La comunidad para los poseedores del Patrimonio Cultural Inmaterial Jorge Gustavo Caicedo
Porque los practicantes, creadores y maestros que salvaguardan el patrimonio cultural inmaterial con su quehacer diario necesitan un espacio de identificación, vinculación, registro y difusión de sus conocimientos, habilidades y técnicas. Es un medio para apropiarse de la cultura, compartirla y difundirla, pero sobre todo es un medio para impulsar el desarrollo económico y social a través de la cultura. humanheritage.org es una comunidad virtual con un inventario colaborativo del Patrimonio cultural inmaterial, es una plataforma para el comercio electrónico de productos y servicios y un sistema para financiar iniciativas comunitarias que por un lado ayuden a quienes por sus conocimientos y habilidades se les considera Tesoro humano vivo de la comunidad, y por el otro garanticen la transmisión de estos conocimientos, técnicas y habilidades a una nueva generación. Para impulsar esta labor y garantizar su transmisión a una nueva generación implementamos el programa de formación para jóvenes “Heritage Keeper”, que con la ayuda de un celular inteligente con cámara de vídeo y conexión web, les permite participar del inventario colaborativo y coadyuvar en la salvaguarda del Patrimonio cultural inmaterial en su localidad. Al finalizar se muestra un vídeo del trabajo realizado con jóvenes y sus resultados con practicantes y maestros, así como con niños de la comunidad.
Apreciables asistentes: Voy a presentarles la iniciativa de humanheritage.org, la comunidad para los poseedores del patrimonio cultural inmaterial, esto involucra dos áreas a saber: la web 2.0 y la convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial que proclamó en 2003 la Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como parte de los documentos encaminados a crear un consenso en materia de políticas culturales entre los países que la integran. Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica Hoja 1 de 10 Mesa 1. Patrimonio Cultural Inmaterial Jorge Gustavo Caicedo
Veamos cuales son estos documentos, los instrumentos normativos de la cultura:
Convención Universal sobre Derecho de Autor (1952, 1971).
Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado(1954).
Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e Impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales (1970).
Convención sobre la protección del Patrimonio mundial, cultural y natural (1972).
Convención sobre la Protección del patrimonio cultural subacuático (2001).
Convención para la Salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial (2003).
Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales (2005).
Para efecto del tema que nos ocupa hablaremos de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, proclamada en 2003 y ratificada a la fecha por 127 países.
¿Qué es el Patrimonio Cultural Inmaterial? Acorde con el texto de la Convención: “Son los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. (…) Se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad (...) Debe ser compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible.”
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Se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes: a) Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial. b) Artes del espectáculo. c) Usos sociales, rituales y actos festivos. d) Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. e) Técnicas artesanales tradicionales.
¿Qué hacer? El punto 3 menciona: “(...) Se entiende por „salvaguardia‟ las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial, comprendidas la identificación, documentación,
investigación,
preservación,
protección,
promoción,
valorización, transmisión -básicamente a través de la enseñanza formal y no formal- y revitalización de este patrimonio en sus distintos aspectos.”
Agregaría sustento jurídico en los países adheridos, pues en el caso de nuestro país no existe una legislación al respecto, aun cuando se trata de un documento con carácter vinculante.
Para la identificación y documentación, la Convención establece: “Art. 11 (…) identificar y definir los distintos elementos del patrimonio cultural inmaterial presentes en su territorio, con participación de las comunidades, los grupos y las organizaciones no gubernamentales (…) Art. 12 …Para asegurar la identificación con fines de salvaguardia, cada Estado Parte confeccionará con arreglo a su propia situación uno o varios inventarios del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio. Dichos inventarios se actualizarán regularmente.2
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Por tanto afirmamos que no hay una metodología específica, es un acercamiento flexible, pero como elemento indispensable y quizá innovador debe tener la participación de las comunidades y grupos involucrados. Esto nos conduce al reto como Organización de la sociedad civil: ¿Por qué? Una pregunta obvia pero que encierra la controversia conceptual de la Convención. ¿Cómo organizamos lo que hacemos? ¿Cómo pensamos lo que hacemos? ¿Cómo hacemos lo que hacemos? Dicho de otra forma, la clasificación, interpretación e incluso las acciones mismas, condicionan las acciones que habremos de ejercer. Voy a citar un ejemplo: el Patrimonio Cultural Inmaterial se puede ver como un elemento dado, digamos una danza; se documenta con video, texto, fotografía, incluso se identifica en un mapa y se clasifica como artes del espectáculo. No s ólo eso, se propone a la lista representativa del Patrimonio cultural inmaterial o, si es el caso, a la lista de salvaguarda urgente. Pero entonces lo que tenemos a partir de nuestra clasificación, interpretación y subsecuente acción, es una memoria histórica del patrimonio cultural inmaterial, y aquí el reto que expongo a la concurrencia no es la medida que salvaguarda la expresión viva, porque la clasificación, interpretación y acción deben ser participativos, lo que definimos como el modelo cerrado vs modelo abierto, lo colaborativo es incluyente porque se hace con la suma de todos. Regresando al ejemplo de la danza, resulta que involucra expresiones orales. Es sin duda un uso social, ritual o un acto festivo; ejemplifica un conocimiento relacionado con la naturaleza y en su práctica intervienen técnicas artesanales tradicionales. Ahora resulta que son todas las clasificaciones, ya no hace falta que repare en las interpretaciones. Lo que deseo enfatizar es que debemos trabajar en todo aquello que hace que cada elemento del Patrimonio cultural inmaterial subsista, identificar el número de practicantes, de maestros, si hay material didáctico adecuado, si cuenta con espacios de pr áctica y de presentación, cuál es la postura de la comunidad, así como la política existente sobre el bien específico. Esto es lo que realmente hace que el Patrimonio Cultural Inmaterial sea una expresión viva. Este es el reto que como organización asumimos. Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica Hoja 4 de 10 Mesa 1. Patrimonio Cultural Inmaterial Jorge Gustavo Caicedo
Human Heritage es una organización acreditada ante la UNESCO, especializada en la salvaguarda y difusión del Patrimonio cultural vivo de la humanidad. Operamos desde el año 2007 y nuestras oficinas centrales están ubicadas en la ciudad de México.
¿Qué hacemos? Ayudamos a los creadores, ejecutantes, maestros, productores o promotores a:
Comercializar sus productos o servicios internacionalmente, a través de nuestra plataforma en internet.
Certificar el valor de su producto o servicio como patrimonio cultural vivo.
Desarrollar productos turísticos.
Elaborar proyectos para la plataforma de financiamiento.
humanheritage.org es una plataforma de internet colaborativa, lo que significa que se construye con la participación de todos sus miembros, ya que son ellos quienes describen su Patrimonio cultural vivo, los lugares donde se realiza y las fechas en que se practica. Por ello, necesitamos la participación de los poseedores, investigadores y promotores del Patrimonio cultural inmaterial. Sabemos que nuestra población meta mayoritariamente no ocupa el internet, dificilmente cuentan con correo electrónico. Por ello creamos un programa de capacitación: Salvaguardas del Patrimonio o Heritage Keepers, para promotores culturales, estudiantes universitarios o líderes de las comunidades objetivo, que considera como líneas conceptuales las medidas de salvaguarda que refiere la Convención como la práctica, revitalización, investigación, promoción, protección, transmisión -básicamente a través de la enseñanza formal y no formal- y que se complementa por unidades de producción audiovisual, turismo en línea, comercio electrónico y medios de financiamiento. Como apoyo para realizar su labor, se les equipa con un celular con cámara fotográfica, video HD, acceso a la red y GPS; una laptop con software para editar y producir sus audiovisuales, una beca económica por 6 meses; la disposición del fondo para adquirir la pieza del Patrimonio Cultural Vivo que documentan y, lo más importante, cuentan con el seguimiento y respaldo de nuestro equipo de Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica Hoja 5 de 10 Mesa 1. Patrimonio Cultural Inmaterial Jorge Gustavo Caicedo
programación, diseño, producción audiovisual y administración.
Sus objetivos son: Primero: identificar a las personas relacionadas con las expresiones, técnicas, conocimientos y prácticas que conforman el patrimonio cultural vivo. Queremos saber quiénes son, cuántos son y dónde están. Ellos son los que ayudan a definir el mapa de elementos indispensables para la salvaguarda de su Patrimonio cultural y dan cuenta del estado que guarda.
Segundo: certificar su conocimiento, habilidad o técnica manifiesta en proyecto, producto o servicio como parte del Patrimonio cultural vivo de su comunidad. Veamos la gráfica. Hay dos formas en las que iniciamos un trabajo, bien a través de individuos, grupos u organizaciones que lo soliciten o a través de convenios interinstitucionales. Si cumple con los requisitos básicos que establece la Convención, un Salvaguarda del Patrimonio o Heritage Keeper lo visita para documentar el proceso de elaboración al tiempo que lo entrevista. Una vez registrado, se sugiere al artesano, si procede, que registre su producto en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial o bien en el Instituto Nacional del Derecho de Autor. La información se le da al equipo de Investigación, que hará una labor de gabinete para recuperar información de archivos que de mayor sustento al elemento, con esa información se completa el perfil del elemento para el inventario, el video perfil del entrevistado y la información para crear una entrada en Wikipedia. Asimismo, se entrega la información al equipo de Diseño Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica Hoja 6 de 10 Mesa 1. Patrimonio Cultural Inmaterial Jorge Gustavo Caicedo
que realiza la etiqueta y la traduce al inglés; además, hacen sugerencias sobre materiales, acabados, verifican peso, medidas y ofrecen una solución de embalaje para su transportación. Si el producto tiene gran mercado o es de un valor único para el Patrimonio cultural vivo, se lleva al Laboratorio de Diseño con nuestra titular de área para cuestiones más avanzadas. Aquí vemos un ejemplo con la resignificación de uso del juguete popular mexicano en madera. En este caso se trata de una trepadora, modelo mariposa. El empaque es un termo-formado que resguarda la pieza al tiempo que permite apreciarla. La diferencia entre este juguete y el que ven amontonado es de unos 15 USD., con relación al precio de venta, siendo la misma pieza con el mismo trabajo.
Resultados esperados de los Salvaguardas del Patrimonio o Heritage Keeper
Realizar video-blogs de promotores, ejecutantes, maestros y tesoros humanos.
Identificar productos y servicios factibles de recibir los apoyos de la certificación del Patrimonio Cultural Vivo.
Implementar una estrategia de promoción en escuelas y espacios culturales.
Identificar el patrimonio cultural vivo extinto, en peligro o en necesidad de salvaguarda urgente.
Mapa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la región.
Adicionalmente, el Salvaguarda del Patrimonio o Heritage Keeper, puede:
Compilar la memoria histórica del lugar y hacer una línea de tiempo.
Identificar a clubes y asociaciones de migrantes para promover el destino.
Desarrollar material para promover y transmitir el patrimonio cultural vivo.
Apoyar con logística y contenidos sus fiestas tradicionales.
Promover la integración en la red civil de gestores de UNESCO.
Pero, sin duda, una de las grandes oportunidades y peligros para el Patrimonio Cultural Inmaterial es el desarrollo de productos para el turismo cultural. Veamos el contexto del turismo en México: “A marzo del 2010, la derrama económica del turismo internacional llegó a
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1,330 millones de usd, y el turismo nacional genero una derrama de 315 millones de usd 6.6% más que el mismo periodo del 2009. 65% del turismo se concentra en la Riviera Maya, le siguen Nuevo Vallarta, Puerto Vallarta, Los Cabos y Cancun.” Fuente: SECTUR “El turismo es la tercera fuente de ingresos en el país, genera 1 de cada 10 empleos, con más de 22 millones de turistas al año México es el décimo destino mundial.” Fuente: Organización Mundial de Turismo OMT “Los programas de apoyo al turismo cultural en México son aún incipientes y la falta de coordinación operativa de los organismos federales, estatales y municipales encargados de la promoción turística representa un serio obstáculo para el diseño e implantación de estrategias y programas eficaces para el fomento del turismo cultural. No obstante, se vislumbra para México un futuro prometedor en materia de turismo cultural. Durante la primera década del presente milenio se estima que el turismo crecerá a una tasa del 12% anual alcanzando la cifra de 30 millones de turistas al año, lo cual se estima, aportaría al país cerca del 9% de sus empleos y una derrama económica cercana al 10% de su PIB”. Fuente: Ph. D. Raúl Valdez Muñoz, y Prof. Alicia Bernard, UDLA, Puebla, México.
Por ello también apoyamos a los poseedores del Patrimonio cultural vivo a desarrollar productos para el turismo cultural, que integren la riqueza y diversidad del patrimonio cultural, histórico, artístico y ambiental en la región. Por ejemplo, en las “Ciudades Patrimonio de la humanidad” o en las localidades reconocidas como “Pueblos mágicos”, certificamos productos y actividades que ayuden a consolidar su oferta turística, pero sobre todo que beneficien directamente a los poseedores del Patrimonio cultural vivo.
¿Qué sigue? En el ámbito Nacional:
Crear una Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial con su reglamento, que considere: o Crear un área competente que incluya la participación de comunidades, grupos e individuos directamente involucrados, así como organizaciones
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civiles y educativas, para coordinar una política que identifique e implemente las acciones necesarias para salvaguardar y difundir el Patrimonio cultural vivo.
Dar seguimiento, evaluar e informar a las áreas competentes en el ámbito nacional e internacional –Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio cultural inmaterial-.
En el ámbito Internacional:
Establecer mecanismos de participación y transparencia en la nominación de bienes a las listas representativa, de salvaguarda urgente y de buenas prácticas, sean nacionales o multinacionales.
Proponer bienes a la Lista del Patrimonio cultural inmaterial que requiera medidas urgentes de salvaguarda.
Proponer bienes a la Lista representativa del Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Proponer programas o proyectos, como mejores prácticas que reflejen los principios y objetivos de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Por último, les quiero compartir esta gráfica sobre el primer ciclo de implementación de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial y que considera de junio del 2008 a noviembre del 2009.
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Europa es el Grupo I. Europa del este es el Grupo II. Latinoamérica es el Grupo III. Asia es el Grupo IV. África es el Grupo V(a). Medio Oriente y África del Norte son el Grupo V(b). El cuadro se explica por sí mismo: la falta de trabajo en nuestra región es evidente y lamentable en todos los sentidos; es por ello que presento ante ustedes la plataforma de comercio y turismo cultural y la plataforma de financiamiento colaborativo como alternativas para que con la participación de gobiernos, agencias, instituciones, organizaciones y muy especialmente de las comunidades y los individuos hacer de ésta una Convención exitosa en nuestra región.
Gracias Jorge Gustavo Caicedo
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En la búsqueda del Patrimonio cultural momificado en el imaginario de los habitantes del Centro histórico de Guanajuato José de Jesús Cordero Domínguez Héctor Bravo Galván Carlota Laura Meneses Sánchez
El Centro histórico de la ciudad de Guanajuato es rico en inmuebles de valor histórico y arquitectónico, testigos de las acciones de los habitantes, de la valoración de su patrimonio tangible y de su destrucción paulatina y sin remedio por intereses asimétricos con la cultura de la preservación de las tradiciones y costumbres. Esta comunicación es una arista más que proviene del proyecto de investigación La vida cotidiana en el centro histórico de Guanajuato y tiene como objetivo documentar el imaginario cultural de los ciudadanos en la preservación del patrimonio intangible, teniendo como escenario urbano dicho espacio.
Imaginario El imaginario cultural de los guanajuatenses de la capital del Estado se encuentra en un estado de desecación (momificación) 1 natural que evita su descomposición. Es a través de los imaginarios de un sector de los habitantes que se evita dicho proceso de putrefacción del patrimonio intangible, a la par del patrimonio históricoarquitectónico y que sin el proceso de momificación, está en peligro de perder la nominación de Patrimonio mundial de humanidad. La ciudad de Guanajuato aguarda en su devenir físico de serpenteante estructura urbana los imaginarios momificados de sus habitantes, que tras cada celebración disminuyen sus adeptos y se incrementan los jóvenes indiferentes a los sucesos culturales de la ciudad. Es pues su imaginario ajeno a la cultura de las celebraciones ancestrales, a los símbolos de identidad y a los héroes que nos dieron un lugar en la localidad y en la globalidad. 1
Existen regiones y lugares que por sus características de sequedad extrema, frío, alcalinidad, aislamiento de la intemperie o de los microorganismos, causan que un cadáver se momifique en lugar de corromperse y se degrade por completo, como sucede normalmente.
Ese imaginario no es uno solo, es génesis, es historia, fue adjetivo desdeñado a sustantivo como objeto de análisis en lo imaginario, cuando la palabra se convierte en una noción, que hace pensar y entender a la sociedad más allá de la ilusión de los hechos reales. Somos imaginario, figurativo con valor simbólico de las cosas; somos el mundo de la imaginación por objetos creados por nuestra conciencia imaginante, es la propia conciencia, en libertad de su imaginario. Somos la palabra, el universo que ha nacido de la palabra, antes sólo lengua que imaginó el verbo de la interpretación, de la acción de la vida, para actuar, pensar e ir más al principio con el lenguaje, trazando los caminos de la búsqueda de la identidad. Para Simmel (1986: 247), “El hombre es un ser de diferencias, esto es, su conciencia es estimulada por la diferencia entre la impresión del momento y la impresión precedente. Las impresiones persistentes (…) consumen, por así decirlo, menos conciencia que la rápida aglomeración de imágenes cambiantes, menos que el brusco distanciamiento en cuyo interior lo que abarca con la mirada es la imprevisibilidad de impresiones que se imponen.”
Es para Benassini (2002) que el punto de partida es "‟lo imaginario‟ como producción de ilusiones, símbolos, quimeras, evasiones de la dura realidad de los hechos". Sin embargo, Colombo (1993:29) advierte que el término se ha desvirtuado, pues no es "imagen de". “Es creación incesante y esencialmente indeterminada (social-histórica y psíquica) de figuras/formas/imágenes, y sólo a partir de éstas puede tratarse de 'algo'. Lo que llamamos 'realidad' y 'racionalidad' son obras de esta creación." En consecuencia, Sánchez (1997: 151) considera: “Por Imaginario cultural entiendo el reducto trascendental y transhistórico en el que se va depositando el conjunto de vivencias y experiencias del quehacer humano a lo largo de su historia, el Saber cultural de la especie, en definitiva, las coagulaciones numinosas o arquetipos.”
El imaginario es un elemento de controversia conceptual desde las distintas disciplinas: Carretero (2005) cita: “Como acertadamente señaló Raymond Ledrut (1987:41-42), tras la caracterización del imaginario como ilusión o fantasía, en muchos casos fuente de alienación social, por parte de Marx y continuadores de la tradición marxista, subyace un simplificador dualismo ontológico que condena irremisiblemente al imaginario al ámbito de una pseudorealidad.”
Existen otros imaginarios. A propósito de ese concepto, Gilbert Durand en su obra Imaginación simbólica explica que… "La conciencia dispone de dos maneras de representar el mundo. Una directa, en la cual la cosa misma parece presentarse ante el espíritu, como en la percepción o la simple sensación. Otra indirecta, cuando por una u otra razón la cosa no puede presentarse materialmente y en este caso de conciencia indirecta, el objeto ausente se representa ante ella (la conciencia) mediante una imagen o expresión simbólica”. 2
Siguiendo a Durand (1984: 25), en el símbolo existe homogeneización del significante y del significado en el dinamismo que es la imaginación. El filósofo alemán E. Cassirer empleó el término de “pregnancia simbólica (symbolische prägnanz)”: “El modo como una vivencia (Erlebnis) perceptual, esto es, considerada como vivencia sensible entraña al mismo tiempo significado ( Sinn) no intuitivo que es representado inmediatamente por ella” (1929:231), en Gutiérrez (2008:46). La trama del imaginario social para Castoriadis (1988:68) es compleja en significaciones que coadyuvan a la dirección que debe tomar la sociedad y el individuo en su vida. Para ello es muy revelador cuando expresa que:
2
Citado en Silva (2006:91).
"Esa urdimbre es lo que yo llamo el magma de las significaciones imaginarias sociales que cobran cuerpo en la institución de la sociedad considerada y que, por así decirlo, la animan. Semejantes significaciones sociales imaginarias son, por ejemplo, espíritus, dioses, Dios, polis, ciudadano, nación, estado, partido, mercancía, dinero, capital, tasas de interés, tabú, virtud, pecado, etcétera, pero también hombre/mujer/hijo, según están especificados en una determinada sociedad.”
Metodología La búsqueda del imaginario momificado del Centro histórico de la ciudad de Guanajuato se realizó durante los meses de abril y mayo de 2010 bajo los siguientes parámetros: La investigación cualitativa y el método etnográfico son parte importante en la revalorización de observar “al otro”, en sus manifestaciones sociales y urbanas. La observación es la esencia de la subjetividad de quién observa y narra los acontecimientos cotidianos de los guanajuatenses. Las entrevistas grupales son un indicador para entender el imaginario cultural en su esencia momificada, que fluye en los recuerdos de los habitantes, ya sean adultos mayores, adultos y jóvenes de cualquier género. El universo fue de 100 guanajuatenses que habitan en la ciudad. Las categorías de análisis empleadas son: espacialidad, temporalidad y sentido.
Espacialidad: “la Localización geográfica”, tanto del macro-universo de investigación, así como la ubicación micro, del (los) escenario(s) concreto(s) donde un hecho sociocultural se realiza (Guerrero, 2002: 28).
-
Centro histórico de la ciudad de Guanajuato.
-
Calles y plazas públicas.
Temporalidad: Análisis sincrónico. Hace referencia al estudio de un hecho en el presente, para poder llegar a determinar sus características actuales. Unidad tempo-espacial. Entre tiempo y espacio se establece una interrelación dialéctica continua, no pueden estar separados. Esto nos
permitirá establecer dónde y cuándo se expresa o desarrolla un determinado hecho sociocultural (ibídem: 31-32) :
Año 2010.
Sentido: Significados y significaciones de la cultura. Esta categoría nos acerca al universo de los actores sociales, de sus prácticas materiales e imaginarias, y nos ayuda a comprender el sentido que los seres humanos como constructores simbólicos dan a la cultura (ibídem: 33).
a) El imaginario que conserva la cognición de las generaciones en los recuerdos pasados, de conductas en torno a la preservación del patrimonio cultural del Centro histórico.
b) Los símbolos e imágenes que provee el imaginario para consolidar la identidad a través de tradiciones locales, los rituales públicos.
c) Los héroes en el imaginario de la historia local y cinematografía sobre Guanajuato y la satisfacción ante la forma de publicitar la ciudad y crear mitos en Guanajuato.
a) El imaginario que conserva la cognición de las generaciones en los recuerdos pasados, de conductas en torno a la preservación del patrimonio cultural del centro histórico Los imaginarios de la preservación de patrimonio del Centro histórico de la ciudad de Guanajuato se centran en las políticas de “dignificación” del centro histórico por parte de los gobiernos municipales 2003-2009. Se invirtieron en estos dos trienios la cantidad de $189,000,000 de pesos. El 38% del total de los seis años de obras para el centro histórico y cerca del 62% de la obra para el municipio de Guanajuato. Coincidentemente el total de obra en el centro histórico por cada trienio fue de 38%
Cuadro 1 Obra pública en Guanajuato y centro histórico 2003-2009 Año
Guanajuato
Centro Histórico
%
2003
$ 13,228,679.04
1,258,304.80
9.51
2004
$ 108,341,108.14
24,456,573.49
22.57
2005
$ 95,234,985.70
49,068,872.45
51.52
2006
$ 58,141,203.82
7,882,353.34
13.56
Subtotal
$ 216,804,772.88
$ 82,666,104.08
38.12
2006
$ 17,012,308.65
4,192,320.68
24.64
2007
$ 62,495,759.18
9,648,306.48
15.44
2008
$ 112,187,823.16
53,552,562.64
47.73
2009
$ 87,274,577.19
40,851,157.43
46.81
Subtotal
$ 278,970,468.18
$ 106,411,291.62
38.14
Total
$ 495,775,241.06
$ 189,077,395.70
38.13
Fuente: Dirección de Obra Pública, H. Ayuntamiento de Guanajuato 2009-2012.
El imaginario de las obras importantes en esos periodos de gobierno fue cambiar el piso de las calles y plazas públicas: Tenaza, Juárez, Luis González Obregón, Sopeña, Ponciano Aguilar y Alonso, entre otros. Las plazas públicas: Plaza de la Paz, Baratillo, Ágora del Baratillo, Jardín Unión y Plazuela de la Constancia (ver imagen 1). Las obras importantes ejecutadas en el centro histórico, fueron reemplazar el piso de las principales calles de la zona central con la colocación de pórfido rojo. Ochoa (2008), en el marco del panel de reflexión para conmemorar los XX años de la inscripción de la ciudad en la lista de Patrimonio mundial de la UNESCO, arquitectos, historiadores y especialistas en la materia coincidieron en que no
Imagen 1: Dignificación del Centro Histórico de Guanajuato, 2005.
se han preservado los bienes de la ciudad, pues han faltado políticas públicas que fomenten el cuidado de estos espacios. La declaración de Guanajuato como Patrimonio de la humanidad fue para que se protegiera a la ciudad, su entorno natural y los pueblos mineros, lo que no se ha hecho bien; coincidieron los participantes en el panel de reflexión al conmemorarse XX años de la inscripción de la Ciudad en la lista de Patrimonio mundial de la UNESCO. Rodríguez (2010), nuevamente la calle de Ayuntamiento y Calle Nueva, frente al templo de San Felipe Neri, mejor conocido para los capitalinos como la Compañía de Jesús, muestra las malas condiciones en que se encuentra el pórfido rojo que caracteriza a las ciudades Patrimonio mundial. El poco mantenimiento que se les ha dado y la falta de atención por parte de las autoridades correspondientes ha provocado la total fractura del piso, que es visible desde la calle Cantarranas y hasta la Avenida Juárez, una vialidad principal. El imaginario cultural de las autoridades locales y los contratistas se ha momificado en el pórfido, en el piso, en la calle.
b) Los símbolos e imágenes que provee el imaginario para consolidar la identidad, a través de tradiciones locales, los rituales públicos Los símbolos de los guanajuatenses del imaginario cultural momificado se encuentran presentes en las celebraciones religiosas y civiles. El imaginario cultural de los habitantes de la capital del estado relacionado con la celebración del tradicional “día de la Cueva” sufrió un atentado por parte del gobierno municipal de Guanajuato 2009-2010, de extracción priista, al pretender urbanizar parte de la zona del cerro del Hormiguero. Para Jauregui (2007:6), el día de la cueva es: “Una de las fiestas más celebradas por los guanajuatenses es la que se lleva a cabo el 31 de julio de cada año. Consiste en un clásico paseo familiar y de amigos que se dan cita en la explanada conocida como El Hormiguero para pasar allí el día en honor de san Ignacio de Loyola. Algunas personas desde la media noche
emprenden la visita a la Cueva. Allí practican danzas, cantos, rezos especiales según el ritual tradicional que es llamado „velación‟ y que culmina con una misa a las 8 de la mañana. Los deportistas al amanecer de ese día, escalan los picachos de La Bufa, desde cuya cima domina un hermoso panorama de la ciudad que ha inspirado poetas y que algunos artistas han sabido plasmar en lienzos o fotografías. La Bufa con acantilados o picachos es uno de los cerros que circundan la ciudad de Guanajuato por el sureste. Al oeste de tal montaña se levanta otra de menor altura en la cual hay una oquedad que fue agrandada en la época colonial para dar cabida a cerca de cincuenta personas, es la Cueva de San Ignacio, cuyos muros decorados con pinturas y frescos de varias épocas, indicio evidente de la presencia humana desde tiempos prehispánicos, cuando la localidad fue ocupada por diversos grupos indígenas, algunos de los cuales dejaron allí su huella.”
Debido a la importancia que representa social y religiosamente el día de la Cueva para los guanajuatenses, de manera espontánea un grupo de intelectuales, artistas y público en general protestó en las calles de la ciudad de Guanajuato ante la inminente urbanización del Cerro. El cambio de uso de suelo en la zona de preservación ecológica a urbano es la constante acción en la región y en la ciudad, con el aval de la autoridad local. La extensión de terreno de supuesta afectación es de 38.80 hectáreas, en una superficie de 19.3 hectáreas para 893 viviendas con 160 m2, de desarrollo habitacional multifamiliar en condominio, superficie con densidad habitacional de 201 a 300 habitantes por hectárea y en una superficie de 7.3 hectáreas de alta densidad. También se construirá un hotel y servicios turísticos complementarios. Otras 5.59 hectáreas se destinarán a comercio y servicios de intensidad baja y media, con lo que se podrían establecer en esa zona 138 giros disponibles y, finalmente, en 6.05 hectáreas se destinarán a equipamiento urbano. El parque será de 9.10 hectáreas.
Ochoa (2010), en su nota “Trazan división de los Picachos” hace el recuento del dictamen aprobado por el cabildo de Guanajuato al contar que: “De acuerdo al plano de los terrenos a fraccionar, incluido en el dictamen aprobado por el ayuntamiento el martes pasado para la modificación de uso de suelo de un área de preservación ecológica a desarrollo urbano, se muestran los usos que se darán a diferentes superficies trazadas, entre las que se encuentran el hotel, las 893 viviendas y áreas de equipamiento urbano y comercial. Así, la zona donde se realiza la fiesta de la Cueva y San Ignacio de Loyola quedará en medio de la urbanización que pretende realizar la constructora Azacan en las inmediaciones de la zona conocida como Los Picachos, entre el cerro del Hormiguero y La Bufa. El hotel que se pretende construir se ubicará al sur del cerro del Hormiguero, del otro lado, al norte, hay un área de 1.75 hectáreas que serán usadas para comercios y servicios de intensidad baja. Imagen 3
Fuente: Correo de Guanajuato, 2010.
En los terraplenes que se construyeron sobre el cauce de la presa de Pozuelos, 0.9 hectáreas, se edificará equipamiento urbano, es decir, un estacionamiento y una tienda, aunque, por tratarse de una zona de inestabilidad, no debería construirse. En el cerro que está al sur de los terraplenes, que tiene una extensión de 19.2325 hectáreas se construirían las 893 viviendas de 160 metros cuadrados; ese cerro tiene una altura mayor a la de la clínica del ISSSTE, ubicada justo frente a dichos terrenos.”
La polémica por la urbanización del cerro del Hormiguero despertó en el imaginario momificado uno de sus símbolos más importantes, cuya imagen ha quedado petrificada en la memoria de de unos cuantos miles de cuevanenses (mote de los guanajuatenses que acuden al día de la cueva) en torno al grupo “Guanajuato somos todos”, que se han manifestado a través de varios medios por la “dignificación” del cerro del Hormiguero. Esto ha implicado la suspensión temporal de la citada urbanización, así como el descenso de la popularidad y el repudio del alcalde Nicéforo Guerrero, el H. Ayuntamiento en pleno y el dueño de la constructora Azacan, Rodrigo Marcocchio Romero.
c) Los héroes en el imaginario de la historia local y cinematografía sobre Guanajuato y la satisfacción ante la forma de publicitar la ciudad y crear mitos en Guanajuato. A propósito de los héroes en el imaginario de los guanajuatenses, los festejos del Bicentenario de la Independencia nacional fueron influyentes, según los entrevistados: El héroe más importante de Guanajuato es el cura Hidalgo, con el 53% del total , seguido por “El Pípila” 3, Allende y Aldama. Los estudiantes de artes de la Universidad de Guanajuato se inclinaron por Abasolo y Liceaga (4% y 2% respectivamente) como los héroes de Guanajuato. Ver gráfica 1. Otras expresiones de los entrevistados están en torno a la polémica de los héroes de la 3
Ninguno de los entrevistados recordó el nombre de pila de “El Pípila”.
independencia y a los nuevos ídolos del futbol de los jóvenes identificados con esta nueva forma de ser famoso: Roberto, de 22 años, externó: “ya no existen héroes, solamente tenemos ídolos como el Cuauhtémoc Blanco (sic), el Chicharito (sic), pero son de la televisión y claro, del negocio del futbol.”
María, de 36 años, nos comunicó: “El cura Hidalgo es nuestro máximo héroe de la independencia ¡Y es guanajuatense!”
Grafica 1 Héroes del imaginario Aldama Abasolo 4% 7%
Liceaga 2%
Allende 12% Hidalgo 53%
Pípila 22%
Fuente: Elaboración propia, JC. 2010.
“Mi imaginario del héroe de la independencia y de toda la vida, sigue siendo Miguel Hidalgo, a pesar del festejo del Bicentenario y de las denostaciones y leyendas de que si tenía hijos y que no es la verdadera historia. Mis maestros de la primaria me enseñaron que la patria se forja con héroes.”
Concluyó Doña Ramira, de 68 años. “El pipila no existió, es un invento porqué no existe un héroe de Guanajuato” “Yo no conozco a Liceaga” “Qué bueno que se haga un ejercicio del imaginario…lo estamos perdiendo por las cosas nuevas de la globalización”
El cine es un vehículo de los sueños, del escape o confrontación de una realidad cruda. La ciudad de Guanajuato es el escenario de películas. Su representación
en la sociedad moderna, según Eliade (1985), en el medio cinematográfico entendido como la “fábrica de sueños” y en la literatura, también permite al hombre moderno una “salida al tiempo” comparable a la efectuada por los mitos. La película más importante de la ciudad como imaginario cinematográfico representativo de Guanajuato es El Santo contra las momias de Guanajuato, con el 45% del total con un promedio de edad de 20 a 60 años. Los más jóvenes comentan que tienen la colección de películas del Santo, y su favorita es la antes mencionada. Los adultos prefieren, con el 19%, la película Estas ruinas que ves, basada en la novela de Jorge Ibargüengoitia. “Es un reflejo de la sociedad guanajuatense”, hipócritas y conservadores, dijeron en tono burlón. Los nostálgicos recuerdan con agrado la película Bugambilia, así como las actuaciones de Pedro Armendáriz y Dolores del Río en el escenario de la ciudad de Guanajuato y sus minas, en los años cuarenta. Gráfica 2 Las películas de Guanajuato 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0
45
9
Bugambilia
19
27
Estas Santo Ruinas que contra las Erase una ves vez en momias de México Guanajuato
Fuente: Elaboración propia, JC. 2010.
Conclusiones El imaginario momificado se ha encontrado en el arraigo de las conciencias de los guanajuatenses. Su reacción ante la puesta en marcha de los proyectos urbanos, de la destrucción del patrimonio cultural por una parte. La pregnancia simbólica de los héroes, de las películas en escenarios de Guanajuato, está resguardada no en el museo de las momias, sino que se encuentra en cada habitante que revive cada año a sus héroes independentistas, así como la nostalgia de un Guanajuato que fue y no volverá, pero está encapsulada en los filmes. Además recurren a su imaginario: “recordar es vivir”, ese es el imaginario momificado. Las autoridades locales han sufrido un severo revés en su imaginario no momificado. Cambiar el uso de suelo, de las tradiciones, de los modos de vida, de la cotidianeidad de Guanajuato capital por unas cuantas monedas que implican el descrédito oficial y la vileza de los nuevos actores dueños de la ciudad.
Bibliografía BENASSINI, Claudia. “El imaginario social del comunicador: Una propuesta de acercamiento teórico”. En Revista Electrónica Razón y Palabra, Febrero-marzo 2002. www.razonypalabra.org.mx. Consultada el 14 de septiembre de 2010. CARRETERO, Ángel. “La dialéctica orden/desorden social desde los imaginarios sociales”. En Revista electrónica Labirinto enero-junio 2005. Universidad federal de Rondonia. CASTORIADIS, Cornelius. Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto. Gedisa, Barcelona, 1988. DURAND, Gilbert.
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La Flor más bella del ejido, Patrimonio cultural intangible de la Ciudad Ayala Ramírez Bertha Leticia
Recordemos por un momento el pasado no tan lejano del Distrito Federal, donde las chalupitas y canoas formaban parte de la imagen cotidiana de la capital; el ruido de la garrocha del remero al penetrar los canales se podía escuchar no sólo en Xochimilco, sino también en Iztacalco, Iztapalapa e incluso en el centro histórico, debido a que existían rutas interconectadas. La ciudad conservaba aún algo de ese México-Tenochtitlán que los españoles encontraron a su llegada. Los canales interconectados tenían una gran importancia para el comercio, pues las embarcaciones trasladaban toda clase de mercancías, entre éstas, el producto de las cosechas de las zonas agrícolas: hortalizas, verduras o flores. Durante la época colonial, los frailes evangelizadores impusieron los ritos del cristianismo y fijaron una fecha establecida por el calendario litúrgico para celebrar el “Viernes de Dolores”, previo a la Semana Santa, en la cual –hay que mencionarlo- no se trabajaba. El “Viernes de Dolores” representaba un encuentro entre las clases altas de la sociedad capitalina y los campesinos; los primeros en busca del abasto para una semana de “guardar” y los segundos para obtener un beneficio del fruto de sus cosechas. La fiesta se volvió típica desde que el Virrey Bernardo de Gálvez la estableció en el antiguo canal de Santa Anita en 1785, donde la verbena es también conocida como “Viernes de Amapolas” por la cantidad de flores de esta especie que se veían ese día. Por esta razón, actualmente se atribuyen más de doscientos años a la fiesta de la Flor más Bella del Ejido, ya que para algunos cronistas en esas fechas se da inicio a la festividad. En 1921, el periódico El Universal, con motivo de los festejos del centenario de la consumación de la independencia, lanza la convocatoria para la elección de “La India Bonita”. Este certamen buscaba una joven que representara la belleza indígena a nivel nacional. María Bibiana Uribe, de 16 años de edad, originaria de San Andrés Tenango, Puebla, fue elegida por reunir “todas las características de la raza: color moreno, ojos negros, estatura pequeña, manos y pies finos, cabello lacio y negro etcétera. Pertenece desde el punto de vista
racial a la raza azteca, que está extendida por diversas partes de la República, su idioma es el mexicano.”1
Lo anterior se considera un antecedente de la elección de La flor más bella del ejido por tomar en cuenta la belleza “indígena”, aunque en nuestros días nos referimos más a características mestizas, ya que difícilmente encontraremos a una mujer de “raza pura”, sobre todo en la ciudad de México. Cuando las tropas revolucionarias arriban a la capital, por evidentes razones la tradición en Santa Anita tuvo un gran deterioro. En algún momento de la historia y por la causa armada se suspendió durante un tiempo. El recuerdo de los paseos y las fiestas realizadas en los canales de Iztacalco fue lo único que quedó de aquélla maravillosa celebración. Finalizadas las luchas revolucionarias, el festejo casi se desvanece, principalmente por la degradación de la zona lacustre y el considerable descenso de las aguas del canal. Se trató de rescatar la fiesta de Santa Anita a través de concursos de arreglos florales, bailes, trajes regionales, etcétera. Destacaron las canoas floreadas y “chinas”. Sergio Cordero Espinosa, cronista de Xochimilco, explica que la fiesta conservó dichas características hasta el siglo XX y decayó por el aumento de las tasas de criminalidad, así como los excesos en el consumo de bebidas embriagantes, ya que entre los concursos existentes, había uno de bebedores de pulque; los hijos de Meyahuel hacían de las suyas después de ganar la competencia. Existieron diversos factores que restaron colorido a la verbena. Primero, en 1921, las autoridades decidieron desaparecer totalmente el cauce del canal de la Viga; al ser entubado para crear calles asfaltadas se quebrantó el sistema lacustre de la zona, aunado a esto, en 1935, se descubrió que la flor distintiva de la fiesta tenía propiedades narcóticas, ocasionando la prohibición definitiva de su cultivo, así como del colorido aportado al festejo del viernes que jamás volvió a ser de las amapolas. Después de la Revolución mexicana y la Guerra cristera, el país necesitaba retornar a la tranquilidad. En 1934, año en el que el general Lázaro Cárdenas llega a la presidencia de la República, busca reorganizar la situación del país, principalmente ordenando a las masas campesinas, obreras y populares. En 1936, se promueve el rescate de la verbena del “Viernes de Dolores” por medio de la elección de una representante de los ejidos recién 1
“Representante de la raza...”, El Universal, martes 2 de agosto de 1921, segunda sección, p.1
entregados en el Distrito Federal; una campesina que al ser elegida como La flor más bella del ejido podía ganar algún beneficio para la región que representaba. El periódico El Universal publicaría el 3 de abril de 1936 que en el marco de la celebración que “desde la época colonial constituye una fiesta típica en México en la zona del canal de Santa Anita, adquirirá, singular esplendor por iniciativa de la Dirección de Acción Cívica, que ha organizado la coronación de la „Flor más Bella del Ejido‟ que será representada por la campesina más hermosa de los ejidos que circundan al Distrito Federal.”2
El reportero del Universal, explica que: “Las fiestas de Santa Anita han estado muy ligadas a la historia del vivir de la ciudad de México y forman parte de su tradición. Según el estado espiritual y económico que reine en la metrópoli, adquieren esplendor o resultan tristes y deslucidas. El lamento entonado repetidas veces de que „la clásica fiesta desaparece‟, de que se desarraiga de nuestras costumbres: que nuestro folklore pierde una de sus notas más vivas de color es un mito. Ni las nuevas costumbres, ni la civilización mecanizando la vida han podido arrancarle al pueblo una de sus diversiones más gustadas.”3
En esos años, Luciano Kubli estaba a cargo de la Dirección General de Acción Cívica dependiente del Departamento del Distrito Federal, de la cual era regente Cosme Hinojosa. Kubli declaró para el Universal que… “Santa Anita ha sido desde los tiempos de la dominación española uno de los lugares en donde la separación de clases pierde su razón de ser y en un núcleo único abigarrado y cordial, hombres y mujeres de todas las posibilidades económicas en medio de una candidez antoja helénica, se coronan de flores, danzan y ríen… el gobierno ha creído conveniente canalizar un derroche de energía y de alegría, para que los festejos tengan mayor animación, la nota predominante será „la coronación de la reina del ejido‟ escogiendo a una joven campesina que reúna mayores dotes de belleza y simpatía.”4
2
EL UNIVERSAL. Bella Fiesta en Santa Anita, 3 de abril de 1936, segunda sección, página 3. Ibídem. 4 Ibíd. 3
En ese primer concurso, los jurados son: Luciano Kubli, Silviano Barba González (secretario de Gobernación) y Rubén Gómez Esqueda (jefe de Actividades Cívicas). Ernestina Díaz López, campesina de Iztacalco, es elegida ganadora del concurso. Le fue obsequiada una copa de plata en la que se leía la inscripción: “La flor más bella del ejido México D.F., abril 3 de 1936”; cuentan las crónicas que esta joven tenía ojos color verde. Así, la elección de La flor más bella del ejido se realizaba en un ambiente festivo que iniciaba a primeras horas del día y acababa a altas horas de la madrugada; se realizaban otros concursos como “el niño campesino sano” o la elección de chinas y charros, éstos últimos tenían una importante participación en la fiesta. Santa Anita era nuevamente el sitio de encuentro de los habitantes del corazón del país. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por hacer cada vez más lucida la fiesta, siempre existía la nota que hacía remembranza de años mejores, donde las trajineras llenas de paseantes transitaban por los canales ya perdidos. “Por 18 años consecutivos, la elección se realizó en este pueblo. En 1953, ya empezaba a darse anuncio de lo inevitable, pues La flor más bella del ejido no fue coronada en Iztacalco, sino en Xochimilco. Para 1954, la elección se realizó en el pueblo de Mixquic, donde, contrario a lo que se dice, la fiesta fue bastante animada. Excélsior publicó que: Con éxito inesperado se celebró ayer en la Plaza Principal de Mixquic la fiesta anual del viernes de Dolores y el concurso de la “Flor más Bella del Ejido” que fue presidida por el director de Acción Social señor Mauricio Magdaleno y el jefe del Departamento Agrario, ingeniero Cástulo Villaseñor. Cientos de capitalinos acudieron a esta fiesta, en la que reinó una alegría sin límites, no obstante que en años anteriores se había celebrado en Santa Anita, sitio más próximo a la ciudad.”
El Universal publicaría: “Las tradicionales fiestas del Viernes de Dolores, tuvieron ayer un escenario más apropiado: el risueño pueblecito de Mixquic, en la Delegación Tláhuac. Santa Anita ha perdido ya por completo su ambiente. Ya es un barrio de la ciudad de México, y la fiesta se celebraba cada año en una plazoleta de cortas dimensiones, sin ningún atractivo. Fue por esto que la Dirección General de Acción Social, deseando que no desaparezcan las fiestas populares, determinó que para lo sucesivo la feria se realice
en Mixquic, donde hay un ambiente campirano y se conservan las chinampas llenas de flores y verduras.”
Para el siguiente año, la elección de La flor más bella del ejido se traslada a Xochimilco. Mientras la festividad se desarrollaba por segundo año lejos de la tierra que la vio nacer. En Santa Anita, los vecinos estuvieron “en pie, entusiastas y optimistas, tratando que esta fecha no fuera arrancada del calendario de sus más caros afectos.” 5 La idea de elegir a una joven campesina en “Viernes de Dolores” fue impulsada por la Dirección de Acción Social dependiente del Departamento del Distrito Federal (DDF). El concurso, trasladado al antojo de las autoridades, no podía desarraigar la tradición del pueblo de Santa Anita de realizar anualmente la fiesta como se había hecho desde 1785, cuando el virrey Bernardo de Gálvez traslada a dicha localidad aquella vendimia. Por iniciativa de habitantes de la comunidad se sigue haciendo una verbena, pero no sólo eso, también una elección local de una Reina de la primavera con características extremadamente similares (sino es que iguales) al concurso de la “Flor más bella del ejido” de los años cuarenta. A lo largo de 74 años, la elección de La flor más bella del ejido ha tenido múltiples transformaciones. Una de las más importantes la tomó en Xochimilco, donde las candidatas tienen la oportunidad de expresar sus ideas (en últimos años los temas que se abarcan son tradiciones, mujeres célebres, ecología, juventud y la delegación a la que se representa), lo que habla de un nuevo rol de las mujeres con el paso de los años. Además se han agregado detalles, como el de que las jóvenes porten el nombre de una flor. Desde los años ochenta se atribuyen antecedentes prehispánicos a la elección de la Flor más bella del ejido. Desde mi perspectiva, el principal vínculo tangible con la cosmogonía antigua es el traje del altiplano central mexicano que portan las candidatas a “flor” y que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad de México: la blusa bordada, chincuete, tochómitl, faja de labor, ataderos y, por supuesto, el rebozo, son el reflejo de la evolución de los textiles y las prendas utilizadas en la zona. Además de la importancia histórica y cultural ¿cuál sería la justificación para preservar y dar a conocer el certamen de La Flor más Bella del Ejido? En mi opinión, los lazos que se crean entre participantes y ganadoras del certamen impulsan a las jóvenes a conocer su 5
En Típica Fiesta, Coronaron a la Guapa Reina del Ejido. Novedades, sábado 2 de abril de 1955, continuación de la primera sección, columnas 1-3.
ciudad y las tradiciones que aún se conservan en la misma, es una manera de crear conciencia y arraigar una identidad a la juventud del siglo XXI. En muchas de las candidatas nace la inquietud de realmente conocer y preservar de alguna manera ese patrimonio cultural, tanto tangible como intangible. Actualmente la participación en el certamen se encuentra en una crisis en la que cada vez menos jóvenes se inscriben en dicha celebración, generalmente porque se desconoce la esencia del evento. Lo anterior es causado muchas veces por falta de recursos o apatía de las autoridades que organizan la fiesta. En la última década del siglo XX e inicios del XXI, es evidente la falta de difusión del certamen (que no de la feria alrededor de la misma). Cada vez es más difícil encontrar alguna nota referente en los periódicos de circulación nacional. En algún momento de su historia, el certamen de La flor más bella del ejido obtuvo cualidades que probablemente en 1936 no concibieron. Las participantes en este concurso ya no son elegidas únicamente por su apariencia. Más de una joven guarda como premio conocer sus capacidades, vencer sus miedos de hablar en público, valorarse por el simple hecho de ser mujer. El concurso va más allá de la belleza superficial o la interior, se trata de un foro en el que la mujer, habitante de la ciudad, demuestra que desea conocer su pasado para entender su presente. En 55 años se ha creado la imagen de ser una fiesta exclusiva de Xochimilco, por lo que muchas jóvenes ni siquiera leen la convocatoria. Hasta 2010 participan 12 de las 16 delegaciones políticas de la ciudad, lo que representa mucho talento en potencia que queda fuera por ignorar la esencia del evento. La festividad originada en Iztacalco y realizada en Xochimilco desde 1955 requiere de algo más que el interés transitorio de las autoridades que cambian cada tres años, es necesaria la creación de una asociación civil gestionada por las mismas flores que han participado en el certamen o ganado el título de “Flor más bella”. Es importante tomar en cuenta la opinión de estas mujeres que, con o sin apoyo delegacional, buscan difundir la fiesta en toda la ciudad; principalmente en lo que respecta a la elección de la nueva embajadora. Con esta inclusión se aportaría mayor legitimidad al nombramiento. Existe un fuerte interés por regresar el sentido de “embajadoras culturales del Distrito Federal”, donde las “flores” puedan expresarse en los eventos que las requieran y dejar de ser sólo acompañantes de las autoridades; ser representantes activas de la preservación y difusión del patrimonio cultural tangible e intangible de la ciudad.
El trabajo de las mujeres que buscan proyectar los aspectos positivos de la fiesta, aunados al apoyo coordinado de las autoridades del gobierno del Distrito Federal y jefaturas delegacionales, pueden aportar una mayor participación en el concurso, lo que derivaría en un intercambio cultural entre demarcaciones, además de proveer nuevos aires a esta tradición de la Ciudad que merece ser conocida, difundida y revalorada por todos los habitantes de nuestra metrópoli.
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Miguel テ]gel Alemテ。n Torres
Tradiciones lacustres en el Distrito Federal
Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamテゥrica 27 de octubre de 2010
Palacio de la Escuela de Medicina
La vida cotidiana en el agua Desde la época prehispánica, los habitantes de la cuenca de México tuvieron estrecha relación con el agua. En ella basaban su alimentación, su producción agrícola y acostumbraban realizar ritos a las deidades del agua, no sólo de los canales, sino también de las montañas, de donde brotaban ojos de agua. Vivían con cierto equilibrio ambiental protegiendo su entorno de la manera más sustentable posible. Con la llegada de los europeos, éstos no fueron consientes de la importancia de los elementos lacustres y comenzó el desequilibrio ambiental, ganando terreno al agua para que la ciudad empezara su crecimiento hasta ser la megalópolis en la que vivimos hoy. Sin embargo, se tiene el registro de algunas formas de vida cotidiana y ritual que tuvieron que ver estrechamente con el agua, algunas otras se siguen llevando a cabo en la actualidad, por lo que se hará una breve semblanza de algunas de ellas para reflexionar sobre la dramática pérdida de identidad lacustre en el Distrito Federal.
Pesca con la Virgen de los Dolores de Xaltocán Ocho días previos al miércoles de ceniza, los habitantes del barrio de San Esteban, en Xochimilco, acostumbran ir de pesca al canal de Apatlaco. Llevan una imagen de la Virgen de los Dolores en procesión, que en esos días está de fiesta, y la colocan en una chinampa mientras realizan la pesca. Todos los peces recabados se preparan el miércoles de ceniza y se ofrecen a la gente de Xochimilco que acostumbra ir a venerar al Señor del Sacromonte de Amecameca y tomar ceniza. Esta tradición nos deja ver cómo la comida es parte de los festejos rituales y base de la alimentación de los pueblos lacustres.
Michmole La palabra michmole parece ser una corrupción de michimolli, de michin, pescado, y molli, guisado.1 Este platillo se realizaba en muchos pueblos de la
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Ana Graciela Bedolla, La comida en el medio lacustre. Culhuacán, Fideicomiso del Fondo de Participación Ciudadana para el Desarrollo Social en Iztapalapa-UAM Iztapalapa-INAH, México, 1990, p. 192.
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zona lacustre. Sin embargo, en donde se sigue cocinando es en Mixquic. Algunos de los ingredientes originales que lleva son: carpas, charales, acociles, ajolotes y ranas. Se prepara principalmente en fiestas: XV años, bautizos, bodas, etcétera. Se acostumbra servirlo en “la correteada”, que corresponde al último día de la celebración, ya que en el pueblo las fiestas duran más de un día y el término es una forma cortés de correr a los invitados dándose éstos por enterados que ya no habrá más que comer o beber. También se acostumbra ofrecerlo a los nueve días de un fallecimiento, durante la fiesta patronal de San Andrés Apóstol y el último día del Jubileo. Antes, todos los ingredientes se conseguían en la región, ahora algunos sólo se adquieren en la central de abastos. Este platillo también nos demuestra cómo la comida de la región se utiliza en momentos rituales.
Los paseos de Santa Anita El Canal de la Viga fue muy importante durante la época colonial y hasta principios del siglo XX; además de su importancia económica, también conllevó muchos elementos culturales y naturales de gran relevancia, ya que se le consideraba como un paisaje paradisiaco donde se realizaban actividades de esparcimiento como el juego, las fiestas, las ceremonias y ritos cuyas representaciones y usos del territorio quedaron registrados en la memoria colectiva de las poblaciones ribereñas. Tanta fue su importancia, que con la llegada del cinematógrafo a México en 1896, el Canal de la Viga fue uno de los primeros paisajes captados por los ayudantes de los hermanos Lumière2. En 1890 Porfirio Díaz inaugura el viaje en vapor desde Iztacalco a Chalco, lo cual demuestra su gran auge, mientras que el canal era el vínculo que unía a los pueblos lacustres con la ciudad de México para la venta de sus hortalizas en el mercado de Jamaica 3. Era un paseo predilecto por todas las clases sociales, hasta que poco a poco fue decayendo por varios motivos, entre ellos, la llegada del tranvía y los nuevos medios de comunicación, la contaminación y la desecación del canal. 2
Juan Felipe Leal, Anales del cine en México, 1895-1911, Voyeur, 2003, p. 46. Araceli Peralta Flores, “El Canal de la Viga”, en Boletín Oficial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Abril-Junio de 1999, INAH, p. 6. 3
3
Viernes de Dolores Es considerado como el inicio de la Semana Santa. Tuvo mucha importancia en lo que fue la acequia real. Originalmente, asistían los representantes de la sociedad novohispana y, con el tiempo, este festejo se convirtió en popular, porque se reunían desde los carruajes más elegantes hasta la gente más humilde del pueblo. El Viernes de Dolores es descrito por Antonio García Cubas de la siguiente manera: “Llegaba, en fin, el tan esperado Viernes de Dolores, día de grande animación en la Capital, tanto por ser el onomástico de innumerables personas, pobres y ricas, como por ser el señalado para conmemorar los sufrimientos de la Santísima Virgen…El canal se hallaba completamente invadido por canoas que habían llegado para ofrecer a los habitantes de la Capital las variadas producciones de las chinampas de Santa Anita, San Juanico e Ixtacalco, consistentes en abundante hortaliza y en profusión de flores.”4
Esta tradición fue utilizada para revivir las ancestrales raíces indígenas, ya que los antiguos mexicas hacían la elección de jóvenes con atributos, tanto físicos como espirituales, para ofrecerlos en sacrificio a los dioses. Se realizaba un concurso en el que participaban jóvenes indígenas provenientes de algún ejido del Distrito Federal. El primer concurso fue realizado en 1936, por decreto de Lázaro Cárdenas, como concurso de “La flor más bella del ejido”. Tuvo mucho éxito hasta que el canal se secó. En 1953 el concurso se llevó a cabo por última vez en el pueblo de Santa Anita.
Flor más bella del ejido en Xochimilco No se hizo esperar el reclamo de los habitantes de Santa Anita por el despojo de una de sus fiestas predilectas, como lo atestigua una nota periodística publicada en El Universal, en 1957, cuyo encabezado era: “Xochimilco robó su fiesta a los de 4
Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos, Editorial Patria, 1945, p. 320.
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Santa Anita”. Los habitantes de Santa Anita se quejaron amargamente de este despojo y pidieron a las autoridades que los ayudasen a recuperarla, en vista de que representaba una importante fuente de ingresos para este lugar. A pesar de que no pudieron recuperarla, siguen festejando el Viernes de Dolores con concursos de atole, tamales y aguas frescas, además de bailes populares. En Xochimilco se lleva a cabo la semifinal del certamen en la laguna de Tlilac y la final, junto con el concurso de canoas alegóricas en Nativitas; además se realiza una muestra gastronómica y el concurso del capullo de primavera.
Sábado de Gloria en la laguna de Tezhuilo Durante sábado de gloria, es habitual que la gente acostumbre mojarse. En la laguna de Tezhuilo los habitantes de los barrios de Xochimilco, principalmente del de La Santísima Trinidad acostumbra ir a nadar y hacen un día de campo, también queman judas monumentales que ellos mismos elaboran con meses de anticipación y se queman toritos dentro de las chinampas.
Sábado de Gloria en manantiales En diversos manantiales como de San Luis Tlaxialtemalco, Nativitas o San Juan Ixtayopan, entre otros, la gente acostumbraba ir a nadar el sábado de gloria. Costumbre que se perdió al secarse el agua.
Domingo de Pascuas Siguiendo con el calendario ritual, el domingo de resurrección es considerado como el inicio de las pascuas, es decir, de los primeros pasos de Jesucristo resucitado, por lo que la gente acostumbra celebrar con flores y agua. En San Andrés Mixquic acostumbran llevar trajineras al atrio de la iglesia y adornarlas con flores, las llenan con agua y les arrojan pétalos de rosa. Dichas canoas son bendecidas por el padre el sábado a las 12 de la noche celebrando la resurrección de Jesús, y el domingo después de misa la gente lleva sus botes
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para que les regalen el agua de las canoas, mucha gente comenta que esa agua la utiliza para bendecir sus chinampas y sus casas.
Lunes de amapolas En Xochimilco hubo muchos cultivos de amapola, una flor muy bella. Cuentan que el lunes de pascuas, en la parroquia de San Bernardino de Siena, desde el coro aventaban pétalos de amapola sobre los feligreses; era una lluvia de pétalos que hacían un gran tapete florido en el suelo. Y las fuentes de las plazuelas estaban llenas de agua con pétalos de amapola con bastantes kilos de semilla de chía. En los barrios donde no había fuentes, llevaban trajineras llenas de agua con semillas de chía. En la plazuela del barrio de San Cristóbal se hacía una gran kermés y baile popular al que acudían de todos los barrios de Xochimilco 5. En 1939 se prohibió el cultivo de amapolas, pero en el barrio de San Cristóbal, hasta la fecha se sigue recordando el Lunes de las amapolas con una pequeña feria, puestos de antojitos y baile popular.
Martes de las amapolas En la parroquia de San Matías se acostumbra que cada uno de los barrios de Iztacalco ponga una pequeña capilla con su santo patrón, y en cada una de ellas se colocan portadas de flores, sopa, semillas, juguetes, dulces, entre otras cosas. Posteriormente se lleva a cabo una procesión con el Santísimo, que recorre todas las capillas mientras que desde arriba avientan pétalos de rosa. Antes eran amapolas, pero desde la prohibición en 1939 dejó de llevarse a cabo de esta manera; sin embargo, los habitantes lo siguen llamando “martes de amapolas”.
3 de mayo en el Tulmiac El Tulmiac es un manantial que se encuentra en la zona de montes comunales de Milpa Alta que abasteció por mucho tiempo del vital líquido a la Delegación. El manantial se ha convertido en un símbolo de identidad para los pueblos de Milpa 5
Rodolfo Cordero López, Xochimilco. Tradiciones y costumbres, CONACULTA, 2001, p. 79.
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Alta. Tanto, que el 3 de mayo los habitantes de San Salvador Cuauhtenco van a celebrar el inicio de las labores agrícolas. Desde temprano salen las familias en sus camionetas hacia el Tulmiac; muchas llevan todo lo necesario para un día de campo. Se establecen puestos de comida y los niños se meten a nadar al manantial. Al mediodía se celebra una misa en la cual se bendicen las cruces de madera que la gente lleva adornadas con flores. Por la tarde se lleva a cabo un jaripeo, peleas de gallos, carreras de caballos y todo el día de tiran cohetes que rezumban con eco en todo el bosque. La mayoría de la gente viene de San Salvador Cuauhtenco, aunque también llegan de Santa Cecilia Tepetlapa, San Miguel Topilejo, San Francisco Tlalnepantla y Parres. Hasta altas horas de la noche la gente regresa en sus camionetas y caballos a su respectivo pueblo después de haber celebrado el inicio del ciclo agrícola.
San Juan Bautista en Xochimilco Las festividades de San Juan Bautista, quien tiene cercana relación con el agua, coinciden con el calendario prehispánico en la festividad a Tláloc, por lo que muchos lugares en donde había adoratorios a Tláloc fueron sustituidos por un templo dedicado a San Juan Bautista, en el barrio de San Juan, en Xochimilco existen piedras labradas con la imagen de esta deidad prehispánica y en la fiesta de San Juan llegan danzantes que instalan ofrendas y danzan en honor a San Juan Bautista, lo cual demuestra el sincretismo que se tiene entre estas dos imágenes de culturas distintas. Y lo curioso es que cada 24 de junio, día de San Juan, llueve.
San Juan Bautista en Tláhuac De manera similar ocurre en el pueblo de San Juan Ixtayopan, en donde adornan dos imágenes de san Juan Bautista con elotes, chiles, aguacates, de las primeras cosechas de su tierra, sacan las imágenes en procesión por las calles del pueblo para dar gracias por las buenas cosechas. Lo que nos demuestra la relación entre las imágenes religiosas y los cultivos agrícolas.
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San Juan Bautista en Iztapalapa Ocurre lo mismo en el poblado de San Juanico Nextipac, cuya imagen adornan con elotes y hortalizas y es sacado en procesión por las calles del pueblo. Cabe destacar que dicho pueblo está ubicado en la orilla de lo que fue el Canal de la Viga, lo cual demuestra la relación con el elemento agua y la imagen de San Juan.
San Pedro Apóstol Esta fiesta también tiene mucha relación con los elementos agrícolas. El 21 de junio se realiza una procesión con la imagen de San Pedro en una anda con ruedas adornada con cañas de maíz y techo de carrizo y acompañada por varios niños caracterizados como personajes religiosos; recorre las principales calles del pueblo y la gente arroja pétalos de flores a su paso. Muchas familias colocan altares en la puerta de su hogar con imágenes religiosas y hortalizas. El día 28, la imagen peregrina de San Pedro es llevada hasta el embarcadero del barrio de Santa Ana, en donde la espera una canoa ornamentada con flores y hortalizas a la que suben también las reinas de la festividad. Mucha gente los acompaña por los canales en canoas, también adornadas con hortalizas. Se bendicen las chinampas, los cultivos y el lago de Los Reyes mientras el rezandero entona cánticos religiosos y se queman cohetes y canastillas de luces. Por la noche, la procesión arriba al embarcadero de Los Reyes en donde los esperan más vecinos y un grupo de mariachis; la imagen se lleva en un anda de flores de regreso a la parroquia. Las flores y hortalizas se entregan a los vecinos para que las depositen en el altar mayor, en donde los esperan más feligreses para cantarle serenata.
San Cristóbal
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El 25 de julio los habitantes del barrio de San Cristóbal Xalan, en Xochimilco, realizan una procesión con su imagen peregrina por los canales pertenecientes al barrio. Algunos habitantes mencionan que lo sacan para que bendiga los canales, durante el trayecto van cantando mariachis y norteños, y después lo llevan por las calles del barrio.
Tularco Los dos últimos domingos de julio los habitantes del barrio de Caltongo acostumbran llevar una manda al barrio de Santa Crucita, para el cual elaboran una portada hecha de tule que representa una chinampa en plena producción de hortalizas y flores. Para la elaboración del Tularco se organizan de manera colectiva. Un sábado antes van a cortar el tule a los canales, todos se meten al agua a nadar y se realiza un día de campo, el domingo por la mañana todos trabajan en su elaboración, mientras que los mayordomos regalan tamales y atole a todos los presentes, al mediodía llevan el Tularco junto con música de banda hacia la capilla de Santa Crucita y la cuelgan en la portada. Dicha manda representa lazos de unión entre los dos barrios además de contener un fuerte sentido agrícola.
A manera de conclusión Hemos visto algunas de las fiestas que aun se realizan en lo que queda del entorno lacustre del Distrito Federal, algunas otras fiestas las hemos mencionado como parte de la historia. Estamos en ese proceso en el que las tradiciones se pueden consolidar o se pueden perder, según el arraigo que se les tenga y la participación de la población para que sigan realizándose, todo aunado a otro elemento más: la modernidad. Hoy en día vivimos en un entorno caótico en el que las áreas naturales se van perdiendo a pasos muy acelerados y con ello las formas de vida cotidiana, así como los ciclos rituales. Hace 100 años se inauguró la ruta de transporte de Xochimilco a la ciudad de México, lo cual desplazó a los medios de transporte lacustres para trasladar los productos agrícolas de los pueblos chinamperos a la ciudad. Esto llevó a que
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la desecación de los canales se diera de manera más rápida, además de la fuerte contaminación que desembocó en focos de infección. Con todo esto, y junto con las ideas de modernidad de mediados de siglo XX, el Canal de la Viga se pavimentó, poniendo como fin a la tradición del Viernes de Dolores en Santa Anita. Hoy, 100 años después de que se inauguró el tranvía de Xochimilco a la ciudad de México, se está construyendo la línea 12 del metro, lo cual conllevará muchas consecuencias de índole ambiental, urbano, económico, social y cultural, ya que la población va a crecer y los terrenos agrícolas tenderán a urbanizarse, esto conlleva a nuevos vecinos, nuevas formas de vida y conjunción de nuevos elementos culturales. La construcción del metro es un hecho; ahora sólo queda la lucha por conservar la identidad lacustre y las tradiciones en una sociedad donde la modernidad y la tradición puedan sobrellevarse. Queremos seguir viviendo estas tradiciones, no queremos que se queden en la nostalgia o en los libros de historia.
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Una propuesta para la salvaguarda del pulque, patrimonio cultural intangible en riesgo Luis Etelberto San Juan Molina
1. Definición de patrimonio cultural intangible o inmaterial La noción de patrimonio se asocia a la idea de herencia, al constituir un bien que es transmitido de generación en generación, lo que implica la responsabilidad de los jóvenes en la preservación de los bienes heredados. En materia de patrimonio cultural, los bienes que se heredan pueden ser objetos materiales y documentos, así como ideas, testimonios, conocimientos, valores, costumbres. Es decir, pueden ser materiales o inmateriales. El patrimonio que se transmite a través de las generaciones en una sociedad es de carácter cultural, al estar integrado por bienes perdurables cuya vigencia prevalece a través del tiempo y posee un significado especial para la sociedad, al formar parte de sus creencias, tradiciones e identidad. ―El patrimonio cultural, tangible e intangible, es la piedra de toque en toda construcción de sociedades e identidades".
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El patrimonio cultural tiene tres modalidades: histórico, monumental y artístico. Las tres se componen de elementos tangibles e intangibles. El patrimonio intangible "Constituye un elemento de apropiación social cuya autoría en ocasiones es anónima y a ella se añaden elementos que dependen de la creatividad de sus portadores o divulgadores (...) y puede asimismo transmitirse desde tiempo ancestral".
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La historia oral, los conocimientos tradicionales y la creación de cultura material, son manifestaciones de la cultura viva que favorecen la creatividad, la identidad y la diversidad cultural de las comunidades, al dinamizarlas y contribuir a su constante evolución, ya que el patrimonio cultural se vincula 1
ARIZPE, Lourdes. (2006). "Los debates internacionales en torno al patrimonio cultural inmaterial". En Cuicuilco, septiembre-diciembre, año/vol. 13, número 038, Escuela Nacional de Antropología e Historia. México, p. 14. 2 MACHUCA RAMÍREZ, Jesús Antonio. "El carácter integral del patrimonio cultural". En VÁZQUEZ VALLE, Irene y GARCÍA SOTO, Narciso Mario (coords.) (2006). El Patrimonio Intangible. Investigaciones recientes y propuestas para su conservación. México: INAH, p. 93.
2 cercanamente con las prácticas vitales de las comunidades, en aspectos sociales, políticos, culturales y económicos. ―A diferencia de la cultura monumental, el patrimonio intangible suele ser dinámico y evoluciona de manera constante debido a su estrecha relación con las prácticas propias de la vida de las comunidades.‖
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Por consiguiente, las expresiones culturales son
maleables y pueden tener aplicaciones en la vida actual, incluso fuera del contexto en donde se producen. Así, las sociedades se caracterizan y forjan su identidad frente a la globalización y el desarrollo al estilo occidental, tendencias que propenden hacia la disolución de las fronteras culturales y de las diferencias que definen identidades, por lo que la globalización y el desarrollo pueden ser una amenaza potencial contra el patrimonio cultural. La UNESCO es la principal institución a nivel mundial encargada de orientar a los estados miembro de la ONU en la protección del patrimonio cultural, tangible e intangible. En especial desde los años noventa ha aumentado el interés por definir la noción de patrimonio intangible y precisar las formas de su protección. En el texto de la Convención sobre la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (París, 2003), se define el patrimonio cultural inmaterial como ―los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.‖ 4
De acuerdo con el mismo documento, las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial son las siguientes:
a) Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial. 3
AIKAWA, Noriko. ―Patrimonio cultural intangible: nuevos planteamientos respecto a su salvaguardia‖. Departamento de Patrimonio Intangible, UNESCO. Disponible en: http://132.248.35.1/cultura/informe/informe%20mund2/PATRIMONIO.htm (Consultado el 20 de julio de 2010). 4 UNESCO. Convención sobre la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París, 17 de octubre de 2003.
3 b) Artes del espectáculo. c) Usos sociales, rituales y actos festivos. d) Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. e) Técnicas artesanales tradicionales.
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El patrimonio cultural es recreado constantemente por las comunidades y grupos de acuerdo con su historia y su interacción con la naturaleza y el entorno. Por ello, este patrimonio contribuye a la formación de la identidad y del sentimiento de continuidad de las sociedades en donde se produce, enriquece la diversidad cultural y la creatividad humana, de modo que el patrimonio es un factor que favorece el desarrollo sostenible. Un factor que tiene incidencias en el patrimonio es la globalización que, de acuerdo con Néstor García Canclini, ―(...) puede ser vista como un conjunto de estrategias desplegadas para realizar la hegemonía de macroempresas industriales, corporaciones financieras, majors del cine, la televisión, la música y la informática, a fin de apropiarse de los recursos naturales y culturales, del trabajo, el ocio y el dinero de los países pobres, subordinándolos a la explotación concentrada con que esos actores reordenaron el mundo en la segunda mitad del siglo XX‖.
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Por su parte, la globalización y los cambios en las tecnologías de la información y en los medios de transporte son factores que propician el diálogo entre las comunidades. Un mundo marcado por la interactividad y la multiplicidad de culturas ofrece una gran riqueza de opciones frente a la localidad. La diversidad cultural propia de un mundo globalizado influye la renovación de las tradiciones, así como la configuración de las identidades. Pero por otro lado, pueden representar un peligro para el patrimonio cultural inmaterial propio de cada sociedad pues, al homogeneizarse la cultura, este patrimonio está riesgo de desaparecer o de ser vulnerado, además de que los recursos para su salvaguarda suelen ser escasos, lo que hace apremiante la protección del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
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Ídem GARCÍA CANCLINI, Néstor. ―Globalizarnos o defender la identidad. ¿Cómo salir de esta opción?‖. En La globalización imaginada. Paidós. Buenos Aires. (En prensa), p. 10. Disponible en: http://www.nuevasoc.org.ve/n163/ensayo.htm (consultado el 20 de septiembre de 2010). 6
4 En este contexto, de acuerdo con Lourdes Arizpe, las políticas culturales deben permitir que "individuos y sociedades dispongan las condiciones que les permitan asumir, reafirmar y negociar su ubicación dentro de la nueva ‗cosmópolis‘ cultural mundial".
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Para la UNESCO, las comunidades, sobre todo las indígenas, los grupos y los individuos que contribuyen a la vitalidad de la cultura y de la tradición, s on elementos esenciales para producir, conservar, mantener y recrear el patrimonio cultural inmaterial en aspectos de lengua, tradición oral, saberes tradicionales, arte, sistemas de valores, así como la creación de la cultura material. Es decir, el patrimonio cultural favorece la creatividad, la diversidad y la identidad cultural, en el marco de la dinámica cultural en las sociedades actuales y de la identidad étnica, que se refuerza tanto por la historia y valores espirituales que se consideran genuinos. ―Resulta innegable que la defensa del patrimonio propio de cada comunidad puede actuar, hoy más que nunca, como reafirmación de las identidades frente al empuje del uniformismo cultural: la puesta en valor de las costumbres, la gastronomía, la arquitectura, los rituales, las técnicas, las artes, las expresiones y demás elementos componentes de cada cultura, se convierten en referencias identitarias ineludibles."
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De ahí la necesidad de proteger y difundir las formas que reviste la expresión de las culturas, que enriquece la diversidad, toda vez que el patrimonio intangible es un detonante de la creatividad, además de ser cultura, por lo que debe apoyarse el sistema completo como una entidad viviente, más que como una colección de "artefactos intangibles". 9 Para la protección del patrimonio cultural intangible, existen dos propuestas:
a) Su transformación en una forma tangible. 7
ARIZPE, Lourdes. Op. cit., p. 20 FERNÁNDEZ DE PAZ, Esther. (2006). "De tesoro ilustrado a recurso turístico: el cambiante significado del patrimonio cultural." En Pasos. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. Vol. 4, Nº 1, España, p. 6. 9 Víd. KIRSHENBLATT-GIMBLETT, Barbara. (2004). ―Intangible Heritage as Metacultural Production. En Museum International, no. 221-222 (vol. 56, no. 1-2) EEUU. 8
5 b) Conservarlo vivo, dentro de su ámbito original.
En la primera, la transformación del patrimonio intangible en una forma tangible supone efectuar labores para documentar, registrar y archivar dicho patrimonio, a fin de fijarlo y perpetuarlo. Un ejemplo, consiste en el registro de la tradición oral para plasmarla por escrito o en archivos de audio. La segunda postura propone mantener vigentes las expresiones culturales inmateriales a través de su revitalización y la transmisión intergeneracional; esto supone reconocer y apoyar a las personas que conservan, cultivan, transmiten, utilizan y crean dicho patrimonio. Lo anterior permite la preservación del patrimonio, así como la mejora de las habilidades de sus custodios. La UNESCO se ha decantado por la segunda postura, sin descartar las posibilidades
ofrecidas
por
la documentación y la investigación. Por
consiguiente, la tendencia actual en la protección del patrimonio consiste en el apoyo a los guardianes y creadores del patrimonio cultural inmaterial, lo que se refiere tanto a los individuos como a los pueblos y comunidades que generan y reproducen diversas formas culturales en sus ámbitos originales. La forma en que se propone revitalizar las culturas populares tradicionales, es mediante incentivos para los grupos culturales, comunidades locales y especialistas en cultura inmaterial. Estos incentivos pueden consistir en reconocimientos oficiales, protección jurídica, apoyos financieros y fiscales, entre otros. También propone que la cultura inmaterial sea un tema de estudio en planes educativos, o bien, objeto de concursos y festivales. En este sentido, la participación de las sociedades civiles en la preservación de este tipo de patrimonio puede ser de gran ayuda, toda vez que la cultura intangible
forma parte del patrimonio
nacional de los distintos países. En el plano nacional, los esfuerzos que un Estado puede emprender para salvaguardar la herencia cultural intangible presente en su territorio, deben partir del concepto internacionalmente convenido sobre el patrimonio, los inventarios culturales, la política cultural, la documentación, los archivos, institutos de investigación, entre otros. Es decir, la salvaguarda precisa de habilidades muy especializadas. La función de la UNESCO es el liderazgo y la guía de los países miembro, a fin de lograr acuerdos y cooperación a nivel internacional, con la
6 participación de representantes nacionales y expertos, para construir un consenso en el contexto de un proceso de deliberación, de compromiso y reporte de actividades, de donde resultan acuerdos, recomendaciones, resoluciones
y
provisiones,
de
los
cuales
se desprenden
derechos,
obligaciones, propuestas normativas e instrumentos multilaterales para el establecimiento de comités, mismos que hacen recomendaciones y examinan los requisitos para la inscripción en las listas. Las recomendaciones operan en los niveles nacional e internacional. Los estados parte definen e identifican los valores culturales en sus territorios, mediante la creación de inventarios y la formulación de políticas sobre patrimonio. Se espera que los gobiernos establezcan instituciones que apoyen la documentación de los valores culturales y hagan una investigación sobre la mejor forma de salvaguardarlos, además de formar y capacitar profesionales en el manejo de este tipo de patrimonio. El patrimonio cultural es importante porque favorece la cohesión social y territorial. Es además un recurso que propicia la educación, la ciencia y la economía, por lo que puede ayudar al desarrollo y la transformación de las sociedades en un ambiente de diálogo y respeto.
1.1. Patrimonio cultural y creatividad Frente a la actual tendencia a la disolución de las fronteras culturales, cabe la adaptación a lo nuevo y la transformación de lo real sin perder de vista las tradiciones, los caminos andados por los antepasados. En la adaptación y la transformación, la creatividad juega un papel fundamental, pues permite tanto producir nuevas formas u objetos, como resolver problemas de todo tipo. La creatividad es una cualidad distintiva del ser humano, que le permite generar cultura a partir de la naturaleza, mediante creaciones que, al ser humanas, son artificiales. La creatividad se aplica a todos aquellos ámbitos de la vida humana que representen un problema o una necesidad de cambio, por lo que se trata de una respuesta novedosa, adecuada, útil y valiosa gracias a su capacidad de respuesta a un problema en concreto. Por lo tanto, la creatividad puede entenderse como una forma de cambio, en forma adaptativa y progresiva, al
7 "(...) introducir aspectos novedosos en los campos donde desplegamos nuestra inteligencia, pero siempre sobre una base de estabilidad sólida y conocimiento validado socialmente porque, a falta de un criterio mejor, el consenso social resulta imprescindible". 10
Es decir, la creación significa la invención de posibilidades, a partir de los proyectos y objetivos del ser que crea. Se trata de un proceso continuo, pues siempre pueden producirse combinaciones nuevas de elementos, que inciden en la transformación de la vida cotidiana. La creatividad tiene una aplicación práctica y contribuye a que la experiencia cotidiana sea más agradable. Se vincula al aprendizaje y al esfuerzo y, si bien puede surgir del individuo, se constituye en una fuerza social cuando integra la participación colectiva. El patrimonio cultural inmaterial implica creatividad, ya que se construye mediante creaciones basadas en las tradiciones propias de cada comunidad cultural. Estas creaciones –en forma de lenguaje, literatura, música, danza, juegos, mitología, rituales, costumbres, artesanías, arquitectura, gastronomía y otras artes— son expresadas por individuos o grupos y reflejan su identidad cultural y social, además de manifestar sus expectativas.
2. El pulque A los productos de la invención y creatividad humanas, especialmente los generados en sociedades tradicionales, se les suele atribuir un origen mítico, lo que supone la intervención de dioses o héroes en las creaciones culturales. Tal es el caso del pulque, que se define como "(...) una bebida tradicional mexicana que se obtiene por la fermentación de la savia azucarada conocida como aguamiel obtenida a partir de diferentes especies de maguey (Agave americana, A. atrovirens, A. feroz, A. mapisaga, A. salmiana). Esta bebida es consumida por poblaciones indígenas y mestizas de muchas regiones del país, particularmente en las
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VECINA JIMÉNEZ, María Luisa. "Creatividad". En Papeles del Psicólogo, enero-abril, año/vol. 27, número 001. Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, España, Madrid. p. 32.
8 áreas de la meseta central. Se caracteriza por ser una bebida alcohólica, blanca, con olor fuerte y viscosa".
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Los mitos de origen del pulque tienen por protagonistas a las deidades Mayahuel, su esposo Patécatl, sus hijos los Centzon Totochtli (en especial Ome Tochtli), y el dios civilizador Quetzalcóatl, en su advocación de Ehécatl, dios del viento. Se consideraba a Mayahuel como diosa de la planta agavácea llamada maguey y, por asociación, también regía la embriaguez. Habitante del firmamento, Mayahuel era una Tzitzimime, nieta de Tzitzímitl, divinidad de las estrellas y el cielo nocturno. Quetzalcóatl Ehécatl ascendió al cielo y enamoró a Mayahuel. La convenció de bajar a la tierra, en donde se unieron adquiriendo la forma de las ramas entrelazadas de un árbol. Cuando la Tzitzimitl se percató de la ausencia de Mayahuel, descendió a la tierra con las demás estrellas; encontró el árbol que ocultaba a los amantes y destruyó la rama en que se había transformado Mayahuel, misma que fue devorada por sus hermanas las Tzitzimime, mientras Quetzalcóatl no sufrió daño alguno. Existen dos versiones sobre lo que ocurrió después. En una, Quetzalcóatl inhumó los restos de su amante; según la otra, los cremó. De los despojos de la diosa surgió la planta del maguey, forma terrestre en la cual Mayahuel continuó su existencia sagrada. Otra modalidad del mito señala que Mayahuel tenía por consorte a Patécatl, dios asociado a ciertas plantas que se empleaban en la fermentación del aguamiel. La pareja tenía por hijos a los Centzon Totochtli. Aquí aparece un interesante elemento simbólico, puesto que en náhuatl la palabra ―centzon‖, equivalente al número cuatrocientos, también se utiliza para referirse a lo innumerable; es decir, los cuatrocientos o innumerables hijos de Mayahuel y Patécatl, representan las incontables variantes de la embriaguez, una de las cuales es la producida por el pulque, el cual era repres entado por Ome Tochtli, uno de cuyos santuarios se ubica en la cima del cerro del Tepozteco, en Tepoztlán, Morelos.
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CERVANTES-CONTRERAS, Mario, PEDROZA-RODRÍGUEZ, Aura Marina. (2007). "El pulque: características microbiológicas y contenido alcohólico mediante espectroscopia Raman. En: Nova, julio-diciembre, año/vol. 5, número 008, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. Colombia, p. 136.
9 Continuando con el simbolismo del pensamiento náhuatl, los conejos representan a la luna (como lo indica la leyenda de que puede verse un c onejo en la luna llena), y a este astro se le atribuye el dominio simbólico del agua y de la embriaguez. En tanto deidad femenina, Mayahuel reúne los atributos de la fertilidad, la vegetación, el agua, la luna y los ciclos de la vida. En las representaciones prehispánicas, aparecía como una mujer joven asomada a través de una planta de maguey. Su cuerpo era de color azul, con manchas amarillas en el rostro. Posee dos objetos rituales: una cuerda y un malacate de algodón. Se le atribuye el origen del raspado del maguey y la extracción del aguamiel, base del pulque. Dado que, en el mito de su creación, el maguey surgió de los restos de Mayahuel en tanto diosa celeste que descendió a la tierra, esta planta simboliza el vínculo entre el macrocosmos y el microcos mos, lo que manifiesta su relevancia en la vida de los mexicanos antiguos y modernos. En su obra México profundo, Guillermo Bonfil Batalla refiere que esta agavácea forma parte del paisaje de las tierras altas, en donde se le han dado múltiples usos desde tiempos inmemoriales, según las distintas especies que existen.
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El maguey puede usarse para marcar linderos; obtener fibras
para elaborar sogas, redes, sacos; a partir de su savia (aguamiel) se produce miel, azúcar, pulque, mezcal o tequila; sus pencas se emplean para la preparación de guisados como mixiotes o barbacoa, así como para techar tejados; de sus raíces se obtienen gusanos comestibles; la púa puede usarse como aguja; entre otros usos.
Quetzalcóatl protagoniza otro aspecto de la mitología del octli, como se denomina al pulque en náhuatl. Se trata de un mito en el que se plantea la dicotomía sobre la que se erigía el ethos prehispánico, con base en el predominio del espíritu sobre la materia, a través de la práctica de la penitencia, como una forma de dominar ―los vastos espacios que separan la inercia animal de la conciencia pura‖.
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En este mito Quetzalcóatl aparece
como un dios civilizador, fundador de la cultura mesoamericana. Propuso la penitencia como un modo de vida en el que el espíritu prevalece sobre la 12
Víd. BONFIL BATALLA, Guillermo. (1994). México profundo. Una civilización negada. Grijalbo: México. 13 SÉJOURNÉ, Laurette. (1998). El universo de Quetzalcóatl. Fondo de Cultura Económica. México, p. 56.
10 materia, como ofrenda para los dioses y método de conocimiento, además de culturizar al pueblo tolteca mediante la enseñanza de artes y oficios. Su rival, Tezcatlipoca, dios del espejo humeante, envidiaba el poder de Quetzalcóatl y lo engañó, ofreciéndole pulque hasta embriagarlo. Durante la intoxicación, Quetzalcóatl incumplió con los preceptos de la vida espiritual. Al despertar, sintió culpa y pesar, por lo que inició una peregrinación desde Tula, en el centro de Mesoamérica, hacia la zona del Golfo de México. Subió a una barca que lo condujo hacia el oriente y, en medio del mar, se inmoló, después de hacer la promesa de volver a su reino.
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La condición de sagrado puede ser ambivalente pues, a la vez que es un estado ideal de pureza, puede encerrar peligros. Tal es el caso del pulque, según lo planteado por el mito de Quetzalcóatl como señor tolteca, en donde el octli aparece como una bebida cuyos efectos provocan un desorden moral de alcances cósmicos. Por otra parte, el pulque era utilizado como bebida ritual, utilizada casi exclusivamente por el sacerdocio. Los sectores populares no tenían acceso al pulque salvo en determinadas fechas, en un contexto ceremonial. En la antigua Mesoamérica, el pulque era considerado una bebida sagrada: ―La leche fría de la Madre Terrestre, el refrescante líquido lunar‖.
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Es interesante observar que otro elemento característico del maguey, la púa o espina en que rematan sus hojas, era utilizado en el mundo prehispánico con fines penitenciales, al emplearse para horadar partes del cuerpo como los lóbulos de las orejas, los labios o la lengua. Las espinas ensangrentadas se dejaban como ofrenda para los dioses. Además de utilizarse en rituales como vehículo de trance, el pulque era usado con fines medicinales para tratar enfermedades digestivas, pues desde la época prehispánica se conocían las propiedades antibióticas de las bacterias encargadas de la fermentación de esta bebida, que atacan a los gérmenes nocivos: "El uso de enemas contra enfrmedades y dolencias del tracto digestivo en las culturas prehispánicas se registra por evidencias arqueológicas y por recopilaciones coloniales. Actualmente se conoce el efecto benéfico 14
Víd. Ídem. LÓPEZ AUSTIN, Alfredo. (1998). Los mitos del tlacuache. UNAM/Instituto de Investigaciones Antropológicas. México, p. 292. 15
11 de ciertos grupos microbianos sobre el sistema digestivo de humanos y animales." 16
La Conquista significó un cambio radical en cuanto al consumo del pulque, al desacralizarlo. Los primeros cronistas, como Bernardino de Sahagún Toribio de Benavente ―Motolinía‖,
18
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o
lo consideraron como un ―vino blanco de la
tierra‖ y elogiaron sus propiedades alimenticias y su sabor, si bien manifestaron reservas sobre su aroma a fermentación. Debido a los beneficios fiscales ofrecidos por el pulque, las autoridades virreinales alentaron su producción y consumo, que se difundió ampliamente, en especial entre los indígenas y los mestizos. Durante la época colonial las pulquerías abundaban, si bien eran consideradas lugares de peligro potencial para el sistema político y social, al ser focos de reunión masiva de los sectores populares, que no siempre estaban conformes con el orden virreinal. Por ello se dispuso que estos establecimientos carecieran de muros, a efecto de poder ser vigilados por las autoridades. ―El pueblo se reunía en las pulquerías, que n un principio carecían de paredes, eran jacales con techo de tejamanil sostenido de alguna pared y apoyado en pilares de piedra o madera. Pero pronto fueron creciendo junto con la cantidad de bebedores. En esos tiempos se hicieron leyes, cédulas reales, ordenanzas y edictos que castigaban el abuso en el consumo del pulque, tratando de prevenir las graves consecuencias sociales surgidas por el alcoholismo‖. 19
La afición por esta bebida creció durante el siglo XIX, tanto en áreas rurales como en diversas ciudades del país, atraía a gente de todas las escalas sociales. El geógrafo, naturalista y explorador alemán Alexander Von Humboldt conoció el pulque durante su viaje por la Nueva España, entre 1803 y 1804, y refirió sus propiedades alimenticias, que asemejó a las del maíz, el chile y el 16
CERVANTES-CONTRERAS, Mario y PEDROZA-RODRÍGUEZ, Aura Marina, op. cit., p. 136. Víd. SAHAGÚN, Fray Bernardino De. (1999). Historia general de las cosas de la Nueva España. Porrúa. México. 18 Víd. MOTOLINÍA, Fray Toribio de Benavente. (1994). Historia de los indios de la Nueva España. Porrúa. México. 19 DEL RÍO, Eduardo (Rius) y SALAZAR, Corina. (2008). Somos hijos del maguey. Vida, pasión ¿y muerte? del pulque. Quimera. México, p. 42. 17
12 frijol. En la ciudad de México, que en esa época abarcaba el actual Centro histórico, existía un gran número de pulquerías, y en la zona norte se ubicaba la garita para controlar el ingreso de esa bebida a la capital. El Porfiriato fue una etapa de auge en la producción y consumo del pulque. Se fomentó la siembra extensiva de magueyes en haciendas pulqueras, sobre todo en los estados del centro, como Hidalgo y Tlaxcala, en donde se producían grandes cantidades de la bebida, que era transportada por ferrocarril a la capital, en donde era consumida incluso por familias aristocráticas. Un personaje de la época fue Ignacio Torres Adalid, conocido como ―El rey del pulque‖ quien, además de poseer una enorme hacienda pulquera en Tlaxcala y acaparar una buena parte del comercio de esta bebida, también experimentaba con sus posibilidades bioquímicas a nivel industrial. En los inicios del siglo XX, había numerosas pulquerías en la capital del país. No obstante, el triunfo de la Revolución Mexicana significó el inicio de un declive para el pulque. Un factor clave en este proceso fue la cerveza, bebida alcohólica que, al ser industrializada, rivalizó con el pulque con base en argumentos sanitarios, según los cuales el octli era presentado como insalubre por su método artesanal de preparación, mientras se consideraba a la cerveza como una bebida higiénica. Con el apoyo de las autoridades, a partir de los años veinte del siglo XX, la cerveza fue ganando terreno en el consumo de los mexicanos, mientras el pulque fue desprestigiado al aducirse que era una bebida exclusiva de los sectores marginados de la población e incluso se le consideraba como la causa de su supuesta degradación. Desde entonces, el número de pulquerías ha ido disminuyendo en la ciudad de México, así como en otras en donde antiguamente proliferaban. Actualmente, en el Distrito Federal existe medio centenar de pulquerías, cuando antaño se contaban por cientos. Y tienden a disminuir. Sin embargo, existe una cierta propensión a beber pulque por parte de mujeres y hombres jóvenes, en algunas pulquerías como La Risa o Los Duelistas, en el Centro histórico, mientras otros establecimientos de la misma zona, como La Antigua Roma o El Recreo de Manzanares, son visitados por la clientela tradicional, hombres
y
mujeres
adultos
de
los
barrios
paulatinamente decrece la cantidad de asiduos.
circunvecinos,
aunque
13 Las pulquerías, en sí, son un crisol cultural en el cual confluyen distintos aspectos de la tradición pulquera, como las recetas de curados propias de cada establecimiento; los juegos tradicionales, como la rayuela; los alimentos típicos que se preparan y sirven en torno de las pulquerías; la música en vivo o grabada que se escucha en su interior; la cultura material, expresada en los tipos de pulque, el mobiliario, la decoración, los recipientes, el argot; en fin, los distintos temas de convivencia social que hacen de los expendios de pulque pequeños universos con un importante contenido simbólico, que forma parte de la vida de los sectores populares de México. Cabe señalar que, si bien la zona centro de México ha tenido una tradición muy marcada en cuanto a la producción de pulque, la bebida está presente en distintos lugares del país, del norte al sur y de la vertiente del Pacífico a la del Golfo de México, en sitios con altura promedio de 2 mil metros, o más, sobre el nivel del mar, en donde prevalezcan condiciones de semiaridez, favorables al crecimiento del maguey. Cada región pulquera posee sus propias características culturales con respecto a esta bebida, que fluctúan desde los métodos de extracción y fermentación del aguamiel, a la forma de consumirlo, prepararlo y distribuirlo.
2.1. El pulque como patrimonio intangible Como bien patrimonial, el pulque ha sido base de la creatividad en distintos aspectos. Un ejemplo es el de los curados, consistentes en la mezcla de pulque con otro alimento (especialmente frutas y verduras, pero incluso puede contener mariscos); o su aplicación a la gastronomía o la repostería, por ejemplo con la denominada ―salsa borracha‖, o el pan de pulque. Y no hay que olvidar que esta bebida posee propiedades alimenticias: "El pulque es rico en vitamina C y algunos aminoácidos esenciales, además de pequeñas cantidades de calcio, hierro y vitamina B."
20
De ahí que forme parte importante
de la alimentación en diversas zonas rurales de México, como el altiplano. Otro ejemplo de creatividad es el de las representaciones plásticas basadas en el tema del maguey y del pulque, cuya producción y consumo se ha constituido en objeto cultural, que contribuye a la supervivencia de la memoria popular y a 20
BECERRA, Lluvia. (1988). "El pulque, ancestral bebida obtenida del árbol de las maravillas". En Revista Nueva Antropología, noviembre, año/vol. X, número 034. UNAM. México, p. 196.
14 la configuración de la identidad mexicana.
21
En este sentido, la aportación de
las artes a la cultura tradicional, se refleja en canciones, pinturas, películas, registros fotográficos, literatura, entre otros, que se centran en el pulque y el maguey, como elementos simbólicos de la cultura popular mexicana. La academia ha manifestado interés por el pulque, mediante investigaciones sobre distintos aspectos de esta bebida: desde su microbiología, bioquímica y sus potenciales aplicaciones a la medicina, a su representación en las artes, o aspectos antropológicos, sociales e históricos de su uso. Por las razones mencionadas, el pulque puede considerarse parte del patrimonio cultural de México, pues su origen, producción y consumo forman parte de una tradición antigua que se extiende hasta la actualidad, cuando está en riesgo de desaparecer debido a la baja demanda en su c onsumo. El octli es patrimonio cultural al ser un bien que se hereda, posee usos determinados y merece ser conservado, inventariado, enriquecido, difundido y transmitido a las futuras generaciones para que, en su momento, gestionen este bien procurando su perdurabilidad. Así, este tipo de patrimonio podrá continuar siendo un vínculo entre generaciones.
3. Propuesta de salvaguarda del pulque, como patrimonio intangible Se han explicado las dos modalidades que existen en materia de protección del patrimonio cultural intangible: su transformación en una forma tangible, mediante labores de documentación, registro y archivo, y el impulso a la revitalización y transmisión intergeneracional de los bienes
culturales
intangibles, lo que significa el fomento y reconocimiento a los custodios del patrimonio, es decir, aquellas personas que se encargan de crear, utilizar y transmitir las expresiones culturales. Este segundo planteamiento es el que emplea la UNESCO y, de aplicarse al pulque, tendría como objeto a los guardianes de este patrimonio: los campesinos que siembran el maguey, las personas que extraen el aguamiel, los productores de pulque, sus distribuidores y vendedores, así como los consumidores. Esto implicaría el fomento a la tradición del pulque en sus 21
Cf. RAMÍREZ RODRÍGUEZ, Rodolfo. (2007). "La representación popular del maguey y el pulque en las artes". En Cuicuilco, vol. 14, núm. 39, enero-abril..
15 distintas etapas, como el sembrado de agaváceas, la extracción del aguamiel y su conversión en pulque, así como su distribución y consumo, pues todas estas fases están revestidas de tradiciones de origen prehispánico que siguen vigentes en la actualidad. La protección del pulque como patrimonio, podría incluso abarcar el maguey. De hecho, en abril de 2010 se propuso incluir los plantíos de maguey de determinados municipios de Hidalgo y el Estado de México, en la Lista Indicativa de bienes patrimoniales de México. Lo mismo ha ocurrido con el paisaje agavero y las instalaciones para la producción de tequila en Tequila, Jalisco, que fueron inscritos en la Lista de patrimonio mundial de la UNESCO en 2006. En este sentido, el pulque podría ser propuesto igualmente como bien patrimonial a ser incluido en la Lista Indicativa de la UNESCO, como primer paso para su propuesta como parte del Patrimonio mundial, toda vez que su producción y consumo forman parte de un proceso aprendido y transmitido, que conlleva conocimientos, habilidades y creatividad. Dicho proceso es desarrollado por individuos y comunidades que generan los recursos y espacios del contexto natural y social que se requiere para el sostenimiento de la tradición, la cual los dota de un sentido de continuidad histórica y forja su identidad cultural.
16 Documentación Bibliografía BONFIL BATALLA, Guillermo. (1994). México profundo. Una civilización negada. Grijalbo: México. DEL RÍO, Eduardo (Rius) y SALAZAR, Corina. (2008). Somos hijos del maguey. Vida, pasión ¿y muerte? del pulque. Quimera. México. LÓPEZ AUSTIN, Alfredo. (1998). Los mitos del tlacuache. UNAM/Instituto de Investigaciones Antropológicas. México. MACHUCA RAMÍREZ, Jesús Antonio. "El carácter integral del patrimonio cultural". En VÁZQUEZ VALLE, Irene y GARCÍA SOTO, Narciso Mario (coords.) (2006). El Patrimonio Intangible. Investigaciones recientes y propuestas para su conservación. México: INAH. MOTOLINÍA, Fray Toribio de Benavente. (1994). Historia de los indios de la Nueva España. Porrúa. México. SAHAGÚN, Fray Bernardino De. (1999). Historia general de las cosas de la Nueva España. Porrúa. México. SÉJOURNÉ, Laurette. (1998). El universo de Quetzalcóatl. Fondo de Cultura Económica. México. UNESCO. Convención sobre la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París, 17 de octubre de 2003. VÁZQUEZ VALLE, Irene y GARCÍA SOTO, Narciso Mario (coords.) (2006). El Patrimonio Intangible. Investigaciones recientes y propuestas para su conservación. México: INAH.
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17 Documentos en línea AIKAWA, Noriko. Patrimonio cultural intangible: nuevos planteamientos respecto a su salvaguardia. Departamento de Patrimonio Intangible, UNESCO. Disponible en: http://132.248.35.1/cultura/informe/informe%20mund2/PATRIMONIO.htm (Consultado el 20 de julio de 2010). GARCÍA CANCLINI, Néstor. ―Globalizarnos o defender la identidad. ¿Cómo salir de esta opción?‖. En La globalización imaginada. Paidós. Buenos Aires. (En prensa), p. 10. Disponible en: http://www.nuevasoc.org.ve/n163/ensayo.htm (consultado el 20 de septiembre de 2010).
El sustrato indio de la ciudad de México Iván Gomezcésar Hernández
La ciudad de México es muy antigua. Fue fundada por los mexicas después de un largo peregrinar hasta el sitio donde, dicen sus crónicas, encontrarían al corazón de Copil. Esto significaba que la base misma de su reino, que llegó a ser el más grande de Mesoamérica, tenía como base el sacrificio. Encima del corazón crecía un nopal, donde se posó el águila que llevaba una serpiente en el pico; hay otras representaciones donde es un colibrí, pero también otras en que es más bien el símbolo de la palabra. Por las circunstancias geográficas, México-Tenochtitlán, más que una ciudad, era un complejo poblacional que integraba varias ciudades grandes y medianas, así como unos doscientos pueblos en medio de un lago que tenía una parte salada y otra dulce, separadas por albarradones. Las poblaciones estaban repartidas también en las serranías que circundaban el lago y que dan su unidad a la cuenca de México. La nueva ciudad colonial española se levantó sobre las ruinas de la capital de los mexicas y su herencia marcó para siempre a la nueva metrópoli. Sus edificios fueron diseñados por arquitectos de España, pero construidos por mano de obra indígena, muchas veces utilizando las piedras de las pirámides destruidas y siguiendo la huella de las construcciones y los caminos precedentes. En una fecha tan temprana como 1524, comenzó a construirse la nueva traza e inmediatamente el centro fue habitado por los conquistadores, de tal manera que en 1528, la isla de Tenochtitlán era una nueva realidad. Como símbolo de este proceso, la catedral se erigió encima de los restos del templo de Hutzilopochtli, la deidad principal de la ciudad mexica. Este hecho, que la capital colonial se levantase sobre las ruinas del centro del poder conquistado, trajo consigo una compleja relación. La antigua ciudad se ha hecho presente con especial fuerza a partir de fines de la colonia, cuando fueron descubiertas dos piezas maestras del arte y la religión prehispánicas.
Cerca ya de la revolución de Independencia, emergieron la Coatlicue, la diosa tierra y la Piedra del Sol, síntesis de una visión cosmogónica mexica, pero ya no fueron destruidas, como fue la suerte de las antiguas piedras sagradas en la colonia. La piedra del sol fue montada a un costado de la misma catedral, mientras que a la Coatlicue la volvieron a enterrar, dado que las autoridades coloniales temieron por las muestras de fervor indígena que provocó. Casi dos siglos después, en un proceso que ha continuado hasta hoy, el descubrimiento de nuevas piezas ha vuelto a poner el acento en la existencia de la ciudad enterrada, con la aparición de la Coyolxauqui, la diosa luna, que llevó a un hecho insólito: en el centro de la ciudad de México se han derribado construcciones coloniales que han permitido que el templo mayor de los mexicas emerja. De ahí en adelante el proceso ha continuado hasta fechas muy recientes, con el descubrimiento de la pieza de mayor tamaño, Tlaltecutli, y están en investigación nuevos templos en espera de ser exhumados. Pero este diálogo con las piedras tiene muchos significados: es también recordatorio de la derrota y sumisión de lo indígena, como la figura del indio de Cuautepec, que es una de las premoniciones que tuvo Moctezuma antes de la conquista y que fue esculpido en el atrio de la iglesia de San Hipólito, edificada para conmemorar la conquista y desde donde inició, desde 1528 hasta 1521, el desfile del pendón, que recordaba ese acontecimiento. Otro ejemplo es la cabeza de Quetzalcóatl, que se encuentra en la esquina surponiente del castillo de los condes de Calimaya, actualmente Museo de la ciudad de México. La ocupación física y simbólica de los espacios del antiguo poder político y religioso seguía la máxima del aniquilamiento de las viejas culturas y del sometimiento de su población, lo que quedó plasmado en el escudo de la ciudad refundada: en el centro, dos torreones de Castilla franqueados por leones, montados sobre la laguna y alrededor una fila de nopales, que representaban a los pueblos indios sometidos. La sobrevivencia de lo indio en la ciudad de México no es un asunto arqueológico. Se mantuvo en la nueva ciudad, pese al severo despoblamiento a
causa de la violencia propia del proceso de conquista, la explotación del trabajo indígena y, sobre todo, de la propagación de enfermedades nuevas, para las que la población local no tenía defensas naturales. No obstante las dimensiones de la catástrofe, existen numerosas pruebas que demuestran la capacidad de adaptación de los pueblos de la cuenca al nuevo estado de las cosas. Por supuesto, fue importante su papel como trabajadores, de tal manera que la construcción de la ciudad y el desarrollo de las actividades económicas serían impensables sin su aporte. También fue muy destacada su participación como productores agrícolas. Los españoles pronto descubrieron que era mucho mejor dejar en manos indígenas el abasto agreste; los cultivos traídos de la Península se desarrollaban bien en sus manos. Los pueblos de la cuenca poseían una agricultura desarrollada que combinaba el uso de chinampas, la pesca y caza ribereñas con la agricultura de montaña por medio de terrazas. En particular fue importante la producción agrícola por medio de chinampas, que consistían en fracciones rectangulares de tierra que se le ganaban al lago, sostenidas por hileras de un tipo de árbol, el ahuejote, que literalmente abraza la tierra con sus raíces. Las chinampas eran alimentadas por los nutrientes depositados en el lodo y permitían levantar hasta tres cosechas anuales. Esta cultura agrícola permitió a los pueblos contar con una base económica propia y también con un importante grado de autonomía a lo largo de la Colonia. Apoyados en alianzas con las órdenes religiosas, especialmente los franciscanos, los pueblos de la cuenca de México aprovecharon aspectos de las Leyes de Indias y aprendieron muchas argucias legales para defender sus territorios ante las cortes coloniales, como lo demuestran los documentos conocidos como Títulos Primordiales. Varios de estos títulos siguen en manos de las comunidades del Distrito Federal. Son muchas vicisitudes las que han pasado durante todo el siglo XIX y el XX. Baste decir que los pueblos originarios de la cuenca subsistieron a las políticas liberales que les obligaron a en ocasiones a comprar su propia tierra para que apareciera como privada en los registros, por
más que en la práctica fue la forma de garantizar que siguiera siendo comunal. Sufrieron la fuerte ofensiva de los hacendados, especialmente estimulados por el dictador Porfirio Díaz y muchos de ellos fueron aliados naturales del zapatismo cuando estalló la revolución mexicana. Al concluir la lucha armada, no por casualidad, los primeros repartos agrarios en todo el país significativamente fueron en los pueblos chinamperos de Iztapalapa, Mixquic y Xochimilco, además del norteño pueblo de Cuautepec y más adelante muchos otros pueblos de la cuenca. Pese a sus limitaciones, el reparto agrario contribuyó a que los pueblos se fortalecieran, además de que varios de ellos nunca habían dejado de tener en sus manos las tierras de chinampas, así como sus bosques. Pero, a partir de 1940 el crecimiento exponencial de la urbe trastocó la situación. A fines de esa década, el Gobierno Federal inició el proceso de expropiación de las tierras de labor de muchos pueblos para convertirlas en reserva territorial para el establecimiento de unidades habitacionales y de industrias. La enorme migración campo-ciudad fue canalizada hacia terrenos de los pueblos, como los casos de Iztapalapa, el Ajusco Medio y el Pedregal de Santo Domingo, por mencionar algunos casos relevantes. Entre 1950 y 1980, más de medio centenar de pueblos vieron severamente trastocadas sus condiciones de vida, de tal forma que muchos des aparecieron en apariencia. En la mayor parte de los casos, la pérdida de la tierra fue un proceso en el que menudeó la injusticia y el uso desmedido del poder central. Sin embargo, en la ciudad de México del siglo XX existen más de cien pueblos de origen prehispánico o colonial ubicados tanto en la zona rural y semirural del sur como en las regiones plenamente urbanizadas. No hay una sola de las 16 delegaciones que conforman el Distrito Federal que no tenga este tipo de asentamientos. Existe otro componente indio en la Ciudad que ha cobrado relieve en las últimas seis décadas. Es fama que la ciudad de México mantuvo aun antes de la era Colonial una importante presencia de diferentes grupos indígenas del país. Esa característica se conservó con el tiempo, pero cambió de calidad cuando la explosión socio-demográfica y el éxodo rural detonaron un acelerado crecimiento
urbano a partir de la década de los cuarenta, fenómeno similar al ocurrido en las capitales del resto de América Latina. Aunque el censo de 2000 estima en 300 mil los indígenas en el Distrito Federal y el conteo rápido de 2005 incluso reduce ese número, es evidente que la cifra subestima la presencia indígena y deja claro la invisibilización a la que está sujeta. Se trata, por supuesto, de un proceso muy complejo y heterogéneo en el que está presente una migración estacional indígena, que obedece a la lógica de la demanda de trabajo o la complementariedad de las economías campesinas, o a la comercialización a pequeña escala de ciertos productos agrícolas o artesanales. Tal es el caso muy señalad de cierto tipo de trabajadores, como los albañiles y las trabajadoras domésticas, en que la participación indígena es visiblemente importante. Una gran cantidad de indígenas se han establecido de forma más o menos definitiva en el Distrito federal, incluidos muchos trabajadores en otro momento estacionales, de tal forma que, como ellos mismo señalan, ya no deben ser considerados como migrantes, sino como residentes. Es una población que guarda una gran heterogeneidad social y organizativa. Una de las expresiones más identificables de la migración indígena es que frecuentemente no pierden su pertenencia a un pueblo particular, con el que siguen manteniendo una estrecha relación, mediante la continuidad de su sistema festivo, la celebración de bodas y otras ceremonias comunitarias, el nombramiento de autoridades tradicionales y diversas formas de apoyo económico o de otros tipos. Aunque es frecuente que los integrantes de pueblos desdoblados tengan residencias dispersas en la ciudad, encuentran las maneras de contar con espacios y momentos para desarrollar elementos de una vida comunitaria. Dentro de estos pueblos desdoblados se encuentran muchos de los casos en que mejor se expresa el ser indígena en la ciudad, puesto que funcionan con un importante grado de autonomía y capacidad de recrear su cultura en las nuevas condiciones. Existen asentamientos más complejos, como unidades habitacionales diseñadas por las propias comunidades indígenas, o pueblos formados mayoritariamente por
indígenas que son provenientes de diversas etnias, como la Colonia Villa San Isidro, o Las Malvinas, ambos en Xochimilco. Una de las expresiones del fortalecimiento identitario de la población indígena residente en el Distrito Federal es la multiplicación de esfuerzos organizativos. Se agrupan en su calidad de comerciantes, como grupos culturales, artesanos, profesionistas y otros. Han aparecido esfuerzos organizativos más amplios, que funcionan como frentes. Tal puede ser el caso de los impulsores de la Guelaguetza, que, como se sabe, abarca a diferentes pueblos oaxaqueños, o la Asamblea de Migrantes Indígenas del Distrito Federal, que es una de las experiencias más ambiciosas de representación. Un detalle significativo es que en la ciudad se han asentado numerosos estudiantes universitarios indígenas y residen muchos reconocidos intelectuales. Este es un factor importante, pues permite una capacidad de interlocución mayor que en otras latitudes del país, incluidos los estados con población indígena importante. Aún así, es probable que buena parte de la población indígena carezca de cualquier forma de organización. Podemos hablar, entonces, de un actor social muchos más desigual y heterogéneo que los pueblos originarios: desde los jóvenes que se visten de “cholo-punks”, visibles en muchos parques públicos de la capital, hasta en muchos de los intelectuales indígenas más reconocidos en el país. A la presencia india expresada en pueblos originarios y población india migrante, se debe sumar el carácter indianizado o el mestizaje con clara presencia india de buena parte de la población citadina de la capital, como señaló Guillermo Bonfil: “Por varios rumbos de la ciudad, y no sólo en la periferia más rural que urbana, subsisten las mayordomías para organizar las fiestas del santo local. La familia extensa cumple todavía un papel importante como forma de organizar la cooperación del grupo doméstico. Perduran ritos y celebraciones de estirpe india en el corazón mismo de las ciudades, como las ceremonias del día de muertos y las peregrinaciones a los grandes santuarios. Hay
congregaciones que exaltan una identidad india genérica, no referida a ningún grupo en particular ni vinculada con alguna comunidad o región específica, a través de danzas y ritos de origen viejo, como los llamados „concheros‟ que reclutan buena parte de su membrecía entre habitantes de las ciudades. Los mercados […]ofrecen siempre una gran diversidad de productos originados en la civilización mesoamericana. Ahí está la rica gama de alimentos que siguen siendo de consumo popular aunque menospreciados por sectores urbanos: los acosiles y los nopales, el pulque y los tlacoyos, los huauzontles y los capulines, las tunas y las pencas de mezcal. Más allá, siguiendo una distribución ordenada semejante a la que llamó la atención de los cronistas del siglo XVI, podrán encontrarse los puestos de yerbateros, con remedios para todo tipo de males y amuletos para prevenir los daños. Cuando se tiene la posibilidad de visitar mercados de otras latitudes se repara con asombro en el carácter profundamente indio del placerío urbano de México. Y todos estos rasgos son apenas una muestra pequeña del trasfondo que subyace en las ciudades como herencia y vivencia de una antigua población india, hoy desindianizada” (Guillermo Bonfil, México Profundo, México, Grijalbo, 1989, p. 84.)
En los últimos 20 años ha tenido lugar un proceso de fortalecimiento identitario en los pueblos originarios con claras expresiones culturales, coincidiendo con la presencia de gobiernos de más atentos a sus reclamos. De esta manera, el Distrito Federal es prácticamente la única ciudad que posee una política social hacia lo étnico en México, producto de la confluencia entre fuerzas políticas más sensibles y un actor social en claro ascenso. En la última década se han multiplicado las publicaciones, los esfuerzos culturales, los proyectos de desarrollo de diverso tipo y, en general, expresiones de este proceso de reafirmación identitaria, lo que vale tanto para los pueblos originarios como para los indígenas que se han asentado en la capital. Una
expresiĂłn muy clara de ello es la lucha de pueblos que habĂan sido declarados como extintos y que hoy dan muestras de vitalidad. El rostro cosmopolita de la ciudad de MĂŠxico tiene un claro sustento en su personalidad india, en la que el pasado y el presente se conjugan para dotarla de una clara personalidad.
Bibliografía Bonfil, Guillermo, México Profundo, México, Grijalbo, 1989, p. 84. Canabal
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Patrimonio edificado y propiedad privada en el Centro histórico de Morelia, Patrimonio mundial Eugenio Mercado López 1
Introducción Las ciudades contemporáneas afrontan diversos problemas que modifican radicalmente el medio urbano y ponen en riesgo su viabilidad, siendo enfrentados mediante una variedad de estrategias, entre las que se encuentra la protección de los centros históricos y el patrimonio edificado, lo que ha permitido a algunas ciudades incorporarse en alianzas nacionales y globales, para competir eficazmente en el mercado del turismo cultural. En el caso de México, no obstante la protección de la que es objeto, el patrimonio edificado de propiedad privada presenta deterioro, destrucción y es uno de los principales problemas para mantener la integridad de diversas ciudades mexicanas inscritas en la Lista del Patrimonio mundial. Investigadores nacionales han atribuido la destrucción de este tipo de inmuebles a la especulación y cambios en el uso de suelo (De Anda: 1997), explicación simplificada en que se advierte una visión que continúa considerando al patrimonio cultural como opuesto al mercado y una resistencia para abordar los factores económicos que inciden en él (García Canclini: 2005). Además de su valor simbólico, el patrimonio cultural tiene un valor económico que lo hace susceptible a las imperfecciones del mercado (Klamer y Zuihdhof, 1998) que, aunado a la insuficiencia de recursos para su protección y conservación, su naturaleza pública, la valoración social y capacidad para generar amplios beneficios económicos, justifican la intervención reguladora del Estado. Pese a lo anterior, las políticas públicas para su protección han mostrado una limitada efectividad, especialmente en países en vías de desarrollo (Krebs y Schmidt-Hebbel, 2002). Con estas consideraciones, se revisan los conceptos de patrimonio edificado de propiedad privada, así como los de políticas públicas, a efecto de establecer el impacto de las iniciativas públicas en el centro histórico de Morelia a partir de su inclusión en la lista del Patrimonio mundial en 1991. Para ello se realizó trabajo de campo con una muestra de 116 inmuebles, comparando los resultados con el diagnóstico del Programa parcial del centro 1
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, eugenio_mercado@hotmail.com 1
histórico 2001 y con datos de los mismos inmuebles en anteriores estudios y catálogos de monumentos históricos (Ramírez: 1981, INAH: 2003).
Políticas públicas en la conservación del patrimonio edificado Política pública se refiere a un instrumento de trabajo configurado desde el Estado, mediante el cual se pretende alcanzar objetivos para el bienestar de una comunidad. Una política pública debe expresar una visión total e integral de la sociedad y plantear el rol del gobierno respecto a ésta; tiene como objetivo primordial alcanzar el bien común, pudiendo plantear temáticas no necesariamente excluyentes, ya sean transformaciones estructurales, solución de problemas sectoriales o particulares, asignación de recursos u optimización de situaciones (Podestá, 2000; Ruiz, 1998). La cultura es considerada variable fundamental en el desarrollo sostenible (Pérez de Cuellar, 1997), y la mayoría de los países han creado políticas públicas para la protección de los bienes culturales. En Latinoamérica se ha seguido el modelo europeo continental, de fuerte énfasis en la intervención directa del Estado en la propiedad y gestión pública del patrimonio cultural con limitaciones legales a la propiedad privada de bienes culturales. En países anglosajones, el Estado tiene un significativo rol indirecto a través de beneficios fiscales a la iniciativa privada en la protección del patrimonio, combinado con una elevada valoración social del mecenazgo y del voluntariado privado (Krebs y Schmidt-Hebbel, 2002). A partir del estudio de políticas de protección del patrimonio cultural en diversos países, Krebs y Schmidt-Hebbel las clasificaron en seis categorías: Definición del patrimonio cultural; intervención pública directa a través de la propiedad pública del patrimonio y el gasto en su adquisición, mantenimiento y gestión; limitaciones legales al derecho de propiedad privada de patrimonio cultural; incentivos económicos del Estado al incremento del patrimonio cultural y a su protección por el sector privado; privatización de monumentos históricos y gestión del patrimonio, así como educación (Krebs y Schmidt-Hebbel, 2002: 218). Adecuar estas políticas a cada tipo de bien cultural es una tarea en construcción y, en el caso del patrimonio edificado, tiene la singularidad de formar parte de áreas urbanas de carácter histórico, normadas por planes y programas urbanos inscritos en el ámbito del ordenamiento territorial como expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de la sociedad. Por lo anterior, se propone incluir esta dimensión que, acorde a la Carta Europea de Ordenación del Territorio de 1983, es una disciplina científica, una técnica 2
administrativa y una política concebida con un enfoque interdisciplinario y global, cuyo objetivo es el desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio bajo un concepto rector (Legarrea, 2002).
Patrimonio edificado y propiedad privada Propiedad privada y patrimonio edificado son conceptos que nacen de ámbitos divergentes. El Código Napoleón consagró el concepto de propiedad como inherente al hombre y objeto de protección irrestricta de toda injerencia del poder público (Moisset, 1966). Por su parte, el concepto de patrimonio edificado es una variante del patrimonio cultural, que remite al concepto de monumento, referido originalmente a una marca pública destinada a transmitir a la posteridad la memoria de alguna persona famosa o de una acción célebre (Debray, 1999). Desde fines del siglo XVIII se cuestionaba la propiedad como un derecho absoluto, y a principios del siglo XX León Duguit enfrentó abiertamente al sistema liberal al proponer que la propiedad no es el derecho subjetivo del propietario, sino una función social del tenedor de la riqueza. Este nuevo paradigma permitió compatibilizar el ascenso del Estado nacional y la persistencia de la propiedad privada, así como justificar las restricciones a los derechos de propiedad, haciendo posible compaginar la intervención del Estado en la economía que regula la propiedad, con los intereses de la gran empresa que la ejerce (Azuela, 1989). El concepto de propiedad-función social fue retomado por la legislación mexicana del siglo XX, haciendo posible la intervención pública en la protección de los monumentos históricos, independientemente de su régimen de propiedad. No obstante, aunado al carácter público del patrimonio edificado, su calidad de propiedad privada lo vincula a la comercialización inmobiliaria y a la acumulación de riqueza, por lo que la explicación de su naturaleza requiere de explorar diversas visiones. Aldo Rossi señaló que la permanencia de un espacio se encuentra relacionada con su capacidad para contener nuevas funciones distintas a aquellas para las cuales fue construido (Rossi: 1971). Esto explicaría la permanencia por razones puramente funcionales y de economía de los recursos -o aún la falta de éstos-, de ciertos inmuebles y espacios históricos, aún sin la existencia de normas para su protección e independientemente de sus valores estéticos. La línea que concibe al patrimonio cultural como una construcción social plantea que la participación diferenciada de grupos o personas en el proceso de selección y apropiación 3
de los bienes culturales también explica los diferentes criterios y desigual interés por su conservación. Reconoce además que la selección del patrimonio cultural es creadora de valor simbólico y político, pero también de valor económico, por lo cual no es posible pretender que esos bienes se encuentren disponibles para el disfrute universal, en especial aquellos de propiedad privada, ya que éstos se encuentran sujetos a las normas de la economía (Rosas: 1996). Es decir que, pese a la calidad de bien cultural, la particularidad de un inmueble privado reside en que puede ser objeto de compra venta y está sujeta al mercado, ese mecanismo racional e impersonal que sirve de marco a la oferta y demanda de bienes y servicios, teniendo como finalidad la búsqueda del máximo beneficio monetario. El análisis económico de los bienes culturales los visualiza como objetos escasos por su rareza o antigüedad. El ideal del libre mercado es que la escasez puede ser resuelta mediante mecanismos de precio, oferta-demanda y regulación por parte del gobierno. No obstante, el límite del análisis económico del patrimonio cultural reside en que no puede asignar un precio a los valores religiosos, estéticos, culturales o simbólicos vinculados a objetos y sitios patrimoniales, sin demeritar su rico significado (de la Torre et al: 1998). Para la economía un bien público es “no excluible” y “no rivalizable”, ya que una vez producido, no puede excluirse a nadie de su consumo, y su consumo individual no implica que no pueda ser consumido simultáneamente por otras personas. Por lo anterior los bienes culturales de propiedad privada no son en rigor ni públicos ni privados, sino más bien bienes intermedios que se encuentran entre los casos opuestos de bienes de consumo exclusivamente privado y de bienes públicos puros cuyo consumo es de cero rivalidad o exclusión (de la Torre et al: 1998:11-12). Igualmente se acepta que los mercados no pueden proveer de ciertas mercancías públicas, fenómeno denominado “falla del mercado”, y que conduce a la acción colectiva para la disposición de tales mercancías. Se reconoce que la falla de mercado es la regla y no la excepción en el caso del patrimonio cultural, lo que implica la intervención pública constante. Dado que los mercados no pueden producir y proveer el patrimonio cultural, los economistas estudian los procedimientos de toma de decisiones para su cuidado, conservación y disposición por parte de la sociedad. Una de las líneas relevantes es el análisis de las políticas públicas, que se centra en la actuación de los gobiernos cuando los mercados fallan (de la Torre et al: 1998:9).
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Considerados como una mercancía, la posibilidad de acceso a los bienes culturales por parte del consumidor estriba en que exista un acervo o inventario, la disponibilidad para su consumo y el consumo en sí mismo. El valor de esos bienes se incrementa cuando es posible su uso o goce conjunto. Por su parte, las actividades de rescate y restauración son necesarias para su disponibilidad para el consumo individual o comunitario, apreciación o investigación (Krebs y Schmidt-Hebbel: 2002: 212-213). Las denominadas “externalidades” o “efectos de filtración”, pueden incidir en la disponibilidad y consumo de los bienes culturales, presentándose cuando los actos de grupos o personas imponen un costo, o brindan un beneficio a segundas o terceras partes (Case y Fair, 1997: 403). En el caso del patrimonio cultural se han identificado como externalidades: la valoración social del patrimonio cultural, la asignación de un precio a los valores sociales, la ineficiencia en la apropiación privada de los bienes culturales, así como las políticas públicas. (Krebs y Schmidt-Hebbel, 2002: 213-215). Como parte de la ciudad, el patrimonio edificado se ubica con frecuencia en centros históricos que conservan la calidad de centro urbano; su carácter simbólico le hace sitio comunitario por excelencia, pero su carácter de centro comercial regional y concentrador de actividades productivas lo vincula al ámbito de lo privado y al consumo económico. Su conservación o transformación se encuentra marcado por la dicotomía entre lo público y lo privado. Por lo anterior, los procesos de conservación del patrimonio edificado no se limitan al mantenimiento de las características de los inmuebles, sino también a su vigencia funcional y económica, y su protección no tiene el objetivo único de presentarlo para el goce comunitario, sino también el de insertarlos en las formas de producción económica establecidas en el ordenamiento territorial. Bajo estas premisas, se abordó el estudio del patrimonio edificado de propiedad privada en el centro histórico de Morelia, evaluando y observando el efecto de las políticas públicas implementadas a partir de su inclusión en la Lista del Patrimonio mundial.
Políticas públicas en el centro histórico de Morelia: éxito turístico y efectos contradictorios en el patrimonio edificado A partir de la inclusión del Centro histórico de Morelia en la lista del patrimonio mundial, su gestión se orientó hacia el turismo, descentralizando servicios y equipamiento, desalojando al 5
comercio informal de las vías y espacios públicos, así como efectuándose importantes inversiones en espacios y edificios públicos. Estas estrategias, si bien alentaron la inversión privada, incrementaron los precios de las rentas y el valor inmobiliario de edificaciones privadas catalogadas como monumentos históricos, ni contrarrestaron el paulatino pero firme decremento de la población en esa área (Ayuntamiento de Morelia, 2001). Paradójicamente, propiciaron una mejoría generalizada en la conservación del patrimonio edificado, pero con efectos diferenciados en los inmuebles de propiedad privada. A partir de su consideración como zona de monumentos en 1990, el patrimonio edificado del sitio incluyó 219 manzanas y 1,113 edificaciones, de las cuales el 93% eran de propiedad privada. Las obras públicas sumaron 256 millones de pesos entre 1993 y 2007. La gestión del patrimonio ha sido conducida por el gobierno estatal y municipal, con participación ciudadana, orientándose hacia su utilización como palanca para el desarrollo regional a través del turismo. La legislación vigente limita los derechos de los propietarios generando conflictos legales y varias de estas controversias han llegado a los tribunales, que frecuentemente otorgan la razón a los propietarios, con base en la jurisprudencia existente que ha establecido la inconstitucionalidad de la Ley federal de 1972 vigente en la materia, y en detrimento de la conservación del los inmuebles. Existen incentivos fiscales federales a partir de 2005 (D.O.F., 5/09/05), y el reglamento municipal vigente incluye figuras como un fideicomiso, exenciones y transferencia de potencialidades (Ayuntamiento de Morelia, 2008), instrumentos que prácticamente no se aplican y son desconocidos por la mayoría de los propietarios. Es importante mencionar que los incentivos federales se orientan primordialmente a propiciar la compra-venta de inmueble y su adecuación para fines comerciales. Las acciones en educación comprendieron la apertura de una maestría en restauración en la Universidad Michoacana, incremento de estudios académicos, difusión de proyectos y obras, campañas de concientización y eventos diversos. En este sentido, los medios de comunicación han jugado un papel importante al difundir asiduamente la riqueza patrimonial de la ciudad. El Programa de Desarrollo Urbano de Morelia y el Programa Parcial del Centro Histórico vigentes, definieron el impulso al desarrollo turístico bajo criterios de preservación del patrimonio cultural, mejoramiento de la imagen urbana y su integración con la totalidad de 6
la ciudad. Estos programas incluyen criterios de reutilización, reglamentación para el uso racional de los inmuebles, así como acciones e instrumentos para el cuidado, mejoramiento y revitalización del Centro Histórico, no aplicados en su totalidad en la práctica. Como efecto de esas políticas, para el 2007 aumentaron los usos culturales, comerciales, turísticos y educativos en detrimento del uso habitacional que decreció hasta el 32% en edificios patrimoniales privados. Sin embargo, el estado de conservación de los inmuebles se mejoró notablemente (ver Tabla 1):
Tabla 1. Cuadro comparativo de usos del suelo y conservación de patrimonio edificado de propiedad privada en el centro histórico de Morelia. Construcción propia a partir de Ramírez (1981) y trabajo de campo 2007. 1981 % Uso
Conservación % Alta
Media
Religioso (convento)
0.91
100
0.00
Comercial
5.45
0.00
33.33
Cultural
0.00
0.00
0.00
51.82 43.86
43.86
Habitacional Banco
2007
100
10.91
0.00
0.00
Alta 0.00
Baja
100
0.00
66.67 17.14 41.67 37.50
20.83
0.00
0.71
Media
2.86 50.00 50.00
0.00
12.28 32.14 48.89 42.22
8.89 0.00
83.33
16.67 12.86 44.44 33.33
22.22
8.18 22.22
55.56
22.22
5.71 62.50 25.00
12.50
Bar
5.45
0.00
33.33
66.67 12.86 50.00 38.89
11.11
Educativo
1.82 50.00
50.00
0.00
10.91 58.33
16.67
25.00
0.00
100.00
Hotel
0.00
Baja
Conservación %
3.57 60.00 40.00
Oficinas y comercio
3.64
%
0.00
Restaurante
Sin uso
5.00 85.71
0.00
14.29
5.71 75.00 12.50
12.50
Baldío/ Derruido
0.91
0.00
1.43
0.00
0.00 100.00
Los inmuebles de ambas muestras son los mismos, originalmente con uso habitacional en su totalidad.
Pese a lo anterior, la conservación del patrimonio edificado privado, clasificado como relevante, tradicional, popular y del siglo XX por el Programa Parcial del Centro Histórico, presentó diferencias en su estado de conservación. El patrimonio edificado r elevante y tradicional se conservó pese a los cambios de uso, gracias a una alta flexibilidad y capacidad 7
de contener nuevos usos debido a sus características espaciales, generando recursos económicos para su mantenimiento. La adecuación a usos distintos al habitacional original, no afectó mayormente su integridad, resultando beneficiados durante el proceso, en particular al tratarse de nuevos usos especializados vinculados al turismo. El patrimonio edificado popular, de estructuras modestas y superficies de terrenos reducidos, así como el patrimonio edificado del siglo XX, conservaron el uso habitacional y mixto, detectándose otros usos en un pequeño porcentaje. Pese a mantener el uso original, en muchos casos estos inmuebles se han modificado parcial o totalmente, por lo que las transformaciones no se debieron primordialmente a la falta de recursos para conservarlos, sino a la poca flexibilidad normativa y capacidad de adaptación a nuevos usos de las estructuras originales. Igualmente se observó una mayor posibilidad de acceso a los monumentos históricos privados, si bien condicionada al consumo de bienes y servicios, lo que significa un nuevo carácter excluyente que contradice la naturaleza pública de los bienes culturales; no obstante, esta situación se vio compensada por el incremento en el uso comunitario de los espacios públicos, como escenario de actividades culturales gratuitas, lo que ha contribuido a afirmar el carácter del conjunto. La propiedad privada de monumentos históricos mostró ineficiencias como pérdida o alteración de elementos arquitectónicos, uso de tecnologías inadecuadas y sobrecarga estructural por adecuaciones para nuevos usos, así como detrimento del contexto urbano por publicidad comercial inadecuada o falta de mantenimiento en las f achadas. Estudios previos (Ramírez: 1985) atribuían el deterioro y pérdida de inmuebles al cambio de uso original, pero la nueva dinámica urbana mostró que los usos especializados, como el turismo, son propicios para su rescate y conservación, representando un valor adicional reflejado en un beneficio económico para los propietarios. El uso habitacional no ha sido determinante para la conservación de los inmuebles . Por el contrario, se observa que en aquellos utilizados como viviendas existe un proceso más acelerado de deterioro y alteración de sus características arquitectónicas originales. En este sentido, para noviembre de 2005 la prensa local señalaba con base en declaraciones oficiales, que 235 inmuebles del centro histórico, más del 20% de los inmuebles catalogados, se encontraba en peligro (La Voz de Michoacán, 28/XI/2005); para 2006, se consignaba un total de 800 edificios catalogado en riesgo, de los cuales 80 habían 8
colapsado y se hallan en calidad de terrenos baldíos (Excelsior, 2/11/2006). Las iniciativas públicas para estimular la habitabilidad de centros históricos (AMCPM-INAH, 2005) han quedado en convenios no cumplidos, incentivos fiscales federales y esquemas de apoyo municipales poco difundidos y aprovechados casi de forma nula por parte de los propietarios. Igualmente se observó una relación directa entre la conservación o transformación del patrimonio con las estrategias y acciones del ámbito público, al corroborar una tendencia de concentración de los bienes en buen estado en la porción central del centro histórico, tendencia ya observada desde mediados de la década de 1980 (Ramírez, 1985) y acentuada para el año 2001 (INAH, 2003), debido a una tradicional concentración de inversiones públicas en las áreas centrales en función de su potencial turístico y la desatención hacia los barrios periféricos, en donde además se ubicó equipamiento urbano en etapas urbanísticas previas que motivó la transformación de los inmuebles ubicados en sus entornos. En el Programa Parcial del Centro Histórico vigente, la visión del barrio como estructurador del espacio colectivo fue sustituido por la de proyectos urbanos integrales, por lo que la falta de asignación de funciones específicas para éstos, así como una valoración que
establezca como
argumento de su
protección
el contener
arquitectura
de
acompañamiento en el conjunto, no generan beneficios sociales o económicos para los intereses colectivos o privados que propicien su conservación. El reconocimiento como patrimonio mundial ha permitido a Morelia integrarse a organismos nacionales e internacionales, gestionar recursos federales extraordinarios e incorporarse a nuevas visiones de desarrollo, lo cual es una ventaja comparativa para lograr competitividad económica en el proceso de globalización. Los informes oficiales reportan inversiones y generación de empleos directos e indirectos vinculados al turismo, pero esos resultados no se han traducido en beneficios para los habitantes de barrios y áreas periféricas del centro histórico. Lo anterior pone en entredicho la posibilidad de sostener el auge turístico de la ciudad, así como la factibilidad de atraer nuevas inversiones compatibles con su vocación cultural, educativa, administrativa y comercial. En suma, el proceso propició una mejoría del patrimonio edificado, el repunte de la actividad turística, inversiones privadas y creación de empleos, pero no benefició al Patrimonio edificado popular o del siglo XX, barrios tradicionales, áreas periféricas del centro histórico, ni a sus habitantes o propietarios. El detrimento en las áreas periféricas del centro histórico y la segregación de las periferias urbanas son los signos de una pobreza urbana 9
que demeritan los avances alcanzados en el sitio fundacional y no ofrecen al visitante la imagen de un destino de turismo cultural consolidado, por lo cual puede establecerse que las políticas implementadas no han alcanzado su meta final.
Reflexiones finales Formar parte del Patrimonio mundial no implica por sí mismo una mejor conservación del patrimonio edificado, para ello se requiere de la conjunción de condiciones que generen un proceso que afirme el valor simbólico de los edificios, propicie su vigencia funcional y económica, así como su incorporación en esquemas productivos. La conservación del patrimonio edificado privado es resultado de un proceso que trata de compatibilizar dos conceptos antagónicos: lo público y lo privado, y aquello que se entienda como patrimonio en términos económicos y culturales determina las decisiones sobre su conservación. En este sentido, la valoración social genera procesos de conservación del patrimonio edificado privado siempre que propicie su vigencia simbólica, física, funcional y económica; es decir, que el ámbito de lo público que sustenta el concepto de patrimonio cultural, solamente incide en el ámbito de lo privado si la valoración social puede traducirse en valores simbólicos, funcionales y económicos que satisfagan las expectativas comunitarias y de los propietarios. Además de una función simbólica, la conservación del patrimonio edificado se vincula con los procesos urbanos de producción, intercambio y consumo económico, en los cuales el ámbito privado tiene mayor presencia en la gestión del patrimonio como resultado de su capacidad para generar riquezas y la limitación financiera de la administración pública para conservar y aprovechar esos bienes. La designación de un inmueble privado como monumento histórico no le sustrae del mercado inmobiliario, no cambia su naturaleza vinculada a la generación de riqueza, ni altera su régimen de propiedad, aunque sí limita los derechos de los propietarios sin que el ámbito público asuma directamente su conservación; confronta lo público y lo privado, y plantea la intervención pública en la voluntad del propietario, en el mercado inmobiliario y en la inducción del uso y consumo de ese patrimonio a través de las industrias culturales y el turismo. De acuerdo con lo observado, la conservación del patrimonio edificado es resultado primordialmente de la capacidad intrínseca de los edificios para contener nuevas actividades 10
y usos distintos a los originales, lo cual permite explicar la decisión de los propietarios para conservarlos, aún en ausencia de mecanismos de protección legal, apoyos técnicos o incentivos fiscales por parte del ámbito público. Existe una relación directa entre la vigencia simbólica, física, funcional y económica del patrimonio edificado de propiedad privada con la valoración social expresada en acciones de protección e inversiones públicas en determinadas áreas urbanas. La delimitación de un centro histórico, la selección y conservación de edificios y espacios públicos, operan como factores externos que incrementan el valor económico del patrimonio edificado de propiedad privada ubicado en su entorno inmediato, al propiciar un consumo conjunto de espacios públicos y privados en actividades productivas especializadas. La especialización turística de los centros históricos ha generado condiciones favorables para la conservación del patrimonio edificado público y privado, pero con efectos diferenciados en función de las características arquitectónicas de cada inmueble. Por lo anterior es posible establecer que a una menor capacidad funcional de las edificaciones privadas para contener nuevos usos, aún los habitacionales, es necesaria una mayor intervención pública para lograr la permanencia de sus características originales. En este sentido, las edificaciones más modestas están destinadas a desaparecer por su limitada capacidad para contener actividades propias de la vida actual, a pesar de que conserven su uso original. La limitada valoración social de este patrimonio no es capaz de transmitir un valor simbólico, funcional o económico que justifique su permanencia, la cual radica en asignarle funciones específicas y adecuarlas a nuevos requerimientos. La decisión de los propietarios puede ser alterada por condiciones externas al bien, y en las acciones lesivas al patrimonio se observa desconocimiento o deficiente apreciación de las ventajas de aprovechar los incentivos fiscales, el incremento del valor inmobiliario o la ganancia por la venta de un inmueble que conserve sus características originales. Por lo que toca al ámbito gubernamental, se aprecia una deficiente implementación, difusión, y aplicación de incentivos fiscales, apoyos técnicos y legales en favor de la conservación de estos bienes. En México, las acciones públicas en al patrimonio edificado se han centrado en tres vertientes: un cuerpo legal que norma las intervenciones en el patrimonio edificado y limita los derechos de los propietarios; la inversión pública en obras de mejoramiento de la imagen urbana, espacios públicos y edificios emblemáticos; así como una gestión del patrimonio 11
orientada a la especialización turística. En particular, se observa falta de flexibilidad en la aplicación de las normas para permitir la adecuación de los inmuebles a nuevos requerimientos que son indispensables para mantener su funcionalidad, dejando de lado que la conservación del patrimonio edificado de propiedad privada es un proceso inacabado por definición, al estar ligado a la evolución de la estructura urbana, que si bien tiende a conservar la capacidad de delación de las características originales del edificio, también requiere de su adecuación para mantener su vigencia. Las políticas públicas para la protección de centros históricos adolecen de un enfoque integral. Se han centrado en inversiones en espacios y edificios públicos relevantes, desatendiendo la actualización y perfeccionamiento de la legislación, la difusión de los incentivos fiscales, la asesoría a los propietarios, la incorporación del patrimonio reciente en los catálogos de monumentos o la atención a los barrios tradicionales y a las áreas periféricas de los centros históricos. Una de las mayores deficiencias es la falta de reconocimiento de la naturaleza económica del patrimonio edificado de propiedad privada y el limitado conocimiento de su comportamiento como objeto de consumo. Los conceptos vigentes en torno al patrimonio edificado así como la ausencia de un marco teórico que sustente la construcción de políticas públicas, ha llevado a privilegiar su uso en actividades especializadas que soslayan las formas de vida que en su momento les dieron origen y que en la actualidad hacen posible su permanencia. Con ello se ha propiciado la desaparición de las estructuras arquitectónicas que no se adaptan a los requerimientos turísticos. Además, se ha generado despoblación y segregación de los barrios tradicionales, poniendo en riesgo la posibilidad de sostener el aprovechamiento turístico del conjunto al ir despareciendo los valores culturales y formas de vida locales que son los principales motivos de visita para el turista cultural contemporáneo. Los limitados apoyos e incentivos públicos para conservar los inmuebles, así como el incremento del valor del suelo y de las propiedades, son alicientes para la venta de inmuebles, generando terciarización, gentrificación, segregación socio-espacial de los habitantes originales que permanecen en el sitio, así como pérdida de funciones diversificadas de los centros históricos para favorecer la especialización turística, lo cual cuestiona seriamente el actual modelo de conservación y aprovechamiento del patrimonio edificado.
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En suma, el proceso de conservaci贸n del patrimonio edificado, incluso de aquel d e propiedad privada, solamente tiene viabilidad como modelo de desarrollo urbano si se sustenta en beneficios colectivos y cumple con la funci贸n social que se le ha conferido: como palanca del desarrollo regional y del combate de la pobreza urbana, lo cual justifica la intervenci贸n del Estado y las altas inversiones p煤blicas que se requiere destinar para ello.
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14
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Las Ciudades Históricas de Iberoamérica, en la Vanguardia de la Protección del Patrimonio Cultural Mundial Dr. Arq. Salvador Díaz-Berrio F. UAM-Xochimilco La Lista del patrimonio mundial se concibió inicialmente como “una ampliación de las siete maravillas del mundo” y se orientó hacia la inscripción de grandes monumentos de carácter arqueológico e histórico. En el texto de la Convención del Patrimonio mundial de 1972, no se mencionan específicamente las ciudades que estarían incluidas en la flexible categoría de los conjuntos (artículo 1). Sin embargo, desde sus primeros años de existencia, se incluyeron algunas ciudades que contaban con amplio reconocimiento universal.
Desarrollo histórico de la Lista del Patrimonio Mundial Aunque la Convención se establece en 1972, las inscripciones de sitios culturales y naturales se inician en 1978. Durante los primeros diez años de elaboración de la Lista, de 1978 a 1987, vemos que a nivel mundial dominan las inscripciones de sitios arqueológicos, siguen las inscripciones de monumentos históricos y después aparecen las de ciudades. A partir de 1988 se sitúan en primer término los monumentos históricos y después los sitios arqueológicos. Las ciudades históricas que se encontraban en tercer lugar desde el principio en 1978, alcanzan a los sitios arqueológicos en 1994 y desde entonces hasta ahora se han mantenido en segunda posición. Lo anterior muestra una clara variación en las tendencias de apreciación y valoración del conjunto de los sitios culturales en estos últimos treinta años, al modificar la visión inicial de ampliar el número de las maravillas del mundo, refiriéndose sólo a grandes templos, castillos, palacios y valiosos monumentos de importantes zonas arqueológicas. Esta reorientación en la apreciación del patrimonio cultural inmueble nos permite señalar un paralelismo cuando recordamos que, de la valoración de las grandes obras u obras maestras, como vemos que se denominan en la Carta de Atenas de 1931, pasamos poco más de treinta años después, a la definición de
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la Carta de Venecia de 1964, donde se expresa en su primer artículo que “La noción de monumento histórico comprende tanto la creación arquitectónica aislada como el sitio urbano o rural… Se refiere no solamente a las grandes creaciones sino a las obras modestas que han adquirido con el tiempo un significado cultural.” Se advierte que los planteamientos iniciales de la consideración del patrimonio mundial no corresponden con los de la Carta de Venecia, pero poco a poco se van a ir entendiendo y aceptando los conceptos de sitios urbanos o rurales, así como los conjuntos de obras modestas que conforman las ciudades, donde también se encontrarán obras maestras. Vemos así que en 1978, año en el que se inicia la formulación de la Lista del Patrimonio mundial, se inscriben dos ciudades, la primera de ellas es justamente Quito, la capital ecuatoriana y después Cracovia en Polonia. Sin embargo en 1979, segundo año de operación de la Lista, se inscriben ya seis ciudades, una de ellas de Iberoamérica: La Antigua, en Guatemala. Por otra parte, es interesante observar que en ese año, de los otros cinco conjuntos urbanos, dos se ubican en países árabes: la Medina de Túnez y el Centro histórico de El Cairo, en Egipto. Otros dos conjuntos urbanos corresponden a Split y Dubrovnik en la antigua Yugoslavia y otro más es el barrio de Bryggen en la ciudad de Bergen, Noruega. También se inscribe el Mont Saint Michel en Francia, sitio muy especial por su entorno y su topografía en donde no parece posible separar al dominante monasterio y su templo del conjunto construido formado por fortificaciones y un número reducido de edificios civiles, por lo que difícilmente puede considerarse como una ciudad. Parece interesante anotar que en el año siguiente, 1980 aparecen cuatro ciudades más en la Lista, una de ellas iberoamericana, Ouro Preto, primera inscripción de Brasil. Lo curioso es que se inscriben otras dos ciudades de Polonia y Noruega: Varsovia y Roros, respectivamente. Se registra también la inscripción de Roma, primera del extenso conjunto de ciudades italianas inscritas. En estos tres primeros años se advierte que inicialmente hay más inscripciones de ciudades pertenecientes a países que podríamos llamar “periféricos”, como Noruega, Polonia, Egipto, Túnez, Ecuador, Guatemala y la
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ex Yugoslavia, en relación con los países, europeos y americanos, que en la actualidad tienen mayor cantidad de ciudades inscritas. La inscripción de ciudades iberoamericanas se mantiene con uno o dos casos anualmente, hasta llegar a 1987 cuando, además de incluirse Brasilia, México inicia su presencia en la Lista inscribiendo tres ciudades. En forma parecida, España que inició su participación tres años antes (1984), propuso al siguiente (1985) la inscripción de tres ciudades: Avila, Segovia y Santiago de Compostela. Más adelante, solamente Italia es el tercer país que ha propuesto la inscripción de tres o más ciudades el mismo año: Nápoles, Siena y Vicenza, además de la población industrial de Crespi D´Adda, en 1995. En el caso de México, país que participó activamente en la elaboración de la Convención en 1972, hubo que esperar doce años (hasta 1984) para que el Senado de la República aceptara la adhesión formal a esta Convención. En 1985 se inició el trabajo para establecer una primera Lista Indicativa de los sitios que se propondrían para ser inscritos en la Lista y el año siguiente ya fue posible presentar los expedientes de los primeros seis sitios que se propusieron y se inscribieron en 1987. México se integra entonces a los países que van configurando la Lista, inscribiendo de entrada tres ciudades históricas (ciudad de México, Puebla y Oaxaca) y tres sitios arqueológicos (Palenque, Teotihuacán y Monte Albán, este último asociado a la ciudad de Oaxaca), así como un sitio natural (Sian Ka´an). Cabe destacar que asociado también al centro histórico de la ciudad de México se inscribió Xochimilco, sitio particular que podía considerarse histórico y prehispánico y también mixto, por ser sitio natural y cultural en la época de su inscripción, y que ahora corresponde principalmente a la categoría de paisaje cultural, reconocida por el Comité del Patrimonio Mundial, desde 1992. Es interesante considerar el caso de España, que inicia sus inscripciones en 1984 con cinco grandes monumentos: la mezquita de Córdoba, la Alhambra y el Generalife en Granada, la catedral de Burgos, el Monasterio del Escorial, así como el palacio y parque Güell y la Casa Milá, en Barcelona. Sin embargo, diez años después propone la extensión de los dos primeros sitios citados para
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ampliarlos a “Centro histórico de Córdoba” y agrega el barrio del Albaicín al conjunto monumental de Granada.
Situación actual Ante todo, cabe señalar que cada año los números y cantidades de sitios inscritos aumentan y se modifican ligeramente las proporciones de los tipos de sitios de la Lista, pero se pueden observar las tendencias generales en su configuración y evolución. En la actualidad tenemos dos países europeos y latinos con el mayor número de inscripciones de ciudades en la lista: Italia con 18 y España con 13. Vemos que después se encuentran en tercer y cuarto lugar dos países de Iberoamérica: México con diez y Brasil con siete inscripciones, además de otro país europeo, Francia, también con siete ciudades inscritas. Después aparecen otros cuatro países, cada uno con seis ciudades inscritas: tres europeos (Alemania, República Checa y Reino Unido) y otro país del norte de África, que pertenece al conjunto de los países árabes: Marruecos. Al observar el conjunto de la lista vemos que varios países, y entre ellos los Iberoamericanos, han puesto mayor atención a la inscripción y, por lo tanto, a la conservación de ciudades. Quito fue el segundo sitio inscrito al iniciarse la Lista en 1978 y México, con diez ciudades inscritas, se ubica en primer lugar d e América y tercer lugar mundial, seguido por Brasil, segundo lugar americano y cuarto mundial, con siete ciudades. Cuba se sitúa en el tercer lugar de Iberoamérica con cuatro ciudades inscritas: La Habana, Trinidad, Cienfuegos y Camagüey. En cuarto lugar está Perú con tres ciudades, Cuzco, Lima y Arequipa y después con dos ciudades inscritas encontramos a Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador. Por otra parte, es importante tomar en cuenta no sólo las cantidades totales de las ciudades inscritas, sino la proporción en la que aparecen las ciudades dentro del conjunto de sitios culturales y naturales inscritos por cada país. De esta forma se entiende mejor la importancia asignada a este tipo de bienes culturales en el conjunto del patrimonio de cada país. Vemos así que en la mayoría de los países iberoamericanos, 12 países de los 18 que cuentan con
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sitios inscritos en la lista mundial, una tercera parte al menos de sus inscripciones está constituida por ciudades. En Bolivia, Colombia, Guatemala, Perú, Venezuela y México, un 33% de los sitios inscritos son ciudades, mientras que en Brasil (con siete casos) y Chile (con dos ejemplos) las ciudades representan el 40%. Por su parte Cuba, que cuenta con cuatro ciudades entre sus nueve inscripciones alcanza así el 44% y Ecuador tiene el 50 %, es decir, dos ciudades de sus cuatro sitios inscritos. Se dan los casos particulares de Uruguay y la República Dominicana, cada uno con una sola inscripción y se trata de una ciudad, lo que representaría un 100%. En lo que se refiere a los países europeos con mayor número de sitios inscritos, solamente Italia cuenta con 18 ciudades, de sus 45 sitios inscritos (el 40%) y España con 14 ciudades de sus 43 inscripciones (32%), superan el porcentaje de 30% en el total de inscripciones de cada país, en comparación con los países iberoamericanos. Por otra parte, si consideramos naciones con menor cantidad de inscripciones, se deben señalar los casos de la República Checa con un 50%, seis ciudades entre sus 12 inscripciones, Croacia con 42% (de sus siete sitios, tres son ciudades) y Austria con 37% (tres de sus ocho inscripciones son ciudades). Adicionalmente se debe destacar el caso particular de Uzbekistan, con un total de cuatro sitios inscritos y todos ellos son ciudades, lo que representa el 100%. Otros países europeos, como Francia, Reino Unido, Holanda y Suiza sólo alcanzan el 20% de ciudades en sus inscripciones totales, aunque Hungría llega a un 25%. Cabe mencionar que Alemania, con seis casos, y Grecia, con tres unidades, cuentan respectivamente con un 18 y un 17% de inscripciones de ciudades, dentro del número total de sus sitios inscritos. Como casos particulares es importante subrayar la situación de algunos países árabes como Marruecos y Yemen, en los que las ciudades forman el 75% de sus inscripciones (el primero con seis casos y el segundo con tres) mientras que Túnez solo llega al 25 %, con tres ciudades entre sus ocho inscripciones. Por otra parte, en países asiáticos, la presencia de ciudades es muy limitada en el conjunto de los sitios inscritos. No encontramos ciudades en el conjunto de los 28 sitios de la India, vemos que China tiene solamente cuatro ciudades inscritas dentro de su extensa serie de 40 inscripciones (lo que
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representa un 10%) y Japón cuenta solo con dos casos entre sus catorce inscripciones, lo que equivale a un 14%. En síntesis podemos afirmar, después de revisar la situación general en todos los países que participan en la configuración de la lista del patrimonio mundial, que sólo algunos muestran una atención mayor hacia sus ciudades históricas, y entre ellos los Iberoamericanos, han puesto mayor atención a la inscripción, y por lo tanto a la conservación de ciudades. Podemos calificar esta posición como de vanguardia, en materia de protección, conservación, restauración y rehabilitación del patrimonio cultural inmueble, en función del contenido de las Cartas y Recomendaciones internacionales en la materia. Los grandes monumentos, como los grandes templos, castillos, palacios y valiosas edificaciones de importantes zonas arqueológicas, constituyen un patrimonio tradicionalmente reconocido desde hace siglos, mientras que los conjuntos urbanos se reconocen y se valorizan en los últimos cincuenta años, prácticamente a partir del documento de Venecia de 1964. La mayor parte de estos grandes monumentos se han atendido y protegido habitualmente y en la actualidad se siguen atendiendo regularmente, mientras que los conjuntos que configuran el patrimonio cultural urbano están aún desprotegidos en muchas ocasiones y en diversas regiones. Vemos entonces que de los doce países que cuentan con mayor número de ciudades inscritas, solo en nueve de ellos el porcentaje de las ciudades supera o alcanza el 30%, en relación con el total de sus sitios inscritos, lo que puede señalarse como posición de vanguardia. De estos nueve países, cuatro son europeos (Italia, España, República Checa y Portugal), tres son iberoamericanos (México, Brasil y Cuba), uno árabe (Marruecos) y otro de Medio Oriente y Asia (Uzbekistan). Por otra parte, es ilustrativo tomar en cuenta el número de países con sitios inscritos y que forman las cinco regiones que establece la UNESCO en lo que se refiere a la Convención del patrimonio mundial: Europa y América del Norte cuentan con 49 países; América Latina y el Caribe, con 25; África, con 29; Medio Oriente y Asia, con 31 y Oceanía sólo con dos países. Si relacionamos entonces la cantidad de países por región y el número de ciudades inscritas,
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vemos que de los países en vanguardia, son cuatro los europeos, de un total de 49 (8%) y tres los iberoamericanos, del total de 25 países (12%). Para finalizar, se debe insistir en que el objetivo de las inscripciones no consiste tanto un reconocimiento internacional, sino ante todo, en un instrumento para apoyar a la conservación de los sitios inscritos. Sin duda, las ciudades son sitios más complejos que los monumentos o zonas arqueológicas, por la variedad de actividades humanas que se deben mantener y desarrollar en ellas y por la variedad de sus edificaciones y los usos que se dan en ellas. Por consiguiente, debe asignarse mayor atención a las labores de conservación y rehabilitación de las zonas históricas urbanas. Creo importante y útil recordar que en las conclusiones del Coloquio Internacional de las ciudades del Patrimonio Mundial que se llevó a cabo en Québec, Canadá en 1991, se expresó lo siguiente: “La realidad de los tiempos modernos (…) ejerce sobre los centros históricos
urbanos
presiones
considerables:
sobrepoblación,
envejecimiento de las infraestructuras, especulación de bienes raíces y el transporte no son más que algunos de los obstáculos con los cuales se enfrentan, en todos los continentes, las políticas de conservación de los barrios históricos.”
Sin embargo, es posible afirmar que nos encontramos ante una contradicción, ya que se ha manifestado una prioridad hacia la valoración y protección del patrimonio urbano iberoamericano, pero vemos que la prioridad de las acciones y de las intervenciones de conservación y rehabilitación se dirige aún en muchos casos hacia los grandes monumentos arqueológicos o históricos y esta es la tendencia que debemos reorientar para fortalecer la autenticidad, la identidad y la utilidad de nuestro patrimonio cultural urbano en su conjunto y especialmente el constituido por las ciudades inscritas en la Lista del Patrimonio mundial.
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REFERENCIAS A PUBLICACIONES Pressouyre, Léon. La conservation du Patrimoine Mondial, vingt ans après. UNESCO. Paris. 1983.
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Diaz-Berrio F., Salvador. Centros y ciudades históricas mexicanas del patrimonio mundial, en “Centros históricos de México”, Banobras, 65 Aniversario, México 1998.
Diaz-Berrio F., Salvador. Protección y rehabilitación del patrimonio cultural urbano. UAM, México, 2007. UNESCO – Incafo. Guía del Patrimonio Mundial. Madrid, 19994. whc.unesco.org – UNESCO Centre du patrimoine mondial. Site officiel
El espacio público como patrimonio: Caso de estudio el Centro histórico de la ciudad de México Mtra. Luz Cecilia Rodríguez Sánchez
De las ciudades, lo que más me gusta son las calles, las plazas, la gente que pasa ante mí y que probablemente no veré nunca más, la aventura breve y maravillosa como un fuego de virutas, los restaurantes, los cafés y las librerías. En una palabra: todo lo que es dispersión, juego intuitivo, fantasía y realidad. Josep Pla, Cartes de Iluny, 1927 Al hablar de la ciudad, podemos hacerlo de muy diversas maneras. Una de ellas es a partir del tejido urbano que la conforma, el cual puede ser entendido, desde una visión muy general, como un sistema de redes compuestas por calles, edificios y plazas que albergan los diversos
tipos de infraestructura y
equipamiento, en donde la incesante movilidad y los constantes flujos que impone la vida cotidiana nos impiden percibir cualitativamente a la urbe y a sus espacios en nuestro continuo deambular. El tejido urbano que define a cada ciudad hace que sea única, puesto que está lleno de significados y puede dar pie a múltiples líneas de investigación. Por ejemplo, a través de un estudio morfológico es posible identificar las transformaciones que ha sufrido la ciudad, lo que permite a su vez hacer una lectura de las rupturas y continuidades inherentes al desarrollo urbano, mediante el análisis de su evolución histórica. Asimismo, al entender a la urbe como un organismo viviente, que siempre está en un constante movimiento que la hace cambiar y adaptarse a las nuevas necesidades de las diferentes sociedades que la habitan. Como consecuencia de esta interminable metamorfosis, se produce la transformación del espacio público, a tal grado que en la actualidad hemos olvidado que una de las funciones históricas de estos espacios ha sido la de fungir como lugares de encuentro y reunión. Dicha situación nos hace reflexionar acerca de su significado y pensar en
una redefinición, en el sentido de replantear de alguna forma su simbolismo y su función dentro de la sociedad contemporánea. De ahí que explicar los distintos significados y usos del espacio público, así como indagar la manera en que éstos se han transformando a lo largo del tiempo resulte una tarea por demás compleja e interminable, pero necesaria para valorar su importancia como elemento estructural y fundamental de toda traza urbana, a lo que debe sumarse sus cualidades históricas y culturales por las que debería ser considerado como parte esencial del patrimonio urbano. Ahora bien, es pertinente señalar que el espacio público al que se está haciendo referencia es aquel que alude a los espacios abiertos de uso común que se materializan a través de la llamada vía pública: calles, avenidas, plazas, jardines o parques. Además, dicho espacio está constituido por una estructura formal, delimitada por el espacio privado, en donde se permite el libre tránsito de la ciudadanía, condición que determina su carácter público, por lo que también cumple con una importante labor social dentro del desenvolvimiento de la ciudad. De igual forma, el espacio público materializado a través de la red de calles, se convierte en el “agente estructurador de todos los elementos que forman la ciudad” (Oliva, 2005:86), pues cada componente que la integra se conecta a través éste, en consecuencia “una de las características esenciales del espacio público es su configuración continua, es decir, que se extiende en todas direcciones y a través de toda el área urbana” (Querol, 2004:56). Es por ello que las características del espacio público suelen ser muy diversas, de acuerdo a su ubicación, a su historia y a su gente; no obstante, para poder entenderlo, debemos pensarlo en primer lugar como un elemento urbano seguido de su carácter cultural y ciudadano, condición que nos obliga considerarlo no sólo como espacio físico, sino también como un espacio simbólico, puesto que representa un espejo de la sociedad, de las problemáticas y de las preocupaciones, pues de una u otra forma, mas allá de ser un lugar de conflicto, ha sido un lugar en donde la ciudadanía se ha hecho presente. Lo anterior, resulta más comprensible si se da una connotación geográfica, y se toma como ejemplo el Centro histórico de la ciudad de México, al ser uno de
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los lugares donde puede llevarse a cabo una singular lectura referente a la manera en que se han dado diversas transformaciones. Puesto que el Centro histórico alberga al núcleo de fundación de la Ciudad, lo hace poseedor de una incomparable vitalidad heredada de épocas anteriores a la Colonia, lo cual ha provocado
que se
mantenga
inmerso
en
una
dinámica
constante
de
transformación a fin de adaptarse a las necesidades de cada época, que en conjunto han incidido de manera directa en el espacio público, en sí mismo, por formar parte esencial de dicho proceso. Al transcurrir de los años, los usos y funciones por los cuales ha atravesado la vía pública del Centro histórico de la ciudad de México han sido muy diversos, pues mientras algunos usos han desaparecido, otros aún se encuentran vigentes. Sus calles y plazas han sido escenario de múltiples pasajes de la historia de la gran urbe y de sus habitantes, pues aparte de cumplir con funciones prácticas, como es la permitir el transito peatonal y vehicular, ha albergado muchas otras actividades. Por ejemplo, el servir como lugar de expresión, de manifestación o de festejo, además de subsistencia, dado que aún se ejercen distintos oficios y actividades que hacen que la vía pública funja como el lugar de trabajo para músicos, merolicos, boleros, danzantes, vendedores ambulantes, organilleros, etcétera. Sin embargo, el mal uso y el abuso de la vía pública por algunos sectores de la sociedad, se ha convertido en un problema para el pleno disfrute de la misma y para su funcionamiento. No es difícil que cuando pensamos en las calles Centro histórico, lo primero que se nos venga a la mente sea en el llamado comercio informal, o en el tumulto de gente al cual nos tenemos que enfrentar cada vez que lo visitamos, pues llegan a convertirse en una barrera que obstaculiza el poder apreciar y valorar aquello que nos rodea y que está bajo nuestros pies y enfrente de nosotros: la vía pública, las plazas, las calles. 1
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El problema de la informalidad es de carácter multifactorial y por demás complejo, que requiere ser abordado con más profundidad para entender sus causas y sus efectos en la dinámica urbana, por lo que se menciona sólo como uno de los muchos factores que inciden en el espacio público de una zona de carácter patrimonial, pues el problema no es exclusivo del Centro histórico de la Ciudad de México.
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Sin duda, el incremento del comercio informal no sólo ha afectado a las calles y plazas, sino que ha alterado la vida misma de la zona, pues conforme fue aumentado el problema en algunas áreas, se fue estimulando la expulsión del uso habitacional y se hizo exclusivo del comercial, con lo que se negó la oportunidad para que en el Centro histórico existiera una verdadera diversidad de usos y actividades, mas allá de las meramente comerciales, lo cual representa uno de los principales problemas a los que se tienen que enfrentar los centros históricos, pues la vitalidad que llegan a tener queda limitada a un horario restringido, lo cual provoca un subutilización de la infraestructura y del equipamiento que los conforman, además de los a problemas de seguridad inherentes al fenómeno, pues un barrio vivo es aquel en el que se ha mantenido el uso habitacional, que permite la diversidad, favorece el arraigo y la valoración misma del entorno por parte de quienes lo viven de manera cotidiana. De ahí que la expulsión de habitantes en el Centro histórico de la ciudad de México haya provocado que
en algún momento algunas plazas se hayan
convertido en espacios residuales al haber perdido su uso como lugar de encuentro o de reunión. La invasión, por parte de vendedores ambulantes, ha provocado una notoria degradación del espacio público, debido a que éstos se han instalado de manera permanente en las banquetas y en el arroyo vehicular, lo que ha hecho que las plazas queden aisladas del tránsito peatonal y, por consiguiente, las estructuras de los puestos impidan el acceso para disfrutar dichos espacios al convertirse en una barrera que separa a las plazas de la circulación de peatones y vehículos. Gran parte del planteamiento de este problema se sustenta en que las calles y plazas, entendidas como elementos propios del espacio público, deben de ser percibidas como parte del patrimonio cultural, por lo que el problema no está en impedir que se dé la transformación, sino en que ésta sea controlada y planeada, con el fin de conservar su valor histórico. Vale recordar que el comercio ha sido una de las principales actividades que se ha desarrollado en el esta zona, desde la época prehispánica y posteriormente en la Colonia, pues la presencia de vendedores ambulantes ha sido un problema que ha estado presente a través de
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los siglos, al ser considerado como un obstáculo para el libre tránsito de peatones y vehículos, además de muchos otros problemas que provoca. Lo cual puede ser comprobado a través de una revisión de las ordenanzas y bandos emitidos en diversas épocas que aluden al tema, para percatarse que ha sido un fenómeno constante, por lo que pensar en su desaparición resulta un tanto absurdo, por no decir imposible, al ser un actividad en gran medida tradicional, de ahí que deba optarse por una rigurosa regulación. Tal situación no es más que un ejemplo de la transformación que dichos espacios han tenido respecto a los usos y modos de apropiación, puesto que la realidad que se vive en las calles y plazas del Centro histórico, además de muchos otros conflictos, deja entrever la falta de valoración que existe entorno su reconocimiento como patrimonio cultural, lo cual no es solamente un error por parte de las autoridades, sino de la ciudadanía misma a la que no se le ha enseñado a apreciar esta modalidad. Por consiguiente, cuando se intenta hablar de espacio público como patrimonio, tangible o intangible, su valor 2 se deduce a partir de la capacidad que éste tenga de arraigo e identificación con la sociedad. De igual modo en el caso de los monumentos, gran parte de su valor reside en que es a través de ellos como se puede llegar a establecer una relación entre el pasado y el presente, al actuar como símbolos y referencias sólidas que han permanecido en el tiempo, pues, como lo apunta Joseph Ballart (2002) “los monumentos son consagraciones de la memoria”. Por lo tanto, es importante resaltar que el valor de dichos espacios no siempre está contenido en la morfología del monumento en sí, sino en las cualidades y en el simbolismo añadido que las personas le dan al mismo. Culturalmente se nos ha enseñado a apreciar las grandes construcciones, pero estas no se encuentran aisladas, sino que están unidas por un tejido urbano que es la vía pública: el espacio público, que le da sentido a todo conjunto urbano, ya sea histórico o no.
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Valor en el sentido de valía, es decir, percepción de cualidades estimables en una cosa, no de valor en un sentido teórico o meramente especulativo (Ballart, 2002: 61).
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Bajo esta perspectiva, para establecer una relación entre espacio público y patrimonio, es necesario retomar un poco la historia de la ciudad como un instrumento para valorar todos aquellos elementos que conforman a todo conjunto urbano, y así poder entender de qué manera las calles, avenidas, plazas y parques generan, no sólo una estructura que funge como escenario de acción de la sociedad, sino que posee cualidades particulares que pocas veces tomamos en cuenta, y que debería ser apreciada como la suma de múltiples factores, que además de estar definida por los elementos construidos, también deben ser consideradas el conjunto de costumbres, usos y modos de apropiación que dan vida al patrimonio y poseen un valor intangible, lo cual convierte al Centro histórico de la ciudad de México en un lugar único. Asimismo, una de las riquezas con las que cuenta dicho centro, es su sistema de plazas, en las que muchas veces caminamos sin prestar atención, y menos aun sin valorar su presencia y sin saber que la mayoría de ellas han existido desde el periodo de la fundación, ya que además de la Plaza de la Constitución –Zócalo- o la Plaza de Santo Domingo, que son las más recocidas al haberse convertido en
todo un referente para los capitalinos, existen muchas
otras más que también son contenedoras de historia y, por ende, de un gran valor patrimonial. Ejemplo de ello son la Plaza de Santa Catarina, la Plaza de San Sebastián, conocida también como la Plaza de El estudiante, o la Plaza de la Santísima, tan sólo por citar algunas de ellas, que conforman un conjunto invaluable que dista mucho de recibir el valor que merece, no sólo por su historia sino también por sus cualidades formales. Sin embargo, es necesario recordar que el espacio público está conformado no sólo por plazas y jardines sino por las calles mismas que le dan forma a la estructura de la ciudad, y que junto con los edificios generan un singular paisaje urbano, lleno de riqueza, pues cada calle del centro posee una historia propia y características particulares, producto de la suma de los muy diversos elementos que las definen. Es por ello que toda trama urbana, dependiendo de su ubicación y contexto, posee en sí una historia y un valor, que en el caso de los centros históricos, están determinados en función de que representan lugares de identidad para los
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ciudadanos, pues como lo señala Marina Waisman (1990) “La trama urbana y con ella la estructura de los espacios públicos, está íntimamente inscrita en los hábitos y en la conciencia del ciudadano de cada región”, para quienes el espacio público se convierte en el escenario en donde la sociedad se hace presente. De ahí que una vez reconocido el valor patrimonial de un conjunto urbano, debe quedar implícito que sus espacios abiertos son elementos intrínsecos al mismo y, por ende, necesitan estar sujetos a la preservación y conservación, ya que conforman parte medular de la imagen urbana y de la vida social al ser portadores de un gran valor histórico y cultural. Al respecto, hay que recordar que la valoración del espacio público se ha venido trabajando desde años atrás. Ejemplo de ello fue el “Primer encuentro sobre planeación del uso de los espacios colectivos en zonas históricas”, realizado en Paris en 1978, en el que se establecieron ciertos parámetros que aún resultan de gran utilidad para entender y analizar el uso de estos espacios insertados en conjuntos históricos. Entre las consideraciones que vale la pena resaltar se encuentran los siguientes puntos:
“(…) el principal requerimiento está en el considerar el centro o el conjunto histórico como un todo, ya que la relación entre lo construido y lo no construido es indisoluble.
El valor cultural de los espacios públicos abiertos, reside en la relación de familiaridad que entabla el hombre con su medioambiente, ya que éste refleja su cultura, su historia y su forma de vida, aunque es importante hacer notar que el desarrollo apresurado de las ciudades ha modificado esta relación, lo que se refleja en la pérdida del simbolismo de los espacios abiertos.
El conflicto y, por lo tanto, el problema que se tiene que enfrentar es la divergencia entre el valor simbólico e histórico de los espacios abiertos de uso colectivo y su adaptación a los requerimientos de la vida contemporánea” (Stuber, 1978). Lo anterior no es más que un razonamiento del porqué el espacio público
es de vital importancia, no sólo para el centro o conjunto histórico al cual pertenece, sino para la cultura en general, debido a que cuando se habla de
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conservación, pocas veces se toman en cuenta los espacios abiertos en un sentido riguroso. Intervenir la vía pública con fines de conservación responde a factores muy diferentes a los que puede estar sometido un edificio, por sus características y funciones que resultan ser totalmente distintas. Asimismo, otro de los factores que debe tomarse en consideración es que en la mayoría de los países se cuenta con métodos y reglamentos para proteger los edificios y monumentos de valor histórico; sin embargo, no sucede lo mismo respecto a la conservación de los espacios públicos abiertos insertos en conjuntos históricos, pues en el mejor de los casos se generan áreas de protección que comprende al espacio urbano en su totalidad. Por ejemplo, la Carta de Conservación de Ciudades Históricas y Áreas Urbanas Históricas (Carta de Washington, 1987), alude de manera muy general a los espacios públicos y al tejido urbano, dentro de sus principio y objetivos establece que en la conservación de los conjuntos históricos: 2. Los valores a conservar son el carácter histórico de la población o del área urbana y todos aquellos elementos materiales y espirituales que determinan su imagen, especialmente: a)
La forma urbana definida por la trama y el parcelario.
b)
La relación entre los diversos espacios urbanos, edificios, espacios verdes y libres.
c)
La forma y el aspecto de los edificios (interior y exterior), definidos a través de su estructura, volumen, estilo, escala, materiales, color y decoración.
d)
Las relaciones entre población o área urbana y su entorno, bien sea natural o creado por el hombres.
e)
Las diversas funciones adquiridas por la población o el área urbana en el curso de la historia (ICOMOS, 1987).
Mientras que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, emitida en 1972, es aún más general, pues en su artículo 41 determina que la “Zona de monumentos históricos, es el área que comprende varios monumentos históricos relacionados con un suceso nacional o la que se
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encuentre vinculada a hechos pretéritos de relevancia para el país” (Congreso, 1972), lo cual continua siendo bastante ambiguo por su falta especificidad y pone en duda que tanto se considera el posible valor patrimonial que el espacio público pudiese llegar a tener, bajo el entendido de que el negar o desconocer esta condición resulta ser un acto un tanto equívoco, ya que todo lo que rodea a los edificios es lo que en gran parte los caracteriza y les da sentido. La forma y uso del espacio exterior está en función directa al uso de los edificios en su interior. Es decir que el valor del espacio público abierto en los centros históricos, reside, como lo apunta Fernando Carrión, en que es un espacio distinto y particular con relación al resto de la ciudad, al ser un espacio considerado para todos, que representa un símbolo de identidad colectiva, no sólo para quienes lo habitan, sino también para quienes lo visitan. Por lo tanto, hablar de la recuperación del espacio público, resulta hasta cierto punto un tanto ambiguo o pretencioso, en el sentido de que se pueden dar diversos enfoques, pues el término recuperación pudiera ser entendido como el rescate de ciertas características que en la actualidad se encuentren en peligro, tanto en lo formal como en lo funcional, dado que las condiciones de cada sociedad difieren de acuerdo a su temporalidad, por lo que el uso original que en algún momento tuvieron las plazas o jardines no se pueden reestablecer de manera arbitraria, aunque no por eso dichos espacios deban ser subvalorados en relación con su función dentro de la estructura urbana; al contrario, toda acción debe partir de su reconocimiento como espacios vitales para la ciudad, además de su valoración como patrimonio cultural. Por consiguiente, hablar de la recuperación del espacio público en un contexto histórico, como es el de la ciudad de México, implica hacer alusión a la conservación urbana, para tener claro qué es lo que se busca conservar, siempre bajo la premisa de que la conservación debe ser entendida como “…un conjunto de actividades destinadas a salvaguardar, mantener y prolongar la permanencia de los objetos culturales para transmitirlos al futuro” (Díaz-Berrio, 2002), que representa la parte medular de toda una serie de actividades o modos de actuar, enfocados a preservar el patrimonio en cualquiera de sus modalidades.
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En la búsqueda por rescatar el espacio público, recae la importancia que éste tiene respecto a la ciudad, al ser un indicador tanto de la calidad urbana como de la calidad de vida de la gente que lo habita, por lo que a partir del diagnóstico de la realidad que permea al Centro histórico, tanto en sus calles como en sus plazas, se puede establecer que cualquier trabajo de regeneración y revitalización deba ser propuesto bajo el esquema de un proyecto integral de intervención urbana, en el cual converjan toda una serie de elementos cuyos efectos se vean reflejados en el mejoramiento no sólo de la imagen sino de la calidad de vida que estos espacios ofrecen, pues el trabajo escenográfico de arreglo de calles y fachadas representa una pequeña parte de la solución, que difícilmente hará que sean valorados como merecen y sean devueltos a la sociedad como lugares multifuncionales. Por tanto, un primer paso es reconocer nuestro derecho al disfrute de la ciudad, y más aun de aquellas zonas cuyas cualidades históricas que las hacen invaluables. Dicho disfrute involucra el derecho al libre tránsito por las calles y plazas, que son propiedad pública y, por ende, nos pertenecen a todos por el simple hecho de ser mexicanos, al mismo tiempo de reconocer la responsabilidad por parte de las autoridades y de los ciudadanos mismos, el conservarlas en buen estado, en virtud de que es obligación de todos participar en su mantenimiento, al hacer un uso apropiado de ellas. Por último, si lo que se pretende es la conservación y recuperación del espacio público, la pregunta que tiene que preceder a toda acción siempre deberá ser ¿para qué y por qué lo vamos a hacer?, ante lo cual las respuestas pueden variar. En primer lugar, porque integran un conjunto histórico y, por lo tanto, son también parte del patrimonio; en segundo, porque poseen cualidades únicas que deben recuperarse y conservarse para el disfrute de la ciudadanía; en tercero, los espacios públicos deben siempre mantener una de sus principales cualidades, que es la de ser lugares incluyentes que favorezca la diversidad impidiendo con ello la exclusión y, por último, si no se actúa de manera correcta e integral, estos espacios estarán en peligro de convertirse en lugares residuales y subutilizados lo cual sería una pérdida para el patrimonio de nuestra ciudad.
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El espacio público del Centro histórico de la ciudad de México, no debe ser visto como un problema, sino que debe visualizarse como un abanico de oportunidades para la ciudadanía, para que sea disfrutado por todos aquellos que lo habitan, lo viven, lo transitan y lo visitan día a día. De ahí que una de las primeras tareas sea el reconocer su valor patrimonial.
Bibliografía
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El Centro histórico de México, hoy Inti Muñoz Santini
Las calles, plazas y edificios del Centro histórico de México sintetizan los casi 700 años de la difícil historia de una gran ciudad y una nación entera, que ha sido la de sus reinvenciones. La ciudad azteca nació sobre un lago; la novohispana se construyó con las piedras de la destruida y derrotada Tenochtitlán. En el siglo XVII, la ciudad barroca conjugó la identidad diversa y confrontada que subyacía en la primer sociedad novohispana. Al final del siglo XVIII, la ciudad ilustrada y neoclásica se traduciría en los primeros alumbrados públicos, en nuevos paseos y drenajes, en mejores trazos y nuevas ideas urbanas. Estas calles y estas plazas fueron también el escenario en el que se comenzó a inventar un país. El siglo XIX hizo de la ciudad, a un tiempo, el lugar donde se forjó el concepto de soberanía y el objeto de nuestra vida independiente, de las ideas de libertad e igualdad y de las batallas por el poder en el marco de una contradictoria realidad social, signo de un intenso cambio histórico. Más adelante, la Reforma liberal y el Porfiriato, la Revolución y la Posrevolución, al reinventar al país, también reinventaron la urbe. La vieja y cosmopolita Ciudad de los palacios es por ello y desde entonces el espejo más importante de la diversidad cultural, de los sueños y los ideales de un país y un continente. Desde sus palacios y sus edificios modernos a las viejas vecindades y las tradiciones vivas, la huella arquitectónica, económica, cultural y social de todos los capítulos de la vida nacional está presente en lo que el historiador Serge Gruzinski describió como una monumental y excepcional ciudad compuesta de muchas ciudades superpuestas. A mediados del siglo XX, el Centro histórico era la mayor parte y el centro de una gran y moderna metrópoli, capital de la República Mexicana. También comenzaban a surgir los primeros rasgos del futuro hipercrecimiento de la Ciudad. La industrialización se fue llevando la actividad económica a la periferia. En los años cuarenta, la decisión de congelar las rentas de la vivienda, más que asegurar
la vivienda popular, abonaría en el deterioro futuro de miles de propiedades. Poco después, la Universidad Nacional se mudó a la nueva Ciudad Universitaria y con ello se llevaría a miles de jóvenes y maestros que habitaban sus jardines, sus cines, sus cantinas y sus cafés. Todo lo anterior sería el principio de un sostenido proceso de despoblamiento y de pérdida de habitabilidad cuya consecuencias serían después el vacío, el deterioro y el abandono. El descubrimiento de las ruinas del Templo Mayor en 1978 puso de nuevo la mirada nacional en el Centro. Esto llevó a que en 1980 se emitiera un decreto presidencial que declaró la creación de la Zona de Monumentos Históricos denominada “Centro histórico de la ciudad de México”. Entre las consideraciones para ello se señaló que la capital mexicana se asentó sobre los restos de la antigua México-Tenochtitlán, expresión urbana notable de la tradición cultural mesoamericana. También influyó la existencia de la traza original del siglo XVI, que conjugó la concepción española y la heredada por los aztecas, así como el haber sido sede del poder virreinal y de la vida política y social novohispana, para después ser asentamiento de los poderes federales de la república desde 1824 y escenario los acontecimientos más importantes del México independiente. En aquella exposición de motivos también se afirmó que dentro de los planes de desarrollo de la ciudad de México era indispensable la protección, conservación y restauración de las expresiones urbanas y arquitectónicas que constituyen el más extraordinario patrimonio cultural del país, al tiempo de enfatizar la necesidad de atender convenientemente a la preservación del legado histórico de la zona sin alterar o lesionar su armonía urbana. De acuerdo a los lineamientos establecidos en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, se delimitó un polígono de 9.1 kilómetros cuadrados constituido por 668 manzanas y se enlistaron 1436 edificios como monumentos históricos (construidos entre los siglos XVI y XIX) para ser protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Dentro de la zona se estableció la creación de dos perímetros: el “A”, con 3.2 kilómetros cuadrados –en el que se encuentra la mayor concentración de
monumentos- y el “B”, con 5.9 kilómetros cuadrados, que funcionaría como zona de amortiguamiento del primero. Entonces se crearon también los primeros controles y criterios para la conservación del Centro y se echaron a andar algunas acciones de rescate. Hay que agregar que el trabajo de catalogación del patrimonio arquitectónico del siglo XX que actualmente lleva a cabo el Instituto Nacional de Bellas Artes podría incluir alrededor de 400 edificios más considerados como monumentos artísticos (construcciones art decó, modernistas y funcionalistas), lo que convierte al Centro histórico en la Zona de Monumentos Históricos y Artísticos más grande del país y de América. La salida de la Central de Abastos del barrio de La Merced, en 1983, generaría el principio de un perjudicial proceso de desintegración urbana en el oriente del polígono. Los sismos de 1985 devastaron cientos de edificios y destruyeron 45 mil viviendas en la zona central del valle de México. El Centro histórico recibió entonces el más duro golpe que ha sufrido hasta la fecha, y su viabilidad como espacio urbano habitable se puso seriamente en duda; sin embargo, la tragedia dio paso a la confirmación de que éste era el corazón de una ciudad con la fuerza social suficiente y el sentido solidario necesarios para levantarse. En 1987, el Centro histórico sería declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, y una primera gran lectura de su Valor Universal Excepcional buscaría sentar las bases para su futura conservación. El Centro nunca ha dejado de ser el espacio simbólico de la construcción de México. Más aún, desde 1968 y hasta nuestros días, se convirtió en el espacio vital de una ciudad que, como hace poco dijo Friedrich Katz, pasó de ser el objeto de las batallas históricas para convertirse en un dinámico sujeto transformador de la realidad nacional. Las libertades, los derechos, las manifestaciones culturales contemporáneas y el complejo cambio democrático del país no pueden explicarse sin la historia centenaria y reciente de estas calles, estas plazas públicas y estos recintos. Esta es una de las claves para el Centro del presente y su futuro posible: que nunca ha dejado de ser un espacio de encuentro.
Durante 1990 la creciente preocupación sobre el rescate del Centro histórico llevó a la creación del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México (FCHCM), que en un principio fue un organismo privado encargado de reunir fondos y desarrollar algunas intervenciones puntuales de conservación. En 1997, se eligió por primera vez en las urnas al Gobierno del Distrito Federal. Con la democratización, la recuperación del Centro histórico tomó fuerza en la agenda política y social de la ciudad; sin embargo, como fruto de una prolongada crisis económica de casi 15 años y del cambio de la estructura política de la Ciudad, una vieja tradición –incluso de raíces prehispánicas-, el comercio ambulante, había desbordado para entonces las calles de más de la mitad de la Zona de Monumentos Históricos. Decenas de miles de personas desempleadas vieron en el comercio en la vía pública su única alternativa de subsistencia. Miles de puestos ocuparon de acera a acera cientos de calles. El Centro histórico perdió su espacio público y, sobre todo en la zona oriente del perímetro A –el corazón de la vieja ciudad-, el paisaje histórico simplemente quedó oculto y varias generaciones de mexicanos dejaron de conocerlo. Tras de sí, el crecimiento sin control del comercio popular callejero provocó que el deterioro y la degradación social se volvieran imparables y otros problemas se tornaron indetectables e inatendibles. Calles enteras se convirtieron en las calles de una ciudad fantasma y la inseguridad se apropió de ellas. Entre 1997 y 2000, sin embargo, el Fideicomiso Centro Histórico, la UNAM y el IPN realizaron un importantísimo trabajo de diagnóstico. Para la llegada de la administración 2000-2006, se concluyó que si confluían los esfuerzos de la ciudad, el gobierno federal y la iniciativa privada, era factible iniciar la implementación de acciones concretas de mayor envergadura. En 2001, el FCHCM se convirtió en un organismo público. Se creó un consejo de ciudadanos vinculados al Centro, encabezado por el cronista de la ciudad Guillermo Tovar de Teresa, el periodista Jacobo Zabludovsky y el empresario Carlos Slim. Este último, auspició a su vez la creación de la Fundación del Centro histórico, enfocada a la participación de la
iniciativa privada en el esfuerzo. En 2002, a partir de un pacto inédito y con una fuerte inversión presupuestal del Gobierno del Distrito Federal se crearon modelos de intervención, se inició la renovación de la infraestructura urbana, se habilitaron las primeras nuevas viviendas y, sobre todo, se convenció a la sociedad de que el rescate del Centro histórico era posible. En 2006 inició la actual administración del Distrito Federal. El análisis profundo de los retos, la acumulación de conocimiento sobre las posibles soluciones para las problemáticas de la Zona de Monumentos y la convicción de ver al Centro como una ciudad viva y no como una “ciudad museo”, llevaron a la determinación de crear un nuevo órgano de gestión que llevara a cabo tareas de coordinación y gobierno: la Autoridad del Centro Histórico (ACH). Esta instancia ha tenido desde entonces la tarea de articular a las múltiples dependencias gubernamentales locales y federales involucradas en la gestión del Centro Histórico. La ACH es, a su vez, un importante puente entre los habitantes, comerciantes e instituciones públicas y privadas involucradas en las tareas cotidianas de la ciudad histórica. El primer obstáculo a resolver era el de la ocupación casi total de una buena parte del polígono por el comercio ambulante. Un complejo proceso de negociación posibilitó que el 12 de octubre de 2007 26 mil vendedores ambulantes liberaran el espacio público de 200 manzanas del perímetro “A” de la Zona de Monumentos para ser reubicados en 48 predios que fueron comprados o expropiados por el Gobierno del Distrito Federal con el objeto de ser convertidos en plazas comerciales. Ello posibilitó por primera vez una visión completa del Centro y sus retos, así como el inicio de un diagnóstico integral. También evidenció que la construcción de esa mirada holística tendría que incluir a múltiples actores y que debía plasmarse en planes conjuntos, en un intenso diálogo y en
el
establecimiento de acuerdos en materia de gobernabilidad, conservación del patrimonio histórico, desarrollo económico y habitabilidad para la conformación de una nueva política pública para la regeneración de la antigua ciudad. Así, hoy es
posible conocer a fondo las características y las dinámicas sociales, económicas, culturales, turísticas y políticas del Centro histórico del siglo XXI, así como compararlo con el desarrollo de otros centros históricos del mundo. También se ha consolidado el ejercicio constante, coordinado y cotidiano de la acción del Gobierno del Distrito Federal en todos los terrenos. La Autoridad del Centro Histórico ha sistematizado y puesto al día el conocimiento acumulado en las últimas décadas y por ello es factible saber que, donde hasta los años cincuenta del siglo XX habitaron más de 400 mil personas, hoy sólo habitan 150 mil. De estos habitantes, 120 mil residen en el perímetro B y apenas 30 mil en el perímetro A (polígono en el que llegaron a habitar más de 250 mil personas en las primeras décadas del siglo pasado). En contraste, se calcula que tras la salida del comercio ambulante el número de usuarios diarios del Centro ha aumentado considerablemente hasta llegar a 2 millones de personas al día. Esto convierte al Centro histórico de la ciudad de México en el lugar más concurrido del país. El Centro histórico es, como nunca, un espacio urbano vivo; sin embargo, su despoblamiento es uno de los problemas más graves a resolver. Los efectos nocivos que la situación de vacío de numerosos inmuebles genera sobre los esfuerzos que se llevan a cabo son múltiples: deterioro físico de las construcciones, ruptura de los nexos comunitarios, especulación inmobiliaria y desaprovechamiento de un enorme potencial urbano, por mencionar algunos de ellos. Existen 9 mil edificaciones y se calcula que un 70% del espacio construido en esos predios se encuentra desocupado o se utiliza como bodega. La inmensa mayoría de este espacio vacío (tal vez un 90%) es de propiedad privada. El abandono y mal uso de los edificios debe ser combatido urgentemente y con eficacia. Si bien diversas disposiciones federales y locales establecen de manera general la obligación de los propietarios de conservar en buen estado y dar un buen uso a sus inmuebles (sobre todo en el caso de los que son considerados monumentos), la aplicación de dichas normas ha sido prácticamente nula debido a múltiples defectos y errores conceptuales y de aplicación.
Actualmente trabajamos en diversos programas que castigan por la vía fiscal el mal uso de las construcciones y estimulan a través de innovadores mecanismos de asociación su reciclamiento, restauración y conservación para la creación de una oferta amplia de vivienda dirigida a diversos sectores sociales. Esto deberá acompañarse de estrategias que procuren la oferta de servicios asociados al uso habitacional. La inseguridad producida por el colapso de la vida urbana que tuvo lugar hasta hace unos años, ha comenzado a abatirse claramente en las zonas en las que avanza la recuperación de las condiciones de habitabilidad y la calidad de vida de sus habitantes. Los nexos comunitarios y el tejido social han iniciado su regeneración paulatina, aún en el contexto de marginación y pobreza que caracteriza a barrios históricos como Peralvillo, Tepito, Mixcalco o la colonia Guerrero. Se ha hecho un esfuerzo sin precedentes para la recuperación del espacio público y para hacer habitable el Centro Histórico. A los cientos de calles recuperadas para el tránsito y disfrute de los ciudadanos tras el reordenamiento del comercio en la vía pública, hay que sumar la creación de una moderna y nueva red subterránea de infraestructura urbana, la peatonalización de calles, la restauración de miles de fachadas que conforman un paisaje histórico antes oculto, el remozamiento de decenas de plazas y jardines, la rehabilitación de cientos de miles de metros cuadrados de calles, la ampliación de banquetas, la colocación de nuevos pavimentos y la renovación de miles de luminarias. Los más importantes criterios globales que definen a una ciudad moderna que funda sus principios en el bienestar de la gente, se aplican hoy en la zona. Se trabaja para garantizar la movilidad y la accesibilidad plenas, se promueve el uso de la bicicleta y se diseñan nuevos sistemas de transporte público como los ciclotaxis y el tranvía. El acceso libre y gratuito a Internet, el control del ruido a través de mediciones digitales, de los gases peligrosos a través de sistemas biodigestores conectados al drenaje o la generación de nuevos espacios verdes, como los jardines verticales, son ejemplos de medidas innovadoras en las que se utilizan las tecnologías más actuales. Esto hace del Centro histórico un espacio de
innovación permanente, replicable después en el resto de la Ciudad. Estas acciones han conformado un conjunto de programas y políticas que se han consolidado a través de decretos de gobierno y nuevas regulaciones. Especial énfasis se ha puesto en lo referente a las políticas de protección civil. Se analizan las problemáticas de las distintas redes subterráneas existentes en el Centro a través de un Comité de Usuarios del Subsuelo y de la modernización de la red de distribución eléctrica. Se difunde permanentemente información preventiva entre la ciudadanía; las escuelas del Centro histórico han sido las primeras en contar con un sistema específico de alerta sísmica y se monitorean constantemente aquellas construcciones que presentan riesgos de colapso. La inaccesibilidad y la desconfianza generadas por la crisis en la que se sumió el Centro en los últimos años del siglo XX, produjeron que la inmensa mayoría de los habitantes del valle de México dejaran de reconocer patrimonial del entorno. Esta desapropiación de la identidad cultural ha comenzado a revertirse para dar lugar a un proceso de reencuentro que hoy alienta las tareas de conservación. La Autoridad y el Fideicomiso han emprendido intensas campañas de difusión en medios, publicaciones y ediciones sobre la historia de la Ciudad de los Palacios, su enorme oferta comercial, turística y cultural, además de fomentar un amplio debate académico sobre su pasado, presente y futuro del Centro. El establecimiento de nuevos mecanismos que obliguen y faciliten el que los propietarios de las construcciones realicen de manera expedita obras y adecuaciones necesarias, es importantísimo. Para ello hoy existen nuevos esquemas que suplen antiguos procedimientos burocráticos que a lo largo del tiempo sólo obstaculizaron la inversión en obras físicas, propiciando la destrucción, la ilegalidad y la persistencia del abandono. En este camino, se construyen nuevos criterios que buscan armonizar la preservación de los valores arquitectónicos patrimoniales con el nuevo uso –pleno, seguro y funcional- de las edificaciones y las aportaciones de la arquitectura contemporánea de calidad. El gobierno local y el federal estamos por terminar la actualización del catálogo de la Zona de Monumentos Históricos, a fin de poner al día la delimitación de las
volumetrías que conforman el valor patrimonial a preservar y rescatar. Al tiempo que se desarrollan nuevos sistemas digitales de información que sincronicen y transparenten las múltiples bases de datos existentes para una gestión moderna y eficaz del Centro. En concordancia con el espíritu de la ciudad democrática y con los lineamientos más recientes de la UNESCO en torno al Patrimonio mundial, la transformación del Centro histórico se ha convertido en un proceso en el que es imprescindible la regeneración del tejido social y el sentido de comunidad. La sostenibilidad de la reinvención urbana que vive, se cifra en la participación ciudadana para la creación de múltiples pactos –barrio por barriopara la conservación
del
patrimonio,
el
mantenimiento
del
espacio
público,
el
establecimiento de prioridades de gobierno y la identificación de valores culturales a preservar y fortalecer. El reencuentro con la memoria y con valores olvidados, la definición de nuevas convicciones comunitarias y la revitalización de múltiples tradiciones que han trascendido los siglos, conforman hoy un patrimonio cultural intangible único y vigoroso con el que debe comprometerse la gestión gubernamental. Al ser sede de una las más importantes infraestructuras culturales del mundo, salvaguarda de las manifestaciones más importantes del arte y la cultura de México y albergue de múltiples migraciones indígenas o extranjeras como la judía, la libanesa, la china y el exilio republicano español, el Centro histórico encuentra uno de los ejes estratégicos del actual proceso de reinvención en su revitalización cultural. Hemos creado una red de museos y centros culturales para la formación de nuevos y más amplios públicos, la elaboración de mejores prácticas y la creación de nuevos mecanismos de difusión para alentar el surgimiento de nuevos públicos. También se ha emprendido un esfuerzo importante para la rehabilitación de decenas de foros culturales que permanecían en desuso o eran subutilizados por su deterioro e inaccesibilidad; así mismo, se ha tejido una red de artistas, colectivos independientes e instituciones a través de la cual se ha logrado mantener una oferta cultural diversa y de calidad en el espacio
público recuperado. Una decena de nuevos centros culturales comunitarios de distinto signo abrieron sus puertas en el último año y sus calles comienzan a llenarse otra vez de jóvenes. Se conserva físicamente una buena parte de lo que fue su antigua naturaleza universitaria, al tiempo que funcionan más de 40 escuelas de educación básica. La UNAM, la UAM, el IPN y la UACM tienen hoy centros de extensión y sedes importantes en los perímetros A y B. La Universidad del Claustro de Sor Juana alberga un dinámico campus y otras instituciones planean crear nuevos espacios en el Centro; sin embargo, el potencial educativo que entrañan los edificios históricos para la actividad docente es mucho mayor y esto debe aprovecharse. Con la Universidad Nacional se ha emprendido el esfuerzo para que el viejo barrio universitario sea pronto el escenario de la vuelta al Centro de miles de alumnos y maestros. El Gobierno del Distrito Federal apuesta porque esta reactivación de la comunidad del conocimiento alimente con nuevas ideas la construcción de soluciones para la ciudad histórica y abone en su repoblamiento. El Centro histórico es uno de los polos de actividad comercial más importantes del país. Esta vocación persiste desde tiempos prehispánicos y se renueva permanentemente. Múltiples giros comerciales tradicionales y modernos están presentes en sus calles, organizados en zonas de especialización en determinadas ramas. La reubicación de los vendedores ambulantes y la creación de nuevas plazas de comercio popular ha reimpulsado la actividad económica. Aunque el reto es complejo, el antiguo comercio establecido se ha revitalizado y miles de comerciantes que antes ocupaban la vía pública hoy pagan impuestos y consolidan nuevos centros de trabajo. Las ventas al mayoreo de diversos productos generan miles de empleos y atraen a cientos de miles de compradores todos los días. Teniendo claro que la vocación del Centro histórico no puede ser sólo comercial, el Gobierno del Distrito Federal ha procurado apoyar esta creciente actividad económica incorporando las necesidades y opiniones del comercio a la toma de decisiones. Las actividades mercantiles más añejas han sido respaldas para aumentar su calidad y asegurar su permanencia y competitividad en el futuro. Se calcula que en las zonas en las que se han concluido las acciones de
rehabilitación urbana, recuperación del espacio público y restauración del paisaje histórico, la presencia de transeúntes y la actividad económica han aumentado hasta un 70%. Existen más de 6 mil 920 habitaciones en 87 hoteles de distintas categorías en el Centro. Se calcula en millones la cantidad de turistas que cada año lo visitan y se tiene conocimiento de que en 2010 la ocupación hotelera va en aumento. Esto convierte a la antigua capital en uno de los centros turísticos más importantes del país. También en este rubro el potencial es mayor y se estima que el Centro histórico puede competir en calidad y atractivos con los principales polos turísticos del planeta. Para ello, la ACH, el Fideicomiso y la Secretaría de Turismo del D.F. actualmente
desarrollan
estrategias
que
permitan
mejorar
la
promoción
internacional, atraer nuevas inversiones y aumentar las opciones de turismo cultural. El capital turístico del Centro es vasto, por lo que debe procurarse un desarrollo sostenible que se integre armónicamente con la regeneración urbana y social del patrimonio histórico. A partir de 2001, el principal soporte financiero del rescate del Centro Histórico ha sido el Gobierno del Distrito Federal. Se calcula que el presupuesto público de la ciudad destinado en los últimos diez años a las obras públicas necesarias, la recuperación del espacio público y la conservación del patrimonio arquitectónico asciende a más 400 millones de dólares. Esto ha generado una importante plusvalía y una considerable inversión privada subsecuente; sin embargo, debe trabajarse en que dichas plusvalía e inversión acompañen en mejor medida al esfuerzo que la ciudad hace. Se estima que al final del año 2010 un importante avance será el aumento de la recaudación fiscal que el Gobierno del Distrito Federal realiza en el Centro como fruto de su reactivación inmobiliaria, económica y social, lo cual ayudara a financiar las múltiples tareas pendientes. Sin embargo, por ser la sede de los tres poderes federales y del principal patrimonio cultural de la nación, es fundamental que la responsabilidad sea compartida en una tarea que debe ser de todos los mexicanos y se establezca en mecanismos legales que aseguren presupuestos anuales permanentes.
A partir de julio de 2008, el Gobierno del Distrito Federal estableció un compromiso con la UNESCO para la construcción de un Plan Integral de Manejo del Centro Histórico, que será presentado al Centro del Patrimonio Mundial en 2011 para su aprobación e inscripción oficial. Este Plan definirá las líneas estratégicas de mediano y largo plazo para la conservación y sostenibilidad del sitio, con el fin de ser una carta de navegación en la que ciudadanos y gobierno establezcan compromisos comunes. El proceso es conducido por un Consejo Directivo integrado por la Autoridad del Centro Histórico, el Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, la Oficina de la UNESCO en México, el INAH, el INBA, la UNAM, la UAM, el IPN, la UACM, ICOMOS y el Consejo de la Crónica de la Ciudad de México. De acuerdo a lo avanzado en la primera fase de su diseño, dicho Plan tiene los siguientes preceptos rectores: - Identificar, entender y administrar aquellos factores que sean determinantes para el éxito y buen funcionamiento del proceso de regeneración del Centro histórico de la ciudad de México, aprovechando la sinergia de los diferentes actores sociales, económicos e institucionales. -Asegurar la conservación integral del patrimonio arquitectónico y el valor universal excepcional del sitio, a partir de su vínculo transversal con la gestión urbana y la participación social. - El reconocimiento del Centro histórico de la ciudad de México como un espacio democrático de diversidad cultural, identidad e innovación. - La creación de espacios de participación ciudadana para la conservación del patrimonio y la regeneración urbana. - Generar las condiciones para la habitabilidad del Centro histórico de la ciudad de México y la mejora en la calidad de vida de la población actualmente residente.
- La construcción de nuevos, mecanismos, acuerdos y responsabilidades entre las instituciones locales y federales, académicas, iniciativa privada y la diversidad de actores sociales cuyas decisiones inciden en el Centro histórico. - La innovación de los instrumentos de apoyo del sector público adecuados a las circunstancias sociales y económicas presentes. - En concordancia con los criterios que actualmente discute el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO para los sitios urbanos, generar indicadores de gestión en todos los ámbitos relacionados con el desarrollo del CHCM en su calidad de espacio urbano vivo: conservación, habitabilidad, vivienda, legislación y normatividad, financiamiento e inversión, dinámica fiscal, combate al vacío y el abandono, participación ciudadana, economía, turismo, medio ambiente, movilidad y accesibilidad, transporte público y protección civil. - La discusión sobre la pertinencia de los perímetros vigentes del Centro histórico y la definición de nuevos polígonos de actuación de acuerdo a la dinámica urbana actual de la zona. - El desarrollo de una política de comunicación, articulación y promoción para implicar a los actores con los valores patrimoniales. El Plan de Manejo del Centro Histórico es un proceso participativo y se alimenta del diagnóstico dinámico de todos los problemas y de la gestión cotidiana de
gobierno.
La
concurrencia
de
las
más
importantes
instituciones
gubernamentales y académicas en su elaboración será también la manera de incluir en él todo el conocimiento generado a través del tiempo en torno a los retos de la ciudad histórica. El Plan consolidará una política pública integral más allá de los periodos de gobierno y será también el eje rector de la aplicación de futuros lineamientos legales. Durante los últimos tres años, ha tenido lugar un proceso de diálogo que ha permitido múltiples encuentros y reconocimientos entre actores institucionales y sociales. Se han definido grandes consensos sobre el presente y el futuro de la
ciudad histórica. Hoy, se coincide en la necesidad de entender a al Centro como una ciudad viva y plural, y que la revitalización urbana del espacio histórico significa la oportunidad de aprender de la transformación social consciente y del ejercicio de la ciudadanía. Todos los actores coinciden en que es imprescindible recuperar el espacio público para mejorar la habitabilidad de la vieja ciudad, y en la importancia de las acciones para que se vuelva a vivir en el Centro. También son consensos el evitar la exclusión y el desplazamiento de los habitantes tradicionales del Centro, apostando firmemente por que la calidad de vida de la población que actualmente la habita sea un eje prioritario. En este diálogo plural se ha concluido que para lograrlo es necesario contar con un nuevo modelo de gestión eficaz y transparente que fomente la conservación de los valores patrimoniales de la ciudad histórica con una visión de futuro que fortalezca la equidad y la calidad del desarrollo social, económico y urbano. También hay consenso en que la nueva Autoridad del Centro Histórico ha demostrado su pertinencia al ser capaz de atender y resolver problemas diferentes a los del resto de la Ciudad. Esta visión colectiva sobre el Centro histórico de la ciudad de México se concreta en la creación de una nueva idea de ciudad en el espacio urbano en el que fue fundada la nación democrática y que hoy está habitado por mexicanos y mexicanas del siglo XXI, con derechos plenos y un compromiso renovado con su entorno. Nuestra tarea es apostar un mejor presente y un porvenir socialmente sustentable al lugar en el que México ha construido y sigue construyendo su identidad: la gran Tenochtitlán, la vieja Ciudad de los Palacios, la ciudad libertaria y de la memoria en la que hoy se construye la ciudad del futuro.
La preservación del entorno urbano a través de un repositorio de imágenes digitales gestionadas con metadatos Alejandro Jiménez León María Graciela Gutiérrez Vallejo ajleon@servidor.unam.mx DGSCA, UNAM, MÉXICO
Resumen En México, el urbanismo ha tenido un desarrollo trascendental que puede observarse en sus edificaciones precolombinas, coloniales, contemporáneas y modernas que representan un elemento irremplazable de la identidad cultural e histórica del país. Desafortunadamente, por la falta de recursos o el mismo desarrollo urbano, van perdiéndose estos espacios. Por ello es urgente implementar acciones que permitan preservar este patrimonio cultural. La propuesta del presente ensayo se basa en el desarrollo de un repositorio de imágenes digitales a las cuales se les asignará una serie de metadatos con el fin de facilitar su localización y recuperación, además servirán para identificar la temática de la obra y sus características físicas. De esta forma el usuario solo tiene que escribir una palabra en la interfaz del sistema, para que ésta la busque entre los metadatos de los archivos y aquella imagen que coincida sea desplegada, mostrando el inmueble solicitado. Por otra parte, se agiliza la identificación de los atributos técnicos de cada uno de los recursos digitales en cuestión de segundos y pueden realizarse procesos de mantenimiento, como la migración a un nuevo formato o actualización de contenido, logrando algo impensable: la preservación digital del repositorio y, en consecuencia, su viabilidad técnica y operativa a mediano y largo plazo. El tercer elemento logrado es la difusión de las obras, ya que la información digital, al estar alojada en un servidor web, puede llegar a un número cada vez mayor de individuos. Ejecutar proyectos de esta índole implica erogar fuertes cantidades de dinero debido al elevado costo de las aplicaciones informáticas usadas. Por este motivo, todo el proyecto esta sustentado en el uso de software libre que tiene la característica de ser
compatible con otras aplicaciones informáticas comerciales que realizan semejantes procesos. Esto abre la posibilidad de que otras instituciones interesadas en realizar proyectos de este tipo lo hagan, aún si tienen limitantes financieras y tecnológicas. Todas las actividades a realizar estarán delineadas por una política de preservación digital, la cual nos asegura el mantenimiento y desarrollo de contenidos digitales longevos y estables en el mediano y largo plazo. Recordemos que todo archivo digital tiene una vida útil que fluctúa entre los 6 y 7 años debido al envejecimiento de los soportes digitales (hardware) y a la obsolescencia de los formatos (software) en que fueron generados. De esta forma, aunque los inmuebles desaparezcan físicamente podrán preservarse en la memoria de la sociedad, que una vez los vio erigirse y rascar el cielo de la ciudad.
Introducción La preservación del patrimonio cultural es una cuestión imperante ya que forma parte de la identidad de una nación y debe ser un legado para las futuras generaciones. Por ello debe verse a la preservación como un instrumento que busca perpetuar la memoria de hechos históricos de épocas pasadas, respetando su condición de pruebas materiales objetivas de la historia. Por esto no puede estar sujeta a aficiones o interpretaciones personales, sino debe ser interpretada de forma seria y científica. La existencia de este entorno permitirá reconocer los distintos estilos arquitectónicos que dan personalidad a las ciudades. Por ejemplo, el estado de Puebla es considerado como una de las áreas con mayor riqueza patrimonial al tener 14 mil 500 monumentos históricos que datan de los siglos XVI al XIX, o Chiapas, que cuenta con 2 mil 600 monumentos; sólo la capital poblana le supera con 3 mil, al contar con 5 mil 600.
Objetivo Plantear los parámetros que deben contemplarse para estructurar una política de preservación digital a través de la cual se definan criterios y reglas que determinen la vida del contenido alojado en el repositorio de imágenes a las cuales se les van agregar metadatos, con la finalidad poder identificar en qué momento los archivos requieren
actualizar su formato digital, migrar los datos o cambiarse de dispositivo de almacenamiento.
La ciudad de México Es importante poder identificar la ubicación de los inmuebles para preservar su legado histórico, ya que en muchos casos se pierde en la memoria debido al desconocimiento de su asiento. Por ello, si deseamos realizar una adecuada preservación del entorno urbano, aún cuando ya no exista, es necesario entender sus orígenes. Por ejemplo, en el caso de la ciudad de México, la mayoría de las referencias prehispánicas están fuera del trazo original de la ciudad establecida en el siglo XVI. Sin embargo, se mantuvieron los nombres de barrios indígenas colindantes con la ciudad. Ahora bien, en el periodo colonial, las calles recibían nombres con referencias religiosas por el elevado número de inmuebles religiosos o eran asignados los nombres de algunas familias. En otros casos, sólo se usa el nombre sin apellido. Esta costumbre contrasta con la propuesta hecha por el abate Gregoire en París, en 1792, que suprimía todos los nombres de santos de la nomenclatura, igual que los de la monarquía, lo que se traducía en una ola de "desbautizar". En 1875, Eduardo E. Zárate, integrante del Ayuntamiento, estudió la distribución urbana en las principales ciudades de Estados Unidos y en función de este análisis presentó una propuesta donde todas las vías públicas que fueran en dirección oriente a poniente, se les llamara “avenidas” y las que estuvieran de norte a sur, “calles”. Las que estuvieran al poniente y sur del eje trazado para el efecto, se marcarían con números pares y las situadas al oriente y al norte, con impares. Esta nomenclatura sería implementada a partir del 15 de septiembre de 1876, sin embargo pasaron varios años para que fuera totalmente aceptada. Para fines de 1888 y principios de 1889, se establece una nueva nomenclatura que le quita a las calles el nombre, si éste era de una persona. Los historiadores lo denominan “deshumanización de la ciudad”, terminando con la posibilidad de la espontaneidad y se evitaba el desorden conforme creciera la ciudad, ya que las reglas quedarían establecidas y se podrían seguir aplicando de manera ilimitada. Esta propuesta además enfrenta problemas con la numeración de las moradas, ya que originalmente, el primer número era a partir de la plaza principal para continuar enfrente y terminar con el
numero mas alto en frente del número uno. Sin embargo, este sistema no funcionó. En 1895, Gabriel Mancera lanzó una nueva propuesta tanto para la nomenclatura alfabética como para la numeración. Dicha propuesta tampoco se convirtió en realidad, pues hubiera generado una gran confusión. Mariano Téllez, en 1905, propone recuperar algunos nombres antiguos, pero buscando sistematizarlos e incluso disminuir el número de nombres de calles y escoger sólo un nombre para una serie. 1 En este periodo Verónica Zárate menciona que el Ayuntamiento de la ciudad de México, tenía algunas iniciativas concretas para asignar determinados nombres a las calles. Por ejemplo que algún personaje de trascendencia histórica hubiera nacido o muerto ahí. Muestra de esta acción, en el año de 1908, centenario de la muerte de Francisco Primo Verdad y Ramos, integrante del Ayuntamiento de México en 1808 2, “la calle cerrada de Santa Teresa, donde se ubicaba el templo del mismo nombre, se rebautiza en su honor, ya que la celda del Arzobispado de México, en donde falleció Primo Verdad estaba en el número 4 de esa calle”. Otro ejemplo de este cambio se da el 31 de agosto de 1910. Las antiguas calles de San José el Real, Espíritu Santo, Ángel, Alfaro, Tompeate, Puente de Monzón, Caballete, Monserrate, Plazuela del Risco y Puente de Carretones, cambian su nombre por el de Isabel la Católica. Es importante destacar que independientemente de las diferentes nomenclaturas usadas en ocasiones, el cambio de nombre se debe a disposiciones gubernamentales y a cuestiones históricas, como ocurrió en septiembre de 1862, cuando muere el general Ignacio Zaragoza y el presidente Juárez decretó que "las calles de la Acequia, donde vivió el general, y la recientemente abierta en el ex-convento de la Profesa, se llame en lo sucesivo de Zaragoza la primera y del 5 de Mayo la segunda". Las cuestiones políticas eran motivo de cambio, como fue el caso de la conspiración en contra del gobierno en el año de 1856, que se estaba fraguando en el convento de San Francisco. En cuanto fue descubierta, el presidente Ignacio Comonfort 3 publicó un decreto para la apertura de la calle llamada Callejón de Dolores, en medio de la propiedad que se 1
Se calculó que para esa fecha había 2 382 calles, 27 avenidas, 21 calzadas, 95 callejones, 64 plazas, 45 parques y jardines. Así por ejemplo, las 18 calles que formaban un eje, adoptarían el de "Relox" por ser el más conocido, en vez de que cada cuadra tuviera un nombre y así poco a poco iría disminuyendo el número de nombres. 2 Prisionero en el golpe de estado contra el virrey José de Iturrigaray y por tanto considerado protomártir de la independencia de México. 3 Presidente de México entre 1855 y 1858.
conectaría con San Juan de Letrán 4, la cual se llamaría "Calle de la Independencia". Además, al día siguiente, se anunciaba en otro decreto la supresión del convento y la nacionalización de sus bienes. Este tipo de acciones se repetirían en otras áreas ocupadas por conventos, que permitirían abrir un número elevado de calles en la segunda mitad del siglo XIX. Cuando Francisco Villa se reúne con Emiliano Zapata en 1914 para formar una alianza, el primero rinde un homenaje a Francisco I. Madero y le dedica una de las principales calles de la ciudad, al colocar una placa en la esquina de la antigua calle de San Francisco, la cual fue rebautizada como Madero el 8 de diciembre de 1914. Este homenaje se hizo extensivo al vicepresidente José María Pino Suárez, seleccionando para honrarlo la calle de Isabel la Católica, sin embargo esta iniciativa no tuvo el éxito y fue necesario buscar otra vía, cuatro calles más hacia el poniente. Por otra parte, ante el crecimiento de la ciudad, fue necesario buscar más nombres, surgiendo las colonias "temáticas" que fueron llamadas con nombres de ríos, doctores, pintores, ciudades. Un ejemplo de esto es la iniciativa de José Vasconcelos, que cambia la designación de varias calles del centro de la ciudad por los nombres de las repúblicas que reconocieron al gobierno revolucionario. A finales del siglo XX se repite este actuar con la calle San Juan de Letrán; en 1979 pasa a llamarse eje central Lázaro Cárdenas, en 1994 vuelve a cambiar a Eje Central y a partir del 1 de agosto de 2010 se le denomina el "Corredor cero emisiones". Es muy importante conocer la distribución del entorno urbano porque de esa forma se puede reconstruir en un determinado momento la periferia existente en esa época.
Panorama actual Hoy, nuestro patrimonio arquitectónico se enfrenta a la falsa antinomia "desarrollo o preservación", en la primera las inmobiliarias como actores económicos y sociales priorizan la oferta y la demanda y encausan acciones especulativas desalentando la conservación del inmueble. La visión utilitarista de que el predio vale mas que el edificio, de que el rendimiento del terreno es más rentable que su restauración, coloca
4
Nombre de una de las principales iglesias de Roma
al borde de la demolición al inmueble, y por otra lado esta la visión cultur al de preservar ese entorno pero que carece de los recursos financieros para lograr la conservación. Sin embargo hay una tercera opción, la cual reconoce y defiende las cualidades del medio urbano y en particular la valoración y el renacimiento del patrimonio. Esta relación permite darle al entorno urbano un valor patrimonial, identificarlo y reconocer la variedad de tipologías y estilos en donde cada edificio muestra un particular lenguaje. Si bien es cierto que las ciudades son cada vez más homogéneas, no debe olvidarse que sus edificios representan un elemento irremplazable de la identidad cultural e histórica de las mismas. Esta visión identifica que la conservación de los bienes patrimoniales tiene amplias consecuencias económicas, tanto para su poseed ores como para la comunidad en su conjunto. Por lo tanto debe verse a los recursos patrimoniales como activos económicos, más que un lastre que requiere tutela, y que la conservación de ellos es una actividad generadora de riqueza. Esta concepción debe ser asimilada por el sector privado y el Estado. Pero, independientemente de cuál sea la vía que tome la sociedad, deben realizarse acciones que preserven, ya, esos entornos urbanos y para ello en las siguientes líneas se hablara de cómo desarrollar un repositorio de imágenes gestionado con metadatos y de esta forma aprovechar el desarrollo tecnológico que vive la humanidad.
Implementación de un repositorio de imágenes gestionado con metadatos En primer lugar se debe tomar en cuenta el contexto histórico en que se sitúa el Patrimonio a digitalizar:
Época Prehispánica.
Época Colonial.
Época Contemporánea.
Época Moderna.
En función de qué parámetros se digitalizará la información Para ello sería recomendable establecer Indicadores de prioridad de atención, los cuales medirán el grado de atención prioritario de una edificación o sitio arqueológico: 1) grado de depredación.
2) edificios con arquitectura en peligro de colapso y/o grado de intervención en edificios con arquitectura visible. Con ellos se podría iniciar el trabajo de digitalización y almacenamiento que estaría sujeto a los lineamientos, criterios y procesos enmarcados dentro de una política de preservación digital. Sólo de esta manera podría asegurarse la generación y resguardo de recursos informativos digitales estables y longevos, pero, sobre todo, accesibles en el mediano y largo plazo.
Aspectos básicos de una política de preservación digital
Estandarizar los medios de gestión documental para garantizar la compatibilidad de la información en las diferentes unidades de la institución.
Mantener un programa de actualización permanente de los medios de gestión de documentos electrónicos, de manera que se garantice la accesibilidad de los mismos.
Capacitar al personal en la migración de documentos electrónicos a nuevo s soportes y contar con los procedimientos claramente definidos para estos efectos .
Desarrollar planes de mantenimiento preventivo correctivo y de seguridad electrónica de los medios de gestión de documentos electrónicos para garantizar su buen funcionamiento.
Establecer políticas y procedimientos de respaldo periódico de información contenida en los documentos electrónicos.
Implementar políticas y procedimientos de seguridad de acceso a la información contenida en documentos electrónicos, o la información fuente de los mismos .
Poseer instalaciones físicas seguras en donde se gestione y conserve información de documentos electrónicos.
Las políticas deben ser revisadas periódicamente.
Realizar auditorías informáticas en las que se verifique el cumplimiento de los procedimientos, estándares y disposiciones vigentes en materia de gestión del documento electrónico.
Homogenizar el uso de sistemas informáticos para el proceso de gestión documental, con el fin de asegurar la compatibilidad de la información.
Debido al acelerado proceso de obsolescencia tecnológica se debe garantizar la actualización del hardware y software y estas debe estar en función de las necesidades tecnológicas, con el fin de que la información sea accesible en todo momento.
Cada departamento debe tener los procedimientos y controles que garanticen el almacenamiento y acceso de la información.
Todos los sistemas deben contemplar una bitácora que permita el registro de cada proceso realizado.
Los archivos donde se almacene la información deben estar encriptados y ser de acceso restringido.
Contar con especificaciones técnicas de las aplicaciones informáticas de la institución, las cuales se deben ajustar a sus modelos. Deben contemplar por lo menos los siguientes aspectos: modelo conceptual, modelo físico, diccionario de datos, lenguaje de programación y versión utilizada, códigos fuente actualizados y manuales de usuario.
Aspectos que deben cubrirse para preservar al contenido digital Determinar la vida que tendrá cada recurso digital para así establecer un programa de actualización, esta acción cubre dos aspectos:
Actualización del contenido y…
Actualización del formato digital según sea la tecnología vigente en ese momento, con esta acción preservamos el contenido a lo largo de tiempo sin temor a perdida.
La responsabilidad por implementar una política de preservación digital Ésta debe verse como una corresponsabilidad individual e institucional. Donde el primer responsable de ejecutarla debe ser el Estado a través de sus instituciones culturales, como las Secretarias de Estado, Ministerios de Cultura, Bibliotecas Nacionales, etcétera. El siguiente ente es la Institución que patrocina el desarrollo, universidades, centros de investigación, empresas, entre otras. Ellas deben hacer énfasis en que todo proyecto de desarrollo digital cuente con una política de preservación
digital
que
asegure
la
preservación
de
los
desarrollados
institucionales. Estos últimos tal vez sean los que mayor peso tienen, al ser responsables de ejecutar acciones de preservación, y si obvian estos criterios, no importará el entorno, los recursos tendrán una vida útil relativamente corta de no más allá de seis años. El usuario deberá estar atento a los cambios tecnológicos que puede sufrir su información y por lo tanto realizar los cambios pertinentes. En el caso de usuarios institucionales es necesario suscribir con venios con sus proveedores de información a fin de asegurarse un respaldo, sin infringir aspectos relativos a la propiedad intelectual del material.
Papel que desempeñan los metadatos en el repositorio de imágenes Los metadatos son etiquetas de datos que describen el contenido de un archivo digital y son utilizados para facilitar la gestión, la búsqueda y la recuperación de recursos en la web. Su objetivo principal es facilitar el intercambio de información entre máquinas y el usuario, al que le ofrecen una serie de datos que le permiten comprender el contenido de un recurso informativo digital sobre que trata y todo lo que tenga que ver con el interior del mismo. El contexto de los aspectos relacionados con la creación del objeto (quién, qué, por qué, cómo y cuándo). La estructura: información sobre asociaciones entre diferentes objetos de información (puede ser extrínseco o intrínsico). Estos recursos pueden corresponder a un archivo de audio, un documento, un video o una imagen, entre otras formas de almacenamiento digital
Selección de metadatos La selección de los metadatos que sean incorporados a los recursos informativos es la decisión más importante, porque va a determinar su eficaz localización y en consecuencia su capacidad de reutilización por otras personas. De hecho la creación e implementación de metadatos es un proceso intensivo que requiere una importante inversión de tiempo, recursos humanos y económicos, por lo que es necesario hacer un balance de costos y beneficios teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios y de los administradores actuales y futuros.
Implementación de una política de metadatos El primer paso y el más significativo para una institución que desee implementar el uso de metadatos es definir una política de su uso. En ella se enunciará el modelo de metadatos, los criterios y procesos que formarán el marco rector dentro del cual la institución operara la gestión.
Como adoptar un estándar de metadatos Si observamos, en los últimos años existe la tendencia hacia una convergencia sostenida de estándares, ya que cada vez resulta más evidente la importancia del diseño del modelo de metadatos y el impacto que tendrá para la gestión de los archivos digitales y en el desarrollo de servicios, tales como la recuperación de contenidos, facilitar su uso y garantizar su preservación. De hecho los metadatos están referidos a aquellos datos que describen o caracterizan un recurso digital, tanto desde el punto de vista interno como externo. De esta forma, todo el archivo digital debe estar perfectamente identificado y tener asociada la información adicional que permita su contextualización. Por ello, la definición del estándar de metadatos y el establecimiento de cómo se asignan y en qué aplicaciones van a gestionarse es la clave para una correcta gestión de los recursos digitales 5. Uno de los puntos a abordar es el desarrollo de esquemas de metadatos que proveen reglas con respecto a la sintaxis, semántica y obligatoriedad de los distintos metadatos.
¿Por qué hacer uso de los metadatos? En primer lugar, la organización de los recursos digitales no es como la de los catálogos tradicionales, que mantienen a los datos centralizados, y tampoco están organizados por tablas de atributos como sería el caso de las bases de datos. Por otra parte, la ubicación de los recursos puede ser remota o local, estar concentrados en uno o varios servidores; a esto agreguemos que pueden existir varias versiones en diferente formatos. En consecuencia los archivos están sujetos a constantes cambios que aumentan la dificultad para encontrarlos. Por ello es necesario encontrar un modo de 5
La norma ISO 23081 es una guía para comprender, implantar y utilizar metadatos dentro del marco de ISO 15489, Otra norma recomendada es ISAD(G).
organizarlos de manera que se pueda garantizar su localización y recuperación. Bajo este panorama, los metadatos son una propuesta ideal para el procesamiento y manejo de los recursos informativos, ya que bajo un uso normalizado resultan ser una solución para los gestores y creadores de información quienes al disponer de ellos pueden agregar a esos recursos descripciones susceptibles de ser procesadas por los motores de búsqueda.
¿Quién debe desarrollar metadatos? Esta actividad debería estar a cargo de los gestores de información que manejan los conceptos científicos o quienes conocen más sobre los propios datos para poder documentar apropiadamente. No debe asumirse que todos los gestores pueden estar capacitados para escribir metadatos. Por ello es necesario asegurar que haya una coordinación entre quien escribe los metadatos y el productor de los datos, ya que el primero debe entender el objetivo del creador de información.
Mantenimiento y preservación de los metadatos Cuando una institución ha implementado el uso de metadatos es esencial que estos sean sujetos a un mantenimiento periódico, de lo contrario perderán validez y su uso se irá degradando con el tiempo. Para asegurar su eficiencia, es necesario que éstos mantengan una viabilidad operativa a largo plazo, de lo contrario, el sistema pierde competitividad debido a que los datos están incompletos u obsoletos. Estas implicaciones pueden evitarse si la institución encargada de los recursos informativos digitales realiza las siguientes acciones por lo menos una vez al año: verifica su política de implementación y uso de metadatos, así como el estándar implementado que no se haya modificado, reeditado o retirado y si continúa satisfaciendo las necesidades de la institución o si los nuevos estándares internacionales emergentes son más eficientes para la difusión. En este punto debe evaluarse la interoperabilidad entre instituciones y la dificultad que implica cambiar de un estándar a otro. Llevar un registro sobre las fechas en que fueron revisados los archivos, esto facilita la gestión del mantenimiento y proporciona una indicación sobre la aceptación del archivo. Además de establecer un procedimiento organizativo que asegure que todos los archivos de nueva
creación contengan sus respectivos metadatos. Procurar una evaluación externa de la eficacia de los metadatos de la institución.
Software libre en la edición de metadatos En la actualidad existe una infinidad de aplicaciones informáticas desarrolladas bajo software libre orientadas al manejo de información digital y a la gestión de servicios de información, desafortunadamente su implementación en muchos se ve frenada por factores políticos y económicos. Estas aplicaciones se pueden obtener y descargar libremente de Internet, teniendo el usuario la opción de bajar solo la aplicación ejecutable, o si lo desea, puede obtener además al código fuente para adaptar el desarrollo a las necesidades de la institución. A continuación se enlistan una serie de aplicaciones para la gestión de metadatos todas ellas pertenecientes al ámbito del software libre.
JPEG y PNG Stripper
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JPEG y PNG Stripper es una herramienta para editar información de metadatos de JIFF, JPG, JPEG y PNG. El proceso de edición de metadatos no afecta la calidad de la imagen. El uso es sencillo, sólo se tiene que arrastrar las imágenes, fotos o carpetas enteras a la ventana y el software hará el resto. JPEG y PNG Stripper también ofrece soporte de línea de comandos, tanto para archivos individuales como para carpetas.
Bitcollider 7 Bitcollider es una aplicación que genera bitprints y etiquetas de metadatos en los archivos para facilitar su localización.
DC Meta Toolkit 8 Meta de Dublín Core DSpace Toolkit proporciona la capacidad de convertir grandes volúmenes de información existentes en bases de datos en DSpace metadatos Dublin 6
http://www.pendriveapps.com/jpeg-and-png-stripper-remove-metadata/ http://downloads.sourceforge.net/project/bitcollider/Bitcollider/0.6.0/bc-setup-0.6.0.exe?use_mirror=voxel 8 http://downloads.sourceforge.net/project/dcmetatoolkit/dcmetatoolkit/dcmetatoolkit%20v0.2.0/ dcmetatoolkit0.2.0.zip?use_mirror=softlayer 7
Core compatibles. Esta aplicación facilita la recopilación de datos y permite a los usuarios crear convertidores personalizados de sus bases de datos.
Creative Commons Tools9 Creative Commons Tools permite editar en los archivos metadatos para que sean recuperados por los motores de búsqueda que buscan información bajo la licencia Creative Commons.
CatMDEdit 10 CatMDEdit es una herramienta de edición de metadatos para describir recursos, principalmente de información geográfica. Desarrollada por IAAA (Universidad de Zaragoza) y GeoSpatiumLab SL, con patrocinio de IGN España, es multiplataforma y multilingüe.
Conclusiones
Cuando se trabajan con archivos digitales o la información es digitalizada se deben establecer criterios, procesos, controles y reglas que estén integrados con una política de preservación digital, de lo contrario gran parte de esa información se perderá en el mediano plazo.
Es determinante en la planeación de los proyectos de digitalización trabajar bajo directrices que converjan con otros desarrollados con el fin de asegurar la compatibilidad de los recursos informativos digitales.
Por lo tanto, el cuidado que una organización invierta al comienzo del proceso en el uso de estándares, documentación, gestiones de los ficheros y otras prácticas, se vera rentabilizado en menores requisitos de preservación y mantenimiento.
Los procesos
de preservación deben dar respuesta a problemas como el
rejuvenecimiento del material, migración y preservación.
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http://downloads.sourceforge.net/project/cctools/ccHost/5.1/cchost-5.1.zip?use_mirror=softlayer http://downloads.sourceforge.net/project/catmdedit/CatMDEdit-Installers/4.5/installer_catmdedit4.5.exe?use_mirror=softlayer 10
Es contradictorio que los procesos para mejorar el desempeño de las TIC. como mejorar la capacidad de compresión y avanzar en el almacenamiento masivo, generen problemas de incompatibilidad y aceleren la obsolescencia tecnológica.
El desarrollo de un marco general de metadatos de preservación va a contribuir a la preservación futura de los archivos digitales además de facilitar el intercambio de recursos.
Cabe señalar que la diversidad de materiales digitales, instituciones implicadas y de diferentes contextos de aplicación existentes ha provocado el surgimiento de numerosas propuestas y esquemas de metadatos. Esta situación dificulta la creación de un esquema único para su descripción. Sin embargo, dada la diversidad del conocimiento y la infinidad de formas para trasmitir información resulta conveniente tener esa variedad.
Los metadatos son recursos informativos digitales, por lo tanto también requieren de un mantenimiento y preservación.
Cuando hablamos de la posible pérdida del patrimonio cultural, debemos preguntarnos qué estamos haciendo para evitarla, pero sobre todo que las acciones a tomar nos brinden la posibilidad de acceder a esos recursos informativos digitales en el mediano y largo plazo. De allí que estos recursos generados sean estables y longevos.
La responsabilidad del patrimonio cultural es de toda la sociedad porque ese será la herencia que recibirán las futuras generaciones.
El repositorio de imágenes gestionado con metadatos permitirá a los individuos que hagan uso de él tener la posibilidad de ir agregando información a los archivos por medio de más metadatos y de esta manera aún cuando el inmueble ya no exista físicamente, seguirá existiendo en el entorno digital y por este motivo debemos aprovechar las oportunidades tecnológicas que nos ofrecen las TIC.
Es cierto que muchas instituciones no tienen los recursos financieros para llevar acabo esta tarea, ya que las aplicaciones informáticas tienen un elevado costo, pero como lo muestra el trabajo, existe la alternativa de utilizar aplicaciones desarrolladas con software libre de tal forma que esta limitante sea eliminada y la preservación del patrimonio cultural pueda realizarse por todas aquellas instituciones interesadas en realizar esta actividad.
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Incuria y omisión en la gestión del Patrimonio cultural del Centro histórico de Puebla. 1987-2010 1
PONENTE: M. Arq. José Eduardo Carranza luna Colaboradores: M. Arq. Edmundo Sotelo Mendiola M. Arq. César Antonio Barranco Torices Alumna: Pilar Diego
Resumen El Centro histórico de la ciudad de Puebla, inscrito en 1987 por la UNESCO como Patrimonio mundial, es un lugar de encuentro para los habitantes en donde se desarrolla una intensa actividad cultural, comercial y de servicios. Está formado por el centro, propiamente dicho y por los barrios periféricos, que aunque se encuentran en notable abandono, son parte de la vida y esencia del lugar. Su extensión es de alrededor de 7 km2 y 2 mil 619 edificios catalogados como Patrimonio histórico. Es una zona de monumentos dinámica y cambiante donde la subutilización y abandono de sus inmuebles se ha ido acrecentando junto con la destrucción total o parcial de otros por la incuria y omisión en la aplicación de las leyes y reglamentos que debieran protegerlo. A pesar de la buena voluntad de muchas autoridades en promover programas para el rescate y conservación del Centro histórico de Puebla, inscrito en la Lista de patrimonio mundial, la situación socio–económica del país y la presión que ejercen las fuerzas vivas económicas son demasiado fuertes para enfrentar atinadamente la problemática de abandono, y las agresiones que se realizan permanentemente sobre el Patrimonio cultural. Los intereses económicos se sobreponen a los programas. Para la actual administración resulta un tanto difícil visualizar todos los ámbitos de acción, a los actores involucrados, las posibilidades de concurrencia financiera y la calidad de las soluciones, 1
Arquitecto egresado de la Facultad de Arquitectura de la BUAP, de donde es profesor-investigador de tiempo completo en Diseño Arquitectónico desde 1981. Cuenta con maestría por la ENA-UNAM, ha realizado cursos de posgrado en países como Polonia, Cuba, Francia, Italia y España. Ha construido y restaurado diversos edificios con los que ha ganado varios premios en las Bienales de Arquitectura Poblana. Ha escrito diversos artículos, que han sido publicados en libros especializados de carácter colectivo y ha participado en congresos internacionales como ponente con temas relacionados con la arquitectura y el patrimonio cultural. educarr_2006@hotmail.com
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pues plantea que “…Los retos de la planeación en los centros históricos son complejos debido a sus procesos urbanos, sociales y económicos, los cuales interactúan bajo un ritmo dinámico y cambiante de difícil manejo.” El deterioro y la degradación del patrimonio avanza no sólo en los edificios que pertenecen a particulares, sino también en los edificios públicos. Incluso se nota más en la infraestructura urbana, que presenta falta de mantenimiento. Las vialidades de los barrios circundantes al primer cuadro están prácticamente abandonadas; cuando se pavimentan no toman en cuenta la durabilidad de los materiales. Las áreas verdes no se renuevan ni tienen un cuidado adecuado. Existe un alarmante rezago en la actividad comercial: el comercio ambulante crece, las inversiones hoteleras y restauranteras escasean, no se crean los espacios para actividades culturales. El impulso al equipamiento desde el gobierno no marcha al ritmo requerido con los nuevos tiempos. El centro histórico, frente a los otros sectores urbanos, dejó de ser el más importante y competitivo quedando, desvinculado y sin articulación. La restauración apenas alcanza a las fachadas de unas cuantas calles (las más turísticas), la iluminación principalmente atiende a un sector pequeño denominado el primer cuadro. El ordenamiento vial, la peatonización de las calles y el establecimiento de sistemas para la accesibilidad de personas con capacidades diferentes es muy lento e insignificante. La vocación educadora de la ciudad se desaprovecha al carecer de equipamiento cultural, como, por ejemplo, bibliotecas públicas o museos. No se atiende el desarrollo de viviendas para los
estudiantes, tampoco existe un proyecto de apoyo a los
establecimientos que viven de este sector de la población. En fin, se hacen muchos planes y programas que poco se aplican o poco sirven para impulsar las actividades productivas, económicas y sociales que puedan dar un sólido impulso al desarrollo de lo que se inscribió en esta zona de monumentos como Patrimonio cultural del mundo. En el presente trabajo se presenta una relatoría de todas las iniciativas gubernamentales, los logros y avances en materia de conservación y desde luego se señalan cronológicamente, de una manera crítica, las agresiones e intervenciones desafortunadas sufridas en toda la zona de monumentos históricos, así como las omisiones que dieron pie a la actuación impune de los agentes sociales que trabajan al servicio de los intereses económicos en todo el territorio nacional. 2
Introducción CENTRO HISTÓRICO, HÁBITAT DE LOS EXCLUIDOS La ciudad es la manifestación más fiel de la crisis social, económica y política que vive un pueblo. La subsistencia de la desigualdad en la distribución de la riqueza y el ingreso se pueden constatar fielmente en el perfil urbano. La rápida expansión de la pobreza extrema a niveles masivos se ha apoderado de la imagen urbana y de los grados de desarrollo de las urbes y por tanto de sus centros urbanos. Los centros históricos de América Latina se han convertido, detrás de sus valiosas fachadas coloniales, en refugios marginales pauperizados donde tiene su asiento la población desprotegida, pobre y excluida, ante la indiferencia y la apatía de los gobiernos y sus programas. Es necesario hacer algo a pesar de la constante crisis económica para restituir la dignidad profunda de los seres humanos que habitan las zonas patrimoniales. Tenemos que procurar integrarlos realmente a los servicios indispensables para la vida cotidiana y de paso buscar su inserción laboral, de tal suerte que reduzcamos la insalubridad, la inseguridad, el índice de criminalidad y el vandalismo por la falta de oportunidades y de una atención específica a este sector. El centro histórico es una zona dónde se acusan las contradicciones, las terribles carencias que padece la población donde son más palpables los rezagos sociales, la falta de atención médica, la desatención educativa y hasta el analfabetismo; es el sitio dónde se agudiza la destrucción, el abandono y el deterioro del patrimonio construido. En el caso del Centro histórico de Puebla este fenómeno se reproduce propiciando la desintegración y el abandono de sectores históricamente deprimidos, cuyas viviendas denotan fuertemente las carencias y son el resultado material de la crisis económica que enfrenta todo el país y que la clase política no ha sabido combatir adecuadamente. La vulnerabilidad de los centros históricos ante las catástrofes naturales se agudiza en las zonas de mayor pobreza, por la falta de mantenimiento y el abandono de las construcciones, las humedades aceleran el proceso de deterioro, del mismo modo la falta de agua potable y drenaje contribuyen de alguna manera con la pérdida de inmuebles con valor arquitectónico, artístico o histórico. Por otro lado la inmundicia, la mala alimentación y la desnutrición hacen presa de la población del centro histórico tradicionalmente desatendida y abandonada de las políticas públicas, la falta de apoyos ha venido 3
debilitando y deteriorando progresivamente el tejido social y eso se nota en las construcciones, especialmente en las viviendas populares.
Foto 1.- Interior del inmueble ubicado en la 4 sur y 15 oriente, Centro Histórico de la Ciudad de Puebla.
Tan sólo en el Centro histórico de la ciudad de Puebla se estima que viven alrededor de 16 mil urbanos pobres, sobreviviendo en condiciones de miseria, sin que se pueda pensar en que existan acciones del gobierno que contemplen el mejoramiento en las condiciones de la vivienda, la salud, la educación, la cultura, o en general las posibilidades de desarrollo urbano. No existe un proyecto social que atienda de manera efectiva el bienestar de la población, que esté fundado en la participación democrática, en la solidaridad, en la igualdad de oportunidades para los habitantes de los centros históricos o en el acceso masivo a los bienes y servicios que escasamente provee el estado y que con
Foto 2.- Inmueble ubicado en 12 Oriente No. 214 que tuvo que ser cerrada por riesgo de derrumbe, pertenece al estilo poblano de arquitectura
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justeza reclaman los grupos sociales, excluidos y olvidados. Con el paso de los años, la ciudad se ve afectada por las mismas secuelas que deja el tiempo, el clima, desastres naturales, movimientos sociales y políticos por el crecimiento desmedido de población y sobre todo por la mano del hombre. Éste último es un efecto controlable y consciente que deja huellas indelebles en la historia de la ciudad, repercutiendo directamente en el centro histórico. La autoridad municipal de la ciudad en el transcurso de varios años y por consiguiente, de varios ejercicios, ha dejado de lado indolentemente la conservación y restauración de gran parte del centro histórico. Los grupos marginales tradicionalmente asentados en las periferias de los centros urbanos, aparecieron desde la fundación de la ciudad de Puebla. La Angelópolis fue separada en dos zonas: la ciudad para los españoles y los barrios para la población indígena. El establecimiento de los barrios para gente marginal ha crecido y en la medida que avanzan las condiciones de miseria y el número de pobres, estos se van ubicando también en lo que fue la ciudad fundacional. Notamos hoy en día que conforme han pasado los siglos esta dualidad prevalece y sigue notablemente marcada.
ANTECEDENTES La histórica ciudad de Puebla fue fundada en el año 1531, situada al pie de los volcanes Popocatépetl, Ixtaccihualt y la Malintzi en un extenso y fértil valle. Aquí tuvo su asiento la construcción de una ciudad exclusiva para españoles, cuyo experimento renacentista fracaso inmediatamente al asentarse en su periferia población indígena que se requería para darle sustento y viabilidad económica. La ciudad se desarrolló con una gran riqueza arquitectónica, natural y cultural, posee un centro histórico, enlistado como uno de los sitios mexicanos inscritos como Patrimonio cultural de la humanidad por la gran cantidad de edificios de la época que conserva y que son trascendentales en la historia local y del país. La Zona de monumentos históricos tiene una extensión de 7.1 km2, en donde se incluyen los barrios fundacionales y los cerros de Loreto y Guadalupe. Tiene una población aproximada de 67 mil habitantes, que ocupan alrededor de 400 manzanas y más de 7 mil predios. De acuerdo con el catalogo del INAH, hay 2 mil 619 edificios catalogados, de los cuales 495 inmuebles civiles presentan daños y deterioros diversos: de éstos, más de 100 con un alto grado de riesgo y 5
48 con daños severos y con elementos colapsados, además de 430 inmuebles civiles no catalogados, que presentan daños que van desde desprendimientos de aplanados, fisuras y grietas hasta con elementos arquitectónicos colapsados. Asimismo, se tienen 395 inmuebles en estado ruinoso y 12 que por las lluvias han sufrido daños graves . Esto suma un total de mil 332 inmuebles con algún tipo de deterioro. 2 De los 7 mil 394 lotes con que cuenta la Zona de Monumentos, se encuentran construidos 7 mil 17, es decir el 94.9% de los predios. El 5.1 % restante, o sea 377 casos, se refieren a lotes baldíos, terrenos semiconstruidos y predios arbolados. De éstos, 166 lotes son baldíos y de ellos, 45 casos se encuentran parcial o totalmente ocupados con talleres mecánicos, talleres de maquinaria, bodegas de materiales de construcción, estacionamientos públicos y privados, encierros de camiones, etc étera. Existen 5 mil 123 inmuebles en la zona histórica dedicados a la vivienda que alojan a unas 17 mil 443 unidades habitadas. Del total de inmuebles, 3 mil 74 son viviendas unifamiliares. Mil 605 son inmuebles de departamentos, 103 son edificios con viviendas entremezcladas con comercios y otros usos, 351 viviendas en vecindad. Todos son inmuebles arquitectónicos que datan del siglo XVI al XX, en diferentes estados de conservación, predominando de manera significativa la población que habita viviendas en malas condiciones. De acuerdo con los datos del INEGI, el 80% de las viviendas son rentadas, situación diametralmente opuesta a lo que ocurre en el resto de la ciudad, que apenas alcanza un 20% de viviendas en renta. En lo que se refiere a lo población, ésta ha disminuido notablemente: de acuerdo con el censo de 1990, había una población cercana a los 89 mil 500 habitantes. Para 1991 quedaban, según el recuento de 1995, 69 mil 592 habitantes; para el año 2000 había solamente 67 mil habitantes aproximadamente. Se estima que hoy en día, año 2010, queden en el centro histórico unos 54 mil habitantes. Los barrios han sido sustituidos por colonias, fraccionamientos, unidades habitacionales y asentamientos irregulares a donde se desplaza la población (ver tabla 1). De estos datos se infiere que la expulsión de habitantes del Centro histórico es directamente proporcional al aumento del deterioro de las viviendas. Hay degradación estructural y falta de
2
HONORABLE Ayuntamiento de Puebla 1999-2002; (2001). Municipio de Puebla pasado y presente una visión para el futuro. Ed. Ducere, S.A. de C.V., México, pp. 104-105
6
mantenimiento
en
algunos
edificios,
por
lo
que
se
encuentran
subutilizadas,
deteriorándose y en permanente proceso de despoblamiento de las viviendas. 3
Barrios
en
el
Unidades
Asentamientos
Centro Histórico
Fraccionamientos
Habitacionales
Colonias
Irregulares
15
122
59
294
206
TABLA 1.- Asentamientos humanos por tipo de desarrollo habitacional en el municipio de Puebla, año 2000.
Entre más deteriorada es la vivienda, menor costo y menor rentabilidad: a menor costo es más accesible a las clases sociales más empobrecidas. Es decir que entre más se deteriora el patrimonio arquitectónico, más se llena de urbanos pobres, los cuales tienen aún menores posibilidades y recursos para atender los deterioros más urgentes o dar mantenimiento preventivo para evitar que se agraven, que las clases que los ocuparon por años y que terminaron saliendo por la falta de programas específicos de mantenimiento. A esto hay que agregar que también se ha presentado una reducción en el número de habitantes por domicilio: los jóvenes crecen, se casan y emigran a otras partes, lo que hace que se reduzca el número de habitantes del centro histórico (ver tabla 2).
NUMERO
DE NUMERO DE OCUP
/
AÑO
VIVIENDAS
OCUPANTES VIVIENDA
1970
96 000
533 000
5.55
1980
159 000
829 000
5.21
1990
221 000
1 052 000
4.76
2000
316 000
1 342 000
4.24
TABLA 2.- Viviendas Particulares Habitadas y sus Ocupantes en el Municipio de Puebla.
3
Alcalá R. Blanca (2009) “Primer Informe de Gobierno”; Edit. H. Ayuntamiento de Puebla 2008-2011, Puebla; pp. 125
7
En los 15 barrios periféricos del casco histórico y en vecindades del propio primer cuadro de la Zona de monumentos, se ubica una población con niveles de ingreso por debajo de la línea patrimonial de pobreza, sobreviviendo en condiciones de miseria, sin ningún tipo de apoyo que les permita asegurar su derecho a una vivienda digna o programas de atención que les posibiliten mejorar mínimamente sus condiciones de vida. En tales circunstancias, ni siquiera se puede pensar en que existan acciones del gobierno que contemplen las cuestiones de seguridad en la tenencia de la vivienda, o que favorezcan un desarrollo sostenible en éstas áreas urbanas cuyos déficit y carencias los mantiene marginados, sobreviviendo en la “selva de asfalto”, sin ninguna posibilidad de producir su propio alimento, a pesar de que en el discurso oficial se les haya atendido cientos de veces.
Problemática LAS CARENCIAS Y LA DESATENCIÓN EN EL CONTEXTO PATRIMONIAL Desde que el Centro histórico de Puebla fue inscrito en la lista de Patrimonio mundial en 1987, se han sucedido ocho administraciones municipales y cuatro estatales. Por una cuestión de carácter legal, tanto los presidentes municipales como los gobernadores del Estado deben presentar un plan de desarrollo para ejercer su gestión en el periodo respectivo, así como consignar los logros y los avances de su desempeño al frente de los gobiernos que encabezan; deben presentar un informe anual de labores y resultados de los programas y obras en los diferentes ámbitos que les fueron encomendados a través del voto por la población. En el municipio de Puebla, tanto en planes como en informes se señala como prioritario atender las demandas ciudadanas de las colonias populares, barrios, unidades habitacionales y juntas auxiliares para mejorar la calidad de vida e incrementar los niveles de bienestar social. De igual manera en todos se habla de rescatar el Centro histórico, aunque nunca dicen de qué o de quién, e impulsar la inversión pública y privada en la Zona de monumentos históricos.
8
Aunque en principio se da cumplimiento a lo establecido en la Ley Orgánica Municipal, La Constitución Política del Estado y la Ley de Planeación para el Desarrollo del Estado, plasmando en los Planes Estatales y Municipales de Desarrollo y en sus respectivos informes, la visión de gobierno y los esfuerzos de la gestión pública, en casi todos
omiten
conservación,
lo
relativo
a
la
protección
y
preservación del patrimonio. En el capitulado no aparecen las acciones concretas que deban seguirse para convertir los casi 7 km2 de superficie de la zona monumental en una unidad armónica y equilibrada, social, económica y culturalmente atendida. GRÁFICA 1.-Plano del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, según los niveles de atención
Núcleo Central, tradicionalmente atendido. Sector con índices bajos de pobreza y con baja inversión. Mayor concentración de pobreza, casi nula inversión.
Paradójicamente, las acciones que se emprenden en la zona de monumentos, al hacerse exclusivamente en el núcleo central, agudizan las contradicciones entre centro y periferia, entre el llamado “casco antiguo” y los barrios y colonias de su entorno. Como el gasto de los recursos públicos requiere de una estrategia que sea capaz de atender los aspectos en materia de seguridad, protección civil, vialidad, infraestructura, equipamiento cultural deportivo y recreativo, servicios básicos, deterioro ambiental, vivienda, transporte, grupos vulnerables, salud, educación, áreas verdes y empleo en todo su territorio, cuando por alguna circunstancia en particular llegan a este ámbito, de pobreza y marginación, los recursos de programas específicos llegan totalmente diluidos, y son tan escasos que abarcan una ínfima parte de la población de este sector. Entonces se descuidan estos aspectos en el resto de la zona de monumentos. Muchas veces ante la insuficiencia y escasez de recursos se modifican sustancialmente las ilusiones y los ideales propuestos 9
en los planes de desarrollo, pero otras veces por falta de claridad a la hora de destinar los fondos públicos, para lo verdaderamente importante, ocupándose exclusivamente de lo urgente, de lo que se ve, de lo que critican los medios masivos de comunicación, de lo que viste y da prestigio, de lo superficial o simplemente se aplica para lo que alcanza, pues los “grandes” programas y obras públicas del período en cuestión se llevan todo el presupuesto. La asignación de recursos se hace en función de las circunstancias político económicas que les imponen los grupos de poder y no en función de las prioridades señaladas en los planes y programas de desarrollo que los propios gobiernos se han encargado de redactar. Veamos algunos ejemplos: Guillermo Pacheco Pulido fungió como presidente municipal en el periodo de 19871990, se concreto exclusivamente a terminar las obras de adoquinamiento y limpieza de fachadas que habían sido iniciadas en el periodo anterior; él fue quien recibió el resolutivo de la Convención sobre el Patrimonio mundial, cultural y natural de inscribir en la Lista de patrimonio mundial de la UNESCO al “Centro histórico de Puebla” (11 de diciembre de 1987). Se empedraron e iluminaron calles de los barrios de Analco, la Luz y el Alto, pero no se atendieron los rezagos en materia de infraestructura y servicios, que ya se padecían en la zona. Tampoco se solucionaron las carencias en materia de equipamiento, ni se abordó ninguna problemática de vivienda. Durante el gobierno del alcalde lic. Marco Antonio Rojas Flores, (1990-1993) se plantearon tres acciones: la conservación, destinada a proporcionar a los inmuebles un mantenimiento constante, tanto interior como exterior; la revitalización destinada a la construcción de viviendas, a la restauración de inmuebles de los predios af ectados por el entubamiento del río San Francisco y Boulevard Héroes del 5 de Mayo así como el mejoramiento tendiente a disminuir la gran densidad domiciliaria, construcción de viviendas en lotes baldíos o con ruinas y en inmuebles del nivel no catalogados, susceptibles de reordenación, pero tampoco se hizo nada.4 Se mejoró la imagen urbana de unas cuantas calles, se restauro el edificio conocido como el “Portalillo del Alto”.
4
ROJAS, Flores Marco Antonio;(1991)”Programa de desarrollo urbano de la ciudad de Puebla (1990-1993)”, P y R Editores, México, pp.31 y 32
10
En el gobierno municipal de Rafael Cañedo Benítez (1993–1996) se restauro el cine “Guerrero” para convertirlo en teatro de la ciudad. Cuando Gabriel Hinojosa Rivero fue presidente municipal en el periodo 1996–1999, el Centro histórico de Puebla no sufrió cambio alguno y tampoco se atendieron las zonas marginales de la zona de monumentos. Mario Marín Torres, antes de ser gobernador, fungió como presidente municipal en el periodo de 1999 a 2002, dedicándose exclusivamente a la reparación del daño causado por los sismos de junio de 1999, que causaron graves estragos, sobre todo en edificios y monumentos históricos de orden religioso, como la catedral, templos, conventos y capillas; de orden público, como el palacio municipal y edificios destinados a la gestión pública y a la educación y finalmente, de orden civil, a los que solo se auxilio con el apuntalamiento, la limpieza y el retiro de escombro. No se aplicaron, impulsaron, ni se gestionaron créditos y apoyos para la vivienda. Las zonas marginales se mantuvieron en el abandono total. Cuando Luis E. Paredes Moctezuma encabezó la administración municipal de 2002 a 2005, se dedico a organizar a los grupos ciudadanos de participación en la elaboración de programas de todo tipo, pero no consideró en el gasto público ninguna obra relevante para el centro histórico y mucho menos contempló a las zonas pobres y marginales de la zona de monumentos. Enrique Doger Guerrero, munícipe del periodo 2005-2008, señalaba como parte de la problemática de que: “el Centro histórico en los últimos años únicamente había presentado cambios superficiales sin implementar una verdadera restauración. Por ejemplo, la saturación de anuncios comerciales y la utilización de materiales, colores y texturas no acordes a la arquitectura provocaban contaminación visual, lo que a su vez disminuía la valoración de las fachadas de los inmuebles. Además, pisos, columnas, plafones, canteras y demás recursos (sic) arquitectónicos, se encontraban deteriorados, sucios o sin la adecuada reparación.” Durante su periodo de gobierno, comprendido del año 2005 al 2008 se realizó un programa de nomenclatura y señalética, mantenimiento del mobiliario urbano, regulación de anuncios en comercios,5 pero de igual manera excluyendo a los barrios pobres. 5
DOGER Guerrero Enrique;(2005), “Plan Municipal de desarrollo 2005-2008”; Edit. H. Ayuntamiento de Puebla 2005-2008, México pp. 54 y 55
11
El gasto de los recursos públicos modifica sustancialmente las ilusiones plasmadas en los planes de desarrollo al ser por un lado insuficientes y escasos y por el otro por malos oficios en la gestión de los recursos. Los últimos gobiernos han hecho muy poco uso de los programas que aportan recursos adicionales para invertir en los centros históricos. Por ejemplo, Paredes gestionó ante CONACULTA–FONCA, a través de la Asociación Nacional de Ciudades Patrimonio, recursos para la dignificación de la imagen urbana del Centro histórico, pero sólo le sirvieron para arreglar las cuatro calles aledañas al Zócalo o Plaza central de la ciudad y también consiguió dinero para arreglar los portales, sólo que éstos los concretó Doger. Desde que se creó el fondo de apoyo a comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (FOREMOBA) en el 2002, sólo se han gestionado recursos para dos templos: en 2005, por $350,000 y en 2009, por $100,000 pesos para intervenir el Templo de Santa Rosa de Lima. En 2007 se solicitaron $245,000 pesos para el Templo de San José, ambos en la ciudad de Puebla. Durante el periodo de Doger sólo se pintaron con la carta Comex las fachadas de 619 edificios, según el siglo, de 7 mil 748 inmuebles posibles que hay en el Centro histórico. De los 37 templos existentes, sólo se atendieron dos. Durante este periodo y el de Doger se llevó a cabo la construcción de los centros comerciales populares para vendedores ambulantes. Blanca Alcalá se dedicó exclusivamente a hacer sus “Sendas históricas” (Ángeles, Democracia, Insurgentes–Revolución, etcétera) consistentes en colocar el cableado subterráneo , retiro de postes y mantenimiento, así como la limpieza de fuentes y de monumentos conmemorativos, reparación de banquetas y áreas de rodamiento, mobiliario urbano (papeleras, luminarias, bancas, señalamientos viales y placas de nomenclatura), aunque lo que en realidad se hizo fue pintar las fachadas de las Rutas, siempre bajo el mismo eslogan que manejan todos los presidentes municipales: de “Rescate Integral del Centro Histórico”, o el de “Mejoramiento de la Imagen Urbana”. Por otro lado está construyendo con una inversión de 109 millones de pesos, un Mercado gastronómico con una plaza cívica del Bicentenario, un estacionamiento subterráneo para 245 automóviles y un andador cubierto con 445 locales de 64 y 128 m² cada uno y un Centro Cultural Carmen Serdán, sobre el predio de los Matanzo que adquirió Doger por $18,000,000 millones de pesos. También arregló, con proyectos muy polémicos, dos parques: el Jardín 12
del Carmen y el Paseo Bravo, más otros dos jardines. el Carmen Serdán y el de la 12 poniente y 5 de mayo.
Iniciativas gubernamentales Se han llevado a cabo una serie de trabajos de rehabilitación del Centro histórico en la búsqueda de espacios más habitables, limpios y seguros sin el aprovechamiento de la intervención como detonante de las vocaciones económicas y afirmación de la identidad, con la revalorización del significado de los lugares emblemáticos de cada barrio; por ejemplo, la acción de colocar placas con escritura braille en los cruceros del centro histórico, así como la huella táctil tendida en varios kilómetros de las banquetas del área central y no donde habitan los ciudadanos con capacidades diferentes, como si esta gente se dedicara a pasear por el sector arreglado. 6 Se construyen Sendas históricas conmemorativas del Bicentenario, pero con la misma constante, es decir, en las mismas calles en donde se respira un ambiente de tranquilidad urbana, social económica y cultural. Pero no se les ocurre hacer la Senda de la vivienda digna, la Senda del agua o la Senda del alumbrado para dotar de servicios, espacios públicos y áreas verdes a las vecindades más abandonadas de las barriadas que conservan hitos y tradiciones 7. El ayuntamiento no percibe a los barrios como parte del Centro histórico, sino que los adjunta por ubicación, más no por su valor patrimonial. Como los anteriores, puedo mencionar mucho más ejemplos de cómo se trabaja de maneras diferentes en las áreas que componen el conjunto catalogado como Patrimonio Mundial, cómo se trabaja y se invierte en luminarias, infraestructura, fachadas, remodelación, restauración, pavimentación, entre otros, de manera inequitativa. Haciendo un análisis acerca de las intervenciones y mantenimiento tanto en infraestructura, instalaciones y edificaciones del centro histórico, podemos darnos cuenta de que se centran los focos de atención sólo en el área turística y se deja de lado todo el conjunto de monumentos que integran la totalidad del Sitio.
6 7
ALCALÁ, Ruiz Blanca (2010) “Segundo Informe de Gobierno”; Edit. H. Ayuntamiento de Puebla 2008-2011, Puebla; pp. 180-184 ALCALÁ, Ruiz Blanca (2008) “Plan Municipal de Desarrollo 2008-2011”; Edit. H. Ayuntamiento de Puebla 2008-2011, Puebla; p.31
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Conclusiones En el discurso político, el Centro histórico ha sido conservado, restaurado e intervenido por los diferentes niveles de gobierno, sólo que el porcentaje de atención es realmente pequeño. Aunque los ayuntamientos y diferentes organismos públicos y privados ante la mirada complaciente del Centro INAH Puebla han trabajado en el sitio, siempre lo hacen sin considerar la disminución de las diferencias entre ambas zonas, dejando de lado los barrios que no son lo mismo desde que la zona fue declarada Patrimonio. Ahora se encuentran en abandono, con pésimas instalaciones, no hay alumbrado adecuado, el drenaje es muy viejo y ya no funciona lo que provoca malos olores, muchas de las casonas y en general las viviendas se ven descuidadas y abandonadas, aunado a esto prevalece la inseguridad en las calles y hay bandas delictivas. Por otro lado, cuenta con una mala recolección de basura. Es un panorama completamente diferente a las del sector principal en torno al Zócalo, Catedral, Palacio municipal, avenidas centrales, como si estuviéramos hablando de una ciudad diferente con diferente normatividad y gobierno, de una calle a otra el contexto y el ambiente es distinto. Los poblanos y en general los mexicanos estamos perdiendo parte de nuestro patrimonio, debido a la incuria de los gobiernos que sólo atienden la parte bonita de las ciudades y lo hacen de manera reiterada y constante: pinta y repintan las fachadas, pavimentan y repavimentan, cambian la señaletica una y otra vez, las luminarias y las bancas se reemplazan con singular alegría de acuerdo con el gusto del gobernante en turno, al amparo de los programas de mejoramiento de la imagen urbana, no profundizan en la conservación y rescate de los inmuebles, su trabajo sólo es superficial y ni siquiera voltean a ver a las zonas marginadas en dónde no hay tantos comercios, ni oficinas, ni turismo que se acerque para generar derrama económica directa. Hay mucho que hacer en materia de vivienda, se debe propiciar la rehabilitación de antiguas casonas para poder volver a darles vida rescatando los patios centrales y arquitectura característica de los diferentes periodos a los que han sobrevivido, todos estos trabajos repercutirán directamente en el flujo económico de la ciudad y el turismo, además que promoveremos el cuidado por nuestra cultura mexicana y poblana.
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BIBLIOGRAFÍA:
AGUAYO, Q. Sergio. El Almanaque Mexicano, México en Cifras. Ed. Grijalbo, S. A. de C.V. México, 2002 ÁLVAREZ, M. Alfonso. El Mito del Centro Histórico. Ed. U. Iberoamericana Puebla, BUAP, U. de Valladolid. 2006. ALCALÁ R. Blanca. Segundo Informe de Gobierno. Ed. H. Ayuntamiento de Puebla 20082011, Puebla, México, 2010. CARRANZA, Luna José Eduardo. Puebla: Ciudad Histórica y Desarrollo Sostenido. Ed. FADU, Universidad Autónoma de Tamaulipas. Tamaulipas, México, 2009. CHOAY, Françoise. Alegoría del Patrimonio. Edit. Gustavo Gili, SL. Barcelona, España, 1992. DOGER Guerrero Enrique. Plan Municipal de desarrollo 2005-2008. Ed. H. Ayuntamiento de Puebla 2005-2008. Puebla, México, 2005. HONORABLE Ayuntamiento de Puebla. 1999-2002. Municipio de Puebla pasado y presente una visión para el futuro. Ed. Ducere, S.A. de C.V. México, D.F., 2001. HONORABLE Ayuntamiento de Puebla de los Ángeles. 2002-2005. Puebla hacia el 2031. Ed. División de Innovación Gubernamental. Puebla, México, 2004. INSTITUTO Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Cuaderno Estadístico del Municipio de Puebla. Ed. 2000 y 2002. INSTITUTO Nacional de Estadística, Geografía e Informática. XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (Versión Disco Compacto). QUIROZ R, Héctor. El malestar por la Ciudad, Critica y propuesta entorno al fenómeno urbano. Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México. 2003. ROJAS, Flores Marco Antonio. Programa de desarrollo urbano de la ciudad de Puebla (1990-1993). P y R Editores. Puebla, México, 1991. VITTRUP C, Eric. “Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, Oficina Regional de Hábitat para América Latina y el Caribe”. En el Foro de Consulta: El Ordenamiento Territorial Siglo XXI, por un Desarrollo Urbano con Rostro Humano, Julio 2003. Ed. Cámara de Diputados LVIII Legislatura, Comisión de Desarrollo Social. 2003.
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Créditos Foto 1 y 2. Eduardo Carranza. Tabla 1 y 2. Fuente Honorable, Ayuntamiento de Puebla de los Ángeles 2002-2005; (2004) “Puebla hacia el 2031”; Edit. División de Innovación Gubernamental, Puebla, México. Gráfica 1. Eduardo Carranza y Asociados.
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El Cerro Rico de Potosí Bolivia Un Patrimonio mundial en riesgo Mtra. C. Fabiola Moreno Vidal Cuenta una leyenda del incario, que habiendo llegado Huayna Capac -uno de los soberanos más esclarecidos que tuvo el Imperio- hasta las cercanías de la montaña conocida con el nombre de Sumaj Orcko (“Hermoso Cerro”), en un recorrido por sus dominios, no ocultó su asombro ante la imponente mole y ordenó su explotación con el fin de acrecentar los tesoros de los templos. Ni bien empezaron los nativos a trabajar los ricos filones de plata, llegó a sus oídos una estruendosa voz que decía en idioma quechua: "Ama orckoychejchu colqueta cay orkomanta, chaycka ujcunapataj”: “no saquen la plata de este cerro porque es para otros dueños.” En 1545, el indígena Diego Huallpa, por casualidad protagonizó el hallazgo de vetas argentíferas en el Sumaj Orcko, bautizado al poco tiempo como Cerro Rico, la mina de plata más grande de todo el continente americano, ubicada en Potosí, en el Alto Perú (hoy Bolivia). El 1º de Abril de 1545, los capitanes Diego de Zenteno, Juan de Villarroel, Francisco de Zenteno., Luis Santandia y el maestre de campo Pedro de Cotamito firmaron el documento del descubrimiento y toma de posesión del terreno. El Cerro está ubicado en el flanco oriental de la Cordillera de Los Frailes y sobresale como principal unidad morfológica de la cadena montañosa del Kari Kari en los Andes meridionales. Tenía originalmente 5 mil 183 metros de altura sobre el nivel del mar y su circunferencia era de una legua (5 mil 573 metros). La forma de la montaña era la de un cono perfecto. Se constituía como una roca ígnea cuya masa interior estaba impregnada de materias metálicas en todas direcciones. Contenía metales de plomo, estaño, cobre y hierro, pero se distinguía principalmente por su gran abundancia de metal de plata en forma de cloruros y sulfuros. En realidad, en Potosí no existía una sola mina de plata, sino muchas. Todo el cerro era un inmenso depósito argentífero al que se accedía por varios lugares.
Llegó a tener más de 5 mil bocaminas y socavones, muchísimos de ellos interconectados. El gran problema consistía en que estaba enclavado a 4 mil 70 metros de altura. Ponerlo en producción suponía llevar la colonización al techo del mundo americano, una zona desolada y fría, donde no vivía nadie. Por tanto, fue necesario llevarlo
todo:
mineros,
herramientas,
trabajadores,
ganado,
alimentos...
Absolutamente todo. Esta fue la mayor complicación. En 1546, año siguiente del hallazgo de la mina, se fundó allí la Villa Imperial de Potosí. A los pies de Cerro Rico se dio el surgimiento de un núcleo humano como no se había dado antes en Europa y América. De un reducto inicial de 170 españoles y 3 mil indígenas, a los dos años ya se habían construido 2 mil 500 casas que albergaban a 14 mil personas. Así fue como al pie del cerro surgió sin orden ni concierto
una ciudad
de callejuelas
tortuosas,
cuya
disposición
buscaba
esencialmente el resguardo de los vientos helados. No hubo planificación ni ordenamiento. La razón principal fue, presumiblemente, que los españoles creyeron que la veta de la mina “Descubridora” se agotaría pronto y, por ello, sólo establecieron un asiento minero en las faldas del Cerro Rico. Pero no se agotó, porque contenía uno de los mayores yacimientos argentíferos que jamás se han hallado. En 1572 Potosí ya superaba en tamaño a las ciudades españolas. Para 1610 tenía 160 mil habitantes e igualaba en extensión a Paris y Londres. La villa semejaba un enjambre humano. Era, asimismo, una de las ciudades más opulentas del orbe. La moda dictaba vestirse de seda rematada con encajes de oro y plata. Al parecer, no había artículo suntuoso que no pudiera adquirirse: sedas chinas, sombreros ingleses, calzas napolitanas, perfumes árabes.... Los hogares potosinos se adornaban con alfombras persas, mobiliario flamenco, pinturas italianas y cristal veneciano. En Potosí, se dejaron atrás los seculares trazos de las ciudades milenarias del Oriente Medio. Se sobrepasó las formas de vida económica y social de los núcleos romanos y se dio un salto inesperado de la simple agrupación municipal a
una concentración intensa en demografía, negocios, lujos, mercados, riqueza y fama. La modernidad y la globalización no tienen su origen en el racionalismo y la ilustración, sino en la explotación colonial que precipitó la mítica montaña. Las numerosas órdenes religiosas se asentaron sucesivamente y con el apoyo de los ricos mineros levantaron 32 templos y varios conventos, cuya rica y variada arquitectura se conserva aún, al igual que casonas fastuosas y otras edificaciones administrativas, como la Casa de la Moneda. En 1569 llegó al Perú el quinto virrey, don Francisco de Toledo, el cual se distinguió de sus predecesores por la cantidad de regulaciones que emitió para el Gobierno de las colonias. De hecho, el llamado Virrey urbanista, en 1575, trazó plazas y calles en Potosí y dirigió personalmente algunas obras , además de ser el artífice del citado sistema de ingenios que se movían con la fuerza de las aguas que bajaban desde las lagunas artificiales construidas en la serranía del Kari Kari. Como parte de las medidas tomadas por el Virrey para reactivar la producción minera potosina, tuvo relevancia la aplicación del antiguo sistema de trabajo rotativo obligatorio (mita), usado antes por el Estado inca para obtener fuerza de trabajo de sus tributarios. Para conseguir trabajadores indios, el virrey Toledo forzó a los pueblos indígenas a suministrar 13 mil 500 naturales para las minas. Así, podía tener 4 mil trabajando, mientras descansaban otros 9.000. La mita constituyó una de las páginas más tristes de la explotación humana. A fines del siglo XVII no trabajaban en Potosí más de 700 mitayos, prueba evidente de la imposibilidad de reclutar más. Los indígenas trabajaban en jornadas de hasta 16 horas, casi sin paga y sin ver la luz del sol. Se estima que no menos de 8 millones indígenas perdieron la vida en las explotaciones de plata del Cerro Rico: “Cada peso que se acuña en Potosí cuesta diez indios muertos en las cavernas de las minas”, escribía Fray Antonio de la Calancha en 1638. Potosí produjo el 80% del total de la plata que se extrajo en el Alto Perú y el 50 % de toda la que se obtuvo en el mundo a fines del siglo XVI. Del total de 346
millones de pesos ensayados (pureza de 225/240) equivalentes a unas 15 mil toneladas, producidas por Hispanoamérica entre 1521 y 1610, el 67,5 %, es decir, 233 millones 842 mil 571 pesos, correspondieron al virreinato del Perú, y de este total, el 77 % salió de Potosí. Durante el siglo XVIII, Potosí fue decayendo al dificultarse la extracción del mineral y al haberse prácticamente exterminado a la población indígena. Llegó a convertirse en una ciudad casi abandonada, si bien revivió al cobrar importancia el estaño. Estuvo sometida a los avatares de la minería en repetidas ocasiones, cada vez que los filones empobrecían o caía el precio de los minerales en el mundo. Tras la crisis de 1985 y el cierre de casi todas las minas, la gente corriente emigró por última vez. Dos años después, el gobierno dio un nuevo impulso al sector y empezaron a retornar los mineros desempleados, quienes se organizaron en 50 cooperativas. El Centro histórico de Potosí, donde hoy habita una escasa clase media, está rodeado por un cinturón de pobreza que aloja a los cooperativistas. A ambos círculos los encierra otro mayor, el cinturón de miseria de los que huyen del hambre del campo y llegan para contratarse como peones mineros, mientras las campesinas del norte de Potosí emigran a las ciudades para mendigar. El eterno dilema de las ciudades mineras, que nacieron por la minería y quizá deban su fin a ella, se manifiesta descarnadamente en Potosí, que ahora no es ni la sombra de la espléndida urbe de la colonización española. Actualmente, la minería ha incrementado su valor de exportaciones netas en 126%, con un leve incremento en su tonelaje (el valor de las exportaciones aumentaron por el incremento del precio; más no así por el incremento de sus cantidades). Potosí es uno de los mayores explotadores de estaño y plata. Actualmente se gestan grandes proyectos de concentración de minerales de baja ley (sobre todo desechos de plata, acumulados desde épocas coloniales) y derivados. Además de estar sometida a los vaivenes del alza y caída de los minerales y a la postergación en que se encuentra, tiene que lidiar con otro gran problema: el hundimiento del
Cerro Rico debido a la intensa actividad minera que no ha parado desde 1545, cuando fueron descubiertas sus ricas vetas de plata. La montaña que fue el sostén económico de la colonia española en América y que partió la historia de la humanidad en un antes y un después de su descubrimiento, actualmente sufre constantes hundimientos en su cima, que agrava el deterioro sufrido por la minería. El último derrumbe tiene un radio de treinta metros y una profundidad de diez, ubicado en plena cumbre, lo cual ha puesto en alerta al gobierno, mineros y dirigentes regionales potosinos por el daño a la forma cónica de la montaña. La sobreexplotación minera ha aumentado casi en un 50% el número de los hundimientos en el último año. Entre junio de 2009 y mayo de 2010 se ha pasado de 138 a 205, según datos extraídos de dos informes del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (SERGEOTECMIN), dependiente del Ministerio de Minería. El estudio añade que, de las 800 hectáreas que ocupa el cerro, ya se han detectado hundimientos que ocuparían una hectárea completa debido a la explotación minera, que en los últimos diez años, al parecer, se ha incrementado. Actualmente, unos diez mil mineros entran a diario al subsuelo para abrir socavones con dinamita y extraer diariamente miles de toneladas de tierra con minerales como plomo, plata y zinc. En la mina también opera la empresa Manquiri, filial de la Cour D' Alene, de Estados Unidos. La significación histórica y económica del Cerro Rico le sitúan en el escudo de armas de Bolivia y que Potosí fuera nombrada en 1987 Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El historiador boliviano Valentín Abecia dice: “Recuerdo que en mi niñez, el Cerro era un cono perfecto. Un hermoso cerro rojo, al sur de la ciudad. En los últimos cincuenta años se ha convertido en un cono envejecido, caído, destrozado. Las cooperativas han horadado tanto la roca que le han hecho perder su figura”
Desde hace varios meses, la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) lleva adelante un estudio sobre el grave deterioro del Cerro Rico, que tiene además 619
bocaminas y 90 kilómetros de galerías en sus entrañas, con el propósito de realizar un plan de preservación. Debido a la alta cotización del estaño entre 1950 y 1985, éstas minas han trabajado intensamente en la cima del Cerro. Según la COMIBOL, el hundimiento se debe principalmente al intenso trabajo que minas como San Luis, Esperanza, Aurora, San Gil, San Bruno y otras han llevado a cabo para explotar estaño. Esta dramática situación llevó al gobierno del presidente Evo Morales a prohibir toda actividad minera sobre los 4.400 metros de altitud (el cerro tiene actualmente una altura de 4.800 metros) en octubre del 2009, hasta que los estudios sobre la situación real del yacimiento hayan concluido. Por otra parte, el periódico La Razón publicó otro estudio en el que destaca que durante los seis primeros meses de 2010, el nuevo "boom minero" en la región provocó que las instituciones locales ingresaran un 72% más de impuestos por est a actividad, llegando a los 375.6 millones de bolivianos (53.5 millones de dólares). Las reservas minerales de Cerro Rico equivalen a poco más de 682 millones de toneladas, según datos de la COMIBOL, y al ritmo de explotación actual, de unas 4 mil toneladas diarias, esa riqueza podría durar 500 años. Sin embargo, un estudio del Instituto Geográfico Militar reveló que el cerro se hunde a razón de 0,3 milímetros por minuto y su forma cónica original ya no es distinguible desde algunas zonas de la ciudad. Potosí parece atrapada en una contradicción. Un 25% de su población vive del cerro y los que no trabajan en el cerro piden la preservación. Sin embargo, estos últimos dependen indirectamente del trabajo en la mina. La prohibición también afectó a la filial en Bolivia de la estadounidense Coeur d'Alene Mines, que extrajo alrededor de 9 millones de onzas de plata el año pasado. Coeur, que opera también en Argentina y Chile, asegura que sus labores en Potosí no constituyen peligro porque están concentradas en los desmontes dejados por la minería colonial. La alternativa podría ser el turismo. Decenas de agencias de turismo, así como jóvenes mineros, ofrecen visitas guiadas a las minas del Cerro, donde uno puede comprobar que poco o nada ha cambiado en 450 años de extracción. Allí, la
temperatura varía desde apenas unos pocos grados centígrados a asfixiantes 45 grados. Los "cooperativistas" que buscan minerales en el Cerro Rico hacen casi todo su tarea a mano, en una atmósfera contaminada de gases tóxicos que mata a muchos luego de apenas diez años de trabajo. No cuentan con la mínima seguridad laboral en el interior de la mina, dejando que el jornalero ingrese con su propio guardatojo, sus botas y su lámpara. En Potosí existe una alta mortalidad de personas entre los 20 a los 55 años. Sin inmutarse ante la llegada de turistas y otros curiosos, los mineros potosinos trabajan en socavones que en muchos casos tienen apenas un metro de diámetro, por donde se deslizan hasta las vetas de zinc y plata que explotan con dinamita, sin más protección que unos metros de distancia. Entre tanto, los potosinos no saben si su futuro es contemplar el Cerro desde sus empobrecidas calles o arriesgarse a continuar una explotación que podría cambiar por siempre el histórico paisaje. Los sectores cívicos y sociales de Potosí, agrupados en el Comité Cívico Potosinista (COMCIPO), exigen al gobierno con huelgas y paros se paralice definitivamente la explotación de minerales en la cúspide del cerro por el temor a que este pierda su forma cónica, exigen además que se anule el contrato de la empresa Manquiri para explotar la montaña por encima de los 4 mil 400 metros de altitud, una zona donde hay una alta concentración de minerales. Sin embargo, los mineros que operan en el Cerro Rico no están de acuerdo con esto, no acatan estas determinaciones y señalan que no saldrán del Cerro Rico pese a su deterioro. Cuestionan a los dirigentes cívicos por no conocer la problemática minera. Por otro lado, señalan su predisposición para coadyuvar en la implementación de medidas preventivas y solución a los problemas que presenta la estructura mineralizada; manifestaron que se tienen que buscar soluciones técnicas y no asumir acciones de protesta, ya que ello no solucionará nada, especialmente porque el tema del Cerro es muy delicado y se deben tomar en cuenta los factores técnicos, económicos y sociales. El Estado, actualmente, no tiene control de la actividad minera en Bolivia, dado que es uno de los sectores sociales con mayor capacidad de interpelación a
cualquier gobierno. En el mes de agosto pasado los cooperativistas mineros agrupados en la federación de cooperativas mineras (FEDEICOMIN) realizaron marchas y bloqueos exigiendo respeto a sus fuentes de trabajo ante las declaraciones de la Ministra de Culturas, respecto a que las actividades mineras en el Cerro Rico podrían cesar por el riesgo que supone continuar trabajando en su interior, tanto por el estado en que se encuentra la estructura, pero sobre todo por el riesgo para las vidas de los trabajadores. Esta reacción se da después de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (UNESCO), se comprometiera a coadyuvar en la conservación del Cerro Rico de Potosí, amenazado por la sobreexplotación de minerales. En el 2008 el Ministerio de Culturas, en reunión con personeros del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco en París, Francia, consiguió el apoyo para los estudios de conservación del Cerro Rico y mejor aprovechamiento como destino turístico. La preocupación del Ministerio de Culturas se centra en que la UNESCO ya incluyó al Cerro Rico de Potosí en su lista de “Sitios Patrimoniales en Riesgo” a causa del grave deterioro que sufrió tras varios siglos de explotación minera. Debido a esto, ya el pasado año, se conformó un Comité Interinstitucional integrado por el Comité Cívico de Potosí, el Ministerio de Minería, COMIBOL-Potosí, los cooperativistas, la Empresa Manquiri y la Universidad Tomás Frías, que en conjunto patrocinaron la realización de un estudio geotécnico que empezó en agosto de 2009 y terminará en octubre de 2010. El Ministerio de Culturas respaldará aquellos estudios que serán validados por técnicos de la propia Unesco una vez que concluyan, y cumpliendo los preceptos de la Constitución Política del Estado, que prescribe la obligación del Estado de proteger los sitios patrimoniales. El Cerro Rico de Potosí es un problema social, pues el icono del civismo de los bolivianos y parte de la historia del mundo esta hundiéndose debido a los siglos de explotación y al trabajo permanente que realizan los mineros para extraer mineral. Existen posiciones encontradas entre instituciones como el Ministerio de Culturas, el Comité Cívico de Potosí y los cooperativistas mineros, las dos primeras quieren que cesen las actividades mineras en el Cerro pero paradójicamente todas se benefician de su explotación, por otro lado está el problema social que representa
dejar sin fuentes de trabajo a aproximadamente diez mil mineros. Lo que es claro hasta el momento es que todos están a la espera del dictamen estructural del Cerro Rico y la validación de la UNESCO. El actual avance del estudio geotécnico de estabilidad del Cerro Rico es de un 85%. De una forma u otra todos quieren que este importantísimo símbolo identidad nacional sea preservado. Recientemente y ante el fracaso en el dialogo entre instituciones, el Ministerio de Minería y Metalurgia conformó un “Supra Comité” que tendrá la misión de implementar una política de conservación, financiamiento de recursos y actividades para preservar la estructura cónica del Cerro Rico. Está conformado, una vez más, por los mineros, el Comité Cívico de Potosí y el Gobierno. Se continuarán los estudios técnicos para diseñar una política de preservación integral del Cerro Rico, además se pretende que esos serán de cumplimiento obligatorio para todos los sectores de la sociedad potosina.
BIBLIOGRAFÍA GISBERT, Teresa; Historia de la Vivienda y los Conjuntos Urbanos en Bolivia, edición del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México D. F., 1991, PUB. N°454 230pp. http://www.gabrielbernat.es/colonia/mineria/html/potosi.html#top http://www.redboliviana.com/elpais/patrimonios/Potosi.asp http://www.ovpm.org/es/bolivia/potosi http://www.fmbolivia.com.bo/noticia25542-unesco-consideraria-al-cerro-rico-depotosi-como-patrimonio-cultural-en-riesgo.html http://www.potosi.com.bo/spanol/index_sp.html http://www.alminuto.com.bo/content/potosi-entre-patrimonio-cultural-o-de-laestupidez-de-la-humanidad http://www.potosivirtual.8k.com/histo.html http://www.americaeconomia.com- bolivia - mineria - siderurgia. html
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Calendarios patrimoniales: una estrategia ciudadana para la conservación de los monumentos históricos y artísticos en nuestras comunidades. Difusión de estilos arquitectónicos vigentes en Costa Rica. Guillermo Barzuna 1
Palabras Iniciales Durante los últimos años, en cooperación y continua comunicación con la Revista Herencia, revista que rescata la revitalización de nuestro patrimonio cultural, el Icomos de Costa Rica y la Editorial Universitaria, ha ocupado un lugar significativo la producción de un calendario anual, pues nos permite rescatar, difundir y mantener vivos los valores tradicionales arquitectónicos y patrimoniales costarricenses, de nuestra arquitectura vernácula, monumental y con aires de modernidad. Luego de una cuidadosa investigación que rescata para nuestra memoria colectiva los sistemas, formas y desarrollos constructivos de cierto período de la arquitectura local, nuestros calendarios ,con asesoría de arquitectos, diseñadores gráficos e historiadores ,han legitimado y difundido el testimonio de diversos movimientos, entre ellos el estilo art déco en la ciudad de San José, la casa de influencia victoriana en el Valle Central, la arquitectura neocolonial, la neoclásica, los signos de la modernidad en los años cincuenta, la arquitectura en espacios educativos, iglesias y en la ruta de las viejas estaciones ferrocarrileras. Tenemos pendiente, entre otras muchas posibilidades, realizar un calendario sobre la arquitectura en tierra (adobes), aún vigente en las principales ciudades del país. La influencia positiva que dichas publicaciones han ejercido en nuestro país, bien podrían insertarse en el contexto de la discusión sobre los bienes patrimoniales, como un instrumento valioso por su papel dentro del reconocimiento de nuestro acervo nacional, de valoración de lo existente y su proyección de identidad, así como dentro el ámbito turístico y de la preservación mediante la educación gráfica. También creemos que estos calendarios podrían constituirse en un paradigma válido para otras regiones de América Latina, por lo que nos interesaría compartir nuestra experiencia educativa en Costa Rica.
1
Director de la Revista Herencia. Extensión Cultural. Vicerrectoría de Acción Social. Universidad de Costa Rica. Coordinador del 1 Congreso de Patrimonio Cultural Iberoamericano. Diciembre del 2010. UCR.
Como parte de esta ponencia, se describen los textos que han acompañado, a los calendarios sobre la arquitectura de influencia victoriana, de estilo neoclásico, art déco, neoclásico, y la ilusión de la modernidad, entre otros. Una aproximación a las ciudades y a cómo han sido valoradas nos obliga a acercarnos a ellas desde distintos puntos de vista: ¿cómo son? ¿Qué pasa en ellas? ¿Quiénes las habitan? ¿Cómo eran? La respuesta la encontramos siempre en las voces de arquitectos, novelistas, poetas, cantantes y comunicadores, bajo el signo de la diversidad en el reencuentro de múltiples lenguajes y perspectivas. Es la palabra siempre intentando plasmar un perfil de la ciudad, caótica o mágica, ancestral o futurista, patrimonial o decadente, o una síntesis de todas estas dualidades. ¿Qué intentamos preservar de las ciudades? Precisamente aquello que nos constituye por medio de expresiones que permiten reconocernos y afirmarnos frente a otros valores y estilos. Se trata de conservar las manifestaciones tangibles e intangibles, que expresan nuestra naturaleza distintiva y similar con nuestros países hermanos. Precisamente en esa unidad y en la diversidad cultural debería discutirse el asunto de lo patrimonial y las identidades. Para bien y para mal, las ciudades latinoamericanas han experimentado transformaciones muy intensas, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX. Para poder siquiera recordar algunas de sus imágenes, hay que recurrir a los archivos nacionales. Edificios, casas, templos de un gran valor patrimonial han sido derribados y sustituidos ante cierta indiferencia colectiva. En Costa Rica, si bien es cierto que el casco urbano central ha sufrido una evidente transformación en su configuración, la ciudad se fue extendiendo, desde 1910, en barrios aledaños, cuyas edificaciones nos remiten hoy día a valiosos ejemplares de arte constructivo, que dotaron a nuestras ciudades de una especial diversidad. Conviven aún en nuestros barrios, estilos como el victoriano en viejas casonas de madera, junto a un modesto art decó, y manifestaciones frecuentes del neocolonial americano y del neoclásico. De ahí la importancia de revitalizar estos espacios, bastante eclécticos por cierto, a través de la conservación, la conciencia y la convivencia cultural. En el Icomos de Costa Rica apostamos, entre otras estrategias de defensa para lo queda en pie, a asumir la valoración de nuestro acervo arquitectónico, a través de un calendario anual. Hemos ido construyendo una memoria grafica de nuestro panorama arquitectónico vigente en las principales ciudades de la geografía costarricense. (A continuación, se
desplegarían las imágenes de los calendarios, con las anotaciones de cada estilo patrimonial).
1. La casa costarricense De influencia victoriana (2002) En las principales ciudades de Costa Rica, comparten el espacio construcciones de todo tipo que aluden al pasado y al presente. En las fachadas de sus casas y en su espacio urbano se va marcando la huella de la
historia, imperceptible
o
contundente, en relación con el comportamiento y el gusto de sus ciudadanos. Cada recinto surge como respuesta a una necesidad. Cada solución arquitectónica ha sido fruto del conocimiento de una época, de su tecnología, su economía y sus valores sociales. Así las ciudades son un espejo de sus habitantes, de su modernidad y de la tradición o de la influencia de otras grandes urbes. En Costa Rica conviven construcciones de origen colonial (adobe-bajareque), neoclásicas, art déco, neocoloniales y victorianas, junto con otras dimensiones del diseño contemporáneo. Dichos espacios patrimoniales han cedido a cierta vida de ciudad con un crecimiento desmedido, dado el valor del terreno, la falta de conciencia histórica y los efectos de la transculturación. A pesar de esta marginalidad que ha sufrido el patrimonio o la herencia arquitectónica, se mantiene la dignidad de muchas de sus construcciones, que evidencia el tipo de sociedades que han habitado en Costa Rica, al menos durante el siglo XX. Uno de estos documentos son las casas de influencia victoriana, básicamente construidas en madera, todavía en excelente estado, que se encuentran en buena parte de las principales ciudades y pueblos del país. Costa Rica, en relación con estilos arquitectónicos, presenta siempre una visión ecléctica de los mismos, adecuando los rasgos de estilos a sus materiales, clima y otras necesidades. En este sentido la adecuación representa signos de identidad o de nacionalismo frente a los modelos importados. Se hablará de casas de influencia victoriana como una vertiente que vería un apogeo en la arquitectura costarricense desde los inicios del siglo anterior, en donde se aprovechan como materia prima las maravillosas maderas del entorno forestal del país. Desde la
primera mitad del siglo XX, según Carlos Altezor, la madera tenía un auge inusitado como material estructural y de revestimiento y es aceptado por distintas clases sociales; surá, pilón, campano, laurel, roble, chiricano, cristóbal, cedro, pochote y lagarto son algunas de las especies que se usaron (conf. “Arquitectura Urbana de Costa Rica”). De acuerdo con el arquitecto Gerardo Chavarría, la estructuración de la casa victoriana en Costa Rica surge al mismo tiempo que se adquiere la tecnología para el beneficio del café, la introducción del ferrocarril y más acentuadamente con el surgimiento de las plantaciones de banano en las costas del Caribe. Las características básicas de esta corriente arquitectónica se darían en la utilización de la madera como material estructural y de cierre, y el metal como material de cubierta (conf. “Arquitectura Costarricense de Influencia Victoriana”). La casa victoriana saldría de Inglaterra, pasaría por Estados Unidos y el Caribe. Entraría a Costa Rica por Limón, Cartago, San José y de ahí abarcaría prácticamente todo el Valle Central, ofreciendo un gran mosaico con diversos matices, de acuerdo con los diferentes espacios, necesidades y condiciones sociales. La mayoría de las casas construidas bajo este estilo se caracterizan por tejados prominentes, volúmenes que sobresalen y ventanas en forma de guillotina. Muchas casas de influencia victoriana presentan techos con una pendiente pronunciada, puertas de dos hojas, enmarcado el buque con un arco igualmente punteado y con decoración de cristal en las mismas. A lo anterior se suman las cresterías, molduraciones y petatillos en madera calada y en metal. En Costa Rica, por razones climáticas, de ventilación e iluminación, la vivienda doméstica acudió a los lucernarios situados en el centro de la casa. De esta manera se configura uno de los estilos patrimoniales más intensos y hermosos de nuestra herencia arquitectónica, aún vigente. La arquitectura es el resultado material de los modos de vida de las sociedades. Sus formas y espacios responden a condiciones climáticas, culturales, económicas, tecnológicas, que en conjunto manifiesta la historia de la vida cotidiana. Quizá su mayor mérito está en las modificaciones de uso y espacios que las construcciones admiten para seguir siendo útiles a la sociedad. La casa de madera costarricense de influencia victoriana es fiel a estos principios, ojala siga habitando y conviviendo históricamente con la sociedad costarricense por muchos años más.
2. La casa Neocolonial en la Ciudad de San José (2003) Nuestra arquitectura en adobe y en bajareque fue modesta, de volumetría sencilla
y
de
pequeña
escala,
techumbre con tejas, de dos aguas y muy poca ornamentación. A inicios del siglo XIX comenzamos a exportar café y con ello pudimos importar la maquinaria necesaria para producir tablilla con la madera proveniente de los bosques que daban campo al nuevo cultivo. Con ella, nuestros antepasados se inclinaron por el victoriano caribeño: aquella arquitectura de cubiertas de hierro galvanizado de altas pendientes y profusa ornamentación en madera y metal. Cien años después, en los albores del primer tercio del siglo XX, llega un nuevo lenguaje arquitectónico con base en el ladrillo y el concreto armado. Era blanco, alto, elegante, casi fastuoso. Vuelve a emplear la teja, ahora con remates esféricos en los pináculos de las cumbreras; se llena de ventanas y puertas arqueadas, de torreones en las cajas de escaleras y en los pórticos, de verjas de hierro forjado, de balcones de barrocas maderas, de artesonados, de arquivoltas, molduras y claves profusamente adornados. Es el neocolonial, el nuevo lenguaje que encanta a los costarricenses. Se asoma primero en las grandes residencias del Paseo Colón y del Barrio Escalante para luego dejarse ver en casas de clase media y aun en las más pequeñas, como en la ciudadela Calderón Muñoz. No se puede negar su hermosura, su nostálgico sabor a cal, el color de piel mestiza de la teja de barro, el frescor del pórtico frente al antejardín, las apacibles sombras de los aleros artesonados, la suavidad de las formas curvas y la voluptuosa volumetría. Aún hoy día no escapamos a la irresistible fascinación que nos produce. ¿De dónde vino esta niña hermosa? El neocolonial no es exactamente lo que su nombre apunta: no consistió en una reinterpretación de nuestra arquitectura colonial. Fue, más bien, un híbrido que extiende sus orígenes a los movimientos político-sociales del Cono sur, a la Revolución mexicana de 1910 y a la relativización que sufrió la visión eurocentrista en los años posteriores a la Primera guerra mundial. Todo esto, aunado a un antiacademicismo en boga, hace que nuestro continente vuelque su interés por las
raíces histórico-culturales de nuestras nacionalidades. En el campo arquitectónico, se centra un tanto en las pautas formales coloniales produciéndose una primera reflexión y revalorización de nuestro devenir arquitectónico. Pero, además de tomar elementos del pasado colonial, se mezcla con el mission style californiano y se le añaden algunos toques barrocos. Así, más que reinterpretar nuestro pasado, el neocolonial remite a esquemas ajenos, especialmente en Costa Rica, dada la frugalidad de nuestra arquitectura colonial civil. No es un estilo propiamente dicho, por cuanto no cuenta con cánones precisos. Es, más bien, un lenguaje, una sintaxis arquitectónica de variadas fuentes históricas. Esto no le resta méritos: únicamente apunta a explicar y ubicar en el tiempo y en el espacio el devenir de nuestro proceso identitario arquitectónico. La arquitectura Neocolonial es una etapa de nuestro proceso, rica en técnica, en volumetría, más cercana a nosotros y a nuestro clima que el anterior academicismo neoclásico y que el posterior movimiento moderno. De este lenguaje extraemos provechosas enseñanzas aplicables hoy día a un lenguaje arquitectónico más propio y adecuado a nuestras características y necesidades.
3. San José, el art déco (Año 2005) El art déco es una expresión plástica de origen europeo aparecida en la segunda década del siglo XX, en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de 1925 en París. Deriva de ahí su nombre. El término, por esto, es operativo y se usa
en
la
historiografía
del
arte,
de
la
arquitectura y del diseño moderno para denominar y describir de una manera simplificada las variadas y sutiles tendencias desarrolladas en las artes aplicadas durante el período de entreguerras (1920-1940). Producto de la revolución en el diseño arquitectónico e industrial, diverso y juguetón, el art déco surgió con los nuevos sistemas de comunicación masiva (diarios, revistas, radio y cine). Aseguró su rápida difusión desde Europa y los Estados Unidos a través de las ferias y exposiciones internacionales, además de los medios de transporte globales (automóviles, transatlánticos, dirigibles y aviones) que muchas veces dejaban ver sus rasgos y sus ritmos de jazz. Siempre dentro de
estrictos y modulados patrones geométricos, sus obras se proyectaron como muy modernas y dinámicas, tendiendo al diseño abstracto, puro y limpio de las líneas rectas, del fino semicírculo o el acentuado zig-zag. A esto se suma el uso del color por el color mismo. Con luces de neón o sin ellas, llevó al rayo y al agua, al sol y a las estrellas, a sus estelares fachadas de cartón piedra. Por esto dejó huella en distintos objetos, desde los producidos por artesanos hasta los industrializados. Así, todas las artes tuvieron en ese lenguaje una inspiración fluida y versátil, camaleónica y entrañable para expresar con detalle una época de cambios sin precedentes en los usos y costumbres cotidianos de la gente. Irradiado doblemente desde Europa y los Estados Unidos, tuvo una gran repercusión en toda la América hispana. Costa Rica, en especial su ciudad capital, tan occidental en su economía, su cultura y su apariencia desde el siglo XIX, no pudo ni quiso quedar al margen de ello durante el siglo XX, sobre todo en los años treinta, la década déco por excelencia. Aunque provinciano y austero, el nuestro vale la pena conocerlo; es un patrimonio histórico-arquitectónico y este calendario quiere ser una contribución a esto. Como en otras ciudades hispanoamericanas, hacia el final de los años veinte, el estilo hizo su aparición en San José, entonces una pequeña y progresista ciudad capital en expansión y modernización gracias al repunte económico empezaban a manifestarse nuevas ideas estéticas en la plástica nacional, paralelamente con el auge constructivo, tanto público como privado, potenciado por la introducción de nuevos materiales y la aparición del concreto armado como novedosa técnica constructiva. Tanto en los muebles como en el diseño interior pasaba lo mismo. Contribuyeron a este proceso dos circunstancias relacionadas: por un lado los técnicos europeos que arribaban al país: el italiano Fernando Gabriel, el catalán Luis Llach o el alemán Paul Ehrenberg, que habiendo hecho escuela en el eclecticismo y el art nouveau o conociendo bien el racionalismo constructivo, aportaron su experiencia al cultivo consecuente de la nueva corriente. Por el otro, la práctica profesional de los arquitectos costarricenses José María Barrantes, José Francisco Salazar y Daniel Domínguez Párraga, bien informados y sólidos profesionales que sobre todo desde el ámbito estatal, cultivaron las estilizadas líneas del diseño art déco con libertad y soltura, a la escala y capacidad de las necesidades de entonces. Éstos y otros arquitectos y constructores realizaron una extensa obra material que
incluye edificios institucionales, comerciales, habitacionales, industriales, religiosos y funerarios marcados, por esa impronta. Paradójicamente, el descrédito del dogma del libre mercado posterior a la crisis de 1929 facilitó la aceptación de una creciente intervención del Estado en la economía; coyuntura aprovechada por los gobiernos liberales de la época (administraciones de Cleto González Víquez 1928-1932; Ricardo Jiménez Oreamuno, 1932-1936 y León Cortés Castro, 1936-1940), para usar los programas de construcción de obra pública como modo de brindar empleo y reactivar la golpeada economía urbana del país agroexportador que éramos entonces. Este esfuerzo fue continuado por la administración reformista de Rafael A. Calderón Guardia (19401944), siempre con un énfasis en la educación, la salud y la administración municipal. El ideal liberal de orden, progreso y civilidad como motores de su proyecto civilizador se manifestó como presencia de dominio y control estatal del territorio nacional mediante el lenguaje plástico del art déco.
4. El estilo Neoclásico en el Valle Central de Costa Rica. (2006) Costa Rica enfrentó la llegada del siglo XX bajo un modelo de crecimiento ineludible; la llegada de influencias culturales del exterior en todos los ámbitos sociales produjo cambios trascendentales. La política, la economía y las artes se vieron directamente modificadas por la adaptación social a las distintas corrientes occidentales de pensamiento intelectual. En este proceso, la percepción del espacio construido amplio su espectro de formalismos y significantes. Esta arquitectura incipiente vivió una diversidad tal, que las ciudades del país empezaron a nutrirse de variados estilos y lenguajes, en muchos casos disímiles y contradictorios. Sin duda, con la explosión expresiva del espacio se asimiló la trascendencia del mensaje arquitectónico y la importancia de plasmar conceptos e ideales a través de la forma. El neoclásico, estilo definido por las formas clásicas de la arquitectura grecoromana, figuró activamente en la construcción de las primeras décadas del siglo XX,
tanto en San José como en las principales ciudades del país. Reforzado por su mensaje de sobriedad, monumentalidad y pureza estructural, el neoclásico encontró su presencia en obras variadas que iban desde casas hasta edificaciones públicas. Aunque gran parte del legado histórico del neoclásico ha sido destruido, todavía hoy encontramos numerosos ejemplos de cómo llegó a manifestarse. A diferencia de otros estilos, acaso mas consolidados, como el neocolonial y el art déco, el neoclásico, por obvias razones de magnitud, no se expresó con la monumentalidad de otras latitudes. Más bien fue utilizado como un recurso estilístico muy maleable, donde sus premisas básicas fueron mezcladas con otras formas. Así, encontramos muchos ejemplos del estilo en detalles constructivos , particularmente en columnas y capiteles inmersos en edificaciones sin una definición estilística clara. Sin embargo, también se manifiesta en conjuntos mucho más explícitos y homogéneos, como casas de enseñanza e iglesias. Éstas últimas aportan los ejemplos más claros del estilo, tanto en la parte formal como en su sector de influencia: los paradigmas de los órdenes clásicos encontraron cabida en el mensaje espacial del templo católico donde la solemnidad
y la imponencia eran
fundamentales. La solidez de las formas neoclásicas fue siempre de la mano con la construcción en concreto, aunque es posible encontrar detalles realizados en metal. Resulta evidente que el alcance del estilo rebasó el centralismo josefino y pudo asentarse a lo largo del país, demostrando la eficiencia del mensaje que proponía. También lo hizo en la escala, pues lo podemos apreciar en la columna de una casa o en la totalidad de la Catedral Metropolitana. El calendario intenta rescatar la importancia de este estilo, tanto en lo histórico como en lo arquitectónico. Al repasar sus imágenes, tendremos la oportunidad de valorar el patrimonio constructivo que aún poseemos y celebrar la labor de los arquitectos e ingenieros nacionales que, con sus obras, ayudaron a edificar partes fundamentales de nuestra realidad nacional.
5. La ilusión de la modernidad, San José 1930-1965 (2007) El período que va de 1935 hasta 1965 es sin duda uno de los
más
prolíficos
costarricense.
De
en la
la mano
producción de
arquitectónica
algunas
corrientes
decimonónicas, el advenimiento de la arquitectura moderna “a través de técnicos extranjeros y de nacionales formados en el exterior” 2 creó la silueta de nuestro San José. En términos generales, el movimiento moderno representa
la
ruptura
con
los
estilos
academicistas
anteriores. A los experimentos estilísticos del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, como la bauhaus, weissenhof y De Stijl, se agregan descubrimientos constructivos como el concreto armado. Teniendo como punto de partida “la forma al servicio de la función”, Mies van der Rohe, Walter Gropius y Le Corbusier, entre otros, iniciaron en el primer cuarto del siglo XX lo que sería el estilo más importante de los siguientes cuarenta años. El movimiento, originado en la Europa de entreguerras, concretamente en Alemania, Holanda y Francia, se dispersará por el mundo a partir de la década de los treinta, alimentando la utopía de una arquitectura universal que corrigiera los problemas de la sociedad contemporánea y contagiara de una visión optimista del futuro. En Latinoamérica, Brasil y México se ciñeron al estilo reinterpretándolo en su propio contexto, convirtiéndolo en el germen de preocupaciones identitarias posteriores de los arquitectos Niemeyer, Da Rocha, Ramírez Vázquez, Zabludowski y Legorreta. En Costa Rica, entre otros, José María Barrantes, José Francisco Salazar y Paul Ehrenberg; en la esfera pública los dos primeros y en la privada el último, proyectaron gran parte de lo que hoy es nuestra memoria como ciudad. Se trata de un lenguaje racionalista, que se propone adecuar la forma a la función y eliminar toda decoración considerada inútil. Estamos pues ante la influencia del cubismo y el arte abstracto, corrientes que persiguen medios más puros de expresión, filtrando lo que se considera aparente e innecesario; se utiliza la abstracción geométrica, ideada a partir del cubo como arquetipo básico. Todas las 2
Altezor, Carlos. “Arquitectura Urbana en Costa Rica: exploración histórica 1900-1950”. Cartago. Editorial Tecnológica de Costa Rica. 1986. Págs. 43-70.
formas de la naturaleza se explican por leyes visuales universales que se pueden representar mediante valores formales absolutos. La abstracción resultante de la síntesis geométrica es una representación de este añorado orden universal. Así, la estética del diseño tanto tridimensional como bidimensional depende de sus valores formales y de una síntesis absoluta. De esta manera, la arquitectura moderna se interesa por el uso de volúmenes simples y la utilización de superficies acristaladas. En el plano técnico, resalta el empleo de materiales nuevos: el hierro, el acero, el vidrio y el concreto armado. El sueño era convertir la arquitectura en herramienta de mejoramiento social y darle un carácter de disciplina redentora, en la que la búsqueda de los arquitectos era racionalizar los problemas y universalizar las soluciones.
La ilusión de la modernidad Para países como Costa Rica, la nueva arquitectura se convierte en una metáfora de los proyectos de ingreso a la modernidad: la nueva forma de proyectar resultaba sinónimo de emancipación social y progreso. Algunos autores señalan que a partir de la década de 1930, dentro de los procesos de modernización y acercamiento a los nuevos movimientos intelectuales y artísticos, el Estado costarricense empezó a utilizar en sus obras estilos antiacadémicos 3. Se prefieren diseños más libres y empiezan a coexistir los estilos neocolonial y el art déco con las primeras aproximaciones de lo moderno. En Costa Rica no existió el discurso utópico y emancipador de los teóricos de la arquitectura y urbanistas europeos modernos, por lo que la aproximación hacia la forma de proyectar era más pragmática que teórica y la ingeniería y la técnica fueron empleadas para resolver problemas específicos constructivos. No obstante, la aparición del nuevo lenguaje buscaba reunir elementos arquitectónicos y materiales que lograran en el imaginario colectivo un efecto de eficacia y modernidad. Por eso: “se presentó como la imagen que correspondía a un proceso emancipador de la sociedad, donde el Estado actuaba como mediador en el juego de las fuerzas políticas, económicas y sociales”. Desde su puesto como encargado del departamento de construcciones escolares de la Dirección Nacional de Obras Públicas, José María Barrantes diseñó 3
Chavarría, Gerardo “Arquitectura Costarricense de Influencia Victoriana”. En Revista Herencia. Universidad de Costa Rica. Vol 2, N°1. Págs. 97-101.
las escuelas Pilar Jiménez, la de Desamparados o la Ricardo Jiménez, enmarcadas dentro del lenguaje y materiales modernos. Por otro lado, José Francisco Salazar se especializó en los programas hospitalarios en general e impulsó, durante las administraciones de Cortés Castro (1936-1940) y de Calderón Guardia (1940-1944), obras de infraestructura como hospitales y hospicios en buena parte de la geografía nacional. Algunas construcciones estatales oscilan entre el art déco y el moderno. La Estación al Pacífico, de Salazar y el Banco Nacional de Seguros de Barrantes son ejemplo de ello y ejemplifican el eclecticismo constante en la arquitectura de nuestras ciudades.
Una nueva forma de construir En la propuesta del nuevo lenguaje tuvieron un papel destacado las compañías constructoras, que imponían una forma de construir acorde con las nuevas tecnologías. Paralelamente, se dictaron reglamentos de alcance nacional que norman la edificación y los materiales empleados y se protegía el quehacer de las empresas productoras de materiales de construcción. El empleo de nuevos productos y técnicas que prefiguran el nuevo estilo destaca en las edificaciones municipales en Aserrí, Coronado y San José. Estas obras, diseñadas por José María Barrantes, fueron elaboradas con concreto armado y con un diseño de planta libre y volúmenes de diferentes tamaños. En el ámbito privado, las firmas comerciales, apoyadas en la nueva estética, garantizaban permanencia y confianza a sus clientes: el nombre del comerciante destaca tanto en Uribe y Pagés (1939), levantado en concreto armado y cuya arquitectura se proyecta en varios edificios aledaños, como en La Favorita, de Antonio Gazel, levantado en 1941. En Alajuela, la tienda Llobet (1940) presenta espacios a doble altura en el interior y acceso en la esquina. A partir de 1950 aparece “el edificio comercial moderno racionalista, de planta libre y muros-cortina de vidrio” 4, como Murray, Schyfter y Trejos González de Paul Ehrenberg, arquitecto alemán formado en la escuela moderna y que residía en Costa Rica desde 1929.
4
Altezor, Carlos. “Arquitectura Urbana en Costa Rica: exploración histórica 1900-1950”. Cartago. Editorial Tecnológica de Costa Rica.1986. Pag 43.
La construcción de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, en 1957, coordinada por el arquitecto Emilio Padilla, representa otro ejemplo del lenguaje racionalista. Los edificios de Ciencias Económicas y el de Educación, por ejemplo, se erigen durante la etapa de maduración del lenguaje. Los patios internos de estos edificios, reminiscencia de otras corrientes de nuestra tradición arquitectónica, se funden con el moderno para regalar los mejores ejemplos de arquitectura de aquellos años. Se intenta rescatar en este calendario la huella del estilo arquitectónico que pretendía revolucionar la dinámica social y el urbanismo al anteponer la función y las necesidades del usuario. Ante nuestros ojos están, pues, muchas veces maltratados por el tiempo y el descuido de los costarricenses, los vestigios de la utopía moderna, sobrevivientes de aquellos años en los que el futuro siempre parecía ser mejor.
6. Monumentos del Saber. Arquitectura de escuelas y colegios en Costa Rica. (2008) En el período 1830-1950, Costa Rica se reconfiguró a partir de los cambios en los patrones de poblamiento y en la dinámica de la economía, lo cual devino en la ampliación de la frontera agrícola y migraciones hacia las ciudades,
en
especial
hacia
San
José.
Las
transformaciones en el mundo urbano se manifestaron, entre otras dimensiones, en el uso de lenguajes arquitectónicos, técnicas
y materiales
constructivos
novedosos los cuales dieron forma a una infraestructura –pública y privada– que contribuyó a forjar en el imaginario colectivo una determinada concepción de “modernidad.” Este desarrollo urbanístico se basó en una clara reglamentación de alcance nacional que normó la edificación y los materiales utilizados, sobre todo después del terremoto de Santa Mónica ocurrido en mayo de 1910. Así, nuevas poblaciones crecieron en el territorio nacional y la diferenciación socio-espacial empezó a ser evidente en el perfil de las ciudades. San José, la capital, se convirtió en el epicentro de la intelectualidad, incluidos los reformistas preocupados por la “cuestión social.” Esta inquietud estaba relacionada con el creciente peso de los trabajadores urbanos en la sociedad costarricense, potenciado por los beneficios de la alfabetización. Lo anterior ocurre a causa de la organización laboral, la
construcción de identidades gremiales, el florecimiento de una cultura artesanaobrera y por su participación política. En parte, tales identidades y culturas fueron resultado del poder unificador propiciado por la ampliación del sistema educativo a inicios del siglo XX. En efecto, la reforma educativa de 1886 originó un sistema de enseñanza básico, democratizante y secular que se expandió a medida que los diferentes gobiernos extendían la cobertura escolar. Este proceso fue posible ya que en el último cuarto del siglo XIX, la sociedad costarricense emprendió el camino de la modernización a partir de las ganancias del sector agroexportador y la ampliación de los medios y vías de comunicación existentes (trenes, carreteras, muelles, telégrafos, teléfonos) La bonanza económica se reflejó en el desarrollo de obras de saneamiento público, de salud, educación e infraestructura en general, principalmente en las cuatro ciudades del Valle Central: Cartago, Alajuela, San José y Heredia. De esta forma, el Estado costarricense inició la construcción de edificaciones adecuadas para atender la demanda creciente de educación primaria y secundaria. El primer edificio monumental que se construyó con este propósito fue el Colegio San Luis Gonzaga (Cartago, 1869). Luego se crearon el Liceo de Costa Rica (San José, 1887, edificado entre 1894-1903 y construido como las Casas de Corrección de Menores), el Instituto de Alajuela (1887), el Colegio Superior de Señoritas (San José, 1888-1893) y el Edificio Metálico o Escuelas Graduadas (San José, 1890-1896). En estos establecimientos, los jóvenes de las élites encontraron un marco material afín a su entorno familiar, mientras que los provenientes de familias de extracción popular, estos palacios educativos resaltaban la magnitud del salto cultural que implicaba continuar estudios más allá de los dos primeros grados (hacia la década de 1900, sólo 15 de cada 100 personas que ingresaban a la escuela terminaban el sexto grado). Pese a estas limitaciones, se puede afirmar que hasta mediados del siglo XX el sistema educativo propició un proceso integrador en términos socioculturales y nacionales. Consecuentemente, de los claustros surge una nueva generación de profesionales e intelectuales que en el corto plazo tomaron decisiones desde diversas posiciones de poder. Una de las funciones de la educación es el control social, por lo que algunas de las edificaciones construidas a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX tienen claras características panópticas, cuyo propósito era facilitar a los directores y docentes mantener el control de las prácticas socioculturales de su estudiantado. Para su
construcción se utilizó un lenguaje arquitectónico ecléctico, bajo la premisa de aportar al ornato de las ciudades (este eclecticismo que se expandió desde París con las reformas urbanas de Haussman, justificaría más el resultado decorativo y ordenador de las ciudades que propiamente un 'plan intelectualizado' de promover el control ideológico mediante símbolos constructivos). Tales construcciones procuraron cumplir con el objetivo de mostrar, simbólicamente “orden, progreso y civilidad,” lemas de un proyecto liberal que apostó por la creación de “templos del saber” monumentales. En las primeras décadas del siglo XX, surgió un contingente de profesionales jóvenes que prosperaron al amparo de las políticas educativas liberales, al tiempo que se agudizaban los problemas sociales a raíz del empobrecimiento producido por el modelo de desarrollo capitalista. De esta forma, con el objetivo de solventar el desempleo, el crecimiento poblacional y urbano así como los cinturones de miseria resultantes de las migraciones internas, se incrementó el gasto público –incluida la infraestructura educativa, a partir de la crisis de 1930. Si en la década de 1900 había un total de siete colegios, cinco públicos y dos privados, para 1950 se reportan 969 escuelas y 37 colegios. Tan sólo del arquitecto José María Barrantes se conocen 77 escuelas diseñadas entre 1928 y 1944. Igualmente, a partir de la promulgación de la Ley de Casas Baratas en 1924, se desarrollaron barrios en San José que demandaron nueva infraestructura educativa, como González Lhaman y Otoya, de clase media, y los siguientes barrios populares: Luján (antes Turrujal), Calderón Muñoz, Cristo Rey, Cuba, Keith, Carit, Pacífico, González Víquez y México, entre otros. Consecuentemente se construyen escuelas para atender el crecimiento poblacional en esas áreas , como la República de Chile, República de México, Juan Rafael Mora Porras y República de Argentina, entre otras. La construcción de escuelas en áreas urbanas, suburbanas y rurales consolidaron y jerarquizaron una unidad arquitectónica costarricense característica: un eje de poder constituido por la municipalidad, el centro de salud, la escuela y la iglesia, todos construidos alrededor de la plaza central. Con este calendario se pretende prestar especial atención al desarrollo de esa infraestructura educativa costarricense que propició cambios socioeconómicos y culturales fundamentales en la Costa Rica de los siglos XIX y XX.
7. Templos patrimoniales. Arquitectura Religiosa en Costa Rica (2009) Las iglesias, templos doctrineros, parroquias y ermitas representan los esfuerzos colectivos de las comunidades que los idearon. La dinámica seguida por sus gestores varía de acuerdo con el tiempo, con la organización social imperante, con los sistemas constructivos y con los códigos estéticos preferidos en el período de su construcción. Los templos de doctrina fueron levantados para congregar a reducciones indígenas. Se presentan tres casos: Orosi, Nicoya y Quircot. El más antiguo de ellos, Orosi, de aspecto sobrio y humilde, es uno de los pocos vestigios de arquitectura colonial religiosa en el país. A mediados del siglo XVIII, la población indígena había sido diezmada. Padres recoletos, provenientes de Nueva Guatemala, obtuvieron permiso para trasladar a varias poblaciones indígenas de origen cabécar al lugar y junto con ellos, fundaron un convento y construyeron el templo que aún se conserva como el más antiguo de Costa Rica. El templo de Nicoya, reconstruido varias veces por artesanos de origen nicaragüense, fue financiado con los aportes de las antiguas cofradías de Nicoya. El de Quircot es más bien una reconstrucción del antiguo templo de doctrina. Aparentemente del que subsistía todavía en 1904 y no del que lo antecedió. Los templos construidos a finales del siglo XIX y principios del XX fueron edificados con la colaboración de los feligreses, quienes acarrearon materiales o participaron con su propia mano de obra, con parte de su producción agropecuaria o con dinero. Esos templos son testimonio del juego de poder, de conflicto y cooperación, entre las élites locales y los diferentes grupos de interés de las comunidades. Sus estilos arquitectónicos provienen de las corrientes "historicistas" de la arquitectura europea, que predominaron en el mundo occidental durante esas décadas. En los paisajes rurales, al noroeste y este del Valle Central, en medio de zonas urbanas rodeadas de sembradíos de café, caña, zonas de pasto y otros productos agrícolas, encontramos iglesias en estilo neogótico, neorrománico y diversos estilos derivados de las formas renacentistas, las cuales han sido tratadas en forma ecléctica.
Los pequeños templos o ermitas ubicados en zonas alejadas o de colonización, han sido construidos con el esfuerzo de sus poblaciones y con el uso de materiales accesibles. Algunos de ellos son muy simples, casi cúbicos, adornados con un portal o una torre central, lateral o excéntrica. Destacan algunos de ellos, como el de Cóbano, de madera, similar a muchos templos guanacastecos de la década de 1930, y también el de Turrialba, de metal, rescatado de su destrucción por una familia interesada en el patrimonio y reinstalada en un sitio pintoresco. En general, todos estos templos aún permanecen en sus sitios debido a que han resistido a los terremotos y a que, afortunadamente, no han sido derribados para dar paso a templos más modernos. Los lugareños, orgullosos de sus templos, los han enriquecido con imágenes religiosas y ornamentos nacionales e importados que, de alguna manera, demuestran la riqueza de la región dedicada a diversos productos de consumo local y de exportación.
8. Del andén al mundo: las estaciones ferroviales (2010) En la Costa Rica de finales del siglo XIX y principios del XX. Se concibió y realizó un visionario proyecto: una ruta interoceánica trazada mediante líneas paralelas de hierro. Hoy, al seguir los recodos de este camino de hierro que una vez enlazó los puertos del Caribe y el Pacífico con las principales ciudades del Valle Central, encontramos dispuestas a lo largo de la vía una colección de edificaciones de indiscutible valor patrimonial: las estaciones de ferrocarril. Muchas estaciones ferroviales son hoy mudos recordatorios de lo que otrora fuese una febril corriente de personas y bienes alrededor de las idas y venidas del tren. Otras, recién despiertan del letargo impuesto por una miope decisión estatal de los años 1990 y renacen al tráfico ferrovial, cual ave fénix, con el alborozo de quien logra una segunda oportunidad. Los emplazamientos de las estaciones fueron cuidadosamente planeados como parte estratégica del trazado ferrovial, tanto del ferrocarril al Atlántico construido entre 1871 y 1890- , como del ferrocarril al Pacífico -culminado en 1910-.
Destinadas a servir de enlace a las localidades que fomentaron el comercio del guineo, estos edificios son una mezcla de funcionalidad y tradición laboral ferrocarrilera. Fieles a ésta, muchas estaciones fueron también residencia de empleados. Algunas estaciones fueron concebidas como fastuosos edificios, dignos de su entorno urbano -como es el caso de las estaciones en San José y los puertos de Limón y Puntarenas-. Otras fueron edificadas de manera más o menos sencilla, dependiendo de la relevancia de la localidad y del tráfico ferrovial atendido. La mayoría aún se conserva, como la Estación al Pacífico con sus pinceladas art déco o la Estación al Atlántico con su eclecticismo neoclásico; también un rosario de edificaciones de madera en la ruta al Caribe marcadas por un modesto aire de influencia
victoriana.
Otras
estaciones
no
han
corrido
la
misma suerte,
desapareciendo para siempre del paisaje ferrovial, una vez silenciado este medio de transporte. En las agencias de antaño, los espacios funcionaban al mando indiscutible del agente de ferrocarril. Allí se atendía al público y expedían boletos se recibían y entregaban mercancías y correspondencia; en algunas, inclus o se ofreció el servicio de telégrafo. El agente, enfundado en su uniforme, era la persona encargada de dar, a la hora exacta y mediante un pitazo, la orden de salida de cada tren. Según la cadencia de las carreras del tren, las estaciones de ferrocarril se llenaban de pasajeros con sus equipajes y las más variopintas mercancías. Tampoco podían faltar los vendedores ambulantes, con sus canastas rebosantes de mints, cocadas o pan bon, en el Caribe, o bien con sus “alborotos” o gallos de gallina achiotada, en la ruta al Pacífico. En algunos casos, la estación ferrovial albergó taquillas y ventas de licor que fueron imán para no pocos usuarios catalogados como “vagos y malamansados” por el celo de la administración. Bajo el alero de la estación ferrovial se desarrolló un rico mundo cultural, que es recordado con nostalgia por antiguos usuarios y que es revivido y reinventado nuevamente en la actualidad, con la puesta en servicio de algunos tramos de la vía. Puertas de entrada y salida de personas, bienes y noticias, las estaciones ferroviarias que se distribuyen a lo largo del trazado del camino de hierro constituyeron y constituyen espacios de hondo significado en la vida de las localidades que les albergan.
9. Palabras finales Concluimos esta lectura al patrimonio arquitectónico en Costa Rica. Posiblemente a estas horas muchos de los inmuebles a los que hemos hecho referencia con respeto ya no estén en pie por diversas razones: la indiferencia colectiva, la especulación inmobiliaria, los usos inadecuados de espacios urbanos, el turismo mal entendido y más. Consideramos que aún es posible legitimar y conservar el trazado y el tejido urbano con sentido patrimonial, dar vida a estos monumentos de nuestra historia junto con la vida en los barrios urbanos. Es parte de nuestra utopía. Intentamos recuperarla.
Gracias.
La dotación de recursos y la competitividad turística en las ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad Ariadna Esmeralda Gallegos Rivas 1 Guillermo Vargas Uribe2 “El hecho de que un destino se encuentre dotado de una cantidad importante de recursos turísticos, incrementa su competitividad” (Acerenza, 2009).
Resumen En esta investigación se analiza la competitividad del sector turístico de las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad. Se pretende conocer la satisfacción que proporcionan los recursos turísticos y la herencia del patrimonio cultural de las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad, desde el punto de vista de la oferta turística, con el objeto de conocer, en términos comparativos, cuál destino es percibido como el de mayor competitividad. Se construyó un Índice de Competitividad Turística de las ciudades de Morelia, Querétaro, Guanajuato, Puebla y Zacatecas, las cuales corresponden a la categoría de Ciudades coloniales y ciudades mexicanas Patrimonio de la humanidad. Se determinó que la ciudad de Querétaro obtuvo la mayor calificación en dicho Índice, con respecto a sus principales ciudades competidoras.
Palabras clave: dotación de recursos; ventajas comparativas y competitivas; competitividad turística; y ciudades patrimonio de la humanidad.
1
Doctorante en Negocios Internacionales, Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán, México, ariadna_unigram@hotmail.com 2
Profesor – investigador de la Facultad de Economía, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán, México, gvargas@zeus.umich.mx
1
Introducción Las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad son poseedoras de un patrimonio turístico y cultural de un extraordinario valor reconocido a nivel mundial, principalmente porque encierran una relevante herencia de la historia y la cultura indígena, novohispana y española. Sin embargo, la infravaloración de dicho patrimonio y la inadecuada gestión de las ventajas comparativas impide su transformación en ventajas competitivas suficientes que les permitan competir con éxito en el contexto de una amplia oferta turística global y nacional. Se parte de la hipótesis de que la existencia de las ventajas comparativas definidas por la dotación de recursos genera distintos niveles de competitividad turística en cada una de las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad. El objetivo central de la investigación es crear un índice que permita realizar un análisis comparativo de la competitividad turística entre las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad. Para promover la competitividad es necesario el contar con información completa, confiable y oportuna. Por esto, es indispensable la producción de estudios científicos que generen información orientada a la toma de desiciones y a la elaboración de políticas privadas y públicas por parte de los agentes del sector, así como la evaluación del desempeño de la actividad turística. El marco conceptual se aborda desde la perspectiva de la teoría de la Dotación Factorial de Hecksher–Ohlin (tomado de Krugman y Obstfeld, 2001:69-74), cuyo teorema principal se basa en la especialización de los países para la producción de aquellos bienes en los cuales utilice los recursos en los cuales esté mejor dotado, lo que le originará una ventaja
comparativa.
Posteriormente
se
hace
una
semblanza
general
sobre
la
conceptualización del patrimonio cultural como elemento esencial y recurso turístico de las Ciudades mexicanas coloniales Patrimonio de la humanidad. Se analiza brevemente la competitividad turística y el enfoque de las ventajas comparativas y las ventajas competitivas aplicadas a la actividad turística. Se construyó un Índice de Competitividad turística de las ciudades mexicanas coloniales Patrimonio de la humanidad con una metodología propia, en la cual se toma como base un modelo desarrollado ad hoc que integra el enfoque de competitividad propuesto por 2
Acerenza (2009). Los resultados arrojados por el Índice son los siguientes: la ciudad que obtuvo el mayor valor y que, por tanto, es la más competitiva, es la de Querétaro, seguida de Zacatecas, Puebla, Morelia y, por último, Guanajuato.
La dotación de recursos turísticos Si entendemos el turismo como un fenómeno social, cultural y económico relacionado con el movimiento o desplazamiento de un flujo de personas a sitios distintos de sus usuales lugares de residencia, se requiere de la existencia de un factor que lo motive (Sancho, 1998:11). Este factor de motivación, en términos generales, se llama recurso o atractivo turístico. Torruco y Ramírez (1991:14) aseguran que los recursos o atractivos turísticos “constituyen el elemento básico para el desarrollo del turismo. Pueden ser un lugar, un objeto o un acontecimiento. Sin embargo, carecen de valor si no pueden ser explotados (…). Su interés se evalúa de acuerdo con la capacidad que tiene para motivar el desplazamiento de personas”.Los recursos turísticos están determinados por la dotación de la que disponga un destino para satisfacer la demanda y asegurar la producción del conjunto de los servicios turísticos. En términos generales, pueden ser de varios tipos: naturales, culturales, económicos e históricos, entre otros. De Ferranti, et. al. (2002:5-6) lo reafirma: un determinante de la competitividad es la dotación de recursos. “Los datos también muestran que los modernos conceptos sobre dotación nacional de recursos apoyados por la moderna teoría del comercio exterior poseen, además, considerable valor explicativo. No es sorprendente que la ventaja comparativa de las actividades basadas en recursos esté determinada, en su mayor parte, por la dotación de recursos”. Para Torruco y Ramírez (1991:13) “El patrimonio turístico de un país está formado por todos los elementos turísticos con que cuenta en un momento determinado (…). Se i ncluyen los atractivos y la planta turística, integrada por el conjunto de instalaciones en donde se prestan los servicios demandados por el turista”, tales como hospedaje, alimentación, actividades de esparcimiento e infraestructura, entre otros. De acuerdo al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (2007:3), cuando se hace referencia al patrimonio turístico cultural, se alude a monumentos, construcciones y sitios que tienen valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico, y que 3
posee cada lugar. “México cuenta con uno de los patrimonios culturales más ricos del planeta: basta mencionar que ocupa el primer lugar en América Latina y el sexto en el mundo en sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO (28 sitios en 26 declaratorias)”. De acuerdo a la Universidad Complutense de Madrid (2006:73), El patrimonio turístico cultural constituye el núcleo del atractivo turístico de las ciudades históricas y de las Ciudades coloniales Patrimonio de la humanidad. Sin embargo, sólo puede considerársele como atractivo si se gestiona en su oferta una serie de actividades que satisfacen la demanda de los visitantes. Un número considerable de los turistas que viajan en México se interesan en el patrimonio cultural del país. “Para ellos, las actividades relacionadas con el conocimiento de las culturas locales y el disfrute de su patrimonio son un componente muy importante para su satisfacción” (SECTUR, 2003:4-5). Por ello, el factor cultural es un elemento de diferenciación y un determinante de la elección de destinos turísticos competidores que ofrecen productos similares que satisfacen la motivación principal de estos turistas.
La competitividad turística El concepto de competitividad se ha definido de distintas formas a lo largo del tiempo y de acuerdo a la actividad económica en que sea analizado. “El enfoque tradicional, basado primordialmente en la teoría de la ventaja comparativa -que asocia la consecución de unos buenos resultados a la dotación de recursos– se ha derivado hacia un enfoque fundamentado en la ventaja competitiva. La ventaja competitiva hace referencia a la capacidad de un país para añadir valor a sus recursos (…). En el caso del sector turístico, los determinantes de la competitividad residen tanto en su ventaja comparativa como en su ventaja competitiva” La dotación de recursos turísticos se encuentra directamente relacionada con los factores que determinan la ventaja comparativa, mientras que “la ventaja competitiva viene determinada por un conjunto de factores que van desde los niveles de precios a la estructura del sector turístico, la gestión de sus empresas y las características del entorno en que éstas operan” (Bravo, 2004:4). De acuerdo a Amaya (2008:17) “la ventaja competitiva en el turismo se refiere a la habilidad de un destino para emplear de manera efectiva sus recursos en el largo plazo”. La competitividad puede ser determinada por las ventajas competitivas que posee determinado lugar, las cuales, según Acerenza (2009:5-36) pueden ser de tipo estructural o 4
funcional. Las ventajas competitivas estructurales son aquellas dadas por la ubicación geográfica en donde se encuentra la infraestructura turística. Las ventajas competitivas funcionales son aquellas generadas de acuerdo a la capacidad y habilidad para gestionar los servicios y productos turísticos.
Metodología El presente estudio plantea la elaboración de un diagnóstico de la competitividad de las Ciudades Coloniales Patrimonio de la Humanidad, mediante la generación de un Índice de Competitividad Turística. Dicho Índice permite conocer, en términos comparativos, la posición de dichas ciudades. Se analizan características distintivas que hacen que un destino sea mejor valorado por los oferentes de servicios turísticos. Se pretende que dicho Índice pueda servir como instrumento para incrementar la competitividad turística de las Ciudades coloniales Patrimonio de la humanidad de México, al revelar sus ventajas comparativas, así como sus desventajas o debilidades. Esto permite plantear estrategias encaminadas a mejorar y potencializar sus recursos y orientar la formulación de políticas públicas. El universo muestral lo componen 560 organizaciones que fungen como agentes turísticos, correspondientes al sector académico, privado y gubernamental. Se realizó un estudio de opinión mediante la aplicación de una encuesta a informantes seleccionados, que fungen como representantes de las 59 organizaciones de la muestra. Se diseñó una pregunta por cada atributo generador de competitividad; las respuestas se presentaron en una escala de medición tipo Likert con valores de 4 a 1, desde “excelente” hasta “malo”. El criterio de evaluación es: a mayor valor, mayor competitividad. La confiabilidad del instrumento de medición se estima a través del coeficiente alfa, el cual arrojó un valor de .889, el cual representa una confiabilidad significativa. Los componentes de dicho Índice son: a) Infraestructura colonial. b) Atracciones turísticas y culturales. c) Servicios. d) Hospedaje y alojamiento. e) Gastronomía. f) Transporte. 5
g) Seguridad. h) Conservación del destino. i) Precios.
Para determinar si todos los componentes tienen capacidad explicativa en el modelo utilizado, se realizó un análisis factorial. Se concluyó que todos tienen una relación significativa, por lo que se incluyeron en el análisis. Se calculó la ponderación de cada uno de los componentes mediante el análisis de decisiones multicriterio con el método denominado Proceso Jerárquico Analítico. Los resultados se procesaron para construír el Índice de Competitividad Turística de las Ciudades coloniales Patrimonio de la humanidad. Dicho Índice es una suma ponderada de cada una de las dimensiones propuestas. Tiene una escala con valores de van de 0 a 1. Entre mayor sea el índice, mayor será la competitividad turística. Se obtiene a través de la siguiente fórmula:
ICTCPH = a1IF + a2AT + a3SS + a4HA + a5GS + a6TR + a7SG + a8CD + a9PP
Donde:
ICTCPH = Índice de Competitividad Turística de las Ciudades Patrimonio a1, a2, a3, a4, a5, a6, a7, a8, a9 = Ponderación determinada para cada una de las dimensiones IF= Dimensión de Infraestructura colonial de la ciudad x. AT= Dimensión de Atracciones turísticas y culturales de la ciudad x. SS= Dimensión de Servicios de la ciudad x. HA= Dimensión de Hospedaje y Alojamiento de la ciudad x. GS= Dimensión de Gastronomía de la ciudad x. TR= Dimensión de Transporte de la ciudad x. SG= Dimensión de Seguridad de la ciudad x. CD= Dimensión de Conservación del destino de la ciudad x PP= Dimensión de Precios de la ciudad x. Los indicadores que componen cada una de las dimensiones son: a) Monumentos declarados Patrimonio de la humanidad. 6
b) Espacios culturales y coloniales. c) Eventos culturales. d) Actividades de esparcimiento. e) Legado histórico y cultural. f) Calidad en el servicio. g) Información turística. h) Hospitalidad y trato. i) Establecimientos de servicios turísticos. j) Calidad en hospedaje y alojamiento. k) Calidad y variedad de alimentos y bebidas. l) Higiene en alimentos y bebidas. m) Sistema y capacidad vial. n) Funcionalidad de las vías de acceso. o) Seguridad turística. p) Estado de conservación del destino. q) Limpieza urbana. r) Índice de precios al consumidor.
Las ciudades mexicanas coloniales Patrimonio de la humanidad Hace más de 400 años, con el descubrimiento de América, los españoles conquistaron el territorio mexicano, lo que marcó el inicio de la época colonial en México. Adoptaron su nueva patria con el nombre de la Nueva España. El espacio urbano fue el lugar en donde se encontró la cultura española con el mundo mesoamericano, mezclando los valores indígenas con los novohispanos en un proceso de sincretismo cultural, dando lugar a la ciudad novohispana. Las ciudades coloniales tienen una relevante herencia histórica y cultural: Valladolid – Morelia- y Puebla fueron centros religioso-administrativos de vastos territorios, llamados Obispado de Michoacán y Obispado de Puebla Tlaxcala, respectivamente; Zacatecas y Guanajuato son ciudades coloniales de gran relevancia, que tuvieron como origen los centr os mineros más importantes de la Nueva España (Arvizu, 1993:60, 99-109). Los españoles determinaron fundar ciudades a todo lo largo y ancho del territorio conquistado, lo que provocó cambios drásticos en el paisaje y en la cultura nativa. La traza 7
urbana de las ciudades se desarrolló a semejanza de España, además de la arquitectura de iglesias, casas y edificios. Actualmente numerosas construcciones sobreviven al paso del tiempo, y conforman la imagen urbana que define las ciudades coloniales. Las ciudades coloniales fueron fundadas como puntos de encuentro de los colonizadores españoles, fortalezas, centros comerciales o centros religiosos. Sus principales obras arquitectónicas se centraron en la construcción de edificios religiosos, tales como iglesias y conventos. El crecimiento de los negocios en las ciudades provocó la concentración de gran número de viajeros y comerciantes (Rodríguez, 1999:59). Las ciudades coloniales se convirtieron en importantes destinos turísticos desde la época colonial. La mayoría de los viajes se llevaban a cabo para realizar actividades militares, espirituales, de recreación o con motivos comerciales (Elias, 2009:17). Algunas ciudades, además de ser consideradas como coloniales, poseen otro atributo distintivo: se encuentran inscritas en la Lista del patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Esto “implica su pertenencia a una comunidad internacional que aprecia y se interesa por bienes de valor universal que representan un conjunto de ejemplos excepcionales de diversidad cultural y de riqueza natural” (UNESCO, 2008:9). Estos valores se conforman por atributos que despiertan un interés masivo, especialmente en el sector turístico, tanto a nivel nacional como internacional, por lo que son factores de atracción de turistas. Encierran, dentro de sus principales valores, un importante legado cultural, que en el caso de las ciudades mexicanas se integra en gran parte del patrimonio cultural españolmesoamericano y la arquitectura colonial hispanoamericana, lo que les permite ofertar el turismo cultural como uno de sus segmentos principales. Las Ciudades coloniales mexicanas Patrimonio de la humanidad encierran una dotación de recursos turísticos muy importantes, entre los que se encuentra el patrimonio cultural español. Dicho patrimonio es “una riqueza colectiva que contiene las expresiones más dignas de aprecio en la aportación histórica de los españoles a la cultura universal” (Elias, 2009:29). “El patrimonio cultural, con su identificación como un componente esencial de la imagen urbana de los catalogados centros históricos, es en sí la esencia de su existencia” (Vidal, 2000:1). De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y a la Secretaría de Turismo Federal, las ciudades
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mexicanas que entran en la categoría de ciudades coloniales y de ciudades Patrimonio de la humanidad son: Querétaro, Morelia, Guanajuato, Puebla y Zacatecas.
Resultados Los resultados arrojados al utilizar el Índice son los siguientes: la ciudad que obtuvo el mayor valor y que, por tanto, es la más competitiva, es la ciudad de Querétaro, seguida de Zacatecas, Puebla, Morelia y, por último, Guanajuato (ver figura 1).
Figura 1 Índice de Competitividad Turística de las Ciudades Mexicanas Coloniales Patrimonio de la Humanidad 1 0.9
0.89
0.93
0.99 0.83
0.85
0.8 0.7 0.6
0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 Escal a
Puebla
Zacatecas Querétaro Guanajuato
Morelia
Fuente: Elaboración propia.
Conclusiones En cuanto al análisis realizado en la escala local, de acuerdo al Índice de Competitividad Turística de las Ciudades Coloniales Patrimonio de la Humanidad, se concluye que la ciudad más competitiva, en orden descendiente, es Querétaro, seguido de Zacatecas, Puebla, Morelia y, por último, Guanajuato. Se comprueba la hipótesis de la existencia de una ventaja comparativa en el sector turístico de la ciudad de Morelia en función de su dotación de recursos. En el Índice de 9
Competitividad turĂstica de las Ciudades Coloniales Patrimonio de la Humanidad se evidencia que tales ventajas comparativas no son traducidas en competitividad.
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Las sendas históricas en la ciudad de Puebla como recurso interpretativo del Patrimonio Patricia Domínguez Silva
Resumen La ciudad de Puebla, fundada en 1531 y su Centro histórico, incorporado desde 1987 a la Lista de Patrimonio mundial por la UNESCO, son poseedores de una gran riqueza urbano-arquitectónica patrimonial. Al inicio de la actual administración municipal de la ciudad de Puebla (México), se planteó intervenir con una visión global la vinculación del Centro histórico con el resto de la ciudad, para generar nuevas centralidades y fortalecer los centros de barrio, mediante actuaciones basadas en la articulación, fortalecimiento y ampliación del modelo denominado ―Sendas peatonales‖, las cuales tuvieron como eje central la vinculación de espacios abiertos existentes para convertirlos en lugares de encuentro. Entre los objetivos centrales de las Sendas peatonales, fueron los de revitalizar y recuperar las condiciones de habitabilidad de la zona y promover la dinámica comercial y de negocios, así como responder a las necesidades de modernización que garantizarán la sustentabilidad y el respeto a la conservación del patrimonio histórico. Estas intervenciones urbanas han sido sumadas a las acciones relacionadas con el diseño y estructuración de productos turísticos culturales, generándose de esta forma el modelo de ―Sendas históricas‖. Desde la perspectiva turística, la intención fue crear un sistema de relaciones urbanas que robustecieran la movilidad de habitantes y turistas, promoviendo la caminata, el disfrute, el conocimiento y comprensión del patrimonio cultural de la ciudad de Puebla. El documento, in extenso, presenta el modelo de intervención urbana de la ciudad de Puebla en su Centro histórico, y cómo desde la perspectiva turística se retoma el territorio analizado para poner en valor el patrimonio que resguarda. Se presenta la estructuración de sendas históricas, a través del planteamiento de los objetivos que cada una de ellas persiguen, la transversalidad metodológica que se siguió para conformar el producto turístico, las diversas formas de interpretación del patrimonio que éstas ofrecen.
Palabras clave: Ciudades históricas, imagen urbana, producto turístico.
Introducción La ciudad de Puebla, cuya primera fundación data del año 1531, posee valores patrimoniales y excepcionales que le han merecido el mérito para ser inscrita en el año de 1987 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Es poco rebatible la gran riqueza urbano arquitectónica patrimonial de esta ciudad; sólo basta poner como ejemplo, y a su vez para contextualizar a Puebla como capital del Estado del mismo nombre, que su Centro histórico y Zona monumental comprende un área de 6.9 km², siendo uno de los más amplios a nivel internacional. La importancia de este Centro histórico no reside únicamente en su extensión. También se debe considerar para su ponderación el número de edificios catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en ocasión de su vigésimo aniversario como patrimonio de la humanidad: ―Las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Centro INAH Puebla (…) hicieron entrega del Catálogo de Monumentos Históricos a las autoridades del ayuntamiento poblano. La relevancia del catálogo es trascendental en el devenir social e histórico de los poblanos al registrar en sus páginas todos y cada uno de los 3 mil 34 monumentos históricos que existen en Puebla.‖ (Instituto Nacional de Antropología e Historia 2004). Es también importante destacar que la ciudad de Puebla pertenece al grupo de las nueve zonas metropolitanas del país, donde reside el 34.4% de la población nacional (Instituto Nacional de Estadística y Geografía 2004). Está clasificada como la cuarta zona metropolitana de la República mexicana y es la cuarta ciudad mexicana inscrita en la Alianza para el Patrimonio Mundial (World Heritage Alliance s.f.).
La intervención urbana en el Centro histórico –antecedentesLa actual administración, presidida por la alcaldesa mtra. Blanca Alcalá Ruiz, se propuso al inicio de la administración intervenir en su ámbito el Centro histórico con una visión global que facilitara la articulación con el resto de la ciudad y el ánimo de construir nuevas centralidades, así como fortalecer los centros de barrio, a través del modelo de Sendas peatonales que permitieran la
ligación de espacios abiertos ya existentes para convertirlos lugares de encuentro dentro del Centro histórico. Al mismo tiempo, el rescate del patrimonio edificado se contempló como eje rector dentro de este programa, aprovechando espacios de oportunidad para crear actividades de índole cultural y potenciar paralelamente el turismo en esta ciudad Patrimonio de la humanidad. En la fase de diagnostico se determinaron las principales debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, a través del Taller Angelopolitano, y otros
trabajos
transversales,
como
los
celebrados
con
el
Centro
Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) y la consulta ciudadana. A manera de intentar resumir los complejos problemas que enfrenta el Centro histórico, a continuación se exponen algunos de los hechos más destacables. En el área de amenazas y oportunidades, se determinó que el Centro histórico tenía una subutilización del uso de suelo, y en diferentes áreas se encontraba en pleno abandono; por otro lado, se observó una sobreocupación de espacios públicos con transporte colectivo y comercio informal –vendedores ambulantes y semifijos, kioscos, estacionamientos en las aceras y banquetas, así como una infraestructura subterránea que ha cumplido su vida útil-. En relación al turismo, se estableció que la estancia promedio de los turistas era de 1.4 días, identificándose como principal motivo de visita en la ciudad el de negocios; el diagnóstico también indicó que la ciudad carecía de una oferta turística atractiva que apelara a otros segmentos potenciales naturales, tales como el turismo cultural. En relación a las fortalezas y oportunidades, podemos mencionar que los valores del Centro histórico son su patrimonio arquitectónico y urbano, así como las tradiciones y costumbres que en él se albergan; otras valías fundamentales que serían corroboradas a través de la consulta interna que se llevó a cabo entre los principales actores vinculados con el turismo en el proceso de elaboración del Plan Estratégico de Turismo (PLANDETUR 2015. H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza 2009), del cual se hablará más adelante, fueron la gastronomía y sus barrios con un anclaje en el Centro histórico de la ciudad de Puebla. Así mismo el Centro histórico es generador de una intensa actividad comercial y de servicios, con amplia afluencia regional. Algunos elementos a destacar desde la perspectiva turística, es el número de
hoteles y servicios turísticos contenidos en la Zona monumental, por mencionar algunos datos, el Centro Histórico cuenta con 48 hoteles que van desde la categoría especial hasta las
de 2 estrellas, los
cuales representan
aproximadamente 2 mil 140 habitaciones con un total de 3 mil 200 plazas hoteleras en existencia. Asimismo, en el perímetro del Centro histórico se han contabilizado aproximadamente 52 restaurantes enfocados al sector turístico. (H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza, 2010) Otro reto fundamental para la intervención del Centro histórico fue la estrategia financiera que permitiera la construcción de un modelo sustentable y sostenible. En este sentido, se consideró pertinente la optimización de recursos de programas existentes, con la participación de instancias federales, estatales y municipales. En este orden de ideas, los programas ―Hábitat‖, ―Rescate de Espacios Públicos‖, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, así como los fondos de la Secretaría de Turismo Federal, fueron planteados como las bases para iniciar la intervención urbanística y arquitectónica del Centro Históric o; cabe resaltar que la procuración de fondos se consideró una oportunidad importante, donde destacados aliados estratégicos se unieron al proyecto, como el caso de la Fundación Amparo. Para dar inicio a la intervención urbana que permitiera la estructuración de las Sendas peatonales, fue necesario resolver algunos problemas que por años había sufrido el Centro histórico. En primer término, el reordenamiento comercial, lo que implicó el retiro de más de 800 ambulantes que por 12 años habían permanecido en la vía pública de la ciudad. El 31 de julio de 2008, y después de una serie de negociaciones, el gobierno municipal retiró a los ambulantes del Centro histórico, y logró la reubicación de las organizaciones más grandes en los mercados El Ferrocarril y La Merced. Así mismo, y a la par del reordenamiento comercial, en trabajo coordinado con el Gobierno del Estado, se inició el reordenamiento vial del transporte colectivo sobre las avenidas 10 y 8 oriente. También se llevó a cabo la modernización de semáforos, al sustituiros por nuevos equipos con LED, de los cuales 120 están colocados en postes coloniales y 53 son semáforos peatonales dinámicos. Se realizó la rehabilitación de la infraestructura de agua y drenaje, así como la sustitución de pavimentos en arroyos y banquetas, mejoramiento de la imagen
urbana, alumbrado público, iluminación exterior de inmuebles, por mencionar algunas acciones paralelas. (H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza 2009). La decisión de cómo intervenir el Centro histórico de Puebla, se consideró, debía estar fundamentada en un proceso de planeación para el corto, mediano y largo plazo, vislumbrándose adicionalmente la necesidad de instrumentar diversos proyectos relacionados con el desarrollo de programas sociales, arquitectónicos y económicos. Estos programas deberían estar fundamentados en la consolidación y revitalización de las vocaciones históricas de la ciudad: el saber, la religiosidad, la industria y el comercio. Para ello, se construyó la Visión de Ciudad: ―Orientada a construir una ciudad solidaria, competitiva, sustentable, equitativa y segura, para que sus habitantes, sin exclusión alguna, disfruten de un desarrollo humano integral y fortalezcan su identidad; en un marco de crecimiento económico, con servicios de calidad y en un espacio metropolitano con trascendencia nacional y presencia internacional. Esta manera de hacer ciudad se hace presente en todo el territorio, desde el Centro histórico, a las zonas intermedias y la periferia.‖ Los objetivos centrales en función de la visión fueron los de preservar los valores históricos y arquitectónicos con la mejora de espacios públicos, la formación de sendas y la dignificación de lugares tradicionales de encuentro y esparcimiento; regular y optimizar la circulación de transporte privado y público con miras a incrementar los espacios de tránsito peatonal; incorporar servicios de clase mundial para hacer más atractiva la ciudad como destino turístico, así como proporcionar las condiciones para aumentar la habitabilidad y el comercio. Uno de los objetivos fundamentales fue el recuperar espacios públicos para realizar actividades al aire libre, esparcimiento y la integración familiar en un contexto de seguridad.
Las Sendas peatonales Una vez establecidos de forma sucinta los antecedentes del modelo de intervención al Centro histórico de la ciudad de Puebla, en este apartado se introduce el concepto de Sendas peatonales, las cuales fueron el eje estructurador del proyecto integral de mejoramiento y embellecimiento del Centro histórico, teniendo entre otros objetivos diferentes a los urbanísticos, incrementar el flujo de visitantes y mejorar la economía de la ciudad.
Las Sendas peatonales de Puebla capital –primer nombre que éstas recibieron-, ya que desde la perspectiva turística y después de llevar a cabo un grupo de enfoque, se determinó que el nombre de Sendas peatonales no indicaban a los ciudadanos y visitantes potenciales en qué consistían; en términos generales la gente percibía que este término era para calles rehabilitadas en el Centro histórico, donde el tránsito vehicular era restringido dándose preferencia al peatón. En este orden de ideas se propuso por parte de la Dirección de Turismo Municipal, denominarlas ―Sendas históricas‖, nombre que ahora detentan. Las Sendas históricas fueron conceptualizadas como caminos acondicionados para el peatón, que permiten vivir, disfrutar, admirar y recorrer el Centro histórico. Las Sendas resguardan tanto la historia como la esencia de la ciudad, y el orgullo que la capital de Puebla comparte con el mundo (H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza 2010). Se plantearon 11 Sendas peatonales y dos nodos de encuentro. En la gráfica 1 se muestra trayecto y nombre de cada una de ellas:
Gráfica 1. Sendas Peatonales. Fuente: Secretaría de Gestión Urbana y Obra Pública para el Desarrollo Sustentable. H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza (2008).
1.
Epopeyas Históricas.
2.
De Ángeles.
3.
Colegios Jesuitas.
4.
El Saber.
5.
De la Mujer.
6.
Revolución Mexicana.
7.
Enlaces.
8.
Barrios Antiguos.
9.
Carmen-Santiago.
10.
Mesones.
11.
Camino Real.
12.
Huitzilapan.
Actualmente se han completado seis sendas: De la Pasión, de Epopeyas Históricas, de la Revolución, Ángeles, de la Mujer y del Saber, además de dos puntos de encuentro. El gran reto para el turismo estaba ahí: ¿cómo convertir a estas Sendas peatonales en un producto turístico? 1
El Turismo en la ciudad de Puebla Al inicio de la administración municipal 2008-2011, se planteó en el área de Competitividad para el Desarrollo Económico al turismo como eje fundamental de desarrollo para el municipio de Puebla. Es conocido que, en las ciudades del mundo con atractivos turísticos, el sector de bienes y servicios cobra un gran dinamismo y por consiguiente es para los habitantes de esos destinos un área de oportunidad para su desarrollo. En este sentido, el turismo se convierte en una de las principales fuentes de ingreso, de captación de divisas y de generación de empleo; asimismo, crea expectativas de negocio y fortalece la identidad cultural. Para potenciar el turismo en la ciudad, se consideró pertinente tener un Plan Estratégico de Turismo (PLANDETUR 2015), que planteara objetivamente el desarrollo de la ciudad turística, con un horizonte de
1
Se entiende por producto aquel recurso en el que se puede realizar una o varias actividades (visitar, asistir, participar, estudiar, comprar, comer), porque está formulada una propuesta de accesibilidad al mismo (temporal, espacial y económica) por parte de un público.
planeación de 8 años. En este orden de ideas, se destaca que el Plan Estratégico de Turismo rebasa el periodo de gestión municipal, que en México es de 3 años. Se consideró en su momento que el desarrollo de la ciudad turística y su vinculación con la ciudad de Puebla requería de una serie de programas y acciones que obligarían tanto al sector público como al empresarial a conjuntar esfuerzos en una visión compartida a largo plazo. De esta forma, se decide contratar la asesoría de un experto internacional para la elaboración del PLANDETUR 2015. En términos generales (ver gráfica 2), el diagnóstico de dicho estudio arrojó los siguientes datos: En relación al número de visitantes a la ciudad de Puebla -contabilizando turistas y excursionistas- para el año 2008, según los informes de DATATUR fue de 4 millones 489 mil 800 personas.
Gráfica 2. Número de visitantes a la Ciudad de Puebla. Fuente: Indicadores básicos de la actividad turística en Puebla. SECTUR 2003–2007.
En relación a la proporción de excursionistas y turistas, los análisis realizados indicaron una relativa superioridad en el número de turistas: 2 millones 448 mil 313 contra 2 millones 041 mil 487 excursionistas. Estos datos permiten considerar que la ciudad de Puebla en ese momento era considerada como una ciudad ―de paso‖, más que como un destino turístico. En relación a la ocupación hotelera, el porcentaje de ocupación era del 54%, revelándose una baja estancia media de los turistas: 1.48 días. Con respecto a la derrama económica (ver gráfica 3), para el año 2008 fue de 4 mil 374 millones de pesos, lo que permite inducir el bajo consumo turístico.
Gráfica 3. Derrama económica. Fuente: Indicadores básicos de la actividad turística en Puebla. SECTUR 2003–2007.
En términos generales, el turista de la ciudad de Puebla realiza un gasto promedio de mil 361 pesos por persona, mientras que el excursionista realiza un gasto promedio de 511 pesos por persona. En relación al diagnóstico de recursos y productos turísticos de la Ciudad y sus alrededores, se realizó in situ la valoración de 91 productos y 40 recursos en la ciudad; 30 productos y 4 recursos en los alrededores; 11 productos del patrimonio intangible; se valoraron actividades culturales de la ciudad, así como actividades de naturaleza en el patrimonio natural. Esta valoración permitió determinar en primera instancia, cuáles son los productos turísticos de la ciudad de Puebla y una posterior clasificación para determinar y definir prioridades en los planes de desarrollo y comercialización turística. De igual forma, esta valoración permitió determinar la proporción de productos turísticos en funcionamiento, el porcentaje de productos turísticos a mejorar, y determinar la proporción de recursos turísticos que en el mediano plazo pudieran ser convertidos en Productos Turísticos. La ilustración de estos porcentajes se muestra en la gráfica 4.
Gráfica 4. Gap de estructuración. Fuente: Plan Estratégico de Turismo –PLANDETUR 2015-.
De igual forma, se construyó el posicionamiento deseado para el 2015 de la Ciudad de Puebla, el cual se ilustra en la gráfica 5.
Gráfica 5. Posicionamiento de la Ciudad de Puebla para el 2015. Fuente: Fuente: Plan Estratégico de Turismo –PLANDETUR 2015-
Establecido lo anterior, se procedió a configurar el portafolio de productos y mercados (ver Tabla 1). En este sentido, nótese que el turismo cultural es el principal producto a promocionar en los mercados prioritarios.
Tabla 1. Productos/mercados. Fuente: Plan Estratégico de Turismo –PLANDETUR 2015-.
Establecido lo que se debía vender –el producto- y a quiénes, inició la fase estratégica de este proceso: La construcción del Plan de Desarrollo Turístico para la Ciudad de Puebla. En términos generales, el Plan incluye dos polos de desarrollo, tres proyectos de desarrollo transversales y dos proyectos de organización interna. Los dos polos de Desarrollo Turístico incluyen ―El Centro histórico, Patrimonio cultural de la humanidad y un ejemplo único en su género para la adaptación local del estilo barroco y sus múltiples fachadas de cerámica de talavera‖; para el caso del Polo Turístico de Cholula, se consideró importante esta área conurbada con la ciudad de Puebla, por ser la ciudad prehispánica y uno de los asentamientos más antiguos de México. En relación a los tres proyectos transversales, se incluyeron la gastronomía, la hotelería y el comercio. Los dos proyectos de organización turística incluyen la formación de turismo de Puebla, y la Integración de planes y turismo para lograr una visión integral de ciudad y turismo. En resumen, el Macroprograma de Desarrollo Turístico considera 57 proyectos de actuación.
Reciprocidad entre la intervención urbana y el desarrollo turístico. Si bien es cierto que los avances en la intervención urbana en el Centro histórico de Puebla ya estaban en marcha, el reto era convertir estas acciones en productos turísticos que pudiesen apelar en primera instancia al turismo cultural, ya definido como prioritario en el portafolio de productos y mercados. En este orden de ideal, el polo de desarrollo 1 ―Centro histórico de la ciudad de Puebla‖ consideró un proyecto específico. ―Sendas del Centro histórico‖. Si bien es cierto que los objetivos urbanísticos iban en cabal cumplimiento, era necesario que los conceptos de estas sendas se ampliaran para agregar a las mismas su definición como producto turístico y posibilitar su incorporación como oferta a los diferentes públicos objetivo del Plan Estratégico de Turismo, a medida de que las intervenciones de recuperación urbana y puesta en valor de las misma fueran finalizando. Esto implicaba que habría de analizar, desde la perspectiva del turismo, si las sendas definidas a nivel de recuperación urbana podrían tener interés específico desde el punto de vista turístico tal como están estructuradas, o si bien debían agruparse en función de su cercanía y temática con el fin de construir un producto de mayor interés o si, además, era preciso definir otras sendas o rutas turísticas que complementaran las ya definidas. Para integrar las Sendas, se inició por la formulación del concepto de cada una de ellas y la definición de sus contenidos, así como los materiales de soporte necesarios para su interpretación y promoción; en otras palabras, se procedió a su estructuración, lo cual incluyó la definición de las Sendas del Centro histórico de uso turístico, del concepto o hilo conductor de cada una de ellas, los públicos objetivo, la estructuración del producto –sus contenidos- y los materiales de soporte necesarios.
Selección de las Sendas. Considerando los principales valores patrimoniales albergados en las Sendas antes citadas, se consideraron de interés turístico las que se pueden observar en la gráfica 6, siendo las siguientes: 1. Senda de las Epopeyas Históricas. 2. Senda de la Pasión.
3. Senda del Saber. 4. Senda de Ángeles. 5. Senda de la Revolución.
Gráfica 6. Sendas de uso turístico. Fuente: Dirección de Turismo Municipal del H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza.
Definición del concepto o hilo conductor de uso turístico 2 Para el caso de las Epopeyas históricas, se recurrió en primer término a referenciar la nomenclatura de las calles, las cuales hace reminiscencia a importantes hechos históricos: Calle 16 de septiembre y calle 5 de mayo. Como se sabe, estas fechas conmemoran algunas de las gestas históricas más importantes para la historia nacional. Desde la perspectiva histórica, estas calles forman uno de los ejes básicos a partir de los que se trazaron las calles y manzanas de la antigua ciudad de Puebla. En relación al tiempo de visita a esta Senda, que permitiría en primera instancia considerar una ampliación de la
2
Para contextualizar el armado de las Sendas como producto turístico, se expondrá el ejemplo de la Senda de las Epopeyas históricas.
estancia en la ciudad, la senda atraviesa gran parte del Centro histórico, iniciando en uno de los sitios más representativos de Puebla: el templo del Carmen y terminando en el Palacio municipal. A lo largo de esta Senda se ubican algunos de los atractivos turísticos esenciales en cualquier visita a esta capital.
Público objetivo En función a los datos arrojados por el Observatorio Turístico Municipal, se enfocó esta senda a los turistas denominados ―aficionados culturales‖ 3 (Chias 2005). Por el carácter del patrimonio y su traza urbana, se consideró de interés para el turismo nacional y extranjero.
Estructuración del producto: contenidos En primer término, se llevó a cabo una evaluación de los principales productos turísticos contenidos en la Senda; posteriormente se hizo una selección de cuáles deberían aparecer en los sistemas de información y señalización turística por su interés histórico-patrimonial; posteriormente se llevó a cabo una investigación historiográfica sobre el monumento que aparecería en la Senda. Los resultados de esta investigación fueron enviados al Consejo de la Crónica de la ciudad de Puebla para su verificación. Finalmente, los monumentos y su espacio se presentan a continuación 4:
3
Personas que ya muestran estar en evolución, desde el coleccionismo hasta la pasión, aspecto que se evidencia por la interrelación con las personas del lugar. 4 Para conocer más sobre los contenidos, se sugiere descargar la guía en http://www.pueblaturistica.mx/wb/tur/publicaciones_turisticas_de_puebla_capital1
1. Templo y Ex convento de la Virgen del Carmen. 2. Parque del Carmen –punto de encuentro-. 3. Claustro del Ex Convento de la Limpia Concepción. 4. Casa del deán. 5. Biblioteca Palafoxiana y Antiguos Colegios Palafoxianos. 6. Catedral. 7. Zócalo. 8. Palacio municipal.
Para cada uno de los monumentos, se indicó dirección, horario de visita y una breve descripción de su valía patrimonial, como se muestra en la gráfica 7.
Gráfica 7. Contenidos descriptivos de monumentos –fragmento-. Fuente: Dirección de Turismo Municipal de la ciudad de Puebla de Zaragoza.
Materiales de soporte necesarios Indiscutiblemente los portales de Internet son necesarios hoy en día para la difusión de productos turísticos. Sin embargo, es ineludible considerar la creación de un sistema de información turística que permita al visitante conocer la ciudad, ya sea de forma auto-programada, o auxiliándose en los materiales
de soporte que están a su disposición en oficinas de información turística. En este orden de ideas, se trabajó en los siguientes aspectos: 1. Señalización turística. 2. Cédulas turísticas adosadas a los monumentos. 3. Folleto-guía de la Senda. 4. Audio-Guía descargable en portal de turismo. Para la señalización turística se instalaron tótems informativos sobre el trayecto de la Senda histórica, los cuales muestran el recorrido y monumentos a visitar –ver gráfica 7-. Estos fueron ubicados al inicio y final del recorrido. Fueron elaborados en español e inglés.
Gráfica 8. Tótem informativo de Senda histórica Fuente: Tomada por el autor.
En relación a las cédulas turísticas adosadas a los monumentos, éstas contienen información básica en relación al monumento, en inglés y español; también se instalaron cédulas
en braille.
Es importante destacar la
concordancia que debe existir entre la cédula turística, la información contenida
en el folleto-guía y las audio-guías. Las gráficas 9 se muestran ejemplos de cédulas turísticas.
Gráfica 9: Cédulas turísticas. Foto: Imagen tomada por el autor.
De manera paralela, se preparó el folleto-guía de la Senda, el cual contiene la siguiente información:
1. Contexto de la Senda. 2. Monumentos y espacios a visitar con breve descripción, numerada para ser referenciada en el mapa que contiene el folleto-guía. 3. Otros atractivos turísticos que el visitante puede encontrar en su recorrido. 4. Mapa orientativo, relacionado con los monumentos contenidos en el folleto-guía, indicando servicios turísticos que el turista puede encontrar en su recorrido. La siguiente figura muestra parte del folleto-guía:
Imagen 2. Mapa de ubicación. Fuente: Dirección de Turismo Municipal de la ciudad de Puebla de Zaragoza.
4. Audio-guías descargables en el portal de Turismo. Con el objetivo de proporcionar un servicio de apoyo en relación a la interpretación de las Sendas, se elaboraron guías descargables para el visitante, auto-programadas para que dirija su visita en función de tiempo e intereses. Para la elaboración de audioguías, se consideró la perspectiva del visitante, ubicándolo espacialmente en el territorio y dando instrucciones precisas de qué observar dentro del recorrido. Cabe destacar que las
audio-guías, independientemente de contener
información histórica sobre los monumentos a visitar, vinculan mitos y leyendas de las calles o casas que se visitan
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Conclusiones Las intervenciones urbanas en términos generales buscan objetivos que no siempre coinciden con la actividad turística. Para el caso de la ciudad de Puebla, siendo ésta una de las 10 Ciudades Patrimonio de México 6, la 5
Para conocer más sobre audio-guías se sugiere visitar http://www.pueblaturistica.mx/wb/tur/audioguias_del_centro_historico 6 La ciudad de Puebla, pertenece a la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial. Esta Asociación reúne aquellas ciudades con declaratoria en sus Centros Históricos por la UNESCO. Para conocer más visitar http://www.ciudadesmexicanaspatrimonio.org/
naturaleza turística de ésta debiera ser eminentemente cultural. De aquí la importancia de que el área responsable del turismo tenga opinión sobre el desarrollo de los proyectos urbanísticos en los Centros históricos de las ciudades Patrimonio, y conjuntar esfuerzos con las dependencias municipales relacionadas con tales acciones. Para el caso de la ciudad de Puebla, se tuvo la experiencia positiva de que el área de turismo fuera incluida en algunos aspectos relacionados con las Sendas –primero peatonales y posteriormente históricas- con la finalidad de crear un producto turístico. A manera de referencia, el Consejo de Promoción Turística de México y la Secretaría de Turismo Federal han lanzado 10 rutas por México. En este sentido, la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial ha solicitado que las Ciudades patrimonio tengan un peso importante dentro de estas rutas. Para el caso de Puebla, se han propuesto las Sendas históricas en la sección de ―qué hacer‖ y ―qué ver‖. Sin embargo, consideramos que esta posibilidad se debe, entre otros aspectos, a la participación de Turismo en planes y acciones de embellecimiento del Centro histórico, al análisis natural de las Sendas históricas que sí pueden ser de interés para los visitantes y el oportuno seguimiento al Plan Estratégico de Turismo. Sí es posible que la ciudad turística se construya sobre la base de proyectos urbanísticos, la gran complejidad reside en intermediar entre lo útil para la ciudad y lo necesario para el turista, como es el caso del desarrollo interpretativo de la ciudad, que evidentemente tiene un fin turístico y en ocasiones no es comprendido por los ciudadanos. En este sentido, consideramos que nuestros centros históricos también deben ser presentados nuevamente a los habitantes. Las campañas de difusión y promoción dirigidas a los ciudadanos, en nuestra experiencia las consideramos fundamentales. A través de ellas, se logra que los habitantes visiten nuevamente el Centro histórico. En el caso de la ciudad de Puebla, y como parte de las acciones contenidas en el Plan Estratégico de Turismo, se lanza c ada temporada vacacional una campaña de promoción turística, invitando a los poblanos o sus residentes a pasar un día ―reencontrándose con su ciudad‖. Por último, consideramos que las ciudades históricas deben ser comercializadas. No estamos haciendo referencia a la comodificación del patrimonio. Sin embargo, para cumplir con objetivos de desarrollo económico
en nuestras ciudades, es sustancial la construcción de la ciudad turística que conviva con la ciudad histórica y, por qué no, con la ciudad moderna.
Bibliografía. Chias, Josep. EL TURISMO DE CIUDAD. Barcelona: Prentice Hall, 2005. H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza. 1er. Informe de Gobierno. Blanca Alcalá Ruiz. Informe de Gobierno, Puebla: H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza, 2009. H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza. «Censo de Hoteles y Restaurantes del Centro Histórico.» Censo establecimientos Centro Histórico, Puebla, 2010. H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza. Plan Estratégico de Turismo PLANDETUR 2015-. Plan Estratégico, Puebla: H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza, 2009. —. «Puebla: Sendas Históriicas.» Dossier de Prensa. Puebla: H. Ayuntamiento de Puebla de Zaragoza, 29 de Marzo de 2010. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Catálogo de Monumentos poblanos.
2004.
http://dti.inah.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=453&Itemid=68 (último acceso: 14 de junio de 2010). Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Delimitación de las zonas metropolitanas de México. México: INEGI, 2004. World
Heritage
Alliance.
Members.
http://www.worldheritagealliance.org/about/our-members/ (último acceso: 14 de junio de 2010).
La autora Patricia Domínguez Silva, licenciada en Administración de Empresas por la Universidad de las Américas, realizó estudios de posgrado en Administración, Gestión Hotelera, y Producción. Actualmente es candidata a doctor en Urbanismo por la Universidad de Valladolid, España. Sus líneas de investigación son las Ciudades Patrimonio de México, así como su vinculación con el Turismo. Ha sido profesora en diferentes universidades nacionales y extranjeras, y ha escrito artículos científicos relacionados con la hotelería y el turismo. Ha participado como conferencista en congresos nacionales e internacionales, bajo la temática de Turismo Cultural principalmente. Es coautora en diferentes libros vinculados con el Turismo. En el año 2002 obtuvo el premio Miguel Alemán Valdez a la Excelencia Turística por su trabajo de Turismo y Ciudades históricas mexicanas. Actualmente se desempeña como directora de Turismo Municipal de la ciudad de Puebla.
El mapa: una herramienta indispensable para la actividad turística en las ciudades de patrimonio mundial en México Ernesto Valenzuela Valdivieso El Colegio de Michoacán
1. Introducción La declaración de algunas ciudades de México como patrimonio mundial, en general, ha propiciado importantes acciones para conservarlas, mejorar el desarrollo de la actividad turística y también la calidad de vida de quien las habita. Destacan las acciones de recuperación de espacios públicos, la restauración de inmuebles, la apertura o mejoramiento de los establecimientos de servicios, la renovación de la imagen urbana y la reglamentación en materia de construcción y publicidad, entre otros. El turismo es para la mayoría de las ciudades una importante –sino la principal- fuente de empleos e ingresos y, en consecuencia, un motivo y un medio para su conservación. Entre las principales estrategias destacan las campañas de publicidad que han favorecido el aumento de turistas. Sin embargo, se han descuidado otros aspectos cuando el turista ya se encuentra en la ciudad. Por ejemplo, la atención de los servidores públicos, la seguridad, la regulación de precios y la información turística, de suma relevancia para cualquier visitante o turista nacional o extranjero, trátese de atención personal o material en medios electrónicos o impresos. En el caso de las ciudades Patrimonio mundial en México, no todas cuentan con guías de viaje o las que existen no están actualizadas. Asimismo, en los casos en donde existen módulos de información, en general, existe una carencia de folletos y mapas. El mapa turístico es una herramienta indispensable para cualquier ciudad que no sólo beneficia al turista, porque lo guía para llegar a los sitios de interés, sino también favorece a los diversos establecimientos culturales, recreativos o de servicios, porque es una opción más de propaganda para su visita. El presente artículo es un análisis de la importancia del material cartográfico, en su forma, contenido, presentación y financiación. Además de una revisión de los mapas de algunas ciudades de 1
patrimonio mundial de México para detectar deficiencias y sugerir propuestas para enriquecerlos.
2. La cartografía La cartografía se encarga de la representación a escala, sobre un plano de referencia, de todo aquello que puede describir o modificar el espacio terrestre. La disciplina surgió de la necesidad del hombre de orientarse o ubicarse en el espacio a partir o en referencia de otros elementos, pero también de ubicar dichos elementos según sus necesidades e intereses. Algunos de los métodos para lograr el objetivo anterior fueron el lenguaje oral y escrito. Sin embargo, la expresión gráfica y pictórica fue un medio recurrente para representar un lugar y sus características ambientales. Así, en la pintura y en la representación gráfica que se denominó mapa, se trató de representar la realidad, en el primer caso sin un fin concreto y en el segundo como un instrumento para estudiar un lugar.
3. Qué es un mapa Es una representación gráfica de un lugar a escala representada en un plano, compuesta de símbolos para expresar alguna realidad. Sin embargo, como corrobora Joly, “el mapa proporciona una imagen incompleta del terreno; no es una reproducción tan fiel como puede serlo una fotografía aérea”. Asimismo, siguiendo al autor, su composición exige una elección entre los objetos que ocupan la superficie terrestre. Elección en lo que se refiere a su número, porque algunos deberán ser eliminados, según los intereses, el objetivo del mapa o lo que se quiera comunicar. En consecuencia, el mapa es una construcción subjetiva sometida a normas preestablecidas, tanto de selección como de representación. En él, los objetos no están representados tal y como son, sino mediante símbolos o signos más o menos descriptivos y susceptibles de variaciones cuantitativas (Joly: 1979). En muchos casos es frecuente que se utilice como sinónimo de mapa los términos de croquis, carta, plano y en menor medida corema. Sin embargo, no son lo mismo, porque cada uno tiene una particularidad a pesar de que todos son 2
representaciones gráficas del espacio. El croquis es un dibujo que se realiza de forma sencilla, sin ningún instrumento; en consecuencia, no tiene escala y, en general, se realiza para ubicar algún sitio. La carta es una representación más cercana o igual al mapa, con la particularidad de que representan aspectos marítimos o climáticos y están asociados a la navegación; el nombre de cartografía proviene de esta representación. El plano se diferencia del mapa porque no se elabora utilizando una proyección (el procedimiento matemático empleado para representar una superficie curva en una plana), el término se suele usar en la arquitectura para exhibir desde una perspectiva aérea las divisiones de alguna construcción. Finalmente, el corema es una forma esquemática de mostrar el espacio en donde no se conserva la escala, ni las proporciones, ni la forma, sino sólo la referencia de ubicación (Almanza: 2009).
4. Pará que sirve un mapa La función principal de un mapa es la representación gráfica de un lugar. Una de sus cometidos ha sido la delimitación de un territorio. Sin embargo, el mapa es un documento, que de manera indirecta también permite obtener información histórica y del pensamiento e ideología de la época en que se realizó. Además sirve, entre otros fines, para estudiar y ordenar un territorio.
5. El uso del mapa en la actividad turística En diversas formas y para diversos intereses se han utilizado los mapas en el turismo. En el ámbito académico y científico el turismo es cada vez más estudiado, por diversas ciencias, entre ellas la geografía, a tal grado que existe la especialización de la Geografía del Turismo, en donde se examina, entre otras cuestiones, el impacto de la actividad en el territorio o la construcción de espacios a partir del turismo. Es en la Geografía donde, aunque no de manera exclusiva, el mapa es un producto y a la vez un medio para el estudio del espacio. Para los geógrafos, es el medio de expresión por excelencia, a través del cual interpretan la realidad o explican los fenómenos que ocurren en el territorio, entre ellos el turismo. En la 3
geografía del turismo, a través del mapa, es posible entender algunos de los factores naturales o sociales que influyen en el nacimiento, desarrollo o estancamiento de un destino turístico, además de posible representar el movimiento o los flujos de los turistas desde su lugar de origen hasta el destino turístico, asimismo, de la localización de la infraestructura y de sus categorías. También se ha utilizado la cartografía como un medio de representación de la planeación de los espacios turísticos o de los conflictos que la actividad genera, entre otras cuestiones. En relación con el uso del mapa dentro de la actividad turística, en particular por parte de los turistas, análisis de la presente investigación, destaca su empleo para cuestiones de ubicación. La localización del destino es uno de los factores que más influye en la elección para viajar, porque de ello dependerá el tiempo y el dinero invertido, o viceversa, de acuerdo a los dos factores anteriores se elegirá el lugar a visitar. En ambos casos, en general, el turista recurre a un mapa para localizar el destino turístico de su elección y entonces decidir el medio de transporte para viajar o las rutas para llegar a él. Después, en el centro turístico, el turista lo utilizará para localizar y desplazarse hasta el establecimiento de hospedaje que reservó con anticipación o para elegir, en el caso de que exista la información en el mapa, alguno de acuerdo a sus intereses. Es frecuente que este mapa lo haya adquirido el turista desde su lugar de origen como parte de su planeación de viaje. Sin embargo, necesitará de otro mapa temático –específico de los atractivos y la infraestructura turística- para localizar los lugares de interés (edificios, museos, parques, plazas) y algunos establecimientos de alimentos, diversión y compras, entre otros. En consecuencia, el mapa es una herramienta indispensable en el turismo que beneficia a todos los actores involucrados en la actividad. Para el turista, porque le permite localizar y desplazarse con mayor precisión en el lugar. Para los diversos establecimientos de servicios, porque es una forma más de publicidad y un medio, entre otros, para el acceso a sus negocios. Para las autoridades y responsables del desarrollo o planificación del turismo, porque es el instrumento idóneo de persuasión para la visita de ciertos lugares y así, tratar de evitar que se visiten otros espacios que pueden transformar 4
la imagen parcial que se construye de un destino turístico o bien que se visiten espacios peligrosos o conflictivos (Augé: 1997).
6. Los mapas turísticos o de promoción de atractivos Ante la importancia que ha adquirido el turismo durante las últimas décadas, por ser una de las actividades económicas de mayor crecimiento en relación con los ingresos que se obtienen, el número de personas que se emplean y de actividades involucradas en el sector, así como por el constante crecimiento de turistas y de la oferta de destinos turísticos tanto en cantidad como en diversidad. Esta situación ha provocado que cada destino elabore nuevas estrategias de comercialización y atractivos para incrementar la demanda de visitantes. Entre ellas, la información que pueda proporcionar del lugar, ya sea de forma oral o escrita, en medios digitales o impresos. El mapa es un documento de información indispensable en la labor turística, que no sólo sirve para ubicar los sitios de interés para su visita, sino que es un documento de síntesis que puede contener información diversa, desde accesos o rutas, la traza urbana, los nuevos espacios de crecimiento de la ciudad hasta un panorama o paisaje general de ésta. En general los mapas de promoción de atractivos son una cartografía sencilla en el sentido de que es de fácil lectura para la mayoría de los turistas sin importar su escolaridad. Sin embargo, existen extremos: desde “mapas” que se asemejan más a pinturas o a croquis hasta aquellos que abusan en cantidad de información expuesta o de la propaganda de establecimientos, o cuya simbología es incomprensible. No existen normas o especificaciones de lo que deba contener un mapa de atractivos turísticos, ya que esto depende tanto de la creatividad como de la profesionalización de la persona o institución que lo realiza. No obstante, lo cierto es que hay mapas que por su contenido, ofrecen o sirven para más y otros menos. En todos los casos, el mapa turístico de atractivos ideal, sería el que es comprensible para todos y tiene para cada uno, de acuerdo a sus necesidades y habilidades, la información requerida. El que un mapa sea de una temática en específico o vaya dirigido a un público en particular, no significa que éste deba contener menos información o que no deba tener los elementos indispensables 5
que todo mapa requiere para su interpretación. A continuación se enlistan algunos de los elementos que de manera más frecuente contiene la cartografía de atractivos turísticos, sin pretender agotar todas las opciones, sino sólo mostrar una pequeña representación de un universo cada día en mayor expansión. En relación a la perspectiva (lugar de observación para la representación de la superficie), los mapas de atractivos se realizan en la perspectiva aérea o vista desde arriba y otros, además, combinan la perspectiva horizontal o vista de frente para resaltar construcciones de importancia con profundidad y volumen. Existen casos en los que sólo se utiliza la vista horizontal y a pesar de existe la traza urbana y es posible identificar los principales atractivos, éstos más que mapas son pinturas de estilo naif, caricaturas o representaciones gráficas de una maqueta unidimensional. En algunos casos, el mapa de atractivos es en realidad el mapa de la traza urbana que, en la mayoría de los casos, se utiliza para ubicar calles o lugares, pero que además tiene señalado los sitios de interés turístico. Este mapa cumple una doble función y permite que el turista no se acote a ciertos espacios, además de que son mapas, en general, con todos los elementos de una cartografía hecha por profesionistas en contraposición a la de los aficionados. La escala gráfica o numérica es un elemento que a pesar de su importancia pocos mapas de atractivos turísticos la incluyen. En algunos casos porque lo representado en el mapa se hizo al tanteo, como se elabora un croquis. En otros se excluye porque se considera de poca utilidad o importancia, que muchos no entienden y pocos utilizan. La eliminación también se debe a que los supuestos mapas son híbridos entre mapas, pinturas y caricaturas y, en consecuencia, no se puede incluir una escala cuando además se combinan perspectivas
y
proporciones. La utilidad entre otras de que exista la escala en un mapa de atractivos turísticos será poder determinar distancias entre los lugares que se quieren visitar y, en consecuencia, aprovechar mejor el tiempo y el espacio. La orientación es otro elemento que en algunos casos se incluye, aunque no es obligatorio siempre y cuando el norte se localice en la parte superior del mapa, según las normas internacionales. No obstante, por falta de conocimiento o profesionalismo, se orienta de forma incorrecta el lugar representado en el mapa y 6
no se incluye la flecha que indique algún punto cardinal. La correcta orientación del mapa, en todos los casos facilitará el mejor desplazamiento dentro y fuera del destino turístico. En algunos mapas, en particular los de las grandes ciudades o espacios extensos con muchos atractivos, se anexa un sistema de coordenadas para la rápida localización de los sitios de interés. El sistema consiste, en general, en letras y números ubicados en los extremos para formar una cuadricula, y una lista de los lugares de interés turístico con la geo-referencia del cuadrante según la combinación de una letra y un número. Otros además anexan en orden alfabético la lista del nombre de calles (callejero) con sus respectivas coordenadas. Sobra decir la utilidad de que un mapa de atractivos adjunte un sistema de coordenadas, que es ante todo para la rápida ubicación de cualquier punto. El título es un elemento que, en general, tienen todos los mapas, no obstante, es frecuente que éste sea incorrecto o no se coloque en el lugar preciso. La recomendación para la elaboración del título consiste en formarlo primero con la temática del mapa (turístico, atractivos turísticos de, rutas turísticas de), después con el nombre del lugar y por último el nombre del país, por los casos en donde varios lugares en diferentes países tienen el mismo nombre. Por ejemplo la ciudad de Mérida que existe en España, México y Venezuela. El título, por ser la palabra o frase que sintetiza el contenido del mapa, deberá ser visible y resaltar del resto de la información gráfica o escrita, por lo que se sugiere su colocación arriba del margen superior del mapa, nunca dentro del mapa y menos atrás. La simbología es un elemento indispensable en todo mapa, turístico o de otra temática. No obstante, el que lo realicen personas poco profesionales o sin conocimientos de cartografía, como anteriormente se comentó, propicia que en vez de ésta se coloquen palabras o anuncios publicitarios, aunque también se hace de forma intencional porque suelen ser los patrocinadores de la publicación del mapa. En otros casos, ante el desconocimiento de que, en general, existe unificación para el uso de imágenes, colores o letras, los no profesionistas utilizan en forma incorrecta simbología que produce incomprensión o confusión para el lector. Por ejemplo, cuando se utiliza la letra “P”, tanto para señalar los lugares de 7
estacionamiento de vehículos (“parking”) o los establecimientos de hospedaje denominados, “posadas”, o la letra “H” para “hospitales”, pero también para “hoteles”. La saturación de símbolos, letras, números, anuncios publicitarios, perspectivas y colores puede provocar que un mapa deje de ser funcional y se convierta en un cartel. Entre la simbología de mayor uso en los mapas turísticos se puede citar los números, las letras, imágenes, flechas y colores, principalmente. Finalmente no puede faltar el cuadro con la leyenda o el significado de la simbología que se utilizó en el mapa y que será la guía de comprensión para el turista o quien intente interpretar el mapa.
7. Los mapas turísticos de las ciudades de Patrimonio Mundial de la Humanidad en México México es el país, en el continente americano, con el mayor número de bienes de patrimonio cultural: 17 mil 200 monumentos en 56 áreas urbanas declaradas zonas históricas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Sedesol, 2005). Asimismo, América Latina tiene el mayor número de sitios con la declaración de Patrimonio mundial de la humanidad, en total 31, divididos en siete categorías: diez ciudades históricas, nueve zonas arqueológicas, cuatro bienes naturales, tres conjuntos de monumentos, tres patrimonios modernos, un arte rupestre y un paisaje cultural; en patrimonio inmaterial tiene tres declaratorias (UNESCO, 2010). Las ciudades patrimonio mundial de la humanidad en México, de acuerdo a su declaratoria, son el Centro histórico de la ciudad de México y Xochimilco (1987), el Centro histórico de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán (1987), el Centro histórico de Puebla (1987), el Centro histórico de Guanajuato y sus minas adyacentes (1988), el Centro histórico de Morelia (1991), el Centro histórico de Zacatecas (1993), la Zona de monumentos históricos de Querétaro (1996), la Zona de monumentos históricos de Tlacotalpan (1998) y el Centro histórico de San Miguel de Allende (UNESCO, 2010).
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Estas ciudades, desde antes de su declaratoria habían sido importantes polos de atracción turística. Sin embargo, el decreto unido a otros factores, influyó en el aumento de los flujos turísticos, como en el caso del Centro histórico de la ciudad de México, según un estudio que se realizó con anterioridad (véase Valenzuela: 2009). En consecuencia, son ciudades con una larga tradición turística, tanto en su planeación como en su comercialización, como es la elaboración de mapas de atractivos turísticos. Los mapas de estas ciudades, al igual que el de otros destinos en México, en general, son una cartografía deficiente, imprecisa e incompleta y, por lo tanto, que no logran su principal objetivo, a saber, el de facilitar el desplazamiento y la localización de los atractivos en el espacio turístico. A continuación se analizan los mapas de atractivos turísticos de tres ciudades, de las diez con decreto; los mapas se obtuvieron en los módulos u oficinas de información durante el 2010. La reproducción se hace con fines de estudio y no de lucro, sin la autorización de sus autores, pero con el crédito correspondiente y con el deseo de la comprensión de los mismos. El análisis servirá para mejorar la elaboración del material cartográfico y, en consecuencia, el desarrollo de la actividad turística en general. Todos los mapas son a su vez folletos que contienen diversa información, atrás o alrededor de éste. No obstante, el análisis sólo se concentrará en el mapa.
7.1. Mapa del Centro histórico de la ciudad de México El mapa del Centro histórico de la ciudad de México es parte de un impreso en forma de folleto desplegable, mide 14.5 por 11.2 centímetros, tamaño demasiado pequeño en dos sentidos: el primero en relación con el total del folleto que mide 60 por 45.5 centímetros y el segundo por espacio disponible para representar e ubicar todos los atractivos que tiene la zona. La perspectiva es aérea, lo que permite apreciar parte de la traza urbana y localizar de manera fácil las principales calles, cada una con su respectivo nombre. No tiene ni escala gráfica, ni numérica, situación que impide tener un cálculo aproximado de distancia entre un punto y otro; la orientación es la correcta, además de que se anexa la flecha que indica el 9
punto cardinal norte. No tiene un sistema de coordenadas, aunque en este caso sería innecesario debido a que se representó un área muy pequeña y se señaló un limitado número de atractivos. Respecto al título, esta en el lugar y en el tamaño correcto. Sin embargo, es impreciso, porque sólo dice “centro”, pero no de dónde, y en el país se nombra “centro” a las plazas principales de los pueblos y las ciudades; el título además no especifica la temática tratada (turismo o atractivos turísticos). Es oportuno aclarar que el área representada, no abarca ni siquiera uno de los dos perímetros (A y B) en que se dividió el centro histórico para cuestiones de ordenamiento y rescate (Véase Valenzuela: 2009). En relación a la simbología, se utilizan colores, pero no se especifica su significado; existen números sobre un círculo que sin distinción marcan lugares de atractivo turístico y restaurantes, salvo que en los primeros esta anotado el nombre del atractivo. También aparece la simbología de las estaciones de metro, el de las paradas del turibus y la oficina de información turística (Figura 1).
Figura 1. Mapa del Centro histórico de la Ciudad de México
Fuente: Gobierno de la Ciudad de México, 2009 10
En conclusión, el mapa de la figura 1 no es documento cartográfico digno del Centro histórico de la ciudad de México, porque carece de los elementos mínimos para su lectura, porque solo representa una zona reducida del centro y no considera muchos atractivos turísticos de importancia, sino solo los más significativos, cuando es la zona que tiene más bienes de patrimonio cultural en el Distrito Federal y posiblemente en el país. Además de que no están localizados todos los espacios de difusión de la cultura como son los museos y las galerías . El centro histórico, es el espacio de visita obligada en la Ciudad de México tanto para los turistas nacionales como para los extranjeros, como se corroboró en un trabajo anterior (véase, Valenzuela, 2010), por lo tanto es urgente diseñar
un mapa
acorde a la zona.
7.2. Mapa del Centro histórico de Puebla El mapa del Centro histórico de la ciudad de Puebla esta impreso en una especie de folleto o tríptico, y ocupa toda la superficie del papel en una de sus caras, cuando se extiende por completo. La perspectiva es aérea en su totalidad y permite observar su traza urbana reticular perfecta. Todas las calles tienen su nombre respectivo, que en esta zona maneja la combinación de un número y la palabra de alguno de los puntos cardinales: los nones para el oriente y el poniente y los pares para el sur y el norte. Este sistema facilita la localización de las calles y en cierta forma hace innecesario que el mapa contenga un sistema de coordenadas en los extremos. Las calles, además de su nombre, tienen, con una flecha, la dirección de circulación vehicular. El mapa no tiene escala, lo que impide calcular distancias, no obstante, según la representación, la mayoría de los atractivos e infraestructura de apoyo al turismo esta concentrada. En relación con el título, no existe uno propiamente, sino el logo del nombre de la ciudad, lo que puede provocar confusión porque el estado tiene el mismo nombre. Por último, la simbología es clara, unificada y comprensible; se hace un buen manejo de colores, letras y números, además de que se incluye la opción de visitar los atractivos a través de rutas o sendas (Figura 2).
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Figura 2. Mapa del centro histórico de la ciudad de Puebla
Fuente: Ayuntamiento de Puebla (2010)
El mapa de atractivos turísticos del Centro histórico de Puebla es un ejemplo de una cartografía que cumple con casi con todos los requisitos para su buen manejo e interpretación y, que evidentemente, otorga beneficios al turista, a los prestadores de servicios y a las instituciones encargadas del desarrollo de la actividad.
7.3 Mapas de la ciudad de Morelia En el caso de la ciudad de Morelia se decidió analizar los dos mapas que proporcionó el módulo de turismo estatal. El primer mapa forma parte del folleto La guía turística de Morelia, que se publica bimestralmente. El mapa está en la contraportada y maneja la combinación de la perspectiva aérea y la frontal, por lo que es posible ver la cuadricula de la traza urbana y a su vez la dimensión de los edificios que conforman cada cuadra, y con mayor detalle y un color diferente los de interés para su visita. La falta de la escala (gráfica o numérica) es justificada, porque en realidad no es ni un mapa, ni una pintura. La orientación es incorrecta, porque el norte esta ubicado en el extremo izquierdo del mapa y no existe una flecha que así lo indique. No tiene un sistema de coordenadas, que tampoco es
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tan necesario, por la sencillez del mapa. La simbología esta representada por números ubicados en las zonas de interés que, como anteriormente se comentó, son dibujos de los edificios en dimensión; las calles tienes sus respectivos nombres y con líneas punteadas de diferente color se indican cinco rutas que permiten llegar a los sitios de interés (Figura 3).
Figura 3. Centro histórico de Morelia
Fuente: González, 2010
El segundo mapa de la ciudad de Morelia, es lo que se denomina un funny map (un mapa divertido o gracioso). Más que un mapa, es una representación gráfica de una maqueta unidimensional, una caricatura, o un intento de pintura estilo Naif. Tiene una perspectiva frontal, que va disminuyendo de abajo hacia arriba. Debido a que no es un mapa, no tiene escala, sistema de coordenadas y la orientación es no es correcta, ya que el norte se encuentra del lado izquierdo. El titulo es claro y se encuentra en el lugar correcto, no obstante, la gran cantidad de logos de establecimientos lo hacen casi imperceptible. Este tipo de “mapas” no manejan 13
simbología, ya que se escribe el nombre o se pone el logo en cada lugar de interés; son divertidos, bonitos, pero poco prácticos para turistas que por primera vez visitan el destino (Figura 4).
Figura 4. La ciudad de Morelia, Michoacán
Fuente: Secretaría de Turismo y Cultura, 2010
El primer mapa (Figura 3) es de los dos el de mayor utilidad para la actividad turística aún con las deficiencias que presenta. En el segundo caso, el funny map, por sus
características, sirve más
como un
medio de publicidad, de
entretenimiento y un bonito recuerdo de la ciudad.
8. Conclusiones Es necesario cambiar la percepción del mapa en la actividad turística; de un folleto más de información o promoción, por un documento estratégico que puede realizarse y usarse para diferentes fines, desde la planeación de los espacios turísticos hasta la localización de los atractivos turísticos. 14
Los mapas de atractivos turísticos son uno de los medios más prácticos y económicos para lograr que el turista conozca y aproveche todos los espacios que un destino ofrece, lo que de forma implícita beneficiará también a un mayor número de prestadores de servicios turísticos y sectores asociados. Por tal motivo, se requiere invertir no sólo en reproducir los mapas existentes, sino mejorarlos continuamente y buscar formas de autofinanciación.
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Almanza, R. (2009) Cartografía para principiantes. Guanajuato: Universidad de Guanajuato.
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El Hospital de la Purísima Concepción y Jesús nazareno como un ejemplo de conservación durante casi 500 años
Dr. Pedro Álvarez
El Hospital de Jesús, localizado en el Centro histórico de la ciudad de México forma parte de los edificios que han sido catalogados por la UNESCO como Patrimonio de la humanidad. Tal institución se ha ganado el lugar después de casi cinco centurias. Esta considerado como el hospital más antiguo del continente americano, el segundo hospital más antiguo de habla hispana y el tercer hospital más antiguo de todo el mundo que se encuentra trabajando initerrumpidamente en el mismo sitio en que se estableció por primera vez. Es fundado por el conquistador de México, don Hernán Cortés, en el año de 1524, siendo así la primera institución asistencial de la Nueva España. Es el inicio de la medicina occidental en el continente. Está albergado en un bello edificio donde se combinan las tres épocas históricas de México: la etapa precolombina, la etapa colonial y la etapa del México independiente. Hay que imaginarse la visión de Hernán Cortés y su pequeño ejercito al contemplar por vez primera el hermoso valle de México, con los volcanes como guardianes, una cristalina laguna con un gran islote al centro y cuatro canales que confluyen en una ciudad imponente e impresionante. Seguramente esta visión era mucho más de lo que estos hombres barbudos y de otro continente esperaban encontrar. El 8 de noviembre de 1519 Hernán Cortés es recibido por Moctezuma en un lugar denominado por los aztecas como “Hutzilan”, que en náhuatl significa “lugar de colibríes”. Tal sitio se encuentra en lo que actualmente es la esquina de la avenida José María Pino Suarez y la calle República del Salvador. Es interesante mencionar que los aztecas consideraban a Huitzilan como un lugar mágico, y tal vez por ese motivo el rey Moctezuma lo escogió para recibir a quien pensaba era Quetzalcóatl. Tal hecho sería muy importante en el futuro del Hospital de Jesús, ya que en este preciso lugar sería edificado nuestro querido edificio. Pasaron casi dos años para que la hermosa ciudad de Tenochtitlán fuera
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destruida y vencida, todo a sangre y fuego y con una gran cantidad de aztecas fallecidos o enfermos. ¿Cómo fue el día después de la caída de la valerosa ciudad azteca de Tenochtitlán? Seguramente en el ambiente se percibía el miedo, la desesperanza, la angustia y el coraje de perder la identidad, la libertad, la familia y el hogar. Muchos de estos valerosos aztecas hubieran preferido morir a ver a su ciudad completamente destruida. ¿Que dolería más? ¿Las heridas de guerra o las heridas en el honor? Mencionan algunos historiadores que tanto fue el dolor que hasta los fríos y metálicos conquistadores se conmovieron, destacando entre ellos el capellán de Cortés, Fray Olmedo quien incluso para algunos historiadores fue el autentico iniciador de las ordenes piadosas de la Nueva España. Muchos de los actos de Hernán Cortés en México están enterrados, olvidados, es como si hubiese un rencor nacional a la conquista a sangre y fuego. Sin embargo hay que ver la visión del conquistador en relación a su cultura y a su época. No está perfectamente definida la fecha exacta en que el Hospital de la Purísima Concepción inicia sus labores asistenciales. Hay algunas versiones que comenzó su labor en el año de 1522 y otras que fue en 1524. Incluso la historia es a veces controversial en cuanto a la inicio de actividades de otro hospital que inicia sus labores en la misma época, el de San Lázaro. Es más, se menciona que fueron hospitales muy pequeños que abrieron sus puertas en esa época, creo que unos meses más, unos meses menos; no tienen importancia. Lo fundamental es que para el año de 1524 ya había referencias del hospital en las actas de cabildo de la Ciudad. ¿Por qué un rudo conquistador español funda un hospital? Hay varias las versiones. Una de ellas dice que fue un “acto piadoso” del conquistador en pago a las tierras conquistadas. Otra es que sus propios soldados y primeros habitantes peninsulares se lo exigían. Dentro de múltiples referencias se habla de que Hernán Cortes abre el hospital para la asistencia de los pobres, tal vez como una forma de “acallar su conciencia". Sin embargo, son muchos los factores que
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influyeron: Hernán Cortés no fue el prototipo de soldado rudo y sin cultura, al contrario. En sus tiempos de juventud realizó su bachillerato en una de las mejores Universidades españolas, la de Salamanca, había ejercido la labor de escribano y tenía sólidos conocimientos de leyes. En pocas palabras, era un hombre sensible y culto que vio la fundación de hospitales como un acto justo y necesario para las tierras conquistadas. El Hospital de Jesús inicia sus funciones como una institución iniciada en forma privada y particular por Hernán Cortés, es decir, el conquistador la hace suya desde un inicio en que pone la idea y el capital para su creación. Es importante enfatizar que aunque Cortés fue capital general de la Nueva España, no usó fondos públicos o gubernamentales para su creación y manutención. Dice la historia que Cortés siempre busco el reconocimiento a sus conquistas y nunca estuvo satisfecho con los dados por los reyes de España. Incluso, a diferencia de Cristóbal Colón, no tuvo el reconocimiento como gobernador o virrey. Sin embargo su principal nombramiento fue el de marqués del Valle de Oaxaca, nombramiento que le dotó de enormes tierras y vasallos, incluyendo el Patronato Perpetuo del Hospital de la Purísima Concepción. Durante mas de 400 años el Hospital de Jesús sobrevivirá gracias a el apoyo y dirección de del marquesado. Es muy interesante leer el testamento de Hernán Cortés con respecto al Hospital de Jesús: ordena se terminen las obras del hospital y la iglesia adjunta, pero además sugiere un prototipo de hospital y lo más importante, se preocupa por su manutención futura al ordenar que el producto de las rentas de otras propiedades se enfoquen al sostenimiento del nosocomio. El Hospital de la Pura Concepción de María ha tenido a través de estos casi 500 años vaivenes en su día a día. Épocas buenas y épocas malas. Sin embargo, nunca ha cerrado sus puertas o ha cambiado de actividad. El último Patrono descendiente del conquistador administró el nosocomio hasta casi la primera mitad del siglo pasado. Los patronos
mexicanos
engrandecimiento.
se
han
preocupado
por
su
modernización
y
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A propósito del presente trabajo pedí una entrevista con el Dr. Julián Gascón Mercado, quien es el presidente del Patronato actual y le he preguntado los motivos o factores que han hecho que esta institución se mantenga el pie. Él me ha contestado lo siguiente: “En el Hospital de Jesús siempre hubo gente responsable a cargo. Aparte esa gente han sido personas distinguidas y excepcionales en su propio tiempo. Ahí tenemos a un Lucas Alamán, hombre visionario, valiente e inteligente. Tenemos a un dr. Gustavo Baz, ejemplar médico, político y hombre que engrandeció y ayudo al hospital. En los corredores hay más de veinte bustos de hombres de ciencia y arte que de una u otra manera han estado ligados a la historia de la institución. Aparte que en esta gran manzana que el hospital ocupa esta gran parte de la historia de México. Tenemos a Huitzilan, lugar de los dioses aztecas y donde es el encuentro entre el conquistador español y el gran emperador Moctezuma. De esta gran manzana ha surgido la traza de la ciudad de México, aquí ha sido la fusión de la medicina europea con la náhuatl.” En conclusión, el hospital es una institución creada y mantenida con capitales particulares, que goza de mucha simpatía del pueblo de México, que ha tenido dos objetivos: el conservar su calidad médica y el conservar su gran acervo histórico dentro de un edificio colonial, que siempre esta abierto para que cualquier persona del mundo lo visite y sea testigo de este grandioso patrimonio de la humanidad.
Historia, identidad y patrimonio cultural en Zacatecas a través de la radio Leticia Ivonne del Río Hernández José Francisco Román Gutiérrez Manuel González Ramírez Martín Álvarez Calderón
Un punto de partida Con el propósito de sortear la solemnidad atribuida a la historia y sus formas de expresión, para volverla accesible y cotidiana a todo el público, hace más de tres años comenzamos a emitir un programa de radio –con el nombre de Nuestra Historia−, donde comentamos acontecimientos, temas, personajes que le han dado nombre a las calles, a las plazas y a las instituciones de la ciudad de Zacatecas, con la finalidad de proporcionar información del entorno inmediato, pues normalmente se desconoce su significación. A través de la radio buscamos construir identidad, apego y, sobre todo, conocimiento y valoración de nuestro singular pasado. El turismo impulsado en Zacatecas es de carácter cultural. Sin embargo, se ve limitado ante la falta de información de los propios zacatecanos, quienes pueden conocer acontecimientos en cualquier parte del planeta a través de Internet, pero a veces no son receptivos de su propio contexto porque les resulta familiar y conocido. Esta ciudad tiene monumentos, calles y plazas de bella arquitectura y nombres evocadores de momentos, personajes y acontecimientos claves de nuestra historia, hoy desapercibidos. Se ha desdibujado su carga simbólica para ser sólo “El portal de Rosales”, “La Plaza Miguel Auza”, “El Jardín Independencia”, “La calle Primero de Mayo”, “La Avenida Hidalgo”, “La fuente de los conquistadores”, “La plaza de Villarreal”, etcétera. Sin ninguna connotación más allá del nombre. En charlas amenas y entre paisanos, pretendemos inducir el orgullo de ser zacatecano, para construir una casa cálida que abra sus puertas al turismo con toda la dignidad ciudadana, reivindique el valor del patrimonio edificado y las
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tradiciones. Buscamos acercarnos a la esencia misma de estos hermosos recintos donde tienen lugar eventos culturales nacionales e internacionales, su origen y su historia, más allá de su uso actual, pues conocer permite valorar y ese es el mejor medio de protección y conservación de los bienes culturales y la identidad que sustentan. Zacatecas nació como la joya de la Corona, o cuando menos una de las más valiosas: su riqueza minera permitió financiar la apertura de los inmensos territorios del septentrión a través de expediciones, caminos, presidios, misiones, reales de minas, haciendas de beneficio, agrícolas y ganaderas, cuyo origen se remonta a los siglos del período novohispano. De sus entrañas, también surgieron crecidos caudales conducidos a través del Atlántico para contribuir a la grandeza del antiguo imperio español. Como ocurrió en otras partes del territorio nacional, Zacatecas tuvo un proceso sui generis donde el mestizaje dio a luz nuevas formas culturales, sociales y económicas, entretejiendo tradiciones y costumbres materializadas en monumentos civiles y religiosos que hoy podemos disfrutar. El transcurso histórico no se circunscribió únicamente a esos edificios y a la ciudad, sino además, por su presencia regional decisiva, la entidad se convirtió en uno de los enclaves de la construcción del norte del país. El estado de Zacatecas tiene un abanico de ciudades patrimonio, establecidas en sus diferentes regiones, con una dimensión material y espiritual reflejada en la conjunción de sus bienes culturales tangibles e intangibles. Su ubicación es estratégica, pues fueron puntos de llegada y partida de acciones constructoras de nuevas regiones, de recreación de culturas, religiosidad y arte hacia el norte, y comunicación vital hacia el sur. Los caminos básicos se tejieron en torno al Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecas: Zacatecas-México, Zacatecas-Guadalajara (en el reino de Nueva Galicia) y Zacatecas-Santa Fe (en el reino de Nuevo México), el Camino de la Plata y luego el Camino Real de Tierra Adentro, formaron la ruta más grande del hemisferio norte del continente americano. Por ella circularon españoles e indígenas, materias primas, plata, telas, así como las noticias más importantes, las
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mercancías más primorosas, los libros recién publicados, las manifestaciones más refinadas del arte llegaron a Zacatecas para darle el toque de majestuosidad a su arquitectura y marcar un tono especial en su vida cotidiana. La rica documentación de los archivos civiles y eclesiásticos, como los inventarios parroquiales, testamentos, contratos, donaciones pías y hasta procesos civiles y criminales, dan cuenta de un vigoroso pasado cultural, hoy vigente en sus expresiones plásticas, museos, comunidades artísticas, en una sociedad contemporánea caracterizada por la migración. Cuando los habitantes se dan cuenta del valor de los monumentos, las tradiciones, los personajes, los hechos históricos, los objetos y las costumbres, se vuelven promotores y conservadores eficaces −más allá de las iniciativas gubernamentales−, a partir del redescubrimiento de los espacios habitualmente invisibles justo por su inmediatez, por su carácter habitual, por su “estar a la mano” y privados de voz. Necesitamos cobrar conciencia de nuestra vida como un legado histórico que debemos entregar, en las mejores condiciones, a las generaciones futuras. En 1993 la ciudad de Zacatecas fue inscrita en la lista de Patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO y, desde entonces, avanzó en consolidar su posición como una referencia básica en el ser y quehacer intelectual, artístico, académico y cultural de nuestro país. Al mismo tiempo, se han desplegado políticas públicas en cultura y turismo para impulsar, a partir del riquísimo patrimonio, un diálogo con el mundo. Esta condición atrae la mirada de quienes buscan en su esparcimiento calidad, formación o información divers a. Las posibilidades de la ciudad de Zacatecas todavía tienen un amplio camino por recorrer: la estructura urbana y riqueza del patrimonio cultural de ciudades como Jerez, Sombrerete, Mazapil, Guadalupe, Pinos, Villanueva, el Teúl de González Ortega, Chalchihuites y Juchipila, por señalar algunas, invitan a continuar el recorrido en esas municipalidades integrantes de este engranaje histórico cultural. La proximidad geográfica hizo posibles y necesarias redes económicas, políticas, sociales, culturales entre las regiones y sus espacios urbanos y los antiguos pueblos y villas del período novohispano.
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Caracterizados
por su belleza
paisajística,
vestigios
arqueológicos,
arquitectónicos, mineros e hidráulicos; por personajes proyectados a la escena nacional e internacional; por sus productos artesanales, agrícolas y ganaderos; por sus tradiciones, desde la gastronomía hasta la religiosidad más localizada y específica, como las fiestas de moros y cristianos, esos puntos de la geografía zacatecana han sido visualizados, cada vez más, como un patrimonio cultural valioso. Llevar la imagen de Zacatecas a los planos nacional e internacional, en el marco de las celebraciones del año 2010, es también un elemento de reconocimiento de los zacatecanos, ofreciendo nuevas posibilidades de vivir y percibir las ciudades patrimonio del Estado. Además del aspecto arquitectónico y su importancia como patrimonio cultural, es vital recuperar la conciencia ciudadana y la dimensión de este contexto. La celebración del Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia de México y el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, ha sido un marco incomparable para poner de relieve el papel de cada región del Estado de Zacatecas, el surgimiento de sus instituciones y los procesos que le han dado a México su matiz como nación.
El fundamento histórico y cultural: una visión Decidimos divulgar algunos de los aspectos más valiosos de cada uno de los 58 municipios del estado de Zacatecas a través del programa radiofónico. Tanto en la historia como en la cultura, encontramos una rica y compleja diversidad en las diferentes latitudes de nuestra entidad. A manera de ejemplo, enunciamos algunos de los aspectos difundidos a través de la emisión Nuestra Historia:
a) En el suroeste, región conocida como los Cañones de Juchipila y Tlaltenango, se fraguó la última rebelión indígena masiva para oponer resistencia a la ocupación de los españoles en la Batalla del Mixtón en 1542, con figuras relevantes como Tenamaztle, Xiuhtecutli y Petácatl, señores indígenas de Nochistlán,
Juchipila
y
Jalpa
respectivamente,
actuales
municipios
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zacatecanos, símbolos de la defensa del territorio y elementos de identidad de nuestro patrimonio cultural prehispánico. b) A raíz del descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546, comenzó un proceso de expansión hacia el norte de la Nueva España, junto con la creación del Camino de la Plata, para comunicar ese yacimiento con la ciudad de México, iniciando así uno de los intercambios civilizatorios más intensos del entonces virreinato novohispano. c) Zacatecas jugó un papel decisivo durante el período colonial para la creación de nuevas zonas urbanas y estructuras arquitectónicas en el norte de México y el sur de los Estados Unidos. En muchos puntos de esa expansión urbana y rural aún sobreviven vestigios y monumentos construido con una aspiración legítima de progreso y dignificación. En la ciudad de Zacatecas se conserva la traza urbana y construcciones de ese período, la parroquia mayor, referencia obligada del barroco mexicano, los antiguos conventos de San Francisco, la Compañía de Jesús y San Agustín, que atraen a propios y a extraños por la belleza de su forma y estructura. d) En el estado hay otras ciudades patrimonio, como Jerez de García Salinas, actualmente identificada con el título de Pueblo Mágico por su riqueza cultural. Las ciudades de Pinos, el Téul de González Ortega y Sombrerete, están propuestos para esa designación por su magnífica traza urbana, la conservación de sus edificios, las costumbres de sus habitantes, los productos típicos, todos lugares excepcionales por sus bienes culturales tangibles e intangibles. La ciudad de Guadalupe, donde se encuentra el antiguo Colegio de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe, fundado por el franciscano fray Antonio Margil de Jesús a principios del siglo XVIII, uno de los más importantes del mundo por sus dimensiones y las tareas evangelizadoras realizadas durante los siglos XVIII y XIX, ahora es sede del Museo Virreinal, con una excepcional colección de arte de ese período, en una atmósfera propicia para la recreación estética e histórica de este recinto y su profunda influencia cultural en nuestro país y el suroeste de Norteamérica.
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e) La plata de Zacatecas –procedente de los reales de minas de Zacatecas, Fresnillo, Vetagrande, Pánuco, Pinos, Sombrerete, Chalchihuites y Mazapil−, impulsó la aparición de nuevas formas de cultura material, como las haciendas de beneficio, agrícolas y ganaderas, influyendo en el cambio estructural del paisaje de la región septentrional y de la economía, dando paso a la divulgación de la ciencia, las técnicas, las artes y los oficios a lo largo del Camino Real de Tierra Adentro, inscrito en la lista indicativa de Patrimonio cultural de la humanidad de la UNESCO el pasado 1º de agosto de 2010, teniendo el estado de Zacatecas 13 sitios reconocidos como parte de ese itinerario y piezas clave de la aculturación o transculturación de quienes habitaron esta región: Pinos, la comunidad de El Nigromante; Villa González Ortega; Real de Ángeles; el tramo del Camino Real de Ojocaliente; la Cueva de Ávalos; el centro de Guadalupe (donde se encuentra el antiguo Colegio de Propaganda Fide); la ciudad de Zacatecas (con inscripción específica como Patrimonio de la humanidad desde 1993); el santuario de Plateros; Sombrerete; Chalchihuites; Noria de San Pantaleón y Sierra de Órganos. f) De Zacatecas surgieron personajes con activa participación en el proceso de la Independencia: militares, ideólogos y políticos, con un papel estratégico en el espectro nacional, entre quienes podemos señalar al general Víctor Rosales, por su entrega y valor en la batalla; al Dr. José Miguel Gordoa y Barrios, diputado en varias ocasiones y presidente de las Cortes de Cádiz −a quien recientemente el Estado de Zacatecas rindió homenaje poniendo su nombre con letras doradas en el Congreso del Estado por sus ideas liberales y su defensa de los intereses de los zacatecanos en esa asamblea trasatlántica−; al Dr. José María Cos, quien extendió las ideas insurgentes en todo el contexto nacional a través de los periódicos el Ilustrador Americano y el Ilustrador Nacional, así como en el Manifiesto que hacen al pueblo mexicano los representantes de las provincias de América y los Planes de Paz y Guerra, publicado en 1812, además de participar en la redacción de la Constitución de Apatzingán, la primera de la República Mexicana.
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g) Durante el siglo XIX, de Zacatecas surgieron figuras como Francisco García Salinas, Valentín Gómez Farías y Jesús González Ortega, entre muchos otros, impulsores del Federalismo, la educación pública, la defensa de la soberanía y una idea de nación destinada a realizar las grandes aspiraciones del pueblo de México a través de la democracia y la libertad. h) Por su lugar estratégico, Zacatecas fue parte del camino de Miguel Hidalgo durante la Independencia y de Benito Juárez durante la intervención francesa y defensa de la República. Asimismo, su ubicación propició uno de los eventos más dramáticos y decisivos de la Revolución Mexicana: la Toma de Zacatecas, el 23 de junio de 1914, la cual significó un viraje en el proceso revolucionario y en la concreción de aquel movimiento armado en la Constitución de 1917, destacando sus avances sociales. i) La ciudad de Zacatecas y varios de sus municipios tienen uno de los mejores conjuntos de museos del país, de acuerdo con el número de habitantes, el contexto espacial y las colecciones reunidas. j) La ciudad de Zacatecas ofrece a sus habitantes y a quienes la visitan, a lo largo del año, una de las mejores ofertas culturales de México, a través de diferentes festivales (como el Cultural, el Internacional de Folklore, el de Oralidad, Teatro de Calle, Cine Binacional, Música, entre otros), así como una permanente actividad de muestras, encuentros, actividades académicas, etc. k) Se han desarrollado múltiples iniciativas tendientes a recuperar, conservar y difundir todas las formas del patrimonio cultural tangible e intangible de la ciudad y del Estado. l) La condición binacional y bicultural de nuestra entidad, hacen de Zacatecas un espacio propicio para el diálogo internacional en una perspectiva de tolerancia, humanismo, solidaridad y respeto hacia todas las expresiones culturales. m) En el aspecto académico y científico, también nuestra entidad ha dado muestra de su avance: la fundación de la Escuela Normal en 1821 le da la primacía a nivel continental en la formación de los maestros de instrucción básica; el Instituto Literario, fundado por el gobernador Francisco García Salinas, preámbulo del Instituto de Ciencias y posteriormente Universidad Autónoma de
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Zacatecas, son instituciones relevantes por sus enfoques social, pedagógico y cultural. n) Zacatecas construyó uno de los primeros observatorios astronómicos del país en el último tercio del siglo XIX, a cargo del ingeniero y científico José Árbol y Bonilla, y estuvo en la vanguardia en el uso de inventos como el teléfono y el telégrafo, incluso sufragando con sus recursos la instalación de estos eventos en otros estados. o) Una de las mejores bandas de música de México es la Internacional Banda del Estado de Zacatecas,
magistral
ejecutora de la Marcha
Zacatecas,
considerada como el segundo himno nacional. Compuesta por Genaro Codina para el general Jesús Aréchiga, gobernador de Zacatecas prácticamente durante todo el porfiriato, y con el nombre de Marcha Aréchiga, por su solemnidad y belleza decidió llamarle este gobernante Marcha Zacatecas. p) Zacatecas es cuna de un granado conjunto de músicos, escritores y pintores, cuya presencia e influencia en el arte nacional e internacional es de primera importancia: Candelario Huízar, Manuel M. Ponce, Ramón López Velarde, Mauricio Magdaleno, Pedro y Rafael Coronel, Francisco Goitia, Julio Ruelas, Manuel Pastrana y Manuel Felguérez.
Todos los elementos descritos son pinceladas de una historia cuyas raíces encuentran su razón de ser en varias ciudades-patrimonio del estado de Zacatecas. Su diversidad tiene un denominador común: el papel histórico y cultural de nuestro estado en la vida de la nación. Al mismo tiempo, cada cronista engarza la realidad histórica de su municipio a esos referentes generales, dando lugar a una interesante combinación de las vivencias cotidianas de sus calles, plazas, nombres, familias y acontecimientos que fueron conformando la historia y la identidad particular de cada municipio, con los elementos emblemáticos de nuestro estado y su vinculación con el acontecer nacional.
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Proyección Esta iniciativa del Cuerpo Académico, “Historia, cultura y sociedad en Hispanoamérica”, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, junto con la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Zacatecas “Roberto Ramos Dávila”, y el Centro de Desarrollo Municipal de la Secretaría de Planeación y Desarrollo del Estado de Zacatecas, surgió como una propuesta para la divulgación de la historia, y se ha ampliado siguiendo la voz de los propios cronistas, quienes conocen su entorno, y le han dado la dimensión históricocultural a cada uno de los rincones del estado, proporcionando datos, nombres y fechas, pero sobre todo, contando la historia rica, diversa, compleja e interesante, descubriéndonos verdaderos hallazgos patrimoniales que desde la generalidad no se pueden percibir. Esa es la aportación del programa “Nuestra Historia en la voz de los cronistas municipales del Estado de Zacatecas. Un enfoque histórico–cultural en torno al Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana”: contribuir a la divulgación de lo más valioso que tenemos, nuestra alma y nuestro corazón forjado desde el período prehispánico, a través del período colonial, los movimientos de Independencia y Reforma, hasta llegar a la revolución mexicana y al siglo XX. Si bien muchos de ellos son movimientos nacionales y hasta continentales, no sólo ejercieron su influencia particular en Zacatecas, sino además desde esta tierra se hicieron valiosas aportaciones para modelar un proyecto de país todavía en proceso de construcción. Diferentes medios de comunicación han reconocido el valor de esta iniciativa, así como muchas opiniones vertidas a través de comunicación telefónica o correo electrónico. Identificar y reconocer la diversidad histórica de Zacatecas, sus regiones, sus tradiciones culturales, ha propiciado una buena aceptación en la audiencia. Nos proponemos mejorar ese resultado una vez concluida la serie de emisiones, alrededor de 65 programas, pues su grabación permitirá entregar un juego completo en la biblioteca pública de cada municipio. Asimismo, estamos promoviendo su retransmisión en diferentes radiodifusoras del estado, para cubrir las áreas donde no llega la frecuencia modulada.
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Como punto especial de esta propuesta, nos planteamos, a través de las autoridades correspondientes, gestionar su emisión durante el año 2011 en varias radiodifusoras del suroeste de los Estados Unidos, caracterizadas por su programación destinada a la audiencia mexicana radicada en ese país. Consideramos a Nuestra Historia… un vehículo importante para fortalecer la identidad cultural de los zacatecanos migrantes y sus comunidades de origen. Publicaremos un libro con el mismo nombre del ciclo de radio, ampliando los contenidos con fotografías antiguas de monumentos, los escudos municipales e inventario de los nombres antiguos de los municipios, varios de ellos cambiados por héroes de la Independencia y la Revolución, como sello patriótico, y diversas expresiones del patrimonio tangible e intangible. Asimismo, subiremos estos contenidos a internet. En otro ámbito, Nuestra Historia en la voz de los cronistas municipales del estado de Zacatecas, en tanto proyecto de ciudadanos, ha sido incluido en la convocatoria internacional “Bicentenarios en acción”, la cual se llevará a cabo en el mes de febrero de 2011 en Buenos Aires, Argentina, donde el principal objetivo es incluir a la sociedad en las conmemoraciones de la Independencia de las naciones americanas, sin fines de lucro y con resultados de divulgación y conservación del patrimonio. Además de ser iniciativa de varios países americanos para festejar la Independencia y el surgimiento de las naciones en este continente, participan en esta convocatoria, entre otros, la Universidad de Buenos Aires y la de Tucumán en Argentina, el Observatorio de Latinoamérica en Nueva York, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Central de Chile, la organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos de Ecuador y la Universidad de la República de Uruguay. Se trata de promover las conmemoraciones incluyentes, con impacto en la sociedad, con originalidad, que promuevan la reflexión, la acción y el diseño de nuevos caminos de desarrollo y justicia social en las diferentes regiones de nuestro continente.
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Estructura del programa Nuestra historia… El cronista municipal, portavoz de ese conocimiento, es un contacto mucho más cercano a la realidad inmediata y descubre detalles, grandes y pequeños, en la percepción de la historia en cada uno de los rincones de nuestra geografía. Como narrador principal de Nuestra Historia…, cada cronista es un puente de comunicación ameno y eficaz para conocer el entorno y el patrimonio del estado de Zacatecas, brindando información y anécdotas de carácter local, enriqueciendo el panorama con particularidades y detalles que sólo los habitantes de cada región saben y valoran. Al compartir su información por este medio, crece en tamaño y profundidad el valor de cada municipio. Con una duración de una hora y teniendo como invitado especial, en cada emisión, a uno de los 58 municipios de nuestra entidad, el programa está organizado en tres segmentos, los cuales ejemplificaremos con algunos detalles proporcionados por los cronistas. En el primer bloque, abordamos el patrimonio cultural a través de la descripción del lugar, la ubicación geográfica, cómo y cuándo surgieron los primeros asentamientos, las principales actividades económicas desde el origen del lugar, las fiestas principales realizadas a lo largo del año que generalmente remiten a las patronales, de origen religioso, social y comercial, en torno a una imagen identificada como portentosa y favorecedora de las preces y rogativas de los fieles. Aunque algunas de esas fiestas tuvieron su origen durante el período colonial y otras son más recientes, todas tienen una gran relevancia para los habitantes de cada municipio, pues sea por la devoción o sea por un arraigo fincado en otros valores, tanto los habitantes radicados en el municipio como quienes viven en otros estados y países, se congregan el día de la celebración, haciendo donativos para lograr la mayor solemnidad y boato posibles. De este modo, nos encontramos ante una verdadera fiesta multicultural, pues se entrelazan lo local y las nuevas tradiciones y costumbres de quienes sólo regresan para esa ocasión tan especial. Para muchos migrantes cuyo proyecto de trabajo está en otras partes de México y los Estados Unidos, la emotividad de su vida está arraigada en las tradiciones y cultura de su pueblo.
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El segundo bloque trata sobre los movimientos de Independencia y el siglo XIX, en donde hay una gran variedad de perspectivas en torno a estos hechos tan trascendentales de acuerdo a como vivió cada municipalidad este proceso. Así, por ejemplo, en la región sureste del estado, limítrofe con el actual San Luis Potosí, hubo una fuerte adhesión a las fuerzas realistas por una circunstancia familiar más que política: la esposa del brigadier Félix María Calleja, doña María Francisco de la Gándara y Cardona, considerada la única virreina criolla, estaba muy relacionada con la familia García Rojas, oriunda de esa parte de la geografía zacatecana. Aunque nacida en el territorio de San Luis Potosí, sus frecuentes visitas a las haciendas de El Lobo, San Nicolás de Quijas y San Marcos, la colocaban en la afinidad y afecto de los pobladores de esos lugares. Citando al cronista de Loreto, uno de los municipios más prósperos del Estado, “en toda guerra hay dos bandos, y si los insurgentes triunfaron después de 11 años, fue porque los realistas también tuvieron lo suyo”. Analizar nuestra Independencia desde ambas perspectivas, insurgente y realista, nos conduce a un imbricado y complejo tejido político, interesante y muy humano. En esa zona del actual territorio estado de Zacatecas, integrada por los municipios de Loreto, Villa García y Pinos, propiedad de la familia García Rojas, se organizó el ejército voluntario para defender la facción en el poder. El sargento Francisco Ornelas, derrotó a las fuerzas de Víctor Rosales el 13 de noviembre de 1815, cuando Félix María Calleja fungía como virrey (1813-1816). Pero en cada municipio hay muchos otros aspectos singulares que nos remiten a un siglo XIX complejo y diverso. El tercer bloque está dedicado al período revolucionario y la vida contemporánea. El gran acontecimiento relatado en la historiografía, sin duda alguna, es la Toma de Zacatecas, ocurrida el 23 de junio de 1914. Cada municipio también tiene sus referencias, sus hechos, formando su propio universo en la conciencia popular, apoyando o rechazando a los actores de esa gesta según vivieron sus propias circunstancias. Así como se produjo un sentimiento adverso de los jerezanos a las tropas revolucionarias, al ver sus unidades productivas desechas por las batallas, el saqueo de sus graneros, la pérdida de ganado mayor y menor para alimentar a las
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tropas, el pillaje en las tiendas y los almacenes para sobrevivir en la lucha −detalles que sólo los habitantes de ese lugar pueden contar, con sentimiento y emoción, por ser herederos de quienes vivieron la Revolución−, nos encontramos a quienes fueron adeptos a las tropas villistas por un gesto generoso, como ocurrió en Santa Rita, hoy municipio de Villa Hidalgo, donde los habitantes fueron socorridos por tropas de la División del Norte con costales de frijol, maíz y mantas para mitigar su pobreza, proporcionándoles también la motivación para incorporarse al movimiento armado, peleando en la Toma de Zacatecas. Hay acontecimientos importantes con su peso absoluto en la historia local y con un papel específico, no siempre contemplados en la historia nacional. Esa riqueza es nuestra y tenemos que conocerla, valorarla y extenderla, porque nada mejor para entender la perspectiva de la historia patria si no es a través del conocimiento de la historia de la tierra y sus acontecimientos inmediatos, pues desde ahí se construyen las decisiones trascendentales para la vida individual y colectiva. Con este proyecto pretendemos interesar a la gente escuchando su historia, sus tradiciones, sus personajes, en la voz de sus propios cronistas para hacerla más cercana, más emotiva, al referir información más vívida por su detallado conocimiento de los lugares, apellidos y acontecimientos propios de esas comunidades. Cuando planteamos al lic. Manuel González Ramírez, presidente de la Asociación Estatal de Cronistas “Roberto Ramos Dávila”, y al lic. Martín Álvarez Calderón, director del CEDEMUN, hacer un ciclo de radio sobre “Nuestra Historia en la voz de los cronistas” inmediatamente tuvimos una respuesta positiva. Juntos hemos hecho realidad este proyecto, donde han surgido tesoros testimoniales, historias, personajes y acontecimientos forjadores de los zacatecanos. En este proyecto colaboran varias instituciones: el Cuerpo Académico Historia Cultura y Sociedad en Hispanoamérica de la Universidad Autónoma de Zacatecas; la Asociación Estatal de Cronistas Municipales “Roberto Ramos Dávila”; el Centro de Desarrollo Municipal de la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional; la Coordinación de Comunicación Social de la UAZ; el
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Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” y Radio Zacatecas. Contamos con los apoyos institucionales y, sobre todo, la participación desinteresada, gratuita y sin fines de lucro de los cronistas municipales, de los responsables de las cabinas de grabación, de la radio estatal, y de todos a quienes hemos acudido para solicitar el apoyo en la concreción de este proyecto. También debemos recalcar el compromiso personal y el gusto de los conductores del programa, que hemos visto recompensado nuestro esfuerzo con una audiencia cada vez más interesada en escuchar el programa y se ha convertido en aparato publicitario inmejorable.
Conclusiones La divulgación de la historia es un instrumento cultural, sin duda, pero no escapa a las connotaciones políticas del manejo de la información en un sentido u otro. No es fácil evaluar el impacto de la transmisión de un saber histórico, pues además del contexto social específico, debemos tener una clara comprensión del interés social y el compromiso personal y académico para proponer orientaciones informativas y analíticas. La difusión del conocimiento histórico no es baladí: por su carácter, puede contribuir a crear identidad, coincidencias y dignificación, en sentido positivo; o denostar y arrasar con tradiciones y costumbres, en sentido negativo. Cada cronista que hemos tenido la oportunidad de conocer y entrevistar en torno al patrimonio local, el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana ha sido un cúmulo de sorpresas, primero por su apego y amor por su tierra; luego, por el profundo conocimiento de su historia, todo lo cual han compartido con el auditorio en un ambiente cálido. Nos interesa que todos los zacatecanos conozcan las joyas edificadas (monumentos civiles, iglesias, plazas, etc.), así como del patrimonio intangible, siempre tan frágil ante el cambio y la globalización. Una parte de los municipios tuvo su origen durante el período novohispano, bajo la figura de las diputaciones de minas y las alcaldías mayores; otra, surgió durante el siglo XIX como producto de la Independencia. Otros emergieron a raíz
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del reparto agrario derivado de la Revolución. Hay otros mucho más jóvenes, erigidos como municipios por su reciente densidad demográfica, no obstante la antigüedad de su asentamiento. Y todos configuran el ser zacatecano, integrado por la diversidad y complejidad del patrimonio albergado en sus ciudades, en sus paisajes, en la creación de un mundo rural propio del norte. A través de la voz de los cronistas podemos constatar que nuestro Estado es rico y diverso en minerales, pero también en la generosidad de la tierra y en la acción de sus habitantes a lo largo de la historia. Y ésta no es, simplemente, el pasado, sino nuestra base y nutriente, fuente de orgullo y dignidad, pero también enseñanza y ejemplo para aspirar a mejores condiciones de vida a partir de fórmulas sustentables de desarrollo económico, cultural y social. El saber popular, la reflexión comunitaria, la acción para construir el presente y perfilar el futuro, encuentra su mejor espacio en las ciudades patrimonio que conforman a Zacatecas. Difundir esa realidad, esa apuesta con la construcción colectiva, es una alternativa más para preservar nuestro legado histórico.
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Atlapulco sustentable La casa de la chinampa
“Congreso de Ciudades Patrimonio Mundial en Iberoamérica. Los retos para su preservación” PONENCIA “ MIL AÑOS DE CULTURA CHINAMPERA” PRESENTA DAVID JIMÉNEZ GARCÉS Presidente de la sociedad cooperativa “La casa de la Chinampa” MEXICO, D.F. 2010
Belisario Domínguez No. 60-A San Gregorio Atlapulco Xochimilco D.F C.P. 1600 Tel> 58 43 65 28 58 43 49 45 Atlapulco_sustentable @yahoo.com.mx
Atlapulco sustentable La casa de la chinampa Mexico DF a 22 de septiembre 2010
Guadalupe Lozada León. Coordinación de Patrimonio Histórico y Artístico y Cultural, de la Secretaria de Cultura del Gobierno del Distrito Federal. PRESENTE
Asunto: Ponencia “Mil años de cultura chinampera.” En la actualidad, son pocos los sistemas de manejo de recursos naturales tradicionales que sobreviven a la degradación ambiental, mal manejo de las autoridades y gobiernos, a la dinámica de los mercados, a la crisis económica mundial y a la contaminación cultural, que figuran como los promotores de extinción. En México, aún existen sistemas tradicionales, tanto en las artes de los floricultores como de los agricultores. Muestra de esto son las chinampas de San Gregorio, lugar que se localiza a la orilla media meridional del lago de Xochimilco a 19º 15` 37” de latitud norte y a 99º 15` 37” de longitud oeste del meridiano de Greenwich, a una altura de 2 mil 246 metros sobre el nivel del mar. La UNESCO la declara Patrimonio histórico y cultural de la humanidad en el año de 1987 y como zona RAMSAR de humedales en el año 2004, a nivel internacional; es catalogada también como Área Natural Protegida y como Suelo de Conservación del Distrito Federal. Dada la importancia de la zona chinampera como sitio de recarga del manto acuífero para la ciudad de México y debido a que los productores que somos originarios de la zona, aún mantenemos la tradición prehispánica de cultivar flores y hortalizas mediante este sistema agro-hidrológico sustentable, que enfrenta tres Belisario Domínguez No. 60-A San Gregorio Atlapulco Xochimilco D.F C.P. 1600 Tel> 58 43 65 28 58 43 49 45 Atlapulco_sustentable @yahoo.com.mx
Atlapulco sustentable La casa de la chinampa problemáticas que a nuestro parecer son las más urgentes a resolver: la primera, el olvido de nuestros niños y jóvenes de la riqueza de la que somos herederos: la cultura chinampera, lo que provoca que la menospreciemos y permitamos su desaparición. La segunda, el bajo precio de los productos de la chinampa, que está fomentando el cambio de uso de suelo de la chinampa para construir invernaderos o darle uso habitacional. Tercera: la nula existencia de proyectos que a la par de la producción con métodos tradicionales promuevan un ingreso extra para los Chinamperos. Consideramos que se hace indispensable desarrollar acciones no sólo para conservar este recurso natural y cultural, sino para difundir su importancia entre la población. Es por ello que estamos desarrollando acciones que promuevan el rescate y conservación de este importante patrimonio histórico y cultural de la humanidad, mediante una estrategia de educación ambiental y ecoturística dirigida tanto a niños y jóvenes de educación básica y universitaria, como a adultos, ONGs y a la sociedad civil en todo México y el extranjero, con objeto de promover la sustentabilidad económica, social y ambiental de esta riqueza mediante los siguientes programas: “La Chinampa va a tu escuela.” “Chinampa didáctica.” “Comercialización de los productos de la chinampa.” “Ecoturismo en la Chinampa.” “La Chinampa sin fronteras.”
1.- La Chinampa va a tu escuela (visita a las escuelas). Consiste en el montaje y la demostración de un museo itinerante sobre la chinampa, donde mostramos a los alumnos la riqueza cultural y natural de este sistema agro-hidrobiológico sustentable con especímenes vivos de flora y fauna local, enseres de labranza, acompañados con un ameno video introductorio sobre la chinampa, donde a Belisario Domínguez No. 60-A San Gregorio Atlapulco Xochimilco D.F C.P. 1600 Tel> 58 43 65 28 58 43 49 45 Atlapulco_sustentable @yahoo.com.mx
Atlapulco sustentable La casa de la chinampa través de una charla participativa, los alumnos reconocen importantes aspectos históricos, económicos, productivos y ecológicos de Xochimilco. En este taller también se tocan temas para mejorar su alimentación mediante el cultivo de huertos verticales germinados y reciclaje de materiales, entre otros temas, dándoles seguimiento si los alumnos así lo requieren vía e-mail. La casa de la Chinampa S.C ha mostrado a más de mil 600 alumnos de escuelas locales de nivel básico y medio la importancia de este recurso y los ha invitado a que continúen con esta importante cultura chinampera.
2.- Chinampa didáctica (los alumnos visitan la chinampa). En este marco de educación ambiental contamos con una chinampa didáctica en la que mostramos a los alumnos que nos visitan los métodos y proceso de cultivo tradicional: barbecho, almarcigo, etcétera. Además, realizando prácticas de este método, conocerán las diferentes especies de hortalizas y flores que durante todo el año se cultivan; realizarán observación de flora y fauna endémica, se enterarán de los servicios ambientales que esta zona brinda a la ciudad de México y al mundo, en un marco de armonía entre el hombre y la naturaleza, de la mano de las mujeres y hombres que trabajan estas chinampas. 3.- “Comercialización de los productos de la chinampa”. El programa promueve la venta de productos de la chinampa de San Gregorio y de los pueblos vecinos en un ámbito de comercio justo en unidades habitacionales, ONGs y agrupaciones civiles, en un esfuerzo por mejorar el ingreso de los chinamperos y de los productores con métodos de cultivo amigables con el medio ambiente, dando prioridad a aquellos que usan métodos prehispánicos en la siembra y cosecha, con el objetivo de desalentar la construcción de invernaderos y conservar la arquitectura de paisaje única en el mundo que todavía conserva la chinampería en San Gregorio Atlapulco.
Belisario Domínguez No. 60-A San Gregorio Atlapulco Xochimilco D.F C.P. 1600 Tel> 58 43 65 28 58 43 49 45 Atlapulco_sustentable @yahoo.com.mx
Atlapulco sustentable La casa de la chinampa 4.- Ecoturismo en la Chinampa. Esta modalidad está dirigida a grupos educativos, familiares, empresariales, extranjeros y de profesores, entre otros. Consiste en una visita al interior de las chinampas productivas durante un recorrido por los canales, con una explicación guiada por parte de un productor, acerca del proceso ancestral del cultivo que se hace desde la época prehispánica y con una práctica específica de dicho proceso. Se incluye la observación de aves y la visita al ecosistema de humedal dentro del ejido de San Gregorio Atlapulco. Esta visita también incluye un refrigerio y se obsequia un producto cosechado por cada visitante. 5.- “La Chinampa sin fronteras”. Actualmente sería impensable que grandes grupos de personas visitaran las chinampas productivas de San Gregorio Atlapulco, por ser un ecosistema ya muy agredido y delicado en vías de extinción. Es por esto que hemos diseñado un sistema de videoconferencias desde la zona chinampera, que consiste en realizar enlaces punto a punto desde la chinampa, en tiempo real, hacia escuelas, universidades, ONGs, etcétera, con participación de los jóvenes. Observar, aprender e interactuar con las mujeres y hombres de las chinampas hoy es posible. El aprendizaje a distancia mediante tecnologías de la comunicación hace que sea accesible y asequible. Ampliar el alcance de su clase más allá de las aulas físicas hoy, ya es posible.
Los anteriores programas se han realizado sin apoyos del Gobierno del Distrito Federal ni del Gobierno Federal. Por último, Hacemos un llamado al delegado de Xochimilco, sr. Manuel González González, al director general de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, sr. Cuauhtémoc Solares de la Cruz, para la solución de la problemática de aguas negras en el embarcadero de Atenco, y los desbordes de aguas negras que provienen de canal de Chalco y entran a la zona de humedales y chinampera de San Gregorio por el canal llamado el bordo. Belisario Domínguez No. 60-A San Gregorio Atlapulco Xochimilco D.F C.P. 1600 Tel> 58 43 65 28 58 43 49 45 Atlapulco_sustentable @yahoo.com.mx
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Los barrios ribereños del Centro histórico de Xochimilco Arq. Yara Azucena Altamirano García
Resumen Xochimilco es bien conocido por ser un pueblo vivo, cuyas tradiciones han trascendido por cientos de años. Se caracteriza por la existencia de canales formados por cientos de islotes artificiales conocidos como chinampas. Como otros lugares, Xochimilco se vive a partir de diferentes perspectivas: desde sus habitantes, desde el turismo, desde quienes trabajan en esta entidad, desde los que estudian en alguna de sus escuelas y desde la visión del investigador –hayan o no visitado Xochimilco-. El objetivo de esta ponencia es entender a Xochimilco como un pueblo vivo en tradiciones y costumbres, valorizar su situación patrimonial ante la humanidad y reflexionar sobre la participación ciudadana para su conservación.
Palabras clave: Xochimilco, chinampas, canales, capillas franciscanas, San Benardino de Siena, Altepetl, calpulli.
Introducción Para conocer Xochimilco hay que imaginarlo de manera global, desde sus orígenes. Era la época del periodo Preclásico Superior (1500 a.C. – 200 d.C.). El planeta Tierra presentaba otras características físicas, climáticas y ambientales que obligaron al ser humano a transformar ese entorno para su supervivencia. En la región europea ya se habían establecido grandes civilizaciones, como la vikinga; el periodo Heládico antiguo con los griegos, donde el metal ya es conocido, nace la era del bronce; hace erupción el volcán Tera; en la región
asiática China establece sus primeras civilizaciones y hacen el uso de la escritura; en Asia media Mesopotamia formaba la ciudad de Babilonia; en la región africana los egipcios ya habían terminado 1000 años antes las grandes pirámides. En Mesoamérica comienza la civilización Olmeca hacia el 1200 a.C. En el centro de México, existía un gran lago, cuyas playas fueron el origen de los primeros asentamientos humanos. Como cualquier grupo primitivo, dependían de su medio ambiente para sobrevivir. Eran grupos sedentarios, cuyo sistema de organización social era con base en el parentesco, la división sexual del trabajo y la jerarquización con base en grupos de edad. Sus actividades económicas eran la pesca, caza y recolección. El idioma era el náhuatl. 1 Fue a partir de estos asentamientos que se formó una nueva organización social, que requeriría de un sistema agrícola muy particular para la zona. Además, sería una fuente importante de abastecimiento de alimento para la Gran Tenochtitlán, y de agua durante los siglos XIX y principios del XX.
Periodo Prehispánico Las evidencias más antiguas de la ocupación humana en el territorio del actual Xochimilco dicen que estaban relacionados con otras culturas más antiguas, como la de Cuicuilco, según lo muestran los hallazgos arqueológicos de Cuemanco. Al final del Preclásico, 400 d.C., hace erupción el volcán Xitle, destruyendo la ciudad de Cuicuilco. Es entonces que una parte importante de su población se concentró en Teotihuacán, de modo que sólo permanecieron en la ribera xochimilca algunas pequeñas aldeas. Después del colapso teotihuacano, la población de la metrópoli se dispersó por el valle y algunos de esos grupos llegaron a Xochimilco. Como resultado de la mezcla entre los grupos teotihuacanos y los migrantes chichimecas del siglo X, se estableció el pueblo xochimilca en la ribera sur de los lagos del Anáhuac.
1
Humberto Musacchio, Diccionario Enciclopédico del Distrito Federal, Agosto 21 del 2000.
Esta influencia teotihuacana fue la base para la edificación de un centro ceremonial llamado Cuauhilama. Fue con el primer señor de Xochimilco, Acatonalli, en el año 1265 d.C. que funda el pueblo de Cuauhilama consecutiva a la fundación de la primer tribu nahuatlaca xochimilca en Acalpixca alrededor del año 1254 d.C. En el cerro de Cuahilama (cabeza de anciana), se encuentran un observatorio y adoratorio, una calzada prehispánica que corre de poniente a oriente y que daba acceso a la parte superior del cerro, donde se encontraba posiblemente el área ceremonial; terrazas de cultivo y montículos (varios de los cuales han desaparecido); se tienen registrados cimientos de habitaciones sacerdotales con una extensión de 400 m² y una jolla o campo militar de entrenamiento xochimilca. El sitio presenta características culturales mexicas y posiblemente fue un centro ceremonial vinculado con las festividades de fertilidad agrícola y con un culto al Sol reflejado en eventos astronómicos y calendáricos. En este asentamiento prehispánico se celebraba cada 52 años el nacimiento del ―Fuego nuevo‖, para asegurar la llegada del nuevo Sol.2 Retomando nuestra visión global en la historia de Xochimilco, por esa época del siglo X-XIII d.C., en Europa comenzaron las cruzadas (El cantar del mío Cid); Escandinavia adoptó el cristianismo; en Francia, se funda la universidad La Sorbonne en París; en Nueva Zelandia comenzaron las primeras poblaciones; en China empieza la dinastía Jin; en América, los Incas se establecen en el valle de Cuzco; mientras en la isla de Pascua se erigen los primeros moais. En tanto, en el valle de México, los xochimilcas ocupaban toda la serranía al sur de los lagos, incluyendo entre sus posesiones los pueblos de Míxquic, Temoac, Yautepec, Zacualpan, Tepoztlán, Tlayacapan y Hueyapan, así como Chimalhuacán en la ribera oriental del lago de Texcoco. Los dominios xochimilcas llegaban hasta Tochimilco, en el valle Poblano-Tlaxcalteca, de acuerdo al historiador dominico Diego Durán. Otro historiador, Eduardo Noguera, afirma que estos y otros pueblos fueron fundados por los xochimilcas antes de establecerse 2
Juan Rafael Zimbrón Romero. Paisajes tallados en piedra en Xochimilco y Milpa Alta. Ediciones
Fuente Cultural. México, 2010. Pp. 248-250
definitivamente en la costa sur del sistema lacustre del Anáhuac, en los pueblos de Tepepan, Xochitepec, Xochimanca, Tepalcatlalpan, y finalmente Xochimilco y Acalpixca. 3 Este crecimiento de población generó la proliferación de pequeños sistemas políticos, el mayor volumen de intercambio a distancia, la mayor diversidad de los productos intercambiados; la comercialización de la economía, nuevas formas de escritura e iconografía y nuevos patrones de interacción estilística. Estos procesos impulsaron la integración de diversos pueblos. Pero, al tener grupos establecidos de estas dimensiones, y con estas características de expansión, fueron participantes
en
una
serie
de
colonizadores, principalmente los
disputas
territoriales
mexicas. Los
con
mexicas
otros
pueblos
eran un grupo
proveniente del norte de lo que hoy conocemos como México y que reconocían a varios de los pueblos ribereños de los lagos del valle de México como parientes suyos, que compartían el mismo origen en la mítica Chicomóztoc. La Tira de la Peregrinación4 señala que a la salida de Aztlán, los mexicas eran acompañados por una tribu cuyo glifo era el mismo que identifica a Xochimilco, pero para cuando los mexicas llegaron al valle de México, los xochimilcas ya se hallaban bien instalados y consolidados en el sur. Como mercenarios de Coxcox, señor de Culhuacán, los mexicas emprendieron una guerra contra los pueblos chinamperos de Xochimilco y Tláhuac. 5 Durante el siglo XV, Xochimilco sufre tres intervenciones bélicas de gran importancia, que resultaron en el sometimiento de sus pobladores a servir como mano de obra de la gran Tenochtitlán, tanto en la construcción de la capital mexica, como en numerosas obras urbanísticas, especialmente en el acueducto de Chapultepec, la calzada de Iztapalapa y el albarradón de Nezahualcóyotl. Cabe resaltar, que los xochimilcas tenían amplia experiencia en obras de infraestructura, 3
Durán, 1967: 22.
4
También conocido como Código Boturini.
5
Fernando Alvarado Tezozómoc. Crónica Mexicáyotl. Instituto de Investigaciones
Históricas,UNAM. México,1992.
sobre todo agrícola. Esto se debe a que ante la terrible escasez de alimentos debido al crecimiento demográfico y un periodo de sequía considerable, su primer gobernante Acatonalli, propone ante el Consejo de Ancianos, sobreponer en el lago unas varas y cieno, creando así las chinampas en la zona lacustre del valle. Produjeron maíz, chile, frijoles, calabaza y principalmente flores, así como otros cultivos. De ahí que Xochimilco significa, ―Lugar de la Sementera Florida‖. 6 Hay que puntualizar la estructura política social de los xochimilcas en esta época. La organización original de Xochimilco está basada en el Altepetl, vocablo que significa ―cerro de agua‖, un concepto que está fuertemente ligado a las culturas nahuas de la cuenca del valle de México. Los requerimientos mínimos para la formación de un Altepetl fueron: a) Un espacio otorgado a un antiguo linaje. b) La casa señorial (Teccalli, Tecpan, Tlahtocayo o Calpulli, que son distintas maneras de denominar, donde cada una de estas casas tenía un nombre propio. c) Un tecuhtli o gobernante. Cada Altepetl era un señorío y tenía su propia área con otros territorios y asentamientos más pequeños dependientes de él. Por lo general los templos ocupaban el centro del señorío. Los asentamientos subordinados tenían su propio templo, pero dependían del Altepetl principal, de esta manera los asentamientos dependientes tenían obligación de pagarle tributo. 7 El Altepetl representó el centro de donde emanaba el control político, socioeconómico y religioso, éste controlaba a varios calpulli y a varios tlaxilacalli 6
El nombre chinampa tiene la siguiente etimología: de chinámitl, tejido de cañas, juncias y varas o
ramas con lodo (cieno); y Pa, locativo (algunos autores dicen que significa sobre). Significando las dos palabras juntas: En el tejido de cañas y varas ó sobre el tejido de cañas y varas.
7
James Lockhart. Los nahuas después de la Conquista. Historia social y cultural de la población
indígena del México central, siglos XVI-XVIII, México: FCE, 1999. Págs. 717
(tierra del pueblo o macehualtin). A cada Altepetl le correspondía un centro, que no necesariamente era fijo, éste estaba ligado al tlatoani y su linaje se ubicaba donde se encontrara en ese momento con su cortejo, lo que no implicaba que siempre estuviera en el mismo lugar, constantemente cambiaba el dominio de un Altepetl a otro, debido a las alianzas entre ellos, este patrón lo siguió Xochimilco, donde existieron las tres parcialidades anteriormente descritas, en las cuales cualquiera de ellas podría contener el Altepetl principal. Los ritos y ceremonias religiosas podían alternarse en tantos templos y lugares diferentes como deidades, atributos y funciones que tuvieran el panteón local o la movilidad de su tlatoani. Por consiguiente, debido a esta movilidad, no existieron límites territoriales claramente definidos. Eran variables y en ciertas ocasiones hubo disputas por territorios no reclamados entre dos o más asentamientos, debido a que los límites estaban establecidos por la ocupación de éstos por parte de la comunidad del Altepetl. El gobierno de dos, tres y más señores en un mismo Altepetl, indica la compleja estructura de poder. La forma de gobernar en cada parte debió haber sido diferente, ya que existían distintas maneras de control de la tierra, de la organización interna y por consiguiente también variaba el control político y administrativo. 8 Los calpulli (del náhuatl [kalpolli, que significa "casa grande"]), son una unidad social propia de los mexicas, era la designación de una unidad de organización debajo del nivel del Altepetl "ciudad-estado". Un calpulli estaba compuesto por varias familias que se encargaban de funciones muy diversas. En ocasiones, varios calpulli se hallaban unidos en barrios y solían estar especializados en alguna actividad artesanal o profesional. La gran Tenochtitlán estaba formada por veinte calpulli; en Xochimilco, la ciudad se dividió en catorce, que eran habitados según el oficio de los habitantes quienes se desempeñaban como chinamperos, floricultores, agricultores, tejedores, tlacuilos —así se llamaba 8
Fernández Christlieb, Federico y Ángel Julián García Zambrano. Territorialidad y paisaje en el
altépetl del siglo XVI, México, FCE, 2006.
a los escribanos y también a los artesanos que pintaban los frescos —, adivinos, albañiles, canteros, carpinteros, músicos y cantores. En la ciudad había cuatro zonas perfectamente delimitadas: el calpulli principal, el calpulli chinancaltin o barrio de los agricultores, el calpulli pochteca o barrio de los comerciantes y el calpulli ayahualtenco o barrio de los pescadores. 9 Es durante esta época en la que no hay que perder de vista la relación de Xochimilco con su entorno mundial, ya que sufriría una conquista más: la española. En Francia, Juana de Arco cumple su misión de heroína; inicia su funcionamiento la imprenta de Gutenberg; los portugueses realizan las primeras conquistas intercontinentales, nace Cristobal Colón en 1451 y unos años más tarde, en 1454, Américo Vespucio; en América, finaliza el apogeo de la ciudad maya de Mayapán; los Incas conquistan el reino Chimú. En el valle de México, alrededor de 1450, Santa Cruz Acalpixca ya era una pequeña villa, el centro rector del área, por esta época se realizaron los grabados en las rocas del centro ceremonial Cuauhilama. Estos petroglifos son representaciones de astros, puntos cardinales y de figuras que, al parecer, se asocian con el culto a la fertilidad. La estructura urbana de Xochimilco durante esta etapa, estuvo dividida en tres parcialidades: a) Tepetenchi, ―a la orilla de los pequeños cerros‖. Abarcaba todos los pueblos que estaban en los cerros del Ajusco hasta Tlacotenco. b) Tecpan, ―lugar del palacio‖. Comprendía todos los antiguos barrios de Xochimilco, Amelhaco, Apampilco, Apatlaco, Atizapán, Atlilco, Moyoguarda, Texhuiloc, Tlicuillic, Tlilac, y Toltenco. c) Olac, ―en lo que rodea el agua‖. Estuvo conformado por los pueblos de Xochitepec,
Tepepan,
Zacatlalitemian,
Zacapa,
Tlaltepetlalpan, Alcapixcan,
Xochimanca, Atlapulco,
Atemoaya,
Tlaxialtemanco,
Tulyehualco, Ixtayopan, Tecomic, Tetelco, Mixquic y Tlahuac.
9
José Alcina Franch. Las Culturas precolombinas de América (1ª edición edición). Madrid: Alianza
Editorial. Año 2000, pp. 74-75.
La región de Tecpan es donde se localizaba el mayor número de habitantes dependientes al señorío principal y donde se encontraba el centro ceremonial Xochimilca. Es por lo que se asentaron en esa parcialidad los españoles durante la conquista. La orientación del poblado tiene una ligera inclinación de 13° respecto al norte magnético, siendo una invariante en los pueblos con una avanzada técnica de cultivo, debido al mayor aprovechamiento de asoleamiento. Para el siglo XVI, la parcialidad de Tecpan fue un Altepetl compuesto por tres calpullec, con sus respectivos gobernantes pertenecientes a casas nobles o antiguos linajes, las que estaban ligadas políticamente por alianzas, lo que les daba el control sobre las tierras y los macehualtin o gente del pueblo.10 Cada calpulli contaba con su propia deidad, identificada como el protector del grupo y se le confería un nombre distintivo que aludía a una característica geográfica o a una filiación étnica. A su vez, los calpullec, se dividían en secciones o cuadrillas que podían contar con 20, 40, 80 ó hasta con 100 viviendas. Cada sección tenía un líder responsable de la distribución de la tierra y recolección del tributo, entre otras actividades. Cada calpulli era independiente de las otras casas señoriales y contaba con su propio mercado y un templo. 11 Existe un planteamiento hipotético de lo que fue el centro prehispánico de Xochimilco. Esto en referencia a varios descubrimientos arqueológicos de 1968 y 1979 por Farías Galindo12, como por ejemplo, una pequeña pirámide y restos de otra en el costado oriente del centro cívico de Xochimilco actual; esqueletos humanos en grupos en la parroquia de San Bernardino en donde se supone estaba el templo del Tlilan. Y desde luego las crónicas de Bernal Díaz del Castillo.13
10
Perez Zevallos, El gobierno indígena… pp. 447-457
11
María de Los Ángeles Velasco Godoy. La Historia de un cambio… pp. 72 y 79
12
Farías Galindo. Xochimilco… pp. 20-30,69-75
13
Bernal Díaz del Castillo. Historia verdadera de la Conquista… p. 319
La Colonia Nuevamente otra visión global durante el siglo XVI. En Italia, el Renacimiento está en apogeo con Leonardo Da Vinci; en Suiza, Lutero rompe con la iglesia formando el Protestantismo; en Suecia, llega la Reforma con Gustavo Vasa; en China, llegan los comerciantes portugueses; en 1492 llega Cristobal Colón a América, dando paso a otros exploradores como Américo Vespucio, Vasco Nuñez de Balboa, y Hernán Cortés. El primer contacto de los xochimilcas con los españoles ocurre en 1519 y su conquista no sucede sino hasta 1521. 14 Para entonces se encontraba conformado el señorío xochimilca con sus respectivos calpullec; contaban con una organización, construcciones, plazas y calzadas, que la comunicaban con otras regiones. Es el padre fray Alonso de Ponce en su recorrido por la Nueva España quien así lo describe. Los españoles dividieron el espacio territorial con un concepto distinto de ciudad-pueblo, como en Castilla. Para ellos los Altepetl eran sólo centros principales que recogían pueblos subordinados. De esta forma a los centros principales les impusieron el término ―cabecera‖, que significa ―pueblo cabeza‖ del lugar y el calpulli pasó a ser el grupo llamado barrio y estancia, cuando estaban más alejados. 15 La finalidad de crear una cabecera, tomando como base el pueblo, fue establecer un centro de poder con la representatividad dominante para los demás calpullec. Estuvo enfocada para evitar conflicto en el momento de sujetar a las unidades menores dependientes. Además, con la concentración de los indígenas en pueblos se cumplió con los propósitos de pacificación, educación y explotación laboral. Por ende, la división casi siempre coincidió con lo que antes había existido
14
Peter Gerhard. Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821…, p.252.
15
Gibson. Los Aztecas…, pp. 35-36
en el Altepetl, utilizando los sitios donde se encontraban los centros ceremoniales, ya que en sus inmediaciones existía el mayor número de población. 16 El problema con la designación de esta cabecera surgió cuando los españoles se percataron de que Xochimilco tenía tres calpullec principales o subdivisiones superpuestas, por lo tanto, una forma de organización particular para cada una de éstas. Sin embargo, los pueblos fueron congregados dentro de esta organización más o menos centralizada, por lo que la antigua organización política de los pueblos empezó a transformarse y a desmoronarse, pero no del todo. Xochimilco se consideró un pueblo cuando se catalogó como una unidad mayor, no como un simple poblado o comunidad. Hubo un cambio en el sistema económico y político, los lazos sociales prehispánicos se comenzaban a perder y se dieron límites territoriales específicos. Así, con las congregaciones se inició la destrucción de los linajes señoriales de raíces prehispánicas, trayendo una nueva configuración espacial. Las encomiendas mantuvieron una continuidad más apegada al sistema prehispánico. Fue a partir de la construcción del convento de San Bernardino de Siena en 1535, que el sistema organizacional comenzó a modificarse dramáticamente. La creación de cabildos bajo la tutela de la corona es un claro ejemplo de esto. Posteriormente, la consolidación del núcleo de población se inicia con la merced otorgada por el virrey Antonio de Mendoza, en agosto de 1550, para una nueva traza propuesta por los originales de Xochimilco. 17 Con esta iniciativa los nobles xochimilcas lograron reconocimiento de la corona al obtener casas y tiendas para los tlahtoque (señores principales), titulares alrededor de la plaza de la nueva ciudad de Xochimilco. Una de las primeras medidas fue crear en el centro una gran plaza de forma rectangular frente al atrio del convento de San Bernardino de Siena. A su alrededor trazaron las calles 16
James Lockhart. Capital and providence. P. 101
17
Juan Manuel Pérez Zevallos. Xochimilco Ayer… pp. 37-39
principales de la ciudad. Esta propuesta integró a las áreas de vivienda y gobierno, formando un núcleo característico de la traza de las ciudades españolas, a escuadra y cordel. Las construcciones de los nobles, los españoles y los destinados para el gobierno fueron construidos de cal y canto, haciendo una marcada diferencia con las otras. Con este primer paso se abrió camino para la otorgación de la cédula y el escudo de la noble ciudad de Xochimilco, que su majestad española hizo al pueblo el 4 de marzo de 1559, entendida como asiento de las tres parcialidades existentes y facilitando al cabildo el ejercicio de control y jurisdicción sobre las otras localidades sujetas comprendidas dentro de los límites del pueblo. 18 Los españoles designaron a cuatro poblaciones de la cuenca del valle de México como ciudades. Éstas fueron Tenochtitlan y Texcoco en 1543, Xochimilco en 1559 y Tacuba en 1564. La división política de Xochimilco, a mediados del siglo XVI y finales del siglo XVIII, quedó organizada en dos cuarteles: el cuartel de México, que abarcaba los barrios del lado oriente y el cuartel del centro, que comprendía los barrios del poniente con el convento y la parroquia de San Bernardino de Siena. Seguramente esta división fue en la primera etapa, por la importancia de impartir la evangelización por los frailes del convento, los cuales para llegar a estos poblados a impartir los sacramentos trazaban rutas que permitieran optimizar el escaso personal con que se contaba. Para principios del siglo XVI, Tecpan contó con siete calpullec, cuyos nombre, festividades y relación con sus parajes, aun hoy subsiste. De acuerdo Farías Galindo19, los barrios fueron: 1. San Pedro Tlalnáhuac, herreros. 2. San Antonio Molotla, panaderos o ceramistas. 3. San Marcos Tlaltepetlalpan, pedreros y ceramistas en incensarios y braseros. 18
Ibid. P. 55
19
Farías Galindo. Xochimilco… pp. 20-30,69-75
4. San Juan Evangelista Tlatenchi, floricultores. Hacían portadas. 5. La Concepción Tlacoapa, escultores. 6. La Asunción Colhuacatzingo, cesteros y chiquihueteros. 7. San Francisco Caltongo, cesteros y carriceros (hacían cestos y petates de vara o tule). La división entre cada bario era muy marcada en cuestiones de doctrina y de identidad. Por lo que formaban grupos por barrio cuando asistían al atrio de San Bernardino a doctrinarse y contarse. En el periodo virreinal la producción de los artesanos de los barrios fue muy importante, al grado que para el siglo XVII el censo y lista de tributarios se registraron por oficio y no por barrio, como era costumbre. Los barrios contaron con una gran extensión, que más adelante se dividiría para crear nuevos barrios, debido a la separación de su territorio original ocasionada por diversos factores, principalmente por enfrentamientos provocados a partir de las nuevas estructuras impuestas por la conquista, y por la resistencia a tributar. Para 1779, existían 12 barrios, pero fue hasta 1975 que se establecieron oficialmente los lindes entre cada barrio, quedando 17 barrios 20: SIGLO XVI: 1. San Pedro Tlalnáhuac. 2. San Antonio Molotla. 3. San Marcos Tlaltepetlalpan. 4. San Juan Evangeista Tlatenchi. 5. La Concepción Tlacoapa. 6. La Asunción Colhuacatzingo. 7. San Francisco Caltongo. SIGLO XVIII: 8. Santa Cruz Analco o Santa Crucita. 20
Farías Galindo. Xochimilco… pp. 113
9. Belem de Acampa. 10. La de los Dolores Xaltocan. 11. San Esteban Tecpapan. 12. San Lorenzo. SIGLO XIX: 13. La Santísima Trinidad Chililico, año 1897. 14. San Cristóbal Xallan. 15. San Diego Tlascolpan. 16. La Guadalupita o de las Ánimas. 17. El Rosario Nepantlatlaca. La zona central de Xochimilco no había cambiado sustancialmente en el siglo XX, las capillas de cada barrio eran su respectivo centro y los asentamientos se originaban en torno a éstas. El fenómeno de una delimitación territorial específica subsiste en nuestros días. Ejemplo de esto es la delimitación de las chinampas, la cual está dada por linderos o límites en ocasiones inciertos, como zanjas, acalotes e incluso árboles viejos, los cuales solamente reconocen los nativos mayores de Xochimilco. Hay que recordar que la población xochimilca está fuertemente vinculada con las creencias religiosas desde la existencia de los calpullec, donde cada calpulli tenía su dios protector, con la idea del dios-antepasado. Entre distintas cuadrillas se resolvía cualquier tipo de enfrentamiento religioso, al tiempo que se entendía que sus dioses eran parte de unidades mayores 21. La concepción mesoamericana de las deidades estuvo en un orden piramidal, como la de los grupos sociales, donde los dioses menores se fundían entre sí para formar dioses mayores que llegaban a proteger reinos o etnias enteras. A cada una de las deidades xochimilcas se les había otorgado nombre, atributos, veneración y tuvieron su propio templo.
21
Austin López / López Lujan. El Pasado. p.199
Estas características sirvieron en el adoctrinamiento de los frailes españoles, quienes señalaron a esta región como un terreno preparado para la predicación espiritual, al grado de mencionarla como la segunda vicaría formada en la Nueva España, según narra Mendieta. Pero el apego a esta nueva doctrina derivó en lo que representó para los calpullec su centro ceremonial, su templo y su dios, transformándose en el factor fundamental para la aceptación de los edificios religiosos y conformación de las nuevas congregaciones, que se fusionaron con la nueva doctrina 22. Fue la orden franciscana la que a partir de 1523 comenzó con su labor evangelizadora, creando nuevas cabeceras de doctrinas a lo largo del siglo XVI. Además de Xochimilco, en los pueblos de Tepepan, San Gregorio Atlapulco, Tecómitl, Milpa Alta y posteriormente San Pedro Atocpan 23. Fue así que para finales de siglo XVII los franciscanos habían terminado de organizar el territorio xochimilca. En los tlaxicalli (barrios), construyeron ermitas (capillas) dedicadas a los nuevos dioses, sustituyendo a la antigua deidad protectora de cada uno de ellos por una virgen o un santo cristiano. A estas figuras sagradas impuestas los llamaron ―santos patrones‖ y antepusieron su nombre a la localidad. Las capillas de barrio fueron el sitio donde el indígena encontró la aplicación de su concepto cósmico-religioso, de unidad de grupo, así como las fiestas de los santos patronos, ubicados generalmente en la capilla de la comunidad o del barrio. Así, cada barrio o parcialidad necesitaba tener una capilla para el santo patrono de su devoción, las cuales fueron encomendadas a la comunidad para que las cuidasen y mantuviesen en buen estado, como lo habían hecho en la antigüedad con su teocalli. El convento de San Bernardino de Siena se dividió en varias vicarías, que recibieron el nombre de ―ayuda de los pueblos y barrios‖ y eran controladas por medio de cofradías con un mayordomo al frente de cada barrio. 24
22
Mendieta. Historia Eclesiástica, II. Pp. 107 y 108
23
Araceli Peralta. Xochimilco y sus monumentos… p.33
24
Acevedo. Monografía Histórica-Demográfica de Xochimilco. P.54
En la construcción de las capillas de barrio es destacable que los recursos para su edificación no provenían de fondos reales, sino que fueron sujetos a disposición de la participación de cada integrante del barrio. Es por esta razón que su creación fue dada con un criterio y sentido comunal. Ésta es la razón de que las capillas no fueran de proporción monumental, como el convento de San Bernardino de Siena, sino que buscaran conservar la escala humana. Son de composición constructiva libre, pero guardando las características formales en cuanto a estilo arquitectónico, seguramente bajo la dirección de algún franciscano, aunque no se tenga registro de ello. 25 La función de las capillas era la de recibir visitas, a las que se presentaban de manera regular los frailes del convento de su jurisdicción, pero a su vez los originarios debían asistir a escuchar misa y a recibir los sacramentos 26. Actualmente cumplen la misma función en Xochimilco, y en muchas de ellas se encuentran empotradas esculturas o piedras talladas con motivos prehispánicos que hacen reminiscencia de los templos que sirvieron de cimiento a estas edificaciones. En general, cada capilla siguió el mismo patrón de un espacio abierto al frente, el cual forma una pequeña plazuela que marca el centro del barrio, siendo el área de mayor concentración de la población. Seguramente todas las capillas contaban con una fuente de agua potable, de la cual se proveían los habitantes de cada barrio. Algunas capillas en la actualidad han perdido la plazuela, debido a la ampliación de paso para las calles, quedando sólo un espacio lateral. La orientación predominante de las capillas es de Oriente a Poniente, con excepción de cuatro: El Rosario, La Concepción, San Diego y La Guadalupita, con orientación Sur a Norte. En este último caso la ubicación, parece, dependió del
25
George Kubler. Arquitectura Mexicana… p.154
26
Códice Franciscano, Sigo XVI… p.58
terreno destinado para la edificación, no de un proyecto previo, según usos y costumbres. 27 Dos siglos transcurrieron con este sistema político-religioso de la Nueva España. Fue hasta la época de la Independencia que Xochimilco fue intervenido drásticamente en su estructura social, y por tanto en su estructura urbana. Xochimilco fue considerado desde la colonia una zona estratégica de sustento alimenticio, pero no fue sino hasta finales del siglo XIX que se valorizó por ser abastecedora de agua para la creciente ciudad del valle de México.
Fenómenos de la modernización Fue en 1929 que Xochimilco se convirtió en delegación, tras la supresión del régimen municipal. Era un sistema de pueblos y barrios unidos por canales, caminos rurales y una vía de tranvía cuya estación se encontraba en la ciudad de Xochimilco. Por la delegación cruzaba el ferrocarril que unía la capital con el estado de Morelos. Se encontraba comunicada por avenidas y una carretera que unía Xochimilco con Milpa Alta (otra entidad delegacional). 28 Lo singular en la urbanización de Xochimilco, ha sido su aislamiento con respecto al avance de la mancha urbana, y por otra parte, la dramática destrucción del ecosistema a causa de la construcción extensiva de viviendas sobre los manantiales, canales o terrenos de labor. La relación que Xochimilco estableció con la capital fue la de proveedor de agua, que se remota a finales del siglo XIX con la construcción de un acueducto de 26 kilómetros, almacenando el líquido en una casa de máquinas en La Condesa (colonia del centro de la ciudad de México). 27
Daniel Ricardo López Trejo. Barrios y Capillas de Xochimico, Propuesta de restauración: Capilla
Santa Crucita. Tesis de Maestría y Doctorado en Arquitectura. UNAM, 2009. Pp. 31 y 32 28
María Eugenia Terrones López (coordinadora). A la orilla del agua, historia de
Xochimilco en el siglo XX. Gobierno del Distrito Federal / Delegación Xochimilco / Instituto Mora. México, 2004. P. 28
Hacia los años veinte, problemas estructurales del acueducto y de las bombas que inyectaban líquido comenzaron a mermar el abasto de agua a la ciudad de México, lo que produjo motines por agua y diversos conflictos en otras colonias por la falta de este líquido, por lo que en 1929 iniciaron los proyectos de mejoramiento de infraestructura por toda la ciudad. En 1936 Xochimilco es declarado como Zona típica y pintoresca por Lázaro Cárdenas (presidente de México durante el periodo 1934 a 1940) con base en el Decreto de protección de monumentos, zonas típicas y bellezas naturales. En 1940, los canales que vinculaban a Xochimilco con la capital se desecaron, cegaron y fueron sustituidos por avenidas y calles. El Canal Nacional y la Viga fueron desapareciendo durante dicha fecha. En los siguientes 30 años Xochimilco coincidió con un periodo de expansión lento por la incidencia de las organizaciones sociales y políticas de los sectores campesinos y de los habitantes de pueblos y barrios en la planeación y dotación de servicios. A partir de 1970 se reconocen obras importantes realizadas con motivo de las Olimpiadas de 1968, que generaron la construcción de nuevas vías de acceso a Xochimilco. Con este detonador la conurbación de la zona metropolitana se expandió al entorno rural 29. Desde finales de los años ochenta hasta nuestros días, el crecimiento urbano de la demarcación se expandió hacia las zonas de pueblos ribereños al lago, siguiendo el camino a Tulyehualco. Esto se explica por las escasas posibilidades de crecimiento urbano del Distrito Federal. Por ello, los terrenos agrícolas fueron susceptibles de una apropiación privada irregular. Tras una densa acumulación de errores y omisiones durante un siglo, las dificultades parecían tener visos de solución con la declaración de la UNESCO de considerar a Xochimilco como patrimonio de la humanidad en 1987. 30
29
María Eugenia Terrones López (coordinadora). A la orilla del agua, historia de Xochimilco en el
siglo XX. Gobierno del Distrito Federal / Delegación Xochimilco / Instituto Mora. México, 2004. P. 27 30
Diario Oficial de la Federación (1986), "Declaratoria de zona de monumentos históricos de
Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta", decretada por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Miguel de la Madrid Hurtado, 4 de diciembre de 1986.
Sin embargo, en 1992, la modificación al artículo 27 constitucional sobre la propiedad agraria y ejidal pareció subvertir el orden rural que había mantenido al margen el crecimiento urbano. Por lo que en 1997 tuvo lugar una reforma política donde se permutó la estructura burocrática impuesta por agentes externos impuestos a la demarcación, por cuadros de funcionarios locales y nuevas formas de representación vecinal y vínculos sociales que han cambiado la correlación de fuerzas políticas locales con el gobierno capitalino y el gobierno federal. Pero en este nuevo contexto, los criterios de asignación de inversión pública y programas parecen más inciertos. 31
Xochimilco en la actualidad A pesar del avance de la mancha urbana en las últimas tres décadas del siglo XX, la delegación continúa teniendo una amplia zona rural (según cifras oficiales, cerca del 65%), la cual hace parte del cinturón montañoso del sureste del Valle de México que limita con el estado de Morelos. Son los barrios y los pueblos tradicionales que mantienen la mayor importancia cultural y social por encima de las nuevas colonias, unidades habitacionales y asentamientos irregulares. La apropiación del territorio ha generado diversos conflictos sociales entre tres tipos de actores sociales: los naturales, los ajenos, y los avecindados. La pertenencia ha sido un rasgo muy importante en la transmisión de tradiciones y costumbres. Dicho arraigo ha permitido frenar una explosión urbanística mayor en las últimas décadas. En un marco general del análisis, las políticas públicas y las dinámicas ambientales convergen para producir un deterioro ambiental que, sumados, amplían la brecha entre los grupos sociales, generando mayor polarización social. La explotación del agua, la urbanización y la explotación agraria suponen tres procesos contradictorios que no se han podido asimilar de manera armónica. En suma, el sismo de septiembre de 1985, provocó la ruptura de la capa impermeable 31
María Eugenia Terrones López (coordinadora). A la orilla del agua, historia de Xochimilco en el
siglo XX. Gobierno del Distrito Federal / Delegación Xochimilco / Instituto Mora. México, 2004. P. 198
del fondo de los canales con peligro de desecación de la zona lacustre. Las actividades agrícolas continúan siendo uno de los componentes más importantes de su estructura económica, a pesar del avance de la mancha urbana y de la disminución de zonas cultivables por la extensión de la franja habitacional. Los espacios territoriales y las formas de apropiación de éstos por parte de los pobladores son consecuencia de las actividades y las relaciones sociales que establecen en un espacio determinado. Esta identidad continúa relacionada con el ecosistema y con la conservación de tradiciones indígenas y campesinas.
Conclusión Aún hay esperanzas de que perdure Xochimilco. A mediano plazo, no con el auge que conoció a principios de siglo pasado, pero quizá como una chispa bien viva. Económicamente, la transfusión vendrá de consumidores de la clase media alta y superior, dispuestos a pagar altos precios por los productos orgánicos que lograrán las verduras, frutas y legumbres cultivadas masivamente con las técnicas de la agroquímica industrial empleadas al cien por ciento. La forma de vida de los agricultores de Xochimilco —y con ella la subsistencia de las especies criollas vegetales y animales— se ve amenazada por las técnicas de cultivo industrializada, imposibles de introducir en el área chinampera, además de indeseables. A menos que los consumidores antepongan valores como la sostenibilidad, la biodiversidad, la responsabilidad social y, en última instancia, la calidad, por encima de los precios en sus decisiones de compra, esta forma de vida está destinada a desaparecer. A pesar de los esfuerzos por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación las Ciencias y la Cultura (UNESCO) para apoyar las acciones de salvaguardia ecológica y cultural de las zonas en peligro, se requiere de un equipo interdisciplinario que motive a la comunidad a participar en proyectos de preservación. El problema principal entre los ―naturales‖, ―ajenos‖ y ―avecindados‖; es la educación cívica y ambiental. De no contar con programas de educación que
integren a los habitantes de la zona a la convivencia equilibrada con su entorno, ningún proyecto ecológico será funcional. Los programas de educación sexual y planificación familiar también deben incrementarse en esta zona, así como los programas de salud preventiva. De lo contrario, el incremento de población será incontenible y la convivencia social generará conflictos por territorialidad. Situación que aún está a tiempo de controlarse.
Iniciativas ciudadanas para la conservación Consejo Ciudadano del Centro Histórico y Patrimonio Edificado de la Ciudad de Puebla. Coautores: Dr. Francisco Manuel Vélez Pliego.- Presidente. Arq. Eduardo Pérez Peredo.- Secretario. Dra. Elvia C. Sánchez de la Barquera.- Vocal de Vigilancia. M. Arq. Mónica Martínez Martínez.- Coordinadora de la Comisión “Guardianes del Patrimonio” M. Arq. Verónica L. Orozco Velázquez.- Coordinadora de la Comisión “Patrimonio Histórico-Artístico de los templos en Puebla”
Introducción La reforma en 1998 al artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos introdujo una serie de modificaciones significativas en las que el municipio en México, además de alcanzar su pleno reconocimiento como nivel de gobierno dentro del diseño institucional, abrió cauce constitucional a la participación ciudadana en las diversas materias que son competencia de los Ayuntamientos.1 En este contexto, el Congreso del Estado de Puebla en el año 2002 reformó la Ley Orgánica Municipal a fin de adecuar el marco jurídico de funcionamiento de los Ayuntamientos. Dicha reforma introdujo un capítulo completo 2 en la nueva legislación a fin promover, encauzar, organizar
y normar la participación
ciudadana en los municipios de la entidad. Inicialmente esta participación se 1
Artículo 115.-…
“II. Los municipios estarán investidos de personalidad jurídica y manejarán su patrimonio conforme a la ley. Los ayuntamientos tendrán facultades para aprobar, de acuerdo con las leyes en materia municipal que deberán expedir las legislaturas de los Estados, los bandos de policía y gobierno, los reglamentos, circulares y disposiciones administrativas de observancia general dentro de sus respectivas jurisdicciones, que organicen la administración pública municipal, regulen las materias, procedimientos, funciones y servicios públicos de su competencia y aseguren la participación ciudadana y vecinal.” 2
Capítulo XIX, artículos del 188 al 193
organizó en torno a diez Consejos de participación ciudadana directamente asociados a las diversas materias competencia de los ayuntamientos. En el caso del municipio de Puebla, inicialmente los trabajos relacionados con la zona de monumentos y el patrimonio edificado se realizaban a través de una comisión en el seno del Consejo de Desarrollo Urbano. Dada la importancia que para la ciudad de Puebla tiene la zona de monumentos, decretada en 1977 e inscrita en la lista del Patrimonio Mundial en 1987, el Consejo de Desarrollo Urbano promovió la creación de un Consejo Ciudadano avocado a las tareas relacionadas con el sitio. En el año 2006 por acuerdo de Cabildo se crea el Consejo del Centro Histórico y Patrimonio Edificado de la ciudad de Puebla como espacio para la participación de la población a fin de trabajar en las problemáticas específicas relacionadas con el patrimonio edificado y urbano de la ciudad capital desde una perspectiva ciudadana.
Fig. 1. Consejo Ciudadano del Centro Histórico y Patrimonio Edificado de la ciudad de Puebla, autoridades e invitados.
1.- Fomento a la Participación Ciudadana Desde su creación, el objetivo del Consejo es el de sumar los esfuerzos y experiencias de los ciudadanos que participan en su seno para los procesos de diseño, seguimiento y evaluación de las políticas públicas relacionadas con la conservación de los bienes culturales del municipio, particularmente, con su centro histórico promoviendo el mejoramiento sistemático de la calidad de vida de los habitantes y usuarios del mismo. Para lograr este propósito se ha buscado que el Consejo se integre de manera multidisciplinaria promoviendo la participación de
los colegios de profesionistas e instituciones de educación superior, así mismo se ha auspiciado que los usuarios del sitio agrupados en Cámaras y organismos de participación gremiales o patronales contribuyan a construir una visión común sobre los principales retos relacionados con la
salvaguarda, conservación,
preservación y mejor funcionamiento del centro histórico de la ciudad de Puebla. En el ámbito del diseño de
las políticas públicas, miembros del Consejo
participaron en el taller para conformar un Plan Integral de Intervención en el Centro histórico que quedó integrado en el Plan de Desarrollo Municipal 20082011, con la asistencia técnica de CIDEU (Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico), y como resultado del taller de construcción colectivo, se propusieron tres modelos para elaborar el Plan de referencia:
1. La Ciudad gobierna en el Centro histórico. 2. Apropiación local del valor universal. 3. Intervenciones de calidad para 500 años.
La experiencia de esta participación en el taller, observando las inconsistencias y errores que conlleva la participación cuando la misma no se alimenta de información adecuada, el Consejo aprobó la realización del 1er Encuentro de Consejos Ciudadanos de las Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial, celebrado en el mes de abril de 2009 y cuya sede fue la ciudad de Puebla, siendo su objetivo el compartir las experiencias de intervención urbana, en las que se haya logrado vinculación social, así como experiencias de gestión pública y de investigación en los centros históricos de las ciudades mexicanas que han sido inscritas en la lista de Patrimonio Mundial por la UNESCO. El 1er Encuentro fue enriquecido con la participación de 9 ciudades inscritas a dicha lista,
las
cuales
compartieron sus
diferentes
experiencias
a las
problemáticas de cada localidad, siendo representadas por ciudadanos e investigadores que han formado parte de alguna intervención en los centros históricos mencionados, además de Instituciones vinculadas con la ciudad, la
sociedad y su legado, en cinco mesas de trabajo, con un total de 25 ponencias seleccionadas y una ponencia magistral presentada por la UNESCO. En el primer tema, “La participación ciudadana en la cogestión de los Centros Históricos” la principal conclusión fue la de reconocer, por un lado, la importancia de la participación de todos los sectores de la sociedad: vecinos, empresarios, comerciantes, académicos, así como autoridades políticas, en la toma de decisiones de nuestro entorno patrimonial, y por el otro, que la participación ciudadana es un principio básico para la sustentabilidad del desarrollo en general y para la conservación de los bienes culturales en lo particular. El encuentro permitió revisar las experiencias que con respecto al tema se tienen en casos como el de Zacatecas, Cuitzeo, Morelia, Tecali de Herrera, Islas Mujeres y Oaxaca. En el segundo tema, “Procesos de identidad y apropiación del espacio y del patrimonio”, una de las principales conclusiones se refiere a que se hizo evidente una palpable necesidad de rescatar los procesos que permiten la apropiación individual y colectiva de los sitios urbanos, constituyéndose en la base de la identidad personal y de pertenencia sociocultural de las comunidades urbanas. Para que se sucedan estos procesos es fundamental la puesta en valor de los sitios con base en la difusión de los conocimientos que se tienen sobre ellos propiciando su aceptación y consecuente apropiación de los espacios y con toda nuestra carga patrimonial. Durante el desarrollo de las ponencias presentadas se hizo evidente el largo camino que hay que recorrer para acompañar los proyectos urbanos con una información amplia, clara, documentada profusamente, que motiven la recreación de la identidad de grupo y el sentido de pertenencia. Se constató que no hay acciones suficientes que permitan trabajar en la recreación de estos procesos en nuestro país, no solamente relacionados con la puesta en valor del patrimonio edificado y urbano, sino también el patrimonio intangible, el natural y social, que permita mantener la cohesión social de carácter territorial de las comunidades
para lo cual es necesario un trabajo permanente en el ámbito de la difusión y formación cívica asociada a estos temas: En relación con el tercer tema “La educación social y sus dinámicas de información”, la principal conclusión a la que se llegó se refiere a destacar que la educación social está en el corazón de cualquier proyecto que aspire a la sustentabilidad a largo plazo. En este sentido es
indispensable para que se
generen estos procesos de apropiación permanente de los sitios con valor natural y cultural. Es un hecho que el desconocimiento propicia el desapego, la indiferencia o el rechazo de acciones y proyectos a favor de estos bienes. Durante las ponencias se abordaron aspectos directamente vinculados con esta problemática, tales como las consecuencias de la realización de proyectos urbanos en los que no se incorpora la participación ciudadana en la determinación del contenido y alcance de esas intervenciones, omitiendo los requerimientos de la ciudadanía en cuanto a satisfacer sus demandas esenciales. En el foro también se hizo mención de la necesidad de aprovechar los adelantos tecnológicos para fortalecer la educación social, favoreciendo la difusión de los conocimientos adquiridos sobre los sitios. En este orden de ideas se hizo mención de la necesidad de comprender a cabalidad las prácticas sociales subyacentes y las formas culturales que adoptan los procesos comunitarios que particularizan las diferentes áreas de la Ciudad, características que no se pueden obviar al momento de desarrollar y socializar proyectos de intervención.
Fig. 2. Conferencia inaugural del 1er Encuentro de Consejos Ciudadanos de las Mexicanas del Patrimonio Mundial, dictada por el Dr. Niklas Schuize, representante de la UNESCO en México.
Con respecto al cuarto tema, denominado “Proyectos urbanos y su impacto social” la principal conclusión a la que se llegó se refiere a la constatación de que generalmente se realizan proyectos urbanos sin considerar a la sociedad y el uso que ésta le da a los espacios durante y después de la intervención, cuando es el uso ciudadano el que justifica dichos proyectos. Con ese espíritu, una de las tareas principales del Consejo ha sido el análisis de las obras y proyectos concernientes al centro histórico emitiendo evaluaciones técnicas sobre ellas. D e esta manera se pretende que a la realización de dichas obras la sociedad se vea mayormente beneficiada. Por lo que se refiere al quinto tema “Realidades y necesidades legislativas en los centros históricos”, se reconoció que si bien nuestro país tiene una rica y basta legislación que se relaciona con la conservación de los centros históricos la experiencia ha demostrado que algunas de estas leyes han demostrado ser obsoletas, surgiendo la necesidad de su revisión y actualización desde los propios conceptos de patrimonio y todo lo que de ello emane. En esta perspectiva se consideró prioritario el que los ciudadanos tomen un papel más relevante en el diseño de las políticas, programas y proyectos relacionados con la preservación del patrimonio cultural y natural de nuestras ciudades, constituyéndose los espacios de participación ciudadana en puentes que garanticen la continuidad de los proyectos adoptados por los diversos niveles de gobierno. En el ámbito municipal, en buena medida los proyectos urbanos se ven afectados por la breve temporalidad de tres años y por la insistencia de efectuar cambios radicales con cada renovación gubernamental. Éstas son las circunstancias dominantes que colocan a los centros históricos frente a un enorme riesgo, pues las autoridades limitan sus proyectos a aspectos ornamentales (fachadismo, senderismo) con resultados muy pobres en cuanto a la problemática de fondo de los habitantes. Frente a esto, cabe mencionar que durante el foro se presentaron proyectos de muy variados y valiosos objetivos en los que se lograron conjugar la participación de especialistas de diversas disciplinas con propuestas
de sustentabilidad, vinculando aspectos sociales, culturales, de turismo, de imagen urbana y de desarrollo local. Dado al éxito alcanzado en el 1er Encuentro de Consejos Ciudadanos de las Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial, y a la confianza y respeto que se le tiene al Consejo de la ciudad de Puebla, seguimos trabajando en la gestión par a realizar en el año 2011 el 2do Encuentro, para que así, se consolide a nivel nacional para sumar esfuerzos entre las ciudades patrimonio en la conservación, preservación y difusión de nuestro patrimonio.
2.- Participación del Consejo en la Planeación Territorial Los centros históricos no son guetos, sino parte de una ciudad contemporánea, en algunos casos, como el de Puebla, sometidas a un intenso proceso de crecimiento característico de las metrópolis. La ciudad ha sido objeto de diversos estudios de planeación, el más reciente elaborado en el año 2000. No había sido publicado en el Periódico Oficial al inicio del presente trienio, a pesar de haber sido aprobado en su momento por el Cabildo Municipal, razón por la cual desde su conformación en el año 2008 promovió que se cumpliera con las formalidades de ley a fin de encarar un proceso de actualización. En la presente administración municipal se logró la publicación correspondiente iniciando el Consejo de inmediato acciones tendientes a su actualización entre las que destacan: a.- La realización de un Foro de evaluación. b.- Incorporarse al diseño metodológico, así como a la definición de los términos de referencia y alcances para la actualización del instrumento. Para ello, el Consejo se ha apoyado en la legislación vigente para garantizar la participación ciudadana en las diferentes fases del proceso. Al respecto baste recordar que: 1.- La Ley General de Asentamientos Humanos, en su artículo 49, fracción I, señala que la participación social en materia de asentamientos humanos comprenderá la formulación, modificación, evaluación y vigilancia del cumplimiento
de los planes o programas de desarrollo urbano, en los términos de los artículos 16 y 57 de la mencionada Ley. 2.- Al respecto, el mencionado ordenamiento establece en su artículo 16 que la legislación estatal de desarrollo urbano determinará la forma y procedimientos para que los sectores social y privado participen en la formulación, modificación, evaluación y vigilancia de los planes o programas de desarrollo urbano. 3.- En cumplimiento de las anteriores disposiciones la Ley de Desarrollo Urbano Sustentable del Estado de Puebla, establece en su artículo 13, fracción XI, que corresponde a los ayuntamientos, en sus respectivas jurisdicciones, promover la organización y recibir las opiniones de los grupos sociales que integren la comunidad para la formulación, ejecución, evaluación y actualización de los instrumentos aplicables al Desarrollo Urbano, así como en sus modificaciones. 4.- Que para favorecer estas actividades el propio ordenamiento establece en su artículo 45 que: “Los Programas de Desarrollo Urbano Sustentable a que se refiere esta Ley serán sometidos a un proceso de evaluación y de revisión periódica; al efecto la Secretaría deberá integrar un sistema de evaluación relativo a los Asentamientos Humanos y el Desarrollo Urbano, que permita establecer la situación de su problemática y perspectivas, así como determinar la eficacia de las políticas y acciones realizadas para la consecución de los objetivos establecidos en los Programas de Desarrollo Urbano Sustentable, Estatales, Regionales y Municipales. La modificación parcial o total de los Programas, se sujetará al mismo procedimiento que para su aprobación y publicación, debiéndose garantizar, en cualquier caso, las consultas oficiales y públicas correspondientes, así como la obtención del dictamen a que se refiere el artículo 42 de la presente Ley. Con tal fin, los organismos, dependencias y entidades de la administración pública estatal y municipal, cuyas funciones se relacionen con el
Desarrollo
Urbano
deberán
recabar,
procesar
y
proporcionar
periódicamente la información relativa a sus programas en la materia.”
Con el propósito de contar con la actualización del Plan Parcial para la Recuperación de la Zona de Monumentos de Puebla, así como su respectivo Plan de Manejo, desde el mes de junio de 2009 a la fecha, se han reunido un grupo de especialistas académicos con amplia trayectoria quienes en el marco del Consorcio Puebla Capital Universitaria de México, han conformado la mesa denominada Patrimonio Histórico. Durante el 2010, esta mesa se ha reunido en 15 ocasiones, para analizar y discutir la mejor forma de abordar el proyecto de actualización del Plan Parcial del Centro Histórico. En dichas sesiones se han logrado acuerdos importantes de entre los que podemos mencionar: • La incorporación de la opinión del Consejo Ciudadano del Centro Histórico, a través de su presidente. • La integración de los términos de referencia del proyecto. • La definición de los alcances territoriales del estudio. • La definición de responsabilidades de los integrantes de la mesa en el trabajo a realizar. • Realización de los cursos de capacitación a 60 estudiantes de las diferentes universidades participantes durante los meses de junio y julio teniendo como sede la BUAP. • MECÁNICA DE TRABAJO
3.- Comisión para el cuidado del Patrimonio Artístico de los templos en Puebla La iniciativa surge por la inquietud manifestada por los miembros del Consejo Ciudadano de Centro Histórico y Patrimonio Edificado, al detectar que existe una Comisión de Arte Sacro o de Bienes Culturales de la Iglesia en la Arquidiócesis de Puebla que se conformó a partir del sismo de 1999, pero que en la actualidad se desconoce su quehacer y los miembros que la integran. A falta de lo anterior se sugirió conjuntar esfuerzos para atender de manera puntual lo referente al patrimonio histórico y artístico en custodia de la Iglesia católica, mismo que representa la mayor riqueza con la que se cuenta en la ciudad y el estado y que, de igual forma, ocupa la mayoría de las actividades, iniciativas, recursos, investigaciones y acciones de conservación y restauración que se han hecho por parte de académicos, investigadores y profesionales en las distintas áreas. Asimismo, el Consejo Ciudadano está abierto a atender las necesidades de cualquier credo, por lo que se determina conformar dicha comisión como un ente incluyente cuyo objetivo fuera el de “promover la conservación, promoción y difusión del patrimonio cultural de los templos en Puebla”.
La Comisión se ha dividido en dos sub-comisiones: una de ellas atenderá de manera exclusiva el asunto de los bienes culturales de la iglesia católica -nombre con el que la Santa Sede reconoce las actividades referentes al patrimonio histórico y artístico de la Iglesia- permitiendo que los integrantes de este grupo que han dedicado su labor profesional, académica y de investigación al tema de los bienes culturales de la iglesia católica se avoquen a resolver específicamente estas problemáticas. La otra subcomisión atenderá específicamente lo referente al patrimonio cultural de otras iglesias en Puebla, dejando abierta la posibilidad a que se integren miembros especialistas de otras religiones y credos para que, en su momento, puedan abordar las problemáticas específicas de estos bienes.
Fig. 3. Interior de la Catedral de Puebla, donde se aprecia el retablo del Altar de los reyes y el Baldaquino de Tolsá.
Se ha desarrollado de manera más amplia el trabajo de la Sub-comisión para el cuidado de los bienes artísticos de la Iglesia católica, estableciendo tres líneas de acción: Concientización: Generar instrumentos que fomenten, informen y ayuden a las comunidades y personal encargado de la custodia, preservación y mantenimiento del patrimonio, a generar una actitud de respeto y conservación de los bienes culturales que tienen en custodia. Tutela: Salvaguardar los bienes de los templos a través de asesorías y formulación de documentos que garanticen su existencia para que todos los fieles de la iglesia -sacerdotes y laicos- aprecien, promuevan y cuiden de los bienes culturales, especialmente del arte sacro. Educación: En este rubro, la participación de los IES y Colegios de profesionistas representados en el Consejo es fundamental para la organización y realización de programas académicos encaminados a la conservación y rescate del patrimonio.
Fig. 4. sillería del coro de la Catedral de Puebla
4.- Educación Social (Guardianes del Patrimonio) Este consejo trabaja en varias líneas y no ha dejado de lado el tema de la educación, en especial de la población infantil. En el entendido de que es de suma importancia la difusión del patrimonio para concientizar y sensibilizar a la población en la ardua tarea de su salvaguarda, el Consejo estableció el tema de la educación social desde los talleres del Congreso Iberoamericano de Desarrollo Urbano celebrado en la ciudad de Puebla en 2008 y en las mesas de trabajo del 1er Encuentro de Consejos Ciudadanos de Ciudades Patrimonio (2009), ante lo cual se evidenció la imperiosa necesidad de realizar un programa local de sensibilización infantil. Las iniciativas del consejo sobre el tema, se han acoplado a la propuesta de la Asociación Restauradores Sin Fronteras, que sometió a consideración de la UNESCO el proyecto denominado “Guardianes del Patrimonio”. Esta iniciativa de Restauradores sin Frontera ha permitido que la ciudad de Puebla haya sido escogida para lanzar un programa piloto en la República mexicana, invitados por esta asociación, el Consejo concentrará sus esfuerzos en este programa, teniendo la oportunidad de reforzar los logros anteriores y de adecuar las propuestas en nuestro propio contexto. El programa pretende lograr los siguientes objetivos:
• Comprometer a las generaciones presentes y futuras con el Patrimonio Cultural haciendo énfasis en el concepto de identidad, apropiación y rescate de elementos de nuestra cultura. • Motivar a la Comunidad para que participe en el proceso de conservación del patrimonio, bajo el sentido de pertenencia con el mismo. • Encaminar a las Comunidades para participar del disfrute y apropiación de su patrimonio, volviéndolo una herramienta de cohesión para lograr una mejor convivencia social. Un primer documento firmado por Javier Gámez Sánchez, presidente de la Asociación, manifestó el deseo de entablar un diálogo para ultimar los detalles del programa, identificando al mtro. Ramón Moreno Carlos como el Representante nacional, con quien se ha tenido constante comunicación. Se tiene conocimiento de que el programa contará con financiamiento parc ial de la World Monuments Found y que el programa ya fue implementado en Ciudade Velha, Cabo Verde, con gran éxito. El programa está diseñado a partir de un calendario elaborado anualmente y dejando espacios para actividades eventuales, donde 100 niños recibirán 2 horas semanales de instrucción, durante 12 semanas, cumpliendo con una intensidad horaria para cada una de las áreas en que se trabajará, como Arquitectura, Historia, Medio Ambiente, Tradiciones, Arte, Etica, etcétera. La formación académica se combinará con actividades lúdicas que dinamicen el proceso, haciéndolo más agradable y logrando que refuercen conceptos como: patrimonio, cultura, identidad, conservación, entre otros. Al término del proyecto los niños integrantes del programa serán capaces de: •
Reconocer las huellas del pasado a través de significados personales.
•
Comprender el patrimonio cultural como parte de su día a día.
•
Aprender a observar por ellos mismos.
•
Comprender el concepto de monumento.
•
Cuestionar sobre eventos acontecidos en diferentes lugares de su población.
El proyecto enviado por la Asociación ya fue revisado y actualmente se trabaja en la logística, principalmente en la obtención de recursos o patrocinios, puesto que aunque se cuenta con un presupuesto también definido por la Asociación, hasta ahora se sabe que el financiamiento será parcial. Asimismo, se estudia la inclusión de programas infantiles que actualmente se ejecutan en la ciudad para enriquecer el proyecto, tales como “500 héroes” que desarrolla el
municipio de Puebla o los talleres
educativos
–de éxito
incuestionable- que ofrece permanentemente el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos cuya dirección nacional se ubica en esta ciudad y que forman parte del mismo Consejo. El Consejo Ciudadano está convencido de que la implementación de los programas de sensibilización infantil será el detonante para que una parte de la sociedad voltee hacia su patrimonio, empiece a valorarlo y con el paso del tiempo impida su destrucción.
5.- medios de difusión y política de comunicación Asistimos mensualmente a un espacio radiofónico en la estación de la radio oficial del gobierno del Estado, para transmitir Encuentros en Comunidad… un encuentro con nuestra comunidad, programa con duración de dos horas ofrecido al Consejo. Acudimos a los barrios más representativos de nuestro Centro histórico para escuchar y estar en contacto con la ciudadanía, que expresa sus inquietudes, hablan de su arraigo, identidad y el respeto a sus tradiciones. Se han enriquecido los primeros diez programas radiofónicos por la diversidad de temas tratados, como el de los barrios de San Antonio, Xonaca, Santiago, el Paseo Viejo de la zona fundacional de la ciudad de Puebla, San Felipe Neri, San Pablo de los Frailes, el Jardín Histórico del Paseo Bravo, San Agustín, etcétera. Se ha hablado de la rica tradición culinaria poblana que nace en los monasterios de mojas de claustro; se han tocado temas sociales urbanos que aquejan a nuestra ciudad y que son temas que preocupan y ocupan a nuestro Consejo Ciudadano del Centro Histórico; hemos tenido la destacada participación de los
niños, que a su temprana edad demuestran y dan ejemplo de su interés y responsabilidad por la conservación y difusión de su patrimonio histórico, asimismo se ha contado con la participación de investigadores, especialistas y consejeros ciudadanos que con sus experiencias hacen que estos programas aumente el interés de los oyentes de la localidad y de otras ciudades incluyendo a la comunidad de migrantes poblanos radicados en los Estados Unidos.
Fig. 5. Consejeros e invitados en cabina radiofónica durante uno de los programas “Encuentros en Comunidad”.
Consejo Ciudadano del Centro Hist贸rico y Patrimonio Edificado de la Ciudad de Puebla.
Resumen curricular: Creaci贸n del Consejo Ciudadano del Centro Hist贸rico y Patrimonio Edificado, por acuerdo de H. Cabildo de la ciudad de Puebla el 10 de octubre de 2006. Integrado por una Mesa Directiva 2009 - 2010 (Presidente, Secretario y Vocal de Vigilancia) Cuenta con 25 consejeros propietarios y 20 consejeros suplentes.
Correo electr贸nico: epp.oumpuebla@yahoo.com.mx
Propuesta ciudadana del “Instituto Estatal de Planificación Urbana, Participativa y Sustentable” (Caso municipio de Oaxaca de Juárez, Oax.) Alejandro Calvo Camacho1
El organismo público denominado “Instituto Estatal De Planificación Urbana Participativa Sustentable”
es
una
entidad
municipal descentralizada,
integrante de la administración pública paramunicipal, en la que participarán todos los sectores de la sociedad y cuyo marco normativo propuesto será el siguiente:
Disposiciones generales Se crea el organismo público denominado “Centro de Planeación Estrategia del Municipio de Oaxaca de Juárez” como una entidad municipal Descentralizada integrante de a administración pública paramunicipal, con personalidad jurídica y patrimonio propios, cuyo objetivo será coordinar el sistema de planeación democrática en el municipio de Oaxaca de Juárez, teniendo como domicilio para los efectos legales correspondientes la ciudad de Oaxaca de Juárez. Cuando en el presente reglamento se cite “El Centro”, se entenderá que se refiere al Centro de Planeación Estratégica del Municipio de Oaxaca de Juárez. El Centro de Planeación Estratégica del Municipio de Oaxaca de Juárez, tendrá las siguientes funciones: I.- Promover, diseñar, establecer, coordinar y evaluar los mecanismos de planeación democrática en el municipio de Oaxaca de Juárez. II.- Alinear y dar homogeneidad y coherencia a los planes y proyectos de carácter municipal. Profesor investigador del Instituto Tecnológico de Oaxaca y miembro honorarios del ICOMOS delegación Oaxaca. Cel. 9511416474 1
III.- Asegurar que en todos los procesos de planeación participe la sociedad civil, las instituciones públicas responsables de la educación superior, las organizaciones empresariales y las organizaciones de profesionales. IV.- Gestionar recursos financieros, materiales y humanos ante las instancias públicas y privadas de carácter internacional, nacional y estatal para la elaboración de planes y proyectos de carácter municipal. V.- Apoyar económicamente la elaboración de planes y proyectos para el municipio de Oaxaca de Juárez, por medio de los recursos gestionados por su patronato. VI.- Vigilar y propiciar que los planes y proyectos que realice El Centro sean aprobados por el H. Cabildo para su ejecución. VII.- Promover y organizar la cooperación de los particulares con respecto a obras y acciones de carácter municipal.
El Centro, para el ejercicio de sus atribuciones, contará con una Junta de Gobierno, un Consejo Técnico y un Patronato. Sus integrantes participarán de manera honorífica. El Centro conocerá y aprobara entes de ser sometidos a la consideración del H. Cabildo, los anteproyectos de los siguientes instrumentos de planeación: I.- Plan Municipal de Desarrollo Sustentable. II.- Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico del Municipio de Oaxaca de Juárez. III.- Plan Maestro de Desarrollo Urbano. IV.- Plan Municipal de Protección Civil. V.- Plan Municipal de Seguridad Pública. VI.- Plan Municipal de Salud Pública. VII.- Plan Municipal de Turismo.
VIII.- Plan Municipal de Cultura. IX.- Plan de Desarrollo Microregional. X.- Asimismo, los demás planes estratégicos a mediano y largo plazo para el Municipio de Oaxaca de Juárez.
De la Junta de Gobierno del Centro de Planeación Estratégica La Junta de Gobierno será la máxima autoridad de El Centro y estará integrada por: I.- El Presidente municipal del municipio de Oaxaca de Juárez. II.- Un representante de cada una de las instituciones de educación superior debidamente acreditadas ante la SEP y con el debido reconocimiento oficial, con representación en el municipio de Oaxaca de Juárez. III.- Un representante de los diversos colegios de profesionales debidamente acreditados del Gobierno Municipal de Oaxaca de Juárez. IV.- Los representantes de las cámaras empresariales, con domicilio en la Ciudad de Oaxaca de Juárez. V.- Un representante de las fundaciones legalmente constituidas, con domicilio en nuestra Ciudad capital. VI.- Tres representantes del Consejo Honorario de Participación Ciudadana. VII.- El Director general de El Centro, quien tendrá voz, pero sin voto. VIII.- Un Comisario, quien tendrá voz informativa, pero sin voto. Por cada integrante propietario de los antes señalados se designara a un suplente, cuyo cargo es indelegable, de manera que no se podrán acreditar representantes de estos en las secciones del propio órgano de gobierno. A la Junta de Gobierno le corresponde:
I.- Conocer y aprobar los mecanismos de planeación democrática que se pretendan instrumentar en el municipio de Oaxaca de Juárez. Entre estos mecanismos, se encuentran las consultas públicas. II.- Elegir entre sus miembros al Presidente de la Junta de Gobierno, y a propuesta del Presidente Municipal al Director General de El Centro y al Secretario. III.- Aprobar la gestión de recursos financieros, materiales y humanos ante las instancias públicas y privadas de carácter internacional, nacional y estatal para el funcionamiento de El Centro. IV.- Aprobar el presupuesto anual de El Centro así como los recursos financieros, materiales y humanos que se requieran para la elaboración de planes y proyectos para el municipio de Oaxaca de Juárez. V.- Someter a consideración del Cabildo del municipio de Oaxaca de Juárez, por medio de su Presidente, los planes y proyectos aprobados por esta Junta. VI.- Promover y aprobar estudios de investigación que conduzcan al conocimiento total de medios más factibles en la elaboración, actualización, ejecución y evaluación de planes y proyectos de carácter municipal. VII.- Conocer y aprobar la conformación de los grupos de trabajo, del Consejo Técnico y del Patronato. El Director general, para el eficaz cumplimiento de sus atribuciones, se auxiliara de los servidores públicos que requieran y le sean autorizados, conforme al presupuesto de egresos y a la normatividad aplicable. Al Secretario le corresponde: I.- Coordinar y promover la participación de todos los miembros de la Junta de Gobierno. II.- Auxiliar al Presidente en la conducción de las sesiones de la Junta de Gobierno. III.- Tener a su cargo el archivo correspondiente.
IV.- Convocar y asistir a las sesiones de la Junta de Gobierno con voz informativa pero sin voto. V.-
Llevar
y conservar los
libros
de actas
recabando las
firmas
correspondientes. VI.- Cumplir las tareas especiales que le encomiende el Presidente. A los demás integrantes de la Junta de Gobierno les corresponde: I.- Participar con voz y voto en la Junta de Gobierno. II.- Propone a la Junta de Gobierno todas las acciones que se consideren necesarias para el correcto funcionamiento de El Centro. Los integrantes de la Junta de Gobierno que pertenezca a la Administración Pública Municipal, duraran en su cargo tres años o el periodo de la administración
municipal
en
funciones;
los
que
representen
a las
instituciones, cámaras empresariales, direcciones ejecutivas, colegios de profesionales y fundaciones serán removidos por los que las mismas propongan, si así lo consideran conveniente. El quórum requerido para la celebración de las sesiones se integrara con la asistencia de la mitad más uno de sus integrantes, siempre y cuando este presente el Presidente de la Junta de Gobierno o Suplente. Los acuerdos de la Junta de Gobierno serán aprobados por la mayoría de votos de los asistentes. En caso de empate, el Presidente, o en su defecto, su Suplente, tendrán voto de calidad. El acta de cada sesión de la Junta de Gobierno deberá ser aprobada por ésta, será suscrita por todos los asistentes y se hará constar en ella la listas de asistencia, el orden del día y los acuerdos tomados.
El Consejo Técnico y sus atribuciones El Consejo Técnico es un órgano especializado de carácter honorífico, que tendrá por objeto elaborar y emitir dictámenes de carácter técnico con respecto a los planes y proyectos que le encomiende la Junta de Gobierno. Estará integrado por: I.- El Director General de El Centro. II.- Un representante de los grupos de trabajo de planeación estratégica de mediano y largo plazo vigente y de los que llegaren a formarse, a invitación de Gobierno Municipal de Oaxaca de Juárez. III.- Tres integrantes que serán designados por la Junta de Gobierno. IV.- Los especialistas y funcionarios públicos que sean invitados por el Consejo Técnico para temas específicos. Para ser miembro del Consejo Técnico se requiere ser mayor de edad y de reconocida trayectoria profesional en temas de disciplinas relacionadas con la planeación y el desarrollo sustentable. El Consejo Técnico tendrá las siguientes funciones: I.- Elaborará los proyectos de dictamen, informes y resoluciones que se someterán a la consideración de la Junta de Gobierno. II.- Emitir una opinión técnica con respecto a los asuntos que le encomiende la Junta de Gobierno. III.- Conocer y evaluar los planes y proyectos de carácter municipal. IV.- Realizar propuestas a fin de encausar de la mejor manera la ejecución de los planes y proyectos municipales. V.- Elaborar su propio reglamento. Las opiniones del Consejo Técnico, tendrán únicamente función informativa y de mera opinión; en ningún caso, ejecutiva o decisoria. Los proyectos de dictamen, informes y resoluciones del Consejo Técnico deben ser aprobados
por la mitad más uno de la totalidad de sus miembros; posteriormente serán sometidos a la consideración de la Junta de Gobierno.
Del Patrimonio Para cumplir con sus fines, El Centro de Planeación Estratégica del municipio de Oaxaca de Juárez formara su patrimonio con las partidas que le asignen en el presupuesto de egresos del municipio de Oaxaca de Juárez, Oaxaca y demás ingresos que los gobiernos Federal y Estatal le otorguen, así como las aportaciones, donaciones, legados y demás recursos que reciba a través de su patronato, tanto de personas físicas como morales, nacionales o extranjeras y en general los demás bienes muebles e inmuebles, derechos e ingresos que obtenga por cualquier título. El Centro de Planeación Estratégica, como organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, por conducto de su patronato, está facultada para llevar a cabo cualquier acto jurídico lícito, tendente a generar sus propios ingresos, reconociendo que debido al destino de los mismos, éstos entran a un régimen fiscal protegido y, por tanto, la emisión de los recibos de El Centro serán deducibles de todo tipo de impuestos. En términos del artículo que antecede, El Centro de Planeación Estratégica contará con un Patronato cuya integración se confirmará a la Presidencia del mismo y estará conformado por los siguientes órganos de autoridad: I.- La Junta Directiva II.- El Director General. Los miembros de estos órganos de autoridad serán seleccionados de entre los sectores públicos, social y privado, tomando en cuenta preferentemente a los ciudadanos oaxaqueños de amplia trayectoria, limpia, solidaria y con marcado interés en el desarrollo integral y sustentable del municipio. La Junta Directiva es el órgano supremo de autoridad y se integrará en la forma siguiente:
I.- Un Presidente. II.- Un Secretario técnico que será el Director general de El Centro, quien asistirá con voz pero sin voto. III.- El número de Vocales que se consideren necesarios para el cabal cumplimiento de sus atribuciones. El Patronato durará en su cargo tres años o el periodo de El Centro en turno. Los puestos conferidos por el Patronato serán honoríficos y sus titulares no percibirán remuneración económica alguna por su desempeño, por lo que no podrán ser considerados como trabajadores de El Centro. Actualmente este Centro se encuentra en una encrucijada, ya que si bien fue aprobada por el Cabildo y se tomaron protestas a los integrantes de las tres partes formadoras del mismo (Junta de gobierno, Patronato y Consejo técnico) no existe la infraestructura necesaria mínima para laborar. Es importante mencionar que el verdadero trabajo apenas inicia. Por una parte, no se tiene presupuesto, por lo que es conveniente formular un presupuesto de inicio y este sea asignado por el gobierno municipal. Por otra, estamos en una transición política, ya que el partido opositor al oficial recién gana en votaciones y está en juego la permanencia y continuidad de este Centro. Afortunadamente el gobierno electo municipal lo con buenos ojos y creemos que puede dársele fuerza; cabe recalcar que la creación del mismo se muestra como una acción histórica trascendental en Oaxaca, ya que éste puede ser la semilla de la verdadera planeación democrática en el municipio de Oaxaca.
Referencias bibliográficas Consejo Honorario de Participación Ciudadano Municipal 2008-2010 y Consejo Temático de Desarrollo Urbano. Consejo Temático del Medio Ambiente. Agenda 21 Municipal, legalmente constituida como Asociación Civil (A.C.). Octubre 2010. Consejo temático de Desarrollo Urbano. Agrupación de Profesionales del Desarrollo Urbano del Estado de Oaxaca, A.C. 2010. Agrupa cuatro colegios de profesionistas (Colegio de Arquitectos, colegio de Evaluadores, Colegio de Ingenieros Civiles y Colegio de Urbanistas). Plan Reto 2032. Instituto Tecnológico de Monterrey y Municipio de Oaxaca de Juárez, Oax. Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) de las ciudades de León Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí…2010. Foros regionales de Participación Ciudadana para el Programa Preliminar de Gobierno 2010-2016. “Por la Paz y el Progreso”. Aspectos constitutivos y reuniones del consejo técnico y dirección del “Centro Estratégico de Planeación municipal” y evaluación de los manuales de operación. Julio 2010. Entrega de la información recabada por el consejo temático de participación ciudadana de desarrollo urbano y proyecto reto 2032 al “Centro”. Septiembre 2010. Reporte del Consejo Honorario de Participación Ciudadana Municipal a las autoridades municipales actuales. (Reporte de actividades y logros) Septiembre 2010. Reporte del Consejo Honorario de Participación Ciudadana a las autoridades municipales
electas
del próximo
actividades y logros) Octubre 2010.
gobierno (2010-2012)
(Reporte de
El Centro Histórico de Morelia: Una retrospectiva de su desarrollo y gestión a 19 años de su inclusión en la Lista del Patrimonio cultural de la humanidad Carlos Alberto Hiriart Pardo1
Introducción El centro histórico de Morelia, en el estado de Michoacán, es considerado como una muestra representativa de la riqueza patrimonial e identidad cultural que distingue a las ciudades Mexicanas reconocidas como Patrimonio cultural de la humanidad
por
la
UNESCO.
Esta
presentación
pretende
plantear
una
retrospectiva analítica y de investigación académica sobre los hechos y las políticas públicas y privadas que se han implementado y operado en los últimos 19 años en la ciudad patrimonial. Se intentará abordar el proceso reciente (19912010) de conservación del patrimonio edificado, confrontado con el análisis general de los procesos de planificación del territorio urbano y la gestión del turismo cultural como actividad que se desarrolla fuertemente en Morelia, incrementada desde su posición y relevancia como parte de las ciudades mexicanas patrimonio de la humanidad. Derivados del estudio, registro y documentación de algunos procesos que han influido y propiciado cambios en las dinámicas funcionales de la ciudad en el transcurso de las últimas dos décadas, y a partir del análisis de diversas iniciativas públicas y privadas vinculadas con puesta en valor del patrimonio urbano arquitectónico, el estudio de notas periodísticas y trabajo de campo relacionado con la utilización del espacio patrimonial como recurso turístico, se procurara presentar un diagnóstico retrospectivo general de la situación que ha prevalecido en el Centro histórico desde su inclusión como parte del Patrimonio mundial, destacando algunos hechos paradigmáticos que se dieron como parte de las 1
Doctor en Arquitectura por la UMSNH, profesor e investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT, vice-presidente regional del ICOMOS Mexicano A.C. Email: charlyhiriart@hotmail.com
1
dinámicas urbanas dentro de la historia reciente de la ciudad, a efecto de explicar la que prevalece actualmente entre conservación y uso racional del patrimonio edificado y su aprovechamiento turístico, situación derivada de relevancia de la actividad turística y su inserción en la agenda política nacional, estatal y municipal que es justificada en la supuesta búsqueda de desarrollo económico y sustentable de la ciudad patrimonial. A manera de conclusión, se plantean propuestas orientadas a generar procesos de equilibrio que fortalezcan la conservación integral del patrimonio urbano arquitectónico en relación con las potencialidades que puede tener el turismo cultural.
I. Morelia: un ejemplo excepcional de planificación urbanística novohispana y de arquitectura barroca del siglo XVI Fundada en lo alto de una loma en el siglo XVI, Morelia, en su proceso de configuración urbana, ofrece un ejemplo excepcional de uno de los asentamientos novohispanos más antiguos del país que ha concentrado a lo largo de sus más de 460 años de existencia un gran acervo de bienes inmuebles monumentales de un alto valor histórico y artístico. Sus calles óptimamente, adaptadas a las laderas de las colina del Valle de Guayangareo, conservan su trazado primigenio y la historia urbana y arquitectónica de la ciudad, que puede leerse en sus plazas y en sus más doscientos edificios identificados como monumentos históricos relevantes, que destacan entre los mil 200 inmuebles que forman actualmente el catalogo de monumentos históricos de la ciudad. Morelia, durante su historia, ha transitado por diversos momentos para la configuración del espacio urbano patrimonial y contemporáneo, que se relacionan con sucesos históricos en la vida del México Independiente, así como con diversos procesos para atender las demandas de infraestructura urbana, de habitabilidad, edificatorias y de urbanización, que atendidas con esmero y una lógica constructiva han contribuido a erigir la ciudad actual con su centro histórico patrimonial en una relación permanente con sucesos sociopolíticos, con los intereses de los agentes y diversos actores del poder local, con factores 2
económicos, y sobre todo con los testimonios de la vida cotidiana de sus pobladores. El espacio urbano y arquitectónico se erigió en diferentes periodos a partir de ideologías, percepciones y sucesos diversos que privilegiaron tanto aspectos estéticos, relevantes en la configuración del paisaje urbano, como tipológicos arquitectónicos, que motivaron una identidad local en relación con la conservación de la imagen patrimonial de la ciudad; aspectos y criterios que en su conjunto, hasta finales de los años treinta del siglo XX, consolidarían la lectura de la ciudad en la cual destacaban sus inmuebles públicos, civiles y religiosos monumentales y otros de arquitectura contextual de la época también relevantes, los cuales desde el año de 1893 ya eran reconocidos por su potencial para atraer viajeros y visitantes. A finales de la primera la mitad del Siglo XX, dentro del proceso de reconstrucción del estado de Michoacán (1921-1940) posterior a la Revolución mexicana, la recuperación demográfica y el crecimiento económico de Morelia establecerían nuevas formas de interpretar el espacio, a partir diferentes actores y de la construcción de una identidad local –una visión estética de Morelia como ciudad colonial- con base en las perspectivas que imponían los intelectuales y políticos del momento a los usuarios tradicionales, generando una supuesta identidad cultural moreliana vinculada sutilmente y de manera indirecta al desarrollo del turismo, apareciendo en los años sesenta el lema que definió una nueva lectura de la ciudad patrimonial: Morelia, la ciudad de la cantera rosa2, promoviéndola intensamente dentro de la naciente actividad turística que se desarrollaba institucionalmente en Michoacán. A finales de la década de 1950, en Morelia se iniciarían diversos procesos para transitar a la modernidad que la sociedad demandaba, no solamente en el 2
Durante el Gobierno del Lic. Agustín Arriaga Rivera (1962-1968), se promovió el carácter pétreo como parte de la lectura arquitectónica de la ciudad de Morelia, idealizando una identidad arquitectónica local, para crear una imagen estética y colonial a partir de descubrimiento de la piedra de cantería que predomina en las fachadas de muchos inmuebles del centro histórico, acción que contribuiría a generar en los usuarios locales, y a promover a nivel nacional, la visión de Morelia como La ciudad de la cantera rosa, eslogan de promoción turística, consolidado y aún utilizado para identificar a la capital de Michoacán. Cf. Hiriart Pardo, Carlos A., La gestión del turismo cultural en Michoacán y sus impactos en el patrimonio monumental de Morelia y Pátzcuaro, tesis para obtener el grado de doctor en Arquitectura, Programa Interinstitucional de Doctorado en Arquitectura (PIDA), División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UMSNH, Morelia, 2006, pp. 357-359.
3
ámbito local, sino que ya se hacía evidente en todo el país. Hasta finales de los años cincuenta el espacio urbanizado y habitado dominantemente era la ciudad que hoy día reconocemos como Centro histórico y que se identifica legalmente como Zona de monumentos históricos de Morelia desde 1990 3; habiendo sido reconocido por la UNESCO a partir de diciembre de 1991 como Patrimonio cultural de la humanidad.
El reconocimiento de Morelia como Patrimonio cultural de la cumanidad En el marco de lo anteriormente señalado, y estando por concretarse el Decreto Presidencial que declarara a Morelia como Zona Federal de Monumentos Históricos, el Presidente de la República mexicana Carlos Salinas de Gortari, en su visita a Morelia en noviembre de 1989, asumió públicamente el compromiso de apoyar las gestiones del gobernador de Michoacán dr. Genovevo Figueroa Zamudio y de un grupo de intelectuales y académicos, a fin de realizar los trabajos necesarios para que el Centro histórico de Morelia fuese reconocido como Patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO. Para tal propósito, en noviembre de 1990 se constituyó un comité interinstitucional 4 para iniciar los trabajos de integración del expediente y presentar la candidatura de ingreso del Centro histórico de Morelia a la Lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
3
El Centro Histórico de Morelia está constituido por 271.46 Hectáreas, 219 manzanas, 15 plazas y mil 113 monumentos, formando un conjunto patrimonial urbano-arquitectónico de gran valor por las características formales de sus edificios, la armonía, calidad constructiva y unidad plástica que representan sus diferentes estilos arquitectónicos que han propiciado una unidad territorial que, con un estilo propio, se constituye en un testimonio elocuente para la historia de la arquitectura y del urbanismo en México. Cf. Diario Oficial de la Federación, Decreto Federal de la Zona de Monumentos Históricos de Morelia, Michoacán, publicado el 19 de diciembre de 1990. 4 Este comité estuvo integrado por diversos especialistas de dependencias del Gobierno Federal, como Salvador Díaz-Berrio del INAH y el representante de México en el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, Teresa Martínez Peñaloza y Luis Alberto Torres Garibay del Centro INAH Michoacán; por parte del Gobierno Municipal de Morelia, Jaime Hernández Díaz. Por el Gobierno del Estado de Michoacán, Fernando Tavera Montiel, secretario de Comunicaciones y Obras Publicas y coordinador general de los trabajos designado por el Gobernador de Michoacán y Héctor Bautista Mejía, Director de Conservación de Sitios y Monumentos de la SCOP, Eugenio Mercado López, representante de la Secretaria de Turismo, Carlos Alberto Hiriart Pardo, representante de la Secretaria de Urbanismo y Medio Ambiente. Por las instituciones no gubernamentales y académicas, Esperanza Ramírez Romero representante del Comité Michoacano del ICOMOS y Manuel González Galván del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
4
Después de más de de un año de trabajo colectivo de diversas instituciones de los tres niveles de gobierno y de organismos no gubernamentales, como el ICOMOS, además de académicos de la UNAM y la UMSNH, el 13 de diciembre de 1991, en el marco de la XV asamblea del Comité del Patrimonio Mundial en la ciudad de Cartago, Túnez, la Zona de Monumentos Históricos de Morelia quedaría inscrita formalmente, como Centro Histórico de Morelia, en la Lista de patrimonio mundial y cultural de la UNESCO.
Ilustración 1. Zona de monumentos Históricos de Morelia inscrita en la Lista de los Sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO y la zona de transición (amortiguamiento).
Cabe hacer mención que el ingreso del Centro histórico de Morelia tendría una recomendación específica por parte del Comité que evaluó la solicitud y el expediente respectivo en la reunión de Túnez, la cual se refería a la recomendación que realizara el ICOMOS después de su evaluación del sitio en la primavera del 1991, sobre el criterio de autenticidad que prevalecía en la ciudad, ante el proceso de retiro de los recubrimientos y enlucidos que la ciudad conservó hasta los años cincuenta, situación que se consideró transgredía a los criterios de autenticidad manifiestos en la Carta de Venecia, y que produjeron de manera inducida una imagen que en el transcurso de las décadas de los años sesentas y setentas –principalmente- contribuyó a definir una identidad estética local y exaltó la expresión “Morelia, ciudad de las cantera rosa”.
5
Al respecto, Salvador Díaz-Berrio Fernández, quien entonces fungiera como representante de México en el Comité del Patrimonio mundial y que fuera elegido en la asamblea de Cartago como relator, atendiendo las recomendaciones Comité
del
registró
en
puntuales
Patrimonio el
del
Mundial,
documento
la
recomendación siguiente:
Ilustración 2: Alteración de la autenticidad de contexto patrimonial en Morelia. Imagen tomada de:
“El Comité desea recibir, por parte
Días-Berrio Fernández, Salvador, Conservación del
de
mexicanas,
Patrimonio Cultural en México, Instituto Nacional de
seguridades sobre el respeto al
Antropología e Historia, (Col. Textos Básicos y
las
autoridades
criterio de autenticidad en relación
Manuales), 1ª Edición, México, 1990.
con los monumentos de la ciudad, de acuerdo a los principios de conservación expresados en la Carta de Venecia.”5
Finalmente y después de esta recomendación, la Zona de Monumentos Históricos de Morelia quedaría inscrita en la Lista de Patrimonio mundial cultural de la humanidad, registrada como Centro histórico de Morelia, habiendo justificado su inscripción y el valor universal excepcional del sitio aplicando los siguientes criterios 6:
5
Díaz-Berrio Fernández, Salvador (Relator), Informe de Trabajo de la Décima Quinta Sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, UNESCO-Comité del Patrimonio Mundial, Cartago, Túnez, diciembre de 1991. 6 Tomado de Internet en http://whc.unesco.org/es/list/585; 26 de abril de 2010.
6
“(ii): ser la manifestación de un intercambio considerable de valores humanos durante un determinado período en un área cultural específica, en el desarrollo de la arquitectura, las artes monumentales, la planificación urbana o el diseño paisajístico.” “(iv): ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio o conjunto arquitectónico o tecnológico, o paisajístico que ilustre una etapa o etapas significativas de la historia de la humanidad.” “(vi): “estar asociado (los bienes culturales) directamente o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas o creencias, o con obras artísticas o literarias de significado universal excepcional.”
A partir de la inscripción, tácitamente las autoridades locales y las instituciones corresponsables del gobierno federal y estatal adquirieron una serie de obligaciones
y beneficios
potenciales.
Como
parte
de las
obligaciones
establecidas, entre otras más, están informar ampliamente al público de las amenazas que pesen sobre el patrimonio cultural y natural y de las actividades emprendidas
para
la
aplicación
de
la
convención, así como el presentar cada seis años al Comité del Patrimonio Mundial, a través del Centro, un informe periódico sobre la aplicación de la Convención, incluido el estado de conservación de los bienes declarados patrimonio mundial situados en
Ilustración 4. Placa conmemorativa a la inscripción del Centro Histórico de Morelia
su territorio. Como parte de los beneficios,
en la lista del Patrimonio Mundial de la
“el incremento de la atracción turística hacia
UNESCO. Fotografía de C. Hiriart (2009).
el bien, que normalmente implica una fuente adicional de recursos para el desarrollo local y para la propia conservación del patrimonio” 7.
7
“Obligaciones y Beneficios de los Estados Partes de la Convención del Patrimonio Mundial cultural y Natural de la UNESCO” en Documento de Trabajo del Seminario Nacional de Informes Periódicos -México, UNESCODirección de Patrimonio Mundial del INAH- Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, 2002, pp. 76-77. Información consultada en la dirección URL:<www.unesco.org/whc/ > , fecha de consulta; agosto del 2010.
7
II. Morelia: XIX años como parte las Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial La inscripción del Centro histórico de Morelia como Patrimonio mundial, traería efectos controvertidos y paradójicos en sus primeros años. Durante la década de los años noventa se continuó teniendo una degradación paulatina de la función residencial, motivada por los cambios de uso del suelo y un superávit en las instalaciones de equipamiento, particularmente en las áreas de comercio, educación, administrativas y de salud, así como la falta de un proyecto de vialidad y transporte que analizara objetivamente y sin fundamentalismos la problemática del tráfico vial y de los estacionamientos en el Centro histórico, problema aún vigente y que se agrava más cada día al no contar con programas específicos e integrales de actuación que confronten y atiendan las dinámicas urbanas que se originan en la zona patrimonial y que motivan profundos cambios funcionales y sociales que se establecen como problemas urbanos y realidades cotidianas de tensión permanentes. Consideramos que los propósitos y normas establecidas en la Declaratoria Federal de la Zona de Monumentos y, de manera particular,
en
el
Patrimonio
cultural
reconocimiento de
la
como
humanidad
se
cumplieron discrecionalmente, en particular en lo relacionado con la invasión de los espacios públicos patrimoniales y las recomendaciones dadas por el Comité del Patrimonio Mundial en relación con la autenticidad del sitio serían poco atendidas y sobre todo desvirtuadas; como se pudo observar en el proceso de
Ilustración
3.
Centro
Cultural
edificación del Centro Cultural Universitario,
Universitario, construido a finales de
concluido en 1992.
1992. Fotografía de C. Hiriart (2006).
Esta obra totalmente nueva y edificada en uno de los pocos terrenos baldíos que quedaban en el corazón de la ciudad, evoca la fachada que tuviera el 8
Colegio de San Nicolás de Hidalgo a mediados del siglo XIX. Dentro de una posición crítica consideramos que en su momento evidenció la falta de un consenso y actualización de los criterios de inserción de la arquitectura moderna en centros históricos y la postura muy arraigada de un grupo de intelectuales locales hacia una preferible falsificación estética oculta en una supuesta arquitectura didáctica, que a la inserción de una arquitectura auténtica y más ética en relación con su temporalidad de edificación. Aunado a lo anterior, el deterioro de la calidad de vida de los residentes locales y la pérdida de la función habitacional del Centro histórico se fue acelerando, teniendo como un dato representativo que en el año de 1990 había un promedio de 11 mil 683 viviendas y en 1995, se estimaron 11 mil 003, lo que representa una pérdida anual, en un periodo de cinco años, un promedio de 136 viviendas por año. 8 Por otra parte, si bien a partir de 1992 el H. Ayuntamiento de Morelia realizó diferentes esfuerzos por revisar y actualizar la normatividad en materia de protección del patrimonio monumental y de desarrollo urbano, como la actualización del Plan Director de Desarrollo Urbano de Morelia (1992), se tendrían muy pocos resultados satisfactorios para controlar el crecimiento explosivo de la mancha urbana de la ciudad metropolitana, sobre todo para detener la acumulación del comercio informal y la concentración de actividades terciarias en la zona patrimonial, situación que pondría en controversia el cumplimiento de los compromiso contraídos en la declaratoria de Patrimonio mundial, al afectar el valor excepcional del sitio, particularmente la traza renacentista da la ciudad, sus remates visuales y las perspectivas arquitectónicas, que se perdían en el anarquía propiciada por la invasión comercial en calles y plazas del Centro histórico. Cabe decir también que el atractivo y potencial turístico cultural que representaba el patrimonio urbano arquitectónico de la ciudad estaba totalmente
8
H. Ayuntamiento de Morelia, Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia, Instituto Municipal de Desarrollo Urbano, agosto de 2001, p.10.
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minimizado, y las acciones municipales y estatales en materia turística reflejaban una política desarticulada con otros programas (desarrollo urbano, vialidad, conservación patrimonial, infraestructura y servicios turísticos, desarrollo local y una promoción planificada del turismo), así como una falta de visión integral para vincular el uso patrimonio edificado con el turismo cultural dentro de los procesos de desarrollo de la comunidad. Los intereses y criterios confrontados que se manejaban -y aun prevalecende los diferentes grupos de intelectuales y académicos locales en relación con la conservación del Centro histórico, generaron un polémico debate por la realización y aprobación por el Cabildo Municipal del Reglamento de Conservación de la Zona de Monumentos Históricos de Morelia, en diciembre de 1995. Documento normativo que ante la ausencia de consenso de los grupos por una serie de cuestionamientos técnicos, así como por los criterios y la visión que planteaba de una conservación pasiva y esteticista del Centro Histórico, fue revisado y abrogado, derivando como una nueva propuesta el Reglamento Urbano de los Sitios Culturales y Zonas de Transición del Municipio de Morelia, que sería aprobado el 27 de diciembre de 1997. Independientemente de las controversias suscitadas por el contenido de ambos documentos, en un análisis de los mismos encontramos que no se preveía claramente la dinámica que se tendría que atender para el rescate del Centro histórico en junio de 2001. El reglamento vigente de 1997, entre sus fortalezas , asumió una visión más integral que pretendía atender la problemática que se tenía (incorporando una normatividad para la planeación urbana, usos del suelo, uso de la vía publica, control vial, estacionamientos y de tránsito vehicular), ha sido poco aplicado y ha tenido una nula operatividad en diversos aspectos de protección del patrimonio urbano arquitectónico, evidenciando a la fecha la necesidad de su revisión y actualización a la luz de la nueva realidad de aprovechamiento turístico de los principales espacios públicos y de inmuebles emblemáticos del patrimonio edificado del Centro histórico de Morelia.
10
Por otra parte, debemos reconocer que conjuntamente con el Programa de Desarrollo Urbano de Morelia 1998-20159, el reglamento antes señalado sentaría las bases para impulsar la elaboración y aprobación del Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia en diciembre de 2001, instrumento normativo con criterios de actuación y gestión más vanguardistas, que postularía una visión y una serie de estrategias para consolidar el rescate y poner en valor el Centro Ilustración 4: Programa Parcial
histórico, a parir de diversos Proyectos Urbanos Prioritarios,
orientados
a
la
conservación
aprovechamiento del patrimonio edificado
de
Desarrollo
Urbano
de
y
Morelia. Proyecto urbano de
y el
rehabilitación integral de la zona
fortalecimiento del potencial turístico de la ciudad con acciones de mejoramiento de la imagen urbana,
de
la
antigua
central
de
autobuses.
rescate y puesta en valor de los espacios abiertos, así como la creación de un sistema de plazas para reubicar al comercio informal. 10 Será este documento normativo el que dará legitimidad técnica y normativa al programa de rescate del Centro histórico de Morelia -iniciado en el año 1999- y permitirá la operatividad del denominado Plan Maestro de Rescate del Centro Histórico de Morelia en los años subsecuentes. En nuestra opinión, hasta finales de la década de los años noventa, las declaratorias de Zona de Monumentos Históricos de Morelia y de Patrimonio cultural de la humanidad, no tendrían los nobles efectos esperados en un corto y mediano plazo que supuestamente motivaron esta dinámica con el esfuerzo de muchas instituciones y personas para concretarlas, situación por demás evidente, cuando menos en los primeros ocho años después de ambas declaratorias. Por otra parte, los beneficios directos del reconocimiento Morelia como patrimonio 9
H. Ayuntamiento de Morelia, Programa de Desarrollo Urbano de la Cuidad de Morelia 1998-2015. Versión abreviada, Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de Michoacán de Ocampo, jueves 13 de mayo de 1999, p. 10. 10 Cf. “Planos de estrategia; Imagen Objetivo y Programas” en H. Ayuntamiento de Morelia, Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia. Versión Abreviada, op. cit.
11
Mundial, en relación con la promoción de la ciudad en el marco de su potencial como destino del turismo cultural no se concretarían sino hasta después del rescate del Centro histórico en 2001.
El rescate del Centro histórico de Morelia: El programa social y urbano más importante de las últimas tres décadas Este proyecto se gestó en diversos procesos de una concertación política, iniciados desde el año de 1999, y se concretó administrativamente y de manera formal en junio de 2001, supuestamente a partir de la estructuración y operación estratégica de un documento trascendental denominado El Plan Maestro Para el Rescate del Centro Histórico de Morelia, que ha sido identificado localmente como el programa social y urbano más importante de las últimas tres décadas 11, en virtud de que permitió establecer la coordinación para manejar y estructurar, con la participación de la sociedad moreliana, las autoridades y los sectores involucrados en el comercio informal, la reubicación de los casi mil 50012 vendedores ambulantes que tenían sitiada la Zona de Monumentos Históricos. Este programa que se derivó de una decisión política de los gobiernos estatal y municipal, estuvo a manera de justificación visualizado como una estrategia derivada y complementaria del Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia13, el cual a partir de 1990 y durante tres años se desarrolló en varias etapas. 11
Los diversos actores políticos que participaron en este programa así como en diversas publicaciones posteriores al recate del Centro Histórico de Morelia en 2001, han coincidido sobre este punto. Nosotros consideramos también que en los últimos treinta años no se había estructurado un programa de la relevancia de éste, por las estrategias de concertación políticas y sociales, los alcances, el impacto en el Centro histórico de Morelia, así como la inversión y las diferentes acciones complementarias que se realizaran para llevarlo a cabo y ponerlo en operación en su totalidad. 12 Villicaña Palomares, Enrique, Plan Maestro de Rescate del Centro Histórico de Morelia. 2001 año de realizaciones, H. Ayuntamiento de Morelia, Morelia, 2001, p.12. 13
En el caso del Plan Maestro para el Rescate del Centro Histórico de Morelia, una vez aprobado por el Ejecutivo del Estado y el Presidente Municipal, es presentado a diversas autoridades, a la sociedad civil y a la opinión pública el 18 de mayo de 1999. Cf., Villicaña Palomares, Enrique, Plan Maestro de Rescate del Centro Histórico de Morelia., op. cit., p. 6. Por otra parte el Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia, fue aprobado por el Cabildo Municipal del H. Ayuntamiento de Morelia en la sesión extraordinaria celebrada el 26 de noviembre del 2001, y publicado en el Periódico Oficial el lunes 31 de diciembre del 2001. Cf., H. Ayuntamiento de Morelia, “Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Morelia” en Periódico Oficial, op. cit. p.1.
12
Finalmente y como un refuerzo jurídico normativo, el 11 de mayo de 2002, el Cabildo de la Ciudad de Morelia aprobaría El bando municipal relativo al retiro del comercio informal del primer cuadro de la ciudad, instrumento legal que permitió restringir y esta normando hasta esta fecha toda la actividad comercial en la vía pública del Centro histórico de Morelia. Al respecto, Luis Felipe Cabrales Barajas, que posteriormente analizara todo este proceso desde una perspectiva académica, considera que: “[…] fue producto de una preparación meditada, y quizá de algo de suerte; la acción tuvo la fortuna de desarrollarse sin violencia física: de haber ocurrido seguramente el tema se hubiera politizado y comprometido la continuidad del proyecto de rescate del centro histórico.”14
Independientemente de las variadas motivaciones que condujeron al rescate del Centro histórico de Morelia en junio de 2001, los hecho a posteriori y hasta finales de 2010 han demostrado ampliamente los diversos beneficios para la ciudad y su comunidad. Entre otros, el mejoramiento de la calidad de vida de los pocos residentes que aún habitan el Centro histórico, la creación de fuentes de empleo, fuertes inversiones públicas y privadas para la restauración del patrimonio urbano y arquitectónico en la zona patrimonial y en la periferia de la ciudad metropolitana como es el caso del Club de Golf Tres Marías y el complejo habitacional, deportivo y comercial de ALTOZANO -concluido hace apenas unos meses-, vinculado todo de manera directa e indirecta a un crecimiento constante del turismo cultural, motivado por la consolidación de una oferta cultural en la ciudad que incluye entre algunos de sus atractivos la iluminación escénica de inmuebles históricos, el tradicional Festival Internacional de Música y el Festival Internacional de Cine, y una continuidad en la aplicación de recursos para el rescate y puesta en valor del patrimonio monumental, que ha permitido tener una mejor imagen de la ciudad en
14
Cabrales Barajas, Luis Felipe, “El Centro Histórico de Morelia: gestión social y revaloración del patrimonio”, en Anales de Geografía de la Universidad. Complutense, Vol. 22, Madrid, 2002, p.144.
13
sus calles, plazas y jardines, que son disfrutadas con mayor intensidad por la población local y por los turistas.
La realidad actual Diez y nueve años después de la declaratoria como Patrimonio mundial, la situación al día de hoy sitúa al Centro histórico de Morelia dentro del grupo de las diez ciudades -con un valor cultural universal- que son iconos emblemáticos del Estado mexicano, las cuales están integradas en La Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial desde el año de 1996. Este escenario ha permitido -en el caso de Morelia- recibir importantes recursos económicos desde el año 2002 para el rescate del patrimonio urbano arquitectónico, mejoramiento de la imagen urbana y ser objeto de una fuerte campaña de promoción turística a nivel municipal, estatal y federal. La canalización de los recursos y las acciones antes mencionadas, de manera evidente se justifican prioritariamente en una agresiva política de promoción turística cultural de los tres niveles de gobierno, más que en la conservación integral del patrimonio edificado y de desarrollo local, por lo cual se debe ser muy cautelosos para evitar excesos y prever los impactos negativos que se pueden dar ante una posible tendencia de turistificación
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de Morelia y su
Centro histórico. Esta realidad, en la historia urbana reciente de la ciudad ha dejado su imposta en la habitabilidad y en la apropiación del territorio, así como en la conservación y gestión del patrimonio edificado el cual ha recibido diversos impactos, principalmente vinculados y derivados de las nuevas visiones que postulan y justifican su conservación y uso turístico como factor prioritario dentro 15
Este concepto es definido como la acción conjunta de los diversos efectos de cambio que se generan a partir de la inserción de la función y el aumento de la fluencia turística, sobre la estructura funcional preexistente de un territorio, ciudad, o espacio patrimonial, lo cual trae consigo diversas implicaciones como: dinámicas de reutilización del espacio, implantación del sector hotelero y restaurantero, ubicación del comercio turístico, desplazamiento de usos tradicionales comerciales y residenciales, y especulación urbana. Cf., García Hernández María, “Gestión Turística en Centros Históricos” en Geocalli Cuadernos de Geografía, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, Departamento de Geografía y Ordenación Territorial, marzo 2004, Año 5, Núm. 9, pp.64-65. .
14
de los programas de desarrollo social y económico de Morelia, escenario que está presionado fuertemente al centro histórico (aún habitable y multifuncional) desde una visión empresarial y una gestión oficial vinculada prioritariamente a la promoción del turismo cultural.
Imagen 5: Movimientos sociopolíticos
Imagen 6: Portales de la Ciudad de Morelia.
en el Centro Histórico de Morelia, junio
Reubicación del comercio informal en junio de 2001.
de 1998. Fotografía de C. Hiriart / junio
Fuente: Imágenes tomadas del Periódico La Voz de
de 2008.
Michoacán, Primera Plana, 3 de Junio del 2001.
La situación antes señalada, con sus respectivas fortalezas pero también con grandes debilidades y amenazas 16, en la actualidad propicia desequilibrios y presiona para que los límites de equilibrio en la gestión de la ciudad histórica estén siendo rebasados –de manera sutil aún-, percibiéndose ahora una lectura que 16
A los problemas tradicionales de gestión urbana y ordenamiento territorial del centro histórico, como el tráfico vehicular, la especulación urbana, la pérdida de habitabilidad, la falta de estacionamientos, la sobre oferta de equipamiento educativo, y el deterioro y pérdida del patrimonio de uso habitacional –en particular la arquitectura habitacional modesta de finales del siglo XIXI-, que ya eran comunes hasta finales del 2007; en el año de 2008 Morelia fue objeto de un atentado terrorista durante la celebración de las festividades de la Independencia Nacional el 15 de septiembre, situación que detonó un enfrentamiento en el Estado y en el contexto nacional contra grupos de narcotraficantes, propiciando el aumento también de la inseguridad en muchos sentidos; esto sumado a la epidemia de Influenza (A-H1N1) que impactó en muchos sentidos a la economía nacional y al turismo en general.
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destaca más al turismo como actividad vinculada con el patrimonio monumental local y otros servicios recreativos y actividades culturales complementarias (gastronomía, hoteles, bares, convenciones, bodas destino, etcétera), que los diversos valores históricos, urbanísticos y arquitectónicos que desde sus orígenes y en el transcurso de su historia representa en la actual ciudad patrimonial.
Reflexiones finales Debemos reconocer que el Centro histórico de Morelia se ha consolidado como un producto turístico de alta demanda actualmente, como es el caso similar de las varias de las ciudades Patrimonio cultural de la humanidad en México o el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. En el caso de Morelia, en la reactivación turística encontramos que la oferta de alojamiento se ha diversificado buscando motivar a una élite económica del turismo para conocer y hospedarse los lugares patrimoniales característicos de la arquitectura histórica de la ciudad, comprometiendo una estancia placentera, con una oferta de habitaciones limitada que ofrece estándares de calidad muy altos, dentro de los denominados Hoteles Boutique y Hoteles de Categoría Especial. Sin embargo, las dinámicas urbanas que presionan a la ciudad en su conjunto y en particular aquellas que se relacionan directamente con la función turística del Centro histórico, demandan una atención integral y horizontal, dentro de una estrategia eficaz de manejo a partir de instrumentos normativos que legalmente contribuyan y sean capaces no solamente de proteger y conservar el patrimonio construido y los criterios de valor excepcional que motivaron el reconocimiento del Centro Histórico como Patrimonio de la humanidad, sino que también guíen los cambios necesarios para dotar a los habitantes –los pocos que aún quedan- de servicios y de una mejor calidad de vida que les permita residir dignamente en el centro histórico. Consideramos que se deben generar nuevas visones y sobre todo estrategias para amortiguar las diferentes tensiones y conflictos derivados de las realidades socio-económicas y políticas que debe 16
enfrentar la ciudad patrimonial para atender problemas como la habitabilidad, la vialidad, el transporte y en particular el déficit de aparcamientos en el Centro histórico, conflictos que están lejos de resolverse aún. En este escenario, la ausencia aún del Plan de Manejo del Centro Histórico –que está en proceso de actualización y aprobación- lamentablemente minimiza los importantes esfuerzos que realiza la autoridad municipal al implementar diversos sus programas de actuación urbanística, desarrollo social y rehabilitación patrimonial, los cuales son en muchos casos son identificados por la población en general como acciones desarticuladas, generando fuertes controversias, como es el
caso
reciente
de
las
obras
ejecutadas en la rehabilitación de la Plaza Melchor Ocampo y la polémica generada por la construcción de un estacionamiento público (de inversión privada) contiguo al Jardín Villalongín y colindante con el Acueducto de Morelia. Estas obras –citadas a manera
Ilustración 7: Estacionamiento público contiguo
de ejemplo solamente- han revivido
al Jardín Villalongín en Morelia . Fotografía de C.
viejas
pasiones
en
torno
a
las
Hiriart, septiembre de 2010.
posturas estéticas y sobre la integración de la arquitectura contemporánea en el centro histórico, reflejando públicamente en los diarios locales el poco conocimiento que se tiene por parte de algunos académicos – que lo consideran como un lastre para el patrimonio17- y regidores del cabildo municipal sobre los valores excepcionales que se deben de proteger y conservar parta sostener y hacer frente a los compromisos contrariados a partir de la declaratoria de Patrimonio de la humanidad, escenario que también evidencia la utilización política 17
Reyes Gema, “El estacionamiento en Villalongín lastre para el Patrimonio: Guillermo Vargas” en La Jornada Michoacán, miércoles 23 de junio del 2010. Tomado de la pagina URL: http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2010/06/23/index.php?section=municipios&article=011n1mun. Fecha de consulta; 18 de septiembre de 2010.
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y demagógica del reconocimiento como Patrimonio mundial, con fines políticos en contra de las autoridades municipales. Consideramos que la situación antes señalada -desde nuestra perspectiva simplemente académica y de investigación- pretende generar conflictos de opinión innecesarios y sin fundamentos parciales, legales y técnicos y no representa la opinión de todos, a la vez que no responde a un propósito ético que contribuya al cambio de paradigmas que son necesarios para hacer frente a los verdaderos problemas que subyacen en la zona patrimonial para resolver los retos actuales; situación que, por el contrario, socava y minimiza los éxitos -demostrados ampliamente- que en muchos aspectos han tenido las autoridades municipales de Morelia en los últimos años para conservar su centro histórico y preservar los valores únicos que le confirieron la distinción como patrimonio mundial.
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Dra. Graciela Mota
Revitalización del espacio público, economía cultural, y desarrollo de potencialidades: ¿En dónde se encuentra el espíritu del lugar? Dra. Graciela A. Mota Botello Posgrado Facultad de Psicología, UNAM ICOMOS mexicano, AC
¿Por qué el patrimonio cultural? Si bien la ciudad originariamente fue la consecuencia del poetizar humano y, con su fundamentación, el mundo devino en historia y horizonte regulado de temporalidad. Ejercer el derecho que cada ciudadano tiene de disfrutar los beneficios de una cultura heredada y, a su vez, contribuir a preservarla como una obligación generacional, hacen del patrimonio y la cultura en la actualidad el punto de partida para consolidar una perspectiva económico-social integral, que permite vincularla con los derechos humanos, la gobernanza, la vida civil y, sobre todo, la perspectiva de horizonte de temporalidad, más allá de lo inmediato. Mediante una perspectiva de dialogo y continuidad histórica, el espacio público patrimonial permite traducir en opciones de educación no escolarizada un potencial orientado a la productividad creativa en una perspectiva fundamental, destinada a hacer del habitar humano un nuevo punto de partida para el desarrollo y fortalecimiento colectivo. En otras palabras, el patrimonio cultural permite llevar a todos los horizontes de la globalidad contemporánea el espíritu de la diversidad, la autosuficencia y la cooperación orientada a la sustentabilidad y calidad de vida.
La megalopolización y sus valores patrimoniales Las ciudades son entes vivos y como tales transforman, de manera cotidiana su dinámica urbana. Los patrones de cambio se han acelerado y la terciarización ha ido generando un impacto urbano con áreas que se empobrecen, a la sombra de otras que incrementan su valor. En las últimas tres décadas, 49 ciudades del mundo han aumentado su población a millones de habitantes.
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Dra. Graciela Mota
Crisis política y disolución del espacio público El México contemporáneo combina la pérdida de credibilidad política con el desplazamiento del interés colectivo hacia el valor de las oportunidades individuales. Aunado al abandono del espacio público de la sociedad, la megalópolis también diluye el espacio “público-urbano” a cambio de readaptarse como foro para la inmediatez consumista. Con el fin de conseguir ganancias individuales a toda costa, la desintegración de lo “social-colectivo” y la huella de una ciudad ajena, en el marco de un liberalismo salvaje, se gesta la nueva ética de la sobrevivencia, donde la escala humana (físico-espacial) ha desdibujado su perfil La ENCUP 1 2003, 05, 08 reporta que en México la crisis de confianza interpersonal es alta: los ciudadanos fundamentalmente desconfían del otro (84%); en materia política, 7 de cada 10 mexicanos tiene poca o no tiene confianza en los partidos políticos. 3 de cada 4 opinan que al elaborar las leyes, los diputados y senadores toman más en cuenta sus propios intereses o los de sus partidos. Solamente 1 de cada 10 ciudadanos cree que sus representantes públicos toman en cuenta los intereses de la población. Los retos de la globalización han traído una democracia perezosa, los partidos políticos constituyen el principal obstáculo para que la sociedad exprese legítimamente sus demandas. Las últimas elecciones lo reflejan: 41% de abstencionismo del padrón de electores en México se acompañaron del “voto nulo”, que pasó a formar la quinta fuerza política, con una votación nacional del 5.8% y del 12% aproximado en el Distrito Federal. Existe una fuerte tendencia a discriminar (CONAPRED) 2 a pobres, mujeres, personas con capacidades diferentes, homosexuales, drogadictos y enfermos con SIDA. La ENAJU3 2007 reporta que la mayoría de los jóvenes afirman que no tienen porque respetar una ley si la consideran injusta.
Encuesta Nacional de Cultura Política, SEGOB. 2003, 2005, 2007. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. 3 Encuesta Nacional de la Juventud (INJUVE). 1 2
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Dra. Graciela Mota
Espacio público-urbano y civilidad Caracterizado por ser el lugar del encuentro, sociabilidad y experiencias comunes que actuaba como “referencia-símbolo” para la vida socio-política e identidad colectiva, frente al caos inevitable de la ciudad, espacio “de todos y de nadie”, la “cosa pública” de la sociedad y la civilidad se han convertido en lo inhóspito. Con la terciarización y nuevos usos, la megalópolis del valle metropolitano de la ciudad de México ha pasado a convertirse en un espacio carente de significado, el “nolugar” (a-topos) en el que sin atributos “simbólico-referenciales-normativos”, impide “ser morada-comunidad” para el descubrimiento e interpretación del legítimo deseo colectivo de habitar con otros. Mientras que la sociedad y la vida colectiva han perdido su carácter de comunidad, donde negociar y reconstruir socialmente instituciones e imaginarios colectivos que permitan anclar referentes de pertenencia y destino común. Al desplazarse el espacio simbólico de lo nacional por lo global, las dimensiones físico-urbanas de los barrios se convirtieron en escenarios abiertos donde los medios informan, mientras que la fórmula de lo político también se alteró. Diseminada en una “selva de cemento”, la ciudad muestra un rostro agresivo a los habitantes que viven y se confunden masivamente en ella. Actualmente, la cultura política se centra en incorporar pautas de opinión pública que generan estos mismos medios, mientras que la vida cotidiana pasó al orden donde transcurre un caos inagotable de universos asimétricos. Los “ciudadanos” equivalen a “muchos individuos” (aislados) que votan, y en el mejor de los casos, pagan impuestos, una vez que han degradado su ser personas “con” otros (civilidad y cultura cívica) a cambio de tornarse espectadores. Si bien la ciudadanía (civilidad-“estado de derecho”-estado moderno) fue condición histórica para la creación de las urbes. Con el crecimiento desmedido de la actual ciudadmegalópolis, la población urbana se ha quedado sin ciudadanos (civilidad activaleyes-espacios públicos). Esta situación ha impactado el centro de los perímetros patrimoniales, porque han perdido su sentido simbólico de continuidad y dialogo con la historia y por tanto, la posibilidad de re-articular su “significado” social ha terminado por encriptarse. La memoria colectiva, prima hermana de la memoria
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Dra. Graciela Mota histórica, es indispensable para contribuir a dignificar el sentido de pertenencia y destino común, ya que su manifestación alegórica como “imagen espacio-públicourbano” es fundamental para documentar el carácter vivo de identidad y pertenencia a un lugar y sitio. Por esta razón, la conservación y recuperación de los espacios patrimoniales no sólo se mejora a partir del equipamiento urbano del lugar. Sobre todo, al hacerlo, se actualiza también el sentido histórico público que quedó diluido en un “no-lugar”, hecho que permite la “recreación-creativa-imaginativa” de experiencias no-violentas donde poder reincorporar el sentido simbólico referencial imprescindible para que a esto social nuevamente se le rinda homenaje como comunidad y civilidad. En este sentido, un monumento dignifica y convoca. Le pone voz a eso que es el espíritu de un tiempo sagrado que la arquitectura captura como espacio. De aquí que cuando hay algo que engrandecer, surge el arché que permanece en el tiempo como arquitectura.
Espacio público patrimonial-educación ciudadana La comunidad representa el espacio público. El “en dónde” albergarnos como unidad de lo “común”. En consecuencia, tender puentes “para que” surjan profundas experiencias acerca del “encuentro” (horizontes de significado) que nos une, y vincularlas con dimensiones referenciales (semánticas) de identidad y pertenencia, permitirá reiniciar un dialogo con el sitio. Si uno de los problemas radica en encontrar el “cómo” consolidar ciudades patrimoniales que estimulen opciones educativas donde promover toma de decisiones a favor de la corresponsabilidad civil con el entorno, una vez que de ellas depende influir en el favorecimiento de acuerdos no violentos. La asignatura pendiente de resolver consiste en la re-apropiación colectiva de “referentessímbolo” de estos mismos espacios públicos, a favor de estimular un sentido sustentable de cohesión social y comunidad. Es necesario desarrollar una educación cívico-ciudadana situada en los mismos espacios donde las dimensiones de la vida colectiva transcurren. Si los
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Dra. Graciela Mota individuos dejaron de percibirse socialmente identificados con sus referentes de ciudad o barrio y se recluyeron en los espacios semipúblicos y semi-privados de la calle será necesario ir a ellos, para invertir su tendencia de deterioro. Una vez que en la dinámica de estos estilos de vida se sitúa el principio motor de acción y generación de valor. Cuanto más vivos y dignificados estén los espacios públicos patrimoniales, más reforzarán la multiplicación del “capital social”. Puesto que lo “social” se estructura como una relación dialógico-constructiva entre espacios colectivos hablados y hablantes. Entendido el “capital social” como el intercambio de reciprocidades materiales y simbólicas que existen y circulan en una “red social”. (Bourdieu, P (1997), Coleman, J (1997) y Putnam, R (1994, 2000). Por medio de la negociación de nuevos estilos de vida cotidianos es que pueden ensancharse referentes que abran y no cancelen caminos hacia la cohesión y el bienestar común. Debido a que recuperar el “espacio público de la sociedad” es fundamental. Si a esta iniciativa se aúna el valor patrimonial de un perímetro urbano que a su vez representa el foro más simbólico de la historia nacional, el elemento que completa la ecuación consiste en agregar una educación ciudadana que otorgue carácter de actualidad y vigencia al genius locci del lugar. Para lograrlo, será necesaria la educación, la cultura, el arte, la investigación y la construcción de nuevos conocimientos, que contribuyan a re-significar y reconstruir el sentido del los sitios patrimoniales, el Zócalo y otros espacios públicos del Centro Histórico, o recintos en los que se conserva un valor arquitectónico referencial de carácter excepcional.
Espacio público y genius locci: espíritu y lugar de diálogo El espacio público ha simbolizado la documentación donde la historia ha quedado físico-alegóricamente escrita. Representa un foro que invita a reflexionar y dialogar. Es el escenario de la urbe donde interactúa el apego, se expresa el carácter de pertenencia e identidad mediante una imagen urbana, y legitima simbólicamente lo que a la sociedad de otro tiempo le permitió reflejarse en su
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Dra. Graciela Mota manifestación cívico-arquitectónica. Definir la manera como el pasado o la herencia cultural ha dejado marcado en los trazos urbanos el paso de la historia, es identificar la esencia que define, articula y revitaliza su significado de presente, que a la vez dialoga con el futuro. A esto se le denomina el genius locci. El espíritu de un lugar se documenta en los edificios, perfiles, perspectivas e iluminación. Pero también en los mitos, prácticas y usos actuales, aunque no necesariamente su estructura espacial corresponda al carácter de quienes hoy lo habitan. No obstante, si el “encontrarse” en un lugar equivale a aprender a imprimirle un sentido de cercanía (afectiva) en la que por su referente y familiaridad (pragmática) con uno, se torne creación o recreación (cognoscitiva) de un propio sentido de ser uno. El resultado de sentirse “como en casa”, dependerá de incorporar referentes (semánticos) que hagan más comprensible la experiencia espacial del lugar público-patrimonial. Investigaciones como las de Rapoport y Linch han comprobado que la importancia de un lugar (hito, en el sentido de sitio o morada) radica en que el tipo de vivencias e interpretaciones que se hayan tenido de él se derivan de experiencias significativas. Descubrir que en el “habitar” contextualizado es el “dónde” se logra imprimir un sentido de familiaridad y encuentro con un sitio, repercutirá en el “cómo” incrementar la confianza que un hito patrimonial “nos” pueda inspirar. Aprender a ubicar un sitio patrimonial como lugar para establecer una relación de familiaridad con éste, implica encuentros relevantes donde nutrir nuestra “relación-con” su historia y nosotros
mismos, (tanto a niveles
“psicoafectivo”, cognitivo y conductual mediante afectos, referentes, prácticas, usos, símbolos, diálogo y lenguaje), lo que incide en dar cauce al horizonte “físicoespacio-material” (diseño-imagen, entorno, contorno, escenario) que lo distingue como excepcional. Por esta razón, si la experiencia de habitar un sitio depende de aprender a interpretarlo como un lugar donde aflora el apego y el encuentro, como descubrimiento y sentido de cercanía o con identidades posibles, lo que está en juego para aprender a valorarlo, radicará en aprender a dialogar con él, desde lo que uno mismo es, pero también, desde esos otros que él mismo podría haber
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Dra. Graciela Mota sido en otro tiempo y lugar. Debido a que el valor de un sitio patrimonial va más allá de su valor arquitectónico e histórico formal, aprender a comprenderlo y transformarlo en beneficio compartido permite dar cauce a un proceso de educación ciudadana más complejo, que hace de la reconstrucción de su espacio público un motivo didáctico que exalta aprendizajes más significativos, integrativos y eficaces. Entre otras, que las dimensiones que se juegan constituyan un motivo de educación extracurricular. Ésta educación cívico-espacial dirigida a la recreación del espacio público presupone necesariamente: dimensionar la identidad y sentido de pertenencia (dimensiones emocionales), nuevas experiencias espaciales (diferenciación de coordenadas-pragmático-funcionales), re-creación de horizontes compartidos (habilidades psico-afectivas de involucramiento, creatividad e imaginación para el reconocimiento de la alteridad), articulación y re-construcción de argumentos (destrezas de juicio crítico) definición de iniciativas para su conservación y revitalización (habilidades de simulación y modelamiento normativo) diseño de acciones y comportamientos regulados (combinación de usos y prácticas). Si por conducto de nuevas experiencias de aprendizaje contribuimos a recuperar el valor del “espacio público” como lugar donde se expresa lo civil, por medio de usos y de grupos estratégicos que los re-signifiquen, se podrá expresar lo que “nos” importa en un “aquí y ahora”, también se estará posibilitando que el diálogo colectivo entre pasado y futuro incremente su valor y actualidad como legítimo deseo de “querer ser” parte (identidad y pertenencia) de la reconstrucción social de sus significados y horizontes simbólicos. En síntesis, aprender a revalorar el sentido dialógico del habitar cotidiano, mediante la revitalización de los propios espacios público-patrimoniales, será condición sine qua non para que una colectividad pueda retomar su carácter de comunidad,
como
unidad
definidora
de
nuevas
normas
y
pautas
de
comportamiento compartido sostenidas en un plan de manejo sustentable. Hacer entonces de estos sitios patrimoniales el nuevo punto de partida para reconstruir el espacio público donde educar a los nuevos ciudadanos y demócratas de una
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Dra. Graciela Mota inminente sociedad de riesgo global, implica aceptar que estamos por iniciar una nueva etapa de educación, donde la cultura contribuye a formar personas más éticas, integrales y corresponsables con su propio destino común. Considerando que mediante la normatividad de los valores patrimoniales se contribuye a legitimar funcional y pragmáticamente el buen uso y manejo sostenible de dichos espacios, la calidad de vida de las personas también puede ser mejorada, ya que por sí mismas estarán en condiciones de aprender a documentar sus propias agendas, para negociarlas a favor del fortalecimiento de esos espacios públicos, que a su vez, les permitirán transformar en usos (capital social) las aspiraciones éticas indispensables para su conservación sustentable. Precisamente porque al jugar un papel estratégico para significar lo público, este proceso de aprendizaje compartido también permitirá revalorar a los individuos, grupos y comunidades que se involucren activamente. Nuestra investigación constituye una aportación original, porque el sentido de apropiación colectiva del mismo lugar, será la voz donde lo social pueda reconocerse y ser comunicado públicamente, como presencia viva del genius locci de “la-ciudad-patrimonial”. Hacer de la cultura sostenida en estilos de comportamiento y prácticas colectivas de acción, el referente desde donde se pueda aprender a hacer programas sustentables “con” las personas, y no “para” las personas, implica aceptar que la producción del conocimiento frontera, dependerá de aprender a resignificarlo como un hecho a favor del beneficio compartido, desde el cual, pueda reconsiderarse el papel de lo común y de la comunidad contemporánea. Ambos, símbolos que expresan y a su vez revitalizan el vínculo entre la universidad y la sociedad actual. Debido a que el tema patrimonial, permite reorientar el sentido original del espacio público, lo relevante es revitalizar este sentido y en consecuencia, crear opciones para incorporarlas a una serie de aspectos que permitan
revalorarlos
y
hacerlos
propios,
desde
una
mirada
actual
y
contemporánea. La apropiación colectiva del espacio público requiere generar nuevos esquemas de interpretación con respecto a la experiencia de habitarlos como algo
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Dra. Graciela Mota compartido. Educar para recrearlos también trae consigo la reactivación de sectores diversos que pueden influir a favor del mejoramiento de la vida urbana, así como de una cultura de la preservación y rescate de bienes patrimoniales, a favor de un presente donde arraigar destinos comunes.
Revitalización del espacio público: público-patrimonial-social Incidir en la disminución del deterioro de la vida generado una cada vez mayor Carencia de repertorios educativos mínimos para promover la cohesión social así como la Incapacidad de afianzar culturas de la conservación y el cuidado del entorno en la ciudad de México es crucial. La necesidad de disminuir demoliciones innecesarias a costa de menospreciar el costo-beneficio que implica orientar políticas para generar valor agregado, a partir de favorecer el manejo sustentable del patrimonio cívico-cultural es fundamental para replantear criterios a favor de la habitabilidad del Centro histórico, como proceso integral de producción social del hábitat. El decremento de la complejidad cognitiva con la que los citadinos habitan sus calles y plazas, entre otros, agrava los problemas de violencia, vialidad, funcionalidad, habitabilidad y abasto. En consecuencia, si este es un tema de comportamiento
colectivo
que
desde
las
áreas
físicas,
económicas
o
humanísticas, no puede ser comprendido por cada una de ellas como tal, es por tanto necesario diseñar puentes entre ellas a partir de problematizaciones formuladas desde otros ejes igualmente rigurosos que faciliten el aporte de cada una de ellas, con miras a sistematizar un abordaje técnico, integral e interdisciplinario. Se orienta a detectar indicadores de usos y tendencias de acción colectiva en espacios público‐patrimoniales para que, a partir de su resignificación, puedan rescatarse potencialidades de creatividad e innovación entre quienes los usan diariamente. Aprender a dejar de percibirlos como ese “no lugar”, o algo que no es más que “la calle”, implica aprender a vivirlos como un espacio de encuentro con el otro, para el propio autodesarrollo que culmina en civilidad. Reiterar que un ciudadano actual debe aprender a vivir en el riesgo, y por ello a saber influir en los demás para cuidarse y fortalecerse en favor de una
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Dra. Graciela Mota comunidad con la que comparte intereses, no es suficiente si esta actitud no se traduce en acciones eficaces para mejorar el contexto de la vida diaria, premisa fundamental para reconocerse y preservarse. Por esta razón, el proyecto incide en la reorientación de los significados psico‐sociológicos que se tienen del Centro histórico de la ciudad de México, desde quienes es posible permitir recuperarlo como emblema de reconocimiento propio. Su análisis participativo‐reflexivo constituye un espacio de diálogo privilegiado con el espacio público, a partir de un mismo trinomio: “espacio público urbano”‐“espacio público patrimonial”‐“espacio público de la sociedad”. La unidad de estas tres dimensiones del espacio público permiten enlazar desde otro enfoque, el diseño de estrategias y discursos disciplinares que, operando por sí mismos, han impedido la realización de acciones integrales para el tratamiento responsable y compartido de los problemas locales en los que se asientan espacios histórico‐patrimoniales de gran valor, a costa del deterioro e incapacidad de reorientar los usos que ahí prevalecen. Al haber preponderado una dimensión sobre la otra, el desequilibrio entre las tendencias de comportamiento colectivo no ha logrado evitar que los intereses privados e individualistas predominen. Indiferentes al valor funcional de estos espacios públicos, las tendencias de acción colectiva han confundido su valor original con el de espacios sin mayor referente que el del utilitarismo. La inmediatez de estos valores clientelares, ha diluido su grandeza primigenia, su espacio de diálogo con la historia o su carácter sagrado, a cambio de convertirlos en un “no-lugar” en el que todo es intercambiable y prescindible. Nuestro objetivo contribuye al mejoramiento físico-ambiental, cívico-cultural y socio-económico con la participación organizada de la comunidad, ya sea mediante la regeneración urbana a partir de la recuperación de edificios patrimoniales catalogados y subutilizados y en los espacios barriales degradados. Lo relevante es alcanzar, a su vez, una gestión democrática, incluyente, sensible y participativa, para el rediseño de comportamientos colectivos, conjuntamente con grupos estratégicos del sitio y no “a costa de ellos”. Reorientar los significados y usos que actualmente se reproducen como tendencias de comportamiento
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Dra. Graciela Mota colectivo en detrimento de los diversos espacios públicos, constituye un punto de partida novedoso para desarrollar escenarios incluyentes para el auto-desarrollo creativo de grupos estratégicos (locales y no locales) a favor del mejoramiento de ellos mismos. Multiplicar sus potencialidades e iniciativas para lograr un efecto dominó, garantizará el logro de beneficios compartidos, resultado de “la confianza en el otro”, como proceso de aprendizaje extraescolar, para reforzar el compromiso con la preservación de los valores logrados, donde culminar procesos de dignificación simbólica en tres dimensiones del espacio público, a saber: la -social-urbana-ypatrimonial. Promover criterios complementarios que contribuyan a la sistematización de planes integrales de manejo para generar valor agregado en beneficio de la sostenibilidad será la principal ventaja del presente proyecto.
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Dra. Graciela Mota Dra. Graciela Aurora Mota Botello gamb@servidor.unam.mx, investigacion.geniuslocci@gmail.com Especialista en culturas de la participación negociada, educación ciudadana y desarrollo regional, es Doctora en Filosofía además de psicóloga social y política. Actualmente coordina del Seminario Interdisciplinario sobre Patrimonio CívicoCultural, Sustentabilidad y Educación para la Paz (2010-2011) así como el Grupo de Desarrollo de Potencialidades Humanas con el proyecto de Patrimonio Cultural y Combate a la Pobreza. Ha sido invitada a América del Norte, Europa y América Latina. Con una experiencia profesional de 35 años, es Maestra en Psicología Social, Doctora en Filosofía e Investigadora Titular del Postgrado de excelencia de la Facultad de Psicología de la UNAM y Especialista en psicología política con la línea educación ciudadana. Actual presidenta del Instituto Internacional de Investigación y Formación en Prospectiva, Participación y Gestión Ciudadana (PROPAGEC) es miembro Titular Individual del Consejo Nacional de Enseñanza e Investigación en Psicología y coordinadora de la Comisión de Economía Cultural y Patrimonio del ICOMOS Mexicano (UNESCO) del cual es miembro de la Junta de Honor . Autora de más de 169 publicaciones especializadas en artículos de revistas y libros especializados ha sido ponente y conferencista en más de 284 eventos nacionales e internacionales. Destacada en los siguientes temas A) Diseño y evaluación curricular y profesional B) Organización, participación y cambio social C) Planificación y prospectiva en el desarrollo regional D) Innovación del conocimiento, creatividad y complejidad E) Psicología Política Mexicana: poder y cultura democrática) F) Acción Ciudadana y Desarrollo de las Potencialidades G) Acción Social, Poder y Toma de Decisiones H) Educación para la paz y creación de estilos de vida democráticos I) Psicología y Ontología de la obra de Arte y la Creación Artística. Coordinadora de grupos comunitarios interdisciplinarios de académicos e instituciones mediante la aplicación de sus tres modelos: 1. Intervención Comunitaria y Planificación para el Desarrollo (1987) 2. HADECNEC
de
Educación
Ciudadana
(Habilidades
y
Destrezas
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Dra. Graciela Mota Ciudadanas por Espacios Conversacionales Distintos, 2001) 3. Economía Cultural e Innovación del Conocimiento: Del Desarrollo Integral al Patrimonio (2006). Coordina en la UNAM el Programa de Patrimonio Cultural y Cívico como Combate a la Pobreza mediante los proyectos: Educación para la Paz y Desarrollo de Estilos de Vida No Violentos, y el Modelo de Economía Cultural e Innovación del Conocimiento: Del Patrimonio al Desarrollo Regional que han convocado a 56 carreras universitarias, 10 en la UAM y 5 en la ENAH. Derivado de este Programa, actualmente coordina el Seminario Interdisciplinario de Patrimonio Cívico-Cultural, Sustentabilidad y Educación para la Paz (20102011), el Estudio de Caso para el Centro Histórico de la Cd. De México titulado: Genius Locci ¿En Dónde se encuentra el espíritu del lugar?, y está en proceso de organización editorial de la Revista de Economia Cultural y Educacion para la Paz www.journals.unam.mx/index.php/mecedupaz
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Valparaíso en la encrucijada Oscar Acuña Poblete
El Área histórica de Valparaíso, inscrita en la Lista del patrimonio mundial de 2003, enfrenta hoy una coyuntura marcada por los dilemas propios de una ciudad viva que trata de salir de décadas de decaimiento. Si antes la ciudad veía en su Patrimonio cultural el puntal de su desarrollo futuro, hoy aprecia que la opción implica imperativos urgentes y conlleva dilemas; es necesario encontrar un delicado punto de equilibrio para todos los objetivos y vocaciones de la ciudad, y ésa es la materia subyacente de un debate ciudadano que, afortunadamente, se inclina a la conservación patrimonial.
El sitio del Patrimonio mundial El Área histórica de Valparaíso es el núcleo más representativo de los valores de esta ciudad –puerto del Pacífico sudamericano-. En ella se manifiestan en plenitud sus caracteres geográficos esenciales: la bahía, la estrecha planicie costera –en buena medida artificial- y el conjunto de cerros –surcado por múltiples quebradas-, elementos que en conjunto dan lugar a la condición de anfiteatro que presenta la ciudad. El valor universal excepcional de este conjunto resulta de la combinación de tres factores, todos ellos asociados a su condición portuaria. Esta ciudad–puerto se caracteriza porque sus formas urbanas, su trazado, su infraestructura y su arquitectura son una respuesta a un medio geográfico y topográfico muy particular. Las condiciones geográficas fueron en este caso tan fuertes, que la adaptación de las formas construidas al medio dio lugar a un resultado plenamente original. El conjunto urbano y la forma de agrupación en el territorio se potenció sobre la particularidad del objeto arquitectónico. La ciudad–puerto de Valparaíso fue actriz principal en el sistema global de la era industrial temprana y de los intercambios comerciales globales asociados a ellos. Consecuente con su preeminencia, recibió población e influencias de todo el CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Av. Vicuña Mackenna 84, Providencia, Santiago-CHILE Fono: (56) (2) 726 14 00 Fax: (56) (2) 726 14 57 info@monumentos.cl www.monumentos.cl
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orbe, hizo suyas las tecnologías y la mentalidad emprendedora propias de la época, y las aplicó de una manera creativa a su peculiar realidad. El resultado desde la perspectiva urbana de este diálogo intercultural, de este empuje modernizador y del desafío presentado por el medio, es una ciudad americ ana con el sello del siglo XIX, plenamente original. Es sobre la base de lo anterior que el fundamento de la inscripción de este sitio en la Lista del patrimonio mundial, bajo el criterio III de valor universal, sintetiza que “Valparaíso es un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización de avanzado el siglo XIX, cuando se convirtió en el puerto comercial líder de las rutas navieras de la costa del Pacífico de Sudamérica.” Las expresiones materiales de este valor universal son varias. Está la traza urbana, que tanto en el plan como en los cerros se encuentra condicionada por la topografía y que da lugar a una serie de espacios públicos de gran diversidad formal, simbólica y funcional. En los cerros, aunque busque la regularidad, los imperativos del terreno determinan una traza llena de sorpresas: desniveles, quiebres y encrucijadas dan lugar a los típicos rincones del puerto, a las escaleras, pasajes, senderos, recodos y miradores, en los cuales lo público y lo privado se entremezclan. La arquitectura presenta obras de las más variadas tipologías y estilos, aplicados a construcciones que van desde viviendas muy sencillas, hasta edificios monumentales, pasando por las
señoriales
residencias
de los
grandes
empresarios, locales o extranjeros, así como las viviendas colectivas. La diversidad viene dada por la aplicación de una gran variedad de técnicas constructivas, de estilos, de formas de adaptación a la topografía y con orientación al paisaje: hacia el mar y el sol. El patrimonio portuario y naval es rico en expresiones. Está el Muelle Prat, los edificios de la institucionalidad naval y aduanera, el monumento a los Héroes de Iquique, la riqueza subacuática de la bahía y los vestigios arqueológicos del borde costero, así como los bares del puerto, asociados a los marineros y pescadores.
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Valparaíso es la única ciudad del mundo en la que se construyeron 30 ascensores, de los cuales existen actualmente 15 y constituyen un sistema de transporte esencial para el desenvolvimiento de la ciudad. El sitio inscrito tiene tres ascensores, que datan de 1883 (Concepción), 1887 (Cordillera) y 1902 (El Peral). En este ámbito, también desempeñan un importante rol los trolebuses, contando Valparaíso con los ejemplares más antiguos del mundo en condición original y estado operativo, por lo cual tanto los vehículos como el sistema tienen la condición de Monumentos nacionales. Son también atributos de la ciudad-puerto una serie de expresiones del patrimonio inmaterial, que abarcan desde manifestaciones artísticas de toda índole que tienen como referencia o tema la ciudad, hasta los usos y costumbres de sus habitantes, incluidas las formas de comercio tradicional y las festividades sociales y religiosas, como el Año nuevo en el mar y la procesión de San Pedro. El patrimonio construido de Valparaíso es testimonio de la globalización temprana y de su rol clave en las rutas comerciales. Cuando ese rol fue eclipsado, tras la apertura del Canal de Panamá en 1914, la ciudad decayó y su desarrollo se detuvo en buena medida, por lo cual retuvo rasgos propios de su época de auge, a finales del siglo XIX y comienzos del XX: su arquitectura, su infraestructura portuaria, sus naufragios, sus sistemas de transporte. Naturalmente ha habido pérdidas, y en materia de integridad es lamentable la existencia de edificios en altura, pero los rasgos esenciales se han mantenido. La Ciudad es producto de un desarrollo espontáneo que se aprecia hoy; presenta una arquitectura que en parte es académica y en parte vernácula, pues las condiciones particulares del medio determinaron la adaptación y creatividad en la aplicación de múltiples influencias de ultramar. Hay continuidad en el uso y la función, así como en las técnicas constructivas. El sitio y la ciudad mantienen su relación con el paisaje, y en particular, con la condición de anfiteatro; también se mantiene la variedad de la edificación y los rasgos urbanos propios, como los pasajes, escaleras y miradores, además de la infraestructura de transportes ascensores, trolebuses- y portuaria. CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Av. Vicuña Mackenna 84, Providencia, Santiago-CHILE Fono: (56) (2) 726 14 00 Fax: (56) (2) 726 14 57 info@monumentos.cl www.monumentos.cl
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Dimensiones de la encrucijada Chile posee cinco Sitios del Patrimonio mundial inscritos en la Lista: el Parque Nacional Rapa Nui (1995), las Iglesias de Chiloé (2000), el que nos ocupa ahora (2003), las Oficinas Salitreras Humberstone y Santa Laura (2005) y el Campamento Sewell (2006). En todos, los desafíos son inmensos; los imperativos de manejo y conservación son de gran magnitud y complejidad, y en el país estamos empeñados en abordarlos. Requerirán tiempo y recursos, alianzas y entendimientos, voluntad y compromisos. Lo mismo ocurre en Valparaíso. La diferencia entre la situación de este sitio con la de los demás, hoy en día, que se derivan ciertamente de su condición de ciudad en desarrollo, es que aquí estamos frente a coyunturas que requerirán decisiones de gran trascendencia; estamos ante dilemas y opciones. El Estado completo, el municipio y los más diversos actores
sociales
–desde
empresarios
a
establecimientos
educativos
y
agrupaciones de la sociedad civil- están haciendo un esfuerzo a favor de la recuperación del patrimonio urbano y arquitectónico, pero no siempre el consenso sobre el “qué” se acompaña del acuerdo sobre el “cómo”. En esta ocasión, abordaremos los ámbitos en que, desde nuestro punto de vista, se presentan estos dilemas, cuya definición está ciertamente en curso.
Marco de regulación El sitio es administrado por la Municipalidad de Valparaíso, que cuenta con la Dirección de Gestión Patrimonial, encargada específicamente de velar por el manejo del Sitio. Éste y buena parte de su zona de amortiguación son Monumento nacional, por lo cual son supervisados por el Consejo de Monumentos nacionales. También ejerce supervisión del conjunto el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en virtud de la gran Zona de Conservación Histórica establecida en el área, la cual sobrepasa los límites tanto del bien como de la zona de amortiguación, abarcando dos tercios de la ciudad, referida al anfiteatro natural que caracteriza al conjunto
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urbano (definido por Avenida Alemania -la cota 100-, desde Cerro Playa Ancha hasta Cerro Esperanza) y al Plan de la ciudad (sector de El Almendral). El Plan de Manejo del bien está en proceso de elaboración. El denominado “Plan director de gestión patrimonial” ha terminado ya (2010) su fase de levantamiento de información, y se encuentra en curso el trabajo referido a la regulación urbana, los lineamientos
estratégicos (incluidas
las iniciativas
económicas y financieras) y el sistema de monitoreo. La armonización y sinergia del “Plan regulador comunal” con la condición de Monumento nacional del sitio y de buena parte de su zona de amortiguación es una materia pendiente aún. La planificación y la regulación urbana son, pues, dos ámbitos prioritarios. En este ámbito, la definición pendiente ciertamente es la referida a atribución y potestad. En términos simples, se trata de una armonización de las diferentes atribuciones y potestades, con herencia y sinergia. Al Consejo de Monumentos Nacionales se le ha planteado en términos de una “homologación”; que adecuemos nuestros criterios y pautas de intervención a las disposiciones del Plan regulador. Nuestra entidad, sin embargo tiene la responsabilidad de ejercer la tuición y supervisión de los Monumentos nacionales, que son la figura jurídica de protección patrimonial de mayor jerarquía y especificidad de nuestra legislación. Nosotros no podemos “nivelar para abajo”; no podemos tampoco prescindir del análisis caso a caso que nos impone tanto nuestra legislación como el imperativo mayor de la conservación patrimonial. Pero ciertamente es necesario que la comunidad tenga claridad y reglas claras, así como un sistema eficiente e integrado para la revisión y tramitación de los proyectos. Por ello es que nosotros entendemos este dilema como el imperativo de la “armonización” en vez de la homologación, bajo los parámetros de la especificidad, la coherencia, coordinación y protección.
El puerto Valparaíso no es hoy el principal puerto de Chile, en términos de tonelaje de carga; tal sitial lo ocupa el cercano puerto de San Antonio. Ahora bien, CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Av. Vicuña Mackenna 84, Providencia, Santiago-CHILE Fono: (56) (2) 726 14 00 Fax: (56) (2) 726 14 57 info@monumentos.cl www.monumentos.cl
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culturalmente, Valparaíso sigue siendo el “puerto principal”, como dice la popular canción; es, por así decir, el decano de los puertos chilenos; un puerto símbolo y a la vez una ciudad portuaria de gran excepcionalidad y singularidad. El renovado auge del puerto confirma el destino esencial y original de la Ciudad, pero a la vez la necesidad de expansión física de las instalaciones portuarias presiona el borde costero y presenta dilemas. El Consejo de Monumentos Nacionales lo constató claramente en el caso de los almacenes fiscales del puerto. Son construcciones de gran valor histórico y arquitectónico, erigidas por el Estado en el marco del auge del puerto, a comienzos del siglo XX. El sector portuario quería derribarlos para destinar el espacio que ocupan a las maniobras con los contenedores. Lo anterior, mientras no se implementen las obras de expansión portuaria que se están planificando. Es decir, una necesidad de corto plazo de mayor espacio iba a determinar la destrucción de estas edificaciones de gran valor. La comunidad estuvo dividida: agrupaciones vecinales se manifestaron a favor de la protección de las edificaciones; lo propio hizo un grupo de sindicatos de trabajadores del puerto, pero entre estos últimos había otro gran sector en contra de la medida, pues veía que la competitividad del puerto y su desarrollo a futuro requería optar por la demolición de estos bienes. En definitiva, primó la consideración patrimonial, y en un contexto de fuertes presiones el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó su protección en el marco de la Ley de Monumentos Nacionales, la cual se hizo efectiva el año 2007. No ha sido el único caso controversial. La edificación de un mall (centro comercial) en el borde costero de la ciudad también ha sido polémica, y existen otras iniciativas de desarrollos inmobiliarios en esa estrecha área en que se plantea el difícil desafío de recuperar esta crucial área de la ciudad, que ciertamente tiene un potencial de desarrollo que debe ser aprovechado, con el imperativo de la conservación de los valores esenciales de la ciudad puerto y de los testimonios de su época de auge portuario.
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El borde costero y el patrimonio portuario, incluidos los naufragios de la bahía, son, pues, ámbitos que deben ser objeto de cuidado y atención. Debemos recordar que en su época de despegue, Valparaíso se enfrentó con la realidad de la estrecha planicie disponible, dentro de este anfiteatro demarcado por los cerros. La ciudad lo resolvió escarpándolos –ésa es la razón de que sus laderas sean abruptas y las remontemos con los ascensores-, y ganándole terreno al mar. Es por ello, pues, que en obras tales como la construcción de estacionamientos subterráneos en la Plaza Sotomayor, el desafío del arqueólogo es mayúsculo: se encuentra tanto con vestigios de antiguas construcciones, como con naufragios, y vestigios culturales mezclados con el material de relleno aplicado en las obras de extensión de las planicies. El puerto de Valparaíso está preparando su expansión, y estas complejidades están siendo enfrentadas, siendo necesario compatibilizar el desarrollo del puerto con el cuidado de la herencia subacuática.
El transporte tradicional La sustentabilidad de los sistemas de transporte tradicionales de Valparaíso es, actualmente, quizá el problema más urgente y angustiante. Los ascensores, símbolo del puerto, están en una condición crítica; la demanda de acción implica afrontar soluciones creativas y novedosas desde el Estado. Lo mismo cabe señalar de sus trolebuses, objeto de preocupación por años. Los ascensores de Valparaíso fueron construidos desde 1883 y durante comienzos del siglo XX, para unir el plan con los cerros, hasta una cota variable, entre los 30 y los 60 metros en general. La ciudad llegó a contar con 30 de estos bienes, que en general, son de hecho, funiculares, a pesar de su denominación; sólo hay uno totalmente vertical (el ascensor Polanco). Actualmente, de los 15 ascensores declarados Monumento nacional, sólo 5 están en funcionamiento. Están afectados de un problema de sostenibilidad; no generan ingresos suficientes y presentan en casi todos los casos un deterioro tremendo. El Estado está actualmente trabajando en su adquisición –sólo cinco son municipales; el resto son privados-. El objetivo es poder inyectarles recursos CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Av. Vicuña Mackenna 84, Providencia, Santiago-CHILE Fono: (56) (2) 726 14 00 Fax: (56) (2) 726 14 57 info@monumentos.cl www.monumentos.cl
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públicos e insertarlos de una manera eficiente dentro del sistema de transportes general de la ciudad. Los recursos necesarios son cuantiosos. En el plan, el correlato de los ascensores son los trolebuses. Valparaíso cuenta con los vehículos más antiguos del mundo en estado operativo y condición original; 16 trolebuses fabricados por la empresa Pullman Standard en las décadas de 1940 y 1950 fueron declarados Monumento Histórico en 2003, y en 2007 la declaración se amplió para abarcar todo el sistema –catenarias, postación, subestación y carro de arrastre-. En años recientes la empresa propietaria original quebró; actualmente el sistema sigue en operación por una empresa relacionada, pero con problemas también de sostenibilidad, enfrentada a la competencia de los microbuses, de menor costo y recorridos más extensos. Aquí tuvimos ya un fracaso: una licitación de recorridos favoreció a los trolebuses pero luego se abrió el trayecto a los microbuses obligándolos de nuevo a la plena competencia; luego el Estado debía comprar algunos vehículos declarados Monumento Histórico que eran parte de la quiebra y colaborar con instalaciones para el sistema, lo cual no se ha materializado por múltiples razones, que se pueden resumir en una: en nuestro marco jurídico, el apoyo directo del Fisco a los privados es de gran complejidad. La manutención de la vigencia de estos sistemas de transporte son condición sine qua non para la preservación del valor patrimonial de la ciudad. Sobre todo en el caso de los ascensores. Si los perdemos, si pierden su vigencia, el patrimonio habrá sufrido una pérdida irrecuperable, y este proceso sería una derrota irremontable. La señal será inequívoca: no logramos preservar aún lo más preciado.
La comunidad El sitio de Patrimonio mundial no es ajeno a las dinámicas propias de los centros urbanos con esta condición: en un sector en particular, el de los Cerros Alegre y Concepción, ha habido también, aunque desde mucho antes de la inscripción en la Lista del patrimonio mundial, un incremento exponencial en los valores de los inmuebles, la emigración de la población original, la transformación CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Av. Vicuña Mackenna 84, Providencia, Santiago-CHILE Fono: (56) (2) 726 14 00 Fax: (56) (2) 726 14 57 info@monumentos.cl www.monumentos.cl
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de muchas casas en residencias de descanso de afuerinos, y la de otras tantas en establecimientos comerciales, en particular hoteleros y gastronómicos. Son fenómenos que ya las ciudades Patrimonio mundial conocen. Se requiere lograr un equilibrio entre el desarrollo turístico y comercial de sectores con gran auge, como Cerros Alegre y Concepción, en relación a su carácter residencial y a las inquietudes de su población tradicional. Por otra parte, se debe priorizar y focalizar los esfuerzos en la recuperación y puesta en valor de los sectores más deprimidos y con mayor problemática social, en particular el Barrio Puerto, es decir, los sectores de Plaza Echaurren, calle Serrano y La Matriz. Por otra parte, debemos entender y aceptar que el patrimonio de Valparaíso es legado de su época de auge, pero que ésta ya se encuentra en el pasado. La ciudad ha cambiado radicalmente en los últimos 70 años en cuanto a su dinamismo y población. Es así como los cambios demográficos han incidido también en decisiones a favor del traslado de algunos establecimientos, por ejemplo, educacionales. Algunas instituciones propias del pasado, valoradas por todos los porteños, emigran. Por cierto, la intervención en el plano social en los conjuntos urbanos patrimoniales es muchas veces necesaria para la manutención de sus valores. Ahora bien, la libertad de las personas y la inevitabilidad del cambio, el dinamismo propio de una ciudad en desarrollo y la limitación de los recursos, hacen que el alcance de esta intervención no pueda sino ser acotado. En Valparaíso, como en ningún otro sitio del Patrimonio mundial en Chile, la tensión entre conservación y desarrollo no es de simple lectura. Está clara, y goza de consenso general, la convicción de que el patrimonio es puntal de su desarrollo futuro. A la hora de las implicaciones de esa convicción, las respuestas son más diversas. Como contrapartida, el conservadurismo extremo es inviable: la ciudad puerto no puede vivir de la nostalgia de sus años grandiosos; debe encontrar su rol, inserto dentro de la globalización vigente. Estamos en un momento crucial para ello.
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Óscar Acuña Poblete Secretario ejecutivo Consejo de Monumentos Nacionales de Chile
Santiago de Chile, Septiembre de 2010
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La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Olinka González Mejía
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La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Arq. Olinka González Mejía.
1. Introducción, ambiente, sociedad y cultura. El medio ambiente ha formado parte de la vida del ser humano desde sus orígenes, siendo su primer acercamiento el visual, táctil y sensorial. Posteriormente, su concepción se enriqueció y permitió al hombre explicar su entorno de acuerdo a un interés o disciplina específica, dando origen a los conceptos que conocemos en la actualidad, los cuales entremezclan principios estéticos, ecológicos, geográficos, históricos y socioculturales, entre otros, de tal modo, que en el presente trabajo se entrelazaron varios conceptos para definir a la ciudad histórica, al entenderla como… “…un espacio tridimensional constituido por un asentamiento humano de carácter histórico (ciudad, villa, pueblo etc.) inmerso en un paisaje con ciertos atributos, características y valores que lo distinguen de otro, desde el punto de vista arqueológico, arquitectónico, histórico, estético, socio cultural etcétera.” 1
…Por lo cual, para el concepto de revitalización urbana sustentable, se debe explicar en primer lugar la relación que guarda el medioambiente natural y urbano con los principios de sustentabilidad y conservación urbana, y en segundo lugar, como se vinculan ambos con el trinomio indisoluble que representa la ciudad histórica entre ambiente, sociedad y cultura. A lo largo del tiempo, la concepción de ciudad histórica se ha modificado y en documentos de carácter internacional se ha considerado la unidad ambiente natural y 1
Convención sobre protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. UNESCO, París 1972. Y “Recomendación de Nairobi”, UNESCO, 1976. Fotografía: Catedral de Morelia, /imagen /propiedad del autor/ OGM 2010/.
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La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Olinka González Mejía
. conjunto histórico, lo que permite abordar desde un punto de vista critico y objetivo, la problemática que representa integrar los principios de sustentabilidad
a un
asentamiento humano que posee características materiales e inmateriales diferentes y particulares que implican un tratamiento distinto en cuanto a conservación, protección e intervención. El hombre, al apropiarse y modificar su medio, produce el paisaje construido o humanizado, llamado también “territorio”, que se relaciona con un asentamiento humano y clasifica sus componentes en ambientes: natural (rasgos físicos, abióticos y bióticos) y artificial (antrópicos). Igualmente, el ambiente natural, también llamado paisaje, es un elemento estructural de la ciudad que determina su conformación o también su aspecto urbano, sus elementos, su funcionamiento y sus formas de aprovechamiento, de tal forma, que al modificarse las condiciones ambientales de un lugar, ya sea de manera positiva o negativa, se transforman su estructura y funcionamiento, lo cual influye en el comportamiento y adaptación socio-cultural de sus habitantes; dichas transformaciones se integran en una secuencia ordenada dentro de un proceso histórico, social y cultural, que produce diferentes conformaciones dentro de un paisaje o entorno natural. Por lo tanto, los ejemplos de ciudad histórica nombradas Patrimonio mundial en el caso de México, fueron concebidos durante la Conquista y modificaron en gran parte el medio natural que les rodeaba, al introducir las especificaciones de un modelo de ordenación urbana que cumplía con los requerimientos de aquélla época en particular. En la actualidad, este modelo se encuentra bajo presión debido a las necesidades y problemática que la modernidad trae consigo y a los cambios drásticos que sufre el medio ambiente, lo que se traduce en factores y agentes de deterioro que amenazan la conformación de la ciudad histórica y su riqueza material principalmente, aunque también es importante mencionar que algunas manifestaciones inmateriales se encuentran en peligro de desaparecer debido a la introducción de la tecnología y nuevas formas de organización sociocultural; dichos fenómenos hacen necesaria la introducción de nuevas perspectivas en cuestiones de conservación, planeación urbana y normatividad que abarque a los tres niveles, para que integren una visión holística de
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La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Olinka González Mejía
. estos conjuntos y su entorno natural, al percibirlos como una unidad que se encuentra en continua evolución.
2. Desarrollo sustentable y la conservación de la ciudad histórica. Los principios de sustentabilidad se basan en la comprensión del ambiente y las modificaciones de los sistemas naturales, por factores naturales y antropogénicos, los cuales han provocado desequilibrios alrededor del planeta, modificando las condiciones naturales de forma continua. En las últimas décadas, estos cambios han aumentado al relacionarse con procesos de urbanización, productivos y prácticas nocivas entre otras, que no toman en cuenta los procesos ecológicos existentes, por lo cual la relación sociedad y ambiente se entiende como “el conjunto de acciones humanas, que inciden en el sistema ecológico natural y el conjunto de efectos ecológicos que inciden sobre el aspecto sociocultural 2”, lo que señala indiscutiblemente que la sociedad y la naturaleza actúan de forma recíproca, aspectos observados en estudios sobre desarrollo y problemática ambiental a finales del siglo pasado, que derivaron en documentos internacionales de la ONU, como la Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano en 1972 y la Declaración de la ONU sobre Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992, además de Agenda 21, elaborada en el año 2000, entre otros. En América Latina, durante las últimas décadas, el deterioro de su medio natural y la urbanización acelerada entre otros factores, contribuyeron a la pérdida de calidad de vida de sus pobladores y el deterioro de su ámbito urbano, social y natural, lo que influyó en el cambio de conciencia hacia un desarrollo mas equilibrado, cuyos principios se basan en el crecimiento económico y sociocultural compatibles con la explotación racional de recursos y el respeto al medio ambiente, donde la participación ciudadana es fundamental 3. Avance que, sin duda, se refleja en la vinculación del concepto “desarrollo sustentable” en varios ámbitos y a diferentes escalas, por lo cual es necesario comprender qué fue lo que originó este concepto. En primer orden, el fenómeno del cambio climático, surge como consecuencia del desconocimiento y falta de conciencia por parte del hombre, del vínculo existente 2 3
BRAÑES, Raúl, “Manual del derecho ambiental”, FCE, México, 2000, pp.18-38. “Informe Bruntland”, Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, ONU,1987.
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. entre sus actividades, el funcionamiento y la preservación del medio ambiente; por tanto, este cambio no debe ser entendido sólo en el ámbito fenomenológico, ya que es necesario ampliar la conciencia de que los efectos del cambio climático se encuentran entrelazados entre sí y que afectan de diversas formas a nivel local y general. Por ejemplo los daños ejercidos por las diversas manifestaciones del fenómeno sobre el Patrimonio cultural son evidentes, ya que fomentan la proliferación de agentes que lo deterioran de diversas maneras o produce fenómenos climatológicos que ponen en riego su existencia. Tal es el caso de la Zona de monumentos históricos de Tlacotalpan, en Veracruz, que sufrió una severa inundación en septiembre del 2010. Así, la observación de la sustentabilidad comienza por la comprensión del influjo negativo y positivo que tienen las actividades y nuevas construcciones en las condiciones del medio donde se emplazan, para integrar una serie de alternativas de desarrollo integral cuyo objetivos se alcanzarán a largo plazo. En segundo orden, la sustentabilidad encierra otros conceptos y principios, siendo necesario un análisis de cómo introducirlos a los ya existentes, sobre conservación y revitalización de centros históricos 4, al considerar lo siguiente: la ciudad histórica como categoría tipológica del Patrimonio mundial (Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, UNESCO,1972) marca ciertos lineamientos para su identificación y protección, la inscripción de un sitio bajo esta categoría tiene como objetivo primordial reconocer su valor universal vinculado a la representatividad que tiene en una región o país, por sus características como identidad, carácter, autenticidad, historicidad, entre otros, que se ejemplifican en la significación sociocultural, diversidad y riqueza de elementos construidos, naturales y las manifestaciones materiales e intangibles de la ciudad histórica. Por lo que la intervención de estos lugares requiere de un enfoque crítico y ético para generar medidas con el fin de conservar las características y atributos que le brindan el valor patrimonial a una ciudad, ya que la pérdida de éstos representaría el empobrecimiento del patrimonio y conciencia cultural de un pueblo, siendo algunos ejemplos de ciudades históricas de México reconocidas como Patrimonio mundial bajo criterios culturales: Centro histórico de la ciudad de México (1987), Oaxaca (1987), Puebla (1987), 4
Principios tomados de la Carta de Venecia 1964, Carta de Washington, 1987, ICOMOS, entre otros documentos.
4
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. Guanajuato (1988), Morelia en Michoacán (1991), Zacatecas (1993), Zona de monumentos históricos de Querétaro (1996), Tlacotalpan, Veracruz (1998) y la Ciudad histórica fortificada de Campeche (1999) 5.
3. Reflexiones
sobre
la
revitalización
urbana
sustentable
como
alternativa de conservación. La aplicación de alternativas sustentables dentro del campo de la conservación de bienes culturales representa una ampliación de la conciencia histórica, social y cultural hacia el ámbito urbano-ambiental y normativo; por lo cual, los trabajos teóricos y aplicaciones prácticas sobre este tema se encuentran en una etapa temprana de desarrollo, que permitirán mejorar sus aplicaciones dentro de políticas y acciones de desarrollo económico, social y protección del patrimonio cultural, con base en conocimientos teórico-metodológicos generados a partir de estas experiencias, que guiarán futuros trabajos sobre el particular. Al considerar la sustentabilidad dentro de la conservación de la ciudad histórica, se consideran la unificación de principios que tendrán como objetivo principal proteger y conservar los atributos, valores y características que determinan su imagen y significación cultural: a) Estructura, forma urbana y funcionamiento. La ciudad se genera a partir de un modelo en un espacio-tiempo determinado, y cumple con los requerimientos del grupo social asentado en ese lugar, determinando la traza, conformación espacial, tipología de construcciones, materiales y técnicas constructivas a utilizar. Para las ciudades históricas Iberoamericanas se creó un modelo con base en las concepciones de las ciudades europeas, con adaptaciones para la realidad que enfrentaban los conquistadores en América, lo que generó un modelo, que en algunos caos se inserto y modificó la trama de poblaciones existentes, y en otros dio origen a una traza que volvió el lugar elegido habitable para la fundación de una cuidad, a la vez que ofrecía los recursos necesarios para su desarrollo. De tal modo, la ciudad constituye un sistema complejo y sus conexiones se diversifican hasta crear una red de ciudades interconectadas. El desarrollo y vida de 5
Fuente ICOMOS- México y UNESCO, sitios inscritos hasta julio de 2008.
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. ésta, se basa en el consumo de recursos y generación de desechos o residuos. De lo anterior, se entiende que la traza y el funcionamiento se vinculan para entender desde el punto de vista sustentable cómo el asentamiento humano modificó el medio ambiente donde se emplazó (desmontes de terreno, desecación de cuerpos de agua, uso de terraplenes, eliminación de áreas verdes, etcétera) lo que se traduce en cambios en el equilibrio térmico, huellas ecológicas por las alteraciones en los ciclos ecológicos presentes en el ecosistema urbano de la zona (ciclo atmosférico, hidrológico, energético), alteración en los ciclos productivos y pérdida de confort para las habitantes, entre otros. Lo que busca la sustentabilidad en la ciudad histórica es no olvidar que es un lugar en continua evolución, y que la alteración en las condiciones medioambientales del entorno urbano, modifican el comportamiento y actividades del usuario. Por tanto, en un plan de conservación, se puede introducir el principio de simbiosis, al recuperar y mantener la escala humana en el entorno histórico y realizar un manejo y conservación de áreas verdes, al mismo tiempo que se genere una recuperación del entorno natural de la ciudad, sin dejar de lado el mantenimiento de los atributos históricos, artísticos, tecnológicos, estéticos, formales, funcionales, visuales históricas y ciclos ecológicos, que permitirán proteger la interrelación de los espacios construidos, áreas abiertas y jardines.
Para el consumo y utilización de energía secundaria, tanto en servicios
como en transporte, desde el punto de vista de la conservación de la ciudad histórica, se deben crear planes o programas cuyo objetivo sea mantener una relación armónica entre la parte histórica y la moderna, es decir, proveer de un “hábitat” digno que promueva la adaptación de funciones, al permitir su integración a la vida contemporánea con dotarlo de las redes necesarias de instalación, infraestructura y equipamiento de servicios públicos; todo ello sin alterar la organización espacial, volumetría, escala y características particulares de los edificios históricos, artísticos y en algunos casos, arqueológicos. Asimismo, la ciudad sustentable promueve el regreso, cuando sea posible, del principio de reducir las distancias, al observar el lugar de habitación (casa), recreación (plaza, parque, actividades) y trabajo a corta o media distancia, ya que ofertan una 6
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. mejor calidad de vida, al presentar menor tiempo de desplazamiento y menor consumo de combustible. En algunos casos, en las ciudades históricas se ha implementado el transporte público ecológico, con el uso de energías alternativas, que generan una menor huella en el ciclo atmosférico. La introducción de jerarquización de vías para optimizar la función vial en la ciudad al diferenciar las avenidas principales y el resto por medio de un cálculo crítico de flujos de tráfico6 y alternar con el uso de vialidades peatonales con jardines, lo cual ofrece la creación de un microclima que disminuye la huella ecológica y promueve la afluencia de usuarios o visitantes al Centro histórico, sin pasar por alto el cuidado en la elección de especies vegetales, con base en un análisis metodológico del sitio, antecedentes documentales, gráficos, planimétricos y características de especies, para no afectar las características visuales y evitar daños en fachadas, estructuras de los edificios, instalaciones, entre otros aspectos, de acuerdo a las características particulares del sitio a intervenir.
Otro factor que influye en la huella ecológica dentro de cualquier ciudad, es
el manejo de los desechos o residuos generados; actualmente, el desequilibrio ecológico y el consumo excesivo generan una gran cantidad de residuos que provocan contaminación de suelos, agua y aire. Su eliminación implica la obtención de suministros (materia y energía) y superficie de suelo. En materia de conservación de bienes
culturales,
la
contaminación
provoca
daños
en
las
estructuras
y
ornamentaciones en diferentes grados. Un reto que enfrenta en la actualidad cualquier ciudad, es el manejo de sus desechos. Por lo tanto, la inclusión de un criterio ecológico, en el tratamiento y reutilización de residuos, se hace necesario en cualquier plan de conservación urbana y arquitectónica dentro de la ciudad histórica.
En los últimos años, el manejo de agua ha sido un factor determinante en el
desarrollo y calidad de vida de los habitantes de una ciudad. En el caso de un conjunto histórico, las superficies lisas y asfaltadas realizan una evacuación de agua pluvial hacia el drenaje, lo que evita en muchos casos la recarga del subsuelo, obstaculizando el ciclo hidrológico natural, lo que se traduce en una problemática de consumo progresivo, descarga en drenaje y desperdicio de agua. 6
Para decidir en base a un análisis objetivo en cuanto a afluencia vehicular, conexión, horas pico, etc.
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. En el campo de la conservación del patrimonio urbano, rara vez se observa este factor; sin embargo, es posible adecuar las tuberías de desagüe para optimizar el desalojo y separación de agua, canalizarla para su tratamiento y reutilización. Todo ésto bajo un control estricto, basado en estudios científicos multidisciplinarios, que garanticen el mantenimiento y respeto a la condiciones, características, atributos y emplazamiento del conjunto histórico, al introducir métodos y principios con base en los estudios preliminares, documentos internacionales y normativa sobre el particular, para dotar de la infraestructura necesaria al conjunto histórico. b) Tipología arquitectónica e imagen de la ciudad histórica. Dentro de los principios de arquitectura sustentable se encuentra la construcción verde, que se traduce en la comprensión del entorno para implementar nuevas tecnologías en el aprovechamiento racional de recursos, uso de energía alterna y materiales de menor impacto ecológico, ahorro y uso del agua, transporte ecológico, entre otros. Como un ejemplo de lo anterior, se encuentra la arquitectura vernácula, producto de un conocimiento empírico de las características del entorno, regido por el principio de reciclaje, es decir, las construcciones vernáculas aplican algunos principios del diseño bioclimático y utilizan materiales propios de la zona donde se emplazan, es decir, que al terminar su vida útil, se degradan y regresan a formar parte del proceso natural del material, o de lo contrario forman parte de otro tipo de arquitectura. Al introducir estos principios de sustentabilidad a la ciudad histórica, se deben observar parámetros de restauración y conservación de bienes culturales para impedir la degradación o perdida de los atributos y características que le dan significado, identidad, autenticidad o valor patrimonial, ya que para lograr el mayor costo-beneficio, desde el punto de vista de la construcción sustentable, es recomendable el uso de materiales y procesos de construcción que permitan la relación entre ambiente construido y natural, haciendo alusión a la arquitectura tradicional y a la implementación de nuevas técnicas que permitan el ahorro de energía y el aprovechamiento de los elementos naturales, como el Sol, la tierra, el agua, el viento y el fuego. Esto se traduce en el uso de tecnología, de captación solar por celda fotovoltaica, uso de energías alternativas, recirculación y reutilización del agua, tratamiento y separación del agua
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. residual, acondicionamiento bioclimático, cubiertas que obedecen a las condiciones climáticas, cortinas verdes, etcétera. En el debate, teórico-metodológico y formas de aplicación de nuevas tecnologías en el campo de la conservación urbana, entrarían cuestiones filosóficas, axiológicas, ontológicas, teóricas, metodológicas, normativas, entre otras, y se sumarían los aspectos sociales, políticos, económicos, culturales, tecnológicos entre otros, que promueven su aplicación, al ofertar un ahorro y eficiencia ante la huella ecológica. c) Funciones adquiridas por la población en el curso de la historia. Las ciudades históricas se caracterizan por una imagen asociada generalmente a las actividades que originaron su fundación. Por ejemplo, ciudades de carácter militar como Campeche, minero (Zacatecas), comercial (Puebla), centro político-administrativo (ciudad de México), etcétera. Estas actividades dieron origen a cierto tipo de identidad relacionada con su población y riqueza cultural, a través del tiempo algunas de estas funciones y actividades en las ciudades históricas se han modificado, dando paso a otras que generaron una problemática particular, como el comercio informal, aumento del flujo vehicular, cambios en el uso de suelo, deterioro de estructura y morfología urbana, destrucción de construcciones representativas, vandalismo, entre otras, situación que ha sido abordada de manera específica por los gobiernos federal y locales, con resultados en algunos casos positivos y otros que se encuentran en fase de planeación, desarrollo o ejecución. La sustentabilidad de una ciudad histórica en este rubro, permite comprender que el usuario es el motor de la evolución de la ciudad, que genera recursos y desechos. En el campo de la conservación de bienes culturales el usuario y las actividades generan ciertas necesidades, las cuales se realizan manteniendo los atributos de la ciudad, sin caer en la escenografía, congelación del conjunto urbano o pérdida de sus atributos y valores, por lo que, es necesario fomentar las iniciativas en los ámbitos jurídico, administrativo, financiero y social, que promuevan la conservación integral para la integración armónica entre el área urbana histórica y el resto del entorno urbano, con base en un estudio científico y metodológico que reúna varias disciplinas, dentro de un modelo de gestión participativa entre autoridades y sociedad civil.
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. Mientras, desde el punto de vista de la conservación, las nuevas funciones o generación de actividades dentro del área histórica, deberán ser compatibles con la estructura y vocación de la ciudad. Desde el punto de vista sustentable, es recomendable que satisfagan las necesidades requeridas, sin generar un impacto nocivo al medioambiente urbano y permitan la participación activa de sus habitantes, para crear una unidad coherente entre ciudad-ambiente-sociedad, que guarden sus atributos, significado y valores relacionados.
4.- Conclusión La revitalización sustentable se debe constituir con base en el trinomio ambientesociedad-ciudad, bajo un esquema de gestión que observe la conservación del patrimonio y el desarrollo sustentable, con una base económica que permita ofertar calidad de vida, futuro crecimiento, manejo de recursos y desechos, preservación de la identidad y diversidad cultural y natural, lo que traerá consigo una revaloración de los centros históricos y la oportunidad de integrar nuevos puntos de vista a la conservación de la ciudad histórica. Asimismo, dentro de la conservación del Patrimonio cultural, se atienden principios, criterios y observa una problemática, que al ser analizada desde una perspectiva sustentable, requerirá de un análisis mas detallado y profundo, para llegar a un consenso multidisciplinario, que permita elegir la mejor alternativa para su gestión y ejecución. Por lo tanto, la comprensión del sitio urbano-ambiental de emplazamiento de la ciudad histórica permitirá comprender como su conformación ha afectado las condiciones ambientales y, por ende, brindar una lectura más completa de la problemática, para tomar decisiones de forma holística y combatir o disminuir los factores y causas del problema, sin olvidar el respeto hacia el sitio de emplazamiento, características, atributos y valores asociados a ellos del conjunto histórico. Al entender cuál es huella ecológica de una ciudad histórica, se podrá realizar una comparación entre el desarrollo posible y la capacidad de recursos del sitio; así se pueden prever prácticas nocivas y se comienza a crear un modelo de planeación estratégica que funcione y permita el desarrollo sustentable de la ciudad histórica, al mantener las siguientes premisas: desde el punto de vista de la conservación del patrimonio, para cualquier intervención se debe realizar los estudios pertinentes con el 10
La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Olinka González Mejía
. fin de decidir sobre una base científica y crítica cuál es la mejor alternativa para abordar la problemática existente y proteger de forma adecuada los atributos y manifestaciones materiales e intangibles de la ciudad histórica y su población. Desde el principio sustentable, comprender a la ciudad como un ecosistema manteniendo el interés en la parte cultural, natural y científica, para conservar el equilibrio y funcionamiento eficiente entre ciudad-medioambiente, al hacer uso racional de los recursos, devolver parte de ellos y reutilizar los desechos, para provocar el menor impacto ambiental, al integrar conceptos como “biodegradable”, “reciclaje” y “reutilización”.
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La revitalización urbana sustentable, una nueva perspectiva en la conservación del Patrimonio Mundial: un enfoque en las ciudades históricas de México. Dra. Olinka González Mejía
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Bibliografía
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12
Reactivar para conservar, caso: Tlacotalpan M. Arq. José Antonio Ochoa Acosta
Hablar del valor patrimonial que representa Tlacotalpan, es hablar del tema más conocido de este sitio incluido en la lista del Patrimonio mundial de la UNESCO en 1998. Las siguientes líneas no tienen la finalidad de exaltar la vasta riqueza de su patrimonio cultural, principalmente edificado, sino de la situación que atraviesa este lugar y de las acciones que requiere para que continúe, al menos, como hasta ahora.
Panorama general de Tlacotalpan Si bien existe un catálogo detallado de inmuebles históricos así como estudios especializados sobre su arquitectura, tipología y materiales constructivos, es también cierto la falta de un registro del mobiliario histórico, de pintura, escultura o fotografía de valor relevante y que está en manos de particulares. La información sobre patrimonio intangible sólo es aquella que se Foto Aérea de Tlacotalpan. Fuente: SEDERE, Gobierno del Estado de Veracruz, 2005.
elabora
para
difundir
eventos culturales como los fandangos, los bailables, los
encuentros de jaraneros y decimeros así como todo lo relacionado las fiestas patronales de la Virgen de la Candelaria. El principal inconveniente para la conservación del patrimonio cultural es la situación económica que existe en el lugar y que no permite a los propietarios implementar acciones de mejoramiento que respeten los cánones tradicionales. Como ejemplo, la carencia de teja con las características originales es una determinante para el cambio de cubiertas que frecuentemente se realiza. El clima, la
temperatura y la humedad permiten también un rápido deterioro de las estructuras de madera que sustentan las célebres techumbres. En 2007, una encuesta en materia de calidad de vida demostró que uno de cada dos tlacotalpeños cree que la inscripción en la Lista del patrimonio mundial de la UNESCO sólo trae beneficio a los dueños de hoteles y a la franja de restaurantes de la ribera del río y, por el contrario, representa problemas para la ciudad y gastos para el municipio. Como se ha mencionado, Tlacotalpan es reconocido por su patrimonio cultural, pero también posee una gran biodiversidad excepcional con recursos bióticos e hídricos únicos en el territorio nacional donde se distinguen sus lagunas, las zonas de tulares y manglares que son dignos de merecer cuidado y preservación, ya que las actividades productivas del campo han arrasado con estos sitios convirtiéndolos en pastizales o cañaverales. En el ámbito urbano, el uso habitacional es el que predomina. La ciudad cuenta con una amplia cobertura de los servicios de cabecera (agua, electricidad, drenaje, alumbrado público). En cuanto a equipamiento urbano se refiere, éste es óptimo y, en algunos casos, con superávit, como en el subsistema de educación y cultura. Sin embargo, los servicios de cabecera son de muy baja calidad, principalmente las redes de agua y saneamiento, y carece de suficientes instalaciones de salud, como Cruz Roja o IMSS. La mayoría de sus vialidades cuentan con algún tipo de revestimiento. El único problema de tráfico notable es el paso de vehículos pesados por el centro urbano, en particular, camiones cañeros en la época de zafra. Históricamente, Tlacotalpan, es amenazada por dos riesgos urbanos importantes: la posibilidad de inundación por el desbordamiento del río Papaloapan y la proliferación de enfermedades a consecuencia de una higiene general inadecuada. Las actividades humanas vierten sin control los desechos al medio ambiente. La concentración de desechos sólidos urbanos esta sobresaturado y próximo al centro de población. La laguna de oxidación tarda en procesar los líquidos que llegan a ella debido a que, a ésta, son conducidas también las aguas de lluvia.
La fama del sotaventino de bromista, amiguero, de ser gente noble y educada contrasta con los altos índices de violencia intrafamiliar y de alcoholismo que se registran. Aunque la ciudad goza de un buen nivel de seguridad pública hay altos índices de deserción de las escuelas y de analfabetismo. También prevalece un fuerte fenómeno de emigración por para la búsqueda de empleo. La mayoría de la población económicamente activa no cuenta con prestaciones para la salud. En el caso de contar con seguro social, la clínica más cercana esta a 40 kilómetros de distancia, en Cosamaloapan. La economía se ha estancado, la producción de caña de azúcar - que es la fuente principal de labores en el campo - no ha podido competir con la importación de este producto. Los ingenios llevan años solicitando su rescate o gozando de subsidios para su permanencia. La ganadería extensiva es una excelente actividad primaria en crecimiento. Por otro lado, no hay sector secundario fortalecido que permita la creación de una clase obrera. La mayoría de la población que se dedica al sector terciario trabaja como empleado de gobierno. El sector comercial está deprimido, se consta simplemente del pequeño comercio. Existe una ausencia de planes y programas productivos que conlleve a un resurgimiento del auge comercial que se tuvo en décadas pasadas. En síntesis, el sitio patrimonial de Tlacotalpan posee tres procesos clave que impiden su desarrollo: La degradación del hábitat. El deterioro demográfico y socio-cultural. El serio estancamiento económico. Los tres procesos pueden resumirse en un bajo y decreciente nivel de la calidad de todas las variables contextuales que caracterizan un lugar-sistema (hábitat, demografía, sociedad, cultura y economía).
Ciudad de Tlacotalpan, México, Foto: José Antonio Ochoa Acosta.
Horizonte a corto plazo Debido al quebranto económico presente, Tlacotalpan continuará con emigraciones poblacional hasta convertirse en ciudad fantasma. Se presentarán cada vez más casos de enfermedades gastrointestinales por falta de higiene urbana. Se extenderán los casos de mujeres y niños maltratados y sus naturales consecuencias. El estancamiento económico evitará la conservación del patrimonio cultural, no sólo el edificado, sino el de las costumbres y tradiciones que, por falta de recursos, se han tenido que reducir, en ocasiones, a su mínima expresión. En otros casos se seguirán sustituyendo materiales originales por otros de menor precio para la manufactura de artesanías. Sin la sensibilización necesaria, la ciudadanía presentará, de manera más enfática, su resistencia a creer en los beneficios que lleva consigo la inscripción de la ciudad a la Lista de la UNESCO. Se prolongará la percepción de que la autoridad normativa en materia de patrimonio histórico es impositiva y ajena a la realidad local en lugar de ser una aliada en para el desarrollo. Se presentaran, en mayor medida, encharcamientos por lluvias torrenciales en el interior de la mancha urbana. Habrá
cada vez mas damnificados con la presencia de eventualidades hidrometeorológicas, sobretodo, en las zonas de asentamientos irregulares. La administración municipal no tendrá la capacidad económica y, en algunos casos, técnica para cubrir las necesidades ordinarias de la población. Mucho menos, para atender las emergencias urbanas. En conclusión, los niveles de preservación del medio, de desarrollo social y económico, de infraestructura y servicios urbanos así como de preservación del patrimonio cultural van a la baja en su calidad. Esto trae como consecuencia impactos severos al ambiente, al patrimonio cultural y principalmente, al ser humano.
La conservación y el manejo sustentable de la Zona de Monumentos Históricos y su entorno En el año 2007, la SEDESOL solicitó al autor de este texto la elaboración de un estudio que permitiera el manejo sustentable de la ciudad histórica. Para este caso, se detectó la necesidad de implementar estrategias holísticas y no solo aquellas avocadas a la preservación del patrimonio cultural. La propuesta de trabajo incluyó herramientas importantes de la planeación, como la Síntesis FODA para trabajar el diagnóstico del sitio y su ineludible complemento, la Matriz FODA, que permitió cruzar variables y, de ellas, proponer acciones basadas en la sustentabilidad. La inclusión de un anexo con casos exitosos de acciones similares propues tas en otras latitudes permitió a la autoridad local y a la ciudadanía reconocer la viabilidad de las propuestas. El planteamiento de escenarios futuros sensibilizó de manera propicia a las autoridades para la toma de decisiones.
Reactivación del Sitio El establecimiento de políticas puramente conservativas (“don’t touch”), como las que de primera mano se instrumentan para el manejo de elemento histórico o ecológico, difícilmente logran resultados sostenibles: a menudo se reducen a políticas
paternalistas que favorecen la espera de financiamientos o indemnizaciones sin estimular la vitalidad económica y cultural. Por el contrario, políticas que fomenten una responsable participación de la iniciativa privada local, de los negocios y de las conexiones comerciales permiten reanimar verdaderamente un territorio. Ya se mencionó que los sectores primario y secundario no ofrecen potencialidades confiables y, por consiguiente, es natural pensar en el sector terciario. Entonces, la pregunta ¿cómo se configura Tlacotalpan hacia las posibilidades ofrecidas por el sector de los servicios? A diferencia de muchos otros lugares parecidos (desconectados, desindustrializados, en fase de degradación), Tlacotalpan tiene una gran ventaja comparativa y competitiva: cuenta con recursos de atracción turística valiosos y, sobretodo, con una circunstancia de privilegio: está en la Lista de patrimonio mundial de la UNESCO. La Declaratoria es una luz muy importante y una fuente de publicidad gratuita. Además favorece la preferencia de recursos externos en el territorio en comparación a su entrono. El turismo, hoy
por
hoy, es el factor económico más
importante
en
Tlacotalpan. No significa que todos sus habitantes tengan que dedicarse directamente a los servicios turísticos (no todos
pueden
ser
guías,
restauranteros u hoteleros), Esquema de reactivación, Fuente: Elaboración Propia.
sino que el turismo puede detonar otras actividades a través
de
una
visión
estratégica capaz de integrarlo a las demás actividades económicas. Si se logra que los visitantes crezcan en número y permanezcan más tiempo, atraídos no sólo por el patrimonio arquitectónico, sino también por los demás recursos presentes, entonces puede ser posible, por ejemplo, venderles cultura (son jarocho, décimas, fandango),
productos agrícolas y artesanales, otros servicios especializados (avistamiento de aves, renta de medios de transporte para paseos y recorridos, talleres interactivos sobre técnicas tradicionales, entre muchas más). Productos interesantes podrían nacer, como hacer participar a los visitantes en actividades de agroturismo interactivo. El turismo, realmente, puede ser la única opción económica a la cual apostar. Para que funcione, se necesita de una cuidadosa y holística capacidad de gestión basada en una visión estratégica y capaz de manejar, en modo integrado y sustentable, el abanico de recursos del territorio. Esta estrategia general de gestión sostenible se constituye de dos variables-clave que poseen importantes relaciones sinérgicas entre sí: 1) La elevación de todos los estándares contextuales (ambientales, socioculturales y económicos). 2) La capacidad de gestión integrada y sostenible de los recursos turísticos (el turismo como detonador de otras formas de negocios) Para
acercarse
gradualmente
a
un
escenario
de
desarrollo
deseado
forzosamente se deben considerar estas dos variables-clave para operar el territorio y
de
esta
manera
convertirlas en el núcleo de un
círculo
virtuoso
de
reactivación. La tarea que sigue consiste en encontrar la correlación precisa de estas variableclaves con el fin de optimizar recursos y esfuerzos para Estrategia de reactivación, Fuente: Elaboración Propia.
aumentar las probabilidades de éxito. Por ejemplo:
El saneamiento del hábitat (elevación del estándar contextual-natural) no debe estar separado de su provecho económico sustentable (gestión integrada y sustentable de
recurso turístico). Unas políticas puramente prohibitivas sólo lograrían crear contradicciones (como sucede actualmente en el sistema de multas relacionadas con las vedas, que penalizan a los habitantes con menos recursos, sin parar las actividades de otros). Esta acción convierte a los espacios ricos en recursos naturales en tierra de nadie. Al contrario, hay que buscar actividades sustentables que logren crear un beneficio económico y, al mismo tiempo, un incremento en la educación ambiental y en la protección de los recursos biológicos.
Reactivar-rehabilitar La reactivación basada en las variables-clave se dividió en cinco grandes capítulos: Gestión del hábitat, Desarrollo socioeconómico, Ordenamiento urbano, Conservación y manejo del Patrimonio cultural y Aportación de los actores del desarrollo social, dentro de los cuales se establecen las vertientes y las acciones prioritarias y complementarias para rehabilitar el sitio. Para fines de este documento, se mencionarán cuatro acciones representativas del proyecto.
Patrimonio Cultural, Fuente: Elaboración Propia.
Mercadotecnia territorial En años recientes se han ido desarrollando nuevas técnicas para promocionar un territorio y sus recursos. En ellas, la promoción ya no concierne a un producto o
servicio en específico, sino a todo el tejido territorial que los genera. Este tipo de estrategias se conoce como “mercadotecnia territorial” (land marketing). Las acciones transmiten no sólo la componente comercial del marketing, que está dirigida hacia el exterior, sino también la componente que se dirige al interior, es decir, hacia las potencialidades de la identidad empresarial, a través del crecimiento del prestigio de la marca (el orgullo por producir algo que es percibido con calidad). Generalmente esto puede ofrecer dos ventajas principales: 1)
Incrementar el interés y el atractivo de un lugar-sistema.
2)
Reforzar la identidad social y cultural.
Las prácticas de mercadotecnia territorial han demostrado mayor potencial cuando son aplicadas a territorios extensos. Por ejemplo, a una región o un distrito que compartan
ciertas
características
(marco
paisajístico,
cultura,
producción
económica). Para Tlacotalpan, sería óptimo coordinar su mercadotecnia territorial con otros municipios de la cuenca del Papaloapan. Podría ser una ocasión en la cual “todos ganan”, en el momento en que la promoción de la marca-lugar-Papaloapan se vuelva en grado de propiciar visibilidad, comercios, visitas, intercambios y prestigio.
Sede regional del Jarocho El concepto de “Jarocho”, que ahora es un gentilicio utilizado simultáneamente para nombrar a los nacidos en el estado de Veracruz, tiene su origen en la región sotaventina del estado. Sin embargo, no existe un espacio determinado para la cultura jarocha. Tlacotalpan, inmerso en el sotavento y cuna de tantos artistas en el arte jarocho podría ser su sede por excelencia. Jalisco ha logrado posicionar el estereotipo del mariachi a nivel internacional, al grado que parte de la indumentaria tradicional se utiliza como elemento representativo del país. El estereotipo del jarocho puede aun explotarse como elemento de identificación de la región. El valor agregado que posee es, además de la vestimenta, la música y el baile, acompañado del característico estado de ánimo,
alegre, bromista e ingenioso. La habilitación de espacios destinados a la cultura jarocha favorecería al conocimiento de su trayectoria en el tiempo, su origen y sus expresiones típicas. El colocar este
concepto
como
una
atracción más de Tlacotalpan permitirá
llevar
a
cabo
festivales del “Son jarocho”, talleres de fortalecimiento de la identidad local y para la elaboración de décimas, así como
la
venta
de
la
indumentaria típica (peinetas, guayaberas,
paliacates,
botines,
jaranas,
discos,
videos)
coadyuvaría
a
la
reactivación económica local.
Hermanamiento Los objetivos para hermanar ciudades,
que
es
un
fenómeno a nivel mundial, son principalmente
aprender
acerca de otras ciudades y su contexto cultural, ampliar los lazos sociales, económicos y Arriba: Ciudad de Tlacotalpan, México, Foto: José Antonio Ochoa Acosta. Centro: Ciudad de Mompox, Colombia, Fuente: SEDESOL, 2007. Abajo: Ciudad de Trinidad, Cuba, Fuente: SEDESOL, 2007.
culturales así como obtener una mayor comprensión y amistad internacional.
Tlacotalpan no es la única ciudad que se encuentra en la Lista del patrimonio mundial y que está ligada al agua como medio principal de subsistencia, que es resultado de la mezcla de la cultura iberoamericana y que se ubica en una economía en vías de desarrollo. Mompox en Colombia y Trinidad en Cuba son dos sitios con características muy semejantes y que pueden ser candidatas a acciones de hermanamiento. Esta labor se logra a través de convenios internacionales, de visitas oficiales, contactos comerciales e intercambios de grupos folklóricos, deportivos, musicales y de otros intereses. Derivado de las actividades mutuas se pueden aprovechar las relaciones personales que se crearan con esta acción. Además de que este vínculo fortalece la integridad cultural de cada una de ellas y permitiría a turistas internacionales incluir en su bitácora de viaje un recorrido más extenso.
Regulación de la transculturación El fenómeno de transculturación es el proceso gradual por el cual una cultura adopta rasgos de otra hasta culminar en una aculturación que, comúnmente, proveniente de sociedades más tecnificadas. Este fenómeno es inevitable si se piensa en el vínculo del municipio con el resto del mundo, sin embargo, para poder proteger las manifestaciones originales debe reconocerse lo que pone en riesgo a estos atributos de la cultura. Para determinar los elementos que propician la transculturación debemos entender la definición de monumento histórico y de patrimonio cultural a contrario sensu. Por ejemplo, los elementos de transculturación pueden ser “toda expresión de la actividad humana y del entorno natural que para los habitantes de la entidad, por su significado y valor”, sea ajeno al mismo, aunque posea “importancia intelectual, científica, tecnológica, histórica, literaria, artística, arqueológica, antropológica, paleontológica, etnológica, arquitectónica y urbana”
Conclusión Hay un extenso abanico de acciones propuestas para reactivar el sitio que conllevarían a la conservación del patrimonio cultural, como la constitución de la Oficina del Patrimonio Cultural, la Elaboración del Programa Municipal de Patrimonio Cultural, el Establecimiento de Talleres artesanales para la elaboración de tejas históricas, talleres para guías especializados en Patrimonio edificado, gestión para la exención de impuestos federales, la creación de una sala de arte infantil, Integrar un Banco de Información del Patrimonio Intangible, entre otras más. Hablar de reactivación realmente significa que ciudadanos y autoridades locales tomen la decisión de mejorar su hábitat y promover la riqueza cultural, biótica y humana que poseen. Es hoy el momento de actuar y no de sólo ver la constante degradación de este maravilloso espacio. No por el temor de perder la declaratoria de UNESCO, sino realmente por gozar de una calidad de vida con un destacado entorno histórico.
La inundación de Tlacotalpan Aunque la finalidad del presente texto era mencionar exclusivamente las acciones de reactivación para Tlacotalpan, los fenómenos hidrometeorológicos de finales de agosto y principios de septiembre pasado son dignos de mención como parte del manejo de este sitio patrimonial. Debido a las características geográficas de Tlacotalpan, esta zona es vulnerable a fenómenos de inundación. La ciudad está rodeada por importantes cuerpos de agua que periódicamente sufren crecientes, principalmente, en época de huracanes. El territorio tlacotalpeño es una planicie fluvial de inundación formada por sedimentos aluviales recientes que descansan sobre un potente paquete de sedimentos costeros y neríticos de aguas someras. La fisiografía se expresa por llanuras de desborde fluvial, de inundación palustre con popal y lagunares con manglar. Gran porción del suelo es pantanoso con pequeños valles que dificultan el
buen drenaje. La mayor parte del año se encuentran inundados a consecuencia de las avenidas de los principales ríos de la zona.
Una importante causa Existen, en torno a la cuenca del Río Papaloapan, diversos puntos que lo contaminan en alto grado. En la parte alta se registran emisiones contaminantes por las industrias papelera, cervecera y juguera. En la parte baja, las emisiones están relacionadas con los ingenios cañeros. Entre las causas de contaminación de los cuerpos de agua, hay que mencionar las descargas de aguas negras que se hacen directamente, además de la dispersión de la basura y los residuos químicos provenientes de talleres mecánicos y lavados de autos que utilizan solventes en sus procesos. De igual forma, se vierten desechos provenientes de la cosecha de la caña de azúcar. La contaminación por agroquímicos ha contribuido también a la desaparición de diversas especies, pues los insectos representan la base de su alimentación. En resumen, cada vez más, los ríos, arroyos y corrientes de agua están acarreando una mayor carga de sedimentos, los cuales los azolvan contribuyendo, de esta manera, a disminuir su salud ecológica.
La desmesura del río La festividad a la Virgen de la Candelaria, patrona de Tlacotalpan, cuyos momento más importante es el paseo de la Virgen por el río, se ha ido enriqueciendo con la fiesta popular donde hay huapango jarocho, encuentro de jaraneros, regatas, cabalgatas, feria, mojiganga y "pamplonada". Durante el paseo de la Virgen, la creencia es que ella bendecirá el puerto y amainará la bravura del Papaloapan, para que durante el año no cause inundaciones. Esta situación tiene su antecedente en 1714 cuando, aun de madera, la ciudad entera fue inundada. Es en 1944 cuando se registra la “Gran avenida” que ha sido la inundación más desastrosa de la región. Llegó a tener una altura de 1.20 metros sobre el nivel de la plaza central de la ciudad y el agua tardó más de tres meses en regresar a sus
causes normales. Azolvó el río con más de un metro de altura de sedimentos impidiendo el paso de embarcaciones.
Inundación de 1944, Fuente: COPLADEVER, SEFIPLAN, Gobierno del Estado de Veracruz, 2010.
En la inundación de 1969, el agua tuvo una altura promedio de 1.50 metros, que provocó el desalojo total de la población Históricamente, durante el siglo XX la ciudad se inundó seis veces, como se describe en la tabla adjunta: Año Superficie inundada (hectáreas) 1944 470,000 1958 195,000 1969 340,000 1975 162,000 1980 205,000 1981 210,000 2010 Sin cuantificar
Las inundaciones han ocasionado la perdida material de viviendas, la obstrucción de vialidades y deterioro significativo en la infraestructura urbana (ductos de drenaje y
agua potable). También es causa del incremento de fauna nociva, la proliferación de enfermedades gastrointestinales e infecciones en la piel. Probablemente el daño al patrimonio
cultural
exclusivamente, edificaciones,
sea,
a
las
por
el
reblandecimiento
del
subsuelo y la pérdida de las características físicas de los aplanados y aglutinantes de los muros y cimientos. Por el Inundación 2010, Fuente: Comunicación Social, Gobierno del Estado de Veracruz, 2010.
contrario,
este
seguramente,
fenómeno, inspirará
la
elaboración de sones y décimas.
Tareas obligadas para aminorar el riesgo Considerando que la zona tiene un grado medio-alto de fragilidad natural, existe el azolve y contaminación de los cuerpos de agua, las acciones de corto plazo y prioridad máxima a realizar son las siguientes: 1 En conjunto con todos los municipios que forman la cuenca del Papaloapan, la CONAGUA, SEMARNAT, el Gobierno del Estado y la sociedad, se debe crear un plan estratégico regional integral de gestión de cuenca. 2 Implementar un plan de contingencia municipal (urbano y extraurbano) para fenómenos hidrometeorológicos. 3 Llevar a cabo acciones para disminuir el azolve de todo el río hasta que no represente una causa más de inundaciones.
4 Evitar los cambios de uso de suelo, principalmente de ecológico restrictivo a ecológico productivo que, además de afectar al ecosistema, produzcan un azolve a los cuerpos de agua. 5 Fomentar en los habitantes una educación ambiental que les permita defender su ecosistema y su riqueza, tanto hídrica como biótica. 6 Crear un laboratorio permanente de salubridad de la cuenca.
Reflexión final La reciente inundación de finales de agosto no se puede considerar
una
desventura
sorpresiva, si no se tomaron en cuenta los antecedentes de la zona. Esta eventualidad también se puede ver como una ocasión inigualable para Inundación 2010, Fuente: Comunicación Social, Gobierno del Estado de Veracruz, 2010.
el desarrollo local. Durante 15 días consecutivos la ciudad
estuvo en todas las noticias nacionales e internacionales que, si bien no es el mejor momento de promoción, sí permite impulsar este sitio excepcional a personas que le desconocían. La actual depresión económica regional podría cambiar si los propios tlacotalpeños se encargan de obtener empleo temporal para el restablecimiento de la vida cotidiana y ser ellos mismos quienes tomen las riendas de la rehabilitación. Es la oportunidad de hacerse de recursos extraordinarios para su crecimiento. Para las autoridades es un momento de reflexión sobre los ulteriores pasos que habría que dar -o evitar- ante uno de los ríos más caudalosos del país y concebirlo como lo que es: un gran sistema hidrológico. De esta manera, se podría garantizar, más que el título, el significado de ser la Perla del Papaloapan y Patrimonio mundial de México.
Bibliografía CONACULTA (Consejo Nacional para las Culturas y las Artes) / IVEC (Instituto Veracruzano de Cultura) / Gobierno Municipal de Tlacotalpan, Programa de Desarrollo Cultural Municipal, 2007. Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave Actualización del Programa de Ordenamiento Urbano del Centro de Población de Tlacotalpan, Ver. Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente, 2006 Atlas Estatal de Riesgos, Subsecretaría de Protección Civil, 2000. Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservación de la Ciudad de Tlacotalpan. Secretaría de Desarrollo Urbano, 1998. Programa Veracruzano de Desarrollo Regional y Urbano 2005-2010, Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente, 2005 Proyecto de Ordenamiento, Liberación y Mejoramiento del Entorno Urbano de Tlacotalpan, Secretaría de Desarrollo Regional, 2000. Guerrero Baca, Luis Fernando Tlacotalpan, patrimonio de la humanidad, Revista Bitácora, Núm. 2, invierno 2000, Facultad de Arquitectura, UNAM, México Composición arquitectónica y restauración, en Guerrero, Luis y L. Martínez (compiladores), Anuario de arquitectura 1999, UAM-Azcapotzalco, México Descripciones de Tlacotalpan durante el siglo XIX en AA VV. Estudios Históricos, Arquitectura y Diseño Gráfico II, UAM Azcapotzalco, México 1997b. Instituto Nacional de Antropología e Historia, Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles, Tlacotalpan, Estado de Veracruz, México, 2007. Priego Medina, Carmen de los Ángeles, Manual Tipológico de Elementos Arquitectónicos de Tlacotalpan, CONACULTA INAH, 2004 SEDESOL - Hábitat, Atlas de Peligros del Municipio de Tlacotalpan, 2006.
Evaluaciรณn del Estado Socio-econรณmico Actual de la Zona de Monumentos Histรณricos y su Entorno de la Ciudad de Tlacotalpan, Veracruz, 2007. Programa Especial para la Conservaciรณn y el Manejo Sustentable de la Zona de Monumentos Histรณricos de la Ciudad de Tlacotalpan, Veracruz y su Entorno.
“Échale un ojo a tus monumentos” Programa de Difusión de Monumentos Históricos a Niños y Jóvenes. Semillero de proyectos. Morales Vázquez Claudia “Si tus planes son para cien años, educa a los niños” Confucio
Introducción La identidad de un pueblo se construye con base en su cultura (lenguaje, ritos, costumbres, tradiciones, ceremonias). Un rasgo propio de algunos elementos de la identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo, pues son producto de la colectividad. Es por esto que el monumento histórico es un “condensador” de estos valores, es decir, es un objeto corpóreo al que se le da un valor simbólico y resume el carácter esencial de la cultura a la que pertenece. Dentro de esta naturaleza, la manera de abordar el estudio, el conocimiento y la difusión de un monumento tiene que ser de una manera inter y multidisciplinaria. En un principio el programa estuvo dirigido exclusivamente a los adolescentes escolares, pero al transcurrir el tiempo se advirtió la necesidad de reforzarlo e implementarlo en diferentes lugares y condiciones. Por esto se considera que el programa se ha convertido en un semillero de proyectos que, vinculantes entre los diferentes actores de la sociedad, conjunta grupos, intereses y provoca sinergias. Primero describiremos en que consiste la línea central del programa y en una segunda instancia, hondaremos en sus variedades y adaptaciones implementadas para su mejora, gracias a la retroalimentación tanto interna como externa de colaboradores y de los mismos beneficiarios.
“Échale un ojo a tus monumentos”¨ La propuesta nació de la necesidad imperante de dar a conocer la importancia de los monumentos históricos 1 a diferentes niveles. Tradicionalmente, uno de los objetivos de la Subdirección de Investigación de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ha sido difundir las investigaciones relacionadas con los monumentos históricos realizados
por
especialistas,
mediante la
publicación
del
Boletín
de
Monumentos Históricos, impartición de conferencias, coloquios y cátedras, entre otros. No obstante faltaba un sector de la población sumamente importante que sin duda debía ser incluido para poder asegurar la continuidad en materia de conservación y preservación, no sólo de los monumentos, sino del patrimonio cultural mexicano en su totalidad: los niños y los adolescentes. Es importante trabajar con los adolescentes porque tienen un gran potencial de aprendizaje, así como una progresión de sus capacidades y desarrollan tanto el pensamiento analítico como el intuitivo; además de que suelen aceptar retos y se comprometen en las tareas que ellos consideran importantes. Lo anterior, aunado a la búsqueda de una identidad propia, hace de estos jóvenes, excelentes receptores y ejecutores del programa. Se consideró necesario dirigir el programa a la joven ciudadanía que asiste a la escuela dentro de un centro histórico, ya que la convivencia cotidiana con los monumentos, ya sean arqueológicos, históricos o artísticos 2, les da una sensibilidad y conocimiento diferente del que pudieran tener alumnos que habitan en colonias ubicadas fuera de éstos. Esta circunstancia podría motivar un mayor compromiso de los jóvenes en la conservación y protección de los monumentos por ser parte de la comunidad en la que habitan.
1
El monumento histórico es toda obra cultural significativa, testimonio de la utilidad que haya aportado a la comunidad de una etapa histórica, de un hecho o personaje determinado, o bien de un gusto estético o artístico de una época, región o localidad. 2 Son monumentos históricos los bienes vinculados con la historia de la nación, inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX así como los muebles que se encuentren o se hayan encontrado en dichos inmuebles. Son monumentos artísticos los bienes muebles e inmuebles que revistan valor estético relevante, determinados por cualquiera de las siguientes características: representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizadas y otras análogas. Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Objetivos Se estableció como objetivo general del programa dar a conocer y difundir la importancia de los monumentos históricos a los escolares de nivel secundaria de la localidad, para crear una conciencia y sensibilización histórico-artística que promueva una participación activa en su conservación. Entre los objetivos específicos, los cuales no se enumeran en su totalidad, destacan los siguientes:
Colaborar en la construcción de una conciencia sobre el Patrimonio cultural mexicano en la ciudadanía joven.
Favorecer el encuentro del alumno con las manifestaciones históricas y artísticas de su localidad.
Producir material didáctico de apoyo para el profesorado en el conocimiento y aprecio del Patrimonio cultural de la nación.
Crear una red de brigadas juveniles denominadas “Promotores Voluntarios de Monumentos Históricos” con el fin de difundir y vigilar el patrimonio histórico-artístico de la comunidad.
Metodología La aplicación del programa se desarrolla en dos etapas: la primera tiene la finalidad de dar a conocer los monumentos históricos cercanos a su localidad, logrando una sensibilización por medio de trabajo con los alumnos (fotografías 1 y 2). La segunda, tiene como objetivo conformar grupos juveniles con una estructura en redes para promover la participación activa en la conservación de los monumentos.
Foto 1Sesión “La física y el Colegio de San Pedro y
Foto 2 Sesión “Retratos de Identidad”, Sec. núm. 11
San Pablo”, Secundaria núm. 6 Centro Histórico de la
Centro Histórico de la ciudad de México. Fotografía de
ciudad de México. Fotografía de Claudia Morales,
Claudia Morales, octubre 2008
septiembre 2006.
.
I. Elaboración de Fichas Se diseñó una herramienta para el registro de la investigación y el manejo de las sesiones de trabajo con los alumnos, creando así un corpus de diversas actividades creativas e innovadoras con datos histórico–artísticos serios y fidedignos. La ficha esta diseñada con las siguientes características: Didáctica: Una de las formas más efectivas de conseguir un aprendizaje significativo es la de “aprender haciendo”, basado en los principios del método de la pedagogía activa. Lúdica: Aplicar el método de “aprender-jugando” para hacer divertido el aprendizaje. Flexible: Una misma dinámica se puede aplicar a varios inmuebles o temas relacionados con el patrimonio tangible e intangible. Económica: Tomando en cuenta el nivel socio económico bajo y de pocos recursos materiales de nuestro universo, las dinámicas deben de ser capaces de realizarse con materiales de bajo costo, o en su caso, utilizar el ya existente destinado para las tareas escolares diarias. Evaluable: Constantemente en 360º,3 con la premisa de ser perfectibles, retroalimentadoras y adaptadas a las necesidades de los alumnos.
3
La evaluación de 360º es aquella donde todos los involucrados, organizadores, ponentes, observadores y educandos, retroalimentan el proyecto con sus observaciones.
Contenido de la ficha Se diseñaron dos tipos de fichas, una para temas sobre patrimonio en general, y la otra para inmuebles específicos. Ambas fichas se dividen en cuatro partes: 1) La primera describe el objetivo general y los objetivos específicos de toda la sesión, detallándose la contribución al logro de los objetivos educativos de la estrategia de enseñanza utilizada y los aprendizajes esperados de la asignatura según el programa curricular de la Secretaria de Educación Pública (SEP). 2) La segunda parte, define la estrategia, desde su preparación, programación de lugares, tiempos, recursos humanos y materiales. Incluye la descripción de la actividad y las recomendaciones para su desarrollo. 3) La tercera sección cambia dependiendo del tipo de ficha, pero fundamentalmente incluye la investigación sobre el tema. Para la ficha de un inmueble en particular, se pormenoriza su identificación incluyendo un plano de ubicación con referencia a la escuela, fotografías históricas y actuales del edificio. A continuación se desarrolla la investigación con una introducción, datos históricos, datos estilísticos, vida cotidiana, leyendas o anécdotas históricas y un glosario de términos. En cambio, para temas generales sobre patrimonio cultural se ahonda en definiciones y datos útiles para su exposición. 4) La cuarta parte incluye lecturas recomendadas y la bibliografía o documentos utilizados en la investigación. Algunas fichas incluyen un anexo con la impresión del material didáctico a utilizar en la sesión.
Sesiones de trabajo con los escolares Las sesiones se programan para un grupo escolar a la vez. La mayoría de ellas se llevan a cabo dentro del salón de clases, con una duración de 50 minutos, previo acuerdo con las autoridades escolares. Antes de la actividad, se realiza un diagnóstico de cada grupo a través de cuestionarios diseñados para saber el nivel de conocimiento que tienen los alumnos sobre monumentos y patrimonio, y así determinar qué tipo de sesiones son las más adecuadas, además de poder contar con elementos de comparación para ir conformando un diagnóstico zonal. Se recomienda que por lo menos se realicen tres
sesiones por grupo, para lograr una sensibilización efectiva. En general, la estructura de las sesiones es la siguiente: 1) Presentación de los promotores ante el grupo. 2) Descripción breve de la misión del INAH 3) Fase de rapport (sincronía), a través de un ejercicio para captar la atención del grupo, y sobre todo para crear un ambiente relajado y de confianza entre los alumnos y los facilitadores. 4) Exposición del tema (máximo 15 minutos). 5) Reforzamiento mediante un juego o actividad didáctica–lúdica. 6) Reflexión y retroalimentación escrita. Después de llevarse a cabo la sesión con los alumnos, se hacen los ajustes correspondientes, con base en la retroalimentación hecha tanto por los estudiantes, como por el maestro, el ponente y un observador.
II. Conformación de las Brigadas de Promotores Voluntarios de Monumentos Históricos (PVMH) El propósito de las brigadas es que los jóvenes que ingresen a ellas cuenten con un espacio donde identifiquen a otros jóvenes con intereses afines, pero además donde pongan en juego su creatividad en beneficio de la difusión y conservación del patrimonio, a través de: 1) La elaboración de un periódico mural. 2) la organización de una tertulia de leyendas. 3) celebrar el día del monumento histórico con alguna actividad original y creativa. 4) La promoción de proyectos ideados por ellos mismos para su comunidad, incluyendo familia, amigos y escuela, durante todo el año escolar. Otro de los objetivos de la brigada es crear una red de ayuda adolescente para la conservación y difusión del patrimonio cultural y de monumentos históricos cercanos a las escuelas participantes, para que en un futuro no muy lejano haya intercambio de experiencias exitosas entre ellos mismos y, por qué no, a nivel internacional con países como Colombia o Italia, los cuales tienen un camino andado en materia de educación para la conservación. El reclutamiento de los brigadistas se da de la siguiente forma: Después de una serie de sesiones se solicita un espacio físico a la hora del receso (20 minutos)
a los directores de las escuelas, para reclutar a aquellos alumnos que estén interesados en proseguir en el programa. Con base en nuestra experiencia hemos detectado que el 10% de los alumnos sensibilizados responde a este llamado. Este reclutamiento es totalmente voluntario. Sólo se les pide compromiso, el cual vemos reflejado en la entrega de dos prerrequisitos: Un ensayo de una cuartilla sobre la importancia del patrimonio y un trabajo libre, de hechura manual, ya sea un collage, maquetas o fotografías que concreten o muestren por qué es importante la conservación del patrimonio (Fotografías 3 y 4).
Fig. 3. Laura Flores, 1B Secundaria no. 36
Fig. 4. Bryan Mendoza y Jhonatan Alexander 1F,
Xochimilco. “Monumentos Históricos”
Secundaria no. 36 Maqueta: “Antes y Después de
Foto: Claudia Morales. Octubre 2008.
Chinampas”. Foto: Claudia Morales. Octubre 2008
Capacitación de colaboradores: Para lograr el cumplimiento de los objetivos planteados en las escuelas en las que opera el programa, fue necesario construir una red de colaboración conformada por prestadores de servicio social de diversas universidades. La participación de estos alumnos es fundamental en la realización y ejecución del programa, ya que llevan a cabo la documentación de cada inmueble, la estrategia de enseñanza, la puesta en práctica de las dinámicas en sesiones, y la capacitación de los promotores culturales, que a su vez, son multiplicadores del programa. Con ello, se conforma un equipo multidisciplinario (historiadores, arquitectos, historiadores del arte, comunicólogos, diseñadores gráficos e interactivos, estudiantes de leyes, de derecho, pedagogos y psicólogos educativos, entre otros) coordinado por una persona con experiencia para dirigir los esfuerzos colectivos hacia el cumplimiento de la meta. Es sumamente importante que los alumnos cuenten con un perfil determinado. Por lo tanto, la
selección de éstos es meticulosa, siendo la creatividad y el compromiso dos de los factores determinantes. Para el buen funcionamiento del programa es necesario llevar a cabo un riguroso proceso de capacitación en los alumnos (de servicio social o prácticas profesionales). Así, a los futuros profesionales en humanidades (arquitectos, historiadores, historiadores del arte) se les capacita en el manejo de grupos, lenguaje corporal y estrategias de enseñanza. Por su parte, a los futuros profesionales de la educación (pedagogos, psicólogos educativos) se les instruye en historia, conceptos artísticos y elementos arquitectónicos. A ambos grupos se les capacita en los conceptos del programa y en el manejo de las fichas modulares (previa evaluación de sus capacidades y sobre todo de su afinidad con el tema). Este tipo de instrucción se realiza conforme al precepto de “aprender-haciendo” para generar en ellos un aprendizaje significativo y que lo pudieran transmitir a los alumnos con los que tendrán contacto en las sesiones de trabajo. Hasta aquí hemos descrito la base médular del programa. El trabajar con adolescentes escolares nos ha llevado a interactuar con otros actores cercanos a ellos, enriqueciendo el programa. En cuestión de talleres, hemos desarrollado dos tipos de cursos especializados: uno para docentes que están interesados en el programa, y el otro para voluntarios que aspiran a ser promotores culturales dentro de sus comunidades y a su vez, reproducir el programa.
Talleres especializados a) Al estar en contacto con la comunidad escolar, nos dimos cuenta de que era necesario un “cómplice” dentro de la escuela, alguien que le diera seguimiento al trabajo de las brigadas, por lo que diseñamos un curso-taller de implementación del programa para docentes (fotografías 5 y 6) además de aplicar las estrategias didácticas en cada una de las asignaturas. Este curso se agrupa por disciplinas y materias. Dependiendo de la demanda, se abren diversos módulos: 1) El monumento histórico y las ciencias, en el cual, las Matemáticas, la Química, la Física, la Biología y el medio ambiente son el tema a tratar. 2) El monumento y las humanidades, donde se vincula con la formación cívica y ética, la historia, el arte, el español y la lengua extranjera.
3) Modulo ecléctico, donde se trabaja con sensibilizaciones puntuales en monumentos y patrimonio cultural de México y del mundo. Se imparten semestralmente en las instalaciones de la CNMH-INAH, con una duración de tres horas por sesión, sin costo alguno y al finalizar se otorga una constancia y autorización para replicar las sesiones.
Foto 5.Rompecabezas Histórico, CNMH.
Foto 6. La Biología y los Monumentos, CNMH.
Foto: Claudia Morales, julio 2007.
Fotografía: Claudia Morales, diciembre 2007.
b) Otro tipo de curso que se creó fue para voluntarios de comunidades dentro de la ciudad de México, o en el interior del país. Este grupo tiene la peculiaridad de ser muy heterogéneo en estudios, perfiles y competencias. Lo único que los une es su amor e interés por su patrimonio. A este taller se le denomina Sensibilización para
la formación de promotores
culturales
(fotografías 7 y 8) donde no sólo se enseñan las dinámicas diseñadas en específico para el centro o poblado histórico, sino también una serie de herramientas que les serán útiles tanto para comprender como para enseñar el patrimonio en sí. La metodología está basada en los principios de la andragogía y tiene una duración de seis sesiones de 3 horas, en las que se desarrolla lo siguiente: 1. Expectativas del curso y metodología. 1.1 Contexto histórico-geográfico y su relación con la arquitectura. 2. Patrimonio y diferentes tipo de patrimonio. 3. Características y conducción de grupos. 3.1 Lenguaje corporal y uso de voz. 4. Modos de ver y análisis de la imagen. 5. Juegos didácticos I. 6. Juegos didácticos II.
Foto 8.Sesión de elementos arquitectónicos en
Foto 9.Pintura mural. Tlayacapan, Morelos. Foto:
Tlayacapan, Morelos. Foto Claudia Morales,
Claudia Morales, julio 2009.
Abril 2009.
Sinergía con otras instituciones a) Tuvimos la oportunidad de coincidir y de colaborar con la Coordinación de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural del Gobierno del Distrito Federal en la propuesta de una materia de asignatura estatal para 1º de secundaria donde, los escolares puedan conocer y valorar el patrimonio cultural y natural de su entidad. Concordamos que muchas veces los programas tienen tiempos políticos que truncan el trabajo hecho. Entonces, el asegurar un seguimiento institucional solo se debería de hacer mediante una inserción del tema en los programas curriculares. La propuesta ha sido aprobada y nuestro compromiso es compartir las fichas que hemos diseñado (hasta ahora son 75) para que funjan como herramienta de consulta, facilitando la labor docente y que sirvan como detonador de ideas. Por el momento se esta alimentando la base de datos para su consulta mediante una plataforma en Internet. (Figuras 10 y 11).
Identificación del monumento histórico
Nombre del edificio o de la obra: Real Convento de la Inmaculada Concepción o Convento de la Concepción. Ubicación: México D. F., Delegación Cuauhtémoc, entre Belisario Domínguez y República de Perú. Calle y número: Belisario Domínguez no. 5. Uso original: Convento, hogar de las monjas concepcionistas, además de colegio para niñas pertenecientes a familias destacadas de la Nueva España. Uso actual: Escuela secundaria pública diurna. Época de elaboración o construcción: Entre mediados y finales del Siglo XVI, varios autores señalan que la fecha de construcción se puede ubicar entre 1521-1586. Declaratoria: El 9 de enero de 1931. Horarios de visita: Al ser hoy en día una escuela secundaria diurna, el horario de visita depende del horario de clases, (entre 7:00 a.m. a 2:00 p.m.) previa cita, o pidiendo permiso a la directora del plantel.
Plano de Ubicación
Real Convento de la Inmaculada Concepción www.guiaroji.com. Noviembre 2006
Fig. 10 Página de la plataforma. Diseño David Amkie
Foto Antigua
Litografía del Convento de la Concepción a fines del sgilo XIX.Tomada de: Rosell, Lauro E.
Foto Actual
Foto tomada por Neshma Fairuz Barrera Karma, noviembre 2006.
Fig. 11 Fichas del programa. Diseño Claudia Morales.
b) Alumnos de Historia del Arte de la Universidad Iberoamericana (UIA), dentro de la Subdirección de Investigación, laboran maestros universitarios que, buscando nuevas maneras de enseñanza, se han acercado al programa para compartir experiencias, por lo que hemos iniciado una relación de mutuo beneficio con el departamento de arte de la UIA. El involucrar a los alumnos desde su formación temprana, en este caso como historiadores del arte, ha dado como resultado proyectos energizantes. Aunque se tiene que revisar con mayor cuidado el contenido académico, los resultados han sido de gran valía tanto para nosotros como para ellos. Los trabajos semestrales que antes se quedaban en “papel”, otorgándoles sólo una calificación, han sido cambiados por experiencias significativas en el ámbito de la conservación y difusión del patrimonio virreinal del país. Los alumnos se han tenido que enfrentar a las vicisitudes y a las complicaciones pero también a la satisfacción de ver reflejado su trabajo en una incidencia en la vida real. Uno de estos proyectos, que tardo sólo en su investigación tres semestres, es el próximo Libro para niños sobre la Catedral Metropolitana, donde hay aportaciones novedosas de parte de estos alumnos y le ha dado continuidad
un grupo especifico de servicio social
multidisciplinario.
Próximamente haremos convenios con otros departamentos de varias universidades vinculados a nuestro quehacer para ampliar estos nuevos modelos educativos.
Blogs sociales Cuando se intenta incidir en el mundo de los adolescentes, hemos tenido que buscar la manera de comunicarnos tanto en su lenguaje como en sus medios, es por eso que otro proyecto dentro del programa, creado por estudiantes de comunicación fue nuestra red social, donde podemos interactuar en el mundo virtual. Esta serie aun esta en construcción, pero se pueden ver los prototipos de experimentación en estas direcciones electrónicas:
http://echaleunojo.vox.com/ http://echaleunojo.wordpress.com/
Es totalmente necesario que un joven se encargue de estas redes sociales, por su lenguaje y visión del mundo, mucho más cercana que la de un adulto. Por esto, se encuentra en constante deconstrucción y construcción.
Conclusiones: El monumento histórico es un testigo mudo de nuestra historia. Tenemos que “saber leerlo o escucharlo y se necesitan traductores para todos los idiomas que
maneja”,
ya
sea
estética,
histórica,
iconográfica,
geométrica
o
biológicamente. La multi e interdisciplinaridad ha dado nuevos puntos de vista sobre un mismo tema, en este caso no solo del monumento histórico sino del patrimonio cultural mexicano. Otro de los aciertos del programa es la libertad creativa que se les confiere tanto a los adolescentes beneficiarios del programa, como a los jóvenes de servicio social, alumnos y voluntarios. El escoger y trabajar en un proyecto sugerido por ellos mismos, sean brigadistas o propuestas de materiales didácticos, nos da la seguridad de una pasión y entusiasmo únicos por la difusión y conservación del patrimonio. El cabildear sus intereses con los objetivos del programa, pero siempre “acompañados 4” es una formula que nos ha resultado. La importancia de poner en marcha un programa como éste no sólo ayuda a la difusión del patrimonio cultural tangible e intangible en el nivel escolar medio básico, sino que además representa un aprendizaje bidireccional que influye en el crecimiento personal de todos los involucrados y, por ende, de su propia comunidad. Esto último puede apreciarse entre los universitarios prestadores de servicio social, quienes al participar en el programa aprenden a valorar la labor de difusión de nuestro patrimonio, pero también impactan de una manera real a la sociedad a la que pertenecen, y al termino de su participación se advierte en ellos un crecimiento personal, visible en la toma de consciencia de la realidad de México y en su compromiso al cambio a partir de su profesión. El fin último del programa es que los estudiantes adolescentes, y sus profesores, conciban a los monumentos históricos no sólo como un ente vivo que contribuye al fortalecimiento de una identidad colectiva e individual, 4
Couching: Mantener esta relación de mutuo beneficio de asesoramiento y de no interferencia. Ayudar sin juzgar; guiar el aprendizaje sin condicionarlo.
fundamental para forjar el presente y el futuro. Por ello, el programa “Échale un ojo a tus monumentos” es una aportación al nuevo esquema de educación demandante de nuevas estrategias de aprendizaje y enseñanza necesarias para enfrentar los retos educativos del siglo XXI. Lic. Claudia Morales Vázquez Responsable del programa Subdirección de Investigación CNMH-INAH.
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La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes Luisa Irazú López Campos Coordinadora del Proyecto Patrimonio Joven www.patrimoniojoven.com Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico Ministerio de Cultura de España
Las ciudades históricas están inmersas en la problemática de las políticas patrimoniales. Por lo general, casi en todos los casos, es el Estado el responsable de su conservación. Si bien es cierto que la voluntad política integra de modo casi automático la idea de patrimonio ligada a la identidad, es casi inexistente que se tome en cuenta la implicación de la población como factor esencial en una política urbana y patrimonial exitosa. Se entiende que la conservación y la protección del patrimonio le permiten perdurar en la historia y fungir como transmisor de significados e interfaz de un diálogo intergeneracional, pero la concepción teórica que preside a la política de conservación y de puesta en valor de las ciudades históricas toma muy pocas veces a la población como punto de partida. El tema del patrimonio es muy reciente en términos históricos. Se conoce muy someramente el modo en que los individuos se comunican con él. ¿Qué les transmite a quienes pertenecen a grupos sociales determinados aquello que los rodea? ¿Cómo evitar los malentendidos y las oportunidades perdidas en la relación del patrimonio con la población? Se debe partir de los individuos, la población puede cuidar aquello que conoce y comprende, aquello que les comunica y tiene sentido ante sus ojos. Es con base en un acercamiento antropológico que se podría construir la comunicación con el patrimonio y en torno a él, y transmitir así su significado en la realidad cotidiana. La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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En este caso hablamos de las ciudades Patrimonio mundial, en torno a las cuales en muchas ocasiones se ha construido un conjunto de prácticas y discursos artificiales, desprovistos de una relación real y profunda con su historia y configuración. Dichos discursos han sido construidos a base de significados ajenos a la identidad antropológica de las mismas. Este fenómeno puede dar como resultado el despoblamiento, que se aleje a la población habitual y se introduzca nueva población desprovista de una relación auténtica con el patrimonio del sitio, fenómeno que puede llevar a una pérdida de la autenticidad, producida por la asociación de dichas ciudades con mensajes artificiales y creados. Al patrimonio lo conozco, lo valoro y por tanto lo cuido, y con ello construyo un vínculo durable e inquebrantable con el mismo. El análisis desemboca en acciones concretas. En el caso de las ciudades históricas se plantea como indispensable adoptar un acercamiento diferente. Sensibilizar y concientizar a la población y tomarla en cuenta en términos de patrimonio se ha convertido en una prioridad. Esto debe formar parte de planes de gobierno y políticas culturales puntuales. El trabajo con niños y jóvenes es parte de mi trabajo de investigación sobre la comunicación como herramienta de conservación del patrimonio, en términos de sensibilización y concientización. El trabajo con población joven en torno al patrimonio está planteado dentro de mi análisis como punto fundamental de toda política cultural en temas de concienciación y de educación patrimonial. En torno a esto, se planteó un proyecto, pionero a nivel mundial, que el Ministerio de Cultura de España, a partir de su Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales, ha tomado la iniciativa de encabezar: Patrimonio Joven, surge como una propuesta de plataforma para difundir, descubrir y acercar el patrimonio a los más jóvenes. Dicho proyecto busca el desarrollar aquellas capacidades que les permitan identificar, asumir y desempeñar su rol ante la conservación del Patrimonio cultural y natural, a nivel local, nacional y mundial. Tiene como base la hipótesis de que la comunicación es una herramienta fundamental para su conservación y protección. Esta iniciativa surge en 2009 cuando España fue, por primera vez, la La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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sede del Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO. Dicho organismo, a partir del Centro del Patrimonio Mundial, solicita al Estado, realizar una actividad con jóvenes de forma paralela a la sesión del Comité, sin establecer estrictos lineamientos de enfoque temático, nacionalidad o edad de los participantes. Es así como tuvo lugar el Primer Foro Juvenil Iberoamericano del Patrimonio Mundial, que estuvo enfocado en la comunicación patrimonial aplicada a la conservación de las ciudades históricas. Para idear el proyecto se hizo una amplia investigación de los encuentros realizados en sesiones anteriores del Comité del Patrimonio Mundial, llamados Foros Juveniles. A pesar de tomar como base la estructura de dichos Foros, se decidió experimentar e innovar, asumiendo la responsabilidad y el trabajo que esto implicaba. A diferencia de los Foros Juveniles anteriores, se trabajó con jóvenes menores de edad, de 12 a 15 años, inscritos en escuelas secundarias ubicadas en ciudades, comunidades o poblados cercanos a sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de preferencia en la categoría de ciudades históricas. Otro aspecto innovador fue el que todos los participantes tuvieran como lengua materna o como segunda lengua el español, para así facilitar la fluidez de la comunicación y del entendimiento al momento de trabajar. Por esto, y por los vínculos históricos que unen a España con América Latina, se diseñó un encuentro entre jóvenes de Iberoamérica. En este primer Foro, aprovechando las redes y estructuras de la UNESCO, se trabajó únicamente con alumnos de escuelas pertenecientes a la Red de Escuelas Asociadas a la UNESCO (Red PEA), que tuviesen ya ciertas nociones de patrimonio y que estuvieran relacionados o familiarizados con algún sitio Patrimonio Mundial. Fue así como, haciendo un análisis exhaustivo, se seleccionaron 39 jóvenes provenientes de Perú, México, Costa Rica, Paraguay, Chile, República Dominicana, Cuba, Colombia, España y Marruecos como país invitado especial, con la participación de jóvenes de Tánger, cuya segunda lengua es el español. Con esta estructura se llevó a cabo el Primer Foro Juvenil Iberoamericano del Patrimonio Mundial, que tuvo lugar del 14 al 23 de junio La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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de 2009, en la ciudad andaluza de Sevilla, donde apostamos por la hipótesis antes mencionada, decidiendo trabajar activamente con los jóvenes participantes el tema de la comunicación en el patrimonio. Desde el inicio del proyecto, se tuvo muy claro que lo más importante era el diseño de una sólida estructura teórico metodológica, que generara las bases necesarias para que el trabajo diera como resultado materiales con un contenido de calidad que nos permitiera, así, avanzar en nuestra investigación. El Foro no tuvo la estructura de campamento de verano, fue en cambio un lugar de encuentro, trabajo y reflexión en torno al patrimonio, un foro de nueve días que se tradujo en visitas y talleres, interrelacionados entre sí, con bases teóricas que los jóvenes pudiesen aplicar de modo práctico. Al ser un Foro desarrollado en el ámbito institucional de la UNESCO, se tomaron varios elementos de materiales desarrollados por el área de educación, patrimonio y comunicación de dicho Organismo Internacional. Principalmente tomamos como base el kit escolar “Patrimonio en manos de los jóvenes”, implementado para profesores de escuelas secundarias de la Red PEA antes mencionada. Se tomó la división temática que lo estructura y se trabajó con ella. Este material fracciona el tema del patrimonio en:
-
Patrimonio y Turismo
-
Patrimonio y Conservación
-
Patrimonio y Naturaleza
-
Patrimonio y Cultura de Paz
Ligamos las visitas y talleres a estos aspectos, manteniendo así, la estructura planteada por la UNESCO. Como bien sabemos, esta institución cuenta con distintas convenciones ligadas al patrimonio, que tienen sus procedimientos y que son lideradas por expertos que no suelen tener interacción. En este esquema también decidimos innovar en el Primer Foro. Arriesgamos en términos de esta estructura y mezclamos conceptos que UNESCO maneja en convenciones distintas. Se trabajó como un todo el Patrimonio material, inmaterial, mueble, inmueble, y subacuático, así como el factor de la Diversidad Cultural. La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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Durante el Foro se hizo hincapié en lograr concienciar a los jóvenes participantes acerca de la importancia de la conservación del patrimonio en su más amplio espectro, a partir de distintos mecanismos. Uno de ellos, la comunicación. Así fue como se diseñó un taller de Comunicación que formó la parte medular del trabajo realizado por los jóvenes, que dio como resultado una pequeña campaña de comunicación patrimonial. El método de trabajo consistió en diseñar fichas de trabajo, basadas en las visitas y talleres programados para cada día, donde los jóvenes, con sus propias palabras crearon frases o “slogans” que reflejan la esencia de lo trabajado cada día. Se logró obtener frases que describen de modo muy claro el concepto de patrimonio que el grupo fue formando a partir del conocimiento obtenido en los días de trabajo y de la reinterpretación de cada joven de su manera de ver el patrimonio. Del trabajo realizado se obtuvo también el título de la campaña realizada, mismo que hoy acompaña al Proyecto Patrimonio Joven: “Patrimonio. Todo lo que somos.” En cada una de las visitas realizadas se designaba un tema central en torno al cual giraba todo lo que se trabajaba en el día. Así se trabajó la campaña de comunicación, producto del Primer Foro Juvenil Iberoamericano del Patrimonio Mundial, de la que surgieron frases como las siguientes:
Visita: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Tema: Patrimonio y conocimiento de otras culturas. Frase: “Un lugar donde no hay fronteras.”
Visita: Degustación de dieta mediterránea. Tema: Patrimonio y gastronomía Frase: “Mi cultura es dulce y salada.”
Visita: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Tema: Patrimonio y conservación. Frase: “Hay que conservarlo con inteligencia.”
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Los resultados obtenidos fueron de gran calidad y, a partir de esto, independientemente de la organización del Comité del Patrimonio Mundial, surge el interés y la aceptación, desde el Ministerio de Cultura de España, de continuar el trabajo con jóvenes en términos de patrimonio. Surge entonces el proyecto Patrimonio Joven, pionero a nivel mundial, donde el Estado, en este caso a través de su Ministerio de Cultura, se compromete a realizar un trabajo a nivel local, nacional e internacional, en el que los jóvenes son el origen y fin último. Funciona como una especie de contenedor, donde tienen cabida una gran variedad de actividades patrimoniales, todas ellas enfocadas al público joven. Esto puede ser el inicio de la creación de una política cultural patrimonial que aporte de manera constante, en el ámbito de los jóvenes, las bases necesarias para la conservación del patrimonio, como elemento fundamental identitario y de desarrollo social. Una de las herramientas que se han desarrollado a partir de este proyecto es una página web, donde se busca establecer una especie de contenedor donde se plasmen distintas iniciativas que se están trabajando, a nivel nacional e internacional, en temas de jóvenes
y patrimonio:
www.patrimoniojoven.com Este Primer Foro logró tener tal impacto que se decidió comenzar el Proyecto Patrimonio Joven con la organización del Segundo Foro Juvenil Iberoamericano del Patrimonio Mundial. Las circunstancias en las que se desarrolló esta segunda edición fueron muy distintas. Un factor determinante fue el que ya no era una actividad paralela al Comité del Patrimonio Mundial, en esta ocasión era una actividad aislada. Se siguieron algunas de las bases teórico-metodológicas utilizadas en la primera edición como, por ejemplo, la edad, pero se innovó en algunos otros aspectos. Se apostó por no trabajar más con el patrimonio en general y de modo amplio, sino trabajar como eje temático con dos aspectos puntuales; el paisaje cultural como categoría patrimonial y el turismo cultural sostenible, como motor de desarrollo, siempre basándonos en la comunicación como herramienta de conservación. Al ser el paisaje cultural uno de los ejes temáticos, la sede del Segundo Foro fue Aranjuez, único paisaje cultural español inscrito hasta el momento como tal en la Lista del patrimonio mundial de la UNESCO. La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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Asimismo, se buscó que la mayoría de los jóvenes participantes, en esta ocasión 47, fueran originarios de sitios paisajes culturales, ya sea inscritos en la Lista del patrimonio mundial o presentes en las Listas indicativas de sus países. Eligiendo en Iberoamérica sitios con estas características se trabajó, del 20 al 30 de junio de 2010, con jóvenes españoles y de los siguientes países y sitios:
México (paisaje agavero de Tequila y Xochimilco). Bolivia (parque Nacional de Sajama). Venezuela (Ciudad Bolívar en la angostura del Río Orinoco). Brasil (Río de Janeiro). Portugal (Isla del Pico, Sintra y el Alto Douro). Colombia (el paisaje cultural cafetero). Chile (el paisaje minero de Lota). Perú (Machu Picchu y las líneas y geoglifos de Nazca)
El Segundo Foro amplió el espectro, trabajando ya no sólo con escuelas UNESCO de la Red PEA. Se convocó directamente a los Ministerios de Cultura de los países invitados, por medio de sus áreas de Patrimonio, para realizar la selección de los jóvenes participantes entre las escuelas secundarias ubicadas en los sitios elegidos, que trabajasen de modo activo el tema del patrimonio. El hecho de que los jóvenes representen en el Foro no sólo a su país, sino a su sitio, hace que de modo inmediato revaloricen el lugar al que pertenecen. El idioma de trabajo también se amplió, usando en esta ocasión el español y el portugués. Las visitas y talleres desarrollados estuvieron interrelacionados, dando como resultado materiales concretos que muestran el esfuerzo realizado. Se obtuvo un Glosario Joven del Patrimonio, que se trabajó día a día. Los jóvenes debían, con sus propias palabras, rellenar fichas donde se les pedía definir algunos términos relacionados con el patrimonio, que se hubiesen utilizado durante la jornada de trabajo. Así se obtuvo la Foropedia, que refleja la diversidad de ideas que pueden estar englobadas en un mismo término y lo enriquecedor que resulta conocer distintos puntos de vista que son, sin La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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duda alguna, complementarios entre sí. Los
términos
“diversidad”,
trabajados
“juntos”,
“compromiso”,
“museo”,
la Foropedia fueron “conocer”,
para
“identidad”, “historia”,
“entorno”, “cultura”,
“respeto”, “patrimonio”,
“proteger”, “disfrutar”,
“descubrir”, “compartir”, “turismo”, “conservar”, “memoria“ y “paisaje cultural”. A modo de muestra plasmaré a continuación algunos ejemplos de las definiciones trabajadas por los 47 jóvenes participantes del Segundo Foro:
Conocer: - Curiosidad por las cosas. - Almacenar en la memoria cosas nuevas, emociones y recuerdos. - Querer crecer.
Identidad: - Todo lo que nos da a conocer. - Aquello que nos dice quiénes somos y de dónde venimos. - Las características que nos hacen únicos y originales.
Conservar: - Acción de proteger aquello que quieres. - Guardar todo aquello que queremos o necesitamos. - Mantener intacta la esencia de un objeto, lugar o tradición.
Este taller ayudó a realizar una reflexión diaria de lo que se trabajaba durante el día. Definir con nuestras propias palabras las cosas nos ayuda a entender el significado que tienen para cada uno de nosotros. Otro de los talleres desarrollados en el marco de este Segundo Foro fue el que trató la temática del Turismo Cultural Sostenible. Se obtuvo así la Guía Joven del Turismo Responsable, donde los participantes del Foro plasmaron, con toda inteligencia, los compromisos centrales que deben asumirse para lograr un turismo responsable, tanto por parte del turista como del prestador del servicio. En una primera fase dicho documento será distribuido en todas las oficinas de Turismo de los, hasta el momento, 42 sitios Patrimonio Mundial en La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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España, y se buscará llegar a acuerdos con los sitios de Iberoamérica de los que provienen los jóvenes participantes del Foro para también poder allí distribuirlo. Al ser el paisaje cultural una de las temáticas del Segundo Foro, se diseñó un taller donde se revisaron dos sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial en esta categoría. De ambos se realizó un análisis de situación y problemática actual y otro de prospección a diez años. Dicho taller estuvo basado en el análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Patrimonio Joven busca, trabajando directamente con los jóvenes, lograr involucrar indirectamente a la mayor cantidad de población posible, por lo que, y para finalizar, se menciona otra actividad que se desarrolla de modo paralelo a los Foros. Se trata de un concurso, dirigido a las escuelas de las que provienen los jóvenes participantes, en el que se les convoca para que envíen proyectos de patrimonio que puedan ser desarrollados dentro de su comunidad. El Primer Foro Juvenil acogió el concurso titulado Mi Escuela y el Patrimonio, donde se solicitaba que enviasen proyectos que consistieran en el desarrollo de herramientas de comunicación generadas por la escuela y desarrolladas por sus alumnos, que fomentaran la concientización de la población de su comunidad en torno al sitio patrimonio al que pertenecen. En el Segundo Foro, el concurso se tituló Mi Escuela y El Turismo Cultural, donde se invitaba a las escuelas de los jóvenes participantes a proponer proyectos para desarrollar herramientas que promoviesen el turismo cultural sostenible en su región. Esto involucró a los profesores y alumnos en general, no sólo a los jóvenes participantes del Foro. Se otorgaron tres premios en metálico destinados a la realización de los proyectos ganadores y se realiza un seguimiento para analizar los resultados obtenidos de dichos proyectos. El trabajo continúa, tomando como uno de los ejes conductores a la comunicación como herramienta de conservación del patrimonio. En 2011 tendrá lugar el Tercer Foro Juvenil Iberoamericano del Patrimonio Mundial, teniendo como tema central el patrimonio industrial. Es indispensable la implicación de los jóvenes en temas de conservación del La comunicación como herramienta de conservación y protección del patrimonio. El trabajo con jóvenes.
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patrimonio a corto plazo. Ellos tienen un papel que cumplir como jóvenes, no son sólo el futuro, son también el presente y debemos implicarlos y darles la responsabilidad de cuidar hoy en día lo que les pertenece, su patrimonio. Cómo me comunico con mi patrimonio y cómo mi patrimonio se comunica conmigo. Los resultados obtenidos de los dos Foros juveniles y las distintas iniciativas que conforman el proyecto Patrimonio Joven pueden consultarse en la página web ya mencionada: www.patrimoniojoven.com .
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La construcción social del Patrimonio entre los jóvenes de la Ciudad de México Flores Moreno Marco Antonio
Las épocas pasadas se van acumulando capa sobre capa en la ciudad, hasta que la vida misma acaba por verse amenazada de asfixia; entonces en una clara reacción de defensa, el hombre moderno inventa el museo.
Lewis Mumford
Introducción Desde hace varios años, si no es que décadas, ha existido una profunda preocupación de las sociedades modernas por conservar, proteger y difundir el legado histórico (tangible e intangible) que sentó las bases de su presente y futuro. Muchas han sido –y son– las acciones que se han tomado; por ejemplo, la reedificación de construcciones antiguas para ser habilitadas como bibliotecas, museos, hoteles y plazas comerciales. Más aún, bajo este esquema, se han implementado una serie de estrategias vinculadas a la difusión de dicho legado bajo el concepto de patrimonio. Pero a ciencia cierta ¿qué entendemos por patrimonio? ¿Cómo es que pretendemos hacer conciencia de algo que aún dudamos? De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, el patrimonio “[es el] conjunto de los bienes propios, antes espiritualizados y hoy capitalizados y adscritos a un ordenando, como título para su ordenación.” 1 Dicho de otro modo, son aquellos “bienes materiales, naturales y espirituales que posee la población, representados por sus lugares, edificios y objetos históricos; sus manifestaciones artísticas, festividades tradicionales, conocimientos y técnicas de saber popular; formas de producción tradicional, entorno ecológico y su cultura oral.” 2 Más allá del olor a polvo y del colorido folclor, al que acostumbramos a ensalzar, el patrimonio es un sistema de representación que se basa también en la 1
necesidad de externar nuestra cultura. Las trasnominaciones, las reliquias que lo constituyen son manifestaciones procedentes de la naturaleza indómita, del pasado, de la genialidad –a veces creativa y otras no tanto– y de la excepcionalidad como expresión de la superación. Sin embargo, este sistema de representación no apareció de la nada, sino con la gestación del capitalismo, fundado en la creciente separación de la naturaleza, el pasado y la valoración del individualismo, en una sociedad adocenada dependiente de lo novedoso. Está claro que el patrimonio cultural, como lo llamaré de aquí en adelante, es aquello que conservamos porque es digno de ser conservado, porque le hemos asignado un valor. Pero ¿quién puede dictar los cánones que definen la excelencia y la dignidad cultural? ¿Cómo podemos valorar, cualificar y cuantificar un contenido que responda a los valores e intereses de la sociedad y no a las estipulaciones inicuas de los gestores y expertos? La dificultad de los profesionales para definirlo y acotarlo, es deudora de las limitaciones políticas. Igualmente, este conflicto deriva de la incapacidad de algunos estudiosos para aislar unidades de análisis delimitadas, pues el horizonte social de todo patrimonio cultural es siempre una construcción abstracta que conlleva a plantearnos significaciones de lo que es la humanidad, la cultura, la civilización, la sociedad, la comunidad, la tradición y la nación, es decir, todos nosotros y cada uno. Según el sociólogo Pierre Bordieu, 3 es el conocimiento de bienes culturales (la lógica del funcionamiento de la producción de estos bienes y las estrategias de distinción de su propia dinámica, el valor social que poseen, el valor cultural y el uso apropiado que éstos les da) lo que predispone a los bienes culturales a presentarse y funcionar diferencialmente entre los grupos sociales convirtiéndose, estos bienes, en herramientas de distinción. Por lo tanto, son sólo unos pocos sectores quienes determinan el eje de las relaciones sociales, la capacidad de disfrute y de apropiación de signos distintivos. En esta lucha simbólica por afirmar la singularidad del patrimonio cultural como signo de distinción y no como un bien ordinario, las organizaciones políticas o civiles emiten diversos mensajes sobre la conservación de éste, atendiendo en pocas ocasiones a las necesidades cognoscitivas de la población joven. 2
Actualmente, los organismos rectores de la educación y la ciencia en México “suelen no considerar como un grupo de identidad específica a los adolescentes mexicanos en las encuestas nacionales que realizan sobre la percepción social de la ciencia y la tecnología”, 4 poniendo al margen de opinión a un amplio sector. En este estudio, no deseo caer en la demagogia, y repetir que los jóvenes son “muchos”, “innumerables” o “cuantiosos”. Sólo basta con asomarnos un poco a las cifras oficiales. En el año 2005, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó en el “II Conteo de Población y Vivienda” 5 una taza de 103.3 millones de habitantes. Tan sólo en el Distrito Federal, se calculó una cifra de 2 millones 380 mil 815 personas entre los 14 y 29 años de edad, representando el 27% del total de la población de la capital, como puede verse en la siguiente gráfica: POBLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL EN EL AÑO 2005
3% 0% 7%
3%
0-13 años 22%
14-29 años
15%
30-44 años 45-59 años
60-74 años 27% 23%
75-89 años 90 y más años No especificado
Si nos apegamos a estos datos, comprenderemos que el vacío de participación que persistente en este sector es notable. En más de una ocasión se toman decisiones que atañen a su formación educativa, científica y cultural sin escuchar sus inquietudes. La puesta en valor y activación del patrimonio cultural, 3
igualmente, se encuentra forzada a reflejar procesos que obedecen a construcciones sociales ajenas a sus prioridades. El patrimonio se vuelve, entonces, algo sacro e idílico, que descarta todo aquello que no cabe en él, o lo contradiga. Los jóvenes, lejos de ser excluidos, pueden y deben contribuir a la conservación de la herencia histórica de nuestra ciudad. No obstante, su participación debe ser dirigida, encaminada a inculcarles una conciencia intuitiva y fundamentada en valores estéticos y cívicos. Para lograr este cometido, es necesario crear un puente entre ellos y el patrimonio que deseamos salvaguardar, que los vincule en acciones significativas a través de la mediación patrimonial. La mediación patrimonial puede efectuarse a través de diversos medios y lugares. Un claro ejemplo son las numerosas exposiciones de los museos capitalinos,
que
permiten
a
los
visitantes
redescubrir
un
monumento
arquitectónico. Estas acciones los motiva a su protección, mientras los concientiza sobre los problemas supone transmitirlo a las generaciones futuras por su desaparición gradual. Sabemos bien que los museos son instituciones no lucrativas al servicio de la sociedad, guardianes del patrimonio cultural, con la función de investigar, conservar, exponer, educar y recrear para todos los ciudadanos. Empero, la propuesta basada en el concepto antropológico de cultura y en el carácter de la investigación científica para el patrimonio proyectan una fuerte sombra crítica sobre lo que Prat y Comelles han denominado “la mentalidad del anticuario”, dominante en este campo. Los museos, por esta causa, tienden a convertirse en santuarios de la devoción cultural, cuando no en puros cementerios donde se arracima lo muerto, lo inútil, lo típico, lo folclórico y lo exótico. 6 La hipótesis que conduce este proyecto afirma que al establecer las prioridades de actuación en función, no de temáticas o contenidos enciclopédicos, sino de inquietudes relevantes para poblaciones concretas, se establecerán nuevas relaciones con respecto a la construcción del patrimonio cultural. Las prácticas y alternativas se ofrecen por medio de una nueva estructura museística, en lo que se ha denominado, en fechas recientes, Museología Cívica. 4
Los museos y la museología Sin lugar a dudas, los museos han sido objeto, en los últimos años, de un interés insospechado. Los museos modernos se muestran hoy día como una institución renovada y en constante crecimiento. La infraestructura que poseen los hace perfectamente capaces de competir con otras alternativas culturales, e inclusive, con otras formas de ocio, convirtiéndolos en un tópico de rigor para las publicaciones relacionadas con la cultura y en la columna vertebral de un naciente turismo cultural. Desde el ámbito académico, el museo ha sido abordado y estudiado por diversas disciplinas en varios de sus aspectos, que ha propiciado un incremento exponencial en el número de publicaciones que versan sobre éstos. Entre las revistas más destacadas, pueden mencionarse Curator, Museums News Revue, Museums Journal, así como la revista del ICOM. De igual forma, en los últimos años ha surgido una profusa bibliografía relacionada al marketing de museos, la gestión y, por supuesto, la museología. Las instituciones museísticas de varios países han dejado de estar inmersas en la realidad estética e inamovible para convertirse en algo dinámico y creativo. Se han insertado dentro de un contexto social que demanda y exige un nuevo tipo de museo, acorde con las ideas y exigencias de este siglo. Un modelo es la ampliación del museo Reina Sofía de Madrid, inaugurada el 23 de septiembre de 2005, que incluye una extensa oferta en la librería y material de consulta. Paradójicamente, el siglo XX mostró un considerable retroceso en lo que respecta a la definición de la misión de los museos. En los siglos pasados se tenía una mayor certeza del objetivo de poseer una colección. La museología francesa se inspiró en la pedagogía artística y en esa dirección apuntaba su misión. Los recintos británicos, por su parte, se inclinaban a la enseñanza de la ciencia, tradición que permeó en los Estados Unidos. En América Latina, el modelo museológico del siglo XIX se presentó tempranamente. Surgieron grandes unidades de concentración patrimonial, 5
tratando de emular a los países hegemónicos, con todas las limitaciones de la dependencia neocolonial y económica. Estos ambiciosos proyectos, “iniciaron con la creación de los tres grandes museos nacionales: el de México, fundado en 1825, el de Bogotá y el de Buenos Aires en 1823.” 7 En las nacientes repúblicas, ya señaladas, hubo una aportación histórica, surgida de la necesidad de crear símbolos nacionales para México y Sudamérica. Se crean así los museos de la identidad nacional, enmarcados en un discurso histórico para fomentar el arraigo de lo propio y el sentimiento de unidad en entidades que no lo poseían. Al igual que la museología, el enfoque tradicional ante el patrimonio cultural estaba fuertemente vinculado a la protección de algunos monumentos. Además, la perspectiva de la época sólo consideraba algunos edificios de valor excepcional, reconocidos por sus calidades estéticas o históricas. Obviamente, estos testigos del pasado llevaban también un trasfondo político y una historia oficialista, limitada a los acontecimientos y personajes pertinentes (héroes de la patria, etc.), dejando en la sombra la historia de la gente común y condenando a la extinción la arquitectura menor. En las primeras décadas del siglo XX, con la consolidación del régimen revolucionario, se adoptó en México una museología más adecuada con las aspiraciones de la población. Se aceptó interesarse en las clases populares hasta entonces no representadas o folclorizadas. Conjuntamente, su implicación en la elección de los temas y objetos de los museos sería privilegiada. No fue sino hasta 1972, con las pautas dictadas por la UNESCO en Santiago de Chile, que los museos mexicanos desarrollaron experiencias con base en el museo integral. La función básica de estos espacios fue ubicar al público dentro de su mundo para que tomara conciencia de su problemática como hombre individuo y hombre social. La constitución de museos, sus colecciones y exhibiciones comenzaron a estar interrelacionados entre sí, fomentando un mejor servicio para la sociedad. Desafortunadamente, los museos actuales distan significativamente de los de hace medio siglo, en respuesta a un cambio en los gustos de la demanda, 8 por 6
lo que se ha planteado un dilema entre la misión y el mercado. Por este motivo, los objetivos educativos tradicionales de los museos se encuentran en conflicto con las necesidades del mercado del entretenimiento y su tarea como preservadores del patrimonio cultural. Los objetivos educativos en un programa museístico deben formularse, a mi juicio, emprendiendo diversas acciones a todo lo ancho de los muros del museo, cercanas al público, e incluso más allá de sus paredes, entrando en contacto con los hombres y mujeres que habitan las inmediaciones del recinto. En una sociedad democrática, los ciudadanos deben ser los usuarios y los guardianes de su pasado, pues son los receptores del patrimonio cultural.
La museología cívica El museo puede ser una ventana abierta al mundo. Si bien es cierto que no puede resolver muchos problemas mundiales inmediatos, como la guerra y el hambre, sí tiene la capacidad como institución para salir de sus instalaciones y empezar a ocuparse en mejorar la calidad de la vida de cuantos viven dentro de su radio de acción, en particular de las zonas urbanas tan grandes y complejas como las de la ciudad de México. En 1985 John Kinard, creador del museo vecinal en Washington, escribió para la revista Museum de la UNESCO: “A veces tengo la impresión que el personal de los museos considera al público como un estorbo necesario, que ha de acudir a visitarnos porque nosotros nunca salimos a su encuentro. Lo consideramos como primos de campo que realizan una peregrinación anual para visitarnos, a nosotros, sus parientes de la ciudad, que toleramos su presencia, escuchamos sin demasiado interés sus historias y experiencias y nos sentimos felices cuando se van y nos dejan en paz para dedicarnos a nuestras ocupaciones, siempre más importantes.”9
En ciertas ocasiones, concuerdo con esta visión, cuando observo que hay una gran tendencia por aferrarse a modelos que mantienen al margen a la población 7
joven. Si no se les excluye, se les ve como un mero ente pasivo del conocimiento, sin permitirles construir un razonamiento propio, tirando por la borda sus ideas y experiencias previas. Las acciones museológicas fuera de la institución son plurales, pero se forman generalmente con objetivos vinculados a reinvindicaciones sociales, a la ciudadanía y a la democracia. Estas iniciativas reflexivas inscriben así el museo en la dimensión sociocultural, y son un buen comienzo para establecer métodos para la gestión de la participación o la integración de las poblaciones. La museología cívica –o ciudadana, como la llama Anik Meunier 10– sugiere una reactivación de nuevas museologías. El eje rector de esta propuesta es el compromiso social y la identificación de soluciones a los problemas sociales mediante el trabajo directo con los ciudadanos. La operación es la comunidad, se basa en la participación activa de la población y el desarrollo en un ambiente educativo. Se da especial prioridad a las relaciones humanas. Esta nueva museología plantea diversas formas de apropiación del patrimonio cultural (material o inmaterial), atendiendo a las necesidades y características de grupos específicos: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, manteniendo
los
fundamentos
museológicos
(recolección,
conservación,
exhibición y preservación). La idea principal es la construcción y mantenimiento de los lazos sociales dentro de la ciudad. Desde mi experiencia, en un museo los jóvenes se aburren rápidamente porque no comprenden tanto los mensajes, como la finalidad de la visita. Más aún, ésta puede quedar desconectada y fuera de sus intereses, además de las vivencias que rodean a los estudiantes en su institución escolar. Además, muchas veces los criterios empleados por los museólogos no suelen coincidir con los objetivos establecidos desde el ámbito educativo. Un buen acercamiento significativo a la comprensión y apropiación del patrimonio puede iniciar con el desarrollo de tres ámbitos de aprendizaje: los de contenido conceptual (aprendizaje de hechos, datos cronológicos, biografías, características de épocas, etc.); los de tipo procedimental (aprendizaje de técnicas
8
plásticas) y, por último, los de tipo actitudinal, que incluyen el aprendizaje de valores, del respeto y la tolerancia. Conseguir que los jóvenes se identifiquen con el patrimonio cultural y la carga histórica que éste conlleva, no es tarea sencilla, pero si se implementan programas que los involucren directamente aseguraremos su futuro. Para efectos de un estudio más largo, he contemplado la ejecución de un programa de trabajo titulado Mi historia, sí hace Historia, dirigido a jóvenes de secundaria y nivel medio superior, residentes de los barrios del Centro histórico. El objetivo principal es mejorar la calidad de vida de este sector, ofreciendo una visión integradora de su historia como miembros de la sociedad y habitantes de la capital mexicana. Los objetivos que se pretenden están orientados fundamentalmente al impulso de las capacidades cognitivas (saber observar, comparar, relacionar, interpretar) más que la asimilación de conocimientos de forma pasiva y receptiva. En primera instancia, se busca educar a los jóvenes para que valoren su propio patrimonio cultural y despertar su interés por la historia; introducirlos, también, en el uso de los recursos del museo y alentarlos a investigar la historia de su barrio, a fin de favorecer los intercambios entre las generaciones de la familia y la comunidad. Igualmente, se procura desarrollar algunas de sus habilidades como la redacción, el dibujo o la fotografía. En este ejercicio, la memoria determinará los referentes en que los jóvenes van a fijar sus discursos identitarios. La memoria compartida, es por supuesto, una construcción social y, ante todo, es cambiante, selectiva, diversa, incluso contradictoria y relativa en todo caso a las situaciones, intereses e interrelaciones del presente. Sin embargo, este conjunto de discursos cambiantes de la comunidad sobre la comunidad, será un recurso permanente del pasado para interpretar el presente y construir el futuro, de acuerdo con ideas, valores e intereses compartidos. La adquisición paulatina del significado del patrimonio cultural supone entonces la modificación de los sistemas de comportamiento en este sector específico; informarse y saber más respecto de sí mismos y de sus circunstancias para reflexionar, se vierte en sus pautas de conducta. Progresivamente, emergerá 9
la necesidad de una sensibilización que haga posible la recuperación del patrimonio y la toma de conciencia de que es preciso valorarlo y conservarlo.
Conclusiones Sabemos que los especialistas investigan y que las instituciones administran, pero por antonomasia el patrimonio pertenece a la sociedad. Su construcción debe entenderse como un proceso constante de intercambio, en el que la diversidad de agentes, negocia posiciones de valor e interés. El patrimonio cultural tiene que ser considerado un sistema de mediación educativo. Desde mi perspectiva, gran parte del sufrimiento de esta sociedad podría aliviarse gracias a la sana relación de sus miembros y su entorno. Como docente y colaborador de un museo, sé que existe un deseo profundo en los jóvenes de saber sobre sí mismos, su historia y su entorno, así como de otros pueblos, otras culturas y otros modos de vida distintos a los suyos. Si les brindamos información fácilmente comprensible, que les permita buscar por sí mismos las soluciones que necesitan, conseguiremos que la preservación del pasado tenga sentido. Más aún, lograremos que sean ellos quienes construyan los valores que la sociedad demanda en el presente. Los problemas están ahí, resuenan en nuestros oídos, nos persiguen desde las páginas de los periódicos y las pantallas del televisor. A nosotros nos toca elegir, podemos no aceptar el reto y retirarnos a nuestras cómodas oficinas o bien encarar la situación y dar pasos audaces para salir al encuentro de nuestros jóvenes, en su propio terreno. Está en nosotros ofrecerles todas las oportunidades de aprendizaje. A mi juicio, el estudio de los problemas actuales, cuando se abordan desde una perspectiva histórica, pueden proporcionarnos una mejor comprensión del sentido del presente. Toda comunidad alberga una diversidad de voces, criterios y fuentes de legitimidad, pero toca a las distintas disciplinas de investigación social explicar los intereses implicados en los diferentes modelos de patrimonio, así como el tipo de relación que guardan con la sociedad civil.
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En el momento en que se tome conciencia del papel social del museo y el patrimonio, que nos trajo hasta el día de hoy, éste podrá ser considerado como un patrimonio vivo, formado por tradiciones y modos de vida. El redescubrimiento de nuestro patrimonio estimulará en nosotros la conciencia crítica con respecto a nuestras creencias e identidad, así como el respeto de las demás. En definitiva, el patrimonio cultural, nos permite entender mejor el papel de la humanidad a través del tiempo y nos permite apreciar con mayor intensidad la dimensión ética y moral de la vida. 1
Real Diccionario de la Lengua Española, 22ª edición, http://www.rae.es/rae.html José Luis Perea, “Memoria Histórica Colectiva y Museo Comunitario”, ponencia presentada en el Primer Encuentro de Historiadores Orales de América Latina y España, Ciudad de México, Septiembre de 1988 3 Pierre Bordieu, La Sociología de la Cultura, citado en Marcela País Andrade, “Construcción social del consumo y estilos de vida. Relaciones entre consumos culturales y ocio de los jóvenes de sectores medios en centros culturales”, 3ª Jornada de jóvenes investigadores, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 29 y 30 de septiembre de 2005, p. 6-7 4 Ernesto Márquez, y Felipe Tirado, “Percepción social de la ciencia y la tecnología de los adolescentes mexicanos”, Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, julio 2009, No. 2, p. 16 5 “Estadísticas A Propósito Del Día Internacional De La Juventud” Datos Nacionales, Instituto Nacional De Estadística, Geografía E Informática, México D.F., A 12 De Agosto De 2006, http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/default.asp?c=269&e=, p. 1 6 J. Prat y J. M. Comelles, “La noción de patrimonio” en Grupo de Trabajo sobre la Recomendación de la UNESCO para la salvaguarda de la cultura tradicional, Ministerio de Cultura de España, 1992 en Francisco, Cruces, “Problemas en torno a la restitución del patrimonio. Una visión desde la antropología”, Alteridades, julio-diciembre, año/vol. 8, número 016, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, Distrito Federal, México, p. 78 7 Georgina DeCarli, “Vigencia de la nueva museología en América Latina: conceptos y modelos”, Revista ABRA, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, Editorial EUNA, Costa Rica, julio-diciembre, 2004, p. 3 8 Carolina Asuaga, y Pau Rousell, “Un análisis de la gestión de las instituciones culturales: el caso específico de los museos”, [s. p. i], p. 5 9 Kinard R., John, “El museo vecinal, catalizador de cambios sociales”, Museum, No. 148, Vol. XXXVII, No. 4, 1985, Países Bajos, Smeets Offset, p. 221 10 Anik, Meunier, “La museologie citoyenne, recontre entre patrimoines et identités”, Congreso "Museos, patrimonios culturales y desarrollos locales" 13-14 de Noviembre de 2008, Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Universidad del País Vasco, Donostia-San Sebastián, p. 78-79 2
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Desarrollo de la conciencia patrimonial en niños y jóvenes ¿Qué hacer? ¿Por dónde empezar? Valentina Cantón Arjona*
Definimos la Educación patrimonial como… ―La acción intencional, organizada y sistemática dirigida a la formación de sujetos que se realiza a partir de la identificación, conocimiento, interpretación, valoración y apropiación subjetiva y emancipadora de su patrimonio
cultural,
natural
y
ético--espiritual;
patrimonio
que
es
históricamente determinado y a través del cual se concreta y expresa su particularidad individual/colectiva.‖
El campo de la educación patrimonial se ubica, justamente, en la intersección entre la educación y la cultura. La educación -proceso mediante el cual se realiza la transmisión de los bienes materiales, culturales y espirituales de una generación a otra- es contemplada en esta intersección en sus distintos aspectos: como tarea social y ético-política, como proceso psicopedagógico y como conjunto de teorías, estrategias y procedimientos en que se fundamentan las modalidades educativas. La cultura, por su parte, se pone en juego como expresión de formas de comprensión del mundo, de acción individual y colectiva coordinada, y como espacio de producción y reflexión acerca de los bienes culturales materiales e inmateriales. En la educación patrimonial, entonces, aparecen objetos de estudio, conceptos, categorías y métodos referidos tanto al proceso educativo y su ciencia, la pedagogía, como a las distintas disciplinas y campos de estudio –filosofía antropológica, ética, historia y geografía, política, antropología social y antropología cultural, etnología, arqueología y restauración, museografía, artes y arquitectura histórica, derecho, ecología y las tecnologías asociadas a la producción de los bienes culturales- que, a pesar de su pluralidad y diversidad, pueden relacionarse
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Psicoanalista/Mtra. en Educación. Docente investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional y profesora de asignatura del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente coordinadora del diplomado “El derecho a la memoria: la Educación patrimonial” que se lleva a cabo en la División de Educación Continua de esa misma facultad.
2 con la educación en el patrimonio por su preocupación por las producciones culturales. Es, pues, evidente que en el campo de la educación patrimonial aparecen aristas con gran complejidad tanto teórica como práctica, que obligan a buscar nuevas formas de pensamiento para la identificación, recorte y definición de sus objetos de trabajo, y el establecimiento de conceptos, categorías, métodos y procedimientos que, siendo fieles al quehacer educativo, no olviden, violenten o traicionen los campos y disciplinas que los enriquecen. A esta complejidad (que aquí sólo nombramos pues no es la finalidad de esta ponencia elaborar sobre ella) debemos añadir un elemento que podemos considerar, cuando menos, perturbador para el desarrollo de la Educación patrimonial: me refiero a las tradicionalmente difíciles relaciones entre educación y cultura. Tanto en procesos educativos formales como informales, los educadores –y los especialistas en ramas de la educación- a menudo olvidan, o bien no reconocen ni suponen necesario hacerlo, que el quehacer educativo es la vía por excelencia para la transmisión cultural. Confinada a menudo a la mera instrucción, la educación y los educadores suponen que pueden hacer a un lado la cultura que es, finalmente, la que da sentido social y político al acto educativo. Sobre este escollo tan reciamente arraigado en la conceptualización y la práctica educativa nos interesa trabajar aquí. La difícil relación entre la educación y la cultura no es algo nuevo. Autores del último tercio del siglo XIX mexicano –como Ramírez, Prieto y Altamirano- ya bordaban sobre este asunto cuando ofrecieron los primeros elementos para la construcción de una idea de cultura popular (véanse, por ejemplo, las ideas de Ramírez respecto a la educación de los indígenas). Esta visión era antitética a la de quienes (fieles al conservadurismo decimonónico) consideraban que el ―conocimiento‖ y el disfrute de la cultura –asociada siempre a las bellas artes— era una posesión de las ―elites‖, de la ―gente bien, culta‖, pues la cultura no era accesible al vulgo por ser expresión de más refinada elevación intelectual. Mientras que la educación, que podía reducirse, incluso, a la lectoescritura y las operaciones básicas y confinarse a las aulas oscuras de una escuela, era un regalo (incluso a veces inmerecido, cuando no peligroso) para un pueblo que no tenía nada ni sabía nada.
3 Esta visión chata del quehacer educativo se recrea, años después, en la breve obra teatral ―Diálogo‖, publicada en 1922 en La Falange. Revista de Cultura Latina. Veamos algunos fragmentos: “LA EDUCACIÓN: es alta y rígida; tiene los cabellos pajizos que harían desconfiar a un personaje de Wilde. Pesa cada una de sus palabras en el platillo de su mano extendida; y cubren guantes, hasta los hombros, sus brazos. Por lo demás, una persona de cierta edad no experimenta al verla, temor alguno; apenas una obligada desconfianza. Los pequeños en cambio, creen ver en ella, cada uno, a su institutriz y palidecen ante su palidez que no sería fácil dilucidar si proviene de un temperamento bilioso o de las frecuentes consultas a pergaminos incunables.
LA CULTURA: toda ella es un gracioso desorden. Los ojos vivos; sueltos los cabellos y el ademán. A medida que habla asegura su concepto, sin sentirlo. Y cuando calla, escucha. La hallamos como de la familia: su presencia alboroza y concierta; pero no nos presentaríamos con ella en sociedad sin un ligero rubor: ¡usa los zapatos tan cómodos! Afortunadamente, no ha podido acostumbrarse a las veladas. “LA EDUCACIÓN. -Por ningún motivo vayas a confundirme con la Pedagogía; menos aún con la Enseñanza; es verdad que son mis parientas lejanas, pero no sostengo con ellas ninguna relación desde su matrimonio. La primera casó con un viudo con hijos... La otra con un editor de libros de texto... Ambas, conociendo algunas de mis intenciones han querido llevarlas a cabo, pero ¿cómo? ¡popularizándolas! Sabían de mis ideales, más ignoraban los medios de conseguirlos. No comprenden que el único medio de oficiar es: dictando al oído, dando un tono sospechoso a la voz, prometiendo a cada hombre por separado la solución y la esencia; obligándolo, conformándolo... LA CULTURA. -Secreto a voces.
4 LA EDUCACIÓN. -¡Qué importa! Por lo pronto, el hombre está catalogado y simétrico por obra mía. (…) Yo misma, lo confieso, no puedo sustraerme a ciertas ideas, a ciertas actitudes; aunque comprendo ¡ay! que las copias numerosas acaban con el valor de los originales (…) Podría aconsejarte, pero me parece que tu cabeza es loca, y tiene algo de pájaro y de follaje al viento. Cuando hablas, lo haces como una persona que está ya segura de sí misma, como quien, después de infortunio y alegrías máximas, calla para que se oiga a su experiencia. LA CULTURA. -Como un pájaro, sí, como él canta: movido pero no impulsado. Hablo yo, y, como él siento que lo que digo nunca lo he aprendido…¡Quizá lo hayan aprendido por mí! (…) LA EDUCACIÓN. -¿Qué dices? Te aseguro que no te escucho, no lo mereces. Me aturdes como un torrente. Te sobra agilidad, careces de orden y mesura. Perteneces a la categoría de personas que no pueden conversar sentadas. (…) Apresúrate a corregirte, domina siempre tus impulsos y haz, sobre todo, economía de ademanes. No recuerdo haber tenido en mi juventud tales arrebatos; bien es verdad, que tampoco recuerdo haber tenido juventud. Y, por cierto, no lo lamento; vosotros no comprendéis nada bajo el pretexto de amarlo todo; y sois tristemente egoístas, de un egoísmo ciego y desinteresado. Goethe, que alguna vez fue joven, lo decía: 'ponemos en el objeto amado cualidades que verdaderamente no hay en él'. (…) Pero el tiempo te dará lecciones más firmes. Te enseñará que es preciso aprender a juzgar, que no es otra cosa que odiar; a escoger, que no es distinto que rechazar. Te enseñará la sonrisa que no se externa; la atención que aparece indiferente; la complacencia exagerada en los encuentros con los amigos; en una palabra: la hipocresía, que aparecerá condenable pero que, en la práctica, resulta el más vivo matiz de nuestra existencia. Pero... ¿No me escuchas? Ya lo temía yo. ¡Y pensar que has dejado perder mis palabras a cambio de ver ese crepúsculo cotidiano y uniformado! desde Wilde -a pesar de Chesterton- nadie se admira ante un espectáculo tal. Equivaldría a detenerse diariamente a contemplar al 'botones' de un hotel: los rojos de su uniforme no son menos vivos y el dorado de la botonadura es todo lo brillante que el aseo hace posible; existe además la ventaja de que la
5 tela de mala clase, se tornasola día a día de manera apreciable para los ojos del experto. (La Educación sale. Los zumbidos de algunos insectos caseros. El silencio que dejó a su partida, es cada vez mayor con las primeras sombras). (LA CULTURA, sin darse cuenta de que se halla sola, despierta de su ensueño y, para probar que no ha dejado ni por un momento la plática, empieza a pensar en voz alta.)
Algunos años después, experiencias como la de Carapan, en Michoacán, nutrida por lingüistas, antropólogos y maestros, volverían la cara a la cultura intentando vincularla con su pareja original, la educación. Sin embargo, la visión conservadora y creadora de la falsa separación se mantendría presente hasta poco más de la mitad del siglo XX, con una variante: la cultura era cosa de intelectuales, mientras que la educación era cosa de maestros de escuela. Fue el impulso de los movimientos democratizadores de los años sesenta el que generó nuevos discursos sociales, políticos y, por consecuencia, culturales y, con ellos, la necesidad de replantear la cultura, la educación, sus relaciones, sus actores, sus espacios y, por tanto y necesariamente: la escuela. Parece, pues, que la relación entre cultura y educación ha estado sujeta a vaivenes permanentes que siempre resultan en su alejamiento, en su disociación. En nuestros días, es frecuente encontrar en distintas comunidades del país que la escuela y la casa de cultura son espacios físicos y de formación total y plenamente diferenciados y, muy a menudo, desconectados entre sí. Mientras que a la escuela se va a aprender lo indispensable para el trabajo o para continuar ella ascendiendo hacia la ilusión de la movilidad social, en la casa de cultura se aprenden cosas ―complementarias‖ consideradas a menudo prescindibles cuando no superfluas, cuya certificación (si se da) no tiene, en general, utilidad práctica (exceptuando desde luego aquella que se refiere a los oficios). Ningún padre, en su sano juicio, saca a su hijo de la escuela para que se dedique a aprender exclusivamente lo que la casa de cultura le ofrece. En cambio, muchos padres, la gran mayoría, suponen que es necesario que sus hijos se dediquen a estudiar exclusivamente los
6 contenidos escolares e incluso suponen necesario evitar el contacto con aprendizajes ―menores‖ o ―distractores‖. Excepto en comunidades con gran arraigo y autoconciencia de su fuerza cultural, como sería el caso, por ejemplo, de la conformada por los habitantes de Tlacotlapan, Veracruz, la participación de niños y jóvenes en la casa de cultura genera elementos y prácticas que les cohesionan, les dan sentido de identidad y pertenencia y los vinculan con la escuela. En ella, podemos observar elementos de continuidad (promovidos por la propia población) entre la escuela y la casa de cultura. Por otra parte, es necesario señalar que en otras comunidades, especialmente las que se autodefinen orgullosamente como sólo urbanas y habitadas por ―gente de ciudad‖, observamos que, hasta hace poco tiempo, las casas de cultura fueron como las escuelas, vaciadas de cultura, transformándos e en espacios ―habitados‖ con conferencias, eventos, fiestas (incluso particulares) o clases de manualidades que no estaban necesariamente dirigidas a los niños y jóvenes ni vinculadas con la cultura local o de los barrios, por lo que no constituían espacios que ofrecieran elementos de cohesión, identidad y pertenencia a los menores de la comunidad. La escuela, por su parte, aunque habitada por ellos se mantiene ocupada, aislada en sus propias dinámicas. ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué los educadores no son capaces de habitar y vincular estos espacios y actuar como gozne entre ellos cumpliendo su papel de intermediarios culturales? Quede al margen, como elemento para ulterior reflexión, el hecho de que las concepciones y las políticas democráticas y democratizadoras aciertan cuando reconocen en estos espacios –finalmente públicos- oportunidades de inclusión social, y los promueven como punta de lanza para la creación de nuevas prácticas de convivencia, participación y creación de cohesión social y cultural. Quede al margen, pero considérese. Pero concentrémonos en la escuela, esa escuela habitada por niños y jóvenes sometidos a un proceso de instrucción centrado en los contenidos; ocupada de sí misma; alienada de lo que da vitalidad a las comunidades: la cultura, y separada de su contraparte: las casas de encuentro cultural de las comunidades. Son muchos los motivos que originan este distanciamiento entre la escuela, la casa de cultura y la cultura. Destacaré sólo dos: el primero y muy importante, es la obligación de la primera como espacio hiperregulado y vigilado para cumplir
7 agotadores
y
exhaustivos
programas.
Una
currícula
sobrecargada,
permanentemente revisada desde los escritorios para su ―enriquecimiento‖; a cargo de docentes también sobrecargados de trabajo (o de empleos) que son avisados a última hora mediante capacitaciones express de los cambios curriculares; evaluaciones cuantitativas basadas en contenidos, y poca o nula definición y utilización de indicadores como vías para la evaluación formativa, hacen que la escuela se vea permanentemente exigida, agobiada, y que sólo pueda ocupar el escaso tiempo dedicado a los niños y los jóvenes a tratar de enseñar los contenidos curriculares ―formales‖ entre los que, desde luego, no hay espacio para el recreo cultural. Asignaturas como música o educación artística son asignaturas menores, complementarias, y en ellas se reproduce la subvaloración en la currícula de la cultura de manera análoga a lo que ocurre con la educación física. En segundo término, debemos señalar que en la escuela ya existe un ―topos‖ para considerar (o mejor dicho, confinar) la cultura: los festivales. Danzas regionales, himnos y cantos, recreaciones y dramatizaciones culturales o cívico culturales deben cumplir con agendas y temáticas preestablecidas, prácticamente las mismas (con variantes de época) desde finales del siglo XIX cuando se estableció la asamblea cívica escolar y el saludo a la bandera. Hoy, se añaden a estas festividades otras como el día del árbol o de la tolerancia. Un trabajo escolar, un periódico mural o una escenificación cumplen con el requisito; una vez cumplido, directivos, maestros y alumnos deben seguir corriendo tras ―el programa‖. Si existe un ―plus‖ cultural que de estas acciones se deriven depende, fundamentalmente, a la intervención y la conciencia cultural de los docentes. Por eso, resulta indispensable que los educadores, pedagogos y especialistas en educación reúnan saberes y experiencias para que, transformando las prácticas arriba descritas, puedan hacer de la Educación patrimonial una estrategia para la reivindicación de la cultura en la escuela, reconociéndola no como accesoria sino como la condición matricial de su quehacer. Pues es en la escuela donde mayoritariamente están los niños y los jóvenes a quienes deben transmitirse los bienes materiales, culturales y espirituales de las generaciones que les preceden. Se requiere, pues, de una escuela capaz de apropiarse de la cultura, entendiendo ésta como:
8 ―Todo el complejo de rasgos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que distinguen a una sociedad o grupo social. No sólo incluye las artes y las letras, sino también los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.‖ (Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, ciudad de México, 1982)
Esta definición –nacida e impulsada en México como lo han sido otras muchas intervenciones y propuestas en relación con la cultura y el patrimonio cultural de los pueblos- ha de encarnarse en prácticas educativas y formas de vida escolar que, por otra parte, el Estado está obligado a apoyar tras su adhesión a la Convención de 1972, dedicada al rescate, la conservación y la protección del patrimonio cultural y natural del Mundo. Adhesión que, por otra parte, debemos recordar es vinculante. Y vale la pena recordarlo, pues atendiendo a planteamientos de la UNESCO, es posible dar cuerpo a estrategias de educación patrimonial en la escuela, revisando distintos proyectos y programas que vinculan el patrimonio con temáticas como la educación para la paz, la inclusión social, la ciudadanía juvenil y la sustentabilidad. Vínculos que, sin necesidad de hacer gran teorización, confirman la relación que guarda la educación patrimonial, la formalización de la enseñanza en el patrimonio cultural y su apropiación, con la formación ciudadana. Entonces, más que la redacción al infinito de contenidos específicos para la escuela, se trata de promover la realización de prácticas y la construcción de proyectos orientados al desarrollo de aprendizajes que aquí llamaremos competencias patrimoniales: la identificación, el conocimiento, la interpretación, la valoración, la conservación y la difusión de los bienes patrimoniales . Competencias en las que, como el término lo indica, se sintetizan conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes a través de las cuales los docentes y los educandos expresarán el desarrollo de su conciencia patrimonial. Espacios ejemplares del esfuerzo para la formación de esta conciencia patrimonial son las escuelas integradas a la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO, RedPEA. Son escuelas que alrededor del mundo han optado por la innovación y están dispuestas a pagar los costos de la incertidumbre que esto acarrea. Estas escuelas asumen –de manera voluntaria- construir una vida escolar bajo supuestos como el conocimiento, la procuración y la defensa de los derechos
9 humanos; la armonía entre los individuos y los pueblos del mundo a partir del respeto, la justicia, la libertad, la equidad, la tolerancia y la no discriminación; la búsqueda de lazos de interacción entre la escuela y la comunidad; la solución pacífica de los conflictos, y la valoración y el aprecio de los climas democráticos en la escuela atendiendo a su posibilidad de irradiar estos climas hacia la comunidad, y la promoción de la participación democrática y transformadora. Asumen estos supuestos, pues, los reconocen como bienes culturales, como parte del patrimonio cultural largamente anhelado y decantado y que es necesario preservar y hacer pervivir. La riqueza derivada de las experiencias innovadoras que surgen de estas escuelas se valora plenamente, cuando sus estrategias son transportadas a otros espacios y a otros proyectos **, pues cuando hablamos de desarrollar conciencia patrimonial, hablamos de una conciencia que, como señala Dewey, no es una cosa fija, única ni terminada. Desarrollar conciencia, nos dice, es desarrollar en los niños y los jóvenes el estar alerta para percatarse de las cosas y de los acontecimientos presentes, pasados y futuros. Es desarrollar en ellos la capacidad para entrar en el movimiento de los significados, su transformación, su redireccionalidad, pues estos significados
son
formaciones
sociales
–siempre
culturales-
en
continua
construcción. Así pues, la conciencia patrimonial no es un estado fijo ni introspección solitaria, es tránsito, cosa inconclusa mirada hacia, para y con los otros, es participación, descubrimiento, definición, redefinición y apropiación, es permanente construcción de significados de lo que los bienes culturales representan para cada uno de nosotros y para nuestra comunidad. Propiciar, facilitar el desarrollo de la conciencia patrimonial en los niños y jóvenes, es instaurar en ellos un compromiso intelectual, una necesidad de conocer, valorar y preservar, de apropiarse y patrimonializar los bienes materiales e inmateriales que les han sido transmitidos de una generación a otra esa herencia, patrimonio incluso natural, pero al que se dirige una mirada siempre cultural. ¿Qué mejor espacio para desarrollar esta conciencia que una escuela vinculada a su comunidad y promotora de su cultura? Para que lo sea es necesario, entonces, recomenzar para:
**
Como la experiencia de educación patrimonial en el marco del programa Peraj--UPN.
10 1. Diluir la falsa disociación entre educación y cultura, revelando los motivos de esta disociación. 2. Aprender de la historia el costo que ha tenido de esta disociación. 3. Restaurar el valor de la cultura como un bien comunitario y no como propiedad de individuos o elites. 4. Generar vínculos y estrategias de trabajo común entre la escuela y la casa de cultura reconociendo en ambas su elemento unificador: su vocación como espacios de formación y transmisión de formas de vida, valores, creencias, cultura. 5. Redefinir al maestro como un intermediario cultural privilegiado facilitando que abandone el papel de repetidor de contenidos preestablecidos y que le son impuestos. 6. Reorganizar el espacio escolar promoviendo la participación de todos los actores de la comunidad escolar. 7. Atender al papel emancipatorio que juega la cultura en los individuos y en las comunidades, y, finalmente, como condición fundamental… 8. Redirigir la mirada hacia los niños y los jóvenes, a quienes despojamos cuando les dejamos de transmitir el conocimiento y la valoración de los bienes culturales que por derecho les corresponden; los despojamos de su identidad, su sentido de pertenencia y de continuidad; los despojamos, pues, de su capacidad de ser plenamente, de convivir y enlazarse con los otros.
La asignatura estatal Patrimonio Cultural y Natural del Distrito Federal Dr. Mario M. Carrillo Huerta El interés sobre el patrimonio de los pueblos se acentúo a partir de la 17ª Conferencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que celebró la “Convención sobre la protección del Patrimonio mundial, cultural y natural” en 1972. Se trató entonces de una primera y oportuna respuesta al impulso creciente y aún vivo de globalización mundial, cuya consecuencia más preocupante es la homogeneización de las manifestaciones humanas. Preocupante porque, inmersos en una lógica de mercado global, basada en el principio básico de mercancía y comprador, tanto la mercancía como el comprador pueden muy bien carecer de identidad mientras subsista el hecho último de compra-venta. En un escenario como éste, donde impera el mercado por sobre cualquier otro principio, los rasgos distintivos de una persona, de una comunidad, de un pueblo, pasan a un plano accesorio y prescindible. La decimoséptima conferencia diagnosticó acertadamente el problema, y consideró que era necesario preservar las manifestaciones culturales de los pueblos, porque a través de ellas habla la identidad histórica de cada uno, aquella por la cual es posible entablar un diálogo entre tiempos, espacios y culturas ciertamente diversas, pero unidas en un elemento que no puede ser reducido al nivel de mercancía: lo humano. La recuperación que cada pueblo hace de sus propias manifestaciones culturales, le sirve para afianzar su identidad en el concierto global, y le permite mantenerse firme ante los embates del mercado. No pugnamos por una reducción de la actividad comercial, sino más bien por su reencauzamiento por terrenos donde impere la multiculturalidad, obligando a que el intercambio entre culturas sea más profundo y enriquecedor, y no subordinando lo humano a lo económico. Bajo esta perspectiva, las naciones tienen la obligación de salvaguardar su patrimonio, porque éste las sitúa como producto de un proceso histórico, y las compromete como constructoras de otro también histórico que habrá de configurar el futuro. La dimensión histórica es fundamental en sociedades responsables y democráticas, y siempre se está mejor plantado sabiendo de dónde es que se viene. La ciudad de México no es la excepción. Aquí se concentra la mayor cantidad de monumentos considerados patrimonio artístico, arqueológico e histórico al nivel nacional y continental, así como cerca de 30 áreas naturales protegidas. Y a pesar de la vasta riqueza de la capital, quienes en ella habitamos ignoramos, mayoritariamente,
no sólo el valor de dichos elementos patrimoniales, sino incluso su propia existencia. Diariamente los habitamos, los recorremos, los transitamos y, a pesar de verlos, no los comprendemos, no sabemos qué es ni cuál es el valor o significado de lo que estamos observando. Esta es una situación verdaderamente ingrata, porque nos debemos a ellos; en ellos está escrito lo que somos y nada de cuanto actualmente gozamos habría podido conseguirse sin el esfuerzo y el trabajo de hombres y mujeres que dejaron su huella en esas manifestaciones culturales. Por otro lado, si no fuera por las áreas naturales que regulan el clima, filtran el agua y depuran el aire, el siempre frágil equilibrio ecológico que posibilita la vida no sólo humana, sino la vida toda en la capital, no sería posible. Y aún así, no hay entre los habitantes del Distrito Federal una cultura efectiva de protección cultural y ambiental. Se requieren medidas rápidas y adecuadas, porque hay rubros en los que la situación ha llegado a extremos dramáticos. Para nadie en la Ciudad es un secreto el serio problema de desabasto de agua; podemos, literalmente, quedarnos sin el líquido que, faltando, pondrá en jaque la sustentabilidad misma de la vida en la entidad. Ya no hay más tiempo para encomendar el cuidado de lo nuestro a promotores culturales o ambientalistas animados por un espíritu voluntarioso pero solitario. Todos debemos sumarnos a una causa en la que, querámoslo o no, tenemos responsabilidad. Y puesto que los cambios deben operarse de raíz, desde lo más profundo, la primera iniciativa debe ser, creemos, de carácter educativo. Así como enseñamos a nuestros niños a leer y escribir, así mismo debemos enseñarles a proteger su patrimonio. Por tal motivo, la Secretaría de Educación del Gobierno del Distrito Federal, la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal y el Instituto Nacional de Antropología e Historia se propusieron, hace ya más de un año, elaborar un proyecto educativo que sensibilizara e involucrara a los jóvenes capitalinos respecto al tema del patrimonio. La oportunidad se dio cuando la Secretaría de Educación Pública lanzó la convocatoria para el diseño de la llamada Asignatura Estatal para el primer grado de educación secundaria. Se trata de un espacio curricular a disposición de las entidades federativas que les permite incluir en los programas de estudio de educación básica materias cuyos contenidos resultan de utilidad en la conformación de ciudadanía. Por medio de la Asignatura Estatal, por ejemplo, se puede enseñar la historia de la entidad, se pueden reforzar los valores democráticos de los jóvenes, o se les puede orientar respecto al ejercicio de su sexualidad. El esfuerzo de las instituciones que se comprometieron en el diseño de la asignatura, estuvo enfocado entonces al patrimonio
cultural y natural del Distrito Federal, en correspondencia con la necesidad de implantar acciones prontas y precisas. Los jóvenes estudiantes de educación secundaria representan un reto particularmente complejo. Con ellos no se puede hacer uso de las mismas técnicas y recursos pedagógicos que valen para los niños del nivel primaria y tampoco puede tratárseles como a los muchachos del nivel medio superior. Estos jóvenes se encuentran en una etapa formativa sumamente crítica y definitiva. Es aquí cuando se da la conformación de la personalidad, y es por ello mismo cuando más certezas y apoyos se necesitan. En la búsqueda de identidad propia, los jóvenes, que pueden llegar a sentirse en la más angustiosa indefensión, echan mano de cuanto les rodea decantándose por aquello que les produce afinidad y distanciándose de aquello que no les parece estimulante. En la elección, pueden y es natural, errar el camino en no pocas, sino muchas ocasiones; equivocarse es necesario para madurar, pero es alarmante el ver cómo los jóvenes cada vez se sujetan más a principios plásticos, artificiales que poco o nada abonan a la conformación de ciudadanía. Si, como ya se dijo, el sentimiento ordinario es la indefensión y el extravío, es importante disponerles elementos de los cuales puedan sujetarse; anclas que permitan a los jóvenes edificar su propia personalidad sobre valores firmes, y el patrimonio es justamente eso, el conjunto de manifestaciones que, en virtud de su contenido, reviste un valor trascendental. La elaboración del programa no fue sencilla; había mucho en juego, y era importante seleccionar las herramientas pedagógicas más adecuadas a nuestro fin. Así, uno de los propósitos básicos de la propuesta fue brindar a los estudiantes un espacio curricular que les permitiera fortalecer su identidad y sentido de pertenencia, con base en el reconocimiento del patrimonio cultural y natural que les rodea y, sobre todo, que les permitiera adquirir una conciencia del valor que tiene su preservación, a partir de una participación individual y colectiva en su entorno social y natural. Es cierto que la finalidad es en suma ambiciosa, pero cuando se adquieren compromisos educativos no se pueden racionar los propósitos. De hecho, la propia Secretaría de Educación Pública requiere que las asignaturas estatales promuevan el desarrollo de competencias básicas para la vida en sociedad. Y es preciso reconocer que esos jóvenes son quienes, mañana, conducirán los destinos de nuestra Ciudad. Así, la asignatura estatal “Patrimonio cultural y natural del Distrito Federal” se propuso, con toda propiedad, que los jóvenes se relacionen armónicamente con otros y con la naturaleza; se comuniquen con eficacia y trabajen en equipo; tomen acuerdos y
aprendan a negociar; desarrollen identidad personal, al tiempo que reconozcan y valoren la diversidad étnica, cultural, lingüística y natural de la entidad y del país; adquieran la capacidad de decidir y actuar críticamente; procedan a favor de la paz, el respeto, la legalidad y los derechos humanos; participen social y colectivamente en un marco de respeto a la diversidad, combatiendo la discriminación y el racismo y con la plena conciencia de pertenecer a una cultura, un país y el mundo. El fortalecimiento de estos principios tan necesarios, sin embargo, debe estar sustentado en una estrategia pedagógica adecuada. Los adolescentes son por naturaleza receptivos, pero resienten el bombardeo de información, su atención se orienta más a lo emotivo que a lo racional, y por ello debe situárseles en un plano que propicie su interés. El enfoque educativo de “Patrimonio cultural y natural del Distrito Federal” es vivencial. Es importante, para la impartición del curso, que el docente propicie en los alumnos un reconocimiento de su participación en las manifestaciones culturales de su entidad: usos, costumbres, prácticas, tradiciones, lenguaje, música. Se debe aludir a conocimientos y experiencias previas, inherentes a la vida cotidiana de los jóvenes, para que éstos participen activamente en la dinámica de la asignatura y en la construcción colectiva del conocimiento. La idea es partir de lo más cercano, de lo que les es más próximo, para de ahí extenderse a lo que, aún siéndoles propio, no reconocen sino distante y lejano. Así, conviene echar mano de recursos que les son afines o que, en todo caso, pueden captar con mayor facilidad su atención: mapas, cuadros comparativos, imágenes, audiovisuales, fotografías, videos, documentales, reportajes, entrevistas y, naturalmente, las visitas y los recorridos, pues la experiencia propia, íntima, efectiva es, por sobre todas las cosas, la más importante. La propuesta no es entonces conceptual, antes bien, propone que los alumnos construyan sus propios conceptos, aprendan permanentemente viviendo el patrimonio y participando de él. Sólo así puede lograrse que la vista de la cotidianidad se transforme en la del asombro y el aprecio. Sólo así, los monumentos dejarán de ser las masas grises de camino a casa, y pasarán a ser los testimonios de un pasado que nos constituye y que debemos conservar para bien y fortaleza de nuestra propia integridad. Sólo así puede pasarse del ver al apreciar. Luego de mucho trabajo, el proyecto fue enviado a la Secretaría de Educación Pública, que con bastante atino y oportunidad realizó sus observaciones. El equipo diseñador atendió a las sugerencias de los especialistas y produjo una propuesta que, finalmente, durante el pasado mes de agosto, fue dictaminada favorable para su incorporación al “Catálogo Nacional 2010 de programas de la asignatura estatal. Plan
de Estudios 2006. Educación Básica Secundaria”. Esto quiere decir que la asignatura “Patrimonio Cultural y Natural del Distrito Federal” ya podría impartirse en los primeros grados de las escuelas secundarias de la capital a partir del ciclo escolar 2011-2012. Nada quisiéramos más que el poder ver ya cristalizado el proyecto en las aulas, pero su impartición aún requiere de un proceso no menos arduo que el de diseño, aunque igualmente necesario. Con la ayuda y orientación de la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal, dependiente de la SEP, se comenzó ya una labor de monitoreo y pilotaje, luego de la cual será posible potenciar las estrategias educativas de la asignatura. Ciertamente el proceso llevará tiempo, pero es un tiempo sabiamente invertido, porque abonará la tierra sobre la cual la semilla de la asignatura debe rendir sus frutos. Los contenidos de la asignatura fueron divididos en cinco bloques, y cada uno de ellos, ya desde el nombre, da cuenta de la intención inicial del proyecto: el Bloque I lleva por título “Las transformaciones del espacio geográfico del Distrito Federal a través del tiempo y su función como capital del país”; el Bloque II, “El patrimonio cultural y natural de la llamada Ciudad de los Palacios”; el Bloque III, “El patrimonio cultural del Distrito Federal, producto del mestizaje y del pluralismo”; el Bloque IV, “La diversidad cultural y natural que se sintetiza en el Distrito Federal” y el Bloque V, “La conservación y difusión del patrimonio en el Distrito Federal”. Los primeros pasos ya están dados, y es responsabilidad de quienes habrán de sucedernos continuar con la labor. Esta magna empresa no puede darse por concluida con la sola aprobación de la asignatura para su impartición. La educación es algo vivo y en evolución; el patrimonio mismo deviene en el tiempo, se acrecenta, se transforma, y por lo tanto es indispensable mantener actualizado el programa. Éste deberá nutrirse siempre de la experiencia de los maestros, tanto como de la de los alumnos, sus padres, sus hermanos, sus amigos, la comunidad entera, por la simple y sencilla razón de que el patrimonio no es un asunto exclusivo de los museos, los parques o las aulas. Es un asunto de todos, nos pertenece a todos, todos lo producimos y lo custodiamos, sepamos o no dar cuenta de él. Nuestra labor está encaminada a que todos lo sepamos, primero a nosotros mismos, luego a nuestros semejantes, y finalmente a las generaciones futuras, quienes habrán de recibir de nosotros lo que nosotros recibimos de nuestros antepasados. Se trata de un compromiso de dimensión histórica, que no debemos ni podemos eludir, y que más bien debemos y podemos encarar con entusiasmo y dignidad.
La Memoria del Mundo en manos de los niños: leer, tocar y jugar en la Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana Fabián Valdivia Pérez
1. La Biblioteca Palafoxiana …resolvimos a honra y gloria de Dios nuestro señor, ser muy útil y conveniente, hubiese en esta ciudad y reino una biblioteca pública de diversas facultades y ciencias donde todo género de personas… puedan estudiar como les convenga, por la grande falta que suele haber de libros en estas partes…1
Estamos empezando a conocer, con profundidad, la historia de la Biblioteca Palafoxiana. A partir de los daños ocasionados por el temblor de 1999, se emprendió un proyecto de rescate integral de la Biblioteca, no solo en su parte material, sino también del conocimiento que se encuentra en sus libros y manuscritos. De esta forma, hoy se cuenta con un catálogo de impresos y otro de manuscritos, instrumentos necesarios para cualquier investigación. Desde luego, la historia de los libros que actualmente custodia la Biblioteca Palafoxiana es una historia que va de lo individual a lo colectivo, de un solo volumen a donaciones completas de otros acervos. Anterior a la donación de Juan de Palafox y Mendoza de su biblioteca, a los Colegios de San Pedro y San Juan, la ciudad de la Puebla de los Ángeles contaba ya con acervos bibliográficos. En esta ciudad, los primeros libros que se mandan a hacer son los del Coro de la Catedral, habilitando un espacio, junto a la capilla del Santo Crucifijo, como biblioteca de la Catedral. Para el siglo XVI, existían en Puebla varios colegios como el de San Luis, de la Orden de los Predicadores; los de San Jerónimo y del Espíritu Santo, ambos de la Compañía de Jesús, y estaba en construcción el de San Juan Evangelista, institución que albergó el incipiente acervo bibliográfico que fue el antecedente de la Biblioteca Palafoxiana. Durante el siglo XVII, se construyen los colegios jesuitas de San Ignacio y San Idelfonso, y los conventos de San Francisco y 1
Donación del Obispo Don Juan de Palafox y Mendoza de su librería, Puebla, Secretaría de Cultura, 1998, versión paleográfica y actualización idiomática de Arturo Córdova Durana del manuscrito de 1646, p. 41.
San Agustín, además de los conventos de Santa Bárbara y Nuestra Señora de los Remedios. 2 Todos estos lugares contaban con acervos bibliográficos para el uso de quienes en ellos estudiaban o habitaban, sin olvidar los libros que estaban en las pequeñas bibliotecas de los habitantes de la Ciudad. El carácter religioso de la Biblioteca Palafoxiana perduró durante toda la Nueva España y hasta mediados del siglo XIX. Fundado en 1595, el Colegio de San Juan Evangelista empezó la formación de estudiantes para acceder al presbiterado y atender las parroquias de la diócesis de Puebla y Tlaxcala. El sitio de este colegio es el mismo donde se encuentra la Biblioteca Palafoxiana actualmente
y
que
funcionó
como
Seminario
hasta
el
proceso
de
desamortización de bienes corporativos en el siglo XIX. 3 Juan de Palafox y Mendoza, siguiendo los preceptos canónicos sobre los centros de formación del clero, decide, hacia 1647, crear un seminario conciliar, integrando el Colegio de San Juan y el Colegio de San Pedro, fundado por él mismo en 1644, y dejando pendiente la formación del Colegio de San Pablo. Así, el seminario quedó aprobado el 30 de diciembre de 1647 y con aprobación apostólica en 22 de mayo de 1648, siendo el primer seminario conciliar de la Nueva España. 4 Bajo este contexto, el obispo Palafox decide donar su biblioteca particular “por la grande falta que suele haber de libros en estas partes, por traerse de otras remotas y no haber en ellas número de impresiones y comodidad de papel”. 5 Así, y en presencia del notario Nicolás de Valdivia, el 5 de septiembre de 1646 se protocolizó la donación de su “librería de cinco mil cuerpos”, habilitando después un espacio más amplio para colocar los “estantes y su rejería de alambre”, dotando además a la Biblioteca de un cuerpo normativo, con la única condición de que fuera disponible al público en general y no
2
JESÚS JOEL PEÑA ESPINOZA, “Introducción”, en Manuscritos de la Biblioteca Palafoxiana. Inventario General, Coordinación General Jorge Garibay Álvarez, Jesús Joel Peña Espinoza, México, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, Fundación MAPFRE TAVERA, ADABI de México, 2004, pp. 15 – 16. 3 Ibíd. 4 NICANOR QUIROZ Y GUTIÉRREZ, Historia del Seminario Palafoxiano de Puebla, Puebla, Ediciones Palafox, 1947, p. 15 – 20, citado por Jesús Joel Peña Espinoza, op. cit., p 17 5 Donación del Obispo Don Juan de Palafox y Mendoza de su librería, p. 41.
limitada solo para los intereses de eclesiásticos y seminaristas, como era lo común.6 Posteriormente, el acervo de esta biblioteca fue creciendo gracias a las donaciones de los sucesores de Palafox y otros eclesiásticos. Manuel Fernández de Santa Cruz y Sahagún (1676-1699), aumentó el número de libros con donaciones, ampliando además el edificio del Colegio de San Juan, quedando comunicado con el Palacio Episcopal, estableciendo también la primera estantería. El Obispo Pedro Nogales Dávila (1708-1721), dotó las sillas y mesas que aún se pueden ver como parte del mobiliario. En el siglo XVIII, el obispo Francisco Fabián y Fuero (1765-1773) dio un impulso definitivo a la biblioteca al donar su colección particular, mandar a construir la estantería que actualmente corresponde al primer y segundo nivel, además de remodelar el inmueble que resguarda la biblioteca tal y como lo conocemos actualmente. La estantería, escribe Pedro Ángel Palou Pérez, fue hecha con madera de ayacahuite, coloyote y cedro, además de diversas maderas tropicales, única explicación posible a la ausencia de un sistema de climatización y a la conservación de su acervo. Los excelentes grabados del poblano José de Nava, el artista preferido de Fabián y Fuero, de 1773, son elocuentes en lo que respecta a estos trabajos. 7 Un hecho significativo es que, a raíz de la expulsión de los jesuitas en 1767, Fabián y Fuero dispuso a Mariano Fernández de Echeverría y Veytia para incautar los acervos de los colegios jesuitas y con ellos acrecentar el número con el que hasta ese momento contaba el acervo palafoxiano. 8 Hay que añadir también que revisó y redactó las ordenanzas de la biblioteca con un espíritu y letra similar, como asegura Peña Espinoza, al de las dictadas por Palafox, las cuales promulgó en 1773.9 Con el transcurso del tiempo, varios miembros del clero y obispos hicieron aportaciones adicionales al fondo bibliográfico y algunas colecciones 6
ANGELA M. H. SCHUSTER, “Biblioteca Palafoxiana, A New World Masterpiece Restores”, en World monuments ICON, World Monument Fund, winter 2004/2005, p. 23. 7 PEDRO ÁNGEL PALOU PÉREZ, “Breve noticia de la Biblioteca Palafoxiana”, en ARTES DE MÉXICO, BIBLIOTECA PALAFOXIANA, México, Número 68, 2003, p. 50. 8 Información tomada de www.bpm.gob.mx, La Palafoxiana en detalle / Historia. 9 JESÚS JOEL PEÑA ESPINOZA, op. cit., p 18.
fueron compradas ex profeso. De las más significativas fueron la del obispo Francisco Pablo Vázquez, la del deán de la catedral Francisco Irigoyen, así como los volúmenes de los colegios religiosos poblanos después de la Reforma. 10 Es también durante el siglo XIX cuando es construido el tercer nivel de la estantería, respetando la fisonomía original y el fino trabajo de ebanistería. 11 Al producirse la nacionalización de los bienes eclesiásticos, durante mediados del siglo XIX, el conjunto de edificios que ocupó el Seminario pasó a propiedad de un particular de origen francés y después al gobierno estatal, fungiendo durante una época como Palacio de Gobierno. Durante un breve lapso, entre el siglo XIX y el XX, la biblioteca perteneció a la Universidad Católica Angelopolitana. Cuando fue suprimida esta institución, la biblioteca quedó definitivamente en propiedad del gobierno del Estado de Puebla, teniendo un carácter de “pública”. Así, los estudiantes poblanos podían tener acceso libre a ella y a su acervo, que en su mayoría es incomprensible, por los diversos idiomas en que están escritos sus libros. Fue hasta el 31 de julio de 1981 que, por decreto federal, la Biblioteca Palafoxiana fue declarada “Monumento Histórico”, funcionando a partir de esa fecha más como museo, sin permitir el acceso a su acervo, aún a investigadores, a pesar de que nunca perdió su carácter de “pública” por seguir estando bajo el resguardo del Gobierno del Estado. Fue el 15 de junio de 1999, a las 15:42 hrs., cuando un sismo de 6.7 grados en la escala de Richter cambió para siempre la historia de la Biblioteca Palafoxiana. Se produjo un agrietamiento considerable en el muro sur de ella, además de daños en la estructura del inmueble, principalmente en la bóveda y en la estantería, principalmente la del tercer nivel, en la que varios segmentos se desprendieron del muro, cayendo varios libros al suelo. Los daños fueron acrecentados con el temblor del 30 de septiembre, a tal grado que las fracturas mas grandes atravesaban los vanos de las ventanas, llegando hasta la base de los contrafuertes.
10 11
PEDRO ÁNGEL PALOU PÉREZ, Ibíd. Ibíd.
Los dictámenes iniciales de los especialistas en restauración señalaban que el traslado de los libros a un local seguro era urgente. Sin embargo, para garantizar el control exacto de los libros, era necesario saber cuántos volúmenes poseía la gran biblioteca. Se compararon los inventarios históricos del acervo, pero no coincidieron unos con otros. La realidad era que se desconocía el número de libros que albergaba la biblioteca. 12 Fue así como desde 2001, la Biblioteca Palafoxiana ha ido sujeta de una ambiciosa campaña de restauración que ha regresado a este espacio su esplendor colonial, y lo más importante, ha mejorado su capacidad de soportar la actividad sísmica, tan propensa en esta región.
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Además, paralelo a esta trabajo, se realizó, entre 1999 y 2003, la catalogación de su acervo, gracias a lo cual sabemos que actualmente la Biblioteca Palafoxiana custodia 42 mil 556 volúmenes distribuidos en 57 materias, que abarcan del siglo XV hasta el XX. La segunda parte de este trabajo fue el inventario de la rica colección de manuscritos que se resguardan junto con el material bibliográfico y que en el catálogo de 1947 sólo aparecen referidos como “papeles varios”. Así sabemos custodia 5 mil 345 manuscritos. 14 Debido al gran trabajo que se ha hecho en el rescate de este acervo y de su edificio, además de exposiciones y actividades con el fin de divulgar el patrimonio palafoxiano, en julio del 2005 recibió el reconocimiento de “Memoria del Mundo”. Este programa, establecido en 1992 por iniciativa de la UNESCO, pretende acabar con la amnesia colectiva de los pueblos, motivando a las naciones a preservar sus archivos de valor, como también sus bibliotecas, asegurando su difusión a las nuevas generaciones.
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Así, actualmente se considera a la Palafoxiana la primera biblioteca pública en el continente americano, además de ser la única que refleja la herencia y tradición intelectual del conocimiento europeo en tierras americanas. 12
ALEJANDRO MONTIEL BONILLA, “El rescate de la Biblioteca Palafoxiana”, en ARTES DE MÉXICO, BIBLIOTECA PALAFOXIANA, México, Número 68, 2003, p. 53. 13 ANGELA M. H. SCHUSTER, op. cit., p. 24. 14 ALEJANDRO MONTIEL BONILLA, “Preámbulo”, p. 14 y Jesús Joel Peña Espinoza, op. cit., p 18. en Manuscritos de la Biblioteca Palafoxiana. Inventario General, Coordinación General Jorge Garibay Álvarez, Jesús Joel Peña Espinoza, México, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, Fundación MAPFRE TAVERA, ADABI de México, 2004. 15 www.unesco.org/webworld/mdm
Además, es la única biblioteca antigua en América que se conserva en su sitio original, en la que permanece también la distribución, orden y clasificación de su acervo, tal y cómo se dispuso hace más de 200 años. Para acercar al público a los libros que resguarda la Palafoxiana, se montó, como parte del proyecto Palafoxiana del Tercer Milenio, una sala de exposiciones, que, bajo las más estrictas normas de seguridad, conservación y difusión, muestra en vitrinas algunos de los libros más relevantes de la biblioteca a partir de una temática particular. Las exposiciones que se han mostrado en este espacio desde julio del 2003 son: Libros Prohibidos, Navegación, Parentesco, Los misterios del cuerpo humano y Las Otras Letras, mujeres impresoras en la Biblioteca Palafoxiana. Se instaló además una Sala Lúdica Interactiva con temas relacionados con el libro antiguo y la Biblioteca Palafoxiana. En esta sala, de libre acceso, los visitantes pueden conocer la historia del libro, las partes que integran un libro antiguo, métodos antiguos de impresión, además de exhibiciones y talleres relacionados con las exposiciones temporales.
2. La Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana La Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana es un proyecto creado por la Coordinación de Servicios Educativos para la Biblioteca Palafoxiana en el 2003, como parte de las acciones para el acercamiento y difusión del acervo del fondo antiguo de esta biblioteca y de temas relacionados con el libro antiguo. La Sala Lúdica, desde su origen, nació como espacio dentro de las acciones de divulgación de la Biblioteca Palafoxiana, pero independiente en su funcionamiento, discurso e intención. El acceso a este espacio gratuito permite al público conocer dinámicas para mejorar, en lo general, las relaciones patrimoniales con la cultura escrita, los libros antiguos y, en particular, con la Biblioteca Palafoxiana. El reto que enfrenta este espacio, no es sólo sensibilizar a la población en torno al acervo antiguo albergado, sino hacerlo en una sociedad con una tasa de
analfabetismo funcional muy alta, donde el libro es percibido únicamente como un instrumento de la educación o poseedor de información; despojado a los libros y la lectura de su capacidad de establecer relaciones entre personas de diferentes épocas y diversos lugares, o de generar polémica, asombro y deleite. Como lo cita el filósofo Peter Sloterdijk: “Los libros, dijo una vez el poeta Jean Paul, son voluminosas cartas a los amigos.”16
A partir de esta idea central, el proyecto de la Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana generó actividades basados en los múltiples procesos de lectura. Así que símbolos, imágenes y textos de libros antiguos y contemporáneos conviven para que mediante actividades de educación no formal se promueva la reflexión sobre la cultura escrita, la lectura, el libro y particularmente con el acervo de la Biblioteca Palafoxiana. La Sala Lúdica cuenta con exhibiciones, actividades, área de lectura y área de taller. Cada sección puede funcionar de manera modular a fin de hacer flexible la atención, cubriendo así las necesidades y expectativas de los visitantes. En el caso de recibir grupos, la atención supone la selección no sólo de ciertas actividades sino también de determinado nivel de profundidad y complejidad en la información, misma que difiere según la edad, escolaridad e intereses. A partir de su naturaleza y de sus objetivos, podemos distinguir tres tipos de actividades en la Sala Lúdica: 1. Oralidad y lectura. Actividades que muestran la relación entre el lenguaje oral y el escrito, enfatizando el desarrollo de las estrategias seguidas para llegar al concepto de escritura. 2. Exhibiciones interactivas. Divididas en dos temáticas: i. Historia de los procesos de impresión y elaboración de libros antiguos.
16 Sloterdijk, Peter, Normas para el parque humano. Una respuesta a la Carta sobre el humanismo de Heidegger, Editorial Siruela, Madrid, 2000.
ii. Vinculadas a la exposición en turno y acondicionada cada que se requiere. 3. Taller. En este espacio el visitante puede desarrollar actividades manuales relacionadas con los procesos de impresión y de elaboración del libro antiguo.
Las exhibiciones y actividades en su totalidad brindan un espectro muy amplio y diverso de temáticas, que además tienen la posibilidad de adaptarse a diversos niveles de información.
2.1.
Diseño de la Sala
Para el diseño de las exhibiciones se eligieron temáticas básicas que han sido modificadas en su presentación, pero no en su contenido básico, haciendo adecuaciones con el fin de que vayan mejorando en su operación para cumplir con los objetivos que se fijaron en cada una de ellas. Los temas fueron: Historia del Libro. Morfología del libro antiguo. Procesos de fabricación de soportes de escritura. Orígenes de la Imprenta. Procesos de Impresión. Además de las exhibiciones, se consideró que el mobiliario debería de estar sujeto a las condiciones antropométricas necesarias para su uso por niños, y a la función que desempeñaran en la sala. Así las mesas para el taller se seleccionaron en acero inoxidable a una altura de 60 cm, se adquirieron sillas acolchonadas para niño y se fabricaron mesas de madera para su uso en las diversas exhibiciones. La decoración de los muros de la Sala Lúdica fue un tema que se cuidó en todo momento con el fin de que también estas pinturas formaran parte del discurso que se creó para esta sala. En el 2003 los muros mostraban ejemplos de miniaturas medievales y grabados que permitían al público conocer
personajes relacionados con la historia del libro. Incluso alrededor de la puerta de la sala se pintó un frontispicio tomado de uno de los libros de la exposición Libros Prohibidos. La pintura puede cambiarse sin deteriorar el espacio de la Sala, ya que desde un principio se cubrieron los muros con hojas de madera que lo permiten. Así, con el paso de los años se cambiaron los grabados e incluso se cambió por completo el diseño utilizando ondulaciones y colores distintos para cada una de las secciones de la Sala. Durante el 2010 se regresó a la idea de la decoración inicial a partir de grabados, incluyendo esta vez frases relacionados con el mundo del libro y rescatando la idea del frontispicio alrededor de la puerta, utilizándose en este caso el propio enmarcamiento que tiene la puerta principal de la Biblioteca Palafoxiana.
2.2.
Desarrollo de Exhibiciones
Exhibición de la Historia del Libro Esta exhibición se basa en 16 temas cronológicos para tener una idea general del desarrollo del libro en diversas partes del mundo de manera cronológica. Los temas son: 1) Tablillas de arcilla de Mesopotamia. 2) Los Egipcios y el papiro. 3) Libros chinos de bambú y seda. 4) Pergamino y vitela. 5) El papel en China. 6) Los Códices en el México Prehispánico. 7) Manuscritos Iluminados. 8) Gutenberg y la imprenta de tipos móviles. 9) La Fundición de tipos móviles y las primeras imprentas europeas. 10) Los Códices Coloniales. 11) La llegada de la imprenta a México. 12) La imprenta en Puebla. 13) La Revolución Industrial y la imprenta. 14) El papel de pulpa de madera. 15) Las computadoras y la impresión de libros. 16) Los libros electrónicos e internet.
Originalmente se diseñaron imágenes imantadas con cada uno de estos temas para que el público fuera colocándolos en una Línea del Tiempo. Con el apoyo de los facilitadores de la Sala Lúdica, en su mayoría estudiantes de servicio social, podían corroborar que la ubicación de estos imanes era correcta. A partir de 2006, la Línea del Tiempo fue reelaborada. De esta forma algunos elementos de la temática original fueron realizados en los materiales originales, permitiendo al público tocar estas réplicas para poder tener una experiencia distinta con los soportes de escritura, además de conocer cómo se veían los elementos de escritura en distintas épocas. Así se cuenta ahora con una tablilla de arcilla, un papiro con escritura egipcia, reproducciones de páginas de manuscritos medievales sobre pergamino, facsimilares de un incunable, de un impreso mexicano del siglo XVI y de uno poblano del siglo XVII; además de códices en papel amate y en piel. Morfología del Libro Antiguo “El libro Gigante” Para impactar a los visitantes con una exhibición que pudiera producir por tanto desconcierto como interés, se realizó un libro en formato de 90 x 60 cm, que contenía reproducciones de páginas de libros de la Biblioteca Palafoxiana y que estuvieran expuestos en las Exposiciones Temporales. A partir de este Libro Gigante, se podía acercar a los visitantes al conocimiento del uso y nombre de las partes que forman un libro antiguo y buscar algunas semejanzas con un libro actual. La experiencia que se tuvo con las preguntas de los visitantes y el interés que despertaba esta exhibición permitió que se hicieran modificaciones para la exposición de Mujeres Impresoras, presentada en 2008. El libro presentado entonces aumentó de formato (100 x 120 cm) y se incluyó en cada una de sus páginas, formadas por reproducciones de los libros presentados en esta exposición, unas solapas que podían ser levantadas por los usuarios para poder leer debajo el nombre y función
de alguna de las partes del libro antiguo, ilustrada en esa página de forma particular como:
Portada. Nombre del autor. Título. Marca de impresor o marca tipográfica. Pie de imprenta. Privilegio. Licencia. Frontispicio. Ex libris. Viñeta. Orlas.
Procesos de fabricación de soportes de escritura En la Sala Lúdica del 2003 se utilizaron unos cubos giratorios sobre un eje, que tenían en sus caras los diversos procesos para la elaboración de soportes de escritura como el papiro, el amate, el pergamino y el papel de trapo. La actividad consistía en que el usuario colocara adecuadamente cada uno de los procesos, a partir de un texto que lo iba describiendo. La adecuación a partir del 2008 consistió en 4 módulos cúbicos con una perforación que permite a los visitantes introducir su mano para tocar alguno de los cuatro diferentes soportes (bambú, amate, papel del trapo y pergamino), para reconocer de qué material se trata y colocar encima las cédulas de información que dan pistas acerca del material. Estos módulos se pueden girar para observar, a través de una cara transparente, la apariencia de cada uno de los soportes. La imprenta y su funcionamiento (Orígenes de la Imprenta) Desde la concepción original de la Sala Lúdica se pensó en tener una reproducción de una prensa similar a la utilizada por Johannes Gutenberg para sus primeros impresos. Por tal motivo se construyó una prensa en madera que ha permitido, desde entonces, que el público imprima xilografías, llevándose así un recuerdo de su visita a esta sala
elaborados por ellos mismos, y que además les permite conocer los procesos básicos de la impresión y de la ilustración de los impresos del siglo XV.
Procesos de Impresión En el taller de la Sala Lúdica los visitantes pueden conocer los principios básicos del grabado y de la impresión, a través de actividades que los acercan a estos procedimientos. Las actividades presentadas en este taller son modificadas constantemente con el fin de poder ofrecer a los visitantes diversidad de contenidos y de materiales para imprimir. Se utilizan grabados en linóleo, placas de metal, u otros materiales donde los propios visitantes pueden hacer grabar imágenes que después imprimirán con ayuda de rodillos, prensas o hasta tortilleras.
2.3 . Los visitantes a la Sala Lúdica Debido a que la Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana es un espacio gratuito, de carácter educativo y abierto para todo tipo de público, se consideró en todo momento tener el apoyo de jóvenes universitarios de servicio social, que una vez capacitados, facilitaran a los visitantes el acercamiento a la información y contenidos de las exhibiciones. De esta forma se ofrecen recorridos o apoyos informativos tanto al público que llega de visita, como a grupos escolares que previamente han solicitado un recorrido. Así, desde el 2003 al 2010 se ha dado atención a 98 mil 326 personas, de las cuales 40 milv828 han sido niños, 27 mil 756 jóvenes y 29 mil 742 adultos, de acuerdo a cifras de la Coordinación de Servicios Educativos de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla.
Conclusión La Sala Lúdica de la Biblioteca Palafoxiana es un proyecto que parte de la premisa de que la participación de los ciudadanos en la conservación de su Patrimonio es fundamental, por lo tanto la garantía de su preservación parte de la valoración de la gente sobre su cuidado y gestión. De esta forma esta Sala Lúdica permite a la población de la Ciudad de Puebla y a sus visitantes poder acercarse, a partir del juego y de la experimentación con temas que parecen tan lejanos de la vida cotidiano como los son los relacionados con el libro antiguo. Este espacio, único en su temática y en su tipo en el continente americano, reconoce en los niños a los herederos e impulsores de un cambio en la relación de la población con su Patrimonio, siendo éste un eje fundamental en el desarrollo integral de los habitantes. Así, a partir de actividades que permiten la experimentación y el descubrimiento, los visitantes a la Sala Lúdica tienen la posibilidad de hacer un cambio en las ideas preconcebidas acerca de las bibliotecas con fondos antiguos y en particular, a descubrir el gran tesoro que es la Biblioteca Palafoxiana.