Las huellas de dios

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LAS HUELLAS DE DIOS ROSARIO MEDITADO



LAS HUELLAS DE DIOS ROSARIO MEDITADO

Carlos A. García Eberlé 2015


Las huellas de dios Autor: Carlos García Eberlé Diseño de tapa: José Pallares Diagramación: José Pallares Corrección: A cargo del autor Con las debidas licencias eclesiásticas 1ª Edición Lucrecia Editorial Lavalle 50 Santiago del Estero - Capital - 4200 editorial.lucrecia@gmail.com

ISBN 978-987-720-095-9 Garcia Eberlé, Carlos Alberto Las huellas de Dios : rosario meditado / Carlos Alberto Garcia Eberlé. - 1a ed . - Santiago del Estero : Lucrecia, 2015. 148 p. ; 14 x 11 cm. ISBN 978-987-720-095-9 1. Cristianismo. I. Título. CDD 230 Fecha de catalogación: 28/10/2015 © 2015, Carlos Alberto García Eberlé Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA Prohibida la reproducción total o parcial, el almacenamiento, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos sin el permiso previo y escrito del autor. Su infracción esta penada por las leyes 11.723 y 25.446


DEDICATORIA

A mi esposa Graciela, el ángel que Dios puso en mi vida para que no me perdiera. A mi hija María de los Ángeles por la compresión del mensaje en lo profundo de su corazón. A mi hija Ana Verónica por el apoyo y acompañamiento. A mis hijos Luciano y Santiago A mis nietos y hermanos. A mi hermana Nena que me inspiró el título de este librito: “Las Huellas de Dios”. A mis hermanos de la Fraternidad Laical Dominica. A todos los frailes de la O.P. de la Provincia Argentina de San Agustín. A mis hermanos de la Cofradía del Santo Rosario y el Apostolado de la Oración.

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AGRADECIMIENTOS

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Al Espíritu Santo, que me inspiró y guió en todo el contenido. A la Santísima Virgen María, que me sostuvo y me ayudó a concretar mi deseo. A mi esposa Graciela, por la ayuda espiritual, sugerencias y correcciones oportunas. A mi hija María de los Ángeles, por sus aportes y correcciones. A mi hija Ana Verónica por el apoyo y acompañamiento. A Fray Oscar E. Clavin O.P., por el prólogo, aliento, revisión y corrección oportuna. A los Frailes de la O.P. de la Provincia Argentina de San Agustín.

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Prólogo Conocí al Prof. Carlos García Eberlé en Santiago del Estero. Este libro, como muchas otras de sus cosas, no es tanto una obra (muy buena, por cierto), cuanto (para ponerlo en lenguaje paulino), un fruto. Una obra es producto de una labor, más o menos esforzada, objetivable y, sobre todo, distinta de su autor, aunque lleve su impronta y sello, y por ella pueda conocérsele. Un fruto, en cambio, brota, fluye. Y si bien no se identifica con quien lo produce, lo lleva, de alguna manera, en sí. Una obra se planea, se decide, se ejecuta... hay una relación de dominio, potestad, propiedad, del autor sobre ella, y esta relación es asimétrica. El fruto es como una prolongación de su origen, se nutre de él. Y cuando por fin se separan, pese a ser independiente, en el fruto se puede como “tocar” a quien lo engendró.

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El fruto lleva, de alguna manera, la vida de su generador, aunque nueva e independiente. Multiplica aquella vitalidad de la cual brotó. Este libro es amor. Amor de un hijo por su Padre, de un hijo por su Madre, de un hijo por sus hermanos. Es el resultado de una vida de oración, de fe vivida, de confianza, de contemplación de las cosas “verdaderamente verdaderas”, “realmente reales” que, justamente por ello, de sí mismas quieren difundirse. Y es eso lo que Carlos hace, con este libro, con su vida, con sus palabras, con sus acciones, con sus silencios... Este libro transpira la Misericordia de Dios para con nosotros, pecadores, afligidos y agobiados; Misericordia que se ha prolongado en darnos Su Madre como madre nuestra, ofreciendo permanentemente, en todas partes y todo tiempo, el consuelo y las misericordias de Su Hijo. Esa Misericordia está en el origen del libro, y a Ella conduce por su medio, con el Rosario como formidable herramienta. Este libro, como otros escritos de Carlos, enseña; pero no es un libro de texto. Guía;

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pero no es un manual ni un recetario. Puedes leerlo, y puede no parecerte importante; pero si lo recibes, si te dejas alcanzar por Aquél que lo inspiró, lo amarás, y movido por el mismo Espíritu que lo motivó, pronto lo superarás, aunque siempre querrás volver a él, y seguramente querrás compartirlo. Pero lo principal es que te dejes mover a la oración personal, “in ecclesia”, con María, para que crezcas en el diálogo con Dios, de la mano de María. Su esquema es sencillo y muy apropiado, en la escuela de los grandes orantes: la Palabra, la presencia de Jesús y de María; una reflexión que es experiencia de vida hecha palabra, y un propósito para concretar. Resulta accesible tanto para incipientes como para los avanzados. Es una guía para quienes recién comienzan, una luz para los que buscan, un apoyo para todos los que quieran rezar el Santo Rosario: un regalo de Dios. Unidos en la oración. Fr. Oscar E. Clavin, O.P.

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LAS HUELLAS DE DIOS Han pasado algunos años desde la publicación de mi primer librito “Meditaciones sobre el Rosario”, y me siento inspirado a continuar colaborando humildemente con un granito de arena en la gran obra de construcción del Reino de amor, de justicia y de paz. El presente título es un llamado a seguir a Jesús, imitar su vida, sus palabras, sus obras, su amor. No solo debemos conocer la Palabra, sino imitar los pasos de Jesús, seguir sus huellas. Coloquemos nuestros pies en la marca dejada por Él en la historia de la humanidad, imitemos su amor al Padre y a todos los hombres y decidámonos, de una vez por todas, a dar la vida por Dios. Los cristianos no nos limitamos simplemente a cumplir “unas normas morales”. Seguimos a Jesucristo, el verdadero camino, la verdad y la vida, el príncipe de la paz. En mis charlas y talleres dedicados a difundir el Santo Rosario, naturalmente me sentí llamado a predicar, tal cual el mandato de Jesús a sus apóstoles: “Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,...” (Mt. 28, 19). Y también “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la Carlos García Eberlé 15


creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea, se condenará” (Mc. 16, 1516). Como bautizados tenemos un “pasaje de primera clase” para navegar mar adentro por los océanos de la vida de fe, y llegar por la gracia al puerto definitivo del amor, el cielo, el encuentro perfecto con la Santísima Trinidad. El santo rosario posee una composición similar a la partitura musical expresada con las oraciones letánicas vocales, y la contemplación de los misterios viene a ser como su alma. La efusión del Espíritu Santo eleva el alma de quien ora, hasta fundirse en comunión con Dios. Tiene una dimensión “natural” en el rezo y también está presente una dimensión “sobrenatural”, la más importante, por medio de la cual Dios construye en nosotros una nueva vida. Es una oración muy querida por la Iglesia y aconsejada por los santos padres; es también un camino de santidad, una oración celebrativa, de predicación, de contemplación y de vida. Encarnar sus misterios debe ser el verdadero propósito, desear ardientemente y con todo el corazón; no solamente hacernos amigos de Jesús, sino imitar su obra. Ser otros Cristos y así llegar a una profunda y verdadera comunión con el Espíritu Santo para vivir la gracia, para hacer presente su mensaje “aquí y 16 Las huellas de Dios


ahora”, y seguir las huellas dejadas por Aquel que nos amó hasta dar su vida por nosotros. Jesucristo, por su cruz y su resurrección nos reconcilió con el Padre, nos sacó de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, del pecado a la gracia, de la condenación a la salvación, de la desesperación a la esperanza que no defrauda y de otros muchos males que nos aquejaban. Solo por su Gracia es posible llegar a realizar todo lo que Él quiere y rechazar todo lo que Él odia. Aclaro que no soy un escritor, sino solo un cristiano convertido y rescatado por el infinito amor de Dios. Él me hizo conocer el cielo. Por lo tanto, espero que este librito no solo sea para “leerlo” sino como una pequeña guía para ayudar a una mejor meditación. Este es otro pequeño aporte, confiado e inspirado por el Espíritu Santo, movido por Jesús, en honor y gloria al Padre y ayudado amorosamente por la Virgen María, nuestra madre. Destinado a todos los que aman a Dios y están decididos a profundizar y vivir los misterios de Cristo y, por sobre todas las cosas, dejarse amar totalmente por Él. Carlos García Eberlé NOTA: Todas las citas de este librito fueron tomadas de El Libro del Pueblo de Dios. San Pablo- 2007. Carlos García Eberlé 17


CONSEJOS PARA UN MEJOR USO DEL LIBRITO ACLARACIONES:

Observará el lector que cada misterio se inicia con una breve frase, seguida de las citas bíblicas. A continuación se menciona una cita que sirve para recordar brevemente el mensaje, pero no es suficiente para una profunda meditación; para ello es importante considerar lo que a continuación se aconseja: 1-Antes de comenzar a rezar el Rosario, es conveniente leer alguna de las citas bíblicas indicadas en cada uno de los misterios. Esto debe hacerse de forma personal o comunitaria, pero en un momento diferente del rezo, de manera que cuando se rece se identifique el misterio con el mensaje completo que contiene la Sagrada Escritura. En el recuadro se da el contenido textual bíblico. 2-En el rezo comunitario no siempre es posible realizar la lectura de las meditaciones que siguen a continuación del misterio; éstas deberán hacerse previamente, de a poco, de manera progresiva, para ir profundizando en el mensaje. 18 Las huellas de Dios


3-En la práctica continua de la oración, se logrará con el correr del tiempo, una mayor y mejor comprensión y profundización del mensaje. Cada uno recibirá una reflexión personal de acuerdo a su propia necesidad. No nos olvidemos que el Espíritu Santo construye en nosotros una nueva vida. 4-Recordar siempre que lo más importante no es lo que nosotros hacemos, sino lo que Dios construye en nosotros cuando lo escuchamos. Somos mendigos de Cristo y necesitados de su gracia. 5-No basta tener una práctica de oración, hay que lograr una vida de oración. 6-Por último, el cometido del rezo del Rosario es vivir el mensaje de salvación, encarnar el Evangelio, dejarnos alcanzar por la Palabra para santificar nuestra vida y ser testigos ante el mundo de la Buena Noticia.

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SIGUIENDO TUS HUELLAS

Vivo tu Gloria, Señor, a cada paso, desde Santo Domingo hasta el enfermo, camino de luz, llevándote conmigo; tú me llevas en verdad Señor, es un milagro. Milagro de amor, mi único consuelo. Descubro un sol a cada paso, estoy en ti y tú en mi corazón, el cielo. Nada necesito y nada espero, tengo tu vida, tu amor, mi único consuelo. Camino tus pasos, Señor, por el cielo. Tú me llevas cantando a regalar tu vida, a dar tu eternidad a alguien que espera recibirte a ti, único consuelo. Tú me proteges, Señor de mi vida, me cuidas y me amas con delicadeza y esmero, reparas mis fuerzas, me das nuevo aliento.

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Voy contigo Señor, caminando tus pasos, siguiendo tus huellas, tu cielo, gozando tu gloria, mi corazón ardiendo. No te alejes nunca Señor, Cristo mío. Te amo tanto que temo dejarte aunque sea un instante... con mi pensamiento. Tu hijo que vive por ti. Carlos NOTA: Escrito después de vivir la maravillosa experiencia de llevar la comunión a un enfermo.

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SIEMPRE SE DEBE TENER PRESENTE EL ROSARIO ES:

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Una oración contemplativa por excelencia. El Evangelio de los pobres. Una oración muy querida por los Santos Padres de la Iglesia. Una oración celebrativa que fortalece la comunidad. Un camino de santidad. Un aprendizaje de los misterios de Cristo y una invitación a imitar su vida. Contemplar a Cristo a través de los ojos de su Madre. Una escala al cielo.

ES NECESARIO RECORDAR:

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Para que la oración sea fructífera es conveniente abrir el corazón al Señor y disponerse a un diálogo sincero. Sin la meditación y contemplación de los Misterios el Rosario es como un cuerpo sin alma. La oración vocal constituye la dimensión natural del rezo. La contemplación nos permite alcanzar la dimensión sobrenatural del Rosario. Con la ayuda e intercesión de la Virgen

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María es mucho más fácil seguir las huellas de Jesús. Sin el silencio necesario luego de la enunciación de cada misterio caemos fácilmente en una recitación vacía de contenido. Lo verdaderamente importante es la obra que Dios realiza en nosotros cuando contemplamos sus Misterios.

ORDEN PARA EL REZO DE LOS MISTERIOS Días: Lunes y Sábado: Martes y Viernes: Miércoles y Domingo: Jueves:

Misterios Gozosos Dolorosos Gloriosos Luminosos

NOTA: Es necesario respetar el tiempo litúrgico para la elección de la contemplación de los misterios.

Ejemplo1: El 25 de Marzo, celebramos el día de la Encarnación. Rezaremos los Misterios gozosos, caiga el día que caiga. Ejemplo 2: Durante la Octava de Pascua, rezaremos los Misterios Gloriosos todos los días de la semana, a contar desde la Pascua de Resurrección (Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo) Carlos García Eberlé 23


ORACIONES DEL CRISTIANO SIGNACIÓN (LA SEÑAL DE LA CRUZ) +Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos Señor, Dios nuestro. SANTIGUARSE + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. PERSIGNARSE +Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos Señor, Dios nuestro. + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. EL CREDO Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. 24 Las huellas de Dios


Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. EL CREDO DE NICEA- CONSTANTINOPLA Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, Carlos García Eberlé 25


los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado bajo el poder de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Profeso un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. EL PADRE NUESTRO (Mt. 6, 5-15) Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, 26 Las huellas de Dios


venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. EL AVEMARÍA Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. El GLORIA ( DOXOLOGIA) Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

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SALVE REGINA Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios, R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén. BENDITA SEA TU PUREZA Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía. Amén. 28 Las huellas de Dios


PÉSAME Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan grande y tan bueno como vos. Antes querría haber muerto que haberte ofendido. Propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.

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MODO DE REZAR EL SANTO ROSARIO 1- Nos ponemos en presencia del Señor. 2- Nos signamos: + Por la señal de la santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos, Señor, Dios nuestro. 3- Rezamos el Credo (símbolo de los Apóstoles). 4- Anunciamos el Primer Misterio- (hacemos un silencio de algunos segundos). 5- Rezamos el Padrenuestro. 6- Rezamos 10 Avemarías. 7- Finalizamos con el Gloria. 8- Anunciamos el Segundo Misterio(hacemos un silencio de algunos segundos). 9- Rezamos el Padrenuestro. 10- Rezamos 10 Avemarías. 11- Finalizamos con el Gloria. 12- Anunciamos el Tercer Misterio- (hacemos un silencio de algunos segundos). 13- Rezamos el Padrenuestro. 14- Rezamos 10 Avemarías. 15- Finalizamos con el Gloria. 16- Anunciamos el Cuarto Misterio- (hacemos un silencio de algunos segundos). 17- Rezamos el Padrenuestro 18- Rezamos 10 Avemarías 30 Las huellas de Dios


19- Finalizamos con el Gloria 20- Anunciamos el quinto Misterio- (Hacemos un silencio de algunos segundos) 21- Rezamos el Padrenuestro. 22- Rezamos 10 Avemarías. 23- Finalizamos con el Gloria. 24- Rezamos por las intenciones del Santo Padre: Padrenuestro, 3 Avemarías y Gloria. 25- Rezamos la Salve a nuestra Madre del Rosario. También se pueden rezar las Letanías Lauretanas u otras Letanías Marianas.

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MANUAL DE INDULGENCIAS PENITENCIARÍA APOSTÓLICA ENCHIRIDION INDULGENTIARUM Normas, Concesiones y Principales Oraciones del Cristiano 48 Rosario mariano Indulgencia plenaria si el rezo del rosario se hace en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una asociación piadosa; parcial, fuera de estas circunstancias. (El rosario es una determinada manera de orar en la que distinguimos quince decenas de Avemarías, intercalando la oración del Señor, y meditando piadosamente en cada una de estas decenas los misterios de nuestra redención). Sin embargo, se introdujo la costumbre de llamar también “rosario” a una tercera (1) parte del mismo. Respecto a la indulgencia plenaria se establece lo siguiente: 1. Basta el rezo de sólo una tercera (2) parte del rosario, pero las cinco decenas deben rezarse seguidas. 32 Las huellas de Dios


2. A la oración vocal hay que añadir la piadosa meditación de los misterios. 3. En el rezo público, los misterios deben enriquecerse de acuerdo con la costumbre admitida en cada lugar; en el rezo privado, basta con que el fiel cristiano junte a la oración vocal la meditación de los misterios. 4. Entre los Orientales, donde no existe la práctica de esta devoción, los patriarcas pueden establecer otras oraciones en honor de santa María Virgen (por ejemplo, entre los bizantinos el himno “Akathistos” o el oficio “Paraclisis”), que gozarán de las mismas indulgencias que el rosario.* Nota: (1), (2), se debe leer “cuarta” debido a la incorporación de los Misterios Luminosos propuestos por el Papa San Juan Pablo II

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CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA INDULGENTIARUM DOCTRINA DE SU SANTIDAD PABLO VI SOBRE LA REVISIÓN DE LAS INDULGENCIAS Pablo Obispo, Siervo de los siervos de Dios, en memoria perpetua de este acto NORMAS Norma 1. Indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos. Norma 2. La indulgencia es parcial o plenaria, según libere totalmente o en parte de la pena temporal debida por los pecados. Norma 3. Las indulgencias, ya parciales ya plenarias, siempre pueden aplicarse por los difuntos a modo de sufragio. 34 Las huellas de Dios


Norma 4. La indulgencia parcial, de ahora en adelante, será indicada exclusivamente por las palabras “indulgencia parcial”, sin añadir ninguna determinación de días ni de años. Norma 5. Al fiel que, al menos con corazón contrito, lleva a cabo una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede por obra de la Iglesia una remisión tal de la pena temporal cual la que ya recibe por su acción. Norma 6. La indulgencia plenaria solamente se puede ganar una vez al día, salvo lo prescrito en la norma 18 para los que se encuentran in articulo mortis. En cambio, la indulgencia parcial se puede ganar muchas veces en un mismo día, a no ser que se advierta expresamente otra cosa. Norma 7. Para ganar la indulgencia plenaria se requiere la ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia y el cumplimiento de las tres condiciones siguientes: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere además, que se excluya todo afecto al pecado, incluso venial. Si falta esta completa disposición, y no se Carlos García Eberlé 35


cumplen las condiciones arriba indicadas, salvo lo prescrito en la norma 11 para los impedidos, la indulgencia será solamente parcial. Norma 8. Las tres condiciones pueden cumplirse algunos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; sin embargo, es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se haga la obra. Norma 9. Con una sola confesión sacramental se pueden ganar muchas indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y con una sola oración por las intenciones del Sumo Pontífice solamente se puede ganar una indulgencia plenaria. Norma 10. La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple plenamente recitando un Padrenuestro y un Ave María por sus intenciones; aunque cada fiel puede rezar otra oración, según su devoción y piedad por el Romano Pontífice. Norma 11. Queda en pie la facultad concedida a los confesores por el canon 935 del Código 36 Las huellas de Dios


de Derecho Canónico de conmutar a los “impedidos” tanto la obra prescrita como las condiciones. Los Ordinarios de lugar pueden conceder a los fieles sobre los que ejerzan su autoridad según la norma del derecho, y que habiten en lugares donde de ningún modo o difícilmente puedan practicar la confesión y comunión, el poder ganar la indulgencia plenaria sin la comunión y confesión actual, con tal que estén arrepentidos de corazón y tengan propósito de recibir los citados sacramentos en cuanto les sea posible. Norma 12. Ya no se empleará más la división de las indulgencias en personales, reales y locales, para que quede bien manifiesto que lo que se enriquece con indulgencias son las acciones de los fieles, aunque a veces sigan unidas a una cosa o sitio determinado. Norma 13. Se revisará el Enchiridion de indulgencias, con el fin de enriquecer con indulgencias solamente las principales oraciones y obras de piedad, caridad y penitencia. Norma 14. Las listas y sumarios de las indulgencias de las Órdenes, Congregaciones Carlos García Eberlé 37


religiosas, Sociedades de vida en común sin votos, Institutos seculares y pías Asociaciones de fieles serán revisados lo antes posible, de forma que la indulgencia plenaria se pueda ganar solamente en unos días peculiares, que determinará la Santa Sede, a propuesta del moderador general o, si se tratara de pías Asociaciones, del Ordinario del lugar. Norma 15. En todas las iglesias, oratorios públicos o —por parte de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos, puede ganarse una indulgencia plenaria aplicable y solamente en favor de los difuntos, el día 2 de noviembre. Pero en las iglesias parroquiales se puede, además, ganar una indulgencia plenaria dos veces al año: el día de la fiesta del titular y el 2 de agosto, que se celebra la indulgencia de la “Porciúncula”, o en otro día más oportuno que establezca el Ordinario. Todas las citadas indulgencias podrán ganarse o en los días indicados o, con permiso del Ordinario, el domingo anterior y el posterior. Las demás indulgencias adscritas a iglesias u oratorios serán revisadas cuanto antes.

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Norma 16. La obra prescrita para ganar la indulgencia plenaria adscrita a una iglesia u oratorio es una visita piadosa a éstos, en la que se recitan la oración dominical y el símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo). Norma 17. El fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial. Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe. Norma 18. Si no se pudiera tener en la hora de muerte un sacerdote para administrar los sacramentos y la bendición apostólica con su indulgencia plenaria, de la que se habla en el canon 468, § 2, del Código de Derecho Canónico, la Iglesia, Madre piadosa, concede benignamente al que esté debidamente dispuesto la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria in articulo Carlos García Eberlé 39


mortis, con tal que durante su vida hubiera rezado habitualmente algunas oraciones. Para conseguir esta indulgencia plenaria se empleará laudablemente un crucifijo o una cruz. El fiel podrá ganar esta misma indulgencia plenaria in articulo mortis aunque en el mismo día haya ganado ya otra indulgencia plenaria. Norma 19. Las normas dictadas sobre las indulgencias plenarias, especialmente la número 6, se aplican también a las indulgencias plenarias que hasta hoy se acostumbraban a llamar totiesquoties. Norma 20. La piadosa Madre Iglesia, especialmente solícita con los difuntos, dando por abrogado cualquier otro privilegio en esta materia, determina que se sufrague ampliamente a los difuntos con cualquier sacrificio de la misa. Las nuevas normas en las que se basa la consecución de las indulgencias entrarán en vigor a partir de los tres meses cumplidos del día en que se publique esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis. Las indulgencias anejas al uso de los objetos de piedad que arriba no se mencionan cesan 40 Las huellas de Dios


cumplidos tres meses de la promulgación de esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis. Las revisiones de que se habla en las normas 14 y 15 deben proponerse a la Sagrada Penitenciaria antes de un año; cumplidos dos años del día de esta Constitución, las indulgencias que no fueran confirmadas perderán todo valor. Queremos que cuanto aquí hemos establecido y prescrito quede firme y eficaz ahora y en el futuro, sin que obste, en lo que fuera preciso, las Constituciones y Ordenaciones apostólicas publicadas por nuestros predecesores, y demás prescripciones, incluso dignas de especial mención y derogación. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 1 de enero, Octava de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo del año 1967, cuarto de nuestro pontificado.

Pablo PP. VI

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JESÚS Hoy descubrí: el motivo de todas mis búsquedas, el enigma de todos los tiempos, la respuesta de todas mis dudas, el bálsamo que todo lo cura, la luz que todo lo ilumina, el poder que todo lo crea, el amor que todo lo transforma, la felicidad que nunca se acaba, el sentido cósmico...la vida, la unidad de todas las virtudes, la verdad absoluta y permanente. La síntesis de todas mis reflexiones, la perla preciosa de la justificación, el porqué de los por qué. La existencia del universo, el fluir permanente de la gracia, y el sentido de mi vida. Una sola respuesta a todas las preguntas: JESÚS Carlos A. García Eberlé

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PRIMER MISTERIO GOZOSO LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A MARÍA (Lc. 1, 26-38)

“El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1, 28) En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oir estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo.. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 26-33) En este pasaje contemplamos un diálogo extraordinario. Un mensaje directo de la voluntad de Dios a una humilde mujer, María, Carlos García Eberlé 43


a quien le confía una misión trascendente para la humanidad, el inicio de la obra redentora de Dios. Sin ninguna duda, María era una mujer de oración, su diálogo con Dios era frecuente y natural. Es posible que, en el momento del anuncio del Ángel, ella estuviera en oración contemplativa. María fue la elegida de Dios, desde la caída de Adán y Eva, para restituir al hombre su dignidad original. La nueva Eva, que dio su “sí” al Señor, para realizar la obra de la Salvación. María fue concebida sin pecado original, fue elegida por Dios para que sea Madre del Altísimo, se mantuvo pura, libre de pecado, inmaculada y santa, asumiendo con docilidad y fidelidad su confianza en el Señor en toda prueba, con el despojo de sí misma, para obrar solo la voluntad de Dios. Caminar las huellas de Jesús significa imitar sus pasos, sus enseñanzas, sus obras, hacer presente y actual el Evangelio en nuestras vidas. María es un ejemplo a imitar para disponer de igual manera nuestro corazón, para escuchar atentamente el mensaje del Señor que a cada uno de nosotros nos invita a vivir. Debo orar y disponer mi corazón para estar atento y en comunión con Aquél que me amó desde la eternidad, mucho antes que naciera. 44 Las huellas de Dios


Es importante dedicarle un tiempo suficiente cada día a la oración, a una relación amistosa y amorosa con Dios, con humildad, sabiendo que nada merezco porque nada soy, y todo lo que tengo es por obra de la gracia. Debo aceptar con dulzura al Espíritu Santo, que ha elegido que cada uno de nosotros seamos su morada, su sagrario, su santuario, una infinita dignidad inmerecida. Luego de escuchar el mensaje del Señor, debo ser capaz de dar un sí rotundo, fiel y verdadero, para toda la vida, a toda misión, mensaje u obra que Él me confíe. Él mismo me dará la fortaleza, la sabiduría, el consejo y todos los dones necesarios para poder realizar su santa voluntad. Sin Él nada puedo, con Él todo lo puedo. Debo dar un paso viril en la misión que Dios me confía y llevarla a cabo desde el principio al fin sin dudas ni vacilaciones, hasta las últimas consecuencias. El premio, el cielo, habitar en la casa de Dios por toda la eternidad, responder fielmente a ese Dios, que fue capaz de dar su vida por mí. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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SEGUNDO MISTERIO GOZOSO LA VISITA DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA ISABEL (Lc. 1, 39-45)

“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá” (Lc. 1, 39) En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. (Lc 1, 39-45) El Magnificat (El canto de la Virgen María) “ María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, 46 Las huellas de Dios


porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su nombre es Santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre” (Lc 1, 46-55) La Virgen María es un hermoso modelo a imitar: su docilidad al llamado del altísimo, el amor y la entrega con la que asume la misión, su disponibilidad y la decisión firme y gozosa de servicio al prójimo. Cuando participamos de la Sagrada Eucaristía, de una oración contemplativa o adoración al Santísimo, debemos crecer en el amor a Dios y al prójimo y ejercitar el deseo de servir a Carlos García Eberlé 47


los más necesitados de nuestra ayuda. Las obras de misericordia, tanto materiales como espirituales, deben estar impresas en nuestro corazón para obrar espontáneamente la caridad. Debemos crecer en el deseo ardiente de nuestro corazón, de servir a los hermanos más necesitados, sabiendo que servimos a Cristo (Mt 25 “...porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestisteis…). El gozo y la paz que podemos experimentar cuando realizamos aquello que el Señor nos confía a nosotros, servidores inútiles, es inmenso y nos hacer crecer en la virtud. ¡Qué hermoso poder cantarle a Dios como la Virgen, con gozo y alegría, y disponerse a servir sin pausa! Para imitar en todo a nuestra Madre, debemos renunciar a nosotros mismos, vencernos en nuestros egoísmos, mezquindades y prejuicios. Ofrecer todos nuestros sacrificios como una ofrenda agradable a nuestro Padre. Con humildad, en silencio, sin estridencias, con alegría y, sobre todo, con mucho amor. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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TERCER MISTERIO GOZOSO EL NACIMIENTO DE JESÚS EN EL PESEBRE DE BELÉN (Lc. 2, 6-7, 13-16)

“Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito,...” (Lc. 2, 6-7) Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue (Lc. 2, 6-7) Este pasaje es tan extraordinario si lo miramos con los ojos de la fe y de acuerdo a lo que estaba previsto en las Sagradas Escrituras, por el hecho de que con la venida de Jesús al mundo se inicia la misión salvífica deseada por Dios. Tanto amó Dios al mundo que envió a su propio Hijo para liberarnos del pecado y de la muerte y reconciliarnos con Él para siempre, realizando en Cristo la Alianza Nueva y Eterna. S Pablo nos dice: “Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos Carlos García Eberlé 49


justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por él de la ira de Dios.” (Rom 5, 8-9). La Virgen María, asume totalmente el enorme compromiso y la responsabilidad que implica ser la Madre de Dios. Responde con gran amor y docilidad y se asocia de tal manera al plan de salvación que muy bien se la puede llamar, sin exageraciones, con el título de coredentora. Aquí tenemos un modelo a imitar para poder asumir el rol que nos toca como bautizados: ser portadores de la buena noticia, sirviendo en la construcción del reino con alegría, con amor y en paz. Recordemos que por el bautismo nos configuramos con Cristo y somos familia de Dios; esto implica que seamos también parte de la tarea de evangelizar, iluminar el mundo con la luz de Cristo, aceptando la misión con docilidad, entrega, amor y compromiso de vida, hasta las últimas consecuencias. Sí, hasta dar la vida por Cristo. Hay otro punto que impacta en este pasaje: “…no había lugar para ellos en el albergue”. ¿Habrá lugar en mi corazón para recibir al Señor? Creo que los que leen este librito habrán 50 Las huellas de Dios


decidido recibir a Cristo en su corazón y cargar la cruz de cada día, con alegría y en paz. También estaremos dispuestos a vivir con fe, esperanza y caridad de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia y no a los criterios del mundo. Recordemos que hemos sido creados para conocer, servir y amar a Dios y gozar plenamente de su gloria en la vida eterna. .., pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. (Lc 2, 10-11) No temer significa tener una fe viva, confiar totalmente en el Señor. Tener una esperanza cierta que no defrauda y un amor maduro capaz de transformar el mundo. Contamos con seguridad con la gracia que fluye como manantial del Sagrado Corazón de Cristo y llega hasta la vida eterna. Debemos confiar como los niños en los brazos de su madre; la divina providencia nunca nos abandonará. “El Señor es mi Pastor nada me puede faltar” (Sal. 22) La alegría de vivir la fe y la verdadera libertad de los hijos de Dios serán una señal y un Carlos García Eberlé 51


distintivo para todos los hombres que aún no se han decidido a seguir a Jesús. La alegría debe inundar todos los rincones de nuestra sociedad, de nuestra vida: la verdadera alegría, la que proviene de una vida en Cristo, una vida de gracia, una vida plena por Él, con Él, en Él y para Él. A pesar de los problemas y angustias de este mundo, la humanidad herida por el pecado encuentra en Cristo el verdadero sentido de la vida, pues Cristo es el único y verdadero camino, la verdad y la vida. Dios nos ha creado a su imagen y semejanza como seres únicos e irrepetibles y nos ha elegido a cada uno de nosotros para que nuestro corazón sea su morada. Esa es la razón justificada de una alegría infinita para vivirla hoy, aquí, ahora. Somos templos vivos, moradas de Dios Altísimo. Con la aceptación de esta verdad, mi vida ya no puede ser la misma, debe ser perfecta, pura y santa, ordenada a la voluntad santísima de Dios. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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CUARTO MISTERIO GOZOSO LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO Y LA PURIFICACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA (Lc. 2, 22-24, 34-35)

“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley:…”(Lc 2, 22-23) Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma como ordena la Lay del Señor. (Lc. 2, 22-24) La actitud de la Virgen María y de José de cumplir todo lo establecido por la Ley de Moisés pone claramente de manifiesto la docilidad y entrega por parte de ella y de José, sin exigir ningún privilegio, ni consideración especial. María sabía que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios. José sabía que el Espíritu Santo había obrado en María para que concibiera su Hijo. Pero ambos no Carlos García Eberlé 53


manifiestan poseer ningún privilegio, son dóciles al cumplimiento de lo establecido, aún cuando no fueren necesarias tales prácticas; mucho habrían de enseñar a los demás. Debemos pensar que la ofrenda de los pichones de paloma es un gesto simbólico; marca, de hecho, lo que más tarde habría de manifestar Jesús en la Cruz: la entrega de su propia vida, por nosotros. Lo más importante es decidirse a ofrecerse a Dios en la totalidad de nuestro ser, entregarse completamente. Disponibilidad, renunciamiento, humildad. No podemos quedarnos con algo, tenemos que dar todo de nosotros mismos, hasta lo que más nos duela, la vida, porque nada es verdaderamente nuestro, todo lo que tenemos lo hemos recibido gratuitamente. Toda nuestra vida es gracia. Muchas veces tenemos una incapacidad de diferenciar adecuadamente el sentido del ser respecto del hacer. Obviamente, lo que importa siempre es el ser en primer término y el hacer se manifestará como consecuencia del primero. A partir de una visión correcta de que soy un ser humano limitado, pequeño y que todo lo que poseo, desde la propia vida, es obra pura de la gracia, el juicio con 54 Las huellas de Dios


el que valore mis actos deberá ser mucho más humildes. Debería tener, por lo tanto, una permanente actitud de alabanza y acción de gracias por los dones recibidos, sólo por el misericordioso amor de Dios, que de manera tan abundante y generosa se hace presente en cada uno de nosotros. La actitud correcta por parte de mí y de ti debería ser la de un administrador fiel y justo que solo sirve al Señor por amor, consciente de que todo lo que soy y poseo no lo merezco, sino que es un regalo de Dios. Por lo tanto, mi atención deberá estar centrada más en la necesidad de mis hermanos y la forma más eficiente de ayudarlos que en mis propias ambiciones y deseos. Así estaré seguro de colaborar en la construcción del Reino; un reino de paz, de justicia y gozo en el Espíritu Santo. El nacimiento de Jesús, su vida, su obra, su cruz y su resurrección deben significar lo más grande a lo que debo aspirar en mi vida, ya que por el Bautismo nos configuramos con Él. Debo imitar sus pasos, con el mayor amor con que sea capaz. Debo intentar ser otro Cristo, obediente al Padre hasta la muerte, hermano de Jesús, inflamado de amor por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Ser semejantes Carlos García Eberlé 55


a Cristo, en todo tiempo y lugar, seguir sus huellas, y obrar según su santa voluntad debe ser nuestra única meta. Ya no importa si estoy en este mundo o en el otro, lo que importa es hacerme uno con Cristo y mis hermanos siguiendo las inspiraciones del Espíritu Santo, y ser solícito a la voluntad de nuestro Padre. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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QUINTO MISTERIO GOZOSO JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO ( Lc. 2, 42-47)

“Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo …”(Lc 2, 45-46) Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.(Lc 2, 42-47) Es importante ubicarse en el significado de la pérdida. Cualquier cosa que uno pierda, causa un deseo inmediato de salir en busca del bien perdido, pero cuando se trata de personas y de modo especial la pérdida de un hijo, sobreviene una angustia, una desesperación Carlos García Eberlé 57


y una exigencia íntima de hallarlo, a cualquier precio. El padre siente la exigencia de salir en su búsqueda, pero en la madre hay algo más que eso, es el fruto de sus entrañas, es “parte de ella misma”, la mueve un sentimiento que va más allá de las explicaciones y las respuestas pueriles. Solo la madre puede llegar a experimentar la profundidad de la relación con su hijo, de manera tan natural y exigente. Quisiera poder transmitir el deseo de mi corazón, de intentar ubicarse lo más próximo posible al deseo de la Virgen María de encontrar a su Hijo, y alcanzar cada uno de nosotros la misma altura espiritual de necesidad de encuentro con Jesús. Si he logrado alcanzar la necesidad imperiosa de encontrar al Señor, estaré dispuesto a salir inmediatamente de mi comodidad, de mi abulia, de mi desinterés, de mis obligaciones y de las miles de justificaciones. Me pondré en marcha decididamente, sabiendo que lo que se pone en juego es mi propia vida. Es la búsqueda más importante de toda mi vida, la única que vale la pena y justifica todos los sacrificios, hasta el dar la propia vida.

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“Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente“(Sal 41, 2-3) Sabemos muy bien que Jesús sale primero a nuestro encuentro y si nosotros sentimos la imperiosa necesidad de buscarlo, es porque Él nos llama, amorosamente, para saciar nuestra sed. La oración, es la expresión del deseo del encuentro íntimo con el Señor, es el diálogo más dulce de mi vida, una súplica sublime y confiada que me permite comunicarme con Él, unirme con un resplandeciente lazo de amor, que surge desde “lo más profundo” (Sal. 130, 14) de un corazón humilde y contrito. El hecho de que Su Madre encuentra a Jesús en el templo, también pone de manifiesto, que si bien Dios está en todo lugar, especialmente en el templo lo voy a encontrar para adorarlo y rendirle un culto justo. Es el lugar donde se celebra la Eucaristía, donde Él se ofrece como pan de vida. “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí, jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.” ( Jn 6, 35 ) Carlos García Eberlé 59


Vayamos al templo a celebrar la vida, en un lugar de recogimiento y oración, de encuentro comunitario, de comunión de los santos. Es necesario meditar, cuánto tiempo le dedico a la oración y al encuentro con Dios, en la semana, en el día, en mi vida de todos los días. El siempre me espera amorosamente, desea mi visita, quiere sanarme, quiere darme Su paz y Su consuelo, su Vida. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. ( Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Por las intenciones del Santo Padre: Rezamos: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria

Para finalizar rezamos una Salve a Nuestra Madre. También podemos rezar las Letanías Lauretanas u otras Letanías Marianas.

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CADA DÍA Cada día, Señor, cada día... me iluminas el alma y tu gracia se derrama generosa sobre mí. Cada día, Señor, un nuevo día de tu gloria que vive en mí. Cada día una vida nueva... que Tú recreas renovando el esplendor de un mundo nuevo que camina hacia Dios Cada día tu gloria se hace vida en nosotros, tus hijos, por tu amor. Cada día, Señor, quiero decirte que te amo, te alabo y glorifico por todos los siglos... eres mi Dios. Cada día es una vida, que quiero realizarla en obras... en oración. Cada día acción de gracias, Eucaristía, amor. Cada día un nuevo amanecer... momentos de oración, de perdón, de gozo, de fe. Cada día mi Dios en el reino que yo necesito ayudar a construir. Cada día un poco más de amor que necesito darte a ti, mi Dios y mi Señor, a mis hermanos en la fe... y al mundo entero... por vos. Carlos A. García Eberlé

31/12/99 Después de recibirlo al Señor Carlos García Eberlé 61


PRIMER MISTERIO LUMINOSO EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN (Mt. 3, 13-17 Mc. 1, 9-11 Lc. 3,21-22)

“Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él.”(Mt. 3, 13) •

La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.(Mt. 3, 5-6) Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo “Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión y no se contenten con decir: “Tenemos por padre a Abraham”……(Mt. 3, 7-9)

El duro lenguaje de Juan de dirigirse a los fariseos y saduceos como “raza de víboras” nos invita a reflexionar acerca de la sinceridad de nuestros actos. No debemos “aparentar” nuestra pertenencia a la Iglesia de Cristo, ni tratar de parecer ante los demás, perfectos, 62 Las huellas de Dios


libres de pecado, o puros de corazón. Sabemos que somos pecadores necesitados de la Misericordia de Dios. Nuestra participación en la Liturgia debe ser auténtica, veraz, viva, íntima, eficaz, con ardientes deseos de conversión, para unirnos a Dios en plenitud, viviendo en Él, por Él y para Él. •

Entonces fue Jesús desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía diciéndole: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!” Pero Jesús le respondió: “Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo” Y Juan se lo permitió. (Mt. 3, 13-15)

La pregunta es: ¿Necesitaba Jesús ser bautizado? Obviamente no, sin embargo, Él, que es Hijo del Altísimo, muestra su humildad para enseñanza de todos, aceptando serenamente y convalidando la misión preparatoria de Juan, para el cumplimiento de su gran misión. Jesús viene al encuentro de nosotros, Él toma la iniciativa, siempre lo Carlos García Eberlé 63


hace. Viene al desierto de nuestro corazón para derramar sobre nosotros un Río de Agua Viva, Un Jordán infinito de Gracia. El único capaz de reverdecer los agrestes paisajes de nuestros corazones, sedientos de amor, de gozo, de justicia y de paz. Es importante ubicarse geográficamente y describir el itinerario del río Jordán desde su naciente en el monte Hermón, a 2814 metros de altura, hasta su desembocadura final en el Mar Muerto, a 400 metros bajo el nivel del mar. Posee muchos meandros, que evitan el torrente violento en su caída vertiginosa y además fertiliza un área mayor. Así también la gracia fluye suavemente y riega vida todo el corazón humano, con delicadeza y dulzura. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz de cielo que decía: ”Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección.” (Mt. 3, 16-17) En este pasaje maravilloso, se manifiesta la Santísima Trinidad, el Padre Creador, el Hijo 64 Las huellas de Dios


Redentor y el Espíritu Santo Santificador, el verdadero Dios uno y trino en quien creemos, a quien amamos, adoramos y esperamos en la Parusía. Es a Él, único Dios verdadero a quien debemos glorificar cada día de nuestra vida con acción de gracias y obras de misericordia. Es necesario animarse a vivir nuestra condición de bautizados, que nos hace pertenecer a la familia de Dios, somos sus hijos. Hemos sido ungidos por el Espíritu Santo como: sacerdotes, profetas y reyes, y hemos recibido las virtudes infusas: Fe, Esperanza y Caridad. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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SEGUNDO MISTERIO LUMINOSO LA CONVERSIÓN DEL AGUA EN VINO, EN LAS BODAS DE CANÁ (Jn. 2, 1-11)

“Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino… ”(Jn. 2, 7-9) Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que él les diga”. (Jn. 2, 1-5) Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes:”Llenen de agua estas tinajas.” Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús y lleven al encargado del banquete.” Así lo hicieron. El encargado probó 66 Las huellas de Dios


el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: ”Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento.” Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él (Jn. 2, 6-11) La fiesta de bodas es referida varias veces en el Evangelio como una gran fiesta para compartir la alegría, la comida, la bebida y el encuentro gozoso. Es una oportunidad de celebrar el amor de quienes han decidido contraer el matrimonio, construyendo un vínculo de comunión y de fidelidad para toda la vida, no solamente entre ellos, sino con la presencia de Dios. Una boda sin la gracia de Dios carece del gozo perfecto, de la felicidad, del sentido verdadero de unidad de cuerpo y alma, de comunión. Debemos adentrarnos en el signo de la presencia de Jesús en ese banquete de bodas. Por otra parte, el hecho de que Jesús responda a su madre “Mi hora no ha llegado todavía” Carlos García Eberlé 67


es una clara alusión a su entrega en la cruz, en la cual entregará su vida por nosotros y a su propia madre para que nos ayude y sostenga en los momentos de debilidad. En este punto es conveniente expandir el alcance del contenido de este pasaje del Evangelio al compromiso o alianza que todos los consagrados establecen con Cristo. Está presente el desposorio de Cristo con su Iglesia, una alianza sellada con su propia sangre. Su madre, que es Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, representa el modelo perfecto de la Iglesia que esperamos que en el futuro, guiada por el Espíritu Santo, llegará a alcanzar. También podemos contemplar el sentido de la alianza que Dios establece con su pueblo y que la renueva a lo largo de toda la historia de la salvación. Cristo sella con su sangre derramada en la cruz la verdadera alianza nueva y eterna, misterio de la fe que profesamos. Nuestros compromisos humanos son frágiles y mezquinos, pero la promesa de Dios y su amor misericordioso son infinitos. En la Eucaristía Él se entrega en cuerpo, alma, sangre y divinidad, la totalidad de su ser, con infinito amor misericordioso, sacrificio verdadero, incruento pero real, que se actualiza. 68 Las huellas de Dios


Este pasaje nos invita a cambiar, a convertir nuestro corazón. Es necesario aprender a amar tal como se aprende a vivir, amando de verdad, con entrega, sin mezquindad, sin esperar nada a cambio, renunciando a nosotros mismos para servir y honrar a Dios en nuestros hermanos, tal cual Él lo pide. Muchas veces nos faltan fuerzas para obrar el bien y evitar el mal. El mismo Jesús nos advierte: “Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” (Mt. 26, 41) y San Pablo nos dice “Y así, no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero” (Rom. 7, 19). Pero nuestra Madre, la Virgen María, está cerca, a nuestro lado, tal como estuvo al lado de Jesús, para ayudarnos y alentarnos a seguir a su hijo. Ella nos dice con suavidad y dulzura extraordinaria “Hagan todo lo que Él les diga” (Jn. 2, 1-5) No puedo vivir en solitario, de manera egoísta y hedonista, porque necesito la realización con el otro. Vivir en comunidad es necesario para mi propia salvación, nos salvamos en racimo. Sería muy conveniente en el camino de la fe saber que contamos con la ayuda de la Virgen María, nuestra Madre, y desarrollar una Carlos García Eberlé 69


verdadera devoción que nos ayude a crecer como hijos. Es justo y necesario tener siempre presente la acción de gracias a Dios en todo tiempo y lugar por los bienes recibidos, y ofrecer un Avemaría a nuestra Madre por su intercesión y auxilio en toda necesidad. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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TERCER MISTERIO LUMINOSO EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS INVITANDO A LA CONVERSIÓN (Mt. 4, 12-17; Mc 1, 14-15)

“A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt. 4, 17) Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz. A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt. 4, 12-17) Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Carlos García Eberlé 71


Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia (Mc. 1, 14-15) Mientras iba por el mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente ellos dejaron sus redes y lo siguieron (Mc. 1, 16-18) Este misterio es un llamado a vivir la gracia, a obrar de acuerdo a lo que fue anunciado por Jesús, la buena noticia. A partir de la fe, de creer en el mensaje de salvación, deberemos obrar como verdaderos discípulos de Jesús. Que se note en todas nuestras obras, que se vea en todos nuestros gestos y que se perciba en todos los ambientes cotidianos donde realizamos nuestra labor, que somos hijos de Dios, herederos del Reino. Dice San Pablo: “El Reino de los Cielos no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rm. 14, 17) Ser cristiano no significa el “cumplimiento 72 Las huellas de Dios


vacío de unas reglas”. Es una opción de vida, configurada por Cristo en el bautismo, aceptada con madurez en la confirmación, vivida plenamente en la eucaristía, el auxilio oportuno en nuestras enfermedades en la unción de los enfermos, el perdón de los pecados en la reconciliación, la alianza maravillosa en el matrimonio y en el orden sagrado. Los cristianos seguimos a Cristo no como cumplimiento que “cumplo” y “miento”, sino en una comunión con Él, que me invita a seguir sus huellas de paz y de amor verdadero y eterno. La única alianza perfecta, la única fuente de gracia y felicidad, Cristo, Hijo único de Dios, salvador nuestro. La Conversión es un camino de muchos pasos, exige una voluntad diaria, una opción de vida, una decisión inteligente de seguimiento. Entrega amorosa a Cristo de toda nuestra vida, deseo verdadero de negarme a mí mismo y de seguir a Dios en obras concretas de misericordia, tanto materiales como espirituales. Debo decidir cambiar de mentalidad (Metanoia), volver a Él, con Él, por Él, y todas mis acciones deben estar dirigidas a Él. El cambio de mentalidad exige, sin embargo, Carlos García Eberlé 73


renunciar a sí mismo para liberarse de falsos prejuicios, miserias e idolatrías. El mundo de hoy nos propone la cultura de la muerte, el egoísmo, el hedonismo, los placeres, el poder y el dinero, afirmando que “solo existe la materialidad”. De ahí el enorme vacío existencial de muchos hombres sedientos en el espíritu y en la verdad, que no podrán saciar nunca los apetitos, pues tratan de llenar sus vacíos interiores con bienes materiales o placeres terrenales. Muchas veces caen en verdaderos pecados capitales: la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia, la soberbia. San Pablo nos ayuda a reflexionar: “De la misma manera, el Señor ordenó a los que anuncian el Evangelio que vivan el Evangelio” (1Cor. 9, 14) Animémonos a vivir como verdaderos hijos de Dios, con la perfecta libertad y con la infinita felicidad de su presencia viva. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. ( Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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CUARTO MISTERIO LUMINOSO LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN EL MONTE TABOR (Mt. 17, 1-8; Mc. 9, 2-8; Lc. 9, 28-36; 2P. 1, 16-18)

“…Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz” (Mt. 17, 1-2) En la Palabra: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo” (Mt. 17, 1-5) se manifiesta la divinidad de Jesús, la luz de su amor, la perfección de su pureza, la altura de su majestad en el cielo, la tierra y todo el universo creado. En el brillo fulgurante de su transfiguración también se revela la humanidad glorificada. “...Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si Carlos García Eberlé 75


quieres levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo” (Mt. 17, 1-56) Tanta riqueza encierra este pasaje, que conviene analizar cada parte en profundidad. A primera vista surge la iniciativa de Jesús de elegir a sus tres apóstoles más cercanos para mostrarles su gloria. Los lleva a un lugar apartado, íntimo, elevado, privilegiado para hacerles conocer una verdad enorme. Él se manifiesta y les muestra su divinidad con los signos propios de su gloria. La primera intención de Pedro es permanecer en el cielo que Jesús acaba de darles a conocer, tal como nosotros deseamos permanecer en la alegría perfecta del encuentro con Dios, como experimentamos en la Eucaristía. Una vez que me encuentro con Jesús, la natural tendencia es quedarme para siempre con Él en adoración, viviendo su gloria, me cuesta bajar al mundo. Pero Jesucristo quiere que ayudemos a construir su reino de gozo, esperanza, amor, justicia y paz. Para eso 76 Las huellas de Dios


debemos volver después del santo deleite, de su presencia perfecta del cuerpo, sangre, alma y divinidad en la Eucaristía, a transformar el mundo. Somos enviados como antorchas de luz, llevamos a Cristo que es la luz del mundo y debemos iluminar todos los rincones oscuros de la desesperanza, el dolor, la muerte, el abandono…. Somos la sal de la Tierra, y la luz del mundo, debemos llevar el mensaje de vida, la palabra, para darle sentido a tantas almas perdidas en la miseria del pecado y de la muerte. Luego aparece la manifestación del Padre que los llena de gozo y les revela claramente que Jesús es su Hijo muy querido, predilecto y que deben escucharlo. O sea, hacer todo lo que Él les diga. También esto va para nosotros, aquí y ahora. No pensemos que este relato ni en ningún otro de las Sagradas Escrituras se refiere a “esa época”. La Palabra es infinita porque es de Dios y es atemporal, tiene valor siempre y es tan actual como lo fue en ese entonces y lo será siempre. En los pasajes de los innumerables milagros que realizó lo vemos actuar como un hombre común, semejante a los de su raza y lugar. Indudablemente, Jesús es verdaderamente hombre, el Espíritu encarnado en el seno Carlos García Eberlé 77


virginal de la Virgen María, pero también es verdadero Dios, el Cristo, el Hijo de Dios. Una persona y dos naturalezas: humana y divina (Concilio de Calcedonia, Año 451) “y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder, y Dominación, y de cualquier otra dignidad …” (Ef. 1, 19-21) Reconociendo esta verdad mi relación ha de ser con humildad, con docilidad, reverencia, lealtad, obediencia, acción de gracias y adoración, ¡Es mi Dios! Solo Él tiene todo el poder y toda la gloria por los siglos de los siglos, amén. La Virgen María, nuestra Madre, desde el principio fue totalmente dócil, obediente, humilde y fiel al llamado de Dios. No en vano San Luis Grignón de Montfort la llama “Molde perfecto de Dios”. Un ejemplo a imitar, para seguir fielmente a Jesús. No es fácil ser cristiano, no es cómodo, a menudo somos perseguidos, calumniados, 78 Las huellas de Dios


combatidos, flagelados; pero en todo salimos victoriosos por la sangre de Aquel que me amó hasta dar su vida por nosotros, Jesucristo. (“¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?... Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria gracias a aquel que nos amó”) (Rom. 8, 35; 37) Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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QUINTO MISTERIO LUMINOSO LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA

(Lc. 22, 19-20; Mt. 26, 26-29; Mc. 14, 22-25; 1Co. 11, 23-25)

“Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía” (Lc. 22, 19) Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: “He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios” Y tomando una copa, dio gracias y dijo: ”Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más el fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios. Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: ”Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes”. (Lc. 22, 14-20) 80 Las huellas de Dios


Cristo preparó especialmente este momento de intimidad y comunión, para establecer una Alianza Nueva y eterna sellada con su propia Sangre. Él deseaba quedarse para siempre con nosotros bajo las apariencias de pan y vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre. El deseo de Jesús es ardiente, profundo, perfecto, eficaz, muy diferente de nuestros deseos superficiales y mezquinos que pueden realizarse o no. Jesús no puede fallar, desea darse Él mismo como alimento de vida eterna y lo realiza de manera total y plena, con infinito amor. Este regalo extraordinario se nos ofrece permanentemente con generosidad y amor misericordioso, total, pero muchas veces no lo recibimos con una plena disposición de corazón, ni con la preparación necesaria. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo” (Jn. 6, 51) Sabiendo con plena conciencia que la unión con Cristo, en la Eucaristía, en la cual Él está presente en cuerpo, alma, sangre y divinidad, Carlos García Eberlé 81


me diviniza, me asimila a su inmensidad, me asemeja a su perfección, me santifica, me plenifica, debería tener presente esa extraordinaria realidad de Dios en mí. Unidad de la creatura con la Santísima Trinidad y con toda la Iglesia. Es una extraordinaria verdad que debería ser mejor valorada. Si verdaderamente soy consciente de tan extraordinaria fuente de vida que se ofrece con infinita misericordia, no solamente puedo nutrirme de tan excelso manjar celestial, sino dejarme transformar por Él en todos los aspectos de mi vida, criterios y acciones. Intentaré hacerme uno con Él para siempre. Tendré en cuenta que es mucho más importante el ser que el hacer. La Eucaristía es la fuente y culmen de la vida cristiana, nos recuerda el Concilio Vaticano II. Un antiguo himno de Santo Tomás de Aquino nos ilustra y nos llena de gozo y vale la pena meditarlo por las riquezas que encierra, por eso lo transcribo traducido.

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ADORO TE DEVOTE Te adoro con fervor. Deidad oculta, que estás bajo estos signos escondida, a ti mi corazón se rinde entero, y se rinde totalmente al contemplarte. La vista, el gusto, el tacto en ti se engañan; pero por el oído solo seguramente se cree. Creo cuanto dijo el Hijo de Dios: Nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se ocultaba solo la Divinidad, más aquí se oculta juntamente la humanidad: ambas cosas, sin embargo, creyendo y confesando, pido lo que pidió el ladrón arrepentido. Las llagas, como Tomás, no veo, Dios, sin embargo, mío te confieso: haz que yo en ti siempre más y más crea, que en ti esperanzas tenga, a ti te ame. ¡Oh recuerdo de la Muerte del Señor! Pan vivo, que vida das al hombre: Carlos García Eberlé 83


da a mi alma vivir de ti, y que Tú siempre le sepas dulcemente. Piadoso pelícano, Jesús, Señor, a mí, inmundo, límpiame con tu Sangre, de la cual una gota puede salvar al mundo de todo crimen. Jesús, a quien velado ahora miro, te ruego que se haga lo que tanto anhelo: que viéndote, revelada tu faz, sea dichoso con la visión de tu gloria. Amén Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Por las intenciones del Santo Padre: Rezamos: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria

Para finalizar rezamos una Salve a Nuestra Madre. También podemos rezar las Letanías Lauretanas u otras Letanías Marianas.

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LA CRUZ DE JESÚS Por su Cruz y su Resurrección el Señor Jesús nos sacó de: La muerte a la vida… Del pecado a la gracia. De la condenación a la salvación. De la oscuridad a la luz. Del aislamiento a la plenitud. Del dolor a la gloria. De la angustia a la alegría. Del sufrimiento al gozo. De la desesperación a la Esperanza. Del valle del abismo a las alturas. De la ignorancia a la sabiduría. Del abandono a la compañía. De la soledad al encuentro con Él. De la incredulidad a la Fe. De las tribulaciones a la Esperanza que no defrauda. Del egoísmo insensato al Amor. De la esclavitud a la Libertad. Del tiempo presente a la eternidad. Gracias Señor, porque al bañarnos con tu propia sangre nos devolviste la dignidad de hijos de Dios. Gracias por darnos tanto amor, con tu propia vida. Bendito seas por los siglos de los siglos… Amén. Carlos A. García Eberlé Carlos García Eberlé 85


PRIMER MISTERIO DOLOROSO LA ORACIÓN DE JESÚS EN EL HUERTO

(Mt. 26, 36-46; Mc. 14, 32-42; Lc. 22, 40-46; Jn. 12, 27-30)

“En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos. Cuando llegaron, les dijo: “Oren, para no caer en la tentación” (Lc. 22, 39-40) En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos. Cuando llegaron, les dijo: “Oren, para no caer en la tentación”. Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba:”Padre, si quieres, aleja de mí éste cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc. 22,39-42) El primer paso que da Jesús para iniciar la preparación de su entrega, es retirarse a orar, a dialogar con su Padre para cumplir fielmente su voluntad. Este primer paso es importante, una gran enseñanza para todos nosotros: orar. Orar con sinceridad de corazón, no para pedir lo que nos apetece sino lo que el Padre quiere que hagamos. Es una decisión 86 Las huellas de Dios


sincera que surge de una voluntad pura, es una entrega amorosa y confiada que implica donación total de sí mismo. También hay una enseñanza directa y un mandato claro:”Oren para no caer en la tentación” (Lc. 22, 40). Esto no se aplica solo a este pasaje sino a toda nuestra vida de fe. Sin la oración estamos vulnerables, pobres en la voluntad y faltos de valor. Por otro lado, Él mismo ora: “Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”(Lc. 22, 42). Esta reflexión la encontramos también en la oración del Padrenuestro: “Hágase Tu voluntad en la Tierra como en el Cielo” (Lc. 11, 2-4). Creo que la oración y la obediencia, la entrega total de nuestra vida a la voluntad del Padre es la respuesta justa al amor que nos brinda cada día, en cada cosa, en todos nuestros planes y santos deseos. •

Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba. En medio de la angustia él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo. (Lc. 22, 43-44)

¡Qué doloroso es sentirse tan solo y agobiado Carlos García Eberlé 87


por tantas infamias! Un trance, una angustia muy difícil de imaginar, por la simple razón de la infinita capacidad de amar de Jesús, en esa misma dimensión se puede imaginar tamaño dolor. Jesús llora, está asumiendo en sí mismo todos los pecados del mundo, de todos los hombres, de todos los tiempos; siente el peso de todos los crímenes y abominaciones infligidas a su propio Padre. Como hombre lo siente en carne propia y como Hijo de Dios es mucho mayor el agravio que recibe. Las ofensas a su Padre y la perdición de tantas almas muertas por el pecado, incapaces de reconciliarse por sí mismas con Dios. Sabe que tendrá que dar su vida en rescate por nosotros, sabe que se donará a sí mismo como una ofrenda pura, perfecta a su Padre. Está solo, hasta sus más íntimos amigos se han ido o están durmiendo, no pueden imaginar el valor de esta entrega, la infinita misericordia de Dios que entregó a su propio Hijo para que diera su vida por nosotros y sufriera todos los horrores de la traición, el desprecio, la humillación, el castigo, la burla, el abandono, las injurias, cargar la Cruz por todos nosotros y sufrir la muerte, y muerte de cruz. Él está dispuesto, porque Su amor por nosotros y la obediencia a Su Padre es 88 Las huellas de Dios


perfecta. Los apóstoles duermen, están ajenos a la tragedia que se está por consumar. Nosotros hoy estamos dormidos, dormidos por la tristeza; no tenemos la voluntad atenta para orar lo suficiente, estar alerta. •Jesús les dijo: ”¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación” (Lc. 22, 46) Debemos reflexionar nuestro modo actual de vivir la fe, hoy. Estamos dormidos, insensibles, indiferentes y materializados, hemos adquirido la cultura del hombre “light”: sin compromiso, sin responsabilidad, con ventaja, tratando de obtener el mayor beneficio de cualquier cosa, al menor costo, sin importar si es honesto o no. El hedonismo y el placer son sus valores y el dinero es su Dios, ante quien se arrodilla. Si hemos de imitar a Jesús, evidentemente éste no es el camino. Hay que despertar a una vida nueva, llena de amor y en paz, confiando totalmente en la providencia y amando verdaderamente al único Dios, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra voluntad, con nuestra inteligencia y nuestro corazón, con todo nuestro ser, y al prójimo como a nosotros mismos. Aún hay más, porque Jesús nos dice: Carlos García Eberlé 89


“Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros” (J.n 13, 34). Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (Mt 27, 26; Mc 15, 15; Jn. 19, 1)

“Pilato mandó entonces a azotar a Jesús”(Jn. 19, 1) Pilato les dijo: “¿Qué mal ha hecho?”. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: “¡Crucifícalo!”. Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado. (Mc. 15, 14-15) Jesús no hizo nada malo, por el contrario, todas sus palabras, gestos y obras fueron actos de amor misericordioso durante toda su vida. Contemplamos una situación de flagrante injusticia, la masa del pueblo grita: ¡Crucifícalo! muy posiblemente alentados por los sumos sacerdotes y los escribas, quienes buscaban la oportunidad para matarlo, sabiendo, con seguridad que era inocente. Probablemente había entre la multitud muchos a quienes Jesús se les manifestó con palabras y prodigios, tal vez alguno de ellos había recibido en carne propia una sanación. Carlos García Eberlé 91


Pero, sin embargo, puede más la excitación, la maldad, el espectáculo, la alienación. Piden algo que los convertiría en una masa de malhechores, capaces de cometer la mayor barbarie en toda la historia de la humanidad. El Pueblo Elegido decide matar a su Dios. Esta realidad nos debería impactar y transformar completamente, hasta la médula de nuestros huesos y lo más profundo de nuestro corazón. Todo pecado grave significa sumarle otro dolor a su pasión, otra vez, una vez más. Decidir la muerte de alguien es ya materia grave, decidir la muerte de un amigo, es indescriptiblemente perverso, pero decidir y desear la ejecución más humillante y dolorosa de nuestro buen Jesús, el Hijo de Dios Vivo, por parte de su Pueblo Elegido es sencillamente incalificable, una afrenta a Dios que escapa los límites humanos de la maldad. Sin embargo, antes, Pilato pone en libertad a Barrabás y hace azotar a Jesús con una ferocidad indescriptible; se calculan unos ciento treinta azotes con látigos que contenían plomos en los extremos, para desgarrar la carne en cada golpe. Barrabás: un asesino; Jesús: Hijo de Dios, santo de los santos. Jesús es condenado. Puede parecer un hecho histórico que pasó por única vez; de 92 Las huellas de Dios


hecho Cristo, allá y entonces, fue condenado, azotado y muerto. Pero hoy volvemos, con la ambición desmedida, con la apariencia social de “buenas personas”, “bien vestidas”, a matar impunemente con guantes blancos, desde suntuosas oficinas, sin ensuciarnos el cuerpo pero con el corazón lleno de malicia. Admitimos o realizamos abortos con una crueldad indescriptible; sin defender la vida de miles de bebés que nunca podrán ver la luz. Una sociedad indiferente que calla y mata, simulando que nada sucede. También podemos pensar en el flagelo de la droga, de la trata de personas, de los pecados sociales, el hambre, la pobreza administrada por los poderosos, y otras muchas abominaciones. A pesar de todo lo opuesto al amor (odio, venganza, soberbia, etc.) que contemplamos hoy en el mundo, abramos el corazón al mensaje de amor misericordioso de Jesús, que nos enseña: •

“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos” (Mt. 5, 44-45) Carlos García Eberlé 93


Contamos con la ayuda del Espíritu Santo, con la Gracia que es la vida de Dios en mí, para poder obrar y rogar por mis ofensores y perseguidores. Si seguimos a Jesús debemos hacer lo que es grato a Él, lo que nos pide: •

“Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo” (Mt. 5, 48)

Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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TERCER MISTERIO DOLOROSO JESÚS ES CORONADO DE ESPINAS

(Mt. 27, 27-31; Mc. 15, 16-20; Jn. 19, 2-3)

“Los soldados tejieron una corona de espinas, y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron un manto de color púrpura,…” (Jn. 19, 2) Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor de él. Entonces lo desvistieron y le pusieron un manto rojo. Luego trajeron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: “Salud, rey de los judíos”. Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza (Mt. 27, 27- 30) Recordemos que Jesús ha sido llevado al pretorio luego de haber sido azotado salvajemente, casi hasta matarlo. Está desfigurado, herido, golpeado, pero no es suficiente. Ahora quieren arrancarle su dignidad, quieren maltratarlo moralmente, destruirlo psicológicamente, difamarlo públicamente y al escupirlo mostrar a la sociedad que es “un desperdicio”, algo que debe ser desechado. Me llama la atención la Carlos García Eberlé 95


estructura de pecado, el nivel de maldad que el hombre es capaz de alcanzar. Los verdugos han obrado con gran crueldad, afectando tanto la dimensión humana como divina de Jesucristo. •

Pilato volvió a salir y les dijo:”Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún motivo de condena”. Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto de color púrpura. Pilato les dijo: “¡Aquí tienen al hombre!”. Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!” Pilato les dijo: “Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo” (Jn. 19, 4-6)

Pilato sabe bien que Jesús es inocente, pero está balanceando el peso político que acarreará la decisión de liberarlo. Un desborde social con violencia no le conviene, es necesario negociar. Si para lograr calmar a la multitud enardecida es necesario matar un inocente, no hay problema. Un solo hombre muerto y todo en paz…adelante. Pilato se lava las manos, pero no puede lavar su conciencia, 96 Las huellas de Dios


sabe que acaba de decidir entregar a la muerte a un inocente. La crucifixión es decidir una muerte torturante; agonía lenta de quien está dispuesto a dar la vida por nosotros, Jesús. Es bueno saber que el amor misericordioso de Dios manifiesta en estos tormentos un nivel infinito, un misterio de amor que salvará a la humanidad caída por el pecado. A la hora de quejarnos por nuestras incomodidades, nuestras penas y dolores, la incomprensión de la gente cuando obramos el bien, nuestras enfermedades y los desprecios de una sociedad de espaldas a Dios, recordemos la enseñanza de vida de nuestro Señor. No busquemos el placer y la comodidad, la satisfacción de nuestros deseos. Más bien busquemos agradar a Dios y cumplir amorosamente con su mandato de amor. Recordemos que hemos sido creados para conocer, servir y amar a Dios y gozar plenamente de su presencia en la Vida Eterna. Quitemos el YO de nuestras vidas para colocar un nosotros, que no significa perder la identidad sino aprender a realizarme con los otros. Nos salvamos en racimo, el individualismo atenta contra la caridad hasta el punto de matar a un inocente. El planteo inicial de cómo vivir es importante. Es necesario saber quién soy, de dónde Carlos García Eberlé 97


vengo y a dónde voy. Descubrir el sentido de la vida que no implica solo un aspecto social, de satisfacciones y placeres, en el cual el poder, el tener y el placer justifican los actos. Somos hijos de Dios, amados por Él hasta el extremo. Debemos vivir como tales, con un sentido trascendente, somos peregrinos que caminamos hacia la casa del Padre. Estamos llamados a vivir la Gloria de Dios y confiamos en su Gracia para alcanzarla Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. ( Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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CUARTO MISTERIO DOLOROSO JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS CAMINO DEL CALVARIO

(Mc. 15, 21-22; Lc. 23, 26-32; Jn. 19, 17)

“Jesús cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado “del Cráneo”, en hebreo, “Gólgota”. (Jn. 19, 17) •

Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado “del Cráneo”, en hebreo, “Gólgota” (Jn. 19, 17)

Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús (Lc. 23, 26)

Jesús ha sido castigado y humillado con tal ferocidad que ningún hombre ha padecido hasta hoy tales maltratos. Está casi muerto, pero aún debe llevar la cruz hasta el lugar destinado a su crucifixión, son como novecientos metros en ascenso. Un hombre fuerte y robusto y sin padecer ningún maltrato, debería realizar un esfuerzo muy grande. Jesús está al límite; sin embargo, todavía lo golpean Carlos García Eberlé 99


y le exigen que cargue la cruz. Una cruz que él toma para salvarnos de la condenación eterna. Son nuestros pecados los que van a crucificar a Jesús. La cruz que le obligan cargar al Cireneo nos deja enseñanza: hay otras cruces que no son nuestras pero que sin embargo debemos cargarlas, con amor y buena disposición. Son las múltiples formas de la caridad, las obras de misericordia que el Señor nos permite experimentar para crecer en el conocimiento del Amor. Nosotros también tenemos que cargar nuestras propias cruces, aceptándolas con serenidad de acuerdo a nuestra propia capacidad, soportándolas con valor y asociándonos al sacrificio de la Cruz de Cristo que en su sabiduría infinita nos dice: •

“El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.” (Lc. 9, 23-24)

La sabiduría de Dios sólo es comparable a sí misma porque Él es infinito, por eso sus mandatos nos resultan muchas veces 100Las huellas de Dios


incomprensibles y hasta contradictorios. Hay una clave para comprender sus misterios: su gran amor; un amor capaz de darlo todo por nosotros, hasta su propia vida. Cristo nos invita a ser semejantes a Él, a vivir un amor misericordioso, sin límites, pleno. Renunciar a nosotros mismos es el inicio del itinerario amoroso que Jesús nos propone. Es necesario vencer el “ego” para poder amar de verdad. El segundo paso es tomar nuestra cruz, la de todos los días, dificultades y dolores, enfermedades y problemas. El tercer paso exige la madurez de la fe: seguir a Jesús implica ser obediente a sus enseñanzas, ser dócil a su llamado, rechazar el pecado y ofrecernos al Él con la disponibilidad de la Virgen María, nuestra Madre. “María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. (Lc. 1, 38) ¡Qué hermoso! Dejarnos modelar por Él “como cera blanda entre sus manos”. No hay piedra preciosa que no necesite ser pulida y frotada para alcanzar su brillo, ni metal precioso que no deba ser fundido para ser purificado y modelado según la imagen del artista. Sin la cruz no hay salvación. ¡Gracias Señor! por revelarme el camino de salvación y ayudarme a llevar mi propia cruz de cada Carlos García Eberlé101


día. Ayúdame a aceptarla, desearla, amarla, besarla, abrazarla como Tú, hasta que llegue a tus brazos amorosos en el Cielo. Bendigo, Señor, la cruz de cada día en tu santo nombre y me entrego del todo a Ti para amarte, adorarte y glorificarte todos los días de mi vida, con alegría y en paz. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. ( Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

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QUINTO MISTERIO DOLOROSO LA CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (Jn. 19, 15-34; Mc. 15, 23-25)

“Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en el medio” (Jn. 19, 18) Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de la condena decía: “El rey de los judíos”. Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda (Mc. 15, 23-28) Jesús ha sido castigado y humillado hasta el extremo, le dieron a beber una mezcla miserable, que no pudo beberla. Fue despojado de sus vestiduras sin importarles la violencia moral de tales actos, la violación de su intimidad y el pudor, al exponerlo desnudo ante todo el pueblo. La crucifixión no fue realizada precisamente con delicadeza, al contrario, con gran fuerza y saña, causándole un dolor inimaginable con los clavos. Carlos García Eberlé103


Llama la atención la inscripción “Rey de los Judíos” por el hecho de que fue juzgado por el pueblo elegido, siendo Él el Hijo de Dios. No entendieron el mensaje del amor que había en cada uno de sus gestos, palabras y obras. No aceptaron en el corazón su mensaje, su plan de salvación. El hecho de colocarlo en el medio de dos bandidos fue para humillarlo aún más, pretendiendo asociarlo a esa clase de personas. •

Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: “¡Eh, tú, que destruyes el templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!” (Mc. 15, 29-30)

Es bueno detenernos a meditar lo que habrá sentido Jesús en lo más íntimo de su corazón. •

Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: “Eloi, Eloi, lamá sabactani” que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc. 15, 33-34)

Quiero entender que los apóstoles, a quienes Jesús eligió para que recibieran la verdad de su 104Las huellas de Dios


mensaje, y habían visto sus obras y prodigios, no estaban allí por miedo de ser juzgados cómplices y probablemente ser condenados a muerte. Sin embargo, Juan, el discípulo más joven, la Virgen María, Madre de Jesús, y otras mujeres estuvieron allí y tuvieron el valor y la fortaleza. Quisiera pensar que hoy, que conocemos la verdad revelada, seremos valientes a la hora de dar testimonio de Jesús, sin vergüenza de pronunciar su santo nombre, anunciando con convicción y valor el Evangelio, la Buena Noticia de la salvación. •

El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús con un grito, exclamó: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y diciendo esto expiró” (Lc. 23, 45-46)

El significado de la muerte de Jesús, que lo dio todo por amor, que entregó su propia vida para reconciliarnos con el Padre y devolvernos la dignidad de hijos de Dios, debe movilizar todo nuestro ser, convertirnos, transformarnos. No podemos ser indiferentes a semejante gesto de amor. El libro sigue siendo el instrumento de conocimiento, el medio por el cual se aprende, se enseña, se comparte, se educa. La Carlos García Eberlé105


santa doctora de la Iglesia, Catalina de Siena, nos enseña el libro con el cual podemos aprender a amar a Dios y a los hombres: el madero de la Cruz escrito con sangre, para leerlo con amor a la luz de la fe. Con esta mirada contemplativa se puede leer en las llagas de Cristo y conocer la omnipotencia infinita de Dios, su amor por nosotros. En esas páginas encontraremos toda la verdad, todo el amor, toda la paz, toda la esperanza, toda la enseñanza de la alegría de vivir como verdaderos hijos de Dios. En las Laudes del Jueves de Ceniza, encontramos un Himno que es hermoso para meditarlo en este Misterio. No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme al verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, y, aunque no hubiera infierno, te temiera. 106Las huellas de Dios


No tienes que me dar porque te quiera; pues, aunque cuanto espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. Amén Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. ( Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Por las intenciones del Santo Padre: Rezamos: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria

Para finalizar rezamos una Salve a Nuestra Madre. También podemos rezar las Letanías Lauretanas u otras Letanías Marianas.

Carlos García Eberlé107


PARAÍSO Yo mismo te haré conocer el paraíso, para que goces de las maravillas de los hijos de Dios, que puedas ser viento y viajar donde quieras, y ser fuego y vivir ese fuego... y sentirte tú mismo cielo y abarcar la eternidad; y como las aves volar libres, en inmensos paisajes... solo guiado por tus ansias de vivir. Serás estrella si lo deseas, y podrás refulgir en las noches con esplendor llevando mi Luz. Verás lo que nunca imaginaste, y por fin...serás lo que yo espero que tú seas. Tendrás tu cielo conmigo para siempre... No dudes... no desesperes... no tengas prisa... vive tu amor sin desmayos... en mí... que yo te guardo. En mi Sagrado Corazón tienes tu templo... donde solo mi Luz te baña e ilumina. No te detengas... yo mismo te haré conocer el Paraíso... si aguardas un instante... sí, solo eso, si te alcanza mi Amor de Vida Eterna... confía en mí, hijo mío... yo mismo te daré mi Paraíso Carlos A. García Eberlé 108Las huellas de Dios


PRIMER MISTERIO GLORIOSO LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

(Mt. 28, 1-10; Mc. 16, 1-8; Lc. 24, 1-10; Jn. 20, 1-29)

“El Ángel dijo a las mujeres: No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho” (Mt. 28, 5-6) Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar al sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: “No teman, yo se que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán”. Esto es lo que tenía que decirles”. Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y corrieron a dar la noticia a los discípulos (Mt. 28, 1-8) Carlos García Eberlé109


En este relato contemplamos un hecho extraordinario: la Resurrección de Jesucristo. ¡Qué difícil entenderlo! Sin embargo, todo lo que anunció Jesús se cumplió exactamente como Él lo dijo. Con la Resurrección, Cristo nos confirma plenamente su amor por nosotros; es la garantía de nuestra fe. San Pablo dice: “Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados” (1Cor. 15, 17). Continúa diciendo: “Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos” (1Cor. 15, 20) La resurrección es el triunfo de la vida sobre la muerte. Con su Cruz y su Resurrección, Cristo nos sacó de la muerte a la vida, de la condenación a la salvación, del pecado a la gracia, de las tinieblas a la luz, de la desesperanza a una esperanza que no defrauda. Nos reconcilió con el Padre y nos permitió recuperar nuestra condición de hijos de Dios. Independientemente de la reflexión teológica, la maravilla indescriptible y extraordinaria de la resurrección nos demuestra de manera patente lo prometido y nos asegura una vida eterna perfecta junto a Dios, no solamente con el alma, sino también con nuestro cuerpo, pero más aún, “perfeccionado”. 110Las huellas de Dios


Este hecho singular puede orientar mi vida en línea recta con certeza de lo prometido por Dios. No solo por la fe, sino por la Revelación. Cristo manifestó al Dios escondido del Antiguo Testamento y nos hizo conocer su Gloria. No puedo tener excusas para no seguirlo, solo Él tiene palabras de vida eterna y me invita a vivir una felicidad absoluta junto a Él. Cuando recibimos a Cristo en la Eucaristía, el Dios total, en cuerpo, alma, sangre y divinidad, que viene a nuestro encuentro, nos hacemos uno con Él. Participando con este hecho, ya desde ahora gozamos de la Vida Eterna, aunque todavía no plenamente; la tendremos así cuando el Señor nos resucite. La forma perfecta, que nos devuelve la dignidad de hijos de Dios, para dialogar con Él cara a cara y vivir para siempre junto a Él sin separarnos jamás . San Pablo dice: “Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto” (Rom. 8, 22) Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Carlos García Eberlé 111


SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO LA ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO AL CIELO (Mc. 16, 19; Lc. 24, 50-52)

“Después de decirles esto, el Señor Jesús, fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios” (Mc. 16, 19) Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios (Mc. 16, 19) Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría (Lc. 24, 50-52) La ascensión al cielo de nuestro Señor nos maravilla, nos llena de asombro y alegría, al mismo tiempo que confirma todo lo prometido por Él. También nos muestra el camino que nos espera a todos los que creemos en él. Sabemos que hemos sido creados por Dios para conocerlo, amarlo y servirlo en este mundo y gozar para siempre en su presencia 112Las huellas de Dios


en la eternidad. El hombre fue creado para vivir en comunión con Dios, porque solo en Él encuentra la plena felicidad. “Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo” (Jn. 17, 3). El destino final de todos los bautizados es vivir con la Santísima Trinidad por toda la eternidad. Es una verdad revelada por Cristo que se cumplirá. “Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado,...” (Jn. 17, 24) Sabemos que Jesús verdaderamente ascendió al cielo y también nosotros estaremos con él, junto al Padre y el Espíritu Santo por toda la eternidad, de un modo perfecto. Cuando lo recibimos en la Eucaristía nos hacemos uno con él y podemos gustar del cielo prometido, pero mientras permanezcamos en el mundo no podemos permanecer en esa realidad, la cual se consumará después de esta vida. Es una certeza porque es una promesa de Dios y Él es la Verdad. Cuando asistimos al lecho de muerte de un ser querido nos acucian muchas preguntas que surgen entremezcladas, también, a veces , con las dudas que plantea el enigma de la muerte. Sin embargo, lo que el Señor ha Carlos García Eberlé113


prometido siempre se cumple, de modo que en Él encontramos la Vida eterna, la paz y el amor misericordioso de Dios que es infinito, inimaginable, maravilloso. La muerte ha sido vencida para siempre por Aquel que nos amó hasta dar su vida por nosotros. Por la fe sabemos con certeza que la muerte de un cristiano en gracia es como el día de la graduación. Se abren las puertas del cielo y por la infinita misericordia de Dios seremos llevados a su presencia. Es el día más feliz de toda nuestra vida, la meta, la realización total, el gran momento de mi encuentro con Dios, mi amado. Dejemos las angustias pasajeras, los dolores y desalientos, el Señor nos espera y el tiempo corre veloz para el gran banquete celestial, absoluto en su magnificencia. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

114Las huellas de Dios


TERCER MISTERIO GLORIOSO LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE MARÍA SANTÍSIMA Y LOS APÓSTOLES (Hch. 2, 1-13)

“Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo…”(Hch. 2, 3-4) Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido semejante a una ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse (Hch. 2, 1-4) La venida del Espíritu Santo que contemplamos en este pasaje es la confirmación de la promesa de Jesús. Él dijo: “Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que siempre esté con ustedes: el Espíritu de la Verdad” (Jn. 14, 15-17). Carlos García Eberlé115


Había en Jerusalén unos judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos, y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios” (Hch. 2, 5-11) Esta presencia de fuego del amor de Dios entre nosotros es tan extraordinaria, fuerte y viva que puede hacer realidad todo lo que deseamos con sinceridad de corazón. Nos concede los siete dones espirituales: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios. Es la tercera Persona de la Trinidad. En el credo nicenoconstantinopolitano proclamamos: Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre 116Las huellas de Dios


y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. En el Catecismo de la Iglesia Católica encontramos: La Iglesia, comunión viviente en la fe de los apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conocimiento del Espíritu Santo: •En las Escrituras que Él ha inspirado; •En la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales; •En el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste; •En la Liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo; •En la oración en la cual Él intercede por nosotros; •En los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia; •En los signos de la vida apostólica y misionera; •En el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su Santidad y continúa la obra de la Salvación. Podría sorprendernos y hasta alarmarnos que hubiera habido algunos que no hayan descubierto en los signos que acababan de presenciar la presencia viva del Espíritu Santo. Carlos García Eberlé117


Unos a otros se decían con asombro: “¿Qué significa esto?”. Algunos burlándose, comentaban: “Han tomado demasiado vino” (Hch. 2, 12-13) Sin embargo, aún hoy, después de dos mil años de vida de la Iglesia y de millones de signos y prodigios, milagros y mártires, vidas ejemplares de santos, dones y gracias recibidas, hay quienes dudan, se burlan o son tibios: ateísmo práctico, viviendo una fe a la carta, a su antojo. Primer discurso de Pedro Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: “Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido. Estos hombres no están ebrios, como ustedes suponen, ya que no son más de las nueve de la mañana, sino que se está cumpliendo lo que dijo el profeta Joel: En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos. 118Las huellas de Dios


Más aún, derramaré mi Espíritu sobre mis servidores y servidoras, y ellos profetizarán. Haré prodigios arriba, en el cielo, y signos abajo, en la Tierra: verán sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que llegue el Día del Señor, día grande y glorioso. Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Hch. 2, 14-21) La mayor experiencia de amor que el espíritu humano puede ser capaz de vivir es dejarse amar por el amor de los amores, el Espíritu Santo, del cual somos templos vivos. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Carlos García Eberlé119


CUARTO MISTERIO GLORIOSO LA ASUNCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA AL CIELO (Salmo 45, 14-18)

“Embellecida con corales engarzados en oro y vestida de brocado, es llevada hasta el rey”(Sal. 45, 14-15) Embellecida con corales engarzados en oro y vestida de brocado, es llevada hasta el rey. Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían; con gozo y alegría entran al palacio real. Tus hijos ocuparán el lugar de tus padres, y los pondrás como príncipes por toda la tierra. Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones; por eso, los pueblos te alabarán eternamente. (Sal. 45, 14-18) La Asunción de María Santísima al cielo nos da una confirmación de las promesas de Dios cumplidas en ella, que se harán extensivas a todos los bautizados. Jesús nos promete: “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, 120Las huellas de Dios


se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes” (Jn. 14, 2-3) El hecho de que nuestra Madre nos preceda nos tranquiliza y nos llena de gozo, porque como mediadora de todas las gracias estará velando por nosotros junto al Padre. Nos guiará por el recto camino para fortalecernos en el seguimiento de su Hijo; orará por nosotros y con nosotros. Cuando llegue el tiempo propicio que el Señor nos tiene reservado a cada uno su infinita misericordia hará posible que podamos gustar la presencia viva de Dios en su Casa, en comunión con los ángeles y los santos. Al meditar estos misterios, inmediatamente se nos presenta la necesidad de revisar nuestra vida, nuestros actos, la orientación que le damos a las aspiraciones de nuestra vida diaria. Si nuestra meta es el cielo, procuraremos acumular tesoros en el cielo y dejar aquellos que son solo bienes materiales que la polilla destruye, el óxido corroe y los ladrones ambicionan. Tal vez sea necesario recordar: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? De acuerdo Carlos García Eberlé121


a una seria consideración del destino que Dios me tiene reservado obraré conforme a su santa voluntad. La clave para obrar de acuerdo a la voluntad de Dios es bien simple, aunque es una decisión del corazón para toda la vida: amar, amar como Dios nos amó y nos ama. Amar a Dios con todo el corazón, con todas nuestras fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mt. 22, 37-39; Mc. 12, 29-31). Por eso, cuando le preguntaron a Jesús cuál es el primero de los mandamientos, Jesús respondió: “El primero es: Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos” (Mc. 12, 29-31) Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

122Las huellas de Dios


QUINTO MISTERIO GLORIOSO LA CORONACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA COMO REINA Y SEÑORA DE TODO LO CREADO (Ap 12, 1)

“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer, revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza”(Apoc. 12, 1) Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. (Ap. 12, 1) La Coronación de la Virgen María Santísima es la confirmación definitiva de la predilección que Dios tuvo por elle al librarla del pecado original y hacerla partícipe del plan de salvación para toda la humanidad; pero al mismo tiempo, una prueba patente de la fidelidad de María, de su Sí, que perdura por los siglos. Ella siguió el Camino, vivió la Verdad encarnada en su seno virginal y dio su vida por la Vida: Jesucristo, nuestro salvador. Vivió el Misterio de la Salvación en una perfección difícil de imitar, hasta el fin, hasta que el Plan de Dios fuera consumado. Carlos García Eberlé123


María nos enseña cómo vivir conforme a la voluntad de Dios en todo momento y en todo lugar: docilidad al llamado de Dios, disponibilidad de corazón, entrega total, obediencia perfecta, servicio amoroso, sacrificio, paciencia, una fe inquebrantable, esperanza absoluta y amor verdadero. Sabemos por experiencia humana natural que nuestra madre es la guía segura para nuestros pasos. Cuando nacemos ella nos alimenta, nos limpia de toda inmundicia, nos perfuma, nos canta, nos abraza con ternura, vela nuestro sueño y nos ama con todo el corazón. La Virgen María verdaderamente asumió la maternidad de toda la humanidad en un grado tan alto que es difícil de imaginar pero que la cumplió hasta el fin. Aún cuando no dispongamos de datos precisos podemos imaginar que en la vida de Jesús ella estuvo cerca, comprometida y participante de los actos y signos que Él realizó. Seguramente ella oró por quienes crucificaron a su Hijo, todavía ora por todos nosotros pecadores, e intercede ante el Padre por nuestra salvación. Es difícil encontrar a alguien que pueda perdonar a un malhechor, es más difícil encontrar a quien se ocupe de cuidar de un asesino. Pero la prueba mayor es encontrar a una Madre que se ocupe de salvar a los asesinos de su propio hijo y a quienes aún 124Las huellas de Dios


hoy le siguen poniendo clavos en la Cruz. Tenemos un Padre cuyo amor misericordioso es tan inmenso que no lo podemos abarcar en todo su esplendor y solo alcanzamos a contemplarlo como un misterio; que es capaz de enviar a su propio Hijo para salvar a toda la humanidad pecadora y que por su amor infinito permitió que muriera en la Cruz para redimirnos. Jesucristo, Hijo único de Dios, dio su vida por nosotros para salvarnos de la condenación eterna y fue totalmente obediente al Padre, hasta dar su propia vida. Dejémonos de una vez por todas abrazar por nuestra Madre que nos espera en el cielo para arrullarnos, cuidarnos y mimarnos por toda la eternidad, y decidámonos vivir para siempre en gracia, para gozar infinitamente de la ternura de Dios, sus ángeles y su santos y los cuidados amorosos de nuestra Madre celestial. Señor, concédeme la gracia de seguir tus huellas con santidad y justicia. (Rezamos: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)

Por las intenciones del Santo Padre:

Rezamos: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria

Para finalizar rezamos una Salve a Nuestra Madre. También podemos rezar las Letanías Lauretanas u otras Letanías Marianas. Carlos García Eberlé125


LAS QUINCE PROMESAS DE LA VIRGEN MARÍA A QUIENES RECEN EL ROSARIO 1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. 2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. 3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías. 4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán! 5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá. 6.- El que con devoción rezare mi Rosario, contemplando los misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracia, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna. 126Las huellas de Dios


7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los auxilios de la Iglesia. 8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados. 9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario. 10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular. 11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente. 12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. 13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo. 14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

Carlos García Eberlé127


LETANÍAS LAURETANAS DE LA VIRGEN MARIA Guía: Señor, ten piedad R: Señor, ten piedad Guía: Cristo, ten piedad R: Cristo, ten piedad Guía: Señor, ten piedad R: Señor, ten piedad Guía: Cristo, óyenos R: Cristo, óyenos Guía: Cristo, escúchanos R: Cristo, escúchanos Guía: Dios, Padre celestial R: Ten piedad de nosotros Guía: Dios, Hijo, Redentor del mundo R: Ten piedad de nosotros Guía: Dios, Espíritu Santo R: Ten piedad de nosotros Guía: Santísima Trinidad, un solo Dios R: Ten piedad de nosotros (Respondemos todos: Ruega por nosotros) Guía: Santa María Santa Madre de Dios, 128Las huellas de Dios


Santa Virgen de las Vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre siempre virgen, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, Madre de misericordia, Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de justicia, Trono de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso de insigne devoción, Rosa mística, Torre de David, Carlos García Eberlé129


Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la Alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consoladora de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los Ángeles, Reina de los Patriarcas, Reina de los Profetas, Reina de los Apóstoles, Reina de los Mártires, Reina de los Confesores, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, Reina concebida sin pecado original, Reina asunta a los Cielos, Reina del Santísimo Rosario, Reina de la familia, Reina de la paz. Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo R: Perdónanos, Señor. Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo 130Las huellas de Dios


R: Escúchanos, Señor. Guía: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo R: Ten misericordia de nosotros. Guía: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. ORACIÓN Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Carlos García Eberlé131


LETANÍAS DE LA VIRGEN MARÍA DE LA ORDEN DE PREDICADORES DE SANTO DOMINGO Guía: Señor, ten piedad, R: Señor, ten piedad Guía: Cristo, ten piedad, R: Cristo, ten piedad Guía: Señor, ten piedad, R: Señor, ten piedad Guía: Cristo, óyenos, R: Cristo, óyenos Guía: Cristo, escúchanos, R: Cristo, escúchanos Guía: Dios, Padre celestial, R: Ten misericordia de nosotros Guía: Dios, Hijo, Redentor del mundo, R: Ten misericordia de nosotros Guía: Dios, Espíritu Santo, R: Ten misericordia de nosotros Guía: Trinidad Santa, un solo Dios, R: Ten misericordia de nosotros Guía: Respondemos nosotros

todos:

Santa María, Madre Santísima de Cristo, 132Las huellas de Dios

Ruega

por


Santa María Virgen, Madre de Dios, Santa María, madre desposada, Santa María, madre inviolada Santa María, Virgen de las vírgenes, Santa María, siempre Virgen, Santa María, llena de la gracia de Dios, Santa María, hija del Rey eterno, Santa María, Madre y esposa de Cristo, Santa María, templo del Espíritu Santo, Santa María, reina de los cielos, Santa María, señora de los ángeles, Santa María, escala del cielo, Santa María, puerta del paraíso, Santa María, madre y señora nuestra, Santa María, verdadera esperanza nuestra, Santa María, madre nueva de los hombres, Santa María, fe de los creyentes, Santa María, amor perfecto de Dios, Santa María, reina nuestra, Santa María, fuente de dulzura, Santa María, madre de misericordia, Santa María, madre del Príncipe eterno, Santa María, madre del Consejo verdadero, Santa María, madre de la verdadera fe, Santa María, resurrección nuestra, Santa María, renovación de toda criatura, Santa María, madre de la Luz eterna, Santa María, que sostienes al que todo lo sostiene, Carlos García Eberlé133


Santa María, mérito de la divina encarnación, Santa María, alcoba del tesoro celestial, Santa María, madre del Hacedor de todas las cosas, Santa María, arcano de la decisión divina, Santa María, verdadera salvación nuestra, Santa María, tesoro de los fieles, Santa María, señora hermosísima, Santa María, mensajera llena de alegría, Santa María, madre del gozo verdadero, Santa María, camino nuestro hacia el Señor, Santa María, abogada nuestra, Santa María, estrella esplendentísima del cielo, Santa María, más brillante que la luna, Santa María, más luminosa que el sol, Santa María, Madre del Dios eterno, Santa María, destructora de las tinieblas de la noche eterna, Santa María, destructora del documento de nuestra condena, Santa María, fuente de la verdadera sabiduría, Santa María, nuestro gozo inconmensurable, Santa María, deseo de la patria celestial, Santa María, espejo de la contemplación divina, Santa María, la más bienaventurada de los bienaventurados, 134Las huellas de Dios


Santa María, la más digna de toda alabanza, Santa María, señora clementísima, Santa María, consoladora de los que se refugian en ti, Santa María, llena de piedad, Santa María, sobreabundante de toda dulzura, Santa María, hermosura de los ángeles, Santa María, flor de los patriarcas, Santa María, humildad de los profetas, Santa María, tesoro de los apóstoles, Santa María, alabanza de los mártires, Santa María, glorificación de los sacerdotes, Santa María, ornato de las vírgenes, Santa María, lirio de pureza, Santa María, bendita entre las mujeres, Santa María, refugio de los pecadores, Santa María, alabanza de los justos, Santa María, conocedora de los secretos de Dios, Santa María, la más santa entre todas las mujeres, Santa María, señora ilustrísima, Santa María, perla del Esposo celestial Santa María, palacio de Cristo Santa María, Virgen Inmaculada, Santa María, templo del Señor, Santa María, gloria de Jerusalén, Santa María, alegría de Israel, Carlos García Eberlé135


Santa María, hija de Dios, Saeta María, esposa amantísima de Cristo, Santa María, estrella del mar, Santa María, diadema en la cabeza del supremo Rey, Santa María, la más digna de todo honor, Santa María, llena de toda dulzura, Santa María, mérito del reino celestial, Santa María, puerta de la vida celestial, Santa María, puerta cerrada y abierta, Santa María, medio para llegar hasta al Señor, Santa María, rosa que no se marchita, Santa María, lo más precioso de la creación, Santa María, más deseada que todo tesoro, Santa María, más excelsa que el cielo, Santa María, más pura que todos los ángeles, Santa María, alegría de los arcángeles, Santa María, júbilo de todos los santos, Santa María, honor, alabanza, gloria y confianza nuestra, Santa María, extiende tu mano y toca nuestro corazón para que nos ilumines y libres a nosotros pecadores, Guía: Respondemos todos: María, hija de Dios, míranos María, hija de Joaquín,ámanos María, hija de Ana, acógenos

136Las huellas de Dios


Cordera de Dios, tú, puerta de la esperanza, llévanos al Hijo Cordera de Dios, tú únenos a él, lirio virginal Cordera de Dios, danos el reino del descanso, después de este destierro Rezamos: Padre nuestro, Avemaría y Gloria. V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo. V. Hazme digno de alabarte, Virgen Sagrada. R. Dame fuerza contra tus enemigos. V. Señor, escucha mi oración. R. Y llegue a Ti mi clamor. ORACIÓN Oh Señor, te rogamos que por la intercesión de la santa y gloriosa Madre de Dios, María, y todos sus santos, defiendas nuestra Casa y nuestra Orden de toda adversidad y protégenos con clemencia de las insidias de los enemigos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Carlos García Eberlé137


REZ0 DEL ROSARIO EN COMUNIDAD: LA CUERDA DE LA GRACIA (Modo optativo de rezar el santo Rosario)

Estamos acostumbrados a rezar el Santo Rosario, individualmente o en grupo, cada uno con su coronilla. Sabemos que el rosario de la Virgen María posee un cuerpo que es la oración vocal y un alma que es la contemplación de los misterios de Cristo. También podemos asignarle a esta magnífica oración una dimensión natural, lo que nosotros hacemos, y una dimensión sobrenatural, en lo que Dios construye en nosotros. Por inspiración del Espíritu Santo descubrimos una forma de rezar, conservando todos los valores y elementos de esta oración. Por otra parte, el rezo en comunidad nos ayuda a crecer como Iglesia.

138Las huellas de Dios


ELEMENTOS NECESARIOS EN EL REZO DEL SANTO ROSARIO (La Cuerda de la Gracia)

1- Una cuerda gruesa (1cm de diámetro aprox.), de unos 30 metros de largo. 2- Una Cruz de 30 a 60 centímetros de altura aprox. 3- Una cinta de seda color rojo de unos 3 centímetros de ancho y 50 centímetros de largo. 4- Una vela con candelabro o protección contra el derrame de cera. 5- Las cuentas: cada persona que reza representa una cuenta del Rosario. SIGNIFICADO DE LOS ELEMENTOS UTILIZADOS EN EL REZO DEL SANTO ROSARIO •La Cuerda: la cuerda significa la Gracia, que nos mantiene vivos y unidos a Cristo y acompañados de su Madre, Nuestra Madre, la Virgen María. Los extremos de la misma se atarán a la cruz, en alto, ya que nuestra vida se inicia y culmina en Cristo. Él es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. •La Cruz: es el Trono de Dios, el signo de amor máximo que Dios nos dio enviando a Carlos García Eberlé139


su Único Hijo para salvarnos. Él dio su Vida por nosotros para librarnos de la muerte, para apartarnos de las tinieblas a la luz, del pecado a la gracia, de la condenación a la salvación, de la desesperación a la esperanza viva que no defrauda. •La cinta roja: representa el lazo de amor que me une a Cristo, de manera personal, voluntaria, gozosa y plena. “¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?” (Rom. 8, 35). “Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó” (Rom. 8, 37). •La vela: significa la luz de Cristo, que nos acompaña en el itinerario de nuestra oración contemplativa, y la presencia del Espíritu Santo, Señor y dador de Vida. •Las cuentas: cada uno de nosotros tomados de la cuerda de la gracia somos las cuentas del rosario. Cristo “cuenta” con cada uno de nosotros, así nosotros somos una cuenta cada uno. No solo le ofreceremos nuestra oración vocal, sino que, como un perfume santo agradable a Dios, ofreceremos toda nuestra vida,”…, para presentarnos, santos, inmaculados e irreprensibles delante de Él” (Col 1, 22). 140Las huellas de Dios


PRESENCIA DE LA VIRGEN MARÍA, NUESTRA MADRE DEL ROSARIO Sabemos que nuestra Madre siempre nos exhorta a contemplar los misterios de su Hijo, especialmente con la práctica del rezo del Santo Rosario. En esta propuesta de la Cuerda de la Gracia, conservamos todos los elementos del rosario, tal cual nos enseña la Iglesia, pero destacamos de manera más visible el auxilio de la Gracia, el valor de la Cruz, la unidad de la Iglesia como comunidad de amor, con Cristo, cabeza del cuerpo místico, sacramento del Padre; y la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica, sacramento de Cristo. También destacamos la luz de Cristo, significada con la vela y la presencia de la Madre, madre de Dios y madre nuestra, que nos sostiene con la otra mano. Con una mano nos tomamos de la cuerda de la Gracia y con la otra María nos sostiene, acompaña y aconseja para poder contemplar mejor los misterios de su Hijo e imitar su mensaje.

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PROPUESTA PRÁCTICA DE REALIZACIÓN Preparación 1- Atamos los extremos de la cuerda a la cruz. Se rodea la atadura con la cinta roja como lazo. 2- Extendemos la cuerda en toda su longitud incluyendo los bancos de la iglesia, rodeándolos por fuera. 3- Nos ubicamos para rezar uno a continuación de otro, tomándonos de la cuerda con una mano y la otra se deja libre para recibir la vela. 4- Si hay mucha gente para rezar, se colocan uno al lado del otro en los bancos y participarán de la oración y de la vela encendida. Si la cantidad de personas excede la longitud de la cuerda, se invita a integrarse a todos los presentes, solo con la vela encendida. 5- Una sola persona pasará la vela encendida para que todos la sostengan en el momento de rezar. Iniciación 1- Encendemos la vela que será sostenida por el mismo que sostiene la cruz en alto. 142Las huellas de Dios


2- Todos nos signamos e iniciamos la oración del Credo. Es bueno recordar que se puede ganar una indulgencia plenaria, aplicable en sufragio por las almas de los fieles difuntos. Las condiciones son: rezo del rosario en comunidad, rezo del Credo, haber recibido el sacramento de la reconciliación unos días antes, o después, recibir la Eucaristía, rezar por la intenciones del Papa, y declarar íntimamente el aborrecimiento al pecado, tanto venial como mortal. 3- Rezamos todos juntos, al mismo tiempo, con la misma cadencia, como si fuera una sola voz. 4- Pasamos la vela a la persona más próxima. 5- Quien dirige menciona el misterio que corresponde. Se hace un breve silencio, inicia la oración del Padrenuestro (la mitad), la asamblea responde. Luego, el que recibe la vela inicia el rezo del Avemaría (hasta la mitad) y la asamblea responde, y así sucesivamente. Deberá tener el guía un rosario en la mano, para llevar la cuenta de los diez Avemarías, y será el mismo que menciona el misterio en voz alta y orienta la correcta realización de todo el itinerario contemplativo. 6- Continuamos con los Avemarías, pasando la vela a cada uno, que reza la primera parte y Carlos García Eberlé143


la asamblea responde. 7- Concluimos con las oraciones por las intenciones del Santo Padre (un Padrenuestro, tres Avemar铆as y un Gloria) 8- Al final rezamos Salve Regina. Tambi茅n se puede ofrecer un canto a la Virgen. 9- Se agradece la participaci贸n y se invita a permanecer unidos en la oraci贸n.

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Índice

D e d i c a t o r i a.................................................................................................7 Agradecimientos.....................................................................................................9 Prólogo..........................................................................................................................11 Las huellas de Dios................................................................................................15 Consejos para un mejor uso del librito..................................................18 Siguiendo tus huellas...........................................................................................20 Orden para el rezo de los misterios..........................................................23 Oraciones del cristiano......................................................................................24 Signación (la señal de la cruz).......................................................................24 Santiguarse..................................................................................................................24 Persignarse...................................................................................................................24 El credo ........................................................................................................................24 El credo de Nicea- Constantinopla............................................................25 El padre nuestro (Mt. 6, 5-15)....................................................................26 El Ave María .............................................................................................................27 El gloria ( Doxologia)...........................................................................................27 Salve Regina................................................................................................................28 Bendita sea tu pureza...........................................................................................28 Pésame...........................................................................................................................29 Modo de rezar el Santo Rosario...................................................................30 Manual de indulgencias Penitenciaría apostólica......................................................................................32 Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina De Su Santidad Pablo VI sobre la revisión de las indulgencias.........................................................34 Jesús.................................................................................................................................42 Primer misterio gozoso La anunciación del ángel a María..............................................................43

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Segundo misterio gozoso La visita de María Santísima a su prima Isabel...................................46 Tercer misterio gozoso El nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén..................................49 Cuarto misterio gozoso La presentación de Jesús en el templo y la purificación de María Santísima ...............................................................................................53 Quinto misterio gozoso Jesús perdido y hallado en el templo.......................................................57 C a d a d í a............................................................................................................61 Primer misterio luminoso El bautismo de Jesús en el Jordán ...........................................................62 Segundo misterio luminoso La conversión del agua en vino, en las bodas de Caná..........................................................................................66 Tercer misterio luminoso El anuncio del reino de Dios invitando a la conversión..............71 Cuarto misterio luminoso La transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo en el monte Tabor...........................................................75 Quinto misterio luminoso La institución de la Eucaristía.........................................................................80 Adoro te Devote......................................................................................................83 Primer misterio doloroso La oración de Jesús en el huerto ................................................................86 Segundo misterio doloroso La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo..........................................91 Tercer misterio doloroso Jesús es coronado de espinas........................................................................95


Cuarto misterio doloroso Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario .............................................................................................99 Quinto misterio doloroso La crucifixión y muerte de Jesús ........................................................................................... ..........................103 Paraíso............................................................................................... ..........................108 Primer misterio glorioso La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.....................................109 Segundo misterio glorioso La ascensión de nuestro señor Jesucristo al cielo........................................................ ..........................112 Tercer misterio glorioso La venida del espíritu santo sobre María Santísima y los apóstoles............................................................................. ..........................115 Cuarto misterio glorioso La asunción de María Santísima al cielo ....................................................... .........................120 Quinto misterio glorioso La coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado .................................................................... ..........................123 Las quince promesas de la Virgen María a quienes recen el rosario .................................................. ..........................126 Letanías Lauretanas de la Virgen María ......................... ..........................128 Oración............................................................................................ ..........................131 Letanías de la Virgen María de la Orden de Predicadores de Santo Domingo .................................................................. ..........................132


Oraci贸n............................................................................................ .....................137 Rezo del Rosario en Comunidad la cuerda de la gracia ............................................................ .....................138 Elementos necesarios en el rezo del Santo Rosario significado de los elementos utilizados en el rezo del Santo Rosario.............................................. .....................139 Presencia de la Virgen Mar铆a, Nuestra Madre del Rosario................................................. .....................141 Propuesta pr谩ctica de realizaci贸n................................... ....................142



La presente edici贸n, de 200 ejemplares, se termin贸 de imprimir en el mes de octubre de 2015 en:

Av.- Belgrano (s) N潞 1919 Lavalle 50 (4200) Santiago del Estero e-mail:www.grupolucrecia.com.ar editorial.lucrecia@gmail.com tel./fax:+54 (0385) 421-9724 Tel茅fono: (0385) 4283207




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