9 minute read

Capítulo 17: La recolección de hongos de Luca y los esposos amorosos ~Luca Salonen Eskola~ ........................................................................................................................................Pp

CAPÍTULO 17 %

LA RECOLECCIÓN DE HONGOS DE LUCA Y LOS ESPOSOS AMOROSOS ~LUCA SALONEN ESKOLA~

Advertisement

Por la mañana, mi madre me ordenó que saliera a recoger algunos hongos. ¿Por qué yo? Fue lo que pensé, pero al parecer la esposa de mi hermano mayorestaba esperando un bebé. Ya que las mujeres embarazadas no deberían ir al bosque, ese trabajo cayó sobre mí. Supongo que las labores que mi cuñada había estado haciendo, ahora serán mi responsabilidad. Lo más probable es que mañana salga a recolectar bayas. Bueno, se trata de un acontecimiento alegre, así que no tengo problemas.

Me dirigí a la salida de la aldea con una gran canasta donde llevaba las sobras del desayuno. En la ventanilla de recepción de la fortaleza, me encontré por casualidad con un rostro familiar. Esa persona tenía la sonrisa más amistosa del mundo mientras me saludaba.

—¡Ah, es Luca!

Se trataba del Lord. Detrás de él había otro hombre. Era el esposo de Aina, como era un extranjero no recordabamuy bien su nombre; pero las mujeres de la aldea estaban emocionadas diciendo que era lindo. Creí que pensaban eso porque era apuesto; sin embargo, su forma de hablar era lo que lo volvía lindo o algo así. Aunque no logro comprender por qué tener una mala habilidad con el idioma sería lindo.

—¿También vas al bosque, Luca?

—Sí, ¿por qué?

—En ese caso, vayamos juntos.

—¿Por qué?

—¿Mientras más mejor?

¿Qué le sucede a este Lord? ¿Qué comió para volverse así de simple e inocente?

Mostró una sonrisa refrescante que contradecía a sus treinta años. Después, antes de que me diera cuenta, me estaba jalando de la mano.

—¡Uwa, detente!

—Está bien, está bien.

¡Qué está bien! ¡No te entiendo! ¡Mejor dicho, el Lord es muy fuerte!

Salí de la fortaleza siendo arrastrado.

❄❄❄

El bosque a mediados del verano se encontraba frondoso y de un hermoso verde, la abundante naturaleza resplandecía.

—Ah, es verdad, usa esto, Luca.

El Lord de súbito se giró hacia mí y me entregó una botella llena con alguna especie de líquido. Cuando le pregunté de qué se trataba, me dijo que era repelente de insectos.

—¿Existe algo como eso?

—Aparentemente. Lo aprendí de papá.

Cuando abrí la tapa, un fuerte olor atacó mi nariz. Lo más probable es que se tratara de menta. Hay muchos insectos durante esta época, y cuando uno regresa del bosque, tiene varias picaduras de insectos que dan comezón.

—¿De verdad es efectivo?

—Sí, es bueno. ¿No es así, Emmerich?

Emmerich, o cómo sea que se llame la persona a la que se dirigió, asintió en silencio. Bueno, supongo que peor es nada. Pensé mientras lo probaba.

—Ten cuidado que no te caiga en los ojos, ya que puede lastimarlos.

—Está bien.

Comentó que era bueno aplicarlo en las zonas expuestas de la piel, así que me lo puse en el cuello y las manos. Cuando hizo contacto con mi piel la sentí muy fría. También tendré que soportar el fuerte olor. A pesar de eso, sería asombroso si realmente funciona.

—¿Ya la aplicaste? Entonces, sigamos.

Reanudamos nuestra excursión por hongos.

No tengo mucha confianza en recolectar hongos, además ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hice. Para empezar, no entiendo en qué tipode lugares crecen. Había oído que se dan en lugares húmedos, pero eso eraalgo difícil de encontrar. Sin mencionar que hay muchos tipos de hongos venenosos. Hay bastantes que se ven parecidos a los comestibles, así que erauna molestia tener que diferenciarlos.

Mientras caminaba, miraba alrededor buscando hongos; pero solo encontraba los coloridos hongos venenosos.

—¡Ah, allí!

El Lord señaló un sitio donde había hongos, el cual se encontraba debajo de un árbol caído. El árbol ya se había podrido y su interior era hueco, allí estaban creciendo los hongos.

—Hay bastantes. ¿Qué tal si nos los llevamos entre todos?

Tal parece que el Lord compartirá los hongos que encontró. Los tres nos agachamos y recogimos la masa de hongos.

—Los puedes encontrar en árboles caídos, troncos o debajo de las hojas caídas que no reciben la luz del sol. Aunque puede ser difícil de encontrar a simple vista donde crecen los hongos, es más fácil conociendo esto.

Emmerich estaba escribiendo algo sobre un trozo de papel mientras escuchaba al Lord hablar. Al parecer estaba anotando las características de los hongos. Cuando eché un vistazo, el dibujo que hizo fue muy bueno, así que me sorprendí.

Luego de eso, el Lord continúo por el bosque recolectando más hongos.

—A partir de aquí es un lugar secreto, Luca.

—¿?... ¿Por qué es secreto?

Aun cuando le pregunté eso, el Lord meramente siguió adentrándose en el bosque. Caminamos por el cauce de un río hasta llegar al lugar donde usualmente pesco.

—¿Qué tiene este lugar?

—Está un poco más adelante.

Emmerich tampoco parecía saber, pues tenía una expresión despistada… Aunque, bueno, él siempre lucía distraído.

Después de caminar un poco más, nos encontramos con una gran cantidad de hongos creciendo sobre una pendiente. Se trataba de un hongo negro conocido como “cuerno”. Creo que la llaman así porque parece una trompeta negra.

—¡Qué es esto!

—¿No es sorprendente~?

El final de la pendiente conducía a un río profundo. Sería un problema que alguien se resbalara por accidente.

—Es un poco peligroso, así que solo vengo de vez en cuando —Luego, el Lord le explicó sobre el hongo a Emmerich—. Este tipo de hongo sabe bien cuando los secas y los pones en las albóndigas. También son deliciosos si los fríes con mantequilla y los acompañas con carne.

Al escuchar eso, inconscientemente comencé a salivar. En efecto, la trompeta negra es deliciosa. Sin embargo, solo crecía en las partes más inhóspitas del bosque, o al menos eso dijeron mi madre y mi cuñada. Siempre me ordenaban recoger algunos cuandosalía a pescar, pero nunca las había descubierto hasta ahora.

—Pues bien, tomemos tantas como podamos antes de que sea la hora del almuerzo.

Dijo que estaba bien que tomáramos las que quisiéramos, así que comenzamos a recolectar las trompetas negras. Cuando llenamos las canastas hasta el tope con hongos, mi estómago comenzó a gruñir, por lo que el Lord sugirió que almorzáramos.

—¿Trajiste comida, Luca?

—Ah, sí.

El Lord muy bien preparado trajo una manta de su casa. La colocó sobre un prado soleado y los tres abrimos la comida que empacamos.

El Lord alardeó sobre la comida de su esposa. Cuando nos mostró el contenido, era evidente que ella no cocinaba tan bien. Siendo honesto, las sobras que yo tenía eran mejores. A pesar de eso, el Lord miraba su comida con mucha felicidad.

—Emmerich tu comida la preparó Aina, ¿verdad?

—Aina-chan, despertó temprano, y preparó, para mí.

Aunque era el usualmente reservado Emmerich, cuando se trataba de su esposa, hablaba bastante. Luego, comenzó a charlar sobre su esposa usando nuestro idioma, el cual era ajeno a él, con una pequeña, no, gran sonrisa…

Viendo a los dos hablar sobre la comida de sus esposas, por alguna razón me sentí algo decepcionado. Aunque no sabría explicar el motivo.

—Eh, ¿eso es carne de oso, Emmerich? ¿Dónde la conseguiste?

¡¿No me digas que cazó uno?!

Cuando observé al hombre que parecía cabeza hueca, éste negó con la cabeza.

—Aina-chan, recibió, oso.

—¿Acaso fue de Teoporon?

—Sí.

Por lo visto, la casa de Emmerich y la familia de raza marcial se encontraban en buenos términos. Ahora que lo pienso, creo que recientemente he visto a menudo a esa mujer con Aina, o como sea que se llame ella.

Las dos habían actuado por separado durante mucho tiempo, así que era una sorpresa que se volvieran amigas. Aunque, quizá tenga que ver que las personas solitarias se atraen entre ellas.

A medida que comíamos, intercambiamos parte de nuestros almuerzos y enseguida la hora del almuerzo llegó a su fin. Teníamos las canastas llenas, así que regresamos de inmediato a la aldea.

Antes de entrar a la fortaleza, el Lord me hizo una advertencia.

—Luca, el lugar donde crecen las trompetas negras es peligroso, así que lleva a una persona contigo cuando vayas. De ser posible que sea otro hombre.

—Está bien.

—Si me lo pides, puedo acompañarte. También puedes ir con Emmerich.

—Te avisaré si quisiera ir.

Cuando dije eso, el Lord sonrió y me dio palmaditas en el hombro.

¡Por qué eres tan fuerte!

—Ahora que lo pienso, ¿cómo te fue con el repelente?

—Ah, no creo que me haya picado ningún insecto.

—Ya veo, eso es bueno.

El Lord me explicó cómo hacer el repelente de una manera sencilla. Ya que solo tenía que dejar algunas plantas en alcohol por un tiempo, creo que podría preparar un poco yo mismo.

—No te olvides de revolverlo una vez al día. También déjalo almacenado en un lugar oscuro.

—Está bien.

Al parecer, el Lord y Emmerich charlarán un rato con los soldados en la fortaleza. Así que por el momento les agradecí por el viaje para recolectar hongos y me despedí.

Las mujeres de la aldea parecían ocupadas. Tenían que recolectar hongos y bayas para luego procesarlas, así que era el periodo más ajetreado del año para ellas.

Caminé por la aldea en medio de todo eso.

Ya que las trompetas negras eran deliciosas, pensé en llevar un poco a la casa de esa mujer. Como no quiero que se sienta en deuda, no se las daré personalmente. No debería haber problemas si se las dejó en su buzón. De esa forma, su padre solo pensará que algún vecino distante se los dio.

Coloqué algunas trompetas negras en una bolsita y la metí al buzón mientras comprobaba que no hubiera nadie alrededor.

Luego de que me alejara rápidamente de la casa, suspiré aliviado. Cuando levanté la vista, Miruporon había aparecido de súbito frente a mí. Me sorprendí tanto que casi salto.

Para suprimir mi agitado corazón, terminé diciendo cosas que no quería. Si bien ya era bastante sorprendente haberme topado con ella, quedé aún más perplejo porque Miruporon estaba vistiendo la ropa tradicional de esta aldea.

Eso era, pues, cómo debería decirlo, lindo.

Nuestros ojos se encontraron, trayéndome de regreso a la realidad. Miruporon también parecía distraída, así que la tomé suavemente de los hombros y le pregunté si me había escuchado a fin de ocultar mis verdaderos sentimientos.

En ese momento, Miruporon, quien usualmente no reaccionaba, hizo una expresión de sorpresa. Fue bastante atemorizante, así que terminé dando un paso atrás.

Miruporon me dijo que había crecido. Sabía que había superado su estatura hace un tiempo, pero desconocía que Miruporon había aprendido el idioma de este país. ¿Desde cuándo lo aprendió?

Mejor dicho, cuando me percaté de que quizá ella había comprendido todas esas cosas duras que había dicho, sentí como si un rayo me hubiera partido en dos. Exactamente qué le había dicho. Aunqueya era demasiado tarde para arrepentirme.

Decidí disculparme con ella luego de organizar mis pensamientos y sentimientospor ella.

A partir de ese día fui víctima de los contraataques de Miruporon. Tal parece que aprendió el idioma de su nueva amiga, Aina, quien era la esposa de Emmerich.

Ya que solo podía hablar un poco, ella me hacía muchas preguntas y charlaba conmigo. Había pensado en disculparme con ella, pero cuando estoy frente a Miruporon, no puedo ser honesto.

Al parecer se divertía hablando conmigo y usando palabras con las que no era muy familiar. Me sorprendí que fuera inesperadamente parlanchina.

Además, esa forma y tono de hablar torpe, también era, pues, lindo.

Poco después, me percaté de que pensaba igual que las mujeres de la aldea…

This article is from: