El segundo viaje a Italia Iki Alvarado Luna
Segundo viaje a Italia
Velazquez llegó a Málaga a principios de diciembre de 1648, desde donde embarcaría con una pequeña flota el 21 de enero de 1649 en dirección a Génova, permaneciendo en Italia hasta mediados de 1651, con el fin de adquirir pinturas y esculturas antiguas para el rey. Ta Pietro da Cortona para pintar al fresco varios techos de estancias que se habían reformado en el Real Alcázar de Madrid.
Al no poder comprar esculturas antiguas tuvo que conformarse con encargar copias en bronze(entre otros metales) bronce mediante vaciados o moldes obtenidos de originales famosos. Tamp Angelo Michele Colonna y Agostino Mitelli, expertos en la pintura de trampantojo.
Este trabajo de gestión, más que el propiamente creativo, le absorbió mucho tiempo; viajó buscando pinturas de maestros antiguos, seleccionando esculturas antiguas para copiar y obteniendo los permisos para hacerlo. Otra vez realizó un recorrido por los principales estados italianos en dos etapas: la primera le llevó hasta Venecia, donde adquirió obras de Veronés y Tintoretto para el monarca español; la segunda, tras instalarse en Roma, a Nápoles, donde se reencontró con Ribera e hizo provisión de fondos antes de retornar a la Ciudad Eterna.
En Roma, a comienzos de 1650, fue elegido miembro de las dos principales organizaciones de a Academia de San Lucas en enero, y la Congregazione dei Virtuosi de Pante贸n el 13 de febrero. La pertenencia a la Congregaci贸n de los Virtuosos le daba derecho a ex 19 de marzo, d铆a de San Jos茅, donde expuso su retrato de Juan Pareja ( Museo Metropolitano de Arte de Nueva York).
El retrato más importante que pintó en Roma fue el del Papa Inocencio X. Gombrich considera que Velázquez debió sentir el gran reto de tener que pintar al papa, y sería consciente al contemplar los retratos que Tiziano y Rafael realizaron a anteriores papas, considerados obras maestras, que sería recordado y comparado con estos maestros. Velázquez, de igual forma, hizo un gran retrato, interpretando con seguridad la expresión del papa y la calidad de sus ropas.
El excelente trabajo en el retrato del papa desencadenรณ que otros miembros de la curia papal deseasen retratos suyos de la mano de Velรกzquez. Palomino dice que realizรณ siete de personajes que cita, dos no identificados y otros que quedaron inacabados, un volumen de actividad bastante sorprendente en Velรกzquez, tratรกndose de un pintor que se prodigaba muy poco.
Muchos críticos adjudican la Venus del espejo a esta etapa en Italia. Velázquez debió de realizar al meno Venus, una de ellas citada en el inventario de los bienes que dejaba a 99 El tema del tocador de Venus había sido tratado anteriormente por d eróticas creaba serias reticencias en España. Cabe recordar que Pach
La correspondencia que se conserva muestra las continuas demoras de Velázquez para retrasar el fin del viaje. Felipe IV estaba impaciente y deseaba su vuelta. En febrero de 1650 escribió a su embajador en Roma para que le urgiese en el regreso: «pues conoceis su flema, y que sea por mar, y no por tierra, porque se podría ir deteniendo y más con su natural». Velázquez seguía en Roma a finales de noviembre. El conde de Oñate comunicó su marcha el 2 de diciembre y a mediado Módena. Sin embargo, hasta mayo de 1651 no embarcó en Génova.