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LA RECONSTRUCCIÓN TIENE CARA DE MUJER

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LA RECONSTRUCCIÓN TIENE CARA DE MUJER

La Lcda. Maretzie Diáz junto al Hon. William Rodríguez, secretario de Vivienda.

Por Nory W. Rivera

CIENTOS DE MUJERES EN TODO PUERTO RICO ESTÁN DETRÁS DE LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ISLA Y AUNQUE EL PAPEL DE TODAS ES RELEVANTE, UNA DE ELLAS TIENE SOBRE SUS HOMBROS LA RESPONSABILIDAD DE ADMINISTRAR $20,000 MILLONES Y LO HACE CON MUCHA PASIÓN Y ORGULLO: LA LICENCIADA MARETZIE DÍAZ SÁNCHEZ, SUBSECRETARIA DE RECUPERACIÓN DE DESASTRES BAJO EL PROGRAMA CDBG-DR Y CDBG- MIT.

Cuando hace años comenzó a laborar como asesora para la Administración de Vivienda Pública, la licenciada Díaz nunca imaginó que sobre ella recaería la responsabilidad de administrar la asignación de dinero más grande que se ha concedido a un estado o territorio de los Estados Unidos para una recuperación.

“Es una asignación histórica no solo para Puerto Rico sino a nivel de toda la nación americana, porque es la más cuantiosa que se ha otorgado para atender un desastre”, indicó la subsecretaria.

Sin saberlo, la licenciada Díaz llevaba años preparándose para asumir esa responsabilidad. Comenzó a trabajar con el tema de la vivienda como asesora de la Administración de Vivienda Pública cuando el actual secretario del Departamento de la Vivienda, William Rodríguez, se desempeñaba como subadministrador. Tras el paso del huracán María y la asignación de fondos para la recuperación de la Isla, el entonces secretario de la Vivienda, Fernando Gil, le hizo el acercamiento para que se convirtiera en Directora de Recuperación de Desastres.

“Tenía la responsabilidad de supervisar las divisiones de Monitoría, Auditoría, Legal y Adquisiciones. No éramos más de 20 empleados para correr lo que es esta asignación histórica. Tampoco existía la estructura que tenemos ahora, porque no había políticas ni procedimientos establecidos”, recuerda la licenciada Díaz.

Hoy el equipo del Programa CDBG-DR y CDBG-MIT está compuesto por aproximadamente 270 personas y Díaz asegura que ese número seguirá aumentando para atender las necesidades de ambos programas.

“PARTE DE MI RESPONSABILIDAD HA SIDO EDUCAR EL EQUIPO Y QUE HAYA ESE CRECIMIENTO INTELECTUAL /PROFESIONAL DE CONOCER CÓMO SE MANEJAN FONDOS DE RECUPERACIÓN, QUE ES UNA SEMILLA QUE VAMOS A PODER COSECHAR PARA TODA LA VIDA”.

Para la licenciada Díaz, asumir esta responsabilidad “es un gran honor. No solo liderar lo que es la reconstrucción de Puerto Rico sino también es un orgullo inmenso asistir a mis compañeros de trabajo en lo que es implantar un conocimiento nunca antes visto en Puerto Rico. Parte de mi responsabilidad ha sido educar el equipo y que haya ese crecimiento intelectual de conocer cómo se manejan fondos de recuperación, que es una semilla que vamos a poder cosechar para toda la vida. Eso también es histórico porque estamos implantando lo que es un conocimiento a futuro ante eventos o posibles desastres; vamos a tener las herramientas para poder manejar fondos de esta índole”, dijo la licenciada Díaz.

Añade que “es de gran satisfacción ofrecer esa capacitación. Es un orgullo para mi decir que fui parte esencial de lo que será el Puerto Rico del futuro. Tengo un hijo de 16 años y llevo todo este tiempo hablándole (de la recuperación) y le dejo saber mi colaboración, mi aportación a distintas obras de infraestructura que van a significar el futuro de Puerto Rico. Un Puerto Rico resiliente e innovador. Teníamos una infraestructura frágil y vamos a poder hacer un cambio significativo”, dijo con evidente orgullo.

PROGRAMA R3 PROGRAMA DE VOUCHERS

Hay varios programas trascendentales y uno de ellos es el Programa de Reparación Reconstrucción, y Reubicación, conocido como R3. Este programa, aunque cerró la etapa de solicitudes, se encuentra activo procesando miles de casos alrededor de la Isla. Se espera que una de las iniciativas que bajo este programa tendrá más impacto en la comunidad, es la que otorga vales “vouchers” para adquirir una vivienda unifamiliar digna, segura y resiliente. Esta tiene el potencial de beneficiar a familias o ciudadanos cuyas viviendas se afectaron tras el paso del huracán Irma o María.

El programa se activa cuando la vivienda ha sufrido daños a tal grado que no es una opción volver a invertir en ella, o se encuentra en zona de peligro. “Se hace un análisis costo razonable para tomar la decisión. Incluso, las personas a quienes decidimos que se le puede reconstruir su propiedad, pero no quieren permanecer en ella, tienen la alternativa de optar por un voucher para reubicarse”, explicó la licenciada Díaz. Esta es una reubicación voluntaria.

La familia o a la persona elegible puede adquirir una propiedad en cualquier municipio. Las cantidades de los vouchers varían según la composición familiar y van desde $160,000 hasta $200,000. Si el costo de la vivienda es mayor que el valor del voucher, la persona puede aportar esa diferencia, si tiene los medios para ello. No obstante, el valor del voucher estará basado en el precio de tasación de la propiedad que interese adquirir.

Se estima que, a lo largo de la duración del programa, se beneficiarían hasta 3,000 familias que recibirán vouchers. Al momento, se han otorgado 1,163 vouchers, de los cuales ya se han realizado 43 cierres.

Para cualificar se lleva a cabo un proceso de elegibilidad y se evalúan el costo y los daños que sufrió esa propiedad. También se considera el costo de reconstrucción o si la propiedad está en una zona inundable o en riesgo de deslizamiento de terreno.

“Lo que estamos buscando es que las personas se puedan mudar a una vivienda unifamiliar, resiliente y segura. Una vez selecciona la propiedad, se hace una inspección de esa vivienda para asegurarnos que la persona entra a una casa segura, y que la propiedad cumpla con estándares generales de vivienda”, añade la licenciada Díaz. El nuevo propietario, por su parte, debe cumplir con unas cláusulas restrictivas, entre ellas figura que no puede vender ni arrendar la vivienda por un periodo de 5 años.

Una vez se realiza la transacción, la vivienda afectada pasa a manos del Departamento de la Vivienda, agencia que determinará qué hacer con esta, como, por ejemplo, demoler y desarrollar en ese predio de terreno una actividad comunitaria siempre que las condiciones del terreno lo permitan.

TITULARIDAD

Una de las situaciones con las que se han enfrentado las personas cuyas viviendas se afectaron tras el paso del huracán María es la falta de titularidad. Para atender esta situación, el Departamento de la Vivienda ha desarrollado el Programa de Autorización de Títulos que se dedica a formalizar los títulos de propiedad.

Se estima que con las tres fases del Programa R3, en general, se estarán impactando entre 10,000 a 12,000 personas en la Isla.

Foto suministrada

“Sabemos que es un problema de muchos años y es un objetivo que tenemos dentro del programa. No tan solo atendemos la situación de los participantes de CDBG-DR bajo R3, sino le ofrecemos el servicio a cualquier persona que quiera resolver su situación. No obstante, no estamos paralizando los procesos de reubicación porque las personas no tengan el título formal. Se hace una evaluación para determinar que la persona tiene un interés propietario pero que no lo tiene legalizado”, señala Díaz.

“Cuando hacemos la evaluación con la debida documentación, podemos validar que la persona puede demostrar que tiene un interés propietario, trabajamos paralelamente el proceso de autorización de título y procedemos a reubicarlo porque reconocemos que estos procesos pueden tardar mucho tiempo y nuestro interés es darles a las personas un hogar resiliente y no paralizar la ayuda por mecanismos legales que nosotros no podemos controlar.

En cuanto al programa R3 en general, se estima que con las tres fases se estarán impactando entre 10,000 a 12,000 personas en la Isla.

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