V CERTAMEN LITERARIO PREMIO JOSÉ NOGALES
Día del Libro, abril de 2013
LUIS SUPERA SU MIEDO Había una vez un niño llamado Luis que tenía miedo a la oscuridad. Un día le dijo su madre: – No debes tener miedo, piensa en los ciegos, ellos ven con sus manos. – ¿Sí mamá?- dijo Luis. Entonces su madre le dio una idea. – Cuando te dé miedo cierra los ojo y prueba a ver con tus manos. A la mañana siguiente Luis se levantó muy contento y le dijo a us madre: – Mamá el miedo es blandito. Luis se había dado cuenta que las cosas que le daban miedo eran sus muñecos de peluche. Luis, 3º B …...........o0o.................
EL SUEÑO DE UN HADA Érase una vez un hada muy buena; su mejor amiga era la hija del rey. Una mañana cuando fue a visitarla, la encontró muy enferma, tanto que su papá el rey, le dijo que no había solución. El hada se fue llorando. De pronto apareció un unicornio blanco como la nieve y este le dijo: – ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? – Porque mi mejor amiga está enferma y no tiene solución. – Tengo un amigo que te podría ayudar. Es un poquito raro , no te asustes al verlo. – ¿Y quién es ese amigo misterioso? – ¡Es un ogro! – ¡¡¡Un ogro!!! – Sí, vive en una cueva, pasando el río. – – Gracias, nunca te olvidaré. El hada voló hasta encontrar la cueva del ogro. – Niña , ¿qué haces aquí?¿quién eres?- dijo el ogro. – Tengo un problema, mi mejor amiga está enferma. Me han dicho que tú eres el único que puede salvarla. – ¿Quién te manda? – El unicornio blanco. – Está bien, pero a cambio me tendrás que dar lo que yo quiera.
– Pide lo que sea y te lo concederé. – Mmmmm, no sé. Bueno ¿Te casarás conmigo? Lo mira con duda y dice: – Sí, pero démonos prisa. – Se dirigieron al pueblo, visitaron al rey y cuando vieron a su amiga le dieron la pócima. Pasados unos días su amiga mejoró. El rey agradeció la ayuda del ogro y les dio una casita al lado del río para que vivieran felices. A la mañana siguiente, antes de la boda, el hada se presentófrente al ogro, pero su gran sorpresa fue que veía a un apuesto hombre. – ¿Quién eres? ¿Y mi prometido? El ogro contestó: – Tu prometido soy yo. Gracias a tu buen corazón por no haberte asustado al verme y aceptarme tal y como soy, me he convertido en un guapo hombre para ti. Descubrió que sus sueños se hicieron realidad, su amiga se curó y ella conoció el amor. Eva María Jiménez Carrión
4º C
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EL FLAUTISTA
LUCAS
Érase una vez un niño italiano llamado Lucas, que vivía con sus padres en una ciudad llamada Venecia, en Italia. Sus padres eran muy pobres. No tenían dinero para comprar comida, ni ropa, ni podía ir al colegio. Su casa era muy vieja, no tenía ni puertas, ni ventanas, ni sillas, ni mesass, ni camas. Dormían en el suelo. Un día Lucas se encontró una flauta que algún niño se le habia perdido. La cogió y se la llevóa asu casa. Al principio no sabía cómo se tocaba ese instrumento hasta que se dio cuenta que si soplaba sonaba. Como no iba al colegio ni nada se llevaba todo el día en su casa tocando la flauta. Çasí con el tiempo aprendió a tocar muy bien. Los vecinos de Lucasss cuando lo escucharon tocar la flauta le dijeron a sus padres que lo llevaran a las calles principales de Venecia para que tocara allí la flauta y así la gentele daría dinero. Sus padres lo llevaron a una calle donde pasaban muchos turistas. Mucha gente se reía de él porque estaba muy mal vestido, con una ropa muy vieja, rota y sucia. Otra gente le echaba dinero en la gorra. Entonces poco a poco juntó dinero y se compró una camisa u unos pantalones nuevos y todos los días podían comprar comida para él y sus padres. Cuando más tranquilos estaban a la madre le entró una enfermedad y se murió. Lucas y su padre se quedaron muy tristes y otra vez empezaron a no poder comprar comida porque Lucas no tenía ganas de tocar la flauta. Una mañana , cuando el padre se levantó le dijo a Lucas que que era mejor irse de esa ciudad para buscar trabajo en otro lugar. Lucas le dijo a su padre que se quedaba en Venecia y él siguió tocando la flauta. Su padre se fue a España a trabajar. Lucas seguía tocando la flauta por las calles y la gente le daba muchas monedas y así podía comer todos los días. Pero estaba muy triste porque estaba solo. Una tarde, cuando estaba tocando, se le acercó un hombre y le preguntó si se quería ir con él para çEspaña porque le había gustado mucho cómo tocaba.ç Al principio Lucas le dijo que no, pero cuando se acordó que su padre estaba en España, rápidamente le dijo que sí. Lucas llegó a España con el hombre y cuando vio su casa se dio cuenta que tenía mucho dinero. Fue al colegio “José Nogales”, aprendió a leer y escribir. Hizo muchos amigos y amigas. Cuando se hizo mayor estudió en la universidad y fue profesor de flauta. Empezó a tocar en el Aula de música de Aracena. Como ganaba mucho dinero se compró una casa muy bonita con un jardín muy grande. Una mañana salió a buscar a su padre y cuando lo encontró se lo llevó con él a su casa. A partir de entonces los dos juntos fueron muy felices.
Alejandra González Guerra 4º C
KIVIN Y LAS PALABRAS MÁGICAS Kevin era un niño de 6 años que vivía en Sevilla con sus padres. Llevaba varios años durmiendo sólo en su cuarto, pero cuando llegaba la noche y tenía que irse a la cama, se ponía muy nervioso porque temía despertarse a media noche con ganas de ir al lavabo. Entonces pensaba que había monstruos escondidos detrás de las puertas, debajo de la cama.... Kevin lo había probado todo: ir con una linterna, con su osito de peluche e incluso intentó ir con los ojos cerrados, pero se chocaba con todo. Un día por la noche, su abuela fue a levantarlo y cuando vio la cara de Kevin le preguntó: Kevin ¿te pasa algo? El niño le contó lo que le pasaba y la abuela muy seria sacó de su bolsillo un papel en el que estaban escritas unas palabras mágicas: “MIEDOS DESAPARECED Y EN VALOR TE CONVERTIRÉ” Cuento de 1ºD
SAMUEL Y LAS NORMAS. Erase una vez un niño llamado Samuel que paseaba por el camino del Rebollar con su madre y su perro, pero iba muy triste porque ya comenzaba el Cole. Él tenía miedo, no había ido nunca. Al llegar al Colegio se dio cuenta que era muy divertido, podía jugar en el patio con sus amigos, tenía muchos amigos nuevos, su maestra le enseñaba a escribir, a leer, a escuchar, ¡ a cumplir las normas! Podría ser el más listo de la clase, ¡Pero no le gustaba cumplir normas! Cuando llegaba a su casa, todos los días, contaba a su madre lo que había aprendido. Al final a Samuel le encantó el cole, cumplir las normas y sacó muy buenas notas. ¡ FIN! Cuento de 1ºB
INVENTAR UN CHISTE
Érase una vez un niño que se llamaba Cuchiflito. Tenía un problema y un sueño. El problema era que se reían de él porque su nombre era gracioso. Su sueño era inventar un chiste muy gracioso. Al menos había una niña que lo apoyaba y le ayudaba a inventar chistes, se llamaba Marta y Cuchiflito estaba enamorado de ella. Unos años después , ya tenía ocho años y ella seguía ayudando a Cuchiflito .Le decía : ¡Tú puedes!, ¡ Tú puedes! Y seguía diciendo : ¡Tú podrás!. No paraba de darle ánimos. Cuchiflito dio en el clavo: si inventaba un buen chiste sería el noño más popular del colegio. Entonces,Cuchiflito se puso a pensar en casa, en el cole, en casa de su abuela y con sus tíos. Así, inventó un chiste tras otro, pero todos eran muy malos. Un día pensó : puedo inventar un chiste con lo que me rodea, y se le ocurrió otra idea; su primo estaba en la misma clase que él, en 2º C, se llamaba Alejandro y decía muchas tonterías, aunque ninguna era tan buena como para un buen chiste. Un día el primo Alejandro vio a su padre que dormía y le dijo: -“¡ Habla si estás dormido ! “. De pronto, a Cuchiflito se le ocurrió un gran chiste : -“¡ Habla si estás dormido ! “ -” ¡ Ah, que estás despierto !
Elisa Amián, 2ºC
MI QUERIDO COLEGIO Érase una vez un niño llamado Juane y todos los días iba contento al colegio. Un día regresaba a su casa muy triste, le habían dicho chino. Él iba pensando por el camino que no volvería al colegio porque tenía muchos problemas. Había algunos niños que lo molestaban y no lo dejaban jugar y otros se peleaban. Algunos se terminaron cuando los de sexto se fueron al instituto; pero ahí no se acababan todas las dificultades. Después de darle muchas vueltas a su cabeza se fue a hablar con su maestra y juntos pensaron un plan. Cada vez que le decían algo les contaba cosas de su país. Así, poco a poco,hizo muchos amigos. Y, a partir de ese día, se fue al colegio feliz.
Juane, 2º B
EL ZORRO TEMEROSO
EL ZORRO TEMEROSO. Érase una vez una familia de zorros que vivían en una cueva detrás de una cascada. Dentro de la familia había un zorrito que se llamaba Raposo, era el más pequeño de siete hermanos y dos hermanas. Un día Raposo, estaba jugando con un conejo persiguiéndolo, hasta que llegó a la cascada, el conejo saltó por una rama pero,.., el pobre zorro tenía miedo, porque su familia le había contado historias sobre sus antepasados y esta cascada, y el pensaba que los ruidos que salían de ella eran los espíritus de sus antepasados. Salió corriendo y dejó al conejo allí tirado llamándole y pidiéndole que no se fuera y siguieran jugando. Raposo, no le hizo caso y lo dejó, tenía mucho miedo. Su madre le explicaba que el ruido era el agua que chocaba con la cueva, pero el pequeño con el miedo en el cuerpo no le creía. Por las noches antes de dormirse se subía a la cueva para ver si había un espíritu pero solo estaba la cascada, caudalosa y solitaria. Cuando jugaban al pillar con los animales y ellos siempre cruzaban la cascada él se quedaba en la estacada. Por la noche tenía pesadillas y no dejaba dormir a la manada, soñaba que probaba a saltar la cascada y no lo conseguía, después, se levantaba para desayunar. Sus hermanas intentaban quitarle el miedo. Toda la familia estaba preocupada por Raposo y su miedo a la catarata y habían intentado muchísimos remedios pero no lo conseguían.
Un día, mientras Raposo dentro de la cueva miraba fijamente a la cascada, el abuelo le dijo: - “Vale que tus antepasados se cayeran pero tú podrás saltar esa cascada”. Raposo lo miró sorprendido, así que era verdad lo de sus antepasados. Y le preguntó a su abuelo: – “Entonces los sonidos, ¿son sus espíritus quejándose, no, abuelo?.” Antes de que le contestase el abuelo, Bobi el hermano mayor de Raposo interrumpió y dijo que venía hacia allí un incendio y que todos debían de cruzar para ponerse a salvo. Primero pasaron los conejos, las liebres, los gamos, los ciervos, los lobos,...., animales todos que sabían saltar muy bien y que superaban la cascada sin problemas. Por el último le tocaba pasar a la familia de los zorros. Todos saltaron con facilidad, menos uno: ¡Raposo!. El bosque en pleno empezó a gritarle desde el otro lado: - “¡vamos, Raposo salta!”, El fuego estaba cada vez más cerca y se quedaba sin espacio para coger carrera en el salto. En el último instante de entre el humo, salió un figura que Raposo no reconocía bien porque sus ojos lloraban por culpa del humo y del miedo también. Notó como la figura le cogió de la mano y le llevó poco a poco hasta la cascada, con una voz que le recordaba a la de su abuelo, pero más cálida y más fina, escuchó que le decía: -“Tienes que coger impulso, echar tu peso sobre las patas traseras y sin pensártelo dos veces saltar. Siempre llegarás al otro lado, el único que no lo logró fue el patoso de tu abuelo, que acabó cayendo al agua, pero la culpa no fue de él sino de los ojos de la zorrita a la que se quedó mirando embobado. Y que al final tuvo que tirarse al agua para salvarlo, así se conocieron tu abuelos y comenzó la historia de tu familia y esta cascada”. Raposo miraba a la figura sorprendido, y le preguntó atropelladamente. -“Entonces, tú eres mi,..., y las voces que se oyen dentro de la cascada, ¿qué son?”, le dijo medio mareado por el humo y el calor del fuego. - “No te entretengas más y salta”. “Confía en mí”. Y con un suave beso se despidió de él. Raposo, siguió las instrucciones de la figura, tomó impulso echó su
cuerpo hacia atrás apoyando su peso en sus cuartos traseros y saltó. Fueron uno segundos solamente, pero pudo ver como pasaba el río y su cascada por debajo de él, la fuerte corriente, las piedras en el fondo y cuando iba a caer en la otra orilla, se dio cuenta que la figura se había quedado al otro lado. Aterrizó, y rápidamente se volvió pero en la otra orilla no había nadie. Parecía que ese beso le había dado las fuerzas suficientes para saltar. Toda su familia se le acercó y empezó a abrazarle diciéndole: -“lo has conseguido, eres un valiente, has superado tu miedo”, pero él confuso no dejaba de pensar en quien le había indicado como saltar y que se había quedado al otro lado. Al pasar un par días los animales se instalaron en la otra orilla de la cascada. Durante la instalación de sus nuevos hogares, Raposo se acercó a su abuelo y le preguntó: – “Abuelo, ¿cómo conociste a la abuela?”. El abuelo muy sorprendido le contestó: – “Pues, verás, yo era un apuesto zorro, que por las mañanas salía a asearse en el río, y un día me crucé con una linda zorrita que cuando me vio se quedó embobada”. – “Y ¿no te pasó nada con la cascada y el río?”, dijo Raposo. – “¿Cómo?”, le contestó muy sorprendido el abuelo. “¿A qué te refieres?”. – “No nada”, dijo el joven zorro. “Es que oí una historia una vez, de un zorro que intentando cruzar la cascada se quedó embelesado mirando una joven zorra, y acabó cayendo al río y la joven lo salvó”. – “Pero, ¿quién te ha contado eso?, si nadie lo sabía. Tu abuela y yo decidimos no contárselo a nadie y mantuvimos el secreto hasta hoy”. – Dijo Raposo: “Entonces, es cierto, te caíste al río”. – “Así es, la historia es como te la han contado, pero dímelo ¿quién te lo ha dicho?”. – “Nada, nada no me vas a creer”, contestó Raposo. – “Venga dímelo, te creeré”, dijo el abuelo. – “Vaaalee, te lo diré, ha sido el único animal que lo sabía y que se quedó al otro lado, en la cascada”.
– “Pero, eso no puede ser, si tu abuela murió cuando dio a luz a tu padre el más joven de nuestros hijos, y ni siquiera él se acuerda de como era ella, ¿cómo la vas a conocer tú?”. – “Lo ves, sabía que no me creerías”, le dijo Raposo. Se miraron unos segundos fijamente y empezaron a reír. – “Cuéntame, como estaba, tan guapa como la última vez que la vi,”, dijo el abuelo. – “No te lo puedo asegurar, porque con el humo no veía bien. Lo que me llamó la atención fue su voz. Era parecida a la tuya pero más fina y más cálida. Y lo más importante, fue la que me infundió los ánimos suficientes para saltar el río y salvar mi vida.” contestó Raposo. – “¿Sabes que fue lo último que me dijo, cuando me salvó a mí: “confía en mí” y me dio un suave beso, que me hizo recuperar las fuerzas para salir del río”. Más aún, cuando salimos del río le dijo a todo el mundo, que yo le había salvado y así me gané una fama de héroe que nos vino muy bien para integrarnos en esta comunidad y formar nuestra familia”. – “Abuelo, ya sólo me queda por saber una parte del secreto de la cascada, ¿qué eran las voces que sonaban dentro de la cascada?”. – “Eso, Raposo, lo dejaremos para otro momento, ya está bien de secretos por hoy”.
MORALEJA: Inténtalo siempre, hasta que lo consigas.
Carlos Romero 5º
EL VERDADERO VALOR Un día frío de invierno, en la puerta de una tienda de animales había un cartel que decía: “Se venden cachorritos de perro”. Una niña de 11 años, con guantes, bufanda y gorro, entró en la tienda de animales y le dijo al dueño: – ¡Hola! He visto que se venden cachorritos, ¿me los puede enseñar? – Sí, un momento -contestó amablemente el hombre. Se abrió una puerta y salió una perrita seguida de cinco cachorritos. Había uno que estaba rezagado y cojeando. Entonces la niña preguntó: – ¿Qué le pasa al perrito que va el último? – A ese perrito le falta una pata. – ¡Genial! -exclamó la niña eufórica- ¡Yo quiero ese perro! – Si quieres, yo te lo regalo. -dijo el hombre, extrañado al ver que la niña quería ese perro. – No voy a aceptar eso. Ese cachorrito es igual a todos los demás. Dime cuanto valen los otros, yo te pagaré lo mismo por este perro. – A ver, niña, -explicó el hombre- tu no me has entendido. Ese perro no va a poder correr ni jugar contigo. No sé para qué lo quieres. La niña se quitó un guante, y apareció un brazo sin mano. Ella explicó: – Cuando tenía seis años, me apunté a gimnasia rítmica. Por entonces, todavía tenía mano. La verdad es que era muy buena en ese deporte. A los ocho años tuve un accidente y me quedé sin una mano. La gente decía que ya no se iba a poder cumplir mi sueño de ser gimnasta profesional. Yo decía que por qué, que yo valía IGUAL QUE LOS DEMÁS. Me
he vuelto a apuntar a gimnasia rítmica, he ido a muchas competiciones y las he ganado. Creo que mi sueño se va a cumplir. El perro necesitará a alguien que lo entienda y que sepa encontrar su VERDADERO VALOR. Creo que yo soy esa persona. El hombre, emocionado al escuchar el relato, le dijo: – No creo que haya otra persona mejor en el mundo para cuidar de este cachorrito. Tienes razón, vale igual que los otros y tú has encontrado su VERDADERO VALOR. Al final la niña se llevó al perro, y le llamó Big. Ahora ya son mayores, la niña es gimnasta profesional, y ha ganado tres medallas de oro y dos de plata en los J.J.O.O. de Pekín y de Londres.
FIN
Carmen Gago 6º