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Por el Obispo
la parroquia. Recuerdo bien a estos sacerdotes, mi párroco durante 19 años, Monseñor Nugent, los otros sacerdotes, el Padre Corrigan, el Padre McDonough, el Padre O’Brien, el Padre Vizzard y el Padre Paul Curran. El padre Corrigan me enseñó a servir en la misa y a rezar las oraciones en latín. También fue a nuestra casa la noche que murió mi madre y le administró La Unción de los enfermos. El padre McDonough fue uno de tres hermanos que se hicieron sacerdotes, y uno de ellos llegó a ser arzobispo de Louisville, KY. El Padre O’Brien me bautizó. Fue un sacerdote firme y serio. Más tarde, el padre John Oulds fue un ejemplo de santidad en el sacerdocio. Monseñor Nugent fue como un abuelo para mí y me regaló su cáliz cuando me ordené de sacerdote. También fue el que dio la homilía durante mi primera Misa de Acción de Gracias. Agradezco que a pesar de los escándalos del clero en la Iglesia, ninguno de estos sacerdotes fue acusado de conducta inapropiada y fueron grandes modelos para mí. Cuando los veía celebrar misa o servir a la parroquia, yo sentía que Dios me llamaba a hacer lo mismo. Pensándolo bien, todos ellos fueron más piadosos que yo, fueron mejores predicadores, especialmente el padre Curran, que falleció el año pasado, y fueron hombres semejantes a un padre, como monseñor Nugent.
Pregúntenle a cualquier sacerdote sobre su historia, y él podrá contarles sobre los sacerdotes que fueron modelos para su vocación sacerdotal. Estoy seguro de que los futuros padres Gabriel Cisneros y Kelby Tingle tienen su propia historia vocacional. Y sin saberlo, ellos también se están convirtiendo en modelos para futuros sacerdotes.
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Por experiencia propia, puedo decirles que las oraciones de las personas a las que he servido me han sostenido durante casi 46 años de ministerio. Así que no me da vergüenza pedirles que sigan rezando por mí, Y por los sacerdotes que les sirven ahora, y los dos nuevos sacerdotes que están a punto de ser ordenados. Porque la fuerza de la oración nos acerca más al Señor y a ustedes. Espero que, en el mes de junio, en que añadimos dos sacerdotes más a nuestra diócesis, aumentemos nuestras oraciones por ellos.