Propuestas para rezar el Santo Rosario Carlos GarcĂa EberlĂŠ
Propuestas para rezar el Rosario Autor: Carlos García Eberlé Diseño de tapa: José Pallares Diagramación: José Pallares Corrección: A cargo del autor Con las debidas licencias eclesiásticas 1ª Edición 2da. Reimpresión Lucrecia Editorial Lavalle 50 Santiago del Estero - Capital - 4200 editorial.lucrecia@gmail.com
ISBN 978-987-1880-05-8 García Eberlé, Carlos Alberto Propuestas para rezar el Rosario. - 1a ed. 2a reimp. - Santiago del Estero : Lucrecia, 2015. 52 p. ; 15x11 cm. ISBN 978-987-1880-05-8 1. Santo Rosario. I. Título CDD 242.74 Fecha de catalogación: 18/06/2015 © 2015, Carlos Alberto García Eberlé Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA Prohibida la reproducción total o parcial, el almacenamiento, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos sin el permiso previo y escrito del autor. Su infracción esta penada por las leyes 11.723 y 25.446
DEDICATORIA A mi esposa Graciela. A mis hijos, nietos, hermanos. A mis hermanos de la Fraternidad Laical Dominica de Santiago del Estero. A todos mis hermanos en Cristo y María. A todos mis amigos.
AGRADECIMIENTOS Al Espíritu Santo que me inspiró y guió en todo el contenido. A La Virgen María que me sostuvo y me ayudó a concretar mi deseo. A mi hija Ana, que me enseñó a rezar el Santo Rosario. A Fray Oscar Clavín O.P. y Fray Roberto Clark O.P. por la revisión y corrección. Al Padre Hernán Giudice por el acompañamiento para la realización del presente librito. A mi esposa Graciela por la ayuda espiritual.
Prólogo
La Iglesia muchas veces a través de los Papas nos ha recomendado la oración del Santo Rosario como una manera de repasar el Evangelio en nuestro corazón. En efecto, el mismo se presenta como un resumen de la Buena Noticia de Jesús y nos permite contemplar al Señor a través de los ojos de su madre y también madre nuestra. El librito que aquí recibes puede ayudarte no sólo a recitar con fe la principal oración salida de los labios de Cristo y las oraciones de alabanza a la Santísima Trinidad y de felicitación a María, sino también a introducirte en los misterios recordados para contemplarlos y vivir la vida de Jesús. Carlos García Eberlé 5
Quiera el Espíritu Santo llevarte por caminos de mayor entrega para cumplir la voluntad de Dios en la vida cotidiana y testimoniar con alegría al Señor. Hernán Giudice, sacerdote
Propuestas para rezar el Santo Rosario Introducción:
Queridos hermanos, mucho se ha escrito ya sobre El Santo Rosario, y millones de personas mantienen viva esta oración. Esta propuesta para la reflexión, que les presento ahora, está destinada a quienes conocen y rezan con frecuencia y desean profundizar su vivencia, porque han decidido abrir su corazón a Dios. Es necesario, sin embargo, recordar que El Santo Rosario constituye una oración muy especial porque, de manera simple y sencilla, nos invita a contemplar los Misterios de Dios. Por eso, es considerado el Evangelio de los Pobres. Está destinado a todo hombre
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que tenga sed de Dios y desee conocer Su mensaje. El rezo del Santo Rosario nos permite contemplar la Palabra de Dios, aunque no sustituye la Lectio Divina. Ayuda a profundizar las homilías de los sacerdotes, la lectura de las Encíclicas, las Cartas y todos los Documentos Eclesiales, para que vivamos una Fe más consciente. Todavía nos queda destacar la riqueza más importante. El Rosario es un medio por el cual El Señor realiza en nosotros, cuando nos entregamos de verdad a la contemplación de los misterios, Su obra de santificación. No es tan valioso por lo que nosotros hacemos, sino por lo que Él realiza en nosotros. Este carácter sobrenatural es de gran significado en la vida de Fe, pues nos permite crecer en el conocimiento de la Verdad. Habitualmente podemos encontrar varias fuentes para la meditación de los Misterios del Santo Rosario. Ya existe mucho material muy bueno, como la misma Carta de Juan Pablo II “ROSARIUM VIRGINIS MARIAE” que nos enseña el valor de esta Oración. Pero me
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vino a la mente algo distinto, mientras caminaba por la calle, rezando el Rosario, como es mi costumbre: ¿Cómo vivir cada día el Mensaje Evangélico en lo cotidiano… en mis tareas? ¿Cómo hacer de mi vida una Oración y ofrecimiento a Dios, en todo tiempo y lugar? Es decir, me vino a la mente una invitación a “Encarnar la Palabra de Dios”, a HACER VIDA LA PALABRA DE DIOS cada día como un dulce Mensaje que el Señor me propone experimentar. No sólo a meditar y contemplar la grandeza de Su mensaje, sino a vivirlo de un modo simple, natural y profundo para que Él, que es infinito en Misericordia, pueda obrar en mí sobrenaturalmente y transformar mi corazón, haciéndolo más parecido al Suyo. ¿De qué me sirve contemplar un Misterio si, luego de rezar el Padrenuestro y los diez Avemarías, me conformo con alabar de palabra a Dios en Su Mensaje salvífico y no vivirlo? ¿Qué aspectos de mi vida son transformados por el Evangelio y logran cambiar mis criterios y el rumbo de mi vida para orientar todo mi existir a la Santa Voluntad de Dios?
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¿Cómo lograré, de un modo práctico, transformar cada día, los aspectos de mi personalidad que todavía resultan áridos para los demás? ¿Cómo podré vivir plenamente el mensaje del Amor, que el Señor me llama a vivir como testimonio Suyo? Hay muchas preguntas, pero creo que el Señor me facilitó una manera de ir logrando, de a poco, la conversión a la que todos estamos llamados a vivir. Meditar el Rosario y luego de contemplar el Misterio, asimilarlo en mi propia vida, introducirme en Él, tratar de mirar como Él, hacerme uno con Él, permitiendo que Él vaya transformando mi corazón y mi vida. Una donación verdadera, sabiendo que, para que yo sea, necesito estar en Él y si vivo por Él, y con Él, obraré naturalmente como Él desea. Hemos sido creados por Amor, para amar y perdonar. Las propuestas que presento son solamente una iniciación y una invitación al compromiso de vivir la Palabra, pero cada uno podrá descubrir las que Dios le inspire para mejorar su propia vida. No podemos te-
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ner dos vidas, una de fe y la otra “de todos los días”, debemos animarnos a vivir una sola vida cristiana, configurada en Cristo. Se puede, no por nuestras fuerzas, sino por la Gracia y la Infinita Misericordia de Dios. Carlos García Eberlé
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ORDEN PARA EL REZO DE LOS MISTERIOS
Días: Lunes y Sábado:
Misterios Gozosos
Martes y Viernes:
Dolorosos
Miércoles y Domingo: Jueves:
Gloriosos Luminosos
NOTA: Es necesario respetar el tiempo litúrgico para la elección de la contemplación de los misterios.
PRIMER MISTERIO GOZOSO
La Anunciación del Ángel a María (Lc. 1, 26-38) “Llegó el Angel hasta María y le dijo: Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo.” (Lc 1, 28)
Reflexiones: 1. ¿Cómo está dispuesto mi corazón para escuchar el mensaje del Señor? 2. ¿Oro con sencillez de corazón? 3. ¿Acepto al Señor, que quiere morar en mí? 4. ¿Acepto con humildad el mensaje del Señor? ¿Daría un Sí rotundo, fiel y verdadero, para toda la vida? 5. ¿Daría un Sí como el de la Santísima Virgen María? ¿Sin miedos, sin especulación, sin pretensiones, para toda la vida? 6. ¿Me siento feliz, por la elección que ha hecho el Señor al confiarme una misión? 7. ¿Sería capaz de continuar hasta las últimas consecuencias la misión confiada? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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SEGUNDO MISTERIO GOZOSO
La Visita de María Santísima a su prima Isabel - (Lc. 1, 39-45) “Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá…” (Lc 1, 39)
Reflexiones: 1. ¿Cómo actúo inmediatamente después de recibirlo al Señor en mi corazón? 2. ¿Deseo ardientemente servir a mis hermanos más necesitados? 3. ¿Qué sacrificio estoy dispuesto a ofrecer, para realizar la tarea? 4. ¿Renunciaré a mí mismo para servir a mis hermanos? 5. ¿Cuánto tiempo le dedicaré a las tareas encomendadas? ¿Seré feliz al poder realizarlas, dando gracias a Dios el habérmelas confiado? 6. ¿Podré reverenciar a Dios como lo hizo nuestra Madre en el Magnificat, alabando la grandeza del Señor y todo lo que hizo por mí? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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TERCER MISTERIO GOZOSO
El Nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén - (Lc. 2, 6-7, 13-16) “Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre” (Lc 2, 6-7)
Reflexiones: 1. ¿Hago de mi corazón un lugar digno, mejor que un pesebre, para recibir al Señor? ¿Cómo preparo el sitio? 2. ¿Qué significa para mí hoy el Reino de Dios? ¿Vivo la realidad de la Fe reconociendo a Cristo como Camino, Verdad y Vida? 3. ¿Soy como los Reyes Magos, que adoraron a Jesús y le ofrecieron oro incienso y mirra? 4. ¿Asumo la actitud de los pastores, de acudir a toda prisa para encontrar al Niño? 5. ¿Acaso seré como los animales del establo que le dieron su calor para cobijarlo? 6. ¿Soy consciente que Jesús eligió mi corazón como su morada, como su templo santo? ¿Cómo vivo según ésta realidad? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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CUARTO MISTERIO GOZOSO
La Presentación de Jesús en el Templo y la purificación de María Santísima (Lc. 2, 22-24, 34-35) “Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo con la Ley de Moisés, debían cumplir con el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor” (Lc 2, 22-23)
Reflexiones: 1. ¿Le ofrezco al Señor mis logros, mis talentos, mis deseos cumplidos y las primicias de todas mis metas cumplidas, agradeciéndole todas las gracias recibidas y reconociendo que todos los bienes que poseo los he recibido de Dios? 2. ¿Soy consciente que todo lo que poseo, no me pertenece ni lo merezco, sino que solamente soy administrador de la multiforme Gracia de Dios? 3. ¿Haré lo necesario para brindarme a Dios y mis hermanos, en la misión, que nos confió, para la construcción de Reino de Dios? 4. ¿Qué significa para mí hoy, el Nacimiento
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de Jesús en mi vida? ¿Si es verdad que valoro, cómo vivo cada día éste hecho tan trascendente? 5. Pueden decir en la calle, cuando voy de camino. ¿Ahí va un templo vivo de Dios?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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QUINTO MISTERIO GOZOSO
Jesús perdido y hallado en el Templo. (Lc. 2, 42-44, 46-50) “Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, …“ (Lc 2, 45-46)
Reflexiones: 1. ¿Busco al Señor con frecuencia? ¿Qué significa en mi vida la presencia del Señor? 2. ¿A donde iré a buscar al Señor para saciar mi sed? “Como busca la cierva corrientes de agua, así te busca mi alma Dios mío — (Sal 42, 2)“ “Tiene sed de Dios, de Dios vivo — (Sal 42, 3)“ 3. ¿Busco y encuentro al Señor en mi corazón? ¿Cómo me relaciono con Él? ¿Oro con frecuencia y hago de mi vida una oración? 4. ¿Acudo al templo para tener un encuentro más íntimo, más personal, más perfecto, y en comunidad? ¿Con qué frecuencia lo hago? 5. ¿En mi escala personal de valores, qué lugar le asigno a Dios? Si le asigno el primer
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lugar y lo llevo siempre conmigo. ¿Por qué a veces siento que lo he perdido?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
Por las intenciones del Santo Padre Se rezan: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria) Para finalizar se reza una Salve a Nuestra Madre.
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PRIMER MISTERIO LUMINOSO
El Bautismo de Jesús en el Jordán (Mt 3, 13-17; Mc 1, 9-11; Lc 3, 21-22) “En aquellos días Jesús vino de Nazaret, pueblo de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el Río Jordán” (Mc 1, 9)
Reflexiones: 1. Jesús es bautizado en el Jordán. ¿Cómo vivo mi bautismo hoy? El Sacramento de iniciación a la vida cristiana, ¿qué significado tiene para mí? 2. Por este sacramento me configuro con Cristo, me revisto de Cristo sumergiéndome en Su muerte y Resurrección. ¿Valoro este significado tan grande en mi vida, ser Hijo de Dios? ¿Obro como tal? Es decir: ¿Hago la voluntad de mi Padre que está en el Cielo? 3. Por el Bautismo nos convertimos en Sacerdotes, Profetas y Reyes. ¿Seré capaz hoy de proclamar la Palabra? ¿Seré capaz de reinar en el mundo como Cristo? ¿Amando y perdonando y hasta dar la vida por el prójimo?
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¿Seré capaz de interceder ante Dios por mi hermano necesitado ofreciendo sacrificios y ayudándolo espiritual y materialmente? 4. ¿Reflexiono conscientemente lo que significa ser hijo de Dios, y aún más, hijo muy querido; y vivo de acuerdo a este significado? 5. ¿Asumo hoy ante el mundo la misión que Dios me confía, para llevar Su Luz a todos los rincones que aún permanecen en las sombras, tanto en mi propio corazón como en los distintos ambientes? ¿Seré capaz de hacer brillar Su Luz en las tinieblas?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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SEGUNDO MISTERIO LUMINOSO
La conversión del agua en vino, en las Bodas de Caná - (Jn 2, 1-11) “Jesús dijo: ”Llenen de agua esos recipientes.” Y los llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, les dijo, y llévenselo al mayordomo.“ Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, …” (Jn 2, 7-9…)
Reflexiones: 1. ¿Qué significado tiene la presencia de Jesús en mi vida, en mi matrimonio? 2. ¿Valoro adecuadamente la intercesión de la Virgen María, mi Madre, en las situaciones más difíciles? ¿Confío verdaderamente en ella? 3. ¿Soy consciente de las gracias recibidas, y los dones que Dios me confía, solo porque me ama? ¿Cómo respondo a éstos regalos amorosos? 4. ¿Soy consciente que una fiesta o una boda o una reunión cualquiera sin la presencia de Dios, no tiene alegría, ni vida? 5. ¿Qué imagen tengo de Dios, hoy , en mis cosas y en mi vida?
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Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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TERCER MISTERIO LUMINOSO
El Anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. (Mt 4, 12-17; Mc 1, 14-15) “… Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la buena nueva” (Mc 1, 14-15)
Reflexiones: 1. ¿Vivo en lo cotidiano como verdadero hijo de Dios? ¿Obrando como Él manda, amando y perdonando? ¿Vivo la felicidad de la Fe y la verdadera Libertad de los hijos de Dios? 2. ¿Qué significa para mí hoy el Reino de Dios? ¿Vivo la realidad de la Fe reconociendo a Cristo como Camino, Verdad y Vida? 3. ¿Deseo convertirme verdaderamente en un Apóstol de Cristo, realizando siempre la voluntad del Padre que está en el Cielo? ¿Me siento hijo de Dios? 4. ¿Soy consciente de la misión sacerdotal, profética y real, para ayudar a otros a la conversión? 5. ¿Deseo íntimamente crecer cada día en la
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Fe, Esperanza y Caridad?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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CUARTO MISTERIO LUMINOSO
La Transfiguración de nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor. (Mt 17, 1-8; Mc 9, 2-8; Lc 9, 28-36; 2P 1, 16-18) “ … Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar. Y mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto y su ropa se volvió de una blancura fulgurante“ (Lc 9, 28-29)
Reflexiones: 1. ¿Creo en la divinidad de Cristo? ¿Cómo me relaciono con Él en función de esta verdad? 2. ¿Me animo a bajar del Monte para vivir la Fe ante el mundo, o tengo dividida mi vida en mi vivencia de Dios (por ejemplo en el templo o en la Misa), y mi “otra vida” la de todos los días? 3. Señor, quiero vivir en tu Cielo, aunque camine aún por la Tierra. Quiero vivir en Ti, en el verdadero Reino de Justicia de Amor y de Paz. 4. Ayúdame Señor para ser uno contigo y no tener mi vida dividida: mis cosas por un lado,
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y las tuyas, por otro. 5. Señor que te manifestaste en mí, transfigurado, perfecto como mi Dios y mi Señor, ayúdame a ser testigo ante el mundo de Tu Palabra, Tu Luz y Tu Verdad, Tu Paz Tu Amor y Tu Misericordia. Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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QUINTO MISTERIO LUMINOSO
La Institución de la Eucaristía (Mt 26, 26-29; Mc 14, 22-25; Lc 22, 19-20) “Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: “Tomen, esto es mi cuerpo.” Tomó luego una copa, y después de dar gracias, se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre.” (Mc 14, 22-24)
Reflexiones: 1. Cristo quiso quedarse para siempre con nosotros bajo la apariencia de pan y vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre. ¿Lo recibo con frecuencia? 2. ¿Cómo vivo esta unión íntima con Dios y con la Iglesia? ¿Cómo vivo hoy, aquí y ahora esa extraordinaria realidad de Dios en mí? 3. Mi vida debe estar alimentada por la Eucaristía, porque es el alimento de Vida Eterna. ¿En qué lugar pongo a Dios, y si está primero, cómo son mis acciones? Recuerda que más vale el ser que el hacer.
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4. La Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana nos recordaba el Concilio Vaticano II. ¡Cuántas veces me agito, me esfuerzo, me angustio, me desaliento, como si fuera que de mí dependieran todas las cosas! 5. Un remedio eficaz, mi gozo perfecto, mi unidad con la Santísima Trinidad, con María Santísima, y toda la Iglesia de Cristo: La Santa Eucaristía. Ahí encontraré lo que mi corazón clama, el Amor Perfecto, La Verdad y la Vida. Recuerda esto, cuando recibas a Dios Eucaristía. 6. También nosotros debemos ser hostias vivas, como dice San Pablo, para nuestros hermanos, sobre todos los más pobres y enfermos y los más necesitados de misericordia. Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
Por las intenciones del Santo Padre Se rezan: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria) Para finalizar se reza una Salve a Nuestra Madre.
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PRIMER MISTERIO DOLOROSO
La Oración de Jesús en el Huerto (Mt 26, 36-46; Mc 14, 32-42; Lc 22, 40-46; Jn 12, 27-30) “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú” (Mt 26, 39)
Reflexiones: 1. ¿Le ruego al Señor con frecuencia que me dé fuerzas para no caer en la tentación? 2. ¿Le ruego al Padre que no se haga mi voluntad sino la de Él, en medio de mis dolores y dificultades cotidianas? 3. ¿Sería capaz de entregar mi vida por amor, a quien, según los juicios humanos, no la merece? 4. ¿Tengo Fe suficiente para confiar todos los hechos de mi vida en la Santa Providencia? 5. ¿Tendré el valor para entregar toda mi vida hasta el fin, a Él por Él y en Él?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO
La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo (Mt 27, 26; Mc 15, 15; Jn. 19, 1) “Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” (Jn 19, 1)
Reflexiones: 1. ¿Aceptaré mansamente los castigos, las ofensas, los agravios que me toca vivir hoy? 2. ¿Confiaré en la ayuda del Espíritu Santo, para soportar con serenidad los sufrimientos de este día? 3. ¿Podré armarme de valor para bendecir a los que me castigan y persiguen? Jesús dijo: “amen a su enemigos” 4. ¿Seré capaz de elevar mi espíritu por encima de las ofensas, para ofrecer al Padre mi sacrificio, para la salvación o conversión de mis verdugos? 5. ¿Me decidiré de verdad, a ser un instrumento útil en las manos del Señor, para la salvación de otros, aceptando santamente los padecimientos? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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TERCER MISTERIO DOLOROSO
Jesús coronado de espinas. (Mt 27, 27-31; Mc 15, 16-20; Jn 19, 2-3) “Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;” (Jn 19, 2)
Reflexiones: 1. Cuántos dolores de cabeza, Señor, cuántos problemas cotidianos que parecen no tener solución. ¿Seré capaz de aceptarlos? 2. ¿Me apetece siempre el placer y el gozo. ¡Cómo me cuesta aceptar los dolores! ¿Si me humillan, a propósito , estoy dispuesto a perdonar? 3. Señor, me duelen las difamaciones, el escarnio, la burla, el desprecio. Enséñame a ofrecerlos a Ti como una Corona de Amor. 4. Sufro dolor de corazón por las ofensas y las injurias, los maltratos a mi dignidad de persona, la burla y la denigración. ¡Señor, no me abandones!, me entrego a Ti, soy todo tuyo, que pueda ser siempre instrumento de tu Paz y de tu Amor.
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Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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CUARTO MISTERIO DOLOROSO
Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario (Mc 15, 21-22; Lc 23, 26-32; Jn 19, 17) “Tomaron pues a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota” (Jn 19, 17)
Reflexiones: 1. Señor, necesito cargar la cruz, mi cruz, la que me permites llevar según mi propia capacidad. Tú dijiste, “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga ” (Mc 8, 34). ¿Por qué me cuesta tanto aceptar esa cruz de cada día? 2. ¡Cuántas quejas, Señor! Me cuesta, me rebelo, me niego a caminar con la cruz, como si fuera un castigo. Señor, enséñame a vivir cada día aceptando y bendiciendo la cruz que salvará mi alma, y tal vez la de otros. 3. Señor mío y Dios mío, me caigo a cada paso, me pesa, me duele, me resisto al peso de mi propia cruz. Pero no me avergüenzo de la carga de mis pecados, de aquellos que te ofenden, de aquellos que vuelvo a cometerlos
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cada vez que me perdonas. De todos los pecados que como clavos, vuelven a traspasar tus manos y tu corazón. Señor, haz que me duela Tu Cruz y la de mis hermanos y no la mía. Que pueda llevarla, no solo por mí que la merezco, sino también por todos los que no te conocen, los que te rechazan, los que obran el mal obstinadamente y te niegan. 4. Señor, ya que todo lo que poseo Tú me lo diste, acepta este sacrificio diario, como una ofrenda humilde, pequeña, sincera para la Gloria de tu Santo Nombre. 5. Señor, por favor no me quites la cruz, pues de verdad sé que sin ella no hay salvación; aliéntame, fortaléceme, ayúdame, acompáñame, bendíceme, auxíliame y no me abandones nunca. Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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QUINTO MISTERIO DOLOROSO
La crucifixión y muerte de Jesús (Jn. 19, 15-34) “Allí lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en el medio” (Jn 19, 18)
Reflexiones: 1. ¿Qué significa para mí la crucifixión y muerte de Jesús? 2. ¿Cómo debo asumir mi vida a partir de esta infinita entrega de Amor? 3. ¿Fue suficiente para cambiar mi vida, esta entrega de Jesús? 4. ¿Me conmueve el corazón, al punto de desear aliviarle el dolor, aunque sea de una sola llaga? 5. ¿Deseo recorrer el camino de Jesús, su crucifixión y su muerte, para gozar con Él de la resurrección? 6. De rodillas junto a Ti, Señor, que estás ahí a causa de mis pecados, quiero ascender y permanecer contigo clavado al mismo leño para unirme perfectamente a Ti y conocer el misterio de Tu infinito Amor.
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Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
Por las intenciones del Santo Padre Se rezan: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria) Para finalizar se reza una Salve a Nuestra Madre.
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La Resurrección de nuestro Señor Jesucristo (Mt 28, 1-10; Mc 16, 1-8; Lc 24, 1-10; Jn 20, 1-29) “el Angel se dirigió a las mujeres y les dijo: “vosotras no temais, pues sé que buscais a Jesús el Crucificado; no está aquí, ha resucitado…” (Mt 28, 5-6)
Reflexiones: 1. La Resurrección del Señor venció la muerte, nos reconcilió con el Padre y abrió el camino a la Vida Eterna. Vana sería nuestra Fe si Cristo no hubiera resucitado, dice San Pablo. ¿Creo verdaderamente en la Resurrección del Señor? 2. ¿Creo verdaderamente en la promesa de la resurrección de mí mismo? ¿Cómo vivo éste misterio? 3. ¿Qué valor le asigno en mi vida a este hecho trascendente? ¿Es la culminación de la Obra Salvífica, la garantía de nuestra redención? 4. ¿Vivo cada día con Cristo resucitado o me quedo con la imagen de la Cruz? La Cruz me
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significa el infinito amor de Dios a la humanidad, pero la Resurrección es la garantía de nuestra salvación. 5. Cuando recibo la Eucaristía, recibo a un Cristo Vivo, Resucitado que transforma mi vida para hacerla eterna, perfecta, en unidad con Dios y mis hermanos. ¿Vivo esta realidad? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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La Ascensión de nuestro Señor Jesucristo al cielo - (Mc 16, 19; Lc 24, 50-51) “Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios“ (Mc 16, 19)
Reflexiones: 1. ¿Aspiramos llegar al Cielo, para vivir con Dios por toda la eternidad? 2. ¿Cuál es el motivo del miedo a la muerte, si sabemos que el Señor nos prometió llevarnos con Él? 3. La muerte es como el Día de la Graduación, el Encuentro, el Gran Momento para la vida de un cristiano que vive la Fe. 4. Cristo nos reveló con su propia vida las promesas de Vida Eterna y no debemos dudar que se cumplirán, porque lo que el Señor promete siempre cumple. La infinita Misericordia de Dios nos ofrece una garantía de la posibilidad concreta de aspirar a la Vida Eterna. 5. Es necesario fortalecernos en la Fe, la Es-
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peranza y el Amor. Lo importante siempre será “con quien estamos y no dónde estamos”. Podemos estar en la Tierra, en una cruz clavados, o en los umbrales de la muerte. Lo importante es estar con Él. Dice San Pablo “¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?...” (Rom 8,35)
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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La Venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles - (Hch 2, 1-13) “Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas…”) (Hch 2, 3-4)
Reflexiones: 1. ¿Invoco con frecuencia al Espíritu Santo para que me asista en mis trabajos? 2. ¿Cómo me conduzco en la vida cotidiana, reconociendo que soy templo vivo del Espíritu Santo? 3. Si valoro correctamente esta enorme verdad, ¿cómo me comporto con mis hermanos? 4. ¿Cuándo elevo mis plegarias a Dios, soy consciente del misterio de la Santísima Trinidad? ¿Clamo al Espíritu Santo como auxilio seguro de los cristianos? 5. Cuando doy un mensaje Evangélico, ¿pido al Espíritu Santo su iluminación? Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
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CUARTO MISTERIO GLORIOSO
La Asunción de María Santísima al Cielo (Salmo 45, 14-18) “Embellecida con corales engarzados en oro y vestida de brocado, es llevada hasta el rey.” (Salmo 45, 14-15)
Reflexiones: 1. María Santísima es nuestra mediadora, y guía de nuestra vida. La madre siempre sabe lo que es mejor para sus hijos y la Virgen María desde el cielo nos guiará por el camino recto. Oremos pues confiados a nuestra Madre. 2. Nosotros también estaremos junto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, con María Santísima, y todos los ángeles y santos, cuando sea el tiempo propicio. La misericordia de nuestro Señor hará posible que podamos contemplar su Gloria. 3. ¿De verdad creemos que vamos a ir al cielo prometido? Vivamos esta realidad desde ahora, acumulando tesoros en el Cielo con nuestras buenas obras. Amemos y perdonemos a los que nos ofenden. El juicio justo solo lo aplica Dios. 4. El mejor regalo que le podemos ofrecer a
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nuestra Madre del Cielo, es hacer lo que su Hijo nos pide. 5. ¿La oración es para mí gozo, alegría, paz, amor y diálogo verdadero con mi Padre, o es sólo rutina?, ¿cuán perseverante soy en la oración?
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
46 Propuestas para rezar el Rosario
QUINTO MISTERIO GLORIOSO
La Coronación de María Santísima como reina y Señora de todo lo creado - (Ap 12, 1) “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza;” (Ap 12, 1)
Reflexiones: 1. Cristo es el Camino, Verdad y Vida. María, Su Madre, vivió el Misterio de la Salvación a la perfección. Su sí, que perdura por los siglos, nos enseña cómo hacerlo: disponibilidad de corazón, docilidad, entrega, obediencia, servicio, voluntad, sacrificio, paciencia, mucha fe, esperanza y amor. 2. ¿Reconozco en la Virgen María, la mediadora de todas las gracias, y me entrego como hijo a sus cuidados? ¿Cómo lo hago? ¿Dispongo mi corazón antes de orar para que mis plegarias surjan de mi interioridad? 3. ¿Creo verdaderamente que un día estaré cara a cara con el Señor y con María Santísima, todos sus ángeles y santos? ¿Por qué me aflijo por las pequeñeces de este mundo si la Gloria prometi-
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da superará todas mis expectativas? 4. Así como Jesús aceptó de manera perfecta la voluntad de Su Padre, María, santa mujer sin pecado original elegida por Dios desde la eternidad, asumió con total integridad la misión confiada. ¿Tenemos nosotros el valor y el corazón dispuesto para imitar y seguir adelante la invitación de Cristo? Sabemos que contamos con la ayuda de nuestra Madre. 5. Antes de abrir la boca para orar, debemos abrir el corazón. Rezar el Santo Rosario de la mano de María, contemplando los misterios de Dios, y comprometiéndonos a vivirlos en nuestra vida cotidiana nos ayudará a crecer en las Bienaventuranzas. La dulzura del Amor de Dios se refleja en el rostro de María, Su Madre, quien nos enseña “Hagan lo que Él les diga”.
Petición: Señor, concédeme la gracia de vivir Tu Palabra hoy. (Se rezan: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria)
Por las intenciones del Santo Padre Se rezan: 1 Padrenuestro, 3 Avemarías y 1 Gloria) Para finalizar se reza una Salve a Nuestra Madre.
48 Propuestas para rezar el Rosario
Letanías a la Virgen Señor, ten piedad Cristo, ten piedad Señor, ten piedad Cristo, óyenos Cristo, escúchanos. Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros Dios, Hijo Redentor del mundo, Dios, Espíritu Santo, Santísima Trinidad un solo Dios, Santa María, Ruega por nosotros. Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las Vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la Divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre siempre virgen, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, Madre de misericordia,
Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de justicia, Trono de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso de insigne devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la Alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consoladora de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los Ángeles, Reina de los Patriarcas, Reina de los Profetas, Reina de los Apóstoles, Carlos García Eberlé 49
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de los Mártires, de los Confesores, de las Vírgenes, de todos los Santos, concebida sin pecado original, asunta a los Cielos, del Santísimo Rosario, de la familia, de la paz.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, -Perdónanos, Señor. -Escúchanos Señor. -Ten piedad y misericordia de nosotros. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
50 Propuestas para rezar el Rosario
La presente edici贸n se termin贸 de imprimir en el mes de Junio de 2015 en
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