Celebraci贸n de Matrimonio
Mario y N茅lida
26 de abril de 2014
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Celebración de Matrimonio
Mario y Nélida
Celebrante: Reverendo P. Armando Nieto Vélez S.J.
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El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia. El amor no es presumido ni se envanece: no es grosero ni egoĂsta; no se irrita ni guarda rencor, no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. Corintios 13, 4-5
KYRIE KYRIE Señor, ten piedad, porque yo pequé contra Ti. (2v) Y de mí, Cristo Jesús, ten piedad, soy un pecador. (2v) Señor, ten piedad, porque yo pequé contra Ti. (2v) !
GLORIA GLORIA (Misa andina) GLORIA A DIOS EN EL CIELO, Y EN LA TIERRA PAZ (2v) PAZ A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR. (2v) S: T: S: T: S: T:
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias.
S: T: S: T: S: T:
Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor Hijo Único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo atiende nuestra súplica; Tú que estás a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros:
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GLORIA A DIOS EN EL CIELO… S: T: S: T: S: T: S:
Porque sólo Tú sólo Tú eres Santo, sólo Tú Señor, Señor Tú sólo sólo Altísimo Señor Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
T: Amén.
SALMO SALMO 33 V: R: V: R: V: R: V: R: V:
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Bendigo al Señor en todo momento. Bendigo al Señor en todo momento. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. Bendigo al Señor en todo momento. Proclamad conmigo la misericordia del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias. Bendigo al Señor en todo momento. Contempladlo y quedaréis radiantes. vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. Bendigo al Señor en todo momento. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R: Bendigo al Señor en todo momento.
aleluya ALELUYA (Misa andina) ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA. (2v) Al principio existió, la palabra del Señor. Por Ella todo creó nuestro Padre, Dios Amor. Con sus manos nos creó, honor y gloria nos dio para amar en libertad, vivir con la Trinidad. Pero el hombre desechó, la divina vocación, cedió a la tentación, pretendió ser como Dios. Dios nunca lo abandonó: le ofreció al Salvador; Éste habría de nacer de María la Mujer. Cuando el tiempo se cumplió a un arcángel envió; anunció a la Mujer, el Mesías va a nacer. Ella con docilidad respondió con dulce voz: «Hágase según tu Plan, soy la sierva del Señor». Predicando la verdad el camino nos mostró, por nosotros en la Cruz su vida entregó Jesús, pero a la muerte venció, ¡el Señor resucitó! Es el triunfo del Amor, nuestra reconciliación. Cantemos con firme voz: «Aleluyas» al Señor. Abramos el corazón a la Palabra de Dios. Asumamos la misión de anunciar al Salvador; la Madre nos guiará, la meta es la santidad.
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RITO MATRIMONIAL La Eucaristía hace presente la entrega total de Cristo por su Iglesia. Ahora, Mario y Nélida, queriendo participar de este misterio de donación y unidad, sellaran su consentimiento de entregarse el uno al otro para siempre. Escrutinio En esta parte del rito el sacerdote interroga a los novios acerca de la libertad, la fidelidad, así como de la aceptación y educación de los hijos. Consentimiento La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable del Sacramento. Ahora ellos unirán sus manos y sus vidas para siempre, ante Dios y ante la Iglesia. Confirmación del consentimiento Con la autoridad que ha recibido de Cristo, y en nombre de la Iglesia, el sacerdote, asistente de este sacramento, recibe el consentimiento y lo confirma. Bendición y entrega de los anillos Los anillos, también llamados alianzas, representan el amor perfecto y eterno, aquel que no tiene principio ni fin. Los esposos se intercambian estos símbolos en señal de amor y fidelidad. Bendición y entrega de las arras Siguiendo una antigua tradición nupcial que ha llegado a nosotros por medio del rito católico hispano-mozárabe, los esposos intercambiarán 13 monedas, llamadas arras, que representan la abundancia de los bienes materiales de los que les proveerá Dios en cada uno de los meses del año; la décimo-tercera moneda representa su disposición a compartir estos bienes con los pobres.
PRESENTACIóN DE DONES TE PRESENTAMOS, ¡OH SEÑOR! TE PRESENTAMOS, ¡OH SEÑOR!, ESTE PAN Y ESTE VINO. RECÍBELOS, SON NUESTRO DON; RECÍBELOS DE NUESTRAS MANOS, SEÑOR.
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Es trigo de nuestros campos, es vino de nuestras viñas. Este pan será tu Cuerpo, y este vino tu Sangre. Recibe con nuestros dones, las súplicas y oraciones.
SANTO SANTO (Misa Andina) Santo, Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo, Santo es el Señor. (2v) Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. (2v) Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. (2v)
COMUNIóN SACRAMENTO DEL AMOR Víspera de tu pasión, llega la hora de partir, pleno tu amor crece sin fin, para entregar tu cuerpo y tu sangre en la cruz. En la mesa del altar, el sacrificio del amor. Tu corazón viene a entregar, para mi bien tu cuerpo en forma de pan. A TU ALTAR DE RODILLAS MI SEÑOR MI CORAZÓN VIENE A BEBER DEL MISTERIO DE TU AMOR. AL PARTIR EN LA MESA ESTE MANJAR EL MEMORIAL DE TU PASIÓN SE ACTUALIZA DE VERDAD. (2V)
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Víctima de salvación, en sacrificio redentor, nos unes hoy para comer este manjar, que la vida eterna nos da. Al gozar en comunión, somos un cuerpo en torno a ti, nació tu Iglesia, eterno Dios, del manantial que de tu costado brotó. A TU ALTAR DE RODILLAS MI SEÑOR... CORAZÓN QUE RENDIDO POR AMOR DESDE LA CRUZ DAS EL PERDÓN A ESTE POBRE PECADOR. BUEN JESÚS, EN LA MESA DEL ALTAR QUIERO ENTREGARME EN OBLACIÓN HOSTIA VIVA PARA DIOS, PARA DIOS.
DUEÑO DE MI VIDA Dueño de mi vida, vida de mi amor, ábreme la herida de tu corazón. Corazón divino, dulce cual la miel, Tú eres el camino para el alma fiel. Tú abrasas el hielo, Tú endulzas la hiel, Tú eres el consuelo para el alma fiel. Dueño de mi vida, vida de mi amor, ábreme la herida de tu corazón. Corazón divino, ¡qué dulzura dan de tu sangre el vino, de tu carne el pan! Tú eres la esperanza del que va a vivir; Tú eres el remedio del que va a morir. Dueño de mi vida, vida de mi amor, ábreme la herida de tu corazón. Corazón divino, dulce cual la miel, Tú eres el camino para el alma fiel.
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Dueño de mi vida, vida de mi amor, ábreme la herida de tu corazón.
Consagración A la Virgen NUESTRA SEÑORA DE LA RECONCILIACIÓN Reposan mis pobres ojos sobre ti y al mirar tu dulce vientre me consuela suavemente tu ternura maternal, tu dulcísima figura que a la serpiente domina, enciende el amor en mí y renace la esperanza al reposar mis pobres ojos sobre ti. En tu pecho hay un ardiente resplandor que tu corazón enciende donde la espada que pende me convence de tu amor. No hay tristeza que no ceda ni dolor que no se rinda ante tu dulce corazón; de ternuras eres fuente si en tu pecho hay un ardiente resplandor. Es tu manto el gran remanso de tu amor donde el pecador encuentra la esperanza que lo alienta a confiar en el perdón. Tus manos como palomas me consuelan y me indican la razón de mi existir; quién en ti no confiaría si es tu manto el gran remanso de tu amor.
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Es tu nombre un bello canto a tu bondad que se dice dulcemente, se pronuncia lentamente y se repite sin cesar. ¡Qué llamado tan gozoso! ¡Qué serena melodía! Es tu nombre pronunciar cómo no decir ¡María! si es tu nombre un bello canto a tu bondad. En tu seno el mismo Verbo se encarnó y en tu vientre el cinto de oro testimonia tu esperanza y tu pureza en su esplendor. Si Tú, tierna Reina mía, me conduces y me guías hacia el Reconciliador quién sin ti vivir podría si en tu seno el mismo Verbo se encarnó. Quién podría resistirse a tu candor si ante tu mirada tierna la soberbia se disuelve como bruma bajo el sol; alegrías y dolores se unen como blancas flores en torno a tu corazón, hoy mi vida se confía, dolorosa Madre mía, a tu amor. (2v)
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