Trabajo sobre Comunidades de Aprendizaje.

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TRABAJO sobre COMUNIDADES DE APRENDIZAJE

Carlos Díez Castrodeza I.E.S. IBAIZABAL B.H.I

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INTRODUCCIÓN

Después del cursillo de Garatu, me propuse el siguiente objetivo: difundir en el I.E.S. IBAIZABAL estrategias como el aprendizaje dialógico y cooperativo, las interacciones en el aula, y la participación de familiares y otros agentes de la comunidad, esto es, las nuevas estrategias metodológicas de las “Comunidades de aprendizaje” para la igualdad y la normalización educativa que favorecen el desarrollo de las capacidades, el éxito escolar y la mejora de la convivencia. Para no crearme expectativas inalcanzables, antes de ponerme en marcha, hice una lista de las dificultades que podría encontrarme: no tengo destino definitivo, he ido sólo yo del centro, es final de curso, y el Instituto está metido en otro proyecto (“elkarbizitza eta bitartekaritza”, para la resolución de conflictos, con formación a cargo de “Gernika gogoratuz”), en el que el profesorado –sin participación de familiares ni alumnado– realizó la fase del sueño, el análisis de las fortalezas y debilidades del Instituto para conseguir alcanzar dicho sueño, y la selección de prioridades. Teniendo en cuenta las limitaciones u obstáculos mencionados, me planteé una serie de tareas para alcanzar el objetivos propuesto, algunas para realizarlas en este final de curso y otras para el próximo. Para empezar decidí hacer una labor de divulgación de las teorías que sustentan las “Comunidades de aprendizaje” y de los resultados de las experiencias de otros centros, intentando con esto la adhesión de voluntades para trabajar en equipo. Las fechas no han sido muy propicias para esta labor de proselitismo (con distribución de documentos y de copias del CD, mención de páginas web, etc.,). Aún así, se ha conseguido la implicación de algunas personas y con su ayuda se han llevado algunos proyectos a la práctica (como grupos interactivos y tertulias literarias), consiguiendo con los ejemplos crear curiosidad y motivar con los resultados. A continuación detallo una de las experiencias realizadas y una valoración personal.

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TERTULIAS LITERARIAS Uno de los objetivos prioritarios en educación es desarrollar el gusto y las ganas de leer, que los alumnos disfruten leyendo, que lean por placer, que incorporen la lectura en sus vidas. Cuando preguntamos en clase de lengua a quién gusta leer, se levantan muy pocas manos. Y si alguna vez les gustó es posible que haya dejado de gustarles por nuestra culpa: es difícil aficionar a leer enseñando gramática y con comentarios de textos clásicos de la historia de la literatura (demasiado lejanos para ellos). Nos encontramos por tanto con una tarea añadida: habrá que convencerles de que les gusta lo que ya han decidido que no les gusta hacer. Pero... ¿cómo animarles a que lean? Como bien dedujo Daniel Pennac, obligar a leer es un error; por obligación no funciona. El amor a la lectura, como todos los demás amores y aficiones, no se puede imponer. El verbo leer, como el verbo amar, no soporta el imperativo. Y mucho menos con adolescentes de secundaria. Es casi imposible obligar a leer y hacer amar la imposición. Además, está comprobado que obligando a leer ciertos libros no se han conseguido lectores, sino gente que ha leído esos libros concretos y que, en el peor de los casos, han aborrecido el acto de leer por imponérselo. Y no sólo queremos que lean un número determinado de libros, sino que nazca en ellos el deseo de leer. Pero... ¿se puede fomentar un deseo? ¿se puede inducir a querer hacer algo que además requiere tiempo, cierto esfuerzo y concentración y cuyos “beneficios” no son inmediatos? La publicidad nos contestaría que sí, e incluso nos ayudaría mostrándonos cómo persuadir, cómo despertar las ganas de leer. Nos aconsejaría que en nuestras “acciones-anuncio” cumpliéramos una serie de requisitos: que las hagamos con pasión y entusiasmo contagioso que al “comprar” y “consumir” el “producto”, los “alumnos-consumidores” se vean recompensados con la satisfacción de ver cumplidas algunas aspiraciones y necesidades humanas, como disfrutar, sentir que progresan, sentirse queridos, valorados y aceptados en su grupo... que tratemos de eliminar los prejuicios y recelos que tiene el “consumidor-alumno” respecto del producto, cambiando su opinión acerca del mismo (cambiar el sistema de creencias acerca de una actitud, puede animar a realizarla o, al menos, a no mostrarse reacio a probarla).

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que facilitemos el proceso de aprendizaje, haciendo que el alumno progrese, que no se estanque, que no tenga sensación ni experiencias de fracaso. Como menciona J.A.- Marina, El atractivo de una tarea es el resultado de dividir el placer que produce por el esfuerzo necesario para conseguirlo”, y “leer no será un plan muy atractivo si la satisfacción conseguida es pequeña o el esfuerzo exigido es grande” Y no hay que olvidar mencionar las utilidades de la lectura. Aunque sepamos que el alumno las conoce y aunque sepamos que ese conocimiento no le ha impulsado a adquirir el “producto”, no está de más recordárselas haciendo especial hincapié en aquellas que atañen al tipo de consumidor al que van dirigidos los anuncios (en este caso, adolescente, alumno de Secundaria). Hay que “venderle” que la lectura le ayudará a comprenderse y a tomar decisiones importantes, a madurar emocional e intelectualmente, a desarrollar su espíritu crítico, etc. Basándose en estos requisitos, existen variedad de estrategias y acciones para fomentar la lectura: creación de bibliotecas de aula con la participación y gestión del alumnado, para leer, por ejemplo, cuando acaben las tareas; hora de lectura semanal (en silencio) con presentación de libros seleccionados con la colaboración del alumnado y comentarios abiertos de lo leído; potenciar la biblioteca del instituto; visita de escritores, después de leer su libro y haber charlado sobre él; lectura en clase en voz alta a los alumnos, como propone Daniel Pennac, compartiendo con ellos nuestra dicha de leer, haciendo que la lectura sea participativa. Con estas actividades se han obtenido algunos logros; el mayor ha sido constatar que es difícil conseguir una afición y hábito sólido, estable y duradero, cuando en casa los familiares no leen, no tienen el hábito lector. Cuando el alumno puede contar lo leído, hablar sobre ello, no sólo en el aula, sino también en casa con su familia, los efectos motivadores se multiplican. Parafraseando el proverbio africano “para educar a un niño hace falta la tribu entera”, diremos que el fomento de la lectura es tarea de todos, no sólo del profesor de lengua o de todo el profesorado. Es condición indispensable que los mayores lean; hay una comunicación misteriosa entre los lectores, que acaba atrayendo a los escépticos, según J.A. Marina. Por eso es importante implicar a las familias en esta aventura. Hay que contagiar a las familias nuestro amor por los libros, para que ellas a su vez contagien ese saludable virus a sus hijos. Es difícil convencer a alguien de la dicha que proporciona leer si nunca ha visto disfrutar haciéndolo a la gente que le rodea. Por eso las TERTULIAS se muestran a priori como un instrumento útil (“efectivo y afectivo”, como dice J.A. Marina), ya que se pueden hacer con alumnos, con familiares, y mixtas (entre alumnos, familiares y personal del instituto y/o comunidad); no exigen conocimientos previos en los participantes; y al realizarse en grupos interactivos resulta una actividad atractiva. Es un modo de leer en el que, partiendo de un libro, se habla no sólo de argumentos, sino también de experiencias, vivencias, sueños, deseos... A continuación voy a exponer algunas experiencias y proyectos de tertulias en el I.E.S. IBAIZABAL.

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Se presenta la nueva actividad en un 3º de la E.S.O. de 12 alumnos, poco motivados en su mayoría, algunos con un desinterés total por la asignatura y la lectura, y un clima de trabajo de nula participación en el aula. Se pide la colaboración y participación de todos, se acuerda el número de páginas que leerán de un relato y se fija el día de la tertulia. Se entrega una hoja (que adjunto al final) para presentar la actividad, se lee y comenta. El resultado de la primera sesión no es muy alentador: de los doce, faltan dos, otros dos no lo han leído, y otros dos sólo han leído la mitad de lo que se comprometieron a leer. Por consiguiente, sólo puede participar de manera activa en la tertulia el 50 %, un porcentaje demasiado bajo para que motive al resto. Para la próxima vez he decidido hacer un seguimiento más directo del proceso, preguntando e interesándome por lo que han leído y alentando a los alumnos. Y aquel que no quiera participar (Daniel Pennac: el derecho a no leer) estará en clase en silencio realizando actividades de refuerzo de la asignatura (no como un castigo, sino como otra opción igual de respetable). Y si lo desea, se podrá sumar a la tertulia en cualquier momento. Y la esperanza es que no tarde en hacerlo motu proprio. Por otra parte, con la profesora de lengua del Primer Ciclo, Arantza Garay, y con la colaboración también de José Luis, el responsable de la biblioteca del Instituto, se elabora y se presenta en claustro y luego en el consejo escolar del día lunes 5 de Junio el proyecto de tertulias literarias con familiares. La idea fue muy bien recibida, en especial, por los familiares, que se manifestaron entusiasmados con ella. El primer libro lo elegimos los profesores (“Hija de la luna” de Toti Martínez de Lezea). El mismo que para los alumnos de 3º y 4º, con la posibilidad de mezclar en el futuro las tertulias de los familiares y las del alumnado. Otra iniciativa que estoy considerando es la de preparar unas tertulias basadas en el periódico en 4º de la ESO, aprovechando que los textos periodísticos es uno de los contenidos de la programación.

Terminaré con unas palabras de J.A.Marina, quien nos recuerda que “por mucho que hagamos, es posible que nuestros alumnos sigan sin leer. No importa, tenemos que intentarlo... Se trata, sí, de un acto de amor”. Y de fe, añado yo.

BIBLIOGRAFÍA de este apartado: FUENTENEBRO, Yolanda. Asesora de Infantil y Primaria del Berritzegune de Txurdinaga. Artículo “Disfrutar leyendo” en “Mara Mara”, Revista municipal de drogodependencias MARINA, José Antonio y DE LA VÁLGOMA, María. La magia de leer. ed. PlazaJanés. 2005 PENNAC, Daniel. Como una novela. Círculo de lectores. 1993. RICO, Lolo. Si tu hijo te pide un libro... Ed. Espasa. 1999. www.neskes.net/confapea/tertulias/home.htm

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INSTRUCCIONES: Subraya el Mis opiniones se enriquecen con las tuyas. párrafo que más te llame la Tus opiniones se enriquecen con las mías. atención y, si Nuestras opiniones se enriquecen compartiéndolas. quieres, o crees que es necesario para recordarlo, escribe en un papel (como si fuera una chuleta) por qué lo has elegido, es decir, las razones que has tenido para marcarlo. En la Tertulia, tendrás oportunidad de leer en voz alta el párrafo. Antes de hacerlo indicarás en qué página está y dónde lo podemos localizar (arriba, en medio, abajo...). Después de leerlo nos Compartir una lectura y comentarás por qué lo has elegido, qué es lo opinar sobre ella es una que te sugirió o qué es lo que te llamó la atención (porque te gustó o porque no te gustó, experiencia maravillosa porque te recordó algo o a alguien, porque estás de Lee, acuerdo o en desacuerdo con lo que dice, porque es bonito...), lo que no vale decir es: porque sí o porque no; ya dialoga, que lo que ha de primar son los argumentos. Luego, si alguien quiere opinar sobre tu comentario o, simplemente, reflexiona. comentar el párrafo que has leído, es el momento adecuado.

COMPROMISOS:

Escuchar y ser escuchado

de leer lo acordado de traer el libro de seleccionar un párrafo de leerlo en la tertulia de oír a los demás con la atención y el respeto que deseamos para nosotros mismos

Vive la lectura. Compartiendo palabras

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