CAPÍTULO EXTRA 01
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INFORME DE ACTIVIDADES ~TEOPORON~
Durante toda nuestra vida no podíamos alejarnos de los horizontes infinitos que representan las llanuras. El verde fértil era prácticamente inexistente. Nuestra fuente de alimento se basaba en los grandes bisontes que merodeaban las tierras. Montábamos nuestros caballos y los perseguíamos hasta los acantilados para cazarlos. Todos los días rezábamos por paz a los antiguos espíritus. En nuestra aldea se vivía en tiendas hechas de madera y piel de bisonte. Teníamos un estilo de vida nómada, solo protegiendo a nuestras ovejas y moviéndonos una vez que la comida de ese lugar se agotara. Cuando nos encontrábamos con otras tribus mientras nos trasladábamos, a veces luchábamos con nuestros tesoros, las ovejas o los caballos, en juego. Una aldea poseía alrededor de veinte familias. Allí, el Cacique, un “Gran Rey” gobernaba el lugar. El “Gran Rey” tenía más de cien ovejas y cerca de veinte esposas. Por culpa de los invasores que cazaban nuestra fuente principal de alimento, los bisontes, éstos comenzaron a reducir sus números. Por eso, no había suficiente alimento y en ocasiones teníamos que matar a nuestros tesoros, las ovejas. Vivíamos en esa clase de medio ambiente. Durante la mayor parte del año un viento frío y fuerte barría las tierras, además la temporada de frío era breve. Algunos no podían sobrevivir el duro e stilo de vida nómada; sin embargo, incluso en esos momentos, como una familia, nos apoyábamos entre nosotros y subsistíamos. No heredé mucho de mis padres y llevé una vida modesta; pero, pasaba todos los días rodeado por mi amable esposa y mi linda hija. Así fue hasta que un incidente sucedió. El Cacique demandó que le entregara a mi esposa. Mi esposa me aconsejó que me rindiera; después de todo, las órdenes del Gran Rey eran absolutas. Incluso me propuso darme docenas de ovejas a cambio.
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