Herida prêt-à-porter. Ontológicas

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Herida prêt-à-porter ontológicas


Alguien pronuncia mi nombre La grúa detiene su acción devastadora Alguien pronuncia mi nombre Los obreros se quitan los cascos y abandonan su tarea Alguien pronuncia mi nombre Soy una demolición en suspenso José Sbarra

Se inventan autodestrucciones que no se confunden con la pulsión de muerte Deleuze y Guattari

Si todo lo abandonado y despreciado sigue cerca, vigilante, entonces la total desnudez es imposible y la completa miseria que se perseguía no es más que un fracaso fracasado Carlos Correas


Una herida-traje sastre, cosida al cuerpo, slim-fit, prêt-à-porter. Delicadamente abierta sobre nuestra propia piel por y para nosotros mismos. Nos calza perfecto, nos acomodamos en ella. Cuerpo-herida, lecho-herida: topos del ser. Ser ahí, aquí en este dolor tan propio. Abierta y expuesta. Cálida y algo repugnante, obscena. Como un útero. Como una cesárea DIY, hagala usted misma. Los materiales ya los tiene: autobricolage. 30.04.2017


tríptico

* Me propongo escribir buscando algún - aunque minúsculo - refugio, pero encuentro el silencio y la página en blanco. ¿Cómo hacer ese refugio en la escritura? No encuentro qué decir; algo aplana mi interioridad, silencia mi posibilidad de enunciar. Sólo atino a decir como un mantra la palabra cansancio: estoy cansado, tengo sueño, me duele el cuerpo, la mente nublada, estoy cansado. ¿Con qué energía construir un refugio? ¿Con qué materiales? ¿En qué momento? Esta es una hora extra dispuesta a resistirse al cansancio, al silencio. Estoy cansado de estar usado, de servir, de producir. Cansado del ruido, las caras, las voces, los textos. No hay refugio porque todo es afuera; todo el tiempo; todo el trabajo; todo el hacer, es afuera. ¿Es un refugio algún tipo de interioridad? ¿Es otro modo de estar a la intemperie? ¿Para quién es el refugio? Ser nómade no es no tener casa, sino poder construir una casa en cualquier lugar: plegar el afuera, plegarse, replegarse, amortiguar el ruido, reducir el roce, el contacto. No hay afuera, todo es afuera, no hay adentro. ¿Dónde podré detenerme a oír el mundo? Sin escuchar. ¿Dónde agotar el cuerpo y sentirlo aún más vivo? ¿Cómo descansar a la intemperie? ¿En la indetención? ¿Cómo hacerse un refugio en el que el descanso no se asemeje a la muerte? 31.09.2016

* Hablan las entrañas. Mi estómago. Algo ahí arde como una brasa, y no puedo dejar de tener conciencia de mi cuerpo; se interpone ante todo, entre las cosas. Me estorbo. Hasta mi propio adentro más material me echa fuera. Estas tripas ya ni sirven de refugio. Vociferan. Rugen. *


* Soy la mesa de disección sobre la que dispongo mis partes, órganos y entrañas. Yazgo aquí, en un reposo inquieto. Alguna especie de búsqueda o intento compositivo. Mis órganos, des-obrados pero aliados, cuidan a su modo las semillas que aquí planté. No sé bien por qué, ni qué tipo de semillas son. También yacen aquí, entre mis partes y entrañas, sobre esta mesa. Simiente paradójica de un ser culturalmente infértil. Un desgarrón esperanzado entre la habitual maleza. Un silencio escandaloso, una flor ardiente, un resto leve de violencias a veces silenciosas. Yazgo aquí. Me dejo. También me angustio. Compongo esta canción desmembrada para cantarla llorando de alegría el día en que ya nada más nos duela. El día en que no sea la noche en la que tu cuerpo - brutalmente reunido, hecho máquina y juzgado – sufra el yugo de una razón incierta mientras intenta seguir incandesciendo, testarudo, como todo aquello que vive – como todo – para nada y porque sí. Entonaré estos versos para celebrar, alguna vez y si puedo, nuestra incompletud congénita, nuestro hacernos los unos a los otros, nuestro estar juntos esperando lo incierto. Descansaré, hoy, una vez más pudiendo ser porque no hay historia de uno sólo, esperando en el cambio de guardia para poder elevarme a penas por la mañana y caminar en silencio entre mis partes. 13.09.2016

*


itching moon De noche y sin luz, estamos más adentro que nunca más a la intemperie de nuestro propio cuerpo que nunca, de nuestra sed un concepto, una red, puede dejarnos a oscuras sin las luces de nuestras habituales certezas pedaleando estas preguntas que pesan que piensan que tensan ¿cómo es posible ser? ¿es esta la única vida posible? Y salgo a la calle, y pienso en vos y me emborracho para caminar porque sos lo que tengo, lo que me recuerda que puedo sentir sentir, que a veces es como no tener ojos y a veces es también amar con la mirada Me pongo gede de otros de afecto de alguna conexión que no sea virtual o telemática alguna conexión que no anestecie, que no diluya los sentidos en el desplazamiento permanente del sentido una conexión sin conceptos pero que abone todo mi jardín intelectual Un río de embriaguez solitario un discurrir por el espacio sobre un tiempo de sensaciones voracidad, locuacidad, veracidad, deseo de quien sea para quien sea deseo como apertura, como voraz superficie amatoria como ardor como jugar al amor para nada y sin límites


La soledad como potencia de sí de ser para otros soledad como punto intenso de todo lo que puedo ser para vos flashear borracho intensidades que luego se me diluyen se me avergüenzan se me apaciguan caminar volátil la noche ya sin resto o puro resto pleno de lo que queda de esto que soy cuando ya no doy más de mi de los otros, del día. Resto agotado, que excede la racionalidad, la unicidad, la coherencia soy esto que sobra, esta emoción airosamente desbocada fuera de registro llena de ganas de dejarse entre tu cuerpo de dejar pasar la noche sin que se pase el destello 13.10.2017



paradoja o de lo paradójico que es pensar que la vida de un hombre es paradójica

Es el primer sábado de tu nueva vida. Primer sábado completo que pasas en tu nueva casa. Tampoco es tan nueva tu vida, pero mucho ya empezó a cambiar. No querés fallar; voy a decirlo bien: no querés fallarte. Tenés miedo de embarcarte en alguna que termine encallando el barco en una costa insípida, mediocre y aburrida. Querés ser alguien sin dejar de ser vos: paradoja. Sabés bastante bien quien sos, al menos sos; pero ser alguien ¿para quién es? ¿Alguien como quién, además de vos mismo? Llevás meses construyéndote una casa, contra todas las advertencias de los autores que te gustan: “no construyas una casa”. Contra todos los ejemplos de amigos admirables, aunque ellos te admiran a su vez. Llevas un par de años poniendo huevos en una canasta tejida al mismo tiempo con comodidad clasemediera e incertidumbre docente. Mientras tanto, cultivaste exponencialmente tu caja de maquillajes. Compraste tacos. Te permitiste. Vos. Te permitiste. Abriste el panal para polinizar con tus ideas peregrinas las flores amigas, no siempre fértiles, indiferentes o atónitas. Supiste del amor y la amistad de algunos. Volviste a saberlas, saber de ese modo que se parece a un libro clásico que hace años está en tu biblioteca: seguro. Saboreaste los límites, y esa desilusión tan rotunda que te hace conocer mejor a vos mismo.


Alguien dijo que ese día había terminado su niñez, en tu caso, solo reafirmó su eternidad. Su existencia pequeña, punzante y ardiente. Otra paradoja: cuidar como a un niño a quien cultivo tu niñez, y verlo morir como mueren los viejos. Te dejo tantas cosas. Te quiso tanto. El primer sábado completo de tu nueva vida lo pasas en su casa, que ahora es la tuya, como fue siempre: paradoja. Te pone feliz de un modo extraño y dulce sentirte viejo. Conocerte. Pasar todo el primer sábado completo de tu nueva vida pensando en toda tu vida en general, reconociendo esas capas, estratos, pieles que dejaste pero que están ahí. Sos viejo porque ya podés verlas. O sos más joven que nunca. Paradoja: estás angustiado por perdurar, al tiempo que te sabés viejo y te querés un poco más por eso. Ves películas y lees libros que te habrían salvado la vida de vos mismo diez años antes. Hoy sólo te hacen sentir nostalgia. Desconfiar del pasado. Dudar del presente que apunta +/- hacia algún futuro. ¿Cómo te vas a hacer un futuro que sin abandonar este presente, no defraude del todo ese pasado que no fue? ¿En qué momento pasaste de largo el espejo y sólo te quedó el mundo? Sos el espejo. El primer sábado completo de tu nueva vida empieza y termina con un texto que apenas esquicia algunas sensaciones que sólo comienzan a tomar consistencia para vos mismo diez años después. Tu supuesta nueva vida parece comenzar simplemente con certezas que sólo pueden ser del pasado: paradoja.

04.02.2017


restarse es pensar ¿cómo se piensa en la ciudad? ¿cómo se medita? ¿cómo puede pensarse? ¿cómo poder hacer que cada pensamiento no sea una expresión? sólo pensamiento sobre sí, de sí, para sí: pensar con mover, pensar con pensar tener una idea un silencio y una idea estar "solo" en la ciudad es un comienzo aunque la música no pare aunque todo hable rodearse de ningún alguien a quien decir nada desencontrarse para pensar con pensar restarse del estar y ojo, que meditar sería incluso estar sin pensar y pensar sería ya un sustraerse montarse sobre un filo musical ¿es estar solo? habitar el vacío de sonido no poder pensar sin escribir sentir que en el silencio, la contemplación, la no expresión el mundo pierde consistencia o adquiere la de una pura imagen como las que pueblan permanentemente nuestro ya siempre lleno vacío una cerveza que me eleve en la soledad beodas turbinas para caminar de vuelta a casa a estar solo, pero sin compañía pensar con tomar andar con tomar pensar con andar potencia desprendida sustracción saboreo de los propios bordes 31.10.2017



bitácora de un viaje

Todo el tiempo me estaba queriendo reír, y no me reía. Así volví de ese viaje que me dejó a las puertas de otro camino, para seguir viajando. En bici, hasta Castelar, parando a tomar once, o merienda. Cuadros dentro de cuadros, que en realidad son cubos al lado de cubos en profundidades distintas. Cubos de espacio en desplazamientos cúbicos de tiempo en cubos de espacio. Unos al lado de los otros. No hay profundidad, sólo extensión, despliegue, coextensión de los miles y múltiples planos de lo que existe, ahí, acá, frente a mis ojos, frente a mi cuerpo. Él movía sus pies, bailaba mientras sonreía. “jajaja, sisisi”, lo arengaban. Suave su cuerpo, como es él, como seda se deshizo en la sonrisa, hasta acostarse. Primero contemplé como testigo arrobado por el misterio. Sonreí con su sonrisa. Segundo me dejé ir, atragantado y ardiente hacia el espacio. Mi cuerpo se arqueaba, siguiendo curvilíneo un cielo rojo o amarillo recinto madre de los cubos de lo que existe, espacio infinito de tiempo que es espacio que es tiempo ante mis ojos cerrados. El espacio amarillo de las pirámides y de la gran esfinge: “bel-hit”, quien manifiesta su inteligencia en los ojos, el guardián, el vigilante, imagen viviente. Entre sus patas la “Estela del sueño”. El espacio era azul, violeta, con un dejo de VHS y casette de los ’80. Un satélite, una base espacial, una superficie de entrada flotando en algún lugar. Seres y vehículos en movimiento. Todo delineado entre los infinitos cubos. La esfinge. El satélite. El mar de cubos como el fuego sobre mí, arqueándome. Algo de miedo y angustia en el pecho. El jazmín amarillo contra el cielo. Para pensar, los bosques. Las geométricas líneas incandescentes, amarillas, entre las hojas y sobre el pasto. Y otra vez los cubos. Y la gran carcajada.


Cagarme de risa del mundo al volver, sin volver. De mí. De mi angustia que al fin y en el fondo era pura risa. De pensarme en el diván riéndome de esa conclusión que tuvo que ser psicodélica para salir de mí. Una charla interminable, desplegada entre los cubos del espacio tiempo, como un líquido desparramado. Mi mente participando, dudando de su capacidad de haber pronunciado alguna palabra, que bien puede haber sido una mera idea. Deja de haber diferencia entre unas y otras. No logro percibir o asegurar mi capacidad de enunciación. No sé si he hablado. Sobre el pasto se delinea una gran gallina con sombrero junto a otra ave pequeña. La imagen remite a los médicos de la peste. La pequeña ave, podría ser el reloj de arena alado de sus bastones. Sin embargo, era una imagen grata, misteriosa y silente. Vendría a sanar, alguna peste, curandero. El gato vino, luego, hasta nosotros, entre nosotros, mediando mis ganas de tocarte, nuestro pudor, quizás. Se detuvo un rato y fue hasta la maceta donde comenzaba el diseño del ave con sombrero. En su brazo un cuervo negro. ¿El cuervo negro de la noche anterior, en mi sueño? El miedo de irme, las ganas de tocarte, la alegría que da siempre andar en bicicleta. Flashear el flash de uno en el del otro. El hambre. Bloques de espacio en tiempos fragmentarios. Y reír. Viajando viajando en tren, hasta poder fundirnos en un sexo líquido y sedoso y extraño, como marea en penumbras. Y dormir, dormir, dormir, como si todo fuera un sueño en el que soñamos soñar. La angustia al despertar. Quizás desamparo o vacío. Necesito un abrazo tan grande como grande este viaje. Y volver a dormir. Es como haber viajado por el mundo y volver distinto. El límite del mundo, esta vez, era el Oeste, y viajar no era en tren o en bici, pero también.

19.09.17



felino visceral

P A B L O un perro ladra tu nombre y el gato siempre sabe no quiero ser quien soy y tu desprecio tengo dos preocupaciones: 1) lo arquitectónico 2) la representación este es un reflejo compulsivo, ansioso, obsesionado de la segunda preocupación la grafía me baja la presión, esta conciencia de una técnica de la que soy capaz el piso ese agujero vacío que aspira, que me traga desde adentro, siempre un rugido el piso frotarme con las cosas acecharte desde el lugar que elegí esperarte cantarte siempre estoy enojado dije y aullé y no me quise pero fui por el rugido seguí a Jara el gato siempre está siempre sabe 31.03.2018


canon* sobre viajes o el mensaje de "Algo" o raid

Me habla de viajes. "Algo" me habla de viajes. Insisto en ser alguien, siempre ya sujeto. "Algo"/"me". Así y todo, posmoneurosis al margen, tengo una vida, me pasan cosas, soy culpable. Dispongo de un paréntesis en el tiempo delimitado por estos órganos y estas ideas para hacer algo con él. Hacer nada, además de ser paradójico, me condenaría a una experiencia estúpida. Aún más estúpida que el hecho de estar aquí para morir. Son numerosas las voces que me hablan. "Es que me hablan" dijo el pequeño cerdo una vez, y aunque siempre nos reímos, tenía razón. Nos hablan, todo el tiempo, nos hablan. "Algo"/"nos"/"habla". (Pre)suponemos/sentimos mensajes. "Algo" quiere transmitirnos "algo" - loop referencial misterioso -, podrían ser expectativas, designios, órdenes. "Algo" me habla de viajes: This is a journey and we call it home, And when it stops we're feeling miserable Nuestro hogar es un viaje que nos hace sentir miserables cuando se detiene. Incluso cuando, como este servidor, nos resistimos a los viajes por no soportar el estado de excepción y fugacidad, aunque lo reconocemos hermoso. Incluso cuando sabemos que el hecho de que sea tal - excepcional y fugaz -no es más que el precipitado de un estilo de vida amarrado a mobiliarios e inmuebles y grandes planes para una vida que se nos escurrirá de las manos. Miserables cuando se detiene. El viaje. ¿Hace falta asumir que detenerse es un momento del viaje? ¿Por qué deseamos velocidad y desplazamiento constantes para no sentirnos miserables? ¿A dónde vamos? ¿Por qué estamos también tan cansados? This is a journey and we wanna go far They say we're selfish but this plane is on fire Ir lejos, prendiendo fuego nuestro egoísmo. "Algo" nos juzga. "Tenemos" un ego. Quizás esté prendido fuego, por las preguntas del párrafo anterior: "me" hablo. Viajamos en avión. ¿Sómos nuestro propio avión? ¿Nos tomamos un avión prendido fuego? ¿Hay acaso de otro tipo? Para viajar y prenderme fuego, siempre prefiero ir a pie, el ritmo me permite pensar, hablar, recitar, dialogar con "Algo" que no está adentro ni afuera, ni en mis pies ni en el piso: "algo" "está". Tres hermanas cantan:

We were on one endless road But I had a wandering heart


Un asistente pelado responde: Brendan: We haven't located us yet. Tres hermanos intentan no perderse el uno al otro y cada uno a así mismo a bordo de un tren a la deriva: Jack: What did he say? Peter: He said the train is lost. Jack: How can a train be lost? It's on rails.

Corazones vagabundos por caminos interminables en los que aún - jamas - nos habremos encontrado a nosotros mismos. "Nos"/"habremos" - loop referencial 2 casi imposible en inglés, excepto en un wrong inglés o como en un "wrong love". "Algo" nos habla. "Algo" tiene "parámetros". Hay cosas que están wrong. Confieso creer que hay cosas que SOLO pueden estar wrong para existir. ¿Pueden perderse los trenes? ¿Somos nuestros propio tren? ¿o era que viajábamos en avión? Sigo prefiriendo ir a pie, pero prefiero los trenes a los aviones. Los trenes están en vías. ¿Es una vía un camino interminable? Lo interminable no podrá tener una referencia espacial, es evidente. Francis: Let's take a look at the itinerary. Peter: Fuck the itinerary. He construido itinerarios. "Hay" itinerarios disponibles. Diccionario: "Dirección y descripción de un camino con expresión de los lugares, accidentes, paradas, etc., que existen a lo largo de él.". Ahora los caminos incluyen paradas. No habrá escapatoria al hecho de sentirnos miserables entonces. También parece que los lugares, accidentes, paradas y etc. "se" "expresan". "Algo" habla, y podrían ser los lugares, accidentes, paradas y etc. El camino como experiencia de aprendizaje. Raid: derivado de road, en "inglés medio": expedición, literalmente "a riding". La generalidad del inglés parece iluminarnos. "To ride": prácticamente todo lo que tenga que ver con recorrer un camino utilizando como medio de transporte algún ser vivo, incluso nosotros mismos y también una bicicleta. Refiere también al hecho de burlarse o molestar a alguien -riding sbd: el camino se nos caga de risa. A la mierda el itinerario. Rita: [crying] I've got to get off this train. Jack: Thanks for using me. Rita: You're welcome.


Ellos se enamoran en un tren, o se conocen, o se ayudan el uno al otro a salirse del camino o a sobrellevar la miseria de estar detenidos. Ya no es posible saber. Ella quiere bajarse del tren. El tuvo que bajarse. Lo bajaron. Ella lo usó. Él le agradece. Ser objetos para otros. "Hay" "otros". "Podemos" "ser" "objetos". El camino está habitado. ¿O acaso el viaje "son" los otros?¿o "nosotros" siendo "otros" para "otros" - loop referencial 3: la intersubjetividad al ataque-? Nos sabemos quien ser, ni qué somos, ni quienes son los otros: Rita: What's wrong with you? Jack: Let me think about that. I'll tell you the next time I see you. El viaje podría llegar a ser la contingencia de ser solos, pero estar juntos, irnos encontrando on the road, mientras riding el tiempo que tenemos. "Podría llegar a ser", esa idea tendrá que hacer su camino.

* Canon (música), pieza o sección de una composición musical de carácter contrapuntístico, basada en la imitación entre dos o más voces separadas por un intervalo temporal. 30.07.2017


patético

¿y si esta apatía fuera puro miedo? Miedo de mí, de mi deseo Hay quienes me temen Quienes ven en el fondo la tristeza que no debiera verse Tengo, aún, quienes me escriben poemas Me piensan, me sienten, me lloran, me recitan Hay quienes me extrañan Mientras, sigo acá con miedo de la vida Del poder De ser Me hablan de un disparo, y yo creo ser la bala En lugar de saberme blanco ¿cómo ser carne de cañón de mi propio miedo? De mi propio poder ¿cómo ser carne, para ser vida? Exponerse Hacerse arder Destapar lo que es sensible, lo que se cuida Saltar alguna vez esas barreras En lugar de hacerlas adecuadas vidrieras Cambio de fondo

13.09.2017


las malas maricas lastiman con buenas preguntas

Leí toda la tarde textos de maricas malas, de esas que de tan malas son las mejores, las más buena gente. Me pregunté quién soy, quien puedo ser, que desafíos políticos no me han tocado y si alguna vez me tocará alguno, o si iré a buscarlo; asumiendo plenamente lo erótico de ser tocado o tocar lo político. No pude no pensar en el s(ab)er; los modos en que algo de lo que sé es lo que soy y en el que lo que soy es algún modo de saber, de conocer. ¿Para qué sirvo? ¿Para qué soy? Sentado acá tirando al espacio preguntas y problemas muy del estilo "white-progre-academic-people-problems", ¿sólo para apaciguar mi comodidad con algunos incomoditos pensamientos? Muy probablemente. No espero que a estas líneas sigan la compasión o la pura identificación especular y autocomplaciente. Prefiero una buena burla, una crítica lacerante. Espero una respuesta, un llamado, una mano, un guiño para algo. Sigo leyendo, siempre, encandilado por otras valentías, coleccionando figuritas de héroes que no seré, por si acaso, no vaya a ser que... Me saltan al cuello unas notas de un año atrás, y todo aparece para recordarme que permanezco siempre en el mismo plano de la estupefacción y la añoranza:

'Vivir un vida que puedas recordar' no sea que me gane la tristeza no sea que me gane la apatía no sea que el día que recapitule lo pasado sólo recuerde lo perdido no solo hacer lo que hay que hacer disfrutar lo dado crear lo disfrutable ¿Qué es lo que nombro como tocar lo político? ¿Qué es eso que espero, que no hago y me socava? Todo parece imposible en soledad; todo desaparece, solo quedo yo abúlico, adormecido, silente. Solo yo pensando sin hacer, o sin hacer del pensar un acción. Canta Carlitos su tesis once y se revuelven tantos otros que hicieron, que dijeron, que pensaron. ¿Por qué empieza este texto con las maricas malas? ¿Con qué insidioso y ético puñal me han hecho sangrar los labios, arder las manos, reabierto la ulcerosa herida?

22.11.2017


la edad del rock es breve

Bailar en la tormenta el fin del infierno astral un cuerpo es conexión con el medio y el futuro se gesta en los lugares de siempre desde siempre hoy lloré tu ausencia en las habitaciones donde me enseñaste a cantar canto tu vida en mi vida en tu casa escribo sobre tu ausencia en tu cuarto lo que es de todos, es siempre nuestro soy un cuerpo con la lluvia soy sed y tiempo hambre y bruma voy a bailar este cansancio a reír mi vida abrazar lo que hay aunque o porque acabo de pasar la edad del rock y ya no voy a morir de juventud voy a honrar lo que puedo ser porque es breve

26.12.2016



enfermera del fracaso

Vine al mundo entre pan dulce y sidra, me esperaban en una fiesta y casi nazco empaquetado y con moño. Me esperaban entre mujeres y mi padre me toma la pequeña mano mariquita, portando casi mi misma cara de hoy, con un gesto en el límite entre la ternura y el pavor. Pavor que años después se convertiría en miedo frente a este hijo excedido de racionalidad y distancias. Miedo de volverme a tomar la mano, de hablarme. Llegué a un mundo lleno de heridas dejadas por amores fracasados, o que fracasarían. Un mundo de mujeres con mala cicatrización y expectativas como agujeros negros. Mi condición de niño-enfermera no me impidió – todo lo contrario – encarar los pasillos y salones a puro catwalk, coreo y deseos de ser una Maria Antonieta Sudaka cantando noventoso pop a voz en cuello. No conocí a María Antonieta hasta después, pero mientras tanto me conformaba con damas antiguas y Luis Catorce, que por algún motivo había llegado a colonizar mis infantiles devaneos. “Yo no tengo de eso” decía, cuando me mandaban a jugar con “la imaginación”, y parecía afirmar la absoluta realidad de todo ese travestismo de jardín de infantes y deseos – posteriores – de devenir Nicole Kidman en Mouline Rouge. O puto o enfermera, y claramente las enfermeras no podían ser putos y yo había sido traído al mundo a curar, y ni el delantal de enfermera me dejaron. Un día todo desapareció de la casa. La psicóloga dijo que mi madre tenía una personalidad muy fuerte, y le recomendó dejar de usar polleras para no estimular mi fetichismo. Desprovisto de todo, y provisto cada vez más del común sentido de este mundo, mi autosensualidad, mi gustarme tal cual podía ser, caminó en reversa por ese pasillo de infancia para recluirse en los mínimos gestos, para aquietarse en una sequedad forzada, una racionalidad implacable y una “lengua de trapo”, como decían en casa. La sensualidad propia y por los otros se volvió texto, alegoría, metáfora. Intentó ser música, nunca dejo der ser baile. Se agazapó.


Mi amor, a la usanza familiar, se desarrolló camino del fracaso. El amor propio y el amor por los otros. La ilusión de una vida anestésica convirtió todo afecto en un acto concreto, literal, archivando las pasiones en un espacio cada vez más abarrotado. Apaciguar el dolor ajeno, y no sentir nada. La presión en los depósitos de las pasiones se hizo re-presión, acidez, gastritis, onicofagia y éxito académico. Pero como todo lo que se agazapa busca, en algún momento, dar el zarpazo, devorar a su presa. Y ahí está, en esas fotos, el amor agazapado. Como capacidad, como sensualidad, como deseo de gustar y ser gustado. Acecha detrás de los gestos, entre mi mirada y la cámara, entre los cuerpos que se aproximan. Me observa desde las fotos, me acusa, me llama. Ojalá hubiera reconocido esa constante en estas fotos que habitaban mi casa, mucho antes de haber cometido el pecado de la enfermera que labró el acta de defunción y enterró el cuerpo, catatónico por el temor y el terror de ser otro fracasado y de fallar en su misión. No quedó, sin embargo, otra, que devenir enfermera-Frankenstein, y traer años después a la vida, un monstruo del amor y del deseo con parches que encontró por el camino, para completar los pedazos que se habían llevado los estragos de anestesiar el deseo para rechazarse a sí mismo.

02.2018


¿Hay algo más hermoso que esta noche en que anhelo fondear nuevamente en tu mirada y la lluvia secretea mis deseos con sus voces de charco, viento y follaje?

¿Hay algo más mío que este remanso a media luz y entre los libros, sediento de mí y del mundo, contemplando el vivir desde su propio centro?

¿Hay algo más cierto que el regocijo del cuerpo, que el sueño de los gatos o que esta pulsión de hacer sentido? 14.03.2018


ardo

Hierve mi cuerpo trémulo, exhausto y latiente da cause a una sed que no sabe su nombre porque es completamente explícita y externa exoesqueleto recién desarropado estructura de afectos jugada en su propia ficción de intentar existir Soy esta fiebre que resta esto que queda en el cuerpo tras el paso-aullido de la veladura se ha hecho texto un pedazo de cuerpo se ha hecho cuerpo lo que me queda de historia Habitando el presente Hay sentido en la niebla del reverberar de la experiencia hay texto vacío de palabras hay restos, ruinas hay fuegos ardiendo en el fondo de la noche

22.2.2018





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