope afflictam nutantemque rem p. stabilire primo, deinde et ornare. Milites pars victoriae fiducia, pars ignominiae dolore ad omnes licentiam audaciamque processerant; sed et provinciae civitatesque liberae, nec non et regna quaedam tumultuosius inter se agebant. Quare Vitellianorum quidem et exauctoravit plurimos et coercuit, participibus autem victoriae adeo nihil extra ordinem indulsit ut etiam legitima praemia sero persolverit. Ac ne quam occasionem corrigendi disciplinam praetermitteret, adulescentulum fragrantem unguento, cum sibi pro impetrata praefectura gratias ageret, nutu aspernatus voce etiam gravissima increpuit: "Maluissem allium oboluisses," litterasque revocavit; classiarios vero, qui ab Ostia et Puteolis Romam pedibus per vices commeant, petentes constitui aliquid sibi calciarii nomine, quasi parum esset sine responso abegisse, iussit post haec excalciatos cursitare; et ex eo ita cursitant.

VIII. Con todo, la reputación de Vespasiano, cuando volvió a Roma y celebró su triunfo sobre los judíos, era ya muy grande. Añadió ocho consulados al primero que obtuvo y ejercitó también la censura. Durante su reinado, fue su principal empeño afirmar la República quebrantada y vacilante y asegurar luego su prosperidad. Los soldados, unos por el ardor de la victoria, otros por el despecho de la derrota, habían llegado al colmo de la licencia y de la audacia; en provincias reinaba un gran desorden, así como también en las ciudades libres y en algunos reinos. Vespasiano licenció gran parte de los soldados de Vitelio y reprimió a los otros. En cuanto a los que habían venido bajo su mando, estuvo tan lejos de concederles ninguna merced extraordinaria, que hasta les hizo esperar largo tiempo las recompensas que se les debían. No perdía ocasión para reformar las costumbres. Así, habiéndose presentado muy cargado de perfumes un joven a darle gracias por la concesión de una prefectura, volviese disgustado y le dijo con severidad: Preferiría que olieses a ajos, y revocó el nombramiento. Los marineros que, por turno, venían a pie desde Ostia y Puzzola a Roma (178), pedían que se les concediese en adelante una indemnización para calzado, Vespasiano no consideró bastante que se los despidiera sin respuesta y dispuso que en adelante recorrieran el camino descalzos, y así lo hacen todavía. Privó de la libertad a la Acaya, la Licia, Rodas, Bizancio y Samos, que redujo a provincias 252


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Achaiam, Lyciam, Rhodum, Byzantium, Samum, libertate adempta, item Thraciam, Ciliciam et Commagenen, ditionis regiae usque ad id tempus, in provinciarum formam redegit. Cappadociae propter adsiduos barbarorum incursus legiones addidit, consularemque rectorem imposuit pro eq. R. Deformis urbs veteribus incendiis ac ruinis erat; vacuas areas occupare et aedificare, si possessores cessarent, cuiusque permisist. Ipse restitutionem Capitolii adgressus, ruderibus purgandis manus primus admovit ac suo collo quaedam extulit; aerearumque tabulatum tria milia, quae simul conflagraverant, restituenda suscepit undique investigatis exemplaribus: instrumentum imperii pulcherrimum ac vetustissimum, quo continebantur paene ab exordio urbis senatus consulta, plebiscita de societate et foedere ac privilegio cuicumque concessis.

romanas, así como también la Tracia, la Cilicia y la Comagena, gobernadas hasta allí por reyes. Aumentó el número de las legiones de Capadocia, a causa de las continuas incursiones de los bárbaros, y envió, en vez de un caballero romano, un gobernador consular. Las ruinas e incendios antiguos daban a Roma un desagradable aspecto; Vespasiano prometió los terrenos abandonados a quien quisiera ocuparlos, y edificar en ellos si los propietarios descuidaban hacerlo. Emprendió por sí mismo la reconstrucción del Capitolio; puso la primera mano a la obra de descombro y acarreo piezas de bronce destruidas en el incendio del Capitolio, en las cuales estaban grabados, desde la fundación de Roma, los senadoconsultos y los plebiscitos sobre las alianzas, los tratados y privilegios concedidos a cada pueblo. Hizo, en fin, buscar por todas partes copias y reconstruyó así el monumento más hermoso y más antiguo del Imperio.

IX. Fecit et nova opera templum Pacis foro proximum, Divique Claudii in Caelio monte coeptum quidem ab Agrippina, sed a Nerone prope funditus destructum; item amphitheatrum urbe media, ut destinasse compererat Augustum. Amplissimos ordines et exhaustos caede varia et contaminatos veteri neglegentia, purgavit supplevitque recenso senatu et equite, summotis indignissimis et honestissimo quoque Italicorum ac provincialium allecto. Atque uti notum esset, utrumque ordinem non tam libertate inter se quam dignitate differre, de iurgio quodam senatoris equitisque R. ita pronuntiavit, non oportere maledici senatoribus, remaledici civile fasque esse.

IX. Emprendió asimismo nuevas construcciones, entre ellas el templo de la Paz, cerca del Foro; el del emperador Claudio, sobre el monte Celio, que había sido empezado por Agripina, pero casi completamente destruido por Nerón, y mandó levantar un anfiteatro en medio de Roma, según los planos que había dejado Augusto. Matanzas sin cuento habían agotado los primeros órdenes del Estado y antiguos abusos habían empañado su esplendor. Vespasiano depuró y completó estos diferentes órdenes, estableciendo el censo de los senadores y de los caballeros; expulsó a los más indignos y admitió a los ciudadanos de Italia y de las provincias que gozaban de mejor reputación. Queriendo, en fin, que se comprendiese que la diferencia entre estos dos órdenes consistía menos en la libertad que en la dignidad, en una querella entre un senador y un caballero sentenció que no estaba permitido dirigir injurias a los senadores, pero que era justo y legal reprenderlos.

X. Litium series ubique maiorem in modum excreverant, manentibus antiquis intercapedine iuris dictionis, accedentibus novis ex condicione tumultuque temporum; sorte elegit per quos rapta bello restituerentur quique iudicia centumviralia, quibus peragendis vix suffectura litigatorum videbatur aetas, extra ordinem diiudicarent redigerentque ad brevissimum numerum.

X. Había crecido por todas partes y en manera espantosa el número de procesos; los pleitos antiguos estaban suspendidos por motivo de la interrupción de la justicia y la perturbación de los tiempos había producido sin cesar otros nuevos. Vespasiano estableció, en vista de ello, una comisión de jueces, elegidos por sorteo, con encargo de hacer restituir lo que se había arrancado por fuerza durante las guerras civiles, de tramitar rápidamente y reducir todo lo posible el número de los pleitos llevados ante los centunviros, que eran, en efecto, tan numerosos que parecía que había apenas de bastar para ellos la vida de los litigantes.

XI. Libido atque luxuria coercente nullo XI. No encontrando represión en parte alguna, el lujo y el invaluerant; auctor senatui fuit decernendi, ut desorden habían hecho rápidos progresos. Vespasiano 253


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quae se alieno servo iunxisset, ancilla haberetur; neve filiorum familiarum faeneratoribus exigendi crediti ius umquam esset, ne post patrum quidem mortem.

hizo decretar al Senado que toda mujer que se casase con esclavo de otro sería considerada esclava, y que los usureros que prestasen a hijos de familia, no podrían en ningún caso exigir, el pago de sus créditos (179) ni siquiera después de la muerte de los padres.

XII. Ceteris in rebus statim ab initio principatus usque ad exitum civilis et clemens, mediocritatem pristinam neque dissimulavit umquam ac frequenter etiam prae se tulit. Quin et conantis quosdam originem Flavii generis ad conditores Reatinos comitemque Herculis, cuius monimentum exstat Salaria via, referre irrisit ultro. Adeoque nihil ornamentorum extrinsecus cupide appetivit, ut triumphi die fatigatus tarditate et taedio pompae non reticuerit, merito se plecti, qui triumphum, quasi aut debitum maioribus suis aut speratum umquam sibi, tam inepte senex concupisset. Ac ne tribuniciam quidem potestatem et patris patriae appellationem nisi sero recepit. Nam consuetudinem scrutandi salutantes manente adhuc bello civili omiserat.

XII. Mostró en todo lo demás gran moderación y bondad desde el principio hasta el fin de su reinado. Jamás ocultó lo humilde de su origen; y aun a veces se vanagloria de ello; ridiculizó a algunos aduladores que querían hacer remontar el origen de la casa Flavia a los fundadores de Reata, y hasta a un compañero de Hércules del que se ve todavía un monumento en la vía Salaria. Era tan poco inclinado a cuanto se refiere a la pompa exterior, que el día de su triunfo, fatigado por la lentitud de la marcha y cansado de la ceremonia, no pudo menos de decir que era un justo castigo por haber deseado neciamente, a su edad, el triunfo, como si aquel honor correspondiese a su nacimiento, o como si hubiese podido esperarlo alguna vez. Sólo mucho más adelante consintió en aceptar el poder tribunicio y el título de Padre de la Patria. En cuanto a la costumbre de registrar a los que iban a ver al emperador, la había suprimido desde el tiempo mismo de la guerra civil.

XIII. Amicorum libertatem, causidicorum figuras ac philosophorum contumaciam lenissime tulit. Licinium Mucianum notae impudicitiae, sed meritorum fiducia minus sui reverentem, numquam nisi clam et hactenus retaxare sustinuit, ut apud communem aliquem amicum querens adderet clausulam: Ego tamen vir sum. Salvium Liberalem in defensione divitis rei ausum dicere: Quid ad Caesarem, si Hipparchus sestertium milies habet? et ipse laudavit. Demetrium Cynicum in itinere obvium sibi post damnationem, ac neque assurgere neque salutare se dignantem, oblatrantem etiam nescio quid, satis habuit canem appellare.

XIII. Soportaba con gran paciencia la franqueza de sus amigos, los atrevidos apóstrofes de los abogados y los denuestos de los filósofos. Licinio Muciano, cuyas costumbres infames eran harto conocidas, pero a quien habían enorgullecido sus servicios, le mostraba muy poco respeto; no obstante, el emperador nunca le reprendió más que en privado, y cuando hablaba de Liciano con alguno de sus amigos comunes, se contentaba con decir: Yo, cuando menos, soy hombre. Felicitó a Salvio Liberal por haberse atrevido a exclamar en la defensa de un rico cliente: ¿Qué importa a César que Hiparco tenga cien millones de sestercios? Cierto día halló sentado a su paso al cínico Demetrio, al que acababan de condenar los jueces; éste, en vez de levantarse a su presencia o de saludarle, empezó a ladrar injurias contra él; Vespasiano se contentó con llamarle perro.

XIV. Offensarum inimicitiarumque minime memor executorve, Vitelli hostis sui filiam splendidissime maritavit, dotavit etiam et instruxit. Trepidum eum interdicta aula sub Nerone quaerentemque, quidnam ageret aut quo abiret, quidam ex officio admissionis simul expellens, abire Morboviam iusserat. In hunc postea deprecantem haud ultra verba excanduit, et quidem totidem fere atque eadem. Nam ut suspicione aliqua vel metu ad perniciem cuiusquam compelleretur tantum afuit, ut monentibus amicis cavendum esse

XIV. No tenía memoria ni resentimiento para las ofensas y enemistades. Casó espléndidamente a la hija de Vitelio, enemigo suyo, la dotó y le hizo magníficos presentes. En tiempos de Nerón, en los días en que le estaba prohibida la entrada en la corte, un servidor de palacio, a quien preguntaba temblando qué haría o adónde iría en adelante, le replicó, poniéndole en la puerta: Vete a Morbonia. Habiéndosele presentado después este hombre a pedirle perdón, Vespasiano le dio, sobre poco más o menos, la misma respuesta, y se creyó con ello bastante vengado. Incapaz de sacrificar a nadie a sus temores o sospechas, hizo cónsul a Mecio Pomposiano, de quien sus 254


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Mettium Pompusianum, quod vulgo crederetur genesin habere imperatoriam, insuper consulem fecerit, spondens quandoque beneficii memorem futurum.

amigos le habían aconsejado desconfiar porque, según decía, su horóscopo le llamaba al Imperio; si es así, decía el emperador, recordará los beneficios que le he dispensado.

XV. Non temere quis punitus insons reperietur, nisi absente eo et ignaro aut certe invito atque decepto. Helvidio Prisco, qui et reversum se ex Syria solus privato nomine Vespasianum salutaverat et in praetura omnibus edictis sine honore ac mentione ulla transmiserat, non ante succensuit quam altercationibus insolentissimis paene in ordinem redactus. Hunc quoque, quamvis relegatum primo, deinde et interfici iussum, magni aestimavit servare quoquo modo, missis qui percussores revocarent; et servasset, nisi iam perisse falso renuntiatum esset. Certum neque caede cuiusquam umquam laetatus, iustis suppliciis inlacrimavit etiam et ingemuit.

XV. Difícilmente podría citarse un inocente castigado bajo su mando, a no ser en ausencia suya o sin saberlo él, y siempre contra su voluntad o porque le engañaron. Cuando regresó de Siria, Helvidio Prisco fue el único que saludó, llamándole sólo Vespasiano, y luego, durante su pretura, afectó no rendirle ningún homenaje ni nombrarle jamás en sus edictos. Vespasiano no se irritó hasta después de verse puesto en el último extremo y rebajado a la última clase de ciudadanos por la desenfrenada insolencia de sus denuestos. Es cierto que al pronto le desterró, que después mandó matarle, pero también lo es que hizo luego cuanto pudo por salvarle; que despachó en seguida correos encargados de detener a los ejecutores de la orden, y seguramente le hubiese salvado a no haberle hecho creer que era ya tarde. Por lo demás, lejos de regocijarse por la muerte de un hombre, deploraba hasta los suplicios aplicados con más justicia.

XVI. Sola est, in qua merito culpetur, pecuniae cupiditas. Non enim contentus omissa sub Galba vectigalia revocasse, novas et gravia addidisse, auxisse, tributa provinciis, nonnullis et duplicasse, negotiationem quoque vel privato pudendas propalam exercuit, coemendo quaedam, tantum ut pluris postea distraheret. Ne candidatis quidem honores, reisve tam innoxiis quam nocentibus absolutione venditare cunctatus est. Creditur etiam procuratorum rapacissimus quemque ad ampliora officia ex industria solitus promovere, quo locupletiores mox condemnaret; quibus quidem vulgo pro spongiis dicebatur uti, quod quasi et siccos madefaceret et exprimeret umentis. Quidam natura cupidissimum tradunt, idque exprobratum ei a sene bubulco, qui negata sibi gratuita libertate, quam imperium adeptum suppliciter orabat, proclamaverit vulpem pilum mutare, non mores. Sunt contra qui opinentur ad manubias et rapinas necessitate compulsum summa aerarii fiscique inopia; de qua testificatus sit initio statim principatus, professus quadringenties milies opus esse, ut res p. stare posset. Quod et veri similius videtur, quando et male partis optime usus est.

XVI. Lo único que se le censura, con razón, es su avidez de dinero. No satisfecho, en efecto, con restablecer los impuestos abolidos en tiempo de Galba, de crear otros y de los más gravosos, de aumentar los tributos de las provincias y de duplicarlos algunas veces, realizó a menudo tráficos deshonrosos hasta para un particular, comprando, por ejemplo, ciertas cosas en junto, con el único objeto de venderlas más caras al menudeo. Vendía las magistraturas a los candidatos y las absoluciones a los acusados, fuesen inocentes o culpables. Se pretende, asimismo, que concedía los mejores empleos a sus agentes más rapaces, con objeto de condenarlos cuando se hubiesen enriquecido. Se decía, generalmente, que eran para él como esponjas que sabía llenar y estrujar sucesivamente. Dicen algunos que esta avaricia era ingénita en él, y se la censuró un día cierto viejo vaquero, que, no pudiendo obtener gratuitamente la libertad, después de su advenimiento al Imperio, exclamó: que el zorro podía cambiar de piel, pero no de costumbre. Opinan otros, por el contrario, que la extrema penuria del Tesoro y del Fisco hicieron para él una necesidad del pillaje y la rapiña; por este motivo había dicho al principio de su reinado, que necesitaba el Estado, para sostenerse, cuatro mil millones de sestercios. Esta opinión me parece tanto más verosímil, cuanto que empleó muy bien lo que había adquirido mal.

XVII. In omne hominum genus XVII. Sus liberalidades se extendían a todos sin liberalissimus explevit censum senatorium, distinción; completó, en efecto, el censo de algunos 255


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consulares inopes quingenis sestertiis annuis sustentavit, plurimas per totum orbem civitates terrae motu aut incendio afflictas restituit in melius, ingenia et artes vel maxime fovit.

senadores; estableció una renta anual de quinientos mil sestercios para los consulares pobres, y en todo el Imperio hizo reconstruir, más hermosas de lo que eran antes, gran número de ciudades destruidas por terremotos o incendios.

XVIII. Primus e fisco Latinis Graecisque rhetoribus annua centena constituit; praestantis poetas, nec non et artifices, Coae Veneris, item Colossi refectorem, insigni congiario magnaque mercede donavit; mechanico quoque, grandis columnas exigua impensa perducturum in Capitolium pollicenti, praemium pro commento non mediocre optulit, operam remisit, praefatus sineret se plebiculam pascere.

XVIII. Protegió de modo especial a los ingenios y las artes; fue el primero, en efecto, que constituyó sobre el Tesoro público una pensión anual de cien mil sestercios para los retóricos, griegos y latinos; concedió, asimismo, crecidas gratificaciones y magníficos regalos para los poetas célebres y artistas famosos, como, por ejemplo, al que hizo la Venus de Cose y al que reparó el Coloso. A un mecánico que se había comprometido a transportar con poco gasto al Capitolio columnas inmensas, Vespasiano le hizo abonar una importante suma por su proyecto, pero aplazó la ejecución, diciendo: Permitid que alimente al pobre pueblo.

XIX. Ludis, per quos scaena Marcelliani theatri restituta dedicabatur, vetera quoque acroamata revocaverat. Apollinari tragoedo quadringenta, Terpno Diodoroque citharoedis ducena, nonnullis centena, quibus minimum, quadragena sestertia insuper plurimas coronas aureas dedit. Sed et convivabatur assidue, ac saepius recta et dapsile, ut macellarios adiuvaret. Dabat sicut Saturnalibus viris apophoreta, ita per Kal. Mart. feminis. Et tamen ne sic quidem pristina cupiditatis infamia caruit. Alexandrini Cybiosacten eum vocare perseveraverunt, cognomine unius e regibus suis turpissimarum sordium, Sed et in funere Favor archimimus personam eius ferens imitansque, ut est mos, facta ac dicta vivi, interrogatis palam procuratoribus, quanti funus et pompa constaret, ut audiit, sestertio centiens, exclamavit, centum sibi sestertia darent, ac se vel in Tiberim proicerent.

XIX. En los juegos celebrados por la dedicación del teatro Marcelo, restaurado por él, hizo representar también obras antiguas. Regaló al trágico Apolinar cuatrocientos mil sestercios, a los músicos Terpno y Diodoro les dio doscientos mil; y cien mil a otros, y algunos hasta cuarenta mil, sin contar un crecido número de coronas de oro. Daba con frecuencia comidas, y las encargaba suntuosas y magníficas para proporcionar beneficios a los vendedores de comestibles. Hacía regalos de mesa a los hombres el día de las Saturnales, y a las mujeres el día de las calendas de marzo. Pero no pudo, a pesar de tales liberalidades, librarse de ser censurado de avaricia, y los habitantes de Alejandría le llamaron siempre Cybiosacto, del nombre de uno de sus reyes famoso por su avaricia. El día de sus funerales el jefe de los mímicos, llamado Favor, que representaba la persona del emperador, y parodiaba, según la costumbre, sus modales y su lenguaje, preguntó públicamente a los intendentes del difunto cuánto costaban sus exequias y pompas fúnebres, y cuando le contestaron diez millones de sestercios, exclamó: Dadme cien mil, y arrojadme, si queréis, al Tíber.

XX. Statura fuit quadrata, compactis firmisque membris, vultu veluti nitentis: de quo quidam urbanorum non infacete, siquidem petenti, ut et in se aliquid diceret: "Dicam," inquit, "cum ventrem exonerare desieris." Valitudine prosperrima usus est, quamvis ad tuendam eam nihil amplius quam fauces ceteraque membra sibimet ad numerum in sphaeristerio defricaret inediamque unius diei per singulos menses interponeret.

XX. Era de complexión cuadrada, miembros fuertes y robustos y el rostro como el del que hace violentos esfuerzos. Así sucedía que un satírico, al que estrechaba para que dijese sobre él un chiste, le contestó alegremente: Lo diré cuando acabes de descargar el vientre. Gozó siempre de excelente salud, aunque no hizo, para conservarla, otra cosa que frotarse por sí mismo, en una sala de gimnasia el cuello y los miembros cierto número de veces y observar dieta un día al mes.

XXI.

Ordinem

vitae

fere

tenuit.

In XXI. Éste fue, aproximadamente, el orden de su vida: 256


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principatum maturius semper ac de nocte evigilabat; dein perlectis epistolis officiorumque omnium breviariis, amicos admittebat, ac dum salutabatur, et calciabat ipse se et amiciebat; postque decisa quaecumque obvenissent negotia, gestationi et inde quieti vacabat, accubante aliqua pallacarum, quas in locum defunctae Caenidis plurimas constituerat; a secreto in balineum tricliniumque transiliebat. Nec ullo tempore facilior aut indulgentior traditur, eaque momenta domestici ad aliquid petendum magno opere captabant.

Desde su advenimiento al poder se levantaba siempre antes del amanecer y empezaba su trabajo. Una vez leídas todas las cartas y examinados los partes de los empleados de palacio, hacía entrar a sus amigos, y mientras recibía sus saludos, se calzaba y vestía por sí mismo. Después de despachar todos los asuntos, paseaba en litera; volvía luego a descansar un poco, teniendo a su lado, en el lecho, alguna de las numerosas concubinas, elegidas por él después de la muerte de Cenis para reemplazarla. De allí pasaba a la sala de baño y desde ésta al comedor; se asegura que éste era el momento en que se le veía de mejor humor y el que cuidaban de aprovechar las personas de su servicio para dirigirle sus peticiones.

XXII. Et super cenam autem et semper alias comissimus, multa ioco transigebat; erat enim dicacitatis plurimae, etsi scurrilis et sordidae, ut ne praetextatis quidem verbis abstineret. Et tamen nonnulla eius facetissima exstant, in quibus et haec. Mestrium Florum consularem, admonitus ab eo plaustra potius quam plostra dicenda, postero die Flaurum salutavit. Expugnatus autem a quadam, quasi amore suo deperiret, cum perductae pro concubitu sestertia quadringenta donasset, admonente dispensatore, quem ad modum summam rationibus vellet inferri, "Vespasiano," inquit, "adamato".

XXII. En sus conversaciones usaba de gran familiaridad, principalmente a la mesa, donde continuamente decía chistes; era muy cáustico y hasta a veces descendía a groseras bufonadas, no conteniéndose siquiera de emplear las palabras más sucias. No obstante, se han conservado de él algunas agudezas como éstas: Al consular Mestrio Floro, que le había advertido un día que dijese plaustra (carretas) y no plostra, Vespasiano le saludó a la mañana siguiente con el nombre de Flaurus (180). A una mujer que había fingido violenta pasión por él y había triunfado de sus desdenes, se la hizo llevar y le dio por una noche cuatrocientos mil sestercios; preguntado por un intendente cómo debía inscribir aquel gasto en sus cuentas: Por Vespasiano amado, le contestó.

XXIII. Vtebatur et versibus Graecis tempestive satis, et de quodam procerae statuae improbiusque nato: makra bibas, kradaon dolichoskion enchos. et de Cerylo liberto, qui dives admodum ob subterfugiendum quandoque ius fisci ingenuum se et Lachetem mutato nomine coeperat ferre: ho Laches, Laches, epan apothanes, authis ex arches esei sy kerylos.

XXIII. Citaba con gran oportunidad versos griegos; así el que aplicó a uno muy alto, a quien, en cierto sentido, había tratado con generosidad la Naturaleza: Avanza a grandes pasos, blandiendo un largo dardo (181). Un liberto muy rico, llamado Cérulo, pretendía ser de condición libre, con objeto de defraudar más adelante los derechos del fisco; empezaba ya por esto, abandonando su nombre, a hacerse llamar Laches; Vespasiano exclamó en griego: ¡Oh, Laches, Laches, cuando estés muerto te encontrarás Cérulo como antes! (182). Buscaba sobre todo chistes a propósito de sus vergonzosas exacciones, con objeto de ocultar con rasgos de ingenio lo que tenían de odiosas y de unir a ellas el recuerdo de una agudeza. Por ejemplo, uno de sus criados a quien más quería, solicitaba una plaza de intendente para uno que decía ser su hermano; Vespasiano aplazó la contestación, llamó al mismo aspirante, se hizo entregar la cantidad que éste había ofrecido a su protector, y le concedió el empleo. Cuando el intermediario le recordó el asunto, le contestó: Busca otro hermano; el que creías tuyo, se ha convertido de pronto en mío. Durante un viaje vio detenerse de repente su muletero para hacer herrar las mulas; sospechó Vespasiano que con ello había querido dar tiempo a un litigante, a quien acababa de encontrar, para que le hablase de su asunto, y le preguntó cuánto había recibido

Maxime tamen dicacitatem adfectabat in deformibus lucris, ut invidiam aliqua cavillatione dilueret transferretque ad sales. Quendam e caris ministris dispensationem cuidam quasi fratri petentem cum distulisset, ipsum candidatum ad se vocavit; exactaque pecunia, quantam is cum suffragatore suo pepigerat, sine mora ordinavit; interpellanti mox ministro: Alium tibi, ait, quaere fratrem; hic, quem tuum putas, meus est. Mulionem in itinere quodam suspicatus ad calciandas mulas desiluisse, ut adeunti litigatori spatium moramque praeberet, interrogavit quanti

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calciasset, et pactus est lucri partem. Reprehendenti filio Tito, quod etiam urinae vectigal commentus esset, pecuniam ex prima pensione admovit ad nares, sciscitans num odore offenderetur; et illo negante: Atqui, inquit, e lotio est. Nuntiantis legatos decretam ei publice non mediocris summae statuam colosseam, iussit vel continuo ponere, cavam manum ostentans et paratam basim dicens. Ac ne metu quidem ac periculo mortis extremo abstinuit iocis. Nam cum inter cetera prodigia Mausoleum derepente patuisset et stella crinita in caelo apparuisset, alterum ad Iuniam Calvinam e gente Augusti pertinere dicebat, Parthorum regem qui capillatus esset; prima quoque morbi accessione: Vae, inquit, puto, deus fio.

por las herraduras, haciéndose entregar una parte de la cantidad. Su hijo Tito, le censuraba un día haber olvidado un impuesto hasta sobre la orina; Vespasiano le presentó delante de la nariz el primer dinero cobrado por aquel impuesto y le pregunto si olía mal. Contestándole Tito que no, sin embargo es orina, le dijo Vespasiano. Fueron unos diputados a anunciarle que sus conciudadanos le habían decretado la erección de una estatua colosal de mucho valor, y les contestó, señalándose el hueco de la mano: Que la coloquen aquí; preparado está el pedestal. Ni el temor de la muerte ni siquiera la proximidad del momento fatal pudieron impedirle bromear. Entre otros prodigios que anunciaron su fin, el Mausoleo se abrió de repente y apareció en el cielo una estrella con cabellera; Vespasiano pretendía que el primero de estos presagios se refería a Funcia Calvina, que era de la familia de Augusto, y el otro al rey de los partos, que tenía larga cabellera. Al principio de su última enfermedad dijo: ¡Ay de mí, me parece que me hago dios!.

XXIV. Consulatu suo nono temptatus in Campania motiunculis levibus protinusque urbe repetita, Cutilias ac Reatina rura, ubi aestivare quotannis solebat, petit. Hic cum super urgentem valitudinem creberrimo frigidae aquae usus etiam intestina vitiasset, nec eo minus muneribus imperatoriis ex consuetudine fungeretur, ut etiam legationes audiret cubans, alvo repente usque ad defectionem soluta, imperatorem, ait statem mori oportere; dumque consurgit ac mititur, inter manus sublevantium extinctus est VIIII. Kal. Iul. annum agens aetatis sexagensimum ac nonum, superque mensem ac diem septimum.

XXIV. Era cónsul por novena vez, y se hallaba en Campania cuando experimentó ligeros accesos de fiebre; en el acto regresó a Roma y desde allí marchó a Cutilias y a sus tierras de Reata, donde solía pasar el verano. Allí se le fue agravando la enfermedad, a causa del inmoderado uno de agua fría, que le destruía el estómago. No por esto dejó de cumplir los deberes de su cargo con tanta exactitud como antes, recibiendo hasta en el lecho las comisiones que le enviaban. Pero sintiéndose de pronto desfallecer a causa de un flujo de vientre, dijo: un emperador debe morir de pie, y en el instante en que procuraba levantarse expiró entre los brazos de los que le ayudaban, el 9 de las calendas de julio (183), a la edad de sesenta y nueve años, siete meses y siete días.

XXV. Convenit inter omnis, tam certum eum de sua suorumque genitura semper fuisse, ut post assiduas in se coniurationes ausus sit adfirmare senatui, ut filios sibi successuros aut neminem. Dicitur etiam vidisse quondam per quietem stateram media parte vestibuli Palatinae domus positam examine aequo, cum in altera lance Claudius et Nero starent, in altera ipse ac filii. Nec res fefellit, quando totidem annis parique temporis spatio utrique imperaverunt.

XXV. Todos concuerdan en decir que tenía tal confianza en los destinos prometidos a sus hijos y a él que, a pesar de las frecuentes conspiraciones contra su vida, no vaciló en afirmar en el Senado que tendría por sucesores a sus hijos o a nadie. Se dice también que en sueños vio una balanza suspendida en perfecto equilibrio en el vestíbulo del palacio, en un platillo de la cual estaban Claudio y Nerón, y en el otro sus hijos, igualdad que se encuentra en el cómputo de los años, puesto que unos y otros reinaron el mismo tiempo.

NOTAS (171) 17 de noviembre. (172) Tácito, dice todo lo contrario: “La integridad del proconsulado de Vitelio (en Africa) había dejado allí una impresión favorable; en cambio, el de Vespasiano fue odioso y desacreditado.”

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(173) Flavio Sabino era el mayor, en la época en que ambos eran simples particulares, superaba a Vespasiano en crédito y riquezas, y se ha dicho que, arruinado Vespasiano, no pudo conseguir ayuda de su hermano mas que hipotecándole sus casas y sus tierras. (174) Entre la Siria y la Judea se encuentra el Carmelo, nombre común a una montaña y a un dios. Este dios no tiene templo ni estatua pues así lo establece una antigua tradición un sencillo altar atrae allí la veneración de los nombres. Vespasiano sacrificaba en él, en el tiempo en que acariciaba secretamente en su espíritu sus sueños de grandeza. El sacerdote llamado Basílides tras de examinar varias veces las entrañas, dijo a Vespasiano, “Sean cuales fueren tus designios, ya sea que pretendas construir o extender tus dominios, o multiplicar el número de tus esclavos los dioses te prometen residencia holgada, vastas tierras y gran número de hombres.” (175) El celebre historiador de la Guerra de los Judíos. (176) 17 de julio. (177) Según Tácito nada inflamo tanto a la provincia y al ejercito como la seguridad dada por Muciano sobre el propósito de Vitelio de trasladar las legiones de Germania a las ricas y tranquilas guarniciones de la Siria, y destinar los soldados de la Siria al servicio de la Germania. Los habitantes de la provincia, con la costumbre de verlos, se habían aficionado a los soldados; la mayor parte estaban unidos por amistad y por matrimonio, sin contar con que, acostumbrados a su campamento por la larga permanencia en el, le tenían cariño como a sus penates. (178) Cohortes establecidas en Puzzola y en Ostia para casos de incendio y que iban de vez en cuando a Roma para prestar allí el mismo servicio. (179) Acerca de esto existía ya una ley (lex Loetoria) dada en 490 de Roma, y un senadoconsulto dado en 800 bajo el reinado de Claudio. (180) Vespasiano no jugaba sólo con la pronunciación de la palabra Floro, sino que hacia a la vez un juego de palabras del griego en latín, pues la misma palabra significa en aquella lengua hombre malo. (181) Ilíada, VII, 213. (182) Parodia de un verso de Menandro. (183) 23 de junio.

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SVETONI TRANQVILII VITA DIVI TITI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

EL DIVINO TITO

SINOPSIS I. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-6) Nacimiento de Tito. Su amistad con Británico (1-2). Cualidas físicas y espirituales (3). Carrera militar y política. Matrimoos y descendencia. Tito, legado de legión en la guerra de Judea (4). Su viaje a Roma para cumplimentar a Galba se ve interrumpido por la muerte de éste. Visita al oráculo de Venus en Pafos. to, al frente de las operaciones en Judea. Toma de Jerusalén. Sospechas de pretender el reino de Oriente (5). Tito comparte poder con su padre. Su comportamiento como prefecto del pretorio le granjea la animadversión general (6).

II. TITO EN EL PODER (7-9) Su mala fama se trueca en excelente una vez emperador. Comedimiento y liberalidad de Tito. Obras y espectáculos públicos (7). Carácter benévolo y complaciente. Humildad de su comportamiento. Catástrofes de su reinado y medidas tomadas para remediarlas. Medidas contra los delatores (8). Tolerancia con sus adversarios y en especial con su hermano (9). III. MUERTE DE TITO. EPÍLOGO (10-11) Enfermedad y muerte de Tito (10). Lugar, fecha y edad a la que murió. Duración de su reinado. Manifestaciones de duelo general (1 l).

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I. Titus cognomine paterno, amor ac deliciae generis humani, (tantum illi ad promerendam omnium voluntatem vel ingenii vel artis vel fortunae superfuit, et, quod difficillimum est, in imperio: quando privatus atque etiam sub patre principe ne odio quidem, nedum vituperatione publica caruit), natus est III. Kal. Ian. insigni anno Gaiana nece, prope Septizonium, sordidis aedibus, cubiculo vero perparvo et obscuro (nam manet adhuc et ostenditur);

I. Tito llevaba el mismo nombre que su padre, y por sus cualidades, destreza y fortuna, que le granjearon el afecto universal, fue llamado amor y delicias del género humano. Lo más asombroso de este príncipe fue que adorado en el trono, antes de subir a él fue objeto de la censura pública y hasta de odio durante el reinado de su padre. Nació el 3 de las calendas de enero (184) del año 794, célebre por la muerte de Calígula, en una habitación tan estrecha como obscura, que se enseña todavía en nuestros días tal como era y que formaba parte de un edificio de aspecto triste, cerca del Septizonio (185).

II. educatus in aula cum Britannico simul, ac paribus disciplinis et apud eosdem magistros institutus. Quo quidem tempore aiunt metoposcopum, a Narcisso Claudii liberto adhibitum, ut Britannicum inspiceret, constantissime affirmasse, illud quidem nullo modo, ceterum Titum, qui tunc prope astabat, utique imperaturum. Erant autem adeo familiares, ut de potione, qua Britannicus hausta periit, Titus quoque iuxta cubans gustasse credatur gravique morbo adflictatus diu. Quorum omnium mox memor, statum ei auream in Palatio posuit, et alteram ex ebore equestrem, quae Circensi pompa hodieque praefertur, dedicavit prosecutusque est.

II. Se crió en la corte con Británico, recibiendo la misma educación y de los mismos maestros que él. Un adivino hecho llamar por Narciso, liberto de Claudio, para que le revelase los destinos de Británico, afirmó que aquel príncipe imperial no subiría nunca al trono, pero que Tito (estaba él presente) llegaría con seguridad a él. Vivían los dos príncipes en tanta intimidad, que se cree que Tito probó el veneno de que murió Británico, pues estaba en aquel instante sentado a su lado en la mesa y padeció luego larga y peligrosa enfermedad. En memoria de aquella íntima amistad mandó erigirle más adelante una estatua de oro en su palacio, y le ofrendó como a un dios una ecuestre de marfil, que todavía hoy es paseada en las solemnidades del Circo.

III. In puero statim corporis animique dotes exsplenduerunt, magisque ac magis deinceps per aetatis gradus; forma egregia et cui non minus auctoritatis inesset quam gratiae, praecipuum robur, quamquam neque procera statura et ventre paulo proiectiore; memoria singularis, docilitas ad omnis fere tum belli tum pacis artes. Armorum et equitandi peritissimus, Latine Graeceque, vel in orando vel in fingentis poematibus, promptus et facilis ad extemporalitatem usque; sed ne musicae quidem rudis, ut qui cantaret et psalleret iucunde scienterque. E pluribus comperi, notis quoque excipere velocissime solitum, cum amanuensibus suis per ludum iocumque certantem, imitarique chirographa quaecumque vidisset, ac saepe profiteri maximum falsarium esse potuisse.

III. Así en lo físico como en lo espiritual, las mejores cualidades le adornaron desde su infancia; cualidades que se desarrollaron más y más con la edad. Tenía, en efecto, hermoso exterior, que revelaba tanta gracia como dignidad, aunque no era muy alto y tenía el vientre algo grueso; poesía una fuerza extraordinaria, admirable memoria, singular aptitud para todos los trabajos de la guerra y de la paz, rara destreza en el manejo de las armas, siendo, a la vez, un consumado jinete; poesía, además, facilidad prodigiosa, que llegaba hasta la improvisación, para componer en griego y en latín discursos y poemas, y bastantes conocimientos músicos para cantar con gusto y acompañarse con habilidad. He sabido también, por algunos, que se había acostumbrado a escribir con rapidez, hasta el punto de competirse algunas veces en velocidad con los mas hábiles secretarios. Sabía, asimismo, imitar todas las firmas, por cuya razón decía que podía haber sido excelente falsificador.

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IV. Tribunus militum et in Germania et in Britannis meruit summa industriae, nec minore modestiae fama, sicut apparet statuarum et imaginum eius multitudine ac titulus per utramque provinciam. Post stipendia foro operam dedit, honestam magis quam assiduam, eodemque tempore Arrecinam Tertullam, patre eq. R. sed praefecto quodam praetorianarum cohortium, duxit uxorem et in defunctae locum Marciam Furnillam splendidi generis; cum qua, sublata filia, divortium fecit. Ex questurae deinde honore legioni praepositus, Taricheas et Gamalam urbes Iudaeae validissimas in potestate redegit, equo quadam acie sub feminibus amisso alteroque inscenso, cuius rector circa se dimicans occubuerat.

IV. Sirvió como tribuno militar en la Germania y la Bretaña, con tanta modestia como distinción, atestiguando suficientemente sus hazañas el inmenso número de estatuas de todos los tamaños que le erigieron estas provincias y las inscripciones que figuran en ellas. Terminadas sus campañas se dedicó al Foro, en el cual brilló más por su rectitud que por su asiduidad. Contrajo matrimonio con Arricidia Tertula, hija de un caballero romano que había sido prefecto de las cohortes pretorianas (186); fallecida ésta, casó con Marcia Furnila, que pertenecía a una ilustre familia, y de la cual se divorció después de tener de ella una hija. Colocado después de su pretura al frente de una legión, se apoderó de Tariquea y de Gamala, las dos plazas más fuertes de la Judea; en una de las batallas en que tomó parte le mataron el caballo, montando en el acto el de un soldado que acababa de caer muerto luchando a su lado, y continuó combatiendo.

V. Galba mox tenente rem p. missus ad gratulandum, quaqua iter convertit homine, quasi adoptionis gratia arcesseretur. Sed ubi turbari rursus cuncta sensit, redit ex itinere, aditoque Paphiae Veneris oraculo, dum de navigatione consulit, etiam de imperii spe confirmatus est. Cuius brevi compos, et ad perdomandam Iudaeam relictus, novissima Hierosolymorum oppugnatione duodecim propugnatores totidem sagittarum confecit ictibus, cepitque ea natali filiae suae tanto militum gaudio ac favore, ut in gratulatione imperatorem eum consalutaverint et subinde decedentem provincia detinuerint nec non et minaciter efflagitantes, aut remaneret aut secum omnes pariter abduceret. Vnde nata suspicio est, quasi desciscere a patre Orientisque regnum sibi vindicare temptasset; quam suspicionem auxit, postquam Alexandriam petens in consecrando apud Memphim bove Apide diadema gestavit, de more quidem rituque priscae religionis; sed non deerant qui sequius interpretarentur. Quare festinans in Italiam, cum Regium, dein Puteolos oneraria nave appulisset, Romam inde contendit expeditissimus inopinantique patri, velut arguens rumorum de se temeritatem, veni, inquit, pater, veni.

V. Cuando Galba ascendió al Imperio, Tito fue invitado para felicitarle y por todas partes por donde pasó se le prodigaron grandes muestras de afecto, siendo la opinión general que el emperador le llamaba a Roma para adoptarle. Pero enterado de que de nuevo se complicaban los asuntos, volvió atrás, consultó sobre el éxito de su navegación al oráculo de Venus en Pafos, el cual le prometió un mando, promesa que no tardó en realizarse, pues poco después le dejaron en la Judea para acabar de someterla. En el sitio de Jerusalén mató de doce flechazos a doce defensores de la ciudad; se apoderó de la misma el día en que celebraba el aniversario del nacimiento de su hija; el júbilo de los soldados fue indescriptible, y tan favorable para él sus disposiciones, que en los vítores le llamaron todos a una imperator. Más adelante, cuando tuvo que dejar aquella provincia, intentaron retenerle con toda suerte de súplicas y hasta con amenazas, conjurándole a permanecer con ellos o a que los llevase a todos con él. Tales demostraciones dieron sospechas de que quería abandonar la causa de su padre y crearse un Imperio en Oriente, sospechas que él mismo fortaleció, presentándose con una diadema en la cabeza durante la consagración del buey Apis, en Memfis, por donde pasaba dirigiéndose a Alejandría. Es cierto que aquel uso pertenecía a los ritos de la antigua religión, pero no por eso dejaron de interpretar en este sentido su conducta. Apresuróse, pues, a regresar a Italia, abordó a Regio y a Puzzola en una nave mercante y marchó sin dilación a Roma, adelantándose a su comitiva; al ver a su padre profundamente sorprendido de su llegada, le dijo, como para desmentir los rumores que se habían difundido acerca de él: Heme aquí padre, heme aquí.

VI. Neque ex eo destitit participem atque etiam VI. A partir de entonces compartió el poder supremo y 262


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tutorem imperii agere. Triumphavit cum patre censuramque gessit una, eidem collega et in tribunicia potestate et in septem consulatibus fuit; receptaque ad se prope omnium officiorum cura (cum patris nomine et epistolas ipse dictares et edicta conscriberet orationesque in senatu recitaret etiam quaestoris vice) praefecturam quoque praetorii suscepit numquam ad id tempus nisi ab eq. R. administratam, egitque aliquando incivilius et violentius. Siquidem suspectissimum quemque sibi, summissis qui per theatra et castra quasi consensu ad poenam deposceret, haud cunctanter oppressit. In his Aulum Caecinam consularem, vocatum ad cenam ac vixdum triclinio egressum, confodi iussit; sane urgente discrimine, cum etiam chirographus eius praeparatae apud milites contioni deprehendisset. Quibus rebus sicut in posterum securitati satis cavit, ita ad praesens plurimum contraxit invidiae, ut non temere quis tam adverso rumore magisque invitis omnibus transierit ad principatum.

fue como el tutor del Imperio. Celebró el triunfo con su padre y con él ejerció la censura. Fue también colega suyo en el poder tribunicio y en siete consulados. Quedó encargado del cuidado de casi todos los negocios y dictaba las cartas a nombre de su padre, redactando los edictos y leyendo los discursos del emperador al Senado en vez de hacerlo el cuestor, siendo, asimismo, prefecto del Pretorio, funciones todas que hasta entonces sólo se había encargado a caballeros romanos. Se mostró duro y violento; haciendo perecer sin vacilar a cuantos le eran sospechosos, apostando en el teatro y en los campos gentes que, como a nombre de todos, pedían en voz alta su castigo. Citaré entre todos al consular A. Cecina, a quien había invitado a cenar, y al cual, apenas salido del comedor, se le dio muerte por orden suya. Verdad es que Tito había cogido, escrita de su puño, una proclama dirigida a los soldados y que el peligro era inminente. No obstante, semejante conducta, asegurándole el porvenir, le hizo odioso en el presente; de suerte que pocos príncipes han llegado al trono con tan pésima reputación y tan señalada hostilidad por parte del pueblo.

VII. Praeter saevitiam suspecta in eo etiam luxuria erat, quod ad mediam noctem comissationem cum profusissimo quoque familiarum extenderet; nec minus libido, propter exoletorum et spadonum greges propterque insignem reginae Berenices amorem, cum etiam nuptias pollicitus ferebatur; suspecta rapacitas, quod constabat in cognitionibus patris nundinari praemiarique solitum; deinque propalam alium Neronem et opinabantur et praedicabant. At illi ea fama pro bono cessit conversaque est in maximas laudes, neque vitio ullo reperto et contra virtutibus summis. Convivia instituit iucunda magis quam profusa. Amicos elegit, quibus etiam post eum principes ut et sibi et rei p. necessariis adquieverunt praecipueque sunt usi. Berenicen statim ab urbe dimisit, invitus, invitam. Quosdam e gratissimis delicatorum, quamquam tam artifices saltationis, ut mox scaenam tenuerint, non modo fovere prolixius, sed spectare omnino in publico coetu supersedit. Nulli civium quicquam ademit; abstinuit alieno, ut si qui umquam, ac ne concessas quidem ac solitas conlationes recepit. Et tamen nemine ante se munificentia minor, amphitheatro dedicato thermisque iuxta celeriter exstructis, munus edidit apparatissimum largissimusque; dedit et navale proelium in veteri naumachia, ibidem et gladiatores atque uno die quinque milia omne genus ferarum.

VII. Además de cruel, se le acusaba de intemperante, porque alargaba hasta medianoche sus desordenes de mesa con sus familiares más viciosos. Se temía, incluso, su afición a los deleites en vista de la muchedumbre de eunucos y de disolutos que le rodeaba y de su célebre pasión por la reina Berenice, a la que se decía que había prometido hacer su esposa. Acusábanle, en fin, de rapacidad, porque se sabía que en las causas llevadas ante el tribunal de su padre vendió más de una vez la justicia. En una palabra, se pensaba y se decía por todas partes que sería otro Nerón. Pero esta fama se volvió al fin en su favor, siendo ocasión de grandes elogios, cuando se le vio renunciar a todos sus vicios y abrazar todas las virtudes. Hizo entonces famosas sus comidas, más por el recreo que por la profusión; eligió por amigos hombres de quienes se rodearon después los príncipes sucesores suyos y fueron empleados por aquellos como los mejores sostenes de su poder y del Estado; despidió de Roma en el acto a Berenice, con gran pesar de los dos, y dejó de tratar tan liberalmente como lo había hecho y hasta de ver en público a aquellos de su comitiva que no se distinguían más que por sus habilidades frívolas, a pesar de haberlos entre ellos a quienes quería profundamente y que danzaban con una perfección que fue aprovechada al punto por el teatro. No hizo daño a nadie; respetó siempre los bienes ajenos y ni siquiera quiso recibir los regalos de costumbre. Sin embargo, no cedió en magnificencia a ninguno de sus predecesores; así, después de la dedicación del Anfiteatro y de la rápida construcción de los baños próximos a este edificio, dio un espectáculo 263


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Suetonio de los más prolongados y más hermosos, en el cual hizo representar entre otras cosas, una batalla naval en la antigua naumaquia; dio también un combate de gladiadores y presentó en un solo día cinco mil floras de toda especie.

VIII. Natura autem benivolentissimus, cum ex instituto Tiberi omnes dehinc Caesares beneficia a superioribus concessa principibus aliter rara non haberet, quam si eadem iisdem et ipsi dedissent, primus praeterita omnia uno confirmavit edicto, nec a se peti passus est. In certis vero desideriis hominum obstinatissime tenuit, ne quem sine spe dimitteret; quin et admonentibus domesticis, quasi plura polliceretur quam praestere posset, non oportere ait quemquam a semone principis tristem discedere; atque etiam recordatus quondam super cenam, quod nihil cuiquam toto die praestitisset, memorabilem illam meritoque laudatam vocem edidit: "Amici, diem perdidi." Populum in primis universum tanta per omnes occasiones comitate tractavit, ut proposito gladiatorio munere, non ad suum, sed ad spectantium arbitrium editurum se professus sit; et plane ita fecit. Nam neque negavit quicquam petentibus et ut quae vellent peterent ultro adhortatus est. Quin et studium armaturae Thraecum prae se ferens, saepe cum populo et voce et gestu ut fautor cavillatus est, verum maiestate salva nec minus aequitate. Ne quid popularitatis praetermitteret, nonnumquam in thermis suis admissa plebe lavit. Quaedam sub eo fortuita ac tristia acciderunt, ut conflagratio Vesevi montis in Campania, et incendium Romae per triduum totidemque noctes, item pestilentia quanta non temere alias. In iis tot adversis ac talibus non modo principis sollicitudinem sed et parentis affectum unicum praestitit, nunc consolando per edicta, nunc opitulando quatenus suppeteret facultas. Curatores restituendae Campaniae consularium numero sorte duxit; bona oppressorum in Vesevo, quorum heredes non exstabant, restitutioni afflictarum civitatum attribuit. Vbis incendio nihil nisi sibi publice perisse testatus, cuncta praetorium suorum ornamenta operibus ac templis destinavit praeposuitque complures ex equestri ordine, quo quaeque maturius paragerentur. Medendae valitudini leniendisque morbis nullam divinam humanamque opem non adhibuit, inquisito omni sacrificiorum remediorumque genere. Inter adversa temporum et delatores mandatoresque erant ex licentia veteri. Hos assidue in foro flagellis ac fustibus caesos ac novissime traductos

VIII. Inclinado, naturalmente, a la benevolencia, fue el primero que prescindió de la costumbre, seguida desde Tiberio por todos los césares, de considerar nulas las gracias y concesiones otorgadas antes de ellos, si ellos mismos no las ratificaban expresamente; en un solo edicto declaró, en efecto, que eran todas válidas y no permitió que se solicitase aprobación para ninguna. En cuanto a las demás peticiones que podían hacerle, tuvo por norma no despedir a nadie sin esperanzas. Hacíanle observar sus amigos que prometía más de lo que podía cumplir, y contestaba, que nadie debía salir descontento de la audiencia de un príncipe. Recordando en una ocasión, mientras estaba cenando, que no había hecho ningún favor durante el día, pronunció estas palabras tan memorables y con tanta justicia celebradas: Amigos míos, he perdido el día. En todas ocasiones mostró gran deferencia por el pueblo; así, habiendo anunciado un combate de gladiadores, declaró, que todo se haría según la voluntad del público y no de la suya; llegada la hora, lejos de negar lo que pedían los espectadores, él mismo los exhortó a que pidiesen lo que quisieran. No ocultó su preferencia por los gladiadores tracios, y con frecuencia bromeó con el pueblo excitándolos con la voz y el ademán, pero sin comprometer nunca su dignidad ni excederse de lo justo. Para hacerse aún más popular, permitió muchas veces al público la entrada en las termas donde se bañaba. Tristes e imprevistos acontecimientos perturbaron su reinado: la erupción del Vesubio (187), en la Campania; un incendio en Roma, que duró tres días y tres noches, y una peste, en fin, cuyos estragos fueron espantosos (188). En estas calamidades demostró la vigilancia de un príncipe y el afecto de un padre, consolando a los pueblos con sus edictos y socorriéndolos con sus dádivas. Varones consulares, designados por suerte, quedaron encargados de reparar los desastres de la Campania; se emplearon en la reconstrucción de los pueblos destruidos los bienes de los que habían perecido en la erupción del Vesubio sin dejar herederos. Después del incendio de Roma, Tito hizo saber que tomaba a su cargo todas las pérdidas públicas, y en consecuencia de ello dedicó las riquezas de sus palacios a reconstruir y adornar los templos; con objeto de dar más impulso a los trabajos, hizo que gran número de caballeros romanos vigilasen la ejecución. Prodigó a los apestados toda suerte de socorros divinos y humanos, recurriendo, a fin de curar a los enfermos y aplacar a los dioses, a toda suerte de remedios y sacrificios. Entre las calamidades de aquella 264


Los doce Césares per amphitheatri arenam, partim subici ac venire imperavit, partim in asperrima insularum avehi. Vtque etiam similia quandoque ausuros perpetuo coerceret, vetuit inter cetera de eadem re pluribus legibus agi, quaerive de cuiusquam defunctorum statu ultra certos annos.

Suetonio época, contábanse los delatores y sobornadores de testigos, restos de la antigua tiranía. Tito los hizo azotar con varas y palos en pleno Foro, y en los últimos tiempos de su reinado hizo que los bajasen a la arena del Anfiteatro, donde unos fueron vendidos en subasta, como los esclavos, y otros condenados a la deportación a las islas más insalubres. Con objeto de refrenar para siempre la audacia de aquellas gentes, estableció, entre otras reglas, que nunca podría perseguirse el mismo delito en virtud de diferentes leyes, ni turbar la memoria de los muertos pasado cierto número de años (189).

IX. Pontificatum maximum ideo se professus accipere ut puras servaret manus, fidem praestitis, nec auctorem posthac cuiusquam necis nec conscius, quamvis interdum ulciscenti causa non deesset, sed periturum se potius quam perditurum adiurans. Duos patricii generis convicto in adfectationem imperii, nihil amplius quam ut desisteret monuit, docens principatum fato dati, si quid praeterea desiderarent, promitteres se tributurum; et confestim quidem at alterius matrem, quae procul aberat, cursore suos misit, qui anxiae salvum filium nuntiarent; ceterum ipsos non solum familiari cenae adhibuit, sed et insequenti die gladiatorum spectaculo circa se ex industria conlocatis ablata sibi ferramenta pugnantium inspicienda porrexit. Dicitur etiam cognita utriusque genitura imminere ambobus periculum adfirmasse, verum quandoque et ab alio; sicut evenit.

IX. Aceptó el pontificado máximo con el único objeto, según dijo, de conservar puras sus manos, y así lo cumplió, porque a partir de entonces no fue ya autor ni cómplice de la muerte de nadie; no le faltaban, en verdad, motivos de venganza, pero decía que prefería morir él mismo a hacer perecer a nadie. A dos patricios convictos de aspirar al Imperio, limitase con aconsejarles que renunciasen a sus pretensiones, añadiendo, que el trono lo daba el destino, y les prometió concederles, por otra parte, lo que anhelaban. Envió incluso correos a la madre de uno de ellos, que vivía lejos de Roma, para tranquilizarla acerca de la suerte de su hijo y comunicarle que vivía. No sólo invitó a los dos conjurados a cenar con él, sino que al día siguiente, en un espectáculo de gladiadores, los hizo colocar expresamente a su lado y cuando le presentaron las armas de los combatientes, se las pasó, tranquilamente, para que las examinasen. Se añade que habiendo hecho estudiar su horóscopo, les advirtió que los amenazaba a los dos un peligro cierto, aunque lejos Fratrem insidiari sibi non desinentem, sed paene ex aún, y que no vendría de él, lo que confirmaron los professo sollicitantem exercitus, meditantem acontecimientos. En cuanto a su hermano, que no fugam, neque occidere neque seponere ac ne in cejaba en prepararle asechanzas, que minaba casi minore quidem honore habere sustinuit, sed, ut a abiertamente la fidelidad de los ejércitos y que quiso, en primo imperii die, consorte successoremque testari fin, huir, no pudo decidirse ni hacerle perecer, ni a perseveravit, nonnumquam secreto precibus et separarse de él, ni siquiera a tratarle con menos lacrimis orans, ut tandem mutuo erga se animo consideración que antes. Continuó proclamándole su vellet esse. colega y sucesor en el Imperio, como en el primer día de su reinado; y algunas veces incluso le rogó en secreto, con lágrimas en los ojos, que viviese en fin con él como un hermano. X. Inter haec morte praeventus est, maiore hominum damno quam suo. Spectaculis absolutis, in quorum fine populo coram ubertim fleverat, Sabinos petiit aliquanto tristior, quod sacrificanti hostia aufugerat quodque tempestate serena tonuerat. Deinde ad primam statim mansionem febrim nactus, cum inde lectica transferretur, suspexisse dicitur dimotis plagulis caelum, multumque conquestus eripi sibi vitam immerenti; neque enim exstare ullum suum factum

X. En medio de sus cuidados le sorprendió la muerte, para desdicha del mundo más todavía que para la suya. Al terminar un espectáculo, en el que había llorado abundantemente en presencia de todo el concurso, partió para el país de los sabinos; iba algo entristecido, pues había visto escapar la víctima de un sacrificio y había oído retumbar el trueno con cielo sin nubes. En el primer descanso le acometió la fiebre; prosiguió el viaje en litera y se quejo de morir sin haberlo merecido, puesto que en toda su vida sólo había realizado una 265


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paenitendum, excepto dum taxat uno. Id quale fuerit, neque ipse tunc prodidit neque cuiquam facile succurrat. Quidam opinantur consuetudinem recordatum, quam cum fratris uxore habuerit; sed nullam habuisse, persancte Domitia iurabat: haud negatura, si qua omnino fuisset, immo etiam gloriatura, quod illi promptissimum erat in omnibus probris.

acción de que tuviese que arrepentirse. No dijo a qué acción quiso referirse, y no es fácil adivinarla; se ha creído que era su trato íntimo con Domicia, la esposa de su hermano, pero ésta juró por todos los dioses que nada había habido entre ellos, y no era mujer para negar aquel comercio si hubiese existido, y hasta es seguro que se habría vanagloriado de él como de todas sus infamias.

XI. Excessit in eadem qua pater villa Id. Septb. post biennium ac menses duos diesque XX. quam successerat patri, altero et quadragesimo aetatis anno. Quod ut palam factum est, non secus atque in domestico luctu maerentibus publice cunctis, senatus prius quam edicto convocaretur ad curiam concurrit, obseratisque adhuc foribus, deinde apertis, tantas mortuo gratias egit laudesque congessit, quantas ne vivo quidem umquam atque praesenti.

XI. Murió el emperador en la misma casa de campo que su padre, en los idus de septiembre (190), a los cuarenta y un años de edad, tras un reinado de dos años, dos meses y veinte días. Al difundirse la noticia de su muerte, hubiérase dicho, viendo el dolor público, que cada cual lloraba por uno de su propia familia. Los senadores acudieron, antes de ser convocados, a la sala de sus sesiones, cuyas puertas estaban cerradas aún; abiertas prestamente, colmaron al príncipe muerto de tantas alabanzas y honores como jamás le habían prodigado vivo y presente.

NOTAS (184) 30 de diciembre. (185) No debe confundirse este monumento con el que hizo construir Septimio Severo. No se sabe con certeza cuáles eran sus formas y destino. (186) Era ésta la dignidad más alta a que podía llegar un Caballero romano. (187) En esta erupción pereció Plinio y fue la que destruyo a Herculano y Pompeya. Sucedió en 882 de Roma o 79 de nuestra era. (188) Chifilino atribuye esta calamidad a la ceniza arrojada por el Vesubio, Eusebio la menciona como ocurrida en el reinado de Vespasiano, y dice que se contaron hasta diez mil muertos por día. (189) El término fue fijado en cinco años. Estos actos tenían por objeto disputar la condición de herederos, y rechazar la de parientes. Nerva reprodujo, al parecer, esta disposición. (190) 13 de septiembre.

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SVETONI TRANQVILII VITA DOMITIANI 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23

DOMICIANO

SINOPSIS I. SU VIDA ANTES DE ALCANZAR EL PODER (1-2) Nacimiento de Domiciano. Adolescencia licenciosa. Peligro de su vida durante el incendio del Capitolio ordenado por Vitelio. Domiciano, pretor urbano tras la victoria de su padre. Abuso del poder. Matrimonio con Domicia (1). Ansias de emulación con su hermano. Domiciano, postergado por su padre. Doblez de Domiciano durante el reinado de Vespasiano. Intrigas contra Tito durante el reinado de éste (2). II. DOMICIANO EN EL PODER (3-13) Los primeros años de su mandato. Domicia es nombrada Augusta (3). Espectáculos públicos. Celebración anticipada de los Juegos Seculares. Institución del agon Capitolinus. Creación de un colegio de sacerdotes de Minerva. Donativos y larguezas con el pueblo (4). Obras públicas (5). Expediciones militares. Triunfos. Derrota de L. Antonio Saturnino (6). Diversas medidas de gobierno (7). Celo en la administración de justicia. Actuación como censor (8). Virtudes de Domiciano al comienzo de su mandato (9). Cambio de conducta. Testimonios de crueldad. Escalada represiva. Principales víctimas. Sadismo de Domiciano (101 l). Su falta de recursos le impele a la rapiña. Soberbia y despotismo de Domiciano (12-13).

III. MUERTE DE DOMICIANO (14-17) Conjura contra su vida. Conocimiento previo de las circunstancias de su muerte por las predicciones de los caldeos. Precauciones tomadas por Domiciano. Condena de Flavio Clemente. Se multiplican los presagios y pronósticos de su asesinato (14-15). Terror de Domiciano la víspera de éste. Asesinato de Domiciano. Lugar, fecha y edad a la que murió. Duración de su reinado (16-17).

IV. RASGOS PERSONALES DE DOMICIANO. EPÍLOGO (18-23) Características físicas (18). Tendencia a la molicie. Afición a disparar con el arco (19). Escasa preparación intelectual (20). Vida privada y costumbres. Relaciones con Julia, hija de Tito (21-22). Diferentes reacciones ante su asesinato. El Sellado decreta la damnatio memoriae de Domiciano. Prodigios que anunciaban un régimen más feliz después de su muerte (23).

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I. Domitianus natus est VIIII. Kal. Novemb. patre consule designato inituroque mense insequenti honorem, regione urbis sexta ad Malum Punicum, domo quam postea in templum gentis Flaviae convertit. Pubertatis ac primae adulescentiae tempus tanta inopia tantaque infamia gessisse fertur, ut nullum argenteum vas in usu haberet; satique constat Clodium Pollionem praetorium virum, in quem est poema Neronis quod inscribitur Luscio, chirographum eius conversasse et nonnumquam protulisse noctem sibi pollicentis; nec defuerunt qui affirmarent, corruptum Domitianum et a Nerva successore mox suo. Bello Vitelliano confugit in Capitolium cum patruo Sabino ac parte praesentium copiarum, sed irrumpentibus adversariis et ardente templo apud aedituum clam pernoctavit, ac mane Isiaci celatus habitu interque sacrificulos variae superstitionis, cum se trans Tiberim ad condiscipuli sui matrem comite uno contulisset, ita latuit, ut scrutantibus qui vestigia subsecuti erant, deprehendi non potuerit. Post victoriam demum progressus et Caesar consalutatus, honorem praeturae urbanae consulari potestate suscepit titulo tenus (nam iuris dictionem ad collegam proximum transtulit); ceterum omnem vim dominationis tam licenter exercuit, ut iam tum qualis esset ostenderet. Ne exsequar singula, contrectatis multorum uxoribus, Domitiam Longinam Aelio Lamiae nuptam etiam in matrimonium abduxit, atque uno die super XX. officia urbana aut peregrina distribuit, mirari se Vespasiano dictitante, quod successorem non et sibi mitteret.

I. Nació Domiciano el 9 de las calendas de noviembre (191); su padre había sido designado cónsul y había de entrar en funciones al mes siguiente. El nacimiento acaeció en la sexta región de Roma, cerca del punto llamado la Granada, en una casa convertida más adelante por él en templo de la familia Flavia. Se afirma que pasó su infancia y su primera juventud en la indigencia y en la infamia; no tenía siquiera un vaso de plata y es sabido que el prestamista Clodio Polión, contra el que tenemos un poema de Nerón, intitulado El Tuerto, había conservado y exhibía muchas veces una carta de Domiciano en la que éste le ofrecía una noche. Afirmase también que tuvo el mismo comercio obsceno con Nerva, su inmediato sucesor. Durante la guerra de Vitelio se había encerrado en el Capitolio con su tío Sabino y una parte de las tropas, pero habiéndose apoderado el enemigo del templo y habiéndole puesto fuego, refugiase él en casa de un guardián, donde pasó la noche; por la mañana, disfrazado con el traje de los sacerdotes de Isis, consiguió escapar, mezclándose con los ministros subalternos de esta vana religión. Se retiró al otro lado del Tíber, acompañado de una sola persona, a casa de la madre de un condiscípulo suyo, hallando en ella tan excelente refugio, que los emisarios que seguían sus huellas no pudieron encontrarle. Salió finalmente después de la victoria, siendo saludado cesar; se le honró incluso con la dignidad de pretor de Roma con autoridad consular, pero sólo conservó el título y transmitió la autoridad al primero de sus colegas, mostrando, por el abuso que hizo del poder, lo que había de ser algún día. Fuera largo enumerar todas sus bajezas. Sedujo, en primer lugar, a las esposas de gran número de ciudadanos, robó y tomó en matrimonio a Domicia Longina, que estaba casada con Elio Lamia; distribuyó en un solo día más de veinte oficios para la ciudad y para las provincias, diciendo Vespasiano con este motivo, que se extrañaba de que su hijo no le nombrase también sucesor.

II. Expeditionem quoque in Galliam Germaniasque neque necessariam et dissuadentibus paternis amicis inchoavit, tantum ut fratri se et opibus et dignatione adaequaret. Ob haec correptum, quo magis et aetatis et condicionis admoneretur, habitabat cum patre una, sellamque eius ac fratris, quotiens prodirent, lectica sequebatur ac triumphum utriusque Iudaicum equo albo comitatus est. In sex consulatibus non nisi unum ordinarium gessit, eumque cedente ac suffragante fratre. Simulavit et ipse mire modestiam, in primisque poeticae studium, tam insuentum antea sibi quam postea spretum et abiectum, recitavitque etiam publice. Nec tamen eo setius, cum Vologaesus Parthorum rex auxilia adversus Alanos ducemque alterum ex Vespasiani liberis

II. Emprendió sin necesidad una expedición a la Galia y la Germania, desoyendo los consejos de los amigos de su padre, con el único objeto de emular las hazañas y la consideración de su hermano. Vespasiano le reprendió con dureza, y a fin de que no olvidara en adelante su edad y condición, le obligó a vivir con él. Siempre que el emperador se presentaba en público con Tito, Domiciano seguía en litera la silla curul, y el día en que se celebró su triunfo sobre la Judea los acompañó montado en un caballo blanco. De sus seis consulados únicamente uno fue regular, y su hermano fue quien se lo cedió y solicitó para él. Domiciano supo fingir entonces gran moderación, y sobre todo viva afición a la poesía, de la que no había hecho nunca el menor caso y por la que mostró más adelante profundo desprecio; entonces llegó, sin embargo, incluso a leer versos compuestos por él. Cuando Vologesio, rey de los partos, pidió un refuerzo mandado por un hijo de Vespasiano, para luchar contra los 268


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depoposcisset, omni ope contendit ut ipse potissimus mitteretur; et quia discussa res est, alios Orientes reges ut idem postularent donis ac pollicitationibus sollicitare temptavit. Patre defuncto, diu cunctatus an duplum donativum militi offerret, numquam iactare dubitavit relictum se participem imperii, sed fraudem testamento adhibitam; neque cessavit ex eo insidias struere fratri clam palamque, quoad correptum gravi valitudine, prius quam plane efflaret animam, pro mortuo deseri iussit; defunctumque nullo praeterquam consecrationis honore dignatus, saepe etiam carpsit obliquis orationibus et edictis.

alanos, Domiciano hizo cuanto pudo para ser elegido, y habiendo resultado vanos sus esfuerzos, trató de incitar con dones y promesas a los otros reyes de Oriente para que hiciesen igual petición. Tras la muerte de su padre vaciló algún tiempo sobre si ofrecería a los soldados donativo doble del ordinario, con el fin de sublevarlos, y no dudó hacer correr que Vespasiano le había dejado una parte del Imperio, pero que habían falsificado su testamento. A partir de entonces, no cesó de conspirar en secreto y hasta abiertamente contra su hermano. Cuando le vio gravemente enfermo ordenó sin esperar a que expirase, que le abandonaran como si estuviese muerto (192). Tributó sólo a su memoria los honores de la apoteosis y hasta algunas veces le censuró indirectamente en sus edictos y discursos.

III. Inter initia principatus cotidie secretum sibi horarum sumere solebat, nec quicquam amplius quam muscas captare ac stilo praeacuto configere; ut cuidam interroganti, essetne quis intus cum Caesare, non absurde responsum sit a Vibio Crispo, ne muscam quidem. Deinde uxorem Domitiam, ex qua in secundo suo consulatus filium tulerat duxit, alteroque anno consalutavit Augustam; eandem, Paridis histrionis amore deperditam, repudiavit, intraque breve tempus impatiens discidii, quasi efflagitante populo, reduxit. Circa administrationem autem imperii aliquamdiu se varium praestitit, mixtura quoque aequabili vitiorum atque virtutum; donec virtutes quoque in vitia deflexit: quantum coniectare licet, super ingenii naturam inopia rapax, metu saevus.

III. Al comienzo de su reinado se encerraba solo todos los días durante horas enteras para cazar moscas. a las que enristraba con un punzón muy agudo. Semejante costumbre dio motivo a un chiste de Vibio Crispo, el cual, preguntado un día si había alguien con el emperador: No, contestó, ni siquiera una mosca. Repudió Domiciano a su esposa Domicia, que le había dado un hijo durante su segundo consulado, y que al año siguiente había recibido de él el título de Augusta, pero que estaba locamente enamorada del histrión Paris. No pudo, sin embargo, soportar esta separación, y poco después volvió a llamarla, como cediendo a las instancias del pueblo. Su conducta en el gobierno del Imperio fue al comienzo muy desigual y mezclada de mal y de bien, pero poco a poco hasta sus virtudes degeneraron en vicios; puede conjeturarse que las circunstancias ayudaron también a desarrollar sus malas inclinaciones: la pobreza le hizo codicioso, y el miedo, cruel.

IV. Spectacula assidue magnifica et sumptuosa edidit non in amphitheatro modo, verum et in circo; ubi praeter sollemnes bigarum quadrigarumque cursus proelium etiam duplex, equestre ac pedestre, commisit; at in amphitheatro navale quoque. Nam venationes gladiatoresque et noctibus ad lychnuchos; nec virorum modo pugnas, sed et feminarum. Praeterea quaestoriis muneribus, quae olim omissa revocaverat, ita semper interfuit, ut populo potestatem faceret bina paria e suo ludo postulandi, eaque novissima aulico apparatu induceret. Ac per omne gladiatorum spectaculum ante pedes ei stabat puerulus coccinatus parvo portentosoque capite, cum quo plurimum fabulabatur, nonnumquam serio. Auditus est certe, dum ex eo quaerit, ecquid sciret, cur sibi virum esset ordinatione proxima Aegypto praeficere Maecium Rufum. Edidit navales pugnas paene iustarum classium, effosso et circumstructo iuxta Tiberim lacu, atque inter maximos imbres perspectavit.

IV. Dio a menudo en el Anfiteatro y en el Circo espectáculos tan dispendiosos como magníficos. En el Circo, además de las carreras acostumbradas de bigas y cuadrigas (193), dio un doble combate de caballería e infantería, y en el Anfiteatro una batalla naval. Las cacerías de fieras y los combates de gladiadores se verificaban de noche, a la luz de las antorchas, viéndose luchar en la arena, no sólo a hombres, sino también a mujeres. Los cuestores habían dejado caer en desuso desde hacía ya mucho la costumbre de dar combates de gladiadores a su entrada en el cargo; Domiciano la restableció, asistió siempre a tales espectáculos y permitió cada vez al pueblo pedir dos parejas de sus propios gladiadores, que presentaba los últimos y vestidos con trajes dignos del dueño del Imperio. Mientras duraban los juegos tenía constantemente a sus pies un enano vestido de escarlata, cuya cabeza era de una prodigiosa pequeñez; Domiciano hablaba continuamente con él, y algunas veces de cosas serias; un día se le oyó, por ejemplo, preguntarle si sabia por que había dado en la última promoción el gobierno del Egipto a Mecio Rufo. En un lago abierto cerca del Tíber y rodeado de gradas, hizo representar batallas navales, en las que combatieron flotas, por decirlo así, completas; y ni siquiera una fuerte lluvia sobrevenida 269


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Fecit et ludos Saeculares, computata ratione temporum at annum non quo Claudius proxime, sed quo olim Augustus ediderat; in iis circensium die, quo facilius centum missus peragerentur, singulos a septenis spatiis ad quina corripuit. Instituit et quinquennale certamen Capitolino Iovi triplex, musicum, equestre, gymnicum, et aliquanto plurium quam nunc est coronatorum. Certabant enim et prosa oratione Graece Latineque, ac praeter citharoedos chorocitharistae quoque et psilocitharistae; in stadio vero cursu etiam virgines. Certamini praesedit crepidatus purpureaque amictus toga Graecanica capite gestans coronam auream cum effigie Iovis ac Iunonis Minervaeque; adsidentibus Diali sacerdote et collegio Flavialium pari habitu, nisi quod illorum coronis inerat et ipsius imago. Celebrabat et in Albano quotannis Quinquatria Minervae, cui collegium instituerat, ex quo sorte ducti magisterio fungerentur ederentque eximias venationes et scaenicos ludos, superque oratorum ac poetarum certamina. Congiarium populo nummorum trecentorum ter dedit, atque inter spectacula muneris largissimum epulum. Septimontiali sacro quidem, senatui equitique panariis, plebei sportellis cum obsonio distributis, initium vescendi primus fecit; dieque proximo omne genus rerum missilia sparsit, et quia pars maior intra popularia decidebat, quinquagenas tesseras in singulos cuneos equestris ac senatorii ordinis pronuntiavit.

durante uno de estos espectáculos le impidió presenciarlo hasta el fin (194). Celebró asimismo los juegos seculares, tomando por fecha los últimos del reinado de Augusto, y no los de Claudio. El día de los dioses en el Circo, decidió reducir a cinco las siete vueltas, a fin de facilitar la terminación de las cien carreras de carros. Fundó en honor de Júpiter Capitolino un certamen quinquenal de música, de carreras de caballos y de ejercicios gimnásticos, en los que se distribuían más coronas que en nuestros días (195). Se disputaba, asimismo, en ellos el premio de la prosa griega y latina; había, además, premio para canto y arpa, otro para los coros de arpa y de canto, y otro, por último, para arpa sola; y se vio, incluso, a doncellas disputarse en el estadio el premio de la carrera. Domiciano presidió personalmente tales juegos, con calzado militar, toga de púrpura a la griega y en la cabeza una corona de oro en la que estaban grabadas las imágenes de Júpiter, Juno y Minerva, a su lado tenía al gran pontífice de Júpiter y del colegio de los sacerdotes flavianos (196), vestidos todos como él, pero llevando en sus coronas, además de las imágenes citadas, el retrato del emperador. Celebraba todos los años en el monte Albano las fiestas de Minerva, divinidad para la cual había establecido un colegio de sacerdotes. Entre éstos, designaba la suerte al pontífice, estando obligados a dar magníficos combates de fieras, juegos escénicos y premios de elocuencia y poesía. Distribuyó tres veces al pueblo congiarios de trescientos sestercios por individuo; y durante las cestas de su cuestura le hizo servir un festín de los más espléndidos. En la fiesta de las Siete Colinas hizo distribuir a los senadores y caballeros raciones de pan y al pueblo canastillos llenos de viandas, de las que empezó a comer el primero. Al siguiente día hizo arrojar entre los espectadores regalos de toda clase; como la mayor parte de aquellos obsequios cayeron en los bancos del pueblo, señaló otros cincuenta lotes para cada banco de senadores y caballeros.

V. Plurima et amplissima opera incendio absumpta restituit, in quis et Capitolium, quod rursus arserat; sed omnia sub titulo tantum suo ac sine ulla pristini auctoris memoria. Novam autem excitavit aedem in Capitolio Custodi Iovi, et forum quod nunc Nervae vocatur, item Flaviae templum gentis et stadium et Odeum et naumachiam, e cuius postea lapide maximus circus, deustis utrimque lateribus, exstructus est.

V. Restauró gran número de hermosos edificios que habían sido destruidos por las llamas; entre otros, el Capitolio, que se había incendiado otra vez, pero siempre inscribiendo su nombre, y sin hacer mención del antiguo fundador. Construyó sobre el Capitolio un templo nuevo, dedicado a Júpiter Custodio. Se le debe también el Foro que lleva hoy el nombre de Nerva, el templo de la familia Flavia, un estadio, un teatro lírico, y, por último, una naumaquia, cuyas piedras sirvieron más adelante para la restauración del Circo Máximo, del que se habían consumido dos costados.

VI. Expeditiones partim sponte suscepit, partim necessario: sponte in Chattos, necessario unam in Sarmatas, legione cum legato simul caesa, in Dacos duas, primam Oppio Sabino consulari oppresso, secundam Cornelio Fusco, praefecto cohortium praetorianarum, cui belli summam commiserat. De Chattis Dacisque post varia proelia duplicem triumphum egit. De Sarmatis

VI. En cuanto a sus expediciones militares, unas las emprendió espontáneamente, como la que decidió contra los catos; otras por necesidad, como la de los sármatas, que habían degollado a toda una legión con su jefe. Así fueron también sus dos campañas contra los dacios: la primera para vengar la derrota del consular Opio Sabino; la segunda para vengar la de Cornelio Fusco, prefecto de las cohortes pretorianas, a quien había investido del mando en jefe. 270


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lauream modo Capitolino Iovi rettulit. Bellum civile motum a L. Antonio, superioris Germaniae praeside, confecit absens felicitate mira, cum ipsa dimicationis hora resolutus repente Rhenum transituras ad Antonium copias barbarorum inhibuisset. De qua victoria praesagiis prius quam nuntiis comperit, siquidem ipso quo dimicatum erat die statuam eius Romae insignis aquila circumplexa pinnis clangores laetissimos edidit; pauloque post accisum Antonium adeo vulgatum est, ut caput quoque adportatum eius vidisse se plerique contenderet.

Después de varios combates, ni favorables ni adversos, contra los catos y los dacios, festejó un doble triunfo; pero tras su victoria sobre los sármatas contentase con ofrendar una corona de laurel a Júpiter Capitolino. Dio fin, sin salir de Roma y con singular fortuna, a la guerra civil suscitada por L. Antonio, gobernador de la Alta Germania; en efecto, en el momento mismo del combate, los témpanos del Rin, arrastrados por el deshielo, impidieron a las tropas de los bárbaros que se uniesen a las de Antonio. Los presagios de esta victoria precedieron en Roma a la noticia, pues el mismo día de la batalla un águila gigantesca rodeó con sus alas la estatua del emperador, lanzando alegres chillidos, y pocos instantes después tomó tal consistencia el rumor de la muerte de Antonio, que muchos aseguraban incluso haber visto pasear su cabeza.

VII. Multa etiam in communi rerum usu novavit: sportulas publicas sustulit, revocata rectarum cenarum consuetudine; duas circensibus gregum factiones aurati purpuereique panni ad quattuor pristinas addidit; interdixit histrionibus scaenam, intra domum quidem exercendi artem iure concesso; castrari mares vetuit; spadonum, qui residui apud mangones erant, pretia moderatus est. Ad summam quondam ubertatem vini, frumenti vero inopiam, existimans nimio vinearum studio neglegi arva, edixit, ne quis in Italia novellaret, utque in provinciis vineta succiderentur, relicta ubi plurimum dimidia parte; nec exsequi rem perseveravit. Quaedam ex maximis officiis inter libertinos equitesque R. communicavit. Geminari legionum castra prohibuit, nec plus quam mille nummos a quoquam ad signa deponi; quod L. Antonium apud duarum legionum hiberna res novas moliens fiduciam cepisse etiam ex depositorum summa videbatur. Addidit et quartum stipendium militi, aureos ternos.

VII. Introdujo muchos cambios en las costumbres establecidas; suprimió la de las sportulas públicas y restableció la de las comidas regulares. Añadió dos partidos a los cuatro del Circo, y los distinguió con trajes de púrpura y oro. Prohibió la escena a los histriones y sólo les permitió representar en casas particulares. Prohibió castrar a los hombres y disminuyó el precio de los eunucos que estaban aún en venta en las casas de los mercaderes. Habiendo observado en el mismo año gran abundancia de vino y mucha escasez de trigo. dedujo de ello que la preferencia otorgada a las viñas hacía olvidar los trigales; prohibió entonces plantar nuevas vinas en Italia y dejar subsistir en las provincias más de la mitad de las antiguas (197); pero abandonó la ejecución de esté edicto. Hizo comunes a los hijos de los libertos y a los caballeros romanos algunos de las cargos más importantes del Estado. Prohibió la reunión en un mismo campamento de muchas legiones y recibir en la caja de depósitos militares más de mil sestercios por soldado, por creer que L. Antonio, que había aprovechado para sublevarse contra él la reunión de dos legiones en los magno cuarteles de invierno, tuvo también en cuenta la importancia de este depósito. Concedió, finalmente a los soldados un cuarto término de paga de tres áureos (198).

VIII. Ius diligenter et industrie dixit, plerumque et in foro pro tribunali extra ordinem; ambitiosas centumvirorum sententias rescidit; reciperatores, ne se perfusoriis assertionibus accommodarent, identidem admonuit; nummarios iudices cum suo quemque consilio notavit. Auctor et tr. pl. fuit aedilem sordium repetundarum accusandi iudicesque in eu a senatu petendi. Magistratibus quoque urbicis provinciarumque praesidibus coercendis tantum curae adhibuit, ut neque modestiores umquam neque iustiore extiterint; e quibus plerosque post illum reos omnium criminum vidimus. Suscepta correctione morum, licentiam theatralem promiscue in equitem spectandi

VIII. Desplegó en la administración de la justicia gran celo y diligencia, y algunas veces hasta concedió en su tribunal del Foro audiencias extraordinarias. Dejó sin efecto las sentencias de los centunviros dictadas por favor. Exhortó, a menudo a los jueces recuperadores a no acceder a liberaciones reclamadas sin graves motivos (199). Tachó de infamia a los jueces corrompidos, así como a sus consejeros (200). Supo también contener a los magistrados de Roma y a los gobernadores de las provincias, que nunca fueron más desinteresados ni más justos, pues que vemos a la mayor parte de ellos acusados después de él de los peores delitos. Encargado de las funciones de la censura, abolió el uso abusivo de sentarse indistintamente en el teatro en los bancos de los caballeros; destruyó los libelos repartidos al público contra los ciudadanos principales; expulsó del Senado a un 271


Los doce Césares inhibuit; scripta famosa vulgoque edita, quibus primores viri ac feminae notabantur, abolevit, non sine auctorum ignominia; quaestorium virum, quod gesticulandi saltandique studio teneretur, movit senatu: probrosis feminis lecticae usum ademit iusque capiendi legata hereditatesque; equitem R. ob reductam in matrimonium uxorem, cui dimissae adulterii crimen intenderat, erasit iudicum albo; quosdam ex utroque ordine lege Scantinia condemnavit; incesta Vestalium virginum, a patre quoque suo et fratre neglecta, varie ac severe coercuit, priora capitali supplicio, posteriora more veteri. Nam cum Oculatis sororibus, item Varronillae liberum mortis permisisset arbitrium corruptoresque earum relegasset, mox Corneliam maximam virginem, absolutam olim, dein longo intervallo repetitam atque convictam defodi imperavit, stupratoresque virgis in comitio ad necem caedi, excepto praetorio viro; cui, dubia etiam tum causa et incertis quaestionibus atque tormentis de semet professo, exilium indulsit. Ac ne qua religio deum impune contaminaretur, monimentum, quod libertus eius e lapidibus templo Capitolini Iovis destinatis filio exstruxerat, diruit per milites, ossaque et reliquias quae inerant mari mersit. IX. Inter initia usque adeo ab omni caede abhorrebat, ut absente adhuc patre recordatus Virgilii versum: Impia quam caesis gens est epulata iuvencis. edicere destinarit, ne boves immolarentur. Cupiditatis quoque atque avaritiae vix suspicionem ullam aut privatus umquam aut princeps aliquamdiu dedit, immo e diverso magna saepe non abstinentiae modo sed etiam liberalitatis experimenta. Omnis circa se largissime prosecutus, nihil prius aut acrius monuit quam ne quid sordide faceret. Relictas sibi hereditates ab iis, quibus liberi erant, non recepit. Legatum etiam ex testamento Rusci Caepionis, qui caverat ut quotannis ingredientibus curiam senatoribus certam summam viritim praestate heres suus, irritum fecit. Reos, qui ante quinquennium proximum apud aerarium pependissent, universos discrimine liberavit, nec repeti nisi intra annum eaque condicione permisit, ut accusatori qui causam non teneret exilium poena esset. Scribas quaestorios negotiantes, ex consuetudine sed contra Clodiam legem, venia in praeteritum

Suetonio antiguo cuestor que mostraba excesiva pasión por el arte de la pantomima y del baile; prohibió a las mujeres deshonradas el uso de litera y el derecho a recibir legados o herencias; eliminó de la lista de jueces a un caballero romano que, después de repudiar a su esposa y llevarla ante los tribunos como adúltera, la había recibido de nuevo; condenó, en virtud te la ley Scantinia (201) a muchos ciudadanos de las dos órdenes; estableció castigos diferentes, pero siempre severos, contra los incestos de las vestales, ante los que su padre y su hermano habían cerrado los ojos. Estos castigos fueron primera la muerte, y más adelante el suplicio ordenado por las leyes antiguas (202). Permitió, sin embargo, a las hermanas Ocelata, y después de éstas a Varronila, que eligieran el género de muerte, y limitóse a desterrar a sus seductores; pero a la gran vestal Cornelia, que había sido absuelta en otra ocasión, acusada de nuevo y convicta, la hizo enterrar viva y azotar a sus cómplices con varas hasta hacerlos morir, en el Comicio, excepto a un antiguo pretor, contra el que no existía otra prueba que una declaración incierta arrancada por la tortura, por lo que fue sólo desterrado. Vigiló con especial cuidado que no se violase impunemente el respeto debido a los dioses; hizo que los soldados destruyesen una tumba que un liberto suyo había elevado a su hijo con piedras destinadas al templo de Júpiter Capitolino y mandó arrojar al mar las cenizas y huesos que había en ella.

IX. En sus primeros años experimentaba tal horror por la sangre, que recordando cierto día, en ausencia de su padre, este verso de Virgilio: Impia guam coesis gens est epulata juvencis (203). quiso prohibir que se inmolaran bueyes. Ni antes de llegar al Imperio ni en los primeros tiempos de su reinado, hizo sospechar en él ninguna inclinación a la avaricia y avidez; antes, por el contrario, dio muchas pruebas de desinterés y hasta de liberalidad. Colmaba de presentes a las personas de su comitiva y nada les recomendaba con tanta insistencia como la aversión a la avaricia. No aceptaba las herencias de los que tenían hijos, e incluso anuló un legado del testamento de Rusco Cepión, consistente en cierta cantidad que el heredero debía dar todos los años a cada senador a su entrada en el Senado. Declaró libres de toda persecución judicial a los deudores cuyos nombres estaban inscritos en el Tesoro desde más de cinco años, no permitiendo contra ellos la renovación sino dentro del mismo año y aun esto con la condición que impuso al acusador de pena de destierro en caso de perder la causa. Perdonó, por lo pasado, a los escribientes de los cuestores que traficaban según su costumbre y contra la ley Clodia. Dejó a los antiguos 272


Los doce Césares

Suetonio

donavit. Subsiciva, quae divisis per veteranos agris carptim superfuerunt, veteribus possessoribus ut usu capta concessit. Fiscales calumnias magna calumniantium poena repressit, ferebaturque vox eius: "princeps qui delatores non castigat, irritat."

poseedores, como por derecho de prescripción, los terrenos que no habían sido destinados tras el reparto efectuado a los veteranos. Reprimió la furia de las persecuciones fiscales, señalando severas penas para los acusadores, y se cita esta frase suya: El príncipe que no castiga a los delatores, los alienta.

X. Sed neque in clementiae neque in abstinentiae tenore permansit, et tamen aliquanto celerius ad saevitiam descivit quam ad cupiditatem. Discipulum Paridis pantomimi impuberem adhuc et cum maxime aegrum, quod arte formaque non absimilis magistro videbatur, occidit; item Hermogenem Tarsensem propter quasdam in historia figuras, librariis etiam, qui eam descripserat, cruci fixis. Patrem familias, quod Thraecem myrmilloni parem, munerario imparem dixerat, detractum e spectaculis in harenam, canibus obiecit, cum hoc titulo: Impie locutus parmularius.

X. No perseveró, sin embargo, en su clemencia ni en su desinterés, antes por el contrario, se inclinó rápidamente a la avaricia y a la crueldad. Hizo matar a un discípulo del histrión Paris, que era muy joven aún y estaba entonces enfermo, por la única razón de que se parecía a su maestro en la figura y el talento. Hizo también perecer a Hermógenes Tarsense por algunas alusiones contenidas en su historia, y los copistas que lo habían escrito fueron crucificados. A un padre de familia, porque gritó en el espectáculo que un tracio podía luchar contra un mirmilón, pero no contra el odio del que daba los juegos, ordenó que le arrancasen de su sitio, que le arrastrasen a la arena, y le obligó a luchar en ella contra dos perros, con un cartel que decía: Defensor de los tracios, impío en sus palabras. Muchos senadores, alguno de los cuales habían sido cónsules, como Civico Cerialis, procónsul en Asia, Salvidieno Orfito y Acilo Glabrión, desterrados a la sazón, fueron condenados a muerte como conspiradores. Otros muchos fueron muertos por leves pretextos; entre ellos Elio Lamia, por antiguas bromas que, a pesar de ser perfectamente inocentes, le habían hecho sospechoso; por haberle dicho, por ejemplo, después del rapto de su esposa, a algunos que le alababan la belleza de su voz: Es el premio de mi continencia; por haber contestado a Tito, que le exhortaba a tomar otra esposa: ¿Acaso quieres casarte tú también?; dio también muerte a Salvio Coceyano por haber celebrado el nacimiento del emperador Otón, tío suyo; a Mecio Pomposiano, por haber nacido bajo una constelación que al decir de algunos, auguraba el Imperio, porque llevaba a todas partes con él un mapa del mundo y los discursos de reyes y grandes capitanes, extractados de Tito Livio, porque había, en fin, dado a esclavos los nombres de Magón y Aníbal; a Salustio Lúculo, legado en la Bretaña, por haber permitido que llamasen luculenas unas lanzas de forma nueva; a Junio Rústico, por haber escrito el elogio de Peto Traseas y de Helvidio Prisco y haberles llamado los más virtuosos de los hombres, delito que fue causa de que Domiciano expulsase de Roma y de Italia a todos los filósofos. Hizo también perecer a Helvidio hijo, con el pretexto de que en una representación intitulada Paris y Oenone había censurado el divorcio del príncipe, y a Flavio, primo suyo, porque el día de los comicios consulares el pregonero, después de elegido Sabino, le proclamó, en vez de cónsul, emperador. Fue, sin embargo, mucho más cruel después de su victoria sobre Antonio. Para descubrir, en efecto, los cómplices secretos de su adversario, sometió a la mayor parte de los otros a un nuevo género de tortura, consistente en hacerles quemar los órganos sexuales y cortar las manos. Sólo a dos perdonó

Complures senatores, in iis aliquot consulares, interemit; ex quibus Civicam Cerealem in ipso Asiae proconsulatu, Salvidienum Orfitum, Acilium Glabrionem in exilio, quasi molitores rerum novarum; ceteros levissima quemque de causa; Aelium Lamiam ob suspiciosos quidem, verum et veteres et innoxios iocos, quod post abductam uxorem laudanti vocem suam "eutacto" dixerat, quodque Tito hortanti se de alterum matrimonium responderat: Me kai sy gamesai theleis; Salvium Cocceianum, quod Othonis imperatoris patrui sui diem natalem celebraverat; Mettium Pompusianum, quod habere imperatoriam genesim vulgo ferebatur, et quod depictum orbem terrae in membrana contionesque regum ac ducum ex Tito Livio circumferret, quodque servis nomina Magonis et Hannibalis indidisset; Sallustium Lucullum Britanniae legatum, quod lanceas novae formae appellari Luculleas passus esset; Iunium Rusticum, quod Paeti Thraseae et Helvidii Prisci laudes edidisset appellassetque eos sanctissimos viros; cuius criminis occasione philosophos omnis urbe Italiaque summovit. Occidit et Helvidium filium, quasi scaenico exodio sub persona Paridis et Oenones divortium suum cum uxore taxasset; Flavium Sabinum alterum e patruelibus, quod eum comitiorum consularium die destinatum perperam praeco non consulem ad populum, sed imperatorem pronuntiasset. Verum aliquando post civilis belli victoriam saevior, plerosque paris adversae, dum etiam latentes conscios investigat, novo questionis

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Los doce Césares

Suetonio

genere distortis, immisso per obscaena igne; nonnullis et manus amputavit. Satisque constat, duos dolos e notioribus venia donatos, tribunum laticlavium et centurionem, qui se, quo facilius expertes culpae ostenderet, impudicos probaverant et ob id neque apud ducem neque apud milites ullius momenti esse potuisse.

entre los más conocidos: a un tribuno del orden de los senadores y a un centurión, los cuales alegaron, como prueba de su inocencia, la infamia de sus costumbres, que había debido desposeerles de toda influencia sobre el espíritu de su jefe y de los soldados.

XI. Erat autem non solum magnae, sed etiam callidae inopinataeque saevitiae. Auctorem summarum pridie quam cruci figeret in cubiculum vocavit, assidere in toro iuxta coegit, securum hilaremque dimisit, partibus etiam de cena dignatus est. Arrecinum Clementem consularem, unum e familiaribus et emissariis suis, capitis condemnaturus, in eadem vel etiam maiore gratia habuit, quoad novissime simul gestanti, conspecto delatore eius, "Vis, inquit, nequissimum servum cras audiamus?"

XI. La crueldad no le bastaba, y gustaba aún de astucias y golpes repentinos. Cierto día hizo acudir a su alcoba a un recaudador, obligóle a sentarse a su lado en el mismo almohadón, lo despidió luego alegremente y sin inspirarle el menor recelo, enviándole a su casa platos de su mesa, y a la mañana siguiente mandó crucificarle. Había decidido la muerte del cónsul Arretino Clemente, familiar y agente suyo, a pesar de lo cual, continuó tratándole tan bien o mejor que de ordinario, hasta que un día, paseando con él en litera y viendo a su delator, le dijo: ¿Quieres que oigamos mañana a ese mal esclavo? Jugaba cruelmente con los sufrimientos de los hombres, y nunca pronunciaba una sentencia de muerte sin un preámbulo en el que ensalzaba su clemencia, de suerte que el indicio más seguro de trágico fin era la indulgencia del príncipe. Había hecho conducir ante el Senado a algunos ciudadanos acusados del delito de lesa majestad, diciendo que en aquella ocasión experimentaría el celo de la asamblea por su persona, en vista de lo cual fueron condenados al suplicio que determinaban las leyes antiguas. Asustado él mismo por la atrocidad del castigo, quiso prevenir su mal efecto e intercedió por ellos en estos términos, pues no es indiferente repetirlos: Permitid, padres conscriptos, que reclame de vuestro afecto una cosa que bien sé ha de concedérseme difícilmente y es que los condenados puedan elegir su género de muerte os liberaréis así de presenciar un espantoso espectáculo, y todo el mundo comprenderá que asistía yo al Senado.

Et quo contemptius abuteretur patentia hominum, numquam tristiorem sententiam sine praefatione clementiae pronuntiavit, ut non aliud iam certius atrocis exitus signum esset quam principii lenitas. Quosdam maiestatis reos in curiam induxerat, et cum praedixisset, experturum se illa die quam carus senatui esset, facile perfecerat ut etiam more maiorum puniendi condemnarentur; deinde atrocitate poenae conterritus, ad leniendam invidiam, intercessit his verbis (neque enim ab re fuit ipsa cognoscere): "Permittite, patres conscripti, a pietate vestra impetrari, quod scio me difficulter impetraturum, ut damnatis liberum mortis arbitrium indulgentis; nam et parcetis oculis vestris et intellegent me omnes senatui interfuisse." XII. Exhaustus operum ac munerum impensis stipendioque, quod adiecerat, temptavit quidem ad relevandos castrenses sumptus, numerum militum deminuere; sed cum et obnoxium se barbaris per hoc animadverteret neque eo setius in explicandis oneribus haereret, nihil pensi habuit quin praedaretur omni modo. Bona vivorum ac mortuorum usquequaque quolibet et accusatore et crimine corripiebantur. Satis erat obici qualecumque factum dictumve adversus maiestatem principis. Confiscabantur alienissimae hereditates vel uno existente, qui diceret audisse se ex defuncto, cum viveret, heredem sibi Caesarem esse. Praeter ceteros Iudaicus fiscus acerbissime actus est; ad quem deferebantur, qui vel improfessi Iudaicam viverent vitam, vel dissimulata origine imposita

XII. Arruinado por los enormes gastos de las construcciones que realizaba, por los espectáculos y por el aumento de estipendio a los soldados, ideó entonces para aliviar el Tesoro militar disminuir el número de éstos; vio que esta medida le exponía a las invasiones de los bárbaros y entonces, sin aligerar las otras cargas, no buscó ya mas que ocasiones de rapiña. Por todas partes se confiscaban los bienes de vivos y muertos, cualquiera que fuese el delator, cualquiera que fuese la acusación; bastaba ser acusado de la menor acción, de la palabra más insignificante contra la majestad del príncipe. Confiscaba para él las herencias que más extrañas le eran, con tal de que una persona, una sola asegurase haber oído decir en vida al difunto que el cesar era su heredero. El impuesto que con más rigor se perseguía era aquel de que se componía el Tesoro judaico; por todas partes se denunciaban al Fisco a aquellos que, sin haber hecho profesión, vivían en la religión judía, o que, ocultando su 274


Los doce Césares genti tributa non pependissent. Interfuisse me adulescentulum memini, cum a procuratore frequentissimoque consilio inspiceretur nonagenarius senex an circumsectus esset. Ab iuventa minime civilis animi, confidens etiam, et cum verbis tum rebus immodicum, Caenidi patris concubinae, ex Histria reversae osculumque ut assuerat offerenti, manum praebuit; generum fratris indigne ferens albatos et ipsum ministros habere, proclamavit:

Suetonio origen, no hacía efectivo el tributo impuesto a su nación. Recuerdo haber visto en mi juventud a un recaudador reconocer ante un crecido número de testigos a un anciano de noventa años, a fin, de saber si estaba circuncidado. Domiciano mostró en su juventud gran presunción, orgullo y mucha falta de moderación en su conducta y sus palabras. A Cenis, la concubina de su padre, que a su regreso de Istria le ofreció el beso de costumbre, él le tendió simplemente la mano. Parecíale muy mal que el yerno de su hermano tuviese también criados vestidos de blanco, por lo cual exclamó en griego: No es bueno que haya muchos amos.

ouk agathon polykoiranie. XIII. Principatum vero adeptus, neque in senatu iactare dubitavit, et patri se et fratri imperium dedisse, illo sibi reddidisse; neque in reducenda post divortium uxore edicere revocatam eam in pulvinar suum. Adclamari etiam in amphitheatro epuli die libenter audiit: Domino et dominae feliciter! Sed et Capitolino certamine cunctos ingenti consensus precantes, ut Palfurium Suram restitueret, pulsum olim senatu ac tunc de oratoribus coronatum, nullo responso dignatus, tacere tantum modo iussit voce praeconis. Pari arrogantia, cum procuratorum suorum nomine formalem dictaret epistulam, sic coepit: "Dominus et deus noster hoc fieri iubet." Vnde institutum posthac, ut ne scripto quidem ac sermone cuiusquam appellaretur aliter. Status sibi in Capitolino non nisi aureas et argenteas poni permisit ac ponderi certi. Ianos arcusque cum quadrigis et insignibus triumphorum per regiones urbis tantos ac tot exstruxit, ut cuidam Graece inscriptum sit: arkei. Consulatus septemdecim cepit, quot ante eum nemo; ex quibus septem medios continuavit, omnes autem paene titulo tenus gessit, nec quemquam ultra Kal. Mai., plerosque ad Idus usque Ianuarias. Post autem duos triumphos Germanici cognomine assumpto Septembrem mensem et Octobrem ex appellationibus suis Germanico Domitianumque transnominavit, quod altero suscepisset imperium, altero natus esset.

XIII. Ascendido al trono, osó jactarse ante el Senado de haber dado el Imperio a su padre y a su hermano, que no habían hecho otra cosa que devolvérselo. Cuando después del divorcio recibió a su esposa, se sirvió, para decir que compartía su lecho, de la expresión consagrada para la unión de los dioses. Cierto día en que daba un festín al pueblo se mostró en gran manera complacido al oír que gritaban en el Anfiteatro: Felicidades a nuestro señor y a nuestra señora. En los juegos Capitolinos le fue solicitada por todo el concurso la rehabilitación de Palfurio Sura (204), expulsado en otro tiempo del Senado y que acababa de obtener el premio de la elocuencia; él ni siquiera se dignó contestar y mandó que callasen por medio del heraldo. Llevó su arrogancia al extremo de dictar para el servicio de sus intendentes una fórmula epistolar concebida en estos términos: Nuestro amor y nuestro dios lo quiere y lo ordena. A partir de entonces fue regla general no llamarle de otra manera cuando tuviesen que escribirle o hablarle. No permitió que se elevasen en el Capitolio más que estatuas de oro o plata de determinado peso. Hizo levantar en todos los barrios de Roma un número tal de puertas monumentales y arcos de triunfo, con carros y trofeos militares, que alguien escribió en griego en uno de aquellos monumentos: Basta. Fue cónsul diecisiete veces, cosa hasta entonces sin ejemplo, y especialmente siete veces seguidas, aunque casi siempre lo fue sólo de nombre. De todos sus consulados no conservó ninguno más allá de las calendas de mayo, y muchos sólo hasta los idus de enero. Después de sus dos triunfos, tomó el dictado de Germánico y llamó con sus dos nombres, Germánico y Domiciano, los meses de septiembre y octubre: el primero porque era la época de su ascensión al trono, el segundo por ser el mes en que había nacido.

XIV. Per haec terribilis cunctis et invisus, tandem oppressus est amicorum libertorumque intimorum conspiratione, simul et uxoris. Annum diemque ultimum vitae iam pridem suspectum habebat, horam etiam, nec non et genus mortis. Adulescentulo Chaldaei cuncta praedixerant; pater quoque super cenam quondam fungis abstinentem palam irriserat ut ignarum sortis suae, quod non ferrum potius

XIV. Odiado y temido por todos, sucumbió al fin bajo una conspiración de sus amigos, de sus libertos íntimos y hasta de su esposa. Mucho tiempo antes le habían asaltado presentimientos acerca del año y del día en que había de morir y hasta sobre la hora y la clase de muerte. Desde su juventud le habían predicho los caldeos todas las circunstancias; viéndole un día su padre rechazar en la mesa un plato de setas, se burló de él en voz alta, diciéndole que más bien debía temer al hierro, si conocía su destino. 275


Los doce Césares timeret. Quare pavidus semper atque anxius, minimis etiam suspicionibus praeter modum commovebatur; ut edicti de excidendis vineis propositi gratiam faceret, non alia magis re compulsus creditur, quam quod sparsi libelli cum his versibus erant: Kan me phages epi rhizan, homos eti karpophoreso Hosson epispeisai soi, trage, thyomenoi. Eadem formidine oblatum a senatum novum et excogitatum honorem, quamquam omnium talium appetentissimus, recusavit, quo decretum erat ut, quotiens gereret consulatum, equites R. quibus sors obtigisset, trabeati et cum hastis militaribus praecederent eum inter lictores apparitoresque. Tempore vero suspecti periculi appropinquante sollicitior in dies porticuum, in quibus spatiari consuerat, parietes phengite lapide distinxit, e cuius splendore per imagines quidquid a tergo fieret provideret. Nec nisi secreto atque solus plerasque custodias, receptis quidem in manum catenis, audiebat. Vtque domesticis persuaderet, ne bono quidem exemplo audendam esse patroni necem, Epaphroditum a libellis capitali poena condemnavit, quod post destitutionem Nero in adipiscenda morte manu eius adiutus existimabatur.

Suetonio Inquieto y temeroso a todas horas, por la menor sospecha experimentaba espantosos terrores, y el principal motivo que le impidió hacer cumplir el edicto mandando talar las viñas, se afirma que fue la lectura de cierto escrito difundido por Roma, en el que se leían estos dos versos griegos: Aunque cortes todas las vides, no podrás impedir que haya bastante vino para celebrar tu muerte. Al mismo temor se debió que rehusara un honor extraordinario imaginado por el Senado, que le sabía ávido de este género de distinciones; consistía este honor, según el decreto, en que cuantas veces fuese cónsul, caballeros romanos designados por suerte le precederían, revestido con la trabea y la lanza militar en la mano, entre los lictores y batidores. A medida que se acercaba el momento del peligro, sentía Domiciano redoblar su espanto. Hizo guarnecer la galería en que paseaba de esas piedras transparentes llamadas phengitas, cuya superficie pulimentada, reflejando los objetos, le permitía ver todo lo que pasaba a su espalda. Ordinariamente interrogaba a los prisioneros solo y en secreto y hasta teniendo en las manos el extremo de sus cadenas. Con objeto de demostrar a los que le servían que nunca debe atentarse contra la vida del señor, ni siquiera con intención laudable, condenó a muerte a su secretario Epafrodito, del que se decía haber ayudado a Nerón a darse la muerte, cuando estaba el emperador abandonado ya de todo el mundo.

XV. Denique Flavium Clementem patruelem suum, contemptissimae inertiae, cuius filios etiam tum parvulos successores palam destinaverat abolitoque priore nomine alterum Vespasianum appellari iusserat, alterum Domitianum, repente ex tenuissima suspicione tantum non in ipso eius consulatu interemit. Quo maxime facto maturavit sibi exitium.

XV. En fin, apenas esperó que Flavio Clemente, su primo hermano saliese del consulado, para hacerle perecer por la más fútil sospecha, a pesar de ser hombre de notoria incapacidad, y a pesar de que había adoptado para sucesores a sus hijos, todavía niños, obligándolos a dejar sus nombres con este propósito, dando al uno el de Vespasiano y al otro el de Domiciano. Semejante crueldad contribuyó en gran manera a acelerar su fin.

Continuis octo mensibus tot fulgura facta nuntiataque sunt, ut exclamaverit: "Feriat iam, quem volet." Tactum de caelo Capitolium templumque Flaviae gentis, item domus Palatina et cubiculum ipsius, atque etiam e basi statuae triumphalis titulus excussus vi procellae in monimentum proximum decidit. Arbor, quae privato adhuc Vespasiano eversa surrexerat, tunc rursus repente corruit. Praenestina Fortuna, toto imperii spatio annum novum commendanti laetam eandemque semper sortem dare assueta, extremo tristissimam reddidit nec sine sanguinis mentione. Minervam, quam superstitiose colebat, somniavit excedere sacrario ***** negantemque

Durante ocho meses consecutivos tronó con tanta asiduidad en todos los puntos del Imperio, que, oyendo el fragor del rayo, acabó por exclamar: ¡Pues bien, que hiera a quien desee! Cayeron rayos sobre el Capitolio, sobre el templo de la familia Flavia; también sobre el palacio del emperador, y hasta en su dormitorio. La tormenta arrancó, asimismo, la inscripción de su estatua triunfal, arrojándola sobre una tumba próxima. El árbol, que derribado por el viento, se alzó de nuevo al acercarse Vespasiano antes de su advenimiento al trono, volvió a derrumbarse de pronto con estrépito. La Fortuna de Prenesto a la que durante su reinado se recomendó al principio de cada año y que siempre le había dado respuestas favorables, se las dio para el último aterradoras y hasta habló de sangre. Soñó que Minerva, diosa a la que había hecho objeto siempre de un culto especial, 276


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Suetonio

ultra se tueri eum posse, quod exarmata esset a Iove. Nulla tamen re perinde commotus est, quam responso casuque Ascletarionis mathematici. Hunc delatum nec infitiantem, iactasse se quae providisset ex arte, sciscitatus est, quis ipsum maneret exitus; et affirmantem fore ut brevi laceraretur a canibus, interfici quidem sine mora, sed ad coarguendam temeritatem artis sepeliri quoque accuratissime imperavit. Quod cum fieret, evenit ut, repentina tempestate deiecto funere, semiustum cadaver discerperent canes, idque ei cenanti a mimo Latino, qui praeteriens forte animadverterat, inter ceteras diei fabulas referretur.

salia de su santuario, diciéndole que no podía ya protegerle, porque Júpiter le había quitado las armas de las manos. Nada le causó, sin embargo, tan profunda impresión como la respuesta y la suerte del astrólogo Ascletarión, que había predicho la muerte del emperador. Llamóle él, y no negando Ascletarión haber divulgado lo que su arte le manifestaba, Domiciano le preguntó cuál sería el fin del mismo astrólogo, a lo que contestó éste, que muy pronto le destrozarían los perros. Domiciano mandó degollarle en el acto y para demostrar mejor cuán vanas eran sus predicciones, ordenó que se le sepultara con el mayor cuidado. Cuando estaban ejecutándolo sobrevino una tempestad que desbarató los preparativos fúnebres, y unos perros aparecidos entonces destrozaron el cadáver medio quemado; el mismo Latino, a quien la casualidad hizo testigo del suceso, lo refirió durante la cena a Domiciano, entre las otras noticias del día.

XVI. Pridie quam periret, cum oblatos tubures servari iussisset crastinum, adiecit: "Si modo uti licuerit," et conversus ad proximos affirmavit, fore ut sequenti die luna se in aquario cruentaret factumque aliquod existeret, de quo loquerentur homines per terrarum orbem. At circa mediam noctem ita est exterritus ut et strato prosiliret. Dehinc mane haruspicem ex Germania missum, qui consultus de fulgure mutationem rerum praedixerat, audiit condemnavitque. Ac dum exulceratam in fronte verrucam vehementius scalpit, profluente sanguine, "Vtinam," inquit, "hactenus." Tunc horas requirenti pro quinta, quam metuebat, sexta ex industria nuntiata est. His velut transacto iam periculo laetum festinantemque ad corporis curam Parthenius cubiculo praepositus convertit, nuntians esse qui magnum nescio quid afferret, nec differendum. Itaque summotis omnibus, in cubiculum se recepit atque ibi occisus est.

XVI. La víspera de su muerte le sirvieron trufas y las mandó guardar para el día siguiente, diciendo: si aún existo; luego, dirigiéndose a los que le rodeaban, añadió, que al día siguiente la luna quedaría ensangrentada en el signo de Acuario y que ocurriría un acontecimiento del que hablaría toda la tierra. A medianoche le sobrecogió tal espanto, que saltó del lecho. A la mañana siguiente oyó y condenó a muerte a un arúspice que le habían enviado de Germania, por haber predicho, sobre la fe de un relámpago, una revolución en el Imperio. Ál rascarse con demasiada fuerza una verruga que tenía en la frente, brotó sangre, y él exclamó al verla: ¡Pluguiese al cielo que ésta fuese bastante!. Preguntó entonces la hora, y en vez de la quinta, que temía, cuidaron de decirle la sexta, por lo que mostró gran alegría, como si hubiese pasado el peligro; iba ya a entrar en el baño cuando Partenio, dedicado al servicio de su cámara, se lo impidió, diciéndole que un hombre, que tenía que revelarle cosas importantes, solicitaba verle en el acto. El emperador ordenó que se retiraran todos, entró en su cámara y allí fue muerto.

XVII. De insidiarum caedisque genere haec fere divulgata sunt. Cunctantibus conspiratis, quanto et quo modo, id est lavantemne an cenantem, adgrederentur, Stephanus, Domitillae procurator, et tunc interceptarum pecuniarum reus, consilium operamque optulit. Ac sinisteriore brachio, velut aegro, lanis fasciisque per aliquot dies ad avertendam suspicionem obvoluto, ad ipsam horam dolorem interiecit; professusque conspirationis indicium et ob hos admissus, legenti traditum a se libellum et attonito suffodit inguina. Saucium ac repugnantem adorti Clodianus cornicularius et Maximus Partheni libertus et Satur decurio cubiculariorum et quidam e gladiatorio ludo vulneribus septem contrucidarunt.

XVII. He aquí lo que se supo después acerca de esta conjuración y del modo cómo murió Domiciano. No sabían los conjurados dónde ni cómo le atacarían, si en la mesa o en el baño, cuando Esteban, intendente de Domitila, acusado entonces de malversación, les brindó sus consejos y su brazo. Para alejar sospechas fingió éste tener una herida en el brazo izquierdo, llevándolo durante muchos días envuelto en lana y en vendajes. Llegado el momento, ocultó en él un puñal e hizo pedir una audiencia al emperador, diciendo que quería denunciarle una conspiración. Fue introducido en su cámara, y mientras Domiciano leía aterrado el escrito que acababa de entregarle, le hundió el puñal en el bajo vientre. El emperador, sintiéndose herido, trató de defenderse, cuando Clodiano, legionario distinguido (205), Máximo, liberto de Partenio, Saturio, decurión de los cubicularios, y algunos gladiadores, cayeron sobre él y le dieron siete puñaladas. El joven esclavo encargado del cuidado del altar de los dioses 277


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Puer, qui arae Larum cubiculi ex consuetudine assistens interfuit caedi, hoc amplius narrabat, iussum se a Domitiano ad primum statim vulnus pugionem pulvino subditum porrigere ac ministros vocare, neque ad caput quidquam excepto capulo, et praeterea clausa omnia repperisse; atque illum interim arrepto deductoque ad terram Stephano colluctatum diu, dum modo ferrum extorquere, modo quamquam laniatis digitis oculos effodere conatur. Occisus est XIIII. Kal. Octob. anno aetatis quadragensimo quinto, imperii quinto decimo. Cadaver eius populari sandapila per vespillones exportatum Phyllis nutrix in suburbano suo Latina via funeravit, sed reliquias templo Flaviae gentis clam intulit cineribusque Iuliae Titi filiae, quam et ipsam educarat, conmiscuit.

lares en la cámara imperial, que se encontraba allí en el momento del asesinato, refirió que Domiciano, al recibir la primera herida, le gritó que le trajese un puñal que tenía oculto bajo su almohada y que llamase a los guardias, pero que llegado allí había encontrado en la cabecera del lecho el mango de un puñal, y puertas cerradas por todas partes; que entretanto Domiciano, que había cogido y derribado a Esteban, sostenía con él una lucha encarnizada, esforzándose, a pesar de tener los dedos cortados, ya en arrancarle el arma, ya en saltarle los ojos. Le asesinaron el 14 de las calendas de octubre (206), a los cuarenta y cinco años de edad, y en el decimoquinto de su reinado. Los mercenarios que llevan por la noche los cadáveres de los pobres, llevaron en pobre féretro el del emperador. Su nodriza Filis le tributó, sin embargo, los últimos honores en su casa de campo de la vía Latina; condujo en secreto sus restos al templo de la familia Flavia y los juntó con las cenizas de Julia, hija de Tito a la qué también había criado ella.

XVIII. Statura fuit procera, vultu modesto ruborisque pleno, grandibus oculis, verum acie hebetiore; praeterea pulcher ac decens, maxime in iuventa, et quidem toto corpore, exceptis pedibus, quorum digitos restrictiores habebat; postea calvitio quoque deformis et obesitate ventris et crurum gracilitate, quae tamen ei valitudine longa remacruerant. Commendari se verecundia oris adeo sentiebat, ut apud senatum sic quondam iactaverit: "Vsque adhuc certe et animum meum probastis et vultum." Calvitio ita offendebatur, ut in contumeliam suam traheret, si cui alii ioco vel iurgio obiectaretur; quamvis libello, quem de cura capillorum ad amicum edidit, haec etiam, simul illum seque consolans, inserverit:

XVIII. Era Domiciano de elevada estatura, modesto el semblante, piel sonrosada y ojos grandes, aunque débiles; era hermoso y apuesto, sobre todo en la juventud, aunque tenía los dedos de los pies muy cortos. A este defecto, se unieron más adelante otros; se volvió, efectivamente, calvo; se le hizo el vientre enorme y las piernas extraordinariamente delgadas, más debilitadas todavía por una larga enfermedad que palideció. Estaba tan convencido de la ventaja que podía obtener del aspecto de modestia impreso en su semblante, que un día dijo en el Senado: Hoy mi rostro y mi carácter han debido sin duda agradaros. Le disgustaba tanto estar calvo, que tomaba por ofensa personal las bromas o criticas que dirigían en presencia suya a los calvos en general. Sin embargo, en un breve tratado sobre El cuidado del cabello, que publicó con una dedicatoria un amigo suyo; en el que procuraba consolarle con él, le decía después de citar este verso griego:

ouch horaais oios kago kalos te megas te? Eadem me tamen manent capillorum fata, et forti animo fero comam in adulescentia senescentem. Scias nec gratius quicquam decore nec brevius.

¿No ves cuán alto y hermoso soy en la estatura? (207). Pero la misma suerte está reservada a mis cabellos, y los veo con resignada tristeza envejecer antes que yo; convéncete de que no hay nada tan agradable, y tan fugaz a la vez, como la belleza.

XIX. Laboris impatiens, pedibus per urbem non temere ambulavit, in expeditione et agmine equo rarius, lectica assidue vectus est. Armorum nullo, sagittarum vel praecipuo studio tenebatur. Centenas variis generis feras saepe in Albano secessu conficientem spectavere plerisque, atque etiam ex industria ita quarundam capita figentem, ut duobus ictibus quasi cornus efficeret. Nonnumquam in pueri procul in stantis praebentisque pro scopulo dispansam dexterae manus palmam, sagittas tanta arte derexit, ut omnes per intervalla digitorum

XIX. No podía soportar la menor fatiga, por lo cual no iba nunca a pie en Roma; por el mismo motivo, en la guerra y en las marchas no iba casi nunca a caballo, sino en litera. Sin ninguna acción por el manejo de las armas, la tenía, sin embargo, muy grande por el ejercicio del arco, y con frecuencia se le vio en las inmediaciones de Albano matar con sus flechas centenares de animales y hasta clavar con mano segura en la cabeza de algunos de ellos flechas que asemejaban cuernos. También algunas veces hacía colocar un niño a gran distancia, con la mano derecha extendida a guisa de blanco, y con maravillosa destreza hacía pasar las flechas entre los dedos sin tocarle. 278


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Suetonio

innocue evaderent. XX. Liberalia studia imperii initio neglexit, quamquam bibliothecas incendio absumptas impensissime reparare curasset, exemplaribus undique petitis, missisque Alexandream qui describerent emendarentque. Numquam tamen aut historiae carminibusque noscendis operam ullam aut stilo vel necessario dedit. Praeter commentarios et acta Tiberii Caesaris nihil lectitabat; epistolas orationesque et edicta alieno formabat ingenio. Sermonis tamen nec inelegantis, dictorum interdum etiam notabilium, "Vellem," inquit, "tam formosus esse, quam Maetius sibi videtur"; et cuiusdam caput varietate capilli subrutilum et incanum, perfusas nivem mulso dixit; condicionem principum miserrimam aiebat, quibus de coniuratione comperta non crederetur nisi occisis.

XX. Descuidó en el trono los estudios liberales, aunque reparó con grandes desembolsos bibliotecas incendiadas, hizo buscar por todas partes nuevos ejemplares de las obras perdidas y envió gente a Alejandría a fin de obtener copias esmeradas. Nunca leyó un libro de historia o de poesía, ni cuidó su estilo, ni siquiera en ocasiones de importancia. Fuera de las Memorias y las actas del emperador Tiberio (208), no leía nada, y encargaba a otro la redacción de sus cartas, discursos y edictos. Su lenguaje no estaba, a pesar de todo, desprovisto de elegancia, ni su conversación de frases notables. Quisiera, dijo un día, ser tan hermoso como cree serlo Mecio. En otra ocasión, de uno cuyos rojos cabellos encanecían, dijo: Eso es vino dulce sobre nieve. Y a menudo exclamaba: ¡Qué miserable condición la de los príncipes! No se les da crédito sobre las conspiraciones de sus enemigos hasta que son asesinados.

XXI. Quotiens otium esset, alea se oblectabat, etiam profestis diebus matutinisque horis, ac lavabat de die, prandebatque ad satietatem, ut non temere super cenam praeter Matianum malum et modicam in ampulla potiunculam sumeret. Convivabatur frequenter ac large, sed paene raptim; certe non ultra solis occasum, nec ut postea comisaretur. Nam ad horam somni nihil aliud quam solus secreto deambulabat.

XXI. En sus horas de ocio jugaba a los dados, haciéndolo también los días de fiesta y desde la mañana. Se bañaba al amanecer, y comía abundantemente en su primera comida; de suerte que por la de la tarde no tomaba, ordinariamente, más que una manzana macia y bebía una botella de vino añejo. Daba banquetes con frecuencia, y eran esplendidos, pero breves; nunca los prolongaba más allá de la puesta del sol, y en vez de hacer luego la colación de la noche, paseaba solo, hasta que llegaba la hora de su segundo sueño, en retirado paraje.

XXII. Libidinis nimiae, assiduitatem concubitus velut exercitationis genus clinopalen vocabat; eratque fama, quasi concubinas ipse develleret nataretque inter vulgatissimas meretrices. Fratris filiam, adhuc virginem oblatam in matrimonium sibi cum devictus Domitiae nuptiis pertinacissime recusasset, non multo post alii conlocatam, corrupit ultro et quidem vivo etiam tum Tito, mox patre ac viro orbatam ardentissime palamque dilexit, ut etiam causa mortis extiterit coactae conceptum a se abigere.

XXII. Era extraordinariamente inclinado a los placeres lascivos, llamándolos clinopalen, y contándolos en el número de los ejercicios corporales. Se entretenía, según se afirma, en depilar por sí mismo a sus concubinas, y se bañaba con las prostitutas más viles. Casado con Domicia, rechazó obstinadamente desposarse con la hija, todavía virgen, de su hermano, pero la sedujo en cuanto fue la esposa de otro, viviendo todavía Tito. Al perder ella a su padre y a su esposo le mostró él encendida pasión y hasta fue causa de su muerte obligándola a que abortase.

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XXIII. Occisum eum populus indifferenter, miles gravissime tulit statimque Divum appellare conatus est, paratus et ulcisci, nisi duces defuissent; quod quidem paulo post fecit, expostulatis ad poenam pertinacissime caedis auctoribus. Contra senatus adeo laetatus est, ut repleta certatim curia non temperaret, quin mortuum contumeliosissimo atque acerbissimo adclamationum genere laceraret, scalas etiam inferri clipeosque et imagines eius coram detrahi et ibidem solo affligi iuberet, novissime eradendos ubique titulos abolendamque omnes memoriam decerneret. Ante paucos quam occideretur menses cornix in Capitolino elocuta est: Estai panta kalos, nec defuit qui ostentum sic interpretaretur:

XXIII. La muerte de Domiciano, de la que el pueblo se enteró con indiferencia, llenó de ira a los soldados, que en el acto quisieron hacerle proclamar divino, y sólo les faltaron, para vengarle en seguida, jefes que quisieran conducirlos (209). Se cerraron, sin embargo, obstinadamente, en exigir el suplicio de los asesinos, y no tardaron en conseguirlo. Los senadores, por el contrario, se regocijaron en extremo; acudieron todos a la sala de sesiones y cada cual le prodigó, entre aclamaciones de los demás, las peores injurias. Haciendo llevar luego escalas, arrancaron sus bustos y los escudos de sus triunfos, haciéndolos pedazos contra el suelo y decretaron, por último, que en todas partes fueran borrados sus títulos honoríficos y abolida su memoria. Poco antes de su muerte, una corneja posada sobre el Capitolio había dicho en griego: Todo irá bien; prodigio que hizo escribir luego los versos siguientes:

Nuper Tarpeio quae sedit culmine cornix, "est bene" non potuit dicere, dixit: "erit".

El ave que se posó sobre el monte Tarpeyo No ha dicho todo va bien, sino todo irá bien (210).

Ipsum etiam Domitianum ferunt somniasse gibbam sibi pone cervicem auream enatam, pro certoque habuisse beatiorem post se laetioremque portendi rei publicae statum, sicut sane brevi evenit abstinentia et moderatione insequentium principum.

Se asegura que el propio Domiciano soñó que le aplicaban detrás del cuello una joroba de oro; dedujo que el Imperio había de ser después de él un Estado feliz y floreciente, lo que no tardó en realizarse, merced a la generosidad y moderación de los príncipes que le sucedieron.

NOTAS (191) 23 de octubre. (192) Si ha de creerse a las historias griegas, Tito todavía respiraba cuando, llegado de Roma Domiciano, se hizo dueño de todo, tomó el titulo de emperador y se hizo cargo del poder supremo. Aseguran que hizo arrojar a su hermano moribundo en un lugar lleno de nieve, con el pretexto de que el ario le aliviarla; según éstos, Tito habría perecido allí. (193) Carros de dos y cuatro caballos. (194) Según Chifilino, muchas personas enfermaron por haber permanecido expuestas a aquella lluvia, y no pocas murieron. Domiciano había prohibido abandonar el espectáculo y guardianes, colocados alrededor del edificio impedían que saliese nadie. En cuanto a él, cambió repetidas veces de vestidos. (195) En estos concursos, los poetas y oradores, pronunciaban las alabanzas del príncipe. Según Casorio, estos juegos se establecieron durante el décimo consulado de Domiciano, teniendo éste por colega a Serv. Cornelio Dolabela, esto es, en 837. Stacio, que recitó en ellos su Tebaida, fue vencido. (196) Este colegio de sacerdotes fue establecido por Domiciano después de la construcción del templo a su familia. (197) Filostrato le atribuye otro motivo; según este historiador, Domiciano habría temido que la abundancia del vino hiciese más frecuentes las sediciones. (198) Desde el tiempo de Cesar, los soldados habían recibido por paga anual nueve piezas de oro que les eran pagadas en tres veces; Domiciano elevo esta paga a doce piezas, verificándose el pago en cuatro plazos. (199) Se llamaba así a estos Jueces, porque reintegraban a cada cual en su propiedad. Primeramente este nombre fue aplicado a los comisarios que juzgaban entre el pueblo romano y los Estados vecinos las deferencias relativas a la restitución de ciertas propiedades particulares; luego, a los jueces establecidos por el pretor para dilucidar asuntos de análoga naturaleza, pero mas adelante dictaron sentencias sobre otros negocios. (200) Un juez, principalmente si actuaba solo, podía invitar a algunos jurisconsultos a que le ayudasen con sus consejos y a estos en los tribunales, se les llamaba consejeros (consiliarii).

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Los doce Césares

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(201) Creese que esta ley, Scantinia, fue dada en el año 626 de Roma. Se refería al vicio contra la naturaleza (de nefanda venere). Primeramente el castigo consistió en una crecida multa; luego se impuso a los culpables la pena capital. (202) Las culpables eran enterradas vivas. (203) “Los tranquilos rebaños no eran aun degollados para festines impíos.” Georg., II. (204) Era hijo de un consular; en tiempo de Nerón lucho en los juegos con una doncella lacedemonia. Vespasiano le borré de la lista de los senadores, haciendose entonces estoico, llegando a adquirir en esta escuela gran fama de elocuencia. No obstante después del suceso de que aquí se habla, parece que gozó del completo favor de Domiciano, envileciendose hasta el extremo de pasar por uno de los delatores más famosos de la época. (205) Había obtenido la recompensa militar llamada cornicula, la cual consistía en un adorno hueco en forma de cuerno que se adaptaba al casco y en el que los soldados colocaban plumas o una cola de caballo. (206) 18 de septiembre. (207) Ilíada, XXI, 108. (208) Se trata de las Memorias abreviadas escritas por Tiberio durante su vida, y de las que Suetonio hace mención en la vida de este emperador. (209) Según Aurelio Victor los soldados, arrebatados por el furor, dieron muerte al prefecto Petronio de un solo golpe, y cortaron los órganos genitales a Partenio, metiéndoselos en la boca y ahogándole. Casperio se rescato por dinero. (210) El ave que se posó sobre el monte Tarpeyo No ha dicho todo va bien, sino todo irá bien.

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