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Selección de poemas La biblioteca del IES ZOCO
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Selección de poemas La biblioteca del IES ZOCO
Cuánto trabajo ella pasa Por corregir la torpeza De su esposo, y en la casa, (permitidme que me asombre) tan inepto como fatuo sigue él siendo la cabeza, porque es hombre.
Si alguna versos escribe -¿de alguno esos versos son que ella sólo los suscribe?; (permitidme que me asombre). Si ese alguno no es poeta, ¿por qué tal suposición? -Porque es hombre.
Una mujer superior en elecciones no vota, y vota el pillo peor; (permitidme que me asombre). Con sólo saber firmar puede votar un idiota, porque es hombre.
Él se abate y bebe o juega en un revés de la suerte; ella sufre, lucha y ruega; ella se llama “ser débil”, y él se apellida “ser fuerte” porque es hombre.
Ella debe perdonar si su esposo le es infiel; mas él se puede vengar; (permitidme que me asombre). En un caso semejante hasta puede matar él, porque es hombre.
¡Oh, mortal! ¡Oh, mortal privilegiado, que de perfecto y cabal gozas seguro renombre! Para ello, ¿qué te ha bastado? Nacer hombre.
ADELA ZAMUDIO
Libre te quiero como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía.
Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía.
Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía.
Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, pero no mía.
Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía.
Pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera.
AGUSTÍN GARCÍA CALVO
De ser mal casada no lo niego yo: cautivo se vea quien me cautivó.
Cautivo se vea y sin redención; dolor y pasión con él siempre sea;
su mal no se vea pues el mío no vio; cautivo se vea quien me cautivó.
Yo, triste cuitada, la muerte deseo y nunca la veo, que soy desdichada.
Tan triste casada ya nunca se vio. Cautivo se vea quien me cautivó.
Mujeres casadas que tal padecéis: si vida tenéis, sois muy desdichadas:
seréis lastimadas si sois como yo. Cautivo se vea quien me cautivó.
ANÓNIMO
Kabul
Pajarillo enjaulado, me han quitado los ojos y tengo una cuadrícula calcada sobre el mundo. Ni mi propio sudor me pertenece. Espera en la antesala, me dicen, y entrelazo mis manos mientras cubro de envidia las cabras que en el monte ramonean. Ciega de historia y lino me pierdo entre las sombras y a tientas voy contando la luz del mediodía. Noche mía del fardo que sin luces me arroja la esperanza del tiempo engastado en la letra. Noche mía, mi luz cuadriculada en negro, cómo pesa mi manto y su bordado, cuánto tarda la paz negra del cielo, cuánto tarda.
Poeta cordobesa nacida en Villanueva de Córdoba en 1945.
Es profesora especialista en Educación Infantil y miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.
Colabora en diversos medios literarios como articulista y crítica literaria, además de co-traductora de poesía italiana.
Ha obtenido importantes premios en el campo de la poesía y la narrativa entre los que se destacan: Premio Juan Alcaide en 1985 por «Paranoia en otoño», Premio Juan Ramón Jiménez por «Arte de cetrería» en 1989, XI Premio Carmen Conde por «No temerás» en 1994, el Premio San Juan de la Cruz por «El extranjero» en el año 2000 y el Premio de la Crítica 2011 por "Cartas de Enero". Recibió además el premio Carmen de Burgos por sus artículos periodísticos y los premios de Periodismo del Instituto de la Mujer en Madrid 1984 y Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer en 1998 por su trayectoria.
Huye hacia los bosques, vete a la montaña; límpiate la boca; vive en las cabañas; toca con las manos la tierra mojada; alimenta el cuerpo con raíz amarga; bebe de las rocas; duerme sobre escarcha; renueva tejidos con salitre y agua:
Habla con los pájaros y llévate al alba. Y cuando las carnes te sean tornadas, y cuando hayas puesto en ellas el alma que por las alcobas se quedó enredada, entonces, buen hombre, preténdeme blanca, preténdeme nívea, preténdeme casta.
Tú me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de nácar. Que sea azucena sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada.
25 de noviembre. Día internacional de lucha contra la violencia de género
Ni un rayo de luna filtrado me haya. Ni una margarita se diga mi hermana. Tú me quieres nívea, tú me quieres blanca, tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas las copas a mano, de frutos y mieles los labios morados. Tú que en el banquete cubierto de pámpanos dejaste las carnes festejando a Baco. Tú que en los jardines negros del Engaño vestido de rojo corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto conservas intacto no sé todavía por cuáles milagros, me pretendes blanca -Dios te lo perdone-, me pretendes casta -Dios te lo perdone-, ¡me pretendes alba!
ALFONSINA STORNI
ALFONSINA STORNI
(1892-1938)
Fue una poetisa y escritora argentina del modernismo
Storni ejerció como maestra en diferentes establecimientos educativos y escribió sus poesías y algunas obras de teatro durante este período. Su prosa es feminista, ya que busca en ella la igualdad entre el hombre y la mujer, y según la crítica, posee una originalidad que cambió el sentido de las letras de Latinoamérica.
Quiero mi libertad para septiembre; si no me la das, la tomaré a la fuerza con el fusil de guerra civil de mi abuelo. Adiós y no llores. BALBINA PRIOR
Balbina Prior: Nació en Villaviciosa de Córdoba (España) en 1964. Es licenciada en filología inglesa. Actualmente ejerce como profesora de inglés. Sus trabajos se han publicado en diversas revistas literarias como “Extramuros”, “Turia”, “Cuadernos del Sur”, “La República de las Letras”, “El Maquinista de la Generación”, Baquiana (USA), “Literaturas.com”, y “Singularidades” (Lisboa), de cuyo consejo asesor forma parte. Ha sido articulista del diario “Córdoba” Su último libro ha sido Final de Entrega. Antología de Poetas contra la violencia de género.
Ya no soy la niña amarga que tenía un mar de llanto y alta ortiga por el alma. Ya no soy la niña enferma que al oír risas lloraba; ya salí del solitario bosque que me acorralaba. Ahora soy la niña verde, porque floreció mi calma. Ya no soy la loca triste, ya no soy la niña blanca, nuevo amor ha traspasado con el nardo de su lanza mi corazón, que ahora tiene un nombre de menta y ámbar. ¡Ay, cuánta sonrisa noto que trepa por mis espaldas! ¡Qué brillo tienen mis ojos -viudos de siete mil lágrimas-! La vida me sabe a verso y los besos a manzana. -El monte arregla sus pinos, por las rocas el mar baila-. El amor danza en mi pecho. ¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda! Ya no soy la loca triste, que al oír risas gritaba; ahora soy la niña dulce, ya no soy mujer amarga.
GLORIA FUERTES
Mi Querido Odiseo: ya no es posible más esposo mío que el tiempo pase y vuele y no te cuente yo de mi vida en Ítaca. Hace ya muchos años que te fuiste tu ausencia nos pesó a tu hijo y a mí. Empezaron a cercarme pretendientes eran tantos tan tenaces sus requiebros que apiadándose un dios de mi congoja me aconsejó tejer una tela sutil interminable que te sirviera a ti como sudario. Si llegaba a concluirla tendría yo sin mora que elegir un esposo. Me cautivó la idea que al levantarse el sol me ponía a tejer y destejía por la noche. Así pasé tres años pero ahora, Odiseo, mi corazón suspira por un joven tan bello como tú cuando eras mozo tan hábil con el arco y con la lanza.
Nuestra casa está en ruinas y necesito un hombre que la sepa regir Telémaco es un niño todavía y tu padre un anciano preferible, Odisea, que no vuelvas los hombres son más débiles no soportan la afrenta. De mi amor hacia ti no queda ni un rescoldo Telémaco está bien ni siquiera pregunta por su padre es mejor para ti que te demos por muerto. Sé por los forasteros de Calipso y de Circe aprovecha Odiseo si eliges a Calipso recuperarás la juventud si es Circe la elegida serás entre sus chanchos el supremo. Espero que esta carta no te ofenda no invoques a los dioses será en vano recuerda a Menelao con Helena por esa guerra loca han perdido la vida nuestros mejores hombres y estás tú donde estas. No vuelvas, Odiseo, te suplico. Tu discreta Penélope.
Clara Isabel Alegría Vides
Nació en Nicaragüa en 1924. Es una escritora, poeta, narradora, ensayista y traductora de la poesía de Robert Graves y otros autores ingleses.
Durante toda su vida, Alegría, a la que se ha integrado en la llamada Generación comprometida, ha subrayado el compromiso con la resistencia no violenta, en contra de los regímenes dictatoriales y de las guerras e injusticias sociales que han asolado sus países de origen.
I El hombre que me ame deberá saber descorrer las cortinas de la piel, encontrar la profundidad de mis ojos y conocer lo que anida en mí, la golondrina transparente de la ternura.
II El hombre que me ame no querrá poseerme como una mercancía, ni exhibirme como un trofeo de caza, sabrá estar a mi lado con el mismo amor con que yo estaré al lado suyo.
III El amor del hombre que me ame será fuerte como los árboles de ceibo, protector y seguro como ellos, limpio como una mañana de diciembre.
IV El hombre que me ame no dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo, respetará la tristeza, el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra para que brote música y alegría desde el fondo de mi cuerpo.
V El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro. 25 de noviembre. Día internacional de lucha contra la violencia de género
VI El hombre que me ame hará poesía con su vida, construyendo cada día con la mirada puesta en el futuro. VII Por sobre todas las cosas, el hombre que me ame deberá amar al pueblo no como una abstracta palabra sacada de la manga, sino como algo real, concreto, ante quien rendir homenaje con acciones y dar la vida si es necesario. XI El amor de mi hombre no querrá rotularme y etiquetarme, me dará aire, espacio, alimento para crecer y ser mejor, como una Revolución que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria. GIOCONDA BELLI
VIII El hombre que me ame reconocerá mi rostro en la trinchera; rodilla en tierra me amará mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo.
IX El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quieroo hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos.
X El amor de mi hombre no le huirá a las cocinas, ni a los pañales del hijo, será como un viento fresco llevándose, entre nubes de sueño y de pasado, las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados como seres de distinta estatura.
Podrás inscribirme en la historia con tus mentiras amargas y retorcidas; podrás arrastrarme en la basura misma y, a pesar de todo, como el polvo, me levantaré. ¿Te desconcierta mi insolencia? ¿Por qué te acosa la melancolía?
Igual que las lunas y los soles, con la certeza de las mareas; igual que las esperanzas que alto vuelan; a pesar de todo, me levantaré. ¿Querías verme destruida? ¿Con la cabeza inclinada y los ojos cerrados? Los hombros caídos como lágrimas. Debilitada por mis gritos conmovedores.
¿Te ofende mi arrogancia? No lo tomes tan a mal, porque me río como si tuviera minas de oro cavándose en el patio de atrás. Puedes dispararme las palabras, puedes cortarme con los ojos, puedes matarme con tu odio, y, a pesar de todo, como el aire, me levantaré.
¿Te desconcierta mi sensualidad? ¿Te resulta una novedad que baile como si tuviera diamantes en el medio de mis muslos?
Desde los cobertizos de una vergüenza histórica me levanto. De un pasado enraizado en el dolor me levanto. Soy un océano negro, impetuoso y extenso; fluyendo y embraveciendo, soporto la marea. Dejando atrás noches de espanto y miedo me levanto. En un nuevo día asombrosamente claro me levanto. Con los talentos que mis ancestros dieron. Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo. Me levanto. Me levanto. Me levanto.
MAYA ANGELOU
Maya Angelou
Poetisa y novelista norteamericana nacida en 1928. Es también activista por los derechos civiles, actriz y cantante. Es profesora de literatura y estudios americanos en la Universidad de Carolina del Norte
Era bello y prohibido, lo que hacía aún más deseable su estatura, el arco de su pecho, su grandeza, su forma de mirar, como una herida. Era altivo, inasible. Nos tenía bajo el yugo febril, en la penumbra del amor incumplido largamente.
Sabiéndonos perdidas, decidimos que no importaba el precio: la victoria habría de ser su piel o nuestra vida. Bajo un cielo de neón de luna muerta velamos nuestras armas. Apostadas en el rincón canalla, en la espesura del último garito, dispusimos el cerco tras el horno, imaginando que bien valía el botín tanta batalla.
Era hermosa la noche. Consintieron los dioses que el combate se inclinara a mi estrella. Cuerpo a cuerpo, feroces, desnudos y silentes demoramos la huida. Mas cuando despeñamos erguidos los deseos y coloqué mi beso sobre su frente esquiva, como en todos los cuentos se deshizo el hechizo y mi príncipe-rana se perdió con la noche.
MARÍA ROSAL, Fernán-Núñez (Córdoba) 1961. Licenciada en Filología Hispánica y Doctora en Teoría de la Literatura y del Arte y Literatura Comparada por la Universidad de Granada, trabaja como profesora de Didáctica de la Literatura y Literatura Infantil en la Universidad de Córdoba.
Tras la fatalidad de tus ojos, que son de mármol blanco, porque olvidan, hay un liviano vahído de versos, que mecen tus cabellos de ideas fragmentadas a golpes.
El silencio se bambolea entre los brazos perdidos de la Venus que bañó su ilusión en un mar que no era suyo.
Has caminado errante, y tenías los ojos demasiado azules de libertad, y la boca jugosa, fruta entregada. Es una forma ingenua de dejar que te atropellen el alma.
Se ha estremecido el aire oro de una tarde que ya es piedra.
¿Quién quiere ver tu boca cosida por puños que dicen amarte? Hay un agua hirviente que pasa de vaso a vaso hasta convertirse en sangre. Es una consagración endemoniada de la que sólo tú puedes huir.
Y los demás giramos los ojos mirando eternidades