PORTADA
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ÍNDICE Agradecimientos……………………………………………………………………….3
Introducción…………………………………………………………………………….5
Ruta de lectura, corpus y estrategias metodológicas…………...…………………9
Capitulo I- El vínculo política-cultura, el Estado-nación como administrador/tutor cultural…………………………….…………………….16
Caputulo II- Lo performativo de la nación a partir del discurso sobre patrimonio cultural del CONACULTA……………………………………………………………28
Análisis del discurso del Programa Nacional de Cultura 2007-2012 ……….….29
Análisis del discurso de “El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo” y “Patrimonio Cultural Inmaterial y Turismo”………….……38
Análisis del discurso del Atlas de infraestructura y Patrimonio Cultural de México………………………………………………………………..….43
Capitulo III- Mecanismos de legitimación de la nación en el discurso mediático sobre patrimonio por parte del Conaculta…………………………………...…….49
Análisis de Revista Cultura y Arte de México …………………………………….51
Análisis del artículo “Una noción de patrimonio más ampliia”.......................…54 Análisis del articulo “Y su legado es la ley”………………………………………..58
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Análisis del artículo “Arte Indígena que celebra los orígenes de América”……62
Análisis del artículo “Tamayo renace”………………………………………….….65
Spot televisivo “La diversidad Cultural de México”……………………………….68
Spots televisivos Elisa Carrillo e Isaac Hernández………………………………73
Conclusiones……………………………………………………….………………77
Bibliografía…………………………………………………………………………83
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Agradecimientos Me resulta imposible la tarea de enumerar con exactitud a las personas que forman parte de este trabajo. Personas que quizá si no tuvieron injerencia en la realización de tal, pero sí me incitaron a hacerlo y forman parte de lo que soy en este momento. Resulta inconcebible el no agradecerle a mis padres por el apoyo, por estar al pendiente de mí en los días eternos de trabajo, en las recurrentes pláticas y los cuidados siempre presentes por parte de mi madre a altas horas de la noche en donde la mayoría de las personas acostumbran dormir. A la Universidad Autónoma Metropolitana, por ser lo mejor que me ha pasado, por brindarme tanto y por prepararme para ser una ciudadana capacitada y responsable. A mis maestros, Mario Rufer y Yissel Arce que más allá de ser unos excelentes docentes, son personas admirables que despiertan en mí motivaciones para lo que me viene a futuro. A Diego Vargas por ser maestro, amigo, compañero, por siempre estar presente y por compartir de su vasto saber. De igual manera a todos los maestros presentes a lo largo de mi carrera, aquellos que más allá de compartir conocimientos académicos, me enseñaron a celebrar victorias y superar derrotas. Aquellos que me hicieron llorar, sufrir, interesarme en temas que no conocía, enseñarme nuevos mundos, confiar en mí e incitarme a siempre mejorar. A mi compañera de trabajo, por los innumerables tés, las horas invertidas tanto solas como juntas, los chistes, las bromas, las lágrimas, las peleas, los desacuerdos, todo aquello que más allá de alejarnos nos unió más. Gracias por vivir esta aventura conmigo y siempre tener un abrazo y las palabras adecuadas para dividir los problemas y multiplicar los logros. Punto imprimir. A él, que estuvo desde el comienzo en todo esto. Cuando nadie más estuvo y cuando más lo necesitaba. Por hacerme ver que podía hacer las cosas y por siempre tener un consejo, un regaño, un café batido y un abrazo en momentos inestables y de cansancio. A él, por enseñarme que esto fue sólo un simulacro de las situaciones difíciles que trae consigo el mundo real. A todas aquellas personas que a lo largo de mi vida han dejado un poco de ellos y se han llevado un poco de mí. Muchas gracias por formar parte esto. Carolina De Luna Franco
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Este trabajo fue posible gracias al apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco y que me permitió crecer durante estos cinco años de carrera. Quisiera agradecer especialmente a Yissel Arce y Mario Rufer por dedicarse con tanto fervor y amor a la docencia, por enseñarnos un nuevo camino, por haber trabajado arduamente en nuestras histerias, tristezas y alegrías durante esta investigación. A Diego Vargas por su apoyo y enseñanzas, gracias por tu amistad. Gracias a Mónica Cejas por una lectura tan comprometida y por exigirnos más en cada palabra. Gracias a cada uno de los maestros con los que tuve el gusto de compartir esta aventura : A Guiomar Rovira por enseñarme lo valioso de la humanidad y de las palabras, a Víctor Ortega, Reyna Sánchez, a Omar Quintero gracias por no dejar que me saliera del camino y a Joaquín Giménez por apoyarme en todas mis aventuras y dejarme recorrer el mundo. Gracias al Conacyt por el apoyo otorgado y por la confianza. A mi familia, en especial a mi tía por levantarme a las cuatro de la mañana para aprender a realizar un noticiero, y por hacerme dormir en las rotativas de un periódico, gracias por tu apoyo en este camino. A mi papá por hacer una carrera por segunda vez junto a mi, a mi abuela por todos los cafés compartidos y a mi hermana por todas las platicas de media noche. A mis amigos por ser una familia para mi y estar a mi lado durante este proceso, gracias a Rafael Quintero por no dejarme ver hacia abajo, Tania Ramírez, Jenny Rangel, Aiko Aguirre, Midori Simg, Mariana Bojorges, Marcia Macías, Fernando Su, Ricardo Perezgil, Alejandra Mejía, Aldo Ojeda, Azucena Meza, Karla Vega y a Rogelio González por las discusiones eternas y por apoyarme siempre. A Carolina de Luna por ser mi compañera en este proceso, por compartir su amistad y amor conmigo, este es el punto imprimir de este proyecto pero a nuestra amistad le quedan muchas páginas más. Aldonza Miranda Valle
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“Es imposible hablar sobre “la única historia” sin hablar del poder. Hay una palabra del idioma Igbo1 que recuerdo cada vez que pienso sobre las estructuras del poder en el mundo y es nkali, es un sustantivo cuya traducción es “ser más grande que el otro”. Al igual que nuestros mundos económicos y políticos, las historias también se definen por el principio de nkali. Cómo se cuentan, quién las cuenta, cuándo se cuentan, cuántas historias son contadas, en verdad depende del poder. El poder es la capacidad no solo de contar la historia del otro, sino hacer que esa historia sea la historia definitiva.” Chimamanda Ngozi Adichi2
México no es una sociedad culturalmente unificada, por el contrario es un país caracterizado por las diferencias, además de las desigualdades 3 dadas a lo largo del tiempo. La presencia de diferentes grupos indígenas, la existencia de culturas regionales (como la norteña, jarocha, yucateca, entre otras), el contraste general entre la cultura rural y urbana; y los niveles culturales que corresponden a las diversas clases sociales y estratos económicos, tienen una historia oficial narrada por el principio nkali, el Estado. Decidimos hacer nuestra tesis sobre el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes cuando nos dimos cuenta que nuestra vida cotidiana estaba estrechamente vinculada a su quehacer. Asistíamos reiteradamente a las exposiciones organizadas por el Consejo, leíamos sus publicaciones, nos informábamos sobre los eventos, nos relacionamos con personas que 1
Lengua hablada en Nigeria por 18 millones de personas de la etnia igbo, especialmente localizados en la región conocida anteriormente como Biafra. Es una lengua tonal y usa el alfabeto latino. 2 Novelista nigeriana nominada para el Premio Orange Fiction (2004) y galardonada con el Premio de Escritores de la Commonwealth al Mejor Primer Libro (2005) 3 Términos propuestos por Guillermo Bonfil Batalla argumentando que diferencia no es lo mismo que desigualdad. La diferencia existe como resultado de historias que han dado lugar a diversas culturas particulares, la desigualdad, también producto de la historia, proviene de las relaciones asimétricas, de dominación-subordinación, que ligan a pueblos con culturas diferentes o a sectores sociales –clases y estratos- dentro de una misma formación sociocultural. (Bonfil, 1993:38)
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trabajaban dentro de este y en general estábamos vinculadas a sus prácticas, por decisión propia. Aunado a esto, las mediaciones “indirectas” como la televisión, la radio y medios impresos, posicionaba al Consejo en nuestro quehacer cotidiano. Fue así como al tener un tema en común para realizar dicho trabajo y a partir del aprendizaje que adquirimos a lo largo de la carrera, nos interesó cuestionarnos el papel pedagógico y performativo de esta institución a partir de su discurso. Cuando nos dimos cuenta de la amplitud y complejidad al tratar de abordar todo el discurso del Consejo, decidimos investigar la diversidad de rubros que se cobijan bajo la tutela de dicha institución, fue así como encontramos que el tema del patrimonio cultural estaba presente en todos sus discursos, y que en él convergen una serie de problemáticas que nos interesa analizar4. Con la guía del último año de la carrera aprendimos que el Estado-nación se crea y reconfigura en sus practicas y discursos y que en este caso su discurso sobre patrimonio cultural reivindica, reafirma e instaura una historia, una identidad y una cultura nacional. Dado lo anterior, este trabajo se centra en la presencia de las narrativas de nación presentes en el discurso del patrimonio cultural por parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, nos enunciamos desde una vertiente crítica de los Estudios Culturales para cuestionar el papel del Estado,
sus
procesos
de
legitimación,
interpelación,
negociación,
administración de la diferencia y el intento de crear cierta uniformidad en la sociedad que conforma un Estado nación. Dada la complejidad de una sociedad como la mexicana, el Estado se sirve de diferentes instrumentos para mantener la cohesión social, como el caso del ámbito cultural a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Dicho consejo es un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública desde 1988 y su objetivo es la promoción, el apoyo y el patrocinio de eventos que propicien el arte y la 4
Hablar de su preservación y difusión ha sido un tema recurrente en los cuatro Programas Nacionales de Cultura que han sido publicados.
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cultura en la nación5. Siendo así un instrumento por parte del Estado para administrar la cultura a nivel nacional. Por otra parte, nos dimos cuenta que el patrimonio cultural de una nación no es un hecho dado o una realidad que exista por sí misma, sino que es “una construcción histórica, una concepción y una representación que se crea a través de un proceso en el que intervienen tanto los distintos intereses de las clases y grupos sociales que integran la nación como las diferencias históricas y políticas que oponen a los países.” (Florescano,1993:10) De aquí que una de nuestras hipótesis sea que el Estado-nación mexicano se enuncia desde la llegada del Partido de Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la república en el 2000, como una “nación multicultural”, propiciando una tensión con una noción más generalizada de una “nación mestiza” impuesta por el Partido Revolucionario Institucional, durante más de 70 años, en la que se reconoce la diversidad cultural del país, En este sentido, como
apunta Néstor García Canclini, las
desigualdades en la formación y apropiación del patrimonio demandan estudiarlo no sólo como cohesionador nacional sino también como espacio de enfrentamiento y negociación social, como recurso para reproducir las identidades y diferencias sociales. (García Canclini, 1993:49) Al vivir en un país como México, nos llegamos a cuestionar sobre el papel de la identidad, ¿por qué se necesita crear, difundir, interiorizar una identidad que produzca sujetos autoidentificados como “mexicanos”? y ¿qué papel ha tenido el Estado nacional para producir dicha identidad? Aunado a lo anterior, creemos que este tema va de la mano con las necesidades del capitalismo global y de órganos internacionales que de alguna manera buscan cierta unificación mundial. Desde esta perspectiva, existe una crisis de legitimación de las instituciones estatales que se ven rebasadas con las necesidades transicionales de la sociedad y por lo tanto de un esfuerzo por parte del Estado que trata de mantener un control a partir de la utilización de un discurso nacionalista, de allí que lo nacional sea objeto de múltiples 5 Este consejo se conforma y administra 23 coordinaciones, 13 Industrias Culturales, 27 museos, 3 bibliotecas, 3 publicaciones y 23 escuelas, todas en el ámbito cultural de México.
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definiciones y redefiniciones en el marco de los conflictos económicos, políticos y simbólicos contemporáneos. Creemos de igual manera que para poder hablar de patrimonio cultural, era necesario marcar una trayectoria de las nociones de cultura que se han utilizado, por principio de cuentas el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes desde su fundación ha marcando en sus discursos usos específicos de términos como “cultura” y “ arte”. “Entre los motivos que generaron su fundación se encuentran su papel en el estímulo y fomento de la creación tanto artística como cultural, garantizando la plena libertad de los creadores. De la misma forma se reconoció que debe alentar las expresiones de distintas regiones y grupos sociales del país para así promover, preservar y enriquecer los bienes artísticos, culturales y patrimonios históricos con los que cuenta la Nación. (Pagina de internet del Consejo)
Creemos importante agregar que según Bonfil, la cultura es dinámica y está en permanente transformación, “se transforma constantemente: cambian los hábitos, las ideas, las maneras de hacer las cosas y las cosas mismas, para ajustarse a las transformaciones que ocurren en la realidad y para transformar la realidad misma.” Las causas de esta dinámica pueden ser internas como externas (Bonfil, 1993:20). Enrique Florescano observa que aún cuando se habla de patrimonio cultural nacional, de herencia cultural nacional o de identidad cultural de la nación, es un hecho que estos conceptos no son de verdad nacionales, no abarcan a todos los sectores, etnias, grupos y pobladores de la nación, ni recogen toda las expresiones culturales que producen esos grupos. (Florescano, 1993:11) Esto debido al valor patrimonial de cualquier elemento cultural, ya sea tangible o intangible, que se ha filtrado y jerarquizado otorgándole así o no la calidad de bien preservable en función a la importancia que le asigna la memoria colectiva (Bonfil, 1993:21-22) Si se revisa la noción de patrimonio cultural desde la teoría de la reproducción cultural, según García Canclini,
los bienes reunidos en la
historia por cada sociedad no pertenecen realmente a todos aunque
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formalmente parezcan ser de todos y estar disponibles para que todos los usen: “En los países más democráticos, o donde los movimientos revolucionarios lograron incluir saberes y prácticas de indígenas y campesinos en la definición de cultura nacional –como en México-. Los capitales simbólicos de los grupos subalternos tienen un lugar subordinado, secundario, dentro de las instituciones y los dispositivos hegemónicos. Por eso, la reformulación del patrimonio en términos de capital cultural tiene la ventaja de no presentarlo como un conjunto de bienes estables neutros, con valores y sentidos fijos, sino como un proceso social que, como el otro capital, se acumula, se renueva, produce rendimientos que los diversos sectores se apropian en forma desigual .” (García Canclini,1993:43).
Es así como a partir de esta interesante problematización surge el presente trabajo sobre el patrimonio cultural, ¿cómo se cuenta su historia?, ¿quién la cuenta?, ¿cuántas historias son contadas? ¿Qué hace el Estado con la capacidad de contar la “historia única” del patrimonio cultural y hacer de ella una historia única?
Ruta de lectura, corpus y estrategias metodológicas A partir de estos cuestionamientos pensamos que es necesario abordar esta problemática en tres capítulos que nos permitirán articular diferentes cuestiones que atañen a nuestro objeto de investigación. En el capítulo 1, titulado El vínculo política-cultura, el Estado nación como administrador/tutor cultural, realizamos un trazado de las cuestiones teóricas que competen a la construcción del Estado nación, así como del vínculo indisoluble entre la política y la cultura como menciona Raymond
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Williams “La cultura es un elemento constitutivo de otros procesos sociales , y no su simple reflejo o representación.” ( Williams, 1994:13)6 Por otra parte consideramos importante hacer una breve cronología de las políticas culturales desde la creación del Consejo sin perder de vista el momentos histórico y político en el que estaban inscritas: la reconfiguración de cultura a multiculturalidad que se dio a partir de la llegada del Partido Acción Nacional a la presidencia. En el capítulo 2, Lo performativo de la nación a partir del discurso sobre patrimonio cultural del Conaculta, analizamos el discurso sobre patrimonio cultural del Consejo en una serie de documentos que son elaborados y difundidos por el mismo y que reflejan la gestión y la política cultural del Estado. El análisis realizado nos permitió encontrar la nociones de patrimonio cultural que define el Consejo, para posteriormente poder encontrar las narrativas de nación que emergen de los usos de la cultura, en este caso del patrimonio cultural. Analizaremos el Programa Nacional de Cultura 2007-20127 debido a que es en este documento donde se determinan los ejes centrales del quehacer del Conaculta y describe las funciones que dicho órgano tiene frente a la cultura, por lo tanto frente a la construcción de la nación. Consideramos pertinente, de igual manera analizar el discurso de la Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo que se ve reflejada en dos documentos titulados El ABC del Patrimonio y Patrimonio Cultural Inmaterial y Turismo editados por la misma, considerando importante retomar el discurso de la Coordinación debido a que es el departamento, por parte del Conaculta, que se encarga de la difusión y preservación del patrimonio cultural de México. 6
Citado en Eagleton, Terry: “La idea de cultura”, Paidos, España, 2001, [2000]: p.66.
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“Algunas de las características comunes de los tres programas elaborados hasta ahora por el Conaculta(1989-1994,1995-2000 y 2001-2006) son las siguientes: Papel prioritario del patrimonio en la política cultural, Aliento a la creatividad artística y Énfasis notable en la descentralización del aparato cultural a partir de la promoción y el apoyo a iniciativas culturales de los estados y municipios.” (Nivón,2006:22) Es por ello que el análisis de esta documento es de vital importancia para entender la forma en la que se esta gestionando el patrimonio cultural.
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Analizaremos también el Atlas de Infraestructura y Patrimonio Cultural de México 2010, editado por el Sistema de Información Cultural (SIC) del Conaculta pues es en este libro es donde se detalla la clasificación, división y selección de patrimonio cultural del país. Para el análisis consideramos pertinente retomar la propuesta de Foucault en el libro El orden del discurso (2009), viendo al discurso del Conaculta no como un mensaje que suele entenderse como mero «medio» de comunicación, o como simple transmisor de información desde el autor hacia el público, sino como una noción material, planteando que el mismo discurso es ya información, que no es sólo un transmisor, sino que su producción está complejamente regulada de acuerdo a intereses, y que su objeto no es el simple mensaje del
autor. Por lo tanto, todo el proceso
discursivo está lleno de implicaciones y de formalizaciones concretas de relaciones poder, para nada naturales sino que responden a determinados intereses concretos que tratan de ocultarse tras esa aparente ingenuidad, inocencia de su discurso, de ahí el exceso de responsabilidad que tiene el autor del discurso.(Foucault, 2009) Nosotras pensamos el discurso como práctica, no hablamos del discurso como una representación de la realidad sino como una práctica que construye realidad que produce efecto y que interviene en las relaciones de poder. “El análisis del discurso participa plenamente de esa idea del lenguaje como algo siempre en proceso de re-negociación. Hablar es prácticamente coextensivo con luchar; luchar en torno a los sentidos del decir en el seno de una situación, una coyuntura o una toma histórica dada, y allí en esas condiciones particulares acentúan un efecto irreversible: la escena va transformándose a medida que las palabras ocurren.”(Carbó, 2001 :43) Pero, ¿qué hay de peligroso en el hecho de que las personas hablen y de que sus discursos proliferen indefinidamente? ¿en dónde está por tanto el peligro? y ¿para quién representa un peligro? (Foucault, 2009:5) Hablar es peligroso porque desnuda el lugar donde uno está posicionado y desnuda todos los implícitos del sujeto que habla. Las formas institucionales tienen un interés determinado para la construcción de éste. De
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esta manera, según Foucault, dicho interés se ve reflejado en los diferentes procedimientos de control del discurso, en este caso el discurso institucional del Conaculta, que está en un sentido controlado, seleccionado y redistribuido por diferentes procedimientos de los cuales el autor distingue tres: los procedimientos de exclusión, los procedimientos de limitación y los procedimientos que determinan las condiciones de utilización de los discursos. John Austin desarrolla el término performatividad para designar actos verbales que hacen e intervine. Un performativo para Austin, refiere a situaciones en las que “el acto de expresar la oración es realizar una acción, o parte de ella, acción que a su vez no seria normalmente descrita como consistente en decir algo” (Taylor, 2011:23). En este caso el uso del término performativo no remite a una cualidad del performance (como en el caso de un evento performativo teatral), sino a una propiedad del discurso (Taylor, 2011:24). Pensando en la teoría de Austin sobre los “actos del habla” nos parece pertinente analizar el discurso del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ya que más allá del acto gramatical de enunciar una oración , está haciendo algo, es importante analizar qué es lo que se dice, cómo lo hace, qué excluye y qué resalta, dentro del discurso .Sin embargo, como Bourdieu menciona, ”el poder de las palabras, sólo es el poder delegado por su portavoz, y sus palabras sólo pueden ser como máximo un testimonio entre otros, de la garantía de delegación del que ese portavoz está investido.” (Bourdieu, 2004: 67) Es por lo anterior que nos parece importante estudiar el discurso del Consejo, ya que es la voz del Estado, la que habla por la cultura y por el patrimonio nacional. “Uno de los aspectos mas importantes para la comprensión del discurso, no sólo retóricos, y para sus análisis, es el fenómeno de la significación. Al abordad cualquier hecho del lenguaje la significación se pone en juego siempre de alguna manera, pero esta se constituye a partir de un conjunto de circunstancias específicas “ (Tapia, 1991:28).
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Retomamos el texto de Alejandro Tapia, De la retórica a la imagen, ya que el discurso del Conaculta no es la excepción a esta regla, el Estadonación mantiene su eficacia simbólica por medio de muchos mecanismos, sin embargo los discursos son parte de ello y gracias a que son consientes del valor del lenguaje como instrumento político es que hacen uso de el, por lo cual analizar las figuras retóricas dentro de los textos que conforman nuestro corpus es de vital importancia. El Estado-nación se conforma apelando a diversas categorías como la identidad, la tradición, el arte, el patrimonio y el género”… las ideas y las cosas que están destinadas a significar tienen historia” (Scott, 1986:1) y por ende la nación apela a un pasado común, un pasado desde el cual se construye el discurso actual del Estado. De lo anterior resulta importante analizar el proceso por medio del cual se construyen están categorías y como funcionan de manera horizontal y reciproca, en el caso del estudio del género la información sobre los hombres es información sobre las mujeres y viceversa. “Los posestructuralistas recalcan la función central de lenguaje en la comunicación , interpretación y representación del género. Por lenguaje, los posestructuralistas no quieren decir palabras sino sistemas de significados-ordenes simbólico-que preceden las dominio real del habla, la lectura y la escritura. “ (Scott, 1986:15 ) El sujeto está en un proceso de construcción y esta construcción la podemos encontrar en el discurso del Consejo sobre patrimonio cultural, pues la nación se crea también a partir de definir a sus sujetos y los roles de cada uno de ellos. Analizamos el discurso sobre patrimonio cultural del Conaculta debido a la importancia que tiene el discurso en la construcción de la nación y en este caso especifico el discurso de los que hablan por el Estado-nación, así como de las especificidades del análisis discursivo detalladas previamente. Para dicho análisis hemos estructurado una serie de categorías analíticas que nos permitieron realizar el análisis del discurso y que responden a los ejes que guían el discurso del Consejo en materia de patrimonio cultural, las
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categorías son: cultura como desarrollo y progreso, tradición como memoria nacional y patrimonio cultural como identidad . Para finalizar,
en el capítulo 3: Mecanismos de legitimación de la
nación en el discurso mediático de patrimonio cultural por parte del Conaculta, incorporamos un factor importante en la legitimación y difusión de los planteamientos del Estado: los medios de comunicación. Nuestro interés de incorporar el análisis de los medios nace de las lecturas de Stuart Hall y Jesús Martín Barbero “En el concepto de cultura caben todos los significados y los valores que surgen y se difunden entre las clases y grupos sociales. Respecto a dichas definiciones y formas de vida, entendidas como elaboraciones colectivas, los mass media desarrollan una función importante al actuar como elementos activos de estas elaboraciones.” (Barbero,2001:3). Para poder encontrar dichas funciones seleccionamos una serie de prácticas mediáticas de las cuales realizamos un análisis discursivo y de la imagen, con ello podemos observar de qué manera se dan las rupturas en los mecanismos de legitimación del Estado. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, publica mensualmente la revista Cultura y Arte de México, la cual contiene diversas secciones como: Literatura, Música, Cine, Patrimonio, entre otras, sin embargo hemos seleccionado cuatro artículos que nos parecen los más representativos para nuestro objeto de investigación: Una noción de patrimonio más amplia (Mayo 2011), Y su legado es la ley (Mayo 2012), Arte Indígena que celebra los orígenes de América (Agosto 2012), Tamayo renace (Agosto 2012). Nos parece pertinente analizar esta revista porque es uno de sus principales medios de difusión del Consejo y además es editada, impresa y distribuida por la Institución. Durante el 2012 para finalizar el gobierno de Felipe Calderón, el Conaculta emitió una serie de spots televisivos con artistas mexicanos promocionando el quehacer del Consejo pero a su vez legitimando las nociones de nación que se habían venido planteando, es por ello que decidimos incorporarlos al análisis de los spots presentados por los bailarines de ballet: Isaac Hernández y Elisa Carrillo.
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Consideramos que la publicidad reproduce un discurso nacional y por medio de éste se crea estereotipos, se recrea un pasado, un presente y un futuro nacional, como menciona Erving Goffman: “El trabajo del publicitario, que debe escenificar el valor de su producto, no es tan distinto a la tarea de una sociedad al llenar sus situaciones de ceremonias y de signos rituales destinados a facilitarla orientación mutua de los participantes. Uno y otra tienen que contar una historia por medio de los limitados recursos “visuales” que ofrecen las situaciones sociales. Ambos tienen que convertir hechos oscuros a una forma fácilmente interpretable; y ambos se sirven de los mismos procedimientos.” (Goffman, 1991:143)
Por último concluimos el capítulo con el análisis del spot “La diversidad Cultural de México” emitido durante el gobierno de Vicente Fox, debido a que consideramos que es un material en donde se materializa el discurso multicultural establecido por el Partido Acción Nacional. En esta última parte incorporamos el análisis de la imagen pues como menciona Roland Barthes “la mayoría de las veces el texto no hace sino amplificar un conjunto de connotaciones que ya están incluidas en la fotografía”(Barthes,1986: 23) y es en este juego imagen texto que se dejan ver las codificaciones del discurso, los códigos de connotación no son naturales sino históricos, responden a los usos de una determinada sociedad, los artículos y spots son consecuentes con una noción de nación que se teje diariamente.
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Capítulo 1: Vínculo política-cultura, el Estado nación como administrador/tutor cultural
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Hablar sobre qué es el Estado y cuál es su papel no resulta sencillo. Es común que a lo largo de nuestra formación académica aprendamos y aprehendamos de manera escueta que los elementos de un Estado sean territorio, población y gobierno. Es así como se puede llegar a inferir que el hecho de ser parte de un Estado implica cierta pertenencia y remite a ciertos estatutos de ciudadanía, es decir todas aquellas obligaciones y derechos que se adquieren al delegar cierta libertad como parte de un Contrato Social. Viendo al Estado como gobierno y organización política, este “define la estructura legal e institucional que delimita cierto territorio.” (Butler y Spivak, 2009:44 ó 14) Es por ello que vale la pena hacer notar que el Estado define tanto una dimensión jurídica como una disposición de vida, siendo así “un complejo que gobierna cómo y dónde podemos movernos, asociarnos, trabajar y hablar.” (Spivak, 2009:45) Es así como este funge un papel de administrador/tutor para mantener cierto orden y cohesión social con ayuda de aparatos pedagógicos; como la escuela, medios de comunicación y organismos públicos que son diseñados “desde una densidad jurídica que confiere la eficacia simbólica para ejercer ese tutelaje.” (Rufer,2012:25) A partir de éstos procedimientos y prácticas que resultan hegemónicos/cas, se construye lo que Norbert Elias llamó el “habitus nacional” (Elías,1999)8, refiriéndose a los procesos de reiteración donde se legitima, naturaliza, aparece como imprescindible y trascendente la existencia de un Estado-páter, Estado-fetiche. “Es así como en un movimiento circular, el Estado produce simbólicamente a la nación la que a su vez le da fundamento. La autoridad de los discursos nacionalistas se funda en última instancia, en el poder del Estado, del cual deriva su eficacia. Tras la forma de discurso universal, la nación se naturaliza y se transforma en mito.” (Rufer, 2012:48)
Esta naturalización de la nación, apunta Rufer, se da gracias a la repetición de un contenido simple, pobre y fácil de retención que existe en 8 Citado en: Rufer, Mario: “Nación y diferencia: procesos de identificación y formaciones de otredad en textos poscoloniales”, Itaca, México, 2012:25
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distintas plataformas presentes en la vida cotidiana como son los museos, monumentos, conmemoraciones, rituales, símbolos patrios, música, literatura, teatro, cine, fotografía, etcétera. Siendo así el Estado-nación “una organización política a nivel global mediante el doble mecanismo de la dominación política y la legitimación simbólica del mito de la nación como un cuerpo social homogéneo […] cumpliendo un rol siempre ambivalente en los discursos hegemónicos como el reconocedor/legitimador/velador de ciertos valores históricos.” (Rufer, 2012: 12) Establecido lo anterior, podríamos decir que la identidad de un país no es consecuencia únicamente del devenir histórico sino, como menciona Stuart Hall, del uso y manejo que se hace sobre esa historia y otros elementos como la lengua y la cultura, y en el cómo se han representado cada uno de estos elementos para definir quiénes somos y en qué podríamos convertirnos. (Hall, 2003:14) Es así como los sujetos se identifican dentro de prácticas discursivas y políticas de exclusión que se construyen con base en el reconocimiento de las características del “otro”. Esa identificación con el “otro” siempre está en movimiento y debe pensarse como un resultado histórico abierto y en transformación, por lo tanto no podemos tratarla como una realidad dada sino que está dándose, con carácter complejo y multidimensional en continua evolución y adaptación. (Béjar y Rosales, 2005:16-19) Haciendo un paréntesis y con el afán de ejemplificar lo anterior, hablaremos sobre el papel del género debido a que consideramos va de la mano con la construcción de la identidad. En este sentido, según Joan W. Scott, la identificación de género, si bien siempre aparece como coherente u fija, es de hecho “altamente inestable como las propias palabras. Las identidades subjetivas son procesos de diferenciación y distinción, que requieren la eliminación de ambigüedades y de elementos opuestos con el fin de asegurar y crear la ilusión de coherencia y comprensión común” (Scott, 1986:17) De esta manera, la autora explica que para poder explicar las persistentes asociaciones de la masculinidad con el poder es necesario
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prestar atención a los sistemas simbólicos, esto es, “a las formas en que las sociedades representan el género, hacen uso de este para enunciar las normas de las relaciones sociales o para construir el significado de la experiencia.” (Scott, 1986:16-17) es así como sin significado, no hay experiencia y sin procesos de significación no hay significado. El género, desde esta perspectiva, manifiesta una “construcción cultural” de ideas sobre los roles apropiados para las mujeres y hombres. Es una forma de referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades poniendo en relieve un sistema completo de relaciones de poder que está en continuo cambio y en continua construcción. Dentro de estos procesos y estructuras se intenta construir una identidad, “una vida, un entramado de relaciones, una sociedad con ciertos límites y con un leguaje conceptual que a la vez establece fronteras y contiene la posibilidad de negación, resistencia y reinterpretación” (Scott, 1986:23) En este sentido, y pensando en relación no sólo al objeto de la presente tesis, sino a nuestra carrera, los medios de comunicación no funcionan desvinculados a estos discursos del Estado-nación, incluso podríamos decir que el discurso estatal necesita de los medios y viceversa. Desde una perspectiva en donde, el proceso comunicativo ya no se puede ver como un proceso lineal entre emisor, mensaje y un receptor pasivo, es necesario estudiar los procesos y estructuras a través de los cuales los medios de comunicación sostienen y reproducen la estabilidad tanto social como cultural, mirando el proceso de dominación como proceso de interpelación, de seducción, de complicidad y no sólo de represión y aplastamiento. (Barbero, 2001:3) Es así como “las relaciones socio-institucionales de producción deben de penetrar dentro y a través de las formas de lenguaje para que su producto sea entendido”(Hall, 2004:219) ya que los mensajes se decodifican para convertirse en estructura. Los mensajes funcionan dentro de estructuras sociales y económicas específicas de interpretación, si los mensajes son codificados de acuerdo a estas estructuras su decodificación puede ser más
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cercana a la forma en que fue codificada. Como menciona Stuart Hall esto permitirá a los mensajes significados por el lenguaje el convertirse en conducta o consciencia. Un ejemplo de lo anterior, es el caso de la publicidad o propaganda al utilizar escenas y personajes esteriotipados que la gran mayoría de los espectadores tiene identificados desde hace mucho tiempo con una u otra actividad, de modo que hay garantía de comprensión inmediata. De hecho, según Erving Goffman, interesa observar que los publicitarios no son los únicos en recurrir a estos métodos. “Los emplean también los gobiernos y las organizaciones de fin no lucrativo para transmitir sus mensajes […] es equivocado suponer que sólo los publicitarios hacen publicidad.”(Goffman, 1991, 143) De esta manera las formaciones discursivas que establecen la unión del Estado con la nación, se basan en las relaciones institucionales de un gobierno con la sociedad. Dichas formaciones del Estado-nación son altamente eficaces mediante aparatos legales que objetivan relaciones históricas, teniendo como efecto la naturalización de esa historicidad, haciéndola pasar como necesaria y universalizando el proceso particular de dicha unión.
Estableciendo así que la nación es “un concepto-entidad: imaginada, imaginaria, históricamente construida, simbólicamente producida [...] el acuerdo generalizado es que la nación no existe ontológicamente pero produce efectos, moviliza prácticas y, en connivencia con los constructos políticos, origina vías de acción y reacción, en defensa o en oposición a su significante.” (Rufer,2012: 9-10, 12) Es decir la nación, como forma de aglutinación política, desborda un sentido colectivo y funciona como estrategia hegemónica de los poderes centrales. En este sentido, el trabajo de Anderson, Comunidades imaginadas. Reflexión sobre el origen y difusión del nacionalismo, fue, según María del Carmen de la Peza, una aportación importante para pensar el nacionalismo
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como una construcción simbólica, (De la Peza, 2012:47) Anderson destaca así que una nación es una comunidad política que se imagina como inherentemente limitada y como soberana.9 Dicha legitimidad, como mencionamos anteriormente, se da a partir de ciertos agentes y responsables políticos como lo es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en el sector cultural y que es motivo de análisis para nuestro objeto de estudio. Dicho Consejo, como órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública (SEP)10, nace durante la gestión del presidente Carlos Salinas de Gortari, cuyo proceso electoral en 1988 presentó una serie de inconsistencias y descontento en diferentes sectores de la población. 11 Dentro de sus planteamientos inaugurales, se proponía que “una activa política cultural12 del Estado supone el diálogo intenso con la comunidad artística e intelectual y con la sociedad en su conjunto…(es por ello que)… el Estado debe estimular la creación artística y cultural, garantizando la plena libertad de los creadores, razón por la cual la presencia estatal en ese campo ha de ser esencialmente 9
Con base a las ideas de Anderson, la nación es una comunidad porque a pesar de las desigualdades y la explotación que siempre existen en el seno de todo grupo social, ésta siempre se concibe como una camaradería horizontal. Es una comunidad política imaginada porque aunque los miembros de las naciones no se conocen entre ellos, aun así tienen en sus mentes una cierta imagen de su comunión. La nación es una comunidad política que se imagina como algo limitado porque nunca se imagina como coincidente con la humanidad. A diferencia del cristianismo, el socialismo o el liberalismo, ninguna nación pretenderá ni deseará nunca que toda la humanidad se le una; y finalmente la nación es una comunidad política que se imagina como soberana porque el concepto de nación apareció en una época en la que la Ilustración y la Revolución Francesa habían destruido “la gracia de Dios” como fuente de legitimidad del reino dinástico, teniendo que recurrir a la nación como nuevo fundamento de legitimidad.
10
Antes de la existencia del Conaculta los programas culturales se presentaban como apartado de los planes de la Secretaría de Educación.
11
Carlos Salinas ascendió a la presidencia en una de las elecciones más polémicas de la historia reciente de México, en las que ocurrieron diversas irregularidades. La elección se llevó a cabo el 6 de julio de 1988; luego de una inestabilidad económica de más de 10 años, la estructura del PRI se debilitó y por primera vez en la historia moderna de México se vio la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como una posibilidad real de asumir la presidencia de la República.
12
Basándonos en George Yúdice y Toby Miller, “la política cultural se refiere a los soportes institucionales que canalizan tanto la creatividad estética como los estilos colectivos de vida: es un puente entre los dos registros” (Miller y Yúdice, 2004:11). La política cultural se encarna en guías para las acciones sistemáticas y regulatorias que adoptan las instituciones a fin de alcanzar sus metas. Es más burocrática que creativa u orgánica: las instituciones solicitan, instruyen, distribuyen, financian, describen y rechazan a los actores y actividades que se hallan bajo el signo del artista o de la obra de arte mediante la implementación de políticas. (Miller y Yúdice, 2004:12)
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de organización y promoción.” (Decreto por el que se crea el Conaculta, 7 de diciembre de 1988) En este sentido, Eagleton menciona que: “El guión que figura en Estado-nación representa un vínculo entre la cultura y la política, entre lo étnico y lo artificial. La naciones son un material amorfo y por tanto necesita que el Estado le confiera de unidad, sus elementos indisciplinados, pues tienen que ser armonizados bajo una soberanía única.” (Eagleton, 2001:105)
Esta soberanía se amalgama a través de los usos de la cultura, definiendo y limitando lo que pertenece o no a lo nacional. “Son lo intereses políticos los que normalmente gobiernan a los culturales, y, al hacerlo, definen un modelo particular de la humanidad […] la cultura sella una unidad nacional que el estado deshace.” (Eagleton, 2001: 22) A partir de la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se elaboraron múltiples Programas específicos13 para atender el desarrollo del sector cultural, “pese a la precariedad normativa que ha rodeado a esta institución, su aparición sirvió para colocar en sitio visible el campo de la cultura”. (Nivón, 2006, 21) Algunos de sus ejes comunes han sido el papel prioritario del patrimonio cultural, el estímulo a la creación artística 14 y el énfasis notable en la descentralización del aparato cultural a partir de la promoción y el apoyo a iniciativas culturales de los estados y municipios. En dichos programas se plasma la política cultural viéndola como un “cuerpo de principios operacionales y procedimientos administrativos y presupuestarios que proveen de una base la acción cultural del Estado”. 15 (Nivón, 2006-16) Así pues, las políticas culturales constituyen un terreno privilegiado de la hegemonía. Proporcionan un medio para conciliar identidades culturales 13
(1989-1994, 1995-2000, 2001-2006, 2007-2012) Hay que señalar, que según Nivón, los programas han carecido de consistencia al no lograr la participación de todos los agentes involucrados en su desarrollo. Destacandose la escasa participación del Poder Legislativo en la creación de las condiciones normativas que favorezcan el desarrollo del sector cultural. (Nivón, 2006, 22-23)
14
Específicamente el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA)
15
UNESCO, Cultural Policy, a Preliminary Study, Studies and Documents on Cultural Policies, num 1, 1967.
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antagónicas erigiendo la nación como la esencia que trasciende los intereses particulares. (Miller y Yúdice, 2004:20) Fue así como en México el resultado del proyecto legitimador por parte del ex presidente Carlos Salinas (1988-1994), dio como resultado que en las elecciones intermedias de 1991, organizadas y calificadas por el Instituto Federal Electoral y no por la Secretaria de Gobernación, el partido Revolucionario Institucional (PRI) lograra la mayoría absoluta en la cámara de diputados y de senadores y una mayoría relativa en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, siendo esta última entidad del bastión de la izquierda.16 En el sexenio posterior (1994-2000), Ernesto Zedillo Ponce de León formando parte del Partido Revolucionario representó una época de fortalecimiento institucional y tolerancia hacia los diferentes actores políticos. Su política cultural giraba en torno a la continuidad del proyecto de cultura elaborado por su predecesor en dónde se planteaba que: “Corresponderá a la política cultural un importante papel en el desarrollo del país. Su función será preservar y subrayar el carácter de la cultura como elemento sustancial en la defensa de la soberanía, en la promoción de un auténtico federalismo, en el desarrollo de la vida democrática, en el fortalecimiento de la identidad y la unidad del pueblo mexicano, en el respeto a la diversidad de sus comunidades y en el logro de niveles más altos de vida y bienestar. Las tareas culturales se realizarán bajo el postulado de respeto a la libertad de creación y de expresión de las comunidades intelectuales y artísticas del país”(Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, “Desarrollo Social”, “Sección de Cultura”)
Es así como el proyecto del PRI se cimentó en el reconocimiento de una identidad nacional sirviendo como fundamento para legitimar el poder del Estado construyéndose en torno a la consigna de una sola raza, una sola lengua y una sola religión contenidas dentro de una sola nación funcionando, 16
Los resultados en el proceso electoral de 1991 para el Partido Revolucionario Institucional son: Cámara de Senadores 58.6% Cámara de Diputados por el principio de mayoría relativa 58.4%, Cámara de Diputados por el principio de representación proporcional 58.4%; asamblea de representantes del distrito federal 43.6% (Fuente IFE)
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según Rufer “como un enunciado hegemónico que ocultó una serie de mecanismos que intentaron implementar formas específicas de racialización excluyente.” (Rufer, 2012:22) Fue así como en este país sin una alternancia política, el discurso priísta organizó de alguna manera una narrativa nacional para construir ciertos ejes de acción que le permitieran legislar, organizar y crear a su disposición y conveniencia, como por ejemplo creando un noción hegemónica de la noción de cultura nacional a partir de articulación de ciertas instituciones en las que Conaculta actúa activamente. De esta manera, según Eduardo Nivón, la actuación del Consejo, incluso su mera existencia como organismo coordinador de instituciones que la precedieron en el tiempo (como el Instituto Nacional de Antropología e Historias o el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura), ha sido objeto de debate y conflicto. Esto no sólo por la precariedad de su sustento normativo –un decreto presidencial- sino por la naturaleza misma de la acción cultural en las sociedad modernas, cuyo sentido es la integración de lo diverso. Además de que no es fácil definir qué aspectos debe atender un organismo cultural nacional , el sector cultural tiene dos características adicionales que le hacen especialmente conflictivo: la multiplicidad de agente involucrados que alcanza a grandes segmentos de la ciudadanía (artistas, intelectuales, maestros, dirigentes sociales, empresarios, industrias culturales y turismo, promotores culturales, hablantes de lenguas indígenas, etc.) y las expresiones del pluralismo de nuestra sociedad, lo que lleva a una multiplicidad de géneros, intereses y énfasis, (Nivón, 2006, 23-24) Al comenzar el siglo XXI y después de una gestión priísta por más de 70 años, Vicente Fox Quesada, candidato a la presidencia representando al Partido de Acción Nacional, gana las elecciones. Dicho hecho no solamente generó una reconfiguración tanto política, económica y social, sino también cultural desarrollandose importantes intentos para proponer líneas que orientaran la política a seguir en materia. Citando de nuevo a Rufer: Hoy ya no podemos plantear una formulación unánime sobre “el Estado homogeneizador” cuando vemos los procesos estatales y sus
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“políticas de reconocimiento”. La homogeneidad como discurso único de la nación ya no es redituable ideológica ni políticamente […] Se habla en el discurso oficial y también académico de “la nación multicultural”; un mismo Estado que puede, acto seguido, defender la especificidad y la fuerza de la “cultura mexicana” o “la cultura argentina” sin temor a la contradicción. (Rufer,2012: 26)
Como ejemplo de la reconfiguración cultural dada en el ya mencionado periodo, es que durante el gobierno de Vicente Fox se creó el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas a partir de la publicación de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas en 2003, si bien la diversidad lingüística estaba reconocida y respaldada por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el gobierno se destacaba por empezar a hacer más claras las diferencias por medio del reconocimiento , consecuencia de su política multicultural. “Una vez que el molde del Estado-nación se ha roto, prosperan unos tipos de política cultural que nunca encajaron con ese marco. Al mismo tiempo la cultura y la política empiezan a transformar su relación” (Eagleton, 2001: 114) Es así como en la gestión panista, a partir de documentos como el Programa Nacional de Cultura 2006-2012,
se generan nuevos conceptos
dentro del amplio espectro de la cultura, concibiéndola ya no solamente como una noción uniforme y homogénea sino como la suma de las manifestaciones de arte popular, las tradiciones, los paisajes históricos, las bellas artes y las creaciones audiovisuales, que sin lugar a duda, es necesario conservar y fortalecer como parte insustituible de nuestras identidades y nuestra esencia como una nación multicultural. México no es una sociedad culturalmente unificada, “por el contrario en ese aspecto es un país caracterizado por las diferencia, además de las desigualdades”. (Florescano,1993:22) Es así como el Estado necesita una estrategia para insertar esta diversidad dentro de sus marcos legales y discursivos, como forma de reconocimiento, sin embargo, sigue siendo el Estado quien define qué es lo que debe ser reconocido y cómo debe de hacerse este reconocimiento. La selección e inserción de estas prácticas dentro de su discurso le permite administrar la cultura nacional, como por
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ejemplo el valor patrimonial que pueden llegar a tener ciertos elementos culturales, según Bonfil, que se establecen a partir de una escala valorativa por parte del Estado (pretendiéndose absoluta y universal como explicamos anteriormente), dándose así una filtración, jerarquización y una nominación de bien preservable, todo esto como una estrategia para constituir una cultura nacional, única, homogénea y generalizada.17 Actualmente, las políticas culturales del Conaculta cuyo quehacer es el de responder a la diversidad cultural que existe en el país, promulga dentro de su discurso dos términos que podrían ser contradictorios, un país compuesto por muchas culturas pero que a la vez representan una cultura nacional y una identidad mexicana. En este sentido Appiah menciona que:
“Naturalmente, debe existir algún tipo de cultura oficial. El gobierno tiene que conducirse a través de un número pequeño de idiomas y se dirige más fácilmente en uno solo. Para que la gente se identifique con la nación, necesita algún tipo de historia pública, algunos significados nacionales, lo que Rousseau llamó una "religión civil".”( Appiah, 1998: 8)
Sin embargo, consideramos que el problema no gira en torno al reconocimiento por parte de la sociedad
de lo que forma o no parte de
nuestra cultura nacional, el verdadero problema recae en la selección y conformación cultural que hace el Estado de las múltiples prácticas que emergen en el país. En este sentido Enrique Florescano menciona que en la mayoría de los casos, la selección de bienes y testimonios culturales es realizada por los grupos sociales dominantes, de acuerdo con criterios y valores no generales, sino restrictivos y exclusivos. Por otra parte, cuando en el proceso histórico se manifiesta la presencia de un Estado nacional con un proyecto histórico nacionalista, entonces la selección de los bienes y testimonios del patrimonio 17 Es así como podemos hablar de cierta ambigüedad por parte del Consejo para poder definir una
“categorización”. La imposibilidad de crear una diferencia a partir de grupos indígenas o grupos regionales cuyas características resultan contradictorias e imposibles de clasificarse.
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cultural es determinada por los “intereses nacionales” de ese Estado, que no siempre coinciden con los de la nación real. “Es el caso de los Estados latinoamericanos, que son naciones multiétnicas, con patrimonios culturales diversos, parte de los cuales han sido históricamente marginados, olvidados o rechazados por la noción de patrimonio cultural dominante que sustenta el Estado.” (Florescano, 1993:9)
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Capítulo 2: Lo performativo de la nación a partir del discurso sobre patrimonio cultural por parte del Conaculta
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Análisis del discurso del Programa Nacional de Cultura 20072012 El Programa Nacional de Cultura18 establece los objetivos, estrategias y líneas de acción para ampliar el alcance y la profundidad de las tareas públicas en la materia. Este Programa se elabora de manera sexenal y se desprende del diálogo entre la Secretaria de Educación Pública y Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. El Programa Nacional de Cultura es un documento sectorial y es elaborado tomando como punto de partida el Plan Nacional de Desarrollo. En este sentido el programa es una práctica del Estado que nos permite vislumbrar las narrativas de nación.
“El Plan Nacional de Desarrollo tiene como finalidad establecer los objetivos nacionales, las estrategias y las prioridades que durante la presente Administración deberán regir la acción del gobierno, de tal forma que ésta tenga un rumbo y una dirección clara.” (Plan Nacional de desarrollo 2007-2012:17).
El Plan Nacional de Desarrollo cuenta con cinco ejes rectores (Estado de Derecho y seguridad, Economía competitiva y generadora de empleos, Igualdad de oportunidades, Sustentabilidad ambiental) lo que nos interesa del Plan es el lugar en el que se desglosan las acciones culturales y el cual da pie al Programa Nacional de Cultura. La cultura se toca de manera casi desapercibida en el eje del Plan titulado
“Economía competitiva y generadora de empleos”, la relación
desarrollo- cultura venía gestándose desde la llegada del Partido de Acción Nacional a la presidencia de la República, pero es en el sexenio de Felipe Calderón que se emprenden una serie de iniciativas que vinculan fuertemente al desarrollo con la cultura, pensando a la cultura como un sector del país que tiene la capacidad de generar empleos, turismo y una economía sustentable. 18
Para consultar el Programa Nacional de Cultura 2007-2012: http://www.conaculta.gob.mx/PDF/PNC2007_2012.pdf
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El desarrollo y la cultura comparten un vínculo porque a partir del uso de la cultura y del patrimonio cultural se establecen una serie de nociones que permiten definir la nación . “La nación funciona en las prácticas performativamente y permite alianzas, dirige afecciones, se erige en ese formato de lo ritualizado y repetido que funciona como familiar.” (Rufer,2012:23) El discurso sobre cultura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y en este caso especifico el discurso sobre patrimonio cultural son formaciones discursivas del Estado que han servido para reafirmar narrativas de nación que responden a los intereses del Estado, éstas narrativas emanan de un discurso que entrelaza diferentes conceptos y prácticas: la identidad, tradición, la lengua. La selección y definición que hace el Estado de cada una de ellas, devela las narrativas de nación. El programa Nacional de Cultura a través del Programa Nacional de Cultura define lo que es patrimonio cultural y las líneas de acción con respecto a este, es por ello que a continuación señalaremos cuatro definiciones textuales contenidas en este documentos que nos permitirán abordar la discusión sobre patrimonio cultural. 1. “Es responsabilidad del Estado en la preservación del patrimonio arqueológico,
histórico,
artístico,
inmaterial
(tradiciones,
festividades,
gastronomía, rituales, lenguas, música, técnicas artesanales, conocimiento y usos relacionados con la naturaleza y con el universo)“ (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:.15) 2. “Una cultura expresa su identidad su carácter distintivo, en el patrimonio, material e inmaterial, que ha producido, que recrea y que genera. México es heredero de diversas culturas y patrimonios
que comprenden
desde expresiones materiales como los sitios históricos y arqueológicos y los bienes artísticos y documentales, hasta los inmateriales como la lengua, crónicas
y
leyendas,
tradiciones,
fiestas,
ceremonias,
música,
manifestaciones escénicas, técnicas de producción artesanal y gastronomía.” (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:.37)
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3. “El patrimonio material lo componen: zonas arqueológicas, monumentos, áreas históricas y fisionomías urbanas, objetos inmuebles o muebles, elementos materiales de valor monumental o artístico o simbólico que pueden ser observados, palpados o disfrutados, como los edificios y las obras de arte. A esta riqueza debe añadirse también obras cinematográficas, consideradas en todos los países como patrimonio cultural y artísticos. La riqueza del patrimonial de México esta también diseminada en las calles de sus ciudades y poblaciones y en numerosos espacios de la geografía nacional.“ (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:38) 4. “El patrimonio inmaterial abarca una enorme variedad de manifestaciones y valores no materiales, desde las lenguas, las tradiciones, las fiestas y las ceremonias hasta las técnicas artesanales, la música las expresiones escénicas, la tradición oral, los emblemas, la tradición histórica, la indumentaria y las gastronomía.“ (Programa Nacional de Cultura 20072012:38) La noción sobre Patrimonio Cultural nos permite trabajar las narrativas de nación presentes en el discurso del Consejo, estas narrativas se van articulando a través del uso de diferentes nociones, prácticas, procesos y actores que en su forma y contenido, constituyen y reflejan las narrativas de nación . De acuerdo con Foucault, la lengua oficial se ha constituido vinculada al Estado. A partir de lo anterior es posible hablar de un mercado lingüístico unificado y dominado por la lengua oficial, que resulta obligatoria en ocasiones oficiales como en el Programa Nacional de Cultura, documento creado y difundido por el Estado, siendo éste un ejemplo claro de dominación política constantemente reproducida por las instituciones, como es el caso del Conaculta, capaces de imponer el reconocimiento universal de la lengua dominante. Dentro de la introducción del Programa Nacional de Cultura 2007-2012 se encuentra el mensaje del Presidente de la República, del Secretario de Educación Pública y el del Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; de lo anterior interpretamos como se establece la jerarquización de
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la Administración Pública para la toma de decisiones. “Este, como el resto de los programas sectoriales, reflejan claramente el pensamiento de la sociedad.” Felipe Calderón Hinojosa. (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:6) En éste enunciado podemos observar el uso de la sinécdoque por parte del presidente Felipe Calderón ya que al referirse al “pensamiento de toda la sociedad”, afirma el sentir de todos a partir de una opinión particular o de algunos pocos, como menciona Alejandro Tapia el todo por la parte, lo singular por lo plural.(Tapia,1991:72) “Hemos creado un conjunto de valores, de creencia, de estilos y de símbolos que en el quehacer cotidiano nos identifica y definen nuestros actos. Ellos son la urdimbre de nuestra cultura, de nuestro patrimonio cultural.” Josefina Vázquez Mota. (Programa Nacional de Cultura 20072012:7) Felipe Calderón Hinojosa, Josefina Vázquez Mota y Sergio Vela como representantes del Estado hablan por la nación, sin embargo, esta manera de incluir a “todos” dentro del discurso o unificar ideas intentan que cualquier individuo sienta que ese discurso le pertenece, así como la cultura y el patrimonio, se sienten identificados e incluidos. Esa amalgama histórica y contingente entre un aparato institucional y su aparente capacidad de representar el interés es de una eficacia mucho más profunda que la mera institucionalizacion de la voluntad general en un aparato político-jurídico (la ciudadanía) (Butler y Spivak, 2009:67-83) La cuestión de pensar que el poder de las palabras se encuentra en las mismas palabras, como Austin 19 proponía, puede llegar a provocar que busquemos en donde este poder no está, ya que según Bourdieu, la capacidad de ilocución de las expresiones, es decir el acto que llevamos a cabo al decir algo, como el prometer, definir, proponer, como en el caso del 19
Austin en su libro Cómo hacer cosas con palabras menciona que “hay algunos casos en los que decir algo es hacer algo; o en los que porque decimos algo o al decir algo hacemos algo.” A lo que el autor se refiere es que en ciertas formas codificadas, las palabras hacen algo. De ahí se desprende lo que el llamará la performatividad del lenguaje.(Austin, 1991:10)
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Programa Nacional de Cultura, no puede encontrarse nunca en las palabras mismas. (Bourdieu, 2004:67) El lenguaje se limita a representar la autoridad del portavoz como es el caso del presidente Felipe Calderón, Josefina Vásquez Mota y Sergio Vela, puesto que depende de la posición social del locutor en este caso Presidente de la República, Secretaria de Educación Pública y Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, posición que les da acceso a tener la palabra oficial, ortodoxa y legítima. Es por lo anterior que se puede decir que el discurso del Estado en el Programa Nacional de Cultura, a partir de su acceso a los instrumentos legítimos de expresión, llegan a ser un elemento importante para la legitimación de su ideología. Una noción recurrente en el discurso del Consejo es la de una visión a futuro. El Programa Nacional de Cultura 2007-2012, tomó como punto de partida el documento Visión México 2030 y el Plan Nacional de Desarrollo, documento publicado cada sexenio, para expresar las líneas de acción, estrategias y objetivos para las nuevas demandas de “la compleja y plural sociedad mexicana, con una perspectiva a mediano y largo plazo”(Programa Nacional de Cultura 2007-2012:13) Esta idea sobre una visión a futuro, es manejada durante el discurso del Conaculta como una noción uniforme y genérica, infiriendo que los ideales futuros fueron consensuados con todos los mexicanos, como se da a entender en expresiones como “[…] es una invitación a todos los mexicanos” o “[…]políticas públicas que nos encaminen a los resultados que aspiramos[…]” o “Visión México 2030 fue un ejercicio colectivo para definir el país que queremos”, esto como una estrategia política por parte del Estado para edificarse a través de un proyecto “común” cuya aceptación fue deliberada por los mexicanos en general, excluyendo así todo tipo de desigualdad, disentimiento, disparidad, enfrentamiento o conflicto. (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:5)
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El hecho de que continuamente se mencionen ideas sobre una visión a futuro, se relaciona con la noción del progreso y el mejoramiento no sólo en el terreno de lo cultural, sino también en ámbitos sociales, económicos y políticos; viendo así a la cultura como un elemento que puede ser administrado, constitutivo de una idea de desarrollo y de una idea de cambio como en el discurso de Sergio Vela, director del Consejo en el Programa Nacional de Cultura, “Las posibilidades que ofrece la cultura de nuestro país deben ser aprovechadas para hacer que contribuyan a lograr avances en todos los ordenes”. (Programa Nacional de Cultura 2007-2012:9) Es así como a partir de una concepción generalizada y consensuada sobre lo que los mexicanos queremos y necesitamos, junto a la idea de desarrollo y progreso que se manejan a lo largo del discurso sobre patrimonio cultural del Programa Nacional de Cultura que podemos advertir que los elementos tiempo/visión/cambio/progreso forman parte de un discurso estatal que lo legitima, consolida y justifica. Esta concepción generalizada se logra a partir del uso recurrente de la sinécdoque en el discurso del Programa pues es por medio de dicha figura retórica que se enuncia una totalidad a partir de una peculiaridad generando un discurso homogeneizador. Por otra parte en el Programa podemos entrever como las narrativas de nación se desprenden de ciertos usos que se hacen sobre la identidad, la tradición, el arte, entre otros. Es aquí donde observamos la forma en la que piensan estas prácticas dentro de Estado-nación, la identidad es enunciada como algo fijo y no como algo que está en constante cambio. El Estado aglutina bajo un mismo concepto diferentes procesos de identificación, este uso de la identidad le permite al Estado-nación generar un discurso que coincida con los fundamentos nacionales como menciona Rufer “Si hacemos una genealogía del concepto nación, podríamos entrever las diferentes formas de aglutinar comunidades bajo varios criterios (lengua, raza, cultura, pasado común)” (Rufer 2012: 12) “La cultura mexicana es fuente de identidad, cohesión social, expresión y diálogo, y su potencial como recurso para el desarrollo es
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incalculable.” (Discurso de Sergio Vela en el Programa Nacional de Cultura 2007-2012: 9) El uso de la identidad como fuente de cohesión social nos remite a la tesis que Durkheim sostenía de que la sociedad moderna mantiene la cohesión a partir de presupuestos sociales en este caso la definición monopólica del Estado sobre la identidad, “[…] son las condiciones sociales, y no los agentes individuales, quienes rigen creencias y conductas” (Taylor,2011:16). Conaculta administra y define la identidad para mantener la disciplina y el orden nacional La noción de identidad aparece recurrentemente en los discursos sobre patrimonio cultural del Conaculta, la identidad es construida desde las políticas sobre patrimonio, en su discurso el consejo enuncia quién tiene identidad y de qué forma debe de ser reconocida y preservada como menciona Stuart Hall “Precisamente porque las identidades se construyen dentro del discurso y no fuera de él, debemos considerarlas producidas en ámbitos históricos e institucionales específicos en el interior de formaciones y prácticas
discursivas
específicas,
mediante
estrategias
enunciativas
específicas.”(Hall, 2003:18) Sin embargo el Estado es el que define la división del país, las culturas, las regiones, y es el que decide que debe de ser preservado, el discurso del Consejo menciona que las identidades se tiene que preservar por que eso le da sustento a lo que somos y a lo que seremos. Pero las identidades que el estado preserva son seleccionadas de acuerdo a los intereses de éste. “Aunque parecen invocar un origen en un pasado histórico con el cual continúan en correspondencia, en realidad las identidades tienen que ver con las cuestiones referidas al uso de los recursos de la historia, la lengua y la cultura en el proceso de devenir y no de ser; no «quiénes somos» o «de dónde venimos» sino en qué podríamos convertirnos, cómo nos han representado y cómo atañe ello al modo como podríamos representarnos. Las identidades, en consecuencia, se constituyen dentro de la representación y no fuera de ella.” (Hall, 2003:17)
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Las procesos de identificación están en continua construcción y no se limitan a los márgenes que dicta el estado como algo fijo, sin embargo en las prácticas discursivas, lo que se trata de hacer es acotarlas, restringirlas y tratar de diseminar algunas así como insertarlas en otros espacios donde es más pertinente, de esta forma el Estado tienen un mayor control como administrador de la cultura. No podemos pensar la identidad sin la tradición en el discurso del Conaculta debido a que están ligadas a la preservación del patrimonio cultural “Las tradiciones que aparecen o pretenden ser antiguas son a menudo relativamente recientes en cuanto a su origen y algunas veces son producto de la invención.”(Hobsbawn, 2000:8) Para el Consejo la tradición es uno de los elementos que sustenta la identidad, en el Programa de Cultura la tradición abarca los siguientes ámbitos: “Es responsabilidad del Estado preservar las tradiciones: festividades, gastronomía, rituales, lenguas, música, técnicas artesanales, conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo” (Programa Nacional de Cultura, 2007-1012: 15). Si bien aquí se enuncia un panorama muy amplio de lo que es considerado tradición por el Estado, nos damos cuenta de que estas prácticas responden a una historia nacional que el Estado quiere y ha venido preservando. Como ejemplo de lo anterior, dentro de la página de internet del Conaculta encontramos una sección llamada Sistema de Información Cultural (SIC), este sistema arroja que hay un total de 306720 prácticas y espacios reconocidos como patrimonio cultural. La selección del patrimonio es un mecanismo de reivindicación y reafirmación de la historia nacional, cada una de las prácticas reconocidas como patrimonio cultural se ajustan a dicha historia, como menciona Eric Hobsbawn “Los usos y costumbres tradicionales existentes, fueron modificados, ritualizados e institucionalizados para ajustarse a los nuevos objetos nacionales.” (Hobsbawn, 2000:10) 20
Sistema de Información Cultural http://sic.conaculta.gob.mx/
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De acuerdo a las bases de la selección de lo que es o no es patrimonio cultural el Programa Nacional de
Cultura menciona que deben de ser
prácticas que tengan una relevancia para los mexicanos, sin embargo hay muchas prácticas que podrían incorporarse a lo patrimoniable pero que el Estado no ha incorporado. “La sociedad debilita o destruye los esquemas sociales para los cuales se habían elaborado las viejas tradiciones y sus vehículadores institucionales y promulgadores ya no resultan suficientemente adaptables y sensibles; o de lo contrario se procede a eliminarlas; en suma cuando existen cambios lo suficientemente grandes y rápidos del lados de la oferta o la demanda.” ( Hobsbawn, 2000:9) Sin embargo ¿qué tanta correlación existe entre lo que las personas consideran su patrimonio cultural y lo que el Estado nación define como tal ? Porque como Hobsbawn plantea la sociedad podría debilitar o destruir las tradiciones, sin embargo ¿qué tan dirigida puede estar esta transformación por las mismas políticas culturales del Estado-nación? Es través de las nociones de identidad, tradición, lengua y pasado común que la nación se desliza. Como menciona Hommi Bhabha es debido al movimiento por diversas categorías como el pueblo, las minorías o la diferencia lo que permite a la nación escribirse. (Bhabha,1990:387). La nación no es algo inamovible ni permanente, está en una continua reconfiguración, así como las nociones de nación de transforman de la mano se modifican las tradiciones o los usos de la identidad y la cultura .
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Análisis del discurso de: El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo y Patrimonio Cultural Inmaterial y Turismo
El Conaculta a través de la Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turístico instancia del Consejo, trabaja en la elaboración y ejecución de políticas públicas dirigidas a fomentar el turismo cultural los diversos destinos turístico. En 2008 la coordinación públicos dos documentos titulados Patrimonio cultural inmaterial y turismo y El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo las publicaciones están encaminadas a presentar la relación entre el patrimonio cultural y el turismo, así como la importancia de cada uno de ellos. Los documentos pueden encontrarse en Internet en la página del Consejo o en la página de la Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural.
De acuerdo a la presentación de esta publicaciones, los documentos fueron elaborados para “[…]ofrecer a nuestros lectores, promotores culturales, prestadores de servicios y funcionarios de distintos niveles de gobierno que inciden en la gestión del patrimonio cultural y del turismo, una
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revisión de los principales elementos y conceptos que se combinan para que el ejercicio responsable del turismos antes las manifestaciones del patrimonio cultural se convierta en factor de desarrollo y mejora de la calidad de vida de los pueblos y comunidades[…]”( El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo, 2008:1) El Consejo ha implementado desde el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) una política cultural que plantea la relación indisoluble del patrimonio cultural del país y el turismo. Así como de la cultura y el patrimonio como fuentes de desarrollo económico y
modernización, esto
coincide con que “la cultura se ha convertido simplemente en un pretexto para el progreso sociopolítico y el crecimiento económico.”(Yúdice, 2002:34) La propuesta de los documentos en relación con el patrimonio cultural es que “el turismo, el medio ambiente y el patrimonio cultural puedan construir los elementos de una gran formula de desarrollo equilibrado para muchas regiones del planeta”(Patrimonio Cultural Inmaterial y Turísmo,2008: 8) Hasta este momento sólo habíamos planteado la idea de que el patrimonio se determinaba por una serie de factores políticos que responde y ayudan a configurar la historia nacional y la noción de nación, si embargo hay otra serie de factores que también juegan un papel importante en la selección y gestión del patrimonio cultural: las necesidades globales. Desde el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1945 México ha estado suscrito a diversos convenios en materia cultural, educativa y artística, esto inserta al país dentro de marcos internacionales ya que se tiene que regir por normas y tratados creados con base en necesidades globales y no sólo nacionales, las cuales repercuten en las políticas culturales y específicamente en la gestión y selección del patrimonio cultural. La selección del patrimonio cultural se rige por una escala de valores que se determina de acuerdo a la importancia que tiene para la comunidad, sin embargo estos valores tienen una relación con las necesidades y los establecimientos mundiales, no es en vano que el patrimonio nacional
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después de una serie de evaluaciones por parte de la UNESCO pueda pasar a formar parte del llamado patrimonio de la humanidad. Como menciona Guillermo Bonfil se han desarrollado esquemas y escalas de valores que responden a las percepciones y necesidades de la cultura occidental, la consecuencia de estos valores es que se traspolan a la escala de valores de México, la selección del patrimonio también es llevada a cabo tomando en cuenta esquemas globales, que no se limitan a responder por las necesidades y situaciones nacionales, sino que más bien se amoldan a las necesidades globales. (Bonfil, 1993:21) En los documentos Patrimonio cultural inmaterial y turismo y El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo se plasma la idea de que el patrimonio cultural nos identifica y nos define como nación porque son los valores tradiciones y creencias que nos representan, sin embargo hace continuo hincapié en la relación de este patrimonio cultural con nuestra posición frente a otros Estado-Nación. “México cuenta con uno de los patrimonios culturales más ricos del planeta; cabe mencionar que ocupa el primer lugar en América Latina y el sexto en el mundo.” (Patrimonio Cultural Inmaterial y Turismo, 2008: 7) Menciona Rita Segato que “para cada escena nacional es necesario considerar la relación entre los Estados nacionales periféricos y los Estados poderosos”, en este caso habría que considerar tanto la relación de México con otros países, como la UNESCO y con lo intereses que hay en torno a la discusión sobre patrimonio cultural no sólo a nivel nacional sino internacional. (Segato,1998:110) El patrimonio cultural se ha enmarcado dentro de la globalización así como el discurso del Estado respecto a éste. La cultura desde hace ya algunos años se ha usado como un recurso, “La cultura no tiene ningún en “si mismo” no es sino un recurso para la política.”(Yúdice,2002:39) Es por ello que en Patrimonio cultural inmaterial y turismo y El ABC del Patrimonio Cultural y Turismo se hable constantemente de la posición que ocupamos culturalmente frente a otros países , la misma creación de los cuadernillos responde a la necesidad de ofrecer un discurso unificado a diversas
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instituciones grupos o personas que se dedican a trabajar con el patrimonio cultural. “Se requiere lograr un mejor aprovechamiento de los recursos culturales para fortalecer la identidad de los destinos turísticos y del país. Es necesario reforzar el vínculo de acción de las empresas, las autoridades federales, municipales y locales con la conservación y valoración del patrimonio cultura de las comunidades y potenciar su desarrollo social y económico.” (Patrimonio Cultural Inmaterial y Turísmo, 2008: 12) La noción de nación y los usos de ésta responden no sólo a las necesidades nacionales, sino que se insertan en un esquema global determinado por “poderosas instituciones como la Unión Europea, el Banco Mundial y las principales fundaciones internacionales” (Yúdice,2002:27). El Estado-nación responde a las necesidades de estas instituciones y organismos para poder insertarse en el mercado global y posicionar al país dentro del ámbito internacional. El discurso sobre patrimonio cultural y la selección de éste responde a otras necesidades que difieren con las de el país. Por una parte los documentos analizados apelan a la salvaguardia de las identidades y de las diversas práctica culturales como referentes de lo que nos conforma y constituye como nación
“El patrimonio Cultural es un
referente para las identidades de nuestros pueblos y es tan diverso como nuestras culturas es por ello que debe de ser preservado”(El ABC del Patrimonio Cultural y Turísmo,2008:3) Y por otra parte la selección y determinación de lo que debe de formar parte del patrimonio cultural responde a necesidades nacionales que están permeadas y forman parte de una mercado cultural mucho más amplio, el mercado internacional. Sin embargo la selección de las practicas patrimoniales responde a un marco de lo que debe de ser presentado al resto de los Estados-nación como cultura nacional es en este afán de representar la diversidad nacional, es que el Estado termina pulverizando ciertas prácticas para poder conformar un mosaico uniforme que responda a el discurso nacional.
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Como menciona Rita Segato “Si en el plano interno el Estado está cada vez más confrontado con fuerzas sub-estatales, en el plano internacional se confronta con fuerzas supra-estatales. Este proceso de erosión de soberanía, que hace de ésta un valor absoluto menos que un titulo negociable, a pesar de ocurrir globalmente, no elimina, y, por el contrario, agrava las disparidades y las jerarquías en el sistema mundial.” Estas confrontaciones han generado respuestas del Estado-nación frente al patrimonio cultural que poco favorecen a las prácticas consideradas patrimonio cultural, ya que al hablar de desarrollo siempre se piensa en modernizar e insertarnos en la esfera mundial. (Segato, 1998:108) El problema reside en que las prácticas de preservación y difusión del patrimonio se basan en supuestos que no encajan con las necesidades de cada práctica y que antes de tratar a todas las prácticas de la misma forma debiéramos de replantearnos el ¿Porqué queremos preservarlas? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿De qué manera las políticas culturales y sobre patrimonio favorecen al patrimonio cultural? y no sólo son una herramienta más para articular a la nación. Establecido lo anterior,
podríamos decir que la identidad se va
articulando a partir de los usos y manejo de la historia, no sólo de forma interna sino también de la forma en como nos dibujamos ante los demás en este caso como nos enunciamos ante otros países. Es un doble papel en el que de la forma en que nos mostramos somos percibidos y después lo reproducimos, no de una forma mimética pero si siguiendo un patrón similar. La nación se percibe y se construye en relación a otras naciones, estos documentos son pensados para representarnos frente a otros países, y frente a los gestores culturales, el Estado-nación vende una idea de lo mexicano, del patrimonio y la cultura nacional, para que de esta forma seamos percibidos y reconocidos en el exterior. Posicionando y legitimando una única historia, la historia de la nación mexicana.
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Análisis del discurso del Atlas de infraestructura y Patrimonio Cultural de México 2010
“El siglo XXI
trajo a los mexicanos algunas garantías como la
democracia plena, la alternancia en el poder y la rendición de cuentas, así como la transparencia en el ejercicio del gasto publico.” Consuelo Sáizar (Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México, 2010:9) Y es en esta órbita que el CONACULTA presenta el Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México 2010, en el cual hace un esfuerzo por reflejar el papel del Estado como gestor de los servicios culturales, así como de las necesidades que imperan en ésta materia para conseguir que toda la ciudadanía goce de este derecho. El Atlas de infraestructura y patrimonio
cultural
de
México
2010, se publica sexenalmente y su creación se dio en el sexenio de Vicente elemento
Fox que
Quesada,
como
fortalecería
el
acceso a la información y la transparencia
en su gestión. El
Atlas lo podemos encontrar en la página del Consejo o en el Sistema de Información Cultural (SIC) así
mismo se realizo una edición impresa que se puede consultar en bibliotecas que forman parte de la red de CONACULTA o en las bibliotecas de sus instituciones. Lo que el CONACULTA intenta lograr en esta compilación es “…dar una guía que sirva al ciudadano para conocer a detalle la enorme riqueza que está a su alcance y que es parte de su herencia, también le proporcionará claves para disfrutarla al máximo” (Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México, 2010:9)
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De esta forma el Conaculta trata de acercar de manera sencilla, resumida y específica, tanto el dónde se encuentra el patrimonio cultural, cómo debe ser observado y desde que óptica tiene que ser razonado. El primer paso que marca el Consejo para acercar el patrimonio cultural a la ciudadanía es mostrar dónde se encuentra y cómo apreciarlo para su correcto aprovechamiento, ya que no existirá un patrimonio cultural para una sociedad que no lo reconozca a identifique . Y es bajo esta premisa que el Conaculta hace un esfuerzo en su papel de gestor/tutor de la cultura por acercar el patrimonio cultural a la ciudadanía por medio de este Atlas. Es por ello que vale la pena hacer notar que el Estado define tanto una dimensión jurídica como una disposición de vida siendo así “un complejo que gobierna cómo y dónde podemos movernos, asociarnos, trabajar y hablar. (Spivak, 2009,45) En este documento se incluyen apartados como el Patrimonio cultural inmaterial y Las industrias culturales, que según el Consejo son de capital importancia por su contribución creciente a los niveles de desarrollo humano en nuestro país. Derivado de lo anterior, es decir de la presentación que el Consejo nos da sobre el Atlas, es que podemos observar cómo a partir del establecimiento del qué es el patrimonio cultural, dónde y cómo podemos encontrarlo y vivirlo. Existe una necesidad por parte del Estado de establecer cuales son los elementos de la cultura que tenemos como nación, así como la delimitación territorial y espacial que existe para conseguir una identificación de la ciudadanía con el patrimonio cultural, su territorio y estas percepciones lleguen a desatar una conciliación con el concepto de nación que el Estado requeriré para su correcto funcionamiento, legitimándolo. El documento que nos presenta el Consejo comprende distintos capítulos, pero no es casualidad que el primero de ellos sea el contexto territorial y demográfico ya que establece cuál es la conformación del territorio mexicano y esto debe observarse desde el punto de vista de cómo el Estado, viéndolo como la estructura legal e institucional que delimita cierto territorio (Butler y Spivak, 2009:44) , tiene el deseo de vincular a la ciudadanía con su
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territorio, para producir un sentido de pertenencia a la nación, mediante el establecimiento del patrimonio cultural en este caso. Durante este capítulo el Atlas nos presenta gráficamente tanto los aspectos de población, territorio, lenguas en México, etc., sin duda aspectos que vinculan a la ciudadanía con su patrimonio cultural. De forma inmediata nos presenta la noción de patrimonio de la humanidad, y establece que "con el propósito de identificar, catalogar, preservar y difundir los sitios de importancia cultural o nacional, existe desde 1972 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que instituyó la Lista del Patrimonio Cultural" (Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México, 2010: 33) Así es como de manera global existe una uniformidad de criterios en la creación de esta lista, que entre otras cosas integra cuáles son los bienes culturales o naturales cuyo valor enriquece nuestra vida y su desaparición sería una pérdida irremediable para la humanidad, dejando en claro cuáles son los parámetros para considerar el patrimonio cultural de las naciones. Este rubro incluye tanto zonas arqueológicas como monumentos históricos. De manera reiterada el Atlas nos presenta cuál es también el patrimonio inmaterial y establece que "México, mediante la ratificación del Senado de la república el 20 de Abril de 2006 entró en vigor la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO 2003)" (Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México, 2010:95) y con esto se obliga a las naciones a proteger el patrimonio cultural inmaterial que entiende por estos los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades o grupos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Y en este sentido es cómo el Estado tiene la facultad de vincular a su población con el patrimonio cultural, aspecto que aprovecha en una doble conducta para legitimar el concepto de nación mediante esta gestión del patrimonio cultural. Durante el resto del documento el Atlas nos presenta los distintos
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aspectos que conforman la cultura y el patrimonio cultural, delimitando los criterios, y con ello vinculando a partir del discurso del patrimonio cultural el fortalecimiento de la noción de nación. Retomando la noción de patrimonio cultural que planteaba Canclini, los bienes reunidos en este Atlas parecen ser representativos que cada estado y finalmente de todo el país sin embargo esto podría ser cuestionado. En el Atlas, se presentan diversos mapas que representan la distribución de los bienes culturales de la nación, sin embargo podemos observar que la distribución del patrimonio esta concentrada casi en su totalidad en lo zona sureste y centro del país. Los estados del norte tienen una o dos actividades denominadas como patrimonio cultural, sin embargo esta disparidad de practicas plasmada en el Atlas, poco tiene que ver con la falta de estas y más con un discurso del Estado-nación que no permite que otras practicas se reconozcan, tal es el caso del Campo Algodonero de Ciudad Juárez, que se ha constituido como un espacio de gran importancia para los habitantes, pero que no es reconocido por el Estado como tal, ya que atenta contra su discurso nacional. La geografía es política y el Estado- nación es consiente de ello, el uso de los Atlas como compendios que están constituidos por una serie de mapas y cartografías que definen a la nación no es casual, si hacemos una retrospectiva sin necesidad de indagar mucho nos daremos cuenta que estos documentos se han venido utilizando a los largo de los años con mucha eficacia y para diferentes eventos o instancias, pero su fuerza para dividir, territorializar, aglutinar, definir y seleccionar sigue presente. La secretaria de Turismo cuenta con el “Atlas Turístico de México” o el “Atlas conmemorativo 1810. 1910. 2010” publicado con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución mexicana. Dichas publicaciones así como el “Atlas de infraestructura y Patrimonio Cultural de México 2010”, tienen una fuerte carga política, en este caso la de reafirmar una política sobre patrimonio cultural, cultura y arte, que se manejaba durante el sexenio de Felipe Calderón, no es coincidencia que este Atlas así como su primera edición se dieran bajo dicho gobierno, desde la
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formación de Conaculta no se habían hecho publicaciones de esta índole, hasta la llegada del PAN. Consideramos que esta es una más de las consecuencia de reposicionar un nuevo discurso cultural, el discurso multicultural sigue presente en el Atlas, si bien no se hace una referencia textual se ve plasmado gráficamente mediante el reconocimiento de la diversidad cultural y de la diferencia, marcada en cada uno de los mapas que se presentan. El Atlas muestra una serie de categorías para poder presentar la infraestructura cultural del país: Monumentos históricos, Inmuebles religiosos, Zonas arqueológicas, Monumentos artísticos, Manifestaciones de Patrimonio cultural inmaterial, la división que presenta el Conaculta contesta a una política cultural del Estado más que a la representatividad o relevancia de la cultura. Podríamos empezar cuestionando la diferencia clara que se hace entre lo que pertenece a los monumentos históricos y a los monumentos artísticos. Los monumentos artísticos son “aquellos inmuebles con características estética relevantes” ( Atlas de Infraestructura y patrimonio cultural de México 2010: 72) y su preservación está a cargo del INBAL (Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura). Por otra parte los monumentos históricos son aquellos anteriores a la conquista y originados entre los siglos XVI y XIX, su preservación esta a cargo del INAH. El problema de esta selección es que caemos nuevamente en lo que Guillermo Bonfil discutía sobre la relevancia de estas prácticas y monumentos para todos los que vivimos en este país, los criterios de selección de lo preservarle siguen recayendo en un grupo de “intelectuales” y “especialistas” dictaminado por el Estado. El argumento del Consejo frente a esta problemática es que resulta imposible determinar lo que es de valor para cada sujeto, y se deben de seguir esquemas que permitan administrar y preservar el patrimonio, pero la realidad es que la cultura y las sociedades están en un continuo cambio día, es obsoleto querer congelar las prácticas, las migraciones que se dan en el interior del país, son un ejemplo de que el molde de Estado-nación se rompe debido a muchos factores en esta caso de la cultura, ya no podemos decir
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que un baile, la comida o las festividades se limiten a su lugar de origen, las personas migran y con ellas sus practicas. ¿Cómo situar las practicas en un solo espacio? Y ¿Cómo pensar en que permanezcan intactas ante el cambio de entornos y situaciones? Creemos que son preguntas que debemos de plantearnos antes de pasar por alto un discurso con una carga política tan poderosa como lo es el discurso del Estado sobre patrimonio cultural. La nación se articula apelando a esta homogeneidad y orden cultural que han venido trabajando, y funciona como estrategia hegemónica del Estado.
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Capítulo 3: Mecanismos para la legitimación de la nación en el discurso mediático sobre patrimonio cultural por parte del Conaculta
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Es este capítulo nos propusimos hacer un análisis de algunos mensajes comunicativos emitidos por el Consejo, en cada caso empírico encontramos distintos elementos en donde recae su fuerza y presentamos en el primer capítulo. En relación a los medios comunicación y a lo que hemos planteado con anterioridad, menciona Hall (2004), que los medios de comunicación no funcionan desvinculados del discurso del Estado-nación, incluso podríamos decir que el discurso estatal necesita de los medios y viceversa. En el caso del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, su discurso sobre la cultura y el patrimonio cultural ha tenido que ser reflejado por diversos medios, para que la difusión de sus mensaje tuviera un mayor alcance. El Estado-nación trabaja como un engranaje con los medios, esto no quiere decir que responda a las consignas de los medios directamente, pero estas consignas positivas o negativas; a favor o en contra, colaboran en las practicas del Estado. Esto nos permite articular de manera más amplia la noción de nación que el Conaculta genera a través de su discurso en los medios de comunicación. Los medios de comunicación juegan un papel importante dentro del proceso de significación y re significación de lo nacional, como menciona Barbero en una entrevista: “En la comunicación hay negociación y apropiación, los mensajes no operan inmediatamente ni aisladamente del resto de mensajes, de imágenes y prácticas que produce la sociedad.” (Barbero,2001:3).
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Análisis de la Revista Cultura y Arte de México
“Cultura y Arte de México” fue una publicación impresa y digital 21 mensual editada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes entre los años 2010 y 2012 (30 números con 100, 000 ejemplares cada uno) durante la gestión de Consuelo Sáizar frente al Consejo y Felipe Calderón Hinojosa como Presidente de la República. Específicamente, era una publicación de la Dirección General de Comunicación Social del Consejo y cuyo objetivo era difundir “la cartelera del Conaculta y artículos de fondo sobre diversos temas de cultura,
reseñas
bibliográficas,
teatrales,
cinematográficas y entrevistas a escritores y artistas.” 22 Se presentaba en un formato carta con forros e interiores en couché a color,
con
fotografías,
generalmente
se
conformaba por 72 páginas y su distribución era gratuita. El editor responsable era Jorge Cisneros Morales y aunque no todos los ejemplares contaban
con
una
Prefacio,
en
todas
podemos encontrar la leyenda: “las opiniones expresadas
por
los
autores
no
necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.” Consideramos que esta publicación fue un medio por el cual la sociedad tenía un contacto más cercano con el Consejo y en donde se plasmaba la gestión cultural del país de manera más clara, sencilla y directa, ya que era desde la institución misma que se gestaba el contenido de la revista y con ello dejaban claro qué era lo que tenía relevancia y cómo debía 21 22
http://www.conaculta.gob.mx/cultura/201212/ (SIC, http://www.sic.gob.mx/ficha.php?table=revista&table_id=578)
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ser presentado. Consideramos que es importante señalar que el título “Cultura y Arte de México” implica cierta territorialización, selección y jerarquización de los artículos contenidos en ella. Así como se reivindica el poder del Estado al definirse como una voz autorizada para habla de lo que es la cultura y el arte en México. De manera general, la revista estaba constituida por secciones como “Reseñas”, “Entrevistas”, “Poesía”, “Exposiciones” “Homenajes”, “Reportajes”, “Cursos” y “Cartelera”, y la publicidad interior era cien por ciento gubernamental.
Elegimos cuatro artículos en donde el patrimonio cultural es el eje que los articula y cuya categoría principal giraba en torno a su gestión. En realidad no son los únicos artículos dentro de las publicaciones que cumplen con estas características, simplemente fue una selección que nos vimos encaminadas a realizar por razones meramente metodológicas. La selección fue la siguiente:
Título: “Una noción de patrimonio más amplia” Fecha: Mayo, 2011 Número:11 Páginas: 4-6 Autor: Miriam Morales Sanhueza
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Título: Y su legado es la ley Fecha: Mayo, 2012 Número:23 Páginas: 42-47 Autor: Jesús Jauregui
Título: Tamayo Renace Fecha: Agosto, 2012 Número:26 Páginas: 22-28 Autor: Laura Celis
Título: “Artes indígenas que celebran los orígenes de América” Fecha: Agosto, 2012 Número: 26 Páginas: 44-47 Autor: Miriam Morales Sanhueza
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Análisis del artículo “Una noción de patrimonio más amplia” en la revista Cultura y Arte de México .(Mayo, 2011: 4-6)
El patrimonio
artículo más
consideraciones patrimonio
“Una
noción
amplia:
de
algunas
sobre la nación de
cultural
inmaterial
y
su
salvaguardia” fue escrito por Miriam Morales
Sanhueza
23
quién
desde
agosto del 2009 fungió como Directora General
en la Dirección General de
Culturas Populares perteneciente al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. El artículo tiene como principal fin
el dar a conocer la creación de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial como uno de los logros de la Dirección General de Culturas Populares. Dicho órgano, “busca unir los esfuerzos para el desarrollo y el seguimiento de las políticas nacionales en torno al patrimonio cultural inmaterial, concebidas como una prioridad dentro de las políticas culturales, así como la capacidad de nuestro país para reconocerse en sus identidades y memoria.” (Cultura y Arte de México, Mayo, 2011:6) Según Miriam Morales, cuando se creó la comisión participaron titulares de la ONU, S.R.E, INAH, INBAL, UNAM, Dirección General de Culturas Populares, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Cultura de la Conferencia 23 Miriam Morales Sanhueza, es una profesora y escritora chilena nacida en el año del 1952. Licenciada en Derecho por la Universidad Católica de Chile y Maestra en Ciencias Políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, sede México. Fue catedrática en la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de México y estuvo casada con Jorge Castañeda, ex Secretario de Relaciones Exteriores de México.
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Nacional de Gobernadores, en donde “expresaron su firme propósito de conjuntar esfuerzos y responsabilidades dentro del marco de sus respectivas competencias, para lograr la consolidación de políticas públicas y estrategias concertadas, así como el fortalecimiento y la articulación de acciones para el reconocimiento, promoción y salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país.” (Mayo, 2011:5) Mencionamos lo anterior, debido a que uno de los múltiples elementos que queremos hacer notar con este análisis, es la participación de funcionarios y expertos que de alguna manera son portavoces del Estado. En este sentido Yúdice (2004), menciona que “los intelectuales pertenecientes a una institución o a un partido, transforman, por tanto, el sentido común en buen sentido, que luego servirá de guía para lo popular (la política cultural en funcionamiento).” (Miller y Yúdice, 2004:20), siendo así una manera de “uniformar” ciertos parámetros para definir los ejes de dicha Comisión y al dar a entender que no existió un verdadero debate en este tema al no incluir personajes heterogéneos, por decirlo de alguna manera. A lo largo del artículo, la autora trata de explicar la necesidad de esta reconfiguración del patrimonio cultural al asegurar que ha sido necesario “alejarse de una atención casi exclusiva de su expresión material, y sobre todo monumentalista, para acercarse a una visión más antropológica […] la mirada, que había estado enfocada en los objetos, se desplaza hacia los sujetos creadores de la cultura y se acuña así la noción de patrimonio cultural inmaterial.” (Arte y Cultura de México, Mayo, 2011:4) Esta separación del patrimonio cultural inmaterial, según nosotras, permite dar un nuevo significado a los usos, expresiones y representaciones que tanto los grupos como los individuos reconocen como parte de su patrimonio y se afirman en la importancia de las diferencias como base de la identidad, promoviendo así el reconocimiento y respeto a la diversidad cultural. Sin embargo, creemos que existen problemáticas que no están bien representados en esta propuesta como lo son los procesos de cambio y de globalización en ocasiones se han traducido en pérdidas de este patrimonio, en su desuso. Este patrimonio se puede mantener, siempre y cuando
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permanezca tanto su valor social como sus referentes culturales y no se percibe que la autora esté conciente de dichas problemáticas o al menos no las expresa en el escrito. Previamente habíamos analizado el papel que el Estado-nación le confiere al patrimonio cultural como un elemento vital para la cohesión social. En este sentido, el Sanhueza menciona que el patrimonio cultural inmaterial, “es base para la construcción de una ética intercultural y de la única democracia posible.” (Cultura y Arte de México, Mayo, 2011:4) Analizando así que el Estado le confiere atributos al patrimonio que poco tienen que ver con la discusión en torno a la gestión de éste sino que nuevamente la discusión sobre patrimonio se rige por presupuestos que el Estado-nación le confiere para articular el discurso nacional. En este sentido, George Yúdice expone que “…ha habido un uso creciente de la cultura como expediente para el mejoramiento tanto sociopolítico cuanto económico, es decir, para la participación progresiva” (Yúdice, 2008:23) en este caso el Estado carga de sentido al patrimonio como fuente de democracia. Una democracia que parte según el discurso del Consejo, desde la selección y preservación del patrimonio, pues de acuerdo a éste los criterios de selección y conservación toman en cuenta lo que requieren las personas que le dan vida al patrimonio inmaterial. Otro elemento que consideramos importante señalar, es la relación que lo anterior tiene con un órgano multilateral como es la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el “respaldo” que de alguna manera da a la creación de esta Comisión. Según la autora, el Artículo 11 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial señala que es función de los Estados Partes adoptar las medidas necesarias para garantizar la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio e identificar y definir los distintos elementos del mismo con participación de las comunidades, grupos y organizaciones no gubernamentales.” (Cultura y Arte de México, Mayo, 2011:5) Para posteriormente mencionar que:
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“Como parte de esta nueva visión de las instituciones públicas dedicadas a la cultura y de la actualización de sus prácticas de organización, así como con la intención de establecer mejores estrategias de relación y de un trabajo conjunto que nos lleve a obtener resultados, en primera instancia con un impacto a nivel nacional, pero al mismo tiempo cumpliendo con los compromisos de México como Estado parte de la Convención del 2003.” (Cultura y Arte de México, Mayo, 2011:5)
Dicho lo anterior, podemos realizar una lectura sobre cómo este tipo de acciones que tiene el Consejo, buscan un reconocimiento no únicamente nacional,
sino
también
internacional,
y
que
dichas
acciones
están
influenciadas por escalas valorativas que no necesariamente corresponden a las necesidades de un país en particular por tratar de responder a intereses internacionales. Creemos que de igual manera podemos rescatar de este artículo y a manera de conclusión, el ¿cómo se interviene en la salvaguardia de un patrimonio que sólo puede ser producido y reproducido por sus mismos portadores? ¿cómo el Estado planea tener injerencia en dichas prácticas cuya continuidad depende de su existencia? En este sentido, creemos que lo elementos o categorías analíticas que se rescatan de este análisis es el planteamiento de un patrimonio cultural inmaterial diverso y dinámico, relacionado con la identidad, una memoria colectiva y una multiculturalidad reconocida internacionalmente.
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Análisis del artículo “Y su legado es la ley” en la revista Cultura y Arte de México . (Ejemplar Mayo 2012, 42-47)
El artículo titulado “Y su legado es la ley” , escrito por Jesús Jauregui, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH),
gira
en
torno
al
reconocimiento del mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el día 27 de noviembre del 2011. El mariachi fue inscrito por votación
unánime en la Lista
representativa
del
Patrimonio
Cultural
la
Humanidad
de
Inmaterial
de
la
Organización de Naciones Unidas para la Educación,
la
Ciencia
y
la
Cultura
(UNESCO). En este sentido, la UNESCO por una lado reconoce una política cultural salvacionista del rescate pero por otra parte legisla sobre el patrimonio de una manera unilateral. “Está claro que en un discurso de unificación y homogeneización, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en voz de la UNESCO, tiene un concepto tan abarcador como excluyente sobre el patrimonio, conflicto que inicia desde el problemático denominador: Patrimonio de la Humanidad.” (Sánchez y Torres, 2013 ) La UNESCO implementa políticas sobre patrimonio que tratan de incorporar prácticas muy particulares y específicas de diversos países y regiones bajo criterios de selección y conservación “universales” que no pueden entender en su totalidad la problemática que aqueja a cada una de estas practicas. Como en este caso sucede con el reconocimientos del mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial. Jesús Jauregui, quién ha tenido múltiples publicaciones en relación al tema del mariachi, hace un esbozo del significado de dicha práctica tanto
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dentro del país, como internacionalmente. De esta manera, como menciona el autor, “el análisis del mariachi contribuye a la fundación del estudio profundo del México mestizo, pues al examinar un fenómeno difundido en el mundo contemporáneo globalizado, la antropología se ve obligada a trascender la fachada de la “cultura nacional” mexicana para acceder a las comunidades y tradiciones regionales y locales que no corresponden a la imagen que se ha difundido como típica.” (Cultura y Arte de México, Mayo 2012: 45) De esta manera el mariachi remite a “una expresión cultural vigente en una sociedad compleja, pluralista y multiétnica, que se encuentra bifurcada en una tradición centenaria de cultura oral-gestual, y en otra más recientes, vinculada orgánicamente a los medios de comunicación masiva.” (Cultura y Arte de México, Mayo 2012: 45) Es así como podemos hablar de la fragmentación de la figura del mariachi presente en las regiones con ciertas especificidades y por otro lado su “uniformidad” frente a su expansión nacional e internacional. A lo largo del texto, encontramos ciertas rupturas con el discurso oficial del Conaculta, sin dejar a un lado que el mismo autor pertenece a esa gestión, y que dicho texto está publicado en un ejemplar de la revista editado por el Consejo al que se le critica. Un ejemplo de las rupturas que se generan son algunas narrativas de lo que el mariachi significa para la “identidad nacional”. El autor expresa cierta crítica sobre cómo en cierta medida este género que resulta de un encuentro bascular entre la cultura popular (ejecutantes, elementos musicales y rasgos “típicos”) y la cultura letrada (literaria, musical, coreográfica y teatral) (Cultura y Arte de México, Mayo 2012:46), aunado a que en esta compleja práctica “se sintetiza en términos contradictorios como lo
antiguo-moderno, campo-
ciudad, región-nación, charro-músico popular y altivez-sentimentalismo) se puede seguir hablando de una identidad nacional, siendo un hecho que este concepto no es de verdad nacional y no abarca a todos los sectores, etnias, grupos y pobladores de la nación, ni recoge todas la experiencias culturales que producen esos grupos en específico frente al mariachi.
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Otra crítica por parte del autor es el menosprecio de la intelectualidad mexicana por esta tradición popular. La omisión del estudio del mariachi se presenta como sintomática de la ceguera por ciertos nodales en la antropología mexicana. “Pareciera que los especialistas en analizar la cultura del México contemporáneo han puesto particular empeño en omitirlo, quizás debido a su cuasi omnipresencia y porque ha llegado a ser como la tortilla en nuestra culinaria: un elemento cuyo sabor no se considera pertinente mencionarlo en el menú”. (Cultura y Arte de México, Mayo 2012: 45) Rompiendo con lo postulado en las políticas culturales del Estado en donde todo elemento cultural trascendente dentro de la sociedad mexicana debe de ser apoyado, respaldado y examinado para su óptima coexistencia. Como menciona Yúdice y Miller “las políticas culturales constituyen un terreno privilegiado de la hegemonía. Proporcionan un medio para conciliar identidades culturales antagónicas erigiendo la nación como la esencia que trasciende los intereses particulares.” (Miller y Yúdice, 2004:20) Es así como este artículo que aunque se enuncia desde una postura perteneciente al Consejo, hace realmente un crítica e insita a la reflexión del quehacer de éste. Creemos que este artículo se puede relacionar con el analizado anteriormente, “Una noción de patrimonio más amplia” escrito por Miriam Morales Sanhueza, en donde se hace referencia a la creación de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial como uno de los logros de la Dirección General de Culturas Populares. Cuyo objetivo era, “busca unir los esfuerzos para el desarrollo y el seguimiento de las políticas nacionales en torno al patrimonio cultural inmaterial, concebidas como una prioridad dentro de las políticas culturales, así como la capacidad de nuestro país para reconocerse en sus identidades y memoria.” (Cultura y Arte de México, Mayo, 2011:6) Es así como un año posterior, los dos ejemplares publicados en el mes de mayo pero de diferente año, podemos hacer cuenta de un fracaso sobre la gestión del patrimonio cultural inmaterial. Aunque únicamente se hable sobre el papel del Mariachi en la actualidad y no se hace una lista exhaustiva de las
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posibles fallas que ha tenido el Consejo frente a este tipo de patrimonio, sí podemos inferir que existe una deficiencia y que los mismos responsables de la gestión cultural del país están conscientes. En cuanto a las narrativas de nación, podemos encontrar esta cierta uniformidad que se trata de dar al presentarse el Mariachi a nivel internacional, tratando de hacer convivir las diferencias y desigualdades que pueden existir dentro de la nación.
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Análisis del artículo “Arte Indígena que celebra los orígenes de América” en la revista Cultura y Arte de México .(Agosto 2012, 44-47)
El artículo está escrito por Miriam Morales Sanhueza, misma que realizó el artículo anteriormente analizado en páginas anteriores.24 En este artículo se habla del desarrollo de la Primera Bienal Continental de Artes Indígenas Contemporáneas, el proceso de selección de sus obras y los objetivos de esta. Es durante el sexenio de Felipe Calderón con su política multicultural que empiezan a surgir diversas Bienales,
Ferias, Congresos, entre otros, que en el afán de reconocer y pluralizar la diversidad cultural acentúan más las diferencias. “Sin renunciar a su identidad, los creadores que participaron en esta convocatoria hacen una importante contribución a su herencia cultural, elaboran nuevos diseños, mitos y símbolos en constante referencia a su actual contexto.” (Cultura y Arte de México, Agosto 2012: 44) En el discurso del Conaculta el mito siempre hace referencia al pasado, al origen. Un pasado que se sustenta en la figura del indígena como personajes que viven dentro del terreno de lo encantado. El Estado-nación ha cumplido un papel tutelar de mando y soberanía sobre los pueblo indígenas, bajo la idea de que estos pueblos aún no están listos para la ciudadanía, el desarrollo y el progreso. “Se trata del famoso not yet de Stuart Mill: serán ciudadanos, pero todavía no.” (Rufer, 2012:23) Por otra parte el hecho de que estos pueblos sean maravillosos es por que viven en el terreno de lo encantado, el terreno del mito, de la tradición y eso produce un encanto que de acuerdo al Estado debe de ser valorado y 24
Ibid. Artículo “Una noción de patrimonio más amplia” , Mayo, 2011.
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revivido en la sociedad moderna pero siempre de manera distante. El reconocimiento por parte del Estado le permite conservar su soberanía sobre ellos. Debemos de reconocerlos y valorarlos pero siempre como algo perteneciente a nuestro pasado, algo que fuimos pero que ya no somos. La revista habla por nosotros los metropolitanos y presenta a un ellos: los indígenas, los otros. ¿Qué identidades son a las que no se renuncia? Parece existir una noción clásica de la identidad, como algo de nuestro pasado que ha estado estático y que se debe de preservar, como si unas cuantas culturas como la “triqui, nahuas, wixárikas, otomíes y mayas entre otro” (Cultura y Arte de México, Agosto 2012: 46) permanecieran intactas ante el paso del tiempo. El enunciado estatal sobre una nación-multicultural en la que a todos se les reconoce y valora, se ve desquebrajado, pues si bien existe un supuesto reconocimiento por medio de estas Bienales o de la creación del Museo Nacional de Culturas Populares, se les sigue viendo como a “otro”, porque ese es el lugar en el que lo sitúa el discurso y las prácticas del Estado-nación. Los trabajos de las comunidades triquis no se exponen en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) o en el Museo Nacional de Arte (MUNAL), sino que están en el Museo Nacional de Antropología o en el Museo Nacional de Culturas Populares, con ello reafirman el lugar de pertenecía de dichos grupos, el del pasado y lo tradicional. El Estado reconoce las prácticas de estas comunidades pero las enmarca en un espacio totalmente regulado, esterilizado y concebido para ellos, los ve como una práctica intacta que permanece inmóvil y estática. Dicha práctica es considera patrimonio siempre y cuando se viva dentro del museo, un espacio en el que: se observa, se critica, se reconoce pero sólo dentro de este marco, las culturas que forman la nación se quedan en la vitrina y lo que sucede con ellas fuera de estas no se manifiesta. “La fascinación que causa la estética indígena plasmada en las obras de esta exposición, nos remite a un pasado que reconocemos como
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origen, a la par que es un espejo de las problemáticas actuales que vivimos cotidianamente. “(Cultura y Arte de México, Agosto 2012: 47)
La fascinación refiere a la gran atracción que podemos sentir por la “estética indígena”, pero esa fascinación surge de reconocer al indígena como el “otro”, como alguien que forma parte de nuestra historia, pero no de nuestra cotidianeidad, el Estado se enuncia como multicultural e incluyente pero en sus propios discursos resalta la diferencia, no sería fascinante si fuera cotidiano. La “estética indígena” no existe como tal, sino que el Estadonación la ha construido dentro de sus prácticas y discursos. La nación se ha construido a partir “…de la doble operación de hallar los orígenes y producir un quiasma: escenificar la identificación con un origen generalmente monumental (el pasado azteca en México) y evidenciar a la vez una ruptura de aquello exhibido con la identidad moderna (el moderno México mestizo)”.(Rufer,
2010:19)
Estos
puntos
son
elementales
para
la
conformación de la tradición que encuentra cobijo en la idea de lo indígena la cual es producida por el Estado y esta se torna performativa. La nación se articula apelando a un pasado común y a diversos lazos que nos unen, sin embargo estos vínculos comunes no son representativos de toda la sociedad sino que se construye, selecciona y reivindica un pasado común, pertinente para la conformación del Estado-nación.
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Análisis del artículo “Tamayo renace” en la revista Cultura y Arte de México .(Agosto 2012; 22-28)
El Museo Tamayo está catalogado desde el 1986 como patrimonio cultural, sus puertas fueron cerradas debido a la remodelación que se emprendió en el 2011 y que finalizó un año después. El gobierno de Felipe Calderón dio el mayor porcentaje presupuestal al área cultural desde la creación del Conaculta25, sin embargo la distribución de ese se presupuesto se vio definida no por la necesidades culturales del país sino de las necesidades del Estado para posicionarse y emitir un mensaje nacional particular. La remodelación de la Ciudadela, ahora llamada Ciudad de los Libros, la creación del Centro Cultural Elena Garro y la remodelación no finalizada de la Cineteca Nacional. El artículo, escrito por la reportera y fotógrafa Laura Celis, realiza un recuento de las múltiples renovaciones que se realizaron, así como de la importancia del museo Tamayo para la cultura nacional, ya que en el discurso de la revista se enuncia como uno de los recintos más importantes de Arte Contemporáneo del país. La construcción de todos estos espacios como menciona el entonces presidente Felipe Calderón en el discurso inaugural del recinto, favorecerán a la cultura nacional: “Nuestro país necesita de la cultura como base de un desarrollo integral que nos permita construir el México que todos soñamos. Un México que tenga más oportunidades, que sea más próspero, que sea más justo, que sea más seguro. También, para ello, contribuye la cultura.”, (Discurso inaugural del Museo Tamayo), sin embargo la creación de estos espacios, sólo responden al enunciado nacional que portaba el Partido de Acción Nacional sobre el desarrollo y la modernidad como pilares de la nación. De lo anterior analizamos que el PRI había logrado en sus 70 años de gobierno apoderarse de ciertos emblemas o momentos históricos y el PAN 25
http://mexico.cnn.com/entretenimiento/2012/12/10/el-presupuesto-2013-propone-reducir-mas-del-30recursos-para-la-cultura
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tenía que re-significarlos o apropiarse de otros. El discurso de Felipe Calderón y la política de su gobierno giraba en torno a la seguridad “Restablecer la seguridad pública no será una tarea sencilla y no será rápida. Costará tiempo y dinero y lamentablemente, a nuestro gran pesar, costará también vidas humanas […] pueden estar seguros de una cosa: es una batalla que, unidos nosotros, los mexicanos, vamos a ganar.” 26 Es por ello que el tema de la seguridad y el progreso fueron incorporados en el discurso cultural y la cultura se ideologizó y se vió como fuente y motor de dichos factores, de esta manera el Estado-nación legitima y mantiene su discurso aún en espacios donde no tendría pertinencia.
Si bien la noción de progreso había estado presente en el discurso nacional ya que el Estado siempre debe de ir hacia algún lugar, es en el sexenio de Felipe Calderón donde acentúa esa característica.
“El Museo Tamayo produce innovadoras exposiciones de lo más representativo del arte contemporáneo internacional”.27 El Museo Tamayo de arte Contemporáneo como el mismo se enuncia, forma parte de la red de Museos que gestiona el Consejo es por ello que las políticas del museo se encuadran en el enunciado del Estado-nación, el discurso del Tamayo vacía la idea del arte contemporáneo28 como un espacio de ruptura, un lugar donde se intenta romper con las sensibilidades estéticas estables, se convierte en un recinto que reproduce un discurso homogéneo y excluye concordante con el discurso estatal.
26
(http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/7c954b2a681dd8c89db2c26caf185df3) Página oficial del Museo Tamayo ( http://museotamayo.org/SS1/informacion/) 28 “Proponer una idea única de lo que es el arte contemporáneo resulta complicado y casi imposible sin embargo, nos centraremos en la definición que da Leonel Estrada quien define el arte contemporáneo como un “Movimiento que a partir de mediados del siglo XIX aparece como una revolución artística que se inicia y trata de apartarse progresivamente del arte tradicional de Occidente. Genéricamente, el Arte Contemporáneo es una discordancia que no se ciñe a problemas formales, técnicos o estéticos sino que es algo que afecta su uso social, creando perplejidad en la gente. Ya no es la belleza el canon de medida; ni es la perspectiva, ni la proporción, tampoco son ya la armonía y la simetría lo que este arte ilustra. “ (Magaril:2013)(http://hipermedula.org/2013/04/el-arte-de-definir-que-es-arte-contemporaneo/) 27
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Como menciona Martín Barbero, “ hay que pensar la sociedad desde la cultura pero no culturalistamente sino como articuladora del sentido de los conflictos.” (Barbero, 2001:7) pues es en estos espacios donde se plasman las tensiones y estrategias políticas que intentan definir lo nacional. Es así como en este artículo podemos identificar el ejercicio del Estado por definir qué es el Arte Contemporáneo, como menciona Spivak (2009), es Estado gobierna cómo y dónde podemos movernos, asociarnos, trabajar y hablar, por lo tanto también llega a controlar las definiciones y recintos como es el Museo Tamayo. Consideramos que más allá de encontrar narrativas de nación dentro de este artículo, podemos identificar la necesidad que existe por parte del Conaculta de dar a conocer sus logros y acciones “benéficas” hacia la sociedad. Recordamos que uno de los objetivos de este medio de comunicación era el tener contacto directo con la población para de esta manera buscar cierta aceptación y legitimarse frente a la sociedad.
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Análisis Spots Televisivos
“La diversidad Cultural de México, spot televisivo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes”29
El presente spot forma parte de la “Campaña Nacional por la Diversidad Cultural de México” cuyo slogan era “es tiempo de reconocernos distintos y valorarnos”. Fue realizado por la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas, dependencia administrada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. El spot fue trasmitido por el Canal 22, perteneciente de igual manera al Consejo, en el año 2005 durante la gestión de Vicente Fox como Presidente de la República y de Sari Bermúdez frente al Consejo. Un collage en sepia. Una mujer cargando una canasta de frutos sobre su cabeza, hombres con sombreros de paja,
un
niño con una
playera delgada trabajando, un cielo en movimiento y una cantidad no moderada de nopales. “… Nuestra cultura está formada por todas nuestras raíces comunes y por raíces distintas que se entrelazan y nutren mutuamente, porque el sentido de la vida está en el otro. Así se forma el nosotros… “ es la frase que aparece al desvanecerse las imágenes anteriores. La cita no está referenciada a un autor en específico aunque esté entrecomillada, la imagen termina por difuminarse a negros lentamente.
29 http://www.youtube.com/watch?v=aVLVy2m2m7w
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Posteriormente, la voz jovial de una mujer joven se escucha en off acompañada de tambores e instrumentos de viento. Música prehispánica. La mujer, como narradora omnipresente a lo largo del spot, nos hace pensar que observa todo desde un lugar superior y que funge un papel de tutora/maestra. Nos explica la “realidad” sobre la diversidad cultural en México, representa la voz del Estado. Es así como en escasos 23 segundos de haber iniciado el spot, se presentan indicios dignos de análisis. Las palabras “nuestra cultura” en la frase inicial, remite a cierto dominio y generalidad perteneciente a una sociedad y territorio delimitado. También se habla del reconocimiento de un “otro” y de una mezcla de raíces provenientes del pasado que están presentes y nos permiten ser lo que somos en este momento, por lo tanto de una identidad como país. Lo anterior hace creer que lo que somos en este momento, es consecuencia únicamente de nuestro devenir histórico y no de un proceso que se ha dado a lo largo del tiempo y que ha estado en continuo cambio. Sujeto, por lo tanto, a múltiples intereses. La voz en off proveniente de una mujer connota cierta sutileza y familiaridad, da la idea de cierta sencillez en lo que se quiere explicar y el hecho se ser omnipresente nos indica que es una voz autorizada para tal papel. A lo largo del spot, se observan múltiples imágenes icónicas de la “identidad mexicana”: comida tradicional, hombres con vestimentas típicas caminando por el campo, cactáceas, festividades de muertos, danzas prehispánicas, figuras de cerámica, todo acompañado de la voz en off y musicalizado por sonido prehispánicos en segundo plano. En reiteradas ocasiones, por no decir la mayoría de veces, se muestran imágenes de individuos con un intención que el receptor los identifique como indígenas, haciéndose presente un ruptura entre el discurso incluyente/generalista, y lo que se muestra. De esta manera nuestra diversidad cultural se ancla en el indígena porqué son los diferentes, los que no forman parte de lo común, los que han tratado de ser incorporados, primero desde la negación y después por medio del reconocimiento y catalogación.
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Se intenta dar una definición sobre patrimonio cultural, estableciendo que “no son solamente sus obras y objetos históricos y monumentales, ni sólo aquello que tiene un carácter material, […] a nuestra historia pertenecen también la forma en que se establecen las
relaciones,
se
resuelven
los
conflictos, se realizan las celebraciones y la vida diaria.” Realizando así una definición generalista, superficial y poco clara. En el momento que aglutina todas estas actividades esteriliza su sentido político, evitando que se generen conflictos, debates, y discusiones en torno a este.
También advertimos el uso reiterado de un lenguaje poético y el uso de tropos, principalmente la metáfora 30 y la hipérbole 31 , como una estrategia para no definir ni hacer conjeturas que ocasionen rupturas con lo que se planea dar a conocer. Es así como las definiciones de diversidad cultural, cultura y patrimonio cultural resultan inteligibles y poco comprensibles. Algunos ejemplos son:
30
Figura retórica que consiste en denominar, describir o calificar algo a través de su semejanza o analogía con otra cosa. 31 Consiste en exagerar, aumentando o disminuyendo la verdad de lo hablado, de tal forma que el que reciba el mensaje le otorgue más importancia a la acción en sí y no tanto a la cualidad de dicha acción.
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“En el cobijo cálido de la madre tierra, las culturas se entrelazan. Raíces diferentes desde tonos y rostros distintos forman el tronco de lo que estamos siendo, los brazos vegetales se abren a lo ajeno y las hojas tocan el cielo para regresar al origen. El círculo que se abre y se cierra en sus enigmas
Metáfora
propone el entendimiento y no la discriminación.”
“Hemos soplado al viento la poesía y la ciencia, transformado en alimento lo que la tierra nos ofrece a cambio de nuestro trabajo, afinado el color y el aroma.
Metáfora
Descifrado el cielo, la lluvia y las estrellas.”
“La vida de una persona es la suma de todas”
Hipérbole
“Pueblos que siguen cuidando el fuego.” Alegoría32
32
Es una figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos. La alegoría pretende dar una imagen a lo que no tiene imagen para que pueda ser mejor entendido por la generalidad.
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“Necesitamos
cada
gota
de
nuestros
diversos
saberes mientras sigamos acompañando el paso de la lluvia y el polvo.”
Hipérbole
Como cierre, la voz en off insita a una reflexión, argumentando que “cuando manifestamos nuestra propia diversidad estamos propiciando que los otros nos valoren y nos tomen en cuenta. Porque nadie puede valorar lo que no conoce, nadie puede unirse a una causa desconocida, nadie puede ver lo que no aparece ante su vista. Es tiempo de reconocernos distintos y valorarnos.” es así como el Estado y su discurso multicultural hace un reconocimiento de la situación en nuestro país y reconoce que “aunque para todos, la tierra es la misma, no para todos es igual”.
A manera de conclusión, en este análisis podemos encontrar que el discurso del Estado sobre patrimonio cultural se centra en la categoría de los elementos indígenas inclusivos como parte del discurso nacional. Ese esfuerzo del Estado por reconocer una multiculturalidad y una multietnicidad en la sociedad, se ve “reflejada” claramente en este spot. Consideramos también, que existe un cierto desbalance entre lo que el guión predica y la imágenes ilustran. Como ya mencionamos anteriormente, las imágenes predominantes son aquellas que provocan una lectura de indígenas y quehaceres relacionados a ellos como el campo, la artesanía, la danza, entre otras actividades y la falta de imágenes de una sociedad en urbes. De esta manera se sigue reproduciendo la idea que hablar sobre diversidad cultural es siempre el pensar en la inclusión y reconocimiento únicamente de ese sector de la población.
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Spots Elisa Carrillo e Isaac Hernández Durante el año 2011 se emitieron una serie de spots televisivos a nivel federal por parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes cuyo objetivo, interpretamos nosotros, era exponer los logros que se han obtenido en materia cultural, así como destacar ciertas prácticas y actores que de alguna manera nos representan. En este caso, elegimos los spots de Elisa Carrillo Cabrera e Isaac Hernández, ambos bailarines destacados de ballet a nivel internacional. Elisa Carrillo
“Llegar hasta aquí implicó mucho trabajo , mucho esfuerzo pero también muchas lágrimas y dolor. Lo más difícil es estar lejos de tu país . Estar fuera te hace ver lo grandes que somos. Hoy en cada presentación, pienso que no es Elisa la que baila, es México. “
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Issac Hernández
“Bailar es mi vida, empecé con pasos cortos en el patio de mi casa, los ojos de mi padre siempre estaban sobre mí. Ahora mis pasos son mas grandes y nunca me alejan de mi gente, ni de mis raíces, ya no sólo me mira mi padre me mira México, mi país.” Voz en off- “En el gobierno del Presidente de la República se apoyo a la cultura como nunca antes.” Isaac Hernández-‐ “En el México de hoy hay motivos para estar orgullosos.” Voz en off- “CONACULTA gobierno federal.”
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Como se puede analizar, ambos spot son breves, simples y concisos, y aunque al parecer la composición puede llegar a considerarse como superficial, creemos que al deconstruir dichos discursos encontramos ciertos elementos que arrojan indicios que constatan algunas hipótesis sobre este trabajo. Debido a las características de cada spot y su gran similitud, realizaremos una interpretación conjunta. En ambos mensajes encontramos narrativas de nación cuya manifestación no es evidente y que sin embargo sustenta el mensaje que cada actor emite. En el caso del spot de Elisa Carrillo podemos encontrar la frase “Hoy en cada presentación, pienso que no es Elisa la que baila, es México” mientras en el caso de Isaac “… ya no sólo me mira mi padre me mira México, mi país.” Haciendo uso del tropos de sinécdoque al tomar la parte por el todo, y lo singular por lo plural; al dar a entender que estos bailarines representan a todos los mexicanos, a toda la nación, en cada acto que realizan, viendo así a la nación, como argumenta Anderson, como una comunidad política imaginada porque aunque los miembros de las naciones no se conocen entre ellos, aun así tienen en sus mentes una cierta imagen de su comunión. Este esfuerzo que conlleva el que estos actores representen a México se ve materializado en otro tropos como el de la hipérbole, que consiste en exagerar, aumentando o disminuyendo la verdad de lo hablado, y que se presenta en frases como “Bailar es mi vida” o “..los ojos de mi padre siempre estaban sobre mí”, cuyo objetivo es el de recalcar el enorme esfuerzo que realizan tanto los bailarines como el apoyo que brinda el Consejo. El analizar este material, nos lleva a pensar en el por qué Elisa e Isaac fueron los elegidos para realizar estos spot. Cabe señalar que los dos bailarines, aunque sí tuvieron una formación en México, su carrera y estudios han sido principalmente en el extranjero. Podríamos decir, citando a Goffman, que el publicitario se ve en la necesidad de utilizar “personajes estereotipados que la gran mayoría de los espectadores tiene identificados desde hace tiempo con una u otra actividad”, en este caso el ballet, de modo que haya una comprensión inmediata para el receptor. “En este sentido, observemos de paso
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que los publicitarios escogen casi siempre tipos positivos, aprobados por todos, de modo que nos presentan personajes idealizados”, (Goffman, 1991: 142) Dicho esto, la lectura que sugiere el spot es ver a Elisa, la mujer en “buena forma, delgada, sencilla, bien peinada, elegante, e Isaac, el hombre atractivo, afeminado, delgado, como “modelos y representantes de México”. De igual manera, conviene destacar el escenario en el que transcurren las acciones. En ambos casos, las tomas son sumamente lentas. Los dos se encuentran en lugares amplios y se pueden observar ciertos objetos de valor como un piano, candelabros, espejos y cortinas costosas mostrando así, cierto elitismo, superioridad y elegancia por parte de los actores plasmando así todos los elementos que implican el hablar de alta cultura. En el caso específico de Isaac Hernández, creemos que el uso estratégico del ballet puede hablar de una diversidad que rompe con ciertos imaginarios sociales como la masculinidad del hombre en la sociedad, hablando así de cierta pluralidad y aceptación que, podemos inferir, reconoce el Consejo.
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Conclusiones
A lo largo del presente trabajo nos han surgido nuevas dudas y cuestionamientos que lejos de confundirnos, nos ha provocado la intensión de seguir investigando en torno a dicho tema. Después de analizar de manera general el discurso sobre patrimonio cultural podríamos plantearnos la posibilidad de investigar ¿cómo se reflejan estas políticas en alguna práctica en especifico?, ¿cómo se realiza esta gestión? Y ¿cómo son recibidas estas políticas por las comunidades que viven el patrimonio cultural día a día?, así mismo quedan muchas nociones al descubierto y sin investigar dentro del discurso del Consejo, como lo que sucede con el museo de culturas populares o con Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y su proyecto de jóvenes creadores. Por razones metodológicas hemos decidido estructurar nuestras conclusiones de la siguiente manera; por principio partimos de aquello referente al Estado-nación en su papel como rector de la cultura y promotor de la misma, que nos lleva a la siguiente estructura que es Conaculta y su papel como gestor del Estado en la cultura y patrimonio cultural. En un tercer lugar abordaremos el patrimonio cultural como tal, para finalizar con nuestras precisiones personales acerca de toda e investigación, aunado a una serie de cuestionamientos que queremos compartir acerca de lo que la investigación nos arrojó, en forma de que quién lea este documento pero sobre todo nosotras mismas dejemos esta investigación no en puntos suspensivos, pero si con la inquietud de hacer un segundo capitulo en alguna ocasión futura. Con respecto al Estado-nación concluimos que la nación no existe como tal, sin embargo produce efectos, moviliza prácticas, es decir a pesar de que la nación no sea un ser, se convierte en un deber ser y esta concepción provoca efectos, reacciones, y mueve quehaceres políticos por su sola determinación. Y es como en esta concepción el Estado funge en un papel como reconocedor que legitima los valores históricos, así como vela por ellos para su conservación y es a través de la detentación del poder, la
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dominación política y la legitimación simbólica que logra cohesionar dichos valores con la sociedad, confirmando nuestra hipótesis inicial. De esta manera el Estado con las distintas formaciones discursivas establece una unión con la nación, basándose en las relaciones institucionales de gobierno y sociedad. Pero una vez que ya preestablecemos que existe dicha unión mediante las formaciones discursivas, la pregunta sería ¿qué tan eficaces han sido estas para la conformación del mismo? Y, ¿cuál es el fin ultimo de esta unión? Por que no es lo mismo aceptar que algo es, para determinar su eficacia y fin, siendo así una de las preguntas que a nuestro parecer pueden quedar para el análisis y la reflexión. Por otra parte entendemos que realmente existe una crisis de legitimación de las instituciones
estatales,
que
tal
vez
pueda
responder
a
nuestro
cuestionamiento, ya que a nuestro parecer éstas se ven rebasadas por las necesidades de la sociedad. Anteriormente mencionamos que el cambio de poder en nuestro país en el año 2000, vino a modificar las situaciones abordadas en el presente trabajo, y se dice que el Estado se enuncio a partir de la llegada del Partido Acción Nacional al poder, como una nación multicultural, y la pregunta que nos surge sería ¿Cuáles son los efectos que trae consigo este reconocimiento? En el sentido de romper con el concepto de la identificación de la población con una sola cultura común o general para todos, y en cambio mostrarnos como una atomización de culturas que conforman una sola. Es decir,
¿qué
tan
benéfico
o
maléfico
puede
ser
el
reconocer
un
multiculturalismo para el enriquecimiento de la idea de una cultura nacional o común?
Derivado
de
los
planteamientos
anteriores
pensamos
que
históricamente y en cierta medida el Estado utiliza el discurso nacionalista para mantener el control. Ahora bien y partiendo de la idea anterior acerca del Estado, Conaculta órgano gestor de la cultura diseñado para este cometido a nivel nacional, nos surge la pregunta acerca de si el Consejo es el único órgano aparente o visible que se encarga de gestionar la cultura a nivel nacional, ¿qué tanto es también el único que hace uso de la idea de nación para su objetivo? Puesto
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que del planteamiento anterior podría deducirse una respuesta que preferimos dejar a la reflexión o al futuro análisis. Entendiendo que el objetivo de esta investigación era dentro de muchos, plantear si existen narrativas de nación en el discurso sobre patrimonio cultural por parte de Conaculta y derivado del análisis de las nociones de patrimonio cultural encontramos que en realidad si existen y se encuentran inmersas en los distintos discursos que realiza en sus plataformas el Consejo, pero nos queda a reflexión el replantear la pregunta en el sentido de explicar, una vez que ya establecimos que si existen, y estás en cierta medida son utilizadas para fortalecer al Estado mismo, ¿qué efectos tendría esto en caso de que no fuera así? Es decir replantear la idea de pensar si es legítimo el hecho de que se utilice como vía la cultura para reforzar estructuras. Partimos de la idea de que el Estado realiza una selección de bienes y de testimonios del patrimonio cultural, y esto lo hace a partir de los “intereses nacionales” de lo que el propio Estado a su conveniencia, considere como tal. Bien, concluimos que estos “intereses nacionales” en buena medida no coinciden por obviedad de razones, con la nación real; es decir que la realidad difícilmente coincide con las voluntades del poder político, por lo que existe una ruptura en la concepción de lo que interesa a la nación culturalmente, y por ende existe un punto de quiebre en la selección de bienes y valores por parte del propio Estado, que en poco ayudan a la construcción de una cultura de la nación real. Por lo anterior nos surge una pregunta, ¿si el Estado es el encargado de la selección de bienes y valores que conforman el patrimonio, en qué medida ha utilizado esta herramienta además de conforme a sus intereses, para contar una historia única que no admite cuestionamientos? Una vez estableciendo los conceptos y cuestionamientos expresados, consideramos
atinado
expresar
conclusiones
generales
así
como
cuestionamientos encaminados a buscar el fin ultimo de las acciones tomadas por el Estado, para desentrañar el sentido de su quehacer y su querer o propósito, y comenzaremos planteando la idea de que para nosotras
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México no actual e históricamente no es una sociedad culturalmente unificada, a pesar de los intentos por parte del Estado con el discurso de identidad y unificación cultural, por lo que reflexionamos acerca de, una vez ya antelando este hecho ¿Qué tanto el Estado ha logrado con el discurso político esta unificación, y de qué ha servido, así como que pasaría si a partir de las diferencias se apostara por construir de la diversidad una noción común, que permee a todas las culturas dentro del país? Es claro que la labor del Estado ha sido el uso de la identidad como una fuente de cohesión social, pero el problema se presenta cuando ante la nada conciliadora selección y conformación que el Estado realiza sobre lo que ya es conocido, se suman las nuevas expresiones culturales y las múltiples practicas que emergen, cooptando así el surgimiento de estas expresiones. Por lo tanto se puede pensar que a partir del Estado, la nación se articula apelando a un pasado común, sin embargo el problema central radica en que estos vínculos comunes como ya se expuso, no son tan comunes y por ende no son representativos de toda la sociedad.
Como conclusión sobre el capítulo 3, en donde analizamos los mensajes emitidos en los medios de comunicación por parte del Consejo, podemos llegar a concluir que el Estado emite mensajes relacionados al patrimonio cultural para así hacer un reconocimiento de ciertas prácticas que trata de ratificar lo que su discurso oficial afirma. En el caso específico de las revistas, creemos que el Consejo siempre trata de ser muy cuidadoso al aseverar o definir, esto como una estrategia para no crear choques, rupturas o contradicciones esto se ve reflejado en la leyenda las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.”
Rescatando los elementos que relevantes que pudimos encontrar al analizar los artículos y spot, podemos afirmar que los temas de la identidad y memoria colectiva son reiteradamente utilizados y son un factor común en las narrativas de nación identificadas en este capítulo.
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En segundo lugar, la presencia de un órgano internacional como la ONU en los discursos del Consejo. De esta manera podemos hacer la lectura que se buscan un reconocimiento no únicamente nacional, sino también internacional, y que dichas acciones están influenciadas por escalas valorativas que no necesariamente corresponden a las necesidades de un país en particular por tratar de responder a intereses internacionales.
Como tercer lugar, la presencia de rupturas a lo largo de los discursos fueron evidentes. Un ejemplo fue en el punto 3.1.1 sobre el análisis del artículo “Y su legado es la ley” escrito por Jauregui, en donde el autor expresa cierta crítica sobre cómo en cierta medida el mariachi resulta de un encuentro bascular entre la cultura popular (ejecutantes, elementos musicales y rasgos “típicos”) y la cultura letrada (literaria, musical, coreográfica y teatral) (Cultura y Arte de México, Mayo 2012:46), aunado a que en esta compleja práctica “se sintetiza en términos contradictorios como lo
antiguo-moderno, campo-
ciudad, región-nación, charro-músico popular y altivez-sentimentalismo) se puede seguir hablando de una identidad nacional, siendo un hecho que este concepto no es de verdad nacional y no abarca a todos los sectores, etnias, grupos y pobladores de la nación, ni recoge todas la experiencias culturales que producen esos grupos en específico frente al mariachi. Otra crítica por parte del autor es el menosprecio de la intelectualidad mexicana por esta tradición popular. La omisión del estudio del mariachi se presenta como sintomática de la ceguera por ciertos nodales en la antropología mexicana.
Como cuarto punto, identificamos la categoría de los elementos indígenas inclusivos como parte del discurso nacional aunque siempre vistos desde una manera distante, tratándose del famoso not yet de Stuart Mill .
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A lo largo de esta investigación nos hemos dado cuenta del papel que juega el Estado como tutor/administrador de la cultura pero este rol más que ser necesario para la preservación del patrimonio cultural, es un estrategia más para fortalecer el discurso del Estado-nación. El danzón es un ejemplo de cómo no es necesaria la participación del Estado para preservar las practicas que son importantes para un grupo o comunidad, si bien este baile no es originario del país los practicantes de este se identifican con el y lo preservan día a día de manera natural, la organización es interna y no necesitan de ningún reconocimiento por parte del Estado para seguir practicándolo, se vive y transforma de acuerdo a las necesidades de el.
Porque no existe una sola historia, así como los danzoneros hay muchas personas y practicas que se viven diariamente de una forma particular y que tienen otra historia que narrar una diferente a la del Estadonación.
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