Communication Thesis

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Artículo 23 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.


Agradecimientos La ciudad se convierte en un recorrido de fragmentos y tensiones que solo pueden ser leídas gracias a la dedicación y el trabajo cauteloso y constante del profesor Eduardo Gutiérrez quien guío el desarrollo de este trabajo. También este libro es el resultado de las largas horas de fascinantes charlas con mi abuela donde lográbamos recrear la memoria de aquel espacio de comienzos del siglo XX donde mi abuelo en su taller diseñaba los patrones de los paños en medio de telares y máquinas industriales que comenzaban a acompañar sus ratos de creación. A la Biblioteca de la Universidad Javeriana donde se encuentran dispuestas las bases para armar este recorrido de la cultura material de la ciudad. A los diseñadores de Chapinero que compartienron conmigo las propuestas de sus tiendas, a Andrés Farias por los ratos de escucha y creación y finalmente a mis padres y mi hermano por su paciencia ante mis ganas incansables de alcanzar mis sueños.



En una sociedad que pasa del consumo al consumismo (Bauman, 2008), en donde nuevas formas de intercambio se adoptan en el comercio de los objetos sustentados en los valores de la cultura, se desplaza su principio funcional a uno simbólico. El valor se convierte en el factor determinante del consumo, donde se genera un espacio para la producción de significados (Duque, 2008), el sentido al que remiten los textos fragmentarios de Roland Barthes, Benjamín y Baricco, permiten, a través de la descripción de un entorno comprender los procesos que establece la sociedad y que configuran la identidad del sujeto, a través de su visión y angustia en una época de constante cambio. Es así como los fragmentos de Benjamín, se constituyen como líneas que conforman imágenes de un contexto distante y se dibujaban como parte de un escenario en el que pareciera estar presente. Esta noción de movilidad y de puntos que no logran definir un lugar y una relación directa con un entorno, permiten que se indague sobre la problemática que plantea Virilio(1997)

Introducción

de enunciados que conforman una entidad que aparentemente es real pero no actual.

Es por esto que se abre un camino hacia el recuento histórico del barrio Chapinero como mecanismo para comprender las relaciones de consumo que enmarcan las tiendas de diseñadores independientes, ubicadas entre la calle 54 y 55 con Carrera Séptima en Bogotá. El texto no implica una jerarquía en los objetos que son descritos, sin embargo, cada sección determina un conjunto de elementos que generan relaciones con los procesos sociales y las formas de habitar el espacio. El punto de partida es la calle, donde se expone el contexto espacial del análisis, lo

que facilitará la lectura y la comprensión de las tensiones en los fragmentos posteriores, esto con el fin de rescatar el sentido de las casas de Chapinero, su significado cultural que permitió configurar este barrio como un sitio tradicional de la ciudad.

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Así mismo al quedar sumergido dentro de la urbe, se entretejen relaciones con los procesos de expansión, donde el valor simbólico de los elementos, se entiende como un mecanismo para comprender las prácticas y las relaciones que se tejían en el ambiente público y privado.

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Los fragmentos están basados en la descripción de los objetos que componen las tiendas de los diseñadores de Chapinero a través del material fotográfico tomado para la presente 1



investigación en varias visitas, y que representan las nociones que emplea el diseñador; al partir del contexto social en donde se sustenta un espacio local, y posteriormente explora los vínculos que se generan con diferentes partes del globo, como muestra de los procesos de aculturación, según Harris (1990), las relaciones de aprendizaje a través de otras culturas. El objetivo de la presente investigación es hallar el sentido que se le atribuye a los objetos como parte de la cultura material de Chapinero, a partir de los objetos que comercializan los diseñadores del barrio y que emplean en sus tiendas para generar vínculos afectivos con el consumidor.

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Hierro

el

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Narra el proceso de urbanización que presenció Bogotá en el siglo XX, se pasa de amplios portones de las casas del centro de la ciudad, adornados con barrotes de madera en sus ventanas, a estructuras livianas de rejas de hierro forjado que reflejan el estilo de vida moderno, como expresa Ortega (2008). En medio de la expansión de la ciudad existe un lugar en la vida social donde queda consignada la transformación del espacio, preservado a la forma de las calles y las fachadas de las estructuras que componen los barrios de Bogotá como muestra de los procesos de consolidación de la urbe.

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La calle se convierte en el indice que permite comprender las relaciones entre lo natural y lo urbano; se pasa de habitar sitios campestres a un ambiente donde lo rígido, sólido, estructurado y estandarizado caracterizan la vida del sujeto.

///... El territorio y el espacio mismo no son algo,

dado de una vez y para siempre

tampoco algo que funcione como un mero contenedor o receptáculo de la vida social,

sino que son parte activa y conformadora

de esta. (Navarro, P y Nuñez. 2008, p16) ////

>Detalle de las rejas de una casa del barrio La Candelaria, Bogotá. 2010. Fotografía tomada por CatalinaRomero Leclercq

Lo que permite comprender el espacio como algo móvil donde son enunciadas las bases del relacionamiento social; las estructuras y los cuerpos que conforman el espacio urbano se convierten en el sustento de las relaciones de dominación, muestra de los modelos de poder que experimenta Bogotá desde finales del siglo XVIII. El Plano Geográfico de la Ciudad de Santafé de Bogotá de 1787, es testigo de la situación política y religiosa de la época, donde la mayoría de los sitios que se encuentran numerados allí, hacen referencia a lugares religiosos, lo que permite identificar cómo las Instituciones enmarcan el modo de vida de los habitantes de la urbe, lo cual es reforzado por los medios impresos como El Papel Periódico de Santafé de Bogotá, en donde se establecen los parámetros de la razón, a través de las formas de actuar concebidas desde la base de la ilustración, por medio de comunicados provenientes del Viejo Mundo donde se moldean tanto las formas de relacionarse como las de habitar el espacio, comprendido este como un sitio para la representación de los valores instaurados desde tiempos Coloniales.


El traje

que empleaban los habitantes de la ciudad, se convierte en uno de los primeros diálogos donde se manifiesta la distancia cultural entre los grupos sociales que habitaban en Bogotá a comienzo del siglo XX; si bien las prendas utilizadas usualmente por la población rural que migró hacia la ciudad se ajustaban a las condiciones que exigía el campo, fueron trasformadas y dispuestas según las necesidades y los requerimientos del espacio donde se realizaban las actividades cotidianas de la urbe, como las reuniones de los círculos de intelectuales y los rituales religiosos. Una mirada previa a esta migración, hacia 1850, según el análisis sociológico de Fals Borda(2010), muestra cómo los campesinos comienzan a hacer uso de las camisas que empleaba el cuerpo designado al servicio de los españoles y como a través de esto se genera un vínculo entre el organismo de poder y los habitantes. Por medio del traje se generan ciertas distancias entre los grupos sociales, muestra de las codificaciones vinculadas a los objetos donde se trasciende del plano físico al social y cultural de un pueblo. Duque (2008, p.35) expone como el consumo es el resultado de la necesidad de soportar los rituales en torno a las actividades, es decir a través de los productos se configura un conjunto de codificaciones que permiten ubicar al sujeto dentro de un grupo social, así mismo estos crean diferencias que están sustentadas las categorías de la cultura como expresa Isherwood en Duque (2008, P. 34), los objetos que tienen lugar en las casas familiares y en los espacios frecuentados por la población de comienzos del siglo XX, son actualmente convertidos en repli-

cas de un pasado donde queda consignada la cultura material (Sennett, 2008) de los habitantes de Chapinero. La codificación, resultado de la segmentariedad dura como expone Deleuze (citado en Gallón 2006), en donde se determina la diferencia y la capacidad de distinción entre las opciones ofrecidas por el mercado son reflejo de la abstracción del poder adquisitivo y el rol que representa el sujeto como parte de la sociedad. Grandville, emplea en el siglo XIX, la sátira a través de sus ilustraciones para cuestionar las formas de actuar de la burguesía, representaciones que se convierten en crítica ante los modelos de poder que eran impuestos socialmente. La sátira a través de los gravados se convierte en la herramienta que según Ronderos (2005), hace evidente que en el caso de Colombia la caricatura y el aporte gráfico en la prensa permitió que el público no letrado comprendiera la realidad que acontecía, donde se ponía a en duda el correcto actuar de las figuras del cuerpo eclesial y del esta-

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do. Igualmente, por medio de la forma en la que se relacionan los personajes de los grabados, es posible comprender las distancias que se trazaban entre las clases dominantes y las personas que servían a la burguesía, lo cual se reflejaba primeramente en el vestuario y el tiempo de fabricación de los materiales que constituían las prendas; a través de las prendas elaboradas con detalle, las cuales distan de la figura del pueblo el cual es representado bajo la figura de animales socialmente despreciables como los cerdos, lo que se contrasta con los finos gestos de las figuras de poder.

entre quien mandaba a confeccionar un traje era de especial cuidado pues debía representar los valores que caracterizaban el legado que había construido a través de códigos la burguesía.

La obra de Grandville, no solo deja entrever las distancias entre los grupos dominantes y los dominados sino que hace énfasis en los objetos que portaba la burguesía, paraguas, algunos, fracs y abrigos, representados por personajes de facciones refinadas y cuerpos esbeltos se contrastan con animales despreciados socialmente como los cerdos; es notable encontrar como las formas terminadas en puntas, alargadas y con cortes que requieren un mayor trabajo manual como lo son las puntas de los fracs y el estilo que se establece en las prendas de vestir connotan las figuras de poder de la época, valor que pasa de los sastres y costureros a configurar las Casas de Moda.

Es justamente donde la antropología cultural se sirve de este tipo de tensiones para explorar como comenta Duque (2008, p.42) el valor que se le atribuye a un objeto con relación al ambiente y actividad donde se emplea, es por esto que cita a Baudrillard para analizar la dinámica que se establece entre las sociedades de consumo, en donde...

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El aporte a la confección y el diseño fijan la propuesta de valor, allí el arte de la confección enmarca abstracciones y significados del ambiente cultural, por lo que el trabajo conjunto 8

Es precisamente esa necesidad de plasmar en los productos el significado y la identidad que distingue y caracteriza como expresa Duque (2008, p.35), lo que genera ciertas tensiones entre los objetos que son intervenidos por los diseñadores y aquellos objetos propios de las practicas sociales de comienzos del siglo XX.

“Los productos elaborados o cultivados no están destinados al consumo en la expresión ‘obsoleta’ del termino. No serán ‘devorados’ ni ‘asimilados’, pues ya no son satisfactores primarios, sino que se han convertido en signos de un juego freudiano en el que participan motivaciones del hombre” (Duque, p. 42), por lo que mas que estar relacionando el consumo con un plano de suplir necesidades se pasa un plano del deseo como expresa Freud (1970), donde el deseo se convierte en la frustración

Grandville. (Grabado) del hombre en conseguir un objeto anhelado. Aquellas motivaciones que se verán reflejadas a lo largo de las descripciones y las relaciones de sentido que genera el sujeto con el espacio habitado, en el cual las relaciones afectivas guían su experiencia tanto espacial como social, por lo que entender a Chapinero mas que un barrio tradicional, es comprender el sentido que sustenta la vida en familia y las practicas sociales donde las personas tejían relaciones cercanas entre el ambiente del barrio, lo que sustenta el agenciamiento (Deluze, 1980) de los objetos dentro de la experiencia del sujeto la cual estará sustentada en los valores que caracterizan las relaciones entabladas de aquellos entornos donde lo tradicional, lo artesanal y lo familiar constituyen los vínculos afectivos que actualmente quedan sustentados en representaciones de esos modelos a través de la refuncionalización de los espacios y de


En lo que hacía referencia al atuendo, se encuentra entre los indios del servicio de Quesada una curiosa mezcla de lo nativo y de lo europeo... los primeros agentes aculturadores entre los chibchas fueron los indios del servicio de los conquistadores. (Fals, 2010, p. 4) /// Al principio los españoles determinaron por leyes cómo debían vestirse los nativos, actualmente algunos siguen usando los estilos de las faldas con prenses verticales del siglo XVIII, las alpargatas y el infaltable sombrero (Fals, 2010, p. 6)

los objetos de aquella época que conforma la identidad del sujeto, tiendas que se convierten a través de la propuesta de los diseñadores en tiendas de referencia para el consumidor bogotáno... Atrás quedaban las bases campesinas y rurales de los habitantes de la urbe, sin embargo al comprender las relaciones que prevalecieron en la consolidación de la ciudad, donde sus habitantes dejaban a un lado la ruana, a portar abrigos, se diferencia dentro del mismo espacio geográfico a través de los objetos que portan los habitantes, como lo es el caso el uso de abrigos, zapatos de cuero y sombreros que distinguían a las personas de clase alta de las del común.

Al seguir los rastros de la historia de la ciudad, aún a mediados del siglo XX, en la Carrera Séptima se aprecian personas con ruana y descalzas tratando de protegerse del frío, lo cual pone de manifiesto a la calle como muestra de la transición que vive la sociedad en torno a su legado rural con las nuevas propuestas que vinculaban a la ciudad comprendida esta como un centro de comercio donde se instauraban las instituciones como muestra de abstracción del poder. La Carrera Séptima se instaura así como el eje histórico de Bogotá, allí desde tiempos Coloniales era comprendida como el punto de partida en los mapas de Santafé, la calle se comprende entonces como algo móvil que permite

la transformación de la ciudad y delimita el espacio público del privado. Ésta es para Bogotá, legado histórico, a través de los perfiles arquitectónicos como expresa Real (2009), permiten comprender el espacio desde la parte espacial, funcional y contextual, en donde prevalecen ciertas relaciones con la Carrera Séptima como un sitio cultural, que media entre el mayor número de construcciones declaradas de la ciudad, como lo son: El parque de la Independencia, Las Residencias Tequendama, La Iglesia de San Diego, El Museo Nacional, La fábrica de Babaria, El Parque Nacional, La Plaza de Toros entre otros. (p. 67), la calle se convierte en el lugar donde suceden las relaciones sociales donde los objetos se convierten en parte de su historia. 9


///La ciudad cómo un producto cultural, como el resultado de los múltiples y diversos elementos de tipo histórico, económico, político y cultural que caracterizan y conforman en su conjunto el ser nacional y que de manera fragmentaria, espontánea o motivada, obedecen a factores históricos específicos, tanto como de carácter nacional como internacional, se desplazan, se encuentran, se conectan o rechazan, y se localizan en tiempos y espacios determinados, para transformar o dar vida a

producción, circulación y consumo

nuevas formas de de significaciones y sentidos, lo cual en su conjunto es lo que va a caracterizar tanto el comportamiento como el sentido de identidad del habitante de la urbe. (CEICOS,1998, p. 5)///

A través de la relación que tiende la sociedad en torno a los objetos y las formas de asentarse de su población, se vislumbra un espacio donde lo material se convierte en testigo de los procesos de consolidación del espacio urbano. Desde la perspectiva del Paisaje urbano, el espacio es comprendido como aquel lugar donde prevalecen las relaciones de los individuos y tejen el sentido de la vida en la ciudad (Real, 2009, p. 21), allí los objetos narran las prácticas de la comunidad lo que permite comprender las formas en que la ciudad fue habitada 10


Bogotá hace menos de un siglo estaba limitada al norte con la calle 26, lo que ubicaba a Chapinero como un caserío o mucho tiempo atrás con un lugar compuesto por 10 casas como lo expresa Ortega (2008); la vida campestre se recrea en este espacio, debido a la expansión de la ciudad el patio es dispuesto entre el cemento y las estructuras de las casas como espacio para lo natural, en medio de una ciudad cuyas calles se alejaban del lodo y comenzaban a establecerse proyectos de avenidas y carreras que enmarcarían la fase de expansión de la ciudad. Su crecimiento no estaba proyectado, por lo que las estructuras del Centro son testigos del proceso de urbanización. Los mapas de la ciudad, consignados en el Atlas de Bogotá (2007), se convierten en muestra de la relación entre el espacio de Chapinero con la ciudad, si bien solo hasta 1911 este barrio es demarcado dentro de los límites urbanos. El primer mapa de Bogotá, hace referencia al Virreinato de la Nueva Granada, posteriormente se encuentra un mapa de 1907 elaborado por la firma S. Pearson & Son Limited, es muestra de las transformaciones espaciales al disponer del tranvía los habitantes de Santafé podían desplazarse hacia lugares aledaños a la ciudad en este caso Chapinero, lo que contribuye a establecer la percepción de un nuevo espacio donde se evoca lo tranquilo a través de sus quintas. La calle comienza a adquirir significados como el espacio que media la vida social de las personas donde las particularidades como lo comenta (Cuéllar, 2009), son destinadas calles con curvas en sus extremos para facilitar el retorno a la ciudad de los carruajes.

Carruajes, que luego serán evocados sobre las placas de la nomenclatura del barrio al lado del farol que alumbra la entrada de las casas de Chapinero. Casi silenciosa pero sugestiva, esta estructura enmarca la evidencia de que Bogotá antes de la segunda migración de población del Centro de la Ciudad a Barrios que se levantaban fuera del sus límites comenzaban a demarcar nuevas formas de habitar en casas amplias, en donde el espacio anteriormente comprendido como potreros y aldeas rodeadas por grandes extensiones de tierra desde comienzos del siglo XX daban paso a estructuras sólidas como las casas de arquitectura inglesa del barrio que pasaría solo hasta después de la década de los 30 a ser parte de la ciudad, donde las mulas eran el medio más efectivo para impulsar loas carruajes o tranvías que se usaban para trasladarse del Centro Fundacional a lo que se denominaría el barrio Chapinero.

Muestra de ello el origen del nombre de este barrio, refleja parte de la importancia de los oficios en donde

Antón Hero Cepeda, fabricante de Chapines, tipo

de zapato descrito anteriormente, que permitían a los habitantes de ese caserío transitar en medio de las calles de lodo y lucir más altos debido a que su estructura contaba con una plataforma como lo expresa Ortega (2008), y es que Chapinero antes de consolidarse y comprenderse como un barrio, diversos escritos hacen refe-

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rencia a un lugar que fue en primera instancia una aldea, luego paso a ser caserío, hasta que a comienzos del siglo XX, es considerado un barrio con connotaciones de la vida tradicional de las familias bogotanas. El espacio físico se entiende como un lugar para la movilidad de contenidos simbólicos que configuran la realidad del sujeto, por lo que en la ciudad son las estructuras y las formas de portar algunos accesorios lo que conforma el espacio como un sitio de exclusividad y demarca los límites entre los actores sociales, lo cual demarca la forma de habitar y movilizarse en el espacio. Las casas del barrio La Candelaria en Bogotá son muestra del ambiente que prevaleció desde finales del siglo XVIII, en la ciudad, compuestas por amplios muros de tapia pisada permitían componer el espacio donde barrotes y las personas transitaban a pocos centímetros de las vías, una ciudad que se delimitaba al norte con la calle 26 y que tenia acceso a través de dos vías la del Camino Real, el camino de herraduras, y la calle de la Alameda como fue conocida la Calle 13.

Sin embargo, así como la población del centro de la ciudad fue el resultado del la migración del campo a la ciudad, se contempla un espacio a fueras de Bogotá donde la vida campestre se recrea, allí en medio de quintas y haciendas, que precedieron los caseríos y las aldeas, se encontraba sobre la calle 57 con carrera séptima la casa de Antón Hero Cepeda. Bogotá, se convertía en un sitio móvil para la población y para las prácticas que ofrecía la ciudad, pues en medio de un ambiente que conservaba las tradiciones del campo subyacen nuevos estilos de vida que tienen dentro de su configuración espacial frecuentar lugares afuera de la ciudad, como se comprendía el sector de Chapinero, si bien en ese lugar alejado de la rutina y el ruido de las calles citadinas se encontraba Chapinero, sitio con el que ciertos habitantes de la ciudad evocaban el termino... “cada vez está más en desuso: “Vamos a Chapineriar”. La memoria colectiva conservó la imagen de que Chapinero y Bogotá eran lugares distintos (Cuéllar, [Introducción] en Ortega et al. p. 23), el espacio

Iglesia de la Candelaria diagonal al museo del Banco de La República en la Calle 4ta, Centro de Bogotá. Fotografía tomada por Catalina Romero Leclercq, 2010. 12

[p.13] Candado casa del barrio La Candelaria, objeto representativo de las casas del Centro de la ciudad, permite componer el paisaje urbano. Fotografía tomada por Catalina Romero Leclercq. 2010.


comenzaba a demarcar una serie de asociaciones en las estructuras de las casas, las calles y la forma de habitar, pues si bien el centro era dispuesto para la cercanía con las instituciones, Chapinero representaba un sitio apartado del ruido de la urbe y se consolidaba como un sitio campestre a las afueras de la ciudad. Desde la estructuras de las casas del Barrio La Candelaria son reflejados los rasgos de la arquitectura colonial, donde se fijó el origen de la ciudad.

Entre calles angostas, los candados de las casas se convertían en símbolo de protección de espacio privado, los barrotes de madera y algunas rejas de hierro forjado caracterizaban las casas de los primeros habitantes de la urbe. Las puertas de madera se encontraban a poco menos de un metro de la calle, el espacio público era constituido entre casas y áreas que quedaban estrechos en medio del aumento de la población que habitó en el Centro.


Los balcones componían marcos de referencia en el desarrollo estético de las construcciones de la ciudad. Allí, los procesos de aculturación que presenciaba Bogotá son reflejados en los estilos arquitectónicos del Centro y los barrios aledaños como Teusaquillo y Chapinero. Los caseríos eran reemplazados por quintas y una vez instaurado Chapinero como parte de la ciudad desde el siglo XX, se evidencia en las construcciones de arquitectura victoriana influencias europeas que mediaban la transformación del espacio urbano. Cómo expresa Gutiérrez... “Si Europa vivió la utopía de América en el siglo XVI, América vivió la utopía de Europa en el siglo XIX. Nos propusimos ser europeos y rechazamos en la dialéctica ‘civilización o barbarie’ lo que realmente éramos” (Citado en Ospinas, 2009), las formas que componen las casas y los sitios públicos, se convierten en índices de un mapa que se entreteje entre el estilo de vida de sus primeros habitantes. El espacio mas que entenderse como una disposición territorial en un plano, trasciende a una disposición territorial que enmarca un contexto social, componiendo así las formas de vida donde la técnica y las influencias del Viejo Continente guiaban el estilo de vida adaptado por los habitantes de la ciudad. Bogotá, disponía de dos caminos que comunicaban los caseríos con la ciudad, aquel mapa de 1789, donde la mayoría de los sitios indicados eran religiosos deja entrever trazos como el camino a Suba el cual se extendía mas allá del área urbana de la ciudad, en donde casas con muros gruesos, baldosas de barro y techos con vigas de madera, componen el ambiente citadino, dando paso al establecimiento de personas que migraban del campo a la ciudad, como muestra del proceso de urbanización iniciado desde el siglo XVIII. 14

Foto No. Detalle del balcón en el Centro. Fotografía tomada por Catalina Romero Leclercq. 2010.

La plaza connotaba aquel espacio abierto donde las personas se reunían para compartir y adquirir productos para satisfacer sus necesidades, en sus alrededores se evidenciaba una de las prácticas tradicionales de los habitantes de la ciudad, las tiendas enmarcan un espacio para la charla donde se vendían almojábanas y chocolate, instaurados como una costumbre capitalina, en torno al cual se conformaban círculos de personas ilustres que habitaban en las casas del Centro de la ciudad que acostumbraban a reunirse en cafés y plazoletas para dialogar sobre los temas que generalmente eran divulgados por las publicaciones de los diarios.


En medio de las manchas de tinta, el desgaste del papel y algunos quiebres de las hojas, es posible connotar a aquel espacio del Centro de la ciudad características de su población, en donde la realidad era fijada a través del medio impreso, El Estado y La Iglesia realizaban las intervenciones a cuyos contenidos solo tenían acceso las personas letradas de la época. Comunicados de partes alejadas del mundo comenzaban a elaborar aquel imaginario de la vida europea que se evidencia en la arquitectura del periodo de fundación de Bogotá. En la calle las personas comenzaban a adoptar costumbres aprendidas de otras culturas, termino que Marvín Harris asocia con el proceso de aculturación, pues los habitantes de la ciudad tenían un legado histórico donde enmarcaba las prácticas bajo el marco del contexto rural, sin embargo desde La Colonia la población campesina fue modificando sus hábitos muestra de ello se evidencia en los trajes como comenta Rojas... “La conservación del lenguaje, como ocurre también con el vestido, son la expresión cultural de dominación que las elites colonial y republicana han mantenido sobre los indios y los campesinos respectivamente” (Prólogo, Antología, 2010), Bogotá era un territorio que antes de ser comprendido como un espacio para la vida Colonial fue un espacio para el asentamiento de la vida en el campo. > Plano de la ciudad de Bogotá, 1911. Atlas de Bogotá, (2007)


.Imagen 1. “Chapinero, Carrera 7ª No. 59 - 47. Aspecto de la casa donde vivió el chapinero, modesto fabricante de zapatos que se llamaban ‘Chapines’.....(Ortega, 200o, p. 49)

La calle comienza a ser comprendida como un lugar para pasear, visitar y enmarca prácticas comerciales y recreativas, por lo que en Bogotá, La Carrera Séptima tiene un legado histórico que permite evidenciar su importancia como eje de movilidad en la ciudad, entendiendo esta como un espacio que dependiendo de las formas y los medios empleados para transitar por ella, permite componer la mirada del observador como comenta Real (2009), es a través de los fragmentos de una arquitectura de la ciudad, donde se entablan relaciones con el legado histórico que permanece representado en las viviendas, los parques, las calles y los barrios.

Los barrios que comenzaban a conformar la ciudad, generan transformaciones del espacio y por lo tanto en el aumento de la población nuevas formas de vivienda son dispuestas, muestra de ello Bogotá, se encuentra fraccionada en medio de estructuras patrimoniales que permanecen en el tiempo como memoria de los procesos de consolidación de la ciudad. La Carrera Séptima, se convierte así en parte esencial de Bogotá, comprendida como eje funcional y cultural de la urbe.

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La forma de pensar el espacio no como un contenedor de estructuras sino como el lugar donde suceden las relaciones sociales y el intercambio no solo de bienes y servicios sino el intercambio simbólico, donde la experiencia cultural enmarca el significado y pertenecía a la ciudad. La madera de las ventanas de las casas del Centro, permiten comprender el estilo de la época donde lo Colonial caracteriza la arquitectura, allí en medio de los elementos que componen la estructura de la vivienda se define el contexto que identifica a la sociedad desde el siglo XVIII, lo que permite configurar un espacio compuesto por elementos que constituyen la cultura material de un pueblo, aunque actualmente Chapinero es quizá uno de los barrios mas cercanos al Centro en Bogotá, en aquella época ni siquiera estaba previsto como parte de ella.


Chapinero se instaura en la ciudad como el

espacio donde se refleja la vida moderna, a través de amplias calles, estructuras arquitectónicas que dan paso al alumbrado incandescente y las vías son transitables como lo comenta (Ortega, 2008).

Enmarca un espacio propio para la vida moderna, donde prevalecían algunas Quintas que eran reservadas por familias adineradas del centro de la ciudad, para pasar vacaciones o para encontrarse en familia en las festividades. (Ortega, 2009) La calle es el lugar en donde converge lo tradicional y lo moderno. Según Duque (2008); los valores modernos se relacionan con progreso, la disciplina y la producción, valores enmarcado en los espacios de las casas de Chapinero. Allí los materiales se convierten en portadores de historias y evocan prácticas y configuraciones de la vida social..

...“Línea del tranvía de mulas de Chapinero. Fotografía que acompañaba un aviso de venta de lotes de Eduardo Quintana y Germán Várdenas den la Gran Avenida” (Cuéllar, 2008, p. 29)

Pues si bien los rieles del tranvía colindaban con las estación ubicada en la calle 63, Chapinero comenzaba a enmarcar un estilo de vida alejado del ruido y la inseguridad del Centro de la ciudad. /// 1884 se instaló una vía de tranvía, hoy la carrera 14 o Avenida Caracas cuya estación quedaba en la esquina de la calle 63, donde había vendedores de pollo, caramelo y bizcocho, la Carrera Séptima era el camino a Tunja y la 13 era la alameda y tranvía de mulas” (Secretaría de Desarrollo, Bogotá. p.31)/// 17


Bogotá, se convierte en una ciudad donde lo móvil y lo permanente encuentran un lugar para conformar la vida citadina. Algunas estructuras son renovadas, otras se transforman en torres de edificios residenciales o de oficinas y la forma de comprender el espacio, permite evidenciar la postura y los roles de sus habitantes. Sin embargo el crecimiento de la ciudad comienza a ser contemplado, a través de proyectos urbanísticos como los que emprendió Bruner a comienzos del siglo XX, quien establece una serie de trazos sobre el mapa de Bogotá, concibiendo el espacio de la ciudad como mediador de los procesos de expansión de su población, obras como la arborización de la Avenida Caracas son lideradas y ejecutadas; así como algunos barrios donde la disposición de las calles guiaban los encuentros de las familias, se concibe el espacio público cómo un lugar para las calles y el paso de los vehículos pero también como un espacio para las personas. Cultura Capital (2010, junio) [emisión por televisión], Escobar, A (dir), Bogotá, Canal Capital.

Lo que permite comprender cómo... “la valoración real del paisaje urbano es la estrecha relación de los tres componentes el espacial, el contextual y el temporal” (Real, 2009. 39), lo cual en su conjunto media la historia de la ciudad y se evidencia la importancia como parte activa en los procesos de identidad territorial y social la preservación del patrimonio, el cual se convierte en actor esencial al indagar sobre los procesos, usos y prácticas que definen a la sociedad que ha habitado en Bogotá. Cómo lo expresa Chinchini y Escobar (citado en Real, 2009, p 38): “Considerando el patrimonio como un instrumento de afirmación y pertenencia a un lugar, de identificación con ese sitio, de vivencias en ese sitio, implicará necesariamente una identificación con su historia, o mejor, con la historia de sus sucesivas transformaciones, con su persistencia y sus cambios, con aquello que reconocemos y aquello que nos asombra, con sus ganancias y sus perdidas sufridas a lo largo del tiempo”.

Al recorrer el espacio como un todo de fragmentos que componen la identidad y las relaciones de pertenencia a un territorio, guiado a través de los cambios y mutaciones (Real, 2009)sociales, lo cuales están directamente relacionados con las formas de componer el espacio.

Si bien, la calle permite distanciar el espacio de Chapinero con el Centro, como afirma Ortega (2009), donde sus habitantes tenían que usar una especie de zapato de plataforma que se amarraba a los tobillos para protegerse del lodo, distante de calles empedradas del Centro de la ciudad.

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Lo natural

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Natural 2

Las hojas aluden a espacios no intervenidos por el hombre.

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Esto implica recrear aquellos lugares previos al asentamiento dentro del espacio urbano, donde lo campestre enmarcaba las relaciones entre las actividades de la familia y la forma de adaptarse al territorio. La cercanía a lo natural se constituía como parte del estilo de vida. En Chapinero, en medio de calles de lodo, se encontraban algunos caseríos: espacios tranquilos y puros, lejos de los procesos que aún vulneran el sistema natural.

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La materas connotan el ambiente campestre, en medio del concreto de la calle y sus andenes los pensamientos se conforman como flores que suelen decorar los jardines de las casas en Bogotá. El jardín se comprende como la disposición de lo natural en medio del asfalto que media el paso de vías de lodo como lo era el tramo del tranvía de mulas ubicado sobre la carrera trece que partia del Centro de la ciudad hasta la estación de la calle 63, Chapinero.

familiar, donde se disponia prácticas como tender la ropa, alimentar a los animales y la recreación de los niños. Estas prácticas mencionadas anteriormente sucedian en el jardín interno de la casa, mientras que el antejardín se constituia como la extensión pública de este espacio connotando la necesidad del individuo de mostrar a través del cuidado de las flores, la importancia del arreglo de la casa.

Bogotá, pasa de habitar un espacio comprendido como un caserío como lo fue hace dos siglos Chapinero, a un ambiente donde son impuestas las bases culturales europeas.

El espacio se transforma, si bien las casas del Centro en su entrada estan demarcadas por la puerta, las rejas y el candado, en Chapinero el espacio propone un primer acercamiento de lo público con la casa a través de las flores y enrredaderas que penden de su fachada.

En las materas queda representada la relación entre los espacios naturales y los dominados por el hombre, pues la matera se convierte en la abstracción del campo, asi mismo estas evocan el jardín de la casa

//en el trayecto del Centro a Chapinero los pasajeros podían apreciar los paisajes a través de las cortinas del tranvía que protegían a sus pasajeros del frío, como expresa Ortega (2009).

Lo de la matera es porque además del romanticismo de la mujer, a mi me gusta las cosas de los juegos, ese sentimiento infantil, como los recuerdos, el colorido, uno cuando es niño se atreve a ser mas arriesgado y hacer mas cosas que ahora que uno como mas grande cómo que lo piensa mas. [Morantes, Tienda Lila Morantes, Bogotá - 2010]



///... La denominación del arte del siglo XVII bajo el nombre de Barroco es moderna. El concepto fue aplicado en el siglo XVIII, cuando aparece por primera vez, todavía exclusivamente a aquellos fenómenos del arte que eran sentidos, conforme a la teoría del arte clasicista de entonces, como

desmesurados, confusos y extravagantes. (Hausser, 1994, p. 92) ///

La presencia de las hojas reincide en un cuadro de la tienda, en el cual el espacio natural se representa, la mujer convive en armonía con los animales y las plantas de su entorno, como parte esencial de su estilo de vida alejado de los centros urbanos. El marco y la imagen que está dispuesta sobre una repisa del almacén conforma un sistema de significado donde se evoca el estilo barroco y el naturalismo. Los pájaros se encuentran también en las paredes y en las hojas que conforman el espacio del almacén, con texturas que semejan un ambiente real y colores que distan de las especies que habitan en la ciudad, se convierten en algo exótico y a la vez sujerente de entornos naturales propios de otros países.

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Las hojas se entretejen entre los mostradores y permiten componer una relación con las ramas de los arboles que son connotados en el retrato de la mujer. Un tono ambiguo es el que constituye el proceso simbólico que establecen los elementos de la tienda. Lo semejante, la imitación al pasado, dispuesto como algo propio de nuestros tiempos generan asociaciones que permiten recordar a través de la experiencia y de la cultura espacios que han sido desplazados por las nuevas formas de habitar. Una sensación cercana a lo Kitsch en donde el recuerdo y la nostalgia caracterizan la necesidad de generar la noción del pasado. El sentimiento de nostalgia es connotado en un nido vacío que se convierte en parte de la decoración el almacén, un gallo intervenido con colores plata y dorados, componen un ambiente en el que se percibe un sentimiento y necesidad de regreso al pasado, en medio de espacios afectivos como lo es la casa familiar. Lo cual se refleja en las necesidades del sujeto postmoderno quien afronta la soledad y el cambio constante en las relaciones que teje socialmente, cambio que relaciona Bauman con el concepto de líquido, el cual define como la característica de las relaciones en la cotidianidad. 25


Existe dentro de la tienda una intención de recrear espacios naturales, allí pájaros artificiales están en algunos adornos con flores al interior, la ropa se exhibe como si estuviera colgado de un árbol o de una enredadera como se ha descrito anteriormente, el color de las plumas de los pájaros semejan aves de otros países, cercanos a tonos rosa y café. El sentido de lo natural se refuerza con algunos portarretratos con marcos de tendencia a lo Barroco - Rococó, en donde escenarios que alunen a lo natural, con colores delicados (Hauser, 1994)

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En medio de este espacio en el que los objetos están dispuestos sutilmente, al analizar el sistema y el conjunto que lo convierte mas que un contenedor, en un generador de tensiones y relaciones, se presentan ciertos elementos que rompen la linealidad temporal de las estéticas empleadas, sin embargo lo que une a los elementos dentro de la tienda, es la necesidad de representar y reforzar las connotaciones que evidencian lo natural.


Las figuras de pájaros también se encuentran en la pared, siluetas que evocan a espacios livianos, delicados y naturales. El pájaro artificial llega a ser una representación fiel de este animal. Sin embargo, al ver las siluetas de estos en las paredes se desplaza esa similitud casi real a una abstracción, que se refleja a través de las siluetas. Las rejas de madera que delimita el espacio de la vitrina connotan el lugar abierto de la casa; una banca que se encuentra como elemento tradicional de los parques de la ciudad, dispuesta al interior del almacén, recrea un ambiente apartado del espacio urbano.

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Las flores que están dispuestas en las materas de la entrada del almacén de Lila Morantes ubicada en la calle 55 con carrera sexta, acostumbraban a decorar los jardines de las casas en Bogotá, generan relaciones entre el escenario instaurado dentro de la tienda y las hojas naturales que se encuentran en las materas de la entrada. El marco de la puerta no solo dispone la entrada, sino que así mismo dispone un espacio donde el enunciado de lo natural, queda sugerido desde el plano exterior de la tienda,sustentado en objetos artificiales. Lo artificial representado en animales y en la funcionalidad en la que son dispuestos los objetos, asi en la vitrina se puede apreciar una carretilla con telas y unos zapatos, el gallo enunciado ateriormente, genera una tensión entre tres campos semánticos, uno referente a los objetos de porcelana, los objetos de oro y el útimo relacionado con los animales característicos de las casas de campo. Tensión que permitirá encontrar referentes al contexto natural del sujeto, en donde se comercia no el producto sino los valores propios de su experiencia cultural. Por lo que la mercancia pasa a representar lo que Duque (2010) denomina valor simbólico. Se recrea en los objetos y animales los espacios al aire libre, el nido, la figura de un gallo; el espacio se dispone como un enunciado de un contexto rural, característico de las quintas que precedieron a la consolidación de Chapinero como parte de la ciudad. Sin embargo, aunque estas relaciones son posibles atribuirlas a los objetos dentro del almacén también a través del testimonio de la diseñadora Liliana Morantes (Abril, 2010) hace alusión del espacio de la tienda a una Villa Inglesa.

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Cuando empecé con la tienda quería hacer algo que se viera como una Villa, como antigua pero con color, con colores vivos, quería como mezclar como lo antiguo; vintage, el color y entonces también las materas me funcionaban se veían cómo que se relacionaban con el logo, porque el logo pues es una materita y pues bueno como que todo unió y se nota en todo. [Morantes, Tienda Lila Morantes, 2010]

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La flor

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a L

Flor

En la flor se identifica el desplazamiento de lo tradicional donde los valores de lo constante, lo estable, lo duradero, conformaban las bases de seguridad de las personas como expresa Bauman (2008), mientras que en la sociedad posmoderna todo es inestable, fluye y la mentalidad de la época se constituye en adaptarse y no mantener nada que perdure en el tiempo, se pasa a una concepción de lo móvil e inestable.

En la flor se connota el retorno sobre los objetos del pasado; un desplazamiento en su funcionalidad y los valores simbóli-

cos que son atribuidos a esta es la necesidad de identidad sobre las bases de la cultura local, afirmación que se evidencia en la jaula, la cual estaba destinada en el patio de la casa, componiendo un fragmento de la vida en el campo recreada en medio del estilo de vida moderno de la ciudad.

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Sostenida a la lámina de cartón, entre las rejas de la jaula, la flor es un reflejo del aporte que se realiza las labores de

la costura.

A comienzo del siglo XX las mujeres empleaban este accesorio como un rasgo de distinción.

El tul y la seda, se convierten en materiales a los que pueden ser atribuidos valores de la feminidad, muestra de ello la falda de las bailarinas de ballet permite evocar un ambiente donde la concepción de la época giraba en torno a los valores de la femineidad. El trabajo del artesano evoca lo manual el cual como expresa Arendt en Sennett (2008), la diferencia entre el hommo laborans y el hommo faber radica en que el primero de estos se encuentra dedicado a cumplir con los deberes

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que le asignan, mientras que el homo faber piensa en el proceso de fabricación y busca aportar a su trabajo desde su experiencia. Lo artesanal fija así un distanciamiento con lo industrial, dirige la importancia al valor que otorga la intervención manual sobre el material, cada flor pese a pertenecer a una misma categoría de producto se diferencia por su singularidad, la falta de simetría y el esfuerzo implícito relacionado a las horas de trabajo respecto a una producción seriada.


DECHADO es una de las marcas de

diseño independiente ubicados en la carrera 7ª con 54, llevan 3 años con la marca y 6 en el mercado. Ivette Piñeros comenta que el nombre DECHADO se debe a que... “Un dechado es una tela que funciona de muestrario, de diferentes técnicas de bordado, nos servía el nombre porque no solamente nos interesa producir ropa; precisamente por la formación de artistas que tenemos, nos servía mucho el nombre porque eso es Dechado, un muestrario de muchas cositas que se pueden hacer” (2010)

Al principio nuestro fuerte era personalizar la ropa a través del bordado y de la manualidad, comprábamos una tela muy normal y nosotros de dábamos un valor agregado por la desde el bordado Las primeras colecciones eran muy fuertes en la parte bordada, y los materiales eran peluches, cintas, y de ahí en adelante todo ha sido un desarrollo [Ivette Piñeros. Tienda Dechado 2010]

> Productos de Coroto, marca que se comercailiza en Dechado, en las prendas se puede apreciar el aporte a través del bordado. Fotografía tomada por: Catalina Romero Leclercq

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El olor a madera y la luz tenue, evocan entre el sonido de las herramientas las horas que componen la producción de un objeto, resultado del trabajo delicado. La mano se convierte en la transmisión de la cultura que media el objeto creado. El artesano trabaja concentrado y cada acción esta guiada de la forma en que el objeto contiene la dedicación y el conocimiento del quien lo elabora. Sennett (2009), expone como el taller teje una relación con el hogar, hace referencia a los talleres que se alejan de cualquier estructura similar a las fabricas, y expone como en algunos casos el espacio de trabajo se convertía en el hogar del artesano. Relación que se vincula a las tiendas de los diseñadores de Chapinero quienes disponen de la tienda como un espacio también para la creación, allí donde pueden pensar aquellas piezas que componen al sujeto dentro de lo social. 34

“Como diseñadores independientes, desde el hecho que uno haga una prenda y no haga tres, ya es un diseño independiente

no

seriado.

Que alguien llegue y se siente con uno y entre los dos diseñemos, le midamos las telas, esa persona sale contenta, porque eso no se encuentra en en ningún lado. Cuando uno personaliza sale solo una prenda es porque le se puso todo el aporte de diseño, uno se sentó y lo discutió se tomaron las las medidas, se miraron los materiales y combinaciones, y de esos ya no va a ver dos jamás” [Ivette Piñeros. Tienda Dechado. 2010]


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# La jaula

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La jaula se desplaza a un nuevo plano funcional, aquel objeto que estaba dedicado únicamente a habitar el patio o en el garaje de la casa es propuesta como un elemento decorativo, intervenida cambiando su estructura oxidada por una con color.

expresa Duque (2008) al pasar de una lógica de consumo a la de consumismo, los productos traspasan la identidad del sujeto prometiendo en el comercio de las mercancías valores implícitos a su experiencia local y global.

Se convierte pues, en abstracción de patio de la casa, aquel sitio donde prácticas como alimentar a los animales domésticos, tender la ropa y la recreación de los niños tenían lugar,

La jaula y los pájaros crean un sistema donde el hombre domina la naturaleza, y en la medida del poder que ejerce sobre lo natural, contempla desde lo rígido del metal el movimiento.

Aquella

estructura de hierro

con

finas rejas, se convierte en un elemento cercano y distante de la experiencia cultural...

pues esta constituida de dos enunciados el primero de ellos connota un lugar para la dominación, donde se puede tener control de algo sensible y no permite que traspase la materia por lo cual se convierte en un límite para lo humano, lo natural y lo vivo, un límite que se entiende cómo una capacidad de depender de quien habita dentro de ella, sin embargo esta estructura que se presenta directamente como el hierro y su candado, es una estructura que refleja el sentimiento de frustración y de presión que experimenta el ser humano de las relaciones que dominan el mercado las cuales desde tiempos modernos, comienzan a comercializar valores y ordenes, donde lo enunciado se convierte en una directriz de las formas de actuar del sujeto.

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Ante las innumerables ofertas del mercado, Gilles Lipovetsky (2002), expone este argumento desde la estrategia de la seducción, el cual hace relación a la sobre multiplicación de elecciones (p.18), es precisamente la situación de la oferta y la lógica del mercado, la que se acerca al sujeto y lo convierte en un ser completamente sensible lo que se refleja en un confrontamiento de cientos de ofertas que lo quieren ubicar dentro de grupos específicos de consumidores, y como

A través de las texturas de los objetos se tejen relaciones con los campos semánticos que se representan socialmente; si bien la seda que evocábamos anteriormente, connota un material que requiere un proceso de elaboración detallado, el tul nuevamente se expone como un elemento que permite cubrir el cuerpo con una textura particular y así mismo deja entrever partes de la piel, componiendo un ambiente donde la seducción y la discreción recrean un estado de la experiencia del sujeto, desde la pureza de las bailarinas, se pasa al encaje donde connotaciones de lo femenino son exsaltadas en su máxima expresión, lo femenino ambiguo entre lo instituido y lo natural connota nuevamente esa relación que genera una tensión en los modos de generar asociaciones y agenciamientos, termino empleado por Deleuze, donde son constituidos los conjuntos de enunciados que permiten comprender un territorio de otro, allí en medio de lo físico y lo afectivo se establecen las bases de la identidad del sujeto, y las relaciones que componen su entorno. Y es que el arte de coser se extiende a través del entramado social y cultural lo que genera ciertos rasgos característicos de los movimientos y las relaciones que se componen en el entorno en el que convive el sujeto. Esa sensación de cercanía y distancia percibidas en el mismo instante hacen de la jaula un elemento que permite representar este sentimiento propio de la sociedad posmoderna.


el taller artístico de los inicios del Renacimiento está todavía dominado por el espíritu comunal de los antiguos constructores y del gremio; la obra de arte no es todavía la expresión de una personalidad

En el techo se encuentra dispuesta una

jaula,

donde sus finas rejas permiten entrever una muñeca que con su traje entre tonos azules y tornasoles establecen una relación entre la nostalgia, o como expresa Oligarca, el azul profundo del mar donde se contempla un espacio para soñar y evocar lo que queda en el olvido. La figura de la Barbie, quien implícitamente connota los cánones de belleza de la sociedad de consumo, se convierte en una propuesta por parte de los diseñadores de la tienda DECHADO.

Imagen . Jaula. Tienda Dechado, Bogotá 2010.

autónoma, que acentúa las características y se cierra contra todo lo extraño. (Hauser, 1998, p. 370)


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El Cisne

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Cisne

EE

ll

Al analizar el sentido de la representación, algunos rasgos son asociados cómo: lo opuesto a lo natural, lo que semeja a lo real; sin embargo, pese al gran número de mensajes que llegan cada segundo o inclusive hasta en menos tiempo, pareciera que aquello que se conoce como real...

...es solo una réplica

de los entornos que componen la experiencia del sujeto y que media en las propuestas comerciales creando relaciones cercanas a la vivencia del individuo el cual termina por creer que aquello que es exhibido en las vitrinas compone el sentido y la relación que teje el con el espacio, como parte esencial que compone su identidad.

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Lo natural se evoca en diferentes piezas, tanto así que el origen de los objetos y los materiales pasan a un plano en donde se logran establecer ciertas relaciones, el sentido de lo natural también es representado a través de un cisne en plata que esta en una vitrina al interior de la tienda, en donde son dispuestas las tarjetas de esta. Lo que parece una propuesta sutil en el conjunto de los objetos que decoran la tienda, traspasan diferentes campos semánticos y generan vínculos entre los espacios que han conformado un pasado de las formas de habitar de la cultura.

///Bauman (2008) cita a Veblen para exponer la idea del “Consumismo ostentoso: A principios del siglo XX, tenía un significado completamente distinto al que tiene hoy. Consistía en una exhibición pública de la riqueza sólida y durable, y no en una demostración de la facilidad con la que la riqueza ya adquirida puede proporcionarnos placeres inmediatos y satisfacciones al instante, ya que podemos gastarla, digerirla y disfrutarla hasta el fondo, o disponer de ella como mejor nos parezca, destruirla o dilapidarla. Las virtudes y beneficios de la exhibición aumentaban en relación directa con la solidez, permanencia e indestructibilidad de las propiedades exhibidas” (Bauman, 2008, p. 49)/// 42


Aquel cisne en plata, recrea el espacio de la casa en donde la platería era sinónimo del poder adquisitivo. La figura, evoca el retorno a la vida tradicional, en donde las nociones de lo duradero y de solidez, se representan a través de los elementos decorativos del hogar. La sala era el lugar propicio para la vida en familia, por lo cual los objetos que se disponen allí, se convierten en marcos referentes, de las prácticas como: la visita, la charla y la

reunión, que median la relaciones entre las personas externas a esta; a través de los materiales que componen los objetos de decoración se refleja el nivel económico y cultural de la familia. Lo fijo y permanente, se connotan en el cisne de metal, valores propios de la sociedad de productores, donde lo estático se reflejaba en el pensamiento que se tejía en relación a los objetos como expresa Bauman los objetos

eran... “pensados para que no se dañen ni se devalúen y permanezcan intactos” (2008, p. 49), sin embargo con el paso del consumo al consumismo, las relaciones giran en torno a la capacidad de ... ‘Querer, de desear y de anhelar’ (Campell citado en Bauman, 2008, p 44), donde lo móvil determina las relaciones entre el sujeto y la mercancía. Lo inestable rige las relaciones de la sociedad posmoderna, aquel cisne que era dispues-

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to como un cenicero en la sala, pasa a ser un contenedor de las tarjetas del almacén. Sin embargo esta estructura rígida es dispuesta en un ambiente cercano a la experiencia del sujeto, las hojas permiten connotar el ambiente natural. Lo semejante comienza a componer el espacio y construye aparentemente una realidad. Lo semejante, compone aquel ambiente donde la figura del cisne representa un entorno natural sin embargo esa representación parte de un principio, donde se compone un ambiente que dista de lo actual, como expone Virilio ...“Virtualizar una entidad cualquiera consiste en descubrir la cuestión general a la que se refiere, en mutar a la entidad en dirección a ese interrogante y en redefinir la actualidad de partida como respuesta a una cuestión particular” (Virilio, 1997, p.19), por lo cual lo móvil se refleja en la búsqueda de identidad que intentan representar los productos para el sujeto posmoderno.

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hay cosas muy bonitas, aunque es un poco caro por lo que son prendas unicas pero la ropa es muy bonita y pues obvio tener piezas únicas es muy bueno [Hernándéz, consumidora, 2010]

quinta

/// El término proviene de los impuestos que pagaban algunas casas de hacienda: “Díjose así porque el arrendador de ella da al señor por concierto la quinta parte de sus frutos”, sin embargo, la palabra se utilizó para denominar las casas de recreo que surgieron al rededor de la ciudad. (Cuéllar en Ortega, 2008, p.30)////


... ¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello al paso de los tristes y errantes soñadores? .... ( Los Cisnes, Rubén Darío)

Por lo cual al volver sobre el sistema que se compone en aquella mesa de vidrio y algunas ramas, que semejan un espacio natural, se connotan ambientes con lagos (entorno del cisne), alejados de las estructuras de la ciudad, relación que teje Rubén Darío en el poema ‘Los Cisnes’, quien entona en el cuello del cisne la pregunta ante el panorama inestable que se refleja en un fragmento de uno de sus poemas Donde se exalta el sentimiento de perdida experimentado por la sociedad posmoderna y se busca en cada instante, en el espacio actual el sentido que logre responder ante un ambiente líquido, término empleado por Bauman para caracterizar las relaciones móviles que determinan la cultura actual. Se expone como el consumismo se apoya en los valores simbólicos, los cuales recrean la experiencia del cultural en su productos; la tien-

da sustenta su propuesta en las relaciones que teje entre espacios naturales como fue Chapinero, conformado por Quintas donde la familia pasaba sus ratos de descanzo. /// El término quinta proviene de los impuestos que pagaban algunas casas de hacienda: “Díjose así porque el arrendador de ella da al señor por concierto la quinta parte de sus frutos”, sin embargo, la palabra se utilizó para denominar las casas de recreo que surgieron al rededor de la ciudad. (Cuéllar en Ortega, 2008, p.30)//// El cisne se convierte en un simbolismo de la vida moderna; donde se es testigo del paso de la noción del ayer a la de mañana, se expone un apego a las formas que componen los espacios tradicionales. Las nociones que se relacionan con el tiempo son expuestas por Bouchet, (citado en Duque, 2008, p. 166) lo que permite calificar el tiempo posmoderno en relación con lo tradicional y lo moderno, quien ex45


pone el cambio de concepción que sufre el sujeto de acuerdo a la época, en el caso de la sociedad moderna, relaciona la Biblia; en la modernidad, el libro y, en la posmodernidad, la pantalla. Si bien, es aquella pantalla la que se desplaza en los ambientes del sujeto, y se refleja en la multiplicidad de imágenes y contextos que son comunicados en el entorno en el que habita, según Lipovetsky (1986), el sujeto se encuentra en un escenario donde se produce una desubstancialización, dejando atrás el espacio de la realidad rígida (p.56), lo que deja connota un espacio que parece real, pero en su estructura es solo una réplica, del sentido original que se le atribuye al objeto.

...por un lado es bueno por que la gente sabe que esta comprando cosas hechas por diseñadores bogotanos, en pocas cantidades, que son exclusivas, y que esta apoyando este sector, lo malo es que a veces se vuelven un poco ‘clichesudas’ y en todas encuentras como algo de lo mismo , o copia de lo que hacen las grandes marcas pero con no muy buena factura o calidad [Leonardo Gaitán, diseñador y consumidor 2010]

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////“Los álbumes fotográficos ilustran un aspecto de la cultura popular que se fue formando lentamente y encontró en la reproducción mecánica un nuevo giro, a saber, el arte de coleccionar” (Olalquiaca, 2007, p 16), situación que se evidencia con la reproducción de los objetos que se encontraban en las casas de familia de mediados del siglo XX, compuestos por materiales como el oro , el bronce y la plata que ahora son comercializados empleando materiales sintéticos intervenidos y con colores fuertes que convierten aquel espacio del pasado en algo renovado con propuestas desde el diseño refuncionalizado.///


///...“Un juego de formas infinitamente combinable que da la impresión subjetiva de individualidad y soberanía, pero que cumple la función inconsciente de clasificación y jerarquización social. El código habla a los individuos por medio de los ropajes, que más que ser utilizados por los individuos son ellos los que utilizan a los individuos para representar un sistema de similitudes y diferencias que reproducen el lenguaje de las apariencias más allá de la historia” (Alonso,2007),

> Los gatos de porcelana semejan el ambiente de la sala, a través de los objetos y la ‘mercancía ostentosa’ (Veblen), aquel sistema de objetos se encuentra sobre un mueble, apenas recubierto por unas capas de pintura blanca; sin embargo, al analizar esta propuesta que realiza The Vintage Lab, marca de diseñadores independientes, quienes comercializan sus productos a través de presencia en las ferias y adoptan como sitio de venta redes sociales y como punto de encuentro la casa. Los diseñadores a través de las propuestas adoptan el valor que se atribuía a los objetos en las casas tradicionales y pasa a componer la propuesta de exhibición de la marca, en la feria Las Puertas del Cielo (Junio, 2010). Esta feria se realiza en parque del Museo del Chico, donde se recrea “la feria” como un punto de encuentro y de intercambio comercial, al aire libre donde las prácticas locales se recrean a través de la intervención de los objetos que conformaron parte de la cultura material (Sennett, 2009), donde los valores que aporta el artesano al trabajo manual, componen su valor dentro de las mercancías que son comercializadas.


La importancia del brillo del objeto queda relegado, y el esfuerzo esta en la búsqueda de objetos que logren evocar aquella época que dispone a través del valor simbólico propio dentro de la experiencia del sujeto, es así como collares y algunos dijes de oro que acostumbraban a portar las mujeres de comienzos de siglo, como parte esencial de las formas en que vestía, pasan ahora a ser representadas por cadenas que semejan el color del cobre y el óxido, donde se marca el paso del tiempo. Lo que permite identificar como lo kitsch y el anhelo a épocas pasadas, sustenta la necesidad de desplazar las funciones esenciales para las que se había diseñado un objeto; a través de la intervención manual, se generan nuevas propuestas que permiten producir sentido y una respuesta que evoca a un periódo determinado y que a través del la forma del objeto y como se disponga en la tienda logran componer campos de semánticos donde se atribuyen valores de la sociedad tradicional y la moderna.

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///... “Los metales nobles y las piedras preciosas, artículos preciados de la colección, no se oxidan ni pierden su brillo, y son resistentes al destructuvo paso del tiempo” (Bauman, 2007, p. 50)///


/// las tiendas en las que se comercializa y en las bolas en las que nos llevamos la ropa a la casa, la ropa no tiene envoltorio; esta simplemente colocada en estanterías, esperando silenciosamente a ser jusgada por su pria apariencia” (Tungate, 2005, p. 16)

“Según Benjamín, llega un momento en el que el símbolo deja de significar, muere, por asi decirlo, y lo único que resta es lo que en semiótica se llamaría el significante, es decir su

forma externa material” Olalquiaga, 2003

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# La casa

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casa L a

Comprendida como un espacio para la consolidación de la vida en familia, allí en donde el aprendizaje guía el conocimiento del sujeto a través de la cultura; las casas de Chapinero, proponen un espacio donde las habitaciones y salones permiten asociar ciertas actividades como tocar el piano, la reunión en torno a la comida y las festividades.

Espacios dedicados para la vida en familia, otros que recuerdan la vida campestre en medio de lo urbano que iba expandiendose y otros que se convierten en áreas destinadas para la performatividad según Butler, en donde los actos que cotidianamente son repetidos se constituyen lo femenino como una marca.

La performatividad de los actos, se refleja en la forma en que los objetos son dispuestos y entendidos por el hombre, si bien las casas de familia en primer lugar son concebidas como un sitio para la demostración del afecto, pasan a ser culturalmente cocebidas como el sitio para el asentamiento de la familia, es decir una institución donde se transmiten los valores que caracterizan las formas de relacionarse del individuo en sociedad. 53


Las habitaciones de las mujeres de la época, contaban con amplios tocadores, en donde prácticas eran aprendidas, repetidas y preparaban para la vida en familia y se esmeraban por ser un reflejo innato de la feminidad. Joyeros y polveras de porcelana, espejos de mango con siluetas en oro y sillones rectangulares construían el espacio para la intimidad, las paredes con tonos suaves entre hueso, blanco y crema permitían evocar los principios de la mujer tradicional y la casa se constituía así como un templo de la vida en familia. La mujer a parte de tener cierta relación con objetos que le atribuían a ella funciones en cuanto a la administración del hogar, se encargaban de los oficios de costura, del mercado y de disponer el correcto funcionamiento del hogar, desde Shlain (2000), se evidencia en las labores de la costura como parte constitutiva de las relaciones familiares y el rol de la mujer de preever el correcto funcionamiento del hogar. La habitación se constituía como el sitio para la demostración del afecto, aquel espacio privado lejos del ruido que existe en el exterior, se tiene un espacio para el reencuentro con el sujeto.

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El altillo, se convierte en la abstracción del taller y ese sitio para albergar los elementos de obra, en donde el sujeto tiene un espacio para crear, pensar y fabricar. El comedor, un espacio amplio de encuentro de todos los habitantes de la casa, un sitio para compartir y ejercer un mismo oficio como cocinar y comer en torno a un concenso del nucleo familiar. La sala, se demarca como ese espacio para la vida en comunidad donde se comparte, se establecen relaciones de intercambio y lúdica entre los integrantes de la familia y algunas personas externas a esta, es el lugar que permite el relacionamiento entre las personas externas al núcleo familiar, pero en donde se desarrollan actividades entre el contexto familiar y el mas cercano afectivamente. El antejardín, se dispone como esa parte que se establece la antesala al espacio privado de la casa, allí en la fachada los objetos permiten connotar características de las personas que habitan allí,


La sala aparte de ser uno de los lugares frecuentados por las abuelas y las visitas que llegaban al hogar diariamente, era el espacio donde se podía apreciar a través de los objetos las actividades para las cuales ésta estaba dispuesta. Amplias poltronas y sofás, con alfombras y lámparas de lectura, junto a jarrones y carpetas de las mesas de centro permitían conformar un espacio para las actividades sociales de la casa.

Los elementos que se encontraban allí; disponían esta área de la casa como un espacio privilegiado para la tranquilidad, un espacio en el cual se compartía y se construían lasos de comunidad con las personas que eran cercanas al hogar. El espacio dispone las labores u oficios que median las actividades de sus habitantes, a través de los cuales sus habitantes aprenden las habiliades en torno a las disciplinas que guían sus modos de actuar en la sociedad. (Foucault) 55


La casa se entiende como el lugar en donde son constituidas las primeras relaciones afectivas, en donde suceden prácticas que refuerzan el valor de las relaciones privadas; en ella el espacio es comprendido como un entorno para realizar actividades que refuerzan los procesos de identidad de los individuos, allí los valores guían los modos de hacer las cosas, sin embargo la casa a la vez se convierte en un lugar en donde las normas y su cumplimiento recaen directamente en el individuo, es así como la casa se entiende como un lugar contradictorio, en donde se forja lo afectivo y al mismo tiempo se instauran las normas para guiar el comportamiento del sujeto en la sociedad. La idea de contradicción en la cultura lo expone Marvin Harris, mencionando a Janet Keller a través de la exposición de “esquemas contrapuestos”(Keller, 1992:61-62) Esta imagen expone cómo una vez analizado el contexto de la casa , donde no solamente se propicia un ambiente de fraternidad, al mismo tiempo suceden relaciones de poder que generan jerarquías entre los individuos que habitan el hogar familiar.

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Lo cual genera una fractura en la estructura de un ambiente , pues a través de la casa son instauradas las doctrinas para responder a los deberes y de cierto modo reproducir las formas de comportamiento aceptadas socialmente.Retomando el pensamiento de Keller (1992) en donde es manifestado que... “Los miembros de la familia deberían esforzarse en bien de todo el grupo pero el bien del individuo debe anteponerse al bien de todo el grupo . La familia es permanentemente pero la familia está en continua transición. La familia es un refugio pero La familia es un

donde preparar y ensayar

los papeles que se representan en público. La familia es nutricia pero la familia es

asfixiante.

La familia es divisoria, un

crisol de

tensiones y dominaciones

pero la familia es un remanso de ayuda y calor mutuos” Keller. J


dominaciones pero la familia es un remanso de ayuda y calor mutuos” “Los miembros de la familia deberían esforzarse Enbien el mismo en de todo espacio el grupo donde suceden intervenciones artísticas que evocan un sitio tranpero quilo unindividuo contextodebe geográfi co cómo Cha-de el bien ydel anteponerse al bien pinero en donde se evoca la representación todo el grupo . de familia un pasado familia, al mismo lugar en una La es permanentemente pero habitación se exhiben zapatos femeninos la familia está en acontinua con tendencias zapatostransición. de estrucutras rígiLa es intervenidos un refugio con colores suaves dasfamilia que son pero representando sutilmente los accesorios que La familia es un donde preparar y ensayar los pason empleados por la mujer . peles que se representan en público.

La rigidez, evoca a los zapatos empleados pos las instituciones educativas, donde se sigue una serie de comportamientos repetitivos con el fin de mantener el control y enseñar las dinámica s en las relaciones de dominación . El sujeto uniformado y dificilmente diferenciable es adoctrinado durante los periodos de exploración del mundo y así mismo una parte de su identidad es cedida dentro de las normas que encabezan el comportamiento social , relegando a un plano menos de menor importancia su particularidad, lo cual refuerza el modo de comportarse y garantizar el control en el ámbito público.

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La sala se convertía también en un lugar de encuentro para la familia, donde las personas se reunían en torno a los juegos de mesa, lo cuales permitían componer espacios donde se exhibía de una forma sutil los elementos de valor del hogar, tanto en el comedor como en la sala se convierten en ese espacio de la casa donde se atienden las visitas, lo que implica que los elementos como las vajillas, las teteras, donde recaía el valor de los materiales como muestra de la durabilidad de los elementos, factor característico en la época previa al consumismo. Ciertos hábitos que caracterizaban la rutina en Santafé, pasaban a ser reemplazados por prácticas aprendidas de otras culturas, el chocolate y las almojábanas comidas características de Santafé, son sustituidas por el té y las galletas, que enmarcan el estilo inglés, lo cual se aprecia como un rasgo de aculturación donde prácticas locales son reemplazadas. /// “No hay que olvidar que el aromático chocolate era molido cuidadosamente en piedra y en arcones de madera” (Ortega, 2008, p. 53)///

guardado

Aquello que cambia y se refleja en las comidas que acabamos de mencionar sucede también en la calle, pues estructuras de tapia pisada que conformaban las casas de Chapinero son remplazadas por arquitectura inglesa con la que se componía Chapinero un barrio que se asociaba con la vida moderna y como sitio esencial que representa la vida en familia.

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En la sala de la casa, se dispone de un espacio para el refuerzo y enseñanza de las prácticas sociales, las sillas y los objetos que la componen demarcan los comportamientos ante este lugar.


El salón del piano, dispone el lugar de la casa en torno a cual las disciplinas, desde el Siglo XVII y XVIII manifiestan las formas de dominación (Foucault, 1976), la casa como institución establece a través de su arquitectura formas de disponer los cuerpos en actividades que guien al sujeto en el proceso de aprendizaje, proceso mediado y dominado por las figuras de poder, quienes buscan diseñar un sujeto que responda a las especificaciones impuestas por los organismos de control, las cuales estan ligadas a las necesidades particulares de cada época. La forma en que está dispuesta la silla del piano, genera una relación con la silla del tocador, ambas cumplen la función de sostener el cuerpo mientras realizan prácticas de repetición que conformaran su modo de actuar en la sociedad. Muestra de ello Foucault (1976), atribuye al cuerpo la caracteristica de docilidad, en donde se parte del principio que el cuepo puede ser moldeado , optimizando su capacidad de respuesta ante el estímulo al que sea preparádo. Por lo cual, la casa se convierte en aquella estructura que moldea y soporta al sujeto dentro del sitema social. Es asi como el acto de la repetición, se relaciona con el proceso de producción , por lo que el cuerpo comienza a concebirse como una materia de la cual se pude disponer y ordenar según los requerimientos de la figura de poder.

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# El Ropero

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el

Ropero

Se caracteriza por ser uno de los objetos que se encontraba en el corredor principal de las casas tradicionales de Chapinero, allí se disponía del espacio para colgar algunos abrigos, paraguas y sombreros. Algunas veces en la misma estructura había espacios para revisteros de madera o de metal que ubicaban en la parte inferior del ropero, permitían disponer de las publicaciones de interés de la casa. Este elemento generalmente compuesto por un tablón de madera y unos ganchos de hierro desempeñaba la función del armario dentro de un espacio público de la casa como el corredor. Allí eran colados abrigos de las personas que visitaban la casa o de sus habitantes por periodos cortos.

Este objeto, cumple en el corredor la función en del armario en la habitación. En un principio los armarios eran dispuestos como amplios muebles de madera que se encontraban en la habitación, su estructura conformaba un mueble móvil dentro del cuarto, sin embargo la evolución de las estructuras permitió un ahorro de espacio empotrando los armarios en las paredes de la habitación. Los armarios de madera también eran fabricados a escala y conformaban parte de los juguetes de la niñas de las casas familiares, muchos de ellos se encuentran hoy exhibidos en los almacénes de antigüedades ubicados entre la calle 60 y 63 entre carrera séptima y octava, como muestra de los estilos de vida que configuraban los espacios de la antigua Santafé.

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Este elemento generalmente compuesto por un tablón de madera y unos ganchos de hierro desempeñaba la función del armario dentro de un espacio público de la casa como el corredor.

Dentro de la tienda, una abstracción de su funcionalidad pasa a ser representada a través de

En un principio los armarios eran dispuestos como amplios muebles de madera que se encontraban en la habitación, su estructura conformaba un mueble móvil dentro del cuarto, sin embargo la evolución de las estructuras permitió un ahorro de espacio empotrando los armarios en las paredes de la habitación.

La figura del ropero muestra como eran dispuestos los objetos en el espacio familiar, el paso de la sociedad autoritaria a un ambiente psicologista como expresa Lipovetsky (1986), vincula la experiencia de Narciso con la del sujeto posmoderno.

una figura en hierro forjado en la cual se exhiben algunos accesorios que se han descrito anteriormente como las flores de tela.

En Narciso se analiza el modo de la identidad, la cual encuentra en el ropero, un espejo donde la práctica de verse, observarse y reflejarse se convierte en un modo de componer el mundo y su entorno. En el sujeto cae el poder de la elección y como expresa Duque(2008), la posmodernidad desplaza el sentimiento moderno de disciplina por la de seducción. De modo que el armario dispone las formas en que puede reflejarse el

individuo y a la vez habitar en un espacio de hiperrealidad, donde mas que demostrar el objetivo esta en seducir. Nuevamente, el hombre necesita ver, observar y a partir de esto configurar las relaciones, las distancias entre los vínculos y distanciamientos en el contexto social. La necesidad de ver su reflejo, sustenta la búsqueda de respuestas en la que se encamina ante un entorno inestable y cambiante. El sujeto se encamina en obtener la abstracción, que le permita connotar y simbolizar esa ‘trama’ que le permita buscar otros puntos de participación para encontrar el sentido a las formas de establecerse en sociedad. El armario y el ropero, semejantes y distantes en su base funcional, disponen el orden en el que se deben colocar las prendas, y logran


///“La reproducción mecánica no solo altero las posibilidades de proliferación y asequibilidad de las imágenes, sino que hizo posible la aparición de una sensibilidad específica, moderna, basada en la supremacía de la vista y la acumulación” (Olalquiaca, 2007, p 15)///

traspasar en el ambiente en el que se representa el sujeto, se sitúa como el rasgo que permite entrever los lineamientos que se dan socialmente en objetos que componen lo privado; el acto de doblar, colgar y clasificar, como un parámetro que permite configurar los modos de vestir del sujeto son dispuestos a través de este objeto. El orden en el que se deben colocar las prendas se sitúa como el rasgo que permite entrever los lineamientos que se dan socialmente en objetos que componen lo privado, el acto de doblar, colgar y clasificar, como un parámetro que permite configurar los modos de vestir del sujeto se representan a través de este objeto. Entre los tablones de madera, los cajones y las barras de metal permiten configurar ese espacio destinado a las prendas que configuran la imagen del sujeto. En torno a lo cual los diseñadores establecen su taller dentro de los almacenes y permiten el espacio para dialogar con el consumidor y ofrecen fabricar un estilo que permita identificar al sujeto con propuestas únicas rompiendo los parámetros de la producción en serie. La relación que se establece entre el sujeto y el ropero, permite entrever cómo allí se disponen las prendas y ante el espejo el sujeto configura su ser con elementos que adhiere a su cuerpo.

Los objetos como lo es en este caso el ropero, muestra cómo estos son desplazados a planos nuevos con funcionalidades lejanas a las que en un principio cumplían y que ahora son atribuidas a formas de exhibición que tejen relaciones y permiten evocar prácticas que caracterizaban los espacios y las relaciones de las familias que habitaban Chapinero y cómo actualmente se convierten en objetos de exhibición. Una relación que parece cercana a la función que desempeñan los objetos dentro del museo, pues al estar expuestos a través de una vitrina no permiten comprender las funciones principales para las cuales fueron elaborados y es necesario la ayuda del contexto, muestra de ello las notas que se encuentran al lado de los objetos explicando brevemente el uso y las funciones que cumplía el objeto dentro de una sociedad determinada. El ropero evoca en la tienda un objeto que permite connotar relaciones con las casas familiares que componían el espacio de Bogotá desde finales de la década de los 30, logrando atribuir a los objetos de las tiendas una función como Scolari (2010) atribuye a las funciones que enmarcan las relaciones de los objetos dentro del museo. Denomina una relación centrífuga y otra centrípeta, en las cuales radica la diferencia en las formas en que es dispuesto el contenido dentro de la estructura del museo. La relación centrifuga es la que permite encontrar las respuestas a través de las tensiones que establece el lu-

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gar con contexto ajenos al museo, mientras que la relación centrípeta permite encontrar las rutas de significados dentro del mismo espacio del museo. En este caso estos objetos establecen una relación centrifuga, lo cual permite que el sujeto explore el contenido y las tensiones que establecen estos objetos de acuerdo a su experiencia, por lo cual estas tiendas al emplear esta relación con los objetos se convierten en tiendas de referencia, al reflejar a través de estos relaciones que mediaron la experiencia del individuo dentro de la cultura local que cada vez mas debido a factores como la globalización y la interconectividad se establecen relaciones de la experiencia conjunta de lugares que quizá el sujeto no ha presenciado físicamente pero si virtualmente, termino que emplea Virilio (1997), para expresar las dinámicas guiadas a través de la virtualización.

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El farol

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Foto No. Farol en una casa de Chapinero, adaptado de la estructura de un bombillo fijo a la pared. FotografĂ­a tomada por Catalina Romero Leclercq, 2010.

< Foto No. Placa de una casa en Chapinero, detalle de los ladrillos y la forma de componer la entrada de la casa. FotografĂ­a tomada por Catalina Romero Leclercq, 2010.


Faroles

con velones alumbran las calles en medio del frío de Bogotá.

Chapinero como expresa Ortega (2009) fue el primer barrio en adoptar el sistema de iluminación incandescente, lo cual se refleja en las actividades comerciales que se realizan en la calle trece. Sin embargo, la estructura del farol, muestra de los avances en la técnica del hierro forjado, se convertía en un elemento ornamental del sitio donde se disponía de las bombillas que alumbraban la entrada de la casa y las placas de las direcciones. La luz tenue que alumbra la casa al caer la noche compone un ambiente cálido, donde la cercanía con las personas que habitan en ella permite conformar la casa desde la fachada como un espacio tranquilo para la vida en familia. La mayoría de los faroles fueron adaptados al sistema de iluminación y aunque conservan la estructura dispuesta para los velones, los bombillos alcanzan a observarse en medio del vidrio que recubre cada uno de sus lados. En la medida que son analizados estos objetos, se evidencia el paso de las paredes de tapia del Centro de la ciudad a las casas de ladrillo de arquitectura inglesa en Chapinero. Además la nomenclatura generalmente estaba fijada al lado del farol, reemplaza los nombres de próceres de la independencia, muestra de ello en los mapas de Bogotá. Los faroles, las placas y las rejas y conforman el conjunto ornamental de la casa; las figuras que se componían en hierro, establecen vínculos con la


historia de Bogotá y Chapinero, donde se empleaba la silueta de los carruajes y se ubicaba en la parte superior de la dirección. Las tiendas que solían depender de un rango especifico de luz, cambiaban poco a poco los horarios permitiendo a los habitantes una oferta delimitada por una franja horaria extendida. Actividades que solo se realizaban en horas especificas en el día podía contemplarse en horas de la tarde y de la noche, pues la luz ya no sería un limitante, sino una nueva opción para alargar la jornada. Se pasa de una luz calurosa y confortable por alumbrado incandescente lo cual permitía que las tiendas que antiguamente empleaban velones en la iluminación de sus letreros que pendían en carpas, ahora pudieran contar con avisos luminosos que resaltaban la propiedad. Los carteles y los anuncios que realizaban siglo atrás los pregoneros habían quedado en una etapa anterior, pues ya los carteles podían estar fijos sin necesidad de que una persona los cargara, pues el alumbrado incandescente podía iluminar sitios específicos y así se fue dando paso a nuevas formas de anunciarse.

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Las tiendas de los diseñadores que se encuentran en la calle 54 con Carrera Séptima de Chapinero, retoman las carpas como formas de anunciar la marca.


Lo que permite referirse al espacio de la marca como una tienda antes que connotar el espacio como un almacén. En la relación que establece la marca a través de la carpa y la vitrina que se encuentra sobre la calle, se comienza a entrever las relaciones en que se dispone el espacio, pues si bien las marcas de los diseñadores analizadas cumplen con las características que sus dueños son diseñadores que incursionaron en el campo comercial establecinedose en aquel sitio donde antiguamente se encontraba ubicada una casa residencial, ahora el espacio es refuncionalizado, y se transforma para albergar ocho tiendas de diseñadores independientes.

terial de un pueblo, aunque actualmente Chapinero es quizá uno de los barrios más cercanos al Centro en Bogotá, en aquella época ni siquiera estaba previsto como parte de ella. ­­ Chapinero será el espacio donde se evidencian rasgos de un estilo de vida moderno, a través de sus calles, se propone una forma de disponer el espacio público, donde la luz se convierte en un factor que se asocia con el estilo de vida moderno.

Aquella relación del hierro forjado decorando la placa de la casa, se puede apreciar en la tienda. Aquel espacio que adapta el diseñador y que retoma para colocar ya no sólo la dirección sino su marca.

El contexto en el que se ubican recrean espacios de la vida familiar, pues lo que antes se entendía en su complejidad como un sitio residencial es fraccionado y se establece con un entorno comercial donde las habitaciones de la casa son adaptadas a locales comerciales donde el diseñador exhibe sus creaciones. En medio de las carpas en las que pende el nombre de la marca y las rejas que protegen los locales, se entreteje una relación con las formas de habitar en Bogotá. Son los pasajes de Chapinero los que narran partes de las experiencias del sujeto propias de la cultura local. En medio de los elementos arquitectónicos se configuran las guías que forjan la cultura ma-

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permiten recrear el ambiente donde las velas alumbraban las noches capitalinas; distan de los bombillos que desde comienzos del siglo XX, penden de sus estructuras, como elementos característicos de las fachadas de la casa///

///Los faroles en Chapinero

Las casas tienen en sus entradas antejardines que se constituyen como marcos de referencia de las familias que habitan en ese lugar, decorados por las rejas y flores, permiten componer un espacio donde se enmarcan objetos como las figuras de los faroles que llevan las direcciones, generalmente carruajes y figuras en hierro forjado que evocan espacios campestres y alejados del ruido de la multitud.

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///“La ornamentación procede por dos vías contradictorias, cuya resolución dialéctica veremos en seguida: por una parte, huir de la naturaleza gracias a una suerte del barroco delirante (mechar camarones dentro de un limón, darle color rosa a un pollo, servir pomelos calientes) y por la otra, intentar reconstruir esa naturaleza por medio de un artificio burdo... En el mismo movimiento, por otra parte, que se reencuentra en la elaboración de baratijas pequeño burguesas (ceniceros con sillas de montar, encendedores con formas de cigarrillos..)” (Barthes, 1957, p. 32)////


Se establece un espacio propicio para comprender la distancia de los procesos que presencia la sociedad, tan lejanos como paso de ser la madera de las ventanas al hierro forjado de inicios del siglo XX. Hoy es posible apreciar casas tradicionales de Chapinero con tejas de barro, amplios antejardines y jardines interiores, con rejas con distinguidos forjados, como se aprecia en una de las casas de Quinta Camacho, fueron labradas algunas bailarinas en las rejas de la casa.

Foto rejas. Rejas de una casa sobre la calle 68 con carrera 14, Tomada por Catalina Romero Leclercq, 2010. Particularmente, esta casa siempre fue una casa familiar, su actual dueño comenta que las rejas fueron elaboradas por un orfebre de un sitio aledaño a Bogotá pues su antiguo dueño se sentía atraído por la figura de las bailarinas y mando a forjar sus rejas con imágenes que trajo en uno de sus viajes a Europa.



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#

La mรกquina de coser

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La

Máquina de

E

voca el espacio donde la mujer de comienzo del siglo XX se sitúa para crear, arreglar o “remendar” las prendas de su grupo familiar. El espacio donde la máquina se ubica, generalmente en una habitación, permite entonar aquellas relaciones en torno a la labor de la costura, guiadas por la dedicación de la mujer la cual se reunía para crear piezas de la casa como: carpetas, manteles, vestidos y sábanas.

Coser

Las puntadas decoraban los elementos del hogar y también en torno a ellas, las mujeres se reunían para tejer como parte de las actividades en las que empleaban su tiempo libre. Esta práctica, como parte de un oficio artesanal, genera vínculos con el campo afectivo donde se refleja a través de la dedicación y el aporte manual a las prendas confeccionadas, el aporte del trabajo hecho a mano. La dedicación que estaba en función del tiempo en el hogar.

La costura pasó a ser comprendida como una actividad donde se representaba el cuidado de los integrantes del hogar, tradición conservada por las abuelas, quienes elaboraban ciertas prendas o tejidos, sin embargo a medida que sus integrantes se ocupaban en profesiones, la labor de la costura migra hacia los sastres, costureras y modistas. Allí, donde las relaciones están guiadas por la cercanía característica del hogar. 77


Un dechado es una tela que funciona de mostrario de diferentes técnicas de bordado, entonces nos servia el nombre porque no solamente nos intereza producir ropa sino también porque nos interesa el nombre y nos servia el nombre sobre muchas cositas que podemos hacer y eso es Dechado [Piñeros, Dechado.abril -2010]

En cada uno de estos personajes era posible comprender las relaciones que las personas tejían, a través de la charla se situaban los parámetros que identificaban las necesidades del sujeto, por lo cual el sastre connotaba ese espacio de especialización y cuidado en la elaboración de las prendas, desde propuestas que enmarcaban la figura del individuo como parte de la representación social. Según Gallón (2006) la necesidad del vestido cómo herramienta de distinción social se identifica con la burguesía, quienes a través de los trajes y sus materiales construían un campo de significado el cual enmarcaba el poder y la superioridad de clases, lo cual estaba directamente relacionado con el trabajo que llevaba confeccionar las prendas y adquirir los materiales.

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Debido a la calidad y la composición de los materiales el lavado no era concebido como una práctica frecuente, y en caso de serlo, técnicas como el vapor eran empleadas para preservar los materiales como lo comenta el diseñador Valenzuela (2008). En el siglo XX, son los costureros y los sastres quienes ocupan el espacio que antiguamente estaba dedicado a la mujer y comienzan

a instaurarse como parte esencial de la vida en sociedad, surgen las sastrerías en medio de las casa habitadas por las familias y enmarcan los parámetros de la confección y la creación en torno a la distinción social a través de diseños exclusivos. El surgimiento de estos espacios dentro del área urbana permite comprender cómo las tiendas y los negocios se instauraban en los barrios residenciales para suplir necesidades, en tiempos que los oficios eran algo indispensable en el hogar las personas del barrio construían referencias con los peluqueros, modistos, sastres entre otros oficios logrando una cercanía tal con la persona que ejercía el oficio, quien era conocida y frecuentada por las personas del barrio. Es así como la historia de Chapinero permite identificar algunos nombres de Párrocos, Doctores y personajes alusivos dentro de las relaciones que establecían sus pobladores en torno al espacio comprendiendo como se configuraba este en torno a los oficios y los centro de encuentro.


“Ahora mas que estar en la moda es mas estar en el estilo que en la marca” [Morantes, 2010]

//// .. Don Cristiano Gómez y su esposa doña Dolores Peñarredonda, con su hija Petronita; Quién no saboreó las famosas obleas de Petronita, si todos al pasar por su vetusta casa, situada en la carrera 7ª con calle 63, obligadamente nos deteníamos ante aquel filtro de piedra rodeado de helechos con una exquisita agua friísima que era indispensable después de las obleas cuyo vaso se apuraba afanosamente? (Ortega, 2009, p.90)/// Los apellidos, los nombres y los oficios hacían del barrio un espacio para el encuentro de la comunidad, allí a través de lazos estrechos los vecinos habitaban en el plano de las relaciones familiares. El acto de coser constituía un espacio en donde la experiencia de la cultura era transmitida, la forma de comportarse de las mujeres y de pensar en hogar se componía a través de actos repetitivos en los cuales se refuerza el sentido de cuidado de los integrantes del hogar. El hogar pasa a ser comprendido como un espacio donde se forjan las primeras experien-

El sentido que se le atribuye a la ‘Casa de Diseño’, está ligado al oficio de la moda, su primer representante fue Poiret, a quien se estableció su primera tienda hacia 1904, en la Rue de Faubourg Saint - Honoré, quien en los año siguientes modificacaría por completo (Tungate, 2008, p. 25) .///Muchas casas de moda fueron adquiridas por o se transformaron en grandes corporaciones que comercializaban prendas, accesorios, maquillaje y mobiliario... según Agins, “lo que sucede con estas casas de moda es que también son compañias que cotizan en la bolsa [...]” (Tungate, 2008, p 36)/// La marca Lila Morantes, emplea la carpa y el aviso de hierro, connota el lugar de la tienda como el lugar del diseñador, genera una relación entre la casa y la persona que habita o trabaja allí y el barrio. Esta tienda está ubicada a tres cuadras del lugar donde Hero, confesionaba los zapatos para las personas chapineri

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cias del mundo, el niño allí aprende valores que determinan su comportamiento dentro de la estructura social. El oficio de la costura transmitido bajo instituciones como la familia y la escuela, las cuales componían un ambiente en torno al cual la mujer se reunía a tomar el té, práctica asociada con un lugar donde se evidencia la transmisión oral de los valores de la cultura. El hilo, el carrete median el proceso creativo de quien realiza la acción de coser, allí las emociones y las relaciones afectivas del artesano comprendido como la persona que realiza el oficio, en este caso el de la costura quien aporta en el proceso de elaboración de la prenda como una pieza mucho antes de entenderla o concebirla como un producto. A través de los elementos de la costura, se construye un espacio donde los objetos guían las actividades de los integrantes del hogar entendidos como mediadores de las relaciones sociales, pues es en puntada quedan consignado el detalle y la intervención manual lo que compone el aporte que se da a los materiales como representación y muestra de afecto de quien realiza el oficio por la persona a quien pertenece la prenda. Se pasa de comprender los materiales a valorar el afecto que se enmarca dentro del espacio familiar, en el oficio de la costura es posible comprender cómo son consignados a través de prácticas los valores de la familia. 80

pues yo quiero diseñar prendas a los clientes, a veces llegan a la tienda como... “hay es que yo quiero un vestido pero tengo que traerte el diseño”... yo lo he hecho y como que hacen un bocetico ahí y yo aporto ideas y ella también aporta ideas [Morantes, 2010]

//// Debido a los procesos de industrialización se pasa de un entorno afectivo que suplía la necesidad del vestuario de los integrantes de la familia a un ambiente comercial donde lo seriado suprime el aporte del trabajo manual allí las relaciones afectivas se manifestaban en torno a la actividad de la costura en el hogar. Muestra de la vida moderna donde el tiempo es concebido desde una perspectiva de productividad, se crea un entorno en función regido con base a la mentalidad de abstraer el resultado del trabajo en términos de costos y ganancia, dando como resultado los procesos de producción en serie. El aporte que se realizaba a las prendas en función del afecto, el tiempo y la dedicación, suprimió en gran medida lo plural, proveniente


del aporte que se realizaba desde el oficio de la costura y se compuso un ambiente donde lo seriado configuraba una conjunto de propuestas donde el mercado fue relegando el aporte que se realizaba desde la intervención manual. Las máquinas podían en corto tiempo crear diseños de telas que anteriormente requerían un esfuerzo mayor por parte de los ingenieros textiles, encargados de contar y diseñar en cada área de tela las tonalidades y texturas que llevarían. Lo seriado fue se reemplaza con el aporte del costurero y del sastre quienes trabajaban en función de comprender las necesidades de sus clientes, su trabajo se media en torno a la dedicación previo a concebirlo en términos de productividad. Por lo cual la atención a sus clientes era un oficio que dependía de varias horas dedicadas a componer y elaborar una prenda exclusiva para quien solicitaba el trabajo.

La relación entre lo manual y lo industrial permiten asociar ciertos significados y valores en el proceso de la elaboración guían las relaciones de los individuos en la ciudad y que permiten connotar procesos de los primeros años de vida en donde queda instaurado a través de intervención y elaboración de sacos, cobijas y algunos muñecos, donde quedaba consignado el valor del oficio manual que tejía relaciones entre quien realiza el oficio y los integrantes de la familia.

yo he visto que la gente le pregunta a la vendedora.. “ y será que este vestido es el único que tiene que tal que ah voy a ir una fiesta y....”, empiezan a preguntarle, yo he visto ese tipo de comentarios y pues si, es como diferenciarnos de eso. [Morantes, 2010]

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A través de los materiales se comienzan a dibujar relaciones y tensiones entre los sucesos que acompañaron la transformación de la calle y permite comprender la importancia de los elementos que componen lo público como primeros referentes de los contextos sociales que fueron atravesados por dinámicas políticas, económicas y culturales. De igual forma, se aprecia a través de la

tipografía de la marca, de familia

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ornamental, lo cual elabora algunas sugerencias en torno al estilo de la marca, de allí la letra connota indicios de algo divertido y original, pues las letras al no estar justificadas, generan una relación con lo hecho a mano; lo cual se refuerza con el dibujo de la matera en donde a través de ese tipo de dibujos se logra asociar las primeras intervenciones que realiza un niño al dibujar, allí entre lineas cuarteadas y figuras rígidas como los pétalos y el tallo, son connotados una especie de lineamientos y parámetros de representar la flor.


....Entonces lo de la matera es como cuando uno empieza a rayar cuando es niño, que empieza a hacer como las materitas de coquito y pues de ahí empece” Liliana Morantes, diseñadora de modas Tienda Lila Morantes. Bogotá, abril, 2010

Lo anterior, genera ciertos vínculos con los procesos de aprendizaje y las primeras formas de representación que son enseñadas a los niños durante los primeros pasos de la etapa escolar, lo cual al ser parte del logosímbolo de la marca de una diseñadora propone conjeturas con un pasado y la niñez. En donde las travesuras como comenta Liliana Morantes (Bogotá, abril, 2010), propietaria de la tienda y esa forma descomplicada del niño, permite recrear un ambiente de creación a través del cual ella expone sus propuestas en cuanto al diseño y la configuración de su tienda.El error y la falta de proporción del dibujo se convierten en algo sugerente de la marca.

Lo cual compone a través del color y las propuestas de accesorios y vestuario una nueva forma de comunicar el producto explorando procesos constitutivos de la experiencia del sujeto. Lo cual permite comprender como lo expone Bauman en Vida de Consumo (2008), cómo

se pasa de una dinámica de consumo al consumismo en donde el valor de uso queda relegado por el valor simbólico que es atribuido a los objetos, en donde son retomados procesos de la experiencia del sujeto, en donde las asociaciones que el consumidor logre entablar con el producto desde su experiencia de vida determinaran su compra.

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Entre las hojas que decoran el mostrador donde son exhibidas las prendas de la diseñadora Liliana Morantes, evoca lo natural, el campo y los espacios rurales, lejos de la congestión de la ciudad, pero al mismo tiempo inmersa en ella, son los animales que decoran el almacén la representación de los sitios que fueron dispuestos como quintas y caseríos en la ciudad, donde frecuentaban pasar los días de descanso las familias adineradas como expresa Ortega (2009), conformarán a Chapinero como un sitio tranquilo donde son presenciados los primeros rasgos de la expansión de la ciudad. Chapinero se consolida como un barrio tradicional de Bogotá, donde actualmente se encuentran ubicadas entre la calle 54 y 55 tiendas de diseñadores independientes. Aquellas casas de estilo inglés, con tejas de barro, y rejas de hierro fueron el espacio donde habitaron las primeras familias que migraban del Centro a las afueras de la ciudad, pues como 84

expresa Ortega, el Centro se convertía en un sitio inseguro debido al aumento de la población que encontraba en la ciudad un espacio propicio para habitar. Actualmente, es necesario incurrir en cuadernos de estudios de la localidad y si bien para esta investigación los datos relevantes sobre la historia del Barrio Chapinero son reportados en los volúmenes sobre la situación de la vejes, población que se convierte en los personajes principales de una historia que trasciende en el tiempo como parte de la identidad local y que es muestra de los procesos de movilidad de la población de Chapinero, pues aquel lugar que era concebido como el sitio para la convivencia en familia y sociedad, actualmente, presenta problemáticas como la delincuencia y la prostitución. Sin embargo hay un legado histórico de las experiencias del barrio, en torno a las relaciones que se tejen entre el espacio y la sociedad, por lo que Chapinero se convierte en testigo de la cultura material de la sociedad del siglo XX, donde es posible comprender las historias de la familia y de la sociedad en torno a la comprensión del espacio y las relaciones que tejen el sujeto como parte de la identidad local. Hoy en medio de lugares móviles, que permiten evocar múltiples sitios y ambientes, son las casas de Chapinero las que emplean los diseñadores para ubicar sus sitios de trabajo, los cuales constan generalmente de su taller y el almacén.

Por ahora que nuestra gran competencia son como las marcas, como Sara, Mango, Bershka, se trata de estar en la tendencia, porque igual la gente ama este tipo de ropa, pero hacer resaltar que esta prenda es única y que las tiendas acá en Colombia que no empleamos Chino, y que no somos millones del mismo vestido del mismo color, porque igual allá son ventas masivas que a veces la gente acude a esos lugares como masivamente y ahí uno puede ver si yo voy a ir a comprar a Mango es muy probable que si yo voy a ir a una fiesta que mis amigas también compran en Mango todas nos vamos a ver con el vestido parecido y pues no. [Morantes, Tienda Lila Morantes - 2010]


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#

Conclusiones

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La puerta del

taller,

parece estar cerrando. Allí las figuras quedan en silencio, sin embargo la los rayos de luz que se filtran entre el tejado, permiten evocar las largas horas que dedica el artesano en componer delicadamente la estructura del objeto, donde queda consignada la memoria y su pensamiento en torno al oficio. En medio de lo inestable, la forma del objeto connota ciertas tensiones, las cuales en su estructura soportan el contexto simbólico que permiten componer los rasgos de la cultura. En la medida que los objetos se interponen, configuran planos que tejen las relaciones de sentido, y a través de estos se compone la identidad del sujeto. Sin embargo aquello que parece estar fijo y connotar un espacio real, no es actual por lo que implica que las connotaciones que se establecen entre los objetos y los procesos que consolidan la cultura, son tan solo algunos reflejos del pasado, que permiten que el sujeto se constituya a través la historia y encuentre a través del espacio y las relaciones que se tejen en el los valores del instante en el que está.

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Entrevistas

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