National Geographic España - Diciembre 2019

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C . C O M . E S

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DICIEMBRE 2019

PLANETA O PLÁSTICO

2019

JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

LA ADICCIÓN AL PLÁSTICO EN CIFRAS

TUNDRA: UNA AMENAZA B A J O LO S P I E S

45006 9 771138 143006

SA LVA R LO S PA RQ U E S DE ÁFRICA

4,95 € PVP CANARIAS 5,10 €

NUEVAS EXCAVACIONES REVELAN LA CIUDAD ANTIGUA Y REAVIVAN MODERNAS TENSIONES




N AT I O N A L G E O G R A P H I C

DICIEMBRE 2019

S U M A R I O

2

30

En la superficie, la Ciudad Santa es un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas del mundo, pero bajo tierra se oculta uno de los yacimientos más activos del planeta, donde cada excavación desentierra tesoros y siembra discordias.

La organización ecologista African Parks ha dado con la estrategia para proteger la fauna africana de la caza furtiva y otras amenazas: tratar los parques degradados como si fuesen negocios en quiebra que requieren una nueva gestión.

Jerusalén subterránea

Salvar los parques de África

P O R A N D R E W L AW L E R

P O R D AV I D Q U A M M E N

F OTO G RA F Í A S

F OTO G RA F Í A S

DE SIMON NORFOLK

D E B R E N T ST I RTO N

En portada Las iglesias, mezquitas, sinagogas y otros espacios sagrados de Jerusalén se concentran en la Ciudad Vieja, tanto en la superficie como en el subsuelo urbano, que atesora innumerables secretos. ILUSTRACIÓN DE BOSE COLLINS

SIMON NORFOLK



R E P O R TA J E S

S E C C I O N E S

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La adicción al plástico Los objetos de plástico, prácticos y desechables, dominan nuestra vida cotidiana. Pero hay opciones para poder desengancharnos de ese hábito que nos aboca a su uso constante, lo que redundará en el bien del planeta. F OTO G RA F Í A S D E H A N N A H W H I TA K E R

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Tundra: amenaza bajo los pies El permafrost del Ártico se está derritiendo más deprisa de lo que se esperaba. La ausencia de hielo durante el invierno se traduce en la emisión de gases de efecto invernadero que aceleran aún más el cambio climático. P OR CRAIG WELCH F O T O G R A F Í A S D E K AT I E O R L I N S K Y

90

El techo del mundo se funde

T U F OTO VISIONES EXPLORA Las mujeres y el deporte Aletas históricas 100 veces más que los volcanes Pontevedra, una ciudad sin coches Joanne Chory o cómo secuestrar un 20 % más de CO2 Orquídeas: mito y medicina tradicional I N ST I N TO BÁ S I C O El Blob: sugestivo y multisexual ¿ M I T O O C I E N C I A? El sexto sentido (y otros más) GRAN ANGULAR Explorar para preservar la naturaleza C A R TA D E L PRESIDENTE EN TELEVISIÓN ÍNDICE 2019 P RÓX I M O N ÚM E RO

La fusión acelerada de los 56.000 glaciares de Asia está formando cientos de nuevos lagos en el Himalaya y otras grandes cordilleras, unas masas de agua que amenazan con inundaciones catastróficas en las poblaciones de los valles situados más abajo.

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POR FREDDIE WILKINSON

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V I S I O N E S

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TU FOTO

TU FOTO

Bruno Soares F OTO S D E N U E ST R A C OMU N I DA D

QUIÉN

Bruno Soares, Portugal. DÓNDE

Vestrahorn, Islandia. CON QUÉ

Fujifilm XF con lente 10-24mm f/4 R OIS.

Durante una tormenta de arena, Soares contempló la mágica luz del sol que bañaba el majestuoso monte Vestrahorn, en la costa este de Islandia. Fue un duelo entre la fuerza de la naturaleza y la resiliencia del fotógrafo, y triunfó la perseverancia.

PA RT I C I PA E N N U E S T R A C OMU N I DA D #TuFotoNatGeo Como muy bien sabéis, la fotografía es un elemento esencial en nuestra revista National Geographic España, y queremos que vosotros seáis también partícipes de este protagonismo. Por esta razón, acabamos de lanzar una nueva iniciativa en la red social Instagram para identificar, destacar y compartir vuestras mejores y más impactantes imágenes. Para participar, simplemente tenéis que incluir la etiqueta #TuFotoNatGeo en las fotografías que subáis a Instagram que tengan que ver con los grandes temas que cubrimos habitualmente en la revista. ¿Qué haremos con esas imágenes? Básicamente dos cosas: —Cada semana publicaremos en nuestra página web, www.nationalgeographic.com.es, una selección de las mejores imágenes. Esto lo haremos insertando las publicaciones de Instagram escogidas por nuestro equipo, por lo que los usuarios podrán ver las fotos, leer los textos que las acompañen y descubrir a sus autores. —Cada mes seleccionaremos una imagen para nuestra revista impresa, que tendrá el privilegio de aparecer publicada en esta sección («Tu Foto»). Ya podéis empezar a subir vuestras imágenes a Instagram incluyendo el hashtag #TuFotoNatGeo. ¡Muchas gracias por participar! #TuFotoNatGeo



V I S I O N E S

Italia Caballito de mar mediterráneo (Hippocampus guttulatus) en aguas de Cerdeña. Esta especie carece de aleta caudal, sustituida por una cola prensil que le permite fijarse sobre algas y plantas. De color amarillo verdoso a marrón rojizo, se camufla con el entorno. OCEANPHOTO / FLPA / MINDEN PICTURES



Brasil Miembros de una escuela de samba realizan su exhibición en el Sambódromo de Río de Janeiro durante el Carnaval. El desfile en el estadio carioca es uno de los momentos culminantes de esta celebración multitudinaria. ANADOLU AGENCY / GETTY IMAGES



Francia

Los rayos del sol se filtran entre las hojas flotantes de unos nenúfares en esta fotografía subacuática. Estas plantas ornamentales crecen a expensas de un tallo carnoso en charcas y cursos de aguas estancadas poco profundas. REMI MASSON / NPL / CORDON PRESS


O Encuentra esta y otras fotografĂ­as en nationalgeographic.com.es.


X P L O R

y el de en el mundo del deporte español sigue sien inferior a la de los hombres, las mujeres han ido ganando rápidamente protagonismo dura e los últimos años y han de género en múltiples reducido la bre campos. Por ejem o, la brecha por sexo en l práctica deportiv semanal se ha reducido a mitad en cinco a s, según los últimos datos disponibles. En 2 15, el 50,4 de los hombres hacía deporte ca semana, frente al 42,1 de las mujeres. Cinc años antes, la diferencia e de 15 puntos por ntuales. Este es uno d los muchos datos que ofrece el «Anuario de Estadísticas Deportivas 2019» publicado por el inisterio de Cultura y Deporte, en el que se ofre e un completo retrato del se tor deportivo es ñol. El informe analiza, p ejemplo, la situ ión y evolución del deporte federado, en el q e los hombres siguen tenie o una presencia mayori i cias también se han ido reduciendo estos últimos años. En 2018, de los 3,87 millones de licencias, el 77 % eran de hombres y el 23 % restante, de mujeres. En 2009, los hombres representaban el 80 %, frente al 20 % de las mujeres. Si tenemos en cuenta las licencias federadas, hombres y mujeres no practican los mismos deportes, como se puede comprobar en el gráfico de la página siguiente. En España, los deportes con un mayor número de mujeres con licencias federadas son el baloncesto (138.004 licencias), el golf (77.270), la montaña y escalada (76.107), el fútbol (65.091), el voleibol (61.906), la gimnasia (45.759), el patinaje (40.232) y el atletismo (38.043). En el caso de los deportistas españoles de alto nivel, que en 2018 eran 4.962, las diferencias entre hombres (62,8%) y mujeres (37,2%) son considerablemente inferiores a las de las licencias federativas generales. AU N Q U E S U P R E S E

CIA

Deportes como el fútbol o el baloncesto femenino despiertan un creciente interés por parte del público y los medios de comunicación. Destacados partidos de la Primera Iberdrola han batido récords mundiales de asistencia de espectadores a competiciones de clubs.

EVOLUCIÓN TOTAL DE LICENCIAS FEDERADAS EN ESPAÑA (2013-2018) Mujeres

Hombres

2.682.608

712.027

2013 2014 2015 2016 2017

2.978.250

888.617

2018 0

1

2

3 millones de licencias

FOTOS: OSTILL / GETTY IMAGES (AMBAS). INFOGRAFÍAS: DAVID MARTÍNEZ. FUENTES: EUROSTAT (PRÁCTICA DEPORTIVA SEMANAL EN EUROPA); ANUARIO DE ESTADÍSTICAS DEPORTIVAS 2019 (LICENCIAS FEDERADAS EN ESPAÑA Y EVOLUCIÓN TOTAL DE LICENCIAS)


76,9%

Las mujeres L j d danesas son las europeas que practican más deporte a la semana.

46%

La gimnasia L i i suave es el deporte más prácticado por las mujeres españolas.

42%

De las D l 214.100 214 100 personas empleadas en España en el sector deportivo, el 42% son mujeres.

PRÁCTICA DEPORTIVA SEMANAL EN EUROPA % mayores de 15 años Mujeres

Hombres

80%

60%

40%

LICENCIAS FEDERADAS EN ESPAÑA (2018) Mujeres

Hombres 138.004 247.106

Baloncesto Golf Montaña y escalada Fútbol Voleibol Gimnasia Patinaje Atletismo Hípica Balonmano Natación Pádel Tenis Karate Judo

77.270 193 193.726 726 76.107 157.054 157 054 6 091 997.999 65 65.091 997999 61.906 22.739 6 759 59 3.960 3 960 45.7 32 24.557 24 557 40.23 43 47.358 47 358 38.04 2 15.479 15 479 35.302 3 65.262 65 262 33.923 35 117 32.801 35.117 46 452 25.814 46.452 55 22.354 55.746 5 746 1 377 21.533 51.377 83 977 21.229 283.977

Rumanía

Turquía

Bulgaria

Croacia

Grecia

Polonia

Lituania

Italia

Portugal

Eslovaquia

Hungría

República Checa

Estonia

Chipre

Letonia

España

Unión Europea (28)

Irlanda

Francia

Malta

Eslovenia

Reino Unido

Luxemburgo

Alemania

Noruega

Suecia

Austria

Islandia

Finlandia

Dinamarca

20%


E X P L O R A

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HISTORIA

aletas de buceo de plástico y goma, envejecidas por haber estado cientos de horas expuestas al agua salada y al sol, pero han vivido grandes aventuras: pertenecieron a la pionera oceanógrafa Sylvia Earle. Cuando estudiaba ciencias del mar en la década de 1950, Earle se enfundó su primer traje de buceo. Fue la primera mujer que accedía a la cámara hiperbárica de un sumergible (además, embarazada de cuatro meses); dirigió el primer equipo integrado solo por mujeres que permaneció dos semanas bajo el agua. En 1979 descendió 381 metros enfundada en un traje presurizado para caminar sobre el fondo marino en aguas de Oahu, en las islas Hawai, batiendo el récord de la inmersión a mayor profundidad sin cable. En tierra firme, Earle, Exploradora Residente de National Geographic, fue la primera mujer directora científica de la NOAA. ¿Cuántas aletas ha gastado Sylvia Earle en tantas décadas de investigación? No lleva la cuenta. Hoy prefiere un diseño más tecnológico, que también eligen los miembros de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Con una salvedad: los militares usan aletas negras, mientras que las de ella son rojas. Las llama «mis aletas de rubí». SON UNAS HUMILDES

Aletas históricas L O S A R C H I V O S D E N AT I O N A L GEOGRAPHIC CUSTODIAN ENTRE OTRAS C O SA S C É L E B R E S P I E Z A S D E C A L Z A D O. E S T E P A R P E R T E N E C I Ó A S Y LV I A E A R L E .

Earle usó estas aletas durante algunas de las aproximadamente 8.000 horas que ha pasado bajo el agua.

TEXTO: NINA STROCHLIC. FOTO: REBECCA HALE


E X P L O R A

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MEDIO AMBIENTE

100 veces más que los volcanes Unos 400 de los 1.500 volcanes activos desde el final de la última glaciación, hace 11.700 años, liberan CO2. Como el islandés Eyjafjallajökull, en la foto, durante la erupción de mayo de 2010.

realizado a lo largo de diez años en el marco del programa internacional Deep Carbon Observatory, cuyo objetivo es avanzar en la comprensión del papel que desempeña el carbono en la Tierra, las emisiones de CO2 que los humanos arrojamos a la atmósfera superan 100 veces las aportadas por todos los volcanes juntos. Mientras que estos producen un promedio de 0,3 gigatoneladas de dióxido de carbono al año (es decir, 0,3 GtCO2), nuestra especie contri­ buyó, solo en 2018, con nada menos que 37 gigatoneladas (un 37 seguido de 9 ceros si lo expresamos en toneladas) de CO2. Una brutalidad comparable a la que provocó el famoso meteo­ rito que tras impactar en Chicxulub, México, desencadenó la extinción de tantísimas especies, entre ellas los dinosaurios. Aquel catastrófico evento generó la emisión a la atmósfera de entre 425 y 1.400 gigatoneladas de CO2, según datos de la Universidad de Cambridge. La aportación de CO2 hecha por Homo sapiens desde la era de la industrialización, añaden desde la universidad inglesa, es equiparable a esa cifra. SEGÚN UN ESTUDIO

ETIENNE DE MALGLAIVE / GETTY IMAGES


E X P L O R A

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SOSTENIBILIDAD

Una ciudad sin coches han viajado los representantes del consistorio de Pontevedra para explicar en la reciente cumbre sobre ciudades salu­ dables celebrada en Glasgow cómo en la capital gallega las personas son la prioridad. La radical transformación de esta ciudad de 84.000 habitantes empezó en 1999, año en que Miguel Anxo Fernández Lores ganó la alcaldía. «Se logró gracias a la valentía de una ciudad que apostó por cambiar su forma de vida. Y el resultado no puede ser más satisfactorio», dice. Hoy, 20 años después, sus esfuerzos por minimizar el tránsito rodado han merecido diversos reconoci­ mientos internacionales, incluso de la ONU, que en 2014 concedió a Pontevedra el Premio Internacional Dubai a las «mejores prácticas para mejorar las condiciones de vida de las personas». Muy merecido, sin duda, porque en estas dos décadas las emisiones de CO2 por habitante han disminuido un 70 %, el tránsito, otro 70 % y los accidentes graves, un 90 %. La mayoría de los pontevedreses se desplaza a pie, pues el trayecto más largo A ESCOCIA

es de media hora, y todos ellos disfrutan de un centro urbano peatonalizado donde se respira un aire de calidad: el de Pontevedra es uno de los pocos ayuntamientos de España que no sobrepasa los 40 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno de media anual, como recomienda la OMS. Ahora, en el centro de la ciudad y en toda la ruta del Camino de Santiago a su paso por la misma se ha limitado la velocidad máxima de los coches a 10 km/h. Y sin la colocación de barreras físicas, se ha conseguido que la mayoría de ellos no penetren en el centro. Algunas ideas para lograrlo son ingeniosas, como direccionar las calles formando bucles que hacen imposible atravesar la población. We’re on road to nowhere, cantaba David Byrne, líder del grupo Talking Heads. Tam­ bién el polifacético artista se ha fijado en esta ciudad modelo, a la que alude en su portal Reasons to be cheerful, donde difunde inicia­ tivas para reinventar el mundo. Pontevedra lo ha inspirado a él y a todos nosotros. «Lo mejor aún está por llegar», añade el alcalde.

El centro de Pontevedra está pensado para las personas. Los niños van solos a la escuela caminando sin temor a los automóviles y las familias disfrutan de su tiempo de ocio paseando por la ciudad.

FERNANDO NIETO / GETTY IMAGES


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CIENCIA

Joanne Chory o cómo secuestrar un 20 % más de CO2 ha recibido este año el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica no es solo por su impresionante trayectoria como experta en genética vegetal. Ha sido también porque esta investigadora del Instituto Salk de Estudios Biológicos, situado en La Jolla, California, experimenta con algo realmente prometedor para mantener a raya el calentamiento global: hacer que las plantas, tras ser modificadas genéticamente, generen más raíces, sean capaces de llegar a mayor profundidad en el suelo y estén revestidas de más suberina, un biopolímero –principal constituyente del corcho– que tarda mucho en descomponerse. «Aumentando la suberina de las raíces, podríamos lograr que las plantas retengan un 20 % más de CO2 del que retienen normalmente y durante más tiempo», dice la botánica. En la actualidad, la naturaleza captura 746 gigatoneladas de CO2 al año (GtCO2, siendo una Gt = 1 x 109 toneladas) y reemite de vuelta 727, pero nuestro aporte redunda en otras 37 GtCO2 anuales, lo que da un superávit de 18 GtCO2. Con estas plantas ideales, que Chory cree poder conseguir en cinco años, en otros 10 años se podrían reducir hasta 8 GtCO2, casi la mitad de lo que deberíamos eliminar. Otra buena noticia es que el procedimiento es sencillo y barato, y podría hacerse en todo el planeta. Las pruebas de campo con especies de trigo, soja, maíz y algodón ya han empezado. «Los problemas ambientales derivados del cambio climático son muy graves y se estima que en diez años podríamos alcanzar el punto de no retorno», ha declarado Chory. Por ello, señala, es imperativo encontrar una solución cuanto antes. Aquejada de párkinson desde 2004, sabe mejor que nadie lo que es sentir la premura del tiempo. «En mi vida, y en la del planeta», puntualiza. S I L A E S TA D O U N I D E N S E J OA N N E C H O RY

P L A N TA S N O R M A L E S

CO2

Las raíces de las plantas normales descomponen y emiten dióxido de carbono a la atmósfera. Capturan 746 GtCO2 (gigatoneladas de CO2) y liberan 727 GtCO2.

La investigadora Joanne Chory estima que las plantas ideales podrían lograr una reducción de entre el 20 y el 46 % del excedente de emisiones de dióxido de carbono producidas cada año por la actividad humana.

P L A N TA S I D E A L E S SA L K

CO2

CO2

CO2

Las plantas ideales, con raíces ricas en suberina, almacenan más carbono en el suelo y resisten la descomposición, liberando mucho menos dióxido de carbono. Estas plantas hacen que el suelo sea más productivo.

FOTO: INSTITUTO SALK DE ESTUDIOS BIOLÓGICOS. INFOGRAFÍA: DAVID MARTÍNEZ. FUENTE: INSTITUTO SALK DE ESTUDIOS BIOLÓGICOS


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MOMENTO FOTOGRÁFICO

Orquídeas: mito y medicina tradicional Uno de los géneros a los que pertenecen diversas especies de orquídeas. En griego significa testículo (órgano de los mamíferos al que se asemejan enormemente los tubérculos dobles de algunas orquídeas). Y en la mitología griega Orchis era una bestia cuyo castigo por forzar a una sacerdotisa fue ser hecho pedazos, de los que nació una planta con tubérculos en forma de testículos. Desde la antigüedad las orquídeas se han «asociado con la sexualidad», se dice en Journal of Cultural Heritage. En algunas sociedades la gente todavía consume la planta, con la esperanza de que les aporte cierto beneficio anatómico. Los tubérculos de la orquídea se comen en Israel como remedio contra la impotencia; los bulbos, en Turquía por sus supuestos efectos afrodisíacos. En Italia se consumían las flores de una especie llamada Orchis italica (en la imagen), cuya anatomía explícita le ha valido el sobrenombre de orquídea del hombre desnudo.

PA L A B R A D E L D Í A : O R C H I S .

TEXTO: PATRICIA EDMONDS. FOTO: ANDRÉS M. DOMÍNGUEZ / NPL / MINDEN


PUBLIRREPORTAJE NUEVO Volkswagen ID.3

EL FUTURO ESTÁ EN TUS MANOS PONTE AL VOLANTE DEL ID.3, UN COCHE 100% ELÉCTRICO, CON EMISIONES CERO DESDE LA FABRICACIÓN HASTA LA RECARGA.

C

on el modelo ID3, la marca Volkswagen da un impor tante paso en la movilidad limpia y en la lucha contra el cambio climático. Es un modelo pionero, el primero de toda una generación de coches 100 % eléctricos que vendrán, y es un coche que persigue un exigente compromiso ecologista. Durante toda la cadena de producción en fábrica, Volkswagen reducirá al máximo las emisiones de CO2. Las baterías y todas

las piezas del coche se producirán con energía sostenible. Volkswagen recomienda, además, optar por la recarga basada en energías limpias, como la eólica y la hidráulica. No se trata pues de lucir una etiqueta verde, sino de batallar en todos los campos para proteger la naturaleza. 550 KM DE AUTONOMÍA El ID.3 es también un coche que acaba con muchos de los prejucios que todavía existen sobre la movilidad eléctrica. No resulta tan

caro, pues hay una versión con un precio alrededor de los 30.000 €. Con él puedes recorrer grandes distancias y disfrutar como siempre de tus viajes, ya que sus baterías pueden proporcionar una autonomía de 550 km. Se carga rápido y en 30 minutos puedes tener batería para unos 300 km. A todo esto hay que sumarle un diseño exterior e interior sofisticado y atrevido que combina comodidad, conectividad y ayudas tecnológicas que facilitan la conducción.

Movilidad sostenible. El ID.3 es el primer modelo neutro en carbono. Compromiso. Volkswagen quiere cumplir con el Acuerdo de París contra el cambio climático. Tú puedes. Es el coche eléctrico pensado para todos y para resolver tu movilidad cada día. www.volkswagen.es


E X P L O R A

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INSTINTO BÁSICO

El Blob : sugestivo y multisexual recientemente al zoo de París rodeado de expectación. Bautizado como aquella película en la que Steve McQueen hacía frente a una «masa devoradora» que, con pinta de blandiblub gigante, engullía a quien tenía delante, este mixomiceto de la especie Physarum polycephalum parece realmente de otro planeta, como su tocayo del film. «Es un organismo unicelular que en su fase vegetativa –en la que se halla el Blob– conforma un plasmodio, compuesto por una sola célula dotada de millones de núcleos», explica el micólogo Enric Gràcia, profesor de Micología Aplicada en la Universidad de Barcelona ya jubilado. Aunque este organismo perteneciente al reino de los protistas y pariente de las amebas es 100 % terrenal, al igual que aquel monstruo viscoso también avanza por el terreno alimentándose de presas a las que envuelve para absorber sus nutrientes. Por suerte para nosotros, en su mundo diminuto lo que alcanza a succionar son levaduras, bacterias y partículas orgánicas. Gracias a sus pseudópodos, avanza hasta un centímetro por hora, nutriéndose a su paso. Y en caso de que la comida falte, inicia su asombrosa vida sexual. «Entre ellos no existen solo dos sexos, sino una multitud de parejas compatibles, más de 700 en este caso, determinadas por su configuración genética (dos locus y múltiples alelos). El ciclo reproductor se inicia formando esporangios, unas estructuras que contienen esporas y que, a su vez, germinarán alumbrando multitud de amebas flageladas. Cuando dos amebas compatibles se encuentren, se fusionarán dando lugar a un nuevo plasmodio», explica Gràcia. Pero aún hay más: se ha comprobado que Blob y sus congéneres, aunque carentes de cerebro, saben encontrar la ruta más corta en un laberinto. Su mayor hazaña a ojos humanos tuvo lugar en la Universidad de Tokio en 2010. Los científicos pusieron a Blob sobre un tablero en el que diversos montones de copos de avena (le encanta este cereal) replicaban la ubicación de Tokio y sus ciudades satélite y cuyo relieve estaba marcado con luz (de la que rehúye). El resultado fue pasmoso: tras 26 horas, sus ramificaciones habían trazado la red ferroviaria de la capital nipona, una gran infraestructura que el ser humano tardó largos años en construir. ¿No es este moco reptante, como lo llaman algunos, de lo más interesante? E L B LO B H A L L E G A D O

SPL / AGE FOTOSTOCK


AGÈNCIA CATALANA DE TURISME

Ona Carbonell

La sirena con más medallas Entrevistamos a una deportista de élite con un palmarés único para anunciar 2020, Año del Turismo Deportivo en Cataluña

Ona Carbonell es una deportista de gran nivel con un palmarés espectacular: es la mujer de la historia con más podios en los Mundiales de Natación (23 medallas). Nadie mejor que ella sabe lo que es competir y poner todo el empeño en ello. Además de líder del equipo español de natación sincronizada y directora de campus de tecnificación, es también empresaria, diseñadora de bañadores, escritora, conferenciante, modelo... Vive cerca del mar y le encanta recorrer su país. ¿Quién mejor que ella para anunciar 2020, Año del Turismo Deportivo en Cataluña?

En el Elite Camp que dirige incorpora clases magistrales con otras figuras mundiales de la sincronizada, como la francesa Virginie Dedieu o la rusa Vlada Chiguiriova, ¿es éste el camino hacia el éxito en el deporte al más alto nivel? Nuestro objetivo principal es inculcar a todas las niñas los valores del deporte y mostrar qué debe tener en cuenta un deportista de élite: la convivencia, el trabajo en equipo, el esfuerzo, el sacrificio, la constancia... Por ello intento que nos visiten grandes nadadoras que han hecho historia para que las alumnas conozcan directamente su Desde los 14 años forma parte del Equipo práctica, su técnica y su gran experiencia. Nacional Español de Natación Sincronizada en el CAR de Sant Cugat. Más allá de Es usted la mujer con más medallas munentrenar en el centro de alto rendimiento, diales en la historia de la natación, y, pese ¿en qué otros lugares de Cataluña nada y a ello, a nivel internacional Michael Phelps acostumbra hacer deporte al aire libre? es más reconocido, ¿por qué? Mi rutina generalmente son diez horas de Phelps todavía tiene más medallas que entrenamiento diario, por lo que puedo yo, la mayoría de oro, que no es mi caso, decir que ¡casi vivo dentro de la piscina! y además su deporte es la natación, que Pero cierto es que mi casa está muy cerca es más conocida que la natación artística del mar, en el Maresme, y siempre que (continúa siendo un deporte emergente). puedo voy a nadar al mar (sin lugar a dudas, Todavía queda un largo recorrido para que mi piscina favorita) o a pasear y también a las mujeres tengamos más visibilidad en correr. Visito muy a menudo a mis padres el mundo del deporte, pero sinceramente en Vallvidrera y también practico deporte creo que estamos evolucionando y que en la Carretera de les Aigües. vamos por muy buen camino.

¿Renunciar a los próximos Juegos de Tokio (2020) es la decisión más difícil que ha tenido que tomar en la vida? Sí, sin duda, ha sido una de las decisiones más complicadas de mi vida, pero llevo muchos años priorizando el deporte ante todo y tengo claro que ahora mi prioridad es estar con mis familiares, y en un futuro, poder crear mi propia familia. ¿Cómo se plantea los días que están por venir sin competir? ¿Volverá al agua en un futuro? ¿Piensa volver a la sincronizada? Sí, mi objetivo es volver al agua. Conozco a grandes deportistas que se han tomado un tiempo y han vuelto a competir, obteniendo incluso mejores resultados. No sé cómo va a ser en mi caso, pero mi idea es volver. 2020, Año del Turismo Deportivo quiere posicionar a Cataluña como destino ideal para la práctica deportiva a nivel internacional y dar apoyo a las empresas y destinos deportivos catalanes para crear productos de turismo deportivo y promocionar actividades deportivas.

catalunya.com


E X P L O R A

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¿ M I TO O C I E N C I A?

El sexto sentido (y otros más)

de que solo tenemos cinco sentidos se remonta probablemente al tratado de Aristóteles De Anima, donde dedica un capítulo a cada uno de ellos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Sin embargo, desde el siglo XIX los avances científicos han ampliado la lista. En 1906, el neurofisiólogo británico sir Charles Scott Sherrington, Premio Nobel de Medicina por su trabajo sobre las funciones de las neuronas que lo llevó a identificar los husos neuromusculares y el órgano tendinoso de Golgi –dos tipos de receptores sensoriales capaces de detectar, respectivamente, cambios en la longitud y en el tono de los músculos–, acuñó por primera vez el término propiocepción. Conocida como «sexto sentido», la propiocepción es crucial para ser conscientes –aun cerrando los ojos– de dónde se encuentran las partes de nuestro cuerpo en el espacio. Desde entonces también se han descrito otros sentidos, como la equilibriocepción, o sentido del equilibrio, que nos informa sobre la posición y el movimiento de nuestro cuerpo gracias a la estimulación del oído interno; la termocepción, que nos ayuda a percibir el calor y el frío, y la nocicepción, por la que detectamos el dolor fisiológico, ambas percibidas tanto en la piel como en el interior del organismo gracias a unos receptores especializados; o la interocepción, que nos informa del estado de nuestros órganos internos, como cuando tenemos sed, dolor de estómago o se nos acelera el ritmo cardíaco. L A C O N C E P C I Ó N E R RÓ N E A

También se habla de otros sentidos, pero no hay consenso acerca de cuántos poseemos debido a la disparidad de criterios. Si para catalogarlos nos basamos en el número de receptores, solo con el olfato suman más de mil; si nos ceñimos a la categoría física de la señal recibida, quedarían reducidos a mecánicos, químicos y lumínicos. Otra opción es centrarse en el tipo de información recibida; por ejemplo, cuando un ciego ha aprendido a emitir un sonido y usar la información acústica para visualizar un espacio o un objeto en su mente, una habilidad que algunos clasifican como un sentido más: el de la ecolocalización. Hoy en día tampoco podemos obviar que con el uso de tecnología integrada al cerebro se pueden recibir estímulos antes imperceptibles. Es famoso el caso de Neil Harbisson, considerado el primer cíborg de la historia. Aquejado de acromatopsia, una enfermedad rara que limita su visión a una escala de grises, Harbisson se implantó una antena que le sobresale de la parte posterior del cráneo y que le traduce en vibraciones las diferentes longitudes de onda de la luz, permitiéndole captar acústicamente tanto los colores como el infrarrojo y el ultravioleta. Gracias a la percepción de estos espectros invisibles, puede valorar si la radiación del día es demasiado nociva para tomar el sol o detectar el néctar de las flores. Con estas habilidades adquiridas –más propias de abejas o murciélagos–, ponerse a contar cuántos sentidos tenemos no tiene mucho sentido.

TEXTO: ÒSCAR CUSÓ. ILUSTRACIÓN: DAVID MARTÍNEZ


Marc Ponsa

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Responsable de Nestlé Aquarel en Nestlé Waters España

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SECCIĂ“N ESPECIAL

R E S P U E S TA S

D E

F U T U R O

Cuando la uniĂłn hace el cambio MĂ S DE 30.000 VOLUNTARIOS ,

800 colectivos, 150 empresas, 15 consejerías de medio ambiente, 100 centros de interpretación de los parques naturales, regionales o nacionales, VYNHUPaHJPVULZ JPLU[xÄJHZ ` H\SHZ LZ colares conforman Libera, un gran equipo que, SPKLYHKV WVY :,6 )PYK3PML ` ,JVLTILZ LZ[m uniendo esfuerzos para erradicar la denominada basuraleza de nuestro medio natural. El tÊrmino basuraleza, adaptado del anglosajón littering, es una palabra de nuevo cuùo creada para dar nombre al gran problema ambiental que suponen las enormes cantidades de residuos que acaban abandonados en los entornos naturales. El neologismo ha sido propuesto en el marco de Libera, un WYV`LJ[V X\L LZ[HZ KVZ LU[PKHKLZ SSL]HU H JHIV KLZKL Œ,S VIQL[P]V& *VUJPLUJPHY a la ciudadanía de los perjuicios que supoULU LZVZ YLZPK\VZ ` TV]PSPaHYSH WHYH SVNYHY un cambio en nuestros comportamientos que permita mantener los espacios naturales liberados de basura. Sin duda la tarea es ingente, porque los seres humanos dispersamos basuraleza a mansalva. Mientras que en el mar predomiUHU SVZ WSmZ[PJVZ YLKLZ ` V[YVZ KLZLJOVZ

procedentes de la actividad pesquera, en [PLYYH LS YLZPK\V TmZ JVT‚U ZVU SHZ JVSPSSHZ Las cifras que da Libera son impactantes: de los casi seis billones de colillas que se producen al aĂąo, unos 4,5 billones acaban formando parte de la basuraleza. Proliferan en todas partes, especialmente en las cune[HZ KVUKL HI\UKHU HKLTmZ SH[HZ IV[LSSHZ [VHSSP[HZ WH|\LSVZ ` LU]VS[VYPVZ ]HYPHKVZ ;VKH LZH WVYX\LYxH UV ZVSV LUZ\JPH ` WLYjudica a los animales: tambiĂŠn propicia acciKLU[LZ ZVIYL [VKV H JPJSPZ[HZ ` TV[VYPZ[HZ L PUJLUKPVZ SHZ JVSPSSHZ THS HWHNHKHZ ` SVZ JYPZ[HSLZ X\L HJ[‚HU JVTV S\WHZ ZVU LS KL[VUHU[L KL T\JOVZ M\LNVZ ` LZ WVY Z\W\LZ[V fuente de contaminaciĂłn, pudiendo llegar a contaminar aguas destinadas a regadĂ­o o a consumo humano. Ante estas circunstancias, la iniciativa 3PILYH WPVULYH LU ,\YVWH WVY Z\ LUMVX\L ` SH ]HYPLKHK KL LU[PKHKLZ X\L H‚UH OH KLJPdido apostar fuerte por aportar esperanza a LZ[H WYVISLTm[PJH NSVIHS ­8\LYLTVZ ZLY \U motor de cambio, activar, desde la colaboraJP}U ` SH ZLUZPIPSPaHJP}U SH W\LZ[H LU THYJOH de soluciones que impliquen a la ciudadanĂ­a, SHZ LTWYLZHZ ` SHZ PUZ[P[\JPVULZ ÂśHĂ„YTHU

Voluntarios de Libera, a la derecha, participan en una recogida colectiva de basuraleza, en la que los residuos mĂĄs comunes encontrados fueron los listados bajo estas lĂ­neas.

TOP DE RE SIDUOS CARACTERIZADOS EN 2018 P OR LOS #HÉROE SLIBERA

Colillas

14.881 unidades

Envoltorios de comida

Botellas de p plĂĄstico

4.549 unidades

4.374 unidades

Toallitas

4.346 unidades

Bolsas de plĂĄstico

3.641 unidades

La caracterizaciĂłn de residuos hecha por los voluntarios de Libera evidencia el gran acĂşmulo de basura que los seres humanos abandonamos en la naturaleza. Los residuos diseminan sustancias tĂłxicas, perjudican a muchos animales que los ingieren o se enredan con ellos, afectan a los ecosistemas y a la salud pĂşblica y contribuyen a dispersar especies invasoras.

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

FOTO: LIBERA (PROYECTO CREADO POR SEO / BIRDLIFE Y ECOEMBES). INFOGRAFĂ?A: NGM-E. FUENTE: LIBERA


RESPUESTAS DE FUTURO recoge distintas iniciativas y proyectos desarrollados por instituciones, empresas y otras entidades de nuestro país con el objetivo de minimizar el impacto de los residuos en el medio ambiente.

CUATRO EJEMPLOS DE ACCIONE S LIBERA

Grandes alianzas La asociación SUBMON, especializada en la conservación, estudio y divulgación del medio marino, ha firmado un acuerdo de colaboración con la iniciativa Libera para retirar del Mediterráneo los residuos submarinos de gran tamaño que amenazan las praderas de posidonia, un ecosistema esencial para numerosísimas especies, en los espacios protegidos del Cabo de Gata (Almería), la Isla de Tabarca (Alicante), La Azohía-Cabo Tiñoso (Murcia) y el Cap de Creus (Girona).

Basuraleza, no Según datos de un estudio publicado por Libera, la despreocupación por el medio ambiente, la comodidad y la pereza son las principales razones por las que los españoles creen que se arroja basura en la naturaleza. Por ello se han promovido tres jornadas de sensibilización en las que, bajo el título «Charlas contra la basuraleza», se ha trabajado para acercar la problemática de la basuraleza al público más joven. Las charlas han tenido lugar en Madrid, Zaragoza y Barcelona.

1m2 en playas y mares

Ciencia Libera-CSIC

Espectaculares son los datos de la última campaña de caracterización de residuos llevada a cabo en la 3ª edición de «1m2 por las playas y los mares», realizada entre el 26 de septiembre y el 6 de octubre y en la que han participado más de 5.700 personas (2.000 más que el año pasado). Se han recogido hasta 36 toneladas de basuraleza en 231 puntos de todo el país y caracterizado más de 76.000 residuos distintos, una cifra nunca antes alcanzada en una campaña como esta.

En 140 de las 469 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (las IBA) se realiza el proyecto Ciencia Libera para conocer el impacto de la basuraleza en estas importantes áreas naturales. En colaboración con el CSIC, se ha realizado una toma de muestras de agua, suelo y heces de animales para identificar, cuantificar los productos contaminantes generados por esos residuos y analizar cuál es su impacto en el medio natural. DICIEMBRE 2019


SECCIÓN ESPECIAL

R E S P U E S TA S

desde Libera–, porque la unión hace la fuerza y, en nuestro caso, sin duda, hace el cambio». Para ello han desplegado unas líneas de acción orientadas a aumentar el conocimiento de este problema, al tiempo que promueven su prevención, combinada con la movilización. Un buen ejemplo son las recogidas de ba­ suraleza que coordinan para saber qué tipo y qué cantidad de residuos hay abandona­ dos en nuestros entornos naturales, y que aúnan ciencia ciudadana con sensibilización y participación. Bajo el lema «1m2 por los montes, los ríos o las playas», miles de volun­ tarios han participado en campañas en múl­ tiples espacios naturales de nuestro país, recolectando basura y datos en todos los ecosistemas. Datos que se envían al Minis­ terio para la Transición Ecológica (MITECO) y que, junto con los resultados del muestreo de heces, agua y tierra en 140 IBA (Important Bird Areas) realizado con el Consejo Supe­ rior de Investigaciones Científicas (CSIC), se contrastan para conocer el alcance de la afectación de esos residuos en el medio natu­ ral. Además, se trabaja con nuevas meto­ dologías científicas para recoger y muestrear microplásticos en 180 ríos de España. Toda esa valiosa información es transmi­ tida de forma presencial en las aulas de los colegios y de los centros de formación pro­ fesional, e incluso en centros de interpreta­ ción de los parques naturales y en diversas universidades, donde se imparten charlas y cursos validados con créditos, y también a través de una exposición itinerante. Pero simplemente eliminar la basura de un espacio a menudo no es suficiente. Mu­ chas veces se necesita implementar accio­ nes o mejoras para recuperar ese entorno. N AT I O N A L G E O G R A P H I C

D E

F U T U R O

Y nadie mejor para hacerlo que las entidades y organizaciones no gubernamentales, que, a través del apadrinamiento de espacios natu­ rales, realizan acciones de mejora de la cali­ dad ambiental de varios entornos naturales. UNA UNIÓN QUE MOVILIZA A todo lo anterior se suma otra acción: desde hace ya tres años, Libera celebra durante un sábado de junio «1m2 por la naturaleza», la mayor recogida nacional colaborativa que consigue unir y sacar a la naturaleza a miles de personas para que la limpien de basura –porque como dicen desde Libera, «aunque no sea nuestra, sí es nuestro problema»– y se conciencien sobre este problema. En la última, unas 13.000 personas en 450 puntos de toda la geografía nacional retiraron más de 83 toneladas de basura abandonada en espacios naturales. Sin duda los resultados de este proyecto, fruto de una gran conjunción de fuerzas, están siendo muy satisfactorios. «Es un proyecto novedoso en Europa que ha sido considerado ejemplar por la Agencia Europea de Medio Ambiente», señalan sus promotores. Y es que este es un problema, añaden, que debe­ mos solucionar entre todos y que habría que empezar a afrontar adoptando un consumo responsable basado en las tres erres; re­ ducción, reutilización y reciclaje. Como dice Charles Moore, el primero en alertar sobre la magnitud de la isla de plástico flotante del Pacífico, «solo los humanos producimos des­ perdicios que la naturaleza no puede digerir». Lamentablemente es cierto, por eso minimi­ zarlos y gestionarlos del mejor modo posible es fundamental. No es una misión imposible: iniciativas como esta lo dejan bien claro.

Arriba, izquierda: en solo un día de recogida, en las zonas cercanas a los ríos los voluntarios llegaron a recoger hasta 25 pelotas de tenis y 5 de fútbol. Arriba, centro: gracias a las aplicaciones Marnoba y e-Litter se recogen datos de los residuos, que posteriormente se envían al Ministerio para la Transición Ecológica. Arriba, derecha: el plástico es el residuo más común en la naturaleza, pero también proliferan residuos de metal, como chapas o anillas de lata.

FOTOS: LIBERA (PROYECTO CREADO POR SEO / BIRDLIFE Y ECOEMBES)


Tres ejes de acción CONOCIMIENTO para mejorar las malas prácticas sobre el abandono de residuos en la naturaleza

PARTICIPACIÓN para involucrar y concienciar a la sociedad

PREVENCIÓN para cambiar hábitos negativos que afectan a la naturaleza

FOMENTAR la colaboración entre ciudadanos, entidades sociales, ayuntamientos y empresas. MOVILIZAR a cerca de 30.000 personas en todo el país en más de 1.000 puntos de espacios naturales de gran valor ecológico. RECOGER un total de 300 toneladas de residuos de entornos terrestres, fluviales y marinos de todas las provincias españolas. APORTAR UNA SOLUCIÓN al problema de la basuraleza.

Arriba, recogida de redes abandonadas en el mar Mediterráneo durante la campaña de este verano. En el centro, un residuo muy predominante, las toallitas húmedas. Sobre estas líneas, toma de muestras de agua, tierra y heces para la obtención de datos científicos.

VISIBILIZAR EL PROBLEMA de la basuraleza generando un impacto en la prensa y en las redes sociales. DICIEMBRE 2019


G R A N

A N G U L A R

EXPLORAR PARA PRESERVAR LA NATURALEZA L O S P R E M I O S R O L E X A L A I N I C I AT I VA H A N R E C O N O C I D O E S T E 2 0 1 9 VA R I O S P R OY E C TO S C O N S A G R A D O S A L A C O N S E R VA C I Ó N .

Hasta 6.400 kilómetros recorre el Amazonas, en la imagen, a su paso por Uacari, Brasil. El arapaima, o pirarucú, es una de las especies más emblemáticas de este río y ha sido objeto de uno de los proyectos galardonados por Rolex. ©ROLEX / MARC LATZEL



P O R E VA VA N D E N B E R G

E

el río más largo y caudaloso del planeta, habita un extraordinario e inmenso pez cuyos orígenes se remontan al Cretácico, una era geológica en la que aún había dinosaurios en la Tierra. El arapaima (Arapaima gigas), también llamado pirarucú o paiche, alcanza fácilmente los tres metros de longitud y 200 kilos de peso, y según cuenta el biólogo brasileño João Campos-Silva, experto en pesca, ha alimentado a los pueblos amazónicos desde el origen de los tiempos. Sin embargo, este magnífico animal ancestral, el pez escamoso de agua dulce más grande que existe, ha sufrido una gran disminución de sus poblaciones salvajes debido a la sobrepesca, la fragmentación de su hábitat y la contaminación de las aguas, hasta el punto de extinguirse en muchas áreas. Afortunadamente, Campos-Silva, un apasionado biólogo de 36 años, trabaja duro desde hace tiempo para revertir la indeseable situación del arapaima, lo que le ha valido ser uno de los cinco laureados de los Premios Rolex a la Iniciativa de este año 2019, unos galardones que desde hace más de cuatro décadas apoyan proyectos innovadores para mejorar la vida en la Tierra. Entre ellos, iniciativas de hombres y mujeres de todo el mundo que usan todo su potencial para preservar la biosfera terrestre, esa fina capa de apenas 10 kilómetros de altitud donde habitamos en estrecha conjunción todos los seres vivos del planeta. Sin duda es el caso de Campos-Silva, quien, en colaboración con las asociaciones locales y los líderes del sector pesquero, ha ideado un plan para salvar esta especie y ha demostrado que no solo puede remontar, sino que además es todo un acicate económico para dinamizar las comunidades locales. «La protección de lagos conectados con ríos en la Amazonia occidental ha E N AG UA S D E L A M A ZO N A S ,

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

permitido incrementar 30 veces el número de arapaimas locales –explica–. Y no solo eso, también ha permitido la recuperación de poblaciones de manatíes, nutrias gigantes, tortugas gigantes y caimanes negros que se hallaban al borde del colapso. Al mismo tiempo, la recuperación del arapaima ha generado nuevas inversiones de miles de dólares que han favorecido a las comunidades forestales en dificultades». Con el reconocimiento otorgado por Rolex, Campos-Silva quiere extrapolar ese experimento local a otras 60 comunidades con el objetivo de cuadruplicar el número de arapaimas en tan solo tres años. «Los ingresos adicionales de la pesca y de su gestión crearán escuelas, clínicas sanitarias y empleos, especialmente para mujeres», explica. Salvar el arapaima, concluye, es todo un antídoto contra la pobreza. En paralelo a la labor de este brasileño y a más de 14.000 kilómetros de distancia, otra científica, Krithi Karanth, bióloga conservacionista de 40 años, trabaja en otro interesante proyecto en su tierra natal, la India, también merecedor de un Premio Rolex a la Iniciativa. En este país, el segundo más superpoblado del planeta, los animales salvajes están apiñados en apenas el 5 % del territorio y, a medida que la población humana aumenta, se multiplican las fricciones entre la vida salvaje –como leopardos, tigres o elefantes, cada vez más escasos– y los habitantes de las zonas aledañas a los parques nacionales. Karanth, especializada en la gestión de este tipo de conflictos, lo que ya le valió hace años el apoyo de National Geographic, gestiona desde 2015 un servicio denominado Wild Seve (seve significa servicio en la lengua india kannada) a través del cual se pueden reclamar indemnizaciones por las pérdidas causadas por la fauna, principalmente la destrucción de cultivos por los elefantes y la pérdida de ganado por los tigres. «Aunque el Gobierno indio paga cinco millones de dólares estadounidenses al año para indemnizar a los agricultores y lugareños por los daños causados por animales, las personas indemnizadas por el Estado son solo una parte de la población que realmente se ve afectada por este tipo de problemas», dice. A través de Wild Seve se identifican focos de conflicto y se atiende actualmente a medio millón de personas, las cuales viven en 600 pueblos cercanos a los parques nacionales de Bandipur y de Nagarhole, en el estado de Karnataka. Hasta el momento se han presentado unas 14.000 reclamaciones de 6.400 familias por un valor de 200.000 dólares, lo que ha logrado disminuir la hostilidad y aumentar la confianza entre los conservacionistas y las comunidades. Ahora, y gracias al soporte de Rolex, Karanth se ha propuesto expandir Wild Seve a mil pueblos más y poner a prueba una serie de medidas en zonas muy conflictivas para reducir los daños a los cultivos y aumentar la seguridad de las personas, el ganado y la fauna. No solo eso:


además, desarrolla otra iniciativa, llamada Wild Shaale (shaale significa escuela en kannada), un programa educativo centrado en la conservación que se impartirá en 300 colegios de zonas muy conflictivas, donde acuden hasta 20.000 niños, y que quiere centrarse en la percepción que los lugareños tienen de la fauna con la que conviven. ¿Su objetivo final? Convertir esta iniciativa en un modelo de conservación comunitaria en todo el mundo para todas aquellas personas que viven en estrecha proximidad con la vida salvaje. más que nunca necesitamos salvaguardar nuestros ecosistemas, Rolex ha querido también premiar este año otros proyectos de conservación en la categoría de Laureados Adjuntos. Los galardonados han sido la bióloga británica Emma Camp, centrada en la recuperación de los arrecifes de coral, y el ornitólogo argentino Pablo García Borboroglu, que lleva más de 30 años estudiando a los pingüinos. Tras largo tiempo explorando hábitats coralinos de todo el mundo, Emma Camp ha identificado corales que sobreviven a pesar de las condiciones ambientales extremas y hostiles en las que viven. En concreto, ha C O N S C I E N T E S D E Q U E H OY

©ROLEX / MARC LATZEL

João Campos-Silva, biólogo brasileño, sostiene un ejemplar de tamaño mediano de arapaima, el segundo pez de agua dulce más grande del planeta tras el esturión. El científico ha ideado un plan para salvarlo de la extinción y, en colaboración con las poblaciones locales, dinamizar la economía de la Amazonia.

localizado comunidades de coral en aguas calientes, ácidas y bajas en oxígeno alrededor de manglares que parecen capaces de adaptarse a las condiciones ecológicas que los humanos están ocasionando en los arrecifes de coral. Según Camp, estos «focos de adaptación de los corales» pueden ser la clave para entender la supervivencia de estos organismos frente a la emergencia climática en curso. La bióloga quiere localizar estos focos en el norte del Gran Arrecife de Barrera australiano, registrar sus especies más resistentes y trasplantarlas a las zonas más devastadas. «Tenemos que ser creativos –afirma esta exploradora–. Necesitamos volver a fijarnos en la naturaleza, ver cómo ha sobrevivido durante tanto tiempo y utilizar ese conocimiento, en combinación con la innovación y la tecnología, para intentar conservar lo que tenemos». DICIEMBRE 2019


Krithi Karanth (abajo), experta en conflictos entre fauna salvaje y humanos, observa el paisaje para identificar posibles focos de conflicto cerca de una población. La bióloga es consciente de cómo en su país, la India, el uso de la tierra acota cada vez más el hábitat de las especies, como evidencia esta imagen aérea (arriba), donde los cultivos colindan con un parque nacional.

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

©ROLEX / MARC SHOUL (AMBAS)


Por su parte, Pablo García Borboroglu dedica todo su esfuerzo a revertir la alarmante situación de muchas especies de pingüinos. «De las 18 que viven en nuestro planeta, más de la mitad están actualmente en peligro de extinción, y para la mayoría la situación no hace sino empeorar –comenta este ornitólogo, presidente de la Global Penguin Society–. Los pingüinos son verdaderos indicadores de la salud de los océanos, ya que son sensibles a todos los cambios en sus hábitats». La pesca excesiva y el cambio climático son algunas de las amenazas más preocupantes que se ciernen sobre ellos, ya que provocan la falta de alimento. Este es el motivo de que estas aves se alejen cada vez más de sus colonias para encontrar peces con los que alimentar a sus crías. «Para conseguir comida nadan cientos de kilómetros, y cuando vuelven, las crías suelen haber fallecido por inanición», explica García Borboroglu. Su proyecto persigue mejorar el conocimiento científico de tres especies esenciales –el pingüino de Magallanes de Argentina, el pingüino rey de Chile y el pingüino de Fiordland de Nueva Zelanda– para formular recomendaciones basadas en la ciencia con el fin de orientar su conservación. Para ello quiere involucrar a comunidades locales y colegios de Argentina en el

Pablo García Borboroglu y Emma Camp son dos Laureados Adjuntos que luchan por la conservación de la biodiversidad. El ornitólogo Pablo García Borboroglu (arriba) posa entre una colonia de pingüinos de Magallanes, a los que quiere salvaguardar. La bióloga Emma Camp (abajo) identifica las especies más resistentes en el Gran Arrecife de Barrera de Australia.

estudio y la conservación de los pingüinos y establecer un modelo que puedan seguir otros países. También trabajará con Gobiernos locales y nacionales y con terratenientes para mejorar la toma de decisiones en temas que afectan a la conservación de los pingüinos, por ejemplo, contribuyendo a la creación de nuevas áreas marinas protegidas. Toda una serie de proyectos que nos recuerdan, una vez más, que conservar la vida salvaje que puebla la Tierra no es más que preservar el futuro a largo plazo de nuestra propia especie.

Este artículo ha tenido el apoyo de Rolex, que colabora con National Geographic Society en la iniciativa Perpetual Planet, cuya misión es fomentar proyectos que aporten soluciones a los grandes desafíos medioambientales de nuestro tiempo.

©ROLEX / TOMAS BERTELSEN (PABLO GARCÍA BORBOROGLU); ©ROLEX / FRANCK GAZZOLA (EMMA CAMP)

DICIEMBRE 2019


CONCURSO FOTOGRÁFICO

2019

H OCEAN

EL MEDITERRÁNEO, PROTAGONISTA El auditorio de la Fundación RBA en Barcelona ha sido el escenario del acto de entrega de premios de la segunda edición del concurso fotográfico H2Ocean 2019, organizado por RBA con el apoyo de Seiko, la marca japonesa de relojes que invita a descubrir las maravillas del océano y a tomar conciencia de la importancia de su conservación a través de su campaña #DiscoverYourPlanet. Este año la presentación ha corrido a cargo de Manu San Félix, biólogo marino y explorador de National Geographic, que lleva más de 30 años estudiando los ecosistemas del Mediterráneo. Nadie mejor que él conoce las amenazas que se ciernen sobre nuestro Mare Nostrum: la degradación de las praderas de posidonia, cruciales para la salud de la cuenca mediterránea porque contribuyen a la depuración de las aguas, suministran oxígeno y actúan como sumidero de carbono; el cambio climático; las especies invasoras, y los niveles récord de contaminación, que han llevado al Mediterráneo a una situación crítica. Pero tenemos el conocimiento y la tecnología para salvarlo, insiste San Félix. «El agua es la sangre del planeta, es esencial para la vida, pero parece que no nos demos cuenta», añadió el biólogo, haciendo un llamamiento a las instituciones para que tomen medidas orientadas a la conservación de los océanos. Por su parte, Miguel Ángel Cadarso Font, director general de Geresa –distribuidor oficial de Seiko en España–, habló del firme compromiso de Seiko con la preservación del mar y del desarrollo de iniciativas globales destinadas a tal fin a través de la acción #DiscoverYourPlanet de Prospex y en colaboración con el Centro de Aprendizaje Marino liderado por Fabien Cousteau. Las fotografías ganadoras de esta edición, de Sacha Lobenstein (premio del jurado, compuesto por miembros de National Geographic España), Abraham Rosendo, Felicià Sabater y Adrián Campos (premios por votación popular), son un fiel reflejo de ese espíritu de descubrimiento y respeto por el océano que Seiko y RBA quieren seguir poniendo en valor. LO S P R E M I A D O S

De izquierda a derecha: Felicià Sabater, Sacha Lobenstein, Abraham Rosendo y Javier Zori en representación de Adrián Campos.


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Manu San Félix durante su conferencia en el evento celebrado en la sede de National Geographic España, en el edificio RBA de Barcelona, que culminó con la entrega de premios –cuatro relojes Seiko Prospex, tres de ellos de la colección Save The Ocean– a los cuatro ganadores del concurso fotográfico H2Ocean.

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FOTO: MARK THIESSEN, NGM

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UNA SERIE DE CONTROVERTIDAS EXCAVACIONES EN EL SUBSUELO DE LA CIUDAD SANTA REVELAN TESOROS RELIGIOSOS Y CULTURALES MILENARIOS, Y REAVIVAN TENSIONES ANCESTRALES. P O R A N D R E W L AW L E R FOTOGRAFÍAS DE SIMON NORFOLK



PÁ G I N A S A N T E R I O R E S

Bajo la iglesia del Santo Sepulcro, erigida en el Barrio Cristiano de Jerusalén, el padre Samuel Aghoyan contempla una cantera que se usó como cementerio judío en vida de Jesús. Un cercano afloramiento rocoso se venera como el Gólgota, o el Calvario, el monte de la crucifixión. DERECHA

Para desenterrar una calle escalonada que hace 2.000 años daba acceso al Templo Judío, arqueólogos e ingenieros israelíes construyen lo que parecería un túnel de metro debajo de un vecindario palestino. Sus habitantes afirman que la excavación ha causado daños en las viviendas de la superficie.

«CUIDADO CON LA CABEZA», ME RECUERDA JOE UZIEL CADA DOS

Me cuesta seguir el ritmo al arqueólogo israelí que maniobra con facilidad por el sinuoso y angosto túnel jalonado de rocas salientes. Sin más luz que la linterna de nuestros dos móviles, agacho la cabeza para que el maltrecho casco amarillo no rasque contra el techo. De pronto Uziel se detiene. «Voy a enseñarle una cosa superinteresante». El pasadizo discurre bajo un espolón rocoso que se asoma hacia el sur desde la Ciudad Vieja de Jerusalén. Esta fina cresta, ubicación de la Jeru­ salén primitiva que hoy abarrotan viviendas ocu­ padas en su mayoría por palestinos, oculta un laberinto subterráneo de cuevas naturales, con­ ducciones de agua cananeas, túneles judíos y canteras romanas. Este pasadizo en concreto es más moderno que la mayoría, pues lo abrieron dos arqueólogos británicos en la década de 1890. Me adentro tras Uziel en un espacio recién exca­ vado. La luz de su teléfono ilumina un cilindro bajo y grueso, de color claro. «Es una columna bizan­ tina –explica, acuclillándose para retirar un saco terrero que revela una superficie blanca y lisa–. Y esto es un fragmento del suelo de mármol».


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N AT I O N A L G E O G R A P H I C


Soldados israelíes escuchan a una guía turística en el Cardo Maximus de Jerusalén –la calle principal romana–, donde un mural representa la bulliciosa avenida columnada tal y como podría haber sido en el siglo vi, en pleno período bizantino… salvo por el niño que lleva un gorro con visera (esquina inferior derecha). JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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Estamos pisando una iglesia del siglo v erigida para honrar el lugar en el que se dice que Jesús curó a un ciego, cerca de la piscina de Siloé. El santuario fue abandonado, la cubierta se vino aba­ jo y, con el paso del tiempo, sus ruinas se sumaron al vasto reino subterráneo de la ciudad. Para Uziel, el templo es la enésima complica­ ción de uno de los proyectos arqueológicos más caros y polémicos del mundo. Su misión es desen­ terrar una avenida de 2.000 años de antigüedad y 600 metros de longitud que en otro tiempo con­ dujo a peregrinos, mercaderes y otros visitantes hasta una de las maravillas de la antigua Pales­ tina: el Templo Judío. Sepultada durante la vio­ lenta destrucción de la ciudad por parte de las legiones romanas en el año 70 de nuestra era, este camino monumental desapareció de la vista. «Por culpa de esta iglesia tenemos que desviar­ nos –me dice–. Nunca sabes qué te vas a encon­ trar». Ya se ha topado con baños rituales judíos, un edificio tardorromano y los cimientos de un pala­ cio de la primera época islámica. Cada hallazgo ha de cartografiarse y estudiarse, e invariablemente exige dar un rodeo o abrir un camino, bien reti­ rando el obstáculo u horadando el impedimento. Cuando los excavadores británicos perforaron la roca hasta penetrar en la iglesia, abrir túneles era una práctica habitual. Hoy, excepto en circuns­ tancias excepcionales, se considera tan peligroso como poco científico. Aquí, no obstante, excavar desde la superficie resulta poco práctico, dado que hay gente viviendo unos metros más arriba. Así las cosas, una cuadrilla de ingenieros y obre­ ros trabajan para perforar un pozo horizontal bajo la espina dorsal del promontorio. Mientras avan­ zan, Uziel y su equipo retiran laboriosamente la tierra de cada sección recién expuesta, trabajando por capas desde arriba hacia abajo, y recuperan cerámica, monedas y otras piezas. Entre los arqueó­ logos israelíes hay diversidad de opiniones sobre la solidez científica de este método. Para unos es revolucionario; para otros, una barbaridad. Los tuneladores bregan con un suelo inestable que ya ha generado derrumbamientos, mientras los vecinos denuncian que sufren desperfectos en sus viviendas. Tan ambicioso proyecto, finan­ ciado en gran parte por una fundación de colonos judíos (la Fundación Ciudad de David), se desa­ rrolla en un punto especialmente delicado de Jerusalén Este, la zona anexionada por Israel en 1967 que buena parte del mundo considera terri­ torio ocupado. (La mayoría de las excavaciones llevadas a cabo en dicho territorio son ilegales en 8

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virtud de la legislación internacional). Llamada Wadi Hilweh por los palestinos, para los judíos se trata de la Ciudad de David, el lugar en que el rey David fundó la primera capital israelita. Retrocedo con Uziel por el pasadizo angosto y salimos a un tramo ya terminado del nuevo túnel. A diferencia del lóbrego y oscuro corredor britá­ nico, el nuevo está revestido de acero brillante y recuerda, por su tamaño y su forma, a un túnel de metro. Solo que en vez de vías, a lo lejos centellean unos milenarios escalones de piedra caliza. «Algu­ nas de estas piedras parecen literalmente intactas –comenta maravillado el arqueólogo mientras subimos por la amplia escalinata—. Esta era la calle principal de la antigua Jerusalén romana. Los peregrinos se purificaban en la piscina y a continuación subían al Templo». La avenida tuvo una existencia breve. Las mo­ nedas desenterradas sugieren que un gentil de infausta fama supervisó la construcción de la mo­ numental escalinata en torno al año 30 de nuestra era, un prefecto romano más conocido por orde­ nar la crucifixión de Jesús: Poncio Pilato.


La familia Freger, de Canadá, celebra el bat mitzvah de su hija Adyson en un salón subterráneo próximo al Muro de las Lamentaciones, uno de los lugares más santos del judaísmo. La cámara abovedada, construida por los musulmanes en el siglo xiv como caravasar, fue transformada en un salón de celebraciones judías y conectada con el laberinto de túneles del Muro. HADAS PARUSH (AMBAS)

JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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El público disfruta de un concierto en la cueva de Sedecías, una cantera que durante miles de años facilitó piedra caliza para las construcciones de la superficie. Cuentan las leyendas que el rey judío Sedecías escapó por esta cueva en el siglo vi a.C. y que el rey Salomón pudo haber utilizado la piedra extraída de ella para erigir el primer Templo Judío. JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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« L A V E R DA D B R O TA R Á D E L A T I E R R A » , dicen los Salmos, pero a quién pertenece esa verdad es el interrogante que obsesiona a Jerusalén. En una ciudad clave para los tres grandes credos monoteístas, levantar una palada de tierra a veces acarrea consecuencias tan inmediatas como graves. Pocos lugares hay en la Tierra donde una excavación arqueológica pueda desencadenar una revuelta ciudadana, prender la llama de una guerra regional o poner en jaque al mundo entero en un abrir y cerrar de ojos. Cuando en 1996 el Gobierno israelí abrió una salida nueva en un pasadizo subterráneo paralelo a un tramo del Muro de las Lamentaciones, en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja, se produjeron protestas violentas que se saldaron con unos 120 muertos en la región. Posteriores escaramuzas a propósito de a quién correspondería controlar lo que hay por debajo de la explanada sagrada que los judíos denominan Har Ha-Bayit (el monte del Templo) y los árabes llaman Haram al-Sharif (el Noble Santuario) contribuyeron a erosionar los acuerdos de paz de Oslo. Incluso la reciente construcción en Jerusalén del Museo de la Tolerancia ha sido criticada por destruir tumbas musulmanas. «En Jerusalén la arqueología es un asunto tan espinoso que no interesa solo a la comunidad investigadora, sino también a los políticos y a la opinión pública en general», reconoce Yuval Baruch, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI). Baruch dirige la delegación en Jerusalén de la AAI y lleva con orgullo el título oficioso de alcalde de la Jerusalén subterránea. Bajo su mandato, la ciudad se ha convertido en uno de los yacimientos arqueológicos más activos del mundo, con un centenar de excavaciones al año. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, se ha quejado de que las constantes excavaciones se enmarcan en una campaña para silenciar 1.400 años de historia musulmana con hallazgos arqueológicos judíos. «Aquí la arqueología no es mera cuestión de conocimiento científico: es una ciencia política», añade Yusuf Natsheh, director de arqueología islámica del Waqf Islámico de Jerusalén, la fundación religiosa que supervisa los lugares santos musulmanes de la ciudad. Baruch desmiente con contundencia que haya parcialidad en lo que se excava. Sea cananeo o sea cruzado, cada período histórico recibe la atención científica que merece, insiste. No cabe duda de que los arqueólogos israelíes se cuentan entre los mejor formados del mundo. Pero tampoco cabe duda de que la arqueología se maneja como arma

política en el conflicto árabe-israelí, ni de que Israel lleva todas las de ganar desde el momento en que controla todos los permisos de excavación en la ciudad de Jerusalén y su periferia. Cuando en 2011 el primer ministro israelí dijo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que tenía en su despacho un sello de hace 2.800 años hallado cerca del Muro de las Lamentaciones en el que aparece grabado el apellido adoptado por su familia –Netanyahu–, lo presentó como un símbolo físico del pasado judío de Jerusalén. Política, religión y arqueología están irremediablemente entretejidas en la ciudad. En torno al año 327 de nuestra era, la emperatriz romana Helena hizo derribar un templo romano. «Abrió la tierra, removió el polvo y encontró tres cruces mezcladas», relata una fuente casi contemporánea. Helena, la anciana madre de Constantino el Grande, declaró que una de las cruces era el madero en el que Jesús había sido crucificado. La llamada Vera Cruz, la reliquia cristiana por excelencia, despertó el interés por otros objetos sacros. Pronto se erigiría en el lugar la iglesia del Santo Sepulcro.

Unos 1.500 años después, el erudito y p francés Louis-Félicien Joseph Caignart de puso en marcha la primera excavación a lógica de la ciudad y desencadenó otro f En 1863 desenterró un complejo de elab sepulturas, despertando así las iras de los del lugar, que se dedicaban a echar tierra te la noche sobre aquello que sus ope exhumaban durante el día. Impertérr Saulcy remitió al Louvre un sarcófago qu tenía los restos de quien, según afirmaba sido una de las primeras reinas judías. Otros exploradores europeos llegaron salén en busca de sus propios tesoros bí En 1867 los británicos enviaron a un ga la misión de sondear el subsuelo de Jeru Charles Warren contrató brigadas de lug para cavar pozos y túneles que ocultab avances a las curiosas miradas de las au des otomanas que entonces controlaban salén. Las asombrosas hazañas de Warr precisión de sus mapas siguen causando ración. Pero quizá también plantó la sem


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P O R ALBERTO LUCAS LÓPEZ EW W. CHWASTYK

Unos niños juegan al final de una caminata por el túnel de Ezequías, que conduce agua unos 533 metros desde el manantial de Guijón –la principal fuente de agua que abastecía a la Jerusalén antigua– hasta esta piscina. El rey Ezequías, dice la Biblia, construyó el túnel para proteger el abastecimiento de agua de la ciudad frente a los invasores. HADAS PARUSH

un recelo para con los arqueólogos que aún pervive entre los musulmanes de la ciudad. Un siglo más tarde, cuando en 1967 Israel arrebató Jerusalén Este (incluida la Ciudad Vieja) a las fuerzas árabes en la guerra de los Seis Días, los arqueólogos judíos emprendieron excavaciones científicas a gran escala que se convirtieron en la piedra angular de los esfuerzos del joven país por demostrar y celebrar sus antiguas raíces. Exhumaron villas del siglo I pertenecientes a la élite judía, rebosantes de ricos mosaicos y pinturas murales. También sacaron a la luz partes de la perdida iglesia Nea, levantada 500 años después y solo superada en importancia por la del Santo Sepulcro, así como ruinas de un colosal complejo construido por los primeros dirigentes musulmanes. Algunas excavaciones, pese a todo, obedecían claramente a motivos religiosos. Del Muro de las Lamentaciones –un vestigio de la plataforma del templo de Herodes el Grande, además del lugar de oración más sagrado para el judaísmo– apenas quedan en la superficie unos segmentos,

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SAGRADA PARA JUDÍOS, CRISTIANOS Y MUSULMANES, LA JERUSALÉN ACTUAL ES EL RESULTADO DE 3.000 AÑOS DE CULTO, CONQUISTA, DEVASTACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN.

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Una ciudad, muchos nomb bres

ritorios disputados guerra de los Seis Días 967, Israel arrebató rdania y Jerusalén (incluida la Ciudad a) a Jordania; la Franja aza, a Egipto, y los s del Golán, a Siria.

Este lugar de veneración y contienda se h ha llamado Hierosolyma, erushalayi , Ciudad de David d, Ciudad del Gran Rey, Aelia Capitol ol Al-Quds, Jerusalén.

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Capitalidad controvertida Fundado en 1948, Israel decclaró que Jerusalén era su capital. Los palestinos reivindican Jerusalén Este como su futura capital. La Línea Verde (discontinua a) representa la frontera anterior a la guerra de los Seis Días.

PATRIMONIO EN DISPUTA


LOS PERÍODOS ARQUITECTÓNICOS DE JERUSALÉN

UN MOSAICO SAGRADO

PU DE DAMA

la se ultura la resurrección de Jesucristo. P ER N EVA

La Ciudad Vieja de Jerusalén ha devenido con el paso de los siglos en un

mosaico arquitectónico que refleja los estilos, credos y afanes de conquistadores

EZQUI AYMAR

del pasado. Los gobernantes que reconstruyeron o reconvirtieron estas estructuras desaparecieron hace tiempo, pero quedan los vestigios de sus

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ambiciones, tanto en la superficie como en el subsuelo de la bulliciosa metrópoli.

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Mansiones de la élite herodiana Los edificios decorados con ricos mosaicos revelan cómo vivía la población acomodada antes de que los romanos arrasasen la ciudad.

ESTRATEGIAS VARIABLES

A lo largo de milenios se han levantado y derruido múltiples fortificaci defensivas. Los musulmanes ay destruyeron las murallas en 121 facilitar la nueva toma de Jerus en caso de perderla de nuevo cruzados. Los baluartes de la é otomana rodean actualmente 100 hectáreas de la Ciudad Vie

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Hace mucho tiempo que la zona se divide en barrios cuyos límites y nombres son variables. El Barrio Cristiano, por ejemplo, se llamó en su día Barrio del Patriarca; las denominaciones actuales se popularizaron en el siglo XIX. En la Ciudad Vieja hay más de 34.000 vecinos empadronados (aunque puede haber varios miles más sin empadronar), la mayor parte de ellos en el Barrio Musulmán.

ALBERTO LUCAS LÓPEZ, MATTHEW W. CHWASTYK Y KAYA BERNE, NGM; PATRICIA HEALY; GURA BERGER. ARTE 3D: ARIEL ROLDÁN FUENTES: ARCHIVO RIWAQ, TERRITORIOS PALESTINOS (PERÍODOS ARQUITECTÓNICOS); JOE UZIEL, AAI; WENDY PULLAN, UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE (INGLATERRA); JODI MAGNESS, UNIVERSIDAD DE CAROLINA DEL NORTE EN CHAPEL HILL; INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN EN POLÍTICAS DE JERUSALÉN; ANUARIO ESTADÍSTICO DE JERUSALÉN; LABORATORIO DE SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA DE LA UNIVERSIDAD HEBREA DE JERUSALÉN; COLABORADORES DE OPENSTREETMAP, DISPONIBLE BAJO LICENCIA OPEN DATABASE LICENSE


LAS GENTES DE JERUSALÉN…

Y SUS ESTRUCTURAS

La amplitud de la barra muestra el máximo de la población estimada para ese período; la altura indica la duración.

El color naranja marca el punto de la cronología en que se consagraron o inauguraron edificios clave. POBLACIÓN

Jerusalén actual 34.000 habitantes en la Ciudad Vieja

Hoy 1967 Guerra de los Seis Días 1948 Declaración del Estado de Israel

Otomano 20.000

1917 Tropas bajo mando británico toman Jerusalén

1500 d.C. Mameluco 10.000

1543 MURALLAS OTOMANAS 1537 El sultán otomano Suleimán reconstruye la ciudad 1300 Los mamelucos de Egipto arrebatan el control a los mongoles

Cruzados y ayubíes 7.000

1187 Saladino conquista Jerusalén

1000 d.C.

1099 Los cruzados toman la ciudad

Islámico temprano 10.000 715 MEZQUITA AL-AQSA 691 CÚPULA DE LA ROCA 638 Conquista musulmana

Bizantino 15.000

500 d.C.

543 IGLESIA NEA

335 IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO

Romano 4.000 Aelia Capitolina Herodiano 30.000 Reino satélite de Roma

135 Plan urbano 70 d.C. Los romanos

saquean la ciudad

1 d.C.

Asmoneo 8.000

10 a.C. TEMPLO DE HERODES

Helenístico temprano 3.000 516 a.C. SEGUNDO TEMPLO

Persa 1.000 500 a.C. Babilonio 1.000

538 a.C. Ciro el Grande de Persia permite a los judíos regresar a Jerusalén 586 a.C. Conquista babilonia de Judea ca. 930 a.C. El reino israelita se divide en Israel y Judea

Edad del Hierro: período israelita 3.000 1000 a.C.

Edad del Bronce: período cananeo 700 habitantes

960 a.C. TEMPLO DE SALOMÓN ca. 1010-970 a.C. Reino del rey David; Jerusalén es conquistada y convertida en capital israelita


Una valla de fotografías cierra un antiguo aparcamiento en el que los arqueólogos desenterraron un sello de arcilla relacionado con el rey bíblico Josías, una prueba más, afirman algunos, de las antiguas raíces judías de Jerusalén. Hay palestinos que denuncian la utilización de la arqueología como arma de ocupación. HADAS PARUSH


de modo que el Ministerio de Religión emprendió tras la guerra de los Seis Días un proyecto que buscaba dejarlo a la vista en toda su longitud, tunelando en paralelo. Con 488 metros de largo, el muro está tapado por edificaciones posteriores en más de la mitad de su recorrido. Durante casi dos décadas las obras de tunelado se llevaron a cabo sin apenas supervisión arqueológica, y la pérdida de datos fue incalculable, dice el arqueó­ logo Dan Bahat, quien a base de protestas logró que las excavaciones se sometiesen a control arqueo­ lógico. Las obras también alimentaron las sospe­ chas de los musulmanes de que el verdadero objetivo de Israel era traspasar el muro y penetrar en la explanada sagrada. Una mañana de verano de 1981 se confirmaron las sospechas. La vigilancia del waqf se encontró con un prominente rabino echando abajo un muro de la época de las Cruzadas que sellaba una anti­ gua puerta subterránea bajo la explanada sagrada. El rabino estaba convencido de que el arca perdida se hallaba oculta bajo la Cúpula de la Roca, uno de los santuarios más antiguos y sacros del islam. Se produjo una escaramuza subterránea y el pri­ mer ministro israelí, Menájem Beguín, ordenó sin demora el sellado del portal antes de que el con­ flicto degenerase en una crisis internacional. Quince años después fueron los judíos israelíes quienes se indignaron. En 1996 el waqf tomó uno de los espacios subterráneos más impresionantes de Jerusalén, un enorme salón columnado bajo el extremo sudoriental de la explanada conocido como los Establos de Salomón, hasta entonces un almacén polvoriento, y lo convirtió en la gran mezquita Al­Marwani. Al cabo de tres años, la oficina del primer ministro del Gobierno de Israel concedió al waqf autorización para abrir una salida nueva con el propósito de garantizar la inte­ gridad de las masas de visitantes –ya que Israel controla la seguridad sobre la explanada–, pero sin informar siquiera a la AAI. La maquinaria pesada no tardó en abrir un boquete monumental sin que mediase supervisión arqueológica oficial. «Cuando nos enteramos y paralizamos la obra, ya se había causado un daño gravísimo», recuerda desde la AAI Jon Seligman, por entonces a cargo de la actividad arqueológica en Jerusalén. Nazmi al­Jubeh, historiador y arqueólogo palestino de la Universidad de Birzeit, discrepa: «No se des­ truyó nada. Yo estaba presente, supervisando la excavación para garantizar que no se atravesasen estratos arqueológicos. Cuando veía que se acer­ caban, gritaba Jalas!», ¡Basta! en árabe. 22

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Arafat Hamad contempla las ruinas de su cocina exterior, que según cuenta se derrumbó cuando unos arqueólogos israelíes abrieron un túnel por debajo de su casa. Hamad y sus vecinos palestinos denuncian daños cuantiosos, pero los constructores del túnel insisten en que el proyecto de ingeniería es seguro.

MUCHOS PALESTINOS CREEN QUE LAS EXCAVACIONES DE JERUSALÉN Y LAS TENTATIVAS DE DESALOJARLOS ESTÁN ÍNTIMAMENTE



La policía israelí retiró a posteriori las toneladas de suelo removido. En 2004 un proyecto de finan­ ciación privada emprendió la criba de aquella tierra, y ya se han recuperado más de medio millón de piezas arqueológicas. de invierno acudo al acceso de los túneles del Muro de las Lamenta­ ciones, justo a la salida de una plaza atestada de hombres vestidos y tocados de negro. En el inte­ rior hay un batiburrillo subterráneo de salas, ora­ torios y excavaciones arqueológicas. Más allá de una sinagoga de vidrio y acero, situada en vola­ dizo sobre una escuela religiosa islámica medie­ val, hay unas letrinas romanas y un pequeño teatro recién desenterrado –el primero que se localiza en la Jerusalén antigua–, construido durante el renacimiento que la ciudad experimentó en el siglo ii como Aelia Capitolina. Me reúno con Shlomit Weksler­Bdolah, arqueó­ loga de la AAI. «Venga, corra, que tengo que volver abajo», me dice, mientras desciende al trote por unas escaleras que huelen a madera recién serrada. En la húmeda cámara en la que desembocamos, tres jóvenes árabes maniobran como si tal cosa una piedra de dos toneladas suspendida de unas cadenas de hierro. Weksler­Bdolah explica que la están moviendo para que los turistas tengan acceso a lo que según ella fueron salas de banquetes cons­ truidas durante el reinado de Herodes el Grande. Según su investigación, el lujoso complejo se construyó en el siglo I a.C. para agasajar a los visi­ tantes eminentes. La arqueóloga se excusa cuando un ingeniero la reclama desde arriba. Sostienen una vehemente discusión a propósito de un enlu­ cido amarillo que el ingeniero quiere retirar para acomodar la escalera metálica por la que bajarán los turistas. «Este enlucido es de la era romana, y muy poco habitual», me explica ella. Así son los diálogos que reverberan a diario bajo las calles de Jerusalén: ¿qué se mantiene y qué se sacrifica? UNA LLUVIOSA MAÑANA

bajo el suelo de Jerusalén han subvertido antiguos axiomas y des­ calabrado preciados mitos. Muchos arqueólogos de hoy desestiman la visión bíblica de una ruti­ lante ciudad salomónica, capital de un vasto imperio. El famoso rey no aparece ni siquiera mencionado en ninguno de los hallazgos arqueo­ lógicos de la era. La Jerusalén primitiva era, más probablemente, una ciudadela fortificada de importancia menor. También se ha descartado que la llegada del islam en el siglo vii desalojase S I G LO Y M E D I O D E H A L L A ZG O S

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al cristianismo de la noche a la mañana, como durante mucho tiempo dio por cierto la historio­ grafía. Numerosas excavaciones dan fe de que apenas se produjeron cambios en la vida coti­ diana de los residentes cristianos. Lo que sí han aportado las excavaciones son sellos de arcilla con el nombre de cortesanos bíblicos, lo que aporta credibilidad a su existen­ cia. El trabajo arqueológico también refrenda la afirmación de la emperatriz Helena de que Jesús fue crucificado y enterrado en tierra que hoy queda en el interior de la iglesia del Santo Sepul­ cro. Y la arqueóloga Eilat Mazar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirma haber localizado nada menos que el palacio del rey David, el pri­ mer gobernante israelita de Jerusalén. Una tranquila mañana de sábado –el sabbat judío– salgo al encuentro de Mazar, que camina por el desierto parque Ciudad de David. En el extremo nororiental del estrecho promontorio ha exhumado un edificio de gruesos muros anexo a


En la mezquita Al-Marwani, los musulmanes aguardan el inicio de la oración del viernes. En 1999 se abrió con buldóceres un gran acceso nuevo; hay quien teme que la obra haya dañado los estratos históricos de la explanada sagrada. FAIZ ABU RMELEH

una impresionante estructura escalonada que refuerza la pendiente. Basándose en la cerámica hallada, Mazar cree que este edificio de piedra data de hacia el año 1000 a.C., fecha en que la tradición ubica la toma israelita de la Jerusalén jebusea. La arqueóloga me invita a descender por unos escalones hasta la pasarela metálica que sobre­ vuela su famosa excavación. Se asoma a la baran­ dilla y señala hacia los cascotes. «Esto era una ampliación del antiguo palacio cananeo, pero el edificio es nuevo. Hablamos de un rey con una visión, que levantó una obra magna con gran com­ petencia técnica». Para Mazar, ese rey no pudo ser sino David. «Todo encaja con el relato bíblico». Su hallazgo de 2005 saltó a los titulares de la prensa internacional, pero entre sus colegas im­ pera el escepticismo. Mazar basa el grueso de sus dataciones en la cerámica, sin recurrir a métodos más modernos como el radiocarbono, y muchos arqueólogos critican la lectura literal que hace de la Biblia. El propio cartel de la pasarela encierra

la identificación de este yacimiento entre signos de interrogación: «¿Ruinas del palacio del rey David?». «Yo me baso en hechos –responde con un deje de irritación en la voz cuando menciono las obje­ ciones de otros expertos–. Lo que crea o deje de creer la gente ya es otra cosa. Hay que darles tiem­ po para que acepten las novedades. Yo no puedo pararme». Mazar está impaciente por empezar a excavar algo más al norte, donde cree que se ocultan las ruinas del famoso palacio del hijo de David, Salo­ món. «Estoy segurísima de que está ahí –dice, con súbita vehemencia–. ¡Tenemos que excavarlo!». Está preparando la solicitud de autorización para excavar en la zona. No está claro si la AAI se la concederá. «Hoy en día necesitas datos sólidos para ponerte a excavar, no solo monedas o cerá­ mica, sino resultados obtenidos con técnicas físi­ cas y biológicas –dice Baruch desde la AAI–. Eilat Mazar no va en esa línea». JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C


Desde este mirador sobre la plaza del Muro de las Lamentaciones es imposible no reparar en la resplandeciente Cúpula de la Roca, santuario islámico del siglo vii. Las gafas de realidad virtual eliminan el santuario y muchas otras capas de la urbe para transportar a los turistas a la Jerusalén judía del siglo i. JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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del supuesto palacio de David, al otro lado de la calle, Yuval Gadot demuestra en qué consiste la «línea» en cuestión. Este afable arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv se opuso en su día a que los israelíes excavasen en este barrio de predominio palestino, pero no pudo negarse a la oportunidad de dirigir la mayor excavación nueva de la ciudad. Lo que fue un polvoriento aparcamiento es hoy una inmensa fosa a cielo abierto donde están presentes buena parte de los últimos 2.600 años de historia de la ciudad, desde talleres de la primera época islámica y una villa romana hasta impresionantes edificios de la Edad del Hierro anteriores a la destrucción babilonia de 586 a.C. Gran parte del trabajo se desarrolla en laboratorios externos, donde unos especialistas lo analizan todo, desde parásitos milenarios de pozos negros islámicos hasta la intrincada orfe­ brería del período griego. La excavación se abrirá pronto al público, bajo un nuevo gran centro de interpretación diseñado para acoger las crecientes hordas de turistas. Gadot, Mazar y Uziel han contribuido a transfor­ mar este plácido barrio árabe en una de las atrac­ ciones más populares de Israel, en una ciudad que a su vez se cuenta entre los destinos turísticos de crecimiento más acelerado del planeta. Por la noche, sus yacimientos arqueológicos se convier­ ten en telones de fondo de espectáculos láser. «Aquí comenzó, y aquí continúa –atruena la voz del narrador entre luces de colores y música ensordecedora–. ¡El retorno a Sion!». Tras este proyecto está la Fundación Ciudad de David. Creada por el excomandante del Ejército israelí David Be’eri en la década de 1980 para esta­ blecer una potente presencia judía, ha financiado el grueso de las labores arqueológicas desarrolla­ das recientemente en la zona. Además de contar con las pingües aportaciones de donantes extran­ jeros e israelíes, el colectivo goza de excelentes contactos políticos. En una espléndida ceremonia celebrada el pasado mes de junio, el embajador estadounidense David Friedman blandió un mazo para quebrar un muro, inaugurando así el primer tramo del túnel de Uziel. «He aquí la verdad», dijo de la avenida milenaria. El enviado de la Casa Blanca para Oriente Próximo tachó de «ridículas» las críticas palestinas al acto. Cuando me veo con el vicepresidente de la fun­ dación, Doron Spielman, constato que su opti­ mismo es evidente: «Si los próximos 10 años son como los 10 últimos, este será el corazón arqueo­ lógico del planeta. La gente siente fascinación por J U STO E N F R E N T E

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

UN ANTIGUO APARCAMIENTO ES HOY UNA INMENSA FOSA A CIELO ABIERTO CON 2.600 AÑOS DE HISTORIA: TALLERES DE LA PRIMERA ÉPOCA ISLÁMICA, UNA VILLA ROMANA Y EDIFICIOS DE LA EDAD


un pueblo con miles de años de historia. Esto no es como un yacimiento acadio. Los que estaban aquí al principio continúan aquí». En su opinión, es algo que beneficia a todos. «La gente compra los helados y refrescos en las tiendas de los árabes –apunta–. Y hay una impor­ tante presencia de seguridad que beneficia tanto a árabes como a judíos». También ve con opti­ mismo el impacto sobre la vecindad judía, que hoy supone en torno al 10 % de la población urbana y reside mayoritariamente en urbaniza­ ciones cerradas, vigiladas por guardas armados. «Esto se verá como ejemplo de coexistencia. La gente convivirá en el interior de un yacimiento arqueológico activo rebosante de oportunidades». Abd Yusuf, un corpulento tendero del barrio. «¡Para el negocio es una ruina! –me dice, sentado en medio de su stock de recuerdos de Jerusalén–. Antes teníamos muchísimos turistas, pero ahora no viene nadie. Se los llevan a todos a sus tiendas», añade, refiriéndose a las concesiones de la Ciudad de David. A continuación señala las grietas de su muro. «He tenido que cambiar la puerta tres veces porque el suelo se me mueve». Calle arriba hago una visita a Sahar Abbasi, una profesora de inglés que también trabaja como sub­ directora del Centro de Información Wadi Hilweh, una organización palestina con sede en un mo­ desto local comercial. «Las excavaciones plantean muchos problemas –dice–. Están dañando y des­ truyendo nuestros hogares». Calcula que se han visto afectadas 40 viviendas, la mitad de ellas con deterioros graves, y cinco familias han sido desa­ lojadas de viviendas consideradas inseguras. «Si no pueden controlarnos desde arriba, em­ piezan a controlarnos desde abajo», añade. Una mañana, saliendo de un callejón por debajo del cual discurre el túnel de Uziel, Arafat Hamad, barbero retirado, me hace pasar a su patio de limo­ neros. «Levanté esta casa en 1964 con sus buenos cimientos de hormigón, pero mire lo que ha venido pasando estos dos últimos años», dice, señalando las grandes grietas que ascienden desde el suelo hasta las ventanas del primer piso. Luego me mues­ tra un montón de escombros. «El pasado mes de agosto estábamos una noche sentados en el por­ che cuando, de repente, la casa empezó a temblar –recuerda–. Los oíamos trabajar por debajo de nosotros con maquinaria pesada. Si tocabas el suelo con la mano, notabas las vibraciones. Sali­ mos corriendo y nos metimos en casa de los veci­ nos. Justo entonces oímos un estruendo, y vimos N O LO V E A S Í

que se levantaba una nube de polvo donde tenía­ mos la cocina exterior». Al otro lado de la calle, la vecina de Hamad, una anciana llamada Miriam Bashir, se aviene a mos­ trarme el daño que han sufrido los tabiques de su vivienda. «Empezaron a abrirse grietas hace tres años, pero en el último año y medio se hicieron más visibles», me explica. Cuando me despido de ella, sonríe por primera vez. «Me gustaría que cuente usted nuestra historia con franqueza y cla­ ridad. Los que vivimos aquí somos gente de paz y pensamos quedarnos pese a los desperfectos». En nuestra conversación anterior, Spielman había restado importancia a las inquietudes de los vecinos árabes. «Sí, estamos trabajando debajo de viviendas habitadas, cosa que no tiene por qué generar ningún problema si existe un buen pro­ yecto de ingeniería, como de hecho existe». Tres días después de mi visita a los vecinos palestinos, Spielman me remitió un gélido correo electrónico advirtiéndome de que no diera pábulo a «las afirmaciones de grupos de interés antiisrae­ líes guiados por motivaciones políticas». Solici­ taba que le hiciese llegar por escrito los detalles de cualesquiera «aseveraciones viles» antes de publicar nada. Mis reiterados intentos de volver a entrevistarme con él recibieron el silencio por respuesta. Desde la waqf, Yusuf Natsheh no se muestra tan renuente. En su opinión, las excava­ ciones y las tentativas de desalojar a los palestinos están íntimamente relacionadas. «La arqueología no debería ser un instrumento para justificar la ocupación», afirma. Lo que yace bajo Jerusalén pone de manifiesto que la historia de la ciudad es demasiado rica y complicada para sintetizarse en un relato único, sea judío, cristiano o musulmán. Helena no logró expurgar su pasado pagano, de igual manera que los romanos no consiguieron aniquilar la rebelde capital judía y los musulmanes fracasaron en el intento de eliminar todo vestigio de la odiada ocu­ pación cruzada. Al margen de quién domine este lugar archidisputado, los vestigios del pasado emergerán irremisiblemente, oponiéndose a cual­ quier narración confeccionada a medida de mio­ pes agendas religiosas o políticas. «Todos los gobernantes de Jerusalén han hecho lo mismo: levantar una torre y plantar su bandera –dice Weksler­Bdolah, adoptando la visión histó­ rica que exige este lugar tan venerable como vio­ lento–. Pero pienso que la ciudad siempre es más fuerte que quienes tratan de controlarla. Nadie puede borrar por completo lo que ocurrió». j JERUSALÉN SUBTERRÁNEA

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L O S ú LT I M O S LU GA R E S S A LVA J E S

Reserva de Ennedi CHAD

En pleno Sahara nororiental, las imponentes torres de arenisca de la meseta de Ennedi dan amparo a abrevaderos, vegetación de oasis, fauna asediada y antiguos petroglifos grabados en las paredes de los cañones. El grupo conservacionista African Parks (AP) se ha hecho cargo de la gestión de la Reserva Natural y Cultural de Ennedi en colaboración con el Gobierno de Chad.


P o r D AV I D Q U A M M E N Fotografíaws de BREN T STIRTON

SALVAR LOS PARQUES DE ÁFRICA PA R A P ROT E G E R L A E M B L E M ÁT I C A FAU N A A F R I C A N A D E L A C A Z A F U RT I VA Y OT R A S A M E N A Z A S H UM A N A S , U N G RU P O C O N S E RVAC I O N I S TA T R ATA LO S PA RQ U E S D E G R A DA D O S C OMO SI FUESEN NEGOCIOS AL BORDE DE LA QUIEBRA QUE REQUIEREN U N A N U E VA G E S T I Ó N . Y L A E S T R AT E G I A F U N C I O N A . 31



LO S ú LT I M O S LU GA R E S SA LVAJ E S

African Parks es socio conservacionista de la iniciativa Los Últimos Lugares Salvajes, de National Geographic Society.

Parque Nacional de Garamba REPúBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (RDC)

En una región asolada por la guerra, Garamba atrae a los rebeldes deseosos de cazar elefantes ilegalmente, porque con el marfil se financian la munición. Un guarda –parte de un cuerpo adiestrado y pertrechado por AP– custodia estos colmillos recuperados.

La sede del Parque Nacional de Zakouma, en el sudeste de Chad, es una estructura de color arena cuyos muros almenados le dan un aire de antigua ciudadela del desierto. En la puerta que da acceso a la sala de control hay un cartel con un Kalásh­ nikov tachado dentro de un círculo rojo: prohibido acceder con armas. Los Kaláshnikov son comunes en Zakouma. Todos los guardas llevan uno. Tam­ bién los intrusos que vienen a matar animales. Las acacias dan sombra al recinto, los Land Cruisers van y vienen, y a unos pasos de distancia unos elefantes beben de una charca. Aunque pa­ rezcan relajados, tan cerca del bullicio de la sede, no están domesticados; tienen miedo, pero tam­ bién sed. Zakouma, parque nacional desde 1963, ha sido en más de una ocasión una auténtica zona de guerra para los elefantes. Hace 50 años quizás hubiera hasta 300.000 ejemplares en todo Chad, pero desde mediados de los años ochenta la cifra S A LVA R L O S P A R Q U E S D E Á F R I C A

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Parque Nacional de Zakouma CHAD

Este parque, una región de hierba y acacias del sudeste de Chad, perdió más del 90 % de sus elefantes en la primera década de este siglo, casi todos ellos a manos de bandidos montados (los yanyauid) procedentes de Sudán. AP se puso al frente de la gestión en 2010 y ahora los elefantes tienen suficiente seguridad para dispersarse por un territorio más amplio y procrear en abundancia.


Parque Nacional de Zakouma CHAD

Los ejercicios de fuego y avance con munición real forman parte del entrenamiento que siguen los guardas de Zakouma, y también los de Garamba (en la República Democrática del Congo) y otras zonas gestionadas por African Parks. El director general, Peter Fearnhead, niega que AP sea «una organización ultramilitarizada», pero afirma que aplica la ley con un rigor «total y absoluto».



sufrió un desplome catastrófico debido a la matanza indiscriminada llevada a cabo por furtivos armados hasta los dientes, hasta que Zakouma se convirtió en un incierto refugio para la mayor parte de los supervivientes, unos 4.000 elefantes. Y entonces, en la primera década de este siglo, más del 90 % de la población de elefantes de Zakouma pereció en las carnicerías perpetradas mayoritariamente por jinetes sudaneses que penetraban desde el este en saqueos paramilitares a la caza de marfil. (Véase «La guerra del marfil: los últimos elefantes de Chad», National Geographic, marzo de 2007). Se los conoce por el nombre de yanyauid, palabra árabe que podría traducirse como «diablos a caballo», aunque también los hay que montan camellos. Proceden de grupos árabes nómadas, expertísimos jinetes que, armados y apoyados en su día por el Gobierno sudanés, devinieron primero en mortíferas fuerzas de asalto durante el conflicto de Darfur y después en bandidos por cuenta propia hambrientos de marfil. Por un momento, pareció inevitable que masacraran a todos los elefantes de Chad. Pero en 2010, cuando el Gobierno chadiano invitó a una organización privada llamada African Parks (AP) a ponerse al frente de la gestión de Zakouma, aquella tendencia se frenó en seco. Fundada en el año 2000 por un pequeño grupo de conservacionistas preocupados por la imparable sangría de la fauna del continente, la organización sin ánimo de lucro AP firma contratos con las Administraciones públicas para restaurar y gestionar parques naturales, con la condición de que se le permita ejercer el control absoluto sobre el terreno. En la actualidad AP gestiona 15 parques en nueve países, en los que inyecta financiación externa, prácticas empresariales eficientes y un respeto absoluto a la legislación vigente en algunos de los paisajes naturales más hostigados de África. En Zakouma se cumple a rajatabla la ley gracias a la labor de más de un centenar de guardas, hombres en su mayoría aunque también hay mujeres, tan bien entrenados como perfectamente armados, cuyo despliegue responde a sofisticados criterios de coordinación estratégica. Leon Lamprecht, sudafricano criado en el Parque Nacional Kruger, donde su padre trabajaba como guarda, es el director de AP para el parque de Zakouma.

Este artículo ha recibido el apoyo de la Wyss Campaign for Nature, que colabora con National Geographic Society y otras entidades de todo el mundo para que en el año 2030 el 30 % del planeta esté protegido. 38

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

«No somos una organización militar –afirmó Lamprecht mientras me mostraba las armas y la munición del arsenal, un cobertizo cerrado con llave en la planta baja del edificio–. Somos un colectivo conservacionista que forma a sus guardas para que desarrollen funciones paramilitares». Peter Fearnhead, cofundador y director general de African Parks, rechazó de plano la idea de que su organización está altamente militarizada. Pero en la conversación telefónica que mantuvimos sí subrayó cuán necesario es contar con unas fuerzas de seguridad debidamente armadas en los parques, por el bien no solo de la fauna, sino también de los habitantes de las poblaciones vecinas, que de otro modo vivirían a merced de las violaciones, pillajes y saqueos de la siguiente oleada de los diablos a caballo. «Reconocen que el parque les aporta estabilidad, seguridad y protección», dijo. Lamprecht dibujó un esquema piramidal para explicarme cómo concibe AP los niveles de actuación. La base de la pirámide es el cumplimiento de la ley, la infraestructura, un plantel sólido: «integridad de área». Una vez sentada la base, se avanza hacia arriba: desarrollo comunitario para la población local, turismo e investigación ecológica. de este proyecto es la sala de control central, donde se analizan datos actualizados acerca del paradero de los elefantes y de cualquier actividad humana problemática –un campamento de pescadores furtivos, un tiroteo, un centenar de jinetes armados que galopan hacia el parque– para decidir el despliegue de los guardas. La información procede de fuentes diversas: vuelos de reconocimiento, patrullas a pie, los collares GPS de los elefantes y los radiocomunicadores entregados a informantes de confianza de las poblaciones circundantes. La reunión de planificación del día empieza a las 6 de la mañana. Hay una mesa con dos pantallas de ordenador y, en la pared, un gran mapa punteado con alfileres. El día de mi visita dirigía la reunión –en francés– Tadio Hadj-Baguila, un imponente chadiano con turbante y uniforme de camuflaje, jefe de seguridad del parque. Lamprecht me explicó que los alfileres negros del mapa representan elefantes. Los verdes, patrullas regulares –las llamadas unidades Mamba–, seis guardas por patrulla, que se mueven por el parque en rotaciones de cinco días de duración. Su rumbo viene dictado por el de los elefantes, a quienes las Mamba siguen con discreción cual ángeles de la guarda. E L C E N T RO N E U R Á LG I C O


UNA ALIANZA INNOVADORA

El grupo conservacionista African Parks (AP) adopta un planteamiento innovador para rescatar los espacios naturales de África asediados por la guerra, la caza furtiva y otras amenazas. Se compromete a aportar todos los recursos necesarios para rehabilitar un parque, restaurar su fauna y apoyar a las comunidades circundantes, pero el Estado, que sigue siendo propietario del parque, debe cederle el control absoluto sobre la gestión.

RESERVA NATURAL Y CULTURAL DE ENNEDI

Á C PARQUE NACIONAL B KI A DE PENDJARI FA A O

RESERVA DE FAUNA DE SINIAKA MINIA

NIGERIA

Área protegida gestionada ONG African Parks

DAR FU R

DÁN L SUR

Por Cotonou

Fundada en el año 2000, AP gestiona 15 parques en nueve países, que en total suman más de 105.000 kilómetros cuadrados.

SUDÁN

. N. DE AKOUMA

N

Á F R I C A

ntes de conflicto o denunciados –2018) 0 km m

300

i C n

PAQUE NACIONAL DE ODZALA-KOKOUA

PA NACI DE GAR

GANDA

CO GO O

. N. UA U N

KAGERA

azz vi v e vil K n asaa LAS CIFRAS D E L É X I TO

Rinocerontes introducidos en Akagera desde 2017, cinco procedentes de zoos europeos.

Elefante es rre e cado dos des e M y Li e para p r h kota.

Elefantes cazados ilegalmente en Zakouma en el período 2010-2018 frente a los 4.000 de 2002-2010.

Trampa pa retiradas de w e en 2018, parte te de las 36.000 retiradas a desde 2015.

Jirafas de Kordofán en peligro crítico residentes en Garamba frente a las 22 que había en 2012.

Kilómetros cuadrados liberados de amenazas tales como los pastores armados de Chinko.

HUMEDALES DE BANGWEULU

P. N. DE LA LLANURA DE LIUWA u a

A RESERVA DE VIDA SALVAJE DE NKHOTAKOTA we RESERVA FORESTAL DE MANGOCHI P. N. DE LIWONDE

MBIA RESERVA DE VIDA SALVAJE DE MAJETE O

M MBIQUE PARQUE NACIONAL DEL ARCHIPIÉLAGO DE BAZARUTO

Maputo RYAN MORRIS, NGM FUENTES: AFRICAN PARKS; PROYECTO DE LOCALIZACIÓN Y DATOS DE CONFLICTOS ARMADOS (ACLED)

R LO S PA RQ U E S D E Á F R I C A

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Parque Nacional de Pendjari BENÍN

En una zona de transición de usos múltiples contigua a Pendjari, la población local puede pescar en este lago somero una o dos veces al año. Los vecinos también cultivan algodón, recogen leña y fabrican carbón en la zona de transición. Los gestores del parque trabajan con las asociaciones comunitarias –incentivando el cultivo de algodón orgánico, por ejemplo– para limitar el impacto.


Parque Nacional de Pendjari BENÍN

Los últimos leones de África occidental pertenecen a una subpoblación en peligro crítico, y este macho joven es uno de los cerca de un centenar que vive en Pendjari. El parque, en la frontera norte de Benín, contribuye a anclar un sistema de parques de tres países distintos que la Unesco denomina Complejo W-Arly-Pendjari. Es una isla relativamente amplia de esperanza para la fauna de África occidental.

Y esto, dijo Lamprecht señalando un alfiler rojo y blanco retirado del mapa, representa una uni­ dad Phantom (unidad Fantasma): dos guardas en misión de reconocimiento de largo alcance. Son misiones tan confidenciales que ni los operadores de radio saben dónde se encuentran; solo Lam­ precht y Hadj­Baguila manejan esa información. Los datos se recogen a diario, mañana y tarde. «Jugamos al ajedrez dos veces al día», dijo Lam­ precht. En el tablero están los yanyauid y cualquier otro furtivo que ose tentar las lindes de Zakouma. Por encima de los mapas, casi tocando el techo, cuelga una serie de placas que conmemora las bajas –pocas, pero muy lamentadas– ocurridas desde que AP se puso al frente del parque. Incidente. 24 de octubre de 2010. PN Zakouma. 7 elefantes, recuerda una. Otra: 19 de diciembre de 2010. PN Zakouma. 42

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4 elefantes. Son como campanas tocando en señal de duelo. En medio de la hilera, una placa distinta, aunque igual de sucinta: Incidente. 3 de septiembre de 2012. Heban. 6 guardas. La emboscada asesina que tendieron los furtivos a media docena de guar­ das en una colina llamada Heban es un recuerdo aciago dentro de la cultura de Zakouma y un aci­ cate permanente para no descuidar la vigilancia. Pese a esas bajas, AP ha contenido la hemorra­ gia de sangre de elefante. Desde 2010 solo se han matado 24 ejemplares y no se ha perdido ni un ápice de marfil. Los yanyauid han sido repelidos, al menos de momento, hacia objetivos más fáciles de otras áreas. Y los elefantes de Zakouma, tras décadas de caos y terror, han vuelto a criar. Su po­ blación incluye ahora unas 150 crías, señal de salud y esperanza.


violenta persiste en Zakouma, pero la situación es más grave aún en el Parque Nacional de Garamba, en el extremo nororiental de la República Democrática del Congo (RDC), que recibe amenazas y ataques por doquier. AP gestiona Garamba desde 2005 en el marco de un contrato de colaboración con el Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza (ICCN) de la RDC. El paisaje de este parque es un mosaico de sabana, matorral seco y bosque, hogar de la población de elefantes más numerosa de la RDC, además de jirafas de Kordofán (subespecie en peligro crítico), alcelafos, leones, hipopótamos, kobs y otras especies de fauna salvaje. Es el cora­ zón de un ecosistema que abarca tres reservas de caza colindantes, en las que se permite cierto grado de uso por parte de la población autóctona. LA AMENAZA DE UNA INCURSIÓN

Su historia está plagada de conflicto bélico y caza furtiva militarizada. Su rinoceronte blanco del norte (otra subespecie en peligro crítico) se halla al borde de la extinción por culpa de la caza; solo quedan dos hembras en cautividad. Garamba comparte 261 kilómetros de frontera con Sudán del Sur, un país convulso que en los albores de este siglo se independizó de Sudán y a continuación se vio sumido en un caos de luchas de poder y guerra civil. Garamba tampoco está lejos de otras zonas problemáticas de Uganda y la República Centroafricana. Su ubicación, sus densas áreas boscosas y su marfil han hecho de este parque una encrucijada, un imán y, a veces, un campo de bata­ lla de ejércitos rebeldes y otros peligrosos intrusos por espacio de más de dos décadas. A principios de 2009, por ejemplo, el Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés) –un grupo rebelde del norte de Uganda con tintes de secta religiosa, famoso por raptar niños para usarlos como soldados infantiles y esclavos sexuales y encabezado por el fanático Joseph Kony– salió de su madriguera, en el oeste del eco­ sistema de Garamba, y atacó una aldea próxima a la sede central del parque. Incendió un gran número de edificios y robó una importante can­ tidad del marfil almacenado. Los guardas del parque se resistieron; mataron a varios rebeldes del LRA y sufrieron 15 bajas pro­ pias. Unos años después, un millar de rebeldes en retirada de la guerra de Sudán del Sur irrumpieron por la frontera. Tras el último gran ataque del LRA, el director general del ICCN, Cosma Wilun­ gula Balongelwa, sintió una honda preocupación. «Casi había perdido la esperanza de que aquello fuese sostenible», me dijo en una de sus visitas al parque. Por entonces, en el momento más crítico, Balongelwa llegó a preguntar a Peter Fearnhead si AP se planteaba salir corriendo. «Peter me lo dejó claro: “No, no abandonaremos Garamba”». Naftali Honig, ex investigador de delitos contra la fauna y flora silvestres (y Fellow de National Geographic) con siete años de experiencia parando los pies a furtivos en otras zonas de África central, dirige hoy la división de investigación y desarrollo de Garamba, entre cuyas labores están la obten­ ción de información, la gestión de especies y hábi­ tats y las operaciones tecnológicas. Garamba ha recibido ayuda de National Geographic y otras organizaciones para desarrollar nuevas herra­ mientas de vigilancia, como sensores acústicos capaces de discriminar entre un disparo en el cora­ zón del parque o la rotura de la rama de un árbol. S A LVA R L O S P A R Q U E S D E Á F R I C A

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Parque Nacional de Garamba RDC

Un helicóptero de AP desplegó a estos guardas del Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza (ICCN) para que combatiesen a los furtivos de elefantes. No fue un ejercicio de entrenamiento: dos furtivos murieron y un guarda resultó herido en el tiroteo que se produjo. No hubo bajas entre los elefantes. AP trabaja con el ICCN, la autoridad nacional sobre áreas protegidas, para defender Garamba.


Parque Nacional de Garamba RDC

Las vastas zonas de bosque y sabana de Garamba son tan llanas que una suave prominencia llamada monte Bagunda hace de atalaya para los guardas. Acampado al pie de una torre de comunicaciones, un equipo puede vigilar incendios, patrullar en busca de cazadores furtivos y transmitir información puntual a la base.

«African Parks ha propiciado que Garamba dé pasos experimentales», explicó Honig, porque es un parque enorme que se enfrenta a amenazas externas gravísimas. Pero las clásicas patrullas a pie de parque siguen siendo el arma más potente a la hora de imponer la ley. Un asesor británico llamado Lee Elliott me ilustró sobre el proceso de formación. Tras 24 años de carrera militar, Elliott se integró en AP. Cuando llegó a Garamba en 2016, la disciplina y la organi­ zación de los guardas dejaban mucho que desear. «Aquí hay buena gente. Solo hay que fomentarla». Distinguió de entre todos a Pascal Adrio Anguezi, el jefe de seguridad. «De no ser por Pascal, lo ten­ dríamos mucho más crudo», dijo Elliott. En el campo de entrenamiento nos encontra­ mos con ocho guardas exhaustos que acaban de 46

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terminar un exigentísimo ejercicio de 48 horas de duración. Ayer, instrucción todo el día; anoche, entrenamiento físico y pocas horas de sueño; esta mañana, correr, y ahora estaban haciendo manio­ bras de fuego y avance en equipos de cuatro: dos hombres disparando sin parar para dar cobertura y los otros dos, incursionando a la carrera. Al final de cada carga, el equipo acribillaba una diana con forma de torso clavada en un árbol. El objetivo, explicó Elliott, era comprobar quién conservaba las agallas y la disciplina pese al agotamiento. me acoplé a una misión de monitorización con Achille Diodio, el joven res­ ponsable de seguir la pista a las 55 jirafas de Kor­ dofán que viven en Garamba. Al poco de entrar en su hábitat –sabana abierta moteada de acacias y DE BUENA MAÑANA


dedicó el primer año a aprender el idioma. Por si hablar lingala, swahili, francés, inglés y un poco de kikingo no fuese suficiente, Diodio se puso con el mandarín. Cuatro años después, con un máster por una buena universidad China y una tesis sobre los elefantes congoleños, se unió a AP en calidad de voluntario. Y a la organización le faltó tiempo para ofrecerle un empleo. Varios mandos intermedios de AP coincidieron en mencionarme lo que consideran una necesidad urgente: formar y promocionar a jóvenes africa­ nos negros para que ocupen puestos de liderazgo. Expresado sin ambages: AP necesita más caras de piel negra en lo alto del organigrama. Fearnhead admitió esta necesidad y apuntó que se trata de un problema general del conservacionismo afri­ cano, tanto tiempo dominado por el Estado. Cierto es que las organizaciones sin ánimo de lucro –AP entre ellas– tampoco han hecho dema­ siado por formar a los africanos en materia de gestión y biología de la conservación. «Tenemos que invertir más en ese sentido», añadió Fearn­ head. Los jóvenes y brillantes congoleños intere­ sados en la ecología, como Diodio, no deberían verse obligados a viajar al otro lado del planeta y estudiar en mandarín. paramilitar de sus guardas plantea a AP otro tema delicado: garantizar que una fuerza armada hasta los dientes rinda cuentas de sus actos en todo momento. WWF, otra impor­ tante organización de conservación, fue criticada a principios de este año cuando se la acusó de haber financiado unidades antifurtivismo en Asia y África que supuestamente violaron los derechos humanos de los presuntos cazadores ilegales. WWF ha encargado una investigación indepen­ diente; el órgano inspector (encabezado por la jueza Navi Pillay, que fue Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU) todavía no ha emitido su dictamen. ¿En qué se diferencia AP? «En nuestro modelo, nosotros somos responsables de lo que hagan los guardas. Son nuestro equipo», me dijo Markéta Antonínová, una checa formada en Praga que tra­ bajó en AP más de diez años. En los últimos tiem­ pos, Antonínová fue la supervisora de proyectos especiales en el Parque Nacional de Pendjari, en el norte de Benín, y entre sus responsabilidades estaba tanto la imposición de la ley como la inves­ tigación. A diferencia de WWF, me dijo, AP tiene en nómina a los guardas y se hace responsable de cualquier acción llevada a cabo por ellos. EL MARCADO TENOR

otros árboles–, Diodio avistó una cabeza sobre un larguísimo cuello que asomaba por encima de los matorrales a nuestra derecha. Consultando la car­ peta de fotos identificativas, confirmó que se tra­ taba de GIR37F, una hembra adulta, avistada por primera vez cuatro años antes. Se le había implan­ tado un transmisor, pero hacía mucho tiempo que ya no funcionaba, y Diodio estaba feliz de verla, viva y aparentemente en buen estado. Diodio es el tipo de talento joven y emergente que necesita AP. Es congoleño, nacido y criado en una pequeña población cerca de Garamba, y tuvo la fortuna de pertenecer a una familia que pudo pagarle los estudios secundarios en una ciudad más grande, y después en la Universidad de Kisan­ gani. Con una beca para cursar estudios de pos­ grado en China, puso rumbo a Harbin, donde

S A LVA R L O S P A R Q U E S D E Á F R I C A

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Reserva de Vida Salvaje de Majete MALAWI

Unos escolares hacen una pausa a orillas del río durante su visita a Majete, parte de una iniciativa con la que AP anima a los vecinos de la zona a disfrutar del parque. El furtivismo y la criminalidad devastaron Majete hasta que AP asumió la gestión en 2003. Se han reintroducido con éxito rinocerontes negros, elefantes, leones, leopardos, impalas y otras especies. El turismo está al alza; la mitad de los visitantes son malauíes.



Reserva de Vida Salvaje de Majete MALAWI

Bailarines de Tsekera, una aldea próxima a Majete, interpretan la Gule Wamkulu (Gran Danza) para invocar a los espíritus ancestrales, que según la creencia local habitan en aves y otros animales, para que traigan lluvias o apacigüen conflictos. Esta danza se representa para los turistas que acuden al parque y reporta ingresos a las comunidades. Majete, antes sin fauna salvaje y económicamente muerto, vive una nueva prosperidad.

Pendjari es el último gran refugio para elefantes y leones de África occidental. Forma parte de un complejo transfronterizo que engloba parques ad­ yacentes de Burkina Faso y Níger. El área protegida de Pendjari (al igual que el ecosistema de Garamba) tiene zonas de transición a lo largo de los límites sur y este donde la caza está permitida para la población autóctona. También es una de las últimas incor­ poraciones a la lista de áreas gestionadas por AP, firmada en 2017 con un contrato por 10 años y una colaboración por valor de 23 millones de dólares con el Gobierno de Benín, la Fundación Wyss y Natio­ nal Geographic Society. Si Zakouma es por ahora un caso de éxito y Garamba, un formidable proyec­ to en marcha, Pendjari es la start-up prometedora. Antonínová y su pareja, un canadiense llamado James Terjanian, llegaron a Pendjari al poco de 50

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

firmarse el contrato de AP; él como director del parque y ella, como una especie de codirectora, hasta que tener familia los obligó a trasladarse. Como siempre, fomentar la capacidad de aplicar la ley era un imperativo tan complejo como urgente. De los apenas 15 guardas mal adiestrados de los inicios, las fuerzas de Pendjari han pasado a ser un centenar de guardas perfectamente entrenados. Antonínová estaba en Zakouma cuando en 2012 murieron los guardas de Heban, y en Garamba cuando el LRA incendió la población próxima a la central del parque en 2009. Pendjari presenta otro tipo de retos. Aquí no hay jinetes armados que entren a robar marfil, apunté. Ni ejércitos que sa­ queen aldeas a su paso. «No –dijo ella–. Por ahora». Antes de 2017, me explicó Antonínová, «Pendjari funcionaba a base de desconfianza y conflicto».


AP firmó el contrato por el cual asumía la plena autoridad gestora al tiempo que intentaba traba­ jar en cooperación con todas las partes, por el bien de la fauna, el paisaje y la población humana. «Es lo que hay», dijo. Es el modelo de African Parks. O confías en nosotros, recalcó, o no confías. al término de la estación seca, el Parque Nacional de Garamba celebra el Día de los Guardas, un festival de exhibición marcial y reconocimiento de quienes cargan con el Kalásh­ nikov y con la responsabilidad de defender la fauna, la ley y el orden en el parque. Este año el gran día amaneció cálido y despejado. Nos reuni­ mos en la plaza de armas hacia el mediodía. Mien­ tras dignatarios y visitantes tomaban asiento bajo la carpa, con un centenar de guardas formando U N A V E Z A L A Ñ O,

en posición de descanso, Anguezi se plantó ante nosotros. Él sería el maestro de ceremonias. A las 11.25 ordenó atención a la tropa. Entró desfilando la bandera congoleña portada por una brigada de soldados del Ejército regular seguida de una banda. Un general del Ejército pasó revista a los guardas del parque, con Anguezi a su lado. A esa hora hacía tanto calor que agradecíamos los ventiladores eléctricos instalados en la galería. Luego comenzaron los discursos. John Barrett, director general de Garamba, pro­ nunció unas breves palabras en francés para ren­ dir reconocimiento a la tropa, tanto la presente como la ausente: «Diecinueve guardas han muerto en acto de servicio. Hoy lloramos su pérdida». John Scanlon, enviado especial de AP, una es­ pecie de embajador global de la organización, habló del desarrollo sostenible de las comunida­ des vecinas y mencionó la importancia de conju­ gar la lucha antifurtivismo con el escrupuloso respeto de los derechos humanos. El director general del ICCN, Balongelwa, habló sobre la cola­ boración entre su Instituto y AP; al cabo de media hora de discurso, uno de los guardas se desmayó a causa del calor y fue sacado de la formación. Por fin se reanudó el desfile, dirigido por las tajantes órdenes de Anguezi: unidades a paso de instrucción, luego cuatro guardas femeninas, a continuación cinco guardas retirados, después 200 escolares de uniforme azul y blanco, y final­ mente de nuevo la banda, inasequible al desa­ liento. El broche de oro de la jornada lo puso una serie de animadas pruebas de tira y afloja que enfrentaron a guardas contra regulares del Ejér­ cito congoleño primero y guardas contra guardas después, ocho hombres en cada extremo de la gruesa cuerda, tirando en sentidos opuestos sobre el firme polvoriento. Elliott, el asesor británico, las organizaba con entusiasmo. Para entonces había comenzado a lloviznar. Los dignatarios partieron antes de que empezase a caer con fuerza. El tira y afloja continuó. La llo­ vizna pasó a ser un aguacero. El polvo se convirtió en un barro resbaladizo. Los guardas patinaban, se caían, se levantaban para seguir tirando, deján­ dose la piel para ganar un centímetro más de cuerda. Elliott, empapado y sucio, sonreía con orgullo al organizarlos para la siguiente partida. Y con esas, él y los demás –yo incluido– nos mon­ tamos en los Land Cruisers y nos fuimos a comer. Al marcharnos, los guardas se quedaron donde estaban, bregando animosos en condiciones difí­ ciles. Como siempre. j S A LVA R L O S P A R Q U E S D E Á F R I C A

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ADICTOS AL

PLÁSTICO N U E S T R A V I DA C OT I D I A N A E S TÁ D O M I N A DA P O R LO S O B J E TO S D E P L Á ST I C O, P R ÁC T I C O S Y D E S E C H A B L E S . S E PA C ÓMO P O D R Í A M O S D E S E N G A N C H A R N O S , P O R E L B I E N D E L P L A N E TA .

F O T O G R A F Í A S D E H A N N A H W H I TA K E R

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MILES DE MILLONES de cubiertos de plástico acaban en la basura cada año en nuestro planeta. ¿Cómo nos arreglábamos antes? ¿Podríamos volver a vivir sin ellos?


uno le preguntan qué tienen en común un pillo de dientes, un neumático, un cigarrillo y par de zapatos, es posible que en principio no iga. Pero si mira con atención, descubrirá que elen incorporar algún componente fabricado n ese material milagroso que es el plástico. Solo que ese material milagroso se ha conver­ o en un problema planetario. A veces porque presenta mezclado con otros materiales –inclu­ ndo otros plásticos, como en el caso del cal­ do–, lo cual dificulta o imposibilita el reciclaje. muchos lugares no existe la posibilidad de ciclar, incinerar o desechar en un vertedero, por hablar de la inmensa cantidad de basuras que ga a ríos y océanos. Y así, la mayoría de las veces, s objetos de plástico concluyen su brevísima da útil y entran en lo que con toda probabilidad rá un más allá secular convertidos en basura. Se arrojan a los ríos y llegan al mar. Se descom­ nen en partículas minúsculas llamadas micro­ ásticos. La fauna marina de todos los tamaños ingiere esas partículas. Los pedacitos se mezclan con la sal marina y acaban en nuestro estómago, con efectos inciertos. Al respirar inhalamos par­ tículas aún más pequeñas, los nanoplásticos: los científicos acaban de detectarlos en cumbres remo­ tas y hasta en el Ártico, adonde llegan arrastrados por el viento y mezclados con la lluvia y la nieve. El milagro se ha convertido en una pesadilla. El desafío es quedarnos con la parte milagrosa y despertar de la pesadilla. Los ecologistas llevan 50 años dando la respuesta: «Reducir, reutilizar, reciclar». Los negocios que venden productos o envases plásticos, sin embargo, tienen poco inte­ rés en fomentar la reducción y reutilización, y el reciclaje puede ser complicado y oneroso. Pero a estas alturas la contaminación plástica es un pro­ blema global, y tanto lo que nos jugamos como la concienciación del público es cada vez mayor. Todo apunta a que está produciéndose un cam­ bio cultural. Hemos empezado a preocuparnos por la basura plástica. Hay emprendedores creando alternativas para evitarla. Ya no es cuestión de demonizar unos objetos que se inventaron por una buena razón; ha llegado el momento de disfrutar de sus ventajas sin comernos los inconvenientes. Cada faceta de nuestra vida colonizada por el plástico plantea un reto distinto. Cada objeto tiene su historia. Le presentamos varias de ellas… y algunas soluciones. — LORI CU THBERT National Geographic Society, organización sin ánimo de lucro, ha ayudado a financiar este artículo. 54

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

1MILLÓN

de botellas de plástico son las que compramos cada minuto en todo el mundo. Sin embargo, las tasas de reciclaje no acaban de despegar.

¿Planeta o plástico? National Geographic se ha comprometido a reducir la contaminación plástica. Encontrará información sobre nuestras actividades sin ánimo de lucro en natgeo.org/plastics. Este artículo forma parte de ¿Planeta o plástico?, una iniciativa con la que queremos concienciar, a lo largo de varios años, sobre la crisis planetaria de la basura plástica. Descubra qué puede hacer usted para reducir el uso de plásticos desechables y comprométase también. Descubra más sobre el problema del plástico plorando los vídeos y tículos de ng.com.es/ aneta-o-plastico. REALIZACIÓN DE LAS FOTOS: HEATHER GREENE



24.200 MILLONES de pares de zapatos se fabricaron en todo el mundo en 2018. El calzado es difĂ­cil de reciclar, porque combina distintos tipos de plĂĄstico y otros materiales encolados y moldeados juntos.


140 MILLONES

de cepillos de dientes (tres por persona) acabarán en los cubos de basura de nuestro país solo este año. Existen alternativas biodegradables, pero los cepillos de plástico siguen siendo la norma.


BOTELLAS CUBIERTOS DESECHABLES DE PLÁSTICO DESDE LA D É C A DA D E

LO S C U B I E RTO S D E P L Á ST I C O

están por doquier. Al igual que ocurre con las pajitas, cada año se usan y se tiran 1 94 0 miles de millones de tene­ dores, cuchillos y cucharas de plástico. Y, como sucede con la mayoría del plástico, pueden tardar siglos en descomponerse de forma natural, tiempo de sobra para que estos objetos afilados y puntiagudos lleguen al mar. Los cubiertos desechables, casi siempre de poliestireno, se cuentan entre los objetos más mortíferos para tor­ tugas, aves y mamíferos marinos. Cuando los cubiertos de plástico entra­ ron en escena en plena Segunda Guerra Mundial, se consideraban tan reutilizables como los metálicos a los que reemplazaban: un lavado y listos para el siguiente uso. Pero el plástico es mucho más barato, y al desa­ parecer la mentalidad de austeridad pro­ pia de la guerra, se perdió la querencia por reutilizar las cosas. Hoy los cubiertos apa­ recen en el séptimo puesto de la lista de objetos plásticos que más se recogen de las playas. (Envoltorios de alimentos, tapo­ nes de botella y recipientes de bebidas son los primeros con gran diferencia). Varias empresas fabrican ya cubiertos con materiales alternativos, como madera de abedul o de bambú, dos especies de cre­ cimiento rápido, o con excedentes de made­ ra. En Francia, donde se hace mucho pícnic, los cubiertos de plástico estarán prohibi­ dos a partir de 2020. — TIK RO OT C Ó M O AY U D A R

1. Lleve encima cubiertos reutilizables. 2. Si usa cubiertos desechables, asegúrese de que son biodegradables o compostables. 3. Elija establecimientos que no utilicen cubiertos de plástico.

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N AT I O N A L G E O G R A P H I C

De todos los productos plásticos, la botella destaca por la rapidez con la que se hizo omnipre­ sente y cambió nuestros hábitos. En los años sesenta, tanto en Estados Unidos como en otros países las bebidas se vendían en botella de cristal o en lata de aluminio. El tereftalato de polietileno, o PET, cambió las reglas del juego: su ligereza reducía los costes de transporte, y su resistencia mantenía las burbujas de los refrescos. El agua embotellada, común en Europa, empezó la conquista del mercado estadounidense a finales de los años setenta. En 2016, su venta DE PLASTICO a escala DESDE mundial 1 97 3 superó la de refrescos. Hoy se compran un millón de botellas de bebida por minuto. El PET es reciclable, pero las tasas de reciclaje siguen siendo bajas. En 2016 se recogieron menos de la mitad de las botellas vendidas en el mundo. Las botellas desechadas se descomponen en microplásticos, y los

científicos estudian hasta qué punto esas partículas nos perjudican a nosotros y a la fauniflora. Los sectores del plástico y las bebidas han boicoteado el sistema de retorno de botellas porque supone un coste añadido. Pero desde Kenya hasta la India, la posibilidad de prohibir las botellas plásticas está sobre la mesa. Las fuentes públicas de agua potable están en auge: Londres proyecta instalar un centenar. Emprendedores y negocios están hallando modos de reutilizar los plásticos para fabricar desde cartuchos de impresora hasta prendas de ropa. Y en Nueva Escocia (Canadá) acaba de construirse una casa de tres dormitorios con unas 600.000 botellas. — LAURA PARKER

C Ó M O AY U D A R

1. Use una botella reutilizable. 2. Elija latas de aluminio siempre que sea posible. 3. Recicle todas las botellas de plástico.

CALZADO En 2018 se fabricaron más de 24.000 millones de pares de zapatos en el mundo; 2.400 millones de ellos se vendieron en Estados Unidos (255 millones en España). Con un promedio de siete pares nuevos por persona el año pasado, los armarios de los estadounidenses rebosan calzado. El plástico llegó a las zapaterías en la década de

1950. Hoy es casi imposible encontrar unas zapatillas deportivas que no lleven plástico, desde la suela de goma hasta el empeine de poliéster. La profusión de tacones de aguja también se debe al plástico. Los materiales se cosen, encolan y moldean con métodos complicados, lo que hace casi imposible reciclar el


CEPILLOS DE DIENTES hasta tal punto en el diseño de los cepillos de dientes que es casi imposible esquivarlo en nuestra higiene dental. El mango 1 93 0 de los cepillos suele ser de polietileno o polipropileno; las cerdas, de nailon. Y como la degra­ dación del plástico es tan lenta, casi todos los cepillos fabricados desde la década de 1930 siguen ahí, en algún punto del planeta, resistiendo en forma de basura. La higiene dental es un hábito tan antiguo como universal. Los arqueólogos han hallado palillos en las tumbas de los faraones egipcios; a lo largo y ancho de DE PLÁSTICO DESDE LA D É C A DA D E

E L P L Á S T I C O S E H A I N F I LT R A D O

EN UNA ENCUESTA DE 2003 EL CEPILLO DE DIENTES SUPERÓ AL COCHE Y EL TELÉFONO MÓVIL COMO I N N O VA C I Ó N I M P R E S C I N D I B L E .

2003 que sondeaba la opinión pública en lo referente a las innovaciones descubrió que el cepillo de dientes aparecía antes que el coche, el ordenador personal y el teléfono móvil en la lista de inventos sin los que los encuestados no podrían vivir. Ojalá no hubiese que generar un trozo de basura imperecedera para tener una buena dentadura. «Me gusta preguntar a la gente qué es lo primero que tocan por las mañanas, porque muchas veces es el cepillo de dientes –dice Kahi Pacarro, fundador de Litorales Sostenibles de Hawai, que ha recogido unos cuantos cepillos dentales de las playas hawaianas–. ¿Quieren que sea un trozo de plástico?». En ese sentido algunos diseñadores ya están incorporando materia­ les naturales. El mango puede fabricarse de metal o de bambú; el cabezal puede ser reemplazable y las cerdas pueden hacerse más tupidas para que duren más tiempo. El cepillo de dientes del futuro quizá siga llevando plástico, solo que en menor cantidad. — ALE JANDRA B ORUNDA

Asia y Oriente Próximo se mascaban varitas de madera hasta convertirlas en escobillas deshilachadas. A fina­ les del siglo xv surgió en China un diseño sencillo que sobrevivió durante siglos: un haz corto y denso de pelos del pescuezo del cerdo, unidos a un mango de hueso o de madera. En Europa, hasta mediados del siglo xix solo los ricos podían permitirse tales lujos. En Estados Unidos, los soldados que regresaron de la Segunda Guerra Mundial se llevaron a casa los cepillos de dientes que formaban parte de sus per­ trechos, y el plástico barato y moldeable hizo posible que todos los estadounidenses adoptasen una mejor higiene dental. Una encuesta del MIT realizada en

tendría tantos fans. calzado. Nuestros pies son Algunos fabricantes están una breve parada en el confeccionando largo periplo de los DE calzado con plástico zapatos, la mayor PLÁSTICO reciclado o con parte del cual lo DESDE LA D É C A DA D E materiales naturales pasan en vertederos como el bambú y y cursos de agua. 1 95 0 la madera. El cuero Gracias a los es natural, pero hay quien plásticos, el calzado es más rechaza los productos ligero, más rápido, más de origen animal. barato y más cómodo; de no ser por ellos, el running no — A L E JA N D R A B O RU N D A ILUSTRACIONES DE PABLO AMARGO

C Ó M O AY U D A R

1. Pruebe los cepillos de bambú y composte el mango después de retirar las cerdas de plástico. 2. Elija un cepillo de cabezal reemplazable. 3. Si el dentista le regala cepillos, pida que no sean de plástico.

C Ó M O AY U D A R

1. Antes de tirar, vaya al zapatero siempre que sea posible. 2. Compre menos calzado. 3. Done los zapatos viejos en lugar de desecharlos.

A D I C TO S A L P L Á ST I C O

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CIGARRILLOS

NEUMÁTICOS La mayoría de nosotros usamos neumáticos a diario en alguna de sus versiones, pero quizá no todos sepamos que son una fuente de contami­ nación plástica. DE PLÁSTICO Al rozar DESDE con el 1909 firme, las ruedas sueltan pedacitos de caucho sintético, que, como los demás plásticos, es un polímero derivado del petróleo. La lluvia arrastra esos restos de plástico, que acaban en ríos y mares. Según un cálculo, los neumáticos podrían suponer hasta el 28 % de los residuos microplásticos que llegan al mar. Érase una vez un mundo en el que el caucho salía de los árboles. Pero de pronto aparecieron muchos más vehículos y ese mundo necesitó más caucho del que la naturaleza podía ofrecer. En 1909 el químico alemán Fritz Hofmann inventó el primer caucho sintético comercial. Poco después, ese material estaba en todos los neumáticos de automóvil. Hacia 1931 DuPont había industrializado la C Ó M O AY U D A R

1. Comparta coche para conducir menos. 2. Al cambiar las ruedas, asegúrese de que las viejas se reciclan. 3. Viaje en transporte público siempre que le sea posible.

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en el mundo billones de cigarrillos. Sin embargo, tan solo un tercio de las colillas acaban en la basu­ 1 95 0 manufactura de caucho ra. El resto se arroja a la calle y sintético. al agua, desde donde llegan al mar, listas para Hoy las ruedas llevan desprender al medio ambiente nicotina, alqui­ un 19 % de caucho natural trán… y plástico, porque con él se fabrican y un 24 % de caucho sintético. El resto es metal los filtros. Las colillas son uno de los objetos y otros componentes. plásticos que más ensucian las playas. El neumático radial «El gesto de tirar la colilla al suelo es auto­ moderno lleva décadas mático», advierte Cindy Zipf, directora eje­ sin rediseñarse a fondo, cutiva de la ONG Clean Ocean Action. pero últimamente se ha El plástico es acetato de celulosa, el mismo impulsado el desarrollo de opciones más material de la película fotográfica. En el mar sostenibles. Un equipo se descompone en microplásticos, pero antes de investigación de que eso ocurra es común que los animales liderado por la Univer­ confundan las colillas con presas. sidad de Minnesota, En la primera mitad del siglo xx el número por ejemplo, ha dado de fumadores se multiplicó exponencialmen­ con el modo de producir un ingrediente clave te en Estados del caucho sintético Unidos, igual a partir de fuentes L O S F I LT R O S N O que la inciden­ con huella de cia del cáncer P A R E C E N R E D U C I R L A S carbono cero, como de pulmón y árboles, hierba MUERTES POR CÁNCER, otras enferme­ y maíz. PERO CONTAMINAN El año pasado dades relacio­ EL ENTORNO. Goodyear desveló nadas con el un prototipo de tabaquismo. neumático fabricado En los años cincuenta las tabacaleras desa­ con caucho reciclado que rrollaron los filtros, en teoría para reducir los incorpora musgo vivo en carcinógenos del humo. Lo irónico es que no los laterales. En teoría ese musgo absorbe el parecen reducir las muertes por dióxido de carbono. cáncer: es posible que no aporten Nada de lo anterior ningún beneficio en absoluto. impide que el neumático Hoy las playas empiezan a sufrir suelte microplásticos. las consecuencias de las nuevas Quizás haya que optar tecnologías: los cigarrillos electró­ por firmes menos abrasivos, pero sin nicos. Más de 10 millones de fuma­ perder agarre. O tal dores estadounidenses optan por vez pueda captarse la ellos, y muchos los tratan como si escorrentía cargada de fuesen cigarrillos con filtro y los microplásticos antes tiran sin más. —TIK RO OT de que llegue al mar. El problema de las ruedas no se identificó hasta hace bien poco, por lo que la búsqueda de soluciones no ha hecho más que empezar. Pero está claro que hay que seguir investigando y concienciando a la población. — TIK ROOT

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

DE PLÁSTICO DESDE LA D É C A DA D E

C A DA A Ñ O S E V E N D E N

C Ó M O AY U D A R

1. Deseche las colillas como es debido. 2. Fume tabaco de liar, sin filtro. 3. Si utiliza cigarrillos electrónicos, opte por versiones reciclables.


TAMPONES hasta en los momentos más íntimos de la vida moderna, incluida la menstruación. La mayoría de las mujeres menstrúan durante aproximadamente 40 años; en total se pasan sangrando entre dos y 10 años. Todo ese flujo menstrual suele ir a parar a un tampón o una com­ presa, unos 10.000 por mujer. Casi todos los tampones vienen envueltos en plástico y llevan un aplicador también de plástico; muchos presentan además una película plástica alre­ dedor del propio tampón. Las compresas incorporan todavía más plástico, desde la base impermeable hasta el material sintético que empapa el fluido, pasando por el envoltorio. No siempre fue así: existen registros seculares de prototampones confeccionados con materiales natu­ rales, como rollos de hierba, papel, algodón o lana. Las primeras compresas que triunfaron en el mercado, de la marca Kotex, se pusieron a la venta en 1921. Las fabricaba la empresa Kimberly­Clark con Cellucotton, un absorbente producido a partir de DE pulpa de madera que se había desarro­ PLÁSTICO DESDE LA llado durante la Primera Guerra Mun­ D É C A DA D E dial como material de vendajes médicos. 1 95 0 Unos 15 años después se comercializaron E L P L Á S T I C O E S TÁ P R E S E N T E

los primeros tampones modernos, cuyo diseño apenas varió en décadas… hasta que llegó la revolución del plástico. «En los años sesenta la ciencia de los materiales vive una auténtica explosión –dice la historiadora Sharra Vostral–. Químicos y fabricantes buscan nuevas aplicaciones para los materiales superab­ sorbentes que acaban de inventar». Pocas usuarias de compresas estarían dispuestas a regresar a la era preplásticos. Los tampones son otra historia. En Europa se comercia­ lizan envueltos en plástico y con cordón de poliéster, pero raras veces se usa el aplicador para insertarlos, mientras que en Estados Unidos la versión con apli­ cador es la norma. Es un buen ejemplo de un princi­ pio general: gran parte del uso que hacemos de los plásticos constituye una elección cultural, y no un imperativo tecnológico. — ALE JANDRA B ORUNDA C Ó M O AY U D A R

1. Pásese a la copa menstrual o a las compresas lavables. 2. Elija tampones sin aplicador o con aplicador de cartón. 3. Pruebe las bragas menstruales lavables.

ENVOLTORIOS ALIMENTARIOS La película adherente y transparente que conocemos como film fue un error de la química: un residuo obstinadamente adherido al fondo de un matraz en un laboratorio de los años treinta. En la década de 1940 ya estaba utilizándose en fundas para asientos de automóviles y asientos de metro. Hoy, consumidores y comercios de todo el planeta usan film transparente para proteger los alimentos, y una vez usado, lo desechan. Solo en Estados Unidos se consumen millones de ILUSTRACIONES DE PABLO AMARGO

subproductos tóxicos al rollos de film cada año. Es incinerarse, de modo que barato y ligero, y conserva muchas empresas se bien los alimentos. DE han pasado al film Eso ayuda a reducir PLÁSTICO de polietileno. el desperdicio de DESDE LA D É C A DA D E Reciclar el film comida, un problema 1 93 0 es complicado y no tan grave como suele compensar la contaminación económicamente. Cuando plástica. acaba en ríos y mares, El descubrimiento se descompone en original, que tuvo lugar microplásticos, a los que en el laboratorio de Dow se adhieren microbios y Chemical Company, fue el compuestos metálicos. cloruro de polivinilideno, o Esos pedacitos de plástico PVDC, que se registró con contaminados dañan a los la marca Saran. También se animales que los ingieren fabricó film de policloruro al confundirlos con comida. de vinilo, o PVC. Ambos compuestos generan — SARAH GIBBENS

C Ó M O AY U D A R

1. Pásese al envoltorio reutilizable de cera. 2. Conserve las sobras en recipientes de cristal. 3. Evite comprar alimentos envueltos en plástico.

A D I C TO S A L P L Á ST I C O

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300.000 TONELADAS es la cifra aproximada de neumáticos que se desechan cada año en España. Antes han arrojado al entorno una enorme cantidad de plástico y goma: los pequeños fragmentos que sueltan por la fricción con la carretera.


3 BILLONES de colillas acaban tiradas de cualquier manera cada año. Con sus filtros de plástico, constituyen una fuente clave de contaminación plástica.


10.000 tampones o compresas son las que puede llegar a desechar una mujer a lo largo de su vida. Los aplicadores de los tampones suelen ser de plรกstico.


MILLONES

de rollos de papel film para uso alimentario se gastan cada aĂąo en los hogares estadounidenses, como sucede en todo el mundo occidental. El film transparente de plĂĄstico, que suele desecharse tras un solo uso, no siempre se presta a un reciclaje sencillo.


UNA AMENAZA BAJO LOS PIES E L P E R M A F RO S T Á RT I C O S E E S TÁ D E R R I T I E N D O MUCHO MÁS RÁPIDO DE LO QUE SE ESPERABA, A LT E R A N D O E L PA I S A J E Y L I B E R A N D O G A S E S

Q U E P O D R Í A N AC E L E R A R E L C A M B I O C L I M ÁT I C O.

El cráter de Batagaika, en Siberia oriental, mide casi un kilómetro de ancho y no para de crecer; es el más grande de los muchos que hay en el Ártico. Cuando el permafrost mezclado con hielo subterráneo se derrite, el terreno se hunde y se forman cráteres o lagos.


POR CRAIG WELCH FOTOGRAFÍAS D E K AT I E ORLINSKY

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El metano, un potente gas de efecto invernadero, asciende burbujeante desde el suelo del fondo de los lagos en todo el Ă rtico. En invierno, el hielo superficial atrapa el gas. En esta laguna cerca de Fairbanks, en Alaska, los cientĂ­ficos han perforado el hielo y han prendido fuego al metano.



S E RG U É I Z Í MOV, E C Ó LO G O D E F O R M AC I Ó N ,

lanza un hueso de mamut lanudo al montón. Se mueve en cuclillas sobre el fango del frío y ancho río Kolimá, al pie de un imponente escarpe de tierra que se desmorona con facilidad. Es verano en Siberia oriental, muy al norte del círculo polar Ártico, una zona de Rusia que está más cerca de Alaska que de Moscú. No se ve ni el más mínimo rastro de hielo o de nieve. Sin embargo, en este lugar llamado Duvanny Yar, el Kolimá ha excavado la tierra y dejado al descubierto lo que hay debajo: una capa de suelo congelado, o permafrost, de cientos de metros de grosor y que se está calentando rápidamente. ¶ Ramas, otros materiales vegetales y res­ tos de animales de la última glaciación –mandíbulas de bisonte, fémures de caballo, huesos de mamut– yacen espar­ cidos por la playa en la que se hunden las botas de Zímov. «Me encanta Duvanni Yar –dice mientras va extrayendo fósiles del lodo–. Esto es como un libro. ¶ Cada página es un relato de historia natural». 70

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Serguéi Zímov (a la derecha) y su hijo Nikita dirigen una estación científica en Cherski, a orillas del río Kolimá, en Rusia. Serguéi fue el primero en comprender que el permafrost almacena mucho más carbono del que los científicos creían. Parte de ese carbono escapa a la atmósfera debido al aumento de las temperaturas.


El cambio climático está escribiendo un nuevo capítulo a lo largo de estos 23 millones de kilóme­ tros cuadrados. El permafrost del Ártico no se está descongelando de forma gradual, tal como los científicos preveían, sino que, a escala geológica, se está deshelando casi de la noche a la mañana. A medida que suelos como el de Duvanni Yar se ablandan y deslizan, van saliendo a la luz vestigios de antiguos seres vivos –y cantidades ingentes de carbono– que llevaban milenios atrapados en la tierra congelada. Este carbono, que llega a la

National Geographic Society, una organización sin ánimo de lucro que promueve la conservación de los recursos de la Tierra, ha ayudado a financiar este artículo.

atmósfera en forma de metano o de dióxido de carbono, amenaza con acelerar el cambio climá­ tico, por mucho que nos esforcemos en reducir las emisiones que generan los combustibles fósiles. Pocos comprenden esta amenaza mejor que Zímov. Desde una destartalada estación científica en Cherski, una localidad dedicada a la minería de oro situada a unas tres horas en lancha desde Duvanni Yar, lleva décadas desenterrando los mis­ terios de un Ártico cada vez más cálido. Durante este tiempo ha contribuido a tumbar ciertas ideas generalizadas, sobre todo la de que durante el último período glacial los territorios más septen­ trionales habían sido un desierto ininterrumpido de hielo y suelos finos punteados de artemisa. UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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El valle del río Alatna, que discurre en dirección sur desde los montes Brooks, en Alaska, se ha convertido en un corredor por el que avanza la fauna salvaje hacia un Ártico cada vez más cálido. La población de castores está disparándose, y sus lagunas (algunas visibles al lado del río, a la izquierda) acelerarán el deshielo del permafrost.


Por el contrario, los abundantes fósiles de mamut y otros grandes herbívoros hallados en Duvanni Yar y otros lugares hacen pensar a Zímov que Siberia, Alaska y el oeste de Canadá fueron fértiles praderas. Cuando las plantas y los animales morían, el frío ralentizaba su descomposición. Con el paso del tiempo, los limos arrastrados por el viento los fueron enterrando y atrapando en el permafrost. La conclusión es que el permafrost ártico contiene mucho más carbono del que creían los científicos. Ahora los nuevos hallazgos sugieren que el carbono va a escapar más rápido a la atmósfera a medida que el planeta se caliente. Basándose en la inesperada velocidad a la que se está calentando el Ártico y en las preocupantes maneras en que el agua de fusión circula por los paisajes polares, los investigadores sospechan que por cada grado centígrado que suba la temperatura media de la Tierra, el permafrost podría liberar el equivalente a entre cuatro y seis años de emisiones de carbón, petróleo y gas natural, es decir, entre el doble y el triple de lo que los científicos calculaban hace unos años. En cuestión de unas pocas décadas, si no reducimos el consumo de combustibles fósiles, el permafrost podría convertirse en una fuente de gases de efecto invernadero tan grande como China, actualmente el mayor emisor mundial. Y con eso no contábamos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), entidad dependiente de la ONU, ha empezado hace poco a incluir el permafrost en sus proyecciones. Y todavía subestima cuánto se podría llegar a abrir la puerta del congelador de Pandora y cuántos desastres se podrían desencadenar. La capacidad del permafrost para calentar el planeta no es nada en comparación con la nuestra. Pero si pretendemos limitar el calentamiento a 2 °C, tal como acordaron 195 países en la Conferencia de París de 2015, las investigaciones más recientes indican que quizá deberíamos recortar las emisiones ocho años antes de lo que prevén los modelos del IPCC, y eso solo para hacer frente al deshielo que va a seguir produciéndose. Tal vez este sea el motivo menos conocido para acelerar la transición hacia las energías limpias: para alcanzar cualquier objetivo que nos propongamos para combatir el calentamiento, tendremos que actuar aún más rápido de lo que pensábamos. a Cherski en los años setenta para colaborar como estudiante universitario en la cartografía de una expedición. Le encantó el crudo paisaje, el aislamiento y la lejanía Z Í M OV L L E G Ó P O R P R I M E R A V E Z

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respecto a los centros de poder soviéticos. Regresó allí al cabo de unos años y fundó la Estación Científica del Nordeste, inicialmente bajo los auspicios de la Academia Rusa de Ciencias. Hoy es su propietario y la dirige con su hijo, Nikita. Se trata de un centro precario de escaso presupuesto, pero atrae a científicos de todo el mundo. Un día del verano de 2018, la fotógrafa Katie Orlinsky y yo acompañamos a Zímov a bordo de una vieja embarcación para transportar suministros a unas instalaciones de medición de carbono situadas en la bahía de Ambárchik, cerca de donde el Kolimá vierte sus aguas al océano Ártico. El lugar había sido una estación de tránsito de prisioneros destinados a los campos del Gulag, y hay reliquias de la época soviética por todas partes. Atravesamos una zona cubierta de hierbas caminando sobre una pasarela hecha con radiadores viejos colocados en fila. Zímov va sondeando el suelo con una barra metálica. Viene haciéndolo a menudo últimamente para comprobar la profundidad a la que el permafrost está duro. El permafrost, ese suelo que permanece congelado durante todo el año, está encerrado bajo una capa de hasta cuatro metros de tierra y detritos vegetales. Este estrato, que se conoce como capa activa, es un suelo que habitualmente se descongela en verano y vuelve a congelarse en invierno, de modo que protege el permafrost del calor superficial. Sin embargo, en la primavera de 2018, un equipo dirigido por Nikita descubrió que en la zona de Cherski esa tierra próxima a la superficie no se había llegado a congelar durante el largo invierno polar. Era algo inaudito. El suelo se debería haber congelado hasta los 75 centímetros de profundidad. Pero lo único que había era fango. «Hace tres años, la temperatura del suelo que recubre el permafrost era de tres grados bajo cero –dice Serguéi Zímov–. Al año siguiente fue de dos bajo cero. Al siguiente, de uno bajo cero. Este año la temperatura ha sido de dos grados positivos». En cierto sentido no es una sorpresa. El quinquenio más cálido en la Tierra desde finales del siglo XIX ha sido el que hemos vivido desde 2014, y el Ártico se está calentando el doble de rápido que el resto del planeta a medida que va perdiendo el hielo marino que contribuye a mantener las temperaturas gélidas. En 2017 la tundra de Groenlandia experimentó el peor incendio forestal conocido. Unos días antes de que aterrizásemos en Siberia, los termómetros de Lakselv, en Noruega, 390 kilómetros al norte del círculo polar, registraron la abrasadora temperatura de 32 °C.


150°O

150°E

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Superior a 900 675-900 450-674 225-449 Inferior a 225

EL DESHIELO SE ACELERA La inesperada rapidez del colapso del permafrost rico en hielo del Ártico podría liberar cada año a la atmósfera miles de millones de toneladas de metano y dióxido de carbono adicionales. Se trata de una amenaza que todavía no se incluye totalmente en los modelos climáticos. Los científicos están descubriendo paisajes desestabilizados en los que el permafrost, que antes se deshelaba a razón de unos centímetros por año, ahora puede deshelarse de forma abrupta hasta tres metros en cuestión de días o semanas, generando la aparición de humedales en regiones hasta ahora heladas y acelerando las emisiones de las hasta 1.600 gigatoneladas de carbono que aún está atrapado bajo el suelo.

JASON TREAT, MATTHEW W. CHWASTYK Y RYAN WILLIAMS, NGM. FUENTES: DAVID OLEFELDT Y OTROS, NATURE COMMUNICATIONS, 2016; MERRITT TURETSKY Y OTROS, NATURE, 2019; RÓISÍN COMMANE, UNIVERSIDAD DE COLUMBIA; TED SCHUUR, UNIVERSIDAD DEL NORTE DE ARIZONA; EPA (AGENCIA DE PROTECCIÓN AMBIENTAL DE ESTADOS UNIDOS)

Suministrar energía durante un año a 108 hogares estadounidenses emite unas 900 toneladas de carbono. El deshielo del permafrost El 20 % del permafrost es rico en hielo y corre el riesgo de sufrir un deshielo abrupto, lo que podría duplicar la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos.

870 gigatoneladas de carbono en la atmósfera

1.600 gigatoneladas en el permafrost


ESCENAS DEL DESHIELO LA TUNDRA EN LLAMAS Los incendios en la tundra, que antiguamente eran infrecuentes, son ahora cada vez más habituales a medida que el calentamiento del clima hace reverdecer el Ártico. Los incendios descongelan la capa superior del suelo y degradan con gran rapidez el permafrost que hay debajo.

DESLIZAMIENTOS POR DESHIELO Cuando el permafrost se descongela cerca de una ladera o del cauce de un río, puede desencadenarse un deslizamiento. Estos fenómenos, conocidos como deslizamientos por deshielo, dejan al descubierto más permafrost y aceleran todavía más el proceso de descongelación.

UNA REVOLUCIÓN EN EL PAISAJE

Capa activa La capa superficial del suelo se hiela y se deshiela cada año. Su grosor es cada vez mayor en todo el Ártico a medida que el permafrost se descongela.

A medida que el hielo enterrado en el suelo congelado se derrite, el agua de fusión circula por el permafrost, deshelándolo aún más y provocando que el terreno que hay encima se hunda. Se forman así lagunas que después acaban drenándose, lo cual precipita el hundimiento de más suelos congelados. Este proceso, que se conoce como deshielo abrupto, está acelerando la liberación del carbono atrapado y está alterando visiblemente el Ártico.

Cómo se forman los polígonos en el permafrost y cómo se derriten

Capa activa Permafrost

La capa activa se congela en invierno, creando grietas profundas en el suelo.

El agua rellena las grietas, y luego se congela y se expande formando cuñas de hielo.

Al aumentar de volumen, las cuñas empujan el suelo hacia arriba formando patrones poligonales.

Las cuñas de hielo se derriten, el suelo que hay sobre ellas se hunde y el agua se acumula.

JASON TREAT, RYAN WILLIAMS Y EVE CONANT, NGM GRÁFICOS: TOMÁŠ MÜLLER. FUENTES: KEN TAPE Y ANNA LILJEDAHL, UNIVERSIDAD DE ALASKA EN FAIRBANKS

La capa activa se hace más gruesa, las cuñas de hielo se encogen y el paisaje se deseca.


CRECIMIENTO DE LOS LAGOS Los lagos que antes se congelaban por completo permanecen ahora parcialmente líquidos en invierno y crecen debido al deshielo del permafrost. El calor permite que los microbios se alimenten de materia orgánica durante todo el año, lo cual libera a la atmósfera gases de efecto invernadero.

LAGUNAS CREADAS POR CASTORES En una tundra cada vez más cálida, los arbustos son más grandes y abundantes, lo cual atrae a los castores. Estos roedores semiacuáticos construyen diques en las corrientes de agua y van creando nuevos pantanos y lagos que aceleran el deshielo del permafrost y alteran el paisaje.

Polígonos de permafrost

Nuevos habitantes

La apariencia de puzle que caracteriza a algunos paisajes árticos es consecuencia de las cuñas de hielo que hay bajo la superficie.

A medida que los arbustos se expanden y son más altos, atraen grandes herbívoros como los alces, que a su vez alteran los patrones de crecimiento de la vegetación.

Cuñas de hielo

Nueva vida acuática

Formadas a lo largo de miles de años al congelarse y agrietarse el suelo durante el invierno y llenarse de agua en primavera, ahora se están deshaciendo en pocos años.

El agua más cálida y los nuevos hábitats acuáticos podrían permitir la reintroducción en el Ártico de peces como los salmones.


La temperatura del permafrost lleva medio siglo subiendo en todo el planeta. En la North Slope, o «pendiente ártica», de Alaska se ha disparado 5,8 °C en 30 años. El deshielo del permafrost ha erosionado costas, socavado carreteras y escuelas, roto oleoductos y derrumbado las bodegas que los cazadores del Ártico excavan en el hielo para almacenar la carne de morsa y la grasa de ballena. Los veranos cálidos ya están alterando la vida de la población del Ártico. En todo caso, lo que los Zímov estaban docu­ mentando en 2018 era un fenómeno diferente y con repercusiones más allá del Ártico: el deshielo invernal. Paradójicamente, la culpa era de las 78

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copiosas nevadas. Siberia es un territorio seco, pero durante varios inviernos previos a 2018 las abundantes nevadas habían cubierto la región. La nieve actúa como una manta que atrapa el calor acumulado durante el verano en el suelo. En una estación de investigación ubicada a 18 kiló­ metros de Cherski, Mathias Goeckede, del Insti­ tuto Max Planck de Bioquímica, descubrió que el grosor de la capa de nieve se había duplicado en cinco años. En abril de 2018 las temperaturas de la capa activa habían subido seis grados. El fenómeno no se limitaba a Siberia. Vladimir Romanovsky, experto en permafrost de la Univer­ sidad de Alaska, llevaba años observando cómo


Los antiguos suelos de permafrost ártico, visibles en esta pared del cráter de Batagaika, contienen los restos orgánicos de hojas, hierbas y animales que murieron hace miles de años, durante la última glaciación. Todo ese carbono ha estado a buen recaudo en la tierra congelada… hasta ahora.

la capa activa se congelaba por completo antes de mediados de enero en unas 180 instalaciones cien­ tíficas repartidas por Alaska. Pero como esos luga­ res también han experimentado recientemente un período de grandes nevadas, la congelación acabó demorándose, primero hasta febrero y final­ mente hasta marzo. En 2018, ocho de las estaciones de Romanovsky próximas a Fairbanks y otras diez situadas en la península de Seward, en la costa oeste de Alaska, nunca llegaron a congelarse del todo. El permafrost del planeta contiene en total hasta 1.600 gigatoneladas de carbono, casi el doble del que hay en la atmósfera. Nadie prevé que se vaya a descongelar todo o la mayor parte de él. Hasta hace poco, los científicos calculaban que el per­ mafrost perdería como mucho el 10 % del carbono que contiene. También pensaban que, aun así, tardaría hasta 80 años en hacerlo. Pero cuando la capa activa deja de congelarse en invierno, la cosa empieza a acelerarse. El calen­ tamiento adicional permite que los microbios consuman la materia orgánica del suelo –y emitan dióxido de carbono o metano– durante todo el año en vez de hacerlo solo durante el poco tiempo que dura el verano. Ese calor invernal acaba alcan­ zando el propio permafrost y lo derrite más rápido. «Buena parte de nuestras suposiciones se están viniendo abajo», dice Róisín Commane, química atmosférica de la Universidad de Columbia. Ella y sus colegas han hallado que la cantidad de CO2 emitida por la «pendiente ártica» de Alaska a prin­ cipios de invierno ha aumentado un 73 % desde 1975. «Intentábamos comprender lo que sucede en el Ártico basándonos en el verano –explica Commane–, pero resulta que el problema empieza cuando se pone el sol». Unos pocos inviernos de mucha nieve no cons­ tituyen una tendencia; el pasado invierno se regis­ tró menos nieve en Cherski, y el suelo volvió a congelarse de forma considerable. En Fairbanks también cayó poca nieve. Sin embargo, en algunas de las estaciones que Romanovsky tiene en Alaska la capa activa ha vuelto a retener calor suficiente como para impedir la congelación total. «Esto es increíble –dice Max Holmes, subdirec­ tor del Centro de Investigación de Woods Hole, en Massachusetts, quien ha estudiado el ciclo del carbono tanto en Alaska como en Cherski–. Siem­ pre había imaginado que el deshielo del perma­ frost era un proceso lento y continuo, y puede que este no haya sido más que un lustro anómalo. Pero ¿y si no es así? ¿Y si resulta que las cosas están cambiando mucho más deprisa?»

FOTOGRAFÍA TOMADA CON LA AYUDA DE LUBOV KUPRIYÁNOVA

UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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DERECHA

Los Zímov sostienen que los grandes herbívoros contribuyeron a mantener las ricas praderas árticas durante la última glaciación, en parte porque abonaban el suelo. Con la esperanza de recuperar la estepa seca –y frenar el deshielo del permafrost–, importan caballos salvajes y otros animales de pasto a un terreno situado junto a un afluente del río Kolimá. Lo llaman el Parque Pleistoceno. ABAJO

Nikolái y Svetlana Yaglovski todavía viven de la caza y la pesca en el Kolimá, cerca de Cherski. Algunos de sus vecinos se han visto obligados a mudarse a la ciudad porque el deshielo del permafrost está socavando las casas próximas a la orilla y dificultando los desplazamientos.

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se retroalimenta como sucede, por ejemplo, en el caso de la ban­ quisa del Ártico? El hielo marino refleja los rayos solares, y mantiene fría el agua que hay debajo. Pero si el hielo se derrite, el oscuro océano absorbe el calor, lo cual hace que se derrita más hielo. En general es difícil predecir los puntos de inflexión a partir de los cuales se activan esos cír­ culos viciosos. «Sabemos que hay ciertos umbra­ les que no conviene traspasar –dice Chris Field, director del Instituto Woods para el Medio Am­ biente de la Universidad Stanford–. Pero no sabe­ mos dónde están exactamente». En relación con el permafrost, hay demasiadas cosas que no podemos ver. Cubre un área dos veces mayor que la de Estados Unidos, pero con la mitad de población que Nueva York, y se sitúa en las partes más inaccesibles del planeta. Es muy poco lo que se puede observar directamente. Por eso los científicos se limitan a estudiar parcelas pequeñas, a observar otras de forma remota y a extraer conclusiones sobre el resto, a diferencia de lo que ocurre con la banquisa ártica, que sí se ¿Y S I R E S U LTA Q U E E L C A M B I O

puede medir en su totalidad gracias a los satélites. «Puedes conectarte a internet y hacer un segui­ miento exacto de lo que sucede con el hielo marino –dice Ted Shuur, experto en permafrost de la Uni­ versidad del Norte de Arizona–. Pero en el caso del permafrost, casi no vemos nada. Apenas tenemos herramientas para medir lo que está sucediendo». Hay un tipo de permafrost que tiene a los inves­ tigadores muy preocupados: ese 20 % aproximado que contiene inmensos depósitos de hielo sólido. Parte de ese hielo se formó cuando el agua se filtró a través del suelo y se congeló al entrar en contacto con el permafrost; otra parte se creó a lo largo de miles de años durante los inviernos árticos, cuando la tierra se contraía y se quebraba formando patro­ nes poligonales. En primavera, el agua de fusión llenaba esas grietas y luego volvía a congelarse. Con el paso del tiempo, ese hielo enterrado acabó formando enormes cuñas clavadas en el perma­ frost. Duvanni Yar está lleno de ellas. Este tipo de estructuras pueden deshacerse rápidamente. Cuando el permafrost se desintegra, el hielo enterrado también se derrite. El agua, al filtrarse, transporta un calor que propaga el des­ hielo, y deja tras de sí túneles y bolsas de aire. El suelo se hunde para rellenar esas cavidades y se forman así unas depresiones en la superficie que a su vez se llenan de agua de lluvia y de deshielo. Esa agua ahonda aún más esas depresiones y va escarbando las orillas heladas, hasta que los char­ cos se convierten en lagunas y las lagunas se con­ vierten en lagos. Todo ello provoca que el terreno se caliente y se derrita más cantidad de hielo. Deshielo abrupto es como llaman los científicos a este proceso que altera todo el paisaje. Provoca deslizamientos de tierra: en la isla de Banks, en Canadá, se ha observado que entre 1984 y 2013 el número de deslizamientos masivos se ha multi­ plicado por 60. También arrasa los bosques: Merritt Turetsky, ecóloga de la Universidad de Guelph, en Canadá, lleva 15 años monitorizando el deshielo abrupto en un bosque de píceas negras cerca de Fairbanks. Ha descubierto que las inun­ daciones están desestabilizando las raíces y los troncos de los árboles y sospecha que acabarán cayendo pronto, tragados por nuevos humedales. Todo deshielo de permafrost produce emisiones de gases de efecto invernadero. Pero el agua estan­ cada acelera esa amenaza. El gas que sube burbu­ jeando desde el fango carente de oxígeno situado en los fondos de lagunas y lagos no es solo dióxido de carbono, sino también metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2. UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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Newtok, un pueblo de Alaska de 380 habitantes, se está hundiendo debido al deshielo del permafrost subyacente. Cuatro niños yupik (de izquierda a derecha, Kenyon Kassaiuli, Jonah Andy, Larry Charles y Reese John) que salen a cazar aves un día de verano atraviesan una pasarela inundada.



Katey Walter Anthony, ecóloga de la Universidad de Alaska en Fairbanks, ha dedicado dos décadas a medir las emisiones de metano procedentes de los lagos árticos. Sus últimos cálculos, publicados en 2018, apuntan a que los nuevos lagos creados por el deshielo abrupto podrían casi triplicar las emisiones de gases de efecto invernadero que se esperaban del permafrost. No está claro hasta qué punto este mensaje ha calado entre los responsables políticos. En octubre de 2018 el IPCC publicó un nuevo informe sobre el más ambicioso de los dos objetivos de tempe­ ratura adoptados por la Conferencia de París de 2015. El planeta ya se ha calentado en torno a un grado desde el siglo xix. Según ese informe, limi­ tar el calentamiento global a 1,5 °C en vez de a 2 °C expondría a 420 millones de personas menos a episodios de calor extremo frecuentes y reduciría a la mitad el número plantas y animales someti­ dos a la pérdida de hábitat. También podría salvar algunos arrecifes de coral y hasta dos millones de kilómetros cuadrados de permafrost. Sin embargo, según el IPCC, para alcanzar ese objetivo de 1,5 °C, el mundo tendría que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % antes de 2030, eliminarlas completamente antes de 2050 y desa­ rrollar tecnologías que extraigan de la atmósfera ingentes cantidades de dichos gases. Puede que el desafío sea todavía más difícil. Aquel informe de 1,5 °C fue el primero en que el IPCC tuvo en cuenta las emisiones procedentes del permafrost, pero no incluía las causadas por el deshielo abrupto. Los modelos climáticos aún no son tan sofisticados como para recoger ese tipo de cambios repentinos en el paisaje. Sin embargo, y a petición de National Geographic, Katey Walter Anthony y Charles Koven, modelista climático del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, han hecho unos cálculos aproximados que sí incluyen las emisiones derivadas del deshielo abrupto. Para limitar el incremento de la temperatura en 1,5 °C, calculan que tendríamos que reducir a cero nues­ tras emisiones de combustibles fósiles dentro de un plazo, como mínimo, un 20 % más corto, es decir, antes de 2044, seis años antes del calenda­ rio fijado por el IPCC. Ese plazo nos dejaría solo un cuarto de siglo para transformar completa­ mente el sistema de energía mundial. «Nos enfrentamos a este futuro desconocido con unas herramientas insuficientes –dice Koven–. Y la incertidumbre no solo se debe a eso, ya que las cosas podrían empeorar por sí solas». Por ejemplo, existe más de una manera de crear nuevos lagos. 84

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

En Newtok, a orillas del río Ninglick, cerca del mar de Bering, los escarpes de permafrost se están derrumbando y ya están a decenas de metros de algunas casas. El pueblo se está trasladando a un nuevo emplazamiento 15 kilómetros río arriba, un éxodo que quizás algún día tengan que emprender muchas poblaciones alaskeñas.


de dejar Siberia, Orlinsky y yo nos embarcamos en una excursión en balsa por el Parque Nacional de las Puertas del Ártico, en Alaska, acompañados por el ecólogo Ken Tape. Un hidroavión nos deja con el guía fluvial Michael Wald en el lago Gaedeke, en la parte central de los montes Brooks. Desde allí descendemos hacia el sur por el río Alatna. El sol de septiembre resplan­ dece sobre las aguas. A lo largo de dos kilómetros nos vamos encontrando ramas mordidas en las orillas. Tras una semana por el río llegamos a un lago de 15 hectáreas que antes no existía. En el centro hay una madriguera de castores. Tape lleva años usando fotografías aéreas y de satélite para monitorizar los cambios en la flora y UNAS SEMANAS DESPUÉS

fauna alaskeñas y analizar cómo podrían afectar al permafrost. A medida que este se deshiela y las estaciones cálidas se alargan, el Ártico está rever­ deciendo: en las llanuras fluviales de Alaska, por ejemplo, los arbustos casi han duplicado su tama­ ño. (Aunque el aumento de la vegetación absor­ berá más carbono, un estudio de 2016 concluyó que el reverdecimiento del Ártico en absoluto será suficiente para compensar el deshielo del perma­ frost). Por otro lado, la vegetación está atrayendo a la fauna hacia el norte. Ahora que los sauces alcanzan una altura sufi­ ciente para asomar entre la nieve, las liebres ame­ ricanas pueden encontrar alimento y escondrijos por todo el camino que lleva hasta el océano Ártico. UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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Estos animales han colonizado la «pendiente ártica» de Alaska. El lince, que se alimenta de lie­ bres, parece que ha ido tras ellas. Tal vez ambas especies hayan seguido una ruta abierta por los alces, que suman unos 1.600 ejemplares a orillas del río Colville, donde antes no tenían presencia. Estos hallazgos han animado a Tape a buscar fotos de otros recién llegados a la tundra. «En cuanto supe de los castores, no dejé pasar la oca­ sión –dice–. Muy pocas especies dejan una huella tan visible que se pueda observar desde el espacio». En imágenes tomadas entre 1999 y 2014 de solo tres cuencas fluviales, observó 56 nuevas lagunas construidas por castores que en los años ochenta no existían. Están colonizando Alaska. Avanzan unos ocho kilómetros al año. Tape cree que en la actualidad hay hasta 800 construcciones creadas por castores en la Alaska ártica, entre ellas la enorme madriguera que vimos en el río Alatna. Para Tape es el Taj Mahal de las madrigueras. Es digno de ver: un montículo de ramas y árbo­ litos, de unos 2,5 metros de altura y 10,5 metros de diámetro, todo ello aglutinado con fango y musgo en medio de un lago de más de un metro de pro­ fundidad y rodeado de marjales. Una serie de diques han desviado el agua del río. «Todo el pan­ tano que rodea el “Taj Mahal” es nuevo –explica Tape–. Hace 50 años aquí no había ningún castor». Tape y Wald querían explorar el Alatna en parte porque un guía había encontrado madera mordida por castores a lo largo del río Nigu. El Nigu nace cerca del lago Gaedeke, que es la cabecera del Alatna, pero al otro lado de la divisoria continen­ tal, por lo que fluye hacia el norte hasta desembo­ car en el río Colville y, por tanto, en el océano Ártico. A lo largo del Alatna, río arriba de la madri­ guera, hallamos otros pantanos y diques abando­ nados. Tape cree que ahora los castores van hacia la «pendiente ártica» y que están utilizando el Alatna para atravesar los montes Brooks. «Estamos viendo esta expansión en tiempo real», asegura. No puede demostrar que la causa sea el cambio climático; la población de castores también viene recuperándose desde que se puso fin al comercio de pieles hace siglo y medio. Pero en cualquier caso, estos dentudos ingenieros podrían transfor­ mar significativamente los paisajes de permafrost. Tape ya ha visto un avance de lo que podría suceder. Al sudeste de Shishmaref, en la península alaskeña de Seward, las fotografías de un afluente del río Serpentine no muestran cambio alguno entre 1950 y 1985. Llegados al año 2002, los cas­ tores ya se habían instalado y habían inundado 86

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todo el paisaje. En 2012, parte del terreno se había hundido y se había convertido en un humedal. El permafrost estaba desapareciendo. Unos cientos de castores no van a transformar el Ártico, pero estos animales puede que también estén avanzando hacia el norte en Canadá y en Siberia, y proliferan muy rápido. El precedente de Argentina es esclarecedor: en 1946 se soltaron 20 castores en el sur del país para promover el comercio de pieles. Hoy hay unos 100.000. nos presentan del pasado y el futuro del permafrost ártico, la fauna también desempeña un papel fundamental, pero se trata de animales más grandes que los castores y su efecto en el permafrost es más bené­ fico. Serguéi Zímov lleva tiempo defendiendo que las manadas de bisontes, mamuts, caballos y renos que recorrían las estepas durante el Pleistoceno hacían mucho más que pastar hierba. También la mantenían. La abonaban con sus excrementos y la compactaban, y además pisoteaban los musgos y arbustos y arrancaban los árboles jóvenes. E N E L PA N O R A M A Q U E L O S Z Í M OV


IZQUIERDA

Durante miles de años los inupiat de la North Slope, o «pendiente ártica», de Alaska han cazado ballenas. Un solo ejemplar puede alimentar a una comunidad durante buena parte del año siempre que la carne y la grasa se almacenen como es debido, lo cual se hacía tradicionalmente en unas bodegas excavadas en el permafrost. Ahora, el deshielo del mismo está anegando esas despensas. ABAJO

Josiah Olemaun, un joven ballenero inupiat de la localidad alaskeña de Utqiaġvik (antes llamada Barrow), se toma un descanso para luego seguir apilando carne de ballena en la bodega excavada en el permafrost propiedad de su familia.

UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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Desde la última glaciación, aquellos pastizales secos y fértiles han sido sustituidos en Siberia oriental por la tundra húmeda, dominada por musgos en el norte y por bosques en la parte meri­ dional. Según Zímov, un factor fundamental de aquel cambio fueron los cazadores humanos que diezmaron las manadas de grandes herbívoros hace unos 10.000 años. A falta de herbívoros que abonasen el suelo, las hierbas empezaron a desa­ parecer, y sin hierbas que absorbieran el agua, esta empezó a acumularse en el suelo. Entonces pro­ liferaron los musgos y los árboles. Pero si los humanos no hubiesen empujado el ecosistema hasta un punto de no retorno hace miles de años, hoy aún habría mamuts pastando por Siberia. 88

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Hace casi 25 años, en una llanura cercana a Cherski, Zímov puso en marcha un proyecto expe­ rimental llamado Parque Pleistoceno. Su idea era reintroducir grandes herbívoros y ver si así se recuperaban los pastos. Zímov y, posteriormente, su hijo Nikita metieron caballos salvajes en un cercado y más tarde trajeron en camiones yaks y ovejas procedentes del lago Baikal. La pasada pri­ mavera Nikita introdujo 12 bisontes traídos de Dinamarca. En 2018 los Zímov aunaron sus esfuer­ zos con el genetista de Harvard George Church, quien dice ser capaz de clonar un mamut. La inten­ ción es que algún día aquellos animales recorran el Parque Pleistoceno y prosperen durante el An­ tropoceno, como algunos llaman a la época actual.


Un oso polar inspecciona un coche cerca de Kaktovik, en Alaska. La fusión de la banquisa empuja cada vez a más osos a tierra firme en busca de comida, de la misma manera que el deshielo y la inundación de las despensas excavadas en el permafrost obliga a los alaskeños a almacenar el pescado y la carne en otros lugares.

El parque es la prueba definitiva de la hipótesis de Serguéi Zímov. Las praderas, sobre todo cuando están cubiertas de nieve, reflejan más luz solar que los bosques. Los animales que pastan apiso­ nan la nieve profunda, lo que permite que el calor escape del suelo. Ambas cosas enfrían la tierra. Si la fauna es capaz de recuperar las praderas, se frenaría el deshielo del permafrost y también el cambio climático. Pero para que se note un efecto real habría que liberar una enorme cantidad de animales en todo el Ártico. Los Zímov afirman que los datos obtenidos en su parque de 14.400 hectáreas son prometedores. Aun con solo un centenar de animales, las prade­ ras del parque permanecen notablemente más frías que el suelo de las zonas circundantes. Ahora bien, entre lo que pretenden los Zímov y la realidad del parque hay una brecha enorme. Una tarde Nikita nos lleva en todoterreno a través de los sauces. Tras pasar una fuerte pendiente nos encontramos con unos alerces de poco porte. Esta es la razón por la que Nikita necesita herbívoros gigantes: «De momento no tengo ningún animal que pueda acabar con esos árboles». Dedica mu­ chísimo tiempo a recabar fondos para poder man­ tener en marcha este experimento. Algunos científicos cuestionan los cálculos de los Zímov respecto a la cantidad de grandes her­ bívoros que poblaban Siberia en el Pleistoceno, o bien inciden en que su teoría basada en el cambio ecológico, tanto pasado como presente, es dema­ siado simplista. Max Holmes conoce bien a los dos y ve en su trabajo una chispa de genialidad. Según él, los Zímov están «en los márgenes» del sistema, «pero a menudo es ahí donde nacen las grandes ideas y los grandes cambios». Fuera del Parque Pleistoceno el mundo ha res­ pondido al calentamiento del Ártico con una acti­ tud autocomplaciente. Nos hemos pasado décadas ignorando las pruebas del cambio climático con la esperanza de que la cosa no sea para tanto. Los Zímov lo ven de otra forma: se han pasado la vida batallando contra un paisaje implacable que solo responde con más tozudez. ¿Acaso inten­ tar salvar el permafrost mediante la recuperación de la estepa ártica es mucho más descabellado que esperar que los humanos reconviertan el sistema energético mundial?, se preguntan. Tal vez nece­ sitemos un punto de locura. «Combatir el cambio climático requiere múltiples actuaciones en múltiples frentes», sostiene Nikita. Solo si las combinamos todas podremos conseguir que el futuro «no sea del todo lúgubre». j UNA AMENAZA BAJO LOS PIES

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Cuando el techo del mundo se funde

El pueblo nepalí de Gokyo, situado a orillas de un lago alimentado en parte por el glaciar de Ngozumba, no corre un riesgo inminente por inundación, pero otras comunidades himalayas sí se ven amenazadas por la elevación del nivel de los lagos glaciares. FENG WEI PHOTOGRAPHY / GETTY IMAGES

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EL HIELO QUE DESDE HACE UNA ETERNIDAD DEFINE LAS CORDILLERAS D E L S U R D E A S I A E S TÁ F U N D I É N D O S E Y F O R M A N D O L A G O S E N O R M E S Q U E A M E N A Z A N C O N I N U N D A C I O N E S C ATA S T R Ó F I C A S .

Por FREDDIE WILKINSON


Si sobrevuelas el Everest en avión, pasas por encima de un mar de picos abruptos que se suceden sin fin hasta el horizonte. Es un paisaje único en el mundo: los colosales glaciares del Himalaya, alimentados desde hace milenios por los monzones que cada verano cubren las montañas con un manto de nieve nueva. Pero si tomáramos ese mismo avión dentro de 80 años, tal vez esos titanes de hielo ya no estén. Este año el Centro Internacional para el Desarro­ llo Integrado de Montañas publicó el análisis más completo hasta la fecha sobre los futuros efectos del cambio climático sobre los glaciares del Hima­ laya, el Hindu Kush, el Karakorum y el Pamir, que en conjunto describen un arco sobre Afganistán, Pakistán, China, la India, Nepal, Bután y Myanmar. El estudio advertía de que, en función de la velo­ cidad del calentamiento global, entre uno y dos Este artículo ha contado con el apoyo de Rolex, que colabora con National Geographic Society en la iniciativa Perpetual Planet, una serie de expediciones científicas para explorar, estudiar y documentar los cambios en las regiones más singulares del planeta. 92

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tercios de los aproximadamente 56.000 glaciares de la región habrán desaparecido antes de 2100. Esta es una predicción aciaga para los cerca de 1.900 millones de habitantes del sur de Asia que dependen de los glaciares como fuente crucial de agua, imprescindible no solo para el consumo y el saneamiento, sino también para la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y el turismo. Pero el estudio también exploraba una cuestión más inmediata: ahora que los glaciares se funden a gran velocidad, ¿adónde irá a parar toda esa can­ tidad de agua, unos 3.850 kilómetros cúbicos? La respuesta es que el Himalaya, definido desde tiempos inmemoriales por sus glaciares, está con­ virtiéndose a pasos agigantados en una cordillera definida por lagos. De hecho, otro estudio desveló que entre 1990 y 2010 se formaron en las grandes cordilleras asiáticas más de 900 lagos nutridos por glaciares. Al ser lugares tan remotos, hay que recurrir a los satélites para inventariarlos, y parece


Un equipo de científicos hace un sondeo del lecho del lago Taboche, cerca de Gokyo. Las capas de sedimento contienen indicios sobre cuándo y cómo se formó este lago nepalí, lo que permitirá conocer cómo han variado las condiciones estacionales a lo largo del tiempo. Siga la Expedición Extrema al Everest de la iniciativa Perpetual Planet de National Geographic y Rolex en natgeo.com / perpetualplanet. TYLER DINLEY

que surgen a tal velocidad que los científicos no se ponen de acuerdo en dar una cifra exacta. «Está ocurriendo mucho más rápido de lo que esperábamos hace apenas cinco o 10 años», dice Alton Byers, explorador de National Geographic y geógrafo especializado en cordilleras de la Uni­ versidad de Colorado en Boulder. estos lagos, pensemos que el glaciar es como un buldócer de hielo que, en su pausado deslizamiento montaña abajo, va arrancando tierra y dejando a cada lado un peralte de detritos. Estas crestas laterales se denominan morrenas; conforme los glaciares se funden y retroceden, el agua inunda el surco que queda y las morrenas hacen de presas naturales. «En un primer estadio son una serie de charcos de agua de fusión –explica Byers–. Luego esos charcos se unen y forman una laguna de mayores dimensiones, que con los años va ganando tamaño PA R A C OM P R E N D E R C ÓMO S E F O R M A N

hasta que al final te encuentras con un lago con millones de metros cúbicos de agua». A medida que el lago se llena, puede llegar a rebosar las morrenas que lo contienen. En el peor de los casos puede ocurrir que las morrenas no resistan más y cedan. Los científicos llaman a este evento inundación por descarga súbita de lago glaciar (GLOF, por sus siglas en inglés), pero tam­ bién existe un término en sherpa: chhu-gyumha, inundación catastrófica. Uno de los GLOF más espectaculares del Hima­ laya sucedió en la región nepalí de Khumbu el 4 de agosto de 1985, cuando un alud de hielo des­ cendió por el glaciar de Langmoche y se estrelló en el lago Dig, una masa de agua periforme de más de kilómetro y medio de longitud que probablemente no tenía ni 25 años de antigüedad. Al alcanzar el lago, el alud generó una ola de entre 4 y 6 metros de altura que rompió la morrena y liberó más de 5 millones de metros cúbicos de agua ladera abajo. CUANDO EL TECHO DEL MUNDO SE FUNDE

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El sherpa que lo presenció describió una masa de agua negra que descendía por el valle, acompañada de un gran estruendo y de un fuerte olor a tierra recién arada. La avenida destruyó 14 puentes, unas 30 viviendas y una central hidroeléctrica nueva. Según algunas fuentes hubo varias víctimas mortales. Se dio la afortunada circunstancia de que la avenida coincidió con la celebración de la inminente cosecha, lo que explica que ese día fuesen pocos los vecinos que se hallaban cerca del río, coincidencia que sin duda salvó muchas vidas. «Los GLOF siempre han existido –dice Byers–, pero nunca nos habíamos encontrado con tantos lagos peligrosos en un período tan corto. Apenas sabemos nada sobre ellos». La avenida del lago Dig llamó la atención sobre el peligro que suponen otros lagos del Himalaya. Sobre todo el lago Rolpa,

hielo. Si se produce una fusión rápida de una vía de escape de ese depósito, decenas de lagunas y depósitos endoglaciares interconectados pueden vaciarse simultáneamente y generar una inundación en toda regla. Aun siendo menos masivo y devastador que un GLOF, este tipo de evento –conocido en inglés como englacial conduit flood (inundación vía conductos endoglaciares)– es más frecuente, aunque no se conoce demasiado bien. Por el momento, sin embargo, los GLOF siguen siendo la preocupación número uno. Byers menciona la morrena que se yergue al pie del glaciar de Khumbu, donde hay varias lagunas pequeñas. «De ahí saldrá el próximo gran lago –dice, observando que la morrena descuella sobre la aldea senderista de Tugla–. Tarde o temprano será un peligro, es solo cuestión de tiempo».

Los glaciares del Himalaya contienen unos 3.850 kilómetros cúbicos de agua. La pregunta que acucia a los habitantes de la región es: cuando se fundan los glaciares, ¿adónde irá a parar toda esa agua? en el valle nepalí de Rolwaling, y el lago Imja, casi al pie del Everest, justo por encima de varios pueblos que jalonan la popular ruta hasta el Campo Base. A finales de los años ochenta los científicos empezaron a estudiar esos dos lagos. Las imágenes de satélite revelaron que el Imja se había formado después que el Dig, en los años sesenta, y que estaba expandiéndose a un ritmo alarmante. «El problema de los lagos glaciares es que los riesgos cambian constantemente», advierte Paul Mayewski, director de Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine y jefe de la expedición de National Geographic y Rolex realizada en 2019 para estudiar los glaciares de Nepal. Por ejemplo, muchas morrenas que represan los lagos glaciares están reforzadas de manera natural por bloques de hielo, que estabilizan la estructura en su conjunto. Si ese hielo se funde, lo que fuera una morrena sólida podría venirse abajo. También acechan otros peligros bajo el hielo. A medida que este se derrite, pueden formarse cavidades en el interior del glaciar en retroceso, que a veces se llenan de agua de fusión procedente de la superficie del glaciar. En ocasiones esos depósitos ocultos están conectados con lagunas superficiales por medio de conductos en el interior del 94

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Es difícil evaluar el peligro sin hacer antes un trabajo de campo, una labor que suele exigir varias jornadas de caminata hasta los lagos remotos. Aun así, un estudio de 2011 identificó en Nepal 42 lagos que entrañaban un riesgo elevado o muy elevado de causar inundaciones. En la región del Gran Himalaya, la cifra podría superar el centenar. lidiando con los peligros de los lagos glaciares es Perú, una nación montañosa que ha perdido hasta el 50 % de su hielo glaciar en los últimos 30 o 40 años y ha llorado a miles de víctimas mortales de eventos GLOF. Cuando en 1941 una riada devastadora generada por el lago Palcacocha se llevó por delante una tercera parte de la ciudad de Huaraz, cobrándose 5.000 vidas, los peruanos empezaron a idear métodos innovadores para drenar parcialmente los lagos glaciares peligrosos. Hasta la fecha se han represado y rebajado decenas de lagos en Perú, aprovechando el proceso para crear centrales hidroeléctricas y canales de riego. Pero en Nepal existen obstáculos insalvables que impiden reproducir algunas de esas soluciones pioneras. La principal diferencia entre Perú y el Himalaya es de naturaleza logística, explica OT RO PA Í S Q U E L L E VA MU C H O S A Ñ O S


Gyachung Kang

Cho Oyu

7.952 m

8.188 m

Glaciar de Rongbuk

Mt. Everest 8.850 m

Lunag Ri 6.895 m

de K hum b ciar

El nivel del lago Imja se alivió en 2016 para reducir el riesgo de inundación.

Desagüe controlado del Imja

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6.495 m

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Ama D A Dabl blam

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LAGO NARE

6.812 m

3 de sept., 1977

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Glaciar de Nare

Áreas urbanizadas Thame Montes Lu mdi ng

Glaciar de Trakarding

Glaciar de Kyashar

Namche Bazaar

Kyashar 6.770 m

Glaciar de Lumding Glaciar de Likhu

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Lago Lumding

LAGO TAMA

Phakding

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Lukla

Inkhu

6.958 m

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3 de sept., 1998

Numbur

La escala varía en esta perspectiva. La distancia entre la cima del Cho Oyu y Lukla es de 46 kilómetros.

A S I A NEPAL CHINA INDIA

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Inundación por desbordamiento de lago glaciar documentada

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Mt. Everest

L Katmandú DIRECCIÓN DE LA VISTA

0 km

50

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INDIA

SOREN WALLJASPER, NGM. FUENTES: CENTRO INTERNACIONAL DE DESARROLLO INTEGRADO DE MONTAÑAS (ICIMOD); COLABORADORES DE OPENSTREETMAP, DISPONIBLE BAJO LICENCIA OPEN DATABASE LICENSE; MEDICIÓN DESDE EL ESPACIO DEL HIELO TERRESTRE GLOBAL (GLIMS); ALTON BYERS, UNIVERSIDAD DE COLORADO EN BOULDER

Glaciar del Lhotse

LAGO CHOKARMA

Taboche

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Lhotse

8.516 m

Lago Imja j Tugla

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4 de agosto, 1985 27 de abril, 2015

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Lago Rolpa

El lago Dig generó en 1985 una inundación que destruyó puentes hasta Phakding. Glaciar de Langmoche LAGO DIG

L. Chola

Lago Dudh L. Taboche

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Gokyo

5.357 m

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L. Thonak

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Campo Base del Everest

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Glaciar de Sumna

Lagos peligrosos Según los científicos, la fusión acelerada de los 56.000 glaciares de Asia está creando cientos de nuevos lagos en el Himalaya y otras grandes cordilleras. Si la presa natural que contiene un lago glaciar se viniese abajo, la inundación resultante podría arrasar las poblaciones de los valles situados más abajo. Ingenieros radicados en Nepal buscan modos de reducir el nivel del agua de los lagos más peligrosos para atenuar la amenaza.


John Reynolds, un británico experto en riesgos geológicos que participó en la dirección de un proyecto para rebajar el nivel del Rolpa, conside­ rado por muchos el lago más peligroso de Nepal. «En Perú te plantas en coche a una jornada a pie del lago –dice–. En Nepal a veces tardas cinco o seis días en recorrer caminando la distancia entre el lago y la carretera más cercana». El lago Rolpa es tan inaccesible que la maqui­ naria pesada tuvo que transportarse desmontada en helicóptero y ensamblarse in situ. Tras levantar una pequeña presa con compuertas de descarga, los ingenieros empezaron a soltar agua poco a poco para rebajar el nivel del lago. Al final, el nivel del lago Rolpa perdió unos 3,5 metros: fue el pri­ mer proyecto de mitigación del Himalaya. En 2016 el Ejército nepalí participó en un pro­ yecto de emergencia que drenó el lago Imja a nive­ les parecidos. Ninguna de las dos iniciativas ha eliminado por completo el riesgo de inundación, 96

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pero ambas suponen –junto con la instalación de sistemas de alarma– un paso en el buen camino. No todos los lagos glaciares representan el mis­ mo grado de peligro. Además, a medida que se desarrollan nuevos métodos científicos para estu­ diarlos, se va aprendiendo a evaluar el verdadero nivel de amenaza de cada lago en concreto. En algunos casos (como el del lago Imja) los científi­ cos han concluido que la percepción del riesgo era exagerada. «En realidad no hay correlación entre la devastación causada por un GLOF y el tamaño del lago en cuestión –dice Reynolds–. El quid de la cuestión es cómo interactúa la masa lacustre con la presa en sí». Y no solo los lagos de gran tamaño son peligro­ sos, afirma el científico nepalí Dhananjay Regmi: «Nos preocupan más los lagos grandes, pero la mayoría de las catástrofes de los últimos años fueron causadas por lagos relativamente peque­ ños, para sorpresa de todos».


Al margen del tamaño del lago, no cabe duda de que cada vez son más frecuentes las condiciones que auguran una inundación. Reynolds apunta que, a medida que se funda el permafrost, cada vez serán más frecuentes los grandes deslizamientos de rocas y tierras; y si afectan a lagos vulnerables, podrían desencadenar inundaciones comparables a la que asoló en 1985 el valle del Khumbu. «En estos valles hay que hacer estudios de ries­ gos geológicos integrados –concluye Reynolds–. Los GLOF no son ni mucho menos el único peligro». Regmi considera que el aumento de tamaño de los lagos es una oportunidad de desarrollo. «Cada lago tiene sus propias características y exige actua­ ciones específicas», explica, observando que algu­ nos podrían ser fuentes de agua mineral y otros, buenas opciones para generar energía hidroeléc­ trica o atraer turismo. Alton Byers es optimista al ponderar el camino recorrido hasta ahora. «Ya no hablamos solo de

El lago Taboche sigue teniendo buena parte de su superficie congelada en el mes de mayo. Este y los demás lagos de la región nepalí de Khumbu se cuentan entre las masas de agua dulce

más elevadas del mundo y son un recurso vital para la población local. Pero algunos de ellos son un peligro para las aldeas situadas valle abajo si se desbordasen o cediesen sus presas naturales.

grandes obras de infraestructura, como el rebaje del Imja. Los habitantes de las regiones remotas de alta montaña están desarrollando sin hacer ruido sus propias tecnologías para adaptarse». Explica que los vecinos del Khumbu están colo­ cando gaviones –cestas de malla metálica rellenas de roca– para tratar de desviar las inundaciones de las poblaciones. El esfuerzo ya ha valido la pena: en 2016 se registró una inundación por conducto endoglaciar por encima de la aldea de Chukung. Los gaviones contuvieron el torrente y alejaron el agua de varios albergues. La aldea se salvó. j

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EN TELEVISIÓN

Córdoba, misterios ocultos ESTRENO DOMINGO 15 DE DICIEMBRE A LAS 22 HORAS

Sea of shadows ESTRENO DOMINGO 1 DE DICIEMBRE A LAS 22 HORAS

National Geographic estrena un documental producido por Leonardo DiCaprio dedicado a la protección de la vaquita marina, un cetáceo endémico del golfo de California que se encuentra gravemente amenazado.

National Geographic estrena un documental que revive la riqueza arqueológica y arquitectónica de Córdoba con imágenes generadas por ordenador. Esta producción local de National Geographic España, realizada en colaboración con un equipo de historiadores, acompaña al explorador de National Geographic Fabio Esteban Amador en su investigación sobre el pasado oculto bajo los cimientos de la ciudad. Córdoba: Misterios ocultos ofrece una mirada única sobre esta urbe milenaria, heredera de influencias romanas, cristianas, árabes y judías. Valiéndose de técnicas de georradar, lidar e imágenes en 3D, el equipo de Esteban Amador recrea los restos de otras culturas que aquí quedaron eclipsadas por el legado árabe. El documental muestra por primera vez los cimientos de esta ciudad andaluza fundada por los romanos hace más de 2.000 años.

NATIONAL GEOGRAPHIC Emite 24 horas al día en: Movistar+ (Dial 70) Vodafone (104) Telecable (52) R Cable (50) Euskaltel (33) y Orange (30) N AT I O N A L G E O G R A P H I C

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EN TELEVISIÓN

Los secretos del zoo ESTRENO LUNES 30 DE DICIEMBRE A LAS 18 HORAS

National Geographic Wild estrena la segunda temporada de esta serie dedicada al zoo de Columbia. En ella, los espectadores serán testigos del nacimiento de una jirafa y descubrirán cómo se le practica a un canguro una intervención dental.

Invierno salvaje TO D O S LO S D OM I N G O S D E L M E S A PA RT I R D E L A S 1 8 H O R A S

El invierno ya está aquí, y los animales deben prepararse para soportar el frío. Algunos se aferran a la vida en medio de la adversidad, otros encuentran su hogar en el hielo. El especial de National Geographic Wild Invierno salvaje, en antena todos los domingos del mes, presenta una selección de reportajes en los que el frío es el protagonista. La programación incluye estrenos todas las semanas, entre los que destacan series como Especial Wild Escandinavia, que recorre el vasto territorio helado que cubre esta región del norte de Europa; Alaska salvaje: el verano ártico, donde los espectadores descubrirán impactantes historias de supervivencia en una de las costas más indómitas de Estados Unidos, o Vida salvaje: la gran helada, acerca de la fauna que prospera en el Ártico canadiense. Además, todos los días, de lunes a domingo, a partir de las 14 horas se emitirán maratones temáticos especiales con los mejores documentales sobre esta materia.

NATIONAL GEOGRAPHIC WILD Emite 24 horas al día en: Movistar+ (Dial 71) Vodafone (105) Telecable (53) R Cable (55) Euskaltel (37) y Orange (31) N AT I O N A L G E O G R A P H I C

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JUAN VIDAL VISTE LA PRIMERA EDICIÓN LIMITADA DE LARIOS 12

ÁRBOLES, NUEVA EXPOSICIÓN DE LA FONDATION CARTIER

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2019

ENERO 2 Medicina de precisión 26 Cirugía 4.0 42 Microbios, secretos inquilinos 62 Los secretos de la medicina tradicional china 88 El arte de curar 102 La farmacia doméstica

FEBRERO 2 Litio, el oro del siglo xxi 26 Silicon Valley 46 Sacrificio ritual en los Andes 70 Canguros: ¿icono o plaga? 88 Ritos de rebelión 100 El riesgo de anegar la historia 112 Por arte de magia

MAYO 2 Leonardo: un genio avanzado a su tiempo 40 Gorongosa, paraíso natural de Mozambique 64 Microplásticos 78 Incendios, una lucha sin cuartel 98 Niñas de hoy, ritos de ayer

JULIO JUNIO 2 La llegada a la Luna 2 El Pórtico de la Gloria 28 El lado oscuro del turismo 34 ¡Despegue! El futuro de fauna salvaje 50 El mar del fin 58 Pangolines del mundo 78 Mujeres en la lucha contra 64 Níger, un país en la la caza furtiva cuerda floja 96 Salvemos nuestro 90 Refugiados rohingya Mediterráneo 100 Grandes felinos, 112 Las playas del desembarco un futuro incierto

OCTUBRE SEPTIEMBRE 2 Los celtas 2 La primera vuelta 30 El Cinturón de Fuego al mundo 36 Amenazados por 24 El arte del camuflaje la extinción 40 El Ártico se calienta 46 Ártico, la nueva guerra fría 58 Jirafas 70 Un misterio ártico 82 La primera vuelta al al descubierto mundo: el regreso 74 A solas con el lobo ártico 98 La fragilidad de la fauna 92 De África a España de agua dulce

MARZO 2 No estamos solos 36 Cuando dar la vida significa morir 58 Monstruos diminutos 68 El Salvador, crónica de una crisis anunciada 92 Alex Honnold, un icono de la escalada 102 Los héroes de Filipinas

ABRIL 2 Las ciudades del futuro 14 Reinventando las ciudades 44 El nacimiento de una ciudad 66 Recorriendo Tokio 92 La España más despoblada 112 Visión doble

AGOSTO 2 Los orígenes de Europa 22 El mar de los Sargazos 38 Borneo subterráneo 56 Compartiendo camino con migrantes 80 Dalái lama, el poder de la esperanza 100 Convertir flores en insectos

DICIEMBRE NOVIEMBRE 2 Jerusalén 2 Modelar el futuro subterránea 26 El bienestar de la mujer 30 Salvar los parques en el mundo de África 34 Las mujeres retratadas 52 Adictos al plástico en National Geographic 66 Tundra: amenaza 46 Reconstruir Ruanda bajo los pies 58 El derecho a vivir seguras 90 El techo del mundo 74 Pequeñas científicas se funde 84 Mujeres en la lucha


P R Ó X I M O

N Ú M E R O

La ciencia del dolor

Los científicos están dando importantes pasos para determinar cómo percibimos el dolor y qué podemos hacer para paliarlo.

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ENERO 2020

Las dietas de la longevidad

Japón, Cerdeña… hay lugares en los que la población goza de una vida larga y saludable. ¿Existen alimentos que inducen a la longevidad?

Yoga: más allá de la calma interior

La práctica del yoga es un antídoto efectivo para combatir el estrés de nuestro tiempo. La ciencia estudia sus beneficios para la salud.

Adiós a la barrera del manglar

Los Sundarbans, entre la India y Bangladesh, son una barrera natural contra las inundaciones. Su desaparición amenaza a millones de personas.

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16 días | 13 noches

3.754€

Hoteles 3*/4* Incluye: 14 desayunos, 8 almuerzos, 4 cenas y 26 visitas. Producto Politours



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