Lección 10
Sábado, 7 de marzo de 2020 ^ Año Bíblico: Deuteronomio 17-20
Dios Provee para Su Pueblo “Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol” (Éxodo 17:12).
“Feliz el ministro que tenga un Aarón y Hur que fielmente fortalezcan sus manos cuando se cansan, y le sostengan por la fe y la oración. Un apoyo tal es una ayuda poderosa para el siervo de Dios en su obra, y con frecuencia hará triunfar gloriosamente la causa de la verdad.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 523. Lectura adicional: Patriarcas y Profetas, págs. 303–307.
Domingo
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1 de marzo
Año Bíblico: Deuteronomio 2
1. EL PUEBLO MURMURA OTRA VEZ a. ¿Cómo murmuraron los hijos de Israel contra Moisés cuando llegaron a Refidim? ¿Por qué? Éxodo 17:1–3.
“El Señor los condujo donde no había agua para probarlos, para ver si después de recibir tantas evidencias de su poder habían aprendido a volverse a él en sus aflicciones, y se habían arrepentido de sus rebeldes murmuraciones del pasado en contra de él. Acusaron a Moisés y a Aarón de haberlos sacado de Egipto impulsados por motivos egoístas, para darles muerte junto con sus hijos por medio del hambre, con el fin de enriquecerse con sus posesiones. Al hacer esto los israelitas estaban adjudicando al hombre lo que había sido hecho solamente por Dios, cuyo poder es ilimitado, de acuerdo con las evidencias indubitables que habían recibido. Él quería que las maravillosas manifestaciones de su poder le fueran adjudicadas a él solamente, para magnificar su nombre sobre la tierra… Si no estaba dispuesto a glorificar a Dios en sus pruebas y adversidades, en sus viajes a través del desierto rumbo a la esperada Canaán, en circunstancias de que Dios le estaba dando continuamente evidencias incontestables de su poder y gloria, y de su cuidado por él, no magnificaría su nombre ni lo glorificaría cuando se hallara establecido en la tierra de Canaán, rodeado de bendiciones y prosperidad.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pág. 97. 52
Lecciones Bíblicas Sabáticas, enero–marzo, 2020