LOS HERMANOS CARVAJAL
HISTORIA NOVELADA SOBRE CASARICHE. . .
Francisco Estepa López
“Lo real parecerá irreal”
LOS HERMANOS CARVAJAL (1ª PARTE) El nacimiento de Casariche en su asentamiento actual es toda una incógnita, pero lo que si se sabe fehacientemente es que en el año 1580 el recién constituido Marquesado de Estepa manda construir en éste lugar una pequeña Iglesia, imponiendo el cristianismo sobre las ruinas del templo que los musulmanes erigieron siglos atrás. La vida del pueblo gira en torno a dicho edificio, y a todo lo que ello representa, siendo insignificante el valor de la gran mayoría de las personas, por no decir ninguno, de las cuales se quiere solo su mano de obra y sus alcabalas. En el año 1648 la pequeña Iglesia, tras unas jornadas de lluvias torrenciales y fuertes vientos, necesita unas reparaciones urgentes en el techo y uno de sus muros. El único maestro de albañil es contratado por el Marqués, aceptando la petición del maestro de que sean sus tres hijos quienes le acompañen en las tareas a realizar. En poco tiempo montan el andamiaje. El trabajo se presenta dificultoso, han de subir unos grandes bloques de piedra en una de las esquinas del templo. Ignoran por completo la composición y estabilidad del terreno que pisan, modelado durante siglos por las corrientes de agua que por allí pasan. Sin previo aviso el terreno cede, con ello el andamio se viene abajo, junto a un gran bloque de sillería que estaban elevando, y buena parte del muro y techo de la Iglesia. Oscar Carvajal, junto a sus hermanos Santiago y Joseph, fallecen en el acto. Casariche siente mucho la pérdida de éstos jóvenes. A pocos metros del lugar donde pierden la vida, su padre, con el visto bueno del Marqués, construye un pequeño, pero vistoso, mausoleo donde dar sepultura a sus hijos. El cementerio por aquellos años se ubica junto a la Iglesia. El edificio queda en mal estado. Los Marqueses no podían permitir las habladurías y las burlas de sus enemigos, es por ello que ofrecen al desdichado padre continuar siendo el maestro de obras y así finalizar las reparaciones. En el transcurso de los años dicho obrero siempre es llamado para cualquier tipo de mejora en el templo. Éste señor, Oscar Carvajal (Mayor) – el padre de los jóvenesfallece en 1666. Diez años después, en 1676, se eleva al edificio a la categoría de
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Parroquia, por lo tanto se llegó a denominar Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación de Casariche. La potestad de poder bautizar impulsa las actividades eclesiásticas en el templo, lo que repercute positivamente en el pueblo y sus habitantes, entre otras cosas, porque así se evitan los traslados hacia Estepa para tales oficios. --LOS HERMANOS CARVAJAL (2ª PARTE). Aunque algo inquieta a los casaricheños, corre el rumor de que las almas de los hermanos fallecidos en el trágico accidente deambulan por el pueblo. El vecino Juan de Sojo denuncia ante la Santa Inquisición de que en las noches previas a la onomástica de Santa Bárbara, no se sabe si espíritu o persona de mal, invocaba a los cermeños frente a la Parroquia y, como niebla que se va, desaparecía. Se manda vigilar tanto el exterior como el interior de la Parroquia, y como nada extraño se observa, sacan la conclusión de que las visiones de Juan de Sojo podrían deberse a estados febriles. O en todo caso, dice el Santo Oficio, que raro es el pueblo que no tiene entre sus habitantes a un vecino capaz de quitar el mal de ojo y que para ello invoque al Cermeño, o demonio familiar. Y que si no ha ocurrido desgracia tras la supuesta visión, no se puede acusar a nadie, a diferencia de lo ocurrido con el Grupo de las Montillanas o “Las Camachas”. Así pues nada ha de temer Juan de Sojo y demás vecinos del lugar. Pasan los años, y éstos hechos, aparentemente, dejan de ser comentados entre los moradores de Casariche. En la Onomástica de Santos Dionisio del año de Cristo 1680, el terremoto de Málaga se hace sentir en Casariche, así como en Córdoba, derribando los arcos de su Catedral. En Madrid tocaron solas las Campanas del Real Convento de Ntra. Sra. De Atocha. “Duró el espacio de un Credo rezado lentamente, porque aunque ay quien quiera que fuese mas la turbación disculpa el herror ...” “para que dispertemos del profundo letargo en que estavamos envejecidos, aviendonos llamado en espacio de tres años, con las aldavadas de una hambre, la más superflua que se ha visto en este Reyno; de una peste tan dilatada, como activa; de un diluvio proximo de 15 dias tan excesivo, y de tan horribles tempestades, y espantosos truenos, y rayos, y finalmente la de un temblor de tierra tan grande como pavoroso...”
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Se produjo a las 7:15 de la mañana, “…huyendo la gente de sus casas, sin aver padre para hijo, ni marido para mujer; unos desnudos y muchos en carnes, cada uno como se hallaba…” Por suerte en Casariche no hay que lamentar daños de ningún tipo, al menos de importancia. -LOS HERMANOS CARVAJAL (3ª PARTE). Ese mismo año de 1680 un acontecimiento perturba la normalidad en el Marquesado: La Peste. Aunque benigna, comparada con la de 1649, mata a muchos vecinos. Su virulencia se acentúa debido a unos años previos de humedad excesiva y otros de terrible sequía, carestía y depauperación. A finales de 1680 algo inquietante y extraño acontece en el Convento de Franciscanos y Dominicos de Carmona (Sevilla). Según relata en su defensa el fraile del Convento de San José, Juan Rodrigo: “…el 25 de noviembre de dicho año (1680) (…) maldita sea el momento en que entré en aquella habitación, pues que al entrar encontré al padre prior y a los demás frailes colgados por los ganchos donde solíamos colgar los cerdos, jamones y chorizos”. La declaración del alguacil fue la que sigue: “Yo, don Alonso Sanz de Heredia, alguacil de las torres doy fe (…) Mandé entonces que absolvieran al religioso, y que apresaran aquel ser maligno o lo que fuese (…) Doy fe, también, que al siguiente día (…) envié a muchas gentes y soldados para conseguir echarlo o aniquilarlo con las biblias y los crucifijos (…) y al momento un temblor de tierra destruyó el convento y muchos de los que estaban allí perecieron (…) al siguiente día (…) mandamos que aquel lugar fuera sembrado de sal. Después de esto no volvimos a oír ni ver nada que indicase que aún este ser estuviese con nosotros.” Ante estos hechos, una bula papal del Beato Inocencio XI ordenó que durante 2 años se celebrasen misas y procesiones por toda la ciudad de Carmona para purgar por sus pecados, tal como se recoge en un documento firmado por el Arzobispo de Jerez. Bula que fue secundada en las Iglesias y Parroquias del Marquesado de Estepa cuyo patrono general, D. Francisco Cecilio Buenaventura Centurión y Centurión, aceptó a petición de sus supersticiosos fieles, quienes alegaban que dicho temblor se hizo sentir en la tierra que pisaban, y que interpretaban como señal inequívoca de la existencia de los señores del averno, junto con la epidemia de Peste que asolaba el territorio y el cometa que a comienzos de ese mismo mes fue visto en todo el mundo. ---