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Interludio: ¡Halloween de las Tierras Remotas!...........................................................Pp

INTERLUDIO %

¡HALLOWEEN DE LAS TIERRAS REMOTAS!

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Me sorprendí al ver la apariencia de mamá y Sieg cuando llegaron a casa luego de salir de compras. Tenían una gran cantidad de calabazas en sus manos.

—¿Para qué son esas?

—Estoy pensando en hacer una fiesta de Halloween~.

—¿Halloween?

Cuando le pregunté a mamá en qué consistía, comenzó a explicar con mucha energía que se trataba de una festividad extranjera que experimentó durante su viaje. A pesar de eso, mamá no parecía estar familiarizada con el festival llamado Halloween. Para resumir la historia:

+Se dibujaban caras demoníacas sobre las calabazas.

+Los niños se disfrazaban y amenazaban con hacer travesuras a menos que les dieran dulces.

+Por la noche se tenía una fiesta con platillos de calabaza.

Me dio la impresión que su recuerdo era poco preciso y vago. Puede que el festival en sí tuviera alguna connotación sagrada.

A pesar de eso, pensé que era divertido. Se me ocurrió que sería una buena idea hacer que toda la aldea participara en este festival. Después de todo, un festival que involucre dulces es atractivo para los niños. Los aldeanos también estarían felices si los niños los visitan.

Faltaba solo una semana, pero rápidamente hice planes y fui alrededor de la aldea pidiendo favores.

❄❄❄ Por ahora la nombré: «Halloween de las Tierras Remotas».

Les pedí a las casas que cooperarían que colocaran calabazas afuera de sus puertas. Los niños se disfrazarán y visitarán las casas que tengan calabazas para conseguir dulces. Luego de recibirlos, ayudarán en la casa y se irán. Fui alrededor de la aldea

preguntando si les gustaría participar. Ya que era un festival que involucraba a los niños, muchas casas aceptaron.

Incluso le pregunté al Capitán Artonen. El amable Capitán dijo que pondría una calabaza sobre la ventana y que esperaría a los niños. La dueña de la tienda estuvo muy feliz de poder celebrar otra vez Halloween, al punto de declarar que lo extrañaba. Luego, escuché la historia completa sobre Halloween de ella.

Halloween era un festival para celebrar la cosecha de otoño y, al mismo tiempo, alejar a los espíritus malignos. Dependiendo de la región, la historia e interpretación variaba enormemente. Por lo general, las personas lo veían como un festival divertido donde se podían disfrazar y conseguir dulces. Tenía un poco de carácter religioso, pero no muchos le daban importancia a eso. Eso fue lo que dijo la dueña de la tienda.

—Bueno, supongo que está bien si las personas se divierten.

—¡Desde luego!

Aunque comenzó gracias a la declaración vaga de mamá, seríamos capaces de disfrutar un Halloween único para esta aldea.

Compré muchos ingredientes para hornear dulces y regresé a casa.

Halloween sería el día de mañana. Estuvimos ocupados con varios preparativos, así que no había podido hacer bocadillos. Mamá y Sieg prepararían algunos, pero ya que se trataba de una oportunidad rara, decidí hacer unos yo también.

¡Desde luego prepararía bocadillos de calabaza! Opté por hornear panecillos sencillos.

Primeramente, corté las calabazas en trozos pequeños y las herví hasta que se hicieron blandas, luego las aplasté. Siendo sincero, si les quitaba la cáscara tendría mejor textura, pero la cáscara de calabaza tenía muchos nutrientes, así que las dejé así. Añadí leche tibia al puré de calabaza y amasé. En un recipiente puse: harina, polvo para hornear, azúcar, mantequilla que derretí a baño María y el puré de calabaza.

Una vez que se formó la masa, la amasé sobre un plato que tenía harina espolvoreada en la superficie. La aplané usando un rodillo de madera, doblando y rodándola varias veces. Acomodé la masa en pequeños moldes que tenían harina alrededor para obtener figuras redondas. Luego las coloqué sobre una charola de metal con aceite y esparcí semillas de calabaza fritas encima de cada panecillo. Terminaron de hornearse veinte minutos después y pude apreciar que la masa se había elevado apropiadamente.

Las dejé así por un tiempo para que el calor residual se fuera, luego las probé. El panecillo crujiente y esponjoso poseía el sabor dulce original de la calabaza. Las semillas fritas también estaban deliciosas. Le pedí a Sieg y mamá que probaran algunas y también le dieron el visto bueno. Ellas hornearon galletas con chocolate y nueces. Solo comí una, pero estaban muy sabrosas.

Después que los tres termináramos de envolver los bocadillos, comenzamos a prepararnos para mañana.

—¡Cierto! ¡Ritz-chan, hice disfraces de Halloween para ustedes también!

—¿Eh?

¿No se disfrazaban solo los niños? Estaba a punto de decirlo, pero mamá salió corriendo alegremente de la habitación. Eso solo provocó que sintiera un mal presentimiento.

Cuando regresó, nos mostró los disfraces con júbilo.

—¡Este es para Linde-chan!

Mamá preparó una capa negra de bruja con capucha para Sieg. Era inesperadamente simple, así que Sieg parecía aliviada cuando lo recibió.

—¡Este es para Ritz-chan!

— …

La mía no era un disfraz, sino una banda para el cabello con trozos triangulares que daban la impresión de ser orejas de gatos.

—Ma-mamá, ¿estas son?

—Orejas de gato… Perdón, no tuve tiempo de hacer un disfraz para Ritz-chan… —No… está bien, ¿pero no podría salir sin disfraz? —Pero pensé en el tema de ser una pareja de gatos negros.

—¿Pareja de gatos negros?

Sieg y yo nos sorprendimos. Había orejas de gato en la capucha de la capa.

—¡¡S-Sieg con orejas de gato!!

—Creo que son lindas~.

—¡¡Pienso que, s-son muy lindas!!

¡¡Esa es mamá!! Solo a un genio se le ocurriría ponerle orejas de gato. Amo Halloween. ¡¡Hurra!!

—Si hubiera tenido más tiempo, habría hecho una cola también.

—¡¡Oh,una cola!!

—Para Ritz-chan.

—No, yo estoy bien sin una cola… Le pedí a mamá que tuviera una buena noche de sueño.

Mientras Arno dormía en su cuna, yo miraba su rostro. Cuando crezca, me gustaría ponerle muchos disfraces diferentes de monstruos.

El día de Halloween.

De inmediato eché un vistazo a Sieg disfrazada como gata hechicera. Estaba sentada frente al tocador con la capa puesta, pero no la capucha. Así que me escabullí por detrás de ella y se la puse.

—¡Oh, es una bella gatita!

— …

Me fulminó con la mirada a través del espejo. Pero se veía bien en ella, ¿entonces cuál era el problema?

—¿Qué hay de tus orejas de gato, Ritz?

—Eh, ¿está mal si no las tengo puestas?

—Sería mejor que las usaras.

A quién le gustaría ver a un hombre adulto con orejasde gato…

Aun así, me sentiría mal si solo ella se tuviera que disfrazar, por eso yo también me puse las orejas.

—¡Ahora que lo pienso, había una frase especial para Halloween, ¿recuerdas cuál era?!

—¿Dulce o travesura?

¡¡Hurra, hurra!! ¡¡Quería que Sieg la dijera, así que estoy feliz de poder escucharla de su boca!!

—Oye, Sieg, ¿podrías repetirla?

—Dulce o travesura… —Ya veo~. Eso será un problema, no tengo ningún dulce~.

Abrí los brazos de par en par para que Sieg hiciera travesuras sobre mí. Aunque ella lucía exasperada.

—Es la primera vez que veo a una persona aceptando travesuras de esa forma…

—¿En serio?

De ser posible, algo que no sea un golpe, le pedí.

Con una expresión que parecía decir que no lo podía evitar, Sieg se acercó. Luego puso sus brazos alrededor de mis hombros y me besó en la mejilla.

¡¡Larga vida a las travesuras!!

❄❄❄

Muchos monstruos adorables visitaron nuestra casa. Nos amenazaron para que les diéramos dulces, pero una vez que los tenían en sus manos, se volvían amables y ayudaban.

Nos apoyaron a guardar champiñones secos, hacer trabajo de jardinería, jugar con los perros; tuvieron varias actividades.

Dejé que Sieg y mamá se encargaran de repartir los dulces, mientras yo salía a la aldea para supervisar la festividad.

Sorprendentemente hubo varias casas que participaron. El Capitán Artonen en la fortaleza también dijo que fue una experiencia sanadora porque muchos niños lo visitaron.

Por último, fui a la casa de Teoporon, él también había puesto una calabaza frente a su casa. Le expliqué qué era Halloween solo con gestos, pero estoy feliz que lo entendiera apropiadamente.

Cuando toqué a su puerta, Teoporon me recibió con una canasta de dulces en su mano.

—Ah, Teoporon, lo siento, no soy un niño.

A pesar de eso, Teoporon me miró en silencio. ¿Me dará dulces si digo la frase?

—¿D-dulce o travesura~?

Teoporon mostró una sonrisa nihilista y me entregó un dulce de la canasta.

—G-gracias~…

Después de eso, ayudé levantando los restos de madera que yacían sobre el suelo de cuando Miruporon cortó leña.

Los niños en la plaza dijeron que fue divertido ir a la casa de Teoporon. Me pregunto qué habrán hecho, no quisieron contarme porque era un secreto.

Días después, mientras regresaba a casa luego de hacer las compras, escuché risas alegres de unos niños. Cuando eché un vistazo, vi a Teoporon lanzando un niño al aire.

Los niños que lo rodeaban insistían alegremente que ellos eran los siguientes. El misterio de Halloween de Teoporon fue resuelto.

Fue un evento repentino, pero recibí comentarios positivos de los aldeanos. Pensé que sería agradable repetirlo el próximo año.

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