El Juramento Hipocrático explicita de forma clara los siguientes principios éticos de la praxis médica Hacer el bien y evitar el mal (actuar en provecho del
enfermo, evitando el daño, incluso en los casos en que se le pida la muerte o el aborto. Justicia: tratar a todos los enfermos de la mejor manera posible y evitar la corrupción. Carácter inviolable de la confidencialidad. Respetar y prestar ayuda aquellos que han sido maestros dela profesión, velar por la continuidad de ésta.
La casuística antigua tenía varias características distintivas
La moderna teoría de la probabilidad, así como la llamada teoría de los juegos, están en la base del llamado análisis decisional, hoy tan frecuente en los ámbitos de la política, las ciencias empresariales y también de la medicina. El principio de que parte es que pueden tomarse decisiones racionales aun en condiciones de incertidumbre, o dicho de otra manera, que no se requiere la certeza para decidir de un modo racional. Una decisión racional es aquella que optimiza el resultado, aun en condiciones de incertidumbre.
El problema está en que lo que uno puede
considerar óptimo, a otro puede no parecérselo; es decir, que además de los hechos y las consecuencias, parece necesario tener en cuenta los valores, las opiniones y deseos de las personas. De ahí que a la ponderación estadística de los diferentes cursos de acción subjetivos, haya que añadir la ponderación, que también puede ser estadística, de los diferentes valores de las personas implicadas en el caso. La decisión, en consecuencia, tiene que maximizar no sólo la «utilidad objetiva» del hecho, sino también su ..utilidad subjetiva».
El Dr. Miguel Kottow Lang, en un encuentro de la comisión de
investigación científica de Chile dice lo siguiente:
Habría que preguntarse ¿Sólo hay que pedir permiso a
una persona cuando se le va a introducir un tubo, o se le va a sacar un trozo de piel, o se le va a dar un fármaco nuevo? y ¿Qué pasa cuando, como ocurre en las Ciencias Sociales y psicológicas, no nos introducimos en su cuerpo físico, sino en su mente, sus sentimientos, sus deseos, sus valores su alma, su espíritu como se quiera llamar? ¿Acaso no es una “intervención” sobre una persona? ¿No es una intromisión en su intimidad, como para permitirnos no deliberar, sobre la utilidad de esa investigación para los sujetos o la sociedad? ¿Para no hacerle ver los riesgos y beneficios y a pedirles autorización para hacerlo?
Explicación del instrumento a aplicar Presentación de los beneficios
El consentimiento informado
Descripción objeto de la investños Carácter voluIntario de la i participacion y toda la informacion sobre los riesgos. Manejo de la información
Responsable de la investigación
Este documento debe esclarecer toda duda al respecto de la investigación y contribuir para que quienes son parte activa e ella sientan tranquilidad y respaldo frente a las consecuencias y efectos que se ocasionen tras la investigación.
El consentimiento informado se considera obligatorio para cualquier actividad en la relación médico-paciente y constituye un derecho del paciente y una obligación del médico solicitarlo antes de cualquier actividad médica o quirúrgica, en especial en investigación. Se hace hincapié que cualquier proyecto de investigación debe ser autorizado por el Comité de Investigación y el de Ética de la Institución donde se realice.
Formato DECLARO que entiendo la necesidad de la prueba propuesta y que he tenido la ocasión de formular todas las preguntas que he creído convenientes en relación a dicha prueba y estoy satisfecho/a de la información recibida sobre la prueba. En consecuencia DOY MI CONSENTIMIENTO para la realización de dicha prueba. Nombre del Paciente:
Firma del Paciente
Medellín, a ........................ de............................................de 200........ CÓDIGO PETICIÓN :
LA CULTURA PRIMITIVA: LA SALUD COMO “GRACIA” Y EL DOLOR COMO «DESGRACIA»
La crítica de esta teología de la gracia y la desgracia no se encuentra claramente formulada hasta el poema de Job. En él se nos relata la historia de un hombre justo que, sin embargo, se halla hundido en el sufrimiento. Job cae enfermo, pero no encuentra en su vida pecado alguno al que poder atribuir sus desdichas.
Como esclavo que suspira por la sombra, o como jornalero que espera su salario, así meses de desencanto son mi herencia, y mi suerte noches de dolor. Al acostarme digo: ¿Cuándo llegará el día? Al levantarme: ¿Cuándo será de noche? y hasta el crepúsculo estoy ahíto de inquietudes. Mi carne esta cubierta de gusanos y de costras terrosas, mi piel se agrieta y supura.
Con la llegada de la modernidad, se inicia la constitución de un nuevo marco interpretativo de la realidad del dolor. Los hombres modernos, a partir sobre todo del siglo XVII, comenzaron a ser conscientes de que el dolor y la enfermedad no podían interpretarse en términos de «desorden». De hecho, comienza a pensarse entonces, el dolor es tan «natural» como la dicha. Es una pura teoría, y una teoría además falsa, pensar, como hicieron los griegos, que la naturaleza es por principio ordenada, y que todo desorden es antinatural. La experiencia nos demuestra todos los días que el desorden es natural. En el prefacio de su libro Observaciones médicas acerca de la historia y curación de las enfermedades agudas, escribió Thomas Sydenham:
Carecemos hasta el día de hoy de una historia acabada de las enfermedades, principalmente a consecuencia de habérselas considerado por muchos solamente como efectos confusos y desordenados de la naturaleza, mal cuidadora de sí misma y desviada de su estado normal, y persuadiéndose, por tanto, de que perderían el tiempo haciendo su historia de una manera completa.
No se ha estudiado nunca la historia natural de las enfermedades, porque siempre han sido consideradas como desviaciones del estado normal de la naturaleza, como alteraciones confusas y desordenadas. Sólo a partir de ahora, cuando la enfermedad empieza a considerarse tan natural como la salud, pueden aplicarse a su estudio los métodos de las ciencias naturales. A partir de ahora, el dolor y la enfermedad podrán ser vistos como algo «natural».
Si el dolor es natural, entonces ya no puede interpretarse como «desorden». Pero tampoco es fácil ya conceptuarlo en términos de «desgracia». El hombre moderno ha ido tomando paulatinamente conciencia de su autonomía, y ha aprendido a distinguir con toda nitidez las causas próximas de las llamadas, desde la escolástica medieval, causas últimas de las cosas. Interpretar el dolor como desgracia es enfocarlo sólo desde esta última perspectiva, por referencia a las causas últimas. Ahora bien, desde el horizonte de las causas próximas, o dicho en otros términos, en la perspectiva intramundana, cotidiana, terrena, el dolor no puede interpretarse como una desgracia, sino como algo distinto, una «desdicha».
Surge la creencia en el progreso indefinido de la humanidad por obra de la ciencia, y más concretamente la idea de que la medicina acabará en un plazo prudente de tiempo con el dolor y la desdicha.
Sin duda que el hombre no se hará inmortal; pero la distancia entre el momento en que comienza a vivir y la época en que naturalmente, sin enfermedad, sin accidente, empieza a experimentar la dificultad de ser, ¿no podrá ir creciendo sin cesar?
La nueva actitud ante el dolor conlleva también una nueva ética. La ética de la cultura moderna se basa en los conceptos de «autonomía» y «derecho», del mismo modo que la antigua echaba sus raíces en la de «orden natural» y «virtud». Esto permite entender por qué en la nueva ética del dolor es principio fundamental el respeto, dentro de los límites de lo posible, de la voluntad del paciente. Sólo la propia persona puede decidir sobre su propio dolor.