LA EVOLUCIÓN — UNA TEORÍA EN CRISIS1
El libro de 1986 de Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (La evolución: Una teoría en crisis), es una crítica secular del darwinismo ortodoxo. Es reflexiva, lógica, empírica y está bien escrita. Denton es respetuoso y equilibrado, mostrando un raro conocimiento de y simpatía hacia Charles Darwin. Distingue entre microevolución ymacroevolución. Lo primero tiene lugar dentro de los genotipos. Los pinzones de los Galápagos estudiados por Darwin ilustran la microevolución, lo mismo que el solapamiento circunpolar entre especies de gaviotas, y las muchas variedades de moscas de la fruta en las islas Hawaii. Sin embargo, la crianza selectiva de pichones, gallinas, pavos, ganado, caballos, perros, gatos y muchos otros animales domésticos dan resultados similares en menos tiempo. La macroevolución, el segundo concepto, es lo que debiera haber ocurrido si la evolución hubiera debido llegar a la primera célula, o saltar a través de los genotipos, digamos que desde un reptil a un ave. Mientras que la microevolución es evidente en la distribución geográfica de muchas especies vivientes2 y en la crianza selectiva, ello sustenta sólo la teoría especial de Darwin, la de la variación dentro de genotipos. Pero la teoría general, cambio a través de los tipos (o macroevolución) exige el cambio hacia arriba en lugar de un movimiento lateral. Para la macroevolución, el problema es cómo pudieron surgir formas de vida viables totalmente desarrolladas totalmente por accidente. Denton cita a Monod, que dijo: «El solo azar está en el origen de cada innovación, de toda creación en la biosfera. El puro azar, absolutamente libre pero ciego».3 Se
supone que el azar dio origen al primer organismo—quizá una bacteria, un alga o un protozoo. Posteriormente, según propone la teoría, el cambio desembocó en complejos invertebrados y plantas, seguidos por los peces, anfibios, reptiles, aves, y, por último, los mamíferos. Según Denton, la prueba de una secuencia así exige al menos uno de dos tipos de evidencia: o bien una cadena ininterrumpida de fósiles de transición o de intermedios supervivientes, o reconstrucciones plausibles de tales series junto con sus respectivos nichos ecológicos. La dificultad reside en mostrar cómo cada eslabón de la cadena podría ser viable el tiempo suficiente para que pudiera establecerse el siguiente. Sólo mediante el establecimiento de series completas de transición puede hacerse plausible la hipotetizada continuidad de la jerarquía—desde luego, la prueba empírica es una exigencia mucho más difícil de suplir. Aquí de lo que se trata es de la mera plausibilidad. Si tales transiciones jamás tuvieron lugar, se deberían hallar formas intermedias en los fósiles y en organismos vivientes. Las clases existentes deberían solaparse. Los límites claramente marcados deberían ser más la excepción que la regla. Aunque Darwin esperaba que llegarían a aparecer transiciones fósiles, no fue así. Sólo se evidenciaban casos triviales de microevolución, difícilmente rivalizando con la crianza selectiva. Y no se hizo posible ninguna medición precisa de la distancia entre clases existentes hasta transcurridos más de cien años. O echemos un vistazo al Celacanto. En base de la evidencia fósil, los evolucionistas creían que se trataba de un intermedio entre los peces y los anfibios. Las reconstrucciones mostraban al Celacanto con características anfibias y ictíneas. Posteriormente se descubrieron Celacantos vivos en el Océano Indico cerca de la Provincia
del Cabo, Africa del Sur. Eran peces. Las reconstrucciones habían sido erróneas. Lo que demuestra que los fósiles constituyen una pobre base para inferencias detalladas acerca de enlaces propuestos entre las clases. Sin embargo, Denton observa que los avances en microbiología posibilitan acceder a un nuevo tipo de evidencia. Es ahora posible comparar directamente los bloques básicos de construcción —las proteínas— de los seres vivos. Denton observa que las proteínas determinan «toda la biología de un organismo, todas sus características anatómicas, sus funciones fisiológicas y metabólicas....».4 Es difícil creer que la estructura proteínica y la evolución pudieran carecer de relación. Denton escribe: La secuencia aminoácida de una proteína de dos organismos diferentes puede ser fácilmente comparada alineando las dos secuencias y contando la cantidad de posiciones en que difieren las cadenas.5 Y estas diferencias pueden ser cuantificadas de una manera exacta y proveen un enfoque enteramente novedoso para la medición de las diferencias entre especies. ... Al proseguir el trabajo en este campo, se hizo claro que cada proteína particular tenía una secuencia ligeramente diferente en especies diferentes y que especies estrechamente relacionadas tenían secuencias estrechamente relacionadas. Cuando se compararon las secuencias de hemoglobina de mamíferos diferentes, como el hombre y el perro, la divergencia secuencial era de alrededor del veinte por ciento, mientras que al compararse la hemoglobina de dos especies disimilares como el hombre y la carpa, se encontró que la divergencia secuencial era de alrededor del cincuenta por ciento.6
Estas comparaciones posibilitan la comprobación de hipótesis sugeridas por la ortodoxia neodarwinista. Por ejemplo, supongamos que las bacterias hayan estado presentes por mucho más tiempo que las especies multicelulares, p.e., los mamíferos. Supongamos además que las bacterias estén más estrechamente relacionadas con las plantas que con los peces, anfibios, y mamíferos, en este orden. Si es así, deberíamos ver evidencia de estos hechos en las secuencias de aminoácidos de las proteínas comunes. Por ejemplo, todos los grupos mencionados emplean citocromo C, una proteína empleada en producción de energía. Las diferencias en esta proteína deberían concordar con una secuencia evolutiva. Sin embargo, la comparación del citocromo C bacteriano las proteínas correspondientes en el caballo, pichón, atún, gusano de seda, trigo y levadura muestra que estas últimas son todas equidistantes del de la bacteria. La diferencia entre la bacteria y la levadura no es menor que entre la bacteria y el mamífero, o entre cualesquiera de las otras clases. Tampoco cambia la cosa si escogemos otras clases o proteínas diferentes. Las clases tradicionales de organismos son identificables a través de la jerarquía tipológica, y las distancias relativas entre las mismas resultan similares, con independencia de las hipotéticas secuencias evolutivas. Por ejemplo, Denton observa que los anfibios no se encuentran entre los peces y los vertebrados terrestres. En contra de la teoría ortodoxa, los anfibios están a la misma distancia de los peces que los reptiles y los mamíferos.7 En todas las comparaciones, las hipótesis del evolucionismo general resultan falsas. Escribe Denton: El hallazgo realmente significativo que sale a la luz al comparar las secuencias aminoácidas de las proteínas es
que es imposible disponerlas en ninguna clase de serie evolutiva.8 El resultado de esto es que todo el concepto de evolución se derrumba9 [debido a que] la pauta de diversidad al nivel molecular se conforma a un sistema jerárquico sumamente ordenado. Cada clase es, al nivel molecular, singular, aislada y carente de relación mediante intermedios.10 Además, los ajustes accidentales de diseño que exige el evolucionismo general son desastres lógicos. Las mutaciones aleatorias debidas a la radiación, a errores de copia o a otras fuentes propuestas, raramente resultan en ajustes viables de diseño, y nunca en diseños perfectos más avanzados. La evidencia en favor de una evolución general está totalmente ausente, y las predicciones en base de la teoría resultan falsas. Darwin confesó que Lo distintivo de las formas específicas y el hecho de que no estén amalgamadas entre sí mediante innumerables formas de transición es una dificultad muy evidente.11 Con todo, insiste él en un cambio gradual debido a la selección natural que, a decir de él, no puede producir modificaciones grandes o repentinas; sólo puede actuar mediante pasos cortos y lentos.12 Más de un siglo después, el registro fósil sigue sin ajustarse a la ortodoxia darwinista. Irónicamente, fue al admitir este «secreto profesional de la paleontología»13 que el profesor Stephen Jay Gould, de Harvard, adquirió fama y gloria. A partir de Darwin, los investigadores llegaban a abismos infranqueables por todas partes de la jerarquía biológica. Sin embargo, pretendían que estos abismos no existían. Esto
preparó la escena para la teoría saltacional de Gould—idea ésta que Darwin había rechazado de modo expreso. La idea de Gould es semejante a las fantasías de Fred Hoyle14 y de Francis Crick15 acerca de civilizaciones extraterrestres. Mientras que Gould, junto con su colega Niles Eldredge, propone milagrosos saltos repentinos en el progreso evolutivo,16 Hoyle y Crick proponen la panspermia—semillas de vida procedentes de alguna civilización extraterrestre. Todas estas teorías sirven sólo para echar atrás el problema. Denton las rechaza, y concluye que un diseño perfecto implica una suprema inteligencia. Pero, a diferencia de Gould, Eldredge, Hoyle y Crick, no alcanza su propia propuesta a partir de una imaginación desbocada, sino por una implacable aplicación de la lógica. Observa él que el problema del designio y su solución encuentran una analogía casi perfecta en la dificultad de generar textos en un idioma determinado. Mientras que la cantidad de textos posibles es grande, la cantidad de cadenas de letras carentes de sentido es mucho mayor en órdenes de infinitud. Es tirar muy por lo bajo decir que la probabilidad de generar por azar incluso un texto gramatical de sólo unos pocos cientos de palabras es despreciablemente pequeña. Cualquier cadena de lenguaje con sentido implica inteligencia. De la misma manera, las secuencias viables del material de la vida están en una proporción infinitesimal frente a todas las posibles secuencias. La pregunta es cómo podría surgir por accidente una secuencia viable. Denton considera las probabilidades. Cita a Hoyle y Wickramasinghe, que estiman que la probabilidad de que una sola célula viviente surgiera espontáneamente a la existencia en 1 entre 1040.000 intentos —«una probabilidad imposiblemente pequeña ... incluso si todo el universo consistiera de sopa
orgánica».17 Refiriéndose luego a la «elegancia e ingenio de una cualidad absolutamente trascendente, que de tal manera milita contra la idea de azar ....» él pregunta: «¿Es verdaderamente creíble que unos procesos de azar hubieran podido construir una realidad, cuyo más mínimo elemento de la misma—una proteína o gene funcional—es compleja hasta más allá ... de cualquier cosa producida por la inteligencia del hombre?»18 Al final, sugiere Denton, los defensores de la ortodoxia evolucionista son como la Reina Roja de Alicia a través del Espejo. Cuando Alicia protestó que de nada servía creer en cosas imposibles, la Reina le dijo: «Veo que no tienes mucha práctica.... Cuando yo tenía tu edad, lo hacia media hora al día. ¡Vaya! A veces he creído hasta seis cosas imposibles antes del desayuno!»19 ¿Es el darwinismo una religión? Guillermo Agudelo Murguía Introducción Se discute la semejanza del ―darwinismo‖ con las religiones,(NOTA 1) considerada, la religión, como una garantía (de salvación del mundo como un mal en su totalidad, de vida o de muerte) sobrenatural en el sentido de que va más allá de los límites a los que pueden llegar los poderes del ser humano, y cuyo modo de acción es misterioso e inescrutable, lo que no implica que la garantía sea ofrecida por una divinidad y que por lo tanto sea necesaria una relación entre la divinidad y la religión. En realidad existen religiones ateas. Pero consideramos que el darwinismo no es precisamente una religión atea ya que la garantía la da el azar, el misterioso e inescrutable azar.
La ciencia está en crisis de racionalidad, tanto la física como la biología presentan síntomas similares, con la diferencia de que la física reconoce leyes naturales que condicionan el comportamiento de la materia inerte. Sin embargo, en la física, los fundadores y seguidores de la interpretación o escuela de Copenhague postularon su filosofía de la física no sólo como una interpretación posible sino como la única viable. Intentos de enfoques básicamente diferentes, incluso de científicos prominentes como Einstein, Schrödinger, Landé, y Bohm fueron ignorados y aun ridiculizados. Niels Bohr propugnó por la escuela de Copenhague incansablemente. Publicó extensivamente, dictó cátedra ampliamente y diseminó el espíritu de esta escuela. Bohr era un hábil retórico de la revolución cuántica, no menos ingenioso que Galileo al tejer argumentos, ―interpretaciones naturales‖, con el objetivo de introducir conocimiento controversial disfrazado como proposiciones intuitivamente llamativas. Tanto la escuela de Copenhague como su inevitable retórica se basan en dos pilares centrales del positivismo y en la doctrina de la necesidad de conceptos clásicos. No es sorprendente que por esta necesidad de conceptos clásicos abunden enunciados contradictorios. La ―reconstrucción racional‖ es formulada por la ortodoxia con el fin primario de presentar cualquier alternativa como imposible en principio y previniendo con esto cualquier disidencia. Los científicos deben preocuparse no sólo de construcciones teóricas ingeniosas y su concordancia con datos experimentales sino con la viabilidad de que sus conceptos sean absorbidos por la cultura general del ser humano. La ciencia no es un soliloquio. Su valor reside en el simple hecho de estar dentro de su entorno cultural sólo al entrar en contacto con todos aquellos quienes en este momento están, o en el futuro estarán, comprometidos con la promoción de la
cultura y el conocimiento. De acuerdo con E. Schrödinger, no todos lo conceptos están destinados a sobrevivir pues una ciencia teórica... en la que los iniciados continúen hablándose en voz baja, en términos que, en el mejor de los casos, sean entendidos por un pequeño grupo de iniciados, será cercenada del resto de la humanidad y a la larga estará condenada a atrofiarse y osificarse.(NOTA 2) Lo anterior encaja perfectamente con la biología que se fundamenta en la teoría o teorías de Charles Darwin, que han sido la base del darwinismo que paradójicamente se ha convertido en una religión. El darwinismo como religión En este sitio el lector encontrará la historia del darwinismo(NOTA 3) y las consecuencias de haberlo perpetuado al convertir sus hipótesis en dogmas irrefutables. Este artículo trata de aclarar el porqué no consideramos científica la interpretación de la evolución darwinista. Consideramos que Darwin no es culpable del cisma que se está dando en la ciencia desde hace ya bastantes años. El darwinismo tuvo su importante función en un contexto histórico determinado que hace mucho ha sido superado. Pero sus apologistas y seguidores se han empeñado en un continuismo al hacer de Darwin un Profeta, un Iluminado al que hay que creerle sin cuestionar su ―Palabra‖, es decir crearon una religión que llamaron ―Darwinismo‖, de donde se derivaron ideologías como el nazismo y doctrinas económicas que, pasando por el capitalismo, han llegado al neoliberalismo. Más aun, hicieron de la competencia la única conducta capaz de llevar a la supervivencia y al éxito. Fatalmente secuestraron para su provecho la evolución, este proceso fundamental de la naturaleza. Si el darwinismo fuese una ciencia, debería ser dialéctico pues el conocimiento debe ser dialéctico, es decir arriesgarse
a ser derribado por la experiencia, cosa que sus seguidores no permiten. Una de las finalidades de la ciencia es la búsqueda de las leyes de la naturaleza, entonces ¿cómo es posible que una teoría que no acepta leyes, que se basa en el azar, en la que muchas de las soluciones a los fenómenos que trata son irrepetibles, sea considerada científica? Que el darwinismo se ha convertido en una religión es indiscutible, pues lo siguiente podría ser el evangelio sobre su ―Verdad‖: ―Revelación a Darwin, que para instruir a todos sus siervos sobre cómo han sucedido las cosas ha dado a conocer por sus intermediarios, sus siervos (aquí podemos colocar cualquier nombre de los propugnadores del darwinismo ortodoxo), , los cuales dan testimonio de la palabra de Darwin y de todo lo que él ha visto. Bienaventurados los que leen y escuchan las palabras de esta teoría, Bienaventurados los que creen sus temas de charlatanería divulgados por revistas ―científicas‖, becados por fundaciones, premiados y honrados en enciclopedias que garantizan la continuación histórica de la farsa. Bienaventurados porque ellos heredarán el reino del engaño y del dinero‖ El darwinismo es una religión cuyos dioses son ―El-Azar‖ que, así escrito, por sus raíces significaría ―Mi dios - el dado con el que se pierde‖, la competencia, el egoísmo con su premisa de la supervivencia del más apto y la tan alardeada ―selección natural‖. Ésta, su diosa principal, es veleidosa como los dioses del Olimpo. Dice el biólogo Fernando Vallejo ―…caprichosa como las estaciones del año, cambia de parecer según el tiempo y el espacio. Aquí determina una cosa, allá otra; hoy quiere esto, mañana siempre no. Fantasmal, nunca da la cara, siempre actúa per interposita persona: unas veces es el clima, otras la salinidad del agua, otras los parásitos, la abundancia de depredadores, la escasez de presas, las
plagas, los pájaros… y ha pasado a reemplazar a la Divina Providencia en las ciencias naturales.‖ Eric J. Chaisson, científico, autor de una plausible teoría sobre la evolución cósmica,(NOTA 4) declara que ―sólo recientemente la selección natural ha llegado a ser vista por algunos como la que controla la evolución en forma absoluta. El poder de este concepto quintaesencial darwiniano está tan extendido en la biología y los campos relacionados, que muchos de los llamados ultra-darwinistas lo suscriben enteramente y sin límite, ciertamente con una clase de fervor similar al de los fundamentalistas a quienes ellos abominan. En la misma estrecha línea, los biólogos han adoptado una inflexible ideología basada en el supuesto que los genes regulan toda la vida (Dawkins 1996), la mayoría de los sicólogos evolucionistas (nacidos socio-biólogos) usan el concepto para revolucionar el estudio del comportamiento humano bajo estrictas líneas darwinistas (Wright 1994), y aún unos pocos filósofos se lo han ahora apropiado para explicar el significado de la vida y la conciencia (Dennet 1995). Ya Darwin en su tiempo se sintió obligado, en el prefacio de su última edición (1872) de su clásico, a dejar claro que los muchos y variados cambios de la vida no se debía a una sola causa, aunque esta estuviera siempre presente y fuera poderosa.‖ Los defensores del darwinismo han sido siempre grandes sofistas, como ejemplo comentaremos el artículo ―¿Quién le teme al darwinismo?‖(NOTA 5) Uno de tantos en los cuales se exponen los argumentos más usuales utilizados en su defensa y en el cual se puede apreciar cómo el darwinismo es una religión. Dice el artículo (en adelante¿Q?): ¿Q? - La teoría evolucionista de Darwin se ha convertido, desde su aparición en 1859, en componente básico de la cultura de occidente. Un evolucionista moderno vuelve a la obra de Darwin una y otra vez. Esto no tiene nada de
sorprendente, ya que las raíces de todo nuestro pensamiento evolucionista se remontan a Darwin. (E. Mayr, ―Una larga controversia: Darwin y el darwinismo‖, 1992, pág. 9.) El origen de las especies, de Charles Darwin (1859), produjo una revolución de enorme envergadura -aun más que las revoluciones copernicana y newtoniana en los siglos XVI y XVII-, que llegó a trascender los límites de la biología y a provocar el derrumbamiento de algunas de nuestras creencias más firmes. A partir de ese momento, la idea de la evolución se introdujo en todos los campos del saber, convirtiéndose en un componente básico de la cultura occidental. Todo lo anterior es cierto, Darwin llegó para afianzar una cultura del engaño cuya génesis se remonta a los albores del ser humano. (Ver ―Cultura del engaño‖). Es verdaderamente lamentable que se haya impuesto a la humanidad una filosofía anglosajona, que supuestamente era una ciencia, y a la cual están condenadas todas las interpretaciones de los descubrimientos científicos. Adoctrinados como estamos en que la búsqueda de la verdad es cuestión de fe, los darwinistas, como todo fundamentalista, se sienten ―poseedores de la verdad‖ con el agravante de que cuentan, por obvia conveniencia, con todo el apoyo político y económico. (Ver ―Una nueva biología para una nueva sociedad‖). Se queja el autor de que: ¿Q? …el darwinismo ha recibido ataques tanto de quienes se resistieron a aceptar las ideas implícitas o explícitas en el mismo, como de quienes pretendieron ‗corregirlo‘. Y declara que hay una suerte de conspiración:
¿Q? - por lo que mi objetivo es presentar aquí algunos de los argumentos en contra del darwinismo y discutir la manera de rebatirlos. Estas declaraciones con fuertes tintes sofistas, son muy parecidas a las que los fundamentalistas hacen de sus libros sagrados. Una de las aseveraciones más desconcertantes en el artículo dice: ¿Q? - Huxley y Lyell nunca creyeron en la selección natural ni suscribieron el gradualismo. Sin embargo, en su libro How Nature Works, el autor Per Bak(NOTA 6) comenta que fue en la época de Darwin cuando Charles Lyell formuló su teoría del gradualismo. La visión de Lyell era que todo podía explicarse en términos de los procesos que se observan alrededor nuestro trabajando a la misma relación fija todo el tiempo. Por ejemplo, las formaciones geológicas se suponen formadas en procesos suaves e ininterrumpidos, y toda la escala de eventos, aun los de mayor extensión y efectos deben ser explicados como extrapolaciones de procesos suaves e ininterrumpidos que están ahora operando, a las actuales tazas e intensidades que se observan. En otras palabras, el comportamiento a pequeña escala puede ser extendido suave e ininterrumpidamente acumulándose para producir toda la escala de eventos. No es necesario establecer ningún nuevo principio para los procesos grandes y largos, toda causalidad reside en la pequeñez del presente observable y todas las magnitudes pueden ser explicadas por extrapolación. Darwin aceptó la visión gradualista de Lyell en toda su intransigente intensidad, Darwin creyó que este mecanismo, mutación aleatoria seguida por selección y proliferación de las variantes más aptas necesariamente conduciría a una evolución pareja y continua. Darwin declaró: ‗Nosotros no
vemos nada de estos pequeños cambios en progreso hasta que la mano del tiempo las haya marcado con el transcurrir de las épocas.‘ Esto es el gradualismo en una pequeña proposición.‖ ¿Q? - No hay acuerdo entre diferentes autores acerca de cuál fue el método científico de Darwin…A partir de la síntesis evolutiva de la década de 1930, "darwinismo" pasó a significar cambio bajo la influencia de la selección natural, es decir evolución variacional…Si bien en su Autobiografía admitió haber trabajado sobre sólidos principios baconianos y sin teoría alguna haber colectado datos, es evidente que muchas de sus ideas surgieron con anterioridad, y que recolectó datos para comprobar sus especulaciones. Típica declaración de quien pretende defender lo indefendible: El autor, el profeta, el científico o quien se trata de defender dijo tal cosa, pero no es eso lo que trató de decir, sino otra cosa que es lo que conviene a mi interpretación y a su defensa. ¿Q? - A partir de 1859 hubo varios intentos por remplazar el darwinismo por teorías que de algún modo contemplaran algún componente finalista o teleológico, hacia cierta "perfección" intrínseca, en lugar de la falta de finalidad explícita de la selección natural. El no aceptar la obviedad de que la evolución tiende o por lo menos tendía a adquirir cada vez mayor complejidad es una típica actitud del fundamentalismo. Lo teleológico no implica ―perfección‖, la supervivencia del más apto es en sí una teleología. Es muy claro el fundamentalismo del artículo pues como puede apreciarse en el siguiente párrafo, Gould, a pesar de ser darwinista, por haber formulado un mecanismo diferente
al gradualismo para justificar la emergencia de nuevas formas de vida, es clasificado casi como ―hereje‖. ¿Q? - Gould combinaba magistralmente erudición y amenidad. Pero, ¿cuáles han sido sus contribuciones a la supuesta "corrección" al darwinismo? Básicamente, dos: que la teoría de los "equilibrios discontinuos" (punctuated equilibrium, en inglés) de Eldredge y Gould erosionó la ortodoxia darwinista, y que el "adaptacionismo" ha sido refutado o al menos relegado a un papel menor en la biología evolutiva (Dennett, 1995). En 1972, Eldredge y Gould propusieron la teoría de los "equilibrios discontinuos" como alternativa al gradualismo darwiniano. Mientras que los darwinistas ortodoxos tienden a considerar que la evolución es gradual, ellos propusieron que en realidad opera "a saltos": luego de largos periodos en que las especies permanecen sin cambio (equilibrio) se producen breves momentos de cambio. De este modo, los paleontólogos no deberían pensar en la ausencia de fósiles "intermedios", sino más bien que éstos bien podrían no haber existido nunca. Inicialmente, la teoría fue desestimada por los darwinistas, debido a que Gould y Eldredge no propusieron un mecanismo concreto para explicar cambios morfológicos grandes y repentinos. Las opiniones del autor nos hacen comprender qué tan fuerte es la ortodoxia darwinista, porque existen ya varias propuestas sobre mecanismos concretos para explicar estos cambios morfológicos grandes y repentinos, como se puede ver en el artículo ―Las estructuras disipativas en la evolución‖ o en el citado libro de E. J. Chaisson. ¿Q? - Matemáticos: físicos, genetistas, bioquímicos y abogados forman un ejército que combate fervorosamente al darwinismo.
Más bien los darwinistas defienden fervorosamente al darwinismo, y no aceptan interpretaciones de la ciencia que no sean encajadas a fortiori en los postulados de la teoría sintética y si no tienen argumentos sólidos para defenderse, acusan de religiosos o anticientíficos a los argumentos en contra. Para ver hasta dónde llegan en este afán los darwinistas, que no son solamente los biólogos sino todo aquel que se precie de ser ―un verdadero científico‖, trascribimos una frase que aparece en la definición de ―universo‖ en el diccionario de filosofía de Mario Bunge:(NOTA 7) ―Las hipótesis según las cuales el universo tuvo un principio y tendrá un final no son científicas sino teológicas.‖ ¡Con esto decimos adiós a Einstein y a todas las ciencias emergentes! Cada ser humano es libre y tiene el derecho de creer lo que mejor le convenga, el problema con el darwinismo es que sus dogmas están involucrados en el ámbito científico. ¿Q? - Phillip Johnson, en Proceso a Darwin (1995), ha sugerido que la evolución darwiniana no está basada en hechos, sino en el materialismo filosófico. Esta suerte de fe en el naturalismo filosófico hace que el darwinismo se asemeje a una religión, (nuestro énfasis) citando para ejemplificar una frase de Richard Dawkins (1996), en El relojero ciego: ―Se puede decir con total certidumbre que si uno encuentra a alguien que afirma no creer (nuestro énfasis) en la evolución, esta persona es ignorante, estúpida o loca (o es malvada, pero preferiría no considerar esta posibilidad)‖. Afortunadamente nosotros sí ―creemos‖ en la evolución; sin embargo, no sabemos si los epítetos de Dawkins nos sean aplicables al no ser darwinistas y apostar por la ciencia, porque la evolución no es un proceso que la biología o la genética o cualquier ciencia particular deba apropiarse. Es el proceso fundamental del universo en el cual deben concurrir todas las ciencias y no es asunto de ―creencia‖
¿Q? - Pero, ¿qué es en realidad lo que Johnson critica del darwinismo? Básicamente, que la complejidad biológica se atribuya a la acumulación de mutaciones y a la selección natural, lo cual nunca ha sido demostrado empíricamente; es más bien una deducción de la filosofía naturalista. De este modo, los evolucionistas adhieren al naturalismo como una creencia metafísica. Esto, que para muchos suena a herejía, sin embargo ha sido aceptado sin inconvenientes por el filósofo Michael Ruse, quien ha sostenido que "el lado científico tiene ciertos presupuestos metafísicos incorporados en la actividad científica, lo cual, […] creo que con toda honradez deberíamos admitir‖. Todas las interpretaciones de los descubrimientos científicos están contaminadas con la ideología de quien hace la interpretación, por lo que en el caso de la evolución, este proceso, insistimos, debería ser abordado de manera interdisciplinaria. Al respecto Per Bak comenta: ―La complejidad trata con un fenómeno común en especies diferentes, así que el estudio de la complejidad debería beneficiarse de una aproximación interdisciplinaria. Esto no se da actualmente y aunque la ciencia del caos ha estimulado algo este punto de vista, los científicos ortodoxos no están dispuestos a ceder. Sin embargo, por las reglas de la sociología, a alguien de arriba le toca cambiar el curso de la ciencia. Muy pocos son los científicos que se aventuran a nuevas áreas que no han sido aprobadas de arriba. Hay una buena razón para esto, dado que los científicos jóvenes se quedan solos si se salen de las disciplinas tradicionales. Históricamente, en las universidades, las diferentes ciencias son confinadas a departamentos especializados con poca correlación. Esto ha dejado grandes áreas de la ciencia sin explorar.‖(NOTA 8) ¿Q? - Esta discusión acerca de los presupuestos ideológicos de la ciencia puede derivar en otro debate que con el tiempo
resurge una y otra vez: el del darwinismo versus la religión. En cuanto a los teólogos del siglo XIX, no necesariamente se convirtieron en sus adversarios. La reacción de muchos religiosos fue positiva (Ruse, 2001). Por ejemplo, los reverendos Baden Powell y Charles Kingsley alabaron ―El origen de las especies‖. Incluso el botánico Asa Gray, uno de los más firmes seguidores de Darwin en el nuevo mundo, era un cristiano devoto. Recientemente, Michael Ruse (2001) ha publicado el libro ―¿Puede un darwinista ser cristiano?‖ A lo largo del mismo, el autor discute ampliamente las dimensiones científicas, filosóficas y teológicas de la pregunta. Luego de examinar diferencias y coincidencias entre diferentes autores, Ruse concluye que darwinismo y cristianismo no son mutuamente incompatibles. Lo cual quiere decir que Dios creó el universo por azar y sin ningún propósito. Hacer estas aseveraciones es exagerar hasta el límite tratando de darle validez a una teoría, Sin embargo esto da muy buenos resultados pues así los religiosos purifican su conciencia y pueden ser a la vez creyentes en dos dioses. ¡Aunque usted no lo crea! Los darwinistas no se ponen de acuerdo en cuanto a que su religión sea compatible con el cristianismo, pues en la misma revista donde aparece el artículo que estamos discutiendo se publicó otro titulado ―Relaciones entre ciencia y religión: ¿Cómo la viven los científicos?‖, donde ésta dualidad se atribuye a malentendidos o se da por conveniencia como en el caso de Newton, ―que produjo su obra en el reflujo de ésta revolución (el restablecimiento de la monarquía después de la dictadura de Oliver Cromwell). Newton era creyente y cristiano, pero su cristianismo era heterodoxo, y siempre estuvo interesado en cuestiones teológicas. No es difícil entender que, dada su posición de funcionario y la aplicación de medidas gubernamentales discriminatorias contra
disidentes religiosos, haya sido prudente en la difusión de sus opiniones en este terreno, ya que ello podría haberle causado dificultades con la Iglesia oficial. También se podría conjeturar que quería distanciarse de los deístas para no aparecer como enemigo del Estado al que servía.‖(NOTA 9) Richard Dawkins, en el artículo The Great Convergence‖(NOTA 10) se pregunta ―¿Están la ciencia y la religión convergiendo?‖ Y termina su alegato diciendo ―¿Convergencia? Sólo cuando conviene. En un juicio honesto, la declaración sin pruebas (como muchas de las que hacen los darwinistas) sobre la convergencia entre ciencia y religión es superficial, vacía, vana, un torcido e impuro fraude.‖ ¿Q? - Ahora bien, si las conclusiones de Ruse (que darwinismo y cristianismo no son mutuamente incompatibles) son correctas, ¿por qué existe en la actualidad debate entre creacionistas y evolucionistas? Por lo que vimos arriba y porque simplemente es el mismo fenómeno que sucede entre confesiones distintas: ―Mi dios no es tu dios, el mío es el verdadero‖. ¿Q? - El fenómeno del llamado "creacionismo científico" parece circunscribirse a Estados Unidos de América, y las razones del mismo deberían ser motivo de un análisis sociológico. (Quizá no habría que descartar la ignorancia. ¿Acaso una encuesta de Gallup de 1993 no descubrió que el 47 por ciento de los estadounidenses cree que Homo sapiens es una especie creada sobrenaturalmente hace menos de 10 mil años?) El autor tiene razón en cuanto a que el ―creacionismo científico" parece circunscribirse a Estados Unidos de América pero sugiere que esta teoría o el ―diseño inteligente‖ ha sido propuesta por ese 47 por ciento de los
estadounidenses que pueden llamarse ―ignorantes‖ por lo que todos los que no lo son deben, forzosamente, ser darwinistas. El darwinismo tendrá siempre problemas no sólo con los creacionistas sino con los resultados de las investigaciones científicas que en forma exponencial se están produciendo, como se muestra en el siguiente ejemplo. En el diario El País, Javier Sampedro publicó el 18 de marzo del 2006 un artículo con el título ‗Se busca un nuevo Darwin‘, donde informa que: ―Davidson y el paleontólogo Doug Erwin, conservador del Museo Nacional de Historia Natural, en Washington, han publicado en la revista Science (10 de febrero) una hipótesis sobre la evolución de los animales que entra en flagrante contradicción con la ortodoxia darwinista que se enseña en las universidades, se divulga en los best sellers científicos desde El gen egoísta, de Richard Dawkins, hasta La peligrosa idea de Darwin, de Daniel Dennet- y, por tanto, se acepta como una verdad revelada (nuestro énfasis) por los intelectuales y científicos de otras áreas, como Steven Pinker y los demás psicólogos y filósofos que intentan aplicar la teoría evolutiva al dificultoso propósito de comprender la mente humana‖. Pero en una actitud totalmente carente de sentido común declaran que no son antidarwinistas. ¿Q? - En la celebración del 60 aniversario de la refundación de la Academia Pontificia de Ciencias (1996), el papa Juan Pablo II señaló claramente que: "... nuevo conocimiento ha llevado a reconocer que la teoría de la evolución es más que una hipótesis". La declaración de Juan Pablo II ha sido refutada por Benedicto XVI en una actitud más coherente, pues en
realidad la ciencia y la mayoría de las religiones son completamente incompatibles. El Dr. Ruy Pérez Tamayo(NOTA 11) dice en su artículo ―Ciencia y Religión‖(NOTA 12): ―Para escribir sobre el tema de las relaciones entre la ciencia y la religión, lo primero que debe hacer el autor es exhibir sus credenciales con toda honestidad: en este caso se trata de un científico profesional con más de sesenta años de actividad en el campo de la investigación biomédica en la UNAM y que nunca ha sido religioso, o sea es ateo desde su nacimiento. A estas dos credenciales el autor agrega otra, para justificar un poco lo que sigue: Ha estado interesado en la filosofía de la ciencia y en las relaciones de esta disciplina con la religión católica desde que se acuerda, o sea desde hace ya muchos años.‖ Considera el Dr. Pérez Tamayo que existen tres escuelas de pensamiento o formas de enfrentarse a las relaciones entre ciencia y religión: 1. La guerra entre las dos formas de concebir el mundo o sea la incompatibilidad absoluta. 2. La coexistencia pacífica entre los dos conceptos de la realidad. 3. La integración de la ciencia y la religión en un solo sistema conceptual de la realidad. ―Las tres formas anteriores de relación entre la ciencia y la religión revelan que, sin cambios o concepciones, las dos maneras de concebir la realidad son incompatibles.‖ ¿Q? - Por otra parte, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos sostiene que: "Muchas personas religiosas, incluso muchos científicos, afirman que Dios creó el Universo y los diferentes procesos que conducen la evolución física y biológica, y que estos procesos resultaron en la creación de galaxias, nuestro Sistema Solar y la vida en la Tierra. Esta creencia, a veces
llamada 'evolución deísta', no contradice las explicaciones científicas de la evolución." Esta creencia la expresó Teilhard de Chardin hace más de 70 años y por ello fue sancionado de por vida por la Iglesia Católica y por las instituciones científicas. La incompatibilidad entre darwinismo y creacionismo no es entre ciencia y religión sino entre dos religiones pues, insistimos, no consideramos al darwinismo como una ciencia sino como una religión, por lo que sus seguidores tendrán el problema que han tenido siempre las diferentes religiones entre si y con la ciencia. Por supuesto los darwinistas tienen que adaptar todos los descubrimientos científicos a su paradigma por más dañino que esto resulte para la humanidad. El darwinismo, como religión, ha sido culpable de mil enredos, y uno de los propósitos del libro en sí es exponer precisamente eso. ¿Q? - Tras 140 años de fracasados ataques, el darwinismo ha emergido cada vez más fortalecido (Mayr, 1992). Todas las polémicas actuales dentro de la biología evolutiva se dan dentro del marco conceptual del darwinismo y aparentemente no existen argumentos racionales para oponerse al mismo. Hasta un antidarwinista admite que: "el modelo darwiniano es aún el único modelo evolutivo propuesto que invoca procesos físicos y naturales como agentes causantes del cambio evolutivo... El darwinismo constituye, entonces, la única teoría evolutiva verdaderamente científica" (Denton, 1986, pág. 355). El darwinismo no se ha fortalecido. Al contrario, es una teoría en crisis como se puede ver en los artículos de este sitio y en libros como Evolución: una teoría en crisis,(NOTA 13) Pensando la evolución, pensando la vida.(NOTA 14)
Por otra parte el autor evade hablar de las ciencias emergentes como Complejidad, Caos y Dinámica no lineal, la nueva termodinámica de Ilya Prigogine o la nueva ciencia de Stephen Wolfram quien en su libro A New Kind of Science presenta el fruto de sus esfuerzos por modelar todas las facetas de la naturaleza, incluyendo el universo mismo, con programas simples. Su meta es lograr penetrar en el origen y la naturaleza de la complejidad, un comportamiento que sólo recientemente ha logrado interesar dentro de la comunidad científica. Los resultados preliminares de Wolfram muestran que, ciertamente, el comportamiento del espaciotiempo puede ser modelado con programas llamados autómatas celulares y redes causales, en los cuales la realidad fundamental es la interconexión entre los nodos de la red. Pero lo más importante es que deben existir reglas y unas bien determinadas condiciones iniciales. Wolfram ha desarrollado un lenguaje de computadora llamado Matemática, y ha intentado modelar el universo. Afirma que usando varios programas de computadora tales como autómatas celulares y redes causales, ha sido capaz de reproducir el comportamiento característico de muchos sistemas físicos. Con los resultados de incontables experimentos generados por computadora, ha demostrado claramente que la complejidad debe ser incluida en la lista de comportamientos normales posibles de un sistema físico. De hecho, encuentra que aun sistemas que obedecen reglas simples pueden producir comportamiento complejo. Este descubrimiento llegó a ser la base de lo que él llama un nuevo tipo de ciencia. Wolfram sostiene que la nueva ciencia es suficientemente poderosa para comprender los resultados de la ciencia tradicional y, como subproducto, proveer una mayor penetración al conocimiento de los fenómenos. En particular, él es capaz de sugerir vías para modelar el universo conocido de una manera consistente con las leyes de la física. Esto lo
hace mediante simples programas como autómatas celulares y redes causales en las que finalmente la realidad fundamental es la interconexión entre nodos. ¿Q? - Entonces ¿por qué será que resurgen una y otra vez distintas formas de antidarwinismo? Daniel Dennett (1995) propone una respuesta radical, al sostener que el darwinismo cala más hondo en nuestras creencias básicas de lo que cualquier autor previo haya reconocido. Dicho de otro modo, la revolución darwiniana no es solamente una revolución científica, también es una revolución filosófica, y sus consecuencias exceden la biología hasta todos los campos del saber, transformando radicalmente nuestra visión del mundo. Simplemente, que la selección natural carece de propósito y por ende acaba con la idea del diseño. En palabras de Richard Dawkins (1996), la selección natural es como un «relojero ciego", que construye sin ver ni planear consecuencias, sin propósito alguno, y sus productos, sin embargo, parecen "diseñados". El citado científico Per Bak(NOTA 15) declara que desafortunadamente hay un punto de vista entre los biólogos en el que la evolución se entiende basada en las teorías pioneras y que no hay necesidad de hacer más trabajo teórico. Este punto de vista está establecido explícitamente en el libro de R. Dawkins, El relojero ciego. Nada previene más el progreso que la creencia de que todo ya se sabe, una creencia que se ha expresado varias veces en la ciencia por cientos de años. Conclusión No es agradable tener que hablar contra lo establecido. Se gana uno el calificativo de negativo, anticientífico, ignorante, etc. Y peor aún, cuando no se tienen esperanzas de que las estructuras de poder acepten nuevos paradigmas.
Mauricio Abdalla, en su ensayo ―El principio de cooperación‖ nos dice sabiamente que el cambio requiere de una nueva racionalidad, una interacción justa con la naturaleza al igual que entre los seres humanos. Pero ¿cómo tener la esperanza de que el ser humano cambie voluntariamente? Nos engañamos, nos matamos, nos torturamos sin ningún pudor, debido a que, según los darwinistas, la vida es una ―competencia implacable‖ ¿porqué no vamos a torturar, tratar de engañar y aniquilar a la naturaleza? Cuando las interpretaciones de los resultados de las investigaciones científicas tienen que sujetarse a dogmas, se oponen al más elemental sentido común, se cometen muchos errores en detrimento del auténtico espíritu científico y las contradicciones son inevitables. Las religiones se mantienen por siglos gracias al dogma, pero en la ciencia los dogmas impiden el progreso, lo que a su vez impide nuestro cabal entendimiento sobre la evolución, el proceso base del universo. Fundamentados en que el universo es producto del azar y sin propósito, ni los políticos, ni la mayoría de los científicos, menos aún la población en general, están dispuestos a ceder un ápice para cambiar de paradigma, pues en el actual se basan para que las potencias (los ―más aptos‖) se repartan el mundo. Los pueblos considerados inferiores lo son por ―selección natural‖ y así es como debe ser. ―Científicamente‖ se justifica la colonización económica actual. El darwinismo conduce también al etnocentrismo y al antropocentrismo que como ya dijimos alientan el dominio y destrucción de la naturaleza, una más de las consecuencias nefastas de esta religión. Queremos hacer énfasis en que ninguna religión es mala per se. Todos tenemos el derecho de creer lo que más nos convenga. Pero en el caso del darwinismo, los dogmas controlan cualquier interpretación científica y esto es dañino para la ciencia misma. Pocas esperanzas existen de un cambio. No obstante, de acuerdo con el escritor
argentino Ernesto Sábato:La historia de la humanidad es una larga serie de estupideces y maldades, pero es nuestro deber luchar contra la estupidez y la maldad. El británico Michael Denton, biólogo molecular, director del centro de investigaciones en genética humana de Sidney, en Australia, ha afirmado en París que la búsqueda de los famosos eslabones perdidos en la evolución de los seres vivos ha fracasado porque no han existido jamás, en contra de la teoría sostenida por Darwin. En el curso de una conferencia organizada en la universidad de la Sorbona por la asociación francesa HIT (siglas en francés de Alta Tecnología de Inteligencia), el biólogo Michael Danton ha expuesto las razones que le han conducido a atacar a su ilustre predecesor: "Darwin fue víctima de una paradoja. En efecto, hace más de un siglo propuso una teoría que se enfrentaba a los dogmas del creacionismo. Con el paso del tiempo su teoría se ha transformado, ella misma, en un dogma al que se prohíbe cuestionar, so pena de ser tratado como antievolucionista"."Nadie niega", insiste, "los principios de la evolución de los organismos vivos por modificación del genoma (material hereditario). La selección natural puede estar en la base de ciertas transformaciones a nivel de especie, pero es absolutamente insuficiente para brindar una explicación global de la evolución". Danton rechaza la idea de una evolución "de pasos pequeños", que transformaría, por ejemplo, a un mamífero terrestre en una ballena con una multitud de modificaciones necesarias y tan importantes como la modificación de sus miembros ariteriores hasta convertirse en aletas. Si esta hipótesis fuera correcta debían de haber existido miles de especies de transición que habrían dejado algún rastro en nuestros días, según Denton, pero nada de eso se ha
encontrado. Los saltos en la evolución han sido constatados por numerosos investigadores que trabajan sobre distintas especies pero Denton denuncia que unsecretismo profesional ha ocultado estos descubrimientos porque cuestionan la teoría oficial, basada exclusívamente en datos morfológicos. Nuevas herramientas Los recientes descubrimientos de la biología molecular han puesto a disposición de los científicos unas herramientas completamente nuevas que permiten comparar los organismos según los criterios bioquímicos. Así es como se ha podido descubrir entre otros el Opposum, considerado como un marsupial primitivo, que no presenta las características bioquímícas que deberían corresponder a los ancestros de su grupo.Lo mismo ocurre con el Dipneusto, extraño pez de los mares africanos que puede respirar indístintamente por branquias o pulmones y cuya figura correspondería al eslabón perdido entre los animales acuáticos y terrestres pero que sobre el plano molecular no presenta ningún indicio del carácter de transición que se le supone. En su conferencia -como en su libro Evolución, una teoría en crisis- Michael Danton no busca establecer nuevas teorías infalibles. Se limita a proponercuestiones que se desprenden de los últimos descubrimientos cientíricos. Una cosa es segura, concluye, haciendo una comparación inesperada: la evolución de los seres vivos sigue una lógica similar a la de la historia de los relojes. Los primeros aparatos mecánicos, los digitales y los atómicos, lo único que tienen en común es que miden el tiempo. En las diferentes categorías, han evolucionado poco a poco, pero para pasar de una fase
de la evolución esencial a otra han dado saltos cualitativos gracias a la adorición de tecnologías completamente. PORQUE SON INVALIDOS LOS SUPUESTOS EVOLUCIONISTAS En este capítulo escribiremos sobre una serie de fenómenos y conceptos biológicos presentados como evidencias teóricas por los evolucionistas. Dichos tópicos son particularmente importantes porque señalan que no hay ningún descubrimiento científico que apoye o respalde la evolución, revelando a su vez el grado de distorsión y mistificación empleada por los evolucionistas. Variaciones y Especies La variación, un término usado en genética, se refiere a los sucesos genéticos que hacen que los individuos o grupos de cierto tipo o especie posean características distintas. Por ejemplo, todas las personas sobre la Tierra poseen básicamente la misma información genética. No obstante algunos tienen ojos oblicuos, o cabellos rojos, o narices largas, o una estatura reducida, dependiendo ello del grado del potencial de variación de su información genética. Los evolucionistas proclaman las variaciones dentro de una especie como evidencia de la teoría. Sin embargo, las variaciones no constituyen una evidencia de la evolución porque las mismas son el resultado de distintas combinaciones de la información genética ya existente y no agrega ninguna característica nueva a la misma. Lo importante para la teoría de la evolución, sin embargo, es la cuestión de cómo podría producirse una nueva información para hacer una nueva especie.
Las Variaciones Dentro de las Especies no Implican Evolución En el libro El Origen de las Especies Darwin confunde dos conceptos: variaciones dentro de una especie y aparición de una especie totalmente nueva. Por ejemplo, observó las variaciones entre las crías de perros e imaginó que algunos de ellos llevarían algún día a la aparición de una especie distinta. Incluso en la actualidad, los evolucionistas persisten en el intento de presentar las variaciones dentro de las especies como ―evolucionismo‖. Sin embargo, es una
realidad científica que las mismas no llevan a la evolución. Es decir, no importa cuántas camadas de perros se produzcan, éstos siempre seguirán siendo una sola especie. Nunca ocurrirá transmisión alguna de una especie a otra.
Las variaciones siempre tienen lugar dentro de los límites de la información genética. En la ciencia genética ese límite se llama "pool de genes". Todas las características presentes en el pool de genes de una especie pueden presentarse de distintas maneras debido a la variación. Por ejemplo, como resultado de ésta, pueden aparecer variedades que tengan una cola relativamente más larga o una pierna más corta, porque en el pool de genes de los reptiles existe, por ejemplo, la información de la pierna corta y de la pierna larga. Sin embargo, las variaciones no transforman a los reptiles en pájaros por medio del agregado de alas o plumas, o por modificaciones en su metabolismo. Tal cambio requiere un aumento en la información genética de los organismos vivientes, cosa absolutamente imposible por medio de las variaciones. Darwin no era consciente de este hecho cuando formuló su teoría y pensaba que las variaciones no tenían ningún límite. En un artículo que escribió en 1844 dijo: ―La existencia en la naturaleza de un límite a la variación es algo asumido por muchos autores, aunque yo soy incapaz de descubrir un solo hecho sobre el que se fundamente esa creencia‖143 En El Origen de las Especies citó distintos ejemplos de variaciones como las evidencias más importantes de su teoría. Por ejemplo, según Darwin, los criadores de ganado que aparean distintas variedades con el objeto de dar lugar a otras nuevas que produzcan más leche, a la larga iban a transformar (a ese ganado) en especies distintas. La idea de Darwin de "variación ilimitada" se ve mejor en una expresión
en El Origen de las Especies: ―No veo ninguna dificultad en que una raza de osos se pueda volver, a través de la selección natural, cada vez más acuática en sus hábitos, con una boca cada vez más grande, hasta que se produzca una criatura tan inmensa como una ballena‖144 La razón por la que Darwin se valió de un ejemplo tan traído de los cabellos residía en la comprensión muy elemental de la ciencia de entonces. Luego, en el siglo XX, la ciencia sentó el principio de "estabilidad genética" (homeostasis genética), fundamentada en los resultados de experimentos conducidos sobre seres vivos. Este principio sostiene que todos los apareamientos llevados a cabo para producir nuevas variaciones (distintas a las contempladas en el pool de genes) fueron ineficaces y que existen barreras estrictas entre las distintas especies de seres vivientes. Esto significaba que era absolutamente imposible que los criadores de animales conviertan al ganado en especies distintas por medio de aparear distintas variedades, como había postulado Darwin. Norman Macbeth, quien desaprobó el darwinismo en su libro Darwin Revisado, dice: “Lo esencial del problema es si lo viviente varía en realidad en una medida ilimitada… Las especies se ven estables. Todos hemos oído hablar de criadores desengañados que llegaron con su trabajo hasta cierto punto para ver solamente que los animales o plantas retroceden al punto del que habían partido. A pesar de los tenaces esfuerzos durante dos o tres siglos, nunca ha sido posible producir una rosa azul o un tulipán negro”145 Luther Burbank, considerado el criador más competente de todos los tiempos, expresó este hecho cuando dijo: ―hay límites en la posibilidad del desarrollo y esos límites siguen
una ley‖146 Hablando del tema comentó el científico danés W. L. Johansen: “Las variaciones sobre las que Darwin y Wallace han puesto el énfasis, no pueden promover la selección más allá de cierto punto. Esa variabilidad no contiene el secreto de una „marcha indefinida‟ ”147
EL MITO DE LA EVOLUCION DEL OSO A BALLENA ¡Darwin afirma en El Origen de las Especies que las ballenas son el producto de la evolución del oso que intentaba nadar! Supuso, equivocadamente, que las posibilidades de variaciones de una especie eran ilimitadas. La ciencia del siglo
De la misma XX ha demostrado que se trata de un manera, los escenario imaginario. distintos pinzones que Darwin vio en las Islas Galápagos, son otro ejemplo de que la variación no es ninguna evidencia de ―evolución‖. Observaciones recientes han revelado que esas aves no sufrieron variaciones ilimitadas como supone la teoría darwinista. Además, la mayoría de los distintos tipos de pinzones que Darwin suponía pertenecían a catorce especies diferentes, en realidad están vinculadas entre sí, lo cual significa que las variaciones que existieron fueron dentro de la misma especie. El estudio de los científicos muestra que los picos de los pinzones, que han sido leyenda en casi todas las fuentes evolucionistas, en verdad son ejemplos de ―variación‖. Por lo tanto, no constituyen una evidencia para la teoría de la evolución. Peter y Rosemary Grant, quienes invirtieron años observándolos en la búsqueda de pruebas a favor del evolucionismo darwinista, se vieron forzados a concluir que no se presentaba ninguna ―evolución‖ que condujese a la aparición de nuevos rasgos148 La Resistencia a los Antibióticos y la Inmunidad Frente al DDT no es Ninguna Evidencia a Favor de la Evolución Uno de los conceptos biológicos que los evolucionistas intentan presentar como evidencia para su teoría es el de la resistencia de las bacterias a los antibióticos. Muchas de esas fuentes exhiben dicha resistencia como ―un ejemplo del desarrollo de lo viviente por medio de mutaciones ventajosas‖. Lo mismo se afirma respecto a los insectos que adquieren inmunidad a los insecticidas como el DDT. Sin embargo, en esto también están equivocados los
evolucionistas. Loa antibióticos son ―asesinos de moléculas‖ producidos por microorganismos para combatir otros microorganismos. El primero fue la penicilina, descubierto por Alexander Fleming en 1928, quien comprobó que un vegetal producía una molécula que mataba la bacteria Estafilococo, lo cual marcó un punto de inflexión en la medicina mundial. Antibióticos derivados de microorganismos fueron usados contra las bacterias con gran éxito. Al poco tiempo se descubrió que la bacteria elaboraba, con el paso del tiempo, la inmunidad al antibiótico. El mecanismo que opera es el siguiente: una parte grande de bacterias sometidas al antibiótico muere, pero otra parte, no afectada por el mismo, se replica rápidamente y reestablece la colonia. De esta manera se vuelven inmunes a los antibióticos. Los evolucionistas intentan presentar ésto como ―la evolución de la bacteria por medio de la adaptación a las (nuevas) condiciones‖. Pero lo real es bastante distinto. El conocido biofísico israelí Lee Spetner autor del libro No por Casualidad publicado en 1977, sostiene que la inmunidad de las bacterias se da por dos mecanismos distintos, pero aclara que ninguno de ellos valen como evidencia de la teoría de la evolución. Esos mecanismos son: 1) La transferencia de genes resistentes ya está disponible en la bacteria. 2) La resistencia se constituye como resultado de la pérdida de datos genéticos debido a la mutación.
El profesor Spetner explica el primer mecanismo en un artículo publicado en 2001: “Algunos microorganismos están dotados con genes que otorgan resistencia a los antibióticos. Esta resistencia se puede dar por medio de la degradación de las moléculas de antibiótico o ejecutarla la misma célula... Los organismos que disponen de estos genes pueden transferirlos a otra bacteria y hacerla también resistente. Aunque estos mecanismos son específicos para cada antibiótico en particular, las bacterias más patógenas han.... tenido éxito en la acumulación de varios conjuntos de genes que les conceden resistencia a cierta variedad de antibióticos”149 Luego Spetner dice que ello no es algo que evidencia la evolución: “La adquisición de resistencia a los antibióticos de esta manera... no es del tipo que puede servir como prototipo para las mutaciones que se necesitan para explicar el evolucionismo. Los cambios genéticos que podrían ilustrar la teoría no sólo deben agregar información al genoma de la bacteria sino que deben agregar nueva información al biocosmo. La transferencia horizontal de genes sólo se expande en derredor de los genes que ya están en algunas especies”150
En consecuencia, no podemos hablar aquí de ningún tipo de evolución porque no se produce ninguna información genética nueva: la existente es, simplemente, transferida entre bacterias. El segundo tipo de inmunidad que se produce como resultado de la mutación, Los evolucionistas tampoco es un ejemplo de evolución. Escribe Spetner: retratan la resistencia de las bacterias a los “A veces los microorganismos pueden antibióticos como adquirir resistencia al antibiótico a través una evidencia de de la substitución azarosa de un solo la evolución. Pero nucleótido... La estreptomicina, lo hacen de una descubierta por Waksman y Albert Schatz manera engañosa. y anunciada en 1944, es un antibiótico contra el cual la bacteria puede adquirir resistencia de esta manera. Pero aunque la mutación que sufre en el proceso es beneficiosa para el microorganismo en presencia de la estreptomicina, no puede servir como prototipo de las mutaciones necesarias para (anular el efecto del) DDT (teoría darwinista). El tipo de mutación que otorga resistencia a la estreptomicina se manifiesta en el ribosoma y degrada a su competidor molecular con la molécula antibiótica. Este cambio en la superficie del ribosoma de los microorganismos evita que la molécula de estreptomicina se ligue y lleve a cabo su función antibiótica. El resultado de esta degradación es una pérdida de especificidad y por lo tanto una pérdida de información. Lo principal es que por medio de mutaciones de este tipo no se puede lograr (la evolución), independientemente de la cantidad que se produzca. La evolución no puede acontecer por acumulación de mutaciones, lo cual sólo degrada la especificidad”151
Para resumir, una mutación que afecta el ribosoma de una bacteria, hace a ésta resistente a la estreptomicina. La razón de ello se encuentra en la ―descomposición‖ del ribosoma por medio de la mutación. Es decir, no se agrega ninguna información genética nueva a la bacteria. Por el contrario, la estructura del ribosoma se descompone, o sea, la bacteria queda ―incapacitada‖. (También se ha descubierto que el ribosoma de la bacteria mutada es menos funcional que el de la bacteria normal). Dado que dicha ―incapacidad‖ evita que el antibiótico se ligue al ribosoma, se desarrolla la ―resistencia al antibiótico‖. Por último, no hay ningún ejemplo de mutación que ―desarrolle la información genética‖. Lo mismo es cierto para la inmunidad que desarrollan los insectos al DDT y a insecticidas similares. En la mayoría de estos ejemplos se usa la inmunidad que ya existe en los genes. El biólogo evolucionista Francisco Ayala admite esta realidad al decir: “Las variaciones genéticas requeridas para la resistencia a los más diversos tipos de pesticidas estaban aparentemente presentes en cada una de las poblaciones expuestas a esos compuestos hechos por el ser humano”152 Algunos otros casos explicados por medio de las mutaciones, son fenómenos que causan ―déficit de información genética‖ en los insectos. En este caso no se puede suponer que los mecanismos inmunitarios en bacterias e insectos constituyen evidencias de la teoría de la evolución. Spetner explica que ni la
inmunidad a los antibióticos ni ningún otro fenómeno biológico indican el tipo de mutación ―evolutiva‖: “Nunca se han observado las mutaciones necesarias para la macro evolución. Ninguna de las mutaciones azarosas que podrían representar las requeridas por la Teoría Neodarwinista y que se han registrado a nivel molecular, han agregado información alguna. Para mí el interrogante es: ¿son las mutaciones observadas hasta ahora las del tipo que necesita la teoría (de la evolución) para legitimarse? La respuesta es, terminantemente, ¡NO!”153 La Falacia de los Organos Atrofiados
Todos los ejemplos de órganos atrofiados fueron desaprobados con el tiempo. Por ejemplo, se ha demostrado en la actualidad que el pliegue semicircular en el ojo, mencionado en El Origen de
Durante un largo tiempo apareció en la las Especies literatura evolucionista el concepto de como una "órganos atrofiados" como una "evidencia" de estructura la evolución. Eventualmente se llamaron a atrofiada, es silencio cuando se demostró que eso no era totalmente válido. Pero algunos evolucionistas aún creen funcional. en ello y de tanto en tanto alguien intenta Evidentemente, presentarlos como una evidencia importante en la época de de la evolución. Darwin se desconocía su La idea de "órganos atrofiados" vio la luz función, que es hace un siglo. Los evolucionistas creían que la de lubricar el en los cuerpos de algunas criaturas existían globo ocular. una serie de órganos no funcionales, heredados de sus progenitores y que se habían ido atrofiando gradualmente al no ser usados. Lo asumido al respecto, en conjunto, es totalmente no científico y se basa por completo en un conocimiento insuficiente. Esos "órganos no funcionales" eran en realidad órganos cuyas "funciones aún no se habían descubierto". La mejor señal de ésto fue la gradual pero substancial disminución de "órganos atrofiados" de la larga lista hecha por los evolucionistas. Uno de ellos, S. R. Scadding, aceptó este criterio, en su artículo "¿Pueden constituir los órganos atrofiados una evidencia de la evolución?", publicado en la revista Teoría Evolucionista: “Dado que no es posible identificar inequívocamente estructuras ociosas y dado que la estructura del argumento usado no es válida científicamente, concluyo que los "órganos atrofiados" no proveen ninguna evidencia especial para la teoría de la evolución”154
La lista de órganos atrofiados hecha por el anatomista alemán R. Wiedersheim en 1895 incluía aproximadamente 100, entre ellos el apéndice y el coxis. Con el progreso de la ciencia se descubrió que todos tenían, en realidad, funciones muy importantes. Por ejemplo, se supo que el apéndice, supuestamente un "órgano atrofiado", era en realidad un órgano linfoideo que combatía las infecciones corporales. Esto quedó claro en 1997: ―Otros órganos y tejidos corporales -el timo, el hígado, el apéndice, el bazo, la médula ósea y los conjuntos pequeños de tejido linfático como las amígdalas en la garganta y la placa de Peyer en el intestino delgado- son también partes del sistema linfático. Ayudan mucho al cuerpo a combatir las infecciones‖155
Las águilas, los murciélagos y los insectos, tienen alas. No obstante, la posesión de órganos similares no es prueba de un antepasado común, diferenciado luego a través de un proceso evolutivo.
También se descubrió que las amígdalas, incluidas en la lista de los órganos atrofiados, tenían un papel significativo en la protección de la garganta contra las infecciones, particularmente hasta la adolescencia. Se determinó que el coxis, en el extremo inferior de la columna vertebral, sostiene los huesos alrededor de la pelvis y es el punto de convergencia de algunos músculos pequeños y por esta razón no sería posible sentarse cómodamente sin coxis. En los años siguientes se comprobó que el timo activaba el sistema inmunitario en el
cuerpo humano al dinamizar las células T; que la glándula pineal estaba a cargo de la secreción de algunas hormonas importantes; que la glándula tiroides era efectiva en proveer un crecimiento seguro en los bebés y los niños; y que la glándula pituitaria controlaba el funcionamiento correcto de muchas glándulas hormonales. Todos estos elementos nombrados fueron considerados en su momento "órganos atrofiados". Por último, el pliegue semilunar en el ojo, considerado como un órgano atrofiado por Darwin, en realidad está a cargo de la limpieza y lubricación del globo ocular. En la suposición de los evolucionistas respecto de los órganos atrofiados hubo un muy importante error lógico. Su suposición, como hemos visto, era que los órganos atrofiados fueron heredados de sus ancestros. Sin embargo, ¡algunos de los órganos "atrofiados" alegados no se encuentran en las especies que se suponen ancestros de los seres humanos! Por ejemplo, el apéndice no existe en algunas especies de monos que se dicen son ancestros del hombre. El conocido biólogo H. Enoch, quien puso en tela de juicio la teoría de los órganos atrofiados, expresó ese error lógico así: “Los monos poseen un apéndice, mientras que sus parientes menos inmediatos, los más inferiores, no. Aparece nuevamente entre los mamíferos placentarios como la zarigüeya. ¿Cómo pueden responder a esto los evolucionistas?”156 Dicho de manera sencilla, el escenario de los órganos atrofiados presentado por los evolucionistas contiene una serie de defectos lógicos, los cuales, en todo caso, han sido probados científicamente engañosos. En el cuerpo humano no existe ningún órgano atrofiado heredado, pues los seres humanos no provienen de otras criaturas como resultado de
la casualidad, sino que fueron creados en su forma actual, compleja y perfecta. El Mito de la Homología Las similitudes estructurales entre especies diferentes se llaman en biología "homología". Los evolucionistas intentan presentar esas similitudes como evidencias de la evolución. Darwin pensaba que las criaturas con órganos similares (homólogos) tenían una relación evolutiva entre sí y que esos órganos debieron haber sido heredados de un antecesor común. De acuerdo con esta suposición, dado que las palomas y las águilas tienen alas, al igual que todos los otros pájaros, era factible considerar que habían evolucionado de un ancestro común. La homología es un argumento engañoso basado únicamente en la aparente semejanza física. Este argumento nunca ha sido verificado por un solo descubrimiento concreto en todo el tiempo transcurrido desde los días de Darwin. En ninguna parte de la Tierra nadie ha encontrado un fósil del imaginario antecesor común de las criaturas con estructuras homólogas. Además, por las razones que siguen, quedará claro que la homología no provee ninguna evidencia de que esa evolución haya ocurrido jamás. 1. Se encuentran órganos homólogos en criatura de filos completamente distintos, entre los cuales los evolucionistas no han sido capaces de establecer ningún tipo de relación evolutiva. 2. Los códigos genéticos de algunas criaturas que tienen órganos homólogos son totalmente distintos uno del otro.
3. El desarrollo embrionario de órganos homólogos en criaturas distintas, es completamente diferente. .Examinemos ahora estos puntos. Organos Similares en Especies Vivas Totalmente Distintas Hay una serie de órganos homólogos compartidos por distintos grupos entre los cuales los evolucionistas no pueden establecer ningún tipo de relación evolutiva. Las alas son un ejemplo. Además de los pájaros, encontramos alas en los murciélagos, que son mamíferos, en los insectos e incluso en algunos dinosaurios, que son reptiles extintos. Ni siquiera los evolucionistas proponen una relación evolutiva o de parentesco entre esos cuatro grupos distintos de animales. Otro ejemplo llamativo es la sorprendente semejanza y similitud estructural observada en los ojos de distintas criaturas. Por ejemplo, el pulpo y el ser humano son dos especies extremadamente distintas entre las cuales posiblemente a nadie se le ocurrirá proponer una relación evolutiva. No obstante, los ojos de ambos son muy parecidos en términos de estructura y función. Los evolucionistas ni siquiera explican la similitud de los ojos. Estos y otros numerosos ejemplos muestran que la suposición evolucionista basada en las semejanzas no tiene ningún basamento científico.
Mamíferos Muy Semejantes Que Contradicen la Homología DOS MAMIFEROS EXTINTOS NO EMPARENTADOS CON DIENTES GIGANTES
El Smilodon (abajo) y el Thylacosmilus (arriba) son otro ejemplo de parecido extraordinario entre mamíferos y marsupiales ―mellizos‖, ambos predadores con enormes dientes frontales. El inmenso parecido de sus estructuras craneales y el hecho de no poseer ninguna relación de parentesco a través del evolucionismo, tira abajo el punto de vista homológico, que dice que las estructuras similares son evidencias del proceso evolutivo.
LOBO DE TASMANIA Y SU CONTRAPARTE NORTEAMERICANA La presencia de especies ―mellizas‖ entre mamíferos y marsupiales placentarios asesta un serio golpe al supuesto de la homología. Por ejemplo, el lobo
marsupial de Tasmania que vemos aquí, y el lobo placentario norteamericano tienen un extraordinario parecido. Arriba a la izquierda podemos ver los cráneos de ambos y su marcada semejanza, Pero como no poseen ninguna ―relación a través de la evolución‖, los supuestos de la homología resultan totalmente inválidos. a) Cráneo de lobo norteamericano b) Cráneo de lobo de Tasmania
En realidad, los órganos homólogos deberían ser un gran estorbo o perturbación para los evolucionistas. Las confesiones del conocido evolucionista Frank Salisbury ponen de relieve cómo criaturas sumamente distintas que pasan a tener ojos similares (hacen de la homología un uso absurdo): “Incluso algo tan complejo como el ojo ha aparecido varias veces. Por ejemplo, en el calamar, en los vertebrados y en los artrópodos. Es suficientemente infeliz explicar una vez el origen de algo así, pero pensar que se originaron varias veces de acuerdo a la teoría moderna fabricada, me da vértigos”157
En lo que hace a la estructura, los ojos de los humanos y de los pulpos son muy semejantes. El que ambas especies tengan órganos similares no implica que hayan evolucionado de un ancestro común. Ni siquiera los evolucionistas se animaron a plantear el antecesor común para las dos especies.
Muchas criaturas, a pesar de sus estructuras físicas muy similares no permiten para nada suponer una relación evolutiva. Dos grandes categorías de mamíferos, placentarios y marsupiales, son un ejemplo. Los evolucionistas consideran que esta distinción se presentó al aparecer los mamíferos y que cada grupo vivió su propia historia evolutiva de manera independiente. Pero es interesante advertir que hay miembros de entre los marsupiales y placentarios que son casi iguales. Los biólogos norteamericanos Dean Kenyon y Percival Davis hacen el siguiente comentario:
“Según la teoría darwinista, los patrones para lobos, gatos, ardillas, marmotas, osos hormigueros, topos y ratones, evolucionaron dos veces. Primero como mamíferos y luego (a partir de allí) de manera totalmente independiente, los marsupiales. Esto equivale al asombroso supuesto de que a un proceso azaroso de mutación y selección natural sin norte, de algún modo se le ocurre poner de manera repetida rasgos idénticos en organismos muy separados, disociados”158 Extraordinarios parecidos y órganos similares, que los evolucionistas no pueden aceptar como ejemplos de ―homología‖, muestran que no existe ninguna evidencia para
la tesis evolutiva a partir de un antecesor común. ¿Cuál podría ser en este caso la explicación científica de las estructuras similares de los vivientes? La respuesta a ésto fue dada antes de que la teoría de la evolución pasase a dominar el mundo de la ciencia. Estudiosos del más alto nivel como Carl Linnaeus –el primero en sistematizar lo viviente según la similitud de sus constituyentes– y Richard Owen, consideraron a las distintas estructuras vivientes como ejemplos de una creación ―común‖. En otras palabras, se poseen órganos similares (o actualmente genes similares) porque fueron creados para servir a un propósito particular, no porque evolucionaron por casualidad de un ancestro común. Los hallazgos modernos exhiben que el supuesto del ―ancestro común‖, defendido en consideración de los órganos similares es incorrecto y que la única explicación posible es la creación común, lo que confirma, una vez más, que lo viviente fue creado por Dios. El Atolladero Genético y Embriológico de la Homología Con el objeto de que las pretensiones de los evolucionistas respecto a la "homología" sean tomadas con seriedad, órganos similares (homólogos) en distintas criaturas deberían El profesor estar codificados con claves similares Michael (homólogas) de ADN. Sin embargo, no ocurre Denton: éso. Los órganos similares, por lo general, son El gobernados por distintos códigos genéticos evolucionismo (ADN). Además, códigos genéticos similares en los ADN de criaturas diferentes, se asocian es una teoría en crisis‖ a menudo con órganos completamente
distintos. Michael Denton, profesor australiano de bioquímica, describe en su libro La Evolución: Una Teoría en Crisis, la desavenencia irreconciliable con la interpretación evolucionista de la homología: “Las estructuras homólogas a menudo son estipuladas por medio de sistemas genéticos no homólogos. El concepto de homología raramente puede ser proyectado hacia atrás en embriología”159 Un conocido ejemplo en la materia es la ―estructura esquelética de cinco dedos‖ de cuadrúpedos, el cual es citado en casi todos los libros de texto evolucionistas. Los cuadrúpedos, es decir, los vertebrados terrestres, tienen cinco dedos en las patas delanteras y en las patas traseras. Aunque no siempre tienen la apariencia de las manos y pies de los humanos, todos son pentadáctilos debido a su estructura ósea. Las patas delanteras y traseras de ranas, lagartos, ardillas o monos, tienen la misma estructura. Incluso las estructuras óseas de pájaros y murciélagos se conforman a este tipo de diseño. Los evolucionistas suponen que todo lo viviente descendió de un antepasado común y han citado profusamente el miembro pentadáctilo como evidencia de ello, algo que fue mencionado en casi todas las fuentes básicas de biología a lo largo del siglo XX como una evidencia muy firme del evolucionismo. Los descubrimientos genéticos en el decenio de 1980 la refutaron. Se comprobó que las partes pentadáctilo de distintas criaturas son controladas por genes totalmente diferentes. El biólogo evolucionista William Fix describe el colapso de la tesis evolucionista respecto a esta cuestión:
“Los textos evolucionistas más antiguos usan mucho la idea de homología, señalando las semejanzas obvias entre los miembros esqueléticos de distintos animales. Así, el patrón pentadáctilo se encuentra en el brazo del ser humano, el ala del ave y la aleta de la ballena, lo cual indicaría su diseño común. Si esas estructuras distintas fuesen transmitidas por la misma pareja de genes que variarían de tiempo en tiempo por las mutaciones y realizan su trabajo de selección en consonancia con el medio ambiente, la teoría tendría sentido. Pero desgraciadamente no es éste el caso. Ahora se sabe que los órganos homólogos son producidos por genes complejos totalmente distintos en cada especie. El concepto de homología en términos de similitud de genes pasados de un antecesor común se ha agotado....” 160 Otra cuestión es que con el objeto de que la tesis evolucionista sea tomada seriamente respecto a la homología, los períodos de desarrollo de estructuras similares o, en otras palabras, las etapas de desarrollo del cigoto (huevo) en el vientre materno necesitan ser análogos. Pero en realidad, esos períodos embrionarios para estructuras similares son totalmente distintos para cada criatura viviente. Para concluir, podemos decir que la investigación genética ha probado que el concepto de homología difundido por Darwin como ―evidencia del evolucionismo a partir de un ancestro común‖, no puede ser considerado de ninguna manera y en lo más mínimo, como tal. En este sentido, se puede decir que la ciencia ha demostrado la falsedad de la tesis darwinista una y otra vez. La Pretensión de Una Homología Molecular es Ilegítima
La presentación de la homología por parte de los evolucionistas como evidencia de la evolución es inválida no solamente a nivel morfológico sino también a nivel molecular. Los evolucionistas dicen que los códigos del ADN o las estructuras proteicas correspondientes de distintas especies vivientes son similares y que esa similitud es la evidencia de que los mismos han evolucionado a partir de antepasados comunes o cada una a partir de otra. Sin embargo, los resultados de las comparaciones moleculares no operan, para nada, a favor de la teoría de la evolución. Entre las criaturas muy similares y relacionadas hay una gran diferencia molecular. Por ejemplo, la proteína del Citocromo-C, una de las vitales para la respiración, es increíblemente distinta en los seres vivientes de la misma clase. De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo en la materia, la diferencia entre dos especies de reptiles distintos es mayor que la existente entre un pájaro y un pez, o un pez y un mamífero. Otro estudio ha mostrado que las diferencias moleculares entre algunos pájaros son mayores que la existente entre esos mismos pájaros y los mamíferos. También se ha descubierto que la diferencia molecular entre bacterias que parecen ser muy similares, es mayor que la que hay entre los mamíferos y los anfibios o los insectos161 Se han hecho comparaciones análogas en los casos de la hemoglobina, las hormonas y los genes, llegándose a conclusiones equivalentes.162 ―Cada clase en un nivel molecular es única, aislada y desvinculada por intermedios. Así, las moléculas, como los fósiles, no han podido proporcionar o estipular los esquivos intermedios tan largamente buscados por la biología evolucionista… A nivel molecular, ningún organismo es 'ancestral' o 'primitivo' o 'avanzado' comparado con sus parientes… Hay poca duda que si esta evidencia molecular
hubiese estado disponible hace un siglo… la idea de la evolución orgánica nunca podría haber sido aceptada‖163 Se Está Derrumbando el ―Arbol de la Vida ― La investigación de los códigos genéticos de los seres vivos en el decenio de 1970 agravó la perplejidad enfrentada por la teoría de la evolución en la materia. En los nuevos experimentos, en vez de hacerse las comparaciones primarias limitadas a las secuencias de las proteínas, se compararon las secuencias ―ribosómicas del ADN‖ (rARN). A partir de allí los científicos buscaron establecer un ―árbol de la evolución‖. Pero el resultado los entristeció. Según un artículo de los biólogos franceses Hervé Philippe y Patrick Forterre, ―la creciente cantidad de secuencias disponibles llevó a que se advirtiese la gran medida en que se oponían la filogenia de las proteínas entre sí, como así también con el árbol de rARN‖164 También fueron comparados los códigos de ADN en los genes de seres vivos y el resultado fue lo opuesto a lo que presuponía el evolucionismo respecto al ―árbol de la vida‖. Los biólogos moleculares James A. Lake, Ravi Jain y María C. Rivera redactaron un artículo sobre esto: “Los científicos comenzaron a analizar una variedad de genes de organismos distintos y encontraron que la relación entre ellos contradecía el árbol de la vida evolucionista derivado del análisis del rARN”.165 Ninguna de las comparaciones hechas entre las proteínas, entre los rARN y entre los genes, confirman las premisas de la teoría de la evolución. Carl Woese, reputado biólogo de la Universidad de Illinois, admite que el concepto de ―filogenia‖ ha perdido sentido frente a los descubrimientos moleculares:
“No ha emergido ninguna filogenia de organismo consistente, de las muchas filogenias de proteínas realizadas hasta ahora. Las incongruencias filogéneticas se pueden ver en todas partes del árbol universal, desde la raíz hasta las ramas más grandes, dentro de cada uno de los distintos grupos y entre ellos, para la construcción de los grupos primitivos por sí mismos”166 La realidad que se presenta de las comparaciones moleculares no son favorables a la teoría de la evolución sino todo lo contrario, cosa que es admitida en un artículo titulado ―¿Es Hora de Sacar de Raíz el Arbol de la Vida?‖, publicado en Science en 1999. Escrito por Elizabeth Pennisi dice que los análisis genéticos y las comparaciones llevadas a cabo por los biólogos darwinistas con el objeto de arrojar luz sobre el ―árbol de la vida‖, en realidad produjeron resultados directamente opuestos. Y agrega que ―los nuevos datos están embarrando el cuadro evolutivo‖: “Hace un año, los biólogos reexaminaron las secuencias de los genomas de más de una docena de microorganismos, pensando que los resultados podrían respaldar la representación del árbol de la vida. Pero lo obtenido los llenó de confusión. La comparación de los genomas disponibles no sólo no aclararon el bosquejo de cómo evolucionaron los grandes grupos (de criaturas) sino que aumentó su aturdimiento. Y ahora, con una octava secuencia microbiana a disposición, la situación se ha trastornado más... Muchos biólogos evolucionistas habían pensado que verían, de modo general, el comienzo de los tres reinos vivientes... Cuando la secuencia completa de ADN abrió el camino para la comparación de otros tipos de genes, los investigadores esperaban que, simplemente, agregaría detalles a dicho árbol. Pero la jefa del Instituto de Investigación de los
Genomas (TIGR) en Rockville, Maryland, dice que “nada podría estar más alejado de la verdad”. En verdad y por el contrario, las comparaciones han producido muchas versiones del árbol de la vida que difieren del árbol de rARN y también se oponen entre sí...” 167 En resumen, como adelanta la bióloga, el concepto de homología se queda cada vez más sin fundamento. Las comparaciones hechas en proteínas, rARN y genes, revelan que las criaturas que se supone parientes cercanos según la teoría de la evolución, en realidad son formas muy distintas unas de otras. Un estudio hecho en 1996 con la secuencia de 88 proteínas, agrupó a los conejos con los primates y no con los roedores. Un análisis de 13 genes en 19 especies de animales hecho en 1998, ubicó a los erizos de mar entre los cordados. Otro estudio realizado en 1998 y basado en 12 proteínas, puso a las vacas más cerca de las ballenas que de los caballos. El biólogo molecular Jonathan Wells resume la situación en el año 2000 de esta manera: ―Las incoherencias entre los árboles (genealógicos) basados en distintas moléculas y los árboles caprichosos que resultan de algunos análisis moleculares, ahora han hundido en una crisis a la filogenia molecular‖168 Si la filogenia molecular enfrenta muy serios contratiempos, también los padece la teoría de la evolución. (La filogenia se refiere a la llamada ―relación de parentesco‖ entre los distintos seres vivientes y es la base hipotética de la teoría de la evolución). Nuevamente la ciencia mina la tesis de que las criaturas evolucionan una de otra y demuestra que todos los grupos animados fueron creados por separado. El Mito de la Recapitulación Embriológica
Lo que fue llamado "recapitulación de la teoría", fue descartado hace tiempo de la literatura científica, pero aún está siendo presentado como una realidad científica en algunas publicaciones evolucionistas. El término "recapitulación" es una Haeckel fue un condensación del dictamen evolucionista, incluso más presentado por el biólogo ardiente que Darwin en evolucionista Ernst Haeckel a muchos sentidos. Por esa fines del siglo XIX, titulado razón no vaciló en "Recapitulación Ontogénica de distorsionar los datos la Filogenia" (En otras palabras científicos y realizar lo podemos traducir como falsificaciones. "Ordenamiento sumario de la formación y desarrollo del individuo independientemente de la especies en su formación sucesiva"). Esa teoría presentada por Haeckel postula que los embriones vivos reexperimentan el proceso evolutivo que sufrieron sus pseudoancestros. Haeckel teorizó que durante el desarrollo en el vientre de la madre, el embrión despliega primero las características de un pez, luego las de un reptil y finalmente las del humano. Desde entonces se ha demostrado que esta teoría es completamente espuria. Ahora se sabe que las "branquias" que supuestamente aparecían en las primeras etapas del embrión humano son en realidad las fases iniciales del canal del oído medio, de las paratiroides y el timo. La parte del embrión que era vinculada a la "bolsa de la yema del huevo" resultó ser la bolsa que produce sangre para el feto. La parte
que había sido identificada como una "cola" por Haeckel y sus seguidores, en realidad es la columna vertebral, que se asemeja a una cola solamente porque se modela antes que las piernas. Lo dicho son hechos reconocidos universalmente en el mundo científico y son aceptados incluso por los propios evolucionistas. George Gaylord Simpson, uno de los fundadores del neodarwinismo, escribe:
Los Dibujos Fraudulentos de Haeckel Estos dibujos fueron inventados por Haeckel para demostrar las ―similitudes‖ entre los embriones del pez y del humano. Al comparar su esbozo con un embrión humano genuino, se puede
―Haeckel expuso falsamente el principio evolutivo implicado. Ahora está firmemente establecido que la ontogenia no reproduce la filogenia‖169 En un artículo publicado en American Scientist leemos:
ver que ha omitido deliberadamente una gran parte de los órganos reales. (Francis Hitching, El Cuello de la Jirafa: En Qué se Equivocaba Darwin, p. 205)
“Seguramente la ley biogenética está absolutamente muerta. Finalmente fue exorcizada de los libros de texto de biología en el decenio de 1950. Como tópico de investigación teórica seria estaba extinta en el decenio de 1920…”170 Otro aspecto interesante de la "recapitulación" fue que Haeckel era un farsante que falsificaba los dibujos con el objeto de sostener la teoría que presentaba. Los inventos de Haeckel implicaban que los embriones de humanos y de peces se asemejaban entre sí. Cuando fue descubierto, la única defensa que ofreció fue que otros evolucionistas habían cometido pecados similares: “Después de esta comprometedora confesión de 'falsificación', debería considerarme condenado y destruido por completo si no tuviese el consuelo de ver a mi lado en el calabozo a cientos de compañeros reos, entre ellos a muchos de los más acreditados analistas y los más estimados biólogos. La gran mayoría de todos los diagramas en los libros de texto de biología, en los tratados y en los periódicos, incurrirían en el mismo grado de acusación de 'falsificación'
porque todos ellos son inexactos, adulterados, urdidos e inventados”.171 En realidad, hay "cientos de compañeros reos, entre ellos muchos de los más acreditados analistas y estimados biólogos" cuyos estudios están llenos de conclusiones prejuiciosas, distorsiones e incluso falsificaciones. A eso se debe que todos ellos estén autocondicionados a defender la teoría de la evolución aunque no tenga una pizca de evidencia científica que la sostenga. Haeckel fue un evolucionista incluso más ardiente que Darwin en muchos sentidos. Por esa razón no vaciló en distorsionar los datos científicos e incurrir en diversas falsificaciones.