Éxito comercial Iki Alvarado Luna Facultad de Artes y diseùo
Consideración y fama Johannes Vermeer y su obra permanecieron en su mayor parte desconocidas durante su vida, ya que sus cuadros no encontraron un público más allá de un pequeño círculo de conocedores y seguidores. La razón es su escasa producción y que cuadros suyos llegaban solo alguna vez a subastas.28 Y aunque la calidad de la obra de Vermeer era apreciada, su obra apenas suscitó atención. Johannes Vermeer no fue completamente olvidado durante los siglos XVII y XVIII, pero era raramente mencionado en la literatura. Aun así, su obra era alabada en general. A comienzos del siglo XIX creció el interés en Johannes Vermeer, a pesar de que hubiese poca información biográfica disponible. Los cuadros de Vermeer fueron especialmente ensalzados en los catálogos de subastas y alcanzaron buenos precios.
A partir de mediados del siglo XIX, la pintura de Vermeer tuvo una amplia recepción. El publicista y político francés Thore burger conoció la pintura neerlandesa del siglo XVII durante sus viajes por los entre la que se encontraba la de Vermeer. Thoré-Bürger reconoció que el realismo en la representación de la vida diaria se correspondía bien con la estética de su tiempo. Ayudó a la consagración de Vermeer con tres artículos periodísticos muy positivos. En los textos, William ThoréBürger catalogaba las obras de Vermeer y caracterizaba su pintura. Con los trabajos de Thoré-Bürger Vermeer entraba por primera vez de forma importante en la literatura sobre el Arte.
A principios del siglo XX, se descubrieron cuadros de Vermeer en colecciones privadas, como por ejemplo Mujer joven con sombrero rojo.29 Estas obras habían sido atribuidas a otros pintores, como Metsu y Hooch Pero Thoré-Bürger y otros críticos e historiadores del arte también atribuyeron a Vermeer cuadros que no eran suyos, como los de En la actualidad, Vermeer es uno de los pintores neerlandeses más famosos. Así, en 1995 y 1996, 460.000 personas visitaron durante 14 semanas la exposición Johannes Vermeer en la Haya en la que se exponían 22 de sus obras. Más extraordinario fue que las entradas se agotaran en la venta anticipada.
Comercialmente, las obras de Vermeer siempre tuvieron una posición destacada. El 16 de mayo de 1696 en una subasta de Houet en la que se subastaron 134 cuadros, 21 de ellos eran aparentemente de Vermeer. Los precios exigidos por estos cuadros se encontraban entre los 17 y los 200 florines. El hecho de que sus cuadros alcanzaran precios tan altos es una señal de que era un artista buscado. En la misma subasta, por ejemplo, un retrato de Rembrandt se vendió por algo más de siete florines y la Decapitación de San Juan Bautista atribuido Carel Fabritious se vendió por 20 florines, lo que subraya el valor de Vermeer.
En 1940 Hittler compró El arte de la pintura (Alegoría de la pintura) por 1.650.000 Reichmark a los austríacos Eugen y Jaromir Czernin. Los impuestos de unos 500.000 reichsmark también fueron pagados por Hitler. Anteriormente ya había habido varias ofertas, entre otras, una de más de seis millones de dólares del secretario de estado de Estados Unidos Mellon pero no se dio el permiso de exportación. El cuadro fue comprado para el museo de arte que tenía planeado en Munich.