V INO ARGENTINO A RGENTINE WINE
L AURA CATENA
V INO ARGENTINO A RGENTINE WINE
A MI MARIDO, DANIEL MCDERMOTT TO MY HUSBAND, DANIEL MCDERMOTT
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CREDITOS
ÍNDICE TABLE OF CONTENTS
PRÓLOGO, JAY MILLER FOREWORD, JAY MILLER PRÓLOGO, FRANCIS MALLMANN FOREWORD, FRANCIS MALLMANN INTRODUCCIÓN, LAURA CATENA INTRODUCTION, LAURA CATENA 1.
UNA INTRODUCCIÓN AL VINO ARGENTINO ARGENTINE WINE PRIMER
2.
MALBEC: EL VINO NEGRO MALBEC: THE BLACK WINE
3.
LA CIUDAD DE MENDOZA: PUERTA DE ENTRADA A LA REGIÓN VITIVINÍCOLA MENDOZA CITY: GATEWAY TO THE WINE COUNTRY
4.
EL ESTE DE MENDOZA EL ESTE: EASTERN MENDOZA
5.
MAIPÚ Y LUJÁN DE CUYO NORTE MAIPÚ AND NORTHERN LUJÁN DE CUYO
6.
LUJÁN DE CUYO: PERDRIEL LUJÁN DE CUYO: PERDRIEL
7.
LUJÁN DE CUYO: AGRELO Y UGARTECHE LUJÁN DE CUYO: AGRELO AND UGARTECHE
8.
EL VALLE OCCIDENTAL DE UCO Y TUPUNGATO THE WESTERN UCO VALLEY: TUPUNGATO
9.
EL VALLE DE UCO MERIDIONAL THE SOUTHERN UCO VALLEY
10.
LA PATAGONIA PATAGONIA
11.
SALTA SALTA
12.
UN RECORRIDO POR BUENOS AIRES Y LAS PROVINCIAS VINÍCOLAS DE LA ARGENTINA TOURING BUENOS AIRES AND THE ARGENTINE WINE COUNTRY
GLOSARIO DE VINOS WINE GLOSSARY INFORMACIÓN DE CONTACTO CONTACT INFORMATION LECTURAS SUPLEMENTARIAS FURTHER READING
PRÓLOGO Cuando en 2006 el famoso crítico de vinos Robert Parker me pidió que visitara la Argentina en representación de su periódico de enología, el Robert Parker’s Wine Advocate, no tenía idea de lo afortunado que había sido. Entre 2001 y 2006 fui propietario de una vinoteca ubicada en Harbor East, Baltimore, y tenía una vaga noción de que la Argentina estaba adquiriendo cada vez más categoría y el Malbec era su varietal más notable. Cuando escribí mi primer artículo sobre vino argentino para Parker, en 2007, terminé recomendando más vinos de ese país que los mencionados en los primeros veintiocho años de la publicación. No es que los vinos argentinos hayan sido víctimas de un olvido, sino que mi artículo reflejaba la velocidad con que estos habían cobrado protagonismo en el mercado de importación. Actualmente, el 35% de los vinos exportados por la Argentina van a los Estados Unidos, a pesar de que el consumo de vino per cápita de los argentinos triplica el nuestro. Empecé simplemente bebiendo y disfrutando el vino argentino. Pero solo después de haber realizado varios viajes a la Argentina (tanto a la región vitivinícola como a Buenos Aires), comencé a comprender cuán importante era experimentar la cultura y la comida del país para entender la sutileza de sus vinos. Y es allí donde entra en escena Vino argentino, el libro de Laura Catena. En mi primera visita descubrí que Mendoza, una provincia con más de un millón de habitantes, era una gran región vitivinícola. Pero resulta que Mendoza abarca una cantidad importante de subregiones que generan sabores muy diversos en los vinos. Laura también incluye una síntesis
FOREWORD When famed wine critic Robert Parker asked me in 2006 to cover Argentina for his wine journal Robert Parker’s Wine Advocate, I didn’t know just how fortunate I was. As the owner of a retail wine shop in Baltimore’s Harbor East from 2001 to 2006, I was vaguely aware that Argentina was becoming an increasingly important category, and that Malbec was the most significant varietal. When I wrote my first review of Argentine wine for Parker in 2007, I ended up recommending more wines from that country than had been mentioned in the first twenty-eight years of his wine journal. It wasn’t that Argentine wines had been the victim of benign neglect; it was simply a reflection of how suddenly they had become a major player in the import market. Today, Argentina sends about 35 percent of its total production to the United States, although the Argentines consume more than three times as much wine per capita than we do here. It’s one thing to drink and enjoy the wine. It was not until I had made several trips to Argentina (both to the wine country and to Buenos Aires) that I began to acquire a deeper appreciation of just how significant Argentina’s food and wine culture is to the experience. Argentina has a wonderful cuisine and its free-range beef is the best in the world, perfect for the wines. And this is where Laura Catena’s book, Vino Argentino, enters the picture. When I first visited, I thought that Mendoza, a province of over one million residents, was home to a single wine region, albeit a large one. It turns out that Mendoza has a number of sub-regions,
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sobre Salta y la Patagonia, las otras dos áreas vinícolas de relevancia. El libro nos otorga una magnífica descripción de las regiones y los vinos pero, más importante aún, le pone un rostro humano a la región vinícola de la Argentina, con referencias a las personalidades influyentes del sector y recomendaciones sobre restaurantes y otros lugares de interés. Cómo hizo Laura para escribir este libro es un misterio en sí mismo: es madre de tres hijos pequeños, se desempeña como médica de emergencias en San Francisco, produce su propia colección de vinos con la marca Luca, trabaja junto a su padre, Nicolás Catena, en la bodega Catena Zapata de Mendoza y es una embajadora incansable de los vinos de la bodega. No obstante, como buena perfeccionista, ha realizado un trabajo magnífico.
DR. JAY MILLER, crítico de vinos, Robert Parker’s Wine Advocate
and these do make a difference in what goes into the bottle. Laura also includes synopses of Salta and Patagonia, the two other important wine regions. The book does a superb job of describing the regions and the wines, but more importantly, it puts a human face on Argentina’s wine country with profiles of influential wine personalities and recommendations for restaurants and other amenities. How Laura had time to write this book is a mystery in itself. She is the mother of three young children, an emergency room physician in San Francisco, produces her own range of wines under the Luca label, works closely with her father, Nicolás Catena, at the Catena Zapata winery in Mendoza, and is a roving ambassador for the winery. Nevertheless, being the perfectionist that she obviously is, she has done a beautiful job.
DR. JAY MILLER, wine critic, Robert Parker’s Wine Advocate
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PRÓLOGO Argentina tiene toda la belleza de lo posible; lleva dentro de él los hermosos acordes de una labor que nos hace románticos y optimistas, más allá de la razón. Llevamos dentro de nosotros la idiosincrasia misma del placer. Hay una enorme belleza en el comportamiento de nuestro país, más allá de toda crítica. Argentina ha logrado encontrar un gran embajador que la represente, el vino, y más precisamente, el Malbec. Silencioso, romántico y alegre, abraza a diario a miles de comensales en innumerables restaurantes y mesas de familia alrededor del mundo. Es un embajador prestigioso que al dar la bienvenida deja una huella indeleble en quien pasó tiempo en su compañía. Rojo carmín, voluptuoso e irreverente, el Malbec se paseará para siempre gallardo y locuaz en nuestra memoria emotiva. Una copa de Malbec bebida lentamente, sorbo a sorbo, es sólo comparable con el don que da la música, el cine o un cuadro; es el beso primordial de una Argentina alerta que suma a su historia los rasgos de esta pasión por la vid. Laura Catena, acunada en una prestigiosa familia vitivinícola, lleva en su sangre la impronta de la calidad, un altar de romances donde nos hace soñar al tomar sus vinos. ¿Y qué es el vino sino un pensamiento, un sueño logrado? Detrás de un buen vino indefectiblemente está la emoción de un hombre o de una mujer, donde ya no cuentan las inversiones, las viñas y la tecnología. Soy un convencido de que el vino es un rasgo humano, hecho en gran parte por la destreza del alma, del
FOREWORD Argentina possesses the beauty of all that is possible; our country carries within a musical core that makes us romantic and optimistic beyond reason. We are absorbed with the many idiosyncrasies of pleasure. There is great beauty in our country’s conduct, one that transcends the words of our critics. Argentina has found a great ambassador, wine, and more precisely, Malbec. Quiet, romantic, and joyful, our Malbec touches thousands of guests at countless restaurants and family tables around the world daily. Malbec is a prestigious ambassador, one that graces its company with an indelible imprint. Carmine red, voluptuous and irreverent, it lingers endlessly in our emotional memory, always elegant and well-spoken. A glass of Malbec, slowly drunk one sip at a time, is matched only by the gift of music, cinema or painting. It is the primordial kiss of an alert Argentina that expands its history through a passion for the vine. Laura Catena, born to a prestigious and ancient family of winemakers, carries in her blood the mark of quality, an altar of love where she makes us dream while we drink her wines. And what is wine if not a thought, a dream come true? Behind every great wine there is invariably the emotion of a man or a woman, rather than the product of an investment, a vineyard or a technology. I am convinced that wine is a human trait, created largely by the skills of the soul, by risk-taking within
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riesgo; allí, en los confines de la incertidumbre. Allí donde la tecnología calla, el hombre logra. La región de Cuyo ha podido colocar el Malbec en el mapa del mundo; y es así como inversores y enólogos de todas las regiones vitivinícolas del mundo echan raíces en nuestras rústicas tierras andinas, atraídos no sólo por el terroir sino también por nuestras costumbres y amabilidad civil. El sol implacable y las noches frescas, más las deliciosas arroyadas andinas, emergentes de las acequias que forman parte del inventario incaico de nuestros ancestros, hacen de nuestras uvas del llano y las alturas el regocijo del enólogo. Laura nos regala con este libro una interesante y profunda visión del vino argentino. Sus observaciones sobre bodegas, lugares y personas muestran un mapa de la vitivinicultura de nuestro país, nuestras costumbres e historia gastronómica. Con Vino Argentino, Laura Catena ha logrado describir con una pincelada fresca todo este universo artesanal, mostrándonos su erudición y cariño por nuestro hacer.
FRANCIS MALLMANN, chef argentino
the confines of uncertainty. In winemaking, where technology turns silent, man fulfills his vision. The region of Cuyo has positioned Malbec on the world map. And thus, winemakers and investors from all over the world are laying roots in our rustic Andean lands, attracted not only by the terroir, but also by our local traditions and amicable disposition. The relentless sun and cool nights combine with delicious Andean streams that emerge from the acequia-canals wrought by our Incan ancestors, to turn our grapes from the high valleys of Mendoza into a delight for the winemaker. In this book Laura presents us with an interesting and profound vision of Argentine wine. Her observations about wineries, places and people bring to life a map of our country’s viticulture, our customs and our gastronomic history. In Vino Argentino Laura has managed to describe with a fresh stroke our artisanal universe, showing deep appreciation and love for our people’s daily work.
FRANCIS MALLMANN Argentine Chef
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L AURA C ATENA
INTRODUCCIÓN Nací en la provincia de Mendoza, Argentina, “la tierra del sol y del vino”, donde se elaboran los vinos más famosos de mi país. Si existiese un paraíso de la vinicultura, ese sería Mendoza, por su envidiable terroir de suelos de baja fertilidad, sus noches frías de montaña, sus días soleados y su escasa humedad. En Mendoza, la Cordillera de los Andes funciona como una barrera que detiene las lluvias provenientes del Pacífico y genera un microclima caracterizado por noches frías y una intensa luz solar, propios de la elevada altura. Es la única región vinícola de importancia del mundo donde los viñedos prosperan por encima de los 900 metros. Los suelos aluviales bien drenados, llenos de rocas, pedregosos, con un alto contenido de arena, cal y arcilla, se formaron hace millones de años por la acción de los ríos y glaciares. La consecuencia natural de plantar viñedos en estos suelos (menos fértiles que la mayoría) es el bajo rendimiento de uvas maduras y concentradas (el secreto de los vinos de carácter intenso, dignos de ser añejados). Actualmente, en Mendoza hay aproximadamente 1500 bodegas. Como sucede con muchos de los nacidos en Mendoza, el vino ha definido mi vida. Pertenezco a la cuarta generación de una familia de vitivinicultores argentino-italiana. Entre los Catena, el ingreso de los niños al mundo de los adultos jóvenes estaba marcado por el primer sorbo de vino tinto con soda en casa de mi abuelo. Mi bisabuelo fundó la bodega Catena en Mendoza, en 1902,
INTRODUCTION I was born in Mendoza, Argentina, “la tierra del sol y del vino” (“the land of sun and wine”) the province where my country’s most famous wines are crafted. If ever there were a heaven for winemaking, Mendoza is it, with an enviable terroir of lowfertility soils, cool mountain nights, sunny days, and low humidity. In Mendoza, the nearby Andes Mountains function as a shelter from the Pacific rains and generate a microclimate of cool nights and the intense sunlight that comes with extreme high altitude. Mendoza is the only important wine region in the world with vineyards above three thousand feet in elevation. The well-drained alluvial soils, filled with rocks, pebbles, sand, lime and clay, were formed millions of years ago by rivers and glaciers. Planting in these soils, which are less fertile than most, leads to naturally low yields of ripe and concentrated grapes –the secret to intense and age-worthy wines. Today, Mendoza has some fifteen hundred wineries. Like many people who grew up in Mendoza, wine has defined my life. I belong to the fourth generation of an Argentine-Italian winemaking family. Among the Catenas, a child’s entrance into the world of young adulthood was marked by a sip of red wine mixed with sparkling water at my grandfather’s home. My great-grandfather founded the Catena winery in Mendoza in 1902 after emigrating from Italy. My father, Nicolás Catena, a third-generation winemaker, helped pioneer modern viticulture in Mendoza.
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luego de haber emigrado de Italia. Mi padre, Nicolás Catena, bodeguero de tercera generación, contribuyó a dar el impulso inicial a la vinicultura moderna en esta provincia. Hoy, nuestra bodega es reconocida en todo el mundo por la destacada posición que han obtenido sus vinos de crianza y por su papel como pionera de la revolución del Malbec en la Argentina. La uva Malbec, una variedad de origen francés, fue parte importante del blend de los famosos grands crus de Bordeaux en el siglo XVIII y principios del siglo XIX. En la Argentina, la cepa Malbec se implantó extensamente durante los últimos 150 años y, tan solo en esta última década, se hizo conocida en todo el mundo como la variedad emblemática del país y el origen de sus vinos más finos, apreciados por su color oscuro, sus complejos sabores a frutas negras y su tersura en boca. Vino argentino es el cuaderno de viaje de alguien que conoce las cosas desde adentro y refleja las regiones productoras de vino de la Argentina. Al mismo tiempo, es una aproximación inicial a la viticultura, una exploración cultural y una introducción al estilo de vida argentino. Es, también, un libro sobre el ascenso de la potente uva Malbec a la estratósfera de los vinos de nivel internacional; un recorrido por caminos de una sola mano, que bordean viñedos y retazos de terrenos con malezas, recortados contra el asombroso telón de fondo de los picos nevados de los Andes; la imagen de niños con sus guardapolvos blancos, yendo a la escuela tomados de la mano por senderos de tierra, y de jardines y huertas rebosantes de flores y frutas. Con este libro, los llevaré a explorar el paisaje rural de mi infancia, para que conozcan sus pueblos, viñedos, restaurantes y posadas tan profundamente como yo.
Today, our winery is internationally known for its highly rated vintages and for its role in pioneering Argentina’s Malbec revolution. A grape varietal of French origin, Malbec was an important part of the blend of the famous Bordeaux grands crus in the 1700s and early 1800s. It has been widely planted in Argentina over the last century and a half, and in just the last decade, Malbec has become known around the world as Argentina’s signature varietal and the source of its finest wines. It is appreciated for its dark color, rich black-fruit flavors, and smooth mouthfeel. Vino Argentino is an insider’s travelogue to the Argentine wine country. It is part viticultural primer, part cultural exploration, part introduction to the Argentine lifestyle. It is about the ascent of the mighty Malbec grape into the stratosphere of world-class wines. It is about single-lane roads lined with vineyards and patches of brush set against a breathtaking backdrop of snow-capped Andes peaks. It is about schoolchildren in white uniforms holding hands on dirt sidewalks, and gardens overflowing with flowers and fruit. In this book, I will take you exploring through the countryside of my childhood, so that you come to know its towns, vineyards, restaurants, and inns as intimately as I do. Vino Argentino will lead you through the various wine regions of Mendoza, each with its own distinctive climate, soil, wine varietal, and social and viticultural history. You will understand why a Malbec from San Carlos is so different –blacker, more floral and more mineral– from the jammy and smooth old-vine Malbecs of Luján de Cuyo. You will long for the easygoing charms of Salta– even having your car blocked by cows standing in the road becomes an excuse to spend
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Vino argentino los guiará por las diversas regiones vinícolas de Mendoza. Cada una tiene un clima, un suelo, un varietal y una historia social y vitícola propios. Podrá comprender por qué un Malbec de San Carlos es tan diferente (más floral, más mineral y de color más oscuro) de los suaves vinos Malbec impregnados de sabor y aroma a mermelada elaborados en Luján de Cuyo, con uvas de viejos viñedos. Anhelarán el encanto apacible de Salta, donde hasta las vacas que atraviesan un camino y bloquean el paso son una excusa para pasar horas tomando mate con los compañeros de travesía. Harán que su fantasía vuele hasta las planicies deshabitadas de la Patagonia, donde aristócratas y condesas italianas se enamoraron de los viejos viñedos y del Pinot Noir. Y nunca volverá a pensar en el Malbec argentino como el más reciente vino importado de moda, sino que, en cambio, añorará los viñedos rodeados de montañas de Mendoza, los placeres de un asado de fin de semana al aire libre, las cenas a altas horas de la noche en Buenos Aires, las antiguas bodegas mendocinas con su encanto de otros tiempos y las modernas obras arquitectónicas de famosas familias francesas del vino. Este libro es una invitación personal a que visiten y disfruten mi país, la Argentina.
LAURA CATENA
hours drinking mate with your fellow travelers. You will fantasize about the uninhabited plains of Patagonia, where aristocrats and Italian countesses have fallen in love with old vines and Pinot Noir. And you will never again think of Argentine Malbec as the latest fashionable wine import; rather, you will long for the mountain-flanked vineyards of Mendoza, for the alfresco pleasures of a weekend asado, for the late-night dinners in Buenos Aires, for the old Mendozan wineries filled with nineteenth-century charm, and for the modern architectural creations of French wine industry scions. This book is my personal invitation for you to visit and experience my country, Argentina.
LAURA CATENA
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1 UNA INTRODUCCIÓN AL VINO ARGENTINO ARGENTINE WINE PRIMER
UNA INTRODUCCIÓN AL VINO ARGENTINO El vino, traído al país principalmente por los inmigrantes italianos y españoles de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, ha formado parte desde hace mucho tiempo de la alimentación y de la cultura argentinas. Mientras que muchos países vinícolas del Nuevo Mundo, como Chile y Nueva Zelanda, exportan la mayor parte de su producción y registran un bajo consumo interno, los argentinos beben casi tanto vino per cápita como los italianos y los franceses. Don Antonio Pulenta, nonagenario integrante de la familia Pulenta, me dijo: “Cuando era joven, en casa había tres tipos de bebida: agua, agua con vino, y vino; la cantidad de vino dependía de la edad de la persona”. Mendoza siempre ha sido el epicentro de la vinicultura argentina. En el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, los productos agrícolas mendocinos, entre los que estaba el vino, se transportaban a lomo de mula y en carretas. Iban hasta Santiago de Chile a través de los Andes y llegaban a Buenos Aires tras cruzar las pampas en dirección al este. Una vez terminado el ferrocarril a Buenos Aires en 1882, varios años antes que el de Salta y el de las otras provincias vinícolas, la supremacía de Mendoza como productora de vino destinado a la capital del país se volvió inevitable. En los años siguientes, Mendoza se transformó en el primer lugar elegido por los inmigrantes españoles e italianos que buscaban dónde afincarse y aplicar los conocimientos sobre elaboración de vinos que traían del Viejo Mundo. Mendoza fue la sede del primer vivero de vides (Quinta Nacional) y de la primera escuela de enología (Don Bosco). El clima y los suelos eran ideales para la viticultura, pero no así para la ganadería, que requería lluvias abundantes y suelos fértiles. La provincia, con una población en su gran mayoría de ascendencia europea, se propuso vender sus vinos en la populosa Buenos Aires, donde, a la fecha, vive más de la mitad de la población del país. Durante las décadas de 1960 y 1970, la Argentina se transformó en el quinto mayor productor y en el sexto mayor consumidor de vino en el mundo.
ARGENTINE WINE PRIMER Wine has long been an important part of Argentine food and culture, brought to the country mainly by immigrants from Italy and Spain in the late nineteenth and early twentieth centuries. Where many New World wine producers such as Chile and New Zealand export most of their wine and drink very little at home, Argentines drink almost as much wine per capita as the Italians and the French. Don Antonio Pulenta, the ninety-year-old scion of the Pulenta family, told me, “When I was young, there were three kinds of drinks in the house: water, water with wine, and wine –and the amount of wine was determined by the age of the person.” Mendoza has always been at the epicenter of Argentine wine. In the eighteenth and early nineteenth centuries, Mendoza’s agricultural products, which included wine, were transported by mules and carriages across the Andes to Santiago de Chile and through the pampas, east to Buenos Aires. Once the railroad to Buenos Aires was finished in 1882, several years before those of Salta and the other wine-producing provinces, the dominance of Mendoza as a source of wine for the capital became inevitable. In the years that followed, Mendoza would become the number-one destination for the Spanish and Italian immigrants looking for a place to settle and apply their Old World winemaking knowledge. Mendoza became the location of Argentina’s first vine nursery (the Quinta Nacional) and its first school of enology (Don Bosco). The climate and soils were ideal for viticulture –much more so than for raising cattle, which required heavy rains and fertile soils. The province and its population, largely of European descent, set out to sell Mendoza’s wines in the heavily populated capital of Buenos Aires, where, up to this day, more than half the population of Argentina lives. During the 1960s and ’70s, Argentina would become the fifth-largest producer of wine in the world and the sixth-largest consumer.
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EL ARRIBO DE NICOLÁS CATENA Justamente, Nicolás Catena es reconocido por haber colocado los vinos argentinos en el mapa mundial, a fuerza de concentrarse por completo en la calidad. Es magnífico saber que también es el fundador de una dinastía de vinos. JANCIS ROBINSON, experta en vinos y escritora británica La llegada de los vinos argentinos a la escena mundial se debió a la visión de Catena y a la manera en que, con ayuda de su hija, cambió la calidad de los vinos destinados a la exportación. Siento una gran admiración por él como visionario. Es un Mondavi a su manera. ALFRED BONNIE, DiamAndes Argentina y Château Malartic-Lagravière
A comienzos de la década de 1980, mi padre, Nicolás Catena, un argentino de tercera generación con ascendencia italiana, inició una revolución vinícola en Mendoza. Debido a su formación como economista, estaba convencido de que había una sola manera de lograr que los vinos argentinos tuviesen una oportunidad de transformarse en un actor importante en la escena del vino mundial: había que exportar vino embotellado de calidad internacional. Durante un año sabático que pasó en California, se inspiró en los visionarios del valle de Napa, especialmente en Robert Mondavi. Tras haber sido testigo de la tenacidad con que los californianos desafiaban a los vinos emblemáticos de Europa, se preguntó por qué no hacer lo mismo en Mendoza.
IN COMES NICOLÁS CATENA Nicolás Catena is justly credited with putting Argentinean wines on the world map –by the best expedient of focusing entirely on quality. It’s great to know he has started a wine dynasty, too. JANCIS ROBINSON, British wine expert and writer The arrival of Argentinean wines on the world stage was initiated by Catena’s vision and the way he changed he quality of wines for export, helped by his daughter. I have a deep admiration of him as visionary –a Mondavi in his own way. ALFRED BONNIE, DiamAndes Argentina and Château Malartic-Lagravière
In the early 1980s, my father, Nicolás Catena, a third-generation Argentine of Italian descent, began a wine revolution in Mendoza. An economist by training, he was convinced that only by exporting world-class quality bottlings would Argentine wines have a chance at becoming an important player on the international wine scene. While taking a sabbatical in California, my father was inspired by the Napa Valley wine visionaries, especially Robert Mondavi. Having witnessed the Californians’ determination to challenge Europe’s iconic wines, he asked himself: Why not try to do the same in Mendoza? For almost a decade, my father studied the soils, the climate, the farming and winemaking practices of France, California, and our native
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Durante casi diez años se dedicó a estudiar los suelos, el clima y las técnicas aplicadas al cultivo de vides y a la elaboración de vinos en Francia, California y nuestra Mendoza natal. Contrató a asesores de todo el mundo: al californiano Paul Hobbs, al francés Jacques Lurton y al italiano Attilio Pagli. Su primera conclusión fue que solo plantando a mayor altura, más cerca de los Andes, alcanzaría los climas más fríos, típicos de las regiones vinícolas más renombradas. Los climas fríos permiten que las uvas maduren lentamente, retengan acidez y desarrollen aromas más intensos y sabores complejos. También descubrió que nuestro clima desértico de altura no tenía equivalente en ninguna otra parte del mundo para el cultivo de la vid. Me uní al equipo como directora de investigación a fines de la década de 1990, mientras continuaba ejerciendo la medicina. Tenía en mi haber títulos en biología y medicina de las universidades de Harvard y Stanford. De más está decir que no fue fácil pasar de los seres humanos a las plantas. Pero, como ocurre en la medicina, donde lo que más se valora es el saber de un médico con experiencia, aprendí a buscar asesoramiento tanto entre los mayores de la familia, como entre viticultores experimentados de la Argentina y del exterior. Nuestro descubrimiento de que la zona de San Carlos, en el sur del valle de Uco, era la nueva tierra prometida para el Malbec se inspiró en la opinión de mi abuelo Domingo, quien sostenía que las uvas de San Carlos producían los vinos más oscuros de Mendoza, y en la cata de uvas provenientes de viñedos centenarios de la región, que habían sido abandonados. El desplazamiento hacia climas fríos y de mayor altura que inició mi padre ha llevado a los argentinos a plantar vides al pie de los Andes, e inclusive a alturas por encima de los 1200 metros, y también más al sur, donde el clima es más frío. Pero las antiguas colecciones de estupendas vides de Malbec, Torrontés, Bonarda y Cabernet Sauvignon, todas ellas magníficamente adaptadas a nuestro clima, existen gracias al proceso de selección multigeneracional al que han estado sometidas. Justamente, esta comprensión histórica de nuestro privilegiado terroir andino nos permite elaborar vinos profundos de características únicas. El clima seco, frío y soleado de altura, y los suelos bien
Mendoza. He hired consultants from around the world: the Californian Paul Hobbs, France’s Jacques Lurton, Italy’s Attilio Pagli. His first conclusion was that only by planting at higher elevations, closer to the Andes, would he reach the cooler climates that were typical of the world’s most renowned wine regions. Cooler climates allow the vines to ripen slowly, to retain acidity, to develop heightened aromas and complex flavors. He also found that our high-altitude desert climate had no equal in the rest of the world for growing vines. I joined the team as research director while still practicing medicine in the late 1990s, with a background in biology and medicine from Harvard and Stanford Universities. Needless to say, it was not easy to move from humans to plants. But just as in medicine, where the knowledge of an experienced physician is cherished above all else, I learned how to seek advice from older family members and experienced Argentine and foreign viticulturalists. Our discovery of the San Carlos area in the southern Uco Valley as the new Promised Land for Malbec in the 1990s was inspired by my Grandfather Domingo’s contention that San Carlos grapes make the darkest wines in Mendoza, and also by tasting the grapes of abandoned hundred-year-old vineyards in the region. The cool-climate, high-altitude movement sparked by my father has led Argentines to plant vines higher up –in the Andean foothills above 4,000 feet in elevation– and farther south, where the climate is cooler. But the ancient collections of gorgeous Malbec, Torrontés, Bonarda, and Cabernet Sauvignon varietal rootstocks, all perfectly adapted to our climate, exist because of the multigenerational selection process they have undergone. And it is this historic understanding of our privileged Andean terroir that allows us to make profound and distinctive wines. The dry, cool, sunny high-altitude climate; the well-drained, not-too-fertile soils; and the spectacularly well-adapted Malbec grape combine to make a wine with bright, big-fruit aromas; rich, concentrated, silky tannins; and a sense of place –characteristics that are valued by wine drinkers around the world today.
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NICOLÁS CATENA
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drenados, no demasiado fértiles, se combinan con una uva Malbec espectacularmente bien adaptada, para dar nacimiento a un vino que se destaca por sus aromas brillantes y frutados, sus taninos ricos, concentrados y sedosos y su espíritu del lugar, características muy valoradas hoy por los amantes del vino en todo el mundo. LA TIERRA DEL SOL Y DEL VINO La provincia de Mendoza elabora el 70% del vino que se produce en la Argentina, pero existen otras seis provincias vinícolas de relevancia y cada una posee una rica historia. Estas se agrupan en tres regiones: el Noroeste (Salta, Catamarca y La Rioja), Cuyo (Mendoza y San Juan) y la Patagonia (Neuquén y Río Negro). El territorio que ocupan se extiende desde Salta, en el extremo norte (22º de latitud sur), hasta Río Negro, en el extremo sur (40º de latitud sur) de la Argentina. La distancia entre ambos extremos es de 2000 kilómetros. Si bien abarcan una gran extensión, las regiones vinícolas del país comparten muchas características climáticas, por sus viejos suelos aluviales, el clima seco y la proximidad de la Cordillera de los Andes. LOS INICIOS La historia de la vitivinicultura argentina es la de los inmigrantes y las ricas tradiciones que trajeron consigo del Viejo Mundo. Comienza en tiempos de la Colonia, cuando los sacerdotes católicos que arribaron junto con los conquistadores españoles con la misión de convertir a la población aborigen plantaron vides para elaborar el vino que emplearían en las ceremonias sacramentales.
THE LAND OF SUN AND WINE The province of Mendoza makes 70 percent of the wine produced in Argentina, but the country has six other important wine-producing provinces, each with a rich history of its own. These provinces can be grouped into three regions: the Northwest (Salta, Catamarca, and La Rioja), Cuyo (Mendoza and San Juan), and Patagonia (Neuquén and Río Negro). They range from the northernmost Salta, at 22° south latitude, to the southernmost Rio Negro, at 40° south latitude. The distance between those two regions is 3,200 miles. Despite the distances they span, Argentina’s viticultural regions share many climatic characteristics because of their ancient alluvial soils, dry weather and proximity to the Andes mountains. THE BEGINNINGS The history of Argentine winemaking is a story of immigrants and the rich traditions they brought to the New World. The story begins in Spanish colonial times, when Catholic priests, who came with the conquistadors to convert the local indigenous population, planted grapes to make wine for the Holy Sacrament. It is thought that the Incas arrived in what is today Mendoza in the latter part of the fifteenth century and helped the native Huarpe develop an irrigation system using the Andean snowmelt that flowed through the rivers. The valley of Huentata, as Mendoza was called at the time, was at the southern border of the Incan empire called Tahuantinsuyo. Were it not for these canals, the Spaniards would have encountered a much more arid and desert-like landscape when they arrived in the sixteenth century.
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Se cree que los incas llegaron al actual territorio de Mendoza en las últimas décadas del siglo XV y ayudaron a los aborígenes locales, los huarpes, a desarrollar un sistema de riego alimentado por el agua de deshielo que corría por los ríos andinos. El valle de Huentata, nombre que se le daba a Mendoza en aquellos tiempos, constituía el límite meridional del imperio inca, denominado Tahuantinsuyo. De no haber sido por esos canales, a su arribo en el siglo XVI los españoles habrían encontrado un paisaje mucho más árido y desértico. A comienzos del siglo XVII, Mendoza era un puesto fronterizo relativamente pequeño, conocido por su producción de vinos. Cuando se construyó el ferrocarril Mendoza-Buenos Aires en 1882, se frenó el comercio entre Mendoza y Chile y la provincia se transformó en una importante proveedora de productos agrícolas para el resto del país, Buenos Aires y el exterior, fundamentalmente Europa. Mendoza experimentó un rápido crecimiento demográfico y atrajo a muchos italianos, españoles y franceses que llevaban en la sangre la cultura del vino. Los inmigrantes trajeron consigo al Nuevo Mundo la tradición de beber vino con las comidas. En Europa, en sus pequeños pueblos de origen, la gente elaboraba su propio vino o lo adquiría a los pocos viticultores locales. Aun hoy puede comprarse vino de fabricación casera, el “vino patero”, en puestos ubicados a lo largo de los caminos secundarios de las zonas rurales. La mayoría de los mendocinos cuenta con un abuelo, un tío o algún otro miembro de la familia que elaboraba, o sigue elaborando, vino casero con las uvas que crecen en el patio de su casa. EL PRIMER VIVERO DE VIDES Antes de 1853, cuando se creó en Mendoza la Quinta Nacional (el vivero de vides del país), en la mayoría de los viñedos de la región se plantaba uva Criolla, una variedad rosada de hollejo grueso que produce vinos rosados ligeros y frutados. Se
By the early seventeenth century, Mendoza was a relatively small outpost known for its wine production. When the Mendoza-Buenos Aires railroad was built in 1882, commerce between Mendoza and Chile came to a halt, and the province became a major agricultural supplier to the rest of the country, Buenos Aires, and the outside world, mainly Europe. The population of Mendoza exploded, attracting many Italian, Spanish and French immigrants who had the culture of wine in their blood. The immigrants brought the tradition of drinking wine with meals to the new world. In their small European villages of origin, people made their own wine or bought it from the few local wine producers. Homemade wine, called vino patero, is still sold along the back roads of Argentina today. Most Mendozans can tell you of a grandfather, an uncle, or someone else in the family who was and might still be making wine at home from grapes grown in their own backyard. THE FIRST VINE NURSERY: LA QUINTA NACIONAL Prior to 1853, when the Quinta Nacional (the national vine nursery) was established in Mendoza, most of the vineyards in the region were planted with the Criolla grape, a pink, thick-skinned varietal that yields light and fruity rosé wines. Criolla is thought to have originated from the wild propagation of the original rootstocks brought by the Spanish priests and conquistadors in the sixteenth century. In 1853, the Frenchman Michel Aimé Pouget, founder of the Quinta Nacional vine nursery, brought a diversity of cuttings from France, including Malbec. Throughout the late 1800s and early 1900s, the Quinta was actively involved in bringing vine cuttings to Argentina primarily from France. This selection of hundreds of common and rare European varietals which included Alicante Bouschet, Gamay, Cinsaut, Grenache Noir, Aspiran, Malvasia, Moscato, Pinot Noir, Semillon, Cabernet Sauvignon, and Cabernet Franc, was planted at the Quinta for experimental purposes.
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cree que la Criolla surgió a partir de la propagación natural de las vides originales, traídas por los sacerdotes y los conquistadores españoles en el siglo XVI. En 1853, el francés Michel Aimé Pouget, fundador del vivero Quinta Nacional, introdujo una variedad de cepas de Francia entre las que se encontraba la uva Malbec. Durante el final del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, la Quinta Nacional se ocupó activamente de la importación de vides, en su mayor parte provenientes de Francia. Esta selección de cientos de cepas europeas, comunes y raras, que incluía Alicante Bouschet, Gamay, Cinsaut, Grenache Noir, Aspiran, Malvasia, Moscato, Pinot Noir, Semillón, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, fue implantada en la Quinta con fines experimentales. La Quinta Nacional preparó el camino para la creación de la Escuela Nacional de Agronomía, que, bajo la dirección de Leopoldo Suárez, se convirtió en la fuerza motriz de la educación en viticultura y vinicultura en Mendoza. Este argentino, graduado en la famosa escuela vitivinícola veneciana de Conegliano, introdujo en el país una docena de nuevas variedades, pero ninguna pudo desafiar el lugar de la uva Malbec. MÁS ALLÁ DEL MALBEC: LAS PLANTACIONES DEL SIGLO XX Los primeros registros oficiales de plantaciones de vides en Mendoza datan de 1936 e indican un total de 90.000 hectáreas de viñedos, de los cuales el 60% era de uva Malbec. Las otras variedades importantes eran: Petit Verdot, Bonarda, Criolla, Semillón, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir. Hace algunos años le pregunté a Rodolfo Reina Rutini, integrante de la conocida familia Rutini, fundadora de la Bodega La Rural, qué variedades recordaba de la primera parte del siglo XX. “Había mucho Malbec, al que llamábamos la uva francesa”,
The Quinta Nacional paved the way for the founding of the National School of Agronomy, which became a driving force for viticultural and winemaking education in Mendoza, under the leadership of Leopoldo Suárez. This Argentina-born graduate of the famous Venetian winemaking school of Conegliano brought dozens of new European varietals to Argentina, but none of them ever became important enough to challenge the position of Malbec. MALBEC AND BEYOND: VARIETAL PLANTINGS IN THE 20TH CENTURY The first official records of vine plantings in Mendoza date to 1936 and show a total of 222,500 acres under vine, with almost 60 percent of those being Malbec. The other important varietals were Petit Verdot, Bonarda, Criolla, Semillon, Cabernet Sauvignon, and Pinot Noir. A few years back I asked the late Rodolfo Reina Rutini –of the well-known Rutini family, founders of Bodega La Rural– which varietals he remembered from the early twentieth century. “There was a lot of Malbec, which we called la uva francesa (the French grape),” he said, “and a red wine that we called ‘Verdot,’ which was very good, especially when blended with Malbec; there was also white Semillon of good quality in Luján de Cuyo and Maipú.” The Instituto Nacional de Vitivinicultura, the National Viticulture Institute, founded in 1959, gathered its first extensive report of plantings in 1968. Out of an approximate 687,000 acres of planted vineyards in all of Argentina, about 36 percent of the grapes were red, 21 percent were white, and 43 percent were pink Criolla. Malbec represented almost half of the red varietal plantings, the rest being mostly Bonarda, Tempranillo, and Barbera. Today, there is almost no Barbera in Argentina, but a decent 25,000 acres of Tempranillo remain. Bonarda, on the other hand, is now Argentina’s second most common red varietal. Among the whites, the most common varietal in the 1960s was the Pedro Giménez table grape, followed by Moscato
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dijo, “y una uva tinta a la que denominábamos Verdot, que era muy buena, especialmente cuando se la mezclaba con la Malbec; también había Semillón de buena calidad en Luján de Cuyo y Maipú”. El Instituto Nacional de Vitivinicultura, fundado en 1959, recogió sus primeros informes extensivos de plantaciones en 1968. De las 278.000 hectáreas de viñedos que había en todo el país, cerca del 36% correspondía a uvas tintas, el 21% a variedades blancas y el 43% a Criolla rosada. Las vides Malbec representaban casi la mitad de las plantaciones de variedades tintas, mientras que el resto estaba compuesto principalmente por Bonarda, Tempranillo y Barbera. Hoy, ya casi no existen viñedos de Barbera, aunque perdura una cantidad aceptable de 10.000 hectáreas de Tempranillo. En cuanto a la cepa Bonarda, actualmente es la segunda variedad tinta más difundida en la Argentina. Entre las variedades blancas, la más común en la década de 1960 era la uva de mesa Pedro Giménez, seguida por las variedades Moscato d’Asti, Torrontés, Semillón y Pinot Blanco. Me parece curioso que hoy, en la Argentina, no exista una variedad italiana o española dominante y extensamente implantada. Se ha demostrado recientemente que la Bonarda de la Argentina es idéntica a la Corbeau de Francia y no se trata de una Bonarda italiana. Asimismo, se ha comprobado que la variedad Torrontés argentina no está vinculada con la vid española del mismo nombre, sino que es una variedad local. Mi amigo Ángel Paulucci, un viticultor que emigró de Italia a la Argentina en la década de 1940, me explicó lo siguiente: “Usted sabe, señora Laura, que una vez intenté plantar aquí en Tunuyán un poco de Montepulciano, que se daba tan bien en Abruzzo, de donde yo vengo. Fue un gran error y tuve que levantar todas las plantas, porque en esta región no hay nada que se dé tan bien como el Malbec”.
d’Asti (almost nonexistent in the twenty-first century), Torrontés, Semillon, and Pinot Blanco. I find it interesting that there is no dominant Spanish or Italian varietal widely planted in Argentina today. Argentine Bonarda has been recently shown to be French Corbeau and not Italian Bonarda, and Argentine Torrontés is not related to the Spanish grape of the same name but is actually a native Argentine varietal. My friend Angel Paulucci, a grower who immigrated to Argentina from Italy in the 1940s, gave me his explanation: “You know, señora Laura, I once tried to plant some Montepulciano here in Tunuyán, because it grew so well in Abruzzo, where I am from. It was a big mistake, and I had to pull it all out, because nothing grows as well as Malbec in this region.” 1950’S TO PRESENT: HOW ARGENTINA BECAME A WINE EXPORTER The second part of the twentieth century was one of turmoil. The country endured one economic crisis after another, along with several military dictatorships. Despite this, wine was still king at the lunch and dinner table, and brand names such as Escorihuela Gascón, Bianchi, Arizu, Luigi Bosca, Rutini, Saint Felicien, López, and Trapiche –all of which are still popular today– dominated the marketplace. Mendoza maintained a constant exchange of knowledge and technology with the famous Italian enology schools of Conigliano, Avellino, and Firenze. The Italian winemaking style of the 1950s was oxidative –meaning that wine was stored in large wooden casks with little temperature control. The resulting wines were rich in flavors, but lacked the varietal character and fresh-fruit aromas of wines that are available today and made in the protective style, which prevents excessive oxygen from coming into contact with the wines.
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DE 1950 A HOY: CÓMO SE CONVIRTIÓ LA ARGENTINA EN EXPORTADORA DE VINOS La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por la confusión. El país soportó una crisis económica tras otra y varias dictaduras militares. Sin embargo, el vino seguía reinando en la mesa argentina y ya se habían establecido marcas que todavía son reconocidas hoy, como Escorihuela Gascón, Bianchi, Arizu, Luigi Bosca, Rutini, Saint Felicien, López y Trapiche. Mendoza mantenía un intercambio constante de conocimientos y tecnología con las famosas escuelas de enología italianas de Conigliano, Avellino y Florencia, que aún se encuentran en actividad. El estilo de vinificación de la década de 1950 era oxidativo (el vino se almacenaba en grandes cascos de madera, prácticamente sin control de temperatura). Los vinos resultantes eran ricos en sabores, pero carecían de identidad varietal y los aromas a frutas frescas que caracterizan a los que están actualmente en el mercado, elaborados al estilo protectivo, con el fin de evitar un excesivo contacto del vino con el oxígeno. Hasta principios de la década de 1960, los vinos tintos de corte, hechos según el estilo italiano tradicional, dominaban la mesa argentina. Luego, durante esa década y la siguiente, se pusieron de moda los vinos blancos y rosados y las bodegas adaptaron sus estilos para satisfacer las tendencias del momento. Recién en la década de 1990 los productores comenzaron a identificar las uvas de origen de cada vino mediante la indicación del varietal en las etiquetas. Entre 1950 y 1970, el consumo promedio en la Argentina creció de 66 a 92 litros per cápita. A Buenos Aires, con un consumo de 100 litros de vino per cápita, solo la superaban París y Roma. En la década de 1980, mi padre, Nicolás Catena, un viticultor de tercera generación con un doctorado en Economía, tomó la decisión de elaborar en Mendoza vinos de primer nivel. Los vinicultores argentinos sabían que la exportación podía generar un nuevo e importante mercado para sus vinos, pero pocos imaginaban que la penetración en el mercado podría hacerse a través del segmento de precios más alto. Los vinos franceses dominaban las cartas de los restaurantes y de las tiendas de vinos finos
Up until the early 1960s, red wine blends made in the traditional Italian style dominated the Argentine table. Later on, in the 1960s and ’70s, white and rosé wines became fashionable, and wineries adapted their styles to meet the trends of the day. It wasn’t until the 1990s, that producers began to use varietal labeling to identify the grape of origin for each wine. From 1950 to 1970, average wine consumption in Argentina increased from 66 to 92 liters per capita. At 100 liters per capita, Buenos Aires was behind only Paris and Rome in wine consumption. In the 1980s, my father, Nicolás Catena, a third-generation wine producer with a Ph.D. in Economics, became determined to make world-class wines in Mendoza. Argentine winemakers knew that exporting could create an important new market for their wines, but few imagined that inroads could be made in the high-end sector. Restaurant wine lists and fine wine stores in the United States and Europe were dominated by French wines. California and Italy were slowly starting to see some success in the high-end sector; they had the advantage of a national cuisine with ubiquitous country-themed restaurants to support their wines. Argentine wine, on the other hand, had absolutely no name recognition on the international wine scene, and Argentine restaurants abroad were few and far between. In my travels selling wine, I can remember that as late as 2000 the majority of sommeliers and wine buyers I encountered knew almost nothing about Argentine wine. Most Argentine producers looked at Chile’s success in the low-end market and sought to emulate what our neighbors were doing. My father realized that the entire wine culture, from the vineyard to the winery, had to be changed in order to produce premium wine in Mendoza. He set out to defy and challenge every notion that existed about viticulture in Argentina: the age of vines; the kind of plant material; the best altitude and latitude for planting Malbec, Chardonnay, and Cabernet Sauvignon grapes; irrigation methods; and winery methodologies. My father knew that South American wine was commonly
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en los Estados Unidos y Europa. California e Italia, de a poco, comenzaban a ver su progreso en el segmento alto; tenían la ventaja de contar con una gastronomía nacional y restaurantes de comida típica en todas partes, como apoyo para la difusión de sus vinos. El vino argentino, por su parte, no gozaba de un nombre reconocido en la escena internacional y los restaurantes argentinos en el exterior eran escasos y distantes entre sí. En los viajes que realicé con el fin de vender vinos hasta el año 2000, la mayoría de los sommeliers y compradores que encontré no sabían casi nada sobre los vinos argentinos. La mayor parte de los productores argentinos contemplaban el éxito de Chile en el segmento inferior del mercado y buscaban emular lo que hacían nuestros vecinos. Mi padre se dio cuenta de que, para elaborar vinos de primer nivel en la Argentina, era necesario cambiar toda la cultura del vino, desde el viñedo hasta la bodega. Comenzó por cuestionar cada noción que había en el país con respecto a la viticultura: la edad de las vides; la selección de plantas; la altitud y la latitud ideales para la implantación de las cepas Malbec, Chardonnay y Cabernet Sauvignon; los régimenes de riego y las metodologías aplicadas en la elaboración. Era consciente de la creencia generalizada de que los vinos sudamericanos eran de bajo precio e inferior calidad y sabía que la Argentina no podría tener éxito en la exportación de vinos a menos que estos obtuviesen el nivel de los que gozaban de una alta reputación en el mundo. La Argentina es un país donde casi no existe el crédito bancario, de modo que invertir en productos de calidad y asumir riesgos financieros es para los muy osados o muy irresponsables, según cómo se lo mire. Cuando mi padre asumió la conducción del negocio familiar en la década de 1960, la crisis provocada por la superproducción era de tal magnitud que su padre, Domingo, se vio obligado en una ocasión a dejar cientos de hectáreas de viñedos sin cosechar. La pena de ver cómo mi abuelo debía hacer frente a tiempos tan duros desde el punto de vista económico hizo que mi padre tomara verdadera conciencia del arriesgado camino que estaba a punto de emprender.
perceived as inexpensive and inferior in quality, and that he could not export wine from Argentina unless it achieved the quality of other reputable fine wines from around the world. Argentina is a country where little bank credit exists, so investing in quality products and taking financial risks is only for the very daring or the very irresponsible, depending on your point of view. When my father took over the family business in the 1960s, the overproduction crisis was such that his father, Domingo, had to leave hundreds of acres of vines unharvested. Watching his father live through those harsh economic times made my father painfully aware of the chance he was about to take. When we began exporting wine in 1990, we literally sold one bottle at a time. My mother Elena, who introduced our Catena wines to the United States, would carry several bottles of top ranked California Chardonnays in her purse. If a buyer declined to taste our wines, she would instantly challenge them to a blind tasting. Many a case of Catena was sold by my tenacious mother in those early days; and the way she likes to tell the story, our wine always won the blind tastings. It wasn’t until 2002, following the devaluation of the Argentine peso, that exporting became substantially more profitable, leading to a marked rise in exports and the influx of foreign investors looking for opportunities to plant vineyards and make wine in Argentina. Today, third-, fourth-, and fifth-generation Argentines of Spanish and Italian descent are receiving an influx of Europeans and North Americans who have come to Mendoza to build new wineries. It started with Jess Jackson in the 1990s, then the world-famous Michel Rolland, and then the Italians (Antonini, Pagli, and Cipresso), the French, the Spanish, and the Chileans who came in the late nineties and after the financial crisis of 2001. In a 2009 Wine Advocate review of Argentina forty-five percent of the wineries listed were either owned by foreigners (fully or in part) or had a foreign wine consultant.
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Cuando empezamos a exportar vinos en 1990, literalmente vendíamos de a una botella a la vez. Elena, mi madre, que introdujo nuestros vinos Catena en los Estados Unidos, llevaba en su bolso varias botellas de los Chardonnay mejor clasificados de California. Si un comprador se negaba a probar nuestros vinos, enseguida lo desafiaba a que hiciera una cata a ciegas. En más de un caso mi tenaz madre vendió así un Catena en aquellos primeros días y, según su relato, nuestro vino siempre ganaba en las catas a ciegas. Las exportaciones se tornaron significativamente más rentables recién a partir de 2002, debido a la devaluación del peso argentino. Esa circunstancia produjo un notable incremento de las exportaciones y atrajo a los inversores extranjeros, que buscaban la oportunidad de plantar viñedos y elaborar vino en el país. Actualmente, argentinos de ascendencia española e italiana con tres, cuatro y cinco generaciones en el país, reciben a europeos y norteamericanos que llegan a Mendoza para construir nuevas bodegas. El proceso comenzó con la llegada de Jess Jackson en la década de 1990, después lo hizo el mundialmente famoso Michel Rolland y luego fue el turno de los italianos (Antonini, Pagli y Cipresso), los otros franceses, los españoles y los chilenos, que llegaron a fines de esa década, con posterioridad a la crisis financiera de 2001. De un listado de bodegas publicado en The Wine Advocate en 2009, el 45% de los establecimientos ubicados en la Argentina pertenecía a extranjeros (total o parcialmente) o tenía un asesor enólogo extranjero. LOS INMIGRANTES EUROPEOS: EL ALMA DE LA INDUSTRIA VITIVINÍCOLA ARGENTINA En 1816, cuando el país se independizó de España, contaba con una población de 500.000 habitantes; actualmente asciende a 40 millones. Con un poco más de 2.600.000 km2, el territorio de la Argentina representa el 30% de la superficie de los Estados Unidos. Entre 1856 y 1932, época en que se produjo la mayor ola migratoria europea hacia el Nuevo Mundo, llegaron
EUROPEAN IMMIGRANTS: THE LIFEBLOOD OF ARGENTINA’S WINE INDUSTRY In 1816, at the time of its independence from Spain, Argentina’s population was 500,000. Today it is 40 million. At a little over one million square miles, Argentina is about 30 percent the size of the United States. Between 1856 and 1932, the years of the great European migration to the New World, 6.4 million Europeans immigrated to Argentina. To put it in perspective, 32 million immigrated to the United States during the same period and 5.2 million to Canada. By 1914, 30 percent of the Argentine population had been born in Europe, and half the population of Buenos Aires was foreign born. From this historical fact comes the saying that “Mexicans descended from the Aztecs, Peruvians from the Incas, and Argentines from the ships.” The majority of these immigrants were Italian; in fact, by 1855, the Italians and the French outnumbered the Spaniards in Buenos Aires. A letter to his parents by an Italian immigrant, Oreste Sola, gives a graphic description of the times. He writes: “The language here is Castilian, quite similar to Spanish, but you don’t hear anyone speaking it. Wherever you go, everyone speaks either Piedmontese or Italian, even those from other countries, and the Argentines themselves speak Italian.” Today, 60 percent of Argentines identify themselves as being of Italian descent. And from that comes an old joke: “An Argentine went to Italy and reported upon his return that he had been surprised to find that most people in Italy had Argentine last names.” Mendoza saw its fair share of Italian immigrants, generally young men who were involved in agriculture in their hometowns in Europe, among them my great-grandfather Nicola Catena. Nicola tended vines and orchards in the Marche region of Italy. There were also many immigrants from Spain, such as my great-grandfather on my mother’s side, Emilio
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a la Argentina 6.400.000 europeos. Como referencia, durante el mismo período los Estados Unidos recibieron 32 millones de inmigrantes y Canadá, alrededor de 5 millones. En 1914, el 30% de la población de la Argentina había nacido en Europa y la mitad de los habitantes de Buenos Aires eran extranjeros. De este hecho histórico proviene el dicho de que “los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos”. La mayoría de estos inmigrantes eran italianos; de hecho, en 1855, en la ciudad de Buenos Aires los italianos y los franceses superaban en número a los españoles. En una carta a sus padres, el inmigrante italiano Oreste Sola nos brinda una descripción muy ilustrativa de esos tiempos: “En este lugar, el idioma es el castellano, que es similar al español, pero no se escucha a nadie hablándolo. Por donde uno ande, todo el mundo habla piamontés o italiano, hasta los que son de otros países, y los mismos argentinos hablan italiano”. Hoy, el 60% de los argentinos se identifica a sí mismo como de ascendencia italiana. De ahí el viejo chiste: “Un argentino fue a Italia y, a su regreso, contó que se había sorprendido de que hubiese tanta gente con apellidos argentinos en Italia”. Mendoza tuvo también su cuota de inmigrantes italianos, generalmente hombres jóvenes dedicados a la agricultura en sus pueblos natales. Entre ellos estaba mi bisabuelo Nicola Catena, que había cuidado viñas y huertas en la región de Le Marche, en Italia. También hubo muchos inmigrantes provenientes de España, como mi bisabuelo por línea materna, Emilio Zumel, nacido en Valladolid. Luego de conocer a mi bisabuela María Napoli (oriunda de Genova), mi bisabuelo se trasladó a Mendoza, donde se dedicó a la venta de fertilizantes y equipos para la viticultura. Al enamorarse de mi bisabuela, una bella mujer, Emilio desafió la tradición de que la primera generación contrajera matrimonio con una persona de su mismo origen. María era italiana y, según cuenta mi madre, muy desafiante de las tradiciones y las normas sociales. Otros inmigrantes, como Edward Norton, que llegaron de Inglaterra para trabajar en la construcción de los ferrocarriles, se enamoraron de su patria adoptiva, se casaron con argentinas y pasaron a dedicarse a otras actividades (en el caso de Norton, a la vinicultura).
Zumel, from Valladolid, who met my great-grandmother María Napoli (from Genoa) in Rosario and then moved to Mendoza, where he sold vineyard fertilizers and equipment. Emilio had defied the typical pattern of the first generation marrying from the same origin after falling in love with my beautiful great-grandmother. She was Italian and, my mother tells me, quite defiant of traditions and social norms. Others, like Edward Norton, came to Argentina from England to help build the railroad, fell in love with their adoptive country, married an Argentine, and moved on to other industries –in Norton’s case, to winemaking. The European immigrants of the late nineteenth and early twentieth centuries celebrated their good fortune in coming to Argentina with rituals that have endured through the generations. My father recalls watching his Italian grandfather Nicola eat a piece of steak every morning for breakfast as a reminder of his new home in the land of plenty. After Nicola became a successful vineyard owner in the early 1900s, he sailed to Italy and brought his parents back to Argentina with him. Sadly, Vincenzo and María Catena died less than two years after arriving in Mendoza, but Nicola always talked of how proud they had been to see “what an important man their youngest son had become.” Despite living in this new generous land, the immigrants longed for their home countries and found ways to keep their native cultures alive. Nicola taught my grandfather Domingo Vicente Catena, his son, how to make prosciutto, canned olives, and preserved tomatoes. My Nonno, which means grandfather in Italian, kept his prosciuttos in a humid, mold-covered room under his house. Before dinner, Nonno would take my brother and me down the narrow stairs into this, his special room, to smell the aromas of cured ham and grab a few slices, which we would devour as fast as we could so that my mother wouldn’t know that we were snacking before dinner. My great-grandmother María Napoli, La Tita, taught my mother how to make gnocchi with pesto Genovese, a dish we still make every year for Christmas.
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Los inmigrantes europeos de fines del siglo XIX y principios del siglo XX celebraban la buena suerte de haber venido a la Argentina con rituales que se han mantenido por generaciones. Mi padre recuerda que su abuelo Nicola comía un trozo de bife todas las mañanas, a modo de desayuno, como símbolo de su nuevo hogar en el país de la abundancia. Luego de que Nicola se convirtiera en un exitoso propietario de viñedos a comienzos del siglo XX, viajó en barco a Italia y trajo consigo a sus padres. Lamentablemente, Vincenzo y María Catena murieron cuando aún no hacía dos años de su llegada a Mendoza, pero Nicola siempre mencionaba lo orgullosos que estaban de “que su hijo menor se hubiese convertido en un hombre tan importante”. A pesar de vivir en esta tierra generosa, los inmigrantes añoraban sus países de origen y encontraron formas de mantener vivas sus respectivas culturas. Nicola enseñó a su hijo Domingo Vicente Catena, mi abuelo, a elaborar prosciutto, aceitunas en lata y conserva de tomates. Mi nonno (abuelo en italiano) guardaba el proscuitto en un sótano húmedo, cubierto de moho, que había debajo de su casa. Antes de cenar, nos llevaba a mi hermano y a mí por las estrechas escaleras hasta su propio recinto especial, para que sintiéramos el aroma del jamón curado. Allí cortaba unas fetas que nosotros devorábamos de prisa para que mi madre no se enterara de que estábamos picando algo antes de la cena. Mi bisabuela María Napoli, la Tita, le enseñó a mi madre a hacer ñoquis con pesto a la genovesa, un plato que seguimos preparando todos los años para Navidad. Los italianos llegados a la Argentina encontraron una amplia red de familiares dispuestos a recibirlos, como ocurrió con mi bisabuelo Nicola, a quien sus paisanos de Le Marche dieron la bienvenida cuando llegó a Santa Fe. Mi padre me cuenta que, cuando comenzó a trabajar para mi abuelo en la década de 1960, le preguntó por qué todos los años, para la época de Navidad, se enviaba a la provincia de Santa Fe un camión cargado de alimentos, vino y otros productos. Mi abuelo respondió que era una tradición establecida por Nicola, su padre, quien todos los años quería demostrar su agradecimiento a la primera familia italiana que lo había recibido en la Argentina.
The Italians who came to Argentina found a large family network ready to receive them, such as the fellow Marche Italians who welcomed my great-grandfather Nicola in Rosario. My father tells me that when he started working for my grandfather in the 1960s, he asked Grandfather why a truck filled with produce, wine, and other goods was sent to Santa Fe Province every year for Christmas. My grandfather said that this was a tradition established by Nicola, his father, who every year wanted to thank the Italian family who had first welcomed him to Argentina. THE NEW WAVE OF WOMEN WINE PROFESSIONALS In the late 1970s, Susana Balbo became one of the first women to graduate from Mendoza’s Don Bosco and Maza Enology School. Thirty years later, most Argentine wineries have women in all positions of winemaking and viticulture, from head winemaker (Estela Perinetti of Bodegas CARO) to owners of several of the best known wineries: Susana Balbo (Dominio del Plata), Andrea Marchiori (partner at Viña Cobos), Catherine Péré-Vergé (Monteviejo), Annabelle Sielecki (Mendel), Sofia Pescarmona (Lagarde), and myself (Luca Winery), among others. Each of these women has played a significant role in Argentina’s wine history. Susana Balbo singlehandedly brought Torrontés back to life with her internationally popular Críos Torrontés, made in a much crispier, higher-acid style than was the norm. The flamenco-dancing, extreme-skier Estela Perinetti was the first Argentine woman to become chief winemaker of a major winery, CARO, a partnership between Catena and Domaines Barons de Rothschild (Lafite), in 2000. Catherine Péré-Vergé has been the most actively involved owner among the Clos de los Siete French crew, aside from owner-winemaker Michel Rolland. Annabelle Scielecki teamed up with Roberto de la Mota to create Mendel, a winery that in just a few years
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LA NUEVA OLA DE LAS MUJERES ENÓLOGAS PROFESIONALES A fines de la década de 1970, Susana Balbo se convirtió en una de las primeras mujeres graduadas de la Facultad Don Bosco de Enología. Treinta años más tarde, en la mayoría de las bodegas del país las mujeres se desempeñan en diversas áreas relacionadas con la viticultura y la vinicultura, como Estela Perinetti, enóloga jefa de Bodegas CARO, o las propietarias de varias de las bodegas más conocidas, entre otras, Susana Balbo (Dominio del Plata), Andrea Marchiori (socia de Viña Cobos), Catherine Péré-Vergé (Monteviejo), Annabelle Sielecki (Mendel), Sofía Pescarmona (Lagarde) y yo misma (Bodega Luca). Cada una ha cumplido un papel importante en la historia del vino en la Argentina. Susana Balbo, sin ayuda de nadie, dio nueva vida al Torrontés con su mundialmente conocido Críos Torrontés, elaborado en un estilo mucho más fresco y con mayor acidez que la habitual. La bailarina de flamenco y experta en esquí extremo Estela Perinetti fue la primera mujer argentina en ocupar el cargo de enóloga jefa en una gran bodega, CARO, que nació en el año 2000 a partir de una asociación entre Nicolás Catena y Domaines Barons de Rothschild (Lafite). Catherine Péré-Vergé ha sido la propietaria más activamente comprometida del grupo francés Clos de los Siete, exceptuando al propietario y enólogo Michel Rolland. Annabelle se unió a Roberto de la Mota para crear Mendel, una bodega que en apenas unos pocos años ha logrado un papel protagónico en el segmento de vinos argentinos de alto precio. En 1999, Marina Beltrame, una argentina de veintitantos años, fue cofundadora de la Escuela Argentina de Sommeliers, que legitimó la profesión en el país y actualmente tiene filiales en Buenos Aires, Mendoza, Colombia y Costa Rica. Y en 2003, Marina Gayán, quien se desempeñó durante muchos años como jefa de exportaciones de Catena, se convirtió en la primera persona en Sudamérica en recibir el prestigioso título de English Master of Wine.
has become a major player at the high end. In 1999, Marina Beltrame, a twenty-something year old Argentine cofounded the Escuela Argentina de Sommeliers (Argentine School of Sommeliers), which has legitimized the sommelier profession in Argentina and currently has branches in Buenos Aires, Mendoza, Colombia and Costa Rica. And in 2003, Marina Gayán, who worked as head of exports for Catena for many years, became the first South American to receive the prestigious English Master of Wine degree.
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2 MALBEC EL VINO NEGRO MALBEC THE BLACK WINE
Tengo un gran recuerdo de cuando Robert Mondavi visitó la bodega Trapiche en 1994 y me dijo: “Un gran Malbec debería impresionar por su atractivo color púrpura oscuro, su intenso aroma a frutos negros con un toque de roble y su dulzura en boca, tan suave como la cola de un bebé recién nacido...”. ÁNGEL MENDOZA, enólogo de Domaine St. Diego y “poeta bodeguero de Mendoza”.
Se solía asociar la uva Malbec con el sudoeste de Francia, pero hoy es mucho más gloriosa en Sudamérica. JANCIS ROBINSON
La variedad de uva vinífera más famosa de la Argentina es, tal vez, la mejor adaptada a los suelos montañosos y al clima, soleado, de Mendoza. La cepa Malbec es una de las cinco variedades de Bordeaux. Las restantes son: Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot. En la Argentina, el Malbec puede ser grandioso como varietal único o en un blend, puesto que combina los aromas y sabores intensos, maduros y concentrados de sus renombradas hermanas francesas, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, con una riqueza y una suavidad en el paladar que lo han convertido en el varietal cuya exportación a nivel mundial ha crecido más rápidamente. Sin duda, el marcado incremento del turismo hacia la Argentina de los últimos años contribuirá a acrecentar su popularidad. La historia del Malbec argentino está relacionada con un hombre del siglo XIX, llamado Domingo Faustino Sarmiento, quien llegó a ser presidente de la Nación y a quien se lo reconoce como el padre de la educación en la Argentina. A través de
I have a great memory of Robert Mondavi when he visited the Trapiche winery in 1994 and said to me: “A great Malbec should impress through its attractive and deep purple color, its intense black fruit aromas with a hint of oak, and its sweet mouthfeel, soft as the bottom of a newborn baby…” ÁNGEL MENDOZA, winemaker at Domaine St. Diego, and the “poet winemaker of Mendoza”
Malbec was originally a grape associated with southwest France, but today is much more glorious in South America. JANCIS ROBINSON, British wine expert and writer
Argentina’s most famous wine grape varietal, Malbec, is perhaps the best suited to Mendoza’s sunny mountain soil and climate. Malbec is one of the five Bordeaux varietals; the other varietals are Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, and Petit Verdot. In Argentina, Malbec can be glorious both as a single varietal and in a blend; it combines the dark, ripe, concentrated flavors and aromas of its famous French siblings Cabernet Sauvignon and Cabernet Franc, with a richness and smoothness on the palate that has turned it into the fastest-growing wine import in the world. The dramatic increase in tourism to Argentina in the last few years will only serve to increase the popularity of Malbec. The history of Argentine Malbec involves a nineteenth-century man named Domingo Faustino Sarmiento, the soontobe president of Argentina, the man who would become known as the father of Argentine education. Sarmiento singlehandedly raised the literacy level throughout the country by creating hundreds of rural schools. He admired the cultures of France and
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la creación de cientos de escuelas rurales, Sarmiento fue el artífice del crecimiento de la alfabetización en todo el país. Admiraba la cultura de Francia e Inglaterra, países a los que consideraba más civilizados que el nuestro. Paradójicamente, más tarde, los franceses lo trataron duramente cuando intentó negociar impuestos y tasas aduaneras con ellos. En aquella época, los franceses eran considerados los indiscutibles líderes mundiales de los vinos finos. En un esfuerzo por adquirir los refinados modales de ese país, a mediados del siglo XIX Sarmiento contrató a Michel Aimé Pouget para que creara un vivero de vides en Mendoza. Lo hizo en 1853 y se lo llamó Quinta Nacional. Dos años después, en la Exposición Universal de París de 1855, a pedido de Napoleón III se estableció y exhibió un sistema de clasificación de los mejores vinos de Bordeaux. Los vinos más notables recibieron el título de Premier Grand Cru Classé. En esa ocasión, Lafite Rothschild, Haut-Brion, Latour, Cheval Blanc y Yquiem recibieron la más alta calificación. La historia del Malbec en Francia se remonta a antes de la Edad Media, cuando el Malbec de la región de Cahors era ampliamente conocido como “el vino negro”. Más tarde, se supo que los productores de Bordeaux cortaban con Malbec de Cahors sus Claretes, más ligeros, con el fin de realzar su color y la sensación en boca. El británico Hugh Johnson, famoso escritor del ámbito de la enología, le contó una vez a mi padre que se cree que antes de finales del siglo XVIII la variedad Malbec había sido la más importante en zonas del Médoc, de donde provenía la mayor parte de los vinos distinguidos en la clasificación de 1855. Otras fuentes confirman la amplia implantación del Malbec en la región de SaintÉmilion. En un libro de Charles Higounet, La Seigneurie et le Vignoble de Château Latour, publicado en 1974, hay una cita de Lamothe, régisseur del Château Latour en 1807, en la que establecía que existían dos variedades nobles en el Château: Malbec y Cabernet Sauvignon. Mi amigo Roberto de La Mota, enólogo de Weinert, Terrazas y, actualmente, de Mendel, su nueva bodega, me contó que una vez conoció a un tal Monsieur Jacques Herbrard (propietario por vía de matrimonio, y gerente general durante gran parte del siglo XX, del establecimiento productor de premiers crus Château Cheval Blanc), quien le comentó que
England for what he considered their more civilized ways. Ironically, the French later dealt him a heavy hand when he tried to negotiate taxation and duties with them. At that time, the French were considered the world’s undisputed leaders of fine wine. In his effort to acquire the refined ways of France in the mid-1800s, Sarmiento hired a Frenchman, Michel Aimé Pouget, to establish a vine nursery in Mendoza. The Quinta Nacional, as the nursery was known, was founded in 1853, two years before the 1855 Exposition of Paris, when Napoleon III asked that a classification system for France’s best Bordeaux wines be established and displayed. The best wines were given the title Premier Grand Cru Classé, and Lafite Rothschild, Haut-Brion, Latour, Cheval Blanc, and Yquiem made the cut. The history of Malbec in France dates even further back into the Middle Ages, when Malbec from the French region of Cahors was famously known as The Black Wine. Later on, Bordeaux producers are known to have blended Malbec from Cahors into their lighter Clarets as a way to enhance color and mouthfeel. The famed English wine writer Hugh Johnson once told my father that before the late eighteenth century, Malbec appeared to have been the most important variety in parts of the Médoc, where the majority of the 1855 Classification wines came from. Other sources confirm that Malbec was widely planted in the St-Emilion area. A 1974 book –La Seigneurie et le vignoble de Château Latour, by Charles Higounet– quotes Lamothe, Château Latour’s régisseur in 1807, as specifying that there were two noble varietals planted at the Château, Malbec and Cabernet Sauvignon. My friend Roberto de La Mota, winemaker at Weinert, Terrazas, and now at his own Mendel, tells me that he once met a certain Monsieur Jacques Herbrard (the owner by marriage and general manager of first-growth Château Cheval Blanc for much of the twentieth century), who told him that prior to the French phylloxera epidemic of the 1860s, Malbec represented 60 percent of the Château Cheval Blanc vineyard and of the entire St-Emilion area.
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antes de la epidemia francesa de filoxera de la década de 1860, las vides Malbec representaban el 60% de los viñedos de Château Cheval Blanc y de toda la región de Saint-Émilion. Es posible imaginar que cuando Michel Aimé Pouget introdujo en Mendoza cepas de Malbec y de otras variedades provenientes de Francia, su propósito era el de establecer una industria basada en la calidad, que en aquella época se definía por lo que se plantaba en Bordeaux. El final del siglo XIX y el principio del siglo XX fueron tiempos muy prometedores para la Argentina. Los argentinos que conducían el país aspiraban a convertir la nación, tan rica en recursos naturales, en uno de los grandes países del mundo. Buenos Aires mostraba una marcada influencia de la arquitectura francesa, con bellos edificios de piedra en barrios como La Recoleta, que guardan reminiscencias de una época similar en París. En realidad, en Buenos Aires hay tanta arquitectura de estilo francés, que con frecuencia se dice que es “la París de Sudamérica”. Y en Mendoza todavía puede verse el legado de las técnicas clásicas francesas en las plantaciones con poca separación y espaldero bajo de algunos viejos viñedos argentinos, como el de Rosas en La Consulta. Paradójicamente, la uva Malbec, que constituía el corazón de los mejores vinos de Bordeaux, fue diezmada en su tierra natal por la epidemia de filoxera de fines del siglo XIX. Entre 1875 y 1889, la enfermedad, causada por un tipo de pulgón, provocó la destrucción de alrededor de 2.500.000 hectáreas de viñedos en Francia. Al mismo tiempo, en la Argentina, la variedad Malbec se plantaba extensamente y luego de más de un siglo llevaría a su segunda patria a la fama internacional en el mundo vinícola. En Francia, las cepas de Malbec no se adaptaron bien a los pies americanos llevados a Europa con la intención de salvar los viñedos de la filoxera. Como esos pies eran más vigorosos que las raíces naturales de las vides Malbec, las plantas injertadas exhibían un excesivo desarrollo, altos rendimientos y uvas que no llegaban a madurar lo suficiente para la época de la cosecha. En Francia, eso constituía una gran desventaja, porque las lluvias y el clima frío frecuentemente obligan a una cosecha temprana.
So you can imagine that when Michel Aimé Pouget brought Malbec and other cuttings to Mendoza from France in 1853, his aim was to establish an industry based on quality, defined at the time by what was planted in Bordeaux. The late nineteenth and early twentieth centuries were a time of great promise for Argentina. The Argentines in power aspired to turn the nation, so blessed with natural riches, into one of the great countries of the world. Buenos Aires was heavily influenced by French architecture –beautiful stone buildings in neighborhoods like Recoleta are reminiscent of a similar period in Paris. In fact, Buenos Aires has so much French-style architecture that the city is often called “the Paris of South America.” And in Mendoza, you can still see the legacy of classic French techniques in the tightly spaced, low-rising plantings in a number of very old Argentine vineyards, such as the Rosas vineyard in La Consulta. Ironically, the Malbec grape, which was at the core of some of the greatest wines in Bordeaux, was decimated by phylloxera in its French homeland in the latter part of the nineteenth century –from 1875 to 1889 some 6.2 million acres of vines in France were destroyed by the disease, caused by an aphid-like insect. At the same time, in Argentina, the Malbec varietal was being widely planted and would lead its second home to winemaking fame more than one hundred years later. In France, Malbec did not adapt well to the American rootstocks that were brought to Europe to save the vineyards from phylloxera. Because these rootstocks were more vigorous than the natural Malbec roots, the rootstock grafted plants had excessive canopy growth, high yields, and grapes that had not ripened enough at the time of harvest. This was an important disadvantage in France, where rain and cold weather often force an early harvest. Later, during the big frost of 1956, the Bordelais Malbec was affected again, and this time, almost all of the Malbec in Bordeaux was replaced by Cabernet Sauvignon and Merlot. At the time of the phylloxera epidemic in France, Malbec was being propagated throughout the province of Mendoza by immigrants from Italy and Spain. The dry climate and sandy soils in Mendoza inhibited the propagation of phylloxera, and
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Más tarde, durante la gran helada de 1956, los viñedos Malbec de Bordeaux nuevamente se vieron afectados y esta vez hubo que reemplazar la mayoría con Cabernet Sauvignon y Merlot. En la época de la epidemia de filoxera en Francia, las vides Malbec se propagaban en Mendoza de la mano de inmigrantes italianos y españoles. El clima seco y los suelos arenosos de la provincia inhibían la propagación de la enfermedad, de manera que las plantas de Malbec allí casi nunca resultaban afectadas. La uva maduraba espléndidamente en Mendoza, donde la temporada de crecimiento es larga y el aire del desierto, seco. La variedad estaba destinada a convertirse en otro exitoso inmigrante europeo a la Argentina. A mediados de la década de 1950, la variedad fina tinta más difundida en Mendoza era la Malbec, con 40.000 hectáreas plantadas. Lamentablemente, la crisis financiera de la década de 1970 dio lugar a la demanda de grandes volúmenes de vinos económicos y a “las décadas del blanco y del rosado”, cuando se levantaron miles de viñas Malbec y la superficie plantada con esa variedad se redujo a unas 14.000 hectáreas. Actualmente, las plantaciones de Malbec se han ido recuperando y cubren algo más de 25.000 hectáreas. EL MALBEC: EL MUNDO RECONOCE LA REVOLUCIÓN DE LA CALIDAD En 1980, mi padre ya tenía conciencia plena de que el vino en la Argentina se estaba transformando en una commodity y que, como tal, la competencia con otras bebidas que ganaban popularidad se limitaría a una cuestión de precio. En 1981, nuestra familia se trasladó a Berkeley, para que mi padre tomara un año sabático como profesor invitado de economía agrícola en la Universidad de California. Él seguía manejando a distancia sus negocios de vino en la Argentina y vendiendo vinos finos
Malbec plants are almost never affected here. The grape ripened beautifully in Mendoza, where the growing season is long and the desert air is dry. Malbec was to become another successful European immigrant to Argentina. By the mid-1950s, with 120,000 acres under vine, Malbec was the most widely planted fine red varietal in Mendoza. Sadly, the financial crisis of the 1970’s would lead to demand for value priced wines in large volume and to the “white and pink wine decades,” when thousands of Malbec vines were pulled and Malbec plantings plummeted to 35,000 acres. Today, Malbec plantings are back up to 62,500 acres. MALBEC: THE WORLD DISCOVERS THE QUALITY REVOLUTION By 1980, my father had become concerned that wine was turning into a commodity and as such would have to compete merely on price with the other beverages that were becoming popular. In 1981, our family moved to Berkeley so that my father could take a sabbatical and work as a visiting agricultural economics professor at UC Berkeley. He continued to manage his wine business in Argentina from afar, selling fine wine from the family’s Bodegas Esmeralda, a winery that produced the prestigious brand Saint Felicien, still well known in Argentina today. For a winemaker, it was an inspiring, even thrilling time to be in California. The Californians were challenging the French hegemony on luxury wine, daring to compete with the best wines in France. In Napa Valley, my father learned of the 1976 Judgment of Paris, a competition in which Napa wines came out ahead of their counterparts in Burgundy and Bordeaux, and began to think about making grand wines in Mendoza. After my parents moved back to Argentina, my father became obsessed with the quest for quality. He initially devoted most of his attention to Cabernet Sauvignon and Chardonnay, but my
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de Bodegas Esmeralda, una bodega de la familia donde se elaboraba la prestigiosa marca de alta gama Saint Felicien, aún hoy muy reconocida en la Argentina. Para un vinicultor como él, la estadía en California fue inspiradora y apasionante. Los californianos desafiaban la hegemonía francesa en el segmento de los vinos de lujo y se atrevían a competir con los mejores de Francia. En el valle de Napa, mi padre supo del Juicio de París de 1976, una competencia donde los vinos de Napa superaron a sus contendientes de Bourgogne y Bordeaux, y entonces comenzó a pensar en elaborar grandes vinos en Mendoza. Después de regresar con mi madre a la Argentina, se obsesionó con la búsqueda de calidad. Al principio, concentró su atención en el Cabernet Sauvignon y el Chardonnay, pero mi abuelo Domingo no dejaba de repetir: “Nicolás, siempre te he dicho que nuestro Malbec puede competir con los mejores vinos del mundo”. Entonces, luego de varios años de modificar y mejorar el sistema de conducción de nuestro viejo viñedo Angélica, ubicado en Maipú, la calidad del mosto obtenido resultó notable por su concentración, sus intensos aromas y sus ricos taninos. Comenzamos a dedicar una gran energía al Malbec. Y de ahí surgieron los cultivos de extrema altura de Gualtallary, el desarrollo de una selección de vides de Malbec de alta calidad (las vides Catena), las nuevas plantaciones en San Carlos y Altamira, y dos décadas dedicadas a redefinir cada aspecto de la viticultura y la vinicultura del Malbec. Nunca aplicamos a ciegas una metodología de otra parte del mundo sin antes ponerla a prueba, para asegurarnos de que se adaptara a nuestro clima. Ninguna otra famosa región vinícola tiene viñedos a tanta altura ni de tan baja fertilidad como las nuestras, ni depende del riego tanto como nosotros. Mi padre fue el primero en introducir en la Argentina sistemas israelíes de riego por goteo. Lidiar con la exposición solar propia de las regiones de gran altura es otra cuestión que seguimos investigando.
grandfather Domingo kept saying, “Nicolás, I have always told you that our Malbec can compete with the best wines of the world.” So after several years of retraining and bringing back to health our old Angélica vineyard in Maipú, the quality of the juice being produced –its concentration, intense aromas, and rich tannins– was impossible to ignore. We started to put a great deal of energy into Malbec. From that came the extreme high-altitude plantings in Gualtallary, the development of a selection of high-quality Malbec cuttings –the Catena cuttings– the new plantings in San Carlos and Altamira, and the next two decades of redefining every aspect of Malbec winemaking and viticulture. My father and I never blindly applied a methodology that worked in another part of the world without experimenting with it first in Argentina to make sure that it adapted to our climate. No other well-known wine region has vineyards as high in altitude or as low in fertility as ours, or depends on irrigation as much as we do. My father was the first to bring drip irrigation from Israel to Argentina. Dealing with high-altitude sunlight is another issue we continue to explore to this day. During the 1990s, the President Menem years, many public industries were privatized, and Argentines became enamored with democracy again. Because the dollar-to-peso bank-imposed exchange rate favored the peso, imports to Argentina grew tremendously and exports fell. Argentines traveled to North America and Europe as if they were neighboring countries. This also made our Argentine wines relatively expensive in the U.S. and European markets, and my father realized that unless he could sell wines above $15 in the ultra-premium category, he would not be able to make the business work. The first real encouragement came from small retailers in the United States, who bought our Catena wines with gusto and vowed to promote them because of their high quality. Then it came a great honor from Wine Spectator magazine: We were the first Argentine winery to be invited by the magazine to pour our wines at the 1995 New York Wine Experience, a tasting of the best wine estates in the world.
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En la década de 1990, durante el gobierno del presidente Carlos Menem se privatizaron muchas empresas públicas y los argentinos volvieron a enamorarse de la democracia. Debido a que la paridad peso-dólar establecida por el Banco Central favorecía al peso, las importaciones se dispararon y cayeron las exportaciones. Los argentinos viajaban a América del Norte y a Europa como si lo hicieran a un país vecino. Eso también trajo aparejado que nuestros vinos resultaran relativamente costosos en el mercado europeo y estadounidense. Mi padre se dio cuenta de que, a menos que pudiésemos vender vinos de la más alta categoría, por encima de los 15 dólares, el negocio no prosperaría. El primer estímulo concreto provino de pequeñas vinotecas de los Estados Unidos, que compraron de buena gana nuestros vinos Catena y se comprometieron a promocionarlos, por su excelente calidad. Luego, la revista Wine Spectator nos concedió un gran honor: fuimos la primera bodega argentina invitada a servir nuestros vinos en la New York Wine Experience de 1995, donde se catan solo productos de los mejores establecimientos vinícolas del mundo. Cuando mi padre lanzó en 1994 su Catena Malbec, con alabanzas de Robert Parker, como empresa estábamos plenamente convencidos de que el Malbec tendría un gran futuro. En 1998, el Catena Alta Malbec cosecha 1996 fue nuestro primer cuvée en obtener 94 puntos en la escala de 100 de Robert Parker y en captar la atención de los aficionados al vino en todo el mundo. Pero el Malbec recién comenzó a atraer a los consumidores a partir de 2002, sin duda alguna como consecuencia de la crisis económica de diciembre de 2001, cuando el peso perdió el 65% de su valor frente al dólar. Desde entonces, argentinos y extranjeros han hecho grandes inversiones vinícolas en la Argentina, principalmente en proyectos enfocados en la calidad. Los extranjeros comprometidos en este desarrollo, entre otros, el norteamericano Paul Hobbs, el francés Michel Rolland, el suizo Donald Hess, el italiano Alberto Antonini y el español José Manuel Ortega, han puesto gran dedicación para capacitar a una generación entera de jóvenes del país y han demostrado un enorme respeto por el terroir argentino del Malbec.
By the time my father released his 1994 Catena Malbec with kudos from Robert Parker, we were convinced as a company that Malbec could have a great future. In 1998, the 1996 Catena Alta Malbec was our first cuvée to receive 94 points on the 100 point Robert Parker scale, and it drew the attention of wine enthusiasts around the world. But it wasn’t until the year 2002 that Malbec began to attract the attention of consumers worldwide –a result, no doubt, of the economic crisis of December 2001, which made the Argentine peso lose 65 percent of its value against the dollar. Since then, Argentines and foreigners have invested heavily in Argentine wine, and most of these projects are focused on quality. The foreigners involved, including the American Paul Hobbs, the French Michel Rolland, the Swiss Donald Hess, the Italian Alberto Antonini, and the Spanish José Manuel Ortega, among others, have taken enormous care to train an entire generation of young Argentines and they have shown a great deal of respect for the Argentine terroir of Malbec.
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NICOLÁS CATENA PIONERO DEL MALBEC En la Argentina, Nicolás Catena es una figura de la talla de Robert Mondavi en Napa o de Angelo Gaja en el Piemonte. Con su éxito en la investigación sobre los viñedos de gran altura y en la rigurosa selección de plantas, inspiró a toda una región en la búsqueda de un nivel mayor de calidad. LARRY STONE, maestro sommelier y miembro del consejo de administración de la Fundación James Beard
En 2009, Nicolás Catena fue el primer sudamericano en recibir uno de los mayores honores en el mundo del vino: la distinción Hombre del Año otorgada por la revista inglesa de vinos Decanter Magazine. Sarah Kemp, su jefa de redacción, confesó que era la primera vez en la historia de esa distinción que la votación había sido unánime. Entre los galardonados anteriores se encuentran Angelo Gaja y Robert Mondavi. En 1902, Nicola Catena, abuelo de Nicolás, plantó su primer viñedo de Malbec en Mendoza. Hoy, Bodega Catena Zapata, el establecimiento más prestigioso de la familia, está ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo. Los vinos de la bodega (Nicolás Catena Zapata, Catena Zapata Adrianna Malbec, Catena Zapata Nicasia Malbec, Catena Alta y Catena Cabernet Sauvignon, Malbec y Chardonnay) se elaboran con uvas provenientes de viñedos de cinco fincas históricas: Angélica, La Pirámide,
NICOLÁS CATENA: MALBEC PIONEER Nicolás Catena is a figure in Argentina of the stature of Robert Mondavi in Napa or Angelo Gaja in Piedmont. He inspired an entire region to strive for a higher level of quality by his successful exploration of high-altitude vineyards and rigorous clonal selection. LARRY STONE, Master Sommelier and trustee, James Beard Foundation
In 2009, Nicolás Catena was the first South American to receive one of the highest honors in the world of wine: The English Decanter Magazine Man of the Year Award. Decanter Magazine’s chief editor, Sarah Kemp, confided that for the first time in the award’s history the vote was unanimous. Previous winners included Angelo Gaja and Robert Mondavi. In 1902, Nicolás’s grandfather Nicola Catena planted his first Malbec vineyard in Mendoza. Today, Bodega Catena Zapata, the family’s most prestigious property, is located in Agrelo, Luján de Cuyo. The bodega’s wines –Nicolás Catena Zapata, Catena Zapata Adrianna Malbec, Catena Zapata Nicasia Malbec, Catena Alta and Catena Cabernet Sauvignon, Malbec and Chardonnay– are sourced from five historic estate vineyards: Angélica, La Pirámide, Nicasia, Domingo, and Adrianna. Bodega Catena Zapata is the only South American winery selected by Robert Parker, Jr., as one of the top wine estates of the world in his book The World’s Greatest Wine Estates. My father is an extremely rational doctor of economics, a recluse, a dreamer, a passionate wine-lover, an extreme optimist (and pessimist), and a devoted husband and father. When I was an undergraduate studying biology at Harvard in the mid 1980’s, my
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Nicasia, Domingo y Adrianna. Catena Zapata es la única bodega sudamericana mencionada por Robert Parker, Jr. como uno de los mejores establecimientos vinícolas del mundo en su libro The World’s Greatest Wine Estates. Mi padre es un doctor en Economía sumamente racional, un solitario, un soñador, un apasionado amante del vino, un optimista (y pesimista) y un esposo y padre modelo. Mientras yo cursaba mis estudios de Biología en Harvard, a mediados de la década de 1980, mi padre se lanzaba, con todo lo que poseía, a elaborar un vino argentino que pudiera competir con los mejores del mundo. Durante la cena, en compañía de una magnífica botella de vino, solíamos pasar horas conversando sobre fisiología y experimentación vegetal. Él me contaba todo lo que estaba haciendo en la bodega y yo le hablaba de investigaciones en biología molecular. Mis conocimientos sobre vinos eran muy escasos, salvo los que llevaba en la sangre por las horas pasadas de niña en la bodega y en los viñedos, pero él prestaba atención a mis ideas y aceptaba mis sugerencias como si yo fuese doctora en enología. Esa capacidad de cuestionamiento permanente, ese deseo de aprender, de no aceptar jamás algo simplemente por el hecho de que “siempre se hizo así”, lo convirtió en el pionero de la calidad del vino en la Argentina. Incluso hoy, mi padre pasa la mayor parte de su tiempo en la bodega, catando y volviendo a catar los componentes y los blends de los Malbec Catena Zapata. Los Zapata, ancestros de mi abuela por vía paterna, eran una antigua familia de terratenientes en tiempos de la Colonia y, según la tradición argentina, Zapata se añade a Catena para formar el apellido completo de mi padre. Él ha creado en Mendoza una comunidad de viticultores y vinicultores convencidos de que nuestra región tiene un potencial extraordinario y de que es preciso esforzarse sin cesar para elaborar los mejores vinos del mundo. Esos jóvenes enólogos e ingenieros agrónomos –mis hermanos Ernesto, Adrianna y yo–, somos los afortunados herederos de la “tradición Nicolás Catena Zapata”.
father was throwing himself and everything he owned into making an Argentine wine that could compete with the best of the world. We would spend hours over dinner and a great bottle of wine, talking about plant physiology and experimentation; he would tell me about what he was doing at the winery, and I would expound on molecular biology research. I knew very little about wine, other than what was in my blood from so many hours spent at the winery and vineyards as a child, yet my father would listen to my ideas and take my suggestions as if I had a Ph.D. in Enology. It is this quality of always questioning, of wanting to learn, of never accepting something just because “it has always been that way” that has made him Argentina’s wine-quality pioneer. To this day, my father spends most of his time at the winery tasting and retasting the components and blends of the Catena Zapata cuvées. The Zapatas, my paternal grandmother’s ancestors, were a traditional landowning family dating back to colonial times, and by Argentine custom, Zapata follows Catena in my father’s full name. My father has created a community of winemakers and viticulturalists in Mendoza who believe that our region has extraordinary potential, and that we should always strive to make the best wines in the world. These young people; my siblings, Ernesto and Adrianna; and I are the fortunate beneficiaries of the Nicolás Catena Zapata tradition.
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3 LA CIUDAD DE MENDOZA, PUERTA DE ENTRADA A LA REGIÓN VITIVINÍCOLA
MENDOZA CITY: GATEWAY TO THE WINE COUNTRY
Con sus calles sombreadas bordeadas de plátanos, sus espaciosos parques y sus cafés al aire libre, el centro de Mendoza es ideal para realizar una tranquila caminata, detenerse a tomar un espresso y disfrutar de la ciudad hasta bien entrada la noche. Esta cautivante capital de provincia de la época colonial española tiene una atmósfera provinciana distendida, principalmente entre las dos y las cuatro de la tarde, cuando la gente regresa a sus casas para almorzar y dormir la siesta. Aunque Mendoza ofrece todos los servicios de una metrópoli, se asemeja más a un pueblo que a la cosmopolita Buenos Aires, capital de la Argentina. Gran parte de la ciudad consiste en un antiguo casco colonial, salpicado de hermosas plazas (que llevan los nombres de Chile, Italia, España, San Martín e Independencia) y el Parque General San Martín, ubicado cerca del centro. Este está repleto de vendedores ambulantes de gaseosas, gente que corre o hace picnics y ciclistas. Tiene una calesita, un zoológico y hasta un cerro (el Cerro de la Gloria), que ofrece una vista panorámica de la ciudad. UN POCO DE HISTORIA Los fundadores de Mendoza fueron un grupo de encomenderos (colonos a quienes se conferían derechos sobre la tierra a cambio del pago de impuestos) hispano-chilenos, que llegaron de Chile a través de los Andes y pasaron varias décadas gobernando sus tierras mendocinas desde sus hogares en el país vecino. Durante sus primeros 216 años, la provincia de Cuyo y la ciudad de Mendoza pertenecieron a la Capitanía de Chile y no a lo que luego sería territorio argentino, gobernado desde Buenos Aires, la capital del país. La ciudad de Mendoza fue fundada en 1561, tres décadas antes que Buenos Aires, por el capitán español Pedro del Castillo, enviado desde el Perú, quien llegó al lugar tras atravesar Chile y cruzar los Andes. El capitán Castillo bautizó la ciudad en honor del entonces gobernador de Chile, don García Hurtado de Mendoza. Una crónica de 1571, escrita por un tal don Juan López de Velazco, menciona que había “150 colonos españoles en Mendoza... y 4000 indígenas que pagan tributos (...) es
With its shady, sycamore-lined streets, spacious, open-air plazas, and outdoor cafes, downtown Mendoza is the perfect place to take a leisurely stroll, stop for an espresso, and enjoy the city well into the night. This captivating Spanish colonial city has a laidback provincial feel, essentially shutting down every day from 2 to 4 P.M., when people head home for lunch and a siesta. Although Mendoza has all the amenities of a metropolitan city, it feels more like a village than the cosmopolitan Argentine capital, Buenos Aires. Much of Mendoza City is an old colonial town, dotted with beautiful squares –Plaza Chile, Plaza Italia, Plaza España, Plaza San Martín, and Plaza Independencia– and a park, Parque General San Martín, located close to the center of town and filled with soft-drink vendors, joggers and bikers, picnickers, a merry-go-round, a zoo, and even a hill (Cerro de la Gloria), which has a panoramic view of the city A LITTLE HISTORY The founding fathers of Mendoza were a group of Spanish-Chilean encomenderos –Spanish colonists given the rights to land in exchange for taxes– who crossed over from Chile and then spent several decades ruling their lands in Mendoza from their homes in Chile. For its first 216 years, the province of Cuyo and the city of Mendoza belonged to the Captaincy of Chile, and not to what was later to become the Argentine Territory, governed from the capital, Buenos Aires. The city of Mendoza was founded in 1561, three decades before the founding of Buenos Aires. It was established by a Spanish captain named Pedro del Castillo, sent from Peru through Chile and over the Andes. Captain Castillo named the city in honor of the Chilean governor at the time, Don García Hurtado de Mendoza. A 1571 chronicle by a certain Don Juan López de Velazco cites that there were “150 Spanish settlers in Mendoza (. . .) and there are 4,000 tributary Indians (. . .) there is valley territory where a certain type
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un valle donde crecen una especie de higo, maíz, centeno y vides, en tierras irrigadas que abastecen a los españoles hasta en Santiago, Chile”. Este es el primer registro de la existencia de viñas en Mendoza. Los cultivos agrícolas se extendieron rápidamente en Mendoza gracias a la amplia red de canales que recorrían cientos de kilómetros desde su origen en los Andes y que habían sido construidos por los huarpes, los primeros habitantes de la región. En 1595, el volumen de vino producido en Cuyo y las provincias linderas era tal que el rey de España prohibió el incremento de su producción en la región, por temor a que esta industria regional pudiera competir con la industria vinícola española. El único efecto concreto de esa prohibición fue que las vides, abandonadas a su suerte, comenzaron a propagarse por semilla, en vez de multiplicarse por medio de estacas, lo que dio nacimiento a una variedad silvestre conocida como Criolla. Esta variedad aun existe en la región y se emplea para elaborar vinos rosados ligeros, de bajo precio. A comienzos del siglo XVII, la región de Cuyo había adquirido fama como productora de vinos, aunque de las tres provincias limítrofes que la integran (Mendoza, San Juan y San Luis) solo las dos primeras han tenido relevancia vinícola. En los dos siglos siguientes, los vinos de Mendoza se transportaron a Chile y a Buenos Aires en vasijas de barro, tanto a lomo de burro como en carretas tiradas por caballos y cubiertas con cueros o paja. En realidad, recién en el siglo XIX se reemplazaron las vasijas por toneles de madera, introducidos en el país por los inmigrantes españoles e italianos. Durante todo el siglo XVII Mendoza siguió siendo un pequeño puesto que dependía básicamente de unos pocos colonos. Pero todo cambió en 1882: con la construcción del ferrocarril Mendoza-Buenos Aires la provincia se convirtió en pilar del suministro de productos agrícolas a la metrópoli y al exterior, principalmente a Europa. La población creció de manera vertiginosa y la provincia atrajo una multitud de inmigrantes europeos. Actualmente, con una población de 850.000 habitantes, Mendoza y sus alrededores constituyen la cuarta zona metropolitana más extensa de la Argentina.
of fig, corn, barley, and grapevines grow on irrigated land, providing supplies to the Spanish as far away as Santiago, Chile.” This is the first documentation of vines in Mendoza. Agricultural crops propagated rapidly in Mendoza, thanks to the wide network of canals stretching for hundreds of kilometers from the Andes, the handiwork of the Huarpe, the original inhabitants of the region. By 1595, so much wine was being made in Cuyo and the neighboring provinces that the Spanish king prohibited the further production of wine in the region, fearing that it would compete with the Spanish wine industry. The only real effect of this law was that plants were left to grow wild and propagate through seeds rather than canes, resulting in a wild variety called Criolla that still exists throughout the region and is used to make light, inexpensive rosé wines. By the early seventeenth century, the Cuyo region (which includes Mendoza and the bordering provinces of San Juan and San Luis –though only Mendoza and San Juan are important for wine) had become famous for its wine production. For the next two centuries, the wines of Mendoza were transported to Chile and Buenos Aires in clay containers carried by donkeys or in wooden carriages covered with leather or straw. In fact, it wasn’t until the 1800s that these clay pots were replaced by wooden casks brought to Argentina by Spanish and Italian immigrants. Still, throughout the seventeenth century, Mendoza remained a small outpost, mostly dependent on a few colonists. But all that changed in 1882, when the Mendoza-Buenos Aires railroad was built and Mendoza became a mainstay of agricultural supplies to Buenos Aires and to the outside world, mainly Europe. The population of Mendoza grew by leaps and bounds, attracting a multitude of European immigrants. Today, with its population of 850,000, greater Mendoza is the fourth-largest metropolitan area in Argentina. A perfect way to experience Mendoza is by attending one of the city’s annual celebrations. One event in particular showcases the city’s provincial heart: Mendoza’s annual grape harvest celebration, La Fiesta de la Vendimia, an elaborate folklore show and
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Asistir a una de las celebraciones anuales de la ciudad es una forma perfecta de disfrutarla. En especial, hay un acontecimiento que revela su corazón provinciano: la Fiesta de la Vendimia. Año tras año, desde 1913, los mendocinos celebran la cosecha con un complejo espectáculo folclórico y un desfile de belleza. Uno de los eventos más importantes de la celebración es el certamen para elegir la Reina de la Vendimia. La ganadora es coronada en el Teatro Griego, un enorme anfiteatro donde bailarines ataviados con todos los tipos imaginables de atuendos tradicionales crean un espectáculo deslumbrante. Al día siguiente, los periódicos publican en la primera plana la foto de la reina y en cada oficina, café y familia se enciende el debate acerca de si la ganadora fue realmente la más hermosa. El desfile de belleza es (casi) una cuestión tan seria como el Campeonato Mundial de Fútbol y, por cierto, mucho más seria que las elecciones locales. Los argentinos aman sus tradiciones y a sus bellas mujeres. LAS ACEQUIAS: EL PORQUÉ DE LOS ÁRBOLES DE MENDOZA Las guías turísticas sobre Mendoza advierten acerca del peligro de las acequias, zanjas abiertas que corren a lo largo de todas las calles y aceras. Es sabido que transeúntes y turistas distraídos se han fracturado al caer en alguna de ellas. En realidad, para subir a un auto estacionado en una calle mendocina es preciso cruzar un pequeño puente y moverse en puntas de pie hasta que uno logra abrir la puerta. Las acequias transportan las aguas generadas por el deshielo de las nieves andinas, como así también el agua de lluvia y de riego. Sin agua, los árboles que bordean todas y cada una de las calles no sobrevivirían al clima desértico de altura y nuestra maravillosa ciudad mostraría un rostro totalmente diferente. Las zanjas originales eran prolongaciones de los canales de riego creados por los huarpes para sus cultivos. En la década de 1870, un grupo de funcionarios municipales obsesionados por las arboledas estableció un sistema de canales a cielo abierto para llevar agua de aliviadero hasta cada acera
beauty pageant that dates back to 1913. One of its biggest events is the competition for the title of Reina de la Vendimia, Queen of the Harvest. The winner is crowned in the Teatro Griego, a gigantic amphitheater where dancers dressed in every imaginable form of traditional wear create a spectacular show. The photo of the winning queen makes the front cover of every newspaper the following day, and intense debates arise in every office, café, and family on whether the winning queen is truly the fairest of them all. The beauty pageant is taken (almost) as seriously as the Soccer World Cup, and certainly more seriously than the local elections. Argentines love their traditions and their beautiful women. LAS ACEQUIAS: WHY MENDOZA HAS TREES Guidebooks on Mendoza warn you of the acequias, the open ditches that line every street and sidewalk. Distracted walkers and tourists have been known to break a leg by falling into an acequia. In fact, to get into a car parked on a street in Mendoza, you have to go over a little bridge and then tip-toe around to open the door. Acequias carry the runoff water from the Andes snowmelt as well as rain and irrigation water. Without it, the trees that line each and every street would not survive the highdesert climate. Our gorgeous city would show an entirely different face. The original ditches were extensions of the irrigation canals established by the Huarpe to farm the land. In the 1870s, a group of tree obsessed City officials built an elaborate openair canal system that carried runoff water next to every sidewalk and gave life to the city’s trees. Acequias were placed on every street in Mendoza, and European immigrants embraced this local custom wholeheartedly, because the tree-planted boulevards and avenues reminded them of their native Europe.
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árboles de la ciudad. Se construyeron acequias junto a cada calle de Mendoza y los inmigrantes adoptaron con fervor esta costumbre local, porque los bulevares y avenidas bordeados de árboles les recordaban su Europa natal. LAS CINCO PLAZAS Luego de que un terremoto destruyera la ciudad de Mendoza en 1861 (murieron 4.000 personas y la mayoría de los edificios quedó reducida a escombros), se construyeron cinco grandes plazas con la idea de que, en caso de un nuevo sismo, los ciudadanos pudiesen refugiarse en un espacio abierto. Las plazas representan las influencias históricas y culturales más importantes de la ciudad. Plaza Independencia, la más grande, está ubicada entre el edificio de estilo colonial del Park Hyatt Hotel y el paseo peatonal (la peatonal Sarmiento), donde proliferan las heladerías y cafés al aire libre. Las otras cuatro plazas equidistan de la plaza Independencia, que ocupa el lugar central. Durante los fines de semana, allí se instala una feria artesanal y, con frecuencia, hay música en vivo. En un predio subterráneo se encuentra el Museo de Arte Moderno. La plaza San Martín está ubicada en el corazón del centro financiero de la ciudad. En ella hay un enorme monumento al general San Martín (“el Libertador”), líder de las tropas que derrotaron a los españoles en la guerra de la Independencia argentina, que se extendió entre 1810 y 1816. Su nombre poético y patriótico es “San Martín de los Andes” y, en la provincia, todos sienten cierto orgullo por el hecho de que el libertador del país fuera en su tiempo gobernador de Mendoza. La plaza Chile, con su espectacular pimentero gigante y el mejor patio de juegos infantiles de la ciudad, fue construida en honor a la estrecha relación entre la provincia y el país vecino. La plaza fue bautizada en reconocimiento del apoyo y la ayuda prestada por Chile en ocasión del devastador terremoto de 1861. En el centro hay una estatua de San Martín y Bernardo
THE FIVE PLAZAS After Mendoza City was decimated by an earthquake in 1861 –four thousand people lost their lives, and most of the city’s buildings were reduced to rubble– five wide, spacious plazas were constructed. The idea was that if another earthquake struck, the citizens would have an open place to take refuge. The plazas represent the major historical and cultural influences on the city. Each of the four plazas is equidistant to the central square. The largest, Plaza Independencia, stands between the colonial style Park Hyatt Hotel and the walking promenade, Peatonal Sarmiento, which is lined with ice cream shops and outdoor cafes. On weekends, Plaza Independencia hosts an artisanal fair and often features live music. The Museum of Modern Art is located in an underground area below the plaza. Set in the middle of the city’s financial district, Plaza San Martín holds a gigantic statue of the Libertador (“Liberator”), General San Martín, the man who led the troops that defeated the Spaniards in Argentina’s war for independence, which lasted from 1810 to 1816. His poetic and patriotic name is San Martín de los Andes (San Martín of the Andes), and everyone in Mendoza derives a certain pride from the fact that Argentina’s liberator was once governor of Mendoza. Plaza Chile, with its spectacular giant pepper tree and the best children’s playground in the city, was built to honor the close connection Mendoza has with its neighboring country Chile. The square was named in appreciation of the relief and support that Chile gave Mendoza after the devastating earthquake of 1861. The plaza has a central statue of San Martín and Bernardo O’Higgins, the Chilean Liberator, holding a sword with joined hands. The two generals, who were close friends, joined forces to fight the Spaniards in the early 1800s. Although Chileans and Mendozans like to joke about their winemaking rivalry, the adjacent states and their citizens share a close affinity. In fact, four of Argentina’s leading wineries
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O’Higgins, el libertador de Chile, que los muestra uniendo las manos para sostener una misma espada. Ambos generales, que eran muy amigos, unieron sus fuerzas para luchar contra los españoles a comienzos del siglo XIX. A pesar de que a los chilenos y los mendocinos les gusta hacer bromas sobre su rivalidad en el campo de los vinos, existe una gran afinidad entre sus respectivos territorios y ciudadanos. De hecho, cuatro de las bodegas líderes de la Argentina pertenecen ahora a empresas chilenas: Kaiken es propiedad de Aurelio Montes; Trivento, de Concha y Toro; Doña Paula, de Santa Rita, y Renacer, de la familia Reich. Los inmigrantes italianos que llegaron a la región en el siglo XIX tuvieron una gran influencia en Mendoza y en su honor se construyó la plaza Italia, que exhibe una versión de la famosa estatua de Rómulo y Remo amamantados por una loba, el símbolo de Roma, y una fuente central revestida con 1400 cerámicos, inspirada en la catedral de San Petronio en Bologna. La Festa in Piazza, que se celebra anualmente a fines de febrero, es un entretenido festival italiano que tiene lugar allí. De las cinco, mi favorita es la plaza España. Su fuente central evoca un antiguo patio español. La plaza fue remodelada en 1946 con nuevos azulejos traídos de España. Las imágenes del mural cuentan la historia de la fundación de la ciudad de Mendoza, allá por 1561. BODEGAS DE LA CIUDAD DE MENDOZA BODEGAS ESCORIHUELA GASCÓN 1884, EL RESTAURANTE DE MALLMANN Esta bodega, ubicada en el barrio de Godoy Cruz, a diez minutos en auto de la plaza Independencia, es la más antigua de la ciudad de Mendoza aún en funcionamiento. Fue fundada en 1884 por don Miguel Escorihuela Gascón, un inmigrante español
now belong to Chilean companies: Kaiken is owned by Aurelio Montes; Trivento, by Concha y Toro; Doña Paula, by Santa Rita; and Renacer, by the Reich family. The Italian immigrants who arrived in the region in the nineteenth century had a profound influence on Mendoza, and Plaza Italia was built in their honor. The square has a rendering of the famous statue of the she-wolf suckling Romulus and Remus –the symbol of Rome– and a central fountain with 1,400 ceramic tiles inspired by the San Petronio Cathedral of Bologna. The Festa in Piazza that takes place annually in late February is an entertaining Italian festival held at the plaza. My favorite of the five squares is Plaza España; the central fountain is reminiscent of an old Spanish patio. The plaza was remodeled in 1946 with new tiles brought from Spain. Its art tells the story of how the city of Mendoza was founded in 1561. MENDOZA CITY WINERIES BODEGAS ESCORIHUELA GASCÓN MALLMANN’S RESTAURANTE 1884 Located in the Godoy Cruz neighborhood, a ten-minute drive from Plaza Independencia, Bodegas Escorihuela Gascón is the oldest winery still in operation in Mendoza City. It was founded in 1884 by Don Miguel Gascón, who immigrated to Argentina from Aragón, Spain, in 1880. Don Miguel was a Francophile who traveled regularly to France to acquire winemaking know-how and culture. He became one of the biggest importers of large French oak barrels to Argentina and named his best wines after French places or foods:
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oriundo de Aragón, que llegó a la Argentina en 1880. Don Miguel era un francófilo que viajaba regularmente a Francia para adquirir cultura y conocimientos de enología. Se convirtió en uno de los importadores más importantes de grandes toneles de roble francés a la Argentina y bautizó los vinos que elaboraba con el nombre de comidas o lugares de ese país: le puso Carcassonne (nombre de un hermoso pueblo fortificado del sur de Francia) a su vino más popular y Pont l’Evêque (un queso) a su tête de cuvée, el Malbec puro que se convertiría en el vino predilecto del presidente Juan D. Perón en la década de 1940. Hasta hoy, ambas marcas siguen siendo muy reconocidas en la Argentina. Bodegas Escorihuela alberga en su predio el célebre restaurante 1884, de Francis Mallmann, inaugurado en 1999, y el primero en instalarse dentro de una bodega mendocina. Es una parada obligatoria para todo amante del vino y la gastronomía que visite la región. Sus comensales son una mezcla de gente del lugar y turistas que, atraídos por el espectáculo de las empanadas y humitas que salen del horno de barro al aire libre, se acercan a disfrutar las coloridas ensaladas verdes con tomates secados al sol de la huerta del restaurante, el sabor de los panes integrales con semillas horneados en el horno de barro, las empanadas rellenas con cebollas en juliana, aceitunas y tiernos trozos de carne, y el sabor cremoso y a nueces de las provoletas a la parrilla espolvoreadas con el orégano de la huerta. La carta de vinos ofrece una impresionante colección de vinos argentinos. Francis Mallmann, un argentino alto, de ascendencia británica, es un hombre de extremos: sumamente orgulloso de la cocina tradicional argentina, no deja por ello de reinventarse siempre para crear originales experiencias gastronómicas. El chef estrella más famoso de la televisión argentina es copropietario, con Bodegas Escorihuela Gascón, de 1884 (primer establecimiento de alta cocina en Mendoza) y de Patagonia Sur, el único restaurante de cinco estrellas ubicado en el popular barrio de La Boca, en Buenos Aires. A todos estos logros hay que agregar, más recientemente, la autoría del libro de cocina argentina más famoso en el mundo: Siete fuegos, mi cocina argentina. Francis Mallmann ha demostrado a la Argentina y al
Carcassonne (a beautiful fortified town in the south of France) for his most popular table wine, and Pont l’Evêque (a cheese) for his tête de cuvée, the pure Malbec that was to become President Perón’s favorite wine in the 1940s. To this day, the two brands remain well known in Argentina. On the premises of Bodegas Escorihuela is Francis Mallmann’s celebrated Restaurante 1884, which opened in 1999, the first restaurant within a winery in Mendoza. The restaurant is a required stop for any wine and food lover visiting the region. Mallmann’s 1884 is filled with a lively mix of locals and tourists. They come to watch empanadas and humitas come out of the outdoor mud oven; to eat colorful green salads dressed with tomatoes that have been sun-dried in the restaurant’s garden; to taste breads made with whole grains and seeds, and baked in the outdoor oven; to sample empanadas filled with sliced onions, olives, and pieces of tender meat; and to enjoy the creamy, nutty flavors of grilled provoleta cheese sprinkled with locally grown oregano. The wine list has an impressive collection of Argentine wines. Francis Mallmann, a tall Argentine of British ancestry, is a man of extremes, fiercely proud of Argentina’s traditional cuisine, yet always reinventing himself and creating unusual dining experiences: he is Argentina’s most famous TV chef-personality; the co-owner with Bodegas Escorihuela Gascón of Restaurante 1884, the first fine-dining establishment in Mendoza; the owner of Patagonia Sur, the grungy La Boca neighborhood’s own five-star restaurant in Buenos Aires; and most recently the author of Argentina’s most internationally celebrated cookbook, Seven Fires: Grilling the Argentine Way. Francis Mallmann has shown Argentina and the world that Argentine cuisine –our own European-influenced, barbecued-meat-dominated version of Latin American cookery– has a place at every carnivore’s table, kitchen, and outdoor grill.
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FRANCIS MALLMAN
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mundo que la cocina local (nuestra propia versión de la cocina latinoamericana, con influencias europeas y el foco puesto en las carnes asadas) tiene un lugar en la mesa, la cocina y la parrilla de todo amante del buen comer. BODEGAS CARO: LA BODA DE DOS VARIETALES En la década de 1980, cuando mi padre comenzó su ambicioso proyecto para redefinir el futuro del vino argentino, nunca imaginó que un día se asociaría con los propietarios de Château Lafite Rothschild para elaborar vinos en la Argentina. En 1999, un amigo mutuo, Jim Galtieri, convenció a Eric de Rothschild y al gerente general, Christophe Salin, de visitar Mendoza a su regreso de Chile. Mi padre preparó para la ocasión una degustación de Catena Cabernet Sauvignon y Malbec, de cosechas de principios de esa década. Fue el comienzo de una amistad y una sociedad entre dos familias y dos varietales: los Rothschild y los Catena, el Cabernet Sauvignon y el Malbec. Al principio, el equipo de Rothschild estaba más entusiasmado con el Cabernet Sauvignon que con el Malbec, pero la habilidad de la enóloga Estela Perinetti para hallar antiguos viñedos de estas dos variedades dio como resultado un blend más equilibrado año tras año, con una reciente composición de 50% de cada variedad. En 2002, la sociedad CARO, formada por Nicolás Catena y Rothschild en 1999, adquirió parte de la antigua bodega Escorihuela y construyó allí su primer establecimiento vinícola, aplicando la última tecnología disponible en una bella edificación de antiguos ladrillos y estilo renacentista italiano, que se remonta al siglo XIX. La renovación completa del edificio permitirá que el público acceda a las antiguas cavas subterráneas y a sus patios interiores. CARO (“querido” en italiano) combina los nombres Catena y Rothschild en un proyecto que aman todos los que participan en él.
BODEGAS CARO: THE MARRIAGE OF TWO VARIETALS In the 1980s, when my father started his ambitious project to reshape the future of Argentine wine, he never dreamed that one day he would be partnering with the owners of first-growth Château Lafite Rothschild to make a wine in Argentina. In 1999, a mutual friend, Jim Galtieri, had convinced Eric de Rothschild and general manager Christophe Salin to visit Mendoza on their way back from Chile. My father prepared a tasting of Catena Cabernet Sauvignon and Malbec dating to the early 1990s. It was the beginning of a friendship and partnership between two families and two varietals: the Rothschilds and the Catenas, the Cabernet Sauvignon and the Malbec. Initially, the Rothschild team was more excited about Cabernet Sauvignon than Malbec, but winemaker Estela Perinetti’s ability to find fabulous old-vine sources of both varietals has made the blend more balanced over the years, with a fifty-fifty breakdown as of late. In 2002, the CARO partnership of Catena and Rothschild established in 1999 purchased a part of the old Escorihuela winery and built its own winemaking facility there, employing state-of-the-art technology in a beautiful old-brick Italian Renaissance-style building that dates back to the nineteenth century. The full renovation of the building will make the ancient underground caves and indoor patios of CARO accessible to the public. CARO, which means “dear” in Italian, combines the names Catena and Rothschild in a project that is indeed dear to all involved.
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ESTELA PERINETTI
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4 EL ESTE
DE
MENDOZA
EL ESTE: EASTERN MENDOZA
ÁRBOLES AÑOSOS Y ALTOS PARRALES Gran parte de las tierras destinadas a la agricultura en las cercanías de la ciudad de Mendoza actualmente están urbanizadas. Sin embargo, cuando uno se aleja hacia el este, pequeños pueblos y aldeas prosperan en comunidades rurales llenas de vitalidad, donde pareciera que todos van al trabajo en bicicleta y disfrutan de un modo de vida similar al de sus padres y abuelos. A medida que se avanza hacia el este por la ruta 7, el paisaje se torna cada vez más rural y los árboles (eucaliptos, álamos, pimenteros, olivos y membrillos) más grandes. Como no es un lugar muy alto –los viñedos se desarrollan a una altura de entre 700 y 800 metros– el clima es más cálido y las uvas tienden a ser menos concentradas que las de los climas más fríos. En el este, algunas variedades brillan realmente con luz propia, como la uva Bonarda, cuyos cultivos ocupan el segundo lugar en Mendoza, después de los de uva Malbec; la variedad Petit Verdot, de introducción más reciente en la región, y la Tempranillo, de origen español. En la década de 1980, las investigaciones de mi padre sobre temperatura y calidad lo llevaron a plantar vides en zonas más frías, como Gualtallary, a casi 1500 metros, la región más alta en Tupungato, y en las zonas meridionales del valle de Uco. Si bien teníamos muchos vínculos personales con la región del este, ya que allí se había instalado inicialmente mi bisabuelo Nicola, desde un principio mi padre se había dado cuenta de que las cepas Chardonnay, Malbec y Cabernet Sauvignon se desarrollarían mejor en los climas más fríos del valle de Uco. Todavía poseemos una buena cantidad de tierras en el este, y año tras año experimentamos con estrés hídrico y reducción del rendimiento, para evaluar su impacto en la calidad. Uno de nuestros mejores viñedos en esta región es el de una vieja uva Bonarda, que rodea La Vendimia, la centenaria casa familiar de verano en El Mirador. En 1997, luego de un granizo temprano, cosechamos una parte de la uva Bonarda de La Vendimia con un rendimiento muy bajo. Nos sorprendió la calidad del mosto,
OLD TREES AND HIGH PERGOLAS Today, urban sprawl has taken over much of the agricultural land near Mendoza City. But farther east, small towns and villages thrive in a vibrant rural community where everyone seems to bike to work and enjoy a life similar to that lived by their parents and grandparents. As you travel east on Route 7, the scenery becomes more and more rural, and the trees –eucalyptus, poplar, pepper, olive, and quince– get bigger and bigger. Because of the lower altitude, the climate is warmer, and the grapes tend to be less concentrated than those at cooler climates; the vineyards here are between 2,400-2,700 feet in elevation. Some varietals really shine in the east, like Bonarda, Mendoza’s second most widely planted red after Malbec; Petit Verdot, a more recent import to the area; and Tempranillo, of Spanish origin. In the 1980s, my father’s research on temperature and quality led him to plant vines in cooler areas such as Gualtallary, at an altitude of almost 5,000 feet, the highest area in Tupungato, and in the southern sections of the Uco Valley. Although we had many personal ties to the east –this was where my great-grandfather Nicola first settled– my father realized early on that Chardonnay, Malbec, and Cabernet Sauvignon would perform best in the cooler climates of the Uco Valley. We still owned a fair amount of land in the east, and year after year we experimented with water stress and yield reduction to assess its impact on quality. One of our best vineyards in the east is an old Bonarda that surrounds La Vendimia, the family’s hundred-year-old summer house in El Mirador. In 1997, after a bout of early hail, we harvested a part of the La Vendimia Bonarda with very low yields. We were struck by the quality of the juice, the incredibly intense aromas and lengthy mouthfeel. Bonarda is a late ripening variety, and remarkably, even in this warm area, it doesn’t ripen until mid-April. We have also found that Petit Verdot, Syrah, and Tempranillo yield very aromatic and drinkable wines in the east. Petit Verdot
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los aromas increíblemente intensos y la prolongada sensación en boca. Esta variedad tiene una maduración tardía y es notable, incluso en esta región cálida, que no madure hasta mediados de abril. También descubrimos que en el este las cepas Petit Verdot, Syrah y Tempranillo producen vinos muy aromáticos y agradables de beber. El Petit Verdot de Bordeaux es conocido por sus taninos algo ásperos, pero en el este mendocino, si la maduración es correcta, se produce un vino realmente delicioso, con las típicas notas aromáticas de frutos rojos del Petit Verdot y una suavidad poco común en este varietal. EL PODER DESTRUCTIVO DEL GRANIZO El granizo es un fenómeno natural que afecta muchas regiones vitícolas del mundo. En Mendoza existe una posibilidad en diez al año de que un viñedo resulte afectado por el granizo. El granizo se forma cuando los cúmulos se elevan desde la tierra caliente hacia el cielo frío. Cuando la humedad choca con el aire frío, las nubes liberan bolas de hielo de diversos tamaños, capaces de dañar un viñedo, a tal punto que puede quedar irreconocible. No importa que sea verano, luego de una tormenta de granizo, las viñas se habrán quedado sin hojas ni frutos, y el suelo estará cubierto de blancas piedras de hielo, como si hubiese nevado. Ante la perspectiva de una tormenta de granizo, alguna gente piensa que “se trata de la voluntad de Dios” y simplemente reza para que no suceda. Otros compran cañones que disparan al cielo o alquilan aviones para romper las nubes grises formadoras de granizo. Mi abuelo Domingo Vicente Catena tenía cañones antigranizo instalados en todos sus viñedos y contrataba benandanti, médicos brujos, para que realizaran conjuros de buena suerte en cada viña. Mi padre, con su doctorado en Economía, trataba de persuadirlo para que dejara de invertir en métodos no comprobados por la ciencia. Pero mi abuelo no era de los que se quedan sentados a esperar la adversidad; prefería hacer algo sin probada eficacia a no hacer nada.
in Bordeaux is known for its somewhat harsh tannins, but in eastern Mendoza, if ripened correctly, it makes a really delicious wine, with the typical red fruit aromatics of Petit Verdot and a smoothness that is rare for the varietal. THE MIGHTY HAIL Hail is a natural phenomenon that affects many viticultural areas in the world, and in Mendoza, there is a one in ten chance every year that a vineyard will be affected by hail. Hail forms when cumulus clouds rise up from the warm earth into a cool sky above. When the humidity hits the cold air, it causes clouds to release ice balls of different sizes that can damage a vineyard beyond recognition. It might be summer, but in the wake of a hailstorm, the vines will be stripped of leaves and grapes and the ground will be littered with white ice rocks that look like snowfall. When faced with the prospect of hail, some people take the “It’s God’s will” approach and simply pray for it not to happen. Others purchase cannons that shoot into the sky or hire planes to break up the gray hail clouds. My grandfather Domingo Vicente Catena had antihail cannons placed throughout his vineyards and hired benandanti, witch doctors, to cast a good luck spell on each vine. My father, a Ph.D. in Economics, tried to persuade him to stop investing in methodologies that had never been proven to work. But my grandfather was not the kind to take adversity lying down; he preferred to do something useless rather than do nothing. The reason Mendoza gets more hail than other areas is that the air is so dry that a humid cloud can easily turn into hail when it hits a cold dry front. The same continental mountain climate that gives us hail, also gives us cool nights and a wide temperature
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En Mendoza graniza más que en otros lugares porque el aire es tan seco que una nube cargada de humedad puede transformarse fácilmente en granizo al encontrarse con un frente frío seco. El mismo clima montañoso continental que nos trae el granizo también nos proporciona noches frescas y una gran amplitud térmica entre el día y la noche, el secreto de los largos tiempos de colgado de los racimos y la buena maduración de las uvas. Creo que es una de las formas que tiene la naturaleza de decirnos que nada es gratis. El granizo sigue siendo un problema importante en el este de Mendoza, incluso mayor que en las regiones de Luján de Cuyo y del valle de Uco. Recuerdo que una vez, cuando era niña, estaba dentro de la casa, sentada a la mesa oyendo cómo el granizo golpeaba sobre el techo de chapa y viendo cómo iba entristeciéndose la cara de mi abuelo. Nadie decía una palabra, pero, cuando pasó la tormenta, todos salimos a contemplar la destrucción. Mi hermano Ernesto y yo seguíamos de lejos a mi padre y a mi abuelo, mientras ellos analizaban las pérdidas económicas. Aunque nos tentaba recoger los trozos de hielo para jugar con ellos, nunca lo hicimos. Nos dábamos cuenta de que el granizo no era tema de juegos. EL SISTEMA DE PARRAL-PÉRGOLA DEL ESTE No hay nada más romántico que hacer un picnic bajo un parral. Si es la hora del almuerzo, cuando uno se pone bajo un parral encuentra alivio para el sol abrasador. El este es una zona más cálida y de menor altura que Luján de Cuyo o el valle de Uco, y por eso el parral funciona tan bien allí. El parral es un tipo de pérgola, de aproximadamente 1,80 m de alto, en el que las uvas cuelgan del techo frondoso que forman las hojas. Este sistema se desarrolló primero en Europa y se sigue empleando ampliamente en regiones como el Veneto, en Italia, y las Rías Baixas, en España. El parral mantiene los racimos a una buena distancia del suelo, lo que los protege del
range between night and day, the secret to long hang-times and well ripened grapes. I believe this is nature’s way of telling us there is no such thing as a free ride. Hail remains a significant problem in eastern Mendoza, even worse than in the Luján de Cuyo and Uco Valley areas. I remember once as a child sitting inside the house around the dinner table, hearing the hail hit the metal roof and watching my grandfather’s face turn gloomy. No one would speak or say anything, but when it was over we would all walk outside to witness the destruction. My brother Ernesto and I would follow my father and grandfather from afar as they began to analyze the financial loss. Although it was tempting to pick up the ice rocks to play with, we never did. It just didn’t seem right. EL PARRAL : THE HIGH-PERGOLA TRELLIS SYSTEM OF THE EAST There is nothing more romantic than having a picnic under a parral, or pergola. If it’s lunchtime, stepping under a parral provides a much needed relief from the bright sun. The east is a warmer, lower altitude area than Luján de Cuyo or the Uco Valley, and that’s why the high trellised parral works so well here. The parral is a type of pergola, approximately six foot tall, with grapes hanging down from the leafy ceiling above. It was first developed in Europe and is still widely used in the Veneto, Italy, and Rias Baixas, Spain. A parral keeps the grapes high above the soil, which protects them from the sun, vineyard pests, soil humidity, and frost. The parral was introduced to Argentina by Italian immigrants and is often called the Venetian parral, or parral Pini, after winemaker Egisto Pini, who brought the vine training system to Mendoza in the early twentieth century. Although considered a
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sol, las plagas, la humedad del suelo y la helada. Los inmigrantes italianos lo introdujeron en la Argentina y a menudo se lo denomina parral veneciano o parral Pini, en honor a Egisto Pini, el bodeguero que trajo este sistema de conducción a Mendoza a comienzos del siglo XX. Aunque se lo considera un sistema de alto rendimiento, manejado adecuadamente, un parral de cierta edad puede producir uvas de calidad extraordinaria. Buenos ejemplos de viñedos de parral de alta calidad son los viejos parrales de Bonarda en el este y el parral de Syrah de la familia Laborde, en el valle de Uco. JOSÉ ALBERTO ZUCCARDI A lo largo de la ruta 7, camino al este mendocino, se encuentran señales que guían hasta la bodega Familia Zuccardi, fundada en 1963 por el padre de José Alberto Zuccardi. Vehemente y apasionado, José Alberto hace tiempo que promueve el este como uno de los mejores sitios para producir vino en Mendoza. La bodega de la familia Zuccardi fue una de las primeras en invertir importantes recursos en la exportación del vino argentino. En los comienzos, José Alberto Zuccardi viajaba por todo el mundo varias veces al año para vender sus vinos. Recuerdo estar en el aeropuerto de Bordeaux esperando subir a un avión a las 6.30 de la mañana y tratando de dormitar un poco luego de una semana de reuniones y cenas tardías durante la famosa exposición de vinos de Vinexpo. Al otro lado del pasillo estaba sentado José Alberto con su computadora, su teléfono y papeles esparcidos sobre cuatro asientos. Habló, escribió e hizo negocios hasta el último aviso antes de abordar el avión. Lo más atractivo en la bodega Zuccardi son los fabulosos almuerzos preparados en el momento con ingredientes cultivados en la finca, y el viñedo experimental, donde se han plantado más de treinta y cinco variedades, incluidas algunas poco conocidas, como Caladoc, Bourboulenc, Ancellota y Ekigaina, con el fin de estudiar su adaptación a las condiciones
high-yield training system, if managed well, a parral of a certain age can yield extraordinary quality. Good examples of high quality parral vineyards are the old Bonarda parrales in the East and Laborde’s old Syrah parral in the Uco Valley. JOSÉ ALBERTO ZUCCARDI Along Route 7 that leads to Eastern Mendoza, you will see signs pointing to the Familia Zuccardi winery. The winery was founded in 1963 by José Alberto Zuccardi’s father. Fiery and passionate, José Alberto Zuccardi has long championed El Este as one of the best places to make wine in Mendoza. The Zuccardi family winery was one of the first wineries to dedicate great resources to exporting Argentine wine. In the early days, José Alberto Zuccardi traveled the globe several times a year selling his wines. I remember sitting in the Bordeaux airport waiting to board a plane at 6:30 a.m., trying to doze off after a week of meetings and late night dinners at the wine show. Across the aisle sat José Alberto with his computer, phone, and papers sprawled over four seats. He talked, typed and conducted business until the final boarding call. What is most interesting at Zuccardi are the fabulous lunches freshly prepared with ingredients grown on the premises, and the experimental vineyard, where the winemakers have planted more than thirty-five varieties, including obscure ones like Caladoc, Bourboulenc, Ancellota, and Ekigaina, to study their adaptation to the conditions in Mendoza. Zuccardi makes wines at many price levels. His Q Tempranillo is a classic, a wine where rich fruit is laced with omnipresent oak and has a smoothness and richness in the palate that is truly memorable.
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imperantes en la provincia. Zuccardi produce vinos de una amplia gama de precios. Su Q Tempranillo es un clásico, un vino en el que el sabor de la fruta se enlaza con un roble omnipresente, por lo que la suavidad y riqueza en el paladar resultan verdaderamente memorables. BONARDA, EL SEGUNDO VARIETAL TINTO ARGENTINO
Hasta el año 2008, si se le preguntaba a un bodeguero o bodeguera de la Argentina sobre el origen de la uva Bonarda, respondían que nadie conocía su equivalente fuera del país. Podía tratarse de la misma cepa que la Bonarda del Piemonte, en Italia, o que la Corbeau, también llamada Charbonneau en Francia, o Charbono en los Estados Unidos. La cuestión finalmente se resolvió en 2008, cuando un grupo de investigadores franceses y argentinos publicaron un trabajo en el American Journal of Viticulture: la uva Bonarda no es otra que la rara Corbeau o Charbonneau de Savoie, un département francés contiguo a los Alpes italianos. También se había especulado con que la Charbonneau y la Bonarda argentina fuesen la misma uva que la Dolcetto italiana, pero análisis genéticos demostraron que no era así. ¿Por qué tanta confusión? Tanto la Dolcetto como la Charbonneau tienen racimos grandes y, además, en sus respectivos países se las denomina dolce nero o douce noir (dulce negro). Aun cuando ambas variedades comparten el carácter frutal y la intensidad del aroma, la uva Bonarda argentina produce un vino mucho más denso, de maduración más tardía, mientras que la Dolcetto madura más tempranamente y su sabor es más ligero. En la Argentina hay más de 25.000 hectáreas de Malbec y cerca de 20.000 hectáreas de Bonarda, lo que la convierte en la segunda variedad tinta más cultivada en el país. Sin embargo, es más difícil hallar Bonarda de alta calidad que Malbec.
BONARDA: ARGENTINA’S SECOND MOST WIDELY PLANTED RED VARIETAL Up until 2008, if you asked any Argentine winemaker about the origins of Bonarda, he or she would answer that nobody knows the outside-Argentina equivalent of this grape –it’s either the same as Bonarda from the Piemonte in Italy, or it is Corbeau (also called Charbonneau in France, or Charbono in the United States). The question was finally answered in 2008 by a group of French and Argentine researchers, who published a paper in the American Journal of Viticulture: Bonarda is none other than the rare Corbeau or Charbonneau of Savoie, a French département adjacent to the Italian Alps. There has also been speculation that Charbonneau and Argentine Bonarda are the same as Italian Dolcetto, but genetic analysis has shown this to be untrue. The reason for much of the confusion? Both Dolcetto and Charbonneau have large clusters and are called dolce nero or douce noir –“sweet black”– in their respective countries. But the Argentine Bonarda makes a more dense wine that ripens late in the season, as opposed to the earlier-ripening, lighter-tasting Dolcetto. Both varietals share a fruitiness and intensity of the nose. There are more than 62,5000 acres (25,000 hectares) of Malbec in Argentina and about 50,000 acres (20,000 hectares) of Bonarda, making it Argentina’s second most widely planted red. Yet it is harder to find good-quality Bonarda than Malbec. The best sources are old vineyards in the east in places such as Rivadavia, where yields are kept low and water is restricted. For a large part of its history in Argentina, Bonarda was used as a blending grape or even drained of its color to make pink wines like white Zinfandel. Today, several producers, such as Tikal, Altos las Hormigas, Mayol, Nieto Senetiner,
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Las mejores uvas Bonarda se encuentran en los viejos viñedos del este, ubicados en lugares como Rivadavia, donde el rendimiento se mantiene bajo y el agua restringida. Durante gran parte de su historia en la Argentina, la Bonarda se empleó como uva de corte e incluso se le eliminó parcialmente el color para elaborar vinos rosados, como se hacía con el white Zinfandel en California. Hoy en día, varios productores, como Tikal, Altos Las Hormigas, Mayol, Nieto Senetiner, Zuccardi y La Posta elaboran excelentes vinos con Bonarda. Un gran Bonarda tiene aromas muy frutados, casi como el Pinot Noir, y una textura sedosa más ligera que la del Malbec. Aún no hay una opinión definitiva acerca de si es posible elaborar un Bonarda digno de ser añejado.
Zuccardi and La Posta, are making serious wines with Bonarda. A good Bonarda has very fruity aromatics –almost like Pinot Noir– and a silky texture that is lighter than Malbec’s. The jury is still out as to whether an age-worthy Bonarda can be made.
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5 MAIPÚ Y LUJÁN DE CUYO NORTE MAIPÚ AND NORTHERN LUJÁN DE CUYO
LA PRIMERA ZONA La Primera Zona se extiende desde el oeste del departamento de Maipú hasta el sur del departamento de Luján de Cuyo. Es la región donde los inmigrantes europeos establecieron originalmente sus bodegas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Algunos de los nombres más antiguos en la industria del vino argentino tienen sus bodegas aquí: La Rural (familia Rutini); Luigi Bosca (familia Arizu); Lagarde (propiedad de la familia Pescarmona); Nieto Senetiner (propiedad de una de las familias más ricas de la Argentina, los Pérez Companc); Benegas; Trapiche; Pascual Toso; Bodegas López y Bodega Vistalba, un establecimiento relativamente nuevo, cuyo propietario es el conocido Carlos Pulenta, miembro de una influyente familia de bodegueros del mismo apellido. También existen en esta región varias bodegas en manos de propietarios extranjeros, como Fabre Montmayou (Hervé Joyaux Fabre fue el primer integrante de la reciente ola de inversores franceses); Altos Las Hormigas, propiedad de tres famosos bodegueros italianos; Alta Vista, una antigua bodega magníficamente restaurada, perteneciente a la familia francesa D’Aulans; Trivento, propiedad de la bodega chilena Concha y Toro, y Enrique Foster, cuyo fundador y dueño es el bodeguero norteamericano de origen español Enrique Foster. Actualmente, varias de las bodegas de la Primera Zona se abastecen de uvas tanto en la región como en el valle de Uco. Como en la provincia no existe un sistema de denominación firmemente establecido, cualquier bodega puede elaborar vino a partir de uvas provenientes de varios distritos. El único requisito impuesto por el gobierno es que el 100% de las uvas provengan del distrito o la región mencionados en la etiqueta. Lo que es, y seguirá siendo, de vital importancia es la calidad y el terroir de los viñedos que una bodega posea o con los que tenga un contrato a largo plazo.
LA PRIMERA ZONA The region of Primera Zona, which means First Zone, stretches all the way down from western Maipú to southern Luján de Cuyo. It is the area where European immigrants first established their wineries in the late nineteenth and early twentieth centuries. Some of the oldest names in Argentine wine have their wineries here: La Rural (Rutini family); Luigi Bosca (Arizu family); Lagarde (owned by the Pescarmona family); Nieto Senetiner (owned by one of the richest families in Argentina: Pérez Companc); Benegas; Trapiche; Pascual Toso; Bodegas López; and Bodega Vistalba, a relatively new facility owned by the well-known Carlos Pulenta of the very influential Pulenta wine family. The area also has several foreign-owned wineries, including Fabre Montmayou (Hervé Joyaux Fabre being the first to come in the recent wave of French investors); Altos Las Hormigas, owned by three celebrated Italian winemakers; Alta Vista, an old, beautifully refurbished winery owned by the French D’Aulans family; Trivento, owned by Chile’s Concha y Toro; and Enrique Foster, owned and founded by the Spanish-American winemaker Enrique Foster. Today, several of the wineries in the Primera Zona source their grapes both locally and in the Uco Valley. Because there is no well established system of appellations in Mendoza, any winery can make a wine from grapes sourced in the various districts. The only government requirement is that 100 percent of the grapes come from the district or region stated on the label. What is and will continue to be of utmost importance is the quality and terroir of the vineyards that a winery owns or has a long-term contract with. Maipú is closest to Mendoza City, and because of that it is losing much of its vineyard land to urbanization. Fortunately, most of the construction involves low-rise Mission style and brick houses lined by abundant old trees, so the area still has a countryside feel.
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Maipú está muy cerca de la ciudad de Mendoza y esto ha hecho que gran parte de sus viñedos se estén convirtiendo en urbanizaciones. Afortunadamente, la mayoría de las edificaciones son de baja altura, de estilo colonial o de ladrillo a la vista, y están rodeadas de añosas arboledas, con lo cual se sigue preservando el espíritu rural de la zona. Mayor Drummond y Chacras de Coria están situados a unos veinte minutos al sur del centro de la ciudad de Mendoza. Estos barrios suburbanos se desarrollaron a comienzos del siglo XX como zona de casas de veraneo de las familias pudientes. En Chacras de Coria abundan las encantadoras y antiguas casonas, los árboles gigantescos, los jardines llenos de flores y los restaurantes informales; también hay una plaza central colonial muy bonita. La mayoría de los bed-and-breakfast de Mendoza están ubicados en Chacras, y las tiendas y restaurantes se encuentran a una distancia conveniente para recorrer a pie. Vistalba está inmediatamente al sur de Chacras y es un poco más rural. EL MUSEO DEL VINO DE BODEGA LA RURAL Para tener una idea de cómo era Maipú en el siglo XIX basta visitar la bodega y museo del vino de Bodega La Rural, donde se exhibe una ecléctica colección de artefactos vitivinícolas de esa época. Durante cuatro décadas, Rodolfo Reina Rutini coleccionó las máquinas y utensilios que posee el museo. Es un sitio ideal para adquirir una visión completa de los 150 años de historia de la industria vinícola. Allí se pueden apreciar los carros que transportaban los toneles llenos de vino hasta Buenos Aire,s antes de la construcción del ferrocarril, o las viejas prensas de madera que se utilizaban para elaborar vino en las primeras décadas del siglo XX. La colección, formada por unos 4500 elementos relacionados con la vitivinicultura, ocupa en un antiguo establo colonial. Esta es la bodega más visitada del país, donde muchos argentinos
Mayor Drummond and Chacras de Coria are located about twenty minutes south of downtown Mendoza City. These suburbs were developed in the early twentieth century as an area of summer homes for the aristocracy. Chacras de Coria is filled with charming old houses, gigantic trees, flower filled gardens, casual restaurants, and it has a beautiful colonial central square. Most of Mendoza’s bed-and-breakfasts are located in Chacras, with shops and restaurants within walking distance. Vistalba is immediately south of Chacras and it is a bit more rural. LA RURAL WINE MUSEUM For a taste of what Maipú was like in the nineteenth century, visit the winery and wine museum at La Rural Winery, an eclectic collection of artifacts from that period. Rodolfo Reina Rutini spent four decades collecting the wine artifacts displayed in this museum. It’s a great place to get a full view of 150 years of winemaking history in Mendoza. You can see the carriages that transported wine-filled casks to Buenos Aires before the railroad was built, as well as the old wooden presses used to make wine in the 1900s. The collection of some 4,500 winemaking artifacts is displayed in an old colonial barn. This is the most visited winery in the country, so you are likely to find many Argentines starting their wine tour at La Rural. The winery has a newer state-of-the-art facility located in Tupungato, in the Uco Valley, called Rutini for the founding family.
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comienzan su camino del vinol. La bodega cuenta con otras instalaciones más modernas y de última tecnología en Tupungato, en el valle de Uco, que llevan por nombre Rutini, en honor de la familia fundadora. ALBERTO ANTONINI Alberto es uno de los consultores más solicitados del mundo del vino, con proyectos en Sudáfrica, España, Rumania, Armenia, California, Italia y, desde mediados de la década de 1990, por supuesto, Mendoza. Comenzó su carrera trabajando en la finca familiar de Poggiotondo, en la Toscana. Luego se hizo famoso como el enólogo responsable de Antinori, en Italia. Hoy, es uno de los socios de Altos Las Hormigas, en Luján de Cuyo, y asesora como consultor a diez establecimientos en Mendoza, entre ellos, Renacer, Melipal y Nieto Senetiner. Visitó por primera vez Mendoza en 1995, con un grupo de amigos, y de inmediato fue seducido por el lugar. “Encontramos aquí algo especial”, dice. Y agrega: “El clima seco, los suelos aluviales sueltos y bien drenados, el agua fresca de los Andes y, por último, pero no por eso menos importante, ¡una gran cantidad de antiguas viñas Malbec con sistemas de conducción de alta densidad!”. Alberto vio el potencial de la región aun cuando, en esa época, el Malbec no había alcanzado su calidad actual. La vitivinicultura argentina ha progresado enormemente desde entonces. “El alma de Mendoza es el vino”, dice Alberto. “No es meramente un negocio, va más allá de eso. Nos sentíamos como si estuviéramos en una de las antiguas y tradicionales regiones vitivinícolas de Europa”. Para Alberto, debemos fomentar y preservar la cultura del vino de Mendoza, y por eso afirma: “Es esencial elaborar vinos que hablen de la tierra, que tengan un sentido del lugar y que estén más vinculados a la gente y a sus historias”.
ALBERTO ANTONINI Alberto is one of the wine world’s most sought after consultants, with projects in South Africa, Spain, Romania, Armenia, California, Italy, and Mendoza, of course, since the mid-1990’s. Alberto started his wine career working at his family’s estate in Tuscany, Poggiotondo. Then he made his name as head winemaker for Antinori in Italy. Today, he is a partner at Altos Las Hormigas in Luján de Cuyo and a consulting winemaker for ten Mendoza properties, among them Renacer, Melipal, and Nieto Senetiner. Alberto first visited Mendoza with friends in 1995, and he was immediately drawn to the place. “We found something special here,” he says, “the dry climate, the soft, well-drained alluvial soils, the fresh water from the Andes, and last but not least, still a lot of high-density old-vine Malbec!” Alberto saw the region’s potential even though Malbec wasn’t as drinkable then as it is today. Argentine winemaking has improved tremendously since that time. “Mendoza’s soul is wine,” he says, “it’s not just a business; it goes beyond that. We felt like we were in one of the old established European wine regions.” For Alberto, it is the wine culture of Mendoza that should be cherished and preserved. He says: “It’s essential to make wines that talk of the land, that have a sense of place and are more related to the people and their stories.”
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CUANDO EL HIJO ES TAN BUENO COMO EL PADRE Roberto de la Mota posee un conocimiento enciclopédico de la historia de la viticultura, del Malbec y, básicamente, de todo lo relacionado con el vino argentino. Su padre, Raúl de la Mota, fue el famoso enólogo detrás del Weinert Estrella, un corte de Cabernet Sauvignon y Malbec, uno de los primeros vinos argentinos en atraer la atención de Robert Parker Jr., de la revista estadounidense The Wine Advocate. Roberto creció en Godoy Cruz, en la antigua bodega Arizu, donde su padre se desempeñaba como enólogo. Émile Peynaud, el famoso enólogo que revolucionó el vino francés después de la Segunda Guerra Mundial, era muy amigo de su padre. Cuando Roberto era adolescente, Peynaud le recomendó estudiar viticultura y no enología, porque, sin una comprensión de los viñedos, jamás llegaría a elaborar un gran vino. Así fue como estudió agronomía en Mendoza y luego cursó una maestría en viticultura en la Universidad de Montpellier. Comenzó su carrera en Weinert y luego se transformó en jefe enólogo de Terrazas, el establecimiento de Chandon, donde fue el primer enólogo del Cheval des Andes Cabernet Sauvignon-Malbec, un vino producido en asociación con Château Cheval Blanc de Bordeaux. En la actualidad, es copropietario, con Anabelle Sielecki, de la bodega Mendel en Luján de Cuyo, y se desempeña como consultor de otras tantas, incluida NQN en Neuquén. A pesar del terrible accidente que lo dejó en silla de ruedas, sigue conduciendo él mismo por los caminos de Mendoza y está elaborando algunos de los vinos más interesantes de la Argentina.
ROBERTO DE LA MOTA: WHEN THE SON IS AS GOOD AS THE FATHER Roberto de la Mota has an encyclopedic knowledge of viticultural history, Malbec, and basically anything to do with Argentine wine. His father, Raúl de la Mota, was the famous winemaker behind the Weinert Estrella, a Cabernet SauvignonMalbec blend that was one of the first wines from Argentina to get the attention of Robert Parker, Jr., of The Wine Advocate journal. Roberto grew up in Godoy Cruz at the old Arizu winery, where his father was winemaker. Émile Peynaud, the famous winemaker who revolutionized French wine after World War II, was a close friend of Roberto’s father. When Roberto was a teenager, Peynaud told him that he should study viticulture and not enology, because without understanding the vineyard he would never make a great wine. And so it is that Roberto studied agronomy first in Mendoza and then headed for a master’s degree in viticulture and winemaking at the Université de Montpellier. He started his career at Weinert and then became head winemaker at Terrazas, the Chandon property, where he was the first winemaker for the Cheval des Andes Cabernet Sauvignon–Malbec, a wine made in association with Château Cheval Blanc in Bordeaux. Today, Roberto is co-owner of Mendel Winery in Luján de Cuyo with Anabelle Sielecki and consults for several wineries, including NQN in Neuquén. Despite a terrible accident that left him wheel-chair-bound, Roberto continues to drive all over Mendoza, and is making some of Argentina’s most profound wines.
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6 LUJÁN DE CUYO: PERDRIEL LUJÁN DE CUYO: PERDRIEL
PERDRIEL, EL “QUIÉN ES QUIÉN” DE LA ENOLOGÍA Perdriel marca el comienzo del camino del vino en Mendoza, recorrido que se inicia después del cruce de la ruta 40 por sobre el río Mendoza. Esta región incluye, de norte a sur, los distritos de Perdriel, Agrelo y Ugarteche, todos ellos pertenecientes a Luján de Cuyo. La ruta 40 es la carretera que recorre la Argentina de norte a sur, desde la ciudad de La Quiaca, en Jujuy, hasta el estrecho de Magallanes, en el extremo más austral de la Patagonia. Si en algún momento se sienten con ánimo de aventura, consideren recorrerla por entero en auto, para ver la Argentina de una punta a la otra. Es un trayecto emocionante, que le da al viajero una idea real de la magnitud de los vastos espacios despoblados del país y de su increíble diversidad de climas y paisajes. En Luján de Cuyo, a lo largo de la ruta 40 se pasa por el “quién es quién” de la enología. Una posibilidad es registrarse en el Cavas Wine Lodge, dejar el auto y pasear por la zona en bicicleta, para poder beber sin remordimientos y compensar los abundantes almuerzos que ofrecen las bodegas. Incluso en un día caluroso de verano, la refrescante sombra de los enormes álamos que bordean las calles de tierra hará que no sientan calor durante el paseo. Como no hay aceras, se encontrarán compartiendo la calle con niños que van a pie a la escuela, máquinas cosechadoras, autobuses, gatos y perros vagabundos, y familias que van a trabajar a pie o en bicicleta. Bodegas maravillosamente restauradas comparten el paisaje con viejas casas de adobe, de muros resquebrajados, lindos jardines con flores silvestres y ropa colgada al sol. La región tiene varios establecimientos importantes, algunos nuevos y otros antiguos. La bodega más antigua, Norton, es única por el hecho de que sus viñedos la rodean por completo. Terrazas es el establecimiento productor de vino de la mundialmente conocida Moët et Chandon, que cuenta con instalaciones en Francia y California. Esta
PERDRIEL: A WHO’S WHO OF WINEMAKING Perdriel marks the beginning of the winery corridor of Mendoza, which starts after Route 40 crosses the Mendoza River. This region includes, from north to south, the districts of Perdriel, Agrelo, and Ugarteche, all located within Luján de Cuyo. Route 40 is the main highway that cuts through Argentina, from the northern city of La Quiaca in Jujuy to the Straits of Magellan in the southern tip of Patagonia. If you are ever in the mood for an adventure, consider driving the entire Route 40 to see Argentina from top to bottom. It is a thrilling journey that gives the traveler a true sense of the magnitude of the country’s wide open lands and its incredible diversity in climate and geography. In Luján de Cuyo, Route 40 is lined with a “who’s who” of winemaking. You may want to check into the Cavas Wine Lodge, leave your car behind, and mosey around on a bicycle so that you can drink with ease and work off the winery lunches. Even on a warm summer day, you will be cool while riding under the gigantic poplar trees that line each dirt road. There are no sidewalks, so you may find yourself sharing the street with children walking to school, harvest trucks, buses, stray cats and dogs, and families walking or biking to work. Beautifully restored wineries share the landscape with old adobe houses with cracked walls, pretty wildflower gardens, and clothes hanging on an outdoor line. The area has several important wineries, some new, some old. The oldest, Norton, is unique in that its vineyards completely surround the winery. Terrazas is the wine producing site of the world renowned Moët et Chandon, which has facilities in France and California. Terrazas has a joint venture with Bordeaux’s Cheval Blanc winemaker, Pierre Lurton, named Cheval des Andes and brilliantly managed out of Argentina by the polo-playing French winemaker Nicolas Audebert. Cobos is Paul Hobbs’s
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bodega tiene un prestigioso emprendimiento en asociación con Pierre Lurton, enólogo de Cheval Blanc en Bordeaux, llamado Cheval des Andes, que maneja de manera brillante en la Argentina el jugador de polo y enólogo francés Nicolas Audebert. Cobos es la bodega que Paul Hobbs posee en sociedad con los argentinos Luis Barraud y Andrea Marchiori. Bodegas Renacer, que cuenta como consultor al renombrado enólogo toscano Alberto Antonini, elabora fabulosos vinos Malbec con la etiqueta Punto Final. Achával-Ferrer es una sociedad de diez años de vida, formada por Santiago Achával y el destacado consultor toscano Roberto Cipresso. Con su venta de vinos de alto precio, que han merecido reseñas muy favorables en la prensa, este establecimiento ha logrado revolucionar la región. En la zona también se encuentran Melipal y Ruca Malén, donde Lucas Bustos, el chef que forjó su reputación cocinando para bodegas de Luján de Cuyo, prepara deliciosos platos que obtuvo, como él mismo dice, “de las viejitas del campo”, localmente famosas por sus habilidades culinarias. PAUL HOBBS,
BODEGUERO IMPARABLE
Conocí a Paul Hobbs en 1989, cuando él recién comenzaba a trabajar como consultor para mi padre en la Argentina. Tenía un encumbrado pedigree como enólogo, derivado de su labor en Opus One, Mouton Rothschild y Simi, tras obtener un posgrado en viticultura de la Universidad de California en Davis. Paul es buen mozo y tiene una personalidad cálida y cordial, pero todo esto puede ser engañoso. Es una de las personas más perfeccionistas que he conocido en mi vida. Cuando llegó a nuestro establecimiento, Bodegas Esmeralda, en todas las paredes puso carteles con la leyenda: “Preste atención a los detalles”. Paul trabajó con mi padre entre 1989 y 1997 y, hasta el día de hoy, ambos, junto con nuestro enólogo principal durante
winery with his Argentine partners Luis Barraud and Andrea Marchiori. Bodegas Renacer, where famed Tuscan winemaker Alberto Antonini is consultant, is making fabulous Malbecs under the Punto Final label. Achával-Ferrer is a decade-old partnership between Santiago Achával and the renowned Tuscan wine consultant Roberto Cipresso. Achával-Ferrer has shaken up the area by releasing high-priced single-vineyard wines that have garnered rave reviews from the press. Other wineries in the area include Melipal and Ruca Malén, where Lucas Bustos, the chef who made his name cooking for wineries in Luján de Cuyo, prepares delicious meals drawn from recipes that he spent years obtaining, in his own words, from “little old country ladies” who were locally famous for their cooking. PAUL HOBBS: UNSTOPPABLE WINEMAKER I first met Paul Hobbs in 1989 when he had just started consulting for my father in Argentina. He had a lofty pedigree in winemaking, coming off stints at Opus One, Mouton Rothschild, and Simi after graduating with a master’s degree in viticulture from UC Davis. Paul’s good looks and warm, easy-going personality can be deceiving. He is one of the most intense perfectionists I have ever met. When Paul arrived at our winery, Bodegas Esmeralda, he put signs on every wall that said: “Pay Attention to the Details.” Paul worked with my father from 1990 to 1997 and to this day, Paul, my father, and our winemaker of twenty-five years, José Galante, share a special mutual admiration and friendship. Paul consults for over a dozen wineries in Argentina, including Gascón, Rutini, Toso and Finca Decero, and has devoted himself to promoting and improving the quality of Argentine wine. Paul’s winery, Cobos, which he owns in partnership with
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veinticinco años, José Galante, comparten una admiración mutua y una amistad especial. Paul se desempeña como consultor de más de una docena de bodegas en la Argentina, entre las que se encuentran Escorihuela Gascón, Rutini, Toso y Finca Decero, y se ha dedicado a promover y a mejorar la calidad de los vinos argentinos. Su bodega, Cobos, en sociedad con Luis Barraud y Andrea Marchiori, se ha ganado su lugar como una de las productoras más importantes de Malbec. Y en Sebastopol, California, la bodega con su apellido como marca elabora algunos de los vinos más buscados del país. Paul me describió cómo se sintió cuando vio Mendoza por primera vez: “Era 1989. No tenía grandes expectativas. Los vinos que había probado estaban oxidados, pero luego, cuando ingresé al país desde Chile, conduciendo a través de los Andes, observé las vides con racimos pequeños, que me recordaron a Francia, y supe que sería posible obtener grandes vinos aquí. Fue emocionante conocer a Nicolás Catena, quien quería cambiar por completo la manera en que se hacían los vinos del país. Él quería producir los mejores vinos del mundo y no había nada que pudiera detenerlo. Hoy puedo afirmar con seguridad que la Argentina está elaborando algunos de los mejores y más grandiosos vinos del planeta”. MICHAEL HALSTRICK,
UN AVENTURERO CONVERTIDO EN EMBAJADOR DEL VINO ARGENTINO
Nosotros lo llamamos Miguel o El Alemán, aun cuando su nombre sea Michael y haya nacido en Austria. Pero la verdad es que, luego de haber vivido en Mendoza más de veinte años, Miguel es tan local como cualquiera de nosotros. Pertenece a la familia dueña del emporio Swarovski y es el cerebro detrás de Norton, la bodega familiar que resucitó y convirtió en una de las principales exportadoras de la Argentina. Miguel siente un amor genuino por su nueva tierra.
Luis Barraud and Andrea Marchiori, has established itself as one of the leading Malbec producers. And in California, Hobbs’s namesake winery in Sebastopol is making some of the country’s most sought-after wines. Paul described to me how he felt when he saw Mendoza for the first time: “It was 1989. I did not have high expectations. The wines I had tasted were oxidized, but then when I entered the country from Chile, driving across the Andes, I saw the small vines with small clusters that reminded me of France, and I knew that great wines could be possible. It was exciting when I met Nicolás Catena, who wanted to change everything about how wines were being made there. He wanted to make the best wines in the world and would stop at nothing. Today, I can confidently say that Argentina is making some of the best and most profound wines on the planet.” MICHAEL HALSTRICK: ADVENTURER TURNED ARGENTINE WINE AMBASSADOR We call him Miguel or El Alemán (the German) even if his name is Michael and he was born in Austria; but the truth is that after living in Mendoza for over two decades, Miguel is just a local like the rest of us. Miguel belongs to the family that owns the Swarovski empire, and he is the brainpower behind Norton, the family winery that he has resuscitated and turned into one of Argentina’s leading exporters. He has a genuine love for his newfound land. “When I was seventeen,” he told me, “my father, Gernot Langes, said to me: You can either go to college or learn what a dollar is worth.” Miguel picked the latter and proceeded to work as a deposit stock boy and door-to-door salesperson in Venezuela, as a mechanic in Buenos Aires, and as a gaucho in Chaco and Salta, where he decided that he didn’t like riding
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Me contó lo siguiente: “Cuando tenía diecisiete años, mi padre, Gernot Langes, me dijo: ‘Puedes ir a la universidad o aprender lo que vale un dólar’”. Miguel optó por lo último y se puso a trabajar como ayudante de inventario en un depósito y vendedor ambulante en Venezuela, como mecánico en Buenos Aires y como peón de campo en el Chaco y Salta, donde descubrió que no le gustaba montar a caballo ni levantarse a las tres de la mañana, pero que tenía talento para las ventas. Años más tarde, tras haber terminado la universidad y obtenido una licenciatura en negocios en los Estados Unidos, trabajaba en un banco austríaco cuando su padre le ofreció hacerse cargo de la Bodega Norton, el establecimiento que la familia había adquirido en 1989. Norton, una de las bodegas más antiguas de la Argentina, fue fundada por Edward Norton, quien llegó al país desde Inglaterra para construir los ferrocarriles en la década de 1860. Miguel ha realizado importantes mejoras en cuanto a la calidad en sus viñedos y en el establecimiento vinícola de Perdriel, y ha creado un clásico argentino que se vende en todo el mundo. Cuando le pregunté qué pensaba de la Argentina, respondió: “Fue y es la última joya en el mundo del vino”. Al preguntarle cómo lograba sobrevivir en un país tan inestable política y económicamente, me contestó: “Lo que a uno no lo mata, lo hace más fuerte”. “Para ser exitoso en la Argentina, es necesario tener una mente muy abierta. Es preciso saber perder a veces y, al perder, darse cuenta de cómo ganar la próxima vez. Lo que más amo de la Argentina es su gente. Los argentinos son personas realmente buenas, leales y se sienten especialmente orgullosas del trabajo que hacen. En cada crisis hay una oportunidad y uno debe saber cómo sacar ventaja de ella. Necesitamos concentrarnos en vinos de calidad”.
horses or getting up at three in the morning, but that he did have a talent for sales. Years later, after finishing college and obtaining a business degree in the United States, he was working at a bank in Austria when his father offered him the job of running Bodega Norton, the winery that his family had acquired in 1989. Norton is one of Argentina’s oldest wineries, founded by Edward Norton, who came to Argentina from England to build the railroads in the 1860s. Miguel has made a great deal of quality improvements to his Perdriel vineyards and winemaking facilities and has created an Argentine classic that is sold all over the world. When I asked him what he thinks about Argentina, he answered: “It was and is the last jewel to be found in the world of wine.” When I asked him how he has managed to survive in a country that is so unstable politically and economically, “What doesn’t kill you makes you stronger,” he said. “To be successful in Argentina you need to have a very open mind. You need to know how to lose sometimes, and by losing you figure out how to win. What I love the most about Argentina is the people. Argentines are really good people, they are loyal, and they have a very special pride in the work they do. In every crisis there is an opportunity, and one needs to know how to take advantage of it. We need to focus on quality wines.” ACHÁVAL-FERRER’S BELLA VISTA VINEYARD Santiago Achával is a relative newcomer to the world of wine, but he is as astute as a fox and has been able to catch up through sheer intelligence and determination. His business savvy comes from a life in real estate in the neighboring Córdoba province, and two years spent at Stanford Business School. But his love for wine, in his own words, is an acquired “bug: contagious, incurable, and terribly damaging to the checking account!”
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BELLA VISTA, EL VIÑEDO DE ACHÁVAL-FERRER Santiago Achával es un relativamente recién llegado al mundo del vino, pero es astuto como un zorro y ha logrado ponerse a la par de los demás, gracias a su brillante inteligencia y determinación. Su conocimiento empresarial proviene de una vida dedicada a los negocios inmobiliarios en la vecina provincia de Córdoba y de los años de estudios en la Stanford Business School. Pero su amor por el vino, en sus propias palabras, es adquirido: “¡Una enfermedad contagiosa, incurable y terriblemente dañina para la cuenta bancaria!”. Achával tuvo la visión de asociarse con Roberto Cipresso, otro individuo igualmente apasionado, que conoce hasta el último detalle de la viticultura, ya que trabajó durante años como enólogo en toda Italia. La especial belleza del viñedo Bella Vista, ubicado en el distrito de Perdriel, Luján de Cuyo, está en sus viejas vides, la plantación de alta densidad (unas 6.000 plantas por hectárea), los olivos entremezclados en las viñas y la vista espectacular del valle desde la orilla del río Mendoza (de ahí su nombre). Santiago Achával se ha dedicado a promover los terroirs característicos del Malbec argentino.
Achával was smart to partner up with Roberto Cipresso, an equally passionate individual who understands viticulture to the finest detail from years working as a winemaker all over Italy. What makes the Bella Vista vineyard in the Perdriel district of Luján de Cuyo particularly beautiful are its old vines, its high-density planting of 2,636 plants per acre, the olive trees interspersed among the vines, and the spectacular views of the valley from the edge of the Mendoza River: hence the name Bella Vista, which means Beautiful View. Santiago Achával has done much to promote the distinctive terroirs of Argentine Malbec.
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7 LUJÁN DE CUYO: AGRELO Y UGARTECHE LUJÁN DE CUYO: AGRELO AND UGARTECHE
EL VALLE DE NAPA ARGENTINO En Perdriel (véase el capítulo 6), Agrelo y Ugarteche están ubicadas muchas de las bodegas más conocidas, que se dedican mayormente a la exportación. Tres caminos de tierra, la ruta 15, la calle Cochabamba y la calle Cobos, van hacia el sur, paralelos a la ruta 40, desde Perdriel hasta Agrelo y Ugarteche. Todas las bodegas de la región se ubican a lo largo de estos poceados caminos, donde perros y gatos andan sueltos y libres y donde se puede ver más de un caballo atado a un árbol, esperando a su dueño. Gente de todas las edades anda en bicicleta sin usar casco, así que hay que conducir con precaución. Agrelo y Ugarteche poseen un sencillo encanto rural: la población está dispersa y cada tanto se ven casas de ladrillo o de adobe pintadas de blanco. Aquí no hay shopping centers, pero se encuentran algunos de los representantes más notables del mundo del vino en la Argentina. El establecimiento de nuestra familia, la Bodega Catena Zapata, está ubicado en la calle Cobos, en Agrelo. El viejo lote de Cabernet Sauvignon de nuestro viñedo La Pirámide, plantado en 1982 con una selección especial de vides argentinas, tiene un aroma propio, a chocolate y frutas negras, que puedo reconocer en cualquier cata a ciegas. Los suelos arcillosos hacen que cultivar aquí constituya un desafío, porque, cuando llueve, el drenaje no es óptimo. Pero los vinos de Agrelo y Ugarteche tienen una firmeza y una estructura de taninos que los distinguen de los provenientes de cualquier otro valle mendocino. El clima es ligeramente más cálido que en el valle de Uco y los aromas son menos llamativos, sin embargo, los vinos que se producen aquí son increíblemente espesos en el paso en boca y disponen de una elegancia notoria. Ambas características seguramente están vinculadas a la arcilla de los suelos. Si bien la mayoría de las bodegas de esta zona fueron construidas en la última década, han logrado hacerse un nombre concentrándose en el segmento de precios más alto. Dominio del Plata, que nació de una asociación entre Susana Balbo y
THE NAPA OF ARGENTINA Pedriel (see Chapter 6), Agrelo and Ugarteche are where many of the better-known export-driven Argentine wineries are located. Three long dirt roads, the Route 15, Cochabamba Street, and Cobos Street, lead south from Pedriel to Agrelo and Ugarteche and run parallel to the Route 40. All the area wineries are located along these roads. The roads are pitted with potholes, wild dogs and cats run free, and you’ll see more than a few horses tied to a tree by the road with no owner in sight. Unhelmeted bikers of all ages ride these roads –so drive slowly. Sparsely populated Agrelo and Ugarteche have a simple country charm, with mostly dirt roads and scattered white adobe and brick houses. You won’t find shopping malls here– only some of the biggest names in Argentine wine. Our family winery, Bodega Catena Zapata, is located on Cobos Street in Agrelo. The old Cabernet Sauvignon lot at our La Pirámide vineyard, planted in 1982 with a special Argentine plant selection, has a specific chocolate –black fruit aroma that I can recognize in any blind tasting. The clay soils make it a bit more challenging to farm here, because when it rains, drainage is not optimal, but there is a firmness and tannic structure to the wines of Agrelo and Ugarteche that distinguishes them from those of any other valley in Mendoza. The climate is slightly warmer than in the Uco Valley, and the aromas are less flashy, but the wines produced here have an incredible thickness in the mid-palate and an overall elegance that must have something to do with the clay in the soils. Many of the wineries here have only been built in the last decade, yet they have managed to make a name by focusing on the top end. Dominio del Plata, which came out of a partnership between Susana Balbo and Pedro Marchevski, has managed to become one of the leading exporters of fine wine in a very short time. Pedro Marchevski started his career working for my grandfather Domingo and was my father’s right-hand man for many years. He
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Pedro Marchevski, se transformó en muy poco tiempo en una de las principales exportadoras de vinos finos. Pedro Marchevski comenzó su carrera trabajando para mi abuelo Domingo y fue la mano derecha de mi padre durante muchos años. Fue el primero en enseñarme sobre nuestros viñedos y actualmente es una enciclopedia viva del vino y la viticultura en Mendoza. Por su parte, Susana trabajó conmigo varios años en Catena Zapata, en el departamento de exportación, y siempre me impresionaron su conocimiento y su resolución. Hoy, Susana y Pedro tomaron caminos diferentes, pero Dominio del Plata sigue tan sólida como siempre, elaborando vinos inconfundibles que se exportan a todo el mundo. Entre otras bodegas de la zona se encuentran: Tapiz, con un bed-and breakfast y un restaurante fabulosos dentro de una mansión de estilo colonial ubicada en la cercana localidad de Maipú; Dolium; Belasco de Baquedano; la chilena Doña Paula; la española Séptima, propiedad de Codorniú, y Pulenta Estate, de Eduardo Pulenta y su padre, don Antonio Pulenta, quien, con sus noventa años, es uno de los pocos testigos aun vivos de los comienzos de la viticultura moderna en la Argentina. LA PIRÁMIDE DE CATENA ZAPATA Nuestra bodega fue construida con la forma de una pirámide que mira hacia los majestuosos Andes, a los que parece rendir homenaje. Mi padre había pensado en edificar en el estilo de sus ancestros italianos o españoles, y consideró usar el tradicional estilo colonial o el renacentista italiano, habituales en muchas otras bodegas de Mendoza. Es más, en busca de inspiración hizo un viaje por el valle de Napa en compañía del arquitecto Pablo Sánchez Elía y de mi esposo Daniel. Eso fue antes de que mi hermano Ernesto y yo, que habíamos pasado buen tiempo viajando por Centroamérica, lo alentáramos a visitar las ruinas de Tikal.
was the first to teach me about our vineyards, and to this date he is a walking encyclopedia about wine and viticulture in Mendoza. Susana worked with me at Catena Zapata in the export department for several years and always impressed me with her knowledge and determination. Now, Susana and Pedro have parted ways, but Dominio del Plata remains as strong as ever, making distinctive wines that are exported all over the world. Other wineries in the area include Tapiz, which houses a fabulous bed-and-breakfast and restaurant in a colonial-style mansion in nearby Maipú; Dolium; Belasco de Baquedano; the Chilean Doña Paula; the Spanish Séptima, owned by Codorniú; and Pulenta Estate, owned by Eduardo Pulenta and his father, Don Antonio Pulenta, who at ninety years old is one of the few living witnesses to the beginnings of modern winemaking in Argentina. THE CATENA ZAPATA PYRAMID Our winery is built in the shape of a pyramid facing the majestic Andes, as if paying homage to them. My father had entertained the thought of building in the style of his Italian or Spanish forefathers, or in the traditional Mission or Italian Renaissance style, like many other wineries in Mendoza. He even took a tour of the Napa Valley with architect Pablo Sánchez Elía and my husband Daniel, to seek inspiration. That was before my brother Ernesto and I, who had spent time traveling through Central America, encouraged him to visit the ruins of Tikal. My father had always had an interest in the Mayan culture, so he traveled to Tikal with my mother, Elena, and they immediately felt a spiritual connection to the place. They saw the Mayans as the most advanced culture of the Americas. “They wished to excel in science, art, and culture,” my father said. “Our goals were similar. Besides, I wanted our family
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A mi padre siempre le había interesado la cultura maya, así que viajó a Tikal con mi madre, Elena, y de inmediato establecieron una conexión espiritual con el lugar. “Deseaban sobresalir en la ciencia, el arte y la cultura”, dijo mi padre. Y luego concluyó: “Nuestros objetivos eran similares. Además, quería que la bodega de nuestra familia tuviera un estilo arquitectónico que realzara la singularidad de nuestro terroir andino de gran altura, completamente diferente del de Europa y América del Norte”. Actualmente, la bodega se yergue en el centro del viñedo La Pirámide. Se construyó con rocas del lugar labradas allí mismo, que generan una bella textura rugosa. Un eje central permite que la luz solar ingrese en el edificio y que sus rayos penetran hasta las cavas subterráneas. LAS JOYAS DE LA FAMILIA Desde la pirámide de Catena Zapata se puede apreciar la selección de plantas de Malbec, parte importante de nuestro esfuerzo por llevar a un nivel más alto la calidad de este varietal argentino. A comienzos de la década de 1990 plantamos 145 cepas diferentes de Malbec provenientes de nuestro viñedo Angélica, de setenta años de antigüedad, y seleccionamos las mejores vides para plantar en todos nuestros viñedos de altura. Nos dimos cuenta de que las plantas con los granos y racimos más pequeños y con el menor rendimiento, tenían una mayor concentración de aromas y sabores. “Las vides Catena”, como las llamamos, son “las joyas de la familia”, que las generaciones venideras deberán preservar y cuidar.
winery to have an architectural style that emphasized the uniqueness of our high altitude terroir of the Andes, one that would be completely different from that of Europe and North America.” Today, the winery stands in the middle of the La Pirámide vineyard. It is built with locally sourced and cut rocks that create a beautifully rugged surface texture. A central shaft allows sunlight to enter the building, sending beams of pure light all the way to the underground caves. THE FAMILY JEWELS The vista from the Catena Zapata pyramid looks out at the Malbec plant selection that was an important part of our effort to raise the quality of Argentine Malbec. In the early 1990s, we planted 145 different cuttings of Malbec from our seventy-yearold Angélica vineyard and selected the best to plant throughout our high altitude vineyards. We found that those plants with the smallest berries and bunches, those with the lowest yields had the most concentrated aromas and flavors. This plant selection is the equivalent of a family heirloom.The Catena Cuttings, as we call them, are the family jewels, to be preserved and cared for by the generations to come.
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ALEJANDRO VIGIL EL ENÓLOGO JEFE DE CATENA ZAPATA Alejandro Vigil es “un loco”, como él mismo se define: duerme apenas cuatro horas por noche, tiene nueve perros y mantiene una vaca en su casa para que los niños que asisten a la escuela local puedan beber leche fresca. Con el cabello rizado y alborotado, confirma la idea de que los genios no son gente “normal”. Vigil llegó a Catena Zapata procedente del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), donde había llegado a ser jefe de la división de suelos a los 28 años. Si bien se ha formado como químico, la mayor parte de lo que hace responde a su instinto. “El vino no debe tener una receta”, dice. “Las recetas son la muerte del vino. Cada parcela debe vinificarse por separado; cada lote requiere un tiempo de cosecha, vinificación, maceración y permanencia en barril propios.” Vigil explica por qué él es como es: “Soy una mezcla de muchas culturas: árabe, judía, asturiana, veneciana. Crecí junto al vino”. En la casa de su abuelo, todos los nietos desempeñaban una tarea. Las uvas se prensaban a mano en un colador y Alejandro, que tenía cuatro años, era el encargado de cosecharlas, lavarlas y despepitarlas. Luego, el abuelo filtraba el mosto haciéndolo pasar por una media de nailon de mujer y vertía el producto del día en un recipiente de plástico. “Mi abuelo se tomaba unos vasos antes de la siesta y me daba uno mezclado con soda”, cuenta Vigil. “Era un gran honor recibir ese vaso de vino; solo se lo daba a los niños que trabajaban mucho”. Cuando le pregunté cuáles eran para él los cambios más importantes de la última década en la vinificación en la Argentina, me respondió: “El primer gran cambio fue vinificar el Malbec y el Cabernet Sauvignon de diferente manera, dejar de concebir estos dos varietales como si fueran la misma cosa. No estamos en Bordeaux, sino en Mendoza. Mi meta es comprender cada viñedo, cada lote, cada planta”.
ALEJANDRO VIGIL CATENA ZAPATA’S CHIEF WINEMAKER A “crazy man” by his own account, Alejandro Vigil sleeps four hours a night, owns nine dogs, and keeps a cow at his house to provide fresh milk for the children who attend the local school. With his unruly shock of curly hair, he gives validity to the notion that true geniuses are not normal people. Vigil came to Catena Zapata from the INTA (Argentina’s National Agriculture Institute) where he was head of the soils division at the young age of twenty-eight. Although Alejandro is a chemist by training, most of what he does is by instinct. “Wine was not meant to have a recipe,” he says. “Recipes are the death of wine. Every parcel needs to be vinified separately; every lot needs to have its own harvest time, winemaking, maceration time, time in barrel.” Vigil explains why he is the way he is: “I am a mix of many cultures; I am part Arab, part Jew, part Asturian, part Venetian. I grew up with wine.” At Vigil’s grandfather’s house, every grandchild had a job. The grapes were pressed by hand in a colander, and it was four-year-old Alejandro’s job to harvest the fruit, wash it, and take the seeds out. Then his grandfather would put the juice through a woman’s nylon stocking and pour the day’s labor into a plastic bin. “My grandfather would drink a few glasses before his nap and give me a glass of it mixed with seltzer,” says Vigil. “It was a great honor to receive this drink from my grandfather; he only gave it to the children who worked hard.” I asked Vigil what he considers to be the greatest changes of the last decade in Argentine winemaking. “The first big change,” he answers, “was to vinify the Malbec and the Cabernet Sauvignon differently, to stop thinking of these two varietals as one and the same. We are not Bordeaux; we are Mendoza. My goal is to understand each vineyard, each lot, and each plant.”
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ALEJANDRO VIGIL
VIÑAS DE PIE FRANCO DONDE SE ENCUENTRAN EL VIEJO Y EL NUEVO MUNDO Varios enólogos de Francia y Estados Unidos han forjado su reputación utilizando viñas de pie franco o sin injertar, para elaborar sus vinos. Didier Dagueneau, el emblemático productor de la región del Loire, que murió trágicamente en un accidente aéreo en 2008, celebraba la poderosa presencia del terroir en su Asteroide cuvée de Sauvignon Blanc, elaborado a partir de viñas de pie franco. En Europa, los Estados Unidos, Sudáfrica y algunas regiones de Australia, plantar un viñedo de pie franco es extremadamente riesgoso, por la filoxera. Mientras en el siglo XIX los viñedos de Malbec de la Argentina comenzaban a prosperar, la filoxera los diezmaba en el resto del mundo. Más tarde, en la década de 1980, se repitió el mismo fenómeno, esta vez en el valle de Napa, donde se descubrió que los pies empleados hasta entonces habían dejado de ser resistentes a la plaga. Los vinos finos como el Cabernet Sauvignon, el Syrah, el Merlot o el Malbec provienen de diferentes variedades de la familia Vitis vinifera. Una vid injertada consiste en una cepa de Vitis vinifera implantada sobre un pie de vid americana, es decir, el tronco de una uva de mesa resistente a la filoxera. Las uvas que produce corresponden a una variedad de Vitis vinifera; solo el tronco y las raíces pertenecen al pie americano. También se realizan injertos para impedir la infestación por nemátodos, un tipo de parásito que puede afectar los viñedos. En la Argentina, más del 90% de las vides son no injertadas, o sea que crecen en sus propios pies, y muchos viñedos son bastante añosos, ya que nunca fueron destruidos por la filoxera (lo que hubiese obligado a una replantación temprana). Aunque en algunas regiones existe una leve manifestación de esta plaga (especialmente en la región de Luján de Cuyo, donde los suelos tienen un marcado componente arcilloso), el pulgón que la difunde al
OWN-ROOTED VINES WHERE OLD WORLD MEETS NEW WORLD Winemakers in France and North America have made their names by using own-rooted, or ungrafted, vines to make their wines. Didier Dagueneau, the iconic Loire producer who died tragically in an airplane crash in 2008, celebrated the überpresence of terroir in his Asteroide cuvée of Sauvignon Blanc made out of own-rooted vines. Yet it is extremely risky to plant an ungrafted vineyard in Europe, North America, South Africa, and some parts of Australia because of the occurrence of phylloxera in these regions. In the nineteenth century, just as Malbec was taking off in Argentina, phylloxera was decimating vineyards all over the world. Later, in the 1980s, it happened again, this time in the Napa Valley, when it was discovered that the rootstocks in use were no longer resistant to phylloxera. Fine wine such as Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Malbec comes from different varietals of the Vitis vinifera family. A grafted vine is a Vitis vinifera plant grafted onto an American rootstock trunk, the trunk of a table grape, which is resistant to phylloxera. The grapes produced on this grafted vine are of the Vitis vinifera variety; only the trunk and roots are of the American rootstock. Vines are also grafted to prevent infestation by nematodes, a kind of parasite that can affect grapevines. In Argentina, more than 90 percent of the vines are ungrafted, or grown on their own rootstocks, and many vineyards are quite old, as they have never suffered destruction by phylloxera, which would have led to early replanting. Although there are areas with small amounts of phylloxera, especially in the Luján de Cuyo region where the soils have a significant clay component, the flying louse that spreads the disease by laying eggs cannot survive in the dry Mendozan air. Phylloxera also does not thrive in the predominantly sandy soils of the Uco Valley.
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depositar sus huevos en la planta no puede sobrevivir en el aire seco de Mendoza. Tampoco prospera en los suelos preponderantemente arenosos del valle de Uco. Las vides de pie franco suelen ser menos frondosas y menos productivas que las injertadas. Algunos viticultores de Francia piensan que sus vinos eran mejores y más representativos del terroir antes de los injertos; otros están convencidos de que las vides injertadas sobre pie americano son más sanas, y vides sanas producen vinos mejores. En la Argentina, se suele implantar Chardonnay sobre portainjertos, porque esta cepa es vulnerable a los nemátodos, pero la uva Malbec casi nunca se injerta. Los franceses piensan que en la Argentina estamos un tanto locos porque no usamos los injertos y creen que algún día vamos a lamentar no haber empleado pies americanos. Pero año tras año, cuando mis añosas vides dan las uvas para el Luca Malbec y siento la tierra, la fruta y la densidad que aportan estas vides de pie franco, me convenzo de que estamos haciendo bien las cosas y, entonces, redoblo la apuesta, como la mayoría de los viticultores nacidos en la Argentina, que creen que la filoxera no tiene posibilidades en este país. Solo el futuro lo dirá.
Own-rooted vines can have less foliage and be less productive than grafted vines. Some winemakers in France believe that their wines were better and more representative of the terroir prior to grafting. Others believe that grafted vines are healthier, and that healthier vines make better wines. In Argentina, most people plant Chardonnay on grafted vines because the grape is vulnerable to nematodes. But most Malbec is planted on its own roots. The French think we are crazy not to graft in Argentina, and that some day we will regret not using American rootstocks. But every year, when my old vine grapes come in for Luca Malbec and I taste the earth and the fruit and the density of these ungrafted vines, I decide that we are doing something right. Once again, I cast my lot with most Argentine born viticulturalists, who believe that phylloxera doesn’t stand a chance in this country. Only the future will tell.
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8 EL VALLE OCCIDENTAL DE UCO Y TUPUNGATO THE WESTERN UCO VALLEY: TUPUNGATO
CIELOS LÍMPIDOS Y NOCHES FRESCAS Si se dirigen desde Mendoza y Luján de Cuyo hacia el sudoeste, se irán aproximando a las montañas y sentirán que el paisaje se torna más y más lejano. La ruta 86 recorre un tramo de unos 32 kilómetros a través de un desierto de altura. Allí podrán conocer realmente la flora autóctona, compuesta por cactus y malezas, y el clima de un lugar en el que la agricultura solo puede desarrollarse gracias a la canalización de las aguas de deshielo de los Andes. Cuando se deja el desierto y se ingresa en el oasis del valle de Tupungato, el verde reaparece en las huertas, los pequeños jardines y los grandes árboles que bordean las calles. Este trayecto les permitirá comprobar cuán vasta y escasamente poblada es la Argentina. El valle de Uco, cuyo nombre recuerda a un cacique aborigen que dominó la región hace cientos de años, se caracteriza por sus suelos óptimos, sus bajas temperaturas promedio y una gran amplitud térmica entre el día y la noche (las noches son muy frías y los días relativamente cálidos). Su ubicación geográfica más al sur, próxima a los Andes, a una altura que oscila entre los 980 y los 1500 metros, contribuye al descenso de la temperatura. Todos estos factores explican por qué el valle de Uco ha visto surgir tantos nuevos viñedos y bodegas en la última década. El nombre del valle de Tupungato proviene de un volcán inactivo, el único pico nevado visible desde casi cualquier sitio de Mendoza en un día claro. En lengua huarpe, Tupungato significa “observatorio de estrellas”. La región es conocida por su producción de frutas y hortalizas de alta calidad. A comienzos del siglo XX se afincaron en la región inmigrantes italianos, españoles, sirios y libaneses, quienes dieron comienzo a la tradición agrícola de huertas y viñedos. Por entonces no resultaba práctico producir vino en la región, debido a la gran distancia que hay que recorrer hasta la ciudad de Mendoza y a la dificultad para encontrar mano de obra que trabajara en las bodegas. Además, los suelos de la región, pedregosos, arduos de labrar y poco profundos, volvían complicada la obtención
CLEAR SKIES AND COOL NIGHTS Driving southwest of Mendoza and Luján de Cuyo takes you closer to the mountains, and the landscape feels more and more remote. Route 86 leads you through the high desert for about 20 miles. Here you can get a real feeling for the native flora of cacti and brush and the local climate, where agriculture is only possible thanks to the channeled snowmelt from the Andes. Heading out of the desert into the Tupungato oasis, green reappears, with orchards, small gardens, and large trees lining every street. This drive gives you a real sense of how vast and underpopulated Argentina is. The Uco Valley, named after a native Indian chief who ruled the area hundreds of years ago, has optimal soils, cool average temperatures, and large night-day thermal amplitude. Here it gets very cold at night and relatively hot during the day, so the difference between night and day temperatures can be substantial. The Uco Valley’s southern location close to the Andes and the resulting high altitude that ranges from 3,200 to 5,000 feet makes for cooler temperatures. All these factors explain why the valley has seen so many new vineyard plantings and wineries in the last decade. The Tupungato valley is named after the dormant volcano of the same name, the single pointy snow-capped mountain that can be seen from almost any place in Mendoza on a clear day. Tupungato means “star observatory” in the Huarpe language. The area is well known for its high quality fruit and vegetable production. In the early twentieth century, Italian, Spanish, Syrian, and Lebanese immigrants settled the area, establishing an agricultural tradition of orchards and vineyards. Back then it was not practical to produce wine in the area because of the long distances from Mendoza City, and because it was hard to find laborers to work in the wineries. Besides, the soils were rocky, hard to prepare for planting, and shallow, making it a difficult place to obtain the high yields that the immigrants
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de los altos rendimientos a los que estaban acostumbrados en su Europa natal. Durante mucho tiempo, la comercialización de las uvas del valle de Uco estuvo a cargo de viñateros independientes que abastecían a unos pocos establecimientos vinícolas, que, a su vez, elaboraban y vendían el vino a granel a bodegas de Maipú y Luján de Cuyo. Sin embargo, en los últimos quince años se han construido aquí varias bodegas nuevas de avanzada tecnología. LAS BODEGAS DE TUPUNGATO En la ruta 89, desde Tupungato hacia el sudeste, se encuentran las principales bodegas de la zona: Andeluna, Rutini Tupungato, Salentein y Finca Sophenia. Andeluna, con una nueva y magnífica estructura de estilo italianizado, es propiedad de un miembro de la familia Frito-Lay, el estadounidense H. Ward Lay, quien también posee una estancia en la Patagonia. La Bodega Rutini es el establecimiento de Bodegas La Rural (donde se encuentra el Museo del Vino en Maipú) en esta región y fue construida por el estudio de arquitectura Bórmida & Yanzón. La familia Rutini fue una de las primeras en plantar Chardonnay en Tupungato en la década de 1940 y su nueva bodega se alza cerca de uno de los viejos viñedos familiares. Rutini es hoy propiedad de un grupo de empresarios que incluye a las familias Benegas y Catena. La bodega Salentein, propiedad de holandeses, ha construido un deslumbrante complejo con un bello jardín y una piscina que abarca una bodega estupenda, un museo de arte de nivel internacional, denominado Killka, una capilla y una posada donde se sirven comidas. No muy lejos de la Bodega Rutini se encuentra Finca Sophenia. Su propietario, Roberto Luka, el conocido ex presidente de Vinos de Argentina, elaboran vinos muy premiados, que se distribuyen en toda la Argentina, América del Norte y Europa. Masi Tupungato, una marca del conocido productor veneciano de Amarone, obtiene sus uvas de un viejo viñedo ubicado en Los Árboles, Tupungato, y tiene una pequeña bodega en las cercanías.
were used to in their Euroopean homelands. For a long time, Uco Valley grapes were sold by independent growers to a few winemaking facilities that would produce and sell the wine in bulk to wineries in Maipú and Luján de Cuyo. In the last fifteen years, however, a series of new state-of-the-art wineries have been built here. THE WINERIES OF TUPUNGATO If you take Route 89 due southwest from the town of Tupungato, you will come across the main wineries in the area: Andeluna, the Rutini Tupungato Winery, Salentein, and Finca Sophenia. Andeluna, set in a gorgeous new Italianate structure, is owned by the American H. Ward Lay, of the Frito-Lay family, who also owns a large ranch in Patagonia. Rutini Winery is La Rural Winery’s (home to the wine museum in Maipu) second facility and was built by the Bórmida & Yanzón architectural firm. The Rutini family was one of the first to plant Chardonnay in Tupungato in the 1940s, and the new winery was built near one of the family’s old vineyards. Today, Rutini is owned by a group of entrepreneurs that includes the Benegas and Catena families. The Dutch-owned Salentein has mounted an impressive complex that includes a gorgeous winery, a world-class art museum named Killka, a chapel, and a posada that serves meals and has a beautiful garden and swimming pool on the premises. Not too far from Rutini Winery is Finca Sophenia, the property of the well-known former Wines of Argentina president Roberto Luka, who is making highly awarded wines that are well distributed throughout Argentina, North America, and Europe. Masi Tupungato, a label by the well-known Venetian Amarone producer, sources its grapes from an old vineyard in Los Árboles, Tupungato, and has a small winery nearby. The Masi Passo Doble is a blend of Malbec and dried Corvina, a varietal native to the Veneto region where the Masi family comes from. They call it a wine
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El Masi Passo Doble es un blend de uvas Malbec y uvas Corvina pasificadas (Corvina es una variedad originaria de la región del Veneto, de donde proviene la familia Masi). Lo llaman el vino de “naturaleza argentina y estilo veneciano”. Es profundo, de color oscuro, concentrado, de taninos algo intensos en su juventud, pero que se desarrolla bien en botella. BÓRMIDA & YANZÓN,
LOS ARQUITECTOS DE LA REVOLUCIÓN EN BODEGAS DE
MENDOZA
Es difícil imaginar que la bodega O. Fournier, ubicada más al sur, en La Consulta, y Salentein sean obra de los mismos arquitectos, pero es así. Eliana Bórmida y Mario Yanzón son los responsables de muchas de las nuevas bodegas construidas en Mendoza en la última década. El estudio del matrimonio Bórmida & Yansón es conocido por haber desarrollado un nuevo estilo y un nuevo punto de vista en cada proyecto. La revista Food & Wine señaló que la bodega O. Fournier era una “fantasía hipermoderna que parece un escarabajo del espacio”. La bodega que diseñaron para Selentein podría haber salido de la mente creativa de Frank Lloyd Wright, si su material favorito hubiese sido el cemento. En palabras de Eliana Bórmida: “No creemos en estilos, sino en la expresividad y en el carácter como valores esenciales en arquitectura. Trabajamos con diferentes materiales y métodos.”. El estudio Bórmida & Yanzón ha diseñado bodegas para Salentein, Séptima, O. Fournier, Vistalba, Rutini Tupungato, Sophenia y Dolium, entre otras firmas, y ha remodelado bodegas tradicionales como Norton, Flichman, Navarro Correas, Pulenta Estate y Antigal.
with “Argentinean soul and Venetian style,” and this deep, dark, concentrated wine is a bit tannic when young but develops beautifully in the bottle. BÓRMIDA & YANZÓN: THE ARCHITECTS OF MENDOZA’S NEW-WINERY REVOLUTION One would hardly imagine that the O. Fournier winery (located farther south in La Consulta) and Salentein were built by the same architects, but they were. Eliana Bórmida and Mario Yanzón are responsible for many of the new wineries built in Mendoza over the last ten years. The husband-and-wife architectural firm of Bórmida & Yanzón is known for generating a new style and a new point of view with every project. Food & Wine magazine called the O. Fournier winery “a hypermodern fantasy” that “looks like a space-age beetle.” Salentein, on the other hand, resembles something Frank Lloyd Wright might have imagined if his favorite medium had been cement. In Eliana Bórmida’s own words: “We don’t believe in styles, but we do believe in expressivity and in character as essential values in architecture… we work with very different materials and methods.” The firm of Bórmida & Yanzón has designed wineries for Salentein, Septima, O. Fournier, Vistalba, Rutini Tupungato, Sophenia, and Dolium, among others, and remodeled traditional wineries including Norton, Flichman, Navarro Correas, Pulenta Estate, and Antigal.
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EL ABECÉ DE LA VINICULTURA EN DESIERTO DE ALTURA Mendoza es una región vinícola que no tiene igual en el mundo. Desde cualquier rincón, el oeste queda definido por las cumbres nevadas de los Andes. A medida que uno recorre la curva que describe la cordillera desde el oeste o el sur, las vistas se vuelven más y más atractivas: uno tiene la sensación de que las montañas se encuentran a un palmo de distancia. Mendoza, la región del vino, ubicada en las altas planicies que se extienden al pie de esos picos majestuosos, posee un terroir privilegiado y la icónica cepa Malbec, capaz de producir vinos emblemáticos. Pero hay algo más: la elevada altitud. La región, ubicada en un conjunto de valles a una altura que oscila entre los 800 y los 1500 metros, goza de los beneficios de un clima seco continental, abundante luz solar y una marcada oscilación térmica diaria. La altitud conlleva dos efectos importantes en el desarrollo de las uvas: uno es la disminución de la temperatura; el otro, un aumento notable en la intensidad luminosa. Las mayores alturas implican temperaturas más bajas. Se calcula que en Mendoza la temperatura desciende 1ºC a medida que se ascienden 100 metros. La mayor exposición a la luz solar tiene como resultado uvas de hollejo más grueso: de este modo, la vid intenta proteger sus semillas del sol. Estos hollejos tan ricos en taninos y polifenoles, los componentes que otorgan sabor al vino, son la fuente de los sabores intensos y sabrosos de los vinos de altura. Mi padre, Nicolás Catena, fue un pionero de la viticultura de gran altura en Mendoza y el primero en plantar un viñedo de Malbec a casi 1500 metros de altura. Se lo conoce como el hombre que descubrió y definió los beneficios de la viticultura de gran altura en la Argentina. Hoy parece obvio que, en Mendoza, una de las claves para obtener mayor calidad y concentración reside en plantar viñedos en zonas con temperaturas promedio cercanas a las que se registran en las afamadas regiones de Bordeaux y del valle de Napa, e incluso de la Bourgogne, donde las temperaturas medias son aun más bajas. Sin embargo, en la década de 1980, cuando
THE ABC’S OF HIGH ALTITUDE DESERT VINICULTURE Mendoza is a winemaking region like no other. From each and every location, the west is defined by the snow-capped Andes. As you follow the curve of the Andes from west or south, the mountain views become more and more prominent –you have the feeling that the mountains lie just a stone’s throw away. Mendoza’s wine country, located in the high plains by the foothills of these majestic peaks, has a privileged terroir and a signature varietal, Malbec,that is capable of making profound wines. But there is something else: high altitude. Situated in valleys 2,700 to 5,000 feet above sea level, the region benefits from a dry continental climate, lots of sunshine, and a pronounced night-day temperature differential. Altitude has two important effects on grape growing: one is a cooling effect on temperature, and another is a dramatic increase in sunlight intensity. Greater heights mean lower temperatures. In Mendoza, the calculation is that for every 328 feet of increased altitude, the average temperature decreases 1.8 degrees Fahrenheit. Greater sunlight results in thicker grape skins: the vine attempts to protect its seeds from the sun by increasing the thickness of its grape skins. The fact that the skins are rich in tannins and polyphenols, the flavor giving compounds in wine, explains why Mendoza’s high altitude wines are so rich and flavorful. My father, Nicolás Catena, pioneered extreme high altitude viticulture in Mendoza, and was the first to plant a Malbec vineyard at almost 5,000 feet elevation. He has been called the man who discovered and defined the benefits of high altitude viticulture in Argentina. Today, it seems obvious that one of the keys to obtaining better quality and concentration in Mendoza is to plant in climates that are closer in average temperatures to the famed regions of Bordeaux and Napa and the even cooler climates of Burgundy.
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mi padre comenzó su búsqueda de calidad, esto no era para nada obvio. De hecho, la mayoría de los viñedos más apreciados en esa época se encontraban ubicados en la zona relativamente cálida y baja de Maipú, por debajo de los 900 metros. Tras analizar los suelos, el clima y la intensidad de la luz solar en las zonas de mayor altura de Mendoza, descubrimos que nuestro terroir era tan diferente del de Francia y el del resto del mundo, que la mayoría de las reglas de viticultura aplicables en el Viejo Mundo no eran válidas para estas tierras. De hecho, la investigación que llevamos a cabo en Catena en la década de 1990 demostró que podíamos lograr una perfecta maduración de uvas Malbec y Cabernet Sauvignon en sitios como Gualtallary, Tupungato, donde el clima es tan frío como el de la Bourgogne (a nadie se le habría ocurrido jamás plantar Cabernet Sauvignon en la Bourgogne). Aprendimos la lección de que nuestra región se rige por sus propias reglas. LOS SUELOS DESÉRTICOS Y BAJOS EN FERTILIDAD DE MENDOZA La gente suele sorprenderse cuando digo que Mendoza es un desierto de altura donde las precipitaciones no alcanzan los 200 mm al año. La asociación entre desiertos y viñedos parece, a primera vista, incongruente. Pero los secos suelos aluviales son parte del secreto de nuestros mejores vinos. Los suelos de Mendoza están cubiertos de rocas y guijarros que los ríos y glaciares depositaron hace millones de años. Esta naturaleza rocosa determina su buen drenaje característico. Un drenaje eficiente evita la acumulación de agua, que puede diluir las uvas y causar podredumbre y otras enfermedades típicas del exceso de humedad en los suelos y la atmósfera. Aunque en la provincia los suelos son muy diferentes, es posible formular ciertas generalizaciones: la arcilla tiende a depositarse en la capa superior por encima de la cal, mientras que la arena aparece mezclada en el fondo, y en algunas regiones las capas superficiales
But in the 1980s, when my father began his quest for quality, this was anything but obvious. In fact, most of the vineyards considered the best at the time were in the relatively warm, low altitude area of Maipú, below 3,000 feet. Studying the soils, climate, and sunlight intensity of high altitude in Mendoza, we found that our terroir was so different from that of France and the rest of the world that most of the Old World viticultural rules could not be applied here. In fact, the research that we did at Catena in the 1990s showed that in Mendoza we could perfectly ripen Malbec and Cabernet Sauvignon in places like Gualtallary, Tupungato, with a climate as cold as that of Burgundy (nobody would ever think of planting Cabernet Sauvignon in Burgundy). The lesson we learned was that our region has its own set of rules. THE LOW FERTILITY DESERT SOILS OF MENDOZA People are often surprised when I tell them that Mendoza is a high desert with less than eight inches of rainfall a year. Intuitively, deserts and vineyards seem an incongruous match. But the dry alluvial soils are part of the secret behind our best wines. The soils of Mendoza are filled with rocks and pebbles that were deposited by rivers and glaciers millions of years ago. It is the rocky nature of our soil that makes it well drained; good drainage prevents the pooling of water on the ground, which can dilute grapes and cause vine rot and other diseases that come from overly humid soils and air. Although the soils are very different throughout the province, one can make some generalizations. The clay tends to lie at the top above the lime, while sand is mixed in at the bottom. Some areas have deep top soils, while others have more shallow top soils. Areas with a shallower, rocky topsoil, such as most of Altamira in the southern Uco Valley, tend to have lower fertility, excellent drainage,
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MARIANO DI PAOLA
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son de mayor espesor, en tanto que en otras son menos profundas. Las regiones donde las capas superficiales son rocosas y poco profundas, como la mayor parte de Altamira, en el valle de Uco meridional, tienden a ser menos fértiles y mejor drenadas y poseen condiciones óptimas para las vides Malbec de bajo rendimiento y alta calidad. Por su parte, las zonas con capas superficiales más profundas y mayor contenido de arcilla tienden a ser mejores para varietales distintas al Malbec (Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot) y para nuestro Bonarda nativo. Según Jacques Lurton, uno de los pioneros franceses de la revolución vinícola en la Argentina, “Mendoza tiene una ventaja incuestionable por sobre otros países del hemisferio sur en cuanto a la calidad de sus suelos. Millones de años de actividad geológica han conferido a estos suelos aluviales ubicados a los pies de los Andes una estructura única, que se adapta sumamente bien a la viticultura. Personalmente, tengo una gran fe en Mendoza como la región capaz de producir los vinos más complejos e interesantes del hemisferio sur debido a su terroir.” EL PODER SOSTENIBLE DEL RIEGO Mendoza disfruta de un verdadero clima continental ya que está protegida de la influencia del océano. Llueve habitualmente en verano, con frecuencia cerca de la temporada de cosecha, pero las precipitaciones son muy breves y, por lo general, no afectan de manera significativa la calidad. El clima seco continental permite que en Mendoza sea sencillo practicar una viticultura sustentable. Hay pocas infecciones fúngicas, como la peronóspora y la hoja de malvón (una enfermedad que ataca el tronco), y generalmente se las trata con azufre, un mineral que no se considera plaguicida. Actualmente, en todo el mundo se presta gran atención a la conservación de los recursos hídricos. En esta provincia, la conservación del agua del desierto fue durante siglos un tema central de la viticultura. De hecho, sin irrigación no existiría
and optimal conditions for low yielding, high quality Malbec. Areas with deeper top soils and a higher amount of clay tend to be better for the other-than-Malbec Bordeaux varietals –Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon and Petit Verdot– and for our native Bonarda. In the words of Jacques Lurton, one of the French pioneers of Argentina’s wine revolution: “Mendoza has an unquestionable advantage over other Southern Hemisphere countries in the quality of its soils. Millions of years of geologic activity have given these alluvial soils at the foot of the Andes a unique structure, which is extremely well adapted to viticulture. It is because of its terroir that I have great personal faith in Mendoza as the region capable of producing the most complex and interesting wines of the Southern Hemisphere.” THE SUSTAINABLE POWER OF IRRIGATION Mendoza is blessed with a true continental climate: it is shielded from the influence of the ocean. In Mendoza, it usually rains in the summer, often around the time of harvest, but the rains are very brief and generally have no significant impact on quality. The dry continental climate makes it very easy to farm sustainably in Mendoza. There are a few fungal diseases, such as peronospera and hoja de malvón, a vineyard trunk disease, but these are usually treated with sulfur, a natural mineral that is not considered a pesticide. Today, a great deal of attention is being placed on water conservation around the world. In Mendoza, desert water conservation has been a part of viticulture for many centuries. In fact, without irrigation, there would be no viticulture in Mendoza. And we only have water for farming thanks to the eternally snow-capped Andes and their pure life-giving snowmelt, to the native Huarpe who set up the first irrigation canals, and to the water act of 1850, which established that water rights
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viticultura en Mendoza. Y solo tenemos agua para los cultivos gracias al deshielo de las nieves eternas de los Andes, fuente debida a los huarpes, que construyeron los primeros canales, y a la reglamentación provincial de acceso al agua (1850), que estableció que los derechos sobre el agua pertenecen a la tierra y no a sus dueños. Así, cada parcela de tierra mendocina tiene asignada una cantidad determinada de agua, su derecho de agua, que por ley no puede ser modificada. El “tomero” es el único que posee la llave de la compuerta, así que la abre a una hora específica todas las semanas y suministra un número de horas de agua a cada propietario. Hoy, en la mayoría de los viñedos nuevos existen sistemas de riego por goteo, el método más eficiente y económico en términos de conservación de los recursos hídricos. Sin embargo, en muchos viejos viñedos y en la mayoría del este de Mendoza se sigue empleando ampliamente el sistema de riego por inundación. En Mendoza, la sustentabilidad constituye un estilo de vida. La mayoría de las bodegas suministran a sus empleados vehículos que funcionan con biodiesel y muchos trabajadores de los viñedos se trasladan en bicicleta o a pie. Alrededor de los viñedos y dentro de ellos existe un completo ecosistema interdependiente de flora y fauna que incluye lechuzas, nutrias, zorros, liebres, hormigas, palomas y variedad de insectos. Entre las hileras de vides también se suelen sembrar cultivos de cobertura, como cebadilla criolla, cebada y centeno, por que contribuyen a que los suelos de Mendoza, generalmente poco fértiles, retengan sus escasos nutrientes. EL VIÑEDO ADRIANNA DE CATENA ZAPATA, PIONERO DE ALTURA
El viñedo Adrianna, que lleva el nombre de mi hermana menor, está ubicado en un sitio muy bonito sobre el límite occidental de Tupungato, en un pequeño distrito denominado Gualtallary. Una pequeña colina lo protege de los vientos y está
belonged to the land and not to the landowners. Thus, every parcel of land in Mendoza has an assigned amount of water, its water rights, and this cannot be altered by law. A government official called the tomero is the only one who holds the key to the water dam; he opens it at a specific time each week and provides water to each property owner. Today, most new vineyards are set up to receive water through drip irrigation, the most water-efficient and water-conserving method of irrigation. However, a significant amount of flood irrigation is still going on in many old vineyards and in most of Eastern Mendoza. Sustainability is a way of life in Mendoza. Most wineries provide biodiesel cars for their employees and many vineyard workers bike or walk to work. An entire ecosystem of interdependent flora and fauna lives in and around the vineyards, including owls, otters, foxes, hares, gophers, ants, doves, and many kinds of insects. Cover crops, such as wheatgrass, barley, and rye, are often planted in between vineyard rows to help the soil retain nutrients in Mendoza’s generally low fertility soils. CATENA ZAPATA’S ADRIANNA VINEYARD: HIGH ALTITUDE UNCOVERED The Adrianna vineyard, named after my younger sister, lies in a beautiful location in the westernmost border of Tupungato, in a small district called Gualtallary. It is flanked by a small hill that shields it from the winds, and so close to the mountains that one has the sense that the peaks are looking out over the vineyard. Some of our best Malbec is produced here at Adrianna. It’s hard to believe that at one time no one in Mendoza thought the varietal could ripen above 4,500 feet of elevation. But it did –and spectacularly. “Your father was the only one who thought that Malbec would ripen here,” says Alejandro Sejanovich,
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tan cerca de las montañas que uno tiene la sensación de que las cumbres lo vigilan por sobre los viñedos. Algunos de nuestros mejores Malbec se producen aquí. Cuesta creer que, en una época, en la provincia nadie pensara que esta variedad maduraría a más de 1400 metros de altura. Pero fue posible, y de manera espectacular. “Tu padre era el único que creía que la uva Malbec podía madurar aquí”, dijo Alejandro Sejanovich, nuestro viticultor en ese momento. Tras dos años de mediciones a casi 1500 metros de altura, se determinó que la temperatura media previa a la cosecha se asemejaba más a la de la región de Bourgogne, donde solo logran madurar variedades como Chardonnay y Pinot Noir, que son de maduración temprana. Mi padre había visto que las uvas Chardonnay maduraban muy bien en esta zona y tenía la teoría de que una mayor exposición a la luz solar, determinada por la mayor altura, haría que las uvas Malbec también madurasen, aunque fuera tardíamente. Además, él sostenía: “Tenía que determinar cuál era el límite de altura para el cultivo de Malbec en Mendoza y estaba dispuesto a equivocarme para obtener la respuesta”. Aquí predominan los suelos arenosos, con un poco de cal y cantos rodados, que se extienden desde la superficie hasta las capas más profundas. Debido al clima frío (es el viñedo más frío de nuestra familia), los vinos que produce Adrianna tienen una mineralidad en nariz y en boca que no se encuentra fácilmente en los vinos de otras regiones de Mendoza. Las vides Malbec, seleccionadas planta por planta, se emplean en nuestros vinos Malbec Adrianna de viñedo único, Malbec Argentino, Catena Alta, y en el blend Nicolás Catena Zapata. De todos nuestros vinos Malbec, el Adrianna es el que demora más en suavizarse y posee la acidez natural más elevada. Pero luego de algunos años en botella, estalla en nariz y en boca. Solo el tiempo dirá cómo se añejará con el paso de las décadas. Las uvas Chardonnay de Adrianna son el corazón del Chardonnay Catena Alta, con notas minerales de clima frío y aromas a frutas de carozo, que la luz solar ha acentuado.
our viticulturalist at the time. At almost 5,000 feet, two years of temperature calculations had classified the average temperatures before harvest as closest to those in Burgundy, where only early ripening varieties like Chardonnay and Pinot Noir can mature. But my father had seen how well Chardonnay had ripened in this area, and his theory was that the additional high altitude sunlight would allow Malbec to ripen even if late in the season. “Besides,” he said, “I had to find out what the altitude limit of Malbec cultivation was in Mendoza, and I was willing to make a mistake to get the answer.” The soils here are predominantly sandy, with a bit of lime and round rocks that extend from the surface to the bottom soil. Because of the cool climate (this is the coolest of our family’s vineyards), the wines from Adrianna have a minerality in the aromatics and palate that is unusual in wines from other parts of Mendoza. The Malbec, selected plant by plant, goes into the Catena Zapata single-vineyard Malbec Adrianna, Malbec Argentino, Catena Alta, and the Nicolas Catena Zapata blend. Out of all of our Malbecs, Adrianna is the one that takes the most time to soften and has the highest natural acidity. But after a few years in the bottle, it explodes in the nose and the palate. Only time will tell how it will age over the decades.The Chardonnay from Adrianna is the core of Catena Alta Chardonnay, with cool climate mineral notes and stone fruit aromatics that are enhanced by sunlight.
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9 EL VALLE DE UCO MERIDIONAL THE SOUTHERN UCO VALLEY
TUNUYÁN Y SAN CARLOS Frente a los Andes, donde la cordillera se curva hacia el sudeste, se encuentran Tunuyán y San Carlos, dos departamentos dedicados a la producción de frutas y hortalizas desde el siglo XVIII. Debido a la proximidad de las montañas, la capa superior de los suelos es pedregosa y arenosa, poco profunda, bien drenada y de baja fertilidad. Y eso es precisamente lo que buscamos los productores de Malbec de alta calidad. Pero durante la crisis vinícola de la década de 1960, cuando el volumen de producción fue la fuerza impulsora de la industria del vino en la Argentina, los suelos menos productivos del sur del valle de Uco eran los menos requeridos en Mendoza. Por fortuna, el bajo valor de los viñedos disuadió a muchos de los viticultores locales de vender sus tierras y hoy podemos encontrar en esta zona algunos de los viñedos añosos más preciados, que han permanecido en manos de familias de productores por varias generaciones. Las bodegas de la región experimentaron recientemente una especie de fiebre del oro, liderada por destacados franceses, como los hermanos bordeleses Jacques y François Lurton, y Clos de los Siete, el club de Michel Rolland que agrupa a dinámicos inversores franceses pertenecientes a reconocidas familias ligadas al vino. A mediados de la década de 1990, la mayoría de los propietarios de viñedos del distrito de Altamira era de origen local. Hoy, varias de las bodegas más importantes de Mendoza poseen viñedos en esta zona y los precios de las tierras han aumentado considerablemente. El enólogo y agrónomo Luis Reginato, con quien supervisamos a los viticultores de la Bodega Luca, se crió en San Carlos. Me dijo: “Siempre estuve convencido del magnífico potencial de calidad de Altamira y La Consulta, en San Carlos. Los rendimientos son naturalmente bajos y las uvas Malbec alcanzan su madurez al final de la temporada, desarrollando taninos perfectamente suaves y dulces. Pero ahora es tan caro comprar tierras aquí, que me encantaría poder volver a los viejos tiempos”.
TUNUYÁN AND SAN CARLOS Facing the Andes as they curve toward the southeast, Tunuyán and San Carlos have been fruit and vegetable farming communities since the eighteenth century. Because of the region’s proximity to the mountains, the sandy and rocky top soils are particularly shallow, well drained, and low in fertility. And this is exactly what we, producers of high quality Malbec, want. But during the wine crisis of the 1960s, when volume production became the driving force in Argentina’s wine industry, the less productive soils of the southern Uco Valley were the least desired in Mendoza. Fortunately, the low worth of their vineyards prevented many of the local growers from selling their land, and today we find some of the most precious old vine, multigenerational family owned properties in this area. The region has undergone a winery gold rush of sorts recently, with several famous names from France at the forefront, including the Bordelais Lurton brothers and the Michel Rolland club of high powered French families at Clos de los Siete. In the mid-nineties, most vineyard owners in the Altamira district were local. Today, several of Mendoza’s most important wineries own vineyards in the area, and the land prices have increased significantly. Winemaker and agronomist Luis Reginato, who oversees all of the Luca Winery growers with me, was brought up in San Carlos. “I have always believed in the outstanding quality potential of Altamira and La Consulta in San Carlos,” he tells me, “the yields here are naturally low, and Malbec ripens at the end of the season, with perfectly soft and sweet tannins. But now it is so expensive to buy land here that I wish we could go back to the old days.” The landscape is a patchwork of vineyards combined with tomato fields, olive trees, quince, apple, pear, and other orchards, and most of the farm workers live in the area’s small towns. The land and its bounty are passionately treasured in Tunuyán and
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El paisaje es un mosaico formado por viñedos y plantaciones de tomates, olivos, membrillos, manzanas y peras, entre otros cultivos. La mayor parte de los trabajadores rurales vive en los pequeños pueblos de la zona. En Tunuyán y La Consulta, la tierra y sus frutos son valorados con pasión. Recientemente, un grupo de activistas locales logró frenar un emprendimiento minero de extracción de oro y cobre que amenazaba contaminar las reservas de agua de la zona. Se puede llegar a Tunuyán y San Carlos viajando por la ruta 40 en dirección sur desde la ciudad de Mendoza o desde Luján de Cuyo, o bien desde Tupungato, tomando directamente hacia el sudeste por caminos secundarios, procurando disfrutar del ritmo que los numerosos pozos imprimen a la marcha por estos caminos de tierra. El clima de montaña, los picos nevados en el horizonte, el cielo límpido y los numerosos manantiales y arroyos confieren a la región una atmósfera pura y limpia que evoca los Alpes suizos. Eco de los Andes, el agua mineral más importante de la Argentina, se extrae de una fuente natural ubicada en Tunuyán, alimentada por las heladas aguas de origen glaciar. BODEGAS DE DISEÑO Las bodegas de la región meridional del valle de Uco, muchas en manos de propietarios extranjeros, exhiben algunos de los diseños arquitectónicos más innovadores de Mendoza. Flechas de los Andes, propiedad de las familias de Laurent Dassault (de los jets Mirage Dassault) y Benjamin de Rothschild (del ala banquera de la familia Rothschild), es creación de Philippe Druillet, director de arte de la saga fílmica La guerra de las galaxias. Vista desde el exterior, se asemeja un poco a un hotel posmoderno de lujo en Nuevo México. En el interior, los pisos y muebles, concebidos especialmente para el lugar, exhiben complejos diseños geométricos en madera. Monteviejo, ubicada dentro del enclave de Clos de los Siete, pertenece a la
La Consulta. Recently, a vocal group of local activists managed to stop a large gold and copper mining development that threatened to contaminate the area’s water supply. You can reach Tunuyán and San Carlos either by heading straight south down Route 40 from Mendoza City or Luján de Cuyo, or by traveling due southeast from Tupungato, taking smaller roads and trying to enjoy the massaging rhythm of the bumpy dirt roads. The mountain climate, the snow covered peaks in the background, the clear skies, and the many natural springs and small rivers give the area a pure, clean, Swiss Alps feel. Eco de los Andes, Argentina’s most important mineral water, is drawn from a natural spring in Tunuyán that is fed by icy glacier waters. WINERIES BY DESIGN The wineries in the southern Uco Valley, many of them foreign owned, have some of the most innovative architectural designs in Mendoza. Flechas de los Andes, owned by the Laurent Dassault (of the Dassault Mirage jets) and the Benjamin de Rothschild (of the banking side of the Rothschild family) families, is the creation of Philippe Druillet, who was the art director of “Star Wars.” From the outside, it looks a bit like a postmodern luxury hotel in New Mexico. The interior is decorated with floors and furniture custom made in elaborate geometric wood patterns. Monteviejo, in the Clos de los Siete enclave, is owned by the charismatic Catherine Péré-Vergé, who also owns the prestigious Château le Gay in Pomerol, France. Monteviejo is in beautiful harmony with the landscape. The front of the winery has an imposing brick and glass façade; the back is lined from top to bottom by a flowing row of vineyards, which creates the optical illusion that the vineyards continue onto the slope of the Andes in the background. The most recently inaugurated winery in the Clos de los Siete complex, DiamAndes, is owned by another well
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JOSÉ MANUEL ORTEGA
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carismática Catherine Péré-Vergé, propietaria también del prestigioso establecimiento Château le Gay, en Pomerol, Francia. Monteviejo guarda perfecta armonía con el paisaje. El frente de la edificación presenta una fachada imponente de ladrillo y vidrio; el fondo está totalmente cubierto por una línea de viñedos que parece prolongarse sin interrupción sobre las laderas de los Andes. La última bodega inaugurada dentro del complejo Clos de los Siete es DiamAndes, propiedad de otro conocido bordelés, Alfred Bonnie, del Château Malartic-Lagravière. Más al sur, en Eugenio Bustos, hay una fantástica y peculiar estructura en forma de nave espacial, el edificio de Bodegas y Viñedos O. Fournier, creación del estudio de arquitectura Bórmida & Yanzón. Otro lugar que merece visitarse es el original laberinto que mi hermano Ernesto creó en los viñedos de Tikal, en Vista Flores. MICHEL ROLLAND,
EL ASESOR EN ENOLOGÍA MÁS FAMOSO DEL MUNDO
Michel Rolland es una figura que despierta controversias en el mundo del vino, especialmente en Francia. En mi opinión, fue injustamente demonizado en Mondovino, la película de Jonathan Nossiter sobre la globalización del vino. Nossiter lo acusa de ser uno de los responsables de la elaboración de vinos industriales, que parecen cortados con el mismo molde cuando, en realidad, Rolland ha dedicado su vida a recorrer el mundo en busca de tesoros ocultos. Una de las joyas que encontró fue el Malbec argentino (si bien no está relacionado con ninguno de los emprendimientos de mi familia). Puedo comprender que exista cierto resentimiento hacia él entre sus colegas franceses. La capacidad de Michel Rolland en el campo de la viticultura y la vinicultura, sumada a su habilidad para descubrir viñedos de características únicas en el mundo, ha desafiado
known Bordelais, Alfred Bonnie, of Chateau Malartic-Lagravière. Farther south in Eugenio Bustos is Jose Ortega’s fantastic and idiosyncratic spaceship shaped structure, the O. Fournier Winery, a creation of the architectural team Bórmida & Yanzón. Another place worth seeing is my brother Ernesto’s one-of-a-kind Tikal Vineyard labyrinth of vines, in Vista Flores. MICHEL ROLLAND: THE WORLD’S MOST FAMOUS WINE CONSULTANT Michel Rolland is a controversial figure in the world of wine, especially in France. He was, in my opinion, unjustly vilified in Mondovino, Jonathan Nossiter’s film about the globalization of wine, as one of the globalizers. Nossiter implies that Rolland makes cookie-cutter industrial wines, when in fact, his life work has been to travel the globe in search of hidden gems. One of the jewels that he found was Argentine Malbec (disclaimer: Michel Rolland has no connection with any of my family’s properties). I can understand some resentment from his French colleagues. Michel Rolland’s great skills in winemaking and ability to find unique vineyard sites around the world have provided a formidable challenge to the hegemony of French wine. As an Argentine, I am thankful for what he has done to promote the virtues of our beloved Malbec. In Argentina, Rolland’s wines could not be more different. Just taste a Yacochuya and a Clos de los Siete side by side and you’ll see. The first is very ripe, sweet, almost port-like; the Clos has the spicy black fruit tipicity (common traits that define the breed) of Tunuyán Malbec, and big, lush tannins. The wines are as different as they can be. Michel Rolland consults for wineries all over the world, but he owns more land in Argentina than anywhere else. He is an incredibly talented winemaker, and there is no doubt in my mind that he has improved the quality of many domaines both in
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formidablemente a la hegemonía del vino francés. Como argentina, le estoy agradecida por lo que ha hecho para difundir las virtudes de nuestro bienamado Malbec. En el país, los vinos de Rolland no podrían ser más diferentes unos de otros. Para comprobarlo, basta con catar un Yacochuya y un Clos de los Siete. El primero es muy maduro, dulce, casi parece un oporto; el segundo es típico del Malbec de Tunuyán: frutas negras y especias (rasgos característicos que lo definen) y generosos, untuosos taninos. Es imposible no percibir las diferencias que existen entre ellos. Michel Rolland asesora a bodegas en todo el mundo, pero posee más tierras en la Argentina que en cualquier otro lugar. Es un enólogo de un talento increíble y no tengo duda alguna de que ha mejorado la calidad de muchos domaines, tanto en su país natal como en el resto del mundo. Se desempeña como consultor de establecimientos tan prestigiosos como Harlan, Dalla Valle, Araujo, Château Pavie, Château l’Evangile, Quintessa, Clos Apalta y Ornellaia, entre otros. Actualmente, también asesora a varias bodegas en la Argentina, incluidas las cinco del grupo Clos de los Siete en Tunuyán, Mendoza; Yacochuya, en Salta, y Bodega del Fin del Mundo, en Neuquén. Esta maravillosa cita de Rolland es de su libro Vinos de Argentina : “Si en algún lugar están dadas todas las condiciones óptimas de clima, suelo, costos, recursos humanos y, sobre todo, libertad de creación y mínima burocracia obstaculizante para el genuino desenvolvimiento de una vitivinicultura nueva y formidable, ese lugar, sin ninguna duda, es la Argentina”. COMER Y DORMIR EN EL VALLE DE UCO MERIDIONAL Es posible pasar un par de días en el valle de Uco, pernoctando en sencillas cabañas u hospedajes de tipo bed-and-breakfast, o en la lujosa Casa Antucura. Dos de los restaurantes que recomiendo en la zona son La Posada del Jamón, un lugar donde “todo
his native France and throughout the world. He consults for such prestigious estates as Harlan, Dalla Valle, Araujo, Château Pavie, Château l’Evangile, Quintessa, Clos Apalta, and Ornellaia, among others. Today, Rolland also consults for several wineries in Argentina, including the five at Clos de los Siete in Tunuyán, Mendoza; Yacochuya in Salta; and Bodega del Fin del Mundo in Neuquén. Here is a wonderful quote by Rolland, from his book Wines of Argentina : “If there is anywhere a place that encompasses the perfect match of climate, soils, costs, human resources, and, above all, freedom for creativity and minimal bureaucracy to hinder the genuine development of a new and exceptional viticulture, that place is undoubtedly Argentina.” EATING & SLEEPING IN THE SOUTHERN UCO VALLEY You can easily spend two days in the Uco Valley, with an overnight at one of the simple cabins or bed and breakfasts, or at the luxurious Antucura Winery Lodge. Two of my favorite restaurants in the area are La Posada del Jamón –an “everything pork” place, where you can order any imaginable variation of ham– and Almacén de Uco, which is only open on weekends or by special reservation during the week. Almacén de Uco, on the way to El Manzano Histórico, does an outdoor asado with perfectly crunchy and lightly seasoned grilled vegetables and an assortment of local cheeses and charcuteries. In the back of the restaurant there is an animal farm and miniature lake, where children play on weekends while their parents dine inside. If you are in the mood for a romantic winery lunch, spend a couple of hours at Natalia Ortega’s Urban restaurant inside the O. Fournier winery. The windowlined restaurant has a wonderful view of the vineyards, and Natalia’s beautifully prepared and locally sourced dishes have a way of making you ask for dessert even if you didn’t intend to. The town that I most enjoy in the Southern Uco Valley, La Consulta,
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es cerdo”, con una variedad inimaginable de jamones, y Almacén de Uco, que abre solo los fines de semana, a menos que se haga una reserva especial para un día de semana. Este establecimiento, ubicado camino a El Manzano Histórico, ofrece asado hecho al aire libre, hortalizas grilladas y sazonadas a la perfección y una selección de quesos, fiambres y embutidos de producción local. En la parte posterior del restaurante hay una granja y un lago en miniatura, donde los niños pueden entretenerse mientras sus padres disfrutan de la comida. Si están con ánimo para un romántico almuerzo en una bodega, sugiero pasar un par de horas en Urban, el restaurante de Natalia Ortega, ubicado dentro de la bodega O. Fournier. A través de los amplios ventanales podrán disfrutar de una magnífica vista a los viñedos. Además, los fantásticos platos que Natalia prepara a partir de ingredientes locales hacen que uno no pueda resistirse a pedir un postre, aunque no haya sido su intención original. El pueblo que más disfruto en la región sur del valle de Uco es La Consulta, en San Carlos, a poca distancia en auto de la mayoría de las bodegas de Tunuyán. Tiene una plaza colonial muy pintoresca y un restaurante muy popular, El Cielo, que sirve exquisitos platos del día. Los viticultores, agricultores y enólogos del lugar, sin distinciones, hacen una parada obligada en El Cielo para almorzar cualquier día de la semana. VIÑEDO TIKAL, EL LABERINTO DE VIDES DE ERNESTO CATENA Ernesto Catena, mi hermano, nunca deja de sorprenderme. Es una de las personas más creativas y carismáticas que conozco. Cuando me contó que estaba construyendo un “laberinto de vides” en su viñedo Tikal, con la esperanza de que los visitantes se perdieran en él y, tras pasar horas buscando la salida bajo el sol abrasador de Mendoza, pudieran “conocer su ser interior”, me costó imaginar el resultado final. Ahora el viñedo, plantado con Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah, está completamente
located in San Carlos, is just a short drive from most of the wineries in Tunuyán. It has a pretty colonial plaza and a popular restaurant, El Cielo, that serves fantastic daily specials. Local winemakers, farmers, and vineyard consultants of every rank make an obligatory stop at El Cielo every weekday for lunch. TIKAL VINEYARD: ERNESTO CATENA’S VINE LABYRINTH My brother, Ernesto Catena, never ceases to surprise me. He is one of the most creative and charismatic people I know. When Ernesto told me he was building a “vine labyrinth” in his Tikal vineyard, hoping that people would get lost and “get to know their inner souls” through hours spent finding the exit under the intense Mendozan sun, I had a hard time imagining the end result. The vineyard –planted with Malbec, Cabernet Sauvignon and Syrah– is now fully grown, and every time I go there, the experience is different. My brother is right when he says that the maze reveals people’s true personalities. At harvest time, Ernesto invites his friends and a crew of artists to pick the grapes and eat a bountiful asado until only a nap can save them. The Tikal vineyard is also home to one of the area’s three polo fields. Winemakers and local players of all ages can be seen taqueando (hitting the ball) on the field during weekend tournaments. If you don’t ride, you can spend the afternoon playing bocce at the vineyard’s own private court. Ernesto has degrees in computer science from Tufts University and design from the prestigious Domus Academy in Milan, and completed postgraduate studies in history of science in London. This créateur de vin, as he defines himself, started devoting to winemaking after his first son was born. Today, he is president of Escorihuela Gascón winery and founder of Ernesto Catena
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desarrollado y cada vez que lo visito tengo una experiencia diferente. Mi hermano tiene razón cuando dice que el laberinto revela la verdadera personalidad de la gente. Para la temporada de la cosecha, Ernesto invita a sus amigos y a un grupo de artistas a recoger las uvas y a comer un asado tan abundante, que solo puede remediarse con una siesta. El viñedo Tikal también alberga una de las tres canchas de polo de la zona. Durante los torneos de fin de semana es posible ver taqueando a bodegueros, viticultores y jugadores locales de todas las edades. Si usted no monta a caballo, puede pasar la tarde jugando a las bochas en la cancha privada del viñedo. Ernesto se graduó en Ciencias Informáticas en la Universidad Tufts, en Diseño de la prestigiosa Academia Domus de Milán y realizó un posgrado sobre Historia de la Ciencia en Londres. Este créateur de vins, como se considera a sí mismo, comenzó a dedicarse a los vinos después del nacimiento de su primer hijo. Hoy, es el presidente de la bodega Escorihuela Gascón y el fundador de Ernesto Catena Vineyard y se dedica especialmente a la promoción del Pinot Noir. Ernesto Catena es una rara combinación de hombre de ciencia y artista, pero cuando se trata de vino, prevalece este último. A él, un vino le gusta o no le gusta y, si no le gusta, simplemente no lo vende. Actualmente existen planes para abrir al público el laberinto de Tikal. Anímese a visitarlo y a perderse en él.
Vineyard , and is focused on promoting Pinot Noir. Ernesto Catena is both a scientist and an artist, a rare combination; but when it comes to wine, he is more artist than scientist. Ernesto either likes a wine or he doesn’t, and if he doesn’t like it he simply won’t sell it. Plans are underway to open the Tikal maze to the public. Come and let yourself get lost.
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ERNESTO CATENA
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10 LA PATAGONIA PATAGONIA
LA REGIÓN DEL VINO PATAGÓNICO Si a cualquier aventurero, deportista o amante de la naturaleza se le menciona la palabra Patagonia, uno ve cómo se le humedecen los ojos de pensar en adorables pingüinos, bellísimos paisajes de montaña y un impulso primitivo por retornar a la naturaleza. La Patagonia tiene todo eso, pero las provincias productoras de vino, como Neuquén y Río Negro, no están situadas en la región de las pintorescas montañas de picos nevados y aromáticos pinos, sino que las bodegas se han instalado en un oasis en el desierto, donde también se produce gran parte de las frutas de la Argentina. Esta región vitivinícola se encuentra a unas seis horas de viaje hacia el este, partiendo de Bariloche o San Martín de los Andes, lugares de turismo donde se esquía, se pesca con mosca y se realizan caminatas. Las tradiciones culinarias de la Patagonia se han visto influidas por los inmigrantes suizos y alemanes que se instalaron en esta zona, y por el cordero, las carnes de caza (venados, patos, liebres y codornices) y las frutas frescas de la región. A fines del siglo XIX existían en la provincia de Río Negro algunos viñedos, pero la era de la viticultura se inició formalmente a comienzos del siglo XX, con la llegada de los inmigrantes europeos. Para la década de 1960, la región se había transformado en importante productora de vinos, con unas 18.000 hectáreas cultivadas en Río Negro y Neuquén, donde el sistema de conducción predominante era el de parral. Los viñateros cultivaban variedades finas como Merlot, Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc y Semillón; también, la variedad Criolla, más productiva y destinada a vinos de mesa. En las décadas de 1970 y 1980, a la viticultura de la Patagonia le sucedió lo mismo que a la actividad en Mendoza: muchas de las variedades de uvas finas fueron reemplazadas por otras inferiores y más productivas, o fueron injertadas con estas últimas, y el volumen primó por sobre la calidad. Por fortuna, todo eso pudo revertirse en la década siguiente.
THE PATAGONIAN WINE COUNTRY Mention the name Patagonia to any adventurer, sportsman, or nature lover, and watch them get all misty eyed with thoughts of adorable penguins, beautiful mountain vistas, and a primal urge to get back to nature. Patagonia does have all these things, but the wine producing regions of Neuquén and Río Negro lie far from the picturesque snow-capped mountains and scented pine trees in a desert oasis that is also the center of much of Argentina’s fruit production. The wine country is a four to six hour drive east of the cities of Bariloche and San Martin de los Andes where visitors come to ski, fly fish, and hike. Patagonia’s culinary traditions are heavily influenced by the Swiss and German immigrants that settled here, and by the availability of lamb, wild game –venison, duck, wild hare and quail– and fresh fruits. There were already some plantings in the Río Negro area in the late 1800s, but the serious age of viticulture started in the early twentieth century with the arrival of European immigrants. By the 1960s, the region had become an important producer of wine, with some 44,000 acres under vine in Río Negro and Neuquén, mostly planted under the parral pergola system. Vintners grew fine varietals such as Merlot, Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, and Semillon, as well as the more productive table grape Criolla. In the 1970s and 1980s, viticulture in Patagonia suffered a similar fate to that of Mendoza: Many of the fine varietals were uprooted or grafted with lesser, more productive types, and volume replaced quality on a grand scale. Fortunately, all that would change again in another decade.
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NEUQUÉN Y SAN PATRICIO DEL CHAÑAR A medida que se avanza por el desierto neuquino, atravesando un valle de matorrales secos y suelo arenoso, surge aparentemente de la nada un grupo de edificaciones conocidas como San Patricio del Chañar. A fines de la década de 1990, con la ayuda financiera del gobierno de Neuquén, un pequeño grupo de empresarios creó este flamante centro vitícola que hoy incluye importantes bodegas y establecimientos vinícolas con tecnología de última generación, como NQN, Familia Schroeder y Bodega del Fin del Mundo. Una de mis historias favoritas sobre esta región es la que relata el origen del nombre de esta última. Aparentemente, su propietario, Julio Viola, le estaba comentaba sobre su nuevo proyecto a una enóloga francesa muy conocida y cuando le describió el sitio, ella objetó: “¡Pero eso queda en el fin del mundo!”. Y así se incubó el nombre de la bodega. El clima de Neuquén es ideal para la viticultura: la sequedad del aire inhibe la presencia de plagas en los viñedos, los suelos son aluviales, poco fértiles y carecen de materia orgánica. Sin embargo, uno de los problemas para los viticultores de esta región son los vientos intensos que, si llegan durante el desborre de las yemas, pueden causar un daño tremendo. Para minimizar sus efectos, la mayoría de las bodegas planta árboles alrededor de los viñedos. Las tuberías de riego deben colocarse directamente sobre el suelo porque, si se las instala a mayor altura, como en Mendoza y otros lugares del mundo, el viento arrastraía el agua.
NEUQUÉN AND SAN PATRICIO DEL CHAÑAR As you drive from the Neuquén desert through a valley of dry brush and sandy soil, a group of buildings known as San Patricio del Chañar appear seemingly out of nowhere. In the late 1990s, a handful of entrepreneurs with the help of the Neuquén government created this brand new center of viticulture, which today includes several important wineries and very modern state-of-the-art wine facilities such as NQN, Familia Schroeder and Bodega del Fin del Mundo. One of my favorite stories from this area is how Bodega del Fin del Mundo, which means “the end of the world”, got its name. Apparently, the owner, Julio Viola, was telling a renowned winemaker from France about his new project in Patagonia. When he described the location, she protested by saying, “But that’s at the end of the world!” And a winery name was hatched. The climate in Neuquén is ideal for viticulture: The dry air prevents vineyard pests, and the soils are alluvial and low in fertility. One problem for viticulturalists in this area is the fierce winds. The arrival of strong winds during bud break can cause tremendous damage. To minimize the effects of wind, most wineries plant trees flanking the vineyards. Irrigation tubing must be placed right on top of the soil; if it’s higher, as in Mendoza and other parts of the world, the water is simply blown away.
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RÍO NEGRO Río Negro es la región vitícola más antigua y tradicional de la Patagonia. La familia Canale sigue a cargo de una de las primeras bodegas de la región, Humberto Canale. Otro proyecto digno de destacar es Infinitus, que pertenece al equipo formado por los esposos Diane y Hervé Joyaux Fabre, de la bodega mendocina Fabre Montmayou. Dos de las bodegas más fascinantes de Río Negro, proyectos boutique que incluyen vinos de antiguos viñedos, son propiedad de italianos pertenecientes a familias de bodegueros europeos de renombre: una es Bodega Noemía y la otra es Chacra. Noemía pertenece a la condesa italiana Noemí Cinzano, de la finca vitícola Argiano y del enólogo holandés Hans Vinding-Diers, que ha hecho de la Patagonia su hogar. Hans Vinding-Diers llegó a la Argentina como consultor de la bodega Humberto Canale, donde trabajó entre 1998 y 2002. Allí, con la etiqueta Black River, elaboró vinos especialmente para el mercado británico: un reserva Malbec, Merlot y Pinot Noir. Luego de conocerse, Hans y Noemí comenzaron a buscar un viñedo de viejas vides Malbec y descubrieron Mainque, propiedad de Don Pirri, y plantado alrededor de 1932. El viñedo había estado abandonado durante mucho tiempo, pero seguía produciendo uvas con una concentración y personalidad increíbles. Noemía, la bodega que construyeron alrededor de estas viejas viñas, es una pequeña casa de madera en el medio de un jardín de estilo toscano, diseñado por la condesa. Hans Vinding-Diers adoptó verdaderamente a la Argentina como su hogar y estos vinos especiales se han convertido en la obra de su vida. Hoy, los vinos de Noemía se encuentran habitualmente entre los primeros de la clasificación de vinos argentinos en las publicaciones más conocidas de todo el mundo. Si bien su historia es relativamente breve, los vinos de Noemía cuentan con una rica herencia, el alma de estos antiguos viñedos.
RÍO NEGRO Río Negro is the older and more traditional viticultural area in Patagonia. Humberto Canale, the oldest winery in the area, is still run by the founding Canale family. Another remarkable project is Infinitus, which belongs to the husband and wife team of Diane and Hervé Joyaux Fabre, from Mendoza’s Fabre Montmayou Winery. Two of the most exciting wineries in Río Negro –intensely boutique projects involving old-vine wines– are owned by Italians from renowned European winemaking families. The Noemia Winery belongs to Noemi Cinzano, the Italian countess of Cinzano, of the Argiano wine estate, and Dutch winemaker Hans Vinding-Diers, who has made Patagonia his home. Hans Vinding-Diers came to Argentina as a consultant for the Humberto Canale winery, where he worked from 1998 to 2002. At Humberto Canale he made special wines for the British market under the Black River label: a reserve Malbec, Merlot, and Pinot Noir. After Hans met Noemi, they began to look for an old vine Malbec vineyard, and they discovered Don Pirris’s Mainque vineyard which was planted around 1932. It had been long abandoned but still produced grapes with incredible concentration and personality. Noemia, the winery they built around these old vines, is a small wooden house in the midst of a Tuscan looking garden designed by the countess. Hans Vinding-Diers has truly embraced Argentina as his home, turning these special wines into his life’s work. Today, the wines at Noemia are routinely among the highest ranked Argentine wines in major publications worldwide. Although their history is relatively short, the wines have a rich heritage, one drawn from the lifeblood of these old vineyards. The other famous Italian noble in the area is Piero Incisa Della Rocchetta, who has focused mostly on Pinot Noir at Bodega Chacra. The charming and unassuming Piero, grandson of the most famous winemaker in all of Tuscany, Mario
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HANS VINDING-DIERS & NOEMÍ CINZANO
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El otro italiano noble es Piero Incisa della Roccheta, que se ha centrado mayormente en el Pinot Noir en la Bodega Chacra. El encantador y modesto Piero, es nieto del enólogo más famoso de la Toscana, Mario Incisa della Rocchetta, fundador de Sassicaia. Él diría que todo es cuestión del terroir especial de este pequeño lote de vides de ochenta años, que apenas produce unos 450 gramos por planta. Lo que sigue es la historia de la bodega en sus propias palabras: “En 2001, durante una cena con Noemí Cinzano y Hans Vinding-Diers, tuve una extraña experiencia: probé un vino del cual me enamoré de inmediato. Sus características me resultaban familiares, aunque me confundí completamente sobre su origen geográfico. Pensé que provenía de Bourgogne, pero había sido elaborado en la Patagonia. Convencí a su propietario de arrendarme el viñedo por un año y elaboramos nuestra primera cosecha en la cuba Nº 7 de la Bodega Noemía (…). Actualmente, en nuestra propia bodega en Chacra, elaboramos el vino de una manera artesanal tradicional. Hacemos muchas cosas a mano: podamos, cosechamos y eliminamos los tallos manualmente, según principios biodinámicos, vinificamos sin maquinaria ni acero, y la mayoría de las veces decantamos por gravedad. Chacra no es un emprendimiento convencional, sino una pasión, una locura personal”. Hoy, aumentan las plantaciones de Pinot Noir y esta cepa se está convirtiendo en una variedad prometedora para la región. El tiempo dirá la última palabra.
Incisa della Rocchetta, the founder of Sassicaia, would say that it is all about the special terroir of this small lot of eightyyear-old vines that barely produce one pound per plant. What follows is the story of the winery in his own words: “In 2001, over the course of a dinner with Noemi Cinzano and Hans Vinding-Diers, I had a rare experience. I tasted a wine that I immediately fell in love with. I thought it was from Burgundy but it was actually made in Patagonia. I persuaded the owner to rent the vineyard to me for one year, and we made our first vintage in vat No. 7 at Bodega Noemia (.…) today, at Chacra we have a traditional artisanal approach to winemaking. We do pretty much everything by hand. We prune, harvest, and de-stem by hand, following biodynamic principles; we vinify without machinery or steel, and most of the time we decant by gravity. Chacra is not a conventional business; it’s a passion, a personal folly.” Today, Pinot Noir plantings are increasing in Patagonia, establishing it as a promising varietal for the region. Only time will tell.
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PIERO INCISA DELLA ROCCHETA
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11 SALTA SALTA
LA ARGENTINA “SIN APUROS” En Salta, todos los caminos tienen curvas y cada pocos kilómetros el paisaje alterna entre diversas formaciones geológicas y colores. Camino a Colomé, por ejemplo, se suceden diferentes formaciones rocosas, desde afiladas agujas similares a cuchillos, hasta montañas multicolores o íntegramente rojas. Luego, los cactus se adueñan del paisaje. En esta provincia, el ritmo es más lento que en la capital del vino argentino, Mendoza, y si se la compara con Buenos Aires, todo se mueve a paso de tortuga. En Salta no hay nada que no tenga un aire poético o surja de una leyenda. La cultura del lugar prevalece y hay una ensoñación y un sentido de espiritualidad que, fuera de allí, sólo experimenté en lugares como Nepal o los Himalayas tibetanos. Cuando pregunté a un bodeguero por qué el Torrontés salteño era tan aromático, simplemente me respondió: “Aquí todo es aromático y con gusto a especias: las frutas, las hortalizas, las flores y, por supuesto, el vino”. LA CAPITAL DEL VINO SALTEÑO
Cafayate, la capital del vino salteño, se encuentra 300 kilómetros al sur de la ciudad de Salta y de su aeropuerto principal. Como está rodeada de montañas, a unos 200 kilómetros al sur del trópico de Capricornio y a una altura de aproximadamente 1800 metros, sus viñedos reciben el beneficio de la sombra y las noches frías y secas, características de este alto valle semidesértico. La llegada a Cafayate es deslumbrante, no importa desde dónde sea. Si uno vuela a Salta desde Buenos Aires (no hay otras conexiones directas) y conduce cuatro horas hasta este pueblo, pasará la jornada en una selva tropical de palmeras y bananeros, y exuberantes jardines tropicales. Después de atravesar las montañas por las que el agua no pasa, de pronto se
THE SLOW ARGENTINA In Salta, every road is curving, and every few miles the landscape seems to change from one sort of geological formation and color to another. On the way to Colomé, for example, you pass different kinds of rock formations, from the sharp, almost knifelike agujas (needles) to multicolored mountains to red mountains. Then the cacti take over. The pace is slower in Salta than in Argentina’s wine capital, Mendoza, and things move at a snail’s pace compared to Buenos Aires. Everything in Salta is touched by poetry or derived from a legend. The Native culture is prevalent, and there is a dreaminess and sense of spirituality here that I have felt elsewhere only in places like Nepal or the Tibetan Himalayas. When I asked a winemaker why the Torrontés from Salta is so aromatic, he simply answered: “everything here is aromatic and spicy, the fruits, the vegetables, the flowers, the empanadas, and of course the wine.” SALTA’S WINE CAPITAL Cafayate, Salta’s wine capital, is located 186 miles south of Salta City and its main airport. Located at approximately six thousand feet in elevation, 320 miles south of the Tropic of Capricorn, Cafayate is flanked by mountains on all sides. Its vineyards benefit from the shade and the cool, dry nights characteristic of this high semidesert valley. Arriving in Cafayate is dramatic, no matter which direction you come from. If you fly to Salta from Buenos Aires (there are no other direct connections) and take the four-hour drive to Cafayate, you start your journey in a tropical forest of palms and banana trees, and lush tropical gardens. After you pass the mountain range, where the rains stop, all of a sudden you find
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llega a un valle rodeado de cerros, cactus y arbustos. Manadas de cabras y burros corren por las callecitas y, a veces, cruzan las rutas. La sensación es la de haber viajado al pasado. Hay varias hosterías y hoteles, incluido uno muy antiguo y remodelado, Patios de Cafayate, ubicado en una hermosa casa colonial que fue anteriormente propiedad de la familia de bodegueros de Michel Torino y ahora forma parte de la cadena Starwood. Está decorado con muebles de época y tiene una fantástica piscina climatizada con energía solar y un spa de vino donde se ofrecen masajes con aceite de uva o tratamientos de exfoliación con pepitas de uva. LAS BODEGAS DE SALTA He escuchado muchas versiones diferentes sobre cómo se introdujo en Salta el vino fino. Mi favorita es la que me relató Donald Hess, de la Bodega Colomé, que se remonta a la hija del último gobernador español, que estudiaba en París y, parece que a pedido de su padre, trajo vides de la región de Burdeaux. En Salta siempre sucede lo mismo: hay una leyenda que explica el porqué de todas las cosas. La mayoría de las bodegas de renombre, como Lavaque, El Esteco, Etchart, San Pedro de Yacochuya y Mounier, se encuentran a unos diez minutos de Cafayate. El varietal dominante en este valle es el Torrontés, aunque la altura de la región la vuelve excelente también para el Malbec.
yourself in a valley area flanked by mountains, cacti, and brush. Goat and donkey herds run in and out of the small streets and even highways. You get a strong feeling that you’ve time-traveled to the past. Cafayate offers several hostels and hotels, including the very old and luxed-up Patios de Cafayate, situated in a beautiful colonial home that was previously owned by the Michel Torino wine family and is now a Starwood resort. It’s been completely refurbished with period furniture and has a fabulous solar-panel-heated pool and a wine spa where you can get a grape seed oil massage or a grape seed rub. THE WINERIES OF SALTA I’ve heard many different versions of how fine wine was introduced to Salta. My favorite one, told to me by Colomé Winery’s Donald Hess, traces it back to the daughter of the last Spanish governor. She was studying in Paris, it seems, and brought back vines from the Bordeaux region at her father’s request. And so it goes: For almost everything in Salta there is a legend that explains why things are the way they are. Most of the well-known wineries are within ten minutes of Cafayate, including Bodegas Lavaque, El Esteco, Etchart, San Pedro de Yacochuya, and Mounier. Torrontés is the grape varietal that rules the roost here, although the region’s high altitude makes it an excellent location for Malbec as well.
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EL TORRONTÉS,
ÚNICO VARIETAL ORIGINAL DE LA
ARGENTINA
Tom Canavan, un enólogo del Reino Unido, describió una vez los exuberantes aromas del Torrontés: “Descorchar un Torrontés es como abrir una botella de agua de colonia”. Con todos los aromas de flores y de durazno, podría esperarse que fuese un vino dulce, sin embargo, los sabores son frescos y secos, pero con una untuosidad y una ligera mineralidad que envuelven la boca y la lengua y hacen desear un segundo trago. Es un vino perfecto como aperitivo y para acompañar quesos o, simplemente, en sí mismo, sin comida. La Argentina cultiva y produce tres tipos de Torrontés: riojano, sanjuanino y mendocino. Actualmente, hay unas 8700 hectáreas de Torrontés riojano y unas 4800 de Torrontés sanjuanino. De hecho, es la variedad blanca más cultivada en el país. Si bien solo el 1% del Torrontés del país se encuentra en Cafayate, este pequeño distrito es considerado el mejor sitio de cultivo por sus noches muy frías y sus días soleados. La uva Torrontés puede quemarse con el sol, por lo que en la mayoría de los viñedos se emplea el sistema de conducción de parral, que protege parcialmente de la luz solar y mantiene una zona fresca alrededor de los racimos en maduración. Algunas bodegas han intentado atraer consumidores produciendo un Torrontés más dulce, pero el de la mayoría de los productores reconocidos, como Álamos, Crios, Mounier, Lavaque, Yacochuya, Etchart, Michel Torino y Tilia es seco. Durante muchos años, la gente pensó que el Torrontés argentino era originario de Galicia, España, donde hay una variedad con el mismo nombre. En 2003, un grupo de brillantes investigadores del Instituto Nacional de Vitivinicultura de la Argentina, junto con Carole Meredith, profesora de la Universidad de California en Davis y actual productora, aclararon esta cuestión en
TORRONTES: ARGENTINA’S ONLY NATIVE WINE VARIETAL Tom Canavan, a British wine expert, once described the exuberant aromas of Torrontés: “Pulling the cork on a Torrontés can be like opening a bottle of eau de cologne.” With all the floral and peach aromatics, you might expect Torrontés to be a sweet wine. Instead, the flavors are crisp and dry, but with an unctuousness and slight minerality that coat your whole mouth and tongue and make you want a second sip. It’s a perfect appetizer wine, a perfect cheese wine, and a perfect wine just by itself. Argentina grows and produces three kinds of Torrontés: Riojano, Sanjuanino, and Mendocino. Currently, there are about 21,500 acres of Torrontés Riojano and 11,860 acres of Torrontés Sanjuanino planted in Argentina; it is in fact the most widely planted white varietal. Although only 1 percent of Argentina’s Torrontés is grown in Cafayate, this small district is considered the best location to plant the varietal because of its very cold nights and sunny days. Torrontés is susceptible to sunburn, so most vineyards are planted in the parral training system, which keeps some of the sunlight away and maintains an area of coolness around the maturing clusters. Some wineries have attempted to attract consumers by making a sweeter Torrontés, but most of the best producers are making their Torrontés dry. Álamos, Críos, Mounier, Lavaque, Yacochuya, Etchart, Michel Torino, and Tilia are some of the best-known producers. For many years, people thought that the Argentine Torrontés had originated in Galicia, Spain, where a varietal with the same name is produced. In 2003, some brilliant researchers at Argentina’s Institute of Viticulture, in conjunction with UC
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el Journal of Viticulture, al identificar los cepajes Torrontés riojano y sanjuanino como la progenie de una cruza entre la antigua uva del Mediterráneo Moscatel de Alejandría, favorita de Cleopatra, y la Criolla Chica, la pequeña uva rosada que se emplea en la Argentina para elaborar vinos de mesa. El Torrontés riojano que crece en Salta probablemente se haya originado en la Argentina hace cientos de años, como producto de un cruzamiento entre estas dos uvas, lo que lo convierte en el único varietal nativo. Lo más interesante es que se descubrió que la variedad Torrontés mendocina no guarda ninguna relación con el Torrontés riojano. Creo firmemente que las provincias de Salta y La Rioja producen un Torrontés superior al de mi Mendoza natal. JOSÉ LUIS MOUNIER Finca Las Nubes, la bodega de los Mounier ubicada en un pequeño valle de montaña, es uno de los sitios más pintorescos y románticos que he visitado. La señora Mounier oficia de guía y la cava de barriles está junto a la mesa de etiquetado manual. José Luis Mounier inició su propio proyecto luego de trabajar en bodegas Etchart durante veinte años y se lo considera el mayor experto en Torrontés de la región. Se crió y estudió en Mendoza, donde sus abuelos inmigrantes de origen francés le enseñaron a amar y respetar las vides y los vinos. Se pagó sus propios estudios trabajando de lo que se le presentara. Hoy, es consultor de la bodega Lavaque y ha llevado al Torrontés a su más alto nivel. El Torrontés es un blanco aromático delicioso, pero es delicado y no resulta sencillo producirlo con un estilo mineral, frutado y fresco. José Luis Mounier se ha vuelto un maestro en este varietal.
Davis’s professor and now winemaker Carole Meredith, published the facts behind its true origin in the American Journal of Viticulture. The researchers identified the Torrontés Riojano and Sanjuanino as the progeny of a cross between the ancient Mediterranean grape Muscat of Alexandria, a favorite of Cleopatra, and Criolla Chica, the small pink grape used for table wines in Argentina. The Torrontés Riojano grown in Salta most likely originated in Argentina hundreds of years ago from a cross between these two grapes, making it the only native Argentine varietal. What is most interesting is that Torrontés Mendocino was found to be a completely unrelated varietal. And I am a firm believer that the provinces of Salta and La Rioja make a better Torrontés than my native Mendoza. JOSÉ LUIS MOUNIER The Mounier winery Finca Las Nubes , located in a small mountain valley, is as quaint and romantic as any place I have ever been. Señora Mounier is your tour guide, and the barrel room is right next to the manual labeling table. José Luis Mounier started his own project after working at Etchart for twenty years and is considered the foremost expert in Torrontés in the region. José Luis grew up and went to school in Mendoza, where his immigrant French grandparents taught him to love and respect vines and wine. He paid his own way through school, taking any job that would come his way. Today, José Luis is a consultant for Lavaque winery, and he has taken Torrontés to its highest level. Torrontés is a delicious aromatic white, but it is delicate and not easy to make in a fresh, fruity, mineral style. José Luis Mounier has become a master at this.
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JOSÉ LUIS MOUNIER
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URSULA & DONALD HESS
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SAN PEDRO DE YACOCHUYA Otro proyecto digno de conocer es San Pedro de Yacochuya, resultado de la asociación entre la familia Etchart y el renombrado consultor francés Michel Rolland. El Torrontés elaborado allí es aromático y fresco y el famoso tinto Yacochuya es untuoso, alto en alcoholes y muy opulento. La bodega es un negocio de familia: Carlos Etchart es el bodeguero y, siempre que se les avise con un día de anticipación, su mujer y su madre organizan comidas para los huéspedes. Su padre, Arnaldo, dicta conferencias sobre la poesía del norte de la Argentina y lee poemas. ARNALDO ETCHART Arnaldo Etchart es lo que yo llamo un clásico. Su “uniforme” de todos los días consiste en un sombrero de cowboy, pañuelo de gaucho, el pelo largo canoso, una camisa a rayas hecha a medida y un chaleco gauchesco de cuero. Uno podría tomarlo por un gaucho, si no fuera porque ellos no usan camisas hechas a medida ni se dejan crecer el pelo más allá de los hombros. Es, simplemente, Arnaldo Etchart. “Si no leés poesía,” fue su famosa frase a mi amigo el enólogo Fernando Buscema, “tus vinos van a tener gusto a caca, me oís, pibe?” En lugar de tarjeta de presentación, Arnaldo extiende sus notas de las conferencias sobre poesía y algunos poemas sobre el vino de su poeta favorito, Jaime Dávalos. Su hijo dice: “Mi papá es un loco”, pero este “loco” ha logrado que todos sepan que hay que consultarlo por cualquier negocio relacionado con el vino en Salta. Si bien vendió la bodega que lleva su nombre a Pernod Ricard en 1996, todavía posee los maravillosos viñedos y bodega Yacochuya, con su esposa e hijos y el bodeguero Michel Rolland. Arnaldo vive al lado de la bodega, en una vieja casa de adobe con vista a una fantástica cascada desde el patio interior.
SAN PEDRO DE YACOCHUYA Another venture worth seeing is the partnership between the Etchart family and the famed French wine consultant Michel Rolland, San Pedro de Yacochuya. The Torrontés produced here is aromatic and crisp, and the famed Yacochuya red is deep, high in alcohol and very, very lush. The business is a family affair. Carlos Etchart is the winemaker, and if given a day’s notice, his wife and mother arrange meals for guests. His father, Arnaldo, reads and lectures about northern Argentine poetry. ARNALDO ETCHART Arnaldo Etchart is what I call a classic. His daily “uniform” consists of a cowboy hat, a gaucho vest and scarf, long white hair, a striped tailored shirt, and a leather vest. One might confuse him with a gaucho, except that gauchos don’t wear tailored shirts and don’t grow their white hair long below their shoulders. He is simply Arnaldo Etchart. “If you don’t read poetry,” Arnaldo famously said to my friend, winemaker Fernando Buscema, “your wines will taste like caca, you hear me, young man?” Instead of a business card, Arnaldo hands out his poetry lecture notes and a few poems about wine from his favorite poet, Jaime Dávalos. His son, Carlos, says: “My father is crazy.” But this crazy man has managed to be known by all as the person to see for wine related business in Salta. Although he sold his namesake winery Etchart to Pernod Ricard in 1996, he still owns the gorgeous Yacochuya vineyard and winery jointly with his wife and children and winemaker Michel Rolland. Arnaldo lives next to the winery, in an old adobe house with views of a gorgeous waterfall from its indoor patio.
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COLOMÉ La joya de la corona de Salta es Colomé, de Donald y Úrsula Hess. Este ingeniero suizo (reconocido en los Estados Unidos como uno de los pioneros del valle de Napa) y su mujer se enamoraron de Colomé y decidieron convertir ese sitio remoto y deslumbrante en su hogar espiritual. Donald Hess me contó que había viajado a Salta tres veces antes de encontrar la forma de llegar a Colomé. Los dos primeros años, el río estaba crecido y por eso no pudo lograrlo. Pero en cuanto Donald y Úrsula vieron las ruinas de la edificación de un dormitorio de la antigua bodega Colomé, decidieron que la convertirían en un centro para el arte, la meditación y el vino. Todo, la finca, sus jardines de lavanda y cactus, el museo, la sala de cata, están hechos de adobe, a la usanza del lugar, por arquitectos locales que siguieron las instrucciones de Donald. Para Úrsula, lo más importante es lo que Colomé ha hecho por la comunidad local. Ella ha creado una escuela de hotelería y una escuela primaria. Donald cuenta con orgullo que el equipo de fútbol de Colomé ganó recientemente el torneo local. Antes de la llegada de los Hess, los 400 habitantes de la comunidad de Colomé, que vivían en chozas muy precarias esparcidas por las montañas, eran presa de la desnutrición y el alcoholismo y enfrentaban un futuro incierto; vivían en la pobreza y tenían poco acceso a alimentos, atención médica y educación. De modo que el logro más preciado es haberle dado a esta comunidad una fuente de trabajo y un lugar donde vivir dignamente. Pero sus vinos también son un logro. Los vinos de Bodega Colomé, especialmente el Torrontés y el Malbec, tienen un estilo del terroir que se repite en cada cosecha. El Torrontés es fresco y aromático. El Malbec es maduro, intensamente aromático y aterciopelado en el paladar.
COLOMÉ The crown jewel of Salta is Colomé of Donald and Ursula Hess. Well known in the United States as one of Napa’s early pioneers, the Swiss engineer and his wife fell in love with Colomé and decided to turn this remote and stunningly beautiful place into their spiritual home. Donald Hess told me that he came to Salta three times before he found a way to arrive at Colomé. The river was flooded the first two years, so he couldn’t make it through. But once Donald and Ursula saw the remains of the old Colomé winery, they vowed to transform their winery into a center and destination for art, meditation, and wine. Everything – the inn, its lavender and cactus gardens, the museum, the tasting room and winery – is done in the traditional adobe style by local architects with Donald’s input. For Ursula, it is what Bodega Colomé has done for the local community that matters most. She has set up a hotel school and an elementary school. Donald Hess proudly tells me that the Colomé soccer team recently won the local league competition. Prior to their arrival, the small community of 400 lived in huts scattered around the mountains; it was plagued by malnutrition and alcoholism and faced an uncertain future. The people lived in dire poverty and had extremely limited access to food, medical care, and education. For Donald and Ursula Hess, providing this community with a decent place to work and live has been their proudest achievement. But their wines are an achievement too. The wines of Bodega Colomé, especially the Torrontés and Malbec, have a terroir based style that is reproduced in every vintage. The Torrontés is crisp and aromatic. The Malbec is ripe, intensely aromatic and velvety on the palate.
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12 UN RECORRIDO POR BUENOS AIRES Y LAS PROVINCIAS VINÍCOLAS DE LA ARGENTINA
TOURING BUENOS AIRES AND THE ARGENTINE WINE COUNTRY
Casi la mitad de los 40 millones de habitantes que pueblan la Argentina vive en Buenos Aires o en los alrededores de la capital. En un país que abarca más de 2.500.000 kilómetros cuadrados (el segundo en extensión de Sudamérica y el octavo del mundo) eso significa que la densidad de población es relativamente baja en las provincias del interior y que existen grandes espacios sin habitar. De hecho, al visitar las provincias productoras de vinos, resulta fácil imaginar el tiempo en que los gauchos y las carrozas de caballo circulaban a paso lento por los senderos. Los argentinos del interior veneran la paz y el silencio provincianos tanto como los porteños (como se designa a los oriundos de Buenos Aires en alusión al puerto) adoran su entorno más mundano y caótico. Este libro destaca las principales regiones vinícolas de la Argentina: Mendoza (donde se produce el 70% de los vinos argentinos), Salta y la Patagonia. Pero si la intención es apreciar realmente la cocina y el vino de este país, sugiero pasar un tiempo en la bulliciosa ciudad de Buenos Aires, donde se despliega la mayor creatividad en relación con la comida y el consumo del vino. Los porteños se enorgullecen de su patrimonio cultural, sus museos, su arquitectura europea y sus cafés y restaurantes de moda. En Buenos Aires, chefs que adquirieron rango de celebridades abren sin cesar nuevos establecimientos, donde permanentemente desarrollan conceptos innovadores en gastronomía y ambientación. El barrio que hoy marca tendencias es Palermo Viejo, subdividido hace unos pocos años en Palermo Soho y Palermo Hollywood. Hace apenas diez años, era una zona adormecida de la ciudad, donde las casas de estilo europeo construidas a principios del siglo XX revelaban el paso del tiempo y el descuido. Hoy, muchas de las viejas casonas están restauradas y la activa comunidad del barrio incluye docenas de restaurantes de vanguardia, hoteles boutique y lo último en moda y diseño. Los porteños rara vez salen a cenar antes de las 23 horas y generalmente se quedan en compañía de amigos hasta las primeras horas de la madrugada. Sin embargo, a pesar del cansancio tras una salida de sábado por la noche, no se atreverían a faltar al almuerzo del domingo en la casa materna (en casa, nuestra mamá nos agasaja con los ravioles caseros y con su salsa secreta de
Almost half of Argentina’s population of 40 million lives in and around the capital of Buenos Aires. In a country that comprises more than a million square miles (it’s the second-largest country in South America and the eighth-largest country in the world), this means that the outer provinces are relatively underpopulated and enjoy plenty of wide-open spaces. In fact, when visiting Argentina’s wine-producing provinces, it’s easy to imagine a time when gauchos and horse-drawn carriages roamed the streets. Provincial Argentines revere their peace and quiet just as much as Porteños –the name given to people from Buenos Aires and derived from the word puerto (port)– relish their more chaotic and worldly surroundings. This book highlights the main viticultural regions of Argentina: Mendoza –where 70 percent of Argentine wine is made– Salta, and Patagonia. But if you want to truly understand Argentine wine and food, I suggest that you spend some time in the bustling city of Buenos Aires. This is where you will see the greatest creativity in food and design. Porteños pride themselves in their cultural heritage, their museums, their Parisian-style vintage architecture, and their fashionable cafes and restaurants. In Buenos Aires, celebrity chefs routinely open venues and constantly dream up innovative concepts in food and ambiance. The most trendy and fashionable neighborhood in Buenos Aires is Palermo Viejo –recently subdivided into Palermo Soho and Palermo Hollywood. Only ten years ago, Palermo was a sleepy part of town filled with run-down European-style houses built in the early part of the twentieth century. Today, many of the neighborhood’s grand old homes have been restored, and Palermo’s vibrant community comprises dozens of cuttingedge restaurants, boutique hotels, and the latest in fashion and design. Porteños rarely go out to dinner before 11 P.M., and habitually stay out with friends through the early hours of the morning. As tired as they might be from a late Saturday outing, however, they wouldn’t dare skip their mother’s Sunday family lunch (at our house, it’s homemade ravioli with my mother’s secret pomodoro sauce): It’s a sacred tradition ingrained in a country where most people live and die in the same town where they were born. My Buenos Aires restaurant recommendations below span a
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pomodoro). Se trata de una costumbre sagrada en un país donde la mayoría de las personas vive y muere en la misma ciudad donde nació. Las sugerencias de restaurantes que aparecen a continuación abarcan una amplia gama, desde los que ofrecen platos típicos de la cocina italiana, hasta los especializados en gastronomía peruano-japonesa. Pero si la idea es probar la afamada carne de la Argentina, a no desesperar. Si bien la cocina argentina es una fusión de influencias italianas, españolas y amerindias, apunta principalmente a satisfacer la obsesión nacional por las carnes asadas. Mi madre era muy consciente de eso cuando preparaba mis primeras comidas en casa, a mi regreso de los Estados Unidos, donde había pasado meses estudiando en la universidad. Siempre había un bifecito de cuadril asándose en la plancha. Y ese primer bifecito, después de tanto tiempo en el exterior, fue siempre más sabroso que cualquier otro. En Mendoza, Salta y la Patagonia, serán testigos de cómo los argentinos han logrado transformar, en menos de una década, una industria obsoleta y anticuada (la vinícola) en la exportación más destacada del país: el oscuro y sabroso vino Malbec. Sin embargo, la Argentina tiene otras provincias vitivinícolas importantes, principalmente las situadas junto a los Andes, desde Neuquén, en el sur, hasta Salta, en el norte, donde el clima es seco y cálido, aunque no excesivamente. De Mendoza hacia el norte, las provincias productoras de vino son San Juan, La Rioja y Catamarca (ubicada inmediatamente al sur de Salta). En la región de San Rafael, en el sudeste de Mendoza, a cuatro horas de viaje en auto de la ciudad de Mendoza, hay varios productores de alta calidad, como Familia Bianchi, Familia Roca y Lavaque. Vale la pena visitar estas bodegas, especialmente si viajan con vehículo propio y disponen de tiempo suficiente. San Juan secunda a Mendoza en volumen de producción de vinos. A pesar de que se la conoce tradicionalmente por sus vinos de mesa de bajo precio, esa provincia tiene varios valles de gran altura capaces de producir vinos Cabernet Sauvignon, Malbec y Syrah complejos y de elevada concentración. Los altos valles de clima más frío de San Juan y La Rioja (al norte de San Juan) son sitios que no deberíamos perder de vista en la próxima década.
wide range of cuisines from traditional Italian to Peruvian-Japanese, but do not despair if you have come to Argentina in search of steak. Although Argentine cookery is a fusion of Italian, Spanish and Amerindian influences, it is mostly about the national obsession with grilled meats. My mother knew this well when she prepared my first meal at home after I had been away for months at college in the U.S. There was always a bifecito, a piece of flank steak, sizzling in the pan. And that first bifecito after a long time abroad inevitably tasted better than any other. In Mendoza, Salta, and Patagonia, you will see how Argentines have transformed in less than a decade an aging and outdated industry –winemaking– into Argentina’s most visible export: dark and tasty Malbec wine. But Argentina has other important winegrowing provinces, mainly the provinces that line the Andes from Neuquén in the south to Salta in the north, where the climate is dry and warm, but not too warm. From Mendoza northward, these provinces are San Juan, La Rioja and Catamarca, immediately south of Salta. The San Rafael region in southeastern Mendoza, about a four-hour drive from Mendoza City, has several high-quality producers, such as Familia Bianchi, Familia Roca, and Lavaque, which are worth visiting, especially if you have your own car and time on your hands. San Juan follows Mendoza in wine production volume. Although San Juan has traditionally been known for its inexpensive table wines, the province has several high-altitude valleys that are capable of producing highly concentrated and interesting Cabernet Sauvignon, Malbec, and Syrah. The cooler climate high valleys of San Juan and La Rioja (to the north of San Juan) are places to watch in the next decade.
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EL ITINERARIO DE LUJO DEL VINO ARGENTINO Les propongo pasar unas vacaciones ideales en las regiones vitivinícolas de la Argentina: Días 1 y 2: vuelo a Buenos Aires. Alojamiento en un hotel acorde con el presupuesto o alquiler de un departamento. Recomiendo visitar los barrios de Palermo (más vanguardista), Recoleta (tradicional y más seguro) o la zona del centro de la ciudad. Comer un asado en Las Lilas, en Puerto Madero. Cenar en Sucre, donde podrán disfrutar la fantástica nueva cocina argentina del chef Fernando Trocca y una amplia carta de vinos donde abundan las viejas cosechas. Visitar el colorido barrio portuario de La Boca y cenar en Patagonia Sur, el restaurante de Francis Mallmann. Un pase por el Cementerio de la Recoleta, conocer el Museo de Bellas Artes y caminar por las calles del renovado Palermo Soho. Días 3 y 4: en Mendoza, pueden pasar dos noches en uno de los hoteles céntricos para poder visitar las bodegas cercanas de Maipú y Luján de Cuyo. Sugiero alquilar un auto con chofer (cuesta casi lo mismo que uno sin chofer); de esa manera podrán disfrutar el vino y divertirse sin preocuparse por su seguridad. El hotel podrá ayudarlos con los arreglos necesarios. Días 5 y 6: Mudanza a Cavas Wine Lodge en Luján de Cuyo, a la Posada Salentein en Tupungato o a Antucura en Tunuyán. Recomiendo dos días para visitar las bodegas del valle de Uco. Días 7, 8 y 9: tomar el ómnibus de la empresa Andesmar (sugiero un pasaje en primera clase) para ir de Mendoza a Salta o regresar en avión a Buenos Aires y hacer trasbordo con destino a Salta. Allí, pasar dos días en Colomé o Cafayate. También pueden tomar un ómnibus de Andesmar desde Mendoza hasta la ciudad de Neuquén, camino a la Patagonia. Días 10, 11 y 12: vuelo de regreso de Salta a Buenos Aires. Tomar un vuelo de dos horas con destino a Bariloche, en la Patagonia, y alojamiento en el Hotel Llao Llao (si el presupuesto lo permite). Durante uno o dos días, deléitense con las montañas y los bosques
ARGENTINA LUXURY WINE ITINERARY The following are my suggestions for an ideal holiday in Argentina’s wine country. Days 1 and 2: Fly into Buenos Aires. Stay in a hotel that fits your budget or rent an apartment. I would recommend staying in Palermo (trendy), Recoleta (traditional and safest), or Centro (downtown). Have an asado at Las Lilas in Puerto Madero. Dine on Fernando Trocca’s fabulous New Argentine cuisine at Sucre, which has an extensive wine list full of old vintages. Visit the colorful port town of La Boca and dine at Francis Mallmann’s Patagonia Sur. Stroll leisurely through the Recoleta cemetery, the Bellas Artes museum, and the fashionable Palermo Soho. Days 3 and 4: In Mendoza, spend two nights at one of the downtown hotels while visiting nearby wineries in Maipú and Luján de Cuyo. I recommend hiring a car with a driver, which costs about the same as renting your own car and makes wine tasting safer and a lot more fun. Your hotel can help you with the arrangements. Days 5 and 6: Move to the Cavas Wine Lodge in Luján de Cuyo, to the Salentein Posada in Tupungato, or to Antucura in Tunuyán, and spend two days visiting wineries in the Uco Valley. Days 7, 8, and 9: Take the Andesmar bus (ideally in first class) from Mendoza City to Salta, or fly back to Buenos Aires and catch a transfer to Salta and spend two days at Colomé or Cafayate, Salta. You can also take an Andesmar bus to Neuquén City from Mendoza on your way to Patagonia. Days 10, 11, and 12: Fly back from Salta to Buenos Aires and catch the two hour flight to Bariloche, Patagonia, and if you can, stay at the Llao Llao Hotel. Enjoy the mountains and forests for a day or two, then rent a car and head to the wine country in Neuquén and Río Negro, a five-hour drive from Bariloche.
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y luego alquilen un auto para dirigirse a la región productora de vino de Neuquén y Río Negro (unas cinco horas desde Bariloche). Días 13 y 14: vuelo de regreso a Buenos Aires desde Neuquén y descanso en la capital antes de volver a casa. LOS FAVORITOS DE LAURA CATENA EN BUENOS AIRES Estos son mis restaurantes favoritos de Buenos Aires, barrio por barrio: PARA UN ASADO TÍPICO San Telmo: La Brigada: manteles blancos, música de tango como fondo, una tradicional parrillada de porciones generosas y las achuras que se les ocurran. Excelente carta de vinos con énfasis en el Malbec. Palermo Soho: Minga, tradicional parrillada de espíritu metrochic y ambiente local joven y animado; La Cabrera, con sus jugosos bifes y sus creativas guarniciones, estilo de bistró francés y mesas al aire libre para observar a la gente. Puerto Madero: Cabaña Las Lilas, propiedad de un importante establecimiento ganadero, tiene la ventaja de criar las carnes que ofrece. El servicio es impecable y los mozos están acostumbrados a brindar información a los visitantes sobre los diferentes cortes. Extensa carta de vinos; Restaurante La Cabaña: en la entrada una escultura de una vaca en tamaño natural da la bienvenida; aquí todo se trata de la carne. Palermo: La Dorita, un lugar tradicional para comer asado, con candelabros hechos con botellas de vino y gente haciendo fila en la puerta, en todo momento, a la espera de una mesa. Las Cañitas: La Caballeriza, ubicada en una casa centenaria muy bien restaurada, tiene un acogedor patio interior, perfecto para una cena romántica.
Days 13 and 14: Fly back to Buenos Aires from Neuquén City and rest in the capital before heading home. LAURA CATENA’S BUENOS AIRES FAVORITES Here are my favorite restaurants in Buenos Aires by neighborhood: FOR A TYPICAL ASADO San Telmo: La Brigada –white tablecloths, tango music in the background, a traditional parrillada offering large portions and every possible bovine body part. Outstanding Malbec-centered wine list. Palermo Soho: Minga, traditional parrillada with a metro-chic feeling and lively young local crowd; La Cabrera, juicy steaks with a creative array of side dishes, French bistro style decor and well located outside tables for people watching. Puerto Madero: Cabaña Las Lilas, owned by an important cattle ranch, has the benefit of rearing all its own beef. The service is impeccable and the waiters are accustomed to explaining all the different cuts of meat to visitors. Extensive wine list; La Cabaña restaurant: a life-size cow greets you at the door; it’s all about the meat here. Palermo: La Dorita, a traditional asado place with wine bottle candle holders and always a line at the door. Las Cañitas: La Caballeriza, located in a beautifully restored turn of the century home has a cozy indoor patio, perfect for a romantic dinner. Plaza San Martín (Downtown): Plaza Grill at the 100-year-old Marriott Plaza Hotel, where the biggest business deals in Buenos Aires are made. Fancy dark wood paneling, French candelabras and an international wine list that includes the best of Argentina.
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Plaza San Martín: El Grill del Plaza, en el centenario Marriot Plaza Hotel, donde se celebran los acuerdos de negocios más importantes de Buenos Aires. Elegante boiserie de madera oscura, candelabros franceses y una carta de vinos de todo el mundo que incluye los mejores de la Argentina. NUEVA COCINA ARGENTINA Palermo Viejo: Casa Cruz, con su maciza puerta de entrada de bronce y sus paredes revestidas con espejos oscuros, es un sitio sexy donde encontrará platos novedosos y una amplia carta de vinos. Belgrano Chico: Sucre ofrece una cocina argentina innovadora que nunca decepciona y una fantástica carta de vinos con sommelier incluido. Centro: Tomo I es un favorito del centro de la ciudad, con sus obras de arte en exhibición, un servicio y una cocina impecables, y un romántico salón rojo en el fondo. Palermo Hollywood: enTegui celebramos el cumpleaños de mi padre con una botella de Latour de 1939. Ordenen el menú degustación del chef y relájense en brazos de un gran vino. COCINA INTERNACIONAL Y LUGARES DE MODA PARA VER GENTE EN BOGA Palermo Hollywood: Osaka o Libélula para platos de cocina japonesa-peruana, pescado increíblemente fresco y una buena opción para cuando se canse del asado. Palermo Hollywood: el Green Bamboo para picantes platos vietnamitas y tragos demoledores. Palermo: Astrid y Gastón, ubicado en una vieja casa de Palermo restaurada. Es un lugar íntimo y el mejor para comer ceviche.
INNOVATIVE ARGENTINE CUISINE Palermo Viejo: Casa Cruz, heavy brass door entrance, dark mirror-covered walls, this is a sexy place with fancy food and an extensive wine list. Belgrano Chico: Sucre is the place to go for creative Argentine cuisine that never disappoints and a phenomenal wine list with sommelier on premises. Centro (Downtown): Tomo I is a downtown favorite with art covered walls, impeccable service and food, and a romantic red room in the back. Palermo Hollywood: Tegui, this is the place where we went with my father to celebrate his birthday with a bottle of 1939 Latour; order the chef ’s tasting menu and forget yourself in the arms of a great bottle of wine. INTERNATIONAL CUISINE AND TRENDY PLACES TO WATCH FASHIONABLE PEOPLE Palermo Hollywood: Osaka or Libélula for Japanese-Peruvian cuisine, incredibly fresh fish and a place to go when you get tired of asado. Palermo Hollywood: El Green Bamboo for spicy Vietnamese food and deadly drinks. Palermo: Astrid y Gastón, located in an old restored Palermo home, is intimate and the best place to go for ceviche. La Boca: Il Matterello, classic Italian food, perfectly al dente, and the best putanesca sauce on the planet. Barrio Norte: Oviedo for perfectly cooked fish and shellfish and the best service in town. Recoleta: La Bourgogne for classic French food and L’Orangerie for afternoon tea on the grounds of the Alvear Palace Hotel, the oldest and fanciest hotel in Buenos Aires.
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La Boca: Il Matterello, clásica cocina italiana, perfectas pastas al dente y la mejor salsa putanesca del planeta. Barrio Norte: Oviedo, para disfrutar de pescados y mariscos cocidos a la perfección y la mejor atención de la ciudad. Recoleta: La Bourgogne, para platos clásicos de la cocina francesa; L’Orangerie, para tomar el té en la planta baja del Alvear Palace Hotel, el hotel más antiguo y elegante de Buenos Aires. LUGARES PARA TRASNOCHAR Puerto Madero: el Faena Hotel, para un cabaret de jueves por la noche en un ambiente mixto de extranjeros y argentinos; y no se pierda el show de Rojo Tango. Palermo Viejo: Congo Bar, interiores revestidos en cuero, coctelería creativa, música electrónica y todo lo que necesitan los hipsters para pasar una buena noche en la ciudad. Palermo: Bar 878, un bar casi oculto detrás de una puerta de madera, en Thames 878, donde ofrecen la mejor selección de whisky de la ciudad. Costanera (junto al río): Pachá, para bailar y escuchar música electrónica (si tiene más de treinta, es posible que se sienta un poco fuera de lugar). Centro: el Café Tortoni, uno de los cafés más antiguos y tradicionales de Buenos Aires. Un lugar ideal para pasar la tarde leyendo un libro con un sándwich tostado y un café con leche. Centro: Gran Bar Danzón, para encontrar tragos creativos y observar a los porteños locales en una atmósfera elegante. La carta de vinos y la comida son fantásticas. Tango: Señor Tango, para un buen show con un vestuario sofisticado; La Viruta, si se anima a bailar con los argentinos.
LATE-NIGHT LOUNGES Puerto Madero: The Faena Hotel, for a Thursday-night cabaret in a mixed foreign and Argentine crowd. Palermo Viejo: Congo Bar, leather interior, creative mixed drinks, electronic music and everything the hipsters need for a night in the town. Palermo: Bar 878, an unmarked bar behind a wooden door at 878 Thames has the best whisky selection in Buenos Aires. Costanera (by the river): Pacha, for dancing and electronic music –you might feel old if you’re over thirty. Centro (Downtown): Café Tortoni is the place to go and spend the afternoon reading a book while you enjoy a tostado grilled sandwich and a café con leche in one of Buenos Aires’ oldest and most traditional cafes. Centro (Downtown): Gran Bar Danzón, for creative drinks and people watching in an elegant setting. Phenomenal wine list and food. Tango: Señor Tango, for a good show filled with elaborate costumess; La Viruta, if you dare to dance with the locals.
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GLOSARIO DE VINOS
Criolla: una uva rosada de hollejo grueso, prima de la uva Misión californiana y la País de Chile. En la Argentina se la emplea para hacer vinos comunes de mesa, blancos o rosados. Se cree que la antecesora de la uva Criolla fue introducida en el país por los colonos y curas españoles en el siglo XVI. Durante ese siglo y el siguiente, estas vides se reprodujeron de forma silvestre, dando origen a la actual variedad Criolla.
biodinámica: la agricultura biodinámica se basa en el concepto de tratar los cultivos o viñedos (y los animales y plantas que habitan en ellos) como un organismo vivo. Los microorganismos del suelo se regeneran mediante el uso de abonos naturales, con el fin de crear un medio equilibrado y autosostenible. Los viñedos biodinámicos, donde las vides son parte del ecosistema, se cultivan orgánicamente siguiendo antiguas prácticas campesinas, como la de plantar de acuerdo con las fases de la luna.
cuvée: término francés empleado por los vinicultores para referirse a un blend de vinos provenientes de diferentes viñedos o lotes.
bodega: en la mayor parte del mundo hispanohablante, el término se aplica tanto al sitio donde se guardan los vinos como a un pequeño almacén. En la Argentina, designa al establecimiento donde se elaboran los vinos y suele emplearse en plural (bodegas), en referencia al conjunto de edificios que la conforman.
de pie franco: se refiere a una planta de Vitis vinifera, como la Cabernet Sauvignon y la Chardonnay, que crece de sus propias raíces y no ha sido injertada sobre un pie americano. domaine : término utilizado en Francia para designar una finca vinícola, generalmente cuando el vino se elabora únicamente con uvas de viñedos propios.
Bonarda: hasta hace muy poco, se creía que la cepa Bonarda Argentina estaba vinculada con la Bonarda del norte de Italia. Sin embargo, un equipo de científicos de la UC Davis, junto con un grupo de colegas argentinos, realizó un estudio de ADN que reveló que la Bonarda argentina es en realidad la cepa Corbeau (conocida también como Charbono, Douce Noire o Charbonneau), una variedad originaria de la región de Saboya (Francia). A diferencia de la uva Malbec, que prefiere las zonas de gran altura, la uva Bonarda, de maduración tardía, reina en la región este de Mendoza, de menor altura y clima más cálido. La Bonarda se cultiva según el sistema tradicional de pérgola (parral) italiana, mediante el cual las vides protejen sus racimos del sol con una pérgola de hojas.
estilo maduro: un vino elaborado en este estilo está hecho de uvas que permanecieron en la planta hasta finales del primer mes de otoño. Generalmente, estos vinos poseen un mayor contenido de alcohol y sus sabores y aromas evocan frutas confitadas y mermeladas. En Estados Unidos, el Zinfandel suele elaborarse en este estilo. estilo protectivo: un estilo de vinificación que reduce la exposición al oxígeno durante la crianza, mediante el almacenamiento en tanques
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mineralidad en los distritos más fríos del valle de Uco, como Gualtallary (Tupungato) y Eugenio Bustos (San Carlos).
de acero inoxidable. Se lo emplea para preservar las características varietales y de un viñedo en particular en los aromas y sabores de un vino.
nariz: el aroma o bouquet de un vino. La nariz varía de un varietal a otro y entre viñedos o regiones.
filoxera: enfermedad causada por un tipo de pulgón que es el terror de los viñedos. El pulgón se nutre de las raíces y hojas de las vides y ha diezmado cultivos en todo el mundo, especialmente durante la plaga de filoxera que afectó Europa en el siglo XIX y, más recientemente, en la década de 1980, la región de California.
négociant : término francés que se aplica a los comerciantes que venden una gama de vinos que abarca desde los más destacados grands crus hasta vinos de corte a granel. Un vino de négociant por lo general es un vino a granel seleccionado por un vendedor de vinos, que lo embotella y etiqueta con su propia marca.
grand cru: en francés, el término significa “vino originado en una región clasificada como superior”. Se aplica a las regiones vitícolas históricas de Francia, según el sistema de clasificación de la AOC (Appellation d’Origine Contrôlée).
parral: sistema de conducción tradicional de pérgola, común en la región este de Mendoza, así como en la región del Véneto, en Italia, y en el noroeste de España. El sistema de parral permite que la vid desarrolle un frondoso follaje que protege las uvas de los intensos rayos del sol. Por ese motivo, es muy útil en zonas cálidas, como el Este de Mendoza. Además, debido a que los racimos crecen a gran altura del suelo, este sistema brinda protección contra las heladas.
maceración: este proceso tiene lugar cuando los hollejos de las uvas se dejan en contacto con el mosto durante la fermentación, con el fin de extraer más sabor y mayor cantidad de taninos. Malbec: la variedad tinta emblemática de la Argentina. Se trata de una de las cinco variedades de uva que pueden emplease en un blend de Burdeos. Las otras cuatro variedades autorizadas son Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot. La región de Bordeaux, en Francia, es cuna de los grands crus más famosos del mundo, como Château Lafite, Château Latour y Château Haut-Brion. En el siglo XVIII, las uvas Malbec y Cabernet Sauvignon eran las principales variedades cultivadas en el Médoc, región productora de casi todos los grands crus. Hoy, la cepa Malbec tiene mucha mayor importancia en la Argentina que en su país de origen. Las vides Malbec fueron introducidas en la Argentina por Michel Aimé Pouget, un francés a quien el gobierno argentino encomendó la creación de un vivero de vides en Mendoza. Actualmente, es la variedad de uva tinta más difundida en Mendoza. Se la conoce por sus aromas a casis, frutos negros maduros y sus suaves taninos. La uva Malbec es versátil y, según la región donde se cultive, la edad de las vides y el tipo de suelo, puede producir vinos comunes o vinos oscuros, ricos y merecedores de crianza.
sensación en boca: es la que se percibe luego de impregnar la boca con el vino y hacerlo girar en ella. Típicamente, para describirla, se emplean expresiones como “tánica”, “densa”, “sedosa”, “suave” y “astringente”. En términos generales, los vinos con una gran presencia de taninos saben más concentrados y astringentes. Los taninos provenientes de los hollejos suelen ser menos astringentes que los de las pepitas y los taninos de uvas bien maduradas, con un largo tiempo de colgado, tienden a ser más suaves. Los vinos secos y de marcada acidez suelen percibirse astringentes en el paladar, aunque la elevada acidez contribuye a que conserven su frescura y admitan una crianza más prolongada. Según investigaciones recientes, los polisacáridos (moléculas presentes en las uvas y relacionadas con el azúcar) serían un factor importante en la suavidad de un vino, aun en el caso de aquellos con un elevado contenido de taninos. Las uvas Malbec tienen un alto contenido de polisacáridos, lo que explicaría por qué el Malbec argentino resulta en boca tan denso y, a la vez, suave. sin injertar: de pie franco. taninos: compuestos polifenólicos que se encuentran en los hollejos y las pepitas de las uvas y determinan, en gran medida, el carácter y la profundidad de un vino. Los taninos confieren al vino tinto su textura en el medio y largo de boca. En los vinos, el contenido de taninos varía considerablemente. Los vinos densos, como el Cabernet Sauvignon de un buen viñedo, tienden a exhibir una alta concentración de taninos. Los vinos más delicados, como el Pinot
mineralidad: las descripciones de los sabores de un vino con mineralidad incluyen menciones a diversos elementos: sílex, tiza, piedras mojadas y tierra. Los vinos de climas más fríos tienden especialmente a dejar una sensación mineral en boca; las uvas poseen un mayor grado de acidez y los hollejos son menos maduros. Suele emplearse el término en relación con los vinos blancos de la Bourgogne o del valle del Loire, en Francia. En Mendoza, se presenta
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Noir, tienen un menor contenido de taninos y el deleite que provocan se debe a los compuestos aromáticos y al carácter de sus taninos, no a su cantidad.
variedad: una cepa específica, como Cabernet Sauvignon, Chardonnay o Malbec, que tiene un genotipo, una forma de hoja y un perfil de sabor característicos.
tanque de acero inoxidable: generalmente, un tanque de temperatura controlada donde se fermenta el mosto y los azúcares se convierten en alcohol. El control de temperatura facilita la preservación de los aromas y sabores.
viejas vides: muchos viticultores creen que una vieja vid –según quien la defina, debe tener más de 25 o de 50 años- es más susceptible de lograr el equilibrio perfecto con el suelo y el clima donde se desarrolla, lo que da como resultado la producción de uvas de menor rendimiento y mayor concentración.
terroir : término francés que apunta a definir los efectos del suelo, el clima y las prácticas de cultivo en el sabor de un vino. La expresión francesa goût de terroir, o sabor del terroir, se refiere a los aromas y sabores particulares que hacen que un vino se perciba como si solo pudiese provenir de una región o viñedo específicos. El terroir es la razón por la cual una variedad de vid con un caudal genético determinado puede producir vinos sumamente diferentes dependiendo del lugar en donde crezca.
vinificar : elaborar vino a partir del mosto de uvas mediante un proceso de fermentación. vino oxidado/vinificación oxidativa: en la vinicultura moderna, los vinos se protegen de la excesiva oxidación con el fin de preservar su identidad varietal tanto en nariz como en boca. Si se permite que un vino entre en contacto con gran cantidad de oxígeno durante la guarda en barriles y el trasiego, se obtendrá un vino oxidado. Los vinos oxidados pierden rápidamente su carácter varietal e incluso pueden adquirir aromas a jerez de Madeira, aunque carecerán de su dulzor. Antes de las décadas de 1970 y 1980, la mayoría de los vinos italianos y españoles se elaboraban en estilo oxidativo.
tête de cuvée: el mejor vino de una bodega. tiempo de colgado: se refiere a la cantidad de días que las uvas permanecen en la vid desde el momento en que los frutos cambian el color (del verde al que finalmente tendrán –envero-), hasta el momento de la cosecha. En los climas en los que la luz solar y las temperaturas moderadas persisten hasta principios del otoño, el tiempo de colgado puede extenderse. Algunos viticultores creen que la prolongación del tiempo de colgado enriquece los sabores y suaviza los taninos. Como el contenido de azúcar de las uvas aumenta con el tiempo, un tiempo de colgado extenso puede dar como resultado vinos con un alto contenido de alcohol. Sin embargo, en las regiones de gran altura de la Argentina, el clima frío permite prolongar los tiempos de colgado sin que se produzca una excesiva acumulación de azúcar (en los climas fríos, los azúcares se desarrollan mas gradualmente). Como resultado, los vinos presentan mayor concentración y sabores acentuados, pero no se ven afectados por un excesivo contenido de alcohol. En un vino, el alcohol se genera por fermentación de los azúcares presentes en el mosto. tipicidad: un vino con gran “tipicidad” es aquel que posee el sabor y los aromas característicos de la variedad de la uva, el viñedo y la región de la que proviene. Torrontés: una variedad de uva blanca, la única realmente autóctona de la Argentina. El vino Torrontés tiene un aroma floral, como el de un Riesling, y en general es seco, no dulce. El mejor Torrontés proviene de Salta, provincia del norte del país.
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WINE GLOSSARY
biodynamic: Biodynamic farming is based on the concept of treating the farm or vineyard, and the plants and animals that inhabit it, as a living organism. The natural microorganisms in the soil are regenerated through composted materials to create a balanced, self-sustaining environment. Biodynamic vineyards, where the vines are a part of this living ecosystem, are farmed organically and also following ancient folk practices, such as planting according to the phases of the moon.
simple white or rosé table wine. It is believed that the predecessor to Criolla was first brought to Argentina in the sixteenth century by the Spanish settlers and priests. In the sixteenth and seventeenth centuries, the vines were allowed to reproduce in the wild, giving rise to today’s Criolla
bodega : In most of the Spanish-speaking world bodega means a wine cellar, or it can refer to a small grocery store. In Argentina, it means winery, and it is often used in the plural, bodegas, in reference to the many cellaring buildings that make up the winery.
domaine : A term used to designate a wine estate in France, generally when the wine is produced only from vineyards owned by the estate owner’s winery.
cuvée : A French word used by winemakers to refer to a blend of wines from different vineyards or lots.
grand cru : Means “great growth” in French. It refers to historic vineyard sites in France qualified as “superior” by the classification system of the AOC (Appellation d’Origine Contrôlée).
Bonarda: Until recently, Argentine Bonarda was thought to be related to the northern Italian Bonarda. But when a team of UC Davis and Argentine scientists performed DNA typing, they discovered that it is actually Corbeau (also known as Charbono, Douce Noire, and Charbonneau), a grape type originally from the Savoie region of France. Unlike Malbec, which grows best in very high altitude areas, the late-ripening Bonarda is king in eastern Mendoza, where the altitude is lower and the climate warmer. Bonarda is grown in the traditional Italian pergola system where the vines are trained to create a beautiful canopy that shields the grapes from the heat.
hang time: Refers to the number of days that the grapes stay on the vine between véraison, when the berries change color from green to their final color, and harvest. In climates where sunlight and moderate temperatures persist through early autumn, hang time can be extended. Some winemakers think that longer hang times lead to richer flavors and smoother tannins. Because sugar levels in grapes increase with time, a long hang time can result in wines that are unusually high in alcohol. In high altitude areas in Argentina, however, the cool climate allows for a long hang time without excessive sugar accumulation, because sugars increase very
Criolla: A thick-skinned pink grape, cousin of the California Mission grape. In Argentina, Criolla grapes are used to make
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slowly when the weather is cool. The resulting wines have enhanced concentration and flavors but not an excessive content of alcohol. The alcohol in wine is a result of the fermentation of the sugars in the crushed grapes’ juice.
grapes—may play an important role in making wines taste smooth even when they are high in tannins. Malbec has a high content of polysaccharides, which may explain why Argentine Malbec can taste both rich and smooth at the same time.
maceration: During the process of fermentation, maceration occurs when the skins of the fruit are kept in contact with the juice turned into alcohol to extract more flavors and tannins.
négociant : French term for wine dealers that sell a range of wines, from the ultra-premium grands crus to blended wines that are purchased in bulk. A “négociant wine” generally refers to a wine in bulk that is selected by a négociant wine merchant and bottled under the negociant’s label.
Malbec: Argentina’s signature red varietal. Malbec is one of the five wine varietals, or grape types, that can be used in a Bordeaux blend. The other four authorized varietals are Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, and Petit Verdot. Bordeaux, France, is where the world’s famous grands crus come from, wines such as Château Lafite, Château Latour, and Château Haut-Brion. In the eighteenth century, Malbec and Cabernet Sauvignon were the main grapes in the Médoc, where almost all of the grands crus are grown. Today, Malbec is much more important in Argentina than in France. Malbec was brought to Argentina by Michel Aimé Pouget, a Frenchman who was commissioned to start a vine nursery in Mendoza by the Argentine government. Today, Malbec is the most widely planted red varietal in Mendoza. It is known for its ripe cassis and black fruit aromatics and rich, smooth tannins. Malbec is a versatile grape, and depending on the region where it is grown, the age of the vines and the soil types, it can make simple wines or dark, rich, and age-worthy wines.
nose: The aroma or bouquet of a wine. The nose varies from one varietal to another and from one vineyard and region to another. old vines: Many winemakers believe that an old vine—defined as one older than twenty-five to fifty years, depending on whom you ask— is better equipped to attain a perfect balance with its soil and climate, resulting in the production of a lower yield of highly concentrated grapes. own-rooted: Refers to Vitis vinifera plants, such as Cabernet Sauvignon and Chardonnay, that are grown on their own roots and not grafted onto American rootstocks. oxidized wine/oxidative winemaking: In modern winemaking, wines are protected from excessive oxidations so that they retain varietal character, in the nose and on the palate. When a wine is allowed to come into contact with a significant amount of oxygen during barrel aging and racking, the result is an oxidized wine. Oxidized wines quickly lose their varietal character and can even acquire aromas of sherry or Madeira without the sweetness. Prior to the 1970s and 1980s, most Italian and Spanish wines were made in the oxidative style.
minerality: A wine with minerality has flavors that have been variously described as “flinty,” chalky,” “like wet stones,” and “earthy.” Wines from cooler climates, in particular, tend to have a mineral mouthfeel; the grapes have higher acidity and skins that are less ripe. Minerality is often used in reference to the white wines of Burgundy or the Loire Valley, in France. In Mendoza, minerality is found in the cooler districts within the Uco Valley, such as Gualtallary in Tupungato and Eugenio Bustos in San Carlos.
parral : A traditional raised pergola grapevine training system that is common in eastern Mendoza, and also found in the Veneto, Italy, and in Spain’s northwest region. Because the parral pergola creates a leafy canopy that shields the berries from the intense sun, it is particularly useful in warm areas such as eastern Mendoza. It also provides protection from frost, because the grape bunches are so high up above the soil.
mouthfeel: The sensation on the mouth after a wine is swished and swirled. Typical descriptors of mouthfeel are smooth, tannic, rich, soft, and astringent. In general terms, wines with a large amount of tannins will taste more concentrated and astringent. The tannins that come from the skins tend to be less astringent than those that come from the seeds. Tannins from well-ripened berries that have undergone a lengthy hang time tend to be smoother. High acid, dry wines can often feel astringent on the palate, yet the high acid may help these wines retain their freshness and allow them to age longer. Recent research suggests that polysaccharides—molecules related to sugar that are found in
phylloxera: An aphid-like insect that has been the scourge of vineyards around the world. This pest feeds on the roots and leaves of grapevines and has been responsible for the decimation of vineyards around the world, most notably during the phylloxera
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ungrafted: Same as own-rooted.
plague in Europe in the nineteenth century, and more recently in California in the 1980s.
varietal: A grape type, such as Cabernet Sauvignon, Chardonnay or Malbec, that has a specific genetic makeup, leaf shape, and flavor profile.
protective style: A style of winemaking that minimizes oxygen exposure during aging by storing wines in stainless-steel tanks. The protective style is used to preserve varietal and individual vineyard characteristics in the aromas and flavors of a wine.
vinify: To make wine from the juice of a grapevine through the process of fermentation.
ripe style: A wine made in the ripe style is made with grapes that have been allowed to hang on the vine well into the first month of autumn. These wines tend to be higher in alcohol and to have candied and jammy flavors and aromas. In the United States, Zinfandel is often made in this style. stainless-steel tank: Generally, a temperature-controlled tank in which grape juice is fermented and the sugars turn to alcohol. The temperature control allows for the retention of aromas and flavors. tannins: Polyphenolic compounds in the skins and seeds of the grape plant that are responsible for much of the character and depth of a wine. It is tannins that give red wine its texture on the mid-palate and finish. The tannin content in wine varies considerably. Heavy wines such as a Cabernet Sauvignon from a good vineyard tend to have a high concentration of tannins. More delicate wines such as Pinot Noir tend to have a lesser amount of tannins, and derive their delectability from aromatic compounds and the character, not the quantity, of their tannins. terroir : A French term that attempts to define the effects of soil, climate, and farming practices on the taste of a wine. The French term goût de terroir, or taste of terroir, refers to the particular aromas and flavors that make a wine taste as if it could have only been grown in a specific region or vineyard. Terroir is the reason why a certain varietal of the same genetic stock can yield remarkably different wines depending on the place where it was grown. tête de cuvée : The top wine of a winery. tipicity: A wine with great “tipicity” is a wine that has the distinctive taste and aromas that are characteristic of the varietal, vineyard, and region that it comes from. Torrontés: A white grape varietal and the single truly native Argentine varietal. Torrontés has a floral, Riesling-like aroma and is generally made dry, not sweet. The best Torrontés comes from Salta, a province in the north of Argentina.
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LECTURAS SUPLEMENTARIAS FURTHER READING
Archetti, Eduardo P. Masculinities: Football, Polo, and the Tango in Argentina. Oxford, U.K.: Berg, 1999. Borges, Jorge Luis, Obras completas, Buenos Aires: Emecé, 1974. Collected Fictions. New York: Penguin, 1999. Labyrinths: Selected Stories & Other Writings. New York: New Directions, 2007. Bracken, James. Che Boludo! A Gringo’s Guide to Understanding the Argentines. Bariloche: Editorial Caleuche, 2008. Foster, David William, Melissa Fitch Lockhart, and Darrell B. Lockhart. Culture and Customs of Argentina. Westport: Greenwood Press, 1998. Gargiulo, Julieta and Agustín Borzi. Il Vino si fa così (“This Is How Wine Is Made”). Buenos Aires: Polo Rossi Casa Editorial, 2004. Goldin, Carlos. Secretos del Malbec argentino / The Secrets of Argentine Malbec. Buenos Aires: Focus, 2004. Mallmann, Francis. Siete fuegos, mi cocina argentina, Buenos Aires, V & R Editoras, 2010. Seven Fires: Grilling the Argentine Way. Artisan, 2009. Nouzeilles, Gabriela and Graciela Montaldo, eds. The Argentina Reader. Durham: Duke University Press, 2003. Rolland, Michel and Enrique Chrabolowsky. Vinos de la Argentina. Buenos Aires: Mirrol, 2003. Romero, Luis Alberto, Breve historia contemporánea de la Argentina. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica 2ª. edición ampliada), 2001. A History of Argentina in the Twentieth Century. University Park: Penn State Press, 2002. Sarmiento, Domingo Faustino, Facundo. Buenos Aires: Emecé, 1999. Facundo, or Civilization and Barbarism. Berkeley: University of California Press, 2003. Recuerdos de provincia. Buenos Aires: Emecé, 1998. Recollections of a Provincial Past. New York City: Oxford University Press, 2005. Scobie, James R. Argentina: A City and a Nation. New York: Oxford University Press, 1964. Secondary Cities of Argentina: The Social History of Corrientes, Salta, and Mendoza, 1850–1910. Palo Alto: Stanford University Press, 1988. Shumway, Nicholas. The Invention of Argentina. Berkeley: University of California Press, 1993. Slatta, Richard W. Gauchos & the Vanishing Frontier. Lincoln: University of Nebraska Press, 1992.
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