Un corsario al servicio de Benjamin Franklin

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CÓLOGAN SORIANO, Carlos Un corsario al servicio de Benjamín Franklin : ataque naval en las Islas Canarias / Carlos Cólogan Soriano. — Gaviño de Franchy editores: Avenida Asuncionistas, nº 1, 2013. 364 p.: il.; 26 cm. Basado en hechos históricos, contrastados documentalmente, este relato narra las peripecias en aguas canarias del Corsario americano Gustavus Conyngham D.L.: Tf-253-2014. — ISBN: 978-84-616-9211-8 I.Canarias-Historia-S.XVIII-XIX-Relatos

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BENJAMIN FRANKLIN


CARLOS CÓLOGAN SORIANO

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN ATAQUE NAVAL EN LAS ISLAS CANARIAS

ISLAS CANARIAS 2014


SUMARIO

PRÓLOGO INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I. EL CONTEXTO POLÍTICO CAPÍTULO II. BENJAMIN FRANKLIN VIAJA A PARÍS CAPÍTULO III. EL CAPITÁN GUSTAVUS CONYNGHAM CAPÍTULO IV. EL MARQUÉS DE TAVALOSOS CAPÍTULO V. MATÍAS DE GÁLVEZ Y GALLARDO CAPÍTULO VI. TOMÁS CÓLOGAN VALOIS CAPÍTULO VII. EL CARGUERO HENRICA SOPHIA. CAPÍTULO VIII. LA REVENGE EN SANTA CRUZ DE TENERIFE CAPÍTULO IX. SOR FRANCISCA JOSEFA DEL SACRAMENTO VINATEA CAPÍTULO X. SÓLO ERAN NEGOCIOS CAPÍTULO XI. A VUELTAS CON EL PLEITO DE TOMÁS LYNCH CAPÍTULO XII. EL FIN DE GUSTAVUS CONYNGHAM CAPÍTULO XIII. BENJAMIN FRANKLIN REGRESA A AMÉRICA EPÍLOGO BIBLIOGRAFÍA ÍNDICE DE ILUSTRACIONES ÍNDICE ONOMÁSTICO ANEXO


PRÓLOGO

o en todas las historias de corsarios se acaba encontrando un tesoro perdido y este es uno de esos casos. Es más, a riesgo de ser banal diré que el trabajo que he emprendido tan solo trata de las peripecias de un navío de ropa blanca. Solo eso. Y quisiera añadir que la embarcación cargada de textiles, constituye el centro del relato, pero para llegar a ese núcleo he tenido que desbrozar una tupida maraña histórica cuyas circunstancias desconocía. El método científico de investigación histórica establece con claridad el procedimiento, que debe ir de lo general a lo particular; y si se trata de lo contrario, resulta aún más complicado, pues es preciso reconstruir el castillo a partir de un grano de arena. Por el camino, si en realidad lo hay, percibes que la travesía tiene lugar en ambos sentidos y eso, se quiera o no, aturde cuando no aburre y, en multitud de ocasiones hace abandonar al más predispuesto. Algo de lo último me ha sucedido al escribir este libro. Partí de una antigua misiva hallada en los archivos de Benjamin Franklin que me puso sobre la pista de una historia. Del contenido de esta breve carta se deducía que unos canarios que compartían mi apellido paterno habían sido formalmente invitados a cenar, en París, con el mismísimo Benjamin Franklin. Surgió la curiosidad, pues no acababa de entender qué asuntos podrían haber puesto en contacto a estos comerciantes españoles con el célebre científico y hombre de estado. Y si además estos españoles habitaban en las Islas Canarias y eran miembros de mi propia familia, mi asombro aumentaba. Como quiera que soy de naturaleza curiosa y obstinada, mordí el cebo como un poseso, y no lo he soltado hasta tres años más tarde, cuando me veo terminando las últimas líneas de este relato que intenta explicar los diferentes motivos que propiciaron aquella relación.

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BENJAMIN FRANKLIN

Por el camino he tenido que aprender el ya citado método de investigación histórica y lo he ido asumiendo, de lo general a lo particular, como buenamente he podido. De lo general, interesándome por lo que sucedía en España y en el mundo en la segunda mitad del siglo XVIII, conociendo el germen de la independencia americana y el papel de Benjamin Franklin en ella. En fin, un ir y venir de hechos y claves que me han abierto la perspectiva de la situación general. En lo particular, revisando libros y notas de personajes españoles de ese tiempo que pudieron tener algo que ver en los sucesos. Como se puede imaginar el lector, con una mano en un telescopio y en la otra una lupa. Si después de todo esto no pierdes la visión, ya es todo un éxito. A causa de mi formación técnica, enfoqué el asunto como si de un problema de ingeniería se tratara. Lo primero era trocear los hechos para luego ordenarlos cronológicamente. Una vez desmenuzados éstos verifiqué que los personajes no se movían mucho en la historia y entonces, cada cual, con su breve biografía y las referencias a los lugares en los que transcurrió su existencia, pude

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ir hilvanándolos unos con otros. Pero por el camino tragas mucho polvo. Al cruzar las secas y cálidas arenas del desierto, ocasionalmente, aparecía un oasis de frescor y claridad y tras beber un poco, proseguí por nuevos senderos que se abrieron ante mis ojos como si de visiones se tratara. Algunos de ellos me llevaron al final del libro. Con las innumerables piezas del puzzle desarmadas y esparcidas sobre la mesa, tan solo restaba dedicarle unas horas al día para ir resolviendo líneas, párrafos, capítulos y las aberraciones ortográficas, presentes más allá de lo que cualquiera desearía. Como en todo trabajo de reconstrucción, encontré frecuentemente piezas sueltas que, como en un endiablado mosaico, fue mejor dejarlas de lado hasta ver qué papel representarían posteriormente en el conjunto de la obra. Un ejemplo claro de lo que vengo diciendo lo constituye la figura del marqués de Tavalosos, personaje imprescindible en este relato. Cuando comencé el trabajo apenas sabía algo de él, y nadie fue capaz de proporcionarme unas breves líneas de su biografía, aunque percibí su importancia. Por ello opté por apartarlo hasta que la traza de la historia me indicara donde colocarlo. Otras curiosas personalidades fueron surgiendo y en ocasiones temí que fueran una suerte de nombres sin conexión alguna, pero el discurso epistolar les iba colocando en su sitio. Tanto con Tavalosos como con el resto, solo había que seguir la cronología de los hechos para que asumieran su papel en el guión. El problema que surgió a continuación lo ocasionaba la interacción entre los personajes, que resultó extremadamente complicada, pues se sucedían conversaciones y hechos, en lugares diversos, que tenían lugar de manera paralela y simultánea. Pero, ¿cómo podía hacerlo adecuadamente si en un mismo párrafo figuraba Franklin y a continuación se hablaba de una monja profesa en un convento de la isla de La Palma? Y mientras, me recordaba a mí mismo: de lo general a lo particular, separar el hecho aislado de la visión de conjunto. Pero continuemos con el método de investigación histórica. Tenía la conciencia de que para ser riguroso había que respetar los criterios geográficos, pero para más complicación, ¿cómo hacerlo si un corsario se desplaza cada dos meses de puerto? Por añadidura, en cada puerto surgen nuevos nombres, nuevas explicaciones, nuevas circunstancias, en fin, más dificultades. De Tenerife a París, de Dunquerque a Filadelfia.

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El submétodo etnográfico no me atrevo a mencionarlo, pues si bien en la historia se mezclan gentes de religiones y culturas diferentes, los he mostrado con una apariencia plana. Bastantes problemas tenía ya con intentar resolver las cuestiones anteriores. Otras ciencias auxiliares de la investigación histórica las dejaré para trabajos posteriores. Por ejemplo la heráldica, que reconozco me interesa mucho y algo de ella muestro en el libro; la genealogía, de la cual cada vez soy más amigo; la diplomacia, cuyo enorme mérito comienzo a apreciar; la arqueología y un sinnúmero de otros asuntos que mejor ni tocarlos, a riesgo de que el lector deje el libro a un lado. En fin, en mi calidad de amateur de la historia he hecho lo que he podido y por qué no, también lo que he querido. He intentado reconstruir la historia, como si de un puzzle se tratara, donde unas piezas son de papel, otras de madera y algunas… de piedra. Reitero que lo que he tratado de contar es un simple relato, alejado de cualquier pretensión de tratado de geopolítica. Y aún más, lo que realmente me ha motivado es mostrar que esta historia, nuestra historia, la Historia, no es una vieja foto del pasado que, según avanza el tiempo, se va borrando. Estoy seguro de que el pasado guarda más secretos que el futuro, y cuanto más avanza el tiempo, que cada vez se desliza con una mayor rapidez a causa de la manía instaurada de pasarlo todo por alto, más pasado se nos acumula para indagar y aprender de él. Y eso me intriga cada día más. Para terminar haré una confesión, o mejor, dos. En primer lugar, que el prólogo lo he escrito después de terminar el libro. No sé si esto es malo o bueno pero, como en cualquier otro momento, es una buena página para reflexionar. La segunda es que el tema lo elegí después de viajar a Madrid hace unos meses. En aquel viaje tuve un interesantísimo encuentro con dos prestigiosas personalidades, un historiador y miembro de la Real Academia de la Historia, a quien admiro, y el otro un reputado científico e investigador. A ambos les agradezco aquella conversación en la que me enseñaron, sobre todo el último de ellos, las virtudes que debe tener un buen trabajo de investigación histórica. De justos es admitir que aprendí mucho de aquellos buenos consejos, pero por mor de ser sincero, he de reconocer que el libro lo he escrito siguiendo simplemente mi intuición, mi olfato y mi amor por una buena historia.


INTRODUCCIÓN

as Islas Canarias, situadas en la costa occidental del continente africano fueron durante varios siglos, escala preferente en las expediciones científicas que partían desde Europa hacia remotos lugares del orbe. Su especial ubicación geográfica las convertía en el último punto de avituallamiento antes de cruzar el océano Atlántico. Además de esta especial circunstancia ya desde antiguo resultaron muy atractivas por la abundancia de nuevas especies animales y botánicas. Fue particularmente la isla de Tenerife y su volcán del Teide la que cautivó enormemente a los viajeros de finales del siglo XVIII que se maravillaban al ver esa inmensa mole desde el mar. A ello se añadían los novedosos paisajes volcánicos de la isla, prácticamente inéditos que a los ojos de los europeos, atrajeron la atención de múltiples expedicionarios. Algunos grandes científicos, como los alemanes Alexander von Humboldt y Leopold von Buch, los franceses Bory de Saint Vincent, Jean Charles Borda, el conde de La Pèrouse, Jaques Houton de La Billardière y los ingleses James Cook o George Staunton entre otros, dejaron

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huella en las islas. Incluso el joven Charles Darwin atraído por las publicaciones de Humboldt quiso contemplar en su tercer viaje en el Beagle, las maravillas naturales descritas por el alemán. Desafortunadamente, la cuarentena impuesta al barco por las autoridades locales impidió que desembarcara en la isla. Pero la vinculación a Europa no se limitó únicamente a la exploración científica sino que también atrajo a numerosos personajes que poco tenían que ver con la ciencia. La razón principal fue que el archipiélago constituía una referencia comercial muy relevante en el comercio atlántico de los siglos XVIII y XIX1. El comercio de vinos, en gran medida, permitió a algunos comerciantes canarios representar un papel fundamental en el intercambio mercantil entre América y Europa. Los extranjeros afincados en las islas jugaron la baza de las relaciones familiares en los puertos europeos, desplegando un tejido empresarial impensable hasta entonces en las Islas Canarias. Si bien el motivo de este libro no es describir esa actividad, sí que es importante contextualizar que el episodio narrado aquí nace de este intenso comercio.

El 27 de diciembre de 1831, Charles Darwin [1808-1882] se embarcó en el hermoso bergantín HMS Beagle que le llevaría durante cinco años por ambas costas de Sudamérica, Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda, Australia, Tasmania, isla de Keeling, Mauricio, Brasil y las Azores. El Beagle zarpó de Plymouth al mando del capitán FitzRoy. […] I copied out from Humboldt long passages about Tenerife, and read them aloud on one of the above-mentioned excursions, to [I think] Henslow, Ramsay and Dawes; for on a previous occasion I had talked about the glories of Tenerife, and some of the party declared they would endeavour to go there; but I think that they were only half in earnest. I was, however, quite in earnest, and got an introduction to a merchant in London to enquire about ships; but the scheme was of course knocked on the head by the voyage of the Beagle. En otra carta a su hermana muestra la ansiedad por llegar a Tenerife. My Dear Caroline, … about the Tropics: in the morning I go and gaze at Palm trees in the hot-house and come home and read Humboldt: my enthusiasm is so great that I cannot hardly sit still on my chair. Henslow & other Dons give us great credit for our plan: Henslow promised to cram me in geology. I never will be easy till I see the peak of Tenerife and the great Dragon tree; sandy, dazzling, plains, and gloomy silent forest are alternately uppermost in my mind. En ese viaje Darwin contaba con dos libros de cabecera, la Narrativa Personal de Humboldt y el recién aparecido primer volumen de los Principios de Geología de Charles Lyell. Darwin ya había leído los Voyages… de Humboldt como reconoce en su autobiografía. Tras un peligroso viaje, el 6 de enero de 1832 el barco fondeó en Santa Cruz pero la epidemia de cólera que asolaba Inglaterra obligó a las autoridades a decretar una cuarentena sobre el barco. La ansiedad se apoderó de Darwin, pues tenía la isla enfrente y no podía bajar a ella. Peor fue cuando se enteró que el capitán decidió partir y no esperar a cumplir la cuarentena.

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LEOPOLD VON BUCH

ALEXANDER VON HUMBOLDT

Dentro del grupo de los extranjeros que incluía ciudadanos franceses e ingleses destacaron, en el siglo XVIII, los irlandeses. Esta narración está centrada en ellos y es una demostración palpable de aquella realidad. En aquel siglo se asentaron en España numerosas comunidades irlandesas, que eligieron como destino los puertos de Bilbao, Ferrol, Cádiz, Málaga y las Islas Canarias. Muchos de ellos fueron destacados comerciantes, militares o gobernantes que, como veremos, llegaron a estar completamente integrados en la vida española. Pero no deseo ampliar mucho más esa descripción socio-económica del comercio de aquel tiempo, ni siquiera hacer un análisis de ello, pues eso corresponde a otros trabajos más eruditos. En este libro narraré un episodio concreto, una historia con un principio y un final, sin más consideraciones. El hecho es atractivo, pues trata de una aventura corsaria que ya de por sí llama la atención. En el suceso juegan especial relevancia las casas comerciales

atlánticas de la España del siglo XVIII. Muy destacadas fueron la familia Gardoqui2 en Bilbao, los Lassore3 en Cádiz, los Lagoanere4 en El Ferrol y los Cólogan5 en Tenerife. Estas casas comerciales guardaron en sus archivos los registros del comercio desarrollado en ese periodo y es en uno de ellos, el de la familia Cólogan, de donde se extrae el material que da cuerpo a este libro. Pero, ¿qué otras cosas nos deparó el último cuarto del siglo XVIII? Lo más trascendente fue el nacimiento de una nueva nación: Los Estados Unidos de América, hecho esencial en la historia que nos ocupa. Sin ejército y sin apenas fuerza naval, el nuevo país necesitaba buscar un medio para hacerse valer por sí mismo en el mundo. Y en aquel tiempo eso equivalía a hacerlo en el océano Atlántico. Pero su consecución debía necesariamente ir en detrimento de la marina británica, que dominaba, en aquel momento, todos los mares y océanos del mundo. Ese primitivo esfuerzo para ser reconocidos lo desarrollarían inicialmente los corsarios, cuya

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Se refiere a la compañía Gardoqui & Sons, liderada por Diego María de Gardoqui y Arriquibar. Lassore & Cia de Cádiz, de quien se desconoce su director. 4 Lagoanere & Company del Ferrol, dirigida por Miguel Lagoanere. 5 Juan Cologan e Hijos, de la que era responsable Tomás Cólogan Valois. 3

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BORY DE SAINT VINCENT

JACQUES HOUTON DE LA BILLARDIÈRE

participación fue extremadamente importante a la hora de lograrse la independencia americana. Sin embargo, este es un hecho que ha quedado prácticamente relegado a un segundo plano en la historia de esa nación. Y prácticamente desconocido u olvidado por los europeos. Por clarificar el término corsario, a diferencia del pirata, es aquel navegante que en virtud de un contrato [carta de marca, comisión de servicio o patente de corso] estipulado con el estado bajo cuyo pabellón navega, persigue y captura barcos mercantes de países enemigos, quedándose con las presas capturadas o parte de ellas y sujetándose a reglas previstas por la legislación [por ejemplo el Libro del Consulado del Mar o el Código de las Partidas en el caso de los dos grandes estados hispánicos medievales]. En la práctica, sin embargo, es difícil determinar dónde empezaba la piratería y dónde terminaba el corso, que degeneró frecuentemente en aquella; el mismo individuo es considerado a veces corsario por sus compatriotas y pirata por los enemigos. Por ello mi intención es dar a conocer la actividad corsaria a través de un ataque sufrido por un barco en las aguas de las Islas Canarias. Esta oportunidad sirve como magnífica excusa para mostrar una época

apasionante como fue la de los primeros años de la construcción del estado americano. En el centro de la historia y sobre quien pivotará todo el relato está la figura de Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de la nueva patria. Franklin destacó por encima de otros personajes de su tiempo y será el eje sobre el que se desarrolle esta historia, pues además de ser uno de los iniciadores de la actividad corsaria americana, resulta el mejor reclamo al que un escritor podría aspirar. De Franklin parece estar todo dicho, pues son de sobra conocidas sus múltiples facetas de político, filósofo, inventor o estratega. Sin embargo, es prácticamente desconocida su peculiar labor en el patrocinio de corsarios. Este aspecto de su personalidad, tratado solo por especialistas, no está muy explicado y se complementa con algo aún más novedoso, el papel que desempeñaron España y Francia en la campaña de corsarios americanos durante su Guerra de Independencia. Metidos ya en harinas, el problema de los capitanes corsarios americanos en aquellos años era simple pero de muy complicada resolución. Como la actividad de corso la desarrollaban al otro lado del océano, muy lejos del refugio ofrecido por las costas de su país, nece-

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JEAN FRANÇOIS GALOUP DE LA PÈROUSE

sitaban contar con puertos amigos en Francia y España donde entregar sus capturas y obtener beneficios que después enviaban a su gobierno. Como estos dos países estaban oficialmente en una posición teóricamente neutral frente a la independencia americana, su apoyo a los corsarios fue inicialmente ambiguo. En el caso de España, a menudo cómplice de estas aventuras corsarias, acabó siendo en algunas ocasiones la víctima de esos ataques. Este es el caso que nos ocupa y no fue el único. Lamentablemente no se guarda excesiva documentación acerca de la colaboración española con los corsarios americanos y creo tener la suerte de, al menos, documentar un ataque como muestra de que esa colaboración existió.

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En primer lugar y para iniciar el relato hay que situar la historia en su contexto histórico y describir a otros personajes no tan célebres como Franklin. El primero de ellos es el capitán Gustavus Conyngham6, al que Franklin se refería como one of our cruisers7. Será realmente el capitán quien, con su actividad corsaria al servicio de las colonias americanas, desate una campaña de terror marítimo contra los barcos británicos entre los años 1777y 1779. Este capitán, junto a otros destacados corsarios, será otro actor principal de esta novelesca historia. Del corsario Conyngham, reconozco que nada sabía antes de tropezarme con él en la documentación epistolar que he consultado. Tras el trabajo de recopilación he de decir que me ha resultado un personaje entrañable, que se empleó con una gran profesionalidad en su cometido. Seguramente le pudieron las ganas de ayudar a su país adoptivo al que se entregó de por vida. Pero su inexperiencia en los asuntos diplomáticos y políticos le ocasionó una amargura infinita, pues al final de su vida no consiguió el reconocimiento que su patriotismo merecía. Eso sí, como profesional de mar y de acuerdo a la misión que le encomendaron, cumplió con creces. Los restantes protagonistas son, además de los diplomáticos de Inglaterra, Francia y España, una serie de españoles que se verían afectados por los ataques de los norteamericanos en su afán de conseguir ayuda para su ejército. El primer afectado es el comerciante canario Tomás Cólogan Valois8, hijo de un inmigrante irlandés afincado en la isla de Tenerife. Su papel en esta historia resultará primordial por ser el agraviado en el percance que analizaré. Sus dotes comerciales y su capacidad política le permitirán sortear la situación airosamente. Curiosamente, entre sus influyentes amistades figura el que sería años más tarde virrey de México, Matías de Gálvez y Gallardo, cuyo hijo, Bernardo de Gálvez, tiene un papel clave en el contexto en el que se desarrolla la historia. Otro personaje poco conocido es Eugenio Fernández de Alvarado y Perales, I marqués de Tavalosos,

Existe cierta confusión en torno al nombre de Gustavus Conyngham. Si bien es este el apellido por el que se le conoce, también es frecuente encontrar autores más recientes que lo mencionen como Cunningham o Cuningham. 7 Traducido al español como uno de nuestros corsarios. 8 La españolización de los apellidos irlandeses puede confundir al lector. En este caso Valois es la traducción de Walsh, Geraldin era la españolización de Fitzgerald, Cólogan lo fue de Colgan y así un sin fin de ellos. Por ello, para unificar criterios con los que se usan en las cartas, emplearemos los nombres ya españolizados.

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JAMES COOK

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MAPA DE LAS ISLAS CANARIAS. 1656

y comandante general de las Islas Canarias. Como se verá, Tavalosos quedó atrapado entre los intereses de un poderoso comerciante, con quien seguramente estaba implicado económicamente, y las necesidades de la política nacional.

JUAN ENRIQUE CASALÓN LA BORDE

Otros actores que cierran la escenografía son el enigmático Graciano Sieulanne, agente comercial o capitán francés establecido en Tenerife; Juan Evangelista Devigneau-Casalón, comerciante; Pedro Le-

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comte, cónsul de Francia en Tenerife en 1778 y un segundo comerciante galo llamado Juan Bautista D’Escoubet. Dejo como incógnita para el lector otro personaje, menor, casualmente femenino, que será quien dé el contrapunto más tierno a la historia. Todos ellos de forma, más o menos activa, participan de esta trifulca que acabará de una forma curiosa y cuyo desenlace, de momento, no deseo desvelar. Pero como se aprecia en el relato, esa relación entre Franklin, un corsario, y las Islas Canarias, existió; y el tiempo nos demuestra, una vez más, que la historia siempre será capaz de sorprendernos con un buen relato. Documentalmente el hilo de la relación entre Benjamín Franklin, Sieulanne y Tomás Cólogan, se encuentra repartido en dos fuentes principales. El archivo Zárate Cólogan depositado en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife [AHPTF] de las Is-


las Canarias y el archivo Benjamín Franklin Papers de Filadelfia. El primero se encuentra aún en proceso de catalogación y, dada la magnitud de la empresa, exigirá una ardua labor para llevarla a cabo. El segundo de los archivos que proporcionó varias de las cartas utilizadas en este trabajo es el Benjamin Franklin Papers, custodiado por The American Philosophical Society de Filadelfia. Esta sociedad fundada, por el propio Benjamin Franklin en 1743 para promover el conocimiento y la divulgación de las ciencias y humanidades, custodia la ingente correspondencia del célebre político. Entre estas misivas se encuentran, como queda dicho, las intercambiadas por Franklin y algunos miembros de la familia Cólogan. A esta entidad quisiera agradecer especialmente el trabajo de digitalización y de publicación en internet, gracias a ese esfuerzo pude localizar las primeras cartas y surgió con ello la idea original de este libro. Sacar a la luz pública archivos como el de Benjamin Franklin, que se encuentra accesible de forma libre, permite en estos tiempos que los trabajos de investigación archivística, como el que me ocupa, sea más fluido y fructífero. Algo que no ha sucedido cuando he intentado localizar cartas de la diplomacia española de aquellos años.

THE AMERICAN PHILOSOPHICAL SOCIETY

Lamentablemente el escaso trabajo de digitalización hace que las posibilidades de localización de documentos sean muy bajas. España, con un legado histórico tan amplio y excepcional debería poner más medios para modernizar el acceso a los documentos de su historia. Por último, y no menos importante, es el grueso volumen denominado The cruises of Gustavus Conyn-

ARMAS DE LA FAMILIA CÓLOGAN

gham, editado por Robert Wilden Neeser para la Naval History Society y publicado en Nueva York en 1915, donde con gran fortuna se recopilaron cientos de cartas del capitán en el período entre 1777 y 1779. Por último, deseo mostrar mediante la abundante correspondencia, quizás en exceso, la historia en sí misma, evitando interpretar el significado de las cartas. Dicho de otra forma, pretendo que sean éstas las que se expliquen por sí solas, con sus incorrecciones, con sus frases de imprecisa sintaxis pero llenas de expresividad. Esta transcripción literal creo que transmite, con mayor cercanía, las sutilezas de la época y ayudan a entender la forma de relacionarse de las gentes en aquel tiempo. Por último, deseo manifestar mi especial agradecimiento a Roy E. Goodman, Assistant Librarian & curator of Printed material del archivo de Benjamin Franklin en la American Philosophical Society de Filadelfia por su ayuda en la gestación del libro. Igualmente al personal del Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife [AHPTF] y, especialmente, al investigador Carlos Rodríguez Morales por su inestimable ayuda. Sin ellos este libro hubiera sido imposible.

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TOMÁS CÓLOGAN VALOIS

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FIN DE UNA ÉPOCA

principios de 1778 el panorama del comercio marítimo español ofrecía un aspecto desolador. La guerra de Independencia americana estaba en curso y el tráfico naval pasaba por una situación desastrosa, con perspectivas de empeorar aún más. Los comerciantes de los puertos españoles tan solo vislumbraban una incierta luz de esperanza en la promulgación de un nuevo decreto barajado por el gobierno de Carlos III. La nueva normativa prometía ampliar el libre comercio a nuevos puertos, entre los cuales se encontraba el de Santa Cruz de Tenerife.

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Con esta medida quedaría atrás el exitoso sistema de flotas que surtió a España de tantas riquezas. El trasiego naval español entre América y la península atraía el interés de todas las potencias europeas, incluso el de Inglaterra, con quien España permanentemente rozaba el conflicto bélico. Pronto piratas, corsarios y armadas de varios países pusieron sus miras en apropiarse de los cargamentos de oro y plata que cruzaban el Atlántico. La medida de protección que propuso España fue agrupar a un gran número de navíos artillados que pudieran defenderse de los ataques de una forma contundente.

ISLAS DEL CARIBE

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El esquema funcionó relativamente bien durante más de dos siglos y todavía es empleado por las modernas armadas. Pero, a finales del siglo XVIII, España necesitaba dinamizar, aún más, el intercambio comercial ampliando sus puertos de atraque. El sistema vigente de flotas era un esquema de transporte cerrado y lento, que solo empleaban unos pocos puertos en España y América y que ya no se adaptaba a las nuevas necesidades del comercio. En enero de 1778 se inicia el tornaviaje de una de esas flotas al mando del comandante Antonio de Ulloa. No se trataba de una más, pues fue la última expedición que navegó bajo ese esquema. La escuadra partió de Veracruz, el 16 de enero, rumbo a La Habana con los navíos de guerra Dragón y la España, almiranta y capitana de la flota y los mercantes San Cristóbal y Victoria. En este último puerto se incorporaron los buques San Lorenzo, Santo Ángel de la Guarda y las fragatas Santa Cecilia y Santa Bárbara. También les acompañaron hasta la salida del canal de Bahamas, la balandra Nuestra Señora del Carmen y el bergantín Renombrado que posteriormente regresaron a puerto para informar. De forma inusual, se le ordena a la flota que, en vez de 1

tomar la ruta de las Azores, debía dirigirse al puerto de Santa Cruz de Tenerife como medida de precaución. El cargamento de la flota era crecido, cerca de veintidós millones de pesos en oro y plata, cobre, grana y otros productos. Un verdadero tesoro que llegó al puerto principal de la isla de Tenerife el 20 de mayo de 1778. El convoy entró en el puerto con gran expectación de los isleños. No era habitual ver a la flota en los puertos canarios y, como todo lo que la rodeada, generó multitud de comentarios y especulaciones sobre lo que transportaba. Además, no se la había visto en la isla desde el 26 de febrero de 1657, al mando de Diego de Egues y, en aquella ocasión, se le tuvo que dar fuego para no caer en manos del almirante Robert Blake, quien la acosó brutalmente en el mismo puerto. Con buen criterio, el comandante español luchó hasta el final cuando decidió que, antes que perderla a manos del inglés la quemaría, cosa que hizo, después de desembarcar la mercancía de plata americana que transportaba1. Volviendo a 1778, este fue el último viaje de la escuadra de Nueva España poniendo fin a una época de casi trescientos años de intercambio monopolizado por la flota. Las nuevas condiciones mercantiles auguraban muchas posi-

En la mañana del lunes 30 de abril se avistó desde la costa de Santa Cruz una enorme flota. Jamás antes se había visto tal cantidad de mástiles en el horizonte. Al mando estaba el almirante Robert Blake [1599-1657] con su nave el George, de 54 cañones, y de segundo, el capitán Richard Stayner con el Speaker [64 cañones]. Completando la flota, treinta y dos buques más, de todos los tamaños y fuertemente artillados. En el puerto había dieciséis navíos al ancla, once de los cuales pertenecían a la flota de Nueva España: dos galeones de guerra, la nave capitana Jesús María de Diego de Egues y la almiranta La Concepción, al mando de José Centeno. Cerraban la formación nueve navíos mercantes y otros cinco de menor calado. Todos estaban anclados y concentrados entre los castillos de San Cristóbal y Paso Alto; los más pequeños pegados a la costa y, los de mayor porte, al ancla en primera fila, como medida de protección. Se sumaba a la defensa la artillería costera, apostada en los fuertes y la mosquetería emplazada en las murallas, que casi no divisaba el mar pues delante mismo tenía la barrera que formaban los propios barcos anclados. La flota llegó y se inició un combate que duró algo más de diez horas. En ese tiempo se mantuvo un fuego cruzado entre los cañones de los barcos británicos y los situados en los castillos. En el de Paso Alto, en el flanco norte, estaba situado el cañón Hércules que causó serios estragos a la flota inglesa. Como respuesta, los cañones ingleses se ensañaron con ese fortín con la intención de dejarlo fuera de servicio, algo que no consiguieron pese a que dispararon más de mil doscientas balas y doscientas palanquetas. La frustración inglesa, al no poder aproximarse a la costa, dio origen a otra estrategia. Intentaron abordar los mercantes con pequeñas lanchas con la intención de apoderarse de ellos. Mientras, los dos galeones de guerra de Egues, fueron acribillados durante más de cuatro horas por el fuego inglés. La insistencia británica por capturar los barcos —pensando que en ellos se almacenaba el tesoro— les ocasionó cuantiosas bajas. Pero al verse Egues imposibilitado de seguir defendiéndose y en total inferioridad, ordenó abandonarlos y, para no entregarlos como trofeo al enemigo, dio la orden de volarlos, causando la explosión de astillas y metal numerosas bajas a los atacantes. El resultado fue un incendio tan voraz que consumió a los buques mercantes, ya bastante dañados por el fuego inglés. El caos fue monumental, las columnas de humo casi no dejaban ver a la flota inglesa. Los vecinos de Santa Cruz contemplaron ante sus ojos como la flota española fue pasto de las llamas. El Santo Cristo, el Santo Sacramento, el San Juan Colorado, el Virgen de la Soledad y el Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se hundieron en el mismo puerto y los ingleses, atónitos, pensaron que el tesoro se perdía. Egues tenía orden directa del propio Felipe IV de defender a toda costa el tesoro de Nueva España aun a riesgo de perder sus barcos. Y así fue que el tesoro quedó a salvo, pues se había desembarcado días antes, y puesto a buen recaudo pero eso sí, la flota española quedó completamente destruida. Las bajas ascendieron a cinco soldados de las milicias y los ingleses perdieron algo más de cuatrocientos hombres. En los meses siguientes el tesoro fue embarcado secretamente desde Santa Cruz al puerto de Cádiz sin que nadie se percibiera de ello.

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LA FLOTA DE BLAKE EN SANTA CRUZ DE TENERIFE

bilidades a los comerciantes, pero también muchos riesgos, como luego se demostró. No se trataba tampoco de un comercio plenamente libre, pues a los territorios americanos solo se les permitían tratar con la metrópoli, pero al menos se les liberaba de hacerlo exclusivamente con los puertos andaluces. Ello pronosticaba una mejora del comercio a muchos mercaderes españoles e irlandeses asentados en Canarias, como la compañía Juan Cólogan e Hijos y otras, como la casa de los Blanco [White], pero también el riesgo de que la piratería y el corso se generalizaran. Antes, el objetivo de éstos era solo la flota y ahora podría serlo cualquier mercante que surcara los mares. En cualquier caso, en el mes de junio de 1778, Tomás Cólogan [en adelante citado solo como Tomás en aras de dar fluidez al texto] ya tenía noticias de que la entrada en vigor de la nueva normativa era inminente y ello le hacía abrigar esperanzas2. La flota arribó el 20 de

mayo y, como era habitual, en ella viajaban comerciantes que pagaban por su protección. Según cita de Lope de la Guerra y Peña, la flota llegó a Tenerife3. Traía dicha flota falta de agua y comestibles, de que se proveyó con facilidad en esta Isla, como también de alguna Jarcia, y los marineros y otras gentes de mar, que vinieron a tierra se entregaron tanto al vino y a las mugeres, que fue necesario trabajo para bolverlos a juntar a bordo, y aun ofrecer algún premio a los que los entregasen y algunos se quedaron. Según los gastos que han hecho se hace cuenta que más de cien mil pesos han dexado en esta Isla, y se dice que es una de las Flotas mas interesadas que han venido de América. No se hace memoria de otra que al retorno haya estado en esta Isla, después de aquella que en el año de 1657 se vio en la precisión de pegarse fuego por no entregarse a la Escuadra Inglesa del Almirante Blake haviendo resguardado en tierra los caudales, de lo que habla Viera en

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El 16 de octubre de 1765 se publicó el decreto del libre comercio que rompió el secular monopolio de la baja Andalucía en el comercio con América. La nueva norma habilitaba para el comercio con Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y Trinidad, a nueve puertos peninsulares; Cádiz, Sevilla, Málaga, Alicante, Barcelona, Cartagena, Santander, La Coruña y Gijón. Años más tarde se hizo extensiva a Luisiana [1768] asi como a Yucatán y a Campeche [1770]. 3 DE LA GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio: Memorias, op. cit, pp. 453-454.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 165


ARMAS DE LA FAMILIA HERNÁNDEZ NARANJO

el Tomo 3º de sus noticias al folio 261. Una cosa tan extraordinaria llevó a muchas gentes a dicho puerto a unas por ver la Escuadra, y a otros por la utilidad de vender sus frutos a buen precio […]. Estuvieron esperando algunos días por tiempo favorable y haviendolo tenido el último día de dicho mes de mayo se dieron a la vela para Cádiz. 4

Uno de los pasajeros que llegó en la flota fue el rico indiano don Bartolomé Hernández Naranjo y Nieto4, quien, procedente de Caracas, Venezuela, hizo escala en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. A él dirige Tomás la siguiente carta y le expone la problemática situación general de la economía5.

Bartolomé Hernández Naranjo y Nieto [1712-1783] regresaba a España procedente de Caracas, vía Tenerife, donde hizo gran fortuna. A su llegada a la isla le esperaba su hermano Domingo, presbítero y su apoderado, quien le recibió con gran pompa, sabedor de la riqueza que portaba. En su breve estancia en la isla, pues retornó nuevamente a la península, compró la hacienda del Buen Suceso en Arucas. En Madrid, tras varios años de batalla consiguió de Carlos III el marquesado de Buen Suceso por Real Despacho de 14 de marzo de 1783. La hermosa finca no fue habitada por el marqués pues se la alquiló a los hermanos y vecinos de Tenerife, Francisco María y Pascual Bignoni Dagnino. Véase RUMEU DE ARMAS, Antonio. «El marqués del Buen Suceso». Anuario de Estudios Atlánticos, número 29, 1983, pp. 233-302. 5 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Bartolomé Naranjo. Tenerife a 4 de junio de 1778.

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Señor don Bartolomé Naranjo Tenerife a 4 de junio de 1778 Muy estimado Señor mío: Después de nuestra última emos recivido la de vuestras mercedes de primero de abril con don Nicolás Suares y la copia de la del mismo día con la «Portoveleña»6 y la de 6 del pasado. Dicho Suares remitió puntualmente el liesito con los ocho pares de zapatos, de cuyo muy dado damos a vuestra merced las nuestras devidas gracias y lo mismo por la remisión del Decreto para el nuevo Comercio Libre el que solamente nos alcanza en la Caja de [años] a 3 por ciento sin consentirnos que llevemos ningunos efectos estrangeros y si solamente los productos deste pays, con lo que es imposible llevar adelante una negociación, se piensa que el Cavildo y Gefes han hecho ya alguna recomendación al Ministro de Yndias7 y representación al Consejo, que deseamos tenga efecto, afin de que el abatido comercio tome otro semblante, a menos que la guerra no venga aora a acavarnos de destruirnos. Apreciamos el aviso del felíz parto de doña Emilia Costello, quien parece estava ya tan buena como sinada ubiera pasado. Vuestra merded estaba esperando alla la Flota y nosotros la teníamos aquí en Santa Cruz donde han dejado sus pesos por los bastimentos, que han tomado, el 31 pasado se hizo alavela para esa Bahía, Dios los lleve a Salvamento. Ya vemos que los retornos son mucho menos que lo que ese comercio esperava, toda nuestra América esta perdida y nada tiene estimación…

En la misma carta Tomás mostraba cierta ansiedad por la inminente promulgación del nuevo decreto de liberalización del Comercio. Solo habían pasado cinco meses desde que se hubiera aprobado un primer decreto, del 2 de febrero, que ampliaba el ámbito del anterior de 16 de octubre de 1765 y que abría al libre comercio el Pacífico sur —Perú y Chile— y el Río de la Plata. Ese mismo decreto hacía lo propio en España, abriendo los puertos de Almería, Tortosa, Palma de Mallorca y Santa Cruz de Tenerife en las Islas Canarias. Como bien dice Tomás, no se les permitía, con la nueva normativa, el transporte de productos como vinos y alcoholes, vestidos, aceites y muebles, cuando no eran nacionales. Además, los bienes extranjeros podían entrar en América, pero pagando impuestos muy superiores a los que gravaban los productos españoles, un 4% en vez del 1% para ciertos puertos secundarios del Caribe, el 7% en vez de un 3% para el resto del imperio. Por último, los dueños de los barcos,

el capitán y las dos terceras partes de la tripulación tenían que ser españoles, detalles que en ningún caso cumplía la compañía de Tomás. Aparte de un sinfín de trabas y condiciones, los puertos de Nueva España, México, fueron dejados de lado hasta dos años más tarde, así como los de Venezuela, que seguían estando monopolizados por la Compañía Guipuzcoana de Caracas8. Como resulta fácil imaginar, el año prometía cambios muy profundos para el comercio y Tomás aún no sabía que estas mudanzas le ocasionarían nuevos trastornos. Finalmente el 12 de octubre de 1778 se firmó el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias. Pero antes de llegar a esa fecha, retomemos el hilo de la historia, en la que los piratas y corsarios tomarán el protagonismo. La flota abandonó Tenerife y prosiguió viaje hasta el puerto de Cádiz a donde llegó el 29 de junio de 1778, sin mayor incidencia y tras seis meses de lenta navegación.

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Mercante de la flota de Nueva España. Desempeñaba el cargo de ministro de Indias José de Gálvez y Gallardo. 8 Por Real Cédula de 25 de septiembre de 1728, se constituía la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, con privilegio del comercio recíproco entre el Reino de España y la provincia de Venezuela. Prolongó sus días hasta 1785, cuando quedó refundida en Compañía de Filipinas. La compañía basaba su negocio en el cacao importado de aquella región. 7

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PLANO DE LA ISLA DE TENERIFE

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LA REVENGE EN TENERIFE

omo ya se puede imaginar el lector, es en este momento del relato cuando confluyen muchos de los personajes presentados en anteriores capítulos. Corsarios, comerciantes, comandantes, militares y diplomáticos se enzarzarán en un conflicto que es el verdadero y crucial hecho de este libro. He de reconocer que esta parte de la historia ha sido la más compleja de desgranar, pues ordenar y calzar cartas, cada una con sus datos, a veces incompletos por no decir incongruentes, ha sido muy complejo. Dejo siempre la reserva de que algún detalle de las mismas se me pueda haber pasado, pero en líneas generales creo que la aproximación está ajustada a la realidad vivida por los personajes. En junio de 1778 residía en Tenerife un francés de nombre Graciano Sieulanne. La fecha de su llegada a la isla no consta en ningún registro y, por más que he insistido y después de meses de indagaciones no he logrado encontrar ningún vestigio de su presencia en las islas, ni en actividades comerciales ni consulares. Por ello presumo que este personaje, que resulta trascendental para esta historia, no tuvo mayor relevancia que estar en el lugar señalado en el momento adecuado. Tenerife, como otras islas del archipiélago canario, era muy visitada por barcos mercantes franceses y era habitual que personajes como Sieulanne desempeñaran algún papel próximo al de agente comercial o qui-

C

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zás como capitán al servicio de los buques que en ella recalaban. Además, como Francia se había declarado desde febrero, aliada de los americanos en la guerra de Independencia, la presencia de ciudadanos franceses en las islas era frecuente. Sieulanne será la persona responsable de capitanear la presa capturada en aguas canarias. Es más, aún me surgen dudas de si este residía en Tenerife o bien pudo venir como tripulante en La Revenge del capitán Conyngham, pese a que no figura en los registros de la tripulación. En todo caso, se desconoce si la llegada de La Revenge resultó inesperada para él, o bien estaba previamente informado. De lo que no cabe duda es que el agente en Santa Cruz era el comerciante francés Juan Evangelista Devigneau Casalón9, enlace mercantil de las trece colonias por medio de su empresa Casalón & Co. Casalón, ex cónsul

GRACIANO SIEULANNE

CÓLOGAN SORIANO, Carlos: Los Cólogan de Irlanda y Tenerife, p. 104. Juan Evangelista Devigneau Casalón [Aren de Bearne 1749-Santa Cruz de Tenerife 1799] llegó a Tenerife en 1769. Se casó en 1770 con María Eugenia Blanco y Francis, viuda de su tío Juan Enrique Casalón La Borde [1727-1767]. Juan Evangelista era hijo, junto a sus hermanos Juan Bautista y Agustín [clérigo] de Juan Devigneau y Gracia Casalón La Borde. Juan Evangelista fue alcalde real de Santa Cruz de Tenerife y se naturalizó español en 1795. Tuvo por hijo a Enrique Devigneau-Casalón Blanco nacido en 1772. COLA BENÍTEZ, Luis: Santa Cruz Bandera Amarilla. Epidemias y Calamidades. Ediciones Idea, p. 160. Enrique Casalón, de ascendencia francesa, era uno de los vecinos más acaudalados de Santa Cruz. Fue concejal de su primera corporación, continuó vinculado a ella durante mucho tiempo, e incluso fue elegido alcalde en 1819, nombramiento que invalidó la Real Audiencia.

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de Francia y rico empresario afincado en la isla. De hecho, en 1769 atendió al renombrado oficial de la marina francesa Charles-Pierre Claret de Flerieu a bordo de la fragata Isis, en la que viajaba con la misión de comprobar la validez de los relojes náuticos diseñados por Ferdinand Berthoud10. Tratar de seguir con precisión la ruta seguida por un corsario es un empeño complicado, por no decir imposible, y más aún cuando se trata del huidizo Gustavus Conyngham. Una manera factible de hacerlo es a partir de las cartas que terceras personas escriben cuando éstos recalan en puerto. Así se puede identificar el rastro de La Revenge,pues se conserva una mención al corsario a su paso por Cádiz con la intención de recibir los suministros de víveres aportados por la casa comercial Lassore & Comp.11, agentes comerciales norteamericanos en dicha ciudad12. En la aproximación al puerto, el corsario fue avisado por un francés de que en las proximidades se encontraban esperándole un buque de línea inglés y dos fragatas. Precavidos de la amenaza, se acercaron sigilosamente a su fondeadero pero, al atardecer, aparecieron los buques británicos en el horizonte. Para evitar encontronazos La Revenge mantuvo una distancia prudencial a otros navíos y, como previsión, el comandante del puerto les ofreció la escolta de un buque de setenta y cuatro cañones. Gracias a estas medidas pudieron abandonar Cádiz de forma segura siguiendo rumbo sur-oeste con la intención de lograr nuevas presas. Tras hacerlo y ya faltos de provisiones, el corsario navegó rumbo al norte para recalar en el puerto de La Coruña, donde solicitó el 22de mayo de 1778 una carta de crédito de Lagoannere & Co. Después de abandonar el puerto de La Coruña, el corsario La Revenge partió hacia el sur del océano Atlántico y, en un día no precisado de finales de junio, atacó al carguero británico Honoria Sophia [Henrica Sofía]. De la correspondencia conservada se deduce que el ataque pudo ocurrir en la noche de San Juan, el 21 de junio, pero es un dato que no está contrastado. El lugar en que 10

PIERRE AUGUSTE BROUSSONNET

se llevó a cabo el asalto también es incierto, pero según algunas cartas pudo haber sido en mar abierto o bien cerca de las costas de Portugal. Tras abordarlo, Conyngham robó parte de su mercancía que inmediatamente trasladó a su buque así como los documentos de acreditación de la misma. El corsario dispuso, como venía siendo habitual, de una porción de su propia tripulación en el Henrica Sophia dándoles a continuación instrucciones precisas para navegar hasta América, probablemente hacia los puertos de Boston o Filadelfia. Desconozco quien fue el master prize puesto al mando del Henrica Sophía, pero el caso es que según este ponía rumbo hacia América, La Revenge dirigió su proa hacia las aguas de las Islas Canarias, que se encontraban a escasos días de navegación. Es muy probable que

Los datos de los cónsules generales franceses en Tenerife en el siglo XVIII son incompletos. A mediados de siglo XVIII desempeñó el cargo Francisco Casalón Superbielle [1690-1750] y, a su muerte, lo desempeñó su sobrino Juan Enrique Casalón La Borde [1727-1767]. Luego siguieron ejerciendo como cónsules Pierre Le Comte [1769-1783], Emmanuel Louis Joseph d´Hermand de Cléry [1784-¿?], Louis de Fonspertuis [1791-1793], Pierre-Francois Clerget [1795-1800], Auguste Broussonet [1800-1802], etc. 11 El agente comercial de las trece colonias para el puerto de Cádiz era la compañía Lassore & Cia [Lassore & Co Merchants]. Sobre esta empresa mercantil no he conseguido encontrar referencia alguna, salvo que la formaban dos hermanos. 12 «A narrative respective Lugger Surprize & Cutter Revenge». Pennsylvania Magazine of History and Biography, volumen XXII, 1898, pp. 479488. Philadelphia: Historical Society of Pennsylvania, 1898.

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VISTA DE TAGANANA Y LOS ROQUES DE ANAGA

el motivo de esa desición fuera la presencia de buques británicos, o tal vez, que el buque tuviera algún desperfecto que reparar, por añadidura, el puerto de Santa Cruz de Tenerife es el más occidental y, por tanto, más cercano en una aproximación a las Islas Canarias, por lo que parecía lógico dirigirse hacia él. El propio Conyngham relató en sus Memorias, que el primer punto del archipiélago que tocó con La Revengefue la isla de Tenerife. Concretamente, en el norte de esta isla, en una zona conocida como los Roques de Anaga. Esa zona costera se encuentra bastante aislada del resto de la isla, pues se halla rodeada por un elevado macizo montañoso que la convierte en un lugar idóneo para abastecerse de madera y agua sin posibles sorpresas desde tierra. Allí, afirmó, que echó el ancla y verificóque podía ser recibido en Santa Cruz de Tenerife, la capital de la isla, con absoluta tranquilidad13.

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Resulta misterioso cómo alcanzaron a saber que esta zona de la isla era segura. También es cierto que era imposible anticipar la llegada a Tenerife y menos a un punto tan concreto como ese. No parece tampoco probable que tuviera algún contacto en esa zona que le advirtiera de la seguridad de la entrada en el puerto de Santa Cruz para abastecerse de provisiones. En el periódico The Pennsyvania Magazine of History and Geography se relató la crónica de su llegada14. Fuimos de travesía hacia el oeste y hacia las islas Canarias, hicimos algunas capturas y destruimos otras ordenando como antes observé enviándolas a América y a puertos de Europa. Echamos el ancla en Punto Nego [Punta de Anaga], en Tenerife, para tomar madera y agua. Como debíamos ser recibidos en la capital, recibimos la noticia de que lo sería con hospitalidad, y procedimos hacia Santa Cruz. Tomamos provisiones y lo necesario, - la casa de Casalón & Co. nos equipó – aquí conocimos que uno de nuestros prize

En los textos de Conyngham se refiere a Santa Cruz de Tenerife como Sandy-Cruze. «A Narrative respective lugger Surprize & cutter Revenge». The Pennsyvania Magazine of History and Geography, vol. XXXII, pp. 479-488 y citado en «Letters and Papers Relating to the Cruises of Gustavus Conyngham, a Captain of the Continental Navy, 1777–1779», p.6.

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WILLIAM BLIGH

master estaba disponiendo de la carga de acuerdo con el cónsul británico, procedimos a la citada isla y encontramos que había dispuesto de la carga, una parte despachada, dimos los pasos necesarios, tomamos posesión del buque y una parte de la carga abordo, con ello obligados a satisfacer – pusimos una

tripulación abordo, y le ordenamos dirigirse a Martinica. El día 16dejamos la Palma, fuimos de travesía hacia el NW.NE y entonces retomamos varias presas y otras que no contabilizamos. Aquellos mares estaban cubiertos de navíos británicos de cualquier descripción y con orden de su gobierno de

[Viene de la página anterior] Went on a Cruze to the Western & Canary Islands, made severall prizes & destroyed others ordered as before observed to America & ports of Europe – Came to anchor at Punto Nego, tenerife, to Wood & Watter. Also how we should be recd at the Capitol, received notice we should be received with hospitality, proceeded to Sandy-Cruze, got provisions & Necesarys – the house of Cassalon & Co furnished us – here we learned that one of our prizes master was disposing of the Cargoe in League with the British Consul, we proceeded to said Island & found he had disposed of the Cargoe, a part delivered, took the necessary steps, got possession of the vessel & that part of Cargo on board, with this obliged to be satisfyd – put a crew on board, ordered her to Martinique. 16th we left Palma, went on a cruze to the NW.NE & so made some prizes retaken & others no account of. Those seas covered by British Cruzes of every description and orders from their Govermt to follow the Revenge into any harbour she might be in and destroy her. For prizes none could be got in, the cruze being finished put into Corruna- thear was orders from Spanish Govermt that we should not be protectd or admittd General O’Nela the Commander Officer was friendly to us, also the cause of our country.

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SANTA CRUZ Y EL PICO EN LA DISTANCIA

seguir a «La Revenge» a cualquier puerto en el que podría estar y destruirlo. No se pudieron hacer presas, la travesía terminó y entramos en La Coruña – donde habían órdenes del Gobierno Español de que no podíamos ser protegidos o admitidos, el general O’Neille, oficial comandante fue muy amistoso con nosotros, así como con la causa de nuestra nación. No he conseguido dar con la fuente original de esa cita, pero es muy significativa la mención al puerto de Santa Cruz y a la firma Casalón & Co. De hecho, se sabe que era un agente de las trece colonias y, dada la gravedad de su situación, debió pensar que sería de gran ayuda alcanzar las Canarias donde sabía que sería amistosamente recibido por esta casa comercial. Lo que también sabemos con certeza es que cuando se aproximó a la isla de Tenerife no lo hacía acompañado de su presa, el Henrica Sophía, pues en el anterior texto se afirma que el prize master, en este caso Graciano Sieulanne, ya estaba disponiendo de una carga, pero refiriéndose a un segundo buque. Parece oportuno ahora que demos un pequeño apunte sobre el puerto de Santa Cruz en aquel tiempo. Es preciso reseñar que este no estaba tan bien dispuesto como los de Cádiz, El Ferrol o La Coruña, ya que 15

solo disponía entonces de un corto espigón, al que le quedaba grande el nombre de puerto. Sus bondades se limitaban a un cómodo resguardo de las corrientes y de los vientos; a la presencia de algunas playas en las que era posible desembarcar en lanchas y por supuesto, y lo más importante para que un puerto fuera apreciado en aquellos años, una serie de castillos artillados dispersos a lo largo de la costa dispuestos para su defensa. Baste como descripción somera del mismo la que haría, justo diez años después, en 1788, William Bligh, capitán del célebre navío La Bounty, cuando hizo escala en Santa Cruz15. En su libro de memorias que recogen los sucesos de aquel viaje A Voyage to the South Sea undertaken by command of his Majestic for the purpose of conveying the bread-fruit tree to the West Indies, hace hincapié en las peculiaridades del puerto de Santa Cruz de Tenerife. …Tenerife, aunque considerablemente alejada del trópico, está casi en los límites de los vientos alisios que los navegantes en general emplean al dirigirse desde el este. Santa Cruz se encuentra en el lado este de la isla, al final de una cadena de montañas rocosas, estériles y muy altas, pudiendo usted navegar hacia el oeste por el sur con la brújula en el camino, con un mar insondable incluso cerca de la orilla. El

La Bounty, al mando del capitán William Bligh, entró en el puerto de Santa Cruz de Tenerife el sábado 5 de enero de 1788. Fueron atendidos en la escala por la empresa Juan Cólogan & Sons, dirigida por Tomás Cólogan Valois. El buque partió de la isla el 10 de enero. Las cartas referentes a su escala en Santa Cruz de Tenerife se encuentran en el Archivo Zárate Cólogan.

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fondeadero se encuentra a partir de una profundidad de cincuenta brazas hasta veinte, e incluso quince. El fondo es muy fuerte y da poco tiempo para que resuene el ancla, por lo que debe hacerse efectivamente con una pesa, o un buque estará demasiado cerca del fondo antes de que sea consciente de ello: engañado en parte debido a la gran altura de las cumbres adyacentes. Para evitar estas dificultades, es necesario observar que, si bien la ciudad que se encuentra a cierta distancia al sur [del fondeadero], está abierta con el castillo situado en la parte sur de la carretera y aunque puede parecer cerca de la orilla, no hay ningún anclaje. Al oeste o suroeste está la iglesia y el punto sur a la mitad por carretera al sur-suroeste es una buena situación para el anclaje pues la profundidad es de veinticinco brazas. La distancia de la costa será de tres cuartos de milla y la tierra más austral que se puede ver a continuación, será medio o un cuarto de punto de la brújula mucho más lejos de la punta sur de la carretera. El fondo es de barro negro y suave, con algunos parches de rocas, por esa razón los buques se encuentran aquí mucho tiempo a la boya de sus cables. Esta medida de precaución, además de ser útil a este particular, hace que partir sea más fácil cuando hay mar muy puesta, que, con el viento de sur-este o de sur-oeste, tiene que ser muy considerable; por lo

que es habitual amarrar con cuatro anclas, aunque más de dos escasean cada vez de uso. Amarrar sin embargo, es recomendable si un buque solo permanece veinticuatro horas y será mejor pues los cables pueden mantenerte separado de la tierra. Desembarcar en una playa es generalmente imposible con nuestros propios barcos, por lo menos, sin gran riesgo, pero hay un embarcadero en el que la gente puede aterrizar sin dificultad y si no hay mucho oleaje. A este muelle el agua potable se transporta por tuberías para uso del transporte marítimo y por la cual todos los barcos mercantes pagamos. Al tiempo que Gustavus Conyngham navegaba por aguas canarias, el fletador del Henrica Sophía, Tomás Cólogan, daba ya muestras de preocupación por la tardanza de su barco. Este buque de nacionalidad sueca —de ahí el apelativo por el cual se le conocía en las islas— debía haber llegado a Tenerife a finales de julio y causaba extrañeza tanta dilación. El 2 de julio escribía a Londres, a la compañía de su hermano Juan Cólogan Socio en Cologan, Pollard & Comp., mostrándole su inquietud por no saber el paradero de El Sueco16.

Señores Cólogan, Pollard & Comp. Tenerife, 2 de julio de 1778 Caballero. El capitán Ogiluce nos entregó el día 15 del mes pasado su carta de 8 de mayo, el había sido expulsado de este puerto por un corsario norteamericano del cual escapó yendo hacia el puerto de La Palma y el mencionado corsario se mantuvo en Anaga impidiéndole traer el barco a este puerto, deseamos que un buque de guerra aparezca y le oblige a cambiar de estación pues daña mucho nuestro comercio abordando a cualquier barco que alcanza. El Sueco no aparece y mucho nos tememos que pueda haber caído en sus manos o en las de cualquier otro y todos los certificados que trae a bordo que le acreditan ser propiedad española, no le librarán de ser tomado por los americanos y si eso ocurre se traducirá en desilusión para nosotros dos a los que nos gusta la selección de mercancías que transporta.

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AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Cólogan, Pollard & Comp., Tenerife, the 2 july 1778. [Extracto]. Gentlemen. Captain Ogiluce delivered us the 15 ultimo your him letter 8 may, he was chased off this port by an American Privateer and which escaped by putting in to Palma and as said privateer keep at Port Naga cruising he has not been able to bring the vessel to this Port and we wish some sloop of war now appear to oblige him to change his station as he hurts great deal our trade, by visiting every vessel threat he can reach, the Swede does not appear and we are very much afraid if he have fallen into his hand; or some other and all the certificates she bring of being Spanish property, will not free her from being taken by the Americans and really if it happens, it will be disappointment to us both for loving the assortment of good.

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JOSÉ MURPHY Y MEADE

PATRICIO MURPHY Y MEADE

Tomás da cuenta en esta misiva de que un corsario americano, cuyo nombre aún no conoce, ronda las aguas de las islas. La situación no puede ser más angustiosa, saber que navega en aguas del archipiélago y no poder hacer nada, ni siquiera pedir ayuda al comandante general Tavalosos quien, probablemente no podría intervenir tampoco puesto que España no contaba en esos días con buque alguno que les pudiera auxiliar. Pero, si nos atenemos a lo mencionado por Conyngham en sus Memorias,en algún momento el corsario La Revenge debió hacer escala en el puerto de Santa Cruz para abastecerse, sin que nadie percibiera que venía de asaltar un carguero de propiedad Española. En esa escala, Conyngham debió ser informado por su agente Devigneau Casalón de que el buque Henrica Sophia era propiedad de un español que residía en la isla de Tenerife. Allí sabría que Sieulanne iba de camino a la isla de La Palma, situada a solo ochenta y cinco kilómetros de distancia de Tenerife. Posiblemente Devigneau Casalón pensaría que la tripulación de Conyngham interpretó que el mercante apresado era inglés. Su preocupación sería entonces cómo resolver el problema pues sabía, a ciencia cierta, que era propiedad de Tomás y el buque, de nacionalidad sueca aunque hubiera sido fletado en Londres. Eso sí, aparentaba ser británico y ello podría confundir a cual-

quiera pero, ¿qué podría hacer ahora? Esta es la explicación más verosímil que encuentro. Lo más curioso es que a partir de este instante se suceden numerosas cartas cruzadas pero en ninguna de ellas aparece Devigneau Casalón ni como destinatario ni como remitente. Ello me lleva a pensar que, si bien conoció el hecho y se lo hizo saber al corsario, después guardó silencio.

JOSÉ MURPHY

Ambos comerciantes, Juan Evangelista Devigneau Casalón y Tomás Cólogan, tenían cierta relación en asuntos de negocios, nada especialmente reseñable, pero lo que sí les unía era un espinoso pleito. Por entonces Tomás comerciaba no solo con Inglaterra sino también con las trece colonias. Probablemente le eran indiferentes las banderas y solo entendía de negocios buenos o malos. Devigneau Casalón, como agente comercial de las colonias americanas era conocedor de ese aspecto. También sabía del enorme poder económico e influencia política de Tomás y por ello debía pisar

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PATRICIO MURPHY Y MEADE

muy firme en sus movimientos. Tampoco podía señalar a Tomás como pro británico pues sabía que ese argumento tenía poco peso y menos indicar a un corsario que atacara a uno de sus barcos. ¿Acaso todo valía en la guerra? Para colmo tenían en común el espinoso asunto del pleito a cuenta de la herencia de un irlandés llamado Tomás Lynch Blanco, de quien daremos cuenta en las siguientes páginas. Todo esto, evidentemente, son hipótesis y no se puede prejuzgar a Devigneau Casalón de actuar de mala fe pues no dispongo de pruebas. 17

Sobre la figura de Devigneau Casalón, en el estado actual de las actuales investigaciones, no puedo aportar mucho más, sin embargo sí que es posible conocer algunos aspectos de su personalidad por el testimonio de terceros. Una de estas oportunidades la encontramos en el pleito de Tomás Lynch Blanco [White], sucedido el 11 de febrero de 1777. Lynch era hijo de un emigrante irlandés, Juan Lynch, casado con la española Catalina Blanco, que se estableció en Tenerife en 1729. Después de trabajar durante años para la casa Blanco, ordenó en su testamento que su cuantiosa herencia —que superaba los cien mil pesos en fincas, efectos y dinero— fuera para Tomás Cólogan Valois17. El documento, redactado ante el escribano Nicolás de Currás y Abreu, deja meridianamente claro que su fortuna debía ir a parar a manos de Tomás Cólogan, a quien consideraba su pariente. La relación familiar no está muy clara, pero sí parece cierto que Juan Cólogan Blanco, padre de Tomás, tenía algún parentesco con el difunto18. Según cuenta José Agustín Álvarez Rixo en sus Anales, se opusieron a este testamento los hermanos Nicolás [ 1785] y Cristóbal Blanco [ 1777] y, en este sonado pleito Juan Evangelista Devigneau Casalón, sobrino de los anteriores, tomó, como no podía ser de otra manera, partido por estos. Un verdadero embrollo de familias y de pugna comercial, donde cada uno jugaba sus bazas y que, en el caso de Tomás, contaba con el apoyo del marqués de Tavalosos, así como de otros políticos y comerciantes de Santa Cruz de Tenerife, entre los que figuraba Patricio Murphy y Kelly19. Este otro irlandés, además de amigo personal de Tomás y que antes lo había sido de su padre, Juan Cólogan, actuaba como agente comercial de la familia en sus negocios en el puerto de Santa Cruz de

ÁLVAREZ RIXO, José Agustín. Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava [1701-1872]. Año 1777, p. 97. Carta del marqués de Tavalosos a Tomás Cólogan Valois. Mui Señor mío: Ayer al salir de misa me entregó D. Patricio Mufi [Murphy yKelly] la de vuestra merced del día 15 y al tiempo de proveer conforme Vuestra Merced pedía en fuerza la obligación a que Vuestra Merced se constituía sobre al testamentaria del difunto D. Tomás Lynch; salió la Casa Blanco con pretensiones de nulidad de testamento y otras insistiendo en el inventario conforme a derecho. Esa complicación de intereses entre Vuestra Merced y Blanco, han hecho el negocio mas serio y digno de que yo proceda en justicia; pero deseando favorecer a Vuestra Merced y que no le sigan perjuicios en el usufructo y manejo de caudales y bienes para que Vuestra Merced los perciba he previsto lo que verá Vuestra Merced en el oficio Despacho que para su cumplimiento enviará Vuestra Merced al Gobernador de las Armas el Coronel Don Francisco Varcárcel. Nuestro Señor que a Vuestra Merced muchos años guarde. Santa Cruz de Tenerife, 17 de febrero de 1777. 19 El dublinés Patricio Murphy y Kelly [Dublín 1735-Tenerife 1801] emigró a Tenerife siendo muy joven y casó en la isla con Juana Meade y Sall [1747-1802], descendiente igualmente de irlandeses establecidos en Gran Canaria. Del matrimonio nacieron José, Isabel y Patricio Murphy y Meade. 18

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VISTA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Tenerife. Sobre el asunto del pleito, el 15 de julio de 1778, Tomás escribía a su abogado en la corte de Madrid, Fermín Sánchez de Muniaín, solicitando presentara ante el consejo de Castilla una serie de documentos referentes al pleito que mantenía con la familia Blanco. Tomás era optimista ante las expectativas del proceso: Mi pleito de herencia contra Nicolás Blanco se esta siguiendo, aora han apelado de un artículo, pero me parece que no llevarán la apelación adelante, no habiendoles salido favorable20.

Antes de continuar, es importante destacar algunos detalles del comercio canario a finales del siglo XVIII. Es obvio que el mercado insular no era lo suficientemente grande como para desarrollar un intercambio a gran escala, sin embargo, éste tenía algunas particularidades que lo hacían muy importante en el contexto europeo. Y ello se debía básicamente al excelente vino que en las islas se producía. A finales del siglo XVIII, las islas dependían en gran medida de sus exportaciones de vinos. Si durante el siglo anterior era indudable la supremacía de la mal-

[Viene de la página anterior] Los dos varones establecieron la compañía de comercio José y Patricio Murphy. José [1774-1841], casó, en 1799, con su prima hermana Juana Anran y Meade, natural del Puerto de la Orotava, de la que enviudó cinco años más tarde. Volvió a casar, en 1821, con María del Carmen Creagh y Amat. Destacado político liberal, en 1801 fue miembro del Real Consulado de Canarias y diputado del Ayuntamiento de Santa Cruz, del que fue varias veces síndico personero. En 1808 formó parte como vocal de la Junta Suprema de La Laguna, que le nombró su representante ante la de Sevilla y ante la Central. Diputado provincial en 1813 y 1820, más tarde, como apoderado del Ayuntamiento de Santa Cruz, logró la capitalidad de Canarias para su villa natal. Diputado a Cortes con importantísimas actuaciones, asistió a la sesión que declaró la incapacidad de Fernando VII, lo que le valdría ser perseguido y condenado a muerte. Se exilió, primero a Gibraltar y, pasando por Tenerife, a Londres y luego a México. Después de la amnistía ocupó en aquel país el cargo de cónsul honorario de España. Falleció en 1841. 20 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Fermín Sánchez de Muniain, Tenerife, 15 de julio de 1778.

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vasía como vino de lujo, en las postrimerías de esta centuria su decadencia agitó a los comerciantes canarios en busca de alternativas21. El declive se debió a varios factores propios de las Islas Canarias, entre otros, la sobreproducción que llevó a cultivar, no siempre en los mejores terrenos, con la consecuente pérdida de calidad, así como los elevados costes de producción. Los factores externos fueron las normativas de protección expedidas por el gobierno británico entre 1651-1673 cuando dictó sus famosas Leyes de Navegación, orientadas a proteger el comercio y la industria naval inglesa. Esta nueva legislación obligaba a transportar las mercancías con destino a América haciendo una última escala en los puertos y las aduanas inglesas. Con estas medidas, el vino canario se encareció, mientras que los vinos portugueses —los madeiras— que desplazaron a la malvasía, se libraron de ello. El cronista José Agustín Álvarez Rixo afirma en su Descripción histórica del Puerto de la Cruz de la Orotava22. Aunque se comerciaba con vinos dulces, los cuales se remitían a las naciones del norte de Europa y otras partes del mundo donde se vendían bien, y con cuyo pretexto se motivaban los establecimientos de los extranjeros

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del país, no era ese el lucro principal de nuestros mercaderes, según se ha visto. Y si alguien dudare de estas aserciones, puede leer en la «Historia de Viera», tomo 2, página 194, los artículos que componían el cargamento del navío del conde de Sandwich, en el cual iba el desgraciado Jorge Glas en el año 176523. Después se fue desusando el vino dulce de malvasía en aquellas partes, se ensayó y envió vino seco de veduño [o vidueño, según decimos por corrupción en estas Islas]. La primera remesa de que tengo noticia la hizo don Juan Cólogan, el primero de esta familia irlandesa que vino aquí, dirigiéndola a Londres el año 1766, según carta original que he visto [London, 25 th July, 1776, Robs Jones], y no le salió muy bien. Pero a pesar de eso, en seguida se ha hecho el comercio con los llamados vinos verdes, que son vidueños y malvasías ligeros ligados proporcionalmente, los cuales en los años de las guerras últimas lograron excesivos precios. Ante esta contingencia, la respuesta de los comerciantes canarios fue inmediata y llegó a través de los falsos madeiras, una versión más barata de los vinos portugueses que consiguió hacerse un hueco, no solo en Inglaterra, sino también en la américa inglesa, que no conseguía además cubrir sus necesidades con la limitada

También era conocido como Malmsey Canary Wine o Canary Sweet Wine o simplemente Canary. William Shakespeare en su obra teatral hacía referencia al vino de las islas. En la segunda parte de El Rey Enrique IV, el personaje de Doll Teart-Sheet irrumpe alegre en la taberna de Eastcheap. Su posadera, mistress Quickly, advierte que ha bebido demasiado Canarias, vino maravillosamente penetrante y que perfuma la sangre. I' faith, sweetheart, methinks now you are in an excellent good temperality: your pulsidge beats as extraordinarily as heart would desire; and your colour, I warrant you, is as red as any rose, in good truth, la! But, i' faith, you have drunk too much canaries; and that's a marvellous searching wine, and it perfumes the blood ere one can say 'What's this?' How do you now? 22 ÁLVAREZ RIXO, José Agustín: Descripción histórica del Puerto de la Cruz de la Orotava, p. 136. 23 George Glas [Dundee, 1725-1765] fue un capitán de navío escocés que se afincó en las Islas Canarias. En 1764 publicó el libro Historia, descubrimiento y conquista de las Islas Canarias, describiendo su geografía, historia, comercio, carácter de sus habitantes y hasta su gastronomía. El libro, dividido en tres tomos, figuró en el «Índice de libros prohibidos de la Inquisición», motivo que debió influir para que se convirtiera en obligada lectura entre los ilustrados de las islas. En el describía, las campañas de pesca que llevaban a cabo los canarios en la costa africana, lo cual suponía un interesante negocio en ciernes para los británicos. En efecto, en 1764 viajó acompañado de su mujer al continente africano y seleccionó un paraje idóneo para su establecimiento, consiguiendo la cesión y denominando a la nueva colonia como Port Hillsborough. Este hecho hizo que las autoridades canarias dieran la alarma, y le prohibieran que retornara a su país para proseguir con estas iniciativas, luego se decretó su prisión. Tras permanecer más de un año apresado secretamente en un presidio de Lanzarote, en 1765 logró salir de él por las gestiones del cónsul británico. En la Gazeta de Madrid del 28 de enero de 1766 se relató su triste final. Una vez junto a su familia regresó a Londres con su fortuna valorada en más de cien mil libras en monedas de oro y plata. La travesía la hicieron en el Earl of Sandwich junto a su mujer, su hija y un asistente. Cerca de la costa de Irlanda se amotinó parte de la tripulación y tras matar al resto a sangre fría, incluido el capitán, fueron a por Glas a quien hirieron de muerte y luego le lanzaron por la borda. La misma crueldad tuvieron con su mujer y su joven hija que cayeron al mar abrazadas e implorando. Solo quedaron en el buque un joven grumete y el asistente de Glas. Hundiéndose el barco, el asistente alcanzó la chalupa en la que huían los amotinados, pero uno de los asesinos le descargó tal golpe que murió ahogado, del otro nada se supo y probablemente corrió el mismo fin. Los asesinos cambiaron el rumbo y desembarcaron cerca de Waterford, al sur de Irlanda. Semanas más tarde, las autoridades dieron la alarma del hundimiento y los asesinos, tras gastar parte de la fortuna, fueron apresados en Dublín y posteriormente ejecutados.

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ANTIGUAS BODEGAS EN EL NORTE DE TENERIFE

y cara producción portuguesa. Para el transporte de esos vinos se recurría a barcos extranjeros o nacionales, fletados, en el caso de Tenerife, desde el Puerto de la Cruz o desde el de Santa Cruz. Era habitual por tanto que tras una exportación de vino, el viaje de vuelta se hiciera cargado con otros productos como textiles, porcelanas, herramientas, etc. Y al revés, que ante una importación realizada con un barco fletado, y no propio, el barco regresara a Europa cargado con vinos. Lope Antonio de la Guerra y Peña cita en diversas ocasiones esta actividad en sus Memorias de 1778, y resalta múltiples ataques corsarios24. La [cosecha] de vinos, también ha sido buena en la mayor parte de los parages, aunque por un viento muy fuerte que hubo en la madrugada del 27 de agosto recibieron las viñas y su fruto mucho destrozo. El precio más común de los del año antecedente ha sido de 20 a 25 pesos y los mostos han estado muy baratos; pues con la guerra, que se ha encendido entre los ingleses europeos y americanos han traído poca madera para pipas y no se halla en que

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encerrarlos, como también por no haverse vendido mucha parte de los del año antecedente: pues los Ingleses Europeos vienen a sacar pocos motivos de esa guerra y los americanos solo vienen a hacerles algunas piesas, como experimentó el 25 de octubre en que casi, bajo el cañón del Castillo de San Juan, apresaron a uno que venía de Londres y en que tenían mucho interés don Juan Pasley y Compañía y, poco después apresaron otro, que había salido del Puerto de La Orotava cargado de vinos y como este es el principal fruto, con que se hace nuestro comercio, en decayendo su estimación, todo decae ya nada se adelanta. A la vista de esta crónica es evidente que la actividad corsaria americana ya era entonces conocida en las islas. La mención de que los ingleses americanos, nombre con el que eran designados, venían solo a hacer capturas muy ocasionales, da idea de que los canarios eran conscientes de las limitaciones de los barcos de las colonias frente a la marina británica, muy temida en el archipiélago, que había sufrido su acoso en las décadas

DE LA GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio: Memorias, op. cit., p. 434.

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anteriores. En cualquier caso, el solo avistamiento de un corsario americano ya auguraba un problema inmediato, como así fue en este caso. Otro aspecto a destacar de la compañía Juan Cólogan e Hijos es que, salvo el bergantín el Scipio, que hacía la ruta europea, y casi siempre con destino a Londres25, Tomás habitualmente empleaba barcos arrendados como medida razonable para minimizar el riesgo en tiempos tan convulsos. Si bien su padre y su abuelo tuvieron algunos barcos en la carrera de Indias, él se desmarcó de esa política. Las razones eran de índole económica, pues las inversiones eran cuantiosas e inmovilizaban mucho dinero, en relación con los posibles beneficios. También eran importantes otros factores . Por una parte, las estadías en los puertos que se prolongaban en exceso, la carga y descarga en puertos se volvía incierta a causa del mercado o las cosechas, luego estaba el factor climático, que resultaba determinante y, por supuesto, el riesgo de los ataques corsarios. El último argumento, y no menos importante, es que la distancia a salvar entre las islas y las costas del norte de Europa era tan grande que un solo barco no podía hacer más de cuatro viajes en un mismo año. Eso volvía inviable económicamente tener un navío propio destinado únicamente a cubrir los trayectos europeos. En fin, una suma de inconvenientes que se resolvían contratando cargueros dispuestos en los puertos por precios más razonables26. En este punto de la narración quiero pedir disculpas, porque a partir de este instante muestro un excesivo número de cartas que pueden agotar al lector, pero sin ellas sería imposible reflejar con precisión el conflicto del corsario. Aparecen en estas nuevos personajes de ámbito local que aportarán ricos matices al relato. Uno de ellos es el comerciante francés Juan Bautista D’Escoubet y Lordat que fue designado en 1761, vicecónsul de Francia en la isla de Tenerife. D’Escoubet, como muchos otros de su nacionalidad, se dedicó a las actividades mercantiles que simultaneó con la labor consular. En su caso, se asoció con la familia Casalón a partir de 1773, llegando también a de25

JUAN BAUTISTA D’ESCOUBET Y LORDAT

sempeñar la administración del mayorazgo de Arucas, por la vinculación que con él tenía su familia política, los Bignoni. Su implicación social en Tenerife fue intensa, y el 17de mayo de 1777fue admitido como miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el mismo día que lo hacían Matías de Gálvez y Gallardo, entonces coronel de los Reales Ejércitos, y el comerciante Bernardo Cólogan Valois, que con el tiempo se convertiría en socio honorario. En 1783 D’Escoubet ejercería como síndico personero del ayuntamiento de Santa Cruz y, en 1786, sería alcalde de esta población donde destacó por publicar diversos bandos de buen gobierno. Dos años más tarde se le plantearon algunos problemas por haber traído de Bayona varios efectos que despachó sin contar con el beneplácito del comisario del Santo Oficio27.

ÁLVAREZ RIXO, José Agustín. Descripción histórica del Puerto de la Cruz de la Orotava. Ayuntamiento de Arrecife y Cabildo de Lanzarote. 2003, p. 136. Nota al pie. En 1789 fue decomisado el Scipión por venir con 300.000 pesos de Santa Cruz para tomar aquí mar y seguir su viaje al norte. Súpose la relación, aparecieron solo 12.000 pesos, el demás ocultamente se transbordó y puso en Garachico por conducto de un barco del país. Después hubo otro Scipión mandado por un hijo de Kirkman. Así vemos Samuel Kirkman senior y junior. Vaya el lector observando como sirven [a] la patria los que reciben sueldo de ella por empleados, y conocerá si es falsa la idea que nos dan de ellos los mismos extranjeros favorecidos. 26 GUIMERÁ RAVINA, Agustín: Burguesía extranjera y Comercio Atlántico. La empresa Comercial Irlandesa en Canarias [1703-1771], p. 372. 27 Juan Bautista D’Escoubet y Lordat era natural de Lasseube, Bajos Pirineos, Francia, e hijo de Andrés D’Escoubet y Catalina Lordat. Casó, en 1788, con Rafaela Bignoni Dagnino, vecina de Tenerife y hermana de los ya mencionados Francisco María y Pascual Bignoni

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Sin más preámbulos prosigo, pues los días pasan y se han producido algunas novedades que afectan al desarrollo del relato. La siguiente carta informa de la entrada del buque corsario en la rada de Santa Cruz. Es preciso establecer que Tomás no vivía en la capital sino en el Puerto de la Cruz, un pueblo situado al norte de la isla, a una distancia de cuarenta kilómetros. Las noticias de la capital le llegaban diariamente por medio del servicio de

correos interno. Su primer impulso, al conocer la noticia fue escribir, el 9 de julio, al comandante general Eugenio Fernández de Alvarado, marqués de Tavalosos, solicitándole que apresara al corsario ya que temía que hubiera asaltado el barco sueco que llevaba a bordo su mercancía. El problema de Tomás que no tenía pruebas fundadas que respaldaran su argumento y por ello Tavalosos le contesta muy receloso sobre la actitud a tomar en la contienda28.

Señor don Tomás Cólogan Mui Señor mío: Recibo la de vuestras mercedes del día de ayer en que me explica como piensa sobre la balandra corsaria para dar lugar a que llegue el navío Sueco que tan interesado por los españoles salió de Londres: Yo quisiera servir a vuestras mercedes y a la nación; pero sin cometer una hostilidad declarada no puedo detener o sea arrestar ninguna embarcación de la que aún hoy no son neutras: Sería hacer una paleada represalia y ni menos tengo arbitrio para con algún pretexto hacerlo por el mucho tiempo que ha navegado el Sueco; al que se agrega que la Balandra Corsaria discurro ha salido del puerto quando reciba la Carta de vuestras mercedes. Esta por mí amonestado su capitán y prevenido de ello a don Matías Franco que de ningún modo se le permita salir, si quisiera hacerlo, quando alguna vela se dirija al puerto, que es todo lo que cabe en mis facultades. Puedo decir a vuestras mercedes para su tal cual consuelo que me avisan haber llegado ayer 9 de julio una balandra francesa que salió de Martinica, la cual fue visitada tres días ha por un navío de guerra inglés de 70 cañones entre la Madera y el Salvage y me persuado que este navío ha hecho el milagro de que la balandra Corsaria se metiese en el puerto y creo, que estará en él hasta que sepa se haya ido; que es cuanto puedo decir a vuestra merced en respuesta a su carta. Nuestro Señor guíe a vuestra merced muchos años, Tacoronte y julio 10 de 1778. Besa la mano de vuestras mercedes Su más atento Servidor El Marqués de Tavalosos Mencionaba en anteriores páginas que la opinión de algunos sectores sobre el marqués de Tavalosos no fue siempre favorable. Lope Antonio de la Guerra y Peña, citaba en sus Memorias.

JUAN BAUTISTA D’ESCOUBET

En su Comando se ha tolerado con disgusto y aunque a los principios deslumbró con algunas buenas acciones, de lo que hace alguna mención Viera en el Tomo 3º de sus Noticias a la página 479, después fueron tantas las quexas que se tuvo por preciso el removerlo de la Comandancia. En este caso, la actitud de Tavalosos resulta algo huidiza y se excusó, para no actuar, en que el propio corsario no se iría mientras este no tuviera la certeza de que un navío británico se hubiera alejado de las aguas canarias. Pero finalmente atendería a las razones del comerciante. Los indicios de presencia de buques de línea británicos se refuerzan y ello parece explicar por qué La

[Viene de la página anterior] Dagnino. Volvió a casarse en 1807 con la francesa Josefa Sansón y Díaz-Machado. Véase Fernández Bethencourt, Francisco: Nobiliario de Canarias, tomo I, La Laguna. Editor J. Regulo. 1952, pp. 929-930. Nacieron de este matrimonio seis hijos; Josefa, Matilde, Enriqueta, Manuel, Paulino y Andrés D’Escoubet Sansón. 28 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

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Revenge se aproximó a las Islas Canarias. Sin embargo, aunque el navío corsario estuviera en el puerto de Santa Cruz, ahora el escollo principal era saber donde estaba el sueco, y para esto aún no había respuesta.

Tomás recibió entonces una carta de su amigo el comerciante francés D’Escoubet en la que le ofrecía acercarse al entorno del corsario por si podía averiguar algo sobre el buque sueco.

Mui Estimado Señor Mío: Recibo la apreciable de vuestra merced de ayer. No he sabido del Sueco, ni ahora, ni antes de apostar aquí este Americano, a quien antes de su encargo de vuestra merced, tenía hechas las preguntas con el rodeo que había podido. Esta noche sale para La Palma y yo celebro desde estos parajes por la razón de la recalada que vuestra merced me dice ha de hacerse en ello, dicho Sueco, a quien en caso de encuentro [de que Dios le libre] de nada valieron los certificados que trahe, pues sería cogido por los productos de Inglaterra, así como por los de América han sido apresados por los Yngleses muchos de diferentes banderas. Deseo cuele aquí luego que este corsario haya desaparecido y tenga vuestra merced esa satisfacción. Dios Nuestro Señor guarde la vida de vuestra merced muchos años. Santa Cruz y julio 10 de 1778. Besa la mano de vuestra merced, su afectísimo y seguro servidor, Juan Baptista D’Escoubet [Al pie]: Don Tomás Cólogan

Las muestras de colaboración de D’Escoubet eran múltiples, no solo informando en todo momento a Tomás de la situación en el Puerto de Santa Cruz, sino ayudándole en las gestiones del pleito contra los Blanco. Pero el dato cierto de la anterior carta es que esta comunica que el corsario La Revenge deja el puerto de Santa Cruz de Tenerife y se dirige hacia La Palma. Cree D’Escoubet que su salida hacia ese puerto pudiera estar relacionada con el Henrica Sophía y tal vez lo mejor sería dar parte a Cólogan y a las autoridades de La Palma. La noticia del aparente ataque ya corría como la pólvora entre los comerciantes isleños. Los hermanos Andrés y Bernardo Rusell, descendientes de irlandeses afincados en la isla de Gran Canaria, escriben a Tomás expresándole los inconvenientes del supuesto apresamiento29, y en una carta fechada el día 10 de julio

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le comunican su apoyo. En este instante, las restantes islas ya conocen la presencia del corsario en Santa Cruz y todas estaban alertadas de que El Sueco pudo haber sido asaltado. Es significativa la unión de todos los comerciantes ante asuntos de esta naturaleza30. En la misiva, los Rusell muestran el temor a la subida del coste de los seguros. Este es un aspecto que

PEDRO RUSELL

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, 5 de julio de 1778. Extracto. Canaria 5 de julio de 1778 Señores Juan Cólogan e Hijos Muy Señores míos, tenemos dos de vuestras mercedes de 20 y 27 del pasado a que no contestamos con Francisco Betancourt por que las recivimos después de su salida con el Rosario. La detención del Sueco de Londres nos ha causado bastante cuidado, y no sabemos si el comboi que esperaba seria el de los Navíos que arribaron a la Palma. Su carga nos hace mucha falta según lo parado que esta el negocio en ventas y cobranzas, pero da cuidado su detención puesto que estaba avistado el 10 del mes pasado de mayo. Dios lo traiga a salvo y con noticias mas individuales del capitán Althazin. 30 AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

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Canaria y julio 10 del año 1778 Señores don Juan Cólogan e Hijos Mui Señores míos. Hemos recibido la apreciable de vuestras mercedes de primero del corriente y hemos cargado en la general 3.043 pesos que nos corresponden en la letra contra don Josef Luxán debida por don Nicolás Massieu a favor de vuestras mercedes. Mucho cuidado debe ya causar la dilación del Sueco que parece imposible sea por bien. Creemos que cualquier atentado de los americanos contra él sea injusto, pues ni la bandera, ni los dueños de la carga les autoriza para apresarla y solo se valdrían de querer probar que no pertenece sino a yngleses de otro no podrán fundar su intento, pues ni los suecos están impedidos de cargar mercaderías ynglesas ni los españoles estamos privados de comerciarlas de nuestra propia cuenta. Dios quiera que salgamos en bien, porque de no, amas al atraso que sufriremos, no tendrá término la subida de seguros en las banderas nuestras. Hoy nos han dicho que el corsario de Naga entró en Santa Cruz, Dios permita que llegue con «el Sueco» sin contratiempo. Si recalara por esta Isla le pondríamos Práctico que lo llevara huiendo la vista de Naga. Las Requisitorias contra Betancourt no fueron despachadas a pedimento nuestro, la primera lo fue al de Morales y la segunda de oficio, pero ya está no se hace lugar y bien la pueden vuestras mercedes devolver, librando lo que hayan puesto él y Rodríguez, porque no crean aquí que nosotros ocultamos la noticia y abono de sus entregas, retardándolo por algún fin. Repetimos muy a la disposición de vuestras mercedes, a quienes guarde Dios muchos años. Andrés y Bernardo Rusell abordo por primera vez y que, poco o nada, se ha investigado. En el flete del Henrica Sophía el seguro debió correr a cargo de Cologan, Pollard & Comp. que, tratándose de la compañía londinense flotadora, debía asumir dichos gastos. Pero analizar en profundidad esos detalles es un asunto que dejamos pendiente para trabajos posteriores. Pasaron unos días de gran incertidumbre hasta que, el 13 de julio de 1778, Tomás escribió a sus primos de Cádiz comunicándoles su temor, que finalmente se vio confirmado31. Esperamos minuto a minuto al Sueco de Londres, que debía llegar a mediados de mayo y aún no ha aparecido, Dios envía a los americanos y espero que no lo hayan hecho presa por haber sido cargado con productos ingleses, a pesar de que son propiedad española.

Dos días más tarde, el 17 de julio, se dirige nuevamente a sus primos para informarles que ya sabe, incluso, el nombre del capitán corsario32. Tomamos nota de vuestra orden de dos pipas de Malmsey y Vidonia para el embajador español en Londres el cual será cumplimentado en el primer retorno, el cual deberá ser inglés, ya que de otra forma los vinos no serían admitidos. Depende de nosotros el enviar lo mejor, escribiéndote esto hemos oído que el bergantín Sueco que esperábamos de Londres fue tomado el primer día de este mes y fue enviado hacia Boston, el nombre del corsario es capitán Cunningham, te rogamos des a conocer el asunto a la Cámara de Londres, en caso de que no tenga tiempo para escribir. Saludamos a la familia y quedamos muy sinceramente.

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AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Edward & James Gough. Tenerife, the 13 july 1778. We are minutely expecting a Swede from London, that was to leave it in the middle of may and as not appeared, God send the Americans have not made a price of it as being loaded with English goods, notwithstanding they are Spanish property. 32 AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Edward & James Gough. Tenerife, the 17 july 1778. We take note of your order of two pipes of Malmsey and Vidonia for the Spanish Ambassador at London which will be cumplyd with the first upon turn by; which, must be English, as other wise the wines would not be admitted. Depend well except our selves in sending of the very best, writing this we hear that the Swedish brig we expected from London was taken the 1st. the ultimo and sent to Boston, the privateers name is captain Cunningham; we beg you’ll acquaint the House of London of it, in case we may not have time to write them. We salute both family and remain very truly.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 183


Con Conyngham presente ya en aguas de La Palma, Cólogan envió una nueva misiva a Tavalosos detallando los excesos cometidos por el capitán corsario para, a continuación, presionarle y solicitarle que retuviera el barco en la rada de La Palma. Contestó el mar-

qués de Tavalosos dando fe de lo que le informaba y actuando tan solo en base a su testimonio, lo cual es una muestra más de cierta condescendencia que mostraba Eugenio Fernández de Alvarado y Perales a los dictados de Cólogan33.

Sr. Don Tomás Cólogan y Hermanos Mui Señores míos: En la carta de vuestras mercedes de ayer veo detallados los excesos que me dicen ha cometido el capitán corsario Americano. Hago a vuestras mercedes responsables de la puntualidad de los hechos y no me detengo en averiguarlos antes de concebir mi Providencia, por no dilatarla y que no imagino que vuestras mercedes procedan de ligero. Di curso al Memorial de vuestras mercedes enviando al Auditor, para disimular la providencia, vuestras mercedes han procedido sin recato enbiándolo […] de la carta y estas cosas piden mucho secreto. En este concepto dirijo a vuestras mercedes […] mi reservada carta ordenando para que la lean, cierren con lacre y con el mayor sigilo en un barquillo la dirijan al puerto, sin que el patrón, ni sus marineros sepan lo que llevan y en ese público se quejarán vuestras mercedes de mi lentitud en proveer, pues así conviene para no espantar la caza y que se asegure el golpe, que me temo salga fallido, pues un pirata es sagaz y mucho se sospechará del Sueco que salió a tierra nadando. Nuestro Señor guíe a vuestra merced muchos años, Tacoronte y julio 18 de 1778. Besa la mano de vuestras mercedes Su más atento Servidor El Marqués de Tavalosos [Al pie]: Don Tomás Cólogan y Hermanos

En esta carta, la estrategia del comandante general, se alinea abiertamente con la de Tomás Cólogan, pero le recrimina por su falta de discreción en el asunto. Un dato cierto es que confirma que un tripulante sueco saltó por la borda de La Revenge y alcanzó la costa de Santa Cruz de Tenerife denunciando el hecho. En este momento, Tomás confirmaba que su barco había sido atacado, pero ¿dónde estaba el Henrica

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Sophía?. En su mente se agolparían muchas preguntas, pero con la información disponible era más que probable que el barco sueco estuviera de camino a América y que la mercancía se hubiera perdido irremediablemente. Lo primero que debía hacer era comunicar a su hermano menor Juan Cólogan Valois, residente en Londres, que el navío había sido apresado para que este diera parte a la compañía aseguradora34.

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Cologan, Pollard & Comp. Tenerife, the 18 july 1778. We had the pleasure to write you in the 2 inst. since none of your favour have appeared tho’s in the had arrived the 15 th from the Coruña; the fears we were about of the Swede have at last been verified, she being taken the 1st ultimo by captain Cunningham’s sloop off the coast of Portugal and was sent to Boston with the captain and two of the crew, the rest he has on board, he has been cruising at Point Naga and came into the Harbour of Palma, to put men on a prize she had there, every particular was know by a swedish sailor that he swam ashore to free himself from the privateer , who had him and seven more of his companion kept closed when he came into our Port; annexed you will see a copy of a letter we received yesterday evening from La Palma and give an account of every circunstance. It was really a great neglect not to have sent by Captain Ogiluce copy of your letter of the Swede, as we are totally in the dark about our concerns with you neither do we know your remarks about the wines and where to be shipped on the Swede and we might freight another vesell any how will do it and we are working out for one we’ll load and it will serve to send forward…

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184 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


En 1778 desempeñaba el cargo de auditor de Guerra en las Islas Canarias, Antonio Vizcaíno de Quesada. Era abogado de los Reales Consejos y, en 1769, ejercía como síndico personero y alcalde mayor del concejo lagunero. Desde 1770 venía actuando en el cargo de auditor y como sucedía con otros empleos significativos en la isla, su influencia era ganada por comerciantes como Tomás, dándole crédito, como es este caso, para que pudiera abonar los gastos derivados del trámite para optar al cargo de oidor35. Sin que podamos calificar esta actitud de tráfico de influencias, lo cierto es que este tipo de facilidades permitían a Tomás contar con la colaboración interesada del auditor de Guerra36. En la siguiente misiva, Tavalosos recibe una comunicación de Juan Cólogan Valois, en la cual adjunta un certificado del ministro de la corte de España en Londres [el embajador]. Juan, como veremos más adelante, vivía en aquellos días a caballo entre

París y Londres, por lo que habría hecho la gestión desde ese último lugar. Tomás menciona en la carta a un tal Odali, tratándose en realidad del comerciante irlandés Dionisio O’Daly37, educado en Francia y residente por entonces en la isla de La Palma38. En el intento de seguir el hilo de las cartas, lo cual no resulta sencillo, el corsario Conyngham se acercó a la isla de La Palma transportando en sus bodegas a siete tripulantes del Henrica Sophía. En La Palma, al parecer, los dejó en tierra, hecho que constata la siguiente carta pues informa que O’Daly intervino tomando declaración a los tripulantes suecos. Pero la suerte estaba echada y el corsario iba siempre por delante de cualquier medida que pudieran acordar las autoridades o los comerciantes de las islas. Por ello, Tavalosos recomendó a Tomás que se limitara a tomarles declaración de cara a la reclamación que luego pudiera hacer a las compañías aseguradoras39.

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El cargo de oidor era equivalente al de juez. Su nombre proviene de su obligación de escuchar —oír— a las partes en un proceso judicial, particularmente durante la fase de alegatos. 36 AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Edward & James Gough. Tenerife, 22 de septiembre de 1778: Sres. Don Eduardo y Jacobo Gough: Queridos y muy estimados primos: El Señor don Antonio Vizcayno de Quesada, Auditor de Guerra de estas Yslas tiene pretensión de entrar de Oydor de esta Audiencia haviendo ahora una plaza vacante y como vuestras mercedes no ignoran los gastos que se ofrecen para semejantes asuntos nos ha pedido crédito de dos mil pesos de a 13 Reales de Vellón en esa plaza, a favor de don Pedro Higueras, Presidente en Madrid, en cuyo supuesto hemos de merecer a vuestras mercedes que siempre que el referido don Pedro les comunique a vuestras mercedes haberse conseguido dicho empleo para dicho señor don Antonio, tengan vuestras mercedes a su disposición dicha cantidad de dos mil pesos que vuestras mercedes se servirán cargarnos en cuenta, tomando su reembolso y el de los costos que ocasionare este pagamento sobre los Sres. Cologan, Pollard & Comp. de Londres, a menos que el tiempo del pagamento tengan vuestras mercedes caudal nuestro en su poder atento a que el referido don Antonio Vizcayno no dize que [a] regular no se tome este dinero hasta julio o agosto próximo que, es quando m´sa temprano se llegará a proceder dicha plaza, vuestras mercedes se servirán remitirnos por duplicado documento que justifique el recivo para presentarlo al Ynteresado quien en su virtud nos pagará lo que vuestras mercedes desembolsaren. Muy a la disposición de vuestras mercedes cuyas vidas Dios Guarde Muchos Años. 37 Dionisio O’Daly, junto al abogado Anselmo Pérez Brito [1728-1772], había dirigido un pleito del Común de La Palma contra los regidores perpetuos, por haberle sido revocado al irlandés Dionisio O’Daly el nombramiento de síndico personero; en la misma causa denuncia la malversación de fondos públicos de los regidores. El Consejo de Castilla falló a favor de esta causa, destituyendo a los regidores perpetuos y disponiendo que fueran elegidos estos cargos públicos bianualmente y por sufragio popular. Desde esa fecha los regidores perpetuos perdieron su hegemonía política en la isla, dando lugar así a las primeras elecciones que se celebraron en España por sufragio del pueblo y al triunfo de la burguesía palmera sobre la nobleza. Tras varios años de ruidoso pleito, el Supremo Consejo de Castilla dispuso, en diciembre de 1771, que, a partir de entonces, los consejos se formasen por elecciones populares. Los primeros comicios se organizaron según lo dispuesto en la Real Cédula de Carlos III, de 5 de mayo de 1766, y se celebraron en 1773. La nobleza no votó y el clero impidió que se celebrara una función religiosa en acción de gracias por esta exaltación del pueblo al poder, al pretender los elegidos prestar su juramento en la parroquia de El Salvador. Así pues a Santa Cruz de La Palma le cabe el honor de haber hecho las primeras elecciones por sufragio universal de la historia de España. 38 DE LA GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio: Memorias, op. cit., p. 290. Súpose a fines de este año que había salido un decreto del Consejo para que en la Isla de La Palma se eligiesen annualmente quatro regidores excluyendo a los caballeros que lo era, i multándole en siete mil ducados en vista de lo que representó en la Corte don Dionisio Odaly diputado que fue de Abastos, i que, desde que tomó dicho Empleo, sucitó muchas quimeras en la dicha Isla, de modo que el Comandante General le mandó traer preso. Con este motivo se huyó para España… 39 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 185


Mess. Cólogan, Pollard & Comp. Tenerife, 18 de julio de 1778 Tuvimos el placer de escribirte en segunda instancia sin que tengamos su favor aunque en el había llegado el día 15 a partir de la Coruña, y los temores que esperábamos sobre el Sueco se han finalmente confirmado, ha sido tomado a primeros de mes por la balandra del capitán Cunningham en la costa de Portugal y fue enviado a Boston con el capitán y dos tripulantes, con el resto que tenía a bordo, ha estado navegando en Point Naga y entró en el puerto de Palma, para poner a sus hombres en una presa que tenía allí, se conoce cada detalle por un marinero sueco que nadó a tierra para liberarse del corsario, a quien tenían junto a otros siete compañeros encerrados cuando entraron en nuestro puerto; anexo verá una copia de una carta que recibimos ayer por la tarde de La Palma y que da cuenta de cada circunstancia. Fue realmente una gran negligencia no haber enviado por medio del capitán Ogiluce copia de su carta del sueco, ya que estamos totalmente en la oscuridad acerca de nuestras preocupaciones con usted ni sabemos sus comentarios sobre los vinos y dónde serán enviados con el sueco y podríamos fletar otra nave cualquier cómo lo hará y estamos trabajando para que nos va a cargar y que servirá para enviar hacia adelante ... Conyngham mencionó que el 16 de julio dejó el puerto de La Palma con rumbo noroeste, de lo que se deduce que su estancia en aquella isla fue breve, pues

D’Escoubet afirmó que el corsario había partido desde Santa Cruz de Tenerife la noche del día 10. Mientras, el comandante Tavalosos informaba de sus gestiones.

Mui Señor mío: Ayer quando recibí la carta de vuestras mercedes con el recurso contra el capitán corsario americano, por el deseo de servir a vuestras mercedes y amparar la justicia, no me pareció del caso esperar la providencia legal de este Auditor de Guerra, que se halla ausente en La Laguna entendiendo sobre un ynventario y concebí mi providencia por lo gubernativo como vuestras mercedes vieron. En este instante recibo la carta de vuestras mercedes de ayer en que me incluyen la traducción de la carta de un hermano de vuestras mercedes, don Juan y la de Odali, con más la del certificado del ministro de nuestra corte en Londres40 y a la verdad encuentro procedí apresurado porque tales documentos no pedían tan executiva providencia porque el certificado español habla de duelas como objeto y si la vandera neutra fue atropellada tocaba su vindicación a la corte de Suecia. Ya no tiene remedio y yo incluyo a vuestra merced la providencia legal del Auditor para que la guarden por si fuere el caso que vuestras mercedes recojan en su memorial y me hagan otro con la misma fecha presentándome las copias de cartas y pasaportes, o sea certificado español, certificado para escribano y traductor, de suerte que hagan fe y juicio fuera de él. Esto lo diré a vuestras mercedes en otra ocasión cuando me haya visto con el auditor de guerra. Conviene escriban vuestras mercedes a Odali, conserve los prisioneros suecos para que depongan en sus confesiones y estén vuestras mercedes a la mira de todo quanto pueda conducir a la justificación de mi providencia, sobre cuyo asunto hasta oy nada me ha escrito el coronel Massieu que es cuanto puedo decir a vuestras mercedes en el particular Nuestro Señor guarde a vuestras mercedes muchos años. Tacoronte, 19 de julio 1778 Besa la mano de vuestra merced su más atento y afecto servidor. El Marqués de Tavalosos [rúbrica] [Al pie:] Señor don Tomás Cólogan

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En 1778 era embajador en Inglaterra Francisco de Escarano y Torres y en ese mismo año fue sustituido por Pedro Francisco de Luján y Góngora, I duque de Almodóvar del Río.

186 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


El 19 de julio, las autoridades de La Palma notificaron al comandante general que la balandra corsaria, a su llegada al puerto de La Palma, había enarbolado la bandera francesa tratando de evitar su apresamiento. Esta argucia era ya conocida por las autoridades canarias, pero lo que no se esperaban era que el corsario, en su viaje desde Tenerife a La Palma, hiciera una nueva presa y tuviera la desfachatez de fondear con ella en la rada de esta última isla. Las cosas se presentaban muy complicadas, pero con los corsarios era imposible predecir sus movimientos. La

nueva presa era el bergantín Countess of Moreton. Se conoce su nombre pues lo menciona Graciano Sieulanne en una carta que mostramos más adelante. La fluidez de las comunicaciones interinsulares por barco mantenía a los comerciantes afectados informados del suceso. Nuevamente, desde Las Palmas de Gran Canaria, los hermanos Andrés y Bernardo Rusell transmiten a Tomás Cólogan, en múltiples cartas41, sus impresiones y mencionan a otros comerciantes canarios de ascendencia irlandesa, los Commyns.

Canaria y julio 20 de 1778 Señores don Juan Cólogan e Hijos. Muy Señores míos. La de vuestras mercedes de 14 del corriente nos ha llegado el día 18 y ayer la del 15. Quedamos enterados de que vuestras mercedes desean fletar el Sueco que se espera aquí de Cádiz y el mismo pensamiento han tenido los señores de Commyns que nos encargan hablemos al capitán y le animemos a que vaya a verse con dichos señores para tratar de ajuste. Nosotros ignoramos el destino, que esos señores le quieran dar, pero quisiéramos que pudiera servir a las dos casas. No obstante pondremos todo cuidado en dejar a vos servidos y no omitiremos diligencia cuando llegue. Aquí se cree que en él viene don Bartolomé Naranjo y que se dilatará algunos días para la llegada de la Flota que dicen fue el 24 o 25 del pasado. Del Sueco de Londres creemos que pocas esperanzas podríamos tener ya y así contamos con alguna mala noticia de un día a otro. Nosotros solo tenemos 10 piezas de anascote42 y algunas de género y calimascos43, de resto no hay cosa de lana, pero las tiendas no pueden haber vendido lo que han llevado de esos efectos. La saetía del rey según se han podido inferir traía municiones a prevención para la flota y se ha ido a Cádiz. Es lástima que no haya venido la certificación pedida a Madrid, no sea que se cansen los contrarios de tanto esperar y no comprendemos cómo no pueden tener autorizada la sentencia confirmada por la del Consejo, pues al menos en esta se había de referir o insertar la otra, pero la esencial es la del Consejo. Pastrana está avisado de cuidar no se intente sin su noticia alguna pretensión en la Audiencia para nueva declaración del señor don Tomás lo que no parece regular y esta prevenido de no distender el recurso del señor don Bernardo Valois44 en que no ha habido providencia. Nosotros estamos enteramente pagos de nuestra cuenta con Rodríguez, así otros cuidarán de la pronta entrega de dineros ai. Quedamos muy a la disposición de vuestras mercedes, cuyas vidas pedimos a Dios que guarde muchos años. Besan las manos a vuestras mercedes sus más afectos servidores, Andrés y Pedro Rusell. Hemos recibido la de 17, a que contestaremos.

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AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. Se trata de una tela de lana peinada y cruzada, lisa, áspera, tejida en crudo y teñida en piezas. Hasta el año 1796 se importaban grandes cantidades desde Inglaterra y era muy usada en el ámbito eclesiástico. Las imitaciones francesas posteriores terminaron con esta importación. 43 Sic, por calimaco o calamaco. 44 Bernardo Valois Bethancourt [1740-1791] era sobrino de Tomás Cólogan Valois, y único hijo de Nicolás Bernardo Valois Geraldín [Walsh Fitzgerald], cuñado de Tomás, casado en 1739, con Luisa Betancourt Castro y Jaques de Mesa. 42

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 187


VISTA DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Mientras tanto, el 29 de junio, la flota española de Indias entraba en Cádiz. En ella venía embarcado Bartolomé Hernández Naranjo, de quien los hermanos Rusell no tenían noticias aún. Tal vez hizo escala en Tenerife y prosiguió hacia Cádiz, a donde aportó. Su fortuna, obtenida en Venezuela, era impresionante y según Lope de la Guerra ascendía a 400.000 pesos, una cantidad enorme de dinero para su tiempo. Pero Naranjo permaneció en Cádiz hasta 1779 y mientras, su herma-

TOMÁS CÓLOGAN VALOIS

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AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

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no Domingo supervisaba sus inversiones en Gran Canaria. Especifican los hermanos Rusell que había otro barco sueco que se esperaba en dicha isla, vía Cádiz, que bien pudiera haber servido a Tomás para algún flete suyo. Al parecer era muy frecuente el empleo de barcos de esta bandera en los fletes con Europa. Desde La Palma, la compañía Juan Cólogan e Hijos recibía numerosas muestras de apoyo. En este caso lo hacía Raymundo Ferrer, un comerciante local que aporta un dato crucial cuando afirma que el ataque corsario se produjo en la noche de San Juan, es decir el 21 de junio de 1778. Resulta significativo observar que afirma que todo es un enredo pues los franceses —que bien pudiera tratarse de Graciano Sieulanne— ahora dicen que le cogieron [le merearon] la presa al capitán inglés del Countess of Moreton. Tampoco deja de sorprender la mención a quitar las velas, que es la forma natural de conseguir que un barco no se haga a la mar45.


Señor don Juan Cólogan e Hijos y compañía. Muy Señor mío en esta ocasión es preciso escribirles a sus mercedes el gran sentimiento que yo tuve cuando supe que había cogido la balandra corsaria la noche de San Juan la corbeta de vuestras mercedes y que fue muy mal cogida porque los prisioneros que había cojido de dicha corbeta los tenía con grillos en la bodega metidos que por donde se bino a descubrir fue por un sueco de dicha corbeta que se echó en tierra de noche añado y luego también se conocio la malda en dicha balandra porque luego que el domingo por la mañana \entro/, Padilla se hizo a la vela dicha balandra y aora ban los franceses para esa Ysla porque dizen que merearon la presa al capitán Yngles y todo esto es enredo pues esta es la dicha novedad que pasa en esta Ysla y en la presa que está en este puerto le quitaron la noticia luego que se supo esta noticia le quitaron las velas. Es quanto se me ofrece y ruego a Dios Nuestro Señor guarde su vida muchos años. Palma y julio 20 de 1778. Besa la mano de Vuestra Merced su mayor servidor. Raymundo Ferrer. [Al pie:] Incluyo ésta para que vuestras mercedes me la remitan para Santa Cruz.

Los hermanos Rusell escribieron nuevamente a Tomás y le hicieron una precisión importante: que los corsarios americanos ya no distinguían que el barco fuera de propiedad inglesa o no, sino que este se dirigie-

ra a puerto inglés, quedando al margen que ondeara bandera neutral. Así pues, la argucia de Tomás de emplear barcos neutrales en tiempos de guerra, tampoco estaba dando el resultado esperado46.

VISTA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

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AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

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Canaria y julio 22 de 1778 Señores don Juan Cólogan e Hijos. Muy Señores míos, están en nuestro poder las estimadas de vuestras mercedes de 17 y 18 del corriente; éstas nos han hecho saber la mala suerte que ha tocado al Sueco que venía de Londres apresado el primero del pasado por el Americano que persiguió a la [Esmeralda]. Como este suceso no haría ya diferencia en los seguros sobre neutrales, no comprendemos la legitimidad de la presa del Sueco pues el pirata quedaría por las cartas, facturas, conocimientos y demás papeles bien informado de que la carga pertenecía a Españoles, viniendo de su cuenta y riesgo. Con igual libertad haría lo mismo sobre retornos solo porque vayan a ingleses. El Sueco de Cádiz no aparece, y nos persuadimos que con su dilación, no se podrá avilitar en tiempo para aprovechar los seguros que regularmente dejarían nuestros amigos abiertos para retornos, que seguramente hemos notado antes, los han hecho por solo tres meses, y no esperamos que haya sido en esta ocasión con mejor partido, o plano. Añadir a lo subido de los seguros el costo de prórrogas será buena ayuda de costas, en tiempo que habrá pasado la estimación con la cosecha del mes pasado de Cádiz. Aquí se ha divulgado la noticia de que un combate naval entre escuadras francesas y inglesas de que podría tal vez resultar que si fue esta la agresora se instará por la francesa, a nuestra corte que se declarase en su favor. Vos tendrán ahí mejores noticias para su Gobierno, y nos comunicará sus ordenes si hubiere, que darían en lo prevenido, y dispuesto al Sueco que se espera aquí nuestra contribución al fin que vuestras mercedes han predispuesto podrá ser de £1000, que vuestras mercedes proporcionaran y darían los avisos como para lo suio, porque nosotros inciertos de lo que pasa, y de lo que vuestras mercedes dispondrán en caso de novedad, no resolvemos a escribir de aquí nada. Si el marinero Sueco pasase de La Palma a este Puerto, y dijere en su declaración algo particular de la presa, sírvanse vuestras mercedes comunicarlo. Estamos enterados de quanto vuestras mercedes nos previenen en orden al ajuste, y contrata con el capitán Sueco, que ha de tener de Cádiz, y pondremos todo cuidado de desempeñar este encargo como vuestras mercedes desean. Pararemos a Juan Lorenzo los 391 pesos que entregó Gerónimo Mayo y nos alegramos que estén en poder de vuestra merced para librar a nuestro cargo los mil y diez y seis pesos que ha puesto Juan Rodríguez o el abintestato de Salvador Rodríguez, de cuia deuda estamos ya cubiertos. Don Pablo García de Abreu, a cuio favor giraron vuestras mercedes una letra de 59 pesos en mayo, lo ha retenido y hay aquí una interesada que nos persigue pretendiendo el pago. Si vuestras mercedes vieren al don Pablo sírvanse decirle lo que debe hacer para que se nos presente y paguemos la cantidad. Repetimos a vuestras mercedes nuestra fina voluntad, y pedimos a Dios les guarde muchos años. Besamos las manos a vuestras mercedes sus mayores servidores, Andrés y Pedro Russell.

VISTA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

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CARTA REMITIDA POR ANDRÉS Y PEDRO RUSELL, 22 DE JULIO DE 1778

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 191


SANTA CRUZ DE LA PALMA

Tampoco la burocracia administrativa y militar surtía efecto alguno, pues cuando el marqués de Tavalosos ordenó el apresamiento del corsario y su nueva presa, esto no tuvo efecto por haber llegado tarde su

orden. En la siguiente carta da noticia de que el corsario se dio a la vela el día 16 de julio quedando sola en la bahía del puerto de Santa Cruz de La Palma la presa hecha por este, en la que ya ondeaba la bandera francesa.

Señor don Tomás Cólogan Muy Señor mío: Con la carta de vuestra merced de ayer veo el motivo por que no tuvo efecto mi orden sobre el arresto de la balandra Corsaria y que solo se verificó en la presa Ynglesa que venía hecha y depositada en aquel puerto de La Palma; y desistiendo vuestra merced de su querella, con consideración al pabellón francés que ha enarbolado, que no dudo será fingido, comunico al gobernador de las Armas de dicha Ysla en la carta adjunta la Orden para que la ponga en libertad, restituyéndole sus velas y el timón. Use vuestra merced en buena hora del Decreto Judicial que puse a la ynstancia de vuestra merced y justifique en la Palma todo lo que conduzca a su derecho para el reclamo de los seguros y si el marinero sueco existe y puede vuestra merced traerlo aquí para que se ratifique en la Declaración que tendrá hecha, será muy conveniente. El capitán francés que se supone haber comprado la presa, me avisa el comandante del puerto de Santa Cruz que viene a hablarme sobre sus derechos: No ha aparecido y su conciencia y la de su travieso cónsul creo le detengan. Nuestro Señor guíe a vuestra merced muchos años. Tacoronte 23 de julio de 1778 Besa la mano de Vuestra Merced Su más atento Servidor El Marqués de Tavalosos [Al pie : ] Señor don Tomás Cólogan.

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cipitadamente dejando atrás la presa a cargo de Sieulanne. Sabía, además, que corría un grave riesgo pues en las cercanías se encontraba un navío de línea británico, ya avistado hacía algunas semanas, y que aún permanecía en las aguas de las islas. Fue entonces cuando comenzaron los problemas para el francés, pues estando al ancla en el puerto de La Palma, el Countess of Moreton fue abordado por un paquebote armado enviado por el marqués de Tavalosos. Sieulanne sorprendido protestó airado, alegando que el barco apresado le pertenecía, y se dirigió a Tomás Cólogan requiriéndole una compensación por la pérdida de tiempo que esta situación le causaba47. Pero, ¿qué haría Sieulanne estando solo en la isla?, ¿qué podría oponer frente al comandante general de las islas y a un rico comerciante? Al mismo tiempo Tomás se asía a cualquier recurso para que no escapara Sieulanne. Desde Las Palmas de Gran Canaria, en carta del 24 de julio de 1778, le escribía Narciso Laguna, un procurador de los tribunales que por aquel entonces le hacía seguimiento a un pleito contra la Casa de Valois. En la carta menciona literalmente GUSTAVUS CONYNGHAM

Días atrás cuando La Revengey el Countess of Moreton aún permanecían fondeados en la rada de La Palma, Conyngham propuso a Sieulanne, a quien en esta carta se refieren como el capitán francés, llevar el barco apresado a la isla de La Martinica. Posiblemente, Conyngham intuía los problemas que se avecinaban y por ello decidió partir pre-

que harto siento la noticia que corre y que se ha escrito de Santa Cruz de que los americanos han tomado el Sueco, que conducía de Londres la cargazón de efectos que vuestras mercedes estaban esperando y aunque pienso que esa Casa nunca la perdería, porque es regular viniese asegurada, con todo causa quebranto a vuestras mercedes y a los demás, que viven y se surten de esa Casa.

SELLO DEL ALMIRANTAZGO

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AHPTF, Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

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CARTAS DE SIEULANNE A TOMÁS CÓLOGAN, 27 DE JUNIO DE 1778

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SIEULANNE RECLAMA A CÓLOGAN

omo ya expresamos en la introducción de este trabajo, las cartas son las verdaderas protagonistas de la historia que relatamos. El siguiente documento, viejo, desgastado y prácticamente ilegible, marca el inicio de la relación entre Graciano Sieulanne y Tomás Cólogan. En esta primera misiva del 27 de julio de 1778, Sieulanne evidencia al canario la participación de Juan Evangelista Devigneau Casalón como consignatario y se refiere a la presa como su barco, mostrando cierta ansiedad en partir cuanto antes48.

C

La carta fue localizada en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife y una copia manuscrita de la misma fue remitida por Sieulanne a Benjamin Franklin quien, en breve, se hará presente en el relato. Junto con esa copia, iba adjunta la carta de respuesta de Tomás Cólogan y que Franklin pudo leer. Tomás sabía que había perdido el Henrica Sophía para siempre y desesperadamente trató de retener a Sieulanne como única vía para obtener una compensación49.

Graciano Sieulanne a Tomás Cólogan Santa Cruz de Tenerife, 27 julio de 1778 Señor Cólogan Habiendo ido al encuentro del Señor Gobernador de estas Islas, éste me dio a entender que, por haberlo requerido usted, mi buque fue retenido el 19 de éste mes y además he sido informado sin que quede lugar a dudas. Pensé que cuando el General me dijo de verme con usted, era para convenir un arreglo sobre el perjuicio que este retraso me causa. Por otro lado, el Señor Casalón, consignatario del capitán Cunningham que me confió su mercancía para transportarla a Martinica, desea igualmente que llegue a un arreglo amistosamente. Estoy dispuesto a hacerlo y le ruego en consecuencia de hacerme saber sus intenciones, confiando en que tendrá usted en cuenta el tiempo que me ha hecho perder, los gastos que me causa y el peligro al que me ha expuesto por este retraso. Desde el momento en que me honre con su respuesta, estaré en el Puerto de La Orotava para tratar con usted. A la espera, me despido con mi sincera consideración. Sieulanne.

Solo dos días después, el francés recibió respuesta de Tomás al requerimiento clarificándole que la mercancía que transportaba el buque Henrica Sophia era suya y estaba legitimado para poder reclamarla. Una

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copia de esta respuesta también fue remitida a Franklin para que la leyera directamente y extrajera sus conclusiones respecto al señor Cólogan.

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. La copia de ambas cartas ha sido remitida por The American Philosophical Society.

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Copia de: Señor: En respuesta a la suya del 27 del corriente que hemos recibido ayer a las nueve de la noche, podemos decirle que no hemos solicitado la retención de su buque ya que contra usted no tenemos ninguna pretensión, ni siquiera le conocíamos sin saber su nombre hasta recibir la carta. Lo que Su Excelencia el Gobernador de estas Islas ordenó es la detención del capitán Cunningham y de la mercancía que tenía en la Isla de La Palma en virtud de haber tomado injustamente y como un pirata un navío sueco cargado de mercancía que nos pertenecía en su mayor parte, a nosotros, habitantes de esta villa y el resto, a otros vecinos de estas islas, todos vasallos de Su Majestad Católica, lo cual fue declarado en Londres por el Responsable de Asuntos de nuestra corte a la de Inglaterra según el certificado que traía consigo el capitán sueco y que encontramos a bordo del marinero sueco que a nado tocó tierra en La Palma. Sin embargo, como la orden de Su Excelencia no llegó suficientemente a tiempo a la susodicha isla, el capitán Conyngham se escapó. Tan pronto como lo supimos, escribimos a Su Excelencia diciéndole que no teníamos ninguna pretensión por la mercancía, que para nosotros era un objeto de muy poca consideración y que podía actuar de oficio como buenamente le pareciera. En consecuencia Su Excelencia envió la orden de ponerla en libertad, lo que fue ejecutado desde el 24 del corriente, cuando recibimos la orden a La Palma. Desde su llegada a esta Isla y hasta su retención, fue considerada como propiedad del susodicho Conyngham. Si le pertenece a usted, presente sus títulos a Su Excelencia que le hará justicia y ordenará de inmediato que liberen a su buque. No lo dude. Es todo lo que podemos decirle. Suyo afectuosamente. Cólogan e Hixos La Orotava, 29 de julio de 1778.

La sutileza de Cólogan resulta pasmosa. No amenaza en ningún momento al francés. Solo le informa de que el marinero sueco portaba un certificado que autentificaba su propiedad sobre la carga del Henrica Sophía, barco fletado por él y, presuntamente,

robado por Conyngham. Contra él dirigía su reclamación, así que si Sieulanne tenía idénticos documentos del Countess of Moreton solo debía presentárselos al comandante. Evidentemente, estaba muy seguro de cual era el criterio de su excelencia.

Mui estimado Señor mío: a su tiempo recibi la apreciable de vuestra merced de 17 del corriente. Revelado en La Palma el secreto del capitán Conyngham sobre haber apresado el Sueco de Londres, expresó don Dionisio O’Daly su sentimiento de habérmelo ocultado. Hizo bien en no darme tan presto que sentir de su captura por razón de los intereses de todos, de los cuales parece que no es vayamos contra este armador, sino que repitamos contra los aseguradores, que han tomado estos riesgos de guerra de american[os] a exemplo de la que ellos tienen de sus contrarios; y conformémonos no sea otra cosa de lo que ha sido en todo tiempo por unos y otros destos beligerantes [?]. Venía adjunta una de Melchor González en assunto de quien escribiré a don Francisco Antonio de Arrieta en conformidad del Dictamen de vuestra merced, cuya vida ruego a Dios guarde muchos años. Santa Cruz y julio 27 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su más y seguro servidor. Juan Baptista D’Escoubet [Al pie:] Señor don Tomás Cólogan.

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ISLA DE LA PALMA

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Desde el 2 de marzo de 1772 ejercía como cónsul general de Francia en Tenerife, Pedro Lecomte50 [Pierre Le Comte] a quien se dirigió el marqués de Tavalosos reprochándole la farsa de la compraventa del Countess of Moreton al que hacían pasar por francés tras una fraudulenta compra-venta. El gobernador, conocedor de la artimaña del cambio de la bandera del buque inglés le

expresó, muy molesto, lo ilegal del acto y que la operación de venta del mismo era un completo fraude. Evidentemente, todo ello sumado al reconocido hecho de que el corsario que lo capturó venía de hacer lo propio con un barco neutral sueco, y debía saber que le ocasionaría un problema de mayor alcance cuando las autoridades nacionales se enteraran de las circunstancias51.

[Copia] Mui Señor mío: Vuestra Señoría, con su acostumbrada dirección en los negocios me escribe en fecha del día 17 del que acaba y me pone una porción de presupuestos que vienen a parar en bautizar de Condiciones la Escritura de aparente venta que vuestra señoría celebró en su pretendido Juzgado, contraviniendo a las expresas Declaraciones que el rey su Amo tiene hechas de no tener Jurisdicción, Juzgado, ni Canciller y con tal efugio pretende aparentarme lo que en realidad no es. La balandra Corsaria que hizo a los Yngleses la presa de que Vuestra Señoría usted me habla, pasó su capitán Conyngham del título de Corsario al de Pirata, tomando un Navío Sueco, que es neutro, con Salva Guardia del Ministro del rey mi Amo en Londres y como tal trató a los Suecos y por tal delito procedí a lo que debía, acerca de su Persona y de la Presa que había hecho. Estaba Conyngham fuera y se verificarán mis órdenes en el Bergantín de que vuestra señoría me trata, el feliz encuentro, el qual en tal apuro presentó la Escritura de venta del Corsario y enarboló el pabellón Francés; Dióseme cuenta y mandé ponerlo en libertad en obsequio de la Nación Francesa, a quien mucho amo y venero. Sin embargo se que vuestras mercedes es mui a propósito para torcerle sus negocios, actuando contra el derecho de las gentes. Todo lo referido lo sabe vuestra señoría y con todo eso se propasa a pedirme las razones que yo pueda haber tenido para dar mis órdenes contra un infractor de la fe publica y del Salvo Conducto de un Ministro del rey mi Amo: métase vuestra señoría en el circulo de su encargo en estas Islas, proceda como los demás Cónsules, pues me veré precisado a dar cuenta a mi corte de los excesos de vuestra señoría y procederé contra un aparente canciller, que ni vuestra señoría ni él tienen facultad para actuar una escritura de venta, como se ha ejecutado y si la conciencia de don Graciano Siulanne no le acusara, se hubiera ido a La Palma, como se lo dije, cuando se me presentó el otro día y hubiera encontrado en libertad el Bergantín El Feliz encuentro para que verificase su salida. Nuestro Señor guarde a vuestras mercedes muchos años. Tacoronte y julio 30 de 1778 El marqués de Tavalosos [Carta dirigida al señor Pedro Lecomte]

50

Pierre Lecomte fue designado cónsul de Francia en Tenerife en 1769 y destituido del cargo, el 27 de junio de 1784, por el ministro de Castries y sustituido por Emmanuel Louis Joseph d´Hermand de Cléry [París 1755]. Al parecer los motivos del despido fueron ocasionados por prevaricación y las numerosas deudas que contrajo y que debieron ser saldadas por su sustituto. Los cónsules extranjeros almacenaron en sus bibliotecas particulares muchos de los libros que el tribunal de la Inquisición prohibía. Este fue el caso de Pierre Lecomte, cuya inmunidad diplomática le permitió atesorar varios volúmenes prohibidos, en 1776, entre los que estaban varias obras de Voltaire [1694-1778]. Muy destacada fue también la biblioteca del cónsul holandés Van Steinfort, que fue vendida antes de su muerte a varios particulares y que el tribunal no pudo intervenir. 51 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. En el encabezado de la carta, escrita por el marqués de Tavalosos, reza que es una copia, pues iba dirigida hacia Pedro Lecomte remitiendo copia de la misma para Tomás Cólogan. Esto demuestra el grado de complicidad que tenía Tavalosos con Cólogan a quien informaba puntualmente de sus pasos.

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Mui señor mío: Por la carta de vuestra merced de ayer veo por la copia que me incluye de monsieur Siculanne el recurso que le ha hecho sobre la detención y represalia del bergantín ynglés presa que hizo el corsario americano. Nada quanto resulte de concurrencia con el cónsul de Francia me cogerá jamás de nuevo. Si hubo venta fingida es cosa que en las diligencias que vuestra merced haga constará. Pero hoy don Pedro Lecomte en el oficio que me ha pasado sobre este particular no habla de tal venta, sino de una inteligencia del capitán corsario con el dicho Siculanne. Bien conozco en lo extrajudicial son tales pasajes un enredo de enredos que a mí en las circunstancias presentes de haber vuestra merced desistido del embargo que se hizo y de la unión de la Francia con los americanos, no me era lícito otra cosa que poner en libertad el Bergantín que apareció de repente con pabellón francés, remitiendo la orden a La Palma por el conducto de vuestra merced, quien me dice la prontitud con que la remitió.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 199


El dicho monsieur Siculanne habrá tres días se me presentó con la porción de razones que le sugirió su cónsul y nada me dixo de daños y perjuicios contra vuestra merced. Le respondí se fuese a La Palma, que allá encontraría lo que había mandado y que podía verse con vuestra merced para saber lo que era. Ynfiero se volvió a Santa Cruz para que su cónsul me escribiese con el artificio que acostumbra, agarrándose de la unión del Rey, su amo, con los yngleses americanos. Si esto lo hiciese en justicia contra vuestra merced por daños perjuicios yo no faltaré a ella, que es cuanto puedo decir a vuestra merced, cuya vida guarde Dios muchos años. Tacoronte y Julio 30 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su más atento servidor. El Marqués de Tavalosos [Al pie:] Señor don Tomás Cólogan

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BENJAMIN FRANKLIN ENTRA EN JUEGO

raciano Sieulanne no veía la manera de salir del puerto de Santa Cruz de Tenerife, pues las autoridades españolas no le reconocían la propiedad del buque. Por medio del cónsul Lecomte, el 30 de julio dirigió una carta al ministro plenipotenciario de los Estados Americanos en la corte de Francia, Benjamin Franklin, para reclamar su ayuda52. En la misiva, reconocía la tropelía y su complicidad en el apresamiento y le hacía partícipe del mismo53. Cada uno defendía sus intereses, y en ocasiones, la confusión ayudaba a ello. Durante mucho tiempo tuve la certeza de que El Sueco o Henrica Sophia había entrado en el puerto de La Palma y que cuando Graciano Sieulanne escribió la siguiente carta a Benjamin Franklin y mencionaba al Countess of Moreton realmente se refería al primero de ellos. Supuse durante largo tiempo que el Henrica Sophia y el Countess of Moreton eran el mismo buque lo cual, evidentemente es un error. Lo cierto es que ambos buques existieron, el primero de ellos fue enviado a Boston y el segundo, del cual no he podido conocer más datos, fue apresado en el viaje de La Revenge de Tenerife a La Palma. En este instante del relato entra en juego el personaje central del trabajo, Benjamin Franklin, a quien Sieulanne escribe la siguiente carta desde Santa Cruz de Tenerife.

G

BENJAMIN FRANKLIN

52

Carta del 30 de julio de 1778 de Graciano Sieulanne a Benjamin Franklin. American Philosophical Society. Benjamin Franklin Papers. L. 8p. X, 1561/2. 53 Probablemente la carta la dirigiera a través del consulado de Francia pues hay referencias a varias de ellas y a paquetes remitidos vía La Coruña, a nombre del cónsul de aquella nación, Pedro de Tournelle, quién a su vez las remitía a Franklin en París. La siguiente carta proporcionada por la American Philosophical Society. Benjamin Franklin Papers, es una muestra de ello. La Corogne le 7. 8bre 1778. MonsieurJ’ai l’honneur de vous remettre ci joint un paquet a Votre adresse que j’ai reçu des Isles Canaries. Le mauvais état de l’enveloppe m’a obligé pour plus de sureté a en mettre une seconde, et vous me pardonnerés d’avoir profité d’une occasion si naturelle de vous offrir et mes services et mon respect. Je suis avec tout celui qui vous est dû a tant de titres Monsieur Votre trés humble et trés obeissant serviteur De Tournelle, Cónsul de France. Endorsed: De Tournelle Consul de France a Corogne 7. Octubre de 17 78.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 201


Copia de una carta del Sr. Sieulanne al Sr. Doctor Franklin. Santa Cruz de Tenerife, a 30 de julio de 1778 Señor Tengo el honor de informarle que el capitán Gustavus Cunningham, comandante del navío americano «La Revenge, armé en course», habiendo tomado y llevado a la Isla de Palma, una de las Canarias, el bergantín inglés «La Contesse de Moreton» me propuso llevarlo a la Martinica. Tras obtener el acuerdo de mi cónsul en éstas Islas y haber llegado a un arreglo con el capitán Cunningham, me dirigí a La Palma donde tomé posesión del mencionado bergantín. No obstante señor, estando previsto zarpar el 19 de este mes, el Gobernador de La Palma envió una chalupa armada hasta mi nave para obligarme a ir a hablar con él; así lo hice y me comunicó que acababa de recibir la orden del señor marqués de Tavalosos, comandante general de las Canarias, de detener mi embarcación, lo cual fue ejecutado bajando a tierra las velas y las brújulas. Le solicité las razones por las que se procedía de manera tan violenta y me respondió que estaba cumpliendo la orden de arrestarme, no solo a mí, sino también al capitán Cunningham. Éste había zarpado un poco antes que yo y aún se le veía desde el puerto. El gobernador añadió que debía dirigirme al General y consecuentemente partí hacia Tenerife para presentarme ante él. Me acusó de calumnias, así como al capitán Cunningham, tratándonos de bandoleros. Le respondí que ignoraba lo que podía tener en contra del capitán, que mi misión se limitaba a transportar el cargamento a la Martinica y que acudía a él para saber la razón por la que me había detenido tan ignominiosamente. Me contestó entonces de ir al encuentro de un negociante inglés afincado en el puerto de La Orotava llamado Sr. Thomas Cólogan. Ignorando las consecuencias de tal propósito, acudí a dar parte de lo que ocurría a mi Cónsul y me aconsejó escribir al Sr. Cólogan, cuya respuesta le adjunto como copia. Esta carta, señor, desvela todo el misterio siendo las represalias las que motivaron mi detención y el intento contra el capitán Cunningham. No entraré en juzgar la violencia del procedimiento llevado a cabo por parte del General de las Canarias; me limitaré a encomendarle a usted a que haga uso de sus buenos oficios para que la corte de España obligue a este General a que me pague todos los gastos que este retraso me ha provocado y que pueden ser valorados en quinientas piastras; dado que mi trato con el capitán Cunningham se basaba en la travesía con una tripulación de ocho hombres y que me veré obligado a vender con pérdidas una parte de mi cargamento a La Palma, que consiste en vino de Cataluña. Esta cantidad podrá ser entregada al Sr. Cónsul de Francia quien me la hará llegar donde yo me encuentre de acuerdo a mi solicitud e indicaciones. Estimo también, señor, que, para hacer justicia, este General debería responder de todo lo acaecido hasta mí llegada a la Martinica ya que me ha causado un retraso de casi tres semanas. El cargamento y el navío están valorados en dieciséis mil piastras o sesenta y cuatro mil libras. En lo que concierne señor al insulto a la bandera, estoy convencido de que quedará usted satisfecho y que no estará más expuesta a tales atentados en estos parajes. Espero asimismo que me perdone si he sido inoportuno pues, en caso de no haberle transmitido a usted estos hechos, hubiese faltado al capitán Cunningham, quien me confió de buena gana sus intereses. Siendo para mí un honor dirigirme a usted, con respeto. Sieulanne

Al parecer, no hubo respuesta a esta carta, ni a él directamente ni por vía del consulado. Pero clarifica que La Contesse de Moreton se dotó de ocho tripulantes para ser trasladado a La Martinica, siendo Sieulanne quien se puso al mando. Por las misivas anteriores, el contacto con Franklin lo establece Sieulanne sin que se conozca cual era la relación entre ambos, pues esta es la única carta

202 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

que intercambiaron. Eso sí, él mismo evidencia la capacidad negociadora de Franklin ante la corona española y esta misiva parece como si fuera su último recurso ante tanta adversidad. Lo cierto es que Tomás Cólogan, que en ningún caso tenía interés alguno en La Contesse de Moreton, actuó para impedir que el corsario se fuera e indirectamente Sieulanne se vió atrapado en el suceso.


CARTA DE SILUEANNE [1/4]

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 203


Copie d’une lettre du Sr Silueanne a M. le Docteur Franklin A Sta. Croix de Teneriff le 30 juiller 1778 Monsieur J’ai l’hommeur de vous informer que le Cap’. G. Cunningham commandant le Bateau Americain La Revenge, armé en Course, ayant pris & mené a l’Isle de Palme une des Canaries, le Brigantin Anglois la Contesse de Moreton, il me proposa de le conduire à la Martinique. Apres avoir obtenu l’Agrement de mon Cónsul dans ces Isles et avoir fais mes Conventions avec le Cap’. Cunningham, je me transportai a La Palme vu je pris Possession du Brigantin mais, Monsieur, comme j’etois a appareiller le 19 de ce mois, le Gouverneur de La Palme ennovia une Chaloupe armeé a mon bord pour m’obliger d’aller lui parler, ce qu’ayant fait, il me dit qu’il venoit de recevoir l’Ordre de M. le Marquis Tavallosos, Commandant general des Canaries,d’arreter moín Batiment et is fiten consequence descendre a Terre les Voiles et les Bousfoles. Je lui demandai les raisons d’un Procedé aussi violent, il me repondit que non seulement il avait Ordre de márrêter, mais meme le Cap’. Cunningham, celui a avait appareillé un peu avant moi et il a vit encore a la vue du Port, Le Gouverneur ajouta qu’il falsoit que je m’adresse au General Je passai en Consequence a Tenerife et m’etant presente ‘au d General, il m’accabler d’injure moi et le Cap’. Cunningham, nous fraitans de Brigants. Je lui repondis que J’ignorais ce qu’il pouvoit avoir contre le Capitaine, que ma mision se bornoit a conduire la Prise dont il s’agit a La Martinique et que je venois servoir la raison pourquoi il maivoit fait arreter aussi ignominieusement. Il me dit alors d’aller trouver Un Negocient Anglois etablis au Port de L’Orotave appelle M. Thomas Cologan. Ne soubant a quoi cette demandre aboutisfois, je fus rendir compte a mon consul de ce qui se pasfoit. Il meconseiller d’ecrire au d. Sr. Cologan, qui me fit la reponsedansje joins ai la Copie. Cette lettre, Monsieur, developpe tout le Mystere a il parait que c’est pour represailles que j’ai été arreté at que le Cap’. Cunningham devois l’etre je ne reglle abirai point sur un procedé aussy violent de la Part du General des Canaries; je me bornerai seulment a vous suppliré de vouloir bien emploier vos Bons Offices pour que la Cour d’Espagne oblige ces General a me payer tours les Fraix que ce retard má ocasionnés et qui peuvent etre evalúes an cinq cent Piastres; attendu que mon marché avec Le Cap’. Cunningham ess par Traversée, avec huit hommes d’equipage et que je serai obligé de vendre a verte une Portion de mon Chargement a La Palme, lequel consiste en Vin de Catalogne cette somme pourrai etre remise a M. Le Consul de France qui me la fera pasfer ou je me trouverrai, selon les Pieres que je sui en fair et les avis que je suis donnerai. Je pense aussi, Monsieur, qu’én bonne Justice, ce General devroit etre tenude de repondre de tours les evenement, jusquá mon arrivé a La Martinique, puis qu’il ma causé un retard de pre´s de trois Semaines. Le Chargement & Le Norvire sont Aimés seize mille Piastres ou soixante quatre mille livres. Pour ce qui regarde, Monsieur, l’insulte fair au Pavillon, je suis persuade que vous en obtien drez satisfaction et qu’il ne sera plus exposé dans ces parages a des semblables attentats J’espere aussi que vou exenserez mon timpos aunité, mis j’aurois erú manquer aux regards que je dois au Cap’. Cunningham qui a bien vouler me confier des interess, Si J’avois omis de vous faire part de cette circon Hanee. J’ai l’bonneur d’etre avec Respect Monsieur Votre Sr. Silueanne Pero los hechos no terminan aquí, al contrario, comienzan en este punto a tomar una dimensión mucho mayor. El 1 de agosto, Tomás se dirigió nuevamente a su hermano Juan, a quien puntualmente informaba de los pasos que iba dando. Tal vez fuera su her54

mano en Londres el mejor informado de la situación, pues además de estar permanentemente en contacto por correo, estaba al tanto de los derroteros que seguía la guerra de Independencia54, nada mejor que Londres para saber como evolucionaba.

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Cólogan, Pollard and Comp. Tenerife, 1 de agosto de 1778.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 207


Señores Cologan, Pollard & Comp. Tenerife, 1 de agosto de 1778 Caballeros Ya hemos escrito a usted la oportunidad de la fecha del pasado 18 para familiarizarles sobre «el Sueco» tomado por el capitán corsario Cunningham, y con este documento se encuentra la declaración tomada a uno de los tripulantes que nadaron hasta la costa de La Palma y a los corsarios que permanecen en tierra en Santa Cruz y espero que en virtud de ellos que de inmediato se recuperará el seguro y que no debería ser para usted un gran avance si rápidamente usted ordena localizar otro ya que perdimos el del Sueco, que ha llegado a un buen mercado, pues estamos totalmente desprovistos de lana y ruego que no perderá un momento para vernos surtidos ....

Dos días mas tarde les escribe nuevamente55.

Señores Cologan, Pollard & Comp. Tenerife, 3 de agosto de 1778 Caballeros Tuvimos el placer de escribirles a primeros de mes dándoles a conocer nuestras tres facturas de 1.000 libras a 90 días directos a la orden del señor Thomas Quilty Junior, con el cual confirmamos nuestro gran deseo de encontrar una oportunidad de enviarles de 6 a 8.000 libras que reuniremos en breve pues la mayor parte esta ociosa desde hace mucho tiempo. Anexa va una copia de la declaración tomadas referentes a la presa hecha por el capitán Cunningham del bergantín Sueco que fletastes a nuestra cuenta y esperamos que sea suficiente para recuperar brevemente de los seguros. Por otra parte tienes una copia de los cargos que hemos pagado en Santa Cruz y en La Palma sobre este asunto y que podrás recuperar de los seguros Muy sincesarmente.

Efectivamente, como menciona Tomás en la anterior carta, este relaciona los gastos, menores en este caso, que le ocasionaban las gestiones para recuperar

el barco. Entre los cuales anota las idas y venidas del correo a la casa del comandante Tavalosos que vivía, por aquel entonces, en Tacoronte, al norte de Tenerife.

[Viene de la página anterior] Tenerife in the 1st the August 1778 Gentlemen: We have already wrote you and this oportunity and the date of the last 18th acquainting you of the Swede being taken by captain Cunningham privateer, and with this you will find the declaration taken to one of the crew that swam ashore at Palma and to that privateers boats swam that remains ashore at Santa Cruz and hope that in virtue of them you will immediately recover the insurance that you will should be in no great advance and if may speedily order such another as we lost by the swede, which would have come to a good market , we being entirely unprovided of woolen and beg you will not lose a moment to see us assorted... 55 AHPTF, Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Cologan, Pollard and Comp. Tenerife,31 de agosto de 1778. Tenerife in the 3st the August 1778 Gentlemen We had the pleasure to write the 1S. Inst. acquainting you of our three Bills on you together for £1000 at 90 days right to the order of M. Thomas Quilty Junior, which we confirm and our great desire to meet an oportunity of sending you 6 to 8000 £ we may gather very shortly which the great part is laying idle this long time. Annexed your have copy of the declarations taken here with regard to the prize made by captain Cunningham of the Swedish Brig you freighted our account and we hope it will be sufficient to recover shortly with the Insurances. On the other side you have copy of the charges we have paid at Santa Cruz and La Palma on this matter and you may recover them from the Insurances with […]. We are very sincerely.

208 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


Por los aseguradores del bergantín sueco la Henrica Sophia su capitán Pedro Heldt por los gastos siguientes sobre el arresto del corsario americano Conningham que apresó dicho Bergantín. Un propio a Tacoronte a su Excelencia y al mismo para el mismo fin en 18 del siguiente[*] [*]....................................................................................................................................10 pesos Partes de dos cartas sobre el mismo fin en 22 dicho......................................................6.2 pesos Llevar una carta a la Palma de Orden de su Excelencia para el arresto del Corsario que se escapó… en 24 dho..........................................................100 pesos ....................................................................................................................................116,2 pesos

ANOTACIÓN CONTABLE DE TOMÁS CÓLOGAN SOBRE EL HENRICA SOPHIA

Poco o nada más se supo de Graciano Sieulanne, quien probablemente partiera hacia La Martinica a bordo del Countess of Moreton. A partir de agosto no vuelve a ser citado en la correspondencia y poca o ninguna trascendencia tuvo. Tampoco se le menciona en los archivos de Benjamin Franklin, pero es probable que fuera uno de tantos capitanes, o simples marinos franceses, contactados por el diplomático en su particular guerra de corsarios contra los británicos.

El contacto permanente entre los hermanos Cólogan era de vital importancia. El hecho de que la empresa Cólogan, Pollard & Comp. estuviera puntualmente informada de los hechos resultaba indispensable. Con frecuencia, casi diaria, Tomás Cólogan escribía a su hermano Juan para darle las indicaciones oportunas relativas a sus negocios. Principalmente en los asuntos referentes a los seguros de los fletes que se dirimían en Londres.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 209


El 12 de agosto les escribió nuevamente56.

Señores Cólogan, Pollard & Comp. Tenerife, 12 de agosto de 1778. Tuvimos el placer de escribirle el 3 del corriente y el Sr. Murphy ha sacado las diligencias hechas para detener al corsario que mostró y encontrarás adjunto un Certificado de las diligencias tomadas sobre el asunto; esperamos que sean significativas para probar que este era el bergantín Sueco capturado y te permitirá recuperar la factura lo antes posible, previniéndote que tan pronto como conocimos que el corsario había tomado al Sueco solicitamos a nuestro Gobernador que lo parara y estableciera un embargo, que le fue concedido de inmediato, pero la orden se demoró en llegar a la isla, así que el corsario se había ido, pero la presa fue detenida aunque posteriormente fue puesta en libertad aparentando el capitán que la había vendido el corsario y que ya era propiedad francesa, no obstante se nos ha aconsejado realizar estas gestiones; después nos hemos familiarizado que esos pasos tal vez podrían perjudicar nuestra Instancia y en consecuencia solo necesitamos una copia que pueda probar que el Sueco tomado es el que adjuntamos y Mr. Murphy ha sido avisado para enviarte una copia de la primera petición que hicimos aunque no tuviera efecto: te rogamos que vigiles todo aquello que pueda perjudicar la Instancia aunque lo que hicimos lo fue enteramente para beneficio de los aseguradoras, ya que estamos completamente cubiertos con ellas y no es momento de tener problemas con este asunto; además de los cambios que avisamos en nuestra última carta que hasta entonces eran de £3:14:3 ? hay 2/6 que añadir del costo del papel que se adjunta y le exigirás a las aseguradoras, aquello que creas que deba ser solicitado y no más.

La ansiedad de Tomás se reflejaba en cada carta, y solo unos días más tarde, el 28 de agosto, volvía a escribir a Cologan, Pollard & Comp. para saber si había noticias, pues no obtenía respuesta. En esta nueva carta le solicita que flete un nuevo barco para llenarlo con fardos de productos textiles, pues no disponía de la mercancía fletada en el Henrica Sophía. En la misma carta le ruega envíe desde Bristol botellas vacías: wish you can get also a vessel at Bristol that would take 4.000 dozens of flatt empty bottles, with about 100 dozens bottle beer in cask, an at present these is none to be found here and they are much wanted for our West Indy Reg.: that for want of em go empty in the vacas… 56

Le sugiere que si el flete lo hace con un barco inglés venga por la costa de Guinea o por el oeste. Referente al aseguramiento, bien lo puede hacer con una casa de Ámsterdam, and some insurances might be done at Ámsterdam, as many houses with you must be greatly hustled by this America War. Prosigue diciendo que una de las excusas que dio el capitán Conyngham para tomar el Sueco era que las facturas que iban a bordo estaban aseguradas bajo nuestro comercio y la pérdida caería sobre el mismo, dando a entender que sería británico. Avanzado el año 1778 a Tomás se le agolpan las malas noticias pues percibe que el decreto de liberalización del comercio no aportaría mucho negocio a las islas ya que la guerra paralizaba cualquier iniciativa.

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan. Signatura 121. Copiador de cartas comensado a 21 de octubre de 1777. JCII. Carta a Mess. Cologan, Pollard and Comp. Tenerife, 12 de agosto de 1778. We had the pleasure to write you the 3: the ins. and Mr. Murphy by mio take got drawn out the diligence made here to stop the privateer what he show not and inclosed you’ll find a certificate of all the diligences taking on the subject […]; we hope will be full significant to prove the Swedish brig captured and will enable you to recover the invoice the sooner possible, preventing you that as soon as we knew the privateer had taken the Swede we petitioned our Governor to stop[e] him and to lay an embargo on a price we had at La Palma, which was immediately granted, but the order gett lasted to that island, as the privateer was just gone, but the price was detained tho afterwards she was put at liberty the captain making appear it was sold by the privateer and was already a French property, not withstanding we were advised to do all this; we were afterward acquainted that such step might hurt our Instance and consequently we only required copy what could prove the Swede being taken which is the inclosed and Mr. Murphy is [adverted by] sent you the copy of the first petition we made tho had no effect: we beg you will keep to yourselves what ever you will think might hurt the Instance tho’ what we did was purely for the benefit of the Insurers as we were fully covered by them and no occation to take any trouble on the matter; besides the changes advised you in our last which till then were £3:14:3 ? SB there is 2/6 to be added cost of the annexed paper and you will demand from the Insurers, what you will think ought to be acquired and no more.

210 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


Mientras en París Benjamin Franklin no era ajeno a los problemas derivados de los ataques corsarios. El 9 de septiembre de 1777, cerca del cabo Finisterre un corsario americano tomó como presa al navío francés Fortune cargado con géneros consignados a comerciantes españoles de Cádiz. El asunto ocasionó una severa protesta del gobierno español a la que respondió el congreso americano publicando el 9 de mayo de 1778 una destacada proclama donde oficialmente rechazaba la actitud de algunos de sus corsarios ante los ataques a barcos neutrales. Una copia de este documento firmado por el presidente Henry Lawrens y el secretario Charles

Thompson fue remitido a París para que Benjamin Franklin lo hiciera llegar al gobierno español con la intención de demostrar la actitud de su gobierno frente a los corsarios que no acataran las normas del corso. Por ello, el nuevo ataque al Henrica Sophía volvía a cuestionar el control del Congreso sobre determinados corsarios. Floridablanca, tras saber del nuevo ataque escribe a Aranda para informarle del hecho anotándole que se cerraban los puertos de España para el corsario y solicitándole que trasladara a Franklin, por segunda mano, es decir vía Ferdinand Grand, la irritación del gobierno español57.

Señor: El navío Sueco la Enrica Sophía mandado Pedro Heldt salió de Londres el 9 de mayo rumbo a Tenerife con carga de paños y otros efectos de quenta de comerciantes españoles. El 31 del mismo mes encontró a los corsarios americanos Revenge que manda el capitán Cunningham y este se apoderó de el contra toda razón y derecho, lo envió a América dejando a bordo del sueco tres marineros de la tripulación de dicho buque y se quedó con el piloto y otros siete hombres con los que les ha seguido su coría estos tres meses reconociendo quantos navíos han podido y entrando en varios puertos con diferentes preceptos pero por último en La Coruña en donde han dado parte del suceso algunos individuos de los apresados. Debemos quejarnos de este aprestamento por la parte que interesa a los vasallos del Rei los quales cargando sus efectos en vandera neutra no deben padecer tales vejaciones; y así convendrá que Vuestra Excelencia lo haga entender por segunda mano a los diputados exigiendo providencia conveniente para que se haga restitución debida a los agraviados y también para que el citado Cunningham se hagan las más estrictas intimaciones de modo que se abstenga de semejantes excesos. Advierta a Vuestra Excelencia que de mucho tiempo a esta parte está este armador cometiendo todo género de tropelías en nuestros puertos y costas contra el respeto del territorio y contra los buques así españoles como estrangeros: en todos términos que ha sido preciso días ha de expedir órdenes generales para que en ninguna parte se le admita y aún a pesar de todo se entra en los puertos con poquísimo motivo. Por último debo también decir que según nuestras noticias este corsario no es propiamente americano contando casi toda su tripulación de franceses aventureros con los quales hace Cunningham tales actos que podría ya mirarse como piraterías. Floridablanca Secretaría de Estado Ajenos a estas circunstancias los hermanos Tomás y Bernardo Cólogan Valois se mantenían ocupados en otros negocios ajenos al comercio. En los registros contables de la familia, relativos a esas 57 58

fechas, es frecuente encontrar muchas anotaciones referentes a los gastos para la construcción de una nueva fábrica de linos, lana y seda que habían iniciado en 177758.

Despacho de Floridablanca a Aranda, minuta, San Idelfonso, núm. 3, 14 de septiembre de 1778. Archivo de Simancas. AS E., 1, 4.618. La plantilla inicial la componían, además de los tejedores maestros, cinco operarios y varios aprendices. Uno de ellos era Antonio Piñeiro, con quien Bernardo construía la maquinaria del telar en el mes de enero de 1778. La madera de pinsapo la compraron a Juan Pasley con destino al armazón del telar. Otros empleados con salario estable eran Bernardo López y José Molina. La industria estaba situada en Santa Cruz y allí se fabricaban tafetanes, medias, jarreteras, cintas, guantes, etc. La fábrica conoció cierto auge hasta 1799, luego decayó de forma estrepitosa y desapareció en 1784, debido a la introducción de géneros venidos de Italia y Francia. Mientras operó, Bernardo llegó a producir importantes cantidades de productos destinados a los mercados de América, ingresando del orden de 1.000 pesos anuales.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 211


DIEGO MARÍA DE GARDOQUI Y ARRIQUIBAR

La fábrica estaba regentada por Bernardo, que había traído a varios maestros sederos desde Málaga para dirigirla59. Para iniciar la industria, el 1 de octubre de 1778, firmó un contrato con Juan Pachebat, un francés afincado en Málaga que se desplazó a Tenerife para adiestrar a varios mozos en el arte de los telares. En 59

el contrato de servicios, entre Bernardo Cólogan y Pachebat se contemplaba un sueldo de doce reales de vellón. Como intermediario de estas negociaciones figuraba su cuñado Tomás Quilty Valois, de Málaga60. Otro de los maestros era Miguel de León, que formalizó su contrato el 22 de octubre de 1776.

GUIMERÁ RAVINA, Agustín: Burguesía extranjera y Comercio Atlántico. La empresa comercial irlandesa en Canarias [1703-1771]. Santa Cruz de Tenerife, 1983, p. 303. 60 Años más tarde, el 28 de marzo de 1781, este mismo formalizaba en nombre de Bernardo un contrato de servicio para el oficio de tintorero con Rafael de Alcántara.

212 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


Con todo esto, uno puede imaginarse el desgaste personal que conlleva alternar entre negocios tan dispares como son el comercio y la fabricación de textiles, máxime en tiempos tan convulsos. Tomás Cólogan, además de ser el hermano mayor, era un luchador incansable y aún teniendo a su hermano Bernardo en la empresa, era él quien siempre lidiaba con los espinosos asuntos del comercio marítimo. Mientras, su hermano se entretenía con otras ocupaciones que le absorbían sobremanera, como lo fue el caso de la fábrica de sedas, un negocio del cual se esperaba mucho con las expectativas creadas meses atrás a causa del decreto de liberalización del comercio. Antes dije que el asunto del corsario tomaría otros derroteros y surge aquí un nuevo y destacadísimo

personaje, muy relevante en los años que duró la independencia americana: Diego María de Gardoqui y Arriquíbar. Este comerciante bilbaíno era, a finales de 1778, la pieza clave de los americanos en España. Su opinión contaba, y mucho, para los comisionados americanos. Por todo ello es importante destacar el peso específico que su criterio tenía frente a los americanos y que con referencia al asunto de Conyngham expresó de forma contundente. Gardoqui era conocedor de la trama corsaria de la cual se beneficiaba. Sabía que un corsario descontrolado podría causar un grave perjuicio a los intereses americanos y a los suyos, pues en varias ocasiones ayudaba desde Bilbao para el cobro de las piezas.

Carta de Diego Gardoqui a Arthur Lee61, en la que le notifica la inoportuna acción del corsario Conyngham.

Madrid, 28 de septiembre de 1778. Señor, Una severa enfermedad, que casi me lleva a las últimas, me ha impedido darle respuesta puntual a sus favores, pero desde el primer momento de mi recuperación, tengo que decirle que, en mi última carta, temo que no expliqué claramente mis sentimientos. Los consejos que le dí eran únicamente míos y como amigo que soy, que desea lo mejor para ambos, con el fin de que usted pueda hacer el mejor uso de ellos como usted crea conveniente y por supuesto no puedo decir nada acerca de las potencias y los tratados, siendo estos asuntos fuera de mi alcance, con los cuales no sería apropiado que yo me inmiscuyera. Deseo de todo corazón, que las cosas se acomoden por ambas partes y rezo por ello, como de veras lo siento, que los consejos que le he dado sin autoridad deben ser pensados de otra manera, o nos encontraremos los resultados de sus consecuencias. En esta misma luz y como un sincero amigo, que desea la mejor inteligencia entre sus Constituyentes y esta parte, ahora tengo que añadir, que la captura del barco sueco, el Henrica Sofía, del capitán Peter Held, cargado con una propiedad española y que se dirigía de Londres a Tenerife y asaltado por el corsario La Revenge del capitán Cunningham, ha ocasionado el mayor disgusto posible en este lado. Por lo tanto yo recomiendo, no solo la liberación inmediata de dicho buque, sino también dar las órdenes estrictas al mencionado Cunningham para pagar más de lo que se refiere a los territorios de este Reino y a la bandera española, por las quejas que sobre su conducta y he oído que han sido enviadas órdenes a los diversos puertos para impedir su entrada, tras estos comentarios, hay rumores, de que él no es propiamente un corsario americano, sino que es manejado por aventureros franceses, quienes con su comandante, han actuado en contra de la ley de las naciones. Algunos de mis amigos, con quienes hemos tratado de conseguir una suma de dinero para usted, desean conocer en cuanto tiempo lo necesitaría, el interés al que nos lo devolverían y si lo pagará el citado interés en tabaco y a que precio será de contado en Bilbao, así como otros particulares que le puedan ofrecer; me gustaría que me hiciera saber, si está de acuerdo, que les haga ver, juzgo que se puede plantear una parte, aunque no los dos millones de libras, que usted desea de mí; también querría saber si usted va a querer el dinero en Francia o en España. Con mi mas sincera estima, su mas obediente y humilde servidor. James Gardoqui.

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The diplomatic correspondence of the American Revolution. Departament of the State. Carta de James Gardoqui a Arthur Lee. Pp. 516-517.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 213


Mal encaje tenía el asunto. Lee ya sabía por entonces que el corsario estaría en América y recibir de Gardoqui, su mejor colaborador en España, la noticia del enorme disgusto de la corte española, significaba que los americanos tenían un serio problema, pues se ponía en peligro la ayuda que se esperaba conseguir de España. La situación distaba mucho de solventarse, ya que entraban en juego otros afectados de mayor importancia. Además de España, el gobierno sueco, que no mantenía relaciones oficiales con las trece colonias y por tanto no podían dirigirse directamente a ellos, manifestaba estar muy molesto. Por medio del embajador de Suecia en Francia, Gustav Philip, conde de Creutz62, dirigió, el 1 de octubre de 1778, una carta al ministro de Asuntos Exteriores francés Charles Gravier, conde de Vergennes en los siguientes términos63. Es llamativo que la anterior carta de Floridablanca a Aranda sea idéntica a esta en cuanto a los tripulantes y otros detalles del apresamiento, lo cual sugiere que la información era conocida y compartida por varias cancillerías. BENJAMIN FRANKLIN

[Viene de la página anterior] Madrid, september 28th, 1778. A severe illness, which almost reduced me lo the last, has prevented my giving you punctual answers to your favors down to the 1st instant; but embracing the first moments of my recovery, I have to say, that I am afraid I did not explain my sentiments clearly in my last. The hints given you were purely mine, and as a friend who wishes the best to both, in order that you might make use of them as you thought proper, and of course I cannot say anything about your powers and treaties, being things out of my way, with which it would be improper for me to meddle. I wish most heartily, that things may be accommodated happily for both parties, so I pray consider tins as such, as I should be sorry, that hints given you without either design or authority should be thought otherwise, or meet with results of consequence. In this same light, and as a sincere friend, who wishes the best intelligence between your constituents and this side, I have now to add, that the capture of the Swedish ship, the Henrica Sofia, Captain P. Held, loaded with Spanish property, and bound from London to Teneriffe, by Captain Cunningham of the Revenge privateer, has occasioned the utmost disgust on this side. T would, therefore, recommend to you not only the immediate release of said vessel, but likewise to give the strictest orders to said Cunningham to pay more regard to the territories of this Kingdom, and to the Spanish flag, for there has been such complaints about his conduct, that I hear orders have been sent to the several ports to prevent his entry; besides which, there are rumors, that he is not properly an American privateer, being manned by French adventurers, who, with their commander, have acted contrary to the law of nations. Some of my friends, with whom 1 tried to raise a sum for you, desire to know the length of time you want it, the interest you will allow, and whether you will pay said interest in tobacco, and at what price it will be reckoned in Bilboa, with all other particulars that may offer to you; so I wish you to let me know, if agreeable, that I may let them see it, observing, that I judge we may raise a part, though not the two million of livres, which you desired of me; I would also know whether you will want the money in France or Spain. I am with sincere esteem, your most obedient humble servant, James Gardoqui. 62 Gustav Philip de Creutz [1731-1785], fue designado, en 1763, embajador en España y tres años después desempeñaba igual cargo en París, en el que permaneció hasta mayo de 1783. Durante ese tiempo mantuvo una estrecha relación con Benjamin Franklin. Suecia fue el primer país, tras el Reino Unido, que reconoció a la joven república americana. Creutz y Franklin redactaron, el 3 de abril de 1783, el primer Tratado de Amistad y Comercio entre las dos naciones. 63 The Cruises of Gustavus Conyngham. Carta del conde de Creutz al conde de Vergennes. 1 de octubre de 1778, p. 138. [Translation] M. de Rayneval 1778 Octuber 1.

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Matthias [Joseph Gérard] de Rayneval64 1778, Octubre 1. Memorando El abajo firmante, Embajador Extraordinario de Su Majestad Sueca a Su Mas Cristiana Majestad, tiene el honor de comunicar a Su Excelencia el conde de Vergennes, Ministro y Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, un suceso del cual él ha sido recientemente informado y el cual le obliga a reclamar el buen oficio de Su Mas Cristiana Majestad. Un buque mercante Sueco llamado Henrica Sophia, capitán Peter Heldt, fletado en Londres, por una casa Española, con fardos de tela y otra mercancía similar destinada para Tenerife, abandonó Londres el 9 de mayo pasado para proceder hacia su destino. El 31 del mismo mes se encontró en alta mar a un corsario americano llamado Conynham, el cual se apoderó de él y envió el barco, con el capitán y tres hombres de la tripulación a América. El resto de la tripulación compuesta de siete hombres con el piloto fue transferida a bordo del corsario, puestos en el fondo de la bodega como prisioneros y experimentaron todo tipo de dificultades. Al cabo de tres meses [Conyngham] entró en el puerto de La Coruña, donde estos desafortunados hombres encontraron motivos para protestar al Cónsul Alemán, el cual tomo interés por ellos y procuró su libertad. El abajo firmante no tiene necesidad de señalarle a Su Excelencia la irregularidad total de este procedimiento. Pero como Suecia no tiene relaciones con los Estados Unidos de América, él, confidencialmente se dirige, como embajador de un rey que es él amigo y aliado de Francia, a Su Excelencia a suplicarle que sea lo suficientemente bueno por su intervención, no solo para obtener la restitución de ese navío y su carga, con todos sus daños adecuados, sino también encausar a ese corsario a ser ejemplarmente castigado, enseñando dicho estado la indispensable necesidad para ellos de respetar la ley de naciones y respetar la bandera de naciones neutrales. Le Comte de Creutz París, 1 de octubre de 1778

[Viene de la página anterior] Memorandum The undersigned, Ambassador Extraordinary of His Swedish Majesty to His Most Christian Majesty, has the honour to communicate to His Excellency Count de Vergennes, Minister and Secretary of State for Foreign Affairs, an event of which he has just been informed, and which obliges him to claim the good offices of His Most Christian Majesty. A Swedish merchant vessel named Henrica Sophia, Captain Peter Heldt, laden at London, for a Spanish house, with bales of cloth and other similar merchandise destined for Teneriffe, left London on the 9th. May last to proceed to its destination. On the 31st. of the same month it met on the high seas an American corsair named Cunningham, who seized it and sent the ship, with the captain and three men of the crew, to América. The rest of the crew, consisting of seven men with the pilot were transferred on board the privateer, put at the bottom of the hold as prisioners, and made to experience all sorts of hardships. He at last, at the end of three months, put into port at Corunna, where these unfortunate men found means to apply to the Dutch consul, who took an interest in them and procured their liberty. The undersigned has no need to point out to His Excellency the utter irregularity of this proceeding. But as Sweden has no relations with the United States of America, he confidently addresses himself, as the Ambassador of a King who is the friend and ally of France, to His Excellency, to beg him to be good enough, by his intervention, not only to obtain the restitution of that vessel and its cargo, with all suitable damages, but also to cause that corsair to be punished exemplarily, showing the said State the indispensable necessity for them to observe the law of nations and respect the falg of neutral powers. Le comte de Creutz París, 1st Octuber 1778. 64 Mathias Joseph Gérard de Rayneval era, en 1778, el subsecretario de Estado del conde de Vergennes [premier commis des affaires étrangères] y encargado, desde 1774, de la correspondencia con los americanos. Era hermano de Conrad-Alexandre Gérard, quien, a principios de 1778, y también bajo las instrucciones de Vergennes, llevó a cabo las negociaciones con los representantes americanos, Benjamin Franklin, Silas Deane y Arthur Lee, dando lugar a la firma del Tratado de Amistad y Comercio con los Estados Unidos.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 215


El conde de Vergennes contestó, solo unos días más tarde, evitando el compromiso de actuar pero afirmando que el mismo rey de Francia usaría su influen-

cia para restituir el barco. Esta acción pasaría seguramente desapercibida para Tomás Cólogan quien nunca imaginó que un rey le ayudaría de esa forma65.

Versalles, 6 de octubre de 1778 A Su Excelencia el Ministro conde de Creutz Señor, He recibido el Memorando que Su Excelencia hizo el honor de dirigirme a primeros de mes concerniente al barco sueco capturado por el corsario americano llamado Cunningham. El rey habría tenido el placer en intervenir con sus buenos oficios para procurar la restitución de ese barco, pero no tiene el derecho de representar en este asunto frente a los Estados Unidos de Norteamérica y menos aún para influir en los principios y conducta hacia potencias que no tienen no solo tratos con ella y que ni siquiera incluso les han reconocido su independencia66. Paralelamente la reunión entre el conde de Aranda y su enlace el banquero francés Ferdinand Grand tuvo

lugar lo que motivó que Aranda informara nuevamente a Floridablanca del resultado de la misma66.

París, 2 de octubre de 1778 Muy señor mío Con fecha 14 del pasado número 3 me previno Vuestra Excelencia hiciese entender a los Diputados Americanos la justa queja que se tenía de la conducta del corsario Cunningham que havía apresado el Navío sueco la Enrica Sophía, cargado de paños por cuenta de españoles; y cometidos otros actos, cuio exceso los podría hacer ya mirar como piraterías. Para reconvenirles de ellos por segunda mano, según me prevenía Vuestra Excelencia, he hecho venir a mi casa al señor Grand y después de haverle enterado de nuestra queja, le he añadido, que mi Corte quiere se den las providencia conducentes para la restitución debida a los interesados agraviados; y que al corsario Cunningham se le prevenga estrechamente que en adelante se abstenga a semejantes excesos. Mr. Grand ha quedado plenamente instruído a todo, y me ha ofrecido lo expondrá a los diputados; de cuia respuesta, del efecto que produzcan estos pasos, daré cuenta a Vuestra Excelencia a su tiempo. Dios guarde, etc. Conde de Aranda

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The Cruises of Gustavus Conyngham. Carta del conde de Vergennes al conde de Creutz. Versalles. 6 de octubre de 1778, p. 139. [Translation] Versailles, 6th. October 1778. His excellency M. le Comte de Creutz Monsieur, I have received the memorandum which your Excellency did me the honour to address to me on the 1st. instant concerning the Swedish vessel seized by an American corsair called Cunningham. The King would have had the pleasure in intervening whith his good offices in order to procure the restitution of that vessel, but he has no right to make representations of this subject to he United States of North America, and still less to influence their principles and their conduct towards Powers which have not only treaty with them, but which have not yet even recognized their independence. 66 Despacho de Aranda a Floridablanca, original núm.1348, 2 de octubre de 1778, Archivo de Simancas, E., 1, 4.618.

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GUSTAV PHILIP, CONDE DE CREUTZ

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ARMAS DE DIEGO DE GARDOQUI

En estas fechas, Franklin ya debía estar más que harto del corsario Conyngham. Las quejas provenían desde demasiados frentes. Los británicos se la habían jurado, los franceses le prohibieron el acceso a sus puertos y los españoles, con quienes se pretendía conseguir

una alianza, estaban igual de molestos. Como colofón, ahora se sumaban incluso países neutrales como Suecia. ¿Qué más les podía suceder? Para España resultaba extremadamente incómodo dirigirse a los representantes de un país al que no reconocían. Fue entonces cuando aparece un destacado personaje y gran amigo de Franklin en sus años en París: el banquero francés Ferdinand Grand. Uno de los más importantes de su país en su tiempo, quien prestaba apoyo financiero a los comisionados de los Estados Unidos. Además, dado que fue vecino de Franklin en Passy, terminaron fraguando una gran amistad. Ferdinand colaboró junto a su hermano George Grand, al tratar de obtener préstamos en los Países Bajos para los estadounidenses. Una de sus operaciones fue prestarles dinero a Ray de Chaumont, Pierre Bernier y Alexandre Gourlade para una expedición marítima a Bengala [1775-76], pero sobre todo George se había ganado el favor del ministro de asuntos exteriores, Vergennes. Con buen criterio, la diplomacia española decidió que Grand era la persona idónea para intermediar directamente con un gobierno al que por entonces aún no reconocía. Fue este quien, de boca del embajador español ante la corte francesa, Pedro Pablo Abarca de Bolea, X conde de Aranda, escuchó las quejas de la corte española que eran inmediatamente trasladadas a Benjamin Franklin67.

Sr. Benjamin Franklin Días antes del 14 de octubre de 1778 La Revenge del capitán Cuningham tomó el 31 de mayo el navío sueco L’Henriete Sophie del capitán Heldt cuando se dirigía desde Londres a Tenerife con una carga a bordo de telas y otros enseres a cuenta de los comerciantes de las Canarias y en particular para la Casa Cólogan. Como debe constar en el conocimiento de embarque, esta embarcación, o más bien esta toma, fue enviada a América. Este armador no respeta nada y se comporta más bien como un pirata en lugar de un corsario, obligando a la corte de España a prohibirle sus puertos a los que accede de todas las maneras. Se señala de acuerdo a las memorias de Cólogan que esa misma embarcación sueca había sido tomada por otro corsario americano quien, tras consultar sus documentos, la liberó. Parece que igualmente los ingleses intervinieron de nuevo conduciendo el navío hasta Halifax, lugar donde fue liberado. Se adjunta: Nota del embajador español sobre el capitán Cunningham a través del señor Grand. Ferdinand Grand

67

Carta de Ferdinand Grand a Benjamin Franklin. Passy, París. Antes del 14 de octubre de 1778. American Philosophical Society. Benjamin Franklin Papers. [before october 14, 1778]

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Grand menciona las Memorias de Cólogan: un documento escrito por Tomás en Tenerife y que remitió a París por vía de su hermano Juan quien se lo entregó al conde de Aranda con quien mantenía una estrecha relación. Franklin ya estaba en guardia sobre Conyngham y por Siuelanne conocía el error cometido por este. Franklin el mismo día le contestó considerando que había que aportar al gobierno español toda la información posible, así como la transparencia necesaria. Era un hecho que no podía repetirse, pues les predispondría contra la corte española. Por ello, de manera inmediata escribió personalmente al conde de Aranda para darle las oportunas explicaciones68. Sería deseable localizar la carta remitida por Franklin a Aranda, en ella se apreciarán los términos de las medidas que tomó para evitar nuevas e incómodas situaciones. De esta última carta es importante reseñar que al fin se conoce donde recaló el Henrica Sophia, pues el último dato conocido era que se dirigía rumbo al puerto de Boston como el mismo Tomás aseveró en carta

del 18 de julio. Pero como la realidad siempre supera a la mejor ficción, lo previsible nunca se cumple y menos cuando se está en plena guerra. Difícilmente podrían imaginar los corsarios que navegaban en el Henrica Sophía que iban a ser nuevamente capturados por otro buque norteamericano para ser redirigidos a otro puerto, más alejado si cabe, el de Halifax, en la costa este de Canadá. El caso es que a varios días de navegación, a la altura de las Seal Islands [Isla de las focas] cerca del Cabo Sables en Nueva Escocia, el Henrica Sophia fue acompañado por el corsario norteamericano The True Blue [capitán Richard Stiles] hasta Halifax. Para ellos aparentó ser nuevamente un barco británico y fue considerado como un navío recuperado que devolvieron a los británicos. En ese puerto esperaba sir George Collier, oficial jefe británico [Senior Naval Officer] y un celoso defensor de los intereses de su patria, a quien más adelante le conoceremos por otra faceta suya menos amable69.

[Viene de la página anterior] La revanche Cape. Cuningham a pris le 31 may Le Batiment Suedois L’henriete Sophie Cape. P. Held allant de Londres à Teneriffe avec Cargaison de Draps et autres Effets pour Le Compte des Negocians des Canaries et Nommement pour celui de La Maison Cologan, Come les Connoissements doivent le constater; ce Vaisseau ou plutot cette prise à Eté envoyée en amerique. Cet armateur ne respecte rien et se conduit plustot en Pirate qu’en corsaire, il à obligé Le Cour d’Espagne de lui Interdire ses Ports dans lesquels Il s’introduit malgré cella. Il est à observer d’apres le memoire de Cologan que ce meme Navire suedois avoit été arreté par un autre corsaire americain qui sur le vû de ses papiers l’avoit relaché. Il paroit aussy que cette meme prise a été reprise par les anglais qui l’ont conduit a halifax ou le Batiment a été relaché. Endorsed: Note from the Spanish Ambassador through Mr Grand relating to Capt. Cunningham. 68 Carta de 14 de octubre de 1778 de Benjamin Franklin a Ferdinand Grand. American Philosophical Society. Benjamin Franklin Papers. To Ferdinand Grand Passy, October, 14. 1778. Sir, I have considered the Note you put into my Hands, containing a Complaint of the Conduct of Capt. Cunningham in the Revenge Privateer. We have no Desire to justify him in any Irregularities he may have committed. On the contrary we are obliged to our Friends who give us Information of the Misconduct of any of our Cruisers, that we may take the Occasion of representing the same to our Government, and recommending more effectual Provision for suppressing, punishing and preventing such Practices in future. By the Papers I have the Honour to send you enclosed, and which I request you would put into the Hands of his Excellency Count d’Aranda, the Care of the Congress to avoid giving Offence to neutral Powers will appear most evident; first in the Commission given to Privateers, wherein it appears that Sureties are taken of their Owners that nothing shall be done y them “inconsistent with the Usage and Customs of Nations,” and those Sureties are obliged to make good all Damages: Courts of Admiralty are regularly established in every one of the United States for judging of such Matters; to which Courts any Person injured may apply and will certainly find Redress. Secondly, in the Proclamation of Congress, whereby strict Orders are given to all Officers of armed Vessels to pay a sacred Regard to the Rights of neutral Powers and the Usage and Customs of civilized Nations, &ca. and a Declaration made, that if they transgress they shall not be allowed to claim the Protection of the States, but shall suffer such Punishment as by the Usage and Custom of Nations may be inflicted on them. Lastly, in the particular Care taken by Congress to secure the Property of some Subjects of Portugal (a Power that has not been very favourable to us) altho’ no Reclamation had been made. All these will shew that the States give no Countenance to Acts of Piracy; and if Captain Cunningham has been guilty of that Crime he will certainly be punished for it when duely prosecuted: For not only a Regard to Justice in general, but a strong Disposition to cultivate the Friendship of Spain, for whose Sovereign they have the greatest Respect, will induce the Congress to pay great Attention to every Complaint that is properly made and authenticated. I have the Honour to be Sir Your most obedient and most humble Servant. Benjamin Franklin. 69 American Vessels Captured by the British during the Revolution and War of 1812; Nova Scotia. Vice-Admiralty Court. BiblioBazaar, 2010. Reedición de un libro publicado antes de 1923, p. 39.

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PEDRO PABLO ABARCA DE BOLEA, X CONDE DE ARANDA

[Viene de la página anterior] Henrica Sophia, brig, a recapture. Peter Heldt Master of the brigantine Henrica Sophia being duly Sworne Deposeth that the said brigantine is owned in Stockholm in Sweden, that he was Bound on a Voyage in said brigantine from London to Teneriffe, that in the latter end of May last being in Lat. 40° and Long. 32 from London they fell in with an American Privateer called the Revenge mounting 14 guns and had 60 men, that the Privateer fired a shot at the Brig and brought her too, and ordered the Deponant to put out his boat and bring his papers on board the privateer which the Deponant did, that afterwards they sent an officer, and examined the letters and papers, that the captain of the privateer one Cunningham then told the Deponant the cargo was English property and therefore was a Prize, that he took out the Deponant's mate and 7 hands and put on board the brigantine a Prize Master and 8 hands from the privateer, and then ordered the Prize Master to make the best of his way with the brigantine for Newbury, Piscataqua or Casco Bay which ever they could get into, that the Master of the privateer told the Deponant he should have his brigantine again and freight for the cargo six hundred pounds sterling, that before this 2 days in the Lat. 42° 50" another Privateer fired a shoot under striped colours, brought them too, sent his officer on board the brigantine opened several chests and boxes looking for papers, after examining the papers, told the deponant he might proceed his voyage, and the deponant further deposeth that on their passage towards America as aforesaid on the 7th July Inst, being then off the Seal Islands near Cape Sables in this province they fell in with an armed schooner called the True Blue [the Diamond's tender] who retook the said brigantine and brought her into this Port of Halifax.

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Passy, 14 de octubre de 1778 Sr. Ferdinand Grand Señor, He considerado la nota que puso en mis manos, que contiene una queja sobre la conducta del capitán Cunningham en el corsario la Revenge. No tenemos ningún deseo de justificar las irregularidades que pudo haber cometido. Por el contrario, estamos obligados a nuestros amigos que nos dan información de la mala conducta de cualquiera de nuestros corsarios, para que podamos aprovechar la ocasión de presentarla a nuestro Gobierno, y la recomendación de prestación más eficaz para suprimir, castigar y prevenir tales prácticas en el futuro. Por los documentos que tengo el honor de enviarle adjunto, y que le pido que ponga en manos de su Excelencia el conde de Aranda, el cuidado del Congreso para evitar ofender a las Potencias neutrales parecerá más evidente: en primer lugar en la Comisión dada a los corsarios, en la que parece que se toman Fianzas de sus propietarios que no se hará nada por ellos «incompatible con los usos y costumbres de las naciones», y los Avales están obligados a hacer buenos todos los daños y perjuicios: En cada uno de los estados se han establecido Courts of Admiralty [tribunales de admiraltazgo] para juzgar tales asuntos; A lo que los tribunales de cualquier persona agredida, podrá reclamar y solicitar compensación. En segundo lugar, en la Proclamación del Congreso, por el que se dan órdenes estrictas a todos los oficiales de los buques armados que otorguen un sagrado respeto a los derechos de las Potencias neutrales y a los usos y costumbres de las naciones civilizadas, &ca. y una declaración hecha, que si la transgreden, no podrán reclamar la protección de los Estados, sino que deberán sufrir el castigo que se les imponga según el uso y costumbres de las naciones. Por último, en el especial cuidado por el Congreso para asegurar la propiedad de algunos temas de Portugal [una potencia que no ha sido muy favorable para nosotros] aunque no ha hecho reclamación alguna. Todo esto va a mostrar que los Estados no tolerarán actos de piratería, y si el capitán Cunningham ha sido culpable de ese crimen sin duda será castigado por ello, cuando sea procesado: No solo por respeto a la justicia en general, sino por una fuerte disposición para cultivar la amistad de España, para cuyo soberano se tiene el mayor respeto, inducirá al Congreso a prestar mucha atención a todas las quejas que estén apropiadamente autentificadas. Tengo el honor de ser señor, su más obediente y humilde servidor. Benjamín Franklin. Tras esas comunicaciones a Franklin informa a Ferdinand Grand70.

70

Carta de 3 de noviembre de 1778 de Benjamin Franklin a Ferdinand Grand. American Philosophical Society. Benjamin Franklin Papers. L. 8p. X, 1561/2. Para Rodolphe-Ferdinand Grand En Passy, 3 de noviembre de 1778 Monsieur, Nous devons des remerciemens à la personne qui nous a fait remettre, par vôtre canal, la notte que nous avons reçu contre Conyngham; & nous devons l’assurer de nouveau, qu’etant penetrés de respect pour S. M. C. rien ne nous peine plus que des plaintes de sa part contre nos Gens. Elle aura vû par les papiers que vous avez remis dans le temps de notre Part a S. E. M. le Comte d’Aranda, toutes les Mesures que le Congrés avoit prises pour prevenir même toutte Inconduitte de la part de nos Armateurs & Gens de Mer; & rien ne prouve mieux sa sollicitude a cet Egard, que la Proclamation qu’il vient de rendre, dont voici le Copie No 2. a laquelle nous joignons celle de sa Resolution pour conserver la propriété d’un Navire, quoique appartenant à une Puissance, dont nous n’avons pas lieu de nous louer. Mais si l’on fait Attention aux Procedés attroces des Anglois envers touttes les Nations Indistinctement, on ne sera pas surpris que leur facheux exemple ne trouve des Sectateurs dans quelques Individus d’une Nation quils ont si fort outragée; mais cela ne disculpe pas Conyngham. C’est un Crime à nos yeux d’avoir deplu à une Puissance pour laquelle le Congrés est penetré de Respect; & quoiqu’elle se soit fait Justice elle-même, en faisant saisir par Represailles la prize Anglois que Conyngham avoit conduitte à Teneriffe pour la faire passer à la Martinique: Nous n’en informerons pas moins le Congrés des Sujets de plainte que cet Armateur a donné à sa Majesté Catholique. Ce sera certainement un nouveau Motif pour faire rendre à son Pavillon tous les Egards & le Respect qu’il lui porte. J’ose esperer de la sagesse ainsy que de la Justice de S. M. qu’elle ajoutera foy a cette Expression de nos Sentiments pour Elle, & qu’Elle daignera a son tour nous en faire eprouver les Effets. J’ai l’honneur d’être, Messieurs, Votre trés humble & trés obeissant Serviteur Benjamin Franklin

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 221


Sería interesante saber por qué un corsario americano entrega la presa realizada por Conyngham a los británicos. Lo único que se podría sugerir es que las ges-

tiones de alto nivel de Francia [el rey entre otros], hayan presionado a los americanos para que el buque fuera entregado en Halifax a la comandancia inglesa.

ARMAS DE LA PROVINCIA DE LUISIANA

En la siguiente carta Benjamin Franklin se excusa ante España por la actitud de su corsario. La carta, originalmente escrita en francés, fue remitida por medio de Ferdinand Grand al embajador de España en París, el conde de Aranda, designado por el secretario de estado, José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca, para todas las negociaciones diplomáticas que tuvieran que ver con los comisionados americanos. Quizás era el momento para Franklin de acercarse a España y presentar definitivamente sus creden71

ciales de ministro plenipotenciario. De hecho es poco conocido que Franklin viajó a Francia con un documento firmado por John Hancock71, presidente del congreso americano, con fecha 2 de enero de 1777 designándole ministro plenipotenciario ante la corte de Madrid pero tras sopesar la situación decidió no viajar, aún quedaban seis meses para que España decidiera tomar partido por las colonias y tenía ciertos problemas que resolver referentes al molesto corsario, un asunto del cual informó a Grand72.

El original de este certificado se encuentra en el Archivo Histórico Nacional. The Cruises of Gustavus Conyngham. Carta de Benjamin Franklin a Ferdinand Grand. Passy, 3 de noviembre de 1778. Pp. 148-149. Benjamin Franklin a Ferdinand Grand Passy, 3 de noviembre 1778 We owe our thanks, sir, to the person who transmitted to us, through you, the complaint we have received against Mr. Conyngham, and we can assure him anew that penetrated with respect for S.M.C., nothing pains us more than complaints on his part against our people. He will have seen, by the papers transmitted by you at the time from us to S.E.M., Count d’Aranda, the measures which Congress have taken to prevent any misconduct on the part of our privateers and seamen, and nothing better proves its solicitude in this regard than the proclamation it has just issued, of which the enclosed No.2 is a copy and it which we join its resolution for the protection of the property of a ship although belonging to a power with which we have no sympathy. But if one directs his attention to the atrocious proceedings of the English towards all nations without distinction, he will not be surprised that their pernicious example finds imitators among some individuals of a nation which they have so greatly outraged. But this does not excuse Conyngham, It is a crime in our eyes to have displeased a power for which Congress is penetrated with respect, and although justified in seizing, by way of reprisals, the English prize which Conyngham had brought to Teneriffe to be sent to Martinique, we will none the less inform to Congress of the ground for complaint which this privateer has given to his catholic majesty

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222 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


Benjamin Franklin a Ferdinand Grand En Passy, 3 de noviembre 1778 Señor, Le debemos nuestro agradecimiento, señor, a la persona que nos ha transmitido, a través suyo, la queja que hemos recibido en contra del señor Conyngham, y le podemos asegurar de nuevo que imbuidos en el respeto de Su Majestad Cristiana, nada nos daña más que las quejas de su parte contra nuestro pueblo. Él, ha visto, por los documentos transmitidos por usted al tiempo que los nuestros hacia Su Excelencia el Ministro, conde de Aranda, las medidas que el Congreso ha tomado para evitar cualquier mala conducta por parte de nuestros corsarios y marineros, y nada prueba mejor su solicitud en este sentido que el anuncio que acaba de publicar, de los cuales el Nº 2 adjunto es copia y la de que nos unimos a su resolución para la protección de la propiedad de un buque a pesar de pertenecer a una fuerza con la que no tenemos ninguna simpatía. Pero si uno dirige su atención a los atroces procedimientos de los ingleses hacia todas las naciones sin distinción, no se sorprenderá de que su pernicioso ejemplo encuentre imitadores entre algunos individuos de una nación a la que tanto han indignado. Pero esto no es excusa para Conyngham. A nuestros ojos es un delito que ha disgustado a una potencia a la que el Congreso trata con respeto, y aunque esté justificado apoderarse, a título de represalia, la presa inglesa que Conyngham llevó a Tenerife para ser enviada a Martinica, informaremos no obstante al Congreso la base de la queja que este corsario ha dado a su Majestad Católica. Este será sin duda un nuevo motivo para hacer el homenaje y el respeto a su bandera que se merece. Espero de la sabiduría, así como de la justicia de Su Majestad que confiará en esta expresión de nuestros sentimientos hacia él y, a su vez nos permitirá experimentar los efectos de las mismas. Tengo, etc. Benjamín Franklin M. Grand En Tenerife, el comerciante Juan Bautista D’Escoubet menciona cierta mercancía almacenada en El Sueco, que se corresponde básicamente con productos textiles como fardos de lana, parte de los cuales

se perdieron, el propio D’Escoubet echa en falta un tonel de baratijas [quincalla] a lo que Cólogan le comunica que este se encontraba dentro del barco73.

Mui señor mío: No se habrá vuestra merced acordado de mandar las muestras para don Joseph Plou, o por habérsele a vuestra merced perdido en el Sueco y no haber despachado sus mercaderías no lo habrá podido vuestra merced executar. Hagamos otra cosa; sírvase vuestra merced rem[it]ir a dicho Plou un surtimiento de dichos efectos de lana, aquellos que el mejor y m[ás] entendido de los feligreses de vuestra merced en La Laguna suele tomarle y haga vuestra merced favor de ponerlos con la mayor equidad. Me refiero a mi antecedente de 31 [roto] [p]assado en quanto al tonel de quinquillería que tengo en dicho Sueco y me repito a la disposición de vuestra merced, cuya vida guarde Dios muchos años. Santa Cruz y noviembre 5 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su más afecto seguro servidor, Juan Baptista D’Escoubet [Rúbrica]. [Al pie : ] Señor don Tomás Cólogan.

[Viene de la página anterior] This will be certainly be a new motive for praying to his flag the homage and respect which it entertains for him. I hope from the wisdom as well as from the justice of S.M. that he will confide in this expression of our sentiments towards him and in turn will permit us to experience the effects of them. I have, etc., Benjamin Franklin 73 AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 223


Discurrían pesadamente los días en las Islas Canarias. Nada se sabía del Henrica Sophia y prácticamente se empezaba a olvidar el hecho de su apresamiento. Era improbable que el barco regresara sano y salvo de un viaje a América y mucho menos probable que la mercancía se recuperara. Lamentablemente eran muchos los comerciantes interesados en su carga ya fueran tinerfeños, palmeros o de Gran Canaria. Pero contra todo pronóstico, el 5 de noviembre llegó desde Las Palmas la feliz noticia de su retorno.

Tomás recibe carta de los hermanos Rusell felicitándose de que el capitán Heldt regresara con el Henrica Sofía74. Hasta este instante no era conocido que el capitán Heldt mantuviera bajo su mando el barco mientras fue secuestrado y enviado a América. Este dato es relevante pues nos hace descartar que Conyngham lo hubiera dejado en tierra, ya sea en Tenerife o en La Palma. Imaginamos en este instante la ansiedad de Tomás por conocer la explicación que de todo le daría el capitán.

Señores de Juan Cólogan e Hijos. Canaria y Noviembre 5 de 1778 Muy señores míos, respondemos a las estimadas de vuestras mercedes de 21, 23 y 30 del pasado. Sus libramientos de vuestras mercedes a favor de Manuel Lorenzo, Francisco Suárez, Juan Lorenzo, y don Sebastián de Salazar todos en cantidad de 1826 pesos serán puntualmente satisfechos y lo está la partida de Franco Suárez que es de 21 pesos al cargo de vuestras mercedes. Hemos celebrado mucho la aparición inesperada del capitán Heldt cuyo Sueco es bien particular por la felicidad de no haber caído por segunda vez en manos de otro americano desde las costas de América a este puerto. Nuestros amigos de Londres no esperarían tal noticia y antes bien estarían empeñados en reemplazar los efectos de la carga de este navío y podríamos hallarnos dentro de poco recargados de esos efectos. El capitán represado creemos separaría en aquellos efectos que más le acomodarían para sus fines y tal vez nos habría dejado sin alguno de los renglones mas apreciables. Hemos comprendido de lo que vuestras mercedes nos dicen que tomó de los efectos de cada interesado la parte que le correspondía y no indistintamente en lo que nos hizo bastante bien pues si toma de un interesado el todo que le correspondrá sobre la carga en […] hubiera dejado a ese desprobeido y perjudicado. El recurso contra los Aseguradores dudamos si se haría lugar para el flete de lo que retomó el represador. Deceamos que no traiga abería, aunque seria extraño después de seis meses de navegación. Esperamos saber de todo con [seguridad] a la llegada del barco […]

ARMAS DEL CONSULADO DE HAMBURGO EN CANARIAS

74

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

224 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


Juan Baptista D’Escoubet por su parte, permanecía atento a la llegada del buque, en la siguiente misiva solicita de Tomás que interceda por varias pipas de

vino que desea remitir a Londres en el Sueco. Parecía que la normalidad se restablecía aunque con varios meses de retraso75.

Mui estimado señor mío: Recibí la de vuestra merced de 2 del corriente sirviéndose avisarme que el barril [marca] lo tengo en el bergantín sueco y que del mismo lo recibiré en este puerto. En su assunto estaré a la cuenta que en Londres se haga de la avería general. No sé si en él haré algo en [..ruza blanco?] para Portemours76, a donde si vuestra merced remite vinos y me quiere permitir en la conformidad que lo haga de poner diez pipas la embarcaré a entregar a la orden de mi correspondiente de Londres. Hago assiento de conformidad del apunte de los costos de las 25 pipas vasías para la villa, su importe 155 pesos de a ocho reales con [roto] quartos incluso el porte de una carta con dicho Sueco. Quedo a la disposición de vuestra merced y ruego a Dios guarde su vida muchos años. Santa Cruz y noviembre 6 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su atento seguro servidor, Juan Baptista D’Escoubet [Rúbrica]. [Al pie:] Señor don Tomás Cólogan. Con el Henrica Sophia en el puerto de Las Palmas, los agentes comerciales de Tomás lo atendieron con esmero según relatan los hermanos Rusell que además informaban de que acababan de ver entrar en puerto al capitán Rickerts procedente de Hamburgo, de donde había salido el 26 de septiembre, tras cuarenta y tres días de navegación. Literalmente decía que no ha tenido contratiempo, ni encontrado embarcación. La angus-

tia por los corsarios era persistente, máxime saliendo desde Hamburgo, con el riesgo que implicaba cruzar el canal de la Mancha en tiempos de guerra. Desde París Aranda remitía a Floridablanca la Proclama del Congreso Americano y que había recibido de manos de Grand. Parecía que la armonía se restablecía entre ambos gobiernos, lo cierto es que las diferencias subsistían y aún tendrían que llegar mas ataques corsarios77.

París, 9 de noviembre de 1778 Muy señor mío En carta del 14 de septiembre, número 3 me informó Vuestra Excelencia a los excesos que el corsario americano Cunningham estaba cometiendo continuamente sobre nuestras costas; y señaladamente de la presa que acababa de hacer de un navío sueco, cargado de Londres por cuenta de españoles; y me previno Vuestra Excelencia de Orden al Rey, lo hiciese entender por segunda mano a los Diputados Americanos exigiendo que providenciasen lo conviniesen para la restitución debida y para el arreglo de la conducta de Cunnigham. Así lo efectué por medio del banquero Mr. Grand según dije a Vuestra Excelencia en carta de 2 del pasado número 1348, y en consecuencia me ha traído el mismo Grand la carta que sobre este particular le ha escrito el Dr. Franklin acompañada a la Proclamación del Congreso sobre el trato de los pabellones neutros; y la Resolución del mismo, sobre una Presa Portuguesa, con sus traducciones en francés, todo lo cual pasó a manos de Vuestra Excelencia para que pueda enterar al Rey de la respuesta de estos Diputados sobre nuestras quejas y el estado en que se haya este asunto, Dios guarde, etc. Conde de Aranda

75

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. Se refiere al Puerto de Portsmouth en Inglaterra. 77 Despacho de Aranda a Floridablanca, original núm.1368, 9 de noviembre de 1778, París, Archivo de Simancas, E., 1, 4.618. 76

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 225


Mui estimado señor mío: Recibo la apreciable de ayer. No he sabido del Sueco, ni hora ni antes de aportar aquí este americano, a quien antes de su encargo de vuestra merced tenía hechas las preguntas con el rodeo que había podido. Esta noche sale para La Palma y yo celebro deze estos parages por razón de la recalada que vuestra merced me dice ha de hacer en ellos dicho Sueco, a quien en caso de encuentro [de que Dios le libre] de nada valieran los certificados que trahe, pues será cogido por los productos de Inglaterra, así como […] sobre contado […] repito a la obediencia de vuestra merced y ruego a Dios guarde su vida muchos años. Santa Cruz y noviembre 9 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su atento seguro servidor, Juan Baptista D’Escoubet [Rúbrica]. [Al pie:] Señor don Tomás Cólogan.

En el prólogo mencioné, de forma coloquial, la referencia al Henrica Sophia como el navío de la ropa blanca. Ese apelativo surge de la siguiente carta del 9 de noviembre remitida a Tomás Cólogan por Bartolomé Morales

desde Las Palmas de Gran Canaria. Me resultó de lo más simpático el término, pues en el fondo solo era eso lo que transportaba en sus bodegas, toneladas de ropa blanca con destino a un sinfín de canarios78.

Muy señor mio. Receví la de vuestras mercedes de 2 del corriente y me alegro haya llegado el Sueco, aunque yo lo supe a los tres días de la llegada a ese puerto, y el navío de la ropa blanca llegó aquí el día 7 del corriente, pues yo lo vicité y recogí todas las cartas, las que tendrá ya vuestra merced en su mano. En absunto de negocios del Sueco necesito quatro piezas de camelote, tres la color obscura y una del color claro, una pieza de drogueta azul, dos piezas de lamparilla azul y dos chorriadas de los chorros alegres; de el de los linos solo nesecito una caja de lino fino y ha de ser de veinte serros y dos piezas de brin y dos de medio brin enbuelto, y de el de ropa blanca, no nessecito de nada pues me hallo enteramente surtido. En quanto a las dragonas y los zombreros con galón de plata que tengo en mi poder, aunque los han visto barios sugetos, nadie ha tomado ninguno, pues disen son muy caros; vuestra merced puede determinar lo que ubiere por más conbeniente. Yo me pagué a mí mismo los doscientos pesos de las gradillas de San Pedro Thelmo, y assí mismo pagué los sien pesos a don Sipriano según su orden y hago juicio hab[er] entregado Gaspar Real a la hora de ésta quatrosientos pesos más o menos, según la orden que le tengo dada anteriormente. Nuestro Señor guarde a vuestra merced muchos años. Canaria y noviembre 9 de 1778. Besa la mano de vuestra merced su más afectísimo y seguro servidor, Bartholomé Morales [Rúbrica]. [Al pie:] Señor don Juan Cólogan e Hijos.

El 11 de noviembre los hermanos Rusell escriben nuevamente a Cólogan preguntándose cuando dejará el puerto el capitán Heldt79. 78 79

AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778. AHPTF: Archivo Zárate Cólogan, correspondencia, año 1778.

226 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO


ÍNDICE ONOMÁSTICO

ABARCA DE BOLEA, Pedro Pablo, conde de Aranda: 33, 35, 41, 51, 102, 111, 211, 216, 218, 219, 220, 221, 222, 223, 225, 228, 240, 265, 334, 345 ACIALCÁZAR, marqueses de: 111 ADAMS, John Quincy: 45 ADAMS, John: 23, 35, 36, 45, 50, 87, 88, 90, 91, 227, 325, 334 ADAMS, W. [capitán]: 272 ALCÁNTARA, Rafael de: 212 ALEXOR DE CATARELO DE RIVADEO, Domingo Fernando: 85 ALLAIN [capitán]: 148 ALLAN, Mr.: 75 ÁLVAREZ MARTÍNEZ, María del Rosario: 273 ÁLVAREZ RIXO, José Agustín: 112, 116, 125, 126, 130, 131, 134, 138, 141, 176, 178, 180, 281, 300, 337 AMBROSE, Susana: 151 ANDERSON HENRY, Frank [cónsul]: 245 ANRAN Y MEADE, Juana: 177 ANTE. BETBEDER [Comp. comercio en San Sebastián]: 92 ANTE. DELMARO [Comp. comercio en Vigo]: 92 ANTHONY STOCKER [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 ARRIETA, Francisco Antonio de: 196 ARROWSMITH, A., THOMPSON & HALL: 345 ARTETA, Antonio: 343 ARTOIS, conde de: 275, 276, 277, 278 BACH, Johann Sebastian: 273 BACHE, Richard: 45, 70 BACHEVILLE, Antoine: 280, 281 BACHEVILLE, Bartolomé: 280, 281 BAILEY, Benjamin: 79, 80 BALDEDAT, Jean Francois: 285, 286, 289, 290, 291 BALDWIN, Jeduthan [coronel]: 79 BANCROFT, Edward: 37, 70, 73, BANKS, Josephs: 271, 272, 346 BARAJA GARCÍA-ALAVERA, Alicia: 6 BARCÁIZTEGUI Y MANSO, José Javier de, III marqués de Tavalosos: 99

BARCÁIZTEGU Y REZOLA, Francisco Javier, V marqués de Tavalosos: 6, 99 BARRY CAMBRELENG, Juana: 141 BARRY, Diego: 134, 141, 281 BARRY, John: 57 BAZZIOLI DI GOZZE DE RAGUSA, Paul: 263, 280 BEAUCHAMP, Marie Hyacinthe de: 280 BEAUCHAMP, Pierre Joseph de [marqués de Beauchamp]: 280 BEDFORD, duque de: 31 BELLIARD, Zéphirin: 342 BÉNARD: 341 BENÍTEZ DE LUGO Y BENÍTEZ DE LUGO, Diego: 263 BENSON, John Paul: 95 BERLIER, Solomon [cónsul]: 245 BERNIER, Pierre: 218 BERTHOUD, Ferdinand: 170 BETANCOURT [texto requisitorias]: 183 BETANCOURT CASTRO Y JAQUES DE MESA, Luisa: 136, 187 BETANCOURT, Francisco: 182 BETBEDER [Comp. comercio en San Sebastián]: 92 BETHAM, William: 341 BEVERIDGE, David [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 BIDDLEE, Nicholas: 57 BIGNONI [familia]: 180 BIGNONI DAGNINO, Francisco María: 166, 180 BIGNONI DAGNINO, Pascual: 166, 180 BIGNONI DAGNINO, Rafaela: 180 BILLARDIERE (de), Jacques-Julien Houtou: 11, 13 BINGHAM, William: 309 BLAKE, Robert [almirante]: 164, 165, 344 BLANCO [familia]: 113, 116, 131, 134, 138, 141, 165, 176, 177, 182, 295, 300, 302 BLANCO HERMANOS [Comp. comercio en Tenerife]: 113, 304 BLANCO VALOIS, Bernardo [capitán]: 169 BLANCO Y FRANCIS, Cristóbal: 113, 130, 176, 304 BLANCO Y FRANCIS, María Eugenia: 169

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 349


BLANCO Y FRANCIS, Nicolás Mateo: 113, 130, 138, 176, 177, 300, 304 BLANCO, Catalina: 176 BLANCO, Josefa: 305 BLIGH, William [capitán]: 132, 133, 134, 172, 173, 271, 272, 344 BOBADILLA DE ESLABA, Rosario: 263 BODHAM DONNE, W.: 71 BOILLY, Jules: 341 BORBÓN Y SAJONIA, Carlos Felipe de [ver Artois] BORDA, Jean Charles: 11, 134 BOTTINO, Juan Maria: 344 BOWEN-HASSELL: 58, 66, 78, 95 BRESSAN, Joseph [escribiente]: 140 BRETT, Homer [cónsul]: 245 BROOK, [familia]: 125 BROOKING, Charles: 344 BROWN, George [marinero en La Revenge]: 93 BROWN, Mather: 347 BUCARELI URSÚA, Antonio María de: 298, 299, 301, 346 BURGES, POLLARD AND COMP. [Comp. comercio en Londres]: 145, 146, 147, 148 BURTON, Richard F.: 178 BUSBY, T. L.: 344 BUSTAMANTE, Manuel de: 119 CABARRAS DOME Jr. [Comp. comercio en Bordeaux]: 92 CABARRAS Sr. [Comp. comercio en La Rochelle]: 92 CABARRUS [Comp. comercio en La Rochelle]: 92 CABARRUS Jr. [Comp. comercio en Bordeaux]: 92 CABARRUS LALANNE, Francisco de: 139 CABARRUS QUILTY, Dominique: 137 CABARRUS QUILTY, Paulina: 137 CABARRUS Y GALABERT, Domingo de: 137, 139, 259 CALLET, Antoine-Francois: 342 CAMPO, Bernardo del: 270, 276, 279 CANNON, Hugo [marinero en La Revenge]: 93 CARLOS III, rey de España: 30, 31, 33, 41, 51, 83, 84, 100, 111, 112, 121, 163, 166, 185, 296, 298, 302, 329, 333, 341 CARMICHAEL, William: 227, 340 CARNICERO, A.: 342 CARON DE BEAUMARCHAIS, Pierre-Augustin: 37, 40, 87, 342 CARTA, Joseph [capitán]: 115 CASALÓN & COMP. [Comp. comercio en Santa Cruz de Tenerife]: 169, 171, 173 CASALÓN [familia]: 84, 180, 295, 343 CASALÓN LA BORDE, Gracia: 169 CASALÓN LA BORDE, Juan Enrique: 169 CASALÓN SUPERBIELLE, Francisco: 170

350 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

CASAÑAS, Gregorio: 131 CASSELL, John: 341 CASTRO MARTÍNEZ, Ángel [párroco]: 280 CASTRO VINATEA [Familia]: 250, 346 CASTRO VINATEA, Alonso de: 249 CASTRO, Agustín de: 126 CATALÁN, Pedro [veedor en Tenerife]: 107, 115 CAZCNAVE, J.: 100 CHAPMAN, Carlton T.: 342 CHAPPEL, Alonzo: 341 CHIRINO, Alonso, [marqués de la Fuente de Las Palmas]: 103 CHOISEUL, duque de: 31 CLAPAIRD [capitán]: 244 CLARET DE FLERIEU, Charles-Pierre: 170, 358 CLERGET, Pierre-Francois: 170 COFFIN, Alexander: 313 COGHLAN, Anne Rose: 137, 263, 264, 265, 267, 268, 269, 270, 283, 346 COGHLAN, Terence: 263, 276 COLA BENÍTEZ, Luis: 169, 339 COLGAN [familia]: 14, 125 COLLIER, George: 219, 234, 235, 239, 241, 312, 316, 317, 318, 347 CÓLOGAN [Juan] E HIJOS [Comp. comercio en Puerto de La Orotava]: 12, 95, 111, 120, 126, 128, 138, 145, 151, 165, 180, 182, 183, 187, 188, 189, 190, 224, 226, 241, 252, 253, 259, 264, 276, 346 CÓLOGAN BLANCO, Juan: 112, 124, 126, 129, 130, 137, 145, 176, 178, 295, 300, 344 CÓLOGAN BOBADILLA, Tomás: 263 CÓLOGAN COGHLAN, Louis Bernard: 264 CÓLOGAN COSTELLO, Emilio: 263 CÓLOGAN COSTELLO, Juan Bernardo: 263 CÓLOGAN FALLON, Bernardo: 128, 136, 138, 263, 272, 273 CÓLOGAN FALLON, Juan: 263 CÓLOGAN FALLON, Juana Margarita: 130, 140, 263 CÓLOGAN FITZGERALD, Ana: 263, 276, 280 CÓLOGAN FITZGERALD, María: 263, 276, 280, 281 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Bernardo: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Cándida: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Cristina: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Eustaquio: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Jacoba: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Juan: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, Laura: 263 CÓLOGAN FRANCHI Y HEREDIA, María: 263 CÓLOGAN FRANCHI, Juan Antonio: 263 CÓLOGAN SORIANO, Carlos: 169


CÓLOGAN VALOIS, Bernardo: 126, 128, 130, 137, 138, 180, 211, 212, 213, 234, 240, 243, 259, 260, 261, 262, 263, 264, 273, 279, 280 CÓLOGAN VALOIS, Francisca Xaviera: 127, 128, 137, 259, 263 CÓLOGAN VALOIS, Juan: 128, 137, 138, 140, 151, 174, 184, 185, 186, 207, 209, 219, 240, 259, 263, 264, 265, 266, 267, 270, 271, 272, 273, 275, 276, 277, 278, 279, 280, 281, 283, 298, 346 CÓLOGAN VALOIS, Margarita: 137, 259, 263 CÓLOGAN VALOIS, Tomás: 7, 12, 14, 16, 94, 111, 112, 114, 115, 116, 117, 118, 120, 121, 123, 124, 125, 126, 128, 129, 130, 131, 134, 137, 138, 139, 140, 141, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 165, 166, 167, 173, 174, 175, 176, 177, 180, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 187, 188, 189, 192, 193, 194, 195, 196, 198, 200, 202, 207, 208, 209, 210, 213, 216, 219, 223, 224, 225, 226, 228, 230, 231, 232, 236, 237, 238, 240, 241, 258, 259, 260, 263, 264, 265, 271, 272, 273, 276, 279, 281, 283, 287, 288, 289, 291, 295, 299, 300, 301, 302, 304, 337, 338, 344, 345, 346 CÓLOGAN, [familia]: 12, 17, 112, 115, 119, 125, 136, 137, 138, 252, 259, 263, 265, 267, 280, 281, 291, 295, 300, 338, 341, 346, 348 CÓLOGAN, POLLARD & Co: 151, 174, 183, 185, 186, 207, 208, 209, 210, 228, 230, 231, 232, 236, 237, 238, 240, 264, 345 CÓLOGAN, POLLARD & & COOPER [Comp. comercio en Londres]: 151, 273, 276 COMENGE, Rafael: 330 COMMYNS [familia]: 187 COMMYNS HERMANOS Y POWER [Comp. de comercio]: 296 CONDÉ, John: 344 CONDORCANQUI O QUIVICANQUI , José Gabriel: 84 CONNELLY & ARTHUR, [Comp. comercio en Dunquerque]: 145, 146, 232 CONRAD, Dennis M.: 58, 66, 78, 95 CONYNGHAM, Alejandro [de Largyreagh]: 57 CONYNGHAM, David [capitán de Letterkenny y tío de Gustavus]: 57 CONYNGHAM, David Hayfield: 58, 59, 60, 61, 66, 71, 75, 339 CONYNGHAM, Gabriel: 57 CONYNGHAM, Gustavus [de Largyreagh, padre del capitán corsario]: 57 CONYNGHAM, Gustavus [capitán corsario]: 7, 8, 14, 17, 41, 55, 56, 57, 58, 60, 61, 63, 66, 68, 69, 70, 71, 74, 75, 77, 78, 79, 80, 81, 83, 85, 86, 87, 90, 91, 92, 93, 95, 99, 169, 170, 171, 174, 175, 184, 185, 186, 193, 196, 198, 213, 214, 215, 216, 218, 219, 221, 222, 223, 224, 227, 264, 281, 307, 309, 311, 312, 313, 315, 316, 317, 318, 319, 320, 321, 338, 339, 339, 340, 342, 343, 345, 346 CONYNGHAM, NESBITT & COMP. [Comp. comercio en Filadelfia]: 58

CONYNGHAM, Redmond: 57, 58, 71, 313 COOK, James: 11, 15, 271 COKINGHAM, Harris N. [cónsul]: 245 COOPER [Familia]: 151 COOPER, David: 151 COOPER, James: 151, 279, 280, CORNIDE, José: 83, 339 CORNWALLIS, Charles, Lord: 325 COSTELLO [familia]: 346 COSTELLO Y DILLON, Bartolomé: 126 COSTELLO Y FALLON, Isabel: 263 COSTELLO Y FALLON, Tomás: 140, 263 COSTELLO, Emilia: 167 COYLE, John J. [cónsul]: 245 CRAWFORD, Michael J.: 46 CREAGH Y AMAT, María del Carmen: 177 CREAGH, Juan: 140 CRESS, Luisa: 126 CREUTZ, Gustav Philip [conde de Creutz]: 211, 214, 215, 216, 217, 345 CREWEL [marinero]: 244 CROSSE [familia]: 125 CRUZ Y RÍOS, Luis de La: 344 CULLEN [familia]: 125 CULNAN, John [cónsul]: 243, 245, 338 CUNINGHAM, Gustavus [ver Conyngham]: CUNNINGHAM, [ver Conyngham] CURRÁS Y ABREU, Nicolás de: 131, 176, 280, 295, 300, 304 D´HERMAND de Cléry, Emmanuel Louis Joseph: 83, 170, 198, 244 D’ESCOUBET SANSÓN, Andrés: 180, 179 D’ESCOUBET SANSÓN, Enriqueta: 181 D’ESCOUBET SANSÓN, Josefa: 181 D’ESCOUBET SANSÓN, Manuel: 181 D’ESCOUBET SANSÓN, Matilde: 181 D’ESCOUBET SANSÓN, Paulino: 181 D’ESCOUBET Y LORDAT, Juan Bautista: 16, 180, 181, 182, 186, 196, 223, 225, 226, 341, 345 D’ESCOUBET, Andrés: 180 D’ESTANING, conde de: 309 DABENY, W. H. [cónsul]: 245 DANA, Francis: 340 DARWIN, Caroline Sarah [hermana de Charles Darwin]: 11 DARWIN, Charles: 11 DEANE, Silas: 37, 38, 39, 40, 41, 46, 48, 61, 63, 70, 71, 74, 75, 77, 78, 79, 80, 81, 86, 87, 89, 90, 215, 227, 313, 320, 327, 329, 340, 342

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 351


DEHEZ, Bernard: 85 DELAYME`S [Monseñor]: 286 DELMARO [Comp. comercio en Vigo]: 92 DEVIGNEAU CASALÓN BLANCO, Enrique: 169 DEVIGNEAU, Juan: 169 DEVIGNEAU-CASALÓN, Agustín [clérigo]: 169 DEVIGNEAU-CASALÓN, Juan Bautista: 169 DEVIGNEAU-CASALÓN, Juan Evangelista: 16, 140, 169, 175, 176, 195 DICKERSON, Sr.: 311 DICKINSON, John: 36 DIGGES, Thomas: 311, 313, 314, 317 DILLON [familia]:346 DILLON, Mary Elizabeth: 263 DISTON, Alfred: 343 DIXON, Charles: 344 DOANTIEN DE VIMEUR DE ROCHAMBEAU, Jean-Baptiste: 325 DOOTITTLE, Amos: 347 DOWNES, Elizabeth: 45 DOWNEY, John [tripulante de La Revenge]: 93 DRIVER, John [tripulante de La Revenge]: 93 DUGGAN, James [tripulante de La Revenge]: 93 DUGRANGER, chevalier : 277, 278 DUMAS, M.: 227, 340 DUPLESSIS, Joseph-Siffrein: 341 EDGE PINE, Robert: 346 EGUES, Diego de [almirante]: 164, 358 ELLERY, Mr.: 319 ENRIQUE IV, [Rey de Inglaterra]: 178 ENRIQUE VIII, [Rey de Inglaterra]: 21 ESCARANO Y TORRES, Francisco de: 186 ESPINOSA, Domingo: 111 ESPÍRITU SANTO ABREU, Isabel del: 249 ESTÉVEZ, Rosa [criada]: 140 FALLON [de Lille, Francia], Bernard: 140 FALLON [familia]: 126 FALLON IRWIN, Bernardo [Bryan]: 126, 140, 344 FALLON Y GANTE, Isabel María: 126, 134, 137, 138, 140, 141, 258, 281, 346 FALLON, James: 140 FENIMORE COOPER, James: 65, 339 FERNALD, Robert F. [cónsul]: 245 FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, Francisco: 181, 340 FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y COLOMO, Eugenio: 99 FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y LEZO, Concepción: 100 FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y LEZO, Josefa: 100 FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y LEZO, Juan Antonio: 101

352 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y PERALES, Eugenio, I marqués de Tavalosos: 7, 10, 14, 16, 97, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 106, 107, 112, 115, 116, 121, 175, 176, 181, 184, 185, 186, 192, 193, 198, 200, 202, 208, 230, 340, 343, 345, FERNÁNDEZ DE ALVARADO Y PERALES, José Ignacio: 99 FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Leandro: 276, 340 FERNANDO VII, [rey de España]: 177 FERRER, Raymundo: 188, 189 FIELD, Robert: 342 FIGUEROA, Sancho [capitán]: 101 FITZGERALD BROWNE, Francisca Xaviera: 136, 275 FITZGERALD BROWNE, John: 275 FITZGERALD KENNEDY, Mary Ann: 137, 275, 276, 280, 281 FITZGERALD WYSE, Francisca Xaviera: 125, 129 FITZGERALD, [familia]: 14, 125, 126 FITZGERALD, Marina: 261 FITZROY [capitán]: 11 FLEESON, Plunket: 243 FLORIDABLANCA, I conde de: 33, 36, 51, 84, 211, 216, 222, 225, 232, 296, 334, 339 FOGARTY, James [tripulante de La Revenge]: 93 FONSPERTUIS, Louis de: 170 FORSTALL, [familia]: 125 FRANCHI [familia]: 260, 348 FRANCHI Y GRIMALDI, Juan Francisco de: 281 FRANCHI Y MESA, Laura de: 138, 260, 263 FRANCHI Y MESA, Pedro: 243 FRANCHI, Pedro [joven]: 103 FRANCO DE CASTILLA, Matías [coronel]: 101, 181 FRANCO DOMÍNGUEZ, Juan: 304 FRANCO, Juan: 103 FRANCOIS AGUIRRE & COMP. [Comp. comercio en Nantes]: 92 FRANKLIN BACHE, Benjamin [nieto de Benjamin Franklin]: 45, 333 FRANKLIN BACHE, Sarah o Sally [hija de Benjamin Franklin]: 45, 333 FRANKLIN, Benjamin: 4, 5,6, 7, 8, 9, 10, 13, 14, 16, 17, 23, 24, 26, 35, 36, 37, 40, 41, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 50, 51, 53, 57, 61, 63, 65, 66, 69, 70, 71, 74, 75, 76, 77, 79, 80, 81, 86, 89, 90, 91, 195, 201, 202, 207, 209, 211, 214, 213, 214, 215, 216, 218, 219, 221, 222, 223, 225, 227, 235, 239, 252, 263, 264, 265, 267, 268, 269, 281, 283, 287, 288, 311, 312, 313, 316, 317, 318, 319, 323, 325, 326, 327, 328, 329, 330, 332, 333, 334, 337, 338, 340, 341, 342, 343, 345, 346, 347 FRANKLIN, Francis Folguer [hijo de Benjamin Franklin]: 45 FRANKLIN, William [hijo de Benjamin Franklin]: 45 FRANKLIN,WilliamTemple[nietodeBenjaminFranklin]:45,333


FRAZER [capitán]: 71 FRAZER, Andrew: 78 FRENCH, Daniel : 280 FRUCTUOSO, Gaspar: 249 GADSDEN, Christopher [coronel]: 66 GAGE, Thomas: 24, 26, 27, 28, 29 GALVÁN, José María: 345 GÁLVEZ [familia]: 115, 281, 295, 296, 304, 338 GÁLVEZ Y GALLARDO, Antonio de: 114, 116, 295 GÁLVEZ Y GALLARDO, José de: 32, 111, 114, 115, 117, 167, 289, 297, 298, 300, 304, 346 GÁLVEZ Y GALLARDO, Matías de: 7, 14, 95, 104, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 180, 295, 296, 297, 298, 299, 300, 301, 302, 343, 344, 346 GÁLVEZ Y GALLARDO, Miguel: 111, 113, 114, 116, 303, 304 GÁLVEZ, Bernardo de: 14, 32, 33, 41, 95, 111, 112, 115, 118, 121, 294, 296, 300, 302, 304, 335, 336, 338, 342, 344, 346 GÁLVEZ, María Rosa: 114 GÁLVEZ, Matilde [hija de Bernardo]: 302 GÁLVEZ, Miguel [hijo de Bernardo]: 302 GALWAY, Andrew: 286, 287 GALWAY, David: 128, 286, 287 GANTE [Gant] y MAC-CARTY, Emilia [Amelia] de: 126 GANTE, Thomas: 140 GARCÍA DE ABREU, Pablo: 190 GARCÍA MONTORO, Cristóbal: 127 GARCÍA SANTANA, Lucía: 273 GARDOQUI & SONS [Comp. comercio en Bilbao]: 12, 79, 84, 85, 87, 91, 92, 334, GARDOQUI [familia]: 12, 85 GARDOQUI Y ARRIQUIBAR, Diego María de: 12, 51, 79, 84, 86, 212, 213, 214, 216, 218, 231, 291, 330, 334, 343, 345 GAVIÑO DE FRANCHY, Carlos: 6 GERALDÍN [familia]: Ver FITZGERALD. GÉRARD DE RAYNEVAL, Conrad Alexandre: 63, 215, 340 GÉRARD DE RAYNEVAL, Matthias Joseph: 215, 215 GERMÁN DE ALFARO, José: 346 GERRY THOMAS, Elbridge: 84 GIBSON, Raleigh A. [cónsul]: 245 GIRÓN PASCUAL, Rafael M.: 127 GLAS, George: 178 GOIRIGLOZARRI, José Ignacio: 85 GONZÁLEZ, J. R. [cónsul]: 243 GONZÁLEZ SOUTO, Irma: 83 GONZÁLEZ, Domingo [mozo]: 140 GONZÁLEZ, Melchor: 196 GONZÁLEZ, Nicolás [mozo]: 140

GOODMAN, Roy E.: 6, 17, 264 GORDON, E.: 58, 66, 78, 95, 339 GORVALÁN, Francisco: 112 GOUGH [familia]: 125, 126, 128, 252, 260, 344 GOUGH CRESS, Ricardo: 136 GOUGH LANDÁBURU, Eduardo: 136 GOUGH LANDÁBURU, Jacobo: 137 GOUGH QUILTY, Eduardo: 136 GOUGH QUILTY, Elena: 137 GOUGH VALOIS, Eduardo: 113, 126, 134, 136 145, 148, 183, 185, 241, 259, 260, 285, 286, 295, 296, 297, 298, 300, 338, 346 GOUGH VALOIS, Jacobo Ignacio: 113, 126, 134, 136, 137, 145, 148, 183, 185, 241, 259, 260, 285, 286, 295, 296, 297, 298, 300, 338, 346 GOUGH VILLALBA, Amalia: 137 GOUGH VILLALBA, Eduardo: 136 GOUGH VILLALBA, Jacobo: 137 GOUGH VILLALBA, María de las Nieves: 137 GOUGH BROWNE, Diego: 126, 136 GOUGH, James [Guillermo]: 134, 297 GOURDALE, Alexandre: 218 GRAND, Ferdinand: 211, 216, 218, 219, 221, 222, 223, 225, 287, 288, GRAND, George: 218 GRAND, LE, [pintor]: 344 GRAVIER, Charles [conde de Vergennes]: 33, 35, 48, 63, 68, 70, 74, 78, 81, 89, 214, 216, 296, 342 GRAY & BOWEN: 227 GRAY, William [capitán]: 79 GRAYLING, Thomas [tripulante de La Revenge]: 93 GREENUP, Julian C. [cónsul]: 243 GRIFFITHS, R. C. [cónsul]: 243 GRIMALDI, marqués de: 31, 33, 51 GRIMÓN Y BIENA, Ángel: 304 G RÚA Y TALAMANCA , Miguel de la [marqués de Branciforte]: 304 GUARDA GEYWITZ, Fernando: 100 GUARDIA HERRERO, Carmen de la: 333 GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio de la: 101, 102, 103, 104, 105, 107, 112, 114, 115, 118, 165, 179, 181, 185, 188, 340, 343 GUILLERMO III de Orange: 125 GUIMERÁ PERAZA, Marcos: 138 GUIMERÁ RAVINA, Agustín: 180, 212, 339 GUINTHER, Juan: 343 HALE, Nathan: 227 HALL, Thomas [capitán]: 79 HAMILTON, Alexander: 36, 310 HANCOCK, John: 35, 36, 65, 77, 78, 222, 342

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 353


HANSEN, Hale [capitán]: 145, 146 HANTY, [familia]: 125 HARMAN, Justin [embajador de Irlanda en España]: 6 HARRISON, Benjamin: 36 HARTLEY, David: 8, 317 HARVEY, James [tripulante de La Revenge]: 93 HASTINGS, James: 332 HAVEN, Richard B. [cónsul]: 243 HAYDN, Joseph [músico]: 273 HAYES, Mark L.: 58, 66, 78, 95, 339 HAZARD, Samuel: 60, 75, 310, 340 HEASE, Patrick [tripulante de La Revenge]: 93 HEASE, Thomas [tripulante de La Revenge]: 93 HELDT, Peter [capitán]: 93, 151, 209, 211, 215, 218, 220, 224, 226, 227, 228, 230, 231, 232, 234, 239, 240 HENDERSON [capitán]: 58 HEREDIA Y AZPINOZ, Eustaquia: 263 HERNÁNDEZ FRANCO, Juan: 36, 51, 339 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel: 115, 339 HERNÁNDEZ NARANJO Y NIETO [familia]: 344 HERNÁNDEZ NARANJO Y NIETO, Bartolomé: 166, 188, 296 HERNÁNDEZ NARANJO Y NIETO, Domingo [presbítero]: 166 HERNÁNDEZ RAMÍREZ, Gabriel: 130 HERNÁNDEZ, Clara Eugenia: 120 HERNÁNDEZ, Juan [paje]: 140 HERRERA HERMOSILLA, Juan Carlos: 36, 339 HIGUERAS, Pedro: 185 HOCKLEY, Anne [Anne Conyngham]: 58, 310, 311, 320 HODGE, Andrew: 61 HODGE, William, Jr.: 61, 65, 66, 71, 75, 77, 78, 79, 87, 91, 92, 313 HOHENSTEIN, Anton: 342 HOWE, William: 24, 29 HUMBOLDT, Alexander von: 11, 12, 136, 341 HUTCHINSON [gobernador de Massachussets]: 22 IBÁNEZ CUEVASYDE VALONGA, Joaquín [barón de Eroles]: 106 IRIARTE, Joseph de: 112 IRIARTE, Juan de: 107 ISAAC COX [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 IZARD, Ralph: 227, 340 IZQUIERDO Y ÁLVAREZ, María: 137 J. BAPE FAMIN DEVORIE & COMP. [Comp. comercio en Barcelona]: 92 JACOBUS & JOHANNES VAN DE WALL & COMP., [Comp. comercio en Amsterdam]: 145, 285, 286 JAFFE, Max: 345 JAY, John: 36, 227, 324, 325, 334, 340, 347 JEFFERSON LOONEY, J.: 243

354 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

JEFFERSON, Thomas: 35, 36, 37, 46, 47, 243, 326, 327, 334, 347 JEFFERYS, T.: 345 JONES, Charles Henry: 339 JONES, John Paul [capitán]: 48, 79, 313, 314, 315, 316, 317, 318, 321, 346 JONES, Robert: 145, 178 JORDAN, John [marinero de la Revenge]: 84 JORDAN, Thomas [capitán]: 310 KABANA, [familia]: 125 KATENCAMP, Herman [consul británico]: 83 KEMP, Percy G. [cónsul]: 243 KENDRICK, John [comandante]: 147 KENNEDY, Anne [madre de Mary Ann Fitzgerald Kennedy]:275 KEPPEL [almirante]: 260 KINDELAN, Juan: 140 KIRKMAN, Samuel [junior]: 145, 146, 149, 150, 151, 180, 344 KIRKMAN, Samuel [senior]: 145, 146, 145, 147, 148, 149, 151, 180 KIRKPATRICK DE GREVIGNE, Enriqueta: 137 KNEASS, W.: 345 LA BILLARDIÈRE, Jaques Houton de: 11, 13, 341 LA BORDE DE BACHAULET, María de: 169 LAFAYETTE, marqués de: 53, 227, 325 LAGOANERE & COMP.[Comp. comercio]: 12, 83, 92, 93, 317, 339 LAGOANERE [familia]: 12 LAGOANERE, Miguel: 12, 83, 85, 309 LAGUNA, Narciso: 193 LALLIER, Philibert [cónsul]: 243 LANDÁBURU Y GARAWAY, Carmen: 136 LANG, Sra. [madre de John Maxwell Nesbitt]: 58 LANGSTON & DIXON [Comp. comercio en Londres]: 148, 149, 151 LANNDRY, Pierre: 343 LAPEIRE, Pierre: 85 LARTIGUE, Juan: 343 LASSALLE, Emile: 341 LASSORE [familia]: 12 LASSORE BROTHERS & COMP. [Lassore & Cía] [Comp. comercio en Cádiz]: 12, 91, 92, 170 LATIMORE, William [tripulante de La Revenge]: 93 LAURENS, Henry: 227, 340 LAURENS, John: 227, 340 LAWLER, Matthew [tripulante de La Revenge]: 93 LAWRENS, Henry: 211 LE RAY DE CHAUMONT, Jacques-Donatien: 48, 49, 314, 342 LE ROUGE, Sieur: 342 LECOMTE, Pedro: 16, 198, 199, 201 LECOMTE, Pierre [ver Lecomte, Pedro]:


LECUONA PRATS, Emilio: 138 LEE [Dr.] [tripulante de La Revenge]: 93 LEE, Arthur: 37, 39, 40, 41, 46, 47, 48, 51, 52, 53, 61, 63, 87, 89, 90, 91, 213, 214, 215, 227, 228, 310, 319, 327, 329, 340, 342 LEE, Dr. [tripulante de La Revenge]: 93 LEE, Richard Henry: 39 LEE, William: 227, 340 LEIBNITZ: 50 LEMAITRE, Agustín François: 345 LEMAY, Leo: 326 LEÓN, Miguel de: 212 LETOURNOIS, Manuel Agustín: 85, 86 LEWIS, John [tripulante de La Revenge]: 93 LEZO OLAVARRIETA Y PERALTA, Blas de: 100 LEZO Y PACHECO, María Ignacia Antonia: 100 LIGHTFOOT LEE, Francis: 39 LITTLE, Archibald: 243 LITTLE, Archibald: 243 LIVINGSTON, Robert R.: 36 LLOBREGAT, VI conde del: 99 LÓLEZ CHÁVEZ, Celia: 329 LÓLEZ DE LERENA, Pedro [conde de Lerena]: 84 LÓLEZ FERNÁNDEZ DE HEREDIA, Miguel [comandante]: 101 LÓLEZ, Andrés: 343 LÓLEZ, Bernardo: 211 LÓLEZ, Tomás: 344 LORDAT, Catalina: 180 LORENTE GARCÍA DE LINARES, Bernardino: 346 LORENZO, Juan: 190, 224 LORENZO, Manuel: 224 LOTTER, Mathew Albert: 346 LOVELL, James: 36 LUCENA GIRALDO, Manuel: 101 LUIS XVI, rey de Francia: 32, 33, 35, 37, 50, 89, 90, 243, 275, 278, 334, 342, 343 LIJÁN Y GÓNGORA, Pedro Francisco de [I duque de Almodóvar del Río]: 186, 240, 241 LUXÁN, Josef: 183 LUZERNE, Chevalier de la, Anne-César : 227, 340 LYELL, Charles: 11 LYNCH BLANCO, Tomás: 7, 113, 116, 130, 131, 149, 151, 176, 264, 265, 293, 295, 300, 304, 346 LYNCH, [familia]: 125 LYNCH, Juan: 176 MMADAM, [familia]: 125 MADISON, James: 36, 84 MADRID Y ORTEGA, Josefa de: 111

MANCHESTER, Duque de: 276 MANESSON-MALLET, Allain: 343 MARÍA ANTONIETA [Reina de Francia]: 70, 276, 278, 327 MARQUELI, Luis: 343 MARSHALL, William: 243, 244 MARTÍN DIBIRY [Comp. comercio en Bilbao]: 92 MARTÍN MARTÍNEZ-BALL, Manuel: 344 MARTÍN ZEEMEÑO, Pedro: 100 MARTÍNEZ DE LA ROSA, Diego: 137 MARTÍNEZ DE SALINAS ALONSO, Maria Luisa: 121 MARTÍNEZ, José Manuel [Campeche]: 299 MARTÍNEZ, Manuel Vicente: 332 MASON, John [tripulante de La Revenge]: 93 MASSIEU [coronel]: 186 MASSIEU, Nicolás: 183 MAXWELL NESBITT, John [Jonatahn]: 58, 59 MAY ELLIS, Martha: 58 MAYORGA Y FERRER, Martín de: 298, 299, 303, 346 McCALL, Archibald [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 McCARTHY, Richard [tripulante de La Revenge]: 93 McCARTNEY, James [tripulante de La Revenge]: 93 McKAY, Harrison B. [cónsul]: 243 McKAY, William B. [cónsul]: 243 MEADE Y SALL, Juana: 176 MEADE, [familia]: 125 MEDRANDA, Joseph de: 103 MEIJIDE PARDO, Antonio: 83, 339 MENDIZÁBAL, Juan Álvarez: 253 MENGS, Anton Raphael: 341 MESS. BOURSSE DE SUPERVILLE & SMITH: 240 MIFFLIN, Thomas: 327 MIRALLES TRAYLLON, Juan de: 285, 286, 289, 290, 291 MIRANDA, Agustina [criada]: 140 MIRANDA, Francisco de: 115, 339 MIRANDA, Roberto: 6, 57, 342, 343, 345, 347 MIREBEAU, Conde de: 333 MITCHELL, Thomas: 347 MOCTEZUMA I: 121 MOLINA, José: 211 MOLOWNY, [familia]: 125 MONTANER Y SIMON: 341 MONTEVERDE CÓLOGAN, Fernando: 6, 347 MONTEVERDE, Cayetano Domingo: 112 MONTEVERDE, José de: 140 MOÑINO Y REDONDO, José [ver Floridablanca] MORALES [en carta 10 de julio de 1778]: 183 MORALES PINTADO, María José: 6

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 355


MORALES, Bartolomé: 226 MORENO DE TEJADA, Juan: 341 MORENO, José Agustín: 128, 129 MORRIS, Robert: 36, 75, 243, 281, 283, 285, 286, 287, 288, 289, 290, 291, 309, 311, 346, MOZART, Wolfgang Amadeus: 37 MULLER DANES [capitán]: 128 MULLIGAN, Francis: 80 MULLOWNEY, John [cónsul]: 243 MURDOCK, Robert: 65 MURPHY Y KELLY, Patricio: 140, 176 MURPHY Y MEADE, Isabel: 176 MURPHY Y MEADE, José: 140, 175, 177, 344 MURPHY Y MEADE, Patricio: 175, 176, 177, 210, 285, 287, 344 MURPHY, [familia]: 125, 260, 338 MURRAY, David [Lord Stormont]: 68, 70, 71, 72, 74, 78, 80, 81, 260, 342 MURRAY, John: 71, 339 NAILE, James [tripulante de La Revenge]: 93 NAPOLEÓN: 280, 332 NAVA-GRIMÓN Y BENÍTEZ DE LUGO, Alonso de [marqués de Villanueva del Prado]: 103, 140, 329 NELSON [tripulante Bounty]: 271 NELSON, Horacio: 104, 136, 329 NESBITT CONYNGHAM, John: 58 NESBITT LANG, Alexander [hijo de Alexander]: 58 NESBITT LANG, John Maxwell [hijo de Alexander]: 58, 59, 60 NESBITT LANG, Jonathan [hijo de Alexander]: 58, 312, 318, 339, 342 NESBITT, Alexander [padre]: 58 NEWTON, Isaac: 50 NIEVES RAVELO, Domingo de las: 131 NORTH, Frederick [Lord North]: 24, 26, 28, 71 O’DALY, [familia]: 125 O’DALY, Dionisio: 185, 196 O’NEILL, Félix: 83, 173, 338, 343 O’SHEA, [familia]: 125 OBERG B., Bárbara: 243 OGILUCE [capitán]: 174, 184, 186, 260 OLMEDO CHECA, Manuel: 6 ORAÁ Y ARCOCHA, Manuel [arquitecto]: 263 ORTÍZ ARMENGOL, Pedro: 276, 279, 340 OSSUNA, Alejandro de: 344 PABLOS MORENOS, María de los Dolores: 136 PACHEBAT, Juan: 212 PÁEZ ESTÉVEZ, Josafat: 6 PAINE, Thomas: 36, 327

356 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

PALGRAVE, Thomas [comerciante en Londres]: 151 PALGRAVE, William [comerciante en Londres]: 151 PARGA VACUMONDE, Blas de: 85 PASLEY [Comp. comercio en Puerto de La Orotava]: 134 PASLEY [Juan] Y COMPAÑÍA [Comp. comercio en Puerto de La Orotava]: 179, 231 PASLEY, [John] & Archiblad Little: 243 PASLEY, [John]: 243 PASLEY, Barry & Little: 243 PASTOR, Lorenzo [capitán]: 241 PATON, Robert H.: 58 PEEL, Benjamin [tripulante de La Revenge]: 93 PEMBERTON & JOHN MILNES [Fábrica textil en Inglaterra]: 151 PERALES Y HURTADO, María Catalina de, IV condesa de Cartago: 99 PERASA Y MARTÍN, César [cónsul]: 243 PÉREZ BRITO, Anselmo: 185 PÉREZ Y VIADAS, Rodrigo: 126 PÉREZ, Alí: 116 PÈROUSE, conde de la: 11, 14, 135 PERRY GEORGE, William [cónsul]: 243 PERSANO, Francesco [tripulante de La Revenge]: 93 PETER WHITESIDE & COMP. [Comp. comercio en Filadelfia]: 289, 290, 291 PHELAN, Raymond [cónsul]: 243 PHÉLYPEAUX, Jean-Frédéric [conde de Maurepas]: 68, 69 PHILLIBROWN, T: 341 PILCO-HUACO, Juana: 84 PILLANS & ROSE [Comp. de comercio en Rótterdam]: 145 PILLANS, Richard : 234, 239, 285, 286 PIMIENTA, Manuel: 120, 299 PINTADO ERQUICIA, Eduardo: 137 PINTOS BARATE, Efraín: 344 PIÑEIRO, Antonio: 211 PITT, William «El viejo»[conde de Chatham]: 26, 28, 52, 341 PLOU, Juan Joseph: 223, 225 PLUNKETT FLEESON: 243 PLUNKETT, David: 58 POLSTRON, Gabrielle de [ver duquesa de Polignac] POLIGNAC, duquesa de : 278 POLLARD, John: 151 POLLARD, Robert: 343 POLLARD, William: 151 PONTE Y DEL HOYO, Elisa: 263 PONTE Y DEL HOYO, Melchor: 263 PORRAS MUÑOZ, Guillermo: 303 POSADA Y SOTO, Ramón de [fiscal]: 299, 302


POWER, [familia]: 125 PRATCHELL, James [capitán]: 45 QUICKLY [mistress]: 178 QUILTY [familia]: 300 QUILTY Y CÓLOGAN, Rosa: 137, 259 QUILTY Y CÓLOGAN, Rosa: 139 QUILTY Y VALOIS, Diego: 127 QUILTY Y VALOIS, María Teresa: 126, 137, 140, 344 QUILTY Y VALOIS, Tomás: 126, 127, 128, 137, 139, 137, 208, 212, 259, 263 QUILTY, Mateo: 127 QUILTY, Tomás [Padre de Tomás Quilty y Valois]: 136, 259, 292 RAMÍREZ DE VELAZCO, Mariana: 114 RAMOS ARTEAGA, José Antonio: 273 READ ROGERS, Deborah [mujer de Benjamin Franklin]: 45 REAL, Gaspar: 226 REESE MEREDITH [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 RÉGIS DE LENTILHAC, Antoine Armand : 275 REGNAULD DE LA SOUDIÈRE [familia]: 280, 346 REGNAULD DE LA SOUDIÈRE Y CÓLOGAN, Bernard: 280 REGNAULD DE LA SOUDIÈRE, François Gabriel [conde de la Soudière y barón de Roissac]: 280 REGNAULD DE LA SOUDIÈRE, Francois: 263, 276, 280 REGNAULD, François Gabriel de : RÉGULO, Juan [editor]: 181 RRID, Peter S. [cónsul]: 243 REINKE, F. T.: 345 RIGAUD, Joseph de [ver Vaudreuil] RITCHIE & CLYMER [Comp. comercio en Filadelfia, USA]: 58 ROBERT BROTHERS [Comp. comercio en La Rochelle, Francia]: 92 ROBINSON, Thomas H. [cónsul]: 243 ROBRES, Juan de: 107 ROCA, A.: 344 ROCHE, Louis Charles: 264 RODERIGUE HORTALEZ ET CIE. [Comp. comercio]: 37 RODRÍGUEZ [en carta 10 de julio de 1778]: 183, 187 RODRÍGUEZ ALFONSO, Juana: 104 RODRÍGUEZ DE LA OLIVA, Bartolomé: 104 RODRÍGUEZ DE LA OLIVA, José: 104, 343 RODRÍGUEZ DE MOLINA, Fernando: 304 RODRÍGUEZ ESCUDERO, José Guillermo: 249 RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Margarita: 104 RODRÍGUEZ MORALES, Carlos: 6, 17, 249, 252, 340 RODRÍGUEZ, Antonia: 107 RODRÍGUEZ, Juan: 190 RODRÍGUEZ, Manuel [capitán]: 234, 239, 260

RODRÍGUEZ, Salvador: 190 RODRÍGUEZ, Víctor: 115 ROISSAC, barón de: 280 ROSS, Sr.: 61 ROSSINI, Gioacchino: 37 ROUX BROTHERS [Comp. comercio en Marsella]: 92 RUIZ DE PADRÓN, Antonio José: 329, 330, 331, 332, 333 RUMEU DE ARMAS, Antonio: 101, 166, 340 RUSELL [cadete]: 104 RUSELL [hermanos]: 188, 189, 224, 225, 226, 231, 285, 286, 287, 290, 291, 338 RUSELL, Andrés: 182, 183, 187, 189, 191, 285, 286, 290, 291, 345 RUSELL, Bernardo: 182, 183, 187 RUSELL, Pedro: 151, 182, 187, 191, 285, 286, 290, 291, 345 RUSELL, J.: 344 RUTLEDGE, Edward: 36 SACRAMENTO VINATEA, Sor Francisca Josefa del: 247, 249, 252, 253, 346 SAINSON Y GUÉRAD: 345 SAINT MAXENT, Felicitas de [condesa de Gálvez]: 304 SAINT VINCENT, Bory de: 11, 13, 138, 341 SALAZAR, Sebastián de: 224 SALL, [familia]: 125 SAMPER, José Antonio: 120 SAMUEL MASSEY [Comp. comercio en Filadelfia]: 58 SÁNCHEZ DE MUNIAIN, Fermín: 113, 177, 265 SÁNCHEZ DONCEL, Gregorio: 100, 340 SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Julio: 333 SANDWICH, conde de: 178 SANSON D´ABEVILLE, Nicolás: 341 SANSON D´ABEVILLE, Nicolás.: 341 SANSON Y DÍAZ-MACHADO, Josefa: 181 SANTOS DOMÍNGUEZ, Pedro de los: 225 SARTINE, Antoine de: 68, 234, 239 SCALLON, W. [tripulante de La Revenge]: 93 SCARLATTI, Doménico [músico]: 273, 340 SCHAEPER, Thomas J.: 70, 340 SCOTT, Winfield H. [cónsul]: 243 SCROOP [familia]: 141 SELMA, Fernando: 342 SHAKESPEARE, William: 178, 270 SHANAHAN, [familia]: 125 SHEAFE, James: 245 SHEE, [familia]: 125 SHERMAN, Robert: 36 SICADI, Louis Marie: 57, 342 SICULANNE [ver Sieulanne]:

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SIEULANNE, Graciano: 16, 169, 173, 175, 187, 188, 193, 194, 195, 196, 201, 202, 209, 345 SILVESTER, Grace: 151 SIMPSON TOMSON, Ann: 151 SINGLETON COPLEY, John: 342 SINGLETON, Philip, [tripulante de La Revenge]: 93 SMITH, Elias [capitán]: 46 SMITH, James: 79 SMITH, Josiah [tripulante de La Revenge]: 93 SOLANO Y BOTE, José [capitán general]: 41 SORIANO BENÍTEZ DE LUGO, Lourdes: 6 SORIANO BUGNION, Jorge: 6 SOUDIÈRE, Rémy de la: 6, 280 STANTON, Mattew [tripulante de La Revenge]: 93 STAUNTON, George: 11 STAYNER, Richard [capitán]: 164 STEWART, David: 58 STEWART, Walter: 58 STILES, George K. [cónsul]: 243 STRICKLAND [familia]: 141 STRICKLAND GIFFARD, Bárbara: 138 STRICKLAND, W.: 345 STURDY, [familia]: 125 SUÁREZ Y ESTÉVEZ, Tomás: 304 SUÁREZ, Francisco: 224 SWANSTON, Peter [cónsul]: 245 SZYK, Arthur: 345 TARDIEU, Alexandre: 341 TARDIEU, Ambroise: 341 TAVALOSOS, I marqués de: 10, 14, 16, 97, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 106, 107, 112, 115, 116, 121, 175, 176, 181, 184, 185, 186, 192, 193, 198, 200, 202, 208, 230, 340, 343, 345 TAYLOR, C. James: 91, 339 THAYER, John [tripulante de La Revenge]: 93 THOMAS LIVESEY & SONS [Fábrica textil en Inglaterra]: 151 THOMPSON, Charles: 211 THONHOFF, Robert H.: 51, 340 THYNNE, Thomas [Lord Weymouth]: 71, 74, 78, 80, 81, 260 TOBIN, Edmund: 286, 287 TOBIN, James: 286, 287 TOPHAM, John G. [cónsul]: 243 TORRES, Magdalena de [criada]: 140 TORRES, Ramón: 346 TORRIANI, Leonardo: 345 TOURNELLE, Pedro [cónsul francés en La Coruña]: 201 TOWSEY, Julian: 151 TRINGHAM G.: 345

358 • CARLOS CÓLOGAN SORIANO

TRUMBULL, John: 342 TRUXUN, Thomas [capitán]: 147, 358 TUFFIN, Armand [marqués de la Rouerie y coronel]: 325 TÚPAC AMARU: 84 ULLOA Y DE LA TORRE-GIRALT, Antonio de: 162, 164, 344 ULRIK WERTMÜLLER, Adolf: 346 VALDÉS, Manuel: 121 VALLEJO, Francisco Antonio: 346 VALOIS [familia]: 14, 125, 193, 344 VALOIS BETANCOURT, Bernardo: 136, 187, 273 VALOIS BETANCOURT, Nicolás: 136 VALOIS CAREW, Bernardo: 112, 126, 129, 138 VALOIS FITZGERALD, Bernardo Jorge: 136 VALOIS FITZGERALD, Francisca Xaviera: 126, 136 VALOIS FITZGERALD, Gregorio: 136 VALOIS FITZGERALD, Juan: 136 VALOIS FITZGERALD, Juana: 129, 137, 138, 300 VALOIS FITZGERALD, Margarita: 125, 129, 137, 263 VALOIS FITZGERALD, María: 126, 136, 259 VALOIS FITZGERALD, Nicolás Bernardo: 136, 187 VAN STEINFORT [cónsul holandés en Tenerife]: 198 VANDER AA, Pierre: 344 VANVITELLI, Francisco [arquitecto]: 121 VARCÁRCEL, Francisco [coronel]: 176 VASSY, conde Alexandre de: 277 VAUDREUIL, conde de: 275, 276, 278, 279, 280 VÁZQUEZ, Bartolomé: 342 VEGA Y MCSWING, Fernando de la [marqués de CasaCagigal]: 141 VERA, Miguel de: 126 VERDUGO, Manuel [obispo]: 141 VERMOND, Abbé de [abate de] : 278 VERNEUILL, Enrique Leopoldo de: 21, 26, 339, 341 VERNON, Edward [Sir]: 100 VIERA Y CLAVIJO, Joseph de: 101, 102, 165, 178, 181, 249, 340 VIERA, Francisca [criada]: 140 VILLALBA Y DEL ALCÁZAR, Joaquina: 137 VILLALPANDO ABARCA DE BOLEA, Ambrosio de Funes [conde de Ricla]: 101, 102 VILLAR GARCÍA, María Begoña: 127 VILLETA, Teresa de: 263 VIÑA Y DOLORES CORBELLA, Ana: 252 VIZCAÍNO DE QUESADA, Antonio: 185 VOIGT, Joachim Gaspar [Comp. comercio en Hamburgo]: 145, 230, 232 VOLTAIRE, François Marie Arouet: 50, 198, 280 VON BUCH, Leopoldo: 11, 12, 341


WADDING [familia]: 125 WALSH CAREW, Bernardo [ver Valois Carew, Bernardo]: WALSH, [ver familia VALOIS]: WASHINGTON MCELROY, George: 245 WASHINGTON, George: 24, 27, 28, 29, 36, 41, 283, 284, 289, 304, 325, 327, 330, 341, 342, 346 WEBB, Joseph: 37, 38 WEBB, Mehitable: 38 WEIR, Thomas A. [cónsul]: 243 WEST, Mary: 58 WESTCOTT, Charles D. [cónsul]: 243 WHARTON AND HUMPHREYS [comerciantes]: 57 WHARTON, Clifton R. [cónsul]: 243 WHIPPLE, Sr.: 311 WHITE, [familia]: 125, 165 WHITNEY KITCHEN, William [cónsul]: 243

WICKES, Lambert [capitán]: 45, 46, 79, 321 WILDEN NEESER, Robert: 8, 17, 57, 340 WILLIAMS, Greg H.: 244, 340 WILLIAMSON, Mr.: 319 WILLING & MORRIS [Comp. comercio en Filadelfia]: 58, 281 WILLING, Thomas [Comerciante en Filadelfia]: 58 WIT, Frederick de: 346 WOOD, Gordon S.: 41, 339 WRIGHT, Rebeca: 151 XIMENEZ SANDOVAL, Crispin: 100, 340 YANES, Manuel [cónsul]: 243 ZABALA MENÉNDEZ, Margarita: 99, 340 ZAMACOIS, Niceto de: 299, 340 ZÁRATE Y CÓLOGAN, Melchor de: 6 ZAYAS, Ana de: 111

UN CORSARIO AL SERVICIO DE BENJAMIN FRANKLIN… • 359


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