HEROÍNA DE LA FE LUCHADORA INCANSABLE MENSAJERA EN ACCION HIJA DEL REY DE REYES M A D R E
INDICE
Capitulo I
Pies Descalzos ......................................... ...........
Pág.
1 - 90
Capitulo II Un Corazón partido en dos ………………..… Pág. 91 - 224
Capitulo III Preparándose para lo verdaderamente Importante .. Pág. 225 - 366
Capitulo IV Los Misioneros y su Influencia en Ella ................ Pág. 367 - 450
Capitulo V Celebración de Sus 70 Años ................................. Pág. 451 - 460
Capitulo VI El Fin y lo que muchos dijeron de Ella ................
Pág. 461 - 522
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Dedicatoria
Esta es la historia de mi madre, una mujer que vivió 75 años, entre nosotros, dedicando su vida al servicio de su amado Señor y Salvador. Luchó por difundir su Palabra de Arica a Punta Arenas y de Cordillera a Mar. Amada, Respetada y Admirada Dejó huellas muy profundas en la vida de muchas personas, especialmente en la mía, por eso hoy al cumplirse 10 años de su partida, vaya mi más sincero y profundo reconocimiento a su memoria en este libro. Con profundo amor, su hija.
LIZY
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PALABRAS DE UNA INDOCTA ESCRITORA
Al iniciar este “ libro”, el cual no tiene Ninguna pretensión, en el sentido de ser un libro perfectamente escrito, o que llegue a ser famoso, quiero decir, que su finalidad es el hacer un reconocimiento a la gran y extraordinaria mujer que fue mi madre,
NINFA CHAVEZ LUNA
Deseo compartir por un momento, los sentimientos que se anidaron en mi corazón a partir del momento en que mi Madre, fue llamada por el Señor un día 04 de Octubre del año 2000
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Se ocasionó en mí, un gran vacío, vacío que se hizo sentir en lo personal y en lo más íntimo, la falta de su presencia; su sabiduría, sus consejos, su guía familiar y su guía religiosa. ¿A quien le preguntaremos ahora nuestras dudas sobre trozos de la Escritura los cuales no entendamos?, ¿Con quien conversaremos acerca de cómo será la venida del Señor? ¿Quién nos guiará ahora para terminar de criar a nuestros hijos?¿Quien nos dirá como debemos actuar? Y tantas cosas y sentimientos que llenaban mi mente en ese momento. Por eso mi deseo como hija, es reflotar en este libro todo lo que he podido recopilar de su vida, su infancia, adolescencia, juventud, su trabajo, sus consejos sabios, su manera de ser, su gran fidelidad y entrega al Señor y sus enseñanzas y conocimiento de las Sagradas Escrituras; todo esto, lo he querido dejar por escrito, es posible que lo lea solo yo, no lo sé…, pero anhelo que, a través de este trabajo sean muchos los que manifiesten interés en saber que dice y puedan recordar facetas de su vida, y otros conocerla por primera vez, si no tuvieron la oportunidad de compartir con ella en vida. Deseo agradecer a cada una de las personas que me ayudaron con recuerdos verbales, escritos y fotográficos, y a todos los que aportaron anécdotas de mamá, a todos los que expresaron palabras hermosas hacia su persona, como así mismo agradecer a todos los que hicieron posible que este mi sueño, se pudiera concretar, en algunos momentos usted notará que me adelanto en el tiempo y en otros que regreso al pasado, es esto un relato anacrónico, porque cada vez que entrevistaba a algún hermano o hermana o me enviaban 5
escritos me hacían avanzar o regresar, pero aun así no he querido desperdiciar nada de lo que me llegó y de lo recopilado por mí, han sido años de trabajo pero que me han permitido dar gracias a Dios por la madre maravillosa que nos dio junto a mi hermano Germán, ojala y es mi deseo, ser fiel al Señor como ella lo fue, servir a mi Dios como ella le sirvió y sufrir si es necesario por su causa como ella sufrió, no mirando al hombre sino al Señor como ella lo hizo, y llevar su palabra a quienes no le conocen, en resumen poner mi vida al servicio de mi Dios como mi madre lo hizo. Una vez más GRACIAS, que Dios les Bendiga.
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Nieta de don José Abraham Chávez Roa, Pastor Bautista pionero, convertido por los alemanes, en Cajón, en los inicios de la obra Bautista, en el pueblo de Cajón al sur de nuestro amado Chile, llegando a ser uno de los primeros pastores Bautistas, como lo confirman los manuscritos del Señor Guillermo Mac Donald, Misionero Bautista, los que datan del año 1907.
Foto 1
Pr. José Abraham Chávez Roa, abuelo de mamá y Misioneros Mac - Donal
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Este relato comienza con el matrimonio de mi abuelo Ramón Chávez M., hijo del Pr. José Abraham Chávez R. y mi abuelita Juana Luna Díaz; hija Carmen Díaz Viuda de Luna, mujer cristiana y de gran testimonio. Mi abuelo Ramón, hombre cristiano el cual predicaba el evangelio desde su juventud.
Foto 2 Pr. Ramón Chávez M. su padre
Foto 3 Juana Luna Díaz, su madre
Como Padres Cristianos y comprometidos con el Señor, supieron entregar a sus hijos el mensaje de salvación, apoyaron a mi madre como veremos en el transcurso de este relato. De este matrimonio nacieron seis hijos; mi madre, Abraham el mayor; Germán; Lidia, y Ruth y Noemí, mellizas que duraron muy poco tiempo con vida.
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Mi madre, Ninfa Chávez Luna, nació el 28 de Mayo de 1925, al sur de Chile en el pueblo de Freire. Fue la segunda de seis hermanos:
Foto 2 Mamá junto a su hermano Abraham
Ella tiene poco más de un año de edad. Después junto a sus padres fueron a vivir a la ciudad de Valdivia.
Foto 3 Valdivia, Río Calle Calle
Allí vivieron en la calle Picarte por espacio de varios años. Desde su nacimiento fue especial, mi abuelita Juana, su madre, decía que en una oportunidad le ofrecieron dinero 9
para que la vendiera, pues su aspecto era muy hermoso, tez blanca, pelo rubio y ojos color miel, en esos años (1925) era común que los niños o guaguas se vendieran o entregaran a familias acomodadas, debido a la gran necesidad económica que se vivía. Se cuenta, que a mi madre le gustó el ají desde guagua, relatan que estaba en la mesa su madre Juana, y su abuela Carmen, o mamá Carmelita, como le decían, comiendo pan amasado con ají, y ella empezó a gimotear en su sillita y mostraba la mesa, la abuelita Juana intuyó lo que quería, pero pensaba “¿cómo va a querer ají?” y la abuela Carmen untó una miguita en el ají y se la dio. Esperaban que la guagua llorara, sin embargo pidió más, lo que ocasionó la risa y admiración de los mayores. Este gusto permaneció por toda la vida en mamá, podían quitarle todo menos el ají y el pan. De aproximadamente 2 años de edad, mi abuelo Ramón la lleva a Cunco, a visitar a su abuela paterna. Para el viaje mi abuelita Juana, la vistió con un hermoso traje de tul y encaje, de color blanco, el cual tenía un hermoso sombrerito, el traje se lo había regalado un matrimonio muy querido. Viajó a Cunco, sin saber que ese viaje era para dejarla un tiempo con su abuela paterna, a quien ni siquiera conocía. Cuando llegó la hora de acostarse, fue terrible, no encontró a su padre quien ya se había regresado, y desde ese mismo instante comenzó a llorar y no paro hasta que hubo que traerla de regreso a sus padres en Valdivia.. Contaba mi abuelita Juana, que cuando la vio llegar casi se murió de la impresión, venía con el vestido todo sucio, desguañangada y su sombrero todo arrugado, los ojos 10
hinchados de tanto llorar y rojos como piure, (así los describía mi abuelita), y luego comentaba: “haber hecho algo así con una niña tan pequeña no fue lo más sabio”. Mas tarde mi abuelo Ramón se enferma de Pleuresía y de Valdivia fue trasladado a Santiago, luego de tratar su enfermedad había que buscar trabajo; el Señor tenía preparado un lugar para mi abuelo en la Maestranza de Ferrocarriles en San Bernardo, en esta ciudad se ubicó junto a su familia y comenzó a trabajar secularmente y a laborar en lo espiritual.
Foto 4Foto del emblemático Portal de la maestranza
La Maestranza había sido inaugurada el 17 de Septiembre de 1917, solo dos años después, comenzó a operar, transformándose en el segundo taller ferroviario más grande de Latinoamérica. Con el tiempo llegaron a laborar allí alrededor de 2.500 personas, dando vida laboral, comercial, social y cultural inigualable a la ciudad de San Bernardo, ya que la primera se encontraba en Argentina, fue el lugar de trabajo que el Señor tenía preparado para mi abuelo. Allí estuvo a cargo del pañol de herramientas, era el responsable de cuidar, preparar y mantener todas y cada una de las herramientas que se hallaban en ese lugar. (Bigornias, 11
Yunkes, Destornilladores, martillos, alicates, etc. Herramientas de gran tamaño y muy pesadas pues eran de fierro, y se usaban en el arreglo de los trenes y rieles). Gracias a su buen desempeño, mas tarde sus hijos varones también entraron a trabajar allí. Aprovecharé de colocar algunas fotos que hoy son históricas, ya que en este lugar se ha construido una Villa que lleva su nombre, y es en la que actualmente vivo, en la calle Isidora Valdivia, considerando que mi familia estuvo tan ligada a ella; permanecen vivos tantos hermosos recuerdos, que deseo compartirlos con los que lean este libro.
En esta foto vemos una locomotora, la cual fue bautizada con el nombre del Presidente Juan Antonio Ríos, máquina construída en su totalidad en la Maestranza, año 1942.
Operario al interior de la Maestranza 12
La salida de la Maestranza después de un día de trabajo.
Pabellón Central
Taller de herrería
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Taller de Calderería
Así están las instalaciones hoy… Mi abuelo y familiares, como mucha gente que laboraba en la Maestranza de Ferrocarriles del Estado, en San Bernardo, único lugar de trabajo de los hombres que habitaban esta ciudad, eran miembros de la Iglesia y participaban como una gran familia sirviendo al Señor.
Foto 5 Hermanos maestrancinos en un momento de descanso
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Hermanos que trabajaban en la Maestranza de San Bernardo, los vemos con el típico Mameluco de color azul, el cual había que lavarlo con perlina y radiolina. Estos son solo una muestra de los años gloriosos de la Maestranza que albergó casi una veintena de talleres, una fundición, una planta eléctrica, otra de oxigeno, oficinas administrativas y una posta, instalaciones donde se reparaban los trenes en la época de oro del Ferrocarril chileno, lo menciono porque esto hoy ya no existe. Sin embargo de lo que queda se lucha por obtener que sean declaradas esas dependencias monumento nacional. Mi abuelo trabajando, pudo arrendar una propiedad ubicada cerca de la Maestranza, vivieron en una casa grande frente a lo que es hoy la plaza Guarello, en calle J. J. Pérez esquina de 1º de Mayo, hoy funciona al lado de esta propiedad, El Colegio Roberto Lorca
Plaza Guarello de San Bernardo Año 1930 15
Foto 6 Abuela Carmen y sus hijos
Mamá Carmelita, Tía Isidora, Tío Crescencio y Abuelita Juana, Junto al grupo familiar de mi abuelo, vinieron a vivir a San Bernardo, la mamá Carmelita, abuela de mi madre, era viuda y tenía a su cuidado 3 nietos, Armando, Marta y Ceferina (Nancy), la mamá Carmelita había estado casada con Eliseo Luna, poco sabemos de el, pero por su nombre pudiera ser que sus padres hallan sido cristianos. Ellos fueron los padres de Juana, Crescencio, Isidora y Armando Luna, padre de Tía Marta, Armando y Nancy.
Foto 7 Abuelo Ramón y su Cuñado Crescencio Luna
Como todo el grupo familiar era Bautista, se unieron de inmediato a la 1ª Iglesia Bautista existente en San 16
Bernardo. El tío Crescencio también vino de Valdivia con su esposa la tía Rosita y su hijita Carmen. Iban a pie a la Iglesia, que se ubicaba en J..J. Pérez esquina de San José (Esta esquina era conocida como el bodegón).Foto de la época
En esta Foto vemos a; Hno. Meneses y sus dos hijas Marta y Berta; hno. Angel Nuñez y Esposa; hno. Ortiz; hno. Chávez; Pastor Peralta; Ninfa (8 o 9 años), hna. Berta Meneses; hna. María Moore; hno. Pedro Olguin y su Esposa María; hno. Juan Norambuena y Clotilde de Norambuena; hno. Quiroz y Esposa; Amador Zamorano y esposa; Salvador Grimaldi y Rosa de Grimaldi; hno. Genáro Montesinos y Emilia de Montesinos; hno. Valentín Sáez, Orfelia de Sáez, Clemente Navarrete y sra. Isabel Rojas, Fresia de Camú, Pablo Camú, Juan, María, Rosa, Elena y Manuel Fernández, Elvira de Díaz, Graciela Pipón, Celinda de Alvarez, Ricardo Escobar y esposa, Hna. Juana de Chávez, hno. José Valencia, Carmen viuda de Luna, Ernestina de Cid, Gerardo Calderón y esposa Celinda de
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Calderón, hno. Pedro y Mercedes Miranda, muchos no eran todavía miembros de la Iglesia. Entre los niños estaban: Marta Luna, Nancy Luna, Lidia Chávez, Abraham Chávez, Germán Chávez, Armando Luna, Juan Grimaldi, Otilia Grimaldi, Ester y Ruth Navarrete, Isabel Montesinos, Guillermo y Eduardo Montesinos, los hijos de la Familia Haver, son los hns. que reconocemos. Estamos hablando del año 1935, allí estaba el pastor Peralta a cargo de la obra, pues el Pastor Abdón Pacheco Coronado, (mi tío abuelo), que fue el primer pastor de nuestra Iglesia, desde el año 1926, fecha en que nuestra iglesia se inauguró, él, se había regresado a Concepción muy enfermo, después de un tiempo fue llamado por el Señor, todos ellos fueron testigos oculares de cómo se desarrollaron estos acontecimientos, aun viven algunos y están en nuestro medio. Lo interesante es que en este lugar se estaba desarrollando la obra y muchos hermanos muy queridos de los cuales, hoy, muchos ya han partido a la presencia del Señor, se encontraban en pleno bregar y llenos de desafíos, entre ellos no puedo dejar de recordar a los Hnos. Clotilde y Juan Norambuena, (estos últimos fueron los fundadores de nuestra iglesia), ellos eran los lideres, quienes luchaban por engrandecer la obra en San Bernardo, y tuve el privilegio de conocerles, aunque ya eran de edad avanzada. En su casa de la calle Portales en Sn. Bernardo, junto a sus hijos Pablo, Noemí, Yolanda, María y Samuel, se iniciaron los cultos, a los que asistía el Pastor Mussiett con 18
un jovencito estudiante llamado: Honorio Espinoza; junto a ellos también se encontraban los hns. Montesinos y sus hijos, y otros que no eran miembros todavía de los cuales no recordamos sus nombres, pero estoy cierta que el Señor los tiene anotados en el libro de la vida.(Información verbal entregada en vida por María Norambuena.) Menciono este dato, porque por muchos años no se reconoció a la familia Norambuena como fundadora de nuestra Iglesia. (información aportada por hna. María Norambuena en la presencia del Señor).
Foto 8 Familia Norambuena fundadores de nuestra Iglesia 1ª de San Bdo. de Izquierda a Derecha Pablo, María, Yolanda, Noemí y Samuel
Yolanda su hermana, fue una gran amiga de mamá, muchas veces fuimos a veranear a su casa en Algarrobo, tenemos hermosos recuerdos, actualmente los que viven continúan participando de nuestra Iglesia en San Bernardo. En el año 1938 se compra la actual propiedad y se comienza la construcción del templo.
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Al celebrar en la nueva propiedad la Escuela Bíblica de Vacaciones, tomaron esta foto, en la que aparecen muchos niños de ayer, que hoy son adultos mayores y entre los cuales vemos a mamá. Grupo de hermanos en el patio de la Iglesia.
Foto 9 Grupo de Hermanos celebrando la E.B.V
Mi abuelita Juana y mi abuelo Ramón junto a la mamá Carmelita, participaban de las actividades de la iglesia, la Sociedad de Señoras (hoy Unión Femenil), la Escuela Dominical y los cultos de Adoración que se hacían en la noche, como también la Unión de Preparación. Dejaban a los niños en casa a cargo del mayor de los hijos y asistían a las reuniones sin fallar. En una oportunidad, ellos se fueron a la Iglesia y quedo mi mamita con sus hermana, siendo mi tía Lidia la menor una guagua, a cargo del tío Abraham que era el hijo mayor, mi tío quiso salir a la calle para andar en bicicleta, como 20
quedaban encerrados con llave inventaron alcanzar una de las ventanas y colocando mesas y sillas sobre ella, lograron salir a la calle, esa tarde, Abraham, pidió la bicicleta a uno de los vecinitos y por supuesto, ¿que niño no es feliz andando en bicicleta?, el estaba fascinado y de tanto correr en la bici, se accidento; cayéndose a una cuneta que pasaba por la calle y se hizo una grave herida en sus genitales. Al ver esta situación tan terrible, los niños solos llorando, la guagua etc., los vecinos les auxiliaron, sin dejar de hacer sus comentarios “estos canutos que se mandan cambiar dejando estas criaturas solas", mi mamá de 6 a 8 años, aunque pequeña todavía, dijo: -yo se donde están mis padres yo iré a avisarles -, y sin más se las emprendió hacia la Iglesia, que en esos años estaba en la esquina de Pérez con San José esquina nororiente, hasta hoy existe esta propiedad sin mayores cambios, una tremenda pieza larga y de adobes. Mis abuelos tenían por costumbre sentarse adelante, por lo que mi madre tuvo que pasar por toda la Iglesia para llegar a mi abuelita Juana y contarle. Lo terrible fue para mi abuelita cuando vio a mamá, no entendía nada, y saliendo ella le exigió que explicara lo que había sucedido, como niña y tomando en cuenta que en esos años no se enseñaba como hoy los nombres de nuestro cuerpo, la pobre, no hallaba como decirle lo que se había herido su hermano ,(el tío Abraham), por lo que la forma en que se lo explico fue muy graciosa. El abuelo Ramón, tuvo que llevar al tío Abraham al hospital, la herida era grave y tuvieron que suturarle; sacó
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una gran lección mi mamita de esto, nunca más, - se dijo -, desobedeceré a mis padres. Los hermanos de la Iglesia, muchos de los cuales estaban en el culto cuando esto paso y quedaron orando por el hijo del hno. Chávez, mas tarde se enteraron de lo que de veras había sucedido, quedando en el recuerdo como una anécdota. En esta Iglesia, aunque era una Iglesia nueva, crecería en el tiempo y la vida de mamá se ligaría a ella hasta el día de su muerte. Frente a la plaza Guarello, donde arrendaban, cuando llegaba el mes de Septiembre se instalaban juegos típicos chilenos entre ellos, el famoso palo ensebado. Mi madre Ninfa, era la primera que se encaramaba y llegaba a la cima ganando el peso que había de premio; se dejaba crecer también la uña del dedo meñique y jugaba a la chita y cuarta y era tan buena que les ganaba; Jugaba a los bandidos y se encaramaba a los árboles. A los pies del sitio en donde vivían, había un gran cerezo, allí mi mamita aprendió otra gran lección; Un día se le ocurrió sacar las cerezas subiéndose al muro medianero de la propiedad de su vecina, la que tenía un gran perro, mi madre pensando que sería capaz de sacar las cerezas sin caer y evitar que el perro la mordiera, se aventuró y cayó, quedando colgada de una rama por varios minutos, mientras sus hermanos, daban aviso de lo sucedido a mis abuelos, mi madre contaba que ella sentía el calor que salía del hocico del perro ladrando cerca de donde ustedes se pueden imaginar.
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Por todo estas travesuras y otras cosas que no les contaré, mi abuelita Juana decía: “la Ninfita fue mas difícil criarla, que cuidar a un saco de pulgas”, por lo inquieta que era. Sin embargo dejando de lado sus travesuras, ya cumplidos los 10 años de edad, tuvo un gran cambio, buscó permanentemente estar en las cosas del Señor, incluso como niña, jugaba, con sus hermanos y vecinos a la iglesia, y según contaban los abuelos, en especial la abuelita Juana, eran verdaderos cultos los que hacían, invitaban a los vecinitos y ligerito se armaba el culto, imitando como ellos veían que se hacía en la Iglesia, y en el hogar, lo llamaban “ culto familiar”; Se cuenta que en una oportunidad, la mamá de uno de estos niños vino a conversar con mi abuelita Juana, porque su niña a veces hacia cosas que ella no entendía, y le contó que levantaba los brazos al cielo y comenzaba a hablar no habiendo nadie con ella, que cerraba los ojos etc. entonces le decía : “vecina estoy tan preocupada pensando en que la niña este enferma”, mi abuelita, captando de inmediato que era lo que le pasaba a la niñita, le dijo a su vecina: “ no, no es que este enferma, lo que pasa es que cuando su niñita viene a jugar con mis hijos, ellos juegan a la Iglesia, porque nosotros somos evangélicos y hacemos en casa el culto familiar todas las noches antes que se acuesten, y entonces los niños imitan eso en sus juegos durante el día así que, lo que ella hace es orar”, le explicó a la vecina. Mi madre y mis tíos nos relataban como eran sus juegos, mamá tenía una tabla, que según ella era un piano, y en ese
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piano tocaba y los demás junto a ella, cantaban los coritos que se sabían. Como mamá los reunía a todos, le pusieron por sobrenombre “gallina” y de cariño le decían “gallinita”, ahora todos tenían un sobre nombre, pero como este relato es referido a mi madre no diré los sobrenombres de los demás. Hoy en día, que la práctica de los cultos familiares ha quedado en el olvido, no deja de ser un lindo testimonio, creo que esos cultos marcaron a muchos amigos, vecinos y a mis propios tíos; que lindo sería que hoy volviéramos a practicarlos.
Foto 10 Mamá y sus hermanos ya mas grandecitos
Mi madre estudió sus primeros años en la Escuela Básica Nº 32 de San Bernardo cuya primera directora fue doña Isidora Valdivia, una mujer que realizó grandes obras sociales y muchas relacionadas con la educación, este colegio estaba ubicado en la calle J.J. Pérez con Nogales, esquina Sur Oriente frente a la plaza Guarello. Este primer colegio donde estudió era mixto, allí fue compañera de curso del que más tarde, se convertiría en su
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primo político, mi tío, esposo de tía Marta Luna, me refiero a Don Juan Flores Cáceres, de quien hablaré mas adelante. Posteriormente pasó a la Escuela Nº 2. que era solo de niñas, la situación económica de la época no era nada buena, y mi madre supo lo que era ir al colegio descalza. Esto, no llamó su atención sino hasta que en una oportunidad, su profesora preguntaba - ¿Quien se sabe la poesía? - mi madre levantaba su manito insistentemente, porque entre otras cosas le encantaba declamar, y la profesora poco sabia e hiriente, le dijo: “no niña, tu no puedes pasar adelante por que andas descalza”, en ese momento mi madre tomó conciencia de esta situación, contaba que lloró y se enojó con mi abuelita Juana; cuando llegó a la casa, hizo notar esta situación, por supuesto ella a sus cortos años no se daba cuenta de la realidad que vivía su familia, la abuelita Juana como era buena para el correazo, le ofreció unos si no la cortaba con el tema. En el colegio tenía una compañera con la cual eran muy amigas, se llamaba María Cêlery, hija de una Familia Árabe muy conocida en San Bernardo, sus padres eran los dueños de la panadería más grande que había en esos años, aquí en San Bernardo, impactada por esta experiencia vivida en el colegio, le regaló unos zapatos que no eran nuevos pero que para mi mamá fueron mas que nuevos; los lustraba y cuidaba como un tesoro. Quizás este relato explique la obsesión que mi madre tenía por los zapatos, de todos los colores, de todos tipos (de género, de cuero, tejidos, forrados, tacos altos, tacos bajos, con terraplén, lisos, de petate, etc.), cada vez que tenía algo 25
de dinero disponible, lo primero que hacía era comprar un par de zapatos. Este incidente les unió más aún en su amistad. Un día le dijo María a mamá, - acompáñame al Internado de Monjas que está en la esquina de O´Higgins con Bulnes-, Internado que en esos años era una inmensa casona de adobe, llena de rejas y puertas muy grandes y altas, María tenía que llevar el pan allí, y por eso le pidió a mamá que la acompañara, si pensamos como era la relación en esos años entre los católicos y los evangélicos, ustedes podrán entender lo difícil que fue para mi mamá decirle que si a su amiga, pues ella sentía mucho miedo; pero María le derribó sus temores y le convenció para que la acompañara. Llegaron al lugar y tirando un largo cordel que hacía sonar una campanilla, llamaron a la puerta, se abrió una ventanita chica y apareció el rostro de una monja, mi mamá estaba nerviosa, al ver a la monja toda de negro y con esa tiara en la cara, más susto tenía, pero la monja tenía una gran dulzura en su rostro, y cuando supo a que venían las niñas, abrió las inmensas puertas invitándolas a pasar, María tuvo que tirar a mi mamá de la ropa para que entrara; le recibieron la bolsa con el pan y la monja entró por una puerta y se demoró en volver, mi mamá empezó a elucubrar en su mente, - “nos raptaron, esto me pasa por no hacer caso a mi mamá,”- y en su corazón comenzó a orar pidiéndole al Señor que las salvara de esa situación, María estaba en cambio de lo más tranquila, y en eso apareció la monja trayendo la bolsa vacía y varios “santitos” en la mano, le dio a María y cuando le iba a pasar a mamá, María dijo: -” no 26
Ninfa es canuta”-, mi mamá quedó muda, y cual sería la expresión de su rostro que la monja le hizo un cariño, y le dijo - “así que eres Evangélica?- -Si, contestó mi mamá, sacando fuerzas de flaqueza - y la monja comentó :” los Evangélicos saben mucho de la Sagradas Escrituras “, ¿Qué sabes tu? Mi mamá dice que sintió como que le habían dado un palo, intervino María diciéndole a la monja: “ella se sabe la Biblia de memoria, ¿quiere que le recite?” Bueno dijo la monja, me encantaría escucharte, y mi mamá temblaba y sacando su voz, dice que el primer salmo que le vino a la mente fue el 23, luego fue el 91, el 121, etc., se los recitó y cuando miró a la monja, se dio cuenta que estaba muy emocionada. Que lindo que te sepas trozos de la escritura de memoria, le dijo, y dirigiéndose a María le pidió que cuando viniera de nuevo, trajera a su amiguita, y les llevó hasta la puerta. Cuando estuvieron afuera, a mamá le volvió el alma al cuerpo, y le decía a María mira : “nos atrasamos y me las van a dar cuando llegue a mi casa”, María le replicó, no, yo te voy a ir a dejar, así fue, mi abuelita la recibió y aceptó las explicaciones de María, y después tranquila y convencida que estaba todo bien se fue. Cuando quedaron solas mamá y mi abuelita, la cosa se puso color de hormiga, y como para dárselas de importante, y salvarse del castigo, comenzó a contarle lo que había sucedido, y la abuelita Juana quería dárselas, pero la mamá Carmelita, le dijo: “ la chica no ha hecho nada malo al contrario, ¿que sabes tu le dijo, si el Señor la usó para predicarle a las monjas?. “ Mamá daba gracias a Dios por la excelente defensa que su abuelita le había hecho.
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Después la Mamá Carmelita habló con mi madre y le dijo, “ten cuidado hija, no vuelvas a ir a ese lugar sin avisar a tu mamá”. Pero como podrán imaginar, no obedeció y en una nueva invitación de María volvió a ir, mientras tanto la monja le había contado a la superiora y a otras monjas, que esa niña evangélica le había recitado trozos de la escritura de memoria, por lo que las monjas estaban expectantes del día en que volviera a ir, y ese día llegó; cuando la vieron, la monja las invitó a pasar al comedor donde ellas tomaban el te, y allí estaban la superiora y otras monjitas, quienes le hacían toda clase de preguntas a mi mamá, hasta que la monja a la cual le había recitado, le pidió que lo hiciera de nuevo, un poco temerosa pero con gran fuerza les volvió a recitar y como premio las invitaron a tomar el té, decía mamá que había en la mesa cositas tan ricas ni sabía que eran, solo que se veían muy bien, y allí vino lo más grande porque mi mamá no comía nada solo miraba la mesa y a las monjitas, ellas le preguntaron: ¿Por qué no comes? Porque no hemos dado las gracias contestó- , “ ¿como haces eso? “Orando, dijo muy firme, pues bien la superiora te pide que ores entonces, y allí oró no solamente por los alimentos sino también por esas monjas. Ellas quedaron impactadas de que una niña como mamá supiera hacer todas esas cosas y lo que más les impactó fue la convicción con que mamá lo hizo, María acotó a las monjas que Ninfa , también cantaba y mamá la miraba como diciéndole: por favor no digas nada más de mi.
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Esta fue una de las primeras experiencias que habría de vivir mamá con personas católicas, y en que tuvo que demostrar lo que sabía acerca de su Salvador Jesús. En esa época, costumbre que se ha perdido hoy, se enseñaba la escritura de memoria porque se salía a predicar a la calle, entonces mamá al lado de mi abuelo Ramón recitaba a todo pulmón los pasajes aprendidos por ella, por esto con facilidad pudo recitarles a las monjas varios pasajes bíblicos. Mas adelante verán ustedes como el Señor le usó en el trabajo con las Monjas y los Sacerdotes cuando desarrolló las Jornadas Bíblicas en Sociedad Bíblica Chilena. Rescato de este relato, la importancia de enseñar a nuestros hijos, la palabra de Dios de memoria, cosa que hoy se a perdido, y cuya importancia en la vida de nuestros hijos puede hacer la diferencia, pues la palabra dice que debemos guardarla en nuestro corazón y que de la abundancia del corazón habla la boca, y además es como un freno, cuando se enfrenta alguna situación compleja, esa palabra viene a la mente y muchas veces por ella, no hemos caído en la tentación, o bien el Señor a permitido que las recordemos para entregar como en este caso el mensaje a otros. En la Iglesia, existía una Estudiantina, allí tocaba mi abuelita Juana la guitarra, Rosita y Juan Fernández, la guitarra y la mandolina respectivamente; tía Lidia el triángulo; tío Germán y tío Armando la mandolina; como ven la familia de mi madre participaba activamente en esta estudiantina.
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Foto 11 Estudiantina de la 1º Iglesia Bautista de San Bdo.
Período en que el abuelo Ramón tuvo a cargo la obra en San Bdo.
No sería justo dejar fuera a otros como Ricardo Escobar y Hno. Atenas quienes también hicieron su aporte a esta Estudiantina, la cual fue reconocida a nivel de las Iglesias Bautistas existentes en esa época.
Foto 12 Estos mismos hns. en el patio donde se construyó la Iglesia
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La Iglesia, ofreció a mi abuelo Ramón Chávez, ser guarda - templo; en esos años nuestra Iglesia no era como la conocemos hoy, solo estaba construido el subterráneo en lo que ha obra gruesa se refiere, y allí fueron a vivir, los dormitorios y la cocina estaban en el subterráneo, frente a esta nueva construcción, estaba el caserón original de la propiedad, que era de adobes y madera, la cual se usaba como templo.
Foto 13 Frontis de nuestra Iglesia en esos años
Allí vivieron por espacio de varios años La vida no era nada de fácil, mi abuelita Juana junto a la mamá Carmelita sabiamente dispusieron ese espacio que les cobijó a medio construir, como un hogar, habitando el subterráneo como dormitorios, en ese entonces los muros no estaban estucados, sino el ladrillo estaba a la vista, por lo que era muy frío y húmedo, sin embargo era su hogar. Mi madre siempre recordaba las sábanas que tenía en su cama, las cuales eran de bolsas de harina, mi abuelita era 31
muy curiosa y baquiana por lo que ella misma las confeccionaba, como también su payasa, que era confeccionada con hojas de choclos, tiernas, las más tiernas y eso reemplazaba al colchón, eran un poquito sonoras pero tan calientitas, eran sin duda tiempos difíciles, mi abuelita sabía coser muy bien y era especialista en pantalones, camisas y remiendos.
Foto 14 Mamá a la edad de 10 u 11 años
Cuando llegaba la hora de ir a la cama, mamá esperaba sin dormir, la hora en que la mamá Carmelita se acostaba, ella dormía con una de las nietas en su cama, y en la misma pieza, todos los demás, de dos en dos en sus respectivas camas, pero antes de dormir, siempre oraba al Señor pidiendo por cada uno de sus nietos, entonces a mi madre le gustaba oír lo que de ella decía en su oración, sin que la mamá Carmelita se diera cuenta que estaba despierta oyéndole, y cuando oraba por mamá decía: “Señor, te pido por Ninfa, que llegue a ser una gran mujer cristiana, que te sirva Señor que nunca se aparte de tus caminos, dale sabiduría, llénala de tu gracia …..etc.”, mi mamita decía en su corazón “amén, si Señor así será.”
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Que importante es orar por nuestros hijos y nietos y que ellos escuchen nuestras plegarias, pues nunca olvidarán las oraciones que por ellos se hagan, muy por el contrario las recordarán y redargüirán en sus mentes y corazones, como así mismo les hará sentir seguridad. Mi abuelita Juana, y la mamá Carmelita, eran mujeres muy sencillas y de humilde condición, pero lo que si sabían de sobremanera era, como ser limpias, ordenadas y muy buenas cocineras, hacían sus pancitos amasados, cebaban sus mates y en el rescoldo del fuego que quedaba del lavado, mi abuelita, hacia sus famosas “tortillas de rescoldo”. Recordemos que la ropa en esos años no se lavaba como hoy, esto quiere decir que era a mano, se escobillaba, y remojaba, se desmugraba antes de hacer la lavaza, luego se hervía, almidonaba y azulaba, era todo un día exclusivamente dedicado a esto, y el rescoldo que quedaba no se podía desperdiciar, por eso se hacia la famosa tortilla de rescoldo, tortillas que muchos de los misioneros que pasaron por nuestra Iglesia supieron degustar como por ejemplo: los Mac-Gavock, Moore, Parker y muchos otros las probaron, y los comentarios que hacían eran solo elogios. Mientras los adultos afanaban en sus quehaceres, los niños jugaban, mi mamá con sus primos y hermanos, con palitos hacían fuego, y cocinaban, recuerdan sus primos y hermanos que a mi madre se le ponían rojitos los ojos con el humo y que sus moquitos se le caían con la humareda, cocinaba verdaderas carbonadas, que luego les daba a comer, a sus primos y hermanos, quienes dicen, que eran de lo más sabrosas.
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A pesar de ser una niña, el gran sueño que mi madre albergaba en su corazón, era algún día aprender a tocar piano, la Iglesia tenía un viejo órgano a pedales, tener un instrumento de viento como ese en aquellos años, era todo un lujo, éste órgano muy antiguo y móvil fue traído por los misioneros desde Estados Unidos. Antes de llegar a nuestra Iglesia había pasado por otras tantas. Mamá lo miraba y desplazaba sus manos sobre el teclado y decía en su corazón “algún día yo tocaré este instrumento para alabar al Señor”
Foto 15 Órgano a pedales de la época
Aspecto de mamá a los 12 años
Comienza mi madre a dar sus primeros pasos en la música, 12 años debe haber tenido para entonces. Los 34
abuelos no le dejaban acercarse al instrumento por cuidarlo, pues dentro de sus responsabilidades como guarda templo estaba también cuidar todo lo que había en la propiedad. Mi madre frente a la imposibilidad de practicar en el, se confeccionó en una tabla mejorada, en comparación a la usada cuando chiquita. Se hizo un teclado y así practicaba, y en su imaginación esa tabla sonaba, así fue aprendiendo la ubicación de las notas. Cuanta diferencia a lo que hoy existe, que incluso a veces tenemos mas de lo que necesitamos y no lo sabemos valorar, y nunca nos imaginamos que en otros tiempos las cosas no fueron tan fáciles para otros. Viendo el interés que ella tenía por la música el matrimonio Mac-Gavock misioneros estadounidenses los cuales estaban al frente de la obra, decidieron ayudarla económicamente para que estudiara música.
Misioneros Mac‐Gavock, Jaime y Cristina
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En San Bernardo había una maestra de piano de renombre la cual era conocida como “la viuda Lillo”, pero cuyo nombre en realidad era Ludomilia Guzmán vda. de Lillo, quien aceptó darle clases, estudió con ella 3 años, debe haber tenido un poco mas de 12 años cuando inició sus clases, ese primer día de clases fue el día mas hermoso de su vida, parece que volaba al caminar hasta la casa de la Sra. Lillo; la viejita tenia su genio y su sistema, poseedora de un oído privilegiado, tanto así que la dejaba sola en la sala y le decía: “practique” y se iba al patio a jardinear pero su oído estaba atento al sonido del piano, cuando algo no sonaba correctamente ella del patio cantaba la nota: fa fa fa fa fa, nota en la que se había equivocado. Mi mamá, sentía una gran pasión por la música, era algo tan importante para ella a esa edad, estos estudios fueron muy valorados y colocando todo su mejor esfuerzo estudiaba y no se cansaba de hacerlo hasta que lograba aprender lo que su maestra le enseñaba. Pero el más grande afán y único desafío, era poder tocar los himnos de la iglesia, por ello cultivó la perseverancia, cualidad que transmitió a sus hijos y por la cual hemos logrado ser las personas que somos. Cuando tenía que dar sus pruebas deseaba que en vez de esas notas sosas, fueran himnos sencillos, -decía en su corazón-, pero había que aprender primero. Como los hermanos de la iglesia observaron que estaba estudiando música, y tomando en cuenta lo responsable que era y que había demostrado verdadero y genuino interés, le dieron permiso para que practicara en el armonio de la Iglesia. 36
Ese día le hizo muy feliz; como niña - adolescente, cuando pudo acceder a este instrumento para practicar, todos los días se apuraba en hacer sus tareas y estudiar para sus pruebas con el único afán que le quedara el mayor tiempo posible para tocar y practicar. Junto con estudiar y repasar sus lecciones para la Sra. Lillo, comenzó a practicar himnos sencillos, se sentía tan feliz porque era lo que siempre había querido, conciente que la vida en esos años no era fácil, y que no se accedía a instrumentos como hoy, mamá agradecía a Dios que le permitiera siendo una niña sin recursos, poder acceder a un instrumento y aprender a tocarlo. Reunía a sus hermanos y primos y cantaba con ellos, así practicaba y como ellos también tocaban algunos instrumentos, así fue avanzando.
Foto 16 Sus hermanos y primos que tocaban instrumentos y cantaban
A la edad de 12 años, junto con aprender música, tuvo grandes cambios en su vida, el más grande fue bajar a las aguas del bautismo el 25 de Diciembre del año 1937, en la Primera Iglesia Bautista de Santiago, la bautizó el misionero Santiago Mac - Gavock.
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Pastor Jaime Mac‐Gavock
Mamá en 2ª lugar En la primera fila
Foto 17 Bautismo de mamá 1ª fila la nº 1
Mamá se bautizó ( primera fila de izquierda derecha) con: hnas., Ernestina de Cid, Elvira Carmona de Díaz, Graciela Pipón, y otras hermanas de las cuales no tengo sus nombres.
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Fue necesario bautizarles en esa Iglesia, debido a que la nuestra aún no tenía el bautisterio construido. Mi madre contaba que ese día, su vida fue transformada de tal forma, que dejo de ser una niña traviesa que jugaba a cocinar y a las muñecas y a los cultos y comenzó a preocuparse por estudiar “la palabra del Señor,” en ella encontró la sabiduría necesaria para desarrollarse como una joven y de ahí en mas su vida estaría por siempre ligada a La Palabra del Señor, enseñándola y distribuyéndola y poniendo su vida toda al servicio del Reino de los Cielos. Mi abuelita Juana, pensó que mi madre se iba a morir, porque el cambio experimentado por ella había sido demasiado grande. Continúa en sus clases de música, practicaba y practicaba de esta forma, sorprendió a la señora Lillo, cuando un día ella le tomo sus lecciones al terminar, con miedo mi mamita le dijo: “quiero mostrarle algo que he aprendido”, la Sra. Lillo le dijo: ¿que será? y toco el primer himno que había aprendido “Cerca mas cerca Oh Dios de ti” y también se lo canto; la viejita quedo tan sorprendida y le preguntó de donde había sacado esa música, mi madre entonces le explicó que era un himno, y que en la iglesia había un libro llamado Himnario en el cual habían mas de 400 Himnos escritos con su correspondiente partitura, ella le pregunto y te sabes otro? si dijo mi madre y tocó Noche de Paz, y en fin fue ese día un gran día para mi mamá, pensaba que a lo mejor la sra. Lillo se iba a enojar, pero muy por el contrario la viejita la felicitó.
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Llamó la atención de su maestra el libro con tantas partituras y tan lindas melodías y en castellano, dado que en esa época era difícil conseguir libros de música y más aun en Castellano. Quiero aprovechar esta coyuntura que me da el relato, para hablar algo acerca de nuestros himnos, dado que mamá fue una gran defensora de ellos. Para aquellas personas que no conocen como fueron los inicios de la Himnología Evangélica y Bautista en nuestro país, es posible que no le asignen ninguna importancia a nuestro Himnario, sin embargo, lo que de verdad pasa, es que desconocen el trabajo gigantesco que significó para antiguos hermanos, traducir la letra de los Himnos al español, para que nosotros pudiésemos cantar en nuestro propio idioma. Los más antiguos cantaban en alemán como sucedía con el abuelo de mamá quien incluso aprendió muchas palabras sueltas en alemán y que las usaba en su vida cotidiana, y posteriormente en Inglés, pero hubo misioneros quienes trabajaron incansablemente para traducir el máximo de himnos y dar forma al Himnario llamado Himnos Selectos Evangélicos (1923). “La principal fuente de repertorio musical entre las iglesias evangélicas nos ha sido común, y ha sido el himnario, aunque, con oposición en algunos momentos, un poco como lo que sucede hoy, que los coritos han entrado con tanta fuerza dejando casi de lado este libro llamado Himnario, y cuando se llega a cantar un Himno ojala se cante una o dos estrofas solamente, en cambio si, se pueden los coritos repetir muchas veces, no así los himnos, lo que también ha afectado el uso del himnarion, el cual las nuevas generaciones ya casi no lo conocen. En el libro escrito por el 40
Sr. Mc Connell 1963 pág. 58-59, hallamos a los autores de los himnos y las circunstancias de la creación de éstos en.” Comentario sobre los himnos que cantamos ”. No tenemos antecedentes sobre el discurso o la enseñanza sobre la música que manejaban los líderes bautistas en esa época. Los misioneros extranjeros deben haber sido si, los primeros en preocuparse de este tema. Es probable que Davidson, el primer misionero de los Bautistas del Sur, al recibir la tarea de preparar un nuevo himnario, quizás haya sido él, el principal promotor de la reflexión sobre la música. Para corroborar esta posibilidad, precisamente, es el misionero Davidson el que inaugura la serie de reflexiones himnológicas que aparecerán en La Voz Bautista posteriormente publicados. El Pr.. Oscar Pereira realiza una caracterización de la labor evangelizadora de los pioneros bautistas a partir de extractos y citas de 25 himnos distintos. Si nos atenemos literalmente a la frase "nuestra primera infancia", entonces los himnos citados eran cantados al menos en la década de 1930, y efectivamente, casi todos figuran en Himnos Selectos Evangélicos de 1923. Algunos de los himnos citados corresponden a trabajos de Juan Bautista Cabrera (Firmes y adelante; Preste oídos el humano; Regresa tranquilo al hogar), Pedro Castro (Oh jóvenes venid; Meditad en que hay un hogar; Santa Biblia para mí), Thomas Westrup (Día feliz cuando escogí; Todos los que tengan sed) y Henry Turrall (Con gran gozo y placer; Lleno de angustias y temores), todos ellos anteriores a 1908. Por lo tanto, es muy posible que tales himnos hayan formado parte del repertorio con el cual MacDonald y sus colaboradores "evangelizaron más con los Himnos que con la teología". 41
De acuerdo al libro del Sr. Moore (1965: 9), las primeras iglesias bautistas en Chile se organizaron en Contulmo y en Quillem, como fruto de un avivamiento entre los bautistas alemanes. Aquí encontré la manera de poder honrar la memoria de mi bis – abuelo don José Abraham Chávez Roa, abuelo de mamá, quien fue convertido por los colonos alemanes que se dedicaron a la extensión del reino en la zona de Cajón. El hermano Oscar Pereira nos contó en una oportunidad que visitó nuestra Iglesia, que hoy existe un monolito en Cajón, en el cual están inscritos los nombres de esos pioneros cristianos, y entre los cuales se halla el de mi bis-abuelo, y en los escritos del señor Guillermo Mac Donald, se encuentra algo del trabajo de este esforzado Pastor que fue mi bis – abuelo don José Abraham Chávez Roa. Continúo con el relato del libro del hno. Pereira,” poco tiempo después, los entusiastas hermanos Lichtenberg empezaron a celebrar cultos en castellano, para lo cual tuvieron que conseguir himnarios. En la década de 1880 un grupo de inmigrantes alemanes bautistas radicados en el sur de Chile experimentó un avivamiento espiritual, primero entre los colonos alemanes y después impulsado hacia personas de habla castellana”. Esta es la herencia que como evangélicos bautistas hemos recibido de los que nos precedieron, en lo referido a nuestro amado Himnario Bautista. Quiero aprovechar de decir aquí que en el año 1978, la Casa Bautista de Publicaciones forma un gran equipo de trabajo para revisar y reeditar el actual Himnario Bautista, el cual con mucha pena debo decir, cada día se usa menos en
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nuestras Iglesias. A continuación listado de estos hermanos que trabajaron en nuestro Himnario. Cuadro de colaboradores en la edición del Himnario Bautista de 1978 Nombre País Betty Nabors de Alexander Adolfo Robleto Salomón Mussiett Canales Homero Villarreal
Estados Unidos, misionera en Chile y Perú Nicaragua (mencionado también por Nelson) Chile México
Marjorie Jacob de Caudill Luden Gutiérrez
Estados Unidos, misionera en Cuba Nicaragua
Elina Cabarcas
Colombia
William J. Reynolds
Estados Unidos (mencionado también por Nelson) Argentina (mencionado también por Nelson) Estados Unidos
Arnoldo Canclini Raúl R. Solís William J. Blair Leslie Gómez Cordero Antonio Arango
Estados Unidos, nacido y misionero en Argentina Costa Rica Cuba
Rafael E. Urdaneta
Venezuela
Víctor Riveros
Chile
Crea Ridenour
Estados Unidos, misionera en Colombia Estados Unidos, misionera en Nicaragua Estados Unidos (mencionada también por Nelson)
Joan Morgan de Parajón Bertha Ibarra de Montero
Como ven de muchas nacionalidades, hombres y mujeres fueron usados para llevar a cabo esta obra, menciono todo esto porque, mi madre, fue una gran defensora y cultora del Himnario Bautista, tanto así que durante los mas de 40 años que dirigió el coro de la Primera Iglesia de San Bernardo, siempre priorizó la enseñanza de los himnos del himnario. 43
Hoy conservo una linda colección de himnarios antiguos y de cuadernillos de música especial para coro, tríos, cuartetos, dúos, solistas, etc.. inversión que en el transcurso de toda su vida realizó con esmero. “Parte de la información sobre nuestra himnología que he mencionado en este trabajo, la agradezco a: Cristián Guerra Rojas,”el cual hizo su tesis en: “La práctica musical en las Iglesias Bautistas de Chile: Una aproximación desde su historia, su repertorio y el discurso de sus líderes.” Tesis para optar al grado de Magíster en Artes con mención en Musicología En la Universidad de Chile”. Quise hacer una pausa y colocar esta información que con mucho esfuerzo y trabajo he conseguido, porque se fehacientemente, que muchos la ignoran, y por eso no valoran la himnología que cantábamos en nuestra iglesia y que el pueblo evangélico posee, la que a través de la historia a sido enriquecida por tantos que dieron su tiempo y su capacidad intelectual como así mismo sus dones y gran esfuerzo por preservarla y cuyas melodías se entonan en todo el mundo en todos los idiomas y reconocidas por todo cristiano en cualquier lugar de la tierra. Mamá me dejó como herencia una inmensa y singular colección de himnarios, algunos tan antiguos cuyas hojas amarillas por el tiempo al darlas vuelta se rompen. Quizás si alguna vez se podrían exponer, como parte de nuestra historia. Volviendo al relato que estaba haciendo sobre las clases de música de mamá, a raíz del interés y asombro demostrado por la señora Lillo sobre el Himnario del que mamá le habló, es que sentí poner estos datos. 44
Puedo decirles que transcurrió el tiempo y un día, después de 3 años de estudio, su maestra consideró que le había enseñado todo lo que sabía, y si quería aprender más, tendría que ir al conservatorio. El 15 de marzo de 1940 ella terminó sus estudios y la Sra. Lillo se retrató junto a sus alumnas, una de las cuales era mi madre Ninfa.( tenia ya 15 años de edad)
Foto 18 Sra. Lillo con sus alumnas, entre ellas Mamá
Foto 19 Dedicatoria que hizo su maestra detrás de la foto
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Deseosa de Servir al Señor con lo aprendido en sus clases de música, forma el primer coro vocal de intermedios, este coro estuvo integrado básicamente por sus hermanos y primos y además otros niños intermedios hijos de hermanos de la Iglesia de entonces. A continuación una foto elaborada con los registros fotográficos existentes de la época.
Foto 20 Algunos de los que integraron el coro de Intermedios dirigido por mamá
Estos niños fueron los primeros coralistas de nuestra Iglesia, quienes años mas tarde integraron el primer coro de jóvenes y posteriormente el de adultos, sus nombres: Otilia y Juan Grimaldi, Germán Chávez, Isabel Montesinos, Armando Luna, Abraham Chávez, Nancy Luna, Marta Luna, Lidia Chávez, Ester Grimaldi (aunque ella era mas grande ), Ester Navarrete, Guillermo y Eduardo Montesinos, María y Yolanda Norambuena, y los dos hijos del hno. Navarrete. Cuando dejó sus estudios de música se tomó esta foto 46
Foto 21 Al terminar sus estudios de música, este era su aspecto.
Foto 22 Con sus compañeras de estudio, mamá sentada
Foto 23 Con sus compañeras de estudio
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Foto 24 Como profesora de la E. Dominical junto a sus alumnos y a otros hns. De la iglesia
En la foto reconozco a la hermana María Fernández, Isidora Luna, Ricardo Escobar, Marta Luna, Lidia Chávez, David .Haver, mamá, Ester Navarre y otros cuyos nombres desconozco. Comenzó a dar clases a los jovencitos de la Iglesia, pero siempre bajo el ojo avisor de los mayores, David Haver al lado derecho de mamá, debo hacer un paréntesis para contarles una experiencia vivida por mi madre a esta edad, (15 a 16 años),con este jovencito, siendo profesora de los jóvenes, desarrolló una linda amistad con ellos, en especial con los jóvenes de la familia Haver. David fue su amigo por lo general se les veía juntos, no porque hubiera una relación de pololeo, nada de eso, mamá fue siempre muy seria en todo y en especial en este tema, solo eran amigos, por esta razón frecuentaba la casa de los hermanos Haver, un día, le invitaron a tomar onces, los 48
Haver le comentaron que ellos tenían una arma en casa y la trajeron para que ella viera que era cierto, comenzaron a jugar con ella a la ruleta rusa, el arma era de su padre, mamá se puso muy nerviosa y trató de disuadirles pero estaban empecinados en jugar. En un momento uno de ellos giro el carril donde van las balas y luego llevó hasta su sien y apretó el gatillo, mamá temblaba, y les rogaba que dejarán de hacer eso, estando a prudente distancia de estos jóvenes y no conforme con lo que ya había hecho este joven de nombre Emilio, poniendo en riesgo su propia vida, volvió a gatillar el arma convencido plenamente que estaba descargada, y decían no pasa nada si está vacía y no fue así, salió la bala y pasó por delante de los ojos de mamá quemando casi sus pestañas. (tal vez no tan cerca, pero así lo contaba mamá). Imagínense como quedó después de esta experiencia, drástica como era tomó medidas, no ir más a ese hogar y esto resintió la amistad que desde niños tenían. Años más tarde uno de estos hijos mató a su propio padre. Gracias sean dadas al Señor que protegió la vida de mi madre, pero dejó en ella este trauma, ya que mamá veía un arma y temblaba, de hecho nunca regaló a sus hijos o sobrinos armas de juguete aunque fueran de plástico y solo tiraran agua. Repetía: “que las armas las cargaba el diablo”, dicho antiguo, pero que, dada su experiencia tenía mucho sentido. Más tarde, mi madre pasa a estudiar al Liceo de Niñas que en esos años estaba ubicado en la calle Arturo Prat 49
esquina Victoria, un viejo edificio de dos pisos, de adobes y donde había una gran palmera, como se aprecia en la foto. Estudiar allí no era fácil, uno por lo económico y dos porque había que tener cabeza, es decir habilidad para el estudio.
Foto 25 Fachada del Liceo de Niñas
En esos años, tuvo como profesora de Inglés a Miss Sara, quien años más tarde, fue profesora mía en el mismo Liceo, cuando leyó mi nombre, de inmediato me preguntó si tenía algo que ver con Ninfa Chávez, porque el nombre de mi madre no era común y a ella nunca se le olvidó, quiso saber si yo era su hija, a pesar de los años que habían transcurrido se acordaba de mamá, me decía que era un nombre para no olvidar, me enseñó que el origen del nombre Ninfa, era de la mitología griega, y comentó que mamá fue una muy buena alumna y tenía habilidad para el idioma, todo eso hacía difícil olvidarle.
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Cuando miss Sara falleció yo era presidente del Centro de Alumnos del Liceo y me tocó el honor de representar mi Liceo en sus exequias. El paso de mamá por el Liceo no estuvo exento de anécdotas, en la clase de Religión y Moral de la época, el Sacerdote, que era una persona muy agradable de carácter, y extremadamente querido y respetado por el alumnado, y profesorado del Liceo, comento en la clase de Religión a las alumnas, que debían confesarse solo con el cura y no hacer como los canutos, que hacían un hoyo en la pared y ahí depositaban sus pecados, con su carácter impetuoso ya desarrollado, mi madre no guardo silencio y se paro valiente y respetuosamente y le dijo al sacerdote: “ padre perdóneme, yo soy evangélica, y jamás hemos hecho lo que usted acaba de mencionar, muy por el contrario nosotros confesamos nuestros pecados a Dios directamente, porque El es el que tiene el poder para perdonar nuestros pecados,” y se sentó, el Padre, guardo silencio y las compañeras estaban albas de asombro, pensaban que a mamá, quizás que problema le iba a acarrear esta situación, pero el cura golpeando sus manos, les dijo: ya niñas salgan se acabo la clase, y gracias a Dios nada paso. Cuando llegó el fin de año, en el Liceo se dio un premio especial y este premio lo entregó el Padre con el cual mi mamá había tenido el altercado, este premio fue algo así como lo que hoy se otorga en algunos colegios “La vivencia a los valores cristianos”, bueno el sacerdote paso adelante y comenzó a hablar de una alumna muy especial, y que era todo un ejemplo para el Liceo, ella valientemente a defendido su fe, cual no seria la sorpresa cuando nombra a 51
mi madre y la hace subir al escenario para recibir el premio, sus compañeras a empujones la subieron pues ella no salía de su asombro, el Cura la premió por la forma respetuosa y la gran convicción con que habló en defensa de lo que ella creía. El obsequiaba siempre imágenes o cruces, sin embargo esta vez le regaló a mi madre una figura de porcelana la cual se conserva hasta el día de hoy en que escribo estas líneas. Cuan importante es criar a los hijos con convicción y con valores, pensemos que en la época en que mamá hizo esta defensa de los Evangélicos, estos eran perseguidos, sobre todo aquí en San Bernardo, el pastor Mussiette, contaba que lo apedrearon y que muchas veces le tiraron orina, por predicar el Evangelio, por lo que más valor toma aún la actitud de mamá.
Foto 26 Mamá luciendo sus trenzas, que le caracterizaron
Durante su adolescencia y juventud
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Cuando estudiaba en el Liceo de Niñas de San Bernardo, paralelamente a sus estudios, trabajaba de lleno en la obra del Señor en la Primera Iglesia Bautista de San Bernardo, como ya había aprendido música, organizó el 1er. Coro de jóvenes el cual fue la base del Coro de la Iglesia y hasta hoy del actual Coro, y han pasado más de 70 años.
Foto 27 Foto del primer coro de Adultos de la iglesia
Este coro de jóvenes estaba formado por su familia, Lidia; Abraham y Germán; sus hermanos carnales, Marta y Nancy primas y otros hermanos, como: Juanito Fernández, Fidel Pérez, las hermanas Atenas, Marta Vargas, Yolanda Norambuena, Sergio Urrutia, José Valencia y otros cuyos nombres no los he podido saber. Trabajaba colaborando con la música en las diferentes organizaciones de la Iglesia, colaboró también con la 53
Orquesta instrumental o estudiantina que existía la cual vemos en estas fotos y podemos observar a mi mamá tocando el armonio. Foto 28 Mamá tocando y dirigiendo la Estudiantina
Foto 29 Mamá tocando y dirigiendo, en primera fila
Su prima Carmen luna, la Hna. Sáez, tia Lidia, y otra niña que no conozco, atrás Hna. María Fernández con su hija Eva en brazos, Hna. Elvira Carmona con sus hijos, hna. Inés Atenas, Hno. Juan Fernández tocando mandolina, su madre Juana Luna tocando la guitarra.
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Foto 30 Estudiantina junto a mi abuelo Ramón quien era encargado de la obra
Le dio un nuevo orden, que optimizó su sonido, y de esta orquesta se publicó una foto en la portada de la revista La Voz Bautista, y se comentaba de lo grande que era y lo bien que sonaba. Su familia siempre estuvo ligada a la música, aunque mi abuelita Juana era una mujer muy sencilla tocaba la guitarra de oído y de manera muy hermosa, ella decía que esa manera de tocar se llamaba “trinar” y se hacía también con guitarra traspuesta.
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Foto 31 Mamá de Ninfa tocando guitarra
Como mamá vivía en la propiedad de la Iglesia participaba activamente también trabajando y desarrollando temas en la Sociedad de Señoras, lo que hoy es la Unión Femenil. Foto en que se le ve con su madre Juana quien llego a ser tesorera de la Sociedad de Señoras, y su abuela Carmen, tomada en una reunión de la Sociedad de Señoras de la 1ª Iglesia Bautista de San Bernardo.
Foto 32 Mamá, Abuela Juana y Mamá Carmelita, quienes influyeron en su vida espiritual de manera muy grande
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Foto 33 Mamá Carmelita junto a sus nietos – hijos Marta, Ceferina y Abraham
34 Integrantes de la Sociedad de Señoras de la época
(Material aportado por hna. Nelly Tapia, del libro de la historia de la U.F. hay un error cuando dice: hermana de Rosa de luna debe decir hermana Rosa de Luna, esposa del diácono de la 1ª Iglesia Bautista de Santiago, hno. Crescencio Luna Díaz, tío de mi madre, hermano de la abuelita Juana Luna Díaz).
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La familia de mi mamá, estuvo muy ligada a los inicios de la obra en San Bernardo, especialmente con las organizaciones juveniles y la Sociedad de Señoras de nuestra Iglesia, indudablemente creo, que una de las razones por que mi madre fue desde muy niña tan entregada al servicio del Señor, se debió a su participación temprana junto a su madre y abuela en estas organizaciones, y a la influencia que ellas ejercieron con su ejemplo, como así mismo la oportunidad que desde niña fue teniendo de desarrollarse en diferentes aspectos dentro de la Iglesia.
Foto 35 Grupo de la Sociedad de Señoritas con abuelita Juana
Rescato aquí la importancia del testimonio y ejemplo que damos a nuestros hijos y nietos, a veces, pensamos que el asistir en forma permanente a la casa del Señor y participar de las actividades de la Iglesia no tiene tanta importancia, sin embargo creo que es más importante de lo que podamos
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imaginar, pues se influye con el ejemplo y testimonio a los que nos rodean. Mamá era muy cariñosa con su madre Juana, aquí tarjetas que le enviaba a su madre con motivo de su cumpleaños ( tenía 17 años)
Foto 36 Tarjeta de saludo de mamá para abuela Juana
Foto 37 17 años tenía cuando envío esta tarjeta
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Abuelo Ramón, Abuelita Juana, Tía Lidia (de pie), mamá Carmelita, mi Amada madre y su Tía Astrid.
Siendo una excelente alumna, posteriormente, tuvo que dejar de estudiar y comenzar a trabajar, debido a la precaria situación económica de sus padres. 60
Muy jovencita se postuló a una gran empresa de seguros y la llamaron, se presentó a trabajar en Agosto del año 1944 a la Organización Kappes, Compañía Corredora de Seguros, en donde permaneció hasta Marzo de 1946. Como anécdota, allí en ese lugar, trabajaba un señor que tenía un programa en la radio, el se llamaba Raúl Esteban Matas, pero en ese momento no le sonaba mucho su nombre a mamá, por eso ella decía: “cuando me iba a imaginar lo famoso que llegaría a ser este hombre”. Dado su temple y responsabilidad, como así mismo su inteligencia pronto destacó en su trabajo, y gracias al sueldo que recibía pudo ayudar a sus padres y estudiar de noche, teniendo la oportunidad de entrar al Instituto Federico Hansen, termina allí sus humanidades y luego estudia Secretariado y Comercio completo. Foto 38 Certificado de estudios del Instituto Federico Hansen
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Foto 39 Mamá a la salida de la 2ª Iglesia de Santiago
Este era su aspecto cuando comenzó a trabajar, era muy jovencita y buena moza, siempre fue muy querida y respetada por la hermandad de la Iglesia. Durante estos años, cabe señalar que el mundo estaba en guerra, La Segunda Guerra Mundial. Aunque Chile no estuvo presente en ella, si se vio afectado por la falta de alimentos y la gran carestía que se desató producto de la guerra. Mamá contaba que se compraba el azúcar por panes y el te se secaba y reutilizaba, como así también se hacia café de higo y de trigo tostado pues la escasez de alimentos era terrible. Avecinándose el término de la guerra, de la manera más atroz que podemos recordar, (porque nadie imaginaba que se 62
detonaría una bomba atómica), la embajada de Estados Unidos en Chile, convocó a muchas damas para que asistieran a la embajada a tejer, chalecos para sus Soldados, mi mamita Ninfa, era una gran tejedora, por lo que aceptó este desafío, ganó dos o tres medallas de oro que la Embajada le otorgó por la rapidez en el tejido, junto a ellas hubo otras jovencitas, como su prima Marta Luna y otras de la Iglesia, convocadas por las misioneras de la época, participaron de esto. Como era de muy bajo perfil, explicaba que “ era muy sencillo tejer, el tejido era recto y después se pegaban las partes hasta formar el chaleco”. No se atribuía ninguna habilidad para tejer, pero era buenísima, mas adelante cuando se casa ella teje frazadas para su familia de lana de las ovejas de mis abuelos, frazadas que hasta el día de hoy se usan en mi casa. Mamá contaba que La embajada daba todo el material, les ubicaba en un salón precioso, con lindos muebles y plantas colocaban música clásica y les daban unas onces tan ricas que dado el momento que se vivía en el mundo por la Guerra, era una bendición tener la oportunidad de comer tantas cositas ricas. Supongo que el nexo para llegar a la Embajada debieron ser los misioneros que en esa época estaban en nuestro país y laboraban en nuestras Iglesias.
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Foto 40 Mamá en los Jardínes de la Embajada de EE.UU. en Santiago
El anhelo ferviente de servir en la Obra del Señor, pronto la orientó a estudiar en El Seminario Teológico Bautista, cuyo Rector en esos años era don Honorio Espinoza Soto, (primer Rector chileno del Seminario durante los años 1941- 1959), el mismo jovencito que acompañaba al Pastor Mussiette, a los cultos en casa de los hns. Norambuena, a comienzos de la obra en San Bernardo. Aquí me quiero detener un poco para contar como mi mamita relataba que fueron sus años de estudio en el Seminario. De partida el medio de transporte existente en esos años eran los Carros, los cuales tenían el paradero en Arturo Prat 64
con Eyzaguirre, esquina sur de la plaza de Armas de San Bernardo. No era un viaje fácil ni corto, muchas veces le tocó caminar mas de la cuenta por que se pasaba el carro o se atrasaba.
Foto 41 Calle Catedral, donde se encuentra el Correo Central
Calle Catedral donde está el Correo Central, allí vemos los carros y también llamados Góndolas, en esos años era el medio de transporte en Santiago, mamá viajó en ellos para ir a su trabajo y a sus estudios.
Foto 42 Calle Bandera y Catedral por donde pasaban los Carros
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El Seminario se ubicaba físicamente, en el 2º y 3er. Piso de un Edificio en Calle Argomedo 312, y 314 donde funcionaba la Segunda Iglesia Bautista, la que ocupaba el primer piso. En el segundo piso había dos salas que se usaban para el Seminario. En el tercer piso vivían algunos seminaristas varones y solteros. Las mujeres estaban separadas de los hombres, y funcionaban al lado, como Instituto Femenino, dirigido por la misionera Georgia Mae Ogburn. Ella vivía en el 2º piso con las señoritas Ethel Singleton y Ruby E. Hayden.
Foto 43 Antiguo edificio donde funcionaba el Seminario
Y el Instituto de Señoritas
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Foto 44 Aspecto f ísico de Mamá, cuando entró a estudiar al Seminario
Antiguo Seminario e Instituto de Señoritas De calle Argomedo en Santiago, cuyas salas de clases tanto para las señoritas como para los varones estaban en el 2ªpiso. La cocina y el comedor estaban en el subterráneo del edificio, los jóvenes y las señoritas comían juntos, al ojo avizor de la misionera o misionero a cargo. Cuando yo trabajé años más tarde, viví una experiencia que les voy a relatar: nos traían a nuestra oficina la colación, una empresa de alimentos, un día sirvieron de 67
postre un trozo de dulce de membrillo con un moño de crema nestlé, nunca lo había comido y lo encontré delicioso, algo tan simple, me dije, y barato, en la primera oportunidad que tenga compraré y lo serviré en casa de postre, un día domingo, como gran cosa, le había dicho a mi madre que la iba a sorprender con algo muy rico y especial, mi sorpresa fue mayúscula cuando mi mamá me mira y dice: “ no sabes cuantos años me has hecho regresar en un instante”, ¿por que? le pregunté, ha me dijo: - porque este postre tan novedoso para ti, fue el postre que los misioneros nos daban a los que estudiamos y tomábamos la pensión en el Seminario, todo el tiempo lo servían era muy recurrente y la mas de las veces era solito y sin crema-. Ahí quede asombrada de lo que oía, no lo podía creer que fuera tan antiguo y yo recién lo venía descubriendo. De todas maneras mamá lo comió recordando momentos vividos tantos años atrás. Como mi madre Ninfa, tenía conocimientos y talentos, musicales rápidamente se destacó, por lo que en breve pasó a formar parte del coro oficial del Seminario dirigido en esos años por el hno. R. Celis, coro que cantaba en diversas actividades de las Iglesias Bautistas de la época, en la Iglesia de la Cisterna el año 1946, se registró una foto con motivo de la inauguración de ella. Este Coro estaba integrado por los alumnos del Seminario y del Instituto Femenino
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Foto 45 Coro integrado por alumnos del Seminario
Coro del Seminario Dirigido por Hno. R. Celis año 1946
Foto 46 Escrito de puño y letra de mamá
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Trascripción de lo que está escrito en el respaldo de la foto: “Coro cantando con los alumnos del Seminario e Instituto femenino en Cisterna, cuando se organizó como Iglesia 1946”. Mi madre comentaba, que “el viejito Celis,” nunca se sacaba la humita y tocaba en todos los eventos cristianos. Aquí en esta foto, le vemos cantando junto a su gran amiga, Delia Lucares, madre espiritual del Pastor Luís Sánchez D, actualmente pastor de la 1ª Iglesia Bautista de San Bernardo, Rebeca Porflitt, Uberlinda Molina, Genoveva Nahuelhuaiflitt, Marta Avila, Lucila Prado, Gladys Foweraker, Gamaliel Ordenes, Pablo Gutierrez. (información confirmada con los escritos del misionero Juan A. Parker, en su libro, “Esto Recuerdo de Chile”…editado en 1990.) Fue una alumna aventajada en el estudio de la Palabra de Dios, dedicada y abnegada, por lo que sus calificaciones fueron buenas y destacó por su gran pasión hacia las cosas espirituales. Del Seminario Teológico Bautista egresó el día 21 de Noviembre del año 1947 y junto a un selecto grupo de hermanas pasando a formar parte de los primeros alumnos, que egresaron del Seminario en los primeros 10 años de existencia.
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El día de su graduación De izquierda a derecha: Lucila Prado, Uberlinda Molina, mamá y Delia Lucares
Con la Tía Delia Lucares mamá desarrolló una hermosa amistad, eran casi como hermanas, la tía Delia le puso a una de sus hijas el nombre de mi madre por el cariño inmenso que sentía por ella. El pastor de mi Iglesia Luis Sánchez D., contó en una oportunidad que la tía Delia había sido su madre espiritual, ya que el era de Lota, y la tía vivió toda su vida allí.
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Foto 47 Certificado del Seminario
Foto 48 Autentificación de su Certificado, firmado por Sr .Middleton
Esta copia de su certificado fue necesario pues el original, no había sido posible encontrarlo, y se solicito esta copia, sin embargo con el tiempo este apareció. Fue dado por el misionero Humberto Middleton, entregado el 02 de Marzo de 1953. 72
Las profesoras de mamá en el Seminario, fueron sus grandes amigas con los años, dejando en mi madre ejemplos y recuerdos imborrables; las misioneras regalaban a mamá ropa y adornos que ellas traían de EE.UU. y siempre tenían un detalle especial para mamá. Foto 49 Dedicatoria de su Profesora y amiga
Ethel Singleton
Ethel Singleton
Foto 50 Misionera Ethel Singleton
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Ethel Singleton
Foto 51
Así mismo otros misioneros que fueron sus maestros en el Seminario, más tarde fueron sus amigos, y amigos de sus padres, incluyo algunas fotos de ellos con la dedicatoria que le hicieron a mi madre, y de otros misioneros que conoció en Temuco junto al trabajo con los hns. Moore quienes siempre le saludaron con gran cariño. Matrimonio Mc Connell y sus 2 hijos David y Margarita, ésta última fue gran amiga de mamá
Foto 52 Margarita Mac –Gavock su gran amiga
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Foto 53 Misionero Mc Connell
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Foto 54 David, hijo de hnos. Parker
Foto 55
“Un recuerdo de Oct.18 de 1947, cariñosamente,Miss Oletta Esnell
Foto 56 Miss Oletta de paseo en Viña del Mar
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De paseo con mamá, Miss Oletta, tía Delia, Uberlinda y María en Viña del Mar. Miss Oletta, enseñaba a tocar piano en el Seminario, entre muchas enseñó a tocar a mi tía Marta Luna.
Foto 57 Miss Georgia Mae O.
Foto 58 Con sus compañeros del Seminario en las escalinatas del mismo
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Foto 59 Con sus compañeras el día de su Graduación del Seminario Teológico Bautista, junto a ellas Miss Oletta Esnell Foto 60 Miss Oleta Snell, antes de volver a EE.UU
Foto 61
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Misioneros de visita en Temuco Bryant y Juan Parker en el año 1948, cuando trabajaba con los misioneros Moore
Foto 62
Allí conoció también a los Misioneros Horvard y Sarah Bryant
Foto 63 Misioneros entre los cuales reconocemos a
Hno. Parker
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Misioneros María y Roberto Moore En el Seminario los hermanos Moore, le conocieron, quienes se dieron cuenta de los lindos dones que tenía mi amada madre y le invitaron a trabajar con ellos trasladándose a vivir a Temuco contratada como Secretaria. (Según consta en los registros de la Caja de Empleados Particulares de la época). Este trabajo en Temuco , se extendió por espacio de 2 años (1948 – 1949), fue arduo, porque la hna. María Moore era una misionera rigurosa y muy exigente, todos aquellos que le conocieron pueden confirmar esta definición. (No por ello, dejaba de ser una mujer Cristiana.) Mi mamá ejerció funciones de Secretaria y brazo derecho de la hna. Moore, quien traía en su mente un proyecto el cual deseaba fervientemente concretar y ese proyecto era con
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las organizaciones infantiles de las diferentes Iglesias Bautistas existentes. Así con gran esfuerzo mucha oración y dedicación junto a la hna. Moore, trabajó codo a codo hasta ver realizadas masivamente Las Escuelas Bíblicas de Vacaciones en Chile, año 1948 – 1949, y Generaron materiales para los Rayitos de Sol, junto al de las Auxiliares de Niñas y Embajadores del Rey. Con mucha pena debo decir que hoy estas organizaciones ya se han extinguido en nuestras Iglesias, y el testimonio de muchos siempre apunta a que en su infancia participaron de alguna de ellas como así mismo las E.B.V, (Escuela Bíblica de Vacaciones) será posible reflotarles?, la Biblia nos motiva a instruir al niño en su camino… Junto a otras actividades realizadas, fue Directora Nacional de las Sociedad de Señoritas (como lo afirma la foto que se publica a continuación junto al artículo). Mamá apreció y atesoró todo este conocimiento que a través de los años adquirió, y en el transcurso de su vida lo fue entregando a todos aquellos que alguna vez se toparon con ella en el trabajo de la viña del Señor. No recuerdo el año, pero fue invitada a un culto especial llamado La Noche de las Reinas, y allí reconocieron junto a la labor también realizada de otras hermanas la suya, entregándole como reconocimiento la piocha antigua en plata y la actual en oro (enchapada) de la Union Femenil.
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Las conservo como un lindo recuerdo
Foto 64 Material aportado por hna. Nelly vda. de Alarcón
Transcribo este artículo publicado en los archivos históricos de la Sociedad de Señoritas.(material aportado por hna. Nelly Tapia.) 82
“Los informes dados en la Convención Femenil sobre trabajos realizados por las Sociedades de Señoritas locales, han sido siempre de positivo interés. Fue en Chillán, el año 1933 cuando una mensajera de Lautaro, narró con entusiasmo el éxito que había logrado la Sociedad de Señoritas de su Iglesia. Esto impactó en tal forma a las hermanas allí reunidas, que acordaron aunar esfuerzos para estimular a las Señoritas. Fue así como la Convención de Iglesias nombró a la misionera Lou de Maer, como la primera Directora de las Señoritas, quien con su reconocido espíritu cristiano y su tacto privilegiado, sirvió tal cargo durante seis años. Continuó este trabajo la señorita Georgia Mae desde 1942 a 83
1947, posteriormente sirvieron en este cargo las siguientes hermanas: Rebeca Porflit, Ruby House (hoy fallecida), Ninfa Chávez Luna, Dina Alarcón, Raquel Salamanca, Clementina de Cifuentes y Elena Frontier. Todas estas hermanas han dado lo mejor de si mismas, colaborando en tan digna organización, y sin duda lo han hecho, porque en todas ellas se anida el mismo sentir que ya expresó el Salmista. “Nuestras hijas como esquinas labrada, como las de un palacio”. Salmo 144:12
Foto 65
Mamá con Ruth Saldaña en Temuco cuando fue presidente de la Sociedad de Señoritas a nivel Nacional
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Foto 66 Instituto de Señoritas , Temuco
Instituto de Señoritas Temuco, mi madre al extremo derecho sentada.
Escrito detrás de la foto Instituto de 6 semanas en la Iglesia de Temuco cuando fui a trabajar con Sra. Moore
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Foto 67 En este cuadro de honor, Mamá Ocupa el lugar número seis
Allí en Temuco había un joven que se unió al trabajo con los misioneros Moore, este fue el hno. Luis Mussiette, quien llegó a ser un gran amigo de mamá, conservando su amistad hasta el día de su muerte, junto a su querida esposa la tía Rodhe, con el, recorrió muchos lugares y tuvieron muchas anécdotas. Una de ellas fue, relacionada con un funeral de una persona a la cual acompañaron sólo ellos y el féretro era llevado en una carroza tirada por caballos, así se usaba, y los caballos se encabritaron y la caja se cayó al suelo y se abrió no recuerdo exactamente que más ocurrió pero no deja de ser terrible esta situación.
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Foto 68 Tios Luis y Rodhe Mussiette
Foto 69 Tío Luis Mussiette en casa de mamá años más tarde
Conoce en el Seminario al que será su esposo, el estudiante de medicina Germán Pacheco Aravena, el cual tomaba pensión en el Seminario y quien era un hermoso joven en la Obra del Señor, predicador y director de coro, participaba en la ª Iglesia Bautista de Temuco. Tocaba el Violín de manera muy hermosa, llegó a presidir a los jóvenes Bautistas a nivel nacional, como también integró el cuarteto vocal “Alabanza” junto a mamá. Exactamente no tenemos fecha pero mamá junto a los jóvenes de la 1ª Iglesia de Temuco, desarrollaron muchas actividades de Evangelismo en la foto que a continuación veremos, están en un lugar llamado Ruca Pangue, desarrollando un Campamento de Jóvenes, ella tuvo a cargo la predicación, muchos lugareños llegaron a escucharle 87
motivados por los himnos que cantaban a 4 voces. La Familia Figueroa – Pacheco hospedó a este hermoso grupo de jóvenes en su campo.
Foto 70 Campo de Ruca Pangue
Foto 71 Por las noches durante el campamento Preparaban unas hermosas fogatas, alrededor de las cuales cantaban coros, cánones, y muchos se entregaron al Señor.
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Foto 72 Alrededor de la Fogata ,mi madre envuelta
Al fondo de Izquierda a derecha la nº 2
Foto 73 Mamá la tercera de izquierda a derecha
En la foto la vemos con sus amigas y amigos y con el estudiante de medicina antes mencionado. Mamá continúa en su trabajo en Temuco, participando en la 1ª Iglesia, cantando en el Coro y participando en cuanta
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actividad venía a su mano, fiel a su íntimo deseo de servir a su Señor, nada la detenía. Foto 74 Sr. Brackenrich, Dn. Alberto Cárcamo y Tía Marta Luna en la entrada de la oficina de Sociedad Bíblica
Sociedad Bíblica, le invita a trabajar, pero por estar comprometida con los misioneros Moore no puede aceptar y recomendó a su prima, pues la tía Marta Luna, tenía estudios contables y había egresado del Seminario, donde aprendió entre otras cosas a tocar el armonio, actividad que realizó por muchos años en nuestra Iglesia, fiel colaboradora en la obra del Señor.
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